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LA IGLESIA DE SAN LORENZO DE MARURI Y LA GUERRA FOTO 1 Las imágenes que nos han llegado de la iglesia parroquial de Maruri Jatabe antes de su destrucción durante la guerra civil, nos muestran un templo de características barrocas. El 8 de Mayo de 1937, el cura del pueblo, Juan Aguirre, menciona la llegada de los primeros milicianos al pueblo y la ocupación de la torre de la iglesia para la instalación de una ametralladora. En esas fechas se están desarrollando los combates del monte Sollube y no es de extrañar que diferentes batallones se estuvieran preparando para una nueva línea defensiva en la zona del monte Jata y municipios adyacentes, como es el caso de Maruri-Jatabe, ante la previsible caída del Sollube. Desde el día 12 de Mayo, los combates se recrudecen en la zona cercana al monte Jata y su iglesia sufrirá los rigores de la guerra. Además de estar próxima a la zona de combate, a partir de la caída del Jata en manos franquistas el 19 de mayo, y hasta el 14 de junio, el núcleo urbano de Maruri-Jatabe junto con su iglesia, quedaran prácticamente entre ambos ejércitos, lo que llevaba aparejado el riesgo de ser afectada por las hostilidades. El 13 de junio, el mismo párroco, nos informa de la demolición de la iglesia mediante cargas de dinamita. Comenzaba la retirada de las tropas de la 5ª División vasca que defendían el valle de Butrón hasta el mar. El 14, entraban la Brigadas de Flechas Negras italianas en la población. En esta fotografía, procedente de la Biblioteca Nacional y que aparece en el libro “Nunca Más”, editado por la Fundación Sabino Arana, se aprecia el estado en el que quedó la iglesia tras la voladura. En ocasiones, la destrucción de las iglesias no llevaba aparejado un sentimiento antirreligioso, no debemos olvidar que las torres de las iglesias eran usadas a menudo como emplazamiento para ametralladoras e incluso como puesto de observación para la artillería, así que cuando se abandonaba una población eran voladas las torres para que no pudieran ser usadas por el enemigo para hostigar la retirada. Era táctica militar. La iglesia de Mungia fue dinamitada por esa razón, aunque el jefe de la

LA IGLESIA DE SAN LORENZO DE MARURI Y LA GUERRA · durante la guerra civil, ... En el informe que la Universidad de Valladolid hizo en 1938 sobre los destrozos ocasionados por la

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LA IGLESIA DE SAN LORENZO DE MARURI Y LA GUERRA

FOTO 1

Las imágenes que nos han llegado de la iglesia parroquial de Maruri – Jatabe antes de su destrucción

durante la guerra civil, nos muestran un templo de características barrocas. El 8 de Mayo de 1937, el

cura del pueblo, Juan Aguirre, menciona la llegada de los primeros milicianos al pueblo y la

ocupación de la torre de la iglesia para la instalación de una ametralladora. En esas fechas se están

desarrollando los combates del monte Sollube y no es de extrañar que diferentes batallones se

estuvieran preparando para una nueva línea defensiva en la zona del monte Jata y municipios

adyacentes, como es el caso de Maruri-Jatabe, ante la previsible caída del Sollube.

Desde el día 12 de Mayo, los combates se recrudecen en la zona cercana al monte Jata y su iglesia

sufrirá los rigores de la guerra. Además de estar próxima a la zona de combate, a partir de la caída

del Jata en manos franquistas el 19 de mayo, y hasta el 14 de junio, el núcleo urbano de Maruri-Jatabe

junto con su iglesia, quedaran prácticamente entre ambos ejércitos, lo que llevaba aparejado el riesgo

de ser afectada por las hostilidades. El 13 de junio, el mismo párroco, nos informa de la demolición

de la iglesia mediante cargas de dinamita. Comenzaba la retirada de las tropas de la 5ª División vasca

que defendían el valle de Butrón hasta el mar. El 14, entraban la Brigadas de Flechas Negras italianas

en la población.

En esta fotografía, procedente de la Biblioteca Nacional y que aparece en el libro “Nunca Más”,

editado por la Fundación Sabino Arana, se aprecia el estado en el que quedó la iglesia tras la voladura.

En ocasiones, la destrucción de las iglesias no llevaba aparejado un sentimiento antirreligioso, no

debemos olvidar que las torres de las iglesias eran usadas a menudo como emplazamiento para

ametralladoras e incluso como puesto de observación para la artillería, así que cuando se abandonaba

una población eran voladas las torres para que no pudieran ser usadas por el enemigo para hostigar la

retirada. Era táctica militar. La iglesia de Mungia fue dinamitada por esa razón, aunque el jefe de la

5ª División vasca, Pablo Beldarrain no llegase a cursar la orden, siendo el impulso de un dinamitero,

al observar que en el interior de la

iglesia se habían adentrado soldados

enemigos, el que acabó volando el

templo. La iglesia de Gatika corrió

igual suerte, no quedando, como

vemos, en pie ninguna iglesia vecina

a Maruri-Jatabe.

De todas formas pensamos que las

tres iglesias ya estarían seriamente

dañadas, dado que eran objetivo de la

artillería italiana en su intento de

desalojar los improvisados

asentamientos para armas

automáticas. De hecho, como

ejemplo, el 29 de mayo fue

bombardeado el entorno de la iglesia

maruritarra al observar los italianos

movimientos alrededor del templo

por parte de las tropas vascas.

Según cuenta Juan Aguirre, el

archivo de la iglesia quedó

prácticamente destruido y, pese a su

cuidado por salvaguardar ropajes y

útiles litúrgicos para oficiar la misa,

sabemos por testimonios orales que

el batallón 101, perteneciente a la 2ª

Brigada de Santander, llevaron al

barrio de Billabaso, donde estaban

ubicados, diversos ornamentos y

objetos eclesiásticos con los que

celebraban el rito de la misa de

manera jocosa para escándalo de los

vecinos.

En el informe que la Universidad de Valladolid hizo en 1938 sobre los destrozos ocasionados por la

guerra en la zona vasca se dice lo siguiente sobre el templo: “Iglesia volada con dinamita y que no es

sino un montón de escombros. Absolutamente imposible buscar en las ruinas indicación de lo que

fue; ni siquiera de la planta. Se ha salvado una pila de agua bendita que antes fue capitel adosado en

algún viejo templo. Obra bárbara que quiere imitar algún modelo románico, ya torpe y rudo

seguramente. Sin fecha posible, este capitel informe, pudiese ser obra del siglo XIII, allí perdida.

De la iglesia parroquial, se sabe que tenía torre construida en 1738, amplios atrios, y bajo ellos,

antiguos sepulcros de piedra.”

En la imagen se aprecia el uso que se le daba a las torres de

las iglesias. En este caso utilizada como defensa antiaérea.

Fundación Sabino Arana.

FOTO 2

Maruri quedó integrada en el programa de Regiones Devastadas por el que el nuevo régimen trató de

aliviar los desastres ocasionados por el conflicto armado. Por ello, en el año 1939, se comenzó a

edificar una nueva iglesia en el pueblo. El encargado de la obra fue el arquitecto bilbaíno Luis Gana

y Hoyos, a la sazón, uno de los responsables de la Oficina de Regiones Devastadas en Bilbao y que

incluso, en esas fechas, era uno de los responsables de la reconstrucción de la villa de Gernika. La

iglesia se levantó en el mismo lugar, si bien se desplazó unos metros para solucionar los problemas

de humedad que afectaban al antiguo templo. Según testimonios de los vecinos, parte de la iglesia

fue levantada en terrenos propiedad de un caserío vecino, para enfado de su propietario; sin embargo,

el mencionado Juan Aguirre parece que solucionó el “problema” poniendo encima de la mesa su

fuerte carácter. También hubo que reacondicionar parte del cementerio para encajar la nueva

edificación. Por cierto, según fuentes orales, este camposanto, en uno de sus laterales, fue utilizado

como fosa de enterramiento para los combatientes del ejército de Euzkadi fallecidos en la batalla del

Jata.

Mientras se realizaban las obras, el culto se oficiaba en la casa del sindicato agrícola, ubicada a

escasos metros del templo. El nuevo edificio se levantó en estilo neorrománico y se concluyó en los

primeros años de la década de los 40.

En la foto superior aparecen José Eguía que había tomado las riendas del municipio como alcalde a

la entrada de las tropas franquistas. A su derecha, Emiliano Amann, arquitecto, que por esas fechas

se encargaba de la reparación de la iglesia de San Pedro de Mungia. Por último Trinidad García

benefactor de la iglesia, persona muy religiosa y de grandes recursos que tenía junto a su hermano

una empresa de remolcadores en Portugalete.

FOTO 3 Y 4

Estas dos imágenes están sacadas de periódicos de la época. En ellas podemos apreciar el estado de

ruina total en el que quedo el templo pero también son interesantes los textos de pie de foto para,

como un pequeño viaje en el tiempo, recrearnos en la terminología usada en el primer franquismo y

que era el tono habitual de redactar las noticias.

BIBLIOGRAFÍA

Archivo IRARGI

Diarios de guerra. Flechas Negras. AGMA

“Historia crítica de la guerra de Euskadi (1936-1939). IKE 1937.

“Informe sobre la situación de las provincias vascongadas bajo el dominio rojo-separatista”

Universidad de Valladolid. 1938.

“Maruri-Jatabe. Bizimodua eta ohiturak” Fredi Paia. Labayru Ikastegia. 2009