4
74(508) REVISTA DE EDUCACIÓN 83 colectivo— o interindividual —original, en cuanto tal acto motivado, por quien nos lo ofrece. Ese sujeto personal a través del cual suele llegar- nos lo impersonal es de importancia secundaria, pues- to que la eficacia de su actuación está condicionada socialmente. Incluso ante el ejemplo de individuali- dades poderosas no podemos olvidar que la autori- dad de que vienen revestidas es consecuencia mu- chas veces del "prestigio", cuya esencia es totalmen- te social. En la mayor parte de los casos el sujeto ejecutor es olvidado o, aun más, ni se le advierte ni se le tiene en cuenta. Con frecuencia no basta la actuación de uno de ellos. Se necesita la insensible sedimentación de repetidos influjos del mismo genero. Los transmi- sores obran entonces como si fueran los indetermina- bles puntos de la línea de transformación, los imper- ceptibles átomos del educador colectivo. El cambio se verifica por una inconsciente cooperación de trans- misores anónimos o por una síntesis subjetiva de sus influencias aisladas, individualmente ineficaces. Sólo después de producirse el efecto puede advertirse la influencia y cuando entonces queremos determinar su agente nos encontramos con la imposibilidad de hacerlo. Sólo sabemos que fue alguien, la gente, los demás, la calle, el cine... Sería sin embargo el mayor de los errores creer que esa necesaria repetición de influjos es obra del azar. Todo lo contrario; la repetición es consecuencia de la coacción que caracteriza a lo colectivo. La coac- ción de la gente es lo que nos obliga a poner en prác- tica repetidamente los usos. Ya lo advirtió Durkheim. Y Ortega nos dice que, probablemente, "algo no es uso porque es frecuente, sino que más bien lo hace- mos con frecuencia porque es uso" (11). ANTONIO ALCOBA. (11) Op. el., pág. 234. La educación de los niños zurdos Afortunadamente el problema educativo que plan- tean los niños zurdos es más de orden social y moral que educativo, pero por su natural idiosincrasia no debemos descuidarlo, dado el carácter de anomalía con que se quiere presentar esta particularidad, bastante frecuente, aunque no elevada, dentro del mundo in- fantil. " Es necesario forjarnos la idea, por lo demás bien demostrada, de que biológicamente el problema de la zurdez obedece a causas bien concretas que nada tie- nen de defectuosas. Las modernas y más recientes 'n- vestigaciones dentro del campo de la fisiología y de la psicología, han venido a demostrar, sin lugar a dudas, el gran error sufrido por parte de psicólogos y educa- dores al considerar como anormal una función que de manera natural y espontánea se manifiesta en algu- nos seres, anormalidad que se ha pretendido encauzar y vencer con la imposición de hábitos de orden me- cánico al querer, por ejemplo, acostumbrar al niño a superar este "vicio" obligándole a servirse de la mano derecha en todas las actividades de su vida. No se ha sabido ver ni interpretar, hasta fechas muy recientes que el problema es de orden más pro- fundo y que la educación que queremos imponer a tales niños es antinatural, creando así el educador ver- daderos problemas pedagógicos, tanto en el orden in- telectivo como en el moral, cuando una simple infor- mación y un estudio científico de tal dificultad faci- litaría al niño y al educador el camino y las normas para encauzar la educación de tales niños al discurrir por los mismos cauces que la pedagogía prevé para los demás niños en general. Por consiguiente, se impone una gran labor divulga- dora, tanto entre los educadores como entre los pa- dres y familiares del niño, a fin de situar el problema dentro de sus verdaderos límites, facilitando la labor de unos y devolviendo la tranquilidad a los otros, ga- nando para el niño respeto y comprensión sobre una simple alteración en su constitución fisiológica de la que no es responsable y de la que, por nuestro ex- cesivo celo en querer rectificar las leyes de la natu- raleza, nos exponemos a provocar alteraciones psí- quicas de enormes consecuencias. Los problemas que la zurdez plantea, con relación al niño, pueden sintetizarse en tres, afectando cada uno de ellos situaciones bien definidas y convergentes al mismo objetivo educativo : a) Las particularidades de orden fisiológico. b) Las consecuencias de orden intelectivo, y c) Las caracte- rísticas de orden moral y social. a) PARTICULARIDADES DE ORDEN FISIOLÓGICO. Las recientes investigaciones en el campo de la psi- cología han confirmado, de manera clara, las numero- sas sugerencias expuestas en diferentes asambleas y congresos médicos internacionales durante los últimos veinticinco arios, sobre la relación y coordinación efec- tiva de la actividad motriz de las manos del hombre y el desarrollo del centro lingüístico en el cerebro. En efecto, según opiniones autorizadas, los nervios que afectan al aparato fonético del hombre son: el la- ringeo inferior, que se deriva del pneumogästrico, y el nervio espinal. El fenómeno de la fonación depen- de de la médula oblonga, y la facultad del lenguaje articulado reside en el cerebro, en la tercera circun- volución frontal izquierda. Por tanto, el lenguaje es un movimiento físico-psí- quico que. como dice Janet, sirve de expresión no

La educación de los niños zurdos - educacionyfp.gob.es

  • Upload
    others

  • View
    2

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: La educación de los niños zurdos - educacionyfp.gob.es

74—(508) REVISTA DE EDUCACIÓN

83

colectivo— o interindividual —original, en cuanto talacto motivado, por quien nos lo ofrece.

Ese sujeto personal a través del cual suele llegar-nos lo impersonal es de importancia secundaria, pues-to que la eficacia de su actuación está condicionadasocialmente. Incluso ante el ejemplo de individuali-dades poderosas no podemos olvidar que la autori-dad de que vienen revestidas es consecuencia mu-chas veces del "prestigio", cuya esencia es totalmen-te social.

En la mayor parte de los casos el sujeto ejecutores olvidado o, aun más, ni se le advierte ni se le tieneen cuenta. Con frecuencia no basta la actuación deuno de ellos. Se necesita la insensible sedimentaciónde repetidos influjos del mismo genero. Los transmi-sores obran entonces como si fueran los indetermina-bles puntos de la línea de transformación, los imper-ceptibles átomos del educador colectivo. El cambiose verifica por una inconsciente cooperación de trans-

misores anónimos o por una síntesis subjetiva de susinfluencias aisladas, individualmente ineficaces. Sólodespués de producirse el efecto puede advertirse lainfluencia y cuando entonces queremos determinarsu agente nos encontramos con la imposibilidad dehacerlo. Sólo sabemos que fue alguien, la gente, losdemás, la calle, el cine...

Sería sin embargo el mayor de los errores creerque esa necesaria repetición de influjos es obra delazar. Todo lo contrario; la repetición es consecuenciade la coacción que caracteriza a lo colectivo. La coac-ción de la gente es lo que nos obliga a poner en prác-tica repetidamente los usos. Ya lo advirtió Durkheim.Y Ortega nos dice que, probablemente, "algo no esuso porque es frecuente, sino que más bien lo hace-mos con frecuencia porque es uso" (11).

ANTONIO ALCOBA.

(11) Op. el., pág. 234.

La educación de los niñoszurdos

Afortunadamente el problema educativo que plan-tean los niños zurdos es más de orden social y moralque educativo, pero por su natural idiosincrasia nodebemos descuidarlo, dado el carácter de anomalía conque se quiere presentar esta particularidad, bastantefrecuente, aunque no elevada, dentro del mundo in-fantil. "

Es necesario forjarnos la idea, por lo demás biendemostrada, de que biológicamente el problema de lazurdez obedece a causas bien concretas que nada tie-nen de defectuosas. Las modernas y más recientes 'n-vestigaciones dentro del campo de la fisiología y de lapsicología, han venido a demostrar, sin lugar a dudas,el gran error sufrido por parte de psicólogos y educa-dores al considerar como anormal una función quede manera natural y espontánea se manifiesta en algu-nos seres, anormalidad que se ha pretendido encauzary vencer con la imposición de hábitos de orden me-cánico al querer, por ejemplo, acostumbrar al niño asuperar este "vicio" obligándole a servirse de la manoderecha en todas las actividades de su vida.

No se ha sabido ver ni interpretar, hasta fechasmuy recientes que el problema es de orden más pro-fundo y que la educación que queremos imponer atales niños es antinatural, creando así el educador ver-daderos problemas pedagógicos, tanto en el orden in-telectivo como en el moral, cuando una simple infor-mación y un estudio científico de tal dificultad faci-litaría al niño y al educador el camino y las normaspara encauzar la educación de tales niños al discurrir

por los mismos cauces que la pedagogía prevé paralos demás niños en general.

Por consiguiente, se impone una gran labor divulga-dora, tanto entre los educadores como entre los pa-dres y familiares del niño, a fin de situar el problemadentro de sus verdaderos límites, facilitando la laborde unos y devolviendo la tranquilidad a los otros, ga-nando para el niño respeto y comprensión sobre unasimple alteración en su constitución fisiológica de laque no es responsable y de la que, por nuestro ex-cesivo celo en querer rectificar las leyes de la natu-raleza, nos exponemos a provocar alteraciones psí-quicas de enormes consecuencias.

Los problemas que la zurdez plantea, con relaciónal niño, pueden sintetizarse en tres, afectando cadauno de ellos situaciones bien definidas y convergentesal mismo objetivo educativo :

a) Las particularidades de orden fisiológico. b) Lasconsecuencias de orden intelectivo, y c) Las caracte-rísticas de orden moral y social.

a) PARTICULARIDADES DE ORDEN FISIOLÓGICO.

Las recientes investigaciones en el campo de la psi-cología han confirmado, de manera clara, las numero-sas sugerencias expuestas en diferentes asambleas ycongresos médicos internacionales durante los últimosveinticinco arios, sobre la relación y coordinación efec-tiva de la actividad motriz de las manos del hombrey el desarrollo del centro lingüístico en el cerebro.

En efecto, según opiniones autorizadas, los nerviosque afectan al aparato fonético del hombre son: el la-ringeo inferior, que se deriva del pneumogästrico, yel nervio espinal. El fenómeno de la fonación depen-de de la médula oblonga, y la facultad del lenguajearticulado reside en el cerebro, en la tercera circun-volución frontal izquierda.

Por tanto, el lenguaje es un movimiento físico-psí-quico que. como dice Janet, sirve de expresión no

Page 2: La educación de los niños zurdos - educacionyfp.gob.es

83 LA EDUCACIÓN DE LOS NIÑOS ZURDOS 75—(509)

sólo al pensamiento sino también a los sentimientos yvoliciones, la mayoría de las veces de forma motriz,a base de gestos y expresiones con los movimientospor el conducto de los nervios motores, al margen delaparato fonético pero por el mismo proceso y con-ducto.

Por consiguiente, el lenguaje, mímico, complementodel lenguaje oral, se manifiesta con signos exterioresmediante el movimiento de las manos y del rostro, y,en general, de todo el cuerpo, caracterizándose por loenérgico de su expresión.

Ahora bien, este proceso propio de la expresión,tanto oral como mímica, no plantea problemas de nin-gún género cuando la constitución física del individuose halla situada en un plano que podríamos calificarde normal. Pero a veces debido a ciertas anomalías deconstitución o adquiridas por herencia, este procesose realiza por cauces completamente opuestos.

La relación existente entre la actividad de la manoy el centro lingüístico del hombre es cosa completa-mente demostrada. Las fibras sensitivas y motricesde la substancia blanca de la médula espinal, son loselementos constitutivos de la fonación y expresión,siendo el centro nervioso control de tales funciones,el bulbo raquídeo que es la terminación de la médulaoblinga o istmo del encéfalo, masa nerviosa situadadebajo del cerebro y delante del cerebelo.

Las fibras sensitivas y motrices tienen su origen enla médula espinal, por lo que también se llaman ner-vios espinales, y que en número de 31 pares salen porlos agujeros de las vértebras. Tanto los nervios ra-quídeos como los craneales nacen por dos órdenes deraíces, unas anteriores, que van a los músculos y de-terminan los movimientos, y otras posteriores, quevan a todas las partes del organismo y determinan lasensibilidad. Estas fibras sensitivas se entrecruzanen el bulbo raquídeo, antes de penetrar en el cerebro,formando luego un solo cordón nervioso, si son de ori-gen raquídeo, y siguiendo separadas ambas raicillassi son de origen craneal.

De todo ello se deduce que cuando el centro dellenguaje se halla situado en la tercera circunvoluciónfrontal izquierda, que es lo corriente y general, el niño,de forma innata y espontánea, tenderá al uso de lamano derecha en todos los movimientos de expresióny relación. Por el contrario, si debido a causas pato-lógicas, el centro del lenguaje está situado en la cir-cunvolución frontal derecha, el niño, por todo lo an-tedicho, tenderá al uso espontáneo y natural de lamano izquierda en todos los movimientos. De aquí los

zurdos.Corno puede verse, en realidad, no se trata de nin-

gún defecto, de ninguna costumbre desordenada ymenos aun de un hábito que pueda corregirse y en-cauzarse, a menos que queramos provocar en el in-telecto del niño consecuencias más o menos funestasen su desarrollo, según las peculiares característicasde cada individuo, consecuencias parecidas a las per-turbaciones que provocaríamos al intentar obligar alniño normal a servirse de la mano izquierda.

Estas perturbaciones, que pueden llegar a ser trági-cas en algunos individuos, merecen especial cuidadopor parte de padres y educadores si no queremos trun-car en germen las mejores predisposiciones intelectua-les, y provocar crisis psicológicas, a veces tan difíci-

les de superar por el individuo, que no es raro verlasen algunos caracteres —principalmente en el nervioso"estrecho"— arrastradas como lastre pernicioso du-rante todo su período formativo e incluso durante suvida entera.

Todo lo cual nos lleva a considerar el segundo apar-tado de los antes anunciados en orden a nuestra ex-posición,

b) CONSECUENCIAS DE ORDEN INTELECTIVO.

En la expresión del hombre hay que considerar tresaspecto bien definidos en el proceso de la formacióny uso del lenguaje: uno, material o físico, producidopor el organismo físico; otror-espiritual o psicológico,producido por el espíritu, y otro, físico-psíquico, comocomplemento de los dos anteriores. El primero es lapalabra, el segundo es la idea que con ella queremosexpresar y el tercero son las manifestaciones expre-sivas de las manos y del rostro, que ponen de manifies-to el estado anímico con que se quieren expresar talesideas.

Por tanto, hay en el lenguaje dos momentos distin-tos: uno propio de la inteligencia y otro propio del or-ganismo físico que produce el signo articulado o elgesto. En el niño estos dos procesos se desarrollan demanera lógica, espontánea e innata mientras sigamosel ritmo natural de la constitución del individuo, yase halle el centro lingüístico localizado en la parte iz-quierda o en la derecha del cerebro. Pero, como he-mos indicado, esta disposición se ve a veces alteradapor la diferente constitución del individuo y es enton-ces cuando el problema se planea al tratar de corre-gir lo que la naturaleza ha creado.

Es decir, si el centro lingüístico se halla localizadoen la parte izquierda, el niño se servirá en sus ade-manes y actitudes de la mano derecha y si el centrolingüístico se halla situado en la parte derecha elniño tenderá al uso de la mano izquierda por razónde los cruces de las fibras nerviosas motrices en elbulbo raquídeo.

Esto tan normal y natural que se debería tener encuenta en la educación del niño, es lo que se quierecorregir y de aquí la importancia de no encomendara una mano las funciones que por naturaleza debencorresponder a la otra.

Esta labor perturbadora trae consigo una serie de

inhibiciones intelectuales, tanto de percepción comode atención y memoria, que se manifiesta de manerareal y directa en la facultad de hablar por un tarta-mudeo propio de los defectos orgánicos de la fonación.

En el Centro educativo del que formo parte, tene-mos en estudio y educación dos casos característicosde esta naturaleza y que se hallan en vías de francaresolución positiva, desde el instante en que se ha per-mitido al niño usar libremente de su mano izquierdaa todos los efectos de su vida, tanto escolar como fa-miliar.

Asimismo, tal como ha demostrado Piaget, el inte-lecto está formado por dos planos diferentes, super-puestos uno al otro al igual que dos capas geológicas:el plano motor y el plano verbal. El plano motor es el

más profundo y está constituido por el conjunto de lasexperiencias registradas, motivadas por las impresio-

Page 3: La educación de los niños zurdos - educacionyfp.gob.es

76—(510) REVISTA DE EDUCACIÓN 83

nes exteriores, por rudimentarias que éstas sean, y queponen en juego las facultades superiores. El planoverbal, que es más superficial, es el que da sentido osignificación a las articulaciones, comparándolas ycombinándolas para la expresión de la idea y del pen-samiento por la cual la razón se exterioriza por me-dio de la palabra.

Así, pues, si como indica Piaget, el plano motorsirve de soporte al plano verbal en esta función de lainteligencia, podemos suponer los trastornos que po-demos provocar en el intelecto al imponer unas fun-ciones a determinada mano, que por razón natural deconstitución del individuo corresponden a la otra. Esindudable que en tal caso, lo mismo las facultades deorden físico corno intelectual, pueden verse afectadasdirectamente por la imposición de orden mecánico, alobligar al niño a servirse de determinada mano almargen de la natural inhibición de orden espiritual deorigen regresivo, que puede originar la frustraciónde las acciones que de manera espontánea e innatatiende la mano predispuesta.

e) CARACTER1STICAS DE ORDEN MORAL Y RELIGIOSO.

Erróneamente se ha pretendido crear alrededor delos zurdos una conciencia de anormalidad en sus re-laciones de orden afectivo que está muy lejos de laverdadera misión educativa. Los padres y familiares,e, incluso, los educadores, quieren ver en el niño zurdoun ser defectuoso que hay que llevar hacia su supe-ración por el camino de lo que se cree normal: lahabilitación gradual de la mano derecha.

Esto, como hemos visto, es un absurdo, y en buenalógica pedagógica sólo se consigue crear en muchosindividuos un complejo de inferioridad al ver que, apesar de los esfuerzos, el niño consigue muy poco en sueducación manual, y si lo consigue, ¡a costa de cuantossinsabores! Los padres ven en tales casos el hundi-miento de sus proyectos y planes para el futuro alcreer de buena fe que de un hijo zurdo nada puedeesperarse en el desenvolvimiento de la vida social.

Hay que pregonar, por ser cosa real y cierta, queun niño zurdo tiene las mismas posibilidades de adap-tación y desarrollo que cualquier otro, y que en la vidadel mañana esta alteración fisiológica en nada puedeafectar para la plenitud de las actividades de cual-quier orden.

Como a mal menor o como justificación a la presiónque sobre el niño se ejerce desde todos los frentes,tanto familiares corno educativos, se ha pretendido in-sinuar e, incluso, demostrar que si bien la educacióndel niño zurdo es difícil y complicada, por lo menos,debemos intentar educar su mano derecha para queast la condición de ser ambidextro puede solucionaren parte tal defecto e, incluso, proporcionar ventajas.

Este error, por desgracia muy extendido, da muestrade un completo desconocimiento del problema y de loque es la psiquis del niño en este particular aspecto desu formación, pues, como afirma acertadamenteM. Nice, las pruebas experimentales en este caso de-muestran que los niños ambilaterales tienden a retra-sarse en el desarrollo inicial del lenguaje, así como aMostrar también otras irregularidades en el desarro-

lbo que, por regla general, desaparecen al alcanzarseun fuerte predominio unilateral.

Asimismo, cabe hacer observar que el uso de lamano derecha está más desarrollado entre las niñasque entre los niños, de tal manera que, según datosestadísticos tomados del eminente psicólogo Gazell,esta predisposición es casi nula entre las niñas, mien-tras los niños dan un tanto por ciento bastante ele-vado. Nuestras observaciones personales parecen con-firmar la teoría de Gazell, pues en nuestro Centroeducativo tenemos actualmente en estudio y observa-ción doce niños, comprendidos entre los tres y losonce años, y sólo una niña —y ésta aun parece obede-cer a las leyes de la herencia, pues tiene, en el mismoCentro, un hermano zurdo y antecedentes de zurdez enla familia—.

Por otro lado, los padres pueden ser un factor muydecisivo en este proceso del niño zurdo, por ser los pri-meros en darse cuenta de tal anomalía desde losprimeros tiempos de la vida del niño. No obstante, ycomo a titulo de información, diremos que muchos delos defectos que aparecen inicialmente sobre tal as-pecto, generalmente se subliman a medida que el niñoavanza en su evolución.

La mayoría de los investigadores están de acuerdoen que la preferencia manual hace su aparición du-rante el segundo medio año de vida y que esta pre-ferencia se hace más marcada entre los dieciocho me-ses y los dos arios, cosa natural si tenemos en cuentaque el niño en estas edades va elaborando y perfeccio-nando su lenguaje y forma de expresión.

Como norma de orientación en aquellos casos dudo-sos en que la acción ambilateral o unilateral de lamano izquierda se manifiesta en forma imprecisa ennumerosas actividades de la vida normal del niño,diremos que los niños desde los dieciocho meses a loscinco años conservan mejor el equilibrio corporal, ac-túan más rápida y directamente y asen con más pre-cisión, cuando usan la mano derecha que cuando usanla mano izquierda, en los casos normales.

Si este proceso se desarrolla a la inversa puede afir-marse, casi con seguridad, que pasada esta fase de in-decisión el niño será zurdo. Por tanto, cualquier sín-toma de zurdería en los meses del primer ario devida no tiene ningún valor definitivo, pues el centrodel lenguaje en esta edad no se halla aún completa-mente desarrollado y es factible, por tanto, que a me-dida que el niño avance en su evolución puede corregiresta imprecisa preferencia manual.

No obstante, el niño que, sin duda ninguna utilizarála mano derecha con preferencia a la izquierda, sehace ostensible, según Giesecke, entre los siete y losdiez meses, según las peculiares características deformación de los seres que podríamos calificar de "nor-males".

A partir de esta edad el niño, al tratar de coger unobjeto pequeño entre sus manos lo sujeta mejor contodos los dedos de la mano derecha que con las dosmanos a la vez. Ya desde esta época (siete, ocho, nue-ve y diez meses, según el individuo), el niño tiende ausar una sola mano en la prensión de objetos, asig-nándole a la otra mano un papel meramente auxiliar,aprovechando así, ya desde esta corta edad, todas lasventajas que pueden derivarse del uso de una solamano en lugar de las dos. Si el niño no ofrece estas

Page 4: La educación de los niños zurdos - educacionyfp.gob.es

88 LA EDUCACIÓN DE LOS NIÑOS ZURDOS 77—(511)

características esenciales, sin ninguna duda tiene ten-dencia a la zurdez, y es obligación, por tanto, porparte de todos cuantos conviven con él, el seguir aten-tamente su desarrollo posterior, y una vez obtenida

la seguridad de que nos hallamos ante un caso deniño zurdo, lo más sensato y acertado es admitir estarealidad y tratar, por todos los medios, de encauzaresta predisposición.

ENSEÑANZA PRIMARIA

Un interesante artículo del profesor Muñoz Cortésadopta el titulo de la célebre novela antipedagógica dedon Miguel de Unamuno: "Amor y Pedagogía". Se pro-pone insistir, dice él, machaconamente en una afirma-ción que de puro obvia podría parecer gratuita: la ne-cesidad de que todo el que enseñe, sea en el grado quesea, posea un instrumental, copioso o elemental, de prin-cipios pedagógicos. Junto al amor, la pedagogía. Al pro-fesor Muñoz Cortés le parecen insuficientes la intuicióny lo que se podría llamar "las grandes individualidadescreadoras" y recomienda la necesidad de métodos, téc-nicas y profundo conocimiento de la materia a ense-ñar. Las últimas palabras del artículo del profesor Mu-ñoz Cortés resumen la importante tarea que debe asu-mir la enseñanza en España: "Nos encontramos en unmomento decisivo para la educación española. La pri-mera enseñanza y la extensión de la segunda son tareaspropuestas en una política de educación inmediata. Unamayor intensidad de la formación de educadores, entoda la amplitud que tal formación ha de tener, es elcorrelato exigido y propuesto también del plan de cons-trucciones escolares. La multiplicación de centros deorientación didáctica, la creación de psicólogos escola-res y un movimiento de renovación metodológica sonobras de las que hay que decir que tenemos el materialhumano necesario gracias a las cátedras universitariasde pedagogía. Y sobre todo hay que crear una concien-cia social de que en la educación lo esencial es la vo-luntad y el esfuerzo, la tensa afirmación de esta tareade hacer que el hombre sea cada vez más humano" (1).

El profesor Adolfo Maillo continúa la publicación deloe ''Guiones de trabajo escolar" para enseñanza dellenguaje en el periodo de enseñanza elemental que di-vide diversos ciclos según la edad de los niños y enlos que hace interesantes observaciones sobre la mane-ra de poner en relación en el escolar el lenguaje y elpensamiento, enriquecer su vocabulario y darle algunasnaciones de gramática, acompañados, como es costum-bre en este tipo de guiones, de textos (una poesía deAlberti o un fragmento del Padre Isla) para la recita-ción en clase (2).

Una colaboración de Alfonso Iniesta se propone glo-sar las palabras del señor Fraga Iribarne pronunciadasen la sesión inaugural de las "Primeras conversacionesde educación primaria": "el maestro ha de tener en lacabeza la sociedad futura, la sociedad mejor, en la queel niño se ha de desenvolver cuando sea hombre" y queel articulista trata de sintetizar diciendo que el educa-dor necesita "llevar en sí el nuevo mundo". Es decir,que cuando el educador se sitúa frente al niño y piensa

(1) Manuel Muñoz Cortés: A11101' y Pedagogía, en"Arriba". (Madrid, 15 de junio de 1958.)

(2) Adolfo Maillo: Guiones de trabajo escolar en laenseñanza del lenguaje, en "Servicio". (Madrid, 28 dejunio de 1958.)

El respeto que debemos a la naturaleza humanay la felicidad del individuo nos lo agradecerán, ynosotros habremos cumplido nuestra misión de pa-dres y educadores.

FLORENCIO OLLA RISA.Licenciado en P Jefede Estudios

(B cihona):

to3227

en los medios que ha de emplear para carie; pri-mero que necesita es tener configurado e o ndo quese avecina para, con arreglo a este ideal, conducirse yemplear los medios educativos necesarios. Desarrolla acontinuación los tres planos en que se ha de desarro-llar el programa educativo: 1.s ¿Qué clase de sociedadqueremos producir? 2.P ¿Qué clase de hombres queremosformar? 3. , ¿Qué procedimientos educativos empleare-mos? Y termina con estas palabras: "El ideal humanoen la conciencia del educador tiene que adquirir cadadía mayor nitidez en su progreso y delimitación. Ya lo-grado, la técnica tiene que realizar un esfuerzo extra-ordinario para llegar a la meta sin dudas ni vacilacio-nes. Esto es lo que se nos pide a todos. En la esferaindividual, arrancando de la familia, para llegar a laprofesión y a los ámbitos sociales en que todos ac-tuemos" (3).

En torno a los métodos didácticos escribe Adolfo Met-ilo un segundo articulo muy interesante. Pretende sub-rayar que quien marcha por los caminos señalados porel método didáctico, no es solamente la inteligencia delniño, sino también el niño entero con su mente, sus ten-dencias, y su afectividad. Y esta afirmación le lleva aMaillo a poner en cierta manera un poco en tela dejuicio la visión de la didáctica al uso, que ofrece prin-cipalmente "métodos de enseñanza y no métodos de edu-cación". De estas reflexiones pasa a la pregunta clavedel artículo: ",es posible una Técnica de educación, estoes, una serie de actividades graduadas que tengan porobjeto la formación intelectual, afectiva, moral, religio-sa y social, ya en intima relación, ya con independen-cia absoluta respecto de las materias de enseñanza quepuedan contribuir a dicho fin?". Malla° responde afir-mativamente e insiste en la necesidad de construir estatécnica educativa paralela a la técnica de la instruc-ción (4).

Un interesante reportaje sobre la biblioteca instaladaen el recinto de la Feria del Libro para la lectura delibros infantiles informa a través de una conversacióncon Hipólito Escolar, funcionario de la Comisarla deExtensión Cultural, acerca de los resultados de estasbibliotecas ambulantes, que se han extendido por todala geografia española, pero principalmente en las escue-las y para cuyo éxito es tan importante la colaboraciónde los maestros (5).

Concepción Sánchez Martínez relata en un artículo laexperiencia deducida cíe sus constantes clases de mate-máticas bajo la nueva metodología que utiliza el ma-terial Números en Co/or y que le hace afirmar que lamatemática no es una ciencia dificil para las mentesInfantiles. "Los niños —dice— demuestran en mis cla-ses con las regletas que casi todo lo que experimentanlo consideran completamente ajeno a las matemáticasque conocen por el método tradicional. ¿A qué es de-bido esto? Sencillamente a que "Números en Color" lespresenta las situaciones evidentes y la experiencia quepueden hacer personalmente les permite averiguar quealli no caben "libres interpretaciones", sino que lo que

(3) Alfonso Iniesta : Llevar en si el mundo nuevo, en"El Magisterio Español". (Madrid, 25 de junio de 1958.)

(4) Adolfo Maillo: En torno a los métodos didácticos,en "El Magisterio Español". (Madrid, 18 de junio de 1958.)

(5) Pedro Luis Campos Tejón: Bibliotecas ambulan-tes para chicos y mayores, en "Mundo Escolar". (Ma-drid, 15 de junio de 1958.)