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Indicadores de tejido empresarial en las comunidades autónomas españolas: algunos aspectos empíricos Emilio Congregado Universidad de Huelva José M0. O=kean Universidad Pablo de Olavide Ignacio Pomares Rafael Aguado Universidad de Huelva Key words: Entrepreneurship JEL classification: M13 1.- Introducción La literatura empírica sobre los determinantes del crecimiento se ha convertido en un tópico de investigación recurrente en la última década. Los estudios de este género han ido introduciendo paulatinamente un conjunto de variables explicativas capaces de explicar las diferentes experiencias de crecimiento observadas. A grandes rasgos, las variables explicativas utilizadas se pueden agrupar en aquellas relativas al capital humano (Lucas, 1988), al cambio tecnológico endógeno (Romer, 1986, 1990), al comercio (Rivera-Batiz & Romer, 1991), al gasto o capital público (Barro, 1990; Barro y Sala-i-Martín, 1992), o más recientemente, al factor empresarial (Barr, 1996, Días, 1998, Acemoglu y Zilibotti, 1999; Iyigun & Owen, 1999) 1 . 1 Veánse Sala-i-Martín (1998) o Temple (1998), por sólo citar dos de los más recientes surveys sobre growth empirics . Estos últimos trabajos, son herederos de la tradición de los modelos que incorporan capital humano como elemento capaz de explicar las diferencias entre las predicciones de los modelos de crecimiento y lo que sugiere la evidencia empírica. Sin embargo, las proxies utilizadas para medir el capital humano -fundamentalmente tasas de escolarización- se manifiestan incapaces para explicar suficientemente el residuo de Solow. Este hecho ha motivado la búsqueda de nuevos indicadores para medir el capital humano, a la vez que indagar un poco más en los mecanismos a través de los cuales el capital humano incide en el crecimiento económico. En esta línea, Dias, considera como motor del crecimiento la acumulación de un tipo específico de conocimientos -capital humano empresarial-. Por su parte, Iyigun y Owen (1998, 1999), elevan a la categoría de hecho estilizado la regularidad observada para

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Indicadores de tejido empresarial en las comunidades autónomasespañolas: algunos aspectos empíricos

Emilio CongregadoUniversidad de Huelva

José M0. O=keanUniversidad Pablo de Olavide

Ignacio PomaresRafael Aguado

Universidad de Huelva

Key words: EntrepreneurshipJEL classification: M13

1.- Introducción

La literatura empírica sobre los determinantes del crecimiento se ha convertido en un tópico de

investigación recurrente en la última década. Los estudios de este género han ido introduciendo

paulatinamente un conjunto de variables explicativas capaces de explicar las diferentes experiencias

de crecimiento observadas. A grandes rasgos, las variables explicativas utilizadas se pueden agrupar en

aquellas relativas al capital humano (Lucas, 1988), al cambio tecnológico endógeno (Romer, 1986,

1990), al comercio (Rivera-Batiz & Romer, 1991), al gasto o capital público (Barro, 1990; Barro y

Sala-i-Martín, 1992), o más recientemente, al factor empresarial (Barr, 1996, Días, 1998, Acemoglu

y Zilibotti, 1999; Iyigun & Owen, 1999)1.

1Veánse Sala-i-Martín (1998) o Temple (1998), por sólo citar dos de los más recientes surveys sobre

growth empirics.

Estos últimos trabajos, son herederos de la tradición de los modelos que incorporan capital humano

como elemento capaz de explicar las diferencias entre las predicciones de los modelos de crecimiento

y lo que sugiere la evidencia empírica. Sin embargo, las proxies utilizadas para medir el capital humano

-fundamentalmente tasas de escolarización- se manifiestan incapaces para explicar suficientemente

el residuo de Solow. Este hecho ha motivado la búsqueda de nuevos indicadores para medir el capital

humano, a la vez que indagar un poco más en los mecanismos a través de los cuales el capital humano

incide en el crecimiento económico. En esta línea, Dias, considera como motor del crecimiento la

acumulación de un tipo específico de conocimientos -capital humano empresarial-. Por su parte,

Iyigun y Owen (1998, 1999), elevan a la categoría de hecho estilizado la regularidad observada para

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un buen número de países, según la cual a medida que aumenta la producción per cápita menor es el

número de empleadores respecto a la población activa. Desde una perspectiva ligeramente distinta,

Barr (1998) y Acemoglu y Zilibotti (1999) analizan la importancia que la red o tejido empresarial -

infraestructura informativa, en la terminología de Acemoglu y Zilibotti- tiene en el proceso de

difusión de los conocimientos empresariales y del crecimiento mismo. Sin embargo, es una

característica común a estos trabajos la heterogeneidad en las proxies utilizadas en el trabajo empírico,

por las dificultades de medición que plantea el factor empresarial.

El objetivo de este paper, es el de profundizar en esta línea, proponiendo algunos indicadores que nos

permitan medir el tejido en sus aspectos cuantitativos y cualitativos, discutiendo acerca de su

pertinencia y sobre su disponibilidad a la hora de realizar comparaciones internacionales, como paso

previo a la cuantificación del impacto del tejido empresarial sobre el crecimiento económico por

medio del análisis estadístico de un panel de datos.

Para llevar a cabo esta tarea, el trabajo se articula en base a cinco secciones, la primera de los cuales

es esta introducción. En la segunda sección se hace un repaso somero de los modelos más recientes

dedicados al análisis de la contribución del tejido empresarial al crecimiento. Una característica común

a este tipo de trabajos es la heterogeneidad en cuanto al propio concepto de factor empresarial sobre

el que se construyen. Este hecho tiene como corolario lógico la selección de variados indicadores en

el trabajo de contrastación de los mismos. Por ello, hemos creído conveniente la inclusión de un tercer

apartado en el que se repasan los indicadores propuestos y los principales resultados que se han

obtenido a partir del trabajo empírico. La cuarta sección se ocupa de revisar la pertinencia de los

indicadores utilizados por la literatura a la vez que se proponen otros nuevos. En base a esta discusión

, en el quinto apartado, se realiza un ejercicio econométrico para las regiones españolas, en la que se

utilizan algunos de los indicadores planteados, quedando reservado la sexta sección para las

conclusiones.

2.- Crecimiento y tejido empresarial

Los individuos difieren unos de otros por su diferente habilidad -ya sea innata o adquirida mediante el

conocimiento intelectual o a través del aprendizaje-. Pero sea cual sea el origen del conocimiento,

existe un tipo de conocimiento específico que: permite conocer las preferencias de los consumidores

y percibirlas como oportunidades de beneficio a la vez que conocer el funcionamiento de los mercados

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de factores productivos. En otros términos, los individuos que disponen de este tipo de conocimiento

están en disposición de crear bienes o servicios capaces de satisfacer estas preferencias, ya sea

cubriendo una demanda insatisfecha o creando .

El empresario busca las oportunidades disponibles en los mercados, para lo cual debe adquirir

conocimiento disperso. Las oportunidades surgen porque no es posible ni que la información esté

completamente dispersa, caso en el que sería inaccesible, ni que esté utilizada al completo. Desde esta

perspectiva cada acción empresarial se lleva a cabo en base a una estimación del futuro que permite

actuar en un entorno incierto y/o realizar oportunidades de beneficio que habían permanecido

desapercibidas hasta entonces (Kirzner, 1982). Ahora bien, no cabe esperar ni que todos los individuos

perciban las oportunidades de la misma forma ni que su reacción sea la misma, sino más bien que cada

uno actúe en base a sus expectativas.

En este orden de cosas, nuestro objetivo no es otro que el de demostrar que este conocimiento

específico sobre las preferencias de los consumidores y sobre las posibles combinaciones de inputs es

un elemento clave en el crecimiento económico. En otros términos, nuestro objetivo es capturar la

interacción entre la acumulación de conocimientos empresariales y el crecimiento económico

permitiendo la acumulación de habilidad empresarial en una economía en la que, en ausencia de efectos

de escala, el crecimiento a largo plazo esté determinado por la capacidad de acumulación de tejido

empresarial. De acuerdo con esta visión, las economías de mercado más eficientes y desarrolladas

crecerán más rápido debido a que el mercado en su proceso de selección actúa como un laboratorio o

escuela de creación de conocimientos empresariales2. Bajo este planteamiento global, nuestro primer

objetivo será el intentar aproximarnos a la relación entre la habilidad empresarial y el crecimiento

económico. La idea no es nueva: Murphy, Schleifer y Vishny (1991), mantienen la hipótesis de que

la asignación de talento en favor de ingenieros frente a los abogados es un factor que favorece al

crecimiento. Desde una perspectiva similar, Baumol (1990) muestra cómo la evidencia empírica

sugiere que el crecimiento es más fuerte en aquellos países o regiones en los que el talento empresarial

se dirige hacia actividades productivas y no hacia actividades relacionadas con la búsqueda de rentas.

2

Bajo esta perspectiva, crecerán más rápido los países, regiones o entes territoriales en los que la composición ycalidad del tejido favorezcan el crecimiento. En este último sentido, aquellos países que más importancia den a laeducación formal en entrepreneurship o aquellas que gocen de unos mercados más desarrollados -learning by doing-,crecerán más pues ambos factores derivan en una mayor calidad del tejido.

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El objetivo último de este paper es intentar explicar el crecimiento económico endógeno y el

fenómeno del desempleo a través de la acumulación de un conocimiento específico que permite la

búsqueda de oportunidades de beneficio: el Aentrepreneurship@, habilidad empresarial o en términos

agregados, tejido empresarial3. Nuestro análisis se basa en un instrumento analítico: el tejido

empresarial, entendido como la unión del acervo y la acción empresarial de un determinado ámbito

territorial o sectorial.

Los modelos de crecimiento económico recientes, han centrado su atención sobre la acumulación de

conocimientos. Esto es lo que hace el modelo de Lucas (Lucas, 1988), al situar la acumulación de

conocimientos como elemento central de explicación del crecimiento económico. Sin embargo,

cuando se intentan relacionar empíricamente la tasa de acumulación del stock de capital humano con

la tasa de crecimiento los resultados no son nada satisfactorios (Barro y Sala-i-Martín, 1995, Romer,

1989, De la Fuente, 1998, Temple (1998), Sala-i-Martín (1998).

Sin embargo, cuando lo que se comparan son la productividad y el capital humano en niveles, ambas

variables se ajustan bastante bien. Siguiendo a Glaeser (1994) una posible explicación de este fenómeno

de relación en niveles se puede encontrar en que el conocimiento medio es una proxy del crecimiento

tecnológico. De acuerdo con esta interpretación, los modelos de Romer (1990), Aghion & Howitt

(1992), o el de Grossman & Helpman (1991) estarían en la senda correcta.

3

El uso de esta ficción agregada que denominaremos tejido empresarial, nos permitirá eludir algunas cuestionesrelacionadas con los microfundamentos.

En el modelo de Lucas, es el propio interés el motor de la acumulación de conocimientos, mientras

que en el caso de los modelos de I+D de Romer, Aghion & Howitt o Grossman & Helpman este papel

lo juega la maximización de beneficios empresariales. Ahora bien, tanto en el caso de Lucas como en

el caso de los modelos basados de I+D, parece faltar un nexo de unión entre las causas del crecimiento

y los cambios en la demanda de capital humano o de innovaciones. Por ejemplo, en el modelo de

Lucas cabe plantearse si los individuos acumularían conocimientos sin existir una demanda de los

mismos, y en el caso de los modelos de I+D, cabría preguntarse )qué individuos cargarían con el coste

asociado al aprendizaje necesario para permitir detectar las oportunidades que surgen en los

mercados?

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Pues bien, es en este contexto, en el que entra en juego ese tipo de conocimiento o habilidad específica

que hemos denominado entrepreneurhip, que permite captar las oportunidades de beneficio a partir

del conocimiento de las preferencias de los individuos, y que a través de su acumulación genera la

demanda de un nivel de conocimientos necesarios para operar en una determinada economía.

Dada la escasa penetración que el estudio del tejido empresarial ha tenido en la corriente principal de

la ciencia económica, somos conscientes de que en buena medida, la aceptación de cualquier modelo

de crecimiento con factor empresarial, debe venir precedida de una potente contrastación de sus

hipótesis básicas. En este cometido se comparten los problemas tradicionales a los que se enfrenta

cualquier trabajo relacionado con los aspectos empíricos del crecimiento, pero también nos

enfrentamos a problemas específicos de observación y medición de la dimensión empresarial. Así, la

mayor parte de los trabajos que intentan construir un marco analítico acerca del alcance de la función

empresarial -salvo aquellos de corte schumpeteriano4, centrados en el aspecto innovador de la función

empresarial- suelen omitir, por regla general, un análisis empírico que los apoye, al estar basados en

variables no observables y debido a que el material estadístico disponible para investigar la influencia

del tejido empresarial no es muy adecuada, más aún si tenemos en cuenta que para algunos de estos

indicadores es imposible realizar comparaciones internacionales ante la ausencia de una metodología

común en su obtención. Esta situación es hasta cierto punto lógica, ya que el escaso desarrollo teórico

que ha tenido el factor empresarial, se traduce en una insuficiencia de la demanda de este tipo de datos

estadísticos que se traduce, en última instancia, en una falta de preocupación por articular indicadores

relativos al factor empresarial en las diferentes estadísticas económicas5. Por todo ello, la búsqueda

de indicadores y al análisis de la pertinencia de los mismos, se convierte en condición necesaria para

poder apreciar la importancia de su acción económica. Para llevar a cabo esta tarea, se analizan, en

la próxima sección, un repaso por los intentos de medición del factor empresarial hallados en la

literatura empírica, como paso previo a la discusión acerca de la pertinencia y disponibilidad de

diferentes indicadores que nos puedan permitir capturar de forma precisa los diferentes aspectos de esta

dimensión de la realidad económica. Realizada esta labor, estaremos en disposición de elaborar un

4Constituyen ejemplos de este tipo de trabajos, entre otros, los de Baumol, W. (183,1986,1990),

King y Levine (1993), Romer (1990,1993), Segerstrom (1991), Schmitz (1989).

5La reciente aparición del DIRCE en España, va a cubrir sin duda esta laguna.

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indicador sintético, que nos permita apreciar los diferentes vectores funcionales de la actividad

empresarial, a la vez que indagar acerca de la existencia de ciertas regularidades empíricas de los

indicadores propuestos en su relación con el crecimiento económico, de ciertos hechos estilizados del

crecimiento en relación al tejido empresarial.

3.- La medición del tejido empresarial en la literatura empírica

A priori, y desde un punto de vista teórico, disponemos de dos formas de medición del factor

empresarial. La primera pasa por el uso de un método indirecto, esto es, a través del concepto de

función de producción. Desde esta perspectiva, el tejido empresarial o más concretamente su tasa de

variación, podría medirse sustrayendo a la tasa de variación de la producción las tasas de crecimiento

del resto de factores considerados ponderados por sus participaciones relativas en la renta nacional.

Ahora bien, las desventajas de esta forma de proceder son bien conocidas: dependen del supuesto sobre

el tipo de rendimientos, suponen la existencia de equilibrio en los mercados de factores, y, sobre todo,

el residuo sería más una medida de nuestra ignorancia que el cambio experimentado por el tejido6. Otro

posible método para medir el tejido empresarial pasaría por el uso de indicadores directos que reflejen

de forma precisa las funciones que lleva a cabo el empresario, la capacidad empresarial o su

participación en la actividad económica.

En cualquier caso, y sea cual sea el método de medición elegido, los trabajos previos son escasos y

sesgados por el enfoque teórico que se haya dado al factor empresarial.

6Abramovitz (1956) págs 5-23.

Aunque por regla general los trabajos que analizan el papel del empresario en la actividad económica

suelen adolecer de respaldo empírico, debido a las dificultades de medición de esta variable, podemos

encontrar en la literatura algunos acercamientos parciales a la medición de esta dimensión de la

realidad económica.

El primer y quizá más conocido trabajo en esta género es debido a Mansfield (1962) y en él se indaga

acerca de los factores que determinan las entradas y salidas de empresas de una industria determinada.

Para llevar a cabo esta tarea, Mansfield estimó la siguiente ecuación para cuatro sectores industriales

estadounidenses:

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ln , , ln , lnE Cit it it= + −0 49 115 0 27π

donde la variable Eit denota la entrada neta de una empresa, πit la tasa media de rendimiento y Cit es

la tasa de inversión requerida para establecer una empresa de tamaño mínimo eficiente en el sector

industrial i. En opinión de Hamilton y Harper (1996 ) y dejando a un lado los problemas asociados a

la potencia de los contrastes, es un rasgo común a los trabajos de este tipo el olvido que hacen de la

disponibilidad de empresarios.

Desde una perspectiva diametralmente opuesta, W. Krelle(1988), realiza un interesante ejercicio de

aproximación a la medición del factor empresarial utilizando un análisis de componentes principales.

En el marco de su análisis de las fluctuaciones de la actividad económica a largo plazo, considera que

los ciclos de habilidad empresarial son en última instancia los determinantes de los ciclos de más baja

frecuencia. En su trabajo se considera que la habilidad empresarial o Aentrepreneurship@ es una

variable económica latente y por tanto no observable, que determina la tasa de progreso técnico, la

tasa de ahorro y la tasa de descuento, variables éstas que si podemos observar y medir7. En base a

estos supuestos estima la variable E como una variable económica latente para los países de la OCDE,

a través del método de componentes principales. Denotando por _, la tasa de progreso técnico, s, la

tasa de ahorro y por _, la tasa de descuento, se tiene que τ τ ρ ρ= =( ), ( )E s s E y = (E),

por lo que tras

normalizar _,s y _ se tiene que:

7Si denotamos por E, la habilidad empresarial, la relación con las variables mencionadas es para

Krelle: d

dt E E s s E s E Eτ τ τ ρ ρ ρ= ′ > = ′ > = ′<( ), ( ) ; ( ), ( ) ; ( ), .0 0 0

E a a s a a= + + + > <1 2 3 2 0 0τ ρ η con a y a1 3, , ecuación esta que tras estimar los valores de los

coeficientes le permite reconstruir las series de esa variable económica latente llamada

entrepreneurship. Aunque las hipótesis previas no se pueden contrastar empíricamente, su trabajo

constituye un imaginativo intento de medición del factor empresarial que le permite eludir los

problemas asociados a la medición de esta variable.

Más numerosos han sido los trabajos que han intentado medir el tejido empresarial desde la perspectiva

de la oferta de capacidades empresariales, ya sea desde la perspectiva de la asignación de talento entre

actividades productivas e improductivas (véase Murphy, Shleifer y Vishny (1991)), desde la

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consideración de la importancia del tejido en el proceso de difusión del conocimiento (Barr, (1995)

o Acemoglu y Zilibotti (1999)) o desde el prisma de la acumulación de capital humano empresarial

(Dias, 1996, 1998).

Acemoglu y Zilibotti(1999), proponen que la infraestructura informativa, medida a través de los

costes de la comunicación o de la concentración de las actividades empresariales en ciudades, tiene una

gran importancia en las relaciones principal agente, puesto que cuanto más costoso es el control de

los agentes, menor será el nivel de productividad. Sugieren que proxies tales como el número de

teléfonos, la eficiencia de los servicios postales o la tecnología de la información, pueden resultar

medidas adecuadas para este tipo de infraestructura. Desgraciadamente, el trabajo empírico de

Acemoglu y Zilibotti está aún pendiente. Sin embargo, podemos encontrar un trabajo empírico, en

línea con los indicadores sugeridos por Acemoglu y Zilibotti: Barr8, utilizando una muestra de empresas

de Ghana, analiza las relaciones y contactos entre empresas para determinar el tipo de tejido

empresarial, ya que de acuerdo a su análisis la densidad, tamaño y funcionalidad del tejido, generan

externalidades que determinan la fracción del stock de conocimientos disponibles a los que puede

acceder la empresa. Sin embargo, la notable contribución de Barr deja fuera aquellos conocimientos

adquiridos al margen del propio tejido.

8Barr, A. (1995)

Otros autores han optado por la medición directa del factor empresarial a través de las proxies

cuantitativas presentes en las estadísticas disponibles, fundamentalmente a las que responden a las

diferentes divisiones de los ocupados. En este sentido, se han explorado, aunque con diferentes fines,

las variables empleadores y auto-empleados. Así, Iyigun y Owen (1997) encuentran, para una muestra

de 42 países como la ratio empleadores/empleados se encuentra inversamente relacionada con el PIB.

A partir de esta observación consideran que es posible incluir un hecho estilizado a los ya tradicionales

en el sentido de que los países con un mayor nivel de renta per cápita tienen una ratio

empleadores/empleados más baja. Este mismo hallazgo es corroborado por estos mismos autores en

(1999) utilizando en este caso un cruce entre la base de datos de Summers y Heston (PWT, Mark 5.6)

y los datos de la I.L.O. Por otra parte, y utilizando datos de la Reserva Federal, también observan que

los empleadores tienen una edad media más elevada que empleados y auto-empleados, hecho este que

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interpretan como evidencia de la importancia del learning by doing en la acumulación de capital

humano empresarial.

Un trabajo similar, y referido en este caso a España es el de O`kean y Rodríguez (1996) en el que se

realiza un ejercicio de cointegración entre el crecimiento español y el número de empleadores -junto

a otras categorías de ocupados- con datos procedentes de la Contabilidad Nacional Trimestral de

España y de la Encuesta de Población Activa, para el período comprendido entre el tercer trimestre

de 1976 y el cuarto trimestre de 1994, con resultados bastante alentadores aunque la mayor parte de

las relaciones de cointegración encontradas son débiles9.

9

En este trabajo se obtienen relaciones de cointegración de sentido débil entre PIB y empresarios, y de tipo fuerteentre PIB, formación bruta de capital fijo y empresarios, mientras que se rechaza la relevancia explicativa de losautónomos.

También en esta línea, aunque desde una perspectiva ligeramente distinta, Audrestch et alia (1998)

realizan un análisis empírico sobre la relación entre el nivel de desempleo y los cambios corrientes en

el número de autoempleados. Para llevar a cabo esta tarea, realizan un ejercicio de causalidad a la

Granger entre los cambios en estas dos variables. Combinando los datos de 23 países de la OCDE y

de la UE-15 para el período 1974-1994, obtienen una evidencia débil de que es el cambio en el número

de auto-empleados -que asimilan al factor empresarial- el que genera cambios en la tasa de desempleo

y no al revés. Este fenómeno les lleva a pensar que el apoyo a las políticas de fomento empresarial

generará efectos positivos sobre el empleo de las regiones. Desde nuestro enfoque el interés de este

estudio viene dado por la utilización del número de los auto-empleados como proxy del tejido

empresarial, aunque la debilidad de sus resultados no permite elevar a definitivas sus conclusiones. La

discusión acerca de si los auto-empleados son verdaderos empresarios -efecto Schumpeter- o si bien

su evolución está ligada a las fases recesivas del ciclo económico -efecto refugio- creemos que es aún

una cuestión abierta.

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Junto a los anteriores, coexisten una serie de estudios, prácticamente inductivos, en los que se exploran

ciertos determinantes de la tasa de creación de empresas. Factores tales, como la densidad de

población, el tamaño medio de las empresas, el grado de diversidad de la estructura productiva, las tasas

de desempleo y las dotaciones de capital humano han sido probadas como variables exógenas en este

tipo de estudios10 .

4.- Nuevos indicadores

Aunque la heterogeneidad observada en los indicadores propuestos, es sin duda consecuencia de las

diferentes concepciones acerca del factor empresarial y de su incidencia en la actividad económica,

llegados a este punto, puede ser conveniente realizar una evaluación, aunque sólo sea preliminar,

acerca de la pertinencia de las diferentes proxies utilizadas. A pesar de la variedad de indicadores

propuestos, es una característica común al análisis empírico su carácter parcial y fragmentario: los

indicadores o bien reflejan los efectos de difusión del tejido o su composición cuantitativa. Así, los

trabajos preocupados de la medición del stock de conocimientos empresariales, tan sólo consiguen

medir las externalidades que genera el tejido -por lo que en el mejor de los casos tan sólo captarían de

forma imperfecta parte de los conocimientos que se adquieren a través de la experiencia- sin buscar

indicadores que nos permitan captar la importancia de la educación formal en entrepreneurship. Por

otro lado, los estudios centrados en el análisis de la composición del tejido, además de no considerar

los aspectos relativos a la calidad del mismo, se limitan al análisis de una parte del tejido, al tejido

empresarial individual, sin recoger las actividades empresariales que son llevadas a cabo por parte de

otros agentes que desempeñan la función empresarial. Este problema es de especial importancia, ya

que se omite la actividad empresarial que es llevada a cabo por gerentes y directivos cuya actividad no

tiene porqué estar vinculada a la propiedad del capital, sobre todo si tenemos en cuenta el peso relativo

de las empresas de tipo corporativo en la actividad económica11 .

10

Pueden catalogarse como trabajos de este tipo los de Garofoli (1994), Audretsch y Fritsch (1994), Reynolds (1994)o Segarra y Callejón (1998).

11

Siguiendo a O=Kean (1996), distinguiremos entre, el tejido empresarial en sentido estricto, formado por losempresarios individuales y corporativos, y tejido empresarial en sentido amplio, en el que consultoras, institutosde I+D, agencias de promoción empresarial e incluso gestores públicos estratégicos entran en juego junto aempresarios individuales y corporativos.

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Por todo ello, cabe colegir que la contrastación del papel del tejido empresarial como determinante

del crecimiento, requiere como paso previo la clarificación de qué entendemos por tejido empresarial

y la exploración de proxies o tal vez de un indicador sintético que permita incorporar los aspectos

analizados anteriormente a la vez que recoja aspectos no considerados, tales como la calidad del tejido,

el stock de conocimientos empresariales adquiridos a través de la educación formal en

entrepreneurship, y que permita medir el tejido empresarial.

En base a la teoría económica actual del empresario, la actividad empresarial se configura en base a

cuatro vectores funcionales12 :

i) el empresario es un agente que reduce las ineficiencias siempre existentes en la empresa

(Leibenstein, 1969,1979);

ii) detecta las oportunidades de beneficio que permanentemente existen en los mercados

(Kirzner, 1973, 1979, 1985);

iii) el agente se enfrenta a la incertidumbre de estimar el futuro (Knight, 1929), e

iv) innova (Schumpeter, 1913)

Por ello, si queremos adoptar una visión amplia del tejido empresarial13 y recoger los cuatro vectores

que configuran la actividad empresarial, deberemos buscar diferentes indicadores que nos muestren la

riqueza de matices de su acción económica.

A) La composición del tejido empresarial.

12

O=Kean, J.M. (2000)

13

Entendemos que forma parte del tejido empresarial cualquier agente que desempeñe al menos uno de los vectoresque configuran la acción empresarial, con independencia de la calidad con que desempeñe su tarea, y de lavinculación existente con respecto a la propiedad de la empresa.

Como hemos visto en la literatura previa, se han explorado intensivamente los indicadores

relacionados con el número de empresarios que forman parte de un determinado territorio o sector

económico. La ausencia de estadísticas internacionales específicas acerca del stock de empresas y

empresarios, hacen que las únicas fuentes posibles sean las basadas en los datos procedentes de las

Encuestas sobre Fuerzas de Trabajo. Pero además la falta de homogeneidad de este tipo de encuestas

dificulta la realización de comparaciones internacionales. En el caso europeo, la realización de una

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encuesta homogénea, en el tercer trimestre de cada año facilita las cosas. La Labour Force Survey -

publicación en la que se recogen anualmente los resultados de esta encuesta europea homogénea-

contiene información sobre los ocupados por categorías profesionales. Atendiendo a este criterio, la

encuesta divide a los ocupados en: empleadores e independientes, asalariados y perceptores de ayudas

familiares. Aunque la tipología española es más rica, al separar la categoría de empleadores de la de

autónomos o auto-empleados, sirva el análisis del porcentaje de empleadores sobre la población

ocupada en los países de la Unión Europea, para tener una primera idea

acerca del comportamiento de esta variable en el marco europeo. Utilizando datos del año 1996, el

siguiente gráfico relaciona el PIB per cápita y el porcentaje de los empleadores e independientes

respecto a la población activa en los países pertenecientes a la unión Europea. La relación observada,

corrobora el hallazgo que Iyigun y Owen, obtienen para los Estados Unidos.

Empleadores y Crecimiento en Europa (1996)

EMPLEAD

PIB

PC

AleAus

Bel

Din

Esp

Fin

Fra

Gre

Irl

Ita

Lux

PB

Por

RU

Sue

6000

10000

14000

18000

22000

26000

30000

6 12 18 24 30 36

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Sin embargo, cuando realizamos este mismo ejercicio sectorialmente, los resultados ya no son

coincidentes con los obtenidos por Iyigun y Owen. Así, se pone de manifiesto que en el sector agrícola

se observa un comportamiento netamente diferenciado al del resto de sectores, quizá debido al alto

porcentaje de autónomos en este sector.

Ratio empleadores e independientes/asalariados

por sectores económicos

EU-15 1996

País Empleadores Asalariados Ratio empleadores/asalariados

Agric. Indust. Servic Agric. Indust. Servic. Agric. Indust. Servic.

Alemania 327 775 2330 546 11740 19556 0.60 0.07 0.12

Austria 155 49 188 36 1033 2026 4.31 0.05 0.09

Bélgica 67 99 420 14 939 2156 4.79 0.11 0.19

Dinamarca 41 40 137 51 645 1678 0.80 0.06 0.08

España 566 575 1508 332 2987 5909 1.70 0.19 0.26

Finlandia 108 60 140 31 491 1178 3.48 0.12 0.12

Francia 585 512 1411 297 5299 13666 1.97 0.10 0.10

Grecia 457 231 617 35 609 1456 13.06 0.38 0.42

Irlanda 109 39 111 28 317 687 3.89 0.12 0.16

Italia 671 1087 3203 497 5241 8504 1.35 0.21 0.38

Luxemburgo 2 2 11 1 36 111 2.00 0.06 0.10

Países Bajos 132 93 479 95 1414 4260 1.39 0.07 0.11

Portugal 417 238 533 89 1139 1944 4.69 0.21 0.27

Reino Unido 252 1052 1976 231 6077 16343 1.09 0.17 0.12

Suecia 77 104 282 40 923 2535 1.93 0.11 0.11

Europa-15 3966 4956 13345 2324 38889 82009 1.71 0.13 16,00

Pero a pesar, de las posibles distorsiones que para el caso europeo pueda generar el hecho de que las

estadísticas europeas de fuerzas de trabajo agrupen a los empleadores y a los autónomos en una misma

categoría, el que dispusiésemos del desglose no resolvería el problema en tanto en cuanto, este dato

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tan sólo nos proporcionaría a lo sumo una visión sobre el stock de agentes que compone el tejido

empresarial en sentido estricto, y dentro de éste tan solo el que forma parte de los empresarios

individuales. Si quisiéramos medir el tejido empresarial en sentido estricto, deberíamos tener en cuenta

a los empresarios corporativos. Sorprendentemente, la literatura suele obviar los indicadores

encaminados a la medición de esta parte del tejido empresarial en sentido estricto. Sin embargo, las

Encuestas sobre Fuerzas de Trabajo si proporcionan un indicador que nos permite apreciar aunque tan

sólo sea de manera imperfecta la importancia de esta parte del tejido. Concretamente si atendemos

a la clasificación de los ocupados por profesión, la Encuesta sobre Fuerzas de Trabajo de la Unión

Europea, utiliza la categoría de directivos y cuadros superiores, que nos pueden aproximar a la

medición del stock de agentes que llevan a cabo los diferentes vectores de la función empresarial en

empresas corporativas o no, sin que para llevar a cabo su tarea, tengan que tener una vinculación a

la propiedad de la empresa. En España y hasta hace relativamente poco tiempo14 la única fuente de

datos relativos al stock de empresas y centros de trabajo existentes, procedía de las estadísticas

procedentes de la Seguridad Social -dadas las limitaciones impuestas para la explotación de datos

fiscales-, de la Encuesta Industrial y de la Encuesta de Población Activa.

Por un lado, es posible disponer del número de empleadores a partir de una explotación a nivel

regional de la Encuesta de Población Activa, realizada por el I.N.E. a partir del cruce de los ocupados

por situación profesional15 . El mayor desglose que presenta la E.P.A. española, nos permite eludir

los problemas ya citados, que se derivan de la agrupación de los empleadores y de los autónomos en

las estadísticas europeas.

De igual forma, también nos permite la E.P.A. española, cuantificar en cierta medida el tejido

empresarial corporativo según la clasificación que de los ocupados se realiza atendiendo a su

ocupación. Así, es posible obtener para las comunidades autónomas españolas en el período muestral

14

En España, desde 1996 y a partir del cruce de datos de la Seguridad Social y del Ministerio de Economía yHacienda, el Instituto Nacional de Estadística elabora anualmente el Directorio Central de Empresas, que sin dudaenriquece las fuentes estadísticas a las que acceder para obtener datos relativos a las empresas españolas.Desgraciadamente, su reciente aparición no hace posible, de momento, disponer de series lo suficientemente largas.

15

Según este criterio, los ocupados se clasifican en: empleadores, empresarios sin asalariados o trabajadoresindependientes, miembros de cooperativas, ayudas familiares, asalariados y otros.

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1979-1998, los datos relativos a los directivos de empresas y de la administración pública.

Por otra parte, y pese a las ventajas que presentan las estadísticas españolas, no es posible descender

hasta el nivel provincial, ni realizar cruces entre empleadores y ocupados, ya que los datos inferiores

a 5000, están sujetos a errores de muestreo que desaconsejan su uso. Ahora bien, en el caso español,

es posible acudir a fuentes complementarias para medir los efectivos empresariales de una

determinada región e incluso medir sus tasas de entrada y salida. Así, y aunque tan sólo disponibles

desde 1995, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social proporciona el número de empresas totales

inscritas y el porcentaje de estas que son persona física o jurídica. Otro indicador que proporciona el

citado ministerio es el relativo a centros de trabajo, para el cual el período muestral se amplia desde

1987 hasta nuestros días. Además este indicador tiene la ventaja respecto al anterior de permitir

evitar las posibles distorsiones que la ubicación del domicilio social de la empresa, pueden generar al

sobredimensionar las cifras de las ciudades-regiones de mayor peso administrativo. Por otro lado, y

aunque circunscrita al sector industrial, la Encuesta Industrial nos facilita datos relativos al número

de establecimientos industriales.

B) El stock de conocimientos empresariales

Todas las medidas apuntadas hasta ahora, podrían captar de forma más o menos precisa, la densidad

del tejido, pero en ningún caso proporcionan una idea acerca de la forma con la que desarrolla su

labor. Aunque ya hemos citado algunos ensayos que intentan captar las externalidades que genera el

tejido empresarial en el proceso de difusión de oportunidades de beneficio16 , es desde la perspectiva

del tejido empresarial entendido como un tipo de capital humano específico y susceptible de

acumulación, donde más queda por hacer. La literatura empírica del crecimiento, ha demostrado que

los países de menor productividad son los que tienen un nivel de educación más bajo, medido en

términos de número de años de escolarización, por lo que da la impresión de que los niveles de

educación más elevados llevan aparejados aumentos de la productividad.

16

Este tipo de trabajos suelen utilizar la densidad del tejido, aproximada a través de la relativización del stock deempresas respecto a la dimensión del territorio, como indicador que puede proporcionar alguna idea acerca delproceso de difusión de los conocimientos empresariales.

Ahora bien, si esto es cierto, )por qué no dan los gobiernos de los países de menor productividad la

misma importancia que los ricos a la acumulación de conocimientos?. En jerga económica, )es mayor

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la elasticidad de sustitución intertemporal entre consumo futuro y presente en esos países de baja

productividad? o quizá )los países de baja productividad no invierten tanto en la acumulación de

conocimientos debido a que no tienen una demanda de conocimientos más avanzados en sus

economías? Ahora bien, )qué tipo de demanda debe existir en una economía para favorecer la

acumulación de conocimientos? . En nuestra opinión, debe existir una demanda de un tipo de

conocimiento específico que combina los conocimientos sobre las preferencias de los consumidores

y las percibe como oportunidades de beneficio. De acuerdo con esta visión, las economías orientadas

al mercado crecen más rápidamente, porque el propio mercado actúa como una escuela o laboratorio

de este tipo de conocimientos. Lo mismo ocurre en aquellos países que dan una gran importancia a

la educación formal en entrepreneurship. Según esta visión los emergentes países asiáticos han sido

capaces de formar el stock de conocimiento empresarial necesario para generar altas tasas de

crecimiento. De igual forma encajan en esta visión los trabajos relativos a la asignación del talento

entre actividades productivas e improductivas, en línea con los trabajos de Murphy, Vishny y

Schleifer.

Por tanto, debemos buscar indicadores17 en esta línea, indicadores que sean capaces de reflejar el stock

de conocimientos empresariales de una sociedad y las externalidades que sobre estos conocimientos

genere el propio tejido empresarial. Como bien es sabido, el capital humano puede ser adquirido a

través de la experiencia18 o a través de la educación formal. En el proceso de educación formal, hay

ciertos tipos de enseñanzas que tienen una incidencia directa, en el conocimiento de los mercados de

factores, de productos, en el conocimiento de los procesos y que facilita la capacidad de innovación.

De esta forma los indicadores que tradicionalmente se usan en los estudios centrados en el análisis del

capital humano, no permiten distinguir entre los estudios que favorecen la acumulación de tejido de

17

Dos principios generales han guiado nuestra búsqueda de indicadores que nos permitieran medir la variablecantidad y calidad del tejido empresarial en un área geográfica concreta: la fidelidad del indicador comorepresentación de la dimensión que se pretende medir y la existencia y/o disponibilidad del indicador a nivelregional.

18

Debemos ser conscientes de la especial importancia que el learning by doing tendrá en la adquisición de este tipoespecífico de conocimiento.

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aquellos otros que no19 . Por ello, para medir el capital humano empresarial hemos utilizado las

proxies que tradicionalmente se usan para medir el capital humano adaptándolas a las peculiaridades

de nuestro análisis. Aunque las encuestas de trabajo clasifican a los ocupados por nivel de estudios no

ha de ser esta una medida fiable del capital humano empresarial de una sociedad. En línea con el

trabajo de Murphy, Vishny y Schleifer, hemos optado por discriminar entre los diferentes tipos

enseñanza media y superior para medir la importancia de la educación formal en entrepreneurship.

Así, usando datos procedentes del Ministerio de Educación y Cultura, se utiliza el número de egresados

en ciertas titulaciones como proxy del capital humano empresarial existente en una determinada

sociedad20 .

Por otra parte, quizá fuera posible medir las externalidades del conocimiento a través de la densidad

empresarial, medida a través del stock de empresarios respecto a la dimensión del territorio o incluso

por la orientación externa de la demanda21 .

C) La captación de oportunidades de beneficio

Otro de los rasgos definitorios de la acción empresarial es la captación de oportunidades de beneficio.

En España, el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales facilita datos relativos a las aperturas de

centros de trabajo según obedezca esta a una nueva creación, a una reapertura, a un cambio de

actividad o a un traslado, que pueden resultar una buena proxy para este vector funcional.

D) La innovación.

Para medir el aspecto innovador de la acción empresarial chocamos aquí con los mismos problemas

a los que se enfrentan los investigadores del cambio tecnológico. La utilización del gasto en I+D -

19

En España es posible obtener a partir de la EPA, el número de empleadores o el número de directivos clasificadosde acuerdo a su nivel de formación. Sin embargo, la tipología clásica de niveles educativos no permite apreciar bien,cuál es el tipo de formación recibida: )Posee un mayor capital humano empresarial una sociedad compuesta pordoctores en filología hispánica que una sociedad compuesta por ingenieros técnicos?

20

Las titulaciones seleccionadas por ser su contenido favorecedor de la calidad del tejido son: Arquitectura e ingenieríatécnica, diplomados en empresariales, licenciados en ciencias empresariales, escuelas técnicas de grado superior yturismo y restauración.

21

Parece intuitivamente plausible pensar que las economías orientadas hacia el exterior deben asumir ciertos estándarde calidad que obligan a su tejido empresarial a competir y añadir un mayor valor a sus productos, para lo cual hade ser condición necesaria la posesión del capital humano empresarial que lo garantice.

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input- o del número de patentes -output- como proxies de la innovación no son medidas fidedignas

pues no arrojan luz acerca del proceso innovador en sí. En cualquier caso, puede resultar interesante

la elaboración de algunas ratios para las comunidades autónomas españolas como: el gasto en I+D por

empleador, el gasto en I+D por empresa, el número de patentes por empleador o el número de

patentes por empresa.

5.- Un indicador sintético del tejido empresarial

Se analizan en este apartado los resultados que se obtienen al utilizar diferentes indicadores

alternativos para determinar la influencia del tejido empresarial en la producción agregada. Como se

ha señalado en los apartados anteriores la mayor parte de los estudios empíricos que intentan captar

la influencia del tejido empresarial en el crecimiento económico suelen usar como proxies diferentes

medidas del stock de empresarios de una determinada área geográfica o sector. Más escasos son

aquellos que intentan captar la influencia de la calidad del tejido. Por ello, hemos decidido presentar

en esta sección los resultados de una serie de ejercicios que intentan medir la relación entre la

producción agregada y el tejido empresarial, a partir del uso de diferentes indicadores alternativos,

para las regiones españolas en el período 1987-1994. La limitación temporal del estudio viene

impuesta por la diferente disponibilidad temporal de algunos de los indicadores utilizados. Por otro

lado, indicar que en las diferentes estimaciones, el capital se ha aproximado a través del stock de

capital neto privado en pesetas de 1986, procedente del BBV; para la medición del factor trabajo se

ha utilizado el número de ocupados según la E.P.A., y, por último, los datos de producción regional

proceden de la Contabilidad Regional de España, en pesetas de 1986.

A) La composición del tejido empresarial en sentido estricto y el crecimiento económico

Algunos de los estudios citados, han utilizado el stock de empresarios, medido a través del número de

empleadores como proxy del tejido empresarial. En este sentido, O=kean y Rodríguez, realizan un

ejercicio de cointegración entre el PIB español y diferentes indicadores del tejido empresarial en

sentido estricto. En este apartado repetimos pruebas de este tipo que nos permitan confirmar los

resultados obtenidos en este trabajo a la vez que comprobar el efecto de la utilización de una proxy

del tejido empresarial en sentido estricto que incorpora el tejido corporativo. Frente al análisis

anterior utilizamos aquí datos de las regiones españolas para el período 1980-1994.La oportunidad

del análisis viene dada por tres factores: la contrastación a nivel regional de los resultados de O=kean

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y Rodríguez, para el tejido empresarial individual; la contrastación de una proxy para el tejido

empresarial individual y corporativo, y por último para comprobar el comportamiento anticíclico

de los empleados sin asalariados, que nos hace cuando menos dudar de su consideración como parte

integrante del tejido. Supongamos que el tejido empresarial en sentido estricto, cualquiera que sea la

proxy utilizada, y que denotaremos por E, forma parte, como argumento, de una función de

producción agregada del tipo:

Tomando logaritmos en la expresión anterior, se estima una expresión del tipo:

en la que las variables expresadas en minúscula denotan que se trata del logaritmo de la variable

original, y en la que ei,t es un término de error, con las propiedades estadísticas habituales.

Si utilizamos como proxy de E el número de empleadores, los resultados que se obtienen de la

estimación, se recogen en la siguiente tabla.

TABLA 1aVariable Dependiente: log PIB (ptas. Año 86)

Variable OLS BETWEEN WITHIN EFECTOSALEATORIOS

Constante 5.91896(10.2704)

3.777(1.34423)

8.82044(19.1740)

k 0.9851(16.9442)

1.21633(4.12833)

0.632383(13.3376)

0.689447(17.1457)

l 0.0272(0.58973)

-0.135639(-0.5422)

0.584765(2.69674)

0.19303(4.21172)

en1empleadores

0.14E-03(0.405E-02)

-0.057301(-0.34182)

0.149090(5.32249)

0.133626(4.91338)

NOBS= 255 ;N =17, T=15R2 ajustadoHausman Test

.9764CHISQ(3)=7.3055P value [.0628]

.9823 .9955 .973820

Los resultados obtenidos con diferentes técnicas de estimación se presentan en la tabla 1. Los

resultados de la primera columna (1) corresponden al estimador de mínimos cuadrados ordinarios, en

el que los coeficientes estimados son los mismos para todas las regiones. El modelo de MCO supone

que todas las regiones responden de la misma forma ante cambios en los valores de las variables

Y K E LA t= exp λ α β γ

y A t k e lit it it it it= + + + + +λ α β γ ε

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explicativas y que las características no observables también son las mismas para todas las regiones.

La segunda columna contiene los resultados del estimador entregrupos -between-, que se obtiene al

aplicar mínimos cuadrados ordinarios a las medias temporales de cada región. Este estimador sólo usa

pues la información entre regiones. Las estimaciones de las columnas 3 y 4, en cambio, se

corresponden con el supuesto de que las pendientes son iguales entre regiones, pero permitiendo que

cada región posea una constante propia. Sin embargo, los resultados de las columnas tres y cuatro

difieren en lo referente a los supuestos relativos a los efectos individuales no observables. En el

modelo (3) los efectos individuales son tratados como fijos -modelo de efectos fijos- mientras que en

(4) se consideran aleatorios, esto es, formando parte del término de error aleatorio -modelo de

efectos aleatorios o de componentes del error-. Bajo el supuesto de efectos fijos, el estimador

intragrupos -within- , es el mejor estimador insesgado, mientras que bajo la hipótesis de efectos

aleatorios el estimador insesgado más eficiente es el estimador obtenido a través del método

generalizado de momentos, siempre y cuando los efectos aleatorios específicos estén incorrelados con

las variables explicativas. Sin embargo, si estos efectos están correlacionados con las variables

explicativas, el estimador obtenido por el método generalizado de momentos es inconsistente. Una

forma de detectar la correlación entre los efectos individuales y los regresores es el test de Hausman

(1978)22 , el cual mide la distancia existente entre los estimadores intragrupos y el generado por el

método de momentos generalizado. La diferencia entre estos dos estimadores debe ser pequeña si los

efectos específicos están incorrelados con las variables explicativas, mientras que una gran diferencia

sugiere la existencia de correlación entre errores y regresores y que, por tanto, el estimador MGM es

inconsistente. En el caso que nos ocupa el valor del test de Hausman es de 7.3055, el cual no es

significativo si se compara con el valor crítico de una _2n .

A partir de una batería de diagnósticos, elegimos el modelo de efectos fijos, a partir del cual, y al ser

la especificación formulada doblemente logarítmica, la proxy utilizada presenta una elasticidad

respecto al producto agregado regional de un 14.9%. Sin embargo, cuando utilizamos el número de

empleadores y directivos como proxy de la composición del tejido empresarial en sentido estricto,

la elasticidad de esta proxy, se reduce hasta un 5.22%.

22Esta cuestión es tratada in extenso en Hausman y Taylor (1981) y Arellano, M. (1991).

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Tras este primer ejercicio, procedemos ahora a utilizar el número de empleadores sin trabajadores -

autónomos- como proxy del tejido empresarial individual en sentido estricto. Los resultados en este

caso son desalentadores, puesto que esta proxy presenta un comportamiento anticíclico, que nos lleva

a pensar que esta categoría de los ocupados refleja un efecto refugio de los empleados por cuenta ajena

en períodos de crisis económica, sin que por ello deba ser considerada una buena proxy para analizar

la composición del tejido empresarial.

TABLA 1cVariable Dependiente: log PIB (ptas. Año 86)

Variable OLS BETWEEN WITHIN EFECTOSALEATORIOS

Constante 6.07737(17.0641)

4.37554(2.41126)

7.43507(23.2180)

k 0.922973(21.4822)

1.126(5.1611)

0.753481(17.4857)

0.768116(21.4855)

l 0.256440(5.28893)

0.075438(0.3372)

0.518090(2.23285)

0.358451(5.15277)

eempleadoressin empleados

-0.201451(-8.60847)

-0.211304(-2.48960)

-0.119642(-2.11893)

-0.1479(-3.2156)

NOBS= 255 ;N =17, T=15R2 ajustadoHausman Test

.9817CHISQ(3)=4.9366P value [.1765]

.9879 .9951 .973

B)La capacidad de difusión del tejido.

Pese a los resultados obtenidos, en los que se revela un impacto positivo y significativo de los

indicadores que miden la composición del tejido, sobre todo de la variable empleadores, creemos que

hay que procurar que los indicadores utilizados reflejen otros aspectos que definen el desempeño de

la acción empresarial. Con este objetivo, realizamos ahora un ejercicio en el que se intenta captar la

importancia que el tejido tiene en la difusión del conocimiento empresarial, como medio para

emprender nuevos proyectos relanzando así la actividad económica. Ello, nos ha llevado a buscar a

utilizar como proxy la densidad del tejido, medida a través de la relación existente entre el stock

empresarial E, y la dimensión del territorio. La variable resultante, que denotaremos por d en

términos logarítmicos, es probada con una especificación funcional análoga a la anterior:

y A t k d lit it it it it= + + + + +λ α β γ ε

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La tabla 2, recoge los resultados de este ejercicio:

TABLA 2Variable Dependiente: log PIB (ptas. Año 86)

Variable OLS BETWEEN WITHIN EFECTOSALEATORIOS

Constante 10.6774(16.8301)

8.2799(3.3595)

12.8349(29.0976)

k 0.493914(7.4106)

0.749583(2.8723)

0.254490(5.7404)

0.26775(6.4491)

l 0.468287(7.40017)

0.225265(0.9095)

0.607331(6.4550)

0.677058(15.2913)

d 0.081027(8.20380)

0.083875(2.9519)

0.07452(5.1040)

0.075658(5.8932)

NOBS= 136 ;N =17, T=8R2 ajustadoHausman Test

.9853CHISQ(3)=4.9943P value [.1722]

.9888 .9981 .9839

Los resultados obtenidos son bastante coincidentes con los anteriores, aunque en este caso, la

elasticidad de la proxy del tejido respecto al output se eleva hasta un 8%.

C) El stock de capital humano empresarial

En el mejor de los casos, cualquiera de las proxies anteriores tan solo mide el stock de empresarios,

pero no nos indica nada, acerca de la forma en la que este tejido lleva a cabo su labor. Por ello, y para

captar la capacidad empresarial de cada región, hemos aproximado el capital humano empresarial a

través de un indicador indirecto: el número de egresados en algunos tipos de estudios medios y

superiores cuyos contenidos ayudan al desempeño de la actividad empresarial, ya sea porque

proporcionan conocimientos acerca de los mercados de factores y productos o acerca del proceso

productivo mismo. Aunque pudiera resultar discutible la exclusión o no de ciertas titulaciones en esta

medición, el criterio de demarcación ha sido claro: hemos considerado como titulaciones que

aumentan el capital humano empresarial, la totalidad de las que componen el área de ciencias

experimentales, las técnicas y las relacionadas con la administración de empresas y marketing dentro

de las enmarcadas en ciencias sociales y jurídicas.

Así, hemos probado en la especificación funcional anterior el porcentaje de egresados en estas

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titulaciones seleccionadas respecto al total de egresados en cada región, variable que denotaremos por

He. Los resultados de la estimación, se recogen en la tabla 3.

TABLA 3Variable Dependiente: log PIB (ptas. Año 86)

Variable OLS BETWEEN WITHIN EFECTOSALEATORIOS

Constante 9.03224(12.1324)

3.98760(1.36706)

12.1152(32.2218)

k 0.601346(7.68041)

1.06280(3.64749)

0.309532(8.72472)

0.319387(9.15673)

l 0.122793(3.35401)

0.320124(2.38784)

0.052574(3.21293)

0.054688(3.38243)

he 0.406935(5.45207)

-0.025978(-0.095357)

0.585892(6.64039)

0.643389(14.5619)

NOBS= 136 ;N =17, T=8R2 ajustadoHausman Test

.977062CHISQ(3)=8.6075P value [.035]

.986068 .998286 .974010

D) Un indicador sintético del tejido empresarial

Aunque los resultados parecen más alentadores que en los casos anteriores, creemos que hay que

avanzar

en la búsqueda de algún tipo de indicador sintético que nos permita capturar los diferentes vectores

que constituyen el desempeño de la función empresarial. A pesar del carácter preliminar de este

trabajo, resumimos en el siguiente cuadro algunas de las proxies que podrían servirnos para la

construcción de un indicador de estas características para el caso español.

Aspectos a estudiar y variables utilizadas

Aspecto Variables Proxy Fuente Período

Tejidoempresarialindividual

Número deempleadoresNúmero deautónomos

Encuesta depoblación

activa

1979-99Stockde empresarios

Tejidoempresarialcorporativo

Número dedirectivos

Encuesta depoblación

activa

1979-99

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Aspectos a estudiar y variables utilizadas

Aspecto Variables Proxy Fuente Período

Tejidoempresarial en

sentidoestricto

Centros detrabajo

Ministerio deTrabajo yAsuntosSociales

1987-98

Patentes/CInnovación

Gasto I+D/C

EncuestaIndustrial

N.A.

1986-1994

Difusión Exportaciones/PIB

Densidadempresarial

RentaNacional, BBV

EPA

1993-1995

1979-99

Capitalhumano

empresarial

Egresados enIngenieríastécnicas ysuperiores,estudios

empresarialesy turismo yrestauración

Ministerio deEducación y

Ciencia

1986-1996

Calidad deltejido

Captaciónoportunidadesde beneficio

Apertura deempresas

Ministerio deTrabajo yAsuntosSociales

1987-1998

Producción PIB per cápita PIB per cápita ContabilidadRegional de

España(base 86)

1980-1995

Capital Stock decapital neto

Stock decapital neto

privado

BBV(base 86)

1964-1994

La diferente disponibilidad temporal de las proxies potenciales, nos ha llevado a construir un

indicador sintético, que hemos denotado por I, que se ha estimado como si fuera una variable latente,

a través del método de componentes principales, utilizando las siguientes variables: densidad del tejido

-aspecto de difusión-, stock de empresarios, apertura de centros de trabajo -captación de

oportunidades de beneficio-. Tras reconstruir la serie de este indicador sintético, procedemos a

incluirlo como regresor en la especificación anterior:

La tabla 4, recoge los resultados de este ejercicio:

y A t k h l Iit ite

it it it it= + + + + + +λ α β γ φ ε

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TABLA 4

Variable Dependiente: log PIB (ptas. Año 86)

Variable OLS BETWEEN WITHIN EFECTOSALEATORIOS

Constante 12.5420(15.1795)

9.49968(2.70222)

13.3824(32.1294)

k 0.377677(5.02546)

0.696262(2.31831)

0.218634(15.8560)

0.226513(6.20796)

l 0.449454(6.9543)

0.121018(0.493817)

0.593720(7.20907)

0.672615(16.8849)

He .020297(0.579403)

0.082830(0.0528684)

0.044565(2.94944)

0.045935(3.08045)

I 0.157207(6.68430)

0.18949(2.22826)

0.05508(4.92185)

0.058332(32.1294)

NOBS= 129 ;N =17, T=8R2 ajustadoHausman Test

.9833CHISQ(3)=12.702P value [.0128]

.9902 .9985 .9783

El coeficiente asociado a este indicador sintético es positivo y significativo, al igual que el

correspondiente al capital humano empresarial, por lo que cabe intuir que los débiles resultados

obtenidos a través de los indicadores anteriores, pueden estar debidos a los errores de medida derivados

de la utilización de proxies inadecuadas.

6.- Conclusiones

Aunque el análisis precedente es meramente exploratorio, parece intuirse la necesidad de profundizar

en el análisis de nuevas proxies que permitan evaluar la importancia económica del tejido empresarial

en el crecimiento económico. Las limitaciones impuestas por las estadísticas disponibles no han de

ser un obstáculo insalvable en esta labor. Los indicadores utilizados superan a los tradicionales, al

menos en dos sentidos: en primer lugar permiten la consideración del tejido empresarial en sentido

estricto, y por otro lado, nos permiten apreciar los diferentes vectores que configuran la función

empresarial.

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