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INSTITUTO NACIONAL DE HIGIENE, EPIDEMIOLOGÍA Y MICROBIOLOGÍA · 4 Enf nteg esastres Enf nteg esastres 5 Los desastres hidrometeorológicos y sus efectos inmediatos (inundaciones,

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INSTITUTO NACIONAL DE HIGIENE, EPIDEMIOLOGÍA Y MICROBIOLOGÍA

ENfOqUE INTEGRADO PARA EL MANEjO DE DESASTRES Y EMERGENCIA

Dr. Armando Rodríguez Salvá

DrC. Blanca Terry Berro

DrC. Santa Jiménez Acosta

2 Enfoque Integrado en Cuba de Desastres 3Enfoque Integrado en Cuba de Desastres

Índice Pág.

Introducción 3

Generalidades de los desastres 5

Metodología para el análisis de riesgos de desastres 8

Breve reseña de los desastres 9

Clasificación de los desastres 11

Problemas sanitarios comunes a los desastres 11

Factores que influyen en la transmisión de enfermedades después de desastres naturales 12

Mitos y realidades de los desastres 15

Ciclo de los desastres 18

Efectos de los desastres naturales en la salud 26

Gestión del riesgo 28

Experiencia de la gestión del riesgo en Cuba 29

Peligros naturales que afectan a los asentamientos poblacionales en Cuba 30

Salud ambiental y la organización del aseguramiento higiénico epidemiológico 32

Aseguramiento higiénico epidemiológico 36

Control del abastecimiento y calidad sanitaria del agua 36

Control de los desechos sólidos, residuales líquidos y excretas 38

Nutrición y control higiénico de los alimentos 40

Acciones de vigilancia entomológica y control de vectores 46

Control sanitario de los asentamientos 53

Educación para la salud a grupos de riesgo 54

Vigilancia epidemiológica de enfermedades transmisibles 57

Vigilancia en desastres 60

Caracterización higiénico epidemiológica de la situación de salud de cada localidad 60

Vigilancia durante la fase de recuperación y después de esta 64

Consideraciones finales 68

Referencias bibliográficas 69

© colectivo de autores

Dr. Armando Rodríguez Salvá DrC. Blanca Terry BerroDrC. Santa Jiménez Acosta

Edición: Alena Bastos Baños

Diseño: Walter Díaz Moreno

ISBN: 978-959-283-144-5

4 Enfoque Integrado en Cuba de Desastres 5Enfoque Integrado en Cuba de Desastres

Los desastres hidrometeorológicos y sus efectos inmediatos (inundaciones, sequías, tornados, temperaturas extremas, fuegos forestales y avalanchas) en el periodo 1991-2000, tuvieron un ascenso considerable con una tendencia al crecimiento, comparado con la ocurrencia de los desastres geofísicos (sismos y erupciones volcánicas) [3]. El efec-to de los desastres en los países es diverso, en los ricos se registran cuantiosas pérdidas económicas y un impacto relativamente bajo sobre el PIB anual, mientras en los países en vías de desarrollo o pobres, las pérdidas son inferiores en términos económicos, no así en vidas humanas, pero significan un elevado porcentaje del PIB, que determina el retroceso económico de los países afectados; un ejemplo lo constituye el caso del huracán Mitch en Centroamérica en 1998, que generó la muerte de 18 000 personas y pérdidas en infraes-tructuras, el hábitat y la base económica, estimadas en 6 018 millones de dólares, con un doloroso resultado para las familias de estos países en particular las más pobres [4]. Este evento ha dejado una huella para esta área geográfica que aún años después de la tragedia y a pesar de la ayuda internacional recibida y los esfuerzos locales, no ha logrado la recuperación total.

Por tal motivo, en el decursar del tiempo el hombre y la humanidad en general han desarrollado acciones para estar preparados y atender el desastre, pensando que la se-veridad y el tamaño de este solo se relacionaba con la magnitud y potencia de los fenó-menos de la naturaleza. Sin embargo, la experiencia demuestra que el desastre no es un fenómeno natural por sí mismo, sino que se configura de la unión de procesos sociales y naturales y que su magnitud e importancia dependerán del desarrollo socioeconómico del lugar donde ocurra, de la cultura de prevención y preparación de los seres humanos para enfrentarlos.

introducción

Cuando se piensa en los desastres, por lo general, invaden ideas relacionadas con los terremotos, inundaciones, erupciones volcánicas, contaminación y sequías y se imaginan ciudades destruidas, cultivos arruinados, carreteras cortadas, personas en albergues, lo cual se mezcla con un sentimiento de temor e impotencia por la creen-cia de que los desastres aún están fuera del alcance de nuestras manos, que son difí-ciles de prevenir y controlar y que necesariamente volverán a ocurrir.

La temática de los desastres ha evolucionado en el tiempo vinculada en general a los niveles de experiencia y el conocimiento alcanzado, y se ha encarado a partir de instantes del desarrollo histórico atravesado por la humanidad. Según Arenas [1],este proceso se desarrolló en el siglo pasado comenzando por la década de los años 40, con el consenso del término emergencia, muy vinculado a la tragedia de la guerra mundial, cuando las acciones de recuperación fueron encaradas por los cuerpos de ejército; en los años 70 se comienza a emplear el concepto desastre a partir de la producción de eventos naturales dañinos y donde las organizaciones de salud, Cruz Roja Internacional e instituciones add hoc centraron las labores de recuperación, también en este periodo comienzan a utilizarse los términos preparación, mitigación y prevención; en los años 80 toma auge el término amenaza, y se alcanza una valoración científica del problema, se dirigen los pasos al conocimiento de los eventos causantes de desastres y la búsque-da de soluciones ingenieriles de protección. En los años 90 y vinculado con el Decenio Internacional para la Reducción de Desastres Naturales (DIRDN), se desarrolló el enfo-que de la vulnerabilidad en el ámbito de las ciencias sociales y desaparece la estrecha concepción del evento natural como causa exclusiva del riesgo de las comunidades y territorios. El avance en este campo ha dado origen al enfoque integrado, que aborda como objetivo principal la gestión del riesgo en todos sus momentos, con amplitud de actores y como parte integrante del propio desarrollo sostenible de las comunidades, localidades, regiones y países en general.

Desde la segunda mitad del siglo XX se observa una tendencia al incremento del efecto de los desastres naturales; inundaciones, intensas sequías, sismos, y desliza-mientos de tierra, entre otros, que reportan cuantiosas pérdidas económicas y de vidas humanas, en mayor magnitud en los países en desarrollo, adquiriendo los desastres un carácter socio-natural, según caracterización de Ferrero [2]. Sin dudas, las acciones implementadas han sido insuficientes para frenar la vulnerabilidad, de ahí las pérdidas humanas y materiales, a esto se une la falta de recursos, la pobreza de amplios sectores de la comunidad y la forma desorganizada en que se ha producido la asimilación de los territorios y la ubicación espacial del hábitat para parte de la población.

6 Enfoque Integrado en Cuba de Desastres 7Enfoque Integrado en Cuba de Desastres

El peligro no viene solamente de los fenómenos naturales, la amenaza viene con más fuerza de fenómenos sociales como la violencia, la pobreza, viviendas construidas a ori-llas de los cauces de ríos o construcciones sin una base sólida.

En este sentido, el desastre se va conformando en la medida que:• Por un lado existan determinados procesos y condiciones socioeconómicas, po-

blacionales y de deterioro del medio ambiente, que generan condiciones de mar-ginalidad social y migración, distribución desigual de la población en los territo-rios, inadecuados asentamientos humanos, deficiencia de la infraestructura, mal uso de la tierra y prácticas irresponsables de producción.

• Por otro lado y frente a este panorama, la incidencia de fenómenos naturales nor-males, que actúan sobre estas condiciones sociales, económicas, ambientales y te-rritoriales, muestran relaciones insostenibles que se evidencian durante el desas-tre en forma de destrucción, daños, pérdidas sociales, económicas y ambientales.

El término “peligro” o “amenaza” se refiere al fenómeno natural o generado por la ac-tividad humana. O sea, es el factor externo de riesgo. Ejemplo: río (inundaciones); volcán (erupción). Mientras que “vulnerabilidad”, es la susceptibilidad de una población o un sis-tema a los efectos del peligro (por ejemplo, un hospital, los sistemas de abastecimiento de agua y de alcantarillado u otros aspectos de la infraestructura). En otras palabras, es el factor interno de riesgo, de un individuo, objeto o sistema expuesto a una amenaza. Incluye la vulnerabilidad física; estructural, no estructural y funcional.

• La vulnerabilidad estructural está asociada con los elementos que mantienen en pie un edificio, como los cimientos, columnas, vigas, paredes maestras y pisos, y debe ser considerada durante la etapa de diseño y construcción, cuando se trata de un nuevo edificio y durante la remodelación o mantenimiento cuando se trata de un edificio ya construido.

• Vulnerabilidad no estructural. Los componentes no estructurales son los que se apoyan en los componentes estructurales (paredes divisorias, cielos rasos, venta-nas, componentes arquitectónicos), incluyendo todo el equipamiento del tipo de sistemas eléctricos y mecánicos, sistemas protectores, etc.

• La vulnerabilidad funcional se refiere a los aspectos externos, vías adyacentes, aspectos organizativos, preparación del personal, sistemas y vías de evacuación, otros a considerar.

Por último, la probabilidad de que un determinado sistema o población resulten afec-tados por los peligros se conoce como “riesgo”. Por tanto, el riesgo depende de la vulne-rabilidad y del peligro y la relación se expresa de la forma siguiente:

Riesgo = Amenaza + Vulnerabilidad

Generalidades de los desastresEn el pasado se creía que los desastres súbitos no solo causaban mortalidad gene-

ralizada sino que, además, producían un trastorno social masivo y brotes de epidemias y hambrunas, dejando a los sobrevivientes totalmente a merced del socorro exterior. La observación sistemática de los efectos de los desastres naturales sobre la salud humana permitió llegar a conclusiones muy distintas, tanto en lo que se refiere a los efectos de los desastres sobre la salud como en cuanto a las formas más efectivas de proporcionar asistencia humanitaria.

Generalmente se denomina como desastre a un acontecimiento o serie de sucesos de gran magnitud, que afectan gravemente las estructuras básicas y el funcionamiento normal de una sociedad, comunidad o territorio, ocasionando víctimas y daños o pérdidas de bie-nes materiales, infraestructura, servicios esenciales o medios de sustento a escala o dimen-sión más allá de la capacidad normal de las comunidades o instituciones afectadas para enfrentarlas sin ayuda, por lo que se requiere de acciones extraordinarias de emergencia.

De esta definición se desprende que un desastre no es un fenómeno natural sino las consecuencias del impacto de un determinado fenómeno de origen natural o vinculado a la tecnología sobre una sociedad, una comunidad y los elementos vulnerables existentes en un territorio dado.

Los desastres pueden clasificarse a partir de diferentes puntos de vista pero quizá la más extendida sea la clasificación por su origen en naturales, sanitarios y tecnológicos. In-dependientemente de que los desastres llamados tecnológicos pueden considerarse parte de lo que se conoce en el mundo como antropogénicos o antrópicos (debido a la acción o inacción del hombre), es preferible no emplear estos términos por la intensa manipulación política a que se han sometido al incluir los conflictos bélicos e incluso los de carácter inter-no de los países, ya sean étnicos, religiosos o de otro tipo en el marco de los desastres “an-trópicos”, lo que con frecuencia se identifica con los llamados “desastres humanitarios”, que también han tenido una respuesta injerencista mediante las “intervenciones humanitarias”.

Como esos tipos de conflictos no existen en nuestro país, la definición de desastres “tec-nológicos” es más que suficiente a los efectos de la organización de las medidas de protec-ción de nuestra población y sus riquezas económicas.

El término “desastre” suele aplicarse al fenómeno natural (por ejemplo, un huracán o un terremoto) combinado con sus efectos nocivos (por ejemplo, la pérdida de vidas o la des-trucción de edificios). Un desastre ocurre cuando se juntan una amenaza con una situación de vulnerabilidad. La amenaza o peligro puede venir de un fenómeno natural; por ejemplo, un terremoto; pero la amenaza puede derivarse de un conflicto como la guerra o como efecto de los daños que causa al medio ambiente: contaminación, derrame de petróleo, tala de árboles, sequía, entre otros.

8 Enfoque Integrado en Cuba de Desastres 9Enfoque Integrado en Cuba de Desastres

Breve reseña de los desastresEn la actualidad los daños económicos y sociales producidos por los desastres son

cuantiosos. Según reporta el Centro de Investigación de Epidemiología de los Desastres (CRED) [5] de la Universidad Católica de Lovaina en Bélgica, el costo económico en el 2014 ascendió a 85 billones de dólares americanos, de los que correspondió $28.2 billones a los diluvios en Jammu en la República Popular China. Esta cifra es menor al promedio de 147 billones USD del período 2004-2013.

De igual forma se vio disminuido el número de desastres, pues mientras que el pro-medio en ese período fue de 369 al año, en el 2014 se reportaron 271. De ellos, 116 co-rrespondieron a inundaciones, 79 a tormentas y 32 a terremotos y actividad volcánica, el resto se vio reflejado en cuantías menores.

Por esa situación fueron afectadas 102 mil personas, contra un promedio de 175 para el período antes mencionado y un número de fallecidos de 6434, contra un promedio de 99740, siendo Asia el continente más afectado.

número de desastres naturales informados por continentes

MetodoloGÍa para el análisis de riesGo de desastre1. Identificar y evaluar los peligros o amenazas. 2. Estimación de la vulnerabilidad.3. Evaluación de riesgo.La nueva visión de los desastres pone énfasis en planificar acciones para transformar

las condiciones, enfrentando las dificultades del entorno y resolviendo las debilidades internas desde las fortalezas y capacidades propias de la población afectada.

Esta nueva visión de los desastres enfatiza en la educación ambiental y en el trabajo comunitario tomando en consideración que los daños humanos y materiales que provo-can estos fenómenos pueden reducirse con acciones de prevención.

Para identificar y evaluar el peligro, se debe conocer aquellos a los que está expuesta nuestra comunidad, y profundizar en:

1. Cuál es la posibilidad de que diferentes peligros afecten a la comunidad.¿Resultan afectados por igual todos los lugares de la comunidad?2. Conocer las características de la zona o territorio en cuanto a: tipo de suelo, régi-

men de lluvia, existencia de ríos, industrias peligrosas, etc.3. Conocer la historia, magnitud y frecuencia de los peligros anteriores que han cau-

sado daños y pérdidas.4. Conocer las causas que originaron los peligros, consecuencias, ubicación y medi-

das de prevención, mitigación y/o avisos oportunos, etc.5. Confección de los mapas de amenaza, por la comunidad y sus grupos organizados.

10 Enfoque Integrado en Cuba de Desastres 11Enfoque Integrado en Cuba de Desastres

porcentaje de personas fallecidas por continentes

ocurrencia anual y daños económicos informados por desastres. 1980-2014

nota: todas las figuras presentadas en este capítulo provienen de “eM-dat: the oFda/cred “Base de datos internacional de desastres

clasiFicación de los desastrespor su origen los desastres se clasifican en:Naturales: Que pueden ser; • Meteorológicos: Tormentas (huracanes, tornados, ciclones tropicales, tormentas

de nieve), onda fría, onda cálida, sequía, marejadas, intensas lluvias.• Topológicos: Inundaciones, aludes, derrumbes• Telúricos y tectónicos: Terremotos o sismos, maremotos, erupciones volcánicas.Tecnológicos: Accidentes catastróficos del transporte (marítimos, aéreos y terrestres),

accidentes con sustancias peligrosas, explosiones de gran magnitud, derrames de hidro-carburos, incendios de grandes proporciones en instalaciones industriales y edificaciones sociales, derrumbes de edificaciones, ruptura de obras hidráulicas.

Sanitarios: Enfermedades que pueden originar epidemias, epizootias y epifitias.

proBleMas sanitarios coMunes a los desastres Aunque todos los desastres son únicos en el sentido de que afectan a zonas con gra-

dos distintos de vulnerabilidad y en condiciones económicas, sanitarias y sociales pecu-liares, también existen similitudes entre ellos. La identificación de esos rasgos comunes puede usarse para mejorar la gestión de la asistencia humanitaria en salud y el uso de los recursos. Deben considerarse los aspectos siguientes:

1. Existe relación entre el tipo de desastre y sus efectos sobre la salud, especialmen-te en lo que se refiere al impacto inmediato en la producción de lesiones. Por ejemplo, los terremotos provocan muchos traumatismos que requieren atención médica, mientras que las inundaciones y maremotos provocan relativamente pocos.

2. Ciertos efectos de los desastres suponen más bien un riesgo potencial que una amenaza inevitable para la salud. Así, los desplazamientos de la población y otros cam-bios del medio ambiente pueden incrementar el riesgo de transmisión de enfermedades; sin embargo, en general las epidemias no se deben a desastres naturales.

3. Los riesgos sanitarios reales y potenciales posteriores a los desastres no se con-cretan al mismo tiempo; tienden a presentarse en momentos distintos y con una impor-tancia variable dentro de la zona afectada. Así, las lesiones ocurren por lo general en el momento y el lugar del impacto y requieren atención médica inmediata, mientras que el riesgo de aumento de las enfermedades transmisibles evoluciona más lentamente y adquiere máxima intensidad cuando hay hacinamiento y deterioro de las condiciones de higiene.

4. Las necesidades de alimentos, ropa, refugio y atención sanitaria creadas por los desastres no suelen ser absolutas; incluso los desplazados suelen estar a salvo de algunas

12 Enfoque Integrado en Cuba de Desastres 13Enfoque Integrado en Cuba de Desastres

Aunque cada persona piense que sus reacciones espontáneas son totalmente racio-nales, ellas pueden resultar perjudiciales para los intereses generales de la comunidad. Por ejemplo, en algunos casos, las personas que tenían la doble función de ser jefes de familia y personal sanitario no acudieron a sus puestos de trabajo hasta después de haber puesto a salvo a sus familiares y bienes.

Además, muchas personas son reacias a aceptar las medidas que las autoridades con-sideran necesarias. Durante los periodos de alarma o después de ocurrir un desastre na-tural, la gente se rehúsa a la evacuación, incluso aunque sea probable que sus hogares puedan resultar destruidos o, de hecho, ya lo estén.

2. enfermedades transmisiblesLos desastres naturales no suelen provocar brotes masivos de enfermedades infec-

ciosas, aunque en algunas circunstancias aumentan las posibilidades de transmisión. A corto plazo, el aumento de la incidencia de enfermedades que se observa con mayor frecuencia obedece a la contaminación fecal del agua y los alimentos, lo que ocasiona mayormente enfermedades diarreicas [8,9].

El riesgo de brotes epidémicos de enfermedades transmisibles es proporcional a la densidad y el desplazamiento de la población, puesto que esos factores aumentan la demanda de abastecimiento de agua y alimentos [10]. En el periodo inmediatamente posterior al desastre también crece el riesgo de contaminación—tal como sucede en los albergues de damnificados—, se interrumpen los servicios sanitarios existentes —como los de agua potable y alcantarillado—, y resulta imposible mantener o restablecer los programas ordinarios de salud pública.

A más largo plazo, en algunas zonas puede haber un aumento de las enfermedades transmitidas por vectores debido a la desorganización de las actividades correspondien-tes de control [11]. Es posible que las lluvias torrenciales y las inundaciones arrastren los insecticidas residuales de las paredes de los edificios y que aumente el número de criade-ros de mosquitos; además, el desplazamiento de animales salvajes o domésticos hacia las proximidades de los asentamientos humanos supone un riesgo adicional de infecciones zoonóticas.

3. desplazamientos de la poblaciónCuando se producen grandes movimientos de población, espontáneos u organiza-

dos, se crea una necesidad urgente de proporcionar asistencia humanitaria. La población suele desplazarse hacia las áreas urbanas, donde los servicios públicos son incapaces de afrontar la llegada masiva de estas personas, con el consiguiente aumento de las cifras de morbilidad y mortalidad. Cuando el desastre destruye la mayoría de las viviendas, pue-den producirse grandes movimientos de población dentro de las propias áreas urbanas porque los afectados buscan cobijo en los hogares de familiares y amigos [12, 13].

necesidades virtuales. Además, los afectados suelen recuperarse con rapidez del estupor inicial y participan espontáneamente en la búsqueda, rescate y transporte de los heridos y en otras actividades de socorro personal.

5. Las guerras y conflictos civiles generan un conjunto peculiar de problemas sanita-rios y de obstáculos operativos.

Factores que inFluyen en la transMisión de enFerMedades después de desastres naturalesExisten factores que pudieran explicar la transmisión de enfermedades inmediata-

mente después de los desastres naturales, como son: 1. La circulación de agentes patógenos de enfermedades infecciosas y parasitarias

establecidas en la población afectada antes del desastre y los niveles endémicos de en-fermedad que la misma padecía.

2. Alteración de la resistencia individual a las enfermedades.3. Cambios ecológicos resultantes de los desastres.4. Cambios demográficos por desplazamientos humanos.5. Colapso o daño a edificios de servicios públicos.6. La desarticulación en los programas de control de enfermedades. La gestión eficaz de socorro humanitario en salud se basa en anticipar e identificar los

problemas a medida que surgen y proveer los suministros específicos en los momentos adecuados y en los lugares donde son necesarios. La capacidad logística para transportar la mayor cantidad de bienes desde el exterior a las zonas de desastre es menos importan-te. El dinero constituye la donación más eficaz, sobre todo porque puede utilizarse para adquirir los suministros en el ámbito local.

Sin embargo, la práctica demuestra la necesidad de tener en cuenta los siguientes elementos:

1. reacciones socialesCuando ocurre un desastre natural, la conducta de los afectados rara vez evoluciona

hacia el pánico generalizado o la espera aturdida. Tan pronto como los sobrevivientes se recuperan de la conmoción inicial y comienzan a actuar de forma positiva para alcanzar metas personales bien definidas, se incrementa la acción individual espontánea pero su-mamente organizada. Los sobrevivientes de los terremotos suelen comenzar las activida-des de búsqueda y rescate a los pocos minutos del impacto, y a las pocas horas ya sue-len haberse organizado en grupos para transportar a los heridos a los puestos médicos. Solo en circunstancias excepcionales surgen comportamientos activamente antisociales como, por ejemplo, el saqueo generalizado [6, 7].

14 Enfoque Integrado en Cuba de Desastres 15Enfoque Integrado en Cuba de Desastres

7. salud mentalInmediatamente después de los desastres, la ansiedad, las neurosis y la depresión no

constituyen graves problemas de salud pública; por esa razón, las familias y vecindarios de las sociedades rurales o tradicionales pueden afrontarlos temporalmente. Por el con-trario, los trabajadores humanitarios (voluntarios o profesionales) suelen constituir un grupo de alto riesgo. Siempre que sea posible, deben hacerse todos los esfuerzos nece-sarios para preservar la estructura social de las familias y las comunidades; asimismo, se desalienta enérgicamente el uso indiscriminado de sedantes o tranquilizantes durante la fase de socorro de emergencia. En las zonas industrializadas o metropolitanas de los países en desarrollo, existe un aumento significativo de los problemas de salud mental durante las fases de rehabilitación y reconstrucción a largo plazo, lo que obliga a tratarlos durante esos periodos [18].

8. daños a la infraestructura sanitariaLos desastres naturales suelen producir graves daños a las instalaciones sanitarias y sis-

temas de abastecimiento de agua y alcantarillado, y tienen un efecto directo sobre la salud de las poblaciones que dependen de esos servicios. En el caso de hospitales y centros de salud cuya estructura es insegura, los desastres naturales ponen en peligro la vida de sus ocupantes y limitan la capacidad de la institución para proveer servicios a las víctimas [19].

Mitos y realidades de los desastres El efecto de los desastres sobre la salud pública se asocia a muchos conceptos erró-

neos. Las personas que planifican y dirigen las operaciones de socorro en caso de desas-tre deben familiarizarse con los siguientes mitos y realidades [20]:

Mito 1: Se necesitan médicos voluntarios extranjeros con cualquier clase de calificación.Realidad: La población local cubre casi siempre las necesidades inmediatas de salvamen-

to. Suele necesitarse personal médico con habilidades de las que se carece en el país afectado.Mito 2: Se necesita cualquier tipo de asistencia internacional y de manera inmediata.Realidad: Una respuesta precipitada que no se base en la evaluación imparcial solo

contribuirá al caos. Es mejor esperar hasta que se hayan evaluado las necesidades reales. De hecho, casi todas las necesidades son cubiertas por las propias víctimas y sus gobier-nos e instituciones locales, no por las intervenciones externas.

Mito 3: Después de cualquier desastre, las epidemias y las plagas son inevitables.Realidad: Las epidemias no se producen espontáneamente después de un desastre

y los cuerpos de los difuntos no causan brotes catastróficos de enfermedades exóticas. La clave para prevenir las enfermedades consiste en mejorar las condiciones sanitarias y educar a la población.

4. exposición a la intemperieLos peligros sanitarios asociados a la exposición de los elementos no son gran-

des en los climas templados, ni siquiera después de los desastres. Mientras se man-tenga a la población en lugares secos, razonablemente bien abrigada y protegida del viento, las defunciones por exposición a la intemperie no parecen constituir riesgo importante en América Latina y el Caribe. En consecuencia, la necesidad de proporcionar refugios de emergencia depende en gran medida de las circunstan-cias locales.

5. alimentación y nutriciónLa escasez de alimentos en el periodo inmediatamente posterior al desastre suele

deberse a dos causas. Por una parte, la destrucción de los depósitos de alimentos en la zona afectada reduce la cantidad absoluta de comida disponible y, por la otra, la desorganización de los sistemas de distribución puede impedir el acceso a los ali-mentos, incluso cuando no existe una escasez absoluta. Después de los terremotos la carencia generalizada de alimentos no es tan grave como para provocar problemas de nutrición [14].

Los desbordamientos de los ríos y las crecidas del mar suelen deteriorar las despen-sas de alimentos en los hogares y arruinar los cultivos, interrumpir la distribución y pro-vocar serias penurias locales. La distribución de alimentos, al menos en el corto plazo, suele ser una necesidad importante y urgente aunque, en general, las importaciones o donaciones de alimentos en gran escala no suelen ser necesarias.

En los casos de sequías prolongadas, como las que ocurren en África, o en los casos de desastres complejos, las personas que quedan sin hogar y los refugiados suelen quedar completamente a expensas de los recursos alimentarios llegados desde el exterior duran-te periodos variables de tiempo. Según el estado nutricional general de esas poblaciones, puede ser necesario instaurar programas alimentarios de emergencia destinados princi-palmente a los grupos más vulnerables, como las mujeres embarazadas o que amaman-tan, los niños y los ancianos [15].

6. abastecimiento de agua y servicios de saneamientoLos sistemas de abastecimiento de agua potable y los de alcantarillado son espe-

cialmente vulnerables a los desastres naturales y su destrucción o la interrupción de los servicios conllevan graves riesgos sanitarios. Esos sistemas son extensos, a menudo están en mal estado y expuestos a diversos peligros. Las deficiencias en la cantidad y calidad del agua potable y los problemas de eliminación de excretas y otros desechos traen como consecuencia un deterioro de los servicios de saneamiento que contribuye a crear las condiciones favorables para la propagación de enfermedades entéricas y de otro tipo [16, 17].

16 Enfoque Integrado en Cuba de Desastres

Mito 4: Los desastres revelan los peores rasgos del comportamiento humano (por ejemplo, saqueos y amotinamientos).

Realidad: Aunque pueden producirse casos aislados de comportamiento antisocial, la mayor parte de las personas responden de manera espontánea y generosa.

Mito 5: La población afectada está demasiado aturdida y desvalida para asumir la res-ponsabilidad de su propia supervivencia.

Realidad: Por el contrario, muchas personas encuentran nuevas fuerzas durante una situación de emergencia. Así lo demostraron los miles de voluntarios que se unieron es-pontáneamente a las excavaciones de los escombros para buscar a las víctimas tras el terremoto de la Ciudad de México en 1985.

Mito 6: Los desastres son asesinos indiscriminados.Realidad: Los desastres golpean con mayor fuerza a los grupos más vulnerables, es

decir, a los pobres, las mujeres, los niños y los ancianos.Mito 7: La mejor alternativa es ubicar a las víctimas del desastre en campamentos

provisorios.Realidad: Esta debe ser la última alternativa. Muchas organizaciones utilizan los fon-

dos normalmente destinados a la adquisición de tiendas de campaña para comprar, en el propio país afectado, materiales de construcción, herramientas y otros bienes relaciona-dos con la edificación.

Mito 8: El auxilio con alimentos es requerido siempre en los desastres naturales.Realidad: Los desastres naturales raramente causan la pérdida de las cosechas. Por lo

tanto, las víctimas no requieren del auxilio importante de alimentos.Mito 9: Las víctimas de un desastre siempre necesitan ropas. Realidad: Casi nunca es necesario el envío de ropa; casi siempre es culturalmente in-

adecuado, y aunque aceptado por las víctimas del desastre, casi nunca es utilizada. Mito 10: La vida cotidiana vuelve a la normalidad en pocas semanas.Realidad: Los efectos de un desastre pueden durar un largo tiempo. Los países afec-

tados consumen gran parte de sus recursos económicos y materiales en la fase inmedia-tamente posterior al impacto. Los buenos programas externos de socorro planifican sus operaciones teniendo en cuenta el hecho de que el interés internacional se va desvane-ciendo a medida que las necesidades y la escasez se vuelven más acuciantes.

18 Enfoque Integrado en Cuba de Desastres 19Enfoque Integrado en Cuba de Desastres

Fases del desastre

A. ANTES del desastre Es la fase previa al desastre. Consiste en la planificación para la reducción de riesgo,

involucra actividades de prevención, mitigación, preparación y alerta, con el objetivo de: 1. Prevenir para evitar que ocurran daños mayores por el impacto del desastre. 2. Mitigar para aminorar el impacto del mismo, ya que algunas veces no es posible

evitar su ocurrencia. 3. Preparar para organizar y planificar las acciones de respuesta 4. Alertar para notificar formalmente la presencia inminente de un peligro. prevención: Conjunto de acciones cuyo objeto es impedir o evitar que sucesos natu-

rales o generados por la actividad humana, causen desastres. Estas acciones responden a la efectividad del cumplimiento de la legislación en

lo que respecta a la planificación urbana y física, así como la intervención directa del fenómeno.

Las actividades de prevención deben estar insertadas en las estrategias de desarro-llo, en los planes sectoriales, en planes de inversión, en programas de ordenamiento territorial y de desarrollo socioeconómico, tales como planes de desarrollo urbano y programas de inversión que tomen en consideración la asignación de recursos en es-pacios geográficos definidos.

Las medidas de prevención contra los efectos de los desastres deben considerarse como parte fundamental del proceso de desarrollo integral a nivel territorial y depen-den en gran medida de la evaluación de riesgos, necesitando para esto la colaboración intersectorial.

Dado que eventos de estas características pueden causar grave impacto en el desa-rrollo de las comunidades expuestas, es necesario enfrentar el cumplimiento de las me-didas preventivas con el resultado de la recuperación posterior al desastre para evaluar su eficacia e incorporar el análisis de riesgo al desarrollo económico-social de cada te-rritorio, generalizando las experiencias e introduciendo acciones de perfeccionamiento en este sentido.

Mitigación: Es el conjunto de actividades que se realizan antes de un desastre, para aminorar o atenuar el efecto de su impacto en la población, la economía y el medio am-biente, mediante la reducción de la vulnerabilidad

La mitigación, es una intervención con el fin de modificar:• Las características de un fenómeno, con el fin de reducir el impacto de la amenaza.• Las características intrínsecas de un sistema biológico, físico o social, a fin de redu-

cir vulnerabilidad.

ciclo de los desastresEl manejo de los desastres se analiza y estudia para fines prácticos como una secuen-

cia cíclica de etapas relacionadas entre sí, y que se agrupan en tres fases: antes, durante y después [21, 22]. Este sistema de organización se conoce como ciclo de los desastres y se compone de las siguientes etapas:

• Prevención • Mitigación • Preparación • Alerta • Respuesta • Rehabilitación • Reconstrucción

Cada una de estas fases y etapas identifican las actividades que se deben realizar a fin de manejar el desastre en sí y por consiguiente, poder controlar sus efectos.

El estudio de la administración de desastres en forma de ciclos con fases y etapas, relacionados entre sí, más los elementos y actividades propias a ejecutar en cada una de ellas son bastante recientes. Esta organización cronológica mencionada es útil, porque permite contar con una organización de trabajo, mediante el cual se pueden elaborar planes para evitar y/o atenuar los efectos de los desastres sobre la población, la economía y el medio ambiente.

De esta secuencia se deriva, que el manejo de los desastres incluye el esfuerzo de prevenir su ocurrencia, mitigar las pérdidas, prepararse para sus consecuencias, alertar su presencia, responder a la emergencia y recuperarse de los efectos.

Todas las etapas están basadas en el desarrollo socio-económico por la relación que tiene este factor con cada uno de los diferentes momentos considerados en el ciclo. Es por ello que este proceso, con las fases mencionadas ha sido denominado por la Organi-zación Panamericana de la Salud “El ciclo del desarrollo”; ya que los países incrementan sus capacidades y reducen su vulnerabilidad mediante las potencialidades y posibilida-des reales de actuación. El desarrollo sustentable es producto de la planificación integral que incorpora al análisis de riesgo por desastres y a la estrategia de protección del medio ambiente, la valoración del crecimiento económico que permita mejorar, los niveles de educación y de vida de toda la población, así como la preparación integral del territorio para enfrentar eventos adversos.

20 Enfoque Integrado en Cuba de Desastres 21Enfoque Integrado en Cuba de Desastres

zamiento y desarrollo, que presentan algunos fenómenos tales como huracanes, desli-zamientos, avalanchas e inundaciones, es posible definir estados de alerta en sus tres momentos. Sin embargo, en otros casos la alerta se puede definir sólo en el momento de impacto (sismos y terremotos).

La Alerta es la notificación formal, en algunos casos legal, para anunciar la activación de la respuesta adoptada en función de la evaluación de la amenaza que tiende a limitar el impacto del fenómeno por medio de las acciones de preparación.

Los estados de alerta se declaran para que la población y las instituciones adopten acciones específicas. Presupone que los organismos de socorro activen también los pro-cedimientos de acción preestablecidos y que la población tome precauciones [23].

Principales medidas a realizar en esta etapa:• Estudiar todas las amenazas o peligros del territorio y las vulnerabilidades para

priorizar la aplicación de medidas de prevención, mitigación y preparación.• Preparación de la población en primeros auxilios, rescates, medidas antiepidémi-

cas y normas de conducta frente a los factores de destrucción.• Estudios de vulnerabilidad de las unidades de salud para conocer las que necesitan

ser evacuadas por peligro de destrucción o necesitan reforzamiento constructivo.• Atención médica de urgencia por etapas de tratamiento y evacuación de los heri-

dos que así lo requieran. Plan de recepción masiva de heridos, lesionados, enfer-mos e intoxicados.

• Preparación del personal para apoyo psicológico a los damnificados.• Organización del aseguramiento higiénico–epidemiológico y la vigilancia.• Coordinar cooperación con otros organismos en cuanto a transporte, grupos elec-

trógenos y otros recursos no disponibles.• Contribuir a la selección de locales con condiciones higiénico–sanitarias adecua-

das para alojar temporalmente a evacuados incluyendo áreas de juegos para los niños y el plan de aseguramiento médico y la atención higiénico-epidemiológica para los evacuados.

B. DURANTE el desastre En esta fase se ejecutan las actividades de respuesta durante el periodo de emer-

gencia o inmediatamente después de ocurrido el evento. Estas actividades incluyen la evacuación de la comunidad afectada, la asistencia, la búsqueda y rescate. También se inician acciones con el fin de restaurar los servicios básicos y de reparar cierta infraes-tructura vital en la comunidad afectada. La duración de este periodo depende del tipo de desastre y se prolonga en el caso de la sequía, la hambruna y los conflictos civiles y militares.

La mitigación se constituye en una de las actividades más importantes, ya que permite llevar a cabo las acciones anticipadas, con el propósito de reducir significativamente las consecuencias esperadas por un evento. Esta etapa es la más eficiente y económica en tér-minos de inversión de recursos y del costo social, y se utiliza para disminuir la exposición de los elementos vulnerables tales como las personas, la infraestructura y el medio ambiente.

Las acciones de mitigación deben ser incorporadas en los programas de planificación y desarrollo del área afectada, por lo que es necesario llevar a cabo estudios de amenazas y de vulnerabilidad, los que permiten definir las zonas más adecuadas para la ubicación de asentamientos humanos, actividades productivas, reforzamiento de edificios y desa-rrollo de obras ingenieriles.

preparación: Es el conjunto de medidas y acciones que se toman para reducir al mí-nimo la pérdida de vidas humanas y otros daños, organizando oportuna y eficazmente las acciones de respuesta y rehabilitación. Estas acciones permiten organizar y planificar estratégicamente la respuesta durante el desastre y reforzar las medidas de mitigación con el fin de facilitar los trabajos de rescate, socorro y rehabilitación utilizando los recur-sos disponibles en la forma más racional y efectiva

La preparación busca reducir el sufrimiento individual y colectivo y se concreta en la elaboración de los planes de emergencia, donde se incorporan los planes de respuesta operativa. Los planes de emergencia constituyen el mecanismo a través del cual se de-termina la estructura organizativa, y funcional de las autoridades y organismos llamados a intervenir en un desastre en los niveles regional, local o comunal. Asimismo permite establecer los mecanismos de coordinación y de manejo de recursos.

La preparación es una tarea fundamentalmente intersectorial y multidisciplinaria y está encaminada a reducir las muertes, lesionados y daños materiales, con un uso racio-nal de los recursos disponibles.

Esta etapa de preparación exige una cuidadosa planificación de sus acciones, así como el seguimiento y la evaluación oportuna de su idoneidad acorde a los objetivos trazados para la misma, y magnitud de su alcance con precisa introducción de variantes necesarias a considerar según las circunstancias imperantes.

alerta: Tradicionalmente la alerta ha sido tratada como parte de la preparación, pero dada su enorme importancia es conveniente considerarla como una etapa más con sus particularidades.

Se define como el estado anterior a la ocurrencia de un desastre, declarado con el fin de tomar precauciones específicas, debido a la probable y cercana ocurrencia de un evento destructivo.

El establecimiento de alertas antes de la ocurrencia de un evento, depende de la predicción que pueda hacerse del fenómeno. Por las características de duración, despla-

22 Enfoque Integrado en Cuba de Desastres 23Enfoque Integrado en Cuba de Desastres

• Restablecer los servicios vitales indispensables y el sistema de abastecimiento de la comunidad afectada.

• Reparar la infraestructura afectada y restaurar el sistema productivo con miras a revitalizar la economía.

Las actividades que se realizan en cada una de las etapas se caracterizan por mante-ner una interacción. Por tal motivo los resultados que se obtengan en una etapa esta-rán determinados por el trabajo que se haga en las anteriores.

Posterior a las acciones de respuesta en la zona del desastre, se inicia la rehabilita-ción, siendo la primera etapa del proceso de recuperación.

rehabilitación: Es el proceso de recuperación a corto plazo de los servicios básicos e inicio de la reparación del daño físico, social y económico. Es provisional.

En esta etapa se continúa con la atención de la población, se restablece el funciona-miento de los servicios vitales, como la energía, el agua, las vías de acceso, comunica-ciones, y otros servicios básicos como salud y alimentación.

reconstrucción: Es el proceso de recuperación a mediano y largo plazo, del daño físico, social y económico, a un nivel de desarrollo igual o superior al existente antes del desastre. Es definitivo.

Los efectos de un desastre repercuten tanto social, económica como ambiental-mente. Por ello las acciones en reconstrucción buscan activar las fuentes de trabajo, reactivar la actividad económica de la zona o región afectada; reparar los daños mate-riales en especial en materia de vivienda y de infraestructura, incorporar las medidas de prevención y mitigación del riesgo en el proceso de desarrollo.

Por regla general, cabe estimar que los factores que más influyen en la reconstruc-ción son los siguientes:

• La movilización de los recursos financieros, y la adecuada cuantificación de ayu-da financiera interna o externa.

• La participación de los diferentes sectores en las operaciones de reconstrucción sobre todo en el sector de vivienda.

• Organización nacional para la etapa de reconstrucción que involucre los secto-res e instituciones responsables.

• La magnitud y el carácter de los daños, que determinan los plazos de reconstruc-ción del capital productivo.

• El nivel de desarrollo que ha alcanzado la población.• Incorporación de las comunidades al proceso de reconstrucción.Esta fase puede ofrecer oportunidades e incluir medidas de prevención y mitigación

para evitar que los mismos daños se repitan en el futuro, así como perfeccionar los pla-nes de medidas del territorio.

respuesta: Acciones que se llevan a cabo durante un desastre y que tienen por objeto salvar vidas, reducir el sufrimiento, disminuir pérdidas y proteger bienes. Para ello, se debe poner en práctica el plan de emergencia preestablecido.

En esta etapa es fundamental la coordinación de acciones interinstitucionales pre-vistas en los planes de emergencia y de contingencia. De esta forma se busca un mayor grado de integración entre los organismos responsables de la organización para desas-tres (Comisión Nacional de Emergencia, Comités de Emergencia, las instituciones y la comunidad).

Principales medidas a realizar en esta etapa• Atención médica de urgencia para salvar vidas; recepción masiva de heridos, in-

toxicados y enfermos.• Evacuación de heridos y enfermos por todos los medios posibles, aéreo, terrestre

y acuático.• Reforzamiento con brigadas médicas de apoyo y aseguramiento material para

aquellos lugares que puedan quedar incomunicados.• Coordinar hacia donde se trasladaran los pacientes que requieren de atención,

según el nivel de daño causado.• Apoyo psicológico a los damnificados y al personal de rescate.• Atención médica preventiva y sanitaria y vigilancia epidemiológica a los evacua-

dos y al personal en zona de riesgo.• Garantizar el aseguramiento material y humano según plan.• Vigilancia en salud (información /acción) y medidas de control de las enfermeda-

des infectocontagiosas.• Control sanitario del abastecimiento de agua en cantidad y calidad sanitaria, de

la disposición de residuales líquidos y excretas, de la higiene de alimentos y del almacenamiento, transportación y disposición final de basuras, así como el control de artrópodos y roedores de importancia sanitaria.

• Evaluación de daños, que deben ser realizados paralelamente por un grupo mul-tidisciplinario basado en la inspección ocular y la investigación de terreno con la participación de la comunidad.

• Ejecutar el plan de evacuación de aquellas unidades de salud vulnerables a los factores destructivos.

C. DESPUÉS del desastre Comprende todas aquellas actividades que se realizan con posterioridad al desastre.

Está orientada al proceso de recuperación a mediano y largo plazo. Incluye la rehabilita-ción y reconstrucción con el objetivo de:

24 Enfoque Integrado en Cuba de Desastres

orGaniZación secuencial del ciclo de desastres

Principales medidas a realizar en esta etapa• Vigilancia en salud.• Recuperación de la salud de los lesionados.• Instrucción y divulgación a la población sobre medidas de higiene personal y co-

lectiva.• Mantener la vigilancia y el control epidemiológico de los evacuados.• Informar a las autoridades competentes los daños humanos y materiales ocasio-

nados por el desastre.• Realizar los trabajos de reparación urgente de averías.• Incluir las medidas de prevención y mitigación en los planes de desarrollo del te-

rritorio.• Es muy importante que en la fase de calma, o sea entre desastres, se acopien los

recursos como reservas de aquellos artículos que de acuerdo a las experiencias pasadas son necesarios para dar la primera respuesta por la propia comunidad.

FASES Y ACTIVIDAD FUNDAMENTAL

ETAPAS

OBJETIVOSPRINCIPALES

ANTES DEL EVENTO

PLANIFICACIÓN

• Prevención• Mitigación• Preparación• Alerta

• Impedir que sucesos naturales o tecnoló-gicos determinen un desastre.

• Reducir el impacto.• Reducir la vulnerabi-

lidad.• Organizar y estruc-

turar los diferentes componentes de la respuesta.

• Establecimiento de precauciones espe-cíficas.

DURANTE EL EVENTO

RESPUESTA

• Impacto• Emergencia

AislamientoMedidas externas de rescate y socorrismo

• Apoyo y asistencia a los afectados.

• Medidas de evalua-ción y atenuación de las consecuencias.

• Prevenir la prolonga-ción de los daños y su amplitud.

DESPUÉS DEL EVENTO

RECUPERACIÓN

• Rehabilitación• Reconstrucción

• Recuperación de servicios básicos.

• Vigilancia y educa-ción sanitarias.

• Reparación con al-cance de desarrollo igual o superior al existente previo al desastre.

26 Enfoque Integrado en Cuba de Desastres 27Enfoque Integrado en Cuba de Desastres

eFectos de los desastres naturales en la saludEn el pasado se creía que los desastres súbitos no solo causaban mortalidad gene-

ralizada sino que, además producían un trastorno social masivo y brotes de epidemias y hambrunas, dejando a los sobrevivientes totalmente a merced del socorro exterior. La observación sistemática de los efectos de los desastres naturales sobre la salud humana permitió llegar a conclusiones muy distintas, tanto en lo que se refiere a los efectos de los desastres sobre la salud como en cuanto a las formas más eficaces de proporcionar asistencia humanitaria.

Los efectos de los desastres sobre la salud varían según el tipo de desastre, la situación económica y política del país afectado, y el grado de desarrollo de su infraestructura [24, 25].

1. Efectos inmediatos• Muerte • Traumatismos• Quemaduras• Intoxicaciones agudas y sobreagudas• Asfixia• Congelamiento• Deshidratación• Electrocución

2. Efectos mediatos• Enfermedades transmisibles• Síndrome de irradiación• Trastornos psiquiátricos

3. Efectos tardíos• Enfermedades carenciales• Infecciones crónicas• Enfermedades parasitarias• Enfermedades psiquiátricas• Invalidez parcial o total• Cáncer• Trastornos genéticos

28 Enfoque Integrado en Cuba de Desastres 29Enfoque Integrado en Cuba de Desastres

Gestión del riesGo La gestión del riesgo es el conjunto de acciones dirigidas a enfrentar las amenazas

naturales, disminuir la vulnerabilidad, establecer la mitigación, desarrollar una estra-tegia de prevención y facilitar la reconstrucción en caso de producirse un desastre. Alcanza la máxima participación de actores de la comunidad, promueve la investi-gación de los fenómenos, desarrolla la información y capacitación de la comunidad para enfrentar las amenazas y permite establecer una valoración integral, que abarca la totalidad de las fases de los fenómenos e incorpora esta problemática en las pro-yecciones del desarrollo sostenible.

El Sistema de riesgo funciona de forma interconectada e interactuante y establece vínculos y relaciones; lo componen los siguientes grupos de actores:

• los centros de investigación, las instituciones civiles y privadas y los organis-mos de desarrollo.

• los actores sociales y organizaciones de masa.• los órganos de gestión, gobiernos locales.El objetivo de este sistema es la identificación de las amenazas, la vulnerabilidad y

la capacidad de respuesta, el conocimiento del riesgo que poseen los países, las loca-lidades, los asentamientos y los habitantes, tomando en consideración la capacidad de respuesta que poseen para actuar sobre los factores de riesgo. Además el sistema guía las decisiones políticas a través de un proceso lógico y sistemático que considera las amenazas futuras, la exposición para los diversos actores e incluye la realización de evaluaciones de costos y beneficios de las acciones propuestas.

Existen ciertos elementos que en la actualidad aún obstaculizan el desarrollo de la gestión del riesgo entre los que se citan:

• La baja prioridad brindada al tema en toda su dimensión.• La visión tradicional de privilegiar al desastre en el momento de producirse.• La falta de asimilación del criterio local y de la participación comunitaria.• El carácter de la asistencia técnica, económica y material.• El desconocimiento de las funciones de los actores.• La rigidez en las normas y leyes existentes.• La presencia de diversidad de visiones (no se enfrenta la particularidad del

caso, existe falta de participación y diálogo, las soluciones técnico adminis-trativa son generales y no siempre son sostenibles, aspiraciones e intenciones no conjugadas entre lo local y lo externo, no se aprovechan las experiencias locales, entre otros).

experiencia de la gestión del riesgo en cubaLa Defensa Civil en Cuba, que centra la problemática de los desastres, constituye un

sistema de medidas defensivas de carácter estatal programadas para enfrentar situacio-nes de emergencia en el país con el propósito de proteger a la población y la economía contra la destrucción causada por los desastres [26].

A pesar de las limitaciones económicas imperantes en el país y agravada por la fre-cuencia e intensidad de los ciclones tropicales, el país cuenta con las siguientes potencia-lidades que se convierten en fortalezas para el desarrollo de la gestión del riesgo.

Fortalezas• La voluntad política que prioriza la temática.• Las sinergias alcanzadas entre instituciones científicas, de ordenamiento territo-

rial, de la vivienda, de defensa civil y universidades.• La identificación de políticas, estrategias y medidas para la prevención, mitiga-

ción, preparación y respuesta a diversos plazos temporales que incluyen la rehabi-litación y reconstrucción ante los desastres.

• La existencia de leyes, decretos leyes de defensa civil y normas constructivas.• La planificación del desarrollo y existencia de un proceso inversionista conciliado

con la Defensa Civil.• El fortalecimiento de las capacidades institucionales y humanas.• La existencia de un sistema de predicción, monitoreo y vigilancia de las amenazas.• La formulación de planes de reducción de desastres.• La organización de la población.• La información y capacitación alcanzada en la población.• Las oportunidades de realizar proyectos con financiamiento internacional y nacio-

nal sobre la temática, con prioridad en los estudios a escala local.Frente a estas potencialidades también existen insuficiencias debidamente identifica-

das resultantes del desarrollo histórico de los asentamientos poblacionales y a factores económicos que se convierten en fuertes amenazas para el logro de la gestión de riesgo.

insuficiencias• Las limitaciones en recursos económicos.• El desarrollo inadecuado para el hábitat en los territorios.• La existencia de un fondo habitacional con alto índice de deterioro, por vejez y

falta de mantenimiento, viviendas precarias distribuidas en el sistema de asen-tamientos, la mayor concentración en las dos principales ciudades, La Habana y Santiago de Cuba.

30 Enfoque Integrado en Cuba de Desastres 31Enfoque Integrado en Cuba de Desastres

• El crecimiento urbano acelerado de la población, cuando aún existe déficit de vi-viendas, condiciones de hacinamiento en determinadas ciudades, déficit de reposi-ción y mantenimiento de la vivienda y ejecución parcial de la obras de urbanización.

• La herencia histórica de la falta de integralidad en los procesos de asimilación del territorio rural y urbano.

• Las limitaciones de construcción de viviendas para las generaciones futuras, con los requisitos para hacer decrecer la vulnerabilidad, en particular en materia de techos, motivado por la necesidad de ejecutar programas de bajo costo y de cons-trucción progresiva.

• La ausencia parcial o total de alcantarillado y el mal estado de las redes existentes.• El deterioro de las áreas verdes urbanas y la deforestación de las márgenes de ríos

y cañadas en sectores urbanos.

peliGros naturales que aFectan a los asentaMientos poBlacionales en cuBaLos peligros naturales que más afectan a la población cubana son de carácter hidro-

meteorológico y están muy relacionados con el comportamiento del clima, los más sig-nificativos son [27]:

• los ciclones tropicales que nos afectan sistemáticamente y que conjugan la acción de la fuerza de los vientos, los acumulados de precipitaciones y la acción devasta-dora de la surgencia (responsable de las mayores pérdidas humanas y económicas);

• las lluvias torrenciales, las bajas extratropicales y los vientos sures; • la sequía, evento de aparición lenta, que afecta actualmente al país con más seve-

ridad en la región oriental, crea condiciones de estrés en la población, básicamen-te debido a la escasez de agua para el desarrollo de la vida y la propia economía agrícola;

• los tornados, evento local de variada intensidad y frecuente aparición en las llanu-ras interiores.

Los peligros de carácter tectónico aunque son poco frecuentes, ocurren sismos de poca intensidad, localizados fundamentalmente en la zona oriental del país, pero no se descartan los de gran intensidad y se efectúan simulacros de preparación.

Entre los peligros geomorfológicos se destaca el retroceso de la línea costera que en forma puntual alcanza hasta 3 m por año y en menor magnitud existen fenómenos de deslizamientos en las zonas montañosas.

En la actualidad las amenazas más significativas son la intensa sequía en la región oriental, que en menor magnitud ha afectado a todo el territorio nacional y la frecuencia

de huracanes en la región occidental y central del país, consecuentemente con la presen-cia de un ciclo de actividad ciclónica alta.

Un estudio realizado en el país por Rodríguez y colaboradores [28] determinó que toda la población es vulnerable en mayor o menor grado a la amenaza de los huracanes y las tormentas tropicales; el 10% de los habitantes localizados en 245 asentamientos cos-teros son vulnerables al ascenso del nivel del mar originados por eventos meteorológicos severos; mientras más de 1 millón de habitantes localizados en el 14% de la superficie del país (aproximadamente 15 810 km2) y en 1056 asentamientos (94% rurales), se localizan en ambientes secos y subhúmedos, que si bien son los más vulnerables a la sequía, en las condiciones actuales se sobrepasa estos valores.

Reportes de la Defensa Civil, señalan que los movimientos sísmicos se concentran en la región oriental donde habita un tercio de la población total, aunque se han registrado algunos epicentros en el resto del país. El movimiento más fuerte notificado en los últi-mos 200 años se reporto en la provincia de Santiago de Cuba, el 20 de marzo de 2010 siendo de 5,5 grados en la escala de Richter, el cual se sintió además en los territorios de Guantánamo, Granma y Holguín. Ya que en 1766 se reporto un evento telúrico de una magnitud de 7,6 y una intensidad de 9 en la escala MSK (mide los efectos sobre las edifi-caciones y la infraestructura en general).

Con relación a los huracanes, al repasar las estadísticas, observamos que con excep-ción del 2006, entre 1998 y 2008 todas las temporadas registraron en el Caribe una canti-dad de ciclones nombrados muy por encima del promedio histórico de diez.

Por ejemplo, las de 1998 y 1999 tuvieron 14 y 12, respectivamente, mientras hubo 14 en la del 2000, y 15 al año siguiente. Tras bajar a 12 en el 2002, la del 2003 reportó 16, y quedó en 15 la del 2004. En el 2005 se estableció el récord vigente de 28 —con 15 hura-canes— para descender a 10 en el 2006, y subir a 15 en el 2007, y a 16 en el 2008.

El récord histórico de más ciclones en una temporada lo tiene la de 1933 con 21 tor-mentas tropicales y huracanes, y le sigue la de 1995, con 19. En cuanto al número de hu-racanes, la de 1969 tiene la primacía al registrar un total de 12.

Con respecto a Cuba, la frecuencia de azote también ha aumentado durante ese periodo. Así tuvimos los casos de los huracanes George, en septiembre de 1998; Michelle (noviembre de 2001), Isidore y Lilly (septiembre y octubre de 2002), Charley e Iván (agosto y septiembre de 2004), Dennis (julio de 2005) y Gustav, Ike y Paloma (agosto, septiembre y noviembre de 2008).

Tras el paso de Gustav, Ike y Paloma, esa década se convertió en la más activa para Cuba en lo referido al azote de huracanes de gran intensidad, al sumar siete los organis-mos tropicales de esa fuerza que afectaron al territorio nacional entre el 2001 y el 2008: Michelle (categoría 4), Charley (categoría 3), Iván (categoría 4), Dennis (categoría 4), Gus-tav (categoría 4), Ike y Paloma (categoría 3).

32 Enfoque Integrado en Cuba de Desastres 33Enfoque Integrado en Cuba de Desastres

importante hito en el quehacer ambiental nacional, ya que además de inducir a la inclu-sión del concepto de desarrollo sostenible en el mencionado artículo 27 de la Constitu-ción, conllevó a la elaboración del Programa Nacional de Medio Ambiente y Desarrollo en 1993, que sin lugar a dudas, constituyó el antecedente de otros hechos y momentos de especial relevancia.

Entre estos últimos destacan la creación en 1994 del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) como rector en la esfera ambiental, la adopción en 1997 de la Estrategia Ambiental Nacional como documento directriz de la política ambiental cuba-na y la aprobación por la Asamblea Nacional del Poder Popular de la Ley 81 “Del Medio Ambiente”, que establece, entre otros aspectos, el deber del Estado, los ciudadanos y la sociedad en general de proteger el medio ambiente mediante su conservación y uso ra-cional, la lucha sistemática contra las causas que originan su deterioro, la prevención de los impactos ambientales negativos y la reducción y eliminación de las modalidades de producción y consumo ambientalmente insostenibles.

Sin embargo, aún con estos avances y logros, en la Estrategia Ambiental Nacional 2007-2010 [30], se identifican 5 problemas ambientales principales del país. Estos son:

degradación de los suelos. Ocasionada por factores como el bajo contenido de ma-teria orgánica, la baja fertilidad, la erosión, el mal drenaje, la elevada compactación, la salinización, la contaminación, la pedregosidad y la desertificación.

afectaciones a la cobertura forestal. En el último reporte nacional se refleja que Cuba dispone de un índice de boscosidad de 25,3%. Entre los factores que más han afec-tado en los últimos años, se encuentran los incendios forestales, muchos de ellos inicia-dos en potreros y campos de caña, que finalmente llegan a los bosques, así como los huracanes que azotaron al país.

contaminación ambiental. Este fenómeno tiene diferentes manifestaciones y de manera general sus principales causas son el deficiente manejo de residuales líquidos, desechos sólidos y emisiones a la atmósfera; la insuficiente aplicación de enfoques pre-ventivos; la falta de conciencia ambiental de muchos de los actores involucrados en la gestión ambiental a los diferentes niveles; las debilidades en la aplicación de la legisla-ción y normas vigentes y la carencia de recursos materiales y financieros para acometer las inversiones requeridas, sustituir tecnologías obsoletas e implementar un sistema de monitoreo ambiental que sustente la toma de decisiones.

pérdida de la diversidad biológica. Cuba, como país insular cuenta con una diver-sidad biológica particular y con valores muy altos de endemismo, que condicionan a la vez la fragilidad y vulnerabilidad de algunos de los ecosistemas. Entre las principales causas que han provocado la pérdida de diversidad biológica se pueden mencionar las siguientes: alteraciones, fragmentación o destrucción de hábitat, ecosistemas y paisajes;

Por la magnitud de los daños materiales ocurridos y su acción combinada el 2008 se convirtió en el más devastador en la historia de estos fenómenos meteorológicos.

Los mayores desastres naturales reportados en Cuba se vinculan a las inundaciones cos-teras por penetraciones del mar y muy especialmente a la marea de tormenta o surgencia que acompaña a los huracanes; la mayor que se tiene noticias ocurrió el 9 de noviembre de 1932 y motivó la destrucción total del asentamiento costero de Santa Cruz del Sur en la pro-vincia Camagüey, ocasionando más de 3 000 muertes, cuando el mar ascendió más de 6 m; otra surgencia significativa se vincula al huracán del 18 de octubre de 1944, que destruyó el asentamiento de Cajío en la costa sur de la provincia de La Habana, los vientos alcanzaron rachas de 262 km/h y ocasionó 310 muertes. Las lluvias torrenciales asociadas con el hura-cán Flora del 4 al 7 de octubre de 1963 ocasionó en la región oriental del país la segunda ca-tástrofe natural de nuestra historia. El lento y errático movimiento del huracán sobre zonas montañosas produjo acumulados de hasta 1800 mm en 72 horas, prácticamente la lluvia de un año en tres días. Hubo que lamentar más de 1000 muertes [29].

salud ambiental y la organización del aseguramiento higiénico-epidemiológicoEs importante significar que cada vez más se acepta el concepto de que los desastres

no son naturales, pues existe la tendencia y regularidad mundial en reconocer la relación directa entre los procesos antrópicos, es de decir, ocasionados por la actividad humana con la ocurrencia de desastres en el mundo.

Todo este proceso de desarrollo de la sociedad humana ligado al crecimiento eco-nómico y de la población, la urbanización descontrolada, así como la evolución sin pre-cedentes de las tecnologías, ha provocado una amplia y compleja gama de problemas ambientales cuyas manifestaciones más conocidas son la contaminación de las aguas, el aire y los suelos, el deterioro y agotamiento de los recursos naturales y del patrimonio social, histórico y cultural, el incremento de la pobreza, de las enfermedades y la desigual-dad social. Es a partir de la segunda mitad del siglo XX, que se reconoce la necesidad de proteger el ambiente, debido a la interrelación e interdependencia de los elementos que lo componen y las afectaciones que todo eso representa para el hombre.

La protección del medio ambiente tiene rango constitucional en Cuba. El artículo 27 de la Constitución de la República establece: “El Estado protege el medio ambiente y los recursos naturales del país. Reconoce su estrecha vinculación con el desarrollo económi-co y social sostenible para hacer más racional la vida humana y asegurar la supervivencia, el bienestar y la seguridad de las generaciones actuales y futuras. Corresponde a los ór-ganos competentes aplicar esta política”.

En los años transcurridos desde el triunfo de la Revolución, el país ha tenido impor-tantes avances y logros en la esfera ambiental. En particular la Cumbre de Río marcó un

34 Enfoque Integrado en Cuba de Desastres

la sobreexplotación de recursos de la biodiversidad como los pesqueros y forestales; la contaminación del suelo, las aguas y la atmósfera; la introducción de especies exóticas invasoras que sustituyen o afectan el funcionamiento de los ecosistemas y especies nati-vas; las actividades ilícitas como la caza y la pesca furtivas, así como el uso y comercio de especies amenazadas y otros recursos de la naturaleza sin planes de manejo y estudios que avalen estas actividades.

Otros factores que han incidido en este problema ambiental son el empleo de prácti-cas inadecuadas de pesca, cosecha y preparación de los suelos para la agricultura; el cam-bio del uso de los suelos, los eventos de sequías, lluvias intensas, penetraciones del mar y elevación de la temperatura, el incremento de fenómenos extremos como los huracanes, así como los incendios forestales.

carencia de agua. Los recursos hídricos potenciales del archipiélago cubano se evalúan en un total de 38,1 km3. De estos, 6,4 km3 corresponden a aguas subterráneas y 31,7 km3 a aguas superficiales. Los recursos hidráulicos aprovechables se evalúan en alrededor de 24 km3 anuales, de los cuales el 75% corresponde a las aguas superficiales. La infraestructura hidráulica existente permite poner a la disposición de las demandas económicas, sociales y ambientales el 57% de los recursos aprovechables y alcanzar una disponibilidad potencial de alrededor de 1 220 m3 por habitante por año para to-dos los usos, que es realmente insuficiente y según las clasificaciones internacionales reconocidas, se corresponde con una situación de estrés hídrico.

Cuba ha estado sometida en el último decenio a diferentes episodios de sequía, que han determinado una limitada disponibilidad de agua con la consecuente competencia entre los usuarios. El evento de sequía iniciado en mayo de 2003 por el oriente del país y que, de manera progresiva, se extendió por todo el territorio nacional hasta mayo de 2005, generó el déficit de agua más intenso registrado en el país en los últimos 100 años y provocó significativos impactos en la economía y la sociedad; sin embargo, debido a la desigual distribución de los recursos hídricos en el país, la sequía no afectó de la misma forma a todo el territorio nacional. Puede afirmarse que la disponibilidad y calidad del agua se ven afectadas por diferentes factores naturales (sequías prolongadas, variaciones en el régimen estacional, etc.) y antrópicos (intrusión salina, sobreexplotación de acuífe-ros, contaminación, pérdidas en la conducción y redes de distribución, uso ineficiente del recurso agua e insuficiente cultura de ahorro).

36 Enfoque Integrado en Cuba de Desastres 37Enfoque Integrado en Cuba de Desastres

aseGuraMiento hiGiénico – epideMiolóGicoCuando se produce un desastre el aseguramiento higiénico- epidemiológico se reali-

zará con las Unidades, Centros Municipales y Provinciales de Higiene y Epidemiología. Las escuadras higiénico - epidemiológicas en las áreas de salud garantizan conjuntamente con las Unidades y Centros de Higiene las medidas educativas de control higiénico - sani-tario a los evacuados y población general.

Las principales medidas higiénico - sanitarias y antiepidémicas en estas condiciones serán [14, 17]:

• Control del abastecimiento y calidad sanitaria del agua.• Control de los desechos sólidos, residuales líquidos y excretas.• Nutrición y control higiénico de los alimentos.• Acciones de vigilancia entomológica y control de vectores en función de la profi-

laxis higiénica epidemiológica.• Control sanitario de los asentamientos. • Educación para la salud a grupos de riesgo.• Vigilancia epidemiológica de enfermedades transmisibles.

control del abastecimiento y calidad sanitaria del aguaEs necesario revisar todos los suministros públicos de agua potable, comenzar por

el sistema de distribución y progresar hacia las fuentes. Los orígenes de agua existen-tes deben ser establecidos y, en caso de necesidad, se asegura su suplencia por medio de tanques y recipientes donde pueda ser tratada, almacenada y distribuida. Durante los primeros días de la fase de emergencia se requiere una cantidad mínima de 5 litros por persona/día, que sólo cubre las necesidades de bebida, cocina y poca cantidad para higiene personal; por tanto, tan pronto sea posible, esa cantidad debe incrementarse a 15 o 20 litros por persona/día, cantidad que es suficiente para bebida, cocina, higiene personal y lavado de ropa y utensilios de cocina. Estas necesidades se basan en cálculos de población general y no son aplicables a los servicios de salud. Es esencial confirmar la integridad física de los componentes del sistema, su capacidad y la calidad bacteriológica y química del agua suministrada. Debe hacerse análisis de la calidad del agua que se está utilizando para consumo, teniendo en cuenta que ésta debe contener menos de 10 coli-formes fecales/100 mL. Otro punto a tener en cuenta es la turbidez, en caso de que en la inspección macroscópica el agua sea muy turbia o cuando microscópicamente esta turbi-dez sea mayor de 20 NTU (unidad de turbidez nefelométrica) debe recibir un tratamiento previo al consumo humano. El aspecto más importante de seguridad pública en relación con la calidad del agua es su contaminación microbiana. La primera prioridad para garan-tizar la calidad del agua en situaciones de emergencia es la cloración; gracias a su eficacia,

costo y disponibilidad, este es el mejor medio para desinfectar y hacer un tratamiento de urgencia al agua. Se recomienda aumentar los niveles de cloro residual y elevar la presión del sistema de distribución del agua. En situaciones de emergencia, se recomienda un nivel mínimo de cloro residual en el grifo de 0,7 mg/L. Los análisis de cloro residual deben iniciarse de inmediato mediante estuches sencillos de análisis, y deben mantenerse hasta la fase de rehabilitación. Los valores de cloro libre residual entre 0,2 y 1,0 mg/L son consi-derados normales y permiten considerar el agua examinada como potable; sin embargo, en situaciones de emergencia se considera que el valor de cloro residual admisible para considerar el agua como segura es entre 0,3 a 1,3 mg/L.

recomendaciones de agua para supervivenciaBajo las condiciones más desfavorables de temperatura, trabajo físico y dieta, la inges-

tión mínima diario de agua de un adulto para prevenir el deterioro que se produce por la deshidratación es de aproximadamente 1 litro.

consumo diario promedio de agua.Las necesidades de agua de un individuo tipo en situación de emergencia disminuyen

aproximadamente a 1/3 de lo básico. El consumo diario de agua se calcula del siguiente modo:

Durante la evacuación 6 litros por personaHospitales de campaña 40-60 litros por personaCentros de alimentación 20-30 litros por personaAlbergues y campamentos 15-20 litros por persona

El tratamiento del agua tiene como finalidad mejorar su calidad sanitaria, estética, y desde el punto de vista económico. En casos de desastres debemos asegurar que la mis-ma tenga la calidad adecuada, por lo que se debe realizar su tratamiento con el objetivo de eliminar los gérmenes patógenos presentes. Existen métodos sencillos para la purifi-cación de pequeños volúmenes de agua de consumo como son:

• Ebullición (por lo menos 10 minutos). • Filtración. • Desinfección (el más utilizado en situaciones de emergencia).

desinfección del agua con iodoAplicar 3 ó 4 gotas de tintura de iodo a un litro de agua y esperar 30 minutos para

su consumo.

38 Enfoque Integrado en Cuba de Desastres 39Enfoque Integrado en Cuba de Desastres

Los sistemas de disposición de excretas y aguas residuales pueden clasificarse en dos gru-pos bien definidos, según el número de instalaciones a las que presten servicio; ellos son:

1. Sistemas públicos: alcantarillados 2. Sistemas individuales:

• con vehiculación hídrica: tanques sépticos, pozos absorbentes, tanques Imhoff, etc. • sin vehiculación hídrica: letrinas sanitarias (son los más utilizados en situacio-

nes de emergencia).Se estima una necesidad en los primeros días de emergencia de 1 letrina por cada 50 a

100 personas y aumentarla tan pronto sea posible a 1 letrina por 20 personas (idealmen-te, debe ser 1 letrina por cada familia).

b) control sanitario de los desechos sólidosFases del control sanitario de los desechos sólidos El control sanitario de los desechos sólidos comprende tres fases, que son: 1. Almacenamiento domiciliario. 2. Recolección y transporte. 3. Disposición final.

Métodos de disposición final de desechos sólidosLos métodos más utilizados para la disposición final de los desechos sólidos son los

que se enumeran a continuación, de los cuales los dos primeros son incorrectos desde el punto de vista sanitario.

1. Vertedero a cielo abierto. 2. Lanzamiento a masas de agua naturales. 3. Conversión en abono (compostado). 4. Incineración. 5. Relleno sanitario:

• método de zanjas • método de prismas

en casos de desastres:Estimar la cantidad, tipo y capacidad de recipientes para el almacenamiento de los

residuos de acuerdo con la cantidad de personas y los servicios existentes La capaci-dad de los recipientes será de 50-100 litros y no debe sobrepasar de 20-25 kg. cuando esté lleno.

Proporcionar tres o cuatro recipientes para cada 100 personas y distribuirlos de ma-nera que cada familia tenga acceso a un recipiente (que podrá ser también una bolsa

desinfección del agua con cloro Preparación de una solución madre: • agregar una cucharadita de hipoclorito de Ca al 60% a un litro de agua. • conservarla en un frasco de cristal ámbar o verde. Añadir a:

1 litro de agua 10 gotas de solución 1 cubo de agua 4 mL de solución 1 tanque de 190 L 80 mL de solución

Si elige tratar el agua para beber con hipoclorito de sodio al 1% esnecesario recordar que:• Para un litro de agua debe añadir 3 gotas.• Para un litro y medio de agua debe añadir 5 gotas.• Para 20 litros de agua debe añadir 60 gotas equivalente a 3ml.

características de las epidemias de origen hídricoLas enfermedades de transmisión hídrica pueden presentarse en el hombre en forma

endémica o epidémica, en este último caso presentan las siguientes características: 1. Aparecen en forma explosiva en un gran número de personas que son suscepti-

bles y están expuestas al riesgo. 2. Generalmente hay una distribución geográfica particular de los casos (relacionada

con el consumo del agua contaminada por un sector de la población). 3. No hay distinción en cuanto a edad, sexo, ni profesión. Enferman los susceptibles

que consumen el agua contaminada. 4. La epidemia se establece bruscamente y se desarrolla en un tiempo más o

menos determinado, por tratarse de la contaminación de una fuente única. Si se mantiene, la epidemia se prolongará; si se detiene, su curso será corto. El momento de aparición de los casos depende de la extensión del periodo de incubación.

5. La epidemia se presenta con una curva en forma de aguja, con un rápido ascenso y descenso también rápido, si se ha eliminado el uso del agua contaminada.

6. A menudo son mixtas, con la posible aparición de otras infecciones del aparato digestivo.

control de los desechos sólidos, residuales líquidos y excretasa) sistemas de disposición de excretas y aguas residuales

40 Enfoque Integrado en Cuba de Desastres 41Enfoque Integrado en Cuba de Desastres

plástica). Los recipientes deben estar apartados del suelo, por ejemplo sobre una tarima. Deben vaciarse y lavarse todos los días.

• En caso de existir servicio regular de recolección y disposición final: coordinar con la entidad responsable para cubrir la recogida de la basura del albergue o cam-pamento, verificar la accesibilidad del servicio regular de recolección y tomar las medidas pertinentes para el albergue o campamento. Si el servicio regular no tie-ne acceso al albergue o campamento, ubicar puntos de acopio de residuos en los alrededores y colocar depósitos o contenedores para su almacenamiento lejos de las fuentes de agua.

• En caso de no existir servicio regular de recolección y disposición final. Organizar el servicio de recolección, transporte y disposición final de residuos con interven-ción de las personas que habitan el albergue o campamento.

Para la disposición final, usar el método del entierro, mediante la construcción de trin-cheras de 1,5 m de ancho, 1,5 m de longitud y 2 m de profundidad. Al final de cada día se cubre la basura con 15 cm de tierra y se apisona. La duración de esta trinchera es de diez días para una población de 200 personas. Para poblaciones mayores, aumentar pro-porcionalmente el área de la trinchera hasta una dimensión máxima de 3m x 3m. Antes de que la trinchera esté llena se cubre con una capa de tierra apisonada de 40 cm., de tal forma que quede al nivel del terreno natural. Luego se excava otra trinchera.

Recomendaciones para los desechos del hospital de campaña:• Separar los residuos en comunes, peligrosos y punzocortantes, estos últimos de

preferencia en depósitos rígidos con fundas plásticas. • Disponer los residuos comunes en la trinchera descrita anteriormente o en otra de

similares características. • Los residuos peligrosos serán destruidos en un quemador casero que puede cons-

truirse con un tanque de combustible que debe tener un agujero para la ventila-ción en la parte inferior y en cuyo interior se coloca una parrilla para sostener los residuos. Las cenizas se dispondrán en la trinchera para residuos comunes.

• Los residuos punzocortantes se dispondrán en una fosa o pozo de 1 m3 de capa-cidad cubierta con una loza pesada de concreto por la cual atraviesa un tubo de 2 pulgadas de diámetro que sobresale alrededor de 1,5 m de la parte superior de la loza. Por el tubo se introducirán agujas y hojas de bisturí sin la jeringa o los tubos de venoclisis.

nutrición y control higiénico de los alimentosLa desnutrición es frecuente en las poblaciones desplazadas y es una importante

causa que incide en la mortalidad, principalmente en niños menores de 5 años. Una

atención máxima debe darse a la ración de alimentos distribuida por persona; se ha estimado que la cantidad de calorías por persona necesarias oscila entre 1900 y 2100 kcal/día. La cantidad de calorías por persona debe ser modificada e incrementar el requerimiento calórico en 1% por cada grado de temperatura por debajo de los 20 °C y tener en cuenta para el aumento de las recomendaciones nutricionales, la labor que realizan las personas y la edad. Debe realizarse una evaluación del estado nutricional para establecer la situación real y la necesidad de programas especiales de nutrición. Cualquier puesto de salud ubicado en la región puede servir para monitorear el es-tado nutricional de los niños, medir su peso y talla durante las oportunidades que tengan. Especial atención debe dedicarse a la ingestión de micronutrientes (hierro, vitaminas A, C y niacina, entre otros) que son condicionantes de enfermedades que favorecen infecciones y mayores tasas de mortalidad [14].

principios de nutrición en situaciones de emergencia• Al alimentar personas normalmente sanas, no lesionadas, de 4 años o más, exclu-

yendo mujeres embarazadas y lactando y obreros esenciales, el alimento debe apla-car el hambre y sostener la moral, más que seguir los patrones nutricionales rígidos. La mayoría de los expertos dan gran importancia a sopas y bebidas calientes.

• Unas 4 toneladas de víveres típicas por día servirán para alimentar a unas 10000 personas; además de los productos básicos, se necesita aceite de cocina, verdu-ras, sal y combustible, y también son útiles desde el punto de vista psicológico, aunque no indispensables, té, café, azúcar y especias. Incluso en esta fase inicial, la leche u otros alimentos especiales para niños pueden repartirse cuando estos pasan por el punto de abastecimiento.

• Los alimentos esenciales para periodos cortos son el agua y los de un alto valor energético.• Es necesario el suministro adecuado para el cuidado de embarazadas, mujeres

lactando, lactantes y niños pequeños, así como la alimentación de enfermos y lesionados.

• La alimentación adecuada de los menores de un año es la lactancia materna.• Dado que la productividad de obreros en trabajos extenuantes se deteriora mar-

cadamente cuando reciben alimentos insuficientes, debe asegurarse una alimen-tación adecuada de los obreros esenciales.

• Si la alimentación de emergencia debe seguirse por un tiempo más prolongado, el problema de los nutrientes individuales y calorías adquiere importancia, tiene que asegurarse las necesidades de proteínas, tiamina y otras vitaminas del complejo B y ácido ascórbico. El suministro de minerales y vitaminas liposolubles no se consi-dera un problema, a no ser que la situación persista durante varios meses.

42 Enfoque Integrado en Cuba de Desastres 43Enfoque Integrado en Cuba de Desastres

necesidades nutricionales en situaciones de emergenciaLa ración diaria promedio se estima entre 1500 kcal (mínimo) y 2400 kcal (recomen-

dada o ideal). Debe considerare el mantenimiento de la ingestión energética a niveles adecuados para la supervivencia (1800 kcal/día).

La ración de supervivencia debe contener entre 5 y 10% de proteínas, equivalente en valor biológico a los cereales corrientes, alrededor del 30% de calorías de las grasas y el resto de los carbohidratos.

Existen cuatro maneras de distribución de los alimentos de socorro:1. Distribución de víveres (raciones secas).2. Alimentación en masa (alimentos cocidos).3. Alimentación suplementaria para los grupos vulnerables.4. Alimentación terapéutica.

Malnutrición proteico energética (Mpe)La malnutrición proteico energética (MPE) es un trastorno que se encuentra común-

mente, y suele afectar a la población en la secuencia siguiente:1. Niños de 0 a 12 meses sujetos a lactancia artificial.2. Mujeres que dan pecho, y niños de 1 a 3 años en proceso de destete.3. Embarazadas y niños de 3 a 5 años.4. Niños en edad escolar y personas ancianas.5. Hombres y mujeres adultos y adolescentes.Las formas graves de MPE son:• Marasmo nutricional.• Kwashiorkor.• Kwashiorkor marásmico.

conceptos de alimentación socialAlimentación social es la serie de actividades de tipo económico, dietético y sanitario que

se realizan para obtener comidas calientes, sanas, nutricionalmente adecuadas, baratas y lis-tas para el consumo. Consiste en la centralización de la producción de alimentos elaborados en forma masiva para satisfacer las necesidades fundamentales en escolares y obreros.

Parámetros sanitarios de aplicación en la alimentación social1. Las comidas calientes deben consumirse antes de 2 horas después de su confección. 2. Mantener temperatura no menor de 65 ºC hasta el momento del servicio. 3. De no ser esto posible, mantener los alimentos en refrigeración (no más de 7 ºC) y

calentar (65 ºC) cuando se vayan a consumir.

4. No más de 10 km de distancia entre la cocina y los lugares de consumo. De no cumplirse estos requisitos se puede producir el deterioro o contaminación de

los alimentos elaborados.Control de los alimentos • durante el almacenamiento, refrigeración, elaboración y al servirse. • protección contra insectos y roedores. • lavar cuidadosamente los que se consumen crudos. • conservar muestras testigos de cada menú durante 24 horas.

Control de los manipuladores • examen médico, inmunizaciones y coprocultivo. • uso de gorro y uniforme adecuados (bien limpios). • hábitos correctos de higiene personal.• no hacer labores de limpieza u otras.• no lesiones de la piel, diarreas, etc.

requisitos sanitarios para la elaboración de alimentos Establecimientos• Estarán situados en zonas exentas de olores objetables, humo, polvo y otros con-

taminantes, y no expuestos a inundaciones. • Deben ser de construcción sólida y mantenerse en buen estado. • Sus características permitirán la separación de las operaciones susceptibles de

causar contaminación cruzada y se cumplirá el principio de la “marcha hacia ade-lante” en el proceso de elaboración.

Zonas de elaboración• Los pisos y paredes en la zona serán de materiales impermeables, lavables y anti-

deslizantes. Además, las paredes tendrán colores claros y hasta una altura apropiada para las operaciones deberán ser lisas y sin grietas, fáciles de limpiar y desinfectar.

• Los techos se construirán de manera que se impida la acumulación de suciedad. • Las ventanas y otras aberturas permitirán la limpieza con facilidad. • Las instalaciones en esta zona poseerán sistemas de ventilación e iluminación apropiados. Instalaciones sanitarias• Se dispondrá de abastecimiento de agua potable. • El sistema de evacuación de aguas residuales y pluviales se mantendrá en buen

estado de funcionamiento. • Se contará con locales para el vestuario y el aseo personal de los trabajadores, los

que deben tener las instalaciones necesarias.

44 Enfoque Integrado en Cuba de Desastres 45Enfoque Integrado en Cuba de Desastres

• El número de inodoros, urinarios, lavamanos, duchas y taquillas se ajustará a las regulaciones establecidas por la autoridad sanitaria.

Equipos y utensilios• Deben ser de un material que no transmita sustancias tóxicas, olores y sabores, ser

inabsorbentes y resistentes a la corrosión. • Debe evitarse el uso de madera y otros materiales que no puedan limpiarse y des-

infectarse adecuadamente. • Todo el equipo y los utensilios deberán estar diseñados y construidos de modo

que permitan una fácil y completa limpieza. Manipulación de los alimentos en el proceso de elaboración • Todo manipulador de alimentos recibirá un adiestramiento básico en materia de

higiene de los alimentos. • No podrán manipular alimentos aquellas personas que padezcan de infecciones o

lesiones dérmicas, otitis, rinitis o conjuntivitis, u otras infecciones agudas respira-torias o gastrointestinales.

• Los manipuladores usarán un vestuario adecuado a su puesto de trabajo, que debe mantenerse limpio.

• Mantendrán un buen aseo personal, uñas cortas y limpias, cabello recogido y cu-bierto con gorro o pañuelo. Durante su labor no usarán prendas u objetos que constituyan riesgo de contaminación para el alimento.

• En el área de elaboración no se podrá fumar, comer, hablar encima de los alimen-tos o realizar cualquier otra práctica no higiénica.

• El manipulador de alimentos no podrá realizar a la vez tareas de limpieza de pisos o locales y equipos o utensilios.

• Limpieza y desinfección al final de cada jornada de labor: • física (ausencia de desperdicios y materias extrañas). • química (adecuada selección de detergentes y desinfectantes utilizados) .• bacteriológica (ausencia razonable de microorganismos en la línea de

producción) .

requisitos sanitarios en el almacenamiento de alimentos

Características de los locales• Deben ser secos, bien ventilados e iluminados. • Techos paredes y pisos de material resistente y que permitan su limpieza con facilidad. • Puertas protegidas contra la entrada de roedores. • Tarimas en cantidad suficiente para que los productos puedan ser almacenados

adecuadamente (altura no menor de 40 cm desde el piso y separadas de las pare-des no menos de 15 cm).

Organización de los productos• Toda la mercancía debe estar debidamente ordenada y no entrar en contacto con

el suelo y paredes. • No se aceptarán alimentos descompuestos o alterados. • Se realizará la rotación de los productos dando salida primero a los que llevan más

tiempo de almacenados. • No se permitirá guardar otros productos conjuntamente con los alimentos (insec-

ticidas, fertilizantes, productos químicos, útiles de aseo, ropas, zapatos, etc.).

Limpieza del almacén• Será diaria, teniendo cuidado de eliminar todos los envases vacíos. • Además, se realizará limpieza general en forma sistemática, que debe incluir pare-

des y techos. Si es necesario se empleará cloro o detergentes. • Revisión periódica de los productos enlatados para decomisar los que presenten

signos de alteración. • Realización periódica de acciones de desratización y desinsectación.

Cámaras de frío• Deben tener los pisos, paredes y techos de material resistente e impermeable, li-

sos y en buen estado de conservación. • Deben estar dotadas de ganchos, anaqueles, parrillas y bandejas en número sufi-

ciente. • Deben contar con un termómetro para controlar la temperatura interior. • Los alimentos tales como el pescado, leche, carnes y mariscos deben refrigerarse

protegidos y bien separados, a fin de evitar la captación de olores de unos por otros.

• No almacenar sustancias biológicas, medicamentos, etc. en el interior de las cámaras.

• Los cuartos de frío y neveras deben permanecer constantemente limpios.

“reglas de oro” de la oMs para la preparación higiénica de los alimentos• Elegir los alimentos tratados con fines higiénicos.• Cocinar bien los alimentos.• Consumir inmediatamente los alimentos cocinados.• Guardar cuidadosamente los alimentos cocinados.

46 Enfoque Integrado en Cuba de Desastres 47Enfoque Integrado en Cuba de Desastres

• Recalentar bien los alimentos cocinados.• Evitar el contacto entre los alimentos crudos y los cocinados.• Lavarse las manos a menudo.• Mantener escrupulosamente limpias todas las superficies de la cocina.• Mantener los alimentos fuera del alcance de insectos, roedores y otros animales.• Utilizar agua pura.

Se estima que las enfermedades causadas por alimentos contaminados constituyen uno de los problemas sanitarios más difundidos en el mundo de hoy. Se debe proteger a las familias mediante estas sencillas reglas, aplicándolas, se reducirá considerablemente el riesgo que entrañan las enfermedades de origen alimentario.

enfermedades transmitidas por alimentos: cualquier síndrome originado por la in-gestión de estos. Los problemas de las enfermedades debidas a los alimentos están muy relacionados con diversos factores ambientales, tecnológicos y sociales que influyen en uno o más de los eslabones de la cadena de la producción, elaboración, almacenamiento, transporte y distribución.

acciones de vigilancia entomológica y control de vectoresLos desastres naturales pueden contribuir a la transmisión de algunas enfermedades

siempre que el agente causal ya se encuentre en el ambiente. Los vectores que presentan riesgos para la comunidad son los mosquitos (géneros

Culex, Anopheles y Aedes), piojos, pulgas, moscas, roedores y garrapatas. La primera me-dida efectiva para su control es garantizar un sitio lo más limpio posible (letrinas según indicaciones, eliminar el agua estancada, recolección de desechos sólidos, mejoría de la higiene personal) y si a pesar de estas medidas, el incremento de vectores se produce debe pasarse a control por medios químicos planeados por expertos, teniendo en cuenta que la utilización masiva de químicos nunca está libre de riesgos y no siempre es efectiva.

Cuando ocurre un desastre, los factores de riesgo de transmisión de enfermedades aumentan, las actividades de lucha antivectorial se interrumpen y se tiene que ejecutar los planes de emergencia previstos. Según los expertos, casi todos estos planes son de-masiado rígidos, por lo que es preciso adaptarlos a las condiciones locales. Siempre hay que tener en cuenta que los recursos disponibles se deben utilizar de manera óptima.

Cabe suponer que, en las zonas donde las enfermedades importantes transmitidas por vectores son endémicas, los departamentos de salud llevan a cabo actividades de control. Esto implica que cuentan con a) datos de base; b) un grupo básico de epidemió-logos, entomólogos y especialistas en salud pública que pueda dar asesoramiento acerca

de las medidas a adoptar; c) equipos, manuales y material de capacitación, y d) apoyo logístico y suministros de urgencia.

Inmediatamente después de un huracán, el riesgo de contraer malaria, dengue o ence-falitis puede disminuir como consecuencia de la destrucción de los criaderos de los vecto-res locales. Sin embargo, es probable que la situación epidemiológica cambie unas pocas semanas después. Es necesario estar alerta a los efectos indirectos del desastre. Por ejem-plo, la destrucción de los acueductos forzará a la población a acumular agua dulce en reci-pientes temporales, que constituyen un criadero ideal para los mosquitos que transmiten el dengue. Los terremotos pueden intensificar la demanda de sangre para las transfusiones que necesiten los damnificados, las cuales de por sí constituyen un riesgo en las zonas en-démicas de la enfermedad de Chagas. Por último, las condiciones de vida en los campa-mentos temporales hacen más frecuente el contacto entre el hombre y el vector.

Es probable que la densidad de los mosquitos que no se consideran vectores de enfer-medades se eleve después del azote de un huracán. Aunque estos mosquitos carezcan de importancia desde el punto de vista médico, son una molestia para la población afectada, que exige que se atienda el problema y debe ser considerada.

Se debe tener en cuenta que:• No es aconsejable intervenir a las primeras noticias del desastre provenientes de

la zona afectada, pues la información puede ser exagerada, confusa o no tener fundamento.

• No es preciso comenzar las operaciones de control de vectores inmediatamente después de un desastre ya que generalmente hay tiempo para evaluar la situación y planificar las operaciones necesarias.

• Se definirá como zona afectada al territorio directamente afectado por el desastre y el que reciba a la población desplazada.

• No es probable que aparezcan enfermedades nuevas durante un desastre. Un de-sastre puede contribuir a la transmisión de algunas enfermedades siempre y cuan-do el agente causal ya se encuentre en el ambiente.

• No existe una medida única que se pueda aplicar al control de múltiples enferme-dades transmitidas por vectores. Las medidas de control se tienen que dirigir a de-terminados vectores de las enfermedades. Sin embargo, algunas medidas surten más de un efecto saludable.

• El aumento de los criaderos de vectores no constituye la causa principal de las epidemias. El contacto más frecuente entre el hombre y el vector en albergues en condiciones precarias y campamentos temporales y la interrupción de la lucha antivectorial puede ser la causa más importante de las epidemias.

• Las epidemias que ocurren después de los desastres cíclicos como los huracanes

48 Enfoque Integrado en Cuba de Desastres 49Enfoque Integrado en Cuba de Desastres

se pueden predecir con un grado razonable de precisión y deben ser prevenibles si los servicios de salud están preparados debidamente.

• Las medidas principales de lucha contra las enfermedades transmitidas por vectores son: la vacunación (para prevenir la fiebre amarilla de la selva); el sa-neamiento, los rodenticidas y la aplicación localizada de insecticidas para con-trolar la peste; el mejoramiento de la vivienda y el uso selectivo de insecticidas y telas impregnadas con piretroide como complemento de las medidas tradi-cionales de lucha contra el Triatoma infestans de la enfermedad de Chagas; la protección de los depósitos domésticos de agua, la destrucción de envases artificiales de agua, la aplicación selectiva de larvicidas o adulticidas para el control de los mosquitos A. aegypti, vectores del dengue, el dengue hemorrá-gico y la fiebre amarilla urbana; la detección y el tratamiento de casos; el uso selectivo de insecticidas residuales; la profilaxis con cloroquina, o mefloquina en las zonas con cepas resistentes a la cloroquina, contra la malaria.

• La educación sanitaria, la participación comunitaria, la modificación de los hábitos personales, los repelentes o las barreras para disminuir el contacto entre el hombre y el vector sirven para apoyar las medidas anteriores.

lo que se debe hacer a nivel institucional y en la comunidad• Establecer planes de preparación para la lucha contra las epidemias del den-

gue, la malaria y otras enfermedades de transmisión vectorial como parte de la organización general de los servicios de salud de urgencia, que a su vez deben estar incluidos en los planes de preparación para casos de desastre en las zonas en riesgo reconocidos.

• Actualizar los perfiles epidemiológicos de las zonas consideradas en riesgo, en particular cuando se prevea una situación de desastre potencial.

• Hacer arreglos para tener preparado un grupo básico de personal adiestra-do, suministros y equipo y apoyo logístico para fortalecer las actividades de prevención y control con poco tiempo de antelación.

• Evaluar la situación y ajustar los planes de emergencia a las condiciones lo-cales antes de ponerlos en práctica. Las epidemias de malaria, dengue y en-cefalitis posteriores a un desastre, si llegan a ocurrir, comienzan unas seis semanas después del desastre.

• Utilizar al máximo los datos epidemiológicos directamente relacionados con el manejo de enfermedades, especialmente a los niveles municipal y local. Por ejemplo, con relación a la malaria, analizar los datos relacionados con la “fiebre tratada con medicamentos antimaláricos” y no solo las tasas de frotis positivos.

lo que se debe hacer al nivel personal• Participar en grupos de acción comunitaria para controlar los hábitat larvarios de

A. aegypti en las zonas en riesgo de dengue o dengue hemorrágico. • Aplicar las técnicas de reducción de fuentes de mosquitos en el hogar siguiendo

las instrucciones del personal del programa de lucha contra A. aegypti. • Recurrir a la unidad de salud más cercana para el diagnóstico y tratamiento de

síntomas de fiebre. • Facilitar la aplicación de insecticidas residuales cuando estén indicados para lu-

char contra las epidemias de malaria o dengue. • Usar repelentes contra los mosquitos al salir de la casa durante las horas vesperti-

nas y un mosquitero al dormir.

Lo que no se debe hacer• Acampar al aire libre en una zona conocida de malaria o dengue a menos que se

tenga la protección de un mosquitero adecuado. • Saltarse tomas de los medicamentos profilácticos de la malaria si se visitan las

zonas rurales conocidas de malaria, en particular si la persona viene de una zona o país libre de malaria.

• Olvidarse de tomar la vacuna antiamarílica al menos seis días antes de viajar a una zona donde se ha notificado la fiebre amarilla de la selva, y de la necesidad de va-cunas de “refuerzo” cada diez años.

• Mantener neumáticos viejos, botellas vacías, automóviles reducidos a chatarra, comederos de animales sin protección, cáscaras de coco o conchas de mar, u otros envases de agua que pudieran convertirse en criaderos de mosquitos A. aegypti en el propio patio de la casa.

• Olvidarse de mantener los recipientes domésticos de agua potable cubiertos con una tapa y añadirles productos químicos antilarvarios, como el temefós (Abate) o el metopreno (Altosid), si lo aconseja un trabajador de salud local.

roedores en casos de desastresSe conoce como roedores a los mamíferos del orden Rodentia. Los miembros de la

familia Muridae son las especies dominantes en cualquier región del mundo debido a su habilidad para adaptarse y explotar nuevas situaciones. Pertenecen a esta familia las ratas y ratones comensales, es decir aquellos que viven a expensas de los humanos, invaden sus viviendas, comen su comida, alteran su comodidad y con frecuencia le transmiten sus enfermedades. Tres especies de comensales son las de mayor distribución: la rata norue-ga, Rattus norvegicus; la rata de los techos, Rattus rattus; y el ratón común, Mus musculus.

50 Enfoque Integrado en Cuba de Desastres 51Enfoque Integrado en Cuba de Desastres

La importancia de las ratas y ratones para la salud pública está dada principalmente por las infecciones y enfermedades que son portadores o reservorios y que pueden transmitirse a los humanos (zoonosis). Algunas que están presentes en las Américas son: la Peste (Yersinia pestis), Salmonelosis (S. typhimurium; S. enteritidis); Leptospi-rosis ( L. icterohaemorragiae); Tifo murino (Rickettsia typhi); Ricketsiosis vesiculosa (R. akari); Coriomeningitis linfocitica (arenavirus); fiebre por mordedura de rata (Spirilum minus, Streptobacillus moniliformis); Sindrome pulmonar hemorrágico por Hanta virus; Fiebres hemorrágicas por Arenavirus; Encefalitis equina venezolana por alphavirus; En-cefalitis de Powassan por Flavivirus; Rabia; Fiebre maculosa de las montanas rocosas (R. rickettsii) ; Tularemia (Francisella tularensis). Se incluyen tambien parasitismos como la Triquinosis (Trichinella spiralis); la meningitis eosinofilica por Angiostrongylus canto-nensis y teníais por Hymenolepis nana o H. diminuta.

La transmisión de estas enfermedades al humano es indirecta. Algunas por medio de orina o heces infectadas, otras por medio de pulgas y piojos y otras por la picadura de mosquitos.

En ocasión de los desastres naturales las ratas y ratones son susceptibles a los da-ños de igual forma que los humanos. Muchos de ellos mueren aplastados, ahogados, desnutridos o afectados por infecciones de diversa índole. Sus poblaciones son con frecuencia diezmadas. Igualmente hay desplazamientos de los sobrevivientes, que bus-can protección, abrigo y comida. Tienen miedo y están desorganizados. Toma tiempo para reorganizar su comportamiento social, conocer su nuevo ambiente, buscar luga-res seguros, localizar comida y agua y memorizar sus movimientos. Todo ello ocurre an-tes de reiniciar sus actividades reproductivas. Usualmente la actividad reproductiva de los roedores silvestres y ratas comensales disminuye durante la temporada de lluvias.

La organización de las colonias y la reproducción solo se iniciara cuando se esta-bilice el nuevo ecosistema donde ellas se encuentren. Así que el re-establecimiento de una población de roedores después de un desastre llevara mas de seis meses si las condiciones les son favorables.

Las infecciones que portan las nuevas poblaciones pueden ser transmitidas a las personas cuando las condiciones son propicias para el contacto de sus excreciones contaminadas o con sus vectores. Estos contactos se dan también entre diversas es-pecies de roedores comensales y silvestres, lo cual permite la transmisión y ocurrencia en una nueva localidad de una enfermedad desconocida o emergente para ese ámbito geográfico.

En conclusión, durante la emergencia no serán los roedores una preocupación inme-diata para la propagación de infecciones. Sin embargo es necesario vigilar la actividad y crecimiento de las poblaciones como parte de la vigilancia de estas enfermedades.

El manejo y control de las poblaciones de roedoresLa decisión sobre el control de roedores en ocasión de los desastres naturales, debe

ser analizada dentro de un contexto epidemiológico y económico y no adoptar la medida de eliminación de los roedores en forma impulsiva y desordenada con aplicación masi-va y dispersa de rodenticidas. Ello cuesta dinero, tiempo y se expone a otros animales (animales domésticos) y a las personas a un riesgo adicional que puede ser el producto químico o biológico, componente del rodenticida. Eliminar roedores en forma indiscrimi-nada es un riesgo mayor, ya que sus ectoparásitos, vectores de las infecciones que ellos portan buscan de inmediato otros huéspedes, entre ellos los humanos, transmitiéndoles las infecciones. Ejemplo de ello ocurre con la peste y las Rickettsiosis.

Por otro lado no son necesariamente los roedores los portadores de infecciones para las personas .Como ejemplo se mencionan los últimos brotes de leptospirosis ocurridos en Perú y Ecuador con relación al fenómeno de El Niño y en Nicaragua después del Mitch donde la leptospira involucrada fue L. canicola cuyo principal reservorio es el perro o en Belice donde la leptospira predominante fue el serotipo L. harjo cuyo principal reservorio es el bovino. La aplicación masiva de rodenticidas por lo tanto no sería la medida adecuada.

Qué es recomendable hacer:1. Mantener actualizado el mapa epidemiológico del área geográfica, señalando las

zonas donde se han detectado infecciones cuyos reservorios son los roedores. 2. Determinar las zonas de mayor vulnerabilidad al acceso de los roedores y de con-

tacto con las personas. Estas son particularmente los albergues, depósitos de co-mida, basureros, edificaciones abandonadas.

3. Detectar la presencia de pulgas, piojos y otros vectores para su inmediato control. 4. Detectar cualquier actividad de crecimiento de la población de roedores: pre-

sencia de madrigueras, excrementos, sendas y huellas, roeduras en alimentos y materiales.

5. Monitorear el estado de salud de poblaciones de ratas en áreas específicas. La captura y estudio debe ser realizado por personal especializado.

6. Control de la población de roedores (se describe más abajo).

Prevención de enfermedades transmitidas por roedoresLa participación de la comunidad es fundamental para la prevención de infecciones

que portan los roedores. Se recomiendan algunas medidas: 1. Proteger los alimentos de los roedores. 2. Disposición adecuada de basuras y desechos. 3. En áreas donde se ha detectado leptospirosis es obligatorio el uso de zapatos. 4. Evitar que las personas se bañen en aguas estancadas.

52 Enfoque Integrado en Cuba de Desastres 53Enfoque Integrado en Cuba de Desastres

5. Higiene general y limpieza. Evitar habitaciones y áreas húmedas y oscuras, procu-rando darles adecuada ventilación y luminosidad.

6. Tratamiento contra pulgas y piojos.

control de roedores El control de roedores debe realizarse, teniendo como base las implicaciones epide-

miológicas, la ecología y la dinámica de población de los roedores. Para la selección de los métodos de control se tendrá en cuenta la seguridad y protección de la salud y del medio ambiente.

1. el saneamiento del medio. Es la medida más adecuada para excluir los roedores de una vivienda y de un vecindario. Ello significa limpieza, adecuado almacena-miento y manejo de los productos alimenticios, métodos adecuados de desecho de los productos orgánicos y eliminación de todo lo que pueda servir de refugio para los roedores.

2. trampas o ratoneras. Son usadas en situaciones donde el uso de rodenticidas no es deseable o representa un riesgo. También son usadas con propósito científico o de vigilancia de enfermedades. Las trampas pueden ser de tipo de guillotina, o jaulas para captura de especímenes vivos.

3. Las trampas son de poca utilidad para el control de grandes infestaciones de roedores.

4. rodenticidas. Los rodenticidas son venenos para roedores. Están disponibles en el mercado gases tóxicos, productos químicos y biológicos. Los rodenticidas por si solos no representan una solución. Esta medida debe acompañarse de modifica-ciones que permitan mejorar el saneamiento del medio ambiente.

La aplicación de rodenticidas de cualquier tipo debe ser realizada por personal espe-cializado, siempre y cuando se reconozca como un peligro por el incremento en la pobla-ción de roedores, lo que puede representar un riesgo para la transmisión de zoonosis de los roedores a las personas y a los animales domésticos. En todo caso se recomienda lo siguiente:

1. Un análisis de los riesgos anteriormente señalados, identificando las especies de roedores predominantes (tienen hábitos y comportamientos diferentes y por tanto las medidas de control pueden diferir).

2. Hacer un diagnóstico de situación. En lo posible determinar el grado de infestación por trampeo previo. Determinar las localidades de mayor infestación.

3. Selección de cebos y lugares a donde se colocarán. 4. Determinar medidas de seguridad e informar a la comunidad. 5. Hacer una evaluación dos o tres meses después para conocer la eficacia de la

medida.

control sanitario de los asentamientos Se debe garantizar que cada albergue antes de ser ocupado, haya tenido tratamiento

contra artrópodos y roedores de importancia sanitaria.Se denomina asentamiento o albergue cualquier local donde se puede establecer

una población por afectaciones frente a un desastre. Una tendencia muy vieja es co-locar a la población según el sexo. Los estudios más recientes han demostrado que es más favorecedor para el ambiente familiar en crisis ubicarlos juntos por familias y cer-canía de vecindario, bien sea en cuartos por separados o si es un local continuo, colocar junta a la familia.

Otra característica de los albergues es que el servicio de alimentación debe res-ponder al menos a 2500 cal/día/por personas y el agua debe estar garantizada para 18 litros/personas/día para todos los usos. Las instalaciones sanitarias se calculan al menos un baño cada 40 personas. Se debe garantizar una distribución aproximada de 250 a 500 g de jabón por persona/mes para garantizar el lavado de manos, cuerpo y ropa. Otros aspectos a tener en cuenta son: el área de recreo y la zona de estacionamiento. Se calcula alrededor de 47 personas para atender alrededor de 200 albergados.

Aspectos higiénicos epidemiológicos de los albergues:• Higiene personal y colectiva.• Higiene de los locales.• Evitar el hacinamiento.• Manipulación higiénica de los alimentos.• Desinfección del agua para beber.• Atención diferenciada para anciano(a)s, niño(a)s, embarazadas y otros grupos

vulnerables.• Asesoramiento psicológico. Prevención de conflictos.• Utilización adecuada del tiempo libre y la recreación.• Normas para la prevención de accidentes.

Se deben utilizar instalaciones con condiciones para albergar personas en caso de desastres en la comunidad donde trabajamos. Las escuelas, gimnasios y las casas comunales, con buenas condiciones estructurales son las más empleadas,

54 Enfoque Integrado en Cuba de Desastres 55Enfoque Integrado en Cuba de Desastres

pero se deben tener en cuenta el abasto de agua y la disposición de servicios sa-nitarios y duchas.

Otro aspecto a tener en cuenta es la microlocalización y el planeamiento del si-tio. Pues puede traer como consecuencia que los asentamientos sean inadecuados y sobrecongestionados lo que son condicionantes en la transmisión de enfermedades y potenciales productores de epidemias que, a su vez, son más frecuentes y severas cuando la densidad de población es alta. Es igualmente importante favorecer refugios que estén protegidos del sol, la lluvia, el viento y el frío, con el único fin de disminuir las complicaciones de salud en la población desplazada. Algunas recomendaciones dadas son las siguientes: utilización de un área aproximada de 3.5 m2/personas en el refugio; distancia mínima entre refugios de 2 m; número de personas por punto de agua, 250; distancia máxima al punto de distribución de agua, 150 m; distancia a la letrina, 30 m; distancia entre la letrina y el punto de distribución de agua, 100m.

indicaciones para cumplir las normas establecidas• Limpieza de los locales.• Limpieza de los tanques de agua.• Garantizar suministro estable de agua potable.• Desinfección del agua de consumo.• Organizar los lugares donde se van a depositar los desechos sólidos y su disposi-

ción final.• Eliminar los microvertederos.

educación para la salud a grupos de riesgo [23]La comunicación para la prevención es un proceso complejo que requiere la acción

de profesionales y población en general, donde el profesional en comunicación es un eje en su conjunto. La educación se centra no solo en el desarrollo de medidas inme-diatas posteriores a los eventos, sino desde mucho antes, para consolidar los sitios ines-tables y persuadir a la población de reducir los niveles de riesgo que están dispuestos a aceptar.

Las observaciones de los efectos en salud de un desastre en poblaciones permiten establecer áreas de intervención y definir acciones inmediatas. El empleo de encuestas y la evaluación inicial resultan prácticos para identificar las necesidades de las pobla-ciones afectadas; sin embargo, el establecimiento de sistemas de vigilancia en salud y la comunicación social constituyen la principal aplicación del método epidemiológico en la práctica actual. El carácter interdisciplinario de la epidemiología permite trascen-der la simple agregación de conceptos y prácticas sobre vigilancia epidemiológica para

contribuir a una síntesis integral del conocimiento sobre temas específicos, como salud ambiental, servicios médicos y control de vectores antes, durante y con posterioridad a los desastres.

En diversas campañas desarrolladas en el ámbito internacional, el tema principal ha sido “la prevención comienza con la información”, con énfasis en el rol de los me-dios de comunicación masiva y de los comunicadores sociales para promover una cultura de prevención. De igual forma, se ha fomentado su incorporación al colectivo profesional y técnico multidisciplinario, preocupado por buscar soluciones sosteni-bles para reducir la vulnerabilidad ante los fenómenos naturales de los países y co-munidades, así como para aumentar la capacidad de respuesta y recuperación ante el impacto de la naturaleza.

La convergencia de intereses entre los medios de comunicación y las organizaciones encargadas de prevenir y atender desastres se centra en la preocupación por transmitir un mensaje a la población que contribuya a reducir el riesgo al cual está expuesta permanen-temente. La pregunta de siempre es ¿cómo evitar estas tragedias? Actualmente se estima que esa preocupación debe convertirse en un esfuerzo por mejorar cualitativa y cuantitati-vamente la información sobre prevención de desastres.

La información como insumo básico para la vida diaria en el hogar, en el centro de trabajo, en el sitio de entretenimiento y en cualquier lugar es obviamente el punto de partida para la gestión del riesgo, vista la información como la materia prima para la acti-vidad humana, especialmente en los procesos educativos.

Se espera que la distribución de mensajes mediante formas de comunicación colecti-va e interpersonal mueva a los sectores políticos a ejecutar programas preventivos como una de las prioridades nacionales y aporten elementos cognoscitivos a las personas, así como a los grupos sociales, que les permitan tomar decisiones cotidianas más acertadas respecto a su protección.

estrategia de comunicación. objetivos • Utilizar la comunicación como una herramienta para la educación y multiplicación

del trabajo en prevención. • Identificar las necesidades de información existentes en las comunidades ubica-

das en zonas de riesgo y orientar los mensajes hacia fines educativos. • Promover en las comunidades la apropiación de la información y generar un pro-

ceso mediante el cual sus miembros identifiquen su vulnerabilidad y las opciones para hacer gestión preventiva.

• Aprovechar los recursos existentes para distribuir mensajes preventivos.

56 Enfoque Integrado en Cuba de Desastres 57Enfoque Integrado en Cuba de Desastres

pasos de la estrategia: • Proceso de convocatoria, sensibilización y motivación a los actores comunitarios,

sectoriales e institucionales. • Selección de líderes comunitarios y juntas de acción en la comunidad. • Conformación de grupos de salud por barrio, asentamiento, albergue o campamen-

to con ayuda de los promotores y organizaciones no gubernamentales. • Diagnóstico participativo para la implementación de planes de capacitación e

identificación de necesidades. • Fomento de la organización comunitaria a través de la identificación de líderes y

conformación de grupos de salud. • Establecimiento de una metodología para consolidar localidades saludables. • Programa de reordenamiento de los sistemas locales de salud.

público o población: • Población damnificada o residente en zonas de riesgo.

prioridades de los servicios de salud ambiental: • Garantizar que existan cantidades adecuadas de agua potable segura, servicios

básicos de saneamiento, eliminación de excretas, aguas residuales y desechos só-lidos y un refugio adecuado.

• Proporcionar medidas de protección para los alimentos; establecer o mantener las actividades para el control de los vectores y estimular la higiene personal.

principales áreas temáticas• Vigilancia y control de la calidad y cantidad de agua para el consumo humano. • Vigilancia y control del manejo y disposición de excretas y residuales líquidos. • Vigilancia y control de la generación, almacenamiento y disposición final de dese-

chos sólidos. • Vigilancia y control de alimentos. • Higiene y seguridad de la vivienda. • Vigilancia y control de riesgos biológicos.

líneas de acción fundamentales • Organización comunitaria. • Compromiso institucional. • Fortalecimiento de las direcciones de salud.

principales mensajes ¿Qué debe conocer? • Con una buena preparación se podrán prevenir lesiones y daños materiales an-

tes, durante y después de un desastre. Saber con anticipación lo que hará cuan-do ocurra este fenómeno natural es parte vital de esa preparación.

• Sobrevivir a un desastre y reducir su impacto en nuestras vidas requiere prepa-ración, planeación y práctica. Se recomienda reunir los abastecimientos necesa-rios con mucho tiempo de anticipación, identificar y reducir los posibles riesgos en su casa y practicar lo que la familia hará durante y después de un desastre. Esto ayudará a minimizar los daños que este ocasione.

vigilancia epidemiológica de enfermedades transmisibles• Durante la fase de emergencia, las cuatro enfermedades más comunes son: sa-

rampión, enfermedades diarreicas agudas (EDA), infecciones respiratorias agu-das (IRA) y paludismo. Otras infecciones frecuentes en este tipo de emergencias son: tuberculosis, hepatitis A, meningitis meningocócica, fiebres hemorrágicas (dengue y leptospirosis), fiebre tifoidea, influenza, tos ferina, tétanos, escabiosis, pediculosis y conjuntivitis.

Las infecciones respiratorias agudas, enfermedades diarreicas agudas, paludis-mo y otras enfermedades comunes deben tratarse mediante una red de trabajo descentralizada. Deben elaborarse guías de diagnóstico y tratamiento estandari-zados que permitan normalizarlos. En varios trabajos científicos se ha llegado a la recomendación de elaborar módulos básicos de tratamiento; cada módulo debe cubrir las necesidades terapéuticas más comunes de 1 000 personas desplazadas, durante un tiempo aproximado de 3 meses.

Por tanto, especial atención debe darse a la instalación de centros de rehidrata-ción oral en los refugios, para ayudar a descender la mortalidad por EDA, así como a las condiciones básicas de vivienda que son la principal forma de prevenir epidemias por la mayoría de estas entidades. Simultáneamente debe establecerse un sistema de vigilancia activo para las principales enfermedades y evaluar periódicamente los indicadores de morbilidad que deben ser comparados con los obtenidos en la región antes del evento catastrófico o con la población de donde provienen los desplaza-dos; este análisis debe realizarse por grupos de edad y sexo. En lo posible, deben desarrollarse o distribuirse protocolos con definiciones de caso, así como de manejo médico, con el fin de estandarizar la práctica médica en el área. Por último, deben conformarse equipos de asesores que permitan elaborar planes de contingencia en caso de brotes.

58 Enfoque Integrado en Cuba de Desastres

Medidas a tomar en caso de brotes epidémicos:• Si los servicios médicos, mediante el sistema de vigilancia epidemiológica (aler-

ta - acción), detecta algún brote de enfermedad infecto - contagiosa, realizará de inmediato las investigaciones para la caracterización clínico -epidemiológica y de laboratorio, determinando la fuente de infección, medio de transmisión, compor-tamiento de la enfermedad según las circunstancias reales y establecerá las medi-das de control, el aislamiento y la cuarentena si fuera necesario.

• Estas medidas exigen una participación activa de la comunidad, a través de los organismos de masas, para cumplir todas las orientaciones del Ministerio de Salud Pública.

60 Enfoque Integrado en Cuba de Desastres 61Enfoque Integrado en Cuba de Desastres

viGilancia en desastresLa tasa bruta de mortalidad expresada como número de muertes por 10 000 des-

plazados es el indicador más útil durante la fase de emergencia. Cuando es superior a 1 muerte por 10 000 personas/día es el mejor criterio de severidad e indica una situación de emergencia. También lo indica cuando la tasa bruta de mortalidad en niños menores de 5 años es superior a 2 por 10 000 niños en esas edades/día. Las tasas específicas de mortalidad por enfermedades “trazadoras” ayudan a determinar las principales enferme-dades que están produciendo muertes y establecer prioridades. También se utilizan para medir el impacto de los programas de salud [14].

A partir de la realización del Análisis de la Situación de Salud (ASIS) de cada territorio deberá existir en todos los niveles de las unidades de salud un plan detallado de las activi-dades que se deben realizar frente a un desastre. Este se deriva de los aspectos siguientes:

• Determinación de los posibles desastres a que puede estar expuesta la pobla-ción según características demográficas, climatológicas, culturales, religiosas y políticas.

• Caracterización higiénico epidemiológica de la situación de salud de cada localidad.

• Caracterización de la estructura sanitaria con que se cuenta para enfrentar los desastres.

• Determinación de los posibles desastres a que puede estar expuesta la población.

caracterización higiénica epidemiológica de la situación de salud de cada localidad

Situación epidemiológicaSe detallarán las principales causas de muerte y enfermedad de la zona afectada, por

grupos de edades, sexo y periodo de ocurrencia, en el caso de las enfermedades preveni-bles por vacunas se definirá la cobertura de vacunación existente [10, 14].

Las autoridades sanitarias participarán en la identificación de los posibles centros de recepción de refugiados, realizando el cálculo del agua potable que se necesita para la supervivencia de los albergados, número de camas, ventilación, iluminación básica, disposición de los desechos sólidos y residuales líquidos, así como la recepción de los alimentos necesarios para mantener a la población albergada. También planificará la asis-tencia médica necesaria que atenderá a la población que se encuentre en estos centros, así como los medicamentos esenciales. Finalmente determinará el tipo de información que se emitirá en cada caso.

Para establecer un sistema de vigilancia y un plan de control de enfermedades du-rante y posterior a un desastre, el primer principio es aprovechar al máximo los datos

ya existentes de los servicios de vigilancia, lo que sirve de marco referencial, además de adaptar posteriormente los servicios de vigilancia a las condiciones emanadas de un desastre. A partir de un desastre se deben coordinar las actividades de vigilancia. Lo corriente es que se establezca un sistema independiente en coordinación con el responsable del socorro internacional y las autoridades nacionales. Esto obedece a tres razones fundamentales:

1. El organismo rector en el caso de desastres no siempre es el Ministerio de Salud Pública, por lo que se hace necesario coordinar la asignación y utilización de los recursos existentes ante una situación de desastre.

2. La tendencia a separar la vigilancia ordinaria de la vigilancia de emergencia, de-bido a que las autoridades de socorro no siempre están al tanto de los sistemas y recursos de epidemiología existentes, lo que ocasiona una duplicidad de la información.

3. La rapidez que caracteriza a las acciones emprendidas ante un desastre, que provoca una tendencia a que los administradores obvien trámites burocráticos innecesarios, no verificando la situación existente antes de su ocurrencia ni los sistemas ya establecidos.

Sería inútil establecer sistemas de vigilancia de tipo tradicional en el periodo inmedia-to que sigue al desastre.

aspectos que se deben tener en cuenta en caso de desastre• Limitar las enfermedades objeto de vigilancia. • Flexibilizar los criterios de diagnóstico de laboratorio, basándose fundamental-

mente en el diagnóstico clínico o sintomatológico.

La selección de las enfermedades objeto de vigilancia, así como los criterios clínicos, se realizarán en consulta conjunta entre el epidemiólogo y el coordinador del socorro. Todos los organismos incorporarán estos conceptos a los programas de adiestramiento del personal que trabaje como voluntario en los servicios de salud a raíz de un desastre [31, 32]. En el caso de las enfermedades no transmisibles la vigilancia habitualmente se realiza a casos de quemaduras, accidentes, traumatismos, malnutrición proteica, neurosis y depresión, entre otros.

Los casos se identificarán por grupos de edades prioritarios y más vulnerables (meno-res de 1 año, niños en edad preescolar, escolares, adolescentes, embarazadas y mayores de 65 años).

La rapidez de la notificación, siempre de importancia en cualquier sistema de vigilan-cia, se torna imprescindible ante cualquier desastre.

62 Enfoque Integrado en Cuba de Desastres 63Enfoque Integrado en Cuba de Desastres

Ante la presencia de una enfermedad rara o la sospecha de la existencia de una epidemia, la consulta al nivel superior deberá ser de manera inmediata. Las unidades de notificación tienen la responsabilidad de clasificar, interpretar y dar solución a los proble-mas que surjan de la información obtenida.

papel del epidemiólogo en la vigilancia de desastre• Interconsultar criterios de diagnóstico y tratamiento.• Controlar la calidad del sistema de información diseñado.• Evaluar las notificaciones inmediatamente que se reciban, sin esperar a que termi-

ne el periodo de notificación.• Investigar en el terreno la información de interés que se recoja en los informes

periódicos.• Realizar actividades de control de aquellos eventos que sean tributarios de este

tipo de actividad.• Confeccionar informe resumen para todos los niveles.

Con posterioridad a un desastre cualquier sistema de vigilancia enfrentará niveles más altos de notificación de enfermedades, que pueden ser reales o aparentes.

Existen tres medidas sencillas que ayudan a comprobar la veracidad de la información recibida:

1. Recoger el total de unidades notificadoras.2. Determinar el porcentaje de unidades que envían información dentro del periodo

de vigilancia.3. Detectar los cambios de la población o las superficies afectadas por el desastre.

La retroalimentación jugará un papel decisivo en los sistemas de vigilancia con pos-terioridad al desastre, servirá para disminuir tensiones, ayudar a conocer la situación real desde su puesto de trabajo y del resto de la zona afectada por el desastre, y permitirá una capacitación en el servicio en materia de desastre. Esta retroalimentación deberá llegar al coordinador del socorro, a las autoridades nacionales, a los representantes de organis-mos voluntarios y a la comunidad mediante los medios de comunicación masiva, infor-mes cortos o comunicaciones grupales.

Dos elementos resultan de gran importancia en la práctica sanitaria para la vigilancia de las enfermedades y estos son:

• Estudios en el terreno de rumores e informes sobre enfermedades.• Acceso a laboratorios para obtener diagnósticos definitivos y apoyo a investiga-

ciones epidemiológicas.

1. Estudios en el terreno de rumores e informes sobre enfermedades.El medio más eficaz y eficiente de hacer frente a los rumores de todo origen es pro-

ceder a la vigilancia oportuna, aplicando métodos de investigación en el terreno (tanto cualitativos como cuantitativos).

Es importante estimular la notificación de rumores, pues permite más rápidamente el acceso a la situación antes de que se haga incontrolable. La mayoría de los rumores sobre enfermedades transmisibles a raíz de un desastre no tendrán confirmación, pero no se deben rechazar, sino hacer la investigación en el terreno y el estudio entre las unidades notificadoras. Los principios que han de seguirse en la investigación de rumores de epi-demias son los establecidos para este tipo de investigación.

• Verificar el diagnóstico. Establecer la existencia real de una epidemia. Caracterizar la epidemia según variables de lugar, tiempo y persona.

• Identificar el posible agente y su modo de transmisión, inclusive los vehículos y vectores que puedan estar comprometidos. Identificar la población susceptible que esté bajo mayor riesgo de exposición al agente. Identificar las medidas espe-cíficas de prevención y control y las estrategias para su aplicación.

La consulta en el terreno permitirá evaluar de manera sistemática las necesidades de suministro masivo de medicamentos y material para los servicios de salud, las repercusio-nes a largo plazo de los desastres y el estado de nutrición de la población afectada.

2. Acceso a laboratorios para obtener diagnósticos definitivos y apoyo a investiga-ciones epidemiológicas.

Para aclarar rumores sobre enfermedades se procede a encuestar a pacientes con sín-tomas compatibles con ellas, debiendo obtener especímenes apropiados para el diag-nóstico y enviarlos en condiciones adecuadas a un laboratorio competente. Igualmente, cuando se evalúe un aumento del número de casos con síntomas o complejos de sínto-mas, será necesario realizar una investigación especial de laboratorio que permita guiar el tratamiento y control.

Para determinadas enfermedades es necesario contar con la confirmación del labora-torio porque:

• No todas las enfermedades se pueden notificar solamente con diagnóstico clínico.• La probabilidad de diagnóstico erróneo aumenta durante el periodo de presta-

ción de socorro.• La posible existencia de personal médico con poca experiencia en el diagnóstico

de enfermedades tropicales o endémicas aumenta.• La presencia de enfermedades de reciente introducción puede generar dificulta-

des para el diagnóstico, aunque el personal médico esté calificado.

64 Enfoque Integrado en Cuba de Desastres 65Enfoque Integrado en Cuba de Desastres

• El control eficaz de las enfermedades transmisibles de casos aislados de sa-rampión, fiebre tifoidea u otras, sólo refleja la punta del iceberg, por lo que se deberán buscar los convivientes, de manera que las medidas de control apli-cadas sean efectivas.

• El diagnóstico preciso del agente causal de un brote, o de la prevalencia de una enfermedad transmisible, será de gran ayuda para la implantación del tratamiento.

• El acceso al servicio de laboratorios ayudará con el diagnóstico definitivo, co-nociendo en qué zonas se necesitan más suministros de vacunas, antibióticos, etc.

En el periodo que sigue al desastre se deberá dar prioridad al análisis de especímenes con formas de diagnósticos precisos, confirmando los casos sospechosos de enfermeda-des sujetas a notificación internacional, o que reciben atención priorizada en los labora-torios de vigilancia. En segundo lugar se analizarán los trastornos más comunes (diarrea, síndrome febril, infección respiratoria). Si se está en presencia de un brote se estudiará una muestra representativa de los casos. En último lugar se trabajarán las enfermedades que llevan control de focos.

infecciones posterior a desastres • Los desastres no suelen provocar brotes masivos de enfermedades infecciosas,

aunque en algunas circunstancias aumentan esta posibilidad.• A corto plazo el incremento de la incidencia de las enfermedades es por la conta-

minación del agua y los alimentos.• El riesgo de brotes epidémicos es proporcional a la densidad y desplazamiento de

la población.

vigilancia durante la fase de recuperación y después de estaA medida que pasa el tiempo, después del desastre declina gradualmente la inquie-

tud de las autoridades y de la población. Por ello es esencial ser muy cuidadoso en el desmontaje del sistema de vigilancia, pues posteriormente se podrían producir eventos graves de salud que deberán ser estudiados y controlados por los sistemas de vigilancia existentes. Solamente se podrá dar por terminado un sistema de vigilancia en situación de desastre cuando se tenga la confirmación expresa de los niveles nacionales.

Métodos de evaluación rápida en situación de emergencia [10]Para los fines de la evaluación rápida, los desastres naturales pueden ser clasificados

en dos categorías:

1. De aparición rápida. Son los que se presentan con escasa o ninguna advertencia previa, ej. Terremotos, inundaciones repentinas, grandes vientos.

2. De aparición lenta. Ej. sequías.

Evaluación rápida en desastres naturales agudosSe informará sobre las estimaciones de mortalidad y morbilidad esperadas, los tipos

y cantidades de las lesiones y posteriormente sobre la necesidad de alimentos y control de las enfermedades.

Existen factores que pudieran explicar la transmisión de enfermedades inmediata-mente después de los desastres naturales, como son:

• La circulación de agentes patógenos de enfermedades infecciosas y parasitarias establecidas en la población afectada antes del desastre y los niveles endémicos de enfermedad que la misma padecía.

• Alteración de la resistencia individual a las enfermedades.• Cambios ecológicos resultantes de los desastres.• Cambios demográficos por desplazamientos humanos.• Colapso o daño a edificios de servicios públicos.• La desarticulación en los programas de control de enfermedadesEn el caso de brotes o epidemias la evaluación rápida se llevará a cabo según los

objetivos siguientes:• Confirmar la existencia o no de un brote o epidemia.• Determinar su distribución geográfica.• Estimar su impacto sobre la salud.• Identificar la capacidad local para controlar la transmisión y reducir la mortalidad.

Algunas consideraciones y debilidades de los sistemas de evaluación rápida en desastres

1. Una evaluación rápida a menudo se realiza en las áreas que se consideran las más afectadas, sin que se tenga una visión general de la zona del desastre. A menudo las áreas clasificadas como las más afectadas no son las que están en peores condiciones.

2. Otro error cometido es la utilización de información inapropiada sobre mortali-dad, pues en ocasiones, en evaluaciones rápidas, sólo se incluyen en la categoría de mortalidad los cuerpos encontrados, excluyendo los desaparecidos.

3. El sesgo es una debilidad grave en este tipo de evaluación, pues a veces se traba-ja con zonas demasiados pequeñas, debiéndose utilizar un muestreo opinático cuando sea factible en vez de utilizar el muestreo al azar, eliminando así en lo

66 Enfoque Integrado en Cuba de Desastres

posible cualquier problema de representatividad, ello se asegurará obteniendo este criterio de líderes formales e informales. En todos los casos se debe evitar muestrear únicamente en el centro de pueblos y aldeas, así como en vías de comunicación altamente pobladas; es necesario trabajar con áreas de alta y baja afectación para asegurar la representatividad.

4. El trabajo con un denominador no confiable impedirá la correcta comparación de los riesgos entre las poblaciones que se están evaluando.

El plan contra desastre es un elemento imprescindible para la vigilancia pues permite:1. Determinar los posibles desastres a que puede estar expuesta la población según

características demográficas, climatológicas, culturales, religiosas y políticas.2. Realizar la caracterización higiénico epidemiológica de la situación de salud de

cada localidad.3. Caracterizar la estructura sanitaria con que se cuenta para enfrentar los desastres.Los planes de prevención y mitigación contra desastres permiten reducir la vulnerabi-

lidad y aumentar la preparación de la comunidad.

68 Enfoque Integrado en Cuba de Desastres 69Enfoque Integrado en Cuba de Desastres

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consideraciones Finales

• En situaciones de emergencia se ha reportado gran pérdida de vidas a causa de una mayor incidencia de enfermedades y traumatismos. La elevada incidencia de enfermedades posterior a esos eventos se debe a factores ambientales a los que están expuestas las poblaciones, como: hacinamiento, cantidad y calidad insufi-cientes del agua, saneamiento deficiente, refugio inadecuado y suministro insufi-ciente de alimentos.

• La finalidad principal de prestar servicios de salud a una población afectada por un desastre es prevenir la mortalidad y morbilidad masivas. Es indispensable de-terminar prioridades mediante una evaluación rápida y realizar actividades de vi-gilancia y control continuos. Las intervenciones deben responder a las prioridades determinadas en la evaluación inicial y deben ser técnicamente acertadas. La pla-nificación, la ejecución y la vigilancia deben estar coordinadas entre los organis-mos participantes.

• Es indudable que los desastres se ven agravados por los errores y la falta de pre-visión humanos; el socorro en casos de catástrofes puede hacerse más eficaz me-diante una planificación y administración sistematizadas, la planificación anterior a los desastres sirve, al menos, para reducir algunos de sus efectos más graves. Por consiguiente, sean cuales fueren las dificultades, los esfuerzos por mejorar el socorro en casos de desastre y la planificación previa a estos no deben disminuir.

• La comunicación social, por el acceso que tiene a públicos masivos, se convierte en factor fundamental de una cultura de prevención y, aunada a las instituciones educativas, puede fomentar la capacitación individual y colectiva.

• Resultan de gran importancia la capacitación, la educación integral y la práctica de procesos de participación de la comunidad para generar procesos de comuni-cación y no solamente de información.

• El presente documento ofrece una herramienta para que los profesionales coope-rantes mejoren la eficacia y la calidad de su asistencia y, de ese modo, aporten un cambio significativo a la vida de las personas afectadas por un desastre.

70 Enfoque Integrado en Cuba de Desastres 71Enfoque Integrado en Cuba de Desastres

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