3
LA IGLESIA DE CARREA / 413 Localidad y parroquia del concejo de Teverga, Carrea se localiza en la zona centro-oriental del municipio. La parroquia de Carrea limita con el concejo de Quirós al Este, y con el de Proaza al Norte, donde la sierra de Sobia actúa de frontera natural; mientras, por el Sur limita con la parroquia de Alesga y al Oeste con las también teverganas parroquias de La Plaza y Riello. Distante de Oviedo 43,5 km y apenas 8 km de La Plaza, capital del término municipal, la iglesia de Carrea, popularmente conocida como Santuario de Nuestra Señora del Cébrano, se halla situada en una elevación del terreno, dominando la panorámica del valle. La romería de la Virgen del Cébrano, patrona de Teverga, el 15 de agosto, representa el punto álgido del ciclo festivo tevergano. LA IGLESIA DE CARREA Panorámica del pueblo

LA IGLESIA DE CARREA - romanicodigital.com

  • Upload
    others

  • View
    9

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: LA IGLESIA DE CARREA - romanicodigital.com

L A I G L E S I A D E C A R R E A / 413

Localidad y parroquia del concejo de Teverga, Carrea se localiza en la zona centro-oriental del

municipio. La parroquia de Carrea limita con el concejo de Quirós al Este, y con el de Proaza

al Norte, donde la sierra de Sobia actúa de frontera natural; mientras, por el Sur limita con la

parroquia de Alesga y al Oeste con las también teverganas parroquias de La Plaza y Riello.

Distante de Oviedo 43,5 km y apenas 8 km de La Plaza, capital del término municipal, la

iglesia de Carrea, popularmente conocida como Santuario de Nuestra Señora del Cébrano, se

halla situada en una elevación del terreno, dominando la panorámica del valle. La romería de

la Virgen del Cébrano, patrona de Teverga, el 15 de agosto, representa el punto álgido del

ciclo festivo tevergano.

LA IGLESIA DE CARREA

Panorámica del pueblo

413-416 Iglesia de Carrea.qxd 18/10/06 09:14 Página 413

Page 2: LA IGLESIA DE CARREA - romanicodigital.com

EL ORIGEN DEL TÉRMINO CÉBRANO, que se asocia a este

santuario, es difícil de rastrear. La hipótesis más pro-

bable es que pudiera tratarse de un topónimo deri-

vado de una alteración de la palabra acebo o “acebro”,

arbusto muy abundante en Asturias y que ha dado origen

al nombre de varias localidades.

De la antigua iglesia románica sólo se conservan algu-

nos restos integrados en el templo actual, levantado en

época moderna. Éste es un edificio de proporciones alar-

gadas y nave única, con cabecera cuadrada; la transición

entre ambos espacios viene marcada por un arco triunfal

de medio punto sobre capiteles moldurados. Destaca la

fachada, construida al modo de fachada-telón, con sillares

de piedra caliza gris y rematada, tal como muestra una ins-

cripción, a finales del siglo XVII:

ESTA OBRA / ... A AÑO DE / 1694

Es una fachada decorada de forma sobria, utilizando

elementos ornamentales renacentistas, someramente

adaptados a la moda barroca. El tipo de decoración la

pone en relación con la fachada de Santo Tomás de Riello,

de 1696, lo que lleva a pensar en las trazas de un mismo

maestro para ambas iglesias. Distinto es el caso del abiga-

rrado retablo barroco, cuyo policromado y sobredorado se

llevó a cabo en 1766, tal como afirma la leyenda inscrita

en la predela. No todas las tallas que alberga son contem-

poráneas del retablo, siendo especialmente conflictiva la

datación de la imagen de la Piedad. La cubierta de la

sacristía, que se localiza detrás del altar, fue decorada al

temple con la representación de la paloma del Espíritu

Santo como motivo central. En el siglo XIX se construyó un

pórtico protegiendo la fachada principal y parte del late-

ral sur, pórtico suprimido a finales de los años sesenta del

siglo XX.

Recientemente se hicieron unas importantes obras de

restauración, dirigidas sobre todo a subsanar problemas

básicos de mantenimiento, como fue el retejado o la nueva

cimentación de la fachada. Llevadas a cabo entre 1998 y

1999, durante estas obras también se procedió a la restaura-

ción del retablo, se colocaron nuevas vidrieras y se efectua-

ron algunas reformas en el acceso al coro y en la sacristía.

El santuario de Santa María de Cébrano fue un tem-

plo que despertó el interés de algunos de los viajeros que

recorrieron Asturias a lo largo del siglo XIX y principios del

XX. Por ejemplo, Quadrado se refería, en 1855, a esta igle-

sia con el nombre de “ermita del Cebrayo”, y dejaba cons-

tancia de “ciertos albores de gusto bizantino”. Por su parte,

Aurelio del Llano recogía, escéptico, en 1928, la tradición

popular según la cual un “calderín” de cobre que se con-

servaba en un lateral del ábside, y que fue robado en los

años setenta, curaba “las enfermedades de la cabeza”. Tam-

bién deja constancia de cómo “delante del templo hay una

casa llamada de las novenas, en la que se albergaban anta-

ño los peregrinos que venían de lugares lejanos en busca

de alivio para sus dolores”.

De esos vestigios románicos que hablaba Quadrado

se conservan hoy día algunas piezas pertenecientes a una

línea de imposta, actualmente englobadas en los muros

norte y sur, flanqueando el arco triunfal, así como sendos

arcos, de dimensiones más reducidas pero también de

medio punto, que, adosados a la pared en el centro de la

nave, sirven de hornacina para las imágenes de San José

con el Niño y San Antonio.

También enmarcada en otra hornacina, en este caso

de fábrica, sin despiece de sillares, se halla una talla góti-

ca de Cristo crucificado, cuya cruz tiene unas dimensiones

de 150 cm de alto y 100 de ancho; a ambos lados de esta

talla, y sobre unas columnas de apenas 1 m de altura, se

disponen sendos capiteles troncocónicos, únicos conser-

vados de la primitiva construcción románica, decorados a

base de temática vegetal, de grandes y carnosas hojas lan-

ceoladas en el centro, a cuyos lados se disponen otras for-

mas vegetales que asemejan espigas, y una banda de zig-

zag en altorrelieve coronando el cuerpo del capitel.

Según testimonios orales que han llegado hasta la

actualidad, la cabecera de la antigua iglesia estaba rodea-

da de “demonios y bichos extraños” labrados en piedra, y

que se identificarían, sin duda, con los canecillos, rica-

mente tallados, que sostenían la cornisa románica.

También románica era la talla de la Virgen con Niño

que se venera, aunque está bastante alterada, en primer

lugar porque el cuerpo fue destruido durante la guerra

civil, sustituyéndose luego por una copia; en segundo

lugar, porque se trata de una imagen de vestir, ataviada

con una compleja y rica indumentaria que se completa,

desde 1949, con una gran corona. El rostro, la única

parte que ha llegado a nuestros días del original medie-

val, también ha sido alterado con la policromía actual.

Aunque de factura reciente, el cuerpo actual de la talla,

que en conjunto mide 1 m de altura, seguía la composi-

ción original, tratándose de una Virgen tallada según el

modelo de la Thetocos, es decir, María como trono o

sedes sapientae.

414 / L A I G L E S I A D E C A R R E A

Iglesia de Santa María del Cébrano

413-416 Iglesia de Carrea.qxd 18/10/06 09:14 Página 414

Page 3: LA IGLESIA DE CARREA - romanicodigital.com

Esta iconografía muestra a ambas figuras con un

carácter mayestático y solemne; la identificación de María

con el trono, su rígida frontalidad y hieratismo y su inex-

presividad contribuyen a reforzar el mensaje de distancia-

miento entre lo humano y lo divino, de ahí que durante el

periodo románico se renuncie por completo a insinuar

sentimientos materno-filiales o incluso a establecer algún

tipo de comunicación entre la Virgen y el Niño, aunque en

el caso de la Virgen de Cébrano, el Niño ya aparece sen-

tado sobre una de las piernas de su madre, quien le sos-

tendría mínimamente con una mano, lo que ya supone un

cierto avance con respecto a la rígida simetría compositi-

va de las imágenes del románico pleno. Atributos propios

y recurrentes son las coronas que ceñirían ambos persona-

jes, o el Libro que portaría el Niño, en alusión a su papel

de Pantocrátor. Estos atributos se perdieron durante el

periodo barroco cuando, siguiendo la costumbre de vestir

las diferentes imágenes sagradas, especialmente las tallas

de la Virgen, en busca de una falsa sensación de realidad,

se llevó a cabo una sustancial alteración de la talla romá-

nica, en la que, además, se sustituyó la cabeza del Niño

por otra más cercana a la nueva sensibilidad barroca, que

muestra una imagen sonriente y de cabellos rizados.

Textos y fotos: ACG

Bibliografía

CANELLA SECADES, F. y BELLMUNT Y TRAVER, O., 1895-1900 (1988), III,

p. 310; FERNÁNDEZ, Á., 1978, pp. 89-99; FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, F., 1982,

pp. 199-200; FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, F., 1990, pp. 150-151; GARCÍA DÍAZ-

PEYROUX, C., 1988, pp. 69-71; GARCÍA DÍAZ-PEYROUX, C., 2000, pp.

16-31; GARCÍA DÍAZ-PEYROUX, C., 2004, pp. 56-60; LLANO ROZA DE

AMPUDIA, A. de, 1928, pp. 435-439, n. XLIX; QUADRADO, J. M., 1855

(1977), p. 115; RÍOS GONZÁLEZ, S. y GARCÍA DE CASTRO-VALDÉS, C.,

1996, pp. 42-43.

L A I G L E S I A D E C A R R E A / 415

Capitel románico

413-416 Iglesia de Carrea.qxd 18/10/06 09:14 Página 415