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La guerra de la triple infamia Dr. Gonzalo García La Guerra del Paraguay ocurrida entre 1865 y 1870 ha sido, sin duda alguna, el más funesto y doloroso hecho de la historia de la América hispana. Llamada de la "Triple Alianza", fue un enfrentamiento bélico sin precedentes donde la República Argentina, "Su Majestad" el Emperador del Brasil y la República Oriental del Uruguay se aliaron en una guerra fraticida contra el Paraguay del Mariscal Francisco Solano López. En nuestro país, se ha enseñado dentro del marco de "la historia oficial-escolar" la guerra de la "Triple Alianza" de la siguiente manera: Que Argentina se vio obligada a intervenir en el conflicto para lavar su honor nacional lesionado por la sorpresiva invasión de las fuerzas paraguayas. Que se fue a la guerra en defensa de los principios democráticos y civilizadores, contra la barbarie del Dictador Francisco Solano López que tenía sometido y atrasado al pueblo guaraní. Y que, debido a un supuesto altruismo argentino, no obtuvo nuestro país ninguna ventaja material después de la victoria.

La Guerra de La Triple Infamia

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La guerra de la tripe infamia. Un estudio sobre la guerra de la triple alianza (1865 - 1970) por el Dr. Gonzalo García

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La guerra de la triple infamiaDr. Gonzalo Garca

La Guerra del Paraguay ocurrida entre 1865 y 1870 ha sido, sin duda alguna, el ms funesto y doloroso hecho de la historia de la Amrica hispana. Llamada de la "Triple Alianza", fue un enfrentamiento blico sin precedentes donde la Repblica Argentina, "Su Majestad" el Emperador del Brasil y la Repblica Oriental del Uruguay se aliaron en una guerra fraticida contra el Paraguay del Mariscal Francisco Solano Lpez.En nuestro pas, se ha enseado dentro del marco de "la historia oficial-escolar" la guerra de la "Triple Alianza" de la siguiente manera: Que Argentina se vio obligada a intervenir en el conflicto para lavar su honor nacional lesionado por la sorpresiva invasin de las fuerzas paraguayas. Que se fue a la guerra en defensa de los principios democrticos y civilizadores, contra la barbarie del Dictador Francisco Solano Lpez que tena sometido y atrasado al pueblo guaran. Y que, debido a un supuesto altruismo argentino, no obtuvo nuestro pas ninguna ventaja material despus de la victoria.Esta versin en la actualidad no resiste el menor anlisis. Los cuestionamientos a la historia oficial empezaron contemporneamente a los hechos con los escritos de Carlos Guido y Spano y las denuncias de Juan Bautista Alberdi. Los estudios revisionistas que se consumaron posteriormente, con investigaciones documentadas, expusieron los intereses econmicos, los factores geopolticos y las lneas ideolgicas que se conjugaron para gestar la guerra de 1865-70.En 1954, el historiador Jos Mara Rosa publica "La Guerra del Paraguay y las Montoneras Argentinas", obra cannica del pensamiento nacional y de lectura ineludible para comprender la naturaleza y los alcances de la conflagracin. Este trabajo monumental abri camino para que otros historiadores revisionistas profundizaran el tema. De all en adelante, la historia oficial se derrumba y la verdad histrica se abre paso para grabar en la memoria colectiva de la patria grande un genocidio sin paralelo en la vida de Amrica Latina.

Es imprescindible, antes de ingresar en el tema central de ste trabajo, preguntarnos como era el Paraguay de la preguerra. El historiador mexicano, Carlos Pereyra, en el libro "Solano Lpez y su drama" nos brinda una abreviada resea de la poltica paraguaya: "En vez de cuarenta gobernantes por ao o por mes, el Paraguay conoci tres antes de su redencin por los aliados. El Dr. Francia, D. Carlos Antonio Lpez y Francisco Solano Lpez. Hubo interinidades y puentes, pero todo en forma pacfica... "El doctor Francia gobern desde los primeros das de la independencia hasta su muerte en 1840. Lo sucede Carlos Antonio Lpez que fue designado previamente "primer cnsul" en 1841 y luego, en 1842, cuando se cre la institucin presidencial, asume sta, de hecho vitalicia, continuando en el mandato hasta su muerte en 1862.Lo sucede el segundo Lpez, hijo del anterior, Francisco Solano Lpez, que desempe funciones presidenciales hereditarias hasta marzo de 1870 cuando muere lanceado en Cerro Cor por los soldados del imperio luso brasilero.Bajo estas tres largas administraciones, el Paraguay se haba librado de los interminables conflictos internos sufridos por todos los pueblos de Amrica del Sur y fundamentalmente haba logrado implementar polticas de Estado a largo plazo.El guaran y la nacin paraguayaEl Paraguay como Nacin tena una especial particularidad que es preciso sealar: contena un pueblo con identidad nacional propia. Era una Nacin con un consistente y definido ser poltico y social. En el Paraguay se produjo un fenmeno sociolgico nico en la historia americana: los conquistadores adoptaron la lengua de los conquistados.El porfiado triunfo del idioma guaran se alz en torno del pueblo paraguayo como una alta barrera que le aisl todo contacto con las culturas occidentales. La lengua guaran se convirti en un fuerte rasgo de diferenciacin con respecto a las dems colectividades americanas, en un cohesivo aglutinante espiritual y en un fuerte lazo que apret a los paraguayos ante el peligro de lo exterior.Un pueblo con identidad nacional y una clase dirigente con conciencia geopoltica eran dos caractersticas que no podan mostrar otros pueblos hispanoamericanos en la segunda mitad del siglo XIX.

Ya en el comienzo de la emancipacin americana, cuando en 1810 la Junta de Buenos Aires conminaba al gobernador paraguayo a que fuese reconocida como heredera del Virrey y a enviar diputados para el congreso de provincias, el doctor Jos Gaspar de Francia consider inadmisible la pretensin de Buenos Aires de asumir por s sola el mando superior del Virreinato.Pero, tampoco abog a favor de continuar dependiendo del caduco poder espaol. Tuvo una meridiana claridad cuando proclam sus "argumentos": "Mis argumentos en favor de mis ideas son stas -dijo depositando dos pistolas sobre la mesa presidencial del Congreso-: una est destinada contra Fernando VII y la otra contra Buenos Aires."

Se llamaba Gaspar Rodrguez de Francia. Sin eufemismo se hizo nombrar "Dictador Perpetuo". Obtuvo el grado de maestro de Filosofa y Doctor en Sagrada Teologa, adems de un doctorado en Derecho en la Universidad de Crdoba. Era un gran lector, admirador de Franklin y Voltaire, humanista, indagador de ciencias varias a quin Mitre lapid con el sambenito de "tirano ms cruel y sangriento que los de la antigedad".Este doctor Francia, "Padre de la Patria paraguaya", austero gobernante, solitario y hasta misterioso para la mirada de los porteos, hizo todo lo necesario para acrecentar extraordinariamente la economa nacional a travs del desarrollo del sector agrcola.

Ante el bloqueo comercial de los porteos, las conspiraciones armadas desde el puerto y la malograda expedicin de Belgrano; Francia reacciona cerrando, poltica y econmicamente, al Paraguay. Lo repleg sobre s mismo, construyendo as, un pas autosuficiente. La base social de sta poltica la conformaron los pequeos y medianos campesinos y los artesanos, formaciones sociales no interesadas objetivamente en el librecambio, en la apertura del pas y en el comercio con Europa y los EE.UU. Las condiciones objetivas del Paraguay permitieron al Dictador realizar su poltica. La burguesa local era muy dbil y escasa; el pas no produca materias primas ni los alimentos demandados por las grandes potencias mundiales.Otra caracterstica sui generis, que contribuy a la conformacin particular de la patria guaran, fue la presencia de los jesuitas durante un prolongado lapso de la historia nacional. La misma dificult la formacin de una poderosa clase terrateniente.

El Estado, por medio de la confiscacin, comenz a adquirir gran parte de las tierras en manos de los particulares y tambin se apropi las propiedades de la Iglesia. En adelante esas tierras estatales sern arrendadas a los campesinos a muy bajo precio. A los campesinos arrendatarios el Estado les provee ganado y tiles de labranza.Se cre una singularsima institucin denominada "Estancia de la Patria". Eran verdaderas unidades econmicas de produccin donde se integraban actividades agrcolas, ganaderas y artesanales. Provean alimentos al ejrcito y abastecan al mercado local de yerba mate y tabaco.La expansin y el desarrollo del mercado interno, y la consecuente ocupacin de la mano de obra local, gener otro fenmeno singular: la ausencia absoluta de desocupados. No haba "vagos y mal entretenidos".Se form as una comunidad original donde reinaba la paz social, casi una anomala en el mundo de se entonces. Y as se dio el fenmeno de una economa que, aunque tcnicamente atrasada, permita la integracin del pueblo a la misma.A la muerte de don Gaspar Francia en 1840, (haba gobernado casi tres dcadas) le sucede Carlos Antonio Lpez. Su sucesor reforzar el sector estatal de la economa, habr ms "estancias de la patria".Son nacionalizados los arbustos de yerba mate y con ellos los bosques que producen madera para la construccin. Se sanciona una ley que prohbe a los extranjeros la adquisicin de tierras y se dispuso construir la primera fundicin para el carbn de madera y tratamiento del mineral de hierro.Las tierras comunales de la poblacin aborigen fueron pasadas al Estado que las administraba y se disolvieron las antiguas comunidades indgenas guaranes. La poblacin indgena, en vez de ser exterminada como fue en el resto de Latinoamrica, fue afianzada a la tierra e integrada a la Nacin.Era el Estado el que diriga la economa y determinaba las polticas de desarrollo. El pas creca a pesar de la inexistencia de una burguesa urbana. Lentamente se desarrolla lo que se podra llamar una burguesa rural, que ser la base social del rgimen.La poltica internacional y la militarizacin

En lo que respecta a la poltica internacional, el Paraguay de Carlos Antonio Lpez se comienza a abrir al mundo. Brasil, solo en funcin de sus propios intereses, le reconoce su independencia en 1844, acto por el cual protesta el embajador de Don Juan Manuel de Rosas en Rio de Janeiro. Para el Restaurador, en su visin americanista que aspiraba a la unidad del viejo Virreinato del Rio de la Plata le resultaba inadmisible la independencia de una de sus provincias.El Paraguay que no tena pactos colectivos con las otras provincias argentinas, los iba sellando aisladamente y con quin le conviniera para oponerse al gobierno argentino que le negaba la independencia. Era aliado de Corrientes, mantena relaciones de inters mutuo con Brasil y simpatizaba con las potencias europeas bloqueadoras. Luego de Caseros, pasa el Paraguay a disfrutar su plena soberana, es reconocida su independencia por la Confederacin y le es permitida la libre navegacin de los ros (2).Pero sin dudas, el punto esencial de la poltica de Carlos Antonio Lpez fue la militarizacin del pas. Durante su gobierno, su hijo Francisco Solano, sirvi en el ministerio de guerra y trabaj sin descanso en esta rea contratando, durante su larga estada europea, tcnicos, especialistas en fabricacin de armas, constructores de buques, artilleros etc. Todos ellos empleados y controlados por el Estado. Es importante marcar que el desarrollo militar del Paraguay, a pesar de sus avances, no poda, ni podr hacer nada contra las armas y los recursos del Brasil y la Argentina, financiados y dirigidos por el imperio Britnico.Era Francisco Solano Lpez el sucesor indicado del "Supremo", un verdadero delfn que profundiz el proyecto de sus antecesores. La notable continuidad de la poltica econmica de los gobiernos paraguayos se prolonga y ahonda con el hijo de Carlos Antonio que lo sucede a la muerte de ste en 1862.El historiador Carlos Pereyra hace un anlisis de la concepcin geopoltica que Francisco Solano Lpez posea de la regin y el mundo que es importante transcribir para comprender luego la naturaleza de la guerra, y el rol que Argentina jug en ella: "El general Francisco Solano Lpez consideraba como misin capital del gobernante paraguayo contrariar los avances del Brasil y formar un pacto de unin con Bolivia, la Repblica Argentina y el Uruguay. El sentimiento unificador de Lpez tena que ser muy mal recibido..."Len Pomer, en su libro "La Guerra del Paraguay" relata, en forma breve pero clara, el proceso de desarrollo econmico y la gestacin del modelo autnomo guaran. Menciona que en este perodo comienza la construccin de vas frreas, telgrafos, fbricas de plvora y de papel. Son contratados ms tcnicos extranjeros y puestos al servicio de la poltica del Estado.El Estado toma un papel central en la economa, pero no para enajenar las riquezas del suelo o desarrollar aquellos sectores de la economa nacional que interesan a los pases centrales sino para determinar polticas soberanas de desarrollo. Este estatismo es un ejemplo inslito en la Amrica del Siglo XIX.El Paraguay de la preguerra no era un paraso como algunos autores afirman, no fue ni siquiera un pas moderno y desarrollado. Pero, la direccin que iba tomando, el crecimiento y la voluntad que lo guiaba comenzaron a resultar intolerables para la poltica del imperio britnico.El Cnsul Henderson de S. M. Britnica le escribi a la Foering Office: "La mayor parte de la propiedad rural es propiedad del Estado. Las mejores casas de la ciudad pertenecen al gobierno y ste posee valiosas granjas de cra y agrcolas en todo el pas". Era un desmesurado estatismo... no dejaba espacio alguno a los ingleses para hacer sus negocios.

Las razones de la conflagracinCada uno de los pases aliados tuvo en su momento una necesidad interna para entrar en guerra con el Paraguay. Pero, ms all de las razones particulares de los Estados beligerantes, no es difcil, en este caso, encontrar las causas originales del conflicto en los intereses econmicos del imperialismo britnico en la regin del Ro de la Plata.Adhiero en este trabajo a las conclusiones que la mayora de los estudios revisionistas han arribado luego de investigar la Guerra del Paraguay y sus causas. En sntesis, la mayor parte de esta tendencia historiogrfica expresa que, dentro de la estrategia en el Ro de la Plata del imperialismo britnico, elaborada en Londres con fra deliberacin, no poda escapar la necesidad de suprimir el foco de autonomismo y soberana emplazado entre Argentina y Brasil que incitaba permanentemente a la rebelda de los caudillos contra los poderes centrales establecidos.La guerra del la Triple Alianza fue una de las primeras manifestaciones mundiales de la poltica belicosa del imperialismo capitalista. En este caso, puso a prueba el sometimiento de tres gobiernos polticamente dependientes al obligarlos a aniquilar a un cuarto rebelde. La "Prfida Albin" (3), abati la Patria guaran por manos ajenas.

La tesis de la participacin decisiva del imperio Britnico se puede demostrar leyendo la documentacin del Foering Office que muestra las diferentes operaciones polticas y diplomticas que van acorralando al Paraguay.Los diarios de la poca tambin son una valiosa fuente que nos deja entrever a Inglaterra detrs de las decisiones de los gobiernos. Pero entiendo que la ms clara y patente demostracin de la participacin de Gran Bretaa en el conflicto la dan los nmeros de las finanzas que fueron utilizadas en la guerra.Los ingleses: Los hermanos Baring y RothschildSiguiendo y profundizando un anlisis de Len Pomer, llego a la conclusin de que en la Argentina, los gobiernos de Mitre y de Sarmiento obtuvieron fondos de las siguientes fuentes financieras:1) Entre los particulares, Mr. Toms Armstrong por ese tiempo director residente del Ferrocarril Central Argentino, ex Presidente de la Bolsa de Comercio y vocal del Banco de Buenos Aires, comprometi un prstamo de 50.000 pesos anuales por cada ao que durara la contienda. Varios comerciantes procedieron de la misma manera. Hay una larga lista de residentes britnicos en Buenos Aires que contribuyeron con prstamos al Estado para solventar los gastos de guerra.2) El Banco de la Provincia de Buenos Aires, que prcticamente estaba administrado por ingleses, provey de fondos durante toda la guerra con garanta de los ingresos de la Aduana.3) El Banco de Londres, filial Buenos Aires, fundado tres aos antes del estallido blico, adelant fondos ms tarde rembolsados con el producido por un emprstito conseguido en una banca londinense.4) Emprstitos brasileros por dos millones de pesos fuertes que en realidad haban sido proporcionados al Brasil por la banca Rothschild, obviamente britnica.5) Por ltimo los "seores de la guerra" hicieron un gran negocio: Londres entreg un emprstito al Estado Argentino por un monto de 1.800.000 libras esterlinas lo que produjo un endeudamiento a las arcas nacionales de 2.500.0000 libras, cifra a la que se le suman los intereses usurarios al capital original otorgado. Este emprstito fue otorgado por la Baring Brothers. La negociacin del emprstito, hecha por Norberto de la Riestra, fue otro captulo bochornoso de la historia de la deuda externa argentina.El Brasil, obtuvo prestaciones por un total de 6 millones de libras esterlinas desde 1865, prcticamente desde el comienzo mismo de la guerra otorgados por la banca Rothschild que sobre el final de la contienda le entreg 3 millones ms.La participacin uruguaya fue financiada en lo fundamental por el Brasil, a travs de la intermediacin del Barn de Maua, aquel personaje de fundamental transcendencia en la preparacin de Caseros y la cada de Rosas, quien era tambin un testaferro de la banca Rothschild en la regin. Al finalizar la guerra el gobierno uruguayo logr, aprovechando la ocasin, un prstamo por tres y medio de millones de libras.Para entender quien era el titiritero de esta guerra fraticida solo tenemos que mirar las cuentas "del debe y el haber" de las finanzas paraguayas de la pos guerra. El Paraguay de Solano Lpez era la nica nacin de la Latinoamrica que no tena deuda externa. Despus de la guerra, Paraguay fue condenado a pagar los gastos militares de los aliados. Para ello "contrae" un emprstito con la Baring Brothers por un milln de libras. Se le descuentan 200.000 libras por gastos, amortizaciones e intereses, pero los bonos del crdito se deprecian y Asuncin no recibe casi ni una sola moneda. Entonces debe contratar otro emprstito, ahora por dos millones de libras esterlinas, en esta ocasin garantizado por la tierra paraguaya. Con el tiempo su endeudamiento se incrementa aun ms. Rodolfo Ortega Pea y Eduardo Luis Duhalde con irona escribieron "El Paraguay ya est "civilizado": debe 7.500.000 libras.Resumiendo: fue el capital ingls el principal financista de la guerra. Esos beneficios y el capital recuperado sirvieron para que una nueva casta de porteos advenedizos en finanzas internacionales se iniciara desenfrenadamente a la especulacin y la usura, pero esa es harina de otro costal...Objetivos geopolticos de InglaterraReparamos entonces que Inglaterra tena un objetivo geopoltico: neutralizar el Estado paraguayo que afloraba como un ejemplo de poltica proteccionista enemiga del libre cambio en la regin. Luego sealamos que la banca britnica, sin duda alguna, financi la guerra. Por ltimo y en funcin de completar la participacin que tuvo Inglaterra en el conflicto se debe sumar un detonante puntual. El imperialismo siempre acta bajo disparadores concretos y urgentes, en el caso de la guerra contra el Paraguay fue concretamente "un problema de mercado", me refiero a la crisis de la produccin algodonera.Hacia 1862 graves perturbaciones estallan en Europa: hay miseria en los centros textiles europeos y las prdidas en la bolsa resultan catastrficas. Esta crisis en la industria textil obedeca a la falta de algodn para abastecer las industrias debido a que el triunfo norteo y antiesclavista en la guerra de la secesin norteamericana haba producido una pronunciadsima baja en la produccin de esa materia prima entonces insustituible.A Gran Bretaa slo llegan 300.000 fardos de algodn, cuando Lancaster solamente necesitaba 2 millones y medio; y Francia otro milln. Entonces, Gran Bretaa entr a buscar mercados productores de algodn en cualquier parte del mundo. Desde luego, tambin en Amrica del Sur.En 1863, los ojos de Inglaterra miraron al Paraguay gran productor de algodn y potencialmente ilimitado en recursos naturales. Claro que haba una valla: el pas hermano y vecino, gobernado a la sazn por el mariscal Francisco Solano Lpez, no haba abierto an las puertas al liberalismo econmico.Ms all de los motivos britnicos para la guerra, cada pas aliado tena los propios: El Imperio esclavista del Brasil obedeca a una necesidad de expansin territorial. Pero tambin es importante destacar que los gobiernos brasileros actuaban desde haca mucho tiempo como peones de la poltica exterior inglesa.La poltica mitrista tena otras razones como ensanchar los mercados, pero son los compromisos con el Brasil y su rol con relacin al imperio esclavista los determinantes en la decisin de ingresar al conflicto. Despus de Caseros el balance poltico de la regin se volc definitivamente hacia el Brasil. Era de esta manera que Pedro II era la mano de obra de Inglaterra en la regin, as como Mitre era un auxiliar de la poltica brasilera. Pero adems de esa relacin de dependencia funcional con el Brasil, "Mitre participa en la guerra, atrado por la necesidad de una alianza poltica con el Brasil, que debe consolidar su poder poltico interno. Con la alianza, por otra parte, se aseguraba la inmovilidad financiada de Urquiza. Y con ella, la tranquilidad represiva del interior provinciano... La clase ganadera exportadora, urga a Mitre... soaba con la apropiacin del tabaco y yerba mate paraguayos" (Ortega Pea y Duhalde, "Baring Brothers y la Historia Poltica Argentina"). Es as que Mitre tambin busc, a travs de la guerra y los acuerdos en torno a la misma, soluciones para los problemas internos que tena. El Uruguay tuvo un protagonismo menor y funcion como excusa y disparador de la contienda. Actu como "estado tapn", pero esta vez aliado a las dos poderosas naciones del Plata.La guerra tuvo asimismo su componente ideolgico, nada nuevo en realidad, sino la eterna "cantinela" de "civilizacin o barbarie". En este caso la "civilizacin", el "progreso" y la "libertad" estn extraamente representados por el imperio esclavcrata del Brasil, la fraudulenta democracia de la Repblica de Mitre y el gobierno golpista y usurpador del criminal ex coronel mitrista, Venancio Flores. Del otro lado, "el atraso", encarnado en el Paraguay de Solano Lpez.Otro ejemplo claro de estafa y mentira historiogrfica ejemplar se encuentra en el retrato que la oligarqua portea hizo del Mariscal Solano Lpez al cual le endilgan atrocidades. Se levant una leyenda negra similar a la elaborada por los unitarios en su momento contra Juan Manuel de Rosas.Fue una guerra larga, aterradora, sangrienta, con grandes desplazamientos de tropas y armamentos, con acciones heroicas y batallas feroces. Muchos historiadores, al tratar la Guerra del Paraguay, profundizan la narracin de este acontecimiento en el desarrollo de la contienda blica, de este modo la historia de la Guerra del Paraguay termina siendo para el lector un manual de historia militar. No es se mi objetivo, solo mencionar los ms importantes hechos blicos, los decisivos, optando por resaltar preferentemente la historia poltica de la guerra.El ataque contra el Paraguay comenz en realidad con el ataque contra el nico y ltimo aliado que le quedaba en el Ro de la Plata. Se trataba del gobierno uruguayo que por aquel entonces estaba en manos del partido Blanco, la versin uruguaya del partido federal argentino. El Presidente uruguayo, Bernardo Berro, y su Canciller, Juan Jos de Herrera, llevaban adelante una poltica de equilibro en el Plata, que con perspectiva continental integraba al Paraguay para enfrentar la prepotencia del Brasil.El primer paso en conjunto que darn el imperio brasileo y la oligarqua portea ser aplastar a este gobierno. Se procedi de la siguiente manera: Brasil, invadiendo por mar y tierra al Uruguay y Mitre promocionando y armando una revolucin encabezada por Venancio Flores, un viejo conocido de l, que tan eficazmente haba actuado en la represin contra las montoneras federales del interior argentino. Flores perteneca polticamente a la vieja cua del partido colorado-riverista, que era por decirlo de alguna manera, la versin unitaria en la poltica uruguaya. Todas estas maniobras fueron precedidas de una deliberada planificacin que, para desgracia de la memoria de los actores, se encuentra documentada en tratados, acuerdos y misiones secretas entre Mitre, la corte de Ro de Janeiro y Venancio Flores.En octubre de 1864, el ejrcito del Brasil con la excusa de proteger la tranquilidad de los estancieros riograndeses ingresa al territorio oriental y ocupa la Villa de Melo. Venancio Flores cruza el ro Uruguay. El Partido Blanco oriental resiste la invasin y se concentra en Paysand, villa defendida por el Coronel Gmez y cientos de argentinos que se haban sumado a la causa de los federales orientales. La escuadra brasilea al mando del Almirante Tamandar ingresa en aguas argentinas sin problema alguno y asedia y bombardea Paysand durante das desde el ro. El bastin termina siendo rodeada por agua, mientras que desde tierra lo acosan 10.000 brasileros. La resistencia es heroica, y cuando ya sin fuerzas los orientales entregan el fuerte y se rinden, Leandro Gmez, el jefe de la resistencia es ejecutado sin trmite alguno. Fue un ensayo de lo que sera la invasin al Paraguay, tuvo un despliegue de armas desproporcionado, fue la primera vez en la historia de Latinoamrica que se bombardeaba una ciudad indefensa. El pueblo argentino, en especial los entrerrianos al otro lado del Ro Uruguay, contemplaban con horror y asombro los episodios. El mensaje quedaba claro, despus de este "infame espectculo" como lo llamar Guido Spano, vena el turno del Paraguay. Luego de la cada de Paysand asume la presidencia del Uruguay Venancio Flores dispuesto a cumplir sus compromisos secretos con el Brasil en cuanto a continuar la guerra contra el pueblo guaran.Cuando comienza el bombardeo y el asedio de Paysand, Solano Lpez ruega al viejo Urquiza su intervencin: "Estoy llorando, seor general, de rabia y desesperacin a presencia de los crmenes tan atroces que perpetan bajo la capa de la libertad y la civilizacin" (Carta de Solano Lpez a Urquiza, 11 de noviembre de 1864). En esos das, en Entre Ros se desata una furia social contra Mitre. Era conocida la amistad del entrerriano con el paraguayo, se saba que el primero le haba prometido su apoyo. Se espera con ansias extremas la voz de Urquiza, un "pronunciamiento" contra Mitre y Flores. Pero todo es en vano. Los Aliados conocen bien a Urquiza. El Brasil, haciendo uso de la diplomacia del patacn "A fin de ao le manda un emisario para comprarle 30.000 caballos a 12 patacones cada uno; 360.000 patacones, un negocin! Le ha tocado el lado flaco. Urquiza vende y deja de a pie a su famosa caballera. No habr pronunciamiento y Paisand sucumbe"Por su parte, la oligarqua portea y los bancos de Buenos Aires hicieron su aporte. Despus de una satisfactoria operacin financiera con el Banco de Londres y "mientras los bancos de Buenos Aires tuvieran reservas, Urquiza no fue un peligro real para el gobierno de Mitre"La eficacia del imperio parece incuestionable: Urquiza jams hizo su pronunciamiento a favor de los blancos uruguayos ni por Solano Lpez y el Paraguay, sino por el contrario, se puso a reclutar tropas para la Guerra del Paraguay. Consum su ltima gran decisin poltica, que fue reprobada masivamente, y en especial por Ricardo Lpez Jordn.Reaccin paraguaya y el paso por ArgentinaEl golpe brasileo contra Uruguay era, a la vez de la primera fase de la accin contra el Paraguay, una directa provocacin contra el gobierno guaran. Paraguay sali a defender al gobierno legal del Uruguay declarando la guerra al Imperio manifestando que consideraba "atentatorio contra el equilibrio en el Plata cualquier ocupacin del territorio oriental por fuerzas extraas".El Paraguay requiere pasar su ejrcito por territorio argentino. Mitre se lo niega. Urquiza, como ya se vio, no mueve un dedo a favor de los paraguayos. En Buenos Aires se desat una campaa de injurias periodsticas contra la persona del Mariscal Lpez. "La Nacin Argentina", diario del presidente Mitre, convoc a una "cruzada para redimir al Paraguay" y conceptuaba a Solano Lpez como "boa en medio del fango sangriento de sus crmenes" y en un artculo que denomin "El Atila americano" declaraba la guerra de "la civilizacin contra la barbarie", "la "guerra a muerte". (Citado por Jos Mara Rosa. "Historia Argentina" Tomo 7. Pg. 126.).El ardid propagandstico de MitreEl presidente Mitre necesitaba preparar a la opinin pblica contra la guerra ya que la mayor parte de ella, no solo en el interior, sino en Buenos Aires inclusive, se pronunciaba agresivamente contra Brasil. Los federales manifestaban su adhesin a la causa paraguaya. Incluso algunos liberales porteos, en desacuerdo con la "tirana" de Lpez pero comprendiendo el papel de ttere del Brasil que desempeaba la Argentina se oponan a la guerra. Nuevamente el gobierno paraguayo pide permiso para atravesar con sus ejrcitos la provincia de Corrientes en direccin al Uruguay. Mitre, mientras asiste militarmente a Venancio Flores, invoca la neutralidad del pas y le niega el permiso. Paraguay como respuesta le declara formalmente la guerra al gobierno de Mitre en marzo de 1865, apresa dos pequeos buques argentinos en el puerto de Corrientes e ingresa a la provincia. Cuando el ejrcito del Paraguay ingresa a la ciudad de Corrientes no encuentra resistencia militar alguna.Mitre oculta a la ciudadana la declaracin de guerra paraguaya durante un mes. La declaracin de guerra se conoci despus del primer acto de hostilidad paraguayo ocurrido un mes despus. Por medio de este ardid el gobierno argentino trata de lograr popularidad para la guerra convirtiendo ahora las causas de la misma en una "agresin paraguaya gratuita". Aparece de esta manera Paraguay como pas agresor que invade un pas neutral sin declarar previamente la guerra segn correspondera a los usos del Derecho Internacional Pblico de ese tiempo."Tratado de la Triple Alianza"A mediados de 1865, Argentina, Brasil y Uruguay (este ltimo ya en poder del partido colorado) unen sus fuerzas contra el Paraguay firmando el "Tratado de la Triple Alianza".El Brasil aportara su escuadra y el General Mitre sera designado comandante en Jefe de los Ejrcitos coligados. La guerra, "expresa" el convenio, era contra el Tirano Lpez, no contra el pueblo paraguayo y contena todas las expectativas territoriales de los Estados en caso de ganar la guerra y otras disposiciones que aclaran per se el fin de la guerra (4).Las primeras batallasLas primeras operaciones de importancia favorecieron a los aliados: derrotaron al general paraguayo Estigarribia en "Uruguayana" y obtuvieron el triunfo de "Yatay". Las fuerzas guaranes se replegaron.A partir de la cada de "Paso de la Patria" en 1866 las acciones comienzan a desarrollarse exclusivamente en territorio paraguayo. En "Estero Bellaco" y en "Tuyut" se libran dos batallas con fuertes bajas para ambos bandos.En el mes de junio vuelven a chocar en "Yatayty Cor" y en el "Boquern". El avance aliado contina en forma lenta y se afirma con la cada de la fortaleza de "Curuz".Mitre y la estrategia militarSe requera una victoria para consolidar "Curuz" y poner a las tropas aliadas frente a la Fortaleza de "Humait". Llega as el turno de "Curupait", una pequea fortificacin defendida por 40 caoncitos mviles, siete regimientos de infantera y cuatro escuadrones de caballera. Un dbil parapeto de palos haca las veces de trinchera. Contra ste fuerte piensa Mitre desatar toda la fuerza de la totalidad del ejrcito aliado compuesto por 17.000 hombres entre argentinos y brasileos.Mitre, haba "estudiado" el problema en algn manual de estrategia militar europeo. Ordena el ataque, pero su plan falla debido a las lluvias tropicales y gruesos errores de evaluacin del terreno. Quedan tendidos en los campos fangosos de "Curupait" ms de diez mil cadveres del ejrcito aliado. Los paraguayos acusan solamente 92 bajas.Esta derrota atrasara la guerra notablemente y provocara un resquebrajamiento en el frente interno de los aliados. Hay una renovacin de mandos en los ejrcitos y Mitre tiene que dejar la comandancia. Pedro II, emperador del Brasil, insina a Mitre que vuelva a su tierra a enfrentar las montoneras que empiezan a sublevarse contra la guerra.El Marqus de Caxias, el mejor hombre de armas del Imperio, se hace cargo de la comandancia militar de las fuerzas. Estamos en febrero de 1867, Mitre oculta la derrota y se marcha a Buenos Aires, faltan todava tres aos ms de contienda.Despus de HumaitA esta altura de los hechos, el Mariscal Lpez no estaba vencido, por el contrario contaba con una fuerza militar que le permitir aun resistir con xito la embestida de los aliados.Con grandes dificultades, la guerra contina hasta la cada de la fortaleza de "Humait", en agosto de 1868, en manos del Marqus de Caxias. El camino hacia Asuncin se allana y la ciudad capital cae en manos de los aliados en enero de 1869 despus de la derrota paraguaya en la batalla de "It Ibat".Solano Lpez y la resistencia finalLa guerra ya est decidida a favor de la Triple Alianza pero Lpez contina la resistencia. En un ltimo y desesperado esfuerzo rene los restos de las tropas supervivientes en "Caacup" donde es nuevamente derrotado. Huye hacia el nordeste acompaado por los pocos oficiales leales que le quedan, casi sin soldados, lo siguen nios y mujeres ("las residentas").Mujeres y nios disfrazados de hombres pelean contra el invasor en la selva paraguaya. La resistencia es intil y la tragedia final ya est cerca. Los brasileros le darn alcance a estos fantasmas agotados por el hambre y el cansancio.El heroico final del Mariscal en Cerro CorSolano Lpez y el pueblo paraguayo ya tenan claro que solo pelaban para morir dignamente, como hombres libres. Con su mujer, Elisa Lynch, su hijo Panchito, (apenas un adolescente que haca las veces de un improvisado Jefe de Estado Mayor), sus otros hijos y cerca de 400 paraguayos, en su mayora nios y mujeres, llega el 14 de febrero de 1870 a Cerro Cor. Dos semanas esperarn all el desenlace final.El 1 de marzo de 1870 las tropas imperiales rodean a los ltimos paraguayos que resistan y comienzan el asedio. Eran veinte veces ms que ellos, tenan armas de precisin y la mejor caballera pero igual dudan y sienten temor de enfrentar al Mariscal guaran. Para palear el miedo, el Brasil pone una recompensa por la cabeza de Solano Lpez: 100.000 libras esterlinas por el Mariscal pagaban los "civilizadores". El general Cmara y su tropa van tras ese premio.Despus de algunas maniobras de posicionamiento, los hombres de Caxias consiguen dar, en las orillas del Arroyo Aquidaban-nigu, con la ltima unidad del ejrcito Paraguayo y se aprestan a avanzar sobre ellos. Jos Mara Rosa, en "La Guerra del Paraguay y las Montoneras Argentinas" relata los episodios del 1 de Marzo de 1870 en Cerro Cor y el desenlace de la guerra: "...Llegan los brasileos: un soldado persigue al cirujano Estigarribia por el arroyo, y lo atraviesa de un lanzazo. Lpez trata de enderezarse, pero se desploma cayendo al agua; consigue sentarse y saca su espadn de oro con la mano derecha tomando la punta con la izquierda. Cmara se le acerca y le formula la propuesta de rigor: "Rndase Mariscal, le garantizo la vida", Lpez lo mira con los ojos serenos y responde con una frase que entra en la historia: "Muero con mi Patria!" al tiempo de amagarle con el espadn. "Desarmen a ese hombre", ordena Cmara desde respetable distancia. Ocurre una escena tremenda: un trompudo servidor de la libertad se arroja sobre el moribundo eludiendo las estocadas del espadn para soltarle la mano de la empuadura; el mariscal, anegada en sangre el agua que lo circunda, medio ahogado, entre los estertores de la muerte, ofrece resistencia; el camb (el brasilero) lo ase del pelo y lo saca del agua. Ante esa resistencia, Cmara cambia la orden: "Maten a ese hombre!". Un tiro de Manlicher atraviesa el corazn del mariscal que queda muerto de espaldas, con los ojos abiertos y la mano crispada en la empuadura del espadn. "Oh! diavo do Lpez!" ("oh! Diablo de Lpez!"), comenta el soldado dando con el pie en el cadver."El exterminio de los ltimos paraguayos es atroz. El general Roa, sorprendido en el arroyo Tacuaras, haba sido intimado. "Rendite paraguayo danado!" ("Rendite paraguayo condenado!"); "Jams!"... y se deja degollar. El vicepresidente Snchez, moribundo en su coche, es amenazado. "Rindase fo da put...!"... ("Rindase hijo de put...!"); el viejo octogenario abre los ojos asombrado: "Rendirme yo?" y descarga su dbil bastn sobre el insolente: un tiro de pistola lo deja muerto. Panchito acompaa a su madre y a sus hermanos pequeos que han conseguido refugiarse en su coche; hace la guardia junto a la puerta. Llegan los brasileos y preguntan si esa mujer es "la querida" de Lpez, y esos nios, "sus bastardos"; Panchito arremete contra los canallas, que sujetan al nio: "Rindete!" "Un coronel paraguayo no se rinde!". Lo matan.Elisa Lynch cubre el cuerpo de su hijo. Algn desmandado quiere propasarse y la mujer le impone: "Cuidado, soy inglesa!". Ah, tiene temores ese mayor Floriano Peixoto de otra cuestin Christie con Inglaterra! La deja en libertad. Elisa buscar esa noche el cuerpo de Francisco Solano para enterrarlo junto al de Panchito en una tumba cavada por sus propias manos. El cadver del mariscal est desnudo, porque la soldadesca lo ha despojado (el reloj de oro que llevaba esa tarde fue mandado como trofeo a la argentina). Elisa encuentra una sabana de algodn y amortaja los cuerpos queridos.Entre el estrpito de triunfo de los vencedores que festejaban su definitiva victoria. Elisa reza su sencilla oracin despidiendo a su compaero y a su hijo. La noche se ha puesto sobre las tremendas escenas de la tarde, y un farol mortecino, llevado por un nio de nueve aos, es la nica luz que alumbra el sepelio del gran Mariscal.La guerra del Paraguay ha terminado."Una nacin exterminada y saqueadaLuego de cinco aos en que tropas de Argentina, Brasil y Uruguay lucharon contra el pueblo paraguayo, ste fue vencido y literalmente aniquilado.Entre las ruinas an humeantes de Asuncin, en medio de la peste provocada por los cadveres sin sepultura, los aliados imponen un gobierno ttere. "Gobierno Provisorio del Paraguay" que declara libre la comercializacin de la yerba mate, el algodn y el corte de madera en los montes fiscales. Se enajena el ramal de ferrocarril Asuncin-Villarrica y en menos de un ao pasan a manos privadas 29 millones de hectreas de tierra, simplemente hurtadas a los pocos campesinos que quedaban con vida.Tambin era el momento de aplicar, en lo referente a la cuestin de lmites territoriales, el Tratado de la Triple Alianza. El Brasil, siempre mas "hbil" diplomticamente, prefiri tratar directamente con el Paraguay vencido y obtuvo, no solamente el territorio que le corresponda por el Tratado, sino tambin una amplia regin comprendida entre los ros Banco y Apa. El gobierno argentino protest. Brasil le ofreci en compensacin el chaco paraguayo pero Argentina no acept y mantuvo en litigio sta cuestin durante varios aos.

El genocidio del Pueblo paraguayo. Las cifras del horrorEl epgrafe de este breve ensayo, una cita del historiador paraguayo Efran Cardozo, contiene una cifra escalofriante, los nmeros desnudos de esta guerra: "De 1.300.000 habitantes sobrevivieron 300.000, la mayora mujeres y nios".En estos nmeros o en las proporciones coinciden la mayora de los historiadores. George G. Petre, diplomtico britnico, escribi que la poblacin del Paraguay fue "reducida de cerca de un milln de personas bajo el gobierno de Solano Lpez a no ms de trescientas mil, de las cuales ms de tres cuartas partes eran mujeres". Enrique Cesar Rivera, en "Jos Hernndez y la Guerra del Paraguay" escribe: "Al comenzar esta (la guerra) contaba el Paraguay con 1.500.000 habitantes; cuando concluy, quedaban 250.000 viejos, mujeres y nios de corta edad, y solo ruinas de una economa floreciente". Abelardo Ramos sostiene una idea similar: "Si al comenzar la guerra el Paraguay contaba con 1.500.000 habitantes, al concluir la farsa criminal vagaban entre las ruinas humeantes 250.000 nios, mujeres y ancianos sobrevivientes".

Para que el lector se d una idea de la magnitud descomunal de la criminalidad de la guerra solo basta con cotejar estos nmeros con el primer Censo Poblacional que se realiz en Argentina, contemporneo a la guerra en 1869. Nuestro pas tena por entonces 1.877.490 habitantes. En mi provincia, Entre Ros, vivan 134.271 habitantes. Si trazamos un paralelo con la actualidad, encontraramos que cerca del 60% de la poblacin argentina sera asesinada por la guerra. Estaramos hablando de alrededor ms de 25 millones de personas. La magnitud y la proporcionalidad de las muertes asustan con solo repasarlas en el papel.Ni siquiera el gobierno provisional paraguayo ttere, impuesto por Brasil despus de la guerra, pudo esconder lo sucedido. En un censo parcial que se realiz en el Paraguay, despus de la guerra, se concluy que la poblacin del Paraguay "pas de unos 500.000 habitantes a 116.351, de los cuales solo el 10% eran hombres y el resto, viejos, mujeres y nios". Aunque pueden haber pretendido esconder la verdadera dimensin de la masacre no pudieron esconder la proporcin ni las consecuencias. Aun as, los casi 400.000 paraguayos que los vencedores declaran muertos son ms de tres veces la poblacin entera de la provincia de Entre Ros, que por aquellos das era la tercera ms poblada del pas.Un genocidioTan cierta son las cifras indicadas que el Paraguay de la posguerra se reconstruy con el trabajo de las mujeres y los nios, estableciendo un sistema social de matriarcado combinado con una funcional aceptacin de la poligamia debido al exterminio de la poblacin masculina.Fue muerta el 75 % de la poblacin. Ante tamaa cifra solo puedo asociar este hecho a un concepto: genocidio. Son pocos los historiadores que utilizan ste concepto para denominar lo ocurrido con el pueblo paraguayo. Se prefiere hablar de exterminio, eliminacin, aniquilamiento, pero poco se menciona la nocin de genocidio. Los autores que utilizan el concepto lo hacen como un recurso del lenguaje, como adjetivo superlativo de la masacre ocurrida, sin profundizar en el significado del trmino. Entiendo que ste no es un olvido intencional, ocurre que genocidio es un concepto relativamente "moderno" y con ciertos alcances polmicos. El extermino del pueblo paraguayo ocurrido durante la guerra de la Triple Alianza puede ser considerado tcnicamente un genocidio cometido por las fuerzas aliadas del Brasil, Argentina y Uruguay.Ocultado por la historia universalLa memoria colectiva de occidente, los manuales de historia universal y las enciclopedias registran con claridad algunos asesinatos de masas acaecidos a los cuales se los denomina genocidio. Entre los ms conocidos estn el genocidio Armenio, el sufrido por el pueblo judo durante la Alemania nazi, los progroms realizados en la Rusia zarista y luego por Stalin contra diferentes minoras tnicas y entre lo ltimos, el cometido en Ruanda en la dcada del 90. Ms ac en el tiempo, y con procesos judiciales aun en desarrollo, tambin podemos agregar los casos de la Ex Yugoeslavia y Camboya.Contra la nacionalidad paraguayaDistinguimos que la ejecucin de un genocidio puede ser por motivos "de nacionalidad, etnia, raza o religin". En el caso puntual del genocidio paraguayo se consum por motivos de nacionalidad. El objetivo era eliminar la nacionalidad paraguaya, esa peculiar cultura hispano guarantica que impeda el libre comercio y era un mal ejemplo para los otros pases americanos.Paraguay era la nica ex colonia espaola que haba podido consolidar una verdadera nacionalidad, una identidad que ciertamente apareca como peligrosa para el imperialismo britnico: "Insignificante en s mismo, el Paraguay poda impedir el desarrollo y progreso de todos sus vecinos. Su existencia (la del gobierno de Solano Lpez) era nociva y su extincin como nacionalidad deba ser provechosa para el propio pueblo como tambin para todo el mundo". Este texto pertenece a Mr. Washburn, ministro de los EE.UU en Asuncin y no expresa su propia opinin sino que se refiere a los conceptos vertidos por el cnsul ingls Edward Thornton en uno de sus informes al Foering Office.Testimonio genocida de SarmientoEl genocidio como delito internacional implica la existencia previa de un dolo, de una intencin de exterminar, adems de una decisin poltica acompaada de una planificacin. En el caso del genocidio armenio la documental existente permite apreciar que hubo decisin poltica tomada por un Estado (Turqua) y una puntillosa planificacin para realizar el exterminio.Pero en el caso del genocidio paraguayo, tal vez hoy resulte imposible demostrar una planificacin por parte de los aliados. Pero, aun as, si se pueden leer cartas como sta, de Sarmiento, Presidente de la Repblica Argentina durante los ltimos dos aos de la guerra: "Estamos por dudar que exista el Paraguay. Descendientes de razas guaranes, indios salvajes y esclavos que obran por instinto o falta de razn. En ellos, se perpeta la barbarie primitiva y colonial... Son unos perros ignorantes... Al frentico, idiota, bruto y feroz borracho Solano Lpez lo acompaan miles de animales que obedecen y mueren de miedo. Es providencial que un tirano haya hecho morir a todo ese pueblo guaran. Era necesario purgar la tierra de toda esa excresencia humana, raza perdida de cuyo contagio hay que librarse".Esta carta la remite Sarmiento a la pedagoga yanqui Mrs. Mann que desempeaba un rol de "gur" moral y educativo del Padre del Aula. Tiene fecha en el ao 1877, es decir la escribi siete aos despus de terminada la guerra (5).La primera afirmacin del texto niega o pone en duda la existencia de la nacionalidad paraguaya: "estamos por dudar que exista el Paraguay". En los dos prrafos subsiguientes, los vergonzosos calificativos racistas que utiliza para referirse al pueblo paraguayo encuadran perfectamente en la tipificacin actual del delito de genocidio en cuanto implica una "una negacin del derecho de existencia a grupos humanos enteros". En este caso, el grupo humano paraguayo, al que Sarmiento no considera humano. El final de la carta es un reconocimiento de los ilcitos cometidos y una franca apologa del delito.

La ejecucin materialEn lo que se refiere a la comisin material del delito, opino que ste se consuma en los tiempos finales de la conflagracin. Concretamente el exterminio se produce entre la cada de Humait, a principios de 1868, hasta el ltimo combate en Cerro Cor en 1870.Son durante estos dos aos en que las tropas aliadas combatiendo ya casi sin riesgo realizan una accin de persecucin y masacre contra el pueblo famlico, apestado e indefenso. Es en ste periodo en que se vio a las "mujeres pelear con los hijos en brazos armadas de lanza y espada... Un suicidio como no se vio nunca". (O'Leary).No creo que se haya tratado de un caso de suicidio colectivo sino de guerrear para sobrevivir, de pelear para no ser vejadas, se trataba de matar para no morir, de defenderse, esa es la razn por la cual luchaban las mujeres paraguayas.La masacre de Acosta Hay una batalla de la guerra que grafica como ninguna otra la crueldad genocida desatada. En ese curso de muerte, la ltima ofensiva de los aliados, se produce la masacre de nios en "Acosta ", el 16 de agosto de 1869. En Acosta u, en lo se pretendi mostrar como una batalla, alrededor de 3000 nios paraguayos enfrentaron a 20.000 hombres del ejrcito imperial.El historiador brasileo, Juan Jos Chiavenatto, relata pasajes de la mascare: "Los nios de seis a ocho aos, en el fragor de la batalla, despavoridos, se agarraban a las piernas de los soldados brasileros, llorando que no los matasen. Y eran degollados en el acto. Escondidas en la selva prxima, las madres observaban el desarrollo de la lucha. No pocas agarraron lanzas y llegaban a comandar un grupo de nios en la resistencia"....... "despus de la inslita batalla de Acosta N, cuando estaba terminada, al caer la tarde, las madres de los nios paraguayos salan de la selva para rescatar los cadveres de sus hijos y socorrer los pocos sobrevivientes, el Conde DEu mand incendiar la maleza, matando quemados a los nios y sus madres".El Paraguay, en la actualidad, festeja oficialmente el "Da del Nio" el 16 de agosto en memoria de la masacre de los nios paraguayos.Responsable materialEn cuanto a la responsabilidad material del genocidio juzgo que debe de serle atribuida al ejrcito brasilero, ya que no hubo soldados argentinos en el desenlace y aniquilamiento final.La ausencia de soldados argentinos en el escenario de la matanza no libra de la responsabilidad poltica a Sarmiento, Mitre y a la cpula dirigencial del liberalismo argentino. Para confirmar nuestra teora, en mayo 1869 el maestro sanjuanino afirma, profundizando su vocacin genocida: "La guerra del Paraguay concluye por la simple razn de que matamos a todos los paraguayos mayores de diez aos".Pero es un brasilero, el jefe de las fuerzas armadas del Imperio, el que escribe ya sin eufemismos ni rodeos, el que plantea el genocidio como objetivo militar: "Cuanto tiempo, cuantos hombres, cuntas vidas y cuantos elementos y recursos precisaremos para terminar la guerra. Para convertir en humo y polvo toda la poblacin paraguaya, para matar hasta el feto en el vientre de la madre" (Caxias en informe a Pedro II)."Hasta el feto en el vientre de la madre"... En esta criminal sentencia encontramos lo propio del genocidio, alcanzar al gen... matar hasta los orgenes mismos de la vida.

Eplogo en forma de homenaje al pueblo paraguayo.

Corre el mes de febrero de 1869, el Mariscal Lpez se interna en la selva paraguaya a resistir con un grupo de leales. Lo siguen viejos, mujeres, nios y algunos soldados heridos sobrevivientes. La marcha es espectral. Es un ejrcito fantasma que acosado por el hambre, las pestes, y los "camb" ha decidido dejar la vida en la selva antes que entregar la Patria al invasor brasilero.Aquel xodo de todo un pueblo al lado del ejrcito nacional y siguiendo a su lder es una de las pginas ms sublimes de la historia universal. Constituye uno de los episodios ms grandiosos y conmovedores que nuestra patria grande recuerde, un acto de entrega total, de patriotismo de un pueblo que sigui como a un Moiss a Solano Lpez. Pero, en este caso, hasta la muerte (6).A miles de kilmetros de distancia, en Southampton, Inglaterra, todava vive un viejo adversario del Mariscal: el brigadier Juan Manuel de Rosas. Viejo y pobre, desde su destierro, sigue con emocin la gran epopeya paraguaya. Ya no es un adversario. Comprende que, por los avatares de la historia, Francisco Solano Lpez se ha convertido en el defensor de la causa americana que alguna vez fuera tambin la suya.Rosas se entera que Lpez est internado en la selva y sigue ofreciendo pelea fiel a su consigna de "Vencer o Morir!". Esquelticas figuras van dejando una a una sus vidas por esos senderos sin retorno. Los restos del otrora orgulloso pueblo paraguayo marchan inexorablemente hacia su propia tumba. "Mientras la voz de la patria siga tronando por montes y laderas, la patria existe, y en pie queda la obligacin de luchar por ella". As se diriga a un grupo de heroicas sombras humanas que lo escuchaban alucinados.El Mariscal Lpez asuma la voz del Paraguay soberano, profundo y americano. As lo entendi Juan Manuel de Rosas que absolutamente convencido de su decisin, pide un cambio en su testamento: El 17 de febrero de 1869 informa sobre el destino que ahora quiere para la mtica espada del Libertador. El nuevo testamento establece: "Su Excelencia el Generalsimo Capitn Gral. Don Jos de San Martn me honr con la siguiente manda: "La espada que me acompa en toda la guerra de la independencia ser entregada al General Rosas por la firmeza y sabidura con que ha sostenido los derechos de la patria". Y yo, Juan Manuel de Rosas, a su ejemplo, dispongo que mi albacea entregue a su Excelencia el Seor Gran Mariscal, Presidente de la Repblica del Paraguay y Generalsimo de sus ejrcitos, la espada diplomtica y militar que me acompa durante me fue posible sostener esos derechos, por la firmeza y sabidura con que ha sostenido los derechos de su patria...".