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SUPLEMENTO CULTURAL No. 164 - 8 DE SEPTIEMBRE DE 2014 - AÑO 4 DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN El antipoeta chileno Nicanor Parra cumplió cien años el pasado 5 de septiembre. “Parra, sofisticadamente popular, simplifica, pero cada palabra, cada verso, es un abismo moral inmarcesible. Parra nos pone frente a frente con la muerte, con la vida, riéndose, riéndonos. Un humor serio, sardónico, ¿sa- tánico? Siempre lo he leído así: palmazos en la cara, coscorrones en la cabeza”. Sebastián Gómez Matus M. [Celebramos el Centenario de Nicanor Parra con textos de Sebastián Gómez Matus M. y J.C. Ramírez Figueroa] Durante medio siglo la poesía fue el paraíso del tonto solemne. Hasta que vine yo y me instalé con mi montaña rusa. Suban, si les parece. Claro que yo no respondo si bajan echando sangre por boca y narices. [Nicanor Parra, La montaña rusa]

La Gualdra No. 164

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SUPLEMENTO CULTURAL No. 164 - 8 DE SEPTIEMBRE DE 2014 - AÑO 4 DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

El antipoeta chileno Nicanor Parra cumplió cien años el pasado 5 de septiembre. “Parra, sofisticadamente popular, simplifica, pero cada palabra, cada verso, es un abismo moral inmarcesible. Parra nos pone frente a frente con la muerte, con la vida, riéndose, riéndonos. Un humor serio, sardónico, ¿sa-tánico? Siempre lo he leído así: palmazos en la cara, coscorrones en la cabeza”. Sebastián Gómez Matus M.

[Celebramos el Centenario de Nicanor Parra con textos de Sebastián Gómez Matus M. y J.C. Ramírez Figueroa]

Durante medio siglo

la poesía fue

el paraíso del tonto solemne.

Hasta que vine yo

y me instalé con mi montaña rusa.

Suban, si les parece.

Claro que yo no respondo si bajan

echando sangre por boca y narices.

[Nicanor Parra, La montaña rusa]

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2LA GUALDRA NO. 164 / 8 DE SEPTIEMBRE DE 2014 / AÑO 4

. 164 Príncipe en la tierra

3. Baobabs (II)Por Gabriel Luévano Gurrola

Tinta de la Revolución[A propósito de Bibliografía Literaria de la Revolución Mexicana]Por Edgar A. G. Encina

Nicanor Parra y el PopPor J. C. Ramírez Figueroa

Diario de MateoPor Mateo Estrada Gaviria

Stephen King y la sociedad gringaPor Carlos Flores

Desayuno en Tiffany’s, mon kuPor Carlos Belmonte Grey

Castillo de sal si puedes Por Ester Cárdenas

Choques, rupturas, espectros: Avatares de la frontera en el arte tijuanense, de Alfredo González ReynosoPor Karla Villapudua

El charrito PrimitivoPor Alberto Huerta

La ciudad tiene memoria, quiere ser lagoPor Edgar Khonde

NandoPor Pilar Alba

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La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

Carmen Lira SaadeDir. General

Raymundo Cárdenas VargasDir. La Jornada de [email protected]

Jánea Estrada LazarínDir. La Gualdra

[email protected]

Roberto Castruita y Enrique MartínezDiseño Editorial

Juan Carlos VillegasIlustraciones

[email protected]

A Marco Casillas

[1962-2014]

Apenas el jueves pasado, al recibir los dos textos que enviaron amigos colaboradores chilenos para festejar el centenario de Nicanor Parra, pensaba que era una fortuna llegar a los 100 años vivo y feliz, saludable y alegre, como el antipoeta chileno. Reflexio-naba además que el año 2014 había es-tado cargado de muertes, una tras otra, y que era maravilloso festejar el cum-pleaños de este poeta vivo y no sólo conmemorar el día de su nacimiento.

Yo no sé si efectivamente esté muriendo más gente que antes, o como dijo un amigo: muere la misma cantidad, pero la edad nos hace poner más atención. No lo sé. Lo cierto es que, lo confieso, ahora hasta miedo me da entrar a las redes sociales por la mañana; últimamente me invade esa sensación de que me puedo enterar en cualquier momento que alguien más, relacionado con el medio, ha fallecido.

Y así ocurrió este viernes pasado por la mañana. Recibí la noticia de que nuestro muy querido amigo, Marco Casillas, había muerto durante la ma-drugada. Sobra decir que la tristeza me invadió por completo. Marco, el Lobo Mayor, fue colaborador de La Gualdra; desde el inicio abrazó este proyecto con alegría y optimismo. Eventualmente me mandaba colaboraciones y muy seguido conversábamos sobre el contenido se-manal gualdreño. Este espacio editorial, como siempre lo he dicho, tiene vida gracias a la generosidad de los colabo-radores y al interés de los lectores; y Marco siempre estuvo presente.

Lo conocí hace años, cuando él era conductor de radio. Admiré siempre en él su capacidad de análisis crítico, sus comentarios a veces mordaces pero siempre inteligentes, su ácido sentido del humor. Agradecida estoy con él también porque siempre mantuvo las puertas abiertas al diálogo; compartía solidariamente sus conocimientos y su experiencia con quienes le pedían una opinión o un consejo relacionados con el periodismo. Fue periodista, escritor, crítico. Fue mi amigo.

Nació en Durango en 1962, pero desde muy niño llegó a Zacatecas. Amaba a los dos estados. Vivía aquí pero parte de su corazón siempre estuvo en tierras durangueñas, donde finalmente falleció el 5 de septiem-bre, recién cumplidos los 52 años: “Murió tranquilo, se fue con mucha paz, su alma ahora es libre, como él solía ser”, me escribió su compañera Norma, su Güereja, ese día por la mañana.

Con esa idea me quedo, con la de que ahora es libre del todo, del dolor, de la enfermedad, de los problemas de este mundo. Confío en que está en un lugar mejor. Abrazo desde aquí a Norma, a sus hijos… y a la gran K.Nuta.

Va para él, para ustedes, un frag-mento de “Hay un día feliz”, del poeta centenario Nicanor Parra:

¡Buena cosa, Dios mío!, nunca sabe uno apreciar la dicha verdadera, cuando la imaginamos más lejanaes justamente cuando está más cerca. Ay de mí, ¡ay de mí!, algo me dice que la vida no es más que una qui-mera; una ilusión, un sueño sin orillas, una pequeña nube pasajera. Vamos por partes, no sé bien qué digo, la emoción se me sube a la cabeza. Como ya era la hora del silencio cuando emprendí mi singular em-presa una tras otra, en oleaje mudo, al establo volvían las ovejas. Las saludé personalmente a todas y cuando estuve frente a la arboleda que alimenta el oído del viajero con su inefable música secreta recordé el mar y enumeré las hojas en homenaje a mis hermanas muer-tas. Perfectamente bien. Seguí mi viaje como quien de la vida nada espera. Pasé frente a la rueda del molino, me detuve delante de una tienda: el olor del café siempre es el mismo, siempre la misma luna en mi cabeza; entre el río de entonces y el de ahora no distingo ninguna diferencia.

Jánea Estrada Lazarí[email protected]

Parra es la vid: 100 años de risangrePor Sebastián Gómez Matus M.

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8 de septiembre DE 2014 3

La muchacha sabe que los denuedos de la medicina no le devolverán a su padre. Si ha de recuperarse, si volverá de las tinieblas ade-lantadas que lo tienen medio cadáver (con la energía suficiente para no pudrirse desde ya), va a ser por un golpe de suerte, repentino, irra-cional, casi divino, por rápido e impredecible, arcano como el sueño que tuvo.

El viejo, de barba y bigote descuidados, cortados al desgaire por él mismo con las tijeras que usaba para cercenar abrojos y mo-delar truenos, le parece inflado, lleno de aire, y se le antoja un cascarón abandonado por la consciencia (lo único que hacía identificar que estaba vivo cuando se quedaba sentado, bruñido de sudor, manchado el mono de bosta y cieno, casi sin respirar pero feliz, distante de las figuritas de caballo, cisne o persona que tan maravillosas le salían) de que en la puesta de sol había un misterio conocido, el que precisamente se llevó a su esposa de un día a otro, con facilidad, como el descenso de la flama redonda, contenida, universal en su propia muerte.

“Ya no lo verás”, se dice la mujer con voz neutra, luego alicaída, presintiendo su propia inflexión. “Ya no porque tuviste el tino de caer

primero, minutos antes de que cayera sobre mí la noche, mientras intentaba, olvidada de gritar a la vieja pelirroja que llamara una ambulancia, des-pertarte con golpecitos desesperados en el pecho y la barriga, pellizcándote las lonjas, poniéndote trapos húmedos en la frente, besándote las ma-nos, la boca y los ojos, y todo lo imaginable para una bruta como yo, padre, que hasta recé a pesar de haber perdido la fe en un ser supremo, de ha-berlo sustituido por la esperanza de las historias que me contabas, los libros que me leías. Espe-ranza en pequeños príncipes y pilotos perdidos en el desierto que se volvían escritores”.

En su cama, ajeno a la súplica fría y orgu-llosa que estallaba en los ojos de la joven mu-jercita, el cuerpo limpiado de tierra y desnudo, enfundado en una sencilla y aséptica bata, dor-mía un sueño sin sueños, falsamente, como el foco de mala calidad que después de presionar el interruptor sigue lanzando los residuos de su luz y continúa luchando contra la penumbra que poco a poco lo absorbe, como si él estu-viera contemplando una realidad mejor, tras haber terminado su último trabajo, consigo mismo, confeccionando la figurita de un mori-bundo en su carne para colocarla en esa cama triste y solitaria, para incendiarla lentamente.

La muchacha siente que su padre le ilumina zonas dañadas y ocultas de su mente, mejor que el infalible sistema de alumbrado que sacan relumbres a la miseria ahí y en todos los hospitales del mundo. Intuye, dentro de esos reductos iluminados por la cera consumién-dose del comatoso, una habitación a medio cerrar. Al abrirla completamente y adentrarse en ella, otra noche más difícil de penetrar, la marca de una vida entregada a la extrañeza y a la soledad le da la bienvenida, obligándola a salir del cuarto, atravesar el pasillo, ignorar al guardia que la camelaba, dar la cara a la pareja que sube bufando la rampa para sillas de rue-das. Sabe con exactitud que ya no volverá a ver nunca a su padre, al menos en esta dimensión y esta realidad violenta, primero porque las evidencias de su pesadilla le descubren una epifanía incontrovertible y, segundo, y tal vez más importante, porque ya ha tomado una decisión para no quedarse sola.

Los advenedizos se detienen al verla: un hombre y una mujer maduros, de unos cin-cuenta años. La muchacha confirma, sin el regusto amargo que hubiera sentido de niña, que su patrona no es pelirroja natural. Su pelo ostenta un negro opaco y ceniciento (segura-

Príncipe en la tierra3. Baobabs (II)Por Gabriel Luévano Gurrola

Literatura

Vincent van Gogh. Sala en el Hospital de Arles. 1889. Colección de Oskar Reinhart Am Römerholz, Winterthur , Suiza.

mente las circunstancias trágicas le impidieron ir a pintárselo, o le hicieron olvidar el turbante que le gustaba usar para cubrir la mentira). Un sinfín de arrugas le surca el rostro blanco y su complexión comienza a ser castigada por la edad, aunque todavía puede considerarse una mujer atractiva y dominante, cosa que confir-maba el hecho de que el hombre, delgaducho, pálido, apocado, se mantenía detrás de ella.

“¡Qué dolor, preciosa! En verdad lo lamento mucho. ¿Qué dicen los doctores? ¿Es probable que se recupere? Oh, perdona, déjame tomarte de las manos. Oh, aún vive, ¿cierto?”, le dice. “Cayó en coma. Dice el doctor que todavía no determi-nan si fue el infarto o la caída, o ambos, lo que provocó su estado”, responde la muchacha, ya con ganas de irse, pensando, un poco sorpren-dida: “yo estaba enamorada de esta mujer, de esta vieja, de esta zángana”.

Efectivamente, de niña, cuando su padre fue contratado por la pelirroja tras ser despe-dido de su puesto de conserje en una escuela privada, había estado obsesionada con aquella mujer, hija de un político de medio pelo que en su lozanía tuvo un cuerpo extraordinario y un sinnúmero de hombres que hacía pasar a la casa mientras el esposo trabajaba de burócrata en la secretaría de hacienda. Ella había visto hombres de todo tipo, guapos en su mayoría, hacerle el amor infinitud de veces en los sofás, la cocina, o en el mismísimo jardín, amparada por las figuras que modelaba su padre.

“¿Quieres que te llevemos a casa para que descanses? Nosotros podemos hacer la guardia unas horas, en lo que duermes y comes algo”. “No, a casa no. Pero me pueden ayudar con unos cien pesos, si se puede, y dejándome cerca de algún centro comercial”. “Lo que quieras, hija, ahora te llevamos”.

La muchacha sube a la monstruosa camio-neta de la patrona, a su lado. El esposo vejado ocupa un asiento trasero. Ella mira por última vez, entumecida y callada, contestando apenas a las preguntas de la mujer en el volante, las calles sucias, los ridículos monumentos, la ac-tividad de la gente, su inercia. Antes de bajar en el estacionamiento de la tienda agradece sin mirar, baja y casi corriendo entra a la enorme edificación. Está amaneciendo y ha de ser el primer cliente.

El corazón le retumba por dentro. Cree que se desmayará en cualquier instante, pero saca pecho, avanza entre pasillos impecables, llantas, juguetes, ropa, hasta llegar a la zona de jardinería. Piensa, en medio de los artefactos que su padre usó tanto, en cuántas veces le contó la historia del príncipe que quería ami-gos, en las ganas de comer los altos frutos del naranjo que lo hicieron sacar la vieja escalera sólo para resbalarse, en su pesadilla y el presa-gio que representaba ese otro árbol enorme en medio de la colina. Presagio que interpretó mal, porque era cierto que alguien moriría, pero no el padre, que en ese momento abre los ojos y dice el nombre de la muchacha que es vista por los empleados, más bella que nunca, más sola y equivocada, con una cuerda que se dispone a pagar, y con la cual fabricará un columpio en el primer baobab que encuentre (como los que le hacía el viejo), o con la que lo escalará, para allá arriba, junto a las estrellas, ahorcarse.

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LA GUALDRA NO. 1644

Tinta de la Revolución[A propósito de Bibliografía Literaria de la Revolución Mexicana]

Por Edgar A. G. Encina

Libr

os

I. Para la ficha técnicaDice Walter Benjamin en su texto “Traslado mi biblioteca”, que “De todas las formas que hay de adquirir libros, la más noble es escribirlos uno mismo”.1 Es ese el primer lugar en que Fernando Tola de Habich (Lima, 1941; hablandoconlosfantasmas.com) sitúa su Bibliografía literaria de la Revolución Mexicana. 2 Una forma más de las Bibliotecas de Bibliotecas. Una forma de Libro que hace de biblioteca, o de reflejo de ella.

Esta gruesa Bibliografía literaria…, compuesta por casi 500 páginas, es fundamental para la disertación, la investigación, la comprensión de la escritura imaginaria de la Revolución de México (1910 a 1917, según la historiografía oficial). El cuidado de la edición a cargo de Factoría (www.factoriaediciones.com) pone sobre la mesilla del estudioso e interesado algo así de 506 autores y mil 57 libros, de los cuales 330 son de ficción, 262 memoras, 464 que no son memorias ni ficción, además de 219 libros que el autor no conoció en físico. Es un libro limpio, comprensible en su estructura y fino en los talles que se olvidan. Toda la producción registrada concierne a la ficción datada de 1910 -con la muerte de los Serdán- a 1940 -con el fin del sexenio de Lázaro Cárdenas-.

Bibliografía literaria…, compone el listado de autores y obras, sobre todo, que Tola de Habich ha visto, tocado y poseído en alguna de sus bibliotecas, ya la que dejó en la Casa de la Cultura de Puebla o ya la que alimenta a diario en Moiá, Barcelona. La labor del peruano no es espontánea. La labor del peruano surge del amor bibliófilo. La labor del peruano se alimentó del conocimiento-disertación de producciones como: Bibliografía de la Revolución Mexicana de Roberto Ramos, Biblio-grafía de Novelistas de la Revolución Mexicana de Ernest Moore, Biogra-fía… de John Rutherford, Fuentes de la historia contemporánea de México de Luis González, que anota sus valías y delinea apenas sus faltas.

Bibliografía literaria…, no comprende poesía, teatro, biografías, ensayos teóricos, artículos periodísticos, libros anónimos y contex-

tuales. Es un libro que habla sobre libros. Producto del “trabajo aburrido, soso, a veces detestable, siempre incompleto, eternamente poco agradecido, [que sí] tiene ilustres censores”. Fue elaborado sin recibir apoyo económico o físico de particulares u oficiales, ni colaboración de asistentes o ayudantes. El texto contiene ese aspecto que el autor llama de “un colec-cionista que va juntando, registrando y casi leyendo los libros conforme los encuentra en librerías o en catálogos (soy un excelente, afortunado y paciente rebuscados de libros). Es decir, todos los libros que aparecen registrados los he tenido en mis manos, los he comprado, han sido míos”. Bibliografía literaria…, termina por ser un libro que dice de otros libros para acabar en ese otro lado, donde el autor escribe libros que quisiera hubieran sido escritos y así Pro captu lectoris habent su afata libelli. *

II. Para la presentaciónDice Mario Vargas Llosa en Cartas a un joven novelista que una clave para que la obra se lea debe iniciar con una frase contundente, que transporte de golpe a otro

lugar, que lleve a la reflexión; que provoque al lector. 3 No lo he hecho. En falta he caído, como pecador. En vez de una frase contundente, he optado por citar a otro autor y luego escrito algunos párrafos con tecnicismos y encasillados en un formato de esquinas bien marcadas. Eso también es un truco estilístico-retórico. Eso es lo que he hecho. Como pecador, he decidido no expiar mis culpas con la mejor anéc-dota. Quizá funcione. Quizá sea dispensado. Quizá si lo redacto de esa manera ustedes (lector-auditorio) piensen que he pasado las de

Caín, padecerán algún pobre sentimiento y me esperarán al final para invitarme un trago.

Y, ya en eso de los trucos, también pasó por mi cabeza increpar al autor. Como quien da gritos al cielo vociferando contra alguna divinidad e implorando un cambio en su fortuna, pensé en esa tercera forma tan recurrida. Tirar la piedra al viento y si le pega a alguien cul-par al de mi izquierda o derecha, según sople el viento. Pude redactar chapuceras líneas en tono de cuestión como: ¿Pero, por qué no está el autor aquí?, ¿qué se ha creído? ¿Por qué nos envía su libro y a llenar un estante sin siquiera poner un pie en esta tierra santa donde las mujeres son vírgenes aún siendo abuelas? Insisto, ¿qué se ha creído, que aquí no hay Universidad sin grilla o intelectuales marrulleros o políticos que al cambiar de corbata creen que también lo hacen de piel y de moral? Pero no, no he podido hacerlo. Me he quedado con algunas coartadas, porque al encontrarme con Bibliografía literaria…, he tenido empatía por su autor. Su estudio introductorio es menos interesante que sus páginas. Cada ficha, cada obra referenciada es un ejercicio de imaginación. Un libro que es a su vez una biblioteca y una biblioteca que es a su vez un universo. La obra va más allá de la propuesta acadé-mica, es también un comunicado doloroso. El relato de viejos amores. Cada ficha, cada obra informada es un recuerdo de un ser querido. Un libro que es, a su vez, una biblioteca y una biblioteca que amorosa se prodigó con Tola para luego dejarlo y buscar otros ojos, otras manos, que la posean de nuevo. Buscadora de otros amoríos. Así que si el autor aquí no está es porque sufre de la enfermedad que aqueja a todo bibliófilo: teme salir de su biblioteca, teme que la devore el fuego o una plaga la engulla u otro infortunado enemigo la acabe; teme que éste sea un sueño y la puerta de salida no sea para volver, jamás. Temor del amante. Si ya antes donó 41 mil 941 ejemplares como quien da un caramelo o invita la ronda, quizá no esté dispuesto a nada más. En un castillo con paredes sin fin, se aferra al astillero. ¿Quién no lo haría? El plano arquitectónico, las cartas de una pasión, los vestigios de inter-minables sitios, es lo que presentamos hoy. El plano arquitectónico, las cartas de una pasión, el anhelo de todo bibliófilo por contar sus estantes y provocar el celo o la admiración o ambas. El plano arqui-tectónico, las cartas de una pasión, una novela que a su manera narra otras historias o, mejor aún, apunta la imagen de libros que cuenta. El planto arquitectónico, las cartas de una pasión en una Bibliografía… que es librería y biblioteca.

1. Walter Benjamin, “Traslado mi biblioteca” en el “Luminar” de Texturas, Madrid, Traducción de Cristina García Ohlrich, Número cinco, Mayo 2008, p. 10. A su vez, de Literarische Welt, Obras IV, 1931.

2. Fernando Tola de Habich, Bibliografía Literaria de la Revolución Mexicana, México, Factoría Ediciones, La serpiente emplumada, Primera edición, 2013, 474pp, más estudio y apartados.

La traducción más literal para Pro captu lectoris habent su afata libelli dice: “De la capacidad del lector depende el destino de los libros”. Se atribuye a Tereciano Mauro (siglo ii n.E.) en De litteris, de syllabis, de metris (Sobre la pronunciación, las sílabas y la métrica). Existe otra versión más extendida de la misma referencia: Habent sua fata libelli que aduce al destino fatal o no del libro y se desaparición o no de la memoria y la historia.

3. Cfr. Mario Vargas Llosa, Cartas a un joven novelista, México, Al-faguara, 2011.

Tola de Habich

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8 de septiembre DE 2014 5

Nicanor Parra y el PopPor J. C. Ramírez Figueroa*

Centenario de Nicanor Parra

“Sin Nicanor no hay Violeta”, es-cribió la mismísima Violeta Parra en su carta de despedida, antes de suicidarse en 1967 que, los que la han leído, describen como “brutal” y donde habla mal de todos, menos de su hermano ma-yor. Él mismo lo corrobora: “Yo inventé a la Violeta”. Y recuerda que la encontró tocando guitarra, cuando la familia ya estaba insta-lada en Estación Central y le dijo, con ojo clínico, que hacía “fol-clor radial, folclor comercial”. Le aconsejó que fuera a investigar al campo y ver cómo lo hacían las cantoras campesinas. “Y pasó lo que pasó”, dice orgulloso.

La anécdota, recogida en el libro La vida de un poeta (Edi-ciones B, 2014), es una muestra contundente del interés -y la influencia- de Nicanor Parra en la música popular. Él, es definido por sus cercanos como un meló-mano, capaz de escuchar durante meses un mismo disco, bailarlo y aprenderse las letras de memoria.

Abba, Madonna yThe Rolling StonesCristóbal “Tololo” Ugarte, re-cuerda a su abuelo manejando de Santiago a Las Cruces, escu-chando la radio. De esos viajes nació su obsesión por Abba -compartida por Roberto Parra, quien cantaba “Chiquitita”- o su interés por “Angie” de los Rolling Stones, a quien siempre ha prefe-rido por encima de los Beatles.

“Le interesa muchísimo el punk, especialmente los Sex Pistols”, dice Matías Rivas, director de publi-caciones de la UDP su casa edito-rial. “Es que su formación musical puede entenderse como un corre-lato de la literaria. Si en poesía podía mezclar el existencialismo y humor oscuro de Shakespeare con la cultura y habla popular chilena, en música no tenía problema de pasar por la clásica, la cueca o el punk rock”.

También le interesa Madonna. De hecho hay una vieja foto de principios de los noventa donde

contempla un poster intrigado y un artefacto donde aparece el famoso beso con Britney Spears. Tololo dice que le interesó cómo conmocionó a la opinión pública con su libro Sex (1992).

Bob DylanBob Dylan durante sus visitas a Chile ha tratado de contactarlo. Parra no ha podido -o querido- y ha debido excusarse. Tienen como amigo en común a Allen Ginsberg y es altamente proba-

ble que éste le haya pasado una copia de Antipoems (1960) en la edición de City Lights, editorial/librería de Lawrence Ferlinghetti que el cantante frecuentaba. El antipoeta lo admira.

En la película Retrato de un antipoeta (2009) analiza la ve-loz canción “Tombstone Blues” del disco Highway 61 Revisited (1966). Dice que estaba revi-sando libros en Ámsterdam cuando la escucha. “Pucha, dije yo. ¿Qué canción es ésa? ¡Qué ma-ravilla más grande!… La letra la recuerdo. Tombstone blues es más que triste que las recachas”, dice. Considerando la altísima discre-ción con que Dylan se maneja y su conexión con Chile (cantó en un homenaje a Salvador Allende en Nueva York 1974 y luego con-

versó sobre Víctor Jara con su viuda, Joan Turner), el encuentro de estos dos señores rurales -Parra, de San Fabián de Alico y Dylan de Duluth, Minnesota- el encuentro habría sido épico. Patti Smith también ha llegado -algo tarde- a Parra, gracias a Bolaño más que a Dylan, pero éste tampoco ha que-rido encontrarse con ella.

El rock chilenoLos Chancho en Piedra inauguraron una fruc-tífera relación de Parra con el rock chileno de la era noventera. Ellos volvieron funk rock “Sinfonía de Cuna”, el texto inaugural de Poemas y Antipoemas (1954). Lalo Ibeas recuerda que gracias a Colombina Parra, ob-tuvo la aprobación para esa versión. Aunque ésta no es su primera incursión en el pop: ya había trabajado con Congreso en 1992 para el disco Pichanga: profecías a falta de ecua-ciones. Un disco de fusión encargado por la Unicef, que gira en torno a los derechos del niño. Un disco que le gustó mucho fue el Caída libre de los Ex. Además de escuchar a su hija tocar la guitarra eléctrica, bautizó su proyecto Besos con Lengua -él bautizó así a la banda de Colombina, Juanita Parra y Ximena Cubillos. También alucinaba con todo lo que sacaban Los Tres, a quienes conoció por la relación de su cantante con su hermano Ro-berto. Hace poco, Rivas le mostró Bloque De-presivo, el proyecto de Álvaro Henríquez con El Macha. Al primero lo recordaba perfecto: “Ése se las sabe todas”, le dijo al editor. Sobre el segundo dijo no conocerlo pero dijo que “Ése tiene nombre de bravo”. Rivas dice que “Parra entiende perfectamente a los músicos, si vienen a su casa los va a atender bien. Incluso participó en especiales de la MTV de los ´90 cuando vivía en La Reina con Colombina. Tam-bién lo he encontrado escuchando música elec-trónica y sonidos rarísimos. Parra cacha todo”.

Tangos y cuecasA Parra le gusta escuchar en su casa cueca apianada y de la brava. Todo el día. Al punto que algunos cercanos prefieren irse a otras piezas. “¡A éste no le gusta la cueca!”, acusa Parra mientras tararea o zapatea. De hecho el mismo antipoeta tiene al menos una decena de letras de canciones, destacando “El chuico y la damajuana”, “La cueca de los poetas” y “Cueca larga”, musicalizadas por Violeta o “La vieja verde” que trabajó Ángel Parra. En el último tiempo le dio por el tango, es-pecialmente Gardel. Pero también le gusta hacer un test, preguntando sobre “Los maes-tros italianos”. “Siempre me pregunta cuales son esos 3, como haciéndome una prueba y yo le respondo: Corelli, Vivaldi y Albinioni”, se ríe Tololo.

Desde Bob Dylan a Violeta Parra, pasando por “Angie”, Abba y

Madonna. A Nicanor Parra le interesa la música demasiado, hasta

el día de hoy sigue bailando al ritmo de la cueca y el tango. Una

aproximación a sus gustos musicales.

* Desde Santiago de Chile. Director de Lucha Libro, http://luchalibrola.com

@jcramirezf

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Sin embargo, lo más difícil es la simpleza. La vilipendiada simpleza, la malentendida. La dada por simple. Bolaño escribió so-bre la obra de Parra: Primer requisito de una obra maestra: pasar inadvertida. ¿De cuánto tiempo dispondremos para dique-lar tamaña obra? No importa; el tiempo nunca ha sido un problema en poesía: es una herencia. Todos todavía buscamos el tiempo despilfarrado de Parra. Hay veces que escucho versos de sus antipoemas en las calles de Santiago, del sur de Chile. Del norte. Su poesía está allí. Hay poemas suyos en todas direcciones, es una sonda pulpo que imanta todas las escarificaciones del lenguaje. No es justo evaluarlo, cote-jarlo ahora que cumple cien años. Es una celebración, un triunfo de no se sabe qué. Pudo haber muerto treinta años antes, y su potencia sería igual. La mayor producción poética de Parra va de su juventud hasta la década de los ochenta; entiéndase por esto libros de poesía. Después empezó a jugar de una manera mucho más virulenta con el lenguaje, donde cada cosa que ha-cía resultaba una instalación, dispositivos, artefactos que aún no cumplen su fin a cabalidad. Si hay un fin en el juego, en el lenguaje. Parra hizo tiempo.

Nicanor Parra cumplió cien años dis-trayendo a la policía (poesía) este 5 de septiembre. En Chile hay una cantidad innúmera de actividades. Entre ellas la reedición de sus Artefactos, la edición de una biografía (la única), la exposición de toda su obra plástica en la Universidad Diego Portales, que durante los últimos

años ha reeditado prácticamente sus obras completas, libro a libro. Incluso Temporal, aparecido ha cosa de unos meses, libro que estuvo perdido durante 25 años. Sólo resta invitar a quienes no lo hayan leído, que curioseen por ejemplo la antología del FCE, que revisen en los archivos de hoy, la documentación de todo un siglo a cargo de una voz que en el fondo de su risa, grita; y en el fondo de su grito, llora amenazando con ponerse un balazo. Y no olvidar: un poeta no tiene biografía. ¡Sursuncorda!

Nicanor Parra(selección de poemas a 100 años de su nacimiento)

EpitafioDe estatura mediana,con una voz ni delgada ni gruesa,hijo mayor de profesor primarioy de una modista de trastienda;flaco de nacimientoaunque devoto de la buena mesa;de mejillas escuálidasy de más bien abundantes orejas;con un rostro cuadradoen que los ojos se abren apenasy una nariz de boxeador mulatobaja a la boca de ídolo azteca-todo esto bañadopor una luz entre irónica y pérfida-ni muy listo ni tonto de rematefui lo que fui: una mezcla de vinagre y aceite de comer¡un embutido de ángel y bestia!

Es difícil resumir un siglo en la vida de un hombre imaginario: el antipoeta Nicanor Parra. Es difícil hablar de cómo se habla, en la calle, por ejemplo, para pedir cigarros o cortejar (ése es el verbo) a una mujer, galán imperfecto. No obstante la dificul-tad, me permito comenzar abruptamente con una aseveración: el devenir poético de Nicanor Parra es el más grande de la poesía en todo el siglo que él vio morir. Con esto quiero decir que es el poeta más impor-tante de la lengua castellana, y por qué no, de todas las lenguas. No encuentro, y eso que hay, alguien tan profundamente abar-cador como Parra. Por supuesto es discu-tible, desde una infinidad de puntos, pero el acontecer histórico de esta vida no tiene parangón con la de otro poeta en el siglo XX. Y no tanto por su trayectoria como por lo poético mismo de su aporte. Aporte es una palabra vaga, entonces diré herencia. Parra es la vid. A lo que Parra responde, en inglés: Poetry, the illegitimate child of Mr. Reason & Mr. Mis(t)ery. Hablar en estos términos es sólo recalcar lo abstracto que se pone el lenguaje cuando se habla de poesía. No sucede esto con el chillanejo: Parra, sofisticadamente popular, simpli-fica, pero cada palabra, cada verso, es un abismo moral inmarcesible. Parra nos pone frente a frente con la muerte, con la vida, riéndose, riéndonos. Un humor serio, sardónico, ¿satánico? Siempre lo he leído así: palmazos en la cara, coscorrones en la cabeza. En la antipoesía, que podría ser la definición correcta de mundo, cabe toda la realidad contemporánea. Y más. Nicanor, según sus propias palabras, vio que la cosa no iba por las vanguardias, o que había vanguardias desactualizadas en el pasado, por recuperar. O que no hay vanguardia más adelantada que el lenguaje vernáculo, el de todos los días. La antipoesía de cada día. Así fue como llegó a la época medieval donde encontró una poesía popular, cana-llesca, que se condice directamente con el habla popular chilena de la época en que tuvo estos despertares estéticos, allá por los cincuenta. Ahí fue cuando cambió todo.

El Premio Nacional de Historia chi-leno Gabriel Salazar propone un concepto muy interesante: el sujeto popular, en con-traposición al sujeto (urbano). Parra dio con él en carne propia, enverbándolo. Se dio cuenta que en Neruda era demasiado evidente el esfuerzo por interpelar al pro-letariado; Nicanor, ni tonto ni perezoso, absolutamente moderno, ocupa el lenguaje suyo, el del roto chileno, para interpelar a quienquiera que lo lea; acompañándolo, conforme los años, de los lenguajes (ma-temática y física, por ejemplo) que am-pliaron su obra escrita a una obra plástica,

muy en los términos de Duchamp. Pero no. Toda la obra de Parra es una obra explíci-tamente política, definitivamente marcada por la experiencia del hombre en el siglo XX: la crisis de la modernidad y la crisis de la religión, presuntamente separadas. Es decir, la crisis del lenguaje (en tanto comu-nicación humana) y por tanto la crisis de las creencias. Esto, traducido a la realidad chilena, significó dos dictaduras: la de Car-los Ibáñez del Campo y la de Pinochet. El poeta fue de los pocos que se quedó en el país e hizo resistencia desde la Universidad de Chile, junto a Enrique Lihn entre otros, permaneciendo intocable, por la misma fuerza popular que ya arrastraba. Además, ya era visto como viejo loco por la Institu-cionalidad. Loco sí, pero nunca viejo. Fue tal vez la fracción más políticamente activa del país durante cien años. Aunque no gane el Nobel, lo cual incluso podría parecer una contradicción, la eternidad es suya. Sabe, según la epistemología borgeana del conocimiento: el pasado, más que el ciego mismo, por diablo y por viejo vial. Es el último toqui de una tribu fantasma: los poetas.

Nicanor no le habló a un segmento, de allí su magnitud; habló la lengua de la tribu. Daba lo mismo si se refería o no di-rectamente a ellos, porque ellos: el mundo, estaba de suyo implicado. Él mismo aclara su posición política, después de tantas polémicas: “¡Hasta cuándo siguen fregando la cachimba, no soy de izquierda ni de dere-cha. Yo simplemente rompo con todo!”. Ése simplemente es en particular muy decidor.

Parra es la vid: 100 años de risangrePor Sebastián Gómez Matus M.*

Cent

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Nicanor Parra

6 LA GUALDRA NO. 164

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Centenario de Nicanor ParraCartas a una desconocidaCuando pasen los años, cuando pasenlos años y el aire haya cavado un fosoentre tu alma y la mía; cuando pasen los añosy yo sólo sea un hombre que amó,un ser que se detuvo un instante frente a tus labios,un pobre hombre cansado de andar por los jardines,¿dónde estarás tú? ¡Dóndeestarás, oh hija de mis besos!

La montaña rusaDurante medio siglo la poesía fue el paraíso del tonto solemne. Hasta que vine yo y me instalé con mi montaña rusa.Suban, si les parece. Claro que yo no respondo si bajan echando sangre por boca y narices.

SoloPoco a poco me fuiquedando solo

Imperceptiblemente:poco a poco

Triste es la situacióndel que gozó de buena compañíay la perdió por un motivo u otro.

No me quejo de nada: tuve todo.

Perosindarmecuenta

como árbol que pierde una a una sus hojasfuime quedandosolopoco apoco.

FrasesNo nos echemos tierra a los ojos. El automóvil es una silla de ruedas. El león está hecho de corderos. Los poetas no tienen biografía.La muerte es un hábito colectivo. Los niños nacen para ser felices. La realidad tiende a desaparecer.Fornicar es un acto diabólico. Dios es un buen amigo delos pobres.

El hombre imaginariovive en una mansión imaginaria rodeada de árboles imaginarios a la orilla de un río imaginario

De los muros que son imaginarios penden antiguos cuadros imagina-rios irreparables grietas imaginarias que representan hechos imagina-rios ocurridos en mundos imaginarios en lugares y tiempos imaginarios

Todas las tardes tardes imaginarias sube las escaleras imaginarias y se asoma al balcón imaginario a mirar el paisaje imaginario que consiste en un valle imaginario circundado de cerros imaginarios

Sombras imaginariasvienen por el camino imaginarioentonando canciones imaginarias a la muerte del sol imaginario

Y en las noches de luna imaginaria

sueña con la mujer imaginaria que le brindó su amor imaginario vuelve a sentir ese mismo dolor ese mismo placer imaginario y vuelve a palpitar el corazón del hombre imaginario.

MadrigalYo me haré millonario una nochegracias a un truco que me permitirá fijar las imágenesen un espejo cóncavo. O convexo.

Me parece que el éxito será com-pletocuando logre inventar un ataúd de doble fondoque permita al cadáver asomarse a otro mundo.

Ya me he quemado bastante las pestañasen esta absurda carrera de caballosen que los jinetes son arrojados de sus cabalgadurasy van a caer entre losespectadores.

Justo es, entonces, que trate de crear algoque me permita vivir holgada-menteo que por lo menos me permita morir.

Estoy seguro de que mis piernas tiemblan,sueño que se me caen los dientesy que llego tarde a unos funerales.

La poesía terminó conmigoYo no digo que ponga fin a nadano me hago ilusiones al respectoyo quería seguir poetizandopero se terminó la inspiración.La poesía se ha portado bienyo me he portado horriblemente mal.

Qué gano con deciryo me he portado bienla poesía se ha portado malcuando saben que yo soyel culpable.

¡Está bien que me pasepor imbécil!

La poesía se ha portado bienyo me he portado horriblemente malla poesía terminó conmigo.

* Sebastián Gómez Matus M. nació en Chile, pero se considera un poeta ni chileno ni

francés: neotropical. Ha escrito al menos una decena de libros impublicables. Caminante

impenitente, ha recorrido todo el continente americano buscando a un fantasma que tiende a

multiplicarse en los frutos del Neotrópico. Re-side en México DF (pero ya mero se va).

Nicanor Parra, foto tomada del blog Sinfónica Caótica

78 de septiembre DE 2014

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LA GUALDRA NO. 1648

Miércoles:[Sala-comedor. Un incienso con

lavanda aromatiza levemente; está encendido en la recámara oscura. Las ventanas que miran a la alameda es-tán abiertas. Vicentico desde Youtube. Concluye a las 23:15. Llueve]

Todo el día A. canta “Comienzo a creer que eso del amor es pura fantasía” [Julión Álvarez: Te hubieras ido antes]. Me gusta escucharlo.

Dormí al mediodía. Me desvelé por andar con él. Pasó anoche por mí. Salimos a taquear y por cerveza. Fui-mos al rancho. Lo hicimos allá. Teme que el arribo de su novia y familia sea en cualquier momento.

Estoy, otra vez, en un amasiato de clóset. Soy lo prohibido. En esta histo-ria no conoceré a sus amigos, aunque sean gay; tampoco a su familia; menos a su novia.

En el sueño del mediodía fui pa-dre. El bebé era hermoso. Jugaba con él en un parque. Lo alzaba y él reía. El sueño me tiene de buen humor.

Don Sinesio Berumen contó que los dueños del edificio son “de los ma-los”. Dijo que en Jerez no los aprecia-ban, pues además de afear al pueblo (porque el edificio es más alto que las torres del santuario), el caserón está vacío y sólo lo habitan los de “camio-netas para el tamborazo”.

Esta tarde escuché con calma a don Sinesio. Le acepté dos torres

campechanos y un Javier Solís de casete.

Además de los dueños del edifi-cio, don Sinesio relató los avatares de su sobrino, el poeta: se llama Ramón, vive en Deefe, es abogado y labora en el gobierno (como todo zacatecano).Jueves:

[Mesa seis de 9 Vidas Coffee Art. Benjamin Biolay desde Spotify. Con-cluye a las 20:30. Llueve las sobras de Norbert del Pacífico y Dolly del Golfo]

Chicharito es portada en El País. Sí. Chicharito papá está en el Real Ma-drid. Pronto lo veremos modelando chones como James Rodríguez.

Otro que sigo es Ponchito Gonzá-lez, el 15 del Atlas.

He vuelto a soñar un bebé. Esta ocasión el niño era un llorón incon-trolable. Hice de todo para compla-cerlo… pese al fastidio, imagino un hijo.Domingo:

[Sala-comedor. Las ventanas es-tán cerradas. Concluye a las 17:15. Lluvia de chipi.]

La novia y más llegaron el viernes al mediodía. La fiesta grupera invadió el edificio. Sí tengo interés de saber quién es ella.

Sí, tengo celos. Intento mitigarlos con güisqui barato y el ruido que provocan.Lunes:

[Sala-comedor. Las ventanas es-tán abiertas. Sensación de ábrego. Concluye a las 22:14. El ruido del piso dos es de algarabía… Mateo rumia al escuchar la voz de Andrés y decirle a alguien: amor]

Estuve en Fresnillo. Viajé en el bus Jerez-Fresnillo. La carretera es otra tierra. No la conocía. Me emo-cionó la presa y el tono del cielo. El camión es una barca de Noé: sube de todo; olores de todo; bailarines perceptibles; señores con bolsa de red; jóvenes con bebés. La música es de la IH.

Estuve en el Museo de la Ciudad (sita avenida García Salinas, junto al cine del pueblo). Allí revisé el catá-logo de obra y unos manuscritos de José Farías Galindo. Los documentos son revolturas.

La Fundación tiene más papeles, apuntes y obra de Goitia.

El fulano del dos sigue en lo suyo. Al subir lo encontré con su visita. Me saludó. Tengo celos…

Bitácora de gastos:Martes: 300 cerveza y condones.Miércoles: 150 periódicos y envío.Jueves: 80 9 vidas Coffee art.Viernes: 300 Tizoc.Sábado: 874 hipermercado.Domingo: 80 9 vidas Coffee art.Lunes: 580 viaje.Resto: 6139 pesos.

Fui víctima de la tentación y me di a la tarea de comprar algunas obras del escritor nortea-mericano Stephen King, atraído sobre todo por dos películas filmadas cuando apenas era yo un mozalbete, y que por la fascinación de mi madre por las cintas de horror tuve que verlas, lo que me provocó noches de insomnio y sudores fríos en la oscuridad de mi recámara. Me refiero a Carrie (1976) y El resplandor (1980).

Son dos filmes que han estado presentes en mi vida y que marcaron mi gusto por lo sobrenatural. Cómo olvidar el final de Carrie que seguramente hizo saltar a toda la audien-cia de su asiento, cuando Sue se acerca a llevar flores a la tumba de la telépata y una mano surge de intempestivamente de la tierra; o la escena de El resplandor cuando el pequeño Danny, pese a las advertencias, decide entrar a la habitación 237 y se encuentra con la mujer en la bañera. Más tarde, el valor de las películas aumentó cuando entendí que habían sido dirigidas por Brian de Palma y Stanley Kubrick respectivamente.

Pues bien, atraído por esas dos grandes producciones del celuloide, me animé a com-prar los libros, además de por su corto precio, y leí Carrie. La novela realmente me atrapó, la forma en que está narrada: una voz na-rrativa que relata la vida de la chica y una serie de documentos e informes que nos van dando cuenta de sucesos sobrenaturales y de la tragedia que arrasó a la pequeña ciudad de Chamberlain, se conforman para dar forma a una obra muy bien lograda.

El resplandor no se queda atrás, pese a ser una novela de más de 600 páginas se deja leer, es más, nos obliga a leerla, pues es un thriller sobrenatural con personajes magistralmente logrados, como los son Jack Torrance y su esposa Wendy, sin dejar de mencionar a los resplandecientes Danny y el señor Halloran. Con un final distinto al inolvidable y poderoso de la película de Kubrick, no nos decepciona, pues hay una infinidad de elementos que que-dan fuera del rodaje y que consolidan a King como un maestro de la novela.

Podrían muchos decir que es literatura ba-

rata, que es producto del marketing, e incluso que el autor no existe y son muchos los que crean su obra, como el fenómeno de Stephenie Meyer y muchos best sellers de la actualidad; lo cierto es que hay algo en la obra de King, un estilo único y que lo identifica, aún con su seu-dónimo de Richard Bachman, para describir la sociedad norteamericana y su mentalidad. Logra crear magistralmente una serie de per-sonajes que reflejan un espíritu enajenado y una psicología torcida, producto de una socie-dad conservadora, clasista y prejuiciosa como es la norteamericana. En sus páginas vemos desfilar profesores y médicos irresponsables, religiosos obsesivos y dementes, jóvenes que han perdido los valores, mafiosos que dejan eco de sus crímenes en un hotel en las mon-tañas, una serie de seres y acontecimientos que hacen que la obra de King parezca plana y superficial por la forma tan natural en que son descritos, pero que en realidad encierran a un gran observador, a alguien que comprende perfectamente la sociedad a la que pertenece, por lo que es fácil para él jugar con sus miedos.

Por Mateo Estrada GaviriaDi

ario

de M

ateo

Stephen King y la sociedad gringaPor Carlos Flores

Francois Xavier Fabre. Dos hombres desnudos (1766-1837). Óleo/tela. Colección privada.

Libr

os

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8 de septiembre DE 2014 9

Les combattants de Thomas Cailley¿Quién no se ha repetido ciertas las ci-tas a lugares comunes de sobreviven-cia? Decirse por ejemplo, “tengo que aprender a hacer una fogata sin cerillos y comprarme un cuchillo suizo por si un día me pierdo en medio del bosque o la jungla”, o “aquí me podría esconder si hubiera una guerra nuclear”. Y para sa-tisfacer nuestra urgencia de técnicas, nos quedamos estancados delante de la televisión viendo man vs wild y nos inscribimos en los Scouts.

Les combattants es el primer lar-gometraje de Thomas Cailley. Es una obra con grandes toques de ironía existencialista y guiños al surrealismo apocalíptico. Claro, sin dejar de lado una cómica chispa de romanticismo.

En Aquitaine, al suroeste de Fran-cia, un joven, Arnaud Labrède, trabaja en la empresa de carpintería familiar, dedicada principalmente a construir palapas de jardín, y parece tener ganas de mantenerla tras la muerte de su padre. Del lado de los clientes, aparece Madeleine Beaulieu, también joven de unos 20 años, preocupada por el fin del mundo, obsesionada con el apren-dizaje de técnicas de sobrevivencia y desprovista de todo atisbo de felicidad que la distraiga de su entrenamiento. Ambos, tienen el verano para decidir qué harán de sus vidas, estudiar una carrera, trabajar o meterse al ejército.

Estelarizada por la nueva vedette francesa Adèle Haenel y el casi debu-tante Kévin Azaïs, la película consigue

mostrar sutilmente la artificialidad de los discursos militares nacionalistas. Así, la crítica a los miedos de la su-pervivencia individual es trasladada a niveles nacionales. Reclutar más jóve-nes al ejército para, de ser necesario, proteger la patria y, seguramente, res-guardar la paz mundial.

En los cursos de entrenamiento se escucha la oratoria del dolor: “no sufrir” para vencer. La vacuidad de los argumentos que obligan a ponerse en situaciones extremas que, al menos en Francia, nunca podrían suceder. El carpintero se lo pregunta más o menos en los siguientes términos, para qué quiero saber destazar un animal o aprender a construir un refugio de bosque si en todos lados hay teléfonos, carreteras, internet y casas.

El director lo comentó tras haber visto uno de los cursos de inducción del ejército, “lo que era sobrecogedor y continuamente divertido, era el desfase entre las esperanzas de los jóvenes, sus fantasías guerreras, y la realidad de la armada”.

Cailley construye un argumento que llega a su clímax en una vorágine nube de cenizas que invade el bosque y engulle un pueblecito abandonado. La escena funciona como metáfora de la ausencia de sentido crítico ante la masividad de información redun-dante en los lugares comunes de hace más de medio siglo. Mismos que si-guen repitiéndose para legitimar la existencia de ejércitos invasores o más bien “metiches” para salvaguar-dar la vida de poblaciones.

En el Festival de Cannes 2014 la cinta fue reconocida con el premio de la International Confederation of Art Cinemas, el de la Federación Inter-nacional de la Prensa Cinematográfica (Fipresci), el de Cinema Label Europeo y el de la Semana de la Crítica. Espera-mos que de llegar a salas mexicanas no pierda la eficacia de su crítica. Y es que el contexto puede, quizás –aunque difícil de comprender-, legi-timar la sobrevivencia de institucio-nes armadas, al menos con objetivos patrióticos.

Año dos mil (primera de cuatro partes)El 22 de agosto se inauguró la 14ª Fe-ria Nacional Zacatecas del Libro 2014, cuya primera edición (y por varios años) fue organizada por el Instituto Zacate-cano de Cultura Ramón López Velarde y CONACULTA. Recuerdo muy bien que la primera sede fue en San Agustín, todo el mobiliario –estantería de metal- lo renta-ban a CONACULTA y el noventa por ciento de los expositores eran foráneos; había una gran expectación, la gente deseosa de una feria más profesional asistió y los stands más exitosos fueron los de Gandhi, Pentagrama (discos), la UNAM y un stand en el cual vendían todo lo relacionado con nuevas tecnologías: juegos, programas, et-

cétera (piratas). Los libreros locales fuimos invitados a participar y se nos aplicaba un descuento especial. En aquellos ayeres aún no existían las cadenas librescas de Educal y nosotros (librería André-a) formábamos parte de la Red Nacional de Librerías de CONACULTA, vendíamos su material y en las ferias del libro se nos invitaba a repre-sentarlos y el stand, por ser organizadores, se les obsequiaba, tenían libros maravillo-sos de arte ciencia, historia, etcétera. Fue un éxito. Hubo presentaciones de libros, talleres infantiles, exposiciones de carteles. Todos los participantes se anotaron para la siguiente feria. Sin embargo, hubo un cam-bio, la segunda feria cambió de sede, recién se había inaugurado el Museo Felguérez y

los organizadores locales decidieron que la siguiente edición de la feria fuese ahí. Como todos sabemos el Museo Felguérez es un espacio espléndido, pero la gente no asistió. Algunos de los participantes forá-neos querían retirarse, pero si lo hacían los vetaban en tres ferias (ya para entonces se organizaban en diversas partes del país). El siguiente año volvimos a la sede origi-nal pero ya no asistieron ni Gandhi, ni la UNAM, además la mayor parte de los parti-cipantes eran ferieros, o sea que las edito-riales no venían directamente. Los siguien-tes años la feria vinieron de más a menos ya que coincidían con un nuevo evento: El Festival de Teatro de Calle, las autoridades de cultura estaban más interesadas en este

nuevo suceso y dejaron de lado la feria del libro. La propaganda era escasa y el nuevo coordinador de la feria se negaba a sacar las bocinas para, con música clásica, llamar la atención, pues le parecía “ranchero”; los participantes decidieron, por su cuenta, mandar a hacer volantes a fin de invitar a la gente. La penúltima ocasión en que la feria tuvo como sede San Agustín, un día se cerró tres horas antes ya que se realizaría el desfile del Festival de Teatro de Calle y por cuestiones que aún hoy no alcanzo a comprender la feria tenía que cerrarse; ese mismo año CONACULTA recogió la estante-ría horas antes de la clausura. El siguiente y último año en San Agustín los participan-tes foráneos se redujeron.

Desayuno en Tiffany’s, mon kuPor Carlos Belmonte Grey

Castillo de sal si puedes Por Ester Cárdenas

Cine

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LA GUALDRA NO. 16410

La proyección de las películas se realiza de manera gratuita con fines culturales y educativos. Excepto 34 FIC, ESTRE-NOS (PURGATORIO, LA DANZA DE LA REALIDAD), 18 TOUR DE CINE FRANCÉS. Entrada general $30.00 Es-tudiantes con credencial y personas 3ª edad $20.00.

Miércoles 10, 18:00 Hrs. Entrada LibreCiclo en homenaje a Roman PolanskiLA MUERTE Y LA DONCELLADir. Roman PolanskiReino Unido / 1994/ 103 min.

Miércoles 10, 20:00 Hrs.FUNCIÓN DE ESTRENOEntrada general $30.00 Estudiantes con credencial y personas 3ª edad $20.00PURGATORIO, viaje al corazón de la fronteraDir. Rodrigo ReyesMéxico-EUA / 2013/ 80 min.

Jueves 11, 18:00 y 20:15 Hrs.FUNCIÓN DE ESTRENOEntrada general $30.00 Estudiantes con credencial y personas 3ª edad $20.00LA DANZA DE LA REALIDADDir. Alejandro JodorowskyChile-Francia-México/ 2013/ 130 mi-nutos

Viernes 12, 17:30 Hrs. Entrada LibreCiclo en homenaje a Roman PolanskiMACBETHDir. Roman PolanskiReino Unido/ 1971/ 140 min.

Viernes 12, 20:00 Hrs.FUNCIÓN DE ESTRENOEntrada general $30.00 Estudiantes con credencial y personas 3ª edad

$20.00PURGATORIO, viaje al corazón de la fronteraDir. Rodrigo ReyesMéxico-EUA / 2013/ 80 min.

Sábado 13, 17:30 Hrs. Entrada LibreCiclo en homenaje a Roman PolanskiLUNAS DE HIELDir. Roman PolanskiFrancia/ 1992/ 139 min.

Sábado 13, 20:00 Hrs.FUNCIÓN DE ESTRENOEntrada general $30.00 Estudiantes con credencial y personas 3ª edad $20.00LA DANZA DE LA REALIDADDir. Alejandro JodorowskyChile-Francia-México/ 2013/ 130 mi-nutos

Domingo 14, 12:00 Hrs. Entrada LibreLOS COCODRILOS: EL REGRESO(Vorstadtkrokodile 2)Dir. Christian DitterAlemania / 2010/ 90 min.

Domingo 14, 18:00 Hrs.FUNCIÓN DE ESTRENOEntrada general $30.00 Estudiantes con credencial y personas 3ª edad $20.00LA DANZA DE LA REALIDADDir. Alejandro JodorowskyChile-Francia-México / 2013/ 130 minutos

Miércoles 17, 18:00 Hrs. Entrada LibreCiclo en homenaje a Roman PolanskiREPULSIÓNDir. Roman PolanskiReino Unido / 1965/ 105 min.

AGENDA CULTURAL

SEPTIEMBRE 2014

MIÉRCOLES 10, 17 y 24

18:00 Hrs.

Todos al Centro Histórico

Miércoles de Danzón

Plazuela Miguel Auza

Coordina: Casa Municipal de

Cultura de Zacatecas

JUEVES 11, 18 y 25

19:00 Hrs.

Tradicional Concierto

Banda Sinfónica del Estado

Dir. Salvador García y Ortega

Plazuela Goitia

VIERNES 12, 19 y 26

19:00 Hrs.

Tradicional Concierto

Orquesta Típica de Zacatecas

Dir. Alfonso Naranjo

Mercado J. Jesús González Or-

tega

Entrada libre

SÁBADO 20

19:00 Hrs.

Sábados en la Cultura

Danza, Música y Teatro

Escalinatas del Antiguo Templo

de San Agustín

y Plazuela Miguel Auza

Coordina: Instituto Zacatecano

de Cultura “Ramón López Ve-

larde”

Casa Municipal de Cultura de

Zacatecas

DOMINGOS 14, 21 y 28

18:00 Hrs.

Tradicional Concierto

Orquesta Típica de Zacatecas

Dir. Alfonso Naranjo

Casa Municipal de Cultura de

Zacatecas

Entrada libre

Coordina: Casa Municipal de Cul-

tura de Zacatecas

SÁBADO 13

Celebración del IV Aniversario

de Sábados en la Cultura

Danza, Música y Teatro

12:00 Hrs.

Teatro para niños - Mis calcetines

de títeres al Teatro

13:00 Hrs.

Danza árabe para niños - Belly

Fantasy

17:00 Hrs.

Danza árabe - Shahdana

18:00 Hrs.

Teatro: Vikingos -Teatro en Mo-

vimiento

19:00 Hrs.

Trova - Caída Libre

19:40 Hrs.

Blues – Luis Díaz y Ensamble Azul

20:20 Hrs.

Rock and roll - Formula 1

21:00 Hrs.

Rock pop - La Granja

Escalinatas del Antiguo Templo

de San Agustín

y Plazuela Miguel Auza

Coordina: Instituto Zacatecano de

Cultura “Ramón López Velarde”

Casa Municipal de Cultura de

Zacatecas

SÁBADO 13

19:00 Hrs.

Crescendo Temporada de Con-

ciertos

Ensamble de Trompetas Rafael

Méndez

Dir. Raúl Valdés

Auditorio del Museo de Arte Abs-

tr5acto “Manuel Felguérez”

Preventa: $100.00, taquilla

$120.00

INSEN y estudiantes $60.00

Cupo limitado

MUSEOS Y GALERÍAS

MUSEO DE ARTE ABSTRACTO

MANUEL FELGUÉREZ

La Ruptura y sus antecedentes

Curaduría Lelia Driben

Sala de Exposiciones Tempora-

les I

Permanencia: 21 de septiembre

 

Lilia Carrillo: abstraccionismo lí-

rico, su legado a 40 años

Sala de Exposiciones Tempora-

les II

Permanencia: 21 de septiembre

 

La Conversación Cualsea

Sala de los Zacatecanos

Permanencia: 21 de septiembre

MUSEO ZACATECANO

Como han pasado los años. . .

Almanaques que pertenecieron a

la familia Pastrana,

Colección Humberto Carrasco

Permanencia: 31 de octubre

Acercamiento Histórico-Numis-

mático a la Batalla de Zacatecas

Colección: Dr. Luis M. Gómez

Wolschner

Permanencia: Enero 2015

FOTOTECA DEL ESTADO

PEDRO VALTIERRA

3G46F. 3 generaciones 46 fotó-

grafos de prensa y documenta-

les Guadalajara 2013

Permanencia: 28 de septiembre

GALERÍA ARROYO DE LA

PLATA

Exposición colectiva y venta per-

manente

Manuel Felguérez, Pedro Coro-

nel, Rafael Coronel, Emilio Ca-

rrasco, Juan Manuel de la Rosa,

Luís Felipe de la Torre, Francisco

de Santiago, Ismael Guardado,

Jesús Reyes Cordero, Tarsicio

Pereyra, Luis Enrique Gutiérrez,

Javier Cortez, Ángeles Perelló, Pe-

dro Valtierra, Armando Ezequiel

Haro, Eduardo Román Quezada,

Juan Carlos Villegas, Enrique Ba-

rajas Pro.

PROGRAMA CULTURAL TAURINOFERIA DE ZACATECAS 2014Septiembre 2014

Lunes 8, 16:00 Hrs.Evento: Audición de pasodo-bles de la Banda Municipal de Guadalupe. Lugar: Exteriores Plaza de To-ros Monumental.

Viernes 12, 13:00 Hrs.Evento: Tienta didáctica con los matadores Jerónimo y Jorge Sotelo, así como con-vivencia del matador Arturo Macías con alumnos de escue-las taurinas.Lugar: Plaza de Toros Monu-mental.

Sábado 13, 12:30 Hrs.Evento: Tertulia con el mata-dor Diego Silveti.Moderador: Juan Antonio de Labra.Lugar: Restaurante Arroyo. (Cava Domecq)

Sábado 13, 16:00 Hrs.Evento: Audición de pasodo-

bles de la Banda Municipal de Guadalupe.Lugar: Exteriores de la Plaza de Toros Monumental.

Domingo 14, 12:00 Hrs.Evento: Develación de la placa dedicada al matador Arturo Macías, como máximo triunfa-dor del serial 2013.Lugar: Patio de caballos de la Plaza de Toros Monumental.Organizan: Círculo Taurino Zacatecano, A.C., Juventud Taurina Zacatecas y Peña Brava de Sol.

Domingo 14, 13:00 Hrs.Evento: Conferencia “La época de oro del toreo mexi-cano en España”.Conferencista: José Carlos Arévalo.Lugar: Restaurante Arroyo. (Cava Domecq)

Domingo 14, 16:00 Hrs.Evento: Audición de pasodo-bles de la Banda Municipal de Guadalupe.Lugar: Exteriores de la Plaza de Toros Monumental.

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8 de SEPTIEMBRE DE 2014 11

Choques, rupturas, espectros: Avatares de la frontera en el arte tijuanense, de Alfredo González ReynosoPor Karla Villapudua

Choques, rupturas, espectros: Avatares de la fron-tera en el arte tijuanense, escrito por Alfredo González Reynoso reúne una serie de trabajos que reflexionan sobre algunas manifestaciones artísticas en la producción cultural tijuanense. El principal acierto de este texto consiste en la creación de dos conceptos claves para com-prender el análisis posterior: la exofrontera y la endofrontera. El primer concepto, exofrontera, se refiere a “la relación entre identidades que puede representarse ya sea como hibridación o meltingpot, como un intercambio o traducción semiótica o como choque, ironía o sátira”. Según la hipótesis de Alfredo, varias de las expresio-nes artísticas de Tijuana, convergen bajo esta categoría compleja, ya que la obra de varios artistas oscila e interactúa entre una diversidad de temperamentos, que van desde algunas ne-gociaciones realizadas entre el primer y el ter-cer mundo, la oscilación lúdica entre el idioma inglés y el español, la ironía iconográfica, entre otros. El segundo concepto, exofrontera, apela a “las divisiones dentro de la identidad misma, cuyas partes temporalmente unificadas entran en crisis”.

Bajo la acepción de ambas rejillas concep-tuales, el autor filtra, o mejor dicho, escanea, la cartografía estructural de la obra de artistas tales como Charles Glaubitz, Ingrid Hernán-dez, Giancarlo Ruiz y Ricardo Silva. Respecto a Glaubitz el autor señala: “fue uno de los me-jores de su generación en crear metáforas de la exofrontera, es decir, de esa batalla espacial entre identidades opuestas, de esa atracción-repulsión que ocurre en los conflictivos linderos intercultura-les”. Con esta aseveración, Alfredo nos invita a explorar visualmente la propuesta de este artista con una mirada profunda que va armada bajo un

entendimiento a priori capaz de conocer la obra más allá de la mirada lógico-institucional del arte contemporáneo.

Por otro lado, en “La parataxis objetual en la fotografía de Ingrid Hernández”, nos presenta un

análisis que atina en nombrar la ausencia de figuras humanas en el trabajo de esta artista. De este modo, la fotografía de Ingrid acierta en: “haber complejizado lo humano desapare-ciéndolo, reconocién-dolo en su ausencia, analizándolo a través de sus hipóstasis en

los objetos, de sus secuelas en el espacio”.

En el ensayo “La doble apuesta ética en Navajazo de Ricardo Silva”, el escritor medita sobre el manejo de dos concep-tos en el documental: la etnofic-ción y el navajazo. Además, el libro incluye un apartado deno-minado “Contraseñas”, el cual incluye dos textos: Imagografías y Fono, textos que en lo sucesivo invitamos al lector a leer y crear su propia opinión. Aunado a esto, Choques, rupturas, espectros: Ava-tares de la frontera en el arte tijua-nense posee una sección de en-trevistas, donde se dialoga con la escritora Cristina Rivera Garza, los músicos Bostich+Fussible y el videoasta Huracán Brown. Fi-nalmente, en el último apartado denominado “Políticas”, Alfredo relata a modo de crónica algunos aspectos relacionados con el conflicto originado en el Centro Cultural Tijuana (CECUT) tras el nombramiento de Virgilio Muñoz, situación que ocasionó varios desacuerdos y protestas entre la comunidad artística en ese momento.

Para finalizar, es importante mencionar que este libro fue ganador del Premio Estatal de Literatura 2012 en Baja California bajo la categoría de periodismo cultural, y que en definitiva, es un excelente experimento textual capaz de registrar y reflexionar sobre la condi-ción fronteriza desde una perspectiva novedosa y crítica a la vez, usando fuentes teóricas recientes (Sloterdijk, Žižek entre otros). No obstante, se-ría interesante falsear a la manera de Popper los aciertos de las obras presentadas en este texto, y trazar las ausencias o no aciertos en los análisis de las obras presentadas. De este modo, se podría ejercer una crítica negativa donde lo no codifi-cado también está presente en la reflexión, tarea que quizá vislumbremos en trabajos posteriores del autor, porque finalmente Choques, rupturas y espectros es el debut de este autor. Muy buen debut, por cierto.

Libros

Alfredo González Reynoso (Tijuana, 1986) es escritor y académico. Su libro Choques, rupturas, espectros. Avatares de la frontera en el arte tijuanense (ICBC, 2014) fue galardonado en los Premios Estatales de Literatura 2012 y su libro La escena del crimen. Escritos sobre cine (Cecut, 2014) quedó seleccionado en la Colección Editorial del Centro Cultural Tijuana 2014. Como documentalista, rea-lizó el cortometraje Matthai (2014), sobre la obra del filósofo tijuanense Horst Matthai. Es Maestro en Estudios Culturales por El Colegio de la Frontera Norte y actualmente es profesor en la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma de Baja California.

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LA GUALDRA NO. 164 / 8 DE SEPTIEMBRE 2014

El charrito PrimitivoPor Alberto Huerta

Pues ellos dicen que no me juntan porque soy diferente… pero yo me veo en el espejo y soy igualito a to-dos: Tengo dos ojos, dos orejas, una boca y una nariz; dos manos. Tal vez no soy tan alto como Daniel, el hijo de doña Luisa la de la tienda; pero tampoco estoy tan chaparro como Juan el de la esquina, que ni siquiera alcanza el timbre de su casa y por eso tiene un palo que esconde al lado de la puerta, para poder to-car. Cuando los chiquillos andan de travesurientos van y lo esconden, para burlarse de él cuando lo ven rojo de coraje, llore y llore porque le da vergüenza ser tan chaparro. Yo no, nunca se lo escondo, a mí no me gusta andar haciendo maldades. A lo mejor por eso dicen que soy diferente. Pero no creo que sea sólo eso, Joaquín también se porta siem-pre bien, no es travieso y siempre lo juntan para todo. A mí no. Con lo que me gusta verlos jugar a las carreritas o jugando fut en el cam-pito de la colonia; o cuando cuentan historias de terror al otro lado de la cisterna en lo más oscuro para que den más miedo y luego ninguno pueda dormir por el susto. Eso es lo que más me gustaría que me dejaran hacer con ellos, porque yo me sé muchísimas historias que me cuenta mi abuela que es muy viejita y sabe muchas cosas, si las escucharan sé que se les pondrían los pelos de punta; pero cómo se las cuento si ni me juntan. A lo mejor jugar futbol o carreritas no pueda hacerlo porque nunca lo he intentado, pero echarles porras y gritar muy fuerte eso sí puedo hacerlo. Mi mamá me dijo el otro día cuando llegué llorando por-que no me dejaron ir por la pelota que se les había volado: Déjalos, no entienden. Me dijo sonriendo, apre-tándome los cachetes. Son ellos los que se la están perdiendo.

NandoPor Pilar Alba

El charrito Primitivo Botello todos los días de la semana, sin falta, llega a eso de las 10.00 a.m. al jardín Hidalgo, montado en su bicicleta, con su sombrero ancho de cuatro pedradas, y una Coca-Cola tapa-rrosca de 600 mililitros clavada en la bolsa tra-sera del pantalón. Llega y se sienta muy digno en una banca y deja transcurrir la mañana. No se mueve. Impasible ve correr las horas. A las 2:00 p.m. se levanta, monta en su bicicleta y se marcha. Regresa a las 4:00 p.m. En punto. Y se va a las 8:00 p.m., cuando empiezan a lle-gar los novios a platicar y a prodigarse besos y caricias. Si llegó Pedro Infante por qué él no. El charrito tiene espe-ranza de que un caza talentos lo lleve a la fama. Un auténtico cha-rro mexicano. Setenta y tantos años, una panza cervecera, el pelo totalmente encanecido y las piernas pandas. Surgido y curtido en el campo. Con sus grandes bigotes alacranados. Viste ca-misa vaquera de cuadros, pantalón de gabardina caporal y calza botines charros. No falla ni en los días helados de invierno cuando se le pone roja la nariz de frío, ni

en la época de lluvias, que termina el día todo remojado a pesar de cubrirse el cuerpo con una manga. Mucho me-nos en los calorones de mayo en los que suda como una mula. Así ve pasar los días, los meses, los años… Chis-meando con los que se le acercan. Recordando cuando leía El Payo… Escuchaba la radiono-vela Felipe Reyes… y las canciones de Luis Aguilar el Gallo Giro, de Miguel Aceves Me-jía, y se metía al Cine Encanto a ver películas de Demetrio González, y Julio Aldama con una bolsa bien grande de semillas de calabaza y una bola bien grande de muéganos. A veces le gana el sueño y da sus cabezadas. Y se ve montado a caballo, su-biendo y bajando ce-rros, cantando, feliz, muy feliz…

“Cruzando veredas, llanuras, laderas y caminos reales /cantando canciones de amores sobre mi caballo /

me dicen El Rayo /mi nombre de pila es Mauricio Rosales /

aquí está mi mano que brindo con gusto /a los hombres cabales… ”.

Llueve y se hacen silencios. Por las calles circula basura sobre el agua puerca que barre avenidas y plazas públicas. Yo miro por la ventana de la casa de mi madre como cuando tenía seis años y me gustaba arrojar toda clase de objetos al pai-saje inundado: saleros, frascos de especias, cu-biertos, vasos. Mi madre calienta leche y prepara chocolate; mi padre habla de política. Apenas les digo, casi quedo, que viviré en Mixcoac y todo se detiene. Mixcoac, el de los Poetas Serpiente. Mi madre mira seria hacia un punto inadvertido en el muro; mi padre detiene su discurso. Según

menta mi biografía, nací en Mixcoac. Ambos se sientan a la mesa. Mi madre indaga inquisitiva con sus ojos; mi padre vuelve a tomar la palabra: Pues está bien que vivas donde quieras. Mix-coac, de Octavio Paz. Mixcoac, de su antítesis: Mario Santiago Papasquiaro. Me llamo Edgar Khonde, nací en Mixcoac y le escribo cartas a Alicia, así reza la contraportada de un par de mis libros. Nací en Mixcoac y volví en mi adolescen-cia a Mixcoac, y fundé el Mixcoac de los poetas junto a Arturo Sodoma y Fernando Corona. Y casi me enamoro de Vivaldina en Mixcoac, pero

no encontré el momento. Vuelvo a la lluvia del De eFe, por vía de Mixcoac, entre Periférico y Revolución, a dos patadas de San Ángel.

Vuelvo a México, a su ciudad, a Mixcoac, donde los Poetas Serpiente, donde Mario Santiago Papasquiaro, donde Octavio Paz. Vuelvo, siempre que puedo vuelvo. Donde leí mis primeros versos en la boca y el cuerpo de Vivaldina; De eFe que te he estado añorando desde que me fui y regreso. Vuelvo a tu lluvia, tus inundaciones, te hablo quedito, respiro tu es-mog, te digo al oído, despacito, que te quiero.

Ángel Zárraga. Una niña aprendiendo la historia. 1927. Óleo/tela. Secretaría de Relaciones Exteriores.

La ciudad tiene memoria, quiere ser lagoPor Edgar Khonde