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LA EDUCACION PERMANENTE E INTEGRAL:
UNA ESTRATEGIA PARA EL ABORDAJE DE LOS
CAMBIOS DERIVADOS DEL PROCESO DE
ENVEJECIMIENTO
CLAUDIA SIRLIN Licenciada en Trabajo Social
CONTENIDO I) INTRODUCCION - 4
II) DESARROLLO - 6
A) Aspectos Demográficos – 6
1) Nivel Mundial - 6 2) Nivel Nacional - 10
B) Concepto de Envejecimiento - 11
1) Poblacional - 11 2) Individual - 12
C) La Realidad del Adulto Mayor - 12
1) Cambios psicológicos - 12 2) Cambios sociales -14 3) El colectivo de adultos mayores como grupo
vulnerable - 15 4) El fenómeno de la jubilación o retiro laboral: su
impacto - 16
D) Evolución hacia el concepto de Envejecimiento Activo
1) Concepto y Justificación - 19 2) Principios de Naciones Unidas - 27
2
3) Documentos de la 2ª. Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento (Madrid – 2002): - 29 a) Plan de Acción Internacional sobre el Envejecimiento - 29
4) Factores determinantes del envejecimiento activo - 30
5) Hacia una sociedad para todas las edades - 30
E) La Educación del Adulto Mayor como instrumento de integración social - 33
1) Perspectivas de la educación - 36 2) Concepto de andragogía - 40 3) Los adultos mayores como modelos socio-
culturalizadores: capital humano - 48
F) La Educación Permanente como promotora de cambios - 49 1) Un proyecto CON los adultos mayores y no PARA
los adultos mayores - 58 2) Los adultos mayores: modelos de vida - 59
III) CONCLUSIONES - 60 IV) RECOMENDACIONES - 66
A) Programa de Educación Permanente: una propuesta dirigida al adulto mayor - 66
V) BIBLIOGRAFIA - 69
3
LA EDUCACION PERMANENTE E INTEGRAL: UNA ESTRATEGIA PARA EL ABORDAJE DE LOS
CAMBIOS DERIVADOS DEL PROCESO DE ENVEJECIMIENTO
“Toda transformación, aún el envejecer, es un acto de vida, es decir, una acción educativa”
I) INTRODUCCION En la era actual se está observando un fenómeno demográfico único en la
historia de la humanidad, ocasionado por el conjunto de personas con edades
comprendidas entre los 60 y 80 años denominado de la Tercera Edad o Edad
Avanzada, que está experimentando un aumento numérico nunca antes
registrado en los anales de la dinámica poblacional mundial con lo cual se inicia
la era del envejecimiento mundial.
¿Cuál es el espacio destinado a los adultos mayores en este mundo cambiante?
En el período de envejecimiento inciden las circunstancias en las que nacieron
y crecieron nuestros actuales adultos mayores, así como cuál es su tiempo
actual. Se encuentran sometidos a un doble desafío: los propios cambios que
marca el envejecimiento y el adaptarse a una sociedad con vertiginosos
progresos científico-tecnológicos. Un tiempo actual, principio de siglo y milenio
con cambio de paradigmas y valores. Mediante la desvalorización y hasta la
descalificación de esta etapa de la vida desde el marco macrosistemico
histórico-social en el que estamos inmersos, se ejerce una de las
discriminaciones mas pavorosas de nuestra cultura. El desprestigio del pasado
con la memoria y experiencia de los adultos mayores, sobredimensionando el
presente, enfrenta a un vacío existencial que corta la continuidad integrativa del
sentido de la vida, he impide la proyección a un futuro personal y social. Un
tiempo en que lo efímero y descartable parecen desplazar a las certezas del
pasado y los adultos mayores buscan aprender y encontrar cambios y nuevas
4
actitudes que les permita vivir en este tiempo, que también es su tiempo. La
educación para el envejecimiento los ayuda a posicionarse bien, asumiendo
limitaciones y pérdidas pero también posibilidades; reconociendo
potencialidades para desarrollar tanto corporales como intelectuales y sociales.
La jerarquización de la vejez permitirá dar un corolario dignificante, a la
totalidad del transcurso de la vida.
La educación es un proceso que dura toda la vida.
La educación como herramienta para la construcción de una sociedad más
participativa posibilita una mejor convivencia y favorece el crecimiento
personal. Dicha capacitación tiene efectos en los usuarios y contribuye a
comprender y afrontar los cambios provocados por el fenómeno del
envejecimiento poblacional y sus consecuencias a nivel social, familiar e
individual, orientados a metas de salud, nutrición y autocuidado como a metas
en educación permanente, con énfasis en la promoción de los adultos mayores
como miembros activos de la sociedad. El impacto de la misma estará en
relación directa con los objetivos planteados tanto como por “el contexto
histórico, socio – cultural y las historias de vida de los usuarios, así como por el
contexto educativo donde se desarrolla la situación de enseñanza –
aprendizaje” 1
Naciones Unidas ha establecido un objetivo mundial en el año 2001 que apunta
a crear un entorno favorable para que el talento de los adultos mayores
encuentren plena expresión; como objetivo general la capacitación apunta a
contribuir al desarrollo de las capacidades de los adultos mayores en beneficio
del aumento de su calidad de vida y de mantener su incorporación activa a la
sociedad. El adulto mayor “deberá recibir ayuda para regular su propia
actividad, reflexionar sobre sus propias producciones, sobre sus formas de
aprender y sobre lo que está aprendiendo” 2
1 (Pozo, J. I. 1998 “Aprendices y Maestros”). 2 (Pozo, J.I. 1998 “Aprendices y Maestros”).
5
Si los objetivos específicos son los de favorecer la construcción de nuevos
conocimientos, transformando al adulto mayor en un sujeto autoregulado,
potenciando el aprendizaje a través de diversas estrategias, se deberá
determinar cuáles son las que los lleven a adquirir y aplicar las herramientas
necesarias que les permitan atender y orientar sus necesidades e intereses y
facilitar los cambios de mentalidad acerca de lo que socialmente significa ser adulto mayor hoy. En los programas de educación permanente para adultos mayores se
desarrollan espacios de aprendizaje, creación y reflexión que muestran como
los adultos mayores pueden seguir aprendiendo, creciendo y contribuyendo al
desarrollo de la sociedad.
II) DESARROLLO
A) Aspectos Demográficos
1) Nivel Mundial
1950
2000
2050
Niños 34% 30% 21%
Mayores de 60 años 8 % (200 millones) 10% (600 millones) 21% (2.000 millones)
Mayores de 80 años 0.5% (14 millones) 10% (61 millones) 314 millones
Mayores de 90 años 8 millones 61 millones
Mayores de 100 años 180.000 3.2 millones
Entre 1950 y el año 2050 el número de personas mayores de 60 años aumentará 10 veces En 100 años la población mundial se ha cudruplicado y el número de personas mayores ha
aumentado 10 veces En 1950, 8 de cada 100 personas tenía más de 60 años
Para el 2050, 22 de cada 100 personas tendrán más de 60 años
6
El envejecimiento de la población carece de precedentes y no tiene paralelos
en la historia de la humanidad. Los incrementos en los porcentajes de
personas de edad (de 60 años o más) van acompañados de descensos en los
porcentajes de jóvenes (menores de 15 años). Para el año 2050, por primera
vez en la historia, las personas de edad en el mundo superarán en número a
los jóvenes. En regiones desarrolladas esta inversión histórica ya se había
producido en 1998.
El envejecimiento de la población es general, esto significa que se trata de un
fenómeno mundial que afecta a todos los hombres, mujeres y niños. El
incremento de los grupos de más edad en las poblaciones nacionales tiene una
influencia directa en la equidad y la solidaridad intergeneracionales e
intrageneracionales que son las bases de la sociedad.
El envejecimiento es duradero. El aumento de la proporción de personas de
edad ha aumentado durante el siglo XX y se espera que esta tendencia
continúe durante el siglo XXI. En el año 1950 el porcentaje de personas de
edad era de 8%, en el año 2000 de 10%, previéndose que llegará a 21% en el
año 2050.
La tendencia al envejecimiento de la población es casi irreversible. Este
aumento de la población de edad obedece a una transición demográfica de
tasas elevadas a tasas reducidas de fecundidad y mortalidad. El siglo XXI se
ha iniciado con aproximadamente 600 millones de personas de edad, tres
veces la cifra registrada 50 años antes. A mediados de siglo, habrá alrededor
de 2.000 millones de personas de edad, lo cual significa que este grupo de
edad se habría triplicado en un lapso de 50 años.
A nivel mundial, la población de personas de edad aumenta a razón de 2% por
año, más rápido que la población total. La tasa anual de crecimiento del grupo
de 60 años o más será de 2,8% entre los años 2025 y 2030, lo cual exigirá
ajustes económicos y sociales de largo alcance en la mayoría de los países.
7
En las regiones más desarrolladas en el año 2000 casi un quinto de la
población tenía 60 años o más; para el año 2050, se espera que esta
proporción sea de un tercio. En las regiones menos adelantadas, sólo el 8% de
la población tiene actualmente más de 60 años; no obstante, para el año 2050,
las personas de edad constituirán casi el 20% de la población. El
envejecimiento de la población en los países en desarrollo se produce en
niveles de desarrollo socioeconómico muy inferiores a los que existían en su
momento en los países desarrollados.
La población de edad está envejeciendo. El grupo de edad que crece más
rápidamente en el mundo es el de las personas mayores dentro del grupo de
personas de edad, es decir, las personas de 80 años o más, que aumenta
actualmente a una tasa anual de 3,8% y constituye más de un décimo del total
de personas de edad. A mediados de siglo, un quinto de las personas de edad
tendrá 80 años o más.
El cociente de dependencia potencial, o sea el número de personas de entre 15
y 64 años de edad por cada persona de 65 años o más, indica la carga de
dependencia que afrontan los potenciales trabajadores. Los cocientes de
dependencia inciden de manera importante en los regímenes de seguridad
social, especialmente en los regímenes tradicionales, en los que los
trabajadores en actividad pagan las prestaciones de los jubilados.
La mayoria de las personas de edad son mujeres, ya que las mujeres superan
a los hombres en esperanza de vida. En el año 2000 había 63 millones más de
mujeres que hombres de 60 años o más y en las edades más avanzadas, hay
de dos a cinco veces más mujeres que hombres.
La salud de las personas de edad generalmente se deteriora con la mayor
edad, lo que se traduce en una mayor demanda de atención médica de largo
plazo a medida que envejecen los más mayores de entre las personas de
edad. El cociente de dependencia de los padres, o sea, el número de personas
de 85 años o más por cada 100 personas de 50 a 64 años, da una idea del
apoyo que las familias tengan que brindar a sus miembros de más edad.
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El mundo se encuentra en proceso de transformación a causa de cambios
demográficos sin precedentes, que tienen sus origenes en los siglos XIX y XX y
continúan en el siglo XXI. Los descensos de la fecundidad reforzados por una
creciente longevidad han producido y continúan produciendo cambios sin
precedentes en las estructuras de todas las sociedades, en especial la histórica
inversión que se ha producido en la proporción de jóvenes y personas de edad.
Las consecuencias profundas, generales y duraderas del envejecimiento de la
población brindan oportunidades a todas las sociedades, pero también
imponen enormes desafíos.
El envejecimiento se está convirtiendo en un problema mundial. Hoy, más de
la mitad de los ancianos del mundo viven ya en los países en desarrollo. Se ha
previsto que dentro de treinta años, la relación numérica será de tres a uno.
Por consiguiente, la cuestión del envejecimiento ya no es una prerrogativa
exclusiva de los países industrializados. Hacia el siglo XXI el envejecimiento
en el mundo constituirá el principal problema social con amplias repercusiones.
En el próximo cuarto de siglo, en los países en desarrollo el número de adultos
mayores se duplicará y hacia el 2025 llegará a los 850 millones, vale decir al 12
por ciento de la población y hacia el 2050 alcanzará el 21% mientras que la
proporción de niños descenderá del 33% al 20%.
Este cambio de la población mundial es de una magnitud semejante al de la
revolución industrial, el acontecimiento económico y social más trascendental
de la historia del hombre desde el neolítico. Marcó el comienzo de un
movimiento sostenido hacia el crecimiento económico, de la misma forma que
la mundialización está marcando hoy un movimiento sostenido y sin
precedentes hacia una “cultura mundial”. Se prevee que la revolución
demográfica sea, al menos, tan arrollante.
“Estamos en medio de una revolución silenciosa. Se trata de una revolución que se extiende mucho más allá de la demografía y que
9
presenta importantes repercusiones económicas, sociales, culturales, psicológicas y espirituales” 3
Muchas de las personas “de mas edad” de nuestros días nunca sospecharon
que iban a vivir tantos años: “ ... pues cuando comenzaron su existencia, a
principios del siglo XX, las vidas truncadas y la ruptura de los vínculos eran
frecuentes debido a las enfermedades infecciosas, el hambre y otros graves
riesgos a que se estaba expuesto. Los cambios de los modelos de
supervivencia han sido tan rápidos que han creado “sobrevivientes
sorprendidos” ... (incluso) familias ... en búsqueda de nuevas soluciones ... y
desconcierto de planificadores y políticos, que con frecuencia ni siquiera se
animan a reconocer que no estaban preparados” (Dra. Gunhild Hagestad)
2) Nivel Nacional 4 Uruguay, en 1950 tenía un 28% de menores de 15 años. De acuerdo al Censo
de 1996 el porcentaje bajó al 25%. Los adultos mayores de 65 y más que
representaban el 8% en 1950 subieron al 13% en 1996. (Los adultos mayores
de 60 años de acuerdo al Censo de 1996 constituyen el 17%). Es una
población de tipo muy envejecida.
1950 – menores de 15 años = 624.000 65 años y más = 184.000
1996 - menores de 15 años = 794.000 65 años y más = 405.000
De acuerdo a estos datos los menores de 15 crecieron en un 27% y los de 65 y
más en un 120%.
Considerando el sexo femenino ha sido más acentuado el fenómeno del
envejecimiento:
3 (Kofi Anan, Secretario General de las Naciones Unidas, 1/10/98).
4 Fuente: INE. Censo 1996
10
1950 – menores de 15 años (fem.) = 310.000 65 y más = 97.000
1996 - menores de 15 años (fem.) = 392.000 65 y más = 238.000 (145%
aumento)
Con relación a la distribución de la población por sexo, se aprecia una
disminución en la relación de masculinidad, o sea, la cantidad de hombres por
cada 100 mujeres la cual era en:
1963 – 98.8%
1975 – 96.5%
1985 – 94.9%
1996 – 93.9%
Al considerar la residencia, a nivel de la población rural la relación de
masculinidad es de 132 hombres por 100 mujeres, mientras que para la
población urbana es de 90.7. Dicha relación se explica por 2 factores: la
menor mortalidad de la mujer frente al hombre y por la migración de zonas
rurales a urbanas con mayor intensidad en mujeres.
El Uruguay tiene la tasa de crecimiento más baja del continente americano
desde hace varias décadas.
B) Concepto de Envejecimiento
1) Poblacional El aumento en la proporción de adultos mayores más rápidamente que otros
grupos de edades, la disminución de la mortalidad infantil y una menor tasa de
fecundidad es el fenómeno que se conoce como “envejecimiento de la
población”. Ello conduce a un cambio en la estructura de edades. Se refiere al
aumento cada vez mayor de la proporción de personas de edad dentro de la
estructura de la población.
11
2) Individual El envejecimiento es un proceso gradual, natural, universal, inexorable,
estructurado en torno al tiempo y evidenciado por cambios a nivel biológico,
psicológico y social.
Las características de la sociedad son las que condicionan el promedio de años
de vida así como la calidad de vida durante los años de vejez, por lo tanto, la
vejez es un destino social.
El proceso de envejecimiento varía en cada persona según el sector social al
que pertenece, a su nivel educativo, a su grado de autonomía, a su género, al
trabajo realizado y a la cultura donde vivió.
El envejecimiento individual es diferente al envejecimiento poblacional. El
primero es irreversible y definitivo; el segundo depende de variables como
fecundidad, natalidad, mortalidad, esperanza de vida, etc. Es un proceso
dinámico mediante el cual la población senecta se va estableciendo
gradualmente como mayoritaria.
C) La realidad del adulto mayor
1) Cambios psicologicos Los cambios psicológicos tienen que ver en primer lugar con la idea de
tiempo, el cual es inexorable, no se detiene y nos muestra: (a) que hemos
vivido; (b) que nuestros mayores ya son viejos o no están; (c) que los hijos ya
no dependen de nosotros, se independizan y hacen sus propias vidas, el “nido
vacío”; (d) los nietos nos significan la abuelidad; (e) la muerte de personas
cercanas nos hacen pensar que la muerte propia también es posible.
El tiempo es una dimensión en la que transcurre nuestra vida pero durante la
juventud, el tiempo es algo que no tiene límites, se maneja el “algún día”; en la
vejez tomamos conciencia del tiempo nuestro, que es finito, acotado y tiene un
fin.
12
El proceso de envejecer se encuentra marcado profundamente por la vivencia
de pérdidas. Pérdida es la vivencia por la cual se siente que ya no se tiene
algo significativo, real o no. Un ser querido, un objeto importante, una actividad
relevante, un rol (laboral o parental), el cuerpo joven, habilidades, disminución
de algunas funciones sensoriales, un accidente, una mudanza, el casamiento o
salida del hogar de un hijo, etc.
Las pérdidas se elaboran a través del proceso de duelo. Este es un trabajo
psíquico natural, normal, que no está exclusivamente vinculado a una pérdida
por muerte, y que lleva un período para su elaboración. Rabia, desesperación,
impotencia, negación, acompañados por tristeza son sentimientos que siempre
acompañan a este proceso que siempre lleva un tiempo hasta su resolución.
Otro aspecto significativo en relación a los cambios psicológicos es el relativo a
los miedos: a la vejez, al deterioro, a la dependencia, a la muerte, a la soledad.
Acontece, asimismo, en mayor o menor medida una crisis de identidad.
Preguntas tales como: (a) quién soy?; (b) qué hice hasta ahora?; (c) y ahora
qué?; (d) porqué no hice tal cosa?; (e) qué haré de ahora en adelante?. Las
crisis producen inquietud, angustia, desconcierto, a veces repercuten en el
cuerpo con distintas dolencias. Aparece la soledad, el aburrimiento, la rutina, la
depresión. Son frecuentes los estados depresivos con síntomas como tristeza,
sensación de vacío, desgano y falta de motivación. En la gran mayoría de los
casos todo esto es producto de esa crisis de identidad, propia del encuentro
con las pérdidas y los cambios.
Es importante poder posicionarse en el proceso del envejecer Uno de los objetivos de la “educación para el envejecimiento” es conocer,
elaborar y asumir este proceso. Esto significa tomar conciencia de que se está
accediendo a una etapa de la vida en la que se registran pérdidas y ganancias,
y facilitar a través de esta toma de conciencia nuevos roles a desempeñar,
13
nuevas formas de vida o actitudes frente a la misma, y con esto una inserción
activa, participativa en la sociedad.
Resulta doloroso mirarse y reconocer los cambios, lo que uno ya no puede o lo
que los otros ya no les permiten, enfrentarse con dos ideas que sin duda
inquietan: la idea de vejez, equiparada en el estereotipo cultural solamente a
deterioro y pérdidas y la idea de muerte propia. Además cómo hacerlo y al
mismo tiempo ubicarse en un mundo tan rápidamente cambiante.
Tomar conciencia significa aprender a comunicarse con uno mismo y registrar
los deseos, las posibilidades, las motivaciones, lo que sí se puede, que no es
poco, es diferente del antes pero se puede ser pleno, creativo, placentero y rico
en intercambios y aportes que solamente lo da la experiencia, la vida vivida.
Se hace entonces muy importante el acceso a la educación, tomándolo como
proyecto, aprendizaje, formación, reflexión, no meras actividades, sino
actividades con sentido, facilitando lo creativo en sus distintas formas en
insertándose en la corriente de la sociedad que les signifique pertenencia.
2) Cambios sociales
Cuáles son los cambios sociales? La mayor parte de estos cambios tienen
que ver con la situación que se plantea con la jubilación, que generalmente sin
preparación previa, obliga a un cambio muy grande en la forma de vida, al
parecer con mayor incidencia en el hombre que en la mujer, según el lugar
central o no que el trabajo ocupa para ellos.
Los adultos mayores no están acostumbrados a usar el tiempo libre y al
jubilarse, con un gran tiempo libre en disponibilidad se enfrenta con un factor
que impregna la crisis de identidad.
“Se relaciona la jubilación con la soledad, con una vivencia de inutilidad, un
encontrarse con un tiempo libre para el que no se está preparado” (Hugonot,
Gerontologo francés).
14
La jubilación deviene un cambio brusco en el modo de vida del sujeto,
acompañado de la pérdida del rol social producto de la actividad laboral
desarrollada.
Esta realidad está inmersa en una época marcada por el signo de la
incertidumbre y uno de los sectores más vulnerables de la sociedad son los
Adultos Mayores.
3) El adulto mayor como grupo vulnerable
Porqué decimos que son los más vulnerables? Nos referimos a su mayor
fragilidad porque han nacido y crecido con otros valores y certezas y deben
adaptarse a los cambios que el momento impone para no quedar marginados.
Vulnerables porque su situación de jubilados o retirados los lleva a tener que
ajustarse en sus gastos reduciéndoles muchas veces el acceso a lugares de
esparcimiento o a espacios en donde continuar con su desarrollo personal.
Tienen un gran tiempo libre, y no siempre las posibilidades materiales de
cubrirlo.
Vulnerables además porque es una etapa de pérdidas y duelos, de una familia
que se agranda pero en la que ya no son los protagonistas, de un espejo que
les marca que el tiempo es inexorable y que los marca, un período de la vida
en que aparecen los fantasmas de la vejez y la muerte.
Estrechamente ligado a esto, asistimos a aceleradísimos cambios tecnológicos,
a un despliegue de cultura posmodernista con su lógica de consumo, su
desprecio por la experiencia pasada, la urgencia de vivir rápido como si no
hubiera futuro y exaltando los sentidos como única posibilidad de placer. Los
medios de comunicación no son ajenos a esto y confunden muchas veces la
realidad con sus cataratas de imágenes y escenas de violencia, promoviendo el
individualismo con modelos de jóvenes bellos y exitosos.
15
¿Cómo se insertan entonces los adultos mayores que ya no siguen este modelo, y ya no son ni tan rápidos, ni tan bellos, ni tan exitosos?
4) El fenómeno de la Jubilación o retiro laboral: su impacto
La jubilación entendida como percepción de una renta de forma regular una vez
que se ha producido el cese de la actividad laboral es una conquista social. A
comienzos del Siglo XX el trabajador no tenía otra alternativa que permanecer
en su empleo tanto tiempo como fuera capaz. La puesta en funcionamiento de
un sistema de jubilación es una creación de la sociedad industrial
contemporánea y supone un aspecto importante dentro de la política social. En
la sociedad preindustrial los hombres podían organizar su propia vida laboral y
el ritmo de su permanencia. El trabajo estaba orientado hacia la propia
subsistencia, bajo la responsabilidad del mismo trabajador y la renta estaba en
estrecha relación con el cumplimiento de la tarea laboral. Con la revolución
industrial surgió el sistema de producción de “fábricas”; se apoyó en el
encadenamiento de un gran número de tareas, en un proceso único de
producción. Hacia finales del Siglo XIX, los empresarios industriales se dieron
cuenta de que la acumulación de obreros “viejos” no se correspondía con las
necesidades de los nuevos ritmos de la producción industrial y comenzaron a
aparecer demandas para su retirada del mundo del trabajo. Es entonces
cuando aparece la institucionalización de la jubilación, una nueva etapa en el
ciclo de la vida del hombre que supone la primera generación del ocio en la
sociedad industrializada.
Según Leturia y Yanguas (1998) que “si otras épocas se han caracterizado por
la necesidad de fuerza de trabajo, hoy nos encontramos ante el reto de una
adaptación social a la transformación del tiempo ocupado por obligaciones
laborales, al tiempo de ocio. Las diferentes etapas del ciclo vital en relación al
trabajo: formación-producción-jubilación, están sufriendo una profunda
modificación de sus límites. Hoy la formación debe ser una constante a lo largo
de toda la vida. Y respecto al trabajo señalan que es necesario en este
momento una nueva visión, centrada en la actividad y utilidad y no tanto en el
16
concepto de productividad. La jubilación como etapa ha adquirido relevancia
debido entre otros factores a su mayor duración”.
Desde una concepción humanista de la vida, la edad de jubilación debe ser una
etapa más, que ofrezca posibilidades para una expresión personal. Para ello
es indispensable mentalizar, crear una conciencia desde la escuela y a lo largo
de toda la vida profesional de que la jubilación es un hecho inevitable que debe
ser esperado y planificado por todos como un tiempo necesario en el desarrollo
de cada individuo en la sociedad, ya que cualitativa y cuantitativamente está
aumentando y hoy se presenta como un período cada día más largo.
La preparación para la jubilación es un proceso esencialmente educacional que
enseña a la persona los conocimientos útiles para una nueva etapa vital y
sobre todo consigue un aprendizaje de hábitos nuevos e intereses. Los dos
pilares sobre los que se basa la preparación son: (a) conocimiento sobre la
nueva etapa de la vida; (b) formación de hábitos y el despertar intereses
nuevos.
A menudo se da a los jubilados la imagen de que han dejado de contribuir a la
marcha económica y que una vez superada una vida de trabajo corresponde un
período de reposo e inactividad. Un gran número de jubilados acepta este
papel. Una sociedad que pone cada vez más el acento en el rol de los jóvenes,
cierra las posibilidades a un rol constructivo de las personas mayores. La
participación de las personas mayores en la sociedad tiene tres fases: (a) Fase
asistencial: colectivo dependiente, actitud pasiva; (b) Fase reivindicativa:
denuncia de carencias, asociaciones de jubilados; (c) Fase de compromiso
comunitario: presencia activa, vinculados a su tiempo, necesidad de formación
- educación permanente.
La jubilación es el cese de la etapa laboral de la vida del individuo, por razón de
la edad o por incapacidad física o mental. El paso a la inactividad laboral para
las personas que han dedicado varias décadas de su vida al trabajo supone
una compleja transición psicosocial, agravada porque, normalmente, la edad –
las dificultades biopsicosociales que obligan a jubilarse- hacen que las
17
capacidades adaptativas del individuo se hallen muy disminuídas. Las
descompensaciones biopsicosociales vinculadas a la jubilación son realmente
frecuentes y, por lo que ha podido mostrarse, la existencia de una red familiar o
afectiva y una red de relaciones y actividades sociales son formas eficaces y
eficientes de evitar tales descompensaciones. En particular, una actividad
laboral y creativa insuficientemente sustituída predispone al inicio de los
síntomas demenciales y depresivos. Los riesgos psicosociales previsibles al
jubilarse son: aislamiento social, sentimientos de soledad, aumento de la
pasividad y la dependencia, síntomas depresivos, etc.
Cobra importancia el mantenimiento de una vida mental, física y social activa;
el reforzamiento de las actividades de relaciones sociales.
Los Programas de Preparación para la Jubilación o Retiro Laboral tienen como
objetivos:
- Hacer frente a los distintos cambios en la salud, relaciones sociales y
familiares.
- Reorientar los objetivos y metas de su vida, hacia nuevas alternativas de
trabajo, actividades de voluntariado u otras actividades que ocupen su
tiempo libre.
- Conocer los distintos beneficios y recursos que recibirá tanto de Empresa /
Organismo como del Estado, que le ayudarán a reemplazar aquellos que
anteriormente provenían de su trabajo.
- Adoptar un estilo de vida enriquecedor que satisfaga las exigencias y
necesidades de las personas que van a afrontar esta etapa de retiro o
jubilación.
18
¿Qué hacer con una sociedad que tiene tantos envejescentes en su seno? ¿Cómo lograr que esos años que se viven sean con una buena calidad de
vida? ¿Qué realizar para promover un envejecimiento activo y productivo?
¿Cómo favorecemos la integración social de los adultos mayores?
D) Evolución hacia el concepto de envejecimiento activo
1) Concepto y justificación
Si se quiere hacer del envejecimiento una experiencia positiva, una vida más
larga debe ir acompañada de oportunidades contínuas de autonomía y salud,
productividad y protección. La OMS utiliza el término “envejecimiento activo” para expresar el proceso por el que se consigue este objetivo.
El envejecimiento activo es el proceso por el cual se optimizan las oportunidades de bienestar físico, social y mental durante toda la vida
con el objetivo de ampliar la esperanza de vida saludable, la productividad y la calidad de vida en la vejez.
El término “envejecimiento activo” fue adoptado por la OMS a fines del siglo XX
con la intención de transmitir un mensaje más completo que el de
“envejecimiento saludable” y reconocer los factores, además de la atención
sanitaria, que afectan a cómo envejecen individuos y poblaciones. Otros
Organismos Internacionales tales como la Organización para la Cooperación y
el Desarrollo Económico, la Organización Internacional del Trabajo están
usando también el término “envejecimiento activo”, principalmente para
19
expresar la idea de una implicación contínua en actividades socialmente
productivas y en un trabajo gratificante.
Según lo declarado recientemente por la Organización Mundial de la Salud “Es
hora de adoptar un nuevo paradigma, que considere a los viejos como
participantes y contribuyentes activos en una sociedad que integre a la
ancianidad, ... (ese paradigma debe impugnar el criterio tradicional de que
aprender es el cometido de los niños y de los jóvenes, trabajar el de la edad
mediana, y jubilarse el de la vejez”. Desde el punto de vista psico-sociológico
si la gente se jubila aproximadamente a los 60 años de edad y la expectativa
de vida se acerca a los 80 o más, después que dejen de trabajar muchas
personas podrán esperar veinte o más años de prolongación de su existencia.
Probablemente, durante buena parte de ese período seguirán siendo física y
mentalmente vigorosas. Si no trabajan, corren el riesgo de aislamiento,
exclusión social y desmedro de su autovaloración.
El vocablo “activo” hace referencia a una implicación contínua en cuestiones
sociales, económicas, espirituales, culturales y cívicas, no solo a la capacidad
para estar físicamente activo. Las personas mayores que estén enfermas o
tengan limitaciones físicas como consecuencia de discapacidades pueden
seguir colaborando activamente con sus familias, sus semejantes, en el ámbito
comunitario y nacional.
Mantener la autonomía -la propia capacidad para controlar, afrontar y tomar
decisiones sobre la vida diaria- es un objetivo primordial tanto para las
personas como para los responsables políticos. La salud, el factor clave de la
autonomía, posibilita una experiencia de envejecimiento activo.
Solo cuando la salud, el mercado de trabajo, el empleo, las políticas educativas
y sanitarias apoyen el envejecimiento activo será posible que:
Menos adultos mueran prematuramente en las etapas más productivas de
la vida.
20
Menos personas mayores sufran discapacidades y dolores relacionados
con enfermedades crónicas.
Más personas mayores sigan siendo independientes y disfruten de una
calidad de vida positiva.
Más personas mayores sigan colaborando productivamente en la economía
y ámbitos sociales, culturales y políticos importantes de la sociedad, en
trabajos remunerados y sin remunerar y en la vida doméstica y familiar.
Menos personas mayores necesiten tratamientos médicos costosos y
atención sanitaria.
El envejecimiento activo postula el reconocimiento de los derechos humanos
de los mayores y los principios de las Naciones Unidas de Independencia,
Participación, Dignidad, Cuidados y Realización. Dicho acercamiento sustituye
la planificación estratégica “basada en las necesidades” (que asume que las
personas mayores son objetos pasivos) a otro “basado en los derechos” (que
reconoce la titularidad de las personas mayores a derechos como la igualdad
de oportunidades y al tratamiento en todos los aspectos de la vida y apoya
asimismo su responsabilidad para poner en práctica la participación en el
proceso político.
Las políticas y los programas para el envejecimiento activo defienden tanto una
perspectiva del ciclo vital como la solidaridad intergeneracional. “El niño de hoy
es el abuelo o la abuela de mañana. La calidad de vida que disfrutarán como
abuelos dependerá de las limitaciones y oportunidades que tengan en los
primeros años de su vida. Ellos y sus nietos están explícitamente vinculados
en un contrato social de interdependencia entre generaciones”.
El fomento del envejecimiento activo tiene justificación económica, en lo que
se refiere al aumento de la productividad y a menor costo de servicios socio-
sanitarios. Es menos costoso prevenir la enfermedad que curarla por ejemplo,
se ha calculado que una inversión de un dólar en medidas que fomenten la
actividad física moderada conlleva un ahorro de 3.2 dólares sólo en gastos
médicos (Centro para el Control de las Enfermedades de los EEUU y OMS,
21
1999). Esta misma actuación fomenta la interacción social, muy relacionada
con la salud mental y el bienestar psicológico de las personas mayores. El papel del sector sanitario para fomentar el envejecimiento activo debe apuntar a: Reducir la carga de discapacidades con énfasis en poblaciones pobres y
marginales.
Reducir los factores de riesgo relacionados con las causas de
enfermedades importantes y aumento de factores que protegen la salud y el
bienestar durante el ciclo vital.
Desarrollar sistemas de atención primaria que destaquen la promoción de la
salud, prevención de enfermedades y provisión de cuidados equitativos.
Respaldar a otros sectores (como educación, vivienda, empleo, etc.) y
colaboren con ellos para efectuar cambios positivos en los amplios
determinantes del envejecimiento activo y saludable.
Hacia la determinación del envejecimiento activo la salud y la productividad
dependen de una diversidad de factores o “determinantes” que rodean a las
personas, las familias y las naciones. El género y la cultura son determinantes
“interrelacionados” del envejecimiento activo ya que influyen sobre todos los
demás determinantes. El género puede tener un efecto decisivo sobre factores
como la condición social, el acceso a la atención sanitaria, un trabajo
gratificante y una alimentación nutritiva. Los valores y las tradiciones culturales
determinan la forma en que una sociedad dada considera a las personas
mayores. También influyen en las conductas personales y en la salud.
En el Documento denominado “Carta de Turín: Hacia un envejecimiento activo” adoptado por la Conferencia de Ministros de Trabajo de los países que
integran el Grupo de los 8 celebrada en Turín – Italia el 10 – 11 de Noviembre
de 2000 se destaca:
22
“ Los viejos constituyen un elemento valioso de la sociedad. Deberían
tener la posibilidad de desarrollar y utilizar su potencial para llevar vidas activas, independientes y plenamente satisfactorias. Un desafío de
central importancia es promover una cultura que valore la experiencia y el conocimiento que acompañan a la vejez ...”
El potencial de las personas de edad representa un gran reservorio de recursos
para nuestras economías y sociedades, para lo cual deberá fortalecerse la
posición de los mayores en el mercado de trabajo; intensificar los programas
educativos, de asesoramiento e información para contrarrestar los
preconceptos, estereotipos y discriminaciones contra los ancianos y evitar la
discriminación por motivos de edad.
En el último decenio del Siglo XX comenzó a difundirse bajo la influencia de la
Organización Mundial de la Salud un nuevo concepto sobre envejecimiento
activo. Este enfoque no se limitó a las actividades normalmente vinculadas con
la producción y el mercado de trabajo, sino que adquirió un alcance más vasto.
Incorporó a sus postulados algo nuevo: la importancia de la participación e
inclusión de las personas de edad en calidad de ciudadanos con plenos
derechos. La OMS ha expresado:
“Después de haber agregado años a la vida, ahora debemos dar más vida
a los años”
Se define así una estrategia general aplicable a la vida entera en virtud de la
cual el objetivo es preservar la salud física y mental a medida que las personas
envejecen, de preferencia a lograr que sólo puedan trabajar durante períodos
más largos.
23
El concepto de envejecimiento activo engloba siete principios clave:
La actividad comprende todas las acciones significativas emprendidas por
un individuo en pro de su bienestar, de su familia, la comunidad o toda la
sociedad, sin que tales acciones deban realizarse exclusivamente en
función de la producción o el empleo remunerados.
Debe englobar a todas las personas que están envejeciendo sin excluir a
dependientes.
El concepto tiene carácter preventivo. Deben estar inmersas en el proceso
de envejecimiento activo personas de todas las edades y la principal
preocupación debe ser la prevención de las enfermedades e
incapacidades, la dependencia, la pérdida de calificaciones profesionales y
otras contingencias.
En el moderno enfoque del envejecimiento activo cobra importancia la
solidaridad entre generaciones, pues concierne al futuro de todo el mundo
y no sólo el de las personas ancianas. Todos deben tomar parte en este
proceso.
El concepto debe englobar la existencia de derechos y obligaciones, por
ejemplo, disfrutar del derecho a la protección social, la educación
permanente, la formación contínua, etc.
Toda estrategia de envejecimiento activo debe ser participativa y permitir
determinaciones individuales.
Debe respetarse la diversidad nacional y cultural.
La estrategia de envejecimiento activo evoca la visión de una sociedad para
todas las edades en la que exista equiparación de oportunidades de participar y
contribuir en algo para personas de todas las edades.
24
En la perspectiva de toda una vida, el envejecimiento activo implica que los
jóvenes deberán prepararse para una vida más larga, más activa y de mejor
calidad, lo que entraña la necesidad de ir creando conciencia entre sus padres
y ellos mismos de los beneficios que conlleva ceñirse a estilos de vida
saludables, aprovechar las oportunidades de educación y formación
permanente y saber administrar cada etapa de la vida. Deberán aprender
desde la niñez cómo se va envejeciendo y saber de qué maneras influyen los
estilos de vida en la calidad de vida de que podrá gozarse al envejecer.
También deberán comprender cuán dañosa puede se la discriminación por
motivos de edad para las personas que van envejeciendo y la sociedad en su
conjunto. Será necesario que la juventud adquiera una visión positiva de la
gente más vieja que ella y que comprenda el papel clave que desempeña la
solidaridad entre generaciones.
Durante la edad media o madura, las personas estarán en condiciones de velar
por su propio envejecimiento y podrán retirarse más tarde o de manera
progresiva. Habrá que combatir las barreras de edad en el empleo, apoyar
toda acción favorable a la educación permanente y a la formación contínua,
fomentar la retención y reintegración de trabajadores de edad, crear más
oportunidades de retiro gradual y garantizar el fomento y el apoyo de
actividades por el sistema de protección social, fomento de actividades de
carácter sanitario para lograr un desarrollo cultural favorable al mejoramiento
de la salud.
Durante la tercera edad, durante la jubilación o en el curso de un retiro parcial,
debiera tenerse oportunidades de contribuir al envejecimiento activo de
diversas maneras: libertad de elección respecto de distintas formas de
actividad (empleo remunerado, trabajo voluntario, participación en la vida
comunitaria o familiar, entretenimientos y otras formas de ocio y recreación).
La nutrición es un elemento decisivo en los estilos de vida saludables.
Para quienes lleguen a la cuarta edad, será preciso lograr los objetivos de
máxima participación y autonomía, aún cuando sufran cierta debilidad. Las
25
políticas en materia de salud, cuidados sociales, jubilaciones y pensiones y
vivienda deberán velar por que la población de mayor edad pueda
desempeñarse de manera independiente y autosuficiente y adoptar decisiones
propias.
Las nuevas técnicas, como todo otro avance tecnológico, asumirán un papel
importante en varios aspectos: garantizar seguridad a las personas más
vulnerables, mantener a los encargados de cuidar a sus parientes ancianos en
contacto con ellos mientras trabajan en otra parte, etc.
Los servicios necesarios deberán ser provistos por asociaciones civiles
voluntarias.
La estrategia propuesta interesa a los ciudadanos de todas las edades a
medida que cada uno de ellos va envejeciendo, dado que va acrecentando sus
posibilidades y mejorando su calidad de vida; garantiza, asimismo, el mejor uso
posible del capital humano, amplía la participación en la vida comunitaria y la
solidaridad social, impide que se generen conflictos entre generaciones y sirve
para crear una sociedad más equitativa y menos fragmentada.
El envejecimiento activo contribuye a perfeccionar la calidad de vida y hace
más factible una economía sostenible. El blanco de las políticas para poner en
ejecución esa estrategia deja de ser la población de edad avanzada, en calidad
de grupo segregado del resto, y se convierte en toda la población, es decir,
todos quienes estamos envueltos en el contínuo proceso del envejecimiento,
pues compartimos un interés colectivo en ese proceso y en la conservación y
mejoramiento de la calidad de nuestras vidas.
La estrategia propuesta refleja la aspiración de una sociedad para todas las
edades, ya que todos participaríamos en un mismo proyecto.
26
2) Principios de las Naciones Unidas Los Principios de Naciones Unidas a favor de las personas de edad fueron
aprobados por resolución 46/91 de la Asamblea General de las Naciones
Unidas de fecha 16 de diciembre de 1991. Alientan a los Gobiernos a que
introduzcan en sus programas nacionales cada vez que sea posible los
siguientes principios:
- Independencia.
- Las personas de edad deberán tener acceso a alimentación, agua,
vivienda, vestuario, y atención de salud adecuados, mediante la
provisión de ingresos, el apoyo de sus familias y de la comunidad y su
propia autosuficiencia.
- Las personas de edad deberán tener la oportunidad de trabajar o de
tener acceso a otras oportunidades de generar ingresos.
- Las personas de edad deberán poder participar en la determinación de
cuando y en qué medida dejarán de desempeñar actividades laborales.
- Las personas de edad deberán tener acceso a programas educativos y
de formación adecuados.
- Las personas de edad deberán tener la posibilidad de vivir en entornos
seguros y adaptables a sus preferencias personales y a la evolución de
sus capacidades.
- Las personas de edad deberán poder residir en su propio domicilio por
tanto tiempo como sea posible.
- Participación
- Las personas de edad deberán permanecer integradas en la sociedad,
participar activamente en la formulación y la aplicación de las políticas
que afecten directamente a su bienestar y poder compartir sus
conocimientos y pericias con las generaciones más jóvenes.
27
- Las personas de edad deberán poder buscar y aprovechar
oportunidades de prestar servicio a la comunidad y de trabajar como
voluntarios en puestos apropiados a sus intereses y capacidades.
- Las personas de edad deberán poder formar movimientos o
asociaciones de personas de edad avanzada.
- Cuidados
- Las personas de edad deberán poder disfrutar de los cuidados y la
protección de la familia y la comunidad de conformidad con el sistema de
valores culturales de cada sociedad.
- Las personas de edad deberán tener acceso a servicios de atención de
salud que les ayuden a mantener o recuperar un nivel óptimo de
bienestar físico, mental y emocional, así como prevenir o retrasar la
aparición de enfermedades.
- Las personas de edad deberán tener acceso a servicios sociales y
jurídicos que les aseguren mayores niveles de autonomía, protección y
cuidado.
- Las personas de edad deberán tener acceso a medios apropiados de
atención institucional que les proporcionen protección, rehabilitación y
estímulo social y mental en un entorno humano y seguro.
- Las personas de edad deberán poder disfrutar de sus derechos
humanos y libertades fundamentales cuando residan en hogares o
instituciones donde se les brinden cuidados o tratamiento, con pleno
respeto de su dignidad, creencias, necesidades e intimidad, así como de
su derecho a adoptar decisiones sobre su cuidado y sobre la calidad de
vida.
- Autorrealización
- Las personas de edad deberán pode aprovechar las oportunidades para
desarrollar plenamente su potencial.
- Las personas de edad deberán tener acceso a los recursos educativos,
culturales, espirituales y recreativos de la sociedad.
28
- Dignidad
- Las personas de edad deberán poder vivir con dignidad y seguridad y
verse libres de explotación y de malos tratos físicos o mentales.
- Las personas de edad deberán recibir un trato digno,
independientemente de la edad, sexo, raza o procedencia étnica,
discapacidad u otras condiciones, y han de ser valoradas
independientemente de su contribución económica.
3) Documentos de Asambleas Mundiales y Organismos
Internacionales
a) Plan de Acción Internacional sobre el Envejecimiento El Plan de Acción Internacional sobre el Envejecimiento 2002 adoptado en la
Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento (Abril del 2002 – Madrid),
requiere un cambio de actitud, de la política y de la práctica de todos los
sectores para aprovechar el enorme potencial que el envejecimiento supone en
el siglo XXI. El Plan tiene como objetivo que las personas mayores puedan
disfrutar plenamente de sus derechos humanos, envejezcan de forma segura y
fuera del alcance de la pobreza, participen plenamente en la vida económica,
política y social y tengan la posibilidad de realizarse en su edad más avanzada;
también se centra en la eliminación de la violencia y la discriminación de las
personas mayores, la igualdad de género, la importancia vital de la familia, la
asistencia sanitaria y la protección social de las personas mayores.
En dicha Asamblea Mundial se ha expresado:
“El potencial de las personas mayores es un fundamento importante para el desarrollo futuro, que permite a la sociedad confiar cada vez más en la destreza, experiencia y sabiduría de las personas mayores, no sólo para
asumir el liderazgo de su propia mejora, sino también para participar activamente en el conjunto de la sociedad”.
29
4) Factores determinantes del Envejecimiento Activo
Factores sociales: educación, alfabetización, derechos humanos, apoyo
social, prevención de la violencia y el abuso
Factores personales: biología y genética, capacidad de adaptación
Sanidad y servicios sociales: promoción de la salud, prevención de
enfermedades, cuidados a largo plazo, atención primaria
Factores del entorno físico: ámbitos urbanos y rurales, vivienda, prevención
de lesiones
Factores económicos: ingresos, trabajo, protección social
Factores conductuales: actividad física, alimentación sana, abandono del
tabaquismo, control de los problemas causados por el alcohol, uso
incorrecto de la medicación
5) Hacia una sociedad para todas las edades
El concepto de una “sociedad para todas las edades” -considerada como
objetivo básico de la integración social-, significa que es una sociedad en la
que “... cada persona, con sus propios derechos y responsabilidades, tenga
una función activa que desempeñar”. La incorporación del concepto de “edad”
en una sociedad para todos le confiere un carácter multigeneracional e integral
que “permitiría a las generaciones efectuar inversiones recíprocas y compartir
los frutos de esas inversiones, guiadas por los principios gemelos de
reciprocidad y equidad”.
30
Los desafíos de una “sociedad longeva” consisten en integrar a las personas
de edad en el futuro de esa sociedad, haciéndolas partícipes esenciales en el
logro de una comunión social de todas las edades.
En el contexto de “una sociedad para todas las edades”, el objetivo es
garantizar que “todos los individuos puedan envejecer con seguridad y dignidad
y que continúen participando en la vida de la sociedad como ciudadanos que
disponen de plenos derechos”, recomendándose tres orientaciones prioritarias:
asegurar un desarrollo durable en una sociedad longeva; promover la salud y el
bienestar de las personas de edad; y crear un ámbito propicio para todas las
edades.
Se ha construído un modelo social de la vejez. Muchas veces se asocia con
limitaciones físicas, incapacidad laboral y dependencia económica; otras veces
con leyes de jubilación, enfermedades crónicas y la protección de servicios
regulados por la edad cronológica. Las políticas sociales tienden a no tomar en
cuenta la enorme diversidad que existe en la población de personas mayores y,
por lo tanto, a menudo no son flexibles ni responden a los distintos
requerimientos materiales y sociales, como tampoco a las cuestiones de
género. La política social no tiene en consideración el hecho de que, en todas
las sociedades, los adultos mayores quieren contribuir económica y
socialmente y lo hacen efectivamente hasta edad avanzada.
Cuando calificamos a las personas mayores como víctimas u objetos de piedad
y como una carga, nos condenamos a nosotros mismos y también a otros a
una existencia en la que no se aplican los valores normativos que buscamos.
La protección social implica una adhesión a los derechos de las personas de
edad y exige a la vez el apoyo a todas sus necesidades y habilidades, así
como la satisfacción de las mismas, otorgando a sus contribuciones y
actividades el mismo reconocimiento y respaldo que a sus vulnerabilidades.
Las transformaciones sociales -entre las cuales destacamos los cambios en el
modelo familiar, que ha sido tradicionalmente la mayor fuerza proveedora de
seguridad a los miembros de edad avanzada-, están ejerciendo profunda
31
influencia sobre el funcionamiento de los sistemas de suministro de cuidados.
Actualmente, la mayoría de los ancianos y ancianas son atendidos en el seno
del sistema familiar , pero no puede asegurarse con un enfoque prospectivo
que la situación continuará así.
Dentro del grupo de personas de edad, las mujeres viudas, a menudo viven
solas y son profundamente vulnerables, incluso cuando están brindando apoyo
a sus familias. Los programas de protección social tienden a concentrarse en
las vulnerabilidades físicas que experimentan muchas personas de edad, y
refuerzan así los estereotipos, poniendo énfasis en sus necesidades de
asistencia más que en sus contribuciones sociales y económicas a la sociedad.
La protección social de las personas de edad no se limita exclusivamente a
los medios económicos; abarca también otros tipos de recursos necesarios
para una vida independiente, autosuficiente y productiva. Además, no se limita
a la familia individualmente, sino que se extiende a toda la comunidad. Es
preciso definir y movilizar los recursos de la comunidad a nivel económico,
social, educativo y cultural para apoyar a los individuos y lograr que sus vidas
se desenvuelvan en forma independiente y protegida.
La falta de ingresos, el aislamiento y la debilidad física hacen que en la tercera
edad las personas sean más vulnerables pues coartan su capacidad de
participar en la vida social, económica y política de la comunidad, aparte de
que a menudo hasta las excluyen de ella. Con frecuencia se considera que los
ancianos constituyen un grupo económicamente improductivo, y en los análisis
socioeconómicos se pasan por alto sus necesidades y su potencial. Este tipo
de exclusión social está estrechamente ligado a la pobreza y representa una
grave amenaza para la autosuficiencia e independencia de los adultos
mayores. La reducción de la pobreza y de la exclusión social debe ser un
elemento clave de cualquier política respecto de esas personas que apunte a
promover su integración y participación sociales.
Existen autores tales como la Socióloga Matilda White Riley que recomiendan
la formulación de políticas destinadas a ver la vida como un proceso completo,
32
integral. La mira no debe ponerse tanto en saber si las personas son
productivas o no, sino más bien que una de las mayores posibilidades de que
una sociedad logre un elevado crecimiento económico reside en la capacidad
de reasignar a lo largo de todas las edades parte del tiempo libre que se
acumula actualmente durante la jubilación. Ve a las personas asumiendo en su
ancianidad parte de las responsabilidades laborales de las de edad mediana y
liberando así a estos seres más jóvenes del estrés de ese período, originado
por sus roles en la fuerza de trabajo y en el seno de la familia. Su argumento
es que: “un número tremendo de personas de edad, capaces y potencialmente
productivas, no puede coexistir largo tiempo con estructuras de roles vacíos,
mientras los adultos más jóvenes luchan sometidos a abrumadoras exigencias
de sus respectivos papeles. Algo tendrá que ceder. Una revolución en la
estructura de edades del siglo XXI parece inevitable” (Productive Aging News,
1993).
Dicha Socióloga piensa que necesitamos desglosar la actual estructura de
trabajo “diferenciada por edades” y pasar a una visión de ésta que abarque
toda la vida: “Bien puede ser que una modificación de las instituciones y
normas permita que las personas de toda edad entren y salgan de la
educación, cambien de empleo o inicien nuevas carreras, y entremezclen en el
curso de su vida el tiempo libre con otras actividades”.
E) La educación del adulto mayor como instrumento de integración social La educación permite:
dominar el medio social, historico, económico, político, cultural y tecnológico
en el que las personas mayores viven. Se trata de conseguir la “nueva
alfabetización” de las personas mayores, teniendo en cuenta las nuevas
circunstancias de la sociedad que nos rodea, los nuevos lenguajes, los
nuevos contenidos. Las personas mayores necesitan, en su mejora de la
calidad de vida, conocer y comprender el mundo en el que les ha tocado
33
vivir. Se trata también de luchar contra el analfabetismo tecnológico y
evitar la dualización social (Conseil de l´Europe, 1992). Esto es una
cuestión a la que no se puede renunciar ni por parte de las mismas
personas mayores, ni por parte de la sociedad y de las instituciones. Desarrollar la capacidad de aprendizaje de estas personas mayores desde
el punto de vista cognoscitivo, instrumental o actitudinal. Así resulta
necesario tener en cuenta, como ejemplo de este aprendizaje, el
conocimiento y el uso de las nuevas tecnologías de Internet, del correo
electrónico, etc. El aprendizaje de estas nuevas tecnologías, además,
puede ayudar a mejorar su nivel de bienestar social y personal, contribuir a
su integración social (utilizar habilidades cognitivas, crear y/o fortalecer
redes sociales) con el uso de los mismos a nivel de relaciones sociales, del
comercio electrónico, etc. Satisfacer las preocupaciones de orden moral, estético y culturales de este
colectivo (necesidades de desarrollo según A. Maslow) que plantea cada
vez más nuevas necesidades.
Es necesario tener en cuenta una serie de principios y elementos
metodológicos:
Hay que partir del principio de que los planes de educación para las
personas mayores son una buena inversión social, económica, política y
cultural.
La educación de las personas mayores necesita de un cambio sobre la
actitud social de las mismas. Debe posibilitar no solo el desarrollo y la divulgación del conocimiento, sino
también el desarrollo comunitario de la sociedad, a través de servicios
específicos, con la participación de ellos mismos. Es decir lograr una visión
de la persona mayor desde un rol más activo.
34
Debe realizarse a través del desarrollo personal que propicia la
participación, el cumplimiento de necesidades, la mejora de su calidad de
vida. Debe realizarse con, para y por las personas mayores, potenciando, pues,
su participación en su diseño, con una actitud activa, responsable y positiva. Necesita de la creación, desarrollo de una metodología adaptada a las
características de este colectivo, desde el punto de vista cognitivo y
afectivo, así como en relación al medio ambiente en el cual están
integrados. La cuestión ambiental es determinante de la calidad de vida. Debe llevarse a cabo evitando la segregación de estos colectivos e
impidiendo que dicha educación sólo beneficie a los sectores más
privilegiados de los mismos.
La educación de las personas mayores debe pretender como mínimo tres
grandes objetivos:
Incrementar los saberes y los conocimientos.
Incrementar los saberes prácticos, el saber hacer, el aprender a seguir
aprendiendo. Desarrollar el saber ser, el desarrollo personal, el desarrollo solidario, el
crecimiento contínuo, las relaciones sociales, la participación social.
Aprender a Aprender se ha convertido en la mejor fórmula educativa para la
participación social. Si educarse y vivir viene a ser la misma realidad humana,
el aprendizaje es la gasolina que alimenta ese motor que nos empuja hacia una
comprensión más profunda de la realidad donde vivimos. De aquí nace la
exigencia y la necesidad de que aprender a lo largo de la vida sea una
obligación impuesta por una sociedad que transforma rápidamente todos sus
espacios y ámbitos. “A este proceso deben contribuir todos los momentos de
35
la vida y todos los ámbitos de la actividad humana, a fin de que el desarrollo
pleno del individuo coincida con la participación en la vida de la sociedad. La
educación sin límites temporales ni espaciales, se convierte entonces en una
dimensión de la vida misma” (Delors, 1996) Como recomienda la ONU “Los
viejos también pueden crear valor añadido. No se les puede considerar sólo
como sujetos pasivos. Se trata de administrar los recursos y de consumir
desde una conciencia ecológica e intergeneracional”. Los Programas dirigidos
a personas mayores apuestan a “dar más vida a los años” y no solamente “más
años a la vida” lo cual implica no solo prolongar los años vividos sino que ésta
se viva de forma digna.
1) Perspectivas de la Educación
Consecuentemente con el desafío impuesto respecto de la inserción de los
adultos mayores la educación ha desarrollado varias maneras de dar cabida a
los mayores. Ha logrado unir dos palabras: educación y personas mayores.
Hasta el momento, la educación estuvo exclusivamente al servicio del trabajo,
la producción, lo que se ha llamado “vida útil” o “activa”.
Las estructuras de las instituciones educativas han venido preparando niños,
jóvenes y adultos jóvenes para incorporarse al campo laboral. En muchos
países se ha venido incorporando el concepto de educación permanente
conservando el carácter de capacitación laboral y técnica de adultos. Los
adultos mayores buscan dejar atrás el concepto de “pasivos”, al buscar y
propiciar nuevas formas de enseñanza que se inscriben como “educación para la actividad” ; nuevas estructuras en las que cuentan los espacios donde
crecer, crear y recrear, comunicarse, transmitir sus experiencias, continuar con
la formación personal, aprendiendo y enseñando. Dichos espacios irán
mejorando su calidad de vida, así como reforzando su estructura psíquica
afectada por las transformaciones propias del proceso de envejecimiento.
36
El eje central de cualquier educación para adultos mayores es “enseñar a envejecer” que no es otra cosa que “enseñar a vivir”, entendiendo por enseñar
“dejar aparecer ...”, “dejar aprehender ...”, “dejar ser ...”. “Entraña la posibilidad
de captación de cómo uno es en el horizonte de sus potencialidades ...
contribuyendo a que cada sujeto reconozca la dirección de su propio
pensamiento, en relación a su deseo”.
Expertos de Naciones Unidas, a través de programas de UNESCO, insisten en
promover cambios significativos a tales efectos. Un ejemplo es Francia que ha
asumido este desafío: junto a programas de educación permanente, se han
abierto numerosas Universidades de la Tercera Edad (la primera fundada en
1973).
Según P. Brasseul: “se sustituyó por una noción nueva, según la cual
educación, actividad y tiempo libre son tres dimensiones de la vida, donde la
combinación armoniosa, a todo lo largo de la existencia, es la condición
necesaria para el bienestar de los hombres y el equilibrio de las sociedades”.
La educación como intercambio del medio y el individuo, debe ser considerada como educación permanente y como tal un proceso contínuo
a todo lo largo de la vida.
La aplicación de la educación permanente derriba mitos o tal vez prejuicios que
atribuyen al adulto mayor el deterioro inevitable de su capacidad intelectual en
desmedro de su posibilidad de aprender.
La educación de los adultos mayores se inscribe en la educación para la
diferencia, para la diversidad. Cada individuo aprende desde su singularidad,
pero aprende. En el adulto mayor la educación va dirigida específicamente a
contribuir a una mejor calidad de vida a través de los siguientes objetivos:
Un conocimiento del proceso de envejecimiento hará que pueda disponer
más eficazmente de sus posibilidades.
37
Conocer estas posibilidades lo llevará hacia la creatividad y la expresión;
toda tarea de creación y expresión genera una vuelta al individuo
estimulando su estructura psíquica.
El enriquecimiento psíquico también surge del intercambio grupal del
proceso educativo, los “otros” son referentes en los que el adulto mayor
puede reconocerse.
Este reconocimiento como acción educativa le permite valorar su vida con
sus experiencias, e integrar ese pasado para dar continuidad a la imagen de
sí conmovida por las pérdidas sufridas (del rol laboral, de la migración de
los hijos, de muerte de familiares).
El grupo educativo favorece también la elaboración de los duelos,
despejando energías para ser puestas en otras tareas.
Tareas que realizará el adulto mayor como miembro activo de una sociedad
en cambio.
La educación los encamina a reconocerse en sus cambios, convivir consigo,
elaborar la soledad, significando preparación para la vida y reconocimiento
de la muerte como hecho de sus vidas.
La educación permanente no tiene puestos sus intereses en la producción,
sino en la formación y el esparcimiento del individuo con desarrollo de las
distintas posibilidades creadoras y dirigida a la totalidad del mismo,
siguiendo así sus motivaciones más profundas o sus inquietudes
manifiestas.
La educación permanente no tiene límites, ni de edad, ni de formación
previa, ni de ubicación socioeconómica.
38
Los adultos mayores encuentran a través de ella nuevas formas de
organizar su tiempo, no para ocuparlo solamente y menos para “matarlo”,
sino buscando una nueva actitud de vida que le proporcione gratificaciones,
enriquecimiento personal, solidez, a través de la actividad, el intercambio y
la formación.
La educación permanente puede hacerse en diferentes lugares, por ej.:
asociaciones de jubilados, centros de atención, clubes o Universidades de
Tercera Edad o de Tiempo Libre con más organización y extensión en sus
planes.
La educación permanente será promotora de cambios significativos del
imaginario social transformando las actitudes de descalificación,
menosprecio o paternalismo para los mayores, de las que también a veces
éstos haciéndose depositarios las alimentan nuevamente. En un imaginario
de la postmodernidad en donde juventud, belleza física y consumo son
valores máximos, el envejecimiento se torna así casi una enfermedad o una
carga pública. La educación permanente ayuda a reinsertarlos
nuevamente, a darles oportunidades para ser útiles, activos, portadores de
valores propios que seguramente se irán incorporando de otra manera al
imaginario en los comienzos del siglo XXI.
Los adultos mayores, depositarios de la memoria colectiva, son los encargados de preservar los valores que hacen a nuestra historia, posibilitando así la comprensión del presente y contribuyendo a la
proyección del futuro.
39
2) Concepto de Andragogía
Se entiende por Andragogía la disciplina que se ocupa de la educación y el
aprendizaje del adulto. El concepto Andragogía de acuerdo a Gloria Ortiz
Jiménez es un neologismo propuesto por la UNESCO en sustitución de la
palabra pedagogía, para designar la ciencia de la formación de los hombres, de
manera que no se haga referencia a la formación del niño, sino a la educación
permanente.
Para A. Marquez “es la disciplina educativa que trata de comprender al
adulto/a desde todos los componentes humanos, es decir como un ente
psicológico, biológico y social” 5
A. Alcalá sostiene que la Andragogía se desarrolla a través de una praxis
fundamentada en los principios de Participación y Horizontalidad cuyo proceso,
al ser orientado con características sinérgicas por el facilitador del aprendizaje,
permite incrementar el pensamiento, la autogestión, la calidad de vida y la
creatividad del adulto con el propósito de proporcionarle una oportunidad para
que logre su autorrealización. 6
La Andragogía proporciona la oportunidad para que el adulto que decide
aprender, participe activamente en su propio aprendizaje e intervenga en la
planificación, programación, realización y evaluación de las actividades
educativas en condiciones de igualdad con sus compañeros, participantes y
con el facilitador; lo anterior, conjuntamente con un ambiente de aprendizaje
adecuado, determinan lo que podría llamarse una buena praxis andragógica. (Idem anterior)
5 Ponencia presentada en el Primer Encuentro Nacional de Educación y Pensamiento, 1998,
Santo Domingo – Rep. Dominicana).
6 (A. Alcalá, 1997, La práxis andragógica en los adultos de edad avanzada).
40
La andragogía es la disciplina que se ocupa del estudio de los procesos implicados en la educación del adulto
Consideraremos adulto a toda aquella persona que tiene entre 18 y 70 años.
La adultez se ubica entre la adolescencia y la senectud. Las características del
aprendizaje en el adulto dependen en gran medida de la psicología propia de
esta edad evolutiva.
Los rasgos más resaltantes del adulto son:
- La vida autónoma en lo económico y en lo social.
- Posee un concepto de sí mismo como capaz de tomar decisiones y
autodirigirse.
- Juega un papel social, que conlleva responsabilidades desde el punto de
vista económico y cívico.
- Forma parte de la población económicamente activa y cumple una función
productiva.
- Actúa independientemente en sus múltiples manifestaciones de la vida.
- La inteligencia sustituye a la instintividad.
El aprendizaje ocurre cuando la persona está preparada para aprender, pues el
conocimiento se construye a partir de lo que la persona ya sabe y depende
tanto del propósito y del interés del individuo, como del grado de desarrollo de
las capacidades intelectuales inherentes a la persona. El aprendizaje
comienza cuando en la mente del individuo surge un problema, una respuesta
inconclusa o un estado de confusión e incertidumbre; comienza también
cuando la persona acepta el reto de lo desconocido, de lo controvertible y se
lanza a buscar soluciones.
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El aprendizaje del adulto se basa en los 4 pilares siguientes:
Aprender a conocer: Desarrollar habilidades, destrezas, hábitos, actitudes
y valores que le permitan al adulto adquirir las herramientas de la
comprensión como medio para entender el mundo que le rodea, vivir con
dignidad, comunicarse con los demás, y valorar las bondades del
conocimiento y la investigación.
Aprender a aprender: Desarrollar habilidades, destrezas, hábitos,
actitudes y valores, que le permitan al adulto adquirir o crear métodos,
procedimientos y técnicas de estudio y de aprendizaje para que pueda
seleccionar y procesar información, comprender la estructura y el
significado del conocimiento a fin de que lo pueda discutir, negociar y
aplicar. El aprender a aprender constituye una herramienta que le permite
al adulto seguir aprendiendo toda la vida.
Aprender a hacer: Desarrollar su capacidad de innovar, crear estrategias,
medios y herramientas que le permitan combinar los conocimientos teóricos
y prácticos con el comportamiento socio-cultural, desarrollar la aptitud para
trabajar en equipo, la capacidad de iniciativa y de asumir riesgos.
Aprender a ser: Desarrollar la integridad física, intelectual, social, afectiva
y ética de la persona en su calidad de adulto, de trabajador, de miembro de
familia, de estudiante, de ciudadano.7
7(Díaz Díaz C.B., Una propuesta para formar educadores de adultos: “Programa de
especialización en educación de adultos”, Fuente:
http://utp.edu.co/¬chumanas/revistas/revistas/rev17/diaz.html – Mayo 2000)
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El aprendizaje del adulto tiene características especiales:
Conocimiento útil – El adulto quiere respuestas que se relacionen
directamente con su vida, las probabilidades residen en que él las adapte a
las experiencias de su vida, mediante estimaciones cualitativas y
experiencias vitales que le permitan hacer nuevas consideraciones. Si ve
que de las actividades en la educación del adulto puede obtener
conocimientos aplicables, participará de ellas. De lo contrario, desistirá. El
hecho de que el estudiante adulto sea diferente permite comprender lo que
Havighurst llama el “momento propicio para enseñar”. Este momento llega
cuando una persona necesita de un conocimiento o técnica que lo ayude a
resolver algún problema vital y ocupacional”.
La experiencia – Los adultos son motivados a aprender a medida que ese
aprendizaje satisface sus necesidades de experiencia e intereses. La
orientación adulta al aprendizaje está centrada en la vida; por lo tanto, las
unidades apropiadas para el aprendizaje adulto son situaciones reales. No
todos los adultos han acumulado las mismas experiencias. De hecho las
diferencias individuales de la gente se incrementan con la edad. La
experiencia es el recurso más rico del aprendizaje adulto. Los adultos
tienen una necesidad profunda de autodirección, por lo que el rol del
maestro es comprometerse a un proceso mutuo de indagación, en lugar de
transmitir su conocimiento y evaluar según éste.
Funcionamiento psicológico – El adulto no aprende como el niño. Ello se
debe a un distinto funcionamiento psicológico y al tipo de actividad que
realizan, lo cual repercute en sus formas de aprender y también en la
metodología didáctica que debemos emplear.
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Los condicionantes del aprendizaje de adultos que encontramos con mayor
frecuencia son:
- Forman grupos heterogeneos en edad, intereses, motivación, experiencia y
aspiración.
- El interés gira en torno al bienestar, el ascenso laboral o la autoestima.
- Los objetivos son claros y concretos, elegidos y valorizados.
- Los logros y éxitos serán deseados intensamente o con ansiedad.
- Existe preocupación por el fracaso.
- A menudo arrastra el peso de experiencias de aprendizaje frustrantes que le
convencen de que no es capaz de adquirir conocimiento nuevo.
- Fuentes de conocimiento heterogéneas, a veces contradictorias.
- Mayor concentración en clase, lo cual favorece el aprovechamiento del
tiempo en clase.
“El formador debe considerar que las características del aprendizaje de los
adultos son entre otras:
- El adulto tiene mucho bagaje histórico, cultural y social como consecuencia
de pertenecer enteramente a un ámbito determinado. Se encuentra
integrado en unas formas de vida determinadas.
- El adulto participa en el aprendizaje.
- El participante construye su propio conocimiento con ayuda del mediador.
Es necesario que el formador sea un incentivador del aprendizaje. Necesita
saber cómo aprende el adulto para poder establecer la orientación adecuada
de los conocimientos y metodologías de aprendizaje, para poder dirigirlos al
desarrollo de capacidades que se necesiten potenciar y mejorar”
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“Otras características que inciden en el modo de aprender del adulto son:
- Trabajan, no tienen tiempo.
- Se cansan más rápido.
- Están más motivados.
- No tienen hábitos de tomar notas ni de estudio.
- Son más responsables.
- Son más exigentes.
- Quieren profesionalismo.
- Son participativos”
Los descubrimientos derivados de las investigaciones sobre cómo aprenden los
adultos coinciden con planteamientos básicos hechos por el movimiento de la
escuela activa. Según Tough (1971) cuando los adultos aprenden algo en
forma natural, en contraposición a cuando se les enseña, estarán más
motivados y comprometidos. Asimismo, cuando aprenden por su propia
iniciativa, lo hacen con mayor profundidad y de modo más permanente.
Considera el desarrollo del adulto como ser social, para que pueda relacionarse
con el otro, trabajar en equipo, conocer el mundo, participar de la igualdad de
derechos entre la mujer y el hombre, comprometerse consigo mismo, con el
bienestar y la paz. Asimismo, considera el desarrollo del adulto como ser
productivo: con mentalidad abierta a la reflexión y al cambio; con capacidad de
adaptación a las nuevas circunstancias y climas organizacionales: para que
satisfaga sus propios intereses así sea de carácter personal o profesional y
para que actúe de acuerdo con la misión de las instituciones y de éstas en la
sociedad.
En el adulto es requisito básico para un aprendizaje real el desaprendizaje de
vivencias, experiencias, conocimientos, creencias, paradigmas que tenemos en
nuestro cerebro y que aún cuando fueron útiles en un tiempo, ya no lo son en la
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actualidad. Desaprender es parte importante del aprendizaje y constituye una
de las mayores fuentes de resistencia interna del individuo. Si la gente no
desaprende, el cambio se dificulta. Desaprender es sencillamente eliminar lo
que hemos aprendido que ya no nos sirve y dejar espacio para lo que
necesitamos aprender pueda entrar a nuestro cerebro con facilidad. Para
realizar esto, el ser humano debe desarrollar la conciencia de la existencia de
muchos más puntos de vista que pueden ser tan o más válidos que el percibido
por él. Es recomendable el lograr a través de una atmósfera y de un proceso
de aprendizaje adecuado, que los adultos formando parte de una actividad de
adiestramiento, suspendan sus supuestos y abran su mente hacia lo que ha de
desarrollarse, obteniendo de esta manera las bases para que el mensaje que
se desea transmitir sea comprendido, retenido y aprehendido. El
desaprendizaje es un eslabón ubicado entre el aprendizaje y el reaprendizaje.
No podemos aprender algo nuevo si no desaprendemos antes. Al momento de
iniciar un proceso de aprendizaje, se debe hacer la pregunta ¿Qué debemos
desaprender cada uno de nosotros en este lugar para poder sacarle provecho a
esta actividad
¿Porqué un adulto pudiera estar interesado en tener más conocimientos?
Las razones son entre otras:
- Necesita adiestramiento adicional para hacer mejor su trabajo.
- Para ascender de posición.
- Para ser mas eficiente y rentable en su área de trabajo.
- Puede ayudarle a alcanzar sus metas personales, familiares y
empresariales.
- El abrir su mente a otras situaciones y vivencias le ayuda a encontrar
nuevas soluciones a sus problemas.
- Un nuevo conocimiento puede demostrar la relevancia de un aspecto dentro
de una situación determinada.
- El adulto necesita cambiar situaciones negativas –problemas- en
oportunidades de éxito.
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- Para ser más productivo y rentable, el adulto debe aceptar los cambios en
sus procesos humanos y organizacionales.
- Al existir un cambio de paradigma, el adulto requiere de adiestramiento para
desde su “vuelta a cero” iniciar nuevamente el desarrollo de habilidades y
destrezas que le permitan mejorar su trabajo.
- El adulto mejora su imagen y autoestima al saberse competente.
Con relación al adulto mayor ningún otro hecho puede influir en forma tan
determinante en el ser humano como tener la posibilidad de retrasar o detener
el proceso de envejecimiento.
La educación constituye una estrategia que contribuye a dicho fin. Con relación
a la misma, en el ser humano se conserva casi intacta y de manera
permanente la facultad de adquirir nuevos conocimientos, es decir, el hombre
puede aprender en cualquier etapa de su vida.
La palabra “adulto”, de la voz latina “adultus”, significa crecer. El crecimiento
de la especie humana se manifiesta de manera ininterrumpida y permanente
desde el punto de vista psico-social y no biológico, que finaliza en un momento
dado al alcanzar el máximo desarrollo de su fisiología y morfología orgánica.
Se podría definir como la plenitud vital al que arriban los seres vivos en un
momento dado de su existencia. Según Papalia y Olds (1997) la edad del
adulto se extiende a partir de los veinte años y establecen tres tipos de adultez:
(1) Edad adulta temprana: entre los 20 y los 40 años; (2)Edad adulta
intermedia: de los 40 a los 65 años; (3) Edad adulta tardía: después de los 65
años.
En la educación de adultos de edad avanzada, el facilitador deja de ser la
figura central del proceso de aprendizaje; pasa a desempeñar un nivel
compartido con el adulto de edad avanzada en situación de aprendizaje,
interacción que debe caracterizarse por ser motivante, intercambiable y
dinámica. La praxis andragógica se ve favorecida por la experiencia de la
persona especialmente en lo que se refiere a lo aprendido durante su vida, su
sabiduría, sus vivencias y su caudal de recuerdos.
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3) Los adultos mayores como modelos socio-culturalizadores:
capital humano Un reto relevante de nuestra realidad es el incremento de los adultos mayores
y la amenaza de soledad en que pueden vivir por la confluencia de varios
factores: urbanismo, familia nuclear, trabajo de la pareja, prolongación media
de la esperanza de vida y condiciones de salud y bienestar.
Recuperando la capacidad de modelo de los adultos mayores respecto de los
nuevos, en el contexto de la vida urbana y desde la perspectiva pedagógica del
Desarrollo Comunitario se anima la presencia de los mayores en la sociedad
para superar el riesgo de la soledad y, al tiempo, recoger el inestimable poso
intelectual y afectivo acumulado por las personas mayores.
El fenómeno de nuestro tiempo al que nos referiremos está relacionado con: (a)
con los adultos mayores, como grupo psico-social específico; (b) con la
experiencia de aprendizaje social del modelo y (c) con el riesgo socio-cultural
de la soledad entre los adultos mayores referidos.
Estas tres variables de análisis entrelazadas: la realidad humana de los adultos
mayores, el riesgo de la soledad de los mismos y el valor de que los mismos
adultos mayores sean polos de referencia, modelos de aprendizaje social de
los nuevos.
Se constata (a) que hay un creciente número de adultos mayores en nuestras
sociedades; (b) que estas personas tienen el riesgo de vivir en soledad; y (c)
que ese grupo creciente de personas puede superar la soledad si el conjunto
socio-cultural aprende a potenciar la presencia de ellos como modelos de
perfeccionamiento psico-cultural. Esto constituye un enfoque con objetivos
pedagógico-sociales: encaminar las líneas directrices de un proyecto para
superar la soledad de los adultos mayores y canalizar sus potencialidades en
beneficio de toda la comunidad.
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F) La Educación Permanente como promotora de cambios La educación es un proceso continuo que acompaña al hombre a través de
toda su vida y se desarrolla en distintos ámbitos más allá de las instituciones
específicamente dedicadas a la enseñanza.
En las últimas décadas se ha enfatizado y difundido la conceptualización de
educación permanente como una estrategia pedagógica asociada a fenómenos
complejos como la revolución científico – tecnológica, transformaciones en la
estructura productiva y en las organizaciones, y la creciente participación de los
diferentes sectores sociales en la vida política y socio cultural.
Estos profundos cambios han aumentado la necesidad del adulto de
mantenerse actualizado frente a la explosión del conocimiento y la evolución de
múltiples medios de comunicación; buscar la capacitación continua y
eventualmente la reconversión profesional; integrarse a distintos grupos
sociales.
La concepción adaptativa de la educación, según la cual la educación
comienza en la infancia y culmina con la graduación de un adulto “estable” se
pone en tela de juicio proponiéndose en cambio la noción del hombre como ser
en búsqueda constante de su completo desarrollo que se extiende a través de
toda la vida.
La educación inicial capacita solo para iniciar una carrera o empleo y aporta los
conocimientos para continuar la educación durante toda la vida. Sin educación
continua la competencia decrece y se transforma en incongruente de cinco a
siete años después de la formación inicial no adaptándose a los requerimientos
de la práctica.
Por otra parte, las necesidades emergentes de los cambios sociales y
educacionales no se restringen a aspiraciones individuales del adulto en un
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mundo en transformación, sino que se plantean como demandas de las propias
organizaciones sociales.
La educación permanente resalta el hecho y la necesidad de estar
continuamente actualizados para hacer frente a los distintos cambios y avances
que se van produciendo en una sociedad cuyos tiempos vienen definidos por
una auténtica revolución tecnológica, que implica poseer mucha más
información, nuevas formas de hacer, de comunicación, etc.
El afán de estar al día ha ido simultáneamente acompañado por una pérdida de
los valores o principios sustantivos en educación o lo que podríamos llamar lo
permanente en educación, aquellos valores que afectan a todo tiempo, a toda
persona, en todo lugar, a todo el sistema educativo. Primordialmente el amor al
prójimo condiciona el enseñar o aprender (interesarnos en sus problemas,
compartir sus alegrías, sentirse queridos, etc.). En segundo lugar, debe ser
personalizada, o sea, debe abarcar a la totalidad de la persona, debe procurar
el perfeccionamiento de la persona como tal. Cada persona es singular, única
e irrepetible; deberá conocerse y desarrollarse las aptitudes de cada educando,
fomentando sus aficiones, respetando su carácter, su pensamiento. En tercer
lugar, las personas aprendemos por mimetismo, por contagio, por ejemplo de
las personas que nos rodean. Los valores no se estudian en los manuales, se
imitan cuando se ven en los hechos o a través de la experiencia.
Los esfuerzos de educación continua no deben basarse en la transmisión de
conocimientos en eventos aislados y sin articulación con los procesos totales
del servicio. Esta estrategia fomenta la actitud pasiva y la dependencia en el
educando. Es indispensable reorientar los esfuerzos de educación continua
hacia proyectos que se engarcen dentro de la vida cotidiana de las
instituciones, que consideren que el eje de la formación es el mismo proceso
del trabajo que articula la producción de servicios, de tal manera que la
resignificación de ese proceso pueda ser el camino para dinamizar los
servicios, valorizar al trabajador y superar los problemas de la práctica, siendo
este último elemento el indicador de impacto óptimo para evaluar los
programas educativos.
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Con éste propósito se pone a consideración un modelo pedagógico: el de la
problematización, en el cual los alumnos son soporte principal de la formación y
fuente de conocimientos y el docente tiene un papel de estimulador, catalizador
y orientador o facilitador del proceso.
Su punto de partida es la indagación sobre la práctica, entendida como la
acción humana y profesional dentro de un contexto social e institucional, de
manera colectiva, reuniendo los aportes individuales. De ese análisis de la
práctica se detectan los problemas de la misma, se avanza en las fuentes de
información y en una reflexión teórica para comprenderlos y profundizarlos y
finalmente se llega a hipótesis de solución que son probadas en la práctica
verificando su adecuación para la resolución del problema y la modificación de
la práctica.
El método pedagógico propuesto es un proceso permanente de reflexión del
equipo de trabajo acerca de las realidades de su práctica cotidiana, que
promueve el desarrollo integral de los trabajadores, y que no solamente
produce aprendizaje sino un crecimiento personal del individuo en cuanto a que
le permite entender mejor no sólo su trabajo como parte importante de un gran
contexto, sino el papel integral de la institución a la cual pertenece,
desarrollando la afirmación personal de un compromiso profesional frente a esa
realidad captada en su totalidad, posibilitando así una acción transformadora.
Inmersos en lo que se denomina “la sociedad del conocimiento y la
información”, asume importancia la educación como herramienta de progreso
personal y social.
Partiendo de la frase del Gral. José G. Artigas “Sean los orientales tan
ilustrados como valientes”, la educación ha sido una preocupación permanente
que ha acompañado la evolución del país.
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La educación debe preparar a las generaciones presentes y a las futuras para
el abrupto cambio de escenario ya no nacional sino planetario.
Ante el advenimiento de la sociedad del conocimiento y la información –un
cambio de escenario abrupto- los cambios que vivimos son integrales y afectan
toda la gama de actividades humanas. Las necesidades básicas siguen siendo
las mismas. Por ejemplo en la actividad económica siguen siendo perceptibles
cuatro etapas: producción, circulación, distribución y consumo; los factores de
producción siguen siendo: materias primas, recursos energéticos, trabajo y
capital. Lo que cambia son las formas o instituciones en que se desarrollan
esas cuatro etapas y esos factores de la producción.
Durante muchas décadas las modalidades de satisfacer las necesidades
humanas permanecieron estables. Esto significó que las instituciones
educativas permanecieran con cierta estabilidad. Gradualmente se fue
percibiendo un creciente divorcio entre el sistema educativo formal, los
cambiantes escenarios del país y las necesidades concretas de la gente.
La educación permanente supone la educación en todas las etapas de la vida
En este nuevo tiempo humano de la sociedad del conocimiento y la información
es la ruptura de los habituales parámetros la que conduce a que conceptos
como la educación permanente cobre dimensión.
La educación permanente elimina el concepto de carreras cortas o largas: hoy
la educación es un cuasi imperativo. La distancia ya no es un obstáculo para la
educación dado que a través de las tecnologías de la información las
posibilidades aumentan con un ritmo vertiginoso.
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La educación permanente implica el estar capacitado para aprender, reaprender y desaprender permanentemente, por lo tanto, asigna un valor
fundamental al dominio, por parte de la persona, de las técnicas de adquisición de conocimiento.
A partir de la segunda mitad del siglo XX el tema central del cambio rige el
pensar en todos los sectores de la cultura, científicos, religiosos, políticos,
artísticos, económicos, pedagógicos, sociales. Dicho cambio presenta
caracteres históricos nuevos, por ello define la nueva concepción del mundo:
rapidez estrepitosa que sacude instituciones y distorsiona valores tradicionales.
El cambio es el fenómeno por medio del cual el futuro invade nuestras vidas.
La aceleración del cambio de nuestro tiempo obligan al hombre a modificar su
conducta para aprender a dominar ese ritmo y adaptarse a las formas de vida
que se avecinan.
La educación permanente es una consecuencia de esta concepción del mundo,
de la vida y del hombre de hoy y que dinamiza su conducta mental y afectiva.
Es a través de una permanente actitud educativa del hombre, como será
posible comprender los cambios que se imponen. La educación debe ser la
experiencia de vida constante que permita al hombre “aprender a aprender” las
situaciones cambiantes y dominarlas. La educación permanente constituye un
instrumento del hombre para comprender su mundo en cada etapa de su vida y
prepara al hombre en la situación de cambio que ya se vive. Constituye la
respuesta a esa necesidad que se manifiesta en el hombre actual, actor de un
mundo histórico cambiante, que conoció a través de los bienes educativos del
aula, pero que con el transcurrir del tiempo, se le irá presentando extraño e
inaccesible. La misión obligada del hombre será estar en permanente
auscultación de los nuevos bienes culturales. De no lograr esa actitud
permanente “... sentirá la rareza del espíritu de su época como si fuere un ser
de otro planeta”.
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Esta dimensión nueva promueve nuevo sentido al quehacer de la institución
escolar debiendo capacitar al hombre para continuar su constante formación de
acuerdo a los continuados cambios del medio socio – cultural en que vive y
transcurre. La “crisis de la escuela” parecería ser una consecuencia de una
falta de consonancia entre esta institución tradicional y la vida misma.
La educación para el cambio se plantea como búsqueda de ajuste entre el
quehacer de la institución tradicional escolar y la vida misma expresada en la
realidad socio – cultural de hoy. En una sociedad estática, la educación que
prepara a los seres inmaduros a imagen y semejanza de los adultos, parte del
supuesto de que esa imagen se mantendrá en el futuro. Una sociedad
dinámica y aceleradamente cambiante se requiere otro tipo de educación. Se
debe ofrecer a los actuales educandos la conducción necesaria que les
habilitará en un mundo muy distinto al que formó al educador de hoy, la
preocupación básica será facilitar al alumno los instrumentos que a través de
toda su vida le sirvan para descubrir y actuar con éxito en renovadas formas de
la cultura no prevista.
El efecto que sufre una persona no preparada al encontrarse de pronto inmerso
en una cultura totalmente extraña a aquella en que vivió y se formó se define
según Alvin Toffler como “shock cultural”. La diferencia con el shock del futuro
consiste en que mientras el primero permite volver a la cultura que dejaron, los
hombres que vivirán en el futuro tendrán que adaptarse a formas culturales
totalmente nuevas en condiciones de irreversibilidad.
Una sociedad entera deberá prepararse para vivir conceptos de tiempo, espacio, trabajo, sexo, religión, regidos por valores que cambian en forma
incesante.
Constituyen síntomas del cambio la transitoriedad: “tírese después de usado”,
conceptos de vejez referidos a quinquenios, el nomadismo a través del cambio
de vivienda, el alejamiento de los jóvenes por razones de estudio o trabajo, etc.
definen aspectos de la cultura cambiante. Existe un resquebrajamiento de las
relaciones del hombre con el lugar así como con las cosas, impuesto por esa
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aceleración del ritmo de la vida. Un análisis de las relaciones entre los seres
humanos muestran un tipo de contacto y conocimiento recíproco muy parcial.
Se establece un contacto con un módulo de su personalidad: aquel que en
términos funcionales sirve a determinado objetivo. La creciente urbanización
conduce hacia una transitoriedad de las relaciones humanas; existen múltiples
oportunidades de establecer contactos y conocimientos con personas, a las
cuales nunca más volverá a ver, y tal vez, ni a recordar. Los medios masivos
de difusión contribuyen con su dinámica a promover la transitoriedad;
asimismo, propalan por el mundo los nuevos conocimientos, las nuevas
técnicas.
El alumno del futuro próximo no podrá actuar con éxito solamente a partir del
conocimiento del pasado; deberá aprender a prever la dirección del cambio y
actuar en consecuencia. La velocidad con que los conocimientos se hacen
anticuados, demuestra la poca importancia que la enseñanza lograda en la
juventud, mantenga su vigencia en la vejez.
El analfabeto de mañana no será el hombre que no sabe leer, sino el que no ha aprendido la manera de aprender.
En el último cuarto de siglo se ha promovido la idea de una preparación para
la vida . Definir la educación permanente es resumir la problemática de la
educación del futuro, de acuerdo a la concepción del mundo y de la vida que
empieza a regir en la vida contemporánea, en función de los cambios rápidos
de las costumbres, de la tecnología y de las nuevas formas de vida del hombre.
El hecho de que los conocimientos y las condiciones de existencia se renuevan
a ritmo rápido, indica con claridad de que ningún hombre pueda asistir al
transcurso de su propia vida, sin tener que aprender lo nuevo, por no servirle lo
ya aprendido, inútil por el cambio. Se requiere una enseñanza organizada
permanente para seguir logrando las constantes novedades del conocimiento y
el permanente desarrollo de aptitudes puestas en acción para actuar con éxito
en la vida.
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La vieja posición de que la educación es “preparación para la vida”, se tiene
que sustituir por otra que reclama a la educación de cada hombre como una
acción esencial durante toda la vida del mismo.
Según Paul Lengrand en Introducción a la Educación Permanente “el concepto
de que la educación no es tanto la adquisición de determinada cantidad de
conocimientos, como sí, el desarrollo del hombre alcanzando su plenitud a
través de distintas experiencias de la vida.”
Plantea las responsabilidades de la educación actual en los siguientes
términos:
Favorecer el establecimiento de las estructuras y métodos que ayuden al
ser humano, durante toda su existencia, y en la continuidad de su
aprendizaje y de su formación.
Dar la mayoría de elementos al individuo para que se convierta al máximo
en el propio sujeto y el propio instrumento de su desarrollo a través de las
múltiples formas del autodidactismo.
En la educación permanente importa la participación efectiva, activa y
responsable de cada sujeto involucrado, cualquiera sea la etapa de la
existencia que esté viviendo.
La Comisión de la UNESCO propone varios caminos de acción, en atención a
los distintos niveles de la vida humana, desde los niños de más temprana edad,
hasta la misma etapa de la vejez. En este tipo de enseñanza se destaca que
más allá de ofrecer los conocimientos que se estimen necesarios y oportunos,
se ofrezca la posibilidad de aprender a percibir y comprender el mundo en que
se vive, que se fomente en el niño y en los adultos el gusto por la constante
instrucción e información. Importa aquí la utilización de tecnologías educativas
que permitan el estudio independiente.
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La educación permanente se sustenta en la idea de que toda la vida humana
debe ser una participación en la empresa educativa, y la seguridad de que todo
hombre, en cualquier momento de su tránsito vital necesita comprender el
ámbito cultural de su tiempo y obrar con eficacia para sí y para los suyos.
UNESCO ha adoptado posición en relación a la educación permanente. Para
este Organismo Internacional, la educación permanente comprende como
objetivo un gran esfuerzo para conciliar y organizar las diferentes etapas o
fases por las que debe pasar la capacitación de todo individuo. La esencia de
la educación expresa que el conocimiento está sometido a cambio y desarrollo
constante, y es tarea de toda una vida el perfeccionamiento de la calidad del
conocimiento y el mejoramiento de los medios disponibles para la percepción
del mundo. Enseñar a aprender se constituye en la tarea central de la
educación, a partir de la infancia, a quien hay que preparar y disponer para
toda una vida de revisión constante de lo aprendido.
El reencuentro entre la vida y la educación se sintetiza en la idea de “aprender a aprender”
La estructura educativa adquiere dos dimensiones: vertical, en la cual los
sistemas deberán ser procesos continuados toda la vida; horizontal, en la cual
la institución escolar junto con otras actividades de la sociedad (culturales,
artísticas, extraescolares, educación de adultos, clubes deportivos,
movimientos políticos, religiosos, etc.) constituyen el gran equipo responsable
de difusión de conocimientos.
Cualquiera sea su edad, su medio social, su profesión, toda persona debe estar
en posibilidad de acrecentar o renovar sus conocimientos, con el fin de
aprovechar todas las promociones que correspondan a su capacidad. De esta
manera la enseñanza incidirá sobre la cultura de la sociedad a la cual
dinamizará en su evolución. En esta nueva actitud el profesor se ubica como
auxiliar en la experiencia educativa. Institución educativa – sociedad se
encuentran en interrelación permanente en el marco de la realidad de la
educación permanente. Las estructuras sociales colaboran en la acción de la
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enseñanza colaborando en la formación de sus integrantes; el resultado es que
la comunidad social se transfigure en comunidad educativa. Se destaca la
incidencia de las nuevas tecnologías aplicadas a la educación y sus efectos
aceleradores y multiplicadores.
La educación permanente se plantea ante el inicio del siglo XXI como un sistema de vida. Los tres grandes momentos de la vida individual: etapa de la escolaridad, de la vida profesional o del trabajo y la etapa de retiro desaparecería. Ello apareja la ineludible necesidad del desarrollo del individuo en forma permanente, y como respuesta, a los requerimientos de su medio cambiante y complejo.(Prof. Bertrand Schwartz)
Los ciclos de media vida del conocimiento que oscilan entre 5 y 10 años podrán
acortarse más en el nuevo siglo, creando a la educación permanente nuevas
urgencias en su quehacer.
1) Un proyecto CON los adultos mayores y no PARA los adultos mayores
Actualmente las posibilidades de horizonte educativo abarca a todos los grupos
de edad y todos los contextos. La educación permanente no es únicamente
aprendizaje para estar al día en los saberes sino que puede considerarse en
tres niveles y ámbitos complementarios:
Educación permanente longitudinal: a lo largo de toda la vida. La
educación es el proceso y el producto humanos que consiste en realizarse
como persona. En el pasado se apuntaba a la enseñanza/educación con
un enfoque productivo; actualmente se apunta a promover un proyecto de
realización continua y una permanente disponibilidad de perfeccionamiento.
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Educación permanente espiral: toda la persona. No solo lo intelectual sino
que todos los momentos de la vida son adecuados para perfeccionarse,
introducirse en nuevas realidades y experiencias, interrelacionarse con
otras personas. Es importante destacar el poder educativo de los “medios”
La vida es un campo de posibilidad de vivir el “life span”: la vida como
experiencia es patrimonio de los adultos mayores. La modernidad ha
obturado una de las fuentes más “mineralizadas y saludables”. ¿Podremos
recuperarla?.
Educación permanente transversal: todos los ámbitos. Nos educamos
permanentemente en y por medio de los ambientes de nuestras
experiencias y vivencias: la familia, la escuela, los medios, la ciudad, el
trabajo, los amigos. No nos educamos solo en la escuela. Esta constituye
una de las instituciones educativas. El proyecto de educación permanente
considera que toda experiencia/vivencia humana es un bucle de
comunicación que puede animar la lectura, la interpretación y la renovación
de las manifestaciones psico-culturales.
2) Los adultos mayores: modelos de vida En el Informe de la UNESCO Aprender a ser (1973) titulado “Hacia una ciudad
educativa” se apunta a reforzar la función educativa que compromete a toda la
sociedad: la educación como una forma de hacerse en todos los contextos y
situaciones. Este fomento de la “Ciudad Educadora” –contexto comunitario en
el que los mayores pueden ejercer su papel de modelos- se ha visto reforzado
a través de varios Congresos Internacionales referentes a ciudades
educadoras, formación permanente, la cultura como agente de cambio social,
conocer el pasado como condición para proyectar el futuro, etc. Es aquí donde
entra en escena el modelo del adulto mayor el que a través de diversos
proyectos educativos de carácter intergeneracional puede contribuir a generar y
mantener relaciones satisfactorias y generadoras de calidad de vida.
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Se trata de combinar las siguientes variables: los “abuelos” existen y aportan
valor. El paradigma-valor de las actividades puede concretarse en una
propuesta que incluya a las personas mayores en su interrelación con
diferentes grupos de edades y logrando así la transmisión de unas
generaciones a otras de aquello que pueden aportar bidireccionalmente unos a
otros. Ese valor requiere nutrirse del aprendizaje de actitudes de
disponibilidad, de capacidad de diálogo y de respeto, de apertura a otras ideas
y creencias, de ensanchamiento de la sensibilidad y enfoque de la vida, de
modo que todos los coetáneos de una circunstancia socio-cultural puedan vivir
niveles de mayor calidad que la mantenida en muchos momentos, por no saber
estar atentos y abiertos a las potencialidades que la convivencia puede
generar.
Esta propuesta pedagógico-social favorece la búsqueda de respuestas a
nuevos retos en el marco del actual escenario cambiante.
III) CONCLUSIONES La vejez es conceptualizada como un período de la vida humana caracterizado
por la degradación y la desvinculación. Es importante destacar que las
realidades sociales se crean también a partir de las definiciones que
determinados colectivos sociales aportan. Por lo tanto es vital reconsiderar
cómo se define y quién define qué es la vejez, pues de esas definiciones
dependerá el futuro de la denominada “tercera edad”. Según como se defina la
vejez, ésta podrá ser un espacio para el olvido o, por el contrario, devenir en un
tiempo con importante presencia social.
La situación de la persona mayor depende en gran medida de su historia
anterior, ya que en cierta manera se envejece como se ha vivido. A las
personas se las prepara para ser profesionales, padre o madre, adulto ... pero
no se las prepara para la vejez. La mejor prueba de ello es la poca importancia
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otorgada a este período de la vida humana en cualquiera de nuestros ciclos
formativos. El anciano es el gran desconocido.
La Declaración de los Derechos de las Personas Mayores pone especial
énfasis en el derecho de disponer de una vida social y de una existencia
cultural, lo cual implica, entre otras cosas: (a) convivencia con todos los
sectores sociales; (b) libre acceso a la formación cultural; (c) posibilidad de
ejercer actividades de acuerdo a sus intereses y potencialidades. Es
importante recuperar a las personas mayores como fuerza social. Un
envejecimiento activo, satisfactorio y saludable depende cada vez más, de la
participación ciudadana. No se puede unicamente comprometer a la sociedad
con los problemas de las personas mayores, sino que el adulto mayor debe se
protagonista de su destino. El patrimonio social y las contribuciones culturales
y técnicas de los mayores son importantes para la sociedad y deberían ser
promovidas y divulgadas. Las personas mayores tienen que tener la
posibilidad de ofrecer su “capital humano” a los demás. Sociedad y personas
mayores son realidades inseparables. Aranguren (1992) decía: “la vejez es
una autorrealización personal y social”.
Por solidaridad debemos fomentar y respetar el derecho de los mayores a
disponer de una vida independiente ya que “el concepto de solidaridad no es
un mito. Es absolutamente necesaria en el mundo de hoy... No es construir el
paraíso, es huir del infierno”. El valor de la solidaridad implica resistencia,
consistencia. Una sociedad es solidaria cuando las partes constitutivas del
todo son interdependientes. En una sociedad solidaria todos los grupos etarios
se interrelacionan. La solidaridad implica comunicación, supone compartir
derechos y obligaciones, derivados de la convivencia. Ser solidario es
establecer lazos de compromiso moral por el simple hecho de estar relacionado
con otras personas por una comunidad de intereses y responsabilidades.
Adquirir una moral solidaria equivale a sentirse obligado respecto a aquellos
con los que cada uno de nosotros mantiene relaciones de interdependencia.
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La cultura es una manera colectiva de pensar, actuar y sentir que tiene su
realidad fuera de los individuos, los cuales en todo momento actúan en función
de ésta.
Las personas de edad no pueden ni deben vivir al margen de la cultura de su
tiempo, por lo cual deben socializarse de la misma manera que lo hacen el
resto de los ciudadanos.
En nuestra sociedad la cultura está configurada por un conjunto de elementos
que, a manea de “patterns” , tienen una clara función: preveer el
comportamiento de los ciudadanos que participan de esa cultura.
Una sociedad es un grupo de personas de mentalidad análoga y pertenecer a
una sociedad quiere decir, fundamentalmente, tener la mentalidad de ésta,
tener unos mismos recuerdos, haber experimentado similares sensaciones
frente a unos mismos juegos o narraciones infantiles. Formar parte de una
sociedad implica tener unas mismas experiencias, y lo más importante,
colaborar con esa sociedad. Es decir, no se es de un grupo, pueblo o ciudad
por decreto. Pertenecer a una sociedad es sentirse ligado a ella a través de un
proyecto. Y esto es algo que no siempre facilitamos a las personas mayores
Una de las características de nuestra “postmoderna” y “competitiva” cultura es
el mito del progreso, de la técnica y de la velocidad. “Progresa”, “Acelera”,
“Más de prisa”, “No a la lentitud”, son algunos de los nuevos tópicos.
Un nuevo mensaje se extiende por doquier: vivir deprisa, ir deprisa, ir más
lejos, aunque en muchas ocasiones no sepamos con exactitud en qué dirección
y a qué lugar nos dirigimos. El culto a la velocidad genera la permanente
impaciencia de quedarse atrás en el tiempo, ese gran valor de nuestra época y
de todos. Las personas mayores también pertenecen a nuestra época, a
nuestro tiempo. La frase repetida por las personas de edad, “en mi época ...”,
no tiene sentido. Esta época, la de hoy, es la de todos, la de los jóvenes, la de
los adultos y también la de las personas mayores.
62
Es preciso respetar el derecho de las personas mayores de ir a baja velocidad
o bien ir a una velocidad distinta. El ir a distinta velocidad no es mejor ni peor,
es distinto. Cada persona será la que, de manera subjetiva, otorgará a la
velocidad una positiva o negativa valoración.
Las personas mayores deben “seguir participando de la ciudad” con el objetivo
de continuar integrados como cualquier otro grupo de población con un criterio
intergeneracional. No existe duda respecto a la alta rentabilidad social de la
integración de las personas mayores: reducen el estrés, relajan, se generan
espacios de encuentro, de inserción, sirven “para hacer ciudad”.
La educación constituye un instrumento para la integración de las personas
mayores en la sociedad, en “este tiempo”. Jacques Delors en el último informe
de la UNESCO solicita “Educación a lo largo de toda la vida”. Es la sociedad la
que educa, por lo tanto la educación se ha de ocupar de todos los ciudadanos.
Si los pilares de la educación del siglo XXI son el diálogo social y aprender a
vivir juntos, si son importantes la cohesión y la convivencia sociales, la
educación ha de preocuparse y ocuparse de todos los ciudadanos, niños,
jovenes, adultos y adultos mayores.
Es necesario que los programas escolares aproximen a los niños al
conocimiento biológico, psicológico y social de cómo son las personas
mayores. Además de estudiar las capas de la tierra, es importante también
estudiar las capas de la realidad de las personas mayores. Conocer el proceso
de envejecimiento puede ayudar a crear una mejor relación intergeneracional.
La vejez puede ser un arma cargada de futuro ... si se la educa.
En la vejez, como en cualquier otra etapa de la vida, la condición y valoración
de la persona viene dada por la sociedad ... y por su educación. Este no es un
problema sólo de palabras, sino también de hechos.
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Cada persona tiene la necesidad de adaptarse a situaciones nuevas a lo largo
de la vida. Demanda ciertos ajustes y reorientaciones, supone el abandono de
modos anteriores de comportamientos, derechos y obligaciones, lo cual exige
un aprendizaje permanente. Todas las personas aprenden desde que nacen y
a lo largo del transcurso de su vida.
El proceso de envejecimiento –que comienza desde el nacimiento- conlleva
una serie de cambios biológicos, psicológicos y sociales que implican una
permanente adaptación.
En forma paralela al proceso de envejecimiento ocurren cambios en la
sociedad que no favorecen al adulto mayor y que son irreversibles tales como:
no se modificará la emigración hacia zonas urbanas quedando aislado el adulto
mayor en zonas rurales generando mayor vulnerabilidad de este colectivo; la
participación de la mujer en la fuerza de trabajo y la tendencia hacia la familia
nuclear ha disminuído el grupo de posibles cuidadores de la creciente
población de adultos mayores; la rápida divulgación de la información ejerce
una poderosa influencia, sustituyendo los valores tradicionales y provocando
cambios de actitud; los cambios se producen cada diez años aproximadamente
por lo cual ni los abuelos, ni los padres, ni los hijos mantienen las mismas
formas de vida y códigos comunicacionales; la socialización dejó de ser cara a
cara sustituyéndose por los medios de comunicación de masas; creciente
institucionalización de las funciones familiares formadoras (guarderías,
escuelas de tiempo completo) con la consecuente emergencia de nuevos
agentes y propuestas de crianza, consecuencia de la transferencia de parte de
las funciones de socialización y educación a dichas instituciones; emergen
nuevos actores en torno a la función de cuidado. Estas transformaciones
impactan los patrones de convivencia, socialización y apoyo intra-familiar.
Transformaciones que se han llevado a cabo en forma más acelerada en los
últimos diez años en la esfera política, económica y social tales como: políticas
de descentralización, amenazas al medio ambiente, acelerada urbanización,
proliferación de los medios de comunicación de masas, difusión de nuevas
tecnologías, revolución de los anticonceptivos, disminución de las tasas de
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fecundidad y del tamaño de la familia, disminución de las tasas de crecimiento
de la población, surgimiento de la sociedad civil, creciente exclusión social y
déficit de servicios sociales, crecientes tensiones sociales, etc. han modificado
las esperanzas, oportunidades, calidad de vida de miles de millones de
personas. Cambian, asimismo, los estilos de vida y expectativas, a
consecuencia de las variaciones en la esperanza de vida, así como de las
oportunidades sociales y económicas tales como: (a) derecho a la opción en
materia de reproducción, con lo que se acelera la transición a familias más
pequeñas, modificándose las redes de apoyo al adulto mayor; (b) mayor
cantidad de familias tendrán dependientes jóvenes y ancianos
simultáneamente, recayendo la carga en las mujeres esperándose de ellas la
atención a sus familias y el aporte de un ingreso producto de la actividad
laboral; (c) los nuevos adultos mayores tienen mejor educación y salud y
aspiran a desempeñar roles activos y productivos en la sociedad; (d)
aumentará la importancia de los mecanismos de apoyo al adulto mayor
adquiriendo relevancia el tercer sector: el voluntariado.
El adulto mayor debe adaptarse a estas transformaciones, conocerlas,
comprenderlas -a través de una educación permanente- e insertarse en el
tejido social como protagonista activo de dichos cambios, convertirse en un
agente transformador y contribuir con sus potencialidades al desarrollo
económico y social del país.
Educar en la participación y para la participación significa reconocer a los mayores como productores y reproductores de bienes culturales.
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IV) RECOMENDACIONES Programa de Educación Permanente: una propuesta dirigida al adulto mayor A partir del marco teórico de entender:
- Al envejecimiento como un proceso de transformaciones y cambios que
exigen un trabajo de elaboración psíquica para su inserción en el orden
social.
- A la educación como proceso propicio para vehiculizar aquellos cambios.
- A la institución educativa como ámbito de producción y aplicación de
conocimiento.
Se propone instrumentar el Programa en dos tiempos:
- Plan de instrumentación inmediata con características de Plan piloto.
- Plan a largo plazo.
El Plan piloto parte de una investigación de las necesidades, intereses,
demandas y expectativas del sector de adultos / adultos mayores que sean
potenciales usuarios del Programa.
El plan propuesto tiende a discriminar las actividades en:
- Generacionales, que son actividades programadas con exclusividad para el
grupo de adultos / adultos mayores.
- De integración, que incluye las actividades en las que los adultos / adultos
mayores se integran con otros grupos etarios.
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Las actividades incluyen: cursos, talleres, actividades culturales, seminarios,
seminario – taller, voluntariado, actividades comunitarias, entre otras. Son de
carácter dinámico dado que se van transformando o creando de acuerdo a las
necesidades que van surgiendo o a pedido de los participantes.
En cuanto a los contenidos se proponen entre otras las siguientes áreas:
- Area de desarrollo cultural: busca el enriquecimiento cultural a través de
idiomas, ciencias sociales, estudios literarios, comunicación, periodismo,
etc.
- Area artístico – expresiva: busca favorecer el desarrollo creativo y el
potencial expresivo de las personas mayores tales como: plástica,
cerámica, folklore, pintura, etc.
- Area de salud y calidad de vida: buscan preservar y promover la salud con
modalidades participativas a través de: talleres de reflexión, actividades
físicas, etc.
- Area de estudios tecnológicos: atienden a la funcionalidad social de los
participantes (computación, ecología, jardinería, etc.
Los objetivos hacia el colectivo de adultos mayores son:
- Promover el acceso al conocimiento de diversos campos del sabe.
- Ofrecer la posibilidad de seguir creciendo a través de seguir aprendiendo.
- Apoyar la formación integral permanente.
- Desarrollar los nuevos intereses.
- Propiciar la reformulación del proyecto de vida.
- Estimular la participación activa y creativa en la vida comunitaria.
Los objetivos institucionales apuntan a promover el conocimiento, generando a
través de sus usuarios, agentes multiplicadores de dichos conocimientos,
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favoreciendose el envejecimiento activo y productivo; estas acciones
contribuyen a la integración social del colectivo y por ende a mejorar su calidad
de vida.
La frecuencia de los cursos es de una vez por semana con una carga horaria
de dos horas cada día.
La evaluación se orientará a la autoevaluación y al crecimiento personal.
Las metodologías serán de tipo participativo, las que permiten al adulto mayor
posicionarse como sujeto activo y participativo en las diferentes instancias,
apunta no solo a aprender nuevas disciplinas sino aprender nuevas formas de
aprender, trabajar en equipo, modalidades grupales, diálogo generacional e
intergeneracional, valorar las experiencias de vida particulares.
Financiación: esta propuesta tiende a autofinanciarse a través de la
implementación de aranceles especiales para los participantes
La educación debe dejar de ser un momento en la vida, para transformarse en una dimensión de la vida.
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V) BIBLIOGRAFIA - Documento de la Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento. Plan
de acción y Declaración política. Abril 2002 Madrid – España
- Documento de Foro Mundial de ONG´s sobre el Envejecimiento.
Declaración final y recomendaciones. Madrid 5-9 Abril de 2002-09-24
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- Educación para el Envejecimiento. Dra. Virginia G. De Viguera. Ps. Graciela
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- Los Adultos Mayores que ingresan al siglo XXI. Dra. Virginia Viguera
- Proyecta la vida. Ricardo Iacub. Buenos Aires, 2001
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- Informe UNESCO. Jacques Delors
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Colom y C. Orte. Universidad de las Islas Baleares. Año 2002-09-24
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Estudios 19. Conferencia Interamericana de Seguridad Social
- 2º. Seminario Iberoamericano de Servicios Sociales para el Adulto Mayor.
27 – 28/10/97. Santiago de Chile.
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“NADIE ENVEJECE SOLO POR VIVIR UN NUMERO DE AÑOS.
LA GENTE ENVEJECE UNICAMENTE AL ABANDONAR SUS IDEALES”
CICERON (Año 43 A.C.)
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