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CENTRO PSICOLOGICO ANIMUS UNA PUBLICACION DEL CENTRO PSICOLOGICO ANIMUS TITULO TEMAS EN PSICOLOGIA: NIÑEZ - ADOLESCENCIA http://www.facebook.com/centropsicologicoanimus
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TEMAS EN PSICOLOGIA (NIÑEZ, ADOLESCENCIA, FAMILIA)
SERIE BIBLIOTECA ANIMUSWWW.CENTROPSICOLOGICOANIMUS.COM
ÁREA CLÍNICANIÑOS Y ADOLESCENTES
ÁREA CLÍNICAJÓVENES Y ADULTOS
ÁREA PROBLEMASDE APRENDIZAJE
AREA MODIFICACIONDE CONDUCTA
ÁREA ORIENTACIÓNVOCACIONAL
ÁREA TERAPIA DEPAREJAS Y FAMILIA
SAN BORJA Tf. 2237146 CEL 993459851
[email protected] [email protected]
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PRESENTACION
ANIMUS es un vocablo que deriva del latín y significa: aliento, alma, espíritu, mente. Por todas estas acepciones optamos por asumir este nombre y es por ello que tenemos una visión más amplia del ser humano y sus problemas. Es así que el Centro Psicológico ANIMUS, es una institución que viene brindando servicios de atención psicológica en sus diversas especialidades desde Enero de 1990.
En ANIMUS contamos con un equipo profesional conformado por psicólogos de diversas especialidades; así como psicoterapeutas. Nuestras modalidades de trabajo en las diversas áreas de atención, se basan en las distintas orientaciones de la psicología actual; de acuerdo al motivo de consulta.
La atención psicológica en ANIMUS esta dirigida a niños, adolescentes, jóvenes, adultos, y parejas. Este modo interdisciplinario de intervención - que se basa en los principios de atención integral y de calidad, así como de reserva - esta respaldada por nuestros 22 años de experiencia profesional como institución.
Agradecemos su confianza y renovamos la voluntad de servicio del Centro Psicológico ANIMUS y su equipo profesional en pleno, quedamos de ustedes.
Centro Psicológico ANIMUS
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INTRODUCCION
Los siguientes artículos reflejan las diversas modalidades de trabajo de los miembros del equipo de psicólogos del Centro Psicológico ANIMUS. Hemos querido compartir con ustedes estos aportes en beneficio de un mayor conocimiento del comportamiento humano.
Queremos asimismo contribuir desde diversas perspectivas con los temas que suelen ser trabajados en las familias, con los niños y adolescentes en edad escolar.Esperamos sea una contribución y sirva de ayuda en alguna medida.
Queremos aprovechar la oportunidad para agradecer a todas aquellas personas que a lo largo de estos 22 años han confiado en nosotros. También a todos aquellos profesionales y colegas que de manera desinteresada recomiendan nuestro trabajo profesional, a ellos nuevamente gracias.
Cariñosamente GRACIAS a todas y todos mis colegas del Centro Psicológico ANIMUS, por compartir juntos tercamente aún en los tiempos más difíciles, la hermosa experiencia del quehacer psicológico, a lo largo de estos
22 años, a los presentes y a los ausentes: Giovanna Arroyo, Marcela Tejada, Nidia Vicuña, Milagros Zavala, Fabián Vinces, Jaime Llancan, Ma. Rosa Farfán, Dennis López, Carla Lecca, Néstor Carrasco, Víctor Catacora, Víctor Meza, Milagros Naupari, Martín García, Marilu Alvarado, Manuel Moreno, Ivette Bandenay, Ivonne Martínez, Mario Nuñez, José Arenas, Zoila Chaparro, Patricia Guevara, Julius Silva, Julissa Vásquez, Patricia Gómez, Ana Palomino,Melissa Marmolejo y Pablo Tejada.
Julio Silva Cruz
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QUE HAY DETRÁS DE UN PROBLEMA DE CONDUCTA
A lo largo de estos 22 años en ANIMUS muchas veces, los
psicólogos hemos atendido consultas de padres que se
muestran muy preocupados por lo “terribles” que están
sus hijos y su incertidumbre por ya no saber qué hacer
para que este comportamiento desmedido cambie o, por
lo menos, disminuya.
Se dice que los niños son pequeños seres que viven para
jugar y jugar, sin parar. Efectivamente, los niños poseen y
hacen alarde de tremenda vitalidad y energía en sus
juegos que los adultos a veces hasta nos sorprendemos.
El punto es que no siempre ellos logran canalizar
adecuadamente toda esta vehemencia y su deseo por
jugar y hacer por hacer, libremente y sin pensar en más.
Expuesto lo anterior, empezamos ya a vislumbrar una
panorámica más clara en el intento por comprender esa
tan desaforada conducta en los niños que causa tanta
preocupación a los padres. Y son justamente ellos (los
padres) quienes deben ir proporcionando a sus hijos los
elementos necesarios para incorporar dentro de su
repertorio cognitivo y comportamental los límites que les
permitan desarrollarse plena y satisfactoriamente, pero
sin entrar en contraposición con el entorno.
Podemos ahora comprender que el saludable crecimiento
de nuestros niños debe ir siempre acompañado de un
suficiente sostenimiento afectivo por parte de los padres,
y los adultos que se constituyan como figuras
significativas para ellos. Esto no significa que en el
camino no haya errores. Por el contrario, el
establecimiento de pautas de comportamiento para el niño
es un constante aprendizaje tanto para ellos como para
los adultos. Lo maravilloso de la experiencia de ser
padres radica en convertirse en un compañero que
siempre está allí para compartir lo bueno y lo malo, los
aciertos y los errores. Entonces, no hay que olvidar lo
fundamental que resulta la valoración y reforzamiento de
los logros de los pequeños. Las palabras de aceptación,
los elogios, las “caricias verbales” siempre vienen bien, y
eso es algo que todos sabemos por experiencia propia.
Esta doble vía de acercamiento afectivo (la facilitadora y la
correctiva) permitirá al niño la concepción integrada, y no
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fragmentada, de las figuras parentales; significa que
estará en la capacidad de comprender (a través de la
experiencia emocional) que las llamadas de atención y las
sanciones no son sinónimo de falta de cariño, y mucho
menos que papá o mamá sean malos (como suelen ellos
decir). Este es un proceso que se va afianzando en el
continuo ida y vuelta del aprendizaje, tal como ya se
señaló. Una manera conveniente de establecer límites
parte del reconocimiento de los deseos y necesidades del
niño, contrastado con los principios que rigen el
desempeño social. Así, cuando se manifieste una
conducta inadecuada, decirles “yo sé que te gustaría tal o
cual cosa, pero también debes entender que no lo puedes
hacer por tal o cual razón” ayuda a que los pequeños
tengan claro que papá y mamá se preocupan y desean lo
mejor para ellos, pero que también son capaces de
empatizar con su sentir.
Sin embargo, surge la pregunta obvia de qué hacer
cuando, a pesar de todos los esfuerzos por atender los
aspectos antes mencionados, el niño persiste con un
comportamiento que no resulta siendo el más adecuado.
En estos casos, el apoyo psicológico se constituye como
una alternativa muy conveniente para que tanto el niño
como los padres y demás adultos de su entorno puedan ir
resignificando los diversos eventos que puedan
suscitarse. Así, la premisa fundamental sería descubrir la
dinámica emocional de trasfondo. Para ello, un adecuado
proceso de diagnóstico es la piedra angular de un
posterior tratamiento favorable para el niño.
El Centro Psicológico ANIMUS, desde sus inicios hasta
ahora, tiene como objetivo principal poder lograr una
adecuada interacción del niño con su entorno. Para ello,
cada psicólogo y/o terapeuta busca el acercamiento y
reconocimiento no sólo de los aspectos por mejorar, sino
también de los recursos potenciales que han de ser
explotados en el proceso de crecimiento personal, familiar
y social de cada uno de los niños que son atendidos.
Finalmente, se espera que –en un mediano plazo– tanto
los niños como los padres puedan disfrutar de una
interrelación cada vez más asertiva, donde se respeten
tanto los propios deseos, necesidades y derechos como
los del otro. Esto permitirá que tengamos niños que se
sientan a la vez libres, reconocidos, y que pueden
adaptarse satisfactoriamente a su medio.
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SOBRE EL ARTE DE SER PADRES
Ser padre es tarea difícil; sobretodo porque resulta
novedosa y, en ocasiones, se llega a pensar que tal
responsabilidad pudiera quedarnos grande. En efecto, ser
padres es una gran responsabilidad, pero a la vez una
gran aventura y una constante motivación para el
crecimiento personal. Si bien nadie enseña cómo ser
padres, alguna idea se tiene que normalmente está basada
principalmente en la propia experiencia como hijos y en
las “anécdotas” que se puedan tener de conocidos o
familiares cercanos.
Ahora bien, ya embarcados en el largo viaje que ha
de significar la vida como padres, es importante tomar en
cuenta cada detalle y cada momento, ya que la historia de
un niño se escribe aún desde antes del nacimiento. Así,
los vínculos con los padres durante el embarazo cobran
vital importancia porque dan al niño la idea de cómo son
esperados y qué han de encontrar al llegar a casa. Por
ejemplo, se suscitan preocupaciones varias que
comúnmente tiene que ver con la apariencia física, las
capacidades cognitivas, sociales y afectivas del aún no
nato, siendo que muchas veces los futuros padres
depositan expectativas diversas que desde ya configuran
los vínculos primarios del niño con su entorno inmediato.
No obstante, este es un aspecto que quizás las más de las
veces pasa inadvertido.
Ya presente el niño, son sus primeros tres años los
que serán trascendentales en el desarrollo de su historia
personal. Entonces es menester satisfacer sus
necesidades básicas de afecto y protección. Esta labor no
corresponde únicamente a la madre. Cada vez más resalta
la importancia de la presencia paterna en lo que viene
siendo la generación de sentimientos de seguridad en el
niño. Sin embargo, esto no implica que la ausencia de una
de las figuras parentales genere un total desapego o
sentimiento de abandono en el niño, en tanto siempre
haya afecto para él, proveniente de las figuras importantes
en su contexto familiar y social.
Y así, casi sin darnos ni cuenta, ese pequeñín que
hasta hacía poco estuviera en brazos es ahora un
inagotable explorador que –según se escucha muchas
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veces en consulta psicológica– “va más allá de los límites
de la paciencia”. En esta etapa, toca a los padres saber
mirar la felicidad en el rostro de su niño al sentirse libre
con su juego. Sepa darle libertad para que afiance la
confianza en lo que puede lograr; imponga límites pero no
limitaciones. Recuerde que no siempre estará usted con él
para impedirle la caída. Siempre es importante cuidar y
atender, más no sobreproteger.
En resumen, ser padres es una labor que se aprende día
tras día, la misma que se ve gratamente recompensada
con la sonrisa de un niño que en este mundo se sabe
seguro de sí mismo y protegido por quienes más lo
quieren.
DIEZ CONSEJOS QUE VIENEN BIEN
1. Demuestre interés por las tareas de su hijo. Pregúntele acerca de los trabajos que debe hacer. Hágale preguntas que el niño no pueda responder con una o dos palabras.
2. Antes de hacer las tareas ayude a su hijo a organizar los materiales que va a necesitar.
3. Establezca con su hijo un horario regular para hacer las tareas; esto ayuda a evitar las demoras y postergaciones.
4. Elija para hacer las tareas un lugar específico, con mucha luz, silencio y espacio para trabajar.
5. Anime a su hijo a preguntar y buscar respuestas, dedicando el tiempo necesario para encontrar las correctas.
6. Asegúrese de que su hijo respalda sus respuestas con hechos y evidencias.
7. Practique en el hogar las destrezas que le enseñan en la escuela.
8. Relacione las tareas con la vida diaria de su hijo. Por ejemplo, háblele de fracciones y medidas mientras preparan su comida favorita.
9. Dé el ejemplo: Aproveche para leer un libro o para escribir una carta mientras su hijo estudia.
10.Felicite a su hijo por sus progresos, tanto por los grandes como por los pequeños.
7
LA AUTOESTIMA EN EL NIÑO
Si observamos detenidamente la forma de comportarse de
un grupo de niños, nos llama la atención la gama de
diferencias individuales de conducta que éstos
manifiestan. Algunos niños son muy activos,
extrovertidos, emprendedores, seguros de sí mismo,
independientes, curiosos y agresivos; en tanto que otros
se muestran pasivos, tímidos, dependientes, miedosos y
retraídos. Cada niño manifiesta una personalidad única,
es decir, una manera de sentir, de pensar, de relacionarse
con los demás y con el entorno que lo rodea.
Esta personalidad única es el resultado de un largo
proceso que se va realizando paso a paso, muy
lentamente y que se torna cada vez más complejo a
medida que el niño amplía sus horizontes y queda sujeto a
una serie de influencias cada vez mayores de la escuela,
de los compañeros, de la televisión, en definitiva, de todo
aquello que le rodea.
Sin embargo lo que va a determinar la personalidad del
niño, especialmente durante los primeros años, es su
familia. La forma de ser de sus padres, y el tipo de
relaciones que sostenga con ellos van a determinar la
clase de persona que llegará a ser, los problemas a que se
enfrentará y la manera en que trate de resolverlos.
Un concepto esencial para la felicidad personal y para el
funcionamiento eficaz, lo mismo en el niño que en el
adulto, es la Autoestima o Concepto de sí mismo.
La Autoestima es un juicio personal de valor que se
expresa en las actitudes del individuo respecto de sí
mismo. Dicho de otra forma, sería el aprecio en el que
tenemos a nuestra persona, cuánto nos queremos a
nosotros mismos.
En el concepto que el niño tiene de sí mismo influye la
manera en que sus compañeros y sus maestros
responden, pero en la mayoría de los niños la manera en
que los padres lo tratan determina la imagen que de sí
mismos se hacen. Esta última correlación está claramente
probada. Así, en el seno de familias en las que los padres
tienen un alto aprecio de sí mismos, ponen ilusión en la
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educación de sus hijos, los aceptan y comunican esta
aceptación, dan amplias muestras de afecto e interés por
ellos y desarrollan una buena comunicación y sin temas
vedados, sus hijos se caracterizan por tener una mayor
independencia social y una mayor actividad. Además se
acercan a las personas con expectativas de que serán
bien recibidos y de que tendrán éxito. Así mismo,
expresan y defienden sus opiniones aun cuando los
demás no estén de acuerdo y prefieren participar en las
discusiones de grupo que ser simples oyentes.
Otra parte, son muy diferentes las pautas de conducta,
que desarrollan los niños cuyos padres tienen menor
confianza en sí mismos, que muestran una gran dificultad
para expresar sentimientos de afecto y aceptación por sus
hijos, y que ponen menos ilusión en ellos, dándoles
muchas veces un trato duro y hostil, utilizando más
frecuentemente el castigo que la recompensa. Estos niños
difícilmente expresan sus ideas por temor a que no sean
aceptadas o compartidas, suelen vivir a la sombra del
grupo al que pertenecen, dejándose llevar por lo que éste
hace o dice, y prefieren oír a participar. También se
observa que suelen prestar excesiva preocupación por
sus problemas, lo que no les permite atender a otras
personas. Así mismo tienen dificultades a la hora de
comunicar lo que sienten, con lo que disminuye la
posibilidad de establecer relaciones cordiales y solidarias.
En general, adoptan una actitud defensiva y ansiosa ante
las cosas y las personas.
Un buen sentimiento respecto de sí mismo (autoestima)
es importante, para el ajuste personal y para el
funcionamiento adecuado, lo mismo en el niño que en el
adulto.
Con frecuencia, encuentro en mi práctica que los niños
traídos en busca de ayuda psicológica, experimentan
sentimientos de minusvalía y pobre autoestima. Suelen
percibirse a sí mismos como inferiores e inútiles, les
cuesta trabajo dar o recibir afecto, tienden a sentirse
solos y desamparados. Además, casi siempre suelen
sentirse culpables, avergonzados o deprimidos; y a
menospreciar sus propias potencialidades y realizaciones.
Observo que un elevado nivel de ansiedad y una
concepción negativa de sí mismo se relacionan entre sí.
La tendencia del niño ansioso a menospreciarse y a
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desvalorizarse tiende a generalizar y a afectar la imagen
de la integridad y calidad en su propio cuerpo.
Un concepto negativo de sí mismo parece fomentar una
actitud defensiva en las reacciones del niño ante sí mismo
y ante otros, esto provocará reacciones hostiles y de
agresividad no manifiesta. Igualmente, un concepto
negativo de sí parece estorbar el ajuste escolar inicial y
los avances escolares subsiguientes; pudiendo llevar al
niño a una situación de aislamiento.
La manera en que los padres tratan al niño es lo que tiene
mayor importancia en la determinación de la imagen que
de sí mismo se hace.
La autoestima es un juicio personal de valor que se
expresa en las actitudes del individuo respecto de sí
mismo. Es una experiencia subjetiva que el niño da a
conocer a los demás a través de informes verbales y de
otras conductas externas.
Hallo, en general, que los niños que se tienen un alto
aprecio suelen tener padres que también se tuvieron un
alto aprecio; suelen ser más estables emocionalmente,
más confiados en sus propios recursos, más animados y
eficaces en sus actitudes y acciones respecto del cuidado
de los niños, tienden estos padres a expresar su
aceptación mediante manifestaciones cotidianas, de
interés, afecto e íntima relación.
Encuentro que el sentir aprecio por sí mismo es necesario
para un adecuado equilibrio psicológico y que esto, es un
requisito importante para ser capaz de amar.
Es fundamental, por tanto, que los padres acepten la parte
de responsabilidad tan grande que les corresponde en el
desarrollo de una buena autoestima en sus hijos y
colaboren a fomentarla. Para ello vamos a señalar una
serie de pautas a llevar a cabo, aunque muchas de ellas ya
han sido mencionadas anteriormente.
1.- Satisfacer sus necesidades afectivas,
comunicándoles afecto y aceptación constantemente. No
debemos escatimar a la gente que queremos caricias,
besos y verbalizaciones del tipo “te quiero mucho” y
“estoy orgulloso de ti”. Al contrario, aunque ya lo sepan,
debemos recordárselo muy a menudo.
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2.- Mantener un alto grado de comunicación,
razonando las normas que se les imponen para que vean
que no obedecen a un simple capricho nuestro y
permitiendo que expresen sus puntos de vista sobre las
cosas. Así mismo, tenemos que hacerles partícipes en las
discusiones y en la formulación de los planes de la
familia.
3.- Ejercer un control sobre sus actividades,
mostrando interés por todo lo que hacen, colaborando
con ellos, dándoles iniciativas y premiando las conductas
positivas.
4.- Utilizar preferentemente la recompensa para
influir en su conducta. El premio, la recompensa a un
esfuerzo, está justificado como u o de los más eficaces
métodos en el aprendizaje, y es que las conductas, a las
que sigue una recompensa, tienen mayor probabilidad de
ocurrencia en el futuro. No olvidemos que todos,
pequeños y grandes, necesitamos ser recompensados y
que todos los días existe al menos un motivo para ello.
A efecto, exigencia adecuada a sus capacidades, control y
comunicación son, por consiguiente, los criterios
educativos básicos para lograr el desarrollo de una buena
autoestima.
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HABILIDADES SOCIALES Y CONDUCTA
Las habilidades sociales son elementos fundamentales
del repertorio de comportamiento que permiten a las
personas adaptarse a las exigencias del medio social y
consolidar redes de apoyo importantes para manejar las
presiones propias de la vida moderna.
Las habilidades sociales tienen elementos o componentes
que permiten optimizar la conducta de manera que sea
funcionalmente adaptativa.
Las habilidades sociales se manifiestan cuando sabemos
expresar nuestro sentir y nos hacemos escuchar,
consiguiendo así aquello que nos proponemos,
respetando nuestros derechos y los de las otras
personas. Esta forma de expresarnos se da a través de
determinadas conductas o formas de comportamiento. En
el ser humano podemos apreciar tres tipos de conductas:
Conducta agresiva: Es un comportamiento verbal o
no verbal que busca lograr objetivos personales sin
respetar el derecho de los otros.
Conducta pasiva: Con este comportamiento la
persona es sumisa o no hace nada, puede quedarse
en silencio o simplemente aceptar lo que los otros
digan, a pesar de desear lo contrario, con lo que
puede no hacer respetar sus derechos.
Conducta asertiva: Es un comportamiento
adecuado a la situación con la que expresamos
nuestras necesidades y defendemos nuestros
derechos. Es así que podemos obtener aquello que
nos proponemos, sin dejar de respetar a los demás.
TODO LO QUE SU NIÑO PUEDE HACER
Quizás alguna vez usted se ha sorprendido quejándose
del “mal comportamiento” de su hijo, o quizás haya
recibido quejas por ello. ¿Se ha puesto a pensar que cabe
la posibilidad que aquel “mal comportamiento” no sea tal?
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En realidad, puede ser que se trate únicamente de ciertas
carencias en su repertorio comportamental.
Se habla mucho en la actualidad sobre temas como
autoestima y habilidades sociales. ¿Sabe usted de qué se
trata todo aquello? Pues bien, la autoestima es la
manifestación de aceptación y aprecio que cada persona
se otorga, en función a un reconocimiento de sus
características individuales. Las habilidades sociales, por
su parte, son conductas aprendidas que permiten a la
persona optimizar su conducta de manera que le resulte
fácil y cómodo adaptarse a su entorno. Se busca que sea
una persona asertiva, que sepa delimitar su conducta en
función al respeto de los propios derechos y los de los
demás.
Ahora bien, teniendo claros estos conceptos, ¿puede
figurarse cómo sería la vida y comportamiento de su niño
si lograra desarrollar un adecuado nivel de autoestima y si
lograra desarrollar sus habilidades sociales? Todo aquello
puede lograrse. Como siempre, en el caso de niños, el
primer y más importante paso debe darse en casa.
Permítale a su niño contar con espacios donde expresarse
libremente, con la certeza que será escuchado; aliente en
su niño conductas favorables, basándose en su propio
actuar como guía; no deje de brindarle afecto, por más
que se vea agobiado por dificultades (recuerde que todos
las tenemos y que pueden ser superadas).
Los niños crecen, se desarrollan y potencializan sus
cualidades dentro de un adecuado entorno social, donde
la familia cumple un rol trascendental. Su niño puede
llegar a ser una persona feliz y sin limitaciones si
encuentra en él y en su entorno los medios que se lo
posibiliten, no lo olvide.
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LOS ADOLESCENTES Y SUS PADRES UNA DIFERENCIA GENERACIONAL
El presente artículo surge a raíz de una serie de experiencias
con padres de jóvenes adolescentes, enfrascados muchas
veces en discusiones que representaban bandos opuestos. En
honor a la verdad, debemos reconocer haber visto también a
padres que mantenían una buena relación con sus hijos y a
jóvenes que a pesar de guardar diferencias generacionales,
sabían manejar estas diferencias.
En ANIMUS realizamos un conversatorio con padres, a partir
de este tema, con la participación no solo del equipo profesional
sino también de los padres de familia, fue abierta y
enriquecedora como experiencia: a partir de la cual se ha
motivado una mayor profundización de este tema.
“Realmente en esta etapa uno pierde confianza con los padres porque pensamos que son unos fregados, aguafiestas, que no nos comprenden pero son ellos lo que más necesitamos”.
Diego 17 años.
Encuentro con frecuencia que a nosotros padres de familia
nos resulta difícil entendernos y relacionarnos con nuestros
hijos, y en ocasiones resulta una verdadera batalla llegar a tratar
ciertos temas con ellos. Estos ponen a prueba nuestros
recursos y agotan nuestra paciencia llevándonos a límites que
lindan con la desesperación.
Por ello, basándome en mi experiencia profesional es que me
hallo motivado para tratar este tema. A mi entender existe una
diferencia generacional entre nosotros y nuestros hijos, es en la
adolescencia la etapa en la cual se pone más a prueba la
diferencia en como ven el mundo, en cómo se relacionan con
respecto a nosotros, con sus amigos y con respecto a otros
aspectos de sus vidas.
Interpreto que los adolescentes funcionan en un nivel más
emocional y nosotros adultos en un nivel más racional, es como
si funcionáramos en dos niveles distintos en los cuales no
sintonizaremos nunca o difícilmente lo hagamos; pero que esta
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diferencia no sea motivo de distanciamiento sino de aceptación
mutua para llegar a un entendimiento.
“La adolescencia es una etapa de la vida donde hay cambios, éstos en muchos casos originan dentro de las personas que se degeneran en problemas. Claro que a muchos casos también no es así. Pueden crearse en esta etapa ideas creadas por las mismas personas, pero que en realidad no son ciertas. Yo como adolescente siento que tengo problemas pero que no son tantos como los de los otros, y me parece que podré superarlos”.
Luisa de 16 años.
“En la adolescencia la relación con mis papás ha variado. Antes me parecían lindas las bromas de mi papá, pero ahora, cuando es en público a veces me avergüenzo, pero no mucho. Antes me encantaba salir a los juegos o a las fiestas con mis papás, ahora me gusta salir con mis amigas al cine, o a comer helados. Por ejemplo mis papás me sobreprotegen, creo que aún más que antes y me peleo un poco con ellos, pero sólo por tonterías, como por mi cabellos. Pero los sigo queriendo igual que antes”. “Mamá, déjame tener mis propios errores”.
Jessica 13 años.
No hay nadie que pueda dejar de lado lo vivido durante su
infancia, el adolescente resulta ser pues, el resultado de las
experiencias o vivencias anteriores.
El adolescente va desarrollándose física, intelectual y
emocionalmente; pero nunca podrá escapar de la influencia de
sus primeros años. Éstos constituyen la antesala de la vida
adulta y son de enorme trascendencia, ya que a lo largo de ellos
va modelándose el individuo hasta convertirse en un miembro
de valor positivo par la sociedad en que elija vivir. Sucede a
veces que el proceso de formación es deficiente; arrastrando
entonces el niño una serie de rasgos infantiles al llegar a los
umbrales de la edad adulta. Tenemos como resultado entonces
el adulto inmaduro que se caracteriza por su egoísmo,
testarudez, petulancia, impulsividad y otros rasgos contrarios a
la vida social.
Existen profundas diferencias en las relaciones padres e
hijos según las características de las distintas familias. Se
observa, sin embargo, una tendencia a darles un sentido
democrático. No quiere decir esto que deba prescindirse de
todo control., sino que ha de ejercerse éste a través de un
consejo familiar o de la participación de todos los miembros de
la familia. En el hogar donde se aplica el control democrático,
se observa una integración personal y social del adolescente
muchas más ajustadas.
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La disciplina vertical suele generar resentimiento en el
adolescente y/o represiones de tensión que podrían
ocasionarles conflictos.
Las causas de conflicto entre el hijo y los padres son
numerosas, siendo la primera resistencia de muchos padres a
reconocer el desarrollo de sus hijos. Es muy frecuente también
la tendencia de los padres a imponer a los niños sus propias
normas de conducta. El niño respaldado por la riqueza, tiende a
convertirse en egoísta y caprichoso; la hija va desarrollándose
sin sentido alguno de responsabilidad bajo el control de un
padre excesivamente rígido; un hijo que lo haga sentir que es el
único puede convertirse en una verdadera calamidad con los
mismos de una tía o una abuela.
Las normas sociales predominantes en el hogar dejarán
sentir su influencia en el desarrollo social y emocional del niño.
Un padre autoritario e irascible provoca en su hijo un estado de
temor y depresión casi continuos. La inconsecuencia y la
inconstancia en las normas de la autoridad sólo sirven para
desconcentrar al niño. Todas estas normas de la conducta
infantil tienden a afirmarse y acentuarse en la vida adolescente.
En la etapa de la adolescencia se van a consolidar las
características de personalidad del joven, por ello el rol que
juega la familia como elemento modelador de la conducta y
como marco de confianza y seguridad es importante. Será
necesario por ello darle al joven un clima familiar adecuado,
para el desarrollo positivo de su personalidad. Parte importante
en el desarrollo de la personalidad en el adolescente lo
constituye la autoestima.
“Se siente algo superior a todo, que puedes hacer lo que tú quieras y estar seguro de todo, y que puedes defender algo, pero a veces los padres no comprenden lo que uno siente porque tú haces algo y está mal o quieres ir a algún sitio y no te dejan porque el carácter de un adolescente es variado, cuando estás solo se siente triste, cuando estás en problemas sientes miedo. Cuando estás con alguien en tú quieres te sientes feliz, cuando quieres algo tratas de conseguirlo de todos modos aunque no importe lo que pase”.
Gerardo 16 años.
Un buen sentimiento respecto de sí mismo (autoestima) es
importante, para el ajuste personal y para el funcionamiento
adecuado, lo mismo en el niño como en el adulto. La manera en
16
que los padres tratan al adolescente es la que tiene mayor
importancia en la determinación de la imagen que de sí mismo
se hace.
Encuentro que el sentir aprecio por sí mismo es necesario
para un adecuado equilibrio psicológico y que esto, es un
requisito importante para ser capaz de amar, pero
específicamente este punto lo trataré en otro artículo.
Hay un aumento de la emotividad en el adolescente, ya nadie
lo duda. Incluso encuentro en la consulta con ellos, que lo
reconocen, pero no siempre alcanzan a tener explicación sobre
sus emociones, las cuales pueden afectar de manera intensa la
conducta del adolescente, observándose esto en estado de
excitación y tensión, casi siempre generalizadas que
acompañan a la emotividad aumentada.
Los padres suelen tener una explicación más orgánica,
consideran ellos que la mayoría de veces, los “trastornos” son
productos de los cambios hormonales, psicológicos, físicos; no
les falta razón, pero depositan en estos factores todo el peso de
las dificultades o conflictos propios de este período evolutivo.
Son los cambios generados por la ampliación de la vida social
del joven los que ejercen, entiendo yo, una mayor influencia. Es
así que los amigos y el grupo, constituyen una importante
influencia más relevante. Así por ejemplo, en algunas ocasiones
en la práctica privada he tenido que atender a amigos
acompañantes del paciente adolescente, para a través de ellos,
promover y motivas la participación del joven desconfiado con
la situación.
“Cuando Pido permiso para ir a fiestas, tienen que ser en casas y deben conocer a los papás de quien la organiza. No dejan ir a fiestas de colegios, por ejemplo. Y también me llevan y me recogen temprano. A mí no me parece justo, porque a mis amigos sí se les permite; y ellos piensan que van borrachos a las fiestas y si eso pasa no soy ninguna loca como para meterme con ellos. Y como piensan que todavía tengo siete años me dicen: “eres sólo una niña y no te puedo recoger tan tarde”. También a veces me gritan delante de mis amigas y eso me molesta, me da vergüenza”.
Nelly 14 años.
“Dejémonos del aspecto moral, para hablar sobre este tema: La razón o la verdad es de los padres?. Estoy de acuerdo en que los padres tienen un sexto sentido con respecto al futuro, cercano o lejano de sus hijos, pero eso no indica que siempre tengan la razón, la preocupación de los padres es que sus hijos sean felices, esta está bien, pero entiendan “padres” de que no es la forma, si pensamos igual que ustedes no seríamos hijos
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pues, porque tendríamos la misma concepción sistematizada de la vida que ustedes y déjennos decidir por nosotros mismos, opinen, no obliguen, si decidimos por nosotros mismos, nos daremos cuenta de que los que fallamos fuimos nosotros y no ustedes al decidir por nosotros, así ténganlo por seguro que maduraremos de una forma espectacular aprendiendo de ustedes y de la vida, “nuestra vida”.
Ricardo 16 años.
“Qué es para mí la adolescencia? Para mí, la adolescencia es una etapa por la que todos pasamos, en que experimentamos muchos cambios internos y externos. Se forma nuestro cuerpo y con él nuestro carácter, también es un período en el que buscamos la aceptación de nuestro grupo y disfrutamos el ser parte de él.
Buscamos la amistad y unión con personas del sexo opuesto y estamos llenos de energía para salir a conquistar el mundo y divertirnos.
“¿Cómo es mi relación con mis padres? Tal vez no sea la relación ideal, pero luchamos por mejorarla. La mayor parte del tiempo me llevo bien con mis padres, pero a veces se me escapa algo por ahí, y ¡BOOM! Explotamos y al final terminamos pidiéndonos perdón y abrazándonos, mirando hacia delante para mejorar nuestra amistad de padres e hijo”.
Giancarlo 14 años.
“La relación que un adolescente tiene con sus padres en pocas cosas hay mucha confianza y comunicación, debido a que los padres son un poco más liberales y demuestran mucha confianza y dejan que los hijos se desenvuelvan sin problemas,
pero en casos comunes como que un adolescente le da vergüenza hablar o preguntar cosas a sus padres debido a que en nuestra edad buscamos más a los amigos o hermanos que a ellos, que para nosotros que son viejos y de otra época y también porque como que los padres se ponen un poco cerrados ya que tienen miedo a nuestras inquietudes y el que les responderemos, por lo que opinen ya que como dicen los adolescentes, somos impredecibles y nunca se sabe si vamos a sonreír o simplemente estallar”.
Claudia 14 años.
Por supuesto que no pretendo generalizar a partir de las opiniones vertidas por estas jóvenes, atendido por mí en la consulta. Pero si creo que es válido extraer a partir de ello y de la experiencia algunos derroteros que nos permitan entender la conducta de nuestros hijos en este período de su vida. Un entendimiento con ellos por ejemplo que nos permita desarrollar una mejor capacidad para negociar con nuestros hijos, queme parece sumamente importante para llegar a acuerdos con ellos.
“La adolescencia es la etapa de la vida muy linda e importante, en la cual uno se forma, adquiere nuevas experiencia, es una etapa en la cual tienes que estar más unido que nunca con tus padres, ya que ellos son nuestros guías, aunque a veces friegan”.
Homero 17 años.
18
ASPECTOS IMPORTANTES DE LA VIDA
FAMILIAR
La familia existirá siempre en todas las sociedades. Es la
base de toda sociedad; adopta formas muy variadas
según la época y la sociedad en que se vive.
Una familia funcional cumple dos funciones esenciales:
Prodiga cuidados al recién nacido garantizando la
supervivencia del ser humano.
Enseña a los hijos las pautas de conducta, las
diferencias entre lo bueno y lo malo, etc.;
transmitiendo así, de generación en generación;
normas, valores e ideas que tiene el grupo social al
que pertenece dicha familia.
Un hombre y una mujer que se unen en forma estable
constituyen la base de una nueva familia.
La familia de nuestros días, compuesta por padres e hijos,
se denomina familia nuclear. A veces, por razones
económicas, viven en una sola casa dos o más familias
nucleares. Entonces, además de los padres; están
presentes los tíos, primos, etc. y se habla de la familia
extensa.
Al parecer, toda persona siente la necesidad de vivir con
otra del sexo opuesto, necesita del afecto y del apoyo del
otro. Sin embargo, la relación de pareja exige de ambos la
madurez para comprender y afrontar las limitaciones y
deficiencias del otro y valorar sus virtudes y defectos.
La elección de la pareja es importante: cada uno debeLa elección de la pareja es importante: cada uno debe
saber lo que quiere de sí mismo y de los demás; ser losaber lo que quiere de sí mismo y de los demás; ser lo
suficientemente capaz de asumir nuevos compromisos ysuficientemente capaz de asumir nuevos compromisos y
cumplirlos.cumplirlos.
Sin embargo, no siempre una pareja se casa por amor.
Hay otras razones poderosas que llevan a un hombre y a
una mujer a casarse; el deseo de mejorar
económicamente o la prisa por dejar el hogar de los
padres, un embarazo imprevisto, temor a quedarse sólo,
“quedarse a vestir santos”, como se dice criollamente.
19
El matrimonio no es solamente para adultos maduros;
porque no necesariamente hay que ser adulto para ser
maduro (en ciertos casos). Existen creencias populares
sobre el amor y el matrimonio que están en las mentes de
las personas y que crean falsas ilusiones.
La felicidad es la rutina que nos presenta la vida a través
del amor verdadero.
La felicidad no es algo que se nos da como un paquete de
regalo; es algo que se construye todos los días, en base al
esfuerzo y al amor verdadero, leal, maduro; tanto del
hombre como de la mujer y que ambos deben compartir.
Quizás al principio los defectos no importen, pero
conforme pase el tiempo empiezan a ser tomados en
cuenta, resaltan cada vez más hasta volverse intolerables.
Las personas adultas pueden cambiar en algunas cosas,
pero en lo fundamental ya no variarán con el matrimonio.
Todos venimos de una familia y nos formamos en ella, el
matrimonio no puede romper los lazos familiares.
Cuando uno se casa se ve en la necesidad de establecer
contacto con la familia del marido o de la mujer;
convirtiéndose ésta en la familia política.
Una pareja para establecerse necesita comprar muchas
cosas y en estos tiempos ¡Todo está tan caro!; la ilusión
del matrimonio puede durar y ayudar a soportar
limitaciones al principio, pero luego vendrán las
discusiones y reproches. Es por eso que se debe
planificar directamente y tratar de superarlos en lo
posible.
Encuentro que una pareja saludable se caracteriza por:
*Incentivar y apoyar las actividades del otro.
*Tener actividades y experiencias comunes.
*Sentir afecto el uno por el otro y saber transmitirlo.
*Preocuparse por el bienestar común.
*Poder expresarse con libertad, sin temor.
*Mantener relaciones respetuosas y comprensivas
mutuamente.
*Tener buenas relaciones sexuales.
*Ser buenos compañeros y amigos.
20
*Estar dispuestos al diálogo.
*Tener la capacidad de admitir nuestros errores.
Si el hombre y la mujer se comprenden y aceptan
reconociéndose como personas diferentes, será más fácil
que se integren como pareja, conservando y haciendo
valer su propia personalidad.
La importancia de la armonía de la pareja, condiciona la
armonía familiar, determina el crecimiento mental de los
hijos (Si quieren buenos hijos; “Sean buenos padres”).
MEJORANDO LA VIDA EN FAMILIA
La lectura cotidiana que hace un psicólogo de los
comentarios y confidencias que percibe en la terapia, lo
lleva a constatar: la presencia de conflictos y/o impases
que muchas veces no tienen causas profundas
(inconscientes) sino que más bien están en relación al
supuesto cognitivo que determina tal o cual forma de
conducta, en otros casos a la otra posibilidad de actuar
(la que desconocen). Al respecto queremos señalar
algunos alcances para los padres.
Con relación a los hijos:
a) Aceptarlos como son; no como en nuestra
imaginación nos gustaría que fueran.
b) Brindarles seguridad; Es decir que van a
encontrar en la famil ia a personas que lo van a
escuchar y comprender primeramente.
c) Propiciar la independencia; planteándole
nosotros cosas nuevas para que el los los
desarrollen.
d) Incentivar su autoestima; es decir hacerlos
sentirse orgullosos de si mismos.
e) Generar el respeto hacia los demás; los cual
incluye a personas y cosas.
f) Demostrarles control y disciplinas; es decir
enseñarles los l ímites.
Así mismo, se debe buscar establecer en la
famil ia un esti lo de comportamiento que sea
21
franco, abierto y comprendido por todos los
miembros.
Sugerimos que se evalúen las siguientes
pautas:
1. Ser honesto con lo que se dice. Es decir
evitemos las expresiones contradictorias que
confunden.
2. Pensar de manera posit iva, buscando
primero los aciertos y logros, creando una
sensación de confianza en si mismo.
3. Evitar tomar al otro como aliado, cada
persona debe ser respetada en sus opiniones.
4. Estimular el orden, la planif icación del
t iempo como la forma eficaz de formar la
voluntad del éxito.
Muchos de los problemas de la famil ia se
clarif ican si hay la voluntad mínima de analizar
racionalmente a la misma. Es una tarea dif íci l
pero no imposible.
LA RELACIÓN PADRES E HIJOS
La importancia de la armonía de la pareja se debe a que es
la base de la armonía de la familia. Es mucho más
probable que los padres como buenos compañeros entre
sí puedan educar bien a sus hijos.
Los hijos son motivo de felicidad y son un lazo de unión
para la pareja, que se entiende bien. Pero también la
presencia de los hijos significa adquirir nuevos
compromisos y responsabilidades.
En mi práctica de trabajo con adolescentes y niños he
podido apreciar a padres que piensan equivocadamente
sobre los hijos y la unión familiar. Llegando en muchas
ocasiones de manera inconsciente a utilizar a los hijos
porque creen que:
*Un hijo puede unir a una pareja que tiene muchos
problemas, que no se comprende.
*Un hijo puede ligar más al padre a la casa o puede evitar
que éste deje el hogar.
*Un hijo puede hacer responsable a un padre que no lo es.22
Los padres son los primeros educadores fundamentales
del niño; pues la familia es la principal y la primera
escuela de la vida. El niño aprende tanto a través del
ejemplo como de las enseñanzas verbales. El ejemplo es
muy importante en la educación, muchas veces los
adultos no se dan cuenta que con su forma de ser, con su
acción y con su ejemplo están educando a los niños.
-Se encuentra generalmente dos tipos de familia que con
su actitud influyen poderosamente en la educación de los
hijos:
LA FAMILIA AUTORITARIA
Se constituye como tal porque:
*Es el padre quien provee el sustento diario.
*El padre es quien toma las decisiones, sin consultar a
nadie.
*Hay tensiones provocadas por el autoritarismo.
*Hay sumisión de la mujer.
*El padre exige ser obedecido y atendido por la madre y
los hijos.
*No hay diálogo.
*Se educa a los hijos basándose en amenazas y a
castigos.
Cuando esto ocurre, el autoritarismo puede llegar a
obstaculizar el desarrollo psicológico del niño, ya que no
logra expresar de manera espontánea sus sentimientos y
sus necesidades. Los niños educados así tienden a
convertirse en hombres y mujeres poco creativos,
temerosos e inseguros, o rebeldes (que muchas veces es
una manera sana de poder enfrentar la relación con los
padres).
LA FAMILIA DEMOCRÁTICA
Se constituye como tal porque:
*Generalmente el hombre y la mujer contribuyen al
sostenimiento del hogar.
*Ambos miembros de la pareja se reconocen como
iguales en derechos y obligaciones, toman las decisiones
juntas.
*Hay confianza entre marido y mujer y también con los
hijos.
23
*Hay aceptación de igualdad entre los sexos.
*Se educa a los hijos basándose en el afecto, el respeto
mutuo y el diálogo.
Los niños educados en este tipo de familia tienden a
convertirse en adultos mentalmente sanos, que estarán en
condición de ser buenos padres, trabajadores eficientes,
compañeros valorados, vecinos amables y ciudadanos de
bien.
Para crecer sanos física, mental y emocionalmente, los
niños necesitan alimentar:
*Su cuerpo.
*Su sentido de responsabilidad.
*Su capacidad de amar y ser amados.
*Su relación de compañerismo con los otros y la
comunidad en general.
El desarrollo psicológico del niño es algo muy delicado y
requiere de los padres:
*Saber escuchar a los niños con paciencia y educación.
*Conversar con el hijo desde pequeño para explicar las
razones de lo que ordenen o piden.
*Ejercer la autoridad como algo que proviene del afecto y
no del temor.
*Dejar que el niño sea espontáneo.
*Dar afecto y calor al niño para que se sienta apreciado y
querido.
*No criticar al niño constantemente y más bien dejarle
sentir que se le acepta tal como es.
*Responder al niño con la verdad, el no acepta el engaño
o la mentira.
*Estar de acuerdo (padre y madre) sobre lo que ordenan,
porque de lo contrario el niño se confunde y pierde
confianza en los padres.
*Saber estimular su inteligencia, su razonamiento para
que pueda captar todo lo que está aprendiendo.
*Dar orientación al niño respecto a los valores humanos
como la bondad, la justicia, la honradez, etc.
*Saber poner límites a las exigencias del niño, para que
aprenda como debe comportarse dentro de ciertas
normas.
LA TERAPIA CON NIÑOS Y ADOLESCENTES
24
Desde hace 22 años en el Centro Psicológico ANIMUS, se
busca brindar una atención de calidad a todas las
personas que acuden a consulta. Particular atención se
pone en el trabajo con niños y adolescentes. Esta
atención empieza desde el momento mismo de la
acogida; vale decir, se busca desde la primera entrevista
favorecer el desarrollo de un vínculo en el cual los padres
(quienes son generalmente los consultantes) se sientan
suficientemente comprendidos y valorados. No se trata,
pues, de formular juicios valorativos respecto a ellos, sino
de –a través de la empatía– favorecer la expresión de sus
propios afectos; sus ansiedades y necesidades. Así, el
objetivo de esta primera reunión sería lograr que los
padres se comprometan con el proceso a seguir con su
hijo.
La primera consulta, tal como se señaló anteriormente, es
de suma importancia para el desarrollo del proceso a
seguir. La labor del terapeuta consiste, básicamente, en
saber escuchar, y poder responder adecuadamente a las
ansiedades que los padres expresan de manera directa o
indirecta. Es esta la consigna con la que los terapeutas de
ANIMUS reciben la consulta inicial. Ya en consultas
posteriores el rol terapéutico será más activo.
Para lograr una mayor comprensión del caso, se llevan a
cabo algunas reuniones con los padres, a fin de recabar
información que permita dar sentido al caso, a través de
la elaboración de la historia personal del niño. Esta
información permite conocer “en abstracto” al niño, para
luego contrastar con lo que pueda apreciarse en la
interacción directa con él en las sesiones. En ANIMUS, el
estilo cómo se recopilan estos datos está definido por
cada terapeuta; sin embargo, hay una línea ordenadora
común a todos los profesionales que trabajan con niños y
adolescentes. Siguiendo un patrón, se busca conocer no
sólo desarrollo del niño o adolescente, sino también la
historia personal de los padres (es importante saber cómo
fue su experiencia como hijos, entre otras cosas). Esto
nos permitirá tener una visión más profunda de lo que
sucede con el niño, los mismos que pueden ser la
expresión de conflictos que no han sido debidamente
elaborados.
25
Además, elaborar una historia personal-familiar permite
tener una visión más clara del contexto en el que se
desenvuelve el niño, y así se puede tener mejor
conocimiento de los recursos y limitaciones con los que
se contará para una futura intervención. Con todos
estos elementos, se está en capacidad de delinear un
perfil diagnóstico no sólo del niño sino también de su
organización familiar y su entorno social inmediato,
buscando tener una visión integral del niño.
Finalmente, en estas primeras reuniones con los
padres también se les brindan algunas recomendaciones
generales que favorezcan una mejor relación con su niño.
Hasta aquí, parecería que se ha perdido de vista al niño o
adolescente que ha de convertirse finalmente en el
protagonista del proceso a desarrollar, pero no es así.
Toda la labor previa permite ir consolidando la idea de un
trabajo integrador, donde se involucren –como equipo
cohesionado de soporte– padres y terapeuta, además del
personal del colegio (maestros, psicóloga), con quienes
también se busca establecer contacto.
En ANIMUS, para el caso específico de niños, se
implementa la hora de juego, ya sea diagnóstica o
terapéutica. Esta técnica se basa –tal como lo señala su
nombre– en el uso del juego como instrumento para
explorar la dinámica del mundo interno del niño. En cada
sesión se comparte con el niño la actividad lúdica, y se
complementa con la aplicación de determinadas pruebas
psicológicas. A través de este tipo de pruebas el niño
proyecta (como en una pantalla de cine) aspectos de sí
mismo que no siempre se logran apreciar a través de la
simple observación cotidiana.
Tanto en la evaluación como en el proceso terapéutico, se
facilita al niño un espacio donde pueda sentirse cómodo
para ser él mismo y compartir su mundo con el terapeuta.
Las consignas dadas son simples: “vamos a reunirnos
aquí durante 50 minutos para jugar, conversar, pintar o lo
que decidamos entre los dos… te he traído una caja que
desde ahora es tuya, y tiene varias cosas que siempre van
a estar cuando tú vengas a reunirte conmigo”. Esta caja a
la que se hace alusión contiene, efectivamente, materiales
diversos como juguetes (muñecos, elementos del
quehacer cotidiano), papel, y útiles para pintar (colores,
26
plumones, crayolas). Nuevamente, esta caja contiene
varios elementos con los cuales el niño podrá ir dando
cuenta –siempre a través del juego– de todo lo que él
mismo contiene en su interior.
Por ejemplo, un niño cuyos padres se están separando y
que acude a consulta por bajo rendimiento escolar
desarrolla el siguiente juego: “esta señora se ha
molestado con este señor (ha tomado dos de los muñecos
que representan una familia) porque siempre le pega y le
dice que es una bruta”. El niño ha proyectado (o
dramatizado) en su juego lo que probablemente ocurre en
casa. Las emociones que muestra permitirán saber cómo
es que él vivencia estas discusiones que han terminado
en la próxima separación de los padres; estas emociones
quizás estén referidas a ciertas respuestas depresivas que
interfieren su desenvolvimiento académico, al punto de
hacer que su rendimiento decaiga. En otra ocasión, un
niño de tres años y medio aproximadamente exhibe el
siguiente juego, con algunos muñecos que él mismo
había incorporado a su caja: “Goofy está muy molesto
porque su mamita ya no le hace caso… siempre juega con
Pluto y no le hace caso”. Esta viñeta evidencia, la
preocupación de la madre por la “mala conducta” que
presentaba el pequeño; específicamente, por las
constantes rabietas que hacía en casa. Al momento de la
historia, la madre cuenta que hace dos meses había
tenido a su segundo hijo. Lo que el niño muestra en su
juego –proyectado sobre el Goofy triste– es un
sentimiento de sentirse desplazado por el hermanito
recién nacido. En la primera sesión, al preguntarse desde
cuándo presentaba el niño estas rabietas, la madre
responde: “hace dos meses, más o menos”. Todos estos
datos, permiten tener claridad sobre el por qué de tan
particulares conductas del pequeño. Esta comprensión,
también transmitida a los padres al momento de la
devolución de resultados, permitió definir pautas
específicas para mejorar el vínculo de este niño con su
madre. Al poco tiempo, el niño empezó a mostrar mejoría
y el proceso terapéutico concluyó, puesto que en adelante
los padres estaban ya en capacidad de atender mejor las
necesidades del niño; todo ello basado en una adecuada
comprensión de la conducta calificada de inadecuada.
Con adolescentes, la modalidad de abordaje es distinta.
Con ellos, se suele charlar, sin anular la posibilidad de
incorporar algunas otras actividades, que ellos puedan ir
27
proponiendo. Es fundamental comprender que –por su
momento evolutivo– aún no son adultos, pero también
que dejaron ya de ser niños. Quizás resulte complicado,
mas todo se simplifica si tanto los padres como el
terapeuta trata de empatizar con él a través de recordar
afectos que se produjeron en la propia adolescencia;
sobre todo, tomando conciencia que todos,
absolutamente todos, hemos vivido en su momento la
queja recurrente típica de los adolescentes: los adultos no
siempre logran comprenderles. Desde esa perspectiva, se
puede ver que querer introducir a un adolescente al
mundo adulto es un deseo que quizás resulte sumamente
frustrante, y es justamente esa frustración la que muy
probablemente haya llevado a los padres a buscar
orientación psicológica, o a los maestros a sugerir una
intervención terapéutica. En tal sentido, desde la
experiencia, la propuesta planteada por los terapeutas en
ANIMUS se orienta a buscar más bien la entrada del adulto
al mundo del adolescente y desde allí, ayudarle a
comprender su dinámica emocional. Aquí, más que
moldear o dictar pautas de manejo, la labor terapéutica se
centra en hacer las veces de “espejo”, en otras de
negociar acuerdos minimos, de modo que sea el mismo
chico quien se dé cuenta de su proceder, siendo que el
aporte del terapeuta será esclarecer lo que no alcance a
ver, siempre ayudándole a elaborarlo y a viabilizar toda
sus tendencias hacia fines más adecuados y que
favorezcan un sentido de satisfacción personal, que sea
auténtico y que no necesariamente responda a las
exigencias planteadas por el entorno.
He aquí otra viñeta de una sesión que ayudará a
comprender nuestra modalidad de trabajo en ANIMUS.
Luisa es una chica de 16 años que está por terminar la
secundaria y que en este su último año se ha mostrado
más bien reticente y desinteresada con las actividades
académicas. Los padres están sumamente preocupados,
pues comprenden que, de persistir tal actitud, Luisa se
podría encontrar en riesgo de repetir el año escolar. En las
reuniones con los padres se trata de ayudarles a expresar
todo el malestar y frustración que esta situación podría
estar significando para ellos, pero ellos sólo responden
que su deseo es ver que Luisa mejore sus notas para que
ella se sienta bien. Claro, al subir sus notas, Luisa se
sentirá bien… y los padres también. Hasta aquí, todo
parece mostrar sólo hechos inconexos; tratemos, pues,
28
de ordenarlos. En el verano previo al presente año
escolar, Luisa y sus padres charlaron sobre el aspecto
vocacional: Luisa quiere estudiar arte y los padres le
sugieren estudiar derecho. Poco a poco, a la par que se
trabaja con Luisa, los padres van permitiéndose expresar
toda la cólera y frustración que les genera el hecho que
Luisa desatienda su sugerencia y escoja una carrera
“poco rentable y muy divertida”. La lectura que se hace de
toda esta dinámica es la siguiente: con su actitud
reticente, Luisa busca “agredir” a sus padres, porque
siente que no respetan su decisión. Los padres, a su vez,
entienden que poco a poco ella está haciendo valer su
propio deseo, y que tiene derecho a ello. Al mostrarse los
padres menos rígidos, Luisa empieza a dedicarse más a
sus estudios, y viene recuperando su nivel académico.
Dado que ellos ya no se muestran reacios, ella ya no
siente la “necesidad” de agredirles. Todo esto se da en el
plano de lo inconsciente.
No es, que Luisa se sienta a maquinar cómo fastidiar a
sus padres, sino que esta actuando su impulso, el mismo
que poco a poco va poniendo en palabras durante su
terapia.
Ahora bien, sea que se trabaje con un niño o un
adolescente, integrar al personal docente es también de
suma importancia. En tal sentido, es política en ANIMUS
coordinar con tutores, maestros, y psicólogos del colegio,
actividades que permitan una intervención conjunta, un
trabajo en equipo de modo que el beneficiado sea siempre
el paciente. La idea es compartir opiniones y buscar
alternativas a modo de equipo de trabajo
interdisciplinario. De igual modo se procederá en caso de
requerirse la opinión de otro profesional, ya sea médico
(neurólogo o psiquiatra), terapeuta de lenguaje, u otros.
A modo de conclusión, es pertinente enfatizar la
importancia de un trabajo de visión integral, pues
favorece un mayor beneficio tanto para el niño o
adolescente como para su familia y entorno inmediato.
29
LA TERAPIA EN ADULTOS
En ANIMUS, dentro del área de trabajo con adultos se
atienden diversos problemas tales como: depresión,
estrés y enfermedades psicosomáticas. La depresión es
uno de los mayores problemas que aquejan a la sociedad,
con un índice de incidencia cada vez más alto; pudiendo
llegar en ocasiones al suicidio. Siendo así, es fácil deducir
que el problema de una persona deprimida no es sólo
individual sino que también involucra a su familia o
entorno inmediato. Otro de los problemas que se
presentan como consecuencia de las tantas
preocupaciones y exigencias que deben cumplirse es el
estrés. Cada vez la vida se hace más agobiante y vivimos
en constante estado de tensión que puede alterar nuestro
equilibrio emocional. Nuevamente, esta no es una
dificultad aislada, pues convivir con una persona
estresada es llevar una vida en la que resulta difícil hallar
soluciones incluso a las situaciones más simples de la
vida cotidiana. Por otra parte, las enfermedades
psicosomáticas son afecciones que tienen un
componente tanto orgánico como psicológico. Tal como
comúnmente se dice, la enfermedad se debe a problemas
emocionales; ejemplo de estas enfermedades son la
migraña, hipertensión, gastritis, alergias, etc. Las más de
las veces, de presentarse alguna de estas complicaciones
acudimos al especialista médico y recibimos un buen
tratamiento, mas no vemos mayor mejoría; esto ocurre
porque no hemos atendido nuestra dinámica emocional,
que –en estos casos contribuye– al surgimiento de esta
enfermedad.
Desarrollar un proceso terapéutico desde diversas
perspectivas psicoterapéuticas implica acompañar a la
persona en el recorrido de caminos que le lleven a un
mayor y mejor conocimiento de su mundo interno. En tal
sentido, se propicia en la persona una visión
introspectiva, de modo tal que pueda ir resignificando sus
experiencias de vida y así hallar un mayor sentido de
satisfacción consigo mismo, lo que redundará en el
establecimiento de relaciones más gratificantes con el
entorno. Así mismo el ir haciendo consciente lo
inconsciente es uno de los grandes propósitos de la
terapia. Así la persona va” tomando conciencia” de su
30
problemática personal que le permita elaborarla para
resolverla.
El vínculo establecido entre la persona y el terapeuta es
dinámico, y constantemente se movilizan afectos sobre
los cuales se ha de trabajar. En esta relación, muchas de
las situaciones que han de suscitarse partirán desde el
inconsciente de la persona, vale decir, de aquella parte de
la estructura psíquica que resulta inaccesible de primera
instancia. El inconsciente es dinámico por naturaleza, y
realiza esfuerzos por encubrir contenidos, recuerdos que
sustentan el malestar que actualmente padece la persona,
pues este le provee alguna ganancia secundaria. Por
ejemplo, aquella persona que de repente entra en una
etapa depresiva, obtendrá mayor cuidado y afecto de
quienes le rodean; ello haría que se resista –desde el
inconsciente– a renunciar al síntoma o al transtorno del
cual se queja en la consulta. Nuevamente, todo esto
ocurre sin mayor intervención de la conciencia. La tarea
terapéutica apuntaría a desentramar las complejas vías de
conexión entre síntomas y experiencias vividas, para así
favorecer el beneficio personal del paciente.
Ya sea bajo la modalidad de consejería, o psicoterapia, en
ANIMUS se busca favorecer esta expresión, elaboración y
satisfactoria resolución de problemas emocionales que
dificultan el desarrollo y crecimiento tanto personal como
social de quien acude a consulta. En tal sentido, se
pueden implementar estas modalidades de intervención
de forma individual, en pareja, o en familia.
Finalmente, es preciso reiterar el interés del Equipo
Profesional de ANIMUS por lograr una atención de
calidad, dentro del marco de respeto a las normas éticas
propias del ejercicio profesional, sin descuidar la calidez
en el trato con quienes acuden en busca de atención a
través de la consulta psicológica.
31
TERAPIA EN PAREJA ¿PARA QUÉ?
En el Centro Psicológico ANIMUS brindamos terapia de
pareja, que vienen motivadas por distintas razones. Esto
me conduce a plantearme una serie de interrogantes. En
ocasiones me pregunto al ver a una pareja, sí ellos
hubieran asistido antes a una terapia, quizás no hubieron
llegado a la situación en que están ahora. ¿Qué hubiera
ocurrido? ¿Se hubiera podido replantear esta relación?.
Incluso me he preguntado: ¿Como es que hicieron pareja?
Cuando he compartido esto con las parejas, me comentan
lo favorable que hubiera resultado saber o conocer sobre
esto, antes de casarse. Incluso antes de comprometerse.
Por mi experiencia soy un convencido de que hay casos en
que la Terapia si hace la diferencia.
Coincido en creer que existen mitos y creencias sobre la
terapia en general y mas específicamente sobre la terapia
de pareja. Se cree que solo quienes tienen problemas que
resolver deben asistir a una terapia. Algunas personas en
general asisten a terapia cuando sienten que ya no
pueden más, pocas acuden preventivamente, cuando las
crisis son solo diferencias de opinión y aun no existe un
alto nivel de violencia en forma de descalificación,
resentimientos, enojo y venganza.
Las personas que asisten a una terapia son personas
normales como ud o como yo. El asistir a terapia no nos
hace ser anormales o diferentes a los demás. ¿Como se
trabaja en una terapia de pareja, en que consiste?. Son
aspectos importantes a resolver para que los miedos, los
tabus y los mitos puedan cambiar y ver la terapia de pareja
con otros ojos, verla como una herramienta para mejorar
la calidad de vida en pareja y no esperar que las cosas
lleguen a niveles en que ya no se pueda superar.
El objetivo de la terapia de pareja es mejorar la calidad de
la convivencia de cada persona que conforma la pareja. La
convivencia incluye la comunicación, en la terapia de
32
pareja para mejorarla, la pareja adquiere nuevas
habilidades para resolver los problemas en la pareja y
familiares, lo que hace que la relación se haga más cercana
y feliz.
La terapia de pareja es un proceso de aprendizaje que lo
construye la pareja con la guía del facilitador o terapeuta.
Sino fuera por el deseo mutuo de mejorar, ninguna guía
serviría por si misma. El amor y los acuerdos entre los
miembros de la pareja son importantes para que la
relación funcione.
Muchas veces creemos que el AMOR es un concepto
abstracto el cual solo lo sentimos. El amor se expresa a
través de múltiples formas y tiene que ver con la voluntad
para superar las diferencias y solucionar los problemas que
siempre existen. Cada miembro de la pareja contribuye al
funcionamiento de la pareja, ya que cada persona en una
pareja necesita afecto, compañía, sexo, etc.
La terapia de pareja es una muy buena opción para tomar
acuerdos en las diversas actividades propias de una pareja
como la economía familiar, arreglos de la casa, el cuidado
de los hijos, etc Incluso para permitir a la pareja
aprender a tomar acuerdos aun de los propios
desacuerdos.
Conseguir una comunicación asertiva, que de como
resultado una pareja con un buen funcionamiento y por lo
tanto satisfecha. O si la pareja comienza a tener diferencias
en estos acuerdos de lo cotidiano y esto se ve desde el
noviazgo, la terapia de pareja también ayuda a que la pareja
encuentre alternativas de enfrentar los problemas que hasta
el presente no han podido solucionar.
En la Terapia de Pareja cuando una pareja sufre por el
deterioro de su relación, no se piensa en que uno de ellos
es el centro del problema. No se intenta buscar culpable.
Ayuda a que dirijan su atención en la relación, y en que
puedan hacer para incrementar el intercambio de conductas
33
amorosas y respetuosas entre los miembros de la pareja,
para mejorar sus habilidades para resolver problemas y para
disminuir la tendencia a herirse y criticarse.
En la terapia de pareja un objetivo importante es ayudarles
a aprender nuevas habilidades de comunicación y de
nuevas técnicas para resolver o prevenir problemas que
puedan mejorar o empeorar, según sea el caso, el
intercambio de maneras de interactuar y comunicarse
afectuosamente.
Cualquier persona puede aprender a especificar las
conductas que le gustan de su pareja y las que no, y
aprender a expresarle estos sentimientos de agrado o
desagrado. Puede aprender a especificar las conductas
agradables cuando las recibe de su pareja, y pueden
aprender la forma de llegar a un acuerdo con sus
diferencias y conflictos de manera mutuamente
satisfactoria.
Si la persona aprende estas habilidades, encontrará que su
relación se vuelve más gratificante, las habilidades de
comunicación y de resolución de problemas que facilitan el
éxito de una relación de pareja, pueden aprenderse. El
aspecto técnico respecto del modelo de trabajo de cada
terapeuta sea en sesiones a solas o con la pareja, pero en la
forma que sea se espera mucho de cada miembro de la
pareja. Cada persona debe ser honesta respecto a lo que
está impidiendo una relación satisfactoria, y practicar las
conductas clave para conseguir esa relación que desea.
Uno de los primeros pasos para aumentar la efectividad de
la comunicación en pareja es especificar lo que le gusta y lo
que no. La pareja debe comenzar a hablar de forma clara
entre ellos. Incluso habran temas o situaciones en los que
no los compartan pero si los pueden aprender a manejar.
Esto es a veces más difícil de lo que parece. Muchas
personas tienen gran dificultad para expresar claramente
sus sentimientos. Pero pensemos, que si no sabemos
expresar directa y claramente nuestros deseos, sentimientos
34
y emociones, la pareja no tiene porque adivinar por más
que nos conozca. No confundamos la falta de información
con la falta de afecto. Es un punto muy importante que se
habla en la terapia de pareja, aclaración de supuestos.
Y por último vamos a especificar una serie de normas
generales para el seguimiento de la terapia:
o En una pareja con problemas no hay culpable
o enfermo. El “paciente” es la relación.
o La terapia de pareja está centrada en trabajar el
presente. Se revisa el cómo y el porqué de las
pasadas frustraciones y errores, ya que
enfocarnos solo en el pasado no lleva a
ninguna parte.
o La estructura de terapia implica la asistencia a
todas las sesiones y la realización de los
acuerdos como requisito para el éxito de la
misma.
o La terapia de pareja consiste en proporcionar
habilidades de comunicación y solución de
problemas para que cada pareja resuelva de
modo autónomo no sólo sus problemas
actuales sino también aquellos que pudieran
presentarse en el futuro.
En conclusión podemos decir que la terapia de pareja es
una oportunidad, una llave que abre una nueva puerta a un
camino de respeto, comunicación pero sobre todo de amor
sincero y maduro para los que conforman la pareja. Creo
que vale la pena darse esa oportunidad, y que mejor que
recorrer ese camino acompañados por alguien que los guíe
sin el miedo a ser criticado, culpados o juzgados, sino
simplemente escuchados activamente.
Finalmente en la terapia de pareja el terapeuta es un
facilitador para el cambio que acompaña a la pareja
La terapia permitirá evaluar que elemento esta
imposibilitando el cambio o el crecimiento personal. En la
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terapia se puede posibilitar el cambio en la persona y se
requiere de dos elementos para ello:
Tener la capacidad de darse cuenta
Tener la motivación para hacerlo
La psicoterapia de pareja facilita la opción de cambiar de la
pareja. Pero por si misma no cambia a la persona.
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ÁREA CLÍNICANIÑOS Y ADOLESCENTES
Problemas de conducta e hiperactividad Problemas de autoestima y sentimiento de Minusvalía Miedos y temores Enuresis y tics Inseguridad y timidez Depresiones y obsesiones Perturbaciones emocionales de la niñez y la
adolescencia Trastornos Psicosomáticos Conducta impulsiva y agresiva Problemas de Adaptación Escolar Fobia Escolar
ÁREA CLÍNICAJÓVENES Y ADULTOS
Problemas de Identidad Estados depresivos
Alteraciones del carácter Estrés, ansiedad, irritabilidad Desajustes emocionales Desconfianza e inseguridad Trastornos de personalidad Toxicomanías
ÁREA PROBLEMAS DE APRENDIZAJE
Bajo rendimiento escolar Déficit en la Atención, concentración y memoria Falta de hábitos de estudio Problemas de comprensión y razonamiento Dificultades de lecto- escritura Escasa motivación para el estudio Lento aprendizaje Preparación psicopedagógica Problemas de lenguaje
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AREA MODIFICACION DE CONDUCTA
Problemas de conducta en el aula Dificultades en el control de la impulsividad Desobediencia y malos hábitos en el hogar Problemas de socialización en la escuela Peleas y rivalidades entre hermanos y compañeros Berrinches, enfados y pataletas Manías y caprichos en la alimentación infantil Como afrontar problemas cotidianos en la vida
escolar Entrenamiento en habilidades sociales Técnicas de manejo conductual en el hogar Como aumentar conductas deseables en su hijo
ÁREA ORIENTACIÓNVOCACIONAL
Orientación vocacional y profesional
Evaluación de hábitos, intereses, aptitudes y capacidades intelectuales
Dificultades de elección vocacional Asesoramiento individual y seguimiento Establecimiento de metas y estrategias vitales
ÁREA TERAPIA DE PAREJAS Y FAMILIA
Terapia psicológica a familias y parejas Asesoramiento y consejería psicológica a familias Conflictos familiares, conyugales y de pareja Dificultades sexuales
TF 2237146 CEL 993459851
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