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LA CUENCA MATANZA-RIACHUELO
una mirada ambiental para recuperar sus riberas
A. Faggi | J. BreusteA. Faggi | J. Breuste
45
Beneficios ecosistémicos de cuerpos de agua urbanos
Los servicios ecosistémicos incluyen todas las funciones y procesos que benefician a la sociedad en térm
inos
económicos o de calidad de vida. En general, se clasifican en cuatro grandes grupos incluyendo servicios de apro-
visionamiento, de regulación, de apoyo y culturales. Estos servicios se hallan también presentes en áreas urbanas.
Desde las primeras discusiones sobre este tema en la década de los noventa, y luego de la publicación de la Eva-
luación de los Ecosistemas del Milenio (2005), se puso en evidencia que el ser humano depende de la Naturaleza y
de los ecosistemas, de sus funciones y de la variedad de procesos y flujos existentes. La mayoría de estos servicios
suelen no tener valor de mercado o social.
En particular, en áreas urbanas, donde se asienta la mayoría de la población mundial, la Naturaleza y los ecosiste-
mas, al ser utilizados en form
a intensiva se encuentran degradados hasta tal punto que dejan de proveer servicios.
Según M
cDonald (2009) los servicios ecosistémicos se proveen a diferentes escalas en el paisaje: en lo local
como por ejemplo, la regulación de la temperatura a través de la sombra del arbolado urbano, el filtrado de
agua y contaminantes en el suelo o la producción de madera. Entre los servicios a escala regional o de paisaje se
encuentran los de recreación, regulación climática y biodiversidad, en tanto que a nivel global se cuentan los de
mitigación climática por secuestro de carbono o los de conservación de biodiversidad genética.
En la ciudad, tanto la vegetación (verde urbano) como los cursos de agua (azul urbano), son los componentes
que brindan la m
ayor parte de los servicios ecosistémicos. Es por ello, que ambos componentes deberían estar
disponibles en las cercanías de las viviendas. El gris urbano, representado por las superficies imperm
eables, lejos
de proveer servicios ecosistémicos, lo reducen.
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Regulación del clima
Alm
acenamiento
de carbono
Control de inundaciones
Filtrado de aire y agua
Protección frente a
erosión, torm
entas
Esencial para el
funcionamiento de
los ecosistemas
(form
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proceso de crecimiento
de plantas)
Bienes que
suelen tener un valor
monetario (leña,
plantas, peces)
Valor espiritual
(recreación, estético)
Dimensión de Sustentabilidad
· Ecología
· Sociedad
· Economía
Servicios Ecosistémicos
· Filtración de aire
· Tratamiento de residuos /
· Abastecimiento
de agua / · Regulación del clima
· Avenamiento del agua de lluvia
· Producción de alimentos
· Paisaje
· Valores culturales
· Sentido de identidad
· Uso de la tierra
Indicador de calidad de vida
· Salud
· Seguridad
· Belleza escénica
· Reducción de stress
· Reducción de la tensión social
· Habitabilidad
· Accesibilidad/ingresos
El río Matanza-Riachuelo es el más contaminado de la Argentina y tiene
una larga historia de impactos ambientales negativos. La segunda fun-
dación de la ciudad de Buenos Aires tuvo lugar en 1580 a orillas de su
desembocadura e im
pactó el paisaje natural y la calidad de las aguas.
En la actualidad, transita un lento pero constante camino hacia su re-
cuperación. Los gobiernos municipales han implementado programas de
largo aliento; al mismo tiempo que la sociedad civil continúa m
ovilizada
en torno a la participación, el control ciudadano y difusión de la problemá-
tica ambiental de la cuenca.
El Río y su Cuenca
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CONICET - Universidad de Flores
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El Matanza es un río de llanura de escasa longitud (80 km
), caudal (8 m3/s) y pen-
diente (0,35%
) que atraviesa la planicie pampeana, un paisaje suavem
ente ondulado
con modelado fluvial. Recorre el sur del área metropolitana de Buenos Aires y desem
-boca en el Río de la Plata. Recibe aguas arriba el aporte de num
erosos arroyos - 232
cursos- , aunque sólo tres arroyos - Rodríguez, M
orales y Cañuelas - son principales.
Conform
a así, una cuenca de form
a irregular de 204.768 ha con un ancho máximo de
40 km que alberga el 12%
de la población argentina. El 22,14% del área de esta cuen-
ca es urbana y el 54,55%, rural.
En el tramo superior el río es poco profundo (0,3-0,5 m) y corre sin mayores dificul-
tades, si bien existen algunos canales para orientar el escurrimiento. Al ingresar a la
planicie baja, el cauce pierde sus características naturales. El curso inferior del río
se encuentra canalizado y rectificado y se denomina Riachuelo en sus últim
os 15 km
antes de su desembocadura en el estuario del Río de la Plata, donde alcanza su mayor
profundidad (7 m).
Además, terraplenes ferroviarios y carreteros, dispuestos transversalmente a los
cursos de agua, alteran el funcionam
iento natural de la cuenca. El curso en la cuenca
media está menos modificado, si bien se observan algunos arroyos cortados, profun-
dización del cauce y acumulación de tierra en las márgenes.
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Rural
Urbano
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Cuerpos
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Forestaciones
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Cobertura / uso del suelo
Urbano
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Suburbano
Rural
Forestación
Bañado
Cuerpo de agua
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Área (%)
22,14
9,24
7,07
54,55
2,85
3,82
0,34
100,00
Área (ha)
45.305
18.901
14.476
111.631
5.828
7.815
700
204.656
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89
El río Matanza-Riachuelo es el más contaminado de la Argentina y tiene una lar-
ga historia de impactos ambientales negativos. La segunda fundación de la ciudad
de Buenos Aires tuvo lugar en 1580 a orillas de su desembocadura impactando el
paisaje natural y la calidad de las aguas. La contaminación se remonta a la época
colonial, situación que se agravó en el siglo XIX por la instalación de saladeros en
sus márgenes. Durante el siglo XX la contaminación predominante fue causada por
la producción agrícola-ganadera en el curso superior y por efluentes industriales y
domésticos que fueron volcados a sus aguas en los cursos inferior y medio.
Mediciones realizadas entre 1998 y 2001 revelaron condiciones críticas en los con-
tenidos de oxígeno disuelto y altos valores de plomo y cromo que im
pactaban la vida
en el río. A la contaminación por efluentes, se sumaron numerosos basurales a cielo
abierto y ocupación ilegal de sus márgenes. Tal apremiante situación ambiental sen-
sibilizó a la sociedad civil. La Fundación Ciudad realizó entre 2002 y 2003 varios foros
de discusión en los tres sectores de la cuenca a fin de convocar a múltiples actores
en busca de soluciones consensuadas, las cuales fueron elevadas a las autoridades.
Si bien existieron diversos intentos de m
ejora ambiental, la situación comienza a
mejorar a partir del 2006 con la creación de la Autoridad de Cuenca Matanza Ria-
chuelo (ACUMAR). Su accionar se dinamizó en 2008, en respuesta a la intimación de
la Corte Suprema de Justicia de la Nación, a raíz de una causa judicial presentada en
2004 por un grupo de vecinos de la cuenca baja.
Si bien persisten aún focos puntuales de contaminación, en general, la calidad de
agua ha comenzado a m
ejorar por disminución y control de los vertidos ilegales.
En las márgenes del río se tomaron m
edidas para extraer las carcazas de barcos
abandonados, relocalizar a personas que vivían en form
a precaria sobre las riberas,
se completó el camino de sirga, se eliminaron basurales y se im
plementó un plan de
limpieza y forestación en algunos sectores.
El río transita un lento pero constante camino hacia su recuperación. Los gobiernos
municipales han im
plementado programas de largo aliento; al mismo tiempo que la
sociedad civil continúa movilizada en torno a la participación, el control ciudadano y
difusión de la problemática ambiental de la cuenca.
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El impacto humano a través de siglos de pastoreo, tala y fuego,
sumado luego a las actividades rurales y al posterior avance de la
urbanización, desencadenó a lo largo de la cuenca, múltiples cam-
bios que se reflejan en la composición actual de la vegetación.
En la actualidad sus efectos se reconocen por la presencia de espe-
cies indicadoras, que son testigos, algunas de ellas de la vegetación
prístina, otras de los cambios que introdujo el hombre.
Vegetación Ribereña
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CONICET - Universidad de Flores