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La creatividad en la enseñanza- aprendizaje en la educación superior
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LA CREATIVIDAD EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA-APRENDIZAJE EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR: UNA NECESIDAD
IMPOSTERGABLE
Patricio RÍOS-FIGUEROA 1
& Gisela BRAVO 2
1 Vicerrectorado Académico, Universidad Iberoamericana del Ecuador,
9 de Octubre N25-12 y Colón, Quito-Ecuador. 2 Universidad de Cienfuegos, Cuba.
Autor corresponsal: [email protected]
Manuscrito recibido el 21 de febrero de 2017. Aceptado, tras proceso de revisión, el 5 de junio de 2017.
Resumen
Uno de los retos que asume el sistema educativo universitario es la formación de profesionales creativos, innovadores y transformadores, buscando desarrollar potencialidades en ellos para la solución de problemas sociales, económicos y políticos. Por ello, cada vez más se precisa generar en las Instituciones de Educación Superior, una relación articulada entre la teoría y la práctica en los escenarios reales de actuación de los futuros profesionales, buscando que los estudiantes universitarios tengan un mayor desarrollo de la creatividad. En el presente trabajo se efectúan reflexiones teóricas sobre la creatividad y los métodos que se
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pudieran utilizar en el proceso de enseñanza-aprendizaje para desarrollarla y contribuir a la formación integral de los futuros profesionales de Carreras como Producción en Artes Audiovisuales en Ecuador. Palabras Clave: creatividad, enseñanza-aprendizaje, instituciones de educación superior, artes audiovisuales, Ecuador.
Abstract
One of the challenges that the university education system assumes is the training of creative, innovative and transforming professionals, seeking to develop potentialities in them for the solution of social, economic and political problems. For this reason, it is increasingly necessary to create in Higher Education Institutions an articulated relationship between theory and practice in the real scenarios of action of future professionals, seeking that university students have a greater development of creativity. In the present work, we made some theoretical reflections on the creativity and the methods that could be used in the teaching-learning process to develop it contributing in this way to the integral formation of the future professionals of Careers like Audiovisual Arts in Ecuador. Keywords: creativity, teaching-learning, institutions of higher education, audiovisual arts, Ecuador.
Forma sugerida de citar el presente trabajo:
Ríos-Figueroa, P., & Bravo, G. (2017). La creatividad en el proceso de enseñanza-aprendizaje en la educación superior: una necesidad impostergable. Qualitas, 13, 133-150. ISSN: 1390-6569.
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1. INTRODUCCIÓN La UNESCO en su informe de 1996, ya advertía que la supervivencia de la humanidad depende del fomento de la creatividad, al asegurar el papel de ésta en la búsqueda de soluciones a los problemas del mundo actual. Tal preocupación preparó las condiciones para el desarrollo de concepciones científicas de diversa naturaleza acerca de las características, condiciones y exigencias formativas para el desarrollo de la creatividad en los sistemas educativos destacando la importancia de este aspecto en la formación de los profesionales universitarios, pues la creatividad se convierte en una fortaleza para el desempeño y un eje del progreso social.
En este marco uno de los retos que asume el sistema educativo universitario está asociado a la formación de profesionales creativos, innovadores y transformadores, permitiendo desarrollar potencialidades para la solución de problemas sociales, económicos y políticos de las nuevas sociedades. Al respecto, Gardner (2005), Oleas (2011), Ríos-Figueroa (2015, 2016) aseguran que es necesario que la educación universitaria tome en consideración la urgencia del cambio educativo ahora orientado a formar sujetos que identifiquen las exigencias y características del momento histórico y que reconozcan la necesidad de ser profesionales con un pensamiento creativo y agregan que esta situación exige cambios en la forma de enseñar.
Trabajar por elevar la competitividad llevó, en el año 2006, a la Unión Europea a impulsar la sociedad del conocimiento creativo e innovador a través de proyectos que tienden a promover la relación entre creatividad, educación y aprendizaje, destacando la importancia que la misma tiene desde las fases iniciales del proceso de aprendizaje, descritas, entre otros, por Yánez (2016).
Investigadores como Perkins et al. (2002), Bransford et al. (2000) y Alexander (2006), argumentan que estas experiencias tienden a
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transferirse, sobre todo en un vínculo directo con tareas académicas, pues es recurrente que en los centros de educación superior, a nivel global, se le otorgue alto valor al desarrollo de la creatividad y, sobre todo, se dediquen esfuerzos a la búsqueda de diferentes métodos de enseñanza-aprendizaje desde los que se genere la capacidad para crear, innovar, motivar, comunicar y resolver problemas de una manera original.
En este marco la utilización de métodos que provoquen el contacto con la vida, que trasciendan el entorno del aula y que permitan establecer relaciones entre los contextos y espacios creativos orientados a utilizar los conocimientos en respuesta a problemas sociales, científicos y tecnológicos, constituye una posición que se ha generalizado en las últimas décadas.
Asimismo, en las normativas de funcionamiento académico, se dejan expuestas la importancia del ejercicio docente para desarrollar la creatividad de los estudiantes, sobre todo al considerar que sobre el profesor universitario recae la responsabilidad de llevar a cabo estrategias en las que los estudiantes universitarios amplíen su participación en todas las áreas del conocimiento mediante la investigación que pueda desarrollar el estudiante universitario (González, 2007).
Dentro de este contexto, la posición que asumen los autores del presente artículo acerca de estos temas, se desarrolla a continuación. 2. METODOLOGÍA Entre 2014 a 2016 se realizó una profunda investigación bibliográfica sobre la temática del presente artículo, como parte de las actividades del Doctorado en Ciencias de la Educación que el primer autor desarrolla a la presente fecha.
El presente documento nace, por tanto, de la sistematización y análisis
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de parte de esta información.
3. RESULTADOS Y DISCUSIÓN 3.1. El proceso de enseñanza aprendizaje en la Educación Superior: Generalidades y retos actuales
Autores como Álvarez (1999), Castellanos (2001), Bermúdez et al. (2004), Calzado (2007), Rodríguez (2010), Oleas (2011), Yánez (2016) permiten asegurar que el proceso enseñanza aprendizaje se aborda como la unidad de subprocesos o fases cuya dinámica interna se caracteriza por la comunicación y transmisión de los contenidos de la educación estructurados desde cada una de las materias del currículo.
Sin embargo, el proceso de enseñanza aprendizaje en la Educación Superior tiene características propias a partir de su encargo. La universidad tiene la tarea de reconstruirse culturalmente, como institución educativa que reflexiona con seriedad sobre el tipo de formación que ofrece a sus estudiantes y, sobre todo, debe establecer el modo de hacerlo posible, asegurando que es preciso pasar de un planteamiento metodológico tradicional a otro más interactivo, investigativo, comunicativo y en red; que aproveche el valor del aprendizaje del trabajo en equipo e interdisciplinar, basado en el diálogo, donde todas las personas que participan en el proceso de enseñanza aprendizaje tienen voz, según De Prado y Benítez (1998) en la Conferencia Mundial sobre Educación Superior.
En la actualidad, las carreras universitarias a nivel mundial están convocadas a enfrentar retos bien determinados. Se presenta un giro metodológico que deberá apostar por el uso de metodologías dialógicas, reflexivas, centradas en la investigación, en la solución de problemas orientados al desarrollo de la autonomía y la creatividad del futuro profesional.
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En cualquier caso, las metodologías que se utilizan en las actividades de enseñanza aprendizaje en las universidades se configuran teniendo como base y referencia los principios del aprendizaje reflexivo, problémico, investigativo que tribute a implicar a los estudiantes en la transformación de la realidad y establecer relaciones entre ellos y con su entorno (Flecha, 1997).
Así, las actividades requieren ser estructuradas por los métodos, éstos a su vez poseen procedimientos y técnicas que conforman redes desde las cuales se regula, coordina, sistematiza toda la actividad del proceso.
3.2. Aspectos teóricos generales de la creatividad: conceptualización, características, exigencias y condiciones para su desarrollo en el proceso de enseñanza-aprendizaje en la educación superior
La creatividad en el siglo XXI es uno de los aspectos claves de los momentos cruciales que vive la humanidad y ha llegado a convertirse en la característica de la sociedad y de cada contexto. El movimiento a favor del desarrollo de la creatividad es un hecho histórico, se ha vinculado en los estudios sociales y pedagógicos de manera particular y, en general, se le ha encargado al sector educativo desplegar acciones para lograr que la creatividad sea una cualidad de las personas, de los grupos y las comunidades pues es una exigencia de la praxis social, identificada con la responsabilidad colectiva, de participación en la acción reflexiva y constructora de conocimiento, y sobre todo transformativa y emancipadora.
En general, todas las definiciones coinciden en que la creatividad se manifiesta en la creación de lo novedoso, lo original, lo que resuelve un problema o el replanteamiento del mismo de una manera en que pueda resolverse. Por tanto, se materializa en una solución práctica, se convierte en sugerencias originales, en innovaciones dirigidas a satisfacer necesidades de la sociedad (De La Torre & Violant, 2003).
Sin embargo, la posición que pueda asumirse respecto a ésta depende de
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la teoría que sustente la explicación del acto creador o creativo. Los autores de esta investigación han considerado oportuno transmitir las ideas esenciales de la teoría humanista con respecto a la creatividad.
La teoría humanista considera que la creatividad tiene lugar a partir de la personalidad del sujeto creador y sus características propias tales como: apertura a la experiencia, capacidad de autoevaluación y regulación interna, capacidad de relacionar y combinar elementos y conceptos, generar productos observables y poseer relaciones sociales que propicien su desarrollo creativo. Se identifica entonces la personalidad creativa como elemento clave y esta se asume como sinónimo de personalidad integrada.
En este caso, el acto creativo se produce por la motivación, asimilación consciente y el esfuerzo dirigido hacia un determinado problema, de forma que luego se internalice al subconsciente para producirse una lucha interna a este nivel, que junto a la intuición permitirá que surja algo nuevo.
Dos de los más aceptados representantes de esta teoría son Maslow (1982) y Rogers (1975) quienes amplían estas ideas para el caso del desarrollo de la creatividad.
Todas las teorías, unas más que otra, han permitido determinar los factores más determinantes de la creatividad, y a través de ello la identificación de los indicadores característicos y usuales que deben tenerse en cuenta al valorar al individuo creativo. También han servido de base a las diversas concepciones y conceptualizaciones acerca de la naturaleza de la educación de la creatividad y explicar así los diversos enfoques y tendencias del desarrollo creativo.
En este marco la identificación de los modelos de desarrollo de la creatividad más recientes consideran la prioridad que se le otorga a uno u otro componente en la participación del acto creativo y de las relaciones que se establecen entre ellos. Estos modelos refuerzan la concepción de que la creatividad suele manifestarse en un campo en específico pero que también es posible analizarla desde un enfoque más
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general.
Un estudio de estos modelos (Peralta, 2008) permitió identificar los aspectos más significativos que aportan a la elaboración de la concepción teórica que se asume en esta investigación.
Desde estas posiciones es importante comprender que la creatividad se expresa desde un nivel máximo, como es el caso de los artistas, científicos, descubridores o innovadores muy relevantes, hasta un nivel relativamente primario como pueden ser las manifestaciones que se aprecian de muchas formas de conducta infantil (Mitjans, 1995); pero nunca el desarrollo de la creatividad será nulo o máximo, estableciendo los niveles de creatividad en los siguientes:
Nivel de recreación: en él, el individuo crea mentalmente de manera autónoma un conocimiento o producto existente pero desconocido, juega con sus ideas, se recrea con ellas, tiene algo en su mente, pero no lo descubre aún ni lo exterioriza. Es un nivel muy elemental del desarrollo de la creatividad.
Nivel de descubrimiento: el individuo descubre en su mente problemas y productos que requieren una acción para su solución, pero no es capaz aún de externalizarlos, no expresa sus ideas con fluidez.
Nivel de expresión: el individuo exterioriza y expresa de manera independiente conocimientos o productos existentes pero desconocidos.
Nivel de producción: el individuo extrae de la naturaleza conocimientos y nuevos productos o utiliza de ella posibilidades combinatorias. Produce algo nuevo, aporta algo novedoso y de valor a la comunidad.
Nivel de invención: el individuo genera un nuevo conocimiento o producto. Es una solución técnica de un problema, que posee novedad, actividad inventiva y aplicabilidad en la práctica.
Nivel de innovación: el individuo crea nuevas estructuraciones, implicando cambios de paradigmas. Es una solución que se califica
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nueva y útil para el individuo o el colectivo que la logra, que aporta un beneficio económico o social y que constituye un cambio en el diseño o la tecnología de producción de un artículo o en la composición del material del producto.
Nivel de racionalización: se refiere a la solución correcta de un problema, que se califica como nueva y útil para el individuo o el colectivo que la logra, y que su aplicación aporta un beneficio económico o social.
Nivel emergente: este nivel se alcanza cuando se rebasan los límites de lo tradicional, de lo estandarizado, cuando nos apartamos de los cánones tradicionalmente establecidos.
Pensamiento no convencional. Alto nivel intelectual. Entonces, se asume -por los autores de esta investigación- que la creatividad se presenta como una condición potencial del ser humano relacionada con la integración de componentes cognoscitivos, afectivos, intelectuales y volitivos que en un entorno adecuado permite ponerla de manifiesto, al generar productos novedosos, de gran valor social, que al comunicarlos trascienden el contexto histórico-social en el que se vive.
Por tanto, los autores coinciden con Martínez-Otero (2005) cuando precisa las siguientes características del sujeto creativo:
Independencia de juicio. Autonomía. Tolerancia a la ambigüedad. Interés por aspectos teóricos y estéticos. Fluidez y flexibilidad intelectual. Sensibilidad. Motivación. Apertura a nuevos problemas. Tenacidad.
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Se entiende entonces que un proceso de enseñanza aprendizaje que se oriente hacia las características anteriores, para favorecer el desarrollo de la creatividad debe contribuir a:
Crear una atmósfera que propicie el pensamiento reflexivo y creativo en la sala de clase.
Partir del planteamiento de que la creatividad está ligada a todos los ámbitos de la actividad humana y es el producto de un devenir histórico social determinado.
Propiciar a que los estudiantes sean capaces de enfrentarse con lo nuevo y darle respuesta.
Enseñarles a no temer el cambio, sino más bien a poder sentirse a gusto y a disfrutar con éste.
Forero (2009) menciona que es preciso que la actividad de enseñanza aprendizaje recorra las etapas del proceso creativo. En este caso su propuesta unifica intencionalidad en la secuencia de acciones para cada etapa del acto creativo, lo que hace posible establecer una relación análoga con el proceso mismo de enseñanza-aprendizaje. 3.3. Tendencias y desafíos actuales en las universidades latinoamericanas Desde la década de 1990, los sistemas educativos nacionales, apoyados por la UNESCO, asumieron que era urgente incorporar la dimensión creativa como característica de los procesos formativos, sobre todo en las universidades. Se declaraba entonces la necesidad de convertirlos en proceso y producto del proceso de enseñanza-aprendizaje. Para Escotet (1991) esta dimensión constituye una función esencial al declarar el encargo de las universidades en relación a convertirse en generadoras de conocimientos y de creación intelectual. Se promovía así la idea de pasar a la conformación de una universidad
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creadora, cuyos pilares fundamentales en los cambios estuvieran relacionados con la posición y acción de los docentes y estudiantes, así como en la necesidad de generar nuevos métodos de enseñanza, anhelo con el que se recibió el siglo XXI. La calidad universitaria está dando paso a convertirse en un espacio más abierto y flexible que prepare personal y profesionalmente al estudiante para la vida, que responda a los problemas que tiene la sociedad actual y, por tanto, los prepare para participar en los procesos de cambio que afectan a la sociedad. En general la educación universitaria debe asegurar que los egresados puedan insertarse en la globalización económica y socialización del conocimiento, a partir de sus capacidades creativas y de innovación. Maturana et al. (2004) coinciden en afirmar que la creatividad se alimenta de problemas, crisis y situaciones de cambio, que precisa recurrir a estos elementos para elevar las potencialidades del ser humano que se forma en estos espacios. Bajo este postulado se asume que la creatividad, es el alma de las estrategias innovadoras orientadas al aprendizaje, por cuanto es el modo de actuación de los estudiantes una consecuencia inmediata de esta transformación; la enseñanza universitaria debe estructurarse por lo tanto a partir de pautas y orientaciones metodológicas, métodos, técnicas, para llevar a cabo el cambio de una enseñanza basada en la actividad del profesorado a una enseñanza basada en la actividad formativa del estudiante. De manera general la concepción didáctica creativa, que se comparte entre investigadores y docentes universitarios de América Latina, deberá asumir como premisas: autonomía, libertad, vivencialidad, ludismo, individualidad, comunitariedad, imaginación, desarrollo de las estructuras cognoscitivas.
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Se deberá ayudar a los estudiantes a librarse del miedo de cometer errores, a proteger las producciones de los estudiantes de la crítica destructiva y a reconocer que la creatividad incorpora una variedad de procesos (resolución de problemas, pensamiento divergente, pensamiento convergente) y una serie de hechos motivacionales y de personalidad (como el autoconcepto, la autoconfianza, la curiosidad, la flexibilidad y la motivación intrínseca). Los profesores universitarios, de manera general deberán asumir métodos que permitan cultivar en los estudiantes el gusto por el descubrimiento y por la búsqueda de nuevos conocimientos; hacer preguntas desafiantes que motiven a sus estudiantes a pensar y a razonar, a promover la autoconfianza, estimular la curiosidad mediante tareas propuestas en sus disciplinas, llevándolos a percibir y a conocer puntos de vista divergentes sobre el mismo problema o tema de estudio y utilizar formas de evaluación que superen la reproducción del contenido.
3.4. Métodos de enseñanza-aprendizaje para desarrollar la creatividad en las carreras de Educación Superior Etimológicamente método es un camino, una vía, un modo de llegar a un fin; ese camino, ese modo, supone una organización, una estructuración, en él descansa la dinámica del proceso de enseñanza-aprendizaje. El método tiene como esencia la actividad; ordena, organiza y conduce la misma. El método es el planeamiento general de la acción de acuerdo con un criterio determinado (Nérici, 1984); al asegurar que el método estructura, organiza sobre todo la actividad y se refiere al orden de las distintas técnicas y procedimientos que en el transcurso de las actividades (aprendizaje y enseñanza) se ejecutarán por el profesor y los estudiantes (Álvarez, 1999).
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Nérici (1984) presenta una larga relación de criterios clasificadores de los métodos de enseñanza; esta clasificación amplía la taxonomía incluso considerando el uso en el que se centra la atención en el papel que juega el docente y el estudiante en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Se aprecia la posibilidad de interrelacionar los métodos según la intencionalidad de la actividad y las posibilidades que ofrezca una asignatura, el contexto y las características de los sujetos implicados: el profesor y los estudiantes. La sistematización de los diferentes métodos de enseñanza-aprendizaje para el desarrollo de la creatividad permiten apreciar la pertinencia de una diversa y amplia clasificación de métodos en función de la especificidad que caracteriza el proceso de enseñanza-aprendizaje en la universidad: autoaprendizaje, orientación al desempeño profesional.
Otro referente dentro de este campo de estudio metodológico es la propuesta de los Proyectos Formativos para las prácticas profesionales. Conceptualizados por Tobón (2013, p. 133) como “un conjunto articulado de estrategias que se van desplegando en el tiempo para resolver un problema contextualizado en una red de situaciones en constante cambio y organización, en donde hay una continua valoración que posibilita la retroalimentación necesaria para realizar los ajustes pertinentes”. Este tipo de método tiene como fin lograr una formación sistemática, alcanzando la integración del conocer, hacer y ser; acercar el aprendizaje a la experiencia de los estudiantes y enseñar a construir la realidad como un tejido complejo, problemático y multidimensional (Tobón, 2013).
3.5. Supuestos teóricos para la elaboración del sistema de métodos El desarrollo de la creatividad presupone asumir que las unidades de análisis deben revelar las relaciones entre la selección del método, su
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funcionamiento en el sistema -o en cada subsistema- y su contribución en diferentes dimensiones del desarrollo de la creatividad: motivación, potenciación, expresión creadora, socialización; desde ellos se podrá obtener como resultado y se podrá constatar si el proceso cumple las exigencias de uno de enseñanza-aprendizaje personalizado, desarrollador y orientado a la creatividad en correspondencia con el resultado que se logre en los estudiantes. Desde esta condición valorativa se deberá dejar evidencias de que el proceso de enseñanza-aprendizaje se sustenta en el enfoque personológico (González, 1999) y desarrollador (Silvestre y Zilberstein, 2002; Bermúdez et al., 2004), en la medida que fundamente la influencia diversificada dentro de la unidad que supone la forma de organización de la actividad académica, laboral e investigativa que conforma el proceso de enseñanza-aprendizaje. El enfoque personológico del proceso de enseñanza-aprendizaje en el marco de la diversidad se cumple cuando las necesidades y potencialidades de los estudiantes se asumen como punto de partida para seleccionar y relacionar los métodos en función del desarrollo de la creatividad. Por tanto, se asegura la integración de las influencias en función de los conocimientos, habilidades y valores necesarios para que cada uno, desde sus posibilidades reales, se convierta en una persona creativa. Esto significa que los métodos -de manera integrada en los subsistemas y sistema en general- permitan crear las condiciones y mecanismos favorables para la formación y desarrollo de la creatividad en sus diferentes niveles de concreción. El enfoque desarrollador del sistema de métodos de enseñanza para el desarrollo de la creatividad se materializa en su orientación potenciadora, la cual se logra al concebir en su estructura interna la utilización de técnicas, medios y otros recursos didácticos que movilicen la conciencia y la autoconciencia del sujeto y de su estado con respecto a las exigencias de un profesional creativo que debe llegar a ser.
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4. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES El desarrollo de la creatividad en el proceso de enseñanza-aprendizaje constituye uno de los desafíos que la investigación didáctica asume en el marco del nuevo régimen académico, pero también se identifica como uno de los retos que enfrenta la teoría y la práctica educativa universitaria al reconocer el valor que ésta tiene en el cumplimento del encargo social de la Educación Superior y las demandas que en el marco de producción e innovación tecnológica se plantean a los egresados. Esta exigencia confirma el carácter didáctico de las decisiones respecto al diseño, organización, ejecución y evaluación del proceso de enseñanza- aprendizaje, los cuales deberán sustentarse en argumentos teóricos y metodológicos plausibles a la práctica profesional. Las ideas relatadas en el presente trabajo explican que el desarrollo de la creatividad debe estar incluido como uno de los objetivos macro de la enseñanza y el aprendizaje universitario y que para desarrollarla es preciso atender a las relaciones subyacentes entre el proceso creativo y la intencionalidad del proceso de enseñanza-aprendizaje. El profesor resulta ser el máximo responsable de promover mediante las actividades y tareas de formación a un profesional imaginativo, abierto a la apropiación de ideas y la exploración de nuevos caminos para solucionar problemas. Por tanto, los métodos de enseñanza si se integran y secuencian en un sistema podrán convertirse en una guía metodológica válida en manos de profesores comprometidos.
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