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7a. Intención. (Por los que no creen en Dios). Oremos también por los que no conocen a Dios, para que obren siempre con bondad y rectitud y puedan llegar así a conocer a Dios. Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote: Dios todopoderoso y eterno, que has hecho a los hombres en tal forma que en todo, aun sin saberlo, te busquen y sólo al encontrarte hallen descanso, concédenos que, en medio de las adversidades de este mundo, todos reconozcan las señales de tu amor y, estimulados por el testimonio de nuestra vida, tengan por fin la alegría de creer en ti, único Dios verdadero y Padre de todos los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. Jesús, por tus llagas hemos sido sanados. rebaño, bajo un solo pastor. Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote: Dios todopoderoso y eterno, tú que reúnes a los que están dispersos y los mantienes en la unidad, mira con amor a todos los cristianos, a fin de que, cuantos están consagrados por un solo bautismo, formen una sola familia, unida por el amor y la integridad de la fe. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. 5a. Intención. (Por los judíos). Oremos también por el pueblo judío, al que Dios se dignó hablar por medio de los profetas, para que el Señor le conceda progresar continuamente en el amor a su nombre y en la fidelidad a su alianza. Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote: Dios todopoderoso y eterno, que prometiste llenar de bendiciones a Abraham y a su descendencia, escucha las súplicas de tu Iglesia, y concede al pueblo de la primitiva alianza alcanzar la plenitud de la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. 6a. Intención. (Por los que no creen en Cristo). Oremos también por los que no creen en Cristo, para que, iluminados por el Espíritu Santo, puedan encontrar el camino de la salvación. Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote: Dios todopoderoso y eterno, concede a quienes no creen en Cristo buscar sinceramente agradarte, para que encuentren la verdad; y a nosotros tus fieles, concédenos progresar en el amor fraterno y en el deseo de conocerte más, para dar al mundo un testimonio creíble de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. Iglesia Católica Anglicana Diócesis Misionera de la Nueva Granada Obispo Diocesano: Germán Orrego Hurtado Rvdo. P. Julio Ricardo Sánchez Torres. ACC Santuario Nuestra Señora de Belén Manizales / Caldas [email protected] « Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu» (Lc. 23,46) Al repetir desde la cruz las mismas palabras ini- ciales del Salmo 22, " Elí, Elí, lemá sabacta- ni?" --"¿Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" (Mt. 27,46), gritando las pala- bras del Salmo, Jesús ora en el momento del último recha- zo de los hombres, en el momento del abandono; ora, sin embargo, con el Salmo, consciente de la presencia de Dios Padre aún en esta hora, en la que se siente el drama humano de la muerte. Sin embargo surge en nosotros una pregunta: ¿cómo es posible que un Dios tan poderoso no intervenga para evitarle a su Hijo esta terrible experien- cia? Es importante comprender que la oración de Jesús no es el grito de quien va al encuentro de la muerte con de- sesperación, ni es el grito de quien se sabe abandona- do. Jesús en aquel momento hace suyo todo el Salmo 22, el salmo del pueblo de Israel que sufre, y de este modo toma sobre sí no solo el castigo de su pueblo, sino tam- bién el de todos los hombres que sufren por la opresión del mal; y al mismo tiempo, lleva todo esto al corazón de Dios mismo en la certeza de que su grito será atendido en la resurrección. En esta oración de Jesús se encierra la máxima confianza y el abandono en las manos de Dios, incluso cuando parece ausente y cuando parece permane- cer en silencio, siguiendo un designio para nosotros in- comprensible. SOLEMNE ACCIÓN LITÚRGICA VESPERTINA EN LA PASIÓN Y MUERTE DEL SEÑOR SANTA CRUZ DE JERUSALÉN ERTE DEL SEÑOR VIERNES SANTO I 02 DE ABRIL - 2021 MONICIÓN Hermanos: Hoy " Jesús con el grito de su oración muestra que, junto al peso del sufrimiento y de la muerte, en que parece haber abandono, ausencia de Dios, Él tiene la plena certeza de la cercanía del Padre, que aprueba este acto supremo de amor, de entrega total de sí mismo, a pesar de que no se escuche, como en otras ocasiones, la voz que viene de lo alto"

Jesús, por tus llagas

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7a. Intención. (Por los que no creen en Dios). Oremos también por los que no conocen a Dios, para que obren siempre con bondad y rectitud y puedan llegar así a conocer a Dios. Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote: Dios todopoderoso y eterno, que has hecho a los hombres en tal forma que en todo, aun sin saberlo, te busquen y sólo al encontrarte hallen descanso, concédenos que, en medio de las adversidades de este mundo, todos reconozcan las señales de tu amor y, estimulados por el testimonio de nuestra vida, tengan por fin la alegría de creer en ti, único Dios verdadero y Padre de todos los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Jesús, por tus llagas hemos sido sanados.

rebaño, bajo un solo pastor. Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote: Dios todopoderoso y eterno, tú que reúnes a los que están dispersos y los mantienes en la unidad, mira con amor a todos los cristianos, a fin de que, cuantos están consagrados por un solo bautismo, formen una sola familia, unida por el amor y la integridad de la fe. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. 5a. Intención. (Por los judíos). Oremos también por el pueblo judío, al que Dios se dignó hablar por medio de los profetas, para que el Señor le conceda progresar continuamente en el amor a su nombre y en la fidelidad a su alianza. Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote: Dios todopoderoso y eterno, que prometiste llenar de bendiciones a Abraham y a su descendencia, escucha las súplicas de tu Iglesia, y concede al pueblo de la primitiva alianza alcanzar la plenitud de la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. 6a. Intención. (Por los que no creen en Cristo). Oremos también por los que no creen en Cristo, para que, iluminados por el Espíritu Santo, puedan encontrar el camino de la salvación. Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote: Dios todopoderoso y eterno, concede a quienes no creen en Cristo buscar sinceramente agradarte, para que encuentren la verdad; y a nosotros tus fieles, concédenos progresar en el amor fraterno y en el deseo de conocerte más, para dar al mundo un testimonio creíble de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Iglesia Católica Anglicana Diócesis Misionera de la Nueva Granada

Obispo Diocesano: Germán Orrego Hurtado

Rvdo. P. Julio Ricardo Sánchez Torres. ACC Santuario Nuestra Señora de Belén

Manizales / Caldas [email protected]

« Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu» (Lc. 23,46)

Al repetir desde la cruz

las mismas palabras ini-

ciales del Salmo 22, "

Elí, Elí, lemá sabacta-

ni?" --"¿Dios mío, Dios

mío, ¿por qué me has

abandonado?" (Mt.

27,46), gritando las pala-

bras del Salmo, Jesús ora en el momento del último recha-

zo de los hombres, en el momento del abandono; ora, sin

embargo, con el Salmo, consciente de la presencia de

Dios Padre aún en esta hora, en la que se siente el drama

humano de la muerte. Sin embargo surge en nosotros una

pregunta: ¿cómo es posible que un Dios tan poderoso no

intervenga para evitarle a su Hijo esta terrible experien-

cia? Es importante comprender que la oración de Jesús no

es el grito de quien va al encuentro de la muerte con de-

sesperación, ni es el grito de quien se sabe abandona-

do. Jesús en aquel momento hace suyo todo el Salmo 22,

el salmo del pueblo de Israel que sufre, y de este modo

toma sobre sí no solo el castigo de su pueblo, sino tam-

bién el de todos los hombres que sufren por la opresión

del mal; y al mismo tiempo, lleva todo esto al corazón de

Dios mismo en la certeza de que su grito será atendido en

la resurrección. En esta oración de Jesús se encierra la

máxima confianza y el abandono en las manos de Dios,

incluso cuando parece ausente y cuando parece permane-

cer en silencio, siguiendo un designio para nosotros in-

comprensible.

SOLEMNE ACCIÓN LITÚRGICA VESPERTINA

EN LA PASIÓN Y MUERTE DEL SEÑOR

SANTA CRUZ DE JERUSALÉN ERTE DEL SEÑOR

VIERNES SANTO I — 02 DE ABRIL - 2021

MONICIÓN

Hermanos: Hoy

" Jesús con el grito

de su oración

muestra que, junto

al peso del

sufrimiento y de la

muerte, en que

parece haber

abandono, ausencia

de Dios, Él tiene la

plena certeza de la

cercanía del Padre,

que aprueba este

acto supremo de

amor, de entrega

total de sí mismo, a

pesar de que no se

escuche, como en

otras ocasiones, la

voz que viene de lo

alto"

Preparados el Celebrante y Ministros, van en silencio al altar por la Iglesia; llegados a él, el Celebrante con los Ministros se postran por tierra. Los demás permanecen de rodillas. Todos oran en silencio por algún espacio. A una señal, se levanta; sólo el Celebrante, quien de pie dice la oración.

1. DE LAS LECCIONES

Colecta: Dios Todopoderoso y eterno, que, por tu Espíritu riges y santificas todo el cuerpo de la Iglesia; acepta las súplicas y oraciones, que te ofrecemos por los hombres de todas las clases y condiciones en tu Santa Iglesia, para que cada cual en su vocación y ministerio te sirva devota y sinceramente; mediante nuestro Señor y Redentor Jesucristo. Amén

LITURGIA DE LA PALABRA

Lectura del libro del Profeta Oseas (Os. 6,

1-6) “1 «Vengan, volvamos al Señor: él nos ha desgarrado, pero nos sanará; ha golpeado, pero vendará nuestras heridas. 2 Después de dos días nos hará revivir, al tercer día nos levantará, y viviremos en su presencia. 3 Esforcémonos por conocer al Señor: su aparición es cierta como la aurora. Vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia de primavera que riega la tierra». 4 ¿Qué haré contigo, Efraím? ¿Qué haré contigo, Judá? Porque el amor de ustedes es como nube matinal, como el rocío de pronto se disipa. 5 Por eso los hice pedazos por medio de los profetas, los hice morir con las palabras de mi boca, y mi juicio surgirá como la luz. 6 Porque yo quiero amor y no sacrificios, conocimiento de Dios más que holocaustos”. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor. Responsorium -Tracto: (Hab. 3, 1-3) “1 Oración del profeta Habacuc, en el tono de las lamentaciones. 2 ¡Señor, yo he oído tu renombre! ¡He visto tu obra, Señor! ¡En el curso de los años, hazla revivir, en el curso de los años,

manifiéstala; pero en la conmoción, acuérdate de tener piedad! 3 Dios viene de Temán, y el Santo, del monte Parán. Su majestad cubre los cielos, y su alabanza cubre los cielos, y su alabanza llena la tierra”. El celebrante de pie, dice oremos. ¡Oh Dios!, de quien Judas recibió el castigo de su pecado, y el ladrón en premio de su confesión: concédenos el efecto de tu clemencia, para que así como nuestro Señor Jesucristo, en su Pasión, dio a ambos el diverso galardón de sus méritos, destruido en nosotros el error del hombre viejo, nos conceda la gracia de su resurrección: el cual, siendo Dios, vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén Lectura del libro del Éxodo. (Ex. 12, 1-11) “La institución de la Pascua: 1 Luego el Señor dijo a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto: 2 Este mes será para ustedes el mes inicial, el primero de los meses del año. 3 Digan a toda la comunidad de Israel: El diez de este mes, consíganse cada uno un animal del ganado menor, uno para cada familia. 4 Si la familia es demasiado reducida para consumir un animal entero, se unirá con la del vecino que viva más cerca de su casa. En la elección del animal tengan en cuenta, además del número de comensales, lo que cada uno come habitualmente. 5 Elijan un animal sin ningún defecto, macho y de un año; podrá ser cordero o cabrito. 6 Deberán guardarlo hasta el catorce de este mes, y a la hora del crepúsculo, lo inmolará toda la asamblea de la comunidad de Israel. 7 Después tomarán un poco de su sangre, y marcarán con ella los dos postes y el dintel de la puerta de las casas donde lo coman. 8 Y esa misma noche comerán la carne asada al fuego, con panes sin levadura y verduras amargas. 9 No la comerán cruda ni hervida, sino asada al fuego; comerán también la cabeza, las patas y las entrañas. 10 No dejarán nada

para la mañana siguiente, y lo que sobre, lo quemarán al amanecer. 11 Deberán comerlo así: ceñidos con un cinturón, calzados con sandalias y con el bastón en la mano. Y lo comerán rápidamente: es la Pascua del Señor”. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor. Responsorium -Tracto: (Hab. 3, 1-3) “1 Del maestro de coro. Salmo de David. 2 Líbrame, Señor, de la gente malvada, protégeme de los hombres violentos, 3 de los que sólo piensan en hacer el mal y provocan discordias todo el día. 4 Ellos afilan su lengua como serpientes, en sus labios hay veneno de víboras. V/: 5 Defiéndeme, Señor, de las manos del impío, protégeme de los hombres violentos, de los que intentan hacerme tropezar y han tendido una red ante mis pies: 6 los prepotentes me han ocultado trampas y lazos, me han puesto acechanzas al borde del camino. V/: 7 Pero yo digo al Señor: «Tú eres mi Dios»: escucha, Señor, el clamor de mi súplica; 8 Señor, mi Señor, mi ayuda poderosa, recubre mi cabeza en el momento del combate. V/: 9 No satisfagas los deseos del malvado ni dejes que se cumplan sus proyectos; 10 que no levanten cabeza los que me asedian, y su maledicencia los envuelva… 14 Sí, los justos darán gracias a tu Nombre y los buenos vivirán en tu presencia”. V/:

CANTO - LECTURA DE LA PASIÓN

Pasión de nuestro Señor Jesucristo según San Juan (Jn. 18,1-40; 19, 1-42)

2. ORACIONES SOLEMNES 1ª Intención (Por la Santa Iglesia) Oremos, hermanos, por la santa Iglesia de Dios; para que Dios Nuestro Señor se digne pacificarla, unirla y defenderla por toda la tierra, sometiendo a ella los principados y poderes; y a nosotros nos dé la gracia de que, pasando una vida quieta y tranquila, glorifiquemos a Dios Padre omnipotente. Sacerdote. Oremos. De rodillas.

Dios todopoderoso Y eterno, que por Jesucristo has re velado tu gloria a todas las naciones: conserva las obras de tu misericordia, a fin de que tu Iglesia, desparramada por todo el mundo, persevere con firme fe en la confesión de tu nombre. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amén. Se pueden levantar. 2a. Intención. (Por el pueblo de Dios y sus ministros). Oremos también por nuestro Obispo Germán Orrego, por todos los obispos, presbíteros, diáconos, por todos los que ejercen algún ministerio en la Iglesia y por todo el pueblo de Dios. Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote: Dios todopoderoso y eterno, que con tu Espíritu santificas y gobiernas a toda tu Iglesia, escucha nuestras súplicas y concédenos tu gracia, para que todos, según nuestra vocación, podamos servirte con fidelidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. 3a. Intención (Por los catecúmenos). Oremos también por los catecúmenos, para que Dios nuestro Señor los ilumine interiormente y les comunique su amor; y para que, mediante el bautismo, se les perdonen todos sus pecados y queden incorporados a Cristo nuestro Señor. Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote: Dios todopoderoso y eterno, que sin cesar concedes nuevos hijos a tu Iglesia, aumenta en nuestros catecúmenos el conocimiento de su fe, para que puedan renacer por el bautismo a la vida nueva de tus hijos de adopción. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. 4. Intención. (Por la unidad de los cristianos). Oremos también por todos los hermanos que creen en Cristo, para que Dios nuestro Señor les conceda vivir sinceramente lo que profesan y se digne reunirlos para siempre en un solo