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INTERPERIE Tranquila, también he estado ahí. ¿En dónde?, quizás te estés preguntando con una mirada llena de curiosidad, sin embargo, es cierto, también he estado ahí. Es más, te puedo asegurar que muchas otras personas también han estado en esa posición, en donde te preguntas cuándo es el momento exacto para saltar. Era una noche de inicios de septiembre, gélida, como todas las del mes anterior. No había nubes en el cielo, por lo que la luna y las estrellas inundaban la noche con sus luces, dándole un brillo imposible de describir. Todo estaba preparado, y cada segundo que transcurría me acercaba a aquel momento que definiría el futuro que viviría. Corrimos por todo el lugar, incluso al descender por la colina. Nuestro corazón era una bomba que palpitaba a su límite, implorando salir del pecho para poder descansar. Llegamos al río y no dudamos en recostarnos en el césped a la orilla de él. Sólo existía el silencio entre los dos, lo que nos permitía admirar el paisaje a nuestro alrededor. No tardamos en notar una canoa anclada a la orilla, la cual se convertiría en la única testigo de nuestra aventura. Nos subimos en ella y acto seguido, nos desplazamos río abajo en sentido de la corriente. No tenía idea alguna de a dónde nos dirigíamos, sin embargo, mis dudas y temores se despejaron al llegar a una pequeña laguna. Era perfecto, simplemente el escenario perfecto. La laguna estaba rodeada de árboles los cuales impedían el traspaso de

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Historia dedicada a GS

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Page 1: INTERPERIE

INTERPERIE

Tranquila, también he estado ahí. ¿En dónde?, quizás te estés preguntando con una mirada llena de curiosidad, sin embargo, es cierto, también he estado ahí. Es más, te puedo asegurar que muchas otras personas también han estado en esa posición, en donde te preguntas cuándo es el momento exacto para saltar.

Era una noche de inicios de septiembre, gélida, como todas las del mes anterior. No había nubes en el cielo, por lo que la luna y las estrellas inundaban la noche con sus luces, dándole un brillo imposible de describir. Todo estaba preparado, y cada segundo que transcurría me acercaba a aquel momento que definiría el futuro que viviría.

Corrimos por todo el lugar, incluso al descender por la colina. Nuestro corazón era una bomba que palpitaba a su límite, implorando salir del pecho para poder descansar. Llegamos al río y no dudamos en recostarnos en el césped a la orilla de él. Sólo existía el silencio entre los dos, lo que nos permitía admirar el paisaje a nuestro alrededor.

No tardamos en notar una canoa anclada a la orilla, la cual se convertiría en la única testigo de nuestra aventura. Nos subimos en ella y acto seguido, nos desplazamos río abajo en sentido de la corriente. No tenía idea alguna de a dónde nos dirigíamos, sin embargo, mis dudas y temores se despejaron al llegar a una pequeña laguna.

Era perfecto, simplemente el escenario perfecto. La laguna estaba rodeada de árboles los cuales impedían el traspaso de la luz lunar, sin embargo, al seguir navegando, encontramos un pequeño agujero en la copas de los árboles, lo que permitía que aquella luz se reflejara tranquilamente sobre las aguas.

Lágrimas empezaron a descender por su rostro, sin embargo, su sonrisa me comprobó que cada una de ellas era de felicidad. Tomé sus manos, a la vez que le expresaba con mis palabras lo mucho que la amaba y que ella era mucho más de lo que podía imaginar. No había marcha atrás, respiré hondo y me armé de valor. Acto seguido, extraje del bolsillo de mi chaqueta un pequeño anillo, a la vez que le preguntaba si quería pasar el resto de sus días conmigo.