Upload
pinedachowi
View
1.503
Download
284
Embed Size (px)
Citation preview
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 1/322
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 2/322
Dos días después David se sentó a
escribir una carta para su padre.Querido Padre:
Ésta es una carta muy difícil de
escribir…Hay algo que quiero pedirte: PO
FAVOR SÁCAME DE LA GRANJA
GROOSHAM. No es que no me gusteo que pasa es que no tiene nadaqué ver con lo que tú esperas de
una escuela. Si realmente supieracómo es, nunca me habrías inscritoen ella.
Creo que están metidos en cosas de
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 3/322
magia. El señor Tragacrudo, esubdirector, es un vampiro. El señoOxisso, maestro de cerámica matemáticas, es un muerto y laseñorita Pedicure, maestra denglés e historia ¡debe tener por lo
menos setecientos años! Vas apensar que estoy loco cuando veaesto…
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 4/322
Anthony Horowitz
La GranjaGroosham
La Granja Groosham - 1
ePub r1.0
MaskDeMasque 08.05.15
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 5/322
Título original: Groosham GrangeAnthony Horowitz, 1988Traducción: Laura Sosa
Editor digital: MaskDeMasqueePub base r1.2
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 6/322
Expulsado
Era la hora de la cena en la casa depaseo Wiernotta número 3, en la ciudade Londres.
El señor y la señora Eliot estabasentados a la mesa con David, su únichijo varón. Esa noche, la cena habícomenzado con un plato de col crudbañada en salsa de queso, porque eseñor y la señora Eliot nunca comíacarne. El ambiente en la habitación s
sentía particularmente frío. Esa tarde, ldel último día de clases antes de lavacaciones de Navidad, David habí
levado a casa sus calificacione
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 7/322
escolares. Su lectura no había sidplacentera.
«Eliot no ha avanzado», habí
escrito el profesor de matemáticas. «Npuede dividir ni multiplicar. Me temque no llegará lejos».
«¡Tiene madera de flojo!», era ecomentario del maestro de carpintería.
«¡Sería un milagro que se quedar
despierto en clase!», se quejaba emaestro de religión.«Un perfecto inútil», sentenciaba e
prefecto.
«Se dirige al fracaso», concluía edirector.
El señor Eliot leyó todos esto
comentarios con creciente enojo
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 8/322
Primero, su cara se puso roja. Luegosus dedos se pusieron blancos. Lavenas del cuello se le tornaron azules
su lengua, negra. La señora Eliot dudentre llamar al doctor o tomarle una fota color; pero al final, después de vario
vasos de whisky, el señor Eliot sranquilizó.
—Cuando yo era niño —se lament
—, si mis calificaciones no eran dprimera, mi padre me encerraba durantuna semana en un gabinete, sin comidaUna vez, me encadenó a la defens
rasera del coche y luego me llevó por lcarretera, y eso sólo porque quedé esegundo lugar en latín.
—¿Qué fue lo que hicimos mal? —
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 9/322
sollozó la señora Eliot, tirándose decabello teñido de rojo—. ¿Qué dirán lovecinos si se enteran? ¡Se burlarán
Estoy acabada! —Si yo hubiera llegado con esta
calificaciones —continuó el señor Elio
—, mi padre me habría matado. Mhabría amarrado a las vías deferrocarril y esperado al tren de Charin
Cross de las 11:05… —Podríamos simular que nuncuvimos un hijo —lloriqueó la señor
Eliot—. Podríamos decir que tiene un
enfermedad rara… o que se cayó por ubarranco.
Como ya habrán deducido de tod
esto, el señor y la señora Eliot no era
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 10/322
el mejor tipo de padres que a uno lhubiera gustado tener. Edward Eliot erbajo, gordo, calvo, con el bigote tieso
una verruga en el cuello. Era presidentde un banco en la ciudad de LondresEileen Eliot era unos treinta centímetro
más alta que él, muy delgada, codientes de porcelana y pestañapostizas. Los Eliot llevaban casado
veintinueve años y tenían siete hijos. Laseis hermanas mayores de David habíadejado la casa. Tres de ellas se casaron las otras tres emigraron a Nuev
Zelanda.David se había sentado en e
extremo opuesto de la reluciente mes
de nogal, y comía una nuez de Castilla
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 11/322
o único que le habían servido. Erpequeño para su edad y bastantdelgado, lo cual, probablemente, er
resultado de haber sido criado con undieta vegetariana, cuando en realidad ne gustaban las verduras. Tenía el pel
castaño, los ojos de color azul grisáce pecas. David se habría descrito a s
mismo como pequeño y feo. Las niñas l
encontraban simpático, lo que para éresultaba aún peor.Durante media hora sus padre
hablaron como si él no estuvier
presente. Pero cuando su madre sirvió eplato principal —pastel de espárragos poro con salsa de zanahoria rayada—
su padre se volvió y lo miró fijament
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 12/322
con un ojo parpadeante. —David —le dijo—, tu madre y y
hemos comentado tus calificaciones y n
estamos complacidos. —¡No lo estamos! —confirmó l
señora Eliot, rompiendo en llanto.
—He decidido que debe hacersalgo. Te digo que si tu abuelo viviera, thabría encerrado en el refrigerado
colgado de los pies. ¡Eso me hacía si tasólo me atrevía a estornudar sin pedipermiso! Pero he decidido ser menosevero contigo.
—¡Tu padre es un ángel! —dijo lseñora Eliot mientras se sonaba la naricon su pañuelo de encaje.
—Decidí, en lo que a ti se refiere
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 13/322
cancelar la Navidad este año. No habrárbol, ni regalos, ni pavo, ni nieve.
—¿No habrá nieve? —preguntó l
señora Eliot. —No en nuestro jardín. Si nieva, l
quitaré de inmediato. Ya arranqué el 2
de diciembre de mi agenda. Esta familipasará directamente del 24 al 26 ddiciembre. Sin embargo, tendremos do
veintisietes de diciembre para ajustar ecalendario. —No entiendo —dijo la señor
Eliot.
—No interrumpas, preciosa —dijel señor Eliot, asestándole un golpe couna cuchara—. Si no fuera por tu madr
—continuó— te habría dado un
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 14/322
soberana paliza. Permíteme decirte quno hay suficientes correctivos en estcasa. A mí me pegaban todos los día
cuando era niño y eso no me hizo ningúdaño.
—Te hizo un poco de daño —
susurró la señora Eliot con voz apenaperceptible.
—¡Tonterías! —El señor Eliot s
alejó de la mesa en su silla de ruedaeléctrica—. Me convirtió en el hombrque soy.
—Pero, querido, no puede
caminar… —Un precio pequeño por modale
an perfectos.
Encendió el motor de su silla y s
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 15/322
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 16/322
accidentalmente los controles, la sillsalió disparada hacia atrás contra lchimenea. Mientras tanto, Eileen Eliot,
punto de tomar un sorbo de vino, soltun chillido ahogado y volcó la copa dvino sobre su vestido.
—De todos modos no me gustabese lugar —dijo David.
En circunstancias normales n
siquiera se habría atrevido mencionarlo. Pero ya tenía tantoproblemas que uno más difícilmentempeoraría la situación.
—¿No te gustaba? —gritó su padremientras se echaba encima una jarra dagua para apagar el fuego—. ¡E
Colegio Beton es el mejor internado de
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 17/322
país! ¡Las personas más distinguidaasisten a Beton! ¿Tienes idea de cuántme cuesta que estés ahí? ¡Doce mi
ibras! Yo fui a Beton. Tu abuelo asistia Beton. Tu bisabuelo estuvo en Betondos veces de tanto que le gustó! ¡Y
ahora tú vienes a decirme a mí…!Su mano tropezó con el cuchill
rinchador y lo hubiera lanzado contra s
único hijo varón de no haber sidporque la señora Eliot se echó sobre élrecibiendo quince centímetros de acernoxidable en el pecho.
—¿Por qué no te gustaba? —le gritómientras su madre resbalándose cayó ea alfombra.
David tragó saliva. Con el rabill
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 18/322
del ojo había ubicado la puerta. Si lacosas se ponían realmente mal, tendríque salir volando a su cuarto.
—Me parece una escuela tonta —dijo—. Nunca me gustó tener que decibuenos días en latín a los maestros. N
me gustaba limpiar las botas de otroniños, ni usar sombrero alto y colas dpingüino, ni tener que comer en un sol
pie, sólo por tener menos de trece añoso me gustaba que no hubiera niñas, mpareció muy raro. Y no me gustabninguna de sus reglas tontas. Cuando m
expulsaron, delante de toda la escuelme cortaron la corbata por la mitad pintaron mi saco de amarillo…
—¡Pero es la tradición! —gritó e
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 19/322
señor Eliot—. De eso tratan lonternados. A mí me encantaba eso d
Beton. Nunca me importó que no hubier
niñas. Cuando me casé con tu madre nsiquiera sabía qué era mujer. ¡Me tomdiez años descubrirlo!
Se agachó y sacó el cuchillo depecho de su esposa, para abrir con él lcarta, que decía:
Querido señor Eliot: Me apena profundamente
tener que comunicarle que mehe visto forzado a expulsar a suhijo David, por su socialismoconstante y voluntario.
Quid te exempta iuvat spinis
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 20/322
de pluribus una?
Atentamente,
El director del Colegio Beton
—¿Qué dice? —gimió la señor
Eliot mientras se levantaba del suelo. —¡Socialismo! —El señor Eliosostenía la carta entre dos manoemblorosas, que se separaro
abruptamente al romperse la hoja dpapel por la mitad; su codo alcanzó a sesposa, en el ojo.
—No quiero ir a un internado —dijDavid—. Quiero ir a una escuela comú corriente con gente común y corrient…
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 21/322
No alcanzó a decir más. Su padrhabía oprimido los controles de su sill ahora se dirigía a toda velocidad haci
él blandiendo el cuchillo trinchadormientras su madre gritaba de dolorcomo si la hubiera arrollado. Davi
saltó hacia la puerta, la abrió y la cerrde golpe tras él.
—Si yo le hubiera hablado así a m
padre, me habría hecho beber un galóde gasolina y luego…Fue todo lo que escuchó. Llegó a s
cuarto y se tiró en la cama. A sus oído
legaba un ruidero de platos rotos y logritos amortiguados de sus padres que sculpaban uno al otro por lo sucedido.
Todo había terminado. De hecho n
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 22/322
había sido tan terrible como pensó. Perumbado a solas, en la oscuridad de s
cuarto, David no pudo evitar que l
asaltara la idea de que lo peor aún nhabía sucedido.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 23/322
El folleto
A la mañana siguiente, un poco dcordura había vuelto al hogar de lfamilia Eliot y, aunque David aún no s
atrevía a abandonar la seguridad de sdormitorio, sus padres ya estabasentados en el antecomedor, como snada hubiera pasado.
—¿Ya te sientes mejor, mi platito dnueces, avena, fruta seca y hojuelitas drigo integral? —preguntó tiernamente l
señora Eliot. —No somos granola —contestó e
señor Eliot, mientras se servía un poc
de ella—. ¿Cómo sigues de tu puñalada
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 24/322
mi amor? —No duele tanto, mi vida. Gracias.Comieron su cereal en silencio
Como siempre, el señor Eliot leyó lsección financiera del periódico dprincipio a fin, rechinando los dientes
resoplando y sonriendo nerviosamentcada vez que descubría cuáles de suclientes habían caído en bancarrota es
día. Del otro lado de la mesa, la señorEliot, vestida con una bata de color rosbrillante y con tubos en la cabeza demismo color, oculta tras la sección d
sociales vertía un poco de vodka en splato de cereales. Le gustaban lodesayunos con aperitivos, crujientes
refresco.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 25/322
No fue sino hasta que comenzaron comer los huevos pasados por agua quse acordaron de David. El señor Elio
cascaba el suyo con la cuchara cuandode repente, sus ojos centellearon y sbigote se estremeció.
—David… —gruñó. —¿Quieres que lo llame? —
preguntó la señora Eliot.
—¿Qué vamos a hacer con esmuchacho?El señor Eliot golpeó nuevamente e
huevo… demasiado fuerte esta vez; e
huevo explotó, salpicando a su mujecon pedazos de cascarón. El señor Eliosuspiró profundamente, tiró la cuchara
ésta perforó el periódico.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 26/322
—Siempre confié en que seguiría mcarrera y entraría en la banca —dijo—Por eso le compré una calculadora d
bolsillo cuando tenía siete años y uportafolios cuando cumplió ocho. Cad
avidad, desde hace diez años, lo llev
a la bolsa de valores como un regalmuy especial. ¿Y qué he recibido cambio? ¿Eh?… ¡Expulsado! —El seño
Eliot cogió el periódico y lo hizo triza—. ¡Qué fracaso! ¡Estoy acabado!Justo en ese momento se oyó u
ruido desde la entrada principal: e
correo acababa de llegar. La señorEliot se levantó y fue a ver lo que habílegado, lo cual no impidió que el seño
Eliot siguiera hablando.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 27/322
—Si tan sólo pudiera encontrar unescuela que lo metiera en cintura —murmuró—. No uno de esos instituto
modernos sino uno donde todavía screa en la disciplina. ¡Cuando yo eroven, sabía muy bien lo que significab
disciplina! En estos días, la mayoría dos niños ni siquiera sabe cómo s
escribe. ¡Azotes, azotes, azotes! ¡Eso e
o que necesitan! ¡Una probadita dbambú en el trasero…!La señora Eliot regresó a la mes
del desayuno con el montón de factura
de siempre, además de un sobre grandcolor café.
—Granja Groosham… —dijo l
señora, intrigada.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 28/322
—¿Qué? —Eso dice aquí —contestó, a
iempo que le tendía el sobre de colo
café—. Viene de Norfolk.El señor Eliot cogió un cuchillo y l
señora Eliot de un clavado se meti
debajo de la mesa, pensando qunuevamente lo usaría contra ella; peroen vez de eso, su marido abrió el sobr
antes de sacar su contenido. —¡Qué raro! —murmuró. —¿De qué se trata, mi amor? —
preguntó nerviosa la señora Elio
asomándose por el borde de la mesa. —Es un folleto… de una escuel
para varones. —El señor Eliot rodó s
silla hacia la ventana por donde entrab
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 29/322
el sol—. Pero ¿cómo supieron questamos buscando una nueva escuelpara David?
—Quizá les avisaron del ColegiBeton —sugirió su esposa.
—Supongo…
El señor Eliot abrió el folleto y uncarta se deslizó de su interior; ldesdobló y la leyó en voz alta:
Querido señor Eliot:¿Se ha preguntado dónde
encontrar una escuela que metaen cintura a su hijo? No uno deesos lugares modernos sino un
sitio donde todavía se crea en la
disciplina. ¿Alguna vez le ha
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 30/322
preocupado que en estos días lamayoría de los niños ni siquiera
saben escribir la palabra
disciplina…?
El señor Eliot bajó la carta.
—¡Cielos! —dijo—. ¡Easombroso!
—¿Qué pasa? —preguntó la señor
Eliot. —¡Yo estaba diciendo exactamento mismo hace un momento! ¡Cas
palabra por palabra…! —¿Qué más dice?El señor Eliot levantó la carta.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 31/322
… Permítanos entoncesmostrarle la Granja Groosham.Como podrá usted ver en el
folleto que anexamos, nuestraescuela es un internado atiempo completo y ofrece un
ambiente único para jóvenesentre doce y dieciséis años quehan demostrado no poder
adaptarse a los métodoseducativos modernos. La Granja Groosham se
encuentra situada en su propia
isla frente a las costas de Norfolk. No hay servicioregular de transbordador a la
isla, así que tampoco hay
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 32/322
vacaciones regulares. De hecho, sólo se permite a los alumnosun día de vacaciones al año.
Nunca se invita a los padres avisitar la escuela, excepto enocasiones especiales —y sólo si
pueden nadar—. Estoy seguro de que las
excelentes instalaciones y altos
niveles educativos de la GranjaGroosham serán sumamentebenéficos para su hijo. Esperorecibir su respuesta en la
próxima media hora.
Atentamente, Juan Tragacrudo
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 33/322
Subdirector de la GranjaGroosham
—¿Media hora? —exclamó lseñora Eliot—. ¡Es muy poco tiemppara tomar una decisión!
—¡Mi decisión ya está tomada! —dijo terminante el señor Eliot—. ¡Usolo día de vacaciones al año! Es l
cosa más razonable que he oído jamás.Hojeó el folleto que, curiosamenteno tenía fotos y estaba escrito con tintroja en una especie de pergamino.
—¡Escucha esto! Enseñan de todo…con un énfasis especial en químicahistoria antigua y estudios religiosos
Tienen dos laboratorios de idiomas, un
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 34/322
sala de cómputo, un gimnasio totalmentequipado y es la única escuela en el paícon su propio cementerio. —Golpeó l
página emocionado—. Imparten teatromúsica, cocina, modelado… y tienehasta una clase de astronomía.
—¿Para qué querrán dar clases euna abadía? —preguntó la señora Eliot.
—Dije astronomía, el estudio de la
estrellas… ¡no seas ridícula! —El señoEliot enrolló el folleto y con él le dio su esposa—. Esto es lo mejor que hsucedido en toda la semana… Pásame e
eléfono.El señor Eliot marcó el número d
eléfono que había al final de la carta
Primero se oyó un zumbido, despué
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 35/322
varios chasquidos. La señora Eliosuspiró. Su marido siempre zumbaba chasqueaba cuando se exaltaba. Cuand
se ponía realmente de buen humorambién silbaba por la nariz.
—¿Bueno? —dijo, una vez logr
comunicarse—. ¿Puedo hablar con JuaTragacrudo?
—Al habla el señor Tragacrudo. —
Su voz era suave, casi un susurro—Supongo que usted es el señor Eliot, ¿nes así?
—Sí, sí, soy yo. ¡Tiene usted toda l
razón! —El señor Eliot estaba azorad—. Recibí su folleto esta mañana.
—¿Y ya ha tomado una decisión?
—Por supuesto. Deseo inscribir a m
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 36/322
hijo lo antes posible. Aquí entre nosseñor Tragacrudo, David es una gradesilusión para mí. Una desilusió
completa. Durante años tuve lesperanza de que siguiera mis pasos, por lo menos las huellas de mi silla d
ruedas, ya que no puedo andar, peroaunque ya casi tiene trece años parecotalmente desinteresado por los tema
financieros. —No se preocupe, señor Eliot —lvoz al otro lado de la línea carecía dmatices—. Después de algunos periodo
escolares en la Granja Groosham, estoseguro de que verá usted a su hijconvertido en… una persona un tant
diferente.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 37/322
—¿Cuándo puede empezar? —preguntó el señor Eliot.
—¿Qué le parece hoy?
—¿Hoy?La señora Eliot estiraba el cuell
para escuchar por el auricular. El seño
Eliot se lo lanzó, golpeándola detrás da oreja.
—Disculpe, señor Tragacrudo —s
excusó mientras su mujer salía voland—. ¿Eso…? Fue sólo la cabeza de mesposa… ¿Dijo usted hoy?
—Sí. Hay un tren que sale de l
calle Liverpool rumbo a King’s Lynn a una de la tarde. Otros dos alumnos lomarán también. David puede viaja
con ellos.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 38/322
—¡Maravilloso! ¿Quiere que vayo también?
—¡Oh, no, señor Eliot! —mascull
el subdirector de la escuela—. Naprobamos la presencia de los padreaquí en Groosham. Hemos descubiert
que nuestros alumnos responden comayor rapidez si están completamentalejados de su casa y de su familia
Pero, claro, si de verdad quiere ustehacer el largo y tedioso viaje… —¡No, no! Lo mandaré en un taxi
a estación de trenes. Aunqu
pensándolo bien, mejor lo mandaré eautobús.
—Entonces, esperamos verlo est
arde. Adiós, señor Eliot.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 39/322
El teléfono quedó mudo. —¡Lo aceptaron! —exclam
entusiasmado el señor Eliot. La señor
Eliot le acercó el aparato telefónico y écolgó de golpe el auricular, machacandsin querer tres dedos de la mano de s
mujer.En ese preciso momento la puerta s
abrió y David entró vestido con un
camiseta y pantalones de mezclillaervioso, ocupó su lugar en la mesa omó la caja de cereal, al tiempo que s
padre rodó disparado hasta él y de u
manotazo le arrebató la caja, lanzanduna lluvia de granola sobre sus hombrosLa señora Eliot, mientras tanto, sumergí
sus dedos lastimados en leche. Davi
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 40/322
suspiró. Al parecer, tendría quolvidarse del desayuno.
—No hay tiempo para comer —
sentenció el señor Eliot—, tienes qusubir a hacer el equipaje.
—¿A dónde voy? —preguntó David
—Vas a una escuela maravillosa quhe encontrado para ti. Una escuelperfecta. Una escuela gloriosa.
—Pero ahora no hay clases… —dijDavid. —Las clases nunca terminan —
contestó su padre—. Eso es l
maravilloso del asunto. Empaca a tmadre y dale un beso de despedida a tropa. ¡No! —dijo a la vez que se dab
de frente contra la mesa—. Besa a t
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 41/322
madre y empaca tu ropa. Tu tren sale a una.
David miró a su madre, que habí
soltado a llorar otra vez —si lo hacíporque se iba, porque le dolían lodedos o porque de algún modo su man
quedó atorada en la jarra de la leche, no sabría decir—. Obviamente no tení
ningún caso discutir. La última vez qu
había intentado hacerlo su padre lhabía encerrado en su cuarto y clavada puerta al marco. Fueron necesario
dos carpinteros, el cuerpo de bombero
una semana de trabajo para abrirlotra vez. Así que, en silencio, se levant salió del cuarto.
Empacar no le tomó mucho tiempo
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 42/322
o tenía uniforme para la nueva escuelni idea de qué libros llevar. No estabcontento pero tampoco triste. Despué
de todo, su padre ya había cancelado lavidad y, como quiera que fuera, l
escuela no podría ser peor que su cas
en el paseo Wiernotta. Pero mientradoblaba su ropa sintió algo extrañoAlguien lo observaba, lo podrí
asegurar.Cerró su maleta, se acercó a lventana y miró hacia afuera. Desde scuarto se veía el jardín, que era todo d
plástico pues su madre era alérgica a laflores. Y ahí, de pie en medio del pastde plástico, lo vio. Era un cuervo o ta
vez un grajo. Fuera lo que fuera, s
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 43/322
rataba del pájaro más grande que habívisto nunca. Era negro como boca dobo, y las plumas colgaban de s
cuerpo como un manto andrajosoMiraba hacia la recamara, con sus ojobrillantes fijos en él.
David se inclinó para abrir lventana. Al mismo tiempo, el pájarsoltó un graznido agudo y fantasmal, y s
elevó por los aires. David lo vialejarse volando por encima de loejados de las casas. Luego se dio medi
vuelta y se preparó para salir.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 44/322
Compañeros de viaje
David llegó a la estación de la callLiverpool a las doce en punto. Fiel a spalabra, su padre lo había mandado e
autobús. Su madre tampoco lo habíacompañado. Le había dado un ataqude histeria en la puerta de su casa y eseñor Eliot tuvo que romperle unbotella de leche en la cabeza parranquilizarla. Así que David iba solo
arrastrando su maleta por los pasillos d
a estación, hasta la fila de los boletos.Era una larga fila… más larg
ncluso que los trenes que la gent
esperaba abordar. David esperó más d
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 45/322
veinte minutos antes de llegar a lventanilla. Era casi la una y tuvo qucorrer para alcanzar su tren. Había u
asiento reservado para él —la escuelse había encargado del trámite—, y ecuanto puso su maleta en e
portaequipaje y se sentó, el silbato son el tren comenzó a moverse. Con l
cara pegada al vidrio, miró hacia afuera
Lentamente el tren fue tomandvelocidad y la ciudad de Londres corriemblorosa y repiqueteante delante d
sus ojos. Había comenzado a llover. L
escena difícilmente podría ser máúgubre si fuera sentado en una carroz
fúnebre de camino a su propio entierro.
Media hora después ya había
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 46/322
pasado los suburbios y el tren corría oda velocidad por paisajes monótono
—todos los paisajes parecen iguales
ravés de la ventana de un tren, sobrodo cuando la ventana está cubierta po
una gruesa capa de polvo—. David n
había tenido tiempo de comprarse uibro o una revista, y de todas forma
sus padres no le habían dado ni u
centavo. Desenfadado, se desplomó esu asiento y se preparó para permanecesentado las tres horas de viaje hastaKing’s Lynn.
Entonces se dio cuenta de que habíotras dos personas en el compartimientoambas de su misma edad, ambas con e
mismo aspecto aburrido que él. Uno er
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 47/322
un niño rollizo, con anteojos redondode aro delgado. Sus pantaloneprobablemente formaban parte de u
uniforme escolar. Llevaba un suétegrueso, tejido con tanta lana que parecícomo si trajera al borrego dentro. S
cabello, largo y negro, estaba esponjos alborotado, como si acabara de sacaa cabeza de la lavadora. Tenía en l
mano un chocolate a medio comer, y erelleno se escurría entre sus dedos.La otra viajera era una niña. Tenía l
cara redonda, más bien de niño; pel
castaño, corto, y ojos azules. En ciertforma, era muy bonita, pensó David, podría serlo si su ropa no fuera tan rara
El suéter que llevaba podría habe
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 48/322
pertenecido a su abuela; su pantalón, su hermano. Y su abrigo, deberíregresarlo inmediatamente a quien se l
había dado, pues le quedaba grandvarias tallas. Leía una revista. Davimiró disimuladamente la portada y s
sorprendió de que fuera Cosmopolitansu madre nunca permitiría uCosmopolitan en su casa, pues decí
que no aprobaba a «esas mujeremodernas»; pero entonces, claro, smadre era virtualmente prehistórica.
La niña fue quien rompió el silencio
—Me llamo Julia —dijo. —Yo soy David. —Yo J… J… Jeffrey. —Por algun
razón, no resultaba extraño que ese niñ
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 49/322
gordo tartamudeara. —Supongo que vais a la Granj
Guácala —dijo Julia, y cerró su revista
—Me parece que se llamGroosham —dijo David.
—Estoy segura de que será grotesc
—insistió Julia—. Es mi cuarta escuelen tres años y es la única donde no havacaciones.
—U… u… un día al año —artamudeó Jeffrey. — U… u… un día va a ser suficient
para mí —dijo Julia—. En cuant
leguemos me escaparé. —¿Te irás nadando? —pregunt
David—. Recuerda que es una isla.
—Nadaré hasta Londres si e
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 50/322
preciso —sentenció Julia.Ya roto el hielo, lo tres comenzaro
a hablar, cada uno contó su propi
historia para explicar cómo habíaerminado en un tren rumbo a la costa dorfolk. David fue el primero. Le
habló del Colegio Beton, de cómo habísido expulsado y de cómo sus padrerecibieron la noticia.
—Yo también estaba en un internad—dijo Jeffrey—, y también mexpulsaron. Me c… co… cogieroechando humo tras el pabellón d
cricket . —Fumar es tonto —dijo Julia. —No fue m… m… mi culpa. El má
abusivo de la escuela me prendió fuego
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 51/322
—Jeffrey se quitó las gafas y se laimpió con la manga—. Siempre me m…
m… molestaban porque soy gordo
levo gafas y soy tartam… m… mudo.El internado al que iba Jeffrey s
lamaba Héroes de la Inmisericordia
Estaba en el norte de Escocia y supadres lo habían mandado ahí esperandque se volviera rudo. Y su sistem
educativo resultó ser duro de verdadbaños de agua fría, carreras de diekilómetros, avena catorce veces a lsemana —y eso sólo para el personal d
a escuela—. En Héroes de lnmisericordia los alumnos tenían qu
hacer cincuenta lagartijas antes de
servicio religioso matutino y veintiú
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 52/322
más a lo largo de él. El director usaben clase una piel de leopardo y emaestro de gimnasia iba en bicicleta a l
escuela todos los días, lo cual erfrancamente digno de mención, dado quvivía a más de cien kilómetros de allí.
El pobre Jeffrey fue incapaz dmantener el ritmo, y el último día dclases fue para él de verdad el último. A
a mañana siguiente de que lexpulsaron, su padre recibió un folletde la Granja Groosham. La carta que lacompañaba era muy diferente a la d
David; en ella se describía la escuelcomo un complejo deportivo, un salóde masajes y un campo de entrenamient
militar, todo en uno.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 53/322
—Mi papá también recibió una cart—dijo Julia—, pero en ella le decíaque la Granja Groosham era un luga
con mucha clase, donde aprenderíbuenos modales, bordado y ese tipo dcosas.
El padre de Julia era diplomático rabajaba en América del Sur. Su madr
era actriz. Ninguno de los dos estab
nunca en casa y Julia sólo hablaba coellos por teléfono. Una vez, su madre sopó con ella en la calle y ni siquiera l
reconoció. Pero, al igual que los padre
de David, estaban empeñados en dar su hija una buena educación y la habíaenviado a no menos de tres internados.
—Me escapé de los dos primeros —
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 54/322
explicó Julia—; el tercero era unespecie de internado para señoritas eSuiza. Me enseñaban a hacer arreglo
florales y a cocinar, pero no teníremedio. Las flores se marchitaban antede poder hacer los arreglos y envenen
al profesor de cocina. —¿Y qué pasó? —preguntó David. —La escuela dijo que no habí
manera de que yo permaneciera allí. Mmandaron a casa. Y fue entonces cuandlegó la carta.
El padre de Julia aprovechó l
oportunidad. De hecho, tomó el primeavión y volvió a América del Sur. Smadre ni siquiera se presentó. L
acababan de dar un papel en un
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 55/322
pantomima navideña y estaba demasiadocupada para enterarse del asunto. Snana alemana fue quien hizo todos lo
arreglos sin entender realmente de quse trataba. Y eso fue todo.
Para cuando terminaron de conta
sus historias, David se dio cuenta de quos tres tenían algo en común. De uno
otro modo todos eran niños «problema»
Pero aun así, no tenían la menor idea dqué esperar de la Granja Groosham. Ea carta a sus padres la describían com
una anticuada escuela para varones;
os padres de Jeffrey les habían dichque se trataba de una especie de campde entrenamiento militar; mientras qu
os padres de Julia pensaron qu
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 56/322
enviaban a su hija a un colegiexclusivo para señoritas.
—Puede que se trate de tres lugare
completamente distintos —dijo—, peres la misma escuela.
—Y además hay otra cosa r… r…
rara —agregó Jeffrey—. Se supone questá en una isla cerca de N… N…
orfolk, pero consulté el mapa y no ha
ninguna isla ahí. Ninguna.Los tres se quedaron pensando eello sin pronunciar palabra. El tren shabía detenido en una estación, y en e
pasillo se oía el bullicio de la gente qusubía y bajaba. Entonces David habló:
—Miren. Por mala que sea est
Granja Groosham, al menos vamo
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 57/322
untos. Así que debemos hacer un pactoPermaneceremos juntos… Nosotrocontra ellos.
—¿Como los tres m… m…mosqueteros? —preguntó Jeffrey.
—Algo así. No se lo contaremos
nadie. Será como una sociedad secretaY, pase lo que pase, siempre tendremodos personas en quien confiar.
—Yo de todos modos me voy escapar —murmuró Julia. —A lo mejor te acompañamos. As
por lo menos podremos ayudarte.
—Yo te presto mi traje de baño —dijo Jeffrey.
Julia echó un vistazo a la rechonch
cintura del niño, y pensó que su traje d
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 58/322
baño probablemente le sería de mayoutilidad si lo usara como paracaídapara saltar de un avión. Pero se guard
sus pensamientos. —Muy bien —asintió—. Nosotro
contra ellos.
—Nosotros contra ellos. —Daviextendió la mano y los tres las chocaronEntonces se abrió la puerta de
compartimiento y entró un hombre jovenLo primero que David advirtió fue scuello blanco de vicario; lo segundoque llevaba una guitarra.
—¿Está desocupado? —les preguntseñalando con la cabeza a uno de loasientos vacíos.
—Sí. —David hubiera preferid
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 59/322
mentir. Lo último que necesitaba en esmomento era un cura cantor. Perresultaba obvio que viajaban solos.
El joven entró en el compartimientorradiando alegría frente a ellos de es
manera en que algunas personas mu
religiosas lo hacen. No puso su guitarren el portaequipajes sino que la dejó eel asiento opuesto. Debía andar por lo
reinta, con mejillas sonrosadas, cabellrubio, barba, y dientes muy relucientesAdemás del collarín llevaba un crucifijde plata, un medallón de san Cristóbal
un broche con un símbolo pacifista. —Soy el padre Percival —anunció
como si alguien estuviera mínimament
nteresado en quién era—. Pero puede
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 60/322
lamarme Perci.David echó un vistazo a su reloj y s
amentó en silencio. Todavía faltaba
dos horas para llegar a King’s Lynn odo parecía indicar que el vicari
estaba decidido a soltarse a cantar e
cualquier momento. —Y bien, niños, ¿a dónde van? —
preguntó—. ¿De vacaciones? ¿O van d
día de campo? —Vamos a la e… e… escuela —dijo Jeffrey.
—¿A la escuela? ¡Fabuloso
Genial! —Los miró y se dio cuenta dque ninguno de ellos creía que fuera nfabuloso ni genial en absoluto—
Anímense! —exclamó—, la vida es u
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 61/322
viaje maravilloso y vas en primera clascuando viajas con Jesús.
—Yo creía que se llamaba Perci —
murmuró entre dientes Julia. —Les diré algo —prosiguió el cura
gnorándola—. Yo sé cómo animarlos
ovencitos. —Tomó su guitarra rasgueó las cuerdas que estabaespantosamente desafinadas—. ¿Qué ta
unos himnos? Éste lo compuse yo. Slama «Jesús, tú eres mi amigo» dice…
Durante la siguiente hora, Perc
cantó seis de sus composicionesdespués «Firmes y adelante», «En eren del evangelio viajo yo» y, com
casi era Navidad, una docena d
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 62/322
villancicos. Por fin se calló y puso lguitarra sobre sus rodillas. Davicontuvo el aliento, rogando porque e
pastor no terminara su presentación coun sermón o, peor todavía, que pasara lcesta de las limosnas. Pero, por fortuna
parecía que el cura se encontraba taexhausto como ellos.
—¿Y cómo se llaman? —preguntó.
Julia le dijo sus nombres. —¡Súper! ¡Superfabuloso!, ydíganme, Jeff, David y Julita, ¿a quescuela van?
—A la Granja Groosham —contestDavid.
—¿Granja Groosham? —El cura s
quedó boquiabierto. En un segundo tod
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 63/322
el color de su cara desapareció. Suojos se hincharon y una de sus mejillasque había perdido por completo su colo
sonrosado, se contrajo. Luego susurr—: ¿Granja Groosham?
Todo él comenzó a temblar
Lentamente, su rubio cabello primero sencrespó y luego se erizó.
David lo observaba. El hombr
estaba aterrorizado. Nunca había visto nadie tan atemorizado. ¿Qué habídicho? Sólo había mencionado enombre de su escuela, pero ahora el cur
e miraba como si fuera el mismísimdiablo.
—Groosss… —El cura trató d
pronunciar aquel nombre por tercer
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 64/322
vez, pero parecía como si las palabrase le hubieran quedado atoradas en loabios, y siseó como un baló
desinflado. Los ojos como pelotas se lsalían de las órbitas. El cuello se lpuso morado y, por la forma en que s
cuerpo se convulsionaba, era evidentque no podía respirar—… sss —esiseo se desvaneció.
Se llevó las manos engarrotadas emblorosas hasta el corazón. Entoncese derrumbó, cayendo al suelo con ugolpe y un estrépito de cuerdas rotas.
—Caray —dijo Julia—. Creo questá muerto.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 65/322
La Isla Cadavera
El sacerdote había sufrido un ataqucardiaco masivo, pero en realidad nhabía muerto. El guardia llamó po
eléfono, y en King’s Lynn un maletercon su carrito esperaba a Percival parlevarlo a la ambulancia que aguardab
por él. También había alguien quesperaba a David, Julia y Jeffrey. Uvistazo al hombre que había venido recogerlos habría sido suficiente par
que los tres se subieran gustosos a lambulancia.
Aquel hombre era tan deforme que s
sufriera un accidente automovilístico
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 66/322
después cayera dentro de una trituradorndustrial, su apariencia mejorarí
considerablemente. Medí
aproximadamente un metro y medio dalto —o más bien metro y medio dbajo, pues su cabeza estaba más cerc
del suelo que de sus hombros—. Esto sdebía en parte al hecho de que parecíener el cuello roto, y en parte a l
oroba. Tenía un solo ojo variocentímetros más abajo de donde deberíestar, un cachete hinchado y el pelescurrido. Llevaba una chaqueta suelt
de piel y pantalones holgados. La gentque caminaba por la estación hacía taesfuerzo por no girarse a mirarlo qu
una pobre mujer se cay
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 67/322
accidentalmente de la plataforma. Lverdad es que era muy difícil tratar dmirar a cualquier otra cosa. Sostenía u
etrero que decía «Granja Groosham»Con el corazón saliéndosele del pechoDavid se acercó a él, seguido de Jeffre
Julia. —Mi nombre es Gregor —dijo co
un gorgoteo—. ¿Tuvieron un viaj
placentero?David tuvo que esperar a que lrepitiera la pregunta, pues había sonadcomo «¿Tufierron ung fiaf
lacengterro?» Cuando al fin entendióDavid asintió con la cabeza pues npodía articular palabra.
—Traigan su equipaje, jóvenes amo
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 68/322
—gorgoteó Gregor—. El coche esperafuera.
El coche era una carroza fúnebre.
La habían repintado y puesto enombre del instituto en uno de los ladospero no pudieron disimular su forma: l
arga y plana parte trasera donddebieron haber viajado los cargamentopara los que había sido diseñada. E
arreglo tampoco engañaba a lapersonas que en ese momento sencontraban en la calle. Durante erecorrido hacia su nueva escuela, lo
res niños veían cómo la gente se detenía su paso, quitándose el sombrero commuda señal de respeto. David s
preguntó si no estaría a mitad de un
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 69/322
espantosa pesadilla, y si no despertaríen cualquier momento en su cama depaseo Wiernotta. Discretamente s
pellizcó un brazo. No pasó nada. Eorobado lanzó claxonazos y palabrota
a una camioneta que pasó junto a ellos
La carroza cruzó como rayo un semáforen rojo.
Gregor era chofer particular; d
hecho, era un chofer muy particular. Posu altura y la forma de su cuerpo, apenapodía ver por encima del volanteCualquiera que lo mirara desde la call
supondría que el automóvil se conducísolo. Era un milagro que no hubierachocado. David, sentado en el asient
delantero, se sorprendió a sí mism
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 70/322
mirando al hombre y se sonrojó cuandGregor se giró hacia él y le sonrió couna mueca.
—¿Se pregunta usted cómo llegué ener este aspecto, joven amo? —dijo—
Así nací, nací todo contrahecho. A m
madre le dio el telele cuando me vioPobre madre mía! ¡Pobre Gregor! —
Dio un volantazo para esquivar un
glorieta—. Cuando tenía la edad dustedes, intenté conseguir trabajo en uespectáculo de fenómenos —siguió—pero dijeron que estaba sobrecalificad
para el puesto. Así que me volví en econserje de la Granja Groosham. Mencanta la Granja Groosham. A usted l
encantará, joven amo. Todos los jóvene
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 71/322
amos adoran la Granja Groosham.La ciudad ya había quedado atrás
viajaban por la carretera costera haci
el Norte. Después de eso, David debiquedarse dormido, pues, cuando se dicuenta, el cielo ya estaba oscuro
parecía como si estuvieran cruzando emar, como si el vehículo avanzara sobrverdes y oscuras olas. Se frotó los ojo
miró por la ventanilla. No era el masino un campo enorme y llano. Las olaeran en realidad hierba agitada por eviento. Era un campo baldío, pero a l
distancia se alzaba un enorme molino dviento; sus blancos tablones reflejabaos últimos rayos solares. David s
estremeció. Gregor había encendido l
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 72/322
calefacción del coche, pero aun aspodía sentir la desolación del paisajarrastrándose por debajo del colchón d
aire caliente.Entonces vio el mar. El camino po
el que viajaban —apenas más ancho qu
una brecha— terminaba en un muelle dmadera desvencijado. Medio oculto poa hierba, los esperaba un bote. Era un
vieja lancha de pescar toda cubierta dmoho y liquen. Tras ella se formabburbujas de humo negro en el agua. En lcubierta había un montón de caja
apadas con una red sucia. Una gaviotvolaba en círculos encima del botecanturreando con suavidad como para s
misma. David no podía sentirse peor.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 73/322
Gregor detuvo el coche. —Hemos llegado, jóvenes amos —
anunció.
Tomaron sus maletas, descendierodel coche y se quedaron temblando emedio de la brisa. David estuvo atent
al camino por el que habían llegadopero, después de algunas vueltas curvas, la brecha desaparecía, así que s
dio cuenta de que podían haber venidde cualquier lado. Se encontraba en ucampo en algún lugar de Norfolk con eMar del Norte frente a él. Si no fuer
por el molino de viento, podría estar eChina y no habría habido ningundiferencia.
—Encantador, ¿no creen? —dij
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 74/322
Julia. —¿Dónde estamos? —pregunt
David.
—Sabe Dios. El último pueblo quvi se llamaba Hunstanton, pero eso fuhace media hora —dijo la niña mientra
se acomodaba el suéter sobre lohombros—. Sólo espero que lleguemopronto.
—¿Por qué? —Porque cuanto más prontleguemos, más pronto podré escaparme
Un hombre saltó de la lancha
Llevaba botas altas y un suéter dpescador. Su cara estaba oculta casi pocompleto tras una barba negra, tan negr
como sus ojos que brillaban tras u
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 75/322
enmarañado mechón de cabellos. Unarrancada de oro colgaba de su orejzquierda. Si llevara una espada y u
parche en el ojo se podría pensar quhabía salido de La isla del tesoro.
—Llegas tarde, Gregor —dijo.
—El tráfico estaba mucongestionado, capitán Malasangre.
—Pues la marea está peor. Éstas so
aguas traicioneras, Gregor. Mareas vientos traicioneros. —Lanzó uescupitajo al mar—. Y yo tengo unesposa traicionera que me espera e
casa, así que vámonos. —Soltó eamarre del muelle—. ¡Todos a bordo—gritó—. ¡Tú… niño! Leva el ancla.
David obedeció, pero el ancl
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 76/322
pesaba demasiado, así que con muchesfuerzo apenas pudo levantarla. Pocdespués se alejaban del muelle. E
motor tosía, farfullaba y echaba humo —al igual que el capitán Malasangre—Gregor estaba parado a su espalda. Lo
res niños se acurrucaban juntos en lparte trasera del bote. Para entoncesJeffrey ya había adquirido u
desagradable color verde. —No tengo m… m… mucho dmarinero —murmuró.
El capitán alcanzó a oírlo.
—¡No te preocupes! —dijo cosonrisa burlona—. Esto tampoco tienmucho de bote.
Un manto de niebla se arrastraba po
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 77/322
a superficie del agua. Sus dedoblancos y fantasmales se metieron en lancha, cubriéndola. En un instante e
cielo desapareció y todos los sonidos —a gaviota, el motor, el chapoteo de la
olas— se amortiguaron. Luego, ta
rápido como había llegado, la niebla sdesvaneció. Y la Isla Cadavera apareciante ellos.
Tenía aproximadamente trekilómetros de largo y uno y medio dancho. En el lado este había un espesbosque; en el extremo sur, un acantilad
emergía abruptamente de laespumeantes aguas, blanco lechoso en lpunta, y de un anaranjado lodoso en l
base. Una lengua de tierra se extendí
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 78/322
frente al acantilado y hacia ese lugar ecapitán Malasangre dirigió la lanchaAhí había otro muelle y cerca de é
estaba estacionado un jeep sin toldoPero no había comité de bienvenida nrastro alguno de la escuela.
—Preparado con el ancla —gritó ecapitán.
Suponiendo que se refería a é
David la tomó. Malasangre giró eimón, viró abruptamente en reversa gritó. David arrojó el ancla. Jeffreacía enfermo sobre un costado de l
ancha.Habían llegado a su destino. —Por aquí, jóvenes amos. Ya n
falta mucho, sólo un breve viaje e
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 79/322
coche.Gregor fue el primero en bajar
ierra, y caminaba delante de ello
dando grotescos saltitos. Jeffrey lseguía arrastrando su maleta con pasonseguros. David se detuvo para espera
a Julia. La niña observaba al capitáMalasangre que ya había levantado eancla e iniciaba su camino de regreso.
—¿Qué esperas? —le dijo. —Podemos necesitar esa lancha unde estos días —murmuró Julia—. Mpregunto si alguna vez la dejará sola.
—Capitán Malasangre… —Davise estremeció—. Es un nombre chistoso
—¿Sí? ¿Entonces por qué no me río
—Julia se dio media vuelta y echó
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 80/322
andar hacia el jeep.Les llevó cinco minutos llegar a l
escuela. El camino, empinado y lleno d
curvas, subía hasta la cima deacantilado y luego continuaba por lorilla del bosque. Jeffrey ocupó e
asiento delantero junto a Gregor. Davi Julia iban sentados en la parte trasera
agarrados hasta con los dientes
rogando por sus vidas. Cada vez que eeep pasaba por una piedra o un bach—de los cuales estaba lleno el camin—, eran lanzados como treint
centímetros y luego caían con uremendo golpe. Para cuando llegaron
su destino, David ya sabía lo que com
debía sentirse una ensalada. Per
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 81/322
rápidamente olvidó su malestar cuandvio la Granja Groosham.
Era un enorme edificio, más alto qu
ancho; una mezcla loca de almenasventanas con barrotes, torres altasechos inclinados de pizarra gris
gárgolas con expresiones horribles, espantosas chimeneas de ladrillo. Ercomo si los arquitectos de la abadía d
Westminster, de la estación Victoria y da refinería de Brixton hubieran revueltos planos de sus edificios
accidentalmente construido el resultad
de aquella revoltura. Cuando el jeep sdetuvo frente a la puerta (una pieza dmadera sólida de cuarenta centímetro
de espesor y tachonada con clavos), u
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 82/322
rueno retumbó sobre sus cabezas y eátigo de un relámpago chasque
surcando el cielo.
Se oyó el aullido de un lobo.Luego, la puerta se abrió lentament
con un rechinido.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 83/322
El señor Tragacrudo
Había una mujer a la puerta. Por unstante, bajo la luz del relámpago, s
cara pareció ser de un lívido color azul
Entonces sonrió y David vio quedespués de todo, era humana. De hechodespués de lo horrorosos que resultabaGregor y el capitán Malasangre, a ellse la veía tranquilizadoramente normaEra pequeña y regordeta, de carredonda y cabello gris, el cual llevab
recogido en un chongo. Sus ropas eravictorianas, el cuello alto de su vestidestaba cerrado con un broche de plata
Tenía como cincuenta años, la pie
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 84/322
arrugada, y sus ojos brillaban tras unopequeños espejuelos dorados. Por umomento, a David le recordó a s
abuela. Luego se percató del ligerbigote que le crecía sobre el labisuperior y concluyó que también l
recordaba a su abuelo. —¡Hola, hola! —canturreó, mientra
os niños bajaban del jeep —. Tú debe
ser David. Tú, Julia, y tú, JeffreyBienvenidos a la Granja Groosham! —Se hizo a un lado para dejarlos pasar uego cerró la puerta detrás de ellos—
Yo soy la señora Windergast —continu—, prefecta de la escuela. Espero que eviaje no haya sido muy pesado.
—Yo estoy cansado —dijo Gregor.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 85/322
—No te pregunté a ti, criaturdespreciable —espetó—. Me refería estos queridos, queridísimos niños —
dijo, al tiempo que les sonreía—Nuestros recién llegados!
David recorrió el lugar con l
mirada. Se encontraban en un vestíbulcavernoso, de paredes cubiertas coableros de madera y cuadros al óle
mohosos. Una amplia escalera ascendíhacia un sombrío corredor. El pasillestaba iluminado por un candil aunqusin focos. En su lugar cien vela
chisporroteaban y se quemaban en subases de bronce; una espesa capa dhumo negro opacaba la poca luz qu
producían.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 86/322
—Los demás ya están tomando smerienda —dijo la señora Windergas—. Espero que les guste el pastel d
sangre. —Les sonrió por segunda vezsin darles tiempo a responder—. Biendejen su equipaje aquí. Jeffrey y Julia
síganme. David, el señor Tragacrudquiere verte. Es la primera puerta a lzquierda.
—¿Para qué quiere verme? —preguntó David. —Para darte la bienvenida, po
supuesto. —La mujer parecí
sorprendida por la pregunta—. El señoTragacrudo es el asistente del directorLe gusta dar la bienvenid
personalmente a los alumnos nuevos
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 87/322
uno por uno. Supongo que mañana verá os demás.
Julia miró a David y alzó lo
hombros. Él entendió lo que trataba ddecirle. La señora Windergast podíparecer bastante amistosa, pero había u
ono cortante en su voz que daba entender que era mejor no discutir. Vicomo Julia y Jeffrey, conducidos por l
mujer, salían y se alejaban por upasillo abovedado; después se encaminhacia la puerta que la prefecta habíndicado. Tenía la boca seca y no sabí
por qué. —Ha de ser porque estoy aterrad
—murmuró para sí.
Luego llamó a la puerta.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 88/322
Una voz respondió desde el interiode la habitación y David, después drespirar profundo, abrió la puerta
entró. Se encontró en un estudio coibros de un lado y pinturas del otro,
en medio un espejo de pared a pared
Había algo muy extraño en ese espejoDavid se dio cuenta de inmediato, perno podía decir exactamente qué. E
vidrio estaba estrellado en una esquina el marco dorado ligeramente pandeadoPero no era eso. Había algo más, algque hacía que se le erizaran los pelos d
a nuca como si quisieran salirse de spiel y escapar del cuarto tan rápidcomo fuera posible.
Con un esfuerzo apartó la mirada
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 89/322
Los muebles del estudio estaban viejos gastados. No había nada raro en elloLos maestros siempre parecen rodears
de muebles viejos y gastados —aunquen este caso el polvo y las telarañaexageraran la tradición—. Al otro lad
del cuarto y delante de una cortina derciopelo rojo, un hombre estab
sentado tras un escritorio leyendo u
ibro. Cuando David entró, el hombrevantó la vista, su rostro ernexpresivo.
—Siéntate, por favor —dijo.
No había forma de saber cuántoaños tenía aquel hombre. Su piel pálidacomo de cera, parecía no tener edad. Ib
vestido con un traje negro, camis
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 90/322
blanca y corbata negra. Cuando Davise sentó frente al escritorio, el maestrcerró el libro con sus dedos largos
huesudos. Era increíblemente delgadosus movimientos eran lentos cuidadosos, como si un soplo de viento
un espasmo de tos o un estornudpudieran romperlo en mil pedazos.
—Yo soy el señor Tragacrudo —
continuó. Las palabras salían de su bocsecas como huesos viejos—. Estoy mucontento de verte, David. Estamofelices de que vinieras a la Granj
Groosham.David no estaba feliz en absoluto
pero no dijo nada.
—Te felicito —añadió el seño
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 91/322
Tragacrudo—. La escuela podrparecerte un poco fuera de lo común aprincipio. Podrá parecerte incluso…
anormal. Pero permíteme asegurarteDavid, que lo que podemos enseñarte, lque podemos ofrecerte rebasa tus sueño
más estrambóticos. ¿Me entiendes? —Sí, señor.El señor Tragacrudo sonrió… si e
que se podía llamar sonrisa a escontracción de labios y al destello ddientes blancos que apareció en su cara
—No luches contra nosotros, Davi
—dijo—. Trata de entendernos. Somodiferentes. Pero tú también lo eres. Poeso has sido elegido. El séptimo hijo d
un séptimo hijo. Eso te hace especia
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 92/322
David. Qué tan especial es algo qupronto descubrirás.
David asintió con la cabeza, a
iempo que buscaba la salida por erabillo del ojo. No había entendido unpalabra de lo que le dijo, pero resultab
obvio que el señor Tragacrudo estabcompletamente deschavetado. Cierto quenía seis hermanas mayores y sei
horrorosas tías (hermanas de su padreque le llevaban regalos absurdos cadavidad y que lo estrujaban
pellizcaban cada vez que lo veían, com
si fuera de plastilina. Pero eso, ¿por quo hacía especial? ¿De qué manera habí
sido elegido? Nunca se hubiera enterad
de la existencia de la Granja Groosha
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 93/322
de no haber sido expulsado de Beton. —Las cosas se te irán aclarando a s
debido tiempo —dijo el seño
Tragacrudo como si adivinara supensamientos.
Y era probable que hubiera leído su
pensamientos. Difícilmente le hubiersorprendido a David que el subdirectose quitara una máscara y le confesar
que provenía del planeta Venus. —Pero ahora lo importante es qua estás aquí —continuó—. Llegaste. T
encuentras donde debes estar.
El señor Tragacrudo se levantó rodeó el escritorio. Había un segundibro de pastas negras en el extremo de
mueble y, junto a él, una pluma fuent
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 94/322
pasada de moda. El hombre abrió eibro y después, lamiendo su dedo, fu
pasando las hojas una por una. Davi
miró disimuladamente. Por lo que podíver, el libro parecía contener una listde nombres escritos con una tinta colo
café. El señor Tragacrudo llegó a unhoja en blanco y tomó la pluma.
—Tenemos una vieja costumbre e
a Granja Groosham —le explicó—Pedimos a los nuevos alumnos qupongan su firma en el registro de lescuela. Contigo y tus dos amigos s
completará un total de sesenta y cincestudiantes que están con nosotros eeste momento. Eso es cinco veces trece
David. Un número muy bueno.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 95/322
David no tenía la menor idea de poqué sesenta y cinco debía ser mejor qusesenta y seis o que sesenta y cuatro
pero decidió no discutir. En vez de elloextendió la mano para tomar la pluma… fue entonces cuando sucedió.
En cuanto David extendió la manoel señor Tragacrudo se adelantó. Lafilada punta de la plumilla se encajó e
su pulgar, cortándolo. David pegó ugrito y se llevó el dedo a la boca. —Lo siento mucho —dijo el seño
Tragacrudo, aunque no se le notaba par
nada—. ¿Te has hecho daño? Si quierepuedo pedirle a la señora Windergasque revise la herida.
—Estoy bien —dijo Davi
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 96/322
enfadado. No porque el señoTragacrudo quisiera jugar a algún tipde juego con él, pero no soportaba qu
o trataran como a un bebé. —Entonces, quizá serías tan amabl
de poner tu nombre en la lista. —E
señor Tragacrudo extendió la pluma qua sangre de David había manchado d
un rojo brillante—. No necesitaremo
inta —remarcó.David tomó la pluma. Buscó ufrasco de tinta en el escritorio, pero nhabía. El subdirector miraba por encim
de su hombro, y David podía sentir srespiración en la oreja. Lo único ququería en ese momento era salir de ah
comer algo e irse a la cama. Escribió s
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 97/322
nombre; la plumilla trazó líneas rojas eaquel burdo papel blanco.
—Excelente. —El señor Tragacrud
omó la pluma y cerró el libro—. Ya tpuedes ir, David. La señora Windergase espera afuera.
David caminó hacia la puerta, pera voz del señor Tragacrudo lo detuvo.
—Deseo realmente que seas feli
aquí, David —dijo—. En la GranjGroosham nos preocupamosinceramente por tus intereses. Estamoaquí para ayudarte. Y una vez que l
aceptes, te lo aseguro, no extrañaránada. Créeme.
David no le creyó, pero no tení
ninguna intención de discutir en es
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 98/322
momento. Fue hacia la puerta tan rápidcomo pudo, obligándose a no correrpues ya había visto lo que estaba mal e
el espejo. Lo descubrió un momentdespués de escribir su nombre cosangre, cuando se apartó del escritorio.
El espejo reflejó todo lo que habíen el cuarto: el escritorio, los libros, emobiliario, el mantel y al mismo David
Pero no reflejó al señor Tragacrudo.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 99/322
El primer día
7:00 a.m.Desperté con una campana sonand
en mi oreja. El dormitorio está en lo alt
de una de las torres de la escuela. Eotalmente circular y las camas estádispuestas como los números en lcarátula de un reloj. Yo estoy a las sieten punto (que es también la hora a la quescribo esto). Jeffrey está junto a mí, as seis en punto. No creo que hay
dormido bien. Su almohada está en episo, sus sábanas están todas revueltas quién sabe cómo lo logró, pero le hiz
un nudo a su cobija. No hay señales d
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 100/322
Julia. Las niñas duermen en otra ala deedificio.7:30 a.m.
Ya me lavé y me vestí. Uno de loniños me enseñó el camino al baño. Mdijo que se llamaba William Rufus, l
cual es un poco extraño pues el nombren la etiqueta de su piyama es DeniBlakeway. Le pregunté por qué llevab
a piyama de otra persona, pero sólsonrió como si supiera algo que ygnoro. ¡Creo que sí sabe algo que yo n
sé!
No me agradan los niños dGroosham. No son estirados como lodel Colegio Beton, pero son…
diferentes. No se oyen pláticas despué
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 101/322
de que se apagan las luces. No haalmohadazos. Nada. En el ColegiBeton, a los recién llegados les tocab
dormir en la cama de agua (y era de puragua, sin colchón). Aquí, nadie parecestar interesado en mi persona. Es com
si no estuviera aquí (y ojalá nestuviera).7:45 a.m.
Desayuno. Huevos con tocino. Eocino estaba rancio y de seguro lohuevos no eran de gallina. Se me quitel apetito.9:30 a.m.
William Rufus —si de verdad slama así— me condujo a mi primer
clase. William es bajito y flacucho, d
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 102/322
nariz respingada y ojos de color azuclaro. En Beton sería la clase de niño aque los demás molestan y echan pleito
pero no creo que haya pleitos en lGranja Groosham. Todo el mundo emuy cortés. ¡Es increíble que hay
escrito esto! ¿Alguien ha oído hablaantes de escolares corteses?
William y yo tuvimos una extrañ
discusión de camino al salón de clases. —Nos toca latín doble —dijo. —Odio el latín —contesté.Pensé que tendríamos por lo meno
una cosa en común, pero me equivoqué. —Te va a gustar —me dijo—. L
clase la da el señor Tragacrudo y es mu
bueno. —Miró su reloj y añadió—
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 103/322
Mejor nos apresuramos, si nlegaremos tarde.
—¿Cuál es el castigo por llega
arde? —pregunté. —No hay castigos en la Granj
Groosham.
¿Buenos maestros de latín? ¿Unescuela sin castigos? ¿Me estovolviendo loco?
Pero el latín doble no resultó tamalo como suena. En Beton noenseñaban el latín como una lengumuerta, y el maestro tampoco parecí
muy sano. ¡Pero el señor Tragacrudo lhablaba fluidamente! ¡Al igual que todoos demás! Al final de la clase todo
platicaban como viejos amigos y nadi
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 104/322
mencionó siquiera a César o la invasióde la Galia.
Otra cosa extraña. El día estuv
radiante, pero el señor Tragacrudo dia clase con los postigos cerrados y co
una vela en su escritorio. Le pregunté l
razón a William Rufus. —No le gusta el sol —contestó; a
menos creo que eso fue lo que dijo
Seguía hablando en latín.11:00 a.m.Vi un momento a Julia en e
descanso. Le conté de este diario. Ell
me contó cómo le había ido hasta esmomento. Quién sabe por qué está en ugrupo distinto al de Jeffrey y mío.
—Tuve clase de modelado con e
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 105/322
señor Oxisso —dijo. —¿Hicieron ollas? —le pregunté. —¡Hoyos! Tuvimos que hace
figuras de cera, hombres y mujeres. Emaestro les puso cabello de verdad.
Julia me enseñó su pulgar. Tenía un
herida igual a la mía. Se habíentrevistado con el señor Tragacruddespués del desayuno.
—Yo lo voy a ver después de lcomida —dijo Jeffrey. —Lleva tu frasco de tinta —l
sugirió Julia.12:30 p.m.
Inglés con la señorita Pedicure.La señorita Pedicure debe tener po
o menos cien años. Es medio ciega
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 106/322
completamente calva. Yo creo que lque la sostiene son las vendas. Parecestar vendada de pies a cabeza. Pud
ver cómo le asomaban las puntas de lavendas bajo las mangas y sobresalíadel cuello de su vestido. Tardó quinc
minutos en llegar a su silla y, cuando ssentó, casi desapareció en una nube dpolvo.
La señorita Pedicure tiene dienteperfectos. El único problema es que loconserva en un vaso en la esquina de sescritorio.
Nos dio una clase sobrShakespeare. Por el modo en que sexpresa cualquiera pensaría que l
conoció en persona.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 107/322
1:15 p.m.Comida. Estofado. ¿Pero qué anima
era antes de que lo estofaran? Creo qu
voy a morirme de hambre.3:00 p.m.
Se supone que iba a tener clase d
francés por la tarde, pero el maestro napareció. Le pregunté a William Rufupor qué:
WILLIAM: Debe de haber luna llenesta noche. Monsieur Leloup nunca dclase cuando va a haber luna llena.
YO: ¿Está enfermo?WILLIAM: Bueno, digamos que tien
un pequeño problema de personalidad…
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 108/322
Todos teníamos libros para leerpero yo no le encontré ni pies ni cabez
al mío. Pasé casi toda la clasescribiendo esto, y luego observando os otros niños del grupo. Ya sé cómo s
laman casi todos. Marión Grant —pelirroja, pecosa y dientona—. BesDunlop —delgada y bonita si no lmiras muy de cerca—. Roger Bacon —un niño asiático—. ¿Desde cuándRoger Bacon es un nombre asiático?
De hecho, todos estos nombre
suenan mal. Besi no tiene cara dlamarse Besi. ¿Por qué tengo lmpresión de que todos ellos comparte
algún espantoso secreto y qué Jeffrey
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 109/322
o somos los únicos que estamos fuera?4:30 p.m.
Fútbol. Jugamos con una vejiga d
puerco inflada. Yo metí un gol, pero nme hizo muy feliz que digamosDeberían intentar darle un cabezazo
una vejiga de puerco inflada…6:00 p.m.
Nos comimos el resto del puerco
a hora del té. El animal daba vueltas eun asador con una manzana en la bocaPor lo menos pude quedarme con l
manzana!6:30 p.m.
Estoy de vuelta en la clase dMonsieur Leloup haciendo mis deberes
Bueno, se supone que eso es lo qu
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 110/322
debería estar haciendo. Más bien estoescribiendo esto. Y acabo de darmcuenta de algo. Supongo que lo not
desde el principio, pero es hasta ahorque lo tengo en cuenta.
Todos en el grupo llevan un anillo
Un anillo idéntico. Es una argolla de oriso con una piedra negra engarzada
¿Qué carambas significa? Había oíd
hablar de gorras y de escudos escolarespero ¿anillos escolares…?Volví a leer lo que escribí el prime
día. No tiene mucho sentido. Es como s
odo lo hubiera visto en un video qupasa en cámara rápida. Tengo las piezapero no consigo armar el rompecabeza
completo.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 111/322
Pero si anotara todo, terminaría coun libro. Y algo me dice que debo darmiempo para escribir mi testamento…7:30 p.m.
Una hora libre antes de ir a la camano encontré a Jeffrey ni a Julia. Salí
dar un paseo al aire fresco.El campo de fútbol está detrás de l
escuela. Junto a él hay un bosque —e
bosque más espeso que yo haya vistamás—. No debe ser muy grande, peros árboles parecen formar un mur
sólido. Hay una capilla al fondo
ambién un pequeño cementerio.Vi que Gregor estaba sentado en un
umba fumándose un cigarro.
«Muchos de ésos, Gregor —le dij
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 112/322
—, y acabarás debajo».Era una broma. Gregor no se rió.
8:15 p.m.
Resulta que vi a Jeffrey hablandcon William Rufus. Los dos se veíacomo si fuesen grandes amigos. ¿E
como para preocuparse?8:40 p.m.
En cama; las luces se apagarán e
cinco minutos.Me di un baño de tina esta tarde. Ebaño es antiguo. Cuando uno abre llave, el agua corre como las catarata
del Niágara, sólo que con más lodo. Saldel baño más sucio de lo que entré. Lpróxima vez usaré una regadera.
Después de terminar de escribir l
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 113/322
última parte de este diario, lo dejé sobra mesita que está al lado de la cama co
un lápiz adentro para marcar dónde m
había quedado. Cuando regresé, ediario estaba exactamente en la mismposición, pero el lápiz había rodad
fuera de él.¡ALGUIEN LEYÓ MI DIARIO
MIENTRAS ESTUVE FUERA DEL CUARTO!
Así que no escribiré más mientrasiga en la Granja Groosham. Tengo epresentimiento de que será mejoguardarme mis pensamientos. Preguntas
¿Todos los nombres son falsos?, y ses así, ¿por qué?
¿Qué significan los anillos co
piedras negras?
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 114/322
¿Qué sucede realmente en la GranjGroosham?
Y no te preocupes —quienquiera qu
ea esto—. De alguna manera voy encontrar las respuestas.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 115/322
En la oscuridad
Pese a su determinación, David no habídescubierto nada al final del dísiguiente. La rutina de la escuel
ranscurrió con normalidad —desayunoatín, historia, descanso, matemáticascomida, geografía, fútbol—, exceptporque nada era ni remotamente normalEra como si todo, las clases y los librosparticiparan de una farsa elaboradminuciosamente, y que sólo cuand
uviera la certeza de que nadie mirara, lescuela mostraría su verdadero aspecto
A las siete y media de la tarde Davi
estaba haciendo una composición en l
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 116/322
biblioteca (un salón un tanto singulapues no había libros en él). En lugar dibreros, en las paredes se exhibía
cabezas de animales disecados qumiraban fijamente con sus vacíos ojode vidrio desde sus soportes de madera
o era de sorprender que David npudiera concentrarse en la historia, codos topos, un armadillo y un jabal
espiando por encima de su hombro.Tras veinte minutos se dio povencido. No tenía ningún interés en larmada española, y supuso que lo mism
podía decir de la señorita Pedicurquien también era la maestra d
historia). Revisó la hoja que acababa d
escribir. Había más manchas de tinta
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 117/322
achones que cualquier otra cosaSuspirando, hizo una bola de papel coella y la arrojó al basurero. Falló y l
pelota fue a dar contra el enorme espejque había detrás. David volvió suspirar y se levantó para recogerla.
Pero ya no estaba. Buscó detrás decesto de basura, debajo de las sillas sobre el tapete que estaba frente a
espejo. Pero la bola de papel habídesaparecido sin dejar rastro. Dpronto, y sin mayor razón, David se pusnervioso. Miró de reojo sobre s
hombro y tuvo la impresión de que eabalí le sonreía. Salió corriendo de l
biblioteca, azotando la puerta tras de sí.
Un pasillo angosto de tech
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 118/322
abovedado llevaba de la biblioteca avestíbulo principal. Lo había recorrida tarde de su llegada a la Granj
Groosham. Por ahí estaba el estudio deseñor Tragacrudo y ahora que se habídetenido frente a la puerta lo recordó
Fue entonces cuando oyó las voces.Venían del cuarto que había frente a
estudio del señor Tragacrudo, un
habitación con una puerta oscura dmadera artesonada y la palabr«Directores» pintada en letras doradas.
Así que en la Granja Groosham n
había uno sino dos directores, lo cual ldejó intrigado pues no había visto ninguno de los dos todavía. Echó u
rápido vistazo a su alrededor. Los otro
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 119/322
alumnos habían salido de la bibliotecantes que él. Estaba solo en aquepasillo. Se arrodilló delante de l
puerta, fingiendo amarrar las agujetas dsus zapatos.
—… Se acomodó bien, me parece
—David reconoció la voz de inmediatoLas cascadas sílabas del señoTragacrudo eran inconfundibles—. L
niña se puso un poco difícil en su clasde modelado, pero supongo que era desperar.
—¿Pero firmaron todos? —La vo
era aguda, medio ahogada. David podímaginar a alguien dentro de aque
cuarto forcejeando con una corbat
demasiado apretada.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 120/322
—Sin problema, señor Falcón —srió el señor Tragacrudo, con un toncuriosamente melancólico—. Jeffrey, e
niño que tartamudea, fue el último evenir. Trajo su propio lápiz y ¡dos botede tinta! Me temo que al final tuve qu
hipnotizarlo. Pero después de eso fufácil.
—¿Cree usted que este niño, Jeffrey
vaya a ponerse difícil? —Esta voz era lmás suave de las tres. El segunddirector hablaba apenas en un susurro.
—No, señor Escualo —contestó e
señor Tragacrudo—. Sin duda, él va ser el más fácil. No. El que me preocupes Eliot.
—¿Qué pasa con él?
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 121/322
—No lo puedo asegurar, señoFalcón, pero tiene una cierta fuerza, uncierta independencia…
—Es justo lo que necesitamos. —Por supuesto. Pero aun así…David hubiera dado cualquier cos
por seguir escuchando, pero justo en esmomento apareció la señora Windergasque iba rumbo a la biblioteca. Al verlo
se detuvo y pestañeó; sus ojos llamearoras sus espejuelos. —¿Ocurre algo, David? —preguntó —No. —David señaló tímidament
a sus zapatos—. Me estaba atando locordones.
—Muy astuto por tu parte, querid
—le sonrió—. No queremos que t
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 122/322
vayas a tropezar y a romperte algo¿verdad? Pero quizá éste no sea el lugaadecuado para que lo hagas
exactamente afuera del salón de lodirectores. Porque alguien podría pensaque estabas escuchando, y eso no dejarí
muy buena impresión de ti en tu primersemana de clases, ¿o sí?
—No —dijo David, levantándose—
Lo siento, señorita Windergast.Se movió lo más rápido que pudoLa prefecta lo rozó al pasar y entró aestudio de los directores. David hubier
dado su brazo derecho por oír lo qudecían. Pero si lo volvían a encontraunto a la puerta, quizá le tomarían l
palabra… y el brazo.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 123/322
Así que prefirió ir a buscar a Jeffre a Julia. Los encontró afuera del saló
de maestros. Julia estaba revisando lo
casilleros, cada uno con el nombre duno de los maestros.
—¿Ya viste el casillero de Monsieu
Leloup? —le preguntó al verlo. —¿Qué le pasa? —Hay una paloma dentro de él —
dijo Julia con un gesto de asco. El avevidentemente estaba muerta—. Pareccomo si algún animal salvaje la hubieratrapado.
—¿Qué hace ahí? —preguntó David —Tendrás que preguntarle
Monsieur Leloup —respondió Julia.
—Si es que se ap… p… parec
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 124/322
algún día —agregó Jeffrey.Caminaron juntos por el corredor
De un lado había casilleros; del otro la
puertas de los salones de clases. Doniños que se dirigían a los dormitoriopasaron junto a ellos. Faltaba casi un
hora para que sonara la campana, peral parecer casi todos los alumnos dGroosham se habían ido ya a la cama
Como siempre, el silencio que reinaben la escuela estaría más apropiado eun museo o un monasterio. En todo edía, David no había oído ni un azotón d
puerta ni el rechinar de un pupitre. ¿Questaba sucediendo en la GranjGroosham?
Encontraron un salón vacío y s
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 125/322
metieron. David no había estado en esthabitación, así que miró en torno cocuriosidad. Las paredes estaba
cubiertas con carteles que mostrabadiversos animales —por dentro y pofuera—. En vez de escritorio, había un
plancha de mármol con aparatocientíficos: un mechero, un pequeñcaldero de metal y varios botes co
sustancias químicas. En uno de loextremos había una rata blancagazapada dentro de una jaula y dosapos que miraban apresumbrados haci
el exterior de un tanque de vidrio. Eesqueleto de quién sabe qué animaestaba en una esquina.
—Debe ser el laboratorio d
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 126/322
biología —susurró David. —Ojalá lo fuera —Julia sacudió l
cabeza—. Todas estas cosas las sacaro
en mi primera clase de esta tarde. —¿Cl… cl… clase de qué? —
preguntó Jeffrey.
—De cocina.David tragó saliva, acordándose de
estofado.
Julia se sentó en uno de los pupitres —Vamos a comparar notas —dijo. —De nuestros dos primeros días e
a Granja Groosham —aprobó David—
Jeffrey, tú primero.Jeffrey tenía poco que decir. Él s
sentía el más infeliz de los tres,
odavía estaba confundido después de s
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 127/322
encuentro con el señor Tragacrudo. Nhabía trabajado para nada y durante súltima clase lo único que había hech
era escribir una carta a su madre en lque le rogaba que lo sacara de allí. Eúnico problema era que, por supuesto
no había correo en la isla. —Odio este lugar —dijo—. No e
an d… d… duro como me imaginé
Pero no es nada parecido a lo que pen…pen… pensé. Todos los m… m…maestros están locos. Y nadie me m…m… molesta porque tartamudeo.
—Creí que no te gustaba que tmolestaran —dijo David.
—No m… me gusta. Pero sería má
n… normal si lo hicieran.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 128/322
—Nada es normal aquí —intervinJulia—. Primero que nada nos hicierofirmar con sangre. Las clases no s
parecen a las clases en las que hestado. Y luego está el asunto de loanillos…
—Yo también los vi —dijo David. —Todos llevan el mismo anillo. E
como una especie de símbolo que lo
une. —Y descubrí otras cosas. —Davisiguió describiendo sus hallazgos dedía, comenzando por el misterio de la
piyamas—. Puede que me equivoque —dijo—, pero tengo la impresión de quodos los niños usan nombres falsos.
—Hay un niño en mi grupo que s
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 129/322
lama Gideon Penman —murmuró Julia. —Exactamente. ¿Qué clase d
nombre es ése?
—¿P… p… por qué tendrían quusar nombres falsos? —preguntó Jeffrey
—¿Y para qué quieren nuestro
nombres verdaderos escritos cosangre? —añadió Julia.
—También descubrí algo sobre es
—dijo David.Les contó la conversación que habíoído fuera de la oficina de lodirectores. Omitió el asunto de qu
Jeffrey era el más débil de los tressobre todo porque consideró que serícruel mencionarlo. Pero también porqu
probablemente era cierto.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 130/322
—Lo único que puedo decir es qucuanto antes salgamos de aquí, sermejor —concluyó—. Algo mu
desagradable ocurre en la GranjGroosham. Y creo que si nos quedamomás tiempo, va a ocurrimos a nosotros.
—Pensé q… q… que ibas a huir —dijo Jeffrey, lanzándole una miradacusadora a Julia.
—Voy a huir. —Julia miró por lventana—. Pero no será esta nocheCreo que va a haber otra tormenta.
La tormenta se soltó unos minuto
más tarde. Esta vez no hubo relámpagospero el aguacero fue de todos modoespectacular. Parecía como si el ma
entero se hubiera elevado en una ol
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 131/322
gigantesca para luego romper encima da escuela; al mismo tiempo, la ventiscevantaba la tierra y reventaba contra lo
muros. Los postigos sueltos fueroarrancados de sus marcos. Una lápidexplotó. Un enorme roble se partió po
a mitad; sus ramas desnudas quedaroesparcidas por el suelo.
El estruendo de un árbol que caí
despertó a David por segunda ocasiódurante esa noche. Tanteando en loscuridad, encontró su lámpara de manen el buró, la encendió e iluminó s
reloj. Era poco más de medianoche. Sdejó caer sobre la almohada y miró ravés de la ventana. Había luna llena
apenas se podía adivinar su contorn
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 132/322
ras la cortina de lluvia. De pequeñonunca lo atemorizaron las tormentas. Asque le sorprendió darse cuenta de qu
emblaba.Pero no era el temporal. Durante e
breve instante en que la lámpara estuv
prendida, percibió algo por el rabilldel ojo, algo que no había registradbien en su mente. Se volvió a sentar
volvió a prender la lámpara, y luegpasó el haz de luz por todo edormitorio. Entonces supo qué era.
Jeffrey dormía en la cama contigu
con la cabeza bajo las cobijas. Peraparte de ellos dos no había nadie máen el cuarto. Cuando se apagaron la
uces, a la nueve y media, los demá
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 133/322
chicos ya estaban dormidos. Ahora sucamas estaban vacías y las cobijaextendidas. Dirigió el haz de luz a la
sillas. Sus ropas tampoco se veían.En silencio, se deslizó fuera de l
cama y se puso la bata y las pantuflas
Luego se acercó a la puerta y la abrióo había ninguna luz encendida en l
escuela. Y el silencio era más profundo
más aterrador que nunca.Se asomó a un segundo dormitoriodespués a un tercero. En cada uno dellos se repetía la misma escena. La
camas estaban vacías, la ropa habídesaparecido. Afuera seguía lloviendoPodía oír las gotas golpeando contra la
ventanas. Volvió a consultar su reloj
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 134/322
seguro de que aquello era una locuraas doce y veinte, ¿dónde estaba todo e
mundo?
Podía sentir su corazón golpeacontra su pecho como si lo urgiera a quregresara a la cama y se olvidara d
odo. Pero David estaba bien despiertoLlegaría al fondo del asunto aunqumuriera en el intento. «Y lo má
probable es que así sea», dijo para sí.Atravesó de puntitas el corredordando un brinco cada vez que una duelrechinaba a su paso. Después de un rato
legó a un cuarto dormitorio. Enfocó luz hacia la manija de la puerta.
De la oscuridad surgió una mano
se posó sobre su hombro.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 135/322
David sintió que su estómago sencogía hasta quedar del tamaño de uchícharo. Abrió la boca y un grito estuv
a punto de salir de ella, pero logrcontrolarlo mordiendo la lámpara. Fuun milagro que no se la tragara. Gir
entamente; su nuca brillaba con uresplandor rojizo por la luz de lámpara que traspasaba su garganta.
Julia estaba frente a él. Tambiélevaba puesta su bata y sus pantuflasSe veía todavía más asustada que David
—¿Dónde están todos? —susurró—
¿A dónde fueron? — Nggg … —David recordó qu
enía la lámpara en la boca y se la sac
—. No sé —dijo—. Estaba tratando d
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 136/322
averiguarlo. —Las vi salir. —Julia suspiró
contenta de haber encontrado a Davi
despierto y levantado—. Fue hace comveinte minutos. Una de ellas me despertal irse. Esperé un momento y luego la
seguí. —¿Y a dónde fueron? —dijo David
repitiendo la pregunta que antes le habí
hecho Julia. —Los vi entrar en la biblioteca —contestó Julia—, a todos. La escuelentera. Me quedé un rato detrás de l
puerta, pero no pude oír nada, así quentré. Pero no estaban ahí, David. —Julia suspiró. David vio que estaba
punto de soltar una lágrima—. Todo
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 137/322
desaparecieron.David pensó en retrospectiva
Después del té, había estado en l
biblioteca rodeado por cabezas danimales disecados. Era un cuartpequeño, difícilmente cabrían en é
sesenta y tres personas. Además de unmesa, un espejo, una docena de sillas os animales disecados no había nad
más en él. Y eso incluía las puertasSólo había una, sólo una forma de entrarsólo una forma de salir.
—A lo mejor salieron por un
ventana —sugirió.Julia lo miró con impaciencia. —¿Con este tiempo? Aún así, la
ventanas de la biblioteca están mu
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 138/322
altas. Ya lo intenté… —Pues entonces deben estar e
algún lugar de la escuela.
—No.Julia apoyó la espalda en la pared
uego se fue resbalando hasta queda
sentada en el suelo. Estaba exhausta, no sólo por falta de sueño.
—Ya busqué por todas partes; en la
aulas, en el comedor, en la sala dprofesores… en todos lados. No estáaquí.
—¡Tienen que estar en algún lado
—insistió David—. No pueden habedesaparecido así nada más.
Julia no contestó. David se sent
unto a ella y le puso un brazo alrededo
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 139/322
de los hombros. Ninguno de los dohabló. Las últimas palabras de David srepetían en su cabeza: «¡Tienen qu
estar en algún lado! No pueden habedesaparecido así nada más». Persentado en aquel oscuro y silencios
pasillo, supo que estaba equivocado.Por increíble que les pareciera
estaban solos en la Granja Groosham.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 140/322
Navidad
Tres días antes de Navidad comenzó nevar.
Ya para Nochebuena toda la isla s
encontraba completamente nevada. Lierra estaba blanca. El mar estabblanco. Era difícil decir dónderminaba una y dónde empezaba el otro
Parado en aquellos campos, uno ssentía como una letra solitaria enmedide una página en blanco dentro de u
sobre, que espera ser enviada a algunparte.
No había calefacción central e
Groosham. En cambio, enormes leños s
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 141/322
quemaban en chimeneas abiertascrujiendo y silbando como si lemolestara tener que compartir su calor
Todas las ventanas estaban empañadasa tubería se estremecía, gemía
ronroneaba al paso del agua a través d
os conductos medio congelados. Uncolonia de murciélagos que habitaba unde las torres del lado norte, habí
bajado en busca de calor y terminó en ecomedor. Nadie se quejó. Pero parDavid las comidas eran un poco comuna lucha contra cien ojos que, desde la
vigas, examinaban su pastel de ruibarboAparte de los murciélagos y e
clima, ninguna otra cosa cambió en l
escuela. Al principio, a David l
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 142/322
sorprendió que a nadie pareciermportarle la Navidad. Después l
aceptó de mala gana. El capitá
Malasangre venía a la escuela una vepor semana, los jueves, pero nunca traíni se llevaba ninguna carta, así que n
había tarjetas de Navidad.Tampoco había arreglos navideños
David vio a la señora Windergast co
una enorme rama de pino y eso levantó un poco el ánimo —por lmenos hasta la hora de la comidacuando le dio la primera probada a s
sopa de pino—. No había tarjetas nárbol de Navidad, ni tampoco, posupuesto, regalos de Navidad. A pesa
de las nevadas, nadie lanzó bolas d
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 143/322
nieve y el único hombre de nieve resultser Gregor, a quien sorprendió la peonevada de todas mientras dormía sobr
su lápida predilecta, y tuvo que sedescongelado al día siguiente.
Sólo hubo alguien que mencionara l
avidad: el señor Oxisso, maestro destudios religiosos. El señor Oxisso erel único profesor con un aspecto norma
de toda la escuela. También era el máoven; tenía más o menos treinta añosera bajo, de cabello rizado y bigotrecortado. Su nombre completo er
Ronald Edward Oxisso. David se sintiun poco incómodo cuando vio esmismo nombre en una lápida de
cementerio de la escuela («Ahogad
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 144/322
cerca de la Isla Cadavera: 1955-1985»)pero supuso que se trataba de algúpariente suyo. De todos modos, el seño
Oxisso despedía un fuerte olor a algamarinas.
—La Navidad ciertamente tiene mu
poco que ver con el cristianismo —dijel señor Oxisso con una sonrisespectral. Sus sonrisas eran mu
espectrales—. Había festividades finales de diciembre mucho antes de quel cristianismo hiciera su aparición; l«Saturnalia» romana y el «Nacimient
del Sol» entre los persas, por ejemploEn el Norte, es una festividad de loespíritus de la oscuridad, porque es e
avidad cuando los muertos regresan d
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 145/322
sus tumbas.Todo esto era completamente nuev
para David. Pero tenía que admitirlo
sus navidades en Londres, llenas doropel, Santa Claus, compras navideñade última hora, pavos, ponches
demasiadas películas viejas eelevisión, nunca tuvieron mucho que ve
con el cristianismo.
El día de Navidad comenzó iguaque cualquier otro: baño, desayuno, treclases antes de la comida. Por algunrazón las clases de la tarde s
cancelaron y David y Julia pudierovagar libremente. Como siempre, lodemás alumnos se fueron a la cama. Es
es lo que siempre hacían cuando habí
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 146/322
algún tiempo libre. Después, ya tarde ea noche, irían a la biblioteca. Y lueg
desaparecerían.
David y Julia, decididos a llegar afondo del misterio, habían intentadseguirlos varias veces, sin éxito. E
problema era que no había manera eque pudieran seguir a los otros dentro da biblioteca sin ser vistos, y par
cuando abrían la puerta todos se habíado ya. Una tarde revisaron el salócuidadosamente, convencidos de qucon seguridad habría un pasadiz
secreto. Pero si en verdad existía, debíde tener una entrada espectacularmentsecreta. Todas las paredes parecía
estar hechas de ladrillo sólido. Un
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 147/322
chimenea con cubierta de piedrdominaba uno de los muros, y en el otrhabía un espejo con un marco decorad
con flores de bronce. Pero aunque Daviempujó y picó a todos los animalemientras Julia tocaba de arriba a abaj
el espejo, y hasta trató de escalar lchimenea, no encontraron nada.
¿Y dónde había estado Jeffre
durante todo este tiempo?En las semanas que llevaban eGroosham, Jeffrey había cambiado y espreocupaba a David más que cualquie
otra cosa. Todavía recordaba lapalabras del señor Tragacrudo: «Él serel más fácil…». Ciertamente, Jeffre
pasaba cada vez más y más tiempo solo
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 148/322
menos y menos tiempo con David Julia. David ya lo había visto variaveces platicando animadamente co
William Rufus, y cuando le preguntó arespecto, Jeffrey se rehusó a senterrogado. Aunque no había libros e
a biblioteca, parecía que se pasaba eiempo leyendo; viejos y polvoso
volúmenes de páginas amarillenta
encuadernadas en piel craquelada.Julia, con su impaciencia, fue la qual final comenzó una discusión unarde, lo había molestado en un saló
vacío mientras hablaban de loprogresos que habían hecho —o que nhabían hecho—.
—¿Qué te pasa? —le reclamó—. T
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 149/322
comportas como si te gustara este lugar. —A lo mejor m… m… me gusta —
contestó Jeffrey.
—¡Pero toda la escuela está loca! —Todos los internados son un
ocura. Pero éste es m… m… much
mejor que Héroes de la Inmisericordia. —¿Y qué hay de nuestra promesa
—le recordó David—: «Nosotros contr
ellos». —Nosotros podemos estar en c…c… contra de ellos —dijo Jeffrey—pero no estoy muy seguro de que ello
estén en c… c… contra de nosotros. —¿Entonces por qué no vas y te une
a ellos? —le había dicho Julia furiosa.
Al parecer Jeffrey ya lo había hecho
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 150/322
David y Julia, solos, se abrían pasentre las canchas de juego con la nievhasta los tobillos. Ya conocían cad
centímetro de la isla. La GranjGroosham estaba en el lado norte. Ubosque se extendía por todo el lad
oriente. Sus árboles parecían haber sidesculpidos en piedra y tener por lmenos mil años. La lengua de tierra
donde estaba el muelle, se encontraba eel extremo sur. Era una superficie larg plana, tras de la cual se erguía e
acantilado multicolor. David estab
seguro de que podía ver la entrada duna cueva al pie de los riscos, y lhubiera gustado explorarla, pero n
había manera de llegar hasta ella. E
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 151/322
acantilado era muy escarpado pardescender por él, y una entrada de maseparaba la cueva de la punta; las ola
rompían contra las rocas, labrandnfinidad de afiladas puntas.
También había un río en la isla —
aunque más bien era un arroyo ancho—que fluía desde el Norte y desembocaben un lago al otro lado del bosque
Hacia ahí se dirigían. El agua se habícongelado y pensaron que serídivertido patinar. Pero ninguno tenípatines. Y, de todos modos, no se sentía
con ánimos de diversión… a pesar dque era Navidad.
—¿Has aprendido algo desde qu
legamos? —preguntó Julia.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 152/322
David se quedó pensando. —No mucho —admitió—. Per
como nunca hay exámenes ni cosas as
no debe ser importante. —Bueno, hemos aprendido una cosa
—Julia recogió una piedra y la lanzó a
ago; el guijarro pegó en el hielo y sdeslizó hasta detenerse en un manojo dalgas—. El bote viene todos los jueves
El capitán Malasangre descarga laprovisiones y después él y Gregor subeen el coche hasta la escuela. Así qudurante una hora, más o menos, la lanch
está sola. —¿Y qué con eso? —pregunt
David, con repentino interés.
—Pasado mañana es jueves. Y
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 153/322
cuando suban a la escuela, alguien va meterse en ese bote. Yo.
—Pero no hay dónde esconderse. —
David había acompañado a Julia unsemana antes a revisar la lancha—. Nofijamos…
—No hay lugar para dos —reconoció Julia—. Pero calculo que unde nosotros puede meterse apretado e
a cabina. Hay un montón de trapoviejos en el suelo. Creo que puedesconderme debajo de ellos.
—Entonces de veras te vas.
David no pudo evitar sentirse tristal pronunciar aquellas palabras. Juliera su única amiga verdadera en l
escuela. Al irse ella, estaría más sol
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 154/322
que nunca. —Tengo que irme, David. Si m
quedo más tiempo me voy a volve
oca… como Jeffrey. Pero una vez estejos, enviaré una carta a la
autoridades. Ellos enviarán a alguien. Y
e apuesto lo que quieras a que cerraráa escuela una semana después.
—¿A dónde vas a ir? —pregunt
David. —Tengo cuatro hermanos y dohermanas para escoger —dijo Julia sonrió—. Somos una familia grande. ¡Y
soy la número siete! —¿Tu mamá tiene hermanos
hermanas? —preguntó David.
Julia lo miró con curiosidad.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 155/322
—¿Y eso qué tiene que ver? —Sólo preguntaba… —De hecho ella también fue l
número siete. Tengo seis tíos. ¿Por qupreguntas?
—Séptima hija de una séptima hij
—murmuró David y no dijo nada másSignificaba algo. Tenía que significaalgo. Pero ¿qué?
Por la tarde, sentado solo en lbiblioteca, seguía dándole vueltas en lcabeza al asunto. La cena de Navidad —si es que se le podía llamar así—
consistió en jamón y papas fritas; lapapas estaban apenas un poco mácalientes que el jamón. David se sentí
realmente deprimido por primera ve
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 156/322
desde que llegó. Julia se había ido a lcama temprano y ni siquiera había uelevisor en la escuela para levantarse e
ánimo. Bueno, sí había uno, pero era eblanco y negro, pegado con cintadhesiva. El botón del volumen se habí
perdido y la imagen era tan mala que lpantalla se veía siempre como unormenta de nieve en miniatura.
La puerta de la biblioteca se abrió David levantó la vista. Era Jeffrey. —Hola —dijo. —Hola, D… D… David.
El chico se quedó parado junto a lpuerta como si se avergonzara de habesido sorprendido en ese lugar.
—No te he visto desde hace tiemp
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 157/322
—dijo David, tratando de sonaamigable.
—Lo sé. He e… e… estado mu
ocupado.Jeffrey miró a su alrededor, sus ojo
parpadeaban nerviosamente detrás d
sus anteojos de aro. —De hecho, est… t… taba buscand
a Will… ll… lliam.
—¿Tu nuevo amigo? —La voz dDavid sonó despectiva—. Pues no estaquí. A menos, claro, que esté debajo da al… al… alfombra o en la chim…
m… menea, o ¡dondequiera que smetan todas las noches! Y lo único qupuedo decirte es que si quieres unírteles
e aceptarán con gusto.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 158/322
—Yo n… n… no… —Jeffrey, todsonrojado, tartamudeó sin conseguierminar la frase, y David se enfad
consigo mismo por haber perdido lcalma. Abrió la boca para decir algmás, pero en ese momento Jeffrey sali
del cuarto cerrando la puerta de golpe.David se levantó, «… él será el má
fácil». Una vez más las palabras de
señor Tragacrudo resonaron en scabeza. Claro que Jeffrey sería el máfácil de los tres —para cualquier cosque se estuviera tramado en la Granj
Groosham—. Era gordo. Usaba anteojo tartamudeaba. Era la víctima perfecta
el blanco de todos los ataques. Y, a
rechazarlo, David lo había puesto en su
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 159/322
manos. Al principio eran tres contra eresto, pero ahora su falta dconsideración había sacado a Jeffrey d
a jugada, dejándolo solo desamparado.
Salió de la biblioteca rápidamente
Jeffrey ya no estaba en el corredor, pera David no le importó. Si descubría questaba pasando realmente en la Granj
Groosham —detrás de la fachada decciones y rutina escolar— entoncesposiblemente, podría ponerle fin salvar a Jeffrey y a sí mismo a la vez. Y
en ese momento se encontraba en eugar perfecto para empezar a buscar. L
respuesta tenía que estar en uno de la
dos cuartos.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 160/322
Empezó por la puerta en la que seía «Directores». En todo el tiempo qulevaba en la granja, no había visto un
sola vez a los dos directores, el señoEscualo y el señor Falcón. Si no fuerporque había oído sus voces, diría qu
ni siquiera existían. Tocó suavemente a puerta. Como suponía, nadie contestó
Mirando de reojo por encima de s
hombro, asió la manija y la accionó. Lpuerta se abrió.David no había estado antes en e
salón de los directores. A primera vist
e pareció más una capilla que un salónHabía vitrales en las ventanas, en loque se representaban escenas qu
parecían ser del Juicio Final, co
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 161/322
demonios que aguijoneaban y lanzaban as llamas eternas a mujeres y hombre
desnudos. El piso era de mármol negro
no había alfombra. Los libreros, llenode volúmenes antiguos como el quhabía visto leer a Jeffrey, le recordaro
a los bancos de las iglesias, y hasthabía un púlpito en una de las esquinascon un águila labrada que sostenía un
Biblia sobre sus alas extendidas.El cuarto tenía su propio enigmaHabía dos directores en la GranjGroosham. Entonces, ¿por qué sól
había un escritorio, sólo una silla, y sóluna toga y un birrete en el perchero traa puerta? David no pudo encontrar un
respuesta para eso —ni para ningun
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 162/322
otra cosa—. Los cajones del escritoriestaban bajo llave y no había papeleencima de él. Estuvo cinco infructuoso
minutos en el estudio. Después salió tasigiloso como había entrado.
Se necesitaba más valor par
escurrirse dentro del estudio del señoTragacrudo. David recordó la última veque había estado allí —en su pulga
odavía tenía la marca de su estancia eaquel lugar—. Finalmente abrió lpuerta. «No te va a comer», pensó, deseó creerlo.
No había señal del subdirector peromientras avanzaba, sentía que lobservaban. Se detuvo, atreviéndos
apenas a respirar. Estaba completament
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 163/322
solo en el estudio. Avanzó otra vez. Lamiradas lo seguían. Se detuvnuevamente. Entonces se dio cuenta d
o qué era. ¡Los cuadros de laparedes…! Eran retratos de ancianosombríos pintados, al parecer, vario
años después de muertos. Pero cuandDavid se movía, las miradas de esoojos lo seguían, así que lo observaba
en cualquier lugar del cuarto en el questuviera.Se detuvo un momento detrás de l
que parecía ser una cómoda y recargó s
mano en ella. La madera tembló bajo sudedos. Aparto la mano y miró el mueblcon ojos desorbitados. ¿Se lo habí
maginado? No; allí de pie, solo, en e
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 164/322
estudio, escuchó un lánguido rumor quprovenía de aquella cómoda.
Se agachó para abrir uno de lo
cajones. Fue entonces cuando hizo sprimer descubrimiento. La cómoda erun engaño. Los tres cajones no eran má
que una fachada que, al tirar de ella, sabrió como si fuera una puerta. Erealidad la cómoda era un modern
refrigerador.David atisbó dentro del mueble ragó saliva. La cómoda ciertamente er
un refrigerador, pero no de ésos en lo
que se guarda leche, mantequilla y undocena de huevos. En vez de eso, unareinta bolsas de plástico llenas de u
íquido rojo oscuro colgaban de uno
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 165/322
ganchos. —Es vino —susurró—. Tiene qu
ser vino. Claro que es vino. No pued
ser otra cosa. No puede ser…Sangre.Pero mientras cerró de golpe l
puerta y se enderezó, sabía que eso eraEl vino no venía en bolsas; no letiquetaban como «AB positivo». N
siquiera quería preguntar qué hacíaquince litros de sangre en el estudio deseñor Tragacrudo. No quería saber. Sólquería salir de ahí antes de acaba
metido en otras ocho bolsas de plásticen el anaquel inferior.
Pero logró tranquilizarse antes d
alcanzar la puerta. Ya era muy tarde par
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 166/322
arrepentirse. Quizás ésta sería su últimoportunidad de inspeccionar el estudioY a Jeffrey se le acababa el tiempo
Respiró hondo. No había nadie a lvista. Nadie sabía que estaba ahí. Debíseguir adelante.
Se acercó al escritorio. El libro eel que había puesto su nombre la tardque llegó a la escuela, todavía estaba e
su lugar. Lo abrió con mano temblorosaTrató de mojar su dedo con saliva, perenía la boca seca como lija, así que usa palma de la mano para dar vuelta
as hojas hasta que llegó al final. Suojos descubrieron de inmediato los treúltimos nombres: DAVID ELIOT, JULIA
GREEN, JEFFREY JOSEPH. Aunque la
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 167/322
etras ya no eran rojas sino color caféestaban más frescas que los nombres das otras páginas. Inclinado sobre e
escritorio, comenzó a leer.Le llevó treinta segundos dars
cuenta de que en el libro no había ningú
nombre que reconociera. No estabWilliam Rufus, ni Besi Duncan o RogeBacon. Entonces tenía razón. Los otro
alumnos tomaron nombres falsos ealgún momento después de su llegadaLa única pregunta era ¿por qué?
Cerró el libro. Algo más habí
lamado su atención, algo que estaba ea esquina del escritorio. No habí
estado ahí la primera noche. De hecho
David nunca antes había visto uno, po
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 168/322
o menos no fuera de la mano de alguienEra un anillo, un anillo especial de orpuro con una piedra negra engarzada
David lo tomó…… Y lanzó un grito. El anillo estab
al rojo vivo. Parecía como si l
acabaran de sacar de la fragua. Eso ermposible, por supuesto. El anillo habí
estado sobre la madera como mínim
desde que él había entrado en lhabitación. Debía tratarse de algúruco. Pero truco, o no, los dedoodavía le ardían y su piel comenzaba
ampollarse. —¿Qué estás haciendo aquí?David se giró rápidamente
olvidando por un momento el dolor.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 169/322
El señor Tragacrudo se encontrabahí mismo, en la habitación; pero esambién era imposible, la puerta no s
había abierto, David no había oído nadaComo de costumbre, el subdirectoestaba vestido de blanco y negro com
si fuera de camino a un funeral. En svoz había curiosidad más que hostilidadpero sus ojos eran amenazantes
Apretando el puño, David buscdesesperadamente una excusa«Bueno… —dijo para sus adentros—Refrigerador, allá voy».
—¿Qué estás haciendo aquí, David—volvió a preguntar el señoTragacrudo.
—Yo… yo… lo estaba buscando
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 170/322
señor. —¿Para qué? —Éste… —David tuvo un rapto d
nspiración—. Para desearle feliavidad, señor.
Los labios del señor Tragacrudo s
orcieron ligeramente hacia arriba. —Un gesto encantador por tu part
—masculló en un tono de voz que má
bien quería decir «¡qué pretexto máestúpido!»—. Parece que te haquemado —agregó, señalando su mano.
—Sí, señor. —La culpa lo hiz
sonrojarse—. Vi el anillo y…El señor Tragacrudo avanzó haci
él. David evitó cuidadosamente mirar a
espejo. Sabía lo que vería —o más bie
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 171/322
o que no vería—. Esperó en silencio que el subdirector se sentara tras sescritorio, preguntándose qué pasaría.
—A veces es de sabios no meter lnariz en las cosas que no nos incumbenDavid —dijo el señor Tragacrudo—
Especialmente cuando se trata de cosaque no entendemos.
Alcanzó el anillo y lo tomó. Davi
retrocedió, pero el anillo permaneciahí totalmente frío en la palma de smano.
—Debo admitir que me ha
decepcionado profundamente —prosiguió—. A pesar de la charla quuvimos, parece que no has hech
progreso alguno.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 172/322
—Entonces, ¿por qué no mexpulsa? —preguntó David, sorprendidpor su repentino tono desafiante. Aunqu
a verdad es que eso era lo que mádeseaba.
—¡Oh, no! Nunca se expulsa a nadi
de la Granja Groosham —el señoTragacrudo rió entre dientes—. Hemoenido niños difíciles antes, per
erminan aceptándonos… como lo haráú algún día. —Pero ¿qué es lo que quieren d
mí? —David ya no pudo contenerse má
—. ¿Qué es lo que pasa aquí? Ya sé quésta no es una escuela de verdad. Aqusucede algo terrible. ¿Por qué no m
dejan ir? Yo no pedí venir. ¿Por qué n
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 173/322
dejan que me vaya y se olvidan de mexistencia? Este lugar me desagradaTodos me desagradan. Y nunca los voy
aceptar, no mientras viva. —¿Y cuánto tiempo será eso?De repente la voz del seño
Tragacrudo se había vuelto tan fría comel hielo. Cada sílaba que salía de sboca era como un susurro mortal. Davi
se quedó petrificado, sintiendo cómo laágrimas pugnaban por aparecer en suojos. Pero había una cosa que estabdecidido a no hacer. No lloraría. N
mientras estuviese delante del señoTragacrudo.
Entonces el señor Tragacrud
pareció ablandarse. Dejó el anillo en e
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 174/322
escritorio y se recargó en el respaldo da silla. Cuando volvió a hablar, su vo
sonó más suave.
—Hay muchas cosas que tú nentiendes, David —dijo—. Pero algúdía todo será diferente. Por ahora e
mejor que vayas con la señorWindergast para que te revise la mano—Se llevó uno de sus esquelético
dedos a un lado la boca, y por umomento se quedó cavilando—. Dilque sugiero que te ponga su ungüentespecial. Estoy seguro de que t
proporcionará el más… reparador dos sueños —agregó por último.
David se dio la media vuelta y sali
del estudio.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 175/322
Para entonces ya era bastante tard, como de costumbre, no había nadie eos corredores. David subió a
dormitorio absorto en sus pensamientosDe algo estaba seguro. No tenía ningunntención de ir a ver a la señor
Windergast. Si el señor Tragacrudguardaba sangre fresca en srefrigerador, quién sabe qué guardaría l
señora en su botiquín. Le dolía mucho lmano. Pero cualquier dolor erpreferible a otra sesión con el personade la Granja Groosham.
Por eso se quedó estupefacto cuandencontró a la prefecta esperándolo fuerde su consultorio. Debía de haber algú
sistema de comunicación interna en l
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 176/322
escuela, pues ella ya sabía lo que lhabía pasado.
—Déjame ver tu pobre mano —dij
con su voz de pajarito—. Entra siéntate mientras traigo un emplasto. Nqueremos que se vaya a gangrenar
¿verdad? Mi marido, Dios lo tenga en sgloria, se gangrenó. ¡Todo él! Al final saspecto era espantoso, de veras. Y tod
empezó con un rasguño chiquitito…Acomodó a David en el consultorimientras hablaba, sin darle oportunidade protestar.
—Ahora siéntate, mientras abro mbotiquín —le ordenó.
David se sentó. El consultorio er
pequeño y agradable; había u
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 177/322
calentador de gas, un tapete de colorevivos y, en las sillas, cojines hechos mano. Unos cuadros bordados colgaba
de las paredes y sobre una mesa bajhabía varias revistas. David observodo esto mientras la prefecta buscab
algo afanosamente dentro de un gabinetcon puertas de espejo que estaba en eotro extremo de la habitación. A
abrirlo, David captó el reflejo de upájaro en una percha. Por un momentpensó que lo había imaginado, perentonces se dio la vuelta y vio al anima
cerca de la ventana. El pájaro era ucuervo. Al principio, David supuso questaría disecado como los animales d
a biblioteca. Pero en ese momento e
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 178/322
ave graznó y agitó las alas. David sestremeció al recordar el cuervo quhabía visto en el jardín de su casa el dí
de su partida. —Es Wilfredo —dijo a forma d
explicación la señora Windergas
mientras se sentaba junto a él—Algunas personas tienen peces dcolores. Otras tienen hámsters. Pero y
prefiero a los cuervos. A mi esposo ne gustaba mucho. De hecho, Wilfredfue el que lo arañó. ¡A veces es bastantravieso! Ahora déjame ver esa mano.
David extendió su adolorida mano, a señora Windergast se dedicó durant
varios minutos a aplicarle pomada
antisépticas.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 179/322
—Ya está —exclamó al terminar—Mucho mejor, ¿no?
David hizo ademán de levantarse
pero la prefecta, con un gesto, le indicque se quedara sentado.
—Y dime, querido, ¿qué te parece l
Granja Groosham?David estaba cansado. Ya estab
harto de juegos, así que le dijo l
verdad. —Todos los chicos son muy rarosLos miembros del personal están locosLa isla es horrible. La escuela parec
sacada de una película de terror, y a mme gustaría regresar a mi casa.
—Pero aparte de eso, ere
perfectamente feliz, ¿no? —La señor
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 180/322
Windergast acompañó sus palabras couna sonrisa radiante.
—Señora Windergast…
La mujer levantó la manonterrumpiéndolo.
—Claro que entiendo, mi amor —
dijo—. Siempre es difícil al principioPor eso decidí darte un poco de mungüento especial.
—¿Para qué sirve? —preguntDavid con recelo. —Nada más que para ayudarte
dormir bien.
Sacó un tubo de ungüento de la bolsde su delantal y, antes de que Davipudiera detenerla, le quitó la tapa y se l
pasó. El ungüento era espeso y de colo
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 181/322
oscuro, como asfalto, pero para ssorpresa olía bastante bien. Tenía uaroma acre, como el de algunas hierba
silvestres. Sin embargo, quién sabe poqué, el simple olor lo hizo relajarse una agradable sensación de calo
nvadió su cuerpo. —Unta un poco en tu frente —l
persuadió la señora Windergast; ahor
su voz se escuchó suave y lejana—. Thará sentir de maravilla, ya verás.David hizo lo que le decía. No pud
negarse. No quiso negarse. El ungüent
se sentía caliente en su piel. Al momentpareció absorberse penetrando por scuerpo hasta los huesos.
—Ahora vete a la cama, David. —
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 182/322
¿Seguía siendo la señora Windergasquien hablaba? Hubiera jurado que srataba de una voz distinta—. Y qu
engas montones de dulces sueños.Vaya si David soñó esa noche.Recordaba haberse desvestido
metido en la cama; luego debió quedarsdormido, sólo que sus ojopermanecieron abiertos, por lo que pud
darse cuenta de las cosas que ocurrían su alrededor. Los otros niños dedormitorio salieron de la cama. Clarque esto no le sorprendió. David se di
a vuelta y cerró los ojos.Por lo menos eso es lo que intent
hacer. Lo siguiente que recordaba er
estar completamente vestid
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 183/322
siguiéndolos escaleras abajo rumbo a lbiblioteca; tropezó y sintió que unmano lo detenía para que no cayera. Er
William Rufus. David sonrió. El otrniño le devolvió la sonrisa.
Y luego estaban en la biblioteca. L
que sucedió después era confuso. Smiraba en un espejo —el que estabcolgado frente a la chimenea—. Per
entonces entró en él, directamente ravés del cristal. Supuso que srompería, pero no se rompió. Ya estabal otro lado. Miró hacia atrás. Willia
Rufus le tiró del brazo. Siguió adelante.Paredes de piedra sólida; una send
sinuosa bajaba más y más hacia la
profundidades de la tierra; en el air
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 184/322
había un olor a agua salada. Entonces esueño se convirtió en una serie dmágenes fragmentadas. Era como s
después de todo, el espejo se hubierroto en mil pedazos y lo que veía fuerúnicamente los reflejos en los añicos
Ahora se encontraba en una enorme profunda galería subterránea. Podía veas estalagmitas de un platead
resplandeciente que emergían de lierra tratando de alcanzar laestalactitas que colgaban de los techode la galería. ¿O era al revés…?
Una gran fogata ardía dentro de lcueva proyectando sombras fantásticasobre la pared. Toda la escuela estab
reunida allí, esperando en silenci
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 185/322
algo… o a alguien. Luego un hombrsalió de detrás de una plancha de piedraHubo una cosa que David no se atrevi
a mirar porque era más horrible quodo lo que había visto hasta entonces ea Granja Groosham, aunque después l
recordaría… Dos directores, pero sólo u
escritorio, sólo una silla.
El hilo del sueño se rompió comsuele suceder con todos los sueños. Sdijeron palabras. Luego hubo ubanquete, una cena de Navidad com
ninguna antes. Un gran trozo de carne sasaba en las llamas de la fogata; el vincolmaba grandes jarras de plata. Habí
budines y galletas y pasteles, y po
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 186/322
primera vez los alumnos de la GranjGroosham reían y gritaban y actuabacomo si realmente estuvieran vivos. D
a tierra brotaba la música y Davibuscó a Julia; para su sorpresa lencontró y bailaron juntos durante lo qu
parecieron ser horas, aunque sabía qucomo se trataba de un sueño) debiero
ser tan sólo unos minutos.
Por último, hubo un murmullo y todel mundo se quedó quieto, mientras unfigura solitaria avanzaba entre lmultitud hacia la plancha de piedra
David quiso gritar pero no salió ningúsonido de su garganta. Era Jeffrey. Eseñor Tragacrudo lo esperaba y sostení
el anillo. Jeffrey sonreía, feliz com
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 187/322
David nunca antes lo había visto. Tomel anillo y se lo puso. Entonces, comuna sola voz, toda la escuela comenzó
vitorear; el eco de los gritos rebotaba eas paredes y fue entonces, con aque
clamor retumbando en sus oídos, que…
David despertó.Tenía dolor de cabeza y u
desagradable sabor de boca. Se restreg
os ojos, preguntándose dónde sencontraba. Era de mañana. El frío sode invierno se colaba por las ventanasSe incorporó despacio y miró a s
alrededor.Estaba en la cama, en el lugar d
siempre en el dormitorio. Sus ropa
estaban como las había dejado la noch
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 188/322
anterior. Miró su mano. El emplastseguía en su lugar. A su alrededor, lootros niños estaban vistiéndose, su
caras tan pálidas como siempre. Daviapartó las cobijas; de verdad no habísido más que un sueño. Se rió un poc
de sí mismo. ¿Atravesar espejos¿Bailar con Julia en una cavernsubterránea? Claro que había sido u
sueño. ¿Cómo podía ser otra cosa?Se levantó y se desperezó. Se sentíextrañamente tenso esa mañana, como sacabara de participar en una carrera d
veinte kilómetros. Miró de reojo a uado. Jeffrey estaba sentado en la cam
de al lado, ya medio vestido. Davi
recordó su encuentro, o más bie
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 189/322
desencuentro, en la biblioteca y suspiróTenía que hacer algo al respecto.
—Buenos días, Jeffrey —dijo.
—Buenos días, David —la voz dJeffrey sonaba casi hostil.
—Mira, sólo quería disculparme po
o de ayer. ¿De acuerdo? —No hay necesidad de pedi
disculpas, David —contestó Jeffre
mientras se ponía el suéter—. Olvídalo.Durante esa breve conversaciónDavid se dio cuenta de muchas cosasPero todas sucedieron tan rápido qu
nunca sabría decir cuál fue la primera.Jeffrey ya no era el mismo. No sólo había sonado hostil. S
comportaba hostil. Su voz se habí
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 190/322
vuelto fría y distante como la de todoos demás.
Ya no tartamudeaba.
Y la mano con la que se abotonaba camisa también se veía diferente.
Lucía en ella un anillo negro.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 191/322
Una carta
Dos días después David se sentó escribir una carta para su padre.
26 de diciembreGranja Groosham
Isla Cadavera
Norfolk Querido padre:
Ésta es una carta muy difícil de
escribir…
Tan difícil que, de hecho, habí
achado tres veces la primera frase ante
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 192/322
de sentirse satisfecho, y aun así nestaba muy seguro de haber escrito bie«difícil».
… Ya sé que siempre te hedecepcionado. Nunca me ha
interesado la bolsa de valores yme expulsaron del Colegio
Beton. Pero ahora me doy
cuenta de que estabaequivocado. He decididoconseguir trabajo de cajero enel Banco de Londres; si el
Banco de Londres no mecontrata entonces lo intentaréen el Banco de Alemania. Estoy
seguro de que te sentirías
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 193/322
orgulloso de mí si fuerabanquero pagador.
Borró también la última fraseEntonces sonó la campana para anunciaa hora de la comida y pasó una hor
antes de que pudiera sentarse a escribiel siguiente párrafo.
… Pero hay algo que quiero pedirte: P OR FAVOR SÁCAME DE
LA G RANJA G ROOSHAM . No es
que no me guste (aunque no me gusta ni tantito). Lo que pasa esque no tiene nada que ver conlo que tú esperas de una
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 194/322
escuela. Si realmente supierascómo es, nunca me habríasinscrito en ella.
Creo que están metidos encosas de magia negra. El señor Tragacrudo, el subdirector, es
un vampiro. El señor Oxisso,maestro de cerámica, estudiosreligiosos y matemáticas, es un
muerto, y la señorita Pedicure,maestra de inglés e historia,¡debe tener por lo menos
seiscientos años de edad! Vas a
pensar que estoy loco cuandoleas esto…
David leyó lo que había escrito
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 195/322
pensó que era muy probable questuviera loco. ¿Realmente le estabsucediendo todo eso?
… Pero, te lo aseguro, te estoydiciendo la verdad. Creo que
quieren convertirme en unaespecie de zombi como hicieroncon mi amigo Jeffrey. Ya no me
habla. Ya ni siquiera metartamudea. Y estoy seguro deque, si me quedo más tiempoaquí, seré el próximo.
David respiró hondo. Le dolía lmano y se dio cuenta de que estab
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 196/322
apretando demasiado la pluma, tanto quera un milagro que la tinta llegara hasta plumilla. Obligándose a relajarse, s
acercó la hoja y comenzó otra vez:
No puedo explicarte todas las
cosas que me han pasado desdeque llegué aquí. Pero me hanherido, me han drogado,
amenazado y asustado a muerte.Ya sé que el abueloacostumbraba a hacerte todoeso cuando eras joven, pero nome parece justo que me pase lomismo a mí, sobre todo cuandono he hecho nada malo y
además no quiero ser un zombi.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 197/322
Por favor, por lo menos visita laescuela. Así te darás cuenta delo que te digo.
No puedo mandarte por correo esta carta porque no haycorreo en la isla y si me has
escrito no he recibido nada. Voya dársela a una amiga mía, sellama Julia Green. Planea
escaparse mañana y me prometió enviártela. También ledi tu teléfono y te va a hablar (por cobrar). Ella te dirá todo
lo que me está pasando y esperoque la creas.
Debo terminar aquí la carta
porque es hora de nuestra clase
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 198/322
vespertina: química. Nos estánenseñando el secreto de la vida.
¡Auxilio!
Tu hijo, David
Por lo menos nadie entró en lbiblioteca mientras escribía. Davihabía garabateado las palabras viend
con un ojo la puerta y con el otro espejode modo que las líneas quedaroorcidas y leerlas le mareó. Dobló l
hoja por la mitad y luego otra vez por lmitad. No tenía sobre, pero Julia lhabía prometido comprar uno —ademáde la estampilla— tan pronto com
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 199/322
legara a tierra firme.Si todo salía de acuerdo con l
planeado, el capitán Malasangre llegarí
a las diez de la mañana del dísiguiente. Julia no acudiría a la segundclase matutina y se escondería cerca de
muelle. Tan pronto como Gregodescargara las provisiones y llevara acapitán a la escuela, ella se escurrirí
dentro del bote y se escondería debajde los trapos. La lancha partiría a laonce y, para mediodía, Julia estaríviajando rumbo al Sur.
Julia tenía que huir. Era su últimesperanza. Pero ésa no era la únicpreocupación que David tenía en l
cabeza de camino al laboratorio d
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 200/322
química. Julia mandaría la carta. Spadre la leería. ¿Pero creería unpalabra de lo que le decía en ella
¿Habría alguien que le creyera?David ni siquiera estaba seguro d
creerlo él mismo.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 201/322
El inspector
Julia no pudo salir de la isla.El capitán Malasangre la descubri
acurrucada debajo del montón de trapo
viejos de la cabina y la arrojóemblorosa y humillada, a tierra. —¿Así que pensaste que podía
hacerme tonto, pequeña? —exclamó cosonrisa socarrona—. ¿Crees que nconozco la línea de flotación de mpropio bote? Me daría cuenta si hubier
una sola sardina de más a bordo. ¡Uviaje gratis a tierra firme! Eso es lo questabas buscando, ¿verdad? Pues mira
endrías que navegar unos cuantos mare
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 202/322
antes de poder embaucar a uMalasangre.
Julia pasó toda la semana siguient
esperando a que algo le fuera a sucederPues David, poco tranquilizadoramentee había contado que cuando sorprendía
a alguien tratando de escapar deColegio Beton, le rasuraban la cabeza o hacían caminar durante un mes con la
agujetas de los zapatos atadas una a lotra. Pero no pasó nada. Realmente nhabía castigos en la Granja GrooshamSi acaso el capitán Malasangre s
molestó en mencionar el incidente a loprofesores, éstos no le dieron ni la mámínima importancia.
Así que los dos estaban todavía ah
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 203/322
cuando la nieve comenzó a deshacerse el invierno a escurrirse gota a gotadando paso lentamente a la primavera
Llevaban ya siete semanas en la islaada había cambiado en la escuela —
os dos seguían siendo un par d
extraños en aquel lugar—. Pero Davisabía que él había cambiado. Y eso lasustaba.
Había comenzado a disfrutar su viden la isla. Casi a pesar de sí mismo lba bien en las clases. Todas la
materias, francés, historia
matemáticas… incluso latín, se lfacilitaban. Formaba parte del primeequipo de fútbol y, aunque nunc
ugaban contra otra escuela, disfrutab
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 204/322
os partidos —aun cuando las pelotaseguían siendo de vejiga de puerco—. Yademás estaba Julia. David dependía d
ella tanto como ella de él. Pasabauntos todos sus ratos libres, caminand hablando. Era la mejor amiga qu
había tenido jamás.Así que casi agradecía que Julia n
hubiera podido escapar —y eso l
preocupaba—. A pesar del brillo del so de los primeros aromas de lprimavera, algo maligno pasaba en lGranja Groosham, algo que lenta
nevitablemente lo iba envolviendo. Sa comenzaba a gustarle estar ah
¿cuánto tiempo pasaría antes de que s
convirtiera en parte de ello?
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 205/322
Julia lo mantenía cuerdo. LOperación Botella fue idea suya.
Durante una semana robaron toda
as botellas que pudieron, metieron eellas mensajes en los que pedían ayuda uego las echaron al mar. Enviaro
botellas a sus padres, a la policía, aDepartamento de Educación e inclusoen un momento de desesperación, a l
Reina. David estaba un tanto seguro dque las botellas se hundirían muchantes de llegar a la costa de Norfolk opor lo menos, de que el mar la
devolvería a la isla. Pero se equivocóUna de ellas llegó a su destino.
El señor Leloup fue quien dio l
noticia.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 206/322
El maestro de francés era un hombrpequeño, calvo y de aspecto tímido. Poo menos era pequeño, calvo y d
aspecto tímido a principios de mes. Peral acercarse la luna llena, sransformaba poco a poco. Su cuerpo s
hinchaba todo como el del HombrVerde, su cara adquiría un aspecto cadvez más feroz y toda su cabeza se cubrí
de pelo. Luego, durante la luna llenadesaparecía, para volver a aparecer adía siguiente convertido en ehombrecillo de siempre. Toda su ropa s
había desgarrado y cosido tantas veceque debía tener por lo menos dokilómetros de hilo en las costuras
Cuando se enfadaba en clase —y er
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 207/322
muy poco paciente—, no gritabaLadraba.
Estaba enfadado esa mañana, e
primer día de febrero. — Paguese que la escuela tiene u
equeño pgoblema —dijo con s
exagerado acento francés—. Loseñogues del Depagtamento d
ducaciún han decididu hacegnos un
visita. Así que mañana debeguemomostrag lo mejog de nosotros —lanzuna mirada significativa a Julia y David—. Y nadie debe hablag con est
hombgue, a menos que él se diguija ustedes.
Esa tarde, Julia difícilmente pud
disimular su excitación.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 208/322
—Deben haber recibido uno dnuestros mensajes —dijo—. Si eDepartamento de Educación descubre l
verdad sobre la Granja Groosham lcerrarán y será su fin. ¡Seremos libres!
—Ya lo sé —susurró Davi
úgubremente—. Pero no dejarán qunos acerquemos a él. Y si nos vehablándole, probablemente le harán alg
errible y a nosotros también.Julia lo miró de arriba a abajo. —¿Te vas a echar para atrás? —l
preguntó.
—¡Claro que no! —dijo David.El señor Maschico llegó a la isla a
día siguiente. Era un hombre flaco y d
entes, vestido impecablemente con u
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 209/322
raje gris, y llevaba un portafolios dpiel; el capitán Malasangre lo llevó esu lancha y el señor Tragacrudo l
recibió. Les brindó una sonrisa pequeñ oficial y un apretón de manos breve
oficial, y luego comenzó su visit
oficial. Era realmente muy oficial. Eodos los lugares tomó notas y, de vez e
cuando, hizo algunas preguntas, cuya
respuestas anotó con letra clara oficial.Para desgracia de David y Julia, l
escuela entera había montado una gra
farsa. Parecía una de esas visitas de lrealeza a los hospitales, en las que simpian todos los suelos y se esconde
os pacientes moribundos en un close
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 210/322
Todo lo que vio el señor Maschichabía sido cuidadosamente preparadpara impresionarlo. Los miembros de
personal llevaban sus mejores trajes os alumnos parecían animadosnteresados y, sobre todo, normales. Fu
oficialmente presentado a uno o dos dellos quienes respondieron a supreguntas con la dosis exacta d
entusiasmo. Sí, estaban muy contentos ea Granja Groosham. Sí, trabajaban muduro. No, nunca habían pensado eescaparse.
El señor Maschico estaba encantadcon lo que veía. No podía ser de otrmanera. Conforme avanzaba el día ib
sintiéndose cada vez más contento,
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 211/322
ncluso ver a Gregor llevando un costade patatas a la cocina no hizo más quelevar su entusiasmo al máximo.
—Para los miembros del Consejo esumamente satisfactorio que se emplee personas minusválidas —se le oy
decir.Al finalizar el día, el seño
Maschico estaba de un extraordinari
buen humor. Aunque lamentaba no habeconocido a los dos directores de lescuela —el señor Tragacrudo le habídicho que habían tenido que asistir a u
coloquio—, parecía completamentsatisfecho con lo que había visto. Davi Julia lo observaban con enorm
ansiedad. Estaban a punto de perder s
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 212/322
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 213/322
anterior y luego la habían dobladcuidadosamente formando con la hoja upequeño rectángulo. La nota decía:
Las cosas no son lo que parecen en la Granja
Groosham. Usted está en gran peligro. Lo esperamos a las7:45 p.m. en el acantilado. No
deje que nadie lea esta nota.
El señor Tragacrudo y el inspecto
caminaban por el corredor hacia ellos. —He pasado un día muy agradabl—decía el señor Maschico—. Siembargo, es mi deber informarle, seño
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 214/322
Tragacrudo, que en mi oficina están mupreocupados porque no tenemos uregistro de la Granja Groosham. Parec
que ni siquiera cuentan con licencia… —¿Eso es un problema? —pregunt
el señor Tragacrudo.
—Me temo que sí. Harán unnvestigación. Pero puedo asegurarl
que mi reporte será de lo má
favorable…Julia y David sabían lo que debíahacer.
Entraron en acción al mismo tiempo
caminaron rápidamente por el corredocomo si tuvieran prisa por llegar a algúugar. A mitad de camino se encontraro
con los dos hombres, quienes s
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 215/322
separaron para dejarlos pasar. En esmomento, David fingió perder eequilibrio y empujó al señor Tragacrud
contra los casilleros. Al mismo tiempoJulia puso el pedazo de papel en lmano del señor Maschico.
—Discúlpeme, señor —susurrDavid.
El operativo tomó menos de tre
segundos. Luego siguieron su caminocomo si nada hubiera pasado. Esubdirector no se había percatado dnada. El señor Maschico tenía la nota
La única pregunta ahora era si acudiría a cita en el acantilado.
Tan pronto como los dos hombre
giraron al final del pasillo, Julia
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 216/322
David volvieron sobre sus pasos salieron de la escuela por una puertateral que llevaba al cementerio. Nadi
os vio salir. —¿Qué hora es? —preguntó David. —Las siete y cuarto.
—Tenemos media hora…Cruzaron corriendo las canchas d
uego, pasaron junto al lago y s
dirigieron al bosque. Era una noche tibi despejada. La luna iluminaba scamino mientras corrían en busca deabrigo de los árboles, pero ninguno d
os dos miró hacia arriba, ninguno de lodos la vio.
Había luna llena.
Se detuvieron, jadeando, a la orill
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 217/322
del bosque. —¿Estás segura de que es una buen
dea? —preguntó David.
—Tenemos que ir por aquí —dijJulia—. Si tomamos el camino alguienos puede ver.
—Pero este bosque me descalofríos.
—A mí toda la isla me d
escalofríos.Se internaron en el bosque. Ahí, coa luna oculta tras un techo de frondasodo estaba a oscuras y quieto. Davi
nunca había visto un bosque como éseLos árboles parecían atados unos a otroformando nudos, púas y zarzas que s
enroscaban como serpientes alrededo
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 218/322
de los vetustos troncos. De la tierrsurgían hongos fantásticos que apisarlos supuraban una horribl
sustancia amarillenta. Nada se movía: nun pájaro, ni un búho, ni un soplo dviento.
Entonces el lobo aulló.Julia se agarró a David tan d
repente y con tanta fuerza que estuvo
punto de desgarrarle la camisa. —¿Qué fue eso? —dijo en ususurro.
—Creo que un perro —respondi
David también en voz baja. —Nunca oí un perro como ése. —Sonó como un perro.
—¿Estás seguro?
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 219/322
El lobo aulló otra vez.Echaron a correr.Corrieron por donde podían
sorteando las ramas caídas y saltandpor encima de los arbustos. De pronto sencontraron totalmente perdidos. E
bosque se los había tragado; era uaberinto intrincado que parecía hacers
más y más grande, conforme luchaba
por salir de él. Y el animal, cualquierque éste fuera, se acercaba cada vemás. David no lo podía ver. Casi desepoder hacerlo. En lugar de ello, lo sentí
eso era peor, mucho peor. Smaginación se desbocaba. El lob
enterrando los colmillos en su nuca; e
obo gruñendo ferozmente mientra
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 220/322
cerraba sus babeantes mandíbulas sobrgarganta; el lobo…
—¡No podemos seguir…! —Juli
articuló las palabras casi en un sollozodeteniéndose de golpe.
David frenó detrás de ella, si
aliento; su camisa estaba empapada esudor. ¿Por qué se les había ocurridomar ese camino? Había tropezado
caído encima de un montón de cardos a mano derecha le ardía. Su carrererrática los había llevado hasta un murde ramas y zarzas que les cerraba e
paso. David miró a su alrededor. Unpesada rama que había sido arrancadpor una tormenta yacía en el suelo
Tomándola con ambas manos la arranc
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 221/322
de entre las ortigas y la levantó. —¡David…!Giró. Y entonces pudo ver algo
Estaba muy oscuro para decir qué era¿Un lobo, un hombre… o algo a medicamino entre los dos? Era sólo un
figura, una masa negra de piel con doojos rojos que brillaban en el centroTambién lo pudo oír. Un suave sonido d
olfateo, que le puso la carne de gallina. No había forma de regresar. Lcriatura les obstruía el paso.
Pero tampoco había forma de segui
adelante.La criatura saltó.David lanzó un fuerte golpe con e
palo.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 222/322
Cerró los ojos en el últimmomento, pero sintió cómo la pesadrama hacía contacto con algo. Su
brazos se estremecieron. La criaturchilló. Luego se oyó un crujido dmatorrales que se rompían y, cuand
volvió a abrir los ojos, el animal ya nestaba ahí.
Julia avanzó hacia él y puso la man
en su hombro. —Eso no era un perro —dijo lniña.
—¿Entonces qué era?
—No sé. —Julia miró pensativhacia el sendero—. Pero aullaba coacento francés…
Habían llegado hasta el extremo su
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 223/322
de la isla, donde el terreno, curvándosen la punta, terminaba en un escarpadprecipicio. Sortearon las última
marañas del bosque, cruzaron el camin corrieron hasta el extremo de
acantilado donde habían quedado d
verse con el señor Maschico. Julia mirsu reloj: faltaban todavía diez minutopara la hora de la cita.
Esperaron en aquel lugar que salzaba muy por encima del mar. La cimdel acantilado era plana y tranquila, estaba cubierta por un mullido manto d
hierba. Veinte metros más abajo las olaresplandecían a la luz de la lunareventando contra las rocas puntiaguda
que parecían rasgar el manto mismo de
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 224/322
océano. —¿Crees que venga? —pregunt
David.
—Creo que ya está aquí —dijJulia.
Alguien avanzaba a su encuentro
una silueta negra recortada contra ecielo pálido. Todavía estaba a unodoscientos metros, pero alcanzaron a ve
que llevaba en las manos un portafoliosAl verlos, el hombre se detuvo y mirde reojo por encima de su hombroEstaba asustado. Les bastó ver el mod
en que caminaba para darse cuenta dello.
Había avanzado unos cincuent
metros, siguiendo el borde de
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 225/322
acantilado, cuando sucedió. PrimeroDavid pensó que le había picado unavispa. Pero luego recordó de qu
apenas era marzo y no había avispas. Ehombre se sacudió echando la cabezhacia atrás. Se llevó una mano al cuello
Después volvió a ocurrir, sólo que eeste caso fue su hombro. Lo apretó couna mano y giró sobre sí mismo como s
hubiera recibido un balazo. Pero nhabía habido ningún disparo. No se veía nadie más en los alrededores.
El hombre —y era el seño
Maschico— gritó con un agudo hilo dvoz, al tiempo que una de sus rodillas se doblaba. Luego fue su espalda. S
arqueó hacia atrás desplomándose
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 226/322
volvió a gritar, mientras sus dos manorataban de asirse del aire.
—¿Qué le pasa? —susurró Julia co
os ojos muy abiertos y fijos.David sacudió la cabeza sin pode
pronunciar palabra.
Era una visión espantosa que lquietud de la noche y la suave presencide la luna hacían aún más horrible. E
señor Maschico se retorcía como uítere fuera de control, conforme unaotra parte de su cuerpo eran atacadasJulia y David no podían hacer otra cos
más que mirarlo. Cuando parecía que eseñor Maschico ya estaba muerto, éstalcanzó su portafolios, y luego, quié
sabe cómo, se puso de pie. Por u
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 227/322
momento permaneció ahambaleándose al borde del acantilado.
—¡Tengo que hacer un reporte sobr
esto! —gritó.Entonces algo le golpeó en el pech
cayó de espaldas en la oscuridad, e
caída libre hasta las rocas.David y Julia se quedaron mudo
durante largo rato. Luego, él pos
suavemente su brazo sobre los hombrode la niña. —Será mejor que regresemos —
dijo.
Pero para David la noche no habíerminado.
Sigilosamente se deslizaron dentr
de la escuela y con voz tembloros
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 228/322
susurraron un «buenas noches» en ecorredor. Los otros niños ya dormíacuando David se desvistió y se meti
entre las mantas. Pero no pudo dormirseDurante lo que parecieron horaspermaneció ahí, acostado, pensando e
o que había pasado y preguntándose quvendría después. Entonces lo escuchó.
—David…
Era su nombre, susurrado en loscuridad por alguien que no estaba ahSe dio vuelta y metió la cabeza debajde la almohada, seguro de que se l
había imaginado. —David…Ahí estaba otra vez, suave
nsistente, no sólo en sus oídos sin
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 229/322
dentro de su cabeza. Se incorporó de usalto y miró a su alrededor. Nadie smovía.
—David, ven a nosotros…Tenía que obedecer. Salió de l
cama casi en trance, se puso la bata y s
deslizó silenciosamente fuera dedormitorio. La escuela estaba sumida eas tinieblas, pero pudo ver que un
puerta en el vestíbulo de la planta bajestaba abierta; un rectángulo de luz sextendía sobre la alfombra. Ése era eugar al que la voz quería llevarlo… a
salón de profesores. Vaciló, temeroso do que encontraría ahí dentro, pero l
voz le ordenaba seguir. Debía obedecer
Bajó las escaleras y, sin llamar
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 230/322
entró en la habitación. Ahí, bajo la lufulgurante, el trance terminó y David sencontró frente a frente con todo e
personal de la Granja Groosham.La señora Windergast estaba sentad
en un sofá cerca de la puerta, tejiendo
Junto a ella se encontraba el señoOxisso con los ojos cerrados respirando apenas. Gregor estab
encogido al lado de la chimeneafarfullando algo para sí mismo. Del otrado, estaba el señor Leloup tambié
sentado; parte de su cara parecí
hinchada y amoratada. David recordó a criatura del bosque y cómo la habí
golpeado, así que no se sorprendi
cuando el señor Leloup clavó en él su
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 231/322
ojos amenazadores. Pero la señoritPedicure fue quien llamó su atenciónEstaba sentada en una mesa en medi
del salón y cuando David entró, sonrió dejó caer algo al suelo. Era una figurillhumana de barro, delgada, con anteojos
que asía un portafolios pequeñitoambién de barro. Tenía alfilere
encajados en el cuello, los brazos, la
piernas, y en su pecho, un alfiler —enúmero trece— le atravesaba ecorazón.
—Pasa, por favor, David.
El señor Tragacrudo estaba de pifrente a la ventana, de espaldas a lhabitación. Se dio media vuelta y avanz
hasta detenerse junto a la mesa. S
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 232/322
mirada iba de David a la figura dbarro.
—¿Pensaste realmente que podía
engañarnos? —dijo. No había amenaza en su voz. El ton
era casi inexpresivo. Pero la amenaz
seguía ahí, dentro del salónarremolinándose en el aire como ehumo de un cigarro.
—Cuando escribieron esa notafirmaron la sentencia de muerte deseñor Maschico. Un acto reprobablepero no nos dejaron alternativa.
Alzó la cabeza y sus ojos se posaroen David.
—¿Qué vamos a hacer contigo
David? Vas bien en clases. Creo qu
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 233/322
estás empezando a disfrutar de testancia en la isla. Pero todavía noopones resistencia. Tenemos tu cuerpo
Tenemos tu mente. Pero todavía tniegas a entregarnos tu espíritu.
David abrió la boca para hablar
pero el señor Tragacrudo lo acalló coun ademán.
—Se nos acaba el tiempo —dijo—
De hecho, sólo nos quedan unos cuantodías. Me daría mucha pena perderteDavid. A todos nos daría mucha penaPor eso he decidido tomar medida
urgentes.El señor Tragacrudo recogió e
muñeco de barro y extrajo el alfiler d
su corazón. Una sola gota de sangre roj
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 234/322
brillante cayó sobre la mesa. —Mañana estarás a la una en punt
en el estudio —ordenó—. Creo que e
iempo de que conozcas a las cabezas da escuela.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 235/322
Las cabezas
«Creo que es tiempo de que conozcas as cabezas de la escuela».
David había oído por casualidad la
voces de los directores. Había estado esu estudio. Pero en todo el tiempo qulevaba en la isla, no había visto ni un
sola vez al señor Escualo ni al señoFalcón.
Esa noche apenas pudo pegar un ojoEn cierto modo, en el fondo de s
corazón, se sentía molesto. No era justoLa idea de las botellas había sido dJulia, ¿por qué entonces lo mandaba
lamar solamente a él? ¿Qué le haría
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 236/322
os directores cuando estuviera frente ellos? En el Colegio Beton, cualquievisita al director significaba
nvariablemente, seis varazos. Hasta ea fiesta de fin de cursos el directo
acostumbraba a utilizar su vara en la
asentaderas de varios niños e, inclusoen una ocasión memorable, arremeticontra unos padre. En la Granj
Groosham había dos directores¿Significaba eso que debía esperar docvarazos?
Al fin, alrededor de las dos de l
mañana, se quedó dormido. Durminquieto, en sus sueños aparecieroobos y anillos negros y espejos si
reflejos. En un momento del sueño
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 237/322
estaba parado en el acantilado viendcaer al señor Maschico. Sólo que era équien sostenía el muñeco de barro, er
él quien encajaba los alfileres en lfigura. Entonces apareció su padrempulsando su silla de ruedas por l
hierba y blandiendo una caja de cerea David le señaló con el dedo
murmuró algo que no pudo entender y s
padre explotó envuelto en llamas y…Se despertó.El día avanzó tan pesada
entamente como elefante cojo
Matemáticas, luego historia, luegiteratura inglesa… David no vio a Juli
durante toda la mañana, aunque con e
humor que tenía en ese momento
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 238/322
probablemente fue lo mejor. No pudentender ni jota de lo que decían lomaestros. Sólo podía pensar en su cita,
sus ojos se clavaban ansiosamente eos relojes de los salones de clase. La
manecillas parecían moverse más rápid
de lo que debían. Y los demás alumnoo sabían. Varias veces los sorprendi
observándolo y luego cuchicheand
entre ellos. Los maestros hicieron smejor esfuerzo por ignorarlo.Por fin llegó el momento. Davi
estuvo tentado a salir corriendo
esconderse —pero sabía que eso no lserviría de nada—.
Los miembros del personal l
encontrarían y lo llevarían a rastras
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 239/322
además no importaba qué pensaran dél, no quería actuar como un cobarde. Aa una en punto estaba parado afuera de
salón de directores. Respiró hondoAlzó su mano. Tocó a la puerta.
—Ade…
—… lante.Ambos hablaron, el señor Escual
dijo las primeras silabas, el seño
Falcón, las últimas. David entró.En ese momento una nube debíestar cruzando delante del sol, pues lhabitación estaba sumida en l
oscuridad, la luz penetraba apenas ravés de los vitrales de las ventanas
También el piso de mármol negr
contribuía a que el cuarto se viera má
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 240/322
oscuro de lo debido a esas horas dedía. David cerró la puerta y se acercentamente al escritorio. Había do
hombres sentados detrás de éesperándolo.
No. Un hombre.
Pero…Entonces David lo vio y una olead
de terror trepó como araña desde l
punta de su espina dorsal hasta alcanzasu cuello. La Granja Groosham tenísólo un director, pero dos cabezas. Opor decirlo de otro modo, no era un
metáfora aquello de las cabezas de lescuela; los directores eran realmentcabezas. El señor Escualo estab
completamente calvo, tenía la nari
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 241/322
ganchuda y ojos de buitre. El señoFalcón tenía el cabello gris y delgadobarba rala y usaba lentes. Pero las do
cabezas estaban unidas a un solo cuerpque, vestido con traje oscuro y corbatde color verde perico, permanecí
sentado detrás del único escritorio en lúnica silla. Las dos cabezas tenían ucuello en forma de «Y». Antes de perde
el conocimiento, David todavía alcanza preguntarse cuál de las dos habríescogido la corbata.
Despertó en el dormitorio, acostad
en su cama. —¿Te sientes mejor, querido?La señora Windergast, sentada en l
cama de al lado sostenía una esponja
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 242/322
una vasija, y lo observaba con ansiedadLe había aflojado el cuello y echadagua fría en la cara.
—Obviamente, no estabas listodavía para ver a las cabezas —dijo l
mujer con su voz de pajarito—. Pued
ser una experiencia muy perturbadoraLos pobres señores Escualo y Falcóeran tan distinguidos y guapos antes d
su pequeño accidente.Si eso era un «pequeño» accidentepensó David, ¿a qué le llamarían unespantosa calamidad?
—Estamos muy preocupados por tiDavid.
La señora Windergast se inclin
hacia él con la esponja, pero David l
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 243/322
esquivó. Seguramente había sólo agua ea vasija, pero en la Granja Groosha
nunca se sabía. Una rápida salpicada
uno puede despertarse con tres ojos dmás y un antojo irrefrenable de sangrfresca.
La prefecta suspiró y dejó caer lesponja.
—El problema —dijo— es que no
acercamos a ti muy tarde, y ahora noqueda muy poco tiempo. ¿Cuánto faltaApenas dos días! Sería una pen
perderte, de verdad. Me parece que ere
un niño maravilloso, David. ¡Mgustaría tanto…!
—¡Déjeme en paz! —David rehuy
su mirada. No podía sostenérsela. L
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 244/322
señora Windergast quizá fuera labuelita de alguien. Pero ese alguiemuy bien podría ser Jack el destripador
—Está bien, querido. Me doy cuentde que todavía estás alterado…
La señora Windergast se levantó
salió rápidamente del dormitorio.David se quedó donde estaba
contento de encontrarse solo. Necesitab
iempo para pensar, tiempo para arreglaas cosas. Por ahora el recuerdo de lodirectores se había desvanecido, comsi su cerebro se negara a retener l
magen. En lugar de ello, pensaba en lque acababa de decirle la señorWindergast: «Apenas dos días». ¿Po
qué solamente dos días?
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 245/322
Y entonces lo entendió. Tenía quhaberse dado cuenta de inmediato. Esdía era dos de marzo. Al no habe
vacaciones y sin recibicorrespondencia, era muy fáciolvidarse de las fechas. Pero el cuatr
de marzo —dentro de dos días— era udía que no se le podía olvidar. Era scumpleaños, su cumpleaño
decimotercero.Y entonces recordó algo más. Unvez, platicando con Jeffrey —cuandodavía se podía platicar con Jeffrey—
éste le había dicho algo sobre ldesafortunado que era porque scumpleaños caía en Navidad. Con tod
o que había pasado se le olvidó, per
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 246/322
ahora lo recordaba. Había sido justo edía de Navidad cuando Jeffrey habícambiado. Había sido entonces cuand
e habían dado el anillo negro, en scumpleaños decimotercero.
En sólo dos días más, le tocaría e
urno a él. Ya fuera que aceptara eanillo y todo lo que venía con él o…
De un brinco David salió de la cam
se puso de pie. No podía esperar uminuto más. Ya no tenía tiempo. Sabíque tenía que escapar de la GranjGroosham. Sabía que tenía que irs
cuanto antes.Y de repente supo cómo hacerlo.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 247/322
La fuga
Al día siguiente, uno antes decumpleaños de David, el capitáMalasangre regresó a la isla. Era jueve
había traído tres cajas de provisionesUna gran fiesta se preparaba para lnoche siguiente, y David no dudaba dque él sería el supuesto invitado dhonor. Pero no tenía intenciones dasistir. Si las cosas salían comesperaba, el invitado de honor estaría e
un tren rumbo a Londres antes de qunadie se diera cuenta.
El sol se había ocultado ya cuand
Julia y él, agazapados detrás de un
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 248/322
duna, veían al capitán y a Gregodescargar la última caja de provisionesEl bote había llegado tarde ese día, per
ahí estaba —la última oportunidad dDavid—. Apenas había pronunciadpalabra desde su encuentro con la
cabezas, y Julia también estabextrañamente callada, como si estuviermolesta por algo. Pero fue ella quie
rompió el silencio. —No va a funcionar —dijo—. Tdigo, David, que no hay lugar en lancha donde puedas esconderte. No si
que él se dé cuenta. —No nos vamos a esconder en e
bote —contestó David.
—Entonces ¿qué vamos a hacer?
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 249/322
¿robarlo? —Exactamente.Julia lo miró con fijeza
preguntándose si estaría bromeandoPero la cara de David estaba pálida seria.
—¿Vamos a robarnos el bote? —murmuró Julia.
—El día que llegamos a la isla m
di cuenta de que dejó las llaves puestaen la marcha. —David se pasó la lenguseca sobre los labios secos—. Un robes lo último que se les ocurriría,
además es nuestra única esperanza. —Pero ¿sabes cómo manejar un
ancha?
—No, pero no debe ser mu
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 250/322
diferente a un coche. —¡Uno no corre el peligro d
ahogarse en un coche!
David echó un último vistazo aacantilado. Gregor y el capitán habíadesaparecido, y no se escuchaba ya e
ruido del jeep. Le dio una palmadita eel hombro a Julia y ambos corrierohacia la embarcación; los guijarro
crujían bajo sus pies. El bote smeneaba con un vaivén junto al muelleEl capitán Malasangre no había echadel ancla al agua, pero amarró la lancha
un poste con un nudo que parecía seiserpientes metidas en una lavadora.
Sin ocuparse del amarre por e
momento, David subió al bote y fu
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 251/322
hasta el timón para buscar las llaves. Lcubierta se ladeó por el peso y por uespantoso momento creyó que se habí
equivocado, que el capitán llevaba lalaves consigo. Pero entonces el bote snclinó del otro lado y vio el llavero
una calavera verde esmeralda que sbalanceaba al final de una cadena. Llave estaba en su lugar. Respiró hondo
En unos minutos más estarían lejos dahí. —¿Cómo funciona?Julia había subido ya al bote
estaba de pie a sus espaldas; con voretadora le pedía que le explicara cómse hacía funcionar aquello. Davi
recorrió los controles con la mirada
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 252/322
Había un timón —eso era fácil— y unpalanca que seguramente servía parmpulsar la lancha hacia atrás o haci
adelante. Pero en lo que respectaba aresto de los botones, contactoscompases y agujas, bien podían habe
sido diseñados para enviar el botdirecto a la luna en un viaje sin retorno David no tenía ni la más remota ide
de ello. —¿Cómo funciona, pues? —volvió preguntar Julia.
—No es difícil. —David la mir
con enojo—. Sólo tienes que darlvuelta a la llave.
—Entonces, ¿por qué no lo haces?
—Ya voy.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 253/322
Lo hizo. No pasó nada.David dio vuelta a la llav
nuevamente; esta vez la dobló tanto questuvo a punto de romperla por la mitadPero aun así el motor se negó a toser, n
siquiera quiso carraspear. —Siempre podemos nadar… —
comenzó a decir Julia.
En ese preciso momento, Davidescubrió un botón rojo que estabsobre la llave y lo presionó. Enseguidael motor empezó a zarandears
ruidosamente, mientras el agua en lpopa comenzaba a echar humo y burbujear.
—Voy a ver el nudo de la amarra…
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 254/322
—dijo David, soltando el timón. —No. —Julia se agachó y recogi
un cuchillo de pesca que estaba en l
cubierta—. Tú quédate en los controlesYo me encargo del nudo.
El bote estaba amarrado por la punt
, para alcanzar la cuerda, Julia tuvo qurepar por el borde de la embarcación uego saltar al muelle. Se detuvo junto a
poste y comenzó a trabajar. El cuchillera afilado, pero la soga era muy grues, a pesar de que le pasaba el cuchill
una y otra vez con todas sus fuerzas, n
parecía avanzar. David la esperaba en ebote; las duelas de la cubierta crujían vibraban debajo de él. El motor hací
más ruido que nunca. ¿Alcanzarían
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 255/322
escucharlo en la escuela? Miró haciarriba.
Se quedó petrificado.
El capitán Malasangre venía dregreso. El viento debió llevar el soniddel motor por encima del acantilado. O
quizá se habían percatado de su ausencia la hora del té. Fuera lo que fuera, eresultado era el mismo. Los había
descubierto y ahora el capitáMalasangre y Gregor bajaban a todvelocidad en el jeep, en dirección amuelle.
—¡Julia! —gritó David.Pero ella también los había visto ya —¡Quédate donde estás! —contest
Julia y redobló sus esfuerzos, rasgand
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 256/322
as cuerdas como un violinistenloquecido. Llevaba ya media sogcortada, pero Gregor y el capitán s
acercaban más y más a cada segundo. Ycasi llegaban al pie del acantilado. Lelevaría sólo veinte segundos má
alcanzar el embarcadero.Julia miró hacia arriba, recobr
rápidamente el aliento y se lanzó sobr
a soga otra vez, aserrándolacortándola, acuchillándola con la hojaLa soga ya estaba toda deshilachada, lohilos separados; pero todavía s
rehusaba a partirse por completo. —¡Aprisa! —gritó David. No había nada que pudiera hacer
Sus piernas se quedaron petrificadas. E
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 257/322
eep llegó hasta el extremo del muelle frenó con un rechinido. El capitáMalasangre y Gregor bajaron de u
salto. Julia volteó con la cara demudadde terror; el aire agitaba su cabelloPero ella seguía cortando. El cuchill
mordió la soga. Otro cabo se soltó.Gregor iba a la delantera
arrastrando los pies, avanzaba por e
muelle en dirección a ella. Julia lanzó ugrito y dejó caer el cuchillo.La soga se rompió a la mitad. —¡Julia! —gritó David.
Demasiado tarde; Gregor, dando ubrinco hacia adelante como un saphumano, había llegado hasta ella. Ante
de que Julia pudiera moverse, e
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 258/322
orobado la tiró al suelo rodeándola coos brazos y las piernas.
—¡Vete, David, vete! —gritó.
La mano de David golpeó haciabajo la palanca. Sintió cómo el bote ssacudía bajo sus pies mientras la hélic
batía las aguas. La lancha se lanzrumbo a mar abierto, arrastrando por emuelle la soga rota.
Entonces el capitán Malasangre sanzó en un clavado sobre la cuerdaCon un grito de triunfo, sus manos lalcanzaron y se aferraron a ella com
enazas.El bote se había alejado alguno
metros del muelle. Julia, sometida por e
enano, observaba todo desde el suel
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 259/322
con expresión desesperada. Gregochasqueaba la boca horriblemente, y súnico ojo parecía salirse de su órbita. E
motor chilló. La hélice mezclaba lablancas aguas con lodo. Pero el botseguía sin avanzar. El capitá
Malasangre tiraba de él clavando sualones en la madera, como un vaquer
que trata de domar a un caballo salvaje
Su boca estaba contraída en una muecespantosa. Su rostro se había puesto dun rojo púrpura. David no podía creer lque veía. ¡El capitán tenía que soltarlo
Era imposible que aguantara el tirón, ncon el motor a toda potencia.
Pero no había empujado la palanc
hasta su límite. Quedaban do
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 260/322
centímetros. Con un grito ddesesperación, David echó sobre ellodo su cuerpo, forzándola hacia atrás.
¡El capitán Malasangre seguísujetando la soga! ¡Un hombre contruna lancha! Era una lucha imposible. E
bote, encabritado, se salía casi del aguaPero el hombre se negó a abrir lamanos que se aferraban a la cuerd
como si de ello dependiera su vida… — ¡Aaaaaargh! —gritó el capitáMalasangre.
En ese mismo momento la lanch
salió disparada como impulsada por uncatapulta.
David abrió los ojos incrédulo.
Las manos del capitán seguía
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 261/322
aferradas a la soga. Pero ya no estabaunidas a sus brazos. La fuerza de lmáquina las había arrancad
impiamente y, cuando el bote salivolando, con un suave chapuzón cayeroal mar como dos pálidos cangrejos.
Sintiéndose enfermo, David giró eimón. El bote viró en redondo. Movia palanca hacia adelante. El agu
borbotaba. Y luego se alejó dejandatrás la Granja Groosham, la IslCadavera, a Julia y a un capitáMalasangre sin manos.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 262/322
El tren fantasma
David atravesó corriendo el campo, lhierba alta le llegaba al pecho. Atráquedaba el bote en el embarcadero, n
amarrado sino incrustado en él. Erayecto había sido de todo menoranquilo.
Era la mañana del día siguienteDebido a la niebla, las corrientes y locontroles del bote que le eradesconocidos, a David le había llevad
más tiempo del que había pensadatravesar las aguas y ya habíoscurecido cuando se estrelló contra l
costa de Norfolk. Debió pasar la noch
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 263/322
en la cabina destrozada y no fue sinhasta que alumbraron los primeros rayodel día cuando se dio cuenta de qu
había llegado exactamente al mismugar de donde había salido.
El campo subía en una suave decliv
hasta el blanco y brillante molino dviento que David había visto poprimera vez desde la carroza fúnebre
De cerca, el molino resultaba ser unconstrucción semiderruida abandonada, destrozada por el viento a lluvia. Las aspas no eran más qu
armazones de madera torcida que mábien parecían las alas esqueléticas de unsecto. Si David esperaba encontrar u
eléfono, pronto se desilusionó. E
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 264/322
molino de viento estaba abandonaddesde hacía cien años y las líneas deléfono habían pasado de largo.
Pero del otro lado encontró uncarretera y se paró ahí, tambaleándosemuerto de cansancio y frío. Un coch
pasó a toda velocidad y Daviparpadeó. Fue casi como si hubierolvidado lo que era un automóvil comú
corriente. Miró con nerviosismo poencima de su hombro. No había formde que alguien de la escuela lo hubierseguido. Pero tratándose de la Granj
Groosham no se podía estar seguro dnada, así que se sintió perdido desamparado en medio del aplastant
silencio de aquel páramo.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 265/322
Tenía que llegar al pueblo mácercano y a la civilización. No traídinero. Eso significaba pedir que l
levaran de aventón. David extendió lmano y puso el pulgar en posiciónSeguramente alguien se detendría
Alguien tenía que detenerse.Setenta y siete coches pasaron
David los contó. No solamente s
negaron a detenerse, algunos de hechaceleraron como si estuvieran ansiosopor evitarlo. ¿Qué había de malo en élEra sólo un muchacho de trece año
común y corriente, y cansado, en medide ninguna parte, tratando de conseguiun aventón. ¡Trece años! «¡Feli
cumpleaños!», se dijo a sí mismo. D
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 266/322
mala gana, levantó el pulgar y lo intentde nuevo.
El coche número setenta y nueve s
detuvo. Era un Ford de color rojbrillante, conducido por un hombralegre y gordo llamado Horacio Revago
El señor Revago resultó ser agentviajero. Según le explicó, se dedicaba vender trucos de magia y bromas. N
había necesidad de explicar nadaCuando David se sentó, del asientescapó un ruido sordo; el chicle que lofreció era de jabón, y había do
palomas, un conejo y una tira dsalchichas de plástico dentro de lguantera.
—¿De dónde vienes? —pregunt
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 267/322
Horacio al tiempo que levantaba lbarbilla para hacer girar su corbata dmoño.
—De la escuela —susurró David. —¿Te estás escapando? —Horaci
evantó una ceja, luego la otra, y movi
as aletas de la nariz. —Sí. —David respiró hondo—
Tengo que llegar a una estación d
policía. —¿Por qué? —Estoy en peligro, señor Revago
La escuela es una locura. Está en un
sla y todos son vampiros y brujas fantasmas… y quieren convertirme euno de ellos. ¡Tengo que detenerlos!
— Ja, ja, jaaarg . —La risa d
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 268/322
Horacio Revago sonó como el mugidde una vaca a la que estuvieraestrangulando. Su cara se puso roja y l
flor que llevaba en el ojal comenzó escupir un chorro de agua sobre eablero—. Así que también eres medi
bromista, ¿eh? —dijo por fin—. ¿Tquieres divertir? Te puedo vender unbomba apestosa o mierda de plástico…
—Le estoy diciendo la verdad —protestó David, ofendido. —¡Claro, claro! ¡Y yo soy el cond
Drácula! ¿No? —El vendedor d
bromas volvió a carcajearse—Vampiros y brujas! ¡Qué buen chiste
amigo! ¡Qué buen chiste!
David se bajó en Hunstanton, e
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 269/322
primer pueblo. El señor Revago shabía reído tanto durante el camino quas lágrimas chorreaban por sus mejilla
una verruga de mentira que tenía en lbarbilla se le despegó. Todavía chillabde risa cuando arrancó; al saludar con l
mano de sus mangas salieron naipesDavid esperó a que el coche se alejaraLuego echó a andar.
Hunstanton era un pueblo turísticoDurante el verano debía de llenarse dvida y color, pero fuera de temporada nse paraban ni las moscas en esa aburrid
mezcla de techos grises y torres, tienda plazas que bajaban zigzagueantes po
una colina hasta la orilla del mar frío
picado. Había un muelle con un montó
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 270/322
de botes de pesca medio envueltos esus propias redes; se parecían a lopeces que debían atrapar. A lo lejo
algunas carpas grises y una cerca dmadera rodeaban lo que durante everano debía ser un parque d
diversiones. En ese nublado día dprimavera no se veía ni una pizca ddiversión por ningún lado.
David tenía que encontrar lestación de policía. Pero en cuantempezó a buscarla, lo asaltó upensamiento perturbador. Horaci
Revago no había creído una sola palabrde lo que le había dicho. ¿Por quhabrían de creerle los demás? S
hablaba de magia negra y brujería
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 271/322
probablemente lo meterían en emanicomio de la localidad. O peor aúnpodrían detenerlo y llamar a la escuela
Tenía sólo trece años. Y era un hechcomprobado que los adultos nunca lecreían a los niños de trece años.
Se detuvo y miró a su alrededorEstaba delante de una biblioteca ymovido por un impulso, dirigió su
pasos hacia ella. Por fin había algo qupodía hacer: informarse más. Cuantmás supiera, mejor podría defender scaso. Y los libros parecían el mejo
ugar para empezar.Por desgracia, la biblioteca d
Hunstanton no tenía una sección d
brujería muy amplia. De hecho, sól
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 272/322
había tres libros en el estante; dos dellos habían sido colocados ahí poequivocación (en realida
correspondían a la sección de brújulas nstrumentos de precisión), pero eercero parecía prometedor. Se llamab
agia negra en Bretaña y su autora eruna tal Beti Rinaria. David lo hojeó uego se lo llevó a la mesa para leerl
con cuidado.
COFRADÍA: Reunión de brujos, por lo general en número detrece o de un múltiplo de trece.La razón principal de ello es quecon frecuencia se considera que
doce es un número perfecto, de
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 273/322
modo que la figura trece viene asignificar muerte. Trece estambién la edad a la que un
novicio se integra a la cofradía.I NICIACIÓN: Por lo general alnuevo brujo o la nueva bruja se
le obliga a escribir su nombre enun libro negro, el cual esguardado por el maestro de la
cofradía. Es costumbre que elnombre se escriba con la propiasangre del novicio. Una vez queha firmado, él o ella recibirá un
nuevo nombre. Éste será unnombre de poder y puedetomarse de un brujo anterior
como signo de respeto.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 274/322
BRUJOS: Entre los brujosfamosos de Bretaña seencuentran Roger Bacon, cuya
fama se debe a que caminó entredos torres de Oxford; BesiDunlop, quien fue quemada viva
en Ayrshire, y William Rufus, ungran maestro satánico que vivióen el siglo XII.
SABBAT: El sabbat de las brujastiene lugar a medianoche. Antesde prepararse para el sabbat, las brujas se frotan en la piel un
ungüento de cicuta y acónito. Elungüento provoca un estadosimilar al sueño, el cual, se cree,
ayuda a liberar poderes mágicos.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 275/322
MAGIA: La magia más conocidaque los brujos usan es la llamada«ley de la similitud». En ella, un
muñeco de cera representa a lavíctima de la furia del brujo.Cualquier cosa que se haga al
muñeco lo sufrirá la víctimahumana.La herramienta mágica más
poderosa de los brujos es el«familiar», una criatura queactúa como una especie desirviente diabólico. El gato es la
clase de familiar más común, pero se han usado otrosanimales, como cerdos e,
incluso, cuervos.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 276/322
Sentado ahí, leyendo aquel libroDavid perdió la noción del tiempo. Aatardecer ya había leído todo lo qu
quería saber sobre la Granja Grooshamasí como otras cosas que hubierquerido no saber. El libro le deparab
otra sorpresa. David estaba a punto devantarlo y llevarlo a su lugar, cuand
éste se abrió por otra página y sus ojo
ropezaron con una entrada que llampoderosamente su atención:
G RANJA GROOSHAM . Véasenota del editor.
Con curiosidad, David buscó al fina
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 277/322
del volumen. En la última página habíuna breve nota escrita por el editor:
Mientras estaba escribiendoeste libro, la señorita Beti
Rinaria emprendió un viaje al
condado de Norfolk con el propósito de hacer unainvestigación sobre la Granja
Groosham, la legendaria Academia de Brujería dondealguna vez los jóvenes novicios
fueron adiestrados en el arte dela Magia Negra.
Desafortunadamente, la señorita Beti Rinaria nunca
regresó de ese viaje. Su
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 278/322
máquina de escribir fuedevuelta por las aguas del mar varios meses después. Por
respeto a su memoria, loseditores decidieron dejar esta
sección en blanco.
¡Una academia de brujería! Lapalabras seguían dando vueltas en s
cabeza cuando salió de la biblioteca¿Qué otra cosa podría ser la GranjGroosham? Latín fluido, modelado ecera, clases de cocina un tanto extraña estudios religiosos muy poc
cristianos…Todo encajaba. Pero David nunc
había querido ser brujo. ¿Por qu
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 279/322
entonces lo habían escogido a él?Caminaba por la calle principa
unto a las tiendas que ya se preparaba
para cerrar, cuando un movimientcaptado con el rabillo del ojo lo hizdetenerse y darse la vuelta. Por u
momento pensó que se lo habímaginado. Pero entonces, una figur
contrahecha salió disparada de atrás d
un coche.Era Gregor.De alguna manera el enano habí
legado a Hunstanton y David supo d
nmediato que lo buscaba. Sin pensarloechó a correr colina abajo en direccióal mar. Sabía lo que le pasaría si l
encontraban. La escuela lo mataría ante
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 280/322
de permitirle contar su historia. Era uhecho que ya habían asesinado a dopersonas. ¿Cuántos más había
erminado en el cementerio de la IslCadavera prematuramente?
No fue sino hasta que estuvo frent
al mar que se detuvo para tomar alient tratar de calmarse. Era un
coincidencia, tenía que serlo. Grego
estaba ahí de compras o visitando uamigo. Nadie en la escuela podía sabeque todavía se encontraba eHunstanton.
A unos metros de él, Gregor soltuna risita. El jorobado estaba sentado eun muro de ladrillo de poca altura
viéndolo con su único ojo, redond
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 281/322
como una cuenta. Sacó algo de scinturón. Era una navaja de por lo menoveinte centímetros de largo que brillab
malignamente. David se dio la vuelta echó a correr otra vez.
No tenía idea de hacia dónde s
dirigía. El mundo entero se inclinaba se estremecía cada vez que sus piegolpeaban contra el frío pavimento d
hormigón. Lo único que podía escuchaera su propia respiración angustiadaCuando volteó nuevamente hacia atrásel enano ya no estaba ahí. Hunstanton s
veía en la distancia. Había llegado afinal del camino. De pronto, se virodeado por unas carpas hinchadas
unos quioscos de madera torcidos. ¡E
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 282/322
parque de diversiones! Se encontrabusto en el centro de él.
—¿Te gustaría dar una vuelta, hijo?
El que había hablado era un hombrviejo con un abrigo raído y un cigarrcolgado de la comisura de la boca
Estaba detrás del tren fantasma. Habíres carros —uno azul, otro verde y eercero amarillo— sobre una vía curv
que se perdía detrás de un par dpuertas. —¿Una vuelta? —David recorri
con la mirada desde el tren fantasm
hasta la orilla del mar. No había señalede Gregor.
—Sí, tengo que hacer una prueba —
el viejo aplastó su cigarro y tosió—
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 283/322
Qué suerte que hayas aparecido! Tpuedes dar una vuelta gratis.
—No, gracias… —En cuanto Davi
pronunció estas palabras vio otra vez Gregor que entraba en el terreno de lferia. No había visto a David aún, per
o estaba buscando. Todavía llevaba ecuchillo en la mano, con la punta haciarriba.
David saltó dentro del carro. Teníque desaparecer de su vista. Un par dminutos dentro del tren fantasma podríaser suficientes. Por lo menos, Gregor n
podría seguirlo ahí dentro. —Sujétate fuerte. —El viej
presionó un botón.
El carro avanzó jaloneándose.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 284/322
Un segundo después chocó con lapuertas. Éstas se abrieron y luego scerraron de un golpe detrás de él. Davi
fue tragado por la oscuridad. Sintió quse asfixiaba. Entonces una luz roja brilldetrás de una calavera de plástico
David volvió a respirar. Si la calaverenía el propósito de asustarlo, el efect
había sido el contrario. Le recordó qu
se trataba sólo de un entretenimientouna vuelta en un juego de feria, comáscaras de plástico y focos de coloresUn altavoz rompió el silencio con u
«¡buuu!» grabado, y David esbozó unsonrisa. Una luz verde parpadeó. Unaraña de goma se balanceó hacia arrib
hacia abajo en un alambre muy visible
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 285/322
David sonrió nuevamente.Entonces el carro se precipitó por u
abismo.
La caída en la oscuridad fue taarga que David sintió el aire corre
entre sus cabellos y la espalda pegada a
respaldo del asiento. En el últimmomento, cuando creyó que sestrellaría haciéndose pedazos al fina
de la vía, el carro frenó suavementcomo si hubiera sido detenido por ucolchón de aire.
—¡Vaya paseo…! —se dijo. Era u
alivio escuchar el sonido de su propivoz.
Otra luz se encendió; una luz que e
cierto modo resultaba menos eléctric
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 286/322
que las otras que había visto antes. Esonido de un suave burbujeo salía de loaltavoces, sólo que de pronto David s
preguntó si ahí habría altavoces. Esonido era muy real. También percibiun olor; un olor a humedad como el d
un pantano. Antes de la caída, habípodido sentir las vías debajo del carroAhora parecía que iba flotando.
Una figura apareció en la oscurida—un muñeco de plástico cubierto pocon un manto negro—. Pero luegaquella figura levantó la cabeza y Davi
se dio cuenta de que se trataba de uhombre, un hombre al que Daviconocía muy bien.
—¿Realmente creías que podría
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 287/322
escapar de nosotros? —preguntó eseñor Tragacrudo.
El tren fantasma reptó haci
adelante. La señora Windergast estabfrente a él.
—No pensé que fueras tan tonto —
rinó la mujer.David se replegó en su asient
cuando vio que el carro se lanzab
contra ella, pero en el último momentuna fuerza invisible tiró el vehículhacia un lado y David se encontró frental señor Escualo y al señor Falcón
ambos iluminados por un pálidresplandor azul.
—¡Qué desilusión, señor Escualo!
—¡Qué desastre, señor Falcón!
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 288/322
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 289/322
hacía más brillante conforme sacercaba a él. De pronto algo senganchó a la parte trasera del carro
usto encima de su cabeza. David mirhacia arriba. Dos manos de dedoretorcidos se habían aferrado al metal
Pero las manos no estaban unidas brazo alguno.
David gritó.
El tren fantasma atravesó como rayun segundo par de puertas. El resplandorojizo del inmenso sol del atardeceestalló hiriendo sus ojos. Un viento frí
agitó sus cabellos. Abajo, a lo lejos, laolas chocaban contra las rocas.
El tren fantasma lo había llevado d
regreso a la Isla Cadavera. El carr
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 290/322
amarillo descansaba sobre la hierba ea cima del acantilado. No había vías, n
muñecos, ni feria.
Era la tarde de su decimotercecumpleaños y las sombras de la nochcomenzaban a extenderse sobre l
Tierra.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 291/322
A través del espejo
La escuela estaba desierta.David se fue a la cama pues estab
deprimido como para hacer otra cosa
Su huida no había servido de nada. Nhabía podido encontrar a Julia. Era epeor cumpleaños de su vida. Y si lacosas seguían así, probablementambién sería el último.
Pero no pudo dormir. ¿Dónde estabodo el mundo? Eran más o menos la
seis cuando regresó a la escuelaDurante las cuatro horas que llevabirado en la cama no había visto ni oíd
a una sola alma. Y no es que hubier
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 292/322
almas en la Granja Groosham, todahabían sido vendidas hacía muchiempo, y David sabía a quién.
Unas pisadas en los desnudoablones del dormitorio le hiciero
ponerse en guardia y se incorporó, per
un momento después se relajó adescubrir que era Julia quien sacercaba.
—¡Julia…! —exclamó, contento dverla. —Hola, David. —Se oía ta
deprimida como él se sentía—. ¿Así qu
no pudiste escapar? —Sí pude, pero… En fin, es un
historia muy larga. —David saltó de l
cama. Estaba vestido todavía—. ¿Dónd
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 293/322
están todos? —preguntó.Julia se encogió de hombros. Er
difícil ver su cara. Un velo de sombra
caía sobre sus ojos. —¿Qué te pasó después de que m
fui en el bote? —preguntó David.
—Luego hablaremos de eso —contestó Julia—. Ahora debo enseñartalgo. Ven.
David la siguió fuera del dormitorioaunque estaba un poco intrigado. Ella sveía bien y supuso que nadie la habícastigado por haber participado en e
escape. Pero parecía fría y distanteQuizá lo culpaba por haberla dejadoDavid podía entenderlo. De hecho, é
mismo seguía sintiéndose culpable po
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 294/322
ello. —Descubrí muchas cosas sobre l
Granja Groosham, David —dij
mientras bajaban las escaleras—, muchas otras sobre los profesores.
—Julia… —dijo David
deteniéndola con la mano—, perdónampor haberme ido sin ti.
—No importa, David. Todo result
bien —le sonrió, pero su cara parecípálida a la tétrica penumbra decorredor. Luego se liberó de la presióde su mano y aceleró el paso e
dirección a la biblioteca—. Todos lomiembros del personal son… Bueno, nson exactamente humanos. El seño
Tragacrudo es un vampiro. La señor
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 295/322
Windergast es bruja. El señor Escualo el señor Falcón son hechiceros qupractican la magia negra. Antes eran do
personas hasta que uno de suexperimentos falló. El señor Oxisso eun fantasma y la señorita Pedicure h
vivido eternamente. —¿Pero, qué quieren de nosotros? —Quieren enseñarnos. —Julia lleg
a la puerta de la biblioteca, accionó epicaporte y entró—. Tú eres el séptimhijo de un séptimo hijo. Yo soy lséptima hija de una séptima hija.
—¿Y qué? —Significa que somos brujos
acimos brujos. No es culpa nuestra
adie tiene la culpa de eso, de veras
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 296/322
Pero al igual que todos los niños daquí, tenemos poderes. Los maestrosólo pretenden enseñarnos a usarlos.
—¿Poderes? —David agarró a Julide un brazo y de un jalón la hizo volteapara verla de frente. Julia no opus
resistencia, pero parecía como si suojos miraran a través de él—. Yo nengo ningún tipo de poderes, ni tú
ampoco. —Los tenemos. Sólo que nsabemos cómo usarlos. —Julia estabdelante del espejo. Extendió la mano
golpeó el cristal con los nudillos. Luegvolteó hacia David—. Usa tu poder —lretó—. Pasa a través del espejo.
—¿A través del espejo? —Davi
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 297/322
miró al espejo, luego a Julia y otra veal espejo. Recordó su sueño: cómhabía atravesado el cristal y lueg
caminado por una caverna subterráneaPero aquello había sido sólo un sueñoAhora estaba despierto. El vidrio er
sólido y lo único que parecía habershecho añicos era el sentido común dJulia.
—Tú puedes hacerlo, David —nsistió—. Tienes el poder. Todo lo qunecesitas es usarlo.
—Pero…
—¡Inténtalo!Enojado, confundido, al borde de
error, David se apartó violentamente d
ella, y luego lanzó con fuerza su hombr
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 298/322
contra el vidrio. Quería romper eespejo, enseñarle que estabequivocada. Después averiguaría qué l
pasaba a Julia.Su hombro se hundió en el vidrio.Tomado por sorpresa, perdió e
equilibrio y casi tropezó. Su cabeza as palmas de sus manos hiciero
contacto con el espejo —hiciero
contacto con nada— y pasaron a travéde la barrera como si no hubiera barreralguna. Fue como caer dentro de uelevisor. Un momento antes estaba en l
biblioteca, un momento después sencontraba apoyado contra una rochúmeda y brillante, respirando el air
frío de un túnel.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 299/322
Miró hacia el lugar por donde habíentrado. El túnel parecía terminar en unhoja de acero. Así era como se veía e
espejo desde el otro lado. EntonceJulia lo atravesó como si se tratara duna hoja de agua y se detuvo ante él co
as manos en jarras. —¿Ves? Te dije que podías hacerlo. —Pero ¿cómo supiste? —pregunt
David. —Sé muchas cosas más…Rozándolo al pasar, Julia lo rebasó
continuó su marcha internándose en e
únel. David la siguió, preguntándose sdespués de todo no estaría soñandoPero todas las cosas parecían tan reales
Una corriente de aire le hacía temblar
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 300/322
sentía el sabor del agua salada en suabios y el peso de las rocas que l
rodeaban. El pasadizo bajaba cada ve
más y más y se le taponaron los oídopor efecto de la presión.
—¿A dónde lleva este camino? —
preguntó. —Ya lo verás.Cuando parecía que había
recorrido casi un kilómetro, David spercató de la presencia de un extrañresplandor plateado. No había lámparao antorchas que alumbraran el camino
ahora caía en la cuenta de que todo eúnel estaba iluminado por ese mism
resplandor, como si se tratara de l
niebla proveniente de un lag
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 301/322
subterráneo. Julia se detuvo paresperarlo. David apuró el paso, salidel túnel y entró en…
Era una caverna enorme, la mismque había aparecido en su sueñoEstalactitas y estalagmitas colgaban de
echo y se erguían desde el suelo, comsi hubieran sido talladas por los sueñode la misma madre naturaleza. Un
pared completa estaba cubierta por uncascada petrificada de un blancbrillante; una eternidad congelada. En ecentro se encontraba la piedra de lo
sacrificios: una plancha de granitsólido terriblemente contundente. Eseñor Tragacrudo estaba parado detrá
de ella. Los estaba esperando. Julia l
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 302/322
había llevado hasta ellos.David se dio media vuelta, buscand
algo que sabía que encontraría, algo qu
debía haber visto desde el principio. Yahí estaba, en el tercer dedo de Julia. Uanillo negro.
—¡Julia…! —Incapaz de hablarsacudió la cabeza—, ¿cuándo cumplistrece años? —preguntó al fin.
—Ayer —dijo Julia, y luego le lanzuna mirada de reproche—. No mdeseaste feliz cumpleaños. Pero nmporta, David —le sonrió—. Mira
estábamos equivocados. Noempeñábamos en luchar contra ellosPero, en realidad, todo el tiempo ha
estado de nuestro lado.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 303/322
Sintió que se hundía en ldesesperación, como se hunde un cuerpen las arenas movedizas. Ya no tení
voluntad para seguir luchando. Habífracasado —fracasado en su huidafracasado en todo—. Se había
apoderado de Julia. Era una de ellosFinalmente estaba solo.
Y ahora era su turno.
Como uno solo, todos los alumnode la Granja Groosham salieron de entras sombras desde el extremo de l
caverna y formaron un círculo alrededo
de él. El resto del personal aparecidetrás del señor Tragacrudo. Daviavanzó lentamente hacia el bloque d
granito. No quería hacerlo, pero su
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 304/322
piernas ya no obedecían sus órdenes.Se detuvo frente al seño
Tragacrudo. Los demás alumno
cerraron el círculo a su alrededor. Todoos observaban.
—Has luchado férreamente contr
nosotros durante mucho tiempo, Davi—dijo el señor Tragacrudo—. Tfelicito por tu valor. Pero el tiempo d
pelear ha terminado. Hoy es tdecimotercer cumpleaños. Se acerca lmedianoche. Tienes que tomar undecisión.
«Escúchame, David. Tú eres eséptimo hijo de un séptimo hijo. Por ese trajimos a la Granja Groosham
Tienes poderes. Queremos enseñarte
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 305/322
usarlos». —¡Yo no soy un brujo! —chill
David. El eco de sus palabras retumb
en la caverna—. ¡Nunca lo seré! —¿Por qué no? —El seño
Tragacrudo no levantó la voz per
hablaba con una intensidad y una pasióque David no le había oído nunca ante—. ¿Por qué no, David? ¿Por qué t
niegas a hacer las cosas a nuestrmanera? ¿Crees que los fantasmas, labrujas, los vampiros y los monstruos ddos cabezas son malos? ¿Por qué
¿Sabes qué es eso, David? ¡Uprejuicio! ¡Discriminación racial!
El señor Escualo y el señor Falcó
asintieron con sus respectivas cabeza
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 306/322
en señal de aprobación. —¡Bravo! ¡Bravo! —murmuró l
señora Windergast.
—No hay nada malo en nosotros¿Te hemos hecho daño? Cierto quuvimos que hacernos cargo del seño
Maschico, pero no fue culpa nuestra. To trajiste aquí. Lo único que hicimo
fue protegernos.
»El problema contigo es que havisto demasiadas películas de terror. Aos vampiros nunca se nos ha hechusticia en la pantalla.
»¡Y qué me dices de los hombreobo! Sólo porque a mi buen amigo
Monsieur Leloup, le entra un irresistibl
antojo de ensalada de pichón cuando ha
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 307/322
una llena, todo el mundo piensa quiene derecho a ir tras él para cazarlo
dispararle balas de plata. ¿Y el seño
Oxisso? De acuerdo, está muerto. Perde todos modos es un buen maestro; dhecho es más vivaz que mucho
maestros vivos que conozco. —Pero yo no soy como ustedes —
nsistió David—. No quiero ser com
ustedes. —Tú tienes el poder —contestó eseñor Tragacrudo—. Eso es lmportante. Y la pregunta que debería
hacerte, David, es si realmente quierequedarte con tus progenitores y seguios pasos de tu extravagante
desagradable padre en el banc
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 308/322
mercantil, o si quieres ser libre.»Únete a nosotros y serás rico
Podemos enseñarte cómo convertir e
plomo en oro, cómo destruir a tuenemigos con sólo tronar los dedosPodemos mostrarte cómo ver el futuro
usarlo en tu provecho. ¡Piénsalo, DavidPuedes tener todo lo que quieras… más. ¡Mira a la señorita Pedicure! Ell
ha vivido desde siempre. Tú tambiépuedes…»Está bien, lo admito. Somo
francamente malignos. Mis amigos e
señor Escualo y el señor Falcón son lomás malignos de entre nosotros. Haganado premios por ser malignos. Per
¿qué hay de malo en ser maligno? Nunc
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 309/322
hemos lanzado una bomba atómica sobrnadie. Nunca hemos contaminado emedioambiente o experimentado co
animales; nunca hemos recortado epresupuesto público destinado a lsalud. Nuestra malignidad es más bie
agradable. ¿Por qué crees que se hahecho tantos libros y películas sobrnosotros? Porque le caemos bien a l
gente. En realidad somoencantadoramente malignos.Mientras hablaba el seño
Tragacrudo, los sesenta y cuatr
alumnos de la Granja Groosham, todoóvenes adeptos y brujos novicios
fueron estrechando el círculo. Ahora s
acercaban más a David. Julia estab
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 310/322
unto a Jeffrey. William Rufus estaba deotro lado. Sesenta y cuatro anillonegros brillaban en la luz subterránea.
El señor Tragacrudo sostenía enúmero sesenta y cinco.
—Disfruté mucho de
enfrentamiento, David —dijo—. Nquise que fuera fácil. Admiro el valorPero ahora ya es medianoche. —
Extendió la mano que tenía libre. Gregose metió entre los alumnos y le entregsu cuchillo—. Elige —continuó el señoTragacrudo—, el anillo o el cuchillo
Puedes rechazarnos una última vez. Eese caso, lamentablemente me verforzado a enterrar la hoja en tu corazón
Te aseguro que a mí me dolerá más qu
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 311/322
a ti. Después tendrás un entierro decenten el cementerio de la escuela.
»La otra opción es aceptarnos, toma
un nuevo nombre y empezar tu educacióen serio. Pero en ese caso no habrvuelta atrás, David. Si te unes
nosotros, te unes para siempre.David fue obligado a acostars
sobre el bloque de granito. El círculo d
rostros giraba alrededor de él. Ahestaba el anillo. Ahí estaba el cuchillo. —Y bien, David —preguntó el seño
Tragacrudo—, ¿qué dices?
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 312/322
Séptimo hijo
—Cuando yo era niño —dijo el señoEliot—, tenía que trabajar durante lavacaciones. Mi padre me hacía trabaja
anto, que tenía que pasar tres semanaen el hospital antes de poder regresar a escuela.
—Pero David tiene sólo un día dvacaciones —le recordó la señora Elioal tiempo que vertía ginebra en un vaso.
—Estoy consciente de ello, querid
—replicó el señor Eliot, arrebatándolel vaso para bebérselo—. Y déjamdecirte que un día me sigue pareciend
demasiado. Si a mí me hubiera
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 313/322
expulsado del Colegio Beton mi padrno me habría vuelto a hablar jamás. Dhecho, me habría cortado las orejas par
que no pudiera oírlo en caso de que mdirigiera la palabra por error.
Ambos estaban sentados en la sal
de estar de su casa del paseo Wiernotten la ciudad de Londres. Edward Eliofumaba un puro. Eileen Eliot, mientra
anto, acariciaba a Ginebra, su gatsiamesa consentida. Acababan de comeensalada de jamón, preparada al mápuro estilo vegetariano, sin jamón.
—Tal vez deberíamos llevarlo acine o algo así —sugirió nerviosa lseñora Eliot.
—¿Al cine?
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 314/322
—Bueno… o a un concierto… —¿Estás loca? —El señor Eliot di
un manotazo. Se echó hacia adelante
apagó su cigarro en el lomo de la gataEl animal lanzó un chillido y dio ubrinco, desgarrando las medias de l
señora Eliot y, de paso, parte de spierna—. ¿De dónde sacas que tenemoque llevarlo a algún lado? —preguntó e
señor Eliot. —Tienes razón, mi amor —solloza señora Eliot mientras volcaba el rest
de la ginebra en su pierna para detene
a hemorragia.Entonces se abrió la puerta y entr
David.
Había cambiado desde su partida
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 315/322
a Granja Groosham. Ahora era mádelgado, más grande y más sabioSiempre había sido un niño tranquilo
pero ahora se notaba algo extraño en ssilencio. Era como si hubiera un murentre él y sus padres. Y cuando lo
miraba, su mirada era suave, casdespiadada.
El señor Eliot miró su reloj.
—Bien, David —dijo—, te quedasiete horas y veintidós minutos de tu díde vacaciones. ¿Por qué no vas a cortael césped?
—Pero es césped artificial —protestó la señora Eliot.
—¡Pues entonces que lo lave!
—Lo que tú digas, querido. —L
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 316/322
señora Eliot le lanzó la mejor de susonrisas y luego se desmayó por lpérdida de sangre.
David suspiró. Siete horas veintidós minutos. No se habípercatado de que faltaba tanto tiemp
odavía.Levantó la mano derecha. —¿Qué es eso que llevas en l
mano? —le preguntó su padre.David murmuró unas palabras. No hubo bocanadas de humo n
destellos de luz. Pero fue como si en es
momento alguien hubiera sacado unfoto de sus padres y éstos se hubieraquedado paralizados en esa escena. L
señora Eliot quedó con medio cuerp
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 317/322
fuera de la silla, a punto de caer en lalfombra. El señor Eliot estaba a puntde decir algo, así que se quedó con l
boca abierta y con la lengua entre lodientes.
El conjuro había sido simple, per
o suficientemente efectivo como parque sus padres se quedaran así durantas siguientes tres semanas.
David, pensativo, frotó su anilloHabía articulado las palabras de podecon perfecta pronunciaciónProbablemente la señora Windergas
diría que tres semanas era demasiadiempo, que unas cuantas horas habría
bastado; pero, por otra parte, tambié
era una perfeccionista, así que todos lo
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 318/322
hechizos que David había aprendido della tendían a ser sumamente fuertesQuizá él era un poco demasiad
entusiasta.Subió a su cuarto y se recostó en l
cama. Una malteada de chocolate s
materializó en el aire y llegó flotandhasta él. Estaba pensando en el próximperíodo de clases en la Granj
Groosham. Él y Julia tomarían suprimeros cursos avanzados durante everano: telepatía, control del climamodelado en cera y —el má
complicado de los cuatro— sacrificiode sangre II.
¿Y luego qué? Dio un sorbo a s
malteada y sonrió. Le había quedad
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 319/322
perfecta —espesa y con muchchocolate—. Todavía se sonrojabcuando recordaba de su primer intento
En clase de cocina, lanzó un conjurpara preparar una malteada perfectaplátano con dos bolas de helado. Pero s
olvidó de incluir un vaso. Hacía pocque se había acostumbrado a supoderes y apenas comenzaba
disfrutarlos.¿Qué haría después con ellos¿Magia negra o magia blanca? ¿El bieo el mal?
Esa decisión la dejaría para máarde —por lo menos hasta que aprobar
sus exámenes—. Y David estaba segur
de que los aprobaría. Era el séptim
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 320/322
hijo de un séptimo hijo. Y nunca en lvida se había sentido tan bien comahora.
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 321/322
ANTHONY HOROWITZ (5 de abril d1956) es un novelista y guionistbritánico. Ha escrito más de cincuentibros, entre los que se encuentra
numerosas novelas para niñosncluyendo las series The Power oive, Alex Rider y The Diamon
rothers. También ha escrito vario
8/16/2019 La Granja Groosham - Anthony Horowitz.pdf
http://slidepdf.com/reader/full/la-granja-groosham-anthony-horowitzpdf 322/322