La hermana de coro Mª Margarita de Santa Rita (13-XII-1734

La hermana de coro Mª Margarita de Santa Rita (13-XII-1734 / 14-III-1762) en el

carmelo descalzo de Santa María del Corpus Christi de Alcalá de Henares

María Evangelina MUÑOZ SANTOS Institución de Estudios Complutenses Asociación cultural Universis

I. Introducción.

II. Su casa paterna, infancia y adolescencia.

III. El convento de la Inmaculada Concepción del Carmen en Talavera la Real (Badajoz).

3.1. Margarita entra en el cenobio talaverano.

IV. El convento de Santa María del Corpus Christi de Alcalá de Henares;

el nº 89, es el de la hermana Mª Margarita de Santa Rita.

4.1. Hermanamiento entre los dos carmelos descalzos: el talaverano y el complutense.

4.2. Descripción del convento. La Clausura femenina en España e Hispanoamérica: Historia y tradición viva San Lorenzo del Escorial 2020, pp. 587-606. ISBN: 978-84-09-25499-6

I. INTRODUCCIÓN

Con el número 98, de las religiosas del convento de Santa María del Corpus Christi, la madre cronista nos refiere la corta y peculiar biografía de la hermana Mª Margarita de santa Rita; así conocemos su delicada salud y sensibilidad, más el hecho de desvelar, paso a paso, la vida cotidiana del citado cenobio, con gran cúmulo de detalles y esmero a través de: “los papales de las cosas que he encontrado en los conventos de por acá y que se diferencian de los de allá”, todo realizado por medio de la entrañable y cordial relación epistolar mantenida entre la hermana Margarita y las madres del Convento de Talavera la Real (Badajoz), en respuesta a las preguntas de la prelada extremeña sobre la vida de las carmelitas complutenses.

Así conocemos la vida cotidiana, como si a través de un escaparate y del

momento histórico se tratara, de la Comunidad de Santa María del Corpus Christi de Alcalá de Henares. A.C.C.C., pp. 75-76-77.

Otros muchos datos proceden del Librito “Oración Panegírica” dedicado a

su corta e interesante vida, 28 años, que dividimos en tres periodos y lugares. II. SU CASA PATERNA, INFANCIA Y ADOLESCENCIA

Mª Margarita nació el 13 de diciembre de 1734. Hija legítima de D. Juan Matías Graxera el Maior y de Ana Gutiérrez de la Barreda, vecinos de esta Villa [Talavera la Real, Badajoz], y Condes de Torre del Fresno con palacio en la localidad talaverana.

Dada su precaria salud, tuvo que ser bautizada dos veces por necesidad:

fue apremiante su primer bautismo, que se realizó el 25 de diciembre de 1734, teniendo por padrino el Bachiller D. Pedro Tejada Gordillo, quien lo hará también en la segunda ocasión; según consta en el tomo 12 (1731-1744) fol. 102 vtº., del Archivo Parroquial de Talavera la Real.

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El Obispo D. Amador Merino Malaguilla, la confirmó el 23 de diciembre de 1735, contando tan sólo un año de edad. Dato frecuente en aquella época, lo que nos indica las escasas veces que el prelado giraba visita a la Villa

Su vida fue difícil, “un martirio”, porque la salud no la acompañó, a pesar de

la situación económica y de las buenas relaciones de sus padres con médicos y otros. Nos refieren como nació sin cutis, caso inusual, que fue recuperando y, siendo pequeña jugando con “un esclavo” (sic), éste la lanzó a lo alto y cayó al suelo, rompiéndose “el espinazo y dos costillas” y, no dijeron nada a su madre y esto fue el origen de su larga enfermedad; pues a los cinco años la niña tenía la boca pegada a las rodillas, pero a fuerza de medicamentos muy fuertes y [ejercicios], consiguieron que se desdoblase. Fue necesario que pasaran muchos años para su recuperación.

Cuando estuvo mejor ya a la edad de diez años, el día 10 de abril de 1744,

sus padres la ingresaron en el convento de Carmelitas descalzas de La Inmaculada Concepción del Carmen de Talavera la Real. III. EL CONVENTO DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DEL

CARMEN EN TALAVERA LA REAL (BADAJOZ)

La fundación del convento se realizó en dos etapas:

Primera técnica. Fue el día 28 de marzo de 1607, realizada en el Perú por don Juan del Campo Saavedra, el “Perulero”, quien firmó la escritura en la ciudad de Potosí. Posteriormente, ya en Talavera, el 27 de agosto de 1618, ante el escribano local, don Cristóbal de Villalobos, Juan del Campo Saavedra se reafirmó en la resolución de fundar un monasterio de Carmelitas descalzas para que “estén rogando a Dios por su alma, la de sus padres y abuelos, antepasados y sucesores, y dando buen ejemplo y testimonio con sus vidas a los vecinos de este lugar”.

Gran devoto de la Inmaculada y conocedor de la obra de Santa Teresa, serán estos dos los pilares para la fundación: “Advocación a la limpia Concepción de Ntra. Sra., [y] las monjas han de ser de las primitivas descalzas de la Orden del Carmelo y observar las Reglas y Constituciones de la dicha Orden”. Segunda etapa: El 2/9/1616, se inicia la fundación del convento.

Pasado el tiempo, el 18 de marzo de 1618, entraron cuatro religiosas, que procedían de la orden franciscana y otras, pero no se consiguió la estabilidad

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de la fundación; ante la situación creada, D. Gabriel Ortiz Sotomayor, obispo de Badajoz, solicita ayuda al prelado de Plasencia, D. Francisco Plácido Pacheco, para que le envíe unas religiosas del Carmelo [de la Santísima Trinidad]. Fue en 1637 cuando salieron de la ciudad del Jerte, para Talavera la M. Mª Jesús, Priora, M. Antonia del Espíritu Santo por Supriora, y la Hermana Francisca del santo Ángel como compañera de las dos. Esta segunda etapa se consideró como la verdadera fundación, pues desde entonces se consolidó la vida religiosa según la Regla del Carmelo en el cenobio. 3.1. Margarita entra en el cenobio talaverano

La documentación del monasterio es precisa: “Recibimos para monja de coro a María Margarita de santa Rita, hija legitima de D. Juan Matías Grajera y de Doña Ana Gutiérrez vecinos de esta Villa. Traía la edad de 10 años, entró el 10 de abril de 1744”.

“Profesó la susodicha el año de 1750, [a la edad de 16 años] y trajo la dote de

700 ducados; después de profesa se fue a la Orden de Alcalá de Henares a donde murió”1.

En recuerdo de este acto, se hizo un librito con una Oración Panegírica,

muy singular2. El libro fue costeado por su padre. En el Carmelo extremeño observó una vida ejemplar, dada a la oración, a las hermanas y al sacrificio por Nuestro Señor y la Iglesia. Deseosa de una mayor entrega decidió ingresar en el convento complutense de carmelitas descalzas de Santa María del Corpus Christi, como religiosa de coro, abonando su dote de 700 ducados. En este cambio fue ayudada por su padre, quien, de nuevo, dio 700 ducados para la dote de otra religiosa que ocupara su puesto en Talavera la Real.

1 Este “pasar a la Orden” creemos que significa que optó por una Comunidad que estaba

bajo la jurisdicción de los PP. Carmelitas descalzos, no bajo la jurisdicción del Ordinario eclesiástico local, como las demás comunidades religiosas. Con todo, desde 1637, que llegan las carmelitas de Plasencia y se consolida la fundación, guardan las Reglas y Constituciones teresianas; anteriormente eran consideradas beatas,

2 En el Catálogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico Español, se aprecia un ejemplar con Ref.208-E-14 (8), encuadernado junto con otras obras impresas en un tomo de holandés con hierros dorados en el lomo y con sello impreso de la Biblioteca Diocesana de Cuenca. El original de esta copia se encuentra en el Seminario Conciliar de Cuenca. CANSADO, C.; GÓMEZ, A., y CORZO, A., Datos tomados de un estudio-informe sobre un libro enviado a la Comunidad de CCC., por los Señores citados que impartieron la conferencia sobre la M. Margarita de santa Rita: “ORACIÓN PANEGÍRICA, QUE EN LA PROFESIÓN DE SOR María Margarita de Santa Rita (en el Siglo la Señora Doña Margarita Gragera y Barreda)” (sic). Foro Parroquial, 24-11-2006.


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IV. EL CONVENTO DE SANTA MARÍA DEL CORPUS CHRISTI DE ALCALÁ DE HENARES

A pesar de su voluntaria decisión, la separación de la Comunidad extremeña le

supuso un verdadero desgarro, pues siempre recordó con amor y añoranza a su primer convento, donde había ingresado siendo una niña y donde era muy querida por toda la Comunidad, como hemos apreciado por la correspondencia mantenida con las Madres.

Gracias al frecuente y cordial intercambio de misivas mantenida con la

Priora del convento de La Inmaculada Concepción del Carmen, de Talavera la Real, en varios meses del año 1765, apreciamos su entrañable y confidencial trato con la misma, así como la relación de “los papales de las cosas que he encontrado en los conventos de por acá y que se diferencian de los de allá”, en respuesta a las preguntas de la prelada sobre la vida de las carmelitas complutenses:

Las dos primeras cartas están sin fecha ni firma; las demás sí tienen y el

nombre de la M. Priora destinataria:

“3ª.- Alcalá y mayo 9 de 1756. M. Margarita de Sta. Rita. Amantísima Madre mía Paula Rosa de santo Domingo. 4ª. - Alcalá y junio 19 de1756. Margarita. Madre de mi vida Paula. 5ª. - Alcalá y julio 25 de 1756 años. Mª Margarita. Querida Madre mía Teresa de san Fernando. 6ª.- Alcalá y septiembre 20 de 1756. Margarita de Santa Rita. Querida Madre mía Paula Rosa de Santo Domingo. 7ª.- Alcalá y octubre 23 de 56 (1756). De VR., su más apasionada y la que como a la vida estima. Mª Margarita. Querida Madre mía Paula Rosa de Santo Domingo”.

* * *

La enumeración de las diferencias entre ambos conventos nos ha permitido conocer casi la cotidianidad del monasterio complutense en el año citado de 1756. Veamos: De sus palabras se desprende que reinaba un gran silencio y recogimiento en las celdas; para ayuda de ello estaba prohibido hablar en los lugares comunes: el claustro, coro alto y bajo, dormitorios y refectorio. En caso de necesidad, aunque sea fuera de un acto de comunidad, se haría en el Deprofundis (sic).


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“Primeramente se ha de advertir que en lo que más cuidado hay, es en la guarda del silencio y recogimiento en las celdas” [el silencio es voz de Dios]…Y aunque sea cosa que la Comunidad no asiste, si se ofrece alguna palabra se sale al Deprofundis” (Carta primera).

Factor muy importante para conseguir la unión con Dios, y provecho personal,

que redundará en favor de la Iglesia, de la que tan encarecidamente habló la santa Madre Teresa en sus diferentes escritos y, razón de ser de su estar en el cenobio.

Nos desvela el recogimiento, la seriedad y respeto con el que las diferentes

MM y Hermanas participaban en el Oficio divino, el rezo de las Horas canónicas, según su cometido y ritual, dentro de los dos coros: “cantora de la cantoría (sic), hebdomadaria, versicularias, que en todo el oficio rezado, inician las antífonas que media entre los salmos alternando las dos y la repetición de las tales antífonas las dicen las cantoras”, Madre Priora y Supriora.

El cariño y respeto a las MM., del Convento de Santa María del Corpus

Christi, era patente en su aceptación y expresiones verbales: saludos y gestos pertinentes, según las Constituciones teresianas.

Visible era la estrecha unión entre las hermanas de coro y legas entre sí y,

con las Madres, Priora, Supriora y Maestra de novicia con éstas, como se refleja en el cariño entrañable que la hermana Margarita tenía a la suya.

El día del gran profeta san Elías, 20 de julio [origen del Carmelo], era el

día de la elección de los oficios, por lo que conocemos la relación y cometido de los mismos, así como el nombre de las hermanas asignadas; las dependencias del convento de Alcalá; la organización y el ritual de la Santa Misa, las horas de oración ajustadas al reloj de arena y previo canto de la Salve; el tañer de las tablillas3 por la tañedora, para ir al coro y rezar maitines:

“¡Alabado sea Nuestro señor Jesucristo y la Virgen María su Madre! ¡A la oración hermanas a alabar al Señor!” (Carmelo de Lerma).

“Los Maitines y las horas se miden por el reloj de arena según dispone la tañedora. La Supriora hace su semana de Hedomadaria lectora y versicularia igual que todas”.

3 “Consisten en una tablilla de unos 22 cm. con mango; a ella van unidos otras 2 por un

cordón algo flojo de manera que moviéndolas por el mango, a derecha e izquierda, se dan tres golpes con las mismas, ellos son capaces de despertar a la más dormida. Carmelitas Descalzas de Lerma 1608-1609, p. 57.


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“Después de los Maitines, cuando están recogidas las religiosas [en sus celdas], sale la lectora con las tablillas y va por los tránsitos (claustros) dando unos golpes y dice unas palabras que sirvan de meditación”:

Mientras tanto el resto de las hermanas salen al dintel de la puerta y puestas

de rodillas, en cuanto la “tablillera” termina, repiten lo mismo” (Carmelo de Lerma).

Conocemos el protocolo seguido en el refectorio al entrar, sentarse, el

servir las mesas, las lecturas de la Regla y Constituciones, amén de otros escritos, entre ellos “el libro de Las consideraciones, de la Madre María Luisa de Jesús, religiosa nuestra en el convento de Malagón”4, por la lectora encargada.

Y nos desvela datos costumbristas: el uso de menaje de cerámica de Talavera

de la Reina con el escudo del Carmelo; que sirven las mesas las hermanas legas; y, que en el medio de la cocina estaba situado el fregadero de cobre, con dos senos, divisiones, por lo que mientras una friega, otra enjuaga:

“Después de comer, cosa que sólo se hace en el refectorio, salen todas juntas, inmediatamente, ni nos podemos detener a nada, porque la primera en tomar el estropajo es N. Madre” (la M. Priora).

“Porque la hermana que es de cocina se va con la provisora a comer al refectorio, mientas la Comunidad friega. Tampoco asiste al fregado la lectora de primera y segunda, porque la una está comiendo y la otra sirviendo; lo mismo sucede a las servidoras. Después si quedan algunos platos los friegan las Hermanas [legas], porque acabando la Comunidad, vamos a recreación”.

En la 4ª carta la hermana Margarita cita a la Madre Ana [de san José];

seguramente se trataba de una Supriora, ejemplar y muy querida carmelita, a quien han tenido enferma y

“de bastante peligro por un flujo de sangre por las narices. Que el tercer día de Pascua del Espíritu Santo entraron Ntro. Padre fray Diego de San Rafael y el P. Rector a confesarla y darla el Viático. Después aunque se alivió le volvió el viernes con tal abundancia que estuvimos para

4Continúa: “Está muy bueno y tiene para cada día sus tres meditaciones, de manera que

para todo el año hay consideraciones sin repetirse ninguna; hasta otro año porque están para todos los días del año por los evangelios” (Carta 6ª).


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darla el Santo Óleo, pues aunque se curó, ha quedado tan endeble que con mucho tiempo no se levantará de la tarima, y como ayuda la edad tan crecida nos hace entrar en cuidado. VR.[Vuestra Reverencia], la encomiende a Dios para que su Majestad le de vida pues nos sirve de grande estímulo para la virtud por ser un ejemplar de observancia”.

El 25 de julio de 1756, día de san Elías, enumera el nombre de las hermanas

y los oficios asignados: “Los oficios se mudaron con todo asiento y gusto y son los siguientes: Maestra de novicias la Madre Supriora que ya lo es. Tornera principal, la Madre Rosa Mª de Jesús, ayudante la Madre Catalina de san Joaquín. Sacristanas, la Madre Francisca de la Stmª. Trinidad y Madre Gabriela de San Antonio. Terceras, la Madre Mª Cecilia de la Concepción y la Madre Mª Teresa Madre de Jesús (sic). Provisora, la Madre Teresa Luisa de San Antonio. Enfermeras, la Madre Antonia de San Miguel y Mª Margarita de Santa Rita. Escucha, la Madre Gregoria de Jesús María. Ropera, la Madre Polonia Josefa de Santa Teresa”. [Tañedora, tocar las tablillas. Cargo semanal].

Concluye con esta confidencia, exponente de su sentido del recogimiento:

“Yo Madre mía [Teresa de San Fernando] estoy con mi oficio muy contenta porque tiene poco que salir de la celda y mucho más estuviera si me hubieran quedado sin nada, porque aunque tenga poco que hacer, sólo el nombre de oficio me fastidia” (Carta 5ª).

En otra ocasión nos desvelará también su oficio:

“…digo que unos ratos hilo y otros hago escapularios de estampillas con lo que estoy muy divertida” [distraída] (Carta 3ª).

Ante las preguntas de la Madre Paula Rosa de santo Domingo, sobre los

oficios de escuchas y terceras, responde:

“Que la escucha sirve para el locutorio solamente, como allá lo hacen las celadoras. Se llaman escuchas por no servir más que para oír lo que en las visitas se habla y es una religiosas exenta de otros oficios, porque no puede faltar un instante de la visita. De manera que antes que se avise


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a las religiosas que sale al locutorio se llama a la escucha, y sucede que cuando no se halla pronto, se estará esperando aunque sea una hora sin abrir el encerado [locutorio].

En el torno sirve la tornera de escucha de manera que cuando está alguna hablando en el torno, no se puede apartar de junto a ella la tornera, aunque se ofrezcan mil recados. Y se ha de hablar de modo que lo oiga todo sin dejar una palabra”.

Comenta la escasa frecuencia de las visitas a las religiosas, pasando cuatro o

cinco meses de ellas, porque “aquí se tiene grande esmero en el retiro de seglares”. Las terceras, es lo mismo que allá las celadoras pero tienen la diferencia que no se abrirá la puerta vez ninguna sin que asista Ntra. Madre, las dos terceras y la portera, aunque sea para meter un cesto de uvas. Así mismo no hablan con los que de fuera entran con las uvas sino sola la más antigua. A la menor se la llama tercera de campanilla porque ésta la va tocando y siempre va un poco más adelante del seglar para que si hay alguna religiosa se pueda recoger con tiempo…

Después expone el no poder hablar con el hortelano, salvo la tercera mayor en presencia de la otra tercera si necesita algo de la huerta, o para darle el almuerzo. Concluye con que “tiene acá más que hacer las terceras, pues aunque sea para una rama de perejil han de bajar las dos”.

Constatamos la laboriosidad, el orden, la limpieza y la eficacia de las religiosas, según su cometido; aspecto importante para la buena marcha de la Comunidad, así dirá hablando de la hermana ropera:

“En la pieza de la ropería hay unos cajones largos con divisiones y en cada uno está la ropa de lino y lana de cada religiosa; que son cuatro sábanas de lienzo y cuatro de escalonilla. Tres túnicas y tres camisas. Las almohadas, las tocas, las calzas, los justillos y pañitos para limpiarse la cara. Todos los sábados reparte la ropa poniendo en cada celda la túnica, justillo, toca para traer y toquilla para dormir, las calzas y pañito de cara. Todo doblado y cosido de manera que no tenemos más que hacer que ponérnoslo. Así mismo tiene cargo la ropera de poner en refectorio los paños de mesa y la limpieza para la servidora y estos que estén limpios o sucios, los ha de mudar todas las semanas” (Carta segunda).

“Ahora entra la hermana Apolonia, la ropera, a traer la ropa limpia, porque es sábado, y me dice le dé a “VR finísimas muestras y que la encomiende VR a Dios en particular una necesidad que le ocurre” (Carta séptima).


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De la sacristana, no dice nada, está bien entendida su función: el tener a punto los ajuares litúrgicos de ornamentos y vasos sagrados, para cada momento y ceremonia Eucarística u otra actividad para litúrgica, así como tener limpia y en orden la iglesia y dependencias de la sacristía.

En otro momento hablará de la provisora y su función: es procurar solucionar las precariedades de los alimentos que se necesitan, bien comprados o los donados por los generosos donantes, que nunca faltan. Será una buena aliada de la cocinera.

“…porque la hermana que es de cocina se va con la provisora a comer al refectorio mientras la Comunidad friega”.

4.1. Hermanamiento entre los dos carmelos descalzos: el talaverano y el complutense

Se daba el caso de que los conventos carmelitas descalzos de Talavera la Real (Badajoz) y el de Santa María del Corpus Christi de Alcalá de Henares (Madrid), buscaban hermanarse5, asunto que estaban gestionando.

“En punto de hermandad no digo más sino que todas mis Madres entrarán muy gustosas; pero que aguardan licencia de N. Padre General, sin la cual no se puede hacer, ni a nosotras nos fuera válida”.

Parece ser que la gestión la estaban haciendo sin conocimiento de los PP.

Carmelitas, sus superiores, lo que podía ser motivo de enfado, según ellas creían.

La hermana Margarita expone y aclara la situación y dice que el P. General se alegra de la decisión de ambas comunidades y aconseja el proceso que se ha de seguir, para obtener lo deseado y que sea aprobado por el Santo Definitorio.

Ella, por su parte, se alegra sobre manera, pues se siente más que hermana de todas las MM., y hermanas de allí a las que expresa ferviente afecto, su comunidad inicial, y a las hermanas de aquí con quienes vive:

5El hermanamiento se llevó a cabo, por lo que formaron parte de los reconocidos

conventos de carmelitas descalzas. Desde el año 1981, forman parte de la actual “Federación Virgen del Carmen”, que constituyen la agrupación de dieciséis Monasterios de Carmelitas Descalzas de Andalucía, Tánger y Badajoz, que caminan juntas acogiendo la invitación de la Santa Iglesia a unirse más estrechamente, prestándose ayudas mutuas, compartiendo sus inquietudes y deseos con un solo corazón y una sola alma. (Dato tomado del blog de las Carmelitas de la Inmaculada Concepción del Carmen). Desde 1990-1991, está la Asociación de comunidades de Carmelitas descalzas a la que pertenece la Comunidad de Santa María del CC., que lo están con las Carmelitas del Cerro de los Ángeles de Madrid. Dato verbal de la Madre Teresa, Priora del convento de Santa María del Corpus Christi.


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“En punto de la hermandad debo decir que no tiene VR., que tener sentimiento porque Nuestros Padres lo hayan sabido, pues aunque VR., piensa que han perdido la estimación y cariño a esa casa, no es así, que me consta lo contrario, y crea VR., que si estuviera en manos de VRs tuvieran VRs cuanto deseamos (sic).

Nuestro Padre General le respondió a Ntrª. Madre que luego al punto daba la licencia y que se alegraba porque VRas., tuvieran ese consuelo; pero era preciso que precediesen los votos secretos de ambas comunidades, para que después lo aprobase el Santo Definitorio, que con toda formalidad se hacen por acá las cosas.

Con que así VR., le diga a Ntª. Madre que se tomen los votos y en un papel que se ponga la verdad del hecho con las firmas de todas, que lo mismo se ha de hacer aquí.

Ntras. Madres es inexplicable el gusto que tienen en ser hermanas de esa Sta Comunidad, yo lo tengo grandísimo en que lo sean; pues a mí no se puede añadir más por ser ya la hermana de todas”. “Hoy en recreación se han tomado los votos para la hermandad, no ha faltado ninguno que con general gusto se ha admitido de todas estas Madres”.

“Reciba VR., finas memorias y muchas más de Ntra. Madre y M. Supriora y mías. Al capellán cuyas finezas aprecio y retorno y lo mismo a mi Isabel y las muchachas” (Alcalá de Henares, 19 de junio de 1756. Carta 4ª, dirigida a la Madre Paula).

* * *

4.2. Descripción del convento

Vemos que la Hermana Margarita de santa Rita, en sus cartas refiere, entre otras muchas cosas significativas, cómo hay una ermita en la huerta del convento, para mayor recogimiento, pero que no la pueden utilizar cuando están de Ejercicios espirituales porque en ella está trabajando el hortelano; en cuyo caso la hermana ejercitante se queda en la celda o en la tribuna para hacer sus oraciones y meditaciones.

Nos cuenta que las celdas son luminosas y bien ventiladas, que dan a la

amplia huerta con árboles frutales, y que todas las mañanas la despierta el gorjear de los jilgueros y, que de buena gana les enviaba algunos a sus hermanas extremeñas:


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“Quedo compadecida de las pesadumbres de mis hermanas San José y Ángeles por los jilgueros y si estuviéramos más cerca se las remediaría pues son muchos los que hay en la huerta que me dan tal música que sin tener el afán de cuidarlos, me divierto con su vista y canto Ahora es un vicio estar en nuestra ventana porque además de los árboles que hay caen enfrente tres guindos que están llenos de guindas y en verdad que da apetito de comerlas”.

Destacada es la cordial relación que mantenía y tiene la Comunidad

complutense con las hermanas antes citadas, pues el intercambio de productos de diferente índole era frecuente (rosarios de Jerusalén, cilicios, crucecitas, vasos, “papel con las indulgencias del Santo Escapulario”, estampas, vitelas, almendras, e incluso reliquias), de ahí que agradecerá un cesto [no dice el contenido] que le habían enviado por medio del P. Procurador, y que todo había llegado bien:

“De mucho gusto me ha servido que haya venido tan bueno el resplandor [¿custodia pequeña?], aunque siento que costase más de los cien ducados. VRas., reciban mi voluntad, quedo en el cuidadote (sic) [de] la reliquia y Ntra. Madre me dice que la enviará en breve si fuera cosa de ir en carta y sino cuando vaya el Serrano irá sin falta. Espera que será de cosa que les será a VRas., de gran consuelo”6 (Carta 3ª). “…muy bueno y los vasitos sin quebrarse. La laminita se hizo pedazos. Las almendras y perpetuas llegaron como de mano a mano. Dios se lo pague a VR que todo lo aprecio y estimo sobre mi corazón. Por acá son muy estimadas las perpetuas y vasitos pues son cosas que no se ven” (Carta 4ª).

Continúa con que usan, tanto en el refectorio como en la sacristía menaje

de loza de Talavera de la Reina con el escudo del Carmelo, de la que hace su elogio:

6Es posible que el resplandor a que hace referencia, dado el gran importe citado,

equivalente a 1.100 Rs, fuera una custodia portátil de plata sobredorada en oro y con rayos, resplandor, y, en cuyo viril podía situarse el Santísimo Sacramento o una reliquia. Sin duda debió ser de gran valor intrínseco y artístico, muy costoso. También pudiera hacer relación con un cuadro con marco dorado, con el relieve de una custodia portátil, siglo XVIII, de madera dorada y policromada, que semeja ser de metal. Es un trabajo muy elaborado y artístico. Lo comentaremos como pieza del patrimonio artístico. El Serrano, tantas veces citado debía ser un señor encargado de hacer los portes de puerta a puerta, de convento a convento. N.A


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“Para beber de lo que usamos así en el refectorio como fuera de él son de jarras de Talavera [de la Reina] con las armas de la Orden. Y otras monerías muy graciosas que de la loza de Talavera abunda mucho por esta tierra7, y hasta los baños de la sacristía son de esa loza. A mí me gusta mucho como es tan aseada” (Carta 4ª).

Cuenta como en la celda tiene estampas, láminas de los santos:

“Un Santísimo Cristo, Ntra. Madre del Carmen, Ntro. Padre San José, El Señor, San Rafael, Ntra. Santa Madre y mi Padre San Juan de la Cruz y mi Santa Rita. No son en [el] convento, ninguno tan grande como allá ni menos tiene marquitos. Están compuestos con papeles o cartones”.

Desvela las urnas con imágenes diferentes, las reliquias, tallas, lienzos,

24 cartas de la santa Madre y de san Juan de la cruz, y otros objetos, que tienen en el convento, algunos ya perdidos:

“Aquí tenemos una[s] nueve urnas con imágenes de Ntra. Señora, San Juan, la Magdalena, y Ntro. Padre San José. Y sobre todos mis amores son una efigie de Ntro. Padre San José que dudo haya cosa más propia ni hermosa. Tiene al Niño dormidito entre los brazos y con una manzana en la manita y de dormido como está se le está cayendo. El santo está elevado al cielo y dos ángeles le traen al Niño un cestote con dátiles y otro ángel los está cogiendo de una palmera. Todo está dentro de una urna.

Hay dos Cristo de plata, uno de marfil, otro de ámbar. Hay seis imágenes de vestir de Ntra. Señora. Cartas de Ntra. Madre hay veinticuatro y dos de Ntro. Padre [san Juan de la Cruz]. Todas están con marcos y cristales con los cuales está adornado el coro alto.

7 Efectivamente, también en el refectorio y en otras dependencias como la sacristía, los

dormitorios del Colegio Mayor de san Ildefonso se usaban: “Cuchillos, jarras, y tazas de Talavera para el refectorio”, “Platos, escudillas y salseras para el refectorio”, con expresión de su importe; sin olvidar los aguamaniles (jofaina-palangana y jarro). Después se hicieron de plata. AHN (M), Sección de Universidades. Legajo 135 (1) 1574. Era frecuente el uso de las jarras fraileras vidriadas para agua y vino de Talavera de la Reina, con el anagrama de JHS, o motivo heráldico de la Orden, de la abadesa o persona propietaria. Esto nos lleva evocar el lienzo de Zurbarán <<San Hugo en el refectorio de los cartujos>> del Museo de Bellas Artes de Sevilla. Con heráldica de abadesa las conservan las Religiosas de las Descalzas Reales de Madrid. También hemos apreciado, tanto en san Ildefonso, como en casas solariegas locales, el uso frecuente del cobre, como material propio de: candeleros, cazos, calderos, jarros, peroles, cántaros, braseros, lámparas y los fregaderos del convento que nos ocupa, de posible origen de Guadalupe. MUÑOZ SANTOS, Mª E., Las artes decorativas civiles en el Colegio mayor de san Ildefonso de Alcalá de Henares. Actas del VII Encuentro de Historiadores del Valle del Henares. Guadalajara, 5-8 de abril de 2001, pp. 691-714.


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Hay también una Cruz de oro con un Lignum crucis de un dedo de gordo. En esta misma Cruz está una espina de la corona de Cristo, con huesos de otros santos que sólo me acuerdo de uno que es de la Samaritana”.

En otro resplandor de oro [custodia pequeña] está carne de Ntra. Santa Madre [Teresa] y un hueso del tragadero de Ntro. Padre [san Juan de la Cruz]. Así mismo hay una cabeza de las once mil Vírgenes y la de Santa Escolástica. Canillas de Santos son infinitas, sólo en un nicho del coro hay ocho. También hay una costilla de Ntra. Santa Madre y el rosario de Cruz en que Cristo le puso las piedras tan resplandecientes.

Hay una estrella de madera hecha por las manos de Ntro. Padre san José. El Cristo que Ntra. Santa Madre llevaba a las fundaciones. Y el del Padre fray Domingo Ruzola, los breviarios de la Madre Ana de San Agustín. Un manípulo hecho por Ntra. Santa Madre y una toca de la Madre Ana de San Bartolomé”. Contado lo dicho no acabo de referir lo que hay.

Y concluye:

“Me he alargado tanto para que VR. Y mis Madres se diviertan [distraigan] en una hora de recreación” (Carta sexta)8.

Nos dice cómo el día de santa Teresa entró en el convento una novicia,

previa comprobación de su idoneidad, y que ya son 20 en la comunidad, por lo que está muy próximo al nº establecido de 21 por la santa madre Teresa:

“Es muy bella moza y de lindas prendas. Ella está muy gustosa y nosotras con ella. Se llama Ventura de santa Teresa; ya con esta somos veinte y discurro que presto se cerrará el número”.

A continuación refiere la anécdota de como entra la hermana Apolonia, la

ropera, a traerle la ropa limpia, porque es sábado, y

“me dice le dé a “VR finísimas muestras y que la encomiende VR a Dios en particular una necesidad que le ocurre”.

8Nos ha resultado muy interesante y esclarecedora la relación de las reliquias y otros

objetos; destacamos la abundancia de los referidos a la Madre Teresa, a san Juan de la Cruz y otras carmelitas fallecidas en opinión de santidad, junto con el P. Ruzola. No olvidemos cómo el Padre Fray Jerónimo Gracián, entregó a la Condesa de Castellar, parte de las cartas de la correspondencia mantenida con la Santa Madre, e imaginamos también, otros objetos personales heredados, razón de su permanencia en el convento de estudio, a través de la 1ª fundadora, doña Beatriz Ramírez de Mendoza. Nota de la autora.


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Finaliza la carta con expresiones de gran cariño hacia la Comunidad y

otros:

“Mi Madre no me olvide, que yo tengo a VR muy en mi alma y lo mismo a mi querida Madre Maestra; a la que me abrazará VR con el mayor cariño, sin olvidar a Ntra. Madre y demás Madres a quienes amo con todo el corazón. Y deseo servir al Padre Capellán y señores de Mérida, Almendralejo y Madres de Plasencia, mis encomiendas muy afectuosas, que a ninguna olvido”. Estimaré que VR me diga si ha recibido todas mis cartas y que me responda a ellas ínterin”. [Vemos que hay un desfase en la contestación de las mismas]. Ruego a Dios me guarde la vida de VR los más años que deseo. Alcalá y octubre 23 de 56 (1756). De VR su más apasionada y la que como a la vida estima. María Margarita. Querida Madre mía Paula Rosa de Santo Domingo”.

Por último, a manera de PD., nos da otro dato significativo referido a la

beata Madre Mª Antonia, que, como dijimos, marchó de aquí, a Santiago de Compostela para fundar otro cenobio carmelita:

“De la Madre María Antonia, la fundadora de Galicia, hemos tenido carta y dice está buena aunque con la pesadumbre de haberla elegido tercera vez Priora. VR., la encomiende a Dios para que tenga el gusto de ver finalizada su obra de la fundación, la que camina despacio por falta de medios” (Carta 7ª).

* * *

Todo lo cual nos ha mostrado la intrahistoria, aunque somera, del convento de carmelitas descalzas de Santa María del Corpus Christi, en el año citado, 1756.

Hemos visto también la estrecha relación con los PP. Carmelitas del Colegio de san Cirilo, sus superiores y solícitos hermanos en la descalcez del Carmelo.

La hermana Mª Margarita ocupó diferentes cargos en su corta vida de

religiosa alcalaína, siendo muy valorada por su oración-contemplación, sacrificio, dedicación y eficacia, así, entre otras consideraciones, lo reconoció la cronista del convento:


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“Si hubiera tenido salud hubiera hecho los oficios con grande acierto, porque la dotó Dios de una gran capacidad”.

“En la observancia regular fue tan observante que, teniendo licencia de los médicos para comer carne, aun en Viernes Santo, no hubo forma de hacer que la comiese, pareciéndole a su Reverencia que no tenía suficiente causa para ello”.

“Ejercitó todas las virtudes en grado heroico, especialmente la paciencia, pues en medio de tantas tribulaciones jamás se la oyó la más mínima queja”.

Fue devotísima de Ntro. Padre san Juan de la Cruz, de Ntra. Santa Madre,

de Ntro. P. San José y de santa Rita de quien hizo una imagen muy hermosa a su costa9 y ayudó con las limosnas que adquirió su industria a componer y adornar la celda [oratorio] de Ntra. Santa Madre”. (La trabajaremos como recinto artístico).

Gozó de gran aceptación entre sus hermanas de religión, pues sin haber sido Priora o Supriora, se la refiere con el tratamiento de Madre y Reverencia, lo que en la Orden del Carmelo sólo recibe la que es priora o la que ya lo haya sido. [Aclaración de la Madre Teresa del Niño Jesús, actual Priora del cenobio de estudio].

Singular y corta fue su estancia y vida en el convento carmelita complutense:

“Fue la vida de esta santa religiosa un continuado martirio…; por sus virtudes, creemos piadosamente, que está gozando de Dios”.

La Hermana Mª Margarita de santa Rita, murió el 14 de marzo de 1762, a

los 28 años de edad, después de una larga y penosa enfermedad, siendo atendida espiritual -mente por los PP., del Colegio de san Cirilo, que la administraron la Unción de los enfermos, haciendo el nº 98 en el orden de las mismas en el Carmelo de Santa María del Corpus Christi de Alcalá de Henares”.

9A.CCC., En la relación de obras artísticas que poseía el Convento, siglo XIX, está citada “Una escultura buena de Santa Rita de Casia”, situada en “La otra pieza alta de recreación”; se valoró entonces en 2000 reales.


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1. Fachada del Convento de carmelitas descalzas de Santa María del Corpus Christi. Plaza de los Doctrinos. Alcalá de Henares.


604

(Castillo Oreja, M.A., Clausuras de Alcalá, pp. 52 y 53)

2. Reliquias y cartas autógrafas de Santa Teresa y del P. Jerónimo Gracián de la Madre de Dios, la última, donación a Dª Beatriz Ramírez de Mendoza, a su dirigida espiritual y 1ª Fundadora del convento de carmelitas descalzas de Santa Mª del Corpus Cristi.

3. Báculo de la Madre Teresa de madera forrado con plata en su color. Donación del P. Gracián a Dª Beatriz Ramírez de Mendoza.

Exposición “Con los ojos del alma”. Museo de las Bernardas, 2015.


605

4. Parte trasera del convento, con la espadaña, coro alto, las dependencias de celdas y oficinas, dando a la huerta y pared lateral que da a la Calle Colegios.

5. San José en la escena de la Huida a Egipto. Nicolás Fumo, 1675, escultor napolitano, tardo barroco. Citado por la hermana Margarita.


606

6. La madre y hermana tornera, abren/cierran la puerta reglar.

7. Patio interior del convento de Santa María del Corpus Christi.

Documents

La hermana de coro Mª Margarita de Santa Rita (13-XII-1734