3
La Batalla Por La Unidad Anciano Raymundo Rodríguez Tercer Servicio Guatemala, 19 de marzo del Año De La Abundancia www.ebenezer.org.gt 1 Como cristianos, diariamente nos encontramos en medio de una batalla constante, que se vuelve más difícil cuando entendemos que la batalla es en contra de nosotros mismos, pues en algún momento de nuestra vida nos hemos propuesto no pecar, y aunque este deseo sea genuino en nuestro corazón, tendemos a caer, como lo describe el apóstol Pablo; Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. (Romanos 7:19). Esta situación puede llegar a cansarnos y precisamente esa es una de las estrategias que utiliza el enemigo para intentar vencernos. Sin embargo vemos cómo Él Señor Jesús en Su infinita misericordia y conociendo nuestra humanidad, alzó un clamor al Padre por nosotros: Juan 17:11 (N-C) Yo ya no estoy en el mundo, pero éstos están en el mundo, mientras Yo voy a ti. Padre santo, guarda a éstos en tu nombre que me has dado, para que sean uno como nosotros lo somos. Juan 17:11 (NVI) Ya no voy a estar por más tiempo en el mundo, pero ellos están todavía en el mundo, y yo vuelvo a ti. "Padre santo, protégelos con el poder de tu nombre, el nombre que me diste, para que sean uno, lo mismo que nosotros. Pero ¿Qué tipo de unidad le está pidiendo, Jesús al Padre?, si vemos el contexto de este versículo, Jesús pide que seamos uno como Él es uno con el Padre, por lo que no necesariamente es una unidad entre hermanos, aunque también viene implícita, lo que Él Señor Jesús está pidiendo es una unidad en nuestro ser integral; que seamos uno en nuestro espíritu, alma y cuerpo, pues puede ser que físicamente estemos en un lugar, pero que nuestra alma este en otro. El clamor de nuestro Señor Jesús fue para que seamos uno, porque sabía que existiría un conflicto entre nuestro espíritu que busca agradarlo y nuestra alma que busca su propio deleite y que no entiende que el evangelio es puramente espiritual. 1 Tesalonicenses 5:23 (LBLA) Y que el mismo Dios de paz os santifique por completo; y que todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea preservado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Esta es una confirmación apostólica de cómo debemos ser preservados íntegramente en nuestro espíritu, alma y cuerpo. Debemos ser capaces de administrar nuestro ser integral, de tal manera que podamos cuidar nuestro cuerpo sin descuidar nuestra alma y espíritu ya que éstas deben ser nuestras prioridades. Puede ser que busquemos agradar a Dios a nuestra manera y no a la manera en que a Él le agrada. Por eso, si no buscamos la integración de nuestro ser no podremos vivir el evangelio genuinamente, pues este no se puede vivir sólo dentro de la iglesia, debemos llevarlo afuera con una vida íntegra y pura en todos los sentidos. Otra de las batallas más fuertes que podemos enfrentar, es cuando el evangelio pareciera contraponerse a lo que nos enseñaron nuestros padres, es decir; a la vana manera de vivir que heredamos de ellos, cuando esto sucede debemos pedirle al Señor que nos revele la verdad, pues el evangelio simplemente es superior a cualquier enseñanza humana.

La Batalla por la Unidad - retirodeverano.comretirodeverano.com/assets/la-batalla-por-la-unidad.pdf · Como cristianos, diariamente nos encontramos en medio de una batalla constante,

  • Upload
    others

  • View
    6

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: La Batalla por la Unidad - retirodeverano.comretirodeverano.com/assets/la-batalla-por-la-unidad.pdf · Como cristianos, diariamente nos encontramos en medio de una batalla constante,

La Batalla Por La Unidad Anciano Raymundo Rodríguez Tercer Servicio Guatemala, 19 de marzo del Año De La Abundancia

www.ebenezer.org.gt

1

Como cristianos, diariamente nos encontramos en medio de una batalla constante, que se vuelve más difícil cuando entendemos que la batalla es en contra de nosotros mismos, pues en algún momento de nuestra vida nos hemos propuesto no pecar, y aunque este deseo sea genuino en nuestro corazón, tendemos a caer, como lo describe el apóstol Pablo; Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. (Romanos 7:19). Esta situación puede llegar a cansarnos y precisamente esa es una de las estrategias que utiliza el enemigo para intentar vencernos. Sin embargo vemos cómo Él Señor Jesús en Su infinita misericordia y conociendo nuestra humanidad, alzó un clamor al Padre por nosotros: Juan 17:11 (N-C) Yo ya no estoy en el mundo, pero éstos están en el mundo, mientras Yo voy a ti. Padre santo, guarda a éstos en tu nombre que me has dado, para que sean uno como nosotros lo somos. Juan 17:11 (NVI) Ya no voy a estar por más tiempo en el mundo, pero ellos están todavía en el mundo, y yo vuelvo a ti. "Padre santo, protégelos con el poder de tu nombre, el nombre que me diste, para que sean uno, lo mismo que nosotros. Pero ¿Qué tipo de unidad le está pidiendo, Jesús al Padre?, si vemos el contexto de este versículo, Jesús pide que seamos uno como Él es uno con el Padre, por lo que no necesariamente es una unidad entre hermanos, aunque también viene implícita, lo que Él Señor Jesús está pidiendo es una unidad en nuestro ser integral; que seamos uno en nuestro espíritu, alma y cuerpo, pues puede ser que físicamente estemos en un lugar, pero que nuestra alma este en otro. El clamor de nuestro Señor Jesús fue para que seamos uno, porque sabía que existiría un conflicto entre nuestro espíritu que busca agradarlo y nuestra alma que busca su propio deleite y que no entiende que el evangelio es puramente espiritual. 1 Tesalonicenses 5:23 (LBLA) Y que el mismo Dios de paz os santifique por completo; y que todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea preservado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Esta es una confirmación apostólica de cómo debemos ser preservados íntegramente en nuestro espíritu, alma y cuerpo. Debemos ser capaces de administrar nuestro ser integral, de tal manera que podamos cuidar nuestro cuerpo sin descuidar nuestra alma y espíritu ya que éstas deben ser nuestras prioridades. Puede ser que busquemos agradar a Dios a nuestra manera y no a la manera en que a Él le agrada. Por eso, si no buscamos la integración de nuestro ser no podremos vivir el evangelio genuinamente, pues este no se puede vivir sólo dentro de la iglesia, debemos llevarlo afuera con una vida íntegra y pura en todos los sentidos. Otra de las batallas más fuertes que podemos enfrentar, es cuando el evangelio pareciera contraponerse a lo que nos enseñaron nuestros padres, es decir; a la vana manera de vivir que heredamos de ellos, cuando esto sucede debemos pedirle al Señor que nos revele la verdad, pues el evangelio simplemente es superior a cualquier enseñanza humana.

Page 2: La Batalla por la Unidad - retirodeverano.comretirodeverano.com/assets/la-batalla-por-la-unidad.pdf · Como cristianos, diariamente nos encontramos en medio de una batalla constante,

La Batalla Por La Unidad Anciano Raymundo Rodríguez Tercer Servicio Guatemala, 19 de marzo del Año De La Abundancia

www.ebenezer.org.gt

2

El Señor Jesús cumplió con Su parte al pagar el precio e interceder por nosotros, ahora la responsabilidad es nuestras, en nosotros está el batallar para alcanzar esa unidad que Él desea. Mateo 9:16-17 (CST) A nadie se le ocurre remendar un vestido viejo con un trozo de tela nueva, porque el remiendo tirará de la tela vieja "del vestido, y el roto se hará más grande. Ni nadie pone vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo romperá los odres, y el vino se derramará y los odres se echarán a perder. El vino nuevo hay que ponerlo en odres nuevos, para que, tanto el vino como los odres, puedan conservarse juntos. Estos versículos nos enseñan que nadie puede poner algo nuevo sobre algo que es viejo, no tendría sentido echar a perder ambas cosas, sin embargo lo que nos ha enseñado nuestra cultura es a remendar las cosas, lo que popularmente le llamamos hacerle un “chapus” y nos podemos acostumbrar tanto a hacerlo en lo físico, que podemos empezar a hacerlo con nuestra alma, un ejemplo de ello sería cuando alguien trata de sustituir el afecto de una persona por otra, como diríamos popularmente: “un clavo saca a otro clavo”. Cuando la biblia habla de “nuevo” en ambos versículos, se refiere a algo rejuvenecido, y cuando se habla de viejo, nos enseña que es algo viejo de tanto uso; debemos comprender que Él Señor está hablando de nuestro vestido físico, se refiriere a nosotros mismos, a nuestra vida, una vida que hemos usado por cierta cantidad de años, en los cuales se ha desgastado con violencia, desprecios, traiciones, etc. Aunque sabemos que la bendición de Dios no se desperdicia, si puede ser que por una grieta en nuestra alma la bendición que recibimos la perdamos fácilmente, a causa de que nuestro odre está dañado y no puede contener la llenura que el Señor derramó. Pero realmente debemos estar seguros que el Señor no hizo un “chapus” en nosotros, Él nos dio un vestido nuevo, nos hizo un odre nuevo para que seamos homogéneos, puros, íntegros, para ser uno como Él y el Padre son uno.

Page 3: La Batalla por la Unidad - retirodeverano.comretirodeverano.com/assets/la-batalla-por-la-unidad.pdf · Como cristianos, diariamente nos encontramos en medio de una batalla constante,

La Batalla Por La Unidad Anciano Raymundo Rodríguez Tercer Servicio Guatemala, 19 de marzo del Año De La Abundancia

www.ebenezer.org.gt

3