65
RETRATOS ETNOGRÁFICOS: Rescate de memoria oral y construcción de identidad en dos villas de La Pintana Álvaro Retamales Centro de Investigación Social (CIS), Un Techo Para Chile Santiago de Chile, Enero de 2012

Investigacion Barrio La Pintana

Embed Size (px)

DESCRIPTION

historia de dos barrios de la pintana

Citation preview

Page 1: Investigacion Barrio La Pintana

RETRATOS ETNOGRÁFICOS:

Rescate de memoria oral y construcción de identidad en dos villas de La Pintana

Álvaro Retamales

Centro de Investigación Social (CIS), Un Techo Para Chile

Santiago de Chile, Enero de 2012

Page 2: Investigacion Barrio La Pintana

2

INDICE INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………………………………………………………………4 CAPÍTULO PRIMERO: La familia y la construcción social del parentesco………………………………………….7 1.1.- Tipos de familia: la solidaridad de la familia extendida………………………………………………………8 1.2.- Formas de afinidad: en búsqueda de la familia nuclear………………………………......................11 1.3.- Formas de crianza y Roles de género: ¿exceso de estrategia?.............................................12 1.4.- Familias jóvenes y embarazo adolescente: El retorno de la familia extendida………………….16 CAPÍTULO SEGUNDO: El trabajo y su proceso de precarización……………………………………………….……19 2.1.- El trabajo como transformador del mundo y de la realidad……………………………………………..19 2.2.- Condiciones laborales: la precarización del trabajo desde una

Perspectiva sociocultural………………………………………………………………………………………………….20 2.3.- Historia local del trabajo: de obreros y guardias de seguridad………………………………………….21 2.4.- Juventud y cesantía………………………………………………………………………………………………………….23 2.5.- La feria libre como última oportunidad…………………………………………………………………………….25 CAPÍTULO TERCERO: VIVIENDA Y VIDA URBANA: de campamentos y blocks, de cites y bolsones de pobreza………………………………………………………………………………………………………….27 3.1.- La ciudad, lo urbano y el espacio urbano………………………………………………………………………….27 3.2.- Barrios y Ghettos………………………………………………………………………………………………................28 3.3.- Espacio Domestico: De la media agua a los blocks……………………………………………………………30 3.4.- Espacio comunitario: Amistad y conflictos entre vecinos…………………………………………………35 3.5.- El barrio: amor y odio con el entorno……………………………………………………………………………….37 3.6.- La relación con la ciudad: exclusión, estigmatización y segregación. Violencia

contra violencia……………………………………………………………………………………………………………….39 CAPÍTULO CUARTO: Lucha por los derechos y participación social……………………………………………….42 4.1.- ¿Qué es participar?...............................................................................................................42 4.2.- La participación en campamentos y comités de allegados: la política de la necesidad……………………………………………………………………………………………………………………………44 4.3.- Los comités de allegados………………………………………………………………………………………………….45 4.4.- La junta de vecinos: La organización formal del barrio……………………………………………………..47

Page 3: Investigacion Barrio La Pintana

3

4.5.- Viejas prácticas para nuevos conflictos ……………………………………………………………………………49 CAPÍTULO QUINTO: La identidad y la memoria: construcciones discursivas sobre la cultura local …..…………………………………………………………………………………………………………………………….54 5.1.- Cultura, memoria e identidad. Nociones acerca de un concepto antropológico……………….51 5.2.- Arqueología del barrio y mito de origen…………………………………………………………………………..56 5.3.- Trayectorias del grupo: de la esperanza al estigma………………………………………………………….58 5.4.- Naturaleza del grupo ¿Quiénes somos?...............................................................................59 5.5.- Sueños y expectativas futuras. Pequeñas y grandes utopías para el barrio………………………59 5.6.- Ghetto y cultura de la pobreza: nuestros propios parias urbanos…………………………………….61 CONCLUSIONES…………………………………………………………………………………………………………………………….62 BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………………………………………………………………………….64

Page 4: Investigacion Barrio La Pintana

4

INTRODUCCIÓN El presente informe es el producto de un proceso de investigación etnográfico, acerca de la memoria oral y la construcción de identidades en el sector de Santo Tomas, en la comuna de la Pintana. Particularmente en dos villas: Villa Las Américas y Villa Arauco. El trabajo de investigación fue llevado a cabo durante los meses de septiembre y noviembre de 2011, mientras el trabajo de sistematización y redacción de los resultados, fue realizado entre diciembre de 2011 y enero de 2012. El tema en sí, tuvo que ver con la reconstrucción del proceso de asentamiento de los habitantes de estos barrios. El objetivo que movió este estudio, fue el de comprender, a partir de los testimonios de los propios habitantes, cómo ha sido la trayectoria que los ha conducido a vivir en estos barrios de viviendas sociales, y cómo significan hoy su situación actual. Este ha sido el hilo conductor del proceso de investigación y de este informe de resultados. La metodología propuesta para tales efectos, se enmarca dentro de los métodos cualitativos de investigación social, pero es también resultado de un enfoque etnográfico muy cercano a lo que se conoce como Investigación Acción Participativa. De este modo, la investigación se centra en el discurso de los sujetos estudiados, de modo de comprender las formas de vida y costumbres de los sujetos a través del tiempo -su proceso sociocultural de asentamiento- a la vez que se intenta proporcionar un insumo de conocimientos para un potencial modelo de intervención social, en virtud de la transformación de los problemas que a estas comunidades aquejan. En cuanto a las técnicas de recolección de información, éstas fueron fundamentalmente el trabajo de campo, la entrevista en profundidad de tipo semi estructurado y los talleres participativos para el desarrollo. El trabajo de campo estuvo siempre guiado por la observación directa, procurando lograr ser lo más participativa posible. De este modo, se fue sensibilizando en torno a la realidad concreta de estos barrios, enfrentando los sentidos con realidades a veces muy ajenas al etnógrafo. Fue realizado en primera instancia, como un modo de aproximarse al campo de estudio, obtener rapport y establecer confianzas con los vecinos. Este trabajo incluyó, además de la observación y registro en libreta de campo, la conversación informal con muchos actores locales y los recorridos comentados a la feria libre y otros espacios barriales. Las visitas a terreno se realizaron fundamentalmente los días de semana, durante las mañanas y las tardes. También existió la posibilidad de hacer visitas los fines de semana y no se realizaron visitas nocturnas. Por tratarse de un trabajo de memoria oral, la mayor parte de la información se obtuvo a partir de las entrevistas en profundidad. Tal como se mencionó anteriormente, éstas fueron entrevistas de tipo semi estructurado, donde a partir de un guión temático se establecía un diálogo conversatorio (verbal) con los informantes, con registro de audio y donde el propio entrevistado es quien se explaya, mientras que el entrevistador escucha y conduce el sentido del testimonio. Así, se realizaron quince entrevistas, de una duración promedio de 90 minutos. La selección de informantes clave se realizó mediante la observación participante, intentando incluir la voz de

Page 5: Investigacion Barrio La Pintana

5

diversos tipos de habitantes, de acuerdo a: tiempo de asentamiento, rango etareo y tipo de vivienda. El criterio para cerrar el proceso de entrevistas, fue guiado por el punto de saturación. Esto quiere decir que, a partir de un primer análisis de los datos de los que se dispone, más la constatación de la repetición de los datos obtenidos de los informantes, se considera que la información ha sido saturada y se puede cerrar el proceso de entrevistas. Particularmente en el proceso de entrevistas, nos encontramos con una fuerte complicación: no fue posible conseguir informantes entrevistados de sexo masculino. Los vecinos de los barrios, generalmente se encontraban trabajando, y los que podíamos contactar se negaban rotundamente a ser entrevistados, cerrando la posibilidad de continuar otro tipo de diálogo o bien derivándonos con sus mujeres. Este hecho, en un principio se interpretó como un serio problema, mas con el desarrollo de la investigación, se logro comprender que lo que ha sucedido al interior del barrio, y muy probablemente al interior de otros contextos y realidades sociales, es que los roles de participación social ciudadana han sido delegados casi exclusivamente al campo de lo femenino, de este modo, los hombres se desligan fácilmente de ciertas responsabilidades, a la vez que las mujeres encuentran un rol activo en el espacio público. Con todo, las entrevistas fueron realizadas exclusivamente a mujeres. En relación a la aplicación de talleres participativos, se realizaron tres talleres, uno por cada junta de vecinos (una en la villa Arauco y dos en la villa Las Américas). El taller adquirió la dinámica de línea de tiempo, donde el colectivo de vecinos apoyados por el investigador/facilitador, reconstruyó la historia de los barrios, a partir del llenado de la línea de tiempo con cartones escritos con hitos significativos de la historia local. De este modo, el trabajo de campo y las entrevistas en profundidad se vieron complementados por el discurso colectivo, consensuado, de los vecinos participantes de los talleres. Finalmente, todo este proceso de investigación en terreno, se vio complementado con la revisión de fuentes documentales de sitios electrónicos como blogs, paginas webs y periódicos, así como la aplicación de entrevistas a otro tipo de informantes clave como el director del CESFAM y la directora del colegio local. El orden que adquirió el informe es el siguiente: cada capítulo trata sobre un tema en particular, iniciando con un apartado que aclara algunos conceptos que serán trabajados a lo largo del capítulo, para luego dar paso a los apartados con el contenido propiamente tal. El primer capitulo, trata sobre la familia y la construcción social del parentesco a lo largo de la historia. Aspectos como los tipos de familia, las formas de crianza, entre otros, son tocados en profundidad en este primer capítulo. El segundo capítulo, trata sobre el trabajo y cómo éste ha sufrido un proceso de precarización a nivel macro social, expresando a través de los datos, el modo como esto se manifiesta en lo local. Toca aspectos como la cesantía y el trabajo informal de la feria entre otros. El tercer capítulo, trata sobre la vivienda y la vida urbana. Luego de realizar una conceptualización en torno a conceptos como ciudad, espacio urbano, barrio y ghettos, se realiza una reconstrucción de los diferentes tipos de vivienda que han ocupado los habitantes de estas villas, desde el cité hasta el blocks, para posteriormente abrir la discusión acerca de si estamos en presencia de barrios o bien de ghettos. El cuarto capítulo trata sobre la participación social, indagando en aspectos como la participación política y las causas de su decadencia, la función social de los

Page 6: Investigacion Barrio La Pintana

6

comités de allegados, la formación de juntas de vecinos y los movimientos sociales de derechos habitacionales y contra la construcción de la carretera de acceso sur a Santiago. El capítulo quinto, trata sobre la construcción de discursos de identidad. A partir de los elementos descritos en capítulos anteriores, se realiza una caracterización sobre la base de cuatro elementos, a saber: mitos de origen, trayectoria del grupo, naturaleza del grupo y expectativas y proyecciones futuras. En este capítulo se intenta esbozar un constructo discursivo en torno a la identidad local de los habitantes de estos barrios. Finalmente, y a modo de síntesis, se presentan algunas conclusiones que arrojó como resultados este estudio.

Page 7: Investigacion Barrio La Pintana

7

CAPÍTULO PRIMERO: Construcción Social del Parentesco: reglas y estrategias de organización de la familia La familia puede adquirir múltiples formas al interior de una sociedad. La construcción social del parentesco está determinada por las pautas culturales que cada sociedad ha desarrollado a lo largo de su historia. De modo que no es posible afirmar que existe un tipo correcto o “natural” de familia. En el mejor de los casos, una sociedad puede establecer una estructura preferencial para las reglas del parentesco pero no única, pues la estructura que adquiere cada familia en particular va a depender de las condiciones materiales y simbólicas del grupo. Con todo, hoy se entiende que la familia constituye el principal sistema de organización de los seres humanos y la forma más básica de sociabilidad y adaptación al medio. Entenderemos familia, como una agrupación social, basada en lazos de parentesco que pueden ser de filiación (ascendencia y descendencia) o afinidad (matrimonio, adopción o compadrazgo). Claude Lévi-Strauss (1959), plantea que la familia nuclear nace con la unión de dos personas en matrimonio y consta de un esposo, esposa e hijos nacidos o adoptados por su unión. Sus miembros, que se mantienen unidos por lazos legales, económicos y religiosos, respetan una red de prohibiciones y privilegios sexuales y se encuentran vinculados por sentimientos psicológicos como el amor, el afecto y el respeto. Si bien esta definición es altamente aplicable a distintas sociedades y culturas, algunos aspectos no se condicen con las estructuras que encontramos en algunas sociedades o grupos en la actualidad, ya que hoy suele extenderse el término “familia” al lugar donde las personas aprenden a cuidar y a ser cuidados y no necesariamente bajo la forma convencional de hombre, mujer e hijos. Esto puede incluso ir más allá de las propias relaciones de parentesco, pudiendo significarse como familias a otros grupos sociales ya sean pandillas, bandas de rock, amigos del barrio, etc. Siguiendo esta última idea, Pierre Bourdieu (2007) nos advierte sobre la relación que se establece entre las reglas y las estrategias de parentesco. Según el estructuralismo de Levi-Strauss, el mundo estaría ordenado según criterios establecidos por las reglas de parentesco. Pero Bourdieu nos plantea que las personas no actúan mecánicamente según las reglas de la sociedad. Las reglas de parentesco aparecen como principios generadores de prácticas, y en consecuencia, el individuo no aparece mecánicamente ejecutando las reglas. Así, Bourdieu cuestiona el papel de las reglas en la generación de prácticas sociales, indicando que no siempre los sujetos se ciñen a la regla para dar forma a sus relaciones de parentesco. ¿Cómo se organizan las familias en los barrios de Santo Tomás? ¿Operan de acuerdo al “deber ser” que les propone la sociedad mayor o modifican las estructuras de acuerdo a sus propias necesidades? Hemos querido iniciar el capítulo, exponiendo una definición del concepto de familia y la tensión que existe entre las reglas de parentesco y las estrategias que los individuos practican en torno a lo mismo, pues, como veremos, son aspectos muy presentes y relevantes en la historia familiar de

Page 8: Investigacion Barrio La Pintana

8

nuestros grupos entrevistados, lo que nos permitirá comprender de un modo más adecuado las tensiones que puedan existir1. 1.1 Tipos de familia: la solidaridad de la familia extendida A partir de los testimonios de las vecinas, es posible deducir que sus familias han transitado, a través de los años, desde un tipo de familia extendida hacia un tipo de familia nuclear, para volver a instalarse hoy un tipo de familia extendida, pero en una nueva versión. Una diferencia importante que aparece en el discurso de las mujeres entrevistadas, es que el núcleo familiar que las vio nacer era inmensamente mayor en número que los que existen en la actualidad, dado que ellas se criaron junto a sus abuelos, primos y tíos, haciendo comunidad y estableciendo relaciones de apoyo mutuo y reciprocidad. Recuerdan que eran familias de muchos hijos, seis, ocho, hasta diez o doce hijos, con varias pérdidas en el camino y mucho sacrificio para la mantención de la prole:

“Mis abuelos tuvieron entre 9 y 10 hijos. En ese tiempo yo vivía con mi mamá y mi papá. Ahí viví hasta los 18 años, vivíamos en un cité y éramos casi pura familia, como 3 tipos de familias. Éramos familias grandes, vivían mis abuelitos, con mis tías, vivíamos todos en el mismo pasaje, más otra familia más grande todavía…eran pura familia los que vivían ahí”. (Entrevista realizada a Elizabeth Cortés, dirigente de la villa Las Américas).

Como recuerda Elizabeth, el lugar donde ella nació era un cite del centro de Santiago, ahí vivía en una casa con su familia nuclear (padres y hermanos), en otra casa vivían sus abuelos, más allá sus tíos y otros familiares lejanos. Patricia también recuerda que en Pedro Aguirre Cerda, su familia era grande, con muchos hijos:

“Ahora vivo en la comuna de La Pintana, pero antes era de Pedro Aguirre Cerda, de la población Lo Valledor Sur. Nosotros éramos 6 hermanos y yo soy la penúltima” (Entrevista realizada a Patricia Contreras, vecina de la Junta de vecinos de la villa Las Parcelas)

Como podemos notar en los relatos, antiguamente las familias eran mucho más grandes que hoy en día. No era extraño encontrarse con familias de muchos hijos, siempre más de seis, provenientes de los sectores populares de Santiago, habitando poblaciones, cites y tomas de terreno:

“Yo nací en 1960 en el barrio Franklin, de allá vengo yo, porque ellos [sus padres] arrendaban en esos cités. Mi mamá era viuda con tres hijos y mi papá separado con tres hijos. Mi papá con mi mamá convivían no más, fueron pareja y duraron como 45 años más o menos. Tuvieron seis hijos más. Yo soy la mayor, somos cuatro mujeres y dos hombres, somos seis, aparte tenemos los tres y los otros tres, somos doce hermanos. Con los 12 hermanos tenemos convivencia, tenemos muy buena relación con todos en general”. (ROSANNA JELDES)

1 Para mayor información respecto de la teoría del parentesco revisar: “Estructuras elementales del

parentesco, Claude Levi Strauss; “El origen de la familia el Estado y la propiedad privada, Federico Engels, o de Pierre Bourdieu en su obra “El Sentido Práctico”, el capitulo denominado “Los usos sociales del parentesco”, entre otros.

Page 9: Investigacion Barrio La Pintana

9

Como vemos en el testimonio de Rossana, sus orígenes se encuentran en los sectores populares de Santiago, específicamente en los cités de Santiago Centro. En ese tiempo la cantidad de hijos era mucho mayor que en la actualidad, si esto se asocia con adultos que han tenido más de un matrimonio, aumenta la probabilidad de familias extendidas. Vivir juntos también se asocia a formas de reciprocidad, el cuidado de los niños y la cooperación económica. También existen familias provenientes de otras ciudades de Chile, por ejemplo las familias de Adelina y Eleticia, ambas provenientes de la ciudad de Valdivia:

“Nosotros somos de Valdivia, mi marido es del campo y yo de la ciudad de Valdivia. Mis padres también eran de Valdivia. Nosotros somos 6 hermanos, yo soy la segunda de seis” (ELETICIA ROGEL).

“Vengo de Valdivia, nací en la ciudad de los Lagos en 1966” (ADELINA PINO)

Tal como Eleticia y Adelina provienen de la ciudad Valdivia, otros vecinos también nos comentaron que sus familias provienen de pueblos y ciudades de otras regiones. Por ejemplo, Gabriela de la Villa Arauco, proviene de Viña del mar, mientras que la Sra. María Mosqueda, una entrañable anciana de 76 años y madre de 12 hijos, también de la Villa Arauco, proviene de los sectores rurales cercanos a la ciudad de San Javier, en la Región del Maule. Así, de las actuales madres, abuelas y jefas de hogar de estas villas de La Pintana, La mayoría han habitado desde su nacimiento los sectores populares, sea en el campo o en la ciudad, mayoritariamente en Santiago. Prácticamente todas las personas que entrevistamos provienen de familias extendidas (abuelos, padres y tíos viviendo unidos por estrechos lazos), compuestas por varias familias nucleares de numerosos hijos. Pero no todas las familias nucleares contaban con la presencia de ambos padres, y en las entrevistas también aparecieron problemas como abandono del padre, violencia intrafamiliar, ambos padres ausentes y la consiguiente adopción de padrinos y abuelos que asumen la crianza. Así lo relata Adelina Pino:

“Yo tengo dos familias: una de sangre y una de crianza. Mi vieja murió cuando yo nací, mi viejo me entregó a unos amigos. Entre mi vieja y mi nana2 hicieron un pacto de amigas, antes de que yo naciera, en una broma acordaron que si ella moría, mi nana me criaba. Y la vida es tan sabia que cuando ella murió, mi viejo le cobró la palabra a mi nana y ella me crió desde los 14 días. Por lo tanto no tengo recuerdos de mi mamá biológica y mi nana es mi mamá”. (ADELINA PINO)

Por otra parte, Beatriz y Elizabeth nos relatan una historia parecida a la de Adelina; ambas fueron criadas por familiares, convirtiéndose con el paso del tiempo en sus legítimas familias:

“Cuando mis padres se separaron, nosotros perdimos todo contacto con mi papá. Yo era chica, creo que tenía 3 ó 4 años no más. Claro, el papá se olvidó que tenía

2 “nana” es el apelativo que Adelina utiliza para nombrar a su madre de crianza, la amiga de su madre

biológica que la adoptó.

Page 10: Investigacion Barrio La Pintana

10

hijos y bueno, ahí empezó a criarnos mi abuelita. Mi mamá también se fue por otro rumbo y también se olvidó de que tenía hijos. Ella se tiró al alcohol, lamentablemente. Ella amaba demasiado a mi papá. No soportó que la dejara. Entonces ahí nosotros pasamos a que mi abuelita nos criara, a nosotros seis”. (ELIZABETH CORTÉS)

Quizás el caso de Beatriz sea más duro aún: luego de ser adoptada por sus padrinos, continúa viendo a su madre sin ser capaz de llamarla como tal:

“Yo soy de Santiago, fui criada por mis padrinos desde los dos meses de vida, entonces ellos son mis papás. Por lo que me di cuenta de grande, no fui la única hija abandonada, porque mis hermanas de sangre fueron criadas todas en hogares de menores. Mis hermanos hombres también, ninguno de nosotros se crió con ellos [padres biológicos] porque hasta mi hermana menor se crió con mis padrinos. Yo conocí a mi mamá, tenía contacto con ella hasta cuando falleció. La relación era buena, pero el cariño no era de mamá, yo nunca le dije mamá, siempre le decía tía, sabiendo que era mi mamá. Ella tampoco, nunca me dijo nada así como “dime mamá”. A mi papá biológico, a ese no lo veo hace más de diez años. Él vive cerca de acá, pero yo puedo verlo en la calle y no lo reconozco”. (BEATRIZ ZAMORANO)

De modo que los orígenes familiares de los habitantes de estos barrios nos hablan de familias numerosas, aclanadas, de pobreza y en muchos casos, nos hablan también de abandono por parte de los padres biológicos, reestructurándose bajo el tipo de familia extendida. La familia extendida es entonces una estrategia que permite sortear el adverso escenario que implican el abandono y la pobreza:

“Mi origen familiar es bien humilde, porque mi mamá siempre trabajó lavando ropa para mantenernos a nosotros como familia. Y mi papá también tenía su trabajo, aunque él era más distante de la familia, porque él era muy mujeriego. Así que fue mi mamá la que siempre se esforzó por nosotros, lavando ropa en casas particulares. Yo soy muy agradecida de mi mamá porque a mí me dio Poliomielitis cuando era guagüita y ella siempre cargó en brazos conmigo”. (PATRICIA CONTRERAS)

A pesar de todo, las vecinas recuerdan haber tenido infancias felices, llenas de juegos y afectos, recuerdos que se imponen por sobre las carencias materiales, emocionales y las adversidades propias de la pobreza del siglo XX:

“Yo me crié en San Rafael. Para mí fue bueno, buenísimo. Mi niñez fue buena, buenísima, sin problemas. Problemas económicos solamente, porque siempre hemos sido pobres, pero mi papá siempre trabajó y nunca nos faltó el pan. Pero mi papá era bien mujeriego, pero como mi mamá era comerciante, teníamos para comer, así es que nunca nos faltó, nunca, nunca”. (ROSSANA JELDES)

Al igual que el testimonio de Rossana, el recuerdo de Elizabeth sintetiza muy bien esta última idea:

Page 11: Investigacion Barrio La Pintana

11

“La vida en ese tiempo era bonita, era una enseñanza que tú tenías que respetar a los mayores, y tú tenías un horario y tú tenías que respetar ese horario. Era más estricto. Para ser tan estrictos, era bueno para nuestra enseñanza, yo eso lo agradezco porque gracias a eso es que soy lo que soy. Ellos te enseñaban bien. Siempre explicándote lo que era bueno y lo que era malo, lo que se tenía que hacer o no hacer. Lo único malo de ese tiempo, era que se pasaban necesidades, porque las familias eran demasiado grandes”. (ELIZABETH CORTÉS)

1.2.- Formas de afinidad: en búsqueda de la familia nuclear En oposición a lo vivido en su infancia y juventud, las vecinas de las villas estudiadas de la Pintana formaron un tipo de familia muy distinta a la que las vio crecer. Aspiraban a formar un tipo de familia nuclear, donde ellas y sus parejas, a veces esposos a veces no; instaladas en los barrios de Santo Tomas o no conformaran lo que para nuestra sociedad es la regla: una familia tradicional compuesta de madre/esposa, padre/esposo e hijos:

“Ahí donde yo estuve trabajando conocí a mi esposo, después nos casamos y tuve a los niños. Yo tenía 19 años, pololeamos un rato, en realidad pololeamos casi nada, porque me casé en el 81. Me acuerdo que, como yo tenía que ir a tomar la micro, y mi tía conocía a los chiquillos, me iban a dejar a la micro. Y ahí conocí a mi esposo. Iban a dejarme a la micro para que no me pasara nada, porque era medio peligroso por ahí. Después me casé y me fui a vivir ahí mismo donde mi suegra”. (ELIZABETH CORTÉS)

El caso de Elizabeth es quizás el más cercano a la regla social de matrimonio: una mujer mayor de edad que, trabajando, conoce a su pololo y se casa con él. Beatriz, tiene una historia parecida aunque presenta algunos matices:

“Nos casamos en 1997 pero con mi marido llevamos 22 años juntos. El también es de allá de La Cisterna, vivía muy cerca de mí, pero él vivía en un hogar de menores, entonces lo veía los puros fin de semanas. Él se juntaba con mis hermanos mayores, entonces por ahí lo conocí. Quedé embarazada de diecisiete para dieciocho años. Recuerdo que tuve el apoyo de todos, de mis papás, de mis hermanos y todos. No estaban contentos pero me apoyaban”. (BEATRIZ ZAMORANO)

El caso más alejado de la regla, es el de Eleticia, quien desde muy joven está junto a su marido, con quien prácticamente ha compartido toda la vida, construyendo una verdadera historia de amor:

“Con mi marido nos casamos acá en Santiago, pero antes convivimos 5 años, desde súper jovencitos. Yo tenía 16 y él 15 años cuando empezamos a convivir. Yo lo conocí a él cuando nosotros íbamos a pasear para el campo, y no había nada más que hacer. Nuestras familias no estaban de acuerdo porque éramos muy jóvenes, pero igual nosotros hicimos nuestra vida juntos” (ELETICIA ROGEL)

Así como existen formas de afinidad, que en mayor o menor medida buscan ajustarse a la regla, también existen mujeres que, siguen a Bourdieu, apelan más a la estrategia que a la regla. Tal es el caso de Adelina, quién en el último momento opta por no casarse:

Page 12: Investigacion Barrio La Pintana

12

“A los 22 años conocí al papá de mis hijos. No quise casarme, y aunque ya teníamos todo listo para casarnos, yo me arrepentí. A él lo conocí en la micro, hasta que un día me lo presentaron, porque teníamos amigos en común. En ese tiempo yo ya había hecho mi vida sola. Prácticamente hacía la que quería. Decidí tener mi hijo y nació Leonardo cuando yo tenía 23 años. No sé por qué, pero yo quería tener un hijo sola. Y muy de golpe formé una familia, ¡sin querer! Recibí a sus tres hijos y tomé el rol de mamá de todos, fue una época difícil”. (ADELINA PINO)

Rossana, al igual que Adelina opta por la estrategia antes que regirse por la regla social:

“Él vivía en la población de al lado. Entonces se hizo amigo de uno de los chiquillos que eran amigos míos y por ese lado llegó al grupo. Fuimos amigos como dos años y ahí nos fuimos conociendo, conociendo, hasta que nos juntamos. En el ‘85 quedé embarazada, pero perdí a mi guagüita. Era niñita. Después en el ‘88 quedé embarazada de nuevo y tuve a mi hijo mayor, que ahora cumple 23 años. (ROSSANA JELDES)

Quién ha dado más crédito al cumplimiento de las reglas sociales de matrimonio es Patricia, quien junto con su familia realizó el rito de matrimonio en su máxima expresión:

“Un día que fui al Parque O’Higgins con mis amigas, estaba él con un grupo de amigos y nos preguntaron si queríamos compartir con ellos. Yo primero pinché con un amigo de él. Después empezamos a pololear y él no quería casarse. Pololeamos 2 años y decidimos casarnos. De todos los hermanos, yo fui la única que se casó por la Iglesia, así que fue un orgullo para mis padres. Tuvimos una bonita fiesta, mi papá se esmeró harto por arreglar la casa”. (PATRICIA CONTRERAS)

Como podemos ver a través los testimonios, las expectativas y prácticas desplegadas en torno a la formación de la familia cambian de acuerdo a las condiciones particulares de cada grupo, así como también cambiaron entre la generación de padres y abuelos y la generación de nuestros entrevistados. La estructura familiar se desplaza desde una visión de familia extendida, aclanada, entendida como red de apoyo mutuo y reciprocidad, hacia una forma nuclear, basada en la imagen de la casa propia y la independencia de la familia. El matrimonio es relativizado, optando en algunos casos por ceñirse a la regla social (sino moral) y en otros casos optar por una mejor estrategia de vida, más libre de (re)presiones del cónyuge y más independiente económica y socialmente. Vemos como existe una transformación deliberada en torno a la visión de familia, donde los padres se hacen cargo de la crianza de sus hijos, donde además disminuye la cantidad de hijos y donde la familia y el hogar están compuestos exclusivamente por mamá, papá e hijos. 1.3.- Formas de crianza y roles de género: ¿exceso de estrategia? El modo que en que los hijos son criados, socializados, o si se prefiere, incorporados a la vida en sociedad, es algo que, según el testimonio de las vecinas de La Pintana, ha cambiado drásticamente. Ellas consideran que este giro no ha sido necesariamente para mejor, ya que recuerdan que antes había más respeto por los mayores, que la juventud era “más sana” en

Page 13: Investigacion Barrio La Pintana

13

cuanto a sus formas de diversión, que los niños eran cuidados y protegidos por todos los integrantes de la familia, entre otras cosas. Los valores eran más rígidos y las enseñanzas más estrictas, y a pesar de tener muchas más carencias materiales que hoy, se percibe en sus relatos una cierta melancolía respecto de la solidez valórica que representaba la familia en aquellos tiempos pasados:

“En nuestros tiempos la educación que a uno le daban era diferente, te decían como uno debía ser y comportarse, respetar a tus padres, a tus abuelos, no como ahora. La juventud que yo viví me gustó, yo la pasé bien, no teníamos la libertad de ahora, eso de llegar a la hora que quieren, de salir donde uno quiere, en la casa había un respeto y teníamos que respetar a los mayores”. (ELIZABETH CORTÉS)

De acuerdo con lo que relata Elizabeth, en décadas anteriores los códigos de crianza eran más rígidos que en la actualidad. El hecho de no salir hasta tarde o el respeto intransable hacia los padres y abuelos son aspectos ilustrativos del cambio en las pautas de crianza de las familias. Por otra parte, el relato de Elizabeth nos indica la fuerte presencia de códigos de socialización, “nos decían como uno debía ser y comportarse”, sin duda un elemento distintivo de aquella época, donde las pautas de educación estaban fuertemente inculcadas por las familias. Hoy es posible observar en los barrios, cómo los niños y jóvenes hacen uso del espacio público hasta ya avanzada la noche, muchas veces sin la supervisión de los adultos. Esto se debe a varios factores: en gran medida es a causa del hacinamiento que sufren las familias en sus viviendas, donde por ejemplo, en tiempo de verano, es prácticamente imposible mantenerse dentro del hogar a causa del calor. Por otra parte, existen otros factores como el exceso de trabajo de los adultos, quiebres familiares, o abandono que influyen en la conformación de estas nuevas formas de conducta. Todos estos aspectos obligan a los jefes de hogar a trabajar duro por mantener la vida de familia. Por cierto que el “relajo” de los nuevos padres en el cuidado de los hijos es una causa muy potente:

“Los chiquillos empezaron a crecer, algunos tomaron el buen camino y otros se perdieron un poco, pero no son malos cabros. A los míos siempre los mantuve cerca de mi vista. Yo creo que muchos de los cabros de acá se perdieron porque las mamás trabajaban y muchos tenían a los papás detenidos, presos, muchas cosas diferentes en cada familia”. (ADELINA PINO) “La juventud está muy sola y si está sola ¿qué hace? Nada. Se dedican a hacer cosas raras, se dedican a pitear, van para allá, se juntan en grupos. Yo cuando vendía papas en la esquina hasta las dos, tres de la mañana, vi niñas lolitas, curadas, muertas de curadas, voladas y dónde están los papás, trabajando de noche ¿por que las mamás trabajan de noche? (ROSSANA JELDES)

El hecho es que, debido a problemas urbanos como la segregación espacial, lo problemas de adicción y el narcotráfico, entre muchos otros, se ha visto modificada la forma de socialización de las nuevas generaciones, sufriendo muchas veces el abandono absoluto, criándose en la calle y volviéndose cada vez más vulnerables. El caso que relata Adelina a continuación grafica muy bien esta última idea:

Page 14: Investigacion Barrio La Pintana

14

“Una vez llegó un niño que su abuela lo había molido a palos, él tenía malas costumbres, era bueno para robar. Mi hijo desde chico se juntaba con él, pero yo nunca lo perdí de vista, acá siempre comentamos todo con los chiquillos, así es que yo sabía en lo que andaban. Un día, este niño me vino a pedir permiso para que dejara salir a mi hijo con él, y yo le dije que tuvieran cuidado. Luego, pasaron unos día y le dije al amigo de mi hijo: “sabes que, yo no me merezco lo que tú me estás haciendo, cuando me has necesitado te he ayudado, nunca te he cerrado la puerta de mi casa, todo lo contrario; cuando te han pegado yo te he recibido”. Desde ahí nunca más nada. Me empezó a ayudar a cuidar a mi hijo. Mis reglas han sido siempre que yo acepto a los amigos que yo quiero. Y a los que yo quiero los he recibido muchas veces que sus mamás los han echado de la casa. ¿Por que las mamás los echan?, eso yo no lo entiendo, porque nunca he tenido tanta rabia como para echarlos de la casa. Yo los acepto y ellos me cuentan todas sus cosas. Igual cuando tienen un problema se acercan a pedirme consejo. Así ha sido la vida de estos niños”. (ADELINA PINO)

El niño del relato de Adelina, vivía con su abuela e invitaba a robar a su hijo mayor. Ésta, sensibilizada por la situación del niño, en vez de excluirlo y condenarlo, lo acoge y el niño responde positivamente ante ese estimulo afectivo. Claro que no siempre es así, existen muchos niños abandonados a su suerte producto de que sus padres han caído en alcohol o drogas o porque deben trabajar interminables jornadas para poder mantener el hogar. Entonces los niños se crían solos, con la televisión, en la calle, con vecinos o como soldados de los narcotraficantes. Totalmente diferente a la crianza que expusieron Beatriz, Adelina, Elizabeth o el resto de nuestras entrevistadas:

“Aquí, si los cabros se echan a perder también es mucho la culpa de los propios papás, porque si mi hijos salen patos malos, yo no puedo echarle toda la culpa al barrio, porque si en la casa no se les da el ejemplo, o bien los papás están presos, en la droga o en el alcohol, ¿qué se puede esperar de ellos? ¡Si es uno el que da el ejemplo!” (BEATRIZ ZAMORANO)

La lectura que Beatriz realiza sobre las consecuencias de una crianza “demasiado flexible”, es categórica; la responsabilidad de la crianza recae, según ella, en el grupo parental en primer lugar. Son los padres los responsables del presente y el futuro de los niños. Luego vienen otros actores como el barrio, el colegio o la sociedad en general. Una opinión distinta, complementaria quizás, es la que nos plantea Eleticia:

“Aquí nosotros tenemos muchos problemas de violencia con los jóvenes. Hay muchas drogas, mucha delincuencia. Siempre ha sido así, porque siempre hemos sido marginados, y por eso éste es uno de los sectores más conflictivos de La Pintana. Para mí esto es causado por falta de oportunidades, porque a La Pintana siempre se le ha marginado como comuna. (ELETICIA ROGEL)

Siguiendo con la idea de tensión entre regla y estrategia, podríamos decir que aquí la regla se ve absolutamente subordinada a la estrategia, la cual es exacerbada a tal punto, que se pierde el control social sobre la crianza y la formación de nuevos individuos, predominando la cultura callejera, el abandono y la vulnerabilidad de los menores. El

Page 15: Investigacion Barrio La Pintana

15

testimonio de Juana Ortiz, Directora del Colegio Polivaletente de La Pintana3, es concluyente:

“Gran parte de nuestros niños pertenecen a familias disfuncionales, es muy raro acá si tú encuentras a un niño con una familia que tiene su mamá, su papá y que los dos trabajen. La mayoría son casos extremos, de mucha vulnerabilidad, que están viviendo casi “en abandono”. Cuando hay madres que trabajan todo el día, o trabajan en un hogar puertas adentro, muchas veces hay abuelitas que tienen que cuidar a una cantidad enorme de nietos, vecinas, tías, amigas o madrinas. Entonces detectamos un gran nivel de abandono, el colegio termina siendo el único lugar que ofrece una estructura de normas que son a las que se aferran los niños. Cuando tú escuchas sus relatos, la gran parte de su tiempo lo pasa en las calles y ahí hacen gran parte de su vida social. Hay poca presencia paterna en las familias y con aspectos valóricos y de hábitos muy débiles.” (JUANA ORTIZ)

Otro elemento muy importante también, tiene que ver con los roles que adquieren uno y otro género, y las estrategias de adaptación que se despliegan cuando uno de los dos está ausente. El tipo ideal o la regla social, se construye bajo la figura de la esposa/madre, el padre/proveedor y los hijos estudiantes, todos viviendo en un hogar felices como familia nuclear. La madre detenta las funciones del hogar, mientras el padre trabaja fuera a cambio de dinero para el sustento familiar. También existe un imaginario más moderno, donde padre y madre son trabajadores y comparten tanto las tareas del hogar como del sustento económico, y con ello aspiran a conseguir una mejor calidad de vida uniendo sus salarios. En este caso, los hijos quedan en el colegio, generalmente en jornadas completas, para luego llegar al hogar bajo el cuidado de algún adulto, a la espera de sus padres. Estas corresponden a las dos estructuras socialmente aceptadas en la distribución de los roles de parentesco. Sin embargo, y como ya hemos podido corroborar, el ideal nunca es idéntico a la realidad, de modo que encontramos distribuciones de roles muy distintos, a veces opuestos al ideal, donde predomina la familia nuclear monoparental y donde el abandono es un riego constante:

“Estuve con el papá de mis niños viviendo. Eran como los roles invertidos, él se ocupaba de la casa, cocinaba y el resto, puro ver tele. Yo iba a las reuniones y me preocupaba de la ropa. Todo el resto él”. (ADELINA PINO)

Adelina es quien desarrolla mejor este tema en su testimonio, tiene una opinión que se nota ha sido reflexionada a partir de su propia experiencia, pero también a partir de la observación de su entorno, con una sensibilidad que es admirable:

“Los hombres de aquí, su vida es juntarse los fines de semana a tomarse un trago en La Gruta, jugar a la pelota y trabajar toda la semana. Además no hay muchos, porque hay muchas mujeres solas aquí. Los hombres no participan porque son fomes”. (ADELINA PINO)

3 El Colegio polivalente de La Pintana está ubicado en calle Santo Tomás a pasos de calle La Serena. Fue el

primer establecimiento educacional instalado en el sector y goza de gran prestigio debido a sus buenos resultados y excelencia académica. El colegio privilegia el ingreso de alumnos que provienen de los barrios que estamos aquí estudiando.

Page 16: Investigacion Barrio La Pintana

16

Según Adelina, los hombres se dedican principalmente a trabajar y cuando tienen un tiempo libre lo ocupan en el fútbol y el alcohol, quedando otras actividades comunitarias, relegadas al campo de lo femenino4. Es importante también destacar del relato que, al existir muchas “mujeres solas”, éstas conforman familias mono parentales, donde las funciones o roles de ambos géneros deben ser asumidas por la jefa de hogar, generalmente secundada por abuelas, amigas o vecinas:

“Por problemas aquí en mi casa (golpes, muchas veces llegaban los carabineros) empecé a hacerme amiga de la Ely. Ella siempre estuvo pendiente de cómo estaban las cosas acá. Me acuerdo que yo iba a trabajar y pasaba a dejarle las llaves y le decía “Ely, cuídame a los chiquillos”. Y ella siempre me ayudó, cuando me sentía sola, cuando no tenía que comer, siempre ha estado ahí conmigo.” (ADELINA PINO)

En síntesis, podemos observar cómo se resignifican las construcciones ideales en cuanto a los roles de género, a la vez que se transforman las pautas de socialización, a veces con ribetes dramáticos. Por una parte, los niños y jóvenes se ven enfrentados a desafíos sumamente riesgosos. Estos desafíos son producto de problemas estructurales de la sociedad, como la explotación laboral y la segregación espacial, donde a la familia le compete un campo de acción reducido. ¿Cómo un padre puede permanecer mayor tiempo con su hijo si su trabajo se lo impide? Hay que considerar que la mayoría de los habitantes de este barrio trabaja lejos de su hogar (producto de la segregación) y que sus familias dependen de su salario. Por otra parte, ¿cómo puede una madre jefa de hogar repartir su tiempo entre trabajo y crianza? Estas interrogantes son clave para comprender las condiciones de riesgo y vulnerabilidad de niños, jóvenes y de la familia en general, pues de ellas surgen interpretaciones (o explicaciones) a otros fenómenos mucho más complejos como son la delincuencia juvenil y el embarazo adolescente.

Yo cuido niños porque trabajan los dos papás y yo sé que los niños echan de menos a sus mamás. De repente no los ven en todo el día, salen temprano, los niños están durmiendo, llegan en la noche cuando de nuevo los niños están durmiendo. Entonces, como no tienen el contacto con sus papás por ahí va la cosa. Yo pienso que ese problema es a nivel nacional, porque en todas partes pasa lo mismo” (ROSSANA JELDES)

1.4.- Familias jóvenes y embarazo adolescente: El retorno de la familia extendida Por medio de la observación directa y el trabajo de campo, ha sido posible develar un fenómeno sumamente complejo, causa de otros fenómenos y probablemente el mayor problema social de estos barrios: el hacinamiento. El hacinamiento es, sin duda alguna, uno de los problemas más complejos que afectan a estas comunidades. Consecuencia directa de la mala calidad de las viviendas, éste fenómeno ha sido ampliamente documentado en la literatura5. Constatado además mediante la observación, durante el trabajo de campo, la complejidad de éste radica, por una parte, en la dificultad para

4 Profundizaremos más este aspecto en el capitulo dedicado a la participación social.

5 Ver por ejemplo, Alfredo Rodríguez & Ana Sugraynes. LOS CON TECHO. Un desafío para la política de

vivienda social. Ediciones Sur. 2005

Page 17: Investigacion Barrio La Pintana

17

darle solución, y por otra, en las variadas consecuencias negativas que produce, aspectos que finalmente confluyen en la degradación de las relaciones humanas de estos barrios. Un fenómeno que contribuye a incrementar el hacinamiento en los hogares, es la alta tasa de embarazo adolescente, que es evidente. Al observar la realidad de los barrios del sector de Santo Tomas en la Pintana, uno puede identificar inmediatamente la presencia de este “problema” entre sus familias. Al caminar por sus calles, recorrer la feria o visitar el centro de salud, uno se cruza con muchas madres y abuelas jóvenes, además de adolescentes embarazadas. Frente a esto, surgen de inmediato una serie de preguntas como ¿Por qué sucede que las chicas se están embarazando tan tempranamente? ¿Por qué no se previene mediante el uso de anticonceptivos? ¿Falta conocimiento? ¿Existen reglas morales y/o religiosas que impiden su uso? ¿O es acaso que no tienen acceso a dichos métodos por cuestiones socioeconómicas? ¿Cuál es el papel de la familia en todo este tema? Al consultar informalmente a las jóvenes a qué edades han sido madres, las respuestas varían en un rango entre los 13 y los 18 años. Después de dichas edades las mujeres son ya adultas y por lo tanto no resulta problemático para la convención social. O al menos en menor medida que el embarazo adolescente. Al ser consultadas por la sensación que genera ser madre a temprana edad, abunda la indiferencia en las respuestas y es común el “sucedió no más”. Esto nos llevaría a pensar que no es más que la reproducción de la experiencia de generaciones anteriores: La Sra. María Mosqueda tuvo su primer hijo a los 16 años, Eleticia a los 17, Elizabeth a los 19, las compañeras del comité de allegados de Rossana (a diferencia de Rossana) eran todas madres menores de edad, María tuvo su primer hijo a los 19 y así sucesivamente. Si continuáramos indagando, probablemente nos encontraríamos con varias mujeres más. Sin embargo, aun persiste la duda y la respuesta de las jóvenes muestran que hay indicios de algo más que no se declara abiertamente. Al consultar en el Centro de Salud Familiar Santo Tomas sobre este hecho, la respuesta es la siguiente:

“Aquí el problema grande que tenemos, y que la gente no lo percibe como un problema, es que ha aumentado mucho el embarazo adolescente, y que el embarazo es algo deseado por las adolescentes. Eso es lo que uno encuentra sorprendente, porque uno piensa que las chiquillas dicen: “oh quedé embarazada, que voy a hacer” y no, las chicas, me relatan las psicólogas, quieren quedar embarazadas ¡quieren! O sea, la explicación de las psicólogas es que las chicas, en su fuero interno, quieren tener algo propio, ven que en sus familias los problemas son tales, es tal el nivel de disfuncionalidad de sus familias, que no se sienten queridas, por tanto, como no tienen arraigo ni por su papá, ni por su mamá ni por el resto de sus familias, optan por querer lo propio: un hijo propio, un hogar propio y se refugian en eso. No quiero decir que sea el único motivo del embarazo adolescente, pero lo que indican las psicólogas apunta hacia esa dirección. El hecho es, que las mujeres adolescentes se están embarazando y este puede ser uno de los factores causales”. (ALEJANDRO SANHUEZA, DIRECTOR CESFAM SANTO TOMAS)

Resulta sorprendente que exista tal nivel de distancia entre la regla social de parentesco, que indica que los hijos vienen cuando existe como mantenerlos, y la estrategia práctica de las

Page 18: Investigacion Barrio La Pintana

18

adolescentes de estos barrios. Pero si reflexionamos un poco más, no resulta descabellada la hipótesis de las psicólogas del CESFAM, pues hemos hablado a lo largo de este capítulo de cómo las transformaciones en la pautas de crianza y socialización, la estructura familiar y los roles de género, han dejado a los niños y jóvenes en una condición tal de riesgo social y vulnerabilidad, que perfectamente la estrategia afectiva de las mujeres adolescentes puede ser la conformación de una familia propia, mientras que la estrategia de los hombres adolescentes es la adscripción a grupos de calle o derechamente reclutarse como soldados de narcotraficantes. Con todo, el embarazo adolescente es una de las causas del retorno de la familia extendida pero también uno de sus efectos. Hemos explicado en el transcurso de este primer capítulo, de qué modo las familias han transitado de un modo extendido a uno de tipo nuclear. Pues bien, en la actualidad ese tránsito retorna a la familia extendida, y eso fundamentalmente se debe al embarazo adolescente. Las familias adolescentes carecen de medios materiales y psicológicos suficientes como para levantar una familia y un hogar de manera autónoma, razón por la cual deben convivir como allegadas en los hogares de padres y suegros. Este es un hecho altamente constatable en la realidad. Durante el trabajo de campo, fue posible ingresar a muchos hogares, observando la presencia de dos o más familias viviendo bajo un mismo techo, siendo en algunas de ellas conformadas por familias de padres adolescentes, o bien que lo habían sido6. El retorno a un tipo de familia extendida no es un problema en sí, incluso puede resultar un beneficio en términos de reciprocidad, apoyo mutuo y solidaridad: los padres trabajan y/o estudiar, mientras las abuelas y tías quedan al cuidado de los hijos; con ello puede aumentar el ingreso familiar; existe mayor comunicación entre la familia y mejor socialización, etc. El problema se produce, cuando consideramos que estos barrios son compuestos por viviendas sociales, de entre 38 y 42 metros cuadrados construidos, sin posibilidad de ampliación proyectada. En estas condiciones, el hacinamiento se vuelve un problema crítico e inminente. Tanto el hacinamiento como la aglomeración en estos barrios es grave, todas las personas con las que pudimos conversar, entrevistar y consultar mediante talleres, lo reconocen como el problema más urgente a solucionar, sobre todo en blocks, encontrando posturas tan radicales como que todo este complejo de blocks deben ser expropiados, las familias erradicadas, reubicadas y los blocks demolidos. El retorno de la familia extendida es una de las causas del hacinamiento. Sin duda. El resto de las causas las iremos analizando en el transcurso de los capítulos posteriores.

6 Para mayor información, revisar el trabajo del arquitecto Tai Lin, del centro de Investigación social de Un

Techo Para Chile.

Page 19: Investigacion Barrio La Pintana

19

CAPÍTULO SEGUNDO: El trabajo y su proceso de precarización El trabajo es actualmente uno de los aspectos más conflictivos de los barrios que hemos estudiado. Un bajo nivel de educación, calificación, instrucción o capacitación (producto de un sistema de educación brutalmente desigual) agudiza las condiciones de precariedad, informalidad y cesantía. La estigmatización de vivir en un barrio pobre, asociado a delincuencia y narcotráfico, limita aun más los potenciales puestos de trabajo a los que los vecinos pueden aspirar. Los largos trayectos de transporte a los trabajos debido a la localización de las fuentes de trabajo y las condiciones de segregación de estas poblaciones también son un factor en contra. Así, nos encontramos con condiciones que son muy poco favorables para este sector de la ciudadanía, cayendo muchas veces en la pobreza, la cesantía, la explotación laboral y más grave aun, la delincuencia y el micro tráfico de drogas. Pero ¿Qué es el trabajo? ¿Cómo fue el proceso mediante el cual se llega a esta situación laboral? ¿Cómo es el trabajo hoy en día? ¿Cómo lo entienden los vecinos de los barrios estudiados? Estas son algunas interrogantes que intentaremos dar respuesta en el transcurso de este capítulo. 2.1.- El trabajo como transformador del mundo y de la realidad El trabajo como concepto puede ser definido desde distintas áreas del conocimiento. Así, puede obtenerse una definición jurídica, económica, política, sociológica y hasta religiosa respecto del trabajo. No obstante, todas ellas coinciden en que, básicamente, el trabajo refiere a la capacidad de los seres humanos para transformar la realidad, mediante su fuerza de trabajo, sea esta material o intelectual, obteniendo algo –un producto- del que no se disponía antes de invertir dicha fuerza de trabajo7. Esta definición engloba genéricamente lo que significa el trabajo hoy en día, es una conceptualización operativa que nos permitirá establecer un punto de partida para el análisis de las condiciones de trabajo de los vecinos de los barrios de Santo Tomas. Una definición proveniente de la economía política, ampliamente discutida en la historia de las ciencias sociales, apunta hacia la misma dirección, indicando que:

“El trabajo es, ante todo, un acto que tiene lugar entre el hombre y la naturaleza. Al trabajar, el hombre desempeña frente a la naturaleza, el papel de un poder natural, pone en acción las fuerzas de que está dotado su cuerpo, brazos y piernas, cabeza y manos, a fin de asimilarse las materias dándoles una forma útil para su vida. Al mismo tiempo que, mediante este proceso, actúa sobre la naturaleza exterior y la transforma, transforma también su propia naturaleza desarrollando las propias facultades que en ella dormitan”8

Entonces entenderemos el trabajo como la capacidad de invertir energías para transformar la naturaleza en beneficio propio o de la humanidad. Esta concepción de trabajo, obedece a una

7 Esta es una definición propia, construida a partir de la revisión de diversas fuentes documentales

especializadas en el tema. 8 Kart Marx, citado en: Pablo Rieznik: Trabajo, una definición antropológica. Dossier: Trabajo, alienación y

crisis en el mundo contemporáneo, Razón y Revolución nro. 7, verano de 2001, reedición electrónica disponible en: http://www.razonyrevolucion.org/textos/revryr/prodetrab/ryr7Rieznik.pdf

Page 20: Investigacion Barrio La Pintana

20

visión moderna, a una idea antropocéntrica que sitúa al hombre y a su trabajo como motores de la transformación del mundo, a diferencia de concepciones de épocas antiguas, medievales o de culturas originarias, donde el trabajo era asociado a la esclavitud -a lo no hombre- o donde la calidad de vida de los hombres estaba sujeta y determinada por la acción de los cuerpos celestes sobre la tierra, fecundándola y permitiendo la sobreviviencia de los hombres y mujeres9. Con todo, el trabajo es hoy por hoy, el modo en que los seres humanos de todo el mundo deben obtener los medios de vida, sea en forma de productos directos o bien en forma de salario. Los vecinos de los barrios estudiados no están ajenos a esta realidad, más aun, tienen una condición y una visión propia de lo que significa el trabajo y de cómo les toca ser trabajadores en la actualidad. 2.2.- Condiciones laborales: la precarización del trabajo desde una perspectiva sociocultural Varios autores10 coinciden en la idea de que el mercado del trabajo ha sufrido un proceso de precarización, causado en primer lugar, por el giro que las sociedades han experimentado hacia la economía social de mercado. En este modelo, las oportunidades de inclusión en la sociedad las ofrece el mercado por sobre el Estado o la sociedad en su conjunto (familia, barrios, redes, etc.). Esto implica que en términos laborales, se obtiene una creciente flexibilización laboral, una mayor desprotección de los individuos más vulnerables, y una creciente rotación de trabajadores por distintos puestos de trabajo, lo que impide la organización y la negociación colectiva. Todos estos efectos los impone el modelo económico actual11. El cambio de una sociedad industrial a un tipo de sociedad basada en la entrega de servicios, apunta en la misma dirección: las empresas minimizan sus costos, reduciendo los gastos en prestaciones y beneficios para sus trabajadores, a la vez estos últimos se vuelven cada vez más vulnerables12, debido a la alta rotación por distintos trabajos y a la falta de representación sindical. Todo esto es posible de observar en la historia de las familias de los barrios estudiados en el sector de Santo Tomas. A partir del trabajo de campo, de las conversaciones informales con algunos vecinos y de las entrevistas a nuestras informantes clave, hemos podido constatar que dicho proceso de precarización del trabajo expuesto en la literatura se refleja en la realidad de estos habitantes, incorporándose además otros elementos tales como: la falta de oportunidades de desarrollo técnico-profesional, de calificación laboral o la estigmatización de la población, elementos que van en directo perjuicio de las familias y su potencial de movilidad social.

9 Pablo Rieznik: “Trabajo, una definición antropológica”, páginas 3-5.

10 Podemos mencionar aquí a Enrique de la Garza Toledo (1993); Ruben Kaztman & Guillermo Wormald

(2002), Magdalena Echeverría y Diego López (2004). 11

Wormald, R., Cereceda, L. & Ugalde, P.: “Estructura de oportunidades y vulnerabilidad social: los grupos pobres de la Región Metropolitana de Santiago de Chile en los noventa” en: Kastman & Wormald “Trabajo y Ciudadanía: los cambiantes rostros de la integración y exclusión social en cuatro áreas metropolitanas de América Latina (2002). 12

Para Wormald, Cereceda & Ugalde (2002), vulnerabilidad a la pobreza refiere a dos aspectos: por una parte el riesgo de traspasar intergeneracionalmente la condición de pobreza debido a la falta de oportunidades para obtener los niveles mínimos de bienestar, y por otra parte el riesgo que enfrentan los hogares de caer bajo la línea de la pobreza producto de condiciones estructurales de crisis económicas y desacumulación.

Page 21: Investigacion Barrio La Pintana

21

2.3.- Historia local del trabajo: de obreros a guardias de seguridad A partir de los testimonios de las entrevistadas, se ha podido deducir que la inclusión de estas familias en el mercado de trabajo ha tendido hacia la precarización, transitando desde un tipo de trabajadores que pasaban muchos años empleados en un mismo lugar, a veces toda la vida, hacia trabajadores que rotan por distintos tipos de empleo, quedando sus familias cada vez más vulnerables de caer o permanecer en situación de pobreza:

“Mi papá trabajó siempre en mudanzas, como chofer de la empresa “Mudanza Rápida”, en un local que quedaba en Avenida Matta y mi mamá era comerciante en la feria. (ROSSANA JELDES)

Al igual que los padres de Rossana, que tuvieron siempre el mismo trabajo, hasta a avanzada edad, el abuelo de Elizabeth también tenía un trabajo estable:

“Mi abuelito trabajaba en una panadería haciendo el pan y mi abuelita era dueña de casa. No recuerdo bien donde quedaba la panadería, pero él siempre trabajó en eso” (ELIZABETH CORTÉS)

Los hombres de décadas anteriores trabajaban como asalariados, en panaderías, obras de construcción o pequeñas y medianas empresas. Eran trabajadores poco calificados pero con trabajos estables. Las mujeres que trabajaban en ese tiempo en su gran mayoría lo hacían en empleos informales, y prácticamente el único trabajo formal para las mujeres, era como asesoras del hogar:

“El trabajo me quedaba lejos, no alcazaba a llegar, así es que dejé el colegio. Iba a Lo Valledor Sur, en Pedro Aguirre Cerda. Ahí tenía que hacer el aseo y cuidar a dos niños. Era como asesora del hogar, pero puertas afuera”. (ELIZABETH CORTÉS)

Además de tener trabajos como asalariados, durante la segunda mitad del siglo XX ya estaba presente el trabajo informal, como complemento al trabajo formal de los hombres y asociado principalmente a las mujeres: comerciantes en la feria, como la mamá de Rossana, lavando ropa ajena, como la mamá de Patricia, son algunas ocupaciones que significaban también una importante fuente de ingresos para las familias:

“Mi mamá era comerciante, vendía todo lo que traía mi papá de las mudanzas, cosas que les regalaban. A veces él se iba de viaje, para el norte, para el sur y como mi papá traía esas cosas, mi mamá las iba a vender y ahí teníamos para comer, así es que nunca nos faltó el pan, nunca, nunca”. (ROSSANA JELDES)

El caso de Patricia es el más duro, la necesidad y la pobreza extrema, junto con otros problemas, obligan a su madre a optar por actividades de supervivencia, de modo de poder compatibilizar el trabajo con la crianza de los hijos:

“Mi mamá siempre trabajó lavando ropa para mantenernos a nosotros como familia. Mi papá también en su trabajo, era carpintero. Pero fue más mi mamá la que siempre se esforzó por nosotros, lavando ropa en casas particulares” (PATRICIA CONTRERAS)

Page 22: Investigacion Barrio La Pintana

22

Además del trabajo asalariado de los hombres y del trabajo informal de las mujeres, estaba presente también el trabajo infantil. Éste, lejos de ser percibido como un problema de explotación o vulneración de derechos, era entendido como una real necesidad para el sustento de la familia:

“Cuando éramos chicos teníamos que trabajar igual, yo estudiaba y cuidaba niños en las horas libres, si no era eso, me iba a hacer el aseo a algunas casas. A los quince años tuve que salir a trabajar, hacía aseo en una casa. Siempre haciendo algo para ayudar, para rescatar una monedita por ahí, ¡porque la plata era más escasa! En ese entonces, a muchos niños no nos alcanzaba ni para vestirnos”. (ELIZABETH CORTÉS)

Rossana también trabajó desde su infancia, aunque a ella el trabajo le resultaba más atractivo que a Elizabeth. Probablemente esto se pueda explicar por las características de uno y otro trabajo:

“Con mi mamá empecé a trabajar cuando tenía nueve años. Empecé a ayudarla en la feria, así es que aparte de que tengo mi profesión de corte y confección, porque terminé mi cuarto medio, tengo la mejor profesión, que es el negocio, me encanta el negocio, ser comerciante”. (ROSSANA JELDES)

Con el tiempo, las condiciones laborales fueron modificándose, las mujeres entraron de un modo formal en el mercado laboral, a la vez que las oportunidades de trabajo se ampliaron. De a poco, fueron apareciendo otros puestos a los que hombres y mujeres podían acceder, destacando especialmente el área de servicios: vendedores de tiendas, guardias de seguridad, eléctricos que instalan líneas telefónicas o de televisión por cable, etc.:

“A los 20 años empecé a trabajar en el Arrayán, cuidando a una niñita. Después trabajé en calzados Orlando como vendedora y terminé trabajando en una mueblería, también de vendedora. Y ese fue el último trabajo que tuve, hasta hoy día que soy operaria de una industria de alimentos”. (ADELINA PINO)

La experiencia de Adelina, grafica la manera en cómo se ampliaron las oportunidades de trabajo durante la década de los ‘90. Desde sus inicios como asesora del hogar, algo que confiesa nunca le gustó, se cambió al área del pequeño comercio como vendedora. Luego se le hizo necesario compatibilizar el cuidado de los hijos con el trabajo, por lo que ingresó hace un año a una industria de alimentos, y con ello volvió al tipo de trabajo asalariado tradicional. Sin embargo, la ampliación de las oportunidades de trabajo, no significa necesariamente que las condiciones laborales hayan mejorado, al contrario, las condiciones permanecen iguales o peores que antaño, con trabajos mal remunerados, accediendo siempre a trabajos poco calificados:

“Aquí la mayoría de los hombres es jornal, hay otros que son colectiveros. Las mujeres trabajan haciendo aseo en empresas, hay una que es tía de un jardín, otra que cose en su casa y así. Otras empleadas domésticas. La mayoría eso si es dueña de casa, se queda en sus casas la mayoría, mientras el hombre sale a trabajar. (PATRICIA CONTRERAS)

Page 23: Investigacion Barrio La Pintana

23

Así, en la actualidad es fácilmente observable como el trabajo ha tendido hacia la precariedad, la alta rotación y la informalidad. Para las entrevistadas, estas situaciones-problema encuentran sus causas en aspectos tales como: las carencias en educación y capacitación, la estigmatización que sufren por el hecho de vivir en barrios “peligrosos” y la falta de reales oportunidades de desarrollo, como iniciativas viables de micro emprendimiento y cosas así. En palabras de Samuel, hijo de Elizabeth:

“Yo trabajo en VTR, instalando cable, Internet y teléfonos. Es bueno el trabajo pero depende mucho del contratista con el que estemos trabajando, porque si los contratistas no te pagan bien, no hay nada que hacer. A veces te dan una meta y si tú no la cumples, te castigan tu sueldo. Aunque tú hiciste todo lo que de en un mes, lo perdiste todo igual. Ese es el problema”. (SAMUEL)

El caso que relata Samuel es muy representativo de la desprotección en la que se encuentran los trabajadores de los barrios de Santo Tomas: un trabajo poco calificado, subcontratado, que implica la disminución significativa de derechos laborales, con un salario condicionado por metas, que a su vez condiciona la permanencia de los trabajadores en la empresa lo que facilita la alta rotación y disminuye el potencial de organización. El caso de José, esposo de Beatriz, ilustra una situación similar: José es maestro yesero, trabaja desde siempre en la construcción. Cuando no hay obras, José queda cesante, pero no puede quedarse sentado esperando que se resuelva la crisis, pues debe mantener a la familia (Beatriz se dedica al cuidado del hogar). Por ello se ha visto obligado a buscar todas las alternativas posibles: a llegado incluso a trabajar a las minas del norte y ha sido también comerciante ambulante. Relata que la última vez estuvo vendiendo paños de cocina por las casas de distintos barrios “dejando las patitas en la calle”, y también que este año fueron en familia a vender distintos tipos de productos a la Procesión de la Virgen de Lo Vásquez, al igual que muchas otras familias del barrio. Casos como éstos dan cuenta de las condiciones laborales a las que están expuestos los hombres y mujeres económicamente activos de los barrios de Santo Tomas. A la vez, son el ejemplo concreto de un proceso mucho mayor, caracterizado por la precarización del mercado del trabajo en nuestro país. Insistimos en que aspectos como la falta de instrucción y capacitación, más las grandes distancias de recorrido a los puestos de trabajo, son determinantes a la hora de integrarse al mercado del trabajo, elementos que probablemente carecen todas las familias de estos barrios, sobre todo los más jóvenes. 2.4.- Juventud y cesantía: la mala educación Otro elemento fundamental en la relación de los habitantes de estos barrios con el trabajo, es la inserción de los jóvenes en el mercado laboral. Este es un aspecto crucial para todas las personas con las que se ha podido conversar y entrevistar, pues constituye un verdadero drama para los jóvenes y sus familias. La falta de oportunidades de trabajo, limitadas exclusivamente a trabajos poco calificados, más la falta de capacidades instaladas en los jóvenes para enfrentar el mercado laboral, ya sea en forma de educación superior o de instrucción y capacitación técnica, hacen que los jóvenes se vean fuertemente excluidos y discriminados de un mercado laboral que se les presenta gigante en el escenario general, pero tremendamente reducido para ellos, los jóvenes de La Pintana. Todo lo anterior genera comportamientos de ira contenida y frustración:

Page 24: Investigacion Barrio La Pintana

24

“Los mismos niños cuando salen de cuarto medio no encuentran trabajo y ahí los ve uno en la esquina. Ya después de la esquina empiezan a tomar, a fumar, y ahí se van perdiendo. Y todo eso los lleva a la delincuencia”. (ELETICIA ROGEL)

La cesantía pega fuerte en hombres y mujeres adultos, pero golpea más fuerte a los jóvenes (hombres y mujeres de entre 18 y 29 años), quienes se encuentran sumergidos en un circulo vicioso del que no se puede salir fácilmente. Para conseguir trabajos hay que estar calificados, para calificarse hay que estudiar, para estudiar hay que pagar y como la mayoría de las familias acceden únicamente a trabajos no calificados de baja remuneración, no es posible acceder a pagar estudios superiores. El resultado de todo esto es que los jóvenes no pueden acceder a mejores trabajos que los que han obtenido sus padres, lo que restringe la movilidad social:

“Aquí son contaditos con los dedos los jóvenes que trabajan, porque aquí los hombres trabajan en construcción y los cabros ya no quieren eso. Son contaditos con los dedos los niños que son profesionales. Hay, pero contaditos con los dedos. Hay unos niños que están estudiando en Argentina, están en la universidad en Argentina, porque vieron que aquí no se podía. Hay universitarios de Chile también, aquí mismo en el Toqui un niño que estaba en la universidad, estaba en Valparaíso, pero se vino a Santiago porque no dio allá, no le gustó por estar viviendo en casas ajenas, incluso estaba viviendo en casa de un familiar, pero no hubo caso, se vino”. (ROSSANA JELDES)

Los casos de jóvenes que mantienen sus estudios superiores, son motivo de felicidad y orgullo para toda la comunidad. Se les quiere y se les cuida, porque son casos esperanzadores. Pero se reconoce que la sociedad es injusta con los más pobres, porque no existen iniciativas eficaces para minimizar las grandes desigualdades que existen en materia de educación:

Mi hijo mayor estudió en la universidad, pero él estudiaba y trabajaba, y él mismo se pagó sus estudios. Él averiguó por todos lados y le dijeron que no podía postular a becas porque trabajaba. ¡Y eso que él estaba casado! Es que acá siempre todo cuesta más. Entonces yo pienso que todo lo que ocurre en este sector, es por la falta de oportunidades.” (ELETICIA ROGEL)

Eleticia plantea el caso de su hijo, quien estando casado, con ganas de estudiar y su hogar en situación de vulnerabilidad a la pobreza, no pudo acceder a becas o facilidades de crédito porque es asalariado. Sin duda que es motivo de frustración para él y su familia, porque, estando dispuesto a hacer sacrificios para surgir, el sistema no le presta el apoyo mínimo que requiere. Por otra parte, el relato de Eleticia, quien es la Presidenta de la Junta de vecinos de Las Parcelas, indica que ella siempre está buscando el modo de llevar cursos de capacitación y talleres productivos para los vecinos, y especialmente para las mujeres, para que puedan obtener nuevas fuentes de ingresos, ya sea como asalariados, como micro emprendedores, o bien en el mercado informal. Probablemente el efecto más grave de las actuales condiciones de precarización del trabajo, en estos barrios de Santo Tomas, sea la incorporación de niños y jóvenes al mundo del hampa, sea en forma de bandas delictuales o en el narcotráfico. Si bien no es la mayoría, esto constituye una tensión constante que obedece a la siguiente reflexión: Los jóvenes ven a los adultos trabajar jornadas extenuantes por salarios mínimos. Por otra parte, los trabajos de baja calificación que

Page 25: Investigacion Barrio La Pintana

25

han realizado sus padres no parecen atractivos para los jóvenes. Además, al enfrentarse a la búsqueda de empleo se encuentran con situaciones de discriminación y estigmatización, desigualdad de oportunidades por carencias de capital social y cultural, lo que genera altos niveles de frustración. Al volver al barrio luego de cruzar la ciudad en peregrinación por un trabajo digno, los jóvenes se encuentran con “el choro”, el micro traficante y los soldados, quienes sin necesidad alguna de esforzarse, obtienen jugosas ganancias sean por botines o por el tráfico de drogas. El testimonio de la directora del colegio apunta en este mismo sentido:

“Ellos ven en las mismas poblaciones las situaciones de micro tráfico donde tipos sin estudios inmediatamente tienen dinero. Por lo tanto, no resulta atractivo una cosa que signifique asistencia, perseverancia, responsabilidad y poder obtener a largo plazo algún beneficio económico, que tampoco va a tener, porque igual vas a tener que convivir con el vecino de al lado que sobrevive vendiendo no sé cuanta cosa, y con eso obtiene las mejores zapatillas, el mejor celular, etc.” (JUANA ORTIZ)

Así, podemos concluir que son los jóvenes quienes sufren de manera más aguda las consecuencias de la falta de oportunidades y, especialmente, las diferencias en los niveles de capital humano y social. Ello se traduce en altos niveles de cesantía y precarización del trabajo, lo que genera frustración y deja a los jóvenes muy expuestos expuestos y en clara situación de riesgo social. 2.5.- La feria libre como última oportunidad Ante el adverso escenario que presenta el mundo del trabajo para los vecinos de Santo Tomas, la feria libre se presenta como una alternativa real de subsistencia, una salida momentánea de la crisis, donde hombres y mujeres pueden ofrecer productos y con ello conseguir el sustento diario:

También hay hartos que trabajamos en la feria. Yo trabajo ahí hace 8 años, desde que pensionaron a mi marido. Él ya no puede trabajar, entonces por eso yo empecé a trabajar en la feria, porque no puedo trabajar con contrato, porque ahí pierdo mi pensión de invalidez”. (PATRICIA CONTRERAS)

En principio, trabajar como “colero”13 en la feria vendiendo ropa, productos de cocina, comida rápida, jugos naturales, bebidas, en otros, es una opción “para salvar el día”. Sin embargo, como lo podemos notar en el relato de Patricia, esta opción de subsistencia urgente, poco a poco se transforma en la única fuente de ingresos de muchas familias, sosteniendo “al día” los hogares mediante el trabajo en la feria libre:

“Acá la mayoría de las mamás trabajan en la feria, yo también trabajo en la feria. También las cosas que de repente nos regalan, por ejemplo, yo siempre voy a buscar retazos de tela y mi hija vende ropa usada. Y así, la mayoría de las mujeres aquí trabaja en las ferias libres. Los hombres trabajan algunos en construcción, hay varios que trabajan en construcción aquí. También varios son guardias… hay re pocos vecinos que tienen trabajos buenos y estables”. (ELETICIA ROGEL)

13

Colero refiere a ponerse en la cola de la feria, es decir, en los extremos de la feria libre, luego de los puestos establecidos con patentes y permisos municipales.

Page 26: Investigacion Barrio La Pintana

26

En trabajo de campo fue posible recorrer en muchas ocasiones la feria, acompañando a algún vecino en sus compras o bien como observador participante. Al consultar sobre los motivos de dedicarse a este tipo comercio, la respuesta es categórica: “porque no hay pega y mientras no haya pega esto permite llevar el pan del día a la casa”. Es tal la recurrencia de esta situación en los hogares, que no pocas veces los coleros superan en gran cantidad el número de locatarios establecidos legalmente en la Feria “el Concierto”, lo que se transforma en el más claro indicador de la precarización del mercado del trabajo. En síntesis, podemos decir que la historia reciente del trabajo de estas tres juntas de vecinos de la población Santo Tomás, está marcada por la vulnerabilidad a la pobreza, donde las familias han trabajado como asalariados, de modo informal y donde no se excluye el trabajo infantil. En este sentido, el tipo ideal de las familias de la generación de los que hoy son abuelos, consistente en el hombre asalariado, mujer con trabajo informal y niños y jóvenes como trabajadores ocasionales, fue reemplazado paulatinamente producto de los cambios estructurales que impone la economía de mercado. De esta manera se amplió el campo laboral dentro de los trabajos poco calificados, pero a la vez, las condiciones laborales también se volvieron más precarias, aumentando la rotación y la desprotección. En la actualidad con altas tasas de cesantía, altos niveles de informalidad, ubicados sobre todo en comercio ambulante y alto riesgo social, asociado principalmente a delincuencia y narcotrafico. Con todo, las familias de los entrevistados se sienten gente de esfuerzo y no ceden ni se desmoralizan por el adverso escenario que les ofrece la sociedad. Al contrario, se sienten trabajadores que luchan día a día por superar la condición de vulnerabilidad de sus familias y hogares, y cuyo principal objetivo es ofrecer mejores oportunidades a las generaciones futuras.

Page 27: Investigacion Barrio La Pintana

27

CAPITULO TERCERO: VIVIENDA Y VIDA URBANA: del campamento a los blocks, de los cités a los bolsones de pobreza. En este capítulo, abordaremos la relación que establecen los vecinos de los barrios de Santo Tomas con los distintos tipos de espacios en el transcurso del tiempo. ¿Cómo se vinculan los vecinos de Santo Tomas con la ciudad y lo urbano? ¿Cuál ha sido la relación con el espacio domestico –la vivienda-, el espacio comunitario y el barrio? Lograr una aproximación a la relación que establecen con la ciudad y la vida urbana es el objetivo de este apartado. 3.1.- La ciudad, lo urbano y el espacio urbano Manuel Delgado, en su obra “Sociedades Movedizas” (2007) establece una clara diferencia entre lo que es la ciudad, lo urbano y lo que constituye el espacio urbano, poniendo en discusión aquellas nociones que intentan “tranquilizar lo urbano”, en un intento forzado por “obligar a lo urbano a cesar ese temblor que constituye su naturaleza”14. El autor plantea que la ciudad, sería una gran parcela donde se levanta una gran cantidad de construcciones físicas: “un complejo conjunto de infraestructuras donde vive una numerosa población que la llena de recorridos”. De modo que, cuando nos referimos a la ciudad, siguiendo a Delgado, nos referimos al espacio físico y la infraestructura que contienen a las grandes cantidades de población. Por otra parte, el autor establece una clara diferencia entre la ciudad y lo urbano. Este último se refiere a las prácticas que atraviesan la ciudad y que la llenan de recorridos y significados. Apoyándose en Henri Lefebvre, quien define lo urbano como “la obra perpetua de los habitantes, a su vez móviles y movilizados15”, Delgado nos explica que si la ciudad corresponde al espacio físico, lo urbano corresponde al campo de lo social, y nos habla de recorridos, de prácticas y de significados que los urbanitas despliegan en el espacio urbano16. El espacio urbano, por su parte, corresponde al espacio social que se (re) produce en la ciudad. De este modo, el espacio urbano es entendido como un sistema de relaciones sociales y no como una comunidad estructurada, planteando que el espacio urbano es “una maraña de relaciones inquietas, que se rehacen constantemente, que se disuelven y se vuelven a rehacer. Es escenario de lo colectivo que se hace y rehace a si mismo17”.

14

Delgado, M. 2007: página 19. 15

Henry Lefebvre. “The production of space”. 1991. Traducción de Donald Nicholson-Smith 16

George Simmel, en su obra El individuo y la libertad: ensayos de crítica de la cultura, (Barcelona, Editorial Península, 1984) acota por primera vez el concepto de urbanitas, el cual “se caracteriza por el tipo de vida urbano, de acrecentamiento de la vida nerviosa: rápido e ininterrumpido intercambio de impresiones internas y externas. Relaciones sociales y experiencias censo-espirituales que se pueden pensar en oposición las existentes en el campo y las pequeñas ciudades, que toman la forma de vínculos directos, donde los sujetos se conocen todos entre sí, relación face-to-face, donde la vida fluye más lento, más habitual, regular. La psicología del urbanita es una adaptación a su medio, la ciudad moderna, donde el órgano espiritual de mayor adaptación a estas transformaciones es el entendimiento, un órgano muy adaptativo, que se acomoda al ritmo de las percepciones aceleradas. El acrecentamiento de la conciencia del urbanita responde entonces a este proceso, es una forma de adaptación al medio, que responde con el entendimiento en oposición e inhibición del sentimiento, frente a tan acelerado flujo de percepciones; la racionalidad, debe ser entendida como una respuesta dialéctica al medio-espacio”. 17

Delgado, M. 2007: página 12.

Page 28: Investigacion Barrio La Pintana

28

De modo que, cuando hablamos de la ciudad nos referimos al espacio físico, mientras que lo urbano es el conjunto de prácticas y recorridos que el sujeto urbano –el urbanitas- despliega en dicho espacio físico, construyendo en sus constantes e inquietas marañas de relaciones, un sistema social de recorridos que dan origen al espacio urbano18. 3.2.- Barrios y Ghettos19 Si continuamos nuestro recorrido desde el espacio urbano al espacio doméstico, encontraremos entre uno y otro el concepto de barrio. Este concepto remite a un espacio social, un lugar antropológico diría Marc Auge20, que actúa como una suerte de transición contendora de la vorágine de lo urbano-público antes de abordar y disfrutar la seguridad de lo íntimo-privado. Pierre Mayol21 desarrolla en profundidad el concepto. Siguiendo la definición de barrio de Henri Lefebvre, quien considera la idea de barrio como “una puerta de entrada y salida entre los espacios calificados y el espacio cuantificado”, plantea que el barrio se entiende como el dominio en el cual la relación espacio/tiempo es la más favorable para un usuario que ahí se desplaza –generalmente a pie- a partir de su hábitat. Corresponde a ese trozo de ciudad, que atraviesa un límite que distingue el espacio privado del espacio público: es lo que resulta de un andar, de la sucesión de pasos sobre una calle, poco a poco expresado por su vínculo orgánico con la vivienda. Debido a su uso habitual, el barrio puede considerarse como la privatización progresiva del espacio público. Es un espacio semi público, semi privado. Un dispositivo práctico, cuya función es asegurar la continuidad entre lo más íntimo (el espacio privado de la vivienda) y el más desconocido (el conjunto de la ciudad, el espacio urbano): “existe una relación entre la comprensión de la vivienda (un adentro) y la comprensión del espacio urbano al que se vincula (un afuera).” El barrio es el término medio de una dialéctica existencial entre el nivel personal y social (entre el dentro y el fuera). Es en la tensión de estos dos términos, de un dentro y un fuera, que poco a poco se vuelven la prolongación de un dentro, donde se efectúa la apropiación del espacio. Por lo tanto, el barrio es para el sujeto urbano, el urbanitas, una prolongación de su habitación. El límite público/ privado, que parece ser la estructura fundadora del barrio para la práctica del usuario, no sólo es una separación, sino que constituye una separación que une. Lo público y lo privado no se ponen de espaldas, más bien lo contrario: en el barrio no hay significación de uno sin el otro.

18

Para mayor información sobre este tema consultar: de Certau, Michel. La invención de lo cotidiano; E.T. Hall, La dimensión cachée, Ed. Points, Francia; David Harvey, “La Condición de la posmodernidad”, Amorrortu, Buenos Aires, 1990, entre otros. 19

Parte de este apartado ha sido construido a partir de los apuntes de clases obtenidos de la cátedra de Antropología Urbana, impartido por la profesora Francisca Márquez en la Escuela de Antropología de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano. 20

Marc Auge. Los no lugares, espacios del anonimato. Una antropología de la sobre modernidad. Editorial Gedisa, 1992. 21

Pierre Mayol, La invención de lo cotidiano, habitar y cocinar, tomo II. Ed. Universidad Iberoamericana.

Page 29: Investigacion Barrio La Pintana

29

El barrio es el espacio de relación con el otro como ser social, que requiere de un tratamiento especial. Salir, caminar en la calle, es en principio un acto cultural, no arbitrario: inscribe al habitante en una red de signos sociales, cuya existencia es anterior a él (vecindad, lugares, etc.). La relación entrada/salida, dentro/ fuera, supone o confirma otras relaciones (domicilio/trabajo, conocido/desconocido, calor/frío, tiempo húmedo/ tiempo seco, masculino/ femenino, etc.). Siempre se trata de una relación entre sí mismo y el mundo físico y social. Es el organizador del sujeto público, de una dialéctica constitutiva de la conciencia de sí, que adquiere la certeza de sí como algo social. El barrio es el sitio de pasaje, intocable pero reconocible, ni íntimo ni anónimo, que opera bajo la imagen del “vecino”. La práctica del barrio es, desde la infancia, una técnica de reconocimiento del espacio en calidad de espacio social. El barrio se inscribe así en la historia del sujeto, como una pertenencia en la medida en que es la configuración inicial, el arquetipo de todo proceso de apropiación del espacio, como lugar de la vida cotidiana pública. Así mismo, La práctica del barrio introduce la gratuidad en lugar de la necesidad, favoreciendo una utilización del espacio urbano no determinado por su uso únicamente funcional. En este sentido, el sujeto poetiza la ciudad, la rehace por su propio uso al deshacer las limitaciones del aparato urbano; impone al orden externo de la ciudad su ley de consumidor de espacio. El barrio es entonces un objeto de consumo del espacio público. Todas las condiciones están dadas: conocimiento de los lugares, trayectos cotidianos, relaciones de vecindad (política), relaciones con los comerciantes (economía), sentimiento difuso de estar sobre un territorio (etología). Todos estos son indicios cuya acumulación y combinación producen y luego organizan el dispositivo social y cultural según el cual el espacio urbano se vuelve no sólo objeto de un conocimiento, sino el lugar de un reconocimiento. La práctica social y cotidiana del barrio, es signo de una táctica que sólo ocurre junto con la de otro. El barrio no se “posee” por una relación de fuerzas, sino por la experiencia aportada por la costumbre, por una manera de hacer, de pasearse, de hacer su camino. El barrio se define entonces, como una organización colectiva de trayectorias individuales; es la distribución, para sus usuarios, de lugares de proximidad en los cuales se encuentran necesariamente para satisfacer sus necesidades cotidianas. El barrio impone un saber hacer de la coexistencia que no puede decidirse ni evitarse al mismo tiempo, los vecinos están ahí y hay que arreglárselas. El cuerpo en la calle siempre se acompaña de una ciencia de la representación del cuerpo, cuyo código es más o menos conocido por todos los usuarios: “la conveniencia”. En contraste a esta imagen amable y acogedora del barrio, en el sentido de un espacio de transición y de consumo, de relativización de lo urbano, se encuentra el concepto de “Ghetto”, una forma radicalmente opuesta para entender el mismo fenómeno. El barrio acoge y actúa como mediador entre lo urbano y lo íntimo, el ghetto, por el contrario coarta, impone y limita el despliegue de los sujetos a un espacio social y urbano determinado. Ambos constituyen un espacio intermedio entre lo público y lo privado, no obstante, el ghetto presenta una carga represiva, una impronta de restricción y segregación que el barrio, como concepto, no contiene necesariamente en su significado. Según Loïc Wacquant (2007) el ghetto puede entenderse como:

“una formación socio espacial restringida, racial y/o culturalmente uniforme, fundada en la relegación forzada de una población negativamente tipificada –como los judíos en Europa medieval o los afro americanos en la Norteamérica

Page 30: Investigacion Barrio La Pintana

30

moderna- en un territorio reservado en el cual esa población se desarrolla un conjunto de instituciones específicas que actúan como sustituto funcional y escudo protector de las instituciones dominantes de la sociedad general”22

El ghetto presenta la cara hostil del espacio social inmediato al hábitat, supone la designación de estructuras dominantes, pero también la adaptación de los sujetos, a través de la conformación de instituciones locales que dan forma a las prácticas impuestas desde la estructura social, desde afuera y arriba dirá Wacquant. De este modo, la discusión queda entrelazada entre estos dos conceptos, debiendo reflexionar en torno a si se corresponde una u otra definición con la realidad que estudiamos ¿nos encontramos en presencia de barrios o derechamente hemos sido testigos de la formación de ghettos en estos bolsones de pobreza ubicados en el sector de Santo Tomas, en la comuna de La Pintana? A través de la revisión de los testimonios de los vecinos de Santo Tomas y su experiencia en el tiempo, intentaremos dar respuesta a tan compleja pregunta. Realizando el transito inverso al que acabamos de realizar teóricamente, desplegándonos desde el espacio intimo del hábitat, hacia la vorágine y el anonimato de lo urbano, reconstruiremos el modo de hacer, practicar y recorrer el espacio urbano de los urbanitas de Santo Tomas en La Pintana. 3.3.- Espacio Domestico: De la media agua al blocks Las historias familiares de los vecinos entrevistados, nos relatan historias de infancia en campamentos y cités. En éstos, se desarrollaba una vida urbana muchos más apacible y comunitaria, pero mucho más sacrificada; con más carencias materiales, pero más sólida afectiva y emocionalmente. Como hemos visto en capítulos anteriores, vecinas como Elizabeth y Rossana nos relatan su paso por los cités, como un momento de vida comunitaria, pobreza y hacinamiento. Ellas describe esta vida como “más sana” que la de hoy. De este modo, el cité es la primera imagen de espacio doméstico con la que nos encontramos, el lugar más antiguo y más íntimo que reconocen las personas en sus testimonios:

“Yo vengo de Santiago Centro, vivía en calle San Ignacio, entre Sargento Aldea y Pedro Lagos. Ahí viví hasta los 18 años. Nosotros vivíamos en un pasaje, un cité”. (ELIZABETH CORTÉS)

Los cités son el primer espacio domestico, el lugar de la primera infancia. Luego, éstos dieron paso a la vida en las tomas o en el campamento, donde el espacio íntimo está caracterizado por la media agua. Éstas son pequeñas habitaciones de madera, de 3x3 metros o bien de 3x6 metros, con piso de tierra y sin agua potable. El baño, generalmente un pozo, estaba siempre varios metros detrás de la media agua. Esa es la forma que adquiere dicho espacio doméstico:

22

Loïc Wacquant. “Los parias urbanos. Marginalidad en la ciudad a comienzos del milenio”. Ed. Manantial, bs. Aires 2007. Página 47.

Page 31: Investigacion Barrio La Pintana

31

“mi pieza [media agua] tenía piso, porque mi primo me regaló una camionada de madera. También hice mi ruca chica y puse piso, después tenía mi lavaplatos en el campamento, mi baño sola” (ROSSANA JELDES)

El cité y la toma, representan para las entrevistadas, imágenes de una vida ya pasada, un tipo de pobreza distinta al que experimentan las familias de hoy y que esperan no volverá:

“Después nos fuimos del cité, porque ese sitio lo compraron. Desde ahí mi abuelita arrendó una casa en Zenteno con Pedro Lagos. No nos fuimos toda la familia, ahí fue distinta la cosa, porque mucha de la otra familia de nosotros los echaron de ese pasaje y tuvieron que irse a un campamento, otros se fueron a algo que no era un campamento, era como una casa de acogida para personas que no tenían adonde irse, se llamaba un albergue” (ELIZABETH CORTÉS).

Años después, al igual que los familiares de Elizabeth, Eleticia y su familia llegaron a Santiago desde Valdivia y no soportan estar de allegados mucho tiempo, razón por la que también acuden a un albergue religioso:

“Al principio yo llegué donde una sobrina de él [esposo]. Después estuvimos como 3 años de allegados en una iglesia evangélica hasta que nos salió la casa. Esos 3 años fueron muy bonitos, éramos guarda templos. Eso era en La Bandera, comuna de San Ramón y nos quedamos hasta que nos salió la casa”. (ELETICIA ROGEL)

De la vida en los cités y las tradicionales tomas de terreno de los padres de Rossana en la actual población Santa Adriana, o de los padres de Patricia en lo Valledor Sur, surge el problema de vivir como allegado. Este tipo de vivienda es recordado con mucho sufrimiento, puesto que las condiciones de precariedad y a veces las humillaciones por la que deben pasar, hacen de la vida de allegado un muy mal recuerdo:

“*…+ en el 88 quedé embarazada y tuve a mi hijo mayor, que ahora cumple 23 años. Y ahí en ese lapso yo me fui a vivir donde mi suegra, pero a mi no me gustaba vivir de allegada, la cosa es que estuve como un año y medio más o menos con mi suegra” (ROSSANA JELDES)

En este nuevo contexto de allegados, el espacio doméstico también es la media agua, aunque en algunos casos también puede ser una habitación dentro de la casa principal o incluso un colchón dentro del living, como relatan Elizabeth y Rossana:

“después mi suegra nos convidó un pedazo que tenía atrás, mi esposo compró una mediagua de 3 por 3 y ahí tuve a mis dos hijos” (ELIZABETH CORTÉS)

“yo me independicé al tiro, alcancé a estar como un mes y medio dentro de la casa, dormía aquí en el comedor de la casa de mi suegra y fui al Hogar de Cristo, fui a inscribirme para una pieza y me dieron una pieza de 3x3 y la armé atrás, le pedí permiso a mi suegra y la armé en el patio” (Rossana Jeldes)

La vida de allegados, es sin duda uno de los recuerdos más frustrantes y dolorosos para estas familias. De los relatos de nuestras entrevistadas se desprende que la incapacidad de control sobre

Page 32: Investigacion Barrio La Pintana

32

la propia vida que es consecuencia de la situación de allegamiento, afectó les profundamente. El hecho de no poder hacer una vida normal por “no tener lo propio” obligaba a estas familias a enfrentarse a situaciones desagradables. Así lo relata Beatriz:

“Primero nos vinimos a vivir a la casa de mi cuñado, que queda en la villa de atrás, la Pablo VI. Ahí estuvimos como un año. Yo en la casa de mi cuñada estaba bien, tenía mi pieza aparte y todo. La cosa es que el caballero del comité de allegados nos dijo: todos los que quieran pueden postular a casa, pero tengo unas vacantes y de aquí a mañana tienen que tener cincuenta mil pesos, que tener cincuenta mil pesos en ese tiempo era tener plata. Un día yo salí, fui a pagar no se que al banco. Al otro día no estaba mi plata, me la habían robado, para peor había sido mi cuñada, entonces yo creía que me iba a perder la oportunidad de tener mi casa”. (BEATRIZ ZAMORANO)

Por otra parte Rossana también nos relata la historia de abuso que sufrió durante el tiempo que vivió como allegado:

“yo estaba aburrida de vivir donde mi suegra, porque mi cuñada que también vivía ahí me cerraba la puerta, no me dejaba entrar al baño, tenía que ir al baño donde mi mamá, como vivía cerca, estaba todo el día donde mi mamá. Era muy complicado. La artesa, por ejemplo, que lavábamos en la artesa, ella echaba la ropa y la podía tener una semana, no importa que se le pudriera, pero para que yo no lavara dejaba la ropa ahí, entonces yo de nuevo tenía que ir donde mi mamá” (ROSSANA JELDES)

Así, la vida como allegados es recordada como una época de sufrimiento. Algunas de las situaciones vividas fueron tan degradantes que justificaban que estas familias volvieran a las tomas y los campamentos. Tanto en la Villa Arauco como en Las Parcelas, existen muchas familias que provienen del campamento Patagonia. El resto proviene de comités de allegados de Lo Valledor Sur, Población Pablo de Rokha, Población San Rafael, San Ricardo entre otras:

“La villa Gabriela está acá y aquí al frente había un peladero grande. Se llama Patagonia esa calle y como vi la posibilidad, vi como que no podíamos hacer nada con el comité de allegados, se me ocurrió la gran idea de juntar a todas las chiquillas jóvenes, que habemos varias aquí en el barrio, y les dije “chiquillas ¿se atreven a irse a este terreno a hacer una toma?” y como todas tenían problemas en sus casas y querían tener su casa propia, me siguieron e hicimos una toma de terreno. Estuvimos un año ocho meses en ese campamento”. (ROSSANA JELDES)

Al igual que Rossana, Beatriz opta por la toma de terreno con tal de abandonar su condición de allegado:

“Como yo había tenido esos problemas con mis cuñados, estaban las cosas medio complicadas, entonces el caballero del comité me dice: ¿y por qué no se va a vivir al colegio? Yo le dije: ¿cómo me voy a ir a vivir a un colegio? Y Me contó que estaba juntando harta gente para ir y tomarse ese lugar y yo le dije ¡ya pos! Me acuerdo que pesqué todas mis cosas y me instalé abajo porque el colegio era de dos pisos y tenía cuatro salas, pero no había nada más: no habían puertas, no

Page 33: Investigacion Barrio La Pintana

33

habían ventanas, no había agua, no había luz, no había nada de nada: era el puro espacio. Y como mi marido trabaja en la construcción, trajo unas planchas de cholguán, unas puertas y otras cosas y fuimos cerrando. Después fue llegando otra gente y al final habíamos como quince familias en el colegio23. Estuvimos como diez meses viviendo allí, desde principios de 1994. (BEATRIZ ZAMORANO)

Todas las entrevistadas coinciden que la experiencia más dolorosa ha sido vivir de allegados, porque, según sus relatos, se debe vivir de acuerdo a los dueños y uno debe pedir permiso para todo:

“No se lo doy a nadie vivir de allegada, por eso me fui a vivir a un campamento y luché por tener mi casa. Y todavía sigo luchando, todavía lucho”. (ROSSANA JELDES)

El regreso a la toma de terreno y a los campamentos, viene el proceso de postulaciones a las viviendas actuales, donde la figura del comité de allegados es crucial:

Nosotros pertenecíamos a un comité de allegados. La postulación duró 4 años, éramos más de 100 familias, todas de La Bandera. Yo estuve postulando individualmente primero, durante dos años. Después me dijeron que la casa salía más rápido si nos inscribíamos en un comité. Y ahí nosotros sacamos el departamento. (ELETICIA ROGEL)

Eleticia relata, que no todos en el comité se vinieron a este barrio, algunos optaron por San Bernardo y otras comunas. En otro caso, al igual que muchos vecinos de la Villa Las Américas, Elizabeth se inscribió en el comité de allegados de Lo Valledor Sur:

“Yo me metí en el comité de allegados de Lo Valledor sur, el que comprendía entre el callejón Lo Ovalle y la avenida Maipú. Ahí pude postular para vivienda. Debe haber sido más o menos cómo en el año 86-88. Ahí recién entré al comité, bueno yo me había inscrito antes, pero nunca pasó nada” (ELIZABETH CORTÉS)

Resulta destacable el hecho de que la mayoría de nuestras entrevistadas concuerdan en que la organización fue lo que permitió que la postulación llegara a buen puerto, tanto Elizabeth como Eleticia relatan que antes habían postulado individualmente pero que por medio del comité de allegados fue finalmente el mecanismo por el que lograron obtener sus viviendas, la casa propia. Así fue que llegó el ansiado día, donde al fin accedieron a un hogar para sus familias, un lugar propio, donde poder hacer la vida de familia tal y como ellos lo deseaban, sin necesidad de pedir permiso a nadie:

“Me vine para acá el 16 de abril de 1995, para mi cumpleaños. Recuerdo que era un día sábado y no tenía plata para venirme, mi marido trabajaba en el norte y yo no sabía como hacerlo. Me acordé de que la municipalidad nos había regalado unos tambores azules grandes para guardar agua, así es que le dije a un caballero que siempre me lo pedía “sabe que caballero se lo vendo”, porque un flete para

23

Beatriz se refiere al colegio Aurelia Rojas Burgos que queda en la calle Aníbal Hunneus 0820, comuna de La Pintana.

Page 34: Investigacion Barrio La Pintana

34

acá me costaba seis mil pesos, así es que le vendí el tambor azul en seis mil pesos para tener para el flete. Después, yo tenía mi media agua de madera, y yo veía que todos mis vecinos del campamento ya estaban vendiendo sus medias aguas, entonces una señora a mi me dijo “¿oiga y usted va a vender su media agua?” entonces yo le dije ”ya, yo se la vendo pero usted me da la mitad ahora y cuando yo me vaya me da la otra mitad” *…+ fui a la única que le tocó acá, todo el resto de familias quedaron allá en el campamento, no sé hasta cuando, porque yo me vine de allá y nunca más supe de ellos”. (BEATRIZ ZAMORANO)

Beatriz relata, que ella llegó primero porque llegó a la villa Las Américas, cuando la Villa Arauco, donde llegó la mayoría de las familias del campamento Patagonia, estaba aún en construcción:

“Esperamos la postulación, nos dijeron que se iban a demorar menos por el hecho de vivir en un campamento, aparte que el alcalde se movió, hizo todo lo posible para que nosotros saliéramos llamadas, porque a él le convenía sacar 100 familias de ahí, porque como éramos como 500 familias en el campamento. De esas 500 familias salimos 100, de las que acá quedaron 70, llegaron como 70 familias a vivir acá, solamente a La Villa Arauco, el otro 30% se fue allá al otro lado” (ROSSANA JELDES)

Rossana explica cómo el comité que ella presidió, el Comité de Allegados “Patagonia del futuro”, fue erradicado y ubicado en su mayoría en la Villa Arauco. Beatriz no participaba de ese comité, sino que por venir de la toma del Colegio Aurelia Rojas Burgos, su postulación fue independiente, siendo la única del campamento que llegó a la villa las Américas, en el sector de Las Parcelas. Cada entrevistada tiene una historia tan o más significativa que la otra, todas tienen mucho que contar al respecto. Pero existen dos elementos que resaltan por sobre el resto, por ser el hecho de ser recurrentes en varios relatos: por una parte, muchas mujeres recibieron las llaves de sus casas para el día de sus cumpleaños24:

“Me acuerdo que el día de la mudanza fue para mi cumpleaños. Me entregaron las llaves para mi cumpleaños y ese mismo día nos mudamos. Era un 7 de enero, Así que celebramos y estrenamos al tiro la casa nueva”. (ELETICIA ROGEL) “El día anterior a mi cumpleaños me llama por teléfono y me avisó que me había salido mi casa, que mañana fuera a buscar mis llaves. El subsidio me había salido una semana antes pero ella me lo quiso guardar para mi cumpleaños”. (ADELINA PINO)

Por otra parte, reconocen que la alegría de tener “lo propio” las hizo ver todo lindo, el departamento, la casa o el barrio, pero que en realidad, viendo todo retrospectivamente, ni casas, ni departamentos, ni barrios lo eran tanto:

24

Además de las vecinas entrevistadas, fue posible conversar con otras vecinas que nos relatan el mismo hecho. Si bien no existe un dato preciso acerca de por qué o como fue que sucedió esto, se sospecha que puede haber sido una estrategia propiciada por SERVIU, como un modo de hacer mas significativa la entrega de vivienda.

Page 35: Investigacion Barrio La Pintana

35

“[La casa] era linda para nosotros, porque era una casa. Pero ahora nosotros nos acordamos de cómo era esa casa, y era fea, porque nos entregaron estas casas en bruto. No tenía nada. El lavaplatos era así una cosita chiquitita que no cabía ni un plato, el baño uno se daba vuelta, era chiquitito, un dormitorio y aquí cocina. Otro espacio para hacer otro dormitorio. Había un puro dormitorio hecho, pero era feo, porque era todo en bruto, todo así en blanco, en cemento. El piso, yo estuve muchos años sin piso, puro radier no más” (ROSSANA JELDES) “Cuando llegué el primer día fue emocionante, me emocioné al tiro, la única cosa que quería era venirme luego. A mi esposo antes de todo lo mandé para arreglar la casa: puso piso de flexitt, cambió las cañerías, porque estos departamentos venían con cañerías de PVC, entonces hubo que cambiar a cañerías de cobre; en la cocina habían esos lavaplatos chiquitos para lavar la losa, en el baño también, esos lavatorios chiquititos con un tanque re feo, entonces el cambió todo antes, lo pintó y mandó hacer todo que tenía que hacer”. (ELIZABETH CORTÉS)

La llegada al barrio fue una fiesta, la gran mayoría de los relatos son testimonios de emoción desbordante, alegría, orgullo, etc. El testimonio de Rossana lo grafica del siguiente modo:

“Lloré, vino mi mamá, mi papá, mis hermanos, hicimos un brindis, me bautizaron la casa con un poquito de vino. Mi papá siempre bautiza las cosas con vino. Estaban todos contentos. Yo estaba más, porque por mi yo hubiese tenido casa mucho antes, a mí me dijeron que me iba a salir casa para Santo Tomas, estas casas de dos pisos que hay y yo no quise. Esperé el momento, porque no yo no quería dejar sola a mi mamá, porque estaba quedando ciega, entonces al hacer un comité y poder inscribir a mi papá que no tenía casa, pensé que cuando nos toque ir a elegir las casas lo voy a dejar al lado, así que más contenta estaba, porque estaba cerca con mi mamá” (ROSSANA JELDES)

Las vecinas de la Villa Arauco, guardan en su memoria el día en que el presidente Eduardo Frei Ruiz Tagle realizó la ceremonia oficial de entrega de las viviendas, en la propia Villa Arauco. María Luco por ejemplo, lo recuerda de la siguiente forma:

“Yo estaba feliz, feliz, me saqué fotos con Jaime Estévez, le saqué fotos a la Martita, al presidente Frei, porque él nos entregó la villa. Pero feliz, o sea todavía doy gracias a dios y le digo a mis hijos que para tener algo hay que luchar por lo que uno quiere, porque cuesta, a mí me costó harto” (MARÍA LUCO)

A partir de este momento simbólico se inicia la historia de estos barrios; una historia de dulce y agraz, pero que en el proceso reflexivo de la memoria, se guarda con profundo cariño. 3.4.- Espacio comunitario: de la amistad a los conflictos entre vecinos En la reconstrucción del proceso de asentamiento de estos barrios, realizada a partir de los relatos de sus habitantes, un aspecto interesante a considerar es el modo en cómo fue conformándose y desarrollándose la vida comunitaria en los distintos espacios. Para lograr una mejor comprensión de este proceso, nos detendremos en primer lugar en el examen del “espacio comunitario”. Este

Page 36: Investigacion Barrio La Pintana

36

espacio es más inmediato que el barrio, y en los blocks se identifica fácilmente pues corresponde al sector de acceso a los departamentos. Los problemas surgen por cuanto las formas de construcción impiden una clara delimitación entre el espacio doméstico y el espacio comunitario. Así, muchas veces se desarrollan aquí dinámicas que corresponden más bien al espacio íntimo, lo es motivo de conflictos y discusiones25. El relato colectivo, indica que en un principio se desarrolló un proceso de cohesión comunitaria, que coincide con el momento en que las familias comenzaron a conocerse. Durante esta etapa, era común que los vecinos organizaran y participaran de fiestas navideñas, celebraciones del dieciocho de septiembre, días del padre y de la madre, practicaran deportes, etc. Así, éste es recordado como un momento de mucha alegría y que está muy presente en la memoria colectiva de las villas:

“La villa en esos años era tranquila, muy tranquila, hasta hace unos cinco o seis años atrás que se echó a perder. Bueno nosotros aquí con los vecinos siempre hacíamos cosas para el dieciocho de septiembre, para en navidad hacerle algo a los niños, entonces siempre se juntaba la gente, se hacía una once y todo, porque acá en esos tiempos no había junta de vecinos” (BEATRIZ ZAMORANO)

El proceso fue lento y difícil; las vecinas reconocen que como nadie se conocía, hubo que comenzar de cero:

“Al principio yo no conocía a nadie. Cuando llegué a esta casa y se empezaron a conocer los vecinos era como más entretenida la vida, había más unión. Después fueron cambiando las generaciones. Pero cuando la gente empezó a participar, ahí era como muy unida, había menos ese interés que hay ahora de participar únicamente si te dan algo a cambio. No había tanta esa desunión, ni tampoco el pelambre. Eso sí nunca estuvieron conforme con nada, eso es obvio”. (ADELINA PINO)

¿Qué motivó este cambio? A este respecto es posible esbozar varias hipótesis, pero la razón que está más presente en el discurso de los vecinos es que el hacinamiento, la falta de áreas verdes y espacios comunitarios, sumado a la inseguridad, fueron transformando el tipo de convivencia. Así el espacio comunitario pasó de ser un soporte para comunicarse, hacia un escenario en el cual se generan los conflictos:

“así comenzaron los conflictos, sobre todo por los niños, porque los niños juegan abajo y eso causa problemas, porque se pelean entre ellos o por la bulla, porque se escucha la música muy fuerte y le molesta al de al lado, al del frente al de abajo… los que más alegan siempre son los de los primeros pisos, porque los niños juegan a la pelota, les llega la pelota a los vidrios, ahora a las protecciones de los vidrios, meten bulla, gritos y eso”.(BEATRIZ ZAMORANO)

Así, las relaciones cotidianas entre vecinos se erosionaron con el tiempo. A medida que los amigos fueron conociéndose más, se empezaron a transgredir las normas mínimas de convivencia, hasta

25

En la investigaciones de Tai Lin (aun sin editar) sobre ampliaciones de viviendas sociales se desarrolla en profundidad el conflicto en torno a los “chismes” y los conflictos entre vecinos.

Page 37: Investigacion Barrio La Pintana

37

convertirse en vecinos lejanos o peor aún: en rivales. Un problema que se repite bastante es el tema del ruido. Ya sea como una estrategia de privacidad, como forma de mostrar mayor capacidad adquisitiva o por otra razón, durante las visitas a terreno pudimos comprobar que la presencia de música con volumen alto es algo que sucede con frecuencia en las villas. Este hecho es un ejemplo claro de cómo la falta de diálogo y de respeto mutuo conduce a discusiones que tempranamente se transforman en peleas y rivalidades que perduran. A esto se suman con fuerza los rumores acerca de la vida privada de los otros. Así, se van construyendo historias de desencuentros:

“La forma de relacionarse era muy bonita, porque todas nos hicimos amigas y más encima que venían casi todos los niños chicos. Para la navidad lo que más recuerdo yo es que nos uníamos todos y trabajábamos harto para hacerles una bonita fiesta. Hacíamos cosas para juntar plata y después hacíamos una fiesta muy bonita. Los niños bailaban, tocaban instrumentos, los adultos actuaban. Salía todo bonito y la gente se ponía arriba a mirar a los niños. Comprábamos regalos, helados, venían hasta de los otros blocks a mirar. Y salía súper lindo. Lo que hoy día no pasa”. (PATRICIA CONTRERAS)

Un espacio comunitario reducido, más la deficitaria superficie de áreas verdes en el barrio, son algunos de los múltiples factores causales que han conducido a la destrucción del tejido social que se comenzó a formar en los primeros años de asentamiento. Que los hijos llegaran chicos al barrio, facilitaba la convivencia entre vecinos, porque las familias se unían para darles una vida mejor, a la vez que los niños crecían juntos como amigos. Otra razón esgrimida con bastante frecuencia por las entrevistadas para explicar el cambio en la formas de relacionarse con la comunidad es que, en la medida que los niños fueron creciendo, se acrecentaron las diferencias entre las familias. Así, las diferencias en la crianza de unos y otros fueron aumentando los conflictos, hasta llegar a una situación donde el espacio comunitario y el barrio en general es visto como una amenaza, más que un lugar de cobijo ante la vorágine urbana. 3.5.- El barrio: amor y odio con el entorno y las relaciones sociales de alta intensidad El barrio es visto por los vecinos como un espacio ambivalente, por una parte es el lugar que les dio un hogar y la oportunidad de formar sus familias, pero por otro lado es la amenaza constante de violencia, delincuencia y falta de oportunidades. El barrio es el culpable del estigma que sufren en sus trabajos o estudios, o en sus potenciales oportunidades, cualquiera que éstas sean. Así, el barrio es concebido por los vecinos desde una óptica dual: optimista y catastrófica:

Ahora la villa está tranquila, antes eran más peleas. Sobre todo cuando estaban todas las naves26. Estaba la maldad por ahí. Ahora está más tranquilo, no sé si los cabros están más sanos, pero parece que las generaciones están más chicas. Algunos que están acá están casados. Algunos aunque se han ido igual vuelven y se juntan aca. Hay algunos que están en cana, presos, pero no son muchos. Eso sí todavía quedan varios que están metidos en el vicio y otros que salieron después

26

En el año 2008, a raíz de la construcción del Acceso Sur a Santiago, se expropiaron las naves contiguas a la

calle La Serena.

Page 38: Investigacion Barrio La Pintana

38

de estar metidos harto tiempo y se establecieron con mujeres, enderezaron el rumbo. (ADELINA PINO)

La visión de Adelina, al igual que la de Elizabeth es optimista, pero ambivalente. Eleticia tiene una mirada catastrófica pero con ciertos rasgos de esperanza:

“Yo la [situación actual] la veo mala. Sobre todo para los que vivimos en los departamentos; esto está cada vez más estresante. Los fines de semana usted no puede salir a la calle, porque aquí tienen reggaetón, allá cumbia, allá mexicana, es un tremendo ruido. A parte de eso, los niños, como no tienen dónde jugar, su patio para jugar es acá abajo. Entonces la gritadera… acá estamos todos apretados, y si no juegan ahí, los niños tienen que quedarse en sus casas, porque no tienen adónde más ir. Por acá cerca no hay plazas, ni juegos, ni canchas. Y acá hay hartos niños, tengo inscritos 100 niños de 0 a 10 años. Y entre 11 a 18 hay otro tanto más. Entonces esos niños ¿dónde se agrupan el fin de semana o en las tardes? dentro de los blocks, en la esquina. Entonces nosotros cada día estamos peor. La misma tensión con los vecinos no es buena, si uno ve que uno tiene la música muy fuerte uno va a reclamar. Y él dice “¿por qué no le reclaman al otro y al de más allá?”. (ELETICIA ROGEL)

La vida en el barrio se fue recrudeciendo con el paso de los años. Cuentan las mujeres en sus relatos que, en la medida que los jóvenes fueron creciendo, fueron formando pandillas tempranamente, experimentando la discriminación, la violencia y las drogas. Eso sería, según los vecinos, el origen de todo lo malo:

“Aquí hubieron dos pandillas bien famosas, los Phillips y Los Guarenes. Y de las dos pandillas yo los conocí desde que eran unos niños ¡pero te digo niños chicos! Que fue lo que pasó, los chicos fueron creciendo y la mente les fue cambiando, las mismas familias de ellos, padres alcohólicos, drogadictos, presos, los cabros se criaron prácticamente en el aire y ahí empiezan a hacer tonteras, se meten en peleas y así todo esto se fue echando a perder. En ese tiempo no se podía estar ni siquiera en el día afuera, yo me asomaba por la ventana y pasaban los balazos, caían perdigones al techo, día y noche”. (BEATRIZ ZAMORANO)

El conflicto entre estas dos pandillas es algo que está muy presente en la memoria de los vecinos, , un recuerdo que trae consigo mucha pena y sufrimiento, al igual que las otras muertes que han ocurrido en el barrio a raíz de conflictos entre vecinos, conflictos que de ningún modo ameritaban el nivel de violencia que se practica, pero que debido a relaciones sociales intensivas, producto del hacinamiento, de la estigmatización, van haciéndose cada vez más intensas hasta obtener niveles extremos de violencia:

Si, lo que pasa es que las peleas de vecinos. Aquí hubo varias peleas, de repente por los hijos, o cuando los hombres se ponían a tomar, o porque el otro miraba a la señora del otro y así se armaban las peleas, las diferencias y así se fueron dispersando. (Patricia Contreras)

Page 39: Investigacion Barrio La Pintana

39

La presencia de lo que denominamos, relaciones sociales de alta intensidad, genera altos niveles de violencia. A la vez, genera también altos niveles de solidaridad y apoyo mutuo entre familias y vecinos. Ejemplo de ello es lo que relata Adelina:

“Aquí la gente es buena. Y cuando te pasa algo ahí está la gente, la copuchenta, la no copuchenta, la que te quiere ayudar en buena y la que no. Pero al final también está. Por ejemplo, la vecina de allá que es viejita, si pasan 2 días que yo no la veo, pregunto por ella, o le toco la puerta. Porque ha pasado de abuelitos que amanecen muertos. Y ahí hay que preocuparse por el ataúd, vestirlos, no dejarlos solos. Y ahí los vecinos se ponen. Por ejemplo lo que pasó con la abuelita de allá abajo o el otro niño que tuvo cáncer”. (ADELINA PINO)

Cuenta Adelina, cómo los vecinos ayudaron a estas personas que lo necesitaban, haciendo rifas, fiestas a beneficio, aportando con lo que se podía, mercadería, dinero, etc. La abuelita que falleció, fueron los vecinos quienes se hicieron cargo de todo, pues su familia la había abandonado. En el caso del joven con cáncer, los vecinos se preocuparon de darle días de felicidad, cumpliéndole su sueño de conocer a sus ídolos de Colo-colo. Todo ello a través de la coordinación de la junta de vecinos. Con todo, el recuerdo de un barrio unido, es motivo de nostalgia y resignación:

“Si incluso nos organizamos para pavimentar acá. Juntamos plata y pavimentamos entre todos los vecinos. Después, todos los vecinos nos unimos para poner las rejas, éramos bien unidos porque hicimos hartas cosas para el block”.

Las condiciones de precariedad y hacinamiento del espacio comunitario, mas la violencia y la solidaridad del barrio, son producto de relaciones sociales de alta intensidad, las que se caracterizan por la densificación de la interacción social entre los sujetos. Estas relaciones de alta intensidad son tanto positivas como negativas y son efecto directo del hacinamiento. De este modo, conflicto y solidaridad son expresión de un mismo fenómeno, pero que se ven intensificados a niveles muchos mayores que en lugares donde el hacinamiento y la aglomeración son menores. 3.6.- La relación con la ciudad: exclusión, estigmatización y segregación. Violencia contra

violencia La relación de estos sujetos urbanos con la ciudad está cruzada por la segregación espacial. La identidad que se ha construido de los sujetos, desde fuera, ha sido de discriminación y prejuicio. Históricamente estas poblaciones, a partir de lo que muestran los relatos de los entrevistados, han sido construidas como comunidades peligrosas, como un otro que debe temerse por el resto de la sociedad, que debe esconderse y excluirse del desarrollo. La estructura social, siguiendo a Wacquant (2007), ha construido históricamente a los vecinos de la Pintana, convirtiéndolos en sujetos históricamente excluidos desde la alteridad más negativa y más violenta, desde la estigmatización: primero confinados a la vida de los cités, luego a las tomas de terreno, a la vida como allegados y hoy en las viviendas sociales de la zona sur de la capital. Una historia de segregación espacial y de postergación, en definitiva, de exclusión. Los urbanitas pobres, fueron confinados lejos de la modernidad y lejos de los beneficios del espacio urbano. Los vecinos de

Page 40: Investigacion Barrio La Pintana

40

estos barrios (¿o ghettos?) son nuestros parias urbanos, que a ojos del resto de la ciudad, son violentos, delincuentes salvajes y los únicos que pueden habitar estos espacios ghettizados, donde nadie más que ellos pueden vivir:

“Cuando yo nací en Franklin, mis papás arrendaban en esos cités. Después en el ‘61, todavía yo no cumplía un año y se fueron a tomar los terrenos de la Santa Adriana. Después nos erradicaron de ahí y nos trasladaron al paradero 35 de Santa Rosa, lo que ahora es la población San Rafael”. (ROSSANA JELDES)

El relato de Rossana, nos muestra como los pobres –históricamente- han sido segregados, confinados a los extramuros de la ciudad. Desde los años ’60, hasta la actualidad han transitado por “los extramuros”: de vivir en el barrio Franklin, en menos de dos años terminaron viviendo en el paradero 35 de Santa Rosa, donde literalmente no existía la ciudad:

“Ellos sufrieron harto, porque en ese tiempo los carabineros eran más pesados, incluso mi mamá después de mí, perdió un bebé por los golpes y todo eso, por las lluvias, le tocó justo en pleno invierno. Entonces a mí me hacían dormir en una cajita de estas de frutas, (ROSSANA JELDES)

La historia de Rossana y sus padres comparte esta constante de segregación urbana:

“Yo viví todos los años de mi niñez en la San Rafael. Acá llevo 16 años no más. Desde San Rafael salté a la población de al lado, la Villa Gabriela, porque cuando me junté con mi pareja tenía 25 años. A los 28 tuve a mi hijo y ahí partí al campamento Patagonia. Después estuve seis meses en “El Castillo” y después acá. Así me crié toda mi niñez y toda mi juventud”. (ROSSANA JELDES)

La historia de María, también habla de una relación con el espacio urbano marcado por la segregación y el desplazamiento por las periferias:

“Mi familia paterna viene toda de la comuna de Conchalí. Ahí con mi mamá se conocieron y se casaron, y vivieron harto tiempo en Conchalí. Me acuerdo que vivíamos en una toma, no me acuerdo como se llamaba. Después ellos postularon para una casa, y les dieron una caseta construida de material. Después cada familia tenía que construir su casa según lo que cada uno quisiera. Entonces ahí como que quedó todo en familia, como hicieron toda la toma en grupo, quedo mi abuelita, mi mamá y mis tías, todas en el mismo lugar. Quedaron todos en una misma cuadra, en lo que ahora se llama Huechuraba, pero antes era Conchalí, frente al Parque del Recuerdo. Antes que existiera el Parque del Recuerdo y las fábricas que están ahí en Huechuraba, todo eso era un peladero gigante, que llegaba a dar miedo. Para ir a buscar leche, había que cruzar todo ese peladero y caminar harto para llegar a las vacas. Tengo lindos recuerdo de mi infancia, yo nací ahí, en esa vida”. (MARÍA LUCO)

El desplazamiento de María y su familia, ha sido desde un extremo de la ciudad al otro extremo, de Conchalí a la Pintana:

Page 41: Investigacion Barrio La Pintana

41

“después a mi mamá le salió casa aquí en la población San Ricardo, eso fue como en el año 78, porque yo llegué a San Ricardo cuando estaba en sexto básico”. (MARÍA LUCO)

El confinamiento de las poblaciones pobres a los bolsones de pobreza del sur de la ciudad implican la precariedad, la exclusión de estas poblaciones de los beneficios de la vida urbana, caracterizado por el difícil acceso a la red de servicios, desde lo más básico como un colegio o el transporte público, a lo más urgente como una farmacia o un hospital:

“Cuando llegamos no había nada. Había solo una micro, que teníamos que salir fuera [Santa Rosa] para tomarla, porque para acá adentro, nada. La otra opción, un poco más allá de La Serenar, San José de la Estrella con La Serena. Esa era la que nos servía a casi todos para ir al centro, o para visitar a nuestros familiares, era la Américo Vespucio. ¡Una farmacia para que decir! No había nada, si esto era un peladero. Y negocios, hubo una señora que llegó con un negocio chiquitito. Pero no había nada, no había feria y uno como nueva era perdida y no sabía dónde ir a comprar… No teníamos nada cerca”. (PATRICIA CONTRERAS)

Los distintos testimonios dan cuenta del precario diseño urbano que se pensó para dar solución habitacional a todas estas familias, el relato de la directora del Colegio Polivalente es elocuente:

“En esta zona no había ningún colegio, eso para el periodo del ‘95-‘96. Por ese entonces, surge la Fundación Participa, para colaborar con las organizaciones poblacionales. Ellos tenían como instancias de trabajo, todo relacionado con la construcción de una sociedad más democrática. Y en ese contexto, son los mismos pobladores quienes hacen ver a la Fundación la necesidad de la construcción de un colegio. *…+ Este terreno era un terreno baldío, que Jorge Cisternas, dueño de la constructora Bio-bio, que había construido todas estas poblaciones, ofrece para poder tener acá el colegio, como una donación. Se ofrece a la fundación el terreno y en conjunto se hacen también de esta directiva, que crea el colegio. Gracias a los aportes que hace Don Jorge Cisternas, se crea más adelante un jardín infantil Integra y el consultorio” (JUANA ORTIZ, DIRECTORA DEL COLEGIO POLIVALENTE LA PINTANA)

Así, mediante estos datos podemos ver cual es la relación que el espacio urbano ha generado con estas poblaciones, la pregunta que queda realizar ahora tiene que ver con ¿estamos en presencia de barrios, de villas de viviendas sociales, o derechamente, estos bolsones de pobreza constituyen lo que, siguiendo a Wacquant, entendemos por ghettos?

Page 42: Investigacion Barrio La Pintana

42

CAPITULO CUARTO: La participación social y la lucha por los derechos En este capítulo, revisaremos cómo han participado social, comunitaria y políticamente los vecinos de los barrios de Santo Tomas, en los distintos momentos de su historia. ¿Qué es participar? ¿Cuáles son los objetivos que los hacen comprometerse y participar? ¿Cómo se organizan y participan socialmente? ¿Qué convicciones políticas tienen? Estas y otras interrogantes son las ideas-fuerza que guiarán este aparatado. 4.1.- ¿Qué es participar? Participar, o la participación como concepto, se asocia con la capacidad de injerencia que los sujetos -los ciudadanos- tienen en la toma de decisiones respecto de alguna acción que el Estado lleva a cabo dentro de un territorio. Participar es decidir, o contribuir en la toma de una decisión. En términos más concretos, la sociedad está compuesta por tres grandes actores: el Estado, el mercado y la sociedad civil. En este sentido, la participación social o ciudadana refiere, en su relación con el Estado y el mercado, “a la intervención de la Sociedad Civil en el ejercicio de las funciones de administración de un servicio público. Participar significaría entonces la capacidad de las personas de estar presente en los procesos de toma de decisiones que dicen relación con lo colectivo. Desde esta perspectiva, participar no sería solo tomar parte, sino que “sentirse” parte, es decir, supondría un compromiso con lo público”27. La participación en la actualidad es diversa, adquiere diversas dimensiones y formas (social, jurídica, económica, cultural, etc.) porque las condiciones de la sociedad civil también lo son. Por tanto, si bien el concepto de ciudadanía implica la igualdad ante la ley, en su definición más estricta y formal; varios autores indican que esta definición jurídica, rígida respecto de la ciudadanía y la participación, es una definición más bien reduccionista, que no se ajusta con la realidad actual de un mundo donde, la sociedad civil, exige mayor participación, más allá del voto o el mero pago de impuestos.28 De este modo, la participación, entendida como la capacidad de los individuos de influir en la toma de decisiones, tiene distintos niveles de ingerencia. Algunos autores como Franz Geilfus29, han planteado la existencia de “la escalera de la participación”, señalando además que la participación implica que tenemos que adaptarnos constantemente, puesto que no es un estado fijo: es más bien un proceso mediante el cual la gente puede ganar más o menos grados de participación en el proceso de desarrollo. La “escalera de la participación” indica como es posible pasar

27

Bello, Daniela & Rodríguez, M. Angélica. “Estado de la Participación Social en Chile”. Disponible en: http://www.logolinkla.org/conteudos/documentos/DanielaBello_ParticipacionChile.pdf 28

Para mayor información, consultar: Sandoval Moya, J. “Ciudadanía y juventud: el dilema entre la integración social y la diversidad cultural. Ultima décad. [online]. 2003, vol.11, n.19, disponible en: http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0718-22362003000200003&script=sci_arttext o Rosaldo, Renato. “Ciudadanía Cultural, Desigualdad, Multiculturalidad” Conferencia magistral sustentada en el seminario "El Derecho a La Identidad Cultural", realizado en la UIA- Noroeste, Tijuana, Baja California, 19 de febrero de 1999, disponible en: http://www.consorcio.org.mx/documentos/ciudadania_cultural.pdf 29

Geilfus, Franz. 80 herramientas para el desarrollo participativo. Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA). San José, Costa Rica, 2002

Page 43: Investigacion Barrio La Pintana

43

gradualmente, de una pasividad casi completa (ser beneficiario) al control de su propio proceso (ser actor de su auto-desarrollo). Para el autor, lo que determina realmente la participación de los individuos, es el grado de decisión que pudiesen llegar a tener en un proceso determinado. Esto es válido tanto en las relaciones entre los miembros de la comunidad y la institución de desarrollo, como dentro de las propias organizaciones comunitarias:

ESCALERA DE LA PARTICIPACIÓN

Geilfus, F. 2002: pp. 3

“Podemos tratar de subir paso a paso la escalera de la participación. El éxito dependerá entre otras cosas: del grado de organización de la gente misma, de la flexibilidad de la institución (y de sus donantes), y de la disponibilidad de todos los actores, empezando por los técnicos, que deben modificar ciertas actitudes y métodos de trabajo30”. Así, la participación podemos entenderla también como el ejercicio del poder ciudadano, que aspira a una sociedad más democrática, directa y participativa, donde la igualdad de derechos confluye de modo armonioso con la diversidad cultural que implica la vida en sociedades modernas, donde todas las voces sean incluidas y escuchadas.

30

Idem.

PASIVIDAD

SUMINISTRO DE

INFORMACIÓN

PARTICIPACIÓN POR

INCENTIVOS

PARTICIPACIÓN

FUNCIONAL

PARTICIPACIÓN INTERATIVA

PARTICIPACIÓN POR CONSULTA

AUTODESARROLLO

Page 44: Investigacion Barrio La Pintana

44

4.2.- La participación en campamentos y comités de allegados: la política de la necesidad Según nos relatan nuestras entrevistadas, la participación social y política ha ido decayendo a lo largo de la historia de sus familias, o por lo menos se ha transformado drásticamente. Desde que sus padres se organizaban para la toma de terrenos, para la defensa de la población o para la logística del campamento, a la actualidad, ha cambiado todo, las familias, los barrios, las viviendas y la sociedad en general. Con ello, podemos inferir que la participación y la organización no han desaparecido, sino que se han transformado de acuerdo a como la sociedad en su conjunto se ha transformado:

“Antiguamente, no sé, era más unida la gente, era mucho más unida que hoy y mejor, tenía mejores sentimientos. Nos juntábamos en el pasaje y con mis hermanos, por ejemplo, hacíamos la navidad. Mi papá ponía el chuzo, un fierro y cuando iban a ser las 12 del año nuevo, mi papá tocaba y salía toda la gente a darse los abrazos. Ahora no se ve eso. Ahora cada uno en su casa y como que nadie mira a la otra. Antes hacíamos fiesta de navidad, de 18, porque mi papá era bien bueno para las fiestas, mi mamá también, entonces siempre organizaban, eran bien organizados”. (ROSSANA JELDES)

El relato de Rossana apunta en esa dirección, hacia una sociedad cada vez más individualista, donde las nuevas condiciones del mercado inhiben la acción comunitaria en varios aspectos. Pero volvamos a los tiempos de la toma de terreno y los campamentos. Recuerda Rossana por ejemplo, que la participación política era mucho más activa, en la toma de San Rafael por ejemplo, recuerda que su padre y otros pobladores eran activos dirigentes políticos:

“Mi papá también era político, casi, casi es un desaparecido. Era dirigente comunista. Secretario. Mi papá me llevaba a las marchas, a mí me gustaba ir porque a mí siempre me ha gustado eso también, como que lo llevo en la sangre”. (ROSSANA JELDES)

El golpe de estado y la dictadura militar son recuerdos que están muy fuertemente presentes en la memoria de varias de nuestras informantes. Sin necesidad de consultarlo directamente, el tema surgió, desde las propias personas, porque, de acuerdo con lo que relatan, en el contexto de la vida en poblaciones y campamentos, el tema pegó fuerte, con distintas apreciaciones por parte de los pobladores:

“El golpe militar no fue tan aterrorizante donde vivíamos nosotros. Yo estaba estudiando para el 73. Yo estaba en el colegio, y nos mandaron a todos para la casa. Pero traumático no fue. Si teníamos que ir a hacer cola, que no había esto y lo otro: no había leche, azúcar, entonces todos íbamos a hacer lo que teníamos que hacer” (ELIZABETH CORTÉS)

Para Elizabeth, este hecho de la historia nacional no fue tan dramático como para otras familias. Ella vivía en un cité de Santiago Centro, tenía trece años y su familia no estaba vinculada a ningún tipo de adscripción política, de modo que su experiencia fue más bien lejana. No así el caso de María, el que fue un poco más duro. Ella vivía en la toma de Conchalí y tenia ocho años cuando fue el golpe militar:

Page 45: Investigacion Barrio La Pintana

45

“Me acuerdo que en ese tiempo había toque de queda, no podía andar nadie en la calle, a las doce ya no podía andar nadie en la calle. Me acuerdo que escuchaba los balazos de las personas que andaban en la calle. Para ir a comprar pan o para obtener un alimento era un atado, nosotros éramos cuatro hermanos y para obtener un alimento teníamos que ponernos cada uno en una fila, por ejemplo uno se ponía en una fila para el kilo de azúcar, otro para el arroz y así… (MARÍA LUCO)

Rossana es quizás quien más duro le tocó vivir este hecho, como su padre era dirigente, además recuerda que muchos de sus vecinos fueron desaparecidos, mientras que su padre y otros pobladores se escondieron durante varios días en algunos lugares que el partido tenía destinado para tales efectos. Su recuerdo personal es el siguiente:

“Para el golpe lo vivimos fuerte nosotros. Yo tenía 13 años, pero yo…UFFF! Estábamos solas con mi mamá y mis hermanos chicos cuando empezó el menjunje de las bombas y todo eso, y de repente sale en la radio, empiezan a hablar de la cosa y van los vecinos que también eran del partido y me dicen a mí que había que quemar todo lo que había de mi papá: diarios, Revistas, todo, tenía montonera de cosas” (ROSSANA JELDES)

La quema de libros y revistas es una imagen recurrente acerca de esos tiempos, el miedo y el terror es la sensación que viene a la memoria. María recuerda también, al igual que Rossana, imágenes muy violentas de esos tiempos, imágenes que están asociadas a la vida de niños en poblaciones y campamentos, en tiempos donde los pobres eran una amenaza para el poder:

“Tengo marcado en mi memoria el recuerdo de que yo estaba comprando, y delante mío había un caballero. En ese tiempo uno tenía que comprar el pan según la cantidad de las personas que vivían en la casa no más, nada más. Nosotros éramos seis, nos correspondían seis panes. Bueno, a este caballero le preguntan los milicos – vestido todos como militares con metralletas y todo- “cuantos integrantes son en tu hogar” seguramente que el caballero le dijo que eran menos integrantes que los panes que llevaba, entonces cuando le cuentan los panes y tenía más, van y le pegan con la parte de atrás de la metralleta en la cara, más encima le quitaron todo el pan y no tenía derecho de llevar nada”. (MARÍA LUCO)

Con este hecho, se pone un abrupto y violento fin a la historia de participación política tradicional en las poblaciones y las familias que estudiamos. Tal es el grado de violencia, que finalmente a través del miedo, anula toda (o casi toda) forma de participación política. La adscripción a partidos políticos, la pertenencia a tal o cual ideal, desaparece en manos de los militares y las comunidades vulnerables viven una larga época de exclusión y desamparo. 4.3.- Los comités de allegados Otra instancia importante de participación, lo constituye el trabajo en comités de allegados. Luego de vivir prácticamente toda la década de los ‘80s como allegados, la gran mayoría de los pobladores de los barrios de Santo Tomás que estudiamos, se inscriben y participan en comités de allegados. Es mediante esta estructura organizacional que las familias accedieron a las viviendas sociales donde actualmente habitan:

Page 46: Investigacion Barrio La Pintana

46

“Primero empecé a hacer los papeles de la casa individualmente no más, por las mías, y después me metí en un comité de allegados. Después de un tiempo le dije a la persona que mejor me retirara, porque no iba a tener nunca mi casa. Pero esta persona no me retiró. Cuando me llama y me dice que salí favorecida con casa, imagínese, me caí de la impresión, me desmaye de la emoción. Así es que ahí me vine para acá, yo me vine el 28 de febrero de 1994, fui una de las últimas en venirme”. (MARÍA LUCO)

Hemos mencionado ya, en capítulos anteriores, que la organización de los pobladores en comités de allegados aceleró sus postulaciones a viviendas sociales, que muchas de las familias las habían realizado (las postulaciones) de manera individual, estando cinco, seis, hasta siete o nueve años pendientes:

“Nosotros pertenecíamos a un comité de allegados. La postulación duró 4 años, éramos más de 100 familias, todas de La Bandera. El Comité se dividió en 3 poblaciones; a esta villa llegamos pocos, éramos como unas 15 familias, otras se fueron a Valle de Lluca, otras se fueron a San Bernardo, otras para el lado de Avenida La Feria. Yo estuve postulando individual primero, durante 2 años. Después me dijeron que la casa salía más rápido si nos inscribíamos en un comité. (ELETICIA ROJEL)

El comité de allegados era una organización formal, que debía tener personalidad jurídica y ser reconocida a nivel institucional. Sus funciones eran, principalmente, las de identificar a las familias con la necesidad de una vivienda, organizar a los pobladores bajo la orgánica del comité y comenzar las gestiones (y el lobby) con las autoridades, para que las familias entraran en el proceso de postulaciones: se debían recolectar las carpetas con documentación requerida, asistir a reuniones con el municipio y el SERVIU y coordinar las visitas sociales para la obtención de la Ficha de Protección Social, Ficha CAS en esos tiempos. Rossana fue dirigente del comité de allegados “Patagonia del futuro”, el que, junto con el comité “Jaime Pavez” organizaron cerca de 100 familias del campamento Patagonia. Pero según nos relata, ese comité no fue el primer intento:

“Don Jaime Estévez dice “tanta juventud que veo acá, podrían formar un comité de allegados”, dice. Se me pararon las antenas y opiné como cinco o seis palabras de atrás, así fuerte, no me acuerdo qué dije pero como que me pusieron atención al tiro, me dijeron acérquese, me acerqué y me dicen “¿usted podría formar un comité?” ¿Cómo se hace? “nosotros la vamos a asesorar” hice un comité de allegados. Estaba súper bueno, lamentablemente todas las chiquillas que estaban en el comité eran menores de edad, entonces no pude sacar personalidad jurídica, no pude sacar el comité. (ROSSANA JELDES)

Este primer intento, no desmoralizó a las pobladoras, quienes después de fundar junto con otras vecinas el campamento, insisten en la figura del comité de allegados:

“había otra señora que ahora se fue de acá del barrio, ella hizo otro comité, hicimos dos comités entre las dos. Mi comité se llamaba “Patagonia del Futuro” y el de ella se llamaba “Jaime Pavez”. En total eran 100 familias. Ella pensó que si le ponía Jaime Pavez iba a salir primero y resulta que yo salí primero, porque nosotros

Page 47: Investigacion Barrio La Pintana

47

teníamos la encuesta más baja, las familias que tenía mi comité tenían más niños, teníamos dos, tres, cuatro, hasta seis niños”. (ROSSANA JELDES)

De este modo, las familias de las villas de Santo Tomas consiguen la casa propia, la figura del comité de allegados, si bien cumple una función importantísima para los objetivos de las familias, no tiene la continuidad organizacional una vez llegados al barrio, ya sea porque, como nos relataba Eleticia anteriormente, no todas las familias del comité se iban a los mismos barrios, o bien como nos comenta Beatriz, los vínculos terminan una vez que el objetivo se ha cumplido. El hecho es que una vez llegadas las familias a las viviendas definitivas, comienza todo de nuevo:

“Bueno, fue todo súper bonito. Yo estaba súper feliz, tenía mi casa, estaba feliz de tener algo mío. Mi esposo ya había traído algunas cosas de a poco, como le fue arreglando y todo eso, entonces ya cuando yo me vine estaba casi listo *…+ Había otros vecinos cambiándose, pero yo era tan independiente en mi metro cuadrado, que me quedé aquí no más. O sea, yo salía a comprar, pero no me mezclaba con lo demás vecinos. No sé por qué, pero yo llegué así, llegue embarazada aquí de mi hija y me encerré, yo hacía lo que me gustaba a mí, después salí a trabajar”. (ELIZABETH CORTÉS)

Con los primeros años de vida en el barrio, los comités de allegados quedan en el olvido y comienza a surgir la figura de las juntas de vecinos. 4.4.- La junta de vecinos: La organización formal del barrio. La obtención de la vivienda definitiva, genera la desintegración de los comités de allegados, desaprovechándose con ello todo el capital social que se había construido sobre la base de este modelo organizacional. No obstante, y debido al surgimiento de nuevas necesidades y desafíos acordes con el nuevo contexto, las familias de estos barrios comienzan poco a poco a visualizar la necesidad de reorganizarse, ya no como comités de allegados sino por la figura que corresponde en cualquier barrio de Santiago: la Junta de vecinos:

“No me recuerdo bien como fue la fundación de la Junta de vecinos, porque yo no me metía con nadie. Yo me inscribí y nada más. Tampoco iba a las reuniones. Yo entré [a la directiva] cuando ya estaba formada la junta de vecinos. Cuando llegamos acá, el primer presidente fue el “Billie Billie” que ya falleció. Después hubo varios presidentes, pero no hicieron nunca nada”. (ELIZABETH CORTÉS)

Así como Elizabeth, muchos otros vecinos no veían, de principio, la necesidad de organizarse, sino que pensaban que el barrio estaba listo con el solo hecho de tener sus casas propias. Pero al poco andar, van notando las necesidades de hacer vida social y establecer una organización que los represente y de solución a sus nuevos problemas y necesidades:

“Al principio no había junta de vecinos porque se estaba recién organizando la población, toda la gente estaba llegando y después se formó. Yo fui a votar, me acuerdo, pero en ese tiempo no estaba tan metida en la organización”. (MARÍA LUCO)

Page 48: Investigacion Barrio La Pintana

48

Entonces comienzan a observarse los primeros indicios de problemas de participación, el trabajo y la familia son priorizados por sobre el bienestar común, el que no se percibe como una instancia social importante:

“Nadie quería postular, entonces entré yo, para poder participar en proyectos y cosas así, que se estaban perdiendo. Yo no quedé como directiva, porque era del Tricel (Tribunal Calificador de Elecciones), ¡pero nadie se movía! ni la directiva que habíamos elegido. Entonces empecé a postular a proyectos. Hacíamos los proyectos con la Adelina y a la presidenta le hacíamos firmar los papeles. Cuando ganábamos los proyectos, nosotros ejecutábamos, porque la presidenta trabajaba en otra cosa y no tenía tiempo. Ganamos iluminación para los blocks, porque antes eran oscuros. La Adelina y yo fuimos trabajando, postulábamos a los proyectos del Programa de Mejoramiento de Vivienda y siempre postulábamos para que los niños tuvieran fiesta de fin de año, hacerle una once, algo para ellos, una biblioteca, ellos donaron un libro y nosotros le dábamos su torta y su bebida… esas eran las cosas que nosotros hacíamos” (ELIZABETH CORTÉS)

Así es como, paulatinamente comienza a generarse un tímido tejido social, a partir de acciones comunitarias muy concretas: la construcción y administración de la sede social, la fiesta de navidad para los niños, los proyectos de mejoramiento de vivienda y cosas de ese tipo. Desafortunadamente, la Villa las Américas es muy grande y el beneficio no llegaba a todos:

“Decidimos formar otra junta de vecinos, porque nos sentíamos abandonados, porque siempre que llegaba algún beneficio nunca tocábamos nosotros, nunca alcanzamos algo de esos beneficios, siempre llegaba hasta el frente, hasta las casas, o había que inscribirse para darle juguetes a los niños para navidad y nunca nos enterábamos, siendo que también pertenecíamos a la junta de vecinos” (BEATRIZ ZAMORANO)

El sector de la calle Las Parcelas, si bien pertenece formalmente a la villa Las Américas, decide formar una junta de vecinos propia, debido a los problemas expuestos por Beatriz Beatriz.

“Aquí donde está ahora la sede de nosotros, eso era un peladero, venían a botar basura. También era un foco de asaltos y pasaba de todo. Entonces los vecinos empezamos a juntarnos, para ver qué era lo que se podía hacer, si se podía limpiar ese basural que había. Y así empezamos a organizarnos. Al principio habíamos pensado que serviría para un jardín infantil, porque aquí había muchos niños chicos. Después apareció el municipio y finalmente se hizo un plebiscito, en el que todos los vecinos decidieron qué hacer con ese sitio. Parece que el gobierno había dado una plata y con eso se construyó la sede para una junta vecinal y así nos constituimos. (ELETICIA ROJEL)

Así, vemos cómo la necesidad va generando instancias de organización y participación. El hecho de ver como se está siendo excluido de las oportunidades de desarrollo, por pequeños que sean, va motivando a los vecinos para organizarse y luchar por lo que consideran que es justo. De ese modo se va construyendo ciudadanía:

Page 49: Investigacion Barrio La Pintana

49

“Por una votación se iba a decidir si podíamos a construir la sede. Entonces nos movimos harto, departamento por departamento para que la gente fuera a votar. Y así lo conseguimos. Gracias a eso pudimos obtener esta sede que nos ha servido harto. La gente a veces igual reclama, porque dice que podría haber sido una plaza para que los niños jueguen. Pero yo pienso: ¿para qué? Para los drogadictos, si las plazas ahora son de ellos, porque ellos se las toman. En cambio esto igual nos sirve, porque hacemos las fiestas navideñas a los niños, hacemos varias cosas, bingos. A veces hacemos pan amasado para vender, u otras cosas para vender en la feria. También gracias al trabajo de una directiva anterior, conseguimos una audiencia con el alcalde y pudimos poner piso adentro, esa muralla y también luces en los blocks, porque antes era todo oscuro. Ahí al alcalde le gustó que nosotras solas ya nos habíamos conseguido muchas cosas para la sede” (PATRICIA CONTRERAS)

4.5.- Viejas prácticas para nuevos conflictos Hemos visto como los comités de allegados dan paso a las Juntas de Vecinos, las reagrupan las iniciativas organizacionales y de participación, siendo complementadas con clubes deportivos y con otros tipos de iniciativas comunitarias: grupos de mujeres, adultos mayores y jóvenes. Pero con el tiempo van surgiendo problemas más graves y urgentes, que tienen que ver directamente con cómo el modelo de sociedad va estructurando la vida cotidiana de estas familias. Es así como surgen problemas puntuales, propios de la modernización de Chile, y más específicamente con la política habitacional que se ha implementado en el país. Problemas que requieren del compromiso de todos los vecinos y que finalmente involucran a estos en luchas y discursos que trascienden el contexto local. Nos referimos al Movimiento de Deudores Habitacionales ANDHA Chile y a la construcción de la carretera de Acceso Sur a Santiago. La Agrupación Nacional por los Derechos Habitacionales ANDHA Chile, es un movimiento social que se origina en 2004 en los sectores populares de la zona sur de Santiago. Es un movimiento social reciente, que nació bajo el gobierno del presidente Ricardo Lagos, a raíz de los abusos que la empresa INVERCA realizaba en el cobro de los dividendos de hipotecas de las viviendas sociales:

“ANDHA CHILE nació en Agosto del año 2004, bajo el nombre de Agrupación Nacional de Deudores Habitacionales “Nueva Esperanza”. Se formó de la unión entre dirigentes de varias organizaciones poblacionales de deudores del Serviu31. Tuvo un rápido crecimiento durante el año 2005, especialmente durante la huelgas de hambre de Marzo y Julio, donde miles de pobladores salieron a luchar por terminar con la deuda Serviu y exigir la “asimilación a la vivienda social dinámica sin deuda”. A finales del 2005, consiguió la condonación de 172.000 familias deudoras del Serviu que eran indigentes, adultos mayores y personas con enfermedades catastróficas. Hacia el 2006 lograron un total de 262.000 familias condonadas. Durante el 2006 y 2007, se consiguió además la condonación de los

31

la organizaciones era: Coordinadora Metropolitana de Allegados, Sin Casa y Deudores Habitacionales,

(comités de Puente Alto, La Pintana, La Florida, Peñalolén); Coordinadora de deudores de San Bernardo;

Coordinadora de deudores de Colina; Dirigentes de deudores de San Ramón; Dirigentes de deudores de la 5ta

región; Coordinadora de deudores de la 8va Región; Posteriormente se sumaron dirigentes de deudores de

Peñaflor, El Bosque, Quilicura, Isla de Maipo, Pudahuel, El Tabo, El Quisco, San Antonio, etc.

Page 50: Investigacion Barrio La Pintana

50

deudores Serviu-Banca (deudores del Banco Estado y Desarrollo), que eran alrededor de unos 21.000 en todo el país”. 32

Revisemos algunos casos de endeudamiento:

Yo pagué siete años seguidos mis dividendos, siete años sin atrasarme. Después del séptimo año yo tuve que cerrar el negocio por problemas y ahí ya no me alcanzaba porque la plata que me daba mi marido no me alcanzaba para pagar dividendo y empecé a dejar de pagar, estuve un año más o menos, teníamos ocho años aquí cuando empezó la famosa de los deudores habitacionales (ROSSANA JELDES)

“Por ejemplo, la misma Angélica, si ella pagó cinco dividendos en toda su vida fue mucho, porque ella no podía… ella siempre ha sido bien pobre, ahora como las chiquillas están trabajando y ella está trabajando, porque ella no podía trabajar”. (MARÍA LUCO)

Fue en la Villa Arauco donde comenzaron las primeras reuniones de ANDHA Chile, donde la memoria mantiene más vivo este proceso de lucha popular:

“Primero empezamos con pequeñas protestas, fueron hartas protestas. En el centro nos tomábamos las oficinas de INVERCA33. Acá en el 36 de Santa Rosa también había una, no dejábamos que la gente entrara a pagar, porque ahí se pagaba, ahí era la sinvergüenzura”. (ROSSANA JELDES)

La villa Arauco fue uno de los barrios más activistas y más comprometidos del sector, varias vecinas participaron activamente de la organización y las manifestaciones:

“Varias veces se hizo huelga de hambre, íbamos a dejar cosas a los chiquillos que estaban en huelga, puras mujeres haciendo guardia. Ahí tampoco participaban mucho los hombres. El único hombre que había era el Leiva y algunos dirigentes de las otras comunas, pero la mayoría puras mujeres de dirigentes”. (ROSSANA JELDES)

Este elemento que menciona Rossana es una constante en el tiempo: en la actualidad la participación social es preferentemente dominio de lo femenino. Como hemos mencionado en capítulos anteriores, luego de la dictadura militar, donde la represión y el terrorismo de estado causó tanto daño y dolor, sobre todo en los sectores populares, la participación social y política queda relegada al campo de lo femenino. Al ser consultadas las actuales dirigentes por este hecho, la respuesta apunta en varias direcciones, como el tiempo de trabajote los hombres: “los hombres llegan cansados de la pega”; las disposición: “los hombres se interesan solo por el fútbol y nada más”; y también el compromiso: “las mujeres somos mucho más valientes que los hombres”. Durante el tiempo que se realizó trabajo de campo, logramos tomar contacto con algunos hombres, algunos habían sido dirigentes de comités de allegados, así como el padre de Rossana

32

Información disponible en el sitio web: http://www.aluchar.es.tl/Inicio.htm 33

INVERCA es una compañía de cobranzas que asesora a bancos y al Estado, entre otros clientes. En 2004 tenía la responsabilidad de presionar a los vecinos para el pago de los dividendos, estableciendo elevadas tasas de interés por concepto de mora. Para mayor información: www.inverca.cl

Page 51: Investigacion Barrio La Pintana

51

(que aún está vivo) que nos relató sucintamente su historia como dirigente político. Sin embargo, al ser consultados de porque hoy no participan, la respuesta fue que el trabajo, o que pasó el tiempo, o como nos relataron Luís y Miguel, del sector de Las Parcelas: “las mujeres están ahora preocupadas de eso, así es que nosotros mejor ya no nos metemos” Volviendo a la lucha de ANDHA Chile, el trabajo de base fue intenso sobre todo por la falta de participación de los vecinos. Las coordinadoras y dirigentes locales debían convencer a los vecinos y recolectar más y más carpetas con documentación para que la presión fuera la suficiente para alcanzar una buena posición ante las negociaciones:

“Aquí la gente no participaba mucho, aquí éramos contaditos con los dedos los que íbamos a las protestas. De aquí de este pasaje la única que iba era yo”.

Cuando las movilizaciones comenzaron a aparecer en los medios de comunicación y ANDHA Chile se extendió prácticamente a nivel nacional, los vecinos de villa Arauco comenzaron a participar más activamente, porque como relatan las dirigentes de Villa Arauco, la gran mayoría de los vecinos estaba en situación de morosidad:

“Sí, Todos. Aquí hubo gente que iba, después nos juntábamos, hicimos el pago de mil pesos, pagábamos mil pesos por el dividendo, ahí fue cuando empezamos a pagar de todo Chile, si esto fue a nivel nacional. Se llegó a un acuerdo en una de las tantas reuniones, que íbamos a pagar mil pesos no más y fuimos a pagar los mil pesos ¡pero si fue muy bueno! filas inmensas que se hacían en Serrano, en todos los INVERCA, además nos tomábamos los INVERCA de San Bernardo, La Pintana y Puente Alto y donde iba el presidente le hacíamos funa. (ROSSANA JELDES)

Luego del revuelo a nivel nacional que generó el movimiento de pobladores ANDHA Chile, los vecinos de Villa Arauco lograron la condonación de sus deudas y de este modo sortear el tema de los intereses y el embargo de sus viviendas:

“Luchamos como dos años para salir con el beneficio. Estaba Lagos cuando nos dio el beneficio, primero salió el pago dos UF, que eran como 40 mil pesos. Pero después hubo otra condonación, donde había que pagar mil pesos y quedaba lista. Y toda la gente, porque nosotros, independiente de que no fueran a las protestas y todo eso, nosotros hacíamos reuniones y la gente se inscribía. Todos esos papeles se iban para allá a las negociaciones. Entonces, cuando llegó el momento, todos los documentos iban ordenaditos y ahí empezó a salir la gente de a poco, primero salió un listado, después salió otro y después ya habló el presidente Lagos por la televisión, en cadena nacional, diciendo que todos los deudores habitacionales, todos los que tenían deuda del año tanto hasta el año tanto, les quedaba completamente pagada la casa”. (ROSSANA JELDES)

Así, mediante el relato de Rossana, vemos como la lucha social de ANDHA Chile logró revertir los abusos de un sistema financiero que, mediante el cobro de altas tasas de interés, mantenía a los vecinos de Villa Arauco, y muchas otros barrios de viviendas sociales, en una situación constante de tensión, por el miedo de perder su vivienda por el embargo de INVERCA. La organización, la

Page 52: Investigacion Barrio La Pintana

52

lucha y las manifestaciones contra el estado y el mercado –la participación social- lograron que los vecinos hoy vivan tranquilos siendo los legítimos (y legales) propietarios de sus viviendas. Un camino distinto ha tenido que sortear el conflicto por la construcción de la carretera de Acceso Sur de Santiago. A partir del relato de Elizabeth intentaremos reconstruir este proceso de participación y lucha:

“Todo esto partió con el Presidente Lagos. Él había hecho una reunión acá, en el Colegio Polivalente, para que la gente se fuera a informar sobre el tema del Acceso Sur. Pero esto viene de mucho más atrás. Cuando iban a empezar con la carretera por abajo, ahí recién me metí a ver de qué se trataba. Yo tenía que estar como presidenta de la junta de vecinos, pero no me metí tanto, fui a las reuniones pero nada más. Yo averiguando de que se trataba, con las que más conversaba era con las niñas de la Villa Arauco. La Paola, ella llevaba todo el proceso, la Elizabeth, la Ximena”. (ELIZABETH CORTÉS)

La construcción de la carretera de Acceso Sur a Santiago, es un proyecto de obras públicas que, de acuerdo con lo que nos comentaron las dirigentes de la villa Las Américas y La villa Arauco, estaba planificada desde mucho tiempo antes que se construyeran incluso los proyectos habitacionales en el lugar, de modo que el impacto social y ambiental que tendría sobre éstos jamás fue considerado realmente. En el tiempo que comenzaron las obras, los vecinos apenas tenían información al respecto, siendo los blocks que estaban contiguos a calle La Serena los más perjudicados:

“La lucha más dura era la de las naves de adelante, y todos los vecinos en general apoyábamos, pero los que estaban más perjudicados eran los de adelante. Yo como presidenta me metí cuando lo iban a expropiar, porque a nosotros también nos perjudicó mucho toda la obra y exigíamos que nos dejaran algo por todo el daño que habían hecho. Yo entré en las negociaciones cuando se empezó a hacer el protocolo de acuerdo. Ellos tenían una vocera y no querían nada con la junta de vecinos. Porque pensaban que si metían a la junta de vecinos, ésta los iba a perjudicar con la expropiación. Decían: “no, porque si agrandan más, no nos van a expropiar.” Pero yo como presidenta, tenía que estar allí, porque los que quedábamos aquí íbamos a seguir sufriendo los daños después, después que ellos se fueran”. (ELIZABETH CORTÉS)

Según nos relatan los vecinos de Villa Arauco y Villa Las Américas, fueron años de soportar ruidos molestos, noche y día camiones, hombres trabajando, el tráfico, etc. Luego, producto de lo mismo, una plaga de ratones azotó la población. Así, fueron constantes los problemas, problemas serios, surgidos a raíz de la construcción de la carretera:

“Aquí no sabíamos si temblaba o si eran las máquinas, pero aquí quedó la escoba. Tuvimos hasta carabineros reprimiéndonos. Para cruzar al otro lado de la calle, te pedían el carné de identidad, y nosotros teníamos las reuniones al frente, donde la Rosita. Entonces nosotras teníamos que cruzar y siempre estábamos con resguardo policial. Nosotros alegamos por eso, ¿cómo se le ocurría pedir carné a las personas

Page 53: Investigacion Barrio La Pintana

53

que vivían aquí para cruzar la calle? teníamos carabineros instalados en los dos lados. (ELIZABETH CORTÉS)

En la actualidad, es posible sentir como el suelo retumba constantemente por el paso de los camiones. Vehículos pesados que deben transitar por la vía subterránea, para evadir el pago de peajes, lo hacen por calle La Serena, lo que genera una grave contaminación acústica. Finalmente las naves de Blocks contiguos a La Serena fueron expropiados y demolidos, recién el año 2010. Fueron aproximadamente tres a cuatro años de construcción; de manifestaciones ciudadanas y de negociaciones entre los vecinos, la Municipalidad, el Ministerio de Obras Públicas y la constructora. El protocolo de acuerdo consignaba la erradicación de los blocks contiguos, el mejoramiento de viviendas que presentaron daños estructurales producidos por la obra, el mejoramiento de áreas verdes y la instalación de un parque entre las calles El Genovés y General Arriagada, por el costado de La Serena:

“Y ahora estamos luchando para un área verde que nosotros necesitamos, hemos luchado por un parque y trabajamos con el municipio y ahora ellos quieren poner una feria modelo, es una estupidez. El alcalde quieren instalar una feria modelo, nosotros no lo vamos a dejar”. (ELIZABETH CORTÉS)

Como hemos podido notar en el transcurso del relato, la participación social ha estado constantemente asociada a la necesidad de reivindicar derechos o dar solución a situaciones problema que les aquejan. De modo que, la participación social en forma de lucha, es un elemento que constituye parte integrante de la identidad colectiva de los vecinos de estos grupos. Elementos que desarrollaremos en el capítulo siguiente.

Page 54: Investigacion Barrio La Pintana

54

CAPÍTULO QUINTO: La identidad y la memoria: construcciones discursivas sobre la cultura local Luego de describir como ha sido el proceso de asentamiento de las familias de Santo Tomás, profundizando en sus estructuras familiares, trabajo, vida urbana y participación social, queremos entrar en el análisis de un elemento más complejo: la identidad. Dado que éste es un concepto abstracto y poco definido, es necesario partir por un análisis conceptual. 5.1.- Cultura, memoria e identidad. Nociones acerca de un concepto antropológico34 La antropología a lo largo de su corta vida científica, ha centrado su interés en lo que se denomina como cultura. Ya en 1930, el antropólogo Franz Boas nos entrega una definición bastante acertada y aceptada de lo que podemos entender por cultura. Según el maestro del particularismo, “La cultura incluye todas las manifestaciones de los hábitos sociales de una comunidad, las reacciones del individuo en la medida en que se ven afectadas por las costumbres del grupo en que vive y los productos de las actividades humanas en la medida en que se ven determinadas por dichas costumbres. F. Boas (1930) “La cultura incluye todas las manifestaciones de los hábitos sociales”. Este es un punto central a considerar, Puesto que generalmente el sentido común entiende por cultura todo lo que se relaciona con las artes y otras altas expresiones de la humanidad, como la filosofía y las ciencias, desconociendo que las prácticas cotidianas y las formas de pensar, sentir y actuar de los grupos (siguiendo a Emile Durkheim), constituyen también importantes cúmulos de cultura. A pesar de ello, la antropología ha sido lo suficientemente consistente, como para instalar en el ámbito científico la idea de que la cultura tiene que ver con todo lo relacionado con la producción humana, sea material o inmaterial. A medida que la disciplina se desarrolla, el concepto “cultura” va perdiendo su peso. De a poco, la interpretación y la hermenéutica incluyen el elemento subjetivo, como consecuencia de ello los estudiosos finalmente plantean que, en cada definición de cultura, a lo menos se esconden diferentes niveles analíticos y que el carácter de ésta dependerá de la posición que ocupa en la sociedad quien elabora dicha definición. De modo que el concepto pierde su peso teórico; y de pronto la antropología ni la sociedad en general saben con exactitud qué es la cultura. Todo hablan de la cultura pero nadie puede aseverar con certeza a que se refiere. Es así como se levanta el concepto de identidad, un concepto mucho más flexible y subjetivo, que responde con las necesidades que el mundo actual presenta. Pero para el concepto de identidad, también surgen distintas corrientes explicativas que responden a diferentes perspectivas. Bengoa (2011) las definirá como posiciones esencialistas, fixistas y primordialistas. A grosso modo, la mirada esencialista se asocia con una mirada que entiende la identidad como un conjunto de elementos como territorio, lenguaje e historia que dan forma a la cultura de una sociedad. Es una mirada estática, que no permite la introducción de innovaciones o discursos que se escapen del status quo, por lo que se corren riesgos de caer en fundamentalismos que pueden resultar peligrosos. Por su parte, los fixistas, al igual que el esencialismo, proponen una mirada de la

34

Este apartado ha sido construido en gran medida en base al trabajo del profesor José Bengoa: “IDENTIDAD: La evolución de las miradas. Disponible en: www.identidades.cl

Page 55: Investigacion Barrio La Pintana

55

identidad que, como su nombre lo indica, es fija en el tiempo, inmutable e inamovible. Finalmente la perspectiva primordialista propone que la identidad se construye a partir de elementos primordiales, grandes relatos míticos, tradiciones milenarias o formas prescritas que no claudican ante el paso del tiempo. Siguiendo a Bengoa (2011), vemos como la identidad finalmente no es sólo lenguaje ni sólo grandes mitos, sino que es una construcción discursiva, dinámica y performática, útil para generar cohesión al interior de un grupo y legitimidad fuera de él. Bengoa plantea la teoría de los espejos, donde quien es representado por la identidad se construye a partir de lo que ve y lo que los otros ven de él: “El rostro se percibe en el espejo y viene a ser lo que éste refleja. Si el espejo está deformado, poco importa. Nos ven los otros a través de los cristales de sus propios espejos, nos vemos en cómo nos ven y actuamos en consecuencia”. O como diría el antropólogo francés Marcel Mauss, “Es así como nos ven, como me veo y, por tanto, como me comporto”. La identidad es entonces un juego de representaciones sociales, donde quién es representado elabora un discurso a partir de lo que los otros esperan de el: “En las identidades existe una relación estrecha entre reconocimiento y autocomprensión; entre la mirada que el otro tiene de mí y la mirada que yo tengo de mí mismo. No sirve de mucho, como es obvio, que una persona, un individuo, yo mismo, se crea muy inteligente y simpático, si los demás no reconocen en él la inteligencia ni la simpatía”. Claude Levi Strauss (1977), plantea que la identidad debe cumplir con tres elementos clave para que opere de modo correcto. Los dos primeros, de carácter interno, refieren a la constancia y la unidad del discurso. En la medida que la representación discursiva tiene constancia en el tiempo y unidad en el grupo, la identidad se ve en condiciones de afianzar su discurso. No obstante, la identidad no es posible sin el tercer elemento que plantea el maestro del estructuralismo, que es de carácter externo y tiene que ver con una cuestión fundamental: el reconocimiento. Uno puede insistir en una idea durante mucho tiempo y lograr que ese discurso sea aceptado por todos quienes componen mi grupo social, no obstante si no obtengo el reconocimiento de los otros, toda esa construcción identitaria queda deslegitimada porque no hay una alteridad que corrobore lo que nosotros enarbolamos como lo propio, lo nuestro. De modo tal modo que, siguiendo a Levi Strauss (1977), la identidad se sustenta sobre la base de la constancia, la unidad y el reconocimiento, donde el reconocimiento de los otros es fundamental. Ante este planteamiento, Bengoa incluye un cuarto elemento, que tiene mucha aplicabilidad sobretodo para las identidades modernas en tiempos de globalización: se trata de la capacidad práctica, la capacidad de acción que tiene el discurso de la identidad, central respecto de su vigencia en un mundo moderno.

“Las identidades modernas surgen casi exclusivamente como consecuencia de las amenazas, de las crisis, es decir, de una invasión cultural, de una situación de temor frente al no saber cómo enfrentarse y enfrentar la modernidad arrasante. La identidad, entendida como discurso, como metadiscurso, como texto de representación, tiene por objeto, en primer lugar, otorgar legitimidad a un sistema de hegemonía que se pretende lograr o que se ha logrado. Esto es válido tanto en el ámbito de la política como en el económico”.

Page 56: Investigacion Barrio La Pintana

56

La identidad en los tiempos actuales no es tanto una herramienta de cohesión social interna como sí una herramienta de legitimación hacia los otros, y para ello los grupos deben seleccionar cuidadosamente los elementos que constituirán parte integrante del discurso identitario: “Frente al caos de la memoria profunda, frente a las decenas, centenas o miles de posibilidades que ofrece el “armario de la memoria”, el ordenar y clasificar, es parte esencial del relatar. Quien lo hace, establece el principio de ordenamiento y, por tanto, el principio del poder”. Aquí radica la importancia de la memoria en la construcción de la identidad. En la medida que los grupos acuden a sus “armarios de la memoria” seleccionan y construyen deliberadamente su identidad, de manera que seleccionan éstos y no otros elementos de la memoria, van construyendo un discurso de constancia, unidad, reconocimiento y también capacidad práctica de persuasión:

“Memoria social o colectiva es, por lo tanto, desde esta perspectiva, el conjunto de recuerdos de las memorias reconocidas por un grupo dado; reconocidas como propias o como “el conjunto de recuerdos comunes a un grupo humano”. Bertrand Russel señalaba ya hace bastante tiempo que “no se puede confundir el relato de un suceso que ha ocurrido, con el recuerdo que guardan los que en ese suceso participaron”. Esa distinción, que posteriormente va a hacer suya Wittgenstein, señala que la parte del recuerdo, es decir la evocación, que se ha verbalizado no es necesariamente ni puede ser nunca la totalidad del recuerdo. Esto indica, en forma muy sencilla, que nunca el discurso sobre el pasado, el discurso sobre la identidad, puede recuperar el conjunto de la memoria; siempre la memoria va a ser inalienable, siempre va a haber un elemento irrecuperable en el discurso”.

A partir de esta revisión de lo que significa la memoria y la identidad, intentaremos aproximarnos a los discursos y representaciones sociales que hacen los vecinos de los barrios de Santo Tomás estudiados respecto de su identidad. Sabemos que la identidad se puede entender como un juego de discursos y representaciones que provienen de la memoria y que son reconocidos por los otros. Discursos que nos unen y legitiman, imágenes sobre prácticas que generan cultura y constituyen identidades. Pero esos discursos y representaciones deben además cumplir con una serie de características: deben remitir a un mito de origen; deben relatar una trayectoria del grupo; explicar la naturaleza del mismo y; generar proyecciones futuras, sueños y expectativas, utopías. Revisemos algunos elementos que componen el discurso en Santo Tomás. 5.2.- Arqueología del barrio y mito de origen Hemos podido comprender a lo largo de este trabajo cuáles son los orígenes de estas familias: el cité de Santiago Centro, el campamento en la periferia, los comités de allegados y la cultura de la pobreza. Estos espacios, más una vida de esfuerzo y trabajo, constituyen la arqueología de estos barrios, los orígenes a los cuales remite la memoria profunda de los entrevistados:

“La población era tranquila, yo tenía mis amigos, salíamos a pasear al Cajón del Maipo. Uno iba a fiestas y lo pasaba bien, sin miedo de que te pasara algo.

Page 57: Investigacion Barrio La Pintana

57

Teníamos un amigo que trabajaba en una tienda de discos y él nos traía los primeros discos, apenas salían. ¡Y pura música rockera! Disfruté harto mi juventud, pololeé harto y lo pasé bien. Viví allá hasta que me casé, a los 30 años. Ahí vivimos de allegados 2 años donde mi suegra, hasta que me salió la casita que me costó harto. Estuvimos en un comité de allegados también.” (PATRICIA CONTRERAS)

Pero la alegría de Patricia se mezcla con la precariedad y el sufrimiento. La pobreza extrema y las condiciones de vida en campamentos constituyen un recuerdo del cual no se quiere volver:

“Cuando había incendios, se quemaban manzanas enteras, por ambos lados, porque eran todas las casas todas así juntas y de madera. Nosotros colindábamos atrás con el vecino, al lado con la señora de acá, al otro con la señora de allá, y así, los cuatro lados pegados. Así era el pasaje así completo, la manzana le decían antes. Entonces, cuando había un incendio se quemaba la manzana completa, incluso murieron muchos niños quemados” (ROSSANA JELDES)

Pero lo que constituye el mito de origen de estas villas y barrios, es la llegada a la casa propia, el rito de la mudanza y de la ceremonia de entrega de las llaves:

“Hasta que llegó el día, salimos en el diario y todo, hasta el alcalde nos puso los camiones para llegar acá”. (ROSSANA JELDES) “Fue el 5 de marzo del ‘95. Llevamos 17 años. Cuando vinimos a buscar nuestra casa, estábamos con el ministro de Hacienda. Y estábamos todos contentos, porque lo único que anhelábamos era tener nuestra casa”. (PATRICIA CONTRERAS)

El mito de origen es donde todo comienza de nuevo, donde todo se renueva. El objetivo cumplido y la esperanza de una vida mejor –el sueño cumplido de la casa propia- hacen de este hecho simbólico, hipersignificativo, el elemento central de la identidad. En capítulos anteriores, hemos podido ver el relato de María, donde recuerda como fue el momento de la ceremonia de entrega de casas, la presencia de las autoridades, la firma de escrituras, etc. El rito y el mito unidos en la conformación de la identidad, refuerzan los lazos y proyectan a la comunidad. Ya no eran del campamento Patagonia o del comité de allegados “X”, sino que ahora vivían en la Villa Las Américas, en la Villa Arauco, en la comuna de La Pintana:

“… nos dieron 3 opciones para elegir, la villa Valle de Azapa en San Bernardo, la José María Caro y la Villa Las Américas. Entonces yo fui a ver los otros y no me gustaron. Pero cuando vine a ver a este lado me gustó, me fascinó, porque justo la entrada fue por San José de la Estrella, entonces tú viste la pura fachada, que ya estaba re bonita. Yo pensé: “acá está bueno para mí” (ELIZABETH CORTÉS)

La llegada al barrio vino cargada de ilusiones y energías positivas. Todos felices, los vecinos compartiendo y ayudando mutuamente a instalarse. Un mito de origen cargado de alegría y esperanza.

Page 58: Investigacion Barrio La Pintana

58

5.3.- Trayectorias del grupo: de la esperanza al estigma Hemos podido revisar a lo largo de los capítulos anteriores de qué modo el barrio se fue transformando, de una oportunidad de ser felices a una suerte de amenaza vecina, un peligro latente. Sin embargo los primeros tiempos fueron positivos, hubo tiempo para conocerse y compartir en comunidad. Tal como nos relatan muchas vecinas:

“Aquí al principio cada cual por su lado no más. Era poco lo que se conocía la gente, porque venía gente de diferentes partes. Venía gente de San Ramón, de Macul, de La Florida, de La Granja. De nuestras 15 familias, 4 quedaron en casa y el resto en departamento. Pero de primeras era cada cual por su lado no más, uno se saludaba y nada más”. (ELETICIA ROJEL)

“*con el tiempo+ todas nos hicimos amigas. (…) Para el día de la madre también nos juntábamos todas las mujeres del block en un departamento, y nos poníamos a carretear, y todos los hombres para afuera. ¡Lo pasábamos súper bien! Éramos súper unidas” (PATRICIA CONTRERAS)

Las actividades comunitarias unían a los vecinos, los que se iban conociendo y compartiendo en torno al espacio comunitario. Con el tiempo, las condiciones de hacinamiento se fueron acentuando y esto trajo consigo el surgimiento de conflictos. Es posible describir la situación actual como de altos y bajos. Por una parte las personas se sienten felices por tener una casa propia donde vivir, pero a la vez se sienten frustrados y decepcionados por el curso que tomó el barrio, de algún modo se sienten estafados, por el sueño de la casa propia. Porque a pesar de los esfuerzos y sacrificios que han debido invertir para sacar adelante a sus familias, no han visto los frutos suficientes para poder vivir tranquilos:

“A mí me hubiera gustado que hubiésemos tenido más espacio. Donde los niños tuvieran una cancha, plaza, espacio para jugar. Y más oportunidades para los jóvenes, de estudio, de trabajo. Y que no viviéramos tan amontonados. Mi sueño siempre fue algo propio, pero ojala hubiese sido una casa, y no que viviéramos tan apretados porque uno escucha todo lo que pasa en el departamento de arriba, y si el vecino se pelea, está contento, bailando, ¡todo se sabe!” (ELETICIA ROJEL)

A pesar de las condiciones adversas, las vecinas participan y luchan día a día para generar mejores condiciones de vida para sus comunidades. El relato de Adelina apunta directamente en esa dirección:

“A mí lo que me llena con respecto a esta comunidad es la felicidad de los chiquillos. Para mí es impagable la sensación de ir al Museo Interactivo Mirador y estar rodeada de cabros chicos que están felices. Sobre todo por qué aquí hay muchos a los que les hace falta oportunidades como esa, que están faltos de afectos, de cariño. Esas cosas me llenan, enderezan mi rumbo. Poder regalarles una bolsa de dulces, llevarlos a un lugar que no conocían, verlos participar en la cancha, etc. (ADELINA PINO)

Page 59: Investigacion Barrio La Pintana

59

5.4.- Naturaleza del grupo ¿Quiénes somos? Al consultarles como se consideran a sí mismos, la respuesta es categórica: somos gente de trabajo, personas humildes pero esforzadas. No se consideran pobres, porque creen que siempre existe alguien más pobre al lado, lo que nos habla del gran sentido de la dignidad que poseen. No les gusta que los asocien con pandillas ni nada parecido. Los guarenes, los Phillips o cualquier otra pandilla que signifique delincuencia o narcotráfico, les resulta sumamente doloroso y desagradable. Quieren que se les reconozca por lo que son: personas que luchan día a día por llevar el pan a la casa, que luchan día a día por darles la mejor educación a sus hijos. Conceptos como trabajo, dignidad, lucha y esfuerzo son ideas fuerza que guían el discurso identitario de los vecinos de Santo Tomás la pintana. Los testimonios reafirman lo anteriormente expuesto:

“La mayor preocupación de los hombres es su trabajo. Después llegan a sus casas no más. La mayoría de los hombres aquí trabajan, a veces algunos se quedan cesantes pero en general somos todos gente de esfuerzo”. (ELETICIA ROJEL)

Tanto en los testimonios, como en los talleres participativos, los vecinos manifestaron su malestar por la estigmatización de la que son objeto por parte de la sociedad. Insistían en que pertenecer a la Pintana no es bajo ningún motivo ser delincuente o narcotraficante, y defendían que es injusto que se les discrimine bajo estos preceptos negativos. Son trabajadores, quizás pobres, pero no malas personas, se esfuerzan y aun así la sociedad los discrimina, genera impotencia y frustración:

“Nosotros somos discriminados, porque tú vas a sacar una tarjeta de crédito y dices que eres de La Pintana y no te la dan. Trabajo… aquí son contaditos con los dedos los jóvenes que trabajan, los hombres trabajan en construcción y son contaditos con los dedos los niños que son profesionales acá”. (ROSSANA JELDES)

Se sienten orgullosos de ser lo que son y no se avergüenzan, sino que entienden qué es lo que les toco vivir y tampoco se transforman en personas arribistas o aspiracionales:

“Me siento feliz aquí. Me gusta ser humilde. No me gusta el lujo. Yo les digo a mis hijos, ustedes, si quieren tener sus cosas cómprenlas. Ellos tienen su computador, yo no sé usar el computador, no estoy en la tecnología. Ellos tienen su computador, tienen su notebook. Mi hijo menor tiene ese telescopio, porque le gusta mirar las estrellas, tienen sus cosas en sus piezas. Yo no. Tengo mi cama, un velador, una tele chica y listo”. (ROSSANA JELDES)

5.5.- Sueños y expectativas futuras. Pequeñas y grandes utopías para el barrio Uno de los elementos importantes que genera la identidad, tiene que ver con la capacidad de proyectar al colectivo en el tiempo, generar proyectos de futuro, desafíos y metas que permitan mantener unido y comprometido a todos los sujetos con el discurso colectivo que sustenta a la identidad. Por cierto que los vecinos de Santo Tomás los tienen y muy claros. Pero antes que las proyecciones a futuro, es preciso decir que el diagnóstico es tajante:

“Ojala que algún día, estas palabras lleguen a oídos de las personas que tienen más poder, y que ellas pudieran bajar. Las personas que viven en casas tienen más

Page 60: Investigacion Barrio La Pintana

60

privacidad, pero aquí [en los blocks] no. Esto yo encuentro que no es vida. Estos departamentos fueron muy mal hechos, porque estamos muy amontonados. Uno sale y se topa con la vecina del frente, y sabe todo lo que hace, cuando sale, cuando entra, etc. (ELETICIA ROJEL)

El hacinamiento, la falta de privacidad, la segregación, la violencia, la basura, la falta de áreas verdes, la falta de participación y la violencia en todas sus expresiones, constituyen un conjunto de condiciones que constriñen a los vecinos y los ahogan día a día. Pero ellos tienen claras sus proyecciones a futuro:

“Me gustaría ver el barrio con el parque, con el parque bien bonito. Con las máquinas de ejercicios, para que los jóvenes por último si quieren pitear que hagan deporte. Porque nosotros no tenemos plazas, no tenemos ninguna parte donde llevar a los niños a jugar. Lo único que queremos es que se abra ese parque, para tener algo recreativo, incluso hasta para nosotras ¿por qué no puedo estar sentadita en el parque ahí en el pasto? Es lo único que queremos y yo pienso que todos tienen el mismo pensamiento”. (ROSSANA JELDES)

El parque es sin duda el proyecto que mantiene cohesionada a esta comunidad. Concientes de la falta de áreas verdes y de la obligación de la constructora del Acceso Sur de indemnizarlos, orientan todos sus esfuerzos en lograr que este sueño se concrete. Por sobre las ideas del alcalde incluso, el parque es así una utopía:

“Me gustaría que ese proyecto del parque se haga realidad, y que efectivamente sea una villa cerrada, una villa privada. Todo lo que pedimos se cumpla: la pintura, la cancha arreglada que hace feliz a los chiquillos, el parque para que los ancianos vayan a sentarse en la tardecita, que ese basural ya no esté. Quizás si hay un parque cerrado, una placita donde pueda irme a sentarme a tejer y pelar con mis amigas no me vaya”. (ADELINA PINO)

El parque constituye el proyecto más concreto y a largo plazo, pero no es lo único. Existen aspiraciones mucho más estructurales, que tienen que ver con cosas propias de la vida supermodernas por las que pasa nuestra sociedad en su conjunto:

“Me gustaría que las mamás se dedicaran más a los hijos, y no a trabajar tanto. Eso en general yo digo de todo el país, porque yo pienso que la juventud está así, porque trabajan la mamá con el papá porque no les alcanza, no les alcanza para subsistir, entonces la única opción es trabajar los dos y los niños quedan volando.” (ROSSANA JELDES)

La gente tiene las cosas claras, las condiciones de vida en las que se encuentran. Entienden perfectamente cuales son sus problemas más urgentes y sus oportunidades reales de solución. Aunque son optimistas ante el futuro, existe en el fondo una solución de emergencia que esta latente: emigrar.

“Yo pienso que sería bueno que nos erradicaran, que nos fuéramos para otro lado y que nos asignaran casas. Yo volvería a Valdivia, mi marido no, él se quiere ir para el norte. Los blocks debieran demolerse, ni siquiera arreglarse. A mi parecer,

Page 61: Investigacion Barrio La Pintana

61

sería muy bueno que la gente tuviera casas. Casas donde vivan su espacio. Porque aquí ni siquiera los patios son propios, en los blocks yo puedo decir “este lado es mío”, pero no aquí todo es común. (ELETICIA ROJEL)

5.6.- Ghetto y cultura de la pobreza: nuestros propios parias urbanos Luego de realizar esta reconstrucción discursiva entorno a la identidad de los barrios de Santo Tomás, volvemos a la discusión de capítulos anteriores ¿barrios o ghettos? Si los barrios son entendidos como lugares acogedores, extensiones del espacio doméstico y apropiaciones de los sujetos a la ciudad. Y los ghettos, por otra parte, son lugares de segregación, restringidos culturalmente y con una connotación más violenta que bucólica ¿a qué corresponden estos espacios urbanos? Hemos podido ver de qué modo estos sujetos sociales, estos grupos o comunidades vulnerables, se ven sometidos constantemente a la estigmatización y la discriminación. Como deben sortear la vida para poder sobrevivir, para resistir a la violencia proveniente de sus pares, pero también a la violencia de un sistema que los excluye y los coarta. Consideramos, a título personal, que nos enfrentamos a una situación muy compleja, puesto que los datos que hemos recogido durante el proceso de investigación y que hemos expuesto parcialmente aquí, van en la dirección clara y concluyente de que estamos en presencia de un sistema de ghettos que han sido constituidos al interior de grandes bolsones de pobreza a lo largo y ancho de todo el sector sur de la capital. Las comunas como La Florida, Puente Alto, La Granja, La Pintana, Lo Espejo y San Bernardo contienen en su interior la realidad de Santo Tomás, replicada en múltiples villas y sectores, por lo que la respuesta aquí, sería que gran parte del sector sur de la capital se ha convertido en un cúmulo de ghettos, que en mayor o menor medida contienen grados de pobreza, vulnerabilidad y riesgo social. No pretendemos con esta afirmación generar una situación histérica ni sensacionalista respecto de la situación que describimos, pero consideramos que si es importante tomar las cosas en su justa medida y asumir con responsabilidad y conciencia los datos y las realidades a las que nos enfrentamos al estudiar e intervenir. Lo complejo de todo esto, es la carga simbólica que implica el concepto. Al decir que los barrios de Santo Tomás son ghettos, de inmediato se imprime una carga negativa, que incluso puede impedir el normal proceso de desarrollo de una comunidad como esta. Pero ello no debe desviarnos de la realidad. Las condiciones de pobreza, vulnerabilidad y riesgo social de estas comunidades son evidentes, y no asumir la realidad tal y como se presenta impedirá siempre el trabajo efectivo y eficaz de intervención para el desarrollo. Estamos en presencia, lamentablemente, de ghettos segregados, restringidos y discriminados, hacinados, sumidos en la explotación y la violencia. Pero todos nuestros esfuerzos y todas nuestras energías deben orientarse a la construcción de barrios que devuelvan la dignidad a las familias que allí habitan, primero porque es el derecho de todo ser humano y segundo porque es el deber de toda sociedad.

Page 62: Investigacion Barrio La Pintana

62

CONCLUSIONES Este estudio etnográfico ha intentado aproximarse a la memoria y la identidad de las villas de viviendas sociales Las Américas y Arauco, del sector de Santo Tomás en la comuna de La Pintana. A partir del trabajo de campo, las entrevistas en profundidad y algunos talleres participativos, fue posible reconstruir la historia oral de las poblaciones que habitan dichos espacios urbanos, fundamentalmente en aspectos relativos a la familia, el trabajo, vivienda y vida urbana, la participación social y la construcción de un discurso de identidad. En lo relativo a la familia y la construcción social de las relaciones de parentesco, hemos constatado cómo las familias han sufrido un proceso de transformación con elementos bastante relevantes: las familias de origen de los vecinos son de tipo extendida, pero los vecinos estructuran las suyas bajo un tipo nuclear. Esta tendencia sufre un fuerte revés al retornar la familia extendida en una versión distinta, asociada principalmente a las complejidades socioeconómicas y a un fenómeno hasta ahora desconocido: el embarazo adolescente deseado. Las formas de crianza se han relativizado y con ello se han agudizado las condiciones de vulnerabilidad de las familias y de riego social de niños y jóvenes. Finalmente, todo conduce al agravamiento del hacinamiento y las condiciones desfavorables de vida. En relación al trabajo, pudimos observar como un generalizado en nuestra sociedad, denominado como proceso de precarización del trabajo se refleja en la realidad de los vecinos de Santo Tomás. Los hombres que tradicionalmente trabajaban como asalariados por largos periodos es un mismo trabajo, hoy lo hacen subcontratados y con altos niveles de rotación, lo que en conjunto conduce a una desprotección cada vez mayor. Las mujeres tradicionalmente ocupadas en empleos informales o bien como empleadas domesticas se incorporan al mercado laboral, sobretodo por el giro de nuestra sociedad desde una sociedad industrial a una sociedad de servicios. En lo relativo al trabajo infantil vemos como prácticamente desaparece y cambia su significado de ser algo absolutamente necesario a convertirse hoy en una vulneración de derechos. Finalmente, el mundo del trabajo se ve fuertemente limitado a puestos de trabajo poco calificados debido a las desigualdades en materia de educación y capacitación, siendo los más perjudicados los jóvenes quienes cesantes, se ven tentados a ingresar al mundo del hampa en forma de pandillas o narcotráfico. En el tema de vivienda y vida urbana surge la discusión en torno a la figura de barrio y ghetto. Mientras que un barrio se entiende como una extensión del espacio domestico, acogedor y contenedor de la vorágine urbana, el ghetto se presenta como un espacio agresivo, segregado y restringido culturalmente. En cuanto a la vivienda vemos como los vecinos transitan desde los cités de la infancia, a las media aguas de campamentos y allegados. Para finalmente ingresar al sueño de la casa propia con los blocks de viviendas sociales definitivas. El periodo de mayor sufrimiento es, según el relato de los vecinos, la vida como allegados, la que atenta directamente contra la dignidad de la familia teniendo que enfrentarse recurrentemente a condiciones de tensión y abusos. Finalmente, la relación que se establece con el espacio urbano es generalmente de estigmatización, segregación y discriminación. Vivir en la pintana es asociado a ser pobre, a vivir entre delincuentes y eso es algo que violenta de sobremanera a los vecinos. El espacio urbano se ha preocupad mediante diversas estrategias de establece un intercambio de violencias entre los vecinos y el resto de los urbanitas.

Page 63: Investigacion Barrio La Pintana

63

Respecto de la participación social, vemos como las instancias de participación están asociadas con la capacidad de tomar decisiones respecto del Estado y el mercado, pero sobre todo con la reclamación de derechos fundamentales (vivienda por ejemplo) y la resolución de problemas y necesidades. La participación política se vio fuertemente oprimida por el golpe de estado y la dictadura militar, prácticamente desapareciendo y transformando las estrategias de participación. El comité de allegados es una instancia de mucha participación, la cual se ve fuertemente recompensada con la obtención de la vivienda propia y definitiva. La junta de vecinos no logra perpetuar el capital social de los comités de allegados, por lo que la regeneración del tejido social se ve fuertemente deprimida. Finalmente, el ungimientos de conflictos propios de la estructura social del chile súper moderno, conduce a la participación de la población en movimientos sociales como ANDHA Chile, por la lucha de derechos habitacionales y la manifestación y protesta ante la construcción de la carretera de Acceso Sur a Santiago. Ambos procesos de movilización obtienen resultados disímiles, mientras el primero sale victorioso, el segundo se ve fuertemente reprimido y sus resultados aún están pendientes. En cuanto a la construcción de un discurso identitario, vemos como los vecinos de estos barrios reivindican la figura de trabajadores y gente de esfuerzo. La dignidad, la solidaridad y el espíritu de lucha, son ideas- fuerza que mueven el discurso identitario. En alteridad, vemos como las pandillas y el narcotráfico son imágenes dolorosas que causan profunda impotencia en los pobladores. En cuanto a sus sueños y expectativas, la ampliación de las áreas verdes, la reubicación en viviendas que no sean departamentos y la posibilidad de revertir condiciones estructurales de la vida urbana, son de sus mayores anhelos y elementos que aun cohesionan fuertemente a la población. Finalmente, en cuanto a la potencial intervención social, este estudio representa un importante avance en la elaboración de un diagnóstico sociocultural que permita planificar un modelo de desarrollo local. En la medida que este recorrido sociohistorico nos permite comprender el proceso de asentamiento de los habitantes de estas dos villas de la Pintana, permite también la identificación de una serie de situaciones-problema y necesidades enunciadas por los propios sujetos, lo que sin duda constituye un gran insumo para la participación y el desarrollo.

Page 64: Investigacion Barrio La Pintana

64

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

Aguirre Baztan, Angel (Editor). Etnografía. Metodología Cualitativa En La Investigación Sociocultural. Ed Boixareu Universitaria, 1995.

Bengoa, José. IDENTIDAD. La evolución de las miradas. Disponible en: www.identidades.cl

Bourdieu, Pierre. “El Sentido Práctico”. Editorial Siglo Xxi, Buenos Aires, 2007.

Centro De Investigacion Social, Utpch. Taller De Rescate De Memoria En Blocks. Documento De Trabajo.

Centro De Investigacion Social, Utpch. Revista Cis, Año 9, Primer Semestre 2011.

Certau De, Michel. “La Invención De La Cotidiano”. Tomo I, Artes De Hacer. Ed Universidad Iberoamericana, México, 2000.

Delgado, Manuel. “Sociedades Movedizas. Pasos Hacia Una Antropología De Las Calles. Editorial Anagrama, Buenos Aires, 2007.

Delgado, Juan Manuel (Coordinador). Métodos Y Técnicas Cualitativas De Investigación En Ciencias Sociales, Editorial Síntesis, 1995.

Escuela De Antropologia, Uahc. Reglamento De Practica Profesional. Documento De Uso Interno.

Engels, Federico. “El Origen De La Familia El Estado Y La Propiedad Privada.

Guber, Rosana. La Etnografía, Método, Campo Y Reflexividad. Bogotá, Grupo Editorial, Norma, 2001.

Hall, E.T. “La Dimensión Cachée, Ed. Points, Francia.

Harvey, David. “La Condición De La Posmodernidad”, Editorial Amorrortu, Buenos Aires, 1990.

Kastman, Ruben & Wormald, Guillermo (Coord.). Trabajo Y Ciudadanía. Los Cambiantes Rostros De La Integración Y Exclusión Social En Cuatro Áreas Metropolitanas De América Latina. Sin Editorial. 2004.

Lefebvre, Henry. “The Production Of Space”. Traducción De Donald Nicholson-Smith. 1991

Levi-Strauss, Claude. “Las Estructuras Elementales Del Parentesco”. Editorial Paidos, Buenos Aires, 1969.

Page 65: Investigacion Barrio La Pintana

65

___1977. La Identidad. Seminario Interdisciplinario Dirigido Por Claude Lévi-Strauss, Profesor Del College De France, 1974-1975. Ed. Presses Universitaires De France. Paris 1977.

Marx, Karl. “El Capital”.

Márquez, Francisca. “Apuntes De Cátedra De Antropología Urbana 2008”. Inédito.

Mayol, Pierre. “La Invención De Lo Cotidiano”. Tomo Ii.

Sahlins, Marshall. Islas De Historia. La Muerte Del Capitán Cook. Metáfora, Antropología E Historia. Barcelona, Editorial Gedisa, 1997.

Simmel, George. “El Individuo Y La Libertad: Ensayos De Crítica De La Cultura”, Editorial Península, Barcelona, 1984.

Taylor, J. S. Y Bogdan, R. Introducción A Los Métodos Cualitativos De Investigación. 4ta Edición. Barcelona. Editorial Paidós, 1998.

Villasante, Tomas. La Investigación Acción Participativa. Editorial El Viejo Topo, 2000.

Wacquant, Loïc. “Los Parias Urbanos. Marginalidad En La Ciudad A Comienzos Del Milenio. Ed. Manantial, Buenos Aires 2007.