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50¢ No. 58,456 JUEVES 9 DE E N E RO DE 2 014 EL PRIMER DIARIO DE PANAMÁ - FUNDADO EN 1849

JUEVES 9 DE E N E RO DE 2 014 EL PRIMER DIARIO DE PANAMÁ ... · inmensa bajo la sombra de la historia la Gesta Patriótica del 9 de Enero de 1964, no hay la menor duda de que el

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50 ¢No. 58,456JUEVES 9 DE E N E RO DE 2 014 EL PRIMER DIARIO DE PANAMÁ - FUNDADO EN 1849

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Un Pueblo, Una Bandera2A

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LINETT [email protected]

PANAMÁ. La imagen de jó-venes tratando de colocar labandera panameña en el as-ta de la Escuela Superior deBalboa en la Zona del Canalese 9 de enero de 1964 le diola vuelta al mundo.

Esa misma bandera que fuefotografiada y hecha noticia,y que representó símbolo dederechos soberanos sobre elterritorio ocupado por losestadounidenses, ya tenía suhistoria. Fue usada en 1947,1958 y 1959 en diferentesmanifestaciones estudianti-les, y recibiría una brutalpuñalada en su cuerpo dehilo ese 9 de enero; pero, esola haría más poderosa.

De vuelta a la ciudad con labandera rasgada y cargán-dola como a una compañeraherida, los estudiantes delInstituto Nacional marchancon ella por la avenida 4 deJulio alzándola para reanu-dar sus protestas.

LA BANDERA DESTROZADAANTE LOS OJOS DE LA OEA

El 11 de enero de 1964, ungrupo de estudiantes del In-situti Nacional llevó la ban-dera destrozada ante losmiembros de la OEA quevinieron a Panamá. El pre-sidente, Roberto Chiari, y elministro de Relaciones Ex-teriores, Galileo Solís, así co-mo los jóvenes, dieron uninforme de sus compañerosmuertos y heridos, y entreellos estaba “La Veterana”.

Tras los disturbios de losdías 9, 10 y 11 de enero, el 13de ese mismo mes, con lasaguas ya calmadas el go-bernador de la Zona del Ca-nal, Robert Fleming, anun-cia a los residentes canalerosque hará cumplir con lo es-tablecido en el convenioKennedy – Chiari y la ban-dera de Panamá será izada

en los puntos acordados jun-to a la de los EEUU. Elsacrificio de “La Veterana”no había sido en vano.

PERITAJE AL SÍMBOLOULTRAJADO

El emblema fue maltratadoen esa última salida del Ins-tituto Nacional. En medio delas protestas sufrió rasga-duras en diferentes partes,motivo por el cual la FiscalíaAuxiliar realizó una diligen-cia pericial el 6 de febrero deese año para comprobar elestado en que había quedadola enseña patria.

Para la diligencia se re-quirió de dos sastres queactuaron como peritos, Jus-tiniano Cárdenas y RómuloQuezada, quienes de maneraminuciosa indicaron cómofue maltratada la bandera eldía 9 de enero de 1964.

Según peritos, el impactoque recibió la bandera en laparte central fue de tal na-turaleza que reventó el cor-dón que la adornaba. Se ejer-ció una gran violencia sobreel emblema que destruyó engran parte sus cuatro lados.

Todos estos años poste-riores la bandera ha sidocuidada con esmero.

QUE NO SE APAGUENUESTRA MEMORIA

Visto hoy —a la distancia de 50 años—, cuando se creceinmensa bajo la sombra de la historia la Gesta Patriótica del9 de Enero de 1964, no hay la menor duda de que el corajede aquellos jóvenes estudiantes, que enardeció a todo unpueblo, se empezó a fraguar desde mucho antes del 3 deNoviembre de 1903.

La lucha por ser una nación independiente del coloniaje,los varios intentos de separación de Colombia, la pro-clamación definitiva de la República y el rechazo al TratadoHay - Bunau-Varilla, desde aquel momento en que el primerpanameño conoció su contenido, fueron inspiración paraaquellos que salieron de sus aulas a convertirse en mártiresde la Patria.

Cada uno de los clamores patrióticos que se dieron en elsiglo XX, tales como el movimiento de Acción Comunal de1931, el rechazo al Convenio Filós – Hines de 1947, laOperación Soberanía de 1958, los actos nacionalistas deNoviembre de 1959 y la reunión del Consejo Capitalino en eledificio de la Administración del Canal, desafiando a lasautoridades zoneítas, fueron aumentando el octanaje en loscorazones valientes de aquellos que se inmolaron por amorpatrio.

No requiere gran esfuerzo, para un panameño, imaginar laemoción que embargaba a aquellos estudiantes, cuandocaminaban hacia el Balboa High School portando la Bandera

Nacional; la determinación que los imbuía cuando in-tentaban izar su pabellón y cantar su himno en el territorioque reclamaban como suyo y el enorme coraje que losenvolvió al ver cómo soldados de una nación extranjerarasgaban su bandera.

Esa emoción, determinación y coraje detonaron la decisiónde no ceder y convocaron al pueblo panameño, que caminóal encuentro de los valientes estudiantes (de la EscuelaProfesional “Isabel Herrera Obaldía”, de la Escuela de Artesy Oficios “Melchor Lasso de la Vega”, de la Universidad dePanamá y del glorioso Instituto Nacional), recibiendo unainmotivada y desproporcionada agresión que, aún hoy,

mancilla a quienes la perpetraron.Cada una de las asociaciones, gremios y organizaciones a

nivel nacional —incluida la Iglesia Católica—, fue expresandosu adhesión a la causa. El presidente de la República,Roberto Francisco Chiari, y su gobierno, interpretaron elsentir nacional, y, en acto sin precedentes y de supremadignidad, rompieron relaciones con los Estados Unidos deAmérica; los 63 distritos del país, reunidos en Congreso,respaldando la ruptura de relaciones; las naciones delmundo, que fueron expresando su solidaridad con Pa-namá..., nos recuerdan que no hay otra gesta que hayaconcitado y concite la unidad nacional de manera tansublime, como la que hoy conmemoramos.

Por todo ello, La Estrella dedica esta Edición Especial paracontribuir a que no se apague —con el transcurrir deltiempo— la memoria de la Identidad Nacional.

El 9 de Enero de 1964 murió la etapa del llamadorevisionismo y nació, con invariable fuerza, la determinaciónpor la soberanía plena… que hoy ostentamos en nuestroterritorio y celebramos con timbre de orgullo en laadministración panameña del Canal de Panamá.

No olvidemos nunca a quienes forjaron ese camino,donando sacrificio, dolor y lágrimas ante el altar de la Patriay con ello inscribieron sus nombres con letras de oro en ellibro de la gloria nacional.

Los zoniansexpresaronsu amarguraante laorden delgobierno delCanal deizar las dosbanderasjuntas”.

VUELVE ACASA LATRICOLOR

Ha pasado medio siglo deaquella gesta, y el tiempohace también su impacto enla tela, por lo que “La Ve-terana” fue enviada a Españapara un proceso de repa-

ración realizada por espe-cialistas.

Ya ha sido dada de alta ydevuelta a Panamá, el 5 deenero pasado, a pocos días deque se cumplan 50 años de la

lucha soberana sobre el te-rritorio de la Zona del Canal,en la cual ella también tuvo,como en tantas batallas más,un importante papel pro-tagónico.

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3A9 de enero de 2014, 50 años

LINETT [email protected]

PANAMÁ. En medio de lascálidas brisas del ya entradoverano de ese 9 de enero de1964, Panamá ardía de in-dignación porque no se veíacuándo Estados Unidoscumpliría el compromiso deque la bandera panameñaondeara en varios puntosdel territorio nacional ocu-pado por estadounidenses.

El acuerdo fue firmado enenero 1963 por el presidenteRoberto Chiari y su homó-logo norteamericano, JohnF. Kennedy (asesinado el 22de noviembre de 1963), ydebía entrar en vigor jus-tamente 12 meses después.

Pasado el medio día deljueves 9 de enero,los panameñosno estaban dis-puestos a esperarque el reloj de lainjusticia corrieramás: entonces lajornada se tiñó desangre. Los már-tires iban cayen-do uno tras otro, yesos gritos de sucruzada heroicase remontabanhasta los orígenesdel conflicto exis-tente entre losEEUU y Panamá,a mediados del si-glo XIX.

INICIA EL ARADOPARA LA RECUPERACIÓN DELA SOBERANÍA

Ese 9 de enero de 1964 elmundo vio cómo un grupode valientes estudiantes delInstituto Nacional y civilespanameños dieron su pu-ñetazo en la mesa, y así, sinarmadura y a pecho des-cubierto, intentaron colocaruna bandera en la EscuelaSuperior de Balboa, dentrode la Zona del Canal.

Pero los estudiantes deaquel colegio y sus padres,conocidos como zonians, noestaban dispuestos a cumplirlo que su gobierno habíafirmado con Panamá y seenfrentaron a los paname-ños para impedir como fueraque el emblema nacional on-deara en igualdad al lado dela bandera de los EEUU.

El choque inició con puñosy empujones hasta conver-tirse en una escena san-grienta bajo la mirada cóm-plice de los policías cana-leros, que sólo intervinieronpara agredir con gases y ba-las a los panameños.

Nada predecía el desenlacede aquel día de luto y he-roísmo porque días antes, elgobernador de la Zona delCanal, Robert Fleming, ha-bía ordenado que el pabellónpanameño ondeara en lospuntos acordados por lospresidentes Kennedy yChiari. Advertía Flemingque los ciudadanos estabanen la obligación de atenderesta orden en virtud de unacuerdo entre los gobiernosde Estados Unidos y Pa-namá. En esa forma buscabaevitar mayores conflictos.

Pero quien conociera lamentalidad de los zonianssabría que para ellos ese se-ría un trago que no estabandispuestos a tomar, ya que

estaban convencidos de queel territorio de la Zona delCanal les pertenecía, que erapropiedad de EEUU y quehabía sido obtenido en 1903a cambio de proteger la se-paración de Panamá de cual-quier ataque colombiano.

LA TARDE QUE FUEPRIMAVERA EN EL TRÓPICO

Avanzaba la tarde el 9 deenero de 1964, unos 200manifestantes entre estu-diantes y profesores fueroninterceptados en las esca-linatas del edificio de la Ad-ministración del Canal. Sóloa seis escolares con camisaalba y pantalón oscuro se lespermitió llegar hasta la Es-cuela Superior de Balboa pa-ra izar la bandera panameña

que estaría al ladode la de EEUU, ala misma altura ydel mismo tama-ño. Pero los zo -nians lo impidie-ron lanzando suembestida.

La noticia sobrela brutal arreme-tida contra los es-tudiantes pana-meños se esparciórápidamente portoda la ciudad, en-tonces una mul-titud de paname-ños diversos seunió a la causa endefensa de la so-beranía nacionalultrajada por un

grupo de norteamericanoscon mentalidad colonialista.

Ante esta situación que seagravaba, las autoridades zo-neítas ordenaron a sus Fuer-zas Armadas que a cualquierprecio evitaran la entrada delo que llamaban “el ene-migo”, al territorio conocidocomo la “Zona”, rodeado deuna elevada alambrada.

Ya no eran seis estudiantesultrajados. A su regreso, todoun pueblo hervía de fervorpatriótico y enfrentó al ejér-cito estadounidense, lanzán-dole piedras, palos, subiendoa la cerca o cortándola, su iracaía como la lluvia que hacegerminar la tierra. Iban sem-brando, tras la alambrada,cientos de banderitas pana-meñas en el suelo que, conun enorme jardín de flores,parecía tricolores. Era ve-rano, sí, pero ese 9 de enerofue la primavera patrióticaen el trópico.

La primera víctima de es-tos acontecimientos fue As-canio Arosemena, joven de21 años y estudiante de laEscuela Profesional IsabelHerrera Obaldía. Recibió unbalazo por la espalda de unaSmith & Wesson, el arma dela policía canalera. Otroscaían junto a él sin vida oheridos de muerte.

Pese a la brutal represiónnada detuvo a los paname-ños, los choques continua-ron al caer la tarde y seprolongaron 48 horas más yse extendieron hasta Colón,cuando los estudiantes delAbel Bravo se sumaron a lajornada heroica.

Se escuchaban sirenas deambulancias que se dirigíana los cuartos de urgencia delos dos principales hospi-tales de la ciudad, el HospitalSanto Tomás y la Caja de

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Seguro Social. Algunos fa-llecieron en la mesa de ope-raciones a pesar de que losmédicos hacían lo que po-dían para salvarles la vida.

Alli, 21 panameños murie-ron y 324 resultaron heridosen defensa de los derechossoberanos de su patria hu-millada tantas veces.

El país exigía una posiciónradical por la intolerableagresión. El presidente pa-nameño, Roberto F. Chiari,escuchó: el 10 de enero de1964, a 24 horas de la vio-lenta jornada, rompió rela-ciones de Panamá conEEUU.

Las peleas siguieron y todoel territorio nacional era unsolo puño levantado. En laprovincia de Chiriquí, es-tudiantes de diversos cole-gios secundarios también seorganizaron para formar uncontingente que se dirigiría ala capital por tierra paraunirse a los que luchaban enpro de la reivindicación na-cional. Entonces el mayorOmar Torrijos, (luego ge-neral de las Fuerzas armadaspanameñas) desplegó undestacamento armado en elrío Risacua, a la salida de laprovincia de Chiriquí, e im-pidió que la caravana avan-zara hacia la capital. Ya habíacorrido demasiada sangre.

La radio de las FuerzasArmadas de EEUU, insta-ladas en la Zona del Canal,difundiendo mensajes deFleming que, para apaciguarla crisis, explicaba que “elacuerdo sobre la izada de labandera en el territorio de laZona era valido” y pedía a losestadounidenses de respal-dar ese compromiso, inde-pendiente de sus opiniones.Allí, ondeó soberana la ban-dera panameña.

Fotos : Arc hivo | Cortesía de CancilleríaINICIATIVA. Un grupo de jóvenes marchan con la bandera hacia la Zona del Canal.

FERVOR. Un grupo de panameños se manifiesta en la 4 de Julio.

ARMAS. Restos de bombas lacrimógenas utilizadas el 9 de enero .

aALERTA. Soldados de Estados Unidos esperando órdenes.

La noticiasobre labrutalarremetidacontra losestudiantesse esparciópor toda laciudad.

������������ �� �� ���� ���Ó�Panamá significaba para

EEUU un punto en el mapaestratégico, por ello debíaasegurar su dominio en elcamino de tránsito queconstituía el Istmo y estaríasiempre buscando cumplirsus propósitos imperiales.

Hace 168 años, Panamáaún estaba unida a lo quefue el proyecto bolivarianode la Gran Colombia (ahoraColombia, Venezuela, Perúy Ecuador). Los colombia-nos —que querían asegurarsu soberanía en el Istmo— yEEUU —que pretendía con-trolar la ruta de tránsito—firmaron en 1846 los Tra-tados Mallarino-Bidlack,

que permitían a EEUU ase-gurar el libre tránsito por laposible ruta para la cons-trucción de un ferrocarril oun canal transístmico y asíse iniciaron las interven-ciones “legales” en terri-torio panameño.

Este tratado sirvió másadelante para que EEUUinterviniera en la separa-ción de Panamá de Colom-bia el 3 de Noviembre de1903, cuando el presidentenorteamericano TheodoroRoosevelt estaba decidido aconstruir un canal por Pa-namá, luego de desechar laruta por Nicaragua.

Quince días después de la

independencia (18 de no-viembre de 1903), se firmael Tratado Hay-Bunau Va-rilla que cedía a EEUU de-recho a perpetuidad sobreel canal y permitió que losnorteamericanos se toma-ran una franja de 10 millasde ancho sobre la cual pa-saría la vía acuática, terri-torio que fue llamado Zonadel Canal de Panamá.

CRECIMIENTO DE LACONCIENCIA NACIONALISTA

La cadena de entuertosfirmados por las propias au-toridades panameñas yEEUU se alargó con losTratados Alfaro - Kellogg de

1926, el de las bases de RíoHato en 1947 fue rechazadopopularmente; hubo pro-testas estudiantiles en 1958,siembra de 75 banderas porestudiantes universitariosen la Zona del Canal esemismo año; continuó el re-pudio a las cláusulas deperpetuidad con marchasen 1959.

La semilla de la conciencianacionalista panameña ha-bía crecido y estaba porreventar del caldero que laaprisionaba hasta brotardesde la tierra como uncapullo glorioso que exigíasu lugar de dignidad entrelas naciones.

El exembajador deEEUU, en Panamá Wi-lliam J. Jorden diría mástarde que “era un men-saje razonable, sereno,pero los ánimos se ha-bían desbordado y nadiele prestó atención”.

En el mismo Jordenescribió posteriormenteen un libro llamado Pa -nama Odyssey que lasbalas no vinieron sólo delos norteamericanos, lospanameños también tu-vieron gente armada: “Apocas cuadras de dondese llevaba a cabo el en-frentamiento se produjouno de los hechos mástrágicos. Un par de fran-cotiradores habían esta-do disparando desde unedificio de apartamento.Los tiradores que defen-dían la Zona del Canallos vieron aparecer poruna ventana, disparar yluego desaparecer, paravolver a aparecer porotra ventana cercana.Justo en ese momento,una niña de once años,Rosa Elena Landecho,asomó la cabeza por unade las ventanas para ob-servar lo que estaba su-cediendo. Una bala la al-canzó y murió. Cuandolos inquilinos del edificiose enteraron de lo su-cedido, ordenaron a lospanameños armados quehabían estado usando eledificio como refugio defrancotiradores que loabandonaran, pero yaera demasiado tarde pa-ra ayudar a la pequeña.También ella se convir-tió en mártir”.

Los documentos des-clasificados de EEUU re-velan hoy que los sol-dados norteamericanosdispararon contra los pa-nameños 450 balas derifle calibre 0.30, 5 balascalibre 0.45, 7193 gra-nadas o proyectiles degas lacrimógeno de esas,340 libras eran de quí-mico CN-1 chemical (gaslacrimógeno suave) y120 libras de químicoCS-1 (gas lacrimógenofuerte) mientras la po-licía canalera usó 1850balas calibre 0.38 y 600balas de escopeta, 132granadas de gas lacrimó-geno, nada contuvo a lashuestes de patriotas.

APLAUSO ALA VALIOSAGESTA

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perreunidas el hecho de qutrabajadores, campesinolos jóvenes en ese mreaccionó más fácilmen

Yo estaba estudiando para ser piloto. Era costumbre que mereuniera con José Agustín Arango. Fue él quien, horas

después, esa misma noche se ve tratando de saltar laalambrada con la bandera. Esa tarde, como hacíamossiempre, pasamos por la avenida Ancón, porque ahí vivíauna tía de él y ellos vivían también por el área.

REVOLUCIONARIOS, NO HÉROESArango era estudiante del Instituto Bolívar, pero

nosotros éramos amigos de Thelma King, de Tito Arias yde Floyd y Federico Britton. Nosotros éramos izquier-

distas e, inspirados en los sucesos del 19 mayo de 1958 y porla Revolución Cubana, participábamos de un grupo, formado

por Pablo Palacios, que pretendía derrocar al gobierno. Sí, éramosidealistas.

Regresando al 9 de enero, estábamos, esa tarde, comiendo cuando escuchamos unbullicio y nos comentan que había sucedido un altercado en el Balboa High School, adonde unos estudiantes del Instituto Nacional se habían dirigido. La bandera no larompieron los estudiantes, hago constar, sino un policía de un toletazo. Tras esto losestudiantes se retiraron.

En esos momentos supimos que los estudiantes del Instituto escogieron a 5 alumnospara izar la bandera y hacer cumplir el tratado Chiari-Kennedy. Ya había una banderanacional en el triángulo Schiller, pero eso no era suficiente.

Nosotros no pensábamos ser héroes. Éramos revolucionarios y nos estábamosorganizando para tratar de derrocar al gobierno.

EL PAPEL DE LOS PERIODISTASNos encontramos con una serie de periodistas y fotógrafos que estaban en el lugar

como “Fulele” Calvo, Sergio y Sebastián Quirós, entre otros. Ellos empezaron aanunciar que venía un comando. Periodistas como Martín Alberto Paz, Eduardo LimYueng, Leeroy Hubbard Joseph, empezaron a advertir que las balas que utilizaban losestadounidenses no eran “parra cazar patos”, eran armas de verdad. Radio Mía y RPCTelevisión empezaron a criticar a los manifestantes, principalmente “Fat” Fer -nández.

Al ver toda la conmoción y escuchar eso, Ricardo Meléndez y Víctor Arana nosdividimos. Empezamos a tirarle piedras a los carros que tenían placa amarilla, luego losvolteábamos y les prendíamos candela. Des-pués empezamos a ver cómo sembrábamosbanderas. En eso estábamos cuando un grupoenorme de la Universidad llegó. Ahí veníaVíctor Ávila, Floyd y Joseph. Tratamos depasar y poner banderas en la zona. Ahí fuecuando se nos ocurrió subir a una luminaria yusarla de asta para poner una bandera. ¡Cuán-tas cosas no se vieron el 9 de enero!

A diferencia de los institutores, que ob-tuvieron un permiso para llegar al HighSchool, nosotros no pudimos pasar. En esosmomentos ya se habían sumado los estudiantes que entraban a clases luego de losinstitutores, los alumnos del Instituto Moderno, así como es alumnos del IN. Debidoa que la lucha se estaba dando en la hoy avenida de Los Mártires, muchos de los quellegaron fueron ex aguiluchos y estudiantes de ese momento que vivían cerca de sucolegio en el área de Santa Ana.

La noticia se había corrido, las emisoras estaban relatando lo que sucedía. Como nose podía entrar, apedrearon lo que había alrededor como la Panamerican, Branish, elAbrigo Rojo y otros. Algunas personas, como ocurriría en cualquier país del mundo,aprovecharon para saquear.

EN BUSCA DE LAS ARMASComo teníamos un movimiento revolucionario, aquellos que teníamos armas las

fuimos a buscar y, hay que admitirlo, en algún momento de un disparo tuvimos quematar. Sin embargo, ellos nunca admitirán que tuvieron bajas.

Ya en la noche, Arana coloca la bandera enfrente del Hotel Tivoli (ubicado donde hoyestá el Instituto Smithsonian). Nos fuimos a la lavandería (donde hoy está la DIJ).Empezamos a disparar porque ahí estaban el resto de los zonians y de los policías consus armas. Aprovechamos el muro que había en la parada del tren para cubrirnos,porque si levantábamos la cabeza nos mataban. Intentamos quemar la lavanderíautilizando bombas molotov.

¡HOMBRE AL AGUA!Ahí fue cuando ocurrió un incidente: Carlos Arosemena Burgos tomó la avioneta de

su abuelo. Pero él no tenía experiencia y no se dio cuenta de que, al parecer, le faltabagasolina. Despegó sin pedirle permiso a la torre de control y se dirigía hacia lalavandería para estrellarse; sin embargo, cayó en la Bahía de Panamá.

BORRAR LA HISTORIAEsa noche nació la foto que todos conocen. Sin embargo, por una actitud egoísta

de la gente, se nos aplica lo que yo llamo la “operación tijera”. Esa foto sólo muestraa dos personas; sin embargo, la imagen captó a muchos más, yo salía en la foto, abajoa la derecha, y a través de procesos de revelado, se amplió la imagen y nosdesaparecieron. Los que hicieron eso, recortar a quienes estábamos ahí, no son másque vándalos de la historia. En ese lugar había mucha gente, mujeres, niños,hombres, ancianos. No se sabe si eran de algún partido en específico o qué, perodefinitivamente estaban ahí.

El 9 de enero de 1964 yo llevaba apenas 3días de haber vuelto a Colón. Estaba ahí

porque mi madre estaba enferma ydebía cuidarla.

Hacía varios años, 9 exactamente, queestaba radicado en Bocas del Toro,trabajando para la United Fruit Com-pany; sin embargo, yo nací en Colón

provincia y fue ahí donde cursé misestudios.

UN HOMBRE DE LUCHASDesde muy joven me había involucrado en las

luchas sociales. En mi adolescencia, desde los 15 hasta los 17 años, fuiSecretario General del Colegio Abel Bravo de Colón.

Un antecedente importante al 9 de enero fue el rechazo popular a lacolocación de bases militares en distintos sectores a través del tratadoFilós-Hines. Para esa época, si mal no recuerdo, yo tenía 17 años.

A los 25 me fui a Bocas del Toro, a los 30 dirigí la huelga bananerade 1960, la mayor huelga de su tipo que ha existido. Participaroncerca de 15 mil obreros. Duró 40 días y 40 noches. Este paro delabores dio origen al Sindicato de los Obreros Bananeros de Bocas

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Yo llegué desde muy pequeño a Panamá, proveniente de la comarcaKuna Yala, donde nací, para continuar mis estudios. Como es-tudiante, formé parte de diversos movimientos populares, entre esoslos Movimientos Juveniles de Panamá, donde formamos el Mo-vimiento de la Juventud Kuna. Eso me dio buenos contactos conotras organizaciones estudiantiles como la Federación de Es-tudiantes de Panamá y las asociaciones de los distintos colegios, asícomo con la Asociación de Estudiantes Universitarios y las de losgrupos indígenas. Para esa época, yo tenía cerca de 20 años, eraapenas un pelao.

RUMORES EN LA CALLEEse día, el 9 de enero, ya se rumoraba que algo podía suceder por el

no cumplimiento de los tratados entre Chiari y Kennedy; pero, hastaese momento, no se sabía cuándo iba a pasar. Estaba caminando porel parque Lesseps –así se llamaba en ese entonces el parque de laAsamblea Nacional– cuando me enteré de que en el paraninfo de laUniversidad de Panamá había una reunión, porque había sucedidoalgo durante la tarde (aún no sabía qué) en la escuela de Balboa.

Es en ese instante cuando me doy cuenta de que, por donde hoy estála Caja de Ahorros, venía bajando una muchedumbre muy grande. Elgrupo era dirigido por Víctor Ávila, que era de la AFEP, junto con elpresidente de la Federación de Estudiantes Universitarios, cuyonombre no recuerdo; el dirigente estudiantil Severino Torres, loshermanos Britton (Lloyd y Federico), así como dirigentes que, si no

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����� �� ������del Toro, que el pasado 18 de noviembre cumplió 53 años deexistencia.

Me involucré en esta causa porque al llegar, molestó ver que lacompañía le daba un trato muy malo a los trabajadores. Habíaesclavitud, discriminación y mal trato.

La forma en que la Chiriquí Land Company, divisiónde la compañía en Bocas del Toro, trataba a susempleados se me hizo similar al modo en que losestadounidenses trataban a los panameños en lasciudades de Panamá y Colón.

EN COLÓN, POR CASUALIDADRetorné a Colón para cuidar de mi madre el 6 de

enero de 1964. Todo transcurría sin mayor novedadhasta que ese jueves, el 9 de enero, enciendo la radioy escucho que en la capital se había organizado uninmenso movimiento luego de que los jóvenes de uncolegio secundario capitalino llamado Instituto Na-cional marcharon a un colegio de la Zona y fueron golpeados por loszoneítas –tanto estudiantes, como padres y policías–.

Escuchar eso en la radio me impulsó a salir del apartamento de mimadre y comenzar a buscar a la gente que conocía desde hacía

muchos años, a mis amigos y excompañeros dDeben entender que éramos muchachos con

participar en todas esas luchas anteriores nodefensa de la dignidad de la patria. Amábamjusticia. Eso fue lo que nos unió.

DE CINCO A MILESAl comienzo éramos cuatro o cinco los que em

las calles. Formamos una comisión en la qtareas: “Fulano de tal va para ay así. Esto era para que la gentey la convenciéramos de actcantidad de cinco personas, luea ser miles de ciudadanos que na la Iglesia de San José.

LA PRIMERA MISIÓNTras esto, llegamos a un cons

que había en una parte de la Zmisión fue bajar la banderalogrado eso, convencimos, a trgente para que fuéramos hasdonde habían varias propied

nidenses, como un supermercado, una casa inlos masones y un club para jóvenes. No sé cpero conseguimos unas banderas y las enarboDe repente, llegaron las Fuerzas Armadas de

“Nosotros nopensábamosser héroes.Éramosrevolucionarios

y, sí, también éramosjóvenes idealistas,queríamos derrocar algobierno”.

“El 12todavíateníamosunamultitud.

Hubiésemoscontinuado la luchade no ser porque laGuardia Nacionalnos forzó a que nosretiráramos”.

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me equivoco, eran del Partido del Pueblo,colectivo que para esa época tuvo un papel

determinante en esa lucha.Aunque debía de ir a la escuela, decidí

unirme al grupo. Doblamos rumbo ala hoy DIJ, en ese entonces era lalavandería del Army. Iban a dar las7:00 p.m. o ya era esa hora y ya seescuchaban los tiroteos.

ESPONTANEIDAD PREMEDITADASi bien fue un movimiento espontáneo,

para ese momento, cuando íbamos lle-gando a la lavandería, había cerca de mil

rsonas. Ayudó a que hubiese tantas personasue en ese momento ya existían sindicatos deos y otros grupos que estaban unidos. Además,

momento tenían más conciencia y la gentente cuando escucharon que los gringos estaban

Hace 50 años, en 1964, así como hoy, el 9 de enero fue un díajueves. En realidad, esa fecha, en aquel momento, no tenía

nada que la hiciera especial. Si todo sucedió ese día fue enparticular por dos razones: La primera, porque al díasiguiente, viernes 10 de 1964, era el último día deexámenes anuales y terminaba el curso lectivo, así queel tiempo apremiaba; la segunda, porque durante lapausa de Navidad y Año Nuevo los medios hicieronmucho énfasis en que los zonians no querían izar la

bandera panameña junto con la de Estados Unidos,como ordenaba el tratado Chiari-Kennedy.Cuando yo llegué al Instituto Nacional el 9 de Enero por

la tarde, me encontré a muchos compañeros en el vestíbulo.En su mayoría eran graduandos como yo. Al entrar al colegio,

me entero de que se estaba organizando una marcha hacia elBalboa High School. Ahí supe que ya el Municipio y las autoridades zoneítas estabanenteradas de la manifestación, cuyo motivo era reclamar por el incumplimiento de estadisposición del tratado.

LA BANDERA YA ESTABA MANCHADARogelio Hilton, presidente de la Asociación de Graduandos, quienes estaban

organizando la marcha, se acercó a mí y a otros compañeros que estábamos reunidosy nos dijo que iban a escoger a 4 personas que llevaran la bandera. A los pocos minutosnos informaron que Luis Vergara, Inocencio García, Alcibíades Picota y yo éramos losescogidos. Nosotros tuvimos que ir a solicitar la bandera a la Rectoría. Dídimo Ríos, elentonces Rector, nos entregó la insignia. En realidad no era una bandera, sino unpendón que tenía la Bandera y el Escudo Nacional.

–Esta bandera es de gran importancia histórica – nos comentó el profesor Ríos –, puesfue llevada por los institutores en la marcha de 1947 cuando Panamá se opuso a la firmadel tratado Filós-Hines– agregó el Rector.

El pendón, al desplegarse, tenía ya manchas de sangre sobre la tela blanca. Era de unode los mártires de 1947, algo que nos había advertido el profesor Ríos. “Sé que ustedesdefenderán esta insignia con su propia vida”, nos dijo el Rector al entregárnosla.

Cuando todo ya estaba organizado, salimos a la avenida Estudiante y nos colocamosa la cabeza de la manifestación. El que lleváramos la bandera no tenía nada que ver connuestras calificaciones o algún motivo que nos destacara por sobre lo demás, fue meracasualidad, yo era un compañero más.

LA LLEGADA AL HIGH SCHOOLUn cordón de policías y patrullas nos recibió cuando

estábamos pasando cerca de las escalinatas del edificiode la Administración. Ellos detuvieron la mani-festación. Los líderes del grupo comenzaron a negociarcon las autoridades zoneítas y, luego de un rato, Hiltonnos dijo que habían acordado que no más de seis osiete estudiantes íbamos a marchar hasta la explanadadonde estaba el asta bandera y que arriaríamos las dosinsignias, la de EEUU y la panameña, y que can-taríamos el himno. Sin embargo, a medio camino, nosdijeron que las cosas ya no serían así, que la banderapanameña ya no se izaría, sino que solo se desplegaríay que cantaríamos el himno.

Al enterarnos de eso, decidimos cruzar la cerca (deahí nace la tan conocida foto que hoy es una de lasimágenes icónicas del momento). Íbamos García, Vergara, Picota y yo; Napoleón DeBernal llevaba un desplegado que decía “Panamá Soberana”, y otro compañero, cuyonombre no recuerdo, portaba la insignia del Instituto Nacional. Con ellos, venían otros3 ó 4 muchachos.

Cuando cruzamos, yo realmente iba con mucha aprehensión, pues estábamostotalmente desprotegidos. En ese momento no lo sabíamos, pero al edificio de laAdministración llegó un gran número de estudiantes y adultos, aproximadamente 400.Cuando nos enteramos fue algo sobrecogedor, pero en ese momento lo desconocíamosporque del otro lado del edificio no se ve nada. Sin embargo, el número de personas dellado zonian también era grande, pudo calcular que poco más de 500 que estabandiseminados, tanto en el área del asta bandera como en las balaustradas del colegio.

Llegamos al asta escoltados por unos policías. En el lugar la situación era intimidante:La gente nos gritaba y vociferaba todo tipo de cosas. En ese momento no dominaba elinglés, así que no estaba claro qué nos decían. Sí recuerdo que cuando entonamos elhimno, los gritos aumentaron y empezaron a empujarnos. El director del Balboaintentaba que sus alumnos se calmaran; pero, por el contrario, los zonians se tornabanmás violentos.

Al ver esto, los policías, alarmados de que pasara algo, nos comenzaron a golpear,porque nosotros no nos movíamos. En ese momento en que nos estaban dando con lamacana, uno de los policías tira un golpe, que le da a la bandera y la rasga. Mientrasabandonábamos el lugar uno de los chicos zonians nos grita “Go home”. ¡Cómo esposible que un invasor nos grite que nos retiremos de nuestras propias tierras! Esa esla única frase que entendí y que jamás lo olvidaré, la tengo completamente grabada enla memoria.

50 AÑOS DE REMORDIMIENTOTras el incidente, regresamos al otro lado del edificio de la Administración, donde

estaban nuestros compañeros.–Villarreal, ¿qué pasó?– fue lo primero que me cuestionó una compañera al vernos

llegar. Yo, con pesar, lo único que pude responder fue: “Me rasgaron la bandera”.Han pasado 50 años y todavía me avergüenzo de no haber defendido la bandera como

se lo merecía . Disculpe si se me aguan los ojos, pero todavía hoy pienso que pudehaberlo hecho mejor.

Lo que pasó después de que regresamos, ya es historia…

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maltratando a los nuestros. En ese instante fue cuando me encontrécon el compañero Marcos Fenton, a quien conocí en un encuentroestudiantil que se había realizado en el InstitutoNacional.

Luego de encontrarnos, Fenton y yo, nos separamos.Había núcleos de gente por todos lados. Unos en elparque, otros en el Instituto, otros más que sedirigieron hacia la Panamerican, una empresa grandeque existía en esa época y que estaba por el área. LaPanamerican fue quemada.

LUCHAR, A PESAR DE LAS HERIDASEstábamos adentrándonos más en la zona cuando,

de repente, sentí una serie de impactos. ¡Nos estabandisparando con balines y a mí me habían dado! JavierVásquez Chambonet, líder de izquierda los mo-vimientos estudiantiles, junto con una profesora de nombre Virginia yotro muchacho del cual solo recuerdo que luego sería abogado, mellevaron hasta un carro.

–Escucha bien, Muñoz –me advirtió Vásquez Chambonet–, cuandollegues al hospital no digas tu nombre porque la Policía va a perseguira la gente de izquierda y a quienes están encabezando esto. Tú eres delPartido del Pueblo, así que ten mucho cuidado–. Tras estas palabras,me llevaron al hospital.

Llegué al hospital, me ingresaron y no recuerdo cómo logré salir.Volví al Parque Lesseps. Ahí estaba el escritor Latouche. Varioscompañeros míos murieron ahí. A pesar de los balines, seguimos en la

lucha, pues las heridas no eran tan graves.Al día siguiente, la gente continuó saliendo a las calles.

Se destruyeron muchos edificios, recuerdo en par-ticular la destrucción de la Pepsi Cola que era como una“y”.

NO ERA SOLO LA IZQUIERDADebo aclarar, no es que en medio de todo esto nos

estuvieran buscando a nosotros en particular; sinembargo, estaban buscando a los líderes de izquierda,quienes comenzaron todo esto y que, ya para el 10 deenero, había tomado magnitudes épicas en donde todomundo estaba involucrado, inclusive los grupos in-dígenas.

Lo sucedido el 9 de enero impulsó a que se llevara a cabo el primercongreso nacional de la soberanía que se efectuó en el paraninfo de laUniversidad y contó con los principales intelectuales de la época.

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de escuela.n muchos ideales y queos impulsó a actuar enmos y defendíamos la

mpezamos a arengar enque nos repartimos lasallá, mengano para acá”,e supiera lo que pasaba

tuar. De esa pequeñaego de un rato, pasamosnos congregamos frente

sulado estadounidenseZona. Nuestra primeraa de EEUU del asta;ravés de la arenga, a lasta la avenida Bolívar,dades de los estadou-nmensa que utilizabancómo ni quién lo hizo,olamos en esos lugares.e los Estados Unidos e

impidieron que volviéramos a entrar a los predios de las hoy áreasrevertidas.

Nosotros, a diferencia de ellos, no teníamos armas de ningún tipo,así que comenzamos a fabricar bombas molotov que les tirábamos alos militares estadounidenses. A diferencia de otros lugares, la luchaen Colón duró desde el mismo día 9 hasta el 12 de enero de 1964; esdecir, del jueves al domingo, cuatro días en total.

EL FIN DE LA LUCHATodavía el domingo teníamos una multitud muy grande apo-

yándonos y hubiésemos continuado en la lucha de no ser porque esedía llegó la Guardia Nacional y nos forzaron a que nos retiráramos anuestras residencias y detuviéramos la batalla.

Tras esto, retorné a Bocas del Toro. No sin antes hacer una lista dequiénes fueron heridos en la batalla. Esa lista aún hoy la guardo.

Cuando volví una vez más, en Bocas del Toro, y me dediqué a laPolítica. En el siguiente periodo de elecciones participe y logré unacurul como legislador de aquellas tierras.

LA LEY DE LOS MÁRTIRESEstando yo en la Asamblea, fue cuando se aprobó la Ley 2 del 19 de

enero de 1965 que trata sobre la ayuda económica que se le brindaríaa los familiares de los mártires y de quienes combatimos el 9 deenero de 1964. Esa ley incluye, además de la creación de un comitéque determinaría los montos en concepto de ayuda a las familias delos combatientes, los artículos que le brindaría becas mensuales a loshijos o parientes de los mártires, entre otras cosas.

“¡Cómo esposibleque uninvasornos grite

que nos retiremos denuestras propiastierras! Tengo esafrase grabada en lacabeza, nunca loolvidaré”

“Ya serumorabaque algopodíasuceder

por el nocumplimiento de lostratados entre Chiariy Kennedy, pero nose sabía cuándo ibaa pasar”.

Page 6: JUEVES 9 DE E N E RO DE 2 014 EL PRIMER DIARIO DE PANAMÁ ... · inmensa bajo la sombra de la historia la Gesta Patriótica del 9 de Enero de 1964, no hay la menor duda de que el

Un Pueblo, Una Bandera6A

enviaran refuerzos porqueiba a ser necesario para cal-

mar a la gente”,dijo Urrutia ensus declaracio-nes que apare-cen en el expe-diente que le-vantó la OEA.

Relata el mayorUrrutia que alacercarse en suauto a la avenida 4de Julio se baja delvehículo y trata deconversar con ellos,pero los manifestan-tes le dicen que “estoya no es cuestión deparlamentar, sino depelear. Acaban dedestruir nuestro pa-bellón nacional y deser atropellados por es-tudiantes y civiles zo-neítas”.

El comandante asegu-ra que trató de dete-

nerlos advirtiéndoles queellos no tenían armas, perolos manifestantes insistierony continuaron colocandobanderas en la cerca. Cuan-do él trató de alejarse seescucharon detonaciones yla cantidad de personas cre-cía con el tiempo. “A miregreso noté que era más lacantidad de gente que habíaya a todo lo largo de la 4 deJulio y a mi entender setrataba de un problema ma-yor”.

OTRA CARA DE LA HISTORIAMientras, el 10 de enero

continuaban los enfrenta-mientos y en vano el pre-sidente Roberto Chiari tratade controlar la turba enar-decida que seguía reclaman-do sus derechos soberanossobre el territorio de la Zonadel Canal. Se le ocurre almandatario controlar lasemisoras radiales donde losradiocomentaristas, al calorde sus comentarios, podríanpropiciar una invasión de lasfuerzas estadounidense a te-rritorio panameño.

A pesar de que las au-toridades de la Zona del Ca-nal y del Comando Sur lesolicitaron al presidenteChiari y al comandante Va-llarino colaborar para con-trolar las turbas, las tropasde la Guardia Nacional con-tinuaban acuarteladas y laciudad, fuera de control, has-ta el 12 de enero de 1964,cuando las cosas volvieron ala calma.

[email protected]

PANAMÁ. Entre las4 y 5 de la tarde laGuardia Nacionalse enteró de lo queestaba sucediendocon un grupo deentre 150 y 200 per-sonas que se acer-caban a los territo-rios de la Zona delCanal.

El mayor BolívarUrrutia, comandantetercer jefe de la GuardiaNacional, quien se en-contraba en ese momen-to al frente de la Co-mandancia, inmediata-mente llamó a la Policía deBalboa, Jurisdicción de laZona del Canal, para en-terarse de los pormenores.

En declaraciones dadas el14 de febrero de 1964 ante laOrganización de los EstadosAmericanos (OEA), que in-vestigaba los hechos del 9 deenero, dijo que la informa-ción que recibió era de ungrupo de personas, en sumayoría estudiantes, queprotestaban pacíficamente ala altura del Hospital Gorgasy con dirección a la Go-bernación de la Zona delCanal, pero su intuición ledecía que algo malo podíavenirse, por lo que se co-municó de inmediato con laPolicía de la Zona del Canaldonde el teniente de apellidoHoward, le confirmó lo quesucedía y él cuenta que apro-vechó para recomendarleque usaran todos los mediosa su alcance para que estaspersonas no se acercaran aestudiantes ni civiles zoneí-tas. “Él me confirmó en-seguida de que, efectivamen-

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te, un grupo de personasestaban ya a la altura delHospital Gorgas y con di-rección a la Gobernación dela Zona del Canal. Le pre-gunté en qué condición deánimo iban éstas, y me res-pondió que completamentepacífica. Aproveché para re-comendarle enseguida queusaran todos los medios a sualcance para evitar que estospanameños, ya en jurisdic-ción de la Zona del Canal,

tuvieran contacto con estu-diantes zoneítas o civiles”.

CUARENTA MINUTOS Y TODOCAMBIÓ

La historia para el mayorUrrutia cambió de un mo-mento a otro. 40 minutosdespués de esa sugerencia, elmismo soldado de apellidoHoward le telefoneó paracomunicarle que la protestahabía cambiado de pacífica aviolenta. Ya para entonces

los estudiantes y civiles pa-nameños se encontraban ti-rando piedras y quemandoautos. “Un rato después ungrupo de patrullas me in-formó que efectivamente yalos estudiantes habían lle-gado a la 4 de Julio y quepertenecían allí. Ordené quemantuvieran la vigilancianecesaria para evitar hechos.Al localizar al comandantejefe Bolívar Vallarino le re-porté los hechos y llegó a la

Comandancia 10 o 15 mi-nutos después”.

Las protestas se traslada-ron, entonces, hasta las cer-canías del Palacio Legislativoy la avenida 4 de Julio. Segúnla versión del comandante,en este lugar los protestantestiraban piedras, rompíanventanas de las casas queiban encontrando en el ca-mino y de los carros. “Conmucho apuro llamé a la emi-sora de la Policía para que

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Mucho se ha escrito –y no sólo escrito— sobre el 9 deenero, y se seguirá escribiendo, pues de ello se encarga lahistoria, en tanto que la ciencia que trata sobre la filosofíade los hechos. Mas uno de los significados más profundosy trascendentales de esta gloriosa gesta lo plasma en eltítulo de una de sus poesías nuestra inmortal musarevolucionaria Diana Morán: “Soberana presencia de laPatria”; he aquí el encomiable legado que nos dejaronnuestros mártires al reclamar nuestra soberanía. Puescuando hablamos de soberanía aludimos a dominio,libertad, autoridad, independencia; en otras palabras,reclamamos un derecho que –en términos de R. Barcia—“no es más ni menos que la realización de la naturalezasocial del hombre”, de donde emerge esa cualidad,facultad, llamada sentimiento. Uno de ellos es el político,representado por el término justicia: “y la equidad no es

otra cosa que la realización de la jus-ticia, como la justicia no es otra cosaque la realización del derecho” (R.Barcia).

Ahora, cuando hablamos de patria,implicamos origen, porque, como contoda claridad apunta R. B., “la primerapatria es el rescoldo de la familia, elcalor del hogar en que nacemos, elregazo de nuestra madre. La patria(continúa R. B.) es memoria, lenguaje,derecho, dogma, también amor, porquela patria es el pueblo de nuestros padres.La patria nos hace ver lágrimas”; agrego yo, y nos hacetambién abonar con sangre nuestra cuna, nuestra tierra,nuestro territorio, nuestra nación. Por ello, con la certezaque la caracteriza, afirma Diana Morán que “el color de lasangre jamás se olvida”.

Este ha sido, es y será siempre el espíritu de los mártires:un sentimiento de la conciencia. Es la inefable herenciaque nos legaron nuestros mártires conceptuado en la

consigna “Un solo territorio, una solabandera”.

Posteriormente, con ese espíritu pro-tagónico de nuestro pueblo, se rechazanlos llamados tratados 3 en 1, en 1967. Ytodo lo que deviene a partir de aquí,empezando con el golpe de Estado por losentorchados, no ha sido más que unaburla, con mezclas de farsa y tragedia, aese espíritu rebelde de nuestro pueblo, anuestro amor por la patria. Y no creamosque el peligro ha terminado, pues con eltratado de neutralidad, entre otras tantas

cosas, nuestro derecho de autodeterminación se encuentrasubyugado.

Con toda razón advierte Diana Morán: “En este desafíode relojes entre el Superman que se roba las galaxias y eldespegue endeudado de pulgas tenemos que ser tercos:tercos en la dulzura, tercos en la cárcel, en la muerte tercos,tercos y más tercos en la firma, terquísimos para pasar porel ojo del camello y recuperar la cintura de las aguas”.

“He aquí elencomiablelegado quenos dejaronnuestros

mártires al reclamarnuestra soberanía. Puescuando hablamos desoberanía aludimos adominio y libertad

JAIME TURNERPROFESOR [email protected]

Foto : Arc hivo | La EstrellaDESCONTROL. El 9 de enero de 1964 se inició la lucha por la recuperación de la soberanía.

El coronelVallarinono estuvopresentecuandoiniciaronlasprotestas.

Foto : Arc hivo |Cortesía La EstrellaTESTIMONIO. El mayor Urrutia, comandante Tercer jefe de la Guardia Nacional, era el único que estaba en la comandancia aquel 9 de enero

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7A9 de enero de 2014, 50 años

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LINETT [email protected]

PANAMÁ. Luego de 61 años defricciones diplomáticas ori-ginadas por la firma del tra-tado Hay - Bunau Varilla en1903 que le dio derechos aperpetuidad a Estados Uni-dos sobre el Canal de Pa-namá, el 10 de enero de 1964Panamá rompe relacionescon el Gobierno estadou-nidense ante la mirada in-crédula de la comunidad in-ternacional.

El día anterior, 9 de enero,un grupo de 200 personas,entre estudiantes y profe-sores del Instituto Nacional,se dirigió hacia la EscuelaSuperior de Balboa para izarla bandera en aquella ins-titución de enseñanza, lo queprovocó la ira de ciudadanosresidentes en la Zona delCanal, en su mayoría de ori-gen estadounidense, que noaceptaban tal medida acor-dada un año antes por lospresidentes de ambas na-ciones.

El incidente dejó como sal-do la muerte de 21 personasy heridas a otras 324.

PANAMÁ ROMPE RELACIONESCON EEUU

El presidente Roberto F.Chiari hizo el anuncio y deinmediato ordenó al emba-jador de Panamá en Was-hington, Augusto Arango,que regresara al país. Por suparte, el ministro de Re-laciones Exteriores, GalileoSolís, pedía lo mismo de ma-nera formal a la Embajadade EEUU.

Tras el anuncio, los di-plomáticos estadounidensesinician la evacuación de lasede, temían la llegada deturbas armadas para atacar-los. Había sucedido lo im-posible, un país al que mi-raban como su colonia, leshacía salir.

Ese 10 de enero fue un díamuy largo para el presidenteChiari, quien habló telefó-nicamente con el presidentede Estados Unidos, LyndonB. Johnson. En la conver-sación, Chiari amenazó condenunciar todos los tratadoscon la nación del norte eincluso el relativo al uso es-tratégico del Canal.

El presidente panameñosentenció enérgicamenteque la delegación panameñaque se encontraba en Was-hington y a la que se le habíasolicitado su regreso a Pa-namá no retornaría hastaque EEUU tomara la de-cisión de revisar sus rela-ciones con Panamá.

Esta sería la primera crisisinternacional que enfrenta-ría el presidente Johnson,quien ocupó el cargo tras elmagnicidio de John F. Ken-nedy en noviembre de1963.

La crisis bilateral había si-do provocada por estudian-tes de una escuela secun-daria y la policía zoneíta queagredieron primero a los pa-nameños, quienes buscabanhacer cumplir los acuerdosdel 10 de enero de 1963,entre el presidente Chiari yel difunto presidente Ken-nedy. Se había acordado quela bandera panameña on-dearía en varios puntos de laZona del Canal.

FUNCIONARIOSESTADOUNIDENSESDESTRUYEN DOCUMENTOS

Ante los rumores de unataque de turbas de pana-meños a la Embajada deEstados Unidos en Panamá,los funcionarios de esa sedenorteamericana destruyeronclaves y material secreto an-tes de abandonarla; sin em-bargo, en los documentosdesclasificados es posibleleer hoy en día mucha in-formación sobreaquellas horas.

Henry Taylor,primer secretariode la Embajada deEEUU en Panamá,había informadoque unos 18 fun-cionarios decidie-ron evacuar la sedede la embajada de-bido a que teníaninformación deque manifestantespanameños conarmas tratarían deingresar al edificio.Pero la GuardiaNacional impidióel ataque.

REUNIONES PARAARREGLAR LA CRISIS

Para mediar en la crisis elpresidente Johnson envió aPanamá a su principal asesory secretario de Estado Ad-junto para Asuntos Latinoa-mericanos, Thomas Mann,para que negociara con elpresidente Chiari, quienacusó a EEUU de haber co-metido una terrible agre-sión.

Por su parte, en la Na-

ciones Unidas, el embajadorpanameño ante este orga-nismo, Aquilino Boyd, so-licitó una reunión con elConsejo de Seguridad y re-cibió instrucciones de so-licitar unas disculpas a losEstados Unidos.

Lo mismo se hizo en laOrganización de EstadosAmericanos, donde se cele-

bró una reu-nión con ur-gencia notoriapara discutir lacrisis.

Mientras eltrance diplo-mático se tor-naba másfuerte, enEEUU, el em-bajador Aran-go y los miem-bros de la Co-misión Intera-mericana bus-caban la formade viajar a Pa-namá. La Co-misión tenía laidea de fletarun avión espe-

cial, pues había rechazado laayuda que le brindara la na-ción del norte.

LAS RAZONES QUE LLEVARONA LOS ENFRENTAMIENTOS,SEGÚN AQUILINO BOYD

Aquilino Boyd, como re-presentante permanente dePanamá ante el Consejo deSeguridad de la ONU, enWashington, hace importan-tes declaraciones por las

cuales los panameños sesentían indignados con losEEUU desde hacía muchotiempo y hace referencia alTratado de 1903.

Asegura que este acuerdofue prácticamente impuestoa Panamá y establecía cla-ramente que EEUU debíapagar al Istmo una anualidadde $250 mil en oro, peroEEUU se negó a pagarlos y“un buen día manifestaronque pagarían con billetes yadepreciados.

Panamá se negó a recibirtal anualidad y no fue hasta1936, por medio del tratadoArias–Roosevelt, que logra-ron que el país aceptara re-cibir, en vez de $250 mil enoro, $430 mil en papel mo-neda depreciado”.

LA BANDERA, UNA PAPACALIENTE

Thomas Mann, el enviadodel presidente Johnson paraque mediara con el presi-dente Chiari, describe así laescena que se vivía a suarribo a Panamá el 10 deenero: “Nos recibieron en elaeropuerto y nos llevaron alPalacio de las Garzas. Granparte de la conversación sellevó a cabo con 600 pa-nameños que afuera grita-ban ¡Fuera los gringos!”.

“Todo esto podría habersido una escena preparada.Sin embargo, la conversa-ción que se inició en unambiente casi hostil terminóen una nota cálida. En prin-cipio la intención de Chiari

puede haber sido para son-dear la situación que se en-contraba en un punto difícilpara llevarlo a un punto másblando en la cuestión de larevisión estructural del tra-tado”.

En un telegrama enviado aDean Rusk, secretario de Es-tado de EEUU (1961-1964)por Thomas Mann, asesordel presidente Lyndon B. Jo-hnson, dice que “Chiari serefirió al tema de la banderaen un lenguaje muy fuerte ydijo que EEUU no habíacumplido con su acuerdo.Indicó que después de suconversación con el presi-dente Kennedy en 1961 creíaque Panamá y los EEUUhabían llegado a un acuerdorazonable. En los meses si-guientes, sin embargo, se ob-servaron las restricciones es-tadounidenses con respectoa la bandera panameña enlas instalaciones militares,las escuelas de Estados Uni-dos y en los buques quetransitan el Canal.

Por otra parte, señaló queEstados Unidos optó por eli-minar las banderas de Es-tados Unidos en ciertas ins-talaciones en lugar de izar labandera panameña en loslugares acordados. Él parecíaestar impresionado cuandole respondimos que Was-hington no era conscientehasta anoche de que se tra-taba de un problema grave.El tema de la bandera—dijo— “es una papa ca-liente”.

EL CAMINO HACIA LARECONCILIACIÓN

Mientras el embajadorArango regresa a Panamá,Chiari designa en su lugar alexcanciller Miguel Morenocomo embajador ante laOEA, quien se traslada aWashington para reunirsecon el embajador de EEUUante este organismo, Ells-worth Bunker. El encuentrotenía el propósito de buscaruna salida a la crisis di-plomática que se prolongóhasta abril de 1964.

Entre los primeros pasos seestableció una comisión quefue presidida por el emba-jador de Chile, Manuel Truc-co.

Las diferencias entre Es-tados Unidos y Panamá úni-camente se solucionarían,según el presidente RobertoChiari, cuando el gobiernoestadounidense aceptara larevisión de los tratados de1903, sobre el Canal de Pa-namá, donde se le concedíajurisdicción a perpetuidadsobre una zona de ocho ki-lómetros a cada lado del Ca-nal.

Mientras la crisis diplomá-tica seguía, la economía sedeterioraba. Los sectoresmás afectados fueron: laconstrucción, la inversiónextranjera y la Zona Libre.

Llegaba el mes de marzo yno se veía la posibilidad deun acuerdo, hasta que el 15de marzo de 1964, el pre-sidente Chiari, en un co-municado, expresa su satis-facción por un pronto res-tablecimiento de las rela-ciones entre ambos países,luego de que en un comu-nicado de la Delegación de laComisión General del Con-sejo de la OEA, informan quese ha convenido en resta-blecer las relaciones diplo-máticas maltrechas desde el9 de enero de 1964.

Pero el presidente Johnsonsalió al paso el 16 de marzoaprovechando el tercer ani-versario del programa Alian-za para el Progreso, en sudiscurso declaró que su na-ción no se había compro-metido en revisar los tra-tados de 1903.

Dos semanas más tarde, el3 de abril, reanudan sus re-laciones diplomáticas.

Foto : Arc hivo | Cortesía CancilleríaMANIFESTANTES. Un grupo de panameños rompen la cerca que dividía la Zona del Canal de la Ciudad de Panamá, el 9 de enero de 1964.

Foto : Arc hivo | Cortesía CancilleríaNOTICIA. El Excélsior de México resaltó en su portada la crisis entre EEUU y Panamá.

Chiari serefirió altema de labandera enun lenguajefuerte y dijoque EEUUno habíacumplido”.THOMAS MANNAsesor de Lyndon

Las condicionesde Chiari

■ PANAMÁDebe tener soberaníasobre todo el territoriode la Zona del Canal.

■ ESTADOS UNIDOSDeberá pagar justascuotas sobre el uso yoperación del Canal aPanamá.

■ TRABAJADORESpanameños de la Zonadel Canal deben recibirigual trato que losestadounidenses.

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Un Pueblo, Una Bandera8A

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LINETT [email protected]

PANAMÁ. Las manifestacio-nes de los estudiantes delInstituto Nacional y decientos de panameños quese sumaron a la lucha por lasoberanía del territorio ocu-pado por los estadouniden-ses hizo eco en todo el mun-do.

Periódicos de todas partesescribieron sobre lo que es-taba pasando en Panamá yen la Zona del Canal.

Algunos, como La Prensade México, el Herald Tri-bune de París y el Les Pro-gres de Egipto dedicaronportadas a los acontecimien-tos registrados los días 9, 10 y11 de enero de 1964. Entrelos titulares que más des-

tacaron los medios interna-cionales están los siguientes:“E.U. no saldrá aún de Pa-namá”, “Panamá suspendesus relaciones con Washin-gton”, “Disturbios estallaronpor el derecho a enarbolar labandera”.

COBERTURA DE‘LA ESTRELLA DE PANAMÁ’

En tanto, en el Istmo, el

periódico La Estrella dePanamá dedicó casi todo elmes a informar no solo de lasmanifestaciones, sino quegráficamente mostró cadauno de los acontecimientosque se registraron por esosdías en que cientos de pa-nameños no se atrevían asalir de sus casas por miedo aque en las revueltas una balale arrebatara la vida.

I NVESTIGACIÓNLa Fiscalía Auxiliar levantóvarios expedientes en el mesde febrero de 1964 dondese registra la cantidad demuertos, heridos einvestigaciones ainstituciones y comerciosafectados, así como lostestimonios de algunospanameños queparticiparon en la gestapatriótica del 9 de enero deese año.

7:3 0De la noche muere AscanioArosemena. Se convirtió enel primer mártir. Estudiabaen el Colegio ProfesionalIsabel Herrera Obaldía

38El revólver con el quedisparan a AscanioArosemena fue un Smith&Wes son.

36 4Impactos de bala recibió eledificio de la AsambleaNacional, según la FiscalíaAuxi l i a r.

21Número de personasfallecidas en la ciudad de,Panamá durante losenfrentamientos del 9,10 y11 de enero de 1964.

3Solo se registraron t re svíctimas fatales del lado delos soldadosestadounid enses.

1 50Mil dólares en pérdidasregistró la economía, en laprovincia de Colón, durantelas manifestaciones.

Día 10El presidente Roberto Chiarirompe relaciones con EEUU.por los disturbios del día 9de enero de 1964

Día 12Estudiante presenta labandera que fue destrozadaal presidente Chiari .

Día 13Tras tres días demanifestaciones, la ciudadde Panamá vuelve a lan o rm a l i d a d.

3 abrilPanamá y EEUU reanudanrelaciones diplomáticas,luego de tres meses deconversac iones.

1 965Se creó la Ley 2 del 19 deenero de 1965, queestableció ayudaeconómica a los familiaresde los mártires.

3 24Fue el número de personasheridas durante losdisturbios de los días 9,10y 11 de enero de 1964.

1 50Número de heridos en laprovincia de Colón, durantela gesta patriótica.

72Personas heridas de balaen Panamá, según elinforme que elaboró elMinisterio de Trabajo en1 96 4 .

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PANAMÁ. Mientras los pre-sidentes Lyndon Johnson yRoberto F. Chiari conver-saban para encontrar unasalida a la crisis originadapor el reclamo de la so-beranía en el territorio en elIstmo ocupado por los nor-teamericanos, en Washin-gton, el representante de laCámara Baja de Asuntos La-tinoamericanos, ArmisteadSelden, lanzaba graves acu-saciones contra Panamá yaseguraba que los disturbioshabían sido “fraguados”.

Selden incluso habló deuna posible influencia cas-trista detrás de los mani-festantes panameños. Perosus declaraciones no caye-ron en saco roto porque losmedios de comunicación lasrecogieron e hicieron gran-des titulares con ellas. Al-

gunos de estos titulares fue-ron: “Denuncian influenciaCastrista en Panamá y rea-firman Soberanía de USA enel Canal” (La Esfera de Ve-nezuela).

En tanto, el titular del pe-riódico Todo de México re-señó: “La mano de FidelCastro en los violentos dis-turbios de Panamá. Otra co-secha de su labor comunistaen América”.

Todo publicaba que Es-tados Unidos había sufrido laenésima prueba de la laborque Castro desarrollaba enlos países latinoamericanos,haciendo referencia a losdisturbios del 9 de enero enPanamá, que cobraron la vi-da de una veintena de pa-nameños y dejó alrededor de300 heridos.

ACUSAN A CASTRISTAS DEARMAR LAS REVUELTAS

Uno que estaba convencido

de que los castristas estabandetrás de las revueltas ocu-rridas en Panamá era el Se-cretario de Estado de Es-tados Unidos, Dean Rusk,quien llegó a afirmar que elincidente con la bandera ha-bía sido preparado por alle-gados a Fidel Castro: “Hu -bieran pasado sin conse-cuencias, salvo que los es-tudiantes, al volver a la fron-tera, hallaron allí a una mul-titud. Muy pronto aparecie-ron cocteles Molotov y fran-cotiradores, y, los elementoshostiles (castro-comunistas)tanto a Panamá como a Es-tados Unidos, vieron su

oportunidad para aprove-char la violencia”.

En un telegrama enviado aDean Rusk por ThomasMann, asesor del presidenteestadounidense Johnson, selee la siguiente versión: “Ledije a Chiari que teníamosinformación que indicabaque los comunistas estabaninvolucrados en los distur-bios. Chiari estuvo de acuer-do en que esto es cierto.Señalé que agentes de Castroen Panamá eran un peligrotan grande para Panamá co-mo lo son para el Gobiernode EEUU los dos estamos enel mismo barco”.

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9A9 de enero de 2014, 50 años

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Las paradojasdel 9 de enero

RICARDO RÍOS TORRESProfesor [email protected]

La acción delos aguiluchos,al marchar pa-cíficamente ycon plena con-vicción de susentir naciona-lista en la tardedel 9 de enero de1964, determinó el cambio de lasrelaciones entre Panamá y Estados Uni-dos.

La sangre de nuestros mártires sem-bró soberanía, dignidad y honor, hoyel Canal es nuestro, vencimos aláguila imperial, la perpetuidad sololes duró 97 años y la banderapanameña ondea orgullosa entodo su territorio sinenclave colonialni zonians.

Panamá, cin-cuenta años des-pués, administra elCanal con mayoreficiencia que losestadounidenses,ampliamos la víainteroceánica ycon la millonariainversión subsi-diamos la deterio-rada economíaeuropea. Los al-tos índices decrecimientoeconómico denuestro país, eldesarrollo urbanís-tico y las mayores ex-pectativas de vida son el resultado directodel 9 de enero de 1964.

La literatura nacional es la piedra angulardel proceso de enriquecimiento de nuestrosentido de pertenencia al definir las raícesanímicas de la nacionalidad panameña. Poetas,narradores, ensayistas, dramaturgos y promo-tores culturales nutren con la savia fecunda elalma de la Patria Sagrada.

Cincuenta años después de la gesta, el Meduca, conLucy Molinar, en un acto de profanación histórica y delitode lesa patria, elimina la cátedra de las Relaciones de Panamácon Estados Unidos y en consecuencia la lectura de lasmáximas obras de la literatura panameña que fortalecieronel Panamá Profundo de Rodrigo Miró, Carlos ManuelGasteazoro, Ricaurte Soler, Diego Domínguez Caballero,Ángel Rubio, Reina Torres de Araúz, Carlos Iván Zúñiga,Jorge Illueca y muchos otros panameños.

El Meduca y el INAC secuestran el Museo AntropológicoReina Torres de Araúz en el vano intento de borrar lahistoria. Ese mismo gobierno de autócratas impide que sepinten murales alusivos a la fecha en la Avenida de losMártires.

El Meduca vandaliza diabólicamente al Instituto Nacionalal suprimir las organizaciones culturales, expulsar a loslíderes estudiantiles, designar docentes sin vocación pa-triótica y al negarse a nombrar un rector titular. El Meducaprovoca las protestas de los estudiantes, y las une al montajede enmascarados pagados para criminalizar a los ins-titutores. La impostura del Meduca nos hace sospechar que

existenintereses inmobiliarios

en los terrenos del Nido deÁguilas.El Panamá político continúa

con su mentalidad de protec-torado, como en 1903. Otra pa-

radoja es que el movimiento es-tudiantil, institucionalmente, no

existe, está atomizado, carece delideario patriótico, cívico y social que

caracterizó a la juventud panameña.El movimiento por el rescate de nuestra identidad y

memoria histórica, con el respaldo de Nitzia Barrantes, de laBiblioteca Nacional, realizó durante el 2013 una Caravanapor la Soberanía al estilo de Lorca con su carreta cultural.Hicimos patria de cara al cincuentenario de la gloriosagesta.

Aún nos falta hacer efectiva la soberanía electoral quegarantice la institucionalidad democrática al facilitar la plenaparticipación ciudadana en el sufragio. La soberanía ali-mentaria con el apoyo irrestricto al sector agropecuario,asegurando la producción nacional. La soberanía ética ysocial que nos libere de la corrupción de los políticos.

Así como ayer sembramos las banderas de la dignidad y elhonor en 1958, 1959 y 1964, nos toca hoy sembrar esasmismas banderas en el Meduca, el INAC y el gobierno, queestá en manos de zonians encarnados en ellos.

Hoy, comemos soberanía, el canal es nuestro. La co-munidad panameña, en homenaje a sus mártires y héroes,marchará en unidad patriótica el 9 de enero de 2014 por laAvenida de los Mártires.

Participación de Coclé en la gestaPANTALEÓN GARCÍAProfesor [email protected]

Los lamentables sucesos que se dieron en laciudad de Panamá los días 9, 10 y 11 deenero de 1964 se conocieron inmedia-tamente en Colón y en el interior de laRepública. En Chiriquí, como en Veraguas yCoclé, se formaron Comisiones Perma-nentes de Defensa de la Soberanía Na-cional. Informaciones recogidas en los dia-

rios de ese período afirman que se produjeron mani-festaciones de solidaridad con la causa nacional en LasTablas, Chitré, David y Santiago. Los educadores del interior,junto al Ministerio de Educación, liderados por el ministroManuel Solís Palma y el viceministro, Olmedo Domingo,hicieron manifestaciones de apoyo a la causa nacional.

En la provincia de Coclé, en Aguadulce, se organizó elComité Coordinador de la Soberanía Panameña, en apoyo alos panameños que luchaban contra la agresión ejercida por

la policía y el ejército norteamericano acantonado en la Zonadel Canal. En la ciudad de Penonomé, surgieron comités dedefensa de la soberanía como el Comité Distrital, que tenía amiembros como Ricardo Ríos T., Marcelino Jaén, AníbalGrimaldo, Heriberto Torres y Miguel Lombardo. También seformó un Comité de Mesa del Consejo Municipal dePenonomé, integrado por Julio César Fernández, Rita C. deGrimaldo y Felix A. Charpentier. De igual manera, se formóun Comité de Defensa de la Soberanía Nacional, en Agua-dulce, Natá, Olá, Río Grande, La Pintada.

En Penonomé se organizó una caravana de 100 autosportando cada uno una bandera. Ellos recorrieron las callesdel lugar. Luego se hizo una manifestación en el parque 8 deDiciembre, donde hicieron uso de la palabra Marcelino Jaén,Heraclio Quiróz, Heriberto Torres, Antonio Gordón (es-tudiante), Julio César Fernández y el gobernador Manuel S.Rosas Q. El día 10 de enero una caravana de autos partiódesde Aguadulce, recorrió la provincia y llegó hasta la base deRío Hato. En esta manifestación participaron personas detoda la provincia. Allí se izó la bandera y se entonaron lasnotas del Himno Nacional.

Las resoluciones que se hicieron de apoyo al Gobierno y alpueblo en general respaldaban la ruptura de relaciones con

Estados Unidos hasta que no se cumplieran las demandasnacionales y que se denunciara en los foros internacionalesla agresión sufrida por el pueblo panameño. La muerte deEzequiel González Meneses motivó que se hiciera unaresolución de condolencias por la caída del mártir coclesano.Es importante destacar el apoyo brindado por el Cuerpo deInspectores de Educación de Coclé, liderado por los pro-fesores Arcesio Guardia y Octavio Arosemena B. Ellosofrecieron sus servicios en la forma que las circunstanciasobligaran para defender la integridad nacional.

Hoy, a 50 años de los trágicos sucesos de 1964, en estanueva sociedad del conocimiento y la información hay quecontinuar preparándonos en ciencia, tecnología y en hu-manidades para ser personas y profesionales íntegros paraser competitivos dentro de este mundo globalizado. Todoello sin olvidar la gesta del 64, para que la misma se conviertaen un lugar de memoria, para que su ejemplo de dignidad ydeseos de libertad sirvan de inspiración y no olvidemos queellos dieron inicio a la conquista de ese recurso geográficoestratégico, de vital importancia para el país. Para que no seolvide que parte del éxito y del desarrollo que hoy dis-frutamos, se lo debemos a esos mártires quienes ofrendaronsus vidas por legarnos un futuro mejor.

El 9 de enero,desde la perspectivainternacional

ROBERTO MONTAÑEZAbogado-Analista [email protected]

La denuncia internacional de los episodiosde enero de 1964 reveló que la intran-sigencia de los zonians y la intervención delas fuerzas militares estadounidenses lle-varon al trágico desenlace donde 22 pa-nameños perecieron en defensa de ladignidad nacional. Sin embargo, es im-perioso refrescar la memoria histórica

sobre el impacto internacional que tuvo este acontecimiento.La reacción en América Latina, Europa y Asia fue inmediata;la prensa del mundo condenó la posición de EEUU ante ellegítimo derecho que reclamaba Panamá en la revisión totaldel Tratado Hay-Bunau Varilla. Pese a que mayoría de losGobiernos compartían posiciones identificadas con políticasanticomunistas, reprobaron la agresión contra Panamá.Venezuela lideró un coro de críticas contra EEUU, y desdeMéxico hasta Argentina, manifestaron su solidaridad con lacausa panameña. Incluso el Reino Unido y Francia, re-sentidos por la inacción de Estados ante la nacionalizacióndel Canal de Suez en 1956, fueron los primeros en criticar laagresión.

El presidente de Egipto Gamal Abdel Nasser sugirió quePanamá nacionalizara su Canal. Hasta el dictador español,Francisco Franco, acusó a EEUU de agresión contra unpueblo indefenso. El diario gubernamental soviético Izvestíaafirmó que “la conmoción de Panamá ha alarmado a EstadosUnidos causando un estado de semipánico, esta es la primeragran crisis que encara el Presidente Johnson en la políticalatinoamericana desde el fracaso de la invasión de BahíaCochinos.”

En China, Mao Tse Tung destacó en un enérgico discursoen la Plaza de Tiananmen. “El pueblo chino está firmementedel lado del pueblo panameño y apoya plenamente su justaacción de oponerse a los agresores norteamericanos yprocurar recuperar su soberanía sobre la Zona del Canal”.Mientras, el primer Ministro Chou En Lai en un mensaje alpresidente Roberto Chiari, destacaba: “Extendemos nuestracongoja más sentida a los patriotas panameños masacradospor las tropas norteamericanas, y nuestra más sincerasimpatía a los familiares de los héroes caídos y los he-ridos”.

Sectores conservadores estadounidenses acusaron al mo-vimiento revolucionario cubano, incluso el expresidenteHarry S. Truman sostuvo que “Panamá es obra de losEstados Unidos y ellos (los Panameños) deben estar agra-decidos por ello”. Amplios sectores se pronunciaron, in-cluyendo a la Iglesia católica. Monseñor Marcos G. McGrathcalificó la exagerada simplificación de la historia de Trumanen un inaceptable desconocimiento del espíritu indepen-dentista del pueblo panameño.

El presidente Roberto Chiari rompió relaciones diplo-máticas con los EEUU y declaró que Panamá no reiniciaríarelaciones hasta que se acordara abrir negociaciones para unnuevo tratado. La gesta del 9 de enero es considerada comoel motivo catalizador para la eliminación del concepto deperpetuidad y la determinación de erradicar la ostensiblepresencia militar extranjera derivada de un pacto quemediatizaba su independencia y soberanía.

La historia de la diplomacia panameña consigna la firmegestión del presidente Chiari y su canciller Galileo Solís; delembajador Aquilino Boyd, quien en la convocatoria delConsejo de Seguridad de la ONU expuso las agresiones deEEUU contra Panamá y del embajador Miguel J. Moreno,que denunció la agresión contra un indefenso país.

La reanudación de las relaciones diplomáticas abrieronel camino en la resolución del conflicto mediante lanegociación de los proyectos de Tratados Tres en Uno yla posterior internacionalización de la lucha por larecuperación del Canal para arribar a los TratadosTorrijos-Carter en 1977, que erradicaron la presenciamilitar extranjera y restituyeron la Zona y el Canal dePanamá a la plena jurisdicción panameña.

Las nuevas y futuras generaciones valorarán la gesta de losmártires de enero como la expresión de la crisis latente quevenía fermentando las relaciones entre EEUU y Panamá.

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Un Pueblo, Una Bandera10 A