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La evaluación de un material didáctico impreso como estrategia de mejora docente ante la RIEMS
Silvestre Flores Gamboa1
María Concepción Lizárraga Sánchez2
Abstract. El presente estudio propone la evaluación de un material educativo
impreso, en este caso un libro de texto, por medio de una herramienta de evaluación con el fin de conocer el impacto que éste tiene en la práctica docente y la promoción de las competencias, tanto genéricas como disciplinares. Todo esto como parte de un ejercicio orientado en la búsqueda, la reflexión, el análisis y contribución al mejoramiento de la educación en el bachillerato dentro del contexto del Marco Curricular Común (MCC) y de la Reforma Integral de la Educación Media Superior (RIEMS).
Palabras clave. Evaluación, material didáctico impreso, competencias, RIEMS.
Introducción
En la actualidad, tanto en el sistema de bachillerato de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), como en la mayoría de las escuelas
preparatorias del país adscritas a diferentes subsistemas de bachillerato y dependientes de la Secretaría de Educación Pública (SEP), se encuentran inmersas en un proceso de continuas
transformaciones como parte de la Reforma Integral de la Educación Media Superior (RIEMS).
Dicha reforma la impulsa la Subsecretaría de Educación Media Superior (SEMS), en coordinación con la Asociación Nacional de
Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), de la cual la UAS forma parte, y que a través de la Dirección General de Escuelas Preparatorias (DGEP), planea y ejecuta las diferentes
estrategias y acciones (adecuaciones curriculares, reformulación del
1 El autor es Maestro en Ciencias en el área de Ciencias Sociales, profesor del área
Histórico Social en la Universidad Autónoma de Sinaloa. 2 El autor es Licenciado en Derecho, profesor del área Histórico Social de la
Universidad Autónoma de Sinaloa.
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perfil de egresos, adecuaciones al plan y programas de estudio, capacitación docente, etc.), dentro de las diversas unidades
académicas adscritas al bachillerato universitario encaminadas paralelamente con dicha reforma.
Para el logro de esos objetivos se plantean tres ejes, uno de los principales es la definición de un Marco Curricular Común (MCC), que será compartido por todos los subsistemas del bachillerato,
basado en un enfoque educativo adoptado ya en otros países y orientado por el desarrollo de competencias. A su vez, el MCC, plantea
tres principios básicos que guían la RIEMS (DOF, 2008a:26): (Reconocimiento universal de todas las modalidades y subsistemas del bachillerato, pertinencia y relevancia de los planes de estudio y finalmente el tránsito entre subsistemas y escuela)3
Se busca además, que las instituciones de educación media superior del país coincidan en la conjunción de un perfil de egreso común, y se sustenta a través del logro de competencias genéricas y disciplinares
básicas comunes y acordadas inter-institucionalmente a nivel nacional. Por lo tanto, el MCC deberá tener como objetivo principal
que los alumnos desarrollen las competencias establecidas en el Acuerdo No. 444 (DOF, 2008b:2).
Ante tal contexto, el presente estudio propone la evaluación de un material educativo impreso, en este caso un libro de texto, utilizado
actualmente en la práctica docente por medio de una herramienta de evaluación (plantilla), a través de cuatro dimensiones que un libro de texto puede presentar (datos de identificación, formato, diseño gráfico
y análisis de contenido), con el fin de conocer el impacto que éste tiene en la práctica docente y la promoción de las competencias, tanto genéricas como disciplinares. Todo esto como parte de un ejercicio
orientado en la búsqueda, la reflexión, el análisis y contribución al mejoramiento de la educación en el bachillerato dentro del contexto
del MCC y de la RIEMS, anteriormente descrito.
3 En este último punto es preciso mencionar que las autoridades administrativas
tendrán la obligación de otorgar la equivalencia de estudios a quien así lo desee o requiera, protegiendo así la inversión realizada en la educación, entre otros
beneficios.
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Cabe mencionar que en este trabajo no se pretende promover, implementar o medir determinado tipo de estrategia didáctica, como
todas aquellas que se diseñan con el fin de establecer nuevas actividades de aprendizaje, y que toman como parámetros modelos como el de las cinco dimensiones de aprendizaje de Marzano y
Pickering (2005), tampoco se establecen formatos de autoevaluación y co-evaluación con rúbricas como lo propone la taxonomía SOLO (Biggs y Collis, 1982), que clasifica y evalúa el resultado de una tarea
de aprendizaje en función de su organización estructural considerando siempre el proceso de progreso.
El enfoque pedagógico y la RIEMS. Desde la teoría constructivista del aprendizaje, “casi todas coinciden en que supone un cambio notable en el interés de la enseñanza al colocar en el centro de la empresa educativa los esfuerzos del estudiante por entender” (Pimienta Prieto,
2005:8). Por lo tanto, la enseñanza está centrada en el alumno, misma que se traduce en prácticas guiadas y asesoradas por el profesor que comprenden la asimilación conceptual y trabajos de
investigación, en donde el alumno construye, a partir de diferentes circunstancias y situaciones, aprendizajes significativos.
De esta forma el conocimiento es construido a partir de la interacción sujeto-objeto mediante mecanismos de asimilación y acomodación
que modifican las estructuras cognitivas del sujeto, por lo antes dicho los métodos de aprendizaje no pueden ser descontextualizados,
parten de los sujetos protagónicos: maestros, alumnos y el contexto escolar.
Como sabemos, la escuela es la depositaria de la instrucción, y en el mundo moderno el sujeto aprende en diversos contextos sociales muchos aspectos que la institución académica tal vez no le enseña,
además resuelve problemas, diseña proyectos y aprende desempeños. Un individuo que aplica con éxito sus conocimientos es una persona
competente, capaz de resolver problemas, de hecho la sociedad actual exige individuos con este perfil (competentes), mientras que la escuela debe contribuir a formarlos con esas características, entre las que se
destacan: ser reflexivos, críticos, solidarios, colaborativos, con valores éticos, con identidad histórica, entre otras más.
Las competencias son un enfoque para la educación no un modelo pedagógico, por lo que el nuevo diseño curricular de la Universidad
Autónoma de Sinaloa, al igual de todas aquellas instituciones que buscan ingresar al Sistema Nacional de Bachillerato (SNB), necesitan
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seguir los lineamientos propuestos por la RIEMS, la cual plantea a partir de un Marco Curricular Común (MCC), el enfoque por
competencias que orientan y le dan coherencia a los elementos que estructuran a cualquier programa (DOF, 2008b:2).
Así mismo, el proceso de enseñanza y aprendizaje es un elemento central de todo modelo pedagógico, por tal motivo, las estrategias de enseñanza y de aprendizaje, así como la evaluación debe alinearse
con la competencia que se pretenda promover. Por su parte, las competencias como procesos complejos de desempeños requieren de
estrategias de enseñanza y estrategias de aprendizaje complejas, capaces de integrar saberes contextualizados.
El enfoque por competencias implica concebir de manera compleja y profunda el proceso educativo, el cual también está íntimamente relacionado con la educación de calidad (DOF, 2008a:1). Este contexto
también implica un enorme reto tanto para las autoridades educativas federales y universitarias, cuyo deber es hacer que la
educación se lleve a los jóvenes con las mismas oportunidades de desarrollo y de acceso, asó como también para los docentes, mismos que deberán dejar de lado viejos esquemas donde de ser los
protagonistas del proceso de enseñanza-aprendizaje, se convierten facilitadores del aprendizaje de los alumnos, atendiendo además no
sólo aspectos pedagógicos que le competen, sino también los aquellos psicológicos, emocionales y biológicos propios de la edad en la cual se encuentran, con el fin de responder así a las necesidades de ellos.
El libro como material educativo. El material educativo, también conocido como material o recurso didáctico, “son los medios de enseñanza que constituyen distintas imágenes y representaciones que se confeccionan especialmente para la docencia; también abarcan objetos naturales e industriales, tanto en su forma natural como preparada, los cuales contienen información y se utilizan como fuentes de conocimiento” (Labarrere, citado por Pimienta Prieto, 2005:37).
Cabe mencionar que el material educativo varía según la necesidad
del docente y puede presentarse en múltiples formatos: impresos, audiovisuales y/o digitales (Roquet García y Gil Rivera, 2006:2), por lo que se pueden utilizar hojas de trabajo, papel milimétrico,
presentación en power point, secuencia de video, juego didáctico, antologías, libros de texto, etc. Lo importante es que sea diseñado con
todos los elementos para ser autosuficiente (identificación de las
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necesidades de aprendizaje y característica de la población, sistema de evaluación previa, formativa y final, objetivos de aprendizaje,
temática y contenidos y actividades o ejercicios de aprendizaje).
Sin embargo, aún y cuando el material educativo varíe, es importante
que sea diseñado con todos los elementos para ser autosuficiente (identificación de las necesidades de aprendizaje, sistema de evaluación previa, formativa y final, objetivos de aprendizaje, temática
y contenidos y actividades o ejercicios de aprendizaje), o bien “autogestivo” como también se le ha conceptualizado por otros
autores (Chan Núñez y Tiburcio Silver, 2002:1). Así mismo, e independientemente de la modalidad educativa (escolarizada, semi-escolarizada, abierta o a distancia), el material didáctico representa y
constituye:
“el vínculo entre el estudiante, los contenidos que va aprender y el asesor o tutor, además es la principal fuente de información para aquellos estudiantes que no cuentan con el apoyo del docente presencial” (Roquet García y Gil Rivera, 2006:2).
“la principal herramienta de comunicación sobre la propuesta educativa a seguir por el estudiante y el asesor” (Chan Núñez y Tiburcio Silver, 2002:1).
Todo esto a través de los contenidos que va aprender a lo largo del curso, así mismo el libro de texto como material educativo representa
un medio de enseñanza confeccionado especialmente para la docencia pero cuyo principal beneficiario es el alumno, esto es debido a su utilización específica como auxiliar dentro de la enseñanza y
promoción del aprendizaje (Prendes Espinosa y Solano Fernández, 2003:5).
Además, todo material educativo que retome el enfoque por competencias, entendida esta como “la capacidad de un sujeto para desarrollar una actividad profesional o laboral, con base en la conjunción de conocimientos, habilidades, actitudes y valores, requeridos para esta tarea” (Núñez y Tiburcio Silver, 2002:7), y que integre un esquema de estrategias didácticas siempre serán de gran
apoyo para todo docente en su labor educativa.
[1235]
Finalmente, ya sea en un ámbito sociocultural o educativo como lo es el bachillerato, el libro como material educativo “sigue manteniendo
un papel muy importante de transmisión cultural” (Prendes Espinosa y Solano Fernández, 2003:2), de ahí la importancia de no sólo seguirlo utilizando, sino que constantemente evaluarlo y actualizarlo con el fin
de lograr sin problemas todos los propósitos establecidos en él, como lo pueden ser las distintas competencias.
Propuesta de evaluación y aplicación del material. El material didáctico seleccionado, en este caso un libro de texto puede ser
evaluado utilizando la “herramienta de evaluación de material impreso didáctico”, diseñada por el Grupo de Investigación de Tecnología
Educativa de la Universidad de Murcia, España (Prendes Espinosa y Solano Fernández, 2003:8). Esta es una plantilla de evaluación que recoge aspectos básicos considerados en la elaboración de materiales
escolares, y se divide en cuatro dimensiones básicas: datos de identificación, formato de libro, diseño gráfico y análisis de contenido.
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Figura: Dimensiones de la herramienta de evaluación de material impreso
didáctico4.
En la figura anterior se observan las interrelaciones existentes entre
las distintas dimensiones y el carácter cualitativo de la misma al estar todas éstas sometidas a análisis en ítems abiertos (observaciones). Por otro lado y a manera de resumen se describe y analiza de forma
general cada una de las dimensiones:
Primera dimensión.- Hace referencia a los datos de identificación, donde hay que indicar la asignatura o materia que se está evaluando, el nivel educativo, entre otros elementos que ayuden a identificar
completamente el objeto evaluado.
Segunda dimensión.- Hace alusión al formato de libro, específicamente a su manejabilidad, es decir el grado de facilidad de manejo del libro
desde el punto de vista del usuario. Tercera dimensión.- En este apartado denominado diseño gráfico se
hacen cuestiones referidas a la compaginación (márgenes, encabezados, pies de página, grafismos, etc.), al texto (tipografía,
interlineado, tamaño de letra, alineación del texto, legibilidad, lenguaje, expresión verbal, estilo, etc.), y a las imágenes (ilustraciones, esquemas, gráficos y mapas, tablas, etc.), incluidas en
el material.
Cuarta dimensión.- Hace referencia al análisis de contenido del material analizado, y que a su vez se distingue dos partes claramente diferenciadas:
I) Cuaderno descriptivo o programa. En él se hace mención de cada
uno de los elementos didácticos de la planificación de la asignatura como son:
1. Introducción. Epígrafe inicial en el que se realiza resumidamente una presentación de la asignatura y de los aspectos que van a tratarse en ella.
2. Objetivos. Especificación de los objetivos didácticos que se
pretenden conseguir con la asignatura. Se puede atender a
4 Dicho esquema se presenta tal y como sus autores lo manejan en su ensayo
(Prendes Espinosa y Solano Fernández, 2003:11).
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cuestiones referidas a la formulación, a la adecuación a los alumnos, a la naturaleza de las capacidades a conseguir
(conceptuales, procedimentales y actitudinales).
3. Contenidos. Valoración de los contenidos, especificados
normalmente en forma de bloques de contenido y unidades temáticas. Se valora la adecuación de éstos a los objetivos, si el programa justifica las unidades temáticas y señala los
criterios utilizados para su selección, la existencia o ausencia de esquemas de contenidos, organizadores previos
o índices y por último la promoción de competencias y sus atributos.
4. Metodología. En la metodología se hace referencia a las estrategias de enseñanza que va a utilizar el docente, es decir, cómo va a enseñar los contenidos a los alumnos, a los
medios, materiales y recursos didácticos entre los que se hará referencia al libro de texto utilizado, así como medios
audiovisuales y/o recursos electrónicos. Por último, se incluyen las actividades o tareas que el alumno tendrá que realizar para la consecución de los objetivos.
5. Evaluación. Cuestiones referidas a los criterios de evaluación
(qué vamos a evaluar; está estrechamente relacionado con los objetivos), los procedimientos (cómo vamos a evaluar) y los instrumentos (con qué vamos a evaluar; nos referimos a
exámenes, cuadernos de trabajo, guía de observación, etc.), utilizados.
6. Bibliografía básica. Aunque este no es un elemento didáctico, es útil para que el alumno tenga referencias
impresas o electrónicas y pueda completar la información o aclarar ideas. Por lo tanto, se valoran aspectos referidos al carácter actualizado y básico de la bibliografía aportada.
II. Módulo de contenido. Apartado en el cual se desarrollan los
contenidos de la asignatura, es decir el libro o el material escolar propiamente dicho. Los elementos analizados son:
1. Introducción. Esta es en esencia lo mismo que el cuaderno descriptivo o programa, pero el motivo por el cual se vuelve a incluir es porque, en ocasiones el programa se incluye al
principio del libro, y no por separado como en el caso anterior, o en ambos documentos. Cabe mencionar que los
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elementos contemplados son: presentación, prólogo, modo de uso y orientaciones para el estudio y por último referencia
a elementos didácticos como objetivos, contenidos, método de enseñanza y evaluación.
2. Guión o índice de los contenidos de la asignatura o materia. Algunos de los criterios hacen referencia al carácter exhaustivo o resumido del mismo, además sí incluye la
numeración de página con el contenido especificado.
3. Desarrollo de los contenidos. Los criterios valorados son el carácter simple o complejo, así como concreto o abstracto. También se preguntan aspectos referidos a la definición de
conceptos, a si destaca lo más significativo a través de grafismos secundarios o imágenes; o bien si en el desarrollo de contenidos dominan las explicaciones, las
ejemplificaciones o hay un equilibrio entre ellos, así como una valoración sobre las competencias disciplinares y
genéricas con sus respectivos atributos.
4. Actividades. Aquí se especifica si se incluyen actividades de
aplicación de contenidos teóricos o trasferencia a nuevas situaciones. El criterio analizado hace referencia las
instrucciones, específicamente así el evaluador las podrá considerar como completas o incompletas.
5. Evaluación. En este segmento se analizan los asuntos o actividades que se plantean como cuestiones de evaluación directa de los alumnos. En este sentido se valora la
adecuación a los objetivos y contenidos así como si son abiertas o cerradas por un lado, y resueltos o sin resolver
por el otro.
6. Fuentes Documentales. Aquí se valora si las fuentes son
impresas o electrónicas. Asimismo, conocer si esta documentación se refiere a los contenidos básicos o
aplicados. Reestructuración y adaptaciones de la plantilla en el marco de la
RIEMS. Cabe mencionar que la plantilla o herramienta de evaluación de material didáctico impreso5 se estructuró y adaptó en algunos de
5 Es preciso aclarar que esta herramienta (plantilla), ha sido trabajada y enriquecida
por sus autores desde 1997, y que nace con la idea de mejorar la práctica
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los criterios planteados para su evaluación, esto con el fin de incorporar el enfoque en competencias propuesto por la RIEMS a
partir de un Marco Curricular Común (DOF, 2008b:2), es decir valorando las competencias genéricas, sus atributos y finalmente las disciplinares.
Asimismo, cada una de las dimensiones y criterios elegidos es sometida a una valoración totalmente abierta denominada
observaciones y en la que el evaluador (docente), refleja todos aquellos aspectos que haya observado en el material y utilizando una escala de
valoración compuesta por diez posibilidades de respuesta. Por tal motivo, este ejercicio tiene un carácter cualitativo.
Para la valoración de cada uno de los criterios establecidos dentro de las cuatro dimensiones se utilizará una escala tipo Likert6 de 5
puntos, cuya posibilidades de respuestas van desde muy buena a muy mala, éste ejercicio garantiza sencillez y entendimiento para los sujetos y la variabilidad en las respuestas necesaria para la precisión
de la evaluación del libro. En la última parte del instrumento se dejo un espacio para que los respondientes pudieran agregar información
no contemplada en el momento de la evaluación del libro de texto.
Es importante mencionar que una vez diseñada la plantilla o
herramienta de evaluación7 fue presentada, revisada y utilizada por un total de 6 profesores que imparten la misma asignatura y que
también utilizan el libro de texto8 Análisis Histórico de México I como parte de su práctica docente en los últimos dos ciclos escolares (2008-
educativa en la modalidad a distancia ante la limitación geográfica que poseían ciertos estudiantes para continuar con una formación superior. De igual forma, los autores aclaran que la herramienta “puede ser utilizada en cualquier otro contexto, aunque alguna de las dimensiones tendrá que ser adaptadas” (Prendes Espinosa y
Solano Fernández, 2003:9) 6 Un elemento de tipo Likert es una declaración que los docentes hacen con el fin de
que evalúen en función de su criterio subjetivo, especificando tanto el grado positivo
como negativo de cada criterio establecido. 7 Por cuestiones de espacio no fue posible adjuntar la plantilla dentro del estudio,
pero puede ser consultada a través del siguiente link:
http://es.scribd.com/doc/58922516 8 Es preciso mencionar que la DGEP “es la instancia de la Administración central responsable de la planeación, coordinación, supervisión, seguimiento y evaluación del nivel medio superior de la Universidad Autónoma de Sinaloa” (DGEP, 2009:59). Por
lo tanto, son también responsables de la edición y autorización de la impresión del
libro, previa evaluación en conjunto con sus autores durante cada ciclo escolar.
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2009 y 2009-2010), pero adscritos en diferentes unidades académicas del bachillerato universitario de la UAS.9
Conclusiones
Este estudio permite reforzar la importancia de la utilización de materiales didácticos por parte del docente y siempre en beneficio del alumno, por lo que su impacto puede ser analizado y evaluado desde
diferentes perspectivas (aceptación, nivel de agrado, eficiencia, funcionalidad, calidad, resultados, etc.).
Independientemente del resultado que pueda arrojar la aplicación de la herramienta de evaluación en un libro de texto, según la propuesta
de María Elena Chan Núñez y Adriana Tiburcio Silver (2002:1), para el diseño de materiales educativos orientados al aprendizaje autogestivo, éstos deberían integrar no sólo los contenidos, sino que
principalmente las diversas actividades de aprendizaje enfocadas al logro de los mismos.
De igual forma, se recomienda mejorar y agregar aquellas actividades que vayan encaminadas a la obtención de productos de aprendizaje,
entendidos éstos como “la expresión material de lo aprendido” (Chan Núñez y Tiburcio Silver, 2002:11), cuya variedad le permitirá al
docente que emplea el libro de texto evaluar y calificar lo aprendido (observar lo que fue capaz de producir, cómo concretó o integró los conocimientos, las habilidades o las actitudes, entre otros puntos
más.
Dichas actividades10 pueden representarse en una monografía, ensayo, nota, crónica, reseña, entrevista, proyecto, mapa conceptual, artículo, investigación de campo, presentaciones y prototipos. (Pérez
Alcalá et als., citados por Chan Núñez y Tiburcio Silver, 2002:13). De la misma manera, el libro de texto debe de especificar siempre las
9 El autor Silvestre Flores Gamboa utilizó los resultados de dicho ejercicio como
parte de su proceso de Certificación de Competencias Docentes para la Educación
Media Superior, y se pueden consultar en la siguiente dirección electrónica:
http://es.scribd.com/doc/58912811
10 Para conocer con mayor profundidad estas actividades se recomienda consultar el
material propuesto por sus autores ((Chan Núñez y Tiburcio Silver, 2002).
[1241]
competencias genéricas, los atributos y las competencias disciplinares como parte de su contenido, lo que ayudará a mantenerlas presentes
en sus usuarios (maestros y alumnos).
Un buen material didáctico aumenta las posibilidades de éxito en todo
proceso de aprendizaje realizado por los estudiantes. Así, retomando los planteamientos de Biggs, y Chan, se puede percibir que solamente a través de un proceso en el cual el alumno sea consciente de los
procesos cognitivos que lleva a cabo, así como también de la asimilación de la información que recibe, se logrará un aprendizaje
completo y duradero, y no sólo uno memorístico, logrando la capacidad de trasladar lo aprendido en el bachillerato a su entorno próximo.
Finalmente, se recomienda profundizar en la utilización de esta herramienta no sólo en otros subsistemas del nivel medio superior,
sino que también en libros de texto de otras disciplinas con el fin de observar cómo estos materiales orientan la práctica, cómo ayudan al
docente en llevarla a cabo, cómo potencian las actividades descritas, etc. Así mismo, es recomendable la evaluación hecha desde el punto de vista del alumno, usuario final del libro de texto o material
didáctico, ya que como protagonista podría dar información útil sobre las facilidades o dificultades encontradas en ellos, conocer que
aspectos los potencian y cuáles los atrofian, saber qué valor le atribuyen, entre otras cosas. En resumen, es un ejercicio que favorecerá la discusión y a su vez permitirá recoger datos
significativos y relevantes.
[1242]
BIBLIOGRAFÍA Biggs, J. B. y K. F. Collis (1982). “Evaluating the Quality of Learning: The taxonomy”. Nueva York, Academic Press.
Chan Núñez, María Elena y Adriana Tiburcio Silver (2002) “Guía para la elaboración
de materiales educativos orientados al aprendizaje autogestivo”, Universidad de
Guadalajara, México. pp. 64. Disponible en: http://mail.udgvirtual.udg.mx/biblioteca/bitstream/20050101/1078/4/Guia_para
_la_elaboracion_de_materiales_educativos_orientados_al_aprendizaje_autogestivo.pd
f
DGEP, Dirección General de Escuelas Preparatorias (2009). “Currículo del
Bachillerato UAS 2006”. Universidad Autónoma de Sinaloa. Once Ríos Editores. pp. 218.
DOF, Diario Oficial de la Federación (2008a). “Acuerdo número 442 por el que se establece el Sistema Nacional de Bachillerato en un marco de diversidad”. Diario Oficial de la Federación, Secretaría de Gobernación, México.
(2008b). “Acuerdo número 444 por el que se establecen las competencias que constituyen el marco curricular común del Sistema Nacional de Bachillerato”. Diario Oficial de la Federación, Secretaría de Gobernación, México.
Marzano, Robert J. y Debra J. Pickering (2005). “Dimensiones del aprendizaje.
Manual para el maestro. Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de
Occidente (ITESO), México.
Pimienta Prieto, Julio H. (2005). “Metodología constructivista: Guía para la
planeación docente”. Editorial Pearson, México, DF. pp.164.
Prendes Espinosa, Ma. Paz e Isabel Ma. Solano Fernández (2003). “Herramienta de
evaluación de material didáctico impreso”. Grupo de Tecnología Educativa, Universidad de Sevilla. Disponible en:
http://tecnologiaedu.us.es/bibliovir/pdf/paz7.pdf
Roquet García, Guillermo y Ma. del Carmen Gil Rivera, (2006). “Materiales didácticos impresos para la educación abierta y a distancia”. Coordinación de
Universidad Abierta y Educación a Distancia. UNAM. Disponible en:
http://www.cuaed.unam.mx/puel_cursos/cursos/tlax_d_fded_m_cinco/modulo/unidades/u1/mat_did.pdf