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~L ~L~FANT~ FOSIL D~ T~P~XPAN(COLABORACION DEL INSTITUTO DE GEOLOGIA)
Omoplato en posición de hallazgo. En el extremo derecho asoma una costilla. El. mllrtillo mide 3a centímetros
hayan quedado sus restos a la orilla de lagos adonde ocurrían paraabrevar. Las características esteparias actuales de la comarca m-
mediata que parecen haber existido desde fines del Pleistoceno, convariaciones de humedad, y las condiciones meteorológicas de vientosfuertes y frecuentes hubieran favorecido dichas circunstancias.
El estudio de la estratigrafía enla localidad en que se descubrieronestos restos, nos indica que el animal quedó enterrado en un limolacustre que alcanza apenas un espesor de 30 centímetros arriba delhueso que se encontró más elevado; arriba de tal capa hay un horizonte de "caliche" de diez aveinte centímetros de espesor, cuyo carácter interrumpido y pecu-
Cráneo invertido con molar e incisivo derechos intactos. Atrás, omoplato, Ambos
en S1J posición de hallazgo
res que abrían una zanja larga sobre el lindero norte de los terrenosdel Hospital de T epexpan, a 3Okilómetros al noreste de la ciudadde México, una osamenta de elefante fósil. El Instituto de Geología de la Universidad y el Instituto Nacional de Antropología eHistoria unieron sus esfuerzos para exhumar el ejemplar paleontológico, estudiar la estratigrafía delas capas en que se encontraba ybuscar artefactos o indicios de lapresencia del hombre. Este últimoobjetivo fué consecuencia lógicadel trabajo reciente del doctor H.de T erra, que parece acabar deprobar la presencia del hombre enla cuenca de México durante laspostrimerías del Pleistoceno, mientras se formaban las capas que hemos designado "Becerra", notablespor su riqueza en fósiles vertebrados. Si los proboscidios mexicanosexistieron simultáneamente con elhombre, es difícil desprenderse dela idea de que uno de los mediosmás eficaces que éste pudo emplear para cazarlos era atrapándolos en las márgenes pantanosas dellago o lagos existentes en aquellaslejanas épocas, y que para aprovechar la presa debió el hombrehaber usado algún instrumentocortante para herirla y aprovecharla. Bajo tales circunstanciaspuede admitirse como una probabilidad que alguno de estos instrumentos se haya quedado junto alcadáver.
El hecho de que durante los últimos veinte años se hayan encontrado cuatro o cinco esqueletos deelefante más o menos completos,dentro de un radio de dos kilómetros en situación estratigráficaanáloga, ha sugerido la idea de que
pas arqueológicas de la cuenca deMéxico, parece ser que la mencionada punta de flecha pertenece auna civilización distinta de las deedad arqueológica. De esta mismaedad son los artefactos de piedray de cerámica encontrados en laregión de Tepexpan en la citadacapa de tierra vegetal, que está encima del sedimento que contieneel esqueleto de elefante fósil. Si lareferida punta de flecha es de lamisma edad que la que corresponde al mencionado elefante, ello in-;dicaría la presencia del hombreprehistórico en la cuenca de México; pero la edad exacta puede fijarse solamente al conocer con certeza la edad geológica o prehistó-'rica del sedimento arcilloso 'en quese encuentra el elefante fósil.
El señor ingeniero Arellano informa lo siguiente respecto alasunto:
El 11 de septiembre próximopasado encontraron los trabajado-
gún opinión de los expertos delInstituto de Antropología e Historia, si se compara con la de otraspuntas de flecha halladas en las ca-
Articulación inferior del brazo derecho. En el fondo, el limo en que se atascó el proboscídeo se ve profusamente penetrado por tallos de vegetación pequeña en posición
vertical, sin carbonización apreciable
alrededores una planicie que se ex-'tiende hacia el oriente, mientrasque en la dirección opuesta, haciael poniente, el terreno asciende ligeramente.
La región de T epexpan es conocida desde hace tiempo por la presencia en ella de esqueletos de ele-:fantes fósiles, que ocurren a unaprofundidad de algo más de 1 metro abajo de la superficie.
En una excavación ejec;utada recientemente, el ingeniero A. R. V.Arellano y el profesor FranciscoContreras, del Instituto de Geología de la Universidad Nacional,
. tuvieron oportunidad de observardiferentes capas en la región, lascuales consisten: en la superficie,tierra vegetal; sigue más abajo unacapa delgada de caliche y, por último, una formación arcillosa. Enesta última el ingeniero Arellanoencontró una flecha de obsiJ..ianacuya forma de labrado es enteramente distinta de otras y que, se-
La región de T epexpan se hallasituada dentro de la cuenca deMéxico a 35 kilómetros al norestede la capital y se observa en sus
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Brazo derecho completo y articulado, faltando sólo la cabeza del húmero, que deberíaquedar como se ve en la foto, precisamente bajo el arco cigomático, pudiendo deberseesta falta a que el cráneo fué volteado después de que la referida cabeza se había
desprendido del húmero
liar acusa su inestabilidad en el am..biente húmedo que ha privado allíen los últimos milenios. Este caliche lo consideramos como el «Horizonte B" del perfil de un sueloque se desarrolló durante la gransequía que siguió a la última glaciación, y es sello de antigüedadinconfundible. Arriba del calichehay 3Ocentímetros de tierra negracon pequeñas conchas y en ella seencontró cerámica teotihuacana yazteca. El poco espesor de sedimentos actualmente arriba de laosamenta, además de otras consideraciones, _nos hacen pensar en unperíodQ de erosión antes de que severificara la sedimentación del.material con cerámica.
Este material paleontológicopuede considerarse excepcional,por encontrarse el cráneo casicompleto; su principal deficiencia es que habiéndose hallado ambos incisivos adheridos a sus alvéolos, la curiosidad de los trabajadores haya destruído uno de ellos.N o menos afortunado fué el hallazgo del miembro anterior derecho, totalmente articulado en posición vertical. La posición delgran número de costillas, vértebras, extremidades, etc., de lo cualse llevó un registro minucioso,acusa eierta' dispersión post-mortem, que pudo ser ocasionada porel hombre, por a1J.imales o por ambos. La posición de varias piezas
es muy sugestiva, pues el urucoilíaco en·contrado tenía la concavidad femural hacia arriba y estaba por lo tanto en una posiciónmuy inestable y anormal; la posi-ción del cráneo invertido parecedifícil de explicarse, salvo que elanimal se haya atascado, metiendoen el lodo la extremidad del miembro anterior derecho pero no laotra y haya sucumbido en tal posición que, al desintegrarse los ligamentos, el cráneo se volteó porefecto de la gravedad.
Durante la exhumación de laosamenta, aún no completa, se hapuesto la mayor atención en señales que indiquen la presencia delhombre. Se tiene el proyecto decribar toda la tierra abajo de lacapa de caliche en las inmediaciones del esqueleto, considerando laposibilidad de que se haya escapado algún artefacto a nuestraobservación. Se han guardado todos los huesos rotos aislados paraestudios posteriores sobre la natu- _raleza de esas fracturas y, comose dijo, se ha estudiado ya la forma en que se hallaron dichos huesos. De todo lo anterior podemossugerir solamente que las posiciones anormales' del cráneo y delilíaco hayan podido ser causadaspor el hombre.
Después de la exhumación de la-osamenta, con excepción del cráneo, al estar limpiando éste, se en-
contró eh poslclOn original unapunta de obsidiana color aperladoligeramente, o blanco a trasluz,empotrada en el limo que encerróla osamenta, 20 cros. abajo y 20cms. al sur-poniente del extremoposterior izquierdo del hueso frontal del cráneo, quedando entre éste y el artefacto un trozo de lo queparece ser parte de la cabeza delhúmero. La pieza es de 25 mm. según su eje mayor y de 17 mm.según el menor, de forma más omenos elipsoidal y de espesor entre2 y 5 mm. Lo que se presume quefué su punta original se halla másaguzada que la orilla opuesta, queparec.e estar rota. La cara. inferiores plana y muestra círculos concéntricos de fractura, estando astillada en forma concoidal hacia elmargen que se supone roto. La cara superior muestra en su puntauna faceta larga y delgada quecontribuye a formar la punta, yde donde se juntan las dos aristassuperiores de la mencionada facetaarranca la arista más conspicua,que divide en dos facetas grandesy casi iguales el resto de la carasuperior. Una -comparación conlas puntas de obsidiaria y pedernalextraídas por De Terra de la formación "Becerra" en San Francisco Mazapan, Tequixquiac y ElRisco, sería muy interesante; yaunque ello no es posible por ahora, conocemos la opinión del propio doctor De T erra, después deun examen breve de la pieza, deque fué indudablemente hecha pormano humana y que es del mismocolor gris perla de sus· artefactosde obsidiana extraídos de la formación '~Becerra".
Se dice que la zanja donde se encontró el elefante va a llegar a tener un desarrollo mayor d.e dos kilómetros y se mostraron, en unpunto distante unos 800 metros alponiente de esta localidad, unaplaca de molar de elefante y fragmentos que parecen restos fósilesde algún otro animal. Como quizápuedan obtenerse de tales excavaciones más artefactos, ya sean soloso asociados a fósiles abajo de la capa de caliche, que puedan servirpara identificar su edad, merecenvigilarse las excavaciones lo máscuidadosamente posible.
Entre las muchas circunstanciasafortunadas que han rodeado lainvestigación que aquí se reseña,debe mencionarse la visita de losdoctores H. de T erra, Henry Field,don Pedro Bosch~Gimpera y donPablo Martínez del Río, -cuya autoridad en la materia es bien reconocida.
La ayuda material y moral defuncionarios y empleados del Hospital de Tepexpan, de los arqueólogos don Eduardo Noguera, donJuan Valenzuela y del ayudantede geólogo Rolando MartínezRuiz, es muy digna de destacarse.
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Pánuco, 63.
MEXICO. D. F.
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