7/18/2019 La Ciudad Bendita

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LA CIUDAD BENDITA – Khalil Gibrán

En mi juventud se me dijo que en cierta ciudad, alguien vivía según las escrituras.Y yo dije, “buscaré esa ciudad y su bendición”. Y estaba lejos. E hice mucho equiaje ara mi viaje.Y desués de cuarenta días divisé la ciudad en el día cuarenta y uno entré en ella.Y !vaya", toda la oblación tenía un solo ojo y una sola mano. Y yo estaba asombrado y me dije,“#$er% verdad que todos en esta ciudad tan santa tienen un solo ojo y una sola mano&”Y entonces vi que ellos también estaban asombrados, ya que se maravillaban enormemente ormis dos manos y mis dos ojos. Y mientras que hablaban entre ellos les regunté, “#Es esta laciudad santa, en la que cada hombre vive de acuerdo con las escrituras&” Y dijeron, “$í, ésta esesa ciudad.”Y regunté' “#Y qué desgracia (ue la que su(rieron, y dónde est%n vuestros ojos derechos yvuestras manos derechas&”Y toda la gente se sorrendió or mi ignorancia. Y dijeron “)enid y veréis”.Y me llevaron al temlo en el centro de la ciudad. Y en el temlo vi un montón de manos y ojos.*odas marchitas. Y dije, “!+y" #ué conquistador os in(ringió esta crueldad&”Y hubo un murmullo entre ellos. Y uno de los m%s ancianos se adelantó y dijo, “Esto nos lo hemoshecho nosotros. -ios nos hio conquistadores del demonio que estaba en nuestro interior”.Y me llevó a un gran altar, y toda la gente nos siguió. Y él me se/aló una inscrición arriba, y leí'“$i vuestro ojo derecho os o(ende, sac%oslo y arrojadlo de vos0 ya que es ventajoso ara vos queuno de vuestros miembros ereca, en lugar de que todo vuestro cuero vaya al in(ierno. Y si

vuestra ierna derecha os o(ende, cortadla y arrojadla de vos, ya que es ventajoso ara vos queuno de vuestros miembros ereca, en lugar de que todo vuestro cuero vaya al in(ierno”.Entonces comrendí. Y me volví hacia la gente llorando, “#1o hay ningún hombre o mujer entrevosotros con dos ojos o dos manos&”Y me resondieron diciendo, “1o, ninguno. 1inguno salvo los que todavía son demasiado jóvenesara leer las escrituras y entender sus mandamientos”.Y al salir del temlo abandoné directamente la ciudad bendita0 ya que no era demasiado joven,y odía leer las escrituras.