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La historia de Tristán e Isolda - Abat Oliba

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La historia del amor «involuntario, irresistible y eterno» de Tristán eIsolda, que se prolonga durante toda la vida e incluso después de lamuerte,atrajoconfuerza,yadesdesusinicios,aquieneslaescucharon.El destino trágico de aquellos dos amantes encadenados de por vidacautivó tan hondo, que de nada valieron las reconvenciones ni losreproches de los predicadores. La historia sobrevivió con fuerza, y supresencia se hace visible aún en nuestros días. De la multiplicidad deversionesoriginalesfrancesasqueseocuparondelahistoria,ningunasinembargo ha llegado completa hasta nuestros días. El extraordinarioromanistaquefueJosephBédierreconstruyóconsabiduríayprecisión,apartirde losfragmentosconservados, lahistoriadelosdosdesdichadosamantes. Hoy nos llega con el aliento de su primer día, y nos deja unhondoyduraderorecuerdo.

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JosephBédier

LahistoriadeTristáneIsoldaePubr1.0

Daruma06.09.13

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Títulooriginal:LeromandeTristanetIseutJosephBédier,1900Traducción:LluísMariaTodóPresentación:GastonParisDiseñodeportada:Daruma

Editordigital:DarumaePubbaser1.0

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PRESENTACIÓN

Tengoelplacerdepresentaraloslectoreselmásrecientedelospoemasquehaoriginado la admirable leyenda de Tristán e Isolda, ya que, en efecto, lo quepresentoesunpoema,pormásqueestéescritoenunaprosabellaysencilla.

JosephBédiereseldignocontinuadordelosantiguostroverosqueintentarontrasvasaralcristal ligerodel francéselembriagadorbebedizoenelqueantañolos amantes de Cornualles hallaron el amor y la muerte. Para repetir lamaravillosahistoriadesuhechizo,susalegrías,suspenasysumuerte,talcomoarrobó las almas de los franceses del siglo XII después de salir de lasprofundidadesdelsueñocéltico,elautorhareconstruido,abasedeimaginaciónempática y paciente erudición, esa misma alma, apenas desarrollada todavía,nuevaanteaquellasemocionesdesconocidas,dejándose impregnarporellassinpensar en analizarlas, y adaptando, sin conseguirlo del todo, el cuento que lahechizabaalascondicionesdesuexistenciahabitual.

Si hubiese llegado hasta nosotros una versión francesa completa de laleyenda,JosephBédiersehabríalimitadoahacerunafieltraduccióndeellaparadaraconocerdicha leyendaa los lectorescontemporáneos.Unsingulardestinoquisoquesólonoshayallegadoenformadefragmentosdispersos,yelloobligóaBédieraadoptarunpapelmásactivo,paraelcualyanobastabaconserunsabio;erapreciso,además,serunpoeta.

De los relatos de Tristán cuya existencia conocemos, y que debían de sertodosdegranextensión,losdeChrétiendeTroyesydeLaChèvresehanperdidototalmente; del de Béroul nos quedan unos tresmil versos; otros tantos del deThomas; de otro, anónimo, unos mil quinientos versos. Después están lastraduccionesextranjeras,entre lascuales tresnos transmitendemanerabastante

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completaelfondo,peronolaforma,delaobradeThomas,unanospresentaunpoemabastanteparecidoaldeBéroul;asimismocontamosconalusionesavecesmuyvaliosas;pequeñospoemasepisódicos,yfinalmenteelindigestoromanceenprosa en el que asoman, en medio de un fárrago sin cesar engrosado por lossucesivosredactores,algunosrestosdeviejospoemasperdidos.

¿Qué hacer con ese revoltijo, si lo que se quería era restaurar uno de losedificiosenruinas?Habíadosopciones:ajustarseaThomasoajustarseaBéroul.Laprimeraopciónteníalaventajadeculminardeformaseguraenlarestitucióndeunrelatocompletoyhomogéneo,graciasalastraduccionesextranjeras;teníaelinconvenientederestituirsóloelmásantiguodelospoemasdeTristán,aquelenelqueelviejoelementobárbaroquedócompletamenteasimiladoalespírituyalasobrasdelasociedadcaballerescaanglo-francesa.

Joseph Bédier optó por la segunda solución, mucho más difícil y por esomismomástentadoraparasuarteysusaber,ytambiénmásconvenienteparaelobjetivoquesehabíapropuesto:hacerrevivirparaloshombresdenuestrosdíaslaleyendadeTristánensuformamásantigua,oalmenoslamásantiguaquesepuedeconocerenFrancia.Asípues,empezóportraducirtanfielmentecomopudoel fragmento de Béroul que ha llegado hasta nosotros, y que ocupaaproximadamente el centro del relato.Así, después de haberse impregnado delespíritu del viejo narrador, de haber asimilado su ingenuamanera de sentir, susencillo modo de pensar, hasta el carácter confuso y a veces infantil de suexposicióny la gracia algo torpede su estilo,Bédier le puso a ese troncounacabeza y unos miembros, pero no en una yuxtaposición mecánica, sino en unaespeciede regeneraciónorgánica, talcomo lapresentanesosanimalesque,unavezmutilados, se completangracias a su fuerza íntima, siguiendo el plande suformaperfecta.

Escosasabidaquedichasregeneracionesresultanmáslogradascuantomenoscrecidoydesarrolladoestáelorganismo.EraésteelcasodeBéroul.Élasimilóelementos de todas las procedencias, a veces muy heterogéneos, y de unadiversidadqueno le extrañabanimolestaba, sobre todoporque lasmásde lasveces les hacía sufrir una especie de adaptación que bastaba para darles unahomogeneidadsuperficial.ElBéroulmoderno,pues,pudoprocederdelamismamanera, pero poniendo más criterio y más gusto. Del fragmento anónimo queprolongaelfragmentodeBéroul,delatraducciónalemanadeunpoemacercano

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al de Béroul, de Thomas y sus traductores, de las alusiones y los poemasepisódicos,delromanceenprosa,Bédiertomóelmaterialparadaralfragmentoconservadouncomienzo,unacontinuaciónyunfinal,buscandosiempre,entrelasmúltiplesvariedadesdel relato, laquemejorseadaptaraal fondoyal tonodelfragmentoauténtico.Después—yésteeselesfuerzomásingeniosoydelicadodesuarte—tratódedaratodosesosfragmentosdispersoslaformayelcolorqueleshabríadadoBéroul.Yonojuraríaquenohayaescritotodoelpoemaenversoslomás parecidos posible a los de Béroul, para traducirlos después al francésmodernoconelmismocuidadoquetuvoconlostresmilversosconservados.Siel viejo poeta regresara y preguntara qué ha sido de su obra, quedaríamaravilladoalverconquédelicadeza,conquéinteligencia,conquélaboriosidadyconquééxitofuesacadadeunabismodelquesóloasomabaunresto,ycómofuepuesta a flote, inclusomáscompleta sinduda,másbrillanteymásclaradecomolucieraantaño.

Lo que contiene el libro de Joseph Bédier es, pues, un poema francés demediados del siglo XII, pero compuesto a finales del siglo XIX. Así es comoconveníapresentaraloslectoresmodernoslahistoriadeTristáneIsolda,yaqueantañosedujoatodaslasimaginacionesadoptandoeltrajefrancés,yaquetodaslas formas que revistió desde entonces se remontan a aquella primera formafrancesa,yyaquenosotros,inevitablemente,vemosaTristánbajounaarmaduradecaballeroyaIsoldaataviadaconellargovestidodelasestatuasdenuestrascatedrales.

Pero ese atuendo francés no es el traje primitivo: no pertenece a nuestroshéroes, como no pertenece a los héroes griegos y romanos con el que la EdadMedialosvestíaenaquelmismotiempo.Elloesperceptibleenmásdeunrasgoque los adaptadores conservaron. Béroul, en especial, que presumía de haberborradoalgunosvestigiosdelabarbarieprimitiva,dejósubsistirmuchosotros;einclusoThomas,observadormásestrictodelasreglasdelacortesía,nodejadeabrirnos aquíy allí extrañasperspectivas sobre el carácterde sushéroesydelambiente en el que se mueven. Combinando las indicaciones muchas vecesfugaces de los autores franceses, se llega a entrever lo que pudo ser entre losceltasesepoemasalvaje, todoélmecidoporelmaryarropadoporelbosque,cuyo héroe,más que hombre semidiós, era presentado comomaestro o inclusoinventor de todas las artes bárbaras, matador de ciervos y jabalíes, sabio

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descuartizador de las piezas cobradas, luchador y saltador incomparable,navegante audaz, hábil entre todos a la hora de hacer vibrar el arpa y la rota,perfecto imitador del canto de todos los pájaros y junto con todo ello,naturalmente,invencibleentodosloscombates,domadordemonstruos,protectorde sus fieles, despiadado con sus enemigos, con una vida casi sobrehumana,objetoconstantedeadmiración,deabnegaciónydeenvidia.

Sin duda este perfil se forjó en el mundo céltico, en una antigüedad muyremota: era inevitable que acabara completándose mediante el amor. No hacefaltaqueyorepitaaquícuálesenlaleyendadeTristáneIsoldaelcarácterdelapasiónquelosencadena,yquéesloqueconvierteaestaleyenda,ensusdiversasformas, en la epopeya incomparable del amor. Sólo recordaré que la idea desimbolizarelamorinvoluntario,irresistibleyeterno,medianteesebrebajecuyoefecto—yenesosedistinguedelosvulgaresfiltros—seprolongadurantetodalavidaeinclusodespuésdelamuerte,queestaidea,queconfierealahistoriadelos amantes su carácter fatal y misterioso, tiene su origen indudable en lasprácticas de la antigua magia céltica. No insistiré más en las costumbres ysentimientosbárbarosqueacabodeapuntar,yqueconfierenacadamomentounefecto tan singular y poderoso dentro del tranquilo relato de los narradoresfranceses. Joseph Bédier, naturalmente, los recolectó con buen tino paracompletar la obra de Béroul con su industrioso mosaico. Los lectores losdistinguirán fácilmente y verán qué lejos estaba la historia que nuestros poetasfrancesesdelsigloXIIcontabanasuscontemporáneosdelambienteenelquelapropagaban,yconquévanosesfuerzostratabandeencuadrarlaenél.

Lo que les atraía de la historia de Tristán e Isolda, lo que les empujaba aadaptarla a la forma consagrada de versos octosílabos a pesar de todas lasdificultades,loqueexplicaeléxitodesuempresayloqueotorgóaestahistoria,en cuanto fue conocida en el mundo galorrománico, una popularidad sinprecedentes,eselespírituque laanimadeprincipioa fin,quecirculaen todossusepisodioscomoel«beberamoroso»enlasvenasdelosprotagonistas:laideade la fatalidaddel amor, algoque loelevaporencimade todas las leyes.Estaidea,encarnadaendosseresexcepcionales,respondealsentirsecretodemuchoshombresymujeresyenestaversiónpudocautivarloscorazonesdetodosalvenirpurificada por el sufrimiento y consagrada por la muerte. En medio de lafragilidad ordinaria de los afectos humanos, de las repetidas decepciones que

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sufrelailusiónsiemprecambiante,laparejaformadaporTristáneIsolda,atadapor unvínculomisteriosamente indisoluble, golpeadapor todas las tormentas yresistiendoaellas, tratandoenvanodedesprenderseyfinalmentellevadaenunabrazoúltimoyeterno,aparecíaysigueapareciendocomounadelasformasdeeseidealqueelhombrenosecansadehacerflotarporencimadelarealidadycuyosaspectosmúltiplesyopuestosnosonmásquelasdiversasmanifestacionesdesuobstinadaaspiraciónalafelicidad.Estaformaesunadelasmásseductorasyemocionantes,perotambiénesunadelasmáspeligrosas:lahistoriadeTristáneIsoldavertió,sinlamenorduda,enmásdeunalma,unvenenosutil,ytodavíahoy,preparadoporelmagomodernoqueleañadióelpoderdelhechizomusical,el brebaje de amor sigue turbando más de un corazón. No existe ideal cuyoencantamiento no entrañe algún peligro, y sin embargo no podemos privar a lavida del ideal sin condenarla a la monotonía o a la más triste desesperación.Cuandounopasapordelantede la grutade las sirenas, debe sabermantenersefirmementeatadoalmástil,sinrenunciaraoírladivinamelodíaquepermitealosmortalesentreverdichassobrehumanas.

Por lo demás, si bien todo subsiste en la «versión renovada» que vamos aleer, el peligro que podía presentar para los contemporáneos de Béroul quedanotablementeatenuadoparanosotros.Laspasionessonmáscontagiosasparalasalmascuandolasvemosenalmassemejantes:cuandosetratadealmaslejanasymuy distintas, si no en el fondo sí almenos en las condiciones externas de suactividad,laspasionesconservantodasugrandezaybelleza,peropierdenbuenapartedesufuerzadesugestión.ElTristánylaIsoldadeBéroul,resucitadosporJosephBédierconsuatuendoysuscostumbresdeantaño,consumaneradevivir,sentiryhablarmediobárbara,mediomedieval,seránparaloslectoresmodernoscomo los personajes de una vidriera gótica con sus rostros enigmáticos. Perodetrás de esta imagen marcada por la huella social de la época, se veresplandecer, comoel soldetrásde lavidriera, lapasión siempre idénticaa símisma, iluminándola y haciéndola resplandecer. Un tema de meditación eternoparaelpensamientoylasturbulenciasdelcorazón,representadoporunasfigurasmásinteresantesaúnporsuarcaísmo,enestoconsisteelpoemadelrenovadordeBéroul.Conelloyabastaríaparahechizaraloslectorescuriosostantodehistoriacomodepoesía.Pero loqueyonohepodidodecir, loqueel lectordescubrirácon arrobo en la lectura de esta obra antigua, es el encanto de los detalles, la

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misteriosaymíticabellezadeciertosepisodios, lafelizinvencióndeotrosmásmodernos, lo imprevisto de las situaciones y los sentimientos, todo lo queconvierteaestepoemaenunamezclaúnicadeantigüedadinmemorialyfrescurasiemprenueva,demelancolíacélticaygraciafrancesa,denaturalismopoderosoyfinapsicología.Nodudodequevaaencontrarentrenuestroscontemporáneosel éxito que obtuvo entre nuestros antepasados del tiempo de las cruzadas.Pertenecerealmenteaesa«literaturauniversal»delaquehablabaGoethe;habíadesaparecido de ella por una mala fortuna inmerecida; debemos unagradecimientoinfinitoaJosephBédierporhaberlarecuperadoparanosotros.

G.P.1900

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I

LASMOCEDADESDETRISTÁN

Duwaerestzwârebazgenant:Juventebeleetlariant!GOTTFRIEDDEESTRASBURGO

Señores,¿osgustaríaoírunabellahistoriadeamorymuerte?EsdeTristánydela reina Isolda. Escuchad cómo con gran alegría y dolor se amaron y luegomurieronenunmismodía,élporella,ellaporél.

En tiempos antiguos, el reyMarcos reinaba enCornualles. Rivalén, rey deLeonís, al saber que los enemigosdeMarcos le hacían la guerra, cruzó elmarparairensuayuda.Losirvióconlaespadayconsusconsejos,talcomohabríahechounvasallo,ycontalfidelidadqueMarcosledioenrecompensaalabellaBlancaflor,suhermana,aquienelreyRivalénamabaconintensoamor.

LatomóporesposaenlaiglesiadeTintagel.Peroapenaslahubodesposado,le llegó la noticia de que su antiguo enemigo, el duqueMorgan, había atacadoLeonís y reducía a ruinas sus aldeas, campos y ciudades. Rivalén aparejó lasnaves a toda prisa y se llevó a Blancaflor, que estaba encinta, hacia su lejanatierra.

DesembarcódelantedesucastillodeKanoelyconfiólareinaalcuidadodesu mariscal Rohalt, a quien, por su gran lealtad, todos llamaban Rohalt elMantenedordelaFe.Luego,habiendoreunidoasusbarones,Rivalénpartióalaguerra.

Blancaflorloestuvoesperandolargotiempo,peroelreynoregresójamás.Un

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día, la reina se enteró de que el duqueMorgan lo habíamatado a traición.Nolloró;nohubogritosnilamentos,perosusmiembrossedebilitaronhastaquedarinútiles; su alma concibió un fuerte deseo de separarse del cuerpo. Rohalt seesforzabaenconsolarla:

—Mi reina—ledecía—,nada seganaarrastrando luto tras luto; ¿acasonodebemorirtodoaquelquehanacido?¡QueDiosacojaalosmuertosyprotejaalosvivos!

Pero ella no quiso escucharlo. Tres días esperó para ir a reunirse con suamadoseñor.Alcuartodía,dioaluzaunniñoy,tomándoloenbrazos,ledijo:

—Hijomío,durantemuchotiempohedeseadotenerte;ahoraestoyviendoalamáshermosacriaturaquehayanacidodemujer.Tristetedoyaluzytristeeslaprimera caricia que te hago. Por tu causa tengo una tristeza quemematará. Ycomohasvenidoalmundocontristeza,tellamarásTristán.

Cuandohubodichoestaspalabras,besóasuhijoy,actoseguido,expiró.Rohalt elMantenedorde laFe recogió al huérfano.Loshombresdel duque

MorganyaestabanrodeandoelcastillodeKanoel.¿CómohabríapodidoRohaltmantenerlaguerrapormuchotiempo?Conrazóndiceelrefrán:«Desmesuranoesproeza».TuvoquerendirsealamerceddelduqueMorgan.PeropormiedoaqueMorganmataraalhijodeRivalén,elmariscallohizopasarporhijopropioyloeducóentrelossuyos.

Transcurridos siete años, cuando llegó el momento de separarlo de lasmujeres,RohaltconfióaTristánaunsabiomaestro,elbuenescuderoGorvenal.Esteleenseñóenpocosañoslasartesquedebensaberloscaballeros.Leinstruyóen el manejo de la espada, el escudo y el arco, le enseñó a lanzar discos depiedra,acruzardeunsaltolosmásanchosfosos,aodiarcualquiermentiraytodatraición,asocorreralosdébiles,amantenerlafedada.Leeducóenlosdiversosmodosdecanto,enel artede tocarel arpayenelde lamontería,ycuandoelmuchachocabalgabaentrelosjóvenesescuderos,parecíaquesucaballoyélnoformaranmásqueunsolocuerpo,ynohubieranestadonuncaseparados.Alverlotannobleyorgulloso,tananchodeespaldasyfinodetalle,fuerte,fielyvaleroso,todosfelicitabanaRohaltporteneraquelhijo.PeroRohalt,pensandoenRivalényenBlancaflor,cuyabellezapervivíaeneljoven,amabaaTristáncomosifuerasuhijoyensecretolovenerabacomoasuseñor.

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PerotodasualegríalefuearrebatadaeldíaenqueunosmercaderesatrajeronaTristán a su nave y se lo llevaron prisionero.Mientras los raptores navegabanhaciatierrasdesconocidas,Tristánsedebatíacomounjovenloboquehacaídoenuna trampa. Pero es verdad y lo saben todos los marineros: el mar lleva adisgustolasnavesdeslealesynoesdeayudaenraptosytraiciones.Así,elmarse revolvió furioso,cubrióde tinieblas lanavey la llevóa laaventuraduranteochodíasyochonoches.Por fin, losmarinerosdivisarona travésde lanieblauna costa erizada de acantilados y arrecifes en los que el mar parecía quererromperelnavío.Losmalhechores searrepintieron,yconociendoque la iradelmarsedebíaalinfaustoraptodeaquelmuchacho,juraronliberarloyprepararonunboteparadejarloenlaorilla.Enelacto, losvientosylasolasamainarony,mientraslanavedelosraptoresdesaparecíaenlalejanía,lasondastranquilasyalegresllevaronlabarcadeTristánhastalaarenadeunaplaya.

Tristán, con gran esfuerzo, escaló el acantilado y vio que,más allá de unallanura ondulada y desierta, se extendía un bosque interminable. Se estabalamentandoporqueechabademenosaGorvenal,asupadreRohaltylatierradeLeonís,cuandoel lejanogriteríodeunacaceríaalegrósucorazón.Enel límitedelbosqueaparecióunhermosociervo.La jauríay losmonterosbajabanensupersecución congran algarabía de voces y trompas. Pero cuando los perros yateníanagarradoalciervo,clavadoslosdientesenelcuerodesucruz,elanimal,apocospasosdeTristán, dobló los jarretesy exhalóunbramido.Unmontero lorematóconunaestaca.Mientraslosmonteros,alineadosencírculo,avisabandela captura llamando con el cuerno, Tristán vio con asombro que el maestromontero hacía un profundo corte en el cuello del ciervo, como si quisierasepararlodelcuerpo.

—¿Quéhacéis,señor?—exclamóTristán—.¿Acasosedebedescuartizaraunanimal tan noble como si fuera un cerdo degollado? ¿Es ésta la costumbre delpaís?

—Hermano —respondió el montero—, ¿de qué te sorprendes tanto? Sí,primeroseparolacabezadelciervo,despuéscortaréelcuerpoencuatropartesylasllevaremoscolgadasdelarzóndenuestrassillasalreyMarcos,nuestroseñor.Así lo hacemos nosotros, así lo hicieron siempre los hombres de Cornualles,desdelostiemposdelosmásantiguosmonteros.Sinembargo,siconocesalgunacostumbre mejor, enséñamela. Toma este cuchillo, hermano, y con placer

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aprenderemos.Tristán se arrodilló y desolló el ciervo antes de descuartizarlo; luego

despedazó la cabeza dejando intacto, como es debido, el hueso sacro; despuéscortólasextremidades,elmorro,lalengua,lascriadillasylavenadelcorazón.

Los monteros y lacayos de jauría, inclinados sobre él, lo mirabanembelesados.

—Amigomío—dijoelmaestromontero—, tuscostumbressonmuybuenas.¿Enquétierraslasaprendiste?Dinostunombreytupaís.

—Señor,mellamanTristán,yaprendíestascostumbresenmipaís,Leonís.—Tristán —dijo el montero—, que Dios recompense al padre que tan

noblementeteeducó.Sindudaseráuncaballeroricoypoderoso.Pero Tristán, que sabía cuándo convenía hablar y cuándo callar, respondió

conastucia:—No, señor,mipadre esunmercader.En secreto abandoné su casa enuna

nave que partía para comerciar en países lejanos, pues quería saber cómo secomportan los hombres de otras tierras. Pero si me aceptáis entre vuestrosmonteros,señor,osseguirégustosoyosenseñaréotrosplaceresdelamontería.

—BuenTristán,measombraqueexistauna tierraen laque loshijosde losmercaderessabenloqueenotroslugaresignoranloshijosdecaballeros.Perosilo deseas, acompáñanos y sé bienvenido. Te llevaremos junto al rey Marcos,nuestroseñor.

Tristán terminó de despedazar el ciervo. Dio a los perros el corazón, losdespojos de la cabeza y las entrañas, y enseñó a los cazadores cómo debeprepararse la porción que corresponde a los perros y la que sirve para cebos.Después clavó en sendas horcas los trozos bien divididos y los entregó a losdistintosmonteros:aunolacabeza,aotrolagrupaylosgrandesfiletes,aésteloshombros, a aquél las ancas y al otro el grueso de los lomos.Les enseñó cómodebíancolocarsededosendosparacabalgarenbuenorden,segúnlanoblezadelaspiezasdemonteríaensartadasenlashorcas.

Entoncesemprendieronel caminocharlando,hastaquepor findistinguieronun hermoso castillo. Estaba rodeado de prados, jardines, fuentes, pesquerías ytierras de labor. En el puerto entraban numerosas naves. El castillo se erguíasobre elmar, fuerte y bello, bien preparado contra cualquier asalto y todas lasmáquinasdeguerra;ysutorredelhomenaje,queantañoedificaronunosgigantes,

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estabahechaconbloquesdepiedragrandesybientallados,dispuestoscomountablerodeajedrezenverdeyazul.

Tristánpreguntóelnombredeaquelcastillo.—LollamanTintagel,buenamigo.Tintagel—repitióTristán—,¡queDiostebendigaatiyatusmoradores!Fueenestecastillodondetiempoatrás,congranalegría,supadreRivalénse

habíacasadoconBlancaflor.Peroesto,¡ay!,Tristánnolosabía.Cuandollegaronalpiedelatorredelhomenaje,elsonidodeloscuernosde

losmonterosatrajohastalapuertaalosnoblesyalmismoreyMarcos.Elmonteromayorlecontóalreyloquehabíaocurrido,yésteadmiróaquella

cabalgata, el ciervo tan bien despedazado y el hermoso sentido que tienen lascostumbresdemontería.Peroadmirósobretodoalgallardomuchachoextranjeroysusojosnopodíanapartarsedeél.¿Dedóndeprocedíaaquellaternura?Elreyinterrogaba su corazón y no podía comprenderlo. Señores, la causa de aquellaternuraerasusangrequeseemocionabayhablabadentrodeél,asícomoelamorqueantañosintióporsuhermanaBlancaflor.

Unanoche,despuésdelevantarlasmesas,unjuglargalesmaestroensuarte,avanzóentrelosseñoresreunidosycantócancionesacompañándoseconelarpa.Tristánestabasentadoalospiesdelreyy,mientraseljuglarpreludiabaunanuevamelodía,hablódeestemodo:

—Maestro, tucancióneshermosaentre todas; fuecompuestahaceañosporlos bretones para celebrar los amores de Gaelent. Lamelodía es dulce, comodulcessonsuspalabras.Maestro,ereshábilconlavoz,acompañabientucanciónconelarpa.

Elgalescantóydespuésrespondió:—Muchacho,¿quésabestúdelartedelosinstrumentos?Silosmercaderesde

Leonísenseñanasíasushijosa tañerelarpa, lacítaray lazanfonía, levántate,tomaestaarpaydemuestratudestreza.

Tristáncogióelarpaycantótanbellamentequelosseñoresseenternecieronalescucharlo.MarcosadmirabaalarpistaquehabíallegadodelpaísdeLeonís,adondeañosatrásRivalénhabíallevadoaBlancaflor.

Cuando Tristán hubo terminado su canción, el rey permaneció en silenciolargorato.

—Hijo mío—dijo por fin—, Dios bendiga al maestro que te enseñó y te

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bendiga tambiéna ti.Diosamaa losbuenoscantores.Suvozy lavozdelarpapenetranenelcorazóndeloshombres,evocansusrecuerdosmásqueridosyleshacen olvidar penas y maldades. Has venido a esta casa para nuestra alegría.¡Quédatemuchotiempoamilado,amigomío!

—De buena gana os serviré, señor —respondió Tristán—, como arpista,monteroyvasallovuestro.

Así lo hizo, y durante tres años creció en sus corazones un mutuo afecto.Duranteeldía,TristánseguíaalreyMarcosenlasaudienciasoenlascacerías,ydenoche,comodormíaenlaalcobarealentrelosprivadosylosfieles,sielreyestabatriste,Tristántañíaelarpaparaaliviarsupena.Losnoblesloquerían,ymásquetodos,talcomoosenseñarálahistoria,elsenescalDinasdeLidán.Peroel rey lo amaba aún más que los nobles señores y que Dinas de Lidán. Sinembargo,apesardesuafecto,TristánnohallabaconsueloporhaberperdidoasupadreRohalt,asumaestroGorvenalylatierradeLeonís.

Señores,elnarradorquequiereagradarnodebehacerlosrelatosdemasiadolargos. La materia de esta historia es hermosa y diversa, ¿de qué serviríaalargarla?Diré pues brevemente cómo, después de haber erradomucho tiempopormares y países,Rohalt elMantenedor de la Fe desembarcó enCornualles,encontró de nuevo a Tristán y, mostrando al rey el rubí que años atrás ésteentregaraaBlancaflorcomoregalodebodas,ledijo:

—ReyMarcos, éste es Tristán de Leonís, vuestro sobrino, hijo de vuestrahermanaBlancaflorydelreyRivalén.ElduqueMorganposeesustierrascontralaley,eshoradequeelpaísvuelvaamanosdesulegítimoheredero.

DiréenpocaspalabrascómoTristán,despuésderecibirdesutíolasarmasdecaballero,cruzóelmarenlasnavesdeCornualles,sedioaconocerentrelosantiguosvasallosdesupadre,desafióalasesinodeRivalén,lomatóyrecuperósustierras.

Después pensó que el rey Marcos no podría vivir feliz sin él, y como lanoblezadesucorazónleindicabasiempreelpartidomássabio,mandóllamarasuscondesybarones,yleshablóasí:

—SeñoresdeLeonís,hereconquistadoestepaísyhevengadoalreyRivaléncon laayudadeDiosy lavuestra.Asíhe restablecidoelderechodemipadre.Pero hay dos hombres,Rohalt y el reyMarcos deCornualles, que ayudaron alhuérfanoy al jovenerrante, y tambiéna ellosdebo llamarlespadre. ¿Nodebo,

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pues, restablecer igualmente su derecho? Un hombre de bien tiene dos cosaspropias:sutierraysucuerpo.Asípues,aRohalt,aquípresente,cedomitierra:padre, vos la mantendréis y vuestro hijo la mantendrá después de vos. Al reyMarcoscedomicuerpo:abandonaréestepaíseiréaserviramiseñorMarcosenCornualles. Este esmi pensamiento; pero vosotros soismis leales, señores deLeonís,ymedebéisconsejo;asípues,sialgunodevosotrosquiereindicarmeotraresolución,queselevanteyhable.

Pero todos los señores lo alabaron entre lágrimas, y Tristán, llevándoseconsigosóloaGorvenal,aparejólanaveparairalatierradelreyMarcos.

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II

ELMORHOLTDEIRLANDA

Tristremseyd:«Ywis,Ywildefendeitasknizt».

SirTristrem

CuandollegóTristán,Marcosytodossuscaballerosestabanengranduelo,puesel rey de Irlanda había fletado una armada para atacar Cornualles si Marcosseguíanegándose,comohabíahechodurantequinceaños,apagaruntributoqueantañohabíanpagado sus antepasados.Pues según antiguos tratadosde alianza,losirlandesespodíanreclamaraCornuallestrescientaslibrasdecobreelprimeraño,trescientaslibrasdeplatafinaelsegundo,yaltercerotrescientaslibrasdeoro. Pero cuando llegaba el cuarto año, se llevaban a trescientosmuchachos ytrescientas doncellas de quince años, elegidos por sorteo entre las familias deCornualles. Aquel año, el rey había mandado a Tintagel, para que llevara sumensaje,auncaballerogigante llamadoelMorholt,concuyahermanasehabíacasado, y que nadie había podido jamás vencer en batalla. Entonces, el reyMarcos con cartas selladas, convocó a su corte a todos los nobles de su tierraparaqueledieranconsejo.

Cumplido el plazo, cuando los caballeros estuvieron reunidos en la salaabovedadadelpalacioyMarcossehubosentadobajoeldosel,elMorholthablódeestamanera:

—ReyMarcos, escuchad por última vez elmandato del rey de Irlanda,miseñor. Debéis pagar urgentemente el tributo que le debéis. Os habéis negado

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durantedemasiadotiempoaello,yahoraordenaquemeentreguéiseneldíadehoy a trescientos muchachos y trescientas doncellas de quince años de edad,echadosasuertesentrelasfamiliasdeCornualles.Minave,queestáancladaenelpuertodeTintagel,selosllevaráparaqueseansiervosnuestros.Sinembargo(ysóloosexceptúoavos,reyMarcos,talcomoesdebido),sialgunodevuestrosnobles quiere intentarmediante batalla que el rey de Irlanda levante el tributo,aceptaré el desafío. ¿Quién de vosotros, señores de Cornualles, quiere lucharparaanulareltributo?

Losnoblesseñoressemirabanunosaotroscondisimuloyluegobajabanlacabeza.Elunosedecía:«Mira,desdichado,laestaturadelMorholtdeIrlanda,esmásfuertequecuatrohombresrobustos.Mirasuespada:¿acasonosabesqueporsortilegiohizorodarlacabezadelosmásvalerososcampeones,entodoslosañosqueelreydeIrlandallevaenviandoaestegigantealanzarsusdesafíosporlastierrasdesusvasallos?Infelizdeti,¿quieresbuscarlamuerte?¿PorquétentaraDios?».

Elotropensaba:«Hijosmíosqueridos,¿acasooshecriadoparaquehagáislas tareasde lossiervos,yavosotras,amadashijas,paraquehagáis lasde lasrameras?Peromimuertenopodríasalvaros».

Ytodospermanecíancallados.ElMorholtdijootravez:—¿Quiéndeentrevosotros,señoresdeCornualles,quiereaceptarmireto?Le

ofrezcobatallajusta:dentrodetresdíasapartirdehoy,llegaréenbarcaalaislade San Sansón, fuera de las aguas de Tintagel. Allí, vuestro caballero y yocombatiremos los dos solos, y el honor de haber intentado presentar batallarecaerá sobre toda su familia.—Los caballeros seguían callados y elMorholtparecía un gran halcón encerrado en una jaula con pajarillos: cuando entra él,todos se quedan mudos—. Pues bien, señores de Cornualles, puesto que estepartido os parece elmás noble, ¡echad a suertes a vuestros hijos y yome losllevaré!Peronocreíayoqueestepaísestuvierahabitadosóloporsiervos.

EntoncesTristánsearrodillóalospiesdelreyyledijo:—Miseñorrey,siosplaceconcedermeestedon,yopresentarébatalla.ElreyMarcostratóenvanodequedesistiera.Tristánerauncaballerojoveny

depocoleserviríasuvalor.PeroTristándiosupalabraalMorholt,yelMorholtlaaceptó.

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Llegadoeldía,Tristánsecolocósobreunacolchadesedarojaysehizoarmarpara la noble aventura. Se revistió con una cota demalla y su yelmode acerobruñido. Los caballeros lloraban de piedad y de vergüenza. «¡Ay, Tristán—sedecían—,valerosocaballero,porquénoemprenderéyoenvezdetiestabatalla!¡Mimuertecausaríamenosdolorenestatierra!».

Sonaronlascampanasytodos,losnoblesylagentehumilde,ancianos,niñosy mujeres, llorando y rezando, escoltaron a Tristán hasta la costa. Aún teníanesperanzas, pues la esperanza en el corazón de los hombres necesita pocoalimento.

TristánsubiósoloaunabarcaypusorumboalaisladeSanSansón.PeroelMorholthabíatendidoensumástilunaveladericapúrpurayfueelprimeroenllegaralaisla.EstabayaamarrandolabarcaalaorillacuandoTristán,arribadoasuvez,empujóconunpielasuyahaciaelmar.

—¿Por qué hacéis eso?—dijo elMorholt—. ¿Por qué no habéis atado labarcaconunaamarra,comohiceyo?

—¿Para qué?—respondió Tristán—. Sólo uno de nosotros regresará vivo:¿acasonobastaráconunabarca?

Yambos,animándoseparaelcombateconpalabrasultrajantes,seinternaronenlaisla.

Nadievio la tremendabatalla;peropor tresvecesparecióque labrisadelmartraíahastalaorillaungritodefuria.Entonces,enseñaldeduelo,lasmujeresbatían palmas a coro y los compañeros del Morholt, congregados más lejosdelante de sus tiendas, se reían. Por fin, hacia el atardecer, se vio a lo lejoshincharse una vela púrpura. La barca del irlandés se separó de la isla y en laorillaresonóunclamordeangustia.

—¡ElMorholt!¡ElMorholt!Perocuandolabarcacreció,derepente,enlacrestadeunaolaaparecióun

caballero que se erguía en la proa, blandiendo una espada en cada mano: eraTristán.Enel acto,veintebarcas zarparona su encuentroy losmás jóvenes seacercaronnadando.Elvalientecaballerosaltóalaplayay,mientraslasmadresarrodilladas besaban sus piernas cubiertas con la armadura, gritó a loscompañerosdelMorholt:

—Señores de Irlanda, el Morholt ha luchado bien. Ved: mi espada está

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mellada, un pedazo de la hoja ha quedado clavado en su cráneo. Llevaos estetrozodeacero:¡eseltributodeCornualles!

Entonces Tristán se dirigió a Tintagel.A su paso, losmuchachos liberadosgritabanyagitabanramasverdesyenlasventanassecolgaronricostapices.Perocuando el héroe llegó al castillo entre cantos de alegría y sones de campanas,trompas y cuernos tan ensordecedores que no se habría oído un trueno, sedesplomóenbrazosdelreyMarcos.Lasangremanabadesusheridas.

Los compañeros del Morholt llegaron a Irlanda desconsolados. Otras veces,cuando el Morholt volvía al puerto de Weisefort, se alegraba de ver a sushombresreunidosaclamándolo,yalareina,suhermana,yasusobrina,IsoldalaRubia,decabellosdeoro,cuyabellezabrillabayacomoelalba.Ellasloacogíanconternuray,sihabíarecibidoalgunaherida,locuraban,puessabíanhaceresosbálsamosybrebajesquereanimanalosheridosqueyasevanpareciendoalosmuertos. Pero ¿de qué le servirían ahora las recetas mágicas, las hierbasrecogidasalahorapropicia,losfiltros?ElMorholtyacíamuerto,cosidoenunapieldeciervo,yelpedazodeespadaenemigaaúnestabaclavadoensucráneo.Isolda la Rubia se lo sacó para guardarlo en un cofrecillo demarfil, preciosocomo un relicario. Inclinadas sobre el gran cadáver, madre e hija repetían sincesarelelogiodelmuertoysindescansolanzabanlamismaimprecacióncontraelasesino,pronunciandoporturnosentrelasmujereselcantofúnebre.Aqueldía,IsoldalaRubiaaprendióaodiarelnombredeTristándeLeonís.

EnTintagel,Tristánseestabaconsumiendo:unasangrevenenosamanabadesusheridas. Losmédicos dedujeron que elMorholt había clavado en su carne unapica envenenada, y como los brebajes y la triaca no lograban sanarlo, loconfiaronalcuidadodeDios.Desusheridassedesprendíaunhedortanodiosoquehuíandeélhastasusamigosmásqueridos,exceptoelreyMarcos,GorvenalyDinas de Lidán. Sólo ellos podían permanecer a su lado, pues su amorsobrepasaba su asco. Por fin, Tristán pidió que lo trasladaran a una cabañaconstruida en la orilla delmar y, acostado frente a las olas, esperó lamuerte.Pensaba:«ReyMarcos,¿acasomehabéisabandonado,amíquesalvéelhonorde

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vuestratierra?No,yasé,mibuentío,quedaríaislavidapormí,pero¿quépuedehacerelafectoquemetenéis?Debomorir.Sinembargo,esdulceverelsol,ymicorazónaúnesvaleroso.Quierotentarelmarventuroso…Quieroqueélmellevelejos, amí solo. ¿A qué tierra?No lo sé, pero quizá en otro país encuentre aalguien que me cure. Y tal vez, buen tío, algún día os volveré a servir comoarpista,monteroyvasallo».

TantosuplicóTristánqueel reyMarcosaccedióasudeseo.Lo llevóaunabarcasinremosnivela,yTristánquisoquesólodepositaransuarpajuntoaél.¿Paraquéqueríalasvelas,sisusbrazosyanohabríanpodidoizarlas?¿Paraquélosremos?¿Paraquélaespada?Comounmarineroqueduranteunalargatravesíalanza por la borda el cadáver de un antiguo compañero, así, con brazostemblorosos,Gorvenalempujómaradentro labarcaen laqueyacía suqueridohijo,yelmarselollevó.

Loarrastrólentamentedurantesietedíasysietenoches.Aveces,Tristántañíael arpa para mitigar su tristeza. Por fin, sin que él se diera cuenta, el mar loacercóaunaorilla.Aquellanoche,unospescadoresquehabíansalidodelpuertopara lanzarsus redesalaguayqueestabanremandooyeronunadulcemelodía,hermosayfuerte,quecorríarozandolasolas.Sequedaroninmóvilesescuchando,con los remos suspendidos sobre el agua. Al primer albor divisaron la barcaerrante.

«Así—pensaban—era lamúsica sobrenaturalqueenvolvía lanavedeSanBorondóncuandosinglabahacialasislasAfortunadassobreunmarblancocomolaleche».

Lospescadoresremaronhastaalcanzarlabarca:ibaaladerivaynoparecíallevarmás cosa viva que la voz del arpa. Pero amedida que se acercaban, lamelodía se iba debilitando hasta que cesó, y cuando abordaron la barca, lasmanos de Tristán habían caído inertes sobre las cuerdas aún vibrantes. Lorecogieron y regresaron a puerto para entregar al herido a su piadosa señora,pensandoquetalvezellasabríasanarlo.

PeropordesgraciaaquelpuertoeraWeisefort,dondeyacíaelMorholt,ysuseñoraeraIsoldalaRubia.Sóloella,hábilenfiltros,podíasalvaraTristán,perosóloella,entretodaslasmujeres,deseabasumuerte.CuandoTristán,reanimadoporsusartes,volvióensí,comprendióquelasolaslohabíanllevadoaunatierrapeligrosa. Pero pormás que fuera valeroso en la defensa de su vida, supo ser

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astutoyusarhábilespalabras.Contóqueeraun juglarquehabíaembarcadoenuna nave mercante con rumbo a España para aprender el arte de leer en lasestrellas.Unospiratashabíanasaltadolanaveyélhabíaresultadoheridoyhabíahuidoenaquellabarca.Todoscreyeronsuspalabras:ningunodeloscompañerosdelMorholt reconoció al gallardo caballero de la isla de San Sansón, pues elvenenohabíadeformadosusrasgoshastaafearlo.Peroalcabodecuarentadías,cuandoIsolda, ladeloscabellosdeoro,yacasi lohubocurado,cuandoensusmiembrosempezabayaarenacerlagraciadelajuventud,comprendióquedebíahuir.Seescapó,pues,ydespuésdemuchospeligrosundíacompareciódenuevoanteelreyMarcos.

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III

ENBUSCADELABELLADECABELLOSDEORO

Enpod’orevosaipaiéeOlaparoledochevol

Dontjoaipuiseügrantdol.

LaidelaLocuradeTristán

EnlacortedelreyMarcoshabíacuatrocaballeros,losmástraidoresdetodosloshombres,queodiabanintensamenteaTristánporsuvaloryporelgranamorque le profesaba el rey. Os diré sus nombres: Andret, Ganelón, Gondoine yDenoalén;elduqueAndretera,comoTristán,sobrinodelreyMarcos.AlsaberqueelreypensabamorirsinhijosparadejarsureinoaTristán,laenvidiadeloscaballerostraidoresseirritó,yazuzabanconmentirasaloshombresimportantesdeCornuallescontraTristán.

—En su vida hay cosas extraordinarias —decían los traidores—; perovosotros, caballeros, que sois hombres sensatos, sin duda sabréis explicarlas.Que triunfara sobre elMorholt es sin dudameritorio, pero ¿con qué embrujospudo bogar él solo por elmar, cuando ya estaba casimuerto? ¿Quién de entrenosotros,caballeros,gobernaríaunanavesin remosnivela?Losmagospuedenhacerlo, según dicen. Y por otra parte, ¿en qué país encantado pudo hallarremedio para sus heridas? Sin duda es un hechicero, sí, su barca estabaembrujadaytambiénestánembrujadassuespadaysuarpa,quecadadíaviertesu

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veneno en el corazón del rey Marcos. ¡De qué modo admirable ha sabidodoblegarsuánimoconelpodery loshechizosde labrujería! ¡Tristánserá rey,señores,ynuestrastierrasestaránsometidasaunbrujo!

Convencieronalamayoríadelosnobles,puesmuchoshombresnosabenquelo que está en poder de losmagos también puede cumplirlo el corazón con lafuerza del amor y la valentía. Por ello, los nobles apremiaron al rey para quetomaraporesposaa lahijadeun reyy tuvieraasídescendencia.Si senegaba,dijeron,seretiraríanasuscastillosyfortificacionesparahacerlelaguerra.Elreyseresistíayjurabaensucorazónquemientrasvivierasusobrinoningunahijadereyentraríaensulecho.PeroporsuparteTristán,quesoportabaconvergüenzalasospecha de amar a su tío en provecho propio, lo amenazó: el rey debíadoblegarsealavoluntaddesusnobles,sino,élabandonaríalacorteyseiríaaserviral reydeGavoya.EntoncesMarcos fijóunplazoyse locomunicóa losnobles:alcabodecuarentadíasmanifestaríasuvoluntad.

El día acordado, el rey, solo en su habitación, esperaba la llegada de loscaballeros y pensaba tristemente: «¿Dónde hallar una hija de rey tan lejana einaccesiblequeyopuedafingir,perosólofingir,quelaquieroporesposa?».

En aquel instante, por la ventana que daba almar entraron peleándose dosgolondrinas que estaban construyendo su nido, y luego huyeron asustadas. Perodelpicoleshabíacaídounlargocabellodemujer,másfinoquehilodeseda,yquebrillabacomoelsol.

Marcoslorecogió,mandóentraraloscaballerosyaTristán,ylesdijo:—Paracomplaceros,señores,tomarémujer,siemprequevayáisabuscarala

queyoheelegido.—Desdeluegoqueloharemos,señor.¿Aquiénhabéisescogido?—Heescogidoaaquellaaquienpertenezcaestecabellodeoro,ysabedque

noquieroaningunaotra.—¿Ydedóndevieneesecabellodeoro,señor?¿Quiénoslohatraído?¿De

quépaís?—Señores, viene de la Bella de Cabellos de Oro. Me lo han traído dos

golondrinas,ellassabendequépaís.Los caballeros comprendieron que habían sido burlados y engañados.

Miraban a Tristán con despecho, pues sospechaban que era él quien habíasugeridoalreyaquelardid.PeroTristán,despuésdemirarelcabellodorado,se

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acordódeIsoldalaRubia.Sonrióyhablódeestemodo:—ReyMarcos, obráismuymal. ¿Acaso no veis que las sospechas de esos

baronesmeavergüenzan?Perodenadasirvelaburlaquehabéisurdido:yoiréabuscaralaBelladelosCabellosdeOro.SabedquedichabúsquedaespeligrosayquemeresultarámásdifícilregresardesupaísquedelaislaenlaquematéalMorholt.Peroquieroaventurarunavezmásmívidaymicuerpoporvos,amadotío. A fin de que vuestros caballeros conozcan si os amo con amor leal,comprometomi fe con este juramento: omoriré en la empresa o traeré a estecastillodeTintagelalareinaderubioscabellos.

Aparejó una hermosa nave, que aprovisionó con trigo, vino, miel y losmejores víveres. Además de Gorvenal, mandó embarcar a cien caballeroselegidosentrelosmásvalerosos,ylosvistióconropasdetelasbastas,deformaque parecieran mercaderes. Pero bajo el puente de la nave ocultaban ricosvestidosdepañodeoro,desedayescarlata,comocorrespondealosmensajerosdeunreypoderoso.

Cuandolanavesehizoalamar,elpilotopreguntó:—Señor,¿haciaquétierranavegamos?—Amigomío,ponrumbohaciaIrlanda,alpuertodeWeisefort.El piloto se estremeció. ¿Acaso no sabía Tristán que desde la muerte del

MorholtelreydeIrlandaperseguíalasnavesdeCornualles?Losmarinerosquecapturaba eran ahorcados. Sin embargo, el piloto obedeció y arribó a la tierrapeligrosa.

Enunprimermomento,TristánsupoconvenceraloshabitantesdeWeisefortde que sus compañeros eran mercaderes de Inglaterra que habían venido paratraficar en paz. Pero como aquellos mercaderes tenían extraños modales, sepasabaneldíajugandoanoblesjuegosdemesayalajedrez,yparecíanconocermejorelmanejodelosdadosquelamedidadeltrigo,Tristántuvomiedodeserdescubiertoynosabíacómoemprendersubúsqueda.

Unamañana,aldespuntareldía,oyóunavoztanespantosaquehabríasedichoelgritodeundemonio.Jamáshabíaoídoaunabestiaaullardeaquellamaneratanhorribleytanextraordinaria.Llamóaunamujerquepasabaporelpuertoyasílehabló:

—Decidme,señora,¿dedóndevieneesavozqueacabodeoír?Osruegoquemedigáislaverdad.

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—Señor,oslodirésinmentir.Vienedeunabestiaferoz,lamáshorriblequeexisteenelmundo.Cadadíabajadesucuevayseapostaanteunadelaspuertasdelaciudad.Nadiepuedeentrarnisalirsinoentregaunadoncellaaldragón,y,cuando éste la tiene entre sus garras, la devora en menos tiempo del que senecesitapararezarunpadrenuestro.

—Señora—respondióTristán—,noosburléisdemí.Perodecidmesiseríaposiblequeunhombrenacidodemujermataraalabestiaenbatalla.

—Nolosé,miseñor.Lociertoesqueveintecaballerosprobadosintentaronyaesaaventura,pueselreydeIrlanda,mediantelavozdesuheraldo,proclamóquedaríaasuhijaIsoldalaRubiaaquienmataraalmonstruo.Peroelmonstruolosmatóatodos.

Tristánsealejódelamujeryregresóasunave.Searmóensecretoyhabríasido bello ver salir de aquella nave de mercaderes un corcel de guerra tanhermoso,montadoporuncaballero tangallardo.Peroelpuertoestabadesierto,pues apenas acababa de despuntar el alba, y nadie vio al valeroso caballerocabalgandohastalapuertaquelamujerlehabíaindicado.Derepenteaparecieronen el camino cinco hombres que espoleando a sus caballos, sueltos los frenos,huíanhacialaciudad.Tristánagarróaunodeelloscuandopasaba,yletirótanfuerte del pelo rojo, que lo derribó sobre la grupa del caballo y lo obligó adetenerse.

—Diosossalve,señor—ledijoTristán—,¿porquécaminovieneeldragón?Ycuandoelcaballerolehubomostradolaruta,Tristánlosoltó.Elmonstruoseestabaacercando.Teníacabezadevíbora,losojosrojoscomo

carbones ardientes, dos cuernos en la frente, orejas largas y peludas, garras deleón,coladeserpienteyelescamosocuerpodeungrifo.

Tristán lanzó su corcel contra él con tal fuerza que el caballo se erizó depánico,peroapesardetodosaltócontraeldragón.LalanzadeTristánchocóconlasescamasysaltóhechatrizas.Entonceselcaballerodesenvainólaespada, lalevantó,yasestóungolpecontralacabezadeldragón,perosinsiquieraherirleenel cuero.Mas elmonstruo había acusado el ataque: lanzó sus garras contra elescudo, las hundió en él, e hizo saltar las ataduras. Tristán, con el pechodescubierto,lorequirióunayotravezconlaespadaylogolpeóenelflancocontantaviolenciaqueelaireretumbó.Perofueenvano,nopodíaherirlo.Entonceseldragónvomitópor labocaundoblechorrode llamasvenenosas.Lacotade

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Tristán sevolviónegra comocarbón apagado, su caballo sederrumbó,muerto.Sin embargo, Tristán se levantó al instante y hundió su buena espada en lagarganta del monstruo. La penetró toda entera y le rompió el corazón en dospartes.Eldragónlanzóporúltimavezsuhorriblegritoymurió.

Tristánlecortólalenguayselametióeneljubón.Después,aúnaturdidoporel humo acre, se acercó para beber de un estanque que vio brillar a pocadistancia.Peroelvenenodestiladoporlalenguadeldragónsecalentóalentrarensucuerpoyelhéroecayódesmayadoentrelasaltashierbasquerodeabanlamarisma.

Conviene saber que el fugitivo de rojas trenzas era Aguinguerrán el Rojo,senescaldelreydeIrlanda,quecodiciabaaIsoldalaRubia.Eracobarde,perotan grande es la fuerza del amor, que cadamañana se emboscaba armado paraatacar al monstruo. Sin embargo, en cuanto oía su grito, el caballero salíahuyendo.Aquel día, seguido por sus cuatro compañeros, se atrevió a regresar.Encontró al dragón abatido, al caballomuerto, el escudo roto, y pensó que elvencedoracababademorirenalgúnlugar.Entoncescortólacabezadelmonstruo,selallevóalreyyreclamólabellarecompensaprometida.

El rey no creyó mucho en la proeza de Aguinguerrán el Rojo, pero quisotratarlocon justiciaymandóasusvasallosqueacudierana lacortealcabodetres días: ante el consejo de los barones, Aguinguerrán el Rojo aportaría lapruebadesuvictoria.

CuandoIsoldalaRubiaseenteródequeibaaserentregadaaaquelcobarde,primero se rió un buen rato, después se lamentó. Pero al día siguiente,sospechandola impostura, tomóconsigoasu lacayo,elrubioyfielPerinís,yaBrangel,su jovencriadaycompañera,y los trescabalgaronensecretohacia laguarida delmonstruo, hasta que Isolda vio en el camino unas huellas de formasingular:sinduda,elcaballoquehabíapasadoporallínohabíasidoherradoenaquelpaís.Despuésencontróalmonstruosincabezayalcaballomuerto,quenoestaba enjaezado según la costumbre irlandesa. Pensó que al dragón lo habíamatadoalgúnextranjero,pero¿seguíaaquelhombreconvida?

Isolda,PerinísyBrangelloestuvieronbuscandodurantemuchotiempo,hastaque por finBrangel vio entre las hierbas de lamarisma el brillante yelmo del

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caballero, que todavía respiraba. Perinís lo subió a su caballo y lo llevó ensecretoalasestanciasdelasmujeres.Allí,Isoldacontólaaventuraasumadreyleconfióalextranjero.Cuando la reinaquisoquitarle laarmadura, lavenenosalenguadeldragóncayódeljubón.EntonceslareinadeIrlandadespertóalheridomediantelavirtuddeunashierbasyledijo:

—Forastero,yo séqueenverdad fuisteisvosquienmatóalmonstruo.Peronuestrosenescal,untraidor,uncobarde,lehacortadolacabezayahorareclamaamihija Isolda laRubiacomorecompensa.¿Podréisprobarsuengañodentrodedosdías,enunabatalla?

—Reina —dijo Tristán—, el plazo es corto. Pero sin duda vos podéiscurarme en dos días. Yo conquisté a Isolda matando al dragón, tal vez puedaconquistarladenuevovenciendoalsenescal.

Entonces la reina lo albergó con generosidad y preparó para él eficacesremedios.Aldíasiguiente,IsoldalaRubialepreparóunbañoyungiósuavementesucuerpoconunbálsamoquehabíaelaboradosumadre.Detuvolamiradasobreelrostrodelherido,vioqueerahermosoysepusoapensar:«¡Ciertamente,sisuvalentíaigualasubelleza,micampeónlibrarádurabatalla!».

Mientras,Tristán,reanimadoporelcalordelaguaylafuerzadelasplantasaromáticas, miraba a Isolda, y pensando que había conquistado a la reina decabellos de oro, sonrió. Isolda se dio cuenta de ello y pensó: «¿Por qué estásonriendo el forastero? ¿Habré hecho algo inconveniente? ¿Habré olvidadoalgunodelosserviciosqueunadoncelladebeprocurarasuinvitado?Talvezsehareídoporquemeolvidédebruñirsusarmas,deslustradasporelveneno».

Entonces Isolda fue hasta el lugar donde estaba la armadura de Tristán, ypensó:«Esteyelmoesdebuenacero,nunca le fallaráencasodenecesidad.Yestacotaesfuerte,ligera,dignadeserllevadaporunvaliente».

Tomó laespadapor laempuñaduraypensó:«Ciertamenteeséstaunabellaespada,laqueconvieneauncaballerovaleroso».

Sacólahojaensangrentadadelaricavainaparalimpiarla,yentoncesvioquelaespada teníaunaampliamella.Sefijóen laformade labrecha:¿nosería lahojaqueserompióenlacabezadelMorholt?

Isoldavacilaba,volvióamirar,queríasalirdedudas.CorrióalahabitacióndondeguardabaeltrozodeaceroquesacódelcráneodelMorholt,juntóeltrozoconlabrecha:apenassenotabalaseñaldelarotura.

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Entoncesse lanzósobreTristány,volteandolagranespadasobre lacabezadelherido,exclamó:

—¡Tú eres Tristán de Leonís, túmataste alMorholt,mi amado tío! ¡Muerepuestútambién!

Tristán hizo un gesto para detener el brazo de Isolda, pero fue en vano. Sucuerpoestabatullidoperosuespírituseguíasiendoágil,demodoquehablóconastucia:

—Seacomovosqueréis:moriré.Peroparaahorraroslargosremordimientos,escuchadme. Hija de rey, debéis saber que vos no tenéis sólo el poder, sinotambiénelderechodematarme.Sí,tenéisderechosobremivida,porquepordosveces me la habéis conservado y devuelto. Una primera vez, no hace muchotiempo: era yo el juglar herido al que salvasteis al expulsar de mi cuerpo laponzoñaconlaquemehabíaenvenenadolalanzadelMorholt.Noosruboricéis,muchacha, por haber curado aquellas heridas, ¿acaso no las había recibido encombate leal? ¿Acasomaté alMorholt a traición? ¿Nome había desafiado él?¿No teníaderechoadefendermicuerpo?Por segundavezmesalvasteisal irabuscarme a la marisma. ¡Ah, por vos luché, doncella, contra el dragón! Perodejemoseso:yosóloqueríademostrarosque,porhabermelibradopordosvecesdelpeligrodemuerte, tenéisderechosobremivida.Matadme,pues, sipensáisqueconellovaisaganarloorygloria.Sinduda,cuandoestéisentrelosbrazosdel valeroso senescal, os será dulce recordar a vuestro huésped herido, el quearriesgó su vida por conquistaros y os conquistó, y a quien vos matasteis sindefensaenestebaño.

Isoldaexclamó:—Estoy oyendo palabras extraordinarias. ¿Por qué quiso conquistarme el

vencedordelMorholt?Yaveo,sinduda:talcomoelMorholttratódellevarensunavea lasdoncellasdeCornualles,vos,enrepresalia,quisisteishaceralardeyllevaroscomosiervaaaquellaaquienelMorholtamabaentre todas lasdemásmuchachas.

—No, princesa —repuso Tristán—. Lo que ocurrió es que un día dosgolondrinasvolaronhastaTintagelparallevarhastaallíunodevuestroscabellosdeoro.Yocreíqueveníanaanunciarpazyamor.Poresovineabuscarosmásallá de losmares. Por esome enfrenté almonstruo y a su veneno.Mirad estecabellocosidoentreloshilosdeorodemiropa.Elcolordeloshilosdeorose

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hadeslucido,peroelorodelcabellonosehaempañado.IsoldatirólagranespadaytomóentresusmanoslaropadeTristán.Vioen

ellaelcabelloypermanecióensilenciolargorato.Despuésbesóasuhuéspedenloslabiosenseñaldepazylorevistióconricastelas.

El día de la reunión de los caballeros, Tristánmandó en secreto a Perinís, elcriadodeIsolda,asunave,paradecirasuscompañerosquesecongregaranenlacorte ataviados como corresponde a los mensajeros de un rey poderoso, puesesperaba llegaraquelmismodíaal términodesuaventura.Gorvenaly losciencaballeros, que, creyendo que habían perdido a Tristán, llevaban tristes cuatrodías,sealegraronporlanoticia.

Entrarondeunoenuno, se sentaron formandoenunahileraen la salaen laqueya se estaban reuniendo los nobles de Irlanda, y la pedrería relucía en susricasvestidurasdeescarlata,sedaypúrpura.Losirlandesessedecíanentreellos:

—¿Quiénes seránesosmagníficoscaballeros?¿Alguien losconoce? ¡Fijaosenesosmantossuntuosos,adornadosconpieldemartaygalonesdeoroyplata!¡Vedcómorelucenenelpomodesusespadasyenlashebillasdesuspellizaslosrubíes, los berilos, las esmeraldas y otras piedras preciosas que nosotros nisiquierasabemosnombrar!¿Quiénviojamástantoesplendor?¿Dedóndevienentalescaballeros?¿Quiénessuseñor?

Pero los ciencaballerospermanecíanen silencioyno se levantabande susasientosparanadiequeentrara.

Cuando el rey de Irlanda estuvo sentado bajo el dosel, el senescalAguinguerránelRojo seofrecióparademostrarcon testigosypara sostenerenbatalla que él había matado al monstruo y que por tanto Isolda debía serleentregada.EntoncesIsoldaseinclinóantesupadreydijo:

—Majestad, aquí hay un hombre que pretende acusar a vuestro senescal deengañoytraición.Estehombre,quedeseaprobarqueéllibróanuestratierradela maldición y que vuestra hija no debe ser entregada a un cobarde, ¿podráobtener vuestro perdón por sus antiguos errores, por grandes que sean, y tenervuestramercedybuenavoluntad?

Elreypensóenelloynotuvoprisaenresponder.Peroloscaballerosgritarontodosalavez:

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—¡Concededlo,señor,concededlo!Elreyrespondió:—Loconcedo.EntoncesIsoldasearrodillóasuspiesydijo:—Padre,dadmeprimeroelbesodemercedypaz,enseñaldequeselodaréis

igualmenteaesehombre.CuandoIsoldahuborecibidoelbeso,fueabuscaraTristánylollevódela

manohasta laasamblea.Cuando losciencaballeros lovieron, se levantaronalmismo tiempo, lo saludaron con los brazos cruzados sobre el pecho y secolocaronasulado.Así,losirlandesesvieronqueaquelcaballeroerasuseñor,peroentoncesmuchosdeellosloreconocieronysealzóungranclamor.

—¡EsTristándeLeonís,elhombrequematóalMorholt!Relucieronlasespadasdesnudasylasvocesfuriosasrepetían:—¡Quemuera!PeroIsoldaexclamó:—Rey,besadenlabocaaesehombre,talcomohabéisprometido.Elreylobesóenlabocayelclamorcesó.Entonces Tristánmostró la lengua del dragón y ofreció batalla al senescal,

quiennoseatrevióaaceptarlay reconociósu fechoría.LuegoTristánhablódeestamanera:

—Sí, señores, yo maté alMorholt, pero he cruzado el mar para ofrecerosenmienda.Pararemediareldañocausado,pusemicuerpoenpeligrodemuerteyoslibrédelmonstruo,ydeestemodoheconquistadoaIsoldalaRubia,labella.Ypuestoque la conquisté,me la llevaré enminave.Peroa findequepor lastierrasde IrlandayCornuallesno se extiendanuncamáselodio, sinoel amor,sabed que el reyMarcos,mi amado señor, se casará con ella.Ved aquí a ciencaballeros de alto linaje que jurarán por las reliquias de los santos que el reyMarcososmandapazyamor,quesudeseoeshonraraIsoldacomoasuamadaesposa, y que todos los hombres de Cornualles la servirán como a su reina yseñora.

Congranalegría trajeron losrelicarioscon lasreliquiasde lossantosy losciencaballerosjuraronqueTristánhabíadicholaverdad.

El rey tomó a Isolda de la mano y preguntó a Tristán si la conduciríalealmentehastasuseñorMarcos.Tristán lo juróantesusciencaballerosyante

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losnoblesdeIrlanda.IsoldalaRubiatemblabadevergüenzaydeangustia.¡AsíeracomoTristán,

despuésdehaberlaconquistado,larechazaba!Elhermosocuentodelcabellodeoroera sólounamentira,y ahora ibaa entregarla aotro…Peroel reypuso lamanoderechadeIsoldaenlamanoderechadeTristán,yTristánlaretuvocomoseñaldequelatomabaennombredelreydeIrlanda.

Así,porelamordelreyMarcos,porastuciayporfuerza,Tristáncumpliólabúsquedadelareinadecabellosdeoro.

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IV

ELFILTRO

Nein,eznivasnithmitwine,dochezimglichwaere,

ezwasdiuwerndeswaere,diuendelôseherzenôt

vondersibeidelâgentôt.GOTTFRIEDDEESTRASBURGO

CuandoseacercóeltiempodeentregaraIsoldaaloscaballerosdeCornualles,su madre recogió hierbas, flores y raíces, las mezcló con vino y preparó unpoderosobrebaje.Cuandolohuboelaboradograciasasucienciaysumagia,lovertióenunfrascoyledijoensecretoaBrangel:

—Hijamía,túseguirásaIsoldahastaelpaísdelreyMarcos,yséquelaamasconlealtad.Tomapuesestefrascodevinoyrecuerdamispalabras.Ocúltalodemanera que ningúnojo lo vea ni ningún labio lo pruebe. Pero cuando llegue lanochedebodasyelmomentoenquesedejasolosalosesposos,vierteestevinodehierbasenunacopayofréceselaparaquebebanjuntosdeellaelreyMarcosyla reina Isolda. Ten cuidado, hija mía, de que sólo ellos puedan probar estebrebaje, pues tieneunavirtud:queaquellosque lobeban juntos se amaráncontodos los sentidos y con todo supensamiento, para siempre, en la vida y en lamuerte.

Brangelprometióalareinaquecumpliríasuvoluntad.

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Lanave,hendiendo lasprofundasolas, se llevabaa Isolda.Perocuantomássealejaba de Irlanda, más tristemente se lamentaba la doncella. Sentada bajo elpabellónenelqueestabaencerradaconsucriadaBrangel,llorabaalrecordarsupaís.¿Adondelallevabanaquellosextranjeros?¿Haciaquién?¿Conquédestino?CuandoTristánseacercabaaellayqueríaconsolarlacondulcespalabras,ellaseirritaba,lorechazaba,yelodioinundabasucorazón.Habíavenidoél,elraptor,elasesinodelMorholt.Conastucialahabíaseparadodesumadreydesupaís,yni siquiera se la había quedado para él. ¡Se la llevaba como una prisionera atravésdelasolas,haciaunatierraenemiga!

—¡Pobredemí!—exclamaba—.¡Malditoseaelmarquesemelleva!¡Antesquerríamorirenlatierraenquenacíquevivirentierraextraña!

Un día los vientos cayeron, las velas colgaban deshinchadas a lo largo delmástil. Tristán mandó desembarcar en una isla y, cansados del mar, los ciencaballeros de Cornualles y los marineros bajaron a la orilla. Sólo Isoldapermanecióenlanaveconunajovensirvienta.Tristánseacercóalareinaparatratardetranquilizarsucorazón.Elsoleraardienteypidierondebeber.Lajovencriadabuscóalgunabebida,hastaquedescubrióelfrascoquelamadredeIsoldahabíaconfiadoaBrangel.

—¡Heencontradovino!—exclamó.Peronoeravino:eralapasión,laásperaalegríaylaangustiasinfin,erala

muerte.Lamuchachallenóunacopaylapresentóasuseñora.ÉstabebiólargostragosyluegolaofrecióaTristán,quienlavació.

En aquel momento entró Brangel y los vio mirarse en silencio, comoextraviados,comohechizados.Tomólacopa,corrióalapopaylalanzóalmar,gimiendo:

—¡Desdichadademí!¡Malditoseaeldíaenquenacíymalditoeldíaenquesubíaestanave!¡Isolda,amiga,yvos,Tristán,loqueacabáisdebeberesvuestramuerte!

La nave singlaba de nuevo hacia Tintagel. A Tristán le parecía que una zarzavivaz, de agudas espinas y flores olorosas, echaba raíces en la sangre de sucorazón y enlazaba con sólidas ataduras el hermoso cuerpo de Isolda con supropio cuerpo y su pensamiento y su deseo todo. Iba pensando: «Andret,

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Denoalén,GanelónyGondoine,vosotrosmeacusabaisdecodiciar la tierradelreyMarcos. ¡Puesno, todavíasoymásvil,puesnoessu tierra loquecodicio!Buentío,vosquemeamasteiscuandoeraunhuérfano,antesinclusodereconoceren mí la sangre de vuestra hermana Blancaflor, que me llorasteis con ternuramientrasvuestrosbrazosmellevabanhastalabarcasinremosnivela,buentío,¿por qué no alejasteis el primer día a aquel muchacho errante que vino paratraicionaros?¡Aydemí!¿Quéhepensado?Isoldaesvuestraesposayyovuestrovasallo.Isoldaesvuestraesposayyovuestrohijo.Isoldaesvuestraesposaynopuedeamarme».

PeroIsoldaloamaba.Queríaodiarlo,pues¿nolahabíadesdeñadovilmente?Quería odiarlo y no podía, irritada en su corazón por aquella ternura másdolorosaqueelodio.

Brangel los observaba con angustia, más cruelmente atormentada aún queellos,puessóloellasabíaelmalquehabíacausado.Pasódosdíasespiándolos,vio cómo rechazaban todo alimento, toda bebida y todo consuelo, los viobuscarsecomodosciegosqueavanzanatientaselunohaciaelotro,desdichadoscuandolanguidecíanseparados,másdesdichadostodavíacuandoestabanjuntosytemblabananteelhorrordelaprimeradeclaración.

Al tercer día, cuando Tristán se acercó al pabellón que se alzaba en lacubiertadelanave,Isoldalovioyledijohumildemente:

—Entrad,señor.—Mi reina—respondió Tristán—, ¿por qué me llamáis señor? ¿Acaso no

soy,porelcontrario,vuestrovasallo,paraacatarvuestrasórdenesyamaroscomomireinaymidama?

Isoldarespondió:—¡No,yvossabéisquesoismiseñorymidueño!¡Biensabéisquevuestra

fuerzamedominayqueyosoyvuestrasierva!¡Ay!¿Porquénoagravéentonceslasheridasdel juglarherido?¿Porquénodejémoriraquienmatóalmonstruoentrelahierbadelasmarismas?¿Porquénoclavéenél,cuandoyacíaenelbaño,laespadaqueyablandía?¡Esquenosabíaentoncesloqueahorasé!

—Isolda,¿quésabéisahora?¿Quéesloqueosatormenta?—¡Ay!, todo lo que sé me atormenta, y todo lo que veo. ¡Este cielo me

atormentayestemarymicuerpoymivida!PosóelbrazoenelhombrodeTristán.Las lágrimasapagaronelresplandor

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desusojosysuslabiosempezaronatemblar.Tristánrepitió:—Amiga,¿quéesloqueosatormenta?Ellarespondió:—Elamordevos.Entoncesposósuslabiossobrelosdeél.Peromientrasprobabanporprimeravezlosgocesdelamor,Brangel,quelos

estabaespiando,lanzóungritoyseprecipitóasuspiesconlosbrazosextendidosylacaraempapadaenllanto.

—¡Desdichados!—les dijo—. ¡Deteneos y volved atrás, si es que todavíaestáisatiempo!Perono,ésteesuncaminosinretorno,lafuerzadelamoryaosdomina y nunca más volveréis a tener alegría sin dolor. Os posee el vino dehierbas, el brebaje de amor queme confió vuestramadre la reina. Sólo debíabeberloconvoselreyMarcos,peroelEnemigosehaburladodenosotrostresyya habéis vaciado la copa. ¡AmigoTristán, Isolda, amiga, como castigo por lomalqueosheguardado,osentregomicuerpo,mivida,puespormicrimen,enlacopamaldita,habéisbebidoelamorylamuerte!

Losamantesseabrazaron;ensushermososcuerposseestremecíaneldeseoylavida.Tristándijo:

—¡Venga,pues,lamuerte!Ycuandocayólanoche,enlanavequesinglabavelozhacialatierradelrey

Marcos,unidosparasiempreseabandonaronalamor.

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V

BRANGELENTREGADAALOSSIERVOS

Sobretotzavraigranvalor,S’aitalscamisam’esdada,CumIseusdetal’amador,Quemainoneraportada.

RAMBAUT,condedeOrange

ElreyMarcosrecibióaIsoldalaRubiaenlaorilla.Tristánlatomódelamanoylacondujoanteelrey,quienlarecibiótomándolaasuvezdelamano.LallevócongranhonoralcastillodeTintagelycuandoIsoldaaparecióenlasalaanteloscaballeros,subellezadespidiótalclaridadquelasparedesseiluminaroncomosilesdieraelsolnaciente.EntonceselreyMarcosalabóalasgolondrinasque,consubellacortesía,lehabíantraídoelcabellodeoro,alabóaTristányalosciencaballeros,quehabíanidoenlanaveaventureraapedirlaalegríadesusojosydesucorazón.Pero,¡ay,noblerey!,lanavetambiénostraetristedueloydurostormentos.

Pasados dieciocho días, el rey convocó a los nobles y tomó por esposa aIsoldalaRubia.Perocuandollególanoche,Brangel,afindeocultareldeshonorde la reina y para salvarla de lamuerte, ocupó el lugar de Isolda en el lechonupcial.Comocastigodelamalaguardaquehabíahechoenelmaryporamordesuamiga,lesacrificófielmentelapurezadesucuerpo.Laoscuridaddelanocheocultóalreysuvergüenzaylaastuciadeella.

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PretendenalgunosnarradoresqueBrangelnohabíaechadoalmarelfrascodevino de hierbas, que los amantes no lo habían apurado del todo, y que por lamañana, cuando su señora hubo entrado en el lecho del rey Marcos, Brangelvertió en una copa lo que quedaba del filtro y la presentó a los esposos; queMarcosbebiólentamenteeIsoldatirósupartecondisimulo.Perolosnarradorescorrompieronlahistoriaylafalsearon.Imaginaronestamentiraporquenohabíancomprendido el maravilloso amor que Marcos tuvo siempre por la reina. Talcomo vais a oírmuy pronto,Marcos, a pesar de la angustia, el tormento y lasterriblesrepresalias,jamáspudoalejardesucorazónaTristánniaIsolda.Peroélnobebió jamásdelvinodehierbas.Nipócimani sortilegio le inspiraronelamor,sinotansólolatiernanoblezadesucorazón.

Isolda era reina y parecía llena de alegría. Isolda era reina y vivía llena detristeza.IsoldateníalaternuradelreyMarcos,losnobleslahonrabanylagentehumildelaamaba.Isoldapasabalosdíasensusaposentosricamentepintadosyrepletosdeflores.Isoldateníabellasjoyas,telasdepúrpurayalfombrastraídasde Tesalia, tenía los cantos de los arpistas y tapices en los que figurabanleopardos,aguiluchos,papagayosytodoslosanimalesdelmarydelosbosques.Isoldateníaintensosybellosamores,yaTristánasuladodíaynoche,asuantojopues,talcomomandalacostumbreentrelosgrandesseñores,dormíaenlaalcobareal,entrelosprivadosylosfieles.

Y,sinembargo,Isoldatemblaba.¿Porqué?¿Acasonomanteníaensecretosusamores?¿QuiénsospecharíadeTristán?¿Quiénsospecharíadeunhijo?¿Quiénpodíaverla?¿Quién la espiaba?¿Quiénera testigode susamores?Sí, teníauntestigo que la espiaba: Brangel. Brangel la acechaba. SóloBrangel conocía suvida.Brangellateníaasumerced.¡Diossanto,sialgúndía,cansadadeprepararcadadíacomounacriadalacamaenlaqueseacostaríaantesquesuseñora,losdenunciaraanteelrey!¡SiTristánmurieraacausadesutraición!Deestemodoelmiedoestabavolviendo locaa la reina.Perono,el tormentonoprocedíade lafielBrangel,sinodesupropiocorazón.Escuchad,señores, lagran traiciónquemeditó: pero Dios, tal como oiréis, se apiadó de ella. Sed también vosotroscompasivosconIsolda.

Aqueldía,Tristányel reyestabancazandoenunparaje lejanoyTristánno

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tuvo conocimiento de la fechoría. Isolda mandó acudir a dos siervos y lesprometió la libertady sesentabesantesdeplata si jurabancumplir suvoluntad.Elloslojuraron.

—Osentregaréaunamuchacha—lesdijo—.Lallevaréisalbosque,lejosocerca,peroaunlugardondenadiejamásdescubralosucedido.Allílamataréisyme traeréis su lengua. Recordad las palabras que diga ella, para repetírmelasdespués.Andadahora,quealavueltaseréishombreslibresyricos.

LuegomandóllamaraBrangel.—Amiga—ledijo—,yavescómomicuerpolanguideceysufre.¿Noiríasal

bosque a buscar las hierbas que convienen a mi mal? Te acompañarán dossiervos, ellos sabendóndecrecenesasplantas taneficaces.Síguelos,y tenporseguroquesitemandoalbosqueespormireposoymivida.

Los siervos acompañaron a Brangel. Cuando ésta llegó al bosque, quisodetenerse,pueslasplantassalutíferascrecíanenabundanciaasualrededor,peroelloslallevaronmáslejos.

—Ven,muchacha—ledijeron—,noesésteellugarmásconveniente.Unodelossiervoscaminabadelantedeella,sucompañerolaseguía.Terminó

el sendero y comenzaron las espinas, los cardos y las zarzas enmarañadas.Entonces,elhombrequeibadelantesacólaespadaysevolvió.Brangelfuehastaelotrosiervoparapedirleayuda.Estetambiénsosteníalaespadadesenvainadaydijo:

—Muchacha,debemosmatarte.Brangelcayósobrelahierbayconlosbrazostratabadeapartarlapuntade

las espadas. Pedía gracia con una voz tan tierna y lastimera que los siervos ledijeron:

—Muchacha,silareinaIsolda,tuseñoraylanuestra,quierequemueras,seráporquehascometidoalgunafaltamuygrave.

Ellarespondió:—Yonolosé,amigos.Sólorecuerdounafalta.CuandopartimosdeIrlanda,

nosllevamoscadauna,comoelmáspreciadoropaje,unacamisablancacomolanieve, una camisa para nuestra noche de bodas. Sucedió que, en elmar, Isoldadesgarrósucamisanupcialyyo lepresté lamía.Amigos,éstaes laúnicafaltaquehecometido.Peropuestoque la reinaquierequeyomuera,decidleque lemandomisaludoymiamor,queleagradezcotodoelbienyelhonorquemeha

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hechodesdeque,siendoyomuyniña,fuiraptadaporlospiratasyvendidaasumadre como criada. QueDios, en su bondad, guarde su honor, su cuerpo y suvida.Hermanos,ahorayapodéisherirme.

Pero los siervos tuvieron piedad de ella. Deliberaron por un momento y,juzgandoquetalfaltanomerecíalamuerte,laataronaunárbol.

Después mataron a un cachorro de perro. Uno de los vasallos le cortó lalengua,laenvolvióconelfaldóndesuropayfueronapresentarseantelareinaIsolda.

—¿Hahablado?—preguntóéstaconansia.—Sí,mireina,hahablado.Dijoqueestabaisirritadacontraellaporunaúnica

falta: que habíais desgarrado una camisa blanca como la nieve que traíais deIrlanda y que ella os prestó la suya la noche de bodas. Tal fue, según dijo, suúnicocrimen.Osdiolasgraciasportodoslosfavoresquerecibiódevosdesdequeeraniña,yrogóaDiosqueprotegieravuestrohonoryvuestravida.Osmandasusaludoysuamor.Mireina,aquíostraemossulengua.

Isoldaexclamó:—¡Asesinos! ¡Devolvedme a Brangel, mi sirvienta querida! ¿No sabíais,

pues,queeramiúnicaamiga?¡Devolvédmela,asesinos!—Mireina,conrazónsedicequelamujercambiaenpocashoras,ríeyllora,

odia y ama almismo tiempo.Nosotrosmatamos aBrangel porque vos nos loshabíaisordenado.

—¿Cómopodríahaberordenadoyotalcosa?¿Porquédelito?Brangeleramidulcecompañera,lamásfiel,lamáshermosa.Yvosotroslosabíais,asesinos.Yola habíamandado a buscar hierbasmedicinales y os la encomendé para que laprotegierais por el camino.Diré que vosotros la habéismatado y os quemaránsobrecarbones.

—Sabed,mi reina, queBrangel está viva y que os la devolveremos sana ysalva.

Peroellanolescreía,estabaenloquecidaymaldecíaoraalosasesinos,oraasímisma.Retuvoaunodelossiervosmientraselotroibaa todaprisahastaelárboldondeBrangelestabaatada.

—Muchacha,Diossehaapiadadodetiytuseñoratellama.CuandocomparecióanteIsolda,Brangelsearrodillóylepidióqueperdonara

sus faltas. Pero la reina también había caído de rodillas y se abrazaron con

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ternuradurantelargorato.

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VI

ELGRANPINO

Isotmadrue,Isotm’amie,Envosmamort,envosmavie.

GOTTFRIEDDEESTRASBURGO

Losenamoradosnodebían temera la lealBrangel, sinoaellosmismos.Pero¿cómoibanaestarvigilantessuscorazonesembriagados?Elamoríosapremiaba,tal como la sed precipita hacia el río al ciervoque se sientemorir, o como elgavilán que, tras un largo ayuno, se lanza súbitamente sobre la presa.El amor,¡ay!,malpuedeocultarse.Bienesverdadque,graciasalaprudenciadeBrangel,nadie sorprendióa la reinaentre losbrazosde suamigo,pero¿acasonoveíantodos, a cualquier hora y en cualquier lugar, cómo el deseo los agitaba, losoprimía,desbordabatodossussentidos,talcomoelvinosederramadelacuba?

Loscuatro traidoresde lacortequeodiabanaTristánporsuvalorandabanrondandoalareina,yyaconocíanlaverdaddesusamores.Ardíandecodicia,deodioydealegría.Pensaban llevar lanoticiaal rey,paravercómoelcariñosemudaba en furor, cómo Tristán era desterrado o entregado a la muerte, ypresenciarasíeltormentodelareina.Sinembargo,temíanlacóleradeTristán.Pero,alfin,elodiopudomásqueelmiedo,yundíaloscuatrollamaronalreyparaparlamentar.Andretledijo:

—Buen rey, sin duda vuestro corazón se irritará y nosotros sufriremos alveros apenado, pero debemos revelaros lo que hemos sorprendido. Pusisteis aTristán en vuestro corazón y ahora Tristán quiere deshonraros. En vano os

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habíamosadvertido.Porelamordeunsolohombreolvidáisavuestrosparientesy a todos vuestros barones, a todos nos abandonáis. Debéis saber, pues, queTristánamaalareina.Esverdadprobadayyasehablamuchodeello.

Elnoblereyvacilóyrepuso:—¡Cobarde! ¡Quévillaníahabéispensado!EsverdadquepuseaTristánen

micorazón.EldíaqueelMorholtosretóenbatalla,todosvosotrosbajasteislacabeza,temblorososycomomudos.PeroTristánseenfrentóaélporelhonordeestatierraysualmapudohaberescapadoporcadaunadesusheridas.Poresovosotrosloodiáisyporesoyoloquieromásaélqueavos,Andret,másqueatodosvosotros,másqueanadie.Pero¿quépretendéishaberdescubierto?¿Quéhabéisvisto?¿Quéhabéisoído?

—En verdad, nada, señor, nada que vuestros ojos no puedan ver, nada quevuestrosoídosnopuedanoír.Mirad,escuchad,buen rey,quizá todavíaestéisatiempo.

Ydespuésderetirarse,dejaronqueelreybebieracontranquilidaddeaquelveneno.

ElreyMarcosnopudoalejarelmaleficio.También,ycontrasuvoluntad,espióasusobrinoyespióalareina.PeroBrangelsepercatódeello,losavisóydenadasirvióqueelreytrataradeponerapruebaaIsoldamedianteargucias.Prontoseindignóde haber emprendido aquel vil combate, pero, reconociendoque jamáspodríaahuyentarlasospecha,mandóllamaraTristányledijo:

—Tristán,aléjatedeestecastillo,ycuandolohayasabandonado,notengaslaosadía de franquear sus fosos y empalizadas nunca más. Unos miserables teacusandegrantraición.Nomepreguntes,puesnopodríarepetirsuspalabrassinque cayera la vergüenza sobremímismo y sobre ti. No busques palabras queaplaquenmiira,séqueseríanvanas.Sinembargo,nocreoaesosvillanos.Siloscreyera, ya te habría entregado a una muerte vergonzosa, pero sus discursosmaléficoshanturbadomicorazónysólotupartidapodrácalmarlo.Vete,sindudavolveréallamartemuypronto.¡Vete,hijomíoquerido!

Cuandoloscaballerostraidoreshubieronoídolanoticia,sedijeronentresí:«El hechicero ya se ha ido, ha sido desterrado como un ladrón. ¿Qué ocurriráahora? Sin duda cruzará el mar para buscar aventuras y ofrecer su servicio

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deslealaalgúnreyextranjero».Tristán sólo tuvo fuerzas para partir, pero cuando hubo cruzado las

empalizadasylosfososdelcastillo,supoquenopodríaalejarsemás.SedetuvoantelaaldeadeTintagel,sehospedójuntoconGorvenalenlacasadeunburguésylanguideciótorturadoporlafiebre,másheridoquecuandolapicadelMorholtenvenenó sucuerpo.Entonces, cuandoyacía en la cabañaconstruidaa laorilladelmar y todos huían del hedor de sus heridas, por lomenos tres hombres loconfortaron:Gorvenal,DinasdeLidányelreyMarcos.AhoraGorvenalyDinasseguíanjuntoasulecho,peroelreyMarcosnoacudía,yTristánselamentaba:

—Es cierto, buen tío, ahorami cuerpo despide el hedor de un venenomásrepugnanteyvuestroamoryanopuedevencertantoespanto.

Peroenelardordelafiebre,eldeseoloarrastrabasincesarcomouncaballodesbocado hacia las torres que mantenían encerrada a la reina: caballo ycaballero chocaban contra los muros de piedra, pero caballo y caballero selevantabandenuevoyemprendíandenuevoelmismoasalto.

Detrás de las torres bien cerradas, Isolda la Rubia también estabalanguideciente, aúnmás desdichada que Tristán, pues entre los extraños que laespiaban tenía que fingir alegría y sonreír durante todo el día. Por la noche,acostada junto al rey Marcos, tenía que permanecer inmóvil y dominar laagitacióndesusmiembrosylossobresaltosdelafiebre.

Unanoche,quisohuirhaciaTristán,selevantóycorrióhacialapuerta,pero,eneloscuroumbral,losnoblestraidoreshabíantendidograndeshoces:lashojasafiladas y maléficas se clavaron en sus delicadas rodillas. Estuvo a punto decaerse,ydesusrodillasmanólasangrecomodedosrojasfuentes.

Si nadie los ayudaba, los amantes pronto morirían. Y ¿quién sino Brangelpodríasocorrerlos?Conpeligrodesuvida,lamuchachasedeslizóhastalacasadonde languidecía Tristán. Gorvenal le abrió la puerta con alegría, y Brangel,parasalvaralosamantes,leenseñóunardidaTristán.

No,señores,jamáshabréisoídohablardeunaarguciadeamormáshermosa.

DetrásdelcastillodeTintagelseextendíaunjardíngrandeycercadoporfuertesempalizadas. Crecían en él hermosos y abundantes árboles cargados de frutos,pájaros y olorosos racimos. En el lugar más alejado del castillo, cerca de la

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empalizada, se erguía un pino alto y recto, cuyo robusto tronco sosteníaabundantes ramas. Al pie del pino manaba una fuente y el agua se expandíaprimeroenunasuperficieancha,claraytranquila,rodeadaporunaescalinatademármol,despuéscorríaporeljardínentredosestrechasorillas,penetrabahastael interior del castillo y cruzaba la habitación de las mujeres. Cada noche,Tristán, por consejo de Brangel, tallaba con habilidad pedazos de corteza ypequeñas ramas. Franqueaba las más afiladas estacas, llegaba bajo el pino yarrojabalospedazosalafuente.Ligeroscomolaespuma,éstosflotabanyseguíanla corriente, y en la habitación de las mujeres Isolda acechaba su llegada.Inmediatamente,lasnochesenqueBrangelhabíalogradoalejaralreyMarcosyaloscaballerostraidores,Isoldacorríahaciasuamigo.

Corríaágily,sinembargo,temerosa,acechandoacadapasosihabíaespíasemboscados detrás de los árboles. Pero en cuantoTristán la veía, corría haciaellaconlosbrazosabiertos.Entonceslosprotegíalanocheylasombraamigadelgranpino.

—Tristán—decía la reina—, ¿acaso las gentes delmar no aseguran que elcastillo de Tintagel está encantado y que por sortilegio, dos veces al año, eninvierno y en verano, se pierde y desaparece a la vista? Pues ahora hadesaparecido.¿Noesésteeljardínmaravillosodelquehablanlascancionesdelosarpistas?Unmurodeaireloencierraportodaspartes,tieneárbolesfloridosyelsueloperfumado.Enél,elhéroevivesinenvejecerenbrazosdesuamigaynohayfuerzaquepuedaromperlamuralladeaire.

En las murallas de Tintagel ya sonaban las trompas de los centinelasanunciandoelamanecer.

—No—dijoTristán—, elmuro de aire ya está roto y no es éste el vergelmaravilloso.Peroalgúndía,amigamía,iremosjuntosalPaísVenturosodelquenadieregresa.Allíseyergueuncastillodemármolblanco;encadaunadelasmilventanasbrillauncirioencendido,encadauna,unjuglartocaycantaunamelodíasinfin.Enélnobrillaelsol,peronadieañoralaluz,pueseslafeliztierradelosvivos.

Pero en la cimade las torres deTintagel el alba ya alumbraba los grandesbloquesdepiedrasverdesyazules.

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Isolda había recuperado la alegría. Las sospechas de Marcos se habíandesvanecidoy losnobles traidores,porelcontrario,comprendieronqueTristánhabíavueltoaveralareina.PeroBrangelhacíatanbuenaguardaqueespiabanenvano.Porfin,Andret,queDiosconfunda,dijoasuscompañeros:

—Señores,pidamosconsejoaFroncín,elenanojorobado.Elconocelassieteartes,lamagiaytodasuertedehechizos.Cuandonaceunniño,sabeobservartanbienlossieteplanetasyelcursodelasestrellas,quepuedecontarporadelantadotodos los acontecimientos de su vida. Por el poder de Bugibus y de Noiron,descubrelascosasmássecretas.El,siquiere,nosenseñarálastretasdeIsoldalaRubia.

Porodioalabellezayalarrojo,aquelhombrecillomalvadotrazócaracteresdemagia,echócartasyotrassuertes,consideróelcursodeOriónydeLucifer,ydijo:

—Alegraos,señores,puesestanochepodréissorprenderlos.Lollevaronanteelrey.—Señor—dijoelhechicero—,mandadavuestrosmonterosquepreparenlos

sabuesosyensillenloscaballos.Anunciadquepasaréissietedíasysietenochesenelbosqueparacazar,ypodréiscolgarmedelahorcasiestamismanochenooíslaspalabrasqueTristánledicealareina.

El rey así lo hizo, contra su corazón. Cuando llegó la noche, dejó a susmonteros en el bosque, subió al enano a la grupa de su caballo y regresó aTintagel.Penetróenel jardínporunapuertaqueconocíayelenano locondujohastaelgranpino.

—Buenrey—ledijo—,tenéisquesubirosalasramasdeesteárbol.Llevadel arco y las flechas, tal vez os servirán. Y guardad silencio, no tendréis queesperarmuchorato.

—¡Vete,perrodelMaligno!—respondióMarcos.Yelenanosefue,llevándoseelcaballo.Habíadicholaverdad:elreynotuvoqueesperarlargorato.Aquellanochela

luna brillaba, clara y hermosa. El rey, escondido entre el ramaje, vio cómo susobrino saltabapor encimade las agudas estacas.Tristán llegóbajo el árbol yarrojó al agua las cortezas y las ramas. Pero como estaba inclinado sobre la

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fuente, al arrojarlas vio la imagendel rey reflejada en el agua. ¡Ah, si pudieradetenerlascortezasquesealejan!Perono,corríanconrapidezporeljardín.Alláalolejos,enlasestanciasdelasmujeres,Isoldaacechabasullegada:yalasve,correhaciasuamigo.¡QueDiosprotejaalosamantes!

Isoldaestaballegando.Tristánlamiraba,inmóvil,yoyóenelárbolelcrujidodelaflechacuandosearmaenelarco.

Isolda estaba llegando, ágil y, sin embargo, prudente, según su costumbre.«¿Quéocurre?—pensó—.¿PorquéestanocheTristánnoacudeamiencuentro?¿Habrávistoaalgúnenemigo?».

Sedetuvo,escudriñóconlamiradalanegraespesura.Derepente,alaluzdela luna, también ella vio la sombra del rey en la fuente. Demostró tener laprudenciapropiadelasmujeres,porquenolevantólosojoshacialasramasdelárbolydijoenvozbaja:

—¡Diosmío,concededmelamerceddeseryolaprimeraenhablar!Avanzóunpocomás.Escuchadahoracómoseacercóyavisóasuamigo.—SeñorTristán—ledijo—,¿cómohabéisosadocitarmeaquíyasemejante

hora? Varias veces me lo habíais ya pedido, y para suplicarme algo, segúndecíais.¿Cuálesvuestroruego?¿Quéesperáisdemí?Porfinhevenido.Nohepodidoolvidarque,puestoquesoyreina,esalgoquedebohacer.Aquímetenéis.¿Quéqueréis?

—Reina,quierosuplicarosgraciaparaqueaplaquéislairadelrey.Isolda temblaba y lloraba. Pero Tristán daba gracias a Dios por haberle

mostradoelpeligroasuamiga.—Sí,mireina,oshellamadovariasveces,perohasidoinútil.Desdequeel

reymedesterró,nooshabéisdignadoresponderamillamada.Peroapiadaosdeestemiserable.El reymeodia, ignoropor qué, tal vez vos lo sabéis, y ¿quiénpodríaaplacarsucólerasinosólovos,generosareina,cortésIsolda,enquiensucorazónconfía?

—¿Deverasignoráis,miseñorTristán,queelreysospechadenosotrosdos?¡Ydequé traición!¿Seránecesarioqueseayoquienos lodiga?Miseñorcreequeosamoconunamorculpable.PeroDioslosabe,ysimiento,quedeshonremicuerpo: jamásdimiamoraningúnhombreexceptoaaquelquemetomóvirgenentresusbrazos.¿Yqueréis,Tristán,queyo imploreal reyvuestroperdón?¡Sisupieratansóloquehevenidohastaestepino,mañanaharíaesparcirmiscenizas

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alviento!Tristángimió:—Diceelrefrán:«Nadieesvillanosinocometevillanía».¿Enquécorazón

pudonacersemejantesospecha?—Mi señor Tristán, ¿qué queréis decir? No, el rey mi señor jamás habría

imaginado tal villanía.Pero los traidoresde esta tierra le hanhecho creer estamentira, pues es cosa fácil engañar a los corazones leales. «Tristán e Isolda seaman»,lehandicho,ylosnoblestraidoreshanconvertidoesoenuncrimen.Sí,vosmeamabais,Tristán,¿porquénegarlo?¿Acasonosoylaesposadevuestrotíoypordosvecesossalvédelamuerte?Ysí,yocorrespondíaavuestroamor,pues¿nosoyde laestirpedel rey,yacasonoheoídodecirmuchasvecesamimadre que unamujer no ama a su señor si no ama también a la familia de suseñor?Yoosamabaporamoralrey,Tristán.Inclusoahora,siélosconcedierasugracia,yomealegraríadeello.Peromicuerpo tiembla, tengomuchomiedo.Yahoramemarcho,yahepermanecidodemasiadotiempoaquí.

Entre las ramas, el rey sintió compasión y sonrió con dulzura. Isolda sealejabayacuandoTristánlallamó:

—¡Reina, en nombre del Salvador, acudid en mi ayuda, por caridad! Loscobardesqueríanalejardelreyatodoslosqueloaman.Ahoralohanconseguidoyseburlandeél.Sea,pues:meirélejosdeestepaís,mísero,talcomovinehacetiempo.Peroporlomenosobteneddelrey,comoagradecimientopormiservicioenelpasadoyparaquepuedacabalgarsindeshonralejosdeaquí,quemedélosuficienteparamisgastosyqueasípuedadesempeñarmicaballoymisarmas.

—No,Tristán, nodeberíais habermepedido tal cosa.Yo estoy sola en estatierra, sola en este palacio, donde nadieme ama.No tengo amigos, estoy a lamerceddelrey.¿Noosdaiscuentadequesiledigounasolapalabraenvuestrofavormearriesgoasufrirmuertedeshonrosa?¡QueDiososproteja,amigo! ¡Elreyosodiasinrazón!Peroacualquier tierraquevayáis,Diosnuestroseñorosseráunamigoverdadero.

Isoldasealejóyhuyóhastallegarasuhabitación,dondeBrangel,temblorosa,larecibióentresusbrazos.Lareinalecontólaaventura,yBrangelexclamó:

—Isolda,miseñora,¡Dioshaobradoungranmilagroporvos!Élesunpadrecompasivoynodeseaelmaldeaquellosquesabeinocentes.

Bajo el gran pino, Tristán, apoyado contra la escalinata de mármol, se

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lamentaba:—¡QueDiosseapiadedemíyreparelagraninjusticiaquesufroporpartede

miamadoseñor!Cuando Tristán hubo franqueado la empalizada del jardín, el rey dijo,

sonriente:—¡Buen sobrino, bendita sea esta hora! El largo viaje que preparaba esta

mañanahallegadoasufin.A lo lejos, enun clarodel bosque, el enanoFroncín estaba interrogando el

cursodelasestrellas.LeyóenellasqueelreyMarcosloamenazabademuerte,y,negrodemiedoyvergüenza,hinchadoderabia,huyórápidamentehacialatierradeGales.

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VII

ELENANOFRONCÍN

Vêdemselbingetwerge,Dazerdenedelinmanvorrit!

EILHARTDEOBERG

ElreyMarcoshabíahecholaspacesconTristánylehabíadadopermisopararegresaralcastillo.Ahora,comoantes,Tristándormíaen lahabitacióndel rey,entresusprivadosysusleales.Podíaentrarysalirasuantojo,elreynosentíaningunainquietud.Pero¿quiénpuedemantenerensecretosusamorespormuchotiempo?¡Ay,elamornopuedeocultarse!

El reyMarcos había perdonado a los nobles traidores, y como el senescalDinasdeLidánsehabíaencontradoundíaalenanojorobado,erranteymiserableenunbosque lejano, lo llevóa lapresenciadel rey,quienseapiadódeély leperdonósuperversidad.

Pero la bondad del rey no hizo sino excitar el odio de los barones. Así,habiendo sorprendidodenuevoaTristán con la reina, se aliaronmediante estejuramento:sielreynodesterrabaasusobrinodelpaís,ellosseretiraríanasustierrasycastillosparahacerlelaguerra.

Llamaronalreyparaparlamentar:—Señor —le dijeron—, amadnos u odiadnos, a vuestra elección. Pero

queremosquedesterréisaTristán.Elamaalareina,esocualquierapuedeverlo,ynosotrosnopensamosseguirtolerándolo.

Elreylosescuchó,suspiró,bajólafrentehaciaelsueloysequedócallado.

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—No,rey,noseguiremossoportándolo,porquesabemosqueestanoticia,queantesos resultabaextraña,ahorayanoossorprende,yvosconsentíselcrimen.¿Quévaisahacer?Deliberadytomadconsejo.Encuantoanosotros,sinoalejáisa vuestro sobrino para siempre, nos retiraremos a nuestras fortalezas y nosllevaremosdelacortetambiénanuestrosvecinos,puesnopodemostolerarquesiganaquí.Éstaeslaelecciónqueosofrecemos,ahoraescoged.

—Señores—dijoelrey—,unavezyacreílasmalaspalabrasquemedecíaisdeTristán,yluegotuvequearrepentirme.Perosoismislealesynopuedoperderelserviciodemishombres.Aconsejadme,pues,oslopido,talcomoesvuestrodeber.Biensabéisqueevitotodoorgulloytodadesmesura.

—Señor,mandadllamaralenanoFroncín.Desconfiáisdeélporlaaventuradeljardín,y,sinembargo,¿nohabíaleídoenlasestrellasquelareinairíabajoelpinoaquellanoche?Elsabemuchascosas,pedidleconsejo.

Acudiópueselperverso jorobadoyDenoalén loabrazó.Escuchadahora latraiciónquecometió:

—Señor, ordenad a vuestro sobrino que mañana al amanecer galope haciaCarduelparallevaralreyArturounmensajeescritoenpergaminoybienselladocon cera. Mi rey, Tristán duerme cerca de vuestra cama. Salid de vuestrahabitaciónalahoradelprimersueñoyosjuroporDiosylaleydeRomaque,siTristánamaaIsoldaconamorculpable,querráirahablarconellaantesdepartir.Perosivienesinqueyo losepanivos loveáis,entoncesmatadme.En todo lodemás,dejadqueyollevelascosasamimanerayguardarosdehablaraTristándeestemensajeantesdequesealahoradeacostarse.

—Bien—dijoelrey—,queasísehaga.Entonces el enano cometió una innoble fechoría. Entró en una tahona y por

cuatro denarios se llevó un saco de flor de harina, que escondió debajo de suropa.¡Ah!,¿quiénhabríapodidopensarensemejantevillanía?Llegadalanoche,cuando el rey hubo cenado y sus hombres estuvieron dormidos en la gran salacontigua a su habitación, Tristán, como de costumbre, fue a ayudar al rey aacostarse.

—Buensobrino—ledijo—,cumplemivoluntad:cabalgaréishastaCarduel,alacortedelreyArturo,ylediréisquedespliegueestemensaje.Salúdalodemiparteypermaneceunsolodíaconél.

—Mañanallevaréelmensaje,mirey.

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—Sí,mañanaantesdelamanecer.Tristánestabamuy inquieto.Desde sucamahasta la camadeMarcoshabía

unalongitudequivalentea ladeunalanza.Leasaltóundeseofuriosodehablarconlareinayseprometióquehaciaelamanecer,siMarcosestabadormido,seacercaríaaella.¡Dios,quélocopensamiento!

Elenano,segúnsucostumbre,dormíaenlahabitacióndelrey.Cuandocreyóque todos estaban durmiendo, se levantó y esparció la harina entre la cama deTristányladelareina.Así,siunodelosamantesibaareunirseconelotro,laharina conservaría la huella de sus pasos. Peromientras el enano la esparcía,Tristán,quepermanecíadespierto,lovio.«¿Quéeseso?—pensó—.Elenanonosuelesermuyamableconmigo,peroestavezquedaráburlado.¡Muynecioseríaquiendejaramarcadaslashuellasdesuspasos!».

Alamedianoche,elreyselevantóysalió,seguidoporelenanojorobado.Lahabitaciónestabaaoscuras,nohabíavelasencendidasnilámparaalguna.Tristánsepusodepieensucama.Dios,¿porquéseleocurriótalcosa?Juntólospies,calculóladistancia,saltóycayóenlacamadelrey.Peropormalafortuna,eldíaantes,enelbosque,elcolmillodeungranjabalílehabíaheridolapiernayquisolamalasuertequelaheridanoestuvieravendada.Conelesfuerzodeaquelsalto,laheridaseabrióysangró,peroTristánnoviolasangrequemanabaymanchólassábanas.Afuera,elenanosupoporlaluna,graciasasusartesdemagianegra,quelosamantessehabíanreunido.Temblódealegríayledijoalrey:

—Id,ysiahoranolossorprendéisjuntos,podéisahorcarme.Elrey,elenanoyloscuatronoblestraidoresfueron,pues,hacialahabitación.

PeroTristánloshabíaoído:selevantó,saltó,yllegóhastasucama.Mas,¡ay!,alpasar,lasangrebrotónuevamentedesuheridaycayósobrelaharina.

Llegaronelrey, losbaronesyelenano,quetraíauncandil.TristáneIsoldafingíandormir.HabíanpermanecidosolosenlahabitaciónconPerinís,queyacíaa lospiesdeTristányno semovía.Peroel reyvio sobre lacama las sábanasmanchadasderojoylaharinaempapadadesangrefresca.

Entoncesloscuatrobarones,queodiabanaTristánporsuvalor,losujetaronen la cama y amenazaron a la reina. Se burlaron de ella, la escarnecieron, yprometieron a ambos severa justicia. Entonces vieron la herida deTristán, queestabasangrando.

—Tristán—ledijoel rey—,denada serviráque lonieguesahora.Mañana

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deberásmorir.Tristánexclamó:—¡Otorgadme vuestra gracia, señor! ¡En nombre de Dios, que sufrió la

pasión,señor,tenedpiedaddenosotros!—¡Señor,tomadvenganza!—respondieronloscaballerostraidores.—Buentío,noosloimploropormí,puesamípocomeimportamorir.Sino

fuera por el temor a irritaros, esos cobardes pagarían cara la afrenta que hanhecho.Sinvuestraprotección,nohabríanosadotocarmicuerpoconsusmanos.Peroporrespetoyamorhaciavos,mepongoenvuestrasmanos.Haceddemíloqueosplazca.¡Aquímetenéis,señor,perotenedpiedaddelareina!—YTristánsearrodillóysehumillóalospiesdelreyMarcos—.Piedadparalareina—dijo—,puessihayalgúnhombreenvuestracasaconvalorsuficienteparamantenerlamentira de que la he amado con amor culpable, me hallará dispuesto aenfrentarmeconélentorneo.¡Buenrey,concededlelagraciaennombredeDiosnuestroseñor!

Pero los nobles ya los habían atado con cuerdas a él y a la reina. ¡Ah, siTristán hubiera sabido que no le sería permitido demostrar su inocencia encombatesingular,anteslohabríandescuartizadovivoquepermitirqueloataranvilmente!

PeroTristánconfiabaenDiosysabíaqueenelcampodebatallanadieosaríablandir un arma contra él. Y lo cierto es que tenía razón al confiar en Dios.Cuandojurabaque jamáshabíaamadoa lareinaconamorculpable, losnoblestraidores se reían de lo que creían una insolente impostura. Pero yo apelo avosotros,señores,quesabéis laverdadsobreelfiltroquebebieronenelmarycomprenderéisloquedigo:¿acasomentíaTristán?Noeselhecholoquepruebaelcrimen,sinoeljuicio.Loshombresvenelhecho,peroDiosveloscorazones,yÉl es el verdadero juez. El instituyó que cualquier hombre acusado podríadefendersuderechomediantebatalla,yÉlcombateafavordelinocente.PoresoTristánreclamabajusticiaybatalla,yseguardódefaltarennadaalreyMarcos.Pero si hubiera podido prever lo que sucedería, habría matado a aquelloscaballerostraidores.¡Ah,Dios!¿Porquénolosmató?

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VIII

ELSALTODELACAPILLA

QuivoitsoncorsetsafaçonTropparavroitlecuerfelonQuinenavroitd’Iseutpitié.

BÉROUL

Porlaciudad,enlanegranoche,corríalanoticia:«¡HancapturadoaTristányalareina,yel reyquierematarlos!».Burguesesygentedelpueblo llano, todoelmundolloraba.Decíanlosburgueses:

—¡Ay,conrazóndebemos llorar!Tristán,barónvaleroso,¿vaisamorirportannegratraición?Yvos,reinagentil,reinahonrada,¿enquétierranacerájamáshijadereymáshermosaymásamada?¿Esésta,pues,enanojorobado,laobradetus maquinaciones? ¡Que no vea jamás el rostro de Dios aquel que, si teencuentra, no clava su espada en tu cuerpo! Tristán, amigo querido, cuando elMorholt, quevinopara arrebatarnos anuestroshijos, tomó tierra en esta costa,ninguno de los nobles caballeros se atrevió a armarse contra él, todospermanecieron callados como mudos. Pero vos, Tristán, vos combatisteis portodosnosotros, lagentedeCornualles,ymatasteisalMorholt,yéloshirióconunapicaqueapuntoestuvodehacerosmorirportodosnosotros.Yahora,cuandorecordamostaleshazañas,¿debemosconsentirvuestramuerte?

Lasquejasylosgritossubíandelaciudad,todosacudieronalpalacio.Peroera tal la cólera del rey, que no existía caballero tan fuerte y orgulloso que seatrevieraadecirunapalabraparadoblegarsuvoluntad.

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Se acercaba el día, la noche se alejaba. Antes del amanecer, Marcos fuecabalgando hasta las afueras de la ciudad, al lugar donde solían celebrarseaudienciasyjuicios.Ordenóquesecavaraunfosoenlatierrayqueseapilaranenélsarmientosnudososycortantesmatorralesblancosynegros,arrancadosderaíz.

Al alba, mandó publicar un pregón por todo el reino para convocarinmediatamente a los hombres de Cornualles. Todos se reunieron con granalboroto, no había nadie que no llorara, exceptuando al enano de Tintagel.Entonceselreyhablóasí:

—Señores,hemandado levantar estapiradeespinosparaTristánypara lareina,puesmehanofendido.

Perotodosgritaban:—¡Queremosunjuicio,rey!¡Primerounjuicioyunaaudiencia!Matarlossin

juicio es una vergüenza y un crimen. ¡Rey, dadles una tregua y concededles lagracia!

Marcosrespondió,encolerizado:—¡No,nohabrá tregua,nigracia,ni audiencia,ni juicio! ¡PorelSeñorque

creóelmundo,sialguienvuelveapedirtalcosa,seráelprimeroenarderenestapira!

MarcosordenóasuscriadosqueencendieranelfuegoyquefueranalcastilloabuscarprimeroaTristán.

Laszarzasestabanardiendo,todoelmundocallaba,elreyesperaba.

Loscriadosfueronhasta lahabitacióndonde losamantesestabanestrechamentevigilados.SellevaronaTristánconlasmanosatadasconcuerdas.¡PorDiosquefuegranvillaníatratarlodeestamanera!Tristánllorabaporlaafrenta,pero¿dequé le servían las lágrimas?Se lo llevaron congran ignominia y la reina, casilocadeangustia,exclamó:

—¡Paramí,morirporsalvarosseríamimayoralegría!LosguardiasdeTristánbajaronhastaelexteriordelaciudad,dondeestabala

pira.Perodetrásdeellosseprecipitóuncaballero,losalcanzóysaltódelcorcel,que siguió galopando: era Dinas, el buen senescal. Al oír la aventura, había

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venidodesdesucastillodeLidáncontalceleridadquelaespuma,elsudorylasangrebrotabandelosflancosdesucaballo.

—Hijomío,vengoatodaprisaalaaudienciadelreyMarcos—dijo—.TalvezDiosme concederá lamerced de poder celebrar un consejo que os puedaayudaralosdos.Almenos,yamehapermitidoservirteconunactodecortesía:amigos—dijo a los guardias—, quiero que lo llevéis sin ataduras.—YDinascortólasvilescuerdas—.Sitrataradehuir,¿acasonotenéisespadas?

BesóaTristánenloslabios,montóensusillayelcaballoselollevó.

AhoraescuchadcómoelseñorDiosestállenodepiedad.Élnoquierelamuertedelospecadores,Élrecibióconagradolaslágrimasy

elclamordelospobresquelesuplicabanpiedadhacialosamantesmartirizados.CercadelcaminopordondepasabaTristán,enlacimadeunarocaydecaraalcierzo,sealzabaunacapillasobreelmar.

Lapareddelpresbiterio se apoyabaenunacantiladoaltoypedregoso, conagudasescarpaduras.Enelábside,sobreelprecipicio,habíaunavidriera,hábilobradeunsanto.Tristándijoaloshombresquelollevaban:

—Señores, ved esta capilla. Permitidme que entre en ella. Se acerca mimuerte,yquierorogaraDiosqueseapiadedemí,yoquetantoloheofendido.Señores, lacapillanotienemássalidaqueésta.Todosvosotroslleváisespada.Bien sabéis que sólo puedo pasar por esta puerta y que, después de que hayarogadoaDios,nomequedarámásremedioqueentregarmeavosotrosdenuevo.

Unodelosguardiasdijo:—Bienselopodemospermitir.Y lo dejaron entrar. Tristán corrió por la capilla, cruzó el coro, llegó a la

vidrieradelábside,seagarróalaventana,laabrióyselanzó…¡Antesmorirasíquequemadoenlahoguera,delantedetodalaasamblea!

Perosabed,señores,queDiosleconcediósugracia:elvientosemetióensuropa, lo levantó y lo depositó en una roca al pie del acantilado.Las gentes deCornuallessiguenllamandoaestaroca«ElsaltodeTristán».

Mientras tanto, los guardias seguían esperando ante la iglesia. Pero era envano,puesahoraDioshabíatomadoaTristánbajosuprotección.Estabahuyendo,laarenamóvilsederrumbababajosuspasos.Secayó,sevolvió,yalolejosvio

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lapira.Lallamacrepitaba,elhumoascendía.Tristánhuyó.Gorvenalsehabíaescapadodelaciudadconlaespadaalcintoylasriendas

flojas.Sielreylohubieracapturado, lohabríamandadoquemarenlugardesuseñorTristán.Sereunióconélenlalanda,yTristánexclamó:

—Maestro,Diosmehaconcedidosumerced.¿Paraqué,infelizdemí?Sinotengo a Isolda, nada me vale. ¡Ojalá me hubiese matado en la caída! Yo heescapado,yaIsoldalavanamatar.Laquemaránpormí,yyomorirétambiénporella.

Gorvenalledijo:—Buen señor, consuélate, no hagas caso de tu cólera. Mira esas espesas

zarzas, dentro del profundo foso. Escondámonos en él. Por este camino pasamuchagente, lespreguntaremossivanaquemaraIsolda,ysinosdicenquesí,hijo mío, te juro por Dios que no dormiré bajo techo hasta el día en que lahayamosvengado.

—Buenmaestro,nollevomiespada.—Tómala,yotelahetraído.—Bien,ahorayanoletengomiedoanada,tansóloaDios.—Hijo,tengobajomiropaotracosaquetealegrará:estacotafuerteyligera,

quepodráservirte.—Dádmela,maestro.PorelDiosenquiencreo,ahoramismovoyaliberara

miamiga.—No, hijo, no te precipites —respondió Gorvenal—, sin duda Dios te

reservaalgunavenganzamássegura.Piensaquenoestáentupoderacercartealapira.Estárodeadadeburguesesquetemenalrey,yaunquedeseantulibertad,teatacaríansinvacilar.Diceelrefránquelocuranoesproeza.Esperapues.

PerocuandoTristánseprecipitódesdeelacantilado,unpobrehombredehumildecondición lo vio levantarse y huir. Corrió hasta Tintagel y se introdujo en lahabitacióndeIsolda.

—Nolloréis,mireina—ledijo—.¡Vuestroamigohaescapado!—¡Diosseaalabado!—respondióella—.Ahorayanomeimportasimeatan

omedesatan,simematanomeperdonan.Pero losnobles traidoreshabíanapretado tanto lascuerdasensusmuñecas,

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quedesusheridasmanabalasangre.Apesardeello,Isoldadijo,sonriendo:—Silloraraporestesufrimiento,cuandoDios,ensubondad,acabadelibrar

amiamigodesusenemigos,entoncesciertamentepocacosavaldríayo.Cuando llegó al rey la noticia de que Tristán se había escapado por la

vidrieradelacapilla,aquélempalideciódecólerayordenóasushombresqueletrajeranaIsolda.

Latrajeron,aparecióenelumbraldelasala,yofreciósusdelicadasmanosensangrentadas.Enlacalleseoyóunrumor:

—¡Dios,tenedpiedaddeella!¡Reinanoble,reinahonrada,quélutohacaídosobreestatierraporculpadeaquellosqueosentregaron!¡Quelamaldicióncaigasobreellos!

La reina fuearrastradahasta lahogueradezarzas,queyaestabaencendida.EntoncesDinas,señordeLidán,cayóalospiesdelrey:

—Señor,escuchadme.Osheservidodurantemucho tiemposinvillanía,contodalealtad,sinobtenerprovechoalguno,puesnohayunsolohombrepobre,niun huérfano, ni una anciana, que me haya dado un solo denario por vuestrasenescalía,queheocupadodurantetodamivida.Comorecompensa,concededmelamerceddeperdonaralareina.Queréisquemarlasinjuicio,yesoesunamalaacción,puesellanoreconoceelcrimendelquelaacusáis.Pensadenloqueosdigo:siquemáissucuerpo,nohabráyaseguridadenvuestrastierras.Tristánhaescapado.Élconocebien las llanuras, losbosques, losvados, lospasos, esunhombrevaleroso.Vossoissutío,ytengoporciertoqueavosnoosatacará.Peroatodoslosbaronesyvasallosvuestrosquepuedasorprender,losmatará.

Y los cuatro traidores empalidecieron al oír aquello. Ya veían a Tristánemboscado,espiándolos.

—Mirey—prosiguióelsenescal—,siesciertoqueosheservidoconlealtadtodami vida, entregadme a Isolda. Yo responderé de ella como su guardián ygarante.

PeroelreytomóaDinasdelamanoyjuróporelnombredelossantosqueharíajusticiainmediatamente.

EntoncesDinasselevantó.—Rey—dijo—,mevuelvoaLidányrenuncioavuestroservicio.Isolda le sonrió tristemente. Dinas montó en su corcel y se alejó, triste y

apesadumbrado,conlafrentebaja.

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Isolda estaba de pie ante las llamas. A su alrededor, la multitud gritaba,maldecíaalrey,maldecíaalostraidores.Laslágrimascorríanporelrostrodelareina.Ibavestidaconunestrechobrialgrisbordadoconunafinaredecilladeoro.Suscabellos,que le llegabanhasta lospies, estaban trenzadosconhilodeoro.Quien laviera tanhermosaynoseapiadaradeella, tendríaelalmadebronce.¡Dios,quéfuertementeatadostienelosbrazos!

Cienleprososdeformes,conlacarneconsumidayblancuzca,habíanacudidoconsusmuletas,haciendosonarlascarracas,yseapretujabanantelahoguera.Bajolospárpadoshinchados,susojosinyectadosensangregozabandelespectáculo.

Iván,elmásrepugnantedelosleprosos,gritóalreyconvozchillona:—Señor,queréislanzaravuestraesposaalapirayesoescosajusta,aunque

demasiadobreve.Estagranfogataprontolahabráquemadoyelfuertevientonotardaráenesparcir suscenizas.Ycuando las llamassehayanapagado,supenahabrá terminado.¿Queréisqueosenseñeuncastigopeor,demodoque la reinaviva,perocongrandeshonorydeseandosiemprelamuerte?¿Loqueréis,rey?

Elreyrespondió:—Sí,quieroquetengaunavidacondeshonra,queseapeorquelamuerte…

Quienmeenseñetalsupliciotendrámiagradecimiento.—Señor—dijoelleproso—,osdirébrevementemipensamiento.Mirad,aquí

tengoaciencompañeros.¡DadnosaIsolda,yqueseacomúnparatodosnosotros!Laenfermedadatizanuestrodeseo.EntregadaIsoldaalosleprosos,jamásdamaalguna habrá tenido fin peor. Mirad nuestros andrajos pegados a las heridaspurulentas. Isolda,queavuestro ladosecomplacíaconricascapasforradasdepieldemarta,ensalascubiertasdemármol,ellaquegozabadebuenosvinos,dehonores y de alegrías, cuando vea la corte de los leprosos, cuando tenga queentrarennuestraschozasyacostarsecontodosnosotros,entoncesIsoldalaBella,laRubia,reconocerásupecadoyañoraráestagranhogueradezarzas.

El rey lo oyó, se levantó y permaneció inmóvil durante largo rato. Por fin,corrióhacialareinaylatomódelamano.Ellagritó:

—¡Porpiedad,señor,quemadmeantesqueeso,quemadme!El rey la entregó. Iván la tomó y los cien leprosos se apretujaron a su

alrededor.Aloírloschillarygritar,todosloscorazonesseapiadaban.PeroIván

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estabacontento.Isoldaseiba,llevadaporIván.Lahorriblecomitivasaliódelaciudad.

TomaronaquelcaminoenelqueTristánestabaemboscado.Gorvenallanzóungrito:

—Hijo,¿quévasahacer?¡Ahívienetuamiga!Tristánespoleósucaballohastallevarlofueradelaespesura.—Iván,yahashechobastantecompañíaaIsolda—dijo—.Ahoradéjamelaa

mí,siquieresseguirvivo.PeroIvánsedesabrochólacapa.—¡Ánimo,compañeros!¡Cogedlosbastones!¡Cogedlasmuletas!¡Hallegado

elmomentodemostrarnuestrovalor!Entonces fue algohermosover cómo los leprosos sequitaban las capas, se

erguíansobresuspiesdeformes,resoplaban,gritaban,blandíanlasmuletas.Unoamenazaba,elotrogruñía.PeroaTristánlerepugnabaatacarlos.LosquenarraronelcuentopretendenqueGorvenalmatóaIván,esdecir,quecometiógranvillanía.Perono,Gorvenalerademasiadovalerosoparamataraunpersonajedetalralea.LoquehizofuearrancarunagranramadeunrobleyasestarungolpeaIvánenelcráneo.Manó,negra,lasangreyelhombrecayósobresuspiesdeformes.

Tristántomóalareinaycortólascuerdasqueleatabanlosbrazos,ellayanosentía ningún dolor. Abandonaron la llanura y se internaron en el bosque deMorois.Allí,enlaespesura,Tristánsesentíatansegurocomotraslamuralladeunafortaleza.

Cuando el sol declinó, se detuvieron al pie de un monte. El miedo habíafatigado a la reina. Recostó la cabeza sobre el cuerpo de Tristán y se quedódormida.

A lamañana siguiente, Gorvenal sustrajo a un guardabosque su arco y dosflechasbienemplumadasyafiladas,yselasdioaTristán,queerabuenarquero.Éstesorprendióauncorzoylomató.Gorvenalreunióunmontónderamassecas,golpeó el eslabón, hizo saltar la chispa y encendió un gran fuego para asar lapieza.Tristáncortóunasramas,construyóunachozaylacubrióconhojas.Isoldalaalfombróconhierbaespesa.

Entonces, en el corazón del salvaje bosque, empezó para los fugitivos unavidadura,ysinembargoamada.

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IX

ELBOSQUEDEMOROIS

Nousavonsperdulemonde,etlemonde,nous;quevousensamble,Tristan,ami?—Amie,quand

jevousaiavecmoi,quemefault-ildont?Setouslemondesestoitorendroitavecnous,

jeneverroieforsvousseule.

RomanceenprosadeTristán

Enelcorazóndelbosque,congranafán,comobestiasacosadas,Tristán,IsoldayGorvenalibanerrantesyraravezseatrevíanaregresarallugardondehabíandormido la noche anterior. Comían sólo la carne de los animales salvajes yechaban de menos el sabor de la sal. Sus rostros enflaquecidos se volvíanpálidos, sus vestidos se caían a jirones, destrozados por las zarzas. Pero seamabanynosufrían.

Undía,mientrasrecorríanaquellosbosquesinmensos,quenuncahabíansidopisados,llegaronporcasualidadalaermitadelfraileOgrín.

Elanciano,apoyándoseenunasmuletasydandomenudospasosbajoelsol,paseaba,porunbosquedearces,cercadelacapilla.

—MiseñorTristán—exclamó—,sabedelgranjuramentoquehanhecholoshombres de Cornualles. El rey ha mandado hacer un pregón por todas lasparroquias. Quien logre capturaros recibirá cien monedas de oro comorecompensa y todos los nobles han jurado entregaros al rey, vivo o muerto.¡Arrepentíos,Tristán!Diosperdonaalpecadorquedeseaarrepentirse.

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—¿Arrepentirme,mi señor Ogrín? ¿De qué crimen? Vos, que os atrevéis ajuzgarnos,¿conocéiselfiltroquebebimosenaltamar?Sí,eselicornosembriaga,ypreferiríamendigartodamividaporloscaminosyvivirdehierbasyraícesconIsolda,antesqueestarsinellayserelreydealgúnreinopoderoso.

—SeñorTristán,queDiososayude,pueshabéisperdidoestemundoyelotro.Aquel que traiciona a su señor debe ser descuartizado por cuatro caballos,quemadoenunahoguerayenellugardondecaensuscenizasnovuelveacrecerla hierba y es inútil toda labor, pues los árboles y las hortalizas semarchitan.Tristán,¡devolvedlareinaaquienladesposósegúnlaleydeRoma!

—Yanoleperteneceaél,pueslaentregóalosleprosos,yyolaconquistéaellos.Ahoraesmía,nopuedosepararmedeella,niellademí.

Ogrín se había sentado. Isolda lloraba a sus pies, con la cabeza sobre lasrodillasde aquelhombreque sufríaporDios.El ermitaño le repetía las santaspalabrasdelLibro,peroella,sindejardellorar,meneabalacabezaynoqueríacreerlo.

—¡Ay! ¿Qué consuelo puede darse a los muertos? —dijo Ogrín—.Arrepentíos,Tristán,pueselqueviveenpecadosinarrepentirseesyaunhombremuerto.

—No.Yo estoy vivo y nome arrepiento.Regresaremos al bosque, que nosprotegeynosguarda.Ven,Isolda,amiga.

Isolda se levantó y se tomaron de la mano. Entraron en la maleza y losarbustos. Los árboles cerraron sobre ellos su ramaje. Desaparecieron en laespesura.

Escuchad ahora, señores, una bella aventura. Tristán había criado un perro, unhermososabueso,vivaz,rápidoenlacarrera.Nicondenireyteníancompañerosemejanteparalacazaconarco.LollamabaHusdényahoraestabaencerradoenel torreóndelcastillo,atadoporelcuelloaunaestaca.Desdeeldíaquehabíadejadodevera sudueño, rechazaba lacomida, rascaba la tierracon laspatas,teníalosojosllorosos,aullaba.Algunosseapiadarondeél.

—Husdén—decían—,ningúnanimalsupoamarasuamomejorquetú.ConrazóndijoSalomón:«Miverdaderoamigoesmilebrel».

YelreyMarcos,recordandolosdíaspasados,pensabadentrodesucorazón:

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«Este perro demuestramuy buen sentido al llorar así a su dueño, pues ¿acasoexisteentodoCornuallesalguienquepuedacompararseconTristán?».

Tresnoblesfueronaveralrey:—Señor,mandadquedesatenaHusdén,prontosabremossisupenasedebea

que echa de menos a su dueño. Si no es así, apenas desatado, lo veremosperseguirapersonasybestiasconlabocaabiertaylalenguaalviento.

Lo desataron.Husdén saltó a través de la puerta y corrió a la habitacióndondeantañosolíaencontraraTristán.Gruñía,gemía,buscaba,hastaqueporfinencontróel rastrode su señor.Recorriópasoapaso la rutaque tomaraTristáncamino de la hoguera. Todos lo siguieron. Ladraba con fuerza y saltó hacia elacantilado. Llegó a la capilla, saltó sobre el altar.De repente, se lanzó por lavidriera, cayó al pie de la roca, recuperó el rastro en la arena. Se detuvo uninstante en el bosque florido, donde se había escondido Tristán. Despuésprosiguióhacialaespesura.Todoslosqueloveíansentíanpiedadporél.

—Buenrey—dijeronentoncesloscaballeros—,dejemosdeseguirlo.Podríallevarnoshastaalgúnlugardelquefueradifícilregresar.

Lo dejaron y se volvieron. En el bosque, el perro ladraba con fuerza y laflorestaretumbaba.Delejos,Tristán,lareinayGorvenallooyeron.

—¡EsHusdén!Seasustaron:sindudaelreylosperseguíaymandabaacosarlosconsabuesos,

demodoqueseinternaronenlaespesura.Enellindero,Tristánseirguióconelarco tenso. Pero cuandoHusdén vio y reconoció a su dueño, brincó hacia él,meneando lacabezay lacola,doblóelespinazo, seenroscó.¿Quiénvio jamásalegríasemejante?LuegocorrióhaciaIsoldalaRubiayhaciaGorvenal,einclusoalcaballolehizofiestas.Tristánsintióunagrancompasiónporél.

—¡Ay, para nuestra desgracia nos has encontrado! ¿Qué puede hacer unhombre acosado con un perro así, que no sabe estarse callado? El rey nospersiguepor llanurasybosques,por todassus tierras.Husdén nosdelatará consusladridos.¡Quédesgracia!¡Poramorypornoblezanaturalhavenidoabuscarlamuerte!Perobiendebemosprotegernos.¿Quédebohacer?Aconsejadme.

IsoldaacaricióaHusdénconlamanoydijo:—¡Tristán, no lo mates! He oído hablar de un guardabosque gales que

acostumbróasuperroaseguirsinladrarelrastrodelosciervosheridos.AmigoTristán, ¡qué alegría sería si, mediante esfuerzo, lográramos adiestrar así a

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Husdén!Tristán loestuvopensandoduranteunmomento,mientraselperro lamía las

manosdeIsolda.Alfin,tuvopiedaddeélydijo:—Quieroprobarlo.Meresultademasiadoduromatarlo.ProntoTristánemprendiólacaza,levantóungamo,lohiriódeunflechazo.El

perroqueríalanzarsesobreelrastrodelcorzoyladrabatanfuertequeresonabaen el bosque entero. Tristán lo mandó callar golpeándolo.Husdén levantó lacabezahaciasudueño,nocomprendía,noseatrevíaaladrar,abandonóelrastro.Tristánlopusodebajodeél,despuéssegolpeólabotaconunavaradecastaño,tal como hacen losmonteros cuando quieren azuzar a los perros.A esta señal,Husdénquisovolveraladrar,peroTristánlocorrigió.Enseñándoleasí,alcabodeapenasunmes,loadiestróacazaralamuda:cuandolaflechahabíaheridoauncervatillooauncorzo,Husdénseguíael rastrosobre lanieve,elhieloo lahierba. Si alcanzaba al animal en el bosque, sabía marcar el lugar poniendoramas. Si lo cogía en la landa, amontonaba hierbas sobre el cuerpo abatido yregresabasinladrarabuscarasudueño.

Seibaelverano,estaballegandoelinvierno.Losamantesvivíanagazapadosenlaoquedaddeunaroca,y,enelsueloendurecidoporlosfríos,elhieloerizabasulechodehojassecas.Peroporelpoderdelamor,nielunonilaotrasentíansumiseria.

Cuandovolvióeltiempoclaro,levantaronbajolosgrandesárbolessucabañaderamas reverdecidas.Tristánconocíadesdeniñoelartede imitarelcantodelospájarosdelbosque:imitabaalaoropéndola,alparo,alruiseñoryatodaslascriaturasaladas.Aveces,enlasramasdelacabaña,numerosospájarosacudíanasullamadayconelcuellohinchadocantabansuscancionesalaluz.

Losamantesyanohuíanporelbosque,errandosincesar,puesningúncaballeroseatrevíaaseguirlos,sabiendoqueTristánloshabríacolgadoporelcuelloalaramadeunárbol.Sinembargo,undía,unodeloscuatrotraidores,Ganelón,queDios maldiga, llevado por el ardor de la caza, osó aventurarse por losalrededoresdeMorois.Aquellamañana,Gorvenal,enel linderodelbosque,en

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elfondodeunbarranco,habíadesensilladosucaballoylodejabapacerlahierbanueva. A lo lejos, en la cabaña de hojas, sobre el lecho florido, Tristán teníaestrechamenteabrazadaalareinayambosdormían.

De repente, Gorvenal oyó el fragor de una jauría: los perros estabanpersiguiendovelozmenteaunciervo,queselanzóalbarranco.Alolejos,enlalanda, apareció unmontero.Gorvenal lo reconoció: eraGanelón, el hombre alque su señor odiabamás que a cualquier otro. Se acercaba solo, sin escudero,dandoconlasespuelasenlosflancosensangrentadosdesucorcelyazotándoleelcuellocon la fusta.Gorvenal loacechó,emboscadodetrásdeunárbol.MuydeprisaveníaGanelón,mástiempotardaríaenregresar.

Ganelón pasó. Gorvenal saltó desde su escondrijo, agarró el freno y,recordando en aquel momento todo el mal que había hecho aquel hombre, loabatió,lodescuartizóporcompletoysealejóllevándoselacabezacortada.

A lo lejos, en la cabañadehojas, sobre el lecho florido,Tristány la reinadormían estrechamente abrazados. Gorvenal fue hasta ellos sin ruido, con lacabezadelmuertoenlamano.

Cuandolosmonterosencontraronbajoelárbolelcuerposincabeza,huyerondespavoridos, temiendo a la muerte, como si Tristán ya los estuvierapersiguiendo.Desdeaqueldía,nadieseacercómásalbosque.

Paraalegrarelcorazóndesuseñorcuandosedespertara,Gorvenalcolgódelos cabellos la cabeza deGanelón a un palo de la choza: el espeso ramaje leformóunaguirnalda.

Tristán sedespertóyvio,medioescondida tras lashojas, lacabeza,que loestabamirando.ReconocióaGanelón,yselevantó,asustado,perosumaestrolegritó:

—Tranquilízate,estámuerto.Lohematadoyoconestaespada.Hijomío,eratuenemigo.

YTristánsealegró:aquelaquienmásodiaba,Ganelón,habíamuerto.Desdeaqueldía,nadieosópenetrarenelbosquesalvaje:elmiedoprotegía

suentrada;allílosamanteseranlosdueños.FueentoncescuandoTristánfabricóelArco-que-no-falla,quesiempredabaenelblanco,fuerahombreoanimal.

Fue en un día de verano, en tiempo de siega, poco antes de la fiesta dePentecostés, y los pájaros, con el rocío, cantaban al cercano amanecer. Tristánsaliódelachoza,seciñólaespada,dispusoelArco-que-no-fallaysaliósoloa

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cazarporelbosque.Antesdelanochecerlesucederíaunagrandesgracia.Nuncajamásdosamantesseamarontantoyloexpiaronconmayordureza.

CuandoTristán regresóde lacaza,agobiadoporel intensocalor, tomóa lareinaentresusbrazos.

—Amigo,¿dóndehasestado?—Trasunciervoquemehafatigadomucho.Miraelsudorqueempapatodos

mismiembros;quisieraacostarmeydormir.Isolda fue la primera en acostarse bajo la cabaña de verdes ramas,

alfombradadehierbafresca.Tristánseechóasuladoypusolaespadadesnudaentrelosdos.Porsuerte,sehabíandejadolaropapuesta.LareinallevabaeneldedoelanillodeoroconvaliosasesmeraldasqueMarcosleregalóeldíadesuboda.Susdedoshabíanadelgazadotantoqueapenassosteníanelanillo.Dormíanasí: un brazo de Tristán pasaba por debajo del cuello de su amiga y el otrodescansaba sobre suhermoso cuerpo, estrechamente abrazados, pero sus labiosnosetocaban.Nosoplabalamáslevebrisa,niunasolahojatemblaba.Atravésde las hojas, un rayo de sol descendía sobre el rostro de Isolda, que brillabacomoelhielo.

Perounguardabosqueencontróenlaespesuraunlugardondelahierbaestabahollada. El día antes, los amantes habían dormido allí. Sin embargo, elguardabosquenoreconociólahuelladesuscuerpos,siguióelrastroyllegóasucobijo.Losviodurmiendo, losreconocióyhuyó, temiendoel terribledespertardeTristán.HuyóhastaTintagel,adosleguasdeallí,subiólaescalinatadelasalayhallóalrey,quehablabaasusvasallosreunidos.

—Amigo,¿quévienesabuscaraquí,sinaliento?Parecesunmozodejauríaque hubiese estado largo tiempo corriendo tras los perros. ¿Quieres demandaralgúnperjuicio?¿Alguienteechódemibosque?

Elguardabosquellamóapartealreyyledijoenvozbaja:—HevistoalareinayaTristán.Estabandurmiendoyhetenidomiedo.—¿Enquélugar?—Enunachoza,enelbosquedeMorois.Estabandurmiendoabrazados.Idde

prisasiqueréistomarvenganza.—Veaesperarmealaentradadelbosque,alpiedelaCruzRoja.Nohables

connadiedeloquehasvisto.Tedarétantooroyplatacomoquierastomar.El guardabosque se fue y se sentó al pie de la Cruz Roja. ¡Maldito sea el

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espía!Peromorirácondeshonor,talcomoestahistoriaosreferirámásadelante.Elreymandóensillarsucaballo,ciñólaespaday,sincompañíaalguna,salió

de la ciudad.Mientras cabalgaba solo, le vino a la memoria la noche en quesorprendió a su sobrino. ¡Qué ternura había mostrado hacia Tristán Isolda laBella,ladelclarosemblante!Pensóquesilossorprendía,castigaríatangrandespecados,ysevengaríadelosquelohabíandeshonrado.

EnlaCruzRojaseencontróconelguardabosqueyledijo:—Vetúdelante.Guíamederechoyconpresteza.Losenvolvíalanegrasombradelosgrandesárboles.Elreyseguíaalespía.

Confiabaensuespada,queantañoasestóbuenosgolpes.Pensó:«¡Ay,siTristánsedespierta,unodelosdos(sóloDiossabequién)pereceráallímismo!».

Porfin,elguardabosquedijoenvozbaja:—Mirey,nosestamosacercando.Lesostuvoelestriboyatólasriendasdelcaballoalasramasdeunmanzano

verde. Siguieron avanzando y, de repente, en un calvero soleado, divisaron lachozaflorida.

Elreydesabrochósumantoconbrochesdeorofino,seloquitóyapareciósuhermosocuerpo.Sacólaespadadelavainayrepitióensucorazónquepreferiríamorirsinolosmataba.Elguardabosqueloseguía,peroelreylehizounaseñalparaquesealejara.

Penetrósoloenlacabaña,conlaespadadesnuda,lablandió…¡Ah,quélutosillegabaaasestarelgolpe!Peroentoncesvioquesusbocasnosetocabanyqueunaespadadesnudaseparabasuscuerpos.

«Dios mío —pensó—, ¿qué estoy viendo? ¿Deberé matarlos? En todo eltiempo que llevan viviendo en este bosque, si se amaran con amor culpable,¿acaso habrían puesto la espada entre ambos? ¿No es cosa sabida que un filodesnudoentredoscuerposesgarantíayguardiándecastidad?Siseamaranconamor loco,¿descansaríanasí, tanpuramente?No,novoyamatarlos.Seríagranpecado atacarlos, y si despertara al que duerme y uno de nosotros resultaramuerto,sehablaríadeellodurantelargotiempo,yparanuestravergüenza.Peroharédemodoquecuandodespiertensepanqueloshehalladodormidos,quenohedeseadosumuerteyqueDiossehaapiadadodeellos».

Elsol,atravesandolachoza,quemabaelblancosemblantedeIsolda.Elreytomósusguantesforradosdearmiño:«Ellafue—pensó—,quienmelostrajode

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Irlanda no hacemucho». Los colocó entre el follaje para tapar el agujero pordondeentrabaelrayodesol.Despuéssacóconsuavidadelanillodeesmeraldasque había regalado a la reina. Tiempo atrás, tuvo que forzarlo un poco paraponérseloeneldedo.Ahora,susdedosestabantandelgadosqueelanillosaliósin esfuerzo. En su lugar, el rey puso el anillo que Isolda le había regalado.Después sacó la espada que separaba a los amantes, aquella misma —lareconoció—quesehabíamelladoenelcráneodelMorholt,puso lasuyaensulugar,saliódelcobertizo,saltóalasillayledijoalguardabosque:

—¡Ahorahuyeysalvatucuerposipuedes!Isoldatuvounavisiónduranteelsueño:estababajounaricatienda,enmedio

de un gran bosque. Dos leones se lanzaban sobre ella y se peleaban paraobtenerla…Lareinadioungritoysedespertó: losguantes forradosdearmiñocayeron sobre su pecho.Al oír el grito,Tristán se pusode pie, quiso coger suespadayporelpuñodeororeconocióqueeraladelrey.LareinavioensudedoelanillodeMarcos,yexclamó:

—¡Quédesgracia,Tristán!¡Elreynoshasorprendido!Yviajandoagrandesjornadas,acompañadosporGorvenal,huyeronhaciala

tierra deGales, hasta los confines del bosque deMorois. ¡Cuántas torturas lesestabacausandoelamor!

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X

ELERMITAÑOOGRÍN

Aspreviemeinentetdure:Tants’entraimentdeboneamorL’unsporl’autrenesentdolor.

BÉROUL

UndíaqueTristánhabíaestadolargotiemposiguiendolashuellasdeunciervoherido,cayólanocheyenelbosqueoscuroeljovenamantesepusoapensar.

«No,nofueportemorporloqueelreynossalvólavida.Habíatomadomiespada, yo estaba a su merced, podría haberme herido, ¿para qué necesitabarefuerzos?Ysiqueríacogermevivo,¿porqué,despuésdehabermedesarmado,medejó supropia espada? ¡Ah, te reconozco,padremío!Quisisteperdonarnosperonopormiedo,sinoporternurayporpiedad.¿Perdonarnos?¿Quiénpodríacometer tal fechoría sin envilecerse? No, no ha perdonado, sino que hacomprendido.Enlahoguera,enelsaltodelacapilla,enlaemboscadacontralosleprosos,elreyreconocióqueDiosnoshabíapuestobajosucustodia.Entoncessehaacordadodelniñoqueantaño tocabael arpaa suspiesydemi tierradeLeonís,queabandonéporél,ydelapicadelMorholt,ydelasangrequederraméporsuhonor.Sehaacordadodequenoreconocíjamásmifalta,sinoqueenvanoreclamé juicio, derechoybatalla, y la noblezade su corazón lo ha inclinado acomprenderlascosasqueloshombresdesuentornonocomprenden.Élnosabenipodrásaberjamáslaverdaddenuestroamor,peroduda,espera,sientequenomentí, desea que mediante juicio yo demuestre mi rectitud. ¡Ay, mi buen rey!

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¡VencerenlalidconlaayudadeDios,ganarvuestrapaz,yvestirdenuevoparavoselyelmoylacota!¿Quéestoypensando?SindudaquerríallevarseaIsolda.¿Se la entregaría yo? ¡Ojalá me hubiese degollado mientras dormía! Antes,perseguidoporél,podíaodiarloyolvidarlo,pueshabíaentregadoaIsoldaalosleprosos,lareinanoerasuya,sinomía.Ahora,consucompasión,hadespertadodenuevomi afectoyha reconquistado a la reina. ¿La reina?Reina lo era a sulado, mientras que en este bosque vive como una sierva. ¿Qué hice con sujuventud?Envezdesusaposentostapizadosdeseda,ledoyestebosquesalvaje,unachozaenvezdesushermososcortinajes,yellasufreestamalavidasólopormí.AmiseñorDios,reydelmundo,lepidoperdónylesuplicoquemedéfuerzaspara devolver a Isolda al reyMarcos. ¿No es acaso su esposa, casada con élsegúnlaleydeRomaantetodosloshombreshonradosdelaTierra?».

Tristánseapoyóenelarcoyselamentóamargamentedurantetodalanoche.En la espesura de zarzas que les servía de cobijo, Isolda la Rubia estaba

esperandoelregresodeTristán.Alaluzdeunrayodeluna,viobrillarensudedoelanilloqueMarcoslehabíapuesto.Pensó:«Aquelqueconadmirablecortesíamedioesteanillodeoronoeselhombreirritadoquemeentregóalosleprosos,no,sinoqueeselseñorcompasivoquedesdeeldíaqueabordéensutierrameacogióyprotegió.¡CómoamabaaTristán!Perovineyoy¿quéhice?¿NodeberíaTristánvivirenelpalaciodel rey,concienpajesa sualrededor,queseríansumesnada y lo servirían antes de ser armados caballeros? ¿Nodebería cabalgarpor cortes y baronías para buscar soldados y aventuras? Pero por mí Tristánolvida toda caballería, y vive desterrado de la corte, exiliado en este bosque,llevandounavidasalvaje…».

Entoncesoyósobre lashojasy lasramassecas lospasosdeTristán,queseacercaba.Fueasuencuentrocomosolíahacer,paratomarsusarmas.LetomódelasmanoselArco-que-no-fallaylasflechas,ydesatólascorreasdesuespada.

—Amiga —dijo Tristán—, ésta es la espada del rey Marcos. Deberíahabernosdegollado,peronossalvólavida.

Isoldatomólaespada,besóelpuñodeoro,yTristánvioqueestaballorando.—Amiga—ledijo—,¡ojalápudierallegaraunacuerdoconelreyMarcos!

Simepermitierasostenerenbatallaquejamás,nidehechonidepalabra,teaméconamorculpable,entoncescualquiercaballerodesu reino,desdeLidánhastaDurham,queosaracontradecirmemeencontraríaarmadoenlaliza.Luego,siel

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reyconsintiera tenermeconsuhueste,yo leserviríacongranhonor,comoamiseñorypadremío.Ysiprefirieraalejarmeyquedarsecontigo,meiríaaFrisiaoa Bretaña con Gorvenal como único compañero. Pero dondequiera que fuese,reina,yosiempreseríatuyo.Isolda,yonopensaríaenestaseparaciónsinofuerapor la duramiseria que soportas pormí desde hace tanto tiempo en esta tierrasalvaje.

—Tristán,acuérdatedelermitañoOgrín,quevivíaenelbosque.¡Regresemosconél,amigoTristán,yojalápodamospedirperdónalpoderosoReycelestial!

DespertaronaGorvenal. IsoldamontóacaballoyTristán locondujoporelfreno, y toda la noche, atravesando por última vez los bosques amados,anduvieronsindecirseunapalabra.

A la mañana siguiente descansaron y luego volvieron a caminar, hasta quellegarona la ermita.Enelumbralde la capilla,Ogrínestaba leyendoun libro.Losvioylosllamóafablementedesdelejos.

—¡Amigos! ¡Amor os acosa demiseria enmiseria! ¿Cuánto durará vuestralocura?¡Sedvalientes!¡Arrepentíosporfin!

Tristánledijo:—Escuchad,mi señorOgrín.Ayudadnos a ofrecer un acuerdo al rey.Yo le

devolveríaalareina.Despuésmeiríalejos,aBretaña,oaFrisia.Algúndía,sielreyquisieratenermeasulado,volveríayleserviríacomoesmideber.

Isolda,inclinadaalospiesdelermitaño,dijo,apenada:—Noquierovivirmásasí.Nodigoquemearrepientadehaberamadonide

amar a Tristán, todavía y para siempre. Pero al menos, de ahora en adelante,nuestroscuerpospermaneceránseparados.

ElermitañolloróyadoróaDios.—Dios, buen rey todopoderoso, os doy las gracias por haberme permitido

vivirlosuficienteparaacudirenayudadeTristáneIsolda.Losaconsejóprudentemente,después tomó tintaypergaminoyescribióuna

cartaen laqueTristánofrecíaunacuerdoal rey.Cuandohuboescrito todas laspalabrasqueTristánledijo,éstelassellóconsuanillo.

—¿Quiénllevarálacarta?—preguntóelermitaño.—Yomismolallevaré—dijoTristán.

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—No, mi señor Tristán —dijo Ogrín—, no debéis intentar tan peligrosaempresa.Yoiréporvos,conozcobienaloshabitantesdelcastillo.

—Dejadquevaya,miseñorOgrín.La reinapermaneceráenvuestraermita.Alanochecer,iréconmiescudero,quecuidarádemicaballo.

Cuando la oscuridaddescendió sobre el bosque,Tristán se puso en caminoconGorvenal.AlaspuertasdeTintagelsesepararon.Losvigías,enloaltodelasmurallas,tocabanlastrompas.Cruzóelfosoyatravesólaciudad,conpeligrodesu vida. Franqueó como antaño las empalizadas del jardín, vio la fuente demármolyelgranpino,yseacercóalaventanadetrásdelacualdormíaelrey.Lollamósuavemente.Marcossedespertó.

—¿Quiénerestú,queasíllamasaestashorasdelanoche?—Señor,soyTristán,ostraigounmensaje.Lodejoenlarejadeestaventana.

DejadvuestrarespuestaenlaramadelaCruzRoja.—¡PorelamordeDios,sobrino,espérame!Elreyseprecipitóhacialapuertayportresvecesllamóenlanoche.—¡Tristán!¡Tristán!¡Tristán,hijomío!PeroTristányahabíahuido.Sereunióconsuescuderoysaltóconligerezaa

lasilladelcaballo.—¡Loco!Dateprisa,huyamosporestecamino—ledijoGorvenal.Llegaron por fin a la ermita, donde les esperaban el ermitaño rezando, e

Isoldallorando.

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XI

ELVADOPELIGROSO

Oyez,voustousquipassezparlavoie,Venezça,chascundevousvoie

S’ilestdouleurforsquelamoie:C’estTristanquelamortmestroie.

EllaiMortal

Marcosmandódespertarasucapellánylemostrólacarta.ElclérigorompiólaceraysaludóprimeroalreyennombredeTristán.Después,descifrandoconhabilidadlaspalabrasescritas,letransmitióloqueTristánhabíamandadodecir.Marcos escuchó sindecir ni unapalabray su corazón se alegraba, pues seguíaamandoalareina.

Convocóporsunombreasusnoblesmásilustresycuandoestuvierontodosreunidos,éstosguardaronsilencioyelreyhabló:

—Señores, he recibido esta carta.Yo soy rey de todos vosotros y vosotrossois mis vasallos. Escuchad las cosas que me han sido transmitidas, despuésaconsejadme,oslorequiero,puestoquemedebéisconsejo.

Elcapellánselevantó,desplególacartaconlasdosmanosy,poniéndosedepieanteelrey,dijo:

—Señores, Tristán manda primero su saludo y su amor al rey y a toda sucorte. «Rey—añade—,cuandomaté al dragóny conquisté a lahijadel reydeIrlanda, laprincesamefueentregadaamí.Yoeradueñodequedarmeconella,pero no quise hacerlo. La traje a vuestro país y os la entregué. Sin embargo,

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cuandoapenas lahabíais tomadoporesposa,unosmiserablesoshicieroncreersusmentiras.Envuestracólera,buen tío,quisisteishacernosquemar sin juicio.PeroDiostuvocompasióndenosotros.Elevamosnuestrassúplicas,Élsalvóalareinayfuecosajusta.Tambiényo,alsaltardesdeunaaltaroca,pudeescaparporel poder de Dios. ¿Qué hice después para que se me acusara? La reina fueentregada a los leprosos y yo la salvé. ¿Podía fallar en aquella necesidad a laprincesaqueestuvoapuntodemorir,inocente,pormicausa?Huíconellaporlosbosques. ¿Podía salir de los bosques y bajar a la llanura para entregárosla?¿Acasonohabíaisordenadoquesenosapresara,muertosovivos?Peroahora,comoentonces,estoydispuesto,señor,adefenderenbatallaantecualquieraquela reina jamás me tuvo amor que os pueda ofender, ni yo a ella. Ordenad elcombate: no rechazo a ningún adversario y si no puedo probar mi derecho,mandad que me quemen ante vuestros hombres. Pero si venzo y tenéis a bientomar de nuevo con vos a Isolda la del claro semblante, ningún caballero osservirámejorqueyo.Si,porelcontrario,nooscomplacemiservicio,cruzaréelmar,iréaofrecermealreydeGavoyaoalreydeFrisia,yjamásvolveréisatenernoticiasmías. Señor, tomad consejo y, si no consentís llegar a acuerdo alguno,llevaréaIsoldaaIrlanda,dedondelatomé,paraqueseareinadesupaís».

CuandolosnoblesdeCornuallesoyeronqueTristánlesofrecíabatalla,todosdijeronalrey:

—Señor,aceptadalareina.Soninsensatosquieneslacalumniaron.Encuantoa Tristán, que se vaya, tal como ofrece, a guerrear a Gavoya o con el rey deFrisia.OrdenadlequeostraigaaIsoldaenunafechafijada,yqueseamuypronto.Elreypreguntóportresveces:

—¿Nadie se levanta para acusar a Tristán?—Todos callaban. Entonces ledijo al capellán—: Escribid inmediatamente una carta. Ya habéis oído lo quedebéisescribirenella.Daosprisa,muchohasufridoyaIsoldaensuspocosaños.Que la carta sea colgada en la rama de laCruzRoja antes del anochecer. ¡Noperdáis tiempo! —Y añadió—: Decidles también que les mando a ambos misaludoymiamor.

Haciamedianoche,Tristán cruzó laBlancaLanda, encontró la carta y se lallevóselladaalermitañoOgrín.Elermitañoleyólasletras:Marcos,porconsejode todos sus caballeros, consentía en aceptar a Isolda, pero no a conservar aTristáncomosoldado.Tristándeberíacruzarelmarcuando,alcabodetresdías,

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enelVadoPeligroso,hubieraentregadoalareinaaMarcos.—¡Diosmío, qué dolor perderte, amiga!—dijoTristán—; pero es preciso,

puesdeboahorrarteelsufrimientoqueestabassoportandopormicausa.Cuandollegue el momento de separarnos, te daré un regalo como prenda de mi amor.Desdeelpaísdesconocidoalquevoy,temandaréunmensajero.Elmerepetirátudeseo,amiga,yencuantomellames,yoacudirédesdelalejanatierra.

Isoldasuspiróydijo:—Tristán, déjame aHusdén, tu perro.Nunca sabueso de precio habrá sido

guardadoconmáshonor.Cuandolovea,meacordarédetiyestarémenostriste.Amigo,tengounanillodejaspeverde,tómaloporamoramí,llévaloeneldedo.Sialgunavezunmensajeropretendevenirdetuparte,nolocreeré,hagaloquehagaydigaloquediga,hastaquemehayamostradoesteanillo.Peroencuantolohayavisto,ningúnpoder,ningunaprohibiciónrealmeimpediráhacerloquetúmehayaspedido,seasensatezolocura.

—Amiga,tedoyaHusdén.—Amigo,tomaesteanilloenrecompensa.Ysebesaronenloslabios.

PeroOgrín,dejandoalosamantesenlaermita,habíaandadoconsumuletahastaelMonte.Allícomprópielesdemarta,dezorroydearmiño,pañosdeseda,depúrpura y de escarlata, una camisa de linomás blanca que la flor del lirio, ytambiénuncaballoenjaezadodeoroque sabíaamblar suavemente.Lagente sereíaalverlogastarsudinerolargamentereunidoenaquellascomprasextrañasymagníficas.PeroelancianocargósobreelcaballolasricastelasyregresójuntoaIsolda.

—Reina —le dijo—, vuestros ropajes se caen a jirones. Aceptad estosregalosparaqueestéismáshermosaeldíaquevayáisalVadoPeligroso.Medamiedo que no sean de vuestro gusto, yo no soymuy experto en la elección devestidos.

ElreymandópregonarporCornualleslanoticiadequealcabodetresdías,enelVadoPeligroso, se reconciliaríacon la reina.Damasycaballerosacudieronen

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tropelaaquellaasamblea.TodosdeseabanvolveraveralareinaIsolda,todoslaamaban,exceptolostrescaballerostraidoresqueaúnsobrevivían.

Pero, de estos tres, unomorirápor la espada, el otro sucumbirá traspasadopor una flecha y el otro ahogado. En cuanto al guardabosque, lo matará abastonazosenelbosquePeriníselRubio,elcriadodeIsolda.AsíDios,queodiatodadesmesura,vengaráalosamantes.

Eldía fijadopara laasamblea,enelVadoPeligroso,elpradobrillabaa lolejos, adornado con las ricas tiendas de los caballeros. En el bosque, Tristáncabalgaba con Isolda y por temor a una emboscada se había puesto la cota demalladebajodesuropaharapienta.Derepente,losdosaparecieronenellinderodelbosqueyalolejos,entrelosnobles,vieronalreyMarcos.

—Amiga—dijoTristán—,he aquí al rey, nuestro señor, a sus caballeros ysoldados.Dentrodeunmomentoyanopodremoshablarnosmás.Te lo suplicoporDiospoderosoyomnipotente:sialgunaveztemandounmensaje,hazloqueenéltepida.

—AmigoTristán,encuantohayavistoelanillodejaspeverde,nohabrátorre,nimuro,nifuertecastilloquemeimpidancumplirlavoluntaddemiamigo.

—Diostelopague,Isolda.Losdoscaballosavanzabanunojuntoalotro:TristánatrajoaIseohaciaély

laestrechóentresusbrazos.—Amigo—dijoIseo—,escuchaahoramiúltimoruego:vasaabandonareste

país;esperaalmenosalgunosdías;esperahastasabercómometrataelrey,silohaceconcóleraoconbondad.Estoysola,¿quiénmedefenderádelostraidores?¡Tengo miedo! El guardabosque Orri te alojará secretamente. Por la noche,deslízate hasta el granero en ruinas:mandaré allí a Perinís para que te diga sialguienmeestámaltratando.

—Amiga,esonadieseatreveráahacerlo.MeesconderéenlacasadeOrri,ysialguienseatreveacausarteelmenorultraje, ¡queseguardedemícomodelEnemigo!

Lasdostropassehabíanacercadoparaintercambiarsussaludos.Auntirodearcodelossuyos,elreycabalgabacongallardía,yjuntoaél,DinasdeLidán.

CuandoloscaballerossehubieronreunidoconTristán,éste,sujetandoporlasriendaselcaballodeIsolda,saludóalreyyledijo:

—Rey,tedevuelvoaIsoldalaRubia.Antetushombresterequieroparaque

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me permitas defenderme en tu corte. Yo nunca he sido juzgado. Deja que mejustifique en un combate. Si resulto vencido, quémame con azufre; si salgovencedor,mantenmeatulado.Perosinomequieresatulado,meiréaalgúnpaíslejano.

Nadie aceptó el desafío de Tristán. Entonces, Marcos cogió el caballo deIsoldaporlasriendasy,confiándolaaDinas,seapartóparatomarconsejo.

Dinas,contento,colmóalareinadehonoresycortesías.Lequitólasuntuosacapaescarlataysucuerpoapareciógraciosobajolatúnicafinaylagrancamisadeseda.Ylareinasonrióalpensarenelviejoermitaño,quenohabíareparadoen gastos. Rico es su vestido; sus miembros, delicados; sus ojos, claros; suscabellos,rubioscomolosrayosdelsol.

Cuandolostraidoreslavierontanhermosayagasajadacomoantes,irritados,cabalgaronhastael rey.Enaquelmomento,unbarón,AndrésdeNicole,estabaintentandoconvencerlo:

—Señor—decía—permite queTristán se quede contigo, pues gracias a élserásunreymástemido.

Y poco a poco iba ablandando el corazón deMarcos. Pero los caballerostraidoresfueronasuencuentroydijeron:

—Rey,escuchaelconsejoquetedamoscontodalealtad.Sehahabladomaldelareina;sinrazón,teloconcedemos,perosiTristányellaregresanjuntosalacorte,volveránlashabladurías.OrdenaqueTristánsealejeporuntiempo;algúndía,sinduda,lollamarásdenuevo.

Esto fue lo que hizo Marcos. Hizo que sus barones ordenaran a Tristánalejarse sin dilación. Entonces Tristán se acercó a la reina y le dijo adiós. Semiraron.Lareinasintióvergüenzaacausadelospresentesyseruborizó.

Peroelreyquedóconmovidodecompasiónyhablóasusobrinoporprimeravez:

—¿Adóndeirásconesosandrajos?Tomademitesorotodocuantoquieras,oro,plataylasmejorespieles.

—Mirey—dijoTristán—,no tomaréniundenario,niundoblón. IrécomopuedaaservircongranalegríaalreydeFrisia.

Tiró de la rienda y bajó hasta el mar. Isolda lo siguió con la mirada y,mientraspudodivisarloenlalejanía,noapartólavista.

Alenterarsedelanoticiadelacuerdo,grandesychicos,hombres,mujeresy

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niños acudieron en tropel a las afueras de la ciudad para recibir a Isolda. YmanifestandograndueloporelexiliodeTristán,celebrabanelhaberrecuperadoasureina.Elrey, loscondesy lospríncipesformaronsucortejopor lascallesalfombradas y adornadas con cortinajes de seda. Las puertas del palacio seabrieron para todos, ricos y pobres pudieron sentarse a comer, y para celebraraqueldía,Marcosconcediólalibertadaciensiervosydiolaespadaylacotaaciendonceles,alosquearmócaballeros.

Mientrastanto,llegadalanoche,Tristán,talcomoselohabíaprometidoalareina, entró en casa del guardabosque Orri, quien lo alojó secretamente en labodegaqueestabaenruinas.¡Queseguardenlostraidores!

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XII

ELJUICIODELHIERROCANDENTE

Dieusiafaitvertuz.BÉROUL

MuyprontoDenoalén,AndretyGondoine se sintieron seguros.Pensaronquesin dudaTristán estabamás allá delmar, en algún país demasiado lejano parapoderalcanzarlos.Así,duranteunajornadadecacería,cuandoelreyescuchabalos ladridosde su jauría reteniendo sucaballo enmitaddeunas rozas, los trescabalgaronhastaél.

—Rey,escuchadnuestraspalabras.Condenasteisa la reinasin juicio,yesonoestuvobien.Ahoralaabsolvéissinjuicio,yesotampocoestábien.Ellajamásse ha justificado y los caballeros de este país os lo reprochan a vos y a ella.Aconsejadle que reclame ella misma un juicio de Dios. ¿Qué le cuesta, si esinocente,jurarsobrelasreliquiasdelossantosquejamáshacometidofalta?Siesinocente,¿quélecuestacogerunhierroenrojecidoalfuego?Asíloquierelacostumbre y por esta prueba tan fácil quedarán disipadas para siempre lasantiguassospechas.

Marcosrespondió,irritado:—¡QueDiososconfunda,señoresdeCornualles,puesbuscáisincesantemente

mi deshonra! Por vosotros he desterrado ami sobrino, ¿quémás exigís? ¿QuedevuelvaalareinaaIrlanda?¿Cuálessonesosnuevosagravios?¿AcasoTristánno se ofreció ya a defenderla contra los viejos agravios? Para justificarla ospresentóbatallaytodospudisteisoírlo.¿Porquénotomasteiscontraélescudosy

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lanzas?Señores,me habéis requeridomás allá del derecho.Tened cuidado, novayaallamaralhombrequeporconsejovuestrodesterré.

Entonces los cobardes se echaron a temblar. Creyeron ver a Tristán deregreso,sangrándoloshastasuúltimagota.

—Señor, nosotros os dábamos fiel consejo, por vuestro honor, tal comocorresponde a unos vasallos vuestros. Pero de ahora en adelante vamos acallarnos.¡Olvidadvuestracólera!¡Devolvednosvuestrapaz!

PeroMarcossealzósobresusillaydijo:—¡Fuera de mi tierra, miserables! Jamás tendréis mi paz. Por vosotros

desterréaTristán,ahoraoscorrespondeavosotrosmarcharosdemitierra.—¡Señor, buen rey, nuestros castillos son fuertes, están cercados de picas,

sobrerocasdifícilesdeescalar!Ytirarondelasriendassinsaludarlo.

Sinesperaramonterosnisabuesos,MarcosllevósucaballohastaTintagel,subióla escalinata de la sala y la reina oyó cómo sus pasos apresurados resonabanentrelaslosas.

Isoldase levantó, fuea suencuentro, le tomó laespada tal comosolíay seinclinó a sus pies. Marcos la retuvo por las manos y ya la levantaba cuandoIsolda,alzando losojoshaciaél,viosusnobles rasgosalteradospor lacólera.Asíselehabíamostradotiempoatrás,fueradesí,antelahoguera.«¡Ah!—pensó—,¡miamigohasidodescubierto,elreylohacapturado!».

Elcorazónseleenfrióenelpechoy,sindecirunapalabra,cayóalospiesdelrey.Ellatomóensusbrazosylabesócondulzura.Pocoapoco,lareinasefuereanimando.

—Amiga,amiga,¿quéosatormenta?—Señor,tengomiedo.¡Oshevistotanencolerizado!—Sí,hevueltomuyirritadodelacacería.—¡Ay,señor!,sivuestrosmonterososhanenojado,¿esdignodevostomaros

tanapecholoscontratiemposdelacaza?Marcossonrióaloírtalespalabras.—No, amigamía, nomehan irritadomismonteros, sino tresmalvadosque

hacetiempoquenosodian.Voslosconocéis:sonAndret,DenoalényGondoine.

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Losheexpulsadodemistierras.—Señor,¿quémalhanosadodecirdemí?—¿Quéimportaeso?Loshedesterrado.—Mi señor, todo el mundo tiene derecho a decir su pensamiento. Pero yo

tengoderechoaconocerelmalquesedicedemí.Y¿porquiénlosabría,sinoporvos? Sola en este país extraño, no tengo a nadie, aparte de vos,mi señor, quepuedadefenderme.

—Sea como queréis. Los traidores pretendían que debéis justificarosmediante juramento y por la prueba del hierro candente. «La reina—decían—deberíapedirestejuicio.Sonpruebasfácilesparaquiensesabeinocente.¿Quéle costaría hacerlo? Dios es el juez verdadero. El disiparía para siempre losantiguosagravios…».Estoesloquepretendían.Perodejemosestascosas.Yaosdigoqueloshedesterrado.

Isoldaseestremeció.Miróalrey:—Mi señor, ordenad que vuelvan a la corte. Yo me justificaré mediante

juramento.—¿Cuándo?—Aldécimodía.—¡Esoesmuypronto,amigamía!—Para mí es demasiado tarde. Pero quiero que desde ahora pidáis al rey

ArturoquevengaconmiseñorGalván,Girflet,elsenescalKeuyciencaballerossuyoshastalamarcadevuestratierra,alaBlancaLanda,alaorilladelríoqueseparanuestrosreinos.Allí,anteellos,quierohacereljuramentoynosóloantevuestros barones, pues de ser así, apenas hubiera jurado, vuestros nobles ospediríanquemeimpusieraisotrapruebamás,ynuestrostormentosnoterminaríanjamás.PerosiArturoysuscaballerossongarantesdeljuicio,noseatreveránamás.

Mientraslosheraldosdearmas,mensajerosdeMarcos,seapresurabanhaciaCarduel, Isolda mandó secretamente a su paje Perinís el Rubio, el Fiel, alencuentrodeTristán.

Perinís recorrió los bosques, evitando los senderosmás frecuentados, hastaquellegóalachozadeOrri,elguardabosque,dondeTristánloestabaesperandodesdehacíavariosdías.Periníslerelatólosucedido,lanuevavillanía,elplazodeljuicio,lahorayellugarseñalados.

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—Señor,miseñoraospidequeeldíafijado,conropajesdeperegrinoysinarmas, tan hábilmente disfrazado que nadie os pueda reconocer, estéis en laBlancaLanda.Parallegarallugardeljuicio,lareinadebepasarelríoenbarca.La esperaréis en la otra orilla, donde estarán los caballeros del rey Arturo.Entoncessindudapodréisprestarleayuda.Amiseñoraleasustaeldíadeljuicio.Sinembargo,confíaenlacortesíadeDios,queyasupoarrancarlademanosdelosleprosos.

—Regresaconlareina,buenamigoPerinís.Dilequecumplirésuvoluntad.CuandoPerinísvolvióaTintagel,vioenunamalezaalmismoguardabosque

que, tiempo atrás, había sorprendido a los amantes dormidos y los habíadenunciadoalrey.Undíaqueestabaebriosehabíajactadodesutraición.Aquelhombrehabíacavadoen la tierraunprofundohoyoy loestabarecubriendoconramasparaatraparlobosyjabalíes.Vioqueseleacercabaelpajedelareinayquisohuir.PeroPerinísloacorralóalbordedelatrampa.

—Tú,espíaquevendistealareina,¿porquéhuyes?¡Quédateahí,juntoalatumbaquetúmismotehascavado!

Subastóngiró en el aire, zumbando.Elbastóny el cráneo se rompieron almismotiempoyPeriníselRubio,elFiel,empujóelcuerpohastalafosacubiertaderamas.

Eldía fijadoparael juicio,el reyMarcos, Isolday losbaronesdeCornualles,despuésdecabalgarhastalaBlancaLanda,llegaronenbuenordenhastaelríoyallí,agrupadosalolargodelaorilla,loscaballerosdelreyArturolossaludaronconsusrelucientesestandartes.

Anteellos,sentadoenelribazo,unperegrinomiserable,envueltoensucapa,de la que colgaban algunas conchas, tendía su escudilla de madera y pedíalimosnaconvozagudaydoliente.

Las barcas de Cornualles se acercaban, empujadas por los remos. Cuandoestuvieron a punto de tomar tierra, Isolda preguntó a los caballeros que larodeaban:

—Señores, ¿cómo podría llegar hasta la tierra firme sin ensuciar mi largovestidoenestebarrizal?Alguiendeberíaayudarme.

Uncaballerollamóalperegrino.

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—Amigo,remángatelacapa,entraenelaguayllevaalareina,siesquenotemesdoblarteamediocamino,tullidocomoteveo.

Elperegrinotomóalareinaensusbrazos.Ellaledijoenvozbaja:—¡Amigo!—Yluego,aúnmásbajo—:Déjatecaerenlaarena.Cuandoelperegrinollegóalaorilla,tropezóysecayó,sosteniendoalareina

ensusbrazos.Losescuderosymarineroscogieronremosyperchasyahuyentaronalpobremiserable.

—Dejadlo—ordenólareina—,sindudaellargoviajelohadebilitado.Ycogiendounbrochedeoroquellevabaprendido,lolanzóalperegrino.Sobrelahierba,delantedelpabellóndeArturo,seextendíaunricopañode

sedadeNiceayyaestabandispuestaslasreliquiasdelossantos,sacadasdesusestuchesycofres.LasguardabanloscaballerosGalván,GirfletyelsenescalKeu.

Lareina,despuésdesuplicaraDios,sequitólasjoyasquellevabaalcuelloyenlasmanosylasdioalospobresmendigos.Sedesabrochóelmantodepúrpuraylatocafinaylosregaló.Tambiénofreciósucamisolayelbrialyloszapatosadornadosconpedrería.Sóloconservósobreelcuerpounatúnicasinmangasy,conlospiesylasmanosdescubiertos,avanzóantelosdosreyes.Asualrededor,losnoblescaballeroslacontemplabanensilencioylloraban.Juntoalasreliquiashabíaunbraseroencendido.Lareina,temblando,extendiólamanoderechahacialoshuesosdelossantosydijo:

—ReydeLogres,yvos,reydeCornualles,yvos,miseñorGalván,miseñorKeu, mi señor Girflet, y vosotros todos seréis mis garantes por estos cuerpossantosyportodosloscuerpossantosqueexistenenestemundo.Juroquejamáshombre nacido de mujer me tuvo entre sus brazos, excepto el reyMarcos, miseñor,yelpobreperegrinoquehabéisvistohaceunmomento.ReyMarcos,¿osparececonvenientetaljuramento?

—Sí,reina,yqueDiosmanifiestesujuicioverdadero.—Amén—dijoIsolda.Se acercó al brasero, pálida y vacilante. Todos los presentes guardaban

silencio. El hierro estaba al rojo vivo. Entonces la reinametió lamano en lasbrasas, cogió la barra de hierro y, después de soltarla, extendió los brazos encruz,conlaspalmasabiertas.Ytodospudieronverquesucarneestabamássanaquelafrutafresca.

EntoncestodoslanzaronungrangritodealabanzaquesubióhastaDios.

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XIII

LAVOZDELRUISEÑOR

TristandeforsechanteegientCumrussignolqueprentcongé

Enfind’estéodgrandpité

LeDomneidesAmanz

Después de regresar a la cabaña del guardabosque Orri y desprenderse delbordónyde la capadeperegrino,Tristán supoconclaridaden su corazónquehabíallegadoeldíadecumplirloquehabíajuradoalreyMarcosyalejarsedelpaísdeCornualles.

¿Porqué sedemoraba?La reina sehabía justificado, el rey la amaba, él lahonraba.Encasonecesario,Arturolatomaríabajosuproteccióny,enadelante,ningunavillaníaprevaleceríacontraella.¿Porquéseguirmástiempomerodeandopor los alrededores de Tintagel? Arriesgaba en vano su vida y la delguardabosque, así como el reposo de Isolda. Sin duda tenía que partir y en laBlanca Landa, bajo sus ropajes de peregrino, habría sentido por última vez elhermosocuerpodeIsoldatemblandoentresusbrazos.

Tardóaúntresdías,puesnopodíaalejarsedelpaísdondevivíalareina.Perocuandollegóelcuartodía,sedespidiódelguardabosquequelohabíaalojadoyledijoaGorvenal:

—Buenmaestro,hallegadolahoradelalargapartida.NosiremoshacialatierradeGales.

Sepusieronencaminotristemente,porlanoche.Perosurutapasabajuntoal

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jardíncercadodeestacasdondeTristán,antaño,esperabaasuamiga.Lanochebrillaba,límpida.Alavueltadelcamino,cercadelaempalizada,vioerguirse,alaclaridaddelcielo,elrobustotroncodelgranpino.

—Buenmaestro,esperadmeenelbosquecercano,prontoregresaré.—¿Adondevas,loco?¿Quieresbuscarlamuertesincesar?Pero Tristán, de un salto seguro, ya había franqueado la empalizada de

estacas. Llegó bajo el gran pino, cerca de la fuente demármol claro. ¿De quéserviría ahora lanzar a la fuente ramas bien talladas? ¡Isolda no acudiría! Conpasoágilyprudenteseacercóalcastilloporel senderoqueantaño recorría lareina.

Mientras tanto, Isolda, en su habitación, estaba velando entre los brazos deMarcos,quedormía.Derepente,porlaventanaentreabiertaenlaquejugabanlosrayosdelaluna,entrólavozdeunruiseñor.

Isolda escuchaba la voz sonora que venía a hechizar la noche y que seelevaba, quejumbrosa, hasta tal punto que no habría existido corazón cruel nipecho de asesino que no se hubiese enternecido. La reina pensó: «¿De dóndevieneestamelodía?».Deprontocomprendió:«¡Ah,esTristán!AsísolíaélimitaralospájaroscantoresenelbosquedeMorois,paracomplacerme.Sevayésteessuúltimoadiós.¡Quétristequeja!Comoelruiseñorcuandosedespidedelveranocongrantristeza.¡Amigo,nuncamásvolveréaoírtuvoz!».

Lamelodíavibróconmásardor.—¡Ah!¿Quémepides?¿Quevaya?¡No!AcuérdatedeOgrín,elermitaño,y

delosjuramentosquehicimos.Cállate,lamuertenosacecha…Pero¿quéimportalamuerte?¡Túmellamas,quieresqueestécontigo,yyovoy!

Sedesprendiódelosbrazosdelreyyseechósobreelcuerpocasidesnudounmantoforradodepiel.Teníaquecruzarelsalóncontiguo,dondecadanochediezcaballerosvelabanporturnos:mientrascincodormían,otroscinco,armadosydepie ante las puertas y ventanas, vigilaban el exterior. Pero por fortuna aquellanoche todossehabíanquedadodormidos,cincoen lascamasycincosobre lasbaldosas.Isoldapasósobresuscuerpos,levantólabarradelapuertayelanillosonó, pero sin despertar a ninguno de los vigías.Cruzó el umbral.Y el pájarocantorsecalló.

Bajo los árboles, sinunapalabra, él la estrechócontra supecho.Anudaronlos brazos firmemente alrededor de sus cuerpos y hasta el amanecer, como si

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estuvieran atados con lazos, no aflojaron el abrazo. A pesar del rey y de losvigilantes,losamantesgozarondesufelicidadydesuamor.

Aquella noche enloqueció a los amantes.Y los días siguientes, como el rey sehabía ido de Tintagel para impartir justicia en San Lubín, Tristán, que habíaregresado a la casa de Orri, se atrevió cada amanecer, al claro de luna, adeslizarseporelvergelhastalashabitacionesdelasmujeres.

UnsiervolosorprendióyfuealencuentrodeAndret,DenoalényGondoine.—Señores—lesdijo—,labestiaquecreíaislejoshavueltoalredil.—¿Quién?—Tristán.—¿Cuándolohasvisto?—Esta mañana, y lo he reconocido bien. Y del mismo modo, mañana al

amanecerpodréisverloconlaespadaalcinto,unarcoenunamanoydosflechasenlaotra.

—¿Cómoloveremos?—Porunaventanaqueyoconozco.Sioslaenseño,¿cuántomedaréis?—Treintamarcosdeplatayentoncesserásuncampesinorico.—Escuchadpues—dijoelsiervo—.Sepuedever lahabitaciónde lareina

porunaestrechaventanaqueladomina,puesestámuyaltaenlamuralla.Perounagrancortinaextendidaa travésde lahabitaciónoculta la abertura.Quemañanaunodevosotrostrespenetreenel jardín.Cortaráunalargaramadeespinoylaafilarápor lapunta.Entonces,que seencaramehasta la altaventanayclave larama,comounespetón,enlateladelacortina.Asílapodráapartarligeramenteyvosotros, señores, podréis quemar mi cuerpo si detrás del cortinaje no veisentoncesloqueosacabodedecir.

Andret, Gondoine yDenoalén debatieron cuál de ellos sería el primero engozardeaquelespectáculoyporfinacordaronquefueraGondoine.Sesepararon:pero¡muchocuidado,señores,mañana,conTristán!

Al día siguiente,mientras la noche todavía era oscura, Tristán abandonó lacabañadelguardabosqueOrriyentreespesoszarzalessedirigióhastaelcastillo.Cuandosalíadeunasmatas,miróhaciaelcalveroyvioaGondoine,queveníadesu fortaleza. Tristán volvió de un salto a los espinos y se agazapó para

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emboscarlo.«¡Ah,Dios—rogó—,hazqueelhombreque seacercanomeveaantesdelmomentofavorable!».

Esperaba con la espada en la mano. Pero resultó que Gondoine tomó otrocaminoysealejó.Tristánsaliódelaszarzas,contrariado,tensóelarco,apuntó,peropordesgraciaelhombreyaestabafueradesualcance.

En aquelmomento se acercóDenoalén, bajando lentamente por el sendero,montadoenunpequeñocaballonegroyseguidodedosgrandeslebreles.Tristánloacechó,ocultodetrásdeunmanzano.Vioqueazuzabaa susperrosparaquelevantaran un jabalí que había en la colina. Pero antes de que los lebreles lohubieran sacadode su revolcadero,Denoalén recibióunaherida tangrave,queningúnmédico sabría curarla. CuandoDenoalén estuvo cerca de él, Tristán sequitólacapa,saltóyseirguióantesuenemigo.Eltraidorquisohuir,perofueenvano,nolediotiemponidegritar.

—¡Mehasherido!—dijo,ycayódelcaballo.Tristán le cortó la cabeza, cortó las trenzas que colgaban alrededor de su

rostroyse lasguardóenel jubón.Queríaenseñárselasa Isoldaparaalegrarelcorazóndesuamiga.«¡Ay!—pensaba—,¿quéhabrásidodeGondoine?Semehaescapado,¿porquénohabrépodidopagarleconlamismamoneda?».

Limpiólaespada,laenvainódenuevo,arrastróunárbolhastaponerloencimadel cadáver y, abandonando el cuerpo ensangrentado, se fue cubierto con lacapuchaenposdesuamiga.

En el castillo de Tintagel, Gondoine se le había adelantado. Ya se habíaencaramadohastalaaltaventana,habíaclavadolavaradeespinoenlacortina,había separado ligeramente la tela y estabamirando la estancia bien tapizada.PrimeronoviomásqueaPerinís,despuésaBrangel,queaúnllevabaenlamanoelpeineconelqueacababadepeinaralareinadecabellosdeoro.

PeroentróIsoldaydespuésTristán.Llevabaenunamanoelarcodemaderablancaydosflechas;enlaotrasosteníadoslargastrenzasdehombre.

Dejócaer lacapayapareciósuhermosocuerpo. Isolda laRubiase inclinóparasaludarlo,yallevantarlacabezahaciaélvio,proyectadosobreuntapiz,elperfildelacabezadeGondoine.Tristánledecía:

—¿Vesestashermosastrenzas?SondeDenoalén.Tehevengado.Nuncamásvolveráacomprarnivenderescudonilanza.

—Estábien,amigo.Perotensaesearco,teloruego,quieroversiescómodo

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para disparar. —Tristán lo tensó, extrañado, pues sólo comprendía a medias.Isolda tomóuna de las flechas, la empulgó,miró si la cuerda era buena y dijorápidamente y en voz baja—: Veo una cosa que me desagrada. ¡Apunta bien,Tristán!

Estesecolocóbien,levantólacabezayvioenloaltodelacortinalasombradelacabezadeGondoine.«¡QueDiosdirijaestaflecha!»,pensó.Sevolvióhaciael muro y disparó. La larga flecha silbó en el aire —ni el cernícalo ni lagolondrinavuelantanveloces—,seclavóenelojodeltraidor,atravesólossesoscomosi fuerancarnedemanzanaysedetuvo,vibrante,en lapareddelcráneo.Sinungrito,Gondoinesederrumbóycayósobreunaestaca.

EntoncesIsoldaledijoaTristán:—¡Ahora huye, amigo! ¡Ya lo ves, los caballeros traidores conocían tu

refugio!Andretsiguevivo,seloenseñaráalrey.Paratiyanohayseguridadenlacabañadelguardabosque.¡Huye,amigo!PeriníselFielocultaráelcadáverenelbosque,yasíelreynotendránuncamásnoticiasdeGondoine.¡Perotúdebeshuirdeestepaís,portusalvaciónyporlamía!

Tristánrespondió:—¿Cómopodríavivirasí?—Sí,amigoTristán,nuestrasvidasestánentrelazadasytejidasunaconotra.

Yyo¿cómopodríavivir?Micuerposequedaaquí,perotútienesmicorazón.—Isolda,amiga,mevoynoséaquépaís.Perosialgunavezvuelvesaverel

anillodejaspeverde,¿harásloquetepidaporél?—Sí,bienlosabes.Sivuelvoaverelanillodejaspeverde,nohabrátorre,ni

fuertecastillo,nidefensarealquemeimpidancumplirlavoluntaddemiamigo,sealocuraosensatez.

—¡Amiga,queelDiosquenacióenBeléntelopuedaagradecer!—¡Queélteguarde,amigo!

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XIV

ELCASCABELMARAVILLOSO

Nemembrevus,mabeleamie,D’unepetitedruerie?

LaFolieTristan

Tristán se refugió enGales, en la tierra del noble duqueGilán. El duque erajoven,poderosoy liberal.Loacogiócomoaunhuéspedbienvenido.Noahorróningún esfuerzo para darle honor y alegría. Pero ni las aventuras ni las fiestaspudieronaliviarlaangustiadeTristán.

Undíaqueestabasentadoalladodeljovenduque,sucorazónseencontrabatandolorido, queTristán suspiraba sinni siquieradarse cuenta.El duque, paraaplacarsupena,mandóque trajerandesuhabitaciónprivadasu juegofavorito,que,porsortilegio,en lashoras tristeshechizabasusojosysucorazón.Enunamesacubiertadepúrpuranobleyrica,colocaronasuperritoPetit-Crû.EraunperroencantadoquelehabíantraídoalduquedesdelaisladeAvalón.Unhadaselohabíamandadocomoprendadeamor.Nohaypalabrascapacesdedescribirsunaturaleza y su hermosura. Tenía el pelo coloreado con matices tanmaravillosamentedispuestosqueno se sabríadecirdequécolorera.Elcuelloparecíamásblancoque lanieve,el lomomásverdequeunahojade trébol,unflanco rojo como la escarlata, el otro amarillo como el azafrán, el vientre azulcomo el lapislázuli, la espalda rosada. Pero cuando uno lo miraba máslargamente, todos aquellos colores se ponían a danzar ante los ojos y secambiabanoraenblancoyverde,oraenamarillo,enazul,enpúrpura,entonos

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oscurosoclaros.Enelcuello,colgadodeunacadenilladeoro,elperrollevabauncascabelqueemitíauntintineotanalegre,tanclaro,tandulcealoído,queelcorazóndeTristánseenterneció,sealivióysupenasedesvaneció.Noseacordóyamásde lasmiserias quehabía soportadopor la reina, pues tal era la virtudmaravillosadelcascabel,queelcorazón,aloírlosonar,tandulce,alegreyclaro,olvidabatodapena.YmientrasTristán,emocionadoporelsortilegio,acariciabaalanimalilloencantadoquelequitabatodossuspesaresycuyopelajeparecíaaltactomássuaveque la teladeraso,pensabaqueaquélseríaunhermosoregalopara Isolda. Pero ¿qué hacer? El duque Gilán amaba a Petit-Crû más que acualquierotracosaynadiehabríapodidoobtenerlodeél,niporastucianiconruegos.

Undía,Tristánledijoalduque:—Señor,¿quédaríaisaaquelquelibraravuestra tierradelgiganteUrgánel

Velludo,queosreclamatanpesadostributos?—Enverdad,daríaaescogeralvencedor,deentremisriquezas,aquellaque

consideraramáspreciosa.Peronadieseatreveráaatacaralgigante.—Esaspalabrasmealegranmucho—respondióTristán—.Peroelbiendeun

paíssólollegamediantelaaventurayniportodoelorodePavíarenunciaríaamideseodepelearconelgigante.

—Entonces—dijo el duqueGilán—, ¡que elDios nacido de una virgen osacompañeyosprotejadelamuerte!

TristánfueabuscaraUrgánelVelludoasuescondrijo.Estuvieronluchandocon furia durante mucho tiempo. Por fin, la proeza triunfó sobre la fuerza, laespadaágilsobrelapesadamazayTristán,despuésdecortarelpuñoderechodelgigante,lollevóalduque:

—Señor, en recompensa, tal como habéis prometido, dadme a Petit-Crû,vuestroperroencantado.

—Amigo, ¿quéme pides?Déjamelo y llévate si quieres ami hermana y lamitaddemitierra.

—Señor,vuestrahermanaeshermosaybellaesvuestratierra;peroyoataquéaUrgánelVelludoparaganaravuestroperroencantado. ¡Acordaosdevuestrapromesa!

—Tómalo,pues.Perodebessaberquehasarrebatadoelcontentodemisojosylaalegríademicorazón.

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TristánconfióelperroaunjuglardeGales,prudenteyastuto,quelollevódesuparteaCornualles.EljuglarllegóaTintagelyloentregóensecretoaBrangel.Lareinasealegrómuchodeello,dioenrecompensadiezmarcosdeoroaljuglary dijo al rey que la reina de Irlanda, sumadre, le habíamandado aquel belloregalo. Mandó que un orfebre hiciera para el perro una casita con preciosasincrustacionesdeoroypedrerías,yallídondeibaella,lollevabaenrecuerdodesu amigo. Y cada vez que lo miraba, la tristeza, la angustia y la añoranza seborrabandesucorazón.

Primero no comprendió la maravilla; si encontraba tal consuelo alcontemplarlo, pensó, era porque se lo habíamandado Tristán. Sin duda era elrecordarasuamigoloqueadormecíaasísupena.Peroundíareconocióqueeraunsortilegioyquesóloeltintineodelcascabelhechizabasucorazón.

—¡Ah!—pensó—.¿EsbuenoqueyoconozcaelconsuelomientrasTristánesdesdichado?Élpodríahaberconservadoelperroencantadoyolvidarasítodosudolor.Porcortesíahapreferidomandármelo,darmelaalegríayquedarselapena.Peronoconvienequeseaasí,Tristán.Yoquierosufrirtodoeltiempoquetúestéssufriendo.

Tomó el cascabel mágico, lo hizo tintinear por última vez, lo desató consuavidad,ydespuéslolanzóalmarporlaventanaabierta.

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XV

ISOLDALADELASBLANCASMANOS

IredefemmeestaduterMults’endeitbienchascunsgarder.

Cumdelegervientluramur,Delegerrevientlurhaür.

THOMASDEBRETAÑA

Losamantesnopodíanvivirnimorirelunosinelotro.Siestabanseparados,noeralavidanilamuerte,sinolavidaylamuertealavez.

Pormares,islasypaíses,Tristánquisohuirdesupesar.ViodenuevosupaísdeLeonís,dondeRohaltelMantenedordelaFerecibióasuhijoconlágrimasdeternura.Peroalnopodervivirenreposoensutierra,Tristánsefueporducadosyreinos, en busca de aventuras. De Leonís a Frisia, de Frisia a Gavoya, deAlemania a España, sirvió a muchos señores y cumplió numerosas empresas.Pero, ¡ay!, durante dos años no le llegó ninguna noticia de Cornualles, ningúnamigo,ningúnmensaje.

Entonces creyó que Isolda había perdido su amor por él y que lo habíaolvidado.

Y sucedió que un día, cabalgando solo con Gorvenal, entró en la tierra deBretaña. Cruzaron una llanura devastada: por todas partes había paredes enruinas, ciudades sin habitantes, campos asolados por el fuego, y los caballos

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pisaban las cenizas y los carbones.En la landa desierta,Tristán pensó: «Estoycansadoy rendido. ¿Dequéme sirven estas aventuras?Midama está lejos, novolveréaverlajamás.¿Porqué,enestosdosaños,nomehamandadobuscarportodos los países? Ni unmensajeme ha llegado de ella. En Tintagel, el rey lahonraylasirve,ellaviveenmediodelaalegría.¡Québiencumplesutrabajoelperroencantado!Ellamehaolvidadoypocoleimportanlaspenasyalegríasdeantaño,nadaleimportaesteinfelizqueandaerranteporestepaísdesolado.¿Nohallaréjamásaquienpuedacurarmitristeza?».

Durante dos días, Tristán yGorvenal pasaron por campos y burgos sin verhombre,niave,nicaballo.Altercerdía,alatardecer,seacercaronaunacolinadondeseerguíaunaviejacapillay,cercadeella,el refugiodeunermitaño.Elermitañonollevabavestidostejidos,sinounapieldecabraconharaposdelanasobrelaespalda.Prosternadoenelsuelo,conlasrodillasyloscodosdesnudos,rogaba aMaríaMagdalena que le inspirara plegarias por su salvación.Dio labienvenida a los recién llegados y,mientrasGorvenalmetía los caballos en elestablo,desarmóaTristánypreparólacomida.Nolesdiomanjaresdelicados,sinoaguademanantialypandecebadaamasadoconceniza.Despuésdecomer,cuandohubocaídolanocheyestabansentadosentornoalfuego,Tristánpreguntóalermitañocuáleraaquellatierraarruinada.

—Buen señor—dijo el ermitaño—, ésta es la tierra deBretaña, feudo delduqueHoel.Anteseraunpaíshermoso,ricoenpraderasytierrasdelabor.Habíamolinos, manzanos, alquerías. Pero el conde Riol de Nantes la asoló. Sussoldados lo incendiaron todo y se llevaron presos a susmoradores.Ahora sushombrestienenriquezasparalargotiempo.Asíeslaguerra.

—Hermano—dijoTristán—,¿porquéelcondeRiolavergonzóasíavuestroseñorHoel?

—Osdiré,señor,lacausadelaguerra.DebéissaberqueRioleravasallodelduqueHoel.Peroelduquetieneunahija,hermosaentrelashijasdelosnobles,yelcondequisotomarlaporesposa.Supadresenegóadárselaaunvasallo,yelcondetratódearrebatárselaporlafuerza.Muchosmurieronporestaquerella.

Tristánpreguntó:—¿YelduqueHoeltodavíapuedemantenerestaguerra?—Congranesfuerzo,señor.Sinembargo,suúltimocastillo,Carhaix,todavía

resiste, pues sus murallas son fuertes, como fuerte es el corazón del hijo del

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duqueHoel,Kaherdín, elbuencaballero.Peroel enemigo losacosay leshacepasarhambre.¿Podránresistirpormuchotiempo?

TristánpreguntóaquédistanciasehallabaelcastillodeCarhaix.—Tansóloadosmillas,señor.Sesepararonydurmieron.Alamañanasiguiente,despuésdequeelermitaño

hubo rezado y se hubieran repartido el pan de cebada con ceniza, Tristán sedespidiódelbuenhombreycabalgóhaciaCarhaix.

Cuando se detuvo junto a las murallas cerradas, vio una gran tropa dehombresdepieenelcaminoderondaypreguntóporelduque.Hoelsehallabaentreaquelloshombres,consuhijoKaherdín.Sedioaconocer,yTristánledijo:

—Soy Tristán, rey de Leonís, y Marcos, rey de Cornualles, es mi tío. Hesabido,señor,quevuestrosvasallososcausabandañoyhevenidoaofrecerosmiservicio.

—¡Ay,mi señorTristán! Seguid vuestro camino y queDios os recompense.¿Cómopodríaacogerosaquí?Nonosquedanyavíveres.Notenemostrigo,sólohabasycebadaparasubsistir.

—¿Quéimporta?—dijoTristán—.Hevividoenunbosquedurantedosaños,dehierbas,raícesycaza,ysabedqueaquellavidameparecíabuena.Mandadqueabranesapuerta.

EntoncesdijoKaherdín:—Recibidlo,padre,puesmuestratantocoraje,afindequetomesupartede

nuestrosbienesydenuestrosmales.

Loacogieronconhonor.Kaherdínmostróasuhuéspedlasfuertesmurallasy latorremaestra,bienflanqueadaporalmenas,dondeseemboscabanlosballesteros.Desde las troneras le enseñó a lo lejos, en la llanura, las tiendas y pabellonesplantadosporelcondeRiol.Cuandoregresaronalumbraldelcastillo,KaherdíndijoaTristán:

—Ahora, buen amigo, subiremos a la sala donde están mi madre y mihermana.

Losdos,cogidosdelamano,entraronenlaestanciadelasmujeres.Madreehija,sentadassobreunacolcha,estabanbordandoconorounpaliodeInglaterraycantabanunacancióndetela.ExplicabalacancióncómolabellaDoeta,sentada

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alvientobajoelespinoblanco,esperayañoraasuamigoDoon,quetardamuchoenvenir.Tristánlassaludóyellasaél.Después,losdoscaballerossesentaronjuntoalasdamas.Kaherdín,mostrandoelpalioquebordabasumadre,dijo:

—Tristán, buen amigo, ved qué bien trabajamimadre, cómo sabe adornarmaravillosamenteestolasycasullasparadarlascomolimosnaalosmonasteriospobres,ycómolasmanosdemihermanahacencorrerloshilosdeorosobrelaseda blanca. A femía, hermana, con razón os llaman Isolda la de las BlancasManos.

EntoncesTristán,alconocerquesellamabaIsolda,sonrióylamiróconmásdulzura.

Mientras tanto, el conde Riol había levantado el campamento a tres millas deCarhaix y hacíamuchos días que los hombres del duqueHoel no se atrevían acruzarlasbarrerasparaasaltarlo.Peroaldíasiguiente,Tristán,KaherdínydocejóvenescaballerosmássalierondeCarhaixconlascotasylosyelmosatados,ycabalgaronporbosquesdeabetoshastalasproximidadesdelastiendasenemigas.Después,lanzándosedesdesuacecho,seapoderaronporlafuerzadeunacarretadel conde Riol. Desde aquel día, variando muchas veces astucias y proezas,atacaban los convoyes, herían y mataban a los hombres de Riol y nuncaregresaban a Carhaix sin traer alguna presa. A partir de entonces, Tristán yKaherdín empezaron a profesarse fe y ternura, hasta que se juraron amistad ycamaradería.Jamásfaltaronaestapalabra,talcomoosenseñarálahistoria.

Y mientras regresaban de aquellas correrías, hablando de caballería y decortesía,KaherdínsolíaensalzarantesuqueridoamigoasuhermanaIsoldaladelasBlancasManos,lasencilla,labella.

Unamañana,cuandoacababadedespuntarelalba,unvigíabajóatodaprisadelatorreycorrióporlassalasgritando:

—¡Señores, estáis durmiendo demasiado! ¡Levantaos, que Riol viene aasaltarnos!

Caballeros y burgueses se armarony corrieron a lasmurallas.Vieron en lallanuraelbrillodelosyelmos,lospendonesdesedaflotandoalvientoytodala

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hueste deRiol avanzando en hermosa formación. Cuando llegaron a un tiro dearco, espolearon los caballos con las lanzas bajadas y las flechas caían sobreelloscomolluviadeabril.

PeroTristán ya se armaba a su vez con los que habían sido los últimos endespertar.Seatólascalzas,sepusoelbrial,lasestrechaspolainasylasespuelasdeoro,vistiólacota,fijóelyelmosobreelventalle.Montó,espoleóelcaballohastalallanurayconelescudoerguidocontraelpechoapareciógritando:

—¡Carhaix!Llegó justo a tiempo, pues los hombres de Hoel ya estaban retrocediendo

hacialasfortificaciones.Entoncesfuehermosoverlarefriegadeloscaballerosderribados y los vasallos heridos, los golpes que asestaban los jóvenescaballeros y la hierba que, bajo su paso, se iba tiñendo de sangre.Delante detodos ellos,Kaherdín se había parado conorgullo al ver aparecer ante él a unvalerosocaballero,hermanodeRiol.Chocaronambosconlaslanzasbajadas.EldeNantesrompiólasuyasinderribaraKaherdín,que,conungolpemáscertero,hendióelescudodesuadversarioyleclavóelhierrobruñidoenelcostadohastaelestandarte.Elcaballero,levantadodelasillaporelgolpe,saliódespedidoycayóalsuelo.

Aloírelgritoquediosuhermano,elcondeRiol,conelfrenosuelto,selanzócontra Kaherdín. Pero Tristán le cortó el paso. Cuando chocaron, la lanza deTristán se rompió por el puño y la de Riol, dando con el pecho del caballoenemigo,penetróensuscarnesylodejómuertosobreelprado.Tristánselevantóinmediatamenteconlabruñidaespadaenlamano:

—¡Cobarde!—ledijo—.¡Malamuerte tengaquiendejavivoaldueñoparaheriralcaballo!¡Nosaldrásvivodeesteprado!

—¡Nolocreo!—respondióRiol,azuzandoelcaballohaciaél.Pero Tristán esquivó el ataque y, levantando el brazo, dejó caer la espada

pesadamente sobre el yelmo de Riol. El filo se deslizó desde el hombro delcaballero hasta el flanco del caballo, que se tambaleó y cayó. Riol consiguiódesprenderse de la cabalgadura y se enderezó. Los dos a pie, con el escudohoradadoyhendido,conlacotadesmallada,sedesafiabanyseatacaban.PorfinTristángolpeóaRiolenelyelmo.Elflejecedióyelgolpefuetanfuertequeelcaballerocayóderodillasyapoyólasmanosenelsuelo.

—¡Levántatesipuedes,villano!—legritóTristán—.Enmalahoravinistea

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estecampo.¡Tienesquemorir!Riolvolvióalevantarse,peroTristánloabatióconotrogolpequelehendió

elyelmo,cortólacofiaydescubrióelcráneo.Riolimplorómerced,pidióquelesalvara la vida, yTristán aceptó su espada.La cogió a tiempo, pues por todaspartes los deNanteshabían acudido a socorrer a su señor, pero él ya sehabíarendido.

Riol prometió dirigirse a la prisión del duque Hoel, jurarle de nuevohomenajeyfe, restaurar lasvillasyburgosquemados.Asuorden, labatallaseapaciguóysealejólahueste.

CuandolosvencedoresregresaronaCarhaix,Kaherdínledijoasupadre:—Señor, llamad a Tristán y retenedlo.No existe caballeromejor y vuestro

paísnecesitaunbaróndeesecoraje.El duqueHoel, después de tomar consejo de sus hombres,mandó llamar a

Tristányledijo:—Amigo, nunca podré amaros bastante, pues me habéis conservado esta

tierra.Quiero recompensaros comomerecéis.Mihija, Isolda la de lasBlancasManos,desciendededuques,reyesyreinas.Tomadla,osladoy.

—Señor,latomo—dijoTristán.¡Ah,señores!¿Porquédijotalespalabras?Peroporestaspalabrashabráde

morir.Sefijóeldía,seacordóelplazo.Elduqueacudióconsusamigos,Tristáncon

los suyos. El capellán cantó la misa. Delante de todos, en la puerta delmonasterio, según la ley de la santa Iglesia, Tristán desposó a Isolda la de lasBlancasManos.Grandesyricasfueronlasbodas.Perollegadalanoche,mientraslos hombres de Tristán lo despojaban de sus ropas, ocurrió que, al retirar lamanga demasiado estrecha de su brial, le quitaron el anillo que llevaba en eldedo,elanillodejaspeverdequeledieraIsoldalaRubia,yquecayóalsuelo.Lacaídaresonóconclaridadsobrelaslosas.

Tristánmiróelanillo.Entoncessedespertósuantiguoamoryélsediocuentadesufechoría.

Se acordó del día en que Isolda la Rubia le diera aquel anillo. Fue en elbosque donde, por ella, había llevado áspera vida. Y acostado junto a la otraIsolda, volvió a su memoria la cabaña de Morois. ¿Por qué insensatez habíaacusado en su corazón de deslealtad a su amiga? No, ella sufría por él gran

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desgraciaytansóloélhabíacometidotraición.Pero también compadeció a Isolda, su esposa, la sencilla, la bella. Ambas

Isoldaslohabíanamadoparasudesgracia.Aambashabíamentido.Sinembargo, Isolda lade lasBlancasManosseextrañabaaloírlosuspirar,

tendidoasulado.Porfinledijo,algoavergonzada:—Amado señor, ¿os he ofendido en algo? ¿Por qué nome dais ni un solo

beso?Decídmelo,queyosepamierror,yharésinceraenmienda,siesquepuedo.—Amiga—le dijo Tristán—, no os enojéis, pero hice un voto.Antaño, en

otropaís,luchécontraundragónyestabaapuntodeperecer,cuandomeacordéde la Madre de Dios. Le prometí que, una vez librado del monstruo por suintercesión,sialgúndía tomabaesposa,duranteunañoenteromeabstendríadeabrazarlaybesarla.

—Pues bien—dijo Isolda la de las Blancas Manos—, lo sufriré de buengrado.

Pero cuando las sirvientas, por la mañana, le ajustaron la camisa de lasmujeres casadas, ella sonrió con tristeza y pensó que poco semerecía aquellaprenda.

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XVI

KAHERDÍN

Ladamechantedulcement,Savoizaccordeal’estrument.

Lesmainssontbeles,lilaisbons,Dulcelavoixetbaslitons.

THOMAS

A los pocos días, el duque Hoel, su senescal y todos susmonteros, Tristán,IsoldaladelasBlancasManosyKaherdínsalieronjuntosdelcastilloparairacazar al bosque. En un estrecho sendero, Tristán cabalgaba a la derecha deKaherdín,quiensosteníaconlamanoderechalasriendasdelcaballodeIsoldalade las Blancas Manos. El caballo tropezó en un charco de agua, y su pezuñasalpicócontalfuerzabajoelvestidodeIsolda,queladamaquedótodamojadaysintióelfríohastamásarribadelasrodillas.Lanzóungritoligeroy,conungolpede espuelas, sacó a su caballo del charco, riendo con una risa tan fuerte y tanclaraqueKaherdínespoleótrasella,laalcanzóylepreguntó:

—Bellahermana,¿dequéteríes?—Deunpensamientoquemehavenido,buenhermano.Cuandoestaaguame

hasalpicado,lehedicho:«¡Agua,eresmásosadadeloquejamáslofueelosadoTristán!».Poresomehereído.Peroyahablébastante,hermano,ymearrepientodeello.

Kaherdín,extrañado,laapremiótanvivamentequeellaacabóporcontarlelaverdaddesuboda.

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Entonces Tristán los alcanzó y los tres cabalgaron en silencio hasta elpabellóndecaza.Allí,KaherdínllamóaTristánaparteyledijo:

—Mi señorTristán,mihermanameha confesado la verdadde suboda.Teconsiderabaunigualyuncompañero.Perohasfaltadoatufeyhasavergonzadoamifamilia.Puesbien,hasdesaberquesinomedasrazóndeello,tedesafío.

Tristánlerespondió:—Sí, vine a vosotros para vuestra desgracia. Pero si conoces mi miseria,

buen amigo, hermano y compañero, tal vez tu corazón se aliviará.Debes saberquetengoaotraIsolda,máshermosaquetodaslasmujeres,quehasufridoysufretodavíapormígrandespenas.Sindudatuhermanameamaymehonra.Peropormiamor,laotraIsoldatrataconmayorhonoraunperroqueyoleregalédelquetuhermanameprofesaamí.Ven,abandonemosestacacería,síguemehastadondeyotellevaré,ytecontarélamiseriademivida.

Tristántiródelasriendasyespoleósucaballo.Kaherdínazuzóalsuyoparaquelosiguiera.Sindecirunapalabra,llegaronhastalomásprofundodelbosque.Allí,TristánrevelósuvidaaKaherdín.Contócómo,enelmar,habíabebidoelamorylamuerte.Contólatraicióndelosnoblesydelenano,cómolareinafuellevadaalahoguera,entregadaalosleprosos,ysusamoresenelbosquesalvaje.Cómo la había devuelto al reyMarcos y cómo, después de huir de ella, habíaqueridoamara Isolda lade lasBlancasManos.Ycómosabíayaparasiemprequenopodríavivirnimorirsinlareina.

Kaherdín estaba callado y sumido en el asombro. Sintió que su cólera seapagabasinqueélloquisiera.

—Amigo—dijo por fin—, oigo palabras extraordinarias y has movidomicorazónalapiedad,pueshassoportadotalespenas,queDiosguardedeellasatodos y a todas. Regresemos a Carhaix. Al tercer día, si puedo, te diré mipensamiento.

Ensuhabitación,enTintagel,IsoldalaRubiasuspirabaporTristán,ylollamaba.Amarlo siempre, éste es su único pensamiento, su única esperanza, su únicavoluntad.Enélestabatodosudeseoydurantedosañosnohabíasabidonadadeél.¿Dóndeseencontraría?¿Enquépaís?¿Estaríavivo,almenos?

Ensuhabitación,IsoldalaRubiaestabasentada,componiendounacanciónde

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amor.CuentalacancióncómoGurónfuesorprendidoyasesinadoporelamordesudama,alaqueamabaporencimadetodo,ycómo,conastucia,elcondedioacomerelcorazóndeGurónasuesposa,yeldolordeésta.

Lareinacantabadulcemente,ajustandolavozalarpa.Lasmanoseranbellas,lacanciónerahermosa,eltonoerabajoydulcelavoz.

Pero llegó Kariado, un rico conde que procedía de una isla lejana, paraofrecersuservicioalareina.Variasveces,desdelapartidadeTristán,lahabíarequerido de amores. La reina rechazaba su petición y la tenía por locura.Kariadoerauncaballerogallardo,valienteyorgulloso,sabíahablarbien,perovalíamásenlashabitacionesdelasdamasqueenlabatalla.EncontróaIsolda,quecomponíasucanción,yledijo,sonriendo:

—Señora, qué triste canto es ése, triste como el de la lechuza. ¿No dicenacasoquelalechuzacantaparaanunciarlamuerte?¡Sindudaesmimuertelaquecantavuestroromance,puesmemuerodeamorporvos!

—Comoqueráis—dijoIsolda—.Nomeparecemalquemicantosignifiquevuestra muerte, pues jamás habéis entrado aquí si no era para traerme algunanoticiadolorosa.SiemprehabéissidolechuzaoautilloparadecirmaldeTristán.¿Quémalanoticiavenísatraermehoy?

Kariadolerespondió:—Reina,estáisirritadaynoséporqué.Peromuylocoseríaquiensedejara

conmoverporvuestraspalabras.Sealoqueseadelamuertequemeanuncialalechuza,éstaeslamalanoticiaqueostraeelautillo:Tristán,vuestroamigo,estáperdidoparavos,mi señora Isolda.Ha tomadoesposaenotra tierra.Ahorayapodéisbuscarenotraparte,pueséldesdeñavuestroamor.Hatomadoesposacongranhonor,yesIsoldaladelasBlancasManos,lahijadelduquedeBretaña.

Kariado semarchó, contrariado. Isolda laRubiabajó la cabezay rompió allorar.

Altercerdía,KaherdínllamóaTristányledijo:—Amigo, he tomado consejo enmi corazón. Sí, si has dicho la verdad, la

vidaquellevasenestatierraesinsensata,yningúnbienpuedetraerteniatiniami hermana Isolda la de las Blancas Manos. Oye, pues, mis palabras:navegaremosjuntoshastaTintagel,volverásaveralareinaycomprobarássite

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sigueañorandoyteguardafidelidad.Sitehaolvidado,talvezentoncesamarásami hermana Isolda la sencilla, la bella. Yo te seguiré, pues soy tu igual y tucompañero.

—Hermano—dijoTristán—,conrazónsedicequeelcorazóndeunhombrevalemásquetodoelorodeunpaís.

Pronto Tristán y Kaherdín tomaron el cayado y la capa de los peregrinos,comosiquisieranvisitarlossantoslugaresentierralejana,ysedespidierondelduque Hoel. Tristán llevaba a Gorvenal, y Kaherdín a un solo escudero.TripularonunanaveensecretoyloscuatrosedirigieronhaciaCornualles.

Elviento fue ligeroybueno,hastaqueunamañana,antesdelalba, tomarontierranolejosdeTintagel,enunacaladesierta,cercadelcastillodeLidán.AllísindudaDinasdeLidán,elbuensenescal,losalojaríaysabríaocultarsullegada.

Alamanecer, loscuatrocompañerossubíanhaciaLidáncuandovieronvenirtras ellos a un hombre que seguía su misma ruta, al paso de su caballo. Seocultaronentrelosárbolesyelhombrepasósinverlos,puesibaadormiladoenlasilla.Tristánloreconoció.

—Hermano—dijo en voz baja aKaherdín—, éste esDinas deLidán.Estámediodormido,sinduda regresadecasadesuamigayaúnsueñaconella.Noseríacortésdespertarlo,perotúsíguemedelejos.

TristánalcanzóaDinas, tomósuavementesucaballoporlariendayanduvosin ruido a su lado. Por fin, un tropezón de su caballo despertó al durmiente.Abriólosojos,vioaTristánydudó:

—¡Eres tú, eres tú, Tristán! Dios bendiga la hora en que te vuelvo a ver.¡Cuántotiempolaheesperado!

—¡Diosossalve,amigo!¿Quénoticiasmedaréisdelareina?—Malasnoticias,¡ay!Elreylaamayquierefestejarla,perodesdetuexilio,

ellalanguideceylloraporti.¡Ah!,¿porquéregresasasulado?¿Quieresbuscarsumuerteylatuya?Tristán,tenpiedaddelareina,déjalaquerepose.

—Amigo —respondió Tristán—, otorgadme un don: ocultadme en Lidán,llevadlemimensajeyhacedquelaveaunavez,¡unasolavez!

Dinasdijo:—Tengopiedaddemidamaysóloquierollevarletumensajesiséquelahas

seguidoamandoporencimadetodaslasmujeres.—¡Ah, señor!, decidle que la he seguido amando por encima de todas las

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mujeres,yserálaverdad.—Puesentoncessígueme,Tristán.Teayudaréenestanecesidad.EnLidán,elsenescalalojóaTristán,aGorvenal,aKaherdínyasuescudero,

ycuandoTristán lehubocontadopuntoporpunto laaventuradesuvida,DinasfueaTintagelparapedirnoticiasdelacorte.Supoque,alcabodetresdías, lareina Isolda, el rey Marcos y toda su gente, todos sus escuderos y monterosabandonaríanTintagelparaestablecerseenelcastillodelaBlancaLanda,dondesepreparabangrandescacerías.EntoncesTristánconfióalsenescalsuanillodejaspeverdeyelmensajequedebíarepetiralareina.

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XVII

DINASDELIDÁN

Beleamie,siestdenus:Nevussansmei,nejosansvus.

MARÍADEFRANCIA

Dinas regresó pues aTintagel, subió la escalinata y entró en la sala.Bajo eldosel,elreyMarcoseIsoldalaRubiaestabanjugandoalajedrez.Dinassesentóenun escabel cerca de la reina comopara observar el juegoy, por dos veces,fingiendoseñalarle laspiezas,pusolamanosobreel tablero.Alasegundavez,Isolda reconoció el anillo de jaspe. Entonces ya no quiso fingir más. EmpujóligeramenteelbrazodeDinasdeformaquevariaspiezascayeronendesorden.

—Ved, senescal—dijo la reina—, habéis revueltomi juego y ahora ya nosabríacómoseguir.

Marcos abandonó la sala. Isolda se retiró a suhabitaciónymandóvenir alsenescal.

—Amigo,¿soismensajerodeTristán?—Sí,reina.EstáenLidán,escondidoenmicastillo.—¿EsciertoquetomóesposaenBretaña?—Reina,osdijeronlaverdad.Peroélaseguraquenooshatraicionado,que

niunsolodíaoshadejadodeamarporencimadetodaslasmujeres,yquemorirásinoosvuelveaveralmenosunavez.Ossuplicaqueconsintáisenello,porlapromesaquelehicisteiselúltimodíaquehablóconvos.

La reina permaneció un tiempo callada, pensando en la otra Isolda. Por fin

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respondió:—Sí,elúltimodíaquehablóconmigoyoledije,lorecuerdobien:«Sivuelvo

averelanillode jaspeverde,nohabrá torre,ni fuertecastillo,nidefensa realquemeimpidancumplirlavoluntaddemiamigo».

Alosdosdías,mientrastodalacortedeMarcospreparabalamarchadeTintagel,TristányGorvenal,Kaherdínysuescuderovistieronlacota,tomaronlasespadasy los escudos y, por caminos secretos, emprendieron la ruta hacia el lugardesignado.DoscaminosllevabanalaBlancaLandaatravésdelbosque:unoerahermosoybienempedrado,porelquedebíapasarelcortejo,elotropedregosoyabandonado.TristányKaherdínapostaronenésteasusdosescuderos.Allí losesperarían, guardando los caballos y los escudos. Ellos se deslizaron por elbosque y se ocultaron en unmatorral. Delante de este matorral, en el camino,Tristándejóunaramadeavellanoconunabriznademadreselvaenlazada.

Pronto apareció el cortejo por el camino. Primero venía la tropa del reyMarcos. Avanzaban en bella formación los furrieles y los mariscales, loscocineros y los coperos, venían los capellanes, venían losmaestros de jauría,llevandolebrelesysabuesos,despuésloshalconeros, llevandoasusavesenelpuño izquierdo, después los monteros, después los caballeros y barones. Ibandespacio, bien ordenados de dos en dos, y era hermoso verlos ricamentemontados sobre caballos enjaezados con terciopelo tachonado de metalespreciosos. Luego pasó el rey Marcos y Kaherdín se maravilló al ver a susprivadoscabalgandoasu lado,dosaquíydosallá, todosvestidoscon telasdeoroyescarlata.

Entoncesavanzóelcortejodelareina.Laslavanderasycamarerasveníanencabeza,luegolasmujeresehijasdelosbaronesyloscondes.Pasabandeunaenuna, y un joven caballero escoltaba a cada una. Por fin se acercó un caballomontado por la mujer más bella que Kaherdín viera jamás: era bienproporcionadadecuerpoyderostro, tenía lascaderasunpocobajas, lascejasbien dibujadas, los ojos sonrientes, los dientesmenudos, e iba cubierta con unvestidodesedaroja.Unpequeñorosariodeoroypedreríasadornabasufrentebruñida.

—Eslareina—dijoKaherdínenvozbaja.

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—¿Lareina?—respondióTristán—.No,esCamila,susirvienta.Entoncesvino,enuncaballoblanco,otradamisela,másblancaquelanieve

en febrero,más encarnadaque la rosa.Sus clarosojos se estremecían como laestrellaenlafuente.

—¡Ahorasílaveo,ésasíeslareina!—No—dijoTristán—,esBrangellaFiel.Peroelcaminoseiluminóderepentecomosielsol traspasaradeprontoel

follaje de los altos árboles, y apareció Isolda laRubia. El duqueAndret, ¡queDiosconfunda!,cabalgabaasuderecha.

Enaquel instantepartierondelmatorral de espinos cantosde currucasydealondras, y Tristán ponía en aquellas melodías toda su ternura. La reinacomprendióelmensajedesuamigo.Vioenelsuelo la ramadelavellanoen laquelamadreselvaestabaenlazadaconfuerza,ypensóensucorazón:«Asíesdenosotros,amigo:nitúsinmí,niyosinti».Detuvosucaballo,bajó,fuehaciaunajacaquellevabaunacajitaenriquecidaconpedrerías.Allí,sobreunaalfombradepúrpura, estaba el perroPetit-Crû. La reina lo cogió, acarició con lamano sumantodearmiño,lehizomuchasfiestas.Despuéslodevolvióasujaula,regresóhaciaelmatorraldeespinosydijoenvozalta:

—Pájarosdeestebosquequemehabéisalegradoconvuestroscánticos,yoosrequiero.MientrasmiseñorMarcoscabalgaráhasta laBlancaLanda,yoquieroalojarmeenmicastillodeSanLubín.Pájaros,escoltadmehastaallí,yestanocheosrecompensaréricamente,comoabuenosministriles.

Tristán retuvo estas palabras y se alegró. Pero Andret, el felón, ya seinquietaba.Ayudóalareinaamontaryelcortejosealejó.

Pero escuchad ahora una mala aventura. Mientras pasaba el cortejo real, allálejos, en el otro camino donde Gorvenal y el escudero de Kaherdín estabanguardandoloscaballosdesusseñores,aparecióuncaballeroarmado,denombreBleherín.ReconociódelejosaGorvenalyelescudodeTristán.«¿Quéhevisto?—pensó—.EsteesGorvenalyelotroesTristánenpersona».

Espoleóelcaballohaciaellosygritó:—¡Tristán!Perolosdosescuderosyahabíandadolavueltayhuían.Bleherínselanzóen

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supersecución,repitiendo:—¡Tristán,deteneos,teloordenoporelnombredeIsoldalaRubia!Por tres veces ordenó a los fugitivos que se detuvieran por el nombre de

IsoldalaRubia.Perofueenvano:desaparecieronyBleherínsólopudoalcanzarsu caballo, que se llevó como captura. Llegó al castillo de San Lubín en elmomentoenquelareinaacababadetomaraposento.Lahallósolayledijo:

—Reina,Tristánestáenestepaís.LohevistoenelcaminoabandonadoquevienedeTintagel.Haemprendidolahuida.Portresveceslehemandadoquesedetuviera,conjurándoloennombredeIsoldalaRubia,peroélsehaasustadoynohaosadoesperarme.

—Señor,loquedecísesmentiraylocura,¿cómopuedeestarTristánenestepaís?¿Cómopuedehaberhuidoantevos?¿Cómopodríanohabersedetenidoaloírminombre?

—Ysinembargo,señora,yolohevisto,yestanciertoloquedigoquehastahecapturadouncaballosuyo.Vedloaquí,enjaezado,enlaera.

PeroBleherínvioqueIsoldaseencolerizaba.—¡Desdichada de mí! Demasiado he vivido, pues he visto el día en que

Tristánme avergüenza y escarnece. En otro tiempo, ¿a qué enemigo no habríacombatido,sóloconoírminombre?Élesvalerosodecuerpo:sihahuidoanteBleherín,sinosehadignadodetenersealoírelnombredesuamiga,¡ah!,esqueotra Isolda loposee.¿Porquéha regresado? ¡Yamehabía traicionado,yahoraademás ha querido cubrirme de vergüenza! ¡Que vuelva, pues, avergonzadotambiénél,conIsoldaladelasBlancasManos!

LlamóaPeriníselFielylerepitiólasnoticiasquelehabíatraídoBleherín,yañadió:

—Amigo,veabuscaraTristánenelcaminoabandonadoquevadeTintagelaSanLubín.Ledirásquenolosaludoyquenotengalaosadíadeacercarseamí,puesmandaríaamissargentosycriadosqueloecharan.

Perinís se puso en camino hasta que encontró aTristán y aKaherdín, y lestransmitióelmensajedelareina.

—Hermano —dijo Tristán—, ¿qué has dicho? ¿Cómo iba yo a huir anteBleherínsi,comoves,nisiquieratenemoscaballos?Gorvenalyunescuderolosguardaban,noloshemoshalladoenellugarseñaladoytodavíalosbuscamos.

En aquel momento regresaron Gorvenal y el escudero de Kaherdín, y

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confesaronsuaventura.—Perinís,buenamigo—dijoTristán—, regresavelozhacia tu señora.Dile

queyolemandomisaludoymiamor,yquenohefaltadoalalealtadqueledebo,quelaamoporencimadetodaslasmujeres.Dilequetemandederegresoamíparatraermesuperdón,yesperaréaquíhastaquevuelvas.

Perinísvolvió,pues,hastalareinaylerepitióloquehabíavistoyoído,peroellanolocreyó.

—¡Ah,Perinís,túerasmiprivadoymileal,ymipadretehabíadestinadoamiserviciodesdequeerasniño!PeroTristánelencantadortehaganadoconsusmentirasyregalos.Tútambiénmehastraicionado.¡Vete!

Periníssearrodillóanteella:—Señora,oigopalabrasmuyduras.Jamásenmividaexperimentétaldolor.

Peronoimportamipena:loquemeduele,señora,esqueestáisultrajandoamiseñorTristán,ytalvezosarrepentiréisdeellocuandoyaseatarde.

—¡Vete,notecreo!¡Tambiéntúmehastraicionado,Perinís,PeriníselFiel!Tristán aguardó largo tiempo a quePerinís le trajera el perdónde la reina.

Perinísnollegó.

Por lamañana,Tristánsevistióconunagrancapadeharapos.Sepintó lacaraconalgunostrazosdebermellónydecascaradenuez,demaneraqueparecíaunenfermoroídopor la lepra.Tomóentre lasmanosuncuencodemaderavenosapararecogerlaslimosnasyunacarracadeleproso.

Entróen lascallesdeSanLubíny,cambiandolavoz, ibamendigandoentrelosvecinos.¿Podríaalmenosveralareina?

PorfinIsoldasaliódelcastillo.LaacompañabanBrangelysusmujeres,suscriados y sargentos. Tomó el camino que lleva a la iglesia.Mientras tanto, elleprososeguíaaloscriados,hacíasonarlacarracaysuplicabaconvozdoliente:

—Reina,hacedmealgúnbien,¡nosabéislonecesitadoqueestoy!Isolda loreconocióporsuhermosocuerpoypor laestatura.Seestremeció,

pero no se dignó bajar lamirada hasta él. El leproso imploraba, daba lástimaoírlo.Searrastróhastaellayledijo:

—Reina,noosenojéissimeatrevoaacercarmeavos.¡Tenedpiedaddemí,bienlomerezco!

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Perolareinallamóasuscriadosysoldados:—¡Echadaeseleproso!—lesdijo.Loscriadosempujaronygolpearonalleproso.Élseresistíaygritaba:—¡Tenedpiedad,mireina!EntoncesIsoldaseechóareír.Surisaaúnsonabacuandoentróenlaiglesia.

Cuando el leproso la oyó reírse, se alejó. La reina dio algunos pasos por laiglesia,perosusmiembrosflaquearon.Cayóderodillas,despuéssucabezasefuehaciaatrásychocóconlaslosas.

Aquelmismodía,TristánsedespidiódeDinascontaldesconsueloqueparecíahaberperdidolarazón,yaparejósunavehaciaBretaña.

La reina, ¡ay!, pronto se arrepintió. Cuando supo por Dinas de Lidán queTristánsehabía idocontaldolor,empezóacreerquePerinís lehabíadicholaverdad,queTristánnohabíahuidoaloírsunombre,queella lohabíaapartadosinningunarazón.«¿Quéhehecho?—pensaba—.¡Tehealejadoati,Tristán,miamigo! Ahora me odias y no volveré a verte más. ¡No conocerás jamás miarrepentimiento,nielcastigoquepiensoimponermeyofrecertecomoprendademicontrición!».

Desde aquel día, para castigarse por su error y su locura, Isolda la Rubiallevóuncilicioapretadocontrasucarne.

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XVIII

LALOCURADETRISTÁN

Elbeivrefulanostremort.THOMAS

TristánregresóaBretaña,aCarhaix.VolvióaveralduqueHoelyasuesposa,IsoldaladelasBlancasManos.Todoslorecibieronbien,peroIsoldalaRubialohabía alejadode su lado, y ahoranada le importaba.Largo tiempo languideciólejosdeella.Después,undía,pensóquequeríaverlaaunqueellamandaraasuscriadosysargentosparaque logolpearanvilmente.Sabíaque, lejosdeella,sumuerteeraseguraypróxima.¡Antesmorirdeungolpe,quelentamente,cadadía!Quienviveeneldolorescomounmuerto,yTristándeseabalamuerte,queríalamuerte,peroporlomenosquelareinasupieraquemoríaporelamordeella,quelosupiera,asímoriríamásdulcemente.

PartiódeCarhaix sin avisar anadie, ni a susparientes, ni a sus amigos, nisiquieraaKaherdín,suamigoquerido.Partióapie,vestidomiserablemente,puesnadiese fijaen lospobresvagabundosquevanpor losgrandescaminos.Tantoanduvoquellegóalaorilladelmar.

Enelpuerto,unagrannavemercanteseestabaaparejando:losmarinerosyaizabanlavelaylevabanelanclaparasalirhaciaaltamar.

—¡Diososguarde,señores,yosdébuenatravesía!—lesdijo—.¿Haciaquétierraosdirigís?

—HaciaTintagel.—¡HaciaTintagel!¡Ah,señores,llevadmeconvosotros!

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Seembarcó.Unvientopropiciohinchólavela,lanavecorríasobrelasolas.Durantecincodíasycinconoches,navegaronhaciaCornuallesyalsextodíalanaveechóelanclaenelpuertodeTintagel.

Másalládelpuerto,elcastilloseerguíasobreelmar,biencerradoportodaspartes,sólosepodíaentrarporunapuertadehierroydoshombreslaguardabandíaynoche.¿Cómopenetrarenél?

Tristánbajódelbarcoysesentóenlaorilla.Porunhombrequepasaba,supoqueMarcosestabaenelcastilloyacababadereuniratodasucorte.

—Pero¿dóndeestálareina?¿YBrangel,subellasirvienta?—TambiénestánenTintagel,ylasvinohacemucho.LareinaIsoldaparecía

triste,comodecostumbre.AloírelnombredeIsolda,Tristánsuspiróypensóqueniporastucianipor

proezapodríaverdenuevoasuamiga,pueselreyMarcoslomataría…«Pero¿qué importaquememate?—pensó—,¿Isolda,acasonodebomorir

porti?Y¿quéhagocadadíasinomorir?Peroytú,Isolda,sisupierasqueestoyaquí,¿tedignaríasalmenoshablarcontuamigo?¿Nomandaríasatussargentosque me echaran? Sí, quiero intentar una treta…Me disfrazaré de loco y estalocura serágran sensatez.Quienme tengapororate serámenos cuerdoqueyo,quienmecrealocotendráaotromáslocoensucasa».

Veníaunpescadorvestidoconunagoneladelanaafelpada,congrancapucha.Tristánlovio,lehizounaseñalylehablóaparte.

—Amigo,¿quierestrocarmiropaporlatuya?Dameesacota,quemuchomegusta.

ElpescadormirólosropajesdeTristán,losencontrómejoresquelossuyos,lostomóysemarchódeprisa,contentoconelcambio.

Entonces Tristán se cortó la hermosa cabellera rubia a ras de la cabeza,dibujandounacruz.Seuntólacaraconunapociónhechaconunahierbamágicaque se había traído de su país, y pronto su color y el aspecto de su rostrocambiaron tan extrañamente que nadie en elmundo habría podido reconocerlo.Arrancóunaramadeuncastaño,sehizounamazayselacolgóalcuello,yconlospiesdescalzosseencaminódirectamentealcastillo.

Elporteropensóquesindudasetratabadeunlocoyledijo:—Acercaos,¿dedóndevenís?Tristáncambiódevozyrespondió:

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—De las bodas del abad del Monte, que es amigo mío. Se casó con unaabadesa,unamujergordaquellevavelo.DesdeBesanzónhastaelMonte,todosloscuras,abades,monjesyclérigosordenadosfueroninvitadosalcasamiento.Ytodos en la landa, con bastones y muletas, saltaban, jugaban y bailaban a lasombra de grandes árboles. Pero yo los dejé para venir aquí, pues hoy deboserviralamesadelrey.

Elporteroledijo:—Entrad,pues,señor,hijodeUrgánelVelludo.Soisaltoyvelludocomoély

osparecéisbastanteavuestropadre.Cuando entró en la fortaleza, jugando con lamaza, criados y escuderos se

agrupabanasupaso,persiguiéndolocomoaunlobo.—¡Vedalloco!¡Uh,uh!Le tiraban piedras, lo amenazaban con bastones. Pero él les plantaba cara

dandobrincosylesdejabahacer.Siloatacabanporlaizquierda,dabalavueltaygolpeabaaladerecha.

Enmedioderisasychanzas,llevandotrasélalamultitudenardecida,llegóalumbraldelapuerta,dondeelreyestabasentadobajoeldosel,alladodelareina.Seacercóalapuerta,secolgólamazaalcuelloyentró.Elreylovioydijo:

—Heaquíunbuencompañero.Dejadqueseacerque.Lotrajeron,conlamazaalcuello.—Amigo,sedbienvenido—dijoelrey.Tristánrespondióconlavozextrañamentecambiada:—Miseñor,buenoynobleentretodoslosreyes,yasabíayoquealverosmi

corazónsefundiríadeternura.¡QueDiososproteja,buenrey!—Amigo,¿quéhabéisvenidoabuscar?—AIsolda, aquien tantoamé.Tengounahermana,Brunehalda, a laqueos

traigo. La reina os aburre, probad a ésta.Hagamos el cambio, yo os doy amihermanayvosmeotorgáisaIsolda.Yolatomaréyosserviréporamor.

Elreyserióyledijoalloco:—Sitedoyalareina,¿quéquerráshacerconella?¿Adondelallevarás?—Alláarriba,entreelcieloylasnubes,aunahermosacasadecristal.Elsol

laatraviesaconsusrayos,losvientosnopuedenromperla.Allíllevaréalareina,a una habitación de cristal, florida de rosas, luminosa por la mañana, cuandoresplandeceelsol.

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Elreyylosbaronessedijeronentresí:«Esésteunbuenloco,hábilconlaspalabras».

TristánsehabíasentadoenunaalfombraymirabatiernamenteaIsolda.—Amigo—le dijoMarcos—, ¿cómo se te ha ocurrido la idea de que mi

señoraquierafijarseenunlocorepugnantecomotú?—Señor,tengoderechoahacerlo.Porellahecumplidograndestrabajosypor

ellamevolvíloco.—¿Quiéneres,pues?—SoyTristán,aquelquetantoamóalareinayquelaamaráhastalamuerte.Aloírestenombre,Isoldasuspiró,mudódecoloryledijo,enfadada:—¡Vete!¿Quiéntedejóentraraquí?¡Vete,locomalvado!Elloconotósucóleraydijo:—Reina Isolda, ¿no os acordáis del día en que, herido por la espada

envenenada del Morholt, llevando mi arpa por el mar, fui arrastrado hastavuestrasorillas?Vosmecurasteis.¿Yanoosacordáisdeello,mireina?

Isoldarespondió:—Vetedeaquí,loco.Nomegustastúnitusbromas.Entonces el loco se volvió hacia los barones y los hizo retroceder hasta la

puerta,gritando:—¡Fuera de aquí, gente loca!Dejadme solo para tener consejo con Isolda,

pueshevenidoaquíparaamarla.Elreyseriódelachanza,Isoldaseruborizó.—¡Señor—dijo—,echaddeaquíaeseloco!Peroellocoprosiguió,consuextrañavoz:—ReinaIsolda,¿noosacordáisdelgrandragónquematéenvuestra tierra?

Escondísulenguaenmíjubóny,quemadoporelveneno,caícercadelamarisma.¡Entoncesyoerauncaballeroformidable!Yesperaba lamuertecuandovosmesocorristeis.

Isoldarespondió:—Cállate,estásinsultandoaloscaballeros,puesnoeresmásqueunlocode

nacimiento. Malditos sean los marineros que te trajeron hasta aquí, en vez dearrojartealmar.

Ellocoseechóareíryprosiguió:—Reina Isolda, ¿no os acordáis del baño donde quisisteismatarme conmi

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espada? ¿Y del cuento del cabello de oro, que os tranquilizó? ¿Y de cómo osdefendídelcobardesenescal?

—¡Cállate,embaucador!¿Porquéhasvenidoaquíadeciresassandeces?Sindudaanocheteemborrachasteyelvinotediotalessueños.

—Escierto,estoyebrio,ydeunabebidatalquemiembriagueznosedisiparájamás.ReinaIsolda,¿noosacordáisdeaqueldíatanhermoso,tancálido,enaltamar? Vos teníais sed, ¿no lo recordáis, hija de reyes? Los dos bebimos de lamismacopa.Desdeentoncesheestadoebrioydeunaembriaguezinfausta…

Cuando Isolda oyó aquellas palabras que sólo ella podía comprender,escondió la cabeza en el manto, se levantó y quiso marcharse. Pero el rey laretuvoporlacapadearmiñoylahizosentarasulado.

—Espera un poco, Isolda, amiga mía; oigamos estas locuras hasta el fin.Dime,loco,¿quéoficiosabeshacer?

—Heservidoareyesyacondes.—¿Deverdadsabescazarconperros?¿Conaves?—Ciertamente, cuando me place cazar en el bosque, sé capturar con los

perros las grullas que vuelan por las nubes. Conmis sabuesos, los cisnes, lasocas grises o blancas, la palomas salvajes. Con el arco, los somorgujos y losalcaravanes.

Todosserierondebuenaganayelreypreguntó:—¿Yquéusas,hermano,cuandovasacazaralrío?—Tomotodo loqueencuentro:con losazores,cazo los lobosdelbosquey

losgrandesosos;con losgerifaltes, los jabalíes;con loshalcones, loscorzosylos gamos; los zorros con los gavilanes; las liebres con los esmerejones. Ycuando vuelvo a casa de quienme aloja, sémanejar bien lamaza, repartir lostizones entre los escuderos, afinar el arpa y cantar con música, y amar a lasreinas, y lanzar a los arroyos ramas bien talladas. ¿No soy en verdad un buenministril? Hoy habéis visto cómo sé pelear con el bastón. —Y golpeó a sualrededor con la maza—. ¡Fuera de aquí, señores de Cornualles! ¿Por qué osquedáis?¿Acasonohabéiscomidoya?¿Noestáisahítos?

Elrey,queyasehabíadivertidoconelloco,pidiósucaballoysushalconesysellevódecazaacaballerosyescuderos.

—Señor—ledijoIsolda—,mesientocansadayafligida.Permitidquevayaadescansaramihabitación,nopuedoescucharpormástiempoestaslocuras.

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Seretiró,pensativa,asuhabitación,sesentóenlacamaysintiógranpena.—¡Pobredemí!¿Porqué tuvequenacer?Tengoelcorazónpesadoy triste.

Brangel,hermanaamada,mividaestanásperayduraquemásmevaldríamorir.Hayahífueraunloco,rapadoenformadecruz,queenmalahoravino.Esteloco,estejuglar,esunhechicerooadivino,puesconocepuntoporpuntotodomiserytoda mi vida. Sabe cosas que nadie sabe, fuera de ti, de mí y de Tristán. Eldesvergonzadolassabeporencantooporsortilegio.

Brangelrespondió:—¿NoseráTristánenpersona?—No,puesTristánesgallardoyelmejordeloscaballeros,yesehombrees

horrible y contrahecho. ¡Maldito sea deDios! ¡Maldita la hora en que nació ymalditalanavequelotrajo,envezdeahogarloalolejos,enlasprofundasolas!

—Tranquilizaos, señora—dijoBrangel—.Muy bien sabéis hoymaldecir yexcomulgar. ¿Dónde habéis aprendido ese oficio? ¿Y si ese hombre fueramensajerodeTristán?

—No lo creo, no lo he reconocido. Pero ve a encontrarlo, buena amiga,háblaleyaveriguaquiénes.

Brangel fue a la sala donde el loco se había quedado solo, sentado en unbanco.Tristánlareconoció,dejócaerlamazayledijo:

—¡Brangel,buenaBrangel,telosuplicoporDios,tenpiedaddemí!—Locomalvado,¿quiéntehadichominombre?—Hacetiempoquelosé,bellamuchacha.Pormicabeza,quefuerubiahasta

hace poco, que si la razón ha huido de ella, fue por tu causa, dulce Brangel.¿Acasonoeras tú laencargadadeguardarelbrebajequebebíenaltamar?Lobebídurantelosgrandescalores,enunacopadeplata,ylaofrecíaIsolda.Tansólotúlosupiste,hermosajoven.¿Yalohasolvidado?

—¡No!—respondióBrangely,muyturbada,seprecipitóhacialahabitacióndeIsolda.Ellococorriótrasellagritando:

—¡Piedad!Tristán entró, vio a Isolda, se lanzó hacia ella con los brazos extendidos,

queríaestrecharlacontrasupecho.Peroella,avergonzada,mojadadesudor,seechóhaciaatrásyloesquivó.Tristán,alverqueellaloevitaba,sepusoatemblardevergüenzaydecólera,retrocedióhacialapared,cercadelapuerta,yconsuvozfingidadijo:

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—¡Sin duda ya he vivido bastante, pues he visto el día en que Isolda merechaza,nosedignaamarme,metieneporvil!¡Ah,Isolda,quienbienamatardeolvida! Isolda, es bella cosa una fuente abundante que se expande y corre enondasclarasyamplias.Eldíaquesedeseca,yanovaleparanada,lomismoqueunamorqueseapaga.

Isoldarespondió:—Hermano,temiro,dudo,tiemblo,nosé,noreconozcoaTristán.—ReinaIsolda,yosoyTristán,elquetantoteamó.¿Noteacuerdasdelenano

que sembró harina entre nuestros lechos? ¿Ni del salto que di y la sangre quemanó demi herida? ¿Ni del regalo que temandé, el perritoPetit-Crû, con sucascabelmágico?¿Noteacuerdastampocodelostrozosdemaderabientalladaquelanzabaalriachuelo?

Isoldalomiró,suspiró,nosabíaquédecirniquécreer.Bienveíaqueellococonocíatodasaquellascosas,peroseríalocurareconocerenélaTristán.

Tristánledijo:—Reina y señora mía, bien sé que te has apartado de mí y te acuso de

traición.Sinembargo,conocíotrosdíasenquesímeamabas.Eraenelbosqueprofundo,bajolachozadefollaje.¿TeacuerdasdeldíaenqueteregaléelperroHusdén?¡Ah,élsíquemeamóparasiempre,ypormíabandonaríaaIsolda laRubia!¿Dóndeestá?¿Quéhashechoconél?Almenosélmereconocería.

Brangeltrajoalperro.—Venaquí,Husdén—dijoTristán—.Túerasmío,¿teacuerdas?CuandoHusdénoyólavozdeTristán,hizosaltar lacorreadelasmanosde

Brangel,corrióhaciasuamo,serevolcóasuspies,lelamiólasmanos,aullabadealegría.

—¡Husdén!—exclamó el loco—. ¡Bendito sea el trabajo que me tomé alcriarte!Me has recibidomuchomejor que aquella a la que tanto amé. Ella noquiere reconocerme. ¿Reconocerá al menos este anillo que un día me entregóentrellantosybesos,eldíadelaseparación?Estepequeñoanillodejaspenomehaabandonado.Muchasveceslehepedidoconsejoenmediodemistormentos,muchasveceshemojadoestejaspeverdeconmislágrimasardientes.

Isoldavioelanillo.Abriólosbrazosdeparenpar.—¡Aquímetienes!¡Tómame,Tristán!—Amiga,¿cómohaspodidotardartantotiempoenreconocerme,mástiempo

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queesteperro?¿Qué importa el anillo?¿Noentiendesquemehabría resultadomásdulcequemereconocierascuando tehablabadenuestrosamorespasados?¿Quéimportaelsonidodemivoz?Elsonidodemicorazónes loquedeberíashaberoído.

—Amigo—respondióIsolda—, talvez te reconocíantesde loquepiensas,peroestamosrodeadosdetrampas.¿Debíaseguirmideseo,comoesteperro,conelpeligrodequetecogieranytemataranantemisojos?Meguardabaamíyteguardabaati.Nielrecuerdodetuvidapasada,nielsonidodetuvoz,nisiquieraese anillo me demuestran nada, pues podrían ser juegos malvados de algúnencantador.Sinembargo,merindoalavistadeesteanillo.¿Acasonojuréqueencuanto loviera, aunquedebieraperderme,haría siempre loque túmepidieras,fueralocuraosensatez?Locuraosensatez,aquímetienes.¡Tómame,Tristán!

Cayódesmayadasobreelpechodesuamigo.Cuandovolvióensí,Tristánlaabrazabaylabesabaenlosojosyenlacara.Entróconellabajolacortina.Entresusbrazostuvoalareina.

Paraburlarsedelloco,loscriadosloalojaronbajolaescalinata,comoaunperroen superrera.Él soportabadulcemente suschanzasy susgolpes,puesaveces,recuperando su forma y su belleza, pasaba de su guarida a la habitación de lareina.

Perocuandohubieron transcurridoalgunosdías,doscamarerassospecharonelengaño.AvisaronaAndret,queapostóantelahabitacióndelasmujeresatresespíasbienarmados.CuandoTristánquisocruzarlapuerta,legritaron:

—¡Atrás,loco!¡Vuélveteadormirsobrelapaja!—Pues bien, caballeros—dijo el loco—, ¿acaso no debo esta noche ir a

besaralareina?¿Nosabéisqueellameamayquemeestáesperando?Tristánblandiólamaza.Loscriadosseasustaronylodejaronentrar.Tomóa

Isoldaentresusbrazos:—Amiga,tengoqueirmeya,prontomevanadescubrir.Debohuirysinduda

noregresaréjamás.Mimuerteestácercana,pueslejosdetimorirédedeseo.—¡Amigo,cierralosbrazosyestréchamecontantafuerzaque,enesteabrazo,

nuestros corazones se rompan y nuestras almas se escapen! Llévame al paísafortunado del que me hablaste un día, al país del que nadie regresa, donde

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insignesmúsicosentonancantossinfin.¡Llévame!—Sí,tellevaréalafortunadoPaísdelosVivos.Seacercalahora,¿nohemos

bebidoyatodamiseriaytodogozo?Seacercalahora.Cuandosehayacumplidodeltodo,sitellamo,¿vendrás,Isolda?

—Amigo,llámame,ytúsabesbienqueacudiré.CuandoTristáncruzóelumbral, losespíasseabalanzaronsobreél.Peroel

locoseechóareír,hizogirarlamazaydijo:—Me queréis echar, señores, pero ¿para qué?Ya no tengo nada que hacer

aquí,puestoquemidamamemandalejosparaprepararlaclaramansiónqueyoleprometí, lacasadecristal, floridade rosas, luminosapor lamañana,cuandoresplandeceelsol.

—¡Veteya,loco,veteenmalahora!Loscriadosseapartaronyellocosealejósilbando,sinprisas.

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XIX

LAMUERTE

Amorcondussenoiadunamorte.

DANTE,«Inferno»,V

A poco de regresar a Carhaix, en la Pequeña Bretaña, para socorrer a suquerido compañeroKaherdín,Tristánguerreó contraunbarón llamadoBedalís.CayóenunaemboscadaqueletendieronBedalísysushermanos.Tristánmatóalos siete hermanos. Pero él resultó herido de una lanzada y la lanza estabaemponzoñada.

RegresóconesfuerzoalcastillodeCarhaixehizoquelecuraranlasheridas.Numerosos médicos acudieron, pero ninguno supo curarlo del veneno, pues nisiquiera pudieron averiguar cuál era. No supieron hacer ningún emplasto parasacarlaponzoñahaciafuera,envanobatíanymachacabanraíces,cogíanhierbas,componían brebajes. Tristán iba empeorando, el veneno se extendía por sucuerpo,palidecíaysushuesosempezabanaasomar.

Sintió que su vida se perdía, comprendió que debía morir. Entonces quisovolveraveraIsoldalaRubia.Pero¿cómoirhaciaella?Estabatandébilqueelmar lo mataría, y aunque lograra llegar a Cornualles, ¿cómo escapar de susenemigos?Selamentaba,elvenenoloangustiaba,esperabalamuerte.

Ensecreto,mandóveniraKaherdínparadescubrirlesudolor,puesambosseamaban con lealtad. Quiso que no quedara nadie en la habitación, tan sóloKaherdín,yquenisiquieraenlashabitacionesvecinashubieranadie.Isolda,su

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esposa, se extrañó de aquella voluntad inusual. Se asustó y quiso oír laconversación. Se apostó fuera de la habitación, junto a la pared que daba a lacama de Tristán. Se puso a escuchar mientras uno de sus fieles se quedabaacechandofueraparaquenadielasorprendiera.

Tristánreuniófuerzas,seincorporóyseapoyócontralapared.Kaherdínsesentójuntoaélyamboslloraronjuntos,tiernamente.Llorabanporlacamaraderíadearmas,tanprontorota,porsugranamistad,porsusamores.Unoselamentabaanteelotro.

—Buen amigo —decía Tristán—, estoy en tierra extraña, donde no tengoparientes ni amigos, excepto a ti. Sólo tú en este país me has dado alegría yconsuelo.Estoyperdiendolavida,quisieravolveraveraIsoldalaRubia,pero¿cómo, con qué ardid podría darle a conocermi ansia? ¡Ah, si conociera a unmensajero que quisiera ir hasta ella, Isolda vendría, pues me ama mucho…!Kaherdín,buencompañero,pornuestraamistad,porlanoblezadetucorazón,pornuestra camaradería, te lo suplico: intenta pormí esta aventura, y si llevasmimensaje,serétuvasalloyteamaréporencimadetodosloshombres.

Kaherdín vio que Tristán estaba llorando, desconsolado, y se quejaba. Sucorazónseimpregnódeternurayrespondiódulcemente,conamor:

—Buen compañero, no lloresmás, yo cumpliré tu deseo. Por tu amistad yoemprendería aventuras peligrosas. Ninguna desgracia, ninguna angustia meimpediráhacerloqueestáenmipoder.Dimeloquedeborepetirlealareina,yyomeprepararéparaelviaje.

Tristánrespondió:—Amigo,teestoymuyagradecido.Ahoraescuchamiruego:tomaesteanillo.

Es una señal entre ella y yo. Cuando llegues a su tierra, hazte pasar por unmercaderenlacorte.Preséntaletelasdeseda,hazqueveaesteanillo.Enseguidaella buscará un ardid para que podáis hablar en secreto. Entonces dile quemicorazónlasaluda,quesóloellapuedetraermeconsuelo,dilequesinoviene,yomuero,dilequerecuerdelosplacerespasadosylasgrandespenasylasgrandestristezas,ylasalegríasylosdoloresdenuestroamorlealytierno,queseacuerdedelbrebajequebebimosjuntosenelmar.¡Ah,nuestramuerteesloquebebimos!Querecuerdeel juramentoquelehicedeamarlasóloaella,yquesepaquehemantenidoestapromesa.

Detrásdelapared,IsoldaladelasBlancasManosoyóestaspalabras,ypoco

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lefaltóparadesmayarse.—Dateprisa,compañero,yregresaprontoaquí.Sitardasmucho,novolverás

averme.TómateunplazodecuarentadíasytraeaIsoldalaRubia.Ocultaesteviajeatuhermana,ydilequevasabuscaraunmédico.Tellevarásmihermosanave:tomadosvelas,unablancayunanegra.SitraesaIsolda,izaalregresolavelablanca,sino la traes,usa lanegra.Amigo,no tengonadamásquedecirte.¡QueDiosteguíeytetraigadevueltasanoysalvo!

Suspiró,lloróyselamentó,yKaherdínllorabaigualmente.BesóaTristánysedespidiódeél.

Se hizo a la mar con el primer viento. Los marineros levaron las anclas,izaron las velas, navegaron con viento ligero y la proa hendió las olas altas yprofundas.Llevabanconellosricasmercancías:telasdesedateñidasdecoloresextraordinarios,hermosasvajillasdeTours,vinosdePoitou,halconesdeEspaña,yconesteardidKaherdínpensaballegarhastaIsolda.DuranteochodíasyochonocheshendieronlasolasybogaronatodavelahaciaCornualles.

¡Temiblecosaescólerademujeryconvieneguardarsedeella!Cuantomáshayaamadounamujer,máscruelmentesevengará.Elamordelasmujeresllegadeprisaydeprisallegasuodio,yunavezquesedeclarasuenemistad,duramásquelaamistad.Ellassabentemplarelamor,peronoelodio.

De pie contra la pared, Isolda la de las Blancas Manos había oído cadapalabradeTristán.¡Lohabíaamadotanto!Yahoraporfinconocíasuamorporotra. Recordó todo lo que había oído. De presentársele la ocasión algún día,¡cómosevengarádeaquelaquienamóporencimadetodo!Sinembargo,nodioaentendernaday,encuantoabrieronlaspuertas,entróenlahabitacióndeTristány,ocultandosuenojo,siguiósirviéndoloycuidándolotalcomocorrespondeaunaamanteesposa.Lehablabadulcemente,lobesabaenloslabiosylepreguntabasiKaherdín regresaría pronto con el médico que debía curarlo. Pero seguíabuscandosuvenganza.

Kaherdín no cesó de navegar hasta que echó el ancla en el puerto deTintagel.Tomósobreelpuñoungranazor,llevóconsigounateladebellocoloryunacopabiencincelada, loregalótodoalreyypidiócortésmentesuprotecciónysupazpara poder mercadear en su tierra sin temer daño alguno de chambelán ni

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vizconde.Elreyseloconcediódelantedetodosloshombresdesupalacio.EntoncesKaherdínofrecióalareinaunbrochedeorofinobientrabajado.—Reina—le dijo—, este oro es muy bueno.—Y, sacándose del dedo el

anillodeTristán,lopusoalladodelajoya—.Ved,reina,elorodeestebrocheesmuyfino,ysinembargoesteanillotambiéntienegranprecio.

CuandoIsoldareconocióelanillodejaspeverde,sucorazónseestremecióyellamudódecolor,y,temiendoloqueibaaoír,sellevóaKaherdínapartecercade una ventana, como si quisiera ver mejor el broche. Kaherdín le dijosencillamente:

—Señora,Tristánfueheridoporunalanzaenvenenadayvaamorir.Osmandadecirquesólovospodéisprocurarleconsuelo.Osrecuerdalasgrandespenasylosdoloresquesufristeisjuntos.Conservadesteanillo,osloregala.

Entonces,Isolda,desfalleciendo,respondió:—Amigo,osseguiré.Tenedelbarcolistoparazarparmañanaporlamañana.A la mañana siguiente, la reina dijo que quería cazar con halcón y mandó

preparar sus perros y sus aves. Pero el duque Andret, que siempre estabavigilando,laacompañó.Cuandollegaronaloscampos,cercadelaorilladelmar,selevantóunfaisán.Andretsoltóunhalcónparadarlealcance,peroeltiempoerabelloyclaro,yelhalcóntomóimpulsoydesapareció.

—Ved,miseñorAndret—dijolareina—,elhalcónsehaparadoallá,enelpuerto,sobreelmástildeunanavequenoconozco.¿Dequiénes?

—Señora—dijoAndret—,eslanavedeesemercaderdeBretañaqueayerosofrecióunbrochedeoro.Iremosarecuperarelhalcón.

Kaherdínhabíapuestounatablacomopasarelaentrelanaveyelmuelle.Vinoalencuentrodelareina.

—Miseñora,siquisierais,podríaisentrarenminaveyosmostraríamisricasmercancías.

—Loharéconsumogusto—dijolareina.Bajódelcaballo,fuehastalatabla,lapasóyentróenlanave.Andretquiso

seguirlayseinternóenlapasarela,peroKaherdín,depieenlaborda,logolpeóconun remo.Andretvacilóycayóalmar.Quisosalir,peroKaherdín leasestóvariosgolpesconelremoylomandóbajoelagua,gritando:

—¡Muere,traidor!¡ÉstaeslapagaportodoelmalquehicistesufriraTristányalareinaIsolda!

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Así,Diosvengóalosamantesdeloscaballerostraidoresquetantoloshabíanodiado.Murieronloscuatro:Ganelón,Gondoine,DenoalényAndret.

Levaron el ancla, alzaron elmástil, izaron la vela. El viento de lamañanahacíacrujirlosobenquesehinchabalostrapos.Lanavesealejófueradelpuerto,hacialablancaaltamar,luminosabajolosrayosdelsol.

EnCarhaix,Tristánlanguidecía.Ansiabala llegadadeIsolda.Nadaledabaconsuelo y si todavía seguía viviendo era por la espera. Cada día mandaba aalguienalaorillaaotearsiregresabalanave,yelcolordesuvela.Noquedabaotrodeseoensucorazón.ProntosehizollevarhastaelacantiladodePenmarchy,durante todo el tiempoque el sol brillaba en el horizonte, élmiraba a lo lejoshaciaelmar.

Oíd ahora, señores, una aventura dolorosa, lamentable para todos aquellos queaman.Isoldaseacercaba,yaveíaalolejoselacantiladodePenmarchylanaveavanzabamásalegre.Derepenteselevantóunvientodetormenta,diocontralavela,ehizogirarlanavesobresímisma.Losmarinerosibanabarloventoyasupesarvirabanatrás.Elvientoseenfureció, lasolasprofundasseconmovían,elaire sehizoespesocomo las tinieblas, elmar sevolviónegro, la lluvia caía aráfagas. Se rompieron obenques y bolinas, los marineros arriaron la vela ybordeabansegúnlaolasyelviento.Parasudesgracia,sehabíanolvidadodeizarabordolabarcaamarradaalapopa,queseguíaelsurcodelanave.Unaolalarompióyselallevó.

Isoldaexclamó:—¡Aydemí,infeliz!DiosnoquierequevivalosuficienteparaveraTristán,

miamigo,unavezmás,unasolavez.Quierequemeahogueenestemar.Tristán,sitehubiesehabladounavezmás,pocomeimportaríamorirdespués.Amigo,sinovoyhastatiesporqueDiosnoloquiere,yeséstemipeordolor.Mimuertenoesnada,puesDioslaquiereyyolaacepto.Pero,amigo,cuandotúlaconozcas,tambiénmorirás,bienlosé.Nuestroamorestalquenopuedesmorirsinmí,niyosinti.Veotumuerteantemíalmismotiempoquelamía.¡Ay,amigomío,nosecumpliómideseo,queeramorirentusbrazos,serenterradaentusepulcro!Peronosehacumplido.Voyamorirsolayadesaparecersintienelmar.Talveznoconocerásmimuerte,vivirástodavía,esperandosiempremiregreso.SiDioslo

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quiere,hastatecurarás…¡Ah,quizádespuésdemíamarásaotramujer,amarásaIsoldaladelasBlancasManos!Yonoséloqueserádeti,peroyo,amigo,sitesupieramuerto,noviviríamuchotiempo.¡QueDiosnosconceda,amigo,queyotecure,oqueambosmuramosdeunamismaangustia!

Asígimiólareinamientrasduróla tormenta.Peroalcabodecincodías, latormenta amainó. En lo más alto del mástil, Kaherdín izó alegremente la velablanca,a findequeTristán reconocieradesde lejos sucolor.KaherdínyaveíaBretaña…Pero, ¡ay!, la calma siguió de poco a la tormenta, elmar se volviósuaveyliso,elvientodejódehincharlavela,ylosmarinerosbordearonenvanoarribayabajo.Divisabanlacostaalolejos,perolatempestadsehabíallevadolabarca,demodoquenopodíanalcanzarla.Alaterceranoche,Isoldasoñóqueteníaensuregazolacabezadeungranjabalíquemanchabadesangresuvestido,ysupoporelloquenovolveríaavervivoasuamigo.

Ahora Tristán estaba demasiado débil para vigilar desde el acantilado dePenmarchyllevabamuchosdíasencerradolejosdelaorilla,llorandoporIsolda,que no llegaba.Doliente y cansado, se quejaba, suspiraba, se agitaba, poco lefaltabaparamorirdedeseo.

Porfinelvientoseenfrióyapareciólavelablanca.EntoncesIsoldaladelasBlancasManossevengó.

SeacercóallechodeTristányledijo:—Amigo, llegaKaherdín.He visto su nave en elmar.Avanza con grandes

trabajos,sinembargolahereconocido.¡Ojalátetraigaloquepuedacurarte!Tristánseestremeció.—Bellaamiga,¿estásseguradequeessunave?Dime,pues,cómoeslavela.—Lahevisto bien, la han abierto y la han izadomuy alta, pues tienepoco

viento.Sabedqueestodanegra.Tristánsevolvióhacialaparedydijo:—Nopuedoretenerlavidapormástiempo.—Portresvecesdijo—:¡Isolda,

amiga!Alacuarta,entregóelalma.Entonces por la casa lloraron los caballeros, compañeros de Tristán. Lo

sacarondellecho,loextendieronsobreunricotapizycubrieronsucuerpoconunlienzo.

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Enelmar,elvientosehabíalevantadoydabaenplenocentrodelavela.Empujólavelahastaquelanavetomótierra.IsoldalaRubiadesembarcó.Oyógrandeslamentos por las calles y las campanas que sonaban en las iglesias y capillas.Preguntó a las gentes del país por quién tocaban a muertos, por qué aquellosllantos.

Unancianoledijo:—Señora,tenemosunagranpena.Tristánelnoble,elvaleroso,hamuerto.Era

generoso con los necesitados y compasivo con los sufrientes. Éste es el peordesastrequehasufridojamásnuestropaís.

Isoldalooyóynopudodecirniunapalabra.Subióhaciaelpalacio,por lacalle, con lacamisaendesorden.Losbretones semaravillabanalverla. Jamáshabíanvistounamujerdebellezasemejante.¿Quiénera?¿Dedóndevenía?

Cerca de Tristán, Isolda la de las Blancas Manos, enloquecida por ladesgracia que había causado, lanzaba grandes gritos sobre el cadáver. La otraIsoldaentróyledijo:

—Señora, levantaosydejadquemeacerque.Tengomásderechoquevosallorar,podéiscreerme.Yoloamémás.

SevolvióhaciaorienteyrogóaDios.Despuésdescubrióunpocoelcuerpo,se tendió a su lado, junto a su amigo, le besó la boca y el rostro, y lo abrazóestrechamente:cuerpoconcuerpo,bocaconboca,asíentregóelalma.Murióasulado,porlapenadesuamigo.

CuandoelreyMarcosconociólamuertedelosamantes,cruzóelmary,unavezenBretaña,mandóhacerdosataúdes,unodecalcedonia,paraIsolda,elotrodeberilo,paraTristán.Ensunave,sellevóhaciaTintagelloscuerposamados.Losenterróendos sepulcros, cercade lacapilla, aderechae izquierdadelábside.Pero,durantelanoche,delatumbadeTristánsurgióunazarzaverdeyfrondosa,de fuertes ramas y flores olorosas, que, elevándose por encima del altar, sehundió en la tumba de Isolda. Las gentes del país cortaron la zarza. Al díasiguientevolvióanacer,tanverde,tanflorida,tanvivazcomoantes,yvolvióahundirseenlatumbadeIsoldalaRubia.Portresvecesquisierondestruirla,perofueenvano.Porfin,fueronacontarlamaravillaalreyMarcos,yelreyprohibióquesevolvieraacortarlazarza.

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Señores, los buenos troverosde antaño,Béroul yThomas, ymi señorEilhart ymaeseGottfried,contaronestecuentoparaaquellosqueaman,noparalosdemás.Atravésdemíosmandansusaludo.Saludanaaquellosqueestánpensativosyalosquesonfelices,alosdescontentosyalosdeseosos,alosqueestánalegresya los turbados, a todos los amantes. ¡Ojalá hallen aquí consuelo contra lainconstancia,contraeldespecho,contralapena,contratodoslosmalesdelamor!

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NOTASOBREELTEXTO

Tal como Gaston Paris ha expuesto con extrema benevolencia, he tratado deevitar cualquier mezcolanza entre lo antiguo y lo moderno. Apartar lasincoherencias, los anacronismos, el brillo fácil, verificar por mí mismo lo deVetusta scribenti nescio quo pacto antiquus fit animus [«Escribiendo estasviejashistorias,poralgunarazóndesconocida,miánimosevuelveantiguo»],nomezclarjamásnuestrasconcepcionesmodernasconlasformasantiguasdepensary sentir, éste ha sido mi objetivo, mi esfuerzo, y sin duda también, ¡ay!, miquimera.Peromitextoesmuyheterogéneo,ysiquisieraindicarmisfuentescondetalle,necesitaríaponeralpiedelaspáginasdeeste librito tantasnotascomopusoBecqdeFouquièresasuedicióndelapoesíadeAndréChénier.Peroporlomenosdeboallectorlasindicacionesgeneralesquepasoadarle.Losfragmentosconservados de los antiguos poemas franceses fueron publicados en su mayorparteporFrancisqueMichel:Tristan,recueildecequirestedespoèmesrelatifsasesaventures(París,Techener,1835-1839).ElcapítuloIdenuestrolibro(«Lasmocedades»)estáhechodepréstamosde losdiversospoemas,perosobre tododel poema deThomas.Los capítulos II y III están sacados deEilhart deOberg(ediciónLichtenstein,Estrasburgo,1878).ParaescribirelcapítuloIVmeinspiréenel conjuntode la tradición,pero sobre todoenel relatodeEilhart.AlgunosaspectosestántomadosdeGottfrieddeEstrasburgo(ediciónW.Golther,BerlínyStuttgart, 1888). Capítulo V («Brangel entregada a los siervos»), a partir deEilhart.CapítuloVI(«Elgranpino»);enlamitaddeestecapítulo,lallegadadeIsoldaa lacita,empiezael fragmentodeBéroul,queseguimosfielmenteen loscapítulos VII, VIII, IX, X y XI, modificándolo en algunos puntos para lo cualremitimos al poema de Eilhart. Capítulo XII («El juicio del hierro candente»):

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resumen libérrimo del fragmento anónimo que sigue al fragmento de Béroul.CapítuloXIII(«Lavozdelruiseñor»):insertadoenelrelatoapartirdeunpoemadidácticodelsigloXIIItituladoLeDomneidesAmanz.CapítuloXIV(«Elcascabelmaravilloso»): procede de Gottfried de Estrasburgo. Capítulos XV-XVII: losepisodios de Kariado y Tristán leproso están sacados de Thomas; el restoprocedeengeneraldeEilhart.CapítuloXVIII(«LalocuradeTristán»):adaptaciónde un poema francés episódico e independiente. Capítulo XIX («La muerte»):traducidodeThomas;algunosepisodiosestántomadosdeEilhartydelrelatoenprosafrancéscontenidoenelms.103delfondofrancésdelaBibliotecaNacionaldeFrancia.

J.B.

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JOSEPH BÉDIER. París (Francia), 1864 - Le Grand-Serre (Francia), 1938.Escritory filólogo francés,unode los romanistasmás influyentesdecomienzosdelsigloXX.

SuinfanciatranscurrióenlaisladeBourbon,latierrapaternaqueabandonóen 1883 para ingresar a la ÉcoleNormale Supérieure de París. Esa formaciónacadémica se vio complementada con las enseñanzas impartidas en lasconferenciasorganizadasporlaÉcoledesHautesÉtudesyelCollègedeFrance,donde conoció al filólogo, lingüista y romanista Gaston Paris, quien setransformaríaensumaestro.

Tiempo después de haber finalizado sus estudios fue contratado comoprofesorpor la flamanteUniversidadCatólicadeFriburgo,aunque luegoquedóclaro que su perfil agnóstico no era compatible con ese ambiente religioso.En1891BédiervolveríaasupaísnatalparaocuparunavacanteenlaFacultaddeLetras de Caen. En esa época publicó varios de sus trabajos en las revistasRomaniayRevuedesDeuxMondes.

En 1914, al estallar la guerra, puso a disposición del Estado Mayor susconocimientos del idioma alemán, razón por la cual hasta 1920 (año en el queingresó a la Academia Francesa como reemplazo del dramaturgo Edmond

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Rostand), Bédiermantuvo obligaciones con elMinisterio de la Guerra. NueveañosmástardefuenombradodirectordelCollègedeFrance.

Bédierdedicósuvidaalestudiodelasobrasmásrelevantesdelaliteraturafrancesamedieval,siendounadesuspreocupacionesmásconstanteselproblemadelosorígenes.Movidoporesteafánclarificador,Bédiersometetodoelcorpusdecuentosestudiadosaunatentoexamen,losclasifica,loscompara.Finalmente,llega a una conclusión sorprendente frente a las teorías comúnmente aceptadas:quelatradiciónesmenosricayvariadadeloquesehabíacreídohastaentoncesyquelostextosmásantiguosposeenunfondocomúndeelementos,dispuestosenunordenconstante,quepodríanremontarseaunmismoorigen.

La fama y el reconocimiento definitivos le llegan con la publicación delRomancedeTristáneIsolda(1900),unahistoriaque,hastaaquelmomento,eradesconocida para el gran público francés. Entre sus obras también destaca laedición crítica delCantar de Roldán (1920), así como los diversos estudiosdedicadosalaépicamedievalyalascuestionesrelacionadasconlosorígenesdelasobrascumbredelaliteraturafrancesaantigua.