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1 Prof. Guillermo Ramírez Prof. Martha Ramírez

La furza dinamizadora de la familia

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Libro sobre el secreto de la armonía en la familia...

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Prof. Guillermo RamírezProf. Martha Ramírez

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Medellín, 26 mayo

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Proyecto y realizaciónMovimiento Familias Nuevas

AutoresGuillermo Ramírez

Martha Ramírez

IlustracionesChristiane Heinsdorff

Proyecto Gráfi coAgustín Lima Larrique

2012, Editorial Ciudad NuevaCalle 39 No. 21-26 Bogotá

Tel. 232 2482 - e.mail: [email protected]

ISBN 9 788492 80827-4

Se terminó de imprimir en el mes de junio de 2012 en copigav.

Circular 1 No. 70-38, MedellínTel. (0057) 4 411 6418

e-mail: [email protected]

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El presente es un tra-bajo acerca de la vida familiar con el propósi-to de ofrecer a las fa-milias y, en especial, a los padres y esposos, elementos que puedan servirles para darle un impulso renovado a la vida del hogar desta-cando el valor de la fa-milia como ambiente propicio de formación y desarrollo humano, sus-tento del crecimiento y escuela de amor por ex-celencia. La refl exiones aquí contenidas quieren ser ante todo la expre-sión de profundo agra-decimiento a Chiara Lubich1 de quien, con su vida y enseñanza, hemos aprendido que el elemento dinamiza-dor de las institucio-nes y, por ende, de la familia, es el amor; no un amor mera-mente sentimental o de palabras, sino un amor concreto, existencial, hecho vida, un amor que solo se hace visible

PRESENTACIÓN

en las distintas circunstancias de la vida.

La idea de este trabajo de refl exión tiene su fundamento en el testimonio de muchas personas de culturas, razas, pensamientos y creencias di-ferentes, que en el Movimien-to Familias Nuevas han encon-trado una respuesta válida a los problemas y difi cultades propias de la vida familiar y un camino de realización y de progreso no solo para sí mis-mos y para sus familias sino también para la sociedad en general.

El Carisma de la Unidad, que es el elemento esencial del pensamiento de Chiara Lu-bich, ha sido la fuente de ins-piración de este grupo de per-sonas. De él se han nutrido los miembros del Movimiento Familias Nuevas y sus segui-dores y en él han encontrado el secreto para darle un aire nuevo a su vida y contribuir de este modo en la genera-ción de un ambiente de armo-nía en su familia y el entorno. Esta serie de refl exiones han

sido compartidas con perso-

1Chiara Lubich nació en Trento, es la fundadora del Movimiento de los Focolares (http://www.focolare.org/

es/chiara-lubichchi-e-chiar)

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nas de diversa índole: niños, jóvenes, adultos; en escue-las de padres y, en especial, con los miembros de Familias Nuevas a nivel internacional.

El Amor es la fuerza dinami-zadora de la familia. Elegimos esta idea como eje

central de estas refl exiones porque estamos plenamente convencidos de ello. Sin embargo, el concepto

que se tiene normalmente del amor no corresponde a su verdadera esencia y a me-nudo se piensa que el amor es algo utópico, irrealizable e inútil, y por esto muchos ni siquiera intentan ponerlo en práctica.

Amar es un asunto de deci-sión. De ahí porqué la primera parte de este texto se oriente a establecer las característi-cas del “amor verdadero”. Por otra parte, a diferencia de lo que normalmente se piensa, el amor no es un mero sentimen-talismo, y no son sufi cientes las palabras para expresar el verdadero amor; como la luz que pasa a través de un dia-fragma se refracta en diversos colores, el amor solo es real si se expresa con hechos concre-tos y se hace manifi esto en los

diversos aspectos de la vida. Es por esto que al núcleo de la segunda parte de nuestro trabajo le hemos dado el nombre de “El arco iris de la vida familiar”.

Y para fi nalizar, siguien-do la teoría de muchos pensadores, nos parece importante subrayar el valor de la familia en su responsabilidad social. La familia no es solo un hecho privado; es, espe-cialmente, un espacio de comunión, el lugar privi-legiado donde nace y se cultiva la semilla de hu-manidad por lo cual está llamada a ser un lugar de refugio, de consuelo, de reparación, de vida de comunión. Es en ella se forman y se nutren los ciudadanos y se forja, en consecuencia, el fu-turo de sociedad.

Poner de relieve el in-menso valor de la fa-milia como fuente de crecimiento y de feli-cidad es nuestro ma-yor deseo. Para ello ponemos a su dispo-sición este sencillo trabajo.

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I. EL AMOR QUE DINAMIZA LA FAMILIA

La familia es esencial en la vida de todo ser hu-mano y juega un papel fundamental en el desa-rrollo de la sociedad. Dice Igino Giordani2:

que “mantener encen-dida la llama del amor en la casa y transmi-tir el calor del amor fuera de casa, en la sociedad, para que la sociedad llegue a ser familia”.

Sin embargo, ac-tualmente la familia vive muchas situa-

ciones dolorosas: Esposos y padres frustra-

dos y abandonados. Niños privados de alguno

de sus padres. Hijos e hijas que han caí-

do en el drama de la droga-dicción, la delincuencia y la prostitución. Esposos e hijos que mue-

ren a causa de la guerra y la violencia. Ancianos abandonados. Niños y niñas que mueren

diariamente de hambre. Enfermos que mueren en

medio de la indiferencia de sus propios familiares…

2 Igino Giordani, escritor y parlamentario italiano, ca-sado, padre de cuatro hijos, actualmente en proceso de beatifi cación

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¿Cómo contribuir a la solu-ción de estas situaciones? La fuerza dinamizadora de

la familia es el amor y, por lo tanto, el camino para resol-ver todas sus difi cultades es el amor. “Un reloj no funciona, no da

la hora, se podría decir que no es un reloj sino un objeto de metal, si no se le da cuer-da”.3 Así también, si se apa-ga el AMOR en la familia, ella pierde todo su signifi cado y, más aún, corre el riesgo de destruirse.La idea fundamental de los

talleres de refl exión deriva-dos de este escrito es poder

demostrar con la experiencia que efec-

tivamente el amor es la respuesta a todas las difi cultades de la vida fa-miliar y que, como dice el poeta Virgilio: “todo lo vence el amor”.4

Ésta no es una tarea fácil pues normalmente se piensa en un amor egoísta, interesado, que solo busca el pro-pio benefi cio. El Amor es la res-

puesta a todos los dolores de la vida de la familia si es rela-mente un Amor ver-dadero, es decir:

¿¿C¿C¿ ómmómo o cocococccc ntntririr bubuiririr aaaa llllaaaa sosooos lulululuu--cicicicic óónónó dddddeee eseessstatatat sss sisituttuacaciii

deemo tt

“Soy Edy, una joven de

Burundi (África).

Un día en nuestro

barrio no había agua y

debíamos ir a buscarla a

ot ro lugar. Éramos mu-

chos, una fi la larguísi-

ma. Algunos venían de

un lugar lejano y pedían

que les dejaran hacerse

delante de algunos para

llegar más rápido a la

casa; pero nadie les daba

puesto.

En un ciert o momen-

to llegó un niño con un

balde . Me miró y me

dijo que le cediera el

puesto. Se lo di ense-

guida y sentí una gran

alegría en mi corazón .

Llegó luego una seño-

ra y nos dijo: ‘Como son

tantos en la fi la, algunos

pueden venir a tomar el

agua en mi casa’.

Fue para mí la recom-

pensa”6.

Un testimonio de vida

3Lubich, Chiara. Juntos en camino, ed. Ciudad Nueva, Buenos Aires, p. 94.

4Virgilio. Égloga X.

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- Un amor generoso, ca-paz de renunciar a los pro-pios intereses por el bien del otro, que se alegra más en dar que en recibir,

- Un Amor concreto,

no solo de palabras, un que se demuestra con hechos concretos, que se expresa en las diferen-tes circunstancias de la vida: en la relación con los demás, en la adminis-tración de los bienes del hogar, en el arreglo de la casa y de uno mismo, en el cuidado de la salud, etc.

En este sentido podría de-cirse que la familia es como un “cofre de amor”5, como la defi ne Chiara Lubich en el Fa-milyfest de 1981. En él cada uno de sus miembros es una joya preciosa, un regalo de amor y, por lo tanto, tiene un valor inmenso. Sin embargo, cada joya no es inerte, es una joya viva; el brillo, la belleza y la armonía de cada una de estas joyas y del cofre, en su conjunto, dependen de la ca-lidad de la re-lación que se e s t a b l e c e entre ellas.

5 Lubich, Ch. Discurso inaugural, Familyfest, Palacio de los deportes, Roma, 1981.6 Zamboni, Doriana. I fi oretti di Chiara e dei Focolari, ed. San Paolo, Milano, 2002, p. 72.

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Para reflexionar:

“Solo el amor constituye , une , hace que la familia

exista. Y si la familia ha fracasado en el mundo es

porque ha faltado el amor. Si se apaga el amor, la

familia se deshace”

¿Cuál es el mayor obstáculo que encuentro en mi familia para acrecentar la llamita del amor?

¿Qué puedo hacer concretamente para superar este obstáculo?

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En el congreso de Jóve-nes del Movimiento de los focolares de 1967, cuyo tema era La Revolución Arco Iris, decía Chiara Lubich que el amor es como la luz. “Cuando un rayo pasa a través de un prisma o de una gota de agua, se refracta en los siete colores del ARCO IRIS. Del mismo modo, nuestro amor no es sen-timentalismo, ni entu-siasmo, ni tampoco acti-vismo. Debe expresarse en todos los aspectos de nuestra existencia”7.

Siguiendo este modelo en este trabajo vamos a representar cada uno de los aspectos de la vida de la familia en los colo-res del arco iris así:

compren-

de todo lo relacionado con la economía, el trabajo y la adminis-tración de los bienes.

la infl uencia que ejer-

II. EL ARCO IRIS DE LA VIDA FAMILIAR

ce la familia en la relación con los familiares, los vecinos, los amigos y demás personas.

la espiritua-lidad, la formación moral y religiosa, los principios y va-lores, los ideales y aspiracio-nes de sus miembros y todo aquello que lleva a la familia a trascender, a mejorar per-manentemente.

la salud, la alimentación, el descanso, el esparcimiento, el deporte, la recreación, la sana conviven-cia y la ecología.

la presenta-ción personal, el cuidado de la casa, el orden y el aseo, el ambiente, la belleza y la ar-monía.

los asuntos de la educación y el estudio, y todo lo que tiene que ver con el desarrollo de la inteligencia y la sabiduría de sus miem-bros y de la familia.

la unidad fa-miliar y todo lo relacionado

7 Lubich, Ch. A los Gen – Diálogo con los jóvenes, ed. Ciudad Nueva, Madrid, 5° ed., p. 45-46.

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con el diálogo, el intercambio recíproco, la comunicación entre sus miembros, la cali-dad de las relaciones inter-personales, al buen uso de los medios de comunicación.

Toda la vida familiar gira al-rededor de estos aspectos. Cuando se descuida uno o va-rios de ellos la familia se ve afectada. Entonces, es nece-sario que la familia, como el “cofre de amor” recobre su brillo. Para ello es preciso re-visar las relaciones, el modo

de amar de cada uno, las fallas cometidas, lo que debe hacer cada uno y la familia en su conjunto para mejorar la situa-ción.

Revisar cada color, es decir, cada uno de los aspectos de la vida fa-miliar hace posible iden-tifi car de una manera más palpable los errores cometidos y ponerse de acuerdo para encontrar la solución correcta.

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Noé era un hombre justo, íntegro y fi el a Dios en medio de un pueblo que se había corrompido en sus costumbres y llenado de violencia . Un día sintió que Dios le decía: “He decidido acabar con todo ser viviente por culpa de los hombres. Voy a enviar un diluvio y todo lo que hay en la tierra morirá . Contigo, en cambio, estableceré un pacto”. Le ordenó construir un arca para refugiarse él con su familia y Noé obró exactamente como Dios le había ordenado. Levantó un altar al Señor y tomando todos sus animales le of reció holocaus-tos. Cuenta el libro del Génesis que el Señor se dijo:”No maldeciré más la tierra por causa del hombre , porque los impulsos del corazón del hombre tienden al mal desde su adolescencia”.Dice la Biblia que Dios Bendijo a Noé con toda su familia y le ordenó fecundar, multiplicar y llenar la tierra, y puso todas las cosas a su servi-cio diciéndole: “Quien derrame sangre de hombre verá la suya derramada por el hombre , porque Dios ha hecho al hombre a su imagen y semejan-za”. Lo bendijo y estableció con él y sus descendien-tes este pacto: “Ningún ser viviente volverá a ser exterminado por las aguas del diluvio, ni volverá a haber diluvio que arrase la tierra”. Y puso “el arco iris” como “señal de su alianza” entre Él y la tierra8.

8 Cf. Génesis 6, 5-22; 7,1-24; 8, 1-22; 9,1-17

Un testimonio de vida

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Para reflexionar:

El “amor no es sentimentalismo, ni entusiasmo, ni

tampoco activismo. Debe expresarse en todos los as-

pectos de nuestra existencia”.

¿Qué debo mejorar en mi hogar para amar con-cretamente teniendo en cuenta el modelo del Arco Iris de la Vida Familiar que acabamos de ver?

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Si los miembros de una familia se aman recípro-camente podrán expe-rimentar la alegría de una relación cargada de grandes benefi cios para todos. Esta es realidad que se puede empezar a construir ahora mismo.

¿Cómo?No es casual que, en

el rojo del Arco Iris de la Vida Familiar, la econo-mía sea el primer aspec-to. En efecto, el manejo de los bienes en el ám-bito familiar suelen ser una fuente de confl icto. Es más, cuando se habla de bienes se entiende, normalmente, el aspec-to monetario y los de-más bienes materiales, y no se tener en cuenta el valor de las perso-nas que es lo más im-portante.

Hablar de economía es hablar de bienes, de precio, de valores. Y si la familia es un “cofre de amor”, el valor primordial de

II. a) Una empresa sustentada en el Amor

este cofre lo constituyen la jo-yas que lo constituyen, o sea, sus miembros En efecto, es la donación recíproca de los miembros de la familia lo que lleva a la comunión y no solo la distribución equitativa de los bienes materiales.

Es por esto que el tesoro más precioso y el mayor de los bienes que pueden ofre-cerse mutuamente los miem-bros de una familia es el Amor recíproco es. Esta es perla preciosa que de Jesús a la hu-manidad: “su mandamiento nuevo”, el Amor recíproco. ¡Y qué otra cosa puede desear una familia para sí si no la de amarse recíprocamente!

La familia, en esta idea del arco iris, se entiende en pri-mer lugar como una empre-sa; pero no es una empresa cualquiera sino una empresa fundada en el amor. Más aún, se trata de una organización empresarial basada en el amor recíproco.

Y en una empresa se mane-ja muchos bienes: el tiempo, el espacio que se ocupa, las

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personas que lo conforman, los haberes materiales y es-pirituales… Pero lo más im-portante es entender que la familia es, ante todo, una comunidad empresarial y el trabajo es una de las mani-festaciones más concretas de la relación de amor entre sus miembros.

Pero ¿en qué consiste el trabajo? ¿por qué es tan importante? ¿cuál es su verdadero signifi cado?

En primer lugar es impor-tante entender que el tra-bajo no es solamente lo que hacemos para ganar un salario sino todo lo que hace el ser humano. El papa Juan Pablo II dice

9 Cf. P. Juan Pablo II. Carta Encíclica Laborem exersens, introducción, 1981.

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que el trabajo es “todo tipo de acción realizada por el hombre”9.

Entonces el juego, el es-tudio, la realización de las tareas de los niños, la labor de un volunta-rio en una organización social, la participación en las actividades de la parroquia también hace parte del trabajo. De he-cho, también las activi-dades del hogar tales como la crianza de los hijos, la limpieza de la casa, la preparación de los alimentos…, hacen parte del trabajo aunque muchas veces no sea re-conocido.

Por otra parte el traba-jo, como afi rma el papa Juan Pablo II, además de servirle al ser hu-mano para ganarse el pan cotidiano, ha de contribuir “a la per-manente elevación cultural y moral de la sociedad donde vive en comunión con sus hermanos”10. La siguiente anéc-

dota puede ser útil para ilustrar esta

idea del trabajo como campo de realización.

Dicen que mientras se cons-truía la Catedral de Burgos en España, uno de los reyes de Castilla fue de incognito a ver los trabajos de la catedral y encontró un trabajador que labraba una piedra con el cin-cel y el martillo. Le preguntó por lo que estaba haciendo y el trabajador le respondió fríamente: “Estoy aquí ganán-dome la vida”. El rey siguien-do su camino y encontró otro trabajador que hacía el mis-mo ofi cio y le hizo la misma pregunta; a la pregunta, el trabajador le respondió cor-tésmente: “Estoy haciendo la imagen de un ángel”. Siguió su camino el rey y al encon-trarse con otro trabajador realizaba el mismo trabajo y le hizo la misma pregunta a la cual le respondió orgullo-samente el trabajador: “Estoy construyendo la gran Cate-dral de Burgos”.

Como se puede ver, los tres hacían el mismo ofi cio y, se-guramente, recibían el mismo salario, pero su actitud frente al trabajo era diferente11. En la vida sucede lo mismo:

todos, de algún modo, hace-

10 Ibid, Introducción.11 http://www.saludality.com/la-leyenda-de-los-3-canteros-%C2%BFcual-eres-tu/, Nov 23/11

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mos algo; pero es la motiva-ción lo que le da sentido a lo que se hace. ¿Por qué hago este trabajo? ¿Para qué sirve? ¿Cómo estoy contribuyendo al mejoramiento de la realidad?

Seguramente el tercero de los obreros, que sabía clara-mente que a pesar de su con su sencilla labor contribuía a “la construcción de la Cate-dral de Burgos” era quien le daba mayor sentido a su tra-bajo y, seguramente, el que lo hacía con mayor gusto. El primero, en cambio, que tra-bajaba sólo por obligación, porque es lo que le toca hacer y nada más, seguramente su motivación e muy pobre, se li-mitará a hacer lo estrictamen-te necesario, la creatividad al menos en lo que tiene que ver con su trabajo de obrero será casi nula y, probablemente, la satisfacción que sentirá por su trabajo será casi nula.

Lo mismo le sucede a los miembros de la familia, no solo a los padres sino tam-bién a los hijos y demás inte-grantes. Si se hace el trabajo del hogar sin una buena mo-tivación, simplemente “por-que no hay más remedio”, “porque así les tocó hacer”,

“porque así les tocó la suer-te”, se sufre más, los resul-tados serán muy escasos y se decepcionarán más fácilmente; en cambio, si se mira la realidad con optimismo y se empeña cada uno en hacer de la mejor manera lo que le corresponde y movido fundamentalmente por el amor, sucederá todo lo contrario: habrá un ambiente de mayor sa-tisfacción, se obtendrán mejores resultados muy escasos y actuarán con mayor entusiasmo.

Entonces, ¿cómo darle un mayor signifi cado a nuestro trabajo, ya sea en el hogar o fuera de él? Estas son algunas ideas que conviene te-ner presente:Entender el traba-

jo es una continuación de la obra creadora de Dios. Ser conscientes

de que con el trabajo contribuimos al per-feccionamiento de la creación. Tener presente

nos sentiremos más satisfechos si ha-

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cemos de nuestro trabajo como un verdadero acto de amor. Entender que es volun-

tad de Dios hacer bien el trabajo. Tener en cuenta que si

el trabajo nos exige estar mucho tiempo por fuera de la casa es importan-te buscar el espacio y el tiempo sufi cientes para dialogar con el esposo o la esposa, y también con nuestros hijos.

Reconocer que los queha-ceres del hogar también ha-cen parte del trabajo y, por lo tanto, todos son responsabili-dad de ellos. De ahí porqué es importante valorarlo mucho, saber distribuirlo entre todos de manera equilibrada y ayu-darse recíprocamente en la realización de estos quehace-res. Conviene también tener

en cuenta que cuando llego a la casa del trabajo, en lu-gar de esperar ser atendido debo, más bien, tratar de ser el primero en amar, porque, como uno, también los de-más han debido trabajar todo el día.

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Un testimonio de vida

“Soy una niña de

Puert o Alegre , Brasil .

Tenía una muñeca que

me gustaba muchísi-

mo, pero un día conocí

una niña pobre , que no

tenía; se la regalé, acor-

dándome que en aquella

niña estaba Jesús y po-

día regalarle a Jesús la

muñeca. Así lo hice .

Al día siguiente , una

vecina me regaló un

lindo paquete, con mu-

chos juegos y también

algunas muñecas. Me

puse muy feliz y le hice

enseguida ot ros regalos a

niños pobres”12.

12 Zamboni , Doriana. Op.

cit. P. 35.

Para reflexionar:

Hablar de economía es hablar de bienes, de precio, de valores: el amor recíproco es el tesoro más precioso y el mayor de los bienes que pueden of recerse el uno al ot ro en la familia.

¿Qué puedo hacer para lograr que se viva el amor recíproco en mi familia?

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La familia, como célula fundamental de la socie-dad, es generadora de vida y repercute nece-sariamente en el am-biente que la rodea; por lo tanto, está llamada a proyectarse con su ejem-plo de unidad en la vida social. En el Arco Iris de la Vida Familiar este aspecto, re-ferido al testimonio y la irradiació,n está repre-sentado en el color ana-ranjado.

Es tan importante la fa-milia que es allí donde se forman los futuros ciu-dadanos y, por lo tanto, ejerce un papel decisivo en el desarrollo de la sociedad.

En efecto, una familia donde reina el amor verdadero es, en sí mis-ma, un instrumento de unidad. Decía Cicerón, el padre del derecho romano: “La familia es el principio de la ciudad y casi el semi-llero del Estado”13.

II. b) El amor se difunde

¿Y quién no desea tener una familia unida en el amor, con unos hijos bien formados, un hogar donde cada uno se sienta realizado, que pueda presentarla con orgullo a los demás?

Se ha dicho que la familia es como “un engranaje… de amor”14 pues se tejen en ella se tejen una serie de rela-ciones: la relación conyugal, paternal, fi lial, fraterna; la re-lación con los familiares, los vecinos, los amigos, los com-pañeros de trabajo, los con-ciudadanos... El es amor el que teje estas relaciones y el que une la fa-milia; pero la esencia de este amor está en la entrega de sí y en la aceptación del otro. Si quiero tener una familia uni-da, unos hijos bien formados, donde pueda sentirme reali-zado, que me sienta orgulloso de ella, es a mí a quien me co-rresponde dar el primer paso, soy yo quien debo aportarle a ella lo mejor de mí, debo ser yo el primero en acoger con cariño a cada y aceptar-lo como es y no esperar que sean los demás.

13 Giordani, I La società cristiana, ed. Città Nuova, Roma 2010 p4014 Lubich, Ch. Discurso programático del Familyfest, Roma, 1981.

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Es así, y solo así como mi familia puede empezar a proyectarse positivamen-te. Todo lo que sucede en la familia repercute en la vida social; en una fami-lia sana se forman hom-bres y mujeres honestos, inteligentes, capaces de valerse por sí mismos y de asumir la vida con responsabilidad, aman-tes de los demás, com-prometidos socialmente.

15 Id. Chiara Lubich. La doctrina espiritual, ed. Ciudad Nueva, Argentina, 2005, p. 226.16 Ibid. p. 226

“Si padres y madres, esposo y esposa con sus hijos perfeccionan el amor na-tural (…) mirándose entre ellos como hermanos (…) amándose recíproca-mente (…) Cristo no podrá dejar de cumplir su promesa de estar presen-te entre aquellos que están reunidos en su nombre”.16 Es así como el amor que es el que teje la relación entre los miembros del hogar, se difunde y como la familia se convierte en una “célula viva”16 de la humanidad.

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“Mientras hago la caminada que me ha orde-nado el médico, trato de conocer el barrio don-de vivo desde hace poco tiempo: yo soy el nuevo obispo del lugar.Algunos días después he decido poner un poco en orden la casa episcopal , procurando que exprese un poco más a Dios, que es belleza . En-cuentro unos candelabros de bronce que no hacen juego con el resto de cosas. Me viene a la mente un pequeñísimo negocio de compraventa que des-cubrí en la caminada . Pienso que , debido a la dif ícil situación económica del país, su propie-tario pueda encontrarse en graves difi cultades.Le pido a la secretaria que haga un paquete con

los candelabros y los lleve a aquel señor con una tarjeta que diga: “Es un pequeño regalo del obispo. Si logra venderlos, le pido que les dé el dinero a los pobres. Pero si usted los necesita, puede que-darse con ellos.Por la tarde viene este señor donde el obispo.

Insiste en hablar conmigo. Cuando nos encon-tramos me dijo: “Hoy quería suicidarme . Pero, cuando llegó su secretaria, me di cuenta de que aun le intereso a alguien , y he cambiado de idea . Mil gracias”17.

17 Zamboni , Doriana. Op. cit. P. 90.

Un testimonio de vida

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Para reflexionar:

Es el amor el que teje las relaciones y el que une la

familia. Pero la esencia de este amor es la entrega

de sí y la aceptación del ot ro.

¿Qué debo mejorar para ayudar a construir con mi familia una linda red de relaciones con los más cercanos y contribuir de este modo a la cons-trucción de una sociedad más humana?

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El amor es la vida de la familia y para mantener-lo vivo debe acudir a la fuente. “Dios Amor es quien sabe lo que es la familia y Él la ha conce-bido como obra maestra del amor… Si Él creó la familia modelándola con el amor, solo El podrá sa-narla con el amor”18. La familia tiene la necesi-dad de recobrar la fuerza del amor acudiendo a la fuente del Amor: “Dios”. Este es el aspecto que corresponde al amarillo del arco iiris de la vida de familiar.

El hombre es verdade-ramente hombre si ac-túa conforme a lo que es: imagen de Dios; por lo tanto, si está en comunión con Dios. También el amor que une la familia es amor verdadero si se nutre de Él: si se sostiene, se modela y se co-munica con base en este amor que es re-galo de Dios.

II. c) El amor acude a la fuente

“Si en el corazón de los miembros de una familia existe este amor, si está vivo, no resultan problemas inso-lubles, no surgen obstáculos insuperables, no se lamentan fracasos irremediables. La fa-milia vuelve a ser bella, unida y sana como Dios la ha pen-sado”19…

En una sociedad que pone ahora en tela de juicio los valores éticos y morales que son el soporte de la forma-ción humana, la familia jue-ga un papel defi nitivo en la educación de los hijos. Pero el ejemplo es el que educa, y el mejor ejemplo que los padres pueden darle a sus hijos es el de ser fi eles en el amor.

¿Pero, qué signifi ca ser fi el?Ser fi el no signifi ca sola-

mente “no irse con otro o con otra”. Ser fi el quiere decir amar al otro en los pequeños detalles. “Quien es fi el en lo poco –dice Jesús– será fi el en lo mucho”20.

Ser fi el signifi ca, entonces, estar dispuesto a dar la vida

18 Lubich, Ch. Discurso programático Familyfest 1981.19 Lubich, Ch. Discurso inaugural, Familyfest, Palacio de los deportes, Roma, 1981,20 Lc. 10, 16.

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por la persona amada, siem-pre y en cualquier circuns-tancia, estar siempre con ella de corazón, no dejarla sola, caminar con junto con ella, construir con ella los sueños, los ideales y los proyectos; amarla como Dios nos ama. La fi delidad como virtud no

tiene que ver solo con el ma-trimonio sino también con todas las relaciones que es-tablece el ser humano: con Dios, con los hijos, con los ve-cinos, con los amigos, con los compañeros de trabajo…Fiel es quien cumple sus pro-

mesas, y Dios es el ejemplo de fi delidad por excelencia. En consecuencia, el amor verdadero es fi el, no pasa ja-más. Como Dios, que a pesar de nuestras infi delidades es siempre es fi el21.También la oración hace

parte del aspecto espiritual comprendido en el amari-llo del Arco iris de la familia. Orar juntos en familia es un testimonio para los hijos; sin embargo, en esta formación espiritual de los hijos es im-portante que ellos, en lugar de sentirse obligados, se sien-tan invitados. Sucede a me-nudo que los hijos, a medida

que van creciendo, tiendan a alejarse de los principios y valores aprendidos en fa-milia. Puede ser que cuan-do son pequeños acepten con mayor disponibilidad estas enseñanzas por lo cual es el momento pri-vilegiado para hablarle a los hijos de Dios; cuando crecen es posible que se alejen y no quieran saber nada de Él. Entonces, en lugar de

hablarle a los hijos de Dios será más bien el momen-to de hablarle a Dios de los hijos. este el momen-to en el que los padres, en lugar de hablarle a los hijos de Dios. Y fi nalmente, para con-

cluir este aspecto acerca de la espiritualidad y la vida de oración en la fa-milia, conviene recordar lo que dice Juan Pablo II: “Familia que reza unida permanece unida”.

21 Cf. Suescún, F. La fi delidad matrimonial, spi.

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2929

“Claudia, una esposa francesa, fue abandonada por su marido. Tenía un hijo de un año. El am-biente cerrado de provincia y de su familia la llevó a pedir el divorcio. Conoce luego una pareja que le habla de Dios, que está especialmente cerca de quien sufre: ‘Jesús te ama – le dicen -; tam-bién él , como tú, fue traicionado y abandona-do. En Él puedes encontrar la fuerza para amar, para perdonar ’. “Lentamente el resentimiento va desapareciendo y empieza a comport arse de ot ra manera . Incluso su marido se da cuenta de ese cambio. Cuando se encuentran ante el juez para la primera audien-cia, Claudia y Laurent se miran con ojos nuevos. Aceptan replantear la situación por seis meses. Vuelven a tener contacto entre ellos, y cuando el magistrado los llama para ratifi car el divorcio, responden a la vez: ‘No’. Y bajan las escaleras del tribunal de la mano. El nacimiento de ot ras dos niñas dará más alegría a un amor que ha echado raíces prof undas en el dolor”22.

17 Id . Congreso Internacional para la familia con el título: “La familia es el futuro”, Lucerna-Suiza, 16, 5, 99.

Un testimonio de vida

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30

Para reflexionar:

“Dios Amor es quien sabe lo que es la familia y Él

la ha concebido como obra maestra del amor… Si Él

ha creado la familia modelándola con el amor, solo

Él podrá sanarla con el amor”.

¿Qué puedo hacer yo para que en mi familia siempre esté viva la presencia de Dios que es el Amor?

30

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31

La salud y todo lo referente a ella hacen parte del verde del arco iris de la familia. Comprende este aspecto, por lo tanto, la alimenta-ción, el descanso, las ac-tividades recreativas, el deporte y, en general, la vida del ser humano y el ambiente que la circunda así como, también, la en-fermedad y la muerte.

Cuidar y proteger la sa-lud no solamente es una obligación sino, de modo especial, una manera

II. d) La salud es el amor recíproco

de expresar concretamen-te el amor. En efecto, puede decirse que una familia goza de buena salud cuando hay amor entre sus miembros pues este es el ambiente más propicio para la salud. Si los miembros de la familia se aman mutuamente una de las manifestaciones más con-cretas del amor es el cuidado y la protección recíproca. En consecuencia, “la salud es-piritual” de una familia se ve refl ejada, de modo especial, en el amor de sus miembros..

Actualmente en la familia debe resolver una serie de situaciones que la afectan: salir de sí misma y abrirse más a los demás, devolverle el valor a la mujer y darle el valor que le correspon-de en la sociedad, hacer al hombre más consciente de la importancia de su participación en la vida

de la familia y de com-partir los quehaceres del hogar en un pla-no de igualdad con todos sus miembros, poner de relieva el

31

Page 32: La furza dinamizadora de la familia

32

gran valor la familia, ayudar a los jóvenes a mantener una relación más sana en-tre ellos no dejándose llevar por el ambiente de erotismo que lleva a la superfi cialidad y proponerle a ellos otro tipo de valores que los mueva a un mayor compromiso con la vida en todas sus manifesta-ciones y a prepararse mejor para asumir las responsabili-dades futuras23.

El ambiente más adecuado para resolver las difi cultades de la vida familiar es el amor recíproco.

Cuidar y mantener la salud de sus miembros es una labor propia de la familia y requiere gran dedicación y esfuerzo; el amor le da una dimensión especial. Dice Jesús a propó-sito de esto: “Tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber”24.

Este amor no pasa desaper-cibido porque quien se siente realmente amado tiende a res-ponder de la misma manera y el amor se hace recíproco. Vi-viendo así la familia adquiere su “salud espiritual” y, en con-

secuencia, mejora la calidad de vida en todas sus etapas pues, si cada uno trata de hacer feliz al otro la felici-da se multiplica.

Así mismo, la calidad de vida que surge del amor recíproco favorece el cui-dado de la salud, la aco-gida del enfermo y la bús-queda de su recuperación.

También en esta aspec-to de la salud, que está representado en el ver-de del arco iris de la fa-milia, es necesario sacar el tiempo necesario para la recreación, los mo-mentos de descanso, el esparcimiento comparti-do. El juego, las conver-saciones, los paseos, las actividades depor-tivas, el comer juntos y demás actividades que comparten los niños, los jóvenes y adultos, son momentos precio-sos de la familia que favorecen el encuen-tro entre las distintas generaciones y tam-bién ayudan a crecer en la comunión.

23 Cf. Lubich, Ch. Discurso programático del Familyfest del ‘8124 Mt.25, 35

Page 33: La furza dinamizadora de la familia

33

Un testimonio de vida

33

Un testimon

“Una familia espléndida de Suiza se en-tera una noche por su propio hijo de que es drogadicto. Intentan curarlo, pero en vano. Un día ya no vuelve a casa. Sentimientos de culpa, miedo, impot encia y vergüenza. Es el encuentro con Jesús abandonado en esta típica llaga de nuestra sociedad . Lo abrazan en este sufrimiento y les parece escuchar en su corazón: ‘El amor verdadero se hace uno con el ot ro, entra en su situación…’Entonces se abren a la solidaridad con este tipo de sufrimiento. Organizan un grupo de familias que llevan emparedados y té a los jóvenes que se juntan en la plaza de Platzspitz, que en aquel momento era el infi erno de la droga de Zurich . Un día encuentran a su hijo, harapiento y extenuado. Luego, con la ayuda de ot ras familias ha sido posible iniciar y recorrer hasta el fi nal el largo camino de su liberación”25.

25 Lubich , Ch , La Doctrina Espiritual , ed . Ciudad Nueva, Buenos Aires, 2055, p. 240.

Page 34: La furza dinamizadora de la familia

34

Para reflexionar:

Prot eger y cuidar la salud además de ser una obli-

gación sino también , una manifestación concreta de

amor. De hecho, “la salud espiritual” de la familia

se caracteriza por el amor recíproco en la relación

de sus miembros.

¿Qué puedo hacer para mejorar la relación entre los miembros de mi familia y lograr de esta ma-nera su “salud espiritual?”.

34

Page 35: La furza dinamizadora de la familia

35

La belleza y la armonía características de una fa-milia que vive en el amor se ven refl ejadas en la presentación del vestido y la vivienda. El azul del arco iris se refi ere a este aspecto. Por tanto, la presentación adecuada de sí mismo y de la casa donde se vive también es una expresión concre-ta del amor.

Hemos comparado la familia con un cofre vivo en el cual las joyas que contiene son sus miem-bros. Pudiera decirse que la casa es como ese cofre que alberga la fa-milia y su belleza no es más que la expresión de quienes la habitan. La armonía de una fa-milia se hace mani-fi esta a través de la presentación del lu-gar que la alberga y de las personas que hacen parte de ella.

¿Qué es lo que ca-racteriza la presen-tación armoniosa a

nivel personal? No es fácil responder a esta

pregunta porque primero es necesario conocer el ambien-te cultural donde se mueve, el modo de ser de cada uno, el momento que se vive, el lugar donde se encuentra y la ocasión concreta, para en-tender cuál es la presenta-ción más adecuada. No existe pues una respuesta exacta. Sin embargo, lo importante es aprender a vestirse por amor a sí mismo y a los de-más. ¿Cómo hacerlo?

En primer lugar conviene preguntarse cómo me siento y cómo me verían los demás con este vestido, obviamente, sin crear dependencia. Lue-go, como norma general, con-viene vestirse de acuerdo a la propia personalidad, según el ambiente, de manera simple, decorosa, modesta, con buen gusto; procurar que se ponga de relieve lo más precioso de sí mismo para que, al igual que las joyas preciosas en el cofre, luzca la belleza de cada uno. Decía Chiara Lubich que la elegancia en el vestir no está el precio de las prendas

II. e) El amor embellece el ambiente

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36

ni en la extravagancia de los detalles sino en la superiori-dad de una línea original que corresponda a la personali-dad de cada uno.

Vestirse bien es también un acto de amor cuando se hace, no solo en función de sí mismo o por mera aparien-cia, sino para que también los demás se sientan a gusto. De ahí la importancia de escu-char inteligentemente el pa-recer de los otros y de expre-sar también la propia opinión para lograr así que la presen-tación armoniosa sea fruto de la unidad familiar.Y la casa ¿qué hacer para que

también sea armoniosa como fruto de la unidad familiar?

También es difícil responder exactamente a esta pregunta porque depende de la época, del espacio donde se encuen-tra, de las características cul-turales, de las costumbres del lugar, de las condiciones socioeconómicas y, en fi n, de las características personales de sus habitantes.

Que la casa sea grande o pe-queña, no importa; puede ser de clase media, baja, alta, o

ser una choza, una casa de campo o un palacio. Pero lo más importante es que sea una casa acogedora, donde el que vive allí se sienta bien, a gusto, en familia, y quien viene de visita se sienta acogido: el amor es el que hace la casa, no la riqueza ni las cosas suntuosas que la adornan26.

Ahora bien. Es conve-niente que todos los que viven en la casa parti-cipen en su decoración y cuidado, ponerse de acuerdo para que sea adecuada al gusto y el parecer de todos; tam-bién es supremamente valiosa la participación de los hijos, aun los más pequeños, porque con su creatividad y sus ideas ‘originales’ contri-buyen a la renovación del ambiente, pero además, porque el ser tenidos en cuenta les sirve para valorarse ellos mismos y para sentir que también ellos son responsa-bles del cuidado de la casa.

26 Cf. Lubich, Ch. Un camino Nuevo, ed. Ciudad Nueva,p. 119 -125.

Page 37: La furza dinamizadora de la familia

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Ciertamente, no es fácil ponerse de acuerdo, pero es un ejercicio muy valioso para aprender a dialogar, a perder la propia idea por amor y a valorar las ideas de los otros.

La presentación armo-niosa de la casa es tam-bién un testimonio uni-dad. Cuando se vive la vida ordinaria iluminados por el amor hay momen-tos en los cuales, aún convencidos de que lo mejor para resolver una situación concreta es lo que yo pienso, con tal de salvar la unidad con todos, es “mejor lo me-nos perfecto en unidad con los demás, que lo más perfecto en des-unidad con ellos”27. De hecho, si lo que

parece perfecto para mí no lo es para el otro, entonces, real-mente no es tan per-fecto. ¿Y qué sentido tiene organizar las cosas como a mí me gusta si el otro se queda mal? Estas son algunas

ideas que pueden

útiles para el arreglo de la casa: Una casa organizada y de-

corada de común acuerdo re-fl eja una familia que vive en armonía. Cada familia es diferente,

por lo tanto, la composición y el arreglo de la casa debe ser también diferente según las características particulares del grupo familiar que habita la casa.La decoración de la casa

es una acción permanente porque es expresión de la vida y, como todos partici-pan, debe ir acomodándose al proceso de crecimiento de sus miembros.- Es importante que en

la casa cada uno tenga su espacio, que haya común acuerdo en la disposición de estos espacios, pero tam-bién que cada uno se sienta respon-sable de toda la casa y, en espe-cial, del espacio de la casa que se le ha asignado.

27 Id. Escritos espirituales / 3, ed. Ciudad Nueva, Madrid, 1998, p. 93

37

Page 38: La furza dinamizadora de la familia

38

Una experiencia

Soy una joven de Va-

lencia. Estando en ot ro

país, me di cuenta en la

escuela que a mis com-

pañeros no les gustaba

mi manera de vestir.

Somos muchos hijos, mi

familia no posee buenas

posibilidades económi-

cas. Decidí no preocu-

parme sino dejar que

el Padre que está en el

Cielo pensara en mí . Dos

semanas después me lle-

garon de regalo: un par

de zapatos, una cami-

seta, un pantalón y la

chaqueta, todo nuevo y

de mi talla. (A. Valencia

– España) .28“

28 Zanboni , Doriana, I fi oret-

ti di Chiara Lubich e dei fo-

colari , ed . San Paolo, Torino,

2002, p. 33.

Para reflexionar:

La belleza y la armonía características de una

familia que vive en el amor se ven refl ejadas en la

presentación del vestido y la vivienda.

¿Qué debo mejorar en mi familia en relación al orden para refl ejar la belleza y la armonía?

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Page 39: La furza dinamizadora de la familia

39

El estudio le permite al ser humano afrontar las situa-ciones de la vida con in-teligencia. El éxito o fra-caso está íntimamente relacionado con el modo de asumir la realidad en sus diferentes circuns-tancias y el estudio jue-ga, en este sentido, un papel determinante. Sin embargo, estudiar no es solamente ir a la escue-la y realizar sus activida-des; estudiar es, funda-mentalmente, ponerse en contacto con la reali-dad y esforzarse en co-nocerla cada vez mejor para poder adecuarla a las necesidades propias del ser humano.

La educación, según la defi nición de Chiara Lubich en la Universi-dad Católica de Améri-ca, es el recorrido que hace cada uno, con la ayuda de la experien-cia de otros29, con el fi n de conocer la rea-lidad de una mane-

ra más profunda y orientarla, en su deber, al benefi cio de sí mismo y de la humanidad.

No obstante, la concepción que tiene cada uno de la edu-cación es muy diferente; nor-malmente cuando se habla de educación se piensa de inmediato normalmente en la escuela, pero esto trae con-sigo un problema porque no todos la acogen de la misma manera: algunos tienen de la escuela un concepto muy po-sitivo y van a ella con mucho entusiasmo; otros, en cam-bio, simplemente van a ella por costumbre y, pero aun, por obligación.

En efecto, es importante en-tender que no solo educa la escuela; también la iglesia, las organizaciones sociales, las empresas, los medios de co-municación educan. Pero igual-mente, es importante destacar la importancia de la educación que se imparte la ciudad; dice al respecto un proverbio afri-cano: “Para educar un niño se requiere una tribu”.

II. f) El amor ilumina

29 Cf. Lubich, Ch. Doctorado honoris causa en Pedago-gía, Universidad Católica de Améridca, Washington, 10.11.2000

Page 40: La furza dinamizadora de la familia

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Pero la educación que ofrece familia es irremplazable; en ella se aprenden los valores fundamentales de la vida y, en particular, durante los pri-meros años que son los que defi nen la base estructural de la personalidad del ser humano.

En la familia, como en la vida ordinaria, se presentan per-manentemente situaciones concretas que ha de atender y resolver oportunamente: brindar el alimento, admi-nistrar el hogar y sus perte-nencias, organizar la casa, atender a los hijos, resolver los problemas de la salud, y tomar decisiones al respecto. Todo esto requiere de inteli-gencia y por esto es indispen-sable el estudio.

Pero la inteligencia y el estu-dio brotan de la sabiduría que es una “luz que proviene de lo alto” y esta surge del amor. Dice el libro de la Sabiduría: “Que Dios me conceda hablar con inteligencia (…) porque Él es la guía de la sabiduría y quien dirige a los sabios”30. La sabiduría, por lo tanto, proce-

de de Dios y la concede a solo los que la aman.

La inteligencia, enton-ces, proviene de la sabi-duría y la sabiduría nace del amor. Ordinariamen-te el egoísmo lleva al ser humano a encerrarnos en sí mismo, a defender los propios intereses, a ponerse por encima de los demás, a “no dejarse ganar del otro”. La sabi-duría, que proviene del Amor, es portadora de luz, ilumina los caminos y nos ayuda a encontrar la solución a las difi cul-tades. “Dios ama solo al que convive con la sabi-duría”31, dice la Sagra-da Biblia.

Sin embargo, no hay que olvidar que el Amor es un arte y re-quiere, por lo tanto, de un aprendizaje. La sabiduría proviene el amor pero el amor es un arte y, por lo tanto, es preciso ejercitarse en él para aprender a vivirlo. Para tener

30 Sab, 7, 15. 31 Ibid. 7, 28.

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una idea de cómo ejercitar-se en el arte de amar estas son sus características: Amar a todos. Ser el primero en Amar. Amar al otro como a

sí mismo. Amar al hermano

viendo en él a Jesús. Amar al enemigo. Amarse recíproca-

mente.

La educación nos ense-ña, por lo tanto, a abor-dar el conocimiento y la sabiduría lo ilumina. Estos son los elementos fundamentales del añil

del arco iris de la familia. La sabiduría proviene de Dios y es fruto del Amor y constituye el elemento esencial de este aspecto. El estudio es nece-sario pues sin él es imposible progresar, pero el verdadero sentido del estudio lo da la sabiduría; en efecto, el estu-dio, en sí mismo, puede llegar a ser una actividad fría y sin sentido y, en lugar de favore-cer el bien del ser humano y de la humanidad puede llegar a perjudicarlo; el amor es el que le da sentido al estudio; el estudio, si se hace como un acto de amor, complementa la sabiduría y la hace cada vez más luminosa.

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Para reflexionar:

En la familia hay situaciones concretas que es ne-

cesario atender; la inteligencia juega un papel esen-

cial en todo esto, pero la sabiduría es la luz que la

ilumina y esta nace del amor.

¿Cómo lograr que la sabiduría, que nace del amor, sea la guía de mis acciones cot idianas y me indique mejor lo que debo hacer por el bien de mi familia?

42

Page 43: La furza dinamizadora de la familia

4343

Un hijo nuestro de catorce años nos causaba mucha preocupación . Pienso que esto es algo frecuente en muchas familias, pero para nosot ros era un dolor muy grande . Lo sentíamos como un fracaso en nuestra tarea educativa. Tanta lucha, tantos esfuerzos y, en un determinado momen-to, él rechazaba nuestra elección , nuestra vida, nuestro modo de vivir. Yo no lograba hablar con él porque me evadía. Era un dolor tan grande que no me dejaba dormir.Un día al volver del trabajo, mientras subía en el ascensor, sentí deseos de llorar, pero de inme-diato, recordé (…) que este dolor podía unirlo al dolor de Jesús en la cruz y decirle: “Aquí estoy”, y uniendo mi dolor al suyo, lanzarme a amar. Hice esto desde lo más prof undo del alma y sentí una gran liberación . Entendí que no debía preocuparme el hecho de que él siguiera este u ot ro camino; solo debía amarlo.Entré a la casa con una libert ad que antes no

tenía, me senté a la mesa sin evitar mirarlo a la cara, como lo hacía antes. Cuando acabamos de comer, él se fue a la pieza, como de costum-bre , y yo, que antes no me sentía capaz de ir a su encuentro, esta vez lo hice y él se sorprendió (…) El joven , probablemente se dio cuenta de que yo había cambiado de actitud , que ya no lo juzgaba y que estaba en una actitud de escucha, de hacerme uno con él , de amar. Poco a poco se inició un diálogo y el muro que nos separaba se fue derrumbando”32.

32 Zanzucchi , Danilo. Escuela para las familias, Castel-gandolfo, 20 – 5 -94.

Un testimonio de vida

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44

La comunicación, las relacio-nes interpersonales, la mane-ra de tratarse los integrantes de la familia y el uso de los medios de comunicación, cie-rran con broche de oro esta comparación que hacemos de la familia con el arco iris.

¿Cómo puede un padre o una madre ganarse la con-fi anza de su hijo si no lo es-cucha, si lo trata de cualquier manera, si no es tierno con él? ¿Cómo pueden el esposo y la esposa ponerse de acuer-do para orientar armoniosa-mente los asuntos del hogar, si cada uno piensa solo en sí mismo y actúa caprichosa-mente sin tener en cuenta al otro? ¿Cómo puede un hijo contar con la ayuda de sus padres si les falta al respeto, si no los escucha, si no actúa de manera responsable, si no dice la verdad?

Sin una actitud de amor di-fícilmente los padres logran conquistar la confi anza de sus hijos para poder ayu-darlos; si los esposos no ali-mentan la llamita del amor

con pequeños detalles de afecto y de cariño se cae fácilmente en la rutina y en un ambiente de sole-dad que le resta sentido a su relación. El amor es el que le da sentido a la familia; sin amor el clima del hogar se vuelve pesa-do y en lugar de atraer a sus miembros, más bien, tiende a alejarlos cada vez más.

En una familia unida, por el contrario, donde todo es de todos y cada uno trata de vivir más en función de los demás que de sí mismo y ayu-darse recíprocamente, habrá un ambiente de armonía y condiciones más propicias para la realización personal quienes hacen parte de ella. No faltarán las difi cultades, los mo-dos de pensar dife-rente, las dudas, las incomprensiones, los roces; pero el amor de amor cada uno, teniendo en cuenta

II. g) Un tejido de amor

Page 45: La furza dinamizadora de la familia

45

las características del arte de amar vistas en el as-pecto anterior, ayudará a suavizar las difi cultades, a dinamizar la relación, a escucharse con mayor atención, a entenderse mejor.

Donde hay amor re-cíproco habrá, necesa-riamente, un ambiente más cálido y armonioso. Seguramente la vida en este ambiente de cali-dez y de armonía debe ser muy agradable y colmada de frutos abun-dantes.

“El amor – como es sabido – tiende a la re-ciprocidad, a la comu-nión (…) que hace de nosotros un solo cuer-po. Y esto se hace rea-lidad en la medida que nos amamos”33.Los fracasos familia-

res, en su mayoría, obedecen a errores en la comunicación y estos, casi siem-pre, son el resultado de malos entendi-dos o falsas supo-

siciones. Comunicar es poner algo en común, es decir, en-trar en comunión con el otro, dar al otro algo de sí mismo.

Puede decirse que la comu-nicación es como el hilo que teje la relación entre los seres humanos.

De la comunicación depen-de la calidad de la relación entre los miembros de una familia. Las relaciones inter-personales que se establecen en el hogar son el resultado de la comunicación entre sus miembros: una buena comu-nicación entre los esposos da lugar a un mayor enten-dimiento, se pondrán más fácilmente de acuerdo, se escucharán con mayor aten-ción el uno al otro, crecerá aun más el amor más entre ellos; si hay una buena comu-nicación entre padres e hijos habrá mayor confi anza en la relación entre ellos, menos dependencia y sometimiento y una relación más personal, más libre, más agradable y más enriquecedora; si la cali-dad de la comunicación entre hermanos es buena, en lugar propiciar actitudes de recha-

33 Lubich, Ch. Escritos espirituales / 3, ed. Ciudad Nueva, Madrid, 1998, pag, 89.

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zo y envidia como a suele suceder, ellos también apren-derán a ponerse de acuerdo, a interesarse por el bien del otro, a aportar lo mejor de sí por el hogar.

Querer el bien del otro es querer el bien de sí mismo. Al darse cuenta cada uno que interesarse por el bien del otro redunda en benefi cio del hogar y, por ende, en bene-fi cio propio, aumenta la reci-procidad, aprenden a ayudar-se el uno al otro, la relación entre ellos es cada vez me-nos superfi cial y se hace más profunda, la diferencia nor-mal de los adultos en relación con las nuevas generaciones en lugar de generar confl ictos dará lugar a una relación ma-yormente enriquecedora.

El amor tiende a la recipro-cidad. Un solo miembro de la familia que decida hacer su parte por el bien de ella y amar a los demás hará po-sible que la llama del amor empiece nuevamente a for-talecerse y ayudará también a otros a hacer lo mismo; el amor recíproco crecerá nece-sariamente y poco a poco se consolidará nuevamente la

vida del hogar.

Es verdad que la palabra es el medio de comunica-ción por excelencia. Sin embargo a veces la pala-bra, en lugar de ayudar, puede ser un obstáculo en la comunicación o, incluso, un motivo de discordia. De ahí la im-portancia de aprender a usar bien la palabra.

Una palabra bien dicha puede ser de gran ayu-da. Por medio de la pala-bra puedo elevar la esti-ma de otro, recobrar los ánimos, impulsar bue-nas iniciativas, mejo-rar la relación entre las personas. Pero también, con la palabra puedo generar desaliento, ofender la dignidad, reducir la estima, de-teriorar las relaciones interpersonales, dete-ner el progreso o, in-cluso, provocar daños irreparables.

Por otra parte, no siempre la palabra logra expresar lo que realmente dice.

Page 47: La furza dinamizadora de la familia

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A veces tiene un sentido fi gurado, o no logra ex-presar sufi cientemente lo que quiere decir, hay mo-mento en que signifi ca todo lo contrario porque se emplea la palabra en términos irónicos o sar-cásticos. A veces, para evadir una pregunta, se responde de cualquier manera. En fi n, muchos son los elementos que ha que tener presentes para lograr una buena comu-nicación; pero lo más im-portante es asumir una verdadera actitud de es-cucha para poder com-prender la situación del otro: de mi padre, de mi madre, de mi hermano, de mi hijo, de mi amigo, de cualquier persona. Solo así es posible en-trar en comunicación con los demás, poner-me en su lugar, com-prenderlo realmente, amarlo de verdad, entrar en comunión con él.

También las se-ñales y signos son instrumentos de co-municación y para

aprender a comunicarnos es preciso entender su signifi -cado. El cuerpo es un tam-bién instrumento de comuni-cación: a través de gestos y señales se pueden expresar actitudes de rechazo, de indi-ferencia y de odio, así como también pueden ser expre-sión de aceptación y afecto.

También a través de una se-ñal puedo hacerle entender a otro que lo quiero o lo recha-zo. Con una sola mirada pue-do hacer que el otro, mi her-mano, mi hijo, mi padre o mi madre, se sienta rechazado o aceptado, y esto ayuda o en-torpece la relación interper-sonal. De ahí la importancia de aprender a sonreír, a dar una caricia o una palmada ca-riñosa, un abrazo, Todas estas son expresiones de amor que pueden ser útiles si se usa oportunamente.

También el silencio es muy importante en la comunica-ción. El silencio es más elo-cuente que la palabra, como dice un adagio, y por esto es fundamental saber interpre-tarlo y aprender a respetarlo. Muchas veces se hace silen-cio para poder refl exionar,

Page 48: La furza dinamizadora de la familia

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otras veces se calla para que otro pueda halar y así poder escucharlo profundamente, también alguien deja de ha-blar porque no tiene nada que decir; pero también el silencio puede ser una señal de protesta, o una expresión de timidez; pero también el silencio puede ser la manifes-tación de alguien que no logra hablar porque se siente blo-

queado. Una característica primordial de una persona comprensiva es saber in-terpretar los momentos de silencio y actuar de mane-ra adecuada frete a ellos.

Una característica del arte de amar consiste en “hacerse uno”. Al respec-to Chiara Lubich: “hacer-se uno, o lo que en cierto modo es sinónimo, hacer el vacío”(…) “Para hacerse uno con el

prójimo es necesario ser longánime que etimoló-gicamente signifi ca libre de toda impaciencia”.

“Cuando nos hacemos uno ciertamente que-remos el bien. La envi-dia está muy lejos de esta actitud. Para ha-cernos uno no nos po-demos hinchar, por el contrario, hace falta estar vacíos de sí. Se piensa solamente en el otro y no hay lu-gar, por tanto, para

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Una experiencia

La mamá de Armela había abandonado la Iglesia y tenía una vida desordenada, entre el alcohol y ot ros, porque su esposo la había deja-do y se había ido a vivir con ot ra. Todos los domingos, cuando la mamá llevaba a Armel y su hermana, aun niñas, donde el papá, Armela le pedía que se pusiera el vestido más bonito para ir la misa y allí (…) le pedían a Jesús por el papá y la mamá . Esta, prof undamente

conmovida por la acti-

tud de las hijas, pronto regreso a los sacramen-tos, y abandonó las ma-las compañías. Luego de algunos me-ses el papá empezó a volver a la casa para encontrarse con las tres con más frecuencia, y, atraído por el clima que había y por el cambio de la esposa, dejó la ot ra mujer y volvió a su familia. Poco después también ambos volvie-ron a la Iglesia”35.

35 Zanboni , Doriana, op. Cit. p. 40.

34 Ibid. P. 85

la ambición y el egoísmo. Cuando nos hacemos uno no nos irritamos, porque hace falta mucha calma; no pensamos mal porque nos hacemos uno preci-samente esperando en el otro el triunfo del bien, de la justicia, de la ver-dad. Hacerse uno es su-frir, creer, soportar todo”.

“Para hacernos uno, ade-más, no podemos permitirnos el pensar en respuestas que dar o en acciones que realizar mientras amamos, escuchan-do al prójimo. Todo lo contra-rio, debemos hacer el vacío completo en nosotros para asumir todas las cargas del otro, sus problemas, sus ne-cesidades”34.

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Para reflexionar:

La palabra es el medio de comunicación por ex-

celencia; sin embargo, a veces, en lugar de ayudar,

ésta puede convert irse en un obstáculo a la comuni-

cación o, inclusive , en un mot ivo de discordia.

¿Luego de revisar mi manera de expresarme en mi hogar qué puedo hacer para contribuir a me-jorar las relaciones interpersonales en él?

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El amor, como fuerza di-namizadora, mantiene viva la familia, la renue-va permanentemente y la hace más humana.

En el capítulo anterior analizamos los diferen-tes aspectos de la vida familiar, para poder iden-tifi car los errores que cometidos en la vida or-dinaria y establecer los correctivos necesarios para intensifi car el amor en el hogar.

Sin embargo, no es su-fi ciente esto porque la formación de una ‘bella familia’no puede redu-cirse a un espacio pri-vado. Así como la fa-milia es afectada por la sociedad también ella puede ejercer una infl uencia determi-nante en el desarrollo de la sociedad.

¿Y qué mejor ma-nera de formar a los hijos si no con la

consciencia de ser construc-tores de humanidad?

De hecho, es en la familia donde se forman y nutren los que luego regirán los destinos de la sociedad; son ellos quie-nes luego tomarán en mano los procesos de desarrollo y les darán la orientarán.

Si la familia forma seres hu-manos honestos, capaces, generosos, dinámicos y em-prendedores, la sociedad se verá renovada positivamente al abrirse a nuevas corrientes de acción y de pensamiento que podrán llevar a una hu-manidad más tierna y acoge-dora.

El familyfest del ’92: “Semi-llas de comunión para la hu-manidad del tercer milenio”, puso de relieve la dimensión social de la familia como mo-delo de la familia humana al afi rmar que su tarea es vivir su vocaciónde manera tan perfecta que pueda ofrecerle semillas de comunión a la hu-manidad entera.

III. LA FAMILIA, SEMILLERO DE HUMANIDAD

Page 52: La furza dinamizadora de la familia

52

Dice un fragmento de su dis-curso:“¿En la familia es natural po-

ner todo en común? Eh ahí la semilla que puede hacer cre-cer en la sociedad una econo-mía en favor del ser humano. Ahí está la semilla de una cul-tura del dar, de una economía de comunión”.

¿En la familia se vive espon-táneamente el uno por el otro, se vive el otro? Está ahí la se-milla de la acogida entre gru-pos, pueblos, tradiciones, ra-zas y civilizaciones, que lleva a la inculturación recíproca”.

¿En la familia se realiza espontáneamente, de ge-neración en generación, la transmisión de valores? Esto puede servir de estímulo para valorar de manera nueva la educación en la sociedad. También, la forma de corregir y perdonar en la vida familiar puede iluminar el modo de administrar justicia”.

¿En la familia es tan impor-tante la vida del otro como la propia? Ahí está la semilla de la cultura de la vida que ha de impregnar las leyes y las es-tructuras sociales”.

¿La familia cuida su casa y refl eja en ella su armonía? Esta ahí la semilla para una atención renovada al entono y a la ecología”.¿En la familia, el objeti-

vo del estudio es la ma-durez de la persona? Esta es la semilla para lograr que la investigación cul-tural, científi ca y tecno-lógica descubra, poco a poco el misterioso desig-nio sobre la humanidad y actúe por el bien común”.

¿La comunicación en la familia es desinteresada y constructiva? Ahí está la semilla de un sistema de comunicaciones so-ciales al servicio del ser humano que resalte y difunda lo positivo y sea instrumento de paz y de unidad planetaria”.

¿El amor en la familia es el vínculo natural que une a sus miem-bros? Ahí encontramos la semilla de estruc-turas e instituciones que favorezcan la comunidad y los indi-viduos, hasta llegar a la fraternidad uni-

36 Lubich, Ch. Discurso preparado para el Familyfest, “Se-millas de comunión para la humanidad del tercer milenio”, Palacio de los Deportes de Roma, 5 y 6 de junio de 1993.

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versal, y la valoración de todos los pueblos”36.

Si cada familia es un se-millero de humanidad, su responsabilidad social es enorme.

Lo mejor que puede hacer la familia y, con ella, cada uno de sus in-tegrantes como esposo o esposa, padre o madre, hijo o hija, hermano o hermana, es – como dice Igino Giordani - mante-ner encendida la llama del amor y transmitir su calor a la sociedad para que esta llegue a ser una

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Una testimonio de vida

“He visto familias ma-ravillosas. Allí está en plena función el sacra-mento y la naturaleza que llevan al hombre hacia la mujer. Es algo hermosísimo, pero para mantenerse siempre a esta altura, donde la fe-licidad es plena, hay un secreto: se requiere amar a Dios por encima de todo y al cónyuge con ese amor que está dispuesto a dar la vida.

El mundo observa estas familias maravillosas, ve en ellas un pequeño paraíso, pero muchas veces no sabe el secreto. Es necesario subrayar y vivir ese secreto porque , si este se desmorona, se desmorona todo, se des-morona la felicidad , la unidad , la familia” .

28 Lubich , Ch . Donde fl orece la familia, ed . Ciudad Nueva, Buenos Aires, 1999, p. 83.

gran familia.

Así, mirando más allá del reducido núcleo del hogar, la familia podrá ampliar sus ho-rizontes y, rememorando la leyenda del trabajador que, realizando un sencillo trabajo, se sentía plenamente satisfe-cho al sentirse constructor de 2la gran Catedral de Burgos”, sentirse plenamente satisfe-cha al ser consciente de que su tarea no termina en las cuatro paredes de la casa y ni si quiera en el porvenir de los suyos sino que se proyecta más allá de sus fronteras en la construcción universal de una vida más humana.

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Para reflexionar:

La palabra es el medio de comunicación por ex-

celencia; sin embargo, a veces, en lugar de ayudar,

ésta puede convert irse en un obstáculo a la comuni-

cación o, inclusive , en un mot ivo de discordia.

¿Luego de revisar mi manera de expresarme en mi hogar qué puedo hacer para contribuir a me-jorar las relaciones interpersonales en él?

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