Cuatro textos que no encajan en nada o encajan en todo; pasajes o historias híbridas, quizá amorfas en su clasificación: El Centauro, La Bruja, El Alien y Los Demonioz, componen este trabajo que vanguardiamx te presenta.

Roberto Esquivel, El Centauro Élida Tijerina, La Bruja

El Sórdido Pudor

Pocas cosas más difíciles –-para muchos de nosotros-- que un sincero ejercicio de autocrítica tras quedar descubierto en afanes, filias, fobias o prejuicios. Alguien diría “valor”, pero muchas veces es cuestión vital alejarse de las salidas que se nos regalan para ocultar lo que delataría nuestra verdadera naturaleza. Esas sombras nos acompañan cada segundo de nuestras vidas y es lo que muchas veces limita nuestra capacidad de comprensión para afrontar retos y obstáculos; nos impide tomar la mejor solución y actuar por las razones correctas; quizá el resultado sería el mismo, pero estar concientes del porqué daría sentido pleno.

La intencionalidad en el ejercicio diario de nuestro ser es tan importante como el resultado de las acciones. Nuestro desempeño profesional muchas veces es secuestrado por esas sombras. Le sucede a cualquiera, en todas las profesiones.

Me corresponde hablar por el periodismo, mi afán de cada día. El Sórdido Pudor es sólo una pequeña ventana a esas mezquindades que lucho por vencer; espero no dejar de hacerlo.

En algún momento no sabía cómo describir este trabajo y justo llegó el libro “Ogros Ejemplares”. Su autor, mi colega venezolano Daniel Centeno Maldonado, lo puso en mis manos y al leer la presentación supe que había algunas de las palabras que estaba buscando; las tomo prestadas sin rubor alguno.

Así, diré que estos cuatro textos no encajan en nada o encajan en todo; pasajes o historias híbridas, quizá amorfas en su clasificación: El Centauro, La Bruja, El Alien y Los Demonioz, componen el trabajo. Con ellos, trato de abordar las fronteras, limitantes y miserias que pueden cegar a un reportero (obvio sólo puedo hablar de mi persona) que deja pasar grandes historias.

Hace unos días di un adelanto de El Centauro. Sabía que la historia sería viral y daría la vuelta al mundo, pero por naturaleza propia, nada relacionado con El Sórdido Pudor, la noticia tiene su línea de vida propia.

Hoy adelanto el material que vanguardiamx tenía pensado lanzar en libre acceso por un par de días, el 20 de septiembre. Sin lugar a dudas la historia de Roberto Esquivel Cabrera eclipsa cualquier otra en el interés más común, pero sólo me queda pedirle al lector que dé una oportunidad a las otros tres textos.

Mantengo el anhelo de que El Sórdido Pudor tenga su versión impresa, pues soy de esos amantes del papel, para así cumplir el sueño de tenerlo junto al ejemplar de La Cómoda Inconsciencia, mi primer texto de largo aliento.

RICARDO MENDOZA RESÉNDEZ

Director Editorial de vanguardiamx

Capítulo I

El Centauro

POR RICARDO MENDOZA RESÉNDEZ

SALTILLO, COAHUILA, MÉXICO.- Mítica criatura rompe con el desértico paisaje en este páramo del noreste mexicano. Es 6 de febrero del año 2015. Camina entre la multitud, pero parece que nadie lo viera, ni siquiera porque desde hace cuatro años ha tocado las puertas de los medios de comunicación de la ciudad para solicitar ayuda. Por lo menos ser exhibido ante todo el mundo.

Roberto Esquivel Cabrera, este centauro, implora por dejar de ser invisible. Cintura abajo, la parte “equina” de su ser está a la vista; imposible no percatarse.

Pos desde hace como cuatro años pido ayuda a todos los “corresponsales” de aquí --se refiere a los periodistas de prensa escrita, radio, televisión e internet--, pero ni siquiera voltean a verme; me dicen que venga luego. Vengo luego y tampoco me checan para comprobar que digo la verdad, nomás me vuelven a decir: “Vente luego”.

Les digo que estoy dispuesto a que me tomen fotos, me graben de televisión y todo eso, pero nadie me hace caso, se hacen como que no ven lo que ven, lo que tienen enfrente.

Es saltillense, vive en la pobreza y sueña con ser pornstar, pero a diferencia de cualquier persona que comparte sus aspiraciones, El Centauro afirma poseer la llave mágica para lograr su sueño: la “herramienta” más grande del mundo para triunfar en el cine para adultos.

Fálica fijación en casi cualquier cultura, en todos los tiempos, la grandeza de la entrepierna suele ser uno de los más codiciados “dones” a los que se aspira. Siendo así que tener el más grande de la historia, nunca en 54 años haber consumado plenamente la intimidad con otra persona y vivir aislado del mundo, debe ser perturbador para la mente, para las emociones.

Él ha tenido que cargar con esa “cruz” toda su vida y lo seguirá haciendo, pues piensa que lo puede llevar a ser una estrella del cine y ganar millones de dólares.

Presume y muestra lo que podría ser el más grande del mundo, con sus 48.2 centímetros, muy lejos de los 34 del estadounidense Jonah Falcon que es el más largo que se conoce. El sueño de muchos hombres de tener el “más grande” a él lo ha condenado a la discapacidad, la soledad, el abandono y la miseria.

Y quien piense que una vida cargando esa “grandeza” entre las rodillas automáticamente lo llevaría a un mundo de felicidad permanente, de mujeres y hombres, multitudes, haciendo fila para gozar de una alucinante experiencia, está totalmente equivocado, al menos con Roberto, o es lo que él dice.

Nunca he tenido novia, ni pareja ni nada de eso… chingao, ni un besito me han dado. Me gustan las mujeres, pero nunca tuve una, ni de chavillo, menos ahora con “esto”, asegura mientras sus manos se afanan a la carga de gran envergadura, la mayor en la historia si es que los exámenes clínicos lo confirman, porque hasta el 16 de agosto del 2015, luego de tres revisiones médicas a las que lo hemos acompañado, aún no hay diagnóstico que confirme al 100 por ciento que se trata de su cuerpo y que esté en completo funcionamiento fisiológico y sexual.

Roberto asegura que en ambos aspectos es funcional, aunque en el segundo siempre es en solitario pues no hay persona que “aguante”, y reta a algún voluntaria o voluntario a comprobarlo, todo ante las cámaras.

Él mismo impide que se practique la valoración clínica determinante, pese a que suplica ayuda porque quiere ser declarado discapacitado; apoyo legal para demandar al sistema penitenciario de Estados Unidos por abuso sexual, y convertirse en una estrella mundial de cine.

Quiero hacer una película. No que me paguen un contrato, más bien comprar yo todo el equipo, hacerla yo mismo en varios idiomas y distribuirla en muchos países ¡Imagínate, nomás en China hay más de mil millones de personas!

Ya con ese dinero pos hasta novia consigo, pero si no, pos con inseminación artificial puedo tener un hijo. Alguien que sí me quiera.

Implora por ayuda, pero al mismo tiempo su conducta deja sospechas que pueda ser un estafador, un “vividor”, como dijo un psiquiatra que lo atendió. Esta es su historia.

Tiempos de El Centauro

• Nace el 7 de junio de 1961

• Termina la primaria en junio de 1974

• Abandona la secundaria en junio de 1976. Dice que para entonces le medía ya 20 cm

• Va a Estados Unidos en junio de 1981. A partir de entonces comienza el crecimiento extraordinario

• Para 1987 alcanza las dimensiones que ahora tiene de 48.2 cm

• En Seattle, Estados Unidos, en 1990 tiene su primera y única intimidad completa con otra persona

• En 1991 es encarcelado por delito sexual, en Seattle. Es liberado ese mismo año

• En 2003 cae por asalto a una lavandería, además se le imputan delitos sexuales pendientes y es condenado a 11 años de prisión

• En 2011 es preliberado y deportado a México. Regresa a Saltillo

2015

• 6 de febrero.- Llega por primera vez a VANGUARDIA. Se realiza la medición y se le practica la primera evaluación médica

• 13 de febrero.- Segunda evaluación médica en clínica

• 16 de junio.- Consulta en el CESAME

• 23 de junio.- Entrevista con su familia

• 17 de agosto.- Resultados de la tomografía en tercera dimensión

Esta es la radiografía de Roberto Esquivel

POBREZA ENTRE LAS PIERNASEl Centauro se aferra a la nada mítica condición que lo mantiene en el abandono, la pobreza y el rechazo. ¡Y pensar que no necesita un toque mágico, sólo aceptar lo que la ciencia le ofrece! O en otro caso, dejar de lado lo que podría ser un “gran” montaje.

Su genital anatomía de 48.2 cm lo llevaría a ser el hombre más grande del mundo.

Pide ayuda, pero los últimos cinco meses se ha negado a exámenes médicos concluyentes que acabarían con todas las dudas que hay sobre él, lo que genera más sospechas.

Queda claro que aunque sea auténtico o un truco lo que vemos, las penurias en su vida por las que suplica ser rescatado son por su elección, literalmente por mano propia.

Sí pos la gente me ve y muchos se ríen, a muchos como que les da vergüenza o pena o qué sé yo. Algunos niños o niñas pos hasta como un monstruo me ven. No puedo ir a ningún lugar público ni siquiera a casa de mi familia, bueno sólo con mi mamá de vez en cuando.

Nadie me da trabajo; he ido a muchas clínicas, centros de salud y hospitales y hasta como que les da pena a las doctoras, doctores y enfermeras. Algunos me han atendido una vez, pero pos ven y luego ya no me vuelven a atender, nomás me dan medicamento y eso; igual con los apoyos de gobierno, me los dan y ya, sin revisarme ni nada.

Dos médicos, uno en Carolina del Sur, Estados Unidos, y otro de Saltillo, le han recomendado cirugías para aspirar a una vida más cercana a la normalidad. De eso ni hablar, dice tajante.

Criatura solitaria.- Aquí en La Landín (una populosa y antigua colonia al surponiente de Saltillo) vivimos muchos años mis hermanos, mis sobrinos, toda mi familia, pero pos nunca los veo. No tengo amigos, nunca he tenido.

Cuando estoy con mi familia, aunque desde siempre me conocen, no puedo convivir porque los niños, las niñas, las hijas de mis hermanos les preguntan: “¿Y qué trae allí?”… se quedan viendo y pos mejor no estoy.

Hablar con El Centauro, quien nació el 7 de junio de 1961 a las 14:00 horas en Saltillo --como lo muestra su acta de nacimiento-- implica un choque emocional, de perspectivas, único: te atrapa el morbo, el sentido del humor que esconde cierta “envidia” inicial mezclada con pena y algún tipo de vergüenza.

Da detalles de su vida que nadie además de él puede corroborar, ni siquiera dos de sus seres más cercanos: su madre y su hermano.

Dice haber cursado la primaria en la escuela “Melchor Ocampo”, donde terminó sus estudios en 1974. Reprobó el quinto grado. Para entonces le medía casi 20 cm y por mucho superaba los 13 cm que promedia el hombre adulto.

Nunca me llevaron al hospital ni nada de eso que me acuerde. De niño casi nunca me enfermé, aunque siempre fui solo. Ya de más grande, como a los 13 años, las chavillas me buscaban para se los enseñara. Jajaja, nomás lo veían y gritaban, reían y corrían.

Siguió la secundaria en la escuela “Nazario Ortiz”, también en el mismo sector, donde llegó sólo hasta el segundo grado y abandonó estudios en 1976.

Los chavos y las chavas no eran tan curiosos, vaya, sí se me veía por encima de la ropa, pero no me preguntaban mucho; bueno, nomás el conserje de la escuela, jajaja, él fue el único que me pidió que se la enseñara, que qué tan grande estaba.

En la plática del 6 de febrero del 2015, como la mayoría de las personas especialistas en divagar durante una conversación comprometedora, El Centauro da saltos –-algunos sospechosamente incoherentes-- y se traslada al tiempo en que dice haber vivido en Estados Unidos, cuando ya joven fue a trabajar.

Dice que al salir de la secundaria le medía más de 20 cm, cuando a los 15 años dejó los estudios y se puso a trabajar en distintas empresas, en las automotrices, donde pese a los múltiples exámenes clínicos a que fue sometido, su entrepierna nunca fue objeto de conversación ni impedimento para laborar. Fueron cinco años así hasta que a los 20 años decidió ir a Estados Unidos, allá por 1981.

Fue precisamente en esa siguiente década (los 80s) que repentinamente le empezó a crecer de manera desproporcionada y en cuestión de unos seis años, recuerda, ya le medía lo que actualmente calza.

En Seattle, en 1990 habría tenido lo que fue su primera y hasta ahora única relación íntima con otra persona. Tomaba solitario en un bar cuando una mujer de ésas que trabajan ahí por dinero se sentó a su mesa llevada por una conocida de él. Tomaron un par de cervezas y luego ella le dijo que si quería “compañía”. Se fueron a la habitación con la amiga como testigo vouyerista.

Nos fuimos al cuarto y pos ya. Ella ni veía ni nada, estaba tirada muy borracha, entonces pos yo aproveché y pos… la mitad nomás. Es la única vez que “terminé” en una chava o con alguien. Ella era una india.

Luego me metieron a la cárcel en Estados Unidos porque dos chavillas gringas me pidieron que les enseñara; estaban tercas, eran menores de edad, ¿pero yo cómo iba a saber?, si estaban bien “cuerpuditas”. Lo enseñé y comenzaron a gritar y la Policía me detuvo, me acusaron de intento de violación y me metieron al bote varios meses.

Tras quedar libre ese mismo 1991 se fue a vivir a Tampa, Florida, donde trabajó en varias empresas en el área de limpieza y 12 años después volvió a ser arrestado: en el 2003 cae acusado de asalto a una lavandería.

Era un delito menor, pero luego me salieron con que había cosas pendientes de aquellas muchachillas que me acusaban de agresión sexual agravada en 1991. Total me dieron una condena de 11 años.

En web hay antecedentes penales suyos en Estados Unidos, pero nadie puede confirmar si lo que nos está contando es verdad sobre sus 30 años de vida en suelo estadounidense.

El Centauro no puede sujetarse a una conversación vertical, zigzaguea confusamente en tiempos y lugares y evade los intentos por trazar una línea de tiempo directa.

Sólo cumplió ocho años en esa prisión, pues demandó al sistema penitenciario estadounidense, dice orgulloso.

En la “pinta” (penitenciaría) siempre me pedían que lo mostrara. Hacían apuestas y competencias; llegaban negros a mi celda y nos medían. Por eso es que quiero que se publique mi caso, porque quiero que un abogado me ayude para demandar a las autoridades de ese penal de Estados Unidos porque me exhibieron como un monstruo, como un animal todos esos años. Iban y me tomaban fotos.

Nunca hubo alguien que me ganara, nunca hubo alguien que lo tuviera más grande. Entonces los demandé y los quiero volver a demandar por acoso sexual y discriminación, porque aquella vez nomás me dejaron libre, pero no me indemnizaron ni nada.

Tras cumplir esos ocho años de condena, ya en el 2011 regresó a Saltillo.

Sobrevive de trabajos ocasionales, de recolección de materiales de deshecho y de escasa ayuda gubernamental.

Verlo caminar es lastimoso: su cuerpo de 1.66 mts de estatura es un péndulo, una implacable barrera a la vida común. En momentos hasta pareciera que este bamboleo es artificial o por lo menos exagerado.

Quiero que me declaren discapacitado porque no puedo trabajar casi en nada porque nadie me contrata.

Hablar con El Centauro remueve prejuicios, expone una explicable y sórdida incomodidad y parece ofender al pudor. Eso, afirma él mismo, le ha impedido acceder a los apoyos sociales básicos y a la más elemental valoración clínica.

Dice que desde hace cuatro años ha desfilado por todo tipo de oficinas de asistencia social y de salud pública. Es poco el personal médico que accede a hacerle una inspección ocular y ni hablar de una auscultación, recrimina.

Comenta que ha tenido que amenazar a las autoridades para recibir los apoyos, “las becas”. Les dice que acudirá ante los medios de comunicación y finalmente recibe los apoyos sin que le hagan estudio de validación de por medio, mucho menos una valoración clínica, pese a que constantemente acude a los centros de salud para recibir medicamento para laceraciones y otro tipo de heridas superficiales.

Habla mientras –sentado-- “eso”, como él lo nombra, sobresale de las rodillas llegando a medio tobillo, por lo que trae ropa adaptada por sí mismo: pantalones de broche o botones, todos bastante amplios.

Desde hace 30 años no va a la iglesia.

Ni eso puedo, no puedo arrodillarme, entonces mejor no voy ¿Al cine? No pos desde hace como 30 años que no voy al cine, pero me gustan mucho las películas y las veo en la tele. No voy a lugares públicos.

Intriga, desconcierta y perturba: su desprotegida personalidad desaparece de golpe cuando en el segundo examen médico al que es sometido se niega a una prueba que sería concluyente, y tras minutos de insistencia termina la conversación con una voz inflexible que hace suponer que es otra persona, alguien “picudo” y dueño total de la situación: Ni modo “brother”, aquí ya nada se hace, entonces mejor vámonos.

Dice que es feliz, que lo que piense todo el mundo de él, es problema de todo el mundo.

Con cada plática se acentúa esa personalidad dual. Aunque por breves segundos, pero deja la impresión de ser alguien que calcula cada palabra; que sus comentarios a la deriva son una estrategia para apartar las conversiones de dónde no le conviene; que ese ropaje de desprotección es más bien el uniforme para continuar con un estilo de vida ceñido a apoyos, regalos y recursos que su gigante anatomía le puede proporcionar y que hasta ahora sólo le alcanzan para sobrevivir en la pobreza y la soledad.

Por mano propia.- La tarde del 6 de febrero, cuando lo conocimos, El Centauro se descubre a medias, pues la mayor parte queda envuelta en unas vendas y telas elásticas adaptadas como una especie de soporte. Tanto el inicio como la punta están al descubierto y se lleva a cabo la toma de medidas que documentamos con fotos y video.

Descomunal resultado: Longitud de 45.7 cm; circunferencia del glande, 25 cm. Nada parecido a lo conocido hasta ahora, al menos en los registros. Una tomografía en tercera dimensión posterior daría mayor longitud.

No corresponde al común de los hombres, con las variaciones entendidas de raza y características personales. La entrepierna de Roberto es más bien a un centauro, su parte animal, y no hablamos sólo del tamaño, sino de la apariencia.

Y ese hedor, a veces apenas perceptible, a veces penetrante, pero permanente.

Bueno, ahora quítate el soporte (que cubre el 90 por ciento), por favor --se le pide--.

No, nada de eso, contesta sin dar oportunidad a negociación alguna.

Nada lo hará cambiar de opinión, ni aún la insistente advertencia de que no publicaremos así, pues impide confirmar que lo que vemos es auténtico y no producto de un truco, como extensiones.

Estas vendas son un sostén que lo mantienen firme todo el tiempo, si no, se vuelve aguado (flácido) y delgado, y luego batallo mucho para que vuelva a estar así, firme.

A cambio de no quitarse el soporte, que podrían ocultar cualquier cosa imaginable, ofrece que se le aplique todo tipo de examen como radiografías, ultrasonidos, auscultaciones, cualquiera.

Horas más tarde, un médico realiza la exploración a medias, pues es en la casa de El Centauro: “No puedo hacer una revisión aquí, en un domicilio; para que sea algo serio tiene que ser en un consultorio y que el señor se quite las vendas, vaya, no puedo decirte qué es lo que veo. Aparenta ser, pero cubierto al 90 por ciento por gasas, vendas y otro tipo de telas quedan libres a la vista la base y la punta, que no tiene un aspecto similar al promedio de los hombres; hay aspectos que no corresponden a uno agigantado por condiciones específicas bastante documentadas en la medicina”, explica.

Segunda opinión.- Un reconocido urólogo se ofrece a ayudarnos en la valoración una semana después en una clínica al sur de Saltillo. El hombre que dice tener el más grande de la historia llega puntual a la cita y dispuesto a cualquier examen, siempre que las vendas sigan cubriendo el 90 por

ciento. El resultado es el mismo.

A principios de marzo, El Centauro vuelve a ir a la Redacción y hace una oferta: A cambio de no quitarse las vendas propone que una persona que no pese más de 65 kilos se cuelgue totalmente de él frente a las cámaras. Lo pensaremos.

El 15 de junio volvemos a buscar a Roberto, sobre todo luego de ver que en su cuenta de Facebook tiene una invitación abierta a la mujer que desee colaborar para hacer una sesión fotográfica en la que la chica quedará suspendida en el aire.

La cuenta en la red social fue abierta por un conocido suyo, quien la activó para ayudarlo a conseguir clientes, pues resulta que a partir del 2014, El Centauro decidió sacar provecho y empezó a ofrecer una experiencia íntima fantástica.

Así, destapa un Saltillo no muy conocido. Afirma que aunque pocos responden a la publicidad, ha tenido algunos clientes.

La mayoría han sido gays que vienen o me llevan a algún lugar; muchos van dispuestos a todo, pero ya cuando lo ven pos a unos les da risa, a otros miedo, otros pos hasta se asustan, pero el caso es que ninguno se anima al “servicio completo” y mejor sólo miran, algunos tocan, pero muy leve; son pocos. A ellos les cobro 100 pesos.

He estado con parejas, gente que sí las puede (económicamente), pero ya cuando las señoras me ven, se rajan. Jajaja, pos ya nomás miran.

GRAN ‘PROBLEMA’La mañana 16 de junio lo acompañamos a una consulta en el Centro de Salud Mental del Estado de Coahuila (CESAME). Explica confusamente que acudió ahí porque le negaron la entrada a clases de computación que ofrece una empresa telefónica en un centro de ayuda comunitaria al sur de Saltillo, pues le exigieron un “certificado de salud”.

Vine hace como un mes y me atendió un doctor que me dio pastillas que “para la mente”… es que yo le dije que trabajando la mente, con dedicación, constancia y mucho trabajo uno puede lograr poderes, milagros, como anticipar cosas del futuro y una súper fuerza.

Por vez primera desde que hemos hablado sus incoherencias rozan las fronteras de la cordura de manera tan evidente.

Yo creo que ese doctor pensó: “Éste está loco”, jajaja, entonces me dio esas pastillas para la mente y

pos yo ni las surtí; no me las iba a tomar aunque me las regalara, yo no tengo nada en el cabeza, sólo quiero aprender computación para meterme a mi cuenta de Facebook, poner más fotos y otro teléfono. Es que el amigo que me ayudó se quedó con las claves y como estoy bronqueado con él ya no puedo hacer nada.

El psiquiatra David Salazar, especialista del CESAME, lo recibe en su consultorio como procedimiento rutinario, nada especial. Empieza el interrogatorio, primero aclarando que la cita anterior, hace un mes, fue atendido por un médico residente.

Tras escuchar que el asunto se trata de una solicitud para “un certificado de salud”, el doctor Salazar se detiene al revisar el informe del residente: Oiga Roberto, es que aquí me dicen que le recetaron unas pastillas ¿Se las tomó?

Sí, contesta El Centauro con un tono que lo delata aún ante quien no lo conoce.

Luego de 15 minutos de entrevista clínica, llega al “gran asunto”: Mire doctor, lo que pasa es que yo no me siento bien con la gente, no puedo estar con nadie, ni con mi misma familia; me rechazan por mi “problema”.

-¿A qué se refiere con eso? ¿Cuál es ese “problema”?, pregunta el psiquiatra.

Pues a que lo tengo fuera de lo común, es demasiado grande, dice mientras mira hacia su cintura.

¿Cómo? O sea… ¿qué tan grande puede ser su “problema” que no puede convivir ni con su familia?. Hasta este momento, el doctor Salazar estaba de su lado del escritorio y no había forma que visualizara a Roberto de la cintura para abajo.

Doctor, mejor cierre la puerta para que se dé cuenta del “tamaño del problema” -–intervengo por primera vez, ya que hasta el momento me mantenía callado en un rincón del consultorio--.

El Centauro se descubre y a partir de ese momento comienza lo que él mismo cataloga como la mejor consulta médica de su vida. El doctor Salazar integra de inmediato un equipo de especialistas.

El equipo de CESAME inicia un extenso interrogatorio acompañado de una auscultación. El médico general Adrián Ayala concluye: Obviamente sin que el señor se quite las vendas no puede haber un diagnóstico serio concluyente para abrir expediente, pero en este momento sí puedo decir que hay un 95 por ciento de certeza de que lo que vemos es real y su cuerpo. Tiene la misma temperatura corporal y la irrigación sanguínea corresponde; yo descartaría que fuera una extensión o prótesis.

De entrada, hay un cruce de ideas entre el equipo clínico, algunas que concuerdan con lo que la Redacción de VANGUARDIA concluyó en base al sentido común, no pocas veces acertado: de acuerdo con lo que el mismo paciente refiere, le deberá medir unos 25 centímetros; el resto corresponderían a un exceso de piel anormal (podría ser algún tipo de tumoración). Usa las vendas para mantener firme ese exceso, alterando la circulación normal de la sangre y provocando un alarmante riesgo a la salud, lo que preocupa al equipo médico ¡Y ese hedor!

Estas hipótesis --sin mayor argumento que los dichos por el paciente, lo que al ojo se aprecia y las aportaciones que hicieron en febrero los dos médicos (uno general y un urólogo) y las de este grupo del CESAME-- implicarían que Roberto, consciente de esto o no, ha transformado su cuerpo a partir del agrandamiento anormal, usando las vendas, gasas elásticas y otro tipo de cubiertas para darle forma al exceso de piel que lo aleja de la humanidad.

El equipo del doctor Salazar, conformado además de Ayala por los psiquiatras residentes Ana Bayona Mendoza e Israel Aguirre, está ocupado desde el principio en evaluar tanto su salud física como la mental. El Centauro presenta un cuadro que amerita una serie de exámenes que empezarán a partir del día de mañana 17 de junio.

Pero si alguien le ofrece la oportunidad de con una cirugía tener una vida más normal; de tener novia, de tener pareja, de tener intimidad ¿Eso no le motiva a atenderse?, pregunta Ana, la joven psiquiatra.

No, no, no. Mire, ya les dije que los urólogos luego luego le quieren meter cuchillo. Dicen: “Pos firme aquí y si sale bien o sale mal, pos ni modo”. ¿Y qué tal si salgo mal? No, mire, yo estoy bien así. A mí nomás déme el certificado de salud pa ir a aprender computación para meterme a mi Facebook y ya ¿Cómo ve?, responde Roberto.

El doctor David dispara: ¿Y no se ha puesto a pensar, Roberto, que es usted un vividor?, ¿que sólo quiere sacar provecho de esa “discapacidad” que dice usted aún a costa de su salud?, ¿por qué no quiere quitarse las vendas?

¿Qué?, ¿cómo?, ¿yo vividor? No, mire, yo lo que quiero es el certificado para aprender computación. De que “se me vaya a caer ‘el pedazo’”… pos no, ya llevo más de 20 años con las vendas y el soporte y no me pasa nada.

Pero miren, yo lo único que les pido es respeto, yo no me quiero quitar el sostén, las vendas. Es como usted, doctora, ustedes como mujeres pues traen su brassiere para sus pechos, entonces pos es lo mismo, contraataca El Centauro tratando de bajar la guardia a Ana, a quien se aproxima para tratar de amedrentarla invadiendo su espacio y hacer que retroceda.

Luego los reta a un juego de lógica conceptual y es bastante insistente en su intento de hacer caer a cada uno de los especialistas y no perder el control de la charla, sobre todo con el doctor Israel.

Para este punto en que “se faja” con todos los especialistas y trata de salir de “las cuerdas” donde lo tenían, ya el equipo traza el camino a seguir y da por concluida esta primera cita para ir a un punto más provechoso luego de más de dos horas de consulta.

Discapacitado física y mentalmente; ignorante y pobre; sobreviviente gracias a la ayuda gubernamental; despreciado y agredido sexualmente; indeseable social; abandonado. Por otra parte: Vividor, estafador, calculador, bilingüe, tramposo, asaltante, agresor y servidor sexual, además de suficientemente hábil para debatir con un grupo de psiquiatras ¿Quién en realidad es El Centauro?

Deberán pasar muchos exámenes y sesiones con especialistas para responder a las preguntas básicas, pero hay algo en lo que todos coincidimos en el consultorio del CESAME y en la Redacción de VANGUARDIA: sea un truco o real su parte “animal”, Roberto eligió la condición en que se encuentra, al menos desde que lo conocemos el 6 de febrero del 2015, pues no tenemos más referencias, no hay alguien que lo compruebe.

Sabemos que si fuera un truco, sería por decisión propia mantenerlo a costa de su salud. Sabemos que si fuera alguna anormalidad, él ha decidido no sólo mantenerla, sino transformar su cuerpo con los soportes y vendajes.

El Centauro no requiere un milagro divino, fantástico. La ciencia, la medicina podría ofrecerle eso, o en el otro caso la decisión de dejar una representación que por ahora sólo desprecio, abandono, soledad y miseria le ha traído.

Pero bueno, él cambia todo eso por otro sueño: ser el único Centauro pornstar.

Roberto enfrenta al equipo clínico del CESAME.

NO ESTÁ SOLOEs una vivienda de la clase trabajadora en el sur de Saltillo el mediodía del 23 de junio del 2015. Un hermano mayor y la madre de Roberto me reciben cuando se enteran que pidió ayuda para publicar su caso.

Luego de algunos minutos, ambos son contundentes: todo lo que nos relató el falaz personaje es cierto hasta sus 20 años; dónde nació; dónde estudió; que fue un niño de talla normal, que abandonó la secundaria y… hasta ahí.

El hermano agrega un dato que Roberto omitió: estuvo en el Ejército Mexicano, anduvo de soldado unos seis meses. Luego tuvo varios empleos aquí en Saltillo, pues no aguantaba mucho ya que nunca le gusto trabajar, asegura el hermano. Como a los 20 años es cuando se va para Estados Unidos.

¿Alguien de ustedes lo visitó en Estados Unidos? ¿Pueden asegurar que estuvo allá y que estuvo preso? ¿Cuando se fue ustedes sabían cuánto le medía? ¿Ahora que regresó lo han visto sin las vendas? ¿Alguien puede confirmar lo que fue de su vida esos 30 años?

No la verdad es que no. Sabemos lo que él nos dice, pero nadie nunca lo visitó allá ni tampoco en la cárcel; nos mandaba cartas y postales y eso una o dos veces al año, pero de asegurar por nosotros mismos que fuimos y vimos y que lo que dice es cierto, pues no, responde el hermano.

Yo la verdad nunca lo he visto sin la venda. Creo que si le pregunta usted a mis sobrinos, sólo ellos. Alguna vez juntaron dinero y se lo dieron para que él los dejara ver, pero no sé si lo vieron completo sin las gasas.

Explica que supieron del tamaño de Roberto cuando mandó algunas fotografías en las que “el bulto” se le notaba bajo el pantalón.

La imagen que reveló a la familia el secreto de El Centauro está fechada: Roberto Esquivel Cabrera deteniendo el tiempo a la edad de 49 años desde el estado de California, año 2009. Estados Unidos.

Fue cuando sus hermanos notaron “el problema” y él mismo les dio vagas explicaciones, pues se supone que ya estaba en prisión. Sin embargo, la foto no lo muestra con ropa típica de reo y está en lo que pareciera ser un estudio fotográfico con una gran imagen de un paraje de San Francisco en la pared.

Sobre la mesa están más fotos en distintos momentos de su vida. En una, en la que se aprecia a sus veintitantos años, está recostado sobre el pasto y nada en su entrepierna parece anormal como es hoy.

El que está acostado no está triste, más lo está acompañando la tranquilidad y la calma, digno y orgulloso de ser el mismo. Soy yo, madre, su hijo, pues para mí usted es la causa y la razón, por eso ando acá, para ser y tener lo que nunca hemos tenido.

Roberto Esquivel Cabrera, escribió al reverso.

El veinteañero Roberto Esquivel, antes de ir a EU, antes de ser El Centauro.

De familia.- El hermano de El Centauro sigue muy cauteloso con sus afirmaciones: Qué le diré… pues mire, nunca antes supimos que tuviera ese “problema”, pero sí le puedo decir que un hermano mayor de nosotros, quien ya murió, cuando se casó en 1974 lastimó mucho a su esposa en la noche de bodas. Nadie sabía de su “problema” hasta esa noche, cuando tuvo que llevarla a ella a que le hicieran curaciones, pero luego siempre tuvo una vida normal.

Yo creo que medía unos 25 centímetros por lo que nos decía, porque la verdad nadie de nosotros (hermanos) se lo vimos, pero creo que era algo dentro de lo normal, muy raro, pero normal. No como Roberto.

Explica que junto con sus hermanas y hermanos ayudan en la manutención de El Centauro: en el 2011 le enviaron dinero a Carolina cuando fue deportado y así pudo regresar a Saltillo; una hermana le dio asilo en su primer año de regreso y luego pidió que lo dejaran vivir en la casa que ahora habita, propiedad de otra de sus hermanas.

Entre todos los hermanos acondicionaron la vivienda, muy pobre, pero con baño, tinaco, regadera y servicios. Desde entonces él los visita cada dos semanas.

Mi mamá vive conmigo desde hace muchos años y entonces aquí viene él (Roberto) a visitarla. Platica mucho con ella y pues es cuando lo vemos; procuramos ayudarlo en lo que podemos, pero pues él trae su plan de vida.

Pero como dice usted, primero tiene que quitarse esas vendas si no nadie le creerá, porque yo de asegurarle que lo que él dice es cierto, pues no puedo, no sería responsable.

Esta es la imagen que reveló el secreto de Roberto a su familia.

Pecado mortal.- Calladita, sólo observa con atención a su hijo cuando habla de Roberto, entonces, la mamá, de 91 años de edad, responde sobre lo que desea para El Centauro y lo hace de una manera contundente, fulminante.

Fue un niño normal --en fálica talla-- como todos mis hijos (hasta que se fue a Estados Unidos). Últimamente me platicó que quería recoger a una persona que quería vivir con él, que ella trabajaba y lo mantenía, nomás lo que quería era vivir allí en su casa. Le digo yo: ¡Y a qué te atienes! No te creas, porque hay personas malas que se sienten bien y al hora de la hora cualquier problema que tengas te avienta a la calle y ella se queda con todo lo que tú tienes allí, que todos tus hermanos te han arrimado, te han ayudado.

Ahora ¿Tú qué le ofreces, con qué le vas a cumplir? Es lo que busca una mujer: Un hombre, eh, verdad ¿Y para qué la quieres? No, que porque ella iba a trabajar y lo iba a mantener. No, le digo: son interesadas y a la hora de la hora por cualquier motivo a ti te avienta a la calle y ella se queda allí con lo tuyo. ¿Y tú qué ganas?

¿Qué desea para su hijo?

¡Yo qué quisiera!… pero él se lo ha buscado y ahora no quiero tampoco que la familia se degrade y piensen mal, nos pongan en ridículo a toda la familia por culpa de él.

Yo le platico a mis hijos que está en un gran pecado mortal completamente porque no estuvo conforme con su cuerpo; él lo deformó por ambición; el creía que con eso iba a ganar mucho dinero, iba a meterse al radio, a la televisión y a todo eso e iba a ganar mucho dinero y ya no tenía que trabajar, y ahora allí está imposibilitado que ni una cosa ni otra puede hacer.

¿Piensa que se inyectó algo, que se hizo algo? ¿Lo hizo por ambición?

Pos él fue que se lo hizo. Sí, quería ganar mucho dinero de esa forma sin trabajar. No le digo que (cuando aún vivía con ella en Saltillo) quería que yo lo mantuviera con la pensión que yo tengo, que me dejó su padre, y por eso él se fue de nuestro lado.

Si pudiera operarse para ser más normal ¿Le pediría que lo hiciera?

Pues mire, ya no hallo ni qué pensar. Mire ¿Qué gana con operarse? ¿Ser normal? Si él no sabe hacer nada, no sabe trabajar, por eso lo hizo, para ganar dinero sin trabajar ¿En qué trabaja si no estudió nada?

Nunca hasta este día Roberto y ella han hablado sobre el tema, sobre su gigantesco tamaño. Hoy, sus días juntos son cada dos semanas, en que El Centauro regresa para almorzar con su hermano y platicar largamente con ella.

No, no le comento nada. Platico con mis hijos, pero a él no le digo nada. Todos los hermanos tienen sus obligaciones, tienen sus esposas, sus hijos, no lo pueden estar manteniendo a él. Un centavito se lo doy de vez en cuando, pero no para estarlo manteniendo.

Entonces le hablo de las dos caras que muestra Roberto, de desvalido y la contraria.

Tiene mucha palabra y “duerme” a uno, dice lapidariamente esta madre de 15, abuela de 35, bisabuela de 75 y tatarabuela de 8: la familia de El Centauro.

Pese a eso, él prefiere vivir en la soledad y la pobreza, vivir de las dádivas de asistencia social, esperando a cumplir el futuro que, con sus propias manos, ha ido moldeando desde hace 30 años. Bueno, su familia acusa que lo ha hecho desde mucho antes.

PUES SÍ, ES REALEs 17 de agosto de este 2015 y cuando el panorama era bastante desfavorable para Roberto, exámenes practicados durante su tratamiento en el CESAME dan un matiz a la historia: una tomografía en tercera dimensión confirma que no hay truco de extensiones ni algo artificial; todo lo que muestra es orgánico y parte de su cuerpo, que aunque está en funcionamiento fisiológico y sexual, presenta un crecimiento anormal y representa graves riesgos para la salud. El estudio corrige las medidas tomadas con cinta métrica en VANGUARDIA y da la más exacta de 48.21 centímetros de longitud.

Hace unas semanas, una báscula simple, sin calibración certificada, marca 920 gramos.

Tendrá que ser un urólogo quien determine si se puede considerar como tal para ser registrado en el Récord Guinness. No se sabe aún cuál tejido es el que creció extraordinariamente ni el origen del crecimiento. Las especulaciones siguen siendo o prepucio y glande, pues no corresponde a las otras partes que componen el todo. La incertidumbre sigue porque El Centauro no se quita los vendajes.

Además, cada vez es más clara la sospecha que ante el crecimiento de piel (falta determinar si por causas ajenas o por acción directa de Roberto), él mismo fue dándole forma con los vendajes. El cuerpo principal sería de 16 centímetros --lo registra la tomografía--, y a partir de ahí todo sería el exceso extraordinario.

Cuando le pregunto sobre los exámenes y test que le han aplicado en los últimos días, El Centauro vuelve al afán de los médicos de encontrarle algo malo “en la cabeza” y habla de las imágenes de la tomografía.

Esta es la imagen de la tomografía de El Centauro:

Su propia religión.- Es como te digo: la gente, con mucho trabajo, meditación y mucha dedicación, puede hacer cosas fuera de lo común. Yo por ejemplo me pongo a pensar mucho en cómo ayudar a la gente, y pos creo que ya con el dinero que gane hago mi propia iglesia, mi religión. “El Elixir de la Vida” se puede llamar mi religión.

Así podría ayudar a mucha gente, muchos que pueden meterse conmigo a mi iglesia. Los ayudaría a que hagan cosas sobrenaturales o que la gente cree que no, pero en realidad sí se puede.

Entre estas cosas sobrenaturales, aclara, está el adquirir superfuerza para realizar actos heroicos y extraordinarios, como levantar automóviles, etcétera. También predecir situaciones del futuro.

Y cuando más parece adentrarse en temas que se alejan de la cordura, de pronto regresa a argumentos con cierta lógica.

Bueno, pos es que eso de levantar carros y todo eso toda la vida han sacado notas los “corresponsales” de gente que cuando está en peligro hace cosas fantásticas. ¿O no? Y sobre lo de adivinar algunas cosas que pasarán ¿A poco no hay gente por todo el mundo que hace meditaciones y todo eso? ¿Hay gente que dice que cura con los ángeles y todo y mucha gente va con ellos toda la vida? Los que hacen eso de la yoga y cosas así hasta dicen que levitan, que flotan ¿Pos no hasta hay algunos sacerdotes chinos que hacen eso?

Patentará método de crecimiento.- Dice que el método de crecimiento que ha descubierto (que implicaría la modificación por mano propia) podría aplicarse no sólo para los hombres, pues también las mujeres podrían hacer crecer sus atributos ¡Y sin cirugías!

Le digo a las doctoras que quiero vender el mecanismo (se refiere al método que usó) para hacerlo crecer, y que hasta se puede usar para que ellas crezcan sus pechos. Pos nadie se debe asustar ¡Desde hace muchos años sabemos que hay tribus en África en que las mujeres hacen crecer sus cuellos!

Le ofrecí dárselos a ellas (a la psiquiatra Ana y a una psicóloga que lo atiende) para que crezcan sus pechos, pero no han querido. Eso también podría ser muy bueno para mí, porque sería mucho dinero.

Pocos podrían negarle que es efectivo el método que descubrió, el que aplicó en su propio cuerpo, si es que el tamaño es lo único que importa. Además resolvería uno de los secretos más deseados por los hombres que sueñan con una mayor longitud.

Y mientras El Centauro sigue contando los millones de dólares del Récord Guinness; que ganará con la demanda contra el sistema penitenciario estadounidense; al convertirse en estrella del cine mundial;

crear su propia iglesia y con la patente de su método de crecimiento, el mundo lo sigue evadiendo con la mirada, las dádivas y caridades lo alimentarán sin ver a quién y seguirá en su solitario refugio, invisible incluso para el espejo.

Sentado, a Roberto le llega casi hasta el tobillo. No puede arrodillarse en la iglesia.

Capítulo II

La Bruja

EL OCASO DE UNA BRUJA

POR RICARDO MENDOZA RESÉNDEZ

¿Las brujas tienen pesadillas? ¿Usted ha tenido pesadillas?

Claro, como cualquier persona. Mis pesadillas más fuertes han sido… bueno, todo relacionado con mi trabajo con las personas.

¿Y con qué sueña? ¿Qué desea para el futuro?

Tengo 79 años y sólo quiero cumplir los 80; sólo le pido a Dios llegar a los 80. Ojalá Dios quiera y los cumpla.

¿Dios?, ¿usted cree en Dios?, ¿una bruja cree en Dios?

Sí, soy una bruja, pero una “bruja blanca”, yo trabajo la magia blanca, no la magia negra. Sí creo en Dios y voy a la iglesia cada que puedo, cada 15 días antes, pero bueno, ahora con mi enfermedad pues ya está más difícil.

Doña Élida Tijerina dice esto mientras voltea a ver su pie izquierdo, sin dedos desde hace 45 días.

Son las 15:00 horas de este martes 23 de junio del 2015 en su casa en La Petaca, un ejido de Linares, Nuevo León, añilmente famoso por sus brujas y brujos, tanto que los linarenses buscan en este momento ser declarados Pueblo Mágico ante la Secretaría de Turismo Federal.

FRONTERA CON LA BARBARIE.- Linares pareciera la frontera con la barbarie. El círculo de protección que empieza en este pueblo abarcaría esa zona citrícola hasta Monterrey. Después de Linares, rumbo al sur empieza la llamada “Carretera de la Muerte”, vía federal principalmente ubicada en Tamaulipas y la zona rural de Nuevo León. Son

kilómetros que enlazan el mar del Golfo de México con los principales puentes fronterizos a Estados Unidos: Nuevo Laredo y Reynosa.

Cualquier cantidad de relatos, tragedias, asesinatos, masacres, asaltos, secuestros y violaciones. Todo en esta carretera en los últimos años, más a partir del 2006 pues era ruta controlada por el Cártel del Golfo (CDG), pero a partir del rompimiento entre éste y lo que en un principio fuera su brazo armado, Los Zetas, es escenario de las más salvajes carnicerías por disputa de las plazas, la ruta millonaria de la cocaína y drogas sintéticas.

En esta zona se han detectado innumerables fosas clandestinas; "cocinas" donde desintegraron a cientos de víctimas del crimen. Un punto crucial es el poblado de San Fernando, trágicamente célebre por la mayor matanza de migrantes: el 23 de agosto del 2010 Los Zetas ejecutaron a 72 centroamericanos indocumentados que se negaron a trabajar para ellos.

Coahuila y Nuevo León son refugio de los principales líderes zetas y desde aquí disputan los territorios al CDG. Para muchos, el último lugar neutro está en los límites de Linares. La Petaca, ubicada al sur de ese municipio, es ruta para evadir por las brechas y caminos y dirigirse a poblados tamaulipecos controlados por los sicarios de ambos bandos.

La Petaca, este caldero de brujas, pareciera lo único que contiene el salvajismo de los sicarios.

Élida recuerda cuando llegó a vivir entre brujas:

Pues yo llegué aquí cuando tenía seis años con mis papás (en 1941), ya para entonces La Petaca era muy famosa por las brujas. De hecho como a los 12 años empecé a trabajar en la casa de una de ellas, “doña Toña”. Ella me enseñaba cosas de curanderos, a hacer barridas y eso, lo que aprende uno primero. Luego ya me casé y pues seguí aprendiendo de varias personas, todo aquí mismo, siempre he vivido aquí.

Entonces el lugar era un ejido de calles polvorientas y unos mil habitantes; entre La Petaca y Linares había sembradíos y huertos citrícolas. Hoy la mancha urbana lo unifica todo y unas seis mil personas habitan en los siete sectores habitacionales que se instalaron en el lugar.

¿Cómo se casa una bruja?

Pues así, como cualquiera otra mujer, por la iglesia y todo.

Se refiere al templo católico que está sobre la misma calle, a unos 200 metros en la acera de enfrente, consagrado a la Virgen de la Inmaculada Concepción.

¿Y a su esposo no le daba miedo?, ¿él sabía que usted era una bruja?

Pos nomás de repente me decía que yo hiciera mis cosas y ya. La verdad es que para entonces yo hacía trabajos de curandera y eso, pero no tanto como bruja. Tuvimos 10 hijos y luego nos separamos.

Tras esa separación hace más de 25 años, doña Élida fue aprendiz de uno de los más famosos brujos de los últimos tiempos en La Petaca, un hombre veracruzano llamado Irineo Hernández, “don Irineo”, quien murió a mediados de los 90. Fue entonces que ella tomó su lugar, así como dicen las reglas de la hechicería, que sólo hasta que el maestro deje de serlo, el alumno ascenderá, dice. A partir de entonces da consultas y se convirtió en la más famosa del lugar junto con “Nachita”, quien vive a unas cuatro cuadras.

Yo manejo la magia blanca, que sirve para curar, para dar buenas vibras y para sanar los males y hechizos que las brujas negras, esas que manejan la magia negra, le pueden poner a una persona.

La brujas negras pueden echarle a una persona enfermedades, como esas que hacen que la piel se caiga a pedazos; también echan la mala suerte y otras cosas muy malas. Yo lo que puedo hacer es eliminar con mis poderes y rezos todo eso malo, alejarlo, sacarlo de las personas.

Hasta hace algunos meses, doña Élida daba consulta diaria a unas 15 personas en promedio.

Ella forma parte de la última generación de brujas en el lugar, aunque para los linarenses las brujas “chingonas” ya murieron. Las últimas dos en esta categoría serían María Cepeda y “Licha Látigo”; antes de ellas Angelita Pesina y “La China Hilaria”. Con ellas miles de creyentes de la hechicería desfilaron por estas calles, desde personas comunes hasta artistas, cantantes e importantes políticos. El tiempo de estas “brujas chingonas” habría acabado a principios de los 80.

Aunque muchos coinciden en que las brujas no están más, también acuerdan que el “negocio” y la fama permanece. El 5 de mayo de 1991 Los Angeles Times dedicó un reportaje firmado por Laura Castañeda a este lecho de brujas. En los últimos años diversos medios de comunicación nacionales, así como cadenas hispanas de televisión de Estados Unidos, han realizado reportajes de La Petaca, en los que doña Élida es identificada como la más famosa de las que quedan.

¿Algún sacerdote de La Petaca le ha preguntado sobre la brujería?

Pues no así. Una vez uno me preguntó que para qué quería yo el agua bendita y otras cosas que yo llevaba a la iglesia, y le contesté que era para curar a la gente con yerbas y eso, que yo curo con rezos a Dios y los santos. Entonces pues ya me bendecían el agua y otros objetos.

Voy como cualquiera otra persona a misa y eso. Es que yo soy bruja blanca, las brujas negras son las que sí van contra la iglesia y Dios, pues hacen pactos con entidades (demoniacas).

Su casa es conocida por todo mundo, está sobre la avenida principal del sector. Mientras hablamos, dos de sus nietas juegan como cualquier adolescente. Una de ellas, dice la bruja, es la única de su familia a quien le interesa un poco la hechicería.

Doña Élida está sentada al borde de su cama, su rostro es amable, sereno y su voz incluso dulce. Escucha atenta las preguntas y contesta con la pausa de aquellos que parecen nunca llevar prisa.

TRANSPORTE A LA MUERTE.- Fue el 23 de agosto de hace cinco años, iba con mi compañero supervisando la ruta en un auto de la empresa y esperábamos llegar a la estación en San Fernando para abordar la unidad (autobús de pasajeros) con rumbo a Linares. Vaya, era algo rutinario.

Cuando íbamos de Ciudad Victoria (Tamaulipas) a San Fernando, más a menos a la altura del entronque a Rayón, donde hace una “Y” para tomar la carretera a Tampico, de pronto nos topamos con muchos autos nuevos abandonados a la orilla de la carretera. Eran autos compactos de la Chevrolet que estaban abandonados pero se veían nuevecitos, incluso tenían los plásticos de protección en los

interiores. Había 12, no estaban juntos: te topabas con uno y metros más adelante estaba el otro.

Héctor Miguel Salinas Herrera recuerda lo inexplicable que les parecía esta situación a él y a su compañero de la línea de autobuses de pasajeros para la que trabajan.

De inmediato nos dimos cuenta de qué se trataba: cuatro pick up vigilaban los autos estacionados y dos nos empezaron a seguir, sólo detrás de nosotros, sin hacer nada. Más adelante unos chavos que parecían halcones iban subiéndose a los autos y se los llevaban. Había un camión nodriza que trasladaba los carros nuevos a alguna agencia y la estaban asaltando, bajaban los carros para que luego los halcones se los llevaran; nunca había visto algo parecido.

Pocos minutos después por radiofrecuencia nos dimos cuenta que estaban reportando como desaparecidos dos autobuses de otra línea de pasajeros. Entendemos que eran en los que secuestraron a los migrantes que luego ejecutaron.

Con 16 años de trabajo sobre las carreteras principalmente del noreste de México, Miguel es uno de los miles de mexicanos cuya vida ha estado en un riesgo significativamente mayor que el resto de los ciudadanos en esta etapa de barbarie tras la “Guerra contra el Narco”.

Su trabajo como supervisor consiste en inspeccionar las unidades y sus choferes de dos formas: directamente en la unidad o vigilando el desempeño a distancia en auto. Su cuenta en redes sociales suele ser la envidia de muchos amigos. Miguel ha estado todos estos años en los lugares más entrañables a los que muchos han renunciado a ir por el estallido de la violencia.

Mientras ni siquiera las caravanas organizadas por los más importantes activistas como los sacerdotes

Alejandro Solalinde o Raúl Vera, han podido entrar a San Fernando en algún momento por los riesgos que implica, pese a que ahí hay una base militar, Miguel entra y sale y disfruta de las ruinas en que han quedado convertidos muchos de estos lugares.

Han sido años muy difíciles, pues mientras millones de mexicanos evitan las carreteras nosotros tenemos que entrarle al jale; hemos visto a diario cómo los pueblos quedan solos, cómo algunos criminales se apoderan de esos espacios. Es bien impresionante llegar a poblados como El Tomaseño, verlo solo, casas y negocios incendiados por el narco; ves carros explotados con granadas y nadie en las calles.

En lo personal sólo he vivido dos situaciones graves directamente: en el 2008 me levantaron un par de horas cuando estaba esperando en el autobús en la estación de el rancho La Purísima, entre Piedras Negras y Acuña, en Coahuila; y en el 2009….

Cuando me levantaron, estaba a la orilla de la carretera en el punto de llegada de la unidad, cuando de pronto llega un auto con cuatro chavos jovencillos, quizá veinteañeros, medio cholos, pandilleros. Simplemente se me acercaron y me jalaron para adentro al asiento de atrás; me tiraron el piso y me encañonaron porque creían que era policía, ya que en ese tiempo a los supervisores nos daban con el uniforme una gorra que parecía de policía.

Aunque suplicaba por su vida, los jóvenes no le creían y se comunicaron por radio. Explicaban que Miguel negaba ser policía. Del otro lado de la línea me concedieron la vida, suspira.

Después de darme una vuelta y quitarme algo de dinero me regresaron al lugar de donde me habían levantado, eso fue todo.

Luego, en el 2009, lo que ocurrió esa tarde de

mediados de junio es algo que no podrá olvidar. Esperaba a la unidad en la estación ubicada en el paraje Los Altares, ubicado en un punto serrano en el kilómetro 34 entre Galeana y Linares.

Eran como las tres de la tarde y estaba sólo yo, cuando de pronto llegan 16 camionetas –porque las conté-- de todas marcas. Todas se estacionan y ahí los chavos armados con pistolas y cuernos de chivo empezaron a pintarles la letra “Z” en los vidrios de las camionetas. Yo estaba cagado de miedo, pero no podía correr para ningún lado, entonces simplemente agaché la mirada y empecé a rezar. Se fueron como a los 10 minutos rumbo a Linares y el alma me regresó al cuerpo.

Miguel, pausa, respira hondo y continúa.

¿Qué hizo esa gente? Llegaron a Linares y tomaron el pueblo durante unas horas. Mataron a algunos rivales y secuestraron a más de 8 personas, la mayoría policías. Luego aparecieron algunos cuerpos decapitados, desmembrados.

Cuatro años después, en junio del 2013, otro comando igual llegó a Linares, pero ahora para llevarse a varias personas secuestradas y exigir rescates… entre ellos iba mi hermano Julián Salinas Herrera. Se pagó lo que exigían, pero nunca volvimos a saber de él, nunca.

Después de ese secuestro masivo, uno de varios que ha sufrido en los últimos años Linares, como muchos pueblos y ciudades del noreste mexicano, tuvo que continuar con su vida. De los secuestrados ninguno apareció con vida.

¿Qué te digo? Tengo que seguir con mi vida, con mi trabajo. Las cosas son difíciles, pero cada quien tiene que hacer lo que le toca. Todos los días me encomiendo a Dios para regresar a casa, aquí en La Petaca, donde vivo desde hace 24 años. De hecho este terreno en el que estamos se lo compré a don

Irineo Hernández, el maestro de doña Élida en lo de la curandería y hechizos. Ella vive aquí a dos cuadras.

Nunca he visto nada sobrenatural todos estos años, nunca. Es que depende de cómo tomes las cosas: por ejemplo, dicen que hay muchas lechuzas aquí y que es por la brujas, ya ves que dicen que las brujas chingonas son las que se convierten en lechuzas y vuelan. Bueno, pues cuando llegamos recuerdo que desde siempre oíamos estas leyendas y la verdad me asusté mucho cuando de pronto por las noches escuchaba ruidos y salía al patio para encontrar a varias lechuzas blancas, enormes.

Para entonces, al lado de la casa de Miguel, “don Irineo” realizaba su trabajo como brujo.

Pero luego me di cuenta que las lechuzas llegaban porque iban por las croquetas que tenían los perros ¡Llegaban a comer! No sé, yo respeto mucho todo eso, pero hasta ahorita vivimos felices aquí en La Petaca y hemos visto cómo se construyen muchas colonias y llegan miles de personas nuevas. Claro, la fama sigue de las brujas y brujos, pero en realidad no sé porqué lo del nombre del ejido ni desde cuándo llegaron las curanderas aquí.

Un día se subió al autobús un señor ya de edad de un rancho y no me quería mostrar el boleto, se puso muy grosero, gritando. Entonces, me le acerqué y con voz bajita le dije: Cálmese señor, nomás le digo que soy de La Petaca, soy “brujillo”, entonces ya bájele. Jajaja, entonces el señor, asustado y amable me dijo: “No, pos aquí está el boleto, usted disculpe”.

Doña Elida Tijerina se recupera de una cirugía en la que le amputaron los dedos del pie.

Doña Élida ¿Entonces una bruja negra puede llevarle a alguien la mala suerte, enfermedades y quizá hasta la muerte?

Lo de “placear” es que se ponga la fecha de muerte de alguien, pero bueno, yo no. Yo hago todo lo contrario: quito todo eso malo, esa es la magia blanca y lo hago con rezos y remedios.

Dicen que aquí en La Petaca desde siempre ha habido una lucha entre el bien y el mal, que así como hay magia blanca, por brujas blancas –como dice usted que es-- también hay brujas negras.

Sí, eso dicen. Aquí llega mucha gente que me pregunta por ellas y yo les contesto que eso dicen, que están calles más abajo. Y pues desde siempre ha sido así, según dicen había (brujas) que volaban… yo no alcancé a volar, pero son las que tratan lo malo, magia negra. Yo sé que sí hay (brujas negras). Como una trabaja lo blanco, no lo negro. Vienen a preguntar por ellas y yo les digo dónde están. Pos aquí a unas cuadras está una que dicen que trabaja eso.

Dicen que esta es la frontera con la barbarie, que a La Petaca vienen muchos sicarios de los distintos cárteles para acudir a la magia negra, a la Santísima Muerte. Que, como ancestralmente ha sido, este centro hechicero es lugar de constante lucha entre el bien y el mal.

Pos eso dicen, que ellos también vienen a que les hagan “trabajos”, pero yo no sé de eso. El aire está contaminado y todo eso, ya ve que los matan en otra parte y ya pasan a tirarlos como unos animalitos. Cuánta gente, verdad, se ha perdido y ¿don tan? ¡Pos quién sabe! Pues sí me preguntan, pero pues no puedo yo adivinarlos. Sí se les da una oración para lo que están pidiendo, porque las oraciones son lo que trabajo yo.

¿La Santa Muerte? Lo que sea de cada quien: si ellos creen en la Santísima Muerte, pues que los cuide. Se respeta, pues ya ve que donde quiera hicieron capillas para la Santísima Muerte. Los que trabajan lo malo, traen lo malo. Ellos saben cómo se protegen, son los de la Santísima Muerte.

Mismo espacio, mismo tiempo. Elementos de seguridad (militares y policiacos) y sicarios (de los distintos cárteles) coinciden estos días en La Petaca. Doña Élida trabaja con “los buenos”.

Fíjese que los soldados y toda esa gente viene conmigo a que los barra. Pero no crea que vienen a (algo) malo. No, no, no. Traen muchachos enfermos que vienen espantados. Había una troca aquí enfrente y traían lotro día un muchacho que venía bien malo, que ya no comía, era de por allá de Michoacán. Y otro día llegaron tres camionetas aquí, traían dos muchachos.

Hay balaceras… la otra vez llegó un muchacho muy asustado y le dije ¿Con qué te

asustaste? Y dijo: “Hubo una balacera muy fuerte acá por Victoria (Tamaulipas) y dijo: “Allá andaba yo, andábamos…”.

Mire allá van las camionetas con soldados, hay muchos soldados ahorita. Dicen que andan buscando dos.

Al voltear a la calle, justo en ese momento pasa un convoy de tres vehículos cargados de militares.

Bueno, dice (el joven soldado): “Es que andábamos entre la balacera y si nos dio miedo”. Entre la balacera se asustan. Ya se los curé y le digo yo: Te tengo que dar una yerbita, un poleo con tu agua bendita pa que tomes.

Les digo: Todavía no me andan investigando aquí qué es lo que voy a hacer. Antes me dijeron: “No oiga, no se preocupe, usted está cuidada, nadie se le arrima”. Pos aquí sí han andado (sicarios).

¿Entre las brujas hay envidias? ¿Se atacan unas a otras, hay pelea entre el bien y el mal?

Pues sí, pero yo no peleo con nadie. Sé que algunas de pronto me tienen envidia y eso; hace como dos años unas mujeres se pelearon aquí a unas cuadras que porque me traían a mí en chismes, pero bueno…

¿Pero entonces hay hechizos de magia negra para desearle la muerte a alguien, para que le caiga una enfermedad, incluso esas en que la piel se cae, el cuerpo en pedazos, así como le está pasando?

Sí, sí los hay y eso es lo que yo curo. Por eso se protege uno, Nunca me han hecho nada. Ahorita ya de vieja pues ya me estoy…

Se soba las rodillas mientras pensativa mira sus pies, ambos vendados: hace como dos años le amputaron todos los dedos del pie derecho; hace unas semanas los del pie izquierdo y está sanando de esta última cirugía.

¿Puede ser que a usted le haya hecho eso otra bruja?

Sí, luego la gente me dice: “Doña Elida ¿Por qué no se cura usted los pies? A lo mejor le hicieron algo (un hechizo)”. Le digo: ¿Pos quién sabe? Nomás con que me dejen el otro morrito del pie para caminar. Pero fíjese, trabajo todo eso y nunca me he curado esto.

Sí, cómo no. Sí pos no ve que hay puras envidias. Y sé quitar todo eso… pero no me he curado, la verdad.

Sabe quitarlo y lo ha quitado a la gente…

Sí, pero no, no sé, no me he curado ¿Pos quién sabe?

¿Porque no quiere o porque no ha podido?

Porque no he podido. Quiero hacerlo y haga de cuenta que se me olvida, porque así es esto.

Pero entonces la gente no le dice: “Oiga si fuera una buena bruja, ya se lo hubiera quitado”.

Sí me dicen a veces, pero yo les digo: No, porque esta enfermedad es del cuerpo, es azúcar (diabetes) que tenía yo, así es que pos no.

¿Sabe distinguir cuando es por envidias y otro tipo de cosas a cuando es una “enfermedad del cuerpo”? ¿Ha venido gente y que usted le diga: “No te puedo curar”?

Sí, porque barre uno con blanquillo (huevo) y sale en el blanquillo cuando es buena (enfermedad) y cuando es mala (hechizo).

Aunque trabaja muy poco, en el mismo solar donde vive tiene un cuarto de consultas. Ahí un altar con la Virgen y Santos: La gente debe tener mucho cuidado de con quién va… muchos sin querer van a dar con las brujas negras. Para que lo sepan, ustedes deben siempre ver los altares, si ven velas negras, pues mejor pregunten; si ven muchas fotos de gente con algún objeto, pues pregunten.

Afuera de esta habitación, en el patio, hay muchos cascarones de huevo por las barridas que da. Afuera, en esta tarde está todo en calma, sopla un ligero aire. Mientras recorremos el lugar, ella nos espera en su cama.

¿Pero es feliz?

Sí. Tengo a todos mis hijos, mis 10 hijos, bueno no. Tenía 10, pero ya nomás quedan 9 porque uno me lo mataron hace como año y medio. Me lo mataron Los Zetas. Él cuidaba un rancho en Villagrán, Tamaulipas, --población a unos 50 kilómetros de Linares-- y un día llegaron, lo torturaron y lo asesinaron.

Oiga, y si de pronto llegara una bruja con usted y le dice que puede contactarla con su hijo, con el espíritu de su hijo para que hable con él por última vez ¿Lo intentaría?

No.

¿No?

No… porque yo no creo en eso.

Nos despide y usa todas sus fuerzas para enderezar su menudo cuerpo, es pequeñita y delgada, tez clara, pelo blanco y ojos amables. Seguirá trabajando mientras pueda y --al menos por el día de hoy—su mayor deseo es que Dios le permita llegar a los 80 años de vida.

Termina la entrevista con doña Élida, una de las principales herederas de la gran fama que por generaciones ha dado La Petaca. Al intentar partir, nos percatamos que repentinamente el vehículo en llegamos tiene un sorpresivo desperfecto mecánico. Miguel Contreras Salazar, nuestro acompañante, dice: “Te dije que cada que hago este tipo de entrevistas sucede algo extraño. Cuando platiqué con el padre Alfredo no pude grabar nada porque las dos grabadoras que llevaba extrañamente se descompusieron en ese momento, jajaja”.

Volteo con mis compañeros Luis y Omar Saucedo (aunque comparten apellidos no son familiares) y sonreímos. Poco antes, al intentar hacer una toma aérea sobre la iglesia, el dron no pudo hacer un rutinario giro de 360 grados sobre su eje. “Es la primera vez que me sucede después de dos años de volarlo”, dijo divertido Luis.

Con muchos problemas mecánicos, pero llegamos al Centro de Linares. Mientras nuestro colega y guía Contreras se despide, a lo lejos nos observan fijamente unos elementos militares: hay unos 30 de ellos y otros 30 de la Fuerza Civil, policía élite de Nuevo León. Todos están fuertemente armados y parecen ponerse de acuerdo en algún tipo de estrategia; hay muchas patrullas y una tanqueta del Ejército.

Quizá es cierto lo que dijo doña Élida: están en busca de dos jefes sicarios, de ésos que en La Petaca van tras la protección de la Santísima Muerte.

TIERRA FÉRTIL Y DE HECHIZOSLa Petaca es como un Catemaco chiquito, ese mundialmente famoso centro de magia en Veracruz: Brujas, brujos, curanderos, chamanes, leyendas y cuentos, todo gira en su cosmos.

Aún para los linarenses hay confusión sobre el origen de la fama que tienen en esta región mexicana y en el sur de Estados Unidos, pues como todo pueblo norteño, por generaciones muchos de sus habitantes han salido para buscar el Sueño Americano. Muchos de ellos regresan para encontrar alivio a sus males, una respuesta a sus peticiones, en este rincón de hechicería.

Sin embargo, pocos podrían distinguir si las brujas llegaron al lugar y le dieron fama, o atraídas por oscuras energías es que se instalaron ahí para trabajar.

Miguel Contreras, escritor y encargado de la Fototeca de Linares, explica que los archivos registran dos orígenes del nombre a La Petaca: uno es que durante La Conquista, con los españoles llegaron algunas mujeres huyendo de la Santa Inquisición ya que practicaban la hechicería; se instalaron y tuvieron como discípulas a indígenas. Como tal, desde 1774 se registran archivos que hablan de La Petaca, comunidad entonces de unas 250 personas.

Las referencias históricas hablan que a principios del Siglo XVIII en la zona vivía la española “Cato” o “Catalina”, bruja y hechicera, con sus aprendices la “India Efigenia” y la tlaxcalteca Manuela de los Santos, responsables de al menos 20 muertes que estarían documentas en los archivos de Coahuila y Nuevo León. La Petaca y de ahí a Monclova y Parras, ambos pueblos en Coahuila, fueron los centros de operaciones de estas brujas.

Se dice que el lugar donde se ubica actualmente La Petaca es un centro de energías oscuras que obligó a la Iglesia Católica hace tres siglos a enviar una cruzada inquisitoria que realizó un exorcismo en el lugar, encerró los demonios en una baúl al que llamaban “petaca” y los expulsó tirándolos al río. Luego colocó cuatro cruces en los puntos cardinales de Linares para proteger al pueblo de esos demonios que rondaban. Hoy esas cruces se pueden localizar en puntos altos de la ciudad.

El historiador Rodolfo González de la Garza hace esta referencia apelando a documentos en el Archivo de la Nación.

Fue hasta el 8 de diciembre de 1895 que la Iglesia Católica coloca la primera piedra de la Capilla de la Inmaculada Concepción, la Virgen de La Petaca.

Otra explicación al origen del nombre: la Petaca era el lugar de agostadero para el ganado bovino de las haciendas cercanas y ahí trasquilaban a las ovejas, para lo que usaban una

tijeras que guardaban en una maleta llamada “petaca”. Sobre las cuatro cruces, son las mismas que acostumbra colocar la Iglesia Católica en toda población.

DEVOTAS DE LA IGLESIA.- “M”, una mujer entrada en sus cuarenta años y quien desde hace más de 10 es una las laicas encargadas de las instalaciones de la iglesia de La Inmaculada Concepción, en La Petaca, confirma que las brujas del lugar continuamente han mantenido su relación con el santuario.

Bueno, desde siempre las brujas han vivido en La Petaca y desde que tengo uso de razón muchas de ellas vienen a la iglesia. Yo me fui algunos años a vivir a otra ciudad y cuando regresé María Cepeda era quien tenía las llaves de la iglesia; ella era quien vestía a la Virgen (los ropajes a la figura) en su aniversario para las festividades. Entiendo que María y algunas otras fueron quienes donaron mucho dinero para levantar el templo y su mantenimiento. Luego a mí me dieron algunas de esas responsabilidad para velar por la iglesia.

La mujer nos guía en la visita y nos explica que el próximo 8 de diciembre del 2015 la Virgen de La Petaca cumple 120 años y preparan grandes festividades. El templo católico es apenas un par de años más nuevo. De hecho, pide a la comunidad en general donativos económicos para la casa parroquial que está en construcción desde hace tiempo a un costado de la iglesia.

¿Quién llegó primero a estas tierras, la iglesia o las brujas?

“M” es petaquense de cinco generaciones y desde que tiene uso de razón las brujas viven ahí.

Recuerdo desde mis bisabuelos, que ellos hablaban sobre las brujas. Obvio a ellos les habían platicado las generaciones anteriores. Vivir en La Petaca implica que debes entender que a donde vayas te van a preguntar: ¿Entonces eres bruja? Claro que cuando íbamos a estudiar a Linares nos molestaban y todo, pero depende que cómo lo tomes, que aprendas a manejarlo y que no te afecte lo que te digan.

¿Que si conocí a alguna bruja? Te puedo decir que nunca vi nada extraordinario, nada fuera de lo normal y eso que una de las nietas de María Cepeda fue mi mejor amiga de la infancia y todo el tiempo me lo vivía en su casa. Claro que veía todos los viernes a muchísima gente que iba a consulta; entonces nosotras nos la pasábamos jugando todo el tiempo. Igual con las nietas de “Licha Látigo”, incontables veces fui a su casa y nunca vi ni me sucedió nada extraño.

Certera en sus comentarios, claridosa en las ideas y con un lenguaje que denota una buena educación tanto académica como cultural, “M” coincide en que doña Élida es una de las brujas más famosas en las últimas dos décadas.

Insiste en que La Petaca “desde siempre” ha sido un lugar señalado como centro hechicero, pero que nunca le ha tocado vivir algo paranormal. Bueno, sólo que…

Hace más de 20 años salí a usar el baño que estaba en un cuarto afuera de la casa, era muy noche y mamá me acompañó. Entonces fue cuando lo vi. Allá (unos 100 metros a media calle) lo que parecía como una gran ave con cuerpo humano aterriza y comienza a caminar frente a nosotras. Era de color claro y aunque no distinguimos bien, era con cuerpo humano, grande, pero como un ave, que siguió caminando hasta que se pierde de nuestro campo de visión. Es la misma “cosa” que hace unos años varia gente de Linares vio por distintos rumbos, incluso unos policías lo reportaron.

La historia del pájaro humanoide es generalizada entre los linarenses.

Luego, una hermana mía enfermó de cáncer en el cerebro; tuvo una larga agonía hasta que murió. Unos sobrinos nos platicaron los siguientes días que ellos antes de que muriera habían encontrado una muñeca enterrada en el patio, que la cabeza se parecía a mi hermana y la habían agarrado a jugar como pelota, pero que cada que le daban una patada, la muñeca hacia sonidos como si se quejara. Luego una de las señoras (brujas) de aquí nos dijo que le habían hecho brujería a mi hermana.

Capítulo III

El Alien

POR RICARDO MENDOZA RESÉNDEZ

Es una tarde en la segunda semana de octubre del 2000, en Saltillo, Coahuila. Así es como lo recuerdo:

David Eduardo Brondo García, Subdirector Editorial, entra a la oficina que yo ocupaba como Jefe de Editores del periódico Palabra (del Grupo Reforma) en Saltillo: Oye Richard, ven para que me ayudes. Hay una señora que viene a denunciar no sé qué asunto, pero yo tengo que irme. La recibo, me quedo cinco minutos y luego tú le sigues por favor.

El guardia acompaña a la mujer pequeña, morena clara y de gesto amable. Alicia debe estar en sus 50 años.

Vengo a denunciar la desaparición de mi hijo Sergio, de 23 años. Hace casi dos años que salió de la casa, ¡Que iba a comprar cigarros! Era un viernes como las nueve de la noche y ya no regresó. Hago responsable al Ejército, porque él era militar y se enojaron cuando ya no regresó al cuartel, cuando decidió quedarse en casa.

Ya fui con la Sedena (Secretaría de la Defensa Nacional), con la PGR y con muchas policías, pero nadie sabe. Me lo desaparecieron, ni siquiera hay registro de él como soldado… que para ellos no existe, me dicen.

David Eduardo apresura para dejarme a cargo de la conversación y poder retirarse al compromiso que le urgía… pero la historia que viene no lo despegó de su silla durante las siguientes tres horas, y cortamos sólo porque Alicia tenía un compromiso.

¿Por qué dice que el Ejército quería desparecerlo? No entiendo.

Porque hace como dos años (diciembre de 1998) él sufrió un accidente cuando andaban en la sierra y lo mandaron al hospital, le hicieron varias cirugías y nunca quedó bien. A mí me avisaron hasta como dos meses después de que todo había ocurrido para que fuera por él al Hospital Siglo 21, en la Ciudad de México.

Cuando llegué, hasta ni parecía mi hijo. Tenía grandes cicatrices en toda la espalda y distintas partes del cuerpo; tuvo que rehabilitarse durante meses ahí, empezar con todas las cuestiones motrices hasta que pudo volver a caminar.

¿Pero qué tipo de accidente?

Él se cayó en un río al agua congelada, se ahogó y se congeló. Lo resucitaron y luego lo trasladaron a la enfermería del cuartel en Mazatlán; de ahí se lo llevaron al área clínica de una universidad de Estados Unidos donde lo estudiaron; luego lo regresaron a México al Siglo 21 y entonces ya me hablaron. Ellos (los militares) ocultaron todo lo que pasó, los procedimientos médicos a los que fue sometido, esas grandes cicatrices que eran del tamaño de toda la espalda y otras en la cabeza.

Cuando lo vi, mi hijo era otro, batallaba incluso para hablar. Fue un proceso de recuperación muy largo y doloroso, pero después de algunos meses pudo caminar y se recuperó casi totalmente, aunque siempre andaba raro, como ausente, incluso pensé que estaba tomando drogas, pero no.

Ya cuando estaba bien físicamente, lo volvieron a llamar a un cuartel en Zacatecas, estuvo unos meses solamente, ya que un fin de semana estaba de licencia y fue a visitarme y desapareció. Desde hacía semanas que platicaba que ya no quería regresar al cuartel; esa noche simplemente dijo que iba por cigarros a la tienda que estaba a dos cuadras de la casa. Ya nunca volvió.

Pasaron los días y Alicia buscaba a su hijo, primero en la colonia, con familiares y amigos; luego fue al cuartel en donde estaba destacamentado, donde los superiores se mostraron molestos pues creían que se trataba de una insubordinación; luego preocupados y al no dar con él en ningún reporte hospitalario ni policiaco, se le declaró desertor. Le advirtieron a Alicia que no lo encubriera.

Desde entonces no lo he vuelto a ver ¡Casi dos años ya! Varias ocasiones regresé al cuartel, pero cambiaron mandos y ahora resulta que nadie conocía a mi hijo, que nunca estuvo ahí; no hay referencias de que haya estado dado de alta en el Ejército. Yo tengo un amigo que es militar también, él se metió a los archivos y no hay registro alguno de Sergio, lo desaparecieron por completo. Ya denuncié todo en la PGR, en la Policía de Veracruz, la de Zacatecas, en todos lados.

Como a los dos meses de que había desaparecido, un día que regresé del trabajo como las ocho de la noche encontré estos papeles al pie de la puerta. No tengo idea quién pudo dejarlos, mejor léanlos para que se den cuenta del accidente que le ocurrió a Sergio.

Pone en nuestras manos un sobre grande color amarillo que contenía muchas hojas como las típicas de cualquier expediente que se lleva en los juzgados del fuero común o federal (lo sé porque durante muchos años fui reportero de la sección policiaca). El lenguaje en que estaba escrito era castrense, policiaco y clínico, con reportes informativos por un lado, reportes de actividades, etcétera. Contenía nombres, números de serie de helicópteros y aviones; claves y especificaciones de destacamentos militares, rangos y grupos; tenía asignado un gran número de expediente que concentraba todos los

documentos y sellos que corresponderían a la Sedena. En la mayoría de las hojas un sello cruzado que advertía: “CONFIDENCIAL”.

Los documentos narraban que un batallón militar realizaba búsqueda de plantíos de mariguana en la Sierra de Durango que tenía el Cártel de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo Guzmán”, cuando en un paraje es emboscado por un grupo de sicarios iniciando el intercambio de plomo.

Apenas unos minutos habían transcurrido en la balacera, cuando Sergio intenta ponerse a resguardo cruzando un lago congelado… se quiebra el hielo y cae. Debido a que queda en fuego cruzado nadie puede rescatarlo, hasta más de 15 minutos después, cuando las balas ceden, lo sacan del agua.

El cuerpo presentaba un extraño color verde grisáceo y --aunque sin esperanzas-- los compañeros aplican los procedimientos médicos de emergencia, encontrando sorpresivamente algunos signos. Para entonces, el comando había solicitado apoyo aéreo al destacamento ubicado en Mazatlán, desde donde había salido un helicóptero. El detalle incluía la matrícula y nombre de la tripulación.

En el traslado y luego en el área médica de las instalaciones militares, la descripción que se hace sobre Sergio es asombrosa e increíble. El cuerpo registraba parámetros insólitos: Se le cae todo el tejido piloso (cabello y todo el bello corporal y facial); la temperatura presenta inusuales altibajos; cambia el tipo y RH de la sangre cada 15 minutos en que se aplican las valoraciones de laboratorio (pasa de A+ a A-; luego a O+, a 0- y así con seis variaciones).

El color del iris ocular también sufre cambios y se torna negro profundo, presenta inexplicable pérdida de más de 10 kilos de peso y se le caen todas las piezas dentales.

Cada uno de estos registros venía soportado por nombre y claves de presunto personal médico militar.

El expediente detalla que luego de un par de horas, el cuerpo presenta sorprendentes signos de recuperación, inexplicables a los parámetros normales: Vuelve el cabello; algunas piezas dentales, se estabilizan los indicadores de tipo y RH de sangre; el color regresa al moreno claro de Sergio, recupera peso de manera repentina. Súbitamente vuelve en sí.

El informe médico señala que aunque aturdido, el paciente mostraba una estabilidad fuera de lo común y se le realizó una valoración para medir las respuestas motrices, de lenguaje y de salud emocional y mental.

De inmediato se detectó una sobresaliente habilidad para resolver los test matemáticos que le aplicaron.

Pese a la recuperación, Sergio no estaba al tanto de lo que había ocurrido; su memoria se ubicaba sólo hasta el momento en que cae al agua.

La última parte de este reporte señala que por instrucciones superiores se ordenó el traslado del paciente a una prestigiosa universidad de Estados Unidos, si mal no recuerdo sería Rochester, donde continuarían las evaluaciones. Los departamentos de Defensa de ambos lados de la frontera habían realizado los trámites de emergencia correspondientes.

En un avión de la Fuerza Aérea Mexicana, Sergio fue trasladado al centro de investigación universitario estadounidense. Hasta ahí los detalles en el expediente. Finalizaba señalando que todos los involucrados en el caso debían ser instruidos para manejar la información como altamente confidencial, aplicando los protocolos necesarios.

Quedaba abierta la comunicación entre los equipos clínicos y consulares respectivos y establecida la evolución del caso como de prioridad extraordinaria para los gobiernos.

SORPRESA.- Fueron muchos los minutos que empleamos David Eduardo y yo en las fojas, pues leíamos y releíamos los textos; revisábamos lo sellos y firmas (como si así pudiéramos comprobar que eran auténticos) e intercambiábamos impresiones al momento.

Alicia sólo nos observaba en silencio, analizando nuestras reacciones.

¿Quién dice que le entregó estos documentos?, ¿los ha mostrado a alguien más?, ¿cómo sabe que son reales?

Eso después --acota ella ante el bombardeo nuestro--.

Le decía que lo único que supe es que no recibía llamada de Sergio y, aunque pocas veces sucedía que él no se comunicara durante tanto tiempo, pues las maniobras que hacían en el Ejército requerían que estuviera ausente por semanas, entonces tampoco me preocupé demasiado.

Simplemente un día recibo una llamada de la Sedena para informarme que había ocurrido un accidente y que estaba en el Hospital Siglo 21 de la Ciudad de México, que estaba en recuperación, que fuera a verlo.

Fue hasta que lo vio en la clínica, que se enteró que eso ocurrió semanas atrás, luego de que ya incluso le habían realizado algunas cirugías, pero en ningún momento fue informada del traslado y estadía en el centro de investigación estadounidense.

Me entregaron a mi hijo como si fuera otro: Se portaba muy extraño; no hablaba ni podía moverse bien, no caminaba normal. Estuvimos mucho tiempo en rehabilitación y poco a poco me fue platicando lo que le pasó en la sierra, pero sólo eso.

Un día, cuando estábamos en una alberca en el hospital en la Ciudad de México en su rehabilitación, nos topamos con un muchacho, ahora ya joven médico, que había sido su compañero cuando ingresaron a la Academia Militar, él lo vio y no podía creer las condiciones en que estaba Sergio. Le explique que todo era muy extraño y él coincidió conmigo. Se comprometió a indagar lo que había pasado.

Luego de unos días, Alicia buscó a ese joven médico, pero nadie le supo dar razón de él, dijo que era como si no existiera y nunca más lo volvió a ver.

Tras la recuperación, regresaron al hogar; en ese tiempo vivían en Poza Rica, Veracruz. Luego de algunas semanas, cuando Sergio estuvo en mejores condiciones, regresó al servicio militar, pero fue por poco tiempo.

Es cuando él estaba siempre a disgusto y luego desaparece. Seguí buscándolo por todos lados; luego de meses de insistir todo fue peor: es cuando me dicen que no había registro de él en el Ejército ¿Cómo pueden decir eso?

Alicia ¿Se da cuenta que lo que nos platica y lo que dice en estas hojas es inexplicable y asombroso? ¿Tiene idea de por qué ocurrió eso con su hijo?

Sí, dice con voz apagada, que nos hace acercarnos más a ella, como cuando alguien está por contar un gran secreto.

Cuando era joven vivíamos en un pueblo cercano a las ruinas (prehispánicas) de El Tajín, en Poza Rica. En los 60 y los 70 había mucha actividad extraña de objetos voladores, de grandes bolas de fuego que atravesaban el cielo por las noches. Ustedes pueden ir a todos los pueblos de ahí y confirmar lo que les estoy platicando. Vayan y pregunten a cualquier persona de mi edad para que se den cuenta.

Una noche estaba dormida en la planta baja de la casa y sucedió algo extraño: Entre sueños recuerdo que me llevaban en una especie de camilla a una habitación completamente iluminada por una luz blanca que casi no me dejaba ver. Había alrededor mío unos seres, no pudo decir cómo eran, sólo recuerdo siluetas humanas más pequeñas, no me hablaban pero yo les entendía. Me decían que lo que iban a hacer era por mis hijos ¿Cuáles hijos? Si era soltera y no tenía hijos, les pregunté. Luego no me acuerdo de nada.

Alicia despertó recostada en el granero, un cuarto grande ubicado a unos 20 metros de la casa. Pensó que todo era un sueño y con nadie compartió eso que para ella sólo había sido una pesadilla.

Revisó su cuerpo y lo único extraño y diferente que notó son dos líneas rojas que nos muestra, como cicatrices, en el borde externo de los pies, asegurando que no las tenía antes de esa noche.

Estaba por casarme y varios meses después, hubo boda. Me di cuenta que esa noche que soñé se interrumpió mi ciclo menstrual y mi primer hijo –Sergio-- nació a los 13 meses de gestación. Nunca le platiqué a mi esposo, pero él siempre dijo que Sergio no era su hijo; siempre lo trató mal y esa fue una de las causas por las que nos divorciamos años más adelante, cuando teníamos otro hijo y una niña.

Él siempre regañaba y trataba mal a Sergio, incluso una vez intentó golpearlo pero algo pasó… nunca me dijo qué ocurrió, pero algo vio que lo asustó mucho y se fue de la casa. Luego tramitamos el divorcio.

Aunque dice que ni ella ni sus hijos poseen ningún poder o habilidad sobrehumana, advierte que sus tres hijos se habían salvado extraordinariamente de situaciones de riesgo muchas veces, aunque ninguna de la forma espectacular como la narrada en el supuesto expediente militar que tenemos en las manos.

Mi otro hijo se salvó de un choque en que murieron sus tres amigos, ustedes mismos publicaron la nota.

David Eduardo pide a la secretaria que nos traiga el periódico del día que señala Alicia… efectivamente, en la sección policiaca está publicada la información: Tras choque y volcadura en que mueren tres jóvenes, otro más --quien Alicia asegura es su hijo-- queda ileso de manera milagrosa, dice el texto.

Explica que desde hace algunos meses es afanadora en la sucursal de un banco que aún hoy está ubicada en el bulevar Venustiano Carranza esquina con Veracruz, en la Colonia República, en Saltillo.

La verdad este dato nos sorprende, pues sus ropas son de una calidad inusual para alguien con ese tipo de trabajo y denota educación y desempeño más alto que el promedio de los ciudadanos, incluso aquellos mejor preparados.

Sueño con accidentes aéreos y luego suceden. Lo que acaba de pasar en Reynosa del avión que se salió de la pista y cayó arriba de varias casas… bueno, un día antes por la mañana llegué al banco y le platiqué a una compañera. Al día siguiente, cuando entro al banco, lo primero que me dice mi compañera: “¿Viste? ¡Fue lo que soñaste!”.

¿Podemos sacarle copias a los documentos?

Claro, no se los dejo porque son los únicos que tengo y me traje estos porque quería que ustedes

vieran que son los “originales”.

La secretaria llega y nos explica que la copiadora no funciona, que lo único que puede hacer en ese momento es sacar copias con el fax. Procede.

Quiero que me ayuden… ustedes digan cualquier cosa que tenga qué hacer para que busquen. Vayan y pregunten en el Ejército, en la Policía de Zacatecas y la de Veracruz. Ahí están los datos de muchos militares de altos rangos, pregunten por ellos.

Sólo quiero volver a ver a mi hijo. Ahí dice que se lo llevaron a esa unidad médica en Estados Unidos y vienen los nombres de los doctores que allá lo recibieron; pregunten para saber si es cierto o no. Ustedes me dicen qué tengo que hacer o con quién ir.

Comencé a reportear en 1990 en la sección policiaca y la de negocios. Este es el relato más fascinante hasta ese momento, desde lo que nos dice Alicia hasta lo plasmado en estas hojas del supuesto expediente de la Sedena, con cada detalle, con cada identificación de tiempos, lugares y personas; nada dejaba al aire para seguir la comprobación. David Eduardo y yo estábamos realmente interesados.

Alicia interrumpe, pues ya eran poco más de las nueve de la noche y tenía cosas por hacer, pero dice que estará al pendiente para cualquier avance. Toma todos su documentos en el folder amarillo una vez que nos quedamos con las copias sacadas en el fax.

Me tengo que ir. Vivo desde hace poco en Saltillo; desde que desapareció Sergio cambiamos constantemente de casa, no vivimos mucho tiempo en un lugar fijo.

¿Por qué?, ¿alguien los molesta porque denunció la desaparición de su hijo?

Sí, bueno, algo así. Luego de que dejaron estos expedientes en la casa en Poza Rica, una tarde cuando regresaba de ratificar las denuncias por la desaparición, al llegar unos vecinos estaban muy asustados: dijeron que tres hombres muy sospechosos llegaron a preguntar por nosotros y nos esperaron mucho tiempo, pero se acababan de ir.

Eran tres hombres… vestidos con trajes negros, en un carro negro. Nos dio mucho miedo.

Escuchar esto fue, no sé si cómico, desconcertante o alucinante. David Eduardo y yo nos vimos, aunque sin decir nada ambos quisimos soltar la carcajada pues nos vino a la mente la película de Will Smith y Tomy Lee Jones. Un trancazo de realidad luego de tres horas.

Recuerden: Mi hijo está desaparecido desde hace casi dos años; allí están los nombres y detalles de

todo lo que pasó; tienen muchos datos que comprobar si no me creen. Pregunten, eso es lo único que les pido.

Quizá Alicia adivinó todo lo que pasó por nuestras cabezas, y no porque –como ella misma había dicho- tenía poderes sobrenaturales, simplemente porque era inevitable dejar de leer en nuestros rostros.

Finalmente se despide de nosotros y vuelve a suplicar ayuda.

Eufóricos aún, tratando de entender la información de los últimos 180 minutos, la que teníamos en nuestras manos en esas copias, casi al mismo tiempo exclamamos a voz en cuello: ¡Esto es una mamada!

Pero bueno, en ese expediente estaban muchísimos datos por comprobar y tenía que ser en la Sedena en primera instancia. Lo que continuaba era pedir apoyo a Reforma para que el reportero de la fuente en la Ciudad de México hiciera su trabajo. Así quedamos.

Los siguientes días intercambiamos opiniones con compañeros en la redacción. A Felipe Rodríguez Maldonado, quien recién se incorporaba al equipo, le dimos las copias. Así lo hicimos con algunos otros periodistas para conocer su punto de vista, principalmente porque la historia era fascinante. Todos coincidíamos en eso.

Queríamos tener una visión más amplia antes de mandar la solicitud de apoyo a Reforma. Hoy, a 15 años de esa charla con Alicia, a quien nunca volvimos a ver, y de tener esas copias en nuestras manos, sigue siendo una anécdota igual de fascinante y entretenida que entonces.

Desde hace algunos meses, cuando decidí escribir El Sórdido Pudor, entendí que ese pasaje tenía que estar aquí, por lo mismo busqué con quienes compartimos la información. Felipe es ahora mi compañero en VANGUARDIA.

Claro que me acuerdo, ustedes me dieron las copias y yo las tuve mucho tiempo, pero luego se las regresé. Nunca las enviaron a Reforma ni pidieron apoyo para eso. Hace apenas dos años yo escribí un cuento basándome en ese expediente; era algo bien fregón. El cuento se llama “El Agrupamiento Landa”, lo metí a un concurso, pero no ganó.

De ese trabajo de Felipe es que retomé algunos detalles que había olvidado, para escribir este texto.

Llamé a David Eduardo hace unas semanas para lo mismo.

¿Las copias? No me vas a creer, hace unos meses hice limpieza en un escritorio y tiré muchos papeles, estoy casi seguro que entre esa basura iban esas copias. Era sólo papel, copias del fax y eso se borra con el tiempo.

“¿Sabes, David Eduardo? No entiendo por qué nunca mandé las copias y pedí apoyo a la gente de México, si era muy sencillo investigar si el expediente existía… teníamos el folio, nombres y matrículas de muchas personas que supuestamente eran militares de alto rango”, le comenté a mi excompañero.

Sí, verdad… pero bueno, Richard ¡Hubieran dicho que estábamos locos!

David Eduardo tiene toda la razón, pero debo reconocer mi incapacidad de ver la verdadera historia detrás del “alien” y esos “hombres de negro”: ¿Qué es lo que mueve a una mujer de esa edad y condición a llevar una historia como esa a los periódicos?

¿Qué la motivó hace 15 años a inventar y elaborar un supuesto expediente de la Sedena?, ¿quién la ayudó con los textos y el guión con lenguaje y terminología que no es común?, ¿los sellos?, ¿los nombres y matrículas de personal militar y clínico?

Quizá la historia era la de una mujer de cincuenta y tantos años capaz de deambular por la vida con tremendo montaje sólo para conseguir ayuda para buscar a su hijo desaparecido. O la mujer que inventa a un hijo, una desaparición y todo un relato fascinante.

Claro, el simple hecho de preguntar a la Sedena por el folio del archivo que teníamos; por el nombre de Sergio, o por el de alguno de los muchos militares y médicos que se incluían, esas simples preguntas habrían dado dirección a un trabajo periodístico interesante.

Ni siquiera recuerdo los nombres de la mujer y su hijo, por lo que usé “Alicia y Sergio”. Si ella leyera esta anécdota o alguien que la conozca, ojalá se pusiera en contacto con VANGUARDIA.

Aunque la anécdota puede sonar bastante tonta, la mayoría de quienes nos vimos involucrados hace 15 años aún la recordamos y nos volvemos a entusiasmar de la misma forma. Entonces creo que la pregunta sigue siendo válida: ¿Por qué no preguntamos por toda la información que teníamos?

Habrían dicho que estábamos locos.

En los últimos 15 años no han sido pocos los avistamientos de objetos extraños en Saltillo y Ramos Arizpe, incluso algunos medios de comunicación (VANGUARDIA no) han publicado tanto fotos como videos.

Nunca, bajo ninguna circunstancia, me ha tocado oír o ver algo relacionado, pero creo que siendo un tema común, el relato de Alicia merecía que encontrara la verdadera historia y no justificar mi incapacidad con un falso apego al sentido común y seriedad.

Capítulo IV

Los Demonioz

EL DÍA QUE LOS ZETAS SOLTARON SUS DEMONIOS

POR RICARDO MENDOZA RESÉNDEZ

“Ahora sí se los va a llevar la chingada, esto nadie lo va a parar. Estos cabrones nos traicionaron y ora todos se van a morir. Querían guerra, pos a darle y ustedes van por delante… le dije que no publicara nada de nosotros”. Es el 5 de marzo de 2011 en Saltillo y la voz de Pedro Toga Lara, “Comandante Guacho”. El “santuario” del Cártel de Los Zetas había sido violado en Coahuila por grupos élites de la Marina Armada, la DEA, el FBI y el Departamento de Estado de Estados Unidos.

Acorralados por esa cacería desatada el 15 de febrero de ese año, cuando Los Zetas ejecutaron a un agente antidrogas estadounidense en San Luis Potosí, ese sábado al mediodía el guardián zeta daban testimonio de su sangrienta ofensiva.

Pudimos entenderlo sólo año y medio después: “Guacho” era lugarteniente en Saltillo de Heriberto Lazcano Lazcano, “El Lazca”, máximo líder de Los Zetas en el País, encargado de controlar el último refugio del capo mayor en México, y enfurecido al ser traicionados por el cinturón de protección policiaca y militar, desataba los demonios que a partir de ese momento sumirían al Noreste mexicano en la barbarie –como tres años después reconocería el presidente Enrique Peña Nieto--, y lo gritaba en radiocomunicación.

Del otro lado de la línea no puedo pronunciar palabra; tengo la garganta obstruida. Más tarde lo confirmo: Eran mis güevos que campaneaban en las cuerdas vocales dejándome mudo. Armando Castilla Galindo, CEO de la empresa, sólo me observa, pues el altavoz lo abro hasta un par de minutos después.

Cuando llenos de miedo hablábamos con “Guacho” por nextel, no teníamos forma de medir la magnitud de su sentencia, pues con la traición de quienes los protegían se desató una persecución a salto de mata contra “El Lazca” que culminaría hasta el 7 de octubre del 2012. En el transcurso de esos 19 meses los sicarios zetas se encargaron de dejar en claro a todo el mundo que el infierno era por sus manos:

+ 16-18 de marzo del 2011.- El mayor secuestro masivo en la historia de México, pues se habla que entre Allende y Piedras Negras, en Coahuila, Los Zetas habrían desaparecido a 450 personas en unas horas.

+ 25 de agosto del 2011.- El peor atentado contra la población civil cuando 55 personas mueren en el ataque al Casino Royale, en Monterrey.

+ 11 de noviembre del 2011.- Asesinan a Jorge Torres McGregor, sobrino del entonces Gobernador coahuilense, Jorge Torres López.

+ 29 de febrero del 2012.- La mayor masacre en la historia dentro de un penal, al ser asesinados 44 reos en Apodaca, Nuevo León, durante la fuga de 37.

+ 14 de mayo del 2012.- La mayor carnicería al abandonar 49 cuerpos descuartizados en Cadereyta, Nuevo León.

+ 17 de septiembre del 2012.- La segunda mayor fuga histórica al escapar 131 reos del penal de Piedras Negras.

+ 3 de octubre del 2012.- Ejecutan en Ciudad Acuña al hijo de Humberto Moreira Valdés, ex líder nacional del PRI y ex Gobernador de Coahuila.

+ Además de bloqueos, secuestros, ejecuciones y balaceras por todas las ciudades del noreste mexicano.

Tras desencadenar el averno, “Guacho” fue detenido en Saltillo el 12 de marzo del 2011, apenas una semana después de esa llamada que recibimos en las instalaciones de VANGUARDIA; se volvió testigo protegido de la Procuraduría General de la República (PGR) y así cumplió su advertencia, aunque de forma distinta: Delató a todos a quienes sobornaban para mantener el “santuario” en Coahuila para “El Lazca”. Involucró en esa red desde un General del Ejército y otros altos mandos militares, hasta a la Subdelegada de la PGR y una gran cantidad de agentes federales, estatales y municipales.

Para nosotros esta historia empezaría a cobrar sentido año y medio después, hasta entonces fueron hechos aislados.

El 27 de febrero del 2011 dos trágicas acciones se desencadenaban cuando grupos élites de la Marina Armada llegan en tres helicópteros artillados a Saltillo para acabar con el primer círculo de protección de “El Lazca”, quien para entonces vivía entre esta capital y los municipios mineros de Coahuila; en contraparte, los sicarios respondían con una carnicería que bañó de sangre al País como no desde la Revolución, asesinando a narcos rivales, a policías soplones y atentando como nunca contra la población civil con masacres, crímenes y violaciones sin freno.

Nos traicionaron, nos pusieron cola, nos pusieron “dedo” y ellos (grupos élites) nos están cazando, pero esto no se va a quedar así, los vamos a matar a todos. Ellos comenzaron una guerra y nosotros decidimos cuándo va a terminar; sólo nosotros podemos pararla, nadie más que nosotros puede parar esto.

Esa advertencia aún retumba en los oídos.

¿De qué hablaba “Guacho”? Seis días antes de esa llamada había sido detenido en un hotel de Saltillo --propiedad VANGUARDIA-- Sergio Mora Cortés, “El Toto”, líder zeta en San Luis y responsable directo de la ejecución del agente estadounidense Jaime Jorge Zapata, lo que dio origen al operativo binacional mediante el que tan sólo en dos semanas habían sido capturadas más de 650 personas ligadas a las

operaciones de Los Zetas en México y Estados Unidos, y decomisado más de 12 millones de dólares y diversos arsenales.

DESPERTAR AL HORROR

La mañana del 4 de marzo del 2011 Saltillo fue un caos: Tres enfrentamientos ponían de cabeza a los saltillenses, con saldo oficial de siete muertos, entre ellos una mujer civil. Todo era confusión y miedo en la ciudad.

Ese día, los coahuilenses se habían preparado para celebrar que el exgobernador Humberto Moreira Valdés asumía la presidencia nacional del Partido Revolucionario Institucional. Un político local alcanzaba lo más alto del partido tricolor.

Sin embargo, al momento en que Humberto rendía protesta como nuevo jefe de los priístas de la nación, el terror se apoderó de estas calles: Balaceras entre policías y sicarios se daban en tres tiempos, en las que se usaron desde pistolas y “cuernos de chivo”, hasta lanzagranadas.

Hasta entonces, los saltillenses sólo escuchaban las historias de terror que ocurrían en las ciudades tamaulipecas y en Monterrey y todo era lamentablemente lejano.

Para los trabajadores de los medios de comunicación, al igual que a todos aquellos cuyas profesiones y oficios nos pone en la primera línea de contacto con el crimen organizado (como policías, socorristas, militares, personal clínico, etcétera), no era ajeno que la ciudad cohabitaba con gente de los distintos cárteles del crimen organizado, pero hasta entonces no se registraban ataques masivos contra la población, tal como ocurría en muchas otras ciudades, aunque sí se habían registrado levantones a reporteros de todos los medios y era común el intento de los sicarios por controlar las líneas editoriales.

Más allá, Saltillo vivía una tensa y sospechosa calma.

Pero ese día, ese 4 de marzo, todo cambió. Las cosas no pasan… hasta el día que pasan.

Al final de la jornada, tras una histeria colectiva que atravesó todo, el entonces gobernador interino Jorge Torres López citó a rueda de prensa por la noche en Palacio de Gobierno. Entonces tuvimos un problema en la redacción: Poniendo a resguardo su integridad, los pocos reporteros de guardia se negaron a asistir a la conferencia.

Las cosas fueron muy claras: No voy, y si por eso me van a correr (despedir), pues adelante , dijo uno de ellos. Tomé la cámara y Kowanin Silva, Jefa de Información, la grabadora, y así dimos cobertura al evento.

Con la llegada de las fuerzas federales en las ciudades se afectan las estructuras de los delincuentes. El día de hoy en nuestra ciudad fuimos testigos de esos esfuerzos y acontecimientos contra el crimen

organizado, dijo un Mandatario Estatal con semblante abatido, cansado, preocupado. A la sociedad, le quiero decir que tenemos la misma determinación (de la Federación) de cerrar filas contra la delincuencia organizada para que cada coahuilense recupere la paz. RENUNCIA.- El sábado 5 de marzo del 2011 al filo del mediodía llegué a VANGUARDIA para presentar mi renuncia. Tras varias semanas de intensas discusiones con la directiva, con la experiencia de la noche anterior había decidido dejar mi lugar pues como equipo desacordábamos sobre la política a seguir ante la exigencia del grupo criminal, que siete días antes había ordenado que no se publicara más lo relacionado con su gente. Un día después de la captura de “El Toto” (27 de febrero), “Guacho” levantó a un editor de VANGUARDIA y exigió el silencio. Él nos hablaría cuando algo no debiera publicarse; no acatar significaría la muerte con nombre y apellido, era una amenaza directa, no colectiva. Los siguientes horas y días fueron de intensos debates; nadie estaba de acuerdo con acceder a la amenaza. Sin embargo, eran momentos de mirar el vaso medio lleno, de entender que lo primordial era el seguir siendo. Ya habría tiempo para pensar en soluciones mejores. En los enfrentamientos del 4 de marzo “Guacho” no hizo contacto alguno y la información fue publicada, pero la angustia se apoderó del equipo y colapsó esa noche en que nadie estuvo disponible para la cobertura con el gobernador Torres López. Ese mediodía del sábado mi intención era en definitiva tener un plan de contingencia oportuno o de plano irme a casa. Justo discutía esto con Armando Castilla, cuando recibo una llamada a mi radio: Era “Guacho”.“¿Qué pasó?, ¿en qué habíamos quedado? No la chingue… Ahora sí se los va a llevar la chingada, esto nadie lo va a parar. Primero estos cabrones nos traicionaron y ora todos se van a morir. Y luego ustedes publican eso. Querían guerra, pos a darle y ustedes van por delante cabrón… le dije que no publicara nada de nosotros”. Apenas unos cuantos segundos, pero la sentencia fue aterrorizante. Armando sólo me mira fijamente, entendiendo que era una amenaza, y me pide que ponga la comunicación en altavoz. Sólo así reacciono. Trato de calmar a “Guacho”, de explicarle que al no recibir una llamada suya, publicamos la nota. Le comento que nuestra clara intención es no correr ningún riesgo, que no hay nota que lo valga. La hablo para que toda nota que sea referente a nosotros no la saque, porque va a haber problemas. Ni el Fiscal ni el Gobernador los va a poder defender. Ayer vi la rueda de prensa y todos preguntando sobre las amenazas… el Fiscal no lo va defender, entonces le pido de favor, ---ahorita todavía es de favor-- que ninguna nota respecto a nosotros salga en los periódicos, en ninguno de sus periódicos, ni en el GUARDIÁN ni en el VANGUARDIA.

No queremos que salga nada respecto a nosotros le hablemos o no le hablemos, porque a veces no tenemos tiempo de hablar, le hablemos o no le hablemos no debe salir nada respecto a nosotros. ¿No sé si está claro el asunto?

Como el agua, le digo. Todo, todo, ataques, lo que haya aquí, como le digo toda nota que nosotros queremos que salga yo le voy a hablar ya sea a usted o al otro muchacho (un editor de VANGUARDIA). Y si no le hablo y sale algo relevante respecto a nosotros no lo debe tocar, no lo debe publicar.

Entonces yo creo ya nos entendimos, entonces nada se publica respecto a nosotros, nada de balaceras, nada. El Fiscal habló que Los Zetas aquí en Saltillo y que la chingada, pinchi… entonces nada, nada más se publica, nada.

Y entonces me quise zafar ¡empinando al editor!: Y nos queda claro señor… pero el único canal de comunicación es él ¿Ya tiene su radio, verdad? Háblele a él, sólo él es el contacto. (Sí) Tengo su número de teléfono y yo me comunico con él para cualquier cosa… pero pues ya le estoy diciendo a usted. Ingas… no funcionó. Nada se debe de publicar, porque esto va a seguir, no ha terminado. Esto va a seguir, sí, no ha terminado; entonces nada de lo que pase, nada se debe de publicar. Entonces que “embarro” a todos: Si lee nosotros nunca mencionamos la palabra (nombre del grupo delictivo) porque no queremos involucrarnos ¿Por qué sólo les interesa callar a VANGUARDIA si todos los demás medios publican?

No he tenido tiempo de hablarle a los otros… pero ahorita tengo tiempo y voy a hablarle a los otros periódicos también para que les quede claro que no deben sacar nada respecto a nosotros, ni crimen organizado, ni balaceras ni zetas ni nada.

Entonces no nadamás es con usted, es con todos, pero no he tenido tiempo de hablarle a los demás, pero ahorita ya me estoy dando un tiempecito y le aseguro que van a ser todos, no nomás y usted. Yo le voy a hablar a los otros y deben alinearse… y si no, pues van a tener sus consecuencias.

Lo bueno es que nadie escucho eso --pienso aliviado--.

No contento, insisto con las imprudencias: Y a todo esto, digo, si se puede saber ¿Qué pasó ayer?

Si, pues nosotros no nos metemos con gente que no se mete con nosotros… ayer emboscaron a mi racita, mi gente, nos emboscaron, nos agarraron a traición, ese fue el vaso que derramó la gota… la gota que derramó el vaso de agua, y entonces ahorita empezaron una guerra y nosotros la vamos a terminar cuando nosotros queramos terminarla.

Entendido y anotado.

Ok, le agradezco su atención y le aseguro que usted no va a tener problemas de nada. Yo creo que a veces es preferible inventarle algo a la gente que compra su periódico a que haya otras consecuencias. Como le digo, yo le voy a hablar a otros periódicos y si no entienden el mensaje, pues los vamos a hacer entender de otra forma.

Corto la comunicación, no hay palabras en unos 15 largísimos segundos entre Armando y yo; entonces, con

voz baja y preocupada él dice: No, pues yo creo que mejor ya no publicamos nada por el momento ¿verdad?

Entonces recuerdo una frase que me dijo “Guacho” en su primera llamada: El que habla, no traiciona; y el que no traiciona, no se muere… y usted está hablando. No se preocupe ya.

Decidir no publicar nada era la única opción en el momento; seguramente volvería a tomar esa decisión sin importar lo que piensen. Ser responsable de la integridad de todo un equipo además de la propia no tiene precio. En ese aspecto no tengo sueños heroicos, no hay conflicto ni duda alguna.

Se hizo lo que se podía y tenía que hacer, pero debo admitir: Sentí un monumental alivio de no dar a conocer el contenido de la llamada, pues el ego habría quedado por los suelos ya que mi reacción estuvo muy alejada del temple, seguridad, dominio y otras tantas características por las que muchos desean ser recordados. En medio de la crisis la vanidad a tope.

RECHAZO TOTAL.- Tras evitar las publicaciones no pocos lectores fueron implacables: Mejor deberíamos dedicarnos a vender tortas o tacos si no estábamos dispuestos a arriesgarnos.

Tenemos, como muchos periódicos, un consejo ciudadano que se reúne cada 15 días para monitorear el desempeño. En la mesa, uno de esos consejeros increpaba sin delicadeza alguna:

No puede ser esto, es una vergüenza (que la línea editorial esté secuestrada): Si a mí me pidieran participar en una marcha contra la delincuencia, lo haría aunque nos dijeran que pueden ir a disparar contra la multitud.

Sr. --alguien lo interrumpe-- y si esos mismos sicarios se comunicaran con usted y le dijeran que están afuera de su casa y que al momento en que salga para ir a la marcha lo van a acribillar y luego entrarán a matar a toda su familia ¿Usted saldría a la marcha?

El inconforme sólo se encogió de hombros y se quedó callado. La reunión siguió amenamente incómoda con otros temas.

LARGA NOCHE.- La noche del 4 de marzo del 2011, el gobernador Jorge Torres López apareció sumamente agotado, cansado… y pensar que lo más negro de su eterna noche apenas llegaría.

Tras la traición de los protectores zetas en Coahuila, las principales ciudades de este estado sufrieron incontables momentos de angustia y muerte, un baño de sangre. Torreón principalmente, un punto estratégico para el tráfico de drogas y uno de los bastiones del Cártel de Juárez, pues tras la desaparición de Amado Fuentes Carrillo, “El Señor de los Cielos”, su hermano Vicente, “El Viceroy”, quedó al frente de la organización y en las últimas dos décadas mantuvo en La Laguna un gran centro de operaciones.

Así, la defensa de la plaza por parte de Vicente contra Los Zetas y El Cártel del Golfo convirtió esa zona en una verdadera carnicería: Las principales matanzas en bares comenzaron ahí, al igual que los fusilamientos

masivos de adictos en los centros de rehabilitación laguneros. Finalmente Carrillo Fuentes fue aprehendido hasta el 9 de octubre del 2014 en Torreón.

Coahuila sufrió y el gobernador Torres López fue el blanco de la furia de los capos al caer su santuario: Apenas unos días antes de dejar el cargo como Gobernador Interino, el 11 de noviembre del 2011, su sobrino Jorge Torres Mc Gregor, de 21 años, fue acribillado en Saltillo.

Viajaba a bordo de una camioneta pick up cuando fue interceptado en la calle Tezcatlipoca y bulevar Luis Donaldo Colosio, al norte de la Ciudad, por un auto compacto donde viajaban personas armadas. Fue asesinado a quemarropa.

El joven viajaba solo en un vehículo propiedad del Servicio de Administración Tributaria de Coahuila (SATEC) que su padre –hermano del Gobernador-- tenía asignado por ser funcionario de esa dependencia, según informaron los oficiales que tomaron conocimiento del caso y quienes señalaron que al parecer el móvil había sido “una confusión”. A la fecha ninguna autoridad ha aclarado la ejecución.

Tras dejar la Gubernatura en manos de Rubén Moreira Valdez el 1 de diciembre del 2011, fue acusado junto con Javier Villarreal Hernández de lavar dinero ilícito en Estados Unidos, donde se le sigue un proceso y actualmente es un prófugo. Las autoridades norteamericanas le incautaron casi 3 millones de dólares de cuentas en Las Bermudas.

Su principal coacusado, Villarreal Hernández, jefe del SATEC, es señalado además por falsificar documentos para obtener un crédito por 3 mil millones de pesos.

EL SANTUARIO.- Cuando “Guacho” declaró ante la PGR sobre el círculo de protección que tenía el santuario para “El Lazca” en Coahuila, fue contundente:

"A las 'Tres Letras', que son los Agentes Federales de Investigación (AFI), se les paga 13 mil pesos

mensuales a la tropa, al segundo de la plaza por parte de ellos se le da 50 mil pesos mensuales y al

Primer Comandante de Saltillo se le dan 100 mil pesos, quien en ocasiones va por la paga o manda al

segundo de la plaza...

... "Y a la subdelegada de la PGR en Saltillo se le pagan 100 mil pesos mensuales y a cinco Ministerios

Públicos Federales que están con ella se les da 50 mil pesos", declaró.

Todos estos detalles están publicados por infinidad de medios de comunicación y pueden consultarse

fácilmente en web.

De ahí se derivó una cadena de aprehensiones. Meses más tarde se argumentaría que tanto “Guacho” como otros de los involucrados fueron torturados para dar estas declaraciones; incluso hay señalamientos que todo fue un plan orquestado para arruinar políticamente al entonces nuevo líder nacional del PRI, Humberto Moreira Valdés, a quien el 3 de octubre del 2012 le mataron a su hijo José Eduardo en Ciudad Acuña, como venganza por la muerte unas horas antes de un sobrino del segundo al mando de Los Zetas, Miguel Ángel Treviño Morales, “Z-40”, en Piedras Negras. Fue la Ley del Talión: Ojo por ojo… sobrino por sobrino, advirtió un cartelón dejado en el cadáver.

Esto último sería el colofón de la cacería desatada el 15 de febrero del 2011 tras la muerte en San Luis Potosí del agente estadounidense Zapata: “El Lazca” manda asesinar al hijo de Moreira y cuatro días después él es acribillado por elementos militares en un campo de béisbol llanero en el municipio de Progreso.

¿Cómo los cárteles en México se hicieron de un ejército de sicarios en tan poco tiempo para poner de cabeza un país?

Miles y miles de jóvenes que viven en la pobreza integraban ya no pandillas, sino tribus urbanas; muchos dedicados a la delincuencia común, armados con cuchillos, navajas, etcétera, pues las armas de fuego no estaban a su alcance… hasta que a partir del 2009 llegó el operativo “Rápido y Furioso”, justo cuando los cárteles reclutaban delincuentes de las calles y muchos de estos pandilleros terminaron en sus filas.

Este operativo estadounidense permitió la entrada ilegal a México de al menos 2 mil 500 armas que fueron a parar a manos de estos sicarios. Paradójicamente la muerte del agente Zapata detonó el escándalo internacional, pues fue muerto por armas introducidas en “Rápido y Furioso”.

Los demonios zetas anunciados por “Guacho” ese sábado al mediodía trajeron la muerte al País. Tan sólo en Coahuila, donde el “santuario” de Los Zetas fue reventado, incrementaron 64 por ciento los asesinatos ese 2011, al pasar de 449 en el 2010, a 730. Ni hablar del 2012, cuando los homicidios llegaron a ser 150 por ciento más que antes de esa declarada guerra (subió a 1,160 casos). Hasta ahí la historia de “El Lazca”, pues murió ese 2012.

Sin embargo, “Z-40” continúa al frente aunque con menor presencia en Coahuila y eso se refleja en las estadísticas oficiales del INEGI con un freno al incremento en los homicidios al sumar 800 en 2013; ya con “Z-40” tras las rejas, en 2014 los crímenes en Coahuila regresan al nivel que tenían antes de que se desataran los demonios zetas, pues caen a 440.

Tenía mucha razón “Guacho” en su llamada del 5 de marzo del 2011: Muchos de los que los traicionaron, murieron.