6
Revista Estudios, Universidad Costa Rica. Nos. 14 y 15, pág. 135-140, 1997-1998 LA ÉTICA KANTIANA, EL EPICUREISMO y EL ESTOICISMO 1. INTRODUCCIÓN Las respuestas a las preguntas por el compor- tamiento humano pueden acogerse a las costum- bres y usos sociales, o a las justificaciones de tipo religioso, o se pueden intentar responder racional- mente. Este última camino puede seguir bien una perspectiva científica o bien una filosófica. La psi- cología es una disciplina que se enmarca en la pri- mera orientación. La ética es una disciplina filosó- fica. Los filósofos dedicados a la ética se formulan la pregunta de un modo particular. Se interrogan no sólo por lo que da origen a las acciones huma- nas, sino también por el deber ser, es decir se pre- guntan si hay criterios a lo cuales las personas de- ben acogerse en sus actos, y cuáles serían estos. Con tales criterios se busca poder evaluar los ac- tos, bajo la perspectiva del bien y el mal. Entre los filósofos más importantes que han planteado y justificado una reflexión sobre el de- ber ser, nos encontramos con el alemán Inmanuel Kant. La influencia de sus investigaciones filosó- ficas se ha hecho sentir con mucha fuerza en la historia del pensamiento occidental en los dos úl- timos siglos. Suya es por ejemplo la formulación de la sentencia moral según la cual, nuestro com- portamiento debe tener en cuenta que los seres humanos somos fines y no medios'. El propósito del presente escrito es mostrar en forma breve las características más importan- tes del pensamiento ético de Kant. Lo haremos recogiendo en forma sistemática el análisis que el mismo pensador hace de dos de las escuelas éti- cas griegas más importantes: la de los estoicos y la de los epicúreos. Este análisis aparece en algu- Manuel Triana Ortiz nos pasajes de su libro la Crítica de la Razón Práctica. Hemos recurrido a esta forma de pre- sentación de la ética kantiana por dos motivos. El primero es de tipo pedagógico. El contraste de pensamientos puede ayudar a lograr mayor clari- dad sobre sus características. El segundo es de fondo: se pretende alcanzar por este camino una perspectiva comprensiva que abarque un aspecto usualmente no tenido en cuenta por los estudio- sos y los críticos de Kant, a pesar de su importan- cia. Nos referimos a la noción del "soberano bien" 2. La referencia a él mostrará que la ética kantiana no se puede comprender sin la apertura del pensamiento a la esperanza. 2. EPICUREISMO y ESTOICISMO: DIFERENTES CONCEPCIONES DE LA VIRTUD Antes de profundizar sobre el tema del título, conviene señalar algunos datos que nos sirvan pa- ra ubicar las dos doctrinas griegas. La corriente estoica tiene su comienzo histórico hacia el año 300 a.c., cuando Zenon, griego nacido en Chipre, fundó la escuela de la Stoa. Ya en Atenas hubo discípulos insignes, y su influencia también se hi- zo notar en la Roma pre-imperial, y luego en la Roma Imperial. Así mismo en épocas posteriores su influencia se ha hecho sentir muy marcada- mente. Igual que el epicureísmo, suele ser citada por todos los filósofos importantes, cuando se tra- ta de exponer la posición propia con relación a la ética. San Pablo elogía a los estoicos como una escuela filosófica de viva religiosidad 3.

LA ÉTICA KANTIANA, EL EPICUREISMO EL ESTOICISMO · por todos los filósofos importantes, cuando se tra-ta de exponer la posición propia con relación a la ética. San Pablo elogía

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: LA ÉTICA KANTIANA, EL EPICUREISMO EL ESTOICISMO · por todos los filósofos importantes, cuando se tra-ta de exponer la posición propia con relación a la ética. San Pablo elogía

Revista Estudios, Universidad Costa Rica. Nos. 14 y 15, pág. 135-140, 1997-1998

LA ÉTICA KANTIANA,EL EPICUREISMO y EL ESTOICISMO

1. INTRODUCCIÓN

Las respuestas a las preguntas por el compor-tamiento humano pueden acogerse a las costum-bres y usos sociales, o a las justificaciones de tiporeligioso, o se pueden intentar responder racional-mente. Este última camino puede seguir bien unaperspectiva científica o bien una filosófica. La psi-cología es una disciplina que se enmarca en la pri-mera orientación. La ética es una disciplina filosó-fica. Los filósofos dedicados a la ética se formulanla pregunta de un modo particular. Se interroganno sólo por lo que da origen a las acciones huma-nas, sino también por el deber ser, es decir se pre-guntan si hay criterios a lo cuales las personas de-ben acogerse en sus actos, y cuáles serían estos.Con tales criterios se busca poder evaluar los ac-tos, bajo la perspectiva del bien y el mal.

Entre los filósofos más importantes que hanplanteado y justificado una reflexión sobre el de-ber ser, nos encontramos con el alemán InmanuelKant. La influencia de sus investigaciones filosó-ficas se ha hecho sentir con mucha fuerza en lahistoria del pensamiento occidental en los dos úl-timos siglos. Suya es por ejemplo la formulaciónde la sentencia moral según la cual, nuestro com-portamiento debe tener en cuenta que los sereshumanos somos fines y no medios'.

El propósito del presente escrito es mostraren forma breve las características más importan-tes del pensamiento ético de Kant. Lo haremosrecogiendo en forma sistemática el análisis que elmismo pensador hace de dos de las escuelas éti-cas griegas más importantes: la de los estoicos yla de los epicúreos. Este análisis aparece en algu-

Manuel Triana Ortiz

nos pasajes de su libro la Crítica de la RazónPráctica. Hemos recurrido a esta forma de pre-sentación de la ética kantiana por dos motivos. Elprimero es de tipo pedagógico. El contraste depensamientos puede ayudar a lograr mayor clari-dad sobre sus características. El segundo es defondo: se pretende alcanzar por este camino unaperspectiva comprensiva que abarque un aspectousualmente no tenido en cuenta por los estudio-sos y los críticos de Kant, a pesar de su importan-cia. Nos referimos a la noción del "soberanobien" 2. La referencia a él mostrará que la éticakantiana no se puede comprender sin la aperturadel pensamiento a la esperanza.

2. EPICUREISMO y ESTOICISMO:DIFERENTES CONCEPCIONESDE LA VIRTUD

Antes de profundizar sobre el tema del título,conviene señalar algunos datos que nos sirvan pa-ra ubicar las dos doctrinas griegas. La corrienteestoica tiene su comienzo histórico hacia el año300 a.c., cuando Zenon, griego nacido en Chipre,fundó la escuela de la Stoa. Ya en Atenas hubodiscípulos insignes, y su influencia también se hi-zo notar en la Roma pre-imperial, y luego en laRoma Imperial. Así mismo en épocas posterioressu influencia se ha hecho sentir muy marcada-mente. Igual que el epicureísmo, suele ser citadapor todos los filósofos importantes, cuando se tra-ta de exponer la posición propia con relación a laética. San Pablo elogía a los estoicos como unaescuela filosófica de viva religiosidad 3.

Page 2: LA ÉTICA KANTIANA, EL EPICUREISMO EL ESTOICISMO · por todos los filósofos importantes, cuando se tra-ta de exponer la posición propia con relación a la ética. San Pablo elogía

136 REVISTA ESTUDIOS

La escuela epicurea fue fundada por el"Maestro del jardín" (nombre que se le daba aEpicuro), cerca del año 306 a.e. La doctrina epi-cúrea ha tenido seguidores muy importantes, en-tre los que destacan incluso algunos personajesdel imperio romano como Cicerón. Si bien ladoctrina epicúrea abarca otros aspectos ademásde su propuesta ética, fue éste último el que la hi-zo famosa. En algunos CÍrculos se ha identifica-do la tesis ética de los epicúreos con una formade inmoralidad 4, incluso se la ubica como unaescuela atea. Ante esto hay que tener en cuentaque el mismo Kant, a pesar de no estar de acuer-do con la corriente epicúrea, cuando se refería asu fundador lo llamaba el "virtuoso Epicuro" 5.

Por otra parte la lectura de los libros y fragmen-tos del Maestro del Jardín que aún se conservan,nos revelan a un hombre sinceramente piadoso 6.

Las dos escuelas griegas tienen en común eleudaimonismo, es decir la consideración ética deque la felicidad es el fin último. A su vez, la vir-tud que debemos alcanzar, nos proporciona esefin último.

Ahora bien, la diferencia entre estoicos yepicúreos se .debe tanto a la distinta forma deconcebir la virtud, como a la manera diversa deestablecer la relación entre la felicidad, la virtudy el placer. Para los estoicos la virtud radica en laintención con que se actúa. Se es virtuoso por ac-tuar conforme a la naturaleza. El placer no tienemayor importancia. Se reduce a ser el resultado oel acompañamiento de los actos. Pero nunca esun fin que se debe buscar. Incluso para algunosestoicos, como Cleantes, el placer va contra lanaturaleza. Para comprender mejor esto, debe-mos señalar que los estoicos procuran huir a todaforma de pasión. El ideal de vida del sabio con-siste en alcanzar una ataraxia, es decir un estadode apatía producto de desembarazarse de todo ti-po de pasión o inclinación. Ello implica la bús-queda de independencia del mundo exterior. Estaindependencia es ajena al aislamiento de lo so-cial. Ello significa más bien la capacidad de to-mar distancia de lo inmediato, por ejemplo delamor propio y del amor a los más próximos conel fin de lograr lo más universal, el amor a la hu-manidad. La felicidad no es para los estoicos unapreocupación fundamental.

Para los epicúreos por el contrario la sensi-bilidad es la que determina la felicidad. Por ellodebe buscarse el placer sensible, aunque no cual-quiera sino el mayor, el más perdurable, y el quegenere menor dolor. Semejante placer es el resul-tado de un esfuerzo por alcanzar un estado deequilibrio óptimo en la satisfacción de los de-seos. Por ello se le impone como exigencia ac-tuar con suma prudencia. Pues la búsqueda de-senfrenada del placer da como resultado placeresinmediatos que son efímeros y que a la postrepueden acarrear mucho dolor. El maestro del Jar-dín daba un testimonio fehaciente de semejanteprudencia. Por ello era que Kant lo llamaba "elvirtuoso Epicuro".

3. LA LEY MORAL

Casi veinte siglos después Kant retorna lasdoctrinas de Epicuro y los estoicos con el fin deprecisar su pensamiento ético. Este pensador ale-mán del siglo XVIII introduce en su tiempo unnuevo concepto, con el cual, no sólo distingue lopropio de las escuelas griegas mencionadas, sinoque además les muestra críticamente lo que, des-de su perspectiva, considera incorrecto. El con-cepto al que nos referimos es el de la ley moral.Consiste en la norma suprema, es decir la que de-fine el concepto de bien y mal". Una ley seme-jante es a su vez constitutiva de la razón en suuso práctico. Este uso es el que da racionalidad ala acción y a los fines que la motivan. (Otro usode la razón es el uso teórico, que se refiere al co-nocimiento).

La ley moral expresa un principio válido porsí mismo. Ella es irreductible por consiguiente acualquier elemento ajeno a sí misma, por ejemploa los sentido 8, al placer y la prudencia de los epi-cúreos, o a la intención de la virtud estoica. Tam-bién es indiferente a la felicidad", La ley moralpermite al hombre saber pues, cuando sus actosson correctos o no, cuando son buenos o malos,cuando él mismo es virtuoso o cuando no lo es.

Por su carácter de ley, la moralidad exigeuniversalidad; de ahí que Kant encontró en lo quellamó el "imperativo categórico" la mejor expre-sión de esta ley. Categórico significa que algo se

Page 3: LA ÉTICA KANTIANA, EL EPICUREISMO EL ESTOICISMO · por todos los filósofos importantes, cuando se tra-ta de exponer la posición propia con relación a la ética. San Pablo elogía

La ética Kantiana. el Epicureismo y el Estoicismo

exige sin condición. Se distingue de los impe-rativos hipotéticos puesto que ellos se postulancomo medios para alcanzar fines no necesarios.El imperativo categórico recibe distintas for-mulaciones. Una de ellas dice: "Obra de tal mo-do, que la máxima de tu voluntad pueda sersiempre considerada como un principio de le-gislación universal" 10. Otra fórmula es: obra detal suerte que trates siempre a la humanidad,sea en tu persona o en la de otro, como un fin,y que no te sirvas de ella como un medio 11. Es-ta última formulación tiene la ventaja de sermás explícita en lo que tiene que ver con laconsideración del valor de los seres humanos,al representar su valor en contraste con el de lascosas. Mientras estas pueden ser mediatizadas,o manipuladas, es decir, pueden ser instrumen-tos, los seres humanos no. Hay una tercera for-mulación del imperativo categórico en la cualse hace ver que la voluntad de los seres racio-nales se puede parangonar a una voluntad legis-lativa con carácter universal 12.

4. EL PROBLEMA

Con base en los presupuestos anterioresabordemos directamente la crítica de Kant a epi-cúreos y estoicos. Según nuestro autor, en el fon-do las dos corrientes morales caen en un error co-mún: las dos vinculan la felicidad con la virtud.Sin embargo, la vinculación se da en las dos es-cuelas de diferente manera. Para los estoicos (verel esquema no.l ), la felicidad debe mover a loshombres a ser virtuosos. Ahora bien, ser virtuosoes para ellos saber que la intención de sus actoses correcta, es decir, es conforme con la naturale-za. De ahí que se puede decir que la felicidad ra-dica en la conciencia de ser virtuoso 13. No espues el deber moral lo que constituye el verdade-ro motivo de los actos humanos, sino la concien-cia de la virtud. Esto trae como consecuenciaademás que la felicidad se reduce a ser algo pro-pio del plano inteligible, es decir de la concien-cia, y no tiene nada que ver con la sensibilidad.Kant llama a los estoicos fanáticos por dar másimportancia a la conciencia de ser virtuoso que aldeber mismo 14.

137

Estoicos

Virtud

Soberano bien

Felicidad

Esquema No. 1

Para los epicúreos (ver esquema No.2) elplacer que da la felicidad es el único verdaderomotivo de la acción. La virtud por excelencia, co-mo señalamos, es la prudencia, es decir el mejorempleo de los medios para alcanzar de la mejormanera un placer seguro y duradero. Para los epi-cúreos por consiguiente, ser virtuoso consiste ensaber las máximas para alcanzar la felicidad 15.

Esto trae como consecuencia que no es propia-mente el deber el móvil de los actos humanos. In-cluso si se actuara moralmente esperando lograrasí una vida placentera, tampoco es aceptable pa-ra Kant, pues la moralidad se estaría supeditandoa la sensibilidad 16.

Epicúreos

Virtud

Soberano bienSaber alcanzar

el placer Felicidad

Esquema No. 2

A diferencia de las dos escuelas griegas, pa-ra Kant (ver esquema No.3) la virtud como prin-cipio de moralidad de un ser finito y su felicidadno se identifican, son dos realidades diferentes.La virtud ciertamente hace referencia a una exi-gencia completamente racional, mientras que lafelicidad está vinculada con la satisfacción de lasinclinaciones propias de la sensibilidad 17. Sinembargo virtud y felicidad configuran los dos elSoberano Bien, que es lo que, según el filosofo,mueve realmente a los hombres a actuar.

Page 4: LA ÉTICA KANTIANA, EL EPICUREISMO EL ESTOICISMO · por todos los filósofos importantes, cuando se tra-ta de exponer la posición propia con relación a la ética. San Pablo elogía

138 REVISTA ESTUDIOS

Virtud

SOBERANOBIEN

Esquema No. 3

Teniendo en cuenta lo anterior se puede pen-sar que el deber y la felicidad no aparecen relacio-nadas directamente, es decir que no se puede pen-sar que el cumplimiento del deber traiga consigola felicidad. Ante esto cabe preguntarnos: ¿se re-lacionan de alguna otra forma deber y felicidad?Es imposible, como vimos, que la felicidad sea elmóvil de la virtud, puesto que la felicidad respon-de a exigencias sensibles, mientras que la virtud aexigencias morales. Pero también es imposibleque la virtud sea la causa eficiente de la felicidadpor la misma razón. A esta dificultad la llamaKant la antinomia de la razón práctica.

La solución de esta antinomia impone la ne-cesidad de recurrir al núcleo central del edificiode la razón: la distinción entre el mundo sensibley el inteligible. Esto significa en el contexto delpensameinto kantiano, que el ser humano perte-nence, a dos mundos. Uno que se rige por las le-yes físicas y otro por las del espíritu. Entre estasleyes hay que distinguir la relación causal corres-pondiente a cada uno de estos mundos: para el fí-sico, la relación causal se refiere a lo que efecti-vamente se conoce como relación causa-efecto;para el segundo, el espiritual, la causalidad se lla-ma inteligible, y corresponde a la libertad. La pri-mera de estas relaciones la establece la razón es-peculativa entre los fenómenos o sea representa-ciones racionales de las cosas en-si, exteriores alsujeto. Por el contrario, la libertad, cuya expre-sión en un ser finito es la virtud corresponde a lacausalidad de las acciones de los seres humanos

en cuanto son seres racionales. Para Kant el hom-bre virtuoso es el hombre libre, es decir el que ac-túa conforme a la ley moral.

El problema de los epicúreos radica pues, se-gún Kant, en reducir al plano sensible el ser ra-cional, desconociendo así el mundo inteligible.Esto trae como consecuencia que la virtud se pre-tenda alcanzar por medios sensibles. Los estoicospor su parte, hacen una identificación indebidatambién, pues desconocen el aspecto sensibleforma parte del Soberano Bien.

5. EL MUNDO SENSIBLEY EL INTELIGIBLE

Tratando de respondemos la pregunta sobrecomo es posible la relación entre el deber y la fe-licidad es conveniente tener presente el problemafilosófico que está de trasfondo a este. Nos referi-mos a la relación entre el mundo sensible y elmundo inteligible. La distinción entre los dosmundos se presenta a veces insalvable. Por consi-guiente el ser humano se debate en medio de dosmundos, uno que lo llama al placer aprendido enla satisfacción de sus necesidades físicas, y otroque le exige incluso sacrificios ya no sólo de lasatisfacción de sus necesidades, sino de la propiavida, pasando por encima del instinto de autocon-servación. Este debatirse en medio de dos mun-dos hace poco creíble incluso, casi como una qui-mera, el soberano bien. Kant recurre entonces aplantear unos postulados que salvarían la posibil-diad del soberano bien. Entre estos se encuentranla inmortalidad del alma, la idea cosmológica deun mundo inteligible y la inmortalidad de Dios. Apropósito de éste último escribe nuestro autor:

puesto que no tenemos solamente el derecho deconcebir nuestra existencia como un noúmeno enel mundo inteligible, sino que hallamos en la leymoral un principio intelectual de determinaciónpara nuestra causalidad en el mundo sensible,no es imposible que la moralidad de la intencióntenga como causa, con la felicidad como efecto,en este mundo, una conexión necesaria, y si noinmediata, al menos mediata (por medio de unautor inteligible del mundo) ...(5).

Page 5: LA ÉTICA KANTIANA, EL EPICUREISMO EL ESTOICISMO · por todos los filósofos importantes, cuando se tra-ta de exponer la posición propia con relación a la ética. San Pablo elogía

La ética Kantiana. el Epicureismo y el Estoicismo

Con la inclusión de este postulado de unautor inteligible del mundo, que sería Dios,queda a salvo entonces la posibilidad del Sobe-rano Bien, móvil auténtico de una voluntad li-bre, el cual incluye virtud y felicidad. El hechode recurrir a Dios como garante de la relaciónentre moralidad y felicidad puede verse comoun recurso para probar su existencia. Así tam-bién podría pensarse de la inmortalidad del al-ma y de la existencia de un mundo inteligible.Sin embargo, más que una "prueba" de su exis-tencia, es más bien una mostración de su nece-sidad desde una perspectiva antropológica. Másaún, en el contexto del pensamiento kantianopodría decirse que la prueba de algo correspon-de al orden del uso teórico de la razón, no aluso práctico. Pero a su vez en el uso práctico, laexigencia de un autor inteligible del mundo nopuede admitirse como prueba. Entonces en tér-minos de la extensión del conomiento no seadelanta realmente nada. ¿Significa esto quelos postulados son meras elucubraciones? Pararesponder esta pregunta es necesario tener encuenta un aspecto nuevo del pensameinto kan-tiano. Para kant la mente humana no se cierra aestos dos usos de la razón, sino que deja abier-to un dominio en el que también puede incur-sionar y que tiene su propia constitución. Es eldominio que se abre con la pregunta por 10 queme es permitido esperar, la cual se hace ya pre-sente en la reflexión sobre la dimensión moraldel hombre.

Ciertamente que tanto en La metafísica delas costumbres, un libro anterior a la Crítica de laRazón Práctica, como en la primera parte de és-te, Kant le da muchísima importancia al deber, ya la ley moral. Por ello su pensamiento ético pue-de ser visto como un pensamiento en el cual eldeber es lo único que define el criterio de los ac-tos humanos, sin considerar para nada la sensibi-lidad. Ahora bien la sensibilidad no sólo es con-templada, sino que su plenitud, la felicidad, ocu-pa un lugar entre los elementos que constituyenel soberano bien, móvil último de las acciones delos seres humanos. Si además de esto se tiene encuenta la importancia de la dimensión de la espe-ranza a que nos hemos referido, podemos afmnarque el pensamiento de Kant es en realidad un

139

pensamiento que busca comprender integralmen-te al ser humano, por lo que los diferentes aspec-tos que aborda este pensamiento no se puedenver absolutamente desligados entre sí, aun admi-tiendo que son diferentes, y que nos es incognos-cible establecer su vinculación. Para Kant, elpensador de 10 humano, no sólo del conocimien-to o de 10 moral, el ser humano sorprende por te-ner varias facetas, por vivir en varias dimensio-nes. Se 10 puede comprender, se le debe respetarpor su libertad, se puede esperar de él reciproci-dad en el respeto, pero es muy difícil explicarlocompletamente.

NOTAS

l. Cfr. Crítica de la Razón práctica (traducciónde A. García Moreno) Mexico, Editora Nacio-nal, 1974, p. 261.

2. No deja de ser sorprendente que uno de los es-tudios más importantes en lengua castellanacomo lo es el de Manuel García Morente en laparte correspondiente a la éltica no lo tenga encuenta. Ver: García Morente, M.: La filosofiade Kant. (3a. edición) Madrid, Espasa Calpe,1974.

3. Cfr. Hechos de los Apóstoles 17,22.

4. Véase: Fabro, Comelio: Génesis histórica delateísmo contemporáneo En: Enciclopedia delateísmo contemporáneo Madrid, Cristiandad,1972, Tomo 1 p. 23.

5. Crítica de la Razón Práctica, edición citada, p.310.

6. Cfr. La edición bilingüe de los textos y frag-mentos de Epicuro que se recogen en: CarlosGarcía y Eduardo Acosta: Ética de EpicuroBarcelona, Barral Editores, 1974, pp. 89-155.

7. Cfr. García Morente, M. Op. Cito pp. 167-168.

8. Crítica, op. cito p. 249.

9. Crítica, op. cito p. 270.

10. Crítica, op. cito p. 165.

Page 6: LA ÉTICA KANTIANA, EL EPICUREISMO EL ESTOICISMO · por todos los filósofos importantes, cuando se tra-ta de exponer la posición propia con relación a la ética. San Pablo elogía

140 REVISTA ESTUDIOS

11. Crítica, op. cit. p. 261. 14. Cfr. Crítica, op. Cit. p. 259.

12. Un breve estudio sobre las tres forrnulaciones delimperativo categórico se puede encontrar en elexcelente libro de David Ross: Kant's ethicaltheory Oxford University Press 1965, pp. 43-65.

15. Ibid. p. 303.

13. Crítica, op. cit. p. 303.

16. Ibid. p. 263.

17. Ibid. p. 270s, 304.