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LA FILOSOFIA COMO INSERCION EN LA COTIDIANIDAD (LA FILOSOFIA EN AMERICA CENTRAL) "Crear una gran cultura no representa sólo ha- cer descubrimientos individuales 'originales'; tam- bién, y especialmente, significa difundir críticamen- te la verdad descubierta, 'socializarla' por así decir, convertirla en fundamento de acción vital, en ele- mento de coordinación y de condición intelectual y moral. El que una masa de hombres sea inducida a pensar sobre el presente real con cohesión y dentro de una cierta unidad, es un hecho 'ftlosófico' más importante y 'original' que la revelación de una nue- va verdad por el 'genio' ftlosófico, revelación que quede como patrimonio de pequeños grupos de inte- lectuales" (1). La tarea ftlosófica no ha de ser la producción inmanente al círculo de ftlósofos a la que nos hemos acostumbrado, a tal punto que no nos es frecuente visualizarotras posibilidades. Parece que nuestro fi- losofar consiste en estudiar e investigar para noso- tros mismos, para nuestros colegas y, a lo sumo, paranuestros estudiantes. Naturalmente, si no vemos otras posibilidades del ftlosofar, el objeto mismo de la filosofía también es inmanente a los conocimien- tos ya dados. Pero, si difundimos críticamente el conocimiento ftlosófico (como debe difundirse tam- bién el conocimiento científico), nuestros temas fi- losóficos han de rebasar los estrechos marcos en los que a menudo los aprisionamos. Qué entendemos por difusión crítica y qué debe ser investigado para que esta difusión no sea simple vulgarización ni exhibición de una produc- ción esotérica, constituyen la primera parte de esta ponencia. La segunda parte tratará de establecer cómo convertir el "renovado sentido común" en elemento de coordinación intelectual y moral y en funda- mento de acción vital. (1) A. Gramsci: La formación de los intelectuales (Anto- logía degli serigti) Col. 70 Grijalbo, México, 1967; nota IV, pág. 64. Carlos E. Echeverría - Augusto Serrano "Al emprender correctamente el estudio de la ftlosofía se precisa explicar de forma sistemática los problemas surgidos en el desarrollo de la cultura ge- neral sólo parcialmente reflejados en la historia de la ftlosofía -que en ausencia de una historia del senti- do común, imposible de integrar por ausencia de material documental, sigue siendo la fuente máxima del relato- para criticarlos, que nos muestren su valor real (si aún lo tiene) o el significado que tuvie- ron como eslabón superior de la cadena, y señalar los nuevos problemas, actuales, o el planteamiento contemporáneo de los viejos problemas" (2). También hemos de señalar la contribución que nuestra actividad intelectual, y específicamente nuestra actividad ftlosófica, está llamada a dar en la sistematización del pensar de una masa de hombres centroamericanos. Situada la filosofía "in medias res", descubrirá su sentido dentro de la común tarea por la liberación (3) y dejará de quedar al margen de tal proceso, a la vez que encontrará inagotable (2) A. Gramsci: La formación de los intelectuales. Ed. cit.; pág. 71. (3) El término liberación ha aparecido en los ámbitos intelectuales, como término muy usado, a partir de la mitad de los años sesenta. Ha sido con motivo del fracaso de los programas desarrollistas (Alianza para el Progreso) y las luchas por la liberación imperialista como se ha tomado conciencia de la situación de dependencia y subdesarrollo y de la necesidad de superación de esa situación. Usado tanto por marxis- tas cuanto por cristianos, el término ha llegado a ser "lugar común" de la izquierda en general, sin que haya tenido siempre una articulación teórica propia para Latinoamérica. A las determinaciones de ascen- dencia marxista: superación de la explotación econó- mica, política y social, las tendencias cristianas lati- noamericanas añaden la superación de la discrimina- ción social, de la destrucción del medio ambiente y otras. Aquí estamos usándolo no como categoría perteneciente a una teoría, sino como el concepto que articula esa tendencia general de la izquierda por salir del estado de dependencia y subdesarrollo.

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LA FILOSOFIA COMO INSERCION EN LA COTIDIANIDAD(LA FILOSOFIA EN AMERICA CENTRAL)

"Crear una gran cultura no representa sólo ha-cer descubrimientos individuales 'originales'; tam-bién, y especialmente, significa difundir críticamen-te la verdad descubierta, 'socializarla' por así decir,convertirla en fundamento de acción vital, en ele-mento de coordinación y de condición intelectual ymoral. El que una masa de hombres sea inducida apensar sobre el presente real con cohesión y dentrode una cierta unidad, es un hecho 'ftlosófico' másimportante y 'original' que la revelación de una nue-va verdad por el 'genio' ftlosófico, revelación quequede como patrimonio de pequeños grupos de inte-lectuales" (1).

La tarea ftlosófica no ha de ser la produccióninmanente al círculo de ftlósofos a la que nos hemosacostumbrado, a tal punto que no nos es frecuentevisualizar otras posibilidades. Parece que nuestro fi-losofar consiste en estudiar e investigar para noso-tros mismos, para nuestros colegas y, a lo sumo,paranuestros estudiantes. Naturalmente, si no vemosotras posibilidades del ftlosofar, el objeto mismo dela filosofía también es inmanente a los conocimien-tos ya dados. Pero, si difundimos críticamente elconocimiento ftlosófico (como debe difundirse tam-bién el conocimiento científico), nuestros temas fi-losóficos han de rebasar los estrechos marcos en losque a menudo los aprisionamos.

Qué entendemos por difusión crítica y quédebe ser investigado para que esta difusión no seasimple vulgarización ni exhibición de una produc-ción esotérica, constituyen la primera parte de estaponencia.

La segunda parte tratará de establecer cómoconvertir el "renovado sentido común" en elementode coordinación intelectual y moral y en funda-mento de acción vital.

(1) A. Gramsci: La formación de los intelectuales (Anto-logía degli serigti) Col. 70 Grijalbo, México, 1967;nota IV, pág. 64.

Carlos E. Echeverría -Augusto Serrano

"Al emprender correctamente el estudio de laftlosofía se precisa explicar de forma sistemática losproblemas surgidos en el desarrollo de la cultura ge-neral sólo parcialmente reflejados en la historia de laftlosofía -que en ausencia de una historia del senti-do común, imposible de integrar por ausencia dematerial documental, sigue siendo la fuente máximadel relato- para criticarlos, que nos muestren suvalor real (si aún lo tiene) o el significado que tuvie-ron como eslabón superior de la cadena, y señalarlos nuevos problemas, actuales, o el planteamientocontemporáneo de los viejos problemas" (2).

También hemos de señalar la contribución quenuestra actividad intelectual, y específicamentenuestra actividad ftlosófica, está llamada a dar en lasistematización del pensar de una masa de hombrescentroamericanos. Situada la filosofía "in mediasres", descubrirá su sentido dentro de la común tareapor la liberación (3) y dejará de quedar al margende tal proceso, a la vez que encontrará inagotable

(2) A. Gramsci: La formación de los intelectuales. Ed.cit.; pág. 71.

(3) El término liberación ha aparecido en los ámbitosintelectuales, como término muy usado, a partir dela mitad de los años sesenta. Ha sido con motivo delfracaso de los programas desarrollistas (Alianza parael Progreso) y las luchas por la liberación imperialistacomo se ha tomado conciencia de la situación dedependencia y subdesarrollo y de la necesidad desuperación de esa situación. Usado tanto por marxis-tas cuanto por cristianos, el término ha llegado a ser"lugar común" de la izquierda en general, sin quehaya tenido siempre una articulación teórica propiapara Latinoamérica. A las determinaciones de ascen-dencia marxista: superación de la explotación econó-mica, política y social, las tendencias cristianas lati-noamericanas añaden la superación de la discrimina-ción social, de la destrucción del medio ambiente yotras.

Aquí estamos usándolo no como categoríaperteneciente a una teoría, sino como el conceptoque articula esa tendencia general de la izquierda porsalir del estado de dependencia y subdesarrollo.

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materia prima para su trabajo en tanto que concien-cia transformadora.

Esta ponencia no pretende presentar tesis deltodo nuevas ni ofrecer esquemas acabados. Es másbien U1Ul invitación a los filósofos al área para inves-tigar en determinada dirección. Pretendemos señalartambién algunas posibles direcciones de investiga-ción, a partir de lo que aquí se expone, en nuestrasegunda ponencia (Ciencia, Cultura y Comunica-ción), siempre dentro del tema "La Filosofía enAmérica Central".

Queremos finalmente hacer una seria invita-ción a los filósofos del área para que se discuta elpapel que la filosofía está desempeñando en la vidade nuestros pueblos. Tenemos la impresión de quenos hemos encerrado en nuestras escuelas de filoso-fía, al no difundir críticamente nuestra actividad(una vez superadas las dificultades que la comuni-cación implica) o al no reflexionar sobre los proble-mas más característicos de nuestra sociedad. Quizáacertaba Popper cuando decía: "En los tiempos quecorren es imprescindible pedir disculpas para ocu-parse de la filosofía en cualquiera de sus formas ...La mayor parte de los filósofos profesionales pare-cen haber perdido contacto con la realidad ... Enmi opinión el mayor escándalo filosófico consiste enque, mientras a nuestro alrededor el mundo naturaly no sólo el mundo natural se hunde, los filósofoscontinúan debatiendo, inteligentemente o no, elproblema de si tal mundo existe. Se ven envueltosen el escolasticismo y en enredos lingüísticos como,por ejemplo, si hay diferencias o no entre 'ser' y'existir' (4).

Crear o descubrir representa el cumplimientode un trabajo intelectual que no cumple quien sola-mente estudia para saber, o quien repite acrítica-mente lo que otros han dicho o escrito. Tal trabajocobra su verdadero sentido si se determina correcta-mente qué hacer con él, y se hace.

Cuando el intelectual descubre o crea tieneante sí, por lo menos, una triple opción acerca de

I qué hacer con su producción teórica: puede conser-vada para sí, compartida con los "entendidos", ocomunicada a los "no entendidos".

(4) K. Popper: Conocimiento objetivo. Tecnos. Madrid,1974; págs. 41. Es interesante observar cómo la mis-ma filosofía burguesa está tomando conciencia de sucarácter reaccionario. Popper si bien ataca las postu-ras académicas filosóficas tradicionales por su caráctermetafísico, señala aquí (sin mayor articulación polí-tica) un aspecto del problema que aquí queremosprecisar.

Conservar para sí la producción intelectual sigonifica hacer gala de una actitud "coleccionista" quees, en definitiva, una manifestación más de indivi-dualismo. Individualismo no sólo al atesorar lo que aotros concierne (la apropiación del mundo), sinotambién por no reconocer en la práctica que el pen-sar es un fenómeno fundamentalmente social. "Elsujeto pensante no puede pensar solo: no puedepensar sin la coparticipación de otros sujetos en elacto de pensar sobre el objeto. No hay un 'pienso'sino un 'pensamos'. Es el que 'pensamos' que esta-blece el 'pienso' y no al contrario" (5).

No se trata aquí de polemizar acerca de lacontribución individual en la producción intelectual,que no pretendemos minimizar, sino simplementede subrayar el carácter social inherente a tal produc-ción. Esta actitud "coleccionista" desvirtúa el papeldel trabajo intelectual en tanto que esfuerzo huma-no de apropiación y transformación del mundo. Eltrabajo intelectual conservado para sí sufre una cu-riosa "alienación en sí mismo", pues el sentido deltrabajo intelectual se encuentra precisamente en losotros.

Compartir la producción intelectual con los"entendidos" es tanto como compartida con los quenos entienden. Aunque no vamos en este momentoa desarrollar el tema del lenguaje que aquí se hallaimplícito, queremos por ahora, destacar tan sólo dosaspectos de tal fenómeno. El uno es el aspecto for-mal de lo compartido; el otro es propiamente elcontenido de lo compartido.

En el primer caso, las formas linguales de ex-presión que comúnmente se escogen están desti-nando nuestra producción intelectual a quienes utili-zan el mismo lenguaje técnico. Nótese que en estecaso no importa que lo compartido sean temas tradi-cionales dentro del círculo de intelectuales al quehablamos, o, más aún, destinados al consumo inter-no de dicho círculo. Puede tratarse de una proble-mática más amplia, popular si se quiere. El hecho esque fuera de nuestro reducido mundo el mensaje nopenetra al no ser comprendido.

(5) P. Freire: ¿Extensión o Comunicación? S. XXIMéxico, 1976; págs. 74-75.

Son numerosas las voces críticas que se alzan desdelos más diversos campos y posturas ideológicas con-tra el trabajo de los intelectuales -todavía hay granmayoría en los países burgueses- despreocupadospor su repercusión social y política e inconscientes,generalmente, de su propio trabajo y de sus alcances.

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FILOSOFIA y COTIDIANIDAD

Tal manera de proceder tiene sus matices má-gicos, al condicionar la apropiación del mundo aluso de fórmulas que son únicamente manipuladaspor los iniciados, por mucho que se pretenda poner-las al servicio de los no iniciados. Esto nos recuerdalo que Godelier indica al hablar del discurso ritual:" ... conocer los nombres secretos de las cosas estener acceso a su esencia invisible y un poder sobreellas. Pero para hacerse escuchar, y para tener elderecho de pronunciar esas palabras y esas fórmulas,es preciso que el individuo haya observado un ciertonúmero de reglas de conducta frente a sí mismo yfrente a los otros" (6). Observamos como nuestrosintelectuales siguen, a través de su carrera universita-ria, un proceso de iniciación que les "confiere" esosarcanos poderes.

Si, por otra parte, nos detenemos en el conte-nido de lo compartido, podemos apreciar que, aun-que haya una cierta comunidad de lenguaje, entrelos intelectuales y el resto de la comunidad nacional,la producción teórica no trasciende sencillamenteporque no es la articulación de nuestra problemáticay así los temas de nuestra reflexión no interesan alpueblo. Con ello no pretendemos que los temastradicionalmente "filosóficos" han de ser abandona-dos; sino apuntar que quienes están "extramuros"no ven en qué medida la reflexión sobre los mismospueda contribuir al mejoramiento de sus vidas.

Este efecto restringido se debe a la no inser-ción de la filosofía en la vida y en el pensamientocotidianos. El plantear una alternativa más ampliano significa, empero, el abandono total de un traba-jo teórico riguroso, con un lenguaje técnico especí-fico. Lo que se quiere es indicar que éste no es elinicio ni el final de la jornada.

El trabajo teórico cobra su verdadero sentidocuando se inserta dentro de un trabajo integral deapropiación del mundo por parte de una sociedad yno sólo de su élite intelectual. Esto no tiene validezpara nuestras universidades, donde el quehacer filo-sófico alcanzaría su verdadera dimensión académicasi se integrasen el proceso de enseñanza-aprendizaje(docencia-"discencia"), de investigación (de lo teóri-co y de lo práctico) y la comunicación (que supere,negando, a la extensión). Porque no se desarrollacabalmente una disciplina hasta el momento de lacomunicación. Subrayamos, como se ve, este concep- (7)to y no el de la extensión tradicional que a veces prac-ticamos. "Si alguien juntamente con otros busca (S)

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realmente conocer lo que significa su inserción en ladialoguicidad de lo sujeto en torno del objeto cog-nocible, no hace extensión; mientras que, si haceextensión, no proporciona, en verdad, las condicio-nes para el conocimiento, pues que su acción no esotra que la de extender un conocimiento elaboradoa los que aún no lo tienen, matando de este modo,en estos, la capacidad crítica para tenerlo (7)".

Como se observa, no se trata ni de traducir detal manera el discurso filosófico que pierda su rique-za o su rigor, ni de defender de tal suerte el lenguajeteórico como garantía de ese rigor que ya no seaposible traducir. La vulgarización es inteligible gra-cias a los términos que en ella se utilizan, pero secorre el riesgo de no comunicar los conceptos preci-sos que se quiere transmitir. Habremos de conservaralgunos conceptos claves y dar cuenta rigurosa deellos, cuidando de no mitificar los signos que losrepresentan, que, a lo sumo, serán memorizados pe-ro no comprendidos. Si pretendemos pura y simple-mente traspasar nuestras elucubraciones provenien-tes del "mundo de las ideas" que la historia de lafilosofía ha engendrado, nada diremos a los que vi-ven en el mundo real de lo cotidiano.

"Cuando el filósofo pretende ser consumadarazón, en tanto que filósofo -apunta Lefebvre- en-tra en una vida imaginaria. Cuando quiere realizarlas posibilidades humanas por sus propios medios,descubre que no tiene medios para ello. Cuando lafilosofía se proclama totalidad definida y acabada,excluyendo lo no-filosófico, realiza su propia con-tradicción y se autodestruye" (8).

El mismo autor plantea una posible supera-ción del dilema que de tal situación se deriva: "¿Va-mos a separar definitivamente la pureza filosófica yla impureza cotidiana? ¿Vamos a considerar lo coti-diano como desechado, abandonado a su tristesuerte por la sabiduría? ... Queda abierto un solocamino: describir y analizar lo cotidiano a partir dela filosofía para mostrar su dualidad, su decadenciay su fecundidad, su miseria y su riqueza" (9). Peroel dilema no es totalmente superable: "A la aliena-ción filosófica, verdad sin realidad, siempre seguirácorrespondiendo la alienación cotidiana, realidad sinverdad" (lO). Es más fácil aceptar todo esto cuando

P. Freire: Op. cit.; pág. 28 Y 29.

H. Lefebvre: La vida cotidiana en el mundo moder-no. Alianza Editorial. Madrid, 1972; pág. 22.

(6) M. Godelier: Economía, Fetichismo y Religión en las (9) H. Lefebvre: Ibidem, pág. 22.sociedades primitivas Siglo XXI, Madrid, 1974. pág.357. (lO) H. Lefebvre: Ibid.; pág. 24.

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se considera a la filosofía como creadora de culturay no de escuelas filosóficas.

La no repercusión del pensar filosófico sobreel pensar común nos hace buscar una posible frutaprohibida y, naturalmente, a quien la ha prohibido ya quien quiere comerla. ¿Quiere realmente el inte-lectual abrazar lo cotidiano? ¿Quien se lo impide? ,o, por el contrario, ¿puede la "gente sencilla" bus-car en la filosofía una concepción superior de laVida? (11) ¿Por qué se les niega?

Con filosofía o sin ella -generalmente sinella- el ser humano desarrolla su acción vital; elabo-ra, a su manera, una imagen del mundo y estableceformas morales. Quiérase o no, la "gente sencilla"desarrolla así un trabajo intelectual, que es especula-tivo, espontáneo, frecuentemente contradictorio oinseguro; pero que quiere ser la expresión de nuestropresente común, de nuestra vida real. Por ello, unavez más, la filosofía ha de realizar su inserción en lavida cotidiana partiendo del sentido común. De nohacerlo se perdería entre las nubes, siempre amena-zantes, de Aristófanes.

"Si es cierto que toda filosofía ... debe reac-cionar sobre la sociedad, determinar ciertos efectospositivos y negativos, la medida en que reacciona esprecisamente, la medida de su alcance histórico, desu cualidad de 'hecho histórico' y no de 'elucubra-ción' individual" (12).

Tal como se señala en nuestra otra ponencia,los conocimientos se precipitan sobre el sentido co-mún o de manera ideológica, enmascarando la reali-dad y petrificando el sentido común; o de maneracrítica, dando lugar al renovado sentido común, ele-vando el presente real a nivel de conciencia.

En las "cuestiones de Método" que precedena la "Crítica de la Razón Dialéctica", Sartre apuntaque "la filosofía tiene que ser al mismo tiempo tota-lización del saber, método, idea reguladora, armaofensiva y comunidad del lenguaje" (13). Si la filo-sofía en América Latina no ha sido quizá ni armaofensiva, ni comunidad de lenguaje, difícilmente po-dremos hablar de totalización del saber y tendremosque cuestionar el carácter metódico y regulador de

(11) A. Gramsci: Introducción a la filosofía de la praxis(Antología degli scritti) Península Barcelona, 1972;pág. 23.

(12) A. Gramsci: Introd. Filosofía de la praxis. Ed. cit.;pág. 43.

(13) J.P. Sartre: "Crítica de la Razón Dialéctica" Losada,Bs. Aires 1970, pág. 17.

la misma. No en vano el mismo Sartre opina que lasépocas de creación filosófica son raras (14).

Al momento crítico y al momento sistemati-zador, que la filosofía aporta al sentido común, he-mos de agregar el momento político. "La elección yla crítica de una concepción del mundo constituyentambién un hecho político" (15). En efecto, la filo-sofía ha de ser arma de liberación.

Llevar a la "gente sencilla" (y a los menossencillos) a pensar coherentemente su presente real,que, en definitiva, lo es también de los intelectuales,ha de ser nuestra fundamental tarea filosófica; o,con palabras de Mao, "enseñar a las masas con preci-sión lo que de ellas hemos recibido con confusión".

En nuestros países la "gente sencilla" es elsector mayoritario de la población y constituye unaclase ascendente. A nivel general, en Centroamérica,la educación no ha sido, pese a los esfuerzos de losúltimos años, una posibilidad real para las masas decampesinos y obreros, para los indígenas y los quese encuentran en los cinturones urbanos de miseria.Quienes desarrollamos un trabajo intelectual pertene-cemos mayoritariamente al grupo de los que siemprehan tenido mayores oportunidades o a los que sehan incorporado a tal grupo.

Por otro lado, observamos que el esfuerzo in-tegracionista centroamericano no ha generado logrospositivos en el cambio social. "No se percibe que laintegración haya impulsado la creación de nuevosgrupos sociales cuyos intereses vinieran a cambiar lastendencias del cambio social y a modificar la estruc-tura del poder. Más bien pareciera haberse produci-do una acentuación y afianzamiento del poder polí-tico y económico de las viejas estructuras oligárqui-cas agroexportadoras, ahora remozadas y con reno-vado brío en el sector industrial, en compañía, lasmás de las veces, de intereses foráneos. Se ha dadoasí un nuevo cariz a la tradicional dependencia cen-troamericana: en lo interno se reforzaron las condi-ciones propicias para tender hacia una situación deequilibrio de explotación, y, en lo externo, se forta-lecieron los lazos de dependencia con la metrópoli,con lo cual la "satelización" política, cultural, eco-nómica y tecnológica se acentuó aún más" (16).

(14) J.P. Sartre: Ibidem, pág. 17.

(15) A. Gramsci: Introd. Filosofía de la praxis. Ed. cit.;pág. 16.

(16) E. Lizano: El proceso de integración económica, en"Centroamérica Hoy". Edi, cit.; pág, 216.

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FI LOSOFIA y COTIDIANIDAD

Como centroamericanos no podemos quedaral margen del proceso de liberación y superación denuestros pueblos. Como intelectuales debemos com-batir con el instrumento riguroso que tenemos ennuestras manos, posibilitando la expresión auténticade nuestro ser-pueblo.

Nuestra labor, en definitiva, ha de visualizar ysistematizar las características de nuestra condiciónen cuanto hombres y pueblos espacio-temporalmen-te ubicados, de nuestra cotidianidad. Labor que per-sigue nuestro ser-más; porque insertarse en el senti-do común no significa hacer la apología de lo dado.Antes bien es la tarea revolucionaria de producir unfilosofar auténtico.

Se ha querido reflexionar aquí sobre un lugarde la filosofía en el proceso de concientización denuestros pueblos como parte de la secular tarea deapropiación del mundo, queremos llegar a una filo-sofía que, partiendo de la misma cotidianidad, de-tecte las fuerzas de la negatividad inscritas en lapraxis social y que espontáneamente se oponen a loscambios y se conforman con el orden existente.

La traducción del conocimiento científico encultura popular no está exenta de los peligros de laimportación acrítica, que no tiene en cuenta lapraxis concreta de una sociedad. No se trata de darnuevas formas de penetración cultural que en lugarde desenmascarar esas fuerzas de la negatividad ins-tauren nuevos mitos. Con ello se frustraría el poten-cial revolucionario propio de cada época y se malo-graría la realización de la parte activa de los recepto-res en el desarrollo mismo de la ciencia. En la bús-queda de la totalización del saber nos encontramosnecesariamente con la dimensión política. No cai-gamos en la trampa de creer que ello no nos concier-ne. La invitación de Marx a que pasemos de la inter-pretación del mundo a la tarea de su transforma-ción, cobra mayor validez para nosotros, ante el pa-norama que ofrece la sociedad centroamericana ac-tual.

Si como afirma Gramsci "es preferible elabo-rar la propia concepción del mundo consciente ycríticamente y, en conexión con esta labor del pro-pio cerebro, elegir la propia esfera de actividad, par-ticipar activamente en la producción de la historiadel mundo, ser guía de uno mismo y no aceptarsupina y pasivamente que nuestra personalidad seaformada desde fuera" (17), hay que potencializar el

(17) A. Gramsci: Introd. Filos. de la praxis. Ed. cit. pág.12.

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sentido común no tanto mezclándolo con lo que porsu parte consiguen el arte y la ciencia, sino incorpo-rando a la "gente sencilla" a ese proceso de produc-ción. El primer paso para ello ha de ser la crítica aese sentido común. De esta postura crítica ha dedespertarse el potencial inscrito en toda sociedad,pero adormecido por la división del trabajo que con-dena a los unos al trabajo material y a los otros altrabajo intelectual. Las diferenciaciones de apropia-ción del mundo han de nacer del sentido común yhan de ser los hombres, cuya "humanidad" se agotaahora en la cotidianidad, los que produzcan esas di-ferenciaciones o mediatizaciones que son la cienciay el arte.

La lucha por esta consecución es eminente-mente política: para que esto no sea una meta utó-pica, la conciencia crítica previa de la que hablába-mos ha de comportar simultáneamente la concienciade las condiciones que genera ese estado de cosas yla conciencia de la necesidad de superarlas. Filosofares, a este nivel, dar armas para la liberación.

No está reñida la adquisición de un instrumen-tal técnico preciso, ni de una filosofía como lógicarigurosa que permita esta precisión, con la búsquedade una filosofía que nos dé razón, no ya de nuestracapacidad como hombres, sino, también, de la enaje-nación que nos hace aceptar ser simples instrumen-tos, como lo es esa ciencia rigurosa, al servicio de loshombres y pueblos que han alcanzado la supremacíaplanetaria. Una filosofía que nos muestre cómo esaciencia rigurosa, esa lógica precisa, esa técnica origi-nada en ella, puede también estar a nuestro servi-cio" (18). Hemos de decidimos a emprender el ca-mino de una fílosoffa auténtica, como centroameri-canos, como latinoamericanos. Con ello no nos esta-remos, en modo alguno, segregando de las corrientesculturales que a nivel mundial se están desarrollan-do. Estaremos más bien redescubriendo el sentidomismo de la fílosoffa y posibilitando nuestro aportea la misma.

No basta establecer la necesidad de una preci-pitación y una recepción críticas del conocimientoen el sentido común para caminar en esa direccióncon nuestro filosofar a cuestas. Hemos de empezarinvestigando las dificultades que tal proceso traeconsigo. Entre ellas están el sociomorfismo de lateoría científica, la segmentación de la realidad conarreglo a las categorías de la propia lengua, la laborcientífica por superar el nivel lingual, el carácter hi-

(18) L. Zea: La filosofía americana como filosofía sinmás. Ed. Siglo XXI, México, 1975; pág. 61 y 62.

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potético de la teoría científica, la precipitaciónideológica y la precipitación cultural de la cienciasobre el sentido común. Nuestro trabajo "Ciencia,

Cultura y Comunicación" quiere destacar estas difi-cultades y mostrar un posible camino para nuestrainvestigación sobre las mismas.