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Material Sesion Nº 2 Curso Evaluacion de competencias para Universidad de La Salle Bogotá , Junio de 2012
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Etapas del proceso evaluativo y otros
elementos útiles para detectar logros en
competencias
Profesora Mercedes E. Ahumada Torres
Departamento de Métodos de Innovación y
Diagnóstico en Educación de la Facultad de Pedagogía
UNIVERSIDAD DE BARCELONA
Material de Curso para Profesorado de la
Universidad de La Salle- Bogotá, Junio de 2012
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Sesión Nº 2
1. Operativizar la evaluación: establecer que evaluaremos,
una tarea crucial
Evaluar aprendizajes desde una base competencial supone la
selección y el uso de estrategias de evaluación que están
íntimamente relacionadas con preguntas propias de la evaluación de
aprendizajes. Las actividades de evaluación deben permitir revelar los
niveles de consolidación alcanzados, ante una determinada
competencia o grupo de competencias, por parte de los estudiantes.
Algunas de esas preguntas cobran una nueva dimensión al incluir
nuevos referentes para la evaluación de aprendizajes basados en
competencias, a saber:
¿Qué evaluaremos concretamente, de cara a las competencias de una
determinada asignatura?
¿Cuáles pueden ser los conocimientos, procedimientos y aspectos
actitudinales que serán incluidos en la evaluación de una competencia
dada?
¿Cuáles son los tipos de evidencias más pertinentes ante una
competencia determinada?
¿Cuánta evidencia es suficiente para evaluar aquello que necesita ser
evaluado?
¿Cómo hemos de realizar el feedback o retroalimentación cuando
estamos trabajando aprendizajes basados en competencias?
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¿Cuándo diremos que ya está consolidada la competencia?
Asumiremos que la competencia no puede ser observada
directamente, pero puede ser inferida del desempeño o demostración
ante una determinada realidad. Por ello es que se requiere pensar
acerca de los tipos de desempeños que permitirán reunir evidencia,
en cantidad y calidad suficiente, para hacer juicios razonables acerca
de la competencia de un individuo.
Hemos de recordar que el concepto de “Competencia” incluye, entre
otros elementos, conocimiento, habilidades complejas, actitudes y
componentes valóricos, que se juegan en el aprendizaje. Es así como
los métodos escogidos han de evaluar esta variedad de elementos de
competencia y ser acompañados de los criterios de evaluación,
pertinentes para cada caso.
Seleccionar los métodos más directamente relacionados con lo que se
pretende evaluar, entre otros aspectos, nos permite asegurar que los
esfuerzos de aprendizaje de los estudiantes estén apropiadamente
dirigidos y asegurar que los criterios que se usarán para el juicio de
evaluación estén claros para los estudiantes. Por ejemplo, las
observaciones del desempeño pueden ser usadas para evaluar en un
mismo evento varias competencias, que pueden ser ponderadas en
grados de importancia según la decisión del profesor.
Así tenemos que si nos centramos en una situación de evaluación
concreta que esté vinculada al desarrollo e implantación de un
proyecto podemos valorar la capacidad para planificar el proceso, la
habilidad para liderar el proyecto, la capacidad para organizar el
grupo de profesionales involucrados, el grado de aplicación del
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conocimiento aprendido, los principios éticos que se derivan de la
intervención, etc.
Cabe valorar algunos referentes iluminativos que, si se consideran
oportunamente, ayudan a los profesores a realizar juicios razonables
acerca de la competencia:
Agrupar los elementos de competencia (operacionalizar la
competencia) y los criterios de desempeño, esto probablemente conducirá a integrar elementos de competencia
y criterios asociados en unidades de competencia más comprehensivas.
Elaborar o seleccionar los métodos de evaluación más
pertinentes para valorar progresos en competencias por parte de los estudiantes. Ello supone concentrarnos en aquellos que
tienen un potencial mayor para una evaluación directa e integrada a las experiencias de aprendizajes propuestas.
Valorar la viabilidad de las acciones evaluativas o situaciones
de evaluación a la luz de cuestiones prácticas, tales como el tiempo y los recursos con los que se cuenta. Puede ser
necesario que para evaluar una competencia o grupo de
competencias se requiera más de una experiencia o situación de evaluación.
Promover situaciones de evaluación complejas que induzcan a
los estudiantes poder demostrar aquello que realmente son capaces de realizar y evidencia en diversos escenarios y
momentos.
Redactar una tabla de especificación que vincule por un lado competencias, objetivos de aprendizajes vinculados a ellas y,
método de evaluación más apropiado para evaluar las competencias que se evaluarán, establecer los criterios y
estándares pertinentes.
El feedback que se proporcione a los estudiantes, en
experiencias de aprendizajes basados en competencias, juega un rol importante puesto que debe permitirles incrementar su
aprendizaje además de certificar los niveles de logro alcanzados. A menudo, sin embargo, no se establece bien la
distinción entre, la retroalimentación de una tarea particular, la oportunidad del feedback y el juicio sobre el estudiante como
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persona, lo que puede inducir a errores y generar desmotivación en los estudiantes.
2. Componentes esenciales de la evaluación de los
aprendizajes: delimitación del proceso
Qué se ha de evaluar
El proceso de adquisición de las competencias en el ámbito educativo
requiere que estas tengan cuenta el logro de los objetivos
propuestos. Desde esta perspectiva, el resultado que se espera
obtener del estudiante en su proceso formativo y que se expresa en
la capacidad de llevar a término aquello que se ha aprendido, ya sea
de cariz teórico o práctico. Así entonces la evaluación comparará
hasta qué punto las competencias que se esperaba alcanzar han sido
conseguidas en realidad. Los indicadores de logro vinculados a ellas
son señales o evidencias sobre lo que el estudiante es capaz de
hacer.
El conjunto de los objetivos que emergen de las competencias
trabajadas o esperadas configuran los estándares contra los cuales el
individuo será evaluado. Es por este motivo que se deben prever al
inicio del proceso los aspectos esenciales en los que descansará la
evaluación, como por ejemplo:
Competencias específicas y transversales delimitadas para el curso
Objetivos de aprendizaje propuestos en la guía del curso
Conocimientos teórico/prácticos,
entre otros aspectos posibles de considerar.
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Ahora bien cómo es posible observar la evaluación de los
aprendizajes basados en competencias es un proceso complejo, que
requiere como paso previo, la definición de las competencias
esperadas. Dicho paso previo está vinculado al proceso de
planificación del aprendizaje donde deben emerger las competencias
a trabajar y es recomendable diseñar un esquema o mapa
competencial jerarquizado que permita ponderar la presencia de cada
una de ellas en las metas de aprendizaje que los estudiantes han de
alcanzar satisfactoriamente.
Desde esta realidad Mc Donald y otros (1995)1 nos plantean que un
enfoque de evaluación de los aprendizajes basados en competencias
es muy apropiado, entre otros ámbitos, para la formación
profesional, puesto que permite, entre otros aspectos:
Asegurar que la enseñanza y la evaluación estén al servicio de los resultados esperados.
Favorecer instancias de estrecha vinculación entre situaciones
de aprendizaje y la evaluación.
Facilitar la convalidación de créditos adquiridos en base a competencias en otros lugares.
Ayudar a los estudiantes a comprender claramente lo que se espera de ellos si desean tener éxito en una asignatura dada.
Como se ha de evaluar: una propuesta concreta
Es aquí donde hace falta avanzar en la selección de un modelo de
evaluación idóneo para la medición de competencias, orientar un
coherente diseño del proceso de evaluación, optar por aquellas
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estrategias más pertinentes para comprobar el grado de logro de las
competencias y objetivos planteados estableciendo los criterios e
indicadores con antelación como ya nos lo sugiere Ahumada (2005)
2, anteriormente citada en la Sesión 1, de esta formación.
A continuación se expone un modelo de tipo holístico, generado por la
autora de este trabajo para uso interno en el Master Oficial de
Educación y TIC (e-learning) dentro del cual desempeña parte de su
docencia universitaria.
El presente modelo, aún siendo susceptible de mejora, puede aportar
ideas en la tarea de evaluar desde los aprendizajes basados en
competencias.
Del mismo se desprende un enfoque de evaluación de carácter global
que valora la capacidad de aprender en base a competencias de
diferente tipología (de conocimientos, de habilidades técnicas y de
actitudes) y que éstas se puedan a la vez combinar.
Desde estas bases se propone el siguiente esquema, generado por la
autora de esta ponencia y que sin duda que nos ayuda a planificar la
evaluación:
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Figura. 1. Esquema de los elementos constitutivos y proceso para evaluar aprendizajes
basados en Competencias, generado por la Profesora Mercedes Ahumada Torres. Año 2006
Como puede apreciarse en el anterior esquema partimos pues de la
situación de aplicación que nos hemos planteado, puesto que desde
esta premisa esencial emerge todo el resto del proceso de diseño de
nuestra acción docente.
DISEÑAR UNA SITUACIÓN DE APLICACIÓN PARA
DEMOSTRAR VARIAS COMPETENCIAS
Competencia C Competencia A Competencia B
Conocimiento
(Saber)
Habilidades (Hacer)
Actitudes (Estar)
IDENTIFICAREMOS
PLANTEARNOS
LOS OBJETIVOS
QUE SURGEN DE
LA COMPETENCIA
SITUACIÓN
DE
APRENDIZAJE
Peso de la
Evaluación
Conocimiento
(Saber)
Habilidades (Hacer)
Actitudes (Estar)
Conocimiento
(Saber)
Habilidades (Hacer)
Actitudes (Estar)
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No hemos de olvidar que la evaluación es una actividad inherente al
proceso de enseñanza y aprendizaje y por este motivo se debe
concebir, siempre que sea posible, cuando este se planifica.
Si seguimos este esquema identificaremos aquellas competencias que
son propias de nuestra asignatura o que tienen un peso importante.
Se identifican en este dibujo tres tipos de competencias (A, B y C)
para expresar que pueden considerarse competencias de diversa
naturaleza: genéricas, específicas, transversales.
Una vez definidas las operacionalizamos, reconociendo los elementos
substanciales que de ellas se desprenden (Saber, Saber hacer y
Saber estar) para poder trabajar posteriormente la detección de los
objetivos y vincularlos a las situaciones de aprendizaje que hemos
diseñado para su demostración.
Al llegar a este punto, hace falta mencionar que si, por ejemplo,
diseñamos tres situaciones de aprendizaje, en función de la calidad y
la consistencia de éstas, alguna de ellas puede constituirse además
en una situación de evaluación (Esto lo habremos de haber decidido
antes, cuando estamos en la fase de diseño del proceso de enseñanza
y aprendizaje). En este sentido cabe recordar que esto implica aplicar
todo el proceso de diseño de la evaluación que hemos expresado en
este trabajo.
Si observamos con atención esta situación tiene 4 niveles que van de
mayor a menor (o a la inversa), esto nos permite valorar que no
todas las competencias deben tener el mismo peso en la situación de
evaluación, puesto que partimos de la base que necesitamos detectar
el grado de logro de diferentes competencias y puede suceder que
algunas de ellas tienen más preeminencia que otras, como nos lo
expone la figura de triangulo al final del esquema.
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3. Recomendaciones para realizar el proceso de evaluación
Teniendo en cuenta lo que acabamos de exponer, se sugiere seguir
las siguientes pautas orientadoras:
Identificar las competencias a evaluar.
Escoger un modelo de evaluación.
Seleccionar o diseñar actividades de evaluación adecuadas
(establecer los criterios de actuación esperados: diseñar una plantilla o rúbrica). Se recomienda que exista un máximo de 3
actividades de evaluación, bien diseñadas, que nos permitan evaluar los progresos de los estudiantes y que el resto de
actividades propuestas sean para profundizar en aprendizajes relevantes vinculados con la consolidación de la competencia
trabajada.
Valorar las evidencias en relación con la rúbrica de la actuación
esperada (criterios).
Retroalimentar a los estudiantes, a nivel personalizado y/o
grupal, desde un punto de vista de la(s) competencia (s) evaluada(s) (fortalezas, debilidades, puntos a mejorar).
Volver a valorar las evidencias una vez que los resultados iniciales ya han sido optimizados por los estudiantes.
Realizar una evaluación global del objetivo competencial
superado y proceder calificar para certificar la consolidación de la competencia adquirida por el estudiante.
Conseguir evidencias que nos indiquen el logro de las competencias
nos plantea el reto de diseñar muy bien la actividad de evaluación,
con lo cual, hace falta que no perdamos de vista aquello que
esperamos que nuestros estudiantes realicen (establecer y describir
con precisión la actividad de evaluación), comentar con ellos las
condiciones de realización y del procedimiento de análisis que
haremos sobre sus productos de evaluación.
Para llevar a término el proceso de evaluación de una manera más
sólida y estrechamente vinculada con aquello que nos ocupa,
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compartimos unas aportaciones para planificar la evaluación desde
las competencias que nos proponen Yaniz y Villardón (2006:115)3.
Quienes nos plantean que se han de evaluar todos los objetivos de
aprendizaje que han sido considerados como elementos de la
competencia. Ahora bien para asegurarnos que todos ellos se
evalúan y que aportan algo al desarrollo de las competencias del
perfil profesional, debemos buscar le orientación mediante una guía
en la cual podemos incluir, entre otros aspectos:
Competencias: se han de incluir cada una de las competencias que se trabajan parcialmente en la asignatura, de acuerdo con
el proyecto formativo o planificación que se ha diseñado.
Elementos de competencia: son los aspectos de cada competencia que igualmente se pueden trabajar de manera
transversal, en otras asignaturas, pero con pesos diferentes a la hora de la evaluación
Objetivos: son la concreción de los elementos de la competencia que los estudiantes deben desarrollar y se han de
expresar de forma clara.
Información: aquello que necesitamos recoger para comprobar
el logro del objetivo de aprendizaje.
Técnica de evaluación: actividad o instrumento mediante el cual recogemos información sobre el logro de uno o más
objetivos o de una o más evidencias concretas de aprendizaje.
Procedimiento: forma en qué aplicamos la técnica o actividad
de evaluación a los estudiantes.
4. Propuestas de algunos principios de buenas prácticas en la
evaluación de aprendizajes basados en competencias
Finalmente sería recomendable que al realizar el diseño del proceso
de evaluación de los aprendizajes centrados en competencias, se
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considerasen algunos principios que pueden ayudar a orientar mejor
el proceso y los resultados de una evaluación de aprendizajes
basados en competencias, a saber:
– La evaluación de los aprendizajes de los estudiantes debiese
tener un valor educativo, ya que ella promueve la posibilidad de realizar una puesta en práctica efectiva de aquellos objetivos
alcanzados por los estudiantes de cara a dar cuenta exitosa de
las metas logradas al final de una asignatura o modulo de aprendizaje.
– La evaluación resultará más efectiva si se orienta a contemplar en las experiencias de valoración la presencia de los aspectos
multidimensionales del aprendizaje propuesto. Lo anterior debe respaldarse con múltiples estrategias evaluativas para cubrir la
amplia gama (destrezas, conocimientos, actitudes, valores)
– El trabajo de evaluación que se implemente debe explicitar con
claridad los propósitos de la misma ya que ella busca iluminar
el proceso mismo atendiendo a las metas contempladas desde las competencias propuestas al estudiante.
– La evaluación debe tener presente que busca obtener información pertinente de los productos finales debido al
aprendizaje pero igualmente es urgente que se valoren las experiencias intermedias que han permitido alcanzar tales
outputs.
– Los procesos de evaluación han de tener una transversalidad a
lo largo del proceso de enseñanza-aprendizaje por consiguiente
no son situaciones episódicas. Aquí cobra relevancia la posibilidad de implementar la evaluación de los desempeños de
los estudiantes tan pertinente en la educación tradicional y/a distancia hoy en día.
– Las nuevas prácticas de evaluación necesitan enriquecerse con el aporte de los diversos agentes que forman parte del proceso
de enseñanza-aprendizaje. La urgencia de promover esta interactividad en los procesos evaluación basados en
competencias es mucho más evidente puesto que los alumnos generalmente están acostumbrados a ser receptores de los
procesos de evaluación y desde las competencias la llamada es
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que se transformen en agentes activos de los productos que generan para valorar sus progresos de aprendizajes
competenciales.
REFERENCIAS
1 McDonald, R.; Boud, D.; Francis, J.; Gonczi, A. (1995) Nuevas
perspectivas sobre la evaluación. Sección para la Educación Técnica y
Profesional. UNESCO-París.
2 Ahumada, M. (2005) Buenas Prácticas: Evaluación de los aprendizajes.
Ponencia presentada en Seminario de e-Learning: La mejora de la
calidad docente en línea. Realizado en Barcelona en la Universitat
Oberta de Catalunya.
3 Yaniz, C. y Villardón, L. (2006) Planificar desde competencias para
promover el aprendizaje. El reto de la sociedad del conocimiento para
el profesorado universitario. Cuadernos Monográficos del ICE, Nº 12.
Bilbao: Universidad de Deusto.