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La contratransferencia D.W. Winnicott Trabajo presentado en la segunda parte de un simposio sobre la Contratransferencia, organizado por la Sección Médica de la British Psychological Society, Londres, 25 de noviembre de 1959, y publicado originalmente en el British Journal of Medical Psychology, 33, págs. 17- 21. (Sacado de https://ouricult.files.wordpress.com/2012/06/donald- winnicott-obras-completas.pdf ) Lo que deseo decir puede enunciarse brevemente. Creo que a la palabra "contratransferencia" ahora debería restituírsele su uso original. Podemos utilizar las palabras como gustemos, sobre todo tratándose de palabras artificiales como lo es ésta. Naturalmente, una palabra como "self' sabe más que nosotros; nos usa y puede gobernarnos. Pero "contratransferencia" es un término que nosotros podemos esclavizar, y la lectura de los textos técnicos me lleva a pensar que está en peligro de perder su identidad. Hay ahora toda una literatura en torno de este vocablo, y yo he tratado de estudiarla. En mi artículo "Hate in the Counter-transference" (1947) (que trata principalmente sobre el odio), dije que, según cierto uso, "contratransferencia" designaría "la anormalidad en los sentimientos contratransferenciales, y relaciones e identificaciones fijas reprimidas en el analista. Esto lleva a comentar que el analista necesita más análisis...". A los fines de ese escrito, recogí a continuación otros dos significados posibles. Será fútil cualquier discusión que se base en las fallas del análisis del propio analista. En cierto sentido, esto pone fin al debate. Pero el significado de la palabra contratransferencia puede ampliarse, y creo que todos estamos de acuerdo en extenderlo un poco para tener la oportunidad de ver nuestro trabajo de una manera nueva. Pero volveré a la idea que he expresado. Antes de proseguir, tengo que retomar una observación realizada por Michael Fordham al principio de su intervención, en la cual cita a Jung como cuestionando la idea de que la transferencia es el producto de la técnica psicoanalítica, y subrayando que es un fenómeno general transpersonal o social. Aparte del hecho de que no sé qué significa "transpersonal", pienso que una distorsión del uso del término tal como Freud lo introdujo puede generar confusiones. La característica de la técnica psicoanalítica es este empleo de la .transferencia y de la neurosis de transferencia. La transferencia no es sólo una cuestión de buena comunicación o relación. Tiene que ver con el modo como un fenómeno altamente subjetivo surge repetidamente en el análisis. El psicoanálisis consiste en gran medida en la preparación de las condiciones para el desarrollo de esos fenómenos, y en su interpretación en el momento oportuno. La interpretación relaciona el fenómeno transferencia) específico con una porción de la realidad

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Análisis de la contratransferencia.

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La contratransferenciaD.W. WinnicottTrabajo presentado en la segunda parte de un simposio sobre la Contratransferencia, organizado por laSeccin Mdica de la British Psychological Society, Londres, 25 de noviembre de 1959, y publicadooriginalmente en el British Journal of Medical Psychology, 33, pgs. 17-21.

(Sacado de https://ouricult.files.wordpress.com/2012/06/donald-winnicott-obras-completas.pdf)

Lo que deseo decir puede enunciarse brevemente. Creo que a la palabra "contratransferencia" ahora debera restitursele su uso original. Podemos utilizar las palabras como gustemos, sobre todo tratndose de palabras artificiales como lo es sta. Naturalmente, una palabra como "self' sabe ms que nosotros; nos usa y puede gobernarnos. Pero "contratransferencia" es un trmino que nosotros podemos esclavizar, y la lectura de los textos tcnicos me lleva a pensar que est en peligro de perder su identidad. Hay ahora toda una literatura en torno de este vocablo, y yo he tratado de estudiarla. En mi artculo "Hate in the Counter-transference" (1947) (que trata principalmente sobre el odio), dije que, segn cierto uso, "contratransferencia" designara "la anormalidad en los sentimientos contratransferenciales, y relaciones e identificaciones fijas reprimidas en el analista. Esto lleva a comentar que el analista necesita ms anlisis...". A los fines de ese escrito, recog a continuacin otros dos significados posibles. Ser ftil cualquier discusin que se base en las fallas del anlisis del propio analista. En cierto sentido, esto pone fin al debate. Pero el significado de la palabra contratransferencia puede ampliarse, y creo que todos estamos de acuerdo en extenderlo un poco para tener la oportunidad de ver nuestro trabajo de una manera nueva. Pero volver a la idea que he expresado. Antes de proseguir, tengo que retomar una observacin realizada por Michael Fordham al principio de su intervencin, en la cual cita a Jung como cuestionando la idea de que la transferencia es el producto de la tcnica psicoanaltica, y subrayando que es un fenmeno general transpersonal o social. Aparte del hecho de que no s qu significa "transpersonal", pienso que una distorsin del uso del trmino tal como Freud lo introdujo puede generar confusiones. La caracterstica de la tcnica psicoanaltica es este empleo de la .transferencia y de la neurosis de transferencia. La transferencia no es slo una cuestin de buena comunicacin o relacin. Tiene que ver con el modo como un fenmeno altamente subjetivo surge repetidamente en el anlisis. El psicoanlisis consiste en gran medida en la preparacin de las condiciones para el desarrollo de esos fenmenos, y en su interpretacin en el momento oportuno. La interpretacin relaciona el fenmeno transferencia) especfico con una porcin de la realidad psquica del paciente, y esto en algunos casos significa relacionarla al mismo tiempo con una porcin de su vida pasada. En un ejemplo tpico, el paciente va eligiendo desconfianza y odio en la relacin con el analista, lo que puede verse como correlacionado con el peligro de encontrarse con otro paciente, o con las interrupciones debidas a los fines de semana y las vacaciones. Con el transcurso del tiempo, una interpretacin le da sentido a todo esto, no en los trminos del presente, sino de la estructura dinmica de la personalidad del paciente. A continuacin de ese trabajo, el paciente pierde esa neurosis de transferencia especfica y comienza la eclosin de otra. (A menudo el trabajo no se realiza de un modo tan claro, pero como ilustracin esto describe perfectamente el principio bsico.)

Michael Fordham (1960) nos ha proporcionado un buen ejemplo con la paciente que lo interrogaba reiteradamente. por fin la mujer dijo: "Usted es como mi padre, nunca contesta las preguntas". A menudo un paciente da claves que el analista puede interpretar de modo fructfero, pero en este caso una porcin importante aunque pequea de la interpretacin fue aportada por la propia paciente, y sin duda el analista pudo entonces intervenir con una interpretacin ms completa. Es necesario que dedique tiempo a estas aclaraciones, porque si no nos ponemos de acuerdo sobre el trmino transferencia no debemos empezar a discutir la contratransferencia. Incidentalmente, podra recordarle al doctor Fordham que alguno de los trminos que l emplea carecen de valor para m, pues pertenecen a la jerga junguiana. El, a su turno, podra decirme cules de mis palabras le resultan intiles. Por mi parte, me refiero a "transpersonal", "inconsciente transpersonal", "ideal analtico transpersonal", "arquetpico", "componentes contrasexuales de la psique", "nimus y nima", "conjuncin nimus-nima". Este lenguaje no puede llegar a establecer una comunicacin conmigo. Para algunas de las personas que se encuentran en este saln, stas son palabras cotidianas, y para el resto no tienen ningn significado preciso. Tambin debemos tener cuidado con el empleo de trminos que reciben diferentes usos entre grupos diversos de investigadores: yo, inconsciente, ilusorio, sintnico (reaccionar sintnicamente), anlisis, etctera. Ahora puedo volver al tema del fenmeno de la transferencia-contratransferencia y examinar lo que sucede en trminos generales en el trabajo profesional. El trabajo profesional es totalmente distinto de la vida corriente, no es as? Todo esto comenz con Hipcrates, quizs el fundador de la actitud profesional. En el juramento mdico encontramos el cuadro de un hombre o una mujer que constituye una versin idealizada del hombre o la mujer comunes de la calle. Pero es as como somos cuando actuamos profesionalmente. Ese juramento incluye la promesa de no cometer adulterio con una paciente. Este punto supone el pleno reconocimiento de un aspecto de la transferencia, la necesidad que experimenta el paciente de idealizar al mdico, y de enamorarse de l, de soar. Freud admiti el desarrollo de toda una gama de fenmenos subjetivos en la relacin profesional; en efecto, el anlisis del propio analista implicaba el reconocimiento de que ste se encuentra bajo tensin al mantener una actitud profesional. Empleo deliberadamente este modo de hablar. No estoy diciendo que el anlisis del analista pretenda liberarlo de la neurosis; se trata de aumentar la estabilidad del carcter y la madurez de la personalidad del profesional, que constituyen la base de su trabajo y de nuestra capacidad para mantener una relacin profesional. Desde luego, la actitud profesional podra erigirse sobre una base de defensas, inhibiciones y regularidad obsesiva; lo que digo es que precisamente en esos casos el terapeuta se encuentra bajo tensin, porque cualquier estructuracin de las defensas de su yo reduce su capacidad para enfrentar las situaciones nuevas. El psicoterapeuta (analista o psiclogo analtico) debe seguir siendo vulnerable y, sin embargo, no abandonar su rol profesional en sus sesiones de trabajo reales. Supongo que el analista profesional de conducta correcta es ms fcil de encontrar que el analista que, sin dejar de comportarse bien, conserva la vulnerabilidad propia de una organizacin defensiva flexible. (Fordham se refiere a esta misma idea en su propio lenguaje.) En el psicoanlisis hay un uso mucho ms pleno de los fenmenos de la transferencia que, por ejemplo, en la asistencia social. Esto le proporciona al analista una ventaja teraputica sobre el asistente social, pero hay que recordar las ventajas que conserva la asistencia individualizada ms general que brinda el primero, quien, trabajando con las funciones yoicas del paciente, est en mejores condiciones para relacionarse con las necesidades de provisin social que tiene el yo del individuo. Como analistas solemos encontrar obstculos en esta funcin, que no es la nuestra. En el anlisis, lo caracterstico es que la neurosis de transferencia derive del ello. En la asistencia social un hombre puede decirle a una visitadora "usted me recuerda a mi madre", y no es necesario hacer nada respecto de esto, salvo que la asistente lo crea. En el anlisis, el analista habr recibido claves que le permiten interpretar no slo la transferencia de sentimientos de la madre a l, sino tambin los elementos instintivos inconscientes que estn debajo, y los conflictos suscitados y las defensas que se organizan. De este modo, el inconsciente empieza a tener un equivalente consciente y a convertirse en un proceso vivo que envuelve a las personas, y a ser un fenmeno aceptable para el paciente. Seguramente lo que el paciente encuentra es la actitud profesional del analista, y no los hombres y mujeres inconfiables que somos en la vida privada. Quiero empezar con esta observacin clara, aunque tenga que modificar algo ms adelante lo que ahora estoy diciendo.

Deseo dejar establecido que el trabajo del analista es un estado especial, es decir, que su actitud es profesional. El trabajo se realiza con un encuadre profesional. En este encuadre damos por sentado que el analista no est sometido a trastornos de la personalidad y el carcter de un tipo o grado tal que impidan mantener la relacin profesional, o que para mantenerla obliguen a pagar el alto costo que suponen las defensas excesivas. La actitud profesional se parece al simbolismo, en cuanto supone una distancia entre el analista y el paciente. El smbolo est en una brecha entre el objeto subjetivo y el objeto percibido objetivamente. Se ver que en este sentido estoy en desacuerdo con una afirmacin de Fordham, aunque algo ms adelante concordar con l. La afirmacin a la que me refiero es la siguiente: "El (Jung) compara la relacin analtica con una interaccin qumica, y contina diciendo que el tratamiento no puede, mediante ningn dispositivo... ser otra cosa que el producto de la influencia recproca en la cual desempean su parte tanto el ser total del mdico como el paciente". Ms adelante subraya que es ftil que el analista erija defensas de tipo profesional contra la influencia del paciente, y contina: "Al hacerlo, no hace ms que negarse el empleo de un rgano de informacin sumamente importante". Yo preferira ser recordado como alguien que sostiene que entre el paciente y el analista est la actitud profesional del analista, su tcnica, el trabajo que realiza con su mente. Ahora bien, les digo esto sin temor porque no soy un intelectual, y de hecho hago personalmente mi trabajo en gran medida partiendo del yo corporal, por as decirlo. Pero en mi trabajo analtico me pienso funcionando gracias a un esfuerzo mental consciente aunque fcil. Las ideas y los sentimientos acuden a la mente, pero antes de formular una interpretacin los examino y escudrio. Esto no significa que los sentimientos no participen. Por un lado, puedo sentir dolor de estmago, pero habitualmente ello no afecta mis interpretaciones; por otra parte, tal vez una idea del paciente me ha estimulado ertica o agresivamente, pero tampoco este hecho afecta por lo comn mi trabajo interpretativo, lo que diga, el modo o el momento en que lo diga. Durante la sesin el analista es objetivo y congruente, y no es un salvador, un maestro, un aliado ni un moralista. El efecto importante del propio anlisis del analista en relacin con esto consiste en que ha fortalecido su yo de modo tal que puede seguir profesionalmente involucrado y hacerlo sin demasiada tensin. En la medida en que esto sea cierto, la palabra contratransferencia puede designar los rasgos neurticos que malogran la actitud profesional y perturban el curso del proceso analtico tal como lo determina el paciente. A mi juicio esto es as, salvo con cierto tipo de diagnstico, que ahora deseo describir, que modifica la totalidad del problema y me lleva a desear concordar con la afirmacin de la que acabo de disentir. El tema en discusin es ahora el rol del analista: este rol debe variar segn el diagnstico del paciente. Ninguno de los oradores tuvo tiempo para referirse ms que brevemente a la cuestin del diagnstico (aunque Fordham cit a Jung: "Est claro, sin embargo, que l est segura de que el naciente puede tener efectos muy drsticos sobre el analista y que ellos pueden inducir en l manifestaciones patolgicas. Sostiene que ste es particularmente el caso cuando se trata de esquizofrenias fronterizas, y Jung desarrolla este tema de un modo interesante"). Por lo tanto, ahora hablo desde una posicin diferente, y el cambio se origina en el hecho de que me refiero al manejo y tratamiento de casos fronterizos para los cuales la palabra psictico es ms apropiada que la palabra neurtico. Pero la gran mayora de las personas que acuden a nosotros en busca de psicoanlisis no son psicticos, y a los estudiantes hay que ensearles en primer lugarel anlisis de los casos no-psicticos. Quiz se espere que yo emplee palabras tales como psiconeurosis, psicosis, o histeria, trastorno afectivo y esquizofrenia, pero no lo har para clasificar los casos en funcin de lo que nos proponemos aqu. Creo que dos tipos de casos modifican completamente la actitud profesional del terapeuta. Uno es el paciente con tendencia antisocial y el otro es el paciente que necesita una regresin. El primero, el paciente con una tendencia ms o menos antisocial, est reaccionando permanentemente a una deprivacin. Su enfermedad, o el aspecto esperanzado que hay en ella, obliga al terapeuta a corregir y a continuar corrigiendo las fallas del yo auxiliar que alter el curso de la vida del paciente. Lo nico que el terapeuta puede hacer, aparte de quedar atrapado, es aprovechar lo que sucede para llegar a un enunciado preciso de la deprivacin o las deprivaciones originales, tal como las percibi y sinti el paciente en su niez. Esto supone trabajar o no con el inconsciente del paciente. Un terapeuta completamente comprometido en el trabajo con pacientes que presentan una tendencia antisocial no estara en una buena posicin para comprender la tcnica psicoanaltica, la operacin de la transferencia o la interpretacin de la neurosis de transferencia. Nosotros tratamos de no derivar los casos antisociales a nuestros estudiantes de psicoanlisis precisamente porque con esos casos no podemos ensear psicoanlisis. Se los trata mejor de otro modo, aunque el psicoanlisis puede a veces aadirse con utilidad. No dedicar ms consideraciones a la tendencia antisocial. En el otro tipo de paciente al que estoy refirindome, puede ser necesaria una regresin. Para generar un cambio significativo, el paciente tendr que atravesar una fase de dependencia infantil. Tampoco en este caso puede ensearse psicoanlisis, aunque s practicarlo en una forma modificada. La dificultad consiste aqu en el diagnstico, en la localizacin de la falsedad de la personalidad falsa que oculta al self verdadero inmaduro. Para que en este caso el self verdadero oculto se haga reconocer, el derrumbe del paciente formar parte del tratamiento, y el analista tendr que ser capaz de interpretar el rol de la madre para el infante del paciente. Esto significa brindar un yo auxiliar en gran escala. El analista tendr que seguir orientado hacia la realidad externa, mientras de hecho se identifica con el paciente, incluso se fusiona con l. El paciente debe volverse sumamente dependiente, incluso absolutamente dependiente, y esto vale aunque exista una parte sana de la personalidad que mientras tanto acte como aliado del analista y de hecho le diga cmo debe comportarse. Advertirn que ahora estoy empleando frases concordantes con las utilizadas por Fordham. Una vez ms puede decirse que los analistas que trabajan principalmente con pacientes que se vuelven muy dependientes de esta manera, quiz no comprendan ni aprendan la tcnica psicoanaltica, basada en el trabajo con la gran mayora de los pacientes, en los cuales su propia dependencia infantil fue manejada con xito por sus madres y padres. (Nunca podr subrayarse lo bastante el hecho de que la mayora de las personas, si se analizan, necesitan la tcnica psicoanaltica clsica, con la actitud profesional del analista entre ste y el paciente.)

Per contra, el analista clsico, el que ha aprendido su tarea con la neurosis de transferencia y confa en su capacidad para abordarla a medida que se desarrolla y repetidamente reaparece, tiene mucho que aprender de quienes cuidan e intentan hacer psicoterapia con pacientes necesitados de atravesar las etapas del desarrollo emocional que en sentido propio corresponden a la infancia. Por lo tanto, desde esta posicin modificada con el paciente diagnosticado como psictico o esquizofrnico, y con la transferencia dominada por la necesidad que tiene el paciente de hacer regresin a una dependencia infantil, me encuentro en condiciones de sumarme a muchas de las observaciones del doctor Fordham, quien, no obstante, considero que no las vincul adecuadamente con la clasificacin de los pacientes, debido a que le falt tiempo. El psictico fronterizo gradualmente atraviesa las barreras que yo he denominado la tcnica del analista y la actitud profesional, y obliga a una relacin directa de tipo primitivo, incluso al extremo de la fusin. Esto se hace de un modo gradual y ordenado, y la recuperacin es consecuentemente ordenada, salvo cuando, como caracterstica misma de la enfermedad, el caos debe reinar supremo tanto dentro como fuera. En la formacin de psicoanalistas y en estudios relacionados, no debemos colocar a los estudiantes en la situacin de quedar relacionados con las necesidades primitivas de los pacientes psicticos, porque pocos podrn soportarlo, y pocos podrn extraer algn aprendizaje de esa experiencia. Por otra parte, en una prctica psicoanaltica adecuadamente organizada hay lugar para algunos pacientes que cruzan la frontera profesional, y que nos someten a esas pruebas especiales y formulan las exigencias que en esta discusin nosotros parecemos estar abarcando con el trmino "contratransferencia". Yo podra tomar el tema de las respuestas del analista. De hecho, me resulta difcil perder esta oportunidad de discutir las cosas de toda clase que he experimentado y que se vinculan con las ideas formuladas por el doctor Fordham. Por ejemplo, hubo una paciente que me golpe. Lo que yo le dije entonces no puede publicarse. No fue una interpretacin, sino la reaccin a un hecho. La paciente atraves la lnea blanca profesional y obtuvo un poco de lo que soy realmente; creo que ella lo sinti como real. Pero una reaccin no es contratransferencia. No sera mejor en este punto permitir que el trmino contratransferencia recobre su significado y designe lo que esperamos eliminar mediante la seleccin, el anlisis y la formacin de los analistas? Esto nos dejara las manos libres para discutir muchas cosas interesantes que los analistas pueden hacer con los pacientes psicticos en regresin temporaria y dependientes, a los cuales podramos aplicarles la expresin de Margaret Little: la respuesta total del analista a las necesidades del paciente. Bajo este ttulo u otro similar hay mucho por decir sobre el empleo que puede hacer el analista de sus propias reacciones conscientes e inconscientes ante el impacto del paciente psictico o de la parte psictica del paciente, y sobre el efecto de este impacto en la actitud profesional. Yo me cuento entre quienes ya han escrito algo y dicho mucho sobre este tema que interesa por igual a junguianos y freudianos. Esto podra y sin duda debe constituir la base de futuras discusiones, pero si se pretende extender est palabra para que abarque todo el mundo contenido en el ttulo de este simposio (la contratransferencia), creo que lo nico que se obtendr es confusin.