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Las

profecías

de

La Biblia

Alfa y Omega

EDITORES (MÉXICO), S.A. DE C.V.

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Las

profecías

de

La Biblia

Es una obra registrada y protegida mundialmente

por las Leyes Internacionales de Derechos de Autor. Por lo mismo,

queda prohibida su reproducción total o parcial por cualquier medio impreso

o electrónico, tanto del diseño de la portada con sus características tipográficas,

como la distribución del texto en las páginas que la conforman,

sin la autorización previa de los editores.

Derechos Reservados en el año 2001 por su autor:

X - equis.

DISEÑO Y TEXTO DE PORTADA, CONTRAPORTADA E INTERIORES: Por el mismo autor.

PORTADA:

Es una inventiva del autor, enriquecida con material científico,

propiedad del docto Licenciado José Jaime Maussan Flota.

INTEGRACIÓN FINAL DE PORTADA:

Wep Imagen Virtual, S.A. de C.V.

Derechos Reservados sobre esta edición conforme a la ley. All rights reserved.

ISBN: 968-7932-04-X

MIEMBRO CANIEM NO. 3144

© Copyright 2002 by

Alfa y Omega Editores (MÉXICO), S.A. de C.V.

Priv. 15 B Sur No. 7519-P-H Fracc. San José Mayorazgo

C.P. 72450 Puebla, Puebla, México.

Conm./ Fax: +52 (222) 228-35-65 E-MAIL: ayoe_mex@email.com

DEPÓSITO LEGAL: Conforme a la Ley.

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Prólogo

Siempre se nos dijo, que “los profetas de La

Biblia fueron hombres inspirados por Dios, para

hablar en Su Nombre de los acontecimientos venideros

que antecederán el fin del mundo”.

Sin embargo, hoy en día desconocemos el

contenido Divino e histórico de las profecías bíblicas,

como los motivos por los cuales Dios vendrá a hacer

Juicio a los hombres; y cómo podemos evitarlo.

Situaciones que se complican aún más, por el celo terco

de la marea incontenible de las distintas religiones y

sectas imperantes en estos tiempos, que nos impiden

apreciar racionalmente de manera clara y objetiva, las

profecías Divinas de La Biblia.

Al efecto basta apuntar, que en los diversos

capítulos y versículos de las Sagradas Escrituras, se

afirma que estos fueron dictados por El Señor, para

que fuesen observados por TODOS LOS HABITANTES DE LA TIERRA:

HOMBRES, BESTIAS, AVES Y PECES. (JEREMÍAS 21:5-6); no obstante, hay un

sinnúmero de personas, que sin sentido alguno,

aseguran que ¡Las leyes de La Biblia y Las profecías

de La Biblia, son únicamente para los Judíos!; de ser

considerado así, las plagas, el hambre, la escasez de

agua, las enfermedades, la delincuencia, las guerras, la

muerte, el día del juicio, y el fin del mundo (aludidas en

todas las profecías), ¿ sólo lo padecerán los Judíos ?

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Visto de esta manera, ningún sentido tendría lo

aseverado autoritariamente por el Judío, Jesús El

Cristo, en el evangelio: ...NO PIENSEN QUE FUI ENVIADO PARA MODIFICAR

LA LEY O LO QUE DIJERON LOS PROFETAS, SINO PARA QUE SE CUMPLA. PORQUE EN VERDAD CREAN LO QUE LES DIGO: QUE HASTA QUE DESAPAREZCAN EL CIELO Y LA TIERRA, NI UNA JOTA NI UN ACENTO SERÁ MODIFICADO DE LA LEY, HASTA QUE TODO SE CUMPLA. (MATEO 5:17-18); ...SI NO SIGUEN LA LEY QUE SE LE ORDENÓ A MOISÉS, Y SI NO HACEN CASO DE LAS PROFECÍAS DE LOS PROFETAS, TAMPOCO CAMBIARÁN, SI ALGUNO SE

LEVANTA DE LOS MUERTOS. (LUCAS 16:31); ni en su doctrina, ni en el

respeto inculcado para El Creador, Señor y Padre.

Si Usted es fiel a la promesa del Señor, le invito

cordialmente a que con lujo de detalle, lea, y se

instruya objetivamente del contenido de Las profecías

de La Biblia, y rectifique su manera de ver las cosas,

¡ahora que todavía es tiempo de conocer el sentido

natural de su vida y nuestro origen cósmico; ya que

podrá Usted apreciar en el interior de este impreso, no

sólo los detalles alusivos a la intervención celestial

(extraterrestre) en nuestra vida moderna, sino, el

dominio sobre la raza humana que se tien por parte de

estos maravillosos seres desde el principio de los

tiempos; porque... EL SEÑOR NO RETARDA SU PROMESA, COMO ALGUNOS LO

CREEN, SINO QUE ESPERA CON MUCHA PACIENCIA POR AMOR A TODOS NOSOTROS EL VENIR COMO JUEZ. ÉL NO QUIERE QUE NINGUNO MUERA, SINO QUE TODOS SE CONVIERTAN. (II PEDRO 3:9)

X – equis.

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Nota importante:

Cualquier renglón subrayado o con letra

mayúscula, requiere de más atención, ya que en éste, se

resalta la presencia celestial (extraterrestre). Mas, si

en el contenido de este trabajo, encuentra Usted

omitidos contados capítulos, es porque en ellos no se

encontró texto profético.

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Índice

Éxodo ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... . 17

Deuteronomio ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... . 17

Reyes ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... . 23

Sabiduría ....... ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... . 23

Tobías ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... . 24

Job..... ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... . 25

Salmos ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... . 25

Isaías ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... . 28

Jeremías......... ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... . 60

Lamentaciones de Jeremías ..... ........... ........... ........... ........... ........... . 109

Baruc ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... . 112

Ezequiel ......... ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... . 120

Daniel ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... . 174

Oseas.. ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... . 189

Joel… ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... . 194

Amós.. ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... . 196

Abdías ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... . 200

Jonás.. ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... . 200

Miqueas ......... ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... . 202

Nahum ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... . 204

Habacuc......... ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... . 205

Sofonías.......... ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... . 207

Ageo... ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... . 210

Zacarías......... ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... . 211

Malaquías...... ........... ........... ........... ........... ........... ........... ........... . 217

Jesús El Mesías.......... ........... ........... ........... ........... ........... ........... . 223

Apocalipsis de Juan de Patmos.......... ........... ........... ........... ........... . 232

Cuadro de equivalencias de peso, medida y capacidad ........... ........... . 255

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Dejen ya de burlarse de MIS amenazas, para que no se aprieten más sus cadenas. Porque del SEÑOR DIOS DE LOS EJÉRCITOS es de quien he oído la destrucción de toda la tierra, la destrucción que sucederá dentro de poco.

(ISAÍAS 28:22)

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Antiguo

Testamento

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Éxodo

Los pueblos, SEÑOR, te oirán y temblarán, se apoderará el dolor de ellos, y se confundirán, temblarán y se acobardarán, y se espantarán ante LA INMENSIDAD DE TU FORTALEZA; y van a enmudecer como si fueran piedras. EL SEÑOR REINARÁ POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS. (ÉXODO 15:14-18)

Deuteronomio

GUARDA LOS MANDAMIENTOS DEL SEÑOR, SÉ RECTO EN SUS CAMINOS Y TÉMELO. Porque EL SEÑOR te introducirá en buena tierra: Tierra de arroyos, de manantiales, de abismos que brotan de tierra fértil y montes, tierra de trigo y cebada, y de uvas e higos, y granadas; tierra de olivas, de aceite y de miel; tierra en la cual no se conoce la escasez, no te faltará nada en ella. TIERRA QUE SUS PIEDRAS SON HIERRO, Y DE SUS MONTES CORTARÁS METAL. Y conocerás y te hartarás, y bendecirás al SEÑOR tu DIOS por la maravillosa tierra que te habrá de dar. (DEUTERONOMIO 8:6-10) Si eres rápido para guardar La Voz del SEÑOR, y pones en obra todos SUS Mandamientos, EL SEÑOR TE PONDRÁ EN LO ALTO SOBRE TODAS LAS GENTES DE LA TIERRA; y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán cuando oigas La Voz de tu SEÑOR: Bendito serás en tu ciudad y bendito tú en tus campos. Bendito el fruto de tu vientre, y el fruto de tu bestia, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas. Bendito tu canasto y tus sobras. Bendito serás en tu entrar y bendito en tu salir. EL SEÑOR pondrá a tus enemigos derrotados delante de ti: Por un camino saldrán a ti, por siete huirán delante de ti.

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Benditos tus graneros, y todo aquello donde pongas tu mano. Y EL SEÑOR te reconocerá cuando guardes SUS Mandamientos y andes por SUS Caminos. Y verán todas las gentes que EL NOMBRE DEL SEÑOR está sobre ti y te tendrán miedo. Y te hará EL SEÑOR sobreabundar en bienes, en el fruto de tu vientre, y en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra. Te abrirá EL SEÑOR un depósito en el cielo para darte la lluvia en su tiempo y para bendecir toda obra de tu mano. Y prestarás a muchas gentes, y tú no tomarás prestado. Y TE PONDRÁ EL SEÑOR POR CABEZA Y NO POR COLA: Y ESTARÁS ENCIMA SOLAMENTE, Y NO ESTARÁS DEBAJO, CUANDO OBEDEZCAS SUS MANDAMIENTOS. Y no te apartes de todo lo que te mando hoy, ni a la derecha, ni a la izquierda, para ir tras los ídolos y adorarlos. Y SI NO ESCUCHAS LA VOZ DEL SEÑOR, PARA CUIDAR Y PONER POR OBRA TODOS SUS MANDAMIENTOS Y SUS ESTATUTOS, VENDRÁN SOBRE TI TODAS ESTAS MALDICIONES Y TE ALCANZARÁN: Maldito seas tú en tu ciudad y maldito en tu campo. Maldito tu canastillo y tus sobras. Maldito el fruto de tu vientre, y el fruto de tu tierra, y la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas. Maldito seas en tu entrar, y maldito en tu salir. Y EL SEÑOR enviará contra ti la maldición, quebranto y asombro en todo cuanto pongas tu mano y hagas, hasta que seas destruido, y mueras pronto a causa de la maldad de tus obras, por las cuales LO hayas dejado. EL SEÑOR hará que se te pegue la muerte hasta que te consuma de la tierra. EL SEÑOR te enfermará de tisis y de fiebre, y de ardor y de calor, y te matará con arma y con calamidad repentina, y con parásitos, y han de perseguirte hasta que mueras. Y tus cielos no te darán la lluvia, y tu tierra no te dará su fruto. EL SEÑOR te dará por lluvia polvo y ceniza, hasta que mueras. EL SEÑOR te entregará herido a tus enemigos: Por un camino saldrás de ellos y por siete caminos huirás de ellos. Y será tu cuerpo muerto por comida a toda ave del cielo y bestia de la tierra, y NO HABRÁ quién las espante. EL SEÑOR te herirá con enfermedades, y con almorranas; y con sarna, y con comezón; al grado que no puedas ser curado. EL SEÑOR te herirá con locura, y con ceguedad, y con pasmo de comezón. Y palparás al mediodía, como palpa el ciego en la oscuridad, y no prosperarás en tus negocios, y serás oprimido y robado todos los días, y NO HABRÁ quién te salve. Te unirás a tu mujer, y otro hombre dormirá con ella; construirás tu casa, y no habitarás en ella, plantarás tu viña, y nada cosecharás. Tu buey será matado delante de tus ojos, y tú no comerás de él; tu asno

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será arrebatado delante de ti, y no te lo regresarán; tus ovejas serán dadas a tus enemigos, y no tendrás quién te las rescate. Tus hijos y tus hijas serán entregados a otras gentes, y tus ojos lo verán, y desfallecerán por ello todo el día, y no habrá fuerza en tu mano. Del fruto de tu tierra y todo tu trabajo comerá gente que no conocías, y serás oprimido y quebrantado todos los días. Y enloquecerás a causa de lo que verás con tus ojos. Te acabará EL SEÑOR con maligna póstula en las rodillas y en las piernas, sin que puedas ser curado; aun desde la planta de tu pie hasta tu mollera. EL SEÑOR te llevará a ti y al que hayan puesto sobre ti a servir a los ídolos, DE MADERA Y DE PIEDRA. Y serás para vergüenza, para ejemplo y para cuento, a todos los pueblos. Sacará mucha semilla el campo, y recogerás muy poco, porque la langosta lo consumirá. Plantarás viñas y labrarás, mas no beberás vino, ni cogerás uvas, porque el gusano las comerá. Tendrás olivas en todo tu alrededor, mas no te pondrás aceite; porque tu aceituna se caerá. Hijos e hijas engendrarás, y no serán para ti; porque serán empleados. Todos tus árboles con su fruto los consumirá la langosta. El extranjero que viva en tu población subirá sobre ti muy alto, y tú te quedarás abajo. Él te prestará a ti, y tú no le prestarás a él; él será por cabeza, y tú serás por nada. Y vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te perseguirán y te alcanzarán hasta que mueras; por no haber escuchado a La Voz del SEÑOR, TU DIOS, para guardar SUS Mandamientos y SUS Estatutos, que ÉL te ordenó: Y serán en ti por señal y por maravilla, y en tus descendientes para siempre. Por cuanto no adoraste al SEÑOR TU DIOS con alegría y con gozo de corazón, por la abundancia de todas las cosas; servirás por tanto a los enemigos que enviaré contra ti, con hambre, y con sed, y con desnudez, y con falta de todas las cosas. EL SEÑOR TRAERÁ SOBRE TI GENTE DE LEJOS, DEL EXTREMO DEL UNIVERSO QUE VUELAN COMO ÁGUILAS; GENTE CUYA LENGUA NO ENTENDERÁS. Gente fiera de rostro, que no tendrá respeto al anciano, ni perdonará al niño: Y comerá del fruto de tu bestia y del fruto de tu tierra, hasta que mueras: Y no te dejará grano, ni mosto, ni aceite, ni cría de tus vacas, ni los rebaños de tus ovejas hasta destruirte. Y cercará todas tus ciudades, hasta que caigan tus muros y tus mansiones en que tú confías. Y comerás el fruto de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijas por el cerco y el apuro con que te angustiará tu enemigo. El hombre tierno en ti, y el muy delicado, su ojo será maligno para con su hermano y para con su esposa, y para el resto de los hijos que le queden. Por no darles de comer a ellos, él comerá la carne de sus hijos, porque nada tendrá después que sus enemigos hallan puesto su cerco en todas sus ciudades.

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Si no cuidas de poner por obra todas las palabras de esta Ley que están escritas en este libro, temiendo EL NOMBRE GLORIOSO Y TERRIBLE DEL SEÑOR TU DIOS, ÉL aumentará maravillosamente tus plagas y las plagas de tus hijos, plagas grandes y estables, enfermedades malignas y duraderas. Y hará regresar a ti todos los males que hubo en Egipto, y se te pegarán, y toda enfermedad y toda plaga que no está escrita en el libro de esta Ley, EL SEÑOR la enviará sobre ti, hasta que tú seas destruido. Y así como EL SEÑOR gozó sobre ustedes multiplicándolos, así se gozará EL SEÑOR sobre ustedes para arruinarlos, y para destruirlos; y serán arrancados de sobre la tierra. Y EL SEÑOR te repartirá por todos los pueblos y te hará adorar a los ídolos de madera y de piedra. Y ni aún entre las mismas gentes descansarás, la planta de tu pie no tendrá descanso; allí dará EL SEÑOR a tu corazón miedo y caerán tus ojos, y tendrá tristeza tu alma. Y tendrás tu vida colgada delante de ti, y tendrás miedo de noche y de día, y no confiarás de tu vida. Por la mañana dirás: ¡Quién diera fuese de tarde! Y por la tarde, dirás: ¡Quién diera fuese de mañana! Por el miedo de tu corazón amedrentado, y por lo que verán tus ojos.

(DEUTERONOMIO 28:1-67)

Y no sólo con ustedes hago YO este Pacto y este Juramento, sino con los que están aquí, y con los que no están. Tiempo han tenido para ver el pecado contra su SEÑOR, han visto sus ídolos, de madera y de piedra, de plata y de oro. Quizá habrá entre ustedes hombre o mujer, o familia, o tribu, cuyo corazón hoy dé la espalda a su DIOS, por andar adorando a los ídolos de las gentes; quizá habrá entre ustedes raíz que eche veneno y ajenjo; y suceda que cuando el tal oiga las palabras de esta maldición, él se bendiga en su corazón, diciendo: Yo tendré paz, y caminaré conforme a lo que piensa mi corazón, para añadir la constancia a la sed. EL SEÑOR, jamás lo perdonará; antes se encenderá El Furor del SEÑOR y SU Celo sobre tal hombre, y caerá sobre él toda la maldición escrita en este libro, y EL SEÑOR quitará su nombre de debajo del cielo. AZUFRE Y SAL ABRAZARÁ TODA SU TIERRA: No se sembrará, ni producirá, ni crecerá en ella hierba, como en la subversión de Sodoma y Gomorra, de Adma y de Seboim, que EL SEÑOR destruyó en SU Furor y en SU Ira: Y entonces dirán todas las gentes: ¿Por qué hizo EL SEÑOR esto, a la tierra? ¿Qué Ira es ésta de tan gran Furor? Y responderán: Por cuanto dejaron el Pacto del SEÑOR que ÉL hizo con sus padres, cuando los sacó de la esclavitud y se fueron, y adoraron a sus ídolos, y se arrodillaron a ellos; esculturas que no conocían, y que nada les habían dado: Se encendió

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por tanto El Furor del SEÑOR contra esta tierra, para traer sobre ella todas las maldiciones escritas en este libro. LAS COSAS SECRETAS PERTENECEN AL SEÑOR NUESTRO DIOS, MAS LO REVELADO ES PARA NOSOTROS Y PARA NUESTROS HIJOS POR SIEMPRE, Y PARA QUE CUMPLAMOS TODAS LAS PALABRAS DE ESTA LEY. (DEUTERONOMIO 29:14-29)

Mas sucederá que, cuando te sobrevengan todas estas cosas, la bendición y la maldición que he puesto delante de ti, y vuelvas tu corazón en medio de todas las gentes a las cuales EL SEÑOR te haya arrimado, Y TE CONVIERTAS AL SEÑOR TU DIOS, y obedezcas a SU VOZ conforme a todo lo ordenado hoy, tú, y tus hijos, CON TODO TU CORAZÓN Y CON TODA TU ALMA, EL SEÑOR tendrá misericordia de ti y regresará a recogerte de todos los pueblos a los cuales te haya esparcido. Si fuiste arrojado hasta el cabo de los cielos, de allí te recogerá; y circuncidará EL SEÑOR tu corazón, y el corazón de tus hijos para que ames al SEÑOR con todo tu corazón, y con toda tu alma, a fin de que tú vivas. Y pondrá EL SEÑOR tu DIOS, todas las maldiciones sobre tus enemigos y sobre los que te aborrecen. Y tú escucharás La Voz del SEÑOR, y pondrás por obra todos SUS Mandamientos, y EL SEÑOR te hará abundar en toda obra de tus manos, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, para bien: Porque EL SEÑOR volverá a gozarse sobre ti para bien. Porque este Mandamiento que yo te notifico hoy, no te está oculto ni está lejos: No está en el cielo para que digas: ¿Quién subirá por nosotros al cielo y nos lo traerá para que lo cumplamos? Ni está escondido en la mar. Porque está muy cerca de ti La Palabra, en tu boca, y en tu corazón, para que la cumplas. Porque, yo te mando hoy que ames al SEÑOR TU DIOS, que andes en SUS Caminos, y guardes SUS Mandamientos y SUS Estatutos y SUS Decretos, para que vivas y seas multiplicado, y EL SEÑOR te bendiga. Mas si tu corazón se aparta y no oyes, y eres incitado, y te arrodillas a los ídolos y los adoras: Te juro hoy que morirás, y no vivirás largos días en la tierra. (DEUTERONOMIO 30:1-18)

Escuchen, cielos, y hablaré. Y oiga la tierra las palabras de mi boca. Goteará como la lluvia mi doctrina. Goteará como rocío mi razonamiento, porque EL NOMBRE DEL SEÑOR invocaré. Engrandezcan a nuestro SEÑOR. ÉL ES LA ROCA, cuya obra es perfecta; porque todos SUS Caminos son rectos. DIOS de Verdad, Justo y Recto. Generación torcida y perversa, ¿así pagas al SEÑOR, pueblo loco e ignorante?

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¿No es ÉL tu PADRE que te creó? ÉL te hizo y te ha organizado. Pregunta a tus padres y a tus viejos cuando EL ALTÍSIMO hizo heredar a la gente, cuando hizo dividir a los hijos de los hombres. Pregúntales cómo a Jacob lo encontró en el desierto, en desierto horrible y árido; lo trajo alrededor, lo instruyó, lo guardó como la niña de SU OJO. EL SEÑOR solo lo guió, y no hubo con él ningún ídolo, lo hizo subir sobre las alturas de la tierra. LO despertaron a celos con sus ídolos, LO ensañaron con sus aberraciones, ofrecieron sacrificios a muñecos, NO A DIOS. De LA ROCA que te crió, te olvidaste, te has olvidado del DIOS TU CREADOR. Generación de perversidades, hombres sin fe. Ellos ME movieron a celos con lo que no es DIOS, ME hicieron ensañar con sus fantasías: YO también los moveré a celos con un pueblo que no es pueblo, con gente fiera y sin sentimientos los haré ensañar. Porque fuego se encenderá en MI Furor, y arderá hasta lo profundo; y devorará la tierra y sus frutos, y abrazará las entrañas de los montes. Y haré grandes males sobre ellos. Emplearé en ellos MIS armas. Serán consumidos de hambre y comidos por fiebre ardiente y de amarga pestilencia. Diente de bestias enviaré también sobre ellos con veneno de serpientes de la tierra. Por fuera matará la espada, por dentro el espanto; así al muchacho como a la doncella, al que mama, como al hombre cano. No hay en ellos entendimiento. ¡Ojalá fueran sabios, para que comprendieran esto, y así entenderían lo que les espera! Lo que les está preparado viene volando, porque EL SEÑOR JUZGARÁ A SU PUEBLO, y por amor de SUS siervos se arrepentirá cuando vea que SU FORTALEZA acabó con ellos, y que todos los que se escondieron, quedaron desamparados. Y entonces EL SEÑOR les dirá: ¿Dónde están sus muñecos de madera y de piedra en que se protegían, que comían el sebo de sus sacrificios, y bebían el vino de sus ofrendas? ¡Vamos, que se levanten!, que los ayuden y los defiendan. VEAN AHORA QUE YO, YO SOY, Y NO HAY ÍDOLOS CONMIGO. YO HAGO MORIR, Y YO HAGO VIVIR: YO HIERO, Y YO CURO: Y NO HAY QUIÉN PUEDA LIBRAR NADA DE MI MANO. Cuando YO alce a los cielos MI MANO, diré: YO SOY EL ETERNO. Si afilo MI RELUCIENTE ESPADA y MI MANO arrebata el juicio, YO haré la venganza a MIS enemigos, y daré el pago a los que ME aborrecen. Embriagaré de sangre MIS armas, y MI espada devorará carne: En la sangre de los muertos y de los cautivos, de los más fuertes, con venganza de enemigo. Alaben, gentes, a SU Pueblo, porque EL SEÑOR vengará la sangre de SUS siervos. Y volverá la venganza a SUS enemigos, y reparará SU Tierra, a SU Pueblo. (DEUTERONOMIO 32:1-43)

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Reyes

Delante del SEÑOR serán exterminados todos SUS enemigos, y sobre ellos tronará desde los cielos: EL SEÑOR juzgará hasta los límites de la tierra, y dará Fortaleza a SU Rey, y encumbrará la defensa de SU Mesías. (I SAMUEL Ó I REYES 2:10)

Estas son las últimas palabras de David: Y dijo aquel Varón que fue levantado de LO ALTO: EL SEÑOR se verá como la luz de la mañana cuando sale el sol, de la mañana sin nubes; por motivo de SU Resplandor. (II SAMUEL Ó II REYES 23:1-4)

Si tercamente se apartan de MÍ, ustedes y sus hijos, y no guardan MIS Mandamientos y MIS Leyes que YO he puesto delante de ustedes, sino que se van a servir a los ídolos, y los adoran; YO exterminaré a los hombres de la superficie de la tierra que les he entregado; y esta CASA que he santificado a MI NOMBRE, YO la destruiré de delante de MÍ, e Israel sólo será un cuento a todos los pueblos; y esta MI CASA que estaba en aprecio, cualquiera que pase por ella, se asombrará, y silbará, y dirá: ¿Por qué ha hecho así EL SEÑOR a esta tierra, y a esta SU CASA? Y dirán: Porque dejaron al SEÑOR su DIOS, que había sacado a sus padres de la esclavitud cuando vivían en Egipto, y prefirieron a los muñecos de madera y de piedra, y los adoraron, y a ellos se arrodillaron: Por eso ha traído EL SEÑOR sobre la tierra todo este mal. (I REYES Ó III REYES 9:6-9)

Sabiduría

Los justos vivirán eternamente; su recompensa está en EL SEÑOR, y EL ALTÍSIMO es quien cuida de ellos; por tanto, recibirán de LA MANO del SEÑOR EL REINO DE LA GLORIA, y una brillante corona. Los protegerá con SU Derecha y con SU SANTO BRAZO los defenderá. Se armará de todo SU Celo, y armará a sus criaturas para tomar venganza de SUS enemigos.

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Y por SU Cólera, de SU arma lloverán enormes pedazos de granizos. Se embravecerán contra ellos las olas de la mar, y todos los ríos correrán con gran fuerza. Se levantará contra ellos un furioso huracán, y en torbellino de viento serán destrozados; por su maldad quedará convertida en desértica toda la tierra; y los tronos de los poderosos serán derrocados por su perversidad. (SABIDURÍA 5:16)

ÉL SE LES MOSTRARÁ ESPANTOSA Y REPENTINAMENTE; PUES LOS QUE EJERCEN AUTORIDAD SOBRE OTROS, SERÁN JUZGADOS CON EXTREMO RIGOR. Porque con los pequeños se usará de compasión; mas los grandes sufrirán grandes tormentos. Porque EL SEÑOR no hará excepción de persona alguna, ni respetará la grandeza de nadie; pues al pequeño y al grande, ÉL MISMO los hizo, y de todos cuida igualmente; si bien a la más grande amenaza mayor tormento. Por tanto, a ustedes, oh reyes, se dirigen estas mis palabras, a fin de que aprendan la sabiduría, y no vengan a resbalar. Porque los que guardan santamente las cosas Santas, serán justificados; y los que habrán aprendido estas cosas, hallarán con qué defenderse. (SABIDURÍA 6:6)

Tobías

Conviértanse, oh pecadores, y hagan lo que es justo ante EL SEÑOR; y tú Jerusalém, ciudad de DIOS, si EL SEÑOR te ha castigado, es por lo que has hecho. Bendice al DIOS de los siglos, para que reconstruyan en ti SU CASA, y brillarás con una luz esplendorosa, y verás que no tarda el día en que todos los países de la tierra se postrarán delante de ti. Vendrán hasta ti naciones lejanas; traerán regalos y adorarán en ti al SEÑOR. Malditos los que te atacan, malditos los que te desprecian; serán condenados todos los que te insulten, y benditos los que te reedifiquen hablando la verdad acerca de ti; para ver en AQUEL DÍA el resplandor de Jerusalém. Porque en ESE DÍA, de zafiros y esmeraldas se harán las puertas de Jerusalém, y de piedras preciosas todo el circuito de sus muros. Con piedras blancas y limpias serán enlozadas todas sus calles y en todos sus barrios se cantará aleluya.

(TOBÍAS 13:8-22)

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La ruina de la tierra está cerca, pues La Palabra del SEÑOR no dejará de cumplirse; nuestros hermanos dispersos volverán a reunirse; y nuevamente será repoblada toda la tierra desierta, y reconstruida de nuevo LA CASA DEL SEÑOR, que fue allí entregada a las llamas. Serán regresados a la tierra todos los que temen al SEÑOR; allí se regocijarán todos los reyes, adorando a su Rey. Hijos míos, escuchen a su PADRE, sirvan al SEÑOR en verdad, y busquen y pregunten cómo hacer lo que a ÉL le agrada. Exijan a sus hijos que practiquen la justicia y den limosna; que tengan presente al SEÑOR y le bendigan en todo tiempo, sinceramente y con todas sus fuerzas. (TOBÍAS 14:6-11)

Job

Y dijo Job: Teman ustedes delante de la destrucción; porque viene el furor de la muerte a causa de las injusticias, para que sepas que habrá un juicio. (JOB 19:29)

A causa de la cantidad de violencias gritarán, y se lamentarán por la fuerza de los grandes. Allí clamarán, y ÉL no escuchará, por la soberbia de los malvados. Ciertamente DIOS no escuchará la fantasía, ni la mirará EL OMNIPOTENTE. Por más que digas, no la mirará.

(JOB 35:5-13)

Salmos

SOBRE LOS MALOS LLOVERÁ LAZOS, FUEGO Y AZUFRE, CON VIENTOS DE TORBELLINOS, SERÁ LA PORCIÓN DEL CÁLIZ DE ELLOS. Porque EL JUSTO SEÑOR ama la justicia: Sólo al recto mirará SU ROSTRO. (SALMOS 11:6-7)

Engaña el incrédulo contra el justo, y rechinan sobre él sus dientes, EL SEÑOR se reirá de él; porque ve que se acerca su día. Los incrédulos desenvainaron su espada y estiraron su arco, para derribar al pobre y al necesitado, para matar a los de recto proceder; la espada

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de ellos entrará en su mismo corazón, y su arco será quebrado, porque conoce EL SEÑOR los días de los perfectos: Y lo que ellos recibirán será para siempre, no serán avergonzados cuando llegue el tiempo malo; y en los días de hambre serán saciados. Mas los incrédulos morirán, y los enemigos del SEÑOR, como la grasa de los carneros serán consumidos: Se disiparán como humo. El incrédulo toma prestado y no paga; mas el justo tiene misericordia, y da. Porque los benditos del SEÑOR heredarán la tierra; y los malditos de ÉL serán cortados. Apártate del mal, haz el bien, y vivirás para siempre, porque EL SEÑOR ama la rectitud, y no desampara SUS Santos: Para siempre serán guardados; mas la semilla de los incrédulos será exterminada. Los justos heredarán la tierra, y vivirán para siempre sobre ella, la boca del justo hablará sabiduría; y su lengua hablará juicio, pues La Ley de su DIOS está en su corazón, por tanto sus pasos no titubearán. Espiará el incrédulo al justo, y también procurará matarlo, mas EL SEÑOR no lo dejará en sus manos, ni lo condenará cuando lo juzguen. Espera en EL SEÑOR y guarda SU Camino, y ÉL te ensalzará para heredar la tierra; cuando serán exterminados los pecadores, tú lo verás. (SALMOS 37:12-34)

EL SEÑOR es nuestra ayuda y fortaleza, nuestro pronto auxilio en nuestras amarguras, por tanto no temeremos, aunque la tierra sea movida; aunque se trasladen los montes al fondo de la mar, tronarán y se desquiciarán sus aguas; temblarán los montes a causa de SU FORTALEZA. Chillarán las gentes, temblarán los reinos; EL SEÑOR hablará y se derretirá la tierra. EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS estará con nosotros, nuestro refugio es el DIOS de Jacob. Vengan y vean las obras del SEÑOR que ha destruido en la tierra, que hace concluir las guerras hasta los límites de la tierra; que quiebra el arco, corta la lanza, y quema los carros en el fuego. Estén todos quietos y conozcan que YO SOY EL SEÑOR: Alabado HE DE SER entre las gentes, alabado HE DE SER en la tierra. (SALMOS 46:1-10)

Hombres de la tierra, agiten las manos; glorifiquen al SEÑOR con voz de júbilo, porque EL SEÑOR, EL ALTÍSIMO ES TERRIBLE; REY MUY GRANDE sobre toda la tierra. ÉL inmovilizará a todos los pueblos, y a las gentes, debajo de SUS PIES. (SALMOS 47:1-3)

Grande es EL SEÑOR y digno de ser alabado, EN LA CIUDAD DE SU GLORIA, en el Monte de SU Santuario. Hermosa provincia, gozo de toda la tierra es el Monte de Sión, a los lados del Norte, la ciudad del GRAN REY. EL SEÑOR en SUS Palacios es conocido por REFUGIO, CUANDO LOS GOBERNANTES DE LA TIERRA SE REÚNAN, PASARÁN TODOS A LA GRAN

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CIUDAD DEL SEÑOR, Y VIÉNDOLA SE MARAVILLARÁN, SE TURBARÁN, Y SE DARÁN PRISA PARA HUIR. ALLÍ TEMBLARÁN CON DOLOR, COMO UNA MUJER EN PARTO. TAL Y COMO LO ESCUCHAMOS, ASÍ LO HEMOS DE VER EN LA GLORIA DEL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS, EN LA CIUDAD DE NUESTRO DIOS. De justicia está llena TU Derecha, se alegrará el Monte de Sión por TUS Juicios. (SALMOS 48:1-11)

EL SEÑOR ha hablado y examinado la tierra desde donde nace el sol hasta donde se oculta, desde Sión, perfección de hermosura, DIOS resplandecerá. ÉL vendrá y no callará: Fuego exterminará delante de ÉL, y a SU alrededor habrá inmensa y terrible tempestad; convocará a los cielos de arriba, y a la tierra, para juzgar a SU Pueblo. (SALMOS 50:1-4)

¿Por qué te enalteces con tu maldad, tú, hombre rico y poderoso? Si la misericordia de DIOS es continua. Ofensas fabrica tu lengua: Como navaja afilada haces engaños. Amaste más el mal que el bien; la mentira más que la justicia; has amado todo tipo de palabras ofensivas, engañosa lengua. Por tanto, EL SEÑOR te desbaratará para siempre: Te arruinará y te arrancará de donde habitas, y te retirará de la tierra de los vivientes; y vivirán los justos y temerán; y se reirán de ti, diciendo: Este es el hombre que no puso a DIOS por su fortaleza, sino que confió en la cantidad de sus riquezas, y se mantuvo en su maldad. (SALMOS 52:1-7)

Regocíjese la tierra, y alégrense las islas, nube y oscuridad hay alrededor de ÉL: Justicia y Juicio son EL ASIENTO DE SU TRONO, fuego irá delante de ÉL, y abrazará alrededor a SUS enemigos. SUS relámpagos alumbrarán el mundo: La tierra verá, y se estremecerá; los montes se derretirán como cera delante del SEÑOR. Y TODOS LOS PUEBLOS VERÁN SU GLORIA. AVERGÜÉNCENSE TODOS LOS QUE ADORAN A LAS IMÁGENES TALLADAS, LOS QUE SE ALABAN DE LOS ÍDOLOS, PORQUE TÚ, SEÑOR, ERES ALTÍSIMO SOBRE TODA LA TIERRA; los que aman al SEÑOR, aborrecen el mal. (SALMOS 97:1-10)

TEMBLARÁN LOS PUEBLOS, PORQUE VERÁN AL SEÑOR SENTADO SOBRE SUS QUERUBINES, Y SE IMPRESIONARÁ LA TIERRA. En Sión veremos LA GRANDEZA DEL SEÑOR, y cómo es alabado sobre todos los pueblos. Que todos alaben TU NOMBRE GRANDE Y TERRIBLE: ÉL ES SANTO, Y SU GLORIA ama el Juicio: Tú confirmarás SU Rectitud. (SALMOS 99:1-4)

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SEÑOR, escucha mi oración, no escondas de mí TU ROSTRO; en el día de la angustia, inclina a mí TU OÍDO; el día que te invoque, apresúrate y respóndeme. Porque TÚ, SEÑOR, permanecerás para siempre; y TU MEMORIA para generación y generación. TÚ, levantándote, tendrás misericordia de Sión, porque el plazo ha de llegar; y entonces temerán las gentes EL NOMBRE DEL SEÑOR, mas TODOS LOS REYES DE LA TIERRA, TEMERÁN A TU GLORIA, PORQUE EN TU GLORIA SERÁS VISTO. Ha de escribirse esto para la generación venidera, porque MIRÓ DE LO ALTO DE SU SANTUARIO; EL SEÑOR MIRÓ DE LOS CIELOS A LA TIERRA. SEÑOR, TÚ fundaste la tierra antiguamente, y los cielos son obra de TUS MANOS, ellos perecerán, y TÚ permanecerás; y todos como un vestido se envejecerán; como una ropa de vestir los cambiarás, mas TÚ ERES EL MISMO, y TUS años jamás se acabarán. (SALMOS 102:1-27)

Isaías

Y DIJO EL SEÑOR: Oigan, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla EL SEÑOR: Hice hombres, y los agrandé, mas ellos se revelaron contra MÍ; un buey conoce a su

dueño, y el asno el establo de su señor: MI Pueblo no ME conoce, no entiende. ¿Para qué quiero YO por cantidades sus sacrificios? Estoy harto de sus ofrendas. ¿Quién pide esto de ustedes cuando se presentan delante de MÍ para pisotear MIS Atrios? No ME traigas más ofrendas vacías: Tu incienso ME es asqueroso: Tus Lunas Nuevas y tus Sábados, tus reuniones, ya no las puedo soportar: Son una depravación tus cultos. Tus religiosidades tienen aborrecida MI Alma, ME son intolerables; estoy cansado de llevarlas. Cuando extiendan sus manos, YO esconderé de ustedes MIS OJOS: Asimismo, cuando multipliquen su oración, YO no escucharé: Están llenas de sangre sus manos. Lávense, límpiense; quiten la perversidad de sus obras delante de MIS OJOS; dejen de hacer lo malo: Aprendan a hacer el bien; busquen la verdad, salven al maltratado, oigan en derecho al huérfano, amparen a la viuda. Vengan luego, y hagamos cuentas: Si sus pecados son como la escarlata, como la nieve serán emblanquecidos: Si son rojos como el rubí, vendrán a ser como lana blanca. Si quieren y escuchan, comerán el bien de la tierra: Si no quieren y son rebeldes, serán consumidos con armas.

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¿Cómo te has vuelto ramera, oh ciudad fiel? Ahora habitan en ti homicidas, tu vino lo mezclas con agua, tus sacerdotes, abusivos y compañeros de ladrones: Todos aman el soborno, y van tras los homenajes: No escuchan al huérfano, ni llega a ellos el motivo de la viuda. Por tanto, tomaré venganza de MIS enemigos, ME vengaré de MIS contrarios. Mas los rebeldes y pecadores a una serán vencidos, y todos los que dejan al SEÑOR serán exterminados. Entonces te avergonzarás de la madera que amaste, y te humillarán los bosques que escogiste. Porque serás como el olmo que se le cae la hoja, y como el huerto que le falta las aguas; y el más fuerte será como estopa, y lo que hizo como rayo; pues ambos serán encendidos, y no habrá quién lo apague.

Y sucederá que, en el fin de los tiempos, será edificado El Monte de LA CASA DEL SEÑOR, y correrán a ÉL todas las naciones. Y vendrán muchos pueblos, y dirán entre

ellos: Vengan, y subamos al Monte en donde está LA CASA DEL SEÑOR; para que nos enseñe SUS Caminos, y andemos por SUS Sendas. Vengan y caminemos hasta LA LUZ DEL SEÑOR. Además está su tierra llena de ídolos, y a lo que fabricaron con sus manos se han arrodillado, a lo que dibujaron con sus dedos. Y se ha arrodillado el hombre, y se ha humillado: Por tanto, EL SEÑOR, no los perdonará. Métete en la piedra, escóndete en el polvo DE LA PRESENCIA ESPANTOSA DEL SEÑOR, Y DEL RESPLANDOR QUE GENERA SU FORTALEZA. Ese día, la presunción de los ojos del hombre será aplastada, y la soberbia de los hombres será humillada; y sólo EL SEÑOR será alabado en aquel día. Porque el día del SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS vendrá sobre todo soberbio y altivo, y sobre todo elogiado; y será humillado: Y también sobre todos los templos de torres altas, y sobre todos los muros fuertes; y sobre todas las pinturas preciadas. Y la fantasía del hombre será arruinada, y la soberbia de los hombres será humillada; y sólo EL SEÑOR será alabado en aquel día. Y destruirá totalmente los ídolos. Y se meterán en los huecos de las piedras, y en las aberturas de la tierra, por la presencia espantosa del SEÑOR, y por el resplandor de SU FORTALEZA, cuando ÉL se levante para destruir la tierra. Aquel día, arrojará el hombre a los topos y murciélagos a sus ídolos que fabricaron para adorarlos; y se meterán en las hendiduras de las rocas y en las cavernas de las piedras, por la presencia aterradora del SEÑOR, y por el resplandor que genera SU FORTALEZA, cuando ÉL se levante para matarlos.

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Y DIJO EL SEÑOR: Díganle al justo que le irá bien: Porque comerá de los frutos de sus manos. Pero ¡ay del incrédulo! Mal le irá: Porque según las obras de sus manos,

le será pagado. PUEBLO MÍO, LOS QUE TE GUÍAN TE ENGAÑAN, Y SON ELLOS LOS QUE TUERCEN EL CAMINO QUE DEBES SEGUIR. ¿Qué piensan ustedes los que manejan a MI Pueblo, y fatigan las caras de los pobres? Por cuanto son tan altivas las hijas de MI Pueblo, y andan con el cuello erguido y guiñando los ojos; y cuando caminan lo hacen bailando, y haciendo ruido con los pies: Aquel día YO les quitaré su calzado, las redecillas y las lunetas; los collares y las joyas, y los brazaletes, los tocados y los vestidos de las piernas, los partidores del pelo, los pomitos de olor y los aretes; los anillos y las joyas de las narices; las ropas de cambio, los mantos, los velos y los alfileres; los espejos, los finos lienzos, los encajes y los tocados. Y será que en aquel día, en lugar de los perfumes aromáticos, tendrán pestilencia; y desgarradura en lugar de elegancia; y calvicie en lugar de cabello arreglado; y en lugar de faja, un lazo; y quemaduras en vez de hermosura. Tus hombres morirán por arma, y tu fuerza en la guerra.

En aquel día, verás nubes y oscuridad en pleno día, y de noche, un gran resplandor como de fuego que echa llamas: Porque toda la tierra será cubierta por LA GLORIA

DEL SEÑOR.

Y DIJO EL SEÑOR: Y esto haré YO a MI viña: Le quitaré su cerca, y será para ser consumida; desbarataré su cerca, y será para ser aplastada; haré que quede desierta;

no será podada ni cavada, y crecerá el cardo y las espinas: Y aún a las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella. Muchas casas quedarán en ruinas, y sin habitantes las grandes y hermosas. ¡Ay de los que se levantan de mañana para seguir borrachos, que se están hasta la noche, hasta que el vino los enciende! Y en sus banquetes hay arpas, guitarras, tambores, flautas, y vino; y no miran la obra del SEÑOR, ni consideran la obra de SUS MANOS. Mas el hombre será humillado, y también arruinado, y serán bajados los ojos de los altivos. ¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo! ¡Ay de los sabios sólo en sus ojos, y de los que sólo son prudentes delante de sí mismos! ¡Ay de los que son valientes para beber vino, y hombres fuertes para mezclar bebidas;

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porque así como la lengua del fuego consume las esquinas, y la llama devora la paja, así será su raíz como pudrimiento, y su flor se desvanecerá como polvo: Porque desecharon La Voz del SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS, y detestaron La Palabra del SANTO de Israel. EL SEÑOR hará levantar SU Bandera a las gentes que ÉL traerá de lejos, y con un silbido llamará a los que están en los extremos de la tierra; y entonces las naciones verán cómo llegan velozmente; y cómo las ruedas de sus carros llegarán como torbellino. Su bramido se escuchará como si fuera león; rugirán como si fueran leoncillos, rechinarán sus dientes, y arrebatarán la presa; la cogerán, y nadie se las quitará. Y en aquel día, EL SEÑOR tronará sobre las naciones como trueno de la mar: Y entonces ÉL mirará hacia la tierra, y habrá tinieblas de amargura, y en SUS Cielos se oscurecerá la luz.

Y yo, vi al SEÑOR sentado sobre UN TRONO muy alto, e inmensamente grande, y unas ruedas llenaban el Templo. Y encima de ÉL también había serafines: Cada uno

tenía seis alas: Con dos se cubrían la parte superior, y con dos cubrían sus bases, y con dos

volaban. Y el uno al otro gritaba, diciendo: SANTO, SANTO, SANTO, ES EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: Toda la tierra se cubre con SU GLORIA. Y entonces, los marcos de las puertas se estremecieron con la voz del que gritaba, y la casa se llenó de humo. Y yo dije: ¡Ay de mí! Porque voy a morir; pues siendo hombre, y sucio de labios, y viviendo en medio de un pueblo que tiene labios sucios, han visto mis ojos al REY, EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS. Y de pronto, voló hacia mí uno de los serafines que tenía uno como carbón encendido, tomado del ALTAR con unas como tenazas: Y acercándolo a mi boca, una voz me dijo: Con esto que tocó tus labios, es quitada tu culpa, y limpias tus faltas. Y entonces escuché La Voz del SEÑOR, que decía: ¿A quién enviaré, y quién querrá ir? Y yo le respondí: Aquí estoy, SEÑOR, envíame a mí. Y ME DIJO EL SEÑOR: Anda, y di a este pueblo: Escuchen bien, y no entiendan; vean por cierto, mas no comprendan. Ve y engruesa el corazón de este pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos; para que ni vea con sus ojos, ni escuche con sus oídos, ni con su corazón entienda, ni se convierta, y haya para él salud. Y entonces, yo le pregunté: ¿Hasta cuándo deseas que sea esto, SEÑOR? Y ME DIJO EL SEÑOR: Hasta que las ciudades queden arrasadas y sin habitantes, ni un solo hombre en las casas, y la tierra sea convertida en desierto. Y si quedara en ella una décima parte, volverá a ser destruida.

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Escúchenme, porque EL SEÑOR hará venir sobre ustedes, y sobre sus naciones, y sobre sus familias, días como nunca vinieron desde el día en que se apartaron de ÉL.

Y aquel día, sucederá que, EL SEÑOR, con un silbido, hará venir a la mosca que está al final de los ríos de Egipto, y a la abeja que está en la tierra de Asiria. Y vendrán, y se quedarán todos en los valles desiertos, y en las cuevas de las piedras, y en todos los zarzales, y en todas las matas. En aquel día, usará EL SEÑOR una navaja alquilada para rapar las cabezas y el pelo de los pies; y aún la barba quitará. Y sucederá que después de aquel tiempo, cuando un hombre críe una vaca y dos ovejas; a causa de la abundancia de leche que darán, comerá mantequilla: Cierto, mantequilla y miel comerá el que quede en medio de la tierra. Mas sucederá también que, en aquel día, en el lugar donde había mil vides que valían mil siclos de plata (CATORCE KILOS CON CUATROCIENTOS GRAMOS DE PLATA), será para los espinos y los cardos. Porque toda la tierra será espinas y hierbas; y a todos los montes que se cavaban con pala, no llegarán allá el temor de los espinos y los cardos.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Toma un gran rollo y escribe en él, pero en estilo de hombre, con letras claras y legibles: EL SEÑOR hará subir sobre las naciones, las aguas

impetuosas de los ríos, con todo SU PODER, y se desbordarán todas sus riberas: Inundarán y aumentarán, y llegarán hasta las gargantas. Y entonces verán cómo con lo inmenso de SUS Alas, llena LA GLORIA DEL SEÑOR lo ancho de la tierra.

Y así como toda batalla es con gritería, y con vestidos revolcados en sangre: Así será esto para la quema, y comida para el fuego.

¡Ay de los que inventan leyes injustas estableciendo una dictadura, apartando del buen juicio a los pobres, y quitando el derecho a los afligidos; por despojar

a las viudas, y robar a los huérfanos! Porque ¿qué harán en el día del Juicio? ¿Con quién se protegerán que los ayude, cuando llegue de lejos el exterminio? Y ¿en dónde dejarán su satisfacción? YO les enviaré gente desleal, para saquearlos y arrebatarles sus pertenencias, y para que pongan todo para ser pisoteado como lodo de las calles. Pues así como obtuvo MI MANO los reinos donde se adoraban los ídolos, teniendo más valor sus imágenes que Jerusalém y Samaria; así como hice a Samaria y a sus ídolos, ¿no haré también así con los suyos? Pero después que YO haya acabado MI Obra en el Monte de Sión, y en Jerusalém, castigaré en ustedes el fruto de su soberbia, y la satisfacción de la altivez de sus ojos.

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Y entonces, diré: Con LA FUERZA DE MI MANO y con MI SABIDURÍA lo he hecho; porque HE sido prudente: Y quitaré las fronteras de los pueblos, y tomaré sus tesoros, y derribaré como valientes a los que estén sentados; y encumbrará MI MANO como nido las riquezas de los pueblos; y como se cogen los huevos dejados, así ME apoderaré YO de toda la tierra; y no habrá quien mueva ala, o abra la boca y grite.

Por esto, EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS enviará desnutrición sobre los gordos; y debajo de SU GLORIA encenderá SU Lumbre, como ardor de fuego. En un día la luz de los pueblos será el fuego, y su SANTO les será por llama, la perfección de sus bosques y de sus campos fértiles será consumida, desde el alma hasta la carne; y los árboles que queden en sus bosques, serán en número que un niño los pueda contar. Pues EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS hará la conclusión y el fin en medio de la tierra. Porque EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS desgajará el ramo con SU FUERZA: Y los más grandes serán cortados, y los altos serán humillados.

ÉL destruirá la tierra con el arma de SU Boca, y con LA FUERZA DE SUS LABIOS matará al incrédulo; PORQUE EN LOS ÚLTIMOS TIEMPOS, LA TIERRA SERÁ

LLENA DEL CONOCIMIENTO DEL SEÑOR, COMO LAS AGUAS CUBREN LA MAR. Y los verán venir volando sobre los hombros de los hombres, y EL SEÑOR levantará SU MANO con LA FUERZA DE SU FORTALEZA, y destruirá los ríos en sus siete brazos, y habrá tal sequía, que pasarán por los ríos con zapatos.

Regocíjate y canta, oh habitante de la tierra: PORQUE MUY GRANDE ES EN MEDIO DE TI EL SANTO DE ISRAEL.

Y ME DIJO EL SEÑOR: YO mandaré a MIS SANTOS, y también llamaré a MIS VALIENTES para ejecutar MI ENOJO. Llamaré a todos los que se alegran de MI

GLORIA. Y en toda la tierra escucharán el murmullo de grandes multitudes en los montes, como de mucho pueblo reunido; escucharán sus alarmas por todas las naciones, acerca de estas gentes que se reúnen: ES EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS que ordenará y pasará revista a las tropas de la batalla. TODOS ELLOS VIENEN DE LEJANAS TIERRAS, DE LO MÁS APARTADO DE LOS CIELOS, ES EL SEÑOR Y LOS INSTRUMENTOS DE SU PODER, PARA DESTRUIR TODA LA TIERRA. Aúllen, porque está cerca EL DÍA DEL SEÑOR; vendrá la ruina de parte del TODOPODEROSO. Por tanto, se debilitarán todas las manos y se fundirá todo

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corazón de hombre. Y se llenarán de terror; angustias y dolores los alcanzarán; sus dolores serán como mujer de parto; se sorprenderá cada cual mirando al que está junto a él, en sus rostros, sólo se verán llamas. Porque SE ACERCA EL DÍA DEL SEÑOR, VENDRÁ TERRIBLE Y CON SAÑA, CON ARDOR Y CON IRA, PARA CONVERTIR LA TIERRA EN SOLEDAD, Y ARRANCAR DE ELLA SUS PECADORES. Y ME DIJO EL SEÑOR: Ese día, no se verá la luz de las estrellas ni de los luceros de los cielos; y el sol será cubierto al salir, y de la luna no se verá su resplandor. Y ENTONCES CASTIGARÉ LA MALDAD DEL MUNDO, Y HARÉ QUE FRENE LA ARROGANCIA DE LOS SOBERBIOS, Y DERRIBARÉ LA ALTIVEZ DE LOS FUERTES. HARÉ MÁS PRECIOSO QUE EL ORO FINO AL HOMBRE; Y HARÉ TEMBLAR LOS CIELOS; Y LA TIERRA LA MOVERÉ DE SU LUGAR, EN EL DÍA DE MI LLEGADA. Al final de los tiempos, cada uno, yendo a su trabajo o viajando hasta su pueblo; o cada uno camino a su casa, cualquiera que sea encontrado, será robado o apuñalado, y cualquiera que sea raptado, caerá muerto acuchillado. Sus niños serán asesinados delante de ellos; sus casas serán robadas, y violadas sus mujeres. Por tanto, mira que YO despierto contra ellos a los Medos: Gentes que no les interesa la plata ni el oro. Éstos, con arcos dispararán a los niños, y no tendrán misericordia de las embarazadas, ni su ojo perdonará a los hijos. Y aquella hermosa ciudad, la joya de todos los reinos, la gloria, orgullo y ornamento de todas las naciones, será como Sodoma y Gomorra, a las que también YO exterminé. Nunca más será habitada, ni se vivirá en ella de generación en generación; ni siquiera se pondrá allí tienda como la del Árabe, ni pastores tendrán allí su rebaño; sino que dormirán allí bestias fieras, y sus habitaciones se llenarán de hurones; allí habitarán hijas del búho, y allí saltarán animales peludos. Y en sus palacios aullarán las hienas y los chacales en sus templos: Ya está próximo su tiempo, y sus días no se alargarán más.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Y cuando al pueblo de Israel se unan extranjeros, les dirás esta parábola: ¡Cómo terminará el dominador, cómo terminará aquella

ciudad codiciosa del oro! EL SEÑOR DESPEDAZARÁ EL QUE ERA PILAR DE LOS INCRÉDULOS, EL CETRO DE LOS SEÑORES; LA QUE CON SAÑA DAÑABA A TODOS LOS PUEBLOS CON UNA LLAGA PERMANENTE, LA CUAL SE ENSEÑOREABA DE LAS NACIONES CON ODIO, Y LAS PERSEGUÍA CON CRUELDAD. EL DÍA DEL INFIERNO, LA TIERRA SE ESPANTARÁ DE MÍ; CUANDO DESPIERTE A SUS MUERTOS PARA QUE A MI LLEGADA

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SALGAN A RECIBIRME, ESE DÍA EL SEÑOR HARÁ LEVANTAR DE SUS SILLAS A TODOS LOS REYES Y SACERDOTES DE LA TIERRA, Y A TODOS LOS GOBERNANTES DE LAS NACIONES. Y todos ellos te gritarán, y te dirán: ¿Tú también te enfermaste como nosotros, y fuiste como nosotros? Descenderá al sepulcro tu soberbia y el sonido de tus guitarras: Gusanos serán tu cama, y gusanos te cubrirán. ¡Cómo caíste del cielo, tú que te decías lucero, hija de la luz! Echada serás por tierra, tú, la destructora de las naciones. Tú, la que decías en tu corazón: Subiré al cielo, en lo alto junto a las estrellas de DIOS encumbraré mi trono, y en el Monte del Testimonio me sentaré, a los lados del Norte; sobre lo más alto de las nubes subiré, y seré semejante al ALTÍSIMO. Mas tú serás derribada en el sepulcro, a los lados de la huesa. Se inclinarán hacia ti todos los que te vean, te considerarán, diciendo: ¿Esta es aquella ciudad que hacía temblar a la tierra, que inquietaba a los reinos, que puso el mundo como un desierto, que devastó sus ciudades, que a sus presos nunca les abrió la cárcel? Todos los gobernantes de las naciones, viven con honra cada uno en su casa; mas tú echada serás de tu sepulcro como tronco odioso, como vestido de muertos pasados a cuchillo, que bajaron al fondo de la sepultura, como cuerpo muerto pisoteado. No serás contada con ellos en la sepultura: Porque tú destruiste la tierra, mataste pueblos enteros. Jamás se nombrará la generación de los malvados. Preparen a sus hijos para el matadero por la maldad de sus padres: No se levanten, ni posean la tierra, ni cubran la superficie de ciudades. Porque YO ME levantaré sobre ellos, dice EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS, y arrancaré de esa hermosa ciudad su nombre y sus residuos, hijos y nietos, dice EL SEÑOR. Y la convertiré en posesión de erizos, y en lagunas de aguas, y la barreré con escobas de destrucción, dice EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS; quien juró, diciendo: Ciertamente se hará de la manera que lo he pensado, y será cumplido como lo he determinado. Esta es la sentencia que está acordada sobre toda la tierra; y ésta, la mano extendida sobre todas las naciones. Porque un gran humo vendrá del Norte, y no quedará uno solo en sus reuniones.

Aquel día mirará el hombre a su CREADOR, y sus ojos contemplarán al SANTO de Israel. Y no mirará más a los altares que hicieron sus manos, ni mirará a los

ídolos y esculturas que fabricaron sus dedos, ni a los bosques, ni a las imágenes. Y habrá destrucción. Porque te olvidaste del DIOS de tu salud, y no te acordaste de LA ROCA de tu

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fortaleza; por tanto, plantarás plantas hermosas, y recogerás ramas extrañas. Mas la cosecha será arrebatada en El Día del Juicio, y del dolor desesperado. ¡Ay, ay, ay! Multitud de muchos pueblos que harán ruido como estruendo de la mar; y el murmullo de las naciones hará alboroto como sonido de muchas aguas. Los pueblos harán ruido a manera de estruendo de grandes aguas: Mas DIOS los reprenderá, y huirán lejos; serán ahuyentados como el polvo de los montes delante del viento, y como el polvo delante del torbellino. Al llegar la tarde habrá amargura; y antes de la mañana habrá acabado todo. Esta es la parte de los que quebrantan, y la suerte de los que los saquean.

¡Ay de la tierra, porque viene EL QUE HACE SOMBRA CON SUS ALAS, que envía mensajeros por la mar, y en barcos de varas sobre las aguas! A ustedes, todos

los habitantes del mundo, cuando vean que se levanta una bandera en los montes, la verán, y escucharán cuando toque una trompeta. Porque así dijo EL SEÑOR: ME sentaré sobre MI Monte, y miraré desde MI GLORIA.

Porque todos verán que LA GLORIA DEL SEÑOR MONTA SOBRE UNA INMENSA NUBE LIGERA, y a SU llegada, todos los ídolos vibrarán y caerán delante de ÉL,

y se desbaratará el corazón de los hombres en medio de ellos. Y cada uno peleará contra su hermano, cada uno contra su prójimo: Ciudad contra ciudad, reino contra reino. Y preguntarán a sus imágenes, a sus sacerdotes, a sus guías, a sus pastores, a sus magos, a sus médium y a sus adivinos. Y las aguas de la mar faltarán, y los ríos se agotarán y se secarán; y los pecadores también se entristecerán; en aquel día serán como mujeres; porque SE ASOMBRARÁN Y TEMERÁN, ANTE LA PRESENCIA DE LA MANO ALTA DEL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS, QUE ÉL HA DE LEVANTAR SOBRE ELLOS.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Se asombrarán y se avergonzarán.

ASÍ COMO LOS TORBELLINOS QUE PASAN POR EL DESIERTO EN LA REGIÓN DEL SUR, EXACTAMENTE ASÍ VERÁN LLEGAR A LOS QUE VIENEN DE AQUELLA

TIERRA HORRENDA. Y EN UN CARRO LLEGARÁ UN PAR DE VARONES GRITANDO: CAYÓ BABILONIA; Y A TODOS LOS ÍDOLOS EL SEÑOR DESPEDAZARÁ EN TIERRA.

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Y sucederá que los hermosos valles se llenarán de carros, y los de a caballo acamparán a las puertas. Por tanto, EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS convertirá

este día en llanto y en lamentaciones, se mecerán y cargarán maletas. Porque primero habrá gozo y alegría, matarán vacas y degollarán ovejas, comerán carne y beberán vino, diciendo: Comamos y bebamos, que mañana moriremos. Esto reveló a mis oídos EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: Que este pecado no les será perdonado hasta que mueran; y después de esto, verán los carros de SU GLORIA.

Extenderá SU mano sobre la mar, y hará temblar a todas las naciones.

Porque EL SEÑOR vaciará la tierra, y la desnudará, y cambiará su aspecto, y esparcirá a sus habitantes. Del todo será vaciada la tierra, y toda será

despojada; porque EL SEÑOR así lo ha dicho. La tierra cayó, se destruyó; enfermó el mundo y las grandes naciones de la tierra. Y la tierra se depravó con sus habitantes; porque traspasaron Las Leyes, falsearon el Derecho, rompieron el Pacto Eterno. Por esta causa, la maldición consumirá la tierra, y sus habitantes serán exterminados; por esta causa serán aniquilados los habitantes de la tierra y es así como se disminuirán los hombres. Terror, abismo y lazo caerá sobre ti, oh habitante de la tierra. Porque sucederá que, el que se esconda de LA VOZ terrible del SEÑOR, caerá en el abismo; y el que salga del abismo, será preso del lazo: Porque de lo que viene de lo alto, se abrirán ventanas, y temblarán los cimientos de la tierra. Temblará la tierra balanceándose como un borracho, y será removida como una choza; en aquel día, EL SEÑOR VENDRÁ SOBRE SU EJÉRCITO GLORIOSO EN LO ALTO, y sobre los reyes de la tierra que hay en ella. Y serán amontonados como se amontonan los encarcelados en una celda, y en prisión quedarán encerrados, y serán castigados después de muchos días. La luna se avergonzará, Y EL SOL SE CONFUNDIRÁ; CUANDO EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS DESCIENDA EN SU GLORIA, y reine en el Monte de Sión, y delante de SUS ETERNOS sea GLORIOSO.

EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS hará en este Monte, a todos los pueblos, banquete con animales de engorda, y purificados, de gruesos tuétanos y de líquidos

puros. Y deshará en este Monte la máscara con que están cubiertos todos los pueblos, y la

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cubierta que está extendida sobre todas las naciones. Destruirá a la muerte para siempre; y secará EL SEÑOR las lágrimas de todos los rostros: Y quitará la ofensa de SU Pueblo, de toda la tierra: Porque así lo ha dicho EL SEÑOR. Y en aquel día, se dirá: Este es nuestro DIOS, lo hemos esperado y nos salvará: Este es EL SEÑOR a quien hemos esperado, gozaremos y nos alegraremos en SU FORTALEZA. Porque LA MANO DEL SEÑOR reposará en este Monte, y Moab será pisada debajo de ÉL, como es pisoteada la paja en el muladar.

Porque EL SEÑOR derribará a todos los que habitan en aquel lugar extraordinario: Humillará la ciudad que todos los hombres habían adorado y

alabado, la humillará hasta lo profundo de la tierra, y la derribará hasta el polvo. Alcanzará piedad el incrédulo, y no aprenderá lo correcto; en tierra de rectitud hará maldad, y no mirará LA MAJESTAD DEL SEÑOR. OH SEÑOR, que se levante TU MANO y se avergüencen los que envidian a TU Pueblo; porque a TUS enemigos el fuego los consumirá. ¡Despierten y canten, habitantes del polvo! Porque como si fuera rocío, como rocío de hortalizas, así la tierra echará los muertos. Y DIJO EL SEÑOR: Anda pueblo MÍO, metete en tus casas, cierra muy bien tras de ti tus puertas; escóndete por un momento, en tanto que pasa la ira.

PORQUE EL SEÑOR SALDRÁ DE SU LUGAR PARA CASTIGAR LA MALDAD DEL HABITANTE DE LA TIERRA.

En aquel día, EL SEÑOR llegará con SU ARMADURA, la cual es INMENSAMENTE GRANDE Y FUERTE; y matará a los que están ocultos en la mar. Porque toda

ciudad fuerte será arrasada, y la casa pequeña será abandonada y dejada como un desierto. Y también sucederá en aquel día, que los pueblos serán reunidos uno a uno, se escuchará una gran trompeta, y vendrán los que habían sido regados por la tierra, y los que habían sido echados; y adorarán al SEÑOR en el Monte Santo, en Jerusalém.

¡Ay de los que tienen poder y son soberbios, de los ebrios y de los de hermosura de flor que caduca, y de los aturdidos por el vino!

Sepan todos, que EL SEÑOR, tiene una como FORTALEZA, y es PODEROSA: Como lluvia de granizo y como torbellino exterminador; como ímpetu de recias aguas que inundan, con gran fuerza derribará todo a tierra. En aquel día, EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS, SU GLORIA será por corona, y SU HERMOSURA como diadema a los residuos de SU Pueblo; aunque

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éstos también erraron con el vino, y con las sidras se entontecieron; sacerdotes y profetas fueron trastornados del vino, se aturdieron, erraron en lo que vieron, tropezaron en su juicio. Todas las mesas están llenas de vómito y suciedad, hasta el grado de no haber lugar limpio. ¿A quién se enseñará esta ciencia, o a quién se hará entender esta disciplina? ¿A los quitados de la leche? ¿A los arrancados de los pechos? Porque Mandamiento es tras Mandamiento, Mandato sobre Mandato, Renglón tras Renglón, y Línea sobre Línea. PORQUE EN UNA PRONUNCIACIÓN COMO DE TARTAMUDOS, Y EN EXTRAÑO IDIOMA, HABLARÁ EL SEÑOR A LAS NACIONES. Pues SU PALABRA les será Mandamiento. Por tanto, hombres inmorales, que están ocupados sobre este pueblo que está en Jerusalém, escuchen La Palabra del SEÑOR. Porque han andado diciendo: Tenemos trato con la muerte, y un acuerdo con la sepultura; cuando pase el diluvio del azote, no llegará a nosotros, pues hemos puesto nuestra aceptación en la mentira, y en la falsedad nos esconderemos: Por tanto, así dice EL SEÑOR: El que crea, no se apresure. Porque YO ajustaré a cordón el Juicio, y a nivel la Justicia; y MI Granizo barrerá a los mentirosos. Y será cancelado su concierto con la muerte, y su acuerdo con el sepulcro, no será firme cuando pase el tiempo del azote, serán por él aplastados. Luego que comience a pasar, él los arrebatará; y será que solamente el espanto haga entender lo oído. Porque la cama es tan angosta que no basta, y la cubierta tan estrecha para recoger. PORQUE EL SEÑOR SE LEVANTARÁ DESDE SU MONTE, SE ENOJARÁ PARA HACER SU OBRA; SU EXTRAÑA OBRA, Y PARA HACER SU OPERACIÓN, SU EXTRAÑA OPERACIÓN. NADIE SE BURLE, PORQUE NO SE APRIETEN MÁS SUS ATADURAS: PORQUE FIN Y EXTERMINIO VENDRÁ SOBRE TODA LA TIERRA. ASÍ LO DIJO EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS.

Y DIJO EL SEÑOR: ¡Ay de la ciudad donde habitó David! Porque pondré alrededor de ti un campamento, y te combatiré con ingenios, y levantaré contra

ti Fortalezas. Entonces hablarás desde la tierra, y lo que digas saldrá del polvo; y la muchedumbre de tus extranjeros será como polvo delgado, y la multitud de tus hombres fuertes como pelusa que pasa; y todo esto sucederá repentinamente, en un momento. Por EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS serás visitada con truenos, y con terremotos y con gran ruido, con torbellino y tempestad, y llamas de fuego consumidor. Y será como sueño que tienen por la noche, la multitud de todas las gentes que pelearán contra la ciudad, pues todos los que pelearán contra ella con sus ingenios, la pondrán en aprietos. Y será como el que tiene

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hambre y sueña, y parece que come; mas cuando despierta, su alma está vacía; o como el que tiene sed y sueña, y parece que bebe; mas cuando se despierta, se encuentra cansado y su alma sedienta: ASÍ SERÁ LA MULTITUD DE TODAS LAS GENTES QUE PELEARÁN CONTRA EL MONTE DE SIÓN. Deténganse y maravíllense; deslúmbrense y ciéguense; embriáguense, mas no de vino; titubeen, pero no por la sidra. Porque EL SEÑOR puso en ustedes vida en su sueño, y cerró sus ojos; opacó a sus profetas, y también a sus videntes. Y ME DIJO EL SEÑOR: Este pueblo sólo se ME acerca con la boca y sólo con los labios ME honra, mas su corazón lo alejó de MÍ, y también su temor para conmigo les fue mal enseñado por mandato de hombres: Por tanto, miren que nuevamente excitaré la admiración de todos con un fenómeno grande y espantoso; que se extinguirá la sabiduría de sus sabios, y se desvanecerá la prudencia de sus prudentes. ¡Ay de los que se esconden del SEÑOR! Ocultando SUS Mandamientos y SU Consejo, y lo que hacen lo predican en tinieblas, y dicen: ¿Quién nos ve, y quién nos conoce? Su rebeldía ciertamente será conocida como el barro del alfarero. ¿La obra dirá de su fabricante: No me hizo? ¿Y dirá el vaso de aquel que lo ha formado: No entendió? En aquel tiempo los sordos oirán las palabras del libro, y los ojos de los ciegos verán en la oscuridad y en las tinieblas. Y los humildes crecerán en la alegría del SEÑOR, y los pobres de espíritu se gozarán en EL SANTO de Israel. Porque el violento será acabado, y el injurioso será consumido: Serán arrancados todos los que madrugaban a la maldad. Los que hacían pecar al hombre con sus palabras; los que armaban una red al que reprendía en la puerta, y convirtieron lo justo y cierto en fantasía. Y los errados de vida aprenderán inteligencia, y los murmuradores aprenderán disciplina.

Y ME DIJO EL SEÑOR: ¡Ay de los hombres que se apartan para tomar consejo de los hombres, y no de MÍ, para cobijarse con cobertor, y no de MI FUERZA,

aumentando pecado sobre pecado! Este pueblo es rebelde, son todos hombres mentirosos, hombres que no quisieron escuchar LA LEY DEL SEÑOR; que dicen a los que ven: No vean; y a los profetas: No nos profeticen la verdad, dígannos cosas que nos halaguen, profetícennos mentiras, dejen el camino, apártense de la senda, retiren de nuestra presencia al SANTO de Israel. Por tanto, así dice EL SEÑOR: Porque desecharon MI PALABRA, y confiaron en la violencia y en la maldad, y en ello se han apoyado; por tanto, les será este pecado como muro agrietado, que se va a caer, y como joroba en alto muro,

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cuya caída viene súbita y repentinamente. Y lo quebrará como se quiebra un vaso de barro, que sin misericordia lo hacen pedazos; tanto, que entre los sobrantes no se encuentra recipiente para traer fuego del hogar, o para coger agua de la poza. Y ME DIJO EL SEÑOR: En MI FORTALEZA tendrían descanso y reposo, y estarían a salvo, quietos y en confianza. Y no quisieron, sino que dijeron: No, mejor escapemos en caballos: Por tanto, ustedes huirán. Sobre rápidos cabalgarán: Pues también serán rápidos sus perseguidores. MIL DE USTEDES HUIRÁN A LA AMENAZA DE UNO; A LA AMENAZA DE CINCO HUIRÁN TODOS USTEDES; HASTA QUE QUEDEN COMO TRONCO EN LA CUMBRE DE UN MONTE, Y COMO BANDERA SOBRE CERRO.

BIENAVENTURADOS TODOS LOS QUE LO ESPERAN. Porque EL QUE TIENE MISERICORDIA se apiadará de ti, y escuchando la voz de tu clamor te responderá. TUS OJOS VERÁN ARRIBA A LOS QUE TE ENSEÑAN, TUS OÍDOS LOS ESCUCHARÁN A TUS ESPALDAS: ¡ESTE ES EL CAMINO, ANDA EN ÉL, Y NO TE VAYAS NI A LA DERECHA NI A LA IZQUIERDA! Entonces despreciarás tus esculturas, y tus moldes de vaciado de oro: Las apartarás como trapo con menstruación: ¡Fuera! Les dirás. Entonces EL SEÑOR dará la lluvia a tu campo, cuando siembres; y tu pan será abundante, tus ganados serán apacentados en anchos campos, tus bueyes y tus asnos que labran la tierra, comerán grano limpio, el cual les será dado con pala. Y sobre todo monte alto, y sobre todo cerro, habrá ríos y corrientes de aguas en el día de la gran matanza, cuando caigan todas las torres. Y la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol siete veces mayor, como la luz de siete días, el día que EL SEÑOR unirá la grieta de SU Pueblo, y curará la llaga de SU herida. Estén atentos, que EL NOMBRE DEL SEÑOR VIENE DE LEJOS: SU ROSTRO encendido, y grave de sufrir; SUS LABIOS llenos de ira, y SU LENGUA como fuego que consume; y SU ALIENTO cual cascada que inunda: Llegará hasta el cuello para zarandear a las naciones con SU Rayo de destrucción; y el freno estará en las quijadas de los pueblos, haciéndolos errar. Ustedes estarán cantando, como en la noche que se celebra La Pascua; y EL SEÑOR HARÁ OÍR SU POTENTE VOZ, Y LES PERMITIRÁ VER EL DESCENSO DE SU FORTALEZA, CON FUROR SU ROSTRO, Y LLAMA DE FUEGO CONSUMIDOR; CON RESPLANDOR, EN MEDIO DE RELÁMPAGOS QUE QUEMAN, CON INUNDACIÓN, Y PIEDRAS DE GRANIZO. Y a SU PASO habrá maderos tallados, que EL SEÑOR hará hincar con tambores y guitarras, cuando con batallas, a la manera de lo alto, peleará contra ellos.

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SU foco es de fuego y SU SOPLO como de mucha leña, EL SEÑOR como cascada de azufre, la enciende.

Así como el león y su cachorro braman sobre su presa, y si se acercaran a ellos multitud de pastores, no temerán por sus voces, ni se acobardarán por la

multitud de ellos: Así EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS DESCENDERÁ a pelear sobre el Monte de Sión, y sobre SU Cerro. ASÍ COMO LAS AVES QUE VUELAN, ASÍ CUBRIRÁ EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS A JERUSALÉM, BLINDANDO, GIRANDO, MATANDO, Y SALVANDO. CONVIÉRTANSE TODOS A AQUEL CONTRA QUIEN LOS HOMBRES DE ISRAEL PROFUNDAMENTE SE REVELARON. PORQUE EN AQUEL DÍA, ARROJARÁ EL HOMBRE DE ÉL A SUS ÍDOLOS DE PLATA, Y A SUS ÍDOLOS DE ORO, QUE PARA USTEDES HAN HECHO SUS MANOS PECADORAS. ENTONCES MORIRÁN POR ARMAS, MAS NO DE HOMBRE. Y LOS CONSUMIRÁ LA ESPADA, MAS NO DE HOMBRE; Y HUIRÁN DE LA PRESENCIA DEL RAYO. Y TODOS SUS GOBERNANTES TENDRÁN PAVOR DE LA FORTALEZA, CUYO FUEGO ESTÁ EN SIÓN, Y SU HORNO EN JERUSALÉM.

Y AQUEL VARÓN será como refugio contra el viento, y como calor contra el diluvio; como arroyos de aguas en tierra seca, y como sombra de una gran

piedra en tierra calurosa. No se engañarán entonces los ojos de los que ven, y los oídos de los que oyen escucharán atentos. Y el corazón de los necios e incrédulos entenderá para saber, y la lengua de los que tartamudeaban será desenvuelta para hablar claro. El usurero nunca más será llamado liberal, ni se le dirá generoso al codicioso. Porque el usurero habla egoísmos, y su corazón fabrica maldad, para hacer desacato y para hablar burlas contra EL SEÑOR, dejando vacía el alma hambrienta, y quitando la bebida al sediento. Cierto es que los avaros tienen medidas falsas: Él fabrica pensamientos para enredar a los simples con palabras cautelosas, y para hablar en juicio contra el pobre. Mujeres dormidas, levántense, y escuchen mi voz; y ustedes las confiadas, escuchen mi ejemplo. Porque vivirán espantadas días y años, oh confiadas; porque les faltará la comida, y la cosecha no se dará. Tiemblen, oh dormidas; preocúpense, oh confiadas: Descúbranse, desnúdense, pongan en sus espaldas una túnica. Sobre los pechos se lamentarán por aquellos campos fértiles, y por la uva dulce. Porque los palacios serán vacíos, y la gente de la ciudad, morirá: Las torres y las fortalezas se convertirán en cuevas para siempre, donde habiten asnos monteses, y los ganados hagan su rebaño: Hasta que sobre nosotros sea difundida

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LA FUERZA DE LO ALTO, y entonces el desierto vuelva a ser campo labrado, y el campo labrado sea considerado un bosque. Y habrá Juicio en el desierto, y en el campo labrado escribirá la Justicia. Y su efecto será la paz; y el trabajo será la justicia, será reposo y seguridad para siempre. Y ME DIJO EL SEÑOR: Y MI Pueblo vivirá en MANSIÓN DE PAZ, con habitaciones seguras, y con entretenimientos de reposo.

Mas cuando descienda el enorme granizo de los montes; las ciudades también serán del todo arrasadas.

Y DIJO EL SEÑOR: ¡Ay de ti, el que asalta, y nunca fuiste asaltado; el que hace deslealtad, consciente que nadie contra ti la hizo! Cuando acabes de robar,

tú serás robado; y cuando acabes de hacer deslealtad, se hará contra ti.

Oh SEÑOR, ten misericordia de nosotros, los que te hemos esperado: Porque los pueblos huirán ante el estruendo de TU PRESENCIA; cuando las gentes sean deslumbradas por la forma en que las levantarás. Y entonces será alabado EL SEÑOR que vive en las alturas: El que llenará a Sión de Juicio y de Justicia. Y ME DIJO EL SEÑOR: ME levantaré, y seré alabado y elogiado. Cuando inventen hojarascas, resultarán filos: El soplo del fuego los consumirá. Y los pueblos serán como cal quemada: Serán como espinas cortadas y quemadas en el fuego. Escuchen los que están lejos, lo que YO he hecho; y ustedes los que están cerca, conozcan MI FUERZA. Ese día los pecadores se embobarán en Sión, y se llenarán de espanto los hipócritas. ¿Quién de ustedes vivirá con el fuego consumidor? ¿Quién de ustedes podrá vivir con las llamas eternas? El que camina en justicia, y habla lo correcto; el que aborrece el dinero mal habido, el que sacude sus manos por no recibir corrupción, el que tapa su oreja por no escuchar violencia, el que cierra sus ojos por no ver ninguna cosa mala: ÉSTE VIVIRÁ EN LAS ALTURAS: FORTALEZAS COMO ROCAS SERÁN SU LUGAR DE REFUGIO; SE LE DARÁ SU PAN, Y SUS AGUAS SERÁN PURAS. SUS OJOS VERÁN AL REY EN SU HERMOSURA; VERÁN LA TIERRA DESDE LEJOS.

Allí será EL SEÑOR para con nosotros FORTALEZA, lugar de ríos y de arroyos muy anchos; EL SEÑOR ES NUESTRO REY, ÉL MISMO NOS SALVARÁ.

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Porque EL SEÑOR está furioso con todas las naciones, e irritado con todos los pueblos: Las destruirá y los entregará al matadero. Sus muertos serán arrojados,

y de sus cadáveres saldrá pestilencia; y los montes se hidratarán por la sangre de ellos. Y los cielos se cerrarán como un libro: Y descenderá todo SU EJÉRCITO, como se cae la hoja de la parra, y como se cae la de la higuera.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Porque en los cielos se transportará MI ARMA: Verán que descenderá, y con ellos vendrán abajo como unicornios; y su tierra se llenará de sangre, y su polvo se engrasará de cebo. Y sus arroyos se convertirán en engrudo, y su polvo en azufre, y su tierra en brea ardiente. No se apagará de noche ni de día, eternamente subirá su humo: De generación en generación será exterminada, nunca jamás pasará nadie por ella. Y será habitada por el pelicano y el mochuelo, la lechuza y el cuervo: Y se extenderá sobre ella línea de destrucción, y niveles de ruina. Llamarán a sus gobernantes príncipes sin reino: Y todos sus grandes hombres serán nada. Allí anidará EL GRAN BÚHO, y todos se juntarán debajo de sus alas: Busquen en el libro del SEÑOR, y lean si falta alguno de ellos: Ninguno faltará con su compañera; porque fue SU BOCA la que ordenó, y los reunirá SU misma FUERZA.

Alégrense el desierto y la soledad: El estéril se gozará y florecerá como la rosa. Florecerá abundantemente, y también se alegrará y cantará con júbilo: Y le será

dada la hermosura del Monte Carmelo y todos ellos VERÁN LA GLORIA DEL SEÑOR, LA HERMOSURA DE NUESTRO DIOS, EL MISMO QUE VENDRÁ Y NOS SALVARÁ. En ese tiempo los ojos de los ciegos verán, los oídos de los sordos escucharán; y el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque aguas serán desenterradas en el desierto, y cascadas en la soledad; y todo lugar seco será convertido en estanque. Y habrá allí calzada y camino, y será llamado camino de Santidad; no pasará por él ningún sucio; y habrá para ellos en él quien los acompañe, de tal manera que los insensatos no cometan errores. No habrá ningún animal fiero, para que puedan caminar los perdonados, y para que regresen y vengan a Sión con alegría, y haya eternamente gozo sobre sus cabezas.

EL GRAN REY DICE ASÍ: ¿Qué confianza es esta en que confían? Si aseguran que tengo PODER Y FORTALEZA para la guerra, ¿en quién confían que se

rebelan contra MÍ? Miren que ustedes confían en ese madero de leño frágil, sobre el cual si

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alguien se apoya en él, le entrará por la mano y lo atravesará. Tal es el ídolo de aquella gran ciudad para con todos los que en él confían.

Y El Rey subirá a LA GLORIA DEL SEÑOR, y orará frente a ÉL, diciendo: SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS, QUE HABITAS SOBRE LOS QUERUBINES, TÚ SOLO, ERES

DIOS SOBRE TODOS LOS REINOS DE LA TIERRA; LOS CUALES HAN ENTREGADO A SUS ÍDOLOS AL FUEGO: PORQUE SE HAN DADO CUENTA QUE NO ERAN DIOSES, SINO OBRA DE LAS MANOS DEL HOMBRE, LEÑO Y PIEDRA: POR ESO LOS DESHICIERON. Porque de Jerusalém saldrán señales, y del Monte de Sión salvamento: El celo del SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS hará esto. Y ME DIJO EL SEÑOR: YO ampararé a Jerusalém para salvarla por amor de MÍ, y por amor de David, MI siervo.

Y ME DIJO EL SEÑOR: YO REGRESARÉ ATRÁS LA SOMBRA DE LOS GRADOS QUE HAN CAÍDO SOBRE EL RELOJ.

Consuélense, pueblo MÍO, dice EL SEÑOR. Corran y digan a Jerusalém que su tiempo está cerca, que su pecado será perdonado.

La voz del que clama en el desierto, dice: Enderecen cada uno, sólo su camino hacia DIOS. Que todo lo bajo sea alzado, y sea bajado todo lo alto; y que lo torcido se enderece, y lo áspero se aplane. Y ENTONCES SE MOSTRARÁ A TODOS LA GLORIA DEL SEÑOR, Y TODO ANIMAL, Y TODA BESTIA Y TODA AVE, Y TODO HOMBRE JUNTAMENTE LA VERÁN. PORQUE EL SEÑOR VENDRÁ EN SU FORTALEZA, Y SU OBRA DELANTE DE SU ROSTRO. Como pastor guardará SU Rebaño; con SU BRAZO cogerá SUS Corderos, y en SU SENO se los llevará; tratará suavemente a las paridas. ¿Quién midió las aguas con SU PUÑO, y adornó los cielos con SU medida, y con tres dedos añadió el polvo de la tierra, y pesó los montes con balanza, y con peso los cerros? EL SEÑOR es quien hace desaparecer las islas como polvo. Ni el Líbano bastará para el fuego, ni todos sus animales para el sacrificio. COMO NADA, SON TODAS LAS GENTES DELANTE DE ÉL; Y EN SU COMPARACIÓN SERÁN ESTIMADAS EN MENOS QUE NADA, Y QUE LO QUE NO ES. PUES EL POBRE ESCOGE PARA ADORAR MADERA QUE NO SE DAÑE; VA EN BUSCA DE UN ARTESANO HÁBIL, QUE LE HAGA UNA IMAGEN QUE NO SE MUEVA. ¿Acaso no saben? ¿No han escuchado? ¿Nunca les han contado cómo fue desde el principio? ¿No han sido

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enseñados desde que la tierra se fundó? EL SEÑOR está sentado en SU GLORIA, la cual está sobre el globo de la tierra, ÉL cubre los cielos como si fueran cortina, los tiende como si fuera una tienda para vivir: ÉL convierte en nada a los poderosos, y a los gobernantes de la tierra hace como cosa vana. Como si nunca fueran plantados, como si nunca fueran sembrados, como si nunca su tronco hubiera tenido raíz en la tierra; así que soplando en ellos, se seca, y el torbellino los lleva como hojarascas. ¿A QUÉ PUES ME HARÁN SEMEJANTE, O SERÉ ASIMILADO? DICE EL SANTO. LEVANTEN SUS OJOS A LO ALTO, Y ESPEREN A VER AL QUE CRIÓ ESTAS COSAS: ÉL SACA POR SU PROPIA CUENTA SU EJÉRCITO: A TODOS LLAMA POR SUS NOMBRES; TAL ES LA GRANDEZA DE SU FUERZA, Y SU PODER Y CLARIDAD. ¿Acaso no te has enterado, no has escuchado que DIOS ES EL SEÑOR DE LA VIDA, EL CUAL MARCA LOS LÍMITES DE LA TIERRA? No se trabaja, ni se fatiga con cansancio, y SU Entendimiento no hay quien lo alcance. ÉL DA ESFUERZO AL CANSADO, Y MULTIPLICA LAS FUERZAS AL QUE NO TIENE NINGUNA. LOS QUE ESPERAN LA LLEGADA DEL SEÑOR TENDRÁN NUEVAS FUERZAS; LEVANTARÁN LAS ALAS COMO ÁGUILAS; CORRERÁN, Y NO SE CANSARÁN; CAMINARÁN, Y NO SE FATIGARÁN.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Escúchenme, islas, y esfuércense los pueblos; reúnanse, y entonces hablen: Entremos juntos a Juicio. ¿Quién despertó del Oriente al

justo, lo llamó para que LO siguiera, puso delante de él naciones, y lo hizo alabado por reyes, los entregó a su espada como polvo, y a su arco como hojarascas arrebatadas? Los siguió, y los hizo pasar en paz por caminos por donde sus pies nunca habían andado. ¿Quién hizo esto? ¿Quién llama a las generaciones desde el principio? YO EL SEÑOR, EL PRIMERO, Y YO MISMO CON LOS ÚLTIMOS. Cuando las islas ME vieron, tuvieron temor; y también los límites de la tierra se espantaron: Se unieron, y vinieron. Cada uno ayudó a su más cercano; y a su hermano le dijo: Esfuérzate. NO TEMAS, QUE YO ESTOY CONTIGO; NO DESMAYES, QUE YO SOY TU DIOS QUE TE ESFUERZO: SIEMPRE TE AYUDARÉ, Y SIEMPRE TE SUSTENTARÉ CON LA DERECHA DE MI JUSTICIA. BÚSCAME, Y VERÁS, QUE TODOS LOS QUE SE LEVANTEN CONTRA TI, SERÁN AVERGONZADOS Y CONFUNDIDOS: SERÁN COMO NADA, Y MORIRÁN. Los buscarás y no los encontrarás, porque YO SOY EL SEÑOR TU DIOS, que te tomo de tu mano derecha, y te dice: No temas, YO te ayudé. Y tú, gusano de Jacob, no temas, oh ustedes los pocos de Israel; YO fui quien los socorrió, dice EL SEÑOR.

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En los montes abriré ríos, y manantiales a la mitad de los llanos: Convertiré el desierto en estanques de aguas, y en manaderos de aguas la tierra seca. Daré en el desierto cedros, espinos, arrayanes, y olivas; y también pondré árboles, olmos y álamos juntos; y lo haré para que vean y conozcan, y adviertan y entiendan todos, que LA MANO DEL SEÑOR hace esto, y que EL SANTO de Israel lo crió. Cada uno alégrese por su causa, y exhiba sus cimientos, dice EL SEÑOR. Vengan con sus ídolos, y que ellos anuncien lo que ha de venir: Que digan lo que ha pasado desde el principio, y pondremos nuestro corazón en ello: Que nos hagan saber también su fin, y así entenderemos lo que ha de venir. QUE TRAIGAN NOTICIAS DE LO QUE HA DE SER DESPUÉS, PARA QUE SEPAMOS QUE ELLOS SON DIOSES; O A LO MENOS HAGAN BIEN, O MAL, PARA QUE TENGAMOS QUÉ CONTAR, Y JUNTOS NOS MARAVILLEMOS. OBSERVEN QUE USTEDES SON NADA, Y SUS IMÁGENES Y ESCULTURAS DE FANTASÍA; ES UN ASCO EL QUE LAS ESCOGIÓ. CIERTO, NO HAY QUIÉN INFORME, SÍ, NO HAY QUIÉN ENSEÑE; VERDADERAMENTE NO HAY QUIÉN ESCUCHE MIS PALABRAS. YO SOY EL PRIMERO QUE HE ENSEÑADO ESTAS COSAS A LA TIERRA.

ESTO DICE EL SEÑOR DIOS, EL CREADOR DE LOS CIELOS, EL QUE LOS ILUMINA; EL QUE DESARROLLA LA TIERRA Y SUS VERDURAS; EL QUE DA

RESPIRACIÓN A LOS PUEBLOS QUE HABITAN SOBRE ELLA, Y VIDA A LOS QUE POR ELLA ANDAN: YO EL SEÑOR te he llamado a ti, Isaías, en justicia, te tomé por la mano, y te cuidé, y te pondré por Pacto de los pueblos, por luz de las naciones; para que vayas y abras los ojos de los ciegos, y para que saques de las casas que para ellos son como prisión, a los que están viviendo en tinieblas. YO SOY EL SEÑOR: ESTE ES MI NOMBRE; Y NO DARÉ A OTRO MI GLORIA, NI DARÉ MI ALABANZA A ESCULTURAS O FIGURAS. LAS PRIMERAS COSAS YA FUERON, Y YO, HOY LES MUESTRO COSAS NUEVAS, QUE ANTES QUE SE LAS DEN A CONOCER, Y LAS RAZONEN, YO EN LOS CIELOS SE LAS HARÉ NOTORIAS.

Canten alabanzas al SEÑOR desde los extremos de la tierra; los que navegan en la mar, y los que la llenan, las islas y los habitantes de ellas; PORQUE EL SEÑOR SALDRÁ COMO GIGANTE, y como HOMBRE DE GUERRA despertará celo: Gritará, tronará, se vengará sobre SUS enemigos. Y ME DIJO EL SEÑOR: DESDE EL PRINCIPIO HE CALLADO, HE GUARDADO SILENCIO,

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Y ME HE DETENIDO: EN EL DÍA DE LA ANGUSTIA, DARÉ GRITOS COMO LA QUE ESTÁ DE PARTO; SAQUEARÉ Y EXTERMINARÉ A LA VEZ. CONVERTIRÉ EN SOLEDAD MONTES Y CERROS, Y SECARÉ TODA SU HIERBA; LOS RÍOS CONVERTIRÉ EN ISLAS, Y SECARÉ LOS ESTANQUES. Y A LOS QUE TENÍAN VENDADOS LOS OJOS, LOS GUIARÉ POR EL CAMINO QUE NO SABÍAN, ANDARÁN POR CAMINOS QUE NO LES HABÍA SIDO DICHO; DELANTE DE ELLOS CONVERTIRÉ SUS TINIEBLAS EN LUZ, Y SUS RODEOS EN LLANURAS. ESTAS COSAS LES HARÉ, Y NO LOS DESAMPARARÉ. Serán vueltos atrás, y en extremo confundidos, los que confían en las esculturas, y dicen a los muñecos: Ustedes son nuestros dioses. Sordos, escuchen; y ustedes ciegos, miren para ver. ¿Quién es ciego, sino MI siervo? ¿Quién es sordo, sino MI mensajero? ¿Quién es ciego, como el perfecto, y ciego como el siervo del SEÑOR, que ve muchas cosas y no entiende, que abre los oídos, y no oye? ¿Quién de ustedes escuchará esto? ¿Quién atenderá y escuchará correctamente al porvenir?

Y ME DIJO EL SEÑOR: No temas, porque YO te rescaté; te puse nombre, tú eres MÍO. Cuando pases por las aguas, YO estaré contigo; y cuando pases por los ríos,

no te mojarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Porque YO SOY EL SEÑOR TU DIOS, EL SANTO de Israel, YO SOY TU SALVADOR. No temas, porque YO ESTOY contigo; DEL ORIENTE TRAERÉ A TU DESCENDENCIA, Y DEL OCCIDENTE TE RECOGERÉ. Aquel día, YO diré a los que llegarán del Norte: Traigan acá; y a los que llegarán del Sur: No se detengan; traigan de lejos a MIS hijos, y a MIS hijas de los extremos de la tierra, todos los que pronuncian MI NOMBRE; que para satisfacción MÍA los crié, los formé y los hice. También saquen al pueblo ciego que tiene ojos, y los sordos que tienen oídos. Junten a todas las naciones, y júntense todos los pueblos: Presenten sus testigos, y justifíquense; oigan, y digan la verdad. ANTES DE MÍ NO FUE FORMADO DIOS ALGUNO, NI LO SERÁ DESPUÉS DE MÍ. YO SOY EL SEÑOR; Y FUERA DE MÍ NO HAY QUIÉN LOS SALVE. YO les advertí, y los salvé, los hice escuchar, y no había entre ustedes ningún extraño. Así, que son ustedes mismos MIS testigos. AUN ANTES QUE HUBIERA DÍA, YO ERA; Y NO HAY QUIEN DE MI MANO ESCAPE: SI YO HICIERA ALGO ¿QUIÉN LO ESTORBARÁ? No se acuerden de las cosas pasadas, ni traigan a su memoria las cosas de antes; porque YO hago las cosas nuevas. Y tú, pueblo de la tierra, que te crié para MÍ, no ME invocaste a MÍ; antes de MÍ te cansaste, no ME trajiste a MÍ los animales de tus ofrendas, ni a MÍ ME honraste con tus sacrificios; no compraste para MÍ vara aromática por dinero, ni ME saciaste con la grasa de

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tus sacrificios; antes ME serviste en tus pecados, ME has fatigado con tus maldades. YO, YO SOY el que borró tu rebeldía por amor de MÍ; y no ME acordaré de tus pecados. Defiéndete, entremos en Juicio tú y YO juntos; empieza a hablar para abonarte; tu primer padre pecó, y los que te enseñaron faltaron contra MÍ.

Porque YO derramaré aguas sobre todo lo seco, y ríos sobre la tierra árida: Derramaré MI FUERZA sobre tu generación, y MÍ BENDICIÓN sobre tus hijos.

Y ME DIJO EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: YO SOY EL PRIMERO, Y YO SOY EL ÚLTIMO, Y FUERA DE MÍ NO HAY, NI HABRÁ OTRO DIOS. Los fabricantes de ídolos en imágenes de escultura, todos ellos son pura fantasía, y su obra más bella para nada es útil; y ellos mismos para su propia confusión son testigos que sus imágenes, ni ven, ni entienden. ¿Quién fabricó un dios, o quién formó una estatua que para nada sirve? PUES TODOS ELLOS SERÁN AVERGONZADOS; PORQUE LOS MISMOS ARTESANOS SON HOMBRES. A MI LLEGADA, TODOS ELLOS ESTARÁN JUNTOS, SE ASOMBRARÁN, Y SERÁN HUMILLADOS. El herrero trabaja con la tenaza, da forma a su obra en las brasas, y la detalla con el martillo; pero mientras la forja con su fuerte brazo, lo cansa su esfuerzo y le da hambre; y si no bebe agua, se desmaya. El carpintero extiende su regla, traza la imagen con el lápiz, le da forma con el cincel, y con el compás marca su tamaño. Y así es como el hombre logra la imagen de un hombre de hermosa figura humana, cuyo destino es habitar en las casas y en los templos. Él mismo corta los cedros, toma un roble o una encina, que cultivó entre los árboles del bosque; o planta un pino que la lluvia hace crecer; y de estos árboles se vale el hombre para tomar combustible, para calentarse y cocer su pan por medio del fuego; mas de esa misma leña se fabrica también una figura a la que llama dios, y lo adora; fabrica una imagen y se arrodilla delante de ella. Parte del leño quema en el fuego, con otra parte cuece su carne para comer, prepara el asado, y se llena; y cuando se calienta dice: ¡OH! ¡Cuánto calor! ¡Qué hermosas llamas! Y de lo que sobra hace un dios en escultura para ídolo suyo; se arrodilla ante ella, lo adora, y le ruega, diciendo: Líbrame, porque tú eres mi dios. No supieron, ni entendieron, porque tienen tapados los ojos para no ver, y su corazón para no alcanzar a entender. No recapacitan, no tienen ciencia ni inteligencia para reflexionar: Si la mitad quemé en el fuego, y sobre sus brazas cocí mi pan, asé también la carne y me la comí; ¿me he de arrodillar ante lo que resta del leño? ¿Delante de un tronco de árbol me tengo que humillar? Acuérdate de estas cosas, oh pueblo MÍO, porque tú eres MI siervo:

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YO FUI QUIEN TE FORMÓ; NO ME OLVIDES. YO FUI QUIEN DESHIZO TU REBELDÍA, COMO SE DESBARATA UNA NUBE, Y COMO A NIEBLA TUS PECADOS: VUÉLVETE A MÍ, PORQUE YO FUI QUIEN TE PERDONÓ. YO EL SEÑOR, QUE LO HAGO TODO, QUE OCUPO TODOS LOS CIELOS, QUE AMPLÍO LA TIERRA POR MÍ MISMO; QUE CONFUNDO LAS SEÑALES DE LOS ADIVINOS, Y ENLOQUEZCO A LOS QUE SE DICEN ILUMINADOS; QUE HAGO AVERGONZAR A LOS SABIOS, Y EVAPORO SU SABIDURÍA.

YO despedazaré puertas de bronce y cerrojos de hierro; te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados; para que sepas que YO SOY EL

SEÑOR, EL DIOS de Israel, EL que te pongo tu nombre. YO hice la tierra, y crié sobre de ella al hombre; MIS MANOS abrazan los cielos, y a todo su Ejército comando. Confundidos y avergonzados serán todos; irán con insulto todos los fabricantes de imágenes. Porque EL que formó la tierra, EL que la hizo y la compuso; no la crió en vano, sino para que fuera habitada. Publiquen, y hagan saber, y reflexionen: ¿Quién hizo oír esto desde el principio y lo tiene dicho desde entonces, sino YO EL SEÑOR? Porque no hay otro DIOS que YO; DIOS JUSTO Y SALVADOR: Ningún otro fuera de MÍ. Miren a MÍ, y sálvense todos los extremos de la tierra: Porque YO SOY DIOS y no hay más. A MÍ se doblará toda rodilla, y alabará toda lengua.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Sus ídolos los ponen sobre bestias, y sobre animales de carga, carga penosa. Serán humillados, serán destruidos juntos; no podrán

escaparse de la carga, sino que tendrán ellos mismos que ir en cautiverio. Escúchenme todos los que son traídos por MÍ desde el vientre, los que son llevados desde la matriz: ¿A QUIÉN QUIEREN COMPARARME, A QUIÉN IGUALARME, Y A QUIÉN ME COMPARARÁN, PARA QUE SEAMOS SEMEJANTES? Sacan oro del bolsillo y pesan la plata en la balanza; alquilan un platero para que les haga un dios, ante el cual se arrodillan y lo adoran. Lo cargan en el cuello y lo llevan, lo colocan en su lugar y allí se queda sin moverse. Aun cuando le hablan no responde, ni los salva del dolor. ACUÉRDENSE DE ESTO, Y TENGAN VERGÜENZA; VUÉLVANSE A SU SEÑOR LOS DESOBEDIENTES DE LA LEY. Acuérdense de lo que pasó desde los tiempos antiguos; porque YO SOY DIOS, y no hay nada semejante a MÍ. YO SOY EL QUE ANUNCIÓ DESDE EL PRINCIPIO LO QUE HA DE VENIR, Y MUCHO TIEMPO ANTES LO QUE AÚN NO SE HA HECHO. YO SOY el que digo: MI Consejo permanecerá, y haré MI

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Voluntad. YO SOY el que llamo desde el Oriente al ave, y de tierra muy lejana a los Varones que ME aman y tienen MI Consejo. YO les hablaré, y los haré venir: Lo he pensado, y también lo haré. Escúchenme, duros de corazón, los que están lejos de La Justicia.

Baja y siéntate en el polvo, hija de Babilonia, siéntate en tierra sin trono, que jamás te volverán a llamar tierna y delicada. Toma el molino, y muele harina:

Descubre tus cabellos y descalza tus pies, descubre tus piernas, pasa los ríos; porque será descubierta tu verdad y será visto tu deshonor: Tomaré venganza, y no habrá más en ti hombre. Siéntate, y calla; porque nunca más te llamarán señora de reinos. YO ME enojé contra MI Pueblo, desprecié MI Propiedad, y los entregué en tu mano: No hiciste con ellos misericordias, sobre los viejos aumentaste mucho tu injusticia; y dijiste: Seré para siempre señora: Y no has pensado en esto, ni te acordaste de tu muerte. Escucha, pues, ahora esto, tú, delicada, la que está sentada confiadamente, la que dice en su corazón: Yo soy, y fuera de mí no hay más; jamás quedaré viuda, ni seré huérfana. Estas dos cosas te vendrán de repente en un mismo día, viudez y orfandad en toda su perfección; y vendrán sobre ti, por tu sarta de adivinanzas, y por la copia de tus predicciones. Porque confiaste en tu maldad, diciendo: Nadie me ve. Tu sabiduría y tu misma ciencia te engañaron, y dijiste en tu corazón: Yo, y no más. Vendrá sobre ti un mal, cuyo origen no sabrás: Caerá sobre ti delito, el cual no podrás remediar: Y la destrucción que no sabrás, vendrá de repente sobre ti. Sigue en tus fascinaciones, y con tu sarta de adivinaciones, en las cuales te postraste desde tu niñez; quizá mejores, quizá te fortalezcas. Te has postrado en la multitud de tus consejos. Mueran ahora y te defiendan los que contemplan los cielos, especulando de las estrellas, los que contaban los meses para pronosticar lo que vendrá sobre ti; porque serán como pelusa; fuego los quemará, no se salvarán sus vidas del poder de las llamas; no quedará brasa para calentarse, ni lumbre a la que se sienten. Así te serán aquellos con quienes te agotaste, tus negociantes desde tu niñez: Cada uno irá por su camino, y no habrá quién te salve.

OH HOMBRE, PORQUE YO CONOZCO QUE ERES DURO, Y NERVIO DE HIERRO TU NUCA, Y TU FRENTE DE METAL, TE LO DIJE HACE YA MUCHO TIEMPO; ANTES

QUE YO LLEGARA TE LO ENSEÑÉ, PARA QUE NO DIJERAS: MI ÍDOLO LO HIZO, MIS ESTATUAS DE ESCULTURA Y DE FUNDICIÓN MANDARON ESTAS COSAS.

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MIRA QUE POR AMOR DE MI SANTO NOMBRE RETARDARÉ MI FUROR, Y PARA ALABANZA MÍA TE DARÉ MÁS TIEMPO, PARA NO EXTERMINARTE. ¡Ojalá atiendas tú a MIS Mandamientos! Entonces tu paz sería como un río, y tu justicia como las olas de la mar. Tu descendencia sería como la arena, y los hijos de tus entrañas como granos de arenas; jamás su nombre sería cortado de MI Presencia. ¡Salgan ya de Babilonia, griten con voz de júbilo, llévenlo hasta el fin de la tierra, y digan: EL SEÑOR perdonó a SU Pueblo! No tuvieron sed cuando lo llevó por los desiertos; les hizo salir agua de la piedra; cortó la piedra, y salieron las aguas. No hay paz para los malos, dijo EL SEÑOR.

Y DIJO EL SEÑOR: Salgan, presos; muéstrense los que están en la oscuridad. En los caminos serán apacentados, y en todas las cumbres de los montes serán

sus pastos. No tendrán hambre ni sed, ni el calor ni el sol los molestará; porque EL que tiene misericordia de ellos, los guiará, y los conducirá a manantiales de aguas. Porque YO

convertiré en caminos todos MIS montes, y MIS calzadas serán levantadas. MIRA CÓMO VIENEN DE LEJOS; ÉSTOS DEL NORTE Y DEL OCCIDENTE; Y MIRA CÓMO VIENEN VELOZMENTE TUS DESTRUCTORES Y EXTERMINADORES. ALZA TUS OJOS AL CIELO Y MIRA ALREDEDOR DE TI: TODOS ELLOS YA SE ESTÁN AGRUPANDO PARA VENIR CONTRA TI. JURO YO, DICE EL SEÑOR, QUE DE TODOS ELLOS TE PLATEARÁS COMO ADORNO, Y TE SUJETARÁN.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Aquel día alzaré MI MANO hacia las naciones, todos los pueblos verán levantada MI Bandera; y todos traerán a sus hijos sobre los pechos, y a sus hijas cargando sobre los hombros. Y los reyes y gobernantes irán delante y serán tus guías; con el rostro inclinado a tierra ME adorarán, y lamerán el polvo que esté a MIS PIES. Entonces conocerán que YO SOY EL SEÑOR, y que jamás serán ridiculizados los que en MÍ confían. ¿Acaso se le puede quitar su botín a un hombre fuerte, o escaparse el que por derecho está preso?

Y ME DIJO EL SEÑOR: Al fuerte le serán quitados sus cautivos, y al tirano le será quitado el botín, porque YO pelearé contra los que pelean contigo, y YO salvaré a tus hijos. A los que te oprimen les daré de comer sus propias carnes; y los embriagaré con su propia

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sangre, como si fuera vino nuevo; para que sepan todos los hombres, que YO EL SEÑOR, SOY TU LIBERTADOR, Y TU REDENTOR, EL FUERTE de Jacob.

Porque cuantas veces vine, no hubo nadie; y cuando llamé, nadie ME contestó. YO SOY el que con una amenaza MÍA: Seco la mar y convierto los ríos en

desiertos; y pudro sus peces por falta de agua y los hago morir de sed. YO SOY el que cubro de oscuridad los cielos, y convierto en túnica su protección.

Estén atentos a MÍ, Pueblo MÍO, y escúchenme todos ustedes nación MÍA; porque MÍA es La Ley, y MI Juicio mostraré para luz de los pueblos. No tarda en

llegar MI Justicia, MI Salvación ya está en camino, y MIS BRAZOS juzgarán a los pueblos; en MÍ esperan las islas y en MI BRAZO pondrán su esperanza. Alcen sus ojos al cielo, y observen abajo, a la tierra; porque los cielos desaparecerán como humo, y la tierra se acabará como un vestido, y sus habitantes morirán; pero MI Salvación durará eternamente, y MI Justicia no tendrá fin. Escucha bien esto, miserable, ebria, y no de vino. Esto dice EL SEÑOR TU DIOS, el que defiende la causa de SU Pueblo: VOY A QUITAR DE TU MANO AQUEL CÁLIZ CON EL QUE PROVOCAS LA CONFUSIÓN.

EN AQUEL DÍA, YO MISMO ESTARÉ PRESENTE, Y VERÁS CUÁN HERMOSOS APARECEMOS SOBRE LOS MONTES TRAYENDO PAZ Y SALUD, Y DIRÁN TODOS

EN LA TIERRA; NUESTRO DIOS, REINA. Escucha ya la voz de los vigilantes, los observadores del cielo; griten y canten de alegría; porque con sus propios ojos verán el retorno del SEÑOR a la tierra. EL SEÑOR MOSTRARÁ EL BRAZO DE SU PUREZA A LA VISTA DE TODAS LAS NACIONES, Y SERÁ VISTO DESDE TODOS LOS EXTREMOS DE LA TIERRA, Y VERÁN QUE LA SALVACIÓN ES OBRA DE NUESTRO DIOS. HUYAN, SALGAN DE ALLÍ; YA NO TOQUEN LAS COSAS INDEBIDAS; SALGAN DE EN MEDIO DE AQUELLA GRAN CIUDAD; PURIFÍQUENSE LOS QUE LLEVAN LA ENSEÑANZA DEL SEÑOR. PUES DE TAL MANERA FUE ALTERADO POR LOS HOMBRES SU PARECER; Y SU HERMOSURA, LA CUAL ES SUPERIOR A LA DE LOS HIJOS DE LOS HOMBRES, QUE ÉL JUNTARÁ A LAS NACIONES; Y LOS REYES AL MIRARLO CERRARÁN SUS BOCAS, AL CONTEMPLAR LO QUE NUNCA LES HABÍAN CONTADO, Y ENTONCES ENTENDERÁN LO QUE SÍ HABÍAN OÍDO.

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El único que ha conocido SU PALABRA, y quien ha conocido EL BRAZO DEL SEÑOR, subió como Hijo delante de ÉL, no hay quién se le parezca, ni hemos

visto Su hermosura, para que lo deseemos. Fue despreciado y desechado entre los hombres, Varón de dolores, experto en resistencia: Fue despreciado, y no lo estimamos. Verdaderamente Él sufrió nuestros dolores; y lo tuvimos por azotado. Mas Él fue herido por nuestras rebeldías, molido por nuestros pecados: El castigo de nuestra paz cayó sobre Él; y por Su pena fuimos curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su propio camino: Mas EL SEÑOR cargó en Él las faltas de todos nosotros. A pesar de Su angustia y de Su aflicción, no abrió Su boca: Como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de Sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió Su boca. Se decidió con los incrédulos Su sepultura, mas con los ricos estuvo en Su muerte; porque Él nunca hizo maldad, ni hubo engaño en Su boca. Con todo eso, EL SEÑOR quiso fatigarlo, sujetándolo a Su padecimiento. Cuando hubiera puesto Su vida en pago por el pecado, verá descendencia, vivirá por largos días, y la voluntad del SEÑOR, en Su mano será enriquecida. Y ME DIJO EL SEÑOR: Por tanto, YO le daré Su lugar con los grandes, y con Los Fuertes repartirá los despojos; por haber derramado Su vida hasta la muerte, y por haber sido contado con los perversos, llevando el pecado de muchos.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Agranda el terreno de tu casa, y amplia tus paredes; no seas miserable; alarga tus cercas, y refuerza tus muros. Porque a tu derecha y a

tu izquierda estás obligado a crecer; y tu descendencia será inmensa, y heredarán las ciudades que serán exterminadas. PORQUE TU CREADOR ES EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS; Y TU SALVADOR, EL SANTO DE ISRAEL; DIOS DE TODA LA TIERRA SERÁ LLAMADO. Porque a SU llegada los montes se moverán, y los cerros temblarán; mas SU Misericordia, y SU Pacto de paz no vacilarán, dice EL SEÑOR. YO cimentaré tus piedras sobre rubíes, y sobre zafiros te fundaré; YO crié al herrero que sopla las brasas en el fuego, y YO he creado al Destructor para destruir.

Vengan todos los sedientos a las aguas; y vengan a comprar los que no tienen dinero, vengan, compren, y coman sin dinero y sin precio, vino y leche. ¿Por qué

no gastan su dinero en pan, y no trabajan lo suficiente? Escúchenme atentamente, vengan a mí; escuchen, y vivirá su alma. Pues EL SEÑOR llamará a gente que no conocieron,

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y correrán a ustedes, por orden del SEÑOR SU DIOS que los ha honrado. Busquen al SEÑOR mientras pueda ser hallado, llámenlo mientras ÉL está cerca. Apártese el incrédulo de su camino, y el hombre perverso de sus pensamientos; y vuélvanse al SEÑOR, el cual tendrá misericordia, y será amplio en perdonar. Y ME DIJO EL SEÑOR: MIS PENSAMIENTOS NO SON COMO LOS SUYOS, NI SUS CAMINOS COMO LOS MÍOS; COMO SON MÁS ALTOS LOS CIELOS QUE LA TIERRA, POR ESO MIS CAMINOS SON MÁS ALTOS QUE LOS SUYOS, Y MIS PENSAMIENTOS MÁS QUE LOS SUYOS. PORQUE ASÍ COMO DESCIENDE DE LOS CIELOS LA LLUVIA, Y LA NIEVE, Y NO REGRESA ALLÁ, SINO QUE LLENAN LA TIERRA, ASÍ ESCUCHARÁN MI PALABRA QUE SALE DE MI BOCA.

Guarden lo correcto y sean justos: Porque cerca está MI Salud para venir y MI Justicia para mostrarse. BIENAVENTURADO EL HOMBRE Y SUS HIJOS QUE

HACEN ESTO: QUE SE ABSTIENEN DE PROFANAR EL SÁBADO, Y QUE GUARDAN SU MANO DE HACER TODO MAL. Jamás diga el eunuco: Soy un árbol seco. Porque así ha dicho EL SEÑOR: A TODOS LOS EUNUCOS QUE GUARDAN MIS SÁBADOS Y QUE ESCOGEN LO QUE YO QUIERO, Y AMAN MI PACTO: YO LES DARÉ LUGAR EN MI CASA Y DENTRO DE MIS MUROS, Y UN NOMBRE MEJOR QUE EL DE HIJOS E HIJAS; UN NOMBRE ETERNO QUE NUNCA MORIRÁ. Y A TODOS LOS EXTRANJEROS Y A SUS HIJOS, QUE SE ACERQUEN A MÍ PARA GLORIFICARME, Y QUE AMEN MI NOMBRE PARA SER MIS SIERVOS: A TODOS LOS QUE SE ABSTENGAN DE PROFANAR EL SÁBADO, Y AMEN MI PACTO, YO LOS LLEVARÉ HASTA EL MONTE DE MI SANTIDAD, Y LOS FESTEJARÉ EN MI CASA DE ORACIÓN; ACEPTARÉ SUS OFRENDAS Y SUS SACRIFICIOS SOBRE MI ALTAR; PORQUE MI CASA SERÁ LLAMADA POR TODOS LOS PUEBLOS: CASA DE ORACIÓN. Y DIJO EL SEÑOR: Al que junta a los que serán echados del pueblo, a los que se reúnen: Juntaré todas las bestias del campo, y todas las bestias del monte para que vengan a devorarlos; porque los que se dicen ser sus eminencias, son ciegos, todos ellos ignorantes; todos ellos perros mudos, no pueden ladrar, siempre andan soñolientos, y estando echados, aman el dormir. Y esos perros ansiosos no conocen la abundancia; y los mismos pastores no supieron entender: Todos ellos miran sus propios caminos, cada uno a su provecho.

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Estarán en paz y descansarán en sus camas todos los que andan rectos delante de DIOS. Mas los hijos de la ciudad adivina: Generación de adúltero y fornicaria,

¿de quién creen que se han burlado? ¿Contra quién agrandaron su boca, y alargaron su lengua? ¿No son ustedes hombres rebeldes una generación mentirosa, que se apasionan con los ídolos? El que en MÍ espera, tendrá la tierra por herencia, y poseerá el Monte de MI Santidad, y dirá: Aplanen y barran el camino, quiten los tropiezos del camino de SU Pueblo. Porque así dijo EL ALTO Y SUBLIME, EL QUE VIVE EN LA ETERNIDAD, Y CUYO NOMBRE ES EL SANTO: YO VIVO EN LAS ALTURAS Y EN LA SALUD, Y CON EL HUMILDE DE ESPÍRITU, PARA HACER VIVIR A LOS HUMILDES DE CORAZÓN Y PARA FORTALECER EL CORAZÓN DE LOS QUEBRANTADOS. Mas los incrédulos son como la mar en tempestad, que no puede estarse quieta, y sus aguas arrojan barro y lodo. No hay paz para los incrédulos, dice EL SEÑOR.

¿POR QUÉ DICEN: AYUNEMOS, Y NO HACEN CASO; Y TAMBIÉN DICEN HUMILLEMOS NUESTRAS ALMAS, Y NO SE DAN POR ENTENDIDOS? ¿POR QUÉ

PARA PLEITOS Y NECESIDADES, AYUNAN, Y PARA QUE SU ORACIÓN SEA ESCUCHADA POR EL SEÑOR EN LO ALTO, NO AYUNAN? ¿POR QUÉ NO PARTES TU PAN CON EL HAMBRIENTO, Y A LOS POBRES VAGABUNDOS METES EN TU CASA? ¿POR QUÉ CUANDO VES AL DESNUDO NO LO CUBRES, Y TE ESCONDES? CUANDO TÚ ESCUCHES AL SEÑOR, ENTONCES NACERÁ TU LUZ COMO LA MAÑANA, Y TU SALUD SE DEJARÁ VER PRONTO; E IRÁ TU JUSTICIA DELANTE DE TI, Y LA GLORIA DEL SEÑOR SERÁ TU RETAGUARDIA. Entonces invocarás al SEÑOR, y ÉL te escuchará; gritarás, y ÉL te dirá: Aquí ESTOY. Si quitas de en medio de ti el madero, el andar extendiendo el dedo, y hablar fantasías; y si derramas tu alma al hambriento y llenas el alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el medio día; y EL SEÑOR te pastoreará siempre, y en las sequías hartará tu alma, y engordará tus huesos; y serás como huerta de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan. Y construirán los tuyos los desiertos antiguos; y levantarás los cimientos de tus descendientes: Y serás llamado reparador y restaurador de puertas y calzadas para habitar. Y DIJO EL SEÑOR: SI APARTAS TU PIE DEL SÁBADO, DE HACER TU VOLUNTAD EN MI DÍA SANTO, Y AL SÁBADO LO LLAMAS DELICIA SANA, GLORIOSA DEL SEÑOR; Y LO VENERAS, NO HACIENDO TU VOLUNTAD, NI BUSCANDO FANTASÍAS, NI HABLANDO TUS

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ESTUPIDECES: ENTONCES TE DELEITARÁS; Y YO TE HARÉ SUBIR SOBRE LAS ALTURAS DE LA TIERRA, Y TE DARÉ A COMER LA PROPIEDAD DE JACOB, TU PADRE: Porque tu SEÑOR así lo ha hablado.

No se ha retirado LA MANO DEL SEÑOR para salvarlos, ni se ha cerrado SU OÍDO para escucharlos: Son sus maldades las que han marcado la división entre

ustedes y EL SEÑOR, y son sus pecados los que han hecho ocultar SU ROSTRO de ustedes. Porque sus manos están llenas de sangre y sus dedos de maldad; sus labios dicen mentiras, su lengua habla maldades. No hay quién implore por la justicia, ni quién juzgue por la verdad: Confían en fantasías, y hablan fantasías; conciben trabajo, y paren maldad. Sus telas no servirán para vestir, ni de lo que les sobre podrán cubrirse: Sus obras son obras de maldad, y obra de rapiña hay en sus manos. Sus pies sólo corren al mal, y se apuran para derramar la sangre inocente; en sus pensamientos hay maldad, destrucción y quebrantamiento en sus caminos. No conocieron el camino de paz, ni hay nada derecho en sus caminos: Sus veredas son torcidas; cualquiera que camine por ellas, no conocerá la paz. Por esto se alejó de nosotros El Juicio y no nos alcanzó La Justicia: Esperamos luz, y tenemos tinieblas, resplandores, y andamos en la oscuridad. Tocamos la pared como ciegos, y andamos a tientas como si no tuviéramos ojos; tropezamos al mediodía como si fuera de noche; estamos en lugares oscuros como si fuéramos muertos. El faltar y mentir contra EL SEÑOR, y dar la espalda a nuestro DIOS; el hablar calumnias y ser rebeldes, concebir y decir de corazón mentiras, puso lejos al SEÑOR; y la verdad fue detenida; y el que se apartó del mal, fue puesto preso: Y esto causó desagrado en SUS OJOS, porque faltó el Derecho. Mas temerán desde el Occidente EL NOMBRE DEL SEÑOR, y desde el nacimiento del sol temerán a SU GLORIA; porque el enemigo vendrá como río, mas LA FORTALEZA DEL SEÑOR levantará SU Bandera contra él.

ESTÉN ATENTOS, PORQUE TINIEBLAS CUBRIRÁN LA TIERRA Y OSCURIDAD LAS NACIONES: Mas sobre ti vendrá EL SEÑOR, y sobre ti será vista SU GLORIA. Y

andarán las gentes bajo SU Luz, y los reyes bajo SU Resplandor. ALZA TUS OJOS AL CIELO, Y MIRA A TU ALREDEDOR LOS QUE SE ESTÁN JUNTANDO, PUES VIENEN A TI: MÍRALOS Y RESPLANDECERÁS, Y TE MARAVILLARÁS, Y SE ENSANCHARÁ TU CORAZÓN, Y ME GLORIFICARÁS, DICIENDO: ¿QUIÉNES SON ESTOS QUE VUELAN COMO NUBES, Y COMO

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PALOMAS SE VEN POR LAS VENTANAS? Y entonces conocerás que YO SOY EL SEÑOR, Y SOY TU SALVADOR Y TU REDENTOR, EL FUERTE de Jacob; y en vez de cobre traeré oro, y por hierro plata, y por madera metal, y en lugar de piedras hierro; y te pondré Paz por impuesto, y Justicia por tus cobradores. Jamás en tu tierra se escuchará violencia, ni destrucción; mas a tus muros llamarás Salud, y a tus puertas Alabanza. El sol nunca más te servirá de luz para distinguir el día, ni el resplandor de la luna te alumbrará; sino que EL SEÑOR te será por Luz Eterna, y será DIOS por tu deleite; y tus días de luto habrán acabado.

Y los Extraños serán tus labradores y tus viñadores; y comerás las riquezas de las gentes, y con su satisfacción serás noble. El lugar de tu doble confusión y de

tu deshonra, te alabará en sus propiedades.

Y DIJO EL SEÑOR: No callaré por amor de la tierra y no pararé por amor de Jerusalém, hasta que resplandezca su justicia, y su salud se encienda como una

antorcha. Entonces verán todas las gentes LA JUSTICIA, y todos los reyes MI GLORIA; y les pondré un nombre nuevo, que sólo MI BOCA nombrará.

Porque el día de la venganza está en MI CORAZÓN, y el año de MIS dispensas se acerca. ¿Dónde está el que los hizo subir de la mar con el pastor de SU

rebaño? ¿Dónde el que puso en medio de él SU FORTALEZA SANTA? ¿El que los guió por la derecha de Moisés con EL BRAZO DE SU GLORIA, El que abrió las aguas delante de ellos, haciéndose así NOMBRE ETERNO?

¡OH SEÑOR, rompe los cielos, y desciende, y a TU Presencia se derritan los montes, como si fueran fundidos por fuego que hace hervir las aguas, para

hacer notar TU NOMBRE a TUS enemigos, y las gentes tiemblen a TU Presencia! Porque todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de porquería; y caímos todos nosotros como las hojas, y nuestras maldades nos llevaron como viento.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Fui buscado por aquellos que nunca preguntaban por MÍ; fui encontrado por los que no ME buscaban. Dije a la gente que no invocaba

MI NOMBRE: Aquí ESTOY. Extendí MIS BRAZOS todo el día a gente rebelde, la cual no anda por caminos buenos, detrás de sus pensamientos; gente que en MI cara

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continuamente ME provoca a ira, presentando ofrendas a muñecos de madera, y ofreciendo inciensos sobre ladrillos, que se quedan en los sepulcros, y en los desiertos se pasan la noche; que comen carne de puerco, y en sus ollas hay caldo de cosas nauseabundas; que dicen: Quédate en tu lugar, no te acerques a mí, que soy más santo que tú: Estos son humo en MI Furor, y fuego que arde todo el día. Porque escrito está delante de MÍ; no callaré, YO regresaré, y les daré el pago en su seno, por sus maldades. Y ME DIJO EL SEÑOR: MIS siervos comerán y ustedes tendrán hambre; y MIS siervos beberán, y ustedes tendrán sed; y MIS siervos se alegrarán, y ustedes serán avergonzados; y MIS siervos cantarán por el júbilo de su corazón, y ustedes gritarán por el dolor de su corazón, y por el quebrantamiento de su vida, aullarán. Y dejarán su nombre por maldición a MIS escogidos, y tu SEÑOR te matará; y a SUS siervos llamará por otro nombre. Porque YO SOY el que hago nuevos cielos y nueva tierra: Y de lo primero no habrá memoria, ni vendrá más al pensamiento. Y ME alegraré con Jerusalém, y gozaré con MI Pueblo; y nunca más se escuchará en ella voz de llanto, ni voz de grito. No habrá más allí niño de días, ni viejo que sus días no cumpla: Porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito. Y construirán casas, y vivirán en ellas; plantarán viñas, y comerán su fruto. No edificarán, y otro habitará; no plantarán, y otro comerá: Porque según los días de los árboles serán los días de MI Pueblo, y MIS ESCOGIDOS HARÁN ETERNAS LAS OBRAS DE SUS MANOS. No trabajarán en vano ni parirán para maldición; porque son generación de los benditos del SEÑOR, y sus descendientes con ellos. Y será que antes que ME llamen, YO les responderé; y aunque estén ellos hablando, YO ya los habré escuchado.

El cielo es MI TRONO, y la tierra el tapete de MIS PIES: ¿Dónde está la casa que ME habrán de construir, y dónde el lugar de MI Reposo? YO, sólo miraré a aquel

que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a MI PALABRA. Sacrifican buey, como si mataran a un hombre; sacrifican una oveja, como si degollaran un perro; ofrecen regalo, como si ofrecieran sangre de puerco; ofrecen incienso, como si bendijeran a un ídolo. Ya que escogieron sus caminos, y su alma ama sus asquerosidades, también YO escogeré sus burlas, y traeré sobre ustedes lo que temieron. Porque llamé, y nadie ME respondió; hablé, y no ME oyeron; antes hicieron lo malo delante de MIS OJOS, y prefirieron lo que a MÍ ME desagrada. Escuchen MI PALABRA, todos ustedes los que tiemblan a La Palabra de su SEÑOR: Todos sus hermanos, los que los aborrecen y los que

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los niegan por causa de MI NOMBRE, y dicen: Glorifiquemos al SEÑOR, porque ÉL se mostrará con alegría. Ellos serán confundidos con el deleite, y por el resplandor de MI GLORIA. Porque vendré con fuego, y MIS carros como torbellino, y MI reprensión en llamas de fuego. Con el fuego y con MIS armas, juzgaré a todo ser viviente; y los muertos se

multiplicarán. LOS QUE SE SANTIFICAN Y LOS QUE SE PURIFICAN CON LOS MADEROS, UNOS TRAS OTROS, LOS QUE COMEN CARNE DE PUERCO, Y RATÓN, Y ANIMALES NO PERMITIDOS, JUNTOS SERÁN EXTERMINADOS, DICE EL SEÑOR. Porque YO entiendo sus obras y lo que piensan; el tiempo llegará para juntar a todas las naciones e idiomas; y vendrán, y verán MI GLORIA. Y pondré entre ellos una señal, y enviaré de los que escapen de ellos a las naciones, y a las islas más apartadas que no oyeron de MÍ, ni vieron MI GLORIA; y todos ellos hablarán de MI GLORIA entre las naciones. Y traerán a todos sus hermanos de entre todos los pueblos en caballos, en carros, en literas, y en mulos, y en camellos, a MI SANTO MONTE de Jerusalém, dice EL SEÑOR; al modo que los hombres de Israel traen el presente en vasos limpios a LA CASA DEL SEÑOR. Y será que de mes en mes, y de Sábado en Sábado, vendrá todo ser viviente a adorar delante de MÍ, dice EL SEÑOR. Y saldrán, y verán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra MÍ: Porque su gusano nunca morirá, ni su fuego se apagará; y serán aborrecibles a toda carne.

Jeremías

Y ME DIJO EL SEÑOR: Antes que YO te formara en el vientre de tu madre, te escogí; y antes que salieras de la matriz, te santifiqué; y te di por Profeta a las

naciones.

Y yo le contesté: ¡Mi SEÑOR! Mira que yo soy muy joven, y no tengo facilidad de palabra. Y ME DIJO EL SEÑOR: No vuelvas a decir que eres joven; porque a donde YO te envíe, tú irás, y dirás todo lo que YO te ordene. No temas, porque YO estoy contigo para librarte, dice EL SEÑOR.

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Y después de esto, EL SEÑOR tocó con algo sobre mi boca; y me dijo: Mira que YO he puesto MIS PALABRAS en tu boca. Te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar. Y ME DIJO EL SEÑOR: Dime, ¿qué ves tú, Jeremías?

Y yo le contesté: Mi SEÑOR, yo veo uno como vigilante con una vara de almendro. Y ME DIJO EL SEÑOR: Bien has visto; porque YO SOY el que velo para que se cumpla MI PALABRA. Y ME DIJO EL SEÑOR: Dime ahora, ¿qué ves tú?

Y yo le contesté: Mi SEÑOR, por la forma de esa enorme nube, yo veo una como olla que hierve; pero viene volando del Norte. Y ME DIJO EL SEÑOR: Del Norte, así llegará el mal sobre todos los habitantes de la tierra. Porque YO llamaré a todos MIS Ejércitos de los mandos del Norte; y vendrán, y cada uno se colocará a la entrada de las puertas de Jerusalém, y también se colocarán alrededor de sus muros. Y por toda su maldad, YO haré MIS Juicios contra los que ME dejaron, por andar quemando incienso a sus ídolos, y arrodillándose a los muñecos que fabricaron con sus manos. Y les hablarás todo lo que YO te ordene, y no les tengas miedo, no sea que YO también te extermine junto con ellos. Porque YO te he puesto como columna de hierro, y como muro de bronce sobre toda la tierra, y sobre sus reyes, sus sacerdotes, y sobre todas las naciones de la tierra. Discutirán contigo, mas no te vencerán; porque YO ESTOY contigo, dice EL SEÑOR.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Ve, y grita a los oídos del pueblo, y diles: Así dice EL SEÑOR: Cosa Santa eran las naciones para EL SEÑOR, era lo primero de SUS Nuevos

Frutos. Mas todos los que las devoran, pecaron; mal vendrá sobre ellos, dice EL SEÑOR. Escuchen La Palabra del SEÑOR, descendientes de Israel, y todas las familias de la tierra. ¿Qué maldad encontraron en MÍ sus padres, que se alejaron de MÍ, y se fueron tras la fantasía, y se hicieron vacíos? Y no dijeron: ¿Dónde está EL SEÑOR que nos libró de la esclavitud, EL que nos hizo andar por el desierto, por una tierra despoblada, por tierra seca con sombra de muerte, por una tierra por la cual nunca pasó ni vivió ningún hombre? Y los introduje en una tierra fértil, la tierra del Monte Carmelo, para que comieran su fruto y su bien: Mas cuando ustedes entraron, contaminaron MI Tierra, haciendo MI Propiedad asquerosa. Los sacerdotes jamás dijeron: ¿Dónde está EL SEÑOR? Aquellos que estaban

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obligados a guardar La Ley no ME conocieron; y también los pastores se revelaron contra MÍ, y también los que se decían profetas pronosticaron invocando a sus ídolos, y anduvieron tras ellos que para nada sirven. Por tanto, YO entraré aún en Juicio contra ustedes, dijo EL SEÑOR, y contra los hijos de sus hijos pelearé. Consideren cuidadosamente, y vean si se ha hecho cosa semejante a esta: Si alguna nación ha cambiado sus ídolos, concientes ellos de que no son dioses, por su SEÑOR DIOS. MI Pueblo ha cambiado su riqueza por lo que nada vale ni le aprovecha. Espántense, cielos, sobre esta aberración que han hecho los hombres, y horrorícense puertas del cielo en gran manera, dijo EL SEÑOR. Porque dos maldades ha hecho MI Pueblo: ME dejaron a MÍ, que SOY la única fuente de agua viva, por cavar para ellos cisternas, estanques que se agrietan, que no retienen el agua. TU MALDAD ¡OH TIERRA INGRATA! TE CASTIGARÁ, Y EL HABERTE APARTADO DE MÍ, TE CONDENARÁ; PARA QUE SEPAS Y VEAS LO MALO Y AMARGO QUE ES DEJAR AL SEÑOR TU DIOS, Y HABER PERDIDO MI TEMOR EN TI, DICE EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS. Porque desde hace mucho rompiste con MI Autoridad, y quebraste MIS Lazos; y dijiste: No te serviré. ¿Por qué con todo eso, sobre todo templo de torres altas y debajo de todo árbol frondoso, te prostituías? Oh ramera; y YO que te planté de buena semilla, toda ella verdadera, ¿cómo te degeneraste convirtiéndote en ramas de vid extraña? Por más que te laves con lejía, y amontones jabón sobre ti, tu maldad está sellada delante de MÍ, dijo EL SEÑOR. ¿Con qué cara dices: Yo soy pura, jamás anduve tras los ídolos? Mira tu comportamiento en toda la tierra, reconoce lo que has hecho, camella floja que andas de un lado a otro. Asna montés acostumbrada al desierto, que en el ardor de su pasión respira como quiere; ¿acaso nadie podrá detenerla? Todos los que la buscan no tienen que cansarse: La encontrarán revolcándose en su propia menstruación. Cuida tus pies de andar descalzos y tu garganta de la sed. Pues dijiste: Es inútil, estoy desesperada, he perdido la esperanza; porque amo a los ídolos, y tras ellos andaré. Escúchame ramera, así dice EL SEÑOR: Como se avergüenzan los ladrones cuando son arrestados, así se avergonzarán las naciones, ellas, sus reyes, sus gobernantes, sus sacerdotes, y sus profetas, todos los que le dicen al leño: Mi padre y mi dios eres tú; y a las piedras: Tú alumbras mi camino. Pues ME dieron la espalda, y no la cara; y peor aún en sus tiempos de aflicción, porque también les dicen: Muéstranos tu poder, y líbranos. Y ¿dónde están tus dioses que hiciste para ti? Vamos, que se levanten, a ver si de verdad te podrán librar en el día de tu Juicio, el día de la aflicción: Porque según el número de tus ciudades, son tus ídolos.

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Todos ustedes pecaron contra MÍ, dice EL SEÑOR. En vano he castigado a sus hijos; ninguno se corrigió. Asesinaron a sus profetas como león que destroza. ¡Oh generación! Escuchen ustedes La Palabra del SEÑOR. ¿Acaso he sido YO para ustedes soledad, o tinieblas? ¿Por qué han dicho los hombres: Somos libres, no volveremos más a TI? Las naciones se han olvidado de MÍ, por tanto tiempo, que no tiene número. Escúchame ramera: ¿Por qué continúas fertilizando tu camino para encontrar amor, si aún a las malvadas enseñaste tus caminos? Aún en tus vestidos he encontrado la sangre de los más pobres, de los inocentes. No la encontré excavando, sino en todas estas cosas. Y todavía descarada, ME dices: ¡Soy inocente, aleja TU Enojo de mí! Mira que YO entraré en Juicio contigo, por andar tú diciendo: No he pecado. ¿Para qué corres tanto, cambiando tus caminos? También serás avergonzada ante las naciones, como fue avergonzado Egipto. También saldrás con tus manos sobre tu cabeza: Porque EL SEÑOR terminará con la confianza que las naciones depositaron en ti, y jamás volverás a prosperar.

Porque cuando algún hombre deja a su mujer, y yéndose ésta de él se junta con otro hombre, ¿volverá a tomarla por mujer? ¿No es igual con la tierra después que ésta

ha sido amancillada? Porque tú has fornicado con muchos de tus amigos, no obstante ello, vuélvete a MÍ, dice EL SEÑOR. Levanta tus ojos y mira tus templos que tienen torres altas, ve, y dime, en qué lugar no te has extendido. Para los hombres te mostrabas en todos los caminos, esperando a los que pasaban; y con tus fornicaciones y tu maldad has ensuciado la tierra. Por esta causa se detuvieron las lluvias y faltaron las aguas de primavera. Tú, en cambio, presentas el disfraz de prostituta; no has tenido vergüenza. Mira que has hablado y has hecho cuantas maldades pudiste. Y ME DIJO EL SEÑOR: ¿Has visto lo que ha hecho la traicionera? Ella se va a todo templo con torres altas y debajo de todo árbol frondoso, y allí fornica. Y YO le dije después que hizo todo esto: Vuélvete a MÍ; mas no regresó. Y sucedió que por la depravación de sus idolatrías, la tierra fue contaminada y adulterada, haciendo los hombres esculturas de leño y piedra. Y con todo esto, la muy rebelde no se volvió a MÍ de corazón, sino con mentiras, dice EL SEÑOR. Cambien, y vuélvanse a MÍ, oh naciones rebeldes; y no haré caer MI Enojo sobre ustedes: Porque YO SOY Piadoso. No guardaré MI Rencor por siempre. Pero reconoce tu maldad,

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porque es contra EL SEÑOR TU DIOS con quien te has rebelado, prostituyéndote con tus ídolos en tus caminos, debajo de todo árbol frondoso, y no escucharon MI Voz, dice EL SEÑOR. Conviértanse, naciones rebeldes, porque YO SOY su esposo: Y SOY el que tomaré uno de cada ciudad, y dos de cada familia, y los llevaré hasta Sión; y allí les daré nuevos Pastores según MI CORAZÓN, que los apacienten con ciencia y con inteligencia. Y sucederá que cuando los multiplique en la tierra, en aquellos días, dice EL SEÑOR, no se dirá más: Arca de la Alianza del SEÑOR; ni se acordarán de ella. En aquel tiempo llamarán a Jerusalém TRONO DEL SEÑOR, y todas las naciones se reunirán a ella en EL NOMBRE DEL SEÑOR: Y no andarán más tras la dureza de su corazón depravado. Pero YO ME PREGUNTABA: ¿Cómo daré la tierra deseable, la rica herencia de los Ejércitos a las naciones? Y dije: PADRE MÍO tú ME LLAMARÁS, y no te apartarás de detrás de MÍ. Mas como la esposa que es infiel quiebra la fe de su marido, así faltaron contra MÍ, oh pueblos de la tierra, dice EL SEÑOR.

Gran clamor será escuchado sobre las alturas, y por los caminos llanto y alaridos de todos los pueblos; porque se depravaron, y se olvidaron del SEÑOR su DIOS. Indudablemente son fantasía los templos con torres altas, la cantidad de ellos: Ciertamente en EL SEÑOR nuestro DIOS está la salud de las naciones. Pues la confusión consumió el trabajo de sus padres desde su juventud; sus ovejas, sus vacas, sus hijos y sus hijas. Viven en su confusión, y su vergüenza los cubre: Porque pecaron contra EL SEÑOR su DIOS, ustedes y sus padres, desde su juventud, y hasta este día; y no escucharon La Voz del SEÑOR.

Y DIJO EL SEÑOR: Si se han de convertir, conviértanse a MÍ; y si quitan de delante de MÍ sus ídolos y sus aberraciones, no andarán de acá para allá. Y si juraran,

diciendo: EL SEÑOR VIVE; y lo dicen con Verdad, con Juicio, y con Justicia: Serán benditas en MÍ las naciones, y en MÍ se enaltecerán. Circuncídense por amor a su SEÑOR, y quiten también sus aberraciones de su corazón, no sea que MI Enojo salga como fuego, y se encienda y no haya quién lo apague, por la maldad de sus obras. Anuncien esto, y hagan entender a Jerusalém, y digan: ASÍ HA DICHO EL SEÑOR: AVISEN TODOS A TODA LA TIERRA. JÚNTENSE, REÚNANSE, NO SE DETENGAN; PORQUE DEL NORTE YO HARÉ VENIR EL GRAN EXTERMINIO. El LEÓN salió de su guarida, y EL DESTRUCTOR de las naciones ha partido; ha salido de su asiento para poner la tierra en soledad; las ciudades serán

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arruinadas, y no quedará ningún habitante en ellas. Y será en aquel día, dice EL SEÑOR, que se acobardará el corazón de los reyes, y el de los gobernantes, y todos los sacerdotes estarán desconcertados, y se maravillarán los profetas. Y entonces le dije al SEÑOR: ¡Ay, ay SEÑOR DIOS! VERDADERAMENTE LOS HOMBRES HAN SIDO ENGAÑADOS, CUANDO LES DECÍAN: LA PAZ SEA CON USTEDES; PUES QUE EL EXTERMINIO LLEGARÁ HASTA SU ALMA. En aquel tiempo se dirá de esta tierra: Uno como viento seco que venía de las alturas descendió, pero no para soplar, ni para limpiar. Vientos más impetuosos que estos, vendrán a mí: Pero por ahora yo les rebelaré estas sentencias con ellos: Miren que EL SEÑOR vendrá como una grande y espesa nube, y SUS carros de guerra como torbellino; son más veloces que las águilas. ¡Ay desdichados de nosotros, porque estamos perdidos! Laven la maldad de su corazón, oh naciones de la tierra, para que todos se salven. O ¿hasta cuándo dejarán estar en ustedes sus pensamientos perversos? Avisen a las naciones: VIENEN GUERREROS DE TIERRAS LEJANAS, QUE LANZARÁN GRITOS SOBRE LAS CIUDADES DE LA TIERRA. COMO LOS GUARDIAS DE LAS PROPIEDADES, ASÍ ESTARÁN ALREDEDOR DE ELLA, PORQUE SE REBELARON CONTRA EL SEÑOR. Tu conducta y tus obras te ocasionarán esto; lo que vendrá sobre ti es el fruto de tu maldad; tu castigo será amargo, por lo que penetrará hasta tu corazón. ¡Ay mis entrañas! Cómo me duelen las telas de mi corazón: Todos mis interiores rugen dentro de mí; profetizaré, no callaré más; porque ya ha sonado la trompeta, ha sido escuchado por mí, el grito ensordecedor de guerra: Vendrá sobre ustedes desastre tras desastre, naciones enteras serán arruinadas, serán destruidas desde las sencillas tiendas hasta las grandes construcciones. ¿Hasta cuándo EL SEÑOR ha de ver sus asquerosidades, y tenga que escuchar sus maldiciones? ¿Por qué los hombres son necios? ¿Por qué han sido ignorantes y no entienden? ¿Por qué han sido sabios para hacer mal, y no supieron hacer bien? Miré la tierra, y la vi desolada y vacía; los cielos, sin luz en ellos. Miré los montes, y aún temblaban, y todos los cerros fueron destruidos. Miré, y no había un solo hombre, las aves del cielo, todas se habían ido. Miré, y toda la tierra fértil era un desierto, y todas las ciudades estaban destruidas ante la presencia del SEÑOR, ante la presencia del tremendo Furor de SU Ira. Y ME DIJO EL SEÑOR: Toda la tierra quedará desierta; mas no la acabaré del todo. Por esto la tierra se pondrá de luto, y se oscurecerán arriba los cielos; porque HABLÉ, PENSÉ, Y NO ME ARREPENTIRÉ, NI ME RETRACTARÉ de ello.

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Por la violencia de la gente de a caballo y de los flecheros que vienen, las gentes de las ciudades huirán, se esconderán entre los bosques, se subirán a las piedras; las ciudades serán abandonadas, sin que en ellas quede un solo habitante. Y tú, ciudad hermosa, la que está sentada en medio de siete montes, en ese día, ¿qué harás? Aunque te vistas de púrpura, aunque te cubras con tus adornos de oro, aunque te pintes con metal tus ojos, en vano te arreglarás; pues tus amantes te despreciarán, y querrán acabarte. Gritarás como mujer que está de parto, gemirás como primeriza; te lamentarás y extenderás tus manos, diciendo: ¡Ay de mí! Que soy exterminada por causa de Los Exterminadores.

Y DIJO EL SEÑOR: RECORRAN LAS CALLES, ESCUCHEN, MIREN Y OBSERVEN, Y BUSQUEN POR SUS NACIONES, Y LOCALICEN AL HOMBRE QUE PRACTICA

LA JUSTICIA Y QUE BUSCA Y HABLA DE LA VERDAD; Y SI LO ENCUENTRAN, YO LOS PERDONARÉ. Pues aún cuando muchos dicen: ¡Aquí vive EL SEÑOR, con nosotros está EL DIOS VERDADERO! No obstante lo que dicen, ellos juran mentiras.

Y entonces yo dije: Oh SEÑOR, ¿acaso no miran TUS OJOS la verdad? Los azotaste, y no les dolió; los castigaste, y no hicieron caso de su corrección; endurecieron sus frentes más que una piedra, no quisieron convertirse a TI. También dije: ESTOS SON LOS POBRES E IDÓLATRAS, PORQUE NO CONOCEN EL CAMINO DEL SEÑOR, LA LEY DE SU DIOS. Me iré a los ricos y poderosos y hablaré con ellos; sin duda, esos sí conocen el camino del SEÑOR, La Ley de su DIOS. Pero ellos también quebraron el yugo y rompieron las correas del SEÑOR. Por tanto, EL LEÓN DEL MONTE LOS MATARÁ, LOS DESTRUIRÁ EL LOBO DEL DESIERTO; EL TIGRE ESTARÁ SOBRE SUS CIUDADES; Y CUALQUIERA QUE SALGA DE ELLAS, SERÁ DESPEDAZADO. Porque sus aberraciones se han multiplicado, y han aumentado sus maldiciones. Y DIJO EL SEÑOR: ¿Cómo te he de perdonar por esto? Tus hijos ME dejaron, y juraron y se arrodillaron ante lo que no es DIOS. Fui YO quien los colmó de bienes, y ellos sólo adulteraron, Y EN CASA DE LA GRAN RAMERA SE JUNTARON EN GRUPOS. Como caballos gordos que están en celo, cada uno relinchaba a la mujer de su prójimo. ¿Acaso no he de castigar YO esto? Dice EL SEÑOR. ¿De gente como ésta, no he de vengarme? Renegarán del SEÑOR, contestando: Lo que se ve en los cielos, no es ÉL; sobre nosotros no descenderá ningún mal, sobre nosotros no descenderá ni la muerte ni el hambre; lo que nos dicen los

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profetas no son mas que viento. ¡Que éstos caigan sobre ellos mismos! Por tanto, así ha dicho EL SEÑOR DIOS DE LOS EJÉRCITOS: Por haber dicho estas estupideces, mira que YO hoy pongo en tu boca MIS PALABRAS por fuego, y a los que te siguen y te creen por leños, y tus propias palabras los consumirá. Porque YO traeré sobre ustedes, oh naciones de la tierra, razas de muy lejos, dice EL SEÑOR; un pueblo robusto, un pueblo antiquísimo; un pueblo cuyo idioma jamás han escuchado, y cuyas palabras no entenderán. Su aspecto es como sepulcro abierto; todos ellos son soldados valientes. Esta nación conquistadora se comerá tu cosecha y tu pan; matarán a tus hijos y a tus hijas; matarán tus rebaños y tus ganados; acabarán con tus viñas y tus higueras; y destruirán con armas tus ciudades más fuertes en que confiabas. Con todo eso, en aquellos días, no acabaré del todo con ustedes, dice EL SEÑOR. Y si alguien te pregunta: ¿Por qué EL SEÑOR nuestro DIOS ha traído sobre nosotros todo esto? Tú le responderás: De la misma manera que abandonamos al SEÑOR, por adorar a los ídolos, y arrodillarnos ante ellos en nuestra tierra, así ahora serviremos a estos extraños que vienen de aquella tierra extraña. Anuncien esto a las naciones, pregónenlo por toda la tierra, diciendo: Escuchen esto, pueblos necios y sin sabiduría, que tienen ojos y no ven, que tienen oídos y no oyen: ¿Están seguros que a MÍ no ME temerán? Dice EL SEÑOR. ¿Están seguros que no temblarán ante MI PRESENCIA, el día de MI llegada? ¿Están seguros que no fui YO el que puse la arena como límite eterno de la mar? Se levantarán tempestades, mas no durarán; bramarán sus olas, pero no lo pasarán. Pero este pueblo tiene un corazón rebelde, falso e incrédulo; se han retirado de MÍ, se han ido tras los ídolos. Y en vez de decir en su corazón: Tengamos temor al SEÑOR nuestro DIOS, que nos da la lluvia a su tiempo, y que nos da todos los años una abundante cosecha; no, por eso sus maldades han estorbado estas cosas; y sus pecados los han privado del bien. En la tierra abundan los malvados; engañan como cazadores, poniendo lazos como trampas para cazar hombres. Como jaula llena de pájaros, así están sus templos llenos de engaño: Así se han hecho grandes y ricos. Engordaron y brillan de gordura; no hacen justicia al huérfano; y sin embargo, prosperan; tampoco hacen justicia a los pobres. ¿Y YO no habré de castigar estas cosas? ¿Y de estas gentes no he de tomar venganza? Dice EL SEÑOR. Cosa fea, espantosa y terrible hacen en la tierra. Los que se dicen profetas sólo hablan mentiras, y los sacerdotes que gobiernan según su antojo, los aplauden con las manos; y esto le gusta a MI Pueblo. Pero, ¿qué harán cuando estas cosas lleguen a su fin?

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Corran, avisen, y muéstrenles las señales que en los cielos, al Norte, se dejan ver; pues viene un azote y una gran calamidad. Compararé a Jerusalém a una mujer

hermosa y delicada. A ella descenderán Pastores con Sus rebaños; instalarán junto a ella sus tiendas alrededor; y cada uno de ellos apacentará a su parte. Anuncien que llegó la guerra contra ella: Levántense y atáquenla al medio día. Levántense, y también atáquenla de noche, y destruyan sus construcciones. Porque así dijo EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: Corten los árboles, para que puedan descender Sus Fortalezas contra Jerusalém. Esta es la ciudad que toda ella ha de ser castigada; porque en ella se abriga la calumnia y la injusticia. Como el manantial nunca deja de brotar sus aguas, así nunca dejará de brotar su maldad; sólo de injusticia y de robos se oye hablar en ella; en MI PRESENCIA, continuamente veo dolores y enfermedad. Corrígete, oh tierra, porque no se aparte MI Alma de ti, porque no te convierta en un desierto inhabitable. Así dijo EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS.

¿A quién he de hablar y castigar, para que escuchen? Sus orejas están tapadas, y no pueden escuchar; SEGUIR LA LEY DE LA PALABRA DEL SEÑOR A TODOS LES DA VERGÜENZA, POR ESO NO LA AMAN. Por tanto, yo estoy igual de enojado que EL SEÑOR, he trabajado por contenerme: Mejor derramaré SU PALABRA sobre los niños en la calle, y sobre los grupos de jóvenes; pues el marido también será preso con la mujer, y el viejo con su cantidad de días.

Y ME DIJO EL SEÑOR: YO extenderé MI mano contra todos los habitantes de la tierra. Porque desde el más chico de ellos hasta el más grande, cada uno, sólo siguen la ambición; y desde el profeta hasta el sacerdote, todos son unos charlatanes. Pues curan el dolor de los hombres con deshonestidad, diciéndoles: La paz sea con ustedes, no habiendo paz. ¿Acaso se han avergonzado de haber hecho esta aberración? No, no se han avergonzado, ni siquiera tienen la menor idea de La Verdad: Por tanto, también ellos caerán entre los que morirán; caerán cuando YO descienda para hacer MIS Juicios, dice EL SEÑOR. Deténganse ahora, infórmense, observen y pregunten: ¿Cómo era en la antigüedad? Y cual sea el buen camino, vayan por él, y encontrarán descanso para su vida. Mas ellos dijeron: No lo haremos. PUSE TAMBIÉN SOBRE USTEDES VIGILANTES, QUE LES DIJERON: ¡YA VIENEN! MAS USTEDES LES CONTESTARON: ESTÁN LOCOS, NO ESCUCHAREMOS. Por tanto, escuchen naciones, y entiendan todas las gentes lo que

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sucederá. ¡Escucha, oh tierra! Porque mira que voy a traer sobre ustedes feroces calamidades, el fruto de lo que ustedes sembraron, porque no escucharon MIS PALABRAS, y aborrecieron MI LEY. Sus ofrendas ya no son a MI gusto, ni sus sacrificios ME agradan. Por tanto, así dice EL SEÑOR: Estén atentos, porque YO les pondré tropiezos, y caerán en ellos los padres y los hijos a la vez, el vecino y su vecino morirán. Y DIJO EL SEÑOR: Levanten sus ojos al cielo, que ya vienen los Ejércitos de tierras del Norte, y son una raza muy grande, que se colocarán a los extremos de la tierra. Empuñan sus armas, son crueles, y no tienen piedad; su voz sonará como bramido de la mar, y montarán sus carros como hombres dispuestos para la guerra, contra ti. Cuando los vean llegar se les debilitarán los brazos, se apoderará de ustedes la angustia, y empezarán a tener dolores como mujer de parto. Cuando llegue aquel día, no salgan al campo, ni anden por el camino; porque el arma del enemigo los esperará, y por todos lados reinará el espanto. Preparen sus cosas, revuélquense en la ceniza; lloren como por un hijo único, llanto muy amargo, porque de repente descenderá sobre ustedes el Exterminador. A ti, Jeremías, te he puesto como fortaleza entre las gentes; tú conocerás y examinarás su comportamiento. Porque todos los sacerdotes son rebeldes, andan con engaños, son calumniadores, son bronce y hierro, son pervertidos: En vano trabajó el fundidor, pues no han sido separadas las maldades de aquellos.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Párate a la puerta de LA GLORIA DE TU SEÑOR, y predica desde allí estas palabras: Escuchen La Palabra del SEÑOR, todos los habitantes de la

tierra que sólo adoran y aman al SEÑOR. Así les dice EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: Corrijan su conducta y sus obras; y YO habitaré con ustedes en este maravilloso lugar. No confíen en las palabras vacías y mentirosas de aquellos que dicen: Ven, ¡aquí está el templo del SEÑOR! O aquellos otros que también dicen: Verdaderamente, ¡este es el templo del SEÑOR! Porque si realmente corrigen su conducta y sus obras, si de veras administran justicia entre hombre y hombre; si no oprimen al extranjero, al huérfano y a la viuda; si no asesinan, ni andan tras los ídolos, para su ruina; entonces YO los dejaré habitar en este lugar, en la tierra bella que di a sus padres para siempre. Pero ustedes, los que confían en las palabras de mentira, que de nada les aprovecharán; los que roban, matan, adulteran, juran en falso, y queman incienso a los ídolos que para nada sirven; y luego vienen a presentarse delante de MÍ, y dicen: Ya estamos a salvo. YO les pregunto:

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¿Acaso creen que ESTA CASA, sobre la cual es invocado MÍ NOMBRE, es cueva de ladrones? YO MISMO SOY EL QUE HE VISTO SUS ABERRACIONES, dice EL SEÑOR; y por haber hecho ustedes toda esta maldad, y en vista de que YO ya les había hablado, y los advertí a tiempo, y no quisieron escuchar; y cuando los llamé, no quisieron responder; por tanto, YO los echaré de MI PRESENCIA como eché a todos sus hermanos, a las generaciones pasadas. Así que tú, Jeremías, no intercedas por este pueblo, no eleves por ellos suplica ni oración, ni ME insistas, porque no te escucharé. ¿Acaso no ves lo que los hombres hacen en todas las naciones? A sus hijos los mandan a recoger la leña, los padres son los que encienden el fuego, y las mujeres son las que amasan la masa, para hacer tortas para la que dicen ser la reina del cielo, y para hacer ofrendas a todos sus ídolos, para ofenderme, y provocarme. Pero, ¿verdaderamente es a MÍ a quien ofenden? Dice EL SEÑOR. ¿No es más bien a sí mismos a quien hacen daño, para vergüenza de sus propias caras? Por tanto, así dice EL SEÑOR: Miren que El Furor de MI Coraje está por derramarse en esta tierra que han profanado contra los hombres y contra las bestias, contra los árboles del campo, y contra los frutos de la tierra; todo arderá, y no se apagará.

Y ME DIJO EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: Esto fue lo que les mandé: Escuchen MI VOZ, y YO seré su DIOS, y ustedes serán MI Pueblo; y sigan todos por los caminos que les he ordenado, para que les vaya bien. Pero ellos no hicieron caso, ni inclinaron su oído a MÍ; prefirieron seguir su propio consejo, y fueron hacia atrás y no hacia adelante, desde el día en que sus antepasados salieron de la tierra de Egipto, hasta el día de hoy, les envié a todos MIS siervos los profetas, apresurándome cada día a enviarlos. Pero no ME escucharon ni inclinaron su oído, sino que endurecieron sus espaldas y se portaron peor que sus padres. Tú, Jeremías, por más que les digas esto, no te escucharán; y aunque los llames, no te responderán. Y entonces les dirás: Esta es la tierra que no escucha La Voz de su SEÑOR DIOS, y que no acepta ser corregida; se perdió la fe, desterrada está de su boca. Corta tu cabello y arrójalo, y llora por lo que vendrá de las alturas; porque EL SEÑOR ha repudiado y desechado esta generación, objeto de SU Enojo.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Porque los hombres han hecho lo malo ante MIS OJOS, poniendo sus asquerosidades en los lugares en donde fue invocado y amancillado MI NOMBRE. Y han construido altares dentro de templos de torres altas, para que en MI NOMBRE a sus hijos y a sus hijas quemaran en el fuego, cosa que YO no mandé, ni ME pasó por la mente.

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Por tanto, ya se acerca el tiempo, dice EL SEÑOR, en donde los cadáveres de los hombres de las naciones serán comida de las aves del cielo y de las bestias de la tierra, y no habrá quién las ahuyente. Y no se escuchará más en las ciudades el regocijo y la alegría, ni la voz del esposo ni la de la esposa, porque toda la tierra quedará vacía.

Y DIJO EL SEÑOR: En aquel tiempo, serán extraídos de sus sepulcros los huesos de los reyes, y los huesos de los príncipes, y los huesos de los sacerdotes, y los huesos

de los profetas; y serán expuestos frente a todos sus ídolos; a quienes ellos amaron y sirvieron, y tras los cuales anduvieron; y a los que consultaron y ante los cuales se arrodillaron. No serán tomados por MÍ, ni sepultados, los dejaré de estiércol para el campo. Y todos los que queden de esta tierra perversa, en todos los lugares a donde YO los haya arrojado, preferirán la muerte a la vida, dice EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS. Y también les dirás: Así dice EL SEÑOR: ¿Acaso el que cae, no se levanta luego? ¿Y el que se desvía no regresa al camino correcto? ¿Por qué, entonces, los hombres se han desviado para blasfemar eternamente? ¿Por qué se obsesionan por lo que a todas luces es una mentira y se rehúsan a convertirse? YO ESTOY atento y escucho: No hablan con sinceridad, no hay hombre que se arrepienta de su maldad, preguntándose: ¿Qué es lo que he hecho? Al contrario, todos han vuelto a tomar la carrera de sus vicios, como caballos que a rienda suelta corren a la batalla. Aun la cigüeña en el aire conoce su tiempo, la tórtola, la golondrina y la gruya, saben cuándo han de venir; mas MI Pueblo no conoce lo debido al SEÑOR. ¿CÓMO, ENTONCES, ES QUE DICEN: SOMOS ESCOGIDOS, PORQUE SEGUIMOS FIELMENTE LA LEY DEL SEÑOR? CIERTAMENTE, LA PLUMA MENTIROSA DE LOS TRADUCTORES LA HA CONVERTIDO EN MENTIRA. Confundidos también están sus sabios, aterrados y presos en la mentira, porque no aceptaron La Verdadera Palabra del SEÑOR, y ni rastro hay ya en ellos de sabiduría. Por lo cual, YO entregaré sus mujeres a otros, y sus tierras a otros herederos: Porque desde el más pequeño hasta el más grande, todos se dejan llevar de la ambición; desde el profeta hasta el sacerdote, todos practican la mentira. Curan la llaga de los hombres con burlas, diciéndoles: ¡La paz sea con ustedes! Cuando no hay paz. Siguen viviendo en la confusión, porque cometen aberraciones ¿Acaso se han avergonzado? En nada se avergüenzan, ni siquiera saben lo que es vergüenza; por tanto, caerán con los que van a morir; serán derribados en el día de su castigo, dice EL SEÑOR.

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Acabaré del todo con ellos, dice EL SEÑOR: No quedará uva en la vid, ni en la higuera higos, incluso el follaje se marchitará. A gran distancia se escuchará el bufido de SUS caballos: Por el sonido de los relinchos de SUS Fortalezas temblará toda la tierra; y cuando lleguen, devorarán su abundancia, sus bienes y a los habitantes de ella. Porque miren que YO haré descender sobre ustedes, Ejércitos esmerados y violentos, contra los cuales no sirven sus adelantos; y los destrozarán, dice EL SEÑOR, a causa del intenso dolor que han provocado en MÍ sus aberraciones, por lo cual MI CORAZÓN SUFRE EN MÍ. ¿Por qué ME ofendieron con sus imágenes de escultura, que no son mas que fantasías estúpidas? Lastimado estoy por las aberraciones de la tierra; estoy de luto, el horror se ha apoderado de MÍ. ¿Acaso no hay medicina en la tierra? ¿No hay allí un médico? ¿Por qué no hubo cura para los pueblos?

¡Si MI CABEZA se convirtiera en agua, y MIS OJOS en manantiales, no alcanzarían para que llore día y noche los muertos que habrá sobre la tierra! ¡Oh quién ME diera

en la soledad del desierto un hospedaje de viajeros, para dejar a MI Pueblo y alejarme de ellos! Porque todos ellos son adúlteros, bola de pecadores. Se sirvieron de su lengua como si fuera un arco, para disparar mentiras; y se han hecho poderosos pasando de un crimen a otro, y ME han desconocido, dice EL SEÑOR. Cuídense cada uno de su prójimo, ni siquiera en su hermano tengan confianza: Porque todo hermano engaña con mentira, y todo prójimo anda con hipocresías. Unos a otros se engañan, jamás dicen la verdad: Enseñaron a su lengua para hablar mentira, sólo se ocupan haciendo cosas perversas. Viven en medio del engaño. No quisieron conocerme, dice EL SEÑOR. Por tanto, miren que YO los fundiré, y los probaré con fuego; porque flecha afilada es la lengua de ustedes; sólo hablan para engañar; con su boca hablan de paz con su prójimo, mas en su interior arman engaños. Y YO, ¿no he de castigarlos sobre estas cosas? Dice EL SEÑOR. ¿De semejante gente no ME vengaré? Sobre los montes los haré llorar y se lamentarán, y gran llanto habrá sobre las arenas del desierto; porque las naciones serán exterminadas hasta no quedar quién pase, ni siquiera se oirá el bramido del ganado: Desde las aves del cielo hasta las bestias de la tierra, todos desaparecerán. Y YO reduciré la tierra a un montón de escombros, y también la haré guarida de lobos; y haré que las ciudades queden despobladas, sin que exista un solo habitante. ¿QUIÉN ES EL HOMBRE SABIO QUE ENTIENDA ESTO? ¿Y A QUIÉN LE HABLARÉ PARA QUE PUEDA ANUNCIARLO? Porque dejaron MI LEY, la cual YO di delante

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de ellos, y no obedecieron a MI Mandato, ni tampoco caminaron conforme a lo dicho, sino que siguieron obstinados con sus fantasías, asegurando su corazón a los ídolos que les inculcaron sus padres. Y ME DIJO EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: Primero, YO los dividiré entre gentes que no conocieron ni sus padres; y después, enviaré la muerte detrás de ellos, hasta que YO los acabe. Escuchen también, oh mujeres, La Palabra del SEÑOR, y su oído entienda lo que les digo: Enseñen a llorar a sus hijas, y cada una a su amiga a lamentarse. Porque la muerte subirá por sus ventanas, y entrará en sus casas para arrancar a los niños y a los jóvenes de la tierra. Los cuerpos de los muertos caerán como estiércol sobre la superficie de la tierra, como manojo tras el atador, que no hay quién lo recoja. No se alabe el sabio en su sabiduría, ni el valiente se alabe en su valentía, ni el rico se alabe en sus riquezas. El que se alabe, alábese en esto: En tener inteligencia, en entenderme y en conocer que YO SOY EL SEÑOR, EL QUE HAGO MISERICORDIA, JUICIO, Y JUSTICIA EN LA TIERRA: Porque estas cosas quiero, dice EL SEÑOR. Miren que viene el día en que descenderé sobre todo circuncidado, y sobre todo incircunciso; y sobre todos los arrinconados en el más escondido rincón, que habitan en el desierto; y sobre todo hombre que tiene prepucio en el corazón.

Escuchen La Palabra del SEÑOR: Así dijo EL SEÑOR: NO APRENDAN LAS TRADICIONES DE LAS GENTES, NI DE LAS SEÑALES QUE VEAN EN EL CIELO

TENGAN TEMOR, AUNQUE VEAN QUE LAS GENTES DISCUTAN POR ELLAS. PORQUE LAS TRADICIONES DE LOS PUEBLOS SON SÓLO FANTASÍA: PUES LOS LEÑOS, DEL MONTE FUE DE DONDE LOS CORTARON, Y SI SON OBRA DE LAS MANOS, ES PORQUE LAS TALLARON CON BURIL LOS ARTESANOS. Y AUNQUE LOS ADORNAN CON PLATA Y ORO, SI CON CLAVOS Y MARTILLO LOS ASEGURAN, ES PARA QUE NO SE CAIGAN. Y AUNQUE DEL TAMAÑO DE LA PALMA LOS IGUALAN, NO HABLAN; Y SI LOS CARGAN, ES PORQUE NO PUEDEN ANDAR. NO TENGAN TEMOR DE ELLOS; PORQUE NO PUEDEN HACER NINGÚN MAL, NI TAMPOCO PARA HACER BIEN TIENEN PODER.

Y entonces yo contesté: MI SEÑOR, NO HAY NADIE SEMEJANTE A TI: GRANDE TÚ, GRANDE TU NOMBRE E INMENSA TU FORTALEZA ¿QUIÉN NO TE TEMERÁ, OH REY DE LAS NACIONES? Pues entre todos los sabios de la tierra, y en todas sus naciones, no hay nadie semejante a TI. De necios y equivocados quedarán convencidos todos ellos; PUES EL LEÑO QUE ADORAN, ES LA PRUEBA DE SU LOCURA. Podrán hacer sus imágenes de plata o de

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oro; pero no serán mas que la obra de las manos del fundidor o del artesano; los podrán vestir de cárdeno o de púrpura; pero no serán mas que obra de los expertos en arte. Mas EL SEÑOR ES ÚNICO Y VERDADERO; ÉL ES EL DIOS VIVO Y REY ETERNO: A SU llegada temblará la tierra, y las naciones no podrán soportar SU Enojo. Y en ese día, se dirán así: Verdaderamente estos ídolos que teníamos, y a los cuales nos arrodillábamos no hicieron los cielos ni la tierra, por eso fueron derrumbados debajo de la tierra y debajo de estos cielos. Pero EL que hizo la tierra con SU PODER, EL que puso en orden el mundo con SU SABER, y EL que extendió los cielos con SU INTELIGENCIA; a SU Orden braman las aguas en el cielo, y levanta las nubes de los extremos de la tierra; hace los relámpagos para la lluvia, y saca el viento de SUS depósitos. Necio se hizo todo hombre con su ciencia de las imágenes, la misma estatua del ídolo es la mentira de todo artesano; pues no es mas que falsedad lo que ha fabricado, un cuerpo sin vida: Cosas inventadas son, y obras dignas de risa, todas ellas caerán el día de la llegada del SEÑOR. NO, NO ES COMO ESTAS ESTATUAS AQUEL SEÑOR; PUES ÉL ES EL AUTOR DE TODO LO CREADO, y es el hombre la porción de SU Herencia; EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS ES SU NOMBRE. ¡Ay de ti, tierra! Que te encontrarás atacada e invadida, puedes ya reunir de todas las naciones tus ídolos, que sólo serán tu vergüenza. Porque así ha dicho EL SEÑOR: Esta vez arrojaré lejos a los habitantes de la tierra, y los he de perseguir, para que nadie escape. Y entonces dirás: ¡Ay de mí, por mi desobediencia! Ahora mi llaga es muy dolorosa. Esta enfermedad yo me la he provocado, justo es que deba sufrirla. Mis construcciones han sido destruidas, todos mis ligamentos están rotos: Mis hijos fueron sacados de mí, y murieron: No hay ya más que me dé vida, ni quién me contemple. Y si esto será así, es por que también los pastores se han equivocado, no buscaron al SEÑOR; por eso no entendieron y no prosperaron, les faltó inteligencia, y ha sido esparcido todo su rebaño. Pon atención, y mira los cielos, que ya se percibe un gran ruido, un gran alboroto que viene de la parte del Norte, para convertir a las naciones de la tierra en desierto, y en habitación de culebras. Yo conozco, oh SEÑOR, que el hombre no es dueño de su camino, ni es del hombre el andar y dirigir sus pasos. Corrígeme ahora, oh SEÑOR, para que el día de TU llegada no me extermines.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Escucha las palabras de este Pacto y habla con todos los habitantes de la tierra, y diles: Así dice EL SEÑOR: Maldito el hombre que no 11

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obedezca las palabras de este Pacto, el cual ordené a sus padres el día que los saqué de la tierra donde eran esclavos, de aquel horno de hierro, diciéndoles: Escuchen MI VOZ, y hagan todo lo que les HE ordenado, y serán MI Pueblo, y YO seré para ustedes su DIOS; y así se confirme el Juramento que hice a sus padres, que les daría la buena tierra en la que corre leche y miel. Y ME DIJO EL SEÑOR: Grita todas estas palabras a las naciones de la tierra, y en las calles de los pueblos, diciendo: Escuchen las palabras de este Pacto, y pónganlas en práctica. Porque con energía las ordené a sus padres desde el día que los hice salir de la tierra de Egipto, hasta el día de hoy, adelantándome y exigiéndoles, diciendo: Escuchen MI VOZ. Pero no ME escucharon, ni prestaron oídos a MI PALABRA, sino que se fueron cada uno tras los ídolos que había inventado su malvado corazón: Por tanto, YO haré caer sobre ellos todas las sentencias de este Pacto, el cual mandé que cumplieran y no cumplieron. Engaño hay en los habitantes de la tierra. Ellos han vuelto a las maldades antiguas de sus primeros padres, los cuales no quisieron escuchar MIS PALABRAS; y también se han ido tras los ídolos para adorarlos. Así es como los hombres han quebrantando MI PACTO, el mismo que YO contraje con sus padres. Por tanto, así ha dicho EL SEÑOR: Mira que YO haré descender sobre ellos grandes calamidades, de las que no se podrán librar; y cuando ME supliquen, no los escucharé. Y entonces irán a clamar a sus muñecos, a quienes ellos queman incienso, los cuales no los podrán salvar en el tiempo de su aflicción. Porque en la misma cantidad que crecían tus ciudades, fueron tus ídolos, oh tierra; y tan numerosos como tus calles, pusiste tus templos de vergüenza, altares para ofrecer incienso y ofrendas a tus ídolos. Tú, Jeremías, no ores por los hombres, ni levantes por ellos súplica alguna; porque YO no escucharé el día que en su aflicción a MÍ supliquen. ¿Qué buscas aún, amada tierra, de MÍ, que tus habitantes han cometido tantas maldades? ¿Acaso lo Sagrado podrá librarte del mal, habiendo hecho tú tanta maldad, de la cual has hecho ostentación, alegrándote? Mira que YO los castigaré; los jóvenes morirán a filo de arma; sus hijos y sus hijas morirán de hambre; y no quedará nada de ellos: Porque YO haré descender grandes calamidades sobre los hombres, cuando llegue el día del castigo.

Y yo le dije: Mi SEÑOR, si TÚ ERES JUSTO, ¿por qué motivo logran progresar los incrédulos, y viven cómodos y tranquilos todos los que desobedecen TU LEY

y hacen mal? TÚ los plantaste en la tierra, y echaron raíces; progresaron, y maduraron; 12

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TE tienen en sus bocas, pero muy lejos de TI está su corazón. Pero TÚ, oh SEÑOR, me conoces; me ves, y pruebas mi corazón para contigo: Arráncalos, como ovejas para el sacrificio, y señálalos para el día de la matanza. Mi SEÑOR, ¿hasta cuándo estará deshabitada la tierra, y se secará la hierba de todos los campos, por la maldad de sus habitantes? Morirán también los ganados y las aves; por haber dicho todos: EL SEÑOR no verá nuestro fin. Y ME DIJO EL SEÑOR: Si tú, corriendo con los de a pie, te fatigas, ¿cómo podrás competir con MIS SANTOS, los de a caballo? Y si apenas en una tierra de paz te sientes seguro, ¿qué harás ante el enojo de MIS SANTOS, que vienen del Norte? Tus mismos hermanos, los de la familia de tu padre, te han traicionado, y gritan blasfemias contra ti; no te fíes de ellos aun cuando te hablen con amor. Porque también muchos pastores han destruido MI Rebaño; han pisoteado MI Propiedad; han convertido en soledad MI preciosa Pertenencia: Será arrasada toda la tierra, porque no hubo quién ME escuchara. Sobre todos los templos de torres altas vienen los Exterminadores; porque el arma del SEÑOR devorará la tierra desde un extremo hasta el otro: Y no habrá salvación para ningún ser viviente. Sembraron trigo, y cosecharán espinas; tuvieron en sus manos la propiedad, mas no aprovecharon nada: Se avergonzarán de sus frutos, por la tremenda Ira ardiente del SEÑOR. Y DIJO EL SEÑOR: A todos MIS malos vecinos que atacaron la propiedad que YO les di en posesión: Miren que YO los arrancaré de sus pueblos, y también los arrancaré de la tierra. Y después que los haya exterminado, ME aplacaré y tendré misericordia de los que queden, y los haré volver cada uno a su propiedad, y cada uno a su tierra. Y si ellos, ya escarmentados, aprenden La LEY de MI Pueblo, para jurar en MI NOMBRE, diciendo: EL SEÑOR ES DIOS VIVO. Así como enseñaron a MI Pueblo a jurar por los ídolos; así ellos prosperarán en medio de MI Pueblo. Pero si no ME escuchan, YO arrancaré de raíz a tal gente, y la exterminaré, dice EL SEÑOR.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Las naciones perversas, que no quieren escuchar MIS PALABRAS, que persisten tras las imaginaciones de su depravado corazón, y que

se han ido detrás de los ídolos para adorarlos, y para arrodillarse a ellos; vendrán a ser como una faja podrida, que para nada sirve. Verán que YO llenaré de esta embriaguez a todos los habitantes de la tierra, incluyendo a los reyes de la descendencia de David que se sientan sobre su trono, a los sacerdotes, a los profetas, y a todos los habitantes de la tierra;

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y los estrellaré a unos contra los otros, padres e hijos juntamente, dice EL SEÑOR: No los perdonaré, ni tendré piedad ni misericordia para destruirlos. Escuchen y presten atención; no se ensoberbezcan, pues YO SOY EL SEÑOR quien habla. Glorifiquen al SEÑOR SU DIOS, antes que ÉL haga descender las tinieblas y tropiecen sus pies en la oscuridad, y esperen luz, y sólo tengan sombra de muerte y oscuridad. Digan a los reyes y a las reinas: Humíllense, siéntense en el suelo, porque se acerca el día en que caiga de sus cabezas la corona de su deleite. LEVANTEN SUS OJOS AL CIELO, OH HABITANTES DE LA TIERRA, Y VEAN A LOS QUE VIENEN DEL NORTE; PORQUE ¿QUÉ DIRÁN CUANDO VEAN QUE EL SEÑOR SU DIOS, EN SU GLORIA, SE PONE SOBRE USTEDES? ¿Acaso no los tomarán dolores como a mujer de parto? Y cuando digan en su corazón: ¿Porque vienen sobre mí todas estas desgracias? Entonces sabrán que fue por la cantidad de maldades que les fueron descubiertas tras las faldas de la ramera, y por haberse encontrado manchadas las plantas de sus pies. ¿Acaso puede cambiar el negro su piel o el leopardo sus manchas? Así tampoco pueden ustedes hacer el bien, estando habituados a hacer el mal. Por tanto, YO los esparciré como la hojarasca que arrebata el viento del desierto; porque se olvidaron de MÍ, y confiaron en lo que es una gran mentira. Escúchame, oh ramera: YO MISMO mostraré a todos los hombres de la tierra, delante de tu cara, lo que hay detrás de tus faldas, y todos verán tu verdad, tus adulterios, y los relinchos de la maldad de tu fornicación en tus templos con torres altas: Pues en el mismo campo YO vi tus aberraciones.

Y ME DIJO EL SEÑOR: La tierra estará de luto, habrá ciudades destruidas y derribadas por el suelo, sus gobernantes enviarán a sus empleados por agua:

Llegarán a las lagunas, y éstas estarán vacías; y cubrirán sus cabezas, a causa de la vergüenza y confusión. También los campesinos cubrirán su cabeza, por la vergüenza de tener sus terrenos agrietados por falta de lluvia sobre la tierra. Y aun los mamíferos parirán en los campos, dejando su cría, porque no habrá hierba. Amaron el andar de un lugar a otro, no detuvieron sus pies: Por tanto, ya no son MI Voluntad; ME acordé de sus maldades, y ahora castigaré sus pecados. Y ME DIJO EL SEÑOR: Jeremías, no ruegues para bien por este pueblo. Cuando ayunen, no escucharé su oración, y cuando ME ofrezcan holocaustos, no los aceptaré; sino que los voy a matar con MI arma, y con hambre, y con enfermedades. Y entonces yo dije: ¡Ay, ay, ay! Mi SEÑOR, cómo es posible que sus profetas les dicen:

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No teman, no sufrirán la muerte, ni habrá hambre en ustedes, sino que la tierra es un lugar de paz verdadera. Y ME DIJO EL SEÑOR: Falso es lo que profetizan en MI NOMBRE esos profetas: YO no los envíe, nada les he ordenado, ni siquiera les hablé; esos charlatanes sólo les venden las alucinaciones de su propio corazón. Por tanto, diles: Así ha dicho EL SEÑOR: Sobre aquellos charlatanes que profetizan en MI NOMBRE, los cuales YO jamás envié, y que dicen: No vendrá exterminio ni hambre sobre la tierra: Con armas y con hambre los mataré. Y las gentes a quienes profetizaban, serán echadas en las calles, víctimas del hambre y de la muerte; y no habrá quién los entierre, ni a ellos, ni a sus mujeres, ni a sus hijos, ni a sus hijas; y derramaré sobre todos ellos el castigo de su maldad. Diles estas palabras: Así ha dicho EL SEÑOR: MIS OJOS derraman sin cesar lágrimas noche y día, porque la tierra ha sido profanada hasta el extremo, y ha sido herida de gravísima plaga. Si miro a los campos, sólo VEO muertos a cuchillo; y si desciendo en las ciudades, sólo VEO enfermos y hambrientos: Porque tanto el profeta como el sacerdote son esclavos de su mentira. Y entonces, yo dije: MI SEÑOR, ¿por casualidad, has rechazado del todo a la tierra? ¿Aborrece TU Alma también a Sión? ¿Por qué nos has azotado con tanto rigor, que no queda nadie sano? Esperamos la paz, y no tenemos ningún bien; esperamos el tiempo de regenerarnos, y no hay mas que espanto y confusión. Reconocemos nuestra infidelidad, y la maldad de nuestros padres: Porque contra ti hemos pecado. No nos rechaces más, por amor de TU NOMBRE, no nos castigues con ver ultrajado EL TRONO DE TU GLORIA; acuérdate, no rompas TU Pacto con nosotros. ¿Acaso hay entre los ídolos de las gentes, que no son mas que simulacros, quien pueda dar lluvia? ¿Acaso pueden esos muñecos enviarnos agua desde los cielos? ¿No eres TÚ, SEÑOR DIOS nuestro, en quien nosotros confiamos? Sí: Porque TÚ eres el que hace todas estas cosas.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Aún si Moisés y Samuel se pusieran delante de MÍ, no se compadecerá MI ALMA a favor de los pueblos: ¡Échalos de MI Presencia!

Y si te preguntan: ¿Adónde iremos? Les dirás: Así ha dicho EL SEÑOR: El que esté destinado

a morir por enfermedad, muera; el que sea por arma, muera; el que sea por hambre, muera; y el que sea esclavo, al cautiverio. Porque YO enviaré contra ellos cuatro formas de castigo, dice EL SEÑOR: Arma para matar, perros para despedazar, bestias para devorar, y aves del cielo para limpiar. Serán cruelmente perseguidos por todas las naciones de la

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tierra, por todo lo que hicieron. Porque, ¿quién tendrá compasión de ustedes? O ¿quién los consolará? ¿O quién se detendrá para preguntar por su paz o su felicidad? Fueron ustedes los que ME dejaron, dice EL SEÑOR, los que ME dieron las espaldas: Por tanto, YO extenderé MI MANO sobré ustedes y los destruiré; pues ESTOY cansado de perdonarlos, cada que a MÍ suplican. YO los aventaré con un soplido hasta los extremos de la tierra, los privaré de sus hijos, y los desbarataré; porque no han querido dejar el mal camino. Sus viudas serán más numerosas que la arena de la mar; en pleno día YO enviaré contra ellos un Exterminador: Sobre la madre y sobre los hijos; sobre las naciones, haré que de repente caigan sobre ellos terrores. Se debilitará la madre que había parido siete hijos: Se desmayará su alma al ver, cómo el sol en pleno día será cubierto por MI GLORIA; se llenará de confusión y será avergonzada: Y lo que de ella quede, lo entregaré a la espada en presencia de sus enemigos, dice EL SEÑOR. .

Y entonces, yo dije: ¡Ay de mí, SEÑOR MÍO, que me has hecho surgir como hombre de pleito y hombre de desunión a toda la tierra! A nadie presté a rédito, ni tomé usura de ellos, y todos me maldecirán. Y ME DIJO EL SEÑOR: En verdad te digo, que serás feliz el resto de tu vida; porque YO te sostendré cuando inicie tu aflicción, y te defenderé en el tiempo de tu amargura. ¿Acaso las naciones creen posible que los metales de la tierra puedan destruir, o siquiera tocar, al hierro y al bronce que vienen del Norte? Sus riquezas y sus tesoros no tendrán ningún precio, serán asquerosidad para sus Exterminadores, por los pecados que cometieron en toda la tierra.

Y DIJO EL SEÑOR: De dolorosas enfermedades morirán; no serán llorados ni sepultados; quedarán como estiércol sobre la superficie de la tierra; morirán por

arma y por hambre; y sus cadáveres serán como comida para las aves del cielo y para las bestias de la tierra. No entren a ninguna casa de luto, ni vayan a llorar ni a expresar su duelo con ellos, ni los consuelen: Porque YO he retirado de esta tierra MI Paz, MI Misericordia y MIS Piedades. Grandes y pequeños morirán en esta tierra, no serán sepultados ni serán lamentados, ni los llorarán, ni nadie se arañará ni se mecerán por ellos; nadie partirá con ellos el pan en su duelo, ni habrá quién los consuele por sus muertos; ni se les dará a beber una copa de consolación por la muerte de su padre o por la muerte de su madre. Así mismo, en adelante, tampoco entren en las casas donde haya

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fiesta para sentarse con ellos a comer y beber. Porque así ha dicho EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: Todos mirarán que YO SOY el que haré callar en la tierra, delante de sus ojos y en sus días, los gritos de gusto y las voces de alegría, los cantos por el esposo, y las baladas de la esposa. Y sucederá que cuando anuncies a las naciones todas estas cosas, ellos te dirán: ¿Por qué ha determinado EL SEÑOR contra nosotros todas estas desgracias? ¿Cuál es nuestra maldad? Y ¿qué pecado es el que nosotros hemos cometido contra EL SEÑOR nuestro DIOS? Entonces les dirás: Así dice EL SEÑOR: Porque sus padres ME dejaron, y se fueron detrás de los ídolos, y los adoraron, y a ellos se arrodillaron, y ME dejaron a MÍ, y no guardaron MI LEY; y ustedes han hecho peor que sus padres; porque ustedes caminan cada uno tras lo que se ha imaginado su malvado corazón, no oyéndome a MÍ. Por tanto, YO los echaré en manos de guerreros de una tierra muy antigua que ni ustedes ni sus padres conocieron; y a ellos servirán día y noche; porque no les mostraré piedad. YO haré descender sobre ustedes Pescadores, dice EL SEÑOR, y los pescarán; y después enviaré muchos Cazadores, y los cazarán; así se escondan en los montes, o en las cavernas de las piedras. Porque MIS OJOS están observando todos sus pasos; ninguno de ustedes se oculta a MIS MIRADAS; así como su maldad nunca estuvo oculta a MI VISTA. Pero primeramente les pagaré al doble lo que merecen su maldad y sus faltas; porque han contaminado MI tierra con la madera de sus ídolos y llenado MI Propiedad de sus aberraciones. Y entonces yo dije: ¡OH MI SEÑOR, fortaleza mía, fuerza mía, y mi refugio en el día de la angustia! A ti vendrán las naciones desde los extremos de la tierra, y dirán: VERDADERAMENTE NUESTROS PADRES SÓLO NOS ENSEÑARON LA MENTIRA, Y LA FANTASÍA, CON RAZÓN, PARA NADA LES APROVECHÓ. ¿Por qué motivo el hombre se fabricó ídolos, que en realidad no son dioses? Y ME DIJO EL SEÑOR: Esta vez, YO les enseñaré MI FORTALEZA y MI PODER, y cuando la vean descender, sabrán que YO SOY, Y QUE MI NOMBRE ES EL SEÑOR.

Sus pecados están esculpidos con cincel de hierro y con punta de diamante, a los lados de sus monstruosos altares: También están esculpidos en la tabla de

su corazón. Por eso, perderán la herencia que YO les di; pues han encendido el fuego de MI Cólera, que arderá para siempre. Así dice EL SEÑOR: Maldito el hombre que confía en otro hombre, y se apoya en un brazo de carne, mientras su corazón se aleja del SEÑOR. Pues

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será como árbol en el desierto, y no verá cuando venga el bien; pues vive en la sequedad del desierto. Bienaventurado el hombre que confía en EL SEÑOR y cuya confianza es el mismo SEÑOR. Porque es un árbol plantado junto a las aguas, que extiende sus raíces hacia el río; no teme cuando llega el calor, permanece verde su hoja; no se inquieta cuando hay sequía, ni deja de dar fruto. Pero ¡ah! Cómo es perverso y mentiroso el corazón de todos los hombres, e impenetrable: ¿Quién podrá conocerlo? YO, EL SEÑOR, SOY EL ÚNICO que examino los corazones, y el que examino los riñones, para pagar a cada uno según su comportamiento y su alimento, conforme al mérito de sus obras.

Y entonces yo dije: TU GLORIA ES TU TRONO ALTÍSIMO DESDE EL PRINCIPIO, ES EL LUGAR DE NUESTRA SALVACIÓN. ¡OH SEÑOR, ESPERANZA DE LOS HOMBRES! Todos los que te abandonan, quedarán confundidos, y serán avergonzados; serán escritos en el polvo; porque dejaron el venero de aguas vivas, que eres TÚ, SEÑOR. ¡Sáname, SEÑOR, y quedaré sano!; ¡Dame una oportunidad, y seré salvo! Porque ¡TÚ eres mi delicia! Mira, SEÑOR, a todos aquellos, que dicen: A ver, ¿dónde está todo lo que ha dicho EL SEÑOR? ¡Que se cumpla! Y ME DIJO EL SEÑOR: Ve, y diles: Escuchen MI PALABRA, reyes y habitantes de toda la tierra. Así ha dicho EL SEÑOR: Cuiden de sus vidas, y no carguen nada en el día de Sábado, ni para meter ni para sacar por las puertas de sus casas; no saquen ni metan nada de sus casas en el día de Sábado, ni hagan absolutamente nada: Antes santifiquen el día de Sábado como YO ordené a sus padres; y si ustedes ME obedecen en ésto, dice EL SEÑOR, ustedes los reyes, y los gobernantes, y los hombres de la tierra, habitarán sus naciones eternamente. Mas si no ME escuchan para santificar el día de Sábado, no metiendo ni sacando carga por sus puertas, YO haré descender fuego a sus puertas, y consumirá sus casas y mansiones, y no se apagará.

Y ME DIJO EL SEÑOR: O ¿acaso no puedo hacer YO con ustedes, oh hombres, como hace un alfarero? Así son ustedes en MI MANO; en un instante hablaré

contra las naciones y contra los reinos, para arrancarlos, y disiparlos, y destruirlos. Pero si esas gentes se convirtieran de su maldad de la que YO les he hablado; JURO YO que ME arrepentiré del mal que había pensado hacerles. En un instante hablaré de la nación y del reino, para edificar y plantar; pero si hacen lo malo delante de MIS OJOS, no oyendo MI VOZ, ME arrepentiré del bien que había determinado hacerles.

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Y ME DIJO EL SEÑOR: Di a todos los habitantes de la tierra: Así ha dicho EL SEÑOR: Miren que YO preparo grandes males contra ustedes, y trazo MIS Planes en diseño, para hacerles daño: Conviértanse ahora cada uno de sus maldades y corrijan sus costumbres y sus comportamientos. Pero ellos dijeron: No importa: Seguiremos con nuestras propias tradiciones, y trabajaremos cada uno según el pensamiento de nuestro malvado corazón. Y ME DIJO EL SEÑOR: Porque los hombres se han olvidado de MÍ, quemando incienso a los ídolos, y prendiendo lámparas a sus fantasías, las cuales les hacen tropezar en sus caminos, en las sendas antiguas, para convertir su tierra en un desierto y en silbidos eternos; al grado que todo aquel que pase por ella se quedará pasmado, y meneará su cabeza. Como viento tempestuoso los disiparé; les volveré las espaldas, y no MI ROSTRO, en el día de su desgracia escucharán los alaridos desde sus casas, cuando YO traiga sobre ellos EL EJÉRCITO de repente.

Y DIJO EL SEÑOR: Escuchen MI PALABRA, oh reyes de la tierra, y habitantes de las naciones, así dice EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: Sepan que YO

descargaré sobre esta tierra tales castigos, que cualquiera que los escuche, le resonarán los oídos. Porque todos ME dejaron, y profanaron MI lugar quemando en él incienso a ídolos, desconocidos de ellos, de sus padres y de los reyes; y llenaron este lugar de muertos, asesinando a inocentes, y han levantado templos con torres altas a sus muñecos para quemar a sus hijos con fuego, ofreciéndolos como holocaustos a sus mismos ídolos; cosa que YO no ordené, ni hablé, ni ME vino a la mente. Por tanto, miren que vienen días, dice EL SEÑOR, que este lugar no se llamará más por su nombre, sino que la tierra será llamada valle de la matanza; y los haré caer a cuchillo delante de sus enemigos, y en las manos de los que buscan su perdición; y daré sus cadáveres como pasto, para comida de las aves y de las bestias: Y YO pondré a esta tierra por espanto y vergüenza: Todo aquel que pase por ella tendrá miedo, se asombrará y silbará sobre todas sus desgracias. Y les daré a comer a los que son padres las carnes de sus propios hijos, y las carnes de sus hijas; y al amigo, la carne de su amigo, en la angustia y en la estrechez a que los reducirán sus enemigos y los que buscan sus almas. Y DIJO EL SEÑOR: Miren que YO traeré sobre esta tierra y sobre todas sus naciones, todas las desgracias que contra ella he anunciado; porque han endurecido su cuello, para no escuchar MIS PALABRAS.

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Y yo dije: MI SEÑOR, TÚ estás conmigo, porque ERES UN PODEROSO GIGANTE; por eso los que me persiguen tropezarán, y no durarán; serán avergonzados en

gran manera, porque sus planes contra mi no prosperarán; vivirán su confusión eternamente, al grado que jamás será olvidada.

Y ME DIJO EL SEÑOR: YO MISMO pelearé contra ustedes con mano extendida y brazo fuerte, con furor, y enojo, y con gran violencia: Mataré a los habitantes

de esta tierra; hombres y bestias morirán de terrible enfermedad: Miren que YO pongo delante de ustedes dos caminos: El camino de la vida y el camino de la muerte. Escuchen La Palabra del SEÑOR: Libren al oprimido del poder del opresor; no sea que estalle MI Ira como fuego, y arda sin que haya quién la apague, a causa de la maldad de sus obras. Mira que a ti ME dirijo, habitante de la que llaman primorosa ciudad, así dice EL SEÑOR a los que dicen: ¿Quién descenderá contra nosotros? Y ¿quién será capaz de apoderarse de nuestras casas? YO los castigaré conforme al fruto de sus obras, dice EL SEÑOR, y haré encender fuego en su impenetrabilidad, y consumirá todo lo que está alrededor de ella.

ASÍ DICE EL SEÑOR: Hagan lo correcto y lo justo, y libren al oprimido de la mano del calumniador: No engañen ni roben al extranjero, ni al huérfano, ni a

la viuda, ni hagan violencia en este lugar; y no asesinen inocentes. Porque si realmente se comportan así como les digo, los reyes y sus descendientes, seguirán ocupando sus tronos como el de David, y llegará el día en que estarán montados en sus carros y en sus caballos; y entrarán y saldrán con sus servidores. Mas si no escuchan MIS PALABRAS, JURO por MÍ, dice EL SEÑOR, que serán exterminados. Y destinaré contra ustedes Destructores de hombres, cada uno con sus armas y sus tropas: Y destruirán los ídolos que te fabricaste con tus árboles más escogidos, y los echarán en el fuego. Y atravesarán muchas gentes por esa gran ciudad, y dirán cada uno a su compañero: ¿Por qué motivo trató así EL SEÑOR a esta hermosa y gran ciudad? Y otros contestarán: Porque abandonaron EL PACTO DEL SEÑOR SU DIOS, prefirieron adorar y servir, y arrodillarse a los ídolos. ¡Ah! No lloren al muerto, ni de él se conduelan; lloren amargamente pero por el que se va; porque no volverá jamás. Porque así dice EL SEÑOR: ¡Ay del que construye su casa sobre la injusticia, y sus habitaciones sobre la maldad, forzando a su prójimo a que trabaje de balde no pagándole su justo salario! ¡Ay de aquel que dice: Me construiré una casa grande, de espaciosas habitaciones, y le abriré ventanas, y toda la cubriré de cedro, y la pintaré de bermellón!

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¿Acaso te sentirás rey porque tapizas tu casa de cedro? ¿Por casualidad tu padre no comió y bebió, y fue feliz haciendo lo correcto y justo? Y DIJO EL SEÑOR: A la que habita la gran ciudad, así dice EL SEÑOR: Te he hablado cuando prosperabas, y no quisiste escuchar MI VOZ. Por tanto, se acercan los días en que todos tus sacerdotes y pastores se alimentarán sólo del viento, y tus enamorados serán cautivos: Entonces te avergonzarás y quedarás confundida a causa de toda tu maldad. ¡Cómo te quejarás cuando te sobrevengan las angustias, y los dolores, dolor como de mujer que está de parto! JURO YO, dice EL SEÑOR, que si fueras anillo en MI MANO DERECHA, aun de allí te arrancaré; y te entregaré en manos de los que buscan cómo matarte, y en mano de aquellos cuyo rostro temes. ¡Oh tierra, tierra, tierra, escucha La Palabra del SEÑOR!

Y DIJO EL SEÑOR: ¡AY DE LOS PASTORES QUE DESTROZAN Y DISPERSAN LAS OVEJAS DE MI REBAÑO! DICE EL SEÑOR: USTEDES HAN DISPERSADO MIS

OVEJAS, SÓLO LAS HAN ESPANTADO, Y NO HAN CUIDADO DE ELLAS: MIREN QUE YO LOS CASTIGARÉ POR ESTA MALDAD QUE HICIERON, DICE EL SEÑOR. YO MISMO reuniré el resto de MIS ovejas de todas las naciones a donde las he dispersado, y las haré volver a sus prados; y crecerán, y se multiplicarán. Y pondré sobre ellas Pastores que las apacienten; y no temerán más, ni tendrán que temblar, ni faltará ninguna de ellas, dice EL SEÑOR; porque miren que vienen ya los días, dice EL SEÑOR, en que el Descendiente Justo de David, Reinará y hará Juicio y Justicia en la tierra. Por tanto, vienen días en que no se dirá más: BENDITO EL SEÑOR que sacó a SU Pueblo de la tierra de Egipto; sino: BENDITO EL SEÑOR que trajo a SUS SANTOS del Norte. Y yo dije: Por lo que dijeron los falsos profetas, mi corazón se despedaza en medio de mi pecho: Todos mis huesos tiemblan; me siento como un hombre borracho, y como un hombre a quien dominó el vino, al considerar EL ENOJO DEL SEÑOR y a vista de SUS SANTAS PALABRAS. Porque la tierra está llena de adúlteros; a causa de las blasfemias la tierra está de luto, la carrera de ellos se dirige siempre al mal, y su fuerza es para cometer injusticias. Y DIJO EL SEÑOR: POR QUE TANTO EL PROFETA COMO EL SACERDOTE SON FINGIDOS: AUN EN MI CASA ENCONTRÉ SU MALDAD, DICE EL SEÑOR. Por tanto, el camino de ellos será como un continuo resbaladero en medio de la oscuridad: Serán empujados, y caerán en él: Porque YO traeré desastres sobre ellos, en el día que YO los visite, dice EL SEÑOR.

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En los profetas de estos días he visto locuras: Pues profetizan en nombre de los ídolos, y engañan a MI Pueblo. También he visto en ellos ignorancia: Los vi imitar a los adúlteros, e ir detrás de la mentira, y esforzaban las manos de los malvados, para que cada uno de ellos dejara de convertirse de su maldad: Todos ellos han venido a ser aborrecibles a MIS OJOS como Sodoma y sus habitantes como Gomorra. Por tanto, así ha dicho EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS contra aquellos profetas: Miren que YO les daré a comer licores, y les daré de beber amargura; porque de los falsos profetas salió la hipocresía sobre toda la tierra. Habitantes de la tierra, así ha dicho EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: No escuchen las palabras de los profetas que sólo les profetizan cosas halagadoras y los engañan: Ellos sólo les cuentan los sueños de su imaginación, no lo que ha dicho EL SEÑOR. Dicen atrevidamente a los que ME irritan: EL SEÑOR lo ha dicho: ¡La paz sea con ustedes! Y también a todos los que siguen la perversidad de su corazón: No habrá sufrimiento, no descenderá ningún desastre sobre ustedes. Miren que la indignación Divina vendrá del Norte como un furioso torbellino rompiendo la nube, y descargará su furia sobre la cabeza de los incrédulos. No se detendrá la saña del SEÑOR, hasta que se haya ejecutado y cumplido SU Voluntad; pero por desgracia, hasta los últimos días será cuando entiendan lo que vendrá sobre ustedes. YO no envié aquellos profetas falsos; ellos de suyo corrían; YO no hablaba con ellos; sino que ellos profetizaban lo que querían. ¿Acaso piensas tú, que YO SOY DIOS sólo de cerca, y no SOY DIOS desde lejos? Dice EL SEÑOR. ¿Acaso se ocultará algún hombre en escondrijos sin que YO lo vea? ¿Acaso no SOY YO, el que con MI GLORIA y MIS EJÉRCITOS lleno los cielos y la tierra? Dice EL SEÑOR. YO he oído lo que aquellos que se dicen profetas dijeron, profetizando mentiras en MI NOMBRE, diciendo: Soñé, he tenido un sueño. ¿Hasta cuando durarán las imaginaciones mentirosas en el corazón de los tales profetas, que sólo pronostican la falsedad y sólo anuncian el engaño de su corazón? ¿Acaso no piensan que lo único que están haciendo, es que las gentes se olviden de MI NOMBRE con esos sueños que cada uno cuenta a su compañero, del mismo modo que sus padres se olivaron de MI NOMBRE por amor a sus ídolos? El que se diga profeta, que sólo sueñe, y que lo cuente como sueño; mas el que reciba MI PALABRA, publíquela, y se verá la diferencia. ¿Qué tiene que ver la paja con el trigo? Dice EL SEÑOR. ¿ACASO MIS PALABRAS NO QUEMAN, Y NO SON COMO MARTILLO QUE PENETRA LAS PIEDRAS? Por tanto, MÍRENME aquí, dice EL SEÑOR, contra aquellos que se dicen profetas, que sólo endulzan sus lenguas, diciendo: EL SEÑOR ha dicho: MÍRENME aquí, dice EL SEÑOR, contra aquellos

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charlatanes que se dicen profetas y sólo les dicen sueños mentirosos, y que cuando los cuentan, traen embaucadas a las gentes con sus falsedades y con sus alabanzas; siendo que YO no los he enviado, ni dado comisión alguna a tales hombres que ningún bien han hecho a las naciones de la tierra, dice EL SEÑOR. Si te preguntan las gentes, o un profeta, o un sacerdote, burlándose de ti: ¿Cuál es la carga o dura profecía que nos anuncias de parte del SEÑOR? Tú, les responderás: La carga son ustedes. Y YO SOY el que los desecharé lejos de MÍ, dice EL SEÑOR. Y si algún profeta o algún sacerdote, o alguno de los pueblos dice: ¿Cuál es la carga del SEÑOR? YO castigaré a tal hombre y a su familia. Y nunca más se recordará la pregunta: ¿Cuál es la carga del SEÑOR? Porque lo que diga cada uno le será por carga; pues pervirtieron Las Palabras del DIOS VIVO, del SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS. Mas si alguno dijera: ¿Cuál es la carga del SEÑOR? Por eso, así dice EL SEÑOR: Por haber dicho esto, habiéndote advertido: No lo digas; por tanto, mira que YO los echaré en el olvido y los arrancaré de MI PRESENCIA, y seguirá siendo para ustedes una eterna confusión, todo lo relacionado acerca de MÍ.

Y entonces EL SEÑOR me mostró dos canastos llenos de higos, que se encontraban en EL ATRIO DE SU TEMPLO; uno tenía higos muy buenos, como

los higos de la primavera; y el otro tenía higos muy malos, tanto, que no se podían comer. Y ME DIJO EL SEÑOR: ¿Qué es lo que vez tú, Jeremías? Y yo le dije: Higos, mi SEÑOR: Higos muy buenos, tan buenos que no pueden ser mejores; y también veo otros higos, pero muy malos, tanto, que no se pueden comer. Y ME DIJO EL SEÑOR: Así como veo estos buenos higos, así veré a los desterrados de MI Pueblo, al cual eché de su propiedad. Porque pondré MIS OJOS sobre ellos para bien, y los haré regresar a MI encuentro; y los estableceré sólidamente y no los exterminaré. Y les daré un corazón dócil, para que conozcan que YO SOY EL SEÑOR; y ellos serán MI Pueblo y YO SERÉ su DIOS; porque se volverán a MÍ de todo corazón. Y como los otros higos son malos, dice EL SEÑOR, YO haré de ellos un objeto de horror y una calamidad para todas las naciones de la tierra, vendrán a ser vergüenza, por la mentira y la infamia, y la maldición que ellos cometieron. YO enviaré sobre ellos armas, hambre, y enfermedades, hasta que sean exterminados de la tierra que les di a ellos y a sus padres.

ME DIJO EL SEÑOR: Sin retrasarme, YO los he prevenido; mas ustedes no han querido escuchar. YO les he enviado a MIS Profetas, apresurándome a

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enviarlos; mas ustedes no inclinaron su oído, cuando ellos les decían: Conviértanse ahora de su mal camino y de la maldad de lo que hacen, y habiten en la tierra que les dio EL SEÑOR a ustedes y a sus padres para siempre; y no vayan tras sus ídolos, adorándolos y arrodillándose a ellos, ni provoquen el enojo del SEÑOR, fabricando esos muñecos con sus manos; y no les hará daño. Ustedes no quisieron escuchar, dice EL SEÑOR, prefirieron provocarme a ira con la obra de sus manos para mal suyo. Por tanto, así dice EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: Por no haber escuchado MIS PALABRAS, miren que YO llamaré a todos los Reinos del Norte, y los enviaré contra ustedes, dice EL SEÑOR; y los traeré contra esta tierra, y contra sus habitantes, y contra todas las naciones; y los destruiré, y los pondré por vergüenza y por burla, y exterminación eterna. Haré que desaparezcan las voces de gozo y las voces de alegría, los cantos para los esposos y para las esposas, el ruido de los molinos y las luces que alumbran las casas. Y toda la tierra saqueada, quedará echa una soledad espantosa; y traeré sobre la tierra todas MIS PALABRAS que he hablado contra ella, con todo lo que está escrito en este libro, el cual mando Profetizar por medio de Jeremías contra todas las naciones. Porque también se servirán de esta Profecía muchos pueblos, y reyes poderosos; mas YO les pagaré conforme a sus hechos, y conforme a la obra de sus manos. Y ME DIJO EL SEÑOR: Toma de MI MANO el vaso lleno de MI Furor, y da de beber de él a todas las naciones y a todos los reinos de la tierra; porque cuando beban, temblarán y enloquecerán delante de las armas que YO enviaré entre ellos. Y les dirás, así ha dicho EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: Embriáguense hasta vomitar, y caigan, y no se levanten delante de las armas que YO enviaré entre ustedes. Y será que, si no quieren tomar el vaso de tu mano para beber, tú les dirás: Así ha dicho EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: Deben beberlo. Pues si YO comenzaré MI castigo por la ciudad sobre la cual es invocado MI NOMBRE, ¿acaso ustedes podrán pasar por inocentes? No pasarán por inocentes, porque YO haré descender MI arma contra todos los habitantes de la tierra, dice EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS. Tú, Jeremías, Profetizarás contra ellos todas estas palabras, y les dirás: DESDE LAS ALTURAS, EL SEÑOR RUGIRÁ; Y DESDE LA FORTALEZA DE SU SANTIDAD SE ESCUCHARÁ SU VOZ: DESDE SU MANSIÓN, ENFURECIDO RUGIRÁ, Y CANTARÁ CONTRA TODOS LOS HABITANTES DE LA TIERRA, COMO CANTAN LOS QUE PISAN EN EL LAGAR. DE UN EXTREMO DE LA TIERRA A OTRO, SE ESCUCHARÁ EL TRONIDO; PORQUE EL SEÑOR ENTRARÁ EN JUICIO CONTRA LAS NACIONES: ÉL ES EL JUEZ DE TODO SER VIVO;

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ENTREGARÁ LOS INCRÉDULOS A LA MUERTE, DICE EL SEÑOR. ASÍ HA DICHO EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: OBSERVEN QUE EL MAL PASARÁ DE UNA NACIÓN A OTRA, POR ESO UN GRAN HURACÁN SE LEVANTARÁ DESDE LOS EXTREMOS DE LA TIERRA. Y EN AQUEL DÍA, LOS MUERTOS CUBRIRÁN LA TIERRA DE UN CABO HASTA EL OTRO; NO SERÁN LLORADOS, NI RECOGIDOS, NI SEPULTADOS; QUEDARÁN COMO ESTIÉRCOL SOBRE LA SUPERFICIE DE LA TIERRA. AÚLLEN, PASTORES, Y GRITEN; Y REVUÉLQUENSE EN EL POLVO TODOS LOS GUÍAS DEL REBAÑO, PORQUE SE ESTÁN ACABANDO SUS DÍAS, LES ESTÁ POR LLEGAR EL DÍA DE LA MATANZA; Y VAN A SER DESPEDAZADOS. NO ESCAPARÁN LOS PASTORES, NI SE PONDRÁN A SALVO LOS SACERDOTES DEL REBAÑO. SINO TODO LO CONTRARIO. ¡SE ESCUCHARÁN LOS GRITOS Y LOS ALARIDOS DE ELLOS! PORQUE EL SEÑOR HABRÁ DESTRUIDO SUS CORRALES. DESTRUIDAS ESTARÁN SUS APACIBLES PRADERAS, A CAUSA DE LA IRA ARDIENTE DEL SEÑOR.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Quizás te escuchen, y se conviertan cada uno de su mal camino, para que YO ME arrepienta del mal que he pensado hacerles, por la

maldad de sus obras. Mas si no ME escuchan observando MI LEY, la cual he puesto delante de ustedes, atendiendo a las palabras de MIS Siervos los profetas que YO les envío, apurándome en enviarlos, a los cuales no han escuchado; YO maldeciré a las naciones y a todos los habitantes de la tierra.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Hazte lazos y ataduras, y ponlos sobre tu cuello; y luego envíalos a los gobernantes de la tierra; y les mandarás decir: Así ha dicho

EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: YO SOY el que hice la tierra, al hombre y a las bestias que están sobre la superficie de la tierra, con MI GRAN PODER y con MI PERFECTO BRAZO; y di su dominio a quien mejor ME pareció. YO SOY el que he determinado dar toda MI Propiedad al Rey, MI Siervo, y aun las bestias del campo le he dado para que lo sirvan. Todas las naciones lo servirán a Él, hasta que llegue el tiempo de la misma tierra; y a Él servirán muchas naciones y reyes poderosos. Y será, que las naciones y los reinos que no Lo sirvan y que no pongan su cuello debajo de Su Yugo, YO castigaré con arma, y con hambre y con enfermedad, a la tal gente, dice EL SEÑOR, hasta que los acabe YO, por su propia mano. Por tanto, ninguno de ustedes preste oído a sus profetas, ni a sus adivinos, ni a lo que pretendan interpretar de sus sueños, ni a sus encantadores, ni a ningún médium, que les repiten: No sigan la doctrina del Rey. Porque ellos sólo les profetizan mentiras, para

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hacerlos arrojar de su tierra, y para que YO los destruya, y mueran. Mas la gente que somete su cuello al yugo del Rey y cumple Su Doctrina, YO la dejaré en paz; y su tierra, dice EL SEÑOR, la labrará, y vivirá en ella. Y ME DIJO EL SEÑOR: ¿Por qué motivo han de morir tú y tus naciones, por arma, de hambre, y de enfermedades? Así dice EL SEÑOR a la gente que no sigue La Doctrina del Rey: No escuchen las palabras de los profetas que les dicen: No sigan La Doctrina del Rey; porque lo que les dicen es mentira. Porque YO no los envié, dice EL SEÑOR, y ellos profetizan falsamente en MI NOMBRE, para que YO los extermine y mueran ustedes y los profetas que les profetizan. También a los sacerdotes y a todas las naciones, YO les hablé, diciendo: Así ha dicho EL SEÑOR: No escuchen las palabras que les profetizan sus profetas, porque son mentiras. No los escuchen; sirvan a La Doctrina del Rey, y vivan. ¿Por qué habría de ser destruida esta tierra? Si verdaderamente ellos son profetas, y MI PALABRA está con ellos, oren ahora al SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS, para no ser destruidos.

Y yo contesté: Así sea, oh SEÑOR, y se confirmen TUS PALABRAS. Los profetas que fueron antes de mí en tiempos pasados, profetizaron sobre muchas tierras y

grandes reinos, de guerras, de aflicción y de enfermedades. El Profeta que profetizó de paz, cuando se cumpla lo que él dijo, se conocerá que el tal Profeta en verdad lo enviaste TÚ, SEÑOR.

Y ME DIJO EL SEÑOR: A todos los que siguen MI LEY, a todos aquellos que dispersé por la tierra: Construyan casas, y habítenlas; planten huertos y coman

sus frutos; cásense, y engendren hijos e hijas; den mujeres a sus hijos, y den maridos a sus hijas, para que tengan hijos e hijas; y multiplíquense, y no se reduzcan. Procuren la paz en las naciones por las cuales están regados, y rueguen por ellas al SEÑOR; porque en SU PAZ tendrán ustedes paz. Porque así ha dicho EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: No los engañen sus profetas que están entre ustedes, ni sus adivinos; ni tampoco den importancia a lo que todos ustedes sueñan. Porque mentiras son lo que profetizan ellos en MI NOMBRE: YO no los envié, dice EL SEÑOR: Porque únicamente YO conozco los pensamientos que tengo acerca de ustedes, dice EL SEÑOR, pensamientos de paz, y no de daño, para dar a todos el fin que esperan. Entonces ME llamarán, y volverán y ME suplicarán, y YO los escucharé: Y ME buscarán y ME encontrarán, porque ME buscarán con todo su corazón. Por eso seré

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encontrado por ustedes, dice EL SEÑOR, y YO los haré traer a MÍ de todas las naciones, y de todos los lugares a donde YO los arrojé, dice EL SEÑOR; y los haré traer al lugar de donde los hice ser llevados. Pero así ha dicho EL SEÑOR, acerca de aquel que está sentado sobre el trono que pertenece a David, y de todas las naciones que habitan en esta tierra: Verán que YO enviaré contra ellos la muerte y el hambre, y las enfermedades, y los pondré como a los higos detestables, que por estar echados a perder, no se pueden comer. Y los perseguiré con armas, con hambre y con enfermedades; y haré de ellos un objeto de burla a todos los reinos de la tierra, un objeto de maldición, y de horror, y de silbidos y de vergüenza a todas las naciones a donde YO los he arrojado; y por no haber escuchado MIS PALABRAS, dice EL SEÑOR, que les envié por medio de MIS siervos los profetas, anticipándome en enviarlos; y que ellos no quisieron escuchar, por tanto, escuchen La Palabra del SEÑOR todos ustedes los que habitan la tierra. Así ha dicho EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: Acerca de los que profetizan falsamente en MI NOMBRE: Miren que YO los entregaré en mano del Gran Rey, el cual los matará delante de sus ojos; porque hicieron maldad, y cometieron adulterio con las mujeres de sus prójimos, y hablaron puras mentiras en MI NOMBRE; cosa que YO no les mandé; lo cual YO SÉ, y YO SOY testigo, dice EL SEÑOR.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Jeremías, escribe en un libro todas las cosas que YO te he dicho. Porque mira que vendrán días en que acabaré con el cautiverio de los

hombres, y los haré regresar a la tierra que di a sus padres y la poseerán. Y estas son Las Palabras que YO, EL SEÑOR, dirijo a los hombres: Desde los cielos, YO he escuchado voces de terror y de espanto, y no de paz. ¿Acaso los hombres ya dan a luz? Porque he visto que todos los hombres tienen las manos sobre sus espaldas, como si fueran mujer que está de parto, y se han puesto pálidos todos sus rostros. ¡Oh, cuán grande será aquel día! Tanto, que no hay otro semejante a él: Se acerca el tiempo de angustia para los hombres; y en aquel día, YO quebraré el yugo de MI enemigo sobre tu cuello, y romperé los lazos que a él te unen, y ningún extraño, jamás volverá a ponerlos de rodillas para adorarlo, sino que sólo adorarán AL SEÑOR SU DIOS, y al descendiente de David, su Rey. Tú, Pueblo MÍO, no temas, dice EL SEÑOR, ni te atemorices: Porque mira que YO SOY el que vengo de lejos para salvarte a ti y a los tuyos de la tierra. Porque YO SOY el que estaré contigo para salvarte: YO SOY el que acabaré con todas las naciones; pero a ti no te consumiré del todo, te castigaré con Juicio, y no te exterminaré totalmente. Porque así ha

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dicho EL SEÑOR: Oh, hombres, su llaga es incurable, y sin remedio su herida. No hay quién juzgue su causa para darles salud: No existen para ustedes medicamentos eficaces para curarlos. Lo que más amaban se olvidó de ustedes; ya no los busca; porque YO los he herido, con azote de cruel, a causa de la cantidad de sus maldades, y de la multitud de sus pecados. Pero serán consumidos todos los que los consumen; y todos los que los afligen, serán afligidos; y todos los que los despojan serán despojados; y todos los que los roban, serán robados. Pues YO cicatrizaré su llaga y curaré sus heridas, dice EL SEÑOR. Y ME DIJO EL SEÑOR: Miren que YO tendré misericordia de sus familias, cuando MI GLORIA descienda según su forma para instalarse. De ella saldrán alabanzas, y voces de mucha gente que está en regocijo: Y YO los multiplicaré y no serán disminuidos; y castigaré a todos los que los oprimen. De MI GLORIA saldrá su Príncipe, y de en medio de ella saldrá su Dominador; y entonces les permitiré que se acerquen a MÍ: Porque, ¿quién es aquel que ablandó su corazón para acercarse a MÍ, dice EL SEÑOR? Y entonces todos ME serán por Pueblo y YO SERÉ SU DIOS.

Todos verán que se desatará el torbellino del SEÑOR, torbellino furioso que se precipitará sobre los incrédulos. No se retraerá la Ira del Enojo del SEÑOR, hasta que se hayan cumplido los pensamientos de SU CORAZÓN: Lamentablemente hasta el fin de los días entenderán todo esto.

EN AQUEL TIEMPO, DICE EL SEÑOR, YO SERÉ POR DIOS A TODAS LAS NACIONES DE LA TIERRA, Y ELLOS ME SERÁN A MÍ POR PUEBLO. PORQUE

LLEGARÁ EL TIEMPO EN QUE LOS VIGILANTES GRITARÁN PONIENDO SUS OJOS SOBRE LOS MONTES: Despierten, levántense, y vayamos a Sión, al SEÑOR NUESTRO DIOS. Porque así ha dicho EL SEÑOR: En aquel día, se regocijarán en la tierra con alegría, y gritarán de júbilo desde las capitales de las naciones; harán oír sus cantos, y dirán: ¡OH SEÑOR, POR FIN LLEGASTE A SALVAR A TU PUEBLO! MIREN QUE YO VENDRÉ DEL NORTE, y los haré traer a MÍ de los extremos de la tierra, y entre ellos también al ciego y al cojo, a la mujer preñada y a la parida juntas; muy grande será la muchedumbre de los que vendrán acá. Vendrán llorando, mas YO los haré traer con misericordia; y los guiaré hasta arroyos de aguas, por un camino recto en el cual no tropezarán: Porque YO SOY SU PADRE. Escuchen La Palabra del SEÑOR, oh naciones, y háganla saber a las islas más lejanas, y digan: EL que dispersó a SU Pueblo lo reunirá y lo guardará, como pastor a su ganado. Porque EL

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SEÑOR perdonó a los hombres. Y vendrán y harán alabanzas a LA GLORIA DEL SEÑOR que estará en lo alto de Sión, y correrán a ÉL, al pan, y al vino, y al aceite, y al ganado de las ovejas, y de las vacas; y su alma será como huerto de riego, y nunca más tendrán necesidades. Entonces las mujeres vírgenes se regocijarán en su danza, también los jóvenes y los viejos juntos; y su llanto convertiré en alegría, y los consolaré, y borraré de ellos su dolor. Y también el alma de los gobernantes embriagaré de gordura, y serán las gentes saciadas de MI BIEN, dice EL SEÑOR. Porque YO criaré una cosa nueva sobre la tierra: Una hembra rodeará al hombre. Miren que vienen días, dice EL SEÑOR, en que sembraré la tierra con semilla de hombre y semilla de animal. Y de la misma manera que tuve cuidado sobre ellos para arrancar y derribar, para destruir y arruinar, y afligir, así tendré cuidado de ellos para edificar y plantar, dice EL SEÑOR. En aquellos días no se dirá más: Los padres comieron las uvas amargas, y fueron los hijos los que padecieron la acidez; sino que cada uno morirá por su propia maldad; el hombre que coma lo amargo, él mismo sufrirá la acidez. Miren que vienen días, dice EL SEÑOR, en los cuales YO haré un nuevo Pacto con los hombres de la tierra. No como el Pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la esclavitud; porque ellos invalidaron MI PACTO, no obstante que fui un Marido para ellos, dice EL SEÑOR: Este será el Pacto que haré con los hombres después de aquel día, dice EL SEÑOR: Imprimiré MI LEY en sus entrañas, y la escribiré en sus corazones; y YO SERÉ para ellos SU DIOS y ellos serán MI Pueblo. Y no enseñará más el hombre a su prójimo, ni el hermano a su hermano, diciéndole: Ven, ¡mira! Conoce al SEÑOR: Porque para esos días todos ME conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice EL SEÑOR: Porque perdonaré la maldad de ellos, y no ME acordaré más de su pecado. Así ha dicho EL SEÑOR, EL que da el sol para luz del día, y Leyes a la luna y las estrellas para que alumbren de noche; EL que alborota la mar, y al instante braman sus olas; EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS ES SU NOMBRE: Así ha dicho EL SEÑOR: CUANDO LOS HOMBRES PUEDAN MEDIR LOS CIELOS ARRIBA, Y CONOCER ABAJO LOS CIMIENTOS DE LA TIERRA, ENTONCES YO ESTARÉ LISTO PARA REPROBAR A TODAS LAS GENERACIONES POR SUS MALDADES, DICE EL SEÑOR. Sepan que ya llega el tiempo en que se verá descendida por EL SEÑOR la Nueva Ciudad. Y todos los lugares por los que estén esparcidos los cadáveres y las cenizas, y todas las llanuras, hasta la esquina de la puerta donde se encontrarán los excelentes caballos al Oriente, serán Santos al SEÑOR: Jamás volverán a ser arrancados, ni destruidos.

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Y DIJO EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: Todavía comprarán ustedes en esta tierra casas, propiedades y viñas.

Y yo le contesté: ¡OH SEÑOR! FUISTE TÚ EL QUE HIZO EL CIELO Y LA TIERRA CON TU GRAN PODER Y CON TU BRAZO FUERTE, NO HAY NADA QUE SEA DIFÍCIL PARA TI: TÚ ERES el que hace misericordia en miles de generaciones, el que castiga la maldad de los padres en el seno de sus hijos después de ellos. TÚ ERES EL ÚNICO DIOS, DIOS FUERTE, GRANDE Y PODEROSO, EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS ES TU NOMBRE: Grandioso eres en TUS Consejos y Magnífico en TUS Obras; contemplando están TUS OJOS todas las acciones de los hombres, para dar a cada uno según su conducta, y según el fruto de sus obras: Que muestras señales maravillosas hasta este día, en la tierra, y entre los hombres; y te has hecho de UN NOMBRE, como se ve en estos días. TÚ sacaste a TU Pueblo de la esclavitud con señales asombrosas y maravillas, con TU MANO PODEROSA Y CON TU BRAZO FUERTE, y en medio de un terror inmenso; y les diste esta tierra, de la cual juraste a sus padres que se las darías, y la tomaron: Mas no escucharon TU VOZ, ni siguieron TU LEY; nada hicieron de cuanto les ordenaste que hicieran; y por eso has descargado sobre ellos todo este mal. Mira ya levantadas tus máquinas de guerra contra la tierra para tomarla; las naciones van a ser entregadas en manos de los Varones que pelearán contra ella, con armas, con hambre y con enfermedades: Ha llegado el tiempo como TÚ lo dijiste. Y ME DIJO EL SEÑOR: Si YO SOY EL SEÑOR DIOS de todo ser viviente; ¿acaso crees que para MÍ, hay imposibles? Por tanto, así ha dicho EL SEÑOR: Mira que YO voy a entregar esta tierra en mano de los Exterminadores, los que la combatirán, y la pondrán a fuego, y la quemarán junto con los templos en cuyos altares ofrecieron incienso a sus ídolos, y derramaron perfumes a sus muñecos, para irritarme. Porque los hombres desde su infancia no han hecho sino lo malo delante de MIS OJOS: Porque no han hecho mas que provocarme a ira con las imágenes que fabricaron con sus manos, dice EL SEÑOR. Porque desde el día de su fundación hasta hoy, esta tierra ha sido para MÍ objeto de ira y de indignación; por eso la haré desaparecer delante de MI PRESENCIA; y por toda la maldad que han hecho para enojarme, ellos, sus reyes, sus gobernantes, sus sacerdotes, sus guías, y sus profetas, y todos sus habitantes. Y ME dieron la espalda, y no el rostro; y aunque YO los enseñaba sin cesar, no ME escucharon para recibir MI Corrección: Prefirieron colocar sus ídolos en la tierra sobre la cual era invocado MI NOMBRE, contaminándolo. Y también construyeron templos a sus ídolos, e hicieron pasar por el fuego a sus hijos y a sus hijas,

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diciéndoles: MUERAN EN EL NOMBRE DE DIOS; cosa que YO no les mandé, ni ME pasó por el pensamiento que hicieran tal aberración. Y con todo esto, así dice EL SEÑOR: A esta tierra, de la cual ustedes dicen: Será entregada a fuerza de armas, hambre, y enfermedades: Sepan que YO los haré traer de todas las naciones donde los eché con MI Furor, y con MI Enojo, y con MI Indignación; y los haré regresar, para que habiten seguros; y entonces ME serán por Pueblo, y YO seré su DIOS. Para que ME teman eternamente, y para que les vaya bien a ellos y a sus hijos después de ellos. Y con todos haré un Pacto Eterno, que no modificaré jamás, sino que les haré todo bien, y pondré MI Temor en su corazón, para que no se aparten de MÍ. Y MI Gozo consistirá en hacerles beneficios, y los plantaré firmemente en esta tierra, con todo MI CORAZÓN y toda MI ALMA. Porque así ha dicho EL SEÑOR: De la misma manera que traeré sobre esta tierra todo este gran mal, así traeré sobre ellos todo el bien que les he prometido.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Clama a MÍ, y YO te responderé, y te mostraré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. Porque así ha dicho EL SEÑOR, acerca de

las casas de esta tierra, y de las mansiones de los reyes que serán derribadas con máquinas y con hachas: Para hacer fortalezas contra los Fuertes y contra la destrucción que vienen. Para pelear contra los Exterminadores, para llenarlas de hombres muertos, a los cuales YO mataré con MI Furor y MI Ira, porque escondí MI ROSTRO de esta tierra, a causa de todas sus maldades. Miren que YO les cicatrizaré la llaga, les daré salud y remediaré sus males, y les haré gozar de la paz y de la verdad de MIS PROMESAS, conforme han pedido. Y los purificaré de todas sus maldades que han cometido contra MÍ; y les perdonaré todos sus pecados con que ME ofendieron y con que ME despreciaron, lo cual hará que todas las naciones de la tierra, a cuya noticia lleguen todos los beneficios que les habré hecho, celebrarán con gozo MI NOMBRE, y ME alabarán con voces de júbilo; y se llenarán de asombro y de un saludable temor, a la vista de tantos bienes y de toda la prosperidad que YO les concederé. Miren que vienen días, dice EL SEÑOR, en que YO cumpliré MI HONESTA PALABRA que he hablado a la tierra y a sus habitantes. En aquel día haré descender de la generación de David al Mesías, el cual gobernará con rectitud, y establecerá la Justicia en la tierra. En aquellos días la tierra verá su salvación, y por fin en Jerusalém habrá plena paz; y el nombre con que lo llamarán, será: El Mesías, nuestro Justo. Porque así ha dicho EL SEÑOR: Eterno será, en el trono de David, el Varón de su linaje, el Mesías.

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Y ME DIJO EL SEÑOR: Si pudieran ustedes romper MI Pacto con el día y MI Pacto con la noche, de modo que no existieran ni el día ni la noche a su tiempo, también se podrá romper MI Pacto con MI siervo David, para que no haya de él un descendiente que reine eternamente sobre su trono, y con los sacerdotes MIS Ministros. Así como no puede contarse EL EJÉRCITO DEL CIELO, ni la arena de la mar se puede medir, así YO multiplicaré a los descendientes de David, MI siervo.

Y ME DIJO EL SEÑOR: YO entregaré esta tierra en Mano del Rey, y la abrazaré con fuego: Y tú no escaparás de Sus Manos, sino que garantizadamente serás

preso, y serás entregado en Su Mano; y verán tus ojos Los Ojos del Rey, y Él te hablará boca a boca. Y ME DIJO EL SEÑOR: Que los hombres dejen en libertad a sus esclavos, y a sus esclavas: Porque ningún hombre sobre la tierra tendrá como esclavos o esclavas a sus prójimos. Porque YO hice un Pacto con sus padres aquel día que los saqué de la esclavitud, ordenando: Después de siete años de servicio, cada uno de ustedes dejará libre a su empleado. Mas sus padres no ME escucharon ni ME obedecieron. Ahora se han vuelto contra MÍ, y han profanado MI NOMBRE, y han vuelto a tomar a aquellos siervos que YO les ordené dejar libres; y los han forzado a ser nuevamente esclavos y esclavas. Por tanto, así ha dicho EL SEÑOR: Ustedes no ME escucharon, asegurando cada uno la libertad a su prójimo: Miren que YO les anuncio la libertad, dice EL SEÑOR, para separarlos de MÍ, y quedar a merced de las armas, de la enfermedad y del hambre, y los haré objeto de horror entre todas las naciones de la tierra. Los entregaré en manos de Sus Enemigos, en poder de los que buscarán su vida; y sus cuerpos muertos serán para comida de las aves del cielo y a las bestias de la tierra. Miren, que por una orden MÍA, dice EL SEÑOR, haré venir a MIS EJÉRCITOS hasta esta tierra para pelear contra ella, y la tomarán, y la harán arder en fuego; y reduciré a soledad sus naciones, hasta no quedar habitante en ellas.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Con tiempo de sobra, YO envié a ustedes a todos MIS Siervos los Profetas, diciéndoles: Conviértanse ahora cada uno de su mal

camino, y rectifiquen su conducta, y no vayan más tras los ídolos para adorarlos y servirlos; y entonces vivirán en la tierra que YO di a ustedes y a sus padres: Pero ustedes no han querido obedecerme, no ME han querido escuchar. Por tanto, así dice EL SEÑOR DE LOS

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EJÉRCITOS: YO voy a descargar sobre la tierra, y sobre todos sus habitantes todas las calamidades que con tiempo YO les he anunciado; pues les hablé, y no quisieron creerme; los he llamado, y no han querido responderme.

Y ME DIJO EL SEÑOR: JEREMÍAS, TOMA UN ROLLO Y HAZ UN LIBRO, Y ESCRIBE EN ÉL TODAS LAS PALABRAS QUE YO TE HE DICHO CONTRA ESTA

TIERRA, Y CONTRA TODOS SUS HABITANTES, DESDE EL DÍA QUE COMENCÉ A HABLAR CONTIGO HASTA HOY. QUIZÁ OIGAN EN LA TIERRA TODO EL MAL QUE YO PIENSO HACERLES, PARA QUE A TIEMPO CADA UNO SE VUELVA DE SU MAL CAMINO, Y YO PERDONE SU MALDAD Y SU PECADO. LEE DE ESTE ROLLO QUE ESCRIBISTE DE MI BOCA, A OÍDOS DE LAS NACIONES; LO LEERÁS TAMBIÉN A LOS OÍDOS DE LOS QUE LAS HABITAN. PORQUE CIERTAMENTE VENDRÁ EL REY, Y A SU LLEGADA DESTRUIRÁ ESTA TIERRA, Y HARÁ QUE NO QUEDEN EN ELLA HOMBRES NI ANIMALES.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Vendrán los Exterminadores, y combatirán esta tierra, y cuando la tomen, la pondrán a fuego. Así ha dicho EL SEÑOR: No engañen sus

almas, diciendo entre ustedes: Sin duda los Destructores se han ido de nosotros: Porque no se irán. Pues aún cuando hirieran a todo EL EJÉRCITO DEL CIELO que peleará contra ustedes, y quedaran de ellos Varones heridos, verán cómo se levantan nuevamente, y pondrán esta tierra a fuego. Y ME DIJO EL SEÑOR: Jeremías, pregúntales: ¿Dónde están sus profetas que les profetizaban, diciendo: No vendrá ningún Rey contra nosotros, ni contra esta tierra?

Y DIJO EL SEÑOR: El que quede sobre esta tierra morirá por arma, o de hambre o de enfermedad; mas aquel que salga a recibir a los Exterminadores,

vivirá; pues su vida le será por ganancia, y vivirá. Así ha dicho EL SEÑOR: Sin remedio, esta tierra será entregada en manos del Ejército del Rey, el cual se apoderará de ella. Así ha dicho EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: Si te apresuras a recibir a los Varones del Rey, tu alma vivirá, y tu lugar no será puesto a fuego; y vivirás tú y los tuyos: Mas si no te apresuras a recibir a los Varones del Rey, tu tierra será entregada en mano de los Exterminadores, y la pondrán a fuego, y tú no escaparás de sus manos. Y dijo Jeremías: Escuchen lo que yo les digo, porque son Palabras del SEÑOR; y tendrán bien, y vivirá su alma. Mas si no quieren apresurarse a recibirlos, esto es lo que me ha

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dicho EL SEÑOR: Verás que todas las mujeres que se hayan quedado en casa, serán sacadas a los Varones del Rey; y ellas mismas te dirán: Nos han engañado, e influido para daño nuestro, los que se decían nuestros guías que sólo nos halagaban, diciendo: ¡La paz sea contigo! Y sólo dirigieron nuestros pasos a un resbaladero, y nos han metido en un atolladero, y nos han abandonado. Sacarán a todas tus mujeres y a tus hijos a los Exterminadores, y tú no escaparás de Sus Manos, sino que por mano del Rey serás preso, y a esta tierra quemará a fuego.

Y cuando los militares, vean a los Exterminadores, huirán, y escaparán de noche de las ciudades: Mas saldrá el Rey a darles encuentro por los caminos

desérticos. El Ejército de los Destructores los seguirá, y alcanzará, y los tomará, y los sentenciarán. Y los degollará el Rey ante la presencia de las naciones, haciendo degollar también a todos los nobles de la tierra. Y los Destructores pondrán a fuego sus mansiones y las casas de los pueblos, y derribarán sus fortalezas. Y ME DIJO EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: Mira atento que YO velaré porque se cumplan MIS PALABRAS sobre esta tierra, para mal, y no para bien; porque ciertamente a los que se apresuren, YO los libraré y no caerán a cuchillo, sino que su vida les será por ganancia, a los que tuvieron confianza en MI, dice EL SEÑOR.

Y ME DIJO EL SEÑOR: YO lo traeré y lo haré conforme lo había dicho: Porque pecaron contra MÍ, y no oyeron MI VOZ, por eso les vendrá todo eso.

Y ME DIJO EL SEÑOR: No habrá ninguno de ellos que quede vivo, ni quién escape del mal que traeré YO sobre ellos. Porque así ha dicho EL SEÑOR DE LOS

EJÉRCITOS: Así como se derramó MI Enojo y MI Ira sobre los habitantes de MI Pueblo, así se derramará MI Ira sobre todos ustedes. Sepan de cierto que por arma, y por hambre y enfermedad, morirán en el lugar donde amaron vivir.

Y también diles: Así ha dicho EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: Todos verán que YO enviaré a MI Siervo el Rey, y pondré Su Trono sobre estas piedras que tengo

escondidas, y tenderá Su alfombra sobre ellas. Y descenderá, y herirá la tierra: Los que he destinado a la muerte, morirán; quedarán en cautiverio, aquellos que son destinados para el cautiverio; y los que deben morir a filo de arma, por arma morirán. Además, EL SEÑOR, hará pedazos sus estatuas e incendiará los templos de sus ídolos.

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Y ME DIJO EL SEÑOR: Por causa de la maldad que cometieron para hacerme enojar, yéndose a ofrecer incienso, y a adorar a los ídolos que no habían

conocido ustedes, ni sus padres. Y a pesar de que les envié a todos MIS siervos los Profetas, anticipándome para enviarlos, diciendo: No sigan haciendo estas cosas tan aborrecibles que YO Detesto. Ustedes no oyeron ni inclinaron su oído para convertirse de su maldad, absteniéndose de ofrecer incienso a sus ídolos. Por tanto, se derramó MI Ira, y MI Saña se encendió contra las naciones, las que se convertirán en desierto y desolación. Y DIJO EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: ¿Por qué motivo hacen contra ustedes mismos este gran mal, acarreando a la muerte a hombres, y a mujeres, y a niños, y a bebecitos de pecho que hay en la tierra, de tal suerte que no quede nadie de ustedes, haciéndome enojar con sus ídolos, obra de sus manos, ofreciéndoles incienso a esos muñecos en la tierra que habitan, para morir infelizmente, y ser la maldición y la vergüenza de todas las naciones de fuera? ¿O acaso se han olvidado de las maldades de sus padres, y de las maldades de los reyes, y de las maldades de sus mujeres, y de sus propias maldades, que hicieron en la tierra? Hasta ahora no se han arrepentido; no han tenido temor, ni han guardado La LEY ni los Mandamientos que puse delante de ustedes y delante de sus padres. Por tanto, así ha dicho EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: Verán que voy a volver MI ROSTRO para mal, y para destruir toda la tierra. Y todos serán exterminados, caerán por armas, serán consumidos por hambre, y por arma, desde el más pequeño hasta el mayor de ustedes; y serán objeto de espanto y de maldición, y de vergüenza. YO castigaré a los que habitan la tierra, como castigué a cuchillo, con hambre y con enfermedad a MI Pueblo. No habrá quién escape o quede con vida, para volver a la tierra, por la cual suspirarán por volver para habitarla: Porque no volverán, sino los que se salven. Y habló Jeremías a todos los hombres, y a las mujeres, y a toda la comunidad, diciendo: ¿Acaso creían que EL SEÑOR no se acordaría del incienso que ofrecieron en los pueblos, y en las ciudades, y en las plazas, ustedes y sus padres, sus reyes y sus sacerdotes, y todas las naciones? EL SEÑOR ya no puede sufrir más, a causa de la maldad de sus obras, a causa de las aberraciones que cometen: Por tanto, ÉL destruirá esta tierra, y la hará objeto de espanto, y de maldición, y no dejará ningún habitante. Por haber ofrecido incienso a los ídolos, y haber pecado contra EL SEÑOR: Porque no quisieron escuchar SU VOZ, ni tuvieron respeto por SU LEY, ni por SUS Mandamientos, e Instrucciones; por tanto, les han venido sobre ustedes estas desgracias que se empiezan a ver el día de hoy. Y también dijo

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Jeremías: Escuchen La Palabra del SEÑOR, todos los que habitan en la tierra: Así ha dicho EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: Ustedes y sus mujeres, lo que fabricaban con sus manos, lo expresaban con sus bocas, diciendo: Cumplamos las promesas que hicimos de ofrecer sacrificios a la que llamamos la reina del cielo. En efecto, ustedes cumplieron su asquerosa promesa, y la pusieron por obra. Por tanto, escuchen La Palabra del SEÑOR, todos los que habitan la tierra: Miren que YO HE JURADO por MI GRAN NOMBRE, dice EL SEÑOR, que MI NOMBRE jamás volverá a ser invocado en toda la tierra por boca de ningún hombre, diciendo: VIVE EL SEÑOR. Porque verán que YO estaré velando sobre ellos para hacerles gran daño, y no para su bien; y todos los hombres que están en la tierra serán consumidos por arma, y por hambre, hasta acabar con ellos. Mas aquellos pocos que se salven; conocerán todas las señales, y sabrán de quién fue La Palabra que ha de permanecer, si la MÍA, o la suya. Y esto tendrán por señal, dice EL SEÑOR, de que en este lugar YO he de castigarlos; para que conozcan que verdaderamente se cumplirá todo lo que YO he dicho contra ustedes para su castigo. Así ha dicho EL SEÑOR: Mirarán que YO los entrego en manos de sus enemigos, en manos de aquellos que buscan su muerte.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Verán que YO destruiré a aquellos que había engrandecido, y que arrancaré los que había plantado, y a toda esta tierra. ¿Y

aun así tú buscas para ti grandezas? No las busques; porque verás que YO SOY el que traeré los desastres sobre todo ser vivo, ha dicho EL SEÑOR.

Y DIJO EL SEÑOR: ¡Vamos! Preparen sus escudos y sus armas, y vengan a la guerra. Enganchen sus caballos, y suban a ellos, ustedes los caballeros,

colóquense sus cascos; limpien sus lanzas, vístanse de armaduras. Pero, ¿qué sucede? ¿Por qué los veo despavoridos, huyendo? Todos sus valientes serán desechos, y huirán apresuradamente sin mirar atrás: Miedo habrá por todas partes, dice EL SEÑOR. No piensen que se escapará el que es rápido, ni piensen que se salvará el valiente; porque con los que vienen del Norte, los que estarán junto a la ribera del Éufrates, tropezarán, y caerán. Y ME DIJO EL SEÑOR: YO ME ELEVARÉ, Y CUBRIRÉ LA TIERRA; Y DESTRUIRÉ LAS NACIONES Y LOS QUE HABITAN EN ELLAS. Suban a sus caballos, y corran sus carros; y salgan los valientes, porque ese día será para EL SEÑOR DIOS DE LOS EJÉRCITOS día de venganza, para vengarse de SUS enemigos: Y SU espada matará y se hartará. Y se

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embriagará de la sangre de todos ellos: PORQUE LA MATANZA CELEBRARÁ EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS, CON LOS QUE VIENEN DEL NORTE, Y QUE ESTARÁN ESTACIONADOS JUNTO AL GRAN RÍO ÉUFRATES. Como el gran Monte Tabor entre los Montes, y como si estuviera el gran Monte Carmelo en la mar, así verás LA GLORIA DEL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS. Ya viene la destrucción, viene del Norte, ya viene con SUS EJÉRCITOS. Todos los hombres sin detenerse, huirán: Porque vendrá sobre ellos el día de su ruina, el tiempo de su castigo. Su voz se escuchará como sonido de serpiente; porque con GRAN EJÉRCITO vendrán, y con armas vienen a la tierra como cortadores de leña. Cortarán sus bosques, dice EL SEÑOR, porque serán demasiados; y porque serán más que langostas: Serán innumerables. Avergonzada la tierra, será entregada en manos de los Guerreros que vienen del Norte. Así dice EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: Verán que YO SOY el que castigaré a las naciones, y a sus ídolos, y a sus reyes; así como a los que en ellos confían. Y los entregaré en manos de los que buscan su vida; porque YO SOY EL QUE VENGO DE LEJOS, A SALVARLOS.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Todos verán LAS TROPAS que vienen del Norte, a manera de un torrente que todo lo inunda, y velozmente cubrirán la tierra y

cuanto hay en ella, a las ciudades y sus habitantes; y en ese día, los hombres gritarán, y también aullarán todos los habitantes de la tierra, al escuchar el estruendo fantástico de las armas, y de los Combatientes, y del movimiento de sus carros armados, y por el estruendo de sus ruedas; y todos los hombres, después de perder todo su aliento, ya no mirarán ni a sus hijos. Pues habrá llegado el día de la destrucción.

Así ha dicho EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS ¡Ay de ti, tierra! Que serás destruida y avergonzada, cuando seas tomada; porque has vivido en la confusión.

Estruendo, y gritos por la destrucción, y grande ruina, harán que se oigan los gritos de sus pequeños, a tal grado, que los mismos enemigos escucharán los alaridos por el desastre. Huyan, salven su vida, y sean como árbol en el desierto. Porque por haber confiado en tus riquezas, y en tus obras, tú, tierra, serás tomada: También tus gobernantes y tus sacerdotes juntamente. Y llegará el Destructor a cada una de las naciones, y ningún pueblo escapará: Serán arruinados también todos los valles, y será destruida la naturaleza, como ha dicho EL SEÑOR. Quedarán desiertas sus naciones hasta no quedar en ellas habitante. MALDITO AQUEL QUE HOLGAZANAMENTE Y CON ENGAÑOS ENSEÑÓ ACERCA DE LA OBRA DEL

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SEÑOR, Y MALDITO SI TAMBIÉN ASESINÓ. Porque miren que vienen días, ha dicho EL SEÑOR, en que YO enviaré a la tierra Varones Prácticos que los harán correr; y que vaciarán sus vasijas, y las harán pedazos. Y todos se avergonzarán. ¿Cómo dirán en ese día: Nosotros somos valientes, y hombres fuertes para la guerra? Destruida será la tierra, y sus naciones arrasadas; a toda su juventud hermosa sólo la prepararon para el matadero, ha dicho EL REY, cuyo nombre es EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS. Muy cerca está el día de la ruina de la tierra, velozmente llegará su desastre. Tengan compasión todos los que están a su alrededor; y ustedes cuantos han escuchado hablar de ella, digan: ¿Cómo ha sido hecha pedazos su fortaleza, y destruida su hermosura? Despierta de tu encanto, porque el Exterminador viene contra ti, y destruirá tus fortalezas. Avergüéncense, porque será arruinada: Aúllen y griten: AVISEN QUE LA TIERRA SERÁ DESTRUIDA; y que se acerca el Juicio sobre de ella. Embriáguenla, porque se levantó contra EL SEÑOR; y ustedes revuélquense sobre su vómito, porque serán objeto de vergüenza. YO sé que la soberbia de los hombres en la tierra es muy grande: Que su orgullo y su arrogancia, su fantasía, y la altanería de su corazón también. YO conozco, dice EL SEÑOR, su molestia; mas de nada les servirá: Sus mentiras no les darán provecho. Por tanto, YO Aullaré en lamentos sobre la tierra, y sobre los hombres gritaré. LLORARÉ sobre ti, oh vid de Sibmá: Tus ramas pasaron más allá de la mar; por eso sobre tu grano y tu cosecha descenderá el Exterminador. Serán cortados la alegría y el regocijo de los campos labrados de la tierra: Haré acabarse el vino de las bodegas: No danzarán con música; la canción no se volverá a cantar. Se oirán sus gemidos, y retumbarán sus alaridos, porque también las aguas serán destruidas. Y destruiré de la tierra, dice EL SEÑOR, a todos los que presentan ofrendas en los altares, y a quien ofrece incienso a los ídolos. En aquel día, haré que todas las cabezas queden calvas, y todas las barbas cortadas: Sobre todos los brazos, rasguños; y maletas sobre todas las espaldas, sobre todos los techos de sus casas, y por todas sus calles, sólo se escucharán llantos, porque YO habré descendido a destruir la tierra, como vasija que para nada sirve, dice EL SEÑOR. aúllen: ¡Porque será destruida! ¡Por haber vuelto la espalda a su SEÑOR será avergonzada! La tierra será, para los que están a sus alrededores, motivo de burla, y espanto. Porque así ha dicho EL SEÑOR: VERÁN QUE EL EXTERMINADOR DESCENDERÁ DE LOS CIELOS VOLANDO COMO ÁGUILA A LA TIERRA. Y serán tomadas las naciones, y serán tomadas las fortalezas; y el corazón de los más valientes, será como el corazón de una mujer que está en trabajo de parto. La tierra será destruida para dejar de ser una nación:

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Por haberse ensoberbecido contra EL SEÑOR. El miedo, el hoyo y el lazo se ensañarán contra ti, oh habitante de la tierra, dice EL SEÑOR. El que huya del miedo, caerá en el hoyo; y el que sea levantado de la fosa, quedará preso en el lazo; porque YO haré que llegue sobre la tierra el tiempo de su castigo, dice EL SEÑOR. Habrá fuego y llamas, y quemará hasta el último rincón de la tierra, y también a los hombres revoltosos.

Y ME DIJO EL SEÑOR: ¿Acaso no tienen hijos? ¿No tienen heredero? Porque miren que vienen días, dice EL SEÑOR, en que les haré escuchar por toda la

tierra escándalo de guerra; y será convertida en un montón de escombros, y sus ciudades serán quemadas, y los escogidos del SEÑOR tomarán por herencia a los que los tomaron a ellos, ha dicho EL SEÑOR. Aúllen, porque será destruida. ¿Por qué te enalteces de tus arroyos? Tu valle será destruido, oh gran ramera, la que confías en los tesoros, la que dice: ¿Quién vendrá contra mí? Mira que YO haré descender contra ti el terror, dice EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS; y te cercarán por todos tus alrededores, y serán arrojados cada uno de frente, y no habrá quién recoja a los fugitivos. Así ha dicho EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: ¿Acaso no hay más sabiduría en la tierra? ¿Acaso murió el consejo en los sabios? ¿Acaso de nada sirve ya su sabiduría? ¡Huyan! Y váyanse sin mirar atrás, escóndanse en las cumbres, oh habitantes de la tierra; porque traeré sobre ustedes la ruina, al tiempo de su castigo. ¿Si vinieran contra ti recolectores, dejarían algunos racimos? ¿Si fueran ladrones de noche, sólo tomarán una parte? No, YO destruiré la tierra y descubriré sus escondrijos, y nadie podrá esconderse: Será destruida su raza, sus hermanos y sus vecinos; y él mismo no existirá más. ¡Deja tus huérfanos, que YO les conservaré su vida, y tus viudas pongan en MÍ su esperanza! Porque así ha dicho EL SEÑOR: Todos verán que los que no estaban condenados a beber de ese cáliz, también beberán; ¿acaso tú serás tomado por inocente? No serás perdonado, sino que de cierto beberás. Porque POR MÍ HE JURADO, dice EL SEÑOR, que la tierra será destruida, y llena de vergüenza, y será objeto de maldición; y una eterna soledad es lo que vendrán a ser todas sus naciones. Porque su arrogancia los engañó, y también la soberbia de su corazón: Tú que habitas en las cuevas de las rocas, que te esfuerzas en llegar a levantarte hasta la cima de un monte; aunque hicieras tu nido más alto que el águila, desde allí te bajaré, dice EL SEÑOR. Así como destruí Sodoma y Gomorra, y sus ciudades vecinas, dice EL SEÑOR, también así quedará la tierra sin hombre que la habite, no vivirá en ella ni una

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sola persona. Porque miren que como León descenderá el enemigo por el crecido Jordán contra la bella y robusta tierra; porque muy pronto lo haré descender velozmente sobre ella, y a los que sean escogidos la encargaré; porque ¿quién hay semejante a MÍ? ¿Quién habrá que se ME oponga? ¿Quién será aquel pastor o sacerdote que se pondrá delante de MÍ? Por tanto, escuchen el deseo del SEÑOR, que tiene resuelto contra la tierra; y los pensamientos que ha decidido sobre los habitantes de ella: YO les aseguro, que los más pequeños del rebaño serán arrastrados y quedarán arruinadas junto con ellos sus propiedades. Del puro estruendo que generará la llegada de los Exterminadores, la tierra temblará, y su grito de guerra se escuchará hasta el Mar Rojo. Verán que como águilas descenderán volando, y extenderán sus alas al pisar la tierra: Y en ese día, el corazón de los hombres más valientes será como el de una mujer que está de parto. Por tanto, sus jóvenes caerán en sus calles, y todos los militares morirán en aquel día, ha dicho EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS. Porque YO haré descender fuego que consumirá las casas. Huyan, escapen muy lejos a toda prisa; escóndanse en los montes, oh habitantes de la tierra, dice EL SEÑOR; porque contra ustedes tengo resuelto este plan, y contra ustedes HE maquinado MIS Pensamientos. Levántense, diríjanse a la gente pacífica, la que vive sin temor alguno, dice EL SEÑOR, las que no tienen puertas ni cerrojo, las que viven solas. Porque YO destruiré a todas luces, hasta el último rincón, a estos que se cortan los cabellos en redondo; y de todos sus extremos haré venir la muerte, dice EL SEÑOR. Y entonces la tierra será habitación de chacales, será soledad eterna: Ninguno habitará allí, no la habitará persona humana. Así ha dicho EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: YO soltaré contra la tierra los cuatro vientos de MIS cuatro puntos que tengo en el cielo, y dispersaré a todos sus habitantes hacia estos vientos; y no habrá nación a donde no lleguen los que serán seguidos. Porque haré que tiemble la tierra a la llegada de Sus Enemigos, delante de los que buscan su vida; y traeré sobre ellos desgracias, y El Furor de MI Enojo, dice EL SEÑOR; y enviaré detrás de ellos armas hasta que los acabe. Y pondré MI TRONO sobre la tierra, y destruiré de allí sus reyes, y sus gobernantes, y sus sacerdotes, y sus guías, dice EL SEÑOR. Mas esto sucederá en lo último de los días, dice EL SEÑOR.

Y DIJO EL SEÑOR: INFORMEN A LAS NACIONES, Y HAGAN CORRER LA VOZ; AVÍSENLES SOBRE LAS SEÑALES QUE SE VEN EN LAS ALTURAS, Y NO LO

ENCUBRAN, NI POR MIEDO NI POR VERGÜENZA; DÍGANLES: PRONTO SERÁ TOMADA 50

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AQUELLA HERMOSA CIUDAD, PORQUE EL HOMBRE VIVE CONFUNDIDO; SU CONFUSIÓN SON SUS ESCULTURAS, ÉL DESPERTARÁ DE SU ERROR CUANDO SEAN DESTROZADOS SUS ÍDOLOS. PORQUE VIENE CONTRA ELLOS GENTE DEL NORTE, LA CUAL PONDRÁ SU TIERRA EN RUINAS, Y NO DEJARÁN NI HOMBRE NI ANIMAL QUE EN ELLA HABITE; TODOS ELLOS DESCENDERÁN, DESTRUIRÁN Y SE MARCHARÁN. En aquellos días y en aquel tiempo, dice EL SEÑOR, vendrán los hombres con sus hijos, y juntos caminarán llorando, y buscarán al SEÑOR SU DIOS. Preguntarán por el camino que los lleve hasta ÉL, diciendo: Vamos, lleguemos hasta EL SEÑOR con un Pacto Eterno, que jamás se olvide. Porque MI Pueblo ha venido a ser un rebaño de ovejas perdidas, FUERON SUS PASTORES LOS QUE LO HICIERON ERRAR, por los montes los descarriaron: Anduvieron de monte en cerro, olvidándose de sus rebaños. TODOS LOS QUE LOS ENCONTRABAN, LOS DEVORABAN; y sus enemigos decían: En esto no hacemos nada malo; porque estos han pecado contra EL SEÑOR. Huyan Pueblo MÍO de en medio de ellos, salgan de aquella tierra de devoradores, y serán como los mansos delante del ganado. Porque verán que YO haré subir contra ellos, una gran reunión de Ejércitos, de los que vienen de la tierra del Norte; y desde allí vendrán preparados contra ella, para tomarla: Sus armas son como de mortíferos guerreros, las cuales no serán tomadas en vano. Se irán de aquí atestados de sus riquezas, dice EL SEÑOR. Y porque se alegraron y por haber gozado destruyendo lo MÍO, porque se llenaron como res con su becerro, y por haber relinchado como caballos; por eso, la tierra, por La Ira del SEÑOR no será habitada, sino que toda ella será reducida a soledad; todos los que pasen por ella se asombrarán, y silbarán por todas sus plagas. ¡Oh guerreros, todos los que vienen del Norte, los que son hábiles en manejar las armas! Tomen posiciones de todas partes contra Babilonia; atáquenla, no escatimen sus armas: Porque ella pecó contra EL SEÑOR. Griten contra ella, que se rinda, porque destruidos quedarán sus muros cuando llegue la venganza del SEÑOR; tomen venganza de ella; trátenla como ella trató a los demás. Exterminen de Babilonia a todo viviente: No perdonen al que siembra, ni a quien tiene la hoz de cosecha: Delante del arma opresora huirán todos a sus casas, y los que estén lejos cada uno huirá hacia su nación. Ganado descarriado son los hombres; los leones lo dispersaron. Por tanto, así ha dicho EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: verán que YO castigaré al que se dice gran rey de Babilonia, y también a toda su nación. Y regresaré a su lugar a MI Pueblo, y pastará en el Monte Carmelo, y en el Monte de Efraín, y se hartará

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su alma. En aquellos días y en aquel tiempo, dice EL SEÑOR; algunos se acordarán de la maldad y de la idolatría, mas esta no existirá ya; y del pecado de la tierra, tampoco se sabrá; porque YO perdonaré los restos de MI Pueblo, a los que ME habré reservado. Ya se acerca el gran estruendo de guerra sobre la tierra, y de gran exterminio. Y en ese día, todos dirán: ¿Cómo ha sido hecho pedazos y desmenuzado aquel que se decía el gran rey de Babilonia, el que era el martillo de toda la tierra? ¡Cómo fue convertida Babilonia en un desierto entre las naciones! ¡Vengan contra ella desde los extremos de la tierra: Abran sus bodegas, hagan de sus ruinas montones, y hagan en ella una carnicería, hasta que no quede viviente alguno! Maten a todos sus guerreros y vayan al matadero: ¡Ay de ellos! Que está próximo su día, el tiempo de su castigo. YA SE ESCUCHA LA VOZ DE LOS QUE HUYEN Y ESCAPAN DE BABILONIA, PARA INFORMAR DE ESTAS NOTICIAS: DE LA VENGANZA DEL SEÑOR NUESTRO DIOS, DE LA VENGANZA DE SU TEMPLO. Todo lo que ella les hizo, háganlo con ella: Porque contra EL SEÑOR se ensoberbeció, contra EL SANTO de Israel, por tanto, sus jóvenes caerán muertos en sus calles, y quedarán sin aliento todos los militares preparados, serán exterminados en aquel día, dice EL SEÑOR. Mira que YO vengo contra ti, oh reino soberbio, dice EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: Porque tu día se acerca, está próximo el día de tu castigo. Porque aquel reino soberbio tropezará y caerá sin que haya quién lo levante; y entonces prenderé fuego a sus ciudades, el cual devorará a todos sus alrededores. Y ME DIJO EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: Oprimidos fueron los hombres de MI Pueblo y con ellos los hombres de la tierra; y todos los que los embaucaron, los retuvieron, y no los quisieron soltar, mas se olvidaron que el redentor de ellos es EL FUERTE; EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS ES SU NOMBRE. Arma caerá sobre ellos, dice EL SEÑOR, y sobre los que gobiernan Babilonia y contra sus sacerdotes, y contra sus sabios, y contra sus adivinos; y quedarán entontecidos, cuando vean muertos a sus valientes. Caerá la muerte sobre sus caballos, y contra sus vehículos de guerra, y contra todos los militares que están en medio de ella, y todos se comportarán como mujeres: Espada contra los tesoros, los cuales serán saqueados. Se secarán sus aguas; porque esta tierra es de esculturas, de simuladas fantasías, y que enloquecen en sus monstruos, que son sus ídolos. Por tanto, vendrá a ser guarida de chacales, habitarán en ella pollos de avestruz: Y jamás volverá a ser poblada, ni habitada de generación en generación. Ella vendrá a ser, dice EL SEÑOR, como la ciudad de Sodoma y Gomorra, y sus ciudades vecinas, no quedará hombre alguno que la

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habite, ni persona humana que allí viva. Miren que viene gente del Norte; una gran nación, que hará que se levanten muchos reyes de los extremos de la tierra. Son ágiles con el arco y la lanza; serán crueles, y no tendrán piedad; su voz sonará como la mar, y montarán sobre sus caballos de fuego, como guerreros preparados para combatir, contra ti, oh Babilonia. Cuando escuche la fama de estos, el que se dice ser rey de Babilonia, sus manos se soltarán: Angustia tendrá, como dolor de mujer en trabajo de parto. Y ME DIJO EL SEÑOR: Todos los hombres verán, que desde el caudaloso Jordán, hasta su morada rocosa, como LEÓN vendrá su SALVADOR. Muy pronto mirarán correr sobre ella a los que son escogidos; y a ellos encargaré la tierra: Porque, ¿quién es semejante a MÍ? ¿Quién habrá que se ME oponga? O ¿quién será aquel pastor o sacerdote que se ME pueda poner delante? Por tanto, escuchen el deseo del SEÑOR, que tiene formado sobre Babilonia: Los más débiles del rebaño, los arrastrarán; y destruirán sus casas con ellos. Cuando se escuche el grito de la toma de Babilonia, temblará la tierra, y gran llanto se escuchará en todas las naciones.

Así ha dicho EL SEÑOR: Todos verán que YO levantaré sobre Babilonia, y sobre sus habitantes que se han levantado contra MÍ, un viento destructor. YO enviaré

sobre éstos, aparatos de viento que la arrojen, y que despojen su tierra; porque vendrán contra ella de todas partes en el día de su ruina. YO diré al Flechero que tensa su arco, y al que se pone orgulloso con sus armas: No perdonen ni a los jóvenes, destruyan a todo su ejército. Y caerán muertos y heridos en todas sus calles. Porque no han quedado los escogidos abandonados por su DIOS, EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS, aunque la tierra esté llena de pecado contra EL SANTO de Israel. Huyan de Babilonia, y salven su vida, para que no mueran a causa de su maldad: Porque llegado el tiempo de venganza del SEÑOR; le dará su pago. Como vaso de oro ha sido Babilonia en la mano del SEÑOR, que embriaga a toda la tierra: De su vino bebieron los hombres; se confundieron por tanto las naciones. En un momento caerá Babilonia, y será hecha pedazos: Aúllen sobre ella; porque por más intento que hice para sanarla, no ha mejorado: Aléjense de ella, y mejor vaya cada uno a su casa; porque ha llegado hasta el cielo su juicio, pues ella se engrandeció hasta las nubes. Preparen sus armas, colóquense sus escudos: Porque ha despertado EL SEÑOR a los Medos; porque contra Babilonia ha resuelto su destrucción, porque EL SEÑOR debe ser vengado, y vengado también SU TEMPLO. Levanten bandera sobre los muros de Babilonia,

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refuercen la guardia, pongan vigilantes, preparen muchas celdas; porque EL SEÑOR ha decretado llevar a efecto lo que había dicho sobre los habitantes de BABILONIA; LA QUE HABITAS ENTRE MARES, LA RICA EN TESOROS INCALCULABLES: SE ACERCA TU FIN, EL PAGO DE TU CODICIA. Porque EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS HA JURADO por ÉL MISMO, diciendo: YO te llenaré de Exterminadores como si fueran langostas, los cuales cantarán contra ti la canción del castigo. YO SOY EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: EL QUE PRODUJO LA VIDA A LA TIERRA EN SU FORTALEZA, EL QUE ORGANIZÓ EL MUNDO CON SU SABIDURÍA, EL QUE SUSPENDIÓ LOS CIELOS CON SU INTELIGENCIA; EL QUE A SU VOZ SE CONGREGAN LAS AGUAS EN EL CIELO, HACIENDO SUBIR LAS NUBES DE LA SUPERFICIE DE LA TIERRA; EL QUE HACE RELÁMPAGOS CON LA LLUVIA, Y SACA DE SUS TESOROS EL VIENTO. TODO HOMBRE SE HA HECHO NECIO, SIN INTELIGENCIA; LA MISMA ESTATUA DEL ÍDOLO ES SU CONFUSIÓN Y LA DE TODO ARTESANO; PORQUE SON UNA MENTIRA LAS IMÁGENES QUE HAN HECHO, PUES NO HAY EN ELLAS FUERZA DE VIDA. PURA FANTASÍA SON ESAS SUS OBRAS Y DIGNAS DE RISA: TODAS ELLAS CAERÁN EN EL DÍA DE SU CASTIGO. NO, NO ES COMO ESAS ESTATUAS AQUEL SEÑOR; PUES ÉL ES QUIEN HA FORMADO TODAS LAS COSAS, Y SU PUEBLO ES LA VARA DE SU REINO: EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS ES SU NOMBRE. ¡Oh Babilonia! Tú eres para MÍ el martillo, arma de guerra con el que destrozaré a las gentes; y por tu culpa voy a destrozar reinos, y arruinar naciones; y por tu culpa acabaré con los caballos y caballeros, y con los carros armados y con los que los controlan; así mismo, por tu culpa acabaré con hombres y mujeres, y también ME valdré de ti para matar jóvenes y viejos, y también por tu culpa destruiré niños y jovencitas puras: También ME valdré de ti para matar al pastor y a su rebaño: Acabaré por tu culpa con los labradores y sus yuntas; y también gobernantes y sacerdotes exterminaré por culpa tuya. Y te pagaré a ti, Babilonia, y a todos los habitantes de la tierra, todo el mal que ellos hicieron delante de MIS OJOS, dice EL SEÑOR. Mira que YO ESTOY contra ti, oh monte destructor, dice EL SEÑOR, que destruiste toda la tierra; y extenderé MI MANO contra ti, y te haré rodar desde lo alto de las piedras, y te convertiré en un monte consumido por las llamas, a tal grado, que no se tomará de ti ni piedra útil para una esquina, ni piedra para cimientos; sino que quedarás destruido eternamente, dice EL SEÑOR. Levanten su bandera en la tierra, avisen con alarma a las naciones, preparen a los pueblos a una guerra contra ella; junten a todos los reinos de los alrededores; nombren contra ella un general, y pongan sus caballos como ejército de langostas armadas de aguijones. Prepárense para la guerra

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contra ella los pueblos, y los reyes, y los gobernantes, y todos los magnates, y todas las provincias y todos los que le están sujetos. Estén listos, porque se afligirán cuando tiemble la tierra; porque se cumplirá El Decreto del SEÑOR, por el cual Babilonia quedará desierta e inhabitable. Abandonarán el combate los fuertes y valientes de Babilonia, los abandonará su fuerza, se convertirán como mujeres: Porque serán incendiadas sus casas, y hechos pedazos los cerrojos de sus puertas. Correo tras correo, y mensajero tras mensajero advertirán al que se dice ser rey de Babilonia: Que su gran ciudad es tomada por todas partes: Que las esquinas han sido tomadas, que los cañaverales están en llamas, y que sus guardias están llenos de preocupación. Porque así ha dicho EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: La que se sienta en Babilonia es como paja; el tiempo se acerca de trillarla: Falta poco para que venga sobre ella el tiempo del corte. Por tanto, así ha dicho EL SEÑOR sobre SUS escogidos: Mira que YO defenderé tu causa, y te vengaré de los agravios; YO dejaré sin agua su corriente, y secaré sus manantiales. Y será Babilonia para montones, habitación de chacales, objeto de espanto y de vergüenza; pues permanecerá inhabitada. Sus habitantes, a una rugirán como leones; sacudirán sus melenas como cachorros, y bramarán. Los dejaré que se calienten en sus banquetes, que se embriaguen; para que se alegren y duerman eterno sueño, y no despierten, dice EL SEÑOR. Los haré traer como corderos al matadero, todos revueltos, como carneros con cabritos. Y todos verán cómo subirá la mar sobre Babilonia; por el hervidero de sus olas será cubierta. Sus ciudades serán arruinadas, la tierra se secará, a tal grado, que no habitará en ella nadie ni pasará por ella persona humana. Y en ese día, YO castigaré al que se dice ser el rey en Babilonia, y sacaré de su boca lo que ha tragado: Y no vendrán más a él las naciones; porque la gran mansión de Babilonia habré derribado. ¡VAMOS! PUEBLO MÍO, SALGAN DE ELLA, Y SALVEN CADA UNO SU VIDA DE LA TERRIBLE IRA DE SU SEÑOR, NO SE AMEDRENTE SU CORAZÓN, NI TEMAN A CAUSA DE LA FAMA QUE SE ESCUCHARÁ DE ELLA POR TODA LA TIERRA; PORQUE PRIMERO SERÁ FAMA, DESPUÉS SERÁ UN RUMOR, Y CUANDO EMPIECE LA VIOLENCIA EN LA TIERRA, EL DOMINADOR DOMINARÁ al dominador. Por tanto, miren que viene el día en que YO destruiré las esculturas de los ídolos que adoran en Babilonia, y quedará llena de confusión toda la tierra, en medio de la cual caerán muertos todos sus habitantes. Y en aquél día, en los cielos y en la tierra, se escucharán alabanzas: PORQUE DEL NORTE VENDRÁN SOBRE BABILONIA LOS EXTERMINADORES, DICE EL SEÑOR. Y así como Babilonia es la causa

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por la que morirán muchos inocentes en la tierra, también los de Babilonia caerán muertos. Los de Babilonia de toda la tierra. LOS QUE DESEEN SALVARSE, ANDEN, NO SE DETENGAN; ACUÉRDENSE POR EL RESTO DE SUS DÍAS DEL SEÑOR, Y ACUÉRDENSE TAMBIÉN DE JERUSALÉM. ESTARÁN AVERGONZADOS, PORQUE LA CONFUSIÓN CUBRIRÁ SUS ROSTROS, PORQUE SERÁN INVITADOS POR EXTRAÑOS CONTRA LOS SANTUARIOS DEL SEÑOR. POR TANTO, VERÁN QUE LLEGARÁ EL DÍA, EN QUE YO DESTRUIRÉ LOS SIMULACROS DE SUS ESCULTURAS, Y EN TODA LA TIERRA SE ESCUCHARÁN LOS AULLIDOS DE SUS HERIDOS. Si Babilonia subiera al cielo, y se fortaleciera en lo alto su poder, de MÍ también vendrán a ella los Exterminadores, dice EL SEÑOR. ¡Grandes gritos y alaridos se escucharán en Babilonia, y un gran estruendo por toda la tierra! Porque EL SEÑOR descenderá sobre Babilonia, y ahogará de ella su voz jactanciosa; y bramarán sus olas, como de muchas aguas será el sonido de la voz de ellos: Porque llegará EL DESTRUCTOR contra ella, contra Babilonia, y todos sus hombres fuertes y valientes serán presos, sus armas serán desbaratadas: Porque EL SEÑOR les dará su paga. Y también embriagaré a sus reyes y a sus sabios, a sus gobernantes y a sus sacerdotes, y también a sus valientes; y dormirán el sueño eterno y no despertarán, dice EL REY, cuyo nombre es EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS. Los altos y anchos muros de Babilonia serán derribados eternamente, y sus altas puertas serán quemadas a fuego; y en vano intentarán las naciones y sus habitantes apagar el fuego, porque sólo se cansarán.

Y fue así como Jeremías plasmó en un libro todo el mal que vendrá sobre Babilonia, todas Las Palabras que EL SEÑOR ordenó se escribieran contra ella.

Y dijo Jeremías: Cuando vean que en Babilonia sucedan todas estas cosas que leen, sólo digan: ¡Oh SEÑOR!, TÚ HAS DICHO QUE DESTRUIRÁS ESTE LUGAR DE MODO QUE NO QUEDE QUIÉN LO HABITE, NI HOMBRE NI BESTIA, SINO QUE SERÁ CONVERTIDO EN DESIERTO ETERNO. Y cuando acaben de leer este libro, átenlo a una piedra, y arrójenlo en medio del Éufrates: Y digan: De esta manera será sumergida Babilonia, la cual, dice EL SEÑOR, no se levantará del mal que YO traeré contra ella, y su destrucción será eterna.

Y TODOS LOS HOMBRES VERÁN QUE EL QUE SE DICE SER REY DE BABILONIA, ÉL Y VARIOS EJÉRCITOS, ACAMPARÁN CONTRA JERUSALÉM; Y LA SITIARÁN, Y

PONDRÁN CONTRA ELLA FUERTE ARMAMENTO ALREDEDOR. 52

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Lamentaciones de

Jeremías

Desde Lo Alto EL SEÑOR enviará fuego, llamará contra los hombres a un inmenso EJÉRCITO DE SANTOS para despedazar a sus hijos. EL SEÑOR dará la orden de atacar

a la tierra.

¡Cómo oscurecerá a la tierra EL SEÑOR en el día de SU Furor! Hará bajar del cielo a la tierra La Hermosura de SU GLORIA, y no se acordará que la tierra era el tapete de

SUS PIES en el día de SU Ira. EL SEÑOR destruirá, y no perdonará; y se encenderá contra los pueblos como llama de fuego que devorará en sus alrededores. EL SEÑOR derramará como fuego SU Enojo, destruirá todos los palacios, y derribará las fortalezas. Destruirá sus lugares de reunión: EL SEÑOR ha hecho que en la tierra los hombres se olviden de SUS Conmemoraciones y de SUS Sábados, y en El Furor de SU Ira ha desechado a todo rey y sacerdote. También desechó EL SEÑOR SU Altar, y menospreció SU Santuario, ha permitido la entrada de SUS enemigos a los muros de SUS Palacios, y permitió que gritaran en SU CASA como se hace en los días de fiesta. EL SEÑOR ha sentenciado destruir la pureza de los muros de Jerusalém; el muro y el ante muro, juntos, serán destruidos. Sus puertas serán echadas por tierra, EL SEÑOR es quien destruirá y hará pedazos sus cerrojos. Y ME DIJO EL SEÑOR: MIS OJOS se agotan de lágrimas, rugen MIS ENTRAÑAS, MI HÍGADO se derrama por tierra por la desobediencia de Jerusalém, la hija de MI Pueblo, cuando enflaquece el niño y el que mama, en las plazas de la ciudad. ¿Qué testigo te traeré, o a quién te haré semejante hija de Jerusalém? Tus profetas sólo vieron para ti fantasías y locuras; y no le descubrieron a los hombres tu mentira para estorbar tu entorpecimiento, sino que te predicaron falsas profecías y excesos. Todos los que pasarán por tu camino, agitarán sus manos sobre ti; silbarán, y moverán sus cabezas, diciendo: ¿Esta era la gran ciudad que decían de hermosura perfecta, el gozo de todos los habitantes de la tierra? Todos tus enemigos abrirán sobre ti su boca, silbarán, y rechinarán los dientes; y dirán: Acabemos con ella, pues este es el día que esperábamos; lo hemos

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encontrado, lo vimos. EL SEÑOR hará lo que tenía sentenciado, cumplirá SU PALABRA que ÉL había dado desde el tiempo antiguo: La destruirá, y no la perdonará. VUÉLVETE AL SEÑOR, Y ALZA TUS MANOS A ÉL POR LA VIDA DE TUS PEQUEÑITOS, PORQUE SI NO LO HACES, MORIRÁN DE HAMBRE POR TODAS LAS CALLES. OH SEÑOR, considera a quienes has creado. O ¿acaso comerán las mujeres su propio fruto, los pequeñitos de sus crías? ¿Han de morir en TU Santuario los Profetas? Niños y viejos estarán tirados por las calles; las mujeres vírgenes y los jóvenes caerán muertos a cuchillo: Matarás, SEÑOR, a todos en el día de TU Furor, los degollarás sin piedad, no los perdonarás. En el día del Furor del SEÑOR, no habrá quién escape ni quede vivo.

Es por la misericordia del SEÑOR que no somos aún exterminados, porque nunca disminuyeron SUS Misericordias. Son nuevas cada día; es grande SU Fidelidad. Mi

parte es EL SEÑOR, dijo mi alma; por tanto, en ÉL esperaré. Es bueno EL SEÑOR sólo con los que en ÉL esperan, con el alma que lo busca. Es bueno esperar cayado la salvación del SEÑOR. Es bueno al hombre, si lleva la carga desde su juventud. Porque EL SEÑOR no aflige ni angustia de su corazón a los hijos de los hombres, porque ÉL no sabe que debajo de SUS PIES destrozan a todos los encarcelados de la tierra, ni que hacen apartar el derecho del hombre ante La Presencia del ALTÍSIMO, ni que trastornan al hombre en su causa. Examinemos nuestros caminos, y busquemos, y regresemos al SEÑOR. Levantemos nuestros corazones con las manos a DIOS en los cielos, porque nosotros nos hemos revelado, y somos desleales; y por eso TÚ, SEÑOR, no perdonarás. Extenderás TU Ira, y nos perseguirás; matarás, y no perdonarás. Te cubrirás de TU GRAN NUBE, para no recibir nuestra oración. Nuestros ojos llorarán, y no se cansarán, porque no hay alivio, hasta que TÚ, SEÑOR, mires y veas desde los cielos. Mis enemigos me cazaron como ave, y pusieron piedra sobre mí. Persíguelos SEÑOR en TU Furor, y elimínalos de debajo de los cielos.

Y ME DIJO EL SEÑOR: ¡Cómo se ha oscurecido el oro! ¡Cómo le han dado valor a las obras de manos de artesano! Aún los monstruos marinos sacan la teta para dar

de mamar a sus crías: La hija de MI Pueblo es cruel, como los avestruces en el desierto. La lengua del niño de pecho, se pegará a su paladar de sed: Los chiquitos pedirán pan, y no habrá quién se los reparta; los que comían delicadamente serán exterminados en las calles; los que se criaron entre joyas, abrazarán el estiércol. En un momento será destruida la gran ciudad, y no se acercarán más, a ella, sus procesiones. Sus verdaderos Nazareos,

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ese día, serán más blancos que la nieve, más lustrosos que la leche, su composición será más roja que los rubíes, los verás más bellos que el zafiro: MÁS OSCURO QUE LO NEGRO ES LA FORMA DE ELLOS; NO LOS CONOCEN POR LAS CALLES: SU PIEL ESTÁ PEGADA A SUS HUESOS, Y ES SECA COMO UN PALO. Las manos de las mujeres piadosas, cocinarán a sus propios hijos; les serán por comida en el día de la destrucción de la hija de MI Pueblo. Así EL SEÑOR cumplirá SU Enojo, derramará el ardor de SU Ira; y encenderá fuego en la tierra, que la consumirá hasta sus cimientos. JAMÁS LOS REYES DE LA TIERRA, NI TODOS LOS QUE HABITAN EN EL MUNDO, CREYERON QUE EL ENEMIGO Y EL CONTRARIO ENTRARÁN POR LAS PUERTAS DE JERUSALÉM. Es por los pecados de los que se decían sus profetas, y por las maldades de sus sacerdotes, que derramaron en medio de ella la sangre de los justos. Los que los perseguirán serán más ligeros que las águilas del cielo: Sobre los montes y en el desierto pondrán sus emboscadas. Del Ungido del SEÑOR, es de quien les hemos dicho: SÓLO POR LA CIENCIA DE SU ENSEÑANZA TENDREMOS VIDA ENTRE LAS GENTES QUE MORIRÁN.

Acuérdate, SEÑOR, de lo que nos está sucediendo: Mira nuestra angustia. Nuestras tierras las han invadido extraños, nuestras casas las habitan extranjeros, somos como

huérfanos sin padre, y son como viudas nuestras madres. NUESTRA AGUA BEBEMOS POR DINERO; NUESTRA LEÑA COMPRAMOS POR PRECIO, PADECEMOS PERSECUCIÓN SOBRE NUESTROS CUELLOS: NOS CANSAMOS, Y NO HAY TIEMPO PARA REPOSO. CON PELIGRO DE NUESTRAS VIDAS TRAEMOS A NUESTRAS CASAS EL PAN, NUESTRA PIEL SE HA ENNEGRECIDO COMO UN HORNO, VIOLAN A NUESTRAS MUJERES Y A NUESTRAS VÍRGENES, MATAN A NUESTROS JÓVENES; NO RESPETAN EL ROSTRO DE LOS VIEJOS. ¡AY DE NOSOTROS! PORQUE HEMOS PECADO; MAS TÚ, SEÑOR, PERMANECERÁS ETERNAMENTE: PORQUE TU TRONO SERÁ TUYO DE GENERACIÓN EN GENERACIÓN.

Baruc

Y leyó Baruc este libro a todo el pueblo delante de los magnates e hijos de los reyes, de los ancianos, y delante de toda la nación; desde el más pequeño hasta el más

grande de todos cuantos habitaban en Babilonia, los cuales, oyéndolo, lloraban y

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ayunaban, y oraban frente al SEÑOR. Y se hizo una colecta de dinero, según la posibilidad de cada uno, y también Baruc recobró los vasos de LA CASA DEL SEÑOR, los robados del TEMPLO, para regresarlos al país de Judá. Y dijo Baruc al pueblo: Rueguen también por nosotros mismos al SEÑOR nuestro DIOS, porque hemos pecado contra ÉL, y no se ha apartado SU Ira de sobre nosotros hasta hoy en día. Y LEAN ESTE LIBRO EN UN DÍA DE FIESTA O EN CUALQUIER DÍA OPORTUNO. Y así dirán: Del SEÑOR NUESTRO DIOS, es la Justicia, mas de nosotros la confusión; como está sucediendo en este día a nuestros reyes y a nuestros gobernantes, a los sacerdotes y a nuestros profetas, y a nuestros padres. Hemos pecado en presencia del SEÑOR, y no le creímos, desconfiando de ÉL. NO LE FUIMOS FIELES, NI QUISIMOS ESCUCHAR SU VOZ, PARA PROCEDER CONFORME A LOS MANDAMIENTOS QUE ÉL NOS HABÍA DADO. Desde aquel día en que EL SEÑOR sacó de la tierra de Egipto a nuestros padres, hasta el día de hoy, hemos sido rebeldes a nuestro SEÑOR, y nos apartamos lejos para no escuchar SU VOZ. Por lo cual se nos han pegado muchos desastres, y las maldiciones anunciadas por EL SEÑOR a SU Siervo Moisés el día en que sacó a nuestros padres para darnos una tierra que emana leche y miel, como es en este día. No quisimos escuchar LA VOZ de nuestro SEÑOR, conforme a todo lo que decían los profetas que ÉL envió a nosotros; y CADA UNO DE NOSOTROS NOS FUIMOS TRAS LAS INCLINACIONES DE NUESTRO CORAZÓN PERVERSO PARA ADORAR A LOS ÍDOLOS, haciendo el mal delante de LOS OJOS del SEÑOR, nuestro DIOS.

Por eso, EL SEÑOR CUMPLIRÁ SU PALABRA QUE HABÍA DICHO CONTRA NOSOTROS Y CONTRA NUESTROS JUECES, Y CONTRA NUESTROS REYES Y NUESTROS

GOBERNANTES, Y CONTRA NUESTROS SACERDOTES; de que ÉL TRAERÁ SOBRE NOSOTROS GRANDES MALES, CUALES JAMÁS SE HAN VISTO DEBAJO DEL CIELO, como los que sucederán conforme a lo que se encuentra escrito en La Ley de Moisés: QUE COMERÁ EL HOMBRE LA CARNE DE SUS PROPIOS HIJOS. Hemos venido a ser empleados, en vez de patrones, por haber pecado contra EL SEÑOR, no obedeciendo a SU VOZ. DEL SEÑOR ES LA JUSTICIA, DE NOSOTROS Y DE NUESTROS PADRES, LA CONFUSIÓN; COMO SE VE EN ESTE DÍA. Todos los males que EL SEÑOR nos había anticipado, han caído sobre nosotros; pero nosotros no acudimos al SEÑOR para rogarle y para convertirnos, cada uno, de las intenciones de nuestro perverso corazón. Por esto, echó EL SEÑOR mano del castigo y lo descargó sobre nosotros; pues justo es

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EL SEÑOR en todas SUS Obras que nos ha mandado. No quisimos escuchar SU VOZ para andar conforme a SUS Mandamientos delante de nuestros ojos. Ahora, OH SEÑOR, DIOS de Israel, que sacaste a TU Pueblo de Egipto con TU MANO FUERTE y por medio de maravillas y grandezas, con TU GRAN PODER y con TU BRAZO extendido, y te adquiriste EL NOMBRE que hoy tienes: Hemos pecado, hemos obrado cruelmente; nos hemos portado perversamente, OH SEÑOR, contra todos TUS Mandamientos. Vuelve, SEÑOR, TUS OJOS hacia nosotros desde TU SANTA CASA, inclina TUS OÍDOS y escúchanos. Abre TUS OJOS y míranos, porque no son los muertos que están en el sepulcro, cuyo espíritu ha sido separado de sus entrañas, los que entregarán respeto al SEÑOR y reconocerán SU Justicia, sino el alma que está afligida por causa de la grandeza del mal que ha cometido y que anda encorvada, y pálida, y con los ojos caídos. El alma hambrienta, esa es la que te glorifica, OH SEÑOR, y reconoce TU Justicia. El Templo sobre el cual había sido invocado TU NOMBRE, lo redujiste al estado en que se encuentra el día de hoy, a causa de las maldades. Sin embargo, has actuado con nosotros, con toda TU Gran Misericordia, como lo habías jurado por boca de Moisés, Siervo TUYO, el día en que le ordenaste escribir TU LEY, a la vista de los hombres de Israel, diciendo: Si no obedecen a MI VOZ, todos los pueblos serán reducidos a un pequeño número. YO sé que no ME escucharán, pues es un pueblo de cuello duro; pero volverá en sí cuando esté en la tierra de su cautiverio, y entonces conocerán que YO SOY EL SEÑOR SU DIOS. Y les daré un corazón, y entenderán; oídos, y escucharán. ME dedicarán alabanza, y se acordarán de MI NOMBRE. Ablandarán su duro cuello y su maldad, pues se acordarán de lo que sucedió a sus padres por haber pecado contra MÍ. Entonces los conduciré otra vez a la tierra que prometí con juramento a sus padres, y serán señores de ellas, y los multiplicaré y no disminuirán. Y estableceré con ellos otra Alianza Eterna para que YO SEA SU DIOS, así como ellos serán MI Pueblo; y no los removeré jamás de la tierra que les haya dado.

Y ahora, SEÑOR TODOPODEROSO, un alma apenada y un espíritu afligido dirige a TI sus clamores. Atiende, SEÑOR, y ten piedad de nosotros, porque eres un DIOS

Misericordioso; y apiádate de nosotros, porque hemos pecado en TU PRESENCIA. TÚ permaneces eternamente, pero nosotros, ¿habremos de morir para siempre? ¡OH SEÑOR TODOPODEROSO! Escucha ahora la oración de los hijos de aquellos que pecaron ante TI, y no quisieron escuchar La Voz del SEÑOR su DIOS, por lo cual se ha

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pegado a nosotros el mal. No te acuerdes de las maldades de nuestros padres, acuérdate, sí, en este tiempo, de TU PODER Y DE TU NOMBRE, PORQUE TÚ ERES EL SEÑOR NUESTRO DIOS, y nosotros, OH SEÑOR, te tributaremos alabanza. Pues por eso has llenado de temor nuestros corazones, a fin de que invoquemos TU NOMBRE y te alabemos en nuestra cautividad, ya que nos hemos alejado de la maldad de nuestros padres que pecaron contra TI. ESCUCHA LOS MANDAMIENTOS DE VIDA, APLICA TUS OÍDOS PARA APRENDER LA SABIDURÍA, porque has abandonado La Fuente de la Sabiduría; SI HUBIERAS ANDADO POR LA SENDA DEL SEÑOR, VIVIRÍAS EN ETERNA PAZ. APRENDE DÓNDE ESTÁ LA SABIDURÍA, DÓNDE LA FORTALEZA, DÓNDE LA INTELIGENCIA, PARA QUE SEPAS TAMBIÉN DÓNDE HAY PERMANENCIA Y VIDA, Y DÓNDE ESTÁ LA LUZ DE LOS OJOS Y LA PAZ. ¿Quién encontró el hogar de la sabiduría? ¿Quién penetró en sus tesoros? ¿Dónde están los jefes de las naciones y los domadores de las bestias de la tierra? ¿Aquellos que jugaban con las aves del cielo? ¿Aquellos que acumulaban la plata y el oro en que los hombres ponen su confianza, y en cuyo provecho jamás acaban de saciarse, aquellos que labraban con tanto afán la plata, de modo que sus obras eran sin igual? Destruidos fueron y descendieron a los infiernos, y en su lugar se levantaron otros. Generaciones jóvenes vieron la luz y habitaron sobre la tierra, pero desconocieron el camino de la sabiduría; no comprendieron sus sendas, ni la abrazaron sus hijos, por eso ella se alejó de su rostro. ¡OH TIERRA, CUÁN INMENSA ES LA GLORIA DEL SEÑOR Y QUÉ ESPACIOSO EL LUGAR DE SU PROPIEDAD! ES MUY GRANDE Y NO TIENE TÉRMINO; ES PERFECTO, ALTÍSIMO Y GRANDIOSO. Allí vivieron los famosos gigantes que hubo al principio, hombres de elevada estatura, ágiles en la guerra. A éstos no eligió EL SEÑOR, ni encontraron la senda de la ciencia; por esto se extinguieron. Y POR NO TENER SABIDURÍA, MURIERON POR SU NECEDAD. ¿Quién subió al cielo y se apoderó de ella, y la hizo descender de las nubes? ¿Quién atravesó los mares y la encontró, y la trajo por oro purísimo? No hay quien pueda conocer los caminos de ella ni investigar sus sendas, solamente AQUEL que sabe todas las cosas, la conoce y la descubrió con SU INTELIGENCIA, AQUEL que fundó la tierra para siempre y la pobló de animales, AQUEL que ordena a la luz y ella marcha, a la llama y ella obedece temblando. Las estrellas enseñan su luz en sus alturas, y lo hacen con alegría; fueron llamadas por EL SEÑOR, y dijeron: Aquí estamos; y gozosas dieron luz al que las creó. ESTE

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ES NUESTRO DIOS, NINGÚN OTRO SERÁ CONOCIDO COMO TAL A SU LADO. ÉL encontró todos los caminos de la sabiduría, y la dio a SU Siervo Jacob, Israel, SU amado. Después de esto, SE HA DEJADO VER SOBRE LA TIERRA Y HA CONVERSADO CON LOS HOMBRES.

ESTE ES EL LIBRO DE LOS MANDAMIENTOS DEL SEÑOR Y LA LEY QUE PERDURA ETERNAMENTE, TODOS LOS QUE LA GUARDAN, LLEGARÁN A LA VIDA ETERNA; MAS

LOS QUE LA ABANDONAN, LLEGARÁN PRONTO A LA MUERTE. Conviértete y aférrate a ella, camina al resplandor de su luz, no des tu perfección a otro, ni tu dignidad a nación extraña. Dichosos somos nosotros porque sabemos lo que le agrada al SEÑOR. Porque por haber provocado la indignación de DIOS, por eso fueron entregados a los enemigos, pues irritaron a AQUEL que los crió, EL DIOS ETERNO, ofreciendo ofrendas a lo prohibido en lugar de DIOS. Escuchen vecinos de Sión; EL SEÑOR me ha enviado una angustia grande; pues he visto la esclavitud de los hombres y de las mujeres, que hará venir sobre ellos EL ETERNO, por haberse desviado de SU LEY y por no haber conocido SUS Preceptos, y por no andar en el camino de SUS Mandamientos, ni seguir con justicia por las sendas de SU Verdad. HARÁ TRAER SOBRE ELLOS UNA RAZA MUY ANTIGUA, UNA NACIÓN DESVERGONZADA Y QUE TIENE OTRO LENGUAJE, QUE NO RESPETARÁ AL ANCIANO, NI SE APIADARÁ DE LOS NIÑOS; QUE ARRANCARÁ A LA VIUDA SUS MÁS QUERIDOS, DEJÁNDOLA DESAMPARADA Y SIN HIJOS. AQUEL QUE ENVIARÁ SOBRE USTEDES LOS MALES; ÉL MISMO LOS LIBRARÁ. Tengan confianza, y clamen al SEÑOR; pues ÉL se acordará de ustedes; porque así como por su voluntad se perdieron de DIOS, así al convertirse, de nuevo lo buscarán con una voluntad diez veces mayor; pues AQUEL que les enviará estos males, ÉL mismo traerá un gozo eterno con la salud que les dará.

Arráncate, Jerusalém, el vestido de luto y de tu aflicción, y vístete del Esplendor y de la Perfección Eterna que te viene del SEÑOR. PORQUE ÉL TE RODEARÁ, Y SE PONDRÁ

SOBRE TU CABEZA COMO CORONA, LA GLORIA DEL ETERNO. PUES EL SEÑOR MOSTRARÁ SU ESPLENDOR EN MEDIO DE TI A TODOS LOS QUE VIVEN DEBAJO DEL CIELO, porque el nombre que te dará DIOS para siempre, será este: “Paz de la Justicia y Gloria de la Piedad”. Levántate, Jerusalém, sube a lo alto, y dirige tu vista hacia el Oriente, y mira cómo se reúnen tus hijos, desde el Oriente hasta el Occidente, en justicia de La Palabra del SANTO, llenos de gozo porque EL SEÑOR se ha acordado de ellos; partieron de ti a pie,

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EL SEÑOR te los devolverá traídos con honor, como en trono real. Porque DIOS ha determinado derribar todo monte alto y las rocas eternas, y rellenar los valles hasta el nivel de la tierra, para que el pueblo camine con seguridad para deleite del SEÑOR. Aún las selvas y todos los árboles aromáticos harán sombra a Israel, por Orden de DIOS. Porque EL SEÑOR guiará a SUS hijos con alegría, a la luz de SU GLORIA, mediante la Misericordia y la Justicia que de ÉL viene.

(Copia de la carta del Profeta Jeremías a los cautivos por Babilonia, para anunciar lo que EL SEÑOR ha ordenado.)

Por los pecados que han cometido delante de su SEÑOR, serán cautivos por Babilonia. Y permanecerán así muchos años y un largo tiempo, y hasta después los

sacaré de allí en paz. Ahora bien, en Babilonia VERÁN ÍDOLOS DE MADERA, Y DE PIEDRA, DE ORO Y DE PLATA, que son llevados por la gente en sus hombros, y que les causan un gran temor y respeto. Absténganse todos ustedes de imitarlos, no sea que también se atemoricen y vengan a inventar miedo de ellos. Cuando vean detrás y delante de ellos a las procesiones que los adoran, retírense de allí, y digan en su corazón: OH SEÑOR, SÓLO A TI SE DEBE ADORAR. Pues los ídolos que adoran tienen la lengua limada por el mismo artesano, y aunque los fabrican dorados y plateados, son sólo un engaño e incapaces siquiera de hablar. Del mismo modo que se adorna a una mujer cuando es pura, que es invitada a múltiples celebraciones, así las gentes toman el oro que recibieron, y hermosean las coronas que tienen sobre las cabezas de sus dioses; y en ocasiones sucede, que los mismos sacerdotes, roban a sus ídolos el oro y la plata, y lo gastan para sí mismos. Y aún dan de él a las prostitutas, y adornan a sus amantes, y de nuevo, después de recuperarlo de ellas, vuelven a engalanar a sus dioses. Mas éstos no saben librarse del óxido ni de la polilla, también los visten de púrpura y les limpian el rostro por el muchísimo polvo que hay en sus templos. Uno de sus ídolos tiene un cetro en su mano, como si fuera juez de un distrito, mas no puede quitar la vida ni al que le ofende. Otro tiene en su mano una espada, mas no se puede librar a sí mismo de la guerra, ni de los ladrones. POR DONDE UNO DEBE DARSE CUENTA QUE NO SON DIOSES. POR TANTO, NO LES TEMAN. PORQUE ESOS MUÑECOS DE ELLOS SON COMO EL VASO DE UN HOMBRE; SI SE QUIEBRA, PARA NADA SIRVE.

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Por estar colocados en las casas y en los templos, los ojos de los ídolos se cubren del polvo que levantan los pies de los que entran; y así como encierran detrás de muchas puertas al que ofendió al rey, y como se encierra al que es condenado a muerte, así los sacerdotes aseguran las puertas con pasadores y cerraduras, para que los ladrones no despojen a sus dioses. También les encienden lámparas, y en gran cantidad, mas ellos no pueden ver ninguna de ellas, porque son de madera, igual que las vigas del templo. Las lombrices que salen de la tierra, les lamen el interior, cuando se los comen junto con sus vestiduras sin que ellos mismos lo sientan. Sus caras se ponen negras por el humo que producen las lámparas. Sobre sus cuerpos y sobre sus cabezas vuelan lechuzas, golondrinas, palomas y otras aves, y también los gatos andan sobre ellos. POR TODO ESTO PODRÁS CONOCER QUE NO SON DIOSES; Y POR LO MISMO, NO LES TEMAS.

El oro que tienen, sólo es para verse bien; pero si alguno no los limpia del óxido, ya no brillan. Ni aun cuando fueron fundidos lo sintieron. Y a pesar de que no hay en ellos vida alguna, fueron comprados a un alto precio; SON LLEVADOS EN HOMBROS, COMO SI NO TUVIERAN PIES; MOSTRANDO ASÍ A LOS HOMBRES SU VERGÜENZA. AVERGONZADOS SEAN TAMBIÉN AQUELLOS QUE LOS ADORAN. Porque si alguno de esos ídolos cae en tierra, no puede levantarse por sí mismo; ni por ellos mismos pueden ponerse en pie si no es que algún hombre los levanta; y como a los muertos, así se les presentan ofrendas.

Estas ofrendas las venden y malgastan los sacerdotes, y también sus mujeres conservan una parte para ellas; no dan nada de ello al pobre ni al desamparado; y con sus manos los tocan las mujeres recién paridas y las que están menstruando. CONOCE POR ESTO QUE NO SON DIOSES, Y POR TANTO, NO LES TEMAS. Pero, ¿CÓMO ES QUE LOS LLAMAN DIOSES? Es por que les presentan regalos a ESTOS ÍDOLOS DE MADERA, DE PLATA, Y DE ORO; y también porque los sacerdotes están sentados en los templos de ellos, y traen abiertas sus túnicas, y rapadas sus cabezas, y rasurada su barba; y además, llevan descubierta la cabeza; y rugen dando gritos delante de sus dioses, como se acostumbra en el sermón de un homenaje fúnebre. También los sacerdotes les quitan parte de sus vestidos, para vestir a sus mujeres y a sus hijos. Les hagas mal, o les hagas bien, no pueden recompensarlo. No pueden poner un rey, ni tampoco quitarlo. Y asimismo no pueden dar riquezas, ni siquiera una moneda de cobre. Si alguno les hace una promesa, y no la cumple, ni de esto se quejan. No pueden librar a ningún hombre de la muerte, ni amparar al débil contra

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el poderoso, no reponen la vista a ningún ciego, ni libran a nadie de la necesidad; no se compadecen de la viuda, ni son benefactores de los huérfanos. Son semejantes a las piedras del monte esos sus muñecos de madera y de piedra, dorados y plateados. CONFUNDIDOS ESTÁN SUS ADORADORES. PORQUE, ¿CÓMO ES POSIBLE CREER, Y AÚN DECIR QUE ESTOS SON DIOSES? SI SUS MISMOS ADORADORES LOS OFENDEN. Pues al ver que uno no puede hablar porque es mudo, lo presentan a su ídolo, rogándole que lo haga hablar; como si la escultura pudiera entenderlos. Y ellos mismos, cuando se dan cuenta de su error, los abandonan, porque sus dioses no tienen entendimiento.

Todas las cosas que se hacen con ellos, no son mas que un engaño. ¿CÓMO, PUES, ES POSIBLE CREER Y DECIR QUE SON DIOSES? SI FUERON FABRICADOS POR ARTESANOS Y ORFEBRES; POR TANTO, NO SERÁN OTRA COSA QUE LO QUE QUIERAN LOS SACERDOTES QUE SEAN. Si aun los mismos artesanos de los ídolos no viven mucho tiempo, ¿podrán serlo aquellas cosas que ellos fabrican? Engaño y vergüenza es lo que dejan a las futuras generaciones. Porque si aconteciera alguna guerra o desastre, los sacerdotes consideran un logro dónde protegerse con ellos. ¿CÓMO, ENTONCES, PUEDE CREERSE QUE SON DIOSES AQUELLOS QUE NO PUEDEN LIBRARSE DE LA GUERRA, NI SALVARSE DE LAS DESGRACIAS?

MAS UN DÍA SE CONOCERÁ QUE SIENDO ELLOS COSA DE MADERA Y DE PIEDRA, DORADOS Y PLATEADOS, NO SON SINO UN ENGAÑO, Y TODAS LAS NACIONES Y TODOS LOS REYES VERÁN CLARAMENTE QUE NO SON DIOSES, SINO OBRAS DE LAS MANOS DE LOS HOMBRES, Y QUE NO HAY EN ELLOS NADA DIVINO. PERO, ¿DE DÓNDE SE CONOCE QUE NO SON DIOSES, SINO OBRAS DE LAS MANOS DE LOS HOMBRES Y QUE EN ELLOS NO HAY NADA DIVINO? PORQUE ELLOS NO PONEN REY EN NINGÚN PAÍS, NI DAN LLUVIA A LOS HOMBRES, NO PUEDEN DECIR LAS CAUSAS, NI LIBRAR DE OPRESIÓN A REGIÓN ALGUNA, INCAPACES COMO SON, ELLOS SON COMO CUERVOS, PORQUE NI SON AVES DEL CIELO, NI AVES DE LA TIERRA. Porque cuando se incendian los templos de esos dioses de madera, dorados y plateados, sus sacerdotes corren para huir y ponerse a salvo; pero ellos, los ídolos, se queman en el templo, lo mismo que las vigas que lo soportan, ni tampoco a un rey ni a los enemigos hacen resistencia. ¿CÓMO, PUES, SE PUEDE CREER O ADMITIR QUE SON DIOSES? No se libran de los ladrones, ni de los saqueadores, esos dioses de madera y de piedra, porque aquellos pueden más que ellos; y les quitan el oro y la plata y el vestido de que están cubiertos, y se marchan, sin que esos dioses puedan valerse por sí mismos.

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DE TAL MANERA QUE UN REY QUE MUESTRA SU PODER, O CUALQUIER OBJETO ÚTIL EN UNA CASA, DEL CUAL ESTÁ ORGULLOSO EL DUEÑO, O LA PUERTA DE LA CASA QUE GUARDA LO QUE HAY DENTRO DE ELLA, VALEN MÁS QUE ESOS FALSOS DIOSES. El sol, la luna y las estrellas, que alumbran y están puestos para sernos provechosos, obedecen al SEÑOR nuestro DIOS. Asimismo el relámpago se hace ver cuando aparece, y el viento sopla por todas las regiones; igualmente las nubes, cuando DIOS les manda pasar por sobre la tierra, ejecutan lo mandado; y el fuego, que es enviado de arriba para incendiar los montes y los bosques, cumple también lo que se le ha ordenado. Mas estos ídolos, ni en la belleza, ni en la fuerza son comparables a ninguna de esas cosas; POR ESO JAMÁS DEBE CREERSE NI DECIRSE QUE SON DIOSES, cuando no pueden hacer justicia, ni hacer alguna cosa a los hombres. Sabiendo ahora, que no son dioses, no los temas. Pues no pueden maldecir a los reyes ni bendecirlos, TAMPOCO MUESTRAN A LAS NACIONES SEÑALES EN EL CIELO, NI LUCEN COMO EL SOL, NI ALUMBRAN COMO LA LUNA. Más que ellos valen las bestias, porque huyendo pueden refugiarse bajo lo cubierto y valerse por sí mismas. DE NINGUNA MANERA SON DIOSES, COMO ES INDUDABLE; POR TANTO, NO LES TEMAS. Porque así como no es buen guardián en una huerta de melones un espantapájaros, así son sus dioses de madera, dorados y plateados. Como el arbusto de espinas en un huerto, sobre el cual vienen a posar toda clase de pájaros, y como un muerto arrojado al sepulcro tenebroso, así son estos ídolos suyos de madera, dorados y plateados. También por la vestimenta color púrpura y escarlata que sobre ellos se apolilla, se conocerá claramente que no son dioses; ellos mismos son al fin carcomidos, y serán una vergüenza para todos. ES MEJOR EL HOMBRE JUSTO QUE NO TIENE ÍDOLOS, PORQUE ESTÁ MUY LEJOS DE LA VERGÜENZA.

Ezequiel

Y sucedió que, a mis treinta años, en el quinto día del cuarto mes, estando yo junto al río Chebar, de pronto, LAS NUBES DE LOS CIELOS SE ABRIERON, Y PUDE VER

COSAS MARAVILLOSAS QUE ERAN DE DIOS. Y ESTABA YO MIRANDO, CUANDO EMPEZÓ A CORRER UN VIENTO TEMPESTUOSO QUE VENÍA DEL NORTE, APARECIÓ UNA COMO GRAN

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NUBE ENVUELTA EN UN INMENSO FUEGO, Y A SU ALREDEDOR, HABÍA UN GRAN RESPLANDOR, Y EN MEDIO DEL FUEGO, SE APRECIABA UNA COSA QUE PARECÍA COMO METAL MUY BRILLANTE. CUANDO SE DESPEJÓ EL LUGAR, POR LA PARTE DE ABAJO, EN MEDIO DE ELLA, VI ALGO CUYO ASPECTO ERA TAN EXTRAÑO, QUE A MI ENTENDER, ERA SIMILAR A CUATRO COMO ANIMALES; ESTE ERA SU PARECIDO: EN CADA UNO DE ELLOS, POR EL FRENTE, SE APRECIABA UN PERSONAJE, PUES ERAN SEMEJANTES A UN HOMBRE. TAMBIÉN A SU ALREDEDOR CADA UNO TENÍA CUATRO COMO ESCUDOS, Y CUATRO COMO ALAS. LO QUE PARECÍAN SUS PIERNAS, ERAN DERECHAS, MAS LA PLANTA DE LO QUE PARECÍAN SUS PIES, PARECÍA COMO LA PLANTA DE UNA PATA DE BECERRO; Y BRILLABAN COMO SI FUERA BRONCE MUY PULIDO. DEBAJO DE SUS ALAS, LAS CUALES ABARCABAN SUS CUATRO LADOS, EN EL FRENTE, SE VEÍAN MANOS Y ROSTROS COMO DE HOMBRE. CON SUS ALAS SE ACERCABAN EL UNO AL OTRO. NO VOLTEABAN CUANDO AVANZABAN; CADA UNO DE ELLOS IBA DERECHO DE SU ROSTRO. LO QUE SE VEÍA EN EL INTERIOR, ERA UN PERSONAJE SEMEJANTE A HOMBRE; MAS EN EL QUE PARECÍA ESCUDO QUE SE ENCONTRABA DEL LADO DERECHO, EN LOS CUATRO, HABÍA UNA FIGURA DE LEÓN, EN EL QUE PARECÍA ESCUDO QUE SE ENCONTRABA DEL LADO IZQUIERDO, EN LOS CUATRO, HABÍA UNA FIGURA DE BUEY; ASIMISMO EN LOS CUATRO HABÍA UNO COMO ESCUDO QUE TENÍA UNA FIGURA DE ÁGUILA. CADA UNO DE LOS QUE A MI ENTENDER PARECÍAN ANIMALES CAMINABAN DE FRENTE: HACIA DONDE LA GRAN FORTALEZA AVANZABA, ELLOS ANDABAN; CUANDO AVANZABAN, NO VOLTEABAN. LOS QUE PARECÍAN COMO ANIMALES, POR FUERA, ERAN COMO CARBONES DE FUEGO ENCENDIDOS; COMO SI FUERAN ANTORCHAS INCENDIADAS QUE CORRÍAN, Y EL FUEGO EN ELLOS RESPLANDECÍA, Y DEL FUEGO, SALÍAN GRANDES RAYOS. Y CUANDO CORRÍAN Y REGRESABAN, LO HACÍAN TAN RÁPIDO COMO SI FUERAN RELÁMPAGOS. Y CUANDO YO LOS ESTABA MIRANDO, DE PRONTO, VI UNAS COMO RUEDAS JUNTO A ELLOS. Y EL ASPECTO DE LAS RUEDAS, ERA PARECIDO AL COLOR DE UNA PIEDRA PRECIOSA. SU ESTRUCTURA: ERA COMO UNA RUEDA EN MEDIO DE OTRA RUEDA. CUANDO AVANZABAN, SE MOVÍAN SOBRE SUS CUATRO COSTADOS, PORQUE NO SE VEÍA QUE VOLTEARAN CUANDO AVANZABAN; Y SUS CIRCUNFERENCIAS, ERAN ALTAS Y ESPANTOSAS, PUES ESTABAN LLENAS DE OJOS ALREDEDOR EN LAS CUATRO. Y CUANDO AVANZABAN LOS QUE PARECÍAN ANIMALES, LAS RUEDAS ANDABAN JUNTO A ELLOS: Y CUANDO LOS QUE PARECÍAN ANIMALES SE ELEVABAN DE LA TIERRA, LAS RUEDAS TAMBIÉN SE ALZABAN. HACIA DONDE LA

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FORTALEZA QUERÍA QUE ANDUVIERAN, TANTO LOS QUE PARECÍAN ANIMALES COMO LAS RUEDAS, ÉSTOS IBAN; PORQUE LA FUERZA DE LOS QUE PARECÍAN ANIMALES ESTABA EN LAS RUEDAS. CUANDO ELLOS AVANZABAN, AVANZABAN ELLAS; Y CUANDO ELLOS SE PARABAN, TAMBIÉN SE PARABAN ELLAS; ASIMISMO CUANDO SE ELEVABAN DE LA TIERRA, LAS RUEDAS SE ELEVABAN TRAS ELLOS; PORQUE LA ENERGÍA DE LOS QUE PARECÍAN ANIMALES ESTABA EN LAS RUEDAS. Y SOBRE LAS CABEZAS DE CADA UNO DE LOS QUE PARECÍAN ANIMALES, SALÍA UNO COMO CRISTAL MARAVILLOSO, EXTENDIDO ENCIMA SOBRE SUS CABEZAS. Y DEBAJO DE ESTE CRISTAL, ESTABAN LAS ALAS, CON LAS CUALES CUBRÍAN SUS CUERPOS. YO ESCUCHÉ EL RUIDO DE SUS ALAS CUANDO AVANZABAN, Y ERA COMO EL SONIDO DE MUCHAS AGUAS, COMO RUIDO DE MUCHA GENTE, COMO EL ESTRUENDO DE UN EJÉRCITO. CUANDO SE DETENÍAN, ESCUCHÉ CÓMO SE SILENCIABAN SUS ALAS. Y CUANDO SE PARABAN Y AFLOJABAN SUS ALAS, SE ESCUCHABA UNA VOZ SOBRE SUS CABEZAS, Y SE VEÍA LA FIGURA DE UN TRONO QUE PARECÍA DE PIEDRA DE ZAFIRO; Y SOBRE AQUÉL TRONO HABÍA UN PERSONAJE CON SIMILITUD DE HOMBRE SENTADO SOBRE ÉL. Y SU ASPECTO ERA COMO DE COLOR ÁMBAR, COMO SI HUBIERA FUEGO ALREDEDOR DE ÉL. POR EL ASPECTO QUE VI DE SUS LOMOS PARA ARRIBA, Y DE SUS LOMOS PARA ABAJO, PARECÍA COMO FUEGO CON UN GRAN RESPLANDOR ALREDEDOR; COMO EL ARCO DEL CIELO QUE ESTÁ EN LAS NUBES CUANDO LLUEVE, ASÍ ERA DE IDÉNTICO EL RESPLANDOR ALREDEDOR. (VER EZEQUIEL 10)

ESTO FUE LO QUE YO VI DE LA GLORIA DEL SEÑOR. Y CUANDO CAÍ SOBRE MI ROSTRO, ESCUCHÉ UNA VOZ QUE ME HABLABA.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, levántate que hablaré contigo. Y de pronto, cuando terminó de hablar, una Fuerza me levantó sobre mis pies.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, YO te envío hoy a la gente rebelde que se descaró contra MÍ: Te envío a las gentes de duro rostro y de insensible corazón; y les dirás: Así ha dicho EL SEÑOR: Escuchen. Y si no te escuchan, siempre sabrán que hubo profeta entre ellos. Y tú, hijo de hombre, no tengas temor de ellos, ni tengas miedo de sus palabras, aunque te encuentres entre varas, espinas y escorpiones: No tengas miedo delante de ellos, porque todos son rebeldes. Les dirás MIS PALABRAS, te escuchen o no te escuchen. Mas tú, hijo de hombre, oye lo que YO digo, y come lo que YO te doy.

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Y yo estaba atento, cuando de pronto, una como mano se acercó hasta mí, y en ella había un rollo de libro. Y cuando me lo extendió, estaba escrito delante y detrás; y tenía escritas en él quejas, y lamentaciones, y clamores.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, grábate muy bien lo que dice este rollo, y ve, y habla a todas las gentes.

Y cuando yo abrí mi boca, me hizo comer aquel como rollo. Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, llena tu vientre y tus entrañas de esto que te doy. Y sucedió que, cuando lo comí, en mi boca fue dulce como la miel. Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, con lo que tú comiste, hablarás a los pueblos, pero con MIS PROPIAS PALABRAS. Porque no eres enviado a pueblos de habla profunda ni de lengua difícil, sino a pueblos rebeldes. No te querrán escuchar, porque no ME quieren oír a MÍ. Hoy, YO he hecho tu rostro fuerte contra los rostros de ellos, y tu frente fuerte contra su frente; como diamante, aún más fuerte. No les temas, ni tengas miedo delante de ellos, porque sólo son rebeldes. Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, toma en tu corazón todas MIS PALABRAS que YO te hablaré y oye con tus oídos, y les dirás: Así ha dicho EL SEÑOR; escuchen, o dejen de escuchar. Y de pronto, fui levantado por aquella GRAN FORTALEZA, y escuché detrás de mí una voz ensordecedora, que decía: Bendita sea LA GLORIA DEL SEÑOR desde SU LUGAR. Y también escuché el ruido que hacían las alas de los que parecían animales que se juntaban una con otra, y también el ruido que hacían las ruedas delante de ellos, y el sonido era ensordecedor. Y cuando me tomó AQUELLA FUERZA, me levantó: Mas LA MANO DEL SEÑOR ERA FUERTE, y estaba sobre mí. Y llegué hasta los que habitaban junto al río Chebar, y me quedé donde ellos estaban, y allí permanecí siete días maravillado entre ellos, por lo que yo había visto y oído. Y sucedió que, al cabo de los siete días, vino hasta mí La Palabra del SEÑOR, diciéndome: Hijo de hombre, YO te he puesto por guardián: Sólo tú escucharás LAS PALABRAS de MI BOCA, para corregirlos de MI PARTE: Levántate, y sal al campo, porque allí hablaré contigo. Y sucedió que cuando me levanté y salí al campo, de pronto, allí estaba LA GLORIA DEL SEÑOR, la misma que yo había visto junto al río Chebar: Y fue tanta mi fascinación, que caí sobre mi rostro. Entonces una GRAN FORTALEZA se colocó sobre mí, y me levantó, y me puso sobre mis pies, y me habló.

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Y ME DIJO EL SEÑOR: Entra, y enciérrate dentro de tu casa; porque pondrán cuerdas sobre ti para amarrarte, y te detendrán entre ellos. Mas YO haré que se te pegue tu lengua a tu paladar y estés mudo, y no serás a ellos hombre que los reprenda: Porque son rebeldes. Pero cuando YO te hable, se abrirá tu boca, y les dirás: Así ha dicho EL SEÑOR: El que quiera oír, oiga; y el que no quiera, que no oiga: Porque todos ustedes son rebeldes.

Y tú, hijo de hombre, haz adobe y ponlo delante de ti; y fabrica con él la ciudad de Jerusalém: La cercarás, y construirás contra ella una fortaleza, y le pondrás una

bandera. Toma también una plancha de hierro y ponla como muro entre ti y la ciudad: Y la rodearás. Y también comerás pan de cebada cocido debajo de la ceniza; y lo cocerás a la vista de ellos con los excrementos que salen del hombre. Y ME DIJO EL SEÑOR: Porque así de sucio comerán las gentes su pan, entre las naciones donde YO los repartiré. Y yo le dije: ¡Mi SEÑOR! Mira que mi alma no es sucia, ni jamás desde mi juventud comí cosa muerta ni despedazada, ni nunca en mi boca entró de las carnes sucias. Y ME DIJO EL SEÑOR: Entonces, te ordeno que pongas excremento de bueyes en lugar de excremento de hombre, y pondrás tu pan con el de ellos. Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, YO HARÉ QUE FALTE EN LA TIERRA EL SUSTENTO DEL PAN; A PARTIR DE AHORA, LO COMERÁN POR PESO Y CON ANGUSTIA; Y BEBERÁN EL AGUA CON MEDIDA Y CON ESPANTO. PORQUE LES FALTARÁ EL PAN Y EL AGUA, Y SE ESPANTARÁN LOS UNOS CON LOS OTROS, Y SE CONSUMIRÁN POR SU MALDAD.

ASÍ HA DICHO EL SEÑOR: Este es MI Pueblo; YO lo puse en medio de las naciones y de las tierras; pero él cambió MIS Juicios y MIS Órdenes por desacato, más que las

gentes, y más que las tierras; porque despreciaron MIS Juicios y MIS Mandamientos, y no anduvieron en ellos. Ni aún las leyes de las gentes cumplieron. Pero así ha dicho EL SEÑOR: ¡Por todo esto, YO ESTOY ahora contra ti! Y haré en medio de ti MIS Juicios ante los ojos de todas las naciones, y haré en ti lo que nunca hice, ni jamás haré cosa semejante, por causa de todas tus asquerosidades: Haré que los padres se coman a sus hijos, y los hijos se coman a sus padres; y ejecutaré contra ti MIS Juicios, y todo cuanto quede de ti lo esparciré a todos los vientos. JURO YO, dice EL SEÑOR: Que por haber violado MI Santuario con todas tus aberraciones, YO también te despedazaré: MI OJO no te

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perdonará ni tampoco tendré YO misericordia: Una tercera parte de ti morirá de enfermedad, y de hambre será consumida; otra tercera parte morirá a cuchillo alrededor de ti; y la otra tercera parte esparciré a todos los vientos, y tras ellos los iré matando con MI arma. Y así se cumplirá MI Furor, y así haré que se desahogue en ellos MI Enojo, y quedaré satisfecho: Y sabrán que YO SOY EL SEÑOR, cuando haya hablado en MI Celo, y cuando haya cumplido en ellos MI Enojo; y a ti, tierra, te convertiré en desierto y en vergüenza entre las naciones que están alrededor de ti, ante los ojos de todo caminante. Y serás vergüenza y burla, escarmiento y espanto a todas las gentes, cuando YO haga en ti MIS Juicios en furor e indignación, y en reprensiones de ira. YO EL SEÑOR he hablado. Y ME DIJO EL SEÑOR: YO arrojaré sobre los hombres las dañosas armas del hambre, que serán para destrucción, las cuales enviaré para destruirlos; y también enviaré malas bestias que te destruyan; y enfermedades de sangre pasarán por ti; y meteré sobre ti cuchillo. YO EL SEÑOR he hablado.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, profetiza contra ellos, y diles: ¡Oh montes, cerros y valles, aunque sea ustedes escuchen La Palabra del SEÑOR: YO haré venir

sobre ustedes armas, y destruiré sus templos de torres altas; sus altares serán arrasados, y sus imágenes serán destruidas; y haré que de ustedes caigan sus muertos delante de sus ídolos, y esparciré sus huesos alrededor de sus altares. En todas sus naciones, las ciudades quedarán desiertas; y sus templos serán arrasados, para que sean derribados y queden desiertos sus altares; y despedazados sus ídolos, y mueran; y sus imágenes sean destruidas, y sus obras sean deshechas. Y los muertos caerán en medio de ustedes; para que sepan que YO SOY EL SEÑOR. Mas dejaré que haya de ustedes quienes escapen, y se avergonzarán de sí mismos, a causa de los males que hicieron en todas sus aberraciones; y sabrán que YO SOY EL SEÑOR: No en vano dije que les había de hacer este mal. ¡Ay de los males de ustedes por todas sus aberraciones! Porque con arma, con hambre, y con enfermedades, morirán. El que esté lejos, morirá de enfermedad; y el que esté cerca, morirá por arma; y el que quede y sea cercado, morirá de hambre: Así cumpliré en ellos MI Enojo. Y sabrán que YO SOY EL SEÑOR, cuando vean a sus muertos arrojados en medio de sus ídolos, y alrededor de sus altares; y convertiré la tierra en arruinada y desierta, y entonces conocerán que YO SOY EL SEÑOR.

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Y ME DIJO EL SEÑOR: El fin, el fin viene sobre los cuatro rincones de la tierra. YO enviaré sobre ti MI Furor, y te juzgaré según tus comportamientos, y pondré sobre ti

todas tus aberraciones; y MI OJO no te perdonará ni tendré misericordia; antes pondré sobre ti tus comportamientos, y en medio de ti estarán tus asquerosidades; y entonces sabrás que YO SOY EL SEÑOR. Y ME DIJO EL SEÑOR: Un mal, mira que viene un mal. Viene el fin, el fin se acerca: Se ha despertado contra ti; mira que viene. La mañana viene para ti, oh habitante de la tierra; el tiempo viene, cerca está el día; día de alboroto, y no de alegría sobre los montes. Pronto derramaré MI Coraje sobre ti, y cumpliré en ti MI Furor, y te juzgaré según tu comportamiento; y pondré sobre ti tus aberraciones. Y MI OJO no te perdonará, ni tendré de ti misericordia: Según tus comportamientos pondré sobre ti, y en medio de ti estarán tus aberraciones; y entonces sabrás que YO SOY EL SEÑOR, el que aniquilo. Cuídate de aquel día, mira que ya se acerca: Ya ha salido la mañana; ha florecido la vara, ha reverdecido la soberbia. La violencia se ha levantado sin piedad; ninguno quedará de ellos, ni de su multitud, ni uno de los suyos; ni habrá quién se lamente de ellos. El tiempo viene, se acerca el día: El que compra, no se alegre, y el que venda, no llore: Porque la ira está sobre toda la tierra. Porque el que vende no recobrará lo ya vendido, aún cuando quede entre los que vivan; porque esta destrucción es sobre todos los pueblos; y ninguno podrá cancelarla, por causa de su maldad. Serán llamados a pelear, y prepararán todas sus cosas, mas no habrá quién vaya a la batalla: Porque MI Ira está sobre todas las naciones. Fuera de sus casas habrá armas, dentro, enfermedad y hambre: También los que estén en el campo morirán a cuchillo; y los que estén en la ciudad, morirán de enfermedad y de hambre. Y los que escapen, huirán y estarán sobre los montes como palomas, gimiendo todos, cada uno por su maldad. Todas las manos estarán caídas y separadas; y se doblarán como agua todas las rodillas. También andarán cargando costales y valijas, y estarán temblando; y en todos los rostros habrá confusión, y todas sus cabezas estarán calvas. Arrojarán su plata por las calles, y su oro será rechazado; su plata ni su oro, no podrán librarlos en el día de La Ira del SEÑOR; no tendrán fuerzas, ni llenarán sus estómagos: Porque ha sido tropiezo para su maldad. Por haber cambiado el encanto de su belleza en soberbia, y haber hecho de ella imágenes y estatuas de sus aberraciones: Por eso se la devolví a ellos en alejamiento; y en mano de extraños la entregaré para ser robada, y en ganancia a los incrédulos de la tierra, y la contaminarán. Y apartaré de ellos MI

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ROSTRO, y violarán MI Lugar Secreto; pues entrarán en él codiciosos, y lo profanarán. YO traeré a los más perversos de otras tierras, y ellos poseerán sus casas; haré frenar la soberbia de los poderosos, y serán profanados sus templos. Viene la ruina; y buscarán la paz, y no la habrá. Vendrá calamidad sobre calamidad, y un rumor será sobre el rumor; y buscarán la palabra del profeta, mas La LEY faltará en la boca del sacerdote, y faltará el consejo de los ancianos. El rey se vestirá de luto, y el sacerdote de tristeza, y temblarán las manos de todos los hombres de la tierra, cuando vean que YO hago con ellos según su comportamiento, y que con los juicios de ellos YO los Juzgué; para que sepan que YO SOY EL SEÑOR.

Y sucedió que, el día cinco, del sexto mes, en el sexto año, yo estaba sentado en mi casa frente a los ancianos de Judá, cuando de pronto, descendió sobre mí UNA

FORTALEZA DEL SEÑOR; y esto fue lo que miré: Era una cosa que parecía de fuego: Desde donde se veían sus lomos para abajo, era fuego; y desde donde se veían sus lomos para arriba, despedía un gran resplandor, como metal que brilla. Y esa FORTALEZA, extendiendo algo parecido a una mano, me tomó de los cabellos de mi cabeza; y me alzó entre el cielo y la tierra, y así me llevó a Jerusalém, colocándome a la entrada de la puerta interior que mira hacia el Norte, donde estaba el salón del ídolo que provoca los celos del SEÑOR. Y allí mismo estaba LA GRAN GLORIA DEL DIOS DE ISRAEL, la misma que yo había visto en el campo. Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, alza tus ojos y mira hacia el lado Norte. Y cuando levanté mis ojos, nuevamente vi junto a la puerta del altar, aquel ídolo que provoca el celo del SEÑOR. Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, ¿ves los que éstos hacen? ¿Las grandes aberraciones que hacen aquí las gentes para alejarme de MI Santuario? Mas date vuelta, y verás aberraciones peores. Y fui llevado a la entrada del atrio, y cuando miré, había en la pared un agujero. Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, cava ahora en la pared. Y al rascar en la pared, encontré una puerta. Y ME DIJO EL SEÑOR: Entra, y mira las malvadas aberraciones que éstos hacen allí. Y cuando yo entré, vi toda clase de imágenes de gentes, de reptiles, y de animales sucios, y también todos los ídolos de los pueblos que estaban pintados en la pared alrededor.

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Y había allí setenta hombres, cada uno con su incensario en la mano; y a causa del incienso, subía una espesa niebla. Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, ¿has visto lo que los ancianos hacen a escondidas, cada uno de ellos, en esos sus salones pintados de imágenes, creyendo que YO no los veo, porque he dejado la tierra? Y ME DIJO EL SEÑOR: Pero date vuelta, y verás peores aberraciones que hacen éstos. Y fui llevado a la puerta del lado Norte, de la entrada de LA GLORIA DEL SEÑOR, y vi allí mujeres sentadas cantando al ídolo. Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, ¿has visto? Pues date vuelta, y verás peores aberraciones que éstas. Y fui metido en el ATRIO interior de LA GLORIA DEL SEÑOR: Y vi que en la entrada del TEMPLO, entre el ATRIO y el ALTAR, estaban como veinticinco hombres dando la espalda al TEMPLO DEL SEÑOR; y mirando hacia el Oriente, se arrodillaban a plena luz del día. Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, ¿has visto? ¿Acaso es cosa sin importancia las aberraciones que hacen aquí? No sólo han llenado la tierra de maldad y violencia, sino que siguen provocando MI Ira poniendo pestilencia en MIS NARICES. Por esto, YO también los acabaré en MI Furor; no los perdonará MI OJO, ni tendré misericordia de ninguno; y aunque ese día gritarán a MIS OÍDOS con gran voz, YO no los escucharé.

Y en ese momento, EL SEÑOR, gritó cerca de mis oídos con Gran Voz, diciendo: ¡Están listos los Exterminadores, y cada uno tiene en su mano su instrumento para

destruir! Y vi seis Varones de DIOS que venían de la puerta superior que mira al Norte, trayendo cada uno en su mano uno como instrumento para destruir. Y entre ellos había un Varón vestido de lienzos, el cual traía a su cintura un tintero de escribano; y después de haber entrado, se pararon junto al ALTAR de bronce. Y de pronto, en ese momento, LA GLORIA DEL SEÑOR se empezó a elevar de encima del querubín, trasladándose hasta el principio de aquel lugar: Y llamó EL SEÑOR al Varón vestido de lienzos, y le dijo: Camina por en medio de las ciudades, y pon una señal en la frente a los hombres que lloran y se lamentan por las aberraciones que se hacen en medio de ellas. Y a los otros Varones les dijo, escuchándolo yo: Y ustedes, vayan detrás de él también por todas las naciones, y maten; no los perdone su ojo, ni tengan misericordia. Matarán viejos, jóvenes, niños y mujeres vírgenes; hasta que no quede ninguno: Mas a todo aquel en el cual se haya

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puesto la señal, no lo toquen. Y les dijo EL SEÑOR: Ensucien sus templos, y llenen sus atrios de muertos: Vayan. ¡Y ya salieron!, y matarán como EL SEÑOR ordenó. Y mientras ellos salían, yo me quedé solo, postrado sobre mi rostro, y diciéndole al SEÑOR: ¡Ay, mi SEÑOR! ¿Destruirás a todos derramando TU Furor? Y ME DIJO EL SEÑOR: La maldad de los hombres es muy grande, pues la tierra la han llenado de sangre, y las ciudades están llenas de perversidad: Porque ellos se han metido esta idea en la cabeza: EL SEÑOR HA DEJADO LA TIERRA, Y ADEMÁS EL SEÑOR NO VE NADA. Por eso, YO tampoco los perdonaré, ni tendré misericordia de ninguno de ellos: Sus obras haré recaer sobre sus cabezas. Y en ese momento, el Varón vestido de lienzos, que cargaba el tintero a su cintura, dijo: Mi SEÑOR, todo lo he hecho conforme TÚ lo ordenaste.

También miré que en el cristal que estaba sobre las cabezas de los querubines, apareció una como piedra de zafiro que se alineaba sobre ellos, y su parecido

era a un TRONO. Y escuché La Voz del SEÑOR, diciéndole al Varón vestido de lienzos: Entra en medio de las ruedas por debajo de los querubines, y llena tus manos de aquellos como carbones encendidos que están entre los querubines, y espárcelos sobre las ciudades. Y el Varón entró ante mi vista. Y los querubines se colocaron a la derecha de LA GLORIA DEL SEÑOR, cuando este Varón entró; y LA GRAN NUBE llenaba el ATRIO del interior. Pero de pronto, LA GLORIA DEL SEÑOR se elevó de encima de los querubines, trasladándose a la entrada; y aquel lugar fue lleno de una como nube, y el ATRIO brillaba intensamente por el resplandor de LA GLORIA DEL SEÑOR. Y el ruido de las alas de los querubines se escuchaba hasta el ATRIO exterior, y era tan fuerte, que parecía La Voz del DIOS OMNIPOTENTE cuando habla. Y sucedió que, después de mandar al Varón de lienzos a tomar fuego de entre las ruedas, por debajo de los querubines, de pronto, un querubín extendió una como mano, haciéndola pasar entre los otros querubines hasta llegar al fuego, y tomando de aquellas brazas, las puso en las manos del Varón de lienzos, el cual las tomó, y salió de allí. Y pude ver en los querubines la figura de una mano humana, pero en el lugar distinguido que se encontraba debajo de sus alas. Y estaba yo mirando, cuando de pronto, había cuatro ruedas junto a los querubines, una rueda al lado de cada querubín, y la presencia de estas ruedas, irradiaba un resplandor parecido al de la piedra de Tarsis.

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En cuanto a su estructura, las cuatro tenían una misma forma: Como si una rueda estuviera en medio de otra rueda. Cuando avanzaban, giraban sobre sus cuatro costados: No reaparecían cuando se movían, sino que al lugar donde iba el primero, iban detrás de él; no se veían cuando avanzaban. Y toda su estructura, sus lomos y sus alas, estaban llenos de ojos alrededor, y esto era en las cuatro ruedas. Y también escuché que a las ruedas les llamaban por el nombre de VELOCES. Cada querubín tenía cuatro lados. En el primero, se apreciaba uno como rostro de hombre; en el segundo, uno como escudo con rostro de buey; en el tercero, uno como escudo con rostro de león; y en el cuarto, uno como escudo con rostro de águila. Y se elevaron. Mas cuando avanzaban estos querubines, las ruedas avanzaban junto con ellos; y cuando los querubines eran levantados de la tierra por sus alas, también las ruedas se levantaban junto a ellos. Cuando los querubines se detenían, las ruedas también paraban: Porque la energía de los querubines estaba en las ruedas. Y estaba yo mirando, cuando de pronto, LA GLORIA DEL SEÑOR se movió de sobre la entrada de aquel lugar, y se colocó encima de los querubines; los cuales, activando sus alas, se elevaron de la tierra delante de mis ojos: Cuando ellos salieron, también iban las ruedas al lado de ellos; y al colocarse a la entrada de la puerta Oriental de aquel lugar, LA GLORIA DEL SEÑOR ESTABA ARRIBA, SOBRE ELLOS. Estos eran los que me parecieron como animales en un principio, los que vi debajo de LA GLORIA DEL SEÑOR en el río Chebar, los cuales ahora conozco que son los querubines.

(VER EZEQUIEL 1)

Y una vez más, esa como FORTALEZA, me elevó y me condujo hasta a la puerta Oriental de aquel lugar.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, estos son los hombres que planean la perversidad, y dan a las gentes su mal consejo, los que dicen: El fin no llegará pronto, construyamos templos. Éstos, serán la caldera; y los que los siguen, la carne. Por tanto, profetiza contra ellos, profetiza, hijo de hombre, y diles: Así ha dicho EL SEÑOR: La muerte que tanto han temido, traeré sobre ustedes; y los entregaré en manos de una raza extraña, y YO haré Juicios en ustedes. Y hasta entonces sabrán que YO SOY EL SEÑOR: Porque no anduvieron en MIS Mandamientos, ni tampoco hicieron MIS Juicios, sino que hicieron los juicios de las gentes que están en sus alrededores. Y a aquellos cuyo corazón anda tras el deseo de sus ídolos y de sus aberraciones, YO echaré su comportamiento sobre su cabeza, dice EL SEÑOR.

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Y después de haber escuchado esto, vi cómo los querubines aceleraron sus alas, y cómo las ruedas los siguieron; y también vi cómo LA GLORIA DEL SEÑOR se colocó encima de ellos, y cómo se elevó retirándose de la ciudad, y cómo se suspendió en el Monte.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, tú vives entre gentes rebeldes, las cuales, aunque tienen ojos para ver, no ven, y aunque tienen oídos para oír, no

oyen; y esto es porque son rebeldes. Come tu pan con temor, y bebe tu agua con escalofrío y con angustia; y di a los pueblos de toda la tierra: Así ha dicho EL SEÑOR: Su pan comerán con temor, y con espanto beberán su agua; porque su tierra será empobrecida de su abundancia, por la maldad de todos los que en ella viven. Y sus ciudades habitadas serán exterminadas, y su tierra quedará desierta; y entonces sabrán que YO SOY EL SEÑOR. Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, ¿qué dicho es este que tienen ustedes en la tierra, que dice: Se alargarán los días y no se cumplirán las profecías? Por tanto, diles: Así ha dicho EL SEÑOR: YO acabaré con este refrán, y jamás repetirán este dicho en la tierra, sino todo lo contrario, diles: Ya están cerca los días, y verán cumplirse todas las cosas que vieron los profetas. Porque lo que verán en adelante no será falso, ni lo que les adivinen será halagador. Porque YO EL SEÑOR hablé; y se cumplirá MI PALABRA; no habrá más retraso; antes en estos sus días, cumpliré lo dicho, dice EL SEÑOR. Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, los pueblos, dirán de ti: Falta mucho tiempo para que se cumpla lo que nos dice éste. Por tanto, diles: Así ha dicho EL SEÑOR: No se retrasarán más todas MIS PALABRAS: Se cumplirá todo lo que YO hablé, dice EL SEÑOR.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, profetiza contra esos profetas de los pueblos, que sólo pronostican a su capricho: Escuchen La Palabra del SEÑOR.

Así ha dicho EL SEÑOR: ¡Ay de ustedes los que se dicen profetas y que sólo son unos locos, que andan detrás de su propio interés, y que nada vieron! Porque son como zorras en los desiertos: Vieron fantasías y adivinaron mentiras, y se han atrevido a decir: Ha dicho EL SEÑOR; y EL SEÑOR no los envió: Y tienen a las gentes esperando que se comprueben sus palabras. O ¿no es cierto que lo que dicen que ven es falso, y que sus adivinaciones son mentiras, por cuanto dicen, dijo EL SEÑOR, no habiendo YO hablado? Por tanto, así ha dicho EL SEÑOR: Por cuanto ustedes sólo han hablado fantasías, y han visto mentiras, por eso, ahora YO ESTOY contra ustedes, dice EL SEÑOR. Y MI MANO será contra los que se

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dicen profetas, que sólo ven fantasías, y adivinan mentiras: Ninguno de ellos estará en el día en La Gran Reunión de MI Pueblo; y entonces sabrán que YO SOY EL SEÑOR. ¡Cómo han engañado a MI Pueblo, diciéndole: La paz sea con ustedes, no habiendo paz! Y cuando uno construía su muro, ¿por qué se lo enyesaban con lodo suelto? Dile a los yeseros que revocan con lodo suelto, que se caerá; porque haré venir lluvia abundante, y haré caer piedras de granizo, y vientos tempestuosos lo romperán. Y cuando la pared haya caído, no se preguntarán: ¿Dónde está el yeso con el que revocaste mi casa? Por tanto, así ha dicho EL SEÑOR: Haré que la destruya un viento tempestuoso con MI Ira, y lluvia inundante con MI Furor, y piedras de granizo con MI Enojo para consumirte. Así desbarataré la pared que ustedes revocaron con lodo suelto, y se las echaré en tierra, y será mostrado su cimiento, y caerán, y serán consumidos en medio de ella; y entonces sabrán que YO SOY EL SEÑOR. Y así cumpliré MI Coraje en la pared y en los que la enyesaron con lodo suelto; y entonces les diré: ¿En dónde está la pared, y aquellos que la revocaron? Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, mira a las mujeres de tus pueblos que pronostican a su capricho, y profetiza contra ellas, y diles: Así ha dicho EL SEÑOR: ¡Ay de aquellas que cosen almohadillas para los reclinatorios, las bases donde se apoyan las rodillas, y hacen velos de todos tamaños para la cabeza, con el único fin de cazar las almas! ¿Creen acaso que cazando las almas de MI Pueblo podrán salvar su propia vida? ¿Creen que por puñados de cebada y por pedazos de pan, matando las almas de los que eternamente vivirán, y dando vida a las almas de los que eternamente morirán, mintiendo a MI Pueblo que escucha la mentira, ME deshonrarán entre él? Por tanto, así ha dicho EL SEÑOR: Ahora YO ESTOY contra ustedes. Arrancaré esas almohadillas de sus brazos, y las almas que ustedes cazan las dejaré volando. Así también romperé sus velos, y libraré a MI Pueblo de sus asquerosas manos; y entonces sabrán que YO SOY EL SEÑOR. Pues entristecieron con sus mentiras el corazón del justo, al cual YO no deseaba entristecer, y fortalecieron las manos del incrédulo, para que no se apartara de su mal camino, infundiéndole ánimo; por tanto, ni siquiera verán fantasías, ni tampoco adivinarán mentiras; y libraré a MI Pueblo de sus asquerosas manos; y entonces sabrán que YO SOY EL SEÑOR.

Y se acercaron a mí algunos ancianos, y se sentaron delante de mí. Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, estos hombres se han fabricado ídolos, 14

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y los tienen colocados frente a ellos, han puesto en su corazón el tropiezo de su maldad: ¿Acaso YO ME dejaré consultar por éstos? Por eso, habla con ellos, y diles: Así ha dicho EL SEÑOR: CUALQUIER HOMBRE QUE HAYA PUESTO SUS ÍDOLOS FRENTE A ÉL, Y LOS TENGA EN SU MENTE Y EN SU CORAZÓN, ESTABLECIENDO ASÍ EL TROPIEZO DE SU MALDAD, YO EL SEÑOR LE RESPONDERÉ: A TODOS LOS QUE VIVEN ENTRE SUS ÍDOLOS, Y QUE SE HAN APARTADO DE MÍ POR ADORARLOS: ALÉJENSE DE ELLOS, Y RETIREN SU ROSTRO DE TODAS ESAS SUS ABERRACIONES. PORQUE CUALQUIER HOMBRE QUE SE APARTE DE ANDAR DETRÁS DE MÍ, Y HAYA PUESTO SUS ÍDOLOS EN SU CORAZÓN, Y ESTABLECIDO DELANTE DE SU CARA EL TROPIEZO DE SU MALDAD, YO EL SEÑOR LE RESPONDERÉ POR MÍ MISMO: Y PONDRÉ MI ROSTRO CONTRA AQUEL HOMBRE, Y LO PONDRÉ POR SEÑAL Y POR MENTIRA, Y LO CORTARÉ DE ENTRE MI PUEBLO Y ASÍ SABRÁN QUE YO SOY EL SEÑOR. Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, cuando la tierra peque contra MÍ, rebelándose infamemente, y extienda YO MI MANO sobre ella, enviaré MIS cuatro terribles Juicios: La guerra, el hambre, la enfermedad y la muerte, para cortar de ella hombres y bestias. Sin embargo, quedarán en ella algunos residuos, hombres y mujeres, que serán llevados fuera.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, ¿qué ventaja tiene la vara de la vid sobre cualquier otra madera? ¿Qué es una rama entre los maderos del bosque?

¿Tomarán madera de la vara o de la rama para hacer alguna obra? ¿Tomarán de ellas aunque sea un bastón para colgar algún vaso? Serán echadas al fuego para ser consumidas; pues cuando estaban enteras no sirvieron para obra alguna. Por tanto, así ha dicho EL SEÑOR: Como la rama de la vid entre los maderos del bosque, la cual YO eché al fuego para que la consuma, así haré a los habitantes de la tierra; y la dejaré como desierto, por haber sido rebeldes contra MÍ, dice EL SEÑOR.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, echa en cara a la iglesia de Jerusalém todas sus aberraciones, y dile: Así ha dicho EL SEÑOR: Tu origen y tu raza fueron

de la tierra de Canaán; el día que naciste no fue cortado tu ombligo ni fuiste lavada con agua para limpiarte, ni fuiste frotada con sal, ni envuelta en pañales. Nadie se compadeció de ti para prestarte uno de estos servicios, sino que fuiste echada sobre el campo, con desprecio de tu vida, el día que naciste. Y YO pasé junto a ti, y vi como pataleabas estando tú aún sucia de sangre, y te dije: ¡Vive! Y te hice crecer por millares, como la hierba del

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campo; y creciste y te hiciste grande, y llegaste a ser muy hermosa; los pechos te crecieron, y tu pelo brotó; mas tú eras auténtica, porque estabas pura y descubierta. Y YO pasé junto a ti, y vi que te había llegado el tiempo del amor; y extendí MI Manto sobre ti, y cubrí tu desnudez, y te hice una promesa e hice un Pacto contigo, y fuiste MÍA, dice EL SEÑOR. Y te lavé con agua, y te limpié la sangre que tenías encima y te ungí con aceite; y te vestí de encajes y de lino fino, te calcé con piel de tejón, y te cubrí de seda. Te engalané con joyas, y puse brazaletes en tus brazos y un collar en tu cuello. Coloqué también un anillo en tu nariz, y aretes en tus orejas, y una magnífica corona en tu cabeza. Y fuiste adornada con oro y plata, y tu vestido fue lino, y seda, y encajes; comiste flor de harina, con miel y aceite; y llegaste a ser extraordinariamente hermosa y prosperaste hasta reinar. Se hizo famoso tu nombre entre las naciones, gracias a tu hermosura, la cual era perfecta, por motivo de los adornos que YO puse sobre ti, dice EL SEÑOR. Pero confiaste en tu hermosura, y fornicaste con cuantos pasaban junto a ti, entregándote a ellos. Tomando de tus riquezas, te construiste toda clase de templos con torres altas, y te prostituiste en ellos: Cosa que nunca se había hecho, ni se verá en adelante. Tomaste también de tus hermosas joyas hechas de MI oro y de MI plata, las que YO te había dado; y te fabricaste imágenes de hombre, y fornicaste con ellas. Y tomaste tus vestidos de encaje, y los cubriste con otros de diversos colores; y MI aceite y MI incienso también pusiste delante de ellas. MI pan, que YO te había dado, la flor de harina, el aceite y la miel, con que YO te alimenté, los pusiste también delante de ellos como ofrenda de suave olor; y así sucedió, dice EL SEÑOR. Y además de esto, tomaste tus hijos y tus hijas que habías engendrando para MÍ, y los sacrificaste para que te sirvieran de comida. ¿Es poco, esto de tus fornicaciones? Y como si fuera poco, sacrificaste a MIS hijos, y en nombre de tus ídolos los hiciste pasar por el fuego. Y en todas tus aberraciones y tus fornicaciones no te acordaste de tu juventud, de cuando estabas desnuda y descubierta, y cuando pataleabas envuelta en tu sangre. Y no bastándote toda esta maldad ¡Ay, ay de ti! Dice EL SEÑOR, te edificaste construcciones con torres altas, y te hiciste templos en todas las plazas: En cada esquina levantaste tú la señal con la que te prostituías, y convertiste en asquerosidad tu hermosura, entregándote a cuantos pasaban, y multiplicando tus fornicaciones. Y fornicaste también con tus vecinos, con los más poderosos, para irritarme. ¡Cuán débil es tu corazón! Dice EL SEÑOR, haciendo todas estas asquerosidades; obras de una poderosa ramera, construyendo tus templos en las esquinas de todo camino, y haciendo tus altares en todas las plazas. Tú no eres como las otras

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rameras, que con desprecio aumentan la paga, sino como mujer adúltera, que en lugar de su marido recibe a extraños. A todas las rameras se les da su paga; mas tú pagas a todos tus amantes; y les haces regalos, para que de todas partes entren a fornicar contigo. Y ha sido en ti todo lo contrario de las mujeres en tus fornicaciones. ¡Jamás después de ti será así! Pues ninguno te buscaba y tú pagabas para que entraran a ti, en lugar de cobrarles, todo en ti ha sido al contrario. Por tanto, oh grandísima ramera, escucha La Palabra del SEÑOR: Por cuanto ha sido descubierta tu verdad, y tu confusión has manipulado en tus amantes, en todas tus fornicaciones con tus ídolos asquerosos, y por la sangre de tus hijos que tú les ofreciste; por eso, YO juntaré a todos tus amantes con quienes tenías placer, y todos los que amaste, con todos los que aborreciste; y los reuniré alrededor de ti, y les descubriré tu verdad, para que todos ellos vean tu payasada. Y entonces te juzgaré por las leyes de las adúlteras, y de las asesinas, y te haré víctima de furor y de celos. Y te entregaré en las manos de ellos: Y destruirán tus torres y derribarán tus templos, y te despojarán de tus vestidos, y saquearán tus magníficos adornos, y te dejarán completamente desnuda. Y se reunirá contra ti una gran multitud, y te apedrearán con piedras, y te atravesarán con sus espadas. Y prenderán fuego a tus casas y te enjuiciarán ante los ojos de muchas mujeres; y así terminarás de ser ramera, y no volverás a dar más regalos. Y así desahogaré en ti MI Ira y no tendré más celos de ti; ME calmaré y ya no ME enojaré. Por no haberte acordado de los días de tu juventud y por haberme irritado con todo esto, por eso, ahora YO también he echado tus obras sobre tu cabeza, dice EL SEÑOR; pues ni aún has pensado sobre todas tus aberraciones. Mira que todos los que saben aquel proverbio lo aplicarán a ti, diciendo: Cual la madre, tal su hija. Hija eres tú de tu madre, que aborreció a su marido y a sus hijos; y hermana eres de tus hermanas, las cuales aborrecieron también a sus maridos y a sus hijos. Tu hermana la mayor es Samaria; y tu hermana la menor es Sodoma. Te corrompiste más que ellas en todos tus caminos. JURO YO, dice EL SEÑOR, que Sodoma tu hermana, con sus hijas, no ha hecho como tú y tus hijas hicieron. Mira aquí cuál fue la maldad de tu hermana Sodoma: La soberbia, la abundancia de comida, y la constante flojera y la ociosidad de ella y sus mujeres; y no socorrió la mano del pobre ni del afligido. Y así se ensoberbecieron, y cometieron aberración delante de MÍ; por eso las quité de en medio conforme a lo que vi. Samaria no cometió ni la mitad de tus pecados; sin embargo, tú has cometido más aberraciones que tus hermanas, y las has justificado por medio de las asquerosidades que tú cometes.

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Lleva tu vergüenza, tú que has juzgado a tus hermanas, ya que los pecados que has hecho son más asquerosos que ellas, con lo cual son más justas que tú. Avergüénzate, y sigue con tu confusión, por haber justificado a tus hermanas. Para que tú lleves tu confusión, y te avergüences de todo lo que has hecho, siéndoles tú motivo de consuelo. Tú no mencionabas ni siquiera el nombre de tu hermana Sodoma, en los días de tu soberbia, antes que se descubriera toda tu maldad con la verdad. Carga entonces con tu maldad y tus asquerosidades, dice EL SEÑOR. Porque así ha dicho EL SEÑOR: ¿Haré YO contigo como tú hiciste, menospreciando el juramento para invalidar el Pacto? YO ME acordaré de MI Pacto que hice contigo en tu juventud, y estableceré contigo una Alianza Eterna. Y cuando te acuerdes de tus obras te avergonzarás; y sabrás que YO SOY EL SEÑOR; para que te acuerdes y te avergüences, y nunca más abras la boca por motivo de tu vergüenza cuando YO te haya perdonado todo lo que hiciste, dice EL SEÑOR.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, dile a los hombres este secreto, pero cuéntaselos en forma de parábola, y diles: Así ha dicho EL SEÑOR: Una águila

inmensamente grande, de enormes alas y de largas extremidades, cubierta como de plumas de varios colores, descendió al Líbano y tomó un retoño del cedro: Arrancó el mejor de sus capullos; y lo llevó a tierra de comerciantes, y allí lo dejó. Tomó también de la semilla de la tierra, y la plantó en un buen campo de siembra, y la enterró junto a muchas aguas, y la sembró como un árbol. Esta semilla brotó y se hizo una vid de muchas ramas, de baja estatura, que sus ramas la miraban, y sus raíces estaban debajo de ella: Así se formó una vid, produjo ramas, y echó sus retoños. Pero luego descendió también otra gran águila, de enormes alas y como de muchas plumas; que viéndola la vid, prefirió dirigir hacia ésta sus raíces, y también extendió hacia ella sus ramas, para ser regada por ella, a través de los surcos de su huerto. Fue plantada en buen campo, junto a muchas aguas, para que fuera una vid magnífica, para que hiciera ramos, y llevara frutos. Y ME DIJO EL SEÑOR: Di a los hombres: Así dice EL SEÑOR: ¿Creen que esta águila la dejará desarrollarse? ¿Acaso no arrancará sus raíces y destruirá su fruto, y la vid se secará? Todas sus hojas tiernas se secarán, sin gran esfuerzo y sin mucha gente, será arrancada de sus raíces. Es cierto que ella está plantada, pero, ¿durará? ¿No se secará por completo cuando el viento del Oriente la toque? En la tierra en que fue sembrada se secará. Por tanto, así ha dicho EL SEÑOR: JURO YO, que echaré sobre su cabeza MI Juramento

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que ignoró, y MI Pacto que ha despreciado. YO tomaré del retoño de aquel alto cedro, y lo plantaré; del más bello de sus capullos cortaré un tallo, y lo plantaré en el Monte Alto y Glorioso de Israel, y echará ramas y producirá frutos, y llegará a ser un magnífico cedro; y debajo de él habitarán todas las aves; y a la sombra de sus ramas anidarán toda clase de pájaros. Y sabrán todos los árboles del campo, que YO EL SEÑOR humillé todo árbol alto, y ensalcé el árbol humilde, que YO hice secar el árbol verde, e hice reverdecer el árbol seco. YO EL SEÑOR he hablado, y lo haré.

Y ME DIJO EL SEÑOR: ¿Qué piensan ustedes los de la tierra, que usan este refrán, diciendo: Los padres comieron la amargura, y los dientes de los hijos

tienen la acidez? JURO YO, dice EL SEÑOR, que jamás tendrán que volver a usar este dicho en la tierra. Porque todas las almas son mías; como la vida del padre, así la vida del hijo es mía; por eso el alma que peque, esa morirá. Mas el hombre que sea justo, que viva con juicio y haga justicia; que no celebre banquetes sobre los montes, ni levante sus ojos hacia los ídolos, ni manche a la mujer de su prójimo tomándola, ni tenga intimidad con mujer que está menstruando, ni abuse de ninguno; que le devuelva su prenda al que le debe, que no robe, que dé de su pan al hambriento, que cubra al desnudo con ropas, que no dé a rédito ni reciba usura; que retire su mano de la maldad, que haga juicio entre hombre y hombre según sea la verdad, que en MIS Ordenanzas camine, y guarde MIS LEYES para hacer lo correcto, éste es justo: Éste vivirá, dice EL SEÑOR. Mas si engendrara un hijo ladrón, o asesino, o que haga alguna de estas cosas, y que no haga las correctas; antes festeja sobre los montes, o toma la mujer de su prójimo, o abusa del pobre y necesitado, roba, no devuelve lo que le fue empeñado, alza sus ojos a los ídolos y los adora, presta con rédito y recibe los intereses: ¿Acaso éste vivirá? No vivirá. Si ese hijo o hija hicieron todas éstas asquerosidades, de cierto morirán; su sangre caerá sobre ellos. Pero si éste engendrara un hijo, el cual vio todos los pecados que hizo su padre, y no los hace, no festeja sobre los montes, ni alza sus ojos para mirar a los ídolos; no toma la mujer de su prójimo ni oprime a nadie; devuelve la prenda empeñada, no comete robos; al hambriento da de su pan, y cubre de ropas al desnudo; no aparta su mano del pobre, no recibe usura ni réditos; cumple con MIS LEYES y anda en MIS Mandamientos, éste no morirá por la maldad de su padre; vivirá. Sin embargo, su padre, por cuanto hizo maldad, despojando violentamente a su hermano, y haciendo ante todas las gentes lo que no es correcto,

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forzosamente él morirá por su maldad. Y si preguntan: ¿Por qué el hijo no ha de pagar el pecado de su padre? Porque el hijo fue justo, e hizo lo correcto, guardó todas MIS LEYES, y las hizo, por eso, él vivirá. El alma que peque, esa morirá; ningún hijo pagará por el pecado del padre, ni el padre pagará por el pecado del hijo: La justicia del justo será sobre él, y la maldad del incrédulo será sobre él. MAS EL INCRÉDULO SI SE APARTA DE TODAS LAS MALDADES QUE HIZO, Y GUARDA TODAS MIS LEYES, Y HACE LO CORRECTO CON JUSTICIA, ÉSTE VIVIRÁ; NO MORIRÁ. NO LE SERÁ IMPUTADA NINGUNA DE LAS FALTAS QUE HAYA COMETIDO, NO LE SERÁN RECORDADAS: POR EL CAMBIO JUSTO QUE HIZO EN SU VIDA, VIVIRÁ. O ¿ACASO DESEO YO LA MUERTE DEL INCRÉDULO? ¿NO VIVIRÁ SI SE APARTA DE SUS EQUIVOCADOS CAMINOS? DICE EL SEÑOR. PERO SI EL JUSTO SE DESVÍA DE SU JUSTICIA, HACIENDO MALDAD, E IMITANDO TODAS LAS ABERRACIONES QUE EL INCRÉDULO HIZO, ¿ACASO VIVIRÁ? TODO LO CORRECTO Y JUSTO QUE FUE, NO SE RECORDARÁ; POR HABERSE REVELADO, Y POR SU PECADO COMETIDO, POR ELLO MORIRÁ. Y si dijeran: El camino del SEÑOR no es derecho: Escuchen pueblos: Verdaderamente, ¿no es derecho MI Camino? ¿Acaso no son de ustedes los caminos torcidos? Apartándose el justo de lo correcto, y haciendo maldad, él morirá por ello: Por la maldad que cometió, morirá. Sin embargo, si el incrédulo se corrige de su maldad, y practica conforme a lo correcto su justicia, hará vivir su alma. Porque se dio cuenta de su error, y se apartó de todas las aberraciones que hizo, por eso, él vivirá, no morirá. Por tanto, YO los juzgaré a cada uno según sus comportamientos. Oh hombres, rectifiquen, y aléjense de todas sus maldades; y no les será la maldad causa de su ruina. Echen de ustedes todas sus maldades con las que han atentado contra MÍ, y háganse de un corazón nuevo y cambien su actitud ante MÍ; que no quiero la muerte del que muere, dice EL SEÑOR; vuélvanse a MÍ, y vivirán.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, resalta este lamento sobre los sacerdotes de las naciones, y diles: ¡Cómo se echó entre los leones tu madre la

leona! Y crió entre los leoncillos sus cachorros. Hizo subir a uno de sus cachorros: Y vino a ser un leoncillo, y aprendió a cazar a su presa, y a devorar hombres. Y las gentes cuando oyeron de él: Lo cazaron con sus lazos, y lo llevaron con grilletes a la tierra donde sería esclavizado. Y viendo la leona que había esperado su regresó mucho tiempo, y que se perdía su esperanza, tomó otro de sus cachorros y lo puso por leoncillo. Y él andando entre

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los leones; creció, y aprendió a cazar su propia presa, y devoró hombres. Y tomó sus viudas, y destruyó sus ciudades, y la tierra fue arrasada, con toda su abundancia, al sonido de su bramido. Y localizaron al leoncillo las gentes de las provincias de alrededor, y tendieron sobre él su red; y fue preso en su hoyo. Y lo encerraron en una cárcel con cadenas, y lo llevaron ante el rey de aquel lugar, y lo metieron en calabozos, para que el sonido de su bramido no se escuchara más sobre los montes. La que decías que era tu santa madre y te guiaba, fue como una vid en tu vida: plantada junto a las aguas, producía fruto y echaba descendientes a causa de las muchas aguas. Y ella tuvo varas fuertes; y las dio para cetros de señores; y creciendo por encima entre las ramas, fue vista encumbrada, con la gran multitud de sus retoños. Pero llegará el día en que será arrancada con ira, derribada en tierra, y un gran viento del Oriente secará su fruto; sus varas fuertes se secarán y serán quebradas; y después consumidas por el fuego. Ahora estará plantada en el desierto, en tierra seca y árida. Y saldrá fuego de las varas de sus ramos, para consumir su fruto, y no quedará en ella vara fuerte, cetro para reinar. Lamentación es ésta, y por lamentación la conocerán.

Y sucedió que, a los diez días, del quinto mes, del séptimo año, vinieron algunos ancianos a consultar al SEÑOR, y se sentaron delante de mí.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, diles a estos ancianos: Así ha dicho EL SEÑOR: ¿Ustedes vienen a consultarme? JURO YO, que no les responderé. Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, ¿tú quieres juzgarlos? Entonces, cuéntales las asquerosidades de sus padres, y diles: Así ha dicho EL SEÑOR: El día que escogí a MI Pueblo, y que JURÉ por toda su generación, y que fui conocido de ellos en la tierra, cuando les alcé MI MANO, diciendo: YO SOY EL SEÑOR SU DIOS; aquel día que les JURÉ, que los sacaría de la tierra donde eran esclavos, a la tierra que les había preparado, que fluye leche y miel, la cual es la más hermosa de toda la tierra; entonces les dije: Cada uno, arroje de sí las asquerosidades que tienen frente a sus ojos, y no se contaminen con los ídolos. YO SOY EL SEÑOR SU DIOS. Mas ellos se rebelaron contra MÍ, y no quisieron obedecerme: No echaron de ellos las asquerosidades que tenían frente a sus ojos, ni dejaron sus ídolos; y por esto YO dije que derramaría MI Ira sobre ellos, para cumplir MI Enojo en ellos en medio de la tierra. Con todo, para que MI NOMBRE no se manchara ante los ojos de las gentes, los saqué de esa tierra, y los traje al desierto; y les di MIS LEYES, y

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les declaré MIS Decretos, los cuales el hombre que los cumpliera, viviría en ellos. Y les ordené también que MIS Sábados, serían por señal entre MÍ y ellos, para que supieran que YO SOY EL SEÑOR que los Santificó. Mas se revelaron contra MÍ, no anduvieron en MIS LEYES, y desecharon MIS Decretos, aquellos que el hombre que los hiciera, viviría en ellos; y todos MIS Sábados despreciaron en gran manera; por tanto, dije: Que habría de derramar sobre ellos MI Ira en el desierto para exterminarlos. Pero no lo hice en atención a MI NOMBRE, para que no se manchara a la vista de las gentes, delante de cuyos ojos los saqué. Y YO también alcé MI MANO en el desierto, jurando que no los metería en la tierra que les di, la cual es la más hermosa de todas las tierras; porque desecharon MIS LEYES, y no anduvieron en MIS Ordenanzas, y profanaron MIS Sábados: Porque tras sus ídolos iba su corazón. Con todo, los perdoné no matándolos, ni los exterminé en el desierto; antes YO les dije a sus hijos: No anden en las tradiciones de sus padres, ni guarden sus leyes, ni se contaminen con sus ídolos. YO SOY EL SEÑOR SU DIOS; ANDEN EN MIS LEYES, Y GUARDEN MIS DECRETOS, Y PÓNGANLOS POR OBRA: Y SANTIFIQUEN MIS SÁBADOS, Y SEAN ESTOS POR SEÑAL ENTRE MÍ Y USTEDES, PARA QUE SEPAN QUE YO SOY EL SEÑOR SU DIOS. Mas los hijos de ellos también se revelaron contra MÍ: No anduvieron en MIS LEYES, ni guardaron MIS Decretos para ponerlos por obra, los cuales el hombre que los cumpliera, vivirá en ellos. Profanaron MIS Sábados. Entonces dije que derramaría MI Ira sobre ellos, para cumplir MI Enojo en ellos en el desierto. Mas retraje MI MANO en atención a MI NOMBRE, para que no fuera injuriado a la vista de las gentes, delante de cuyos ojos los saqué. Y también les JURÉ en el desierto, que los esparciría entre las gentes, y que los aventaría por toda la tierra; porque no pusieron por obra MIS Decretos, y por desechar MIS LEYES y profanar MIS Sábados, y porque tras los ídolos de sus padres se les fueron los ojos.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Por tanto, hijo de hombre, diles: Así ha dicho EL SEÑOR: Aun en esto ME ofendieron sus padres cuando se rebelaron contra MÍ. Porque YO los metí en la tierra sobre la cual les JURÉ que les había de dar; mas prefirieron toda construcción con torres altas, y a todo árbol frondoso, para sacrificar allí sus ofrendas, y presentar allí la irritación de sus sacrificios; allí pusieron también el olor suave de incienso, y allí tomaron sus vinos. Y YO les dije: ¿Qué es aquella construcción con torres a donde ustedes van? Di a las gentes: Así ha dicho EL SEÑOR: ¿Acaso no también se contaminan ustedes a la manera de sus padres, y fornican tras sus aberraciones? Porque haciendo pasar a sus hijos por el fuego, ofreciéndolos como ofrendas, se han contaminado con todos sus ídolos hasta hoy.

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En verdad ¿Quieren que YO les responda? JURO YO, que no les responderé, dice EL SEÑOR. PUES NADA ES COMO SE LOS HAN CONTADO, NI NADA ES COMO USTEDES LO HAN CREÍDO. PORQUE USTEDES DICEN: SI SOMOS IGUALES A TODAS LAS GENTES, COMO TODAS LAS FAMILIAS DE LAS NACIONES, VAYAMOS TAMBIÉN A ADORAR A LOS ÍDOLOS DE MADERA Y A LOS DE PIEDRA. JURO YO, dice EL SEÑOR, que con MANO FUERTE, y BRAZO EXTENDIDO, y MI Enojo derramado, tengo que reinar sobre ustedes: Y los sacaré de entre todas las naciones, y los juntaré de las tierras en que están esparcidos; y los he de reunir a todos en el desierto de la reunión, y allí litigaré con ustedes cara a cara. Como litigué con sus padres en el desierto, así litigaré con ustedes, dice EL SEÑOR. Y LOS HARÉ PASAR DEBAJO DE UNA VARA, Y LOS TRAERÉ EN ORDEN DE PARENTESCO; Y APARTARÉ DE ENTRE USTEDES A TODOS LOS QUE EN LA TIERRA SE REBELARON CONTRA MÍ: Y a la tierra de la gran reunión, no vendrán; y entonces sabrán que YO SOY EL SEÑOR. Vaya cada uno tras sus ídolos, y adórenlos, pues que a MÍ no ME obedecen; y no profanen más MI SANTO NOMBRE con las mentiras de sus ídolos. Porque en MI Santo Monte, en el alto Monte de Israel, dice EL SEÑOR, allí ME adorarán todas las naciones de la tierra: Allí los querré, y allí tomaré sus ofrendas, y los primeros de sus regalos, con todas sus cosas consagradas. En olor de suavidad de perfumes los aceptaré, cuando YO los haya sacado de entre los pueblos, y los haya juntado de las tierras en que están esparcidos; y seré santificado en ustedes ante los ojos de todos; y sabrán que YO SOY EL SEÑOR. Y entonces allí se acordarán de lo que hicieron, y de todo en lo que se contaminaron; y ese día todos estarán confundidos entre ustedes mismos por todas las faltas que cometieron. Y sabrán que YO SOY EL SEÑOR, cuando haga lo que voy a hacer con ustedes por amor de MI NOMBRE, y será según sus malos caminos, y según sus perversas obras, dice EL SEÑOR. Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, mira hacia el Sur, y grita profetizando contra el bosque del campo del Sur. Y dile al bosque: Así ha dicho EL SEÑOR: YO encenderé en ti fuego, el cual consumirá en ti todo árbol verde, y todo árbol seco: No se apagará la llama; y serán quemados en ella todos los seres vivos, desde el Sur hasta el Norte. Y todo ser viviente verá que YO EL SEÑOR lo encendí; y no se apagará.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, pon tu mirada contra los pueblos, y háblales sobre sus templos, y profetiza sobre la tierra; y diles: Así ha dicho 21

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EL SEÑOR: Mira que YO vengo contra ti, y desenvainaré MI espada, y exterminaré en ti al justo y al incrédulo. Y por cuanto voy a exterminar de ti al justo y al incrédulo, por eso, levantaré MI espada contra todo ser viviente, desde el Sur hasta el Norte: Y entonces sabrán todos los seres vivos que YO EL SEÑOR levanté MI espada; y no la guardaré más. Y TÚ, HIJO DE HOMBRE, IMPLORA CON ANGUSTIA, Y CON AMARGURA; SUPLICA DELANTE DE LOS OJOS DE ELLOS. Y SERÁ, QUE CUANDO TE DIGAN: ¿POR QUÉ NOS SUPLICAS TÚ? LES DIRÁS: POR EL CLAMOR QUE VIENE; PORQUE TODO CORAZÓN SE DERRETIRÁ, Y TODAS LAS MANOS SE DEBILITARÁN, Y TODOS LOS SERES VIVOS SE ANGUSTIARÁN, Y TODAS LAS RODILLAS SE HARÁN COMO AGUA: YA VIENE, Y ASÍ SERÁ, DICE EL SEÑOR.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, profetiza, y diles: Así ha dicho EL SEÑOR: La espada ha sido afilada, y pulida; está afilada para la matanza, está pulida para que brille como relámpago. ¿Nos hemos de alegrar? LA AUTORIDAD DE MI HIJO MÁS AMADO HAN MENOSPRECIADO HACIENDO FIGURAS CON TODO TIPO DE LEÑO. Y si la espada se dio a pulir, es para empuñarla: Esta espada está afilada y pulida, para ponerla en La Mano del Exterminador. Grita y aúlla, oh hijo de hombre; porque esta arma despedazará a los pueblos, y ella acabará con todos.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, profetiza, y talla tus manos una con la otra, porque esta es arma de muertos: Es la espada de la gran matanza que los atravesará, para que su corazón muera, y las desgracias se multipliquen: En todas las puertas colocaré arma mortal. ¡Ay, ay! Pulida está para que resplandezca, y afilada para matar.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Y tú, hijo de hombre, señala dos caminos por donde pueda llegar el arma de la muerte; y echa mano a la suerte. Y tu resultado será: A tu mano derecha, llegará sobre Jerusalém para poner guías, para abrir la brecha a la matanza, para lanzar gritos, para poner máquinas contra las puertas, para instalar refugios, y para elevar MIS

FORTALEZAS. Y LO QUE VERÁN, LES PARECERÁ COMO SI FUERA UNA MENTIRA ANTE SUS OJOS, POR ESTAR LIGADOS CON JURAMENTO A SUS ÍDOLOS: MAS EN ESE MOMENTO LES HARÉ LLEGAR A LA MEMORIA SU MALDAD, PARA PRENDERLOS. Por tanto, así ha dicho EL SEÑOR: Por haberme recordado sus maldades, exhibiendo sus tradiciones, y descubriendo sus pecados en todas sus obras; por habérmelas recordado, serán tomados a mano. Y TÚ, DESHONESTO E INCRÉDULO SACERDOTE DEL PUEBLO, PARA QUIEN HA LLEGADO YA EL DÍA EN QUE LA MALDAD TERMINÓ; ASÍ HA

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DICHO EL SEÑOR: ARROJA LA TIARA, QUÍTATE LA CORONA: ÉSTA NO SERÁ COMO ANTES: PORQUE A MI LLEGADA, ENCUMBRARÉ AL HUMILDE, Y DERRIBARÉ AL ELOGIADO. Lo contrario, del contrario la volveré; y no será ésta más, hasta que venga Aquél del que es el Derecho, y YO se la entregaré. Y tú, hijo de hombre, profetiza, y diles: Así ha dicho EL SEÑOR: La espada está desenvainada para matar; pulida para exterminar con su resplandor. Te profetizarán fantasías, y te adivinarán mentiras, para entregarte junto con las cabezas de los malos sentenciados a muerte, cuyo día llegará cuando será acabada la maldad. ¿Acaso regresaré MI espada a su vaina? No, porque en el lugar donde te criaste, en la tierra donde has vivido, te voy a juzgar. Y derramaré sobre ti MI Ira: El fuego de MI Enojo encenderé sobre ti, y te entregaré en mano de hombres atrevidos, magníficos creadores de destrucción. Serás del fuego para ser consumido; tu sangre se derramará por el suelo; y no habrá más quien se acuerde de ti: Porque YO EL SEÑOR he hablado.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, ¿no quieres juzgar tú a la ciudad asesina, y mostrarle todas sus aberraciones? Dile: Así ha dicho EL SEÑOR:

¡Ciudad que asesinas ante los ojos de todos, que hiciste ídolos contra ti misma para contaminarte! En tus crímenes has pecado, y te has contaminado en tus ídolos que te hiciste; has apresurado tus días, y has llegado al término de tus años: Por eso te daré a las gentes para vergüenza, y para burla a todas las naciones. Las que están cerca y las que están lejos de ti, se reirán al ver manchada tu popularidad. MIRA QUE LOS SACERDOTES, CADA UNO SEGÚN SU PODER, ESTUVIERON EN TI PARA DERRAMAR SANGRE. AL PADRE Y A LA MADRE DESPRECIARON EN TI, AL EXTRANJERO LO CALUMNIARON, AL HUÉRFANO Y A LA VIUDA DESPOJARON. MIS LEYES MENOSPRECIARON, Y MIS SÁBADOS HAN DESHONRADO. HUBO CALUMNIADORES EN TI PARA ASESINAR A LAS GENTES; Y SOBRE LOS MONTES FESTEJABAS: EN MEDIO DE TI HICIERON SUCIEDADES. Y cada uno hizo aberración con la mujer de su prójimo; y cada uno amancilló a su nuera incestuosamente; y cada uno forzó en ti a su hermana, hija de su padre. Precio aceptaron de ti para matar inocentes; usura e intereses tomaste, y a tus prójimos defraudaste con violencia: Te olvidaste de MÍ, dice EL SEÑOR. ¿Podrá estar firme tu corazón? ¿Tus manos serán fuertes en los días que YO litigaré contra ti? YO EL SEÑOR he hablado, y lo haré. Y YO te esparciré por las gentes, y te aventaré por las tierras; y quitaré de ti tu suciedad. Y volveré a tomar posesión de ti a la vista de las gentes; y sabrás entonces que YO SOY EL SEÑOR.

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Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, el pueblo se ME ha convertido en desperdicio: Todos ellos son metal y estaño, hierro y plomo en medio del horno; en desperdicios de plata se convirtieron. Por tanto, así ha dicho EL SEÑOR: Por cuanto todos ustedes se han convertido en desperdicio, miren que YO los juntaré en medio de Jerusalém. Como quien junta la plata, y metal, y hierro, y plomo, y estaño en medio del horno, para encender fuego en él y fundirlos; así los juntaré en el día de MI Coraje y en MI Ira, los dejaré allí, y los fundiré. YO los juntaré, y soplaré sobre ustedes en el fuego de MI Furor, y en medio de él serán fundidos. Como se funde la plata en medio del horno, así serán fundidos en medio de él; y entonces sabrán que YO EL SEÑOR habré derramado MI Enojo sobre ustedes.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, diles: Tú no eres tierra limpia, ni has sido lavada con lluvia para el día de La Ira. Tus sacerdotes violentaron MI LEY, y contaminaron MIS TEMPLOS: Entre lo SANTO y lo depravado no hicieron diferencia, ni distinguieron entre sucio y limpio; y de MIS Sábados se burlaron escondiendo sus ojos, mientras YO era despreciado en medio de ellos. Los sacerdotes robaban asesinando, para destruir las almas, para alimento de su avaricia. Y sus profetas los enyesaban con lodo suelto, pues les profetizaban fantasías, y les adivinaban mentiras, diciendo: Así ha dicho EL SEÑOR; y EL SEÑOR no había hablado. Los pueblos de la tierra usaban de dominación, y cometían robos, y al afligido y al pobre les hacían violencia, y al extranjero esclavizaban sin derecho. Y busqué de ellos un hombre que se pusiera delante de MÍ por la tierra, para que YO no la destruyera; y no lo encontré. Por tanto, derramaré sobre ellos MI Ira; con el fuego de MI Ira los consumiré: Echaré sus obras sobre su cabeza, dice EL SEÑOR.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, diles: Había dos mujeres, hijas de una misma madre: La mayor llamada Oholáh, era Samaria; y su hermana Oholibáh,

era Jerusalém; las cuales siendo MÍAS, parieron hijos e hijas. Y Oholáh fornicó en MI Presencia: Y se enloqueció por sus vecinos, a los cuales hizo sus amantes, éstos vestían de color púrpura, y eran guías y dirigentes, jóvenes todos de codiciar, caballeros que sólo andaban a caballo. Y fornicó con ellos, con los más destacados; y con todos los que se enamoró: Se contaminó con todos sus ídolos. Y ellos, deshonrando su pecho virginal, derramaron sobre ella su fornicación. Por lo cual la entregué en mano de esos sus amantes, en mano de los que se había enamorado. Y cuando ellos descubrieron su verdad,

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le quitaron sus hijos y sus hijas, y a ella la mataron a cuchillo. Así fue como ella vino a ser famosa, por el juicio que hicieron en ella. Y viendo esto su hermana Oholibáh, la superó en fornicaciones y en corrupción, pues estas fueron más que las de su hermana: Enamoró a sus vecinos, todos ellos eran guías y dirigentes vestidos con lujos, sólo andaban en carros, todos ellos jóvenes de codiciar. Y vi que también se había contaminado; cómo ambas seguían el mismo camino. Pero ésta aumentó sus fornicaciones: Pues cuando se vio rodeada de hombres pintados en la pared, con imágenes pintadas de color, todas éstas vestidas con cinturones en sus lomos, y tiaras hermosas en sus cabezas, con un parecido todos ellos a guías, a la manera de los hombres dedicados al sacerdocio, se enamoró de ellos, apenas los vio. Y estos hombres entraron a ella en su cama de amores, y la contaminaron con su fornicación; y ella también se contaminó con ellos, y su deseo se llenó de ellos. Y fue así como mostró sus fornicaciones, y descubrió su verdad: Por lo cual MI ALMA se asqueó de ella, como se había ya asqueado de su hermana. Pero ella, aún multiplicó sus fornicaciones, haciéndome recordar los días de su juventud, cuando fornicaba con los ídolos en la tierra de Egipto. Y se enamoró de los rufianes que entraban con ella, de aquellos cuya carne es como carne de asnos, y cuyo flujo como flujo de caballos. Así volviste a MI MEMORIA la suciedad de tu juventud, cuando los Egipcios deshonraron tu seno a causa de tu adolescencia. Por tanto, Oholibáh, así ha dicho EL SEÑOR: Mira que YO abriré los ojos de tus amantes, de aquellos de quienes se llenó tu deseo, y los haré venir de todos los alrededores, y los pondré contra ti; los reyes, los príncipes, los gobernantes, los mayordomos: Todos ellos jóvenes de codiciar, nobles que montan a caballo todos ellos. Y los verás llegar sobre ti con armas, con carros, y ruedas y multitud de gentes. Por todas partes se dirigirán contra ti: Ruedas, escudos y cascos, y se pondrán contra ti alrededor; y YO les encargaré tu juicio, y por sus leyes te juzgarán. Descargaré contra ti MI CELO, y te tratarán con furor; te quitarán los órganos con que hueles y con que escuchas; y lo que quede de ti morirá a cuchillo. Ellos se llevarán a tus hijos y a tus hijas, y tus restos serán consumidos por el fuego. Y te despojarán de tus hermosos vestidos, y te quitarán tus hermosos adornos. Y así frenaré de ti tu suciedad, y tu fornicación de la tierra: Jamás volverás a levantar tus ojos a los ídolos, ni nunca más te acordarás de aquellos tiempos. Porque así ha dicho EL SEÑOR: Mira que YO te entrego en las manos de aquellos que tú aborreciste, en las manos de aquellos de quienes se llenó tu deseo; los cuales te tratarán con odio, y te quitarán todo lo que tú trabajaste, y te dejarán desnuda y descubierta: Y así será descubierta la verdad

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de tus mentirás, y tu asquerosidad, y tus fornicaciones. Así serás tratada por haber fornicado en todas las naciones, y haberte contaminado con sus ídolos. Por haber seguido el camino de tu hermana; YO pondré en tu mano su cáliz.

Y DIJO EL SEÑOR: Beberás el hondo y ancho cáliz de tu hermana; y serás objeto de burla y picardías. Te embriagarás de dolor; pues copa de horror y espanto es el cáliz de tu hermana Samaria. Lo beberás, y lo terminarás, y morderás su recipiente; y tus pechos despedazarás; porque YO he hablado, dice EL SEÑOR. Por tanto, así ha dicho EL SEÑOR: Por haberte olvidado de MÍ, y haberme dado la espalda, por eso, lleva tú también tu suciedad y tus fornicaciones.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, ¿acaso no juzgarás tú a Oholáh, Samaria, y a Oholibáh, Jerusalém, y les descubrirás sus aberraciones? Porque han adulterado, y han asesinado, y han fornicado con sus ídolos; y aún sus hijos que ME habían engendrado, los hicieron pasar por el fuego, quemándolos en MI NOMBRE. Todavía más ME hicieron: Contaminaron MI Santuario, y blasfemaron MIS Sábados; ya que después de haber sacrificado sus hijos a sus ídolos en MI NOMBRE, entraban en MI Santuario el mismo día para contaminarlo. Todo esto hicieron en medio de MI CASA. Y más aún; ellas hicieron venir hombres de lejos, a los cuales, después de haber enviado embajadores: Ellos vinieron; y con tal de amarlos, se lavaron, y pintaron sus ojos, y se vistieron con adornos; y se sentaron sobre un ostentoso púlpito delante de cual pusieron una mesa adornada, y sobre ella pusieron MI incienso y MI aceite. Y se escuchó en ellas bullicio de gente floja que se alegraba; y YO les dije a las envejecidas en adulterios: Sus prostituciones cumplirán ellos ahora, y ellas con ellos: Porque han venido a ellas como quien viene hasta la mujer ramera: Así entraron los hombres a Oholáh, Samaria y a Oholibáh, Jerusalém, mujeres depravadas. Por tanto, Varones Justos las juzgarán por La LEY de las adúlteras, y por La LEY de las asesinas: Porque ellas son adúlteras y asesinas. Por lo que así ha dicho EL SEÑOR: YO llamaré contra ellas multitudes, y las entregaré al maltrato y al saqueo: Y el gentío las apedreará y las hará pedazos con sus armas: Matarán a sus hijos y a sus hijas, y sus casas se extinguirán con fuego. Y así haré frenar la depravación de la tierra, y así escarmentarán todas las rameras, de modo que jamás volverán a hacer asquerosidades. Y sobre ustedes pondrán su suciedad, y cargarán su grave falta de adorar a ídolos; y entonces sabrán que YO SOY EL SEÑOR.

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Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, grábate bien la fecha de este día, y diles a los rebeldes esta parábola: Así ha dicho EL SEÑOR: Toma una olla,

y echa también agua en ella, mete dentro pedazos de carne, todos escogidos, pierna y espalda; y llénala de los mejores huesos. Escoge una oveja, tómala; y también enciende los huesos debajo de ella; haz que hierva bien; y que se cuezan también los huesos que están dentro de ella. Pues así ha dicho EL SEÑOR: ¡Ay de la ciudad asesina! De la olla que está toda llena de sarro, sin que el sarro se haya quitado de ella; porque sangre inocente fue derramada en medio de ella, para hacer YO caer sobre ella MI Ira, a fin de que YO tome venganza. Derramando su sangre sobre dura piedra, para que siempre quede expuesta. Por tanto, así ha dicho EL SEÑOR: ¡Ay de ti ciudad asesina! Porque YO también haré contigo una gran hoguera, atizando con leña el fuego, para consumir la carne, y hacer la salsa; y quemar hasta los huesos: Después pondrás la olla vacía sobre sus brasas, para que se tueste, y se queme su fondo, y se deshaga en ella su suciedad, y se consuma su sarro. En vano se calentó, pues no salió de ella mucho sarro. Por eso será consumida. En tu suciedad perversa morirás: Porque te limpié cuando naciste, mas tú no te limpiaste de tu suciedad: Nunca más te limpiarás hasta que YO descargue MI Ira sobre ti. YO EL SEÑOR he hablado; verás que se cumplirá, pues YO lo haré. No ME retractaré, ni tendré misericordia perdonando, ni ME arrepentiré: Según tus caminos y tus obras te juzgarán, dice EL SEÑOR. Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, YO quitaré de golpe el deseo de tus ojos: No te lamentes, no te aflijas, ni llores. Suspira en silencio, y no vistas de luto, ni comas pan de hombres. Y sucedió que, hablando con el pueblo por la mañana, a la tarde murió mi mujer; mas yo hice como me fue ordenado por EL SEÑOR. Pero entonces el pueblo me dijo: ¿No nos enseñarás qué significa esto que tú haces? Y yo les contesté: Así ha dicho EL SEÑOR: Miren que YO despreciaré MI GLORIA, Y LA PERFECCIÓN DE SU FORTALEZA, que es el deseo de sus ojos, y lo que más ansía su alma: Si es que sus hijos y sus hijas que abandonaron, al no decirles la verdad acerca de MÍ, no mueren a cuchillo. Y tú, hijo de hombre, mira: El día que YO les quite a sus ídolos, que son lo que creen que los hace fuertes, aquello que dicen ser su consolación y su gloria, que es lo que más aman sus ojos, y en lo que su corazón tiene puesta su confianza, y les quite a sus hijos y a sus hijas, en aquel día, cuando el que logre escapar llegue a ti, y te cuente de su ruina, en aquel día, te repito, tú hablarás a ese que escapó, y no guardarás más silencio; y habrás sido profeta para ellos, y entonces sabrán que YO SOY EL SEÑOR.

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Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, diles: Así ha dicho EL SEÑOR: También, por lo que hicieron los Palestinos, cuando se vengaron con saña

matando y destruyendo por viejas enemistades; por tanto, así ha dicho EL SEÑOR: Miren que YO extenderé MI MANO sobre los Palestinos para exterminarlos, igualmente destruiré el resto de la ribera de la mar. Y haré en ellos una terrible venganza, castigándolos con coraje; y entonces sabrán que YO SOY EL SEÑOR.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, del Norte traeré contra ti al Rey de Reyes, con caballos, y carros, y Varones nobles con sus Ejércitos. A tus mujeres

que estén en el campo matará a cuchillo; y pondrá contra ti armas inteligentes, y levantará contra ti Su Fortaleza, y lanzará contra ti Sus Ruedas. Y pondrá contra las ciudades Sus aparatos, y destruirá con ellos sus muros, y tus torres destruirá con instrumentos de hierro. La multitud de sus caballos te cubrirá con su polvo: Y los muros temblarán con el escándalo de las ruedas, de sus jinetes, y de los carros, cuando entre por tus puertas, así como por los portales de las ciudades destruidas. Y robarán tus riquezas, y saquearán tus mercancías, y destruirán tus muros y derribarán tus casas preciosas; y arrojarán tus leños y tus piedras a lo profundo de la mar. Y haré callar la voz de tus cantos, y no se volverá a escuchar más el tono de tus guitarras; ni nunca más serás reconstruida: Porque YO EL SEÑOR he hablado. Y DIJO EL SEÑOR: Los capitanes de la mar descenderán de sus barcas y se quitarán sus mantos, y se despojarán de sus ropas bordadas: Porque se vestirán de espanto, se sentarán sobre la tierra, y temblarán a cada momento, y quedarán sobre ti consternados. Y se lamentarán acerca de ti, diciendo: ¿Cómo caíste tú, ciudad enaltecida, si estabas rodeada de mares, y que fuiste poderosa en tus negocios a través de la mar, la que tú y sus habitantes espantaban a todos sus navegantes? Ahora temblarán las islas en el día de tu caída, al ver que ya nadie sale de ti, y se espantarán de tu ruina. Porque así ha dicho EL SEÑOR: YO te convertiré en una ciudad desierta, como los lugares que no se habitan; HARÉ SUBIR SOBRE TI EL ABISMO, Y LOS MARES TE CUBRIRÁN. Y DESCENDERÁS HASTA EL FONDO JUNTO CON LOS MORTALES, CON EL PUEBLO DE ESTE SIGLO: Y TE COLOCARÉ EN LO MÁS PROFUNDO DE LA TIERRA, COMO LAS RUINAS ANTIGUAS, PARA QUE NUNCA MÁS SEAS HABITADA; Y YO DESCENDERÉ EN MI GLORIA A LA TIERRA DE LOS VIVIENTES. Y TODOS SE ESPANTARÁN CUANDO DEJES DE EXISTIR: Y AUNQUE TE BUSQUEN, NUNCA MÁS SERÁS ENCONTRADA. DICE EL SEÑOR.

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Tus riquezas, y tus mercancías, los productos de tus negocios, tus marineros, y tus capitanes, los reparadores de tus grietas, y los vendedores de tus objetos, y

todos tus soldados de guerra, junto con todo el gentío que está en medio de ti, caerán contigo en medio de los mares, el día de tu caída. Y descenderán de sus barcos todos los pilotos y marineros, y se pararán en tierra; y se lamentarán sobré ti, y gritarán amargamente, diciendo: ¿Quién como la ciudad destruida en medio de la mar? Cuando tus mercancías salían de los barcos, hartabas a muchos pueblos: A los reyes de la tierra enriqueciste con tus riquezas y con tus negociaciones. El día que seas echada en lo profundo de los mares, tus negocios y todos los que están contigo, caerán contigo. Y todos los habitantes de la tierra se consternarán con tu ruina, y los reyes temblarán de espanto; se quedarán boquiabiertos en sus rostros. Todos los hombres de los pueblos silbarán sobre ti: Vendrás a ser espanto, y dejarás de existir para siempre.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, di al sacerdote: Así ha dicho EL SEÑOR: Por haberse ensoberbecido tu corazón, y por haber dicho: Yo soy como

dios; yo represento el lugar de DIOS entre los hombres, siendo tú un hombre y no DIOS, aunque te imaginaste ser un dios: Mira que tú eres más inteligente que Daniel; según tú, no hay secreto que te quede oculto; ¿acaso crees que YO no sé que con tu sabiduría y con tu prudencia has amasado fortunas, adquiriendo oro y plata en tus tesoros, y que por la grandeza de tu sabiduría en tus negociaciones has multiplicado tus riquezas, y que a causa de tus riquezas se ha enaltecido tu corazón? Por tanto, así ha dicho EL SEÑOR: Por haberte creído ser DIOS, simplemente por eso, verás que YO traeré sobre ti gente extraña, los más fuertes de esas gentes, que desenfundarán sus espadas para destrozar tu hermosura, y para ensuciar tu esplendor. A la fosa te harán descender, y morirás ahogado. ¿Acaso dirás delante de estos Exterminadores: Yo soy DIOS? Verás que tú sólo eres hombre, cuando estés frente a tus Exterminadores. Morirás como mueren los incircuncisos, morirás por la mano de extraños: Porque YO he hablado, dice EL SEÑOR. Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, también dile al hombre: Así ha dicho EL SEÑOR: Tú eras el sello de la perfección, eras lleno de sabiduría y de hermosura. Cuando vivías en el lugar llamado Edem, que era uno de MIS Huertos: Tu vestido, además de que brillaba como piedra preciosa, estaba adornado de sardio, topacio, diamante, crisólito, ónice, berilio, zafiro, rubí, esmeralda y oro, y los instrumentos músicos estuvieron preparados

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para ti en el día de tu creación. Y fui YO quien te puso en un gran querubín para protegerte; en MI SANTO MONTE estuviste; en medio de piedras de fuego has andado. Eras perfecto en todos tus caminos desde el día en que fuiste criado, hasta que se halló en ti la maldad. A causa de tu trato con las gentes fuiste lleno de maldad, y pecaste: Por lo que YO te eché de MI MONTE, y te arrojé de entre las piedras de fuego. Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura; y corrompiste tu sabiduría a causa de tu resplandor; por eso, YO te arrojaré al suelo; y te pondré por espectáculo delante de los reyes, para que se burlen de ti. Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, mira hacia Sidón, y profetiza contra aquella tierra; y le dirás: Así ha dicho EL SEÑOR: Mira que YO estoy contra ti, y entre todas tus gentes seré glorificado: Y sabrán que YO SOY EL SEÑOR cuando haga en ti MIS Juicios y en ti ME santifique. YO enviaré enfermedad y muerte en sus calles; y en todas partes verán caer muertos a cuchillo; y entonces sabrán que YO SOY EL SEÑOR. Así ha dicho EL SEÑOR: Cuando YO junte de los pueblos a MIS escogidos, entonces ME santificaré en ellos a la vista de todas las naciones, y habitarán en su tierra. Y habitarán en ella en paz, y construirán casas, y plantarán viñas, y vivirán seguros, cuando YO haga MIS Juicios en todos los que los desprecian de todas partes; y entonces sabrán que YO SOY EL SEÑOR SU DIOS.

Por tanto, así ha dicho EL SEÑOR: Mira que YO haré venir contra ti la muerte, y exterminaré de la tierra hombres y bestias. Y la tierra quedará vacía y desierta:

Y entonces sabrán que YO SOY EL SEÑOR. Por tanto, mira que YO vendré contra ti y contra tus ríos; y los dejaré como desiertos. No pasará por la tierra pie de hombre ni pie de bestia, porque destruiré todas sus ciudades.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, profetiza, y di: Así ha dicho EL SEÑOR: Aúllen: Porque ¡ay de aquel día! Porque está cerca el día, CERCA ESTÁ EL DÍA

DEL SEÑOR, DÍA DE OSCURIDAD, EL DÍA DEL JUICIO DE LAS NACIONES. En aquel tiempo habrá mensajeros, y espantarán también a Etiopia, que es la que está más confiada, y se espantarán como en el día de la salida de Egipto: Estén atentos, porque ya viene.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, di a los gobernantes y a sus pueblos: ¿A quién se han querido comparar en su grandeza? Cambien su actitud; miren:

Un cedro asirio en el Líbano, hermoso de ramas, y frondoso en sus ramos, y de altura incomparable, cuya punta se perdía entre las nubes; las aguas lo hicieron crecer, lo realzó

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el abismo: Los ríos corrían alrededor de sus raíces, y él hacía que sus arroyos pasaran por todos los árboles de aquella región. Por eso superó en altura a todos los árboles de la región, y por eso también se multiplicaron sus ramas que había echado, en las cuales anidaban todas las aves del cielo; y debajo de su ramaje parían todas las bestias del campo, y a su sombra habitaban todas las grandes naciones. Y se hizo un árbol hermoso por su altura, y por la extensión de sus ramas; porque sus raíces estaban junto de abundantes aguas. No lo igualaban los cedros del jardín del SEÑOR, los pinos no tenían copa semejante, ni los plátanos superaban su frondosidad; ningún árbol en el huerto del SEÑOR era similar a él, por tanta hermosura. Fui YO el que lo hice hermoso por la infinidad de sus ramas, a tal grado, que todos los árboles de MI huerto tuvieron envidia de él. Por tanto, diles: Así ha dicho EL SEÑOR: Por haberte creído de altura, y por haberte lucido de tus frondosas ramas, y por haber ensoberbecido tu corazón, viéndote tan alto. Por eso, YO lo entregaré en mano del más fuerte de las gentes, el cual hará de él lo que quiera: Por su maldad, YO lo he desechado. Gentes extrañas y muy feroces lo troncharán, y lo abandonarán: Sus ramas caerán sobre los montes y por todos los valles, y por todos los arroyos y lagos de la tierra serán quebrados sus ramos; y se irán de su sombra todos los pueblos de la tierra, y lo dejarán. Sobre sus restos se posarán todas las aves del cielo, y sobre sus ramas se echarán todas las bestias del campo; para que jamás se sientan de altura los árboles, ni se levante su pico entre las nubes; y para que ninguno de los que beben agua se pare en sus ramas más altas: Porque entonces todos serán entregados a la muerte, junto con todos los hijos de los hombres, con los que bajan a la fosa. Y ME DIJO EL SEÑOR: El día que éste descienda a la sepultura, YO causaré un duelo muy grande: Lo sumergiré en el abismo, y prohibiré a sus ríos que lo rieguen. Y detendré las abundantes aguas; y al Líbano lo afligiré por él, y se estremecerán todos los árboles del campo. Con el estruendo de su caída haré temblar a todas las naciones, cuando lo arrojé al sepulcro con todos los que son sepultados; y así serán consolados en lo profundo de la tierra todos los árboles escogidos del SEÑOR, y los mejores del Líbano, y todos los que beben agua. ¿A quién te has comparado así en perfección y en grandeza entre los árboles del huerto del SEÑOR? Pues serás derribado con los árboles del huerto del SEÑOR: Entre los incircuncisos estarás, con los muertos a cuchillo. Estos son los gobernantes y todas sus naciones; dice EL SEÑOR.

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Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, comunica esta lamentación sobre el rey de aquella gran ciudad, y dile: Tú, eres semejante a un leoncillo entre las

gentes, y eres como la bestia que está entre los mares: Con tu gran poder todo lo revolvías en tus ríos y enturbiabas con tus pies las aguas, y pisabas sus corrientes. Por tanto, así ha dicho EL SEÑOR: Con una concentración inmensa de naciones, YO tenderé sobre ti MIS redes, y con MI anzuelo te harán subir. Y te arrojaré en tierra, y te dejaré sobre la superficie del campo, y haré posar sobre ti todas las aves del cielo, y hartaré de ti las bestias de toda la tierra. Pondré tus carnes sobre los montes, y llenaré los valles de tu carroña. Y regaré la tierra de las montañas con tu fétida sangre, y los arroyos se llenarán de ella. Y cuando te hayan matado, oscureceré los cielos, y ennegreceré sus estrellas: Al sol taparán MIS nubes, y a la luna no le verás su luz. Pondré tinieblas sobre tu tierra, dice EL SEÑOR. Y haré que con tu ruina queden boquiabiertas muchas naciones, y sus gobernantes tendrán horror cuando vean tu destrucción, cuando vean resplandecer MI arma delante de ellos; y todos temblarán sin cesar por su vida, en el día de tu ruina. Porque así ha dicho EL SEÑOR: La muerte vendrá sobre ti. Con armas de Fortalezas haré caer a tu pueblo; y destruirán la soberbia de aquella gran ciudad, y todo su gentío será exterminado. DESTRUIRÉ A TODAS LAS BESTIAS QUE SALIERON DE ELLA, LAS CUALES TIENEN DOMINIO SOBRE MUCHAS NACIONES: No las volverá a enturbiar pie de hombre, ni siquiera la uña de ninguna bestia. Hasta ese entonces YO volveré limpias sus aguas, y haré correr sus ríos como aceite, dice EL SEÑOR. Cuando YO convierta la tierra en desierto, cuando YO extermine a todos los que en ella viven, entonces sabrán que YO SOY EL SEÑOR.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, comunica esta lamentación a los seguidores de la gran ciudad, y arrójala también a ella, y a las ciudades de las naciones poderosas, y a las profundidades de la tierra donde están los muertos: ¡Por haberte hecho tan hermosa, descenderás, y morirás con los incircuncisos! Caerán entre los muertos por la espada: Al cuchillo serán entregados: ¡Sal fuera, con todos tus seguidores! El día del infierno te insultarán los hombres fuertes de las naciones poderosas, junto con los que te ayudaron, los que descendieron a la fosa, y duermen con los incircuncisos muertos a cuchillo. Allí estarás con todos tus seguidores, alrededor de ti estarán sus sepulcros: Todos ellos caerán a cuchillo, y pondrán miedo en la tierra de los vivientes.

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Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, habla con el pueblo, y diles: Antes de que YO traiga la muerte sobre ustedes, la tierra ya habrá elegido hombres como

vigilantes; ellos verán que se acerca la destrucción sobré la tierra, y tocarán su alarma; avisando a todos los hombres de su llegada; cualquiera que escuche lo que dice la alarma, y no se prepara, y llegando la muerte lo arrebata, su sangre se le imputará a él mismo. Porque sí escuchó lo que la alarma decía, y no hizo caso; su sangre será sobre él; mas el que estuvo atento, y se preparó, ése salvará su vida. Pero si aquel vigilante que ve venir la destrucción, por vergüenza, o por miedo, no toca la alarma, informando al pueblo sobre su llegada; y el pueblo no se prepara, y llegando la muerte arrebata a alguno; el que muera, por causa de su falta fue tomado, mas su sangre reclamaré de mano del vigilante. Ahora bien, hijo de hombre, YO también te he puesto a los pueblos por vigilante; tú escucharás La Palabra de MI BOCA y los prevendrás de MI Parte. Si YO digo al incrédulo: Incrédulo, tú morirás sin remedio; si tú vigilante no hablas para que se abstenga el incrédulo de su camino, el incrédulo morirá por su falta, pero YO reclamaré su sangre de tu mano. Pero si tú reprendiste al incrédulo para que corrigiera su camino, y de él se aparte, y él no deja su mala vida; por su maldad él morirá; mas tú habrás salvado tu vida. También, diles: JURO YO, dice EL SEÑOR, que no quiero la muerte del incrédulo, sino que se abstenga de su mal camino, y que viva. ¿Por qué quieren morir, Pueblo MÍO? LA JUSTICIA DEL JUSTO NO LO SALVARÁ EL DÍA QUE ÉL SE REVELE; ASÍ COMO LA MALDAD DEL INCRÉDULO NO LE ESTORBARÁ EL DÍA QUE ÉL SE CONVIERTA DE SU MALDAD. SI YO LE DIGO AL JUSTO: CIERTAMENTE VIVIRÁS, Y ÉL CONFIADO EN SU JUSTICIA HACE MALDAD, TODAS SUS JUSTICIAS NO SERÁN RECORDADAS, SINO QUE MORIRÁ POR LA MALDAD QUE HIZO. ASÍ MISMO, SI YO LE DIGO AL INCRÉDULO: CIERTAMENTE MORIRÁS; SI ÉL SE CONVIERTE DE SU MALDAD, Y HACE JUSTICIA Y ES JUSTO, SI EL INCRÉDULO DEVUELVE LO QUE LE EMPEÑARON, DEVUELVE LO QUE HUBIERA ROBADO, CAMINA EN LAS LEYES DE LA VIDA, NO HACIENDO MALDAD, CIERTAMENTE VIVIRÁ Y NO MORIRÁ. NO LE SERÁ RECORDADA NINGUNA DE SUS FALTAS COMETIDAS: HIZO JUICIO Y JUSTICIA; VIVIRÁ. MAS SI EL JUSTO SE APARTA DE SU JUSTICIA HACIENDO MALDAD, MORIRÁ. Por tanto, diles: Así ha dicho EL SEÑOR: Ustedes, los que comen sangre, y alzan los ojos hacia sus ídolos, y asesinan, y cometen aberración, y contaminan a la mujer de su prójimo: ¿Acaso ustedes poseerán la tierra? ¿Son ustedes los que piensan ser herederos de ella? JURO YO; dice EL SEÑOR, que los que vivan en las ciudades, morirán al filo de la espada, y los que estén en el campo,

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serán entregados a las fieras para que los devoren, y los que habiten en lugares profundos o amurallados, morirán de enfermedad. Porque YO haré de la tierra un desierto, y quedará en soledad, y acabará la soberbia de su poder; y las montañas quedarán solas, porque no habrá quien camine por ellas. Y entonces sabrán que YO SOY EL SEÑOR cuando convierta la tierra en un desierto, por todas las aberraciones que han hecho. Y tú, hijo de hombre, cuando los pueblos se burlen de ti en los salones y en las puertas de las casas, y hablen entre ellos, diciendo: Vengan pronto, escuchemos qué nos dicen del SEÑOR; Y vengan a ti en reuniones, y estén delante de ti como pueblo, y escuchen tus palabras, y no hagan nada de lo que les dices; antes te halagan con sus bocas, burlándose de ti, y su corazón ande tras sus deseos; y resulta, que tú eres a ellos como cantor de amores, gracioso de voz y que canta bien: Y sólo escuchan tus palabras, mas no las llevan a cabo. Cuando la destrucción descienda sobre ellos, que YO TE JURO que llegará, hasta ese entonces sabrán que fuiste un Profeta.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, profetiza contra los pastores y diles: Así ha dicho EL SEÑOR: ¡Ay de los pastores que sólo se apacientan a sí mismos!

¿No los pastores apacientan los rebaños? Ustedes se toman esa leche, se visten esa lana; la oveja más gorda matan para comerla, y no descansan hasta acabársela, no apacientan las ovejas. No fortalecieron a la débil, no curaron a la enferma; no vendaron la de pierna quebrada, no condujeron al corral a las descarriadas, no fueron en busca de las perdidas, sino que las dominaban con violencia y crueldad; de modo que si están esparcidas fue por falta de pastor; por eso fue que vinieron a ser presa de todas las bestias del campo, y se perdieron. Y MIS ovejas anduvieron esparcidas por todos los montes, y por todas las altas colinas: Y fueron derramadas en toda la superficie de la tierra, y no hubo quién las buscara, ni quién se preocupara por ellas. Por tanto, pastores, escuchen La Palabra del SEÑOR: Así ha dicho EL SEÑOR: Les JURO, que por haber sido robado MI Rebaño, y MIS ovejas fueron para ser comidas por todas las bestias del campo, sin pastor; ni MIS pastores cuidaron MIS ovejas, sino que fueron ellos los que se apacentaron a sí mismos, y no apacentaron MIS ovejas; por tanto, escuchen pastores La Palabra del SEÑOR: Así ha dicho EL SEÑOR: YO estoy contra los pastores; reclamaré MIS ovejas de sus manos, y no permitiré que apacienten MI Rebaño; ni tampoco en adelante se apacentarán los pastores a sí mismos; pues YO les quitaré MIS ovejas de sus bocas, y no volverán a ser más su comida.

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Porque así ha dicho EL SEÑOR: Miren que YO mismo iré detrás de MIS ovejas, y las reconoceré. Como el pastor reconoce su rebaño el día que está en medio de sus ovejas esparcidas, así reconoceré MIS ovejas, y las libraré de todos los lugares en que fueron esparcidas; el día del nublado y de la oscuridad. YO las sacaré de los pueblos, y las juntaré de las tierras; y las llevaré a la tierra que tanto esperaron, y las apacentaré sobre los Montes de Israel, junto a los arroyos. En maravillosos pastos las apacentaré, y en los lugares altos será su cómodo refugio: Allí dormirán en cómodo abrigo, y en bellos y gruesos pastos serán apacentadas. YO apacentaré MIS ovejas, y YO MISMO les daré maravilloso refugio, dice EL SEÑOR. YO buscaré la perdida, y traeré la descarriada, y vendaré las piernas quebradas, y curaré las enfermas; mas a las gordas y a las fuertes, destruiré. YO las apacentaré con justicia. Mas a ustedes, ovejas MÍAS, así ha dicho EL SEÑOR: Miren que YO juzgaré entre oveja y oveja, entre carneros y machos cabrios. ¿No les ha bastado comer los buenos pastos? ¿Por qué entonces pisan lo que de sus pastos queda? ¿Por qué bebiendo las aguas limpias, enlodan con sus pies las que quedan? A MIS ovejas han dado de comer lo pisoteado por sus pies, y han dado de beber lo que con sus pies han enlodado. Por tanto, así les dice EL SEÑOR: Miren que YO juzgaré entre la oveja gorda y la oveja flaca, porque a la débil atropellaron hasta el extremo y la embistieron con sus cuernos, hasta que las esparcieron fuera. Por eso, YO salvaré MI Rebaño, para que no les sea más por presa; así juzgaré entre oveja y oveja. Y levantaré sobre ellas un solo Pastor, y Él las apacentará; Éste será de la descendencia de MI Siervo David; Él las apacentará, y Él les será por Pastor. Y YO EL SEÑOR les seré por DIOS y el descendiente de MI Siervo David por Príncipe en medio de ellos. YO EL SEÑOR he hablado. Y estableceré con ellos un Pacto de paz, y exterminaré de la tierra las bestias feroces; y habitarán con seguridad en los desiertos, y dormirán tranquilos en los bosques. Y haré de ellos y de los alrededores de MI MONTE una bendición, y haré descender la lluvia en su tiempo, serán lluvias de bendición. Y el árbol del campo dará su fruto, y también la tierra dará su producto, y vivirán en paz sobre su tierra; y sabrán entonces que YO SOY EL SEÑOR, cuando rompa los lazos que los ata a su madero, y los libre de la mano de los que se sirven de ellos. Y les despertaré una planta magnífica por cada uno y ya no serán más consumidos de hambre en la tierra, ni volverán a ser avergonzados de las gentes. Y SABRÁN QUE YO SOY EL SEÑOR SU DIOS, QUE ESTOY CON ELLOS, Y ELLOS SON MI PUEBLO; Y USTEDES HOMBRES DE LA TIERRA SON LAS OVEJAS MÍAS, LAS OVEJAS DE MI PASTO.

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Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, mira hacia el monte de la gran ciudad, y profetiza contra él, y dile: Así ha dicho EL SEÑOR: Mira que YO ESTOY

contra ti, oh monte de la gran ciudad, y descargaré MI MANO contra ti, y te convertiré en desierto y en soledad. A tus ciudades de alrededor arruinaré, y a ti te convertiré en un país despoblado, y sabrás que YO SOY EL SEÑOR. Por cuanto has sido enemiga eterna, y por haber asesinado a los hombres de MI Pueblo en el tiempo de su calamidad; por tanto, JURO YO, dice EL SEÑOR, que a sangre te combatiré, y tu sangre te perseguirá; y ya que no aborreciste la sangre, tu sangre te perseguirá. Y convertiré los montes de la gran ciudad en desierto y en soledad, y exterminaré de él al que pasa y regresa. Y llenaré sus montes de sus muertos: En tus cerros, y en tus valles, y en todos tus arroyos, caerán los muertos a cuchillo. YO te pondré en una soledad eterna, y tus ciudades nunca más se reconstruirán; y sabrás que YO SOY EL SEÑOR. Por cuanto dijiste: Las naciones y las tierras serán mías, y yo las poseeré por herencia, y EL SEÑOR estará allí; por tanto, JURO YO, dice EL SEÑOR, que te trataré conforme a tu ira y conforme a tu celo con que tú los trataste, a causa de tu enemistad con ellos: Y cuando YO te juzgue, ellos ME Conocerán; y sabrás que YO escuché todas las ofensas que dijiste contra MI Pueblo, diciendo: Están destruidos, devorémoslos. Te ensoberbeciste contra MÍ con tu boca y lanzaste contra MÍ tus ofensas. YO lo escuché. ASÍ HA DICHO EL SEÑOR: Alegrándose toda la Tierra, YO te haré desierta. Así como tú te alegraste que fuera destruida la herencia de MI Pueblo, así haré contigo: Desiertos quedarán tus montes; y sabrán que YO SOY EL SEÑOR.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, profetiza sobre los montes, y diles: Oh montes, escuchen La Palabra del SEÑOR: Así ha dicho EL SEÑOR: Por haber

dicho el enemigo sobre ustedes: ¡Magnífico! También las alturas eternas están en nuestro poder; por tanto, así ha dicho EL SEÑOR: precisamente por eso, porque ustedes han sido arruinados, y han sido pisoteados por todos sus lados, para pasar a formar parte de la herencia de otras gentes, y por llegar a ser objeto de chismes y burla de las naciones, por eso, escuchen montes, La Palabra del SEÑOR: Así ha dicho EL SEÑOR a los montes y a los cerros, a los arroyos y a los valles, a las ruinas y a las ciudades abandonadas, que las demás naciones pusieron de presa y de burla: En el fuego de MIS Celos he hablado contra las otras naciones, aquellas que se apoderaron de MI Tierra, burlándose de todo corazón y despreciándola en su alma, a fin de tomarla y saquearla. Por eso, porque ustedes han

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soportado la ofensa de las naciones, así ha dicho EL SEÑOR: YO HE JURADO, que las gentes que están a su alrededor llevarán su atrevimiento. Mas ustedes, oh montes, hagan brotar sus ramas, produzcan su fruto a MI Pueblo; porque se aproxima su regreso. Porque miren que a ustedes regresaré, y serán arados y sembrados. Y multiplicaré sobre ustedes a los hombres, para que las ciudades vuelvan a ser habitadas y sean reconstruidas las ruinas. Y multiplicaré sobre ustedes hombres y bestias, y serán multiplicados, y crecerán: Y los haré vivir como lo hacían antiguamente, y aún estarán mejor que en sus principios; y sabrán que YO SOY EL SEÑOR. Y haré que ande gente sobre ustedes; ellos los protegerán, y ustedes serán su cuidado, y no volverán a estar desprotegidos. Y DIJO EL SEÑOR: Por cuanto dicen ustedes: Son una tierra que elimina a los hombres, y arrastra a sus gentes, por eso, en adelante no eliminarás más a los hombres ni arrastrarás a sus gentes, dice EL SEÑOR. YO haré que no escuches más los insultos de las naciones, ni tengas que sufrir las burlas de los pueblos; pues no perderás más tu población, dice EL SEÑOR. Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, cuando MI Pueblo vivía en su tierra, la contaminaron con su forma de ser y sus malos comportamientos: Como suciedad de mujer menstruando, fue su camino delante de MÍ. Por lo cual descargaré MI Ira sobre ellos, porque asesinaron sobre la tierra; porque con las figuras de sus ídolos la contaminaron. Por eso los he dispersado por las naciones, y fueron aventados por los países: Conforme fue su comportamiento, YO los juzgaré. Sin embargo, he tenido lástima en atención a MI SANTO NOMBRE, el cual deshonraron entre las naciones a las que llegaron. Por tanto, diles: Así ha dicho EL SEÑOR: No por ustedes siento lástima, sino por causa de MI SANTO NOMBRE, al que ustedes han ofendido entre las naciones a donde llegaron. YO santificaré MI GRAN NOMBRE deshonrado entre las naciones, el cual ofendieron todos ustedes en ellas. Y entonces sabrán las gentes que YO SOY EL SEÑOR, cuando sea Santificado delante de sus ojos. Porque YO los sacaré de entre las gentes, y mandaré recogerlos de todos los países, y los traeré a su hermosa tierra. Y derramaré sobre ustedes agua limpia, para que sean limpiados de todas sus asquerosidades; de todos sus ídolos los limpiaré. Y pondré dentro de ustedes MI FUERZA, y haré que anden en MIS Mandamientos, y guarden MIS Decretos, y los pongan por obra. Y los purificaré de todas sus asquerosidades; y multiplicaré el trigo, y no volverán a tener hambre. Multiplicaré el fruto de los árboles, y los productos de los campos, a fin de que no sufran más la vergüenza del hambre entre las naciones.

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Y cuando se acuerden de sus malos caminos, y de sus obras que no fueron buenas; tendrán asco de ustedes mismos por sus maldades, y por sus aberraciones. No por ustedes lo hago, dice EL SEÑOR, que les quede claro: Avergüéncense y no se engañen con sus maldades. Así ha dicho EL SEÑOR: El día que YO los purifique de todas sus maldades, repoblaré las ciudades, y serán reconstruidos los lugares destrozados. La tierra arruinada será cultivada, en vez de ser un desierto a los ojos de todos los que por ella pasaron; los cuales dirán: Esta tierra fue un paraíso; y estas ciudades desiertas y destruidas, eran fuertes. Mas las gentes que sean dejadas en sus alrededores sabrán que YO edifiqué lo derribado, y planté lo cortado: YO EL SEÑOR he hablado, y lo haré. YO multiplicaré a los hombres como si fueran rebaños. Como las ovejas Santas, así las ciudades desiertas serán llenas de rebaños de hombres; y sabrán que YO SOY EL SEÑOR.

Y sucedió que, un día, LA CLARIDAD DEL SEÑOR descendió sobre mí, y ésta me sacó, y me puso en medio de un campo que estaba lleno de huesos. Y cuando

me hizo pasar alrededor de ellos, vi que eran muchísimos sobre la superficie del campo, y por cierto, todos estaban muy secos. Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, ¿crees que estos huesos volverán a tener vida?

Y yo le contesté: Mi SEÑOR, TÚ lo sabes. Y ME DIJO EL SEÑOR: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, escuchen La Palabra del SEÑOR. Así ha dicho EL SEÑOR: Miren que YO meteré vida en ustedes, y vivirán. Los recubriré de nervios, y haré subir su carne sobre ustedes, y los cubriré de piel, y pondré en ustedes vida, y vivirán; y sabrán que YO SOY EL SEÑOR.

Entonces, cuando yo hablé como me fue ordenado, de pronto, se escuchó un ruido ensordecedor mientras yo profetizaba, y luego se sintió un gran temblor, y yo miré cómo los huesos se ligaban cada uno a su hueso. Y también pude ver cómo crecían sobre ellos los nervios, y cómo la carne subía por encima, y cómo la piel los cubrió: Mas pude darme cuenta que no había vida en ellos. Y ME DIJO EL SEÑOR: Ahora profetiza a la vida: Llámala, hijo de hombre, y dile: Así ha dicho EL SEÑOR: Vida, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, para que vivan.

Y yo hablé como me fue ordenado, cuando de pronto, entró la energía en ellos, y tuvieron vida, pero no sólo eso, también se pusieron de pie, y formaban un ejército inmenso.

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Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, todos estos huesos son MI Pueblo. Míralos, ellos dicen: Cuando se sequen nuestros huesos, morirá nuestra esperanza, y seremos del todo perdidos. Por esto que dicen, profetiza, y diles: Así ha dicho EL SEÑOR: Miren, Pueblo MÍO: YO SOY el que abriré sus sepulcros, y los haré subir de sus fosas, y los haré traer hasta MÍ, a la tierra de Israel. Y entonces sabrán que YO SOY EL SEÑOR, cuando abra sus sepulcros, y los saque de sus fosas, Pueblo MÍO. Y cuando ponga MI FORTALEZA sobre ustedes, y vivan, y los haga descansar en su tierra; sabrán que YO EL SEÑOR, hablé; y lo hice, dice EL SEÑOR. Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, así dirás a MI Pueblo: Así ha dicho EL SEÑOR: Todos verán que YO tomaré a MI Pueblo de entre las naciones a las cuales fueron, los recogeré de todas partes, y los traeré a su tierra; y haré de ellos una sola nación en la tierra, y un Rey será a todos ellos por Rey, y nunca más habrá divisiones entre ellos, ni jamás volverán a ser divididos los reinos; de ningún modo se contaminarán con sus ídolos, ni con sus aberraciones, ni con todas sus rebeldías: YO los pondré a salvo de todos los lugares donde ellos pecaron, y los purificaré; y ellos serán MI Pueblo, y YO seré su DIOS. De la descendencia de MI Siervo David habrá Rey sobre ellos, y todos ellos tendrán un solo Pastor; y andarán en MIS LEYES, y guardarán MIS Mandamientos, y los pondrán por obra. Y habitarán en hermosa tierra; ellos, y sus hijos, y los hijos de sus hijos eternamente; y de la generación de MI Siervo David les será dado un Príncipe para siempre. Y haré con ellos una Alianza de Paz, Eterno Pacto será con ellos; y los instalaré, y los multiplicaré, y pondré MI GLORIA en medio de ellos eternamente. Y estará en ellos MI Tabernáculo, y YO seré a ellos su DIOS, y ellos ME serán por pueblo. Y sabrán que YO SOY EL SEÑOR, cuando esté MI GLORIA entre ellos para siempre.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, di a las naciones: Así ha dicho EL SEÑOR: En aquel tiempo, cuando MI Pueblo habite en paz, ¿no lo sabrán

ustedes? Vendrán de su lugar, desde las partes más lejanas del Norte, ustedes con mucha gente, todos en carros y a caballo, una gran muchedumbre y un ejército inmenso. Y se levantarán contra MI Pueblo como una nube que cubre la tierra; ESTO SERÁ EL FIN DE LOS DÍAS, y YO los haré traer hasta MI Tierra, para que todas las naciones ME Conozcan, cuando YO sea Santificado delante de sus ojos. Ese día temblará la tierra, temblarán los peces de la mar, las aves del cielo, las bestias del campo, todos los reptiles que se

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arrastran sobre la tierra, y también todos los hombres que habitan la tierra, temblarán a MI llegada. Los montes serán derribados, se desmoronarán los peñascos, y todos los muros se vendrán al suelo. Y desde todos MIS Montes llamaré contra él la espada, dice EL SEÑOR: El cuchillo de cada cual será contra su prójimo; y YO litigaré con él con enfermedad, y con muerte; y haré llover sobre él, y sobre sus ejércitos, y sobre los gentíos que estarán con él, impresionante lluvia con inmensas piedras de granizo, fuego y azufre. Y entonces seré Engrandecido y Santificado, y seré conocido por todas las gentes; y todos, hasta entonces, sabrán que YO SOY EL SEÑOR.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, profetiza contra las naciones, y diles: Así ha dicho EL SEÑOR: Haré que conozcan MI SANTO NOMBRE, y jamás les

permitiré ofenderlo; y sabrán las naciones que YO SOY EL SEÑOR, EL SANTO de Israel. Estén atentos, porque esto sucederá, y se cumplirá, dice EL SEÑOR: ESTE ES EL DÍA DEL CUAL HE HABLADO. En aquel día, los habitantes de la tierra saldrán, y prenderán fuego a las armas, y las quemarán; así como los escudos, los blindajes, los arcos, las flechas, los bastones de mano, y las lanzas; y las quemarán por siete años. Y no tendrán necesidad de leña del campo, ni cortarán de los bosques; porque harán lumbre con las armas; y disfrutarán de las ganancias de aquellos que los habían a ellos saqueado, dice EL SEÑOR. Y en aquel día, YO les daré un lugar en Israel para sepultarlos: El Valle de los Caminantes, al Oriente de la mar, valle que obstruirá el paso de los transeúntes, pues allí será enterrada la multitud; y MI Pueblo los estará enterrando por siete meses, para que quede limpia la tierra: Todo el pueblo de la tierra los enterrará; y será para ellos un día glorioso, el día que YO sea Glorificado, dice EL SEÑOR. Y designarán hombres que recorran el país para enterrar a los que quedaron sobre la tierra, a fin de limpiarla. Al cabo de siete meses comenzarán a hacer preguntas; y cuando los que recorran el país vean los huesos de un hombre, pondrán junto a ellos una señal, hasta su entierro en el valle donde sea sepultada la muchedumbre. HAMONAG será el nombre de ese lugar, y así limpiarán la tierra. Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, así ha dicho EL SEÑOR: Di a las aves, y a todas las bestias del campo: ¡Júntense, y vengan! Reúnanse de todas partes junto a MI víctima, la que YO sacrificaré para ustedes, para que coman sus carnes y beban su sangre. Comerán la carne de los más fuertes, y beberán la sangre de los reyes de la tierra; de carneros, de corderos, de machos de cabrío, de bueyes, y de todos los animales de engorda.

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Comerán carne hasta llenarse, y beberán sangre hasta embriagarse, de la víctima que YO sacrificaré para ustedes, y en la mesa que YO les ponga, se hartarán de caballos y de jinetes, de héroes y de toda clase de guerreros, dice EL SEÑOR. Y entonces exhibiré MI GLORIA entre las naciones, y todas las gentes verán la venganza que YO tomaré, y cómo descargaré sobre ellos MI MANO. Y desde aquel día en adelante, conocerán que YO SOY EL SEÑOR, su DIOS. Y las naciones entenderán que por sus maldades que hicieron contra MÍ, escondí MI ROSTRO de ellos, y los entregué en manos de gentes fieras, para que todos cayeran al filo de la espada. Y los que queden, sentirán vergüenza, por haber delinquido contra MÍ, cuando habiten seguros en su tierra, sin que nadie los espante; y sabrán que YO SOY EL SEÑOR su DIOS, cuando después de haberlos echado a las naciones, los junte sobre su tierra, sin dejar más allá ninguno de ellos. No volveré más a esconder de ellos MI ROSTRO; porque habré derramado MI Bendición sobre MI Pueblo, dice EL SEÑOR.

Y después que vi cómo la tierra será arruinada, en aquel mismo día, cayó nuevamente sobre mí LA CLARIDAD DEL SEÑOR, y por aquella FORTALEZA fui

levantado y llevado a Jerusalém. Y aquella FORTALEZA que vi de DIOS, me llevó hasta tierras de Israel, y nos colocamos sobre uno como Monte Muy Alto; sobre el cual había uno como edificio bellísimo, que miraba hacia el Sur. Y CUANDO ME INTRODUJO EN ÉL, DE PRONTO, VI UN VARÓN DE DIOS, CUYO ASPECTO ERA COMO DE METAL, PARECIDO AL BRONCE, PERO MUY BRILLOSO; éste tenía una cuerda de lino en su mano, y una caña de medir, y estaba parado en la puerta. Y cuando me habló aquél Varón de DIOS, me dijo: Hijo de hombre, mira con tus ojos, y escucha con tus oídos, y pon tu corazón en todas las cosas que yo te mostraré; porque si tú has sido traído hasta aquí, fue para que yo te las muestre. Cuenta a los pueblos todo lo que veas. Y entonces, vi un muro exterior que rodeaba LA CASA, y también vi que la caña de medir que aquel Varón de DIOS tenía en la mano, era de seis codos y un palmo (DOS METROS CON

NOVENTA Y DOS CENTÍMETROS Y CINCO MILÍMETROS). Y midió de ancho el muro: Una caña (DOS

METROS CON NOVENTA Y DOS CENTÍMETROS Y CINCO MILÍMETROS); y de alto, otra caña (DOS METROS CON

NOVENTA Y DOS CENTÍMETROS Y CINCO MILÍMETROS). Después llegó a la puerta que daba hacia el Oriente, y subió por sus escalones, y midió el umbral de la puerta: Una caña de ancho (DOS

METROS CON NOVENTA Y DOS CENTÍMETROS Y CINCO MILÍMETROS), y el otro umbral: Una caña de ancho (DOS METROS CON NOVENTA Y DOS CENTÍMETROS Y CINCO MILÍMETROS). Cada habitación medía

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una caña de largo (DOS METROS CON NOVENTA Y DOS CENTÍMETROS Y CINCO MILÍMETROS), y una caña de ancho (DOS METROS CON NOVENTA Y DOS CENTÍMETROS Y CINCO MILÍMETROS); y entre una habitación y otra, había un espacio de cinco codos de ancho (DOS METROS VEINTICINCO

CENTÍMETROS). Y el umbral de la puerta junto al vestíbulo de la puerta interior: Una caña (DOS METROS CON NOVENTA Y DOS CENTÍMETROS Y CINCO MILÍMETROS). Luego midió el vestíbulo de la puerta interior: Una caña (DOS METROS CON NOVENTA Y DOS CENTÍMETROS Y CINCO MILÍMETROS). Y midió también el vestíbulo de la puerta: Ocho codos (TRES METROS CON SESENTA CENTÍMETROS); y sus pilares: Dos codos (NOVENTA CENTÍMETROS); y el vestíbulo de la puerta estaba en la parte de adentro. Las habitaciones que estaban en la puerta Oriental eran: Tres de un lado y tres del otro. Todas ellas tenían la misma medida; también medían lo mismo los pilares de ambos lados. Después midió el ancho de la entrada de la puerta: Diez codos (CUATRO METROS

CON CINCUENTA CENTÍMETROS); y la profundidad del pasillo: Trece codos (CINCO METROS CON

OCHENTA Y CINCO CENTÍMETROS). Había delante de las habitaciones un espacio definido de un codo de un lado (CUARENTA Y CINCO CENTÍMETROS), y de un codo del otro lado (CUARENTA Y CINCO

CENTÍMETROS); y cada habitación tenía seis codos por una parte (DOS METROS CON SETENTA

CENTÍMETROS), y seis codos de la otra (DOS METROS CON SETENTA CENTÍMETROS). Y midió la puerta desde el techo de una habitación hasta el techo de la otra, veinticinco codos de puerta a puerta (ONCE METROS CON VEINTICINCO CENTÍMETROS). Y la medida de los pilares dio un total de sesenta codos (VEINTISIETE METROS), éstos estaban cada uno adherido al Atrio que rodeaba toda la construcción de la puerta. Desde el frente de la puerta de la entrada hasta el frente del vestíbulo de la puerta interior, había cincuenta codos (VEINTIDÓS METROS CON CINCUENTA

CENTÍMETROS). Y también vi que había ventanas inclinadas, muy pequeñas, en las habitaciones y en las fachadas que estaban por dentro de la puerta por todas partes alrededor. Había también en los pasillos ventanas alrededor, por la parte de adentro; y delante de los pilares había figuras de palmeras. Después me llevó al Atrio exterior; y miré que también había habitaciones, mas el Atrio estaba pavimentado como de piedra alrededor; treinta habitaciones había alrededor. El pavimento que se extendía a ambos lados de las puertas era más bajo; y por la parte de afuera el pasillo del Atrio, desde la fachada de la puerta de abajo, hasta la fachada del Atrio interior, midió cien codos hacia el Oriente (CUARENTA Y CINCO METROS), y cien hacia el Norte (CUARENTA Y CINCO METROS). Así mismo, midió lo largo y lo ancho de la puerta del Atrio exterior, que mira hacia el Norte. Sus habitaciones, tres a un lado y tres al otro, así como

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sus pilares y su pasillo, tenían las mismas medidas que las de la primera puerta: Cincuenta codos de largo (VEINTIDÓS METROS CON CINCUENTA CENTÍMETROS) por veinticinco de ancho (VEINTIDÓS METROS CON CINCUENTA CENTÍMETROS). Sus ventanas, su pasillo, y sus palmeras, eran conforme a la medida de la puerta que miraba hacia el Oriente; se subía a ella por siete escalones, y delante de éstas estaba un pasillo. En el Atrio interior había una puerta frente a la puerta Norte, que coincidía con la puerta Oriental; y de puerta a puerta había una distancia de cien codos (CUARENTA Y CINCO METROS). Luego me llevó a la parte Sur, en donde estaba la puerta que miraba al Sur; y la medida de sus pilares y su pasillo, eran las mismas. También tenía sus ventanas y sus pilares alrededor, idéntico a las otras ventanas, de cincuenta codos de largo (VEINTIDÓS METROS CON CINCUENTA CENTÍMETROS) y veinticinco de ancho (ONCE METROS CON VEINTICINCO CENTÍMETROS). También se subía por siete escalones, y delante de ella estaba un pasillo, en el cual había pilares con palmeras grabadas, una de un lado y otra del otro. La puerta del atrio interior miraba al Sur; y midió de puerta a puerta, hacia el Sur: Cien codos (CUARENTA Y CINCO METROS). Entonces fui llevado al Atrio interior a la puerta del Sur; y midió la puerta, la cuál tenía las mismas medidas. También sus habitaciones, sus pilares y sus pasillos, medían lo mismo. Había ventanas en ella y en su pasillo, todo alrededor: Su largo era de cincuenta codos (VEINTIDÓS METROS CON CINCUENTA

CENTÍMETROS) y su ancho de veinticinco (ONCE METROS CON VEINTICINCO CENTÍMETROS), sus pasillos que había en todo alrededor, eran de veinticinco codos de largo (ONCE METROS CON VEINTICINCO

CENTÍMETROS), y cinco codos de ancho (DOS METROS CON VEINTICINCO CENTÍMETROS), la entrada daba al Atrio exterior; también tenía palmeras en sus pilares y se subía por ocho escalones. Después me condujo, en el mismo Atrio interior hacia el Oriente, y midió la puerta, la cual tenía las mismas medidas que las otras. Sus habitaciones, sus pilares y su pasillo tenían aquellas mismas medidas; y también había ventanas en ella y su pasillo todo alrededor. Su largo era de cincuenta codos (VEINTIDÓS METROS CON CINCUENTA CENTÍMETROS), y su ancho de veinticinco (ONCE METROS CON VEINTICINCO CENTÍMETROS). Su pasillo daba al Atrio exterior; en sus pilares a uno y a otro lado había palmeras, y se subía a la puerta por ocho escalones. Luego me llevó a la puerta Norte, y la midió con aquellas mismas medidas. Midió también sus habitaciones, sus pilares y su pasillo, y sus ventanas en ella todo alrededor: Cincuenta codos de largo (VEINTIDÓS METROS CON CINCUENTA CENTÍMETROS) por veinticinco de ancho (ONCE

METROS CON VEINTICINCO CENTÍMETROS). Sus pilares daban al Atrio exterior; y también en sus pilares había palmeras a un lado y a otro, y se subía a la puerta por ocho escalones.

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Y también había allí una habitación, y su puerta tenía dos pilares; allí lavaban las ofrendas. En la entrada de la puerta había a cada lado dos mesas, para degollar sobre ellas las ofrendas. Por la parte exterior, de los escalones, a la entrada de la puerta del Norte, había dos mesas; y del otro lado, también a la entrada de la puerta, dos mesas. De modo que había cuatro mesas de un lado y cuatro mesas del otro, o sea ocho mesas, sobre las cuales se preparaban las ofrendas. Las cuatro mesas para las ofrendas eran de piedra labrada, de codo y medio de largo (SESENTA Y SIETE CENTÍMETROS CON CINCO MILÍMETROS), y un codo y medio de ancho (SESENTA Y SIETE CENTÍMETROS CON CINCO MILÍMETROS) y un codo de alto (CUARENTA Y CINCO CENTÍMETROS). Sobre éstas se ponían los instrumentos con que se degollaban las ofrendas y otras víctimas. Por dentro había ganchos colgados por todo alrededor que tenían el tamaño de un palmo (VEINTIDÓS CENTÍMETROS CON CINCO MILÍMETROS); y sobre las mesas se colocaba la carne de las ofrendas. Fuera de la puerta interior, en el Atrio interior, que estaba a un lado de la puerta Norte, estaban las habitaciones de los cantores, ésta miraba hacia el Sur. Y me dijo el Varón de DIOS: Esta habitación que mira hacia el Sur, es para los sacerdotes que están al servicio del TEMPLO; y la habitación que mira hacia el Norte es para los sacerdotes que atienden el servicio del ALTAR: Y midió el Atrio, cien codos de largo (CUARENTA Y CINCO METROS) por cien codos de ancho (CUARENTA Y CINCO

METROS), con todo y el ALTAR que estaba delante del TEMPLO. Y después me llevó a la puerta del TEMPLO, y midió los pilares de la entrada, cinco codos de un lado (DOS METROS

CON VEINTICINCO CENTÍMETROS) y cinco del otro (DOS METROS CON VEINTICINCO CENTÍMETROS); y el ancho de la puerta, tres codos de un lado (UN METRO CON TREINTA Y CINCO CENTÍMETROS), y tres codos del otro (UN METRO CON TREINTA Y CINCO CENTÍMETROS). Tenía la entrada veinte codos de largo (NUEVE METROS) y once codos de ancho (CUATRO METROS CON NOVENTA Y CINCO CENTÍMETROS), y subían a él por escalones: Y había columnas junto a los pilares, una a cada lado.

Y me condujo entonces al TEMPLO, y midió los pilares: Seis codos de ancho (DOS

METROS CON SETENTA CENTÍMETROS) por un lado y seis codos de ancho (DOS METROS CON

SETENTA CENTÍMETROS) por el otro, que era la medida del TABERNÁCULO. El ancho de la entrada era de diez codos (CUATRO METROS CON CINCUENTA CENTÍMETROS), los lados de la puerta, de cinco codos de un lado (DOS METROS CON VEINTICINCO CENTÍMETROS), y cinco del otro (DOS

METROS CON VEINTICINCO CENTÍMETROS). Y su largo midió: Cuarenta codos (DIECIOCHO METROS), y su ancho de veinte codos (NUEVE METROS); luego entró en el interior, y midió cada pilar de la

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entrada: Dos codos (NOVENTA CENTÍMETROS); y la entrada misma: Seis codos (DOS METROS CON

SETENTA CENTÍMETROS); y lo ancho de la entrada: Siete codos (TRES METROS CON QUINCE

CENTÍMETROS). Midió también su largo: Veinte codos (NUEVE METROS), y su ancho: Veinte codos (NUEVE METROS), sobre el frente del TEMPLO. Y me dijo el Varón de DIOS: Este es el lugar más SANTO DE LO SANTO. Después midió la pared de la casa: Seis codos (DOS METROS CON SETENTA

CENTÍMETROS), y el ancho de las habitaciones laterales: Cuatro codos (UN METRO CON OCHENTA

CENTÍMETROS), todo alrededor del TEMPLO. Las habitaciones laterales estaban colocadas en tres pisos, una sobre otra, treinta y tres por piso; había repisas alrededor en la pared del TEMPLO, para que las habitaciones laterales se apoyaran en ellas, y no en la misma pared del TEMPLO. Y había una habitación redonda con una escalera de caracol por donde se subía a la parte de arriba, y esta escalera, dando vueltas, conducía a la habitación más alta del TEMPLO; de tal manera que el TEMPLO era más ancho en lo más alto; y así era como se subía desde el pavimento hasta la estancia central, y luego de esta a la más alta. Y pude ver que el TEMPLO y todo su alrededor estaba como elevado. Las bases de las habitaciones laterales tenían la medida de una caña entera de seis codos (DOS METROS CON SETENTA

CENTÍMETROS), hasta el empalme. El ancho de la pared de las habitaciones por el lado de afuera era de cinco codos (DOS METROS CON VEINTICINCO CENTÍMETROS), y había un espacio libre que quedaba entre el edificio del TEMPLO y las habitaciones laterales, esto era por dentro. Y entre las habitaciones había un espacio de veinte codos (NUEVE METROS) alrededor del TEMPLO por todos lados. Y la puerta de cada habitación se abría hacia el espacio que quedaba libre; una puerta hacia el Norte, y otra puerta hacia el Sur: El espacio que quedaba libre era de cinco codos de ancho (DOS METROS CON VEINTICINCO CENTÍMETROS) en todo alrededor. Y el edificio que estaba separado miraba frente a la mar, esto es al Occidente, tenía de ancho setenta codos (TREINTA Y UN METROS CON CINCUENTA CENTÍMETROS), y la pared del edificio: Cinco codos (DOS METROS CON VEINTICINCO CENTÍMETROS) de espesor todo alrededor, y su largo era de noventa codos (CUARENTA METROS CON CINCUENTA CENTÍMETROS). Después midió el TEMPLO: Cien codos de largo (CUARENTA Y CINCO METROS); el espacio libre, el edificio y sus paredes, cien codos de largo (CUARENTA Y CINCO METROS); y el ancho de la fachada del TEMPLO, y del edificio que da al Oriente: Cien codos (CUARENTA Y CINCO METROS). Y midió también lo largo del edificio que estaba frente a la residencia que había detrás de él, y las habitaciones medían de ambos lados: Cien codos (CUARENTA Y CINCO METROS); y el TEMPLO del interior, y los pasillos del Atrio. Midió los accesos, y las ventanas inclinadas, y las habitaciones, alrededor de los tres

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pisos, y todo estaba recubierto de madera alrededor, desde el suelo hasta las ventanas, las cuales también estaban cubiertas. Encima de la puerta, y hasta el TEMPLO interior, había tapices sobre toda la pared alrededor, tanto por dentro como por fuera. Y este tapiz estaba labrado con representaciones de querubines y palmeras: Entre querubín y querubín, una palmera; y cada querubín tenía dos como escudos: En uno se apreciaba el rostro de un hombre hacia el lado de la palmera, en otro, se podía ver el rostro de un león. Todas eran obras esculpidas de relieve; así estaban por todo el rededor del TEMPLO. Desde el suelo hasta el marco de la puerta había querubines y palmeras en la pared del TEMPLO. El TEMPLO también tenía en las puertas pilares cuadrados. Delante del Santuario había algo parecido como un ALTAR de madera; era de tres codos de alto (UN METRO CON TREINTA Y CINCO

CENTÍMETROS), y de dos codos de largo (NOVENTA CENTÍMETROS); sus esquinas, y su superficie, y sus paredes, eran de madera. Y me dijo el Varón de DIOS: Esta es la mesa que está delante del SEÑOR. El TEMPLO y el Santuario tenían dos puertas, cada una era de dos hojas, ambas se plegaban en dos partes: Dos para un lado y dos para el otro. Sobre las puertas del TEMPLO había querubines y palmeras, ambos labrados, así como estaban hechos en las paredes, y también de gruesa madera; y al frente de la puerta exterior, también una cornisa de madera. Y había ventanas inclinadas y palmeras a cada lado en las paredes laterales de la entrada y en las habitaciones laterales, como también cornisas.

Después me condujo al Atrio exterior por el pasillo que va hacia el Norte, y me llevó a la Mansión que estaba frente al espacio cercado y frente al muro del

Norte. La puerta del Norte, tenía cien codos de largo (CUARENTA Y CINCO METROS) y cincuenta codos de ancho (VEINTIDÓS METROS CON CINCUENTA CENTÍMETROS). Estaba frente a los veinte codos (NUEVE METROS) que tenía el Atrio interior, y frente al pavimento del Atrio exterior; y tenía sus habitaciones colocadas una enfrente de la otra, en tres pisos. Delante de las habitaciones había un pasillo de diez codos de ancho (CUATRO METROS CON CINCUENTA CENTÍMETROS); un camino de un codo (CUARENTA Y CINCO CENTÍMETROS) conducía al interior, y sus puertas daban al Norte. Las habitaciones superiores eran más angostas; pues estas habitaciones requerían de menos que las inferiores y que de las intermedias. Porque había tres pisos, pero no tenían columnas como los Atrios; por eso las superiores eran más estrechas. Y el muro exterior, paralelo a las habitaciones que daban al Atrio exterior delante de las estancias, tenía

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cincuenta codos de largo (VEINTIDÓS METROS CON CINCUENTA CENTÍMETROS); pues las habitaciones del lado exterior tenían cincuenta codos de largo (VEINTIDÓS METROS CON CINCUENTA CENTÍMETROS), pero frente a la fachada del TEMPLO había cien codos (CUARENTA Y CINCO METROS). Más abajo de estas habitaciones había una entrada al lado Oriente, para quienes entraban desde el Atrio exterior. Había también habitaciones al Sur, a lo ancho del muro del Atrio que miraba hacía el Oriente; frente al espacio cercado y al edificio, también había habitaciones. Delante de ellas había un mirador, éste era semejante al de las habitaciones de la parte Norte, su largo y su ancho eran los mismos, como también todas sus salidas; conforme a sus puertas y sus entradas. Las puertas de las habitaciones miraban hacia el Sur, y tenía una puerta al principio del pasillo paralelo al muro, para los que entraran por el lado Oriental. Y me dijo el Varón de DIOS: Las habitaciones del Norte y las habitaciones del Sur, que están frente al edificio cercado, esas habitaciones son puras, donde los sacerdotes que se acercan al SEÑOR, comerán las cosas más puras, y donde depositarán las cosas purísimas, las ofrendas y los sacrificios, pues este lugar es puro. Cuando los sacerdotes hayan entrado, no saldrán del lugar SANTO al Atrio exterior, sino que allí tendrán que dejar sus vestidos con los que ejerzan su ministerio, pues son ropas puras; tendrán que vestirse otras ropas, y sólo así se podrán acercar al Atrio del pueblo. Y cuando acabó de medir el TEMPLO, me condujo afuera por la puerta que mira hacia el Oriente; y midió el TEMPLO por todos lados alrededor. Con la caña de medir midió la parte Oriental, y ésta dio quinientas cañas (UN KILÓMETRO CON

CUATROCIENTOS SESENTA Y DOS METROS Y CINCUENTA CENTÍMETROS). Luego midió el lado Norte: Quinientas cañas (UN KILÓMETRO CON CUATROCIENTOS SESENTA Y DOS METROS Y CINCUENTA

CENTÍMETROS). El lado Sur midió: Quinientas cañas (UN KILÓMETRO CON CUATROCIENTOS SESENTA Y

DOS METROS Y CINCUENTA CENTÍMETROS). Y cuando rodeó el lado Occidente, midió quinientas cañas (UN KILÓMETRO CON CUATROCIENTOS SESENTA Y DOS METROS Y CINCUENTA CENTÍMETROS). Y también midió el muro, que podríamos decir de cintura, todo alrededor tenía quinientas cañas de largo (UN KILÓMETRO CON CUATROCIENTOS SESENTA Y DOS METROS Y CINCUENTA CENTÍMETROS) y quinientas de ancho (UN KILÓMETRO CON CUATROCIENTOS SESENTA Y DOS METROS Y CINCUENTA CENTÍMETROS), quedando así separada el área de lo CELESTIAL o SANTO, de lo terreno o profano.

Y después fui conducido a la puerta que da hacia el lado Oriente; y miré que LA GLORIA DEL SEÑOR venía por ese lado: Su sonido, era como el estruendo

de muchas aguas; y la tierra empezó a resplandecer intensamente a causa de la llegada

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de SU GLORIA. El aspecto de la imagen que en ese momento veía, era como la que vi cuando EL SEÑOR vendrá a destruir la tierra: Todo lo que veía era como la figura que vi junto a río Chebar; y caí sobre mi rostro. Pero de pronto, LA GLORIA DEL SEÑOR entró en el TEMPLO por la ruta que daba al Oriente. Y entonces, aquella magnífica FORTALEZA me levantó, y me condujo hasta el Atrio interior; y vi cómo LA GLORIA DEL SEÑOR llenaba aquel lugar. Y en ese momento escuché que alguien me hablaba desde LA CASA; y de pronto, maravillosamente, UN GRAN VARÓN DEL CIELO apareció parado junto a mí, y ME DIJO: HIJO DE HOMBRE, ESTE ES EL LUGAR DE MI TRONO Y EL LUGAR DE LAS PLANTAS DE MIS PIES, DONDE VIVIRÉ ENTRE MI PUEBLO ETERNAMENTE. LOS HOMBRES Y SUS REYES, JAMÁS VOLVERÁN A OFENDER MI SANTO NOMBRE CON LAS ABERRACIONES QUE COMETIERON CON SUS ÍDOLOS, CON HABER EMBALSAMADO LOS CADÁVERES DE SUS REYES, Y CON SUS TEMPLOS DE TORRES ALTAS. ELLOS EDIFICARON SU PUERTA JUNTO A MI PUERTA, Y LOS PILARES DE SU PUERTA JUNTO A LOS PILARES DE MI PUERTA, Y NO HABÍA MAS QUE UNA PARED ENTRE MÍ Y ELLOS, Y OFENDIERON MI SANTO NOMBRE CON LAS ABERRACIONES QUE COMETIERON; POR ESO LOS HABRÉ DE EXTERMINAR EL DÍA DE MI IRA. AHORA, ECHEN LEJOS DE MÍ SUS ÍDOLOS Y SUS REYES EMBALSAMADOS, Y HABITARÉ EN MEDIO DE USTEDES PARA SIEMPRE. Y TÚ, HIJO DE HOMBRE, DESCRÍBELE A MI PUEBLO ESTE TEMPLO, PARA QUE SE AVERGÜENCEN DE SUS ESTUPIDECES, Y CONSIDEREN LA MEDIDA DE LAS CONSTRUCCIONES. Y SI CON ESTO RECAPACITAN, Y SE AVERGÜENZAN DE TODO LO QUE HAN HECHO, DICHO, Y PENSADO, DESCRÍBELES LA FIGURA DE LA GRAN CIUDAD, LAS SALIDAS Y ENTRADAS DEL EDIFICIO Y TODO SU DISEÑO, Y TODAS SUS CEREMONIAS, Y TODAS SUS LEYES; PONLO POR ESCRITO DELANTE DE SUS OJOS, PARA QUE INTERPRETEN TODO EL DISEÑO QUE SE DA DE ELLA, Y PARA QUE TODAS SUS LEYES PONGAN EN PRÁCTICA. ESTA ES LA LEY DE LA GRAN CIUDAD SOBRE LA CUMBRE DEL MONTE: TODO SU TERRITORIO A LA REDONDA SERÁ SANTÍSIMO. Y me dijo el Varón de DIOS: Éstas son las medidas del Altar hechas por UN CODO PERFECTO, el cual se compone de un codo común (CUARENTA Y CINCO CENTÍMETROS) y un palmo (VEINTIDÓS CENTÍMETROS CON CINCO MILÍMETROS). El pedestal tenía un codo de alto (SESENTA Y SIETE

CENTÍMETROS CON CINCO MILÍMETROS), y un codo de ancho (SESENTA Y SIETE CENTÍMETROS CON CINCO

MILÍMETROS); su remate alrededor: Un palmo (VEINTIDÓS CENTÍMETROS CON CINCO MILÍMETROS). Tal era el pedestal del Altar. Desde la base que está sobre el suelo hasta la planta inferior: Dos codos (UN METRO CON TREINTA Y CINCO CENTÍMETROS), y un codo de ancho (SESENTA Y SIETE

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CENTÍMETROS CON CINCO MILÍMETROS). Y desde la base inferior, hasta la planta superior: Cuatro codos (DOS METROS CON SETENTA CENTÍMETROS), y un codo de ancho (SESENTA Y SIETE CENTÍMETROS

CON CINCO MILÍMETROS). Y el mismo Altar tenía cuatro codos de alto (DOS METROS CON SETENTA

CENTÍMETROS), y desde encima del Altar se levantaban hacia arriba cuatro cuernos. El Altar tenía doce codos de largo (OCHO METROS CON DIEZ CENTÍMETROS) por doce de ancho (OCHO

METROS CON DIEZ CENTÍMETROS), formando un cuadrado perfecto. Y el borde de la base tenía en sus cuatro lados catorce codos de largo (NUEVE METROS CON CUARENTA Y CINCO CENTÍMETROS) por catorce de ancho (NUEVE METROS CON CUARENTA Y CINCO CENTÍMETROS), y a su alrededor había una cornisa de un codo (SESENTA Y SIETE CENTÍMETROS CON CINCO MILÍMETROS), y todo alrededor tenía un canal de un codo (SESENTA Y SIETE CENTÍMETROS CON CINCO MILÍMETROS), y sus escalones estaban en la parte Oriental. Y también me dijo el Varón de DIOS: Hijo de hombre: así dice el señor: estas son las medidas del altar para cuando sea construido, a fin de ofrecer sobre él ofrendas y derramar allí la sangre.

Y después de esto, me hizo volver hacia la puerta exterior del SANTUARIO, la cual mira al Oriente; y estaba cerrada.

Y me dijo el Varón de DIOS: Esta puerta estará cerrada: No se abrirá, y no entrará por ella ningún hombre, porque el único que ha entrado por ella es EL SEÑOR; por tanto estará cerrada, aún para el Príncipe. Pues el mismo Príncipe sólo se sentará en la entrada de ella para comer el pan en la presencia del SEÑOR; por el pasillo de la puerta entrará, y por ese mismo camino saldrá. Y cuando me trasladaba hacia la puerta del Norte, delante de LA CASA, de pronto, miré que LA GLORIA DEL SEÑOR llenaba LA CASA; y me postré sobre mi rostro. Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, reflexiona en tu corazón, mira atentamente, y escucha con cuidado todo lo que te voy a decir acerca de LAS LEYES DE MI CASA, y de todas sus LEYES; y pon tu corazón a las entradas de LA CASA, y a todas las salidas del SANTUARIO; y di a los hombres rebeldes: Así ha dicho EL SEÑOR: Basta ya de todas las aberraciones que cometieron, introduciendo a extranjeros, incircuncisos de carne e incircuncisos de corazón, para que estuvieran en MI SANTUARIO y ofendieran MI CASA. Y ME DIJO EL SEÑOR: NINGÚN EXTRANJERO, INCIRCUNCISO EN LA CARNE, NI NINGÚN INCIRCUNCISO DE CORAZÓN, DE ENTRE TODOS LOS EXTRANJEROS DE MI PUEBLO, ENTRARÁ EN MI SANTUARIO. TAMPOCO LOS QUE SE APARTARON DE MÍ CUANDO MI

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PUEBLO ERRÓ, RENEGANDO DE MÍ PARA IR DETRÁS DE SUS ÍDOLOS; LLEVARÁN SU MALDAD POR HABERSE ARRODILLADO DELANTE DE SUS ÍDOLOS, Y POR HABER SIDO PARA MI PUEBLO EL MOTIVO DE SU MALDAD; POR TANTO, HE JURADO ALZANDO MI MANO ACERCA DE ELLOS, QUE LLEVARÁN SU MALDAD. NO SE ACERCARÁN A MÍ PARA SERME SACERDOTES, NI TAMPOCO TOCARÁN MIS COSAS SANTAS Y LAS SANTÍSIMAS, SINO QUE CARGARÁN CON SU VERGÜENZA, Y CON LAS ABERRACIONES QUE HICIERON. MAS LOS SACERDOTES QUE GUARDARON LA LEY DE MI SANTUARIO, CUANDO MI PUEBLO SE DESVIÓ DE MÍ, ELLOS SÍ PODRÁN ACERCARSE A MÍ PARA SERVIRME, Y ESTARÁN EN MI PRESENCIA PARA OFRECERME SUS OFRENDAS, DICE EL SEÑOR. ELLOS SÍ ENTRARÁN EN MI SANTUARIO, Y PODRÁN ACERCARSE A MI MESA PARA SERVIRME, Y GUARDARÁN MIS LEYES. Cuando entren por las puertas del Atrio interior, vestirán ropas de lino, y no deberán llevar sobre ellos ninguna cosa de lana al ejercer su ministerio dentro de las puertas del Atrio interior. Usarán turbantes de lino sobre su cabeza, y calzoncillos de lino sobre sus lomos; y evitarán vestirse de tal modo que empiecen a sudar. Y no raparán su cabeza, ni tampoco dejarán crecer largo su cabello; sino que se recortarán la cabellera. Ningún sacerdote beberá vino, tampoco tomarán por mujer a viuda, ni divorciada; sino que tomarán mujeres vírgenes. Sin embargo, podrán tomar la viuda de un sacerdote. Y así enseñarán a MI Pueblo a distinguir entre lo SANTO y lo depravado, y les enseñarán la diferencia entre lo Limpio y lo sucio. Ellos serán jueces en los pleitos, y juzgarán conforme a MIS Juicios; observarán MIS LEYES y MIS Decretos en todas MIS Conmemoraciones, y Santificarán MIS Sábados. No se acercarán a ningún muerto para no contaminarse. Ninguno de ellos pedirá herencia; pues YO SOY su herencia; tampoco comerán cosa muerta ni destrozada, así sean aves o animales.

Cuando distribuyas la tierra para habitarla, darás al SEÑOR como ofrenda una porción, separarás al SEÑOR como primicia una parte de ella, y será consagrada

al SEÑOR, de veinticinco mil codos de largo (DIECISÉIS KILÓMETROS CON OCHOCIENTOS SETENTA Y

CINCO METROS) por diez mil codos de ancho (SEIS KILÓMETROS CON SETECIENTOS CINCUENTA METROS), este espacio quedará santificado en toda su extensión alrededor. ASÍ HA DICHO EL SEÑOR: Basta ya, oh sacerdotes; dejen la violencia y la rapiña: Actúen según MIS LEYES y la Justicia; quiten sus imposiciones de sobre MI Pueblo, dice EL SEÑOR. Tengan pesas justas, balanzas justas, y medidas justas.

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Y me dijo el Varón de DIOS: Así ha dicho EL SEÑOR: La puerta del Atrio interior, que mira al Oriente, deberá estar cerrada los seis días de trabajo, mas se abrirá

el día de Sábado, lo mismo que en los días de luna nueva. Y sólo entrará el sacerdote por la entrada de la puerta de afuera, y se parará en el marco de la puerta mientras que los sacerdotes ofrecen su holocausto y sus sacrificios, y él permanecerá en la entrada de la puerta; luego saldrá; pero la puerta, no se cerrará hasta la tarde. Las gentes vendrán a hacer su adoración delante del SEÑOR a la entrada de esa puerta, en los días de Sábado y en los días de luna nueva. La ofrenda que ofrecerán al SEÑOR el día de Sábado, consistirá en seis corderos sin mancha y un carnero sin mancha. Así como también ofrecerán un efa de harina (TREINTA Y SEIS KILOS CON NOVECIENTOS GRAMOS) junto con el carnero, y con los corderos cualquier dádiva de sus manos, y además un hin de aceite (SEIS LITROS CON CIENTO

CINCUENTA MILILITROS) por cada efa (TREINTA Y SEIS KILOS CON NOVECIENTOS GRAMOS). En el día de luna nueva, ofrecerán un becerro sin mancha, seis corderos y un carnero sin mancha. Como ofrenda presentarán con el novillo un efa de harina (TREINTA Y SEIS KILOS CON NOVECIENTOS

GRAMOS) y un efa (TREINTA Y SEIS KILOS CON NOVECIENTOS GRAMOS) con el carnero; pero con los corderos, lo que gusten dar de su corazón, y además un hin de aceite (SEIS LITROS CON CIENTO

CINCUENTA MILILITROS) por cada efa (TREINTA Y SEIS KILOS CON NOVECIENTOS GRAMOS). Pero cuando alguno quiera hacer una ofrenda voluntaria, sea holocausto, o sea sacrificio pacífico, como un ofrecimiento voluntario al SEÑOR, se le abrirá la puerta que mira hacia el Oriente, y presentará allí su ofrenda, como lo hará en el día de Sábado; después saldrá; y cerrará la puerta. Como ofrenda darán al SEÑOR cada día un cordero de un año sin mancha. Cada mañana lo ofrecerán. Y con él, la sexta parte de un efa de harina (SEIS KILOS CON CIENTO

CINCUENTA GRAMOS) y la tercera parte de un hin (DOS LITROS CON CINCUENTA MILILITROS) de aceite para mojar la flor de harina, como ofrenda al SEÑOR. Esto será una Ley Eterna, y la ofrenda como holocausto perpetuo. Y me dijo el Varón de DIOS: Así ha dicho EL SEÑOR: Si el hombre hace un obsequio a uno de sus hijos, ésta donación será herencia de éstos; les pertenecerá como herencia. Pero si hace alguna donación de su herencia a uno de sus siervos, será de éste sólo hasta el año de su jubilación; luego la regresará a su señor. SOLAMENTE A LOS HIJOS LES PERTENECERÁ SU HERENCIA. EL HOMBRE NO TOMARÁ NADA DE LA HERENCIA DE LAS GENTES, DESPOJÁNDOLOS DE SU POSESIÓN, SINO QUE DE SU PROPIA POSESIÓN DARÁ HERENCIA A SUS HIJOS. PARA QUE NINGUNO DE MI PUEBLO SEA ECHADO DE LO QUE LE PERTENECE.

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Después fui llevado por una entrada que estaba junto a la puerta, a las habitaciones Santas preparadas para los sacerdotes, las cuales tenían vista hacia el Norte; y miré que había un lugar allí en el fondo, hacia el Occidente. Y ME DIJO EL SEÑOR: Hijo de hombre, este es el lugar donde los sacerdotes prepararán las ofrendas y los holocaustos, para que no las lleven al Atrio exterior, purificando así al pueblo. Y me condujo al Atrio exterior y me hizo pasar junto a las cuatro esquinas del Atrio; y me pude dar cuenta que en cada esquina del Atrio había un patio. En las cuatro esquinas del Atrio había patios cercados, de cuarenta codos de largo (DIECIOCHO METROS) por treinta de ancho (TRECE METROS CON CINCUENTA CENTÍMETROS): Los cuatro patios de las esquinas tenían la misma medida. Y había un muro alrededor de ellos, alrededor de los cuatro, y también hornos para cocer, todo alrededor debajo de los muros. Estas son las cocinas en las cuales los sirvientes de La Gran Ciudad cocerán los sacrificios del pueblo.

Y después me hizo regresar a la entrada de La Gran Ciudad; cuando vi que brotaban aguas que salían por debajo de la entrada de La Gran Ciudad al

Oriente; pues la fachada miraba al Oriente. Las aguas descendían por debajo hacia el lado derecho de la casa, al Sur del Altar. Y me condujo por la puerta del Norte, y me hizo dar una vuelta por el camino de afuera, hasta la puerta exterior que da al Oriente, y vi cómo las aguas salían por el lado derecho. Y entonces, volví a ver a aquel Varón de DIOS, pero ahora salir hacia el Oriente, con la cuerda que llevaba en la mano, midió mil codos (CUATROCIENTOS CINCUENTA METROS), y me hizo pasar por las aguas; y éstas me llegaban hasta los tobillos. Otra vez midió mil codos (CUATROCIENTOS CINCUENTA METROS) y me hizo pasar de nuevo por las aguas, pero esta vez las aguas me llegaban hasta las rodillas. Y otra vez volvió a medir mil codos (CUATROCIENTOS CINCUENTA METROS), y me hizo pasar, y las aguas me llegaron hasta la cintura. Pero midió otros mil codos (CUATROCIENTOS CINCUENTA METROS); y éste era ya un río que no se podía cruzar; porque habían crecido tanto las aguas; que eran aguas para nadar, y me dijo el Varón de DIOS: ¿Has visto EL PODER, hijo de hombre? Luego me hizo regresar a la orilla del río; y cuando volví, vi sobre la orilla muchísimos árboles, en ambos lados. Y me dijo el Varón de DIOS: Estas aguas corren hacia el lado Oriente, mas cuando llegue el día en que entren en el mar salado, sus aguas quedarán potables. Y a donde quiera que llegue este río, vivirá toda clase de seres vivientes que nadan, y habrá muchísimos peces; y a donde quiera que llegue el río, habrá vida.

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Las especies que darán esta agua serán como los peces del océano, y en muchísima abundancia. Mas las lagunas y sus charcos no se purificarán; serán dejados para producir sal. A lo largo de este río, en sus riberas de ambas partes, crecerá toda clase de árboles frutales, cuyas hojas nunca caerán y cuyo fruto nunca faltará. Cada mes dará nuevos frutos, pues las aguas con las que son regadas salen del SANTUARIO. Y sus frutos serán para comida, y sus hojas para medicina. ASÍ HA DICHO EL SEÑOR: Repartirán esta tierra entre ustedes, según las doce tribus de Israel. La repartirán como herencia suya. Y TAMBIÉN DARÁN DE ELLA A LOS EXTRANJEROS QUE SIGUIERON MIS LEYES, PARA VIVIR ENTRE USTEDES. ELLOS LES SERÁN COMO NATURALIZADOS; CON USTEDES POSEERÁN ESTA MI HERENCIA, DICE EL SEÑOR.

Desde el extremo Norte por la vía de Hetalon, viniendo a Hamath y Haser-enon, dejando al Norte los límites de Damasco, al lado de Hamath. Desde el lado

Oriental hasta el Occidental, la tribu de Dan tendrá una parte. Junto a los límites de Dan, desde la parte Oriental hasta la mar, Aser tendrá una parte. Junto a los límites de Aser, desde la parte Oriental hasta la mar, Neftalí tendrá una parte. Junto a los límites de Neftalí, desde la parte Oriental hasta la mar, Manasés tendrá una parte. Junto los límites de Manasés, desde la parte Oriental hasta la mar, Efraín tendrá una parte. Junto a los límites de Efraín, desde la parte Oriental hasta la mar, Rubén tendrá una parte. Junto a los límites de Rubén, desde la parte Oriental hasta la mar, Judá tendrá una parte. Junto a los límites de Judá, desde la parte Oriental hasta la mar, será la tierra que apartarán de veinticinco mil cañas de ancho (SETENTA Y TRES KILÓMETROS CON CIENTO VEINTICINCO METROS), y tan larga como una de las demás porciones, desde el lado Oriental hasta la mar; y en medio de ella estará el SANTUARIO. La cantidad de tierra que apartarás para EL SEÑOR, será de veinticinco mil cañas de largo (SETENTA Y TRES KILÓMETROS CON CIENTO VEINTICINCO METROS) por diez mil de ancho (VEINTINUEVE KILÓMETROS CON DOSCIENTOS CINCUENTA METROS). Esta TIERRA SANTA, que será de los sacerdotes, tendrán al Norte veinticinco mil cañas (SETENTA Y TRES

KILÓMETROS CON CIENTO VEINTICINCO METROS); al Occidente, diez mil de ancho (VEINTINUEVE

KILÓMETROS CON DOSCIENTOS CINCUENTA METROS); al Oriente, diez mil de ancho (VEINTINUEVE

KILÓMETROS CON DOSCIENTOS CINCUENTA METROS); y al Sur, veinticinco mil de largo (SETENTA Y TRES KILÓMETROS CON CIENTO VEINTICINCO METROS). EL SANTUARIO DEL SEÑOR estará en medio de ella. Las cinco mil cañas restantes (CATORCE KILÓMETROS CON SEISCIENTOS VEINTICINCO METROS),

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en lo ancho de las veinticinco mil (SETENTA Y TRES KILÓMETROS CON CIENTO VEINTICINCO METROS), serán territorio para la ciudad, para edificios y para el ejido; y la ciudad estará en medio. Y éstas serán sus medidas: Al Norte, cuatro mil quinientas cañas (TRECE KILÓMETROS CON

CIENTO SESENTA Y DOS METROS Y CINCUENTA CENTÍMETROS); al Sur, cuatro mil quinientas (TRECE

KILÓMETROS CON CIENTO SESENTA Y DOS METROS Y CINCUENTA CENTÍMETROS); al Oriente, cuatro mil quinientas (TRECE KILÓMETROS CON CIENTO SESENTA Y DOS METROS Y CINCUENTA CENTÍMETROS); al Occidente, cuatro mil quinientas (TRECE KILÓMETROS CON CIENTO SESENTA Y DOS METROS Y CINCUENTA

CENTÍMETROS). La ciudad tendrá como ejido: Al Norte, doscientas cincuenta cañas (SETECIENTOS TREINTA Y UN METROS CON VEINTICINCO CENTÍMETROS); al Sur, doscientas cincuenta (SETECIENTOS TREINTA Y UN METROS CON VEINTICINCO CENTÍMETROS); al Oriente, doscientas cincuenta (SETECIENTOS TREINTA Y UN METROS CON VEINTICINCO CENTÍMETROS); al Occidente, doscientas cincuenta (SETECIENTOS TREINTA Y UN METROS CON VEINTICINCO CENTÍMETROS). Lo que queda de largo y de ancho de LA TIERRA SANTA, será de diez mil al Oriente (VEINTINUEVE KILÓMETROS CON

DOSCIENTOS CINCUENTA METROS) y diez mil al Occidente (VEINTINUEVE KILÓMETROS CON DOSCIENTOS

CINCUENTA METROS), paralelamente a LA TIERRA SANTA; y sus productos servirán para alimentar a los trabajadores de la ciudad. Esta tierra la labrarán los que sirven a la ciudad, los escogidos entre las tribus. Y toda LA TIERRA SANTA, separada de forma cuadrada, será de veinticinco mil cañas (SETENTA Y TRES KILÓMETROS CON CIENTO VEINTICINCO METROS) por veinticinco mil (SETENTA Y TRES KILÓMETROS CON CIENTO VEINTICINCO METROS), junto con la propiedad de la ciudad. Mas lo que sobre de una y otra parte de LA TIERRA SANTA y de la ciudad, será para el Príncipe, de modo que LA TIERRA SANTA y EL SANTUARIO de la ciudad, estarán en medio. Estas serán las salidas de la ciudad: Por el lado Norte, cuatro mil quinientas cañas (TRECE

KILÓMETROS CON CIENTO SESENTA Y DOS METROS Y CINCUENTA CENTÍMETROS). Cada puerta de la ciudad llevará el nombre de cada tribu de Israel. Habrá tres puertas al Norte: La de Rubén, la de Judá y la de Leví. Habrá tres puertas al Oriente: La de José, la de Benjamín y la de Dan, habrá tres puertas al Sur: La de Simeón, la de Isacar y la de Zabulón. Y habrá tres puertas al Occidente: La de Gad, la de Aser y la de Neftalí. El perímetro de LA CIUDAD SANTA será de dieciocho mil cañas (CINCUENTA Y DOS KILÓMETROS CON SEISCIENTOS CINCUENTA METROS); y la nueva ciudad se llamará desde aquel día: Ciudad del SEÑOR. YAHVÉ SHAMMA.

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Daniel

En el tercer año del reinado de Joacim, rey de Judá, vino Nabucodonosor rey de Babilonia a Jerusalém, y la atacó. Y EL SEÑOR entregó en sus manos a Joacim. Y dijo

el rey Nabucodonosor a Aspenaz, jefe de sus eunucos, que seleccionara de los hombres de Israel, jóvenes en quienes no hubiera ninguna falta, y de buen parecer, y además, educados en toda sabiduría, y sabios en ciencia, y de buen entendimiento. Y también el rey les señaló la cantidad de comida para cada día, y del vino que debían de beber: Que los criaran tres años, para que al fin, éstos, se presentaran delante de él. Y entre ellos estaban, Daniel, Ananías, Misael y Azarías; a los cuales el jefe de los eunucos les puso los siguientes sobrenombres: A Daniel, Beltsasar; a Ananías, Sadrac; a Misael, Mesac; y a Azarías, Abed-nego. Y Daniel se hizo la firme proposición de no contaminarse con la comida del rey, ni con el vino que él tomaba; y le dijo Melsar, segundo del jefe de los eunucos: Tengo miedo de mi señor el rey, que ordenó la comida y la bebida de ustedes; si él se da cuenta que sus rostros están más tristes que los de los otros muchachos, el rey me matará. Y le dijo Daniel: Te ruego, nos des de comer sólo legumbres, y de beber sólo agua. Y después, mirarás nuestros rostros, y los rostros de los que comen la comida del rey, y según veas, harás con tus servidores. Y sucedió que, después de diez días, mostraron ellos el mejor rostro y el más nutrido que los otros muchachos que comían de la ración del rey. Y llegó el día en que el rey Nabucodonosor envió por ellos para hablarles, y no encontró entre todos otro como Daniel, Ananías, Misael, y Azarías. Y en todo asunto de sabiduría e inteligencia que el rey les preguntó, los encontró diez veces mejores que todos los sabios y astrólogos que había en todo su reino.

Y un día, el rey Nabucodonosor se desconcertó por un sueño que tuvo, pero que no recordaba. Y mandó a llamar magos, astrólogos, adivinos, y encantadores, para que

le dijeran cuál había sido su sueño. Y el rey les dijo: He tenido un sueño, el cual me ha preocupado, pero no lo recuerdo. Entonces los adivinos, en lengua aramea, le dijeron al rey: Pero rey, debes decirnos tu sueño, y así nosotros te diremos lo que significa. Y el rey les dijo: ¿No entienden, que no lo recuerdo? Si no me dicen qué fue lo que soñé, los mandaré despedazar, y sus casas serán por basureros. Pero si me dicen mi sueño,

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recibirán de mí, regalos y consideraciones, y mucho respeto. Y por segunda vez, ellos le dijeron: Rey, dinos tu sueño, y te diremos lo que significa. Y el rey les respondió: Ahora me doy cuenta que ustedes sólo me ponen trabas, porque ven que no recuerdo el asunto. Si no me dicen mi sueño, ya conocen la sentencia que caerá sobre ustedes. Y los adivinos le dijeron: Rey, no hay hombre sobre la tierra que pueda decirte lo que soñaste: Además de esto, ningún rey, príncipe, ni señor, ha preguntado cosa semejante a ningún mago, astrólogo, ni adivino. Y entonces el rey, con furia y con gran enojo, mandó matar a todos los sabios de Babilonia. Y fue así como todos los sabios eran llevados a la muerte; y también buscaron a Daniel y a sus compañeros para matarlos. Entonces Daniel, preocupado, habló con Arioc, capitán de la guardia del rey, y le dijo: ¿Por qué motivo se publica esta orden de parte del rey tan apresuradamente? Y Arioc le explicó a Daniel el asunto. Y Daniel le solicitó ver al rey para pedirle que le diera tiempo, y que él le diría, tanto el sueño, como su significado. Y Daniel, después de haber obtenido permiso, se fue a su casa, y presentó el asunto a Ananías, Misael, y Azarías, sus compañeros, para pedir misericordias del DIOS DEL CIELO sobre este misterio, y que Daniel y sus compañeros no murieran con los otros sabios de Babilonia. Y sucedió que, una noche, le fue revelado a Daniel el sueño del rey; por el cual dio gracias al DIOS DEL CIELO, y dijo: Bendito EL NOMBRE DE DIOS por los siglos de los siglos: Porque SUYAS son LA SABIDURÍA Y LA FUERZA: Y ÉL es el que cambia los tiempos y las oportunidades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos; ÉL revela lo más profundo y lo escondido; ÉL conoce lo que está en tinieblas, y la luz vive con ÉL. A TI, oh SEÑOR de mis padres, confieso y te alabo, que me diste sabiduría y entendimiento, y me has enseñado lo que te pedí. Y después de dar gracias Daniel, llegó hasta Arioc, al cual el rey había ordenado matar a los sabios, y le dijo: No sigas matando a los sabios de Babilonia: Llévame delante del rey, que yo le diré su sueño, y su significado. Entonces, Arioc rápidamente llevó a Daniel delante del rey, y le dijo: He encontrado un hombre de los traídos de Judá, el cual dirá al rey su sueño y también su significado. Y le dijo el rey a Daniel: ¿Eres tú quien me recordará el sueño que tuve, y su interpretación? Y le dijo Daniel: El misterio que el rey exige se le diga, ni sabios, ni astrólogos, ni magos, ni adivinos lo pueden saber. Mas hay un DIOS en los cielos, que aclara todos los misterios, y ÉL te dice, oh rey Nabucodonosor, lo que sucederá en tus próximos días. Tu sueño, y lo que viste en tu cabeza, es esto: Oh rey, lo

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que tú soñaste, es lo que sucederá en lo porvenir; y a mí me ha sido revelado este misterio, no porque en mí haya más sabiduría que en todos los vivientes, sino para que yo te diga su significado: Tú, oh gran rey, viste una imagen de algo inmensamente grande. Y esta imagen impresionante, cuya perfección era extraordinaria, estaba parada delante de ti, y tenía un aspecto terrible. Lo que parecía ser la cabeza de esto que viste, era de oro fino; lo que serían sus pechos y sus brazos, era de plata; lo que se veía ser su vientre y sus muslos, también eran de metal; lo que podía parecer sus piernas, era de hierro; sus pies, una parte de hierro, y otra parte de barro cocido. Tú estabas mirándola, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, la cual dañó la imagen de lo que veías en sus pies de hierro y de barro, y se los despedazó. También fueron destrozados el hierro, el barro cocido, el metal, la plata y el oro; y fueron levantados por un gran viento, que nunca más se les encontró. Mas la piedra que hirió la imagen, fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra. Este es tu sueño: Su interpretación es esta: Tú, oh gran rey, eres rey, porque EL DIOS DEL CIELO te ha dado reino, autoridad, fuerza, y majestad. Y todo lo que tienes, ÉL lo ha puesto en tus manos. Mas después de ti se levantará otro reino menor que tú; y otro tercer reino de metal; y el cuarto reino será fuerte como hierro; y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido por artesano, y en parte de hierro, significan que el reino será dividido. Y por ser los dedos de los pies una parte de hierro, y otra de barro cocido, el reino será en una parte fuerte, y en otra será frágil. En cuanto a aquello que viste, el hierro mezclado con barro, ELLOS SE MEZCLARÁN CON SEMILLA HUMANA, MAS NO SE PEGARÁN UNO CON EL OTRO, ASÍ COMO EL HIERRO NO SE MEZCLA CON EL BARRO. Y en aquellos días de estos reyes, EL DIOS DEL CIELO levantará un reino que nunca se corromperá: Y exterminará todos estos reinos, y ÉL permanecerá para siempre. De la misma manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con manos, la cual despedazó al hierro, al metal, a la plata, al oro, y al recipiente; EL GRAN DIOS te ha mostrado lo que ha de suceder en lo porvenir; y tu sueño es verdadero, y verdadera su interpretación. Entonces el rey Nabucodonosor cayó sobre su rostro, y humillándose a Daniel, le dijo: Verdaderamente tu DIOS es DIOS, y SEÑOR de los reyes, el que descubre los misterios, pues me has podido revelar este sueño. Y el rey engrandeció a Daniel, y lo puso por gobernador de toda la provincia de Babilonia, y por jefe de los gobernadores sobre todos los sabios. Y Daniel solicitó del rey, que pusiera sobre los asuntos a Sadrac, Mesac, y Abed-nego: Y Daniel se quedó al lado del rey.

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Y pasado algún tiempo, sucedió que, un día, el rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro, su altura era de sesenta codos (VEINTISIETE METROS), y su ancho de seis codos

(DOS METROS SETENTA CENTÍMETROS). Y envió el rey a reunir a todos los magnates, capitanes, consejeros, presidentes, y gobernadores, para que vieran la gran estatua. Y estando reunidos delante de ésta, el mensajero gritaba en alta voz: Esto se ordena a ustedes, pueblos, naciones, e idiomas: Que oyendo el sonido de la trompeta, se arrodillarán y adorarán la estatua de oro que el rey ha levantado: Y cualquiera que no se arrodille y la adore, en ese momento será echado dentro de un horno de fuego ardiendo. Por lo cual, escuchando todos los pueblos el sonido de la bocina, se arrodillaron, y adoraron la estatua de oro que el rey había levantado; por lo que algunos hombres denunciaron a los Judíos ante el rey, diciéndole: Rey, hay unos hombres Judíos, los cuales tú pusiste sobre los asuntos de las provincias de este pueblo; Sadrac, Mesac, y Abed-nego: Estos hombres, oh rey, no te han tomado en cuenta; no adoran a tus dioses, ni adoran la estatua que tú levantaste. Entonces Nabucodonosor dijo con ira y con enojo que los trajeran ante su presencia. Y cuando fueron traídos, les dijo: Sadrac, Mesac, y Abed-nego, ¿es verdad que ustedes no respetan a mi dios, ni adoran la estatua de oro que he levantado? ¿Están listos para adorar mi estatua? Porque si no la adoran serán echados en medio de un horno de fuego ardiendo, ¿y qué dios será aquel que los libre de mis manos? Y los tres hombres le dijeron al rey: Nuestro DIOS es al único que respetamos, y sólo ÉL puede librarnos del horno del fuego ardiendo; y de tu mano, oh gran rey, ÉL nos librará. Y si no, entérate, oh gran rey, que a tu dios no adoraremos, ni tampoco honraremos la estatua que tú has levantado. Y Nabucodonosor, lleno de ira, ordenó que el horno se atizara siete veces más de lo acostumbrado; y mandó a hombres de su ejército, muy vigorosos, que amarraran a Sadrac, Mesac, y Abed-nego, para echarlos en el horno de fuego que estaba ardiendo. Y entonces, estos hombres, atados con sus mantos, y sus calzados, y sus turbantes, y sus vestidos, fueron echados dentro del horno; mas el rey Nabucodonosor, espantado, se levantó aprisa, y dijo a sus consejeros: ¿No echaron a los tres hombres dentro del fuego? Y ellos respondieron: Así es, gran rey. Y el rey les dijo: ¿Pero cómo es que yo veo cuatro hombres sueltos que se pasean en medio del fuego sin recibir ningún daño: Y el parecido del cuarto es semejante a un Varón de DIOS? Y también el rey dijo al acercarse a la puerta del horno: Sadrac, Mesac, y Abed-nego, siervos del ALTO DIOS, salgan y vengan. Entonces los tres hombres salieron de en medio del fuego, y se acercaron

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hasta donde estaban los gobernadores, los capitanes, y los consejeros del rey para que miraran cómo el fuego no había dañado sus cuerpos, ni sus cabellos fueron quemados, ni sus ropas cambiaron, ni el olor del fuego se había impregnado en ellos. Y Nabucodonosor les dijo: Bendito sea el DIOS de ustedes, Sadrac, Mesac, y Abed-nego, que hizo descender SU ÁNGEL con SU Varón para librarlos, para salvar a SUS siervos que esperaron en ÉL.

Y dijo Nabucodonosor: A todos los pueblos, naciones, e idiomas, que habitan en toda la tierra: La paz se les multiplique: Las señales y maravillas que EL ALTO DIOS ha

hecho conmigo, es necesario que yo se las haga saber. ¡Cuán grandes son SUS señales, y qué poderosas SUS maravillas! SU REINO, REINO SIEMPRE ETERNO, y SU GRANDEZA de generación en generación. Yo Nabucodonosor me encontraba tranquilo en mi casa, pero tuve un sueño que me espantó, y pude ver en mi cabeza cosas que me preocuparon. Hice venir delante de mí, a todos los sabios, magos, astrólogos, encantadores, y adivinos: Y les dije mi sueño, y ellos nunca me dijeron su interpretación; hasta que se acercó a mí Daniel, cuyo apodo es Beltsasar, en el cual descansa LA FUERZA DEL DIOS SANTO, y le dije mi sueño, y le conté: Que me pareció haber visto uno como árbol en medio de la tierra, cuya altura era enorme. Crecía, y se hacía fuerte, y su altura llegaba hasta el cielo, y su vista contemplaba toda la tierra. Su copa era hermosa, y su fruto abundante. Y para todos había en él alimento. Debajo de él se ponían a su sombra las bestias del campo, y en sus ramas habitaban las aves del cielo, y se mantenía de él todo ser vivo. También vi uno como Vigilante en su Ángel que descendía del cielo. Y que gritaba fuertemente, y que decía: Corten el árbol y mochen sus ramas, derriben su copa, y derramen su fruto: Váyanse las bestias que se protegen debajo de él, y las aves de sus ramas. Mas el tronco con sus raíces dejarán en la tierra, y con cadenas de hierro y de bronce, échenlo en medio del campo; y sea bañado con el rocío del cielo, y sea su alimento con las bestias en la hierba de la tierra. Cambien su corazón de hombre por uno de bestia, y pasen sobre él siete años. Esta sentencia es por Decreto de los Vigilantes, y la demanda, por dicho de los Santos: Para que conozcan todos los vivientes que el ALTÍSIMO se sirve del reino de los hombres, y que a quien ÉL quiere lo da, y levanta sobre ÉL al más insignificante de los hombres. Yo Nabucodonosor he tenido este sueño. Y le dije a Daniel: Tú Daniel, me dirás su interpretación, porque ninguno de los

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sabios de mi reino han podido descifrarlo. Entonces Daniel, cuyo apodo también era Beltsasar, estuvo callado por casi una hora, y sus pensamientos lo espantaban; y le dije: Daniel, que no te espante el sueño ni su significado. Y me respondió Daniel: Rey mío, que este sueño sea para tus enemigos, y su interpretación para los que te odian: El árbol que viste, eres tú mismo, oh rey, que creciste y te hiciste fuerte; y en cuanto a lo que vio el rey, un Vigilante en su Ángel, que descendía del cielo, y decía: Corten el árbol y destrúyanlo: Esta es la interpretación, y la sentencia del ALTÍSIMO: Te echarán de entre los hombres, y vivirás con las bestias del campo, y comerás hierba como los bueyes, y sólo te bañarás con la lluvia del cielo; y pasarán siete años sobre ti, hasta que entiendas que el ALTÍSIMO se ocupa del reino de los hombres, y que a quien ÉL quiere lo dará. Y en lo referente a que dejarán en la tierra el tronco y sus raíces del mismo árbol, significa que tu reino se te quedará firme, luego que entiendas que LA AUTORIDAD ESTÁ EN LOS CIELOS. Por tanto, oh gran rey, acepta mi consejo, y remedia tus pecados con justicia, y tus maldades con misericordias para con los pobres, que tal vez será eso una prolongación de tu tranquilidad. Y todo esto vino sobre mí, rey Nabucodonosor. Al cabo de doce meses, paseando en el palacio, dije: ¿Acaso no es esta la gran Babilonia que yo construí con la fuerza de mi poder, y para deleite de mi grandeza? Y aún estaban las palabras en mi boca, cuando de pronto, escuché una voz que provenía del cielo, que me dijo: A ti te digo, rey Nabucodonosor, el reino se te acabó; y de entre los hombres te echarán, y con las bestias del campo vivirás, y como los bueyes comerás; y siete años pasarán sobre ti, hasta que aprendas que el ALTÍSIMO se ocupa del reino de los hombres, y a quien ÉL quiere lo da. Y en esa misma hora se cumplió lo dicho, y fui echado de entre los hombres y comí como los bueyes, y me bañé sólo con el rocío del cielo, hasta que mi cabello creció como plumas de águila, y mis uñas como de aves. Mas al fin del tiempo señalado, yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi sentido me fue vuelto; y bendije al ALTÍSIMO, y alabé y glorifiqué AL QUE VIVE ETERNAMENTE; porque SU GRANDEZA ES SIEMPRE ETERNA, y SU REINO por todas las edades. Y todos los habitantes de la tierra por nada son contados: Y en el Ejército del Cielo, y en los habitantes de la tierra hace según SU Voluntad: Ni hay quién estorbe SU MANO, ni quién le pida cuentas. En el mismo tiempo mi sentido regresó a mí, y también la grandeza de mi reino, y mi dignidad y mi grandeza volvieron a mí, y mis gobernadores y mis asesores me buscaron; y fui restituido a mi reino, y mayor grandeza me fue dada. Ahora yo, Nabucodonosor, alabo y engrandezco, y glorifico

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AL REY DEL CIELO, porque todas SUS obras son verdad, y SUS CAMINOS JUICIO; Y HUMILLAR PUEDE A LOS QUE ANDAN CON SOBERBIA.

Y mucho tiempo después, un día, el rey Belsasar, hijo de Nabucodonosor, hizo un gran banquete a mil de sus asistentes, bebiendo él bastante vino. Y sucedió que con

el calor de las copas, ordenó que trajeran los vasos de oro y de plata que su padre el rey había traído del TEMPLO de Jerusalém, para que bebieran en ellos el rey y sus gobernadores, sus mujeres y sus concubinas. Bebieron vino, y adoraron a los ídolos de madera y de piedra, de oro y de plata, de metal y de hierro. Pero en aquella misma hora, aparecieron unos como dedos de mano de hombre, y empezaron a escribir delante del candelero sobre la cal de la pared del palacio real, y el rey veía claramente la palma de la mano que escribía. Y entonces el rey, cambiando de color, sus pensamientos lo turbaron, y de pronto, inexplicablemente, se desataron los amarres de las vestiduras de sus lomos, y sus rodillas temblaban la una con la otra. Y el rey gritó que hicieran venir magos, adivinos y encantadores, y les dijo a todos los sabios: Cualquiera de ustedes que lea esta escritura, y me diga su interpretación, será vestido de púrpura, y pondré un collar de oro en su cuello. Y a pesar de que fueron introducidos en ese salón todos los sabios del rey, ninguno pudo leer la escritura, ni decir al rey la interpretación.

Entonces el rey Belsasar, muy preocupado, cambiaba de color, y se conmovieron sus invitados. Y la reina le dijo: Rey, no te preocupes, que no te asombren tus pensamientos, ni cambies de color, pues en tu reino hay un hombre en el cual vive LA SANTA FUERZA DE DIOS; y cuando tu padre vivía, encontró en él luz e inteligencia y sabiduría, como ciencia de DIOS, al cual tu padre constituyó por gobernador sobre todos los magos, astrólogos y adivinos; y su nombre es Daniel, al cual puso por sobrenombre Beltsasar. Llámalo ahora, y él te dirá la interpretación de lo que viste. Entonces Daniel fue traído delante de rey, quien le dijo: ¿Eres tú aquel Daniel que mi padre trajo de Judea? Yo he oído acerca de ti, que LA FUERZA DEL DIOS SANTO está en ti, y que también en ti se encontró luz, y entendimiento y gran sabiduría; y he mandado traer a mis sabios, astrólogos y adivinos, para que leyeran esta escritura, y me dijeran su interpretación; pero ninguno ha podido decírmela. He escuchado que puedes aclarar las dudas, y desatar las dificultades. Lee por favor esta escritura, y dime lo que quiere decir. Y Daniel le dijo al rey: Leeré, y te diré su interpretación: Tú Belsasar, hijo del rey Nabucodonosor, no has querido humillar tu

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corazón, antes ahora, contra EL SEÑOR DEL CIELO te has ensoberbecido, e hiciste traer a ti los vasos de SU CASA, y tú y tus sacerdotes, tus mujeres y tus concubinas, bebieron vino en ellos: Además de esto, a ídolos de madera y de piedra, de plata y de oro, de metal y de hierro, que ni ven, ni oyen, ni saben, adoraste: Y AL GRAN DIOS ALTÍSIMO en cuya MANO está tu vida, y del que son todos tus caminos, nunca respetaste. Es por eso que de SU Presencia, te fue enviada la palma de la mano que esculpió esta escritura. Y lo que la escritura dice, es: Mene, Mene, Tekel, Uparsin. Y esta es su interpretación: Mene: Midió DIOS tu reino, y lo ha rematado. Tekel: Has sido pesado en la balanza, y has sido encontrado falto. Uparsin: Tu reino ha sido dividido, y ahora es dado a Medos y Persas. Y ordenó el rey que vistieran a Daniel de rojo, y puso en su cuello un collar de oro, y se ordenó que él fuera el tercer señor en el reino. Mas esa misma noche murió Belsasar, y fue Darío de Media, a los sesenta y dos años, quien tomó el reino.

Y Darío consideró bueno organizar sobre el reino ciento veinte gobernadores; y sobre ellos tres presidentes, de los cuales Daniel era el primero a quienes los gobernadores

darían cuenta. Mas estos gobernadores y presidentes, no soportando que Daniel fuera superior a ellos, buscaban acusaciones contra Daniel; mas no encontraban en él ninguna falta, porque era fiel, y sin ningún vicio. Entonces, estos hombres importantes, se acercaron al rey, y le dijeron: Rey Darío, todos los presidentes, magistrados, gobernadores, generales, y capitanes del reino, hemos acordado por consejo publicar un edicto real, y confirmarlo: Que cualquiera que dirija una oración a cualquier dios u hombre, por un espacio de treinta días, fuera de ti, oh rey, sea echado en el foso de los leones. Ahora, oh rey, confirma el edicto y firma la escritura. Y así firmó el rey Darío. Y Daniel, cuando supo la noticia, entró en su casa, y abriendo las ventanas de su habitación que daban a Jerusalém, tres veces al día se ponía de rodillas, y oraba, y se confesaba delante de DIOS, como lo hacía antes. Entonces, se reunieron aquellos hombres para sorprender a Daniel orando y rogando delante de DIOS. Y le dijeron al rey: Daniel es de los Judíos, no te ha tomado en cuenta, y tres veces al día se arrodilla ante su DIOS. Y entonces el rey, escuchando el asunto, le pesó en gran manera, y puso mucho cuidado sobre Daniel para librarlo del decreto. Pero aquellos hombres insistieron. Entonces el rey, ordenó que trajeran a Daniel, y lo echaran en el foso de los leones. Y dijo el rey a Daniel: Que tu DIOS, a quien continuamente ruegas y atiendes, que ÉL te libre. Y fue traída una gran piedra, y fue colocada sobre la puerta del foso, la cual

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el rey selló con su anillo. Y yéndose el rey a su palacio, ayunó, y se le fue el sueño. Mas al siguiente día, muy de mañana, el rey fue al foso de los leones; y llegando, gritó a Daniel con tono triste: Daniel, siervo del DIOS VIVO, el DIOS tuyo, a quien continuamente adoras, ¿te ha podido librar de los leones? Entonces Daniel le respondió: Oh rey, vive para siempre. Sábete que MI DIOS descendió en SU ÁNGEL, y cerró la boca de los leones, para que no me hicieran ningún daño: Porque delante de ÉL se encontró en mí justicia: Y aún delante de ti, yo no he hecho lo que no debiera. Y el rey se alegró de tal manera, que mandó sacar a Daniel del foso: Y ninguna lesión se encontró en él, porque creyó en DIOS. Y el rey ordenó que fueran traídos aquellos hombres que acusaron a Daniel, y fueron echados en el foso de los leones, ellos, sus hijos, y sus mujeres. Y el rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones, e idiomas, que habitaban en toda la tierra: La paz se les multiplique: De mi parte es esta orden: Que en todo mi reino, todos, teman y tiemblen ante la presencia del DIOS de Daniel: Porque ÉL ES EL DIOS VIVO Y ETERNO por los siglos de los siglos, porque ÉL ES el que salva y libra, y es el que hace señales maravillosas en el cielo y en la tierra; el que libró a Daniel de la fiereza de los leones. Y Daniel prosperó durante el reinado de Darío.

Y en el primer año de Belsasar, también rey de Babilonia, Daniel tuvo un sueño, y lo vio en la cabecera de su cama: Y luego escribió su sueño, y dijo: Yo vi de noche, que

los cuatro vientos del cielo combatían en la gran mar. Y también vi cuatro parecidas a bestias grandes, diferentes la una de la otra, que subían de la mar. La primera, parecía como león, pero tenía alas; la segunda parecía como oso, pero tenía en su boca tres parecidas a costillas entre sus dientes; la tercera parecía como tigre, pero tenía cuatro alas y también cuatro como cabezas; la cuarta era espantosa y terrible, y muy fuerte en gran manera; pero tenía unos como dientes, aunque éstos eran grandes y de hierro: Y era muy diferente a las otras bestias; porque además tenía diez como cuernos. Y estando yo maravillado, contemplando esos como cuernos, de pronto, otro como cuerno pequeño salía entre ellos, y delante de él fueron arrancados tres de los cuernos; mas en este que parecía cuerno que salía, había unos ojos como ojos de hombre, y una boca que hablaba grandezas. Y estuve mirando, hasta que fueron puestas sillas: Y uno como anciano, pues su vestido era blanco como la nieve y su pelo como lana limpia; su silla como llama de fuego, y sus ruedas de fuego ardiente, un río de fuego salía delante de él: Millares y millares de Varones lo adoraban, y millones de millones se presentaban delante de él: Se sentó y los libros se abrieron.

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Entonces yo me quedé mirando a causa del ruido que producían las grandes palabras que hablaba aquel como cuerno; y me quedé mirando hasta que mataron a la bestia, y hasta que su cuerpo fue destruido, y hasta que su cuerpo fue quemado en el fuego, también habían quitado a las otras bestias su dominio y les fue prolongada la vida hasta cierto tiempo; y yo estaba mirando aquella visión de la noche, cuando de pronto, en las nubes del cielo, apareció el Hijo del Hombre que descendía, y llegó hasta el anciano. Y le fue dado Poder, y Gloria, y Reino; y todos los habitantes de la tierra lo adoraron; y su Imperio será eterno, no será transitorio, y su Reino no se corromperá. Y yo Daniel me turbé, por lo que pude ver en aquella noche; y acercándome a uno de los que estaban allí, le pregunté la verdad, y me dijo: Estas cuatro como bestias, son cuatro reyes que se levantarán en la tierra. Después tomarán El Reino LOS SANTOS DEL ALTÍSIMO, y lo poseerán eternamente. Entonces quise saber la verdad acerca de la cuarta bestia, por ser esta tan diferente a las otras, espantosa y terrible en gran manera, que tenía como dientes de hierro, y las que parecían uñas, de metal, que lo que tragaba y despedazaba, las sobras pisoteaba con sus pies. Así también, quise saber acerca de los diez como cuernos que tenía en su cabeza y también acerca de aquel como cuerno que tenía ojos, y de la boca que hablaba grandezas, ya que su aspecto era mayor que los que tenía junto. Y también vi cómo este parecido a cuerno, hacia guerra contra los Santos, y los derrotaba, hasta que llegando el que parecía como anciano dio el Juicio de los Santos del ALTÍSIMO; porque llegará el tiempo en que los santos poseerán el reino. Y también me dijo: La cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra, más grande que todos, y a la tierra la devorará, y la pisará, y la despedazará. Y los diez cuernos significan que se levantarán diez reyes; y tras ellos se levantará otro que será mayor, el cual derribará a los otros tres reyes. Y hablará palabras contra el ALTÍSIMO, y matará a SUS Santos, y pensará en cambiar los tiempos, y también cambiará La Ley: Y serán entregados en su mano hasta el fin de los tiempos, pero se sentará El Juez, y le quitará su dominio, para que sea destruido y arruinado hasta el extremo; y que el reino sea dado al pueblo de los Santos del ALTÍSIMO; cuyo reino es eterno. A mí, Daniel, me impresionaron mis pensamientos, y mi rostro me cambió.

Y sucedió que, en el tercer año del reinado de Belsasar, a mí Daniel me pareció uno como sueño: Que yo estaba en Susán, provincia de Persia; cuando al levantar mis

ojos, vi uno como carnero que estaba delante del río, éste tenía dos parecidos a cuernos;

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y aunque eran muy altos, uno era mucho más alto que el otro; y el más alto, subió aún más. Y vi que aquel como carnero tocaba con los cuernos al Poniente, al Norte, y al Sur, y que ninguna bestia podía estar delante de él, ni había quién escapara de su mano: Y hacía conforme a su voluntad, y se engrandecía. Y estando yo reflexionando sobre esto, de pronto, uno como macho de cabrío venía del Poniente y cubría la superficie de toda la tierra, el cual no tocaba la tierra: Y tenía entre sus ojos uno como impresionante cuerno: Y se acercó hasta aquel que parecía carnero de dos como cuernos que yo vi delante del río, y se desplazó contra él con toda la violencia de su Fortaleza. Y lo vi que llegó junto a aquel como carnero, y se levantó contra él, y lo dañó quebrándole sus cuernos, porque aquel no poseía la fuerza para enfrentarlo: Lo derribó en tierra, y lo pisoteó; y no hubo quién lo librara de su mano. Y se engrandeció de tal manera aquel como macho de cabrio, que estando en lo más intenso de su fuerza, aquel como gran cuerno fue quebrado, pero maravillosamente en su lugar empezaron a subir otros cuatro fantásticos como cuernos, dirigidos hacia los cuatro puntos del cielo. Y de uno de ellos empezó a salir uno parecido a cuerno muy pequeño, el cual creció mucho hacia el Sur, y al Oriente, y hacia la tierra deseable. Y llegó hasta EL EJÉRCITO DEL CIELO; y parte del EJÉRCITO y las estrellas echó por tierra, y las pisoteo. Aún contra EL GRAN PRÍNCIPE DE LA FORTALEZA se engrandeció, y por él fue retirado el continuo sacrificio, y echó por tierra la verdad, e hizo cuanto quiso, y prosperó. Y de pronto, escuché a un SANTO que hablaba; y otro de los SANTOS, le dijo: ¿Hasta cuándo durará la fantasía del continuo sacrificio, y la violación destructora que pone el SANTUARIO y el EJÉRCITO para ser pisoteados? Y sucedió que, yo Daniel, reflexionando lo que vi y buscando cómo interpretarlo, de pronto, un personaje con semejanza de hombre se puso delante de mí. Y también escuché una voz como de hombre, que gritó y dijo: Gabriel, explícale a éste lo que vio. Y donde yo estaba, de pronto, vino hasta mí, pero tan velozmente, que yo me asombré con su venida, a tal grado que caí sobre mi rostro. Pero él me dijo: Hijo de hombre, entiende, porque lo que has visto, se cumplirá al fin de los tiempos. Y hablando él conmigo, sin sentir, caí dormido en tierra sobre mi rostro: Y él, con sólo tocarme, me levantó. Y me dijo: Aquel como carnero que viste, que tenía parecidos a cuernos, son los reyes de Media y de Persia; y aquel como macho de cabrío es el rey de Javán, y el que parecía cuerno, que tenía entre sus ojos, es el primer rey. Cuando se cumpla el fin del imperio de éstos, se levantará un rey altivo de rostro, y sabio en cuanto a dudas; y su poder se fortalecerá, mas no con su fuerza;

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y maravillosamente, así como destruirá, prosperará; y será arbitrario, y destruirá fortalezas y también al pueblo de los SANTOS. Y también con su habilidad hará prosperar el engaño en su mano; su corazón se engrandecerá, y con paz destruirá a muchos: Y contra el PRÍNCIPE de los príncipes se levantará; MAS SIN MANO será destruido. Y esto que ves es verdadero: Y tú, recuerda lo que has visto, porque aún tienen que pasar muchos días.

Y volví mi rostro hacia EL SEÑOR DIOS, y lo busqué en oración y ruego, con ayuno, y aflicción, y ceniza. Y orando al SEÑOR MI DIOS, le confesé, y le dije: Ahora mi

SEÑOR, DIOS GRANDE, digno de ser temido, que guardas el Pacto y la misericordia con los que te aman y guardan TUS Mandamientos; hemos pecado, hemos hecho maldad, hemos actuado incrédulamente, y hemos sido injustos y rebeldes, y nos hemos apartado de TUS Mandamientos y de TUS LEYES. No hemos obedecido a tus profetas, que en TU NOMBRE nos hablaron, y tampoco a nuestros reyes, y a nuestros gobernantes, a nuestros padres, y a todas las naciones de la tierra. TUYA es, SEÑOR, la Justicia, y nuestra la confusión, como está sucediendo el día de hoy a todos los hombres, a los de cerca y a los de lejos, en todas las tierras a donde los has echado a causa de su rebelión con la que contra TI se mostraron. Oh SEÑOR, es nuestra la confusión, la de nuestros gobernantes, de nuestros sacerdotes, y de nuestros padres; porque contra TI pecamos. TUYO, SEÑOR, es el tener misericordia y el perdonar, aunque contra TI nos hemos revelado; y no obedecimos a TU Mandato, para andar en TUS LEYES, las cuales pusiste delante de nosotros por mano de TUS siervos los profetas. Toda la tierra traspasó TU LEY para no escuchar TU VOZ; por lo cual, ha caído sobre nosotros TU Maldición y TU Juramento, tal y como está escrito en La LEY que nos diste a través de Moisés. Es por esto que todos los males cayeron sobre nosotros; y no hemos sabido rogar al SEÑOR nuestro DIOS, para convertirnos de nuestras maldades, y entender la verdad. Porque nuestro SEÑOR es justo en todo lo que hace, porque no obedecimos a SU VOZ. OH SEÑOR, por todo lo JUSTO que ERES, aparta TU Furia y TU Coraje de esta TU Tierra, de TU SANTO MONTE: Porque a causa de nuestros pecados, y por la maldad de nuestros padres, somos una vergüenza a todos los alrededores nuestros. Escucha mi oración y mis ruegos, y haz que TU ROSTRO resplandezca: Inclina, OH DIOS MÍO, TU OÍDO, y escúchame; abre TUS OJOS, y mira nuestras desgracias, y la ciudad sobre la cual es invocado TU NOMBRE; porque no derramamos nuestros ruegos ante TU consideración confiados en nuestras justicias, sino en TUS muchas Misericordias.

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Escucha, SEÑOR; OH SEÑOR, perdona; presta atención, SEÑOR, y procede; no te dilates, por amor de TI MISMO, DIOS MÍO: Porque TU NOMBRE es llamado sobre TU Ciudad y sobre TU Pueblo. Y aún estaba hablando en mi oración, cuando de pronto, aquel Varón del cielo llamado Gabriel, al cual había visto en mi contemplación al principio, VOLANDO CON GRAN RAPIDEZ, me tocó, y me dijo: Daniel, he salido de LA GLORIA DEL SEÑOR para hacerte entender la interpretación. Al principio de tus ruegos, antes de salir tus palabras, yo he venido para enseñártela, porque tú eres hombre de deseos. Entiende, entonces, lo que digo, y comprende lo que viste: Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre lo que tú has considerado como tu ciudad santa, para acabar la infidelidad, y concluir el pecado, y lavar la maldad; y para traer la justicia de los siglos, y sellar lo visto y lo profetizado, y ungir al SANTO DE LOS SANTOS. Entérate y entiende, que desde antes que se diera la orden, para restaurar y edificar a Jerusalém hasta el Mesías, habrá primero siete semanas, y después de una pausa, sesenta y dos semanas más. Y esto será en tiempos de angustia: Volverá a ser reedificada la plaza y su muro; y después de las sesenta y dos semanas, se quitará la vida al Mesías, y no por él.

Y en el tercer año de Ciro, rey de Persia, se reveló a Daniel, cuyo apodo era Beltsasar; una palabra verdadera, mas el tiempo fijado para el acontecimiento,

era largo: Pero él comprendió lo que se le dijo, y fue inteligente en lo que vio. En aquellos días, yo Daniel, me angustié por espacio de tres semanas. No comí pan elaborado, ni comí carne, ni bebí vino, ni me puse ungüento, hasta que se cumplieron tres semanas. Y a los veinticuatro días del primer mes, estando yo a la orilla del gran río Tigris; cuando alcé mis ojos, vi un Varón vestido de lienzos, que tenía cubiertos Sus lomos de oro: Su cuerpo era tan bello como piedra de Tarsis, y Su rostro parecía relámpago por su resplandor, y Sus ojos eran grandes, pero lucían como antorchas de fuego, y Sus brazos y Sus pies eran como de color metal; todo Él resplandecía, y el sonido de Sus palabras se escuchaba como si fuera de un ejército. Y sólo yo, Daniel, vi a este Varón, y no lo vieron los hombres que estaban conmigo; porque cayó sobre ellos un gran temor, y corrieron a esconderse. Y después de haber oído lo que dijo, me abandonaron mis fuerzas, y casi me desmayo. Pero escuché la voz de Sus palabras estando casi adormecido sobre mi rostro en tierra, y cuando Su mano me tocó, de pronto, hizo que me moviera sobre mis rodillas y sobre las palmas de mis manos. Y me dijo: Daniel, hombre de deseos, presta atención a lo

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que Yo te diré, y ponte de pie; porque he sido enviado a ti. Y cuando este Varón hablaba conmigo, yo estaba temblando. Y me dijo aquel Varón: No temas, Daniel: Porque desde el primer día que diste tu corazón a entender, y a afligirte ante la presencia de DIOS, tus palabras fueron escuchadas; y es por eso que Yo he venido. El príncipe de Persia se puso en Mi contra: Y Miguel, uno de los principales Príncipes del SEÑOR, vino para ayudarme, y Yo me quedé allí con los reyes de Persia. He venido para hacerte saber lo que vendrá sobre tu tierra en los últimos días; porque lo que has visto, es aún para muchos días. Y hablando conmigo semejantes palabras aquel Varón, bajé mis ojos, y me quedé mudo. Mas de pronto, aquel Varón con semejanza de hijo de hombre tocó mis labios; y fue entonces cuando abrí mi boca, y hablando, le dije a aquel que estaba delante de mí: Señor, con lo que me ha sido mostrado se revolvieron mis dolores sobre mí, y me he quedado sin fuerzas. ¿Cómo entonces podré dirigirme a ti, Señor? Pues me he quedado sin aliento. Y aquel que tenía semejanza de hombre, me tocó otra vez, y me confortó; y me dijo: Hombre de deseos, no temas: La paz viva contigo; ten ánimo, y aliéntate. Y hablando Él conmigo, maravillosamente cobré vigor, y le dije: Habla, mi Señor, porque nuevamente me has hecho sentir fuerte. Y el Varón me dijo: ¿Sabes por qué he venido a ti? Para decirte lo que está escrito en la escritura de verdad: Y que no existe ninguno que conmigo enfrente estas cosas, sino Miguel.

Al fin de los tiempos, EL REY que viene del Norte, se levantará como tempestad, con carros y gente de a caballo, y muchas naves; y entrará por las tierras, las

inundará, y pasará. Y vendrá a la tierra deseable, y muchas regiones caerán; y se apoderará de los tesoros de oro y plata, y de todas las cosas preciosas de Egipto, de Libia y Etiopía, por donde pasará. Mas por las noticias de Oriente y del Norte; saldrá con gran ira para destruir y matar a muchos. Y pondrá las tiendas de sus palacios entre los mares, en el Monte deseable del Santuario; y vendrá hasta su fin.

Y en aquel tiempo también se levantará Miguel, el gran Varón, Príncipe que representa a los hombres de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca

fue después que hubo gente hasta entonces: Mas en aquel tiempo serán libertados de la tierra todos los que tengan escrito su nombre en el libro. Y MUCHOS DE LOS MUERTOS QUE DUERMEN EN EL POLVO DE LA TIERRA, SERÁN DESPERTADOS, UNOS PARA LA VIDA ETERNA, Y OTROS PARA VERGÜENZA Y CONFUSIÓN ETERNA. Y LOS QUE ENTIENDAN ESTO,

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RESPLANDECERÁN COMO EL RESPLANDOR DEL FIRMAMENTO; Y LOS QUE ENSEÑAN LA VERDAD A LAS MULTITUDES, COMO LAS ESTRELLAS A PERPETUA ETERNIDAD. Pero tú, Daniel, guarda estas palabras y sella el libro hasta el fin de los tiempos: Pasarán muchos, y se multiplicará la ciencia. Y yo Daniel, estaba mirando, cuando de pronto, otros dos, semejantes a hombres, estaban allí, uno de esta parte del río, y el otro de la otra parte. Y le dijo uno de ellos al Varón vestido de lienzos, que estaba sobre las aguas del río: ¿Cuándo será el fin de estas maravillas? Y escuché al Varón vestido de lienzos, que estaba sobre las aguas del río, el cual, alzando al cielo su derecha y su izquierda, juró por EL DIOS VIVO Y ETERNO, que será por un tiempo del tiempo; y cuando se acabe la diversión de los pueblos, todas estas cosas se cumplirán. Y yo escuché, mas no entendí. Y le dije: Señor, ¿cómo será cuando se cumplan estas cosas? Y el Varón me dijo: Daniel, esto que tú deseas saber, está sellado hasta el tiempo que se cumpla. Muchos serán limpios y emblanquecidos, y purificados; mas los incrédulos harán estupideces, y ninguno de ellos entenderá lo que hace, pero entenderán los entendidos. Y desde el tiempo que sea eliminado el continuo sacrificio hasta la asquerosidad espantosa, habrá mil doscientos noventa días. Bienaventurado el que espere.

Oseas

Y ME DIJO EL SEÑOR: Ve, y toma por mujer a una adúltera, y tengan hijos de sus adulterios: Porque en la tierra los hombres adulterarán, apartándose del SEÑOR.

Y fue Oseas, y tomó a Gomer, la cual le parió un hijo. Y ME DIJO EL SEÑOR: Ponle a tu hijo el nombre de Jezrael, que quiere decir: En poco tiempo YO castigaré a los reyes de Jezrael sobre la familia de Jehú, y haré terminar el reino de la familia de Israel, y también en aquel día quebraré YO el arco de Israel en el valle de Jezrael. Y concibió una vez más, y parió una hija. Y ME DIJO EL SEÑOR: Ponle por nombre Lo-ruhama, que quiere decir: No tendré más misericordia de Israel, sino que los exterminaré; mas de la familia de Judá tendré misericordia: Y no los salvaré con arco, ni con espada, ni con batalla, ni con caballos ni caballeros.

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Y después de haber destetado a Lo-ruhama, concibió y parió un hijo. Y ME DIJO EL SEÑOR: Ponle por nombre Lo-ammi, que significa: Ustedes no son MI Pueblo, ni YO seré su DIOS; aún con todo esto, el número de los hombres de Israel será como la arena de la mar, que ni se puede medir ni contar. Y será, que cuando les digan: Ustedes no son mi pueblo, también contestarán: Son hijos del DIOS VIVIENTE; y serán congregados en uno.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Digan a sus hermanos y a sus hermanas: Peleen contra la que se dice ser su santa madre, peleen; porque ella no es MI mujer, ni YO su marido;

que quite ella de sus alrededores esos adornos seductores, y destruya esos muñecos ofensivos que abriga en sus pechos; no sea que a MI llegada YO la despoje y la desnude, y la haga volver como el día en que nació, y la ponga como un desierto, y la deje como tierra seca, y la mate de sed. No tendré misericordia de sus hijos: Porque son de sus fornicaciones; porque la que se dice su santa madre, aquella gran ciudad, es una adúltera; la que los engendró, será avergonzada; porque ella dijo: Iré tras mis amantes, los ídolos, que son por los que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi vino. Por tanto, YO cercaré tus caminos con espinas, y a ella también la cercaré con alambrada, y no encontrará sus caminos. Y seguirá a sus amantes, y no los alcanzará; los buscará, y no los encontrará. Entonces dirá: Iré, y regresaré a mi primer marido; porque me iba mejor entonces que ahora. Y ella no reconoció que YO SOY, y no los ídolos, quien le daba el trigo, y el vino, y el aceite, y EL que les multipliqué la plata, el oro y la madera con que hicieron sus ídolos. Por tanto, YO regresaré y tomaré MI trigo a su tiempo, y MI vino a su punto, y quitaré MI lana y MI lino que le había dado para cubrir su verdad. Y cuando llegue la hora, YO les mostraré a todos los hombres su locura, pondré fin a sus diversiones, a sus fiestas mensuales y semanales, y a todos sus cultos; y esto lo haré delante de los ojos de todos sus amantes, y nadie la librará de MI MANO; y haré terminar toda su alegría, sus fiestas, sus lunas nuevas y sus descansos, y todas sus festividades. Y haré cortar sus vides y sus higueras de las que ha dicho: Son mi salario que me han dado mis amantes. Y las reduciré a un matorral, y las comerán las bestias del campo. Y haré sobre ella MI Venganza, por los tiempos que adoró a sus ídolos, a los cuales incensaba, y se adornaba de sus joyas, y se iba tras sus amantes, olvidándose de MÍ, dice EL SEÑOR.

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Y ME DIJO EL SEÑOR: Ve, y ama, pero a una mujer amada por su marido; aunque esta sea adúltera, como el amor del SEÑOR para SUS hijos; los cuales miran a los

ídolos, y aman los frascos de vino. Y entonces yo, Oseas, la compré para mí, y le dije: Tú serás mía por mucho tiempo: No cohabitarás, ni tomarás otro hombre; lo mismo haré yo contigo. Porque muchos días estarán los hombres sin rey, y sin gobernante, y sin sacrificio, y sin estatuas; y temerán al SEÑOR y a SU Bondad en el fin de los días.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Escuchen todos La Palabra del SEÑOR, porque ya no se dice la verdad, ni la misericordia; ni se conoce a DIOS en la tierra. Jurar, y mentir, y

matar, y robar, y adulterar predominaron, y homicidios se tocaron con asesinatos. Por tanto, caerás en el día de la angustia, y a la que se dice tu santa madre, destruiré. Si MI Pueblo va a ser exterminado, será porque le faltó sabiduría; y porque tú desechaste la sabiduría, YO te echaré del sacerdocio; y así como olvidaste LA LEY de tu DIOS, YO también ME olvidaré de tus hijos. Cuanto más se multiplicaron, así pecaron contra MÍ; por lo cual convertiré su respeto en desprecio. Comen del pecado de MI Pueblo, y su maldad les gusta. Tal será la suerte del pueblo como del sacerdote: Y miraré sobre él su conducta, y le pagaré conforme a sus comportamientos. Y comerán, mas no se llenarán; cohabitarán, mas no tendrán hijos: Porque dejaron de atender al SEÑOR. MI PUEBLO PREGUNTA A SUS LEÑOS, Y SU PALO LES RESPONDE; PORQUE LA FUERZA DE SUS FORNICACIONES LOS ENGAÑÓ, Y ME DEJARON POR FORNICAR DEBAJO DE SUS ÍDOLOS.

Escuchen esto sacerdotes, y estén atentos: Porque a ustedes es el Juicio, pues han sido lazo, y red extendida; y haciendo víctimas han caído hasta lo más bajo: Por

tanto, YO seré su corrección. No pondrán sus pensamientos en volverse a su SEÑOR, porque están fascinados con la fuerza de su fornicación y no conocen a su DIOS. Por tanto, YO seré como LEÓN, y todos ustedes como cachorros: YO arrebataré, y andaré; tomaré, y no habrá quién los libere. Andaré, y regresaré a MI LUGAR hasta que conozcan su pecado, y busquen MI ROSTRO. El día de su angustia madrugarán para encontrarme.

Vengan y volvámonos al SEÑOR: Que ÉL arrebatará, y nos curará; herirá, y nos vendará; nos dará vida después de dos días: Al tercer día nos resucitará, y viviremos

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delante de ÉL. Y conoceremos al SEÑOR: Así como el amanecer, ya está preparada SU salida, y vendrá a nosotros como viene la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra.

Y DIJO EL SEÑOR: Se descubrió la maldad porque todos hicieron engaño: Ya viene el Ladrón, y el Asaltante de fuera; y no piensan que tengo en La Memoria toda su

maldad: Ahora los rodearán sus obras; delante de MÍ están. Con su maldad alegran a sus gobernantes, y a los sacerdotes con sus mentiras, todos ellos son adúlteros, son como el horno encendido por el hornero, el cual acabará de avivarlo después de que esté hecha la masa. Ya viene El Día de nuestro REY, porque los sacerdotes lo hicieron enfermar con vasos de vino: Extendió SU MANO con los burladores, porque ellos acercaron su corazón, siendo como un horno, a sus obras de engaños: Toda la noche duerme su hornero; cuidado a la mañana, porque el horno estará encendido como llama de fuego. Y DIJO EL SEÑOR: ¡Ay de ellos! Porque se apartaron de MÍ: Vendrá la destrucción sobre ellos, porque contra MÍ se revelaron; YO los perdoné, y ellos hablaron contra MÍ mentiras; YO los vestí, puse fuerza en sus brazos, y contra MÍ pensaron mal. Se volvieron, mas no al ALTÍSIMO; fueron como arco engañoso: Caerán sus sacerdotes a cuchillo por la soberbia de su lengua: Éste será su burla en la tierra.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Pon a tu boca una alarma, y avisa, porque vendré como águila contra su familia, porque traspasaron MI PACTO, y se revelaron contra MI LEY:

Ellos hicieron reyes, mas no por MÍ; constituyeron sacerdotes, mas YO no lo supe: DE SU PLATA Y DE SU ORO HICIERON ÍDOLOS, PARA SU PROPIA PERDICIÓN. Y los hizo un artesano; que no es DIOS: Por lo que en pedazos serán deshechos. Aunque den regalos a las naciones, YO las juntaré; y serán afligidos por la carga; porque multiplicaron sus altares para pecar, tuvieron altares, y pecaron. YO les escribí las grandezas de MI LEY, y fueron tenidas por poco, por creerlas ajenas; olvidaron a SU CREADOR, y construyeron templos, y multiplicaron ciudades fuertes: Mas YO meteré fuego en sus ciudades, el cual devorará sus templos.

Ya vienen los días de la visita, ya llegan los días de la paga; lo conocerán: Necio el profeta e insensato el hombre a causa de su maldad. Porque EL SEÑOR se acordará

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de su maldad, y castigará su pecado; como la fruta temprana de la higuera, en su principio vi a sus padres, ellos adoraron a sus ídolos, y se apartaron de MÍ para vergüenza, y se hicieron abominables como aquello que amaron. COMO AVE VERÁN VOLAR MI GLORIA. Y TAMBIÉN ME DIJO EL SEÑOR: Si llegan a grandes sus hijos, los quitaré de entre los hombres, porque ¡ay de ellos también, cuando de ellos ME aparte!

Conforme se multiplicó su fruto, el hombre multiplicó sus altares, conforme a la bondad de su tierra, aumentaron sus estatuas; se dividió su corazón. Ahora

serán hallados culpables: EL SEÑOR derribará sus altares, y hará pedazos sus estatuas.

Cuanto más los llaman, así ellos acuden a la presencia de sus ídolos; los adoran, y les ofrecen incienso a las esculturas; pues caerá la muerte sobre sus

ciudades, y consumirá sus aldeas; las consumirá a causa de sus malos consejos. Y ME DIJO EL SEÑOR: MI CORAZÓN se revuelve dentro de MÍ, se enardecen todas MIS Compasiones; no ejecutaré según El Furor de MI Ira: Porque YO SOY DIOS, y no hombre; SOY EL SANTO que está en medio de ti. EL SEÑOR BRAMARÁ COMO LEÓN, Y LOS HOMBRES SE MOVERÁN CONFUNDIDOS. COMO AVE SE MOVERÁ VELOZMENTE.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Conviértete a tu DIOS: Guarda la misericordia y el juicio, y en tu DIOS espera siempre, porque YO SOY EL SEÑOR TU DIOS desde la

tierra de Egipto: YO te haré vivir nuevamente en tiendas, como en los días de fiesta. YO SOY el que he hablado por medio de los profetas, y EL que por medio de ellos puse parábolas para que entendieran.

De su plata se han hecho según su entendimiento, ídolos y estatuas de fundición, todas ellas obra de artesanos, para aumentar a su pecado. Por tanto,

serán como la niebla de la mañana, y como el rocío de la madrugada que se pasa, y como el humo que sale de la chimenea. Mas YO SOY EL SEÑOR TU DIOS: No conocerás DIOS fuera de MÍ, ni otro SALVADOR sino a MÍ. Por tanto, YO seré para ellos como León; como un Leopardo en el camino los espiaré, como Oso que ha perdido sus hijos los encontraré, y romperé las telas de su corazón, y allí los devoraré como León: Bestia del campo los despedazará. Atada está la maldad de ellos, su pecado está guardado; dolores como de mujer de parto les vendrán: Son hombres ignorantes. De la mano del sepulcro los salvaré,

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los libraré de la muerte; oh muerte, YO seré tu muerte, y seré tu destrucción; oh sepulcro, el arrepentimiento será escondido de MIS OJOS.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Conviértanse todos al SEÑOR SU DIOS, porque por su pecado han caído; nunca más digan a lo que fabricaron con sus manos: Dioses

nuestros, y YO seré para ustedes como el rocío, florecerán como el lirio, y extenderán sus raíces como el cedro del Líbano. Volverán, y se sentarán bajo MI SOMBRA: Serán vivificados como el trigo, y florecerán como la vid; y finalmente dirán: ¿Qué más tendremos ya con los ídolos? Y YO lo escucharé, y miraré; y YO seré como el pino verde: De MÍ será encontrado su fruto. ¿Quién es sabio para que entienda esto, y prudente para que lo sepa? Porque los caminos del SEÑOR son derechos, y los justos andarán por ellos: Mas los rebeldes en ellos caerán.

Joel

Y DIJO EL SEÑOR: Escuchen esto, ancianos, y todos los habitantes de la tierra; de esto contarán a sus hijos, y sus hijos a sus hijos, y sus hijos a la otra generación: Lo

que quedó del gusano, lo comió la langosta, y lo que quedó de la langosta lo comió el pulgón; y el grillo comió lo que del pulgón había quedado. Despierten, borrachos, y lloren; aúllen todos los que beben vino, a causa del néctar, porque les será quitado de su boca. Pues un Gran Ejército llegará a MI Tierra, son fuertes y sin número, sus dientes y sus muelas son como de león. Destruirá MI uva, y descascará MI higuera: Del todo la desnudará y derribará: Sus ramas quedarán blancas; el campo será destruido, se enlutará la tierra; porque el trigo será destruido, se secará el néctar, se perderá el aceite. Confúndanse, labradores; aúllen, viñeros, por el trigo y la cebada; porque se perderá el grano del campo, apriétense y laméntense, sacerdotes; aúllen ministros del altar, y vengan a dormir en su penitencia: Anuncien el ayuno, inviten a reunirse; reúnanse los ancianos y todos los habitantes de la tierra, para poder tener acceso a LA CASA DEL SEÑOR. Porque ¡ay, ay, ay qué día tan terrible! Cerca está EL DÍA DEL SEÑOR, vendrá como espantoso torbellino la destrucción por EL TODOPODEROSO.

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Y DIJO EL SEÑOR: Toquen trompetas, y den la voz de alarma en MI SANTO MONTE: Tiemblen todos los habitantes de la tierra, porque está muy cerca el día del SEÑOR:

Día de tinieblas y de oscuridad, día de nube y de sombra. Se derramará sobre los montes, como se derrama la luz por la mañana, un Ejército Grande y Fuerte: Nunca desde el principio hubo semejante, ni después de él existirá jamás: Delante del SEÑOR, los consumirá el fuego, detrás de ÉL, arderán llamas; como huerto será la tierra delante de ÉL, y detrás de ÉL como desierto solitario; y no habrá quien de ÉL escape. El aspecto de esa multitud, es como de poderosos caballos; mas como si los montara un jinete, correrán, con un estruendo como de carros, saltarán sobre las cumbres de los montes; el sonido de sus llamas de fuego es como si se consumieran hojarascas, es un Fuerte Ejército reunido para la batalla. Delante de ÉL temerán todas las naciones, y se pondrán mustios todos los rostros. Sus carros correrán como campeones, son fuertes, hechos para la guerra, se elevarán por los muros, y cada uno irá de frente, no se estorbarán unos a otros, cada uno irá por su propia carrera; y aún cayendo por arma, no serán heridos. Irán asaltando las ciudades, correrán por los muros, estarán sobre las casas, entrarán por las ventanas a manera de ladrones. A LA LLEGADA DEL SEÑOR TEMBLARÁ TODA LA TIERRA, SE ESTREMECERÁN LOS CIELOS: EL SOL Y LA LUNA SE OSCURECERÁN, Y LAS ESTRELLAS OPACARÁN SU RESPLANDOR. PORQUE EL SEÑOR HARÁ OÍR SU VOZ AL DESCENDER CON SUS EJÉRCITOS. Y EL SEÑOR HABLARÁ DELANTE DE SU REGIMIENTO: PORQUE MUCHOS SON SUS BATALLONES, Y SON FUERTES, QUE LLEVAN A CABO SU PALABRA EJECUTANDO SUS ÓRDENES: PORQUE GRANDE ES EL DÍA DEL SEÑOR, Y MUY TERRIBLE; ¿Y QUIÉN LO PODRÁ SUFRIR? Y DIJO EL SEÑOR: Conviértanse a MÍ con todo su corazón, con ayuno, con angustia y con llanto; y rasguen su corazón, y no sus vestidos; y conviértanse al SEÑOR su DIOS; porque ÉL ES Misericordioso y Clemente, lento para la ira y grande en misericordia. Tierra, no temas; alégrate y gózate: Porque EL SEÑOR hará en ti cosas maravillosas. Animales del campo, no teman; porque en pleno desierto verán reverdecer los pastos, porque los árboles llevarán su fruto, la higuera y la vid volverán a dar sus frutos. YO los recompensaré por los años que los devoró el gusano, la langosta, el pulgón, y el grillo; estén atentos, porque todos ellos son uno de MIS Terribles Ejércitos que enviaré contra ustedes; y los comerán hasta saciarse, y alabarán EL NOMBRE DEL SEÑOR SU DIOS, el cual hará terribles maravillas con ustedes: Y nunca jamás YO y MI Pueblo volveremos a

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ser confundidos. Y conocerán que en medio de MIS escogidos estoy YO, y que YO SOY EL SEÑOR SU DIOS, y no hay otro. Y será que después de esto, derramaré MI FUERZA sobre todo ser vivo, y profetizarán sus hijos y sus hijas; sus viejos soñarán como sueños y sus jóvenes verán como visiones. Y YO les mostraré señales en el cielo, como estelas de humo; y sobre la tierra: fuego y guerra; y verán que el sol estará como en tinieblas, y el resplandor de la luna les parecerá sangre, antes que venga el día grande y espantoso, y terrible del SEÑOR. Y será que cualquiera que se apresure a implorar EL NOMBRE DEL SEÑOR, quizá ese se salvará: Porque en el Monte de Sión y en Jerusalém descenderá La Salvación, como EL SEÑOR ha dicho, y los que queden, serán los cuales EL SEÑOR habrá llamado.

Y DIJO EL SEÑOR: Porque todos verán que en aquellos días, YO JUNTARÉ A TODAS LAS NACIONES Y HARÉ VENIR A SUS GENTES AL VALLE DE JOSAFAT, Y ALLÍ ENTRARÉ

EN JUICIO CON ELLOS por haber repartido a MI Pueblo entre las naciones, y por haber partido MI Tierra: Y por haber cambiado la vida de sus niños por una ramera, y por haber vendido a sus niñas por un cáliz con vino para beber. Porque se llevaron MI oro y MI plata; y MIS cosas preciosas y hermosas metieron en sus templos: YO LOS LEVANTARÉ del lugar donde los vendieron, y daré su paga sobre su cabeza. Despiértense todas las gentes, y prepárense para ir al valle de Josafat: Porque allí descenderé para sentarme a juzgar a todas las naciones, porque el grano ya está maduro; prepárense, porque es mucha su maldad. El sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas opacarán su resplandor, EL SEÑOR TRONARÁ DESDE SIÓN, Y HABLARÁ DESDE JERUSALÉM, Y TEMBLARÁN LOS CIELOS Y LA TIERRA; y será en aquel tiempo, que los montes destilarán néctar, y de los cerros fluirá leche, y por todos los arroyos correrán aguas limpias: Porque saldrá una cascada de LA GLORIA DEL SEÑOR, y regará los valles.

Amós

EL SEÑOR TRONARÁ DESDE SIÓN, Y HABLARÁ DESDE JERUSALÉM; Y EN TODAS LAS CASAS HABRÁ MUERTOS, Y SE SECARÁ LA CUMBRE DEL MONTE CARMELO.

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Y ME DIJO EL SEÑOR: Meteré fuego a la descendencia de Hazael, y consumirá los palacios de Ben-hadad. Meteré fuego en el muro de Gaza, y quemará sus palacios; meteré fuego en el muro de Tiro, y consumirá sus palacios. Meteré fuego en Temán, y consumirá los palacios de Bosra; meteré fuego en el muro de Rabba, y consumirá sus palacios con gran estruendo en el día de la batalla, con tempestad en el día tempestuoso.

Meteré fuego en Moab, y consumirá los palacios de Cariot; meteré fuego en Judá, y consumirá los palacios de Jerusalém; porque venden al justo por dinero, y al pobre

por un par de zapatos: Pisotean a los pobres en el suelo y tuercen el camino de los humildes: Y el hijo y su padre se acuestan con la misma mujer, profanando MI SANTO NOMBRE. Y sobre las ropas empeñadas se acuestan junto a cualquier altar; Y EL VINO DE LOS CONDENADOS BEBEN EN LA CASA DE SUS ÍDOLOS. Fui YO quien destruyó delante de ellos al Amorreo, cuya estatura era como la altura de los cedros; fui YO quien los hizo salir de la tierra de Egipto, y los traje por el desierto, y tomé de sus hijos para profetas, y de sus jóvenes para que fueran Nazareos. ¿No es esto así?, dice EL SEÑOR. Mas ustedes dieron de beber vino a los Nazareos; y a los profetas ordenaron, diciendo: No profetices. Pues fíjate, que YO los apretaré en su lugar, como se aprieta el carro lleno de manojos; y no huirá el hombre rápido, y el fuerte no usará su fuerza, ni el valiente salvará su vida; y el militar no resistirá, ni escapará el flojo, ni el que cabalga en caballo salvará su vida. El decidido entre decididos huirá desnudo aquel día, dice EL SEÑOR.

A ustedes solamente he conocido de todas las criaturas de la tierra; por tanto, recordaré contra ustedes todas sus maldades. O ¿andarán dos juntos, si no estuvieran

de acuerdo? ¿Rugirá el león en el monte sin tener presa? ¿Bramará el leoncillo desde su lugar, si no caza? ¿Se tocará la alarma en la ciudad, y no se alborotará el pueblo? PORQUE NO HARÁ NADA EL SEÑOR SIN QUE REVELE SU SECRETO A SUS SIERVOS LOS PROFETAS. Bramando el león, ¿quién no temerá? Hablando EL SEÑOR, ¿quién no profetizará? Y ME DIJO EL SEÑOR: No saben hacer lo correcto, atesorando robos y despojos en sus casas. Escuchen todos los de MI Pueblo, así ha dicho EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: El día que visite a los rebeldes, veré también las aberraciones que tienen en sus templos; y serán

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cortadas sus torres, y caerán a tierra. Las casas de marfil caerán, y muchas casas serán arruinadas, dice EL SEÑOR.

YO SOY el que les dejaré limpios los dientes en todas sus naciones, por la falta de pan en todos sus pueblos: Mas no se volverán a MÍ, dice EL SEÑOR; YO SOY el que

les detendré la lluvia, y sobre todas las naciones no haré llover: Sobre una parte lloverá; y en donde no llueva, se secará. Y llegará el día en que vendrán de dos o tres ciudades a otra ciudad para beber agua, y no se hartarán: Con todo eso no se volverán a MÍ, dice EL SEÑOR. Enviaré entre ustedes la muerte del mismo modo que en Egipto: Mataré a sus jóvenes, haré subir la pestilencia de sus valientes hasta sus narices: Pero no se volverán a MÍ, dice EL SEÑOR. Por tanto, de esta manera haré con ustedes: Y porque te he de hacer esto, prepárate para venir al encuentro de tu DIOS; porque EL que forma los montes, y cría el viento, y hace saber al hombre SU PENSAMIENTO; EL que hace a las noches día, y pasa SOBRE LAS ALTURAS de la tierra; EL SEÑOR DIOS DE LOS EJÉRCITOS ES SU NOMBRE.

Búscame y vivirás, no sea que te penetre como fuego, y te consuma sin haber quién lo apague. Los que convierten en bebida el juicio, y dejan en tierra la justicia, MIREN

AL QUE HACE LAS OSAS Y EL ORIÓN; Y AL QUE A LAS TINIEBLAS VUELVE MAÑANA, Y HACE OSCURECER AL DÍA EN NOCHE; EL QUE LLAMA A LAS AGUAS DE LA MAR, Y LAS DERRAMA SOBRE LA SUPERFICIE DE LA TIERRA: EL SEÑOR ES SU NOMBRE. Busquen lo bueno, y no lo malo, para que vivan; porque así EL SEÑOR DIOS DE LOS EJÉRCITOS estará con ustedes, aborrezcan el mal, y amen el bien, y pongan juicio en su puerta: Quizá EL SEÑOR DIOS DE LOS EJÉRCITOS tenga piedad. Por tanto, así ha dicho EL SEÑOR DIOS DE LOS EJÉRCITOS: En todas las calles habrá llanto, y en todas las plazas, dirán: ¡Ay, ay! Porque pasaré por en medio de ti, dice EL SEÑOR. ¡Ay de los que desean que llegue el día del SEÑOR! Será de oscuridad, y no de luz: Como el que huye del león, y se topa con el oso; o si entra en su casa y arrima su mano a la pared, le muerde la culebra. YO aborrezco, y maldigo sus ceremonias, y ME dan asco sus reuniones; y si ME ofrecieran holocaustos y regalos, no los recibiré. Quita de MÍ el exceso de tus cantos, que no escucharé los sonidos de tus instrumentos.

Todos silban al ritmo de la flauta, e inventan instrumentos musicales, beben vino en tazones, y se perfuman con los ungüentos más preciosos; y no se afligen por su

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desobediencia. Por eso, EL SEÑOR mandará y herirá con grietas la casa mayor, y la casa menor con aberturas. ¿Acaso corren los caballos por las piedras? ¿Aran en ellas con vacas? ¿Por qué han convertido ustedes el Juicio en veneno, y el fruto de Justicia en licor? Ustedes que se alegran en nada, y que dicen: ¿No nos hemos hecho poderosos con nuestras fuerzas? Pues miren, YO haré descender sobre ustedes, Ejércitos que los humillarán.

Y todos sus altares serán destruidos, y sus santuarios serán arrasados; y ME Levantaré contra ustedes con armas. A ti que dices: No profetices contra la tierra, ni hables

contra las naciones: Así ha dicho EL SEÑOR: Tu mujer fornicará en la ciudad, y tus hijos e hijas morirán a cuchillo, y tu tierra será partida.

Y en aquel día, los cantores de los templos aullarán, muchos serán los muertos; y en todo lugar serán amontonados en silencio, dice EL SEÑOR.

Escuchen esto, los que devoran a los menesterosos, y los que arruinan a los pobres de la tierra, diciendo: ¿Cuándo pasará el mes, para que vendamos el trigo? ¿Y cuándo pasará la semana, para abrir los graneros del pan; para que achiquemos la medida, y elevemos el precio, y falseemos el peso engañoso, para que compren todos los pobres por dinero, y los necesitados por un par de zapatos, y vendamos los salvados del trigo? Porque sucederá que en aquel día, dice EL SEÑOR, haré que se oculte el sol al mediodía, y la tierra cubriré de oscuridad en pleno día claro; y convertiré sus fiestas en llanto, y todos sus cantos en lamentos; y haré poner túnicas sobre todos los lomos, y rapado sobre toda cabeza; y la convertiré como en llanto de hijo único, y su agonía como día amargo. Miren que vienen días, dice EL SEÑOR, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de escuchar La Palabra del SEÑOR; e irán errantes de mar a mar: Desde el Norte hasta el Oriente andarán buscando La Palabra del SEÑOR, y no la encontrarán. En aquel tiempo, las jovencitas hermosas y los jóvenes desmayarán por esa sed.

Y ME DIJO EL SEÑOR: Rompe el umbral, para que tiemblen las puertas, y córtales en piezas la cabeza de todos; y al último de ellos mataré a cuchillo. No habrá de

ellos quién se fugue, ni quién escape con vida. Aunque excaven hasta el centro de la tierra, de allá los tomará MI MANO; y si suben al cielo, de allá los haré bajar; y si se esconden en la cumbre del Monte Carmelo, allí los buscaré y los tomaré; y aunque se escondan delante de MIS OJOS en lo profundo de la mar, allí mandaré MI Dragón Marino para matarlos. Y si son presos delante de sus enemigos, allí mandaré MI arma, y los matará.

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EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS es el que tocará la tierra, y se derretirá, y llorarán todos sus habitantes. EL SEÑOR construyó en el cielo sus gradas, y ha establecido SU expansión sobre la tierra, SUS OJOS están contra el reino pecador. Y ME DIJO EL SEÑOR: YO haré que la tierra sea zarandeada con todas sus naciones, como se zarandea el grano en un harnero, y no cae un granito en la tierra. A cuchillo morirán todos los pecadores de MI Tierra, que dicen: No llegará, ni nos alcanzará ese mal.

Abdías

Porque ya está cerca el día de La Ira del SEÑOR sobre todas las naciones: Como tú hiciste, se hará contigo: Verás descender tu recompensa sobre tu cabeza. Mas sobre

el Monte de Sión, descenderá y se sentará EL SANTO, y allí estará para los escogidos la salvación.

Jonás

Y ME DIJO EL SEÑOR: Levántate, y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y profetiza contra ella; porque su maldad ha subido delante de MÍ.

Y cuando Jonás se levantó para huir de la presencia del SEÑOR, encontró un barco que salía para Tarsis; y pagando su pasaje entró en él. Mas EL SEÑOR hizo levantar un gran viento, una gran tempestad en la mar, que se pensó se partiría el barco. Y los marineros tuvieron tal miedo, que cada uno llamaba a su dios: Pero Jonás se había bajado a dormir. Y el capitán de la nave le dijo: Levántate, dormilón, implora a tu DIOS; quizá ÉL tendrá compasión de nosotros, y no moriremos; y dijeron cada uno a su compañero: Echemos suertes, para ver por quién nos ha venido este mal; y la suerte cayó sobre Jonás. Y él les respondió: Soy Hebreo, y temo al SEÑOR DIOS DE LOS CIELOS, al que hizo la mar y la tierra; y aquellos hombres tuvieron miedo, y le dijeron: ¿Qué te haremos para que la mar

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se tranquilice? Y Jonás les respondió: Échenme a la mar, porque por mí es esta tempestad sobre ustedes. Y echando a Jonás a la mar, la mar calmó su furia; y aquellos hombres tuvieron miedo al SEÑOR, y ofrecieron sacrificio.

Mas EL SEÑOR había ordenado a uno con aspecto como de inmenso pez, que rescatara a Jonás: Y estuvo Jonás en el interior de éste, tres días y tres noches,

haciendo oración al SEÑOR, hasta que por fin lo depositó en tierra.

Y LE DIJO EL SEÑOR: Levántate, y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona lo que YO te diré.

Y fue como Jonás se encaminó a Nínive conforme La Palabra del SEÑOR, y pregonaba, diciendo: De aquí a cuarenta días Nínive será destruida; y los hombres de Nínive creyeron a DIOS, e hicieron largo ayuno, y se vistieron de túnicas; desde el mayor hasta el menor de ellos. Y el rey, escuchando, se levantó de su trono y echó de él su vestido real, y se vistió también de túnica, y se sentó sobre la ceniza; y ordenó anunciar: Hombres, animales, bueyes y ovejas, no gusten de cosa alguna, no se les dé alimento, ni beban agua: Y clamen a DIOS con todas sus fuerzas: Y conviértanse de su mal camino, de la rapiña que está en sus manos. Ojalá EL SEÑOR se arrepienta y aparte El Furor de SU Ira, y no moriremos. Y vio DIOS todo lo que hicieron al convertirse de su mal camino: Y se arrepintió del mal que había dicho les había de hacer, y no lo hizo.

Pero Jonás se enojó, y oró al SEÑOR, diciendo: ¿No es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me previne huyendo a Tarsis: Porque yo sabía que TÚ ERES

UN DIOS Clemente y Piadoso, tardo para enojarte, y de gran misericordia, y que te arrepientes del mal. Ahora, SEÑOR, te ruego que me mates; porque es mejor la muerte que la vida. Y LE DIJO EL SEÑOR: ¿Por qué te enojas tanto? Y se fue Jonás de la ciudad hacia el Oriente, y allí se hizo una choza, y se sentó debajo de ella a la sombra, hasta ver qué sería de la ciudad. Y entonces EL SEÑOR ordenó una hiedra, la cual creció sobre Jonás para que le hiciera sombra sobre su cabeza, y lo defendiera de SU RESPLANDOR: Y Jonás se alegró mucho. Mas EL SEÑOR le puso un gusano; el cual hizo que se secara la hiedra; y al salir el sol, fue tanto el calor, que un

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viento quemó a Jonás en la cabeza, y deseando la muerte, dijo: Sería mejor para mí la muerte que mi vida. Y LE DIJO EL SEÑOR: ¿Tanto te enojas por la hiedra? Si tú tuviste lástima porque se secó la hiedra, en la cual no trabajaste, ni tú la hiciste crecer; ¿no tendré YO piedad de Nínive, donde hay miles de personas?

Miqueas

Escuchen todos los pueblos: Preste atención toda la tierra, y todo lo que hay en ella: Y EL SEÑOR, desde SU SANTA GLORIA sea testigo contra ustedes; porque miren que

ÉL ya ha salido de SU Paraíso, y descenderá, y pisará sobre las alturas de la tierra. Y debajo de ÉL se derretirán los montes, y los valles se desbaratarán como cera delante del fuego, como las aguas que corren por un precipicio. Y ME DIJO EL SEÑOR: Todas sus estatuas serán despedazadas, y todas sus pertenencias serán quemadas en fuego, acabaré con todos sus ídolos; porque con el dinero que apartaban para sus sectas, los compraron, y a pertenencias de rameras volverán.

¡Ay de los que piensan perversamente y de los que planean el mal cuando descansan! Porque cuando llega la mañana lo ponen en práctica, pues tienen en su

mano el poder; y también codician las herencias, y las roban; y las casas, y las toman: Oprimen al hombre y a su familia, al hombre y a su propiedad. A sus niños quitan MI Eterna Alabanza.

Serán avergonzados los que se dicen profetas, y se confundirán los que se dicen adivinos: Todos ellos taparán su boca, porque no hay respuesta de DIOS. Escuchen

esto, gobernantes, sacerdotes y jueces que aborrecen el juicio, y pervierten todo lo correcto; que construyen con sangre y con injusticia; sus cabezas juzgan por soborno, y sus sacerdotes enseñan por precio, y sus profetas adivinan por dinero; y se apoyan, diciendo: ¿Acaso no está EL SEÑOR entre nosotros? Entonces no vendrá ningún mal sobre nosotros.

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Y sucederá que en los últimos tiempos, EL MONTE DE LA CASA DEL SEÑOR será constituido por cabeza de Montes, y correrán a Él las naciones; y vendrán muchos

pueblos, y dirán: Vengan, y vayamos al MONTE DEL SEÑOR, subamos a LA CASA DEL DIOS DE JACOB; y allí nos enseñará SUS Caminos, y andaremos por SUS Veredas: Porque en Sión estará La LEY, y de Jerusalém saldrá La Palabra del SEÑOR. Y hará Juicio a todos los pueblos, y corregirá a las naciones más lejanas; y después cada uno se sentará debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá quién lo amenace: Porque LA BOCA DEL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS así lo ha dicho. Mas ellos no entendieron Los Pensamientos del SEÑOR, ni quisieron aceptar SU Consejo: Por lo cual los juntará como manojos en temporada de cosecha. EL SEÑOR se levantará y los aventará desde Sión, porque en su pico habrá Hierro, y porque SUS uñas son de metal, para que sean desmenuzados todos los pueblos, y consagren al SEÑOR sus robos, y sus riquezas al SEÑOR DE TODA LA TIERRA.

Y ME DIJO EL SEÑOR: También haré destruir las ciudades de la tierra, y despedazaré todas sus fortalezas, destruiré de su mano las hechicerías y no habrá

más en ustedes adivinos; y haré destruir sus esculturas y sus imágenes de en medio de ustedes, y nunca más se arrodillarán a lo que fabricaron con sus manos; y arrancaré sus bosques, y destruiré sus ciudades. Y con Ira y con Furor ME vengaré de todas las gentes que no ME escucharon.

La Voz del SEÑOR clamará a la ciudad, y el más sabio temerá a SU NOMBRE; escuchen lo que será el castigo, y también a quien lo establece: Tú comerás, y no te

llenarás; y tu cansancio habitará en medio de ti: Tú atesorarás, mas nada salvarás; y lo que salves, YO lo entregaré a los que vengan a matarte; tú sembrarás, mas no cosecharás: Pisarás aceitunas, mas no te ungirás con su aceite; y no beberás más el vino.

Ya no hay misericordiosos en la tierra, ya no hay ninguno recto entre los hombres: Todos planean asesinatos; cada cual pone trampas a su prójimo. Y por si fuera poco,

para completar la maldad con sus manos, el sacerdote cobra, y el juez juzga por soborno; el mejor de ellos es como el espino; el más recto, como maleza: El día de lo impresionante en las alturas, el día de La Visita, viene; en aquella hora será su confusión. No creas en los amigos, no confíes en los sacerdotes: De la que duerme a tu lado, cuídate, no abras la

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boca; porque el hijo deshonra al padre, la hija se levanta contra la madre, la nuera contra su suegra: Y LOS ENEMIGOS DEL HOMBRE SON LOS MISMOS DE SU CASA. LA TIERRA CON SUS HABITANTES SERÁ ARRASADA POR EL FRUTO DE SUS OBRAS. LAS GENTES VERÁN, Y SE AVERGONZARÁN DE TODAS SUS VALENTÍAS; SE PONDRÁN LA MANO SOBRE LA BOCA, Y ENSORDECERÁN SUS OÍDOS. Lamerán el polvo como culebras, como las serpientes temblarán donde se escondan: Se han de asustar de nuestro DIOS, y temerán.

Nahum

EL SEÑOR no tendrá al culpado por inocente, ÉL viaja entre la tempestad y la lluvia, y las nubes son el polvo de SUS PIES; ÉL amenazará a la mar y la secará, vaciará

también todos los ríos; los montes temblarán delante de ÉL, y los cerros se desbaratarán; y la tierra, y el mundo, y todos sus habitantes se encenderán ante SU Presencia. SU Enojo se derramará como fuego, y por SU Presencia se rajarán las piedras. Porque como espinas entretejidas, mientras se estarán embriagando los borrachos, serán consumidos como las estopas llenas de sequedad. Aunque en estos días tengan reposo, y sean tantos, así serán exterminados, cuando EL SEÑOR descienda. Mas EL SEÑOR mandará, que nunca más haya descendiente alguno de tu nombre: De los templos de tus ídolos destruirá las esculturas y las estatuas, y las hará tu sepulcro; porque fuiste vil. Observen los montes, y verán descender LOS PIES del que trae buenas noticias, del que pregona la paz.

El escudo de SUS Valientes que vienen será rojo, los Varones de SU EJÉRCITO vendrán vestidos de rojo y con el rostro cubierto: Sus carros se verán como fuego de

antorchas; el día que desciendan, mientras se organizan, temblarán los árboles. Sus carros se precipitarán veloces a las plazas, y se desplazarán con gran tronido por las calles: Su aspecto es como de antorchas encendidas; los verán correr como relámpagos. Y ME DIJO EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: En aquel día, YO incendiaré y reduciré a humo tus carretas, y MIS rayos consumirán a tus jóvenes; y así pondré fin a tus aberraciones.

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¡Ay de ti, ciudad hermosa y asesina, toda tú estas llena de mentira y de robos, que tienes viviendo contigo a los más buscados! ¡Ya viene! Sonido como de látigo, y

ruido de movimiento de ruedas; y caballo atropellador, y carro saltador; caballero rígido, y resplandor de rayo, y resplandor de lanza; y multitud de muertos, y multitud de cadáveres; y de sus cadáveres no habrá fin, y en sus cadáveres tropezarán, a causa de la cantidad de fornicaciones de la gran ramera de hermosa gala, de aquella gran ciudad maestra de brujerías, que engaña a las naciones con sus fornicaciones, y a sus habitantes con sus hechizos. Mira que YO ESTOY contra ti, gran ramera, dice EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS, descubriré tus infamias en tu cara, y al fin mostraré a todos los hombres tu verdad, y a todas las naciones tus vergüenzas; y echaré sobre ti suciedades, y te humillaré, y te pondré como estiércol. Y será que todos los que te vean, se apartarán de ti; porque fuego consumirá tus rejas. Provéete de agua para el día que seas cercada, refuerza tus fortalezas; entra en el lodo, pisa el barro, refuerza el horno, porque allí te consumirá el fuego, y te exterminará la espada.

Habacuc

Y ME DIJO EL SEÑOR: YO haré venir contra ti gente amarga y ligera, que caminará por lo ancho de la tierra para poseer las propiedades ajenas: Es espantosa y terrible,

ella misma crea su derecho y su grandeza; sus caballos son más ligeros que leopardos, y más veloces que lobos de tarde; y sus jinetes se multiplicarán: Vendrán de lejos sus caballeros, y volarán más rápido que las águilas que se apresuran a la comida. Toda ella vendrá a la presa, haciendo un gran viento tempestuoso; y juntará prisioneros como si fueran arena. Y deshonrarán a los reyes, y de los sacerdotes se burlarán, se reirán de todas las fortalezas que se han fabricado arriba y debajo de la tierra, y amontonarán polvo, y la tomarán. Y yo dije: Mi SEÑOR, ¿acaso no vives TÚ desde La Eternidad, OH SEÑOR, DIOS mío, SANTO mío? TÚ, que tienes TUS OJOS tan puros, que no soportas ver el mal, ni tampoco puedes ver la injusticia: ¿Por qué entonces ves a los malvados, y callas cuando destruye el incrédulo al más justo que él, y haces que sean los hombres como los peces de la mar, como reptiles que no tienen SEÑOR?

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EL SEÑOR sacará a todos con anzuelo, los cogerá con SU red, y los juntará en SU basurero: Por lo cual se paseará y se burlará.

Y ME DIJO EL SEÑOR: ESCRIBE LO QUE VES, Y DESCRÍBELO EN LIBROS, PARA QUE TODOS LOS QUE LEAN EN ELLOS CORRAN Y SE CONVIERTAN; AUNQUE LO QUE VEAS,

CREAS QUE TARDARÁ MUCHO TIEMPO, AL FIN LOS LIBROS HABLARÁN, Y NO MENTIRÁN: AUNQUE SE TARDE, ESPÉRALO, QUE SIN DUDA VENDRÁ; NO TARDARÁ. Mira cómo se enorgullecen aquellos cuya alma no es derecha delante del SEÑOR; MAS EL JUSTO SÓLO EN SU FE VIVIRÁ. Si también el que peca por el vino, es un hombre soberbio, no permanecerá. ¿Acaso no han de levantar todos estos sobre Él parábola, y también sarcasmos? Y dirán: ¡Ay de aquella ciudad hermosa que multiplicó lo que no era suyo! ¿Hasta cuándo terminará de amontonar sobre sí lo robado? ¿No se levantarán de repente los que te han de morder, y se despertarán los que te han de despedazar, siendo tú a ellos por rapiña? Porque tú has despojado a muchas naciones, otros te despojarán; a causa de tus asesinatos, y de todo lo que les robaste en la tierra, y de todas las injusticias cometidas en las ciudades y a todos los que habitan en ellas. ¡Ay del que desea ajena ganancia para su casa, para poner en lo más alto su nido, con la intención de escaparse del poder del mal! Tomaste el consejo equivocado, llevaste la vergüenza hasta tu casa, arruinaste a muchas naciones, y has pecado contra tu vida. ¡Ay del que construye una ciudad con sangre, y del que funda un pueblo con maldad! ¿No es esto del SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS? Los pueblos trabajarán para el fuego, y las naciones se cansarán en vano. PORQUE LA TIERRA SABRÁ, ACERCA DE LA GLORIA DEL SEÑOR, COMO LAS AGUAS CUBREN LA MAR. ¡Ay del que da de beber a su prójimo, mezclando con agua el vino en su cáliz, para embrutecerlo y así poder mirar su ignorancia! Te has llenado de deshonra más que de respeto: Bebe tú también, y serás avergonzada; porque el cáliz de la mano derecha del SEÑOR te embriagará, y vómito de ignorancia habrá sobre tu cabeza. Porque, ¿de qué sirve la escultura que esculpió el que la hizo, la estatua de fundición, que enseña mentira, para que haciendo imágenes mudas confíe el artesano en su obra? ¡Ay de aquel que dice a una escultura de madera: Socórreme, y a una piedra muda: Mírame y ten piedad de mí! ¿Podrán ellos enseñar? Así estén cubiertos de oro y plata,

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no hay vida dentro de ellos. No olvides que EL SEÑOR ESTÁ EN SU SANTA GLORIA: Calle delante de ÉL toda la tierra.

DIOS vendrá del Sur, desde la región de Temán. SU GLORIA cubrirá los cielos, y toda la tierra sólo dirá alabanzas; SU RESPLANDOR será más intenso que la luz; rayos

brillantes saldrán de SU MANO, porque allí está escondida SU FUERZA. Delante de SU ROSTRO irá la matanza, y de SUS PIES saldrán carbones encendidos. Se detendrá, y medirá la tierra; ante SU PRESENCIA temblará toda la tierra y todas las naciones; y los montes antiguos serán desmoronados, los cerros antiguos se humillarán al pasar EL ETERNO. Y yo dije: SEÑOR, ¿acaso te enojarás contra los ríos? ¿Acaso será también contra ellos TU Molestia? ¿TU Enojo será contra la mar, CUANDO DESCIENDAS SOBRE TUS CABALLOS, Y SOBRE TUS CARROS DE FUEGO QUE TRAEN LA SALUD? Se mostrará eternamente TU arco, agrietarás la tierra y dividirás sus ríos, te verán, y tendrán miedo los montes: El sol y la luna se quedarán en el mismo lugar; a la luz de TUS dardos andarán, y al resplandor de TU deslumbrante arma. Con TU Ira destrozarás la tierra, con TU Furor exterminarás a las naciones; SALDRÁS CON TU UNGIDO PARA SALVAR A TU PUEBLO, matarás a la familia del incrédulo, desnudando su ignorancia hasta el cuello. Y también le dije: SEÑOR, si con escuchar TU Voz, tembló mi vientre; al hablar TÚ, temblaron mis labios; entró pudrición en mis huesos, y mis piernas se estremecieron; ¿crees que estaré quieto en el día de la angustia, cuando desciendas a la tierra y la invadas con TUS TROPAS? Aunque la higuera no florecerá, ni en las vides habrá frutos; mentirá la obra de la oliva, y los campos labrados no darán alimento, las ovejas serán quitadas del rebaño, no habrá vacas en los corrales; con todo, yo me alegraré en EL SEÑOR, y me gozaré en el DIOS de mi salud. EL SEÑOR es mi fortaleza, y ÉL me llevará a pasear sobre las alturas.

Sofonías

Y ME DIJO EL SEÑOR: Destruiré completamente todas las construcciones que hay sobre la superficie de la tierra; destruiré a los hombres y a las bestias; destruiré a las

aves del cielo y a los peces de la mar, y a los leños y a las piedras con las que tropezaron

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los incrédulos; y exterminaré del todo a los hombres de la tierra; y también exterminaré de este lugar el resto de sus ídolos con sus sacerdotes; y a los que se inclinan sobre las azoteas al Ejército del cielo; y a los que se inclinan jurando por EL SEÑOR; y a los que ME dan la espalda y a los que no ME buscaron, ni preguntaron por MÍ. Callen todos ante la presencia del SEÑOR, porque SU Día está cerca; porque EL SEÑOR ya está preparado para el sacrificio, y ha llamado a SUS Invitados. Y sucederá que en EL DÍA DEL SACRIFICIO DEL SEÑOR, llegará sobre todos los que visten y viven del modo equivocado. Asimismo llegará sobre todos los que saltan la puerta, los que roban y engañan las casas de sus patrones. Y ME DIJO EL SEÑOR: En aquel día, habrá gritos tremendos, desde las playas de la mar, y aullidos desde las cavernas, y gran estruendo se escuchará desde los cerros. YO registraré a Jerusalém con candiles y llegaré sobre los hombres que están sentados, los cuales dicen en su corazón: EL SEÑOR, no hará ni bien ni mal, porque ÉL perdona todo. Por tanto, serán saqueadas sus propiedades, y sus casas reducidas a ruinas. CERCA ESTÁ EL DÍA GRANDE DEL SEÑOR, Y MUY PRÓXIMO. ÉL LLEGARÁ A GRAN VELOCIDAD; VOCES AMARGAS SE ESCUCHARÁN EN EL DÍA DEL SEÑOR; A SU LLEGADA SERÁ SU ESTRUENDO EL QUE HARÁ GRITAR HASTA LOS VALIENTES. DÍA DE IRA AQUEL DÍA, DÍA DE ALBOROTO Y DE EXTERMINIO, DÍA DE TINIEBLAS Y DE OSCURIDAD, DÍA NUBLADO Y NEGRO, DÍA DE ALARMA Y DE GRITERÍA, CONTRA LAS NACIONES FUERTES, Y SOBRE LAS TORRES ALTAS. Y DIJO EL SEÑOR: Angustiaré a los hombres, a tal grado, que andarán como ciegos, porque pecaron contra EL SEÑOR: Y la sangre de ellos será derramada como polvo, y su carne como estiércol. Ni su plata ni su oro podrá librarlos en EL DÍA DE LA IRA DEL SEÑOR. Toda la tierra será consumida con el fuego de SU Celo: Porque ciertamente, extinción a toda prisa hará con todos los habitantes de la tierra.

Y DIJO EL SEÑOR: REÚNANSE Y MEDITEN ENTRE USTEDES, gente sin vergüenza, antes que venga sobre todos ustedes El Furor de La Ira del SEÑOR: BUSQUEN AL

SEÑOR TODOS LOS HUMILDES DE LA TIERRA, LOS QUE PUSIERON EN PRÁCTICA SUS MANDAMIENTOS, LOS QUE GUARDARON SUS PRECEPTOS; BUSQUEN LA JUSTICIA, BUSQUEN LA HUMILDAD: Y QUIZÁS SEAN GUARDADOS EN EL DÍA GRANDE DEL ENOJO DEL SEÑOR. Porque también La Palabra del SEÑOR es contra ustedes, tierra de Palestinos, que te haré destruir hasta no quedar habitante. Por tanto, JURO YO, dice EL SEÑOR DE LOS

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EJÉRCITOS, que la tierra será como Sodoma, y sus habitantes como Gomorra, será campo de espinos, y mina de sal, y exterminio eterno: Los Exterminadores los saquearán, y MIS escogidos los heredarán. Esto les vendrá por su soberbia, porque humillaron, y se engrandecieron contra El Pueblo del SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS. Terrible será EL SEÑOR contra ellos, porque aniquilará a todos los ídolos de la tierra; y cada uno desde su nación se inclinará a ÉL, también las gentes que habitan todas las islas. Y DIJO EL SEÑOR: Ustedes también los de Etiopía caerán muertos con MI arma, exterminio habrá en todas las puertas, porque lo que tallaron en madera será descubierto. Esto es también para aquella ciudad gloriosa que sigue confiada en su mentira, la que dice en su corazón: Yo, y nadie más. ¡Cómo será su exterminio, en cama de bestias! Cualquiera que pase junto a ella silbará, meneando su mano.

¡Ay de aquella ciudad gloriosa y opresora, porque está sucia y contaminada! No escuchó La Voz, ni siguió La Doctrina: No se confió en EL SEÑOR, no se acercó a su

DIOS. Sus excelencias en medio de ella son leones bramadores: Sus jueces lobos de tarde: Sus profetas, charlatanes, hombres transgresores: Sus sacerdotes contaminaron el Santuario, falsearon LA LEY. Y ME DIJO EL SEÑOR: Haré exterminar las naciones, sus templos serán arrasados; haré desiertas sus calles, hasta no quedar quién pase: Sus ciudades serán destruidas hasta no quedar ni un solo hombre. Y DIJO EL SEÑOR: YO les aseguro, que si ME temen, y con gusto aceptan ser corregidos por MÍ, su familia no será destruida El Día que YO los castigue. Mientras tanto, espérenme hasta El Día que ME levantaré al despojo: Porque es MI determinación reunir a las naciones y juntar los reinos, para derramar sobre ellos MI Enojo, todo El Furor de MI Ira; porque del fuego de MI Celo será consumida toda la tierra. En aquel día no serán avergonzados por ninguna de sus obras con que se revelaron contra MÍ; porque entonces quitaré de en medio de ustedes a los soberbios que se alegran, y nunca más habrá quién se ensoberbezca del Monte de MI Santidad. Y dejaré en medio de ustedes, un pueblo humilde de corazón y pobre de espíritu, el cual pondrá su esperanza en EL NOMBRE DEL SEÑOR. Y el resto del pueblo no hará maldad, ni dirá mentira, ni en la boca de ellos habrá engaño: Porque ellos serán apacentados por un Pastor Excelente, y cuando duerman, no habrá quién los espante. En aquel tiempo se dirá a Jerusalém: No temas, Sión, no se debiliten tus

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manos; pues EL SEÑOR que está en medio de ti es PODEROSO, ÉL te salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se alegrará sobre ti con cantos. Estén atentos en aquel tiempo, porque YO aniquilaré a todos sus opresores; y salvaré la oveja coja, y recogeré la descarriada; y los pondré por alabanza y por renombre en todo país donde haya confusión.

Ageo

Y ME DIJO EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: A este pueblo que anda diciendo: No ha llegado el tiempo en que LA CASA DEL SEÑOR sea reedificada. YO le pregunto:

¿Acaso para ustedes ya es tiempo de habitar en sus casas con hermosas maderas, mientras MI CASA está desierta? Y ME DIJO EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: Piensen bien estas consecuencias por su maldad: Sembrarán mucho y cosecharán poco; comerán, y no se llenarán; beberán, y no se saciarán; vestirán, y no se calentarán; y el que ande a sueldo, recibirá su sueldo en un trapo roto. Mediten bien sobre sus caminos: Buscarán mucho, y encontrarán poco; y sólo almacenarán en su casa. ¿Por qué? Dice EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS. Por cuanto MI CASA está vacía, y cada uno de ustedes sólo corre a su propia casa. Por eso se interrumpirá de los cielos sobre ustedes la lluvia, y la tierra detendrá sus frutos; y llamaré a la sequedad sobre la tierra, y sobre los montes, y sobre el trigo, y sobre el vino, y sobre el aceite, y sobre todo lo que la tierra produce, y sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo trabajo de manos; porque YO ESTOY con ustedes, dice EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS.

Porque de aquí a poco tiempo, YO haré temblar los cielos y la tierra, y la mar y lo desierto: Y también haré temblar a todas las naciones, y haré venir al Deseado de

todas las gentes; y llenaré esta tierra de encanto. Porque MÍA es la plata, y MÍO es el oro, dice EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS. La perfección de esta última tierra será mayor que la de la primera, y les daré paz en este lugar, dice EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS. Pregunta ahora a los sacerdotes acerca de LA LEY, diciendo: Si alguno lleva carne sagrada en la falda de su ropa, y con el vuelo de ella toca el pan, o la comida, o el vino, o el aceite, o cualquier otra comida, ¿será santificado todo esto? No. Si uno que está infectado por haber estado cerca

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de un cuerpo muerto, toca alguna de estas cosas, ¿será sucia? Sí. Así es esta tierra y sus gentes, delante de MÍ, dice EL SEÑOR; y así mismo, todo lo que han fabricado con sus manos; y todo lo que aquí ME ofrecen es un asco. Ya los herí con fuerte viento, y con palo, y con granizo en toda la obra de sus manos; mas no se convirtieron a MÍ, dice EL SEÑOR. Por tanto, YO haré temblar los cielos y la tierra; y confundiré al trono de los reinos, y destruiré la fuerza del que creen las gentes, es su reino.

Zacarías

Y ME DIJO EL SEÑOR: Vuélvanse a MÍ, dice EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS, y YO ME volveré a ustedes, no sean como sus padres, a los cuales les hablaron los primeros

profetas, diciendo: Vuélvanse ahora de sus caminos equivocados, y de sus malas obras: Y no atendieron, ni ME escucharon, dice EL SEÑOR. Sus padres, ¿dónde están? Y los profetas, ¿han de estar entre ustedes para siempre? Pero MIS Palabras y MIS Ordenanzas que mandé a MIS siervos los profetas, ¿no alcanzaron a sus padres? Por eso se volvieron ellos, y dijeron: Conforme EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS pensó tratarnos, de acuerdo a nuestros caminos, y conforme a nuestras obras, así lo hizo con nosotros. Y yo le dije: Mi SEÑOR, vi de noche un Varón TUYO que estaba sobre uno como caballo rojo, el cual se encontraba entre los arbustos que había en el precipicio; y detrás de Él había como caballos rojos, amarillos, y blancos. ¿Qué son éstos, SEÑOR mío? Y ME DIJO EL SEÑOR DESDE SU ÁNGEL: YO te enseñaré qué son éstos. Y aquel Varón que estaba entre los arbustos, también respondió, y dijo: Estos son los que EL SEÑOR ha enviado a recorrer la tierra. Y entonces ellos hablaron con EL SEÑOR que estaba en SU ÁNGEL entre los arbustos, y le dijeron: SEÑOR, hemos recorrido la tierra, y vimos que está descansada y quieta. Y ME DIJO EL SEÑOR DESDE SU ÁNGEL: Grita, diciendo: Esto dice EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: Celé a Jerusalém y a Sión con gran celo: Y con gran enojo ESTOY molesto contra las naciones que están cómodas descansando; porque YO estaba poco enojado, y

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ellos ayudaron para incrementar el mal. YO he visto a Jerusalém con misericordias; en ella será edificada MI CASA, dice EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS, y la plomada será tendida sobre Jerusalém. Y después alcé mis ojos, y miré cuatro como enormes cuernos. Y dirigiéndome al SEÑOR, que hablaba desde SU ÁNGEL conmigo, le dije: ¿Qué son éstos, SEÑOR? Y me respondió: Estos son los cuernos que dispersaron a los hombres de Judá, de Israel, y de Jerusalém. Y yo le dije: ¿Qué vienen estos a hacer? Y me respondió: Estos como cuernos soplaron tanto, que ninguno pudo alzar su cabeza; mas éstos vendrán ahora para hacerlos temblar.

Después alcé mis ojos, y miré un Varón que tenía una cinta de medir. Y le dije: ¿Adónde vas? Y él me respondió: A medir Jerusalém, para ver cuánto es su ancho, y

cuánto su largo. Y ascendiendo aquel ÁNGEL que hablaba conmigo, le dijo al otro Ángel que le salió al encuentro: Corre, habla a este muchacho, y dile: Sin muros será habitada Jerusalém a causa de la multitud de los hombres, y de las bestias en medio de ella. Y ME DIJO EL SEÑOR DESDE SU ÁNGEL: YO seré para ella, muro de fuego alrededor, y pondré MI GLORIA en medio de ella; canta y alégrate, hija de Sión: Porque a MI llegada, habitaré en medio de ti, y se te unirán muchas naciones en aquel día, y ME serán por pueblo, y habitaré en medio de ti; y entonces conocerás que YO SOY EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS. Guarde silencio todo ser vivo delante del SEÑOR; porque ÉL ya se ha despertado de SU SANTA MORADA.

Y me mostró a Josué, el gran sacerdote, el cual estaba delante del ÁNGEL DEL SEÑOR; y también a Satán, que estaba a SU Derecha; mas Josué estaba vestido de

vestimentas viles. Y DESDE SU ÁNGEL, EL SEÑOR ordenó a los que estaban delante de ÉL, diciendo: Quítenle a éste esos vestidos viles. Y a él le dijo: Mira que he hecho pasar tu pecado delante de ti, y te he hecho vestir de ropas de gala. Y ME DIJO EL SEÑOR DESDE SU ÁNGEL: Si andas por MIS Caminos, y si guardas MIS Órdenes, también tú gobernarás MI CASA, también tú cuidarás MIS ATRIOS, y entre estos que aquí están, te daré un lugar. Porque aquella piedra que puse delante de Josué; sobre esta única piedra hay siete ojos: En aquel día, cada uno de ustedes llamará a su compañero debajo de la vid, y debajo de la higuera.

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Y sucedió que, un día, regresó un Ángel del SEÑOR, y me despertó como un hombre que es despertado de su sueño. Y la voz que salía de Él, me dijo: ¿Qué ves? Y yo le

respondí: Señor, veo uno como candelero de oro, con su vaso sobre su cabeza, y sus siete lámparas encima del candelero y siete canales para las lámparas que están encima de él; y sobre él dos olivas; una a la derecha, y otra a la izquierda del vaso: ¿Qué es esto, Señor? Y me respondió: ¿No sabes qué es esto? Y le dije: No, Señor. Entonces me dijo: Esta es La Palabra del SEÑOR que dice: No con ejército, ni con otra fuerza, sino con MI FUERZA, ha dicho EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS; aquellas siete son los ojos del SEÑOR que recorren por toda la tierra. Y entonces le dije: Señor, ¿qué significan estas dos olivas a la derecha y a la izquierda del candelero? Y ¿qué significan las dos como ramas de olivas que por medio de dos como tubos de oro derraman de ellas aceite como oro? Y me dijo el Señor del Ángel: ¿No sabes qué es esto? Y yo contesté: No, Señor. Y me dijo: Estos dos ungidos son los que están delante del SEÑOR de toda la tierra.

Y de pronto, al voltear, alcé mis ojos, y miré uno como rollo que volaba. Y me dijo el Señor del Ángel: ¿Qué ves? Y yo le respondí: Señor, veo uno como rollo que vuela,

como de veinte codos de largo (NUEVE METROS) y diez codos de ancho (CUATRO METROS CON

CINCUENTA CENTÍMETROS). Y me dijo: De ésta, saldrá la maldición que vendrá sobre toda la tierra; porque todo aquel que roba, y todo aquel que jura, serán destruidos. Y moviéndose el Ángel que hablaba conmigo, la voz que salía de Él, me dijo: Alza ahora tus ojos, y mira esto que sale. Y yo le dije: ¿Qué es esto, Señor? Y me dijo: Este es un efa (RECIPIENTE CON

CAPACIDAD DE TREINTA Y SEIS LITROS CON NOVECIENTOS MILILITROS): Es el ojo de LOS EJÉRCITOS DEL SEÑOR en toda la tierra. Y una vez más alcé mis ojos, y miré dos mujeres que se acercaban; y producían gran viento en sus alas. Tenían alas tan grandes, como si fueran de cigüeña, y alzaron el efa (RECIPIENTE CON CAPACIDAD DE TREINTA Y SIETE LITROS) entre la tierra y los cielos.

Y volteando, alcé mis ojos, y miré cuatro como carros que salían de entre dos como montes; mas aquellos que parecían montes eran de metal. El primer carro tenía

como caballos rojos, el segundo como caballos negros, el tercero como caballos blancos, y el cuarto carro como caballos amarillos, rodeados como de ámbar. Y dirigiéndome al Señor que me hablaba desde el Ángel, le dije: Señor, ¿qué es esto? Y me dijo: Estos son los cuatro vientos de los cielos, que salen de donde están delante del SEÑOR de toda la tierra.

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En el carro que estaban los caballos negros, salieron hacia la tierra del Norte; y los blancos salieron tras ellos; y los amarillos salieron hacia la tierra del Sur. Y los rojos salieron, y se esforzaron por ir a recorrer la tierra. Y les dijo: Vayan, recorran la tierra, y ellos la recorrieron. Y me dijo aquella voz que salía del Ángel: Mira, los que salieron hacia la tierra del Norte, hicieron descansar mi fortaleza en esa tierra. El Varón cuyo nombre es Retoño, el cual aparecerá de Su lugar, y edificará EL TEMPLO DEL SEÑOR, Él llevará también Su Gloria, y se sentará y dominará en Su Trono. Y los que están lejos también vendrán y edificarán en EL TEMPLO DEL SEÑOR.

Y ME DIJO EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: Juzguen con juicio verdadero, y hagan misericordia y tengan piedad cada cual con su prójimo: No preocupes a la viuda, ni

al huérfano, ni al extranjero, ni al pobre; ni ninguno piense mal en su corazón contra su prójimo. Pero no quisieron escuchar, antes se revelaron, y taparon sus oídos para no oír: Y pusieron su corazón como diamante, para no escuchar LA LEY, ni las palabras que EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS enviaba por mano de los primeros profetas: Por este motivo, será hecho tan grande castigo por EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS. Y ME DIJO EL SEÑOR: Y sucederá que, así como YO hablé, y ellos no escucharon, así ellos gritarán y YO no escucharé, dice EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS; antes los regaré con un torbellino por tierras que ellos no conocen, y la tierra será desértica tras ellos, sin quedar quién vaya ni venga; pues convirtieron en un desierto el país deseable.

Y ME DIJO EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: YO he celado a Sión con gran celo, YO repararé a Sión, y habitaré en medio de Jerusalém: Y Jerusalém se llamará Ciudad

de Verdad, y EL MONTE DEL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS, MONTE DE SANTIDAD; pues aún han de vivir viejos y viejas en las plazas de Jerusalém, y las calles de la ciudad serán llenas de muchachos y muchachas, que jugarán en las calles. Si esto parece difícil a los ojos del resto de este pueblo en aquellos días, ¿también será difícil delante de MIS OJOS? YO salvaré a MI Pueblo de la tierra del Oriente, y de la tierra donde se pone el sol; y los traeré y habitarán en medio de Jerusalém; y ME serán por Pueblo, y YO seré a ellos su DIOS con verdad y con justicia. Esfuércense los que oyen en estos días estas palabras de las bocas de los profetas, porque antes de estos días no ha habido paga de hombre, ni

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paga de bestia, ni hubo paz alguna para el que entraba ni para el que salía, a causa del enemigo: Y YO dejé a todos los hombres, cada cual contra su prójimo. Mas ahora no lo haré con el resto de este pueblo como en aquellos días pasados, porque habrá semilla de paz; la vid dará su fruto, y dará su producto la tierra, y los cielos darán su rocío; y haré que el resto de este pueblo posea todo esto. No teman, hagan que se esfuercen sus manos, porque como pensé hacerles mal cuando sus padres ME provocaron y no ME arrepentí; así he pensado en hacer bien a Jerusalém y a toda la tierra en estos días: No teman. Estas son las cosas que han de hacer: Hablen con la verdad cada uno con su prójimo; juzguen en sus puertas con la verdad, y su juicio que sea de paz: Y ninguno de ustedes piense mal en su corazón contra su prójimo, porque todas estas cosas las aborrezco. Aún vendrán pueblos, y habitantes de muchas naciones; y vendrán de una a otra ciudad, y dirán: Vamos a rogar el favor del SEÑOR, y a buscar al SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS. Y vendrán muchos pueblos y naciones muy fuertes a buscar al SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS y a implorar SU Favor. Mas así ha dicho EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: EN AQUELLOS DÍAS SUCEDERÁ QUE, DIEZ HOMBRES DE CADA IDIOMA Y DE CADA NACIÓN, SE AGARRARÁN DE LA ROPA DE UN JUDÍO, DICIENDO: IREMOS CON USTEDES, PORQUE HEMOS SABIDO QUE DIOS ESTÁ CON USTEDES.

Y EL SEÑOR será visto sobre ellos, y SU dardo saldrá como relámpago: Y EL SEÑOR hará sonar una trompeta, e irá como torbellinos del Sur, porque ¡cuánta es SU

BONDAD, y cuánta SU HERMOSURA! El trigo alegrará a los jóvenes, y el vino a las doncellas.

EL SEÑOR hará relámpagos, y les dará lluvia abundante, y hierba en el campo a cada uno. Porque las imágenes y las esculturas sólo les han mostrado que son

fantasía, y los adivinos sólo han visto mentiras, y han hablado sueños falsos, y en vano los consuelan: CONTRA TODOS LOS PASTORES se ha encendido MI Enojo, dice EL SEÑOR. De ÉL saldrán las piedras, de ÉL saldrán las estacas, de ÉL saldrá el arco de la guerra, de ÉL también saldrán todos los Habilitados juntos, y serán como valientes, que en la batalla pisarán al enemigo en el lodo de las calles; y pelearán, porque EL SEÑOR estará con ellos; y los que huyan serán avergonzados.

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Aullidos será la voz de los pastores, cuando su grandeza sea exterminada; estruendo de bramidos de cachorros de leones, cuando la soberbia del hombre

sea destruida. Así ha dicho EL SEÑOR mi DIOS: Apacienta las ovejas de la matanza; a las cuales mataban sus compradores, y nadie los tuvo por culpables; y el que las vendía, decía: Bendito sea EL SEÑOR, que he enriquecido; ni sus pastores tenían piedad de ellas. Por tanto, no tendré más piedad de los habitantes de la tierra: Porque YO abandoné a los hombres, y quebrantaron la tierra, y YO no los libraré de las manos de su enemigo, ni de las de su gobernante. Apacenté las ovejas de la matanza para que todos entiendan, los pobres del rebaño. No los apacentaré más; la que llegue a morir, que muera; y la que se llegue a perder, que se pierda; y las que queden, que cada una se coma la carne de su compañera.

EL SEÑOR que extiende los cielos, y funda la tierra, y forma la fuerza del hombre dentro de él, ha dicho: YO haré temblar la tierra y a todas las naciones,

cuando estén reunidos en el sitio contra Judá y contra Jerusalém. En aquel día, YO defenderé a MI Pueblo: Y el que entre ellos haya sido flaco, en aquel día será como David; y la familia de David como MI ÁNGEL delante de ellos. Y será que en aquel día YO exterminaré a todas las gentes que vengan a pelear contra Jerusalém.

Y sucederá que, en aquel día, dice EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS, arrancaré de la tierra los nombres de las imágenes, y nunca más serán recordadas: Y también

haré arrancar de la tierra a los que se dicen profetas, de vida repugnante. Levántate, oh espada, sobre el pastor, y sobre el hombre, creación MÍA, dice EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS. Mata al pastor, y que se derramen las ovejas: Mas YO procuraré con MI MANO a los chiquitos. Y sucederá en toda la tierra, que las dos partes serán arrancadas en ella, y se perderán; mas la tercera quedará en ella. Y entonces meteré en fuego la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. El hombre invocará MI NOMBRE, y YO lo escucharé, y diré: Pueblo MÍO: Y él dirá: EL SEÑOR ES MI DIOS.

YO SOY el que reuniré a todas las naciones para que peleen contra Jerusalém; y la ciudad será tomada, y serán saqueadas las casas, y forzadas las mujeres;

mas YO descenderé, y pelearé contra aquellas naciones, como peleo en los días de batalla.

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Y en aquel día se apoyarán MIS PIES en el monte de las olivas, y el monte se partirá por en medio de sí hacia el Oriente y hacia el Occidente, haciendo un inmenso valle; y la mitad del monte se apartará hacia el Norte y la otra mitad hacia el Sur. Y todos huirán por causa del gran terremoto que EL SEÑOR provocará con SU llegada, y con ÉL todos SUS SANTOS. Y sucederá que en ese día, no habrá luz clara, ni oscura. Será un día, el cual es conocido del SEÑOR, que ni será de día ni de noche; mas sucederá que a la tarde, habrá luz. También sucederá en aquel día, que saldrán de Jerusalém aguas vivas; y EL SEÑOR SERÁ REY SOBRE TODA LA TIERRA. EN AQUEL DÍA EL SEÑOR SERÁ UNO, Y UNO SU NOMBRE. Y habitarán en ella, y nunca más será maldición; sino que Jerusalém será habitada confiadamente. ESTA SERÁ LA PLAGA CON QUE EL SEÑOR MATARÁ A TODAS LAS NACIONES QUE PELEARÁN CONTRA JERUSALÉM: LA CARNE DE ELLOS SE DESBARATARÁ ESTANDO ELLOS DE PIE, Y SUS OJOS SE CONSUMIRÁN EN SUS CUENCAS, Y SU LENGUA SE LES DESHARÁ EN SU BOCA EN AQUEL DÍA QUE LLEGUE EL GRAN EXTERMINIO. Y también sucederá que, los de las familias de la tierra que no suban a Jerusalém a adorar al REY, EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS, no llegará sobre ellos, ni una sola gota de lluvia.

Malaquías

Y DIJO EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS: ¿Con qué propósito construyen, si YO se los derribaré? A ustedes llamarán tierra maldita, y naciones contra quien EL SEÑOR se

enojó eternamente. Y sus ojos lo verán, y dirán: EL SEÑOR sea Glorificado sobre las naciones de la tierra. EL HIJO RESPETA AL PADRE, Y EL EMPLEADO A SU PATRÓN: SI YO SOY SU PADRE, ¿DÓNDE ESTÁ EL RESPETO QUE SE ME DEBE? Y SI YO SOY SU SEÑOR, ¿DÓNDE ESTÁ EL TEMOR QUE ME CORRESPONDE?, DICE EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS. A ustedes, oh sacerdotes, que desprecian MI NOMBRE, y todavía preguntan: ¿En qué hemos despreciado TU NOMBRE? En que ofrecen sobre MI ALTAR harina mezclada con asquerosidad. Y dicen: ¿En qué te hemos manchado? En que aseguran: La mesa del SEÑOR es despreciable. ¿Quién de ustedes hay que cierre las puertas y alumbre MI ALTAR de balde? YO no recibo satisfacción en ustedes, dice EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS, ni de su

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mano ME será agradable el regalo. Porque desde donde el sol nace hasta donde se pone, ES GRANDE MI NOMBRE entre las naciones; y en todo lugar se ofrece a MI NOMBRE perfume, y regalo limpio: Porque GRANDE ES MI NOMBRE entre todas las naciones, y ustedes lo han profanado cuando dicen: Sucia es la mesa del SEÑOR; y cuando dicen que SU alimento es despreciable. Además han dicho: ¡Oh, qué fastidio! Y lo desecharon. Maldito el engañoso, que tiene macho en su rebaño, y promete y sacrifica lo defectuoso y dañado al SEÑOR: Porque YO SOY EL GRAN REY, y MI NOMBRE ES TERRIBLE entre las naciones, dice EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS.

Oh sacerdotes, a ustedes es este Mandamiento. Si no escuchan, y si no se empeñan en dar alabanza a MI NOMBRE, YO enviaré maldición sobre ustedes, y maldeciré sus

bendiciones; y aún ya las he maldecido, porque no hacen caso de MÍ. Escuchen, porque YO SOY el que les dañaré la siembra, y el que embarraré su estiércol en sus caras, el estiércol de sus ceremonias, y con él serán barridos. Ustedes se han apartado del camino; han hecho a los hombres violar MI LEY; han pervertido MI PACTO, dice EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS. ¿Acaso no SOY para todos el mismo PADRE? ¿Acaso no los ha criado un mismo DIOS? Esta vez cubrirán EL ALTAR DEL SEÑOR de lágrimas, de llanto y gemidos; así que no miraré más sus regalos, para aceptarlos con gusto de sus manos. Han cansado a su SEÑOR con sus sermones. Y todavía dicen: ¿En qué lo hemos cansado? Cuando afirman: A todos los hombres que hacen mal, cuando les va bien, es porque los perdonó EL SEÑOR, y se agrada perdonándolos: Entonces, ¿dónde está el DIOS que hace justicia?

Miren que YO envío a MI Mensajero, el cual despejará el camino delante de MÍ: Lo verán llegar velozmente y después descenderé en MI GLORIA, con MI ÁNGEL que

tiene EL PACTO, a quien ustedes tanto desean. Miren que viene, ha dicho EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS. ¿Y quién podrá mantenerse en pie cuando aparezca? O ¿quién podrá mirar su resplandor cuando él se muestre? Porque él es fuego de fundidor, y como jabón para blanquear. Y ME DIJO EL SEÑOR: Descenderé a ustedes para hacer MIS Juicios; y castigaré muy pronto a los testigos falsos, a los hechiceros y adúlteros; y a los que juran mentiras, y a los que detienen el salario del empleado, y a los que abusan de la viuda y del huérfano, y a los que no respetan los Derechos del extranjero, no teniendo ni el menor temor de MÍ.

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Desde los tiempos antiguos se han apartado de MIS LEYES, y no las guardaron. Vuélvanse a MÍ, y YO ME volveré a ustedes. Les asegura EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS. Malditos sean todos ustedes, porque todas las naciones ME han robado. Traigan todos sus diezmos a MI granero, para que haya alimento en MI CASA; y después pruébenme en esto, dice EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS, y verán que YO les abriré las ventanas de los cielos, y vaciaré sobre ustedes bendiciones hasta que sobreabunden; y todas las naciones les dirán: Bienaventurados; porque serán una tierra deseable; sus palabras, sólo han sido blasfemias contra MÍ, dice EL SEÑOR. Y todavía dijeron: ¿Qué es lo que hemos hablado contra TI? Han dicho: Es una tontería servir al SEÑOR; ¿en qué nos aprovecha seguir SUS Mandamientos, y que tengamos miedo delante del SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS? Digamos ahora que, bienaventurados los soberbios, y también los que hacen maldad, porque son los que verdaderamente hacen fortunas: Tentaron al SEÑOR, y no les ha pasado nada. Los que temen al SEÑOR hablaron cada uno con su prójimo; y YO escuché y fue escrito un libro con sus nombres delante de MÍ para los que ME temen, y para los que piensan en MI NOMBRE. Y serán ellos para MÍ especial tesoro, en el día que YO voy a hacer MIS Juicios: Y los perdonaré como el hombre que perdona a su hijo, que le sirve. Entonces se volverán, y podrán ver la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a DIOS y el que no le sirve.

Porque miren que se acerca el día del infierno, el día ardiente como un horno; y todos los soberbios, y todos los que hacen maldad, serán estopa; y aquel día que

está cerca, los abrazará, así ha dicho EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS, el cual no les dejará ni raíz ni rama. Mas a ustedes los que temen MI NOMBRE, verán en MI GLORIA el sol de justicia, y en MIS Alas traer la salud: Y saldrán, y saltarán como becerros de la manada. Y pisarán sobre los malos, los cuales serán cenizas bajo las plantas de sus pies, en el día que YO haré, ha dicho EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS. ACUÉRDENSE DE LA LEY DE MOISÉS, MI SIERVO, AL CUAL YO ENCARGUÉ EN HOREB CON ORDENANZAS Y LEYES PARA TODOS LOS PUEBLOS. Estén atentos, que YO les enviaré de regreso a Elías el profeta, antes que venga EL DÍA GRANDE Y TERRIBLE DEL SEÑOR; él convertirá el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a los padres: No sea que YO llegue, y con destrucción hiera la tierra.

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Jesús

El Mesías

Y DIJO JESÚS: Crean lo que Yo les digo: De aquí en adelante, VERÁN EN EL CIELO ABIERTO, A LOS ÁNGELES DE DIOS QUE VUELAN, Y DESCIENDEN SOBRE LOS HOMBRES.

(JUAN 1:51)

Y DIJO JESÚS: Cuídense de los falsos profetas, que vendrán a ustedes con vestidos de ovejas, porque por dentro son lobos ladrones. Por sus frutos los conocerán, todo árbol que no lleva buen fruto, se corta y se echa en el fuego. Así que, por sus frutos los conocerán. Porque no todo el que Me dice: Señor, Señor, entrará en EL REINO DE LOS CIELOS: Sino sólo aquel que entienda La Doctrina, la practique, y haga La Voluntad de Mi PADRE QUE ESTÁ EN LOS CIELOS. Porque muchos también Me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿acaso no recuerdas que profetizamos en Tu Nombre, y en Tu Nombre lanzamos demonios, y en Tu Nombre hicimos infinidad de maravillas? Y entonces les contestaré: No los conozco; apártense de Mí, fabricantes de maldad. (MATEO 7:15-23)

Y DIJO JESÚS: Verán venir a muchos del Oriente y del Occidente, que se sentarán con Abrahám, Isaac y Jacob en LA GLORIA DE LOS CIELOS. Mas los que se creen diciéndose hijos del reino, serán echados a las tinieblas de afuera: Allí será el llanto y el rechinar de dientes. (MATEO 8:11-12)

Y DIJO JESÚS: Con la medida que ustedes midan, serán medidos, mas aún se les añadirá a ustedes mucho más. PORQUE AL QUE YA TIENE, SE LE DARÁ MUCHO MÁS; PERO A LOS QUE NO TIENEN, AÚN LO QUE CREEN QUE TIENEN SE LES QUITARÁ. (MARCOS 4:24-25)

Y DIJO JESÚS: Los originarios de Nínive se levantarán en El Día del Juicio contra esta raza de hombres, y la condenarán; porque ellos sí se arrepintieron e hicieron penitencia a la advertencia de Jonás. Y con todo, El que está aquí es más que Jonás. La reina del Sur hará

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de acusadora en El Día del Juicio contra esta raza de hombres, y la condenará por cuanto vino de los extremos de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y con todo, el que tienes aquí es más que Salomón. (MATEO 12:41-42)

Y DIJO JESÚS: Al final de los tiempos, descenderán los Ángeles del Hijo del Hombre, y quitarán de Su Reino a todos los escandalosos, malvados, y depravados, y los arrojarán en el horno del fuego, en donde será el llanto y el rechinar de dientes. Y ese mismo día, los justos resplandecerán como el sol en LA GLORIA DEL PADRE. (MATEO 13:41-43)

Y DIJO JESÚS: Vendrá la hora cuando todos los que están muertos, aquellos que no creén, escuchen La Voz del Hijo de DIOS; y los que hicieron lo bueno, resucitarán; mas los que hicieron lo malo, serán quemados. (JUAN 5:28-29)

Y DIJO JESÚS: El que se avergüence de Mí, a través de todo lo que Yo les he dicho en esta generación adúltera y mala, EL HIJO DEL HOMBRE SE AVERGONZARÁ TAMBIÉN DE ÉL CUANDO VENGA EN LA GLORIA DE SU PADRE, CON SUS SANTOS EN SUS ÁNGELES; y entonces dará el pago a cada uno conforme a su comportamiento. Pero en verdad les digo, que hay aquí algunos que no morirán, antes que vean al Hijo del Hombre descender en La Grandiosidad de Su Gloria. (MARCOS 8:38-9:1)

Y DIJO JESÚS: La reina del Sur será despertada en El Día del Juicio frente a los hombres de esta generación, y los castigará. Los hombres de Nínive se levantarán en El Día del Juicio contra esta generación, y la castigarán (LUCAS 11:31-32)

Y DIJO JESÚS: La sabiduría de DIOS ha dicho: YO les enviaré a ellos profetas y apóstoles; y de ellos a unos matarán y a otros perseguirán; para que se pidan cuentas a esta generación de la sangre de todos los profetas, que ha sido derramada desde la fundación del mundo; desde la sangre de Abel, hasta la sangre de Zacarías, que fue asesinado entre el Altar y el Templo. Así les digo, se pedirá cuentas a esta generación. (LUCAS 11:49-51)

Y DIJO JESÚS: Todo aquel que Me reconozca delante de los hombres, también el Hijo del Hombre lo reconocerá delante de los Ángeles de DIOS; mas el que Me niegue delante de los hombres, Yo lo negaré delante de los Ángeles de DIOS; y también a cualquiera que hable del Hijo del Hombre; mas el que blasfeme contra LA GLORIA DIVINA, no le será perdonado. (LUCAS 12:8-10)

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Y DIJO JESÚS: SI NO SE ARREPIENTEN, TODOS MORIRÁN SI NO SE CONVIERTEN. (LUCAS 13:3,5)

Y DIJO JESÚS: Luchen para entrar por la puerta que es angosta; porque en verdad les digo que muchos intentarán entrar, mas no podrán. Después que EL PADRE de familia se levante, y cierre la puerta, y comiencen a quedarse fuera, y a tocar a la puerta, diciendo: SEÑOR, SEÑOR, por favor ábrenos; mas ÉL les responderá: No los conozco, ni sé de dónde sean. Entonces comenzarán a decir: SEÑOR, comimos y bebimos delante de TI, y en los templos de nuestras plazas nos enseñaste; mas EL SEÑOR les dirá: Mentira, MI Enseñanza YO jamás la di en ningún templo de ninguna plaza; no conozco de dónde sean; apártense de MÍ todos los que vivieron en la maldad. Y entonces empezará el llanto y el rechinar de dientes, cuando vean descender a Abrahám, y a Isaac, y a Jacob, y a todos los profetas en LA GLORIA DEL SEÑOR, todos ustedes los excluidos. Y verán que llegan del Oriente y del Occidente, del Norte y del Sur, a sentarse a la mesa en LA GLORIA DEL SEÑOR. Y verán, que serán los últimos los que fueron primero; y que son primero los que eran los últimos.

(LUCAS 13:24-30)

Y DIJO JESÚS: En verdad, en verdad les digo: El que no entra por la Puerta en el corral de las ovejas, sino que intenta entrar por otra parte, ese tal es un ladrón, y entra para robar. Mas el que entra por la puerta, es El Pastor de las ovejas. A éste abre el portero, y las ovejas escuchan Su Voz; a sus ovejas llama por su nombre, y Él es quien las saca. Y después de haber sacado fuera todas las propias, Él va delante de ellas; y las ovejas lo siguen, porque ya conocen Su Voz. Mas al extraño no seguirán, antes huirán de él: Porque no conocen la voz de los extraños. Yo Soy la puerta de las ovejas. Todos los que vendrán en Mi Nombre antes de Mi regreso, son ladrones, y querrán robar; mas Mis ovejas no los escucharán. Yo Soy la Puerta. El que entra a través de Mí, se salvará; y entrará, y saldrá, y siempre encontrará pastos. Mas el ladrón no viene sino para robar, y matar, y destruir. Yo he descendido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Yo Soy El Buen Pastor; y el que es buen pastor, da su vida por las ovejas. Mas el empleado, que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve que viene el lobo, y las abandona, y huye. Y el lobo las toma, y dispersa las ovejas. Así que, el empleado huye, porque es asalariado, y no tiene interés alguno en las ovejas.

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Yo Soy El Buen Pastor, conozco Mis ovejas, y las Mías Me conocen. Así como EL PADRE Me conoce, y como Yo ya conozco al PADRE, y pongo Mi vida por todas las ovejas. También tengo otras ovejas que no son de este corral; aquellas también Me conviene traer, y escucharán Mi Voz; y de todas se hará un solo rebaño, y habrá un solo Pastor. (JUAN 10:1-16)

Y DIJO JESÚS: Elías va a venir, pero antes de Mi regreso, para que en ese entonces se reanuden todas las cosas. (MATEO 17:11)

Y DIJO JESÚS: En verdad les digo, que de igual manera habrá alegría en el cielo por cada pecador que se arrepiente, que de noventa y nueve justos, que no necesitan arrepentirse.

(LUCAS 15:7)

Y DIJO JESÚS: Llegará el tiempo, en que deseen ver uno de los días del Hijo del Hombre, y no lo verán. Y cuando les digan: Aquí está, o está allá, NO VAYAN, NI LOS SIGAN. PORQUE ASÍ COMO UN RELÁMPAGO QUE BRILLA, SE DEJA VER DE UN EXTREMO DEL CIELO AL OTRO, ILUMINANDO LA ATMÓSFERA, ASÍ VERÁN TODOS LLEGAR AL HIJO DEL HOMBRE EN SU DÍA. Mas es necesario que primero sufra y sea reprobado por esta generación. Y así como sucedió en los días de Noe, así también sucederá en los días del Hijo del Hombre: Las gentes comían, bebían, los hombres tomaban mujeres, y las mujeres maridos, hasta el día en que ninguno de ellos se dio cuenta que Noe entró en el arca, y cayó el diluvio, y destruyó a todos. Asimismo como sucedió en los días de Lot; los de Sodoma y Gomorra: Comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, construían; mas nadie se dio cuenta del día en que Lot salió de Sodoma; y fue aquel día que llovió del cielo fuego y azufre, y destruyó a todos: IDÉNTICO A ESTO SERÁ EL DÍA EN QUE EL HIJO DEL HOMBRE SERÁ VISTO. EN AQUEL DÍA, LOS QUE SE ENCUENTREN EN LAS AZOTEAS, NO BAJEN POR SUS ALHAJAS: Y LOS QUE ESTÉN EN EL CAMPO, TAMPOCO VAYAN A SU CASA, SÓLO PIENSEN EN SALVAR SUS VIDAS; ACUÉRDENSE DE LA MUJER DE LOT. Cualquiera que huya procurando salvar su vida, la perderá; y cualquiera que gustoso la pierda, la salvará. Porque en verdad les digo, que en aquella noche, estarán dos en una cama: Y uno será tomado, y el otro será dejado. Y dos mujeres estarán moliendo juntas: Y una será tomada, y la otra será dejada. Y dos estarán trabajando el campo: Y uno será tomado, y el otro será dejado. DONDE ESTÉ EL CUERPO, ALLÁ SE JUNTARÁN TAMBIÉN LAS ÁGUILAS. (LUCAS 17)

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Y DIJO JESÚS: En verdad les digo, que no hay ni habrá ninguno que haya dejado su casa, o hermanos, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, o propiedades, por causa Mía y de la verdad, que no reciba cien veces más en este tiempo; casas, hermanos, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en lo que está por venir, la vida eterna. Pero los primeros serán los últimos, y los últimos los primeros. (MATEO 19:29; MARCOS 10:29-31)

Y DIJO JESÚS: En verdad les digo que cualquiera que se enaltezca, será humillado; y el que se humille, será enaltecido. (LUCAS 18:14)

Y DIJO JESÚS: Estén atentos, porque serán engañados; pues vendrán muchos que les dirán que vienen en Mi Nombre, diciéndoles: Yo soy el enviado del Cristo; y también les dirán: El tiempo está cerca: Por tanto, Yo les digo: No vayan tras de ellos. Pero cuando escuchen de guerras, y batallas, no se espanten; porque es necesario que estas cosas sucedan primero: Mas no pronto será el fin. (MATEO 24:5-6; MARCOS 13:6-7)

Y DIJO JESÚS: Se armará nación contra nación, gente contra gente, y reino contra reino; y escucharán sobre grandes terremotos, y en varios lugares sabrán de hambres y enfermedades; Y SE ESPANTARÁN PORQUE VERÁN MARAVILLOSAS SEÑALES EN EL CIELO. Mas antes de que ocurra todo esto, los perseguirán, y los arrestarán, entregándolos a los templos y a las cárceles, y serán llevados a los reyes y a los gobernantes por pregonar Mi Enseñanza, para ser puestos a tormentos y para ser llevados a la muerte; y los aborrecerán todas las gentes por ser discípulos Míos, con lo que muchos padecerán escándalo, y se traicionarán unos a otros, y se odiarán recíprocamente, y muchos se les presentarán como falsos profetas, los que pervertirán a mucha gente, y por la inundación de los vicios, se afectará la caridad de muchos. Mas el que persista hasta el fin, ese se salvará. Y les será para testigo. (MATEO 24:7-13; MARCOS 13:8-9)

Y DIJO JESÚS: Vendrán sobre ti días, Jerusalém, que todos tus enemigos con sus ejércitos te rodearán con sus banderas, y te cercarán, y de todas partes te recortarán, y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti; y no dejarán sobre ti piedra sobre piedra; por no haber estado atenta, y haber entendido el tiempo de tu visita. (LUCAS 19:43-44)

Y DIJO JESÚS: En verdad les digo, que los extranjeros y las prostitutas entrarán primero en EL REINO DEL SEÑOR. Por cuanto vino Juan a ustedes por los caminos de la justicia, y

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no le creyeron; al mismo tiempo que los extranjeros y las rameras le creyeron. Mas ustedes, ni con ver esto se movieron a penitencia para creer en él. (MATEO 21:31-32)

Y DIJO JESÚS: Los que sean tenidos por dignos en aquel tiempo, después de la resurrección de los muertos, ni se casarán, ni serán dados en casamiento; porque no volverán a morir, pues serán iguales a los Varones del cielo, y todos serán hijos de DIOS después de haber pasado por la resurrección. (MATEO 22:30)

Y DIJO JESÚS: Es necesario que Mi Enseñanza sea predicada ante todas las naciones. Mas aún con todo esto, serán entregados por sus padres, y por sus hermanos, y por sus parientes, y por sus amigos; y matarán a algunos de ustedes. Y serán aborrecidos por todas las gentes por enseñar en Mi Nombre. Mas Yo les juro: Que de su cabeza, ni un solo pelo morirá. En su paciencia de ustedes, poseerán sus vidas. Y CUANDO TODOS VEAN QUE JERUSALÉM ES RODEADA DE EJÉRCITOS, PREPÁRENSE, PORQUE SU JUICIO HABRÁ LLEGADO. Entonces los que estén en las ciudades, huyan a los montes; y los que estén en las azoteas, no bajen a su casa, ni nadie regrese a tomar algo de su casa; y los que estén en los campos, no regresen a la ciudad; y los que estén en sus trabajos, no regresen a sus casas; porque estos días serán de venganza: Para que se cumplan todas las cosas que están escritas. Mas, ¡ay de las mujeres que están preñadas, y de las que crían en aquellos días, porque habrá gran angustia sobre la tierra y coraje sobre este pueblo! Y todos morirán a filo de espada, y serán llevados cautivos de todas las naciones: Y Jerusalém será pisoteada por las gentes, hasta que los tiempos de las gentes se cumplan. Y VERÁN SEÑALES EN EL SOL, Y EN LA LUNA, Y EN LAS ESTRELLAS; Y EN LA TIERRA, ANGUSTIA DE GENTES POR LA GRAN CONFUSIÓN: Y LOS HOMBRES SE SECARÁN A CAUSA DEL TEMOR Y OBSERVACIÓN DE LAS COSAS QUE VERÁN VENIR A LA REDONDEZ DE LA TIERRA: PORQUE UNAS ESFERAS EN EL CIELO SE ESTARÁN BALANCEANDO. Rueguen a DIOS, que su huida no sea en invierno o en Sábado. Porque será tan terrible la angustia, que no la hubo semejante desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá jamás. Y estén atentos, porque muchos les dirán: Mira, aquí está El Cristo; u otros les dirán: Ven, que con nosotros está, no les crean. Porque muchos se levantarán como falsos cristos y como falsos profetas, y les mostrarán falsas señales y fenómenos, para engañarlos, aún a los escogidos. Mas ustedes estén atentos; pues Yo se los he dicho todo

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desde antes. Así, aunque les digan: El Mesías está en el desierto, no vayan; o si les dicen: El Cristo está en el interior de esta construcción, no les crean. Porque así como el relámpago sale del Oriente, y en cuestión de un instante se deja ver hasta el Occidente, así será la llegada del Hijo del Hombre. Y donde quiera que se encuentre el cuerpo, allí se juntarán las águilas. En aquellos días, después de que empiece la angustia, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y unas como estrellas caerán del cielo, porque LOS ÁNGELES DEL SEÑOR SE MOVERÁN. Y ENTONCES VERÁN AL HIJO DEL HOMBRE, QUE DESCENDERÁ EN UNA GRAN NUBE CON UN GRAN PODER Y AUTORIDAD, Y CUANDO SEA VISTO POR TODOS LOS PUEBLOS DE LA TIERRA, TODOS SE SOLTARÁN A LLORAR; AL VER DESCENDER AL HIJO DEL HOMBRE SOBRE NUBES RESPLANDECIENTES DEL CIELO. El cual, a Su llegada, enviará Sus Ángeles, que con una voz de trompeta aguda, reunirán a todos los escogidos de las cuatro partes del mundo, desde un horizonte del cielo hasta el otro. Tomen para ustedes esta comparación sacada del árbol de la higuera; cuando sus ramas ya están tiernas, y brotan las hojas, ustedes saben que el verano está cerca. Así también ustedes, cuando vean suceder estas cosas, entiendan que EL REINO DE DIOS está cerca, que el Hijo del Hombre ya está para llegar, que ya está a la puerta. Lo que sí les aseguro es que no se acabará esta generación, hasta que se cumpla todo esto. El cielo y la tierra pasarán, pero Mis Palabras se cumplirán. Miren por ustedes, que sus corazones no se carguen de mucha comida y embriaguez, y de los vicios de esta vida, y venga de repente sobre ustedes aquel día. Porque vendrá como una emboscada sobre todos los que habitan la superficie de toda la tierra. Velen orando en todo momento, para que sean tenidos por dignos de evitar todas estas cosas que han de venir, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre. Mas en cuanto al día y a la hora, nadie lo sabe, ni aún los Ángeles del Cielo, sino sólo EL PADRE. Igual como sucedió en los días de Noé, así mismo sucederá en la venida del Hijo del Hombre. Porque así como en los días anteriores al diluvio continuaban los hombres comiendo y bebiendo, casándose y casando a sus hijos, hasta el día mismo de la entrada en el arca, y nadie atendió jamás en lo que se había dicho sobre el diluvio, hasta que vieron su comienzo, y arrasó con todos; así sucederá en la venida del Hijo del Hombre. Entonces, en ese día, de dos hombres que se encuentren juntos en el campo, uno será tomado, y el otro será dejado. Y dos mujeres estarán moliendo en un molino; y una será tomada, y la otra será dejada.

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Estén atentos, y prepárense; ya que no saben a qué hora va a venir EL SEÑOR. Pero estén seguros que sucederá, pues si un padre de familia supiera a qué hora el ladrón le había de asaltar, seguramente estaría velando, y no lo dejaría entrar a su casa. Pues asimismo ustedes estén preparados; porque a la hora que menos piensan, va a descender el Hijo del Hombre. ¿Quién piensan que es el siervo fiel y prudente, constituido por su SEÑOR como administrador sobre su familia, para repartir a cada uno el alimento a su tiempo? Bienaventurado aquel siervo, a quien cuando venga EL SEÑOR, lo encuentre cumpliendo con lo que le fue ordenado. En verdad les digo, que le encomendará el gobierno de toda SU Propiedad. Pero si este siervo es malo, y dijera en su corazón: Como EL SEÑOR no llega pronto, empezaré a maltratar a SUS consiervos, y a comer y beber con los borrachos; vendrá EL AMO de ese siervo en el día y le dará el castigo que corresponde a los hipócritas; y empezará el llanto y el rechinar de dientes. Estén atentos, porque ninguno sabe cuándo vendrá EL SEÑOR DE LA CASA, si al anochecer, o a la media noche, o cuando cante el gallo, o a la mañana; para que cuando venga de repente, no los encuentre durmiendo. Y es por eso por lo que a todos ustedes les digo: Estén atentos y velen. (MATEO 24; MARCOS 13; LUCAS 21)

Y DIJO JESÚS: Cuando el Hijo del Hombre regrese en Su Gloria, escoltado de todos Sus Ángeles, se sentará en el Trono de Su Gloria, y todas las naciones de la tierra serán reunidas delante de Él, y empezará a separar a los hombres, los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a Su derecha, y los cabritos a Su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de Su derecha: Vengan, acérquense a Mí, benditos de Mi PADRE, y pasen a tomar posesión de LA CIUDAD DIVINA que está preparada para ustedes desde la fundación del mundo. Porque cuando tuve hambre, ustedes Me dieron de comer; y porque cuando tuve sed, ustedes Me dieron de beber; cuando Yo era forastero, sin conocerme, Me hospedaron; y cuando Me vieron desnudo, Me vistieron; porque cuando estuve enfermo, Me visitaron; y cuando estuve preso, vinieron a verme. Y entonces los justos le responderán, diciendo: Maestro, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o te vimos sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo fue que te vimos viajero, y te hospedamos, o te vimos desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte? Y El Rey les contestará: En verdad les digo, que cuanto lo hicieron a uno

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solo de sus prójimos, el más pequeño de Mis hermanos, a Mí lo hicieron. Y también dirá a los de Su izquierda: Aléjense de Mí malditos, y vayan al fuego eterno, el cual fue preparado para ustedes los rebeldes, incrédulos y flojos. Porque cuando tuve hambre, Me negaron la comida; y cuando les dije que tenía sed, no Me dieron de beber; cuando Me vieron viajero, no Me hospedaron; cuando Me vieron desnudo, no Me vistieron; cuando se enteraron que estuve enfermo y en la cárcel, no Me visitaron. Y también ellos responderán: Maestro, ¿cuándo fue que te vimos hambriento, sediento, viajero, o desnudo, o enfermo, o en la cárcel, y no te atendimos? Y Él les responderá: En verdad les digo: En cuanto dejaron de hacerlo a su prójimo, por verlos más pequeños, tampoco a Mí lo hicieron. Y en consecuencia, ustedes irán al eterno tormento, mas éstos, los justos; a la vida eterna.

(MATEO 25:31-46)

Y DIJO JESÚS: Cuando descienda a ustedes el verdadero conocimiento de La Verdad, acerca del PADRE, ese conocimiento dará testimonio de Mí. (JUAN 15:26)

Y DIJO JESÚS: A LOS QUE PREDIQUEN MI DOCTRINA, LOS ECHARÁN DE TEMPLOS Y SINAGOGAS; Y AÚN NO TARDA LA HORA, QUE CUANDO ALGUNO LOS ASESINE, PENSARÁ Y DIRÁ QUE HIZO UN SERVICIO A DIOS. (JUAN 16:2)

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Apocalipsis de

Juan de Patmos

Esta información es para que sepan los siervos del SEÑOR las cosas que sucederán pronto, y sólo se la explicó a Juan, uno de SUS siervos, desde SU ÁNGEL.

Bienaventurados todos aquellos que leen, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan en ellos las cosas escritas en ella, porque el tiempo está cerca. Esto dice Juan: PAZ DEL QUE ES Y QUE ERA, Y QUE HA DE VENIR, y de LAS SIETE FUERZAS que están delante de SU TRONO; levanten sus ojos, porque miren que vendrá con las nubes, y todo ojo lo verá, y todas las razas de la tierra suplicarán a ÉL. Y ME DIJO EL SEÑOR: YO SOY EL ALFA Y LA OMEGA, EL PRINCIPIO Y EL FIN, QUE ES Y QUE ERA, Y QUE HA DE VENIR, EL TODOPODEROSO, EL SEÑOR DEL UNIVERSO.

Yo Juan, ciudadano de Patmos, fui informado de la siguiente predicción por La Palabra del SEÑOR, el día que descendió en SU ÁNGEL, cuando escuché detrás de mí una Gran Voz, como de trompeta, que decía: YO SOY EL ALFA Y LA OMEGA, EL PRIMERO Y EL ÚLTIMO. Escribe en un libro lo que veas y envíalo a las iglesias. Y cuando yo me di la vuelta para ver La Voz que hablaba conmigo, vi siete parecidos a candeleros de oro, y en medio de los siete, uno, semejante a La Gloria del Hijo del Hombre, cubierta de un blindaje que llegaba hasta sus pies y rodeada por sus inclinaciones con una banda de oro: Lo que parecía su cabeza era blanca como la nieve, sus ojos parecían llamas de fuego, sus pies brillaban idénticos al latón fino: Se veían ardiendo, como si estuvieran en un horno; y su voz hacía un ruido como de muchas aguas. Y tenía a su derecha siete como estrellas: Y de su abertura salía uno como rayo delgado de dos filos. Su presencia era como el sol cuando resplandece con toda su fuerza; y cuando yo Lo vi, caí como muerto a sus pies. Y Él puso algo sobre mí, diciéndome: No temas: Yo Soy El Primero y El Último; el que vivo y estuve muerto; y que vivo y viviré por los siglos de los siglos. Y Soy el que poseo los caminos de los que arderán en el infierno y morirán. Escribe las cosas que has visto, las que veas y las

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que son, y las que han de ser después de éstas: Este es el secreto de las siete estrellas que has visto a Mi derecha, y de los siete candeleros de oro: Las siete como ESTRELLAS son los Ángeles de las siete iglesias; y los siete parecidos a candeleros que has visto, son las siete iglesias.

Escribe al Ángel de la iglesia que está en Efeso, que tiene las siete estrellas a su derecha, el cual anda en medio de los siete candeleros, y dile: Así dice El Cordero: Yo

conozco tus comportamientos, y tu trabajo, y tu paciencia; y que has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has encontrado mentirosos. Pero lo que tengo contra ti, es que has dejado al SEÑOR, tu primer amor, recuerda de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz como al principio de tus primeras obras; porque si no, vendré velozmente a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si es que no te has arrepentido. El que tiene oído, oiga: Al que logre entender ésto, le daré de comer del árbol de la vida, el cual está en medio del Paraíso de DIOS.

Escribe al Ángel de la iglesia que está en Smirna: El Primero y el Último, el que estuvo muerto, y resucitó, dice estas cosas: Yo conozco tus comportamientos, tu sufrimiento, y tu pobreza, y el juramento de los que dicen ser Judíos, y no lo son. Tú, sé fiel hasta la muerte, y Yo te daré nuevamente la vida. El que tiene oído, oiga: Al que logre entender ésto, no tendrá nada que temer en la segunda muerte.

Escribe al Ángel de la iglesia que está en Italia: El que tiene el rayo delgado de dos filos, dice estas cosas: Yo conozco tus comportamientos, y sé dónde te reúnes: Donde está la silla de Satán, y entorpeces Mi Nombre. Pero tengo algunas cosas contra ti, porque tú tienes ahí a los que poseen la doctrina de los ídolos, con los que enseñan a poner escándalo delante de los hombres de Israel, a comer de las cosas ofrecidas a ellos, y a cometer fornicación. Arrepiéntete, porque si no lo haces, vendré a ti velozmente; y pelearé contra ellos con el rayo delgado de dos filos de Mi Gloria. El que tiene oído, oiga: Al que logre entender ésto, le daré a comer del maná que tengo oculto, y le daré una piedrecita blanca, y en ella un nuevo nombre escrito, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.

Escribe al Ángel de la iglesia que está en Tiatira: El Hijo de DIOS, cuya Gloria tiene en sus ojos como llama de fuego, y sus pies semejantes al latón fino, dice estas cosas: Yo conozco

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tus comportamientos, tu caridad, y tu servicio, y tu paciencia; pero tengo algunas cosas contra ti, porque permites a aquella mujer ramera enseñar, y engañar a Mis siervos a fornicar, y a comer cosas ofrecidas a sus ídolos. Le he dado tiempo para que se arrepienta de su fornicación, y no se ha arrepentido. Ahora Yo la echaré en la cama, y a los que adulteran con ella también, y mataré a sus hijos, para que todas las iglesias sepan que Yo Soy el que examino la mente y los corazones; y daré a cada uno de ustedes conforme a su comportamiento. El que tiene oído, oiga: Al que logre entender ésto, y haya guardado Mi enseñanza hasta el fin: Yo le daré autoridad sobre las gentes, y le daré la estrella de la mañana.

Escribe al Ángel de la iglesia que está en Sardis: El que tiene las SIETE FUERZAS DE DIOS y las siete estrellas, dice estas cosas: Yo conozco tus comportamientos, que

tienes nombre, y que aunque vives, a pesar de todo estás muerto. Vigila atento y observa a los que están para morir, porque no he visto tu comportamiento perfecto delante de DIOS. Acuérdate de Mi enseñanza que has recibido y síguela, y arrepiéntete; y si no vigilas, vendré a ti velozmente como un ladrón, pues nunca sabrás a qué hora llegaré a ti. El que tiene oído, oiga: Al que logre entender ésto, deberá vestir de ropas blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de Mi PADRE.

Escribe al Ángel de la iglesia que está en Filadelfia: Estas cosas dice El Santo, El Verdadero, El que tiene la llave de David, El que abre y ninguno cierra, y El que cierra y ninguno abre: Yo conozco tu comportamiento, y he puesto una puerta abierta delante de ti, la cual ninguno podrá cerrar, porque aunque tienes poca resistencia, has guardado la palabra de Mi paciencia: Yo también te protegeré de la hora de la tentación que ha de venir sobre todo el mundo, para probar a los que viven en la tierra. Observa, porque llegaré velozmente, guarda lo que tienes, para que ninguno te arrebate el premio. El que tiene oído, oiga: Al que logre entender ésto, Yo lo haré columna en EL TEMPLO DE MI DIOS, y escribiré sobre él, EL NOMBRE DE MI SEÑOR, y EL NOMBRE DE LA CIUDAD DE MI DIOS, la cual verás descender del cielo, de LA GLORIA DE MI DIOS.

Escribe al Ángel de la iglesia que está en Laodisea: Estas cosas dice El Así Sea, El Testigo Fiel y Verdadero, El primero de los proyectos después de la creación del SEÑOR: Yo conozco cómo eres, que ni eres frío, ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Mas porque eres tibio,

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y no frío o caliente, te vomitaré de Mi boca, porque tú sólo dices: Yo soy rico, porque tengo casa y nada me falta; y no conoces que tú eres un desdichado y miserable, y pobre, y ciego, y desnudo; Yo te exijo: que de Mí compres oro purificado en fuego, y te vistas de blanco, y pongas en tus ojos colirio para que veas. Yo, sólo corrijo y castigo a todos los que amo: Estate atento, y arrepiéntete, porque Yo estoy a la puerta, y llamo: Si alguno escucha Mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. El que tiene oído, oiga: Al que logre entender ésto, Yo le daré que se siente conmigo en Mi Trono, así como Yo he ganado y Me he sentado con Mi PADRE en SU TRONO.

Después de estas cosas, miré, y de pronto, vi una como puerta abierta en el cielo: Y LA primera VOZ que escuché, era como de trompeta que hablaba conmigo, diciendo:

Sube acá, y YO te mostraré las cosas que han de ser después de lo que ya has visto. Y yo subí, y miré un TRONO que estaba puesto en alto, y sobre el TRONO estaba UNO sentado, cuyo parecer era semejante a una piedra de jaspe y de sardio. Y había UN ARCO ESPACIAL alrededor del TRONO, su color era idéntico al de la esmeralda. Y alrededor del TRONO había veinticuatro sillas, y sobre ellas veinticuatro como ancianos sentados, todos vestidos de ropas blancas; y tenían sobre sus cabezas coronas de oro. Y del TRONO salían relámpagos, y truenos y voces, y había SIETE LÁMPARAS DE FUEGO que estaban ardiendo delante del TRONO, las cuales son las SIETE FUERZAS DE DIOS. Y había delante del TRONO uno como mar de vidrio, idéntico al cristal; y en medio del TRONO y a su alrededor, cuatro cosas como animales, pues estaban llenas de ojos alrededor. El primero, tenía uno como escudo con rostro de león, el segundo, con rostro de becerro, en el tercero se distinguía la cara como de un hombre, y el cuarto, tenía aquel como escudo, pero con rostro de águila, Y TAMBIÉN, AL IGUAL QUE LOS OTROS TRES, ESTABA VOLANDO. Y cada uno de los cuatro tenía alrededor seis alas en total, y estaban llenos de ojos alrededor, y no descansaban ni de día ni de noche, diciendo: SANTO, SANTO, SANTO EL SEÑOR DIOS TODOPODEROSO, EL SEÑOR DEL UNIVERSO, QUE ERA, Y QUE ES, Y QUE HA DE VENIR. Y cuando estos que parecían como animales, glorificaban, y honraban y alababan AL QUE ESTABA SENTADO EN EL TRONO, AL QUE VIVE ETERNAMENTE, los veinticuatro ancianos se arrodillaban postrados delante del que estaba sentado en el TRONO, y adorando AL ETERNO, echaban sus coronas hacía adelante, diciendo: SEÑOR, digno eres de recibir SATISFACCIÓN, y RESPETO, y EL PODER que tienes; porque TÚ creaste todas las cosas, Y POR TU VOLUNTAD TIENEN SER, y fueron criadas.

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Y vi en la mano derecha del que estaba sentado sobre el TRONO, un rollo escrito por dentro y por fuera, sellado con siete nudos. Y también vi un Ángel muy grande y

potente, del cual salía una gran voz, preguntando: ¿Quién es digno de abrir el libro, y de desatar sus sellos? Y no había nadie, ni en el cielo ni en la tierra, ni de los que están muertos debajo de la tierra, que pudiera abrir el libro, ni siquiera mirarlo. Y yo empecé a llorar, porque no había ninguno digno de abrir el libro, mucho menos de leerlo, ni de mirarlo. Y uno de los que parecían como ancianos, me dijo: No llores, aquí está el León de la tribu de Judá, la descendencia de David, para abrir el libro y desatar sus siete sellos. Y de pronto, miré en medio del TRONO, y en medio de los que parecían ancianos, que estaba el Cordero que fue sacrificado, también había siete como cuernos y siete parecidos a ojos; éstos, son LAS SIETE FUERZAS DEL SEÑOR QUE ÉL ENVÍA POR TODA LA TIERRA. Y el Cordero, se acercó, y tomó el libro de la mano derecha de AQUEL que estaba sentado en el TRONO, y los cuatro que parecían como animales y los veinticuatro como ancianos, se postraron delante del Cordero, y con arpas y copas de oro llenas de inciensos, empezaron a cantar un cántico nuevo, diciendo: Digno eres de tomar el libro, y de abrir sus sellos; porque Tú fuiste sacrificado, y a todos nos has liberado para EL SEÑOR con Tu sangre, y a toda raza, e idioma, y pueblo y nación. Y de pronto, miré y escuché un ruido ensordecedor de muchísimos Ángeles alrededor del TRONO, y alrededor de los que parecían como animales, y también de los parecidos a ancianos; y la cantidad de ellos era en millones de millones. Y escuché a toda criatura que estaba en el cielo, y sobre la tierra, y que estaba en la mar, diciendo: A AQUEL que está sentado en el TRONO, y a SU Cordero, sean para ellos LA BENDICIÓN y EL RESPETO, y LA SATISFACCIÓN, y EL PODER, eternamente. Y los cuatro que parecían animales, decían: Así sea. Y los veinticuatro como ancianos cayeron sobre sus rostros, y adoraron AL ETERNO.

Y miré cuando El Cordero empezó a abrir los sellos, y escuché de uno de los cuatro que parecían animales, una voz como de trueno, que me decía: Ven y mira. Y

abriendo el primer sello, veo que habrá uno como caballo blanco, y el que estará sentado encima de él, tendrá un arco (LA ENFERMEDAD). Al abrir el segundo sello, también veo uno como caballo rojo, y el que estará sentado encima de él, tendrá el poder de quitar la paz de la tierra, y de que se maten unos a otros (LA GUERRA). Y en el tercer sello, también veo que habrá uno como caballo negro, y el que estará sentado encima de él, tendrá una

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báscula en su mano (EL HAMBRE). Así en el cuarto sello, también veo que habrá uno como caballo amarillo, y el que estará sentado encima de él, tendrá el nombre de muerte (LA

MUERTE). Y al abrir el quinto sello, veo debajo del ALTAR las almas de los que han sido muertos por cumplir La Palabra del SEÑOR, y por la prueba que ellos tenían. Y clamaban a gritos, diciendo: ¿Hasta cuándo, SEÑOR, SANTO Y VERDADERO, juzgarás y vengarás nuestra sangre de los que habitan en la tierra? Y les fueron dadas ropas blancas, y se les dijo que descansaran un poco más de tiempo, hasta que sus hermanos, murieran como ellos. Y cuando el cordero abre el sexto sello, veo que habrá un impresionante terremoto; y el sol se oscurecerá, y la luna tomará un color como de sangre; y aquellas que parecen estrellas en el cielo, empezarán a descender sobre la tierra. Y en el cielo se empezará a ver algo como si fuera un pergamino que es envuelto, y todos los montes y las islas serán movidos de sus lugares. Y los reyes, los sacerdotes y los ricos, los gobernantes, los fuertes y todo empleado y todo patrón, se esconderán en las cuevas y entre las piedras de los montes; y les dirán a los montes y a las piedras: ¡Caigan sobre nosotros, y escóndannos del ROSTRO DE AQUEL que está sentado sobre el TRONO, y de la ira del Cordero: Porque el gran día de SU Ira ha llegado! ¿Y quién podrá estar seguro?

Y después de estas cosas, ahora veo que habrá cuatro Ángeles sobre los cuatro ángulos de la tierra, deteniendo los cuatro vientos. Y también veo otro Ángel que

subirá por donde nace el sol, trayendo el sello del DIOS VIVO: Y escucho cómo gritará con gran voz a los cuatro Ángeles: No hagan daño a la tierra, ni a la mar, ni a los árboles, hasta que señalemos a los siervos de nuestro SEÑOR en sus frentes. Y el número de los señalados es: CIENTO CUARENTA Y CUATRO MIL DE LAS DOCE TRIBUS DE ISRAEL; DOCE MIL POR CADA TRIBU. Y DESPUÉS DE ESTAS COSAS, VEO QUE HABRÁ UNA GRAN CANTIDAD DE GENTES, LA CUAL NINGUNO PODRÁ CONTAR, ESTAS SON DE TODAS LAS RAZAS, Y NACIONES, E IDIOMAS, QUE ESTARÁN TAMBIÉN DELANTE DEL TRONO Y ANTE LA PRESENCIA DEL CORDERO, VESTIDOS TODOS DE ROPAS BLANCAS Y CON PALMAS EN SUS MANOS; Y GRITARÁN EN ALTA VOZ, DICIENDO: SALVACIÓN A NUESTRO SEÑOR QUE ESTÁ SENTADO SOBRE EL TRONO, Y TAMBIÉN A SU CORDERO. Y todos los Ángeles que estarán alrededor del TRONO, y de aquellos como ancianos, y de los cuatro que parecen animales, se postrarán delante del TRONO, y adorarán al SEÑOR, diciendo: Así sea: LA BENDICIÓN, Y LA DELICIA, Y LA SABIDURÍA, Y LA ACCIÓN DE GRACIAS, Y LA HONRA, Y EL PODER Y LA

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FUERZA, SEAN PARA NUESTRO SEÑOR ETERNAMENTE. Así sea. Y uno de los que parecían ancianos, me dijo: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿sabes quienes son, y de dónde vienen? Y yo le dije: Por favor, señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han vivido en gran amargura, y han lavado sus ropas, y las han blanqueado siguiendo La Doctrina por la que murió el Cordero; y EL QUE ESTÁ SENTADO EN EL TRONO desplegará SU pabellón sobre ellos. No volverán a tener hambre, ni sed, y el sol jamás volverá a caer sobre ellos, ni volverán a sentir ningún otro calor. Porque el Cordero que estará en medio del TRONO, será SU Pastor, y los llevará a nacimientos de aguas vivas: Y EL SEÑOR limpiará toda lágrima de sus ojos.

Y al abrir el séptimo sello, veo que habrá un profundo silencio en el cielo, casi por media hora. Y después, a los siete Ángeles que estarán delante del SEÑOR, se les

autorizará el uso de sus siete trompetas. Y otro Ángel que se detendrá delante del ALTAR, tendrá un brasero de oro, y le será dado mucho incienso para que lo agregue a las oraciones de todos los SANTOS, sobre el ALTAR de oro que está delante del TRONO; y el humo del incienso subirá por medio del Ángel hasta EL TRONO DE DIOS, con las oraciones de los SANTOS. Y luego, el Ángel tomará el brasero, y lo llenará del FUEGO DEL ALTAR, y lo echará en la tierra; y entonces, serán hechos truenos, y voces, y relámpagos, y terremotos. Y los siete Ángeles que tienen sus siete trompetas, se prepararán para tocar. Y cuando el primer Ángel toque su trompeta, será hecho granizo mezclado con fuego, y serán arrojados a la tierra, y será quemado todo lo verde. Y cuando el segundo Ángel toque su trompeta, será hecho algo parecido a un gran monte ardiendo con fuego, y será lanzado a la mar, y morirán las criaturas que en ella vivan. Y cuando el tercer Ángel toque su trompeta, será lanzada del cielo una gran estrella ardiendo, llamada Ajenjo, y caerá en los ríos y en los manantiales de aguas, para convertir la tercera parte de ellas en aguas amargas. Y cuando el cuarto Ángel toque su trompeta, se oscurecerá la tierra, porque será cubierta la tercera parte del sol, y la tercera parte de la luna, y la tercera parte de las estrellas; y no habrá luz ni de día, ni de noche. Y después, SE VERÁ Y SE ESCUCHARÁ UN ÁNGEL VOLAR por el cielo, diciendo en altavoz: ¡Ay, ay, ay, por los motivos de las tres trompetas de los tres Ángeles que faltan por tocar!

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Y cuando el quinto Ángel toque su trompeta, se verá una como estrella que caerá del cielo en la tierra; y le será ordenado abrir el pozo del abismo; y al abrirlo, subirá

humo del pozo, como si fuera un gran horno, a tal grado, que se oscurecerá el sol. Y del humo, saldrán sobre la tierra, unos parecidos a langostas con el poder del escorpión; mas les será ordenado que no hagan daño a ninguna cosa verde, solamente a los hombres que no tengan la señal del SEÑOR en sus frentes. Y también se les dirá que no los maten, sino que sólo los atormenten cinco meses; Y EN AQUELLOS DÍAS BUSCARÁN LOS HOMBRES LA MUERTE, Y NO LA ENCONTRARÁN, Y DESEARÁN MORIR, MAS LA MUERTE ESCAPARÁ DE ELLOS. Y la forma de la alineación de aquellos como langostas, será semejante a caballos preparados para la guerra: Y sobre sus cabezas tendrán cosas parecidas a coronas, semejantes al oro; y sus caras serán como de hombres con cabellos largos. Y también tendrán blindajes como de hierro, y el ruido de sus alas será como el ruido de carros con caballos que corren veloces a la batalla; y por la parte de atrás, serán semejantes a los escorpiones, pues tendrán cola con pico, y su orden será de hacer daño a los hombres por cinco meses. Y tendrán sobre ellos por jefe al Ángel del abismo, que en Hebreo es Abaddon, en griego Apollyon, y en castellano Destrucción. Este es el primer ¡Ay!: Vienen aún dos ayes después de estas cosas. Y cuando el sexto Ángel toque su trompeta, se escuchará una voz que saldrá de los cuatro como cuernos del ALTAR de oro que está delante del SEÑOR, diciéndole al sexto Ángel: ¡Suelta los cuatro Ángeles que están atados en el gran río Éufrates! Y serán desatados los cuatro Ángeles para matar a la tercera parte de los hombres. Y EL NÚMERO DEL EJÉRCITO DEL SEÑOR, SÓLO LOS DE A CABALLO, ES: DOSCIENTOS MILLONES. Porque yo escuché claramente el número de ellos, y además los vi, y también miré a los que estaban sentados en ellos, los cuales tienen blindajes de fuego, de jacinto y de azufre. El aspecto de las cabezas de estos como caballos parece de leones, y de una abertura de ellos saldrá fuego, humo y azufre. Por estas tres calamidades morirá la tercera parte de los hombres, porque su poder está en su abertura y en sus colas. Y los otros hombres que no mueran, tampoco se arrepentirán de las obras que hicieron con sus manos: LAS IMÁGENES DE MADERA, DE PIEDRA, ORO, PLATA, Y DE METAL; LAS CUALES NO PUEDEN VER, NI OÍR, NI CAMINAR. Y no se arrepentirán de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus robos, ni de sus homicidios.

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También veo otro inmenso Ángel poderoso descender del cielo, rodeado de una gran nube, y el arco iris sobre su resplandor; y su semejanza es como el sol, y

sus bases como columnas de fuego. Éste tiene un rollito abierto, y cuando puso uno de sus pies sobre la mar, y otro sobre la tierra, gritó con gran voz, como cuando ruge un león; y cuando terminó de gritar, siete como truenos, hablaron. Y cuando estos siete como truenos terminaron de hablar, yo nuevamente iba a escribir, pero escuché UNA VOZ del cielo que me decía: Guarda dentro de ti las cosas que los siete truenos han hablado, y no las escribas. Y de pronto, veo que el gran Ángel que pisará la mar y la tierra, levantará una como mano al cielo, y jurará por EL ETERNO que ha creado el cielo, y la tierra, y la mar, y todas las cosas que están en ellos; que el tiempo se acabó. Pero sucederá que cuando lleguen los días en que el séptimo Ángel comience a tocar su

trompeta, EL TITUBEO QUE TIENEN LOS HOMBRES ACERCA DE DIOS, SERÁ ACLARADO, TAL Y COMO ÉL LO ANUNCIÓ A SUS SIERVOS LOS PROFETAS. Y nuevamente, LA VOZ del cielo que hablaba conmigo, me dijo: Ve, y toma el librito abierto que está en El Ángel que pisa sobre la mar y la tierra. Y cuando me acerqué al Ángel, le dije que me proporcionara el rollito, y él me respondió: Toma, y trágalo; y él te hará amargar tu estomago, pero en tu boca será dulce como la miel. Y tomé aquel librito, y lo comí y en efecto: Era dulce como la miel, sólo en mi boca, y fue amargo en mi estomago. Y también me dijo: Es necesario que otra vez profetices a todos los pueblos, y naciones, e idiomas, y también a los reyes de la tierra.

Y también me proporcionó una caña parecida a una vara, y me dijo: Levántate, y mide EL TEMPLO DEL SEÑOR, y SU ALTAR, y a los que adoran en ÉL. Mas no

midas el patio que está afuera, porque ha sido reservado a las gentes; pues habitarán la Ciudad Santa cuarenta y dos meses. Y La Voz del cielo que hablaba conmigo, me dijo: YO les daré a MIS dos testigos, y ellos profetizarán cubiertos por protecciones por mil doscientos sesenta días. Y El Ángel también me dijo: Estas son las dos olivas, y los dos candeleros que están delante del SEÑOR DE LA TIERRA. Y si alguno les quisiera hacer daño, saldrá fuego de su abertura, y devorará a sus enemigos. Estos tienen poder para cerrar el cielo, y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y también para herir la tierra con todo tipo de plagas, cuantas veces quieran. Y cuando ellos hayan

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acabado su tarea, la bestia que conduce al infierno, convocará a guerra contra ellos, y LOS VENCERÁ, Y LOS OBJETOS SERÁN EXHIBIDOS EN LAS PLAZAS DE AQUELLA GRAN CIUDAD, EN DONDE JESÚS FUE CRUCIFICADO. Y de todas las razas, de todos los pueblos, y los de todos los idiomas, verán los objetos por tres días y medio, pues no permitirán que sean escondidos. Y después de este tiempo, LA FUERZA DE VIDA SERÁ ENVIADA DEL SEÑOR PARA ELLOS, Y SE LEVANTARÁN, Y HABRÁ GRAN TEMOR SOBRE LOS QUE LOS VEAN. Y ellos escucharán una impresionante Voz del cielo, que les dirá: Elévense acá. Y subirán al cielo en una nube, a la vista de sus enemigos. Y en aquella hora habrá un gran temblor de tierra. Y serán muertos en el temblor siete mil hombres: Y los demás, espantados, glorificarán al SEÑOR DEL CIELO. Este es el segundo ¡Ay!: El tercero vendrá pronto. Y cuando el séptimo Ángel toque su trompeta, se escucharán grandes voces en el cielo, que dirán: LOS REINOS DEL MUNDO HAN VUELTO A SER LOS REINOS DE NUESTRO SEÑOR, Y DE SU CRISTO, QUIEN REINARÁ PARA SIEMPRE. Y los veinticuatro como ancianos que estarán sentados delante del SEÑOR en sus sillas, se postrarán sobre sus rostros, y adorarán a DIOS, diciendo: Te damos gracias, a TI, SEÑOR DIOS TODOPODEROSO, SEÑOR DEL UNIVERSO, QUE ERES Y QUE ERAS Y QUE HAS DE VENIR, porque has tomado TU GRAN FORTALEZA, y has reinado. Se han rebelado las naciones, y TU castigo está próximo, el tiempo de los muertos para que sean juzgados, y para que des el premio a TUS siervos los profetas, y a los Santos, y a los que temen TU NOMBRE, a los pequeñitos y a los grandes, y para que destruyas a los que destruyen la tierra. Y yo seguía escribiendo, cuando de pronto, EL TEMPLO DEL SEÑOR, suspendido en el cielo, fue abierto, y vi el Arca de SU Alianza. Y fueron hechos relámpagos y voces, y truenos, y terremotos y granizos muy grandes.

Luego, una impresionante señal apareció en el cielo: Un objeto resplandeciente como el sol, y con la luna debajo de sus bases, y sobre su claridad una línea de

doce como estrellas, el cual gritaba como si tuviera dolores de parto. Después, vi aparecer otra maravillosa señal en el cielo: Era uno como inmenso dragón, pues estaba rodeado de fuego, tenía siete como cabezas y diez parecidos a cuernos, y en aquellas como cabezas siete coronas. Y éste, se paró delante de aquel objeto que gritaba como para parir, a fin de arrebatarle a un niño; el cual había de Reinar a todas las naciones con vara de hierro: Mas este Varón fue apartado para EL SEÑOR, y para SU TRONO. Por lo que fue hecha una

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impresionante batalla en el cielo: Miguel, y sus escuadrones de Ángeles, combatían contra aquello que parecía un dragón y también contra sus ángeles. Mas no ganaron, ni su lugar de origen jamás fue encontrado en el cielo. Pero fue arrojado en la tierra aquel impresionante como dragón junto con sus ángeles, conocido como el sirviente antiguo. Y escuché una estruendosa voz en el cielo que decía: Ha llegado la salvación, y la virtud, y EL REINO DE NUESTRO SEÑOR, y el Poder de SU Cristo, porque el calumniador de los Santos del cielo ha sido alejado, el cual los acusaba delante de nuestro SEÑOR día y noche. ¡Ay de los que habitan la tierra y la mar! Porque el que hace daño ha descendido, teniendo gran coraje, sabiendo que tiene poco tiempo. Y cuando aquel como dragón vio que él y sus ángeles habían sido arrojados a la tierra, persiguió al objeto que había formado un Varón. Mas éste, voló como águila al desierto, y aquel como dragón echó él, agua de su abertura, como si fuera un gran río; mas la tierra lo auxilió, pues el desierto absorbió el agua que había echado aquel como dragón, el cual, enojado contra aquel objeto que gritó como mujer, se fue a hacer la guerra contra otros de la raza de él, los cuales guardan los Mandamientos del SEÑOR, y tienen la prueba del Cristo.

Y después de estas cosas, me paré sobre la arena, y sucedió que empezó a elevarse de la mar, una como bestia, que tenía siete parecidas a cabezas con

nombre de blasfemia, y diez como cuernos; y sobre sus cuernos diez coronas. Y esta como Bestia que vi, parecía como leopardo, pero sus pies eran tan grandes como si fueran de oso, y su boca, como si fuera de león. Y aquel inmenso como dragón que vi, le dio su autoridad, y su trono, y mucho poder. Y también vi una de sus cabezas como si hubiera sido herida de muerte, pero la herida le fue curada: Y toda la tierra se maravilló, y siguió tras de la Bestia. Y también adoraron al dragón que le había dado su poder, y adorando a la bestia, todos decían: ¡NO EXISTE NADA COMPARABLE A LA BESTIA! ¿QUIÉN SE ATREVERÁ A PELEAR CONTRA ELLA? Y además, la boca que le fue dada, hablaba grandes cosas y horribles blasfemias: Y también le fue dada autoridad para actuar. Y LAS MENTIRAS QUE DECÍA ERAN CONTRA EL SEÑOR, BLASFEMABAN SU NOMBRE Y SU TABERNÁCULO, Y TAMBIÉN A LOS QUE HABITAN EN EL CIELO. Y le fue permitido hacer juicio contra los Santos de la tierra, y matarlos. También se le dio poder sobre toda raza, toda tribu, todo pueblo, idioma y nación. Y todos los habitantes de la tierra, la adoraron, cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida del Cordero. Si alguno de ustedes

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tiene oído, oiga: El que somete, será sometido; el que a cuchillo mata, es necesario que a cuchillo muera: Aquí está la paciencia y la fe de los Santos. Y también le fue permitido hacer bastantes imágenes y esculturas con las que engañaba a los habitantes de la tierra, ordenándole a todos que hicieran la imagen de la Bestia, que tiene la herida de una lanceta, y que resucitó. También ordenó que, AQUELLOS QUE NO ADORARAN LA IMAGEN DE LA BESTIA, FUERAN MUERTOS. Y obligó a todos, a los pequeños y grandes, ricos y pobres, patrones y empleados, que hicieran una señal en su mano derecha, y que la pusieran en sus frentes: Y ordenó que ninguno podía comprar o vender, sino el que hiciera la señal, o pronunciara el nombre de la Bestia, o el número de su nombre. AQUÍ HAY SABIDURÍA: TODO AQUEL QUE TENGA ENTENDIMIENTO, CALCULE EL NÚMERO DE LA BESTIA, PORQUE SU NÚMERO LO FORMAN LAS LETRAS DEL NOMBRE DE UN HOMBRE: Y EL NÚMERO DE LA BESTIA ES SEISCIENTOS SESENTA Y SEIS.

Y también miré La Gloria del Cordero sobre el Monte de Sión, y con Él estarán los ciento cuarenta y cuatro mil que tenían el nombre de Su PADRE escrito en

sus mentes. Y escuché una Gran Voz del cielo con ruidos que parecían de muchas aguas, y también sonidos como de gran trueno: Y escuché una voz de tocadores de arpas que cantarán un canto nuevo delante del TRONO, y delante de los cuatro como animales, y de los parecidos a ancianos: Y ninguno podrá entender este cántico, sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil. Estos son los que con mujeres jamás se contaminaron, porque son vírgenes. Y vi otro Ángel que volará en medio del cielo, que tiene LA VERDAD ETERNA para enseñarla a los que habiten la tierra, y a toda raza, y a toda nación y tribu, idioma y pueblo, diciendo en altavoz: TEMAN AL SEÑOR, Y DENLE RESPETO; porque la hora de SU Juicio ha llegado; Y ADOREN A AQUEL QUE HIZO EL CIELO Y LA TIERRA, Y LA MAR Y LOS MANANTIALES DE AGUAS. Y otro Ángel lo seguirá, diciendo: Ha caído Babilonia, aquella ciudad hermosa, la cual ha dado a beber a todas las naciones del vino de su fornicación. Y un tercer Ángel también los seguirá, diciendo en altavoz: SI ALGUNO ADORÓ A LA BESTIA Y A SU IMAGEN, Y PUSO LA SEÑAL DE ELLA EN SU MANO DERECHA O EN SU FRENTE, ESTE TAMBIÉN BEBERÁ, PERO DEL VINO DE LA IRA DEL SEÑOR, el cual está echado puro en el cáliz de SU Enojo; Y NO DUDE QUE SERÁ ATORMENTADO CON FUEGO Y AZUFRE delante del Cordero, delante de los Santos y delante de los Ángeles: Y LOS QUE ADORARON A LA BESTIA Y A SU IMAGEN, NO TENDRÁN DESCANSO NI DÍA NI NOCHE, TAMPOCO

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CUALQUIERA QUE SE PUSO LA SEÑAL DE SU NOMBRE. Aquí está la paciencia de los Santos, aquí están los que guardan los Mandamientos del SEÑOR, y la fe de Jesús. Y escuché otra voz del cielo que me decía: Bienaventurados los muertos que de aquí en adelante mueren en el SEÑOR, porque sus obras con ellos continuarán. Y también se verá una como inmensa nube blanca, y sobre ella Uno sentado semejante al Hijo del Hombre, que tendrá en su cabeza una corona de oro, y en su mano una como navaja delgada. Y otro Ángel saldrá del TEMPLO gritando en altavoz al que estará sentado sobre la nube: Mete tu navaja, y corta, porque la hora de cosechar ha llegado, pues el grano de la tierra está maduro. Y el que estará sentado sobre la nube, echará su navaja sobre la tierra, y la tierra será cosechada. Y saldrá otro Ángel del TEMPLO QUE ESTARÁ EN EL CIELO, portando también una como navaja delgada; pero otro Ángel que tendrá poder sobre el fuego, saldrá del ALTAR, y gritará: Mete tu navaja, y cosecha los manojos de la tierra, porque ya están maduras sus uvas. Y el Ángel echará aquella como navaja en la tierra, y cosechará la viña, y echará la uva en La Gran Bodega de La Ira del SEÑOR.

Y también se verá otra majestuosa y bella señal en el cielo: Serán siete Ángeles que tendrán las siete plagas finales, porque en ellas será ejecutada La Ira del

SEÑOR. Y vi como si fuera una mar de vidrio mezclada con fuego, y los que hayan obtenido el triunfo sobre de la Bestia, y sobre de su imagen, y sobre de su señal, y sobre del número de su nombre, estarán sobre la mar de vidrio; y tendrán las arpas del SEÑOR, cantarán el canto de Moisés y del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son TUS obras, SEÑOR DIOS TODOPODEROSO. Justos y Verdaderos son TUS CAMINOS, REY de los SANTOS. ¿Quién no te temerá, OH SEÑOR, y engrandecerá TU NOMBRE? Porque sólo TÚ ERES SANTO, por lo cual todas las naciones vendrán, y adorarán delante de TI, porque TUS Juicios son mostrados. Y después de estas cosas, verán, que EL TEMPLO DEL TABERNÁCULO DEL TESTIMONIO SERÁ ABIERTO EN EL CIELO, y saldrán de allí siete Ángeles con siete plagas, cubiertos de un material finísimo, como si fuera lino blanco y marcados alrededor de sus inclinaciones con bandas de oro. Y uno de los cuatro como animales, le dará a los siete Ángeles siete copas de oro, llenas de La Furia del SEÑOR, QUE VIVE ETERNAMENTE. Y EL TEMPLO se llenará de humo, por la presencia de LA GLORIA DE DIOS, y por SU PODER.

Y entonces se escuchará una Gran Voz del TEMPLO que dirá a los siete Ángeles: Vayan, y vacíen las siete copas de LA IRA DEL SEÑOR sobre la tierra.

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Y sucederá que cuando el primer Ángel derrame su copa sobre la tierra, vendrá una gran catástrofe, muy mala, que dañará a los hombres que tengan la señal de la Bestia, y a los que adoran su imagen. Y sucederá que cuando el segundo Ángel derrame su copa sobre la mar, morirá toda alma viviente en la mar, porque será convertida en sangre. Y sucederá que cuando el tercer Ángel derrame su copa sobre los ríos, y sobre los manantiales de las aguas, dirá: Justo eres TÚ, OH SEÑOR, QUE ERES Y QUE ERAS, EL SANTO, porque has juzgado estas cosas: Pues ellos derramaron la sangre de TUS SANTOS y de TUS profetas, también TÚ, dales a beber sangre, pues lo merecen. Y serán convertidas las aguas en sangre; y otro Ángel del ALTAR también dirá: OH SEÑOR DIOS TODOPODEROSO, TUS Juicios son Verdaderos y Justos. Y sucederá que cuando el cuarto Ángel derrame su copa sobre el sol, le será ordenado quemar a los hombres con fuego. Y los hombres serán quemados con el más intenso calor, y blasfemarán EL NOMBRE DEL SEÑOR, y no se arrepentirán para Glorificarlo. Y sucederá que cuando el quinto Ángel derrame su copa sobre el lugar donde reina la Bestia, su reino se hará espantoso, y se morderán sus lenguas de dolor y blasfemarán EL NOMBRE DEL SEÑOR, y no se arrepentirán para glorificarlo. Y sucederá que cuando el sexto Ángel derrame su copa sobre el gran río Éufrates, el agua se secará para que esté preparado el camino para los reyes del Oriente. Y vi salir de la boca de la Bestia, y de la del falso profeta, tres cosas como parecidas a ranas, que harán señales a los reyes de la tierra, y a los gobernantes de todo el mundo, para reunirlos a dar la batalla de aquel Gran Día del SEÑOR TODOPODEROSO. Y la Bestia los reunirá en el lugar que en Hebreo se llama Armagedón. BIENAVENTURADO EL QUE ENTIENDA Y ENDERECE SU VIDA, PARA QUE NO ANDE DESNUDO Y VEAN TAMBIÉN SU IGNORANCIA, PORQUE YO LLEGARÉ COMO LADRÓN. Y sucederá que cuando el séptimo Ángel derrame su copa por el aire, una Gran Voz saldrá del TEMPLO DEL CIELO, diciendo: Hecho es. Y entonces habrá impresionantes relámpagos, inmensas voces, y ensordecedores truenos; y habrá un gran temblor de tierra, un terremoto de tan grande magnitud, cual no fue jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra. Y aquella ciudad hermosa será partida en tres partes, y las ciudades de las naciones caerán; y la gran Babilonia será recordada delante del SEÑOR, para darle el cáliz del vino del Furor de SU Ira. Y toda isla desaparecerá, y los montes jamás serán encontrados. Y

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después, caerá del cielo sobre los hombres granizo como del peso de un talento: (TREINTA Y

CUATRO KILOS CON DOSCIENTOS GRAMOS): Y los hombres blasfemarán contra DIOS por esta plaga.

Y colocándose frente de mí, uno de los siete Ángeles, me dijo: Sube aquí para mostrarte la condenación de la gran ramera, aquella que está sentada sobre

muchas aguas: Con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y todos los que habitan en ella que se han embriagado con el vino de su fornicación. Y subí al Ángel, y fui llevado al desierto; y observé una mujer ramera sentada sobre una como Bestia de color rojo, llena de nombres de blasfemia y que tenía siete parecidas a cabezas y diez como cuernos. Y la mujer ramera estaba vestida de color púrpura y escarlata, y adornada con oro, y piedras preciosas, y con perlas, y tenía en su mano un cáliz de oro, lleno de asquerosidades, por la suciedad de su fornicación; y en su frente un nombre escrito: MISTERIO, BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS FORNICACIONES DE LA TIERRA. Y también vi a la mujer ramera embriagada con la sangre de los Santos, y con la sangre de los mártires de Jesús: Y cuando la estuve observando, quedé maravillado, y el señor del Ángel me dijo: ¿Por qué te impresionas? Mira, yo te diré el misterio de la mujer ramera, y de la Bestia que tiene siete cabezas y diez cuernos, que la trae:

LA BESTIA QUE HAS VISTO, AUNQUE SUBIRÁ DE LA NADA, SERÁ DESTRUIDA: Y LOS HABITANTES DE LA TIERRA, CUYOS NOMBRES NO ESTÁN ESCRITOS EN EL LIBRO DE LA VIDA DESDE QUE SE FUNDÓ EL MUNDO, SÓLO ELLOS SE MARAVILLARÁN VIENDO A LA BESTIA.

PARA TODOS LOS QUE TENGAN ENTENDIMIENTO, AQUÍ ESTÁ LA SABIDURÍA:

LAS SIETE CABEZAS: SON SIETE COLINAS, (MONTES) SOBRE LAS CUALES ESTÁ SENTADA LA MUJER RAMERA.

LOS DIEZ CUERNOS: SON DIEZ REYES, QUE SERÁN IMPUESTOS POR LA BESTIA. ESTOS TENDRÁN UNA REUNIÓN, Y PONDRÁN TODO SU PODER Y AUTORIDAD AL SERVICIO DE LA BESTIA; Y PELEARÁN CONTRA EL CORDERO, MAS EL CORDERO LOS VENCERÁ, PORQUE ÉL ES EL REY DE LOS REYES. ESTOS DIEZ CUERNOS (DIEZ REYES); DESPUÉS DE SER VENCIDOS POR EL CORDERO, ABORRECERÁN A LA MUJER RAMERA Y LA DEJARÁN DESAMPARADA Y SIN PROTECCIÓN: Y COMERÁN SUS CARNES, Y LA QUEMARÁN CON FUEGO. PORQUE EL

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SEÑOR HA PUESTO EN SUS CORAZONES EJECUTAR LO QUE ÉL DESEA, HASTA QUE SE CUMPLAN SUS PALABRAS.

LAS AGUAS, DONDE LA MUJER RAMERA SE SIENTA: SON TODOS LOS PUEBLOS, Y MUCHEDUMBRES, Y NACIONES, Y RAZAS E IDIOMAS.

Y LA MUJER RAMERA QUE HAS VISTO: ES AQUELLA GRAN CIUDAD EN LA QUE SE INCLINAN LOS REYES DE LA TIERRA.

Y después de estas cosas, se verá otro Ángel de impresionante tamaño descender del cielo; y la tierra quedará admirada de su perfección. Y hablará en

altavoz, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y ha sido hecha madriguera de todo lo asqueroso, y mesón de todas las aves sucias y aborrecibles. Porque todas las gentes han bebido el vino de su fornicación, Y LOS REYES DE LA TIERRA HAN FORNICADO CON ELLA, Y LOS COMERCIANTES DE LA TIERRA SE HAN ENRIQUECIDO DE LA EFICACIA DE SUS COMPLACENCIAS. Y escuché otra VOZ del cielo, que decía: SALGAN DE ELLA, PUEBLO MÍO, SALGAN; porque no sea que también ustedes participen de sus pecados, y reciban de sus plagas; pues sus faltas han llegado hasta el cielo, y YO ME he acordado de sus maldades. Devuélvanle tanto, como ella les ha dado, y páguenle al doble según sus obras; en el cáliz que ella les daba a beber, denle a beber lo doble. Cuanto ella se ha elogiado, y ha vivido en deleites, ese tanto denle de tormento y llanto, porque ella asegura en su corazón: Yo soy reina y tengo mi propio trono, no padezco dolores ni soy viuda, por lo que jamás lloraré. POR LO CUAL, EN UN DÍA VENDRÁN SUS PLAGAS: MUERTE, LLANTO Y HAMBRE, Y SERÁ QUEMADA CON FUEGO. Y llorarán y se lamentarán sobre ella los reyes de la tierra, los que han fornicado y han vivido con ella sus deleites; cuando vean el humo de su incendio, se pondrán lejos por el temor de su tormento, diciendo: ¡Ay, ay, de aquella gran ciudad, hermosa y fuerte, porque en una hora vino tu juicio! Y también los comerciantes de la tierra llorarán y se lamentarán sobre ella, porque ya ninguno comprará más sus mercancías: Mercancía de oro, y de plata, y de piedras preciosas, y de perlas, y de lino fino, y de escarlata, y de seda, y de grana, y de toda madera olorosa, y de todo vaso de marfil, y de todo vaso de madera preciosa, y de cobre, y de hierro, y de mármol, y canela, y olores, y ungüentos, y de incienso, y de vino, y de aceite, y flor de harina y trigo, y de

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almas de hombres. Los comerciantes de estas cosas, que se han enriquecido, se pondrán lejos de ella por el temor de su tormento, llorando y lamentándose, y diciendo: ¡Ay, ay de aquella gran ciudad, que se vestía de lino fino, de púrpura, de escarlata, y de grana; y se adornaba dorada con oro, con piedras preciosas y con perlas! PORQUE EN UNA HORA HAN SIDO EXTERMINADAS TANTAS RIQUEZAS. Y viendo ellos el humo de su incendio, dirán: ¿Qué ciudad había semejante a esta hermosa gran ciudad? Y gritarán llorando y lamentándose, y diciendo: ¡Ay, ay, de aquella gran ciudad, en la cual también los que tenían barcos en la mar se habían enriquecido de sus riquezas, QUE EN UNA HORA HA SIDO DESOLADA! Y después, un Ángel muy grande y fuerte, tomará una como piedra de molino, inmensa, y la echará en la mar, diciendo: Con tanta furia será hundida aquella hermosa ciudad de Babilonia, y nunca jamás será desenterrada. Arpas, músicos, flautas, trompetas, jamás volverán a ser escuchadas en ti; y artistas de cualquier oficio, no volverán a ser hallados más en ti; y el ruido de las muelas no será más en ti escuchado: Y la luz de las lámparas no alumbrarán más en ti; y voz de esposo y esposa no será más en ti escuchada; porque en tus hechicerías todas las gentes han errado. Y en ella será encontrada la sangre de los profetas y los Santos, y de todos los que decían La Verdad, que han sido asesinados en la tierra.

Y después de estas cosas, se escuchará una gran voz de una inmensa multitud en el cielo, que dirá: Aleluya: LA SALVACIÓN, Y LA HONRA, Y LA GLORIA, Y EL

PODER, SON DE NUESTRO SEÑOR DIOS. Porque SUS Juicios son Justos y Verdaderos. Porque ÉL habrá juzgado a la gran ramera, la que había podrido la tierra con su fornicación, y habrá vengado la sangre de SUS siervos de la mano de ella. Y otra vez dirán: Aleluya. Y los veinticuatro como ancianos y los cuatro como animales se postrarán en tierra, y adorarán al SEÑOR que estará sentado sobre el TRONO, diciendo: Así sea: Aleluya. Pero después, se escuchará una voz del TRONO, que dirá: Honremos a nuestro SEÑOR todos SUS siervos, y los que le temen, así pequeños como grandes. Y se escuchará como la voz de una gran muchedumbre, y un ruido, como de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que dirá: Aleluya: PORQUE REINA DIOS NUESTRO SEÑOR TODOPODEROSO. Gocemos y estemos felices, porque están por llegar las bodas del Cordero, y les será ordenado que se vistan de lino fino, limpio y brillante: Porque el lino fino son las

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justificaciones de los Santos. Y la voz que hablaba conmigo, me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena del Cordero. Y también me insistió, diciendo: Estas palabras del SEÑOR son Verdaderas. Y entonces yo me eché a sus pies para adorarlo. Y me dijo: ¡NO TE ATREVAS! PORQUE YO SOY SIERVO IGUAL QUE TÚ, SÓLO SE ADORA AL SEÑOR. Y al ponerme de pie, vi que el cielo se verá como si estuviera abierto, y uno como caballo blanco traerá sentado sobre él al que será llamado Fiel y Verdadero, el cual con justicia juzgará y peleará. Y estuve atento, porque todos sus ojos eran como llama de fuego, y habrá en su lado superior muchas coronas; y tendrá un nombre escrito que ninguno entenderá sino él mismo. Y estará cubierto de sangre: Y Su nombre será llamado: EL VERBO DE DIOS. Y los Ejércitos que estarán en el cielo LO seguirán en unos como caballos blancos, también cubiertos de uno como lino finísimo, blanco y limpio; mas de su abertura se verá salir un rayo delgado, para herir con él a las naciones. Y ÉL es el único que pisará La Bodega del Vino del Furor, y de La Ira del SEÑOR TODOPODEROSO. Y en su cubierta y en su base tendrá escrito este nombre: Rey de Reyes y Señor de Señores. Y también veo un Ángel que estará en el sol, y gritará, diciendo a las aves del cielo: Vengan, y júntense a LA CENA DEL GRAN SEÑOR, para que coman carnes de reyes y de gobernantes, y carnes de fuertes, y carnes de caballos, y de los que están sentados sobre ellos; y carnes de patrones y de empleados, de pequeños y de grandes. Y TAMBIÉN VI A LA BESTIA JUNTO A LOS REYES DE LA TIERRA Y SUS EJÉRCITOS, REUNIDOS PARA HACER LA GUERRA CONTRA EL QUE ESTABA SENTADO SOBRE EL GRAN CABALLO, Y CONTRA SU EJÉRCITO. MAS LA BESTIA SERÁ PRESA, Y CON ELLA SU FALSO PROFETA QUE HABÍA HECHO LAS SEÑALES DELANTE DE ELLA, CON LAS CUALES HABÍA ENGAÑADO A LOS QUE HICIERON LA SEÑAL DE LA BESTIA EN SUS MANOS Y LA PUSIERON EN SUS FRENTES, Y HABÍAN ADORADO SU IMAGEN. AMBOS SERÁN ECHADOS VIVOS DENTRO DE UN LAGO DE FUEGO ARDIENDO EN AZUFRE. Y LOS OTROS SERÁN MUERTOS CON EL RAYO QUE SALE DE LA ABERTURA DEL QUE ESTÁ SENTADO SOBRE AQUEL COMO CABALLO, Y TODAS LAS AVES SERÁN ALIMENTADAS DE LAS CARNES DE ELLOS.

Y después se verá un Ángel descender del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena. Y prenderá a aquel como dragón, aquel sirviente antiguo, para

que no engañe más a las naciones, hasta que mil años sean cumplidos. Y se verán los 20

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tronos, y las almas de los degollados que no adoraron a la Bestia, ni a su imagen, y que no pusieron la señal en sus frentes, ni la hicieron en sus manos; y vivirán y reinarán con el Cristo mil años. Y de LA GLORIA DEL SEÑOR descenderá fuego a la tierra. Y aquellos que los engañaban, serán echados en ese lago de fuego y azufre, donde estarán la Bestia y su falso profeta; en donde también serán atormentados día y noche eternamente. Y se verán los muertos, grandes y pequeños, que estarán delante del SEÑOR; y los libros serán abiertos: y otro libro más será abierto, el cual es de la vida: Y serán juzgados los muertos por las cosas que están escritas en los libros según sus comportamientos. Y la mar botará los muertos que estén en ella, y también la tierra lanzará los muertos que estén en ella; y será hecho Juicio a cada uno según su comportamiento. Y aquel que no sea hallado escrito en el libro de la vida, será echado en el lago de azufre.

Y después de todas estas cosas, se verá un cielo nuevo, y también una tierra nueva: Y yo Juan, vi cómo descenderá del cielo UNA MAJESTUOSA CIUDAD

SANTA, LA NUEVA JERUSALÉM, que bajará de LA GLORIA DE DIOS. Y escuché una gran voz del cielo que dirá: ESTE SERÁ EL TABERNÁCULO DE DIOS CON LOS HOMBRES, Y HABITARÁ CON ELLOS; Y ELLOS SERÁN SU PUEBLO, Y EL MISMO SEÑOR SERÁ SU DIOS CON ELLOS. Y cuando todos vean al SEÑOR, ÉL limpiará toda lágrima de sus ojos; y la muerte no llegará más a ellos, y no habrá más llanto, ni clamor, ni dolor: Porque cuando llegue este momento, todas las cosas habrán pasado. Y el que estaba sentado en el TRONO, me dijo: YO SOY el que hago nuevas todas las cosas. YO SOY EL ALFA Y LA OMEGA, EL PRINCIPIO Y EL FIN. A todo aquel que tenga sed, YO le daré de la fuente del agua de vida gratuitamente. TODO AQUEL QUE LOGRE ENTENDER, POSEERÁ TODAS LAS COSAS; Y YO SERÉ SU DIOS, Y ÉL SERÁ MI HIJO. MAS A LOS COBARDES E INCRÉDULOS, A LOS SOBERBIOS Y HOMICIDAS, A LOS ADÚLTEROS Y HECHICEROS, Y A LOS IDÓLATRAS, Y A TODOS LOS MENTIROSOS, SU PARTE SERÁ EN EL LAGO ARDIENDO CON FUEGO Y AZUFRE. Y se paró frente a mí uno de los siete Ángeles que tendrá las siete copas llenas de las últimas siete plagas, y me dijo: Ven acá, para mostrarte la Esposa, la Mujer del Cordero. Y subí a él y me llevó a un lugar muy alto y muy grande, y me mostró la Ciudad Santa que descenderá del cielo, de LA GLORIA DE DIOS; esta Nueva Jerusalém, tiene la claridad de la

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mismísima GLORIA DE DIOS: Su luz es idéntica a una piedra preciosísima, como piedra de jaspe resplandeciente, como cristal. Y tiene un muro inmensamente grande y muy alto con doce puertas; y las puertas son doce Ángeles, y los nombres de las doce tribus de Israel están escritos allí. Al Oriente tres puertas, al Norte tres puertas, al Sur tres puertas, al Poniente tres puertas. El muro de la ciudad tiene doce apoyos, y en ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero. Y el que hablaba conmigo, tenía la medida de una caña (DOS METROS CON

NOVENTA Y DOS CENTÍMETROS Y CINCO MILÍMETROS) de oro para medir la Ciudad, y sus puertas, y su muro. Y la ciudad está fabricada y puesta en cuadro, su largo es tanto como su ancho: Y el que estaba conmigo, midió la Ciudad con la caña de oro, doce mil estadios (DOS MIL

CIENTO SESENTA KILÓMETROS); su largo y su alto y su ancho de ella son iguales. Y el grueso de su muro mide, ciento cuarenta y cuatro codos (SESENTA Y CUATRO METROS CON OCHENTA

CENTÍMETROS). La Ciudad es de oro puro, semejante al vidrio limpio, y el material de su muro es de jaspe. Y las bases del muro de la ciudad están adornadas de toda piedra preciosa. El primer cimiento es: jaspe, el segundo: zafiro, el tercero: calcedonia, el cuarto: esmeralda, el quinto: ónix, el sexto: sardio, el séptimo: crisolito, el octavo: berilio, el noveno: topacio, el décimo: crisoprasa, el undécimo: jacinto, el duodécimo: amatista. Y las doce puertas, que son doce Ángeles, son como doce perlas, y cada puerta parece una perla. Y la plaza de la Ciudad es de oro puro como vidrio transparente. Y no vi en ella ningún TEMPLO, porque EL SEÑOR DIOS, EL TODOPODEROSO ES EL TEMPLO DE ELLA, y El Cordero. Y la Ciudad no necesita de sol ni luna para alumbrarse, porque la claridad del SEÑOR la ilumina, y el Cordero es su lumbrera. Y todos aquellos que hayan quedado vivos, andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra que entiendan, traerán su delicia y honor a ella. Y sus puertas nunca serán cerradas de día, porque allí no habrá noche. No entrará en ella ninguna cosa sucia, o que acostumbre la abominación y la mentira; sino solamente los que están escritos en el libro de la vida del Cordero.

Y por último, se me mostró un río de agua de vida, resplandeciente como cristal, mas éste saldrá del TRONO DEL SEÑOR y del Cordero. Y en medio de la plaza de

la Ciudad de oro, estará el árbol de la vida, que llevará doce frutos, y las hojas del árbol serán para la salud de los hombres. Y no habrá más maldición, sino que EL TRONO DEL SEÑOR y del Cordero estarán en ella, y SUS siervos les servirán. Y todos verán la cara del

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SEÑOR, y SU NOMBRE DE ÉL permanecerá en sus mentes. Y allí no habrá más noche, y tampoco se tiene necesidad de lumbre de antorchas, ni de lumbre de sol: Porque EL SEÑOR DIOS los alumbrará: Y reinarán para siempre. Y también se me dijo: ESTAS PALABRAS SON FIELES Y VERDADERAS. Y es por eso que nuestro SEÑOR DIOS de los Santos profetas ha enviado SU ÁNGEL, para revelar a SUS siervos las cosas que es necesario que sean hechas pronto. Estén atentos, porque vendré pronto. BIENAVENTURADO EL QUE OBSERVA LAS PALABRAS DE LA PROFECÍA DE ESTE LIBRO. Y también me fue dicho: No calles ninguna de las palabras de la profecía de este libro; porque EL TIEMPO YA ESTÁ CERCA. El que es injusto, siga siendo injusto: Y el que es sucio, ensúciese todavía: Y el que es justo, sea todavía justificado: Y el que es santo, sea santificado todavía. No olviden, que YO VIAJO VELOZMENTE, y traigo el premio conmigo, para recompensar a cada uno SEGÚN SEA SU COMPORTAMIENTO. YO SOY EL ALFA Y OMEGA, PRINCIPIO Y FIN, EL PRIMERO Y EL ÚLTIMO. Bienaventurados los que guardan SUS Mandamientos, para que SU FUERZA sea para ustedes en el árbol de la vida, y que entren por las puertas en la Ciudad. Mas quedarán fuera los perros, y los hechiceros, y los viciosos, y los homicidas, y los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira. YO JESÚS HE SIDO ENVIADO EN MI ÁNGEL PARA DARLES EVIDENCIA DE ESTAS COSAS. YO SOY DE LA RAÍZ Y LA DESCENDENCIA DE DAVID, LA ESTRELLA RESPLANDECIENTE DE LA MAÑANA. Porque YO ADVIERTO a cualquiera que escucha las palabras de la profecía de este libro: SI ALGUNO AUMENTA A ESTAS COSAS, EL SEÑOR AUMENTARÁ SOBRE ÉL LAS PLAGAS QUE ESTÁN ESCRITAS EN ESTE LIBRO. Y SI ALGUNO RESTA DE LAS PALABRAS DEL LIBRO DE ESTA PROFECÍA, EL SEÑOR RESTARÁ SU PARTE DEL LIBRO DE LA VIDA Y DE LA SANTA CIUDAD, LA NUEVA JERUSALÉM, y de las cosas que están escritas en este libro. EL QUE DA TESTIMONIO DE ESTAS COSAS, DICE: ¡ES CIERTO! LLEGARÉ PRONTO, ASÍ SEA.

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Oh hombres, rectifiquen, y aléjense de todas sus maldades; y no les será la maldad causa de su ruina. Echen de ustedes todos esos ídolos con los que han atentado contra MÍ, y háganse de un corazón nuevo y cambien su actitud ante MÍ; que no quiero la muerte del que muere, dice EL SEÑOR; vuélvanse a MÍ, y vivirán.

(EZEQUIEL 18:30-32)

...No vayas a decir que no lo sabías, que lo ignorabas. Porque harás que DIOS se enfurezca a causa de tus palabras, y en ese momento te destruya.

(ECLESIASTÉS 5:5)

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BIBLIAS COTEJADAS:

SAGRADA BIBLIA. Por: Félix Torres Amat. SAGRADA BIBLIA. Por: Juan Straunbinger. BIBLIA LATINOAMERICANA. Por: Alfonso Zimmermann. BIBLIA DE AMÉRICA. Por: Conferencia del Episcopado Mexicano. BIBLIA DE JERUSALÉN. Por: Escuela Bíblica de Jerusalén. BIBLIA DE REFERENCIA THOMPSON. Por: Frank Charles Thompson. SANTA BIBLIA. Por: Reina-Valera. SANTA BIBLIA ARCO IRIS. Por: Reina-Valera. HOLY BIBLE. Por: King James. NEW AMERICAN STANDARD BIBLE. Por: The Lockman Foundation. THE SEPTUAGINT

BIBLE. Versión más antigua del Antiguo Testamento en el idioma Griego. Por: F. Charles Thompson THE NEW

ENGLISH BIBLE WITH APOCRYPHA. Por: La iglesia de Inglaterra, la iglesia de Escocia, la unión bautista de Gran Bretaña e Irlanda. BIBLIA HEBRAICA STUTTGARTENSIA. Por: K. Elliger y W. Rudolph.

LA SAINTE BIBLE. Por: L'Abbé J. - B. Glaire. SAGRADA BIBLIA. Por: J. M. Bover y F. Cantera. SAGRADA ESCRITURA. Por: E. Nacar y P. A. Colunga. LA BIBLIA DE JERUSALÉN. Por: Desclée de Brouwer.

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Notas importantes

Cuadro de las equivalencias de peso, medida y

capacidad, referentes a los libros de La Biblia

citados es esta obra.

Si existe alguna duda con relación a esta tabla,

consulte cualquier diccionario enciclopédico.

Talento 34.200 kgs. Treinta y cuatro kilos con doscientos gramos.

Siclo 14.4 grs.

Palmo 22.5 cms.

Codo 45 cms.

Codo perfecto 67.5 cms.

cinco milímetros).

Caña 292.5 cms. Dos metros con noventa y dos centímetros y

cinco milímetros).

Estadio 180 mts. Ciento ochenta metros.

Efa 36.900 lts. Treinta y seis litros con novecientos mililitros.

Hin 6.150 lts. Seis litros con ciento cincuenta mililitros, esta

medida corresponde a la sexta parte de una efa

(treinta y seis litros con novecientos mililitros).

MEDIDA DE CAPACIDAD EQUIVALENCIA

Veintidós centímetros con cinco milímetros.

Cuarenta y cinco centímetros.

Se compone de un codo (cuarenta y cinco cen_

tímetros) y un palmo (veintidós centímetros con

MEDIDA DE PESO EQUIVALENCIA

Catorce gramos con cuatro decigramos.

MEDIDA DE LONGITUD EQUIVALENCIA

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Los fracasos del hombre y la mujer

en todo lo que emprenden, es porque la Biblia, ellos,

de cualquier "versión", aún no comprenden.

X - equis.