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Inmigración y nuevas encrucijadas. Cómo ser profeta en un mundo diverso - Alberto Ares

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Inmigración y nuevas encrucijadas. Cómo ser profeta en un mundo diverso - Alberto Ares.

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  • La totalidad de este libro, tanto el contenido como el diseo estn sometidosbajo licencia que puede consultar a la red a

    Edita CRISTIANISME I JUSTCIA Roger de Llria, 13 - 08010 Barcelona93 317 23 38 - [email protected] www.cristianismeijusticia.net

    Depsito Legal: B 9891-2015 ISSN: 2014-6485Edicin: marzo de 2015

    Revisin del texto: Pilar de la Herran Diseo cubierta: Jordi Pascual MorantDiseo y maquetacin interior: Pilar Rubio Tugas

    http://www.cristianismeijusticia.net/http://es.creativecommons.org/licencia/

  • INMIGRACIN Y NUEVAS ENCRUCIJADAS. CMO SER PROFETA EN UN MUNDO DIVERSO

    SUMARIO

    INTRODUCCIN .......................................................................................................

    1. QU CAMINOS? .............................................................................................1.1. Situacin demogrfica ..........................................................................1.2. Evolucin de las nacionalizaciones ...................................................1.3. Retorno voluntario .................................................................................1.4. El dficit demogrfico ...........................................................................1.5. Fuerte erosin del estado de bienestar ............................................1.6. Desafeccin ciudadana con la clase poltica ...................................1.7. Gestin de fronteras ..............................................................................1.8. Poltica de gestin de flujos migratorios ...........................................

    2. QU ENCRUCIJADAS? ..................................................................................2.1. Diversidad ...............................................................................................2.2. Indiferencia ..............................................................................................2.3. Dignidad ...................................................................................................2.4. Desigualdad .............................................................................................

    3. ALGUNAS FLECHAS AMARILLAS ....................................................................3.1. Comunidades de hospitalidad ............................................................3.2. Unidos en la misin ...............................................................................3.3. Salgamos a la calle ...............................................................................3.4. Vivamos enamorados y enraizados ...................................................

    4. CONCLUSIONES ................................................................................................

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  • Alberto Ares Mateos

    Jesuita especializado en migraciones. Natural de Veguellina de rbigo (Len) hatenido la suerte de dedicar parte de su vida al acompaamiento de comunidadesmigrantes en varias partes del mundo. Ha sido tambin director de Red ncola enValladolid y Pueblos Unidos en Madrid. En la actualidad es el Delegado del Sec-tor Social de los jesuitas en Espaa e investigador asociado al Instituto de Estu-dios sobre Migraciones de la Universidad Pontificia de Comillas de Madrid

    Nuestra vida tiene sentido slo en relacin con los de ms. El serhumano se conoce dndose a conocer, se ve vindose ver, explorasu corazn internndose en los dems. El encuentro con los otroses lo que nos construye como personas. Esta es una de las rique-zas que nos traza la movilidad humana. Qu actitudes profticasse elevan como un grito hoy ante las nuevas encrucijadas y fron-teras que nos plantean las migraciones internacionales?

  • INTRODUCCIN

    A medida que pasan los aos me convenzo ms y ms de que nuestra vida tienesentido slo en relacin con los dems. El ser humano se conoce dndose a co-nocer, se ve vindose ver, explora su corazn internndose en los dems. El en-cuentro con los otros es lo que nos construye como persona. Eso no quiere decirque cada persona no sea importante como individuo, sino que sin la relacin conlos otros nuestra vida no tendra sentido.

    La cultura del encuentro y la cultura de la hospitalidad van de la mano.1 Todos te-nemos conciencia de que nuestra vida cobra sentido desde un primer encuentro(el de nuestros padres) que nos dio la vida y la acogida (ya desde el seno ma-terno). Desde ese primer encuentro y acogida nuestra historia podra entenderseen esta clave: la de la hospitalidad.

    Hijos e hijas de un peregrino que vivimos nuestra vida transitando por sendas re-motas, enfrentndonos a diversas encrucijadas, y siguiendo algunas flechasamarillas que nos mantienen firmes en el camino. Desde estas claves es desdedonde entiendo nuestra profeca hoy en el mundo de las migraciones y en gene-ral de la movilidad humana.

    Cmo ser profeta en nuestro mundo diverso ante las nuevas encrucijadas y fron-teras que nos plantean las migraciones internacionales?

    En estas lneas que ahora comienzas a leer, voy a intentar aportar modestamentealgunas respuestas que nos ayuden a seguir la marcha, juntos.

    En primer lugar, veremos qu caminos son los que en la actualidad transitamoshaciendo una lectura de la realidad demogrfica, social, econmica y poltica, cen-trndonos en las polticas de gestin de fronteras. En segundo lugar plantearcuatro encrucijadas (diversidad, indiferencia, dignidad y desigualdad) que a mimodo de ver proyectan un fuerte cuestionamiento a nuestro mundo actual desdeel punto de vista de las migraciones. Por ltimo, introducir cuatro guas o invita-ciones a vivir de una manera proftica nuestro compromiso en clave migratoria,y en especial desde los ms vulnerables.

    1. Alberto Ares MAteos, Hos-

    pitalidad sin fronteras,

    Pliegos de Yuste: revista

    de cultura y pensamiento

    europeos, n. 9 (2009),

    pp. 19-25.

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    Inmigracin y nuevas encrucijadas

  • 1. QU CAMINOS?

    1.1. Situacin demogrfica

    La poblacin de Espaa es de 46.507.760 habitantes segn datos del INE a 1 deenero de 2014. En el ltimo ao se ha producido una disminucin en 220.130 per-sonas.

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    Inmigracin y nuevas encrucijadas

    Es significativo el descenso de poblacin que se produjo en el grupo de edad de15 y 39 aos, en 477.851 personas (3,1%). Esta situacin responde a la emigra-cin de personas jvenes en edad activa, tanto espaolas, como extranjeras. Encierta manera esa disminucin de poblacin en edad frtil explica de alguna ma-nera la disminucin entre los nios menores de 5 aos, que se redujeron en102.358 (4,2%). Asimismo, se observa un decrecimiento en el grupo de edad de75 a 79 aos causado por la llegada de las generaciones nacidas durante la Gue-rra Civil, que son ms reducidas que las de su entorno en rango de edad.

    Fuente: Instituto Nacional de Estadstica. INE. 2014

    Fuente: Instituto Nacional de Estadstica. INE. 2014

  • El nmero de extranjeros descendi durante el ao 2013 en un 7,8% debido a laadquisicin de nacionalidad espaola y a la emigracin y se sita en 4.676.022.En estos momentos, el porcentaje de personas extranjeras en Espaa es del 10%.En este sentido, es importante caer en la cuenta que las personas extranjerasque han adquirido la nacionalidad espaola ascienden a 1.721.328. De estemodo, si evaluamos cul es el porcentaje de personas de origen extranjero queresiden en Espaa este alcanzara el 13,75% ligeramente por encima a las cifrasalcanzadas en Espaa en el fin de ciclo del boom migratorio.

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    Alberto Ares

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    Inmigracin y nuevas encrucijadas

    Fuente: Instituto Nacional de Estadstica. INE. 2014

    Fuente: Instituto Nacional de Estadstica. INE. 2014

    Fuente: Instituto Nacional de Estadstica. INE. 2014

  • En cuanto a los datos de la inmigracin a Espaa, 257.648 personas fueron ex-tranjeras y 33.393 espaolas. Por su parte, del total de personas que emigraron,547.890, 468.584 eran extranjeras y 79.306 espaolas.

    En el caso de los espaoles, el saldo migratorio negativo fue de 45.913 en 2013.Emigraron 79.306 personas e inmigraron 33.393. Es significativo comprobar quede las 79.306 personas espaolas que emigraron casi el 35% haban nacido enel extranjero, es decir, fueron inmigrantes que haban adquirido la nacionalidad yque comenzaban un nuevo proceso migratorio.

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    Inmigracin y nuevas encrucijadas

    En trminos absolutos, la comunidad ecuatoriana y colombiana es la que ms seresiente en el nmero de residentes, seguidas por la marroqu, la rumana y la bo-liviana, respectivamente.

    Fuente: Instituto Nacional de Estadstica. INE. 2014

    Durante 2013, Espaa registr un saldo migratorio negativo de 256.849 perso-nas. Este saldo, un 80,2% mayor que en 2012, estuvo provocado por un des-censo del 4,3% de la inmigracin y un aumento del 22,7% de la emigracin.

    Fuente: Instituto Nacional de Estadstica. INE. 2014

    Fuente: Instituto Nacional de Estadstica. INE. 2014

  • Por comunidades autnomas, la poblacin solo creci en Illes Balears (0,47%) yCanarias (0,46%). En cuanto al resto que pierde poblacin, La Rioja (-1,20%),Catalua (-0,92%) y Castilla y Len (-0,90%) registraron los mayores descensosrelativos, respectivamente.

    Por nacionalidades, las tres comunidades ms numerosas de llegada de inmi-grantes extranjeros en el 2013 fueron la rumana (23.594), la marroqu (21.338) yla britnica (14.354). De las quince nacionalidades con mayor flujo inmigratorio,cinco de ellas incrementaron su nmero de llegadas a Espaa: Italia, China,Rusia, Francia y Estados Unidos.

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    Inmigracin y nuevas encrucijadas

    En cuanto a la emigracin de ciudadanos espaoles por pas de procedencia,Ecuador, Reino Unido y Francia se colocan en cabeza. Se puede destacar el casode Ecuador, donde ciudadanos no nacidos en Espaa o sus nios menores de 15aos, parece que comienzan un proceso de retorno de ecuatorianos de origentras adquirir la nacionalidad espaola, junto con sus hijos nacidos en Espaa.Una situacin similar se vive con los espaoles nacidos en Colombia y Venezuela.Esta tendencia apunta segn algunos expertos a un proceso de transnacionali-zacin en la migracin. Despus de adquirir la doble nacionalidad se produce unregreso a su pas de origen de forma temporal o se comienza otro nuevo proyectomigratorio: La ciudadana como pasaporte para la movilidad (Prof. Juan Iglesias.IUEM. Asamblea Anual de la Red SJM Espaa. Octubre 2014).

    Fuente: Instituto Nacional de Estadstica. INE. 2014

    Fuente: Instituto Nacional de Estadstica. INE. 2014

  • 1.2. Evolucin de las nacionalizaciones

    La evolucin de la poblacin en Espaa ha sido notable desde comienzos de siglopor la entrada de poblacin inmigrante, pasando de 40 a 47 millones en apenasuna dcada. En los ltimos aos esta tendencia se ha estancado.

    Como observamos en el siguiente cuadro el nmero de extranjeros ha descendidoen el ltimo ao en un 7,8% principalmente debido a la adquisicin de la nacio-nalidad espaola y a la emigracin y se sita en 4.676.022. Como indicbamosanteriormente el porcentaje de personas extranjeras en Espaa se sita en el10%.

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    Inmigracin y nuevas encrucijadas

    Fuente: INE. Padrn contino a 1 de enero. Principales series de poblacin desde 1998

    Como norma general la adquisicin de la nacionalidad espaola exige la resi-dencia de la persona en Espaa durante diez aos de forma legal, continuada einmediatamente anterior a la peticin. Si bien esta es la norma general, se redu-cir en los siguientes casos: (a) Cinco aos: para la concesin de la nacionalidadespaola a aquellas personas que hayan obtenido la condicin de refugiado; (b)Dos aos: para los nacionales de pases iberoamericanos, Andorra, Filipinas, Gui-nea Ecuatorial, Portugal o personas de origen sefard.

    El nmero de nacionalizaciones ha aumentado considerablemente en los ltimosaos debido a que mucha de la poblacin inmigrante que lleg en los primerosaos del siglo xxI ya lleva ms de 10 aos residiendo en territorio espaol. As, laspersonas extranjeras que han adquirido la nacionalidad espaola ascienden enestos momentos a 1.721.328.

    De este modo, el nmero de personas residentes en Espaa de nacionalidad es-paola y nacidas en el mismo pas, asciende a 40 millones, como era la poblacina principios de siglo. Si sumamos las personas espaolas nacidas en el extran-jero ms las extranjeras el nmero es de 6,4 millones. Por lo que el porcentaje depersonas de origen extranjero que residen en Espaa alcanzara el 13,75% lige-ramente por encima de las cifras alcanzadas en Espaa en los momentos demayor nmero de personas extranjeras residentes, al final de la dcada anterior.

    Fuente: Instituto Nacional de Estadstica. INE. 2014

  • 1.3. Retorno voluntario

    Existen tres programas que ofrecen un retorno asistido. El primero en implemen-tarse fue el retorno voluntario de atencin social para personas en situacin devulnerabilidad. A este programa pueden acogerse tanto las personas que estn ensituacin administrativa regular como irregular.

    El segundo fue el pago anticipado y acumulado del paro a trabajadores que re-tornen al pas de origen (APRE). Este programa tiene slo como destinatarios apersonas con una prestacin de desempleo contributiva reconocida y que seannacionales de pases con los que Espaa tenga suscrito convenio bilateral de laSeguridad Social.

    Por ltimo, el retorno productivo se dirige a personas que busquen emprender unproyecto empresarial en su pas de origen. El objetivo de este programa es apo-yar las iniciativas de reintegracin socio-econmica de las personas inmigrantesque encontrndose en Espaa desean volver a su pas de origen para desarro-llar un proyecto de actividad econmica sostenible.

    El acogerse a alguno de estos tres programas acarrea la obligacin de no retornoa Espaa en tres aos y entregar la autorizacin (aquellas personas que estn ensituacin administrativa regular).

    El siguiente cuadro se ha elaborado tomando los datos de la Secretaria Generalde Inmigracin y Emigracin.

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    2. Foro para la Integracin

    social de los Inmigrantes,

    Informe sobre la situacin

    de la integracin de los in-

    migrantes y refugiados en

    espaa, septiembre 2013.

    Inmigracin y nuevas encrucijadas

    Fuente: Instituto Nacional de Estadstica. INE. 2014

    En trminos generales se puede decir que los programas de retorno voluntariohan tenido una importancia relativa en el retorno y han contado con pocos mediospara llevarse a cabo.

    Las personas que ms han optado por estos programas han sido los ecuatoria-nos, seguido por los argentinos, bolivianos y brasileos.2

    Como se ha comentado en otras partes de este trabajo, en esta poca de mayorvulnerabilidad socioeconmica, parece que el acceso a la ciudadana, ha tenidoms repercusin en el retorno o en el comienzo de otro proyecto migratorio. Encierta manera se podra decir, como indicbamos anteriormente, que algunas per-sonas ven la ciudadana como pasaporte para la movilidad.

    1.4. El dficit demogrfico

    Segn la proyeccin de la Poblacin de Espaa 2014-2064 (INE, 28 de octubrede 2014), el porcentaje de poblacin mayor de 65 aos, que actualmente se sitaen el 18,2% pasara a ser el 24,9% en 2029 y del 38,7% en 2064. El nmero dedefunciones superara por primera vez al de nacimientos a partir de 2015. Asi-mismo, este fenmeno se acenta ya que hay menos poblacin en edad frtil (15a 49 aos) debido a la emigracin.

  • Muchos expertos a nivel internacional y dentro de nuestras fronteras nos hablande la necesidad de ms personas inmigrantes en nuestro pas para encarar el d-ficit demogrfico, la inviabilidad del sistema de las pensiones y la falta de profe-sionales tcnicos. Existe adems una necesidad de incentivar a los jvenesespaoles para que no se vean forzados a abandonar nuestro pas.

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    Inmigracin y nuevas encrucijadas

    Fuente: INE. Proyeccin de la poblacin de Espaa 2014-2064. 28 de octubre de 2014

    1.5. Fuerte erosin del estado de bienestar

    Las medidas que se ha ido tomando de forma generalizada para salir de la crisishan ido en su mayora encaminadas a estabilizar el marco econmico, pero ero-sionando progresivamente el modelo de estado de bienestar, con continuos re-cortes que paulatinamente han dado un viraje, desde el modelo de contrato social,al modelo de contrato mercantil.

    Las polticas pblicas han ido perdiendo una pretensin universalista aquellasque ponen a la comunidad y la persona en el centro, y en muchos casos se estnconvirtiendo en un campo de batalla donde distintos colectivos sociales se dis-putan unos recursos que cada da son ms escasos.

    Fuente: Informe FOESSA 2014

  • Unido al enfoque econmico se han ido planteando unas medidas de adelgaza-miento y ajuste en el Estado. Este proceso de reformas est generando serioscuestionamientos, pues cercena muchos de los beneficios sociales que durantedcadas habamos disfrutado como un bien comn. Qu efecto estn tomandoestas medidas?

    a) Reforzamiento del principio contributivo y retroceso del principio de ciu-dadana social.

    b) Reduccin del gasto pblico.

    c) Traslado al Tercer Sector y a la familia de las funciones de apoyo y cui-dados personales y de atencin a los colectivos excluidos.

    Esta ltima situacin es a mi modo de ver alarmante: Cada vez se estn privati-zando ms los servicios pblicos. En el fondo, el argumento que parece estar de-trs es: El problema social tiene que resolverlo la misma comunidad, no elestado.

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    Inmigracin y nuevas encrucijadas

    Fuente: Informe FOESSA 2014

    Gradualmente se est formulando un cambio de discurso donde la garanta de de-rechos ha quedado desplazada por un argumentario de valores neoliberales, cuyabase se asienta en muchos casos en la meritocracia. Un ejemplo muy claro es eltrabajo, el cual ha dejado de ser un espacio de consolidacin de derechos paraconvertirse en un espacio de vulnerabilidad, de prdida de capacidad econmica,personal y social. Si echamos la vista a otros servicios y derechos sociales, comola sanidad, la educacin, la dependencia, las becas y las rentas mnimas de in-sercin, entre otros, muestran unos entornos de acceso cada vez ms restringi-dos y parece que los programas sociales son cada da ms discutidos y puestosen entredicho.

    Segn el informe FOESSA 2014 la poblacin excluida tiene estas caractersticas:

    Sexo: Se reducen las diferencias de sexo.

    Edad: Se multiplican las diferencias generalizndose la vulnerabilidad dentrodel colectivo juvenil.

    Relacin con la actividad: Aumenta el grupo de trabajadores en exclusin.

    Nivel de estudios: La exclusin se intensifica ante la falta de estudios inferio -res a la ESO pero tambin empiezan a mostrar sntomas de debilidad los ni-veles superiores.

    Nacionalidad: retrocede en gran medida la integracin de las personas inmi-grantes.

  • Esta situacin se acenta en colectivos como los migrantes los cuales tienen engeneral acceso a un empleo precario, con alto grado de desempleo, en muchoscasos sin un colchn social (red familiar y comunitaria), y con dificultad otrasveces para acceder a la sanidad o a una educacin de calidad.

    El nuevo modelo social que se est orquestando ha primado el crecimiento eco-nmico y las necesidades de ajuste sobre cualquier otro indicador social llevandoal extremo una lgica de crecimiento sin sociedad (FOESSA 2014).

    1.6. Desafeccin ciudadana con la clase poltica

    No hace falta ms que asomarse un poco a los titulares de los peridicos o a losnoticieros para darse cuenta de que la poltica en general y la clase poltica en par-ticular estn viviendo horas bajas, con una fuerte desafeccin ciudadana.

    Se dice que los polticos son reflejo de la sociedad, o que tenemos los polticosque nos merecemos. En el ltimo informe del CIS de octubre de 2014 publicadoel 5 de noviembre, ante la pregunta sobre la situacin poltica general de Espaacasi el 50% de los encuestados la reportaba como muy mala, el 31% como mala,y el 14,4% como regular, siendo el 2% como buena y el 0,1% como muy buena.Esta situacin debera plantearnos serios interrogantes a nivel personal y social.Todos recordamos acontecimientos que vienen a nuestra memoria como el mo-vimiento del 15M, el auge de Podemos, la Operacin Pnica, etc. Elementosque nos recuerdan ese descontento y descrdito a nivel poltico, el surgimiento dealternativas

    1.7. Gestin de fronteras

    La convivencia y la gestin de la diversidad no siempre se han convertido en untema tan candente como lo es ahora en Europa y en todo el mundo occidental.

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    Inmigracin y nuevas encrucijadas

    Fuente: Informe FOESSA 2014

    http://datos.cis.es/pdf/Es3041mar_A.pdf

  • Las crisis econmicas han sido uno de los ejes que ha guiado la gestin de lamovilidad humana, asociando principalmente los migrantes a mera fuerza de tra-bajo. Lo que ocurre es que la mano de obra son personas con una vida y una his-toria. Es bueno recordar la frase clebre de Max Frisch en 1965: Pedimos manode obra y llegaron personas.

    Ante este modo de entender las relaciones entre estados, la gestin de las fron-teras y el clima de miedo y control a nivel del mundo occidental, la UE y Espaahan externalizado los controles de la frontera con frica, deformando la misma no-cin de frontera. Existe una falta de libertad, de seguridad y de justicia entre lapoblacin migrante que espera cruzar la frontera desde territorio norteafricano, laque est embarcada, o la que vive en la UE sin haber obtenido un estatuto de re-sidente legal3.

    1.7.1. Redadas e identificaciones masivas

    Dentro de nuestras fronteras se siguen realizando redadas policiales de identifi-cacin de personas extranjeras de forma indiscriminada y masiva, y racialmenteorientadas. Esta prctica est ampliamente documentada por diversas entidadesde la sociedad civil.

    Estos controles de identidad en la va pblica suponen un hostigamiento genera-lizado a la poblacin extranjera. Uno de los ltimos elementos de este control eidentificacin policial que ha sido muy criticado por la opinin pblica y las enti-dades sociales es la operacin Mos Maiorum, promovida por el Consejo de laUnin Europea.

    1.7.2. Centros de internamiento

    Otro de los componentes sobre los que se basa la gestin de nuestras fronterasentendido en sentido amplio son los Centros de Internamiento de Extranjeros(CIE). Estos son espacios poco transparentes en los que no se garantizan ade-cuadamente los derechos humanos; as como estigmatizan y criminalizan a la in-migracin, cuando en ellos se interna a personas detenidas por infraccionesadministrativas. Estos centros pienso y no soy el nico que no deberan existiren nuestros pases por las razones expuestas; pero habra que exigir con serie-dad y firmeza que, mientras existan, sean utilizados de un modo excepcional; ga-rantizando en todo caso el ejercicio de los derechos de las personas internas.

    1.7.3. Expulsiones en caliente

    La gente sigue arriesgando sus vidas huyendo de la violencia y del hambre en suspases de origen. El control migratorio no puede ejercerse a cualquier coste, y laproteccin de vidas humanas es un imperativo moral y legal, una lnea roja quenunca deberamos traspasar. La situacin actual en la Frontera Sur hispano-ma-rroqu incumple la legalidad espaola y de Europa a travs de las expulsiones encaliente y del concepto operativo de frontera.4

    1.8. Poltica de gestin de flujos migratorios

    1.8.1. Cierre de fronteras

    La poltica europea de control de las fronteras ha transferido la responsabilidad deproteger a las personas necesitadas exclusivamente sobre los pases fronterizos,pases que muchas veces carecen de los medios o de la intencin de proporcio-

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    3. sJM esPAA, Que no se aho -

    gue la Esperanza (2014).

    Inmigracin y nuevas encrucijadas

    4. Expulsiones en caliente:

    cuando el estado acta al

    margen de la ley (2014),

    y tambin Las devolucio nes

    en caliente de inmigran tes

    violan al menos 12 normas

    nacionales e in ternaciona les

    (Huffington Post. 10 no viem-

    bre de 2014).

    http://www.huffingtonpost.es/2014/11/04/devolucion-en-caliente-de-inmigrantes_n_6089616.htmlhttp://www.huffingtonpost.es/2014/11/04/devolucion-en-caliente-de-inmigrantes_n_6089616.htmlhttp://www.huffingtonpost.es/2014/11/04/devolucion-en-caliente-de-inmigrantes_n_6089616.htmlhttp://www.huffingtonpost.es/2014/11/04/devolucion-en-caliente-de-inmigrantes_n_6089616.htmlhttp://www.migrarconderechos.es/file/326792;jsessionid=955E444C00C361CF121C86FDE708D2EChttp://www.migrarconderechos.es/file/326792;jsessionid=955E444C00C361CF121C86FDE708D2EChttp://www.migrarconderechos.es/file/326792;jsessionid=955E444C00C361CF121C86FDE708D2EChttp://www.sjme.org/sjme/item/770-que-no-se-ahogue-la-esperanzahttp://www.sjme.org/sjme/item/770-que-no-se-ahogue-la-esperanzahttp://www.statewatch.org/news/2014/sep/eu-council-2014-07-10-11671-mos-maioum-jpo.pdf

  • nar dicha proteccin. Casos como los de Ceuta, Melilla y Lampedusa en estosltimos meses son solo una muestra de la incapacidad de gestionar y asegurarque se cumplan los derechos bsicos y la normativa comunitaria.

    Por su parte las alternativas que se plantean desde la poltica Europea de gestinde flujos, intentan exclusivamente atender a las necesidades del mercado labo-ral europeo cada da ms envejecido. Los modelos de mobility partnerships fir-mados con Marruecos, Azerjbaijan, Moldavia, Georgia y Armenia; la tarjeta azulpara trabajadores altamente cualificados por un periodo determinado; y la movi-lidad circular sobre todo en el mundo agrcola de manera estacional, son clarosejemplos de esta tendencia.

    1.8.2. Criminalizacin

    Existe en nuestro quehacer cotidiano una prevencin y miedo hacia el otro, elextranjero. Algunas de las actitudes y comportamientos que generamos van en-caminadas a criminalizar y estigmatizar a las personas inmigrantes ms vulnera-bles.

    Asociamos en muchas ocasiones inmigracin a delincuencia, utilizamos un len-guaje que excluye y que degrada a las personas.5

    1.8.3. Integracin = Asimilacin?

    Existen distintos modelos de gestin de la diversidad y la integracin. Dos mode-los bsicos han sido el asimilacionista y el multicultural. Uno pone el acento enzambullir al que viene de fuera en el mainstream (corriente dominante) para quepronto se incorpore a la sociedad, asimilando el conjunto de valores y normas do-minantes, y dejando atrs su cultura de origen. Por su parte, el modelo multicul-tural hara hincapi en el respeto a la diferencia de la cultura de origen,fomentando una convivencia coordinada. Ambas tendencias se han aplicado amodelos concretos y en ambos casos se plantean bondades y crticas.

    El PECI 2011-2014 mirado con buenos ojos ha ido apuntando hacia un modelo in-tercultural, con el que se intenta primar la riqueza de la diversidad, poniendo unacento en la cohesin social y la participacin ciudadana. Dicho esto, no es menoscierto que los programas de cohesin social y mediacin han desaparecido casitotalmente y sigue existiendo a nivel prctico y en el imaginario colectivo ciertastendencias que ven la cohesin social como un ejercicio que no tiene un elementobidireccional, sino que recae principalmente en el que viene de fuera. Asimismo,se prima casi exclusivamente un conjunto de valores de la corriente dominanteque irremisiblemente tienen que ser adquiridos casi por osmosis por las personasque llegan de fuera, sin posibilidad alguna de negociacin.

    Parece claro que despus de la gran ola migratoria propiciada a comienzos delsiglo xxI por altos niveles de crecimiento en Espaa, y por la paulatina cada trasla crisis mundial a partir de 2008, se abre a partir del 2011 un periodo cuyo creci-miento migratorio comienza a ser negativo (emigracin > inmigracin). Dicho esto,el anlisis demogrfico apunta a que los ms de seis millones de personas deorigen extranjero que viven en Espaa han venido para quedarse y para construiraqu un proyecto de futuro.

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    5. Declogo para crimina li -

    zar inmigrantes, El Pas,

    7 de noviembre de 2014.

    Inmigracin y nuevas encrucijadas

    http://blogs.elpais.com/migrados/2014/11/decalogo-para-criminalizar-inmigrantes.htmlhttp://blogs.elpais.com/migrados/2014/11/decalogo-para-criminalizar-inmigrantes.htmlhttp://extranjeros.empleo.gob.es/es/Programas_Integracion/Plan_estrategico2011/pdf/PECI-2011-2014.pdf

  • 2. QU ENCRUCIJADAS?

    Un peregrino tiene muy claro que necesita estar atento a sus pasos y ms cuandose le presentan las encrucijadas del camino. Esos lugares que dejan al peregrinoen la disyuntiva de tomar partido, de discernir En lenguaje en clave social de lamovilidad humana, esas encrucijadas se conocen como fronteras.6 Hablar de fron-teras hoy es hablar de espacios privilegiados donde Dios se manifiesta con mayorhondura, all donde una persona no puede quedarse indiferente, donde se hacenecesario tomar partido.

    La profeca de nuestro tiempo nos coloca en las fronteras, en estos espaciosdonde se juega el futuro de nuestros pueblos. A mi modo de ver se pueden iden-tificar al menos cuatro: diversidad, indiferencia, dignidad y desigualdad. El acer-camiento que har a cada una de ellas ser a travs de cuestiones abiertas y delos interrogantes que nos plantean.

    2.1. Diversidad

    Cmo gestionemos la diversidad determinar la cohesin social y el desarrollode nuestra civilizacin. La diversidad es y ser uno de los elementos caracters-ticos de nuestras sociedades, no solo de las occidentales.

    15

    6. se habla hoy en da de fronte -

    ras que exceden las geo gr-

    ficas, como son las fronteras

    culturales, religiosas, eco n -

    micas, etc.

    Inmigracin y nuevas encrucijadas

    a) Seguiremos mirando la diversidad como una amenaza o comenzaremosa plantearnos la riqueza de vivir juntos? Nos queda otra alternativa?

    b) Ante la escalada en algunos lugares de los prejuicios y la criminalizacinhacia el diferente, Qu respuesta debemos dar los cristianos? Cmo tratJess a los diferentes? Cmo gestion Jess la diversidad?

    c) Qu tipo de integracin soamos? Qu pasos deberamos dar para irganando en mayores niveles de cohesin social?7

    d) Vivir en comn es una apuesta exigente para todas las partes. Estamosconvencidos de que necesitamos invertir tiempo, energas, paciencia y tam-bin dinero?

    e) En nuestros mbitos pastorales, nos hemos tomado en serio la diversidad?

    7. Hablando de algunos ele-

    mentos en clave de buenas

    prcticas de integracin y

    cohesin social: Alberto Ares

    MAteos, Iglesia como espa-

    cio trasnacional. La re li gio -

    sidad popular que viaja de

    ecuador a espaa: la de vo-

    cin a la Virgen del Qui che,

    Revista Migracio nes n. 29

    (2011), Madrid, pp. 175-192.

  • 2.2. Indiferencia

    Una de las expresiones acuadas por el propio Papa tiene que ver con algunastendencias que dificultan el encuentro con los pobres y marginados de nuestra so-ciedad: Se ha desarrollado una globalizacin de la indiferencia y una cultura delbienestar que nos anestesia. Somos una sociedad que ha olvidado la expe-riencia de llorar, del sufrir con: es la globalizacin de la indiferencia! [] Noshemos acostumbrado al sufrimiento del otro, no tenemos nada que ver, no nos in-teresa, no es mi problema! [] La globalizacin de la indiferencia nos vuelve a todosinnombrables, responsables sin nombre y sin rostro (Evangelii Gaudium).

    a) La globalizacin de la indiferencia: Seguiremos mirando y avivando unsensacionalismo transmitido por noticias aisladas e inconexas o tomaremospartido por las causas que intentan ir a la raz de los problemas?

    b) Qu hay muchas veces detrs de la indiferencia: conformismo, miedo ala prdida de estatus, dificultad para compadecernos de los dems?

    c) El trato al diferente, a la mujer y a la infancia en muchas partes del mundo,cmo deja nuestro corazn?8

    2.3. Dignidad

    Uno de los elementos sobre los que debemos caer en la cuenta es la prdida dederechos humanos que se estn viviendo en algunas encrucijadas del mundo, enmuchas de las fronteras.

    a) Cmo podemos legitimar la prdida de Derechos Humanos en aras aun mayor control de fronteras o a la proteccin de nuestro estilo de vida?

    b) Como hermanos y hermanas que somos, compartimos la misma humani-dad en plano de igualdad: la dignidad de los hijos e hijas de Dios. Cmo po-demos seguir permitiendo los tratos vejatorios, las expulsiones en caliente?

    c) Hay algunas realidades en frontera que dejan an ms desprotegidas aalgunas personas y que las denigra hasta lmites que desconocemos.Quin se aprovecha de la trata de personas con fines de explotacin se-xual? Quines son sus clientes?

    d) Cmo se puede calificar a una sociedad que denigra, que no auxilia a laspersonas inmigrantes? Una sociedad enferma.9

    2.4. Desigualdad

    Los recientes informes FOESSA, de OxFAM, EAPN Espaa y Cruz Roja ponende relieve que las tendencias de las rentas y la riqueza reflejan un diagnsticoclaro: la distancia entre ricos y pobres es ms amplia que nunca y sigue aumen-tando, mientras que el poder est, cada vez ms, en manos de las lites (OxFAM2014: 8). Adicionalmente se ha producido un rpido incremento de la desigualdadeconmica extrema, lo que supone un duro golpe en la lucha contra la pobreza.

    a) La desigualdad extrema perjudica a la mayora. Algunas economistas delFMI han analizado como la desigualdad econmica ha contribuido a provo-car la crisis financiera mundial: Seguiremos pensando en la prctica que elcrecimiento econmico es la nica medida de bienestar social? Quin de-bera estar en el centro de nuestra sociedad, la persona o el dinero?

    b) Hay estudios que demuestran que a mayor desigualdad econmica,mayor es la desigualdad entre hombres y mujeres, no slo a nivel educa-tivo, sino salarial La sanidad y la educacin son armas poderosas para la

    16

    Alberto Ares

    CJ

    8. Fronteras a cualquier pre -

    cio?, Comunicado de la

    Co mi sin episcopal de Mi-

    gra ciones, CoNFer, sJM y

    Caritas (octubre de 2014).

    Basndonos en la narra ti va

    de la Biblia una narrativa de

    migracin, in vitamos a to -

    dos los agentes de Iglesia,

    comunidades cristia nas y

    so ciedad en general a man-

    tener una actitud personal y

    colectiva de aco gi da y hos-

    pitalidad, junto a la mxi -

    ma alerta y denuncia de

    estos hechos, que no son

    nuevos, y ante los cuales

    no po de mos mantenernos

    indi feren tes.

    Inmigracin y nuevas encrucijadas

    9. Monseor Agrelo, obispo de

    tanger. Foro Cristianis mo y

    sociedad. Noviembre de

    2014. esta sociedad que

    no atiende, que no auxilia

    a los inmigrantes, es una

    sociedad enferma. Necesi-

    tamos de los inmigrantes

    para que nos salven, para

    que nos curen.

    https://www.youtube.com/watch?v=n3xDFjMAewghttps://www.youtube.com/watch?v=n3xDFjMAewghttps://www.youtube.com/watch?v=n3xDFjMAewghttp://www.sobrevulnerables.es/sobrevulnerables/ficheros/boletines/boletinn9.pdfhttp://www.eapn.es/ARCHIVO/documentos/dossier_pobreza.pdfhttps://www.oxfam.org/es/informes/iguales-acabemos-con-la-desigualdad-extremahttp://www.foessa2014.es/informe/

  • lucha contra la desigualdad. Y no slo estamos pensando en pases en vasde desarrollo. Estamos dispuestos a cuidar y defender una sanidad y edu-cacin de calidad para todos y todas? Estamos dispuestos a poner algntipo de lmite a las desorbitadas diferencias salariales y a las prcticas fis-cales que aplastan a la mayora y dejan impunes a los que ms tienen?

    c) Como miembros del cuerpo de Cristo y coherederos, la desigualdad ex-trema nos plantea serios interrogantes: Puedo vivir tranquilo cuando mi her-mano una parte de mi cuerpo se muere de hambre?

    17

    Alberto Ares

    CJ

    Inmigracin y nuevas encrucijadas

  • 3. ALGUNAS FLECHAS AMARILLAS

    Las flechas amarillas son smbolos importantes para los peregrinos en su caminoa Santiago de Compostela. Las flechas muestran el camino, guan los pasos encada encrucijada y cobran un sentido mstico para los peregrinos. Existen a mimodo de ver cuatro flechas amarillas desde la perspectiva de la movilidad hu-mana que considero pueden guiar nuestros pasos y ayudarnos a ser profetas msautnticos.

    3.1. Comunidades de hospitalidad (CoHo)

    La hospitalidad es un elemento central para los peregrinos, para los que viven encamino. En cierta manera, me atrevera a decir que hoy nos jugamos mucho comosociedad e iglesia, en nuestras presencias con las personas ms arrinconadas denuestro mundo. Compartir techo, vida y proyecto es a mi modo de ver hoy unfuerte signo proftico. En esta perspectiva pienso que es muy importante quenuestras comunidades integren la dimensin de hospitalidad.

    Las comunidades de hospitalidad recogen el legado y la rica tradicin de distintosmodos de entender la cercana vital a los ms vulnerables de nuestra sociedad.A lo largo de los aos se han ido acuando distintas acepciones comunitarias queponan el acento en una dimensin o perspectiva de nuestra vida en comn. Deeste modo, reconocemos como propias la experiencia de las comunidades de in-ser cin, las comunidades de inclusin o las comunidades de solidaridad, entre otras.

    3.1.1. Qu elementos definen una comunidad de hospitalidad10?

    La vida en comn no es fcilmente encapsulable en una definicin cerrada ymuy definida, pero al menos podra caracterizarse por varios de estos elementos:

    a) Compartir vida desde una proximidad a los ms vulnerables y excluidos.En el Evangelio encontramos a Jess y sus discpulos compartiendo la mesacon personas excluidas y pobres, cultivando una cultura del encuentro. Vivira su lado es uno de los principales signos de la Buena Noticia, especial-mente en una poca como la actual en la que el individualismo erosiona lasrelaciones mutuas y la exclusin social priva a numerosas personas del re-conocimiento y la amistad de los dems, as como de su dignidad humana.

    b) Estilo de vida comunitaria acogedor e inclusivo. Dice un dicho castellanoque el roce hace el cario. Vivir de cerca, acogiendo realidades complejasy difciles nos ayuda a mirarlas con mayor comprensin, cario y solidaridad.Siempre que miramos con los ojos del corazn, sin prejuicios, somos capacesde enriquecernos, de aprender de la diversidad. Vemos en esta diversidaduna oportunidad para crecer juntos. La situacin de muchos jvenes y fami-lias migrantes en mayor vulnerabilidad, la de otras personas que viven en losmrgenes, representan para nosotros una fuerte llamada a la hospitalidad.

    c) Un camino abierto, desde la escucha mutua y el aprendizaje compartido.Para comenzar este proceso, como peregrino no hace falta ser un sper-cristiano si es que este existe, ni se necesita ser un experto acadmicoen hospitalidad o inclusin social. Cualquier persona podra estar cualificadapara compartir vida, aunque por supuesto sera bueno cultivar ciertas sen-sibilidades, flexibilidad y apertura hacia el otro.

    d) La reconciliacin, sanacin, integracin y discernimiento son elementosmuy importantes en estas comunidades11. Junto al alojamiento, que es un

    18

    10. existen comunidades de

    hospitalidad en diversos

    contextos. Por poner al-

    gunos ejemplos, dentro de

    la Familia Ignaciana en es-

    paa existen un buen

    nmero de comunidades

    de hospitalidad repartidas

    por la geografa espaola.

    Asimismo, es conocido el

    programa Welcome desa -

    rro llado por el sJr europa

    en Francia.

    Inmigracin y nuevas encrucijadas

    11. Alberto Ares MAteos. re -

    laciones justas y reconci -

    liacin, Promotio Iustitiae,

    2009/3.

    http://www.jrsfrance.org/le-projet-welcome-de-jrs-france/http://www.socialjesuitas.es/documentos/send/9-comunidades-de-hospitalidad/4-comunidades-de-hospitalidadhttp://www.socialjesuitas.es/documentos/send/9-comunidades-de-hospitalidad/4-comunidades-de-hospitalidad

  • elemento fundamental, se hace necesario trazar un itinerario personal y unproyecto comunitario donde tengan cabida el discernimiento y diversos fac-tores que tienen que ver con la recuperacin de toda la persona, con vistasa la integracin social.

    e) Ser testigos de esperanza. La vida en comn nadie ha dicho que sea algofcil. A poco que se haya vivido en comunidad se reconoce la necesidad deaceptar las diferencias y de crecer en conocimiento mutuo. Todos llevamosen nuestro interior un lobo y un cordero que necesita convivir con losdems. La vida en comunidad nos construye como personas cuando pone-mos ms el acento en el agradecimiento que en la exigencia, en la acepta-cin y la acogida que en la recriminacin, en la realidad vital que enensueos idlicos. Las comunidades de hospitalidad anticipan de alguna ma-nera el Reino cuando invitan a sentarse juntos en la misma mesa, a com-partir vida desde lo que nos une y tambin desde las diferencias toda unainvitacin a ser testigos de esperanza.

    La hospitalidad renueva nuestras comunidades, ayudndonos a crecer en com-promiso y generosidad. La comunidad eclesial, se beneficia de estos estilos de vidacomunitarios porque adems de crecer en credibilidad se propicia una mayor efi-cacia en nuestra vida apostlica. Deca San Ignacio que la amistad con los pobresnos hace amigos de Dios. El mismo Papa Francisco nos recuerda cmo la vulne-rabilidad, la pobreza, son lugares privilegiados de encuentro con Dios: Los pobresson tambin maestros privilegiados de nuestro conocimiento de Dios; su fragilidady sencillez ponen al descubierto nuestros egosmos, nuestras falsas certezas, nues-tras pretensiones de autosuficiencia y nos guan a la experiencia de la cercana yde la ternura de Dios, para recibir en nuestra vida su amor, la misericordia del Padreque, con discrecin y paciente confianza, cuida de nosotros, de todos nosotros.

    En definitiva, las comunidades de hospitalidad abren nuevos caminos de revitali-za cin de la vida en comn como un signo del anuncio del Evangelio y se pre-sentan como una invitacin y una bocanada de aire fresco dentro de la sociedady de la Iglesia.

    3.1.2. Barrios: segundas generaciones

    Merecen una mencin especial las comunidades de nuestros barrios pues desa -rrollan un plus adicional de hospitalidad. Son los espacios de nuestras ciudadesdonde suele concentrarse un mayor nivel de pobreza, alto grado de diversidadcultural, dficit de servicios pblicos, junto con una mayor precariedad en los vn-culos familiares y personales de sus habitantes. En estos barrios se invisibiliza unbuen porcentaje de los nuevos ciudadanos, personas inmigrantes que han ob-tenido la nacionalidad y sus hijos (lo que los expertos han llamado segundas ge-neraciones). Espaoles de pleno derecho, pero que viven una realidad vital,econmica y social muy influenciada por el contexto geogrfico y socioeconmicode precariedad, planteando serios interrogantes a nuestro modelo de convivenciae imaginario de cohesin social.12

    Algunos expertos han puesto el acento en la diversidad cultural para explicar elmayor ndice de conflictividad en los barrios. A mi modo de ver, el problema no re-side en la diversidad en s, sino en la diversidad vivida en condiciones de desi gual-dad, de exclusin, con ausencia de polticas pblicas13 que apuesten por unaverdadera integracin o cohesin social14.

    3.2. Unidos en la misin

    3.2.1. Una misin compartida: Juntos somos ms15

    En el mismsimo corazn de la misin omos a un Cristo que, para transformareste mundo, convoca a muchos actores. La misin tiene en s, muy dentro, en su

    19

    Alberto Ares

    CJ

    Inmigracin y nuevas encrucijadas

    12. Carmen GoNzLez eNr Quez,

    Prioridades estratgicas de

    la accin exterior espaola

    en relacin con las migra-

    ciones, real Instituto el-

    cano, Julio de 2014.

    13. es notorio el alto grado de

    diversidad que en general

    se percibe en las aulas de

    los centros educativos de la

    periferia de las ciudades.

    14. sergio Barciela de Caritas

    espaola apoya esta tesis

    en un estudio que est rea -

    lizando sobre barrios vul-

    nerables con alto grado de

    diversidad sociocultural.

    15. Con este ttulo se celebra ba

    en marzo del 2014 el I en-

    cuentro de Laicos vincula-

    dos a familias religiosas.

  • corazn, la necesidad de desplegarse en colaboracin. No es necesidad de se-gundo orden. Es necesidad vital. En colaboracin, la misin no slo es ms pro-ductiva, sencillamente es ms misin. Y se verifica aquella ecuacin extraa quehace del mundo ms sorprendente: 2 + 2 = 5 (y no 4!). En el contexto de un mundonecesitado de Dios, una conciencia mayor y nueva de la misin nos abocar acomprendernos y descubrirnos en una mayor y nueva colaboracin intraeclesial.Y eso es ms de lo que hacamos... y de lo que ramos. (Francisco J. Ruiz, sj)16

    Los desafos que nos plantea nuestro mundo actual, la complejidad e interco-nectividad global necesitan hoy ms que nunca de respuestas creativas y trans-formadoras.

    Cuando hablo de misin compartida no me estoy refiriendo a perdernos en la ho-mogeneizacin o univocidad, sino en un espacio de diversidad y complementa-riedad donde podamos avanzar y dar pasos en procesos prcticos, de reflexin,de incidencia pblica y de transformacin social.

    Caminar juntos, compartir una visin, un horizonte es fundamental. Mirar la reali-dad, los escenarios desde una misma ptica aunque con miradas diversas nosayuda a abrir nuestras mentes, dinamizar nuestras energas y ser testigos prof-ticos. A mi modo de ver, si no se comparte una visin, es ms complicado que secomparta la misin.

    Esto es muy importante en nuestro mundo y en nuestra iglesia actual. A veces sehabla de falta de nmeros, de cambio de ciclo Nada de esto a mi modo de veres determinante ni esencial. Seremos crebles y transformadores si somos capa-ces de hacer carne la esperanza de Jess con todas las tonalidades, aromas yvoces posibles desde dentro y fuera de la Iglesia, aportando algo cada cual desdesu carisma o sensibilidad.17

    3.2.2. Trabajo en red (networking): El nivel meso18

    En un mundo tan interconectado y global estamos llamados a unirnos en la misindesde cada rincn y frontera de nuestro mundo. Todos conocemos por propia ex-periencia que los procesos sociales, los de movilidad humana y en especial los deexclusin trascienden el mbito individual. El nivel micro, y en ocasiones, la mi-rada macro deja tambin un espacio que hoy en muchos mbitos se conoce comoel nivel meso o intermedio (barrio, trabajo en las fronteras).

    Es muchas veces a nivel meso donde nos jugamos el xito o fracaso de nuestramisin. Compartir misin y gestionar la diversidad a ese nivel meso est en labase del trabajo en red. Formar parte de una red nos ayuda a crecer, a ganar ensignificatividad e impacto social, a caminar juntos sin dejar de ser quienes somos.

    Existen muchas redes y buenas prcticas en este mbito de la movilidad humana.Me gustara destacar el trabajo en red en clave de incidencia de Frontera Sur porparte del SJM Espaa19, Caritas, Confer, la Delegacin diocesana de Migraciones,y diferentes instituciones sociales como el papel de Red ncola dentro del mbitoespaol; de CONFER Migraciones, de la Red Interlavapies en Madrid. Son sloun botn de muestra del fuerte trabajo que se realiza en el mbito de la movilidadhumana a nivel meso.

    3.2.3. Retos mayores - Compromisos ms fuertes - Respuestasresistentes y transformadoras

    Retos mayores implican compromisos ms fuertes y respuestas resistentes ytransformadoras.

    Uno de los elementos que nos plantea nuestra sociedad actual es la de ponernosfrente a retos que cobran dimensiones globales: desigualdad, pobreza, indiferen-cia, Esta situacin nos invita e implica en compromisos ms fuertes, junto arespuestas cada da ms resistentes y transformadoras.

    20

    Alberto Ares

    CJ

    16. Francisco. J. ruIz, sJ, Misin

    com partida, XIX Asamblea

    Ge ne ral de CoNFer (15 de

    noviembre de 2012).

    17. Viene a mi mente la Asam-

    blea de Jerusaln recogida

    en los Hechos de los Aps-

    toles. Qu se reforz en

    ese encuentro? No fue la

    unidad desde la diversi-

    dad? No fue la riqueza de

    una visin comn que inte-

    gra la riqueza de lo dife -

    rente por el anuncio de la

    Buena Noticia?

    18. el concepto de competiti vi-

    dad sistmica, propio del

    mundo de la economa, se

    caracteriza por acoger a

    cuatro niveles analticos in-

    terconectados entre s: ni vel

    meta, macro, meso y mi -

    cro. el nivel meso es el que

    se encarga de promover la

    capacidad de interaccin

    de los agentes en el inte-

    rior de una red o conglo -

    merado. toma ese espacio

    intermedio que abre el mi -

    cro y el macro, tutelado

    des de las estructuras (es-

    cala de valores,) creadas

    a nivel meta.

    19. un ejemplo de este trabajo

    en red: Fronteras a cual -

    quier precio?, 21 de octu bre

    de 2014.

    Inmigracin y nuevas encrucijadas

    http://www.sjme.org/sjme-en-los-medios/ifronteras-a-cualquier-preciohttp://www.sjme.org/sjme-en-los-medios/ifronteras-a-cualquier-preciohttp://www.jesuitas.es/adjuntos/article/510/20121115%20Misi%C3%B3nCompartida.pdfhttp://www.jesuitas.es/adjuntos/article/510/20121115%20Misi%C3%B3nCompartida.pdf

  • Estos elementos nos tienen que animar a caminar juntos en la misin, a trabajaren red, a convencernos de que juntos somos ms.

    3.3. Salgamos a la calle

    3.3.1. Nuestro hogar es el mundo

    Sentirse en casa es ser capaz de encontrar sentido a mi vida y a lo que ocurre ami alrededor de un modo permanente, ms all de lo que pueda ocurrir en un mo-mento puntual. Sentirse profundamente en casa en este mundo es habitarlo desdeuna fe valiosa, que merece la pena.20

    La idea de la peregrinacin evoca cierta aventura, valenta, audacia, relaciones,alianza y promesa. En nuestras sociedades donde la migracin humana va siendocada vez ms comn en todos los rincones del mundo, la peregrinacin comometfora tiene una significacin especial.

    Parece una paradoja, pero con la creciente globalizacin aparece tambin undeseo de preservar las tradiciones regionales, la propia identidad. As, me pareceque el proceso de crecimiento como seres humanos se entiende mejor a partir dedos tendencias: una de diferenciacin, autonoma y agencia, y otra de relacin,pertenencia y comunin21. Integrar estas tendencias en la metfora de la pere-grinacin enriquece nuestra comprensin del desarrollo humano.

    La prctica de la peregrinacin es al mismo tiempo un ir hacia adelante (un viaje)y un retorno al hogar. Si entendemos el desarrollo humano no simplemente comopartidas y llegadas sino tambin como el viaje mismo y como una serie de trans-formaciones en el significado de hogar, entonces nos ayudaremos a sentirnosms en casa en el mundo.

    Reconocer este doble proceso nos convierte a todos los seres humanos en pe-regrinos, en migrantes de este mundo. Nos descubre una de las grandes verda-des de la humanidad: Somos hijos de un Peregrino, cuyo hogar es el mundo22.

    3.3.2. Una Iglesia en salida, con las puertas abiertas

    Si nuestro hogar es el mundo, se acab el ver pasar la vida desde la ventana delsaln o a travs de las vidrieras de la capilla. En un mundo con tanta necesidadde acogida estamos llamados a salir a la calle, a ras de tierra, all donde est lagente, ni en la torre de marfil, ni en un bunker bajo tierra. A ras del suelo, en planode igualdad, donde nos podemos tocar y mancharnos con la realidad, donde sere y se llora, donde se comparte la vida.

    El Papa Francisco describe en diversas ocasiones a la Iglesia como madre y pas-tora, como Iglesia en salida, hospital de campaa, siempre con las puertas y elcorazn abiertos: Veo con claridad que lo que la Iglesia necesita con mayor ur-gencia hoy es una capacidad de curar heridas y dar calor a los corazones de losfieles, cercana, proximidad. Veo a la Iglesia como un hospital de campaa trasuna batalla. Asimismo, la Iglesia tiene que ser el lugar de la misericordia gra-tuita, donde todo el mundo pueda sentirse acogido, amado, perdonado y alen-tado a vivir segn la vida buena del Evangelio. l mismo ha reiterado que prefiereuna Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que unaIglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguri-dades (Evangelii Gaudium).

    En el Discurso Final del Snodo de la Familia el Papa Francisco vuelve a expre-sar vivamente esta imagen de Iglesia con las puertas abiertas, en especial a losms desvalidos: Esta es la Iglesia, la via del Seor, la Madre frtil y la Maestrasolcita, que no tiene miedo de remangarse los brazos para derramar el leo y elvino sobre las heridas de los hombres (Cf. Lc 10,25-37); que no mira a la huma-

    21

    Alberto Ares

    CJ

    20. sharon D. PArks, Big Ques-

    tions, Wor thy Dreams: Men-

    toring Young Adults in Their

    Search for Meaning, Pur-

    pose, and Faith, san Fran-

    cisco, Jossey-Bass, 2000,

    p. 34.

    21. PArks, Big Questions..., p.

    49.

    22. Alberto Ares MAteos,'Yel-

    low Arrows': the Mentoring

    experience of the two stan-

    dards, The Way, n. 48.3

    (2009), pp. 7789.

    Inmigracin y nuevas encrucijadas

  • nidad desde un castillo de vidrio para juzgar y clasificar a las personas. Esta esla Iglesia Una, Santa, Catlica y compuesta de pecadores, necesitados de Su mi-sericordia. Esta es la Iglesia, la verdadera esposa de Cristo, que busca ser fiel asu Esposo y su doctrina. Es la Iglesia que no tiene miedo de comer y beber conlas prostitutas y los publicanos (Cf. Lc 15). La Iglesia que tiene las puertas abier-tas para recibir a los necesitados, los arrepentidos y no slo a los justos o aque-llos que creen ser perfectos! La Iglesia que no se avergenza del hermano cadoy no finge no verlo, sino al contrario, se siente comprometida y obligada a levan-tarlo y animarlo para retomar el camino y lo acompaa hacia el encuentro defini-tivo con su Esposo, en la Jerusaln celeste.

    3.3.3. Comunicar la buena noticia: con pasin, discernimiento, creatividad y audacia

    El mundo depende de nuestros sueos, y a veces para cumplirlos no importa laedad que tengas. Es necesario volver a empezar, volver a nacer. Soar siempreser la asignatura ms importante. Si queremos que pase algo tenemos que so-arlo. Si queremos que pasen cosas nuevas, soemos cosas nuevas.23

    Cuando una persona transmite algo importante en su vida, en gran medida sesiente movida por una gran pasin que le anima a comunicrselo a los dems.Nadie se embarca en algo que ni vive, ni le moviliza por dentro. Somos hijos deuna pasin.

    En un mundo donde no valen las recetas fciles; en un universo complejo y dondetenemos que tomar decisiones en contextos diversos, necesitamos algunos ins-trumentos que nos ayuden. La indiferencia24 y el discernimiento sin duda son unasherramientas bsicas para este cometido.

    Cuando salimos a la calle y comunicamos una pasin, seguramente necesitare-mos dar con un lenguaje adecuado para alcanzar nuestro objetivo. Este procesopasa por la creatividad y la audacia, por una sociedad e iglesia que no se aco-moda en sus seguridades, sino que sabe salir de sus espacios de confort, paraencontrarse con los dems en terreno abierto. En diversas ocasiones, el PapaFrancisco manifiesta cmo, Jesucristo tambin puede romper los esquemas abu-rridos en los cuales pretendemos encerrarlo y nos sorprende con su constantecreatividad divina. Cada vez que intentamos volver a la fuente y recuperar la fres-cura original del Evangelio, brotan nuevos caminos, mtodos creativos, otras for-mas de expresin, signos ms elocuentes, palabras cargadas de renovadosignificado para el mundo actual.

    3.3.4. Incidencia pblica que busca la transformacin social cimentada en la cercana con los excluidos y desde el anlisis social

    La advocacy centrada en la ciudadana es un proceso poltico que incluye la co-ordinacin de los esfuerzos de las personas para cambiar polticas, ideas y valo-res que perpetan la desigualdad, los prejuicios y la exclusin. Refuerza lacapacidad de las personas para tomar decisiones y crea instituciones que ejercenel poder de manera ms responsable y equitativa. (Lisa Veneklasen y Valerie Mi-ller)25

    Edward Arroyo, una persona que se dedica a hacer lobby en Estados Unidos re-coge en su libro The Ethics of Lobbying (2002): No hay duda de que as fun-ciona el sistema... los que tienen dinero tienden a ser mucho ms eficaces que losque no lo tienen a la hora de defender muchas cuestiones... Quisiera que tambinla gente pobre pudiera permitirse contratar a grupos de presin profesionales.Pero as funciona nuestro sistema. No s cmo resolver esto.

    Las lecciones de la historia nos muestran que los cambios reales ocurren cuandola movilizacin de masas y otras formas de presin se despliegan sobre las ins-

    22

    Alberto Ares

    CJ

    23. soemos como galegos,

    Ga dis 2014.

    Inmigracin y nuevas encrucijadas

    24. Me parece muy ilumina do ra

    la definicin de indife ren cia

    que hace Dean Brackley:

    In dif ference means inner

    freedom. It is the capacity

    to sense and then embrace

    what is best, even when

    that goes against our incli-

    nations. Indifference is nei-

    ther stoic impassiveness nor

    the extinction of desire... It

    means being so passion-

    ately and single-mindedly

    committed, so completed,

    so completely in love, that

    we are willing to sacrifice

    anything, including our lives,

    for the ultimate goal.

    Dean BrACkLeY, The Call to

    Discern ment in Troubled

    Times: New Perspectives

    on the Transformative Wis-

    dom of Igna tius of Loyola,

    New York, Crossroad Pub.

    Co., 2004, p. 12.

    25. Lisa VeNekLAseN y Valerie MI -

    LLer, New Weave of Power,

    People and Politics, okla-

    homa City, 2002.

    https://www.youtube.com/watch?v=7iUJRqes6wg

  • tituciones o los sistemas que tienen necesidad de ser cambiados. Pero es bien sa-bido que la movilizacin por s misma no es suficiente, si no va acompaada deun anlisis y reflexin social rigurosa y de un compromiso y cercana a las per-sonas ms vulnerables.

    Estamos llamados a unir fuerzas y a colaborar en el impulso de la accin pblicaque busque la transformacin social cimentada en la cercana con los excluidosy desde el anlisis social. Una llamada a la promocin de una ciudadana com-prometida en la construccin de una sociedad ms justa y solidaria.

    3.4. Vivamos enamorados y enraizados

    El ser humano slo encuentra el sentido de su vida cuando cae en la cuenta deuna doble experiencia: la de existir porque Otro le ha dado la vida y la de existirpara otra cosa que no se agota en s mismo.

    Una imagen que recoge, a mi modo de ver, con mucha lucidez esta experienciavital es la metfora del rbol. Toda persona es como un rbol que hunde sus racesen Aquel que le da la existencia, que hace fluir a borbotones la sabia por su troncohasta llegar hasta el ltimo brote de sus ramas. Y esas races tienen nombres yapellidos. Dios se manifiesta como bendicin a travs de tantas personas y si-tuaciones que han sido fuente de vida. Nuestra familia, amigos, educadores al-gunas personas que han pasado con nosotros toda la vida y otras que han vivi docon nosotros momentos intensos, pero fugaces. Muchas de ellas sin duda estarntatuadas en nuestro corazn. Somos frutos de la bendicin de tantas y tantos.

    A su vez el rbol, cada uno de nosotros, se erige fuerte con su tronco. El troncopone los cimientos de la copa y a su vez nos conecta con las races que hacenbrotar la sabia por todo el rbol.

    Las ramas y los frutos son aquellos elementos de nuestra persona que nos vin-culan con la realidad: nuestras capacidades y lmites, nuestra profesin, la tareaque tenemos encomendada, etc.

    El rbol encuentra su sentido cuando ve cmo los pjaros se cobijan en susramas, cuando las abejas polinizan sus flores, cuando los animales comen sus fru-tos.26 El rbol, cada uno de nosotros, somos tambin bendicin para otras perso-nas: nuestras familias, los alumnos a los que damos clase, las personas migrantescon las que convivimos, nuestros amigos y un largo etctera.

    Cuando somos cobijo para los dems, cuando damos lo mejor que tenemos nuestros frutos para que otros se beneficien, somos tambin conscientes de lafragilidad humana. En ocasiones somos ramas donde se apoyan pjaros malhe-ridos. Estas conexiones con la debilidad, la ajena y la propia, nos hablan de unasabidura, de una buena noticia que no siempre valoramos lo suficiente. A m siem-pre me ha llamado la atencin que Dios quisiese hacerse ser humano, naciendocomo un inmigrante en tierra extraa, en un pesebre, entre animales, en una fa-milia humilde, que se rodeara de discpulos rudos, que escogiera a los ms inde-fensos y los no valorados por la sociedad. Algunos dicen que Jess se abaj paraque nadie quedara excluido. Pero, qu tiene la debilidad o la vulnerabilidad debendicin? Qu tiene la sencillez que transforma nuestras vidas? En cierta ma-nera, ser rama que acoge al desvalido genera bendicin, buena noticia y a la veznos descubre lo verdaderamente importante de la vida. Levinas deca que: Lavulnerabilidad me permite el encuentro con el otro. Otros como Martha Nuss-baum afirman que: la peculiar belleza de la excelencia humana reside justa-mente en su vulnerabilidad.

    Desde esta metfora existe una invitacin a cada uno de nosotros para vivir en-raizados, para tocar nuestra vulnerabilidad en el encuentro con el otro. Una invi-tacin no slo a vivir enraizado, sino tambin y tan importante, vivir enamorado.

    Cuando vivimos conectados con nuestras races nos damos cuenta de cmonuestra vida es un regalo inmerecido, es algo que nos desborda y que nos deja

    23

    Alberto Ares

    CJ

    Inmigracin y nuevas encrucijadas

    26. en la pelcula De dioses y

    hombres (2010), hay una

    escena en la que se renen

    los ancianos del lugar con

    los monjes y estos ltimos

    les plantean sus dudas so -

    bre la permanencia en el

    monasterio y su regreso a

    Francia ante la violencia y

    el conflicto armado que es-

    taban viviendo. una de las

    mujeres en la reunin les

    dice que durante genera-

    ciones los monjes haban

    sido el lugar seguro y de

    confianza donde el pueblo

    haba crecido. en un mo-

    mento dice que ellos, los

    monjes, eran las ramas y

    la gente del pueblo, los p-

    jaros, que iban a posarse y

    a cobijarse, y en los que

    encontraban seguridad y

    acogida.

  • rendidos. Es como aquella persona que encuentra un tesoro, o que le toca la lo-tera y tiene la necesidad de comunicrselo a los ms cercanos, por la alegraque le desborda.

    Yo siempre pongo el ejemplo del primer amor, nuestro primer enamoramiento onoviazgo. Es tanta la alegra que nos deja atontolinados, extasiados, y de di-versas maneras aunque no sean verbales, lo comunicamos a los ms cercanos.Esa alegra muchas veces nos hace saltar por encima de nuestros lmites y denuestras incoherencias, descentrndonos de nosotros mismos. Ese primer amortiene mucho que aprender del amor con maysculas, pero sin duda deja unahuella en nuestras vidas.

    Algo as nos pasa con la experiencia enraizada de amor y bendicin. La alegraproduce en nosotros dos reacciones.27 Una de profundo agradecimiento y de que-rer revertir o devolver de alguna manera lo recibido, y otra, de llevar ese regalo,aquello que da sentido a nuestra vida, comunicndoselo a los dems.

    Esa segunda experiencia es la llamada que todas las personas de una u otra ma-nera sentimos en nuestra vida, si vivimos conectados con nuestras races. Algu-nas perciben una llamada a cuidar de la naturaleza, que tanto nos nutre. Otras adedicar su vida por encontrar una curacin al cncer o el bola. Otras sienten lallamada a formar una familia, compartiendo ese amor con su pareja y transmi-tiendo lo recibido a sus hijos. Otras dejan un proyecto propio por sumarse a unproyecto comn de ayuda a los ms necesitados. Otras desde su profesin in-tentan que el mundo sea un poco ms justo y solidario. Otras sienten la llamadaa ser religiosas o sacerdotes entregando su vida a los dems.

    En el fondo es un misterio, pero la llamada no aparece de la nada. Necesitamosgenerar espacios de escucha y encuentro, de confianza y entorno seguro. En mu-chas ocasiones estos espacios de encuentro son generados por gestos tan fuer-tes como una mirada.

    Algunos han hablado del poder transformador de los encuentros, incluso de losabrazos,28 pero pocas cosas tienen la capacidad de centrarnos, de conectar conotras personas como la mirada. Los adolescentes tontean entre miradas Haymiradas que pacifican, que generan confianza otras que irradian odio, ver-genza Nuestra mirada muchas veces nos delata, tal vez por eso cueste tantomirarse a los ojos. Las ciudades muchas veces se vuelven impersonales cuandonos negamos la mirada. En el metro de Madrid la gente mira hacia el suelo o estensimismada con su mvil, su libro o su tablet.

    Seguramente todos recordemos alguna mirada que nos ha cambiado, que ha ge-nerado en nosotros sentimientos de alegra, de paz, de confianza Una miradatransformadora, que nos convoca, que nos acoge, que nos llama Un compaerojesuita espaol, el P. Arrupe le oraba a Dios de esta manera: Tu mirada sobre m,bastar para cambiarme.

    Somos llamados a vivir enraizados y enamorados,29 una gua para vivir como pro-fetas hoy.

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    Alberto Ares

    CJ

    27. sobre esta experiencia de

    la alegra desde la Buena

    Noticia nos habla el Papa

    Francisco en la exhortacin

    apostlica Evangelii Gau -

    dium La Alegra del evan-

    gelio (2013).

    28. eduardo Galeano en el via -

    jero describe cmo nues tra

    vida es un viaje que tiene

    lugar entre dos abrazos.

    29. No hay nada ms prc-

    tico que encontrar a Dios.

    es decir, enamorarse ro-

    tundamente y sin mirar

    atrs. Aquello de lo que te

    ena mo res, lo que arrebate

    tu imaginacin, afectar a

    to do. Determinar lo que

    te haga levantar por la ma -

    a na, lo que hars con tus

    atardeceres, cmo pases

    tus fines semana, lo que

    leas, a quien conozcas, lo

    que te rompa el corazn y

    lo que te llene de asombro

    con alegra y agradeci mien -

    to. enamrate, permanece

    enamorado, y esto lo deci -

    dir todo (Pedro Arrupe).Inmigracin y nuevas encrucijadas

    http://www.rodelu.net/galeano/galeano82.htmlhttp://www.rodelu.net/galeano/galeano82.htmlhttps://albertoares.wordpress.com/2008/03/08/todo-comenzo-con-un-encuentro/

  • CONCLUSIONES

    Cmo ser profeta en nuestro mundo diverso ante las nuevas encrucijadas y fron-teras que nos plantean las migraciones internacionales?

    Esta pregunta nos ha ido acompaando en esta reflexin que ahora concluye.Aqu recogemos algunas de las principales conclusiones que se pueden extraerde este trabajo. Se han clasificado a travs de los tres grandes bloques en quese ha dividido el estudio.

    Qu caminos?

    1. Vivimos en una sociedad cada da ms envejecida, que necesita de sangrejoven y creatividad para enfrentar los nuevos retos que nos plantea unmundo global.

    2. Los datos confirman que las personas migrantes han venido para quedarse,para continuar un proyecto migratorio a nuestro lado, juntos. Esta fue la ten-dencia que los espaoles hemos seguido en muchos momentos de nuestrahistoria, hacia Amrica, Europa del Norte entre otros.

    3. Las disposiciones y polticas que ven los flujos migratorios solo en clave mer-cantilista y de fuerza de trabajo, estn dificultando la cohesin social y el en-riquecimiento que se produce en el encuentro, junto a una correcta gestinde la diversidad.

    4. No tiene sentido seguir implementando casi nicamente polticas de control,sin gestionar la diversidad en clave de hospitalidad y de proyecto comn. Sino invertimos y apostamos por la cohesin social, sobre todo en los barriosms empobrecidos estaremos creando un caldo de cultivo, fuente de con-flictos y de bolsas de pobreza.

    Qu encrucijadas?

    Existen al menos cuatro encrucijadas o fronteras que se nos plantean en nuestrosdas:

    5. La gestin de la diversidad que enriquece nuestras sociedades y que nece-sita de cuidado, atencin y compromiso.

    6. La globalizacin de la indiferencia que parece anestesiarnos y nos impide com-padecernos ante la realidad de los otros, y en especial de los que ms sufren.

    7. La dignidad humana, ya que es la persona y no la economa la que deberaser pieza central de nuestras sociedades. Cuando anteponemos el dinero,el miedo a la dignidad de la perso na, se acaba legitimando la prdida de de-rechos humanos, cometiendo tanto en las fronteras (Tarajal, Lampedusa,Melilla,), como en nuestro territorio (CIEs), episodios que nos avergenzany donde se denigra a las personas. No podemos seguir consintiendo esasprcticas reiteradas de vulneracin de derechos bsicos.

    8. La desigualdad, que sigue creciendo a pasos agigantados en el mundo y ennuestro pas. Un mundo desigual nos perjudica a todos, dejando en la miseriaa millones de personas. Una desigualdad que genera ms bolsas de pobreza,violencia, opresin y que perpeta en el poder a las mismas lites a nivel mun-

    25

    Inmigracin y nuevas encrucijadas

  • dial.

    Algunas flechas amarillas

    9. Las comunidades de hospitalidad abren nuevos caminos de revitalizacin dela vida en comn como un signo del anuncio del Evangelio y se presentancomo una invitacin y una bocanada de aire fresco dentro de nuestras so-ciedades. Nos jugamos mucho como sociedad e iglesia, en nuestras pre-sencias con las personas ms vulnerables. Compartir techo, vida y proyectoes a mi modo de ver hoy un fuerte signo proftico. En esta perspectivapienso que es muy importante que nuestras comunidades integren la di-mensin de hospitalidad.

    10. Caminar juntos, compartir una visin, estar unidos en la misin es funda-mental. Mirar la realidad, los escenarios desde una misma ptica aunquecon miradas diversas nos ayuda a abrir nuestras mentes, dinamizar nuevasenergas y ser testigos profticos. Los desafos que nos plantea nuestromundo actual, la complejidad e interconectividad global necesitan hoy msque nunca estar unidos en la misin, desde compromisos ms fuertes y conrespuestas creativas y transformadoras.

    11. Si queremos ser profetas en el mundo actual es fundamental tomar una ac-titud proactiva, saliendo a la calle y encontrndonos con la vida a ras de tie-rra. Nuestra vida, en lo ms nuclear, tiene un humus comn que compartimoscon cada ser humano. Somos peregrinos que emprendemos en la vida uncamino de ida (viaje) y al mismo tiempo un retorno al hogar. Este es uno delos elementos que nos hace reconocer el mundo como nuestro hogar:Somos hijos de un Peregrino, cuyo hogar es el mundo.

    12. El Papa Francisco nos recuerda la importancia de que la Iglesia salga a lacalle, se remangue y tome partido por los ms necesitados, se convierta enhospital de campaa y tenga siempre las puertas abiertas.

    13. Cuando salimos a la calle, no es para comunicar un eslogan o para venderun producto, sino para comunicar una buena noticia que brota de una pa-sin y una alegra. No podemos olvidarnos que en este proceso necesitare-mos de discernimiento, creatividad y audacia.

    14. Una actitud proftica en nuestro mundo actual es la incidencia pblica, quebusca la transformacin social cimentada en la cercana con los excluidos ydesde el anlisis social.

    15. El ser humano slo encuentra el sentido de su existencia cuando cae en lacuenta de una doble experiencia: la de existir porque Otro le ha dado la viday la de existir para otra cosa que no se agota en s mismo. Existen a mi modode ver dos guas que nos ayudan a cultivar una actitud proftica: vivir enrai-zados y enamorados.

    16. Vivir enraizado, es reconocer que cada ser humano es como un rbol quehunde sus races en aquello que da sentido a su vida, que hace fluir a bor-botones la sabia por su tronco hasta llegar hasta el ltimo brote de susramas. Esas races tienen nombres y apellidos: nuestra familia, amigos, edu-cadores, y para los creyentes, Dios. Vivir enraizado significa vivir con agra-decimiento y conectado a la vida.

    17. Vivir enamorado, significa cuidar y alimentar la experiencia que nos movi-liza en lo ms profundo. Nuestra tarea es apasionante, pero no siempre esfcil. Necesitamos mimar la experiencia profunda que da sentido a lo quehacemos. Es algo as como el amor de pareja o una gran amistad. Necesitade cuidados y de hacer memoria del primer encuentro. Aquello de lo que nosenamoremos, lo que arrebate nuestra imaginacin, afectar y lo decidirtodo.

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    Inmigracin y nuevas encrucijadas