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La iglesia dominicana y trujillo

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Volumen LXI

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La 'sumisión bien pagada.La iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo

(1930-1961 )Tomo II

José Luis Sáez, S.J.

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José Luis Sáez, S.J., nació en Valencia(España) en 1937, y reside en el país desde1954. Es miembro de la Compañía de Jesúsdesde 1958. Hizo sus estudios eclesiásticosen Fordham University (Nueva York) yWoodstock College (Maryland), recibiendoel sacerdocio en Santo Domingo en 1970.

Es profesor de la Escuela de ComunicaciónSocial de la Universidad Autónoma de SantoDomingo (UASD), y del Centro de EstudiosInstitucionales de Teología (PP. Dominicos).

El 31 de marzo de 1999, junto a un grupode periodistas, el presidente de la Repúblicale honró con la Orden de Duarte, Sánchez yMella en el grado de Caballero, por su trabajoen el área de la comunicación social. Desdeese mismo año es además miembro denúmero de la Academia Dominicana de laHistoria.

Además de siete obras en el área de lacomunicación social, ha publicado unosdieciséis títulos de historia de la iglesiadominicana, sobre todo en el género de labiografía. Además de Los jesuitas en laRepública Dominicana, 2 Vols. (1888-1890),y La iglesia y el negro esclavo en SantoDom.ingo (1994), es el autor de Don SebastiánRamírez de Fuenleal, obispo y legislador(1996), La expulsión de los jesuitas de SantoDomingo (2006), y seis trabajos de lacolección "Hombres de Iglesia", creada pormonseñor Rafael Bello Peguero en 1986,entre los que destacan El arzobispo Portes(1996), y Monseiior Pittini (2002).

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LA SUMISIÓN BIEN PAGADA

La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo

1930-1961

Tomo. II

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LA SUMISIÓN BIEN PAGADA

La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo

1930-1961

Tomo II

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Archivo General de la NaciónVolumen LXI

José Luis Sáez, S. J.

LA SUMISIÓN BIEN PAGADA

La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo

1930-1961

Tomo II

Santo Domingo,2008

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Archivo General de la Nación, volumen LXITítulo: La sumisión bien pagada.

La iglesia dominicana en la Era de Trujillo (1930-1961) tomo IICompilador: José Luis Sáez, S.J.

Departamento de Investigación y DivulgaciónEdición y cuidado: Modesto CuestaDiseño: Modesto CuestaDiagramación y Diseño de cubierta: Miriam VelizCorrección: Lillian Hiraldo

Cubierta: De izquierda a derecha, el padre Mariano Tomé, superior jesuita, ÁngelArias, director del Instituto Politécnico Loyola, Rafael L. 'frujillo y Francisco JavierBaeza, enviado especial del Padre General jesuita. (Foto cedida por el compilador)

© Publicaciones del Archivo General de la Nación, 2008

ISBN 978-9945-020-47-2

Archivo General de la NaciónCalle Modesto Díaz N° 2,Zona Universitaria,Santo Domingo, Distrito NacionalTe!. (809)362-1111, Fax. (809) 362-11 iowww.agn.gov.do

Impresión: Editora Búho, C. por A.

Impreso en República DominicanaPrinted in Dominican Republic

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Contenido

Siglas empleadas I 21

Antología de documentos

201. Primera denuncia velada contra la Compañía de Jesús en la pren­sa dominicana (e. Trujillo, 23 de diciembre de 1957) / 25

202. Respuesta a las anteriores acusaciones por el P. Ramón Calvo, S.J.,superior de los Jesuitas en el país(San Cristóbal, 23 de diciembre de 1957) /26

203. Carta del P. Ramón Calvo, S.J., al vicepresidente J. Balaguer sobreel mismo tema (San Cristóbal, 23 de diciembre de 1957) I 28

204. Segunda denuncia abierta en la prensa contra el P. Luis González­Posada, S.J. (C. Trujillo, 4 de febrero de 1958) / 29

205. El P. Luis González-Posada, S.J., defiende su actuación frente a ladenuncia anterior (C. Trujillo, 5 de febrero de 1958) /30

206. Carta del P. Ramón Calvo, S.J., al presidente Héctor B. Trujillo so­licitando la sustitución del P. González-Posada en la Universidad(San Cristóbal, 7 de febrero de 1958) /31

207. Decreto N° 3517 del presidente Héctor Trujillo sustituyendo al P.Luis González-Posada, S.J., en sus funciones en la Universidad(C. Trujillo, 8 de febrero de 1958) /32

208. Carta del P. Ramón Calvo, S.J., al generalísimo Trujillo sobre lasalida y nuevo destino del P. González-Posada, S.J,(San Cristóbal, 13 de febrero de 1958) / 33

209. Carta del P. González-Posada al generalísimo Trujillo antes de salirdel país (e. Trujillo, 5 de marzo de 1958) / 33

210. Memorándum del P. Ramón Calvo, S.J., al generalísimo Trujillosobre una nueva modalidad de congregación mariana estudiantil(San Cristóbal, 18 de marzo de 1958) / 35

211. Editorial del matutino El Caribe sobre el establecimiento de unanueva congregación mariana patrocinada por el generalísimoTrujillo (20 de marzo de 1958) / 36

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JoséLuis Sáez, S. 1. La sumisión bien pagada. La iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

212. Carta del P. Ramón Calvo, S.J., al vicepresidente Balaguer sobrenuevas acusaciones ce>ntra el P. González-Posada, S.J.(San Cristóbal, 5 de mayo de 1958) /37

213. Carta del mismo al vicepresidente Balaguer sobre amenazas y de­tención de dos empleados del Instituto Politécnico(San Cristóbal, 18 de mayo de 1958) /38

214. Carta del mismo al generalísimo Trujillo agradeciendo el regresode los acusados del Instituto Politécnico(San Cristóbal, 21 de mayo de 1958) / 40

215. Carta del generalísimo Trujillo a su hermano Héctor sugiriéndolecondecorar a la Virgen de la Altagracia(e. Trujillo, 24 de octubre de 1958) / 41

216. Decreto N° 4245 del presidente Héctor Trujillo condecorando a laVirgen de Altagracia con el Collar del Mérito Judicial(C. Trujillo, 30 de octubre de 1958) /41

217. Fragmento de una conferencia de Mons. Eduardo Ross, asesoreclesiástico del Poder Ejecutivo en el auditorium del Partido Do­minicano (C. Trujillo, 17 de diciembre de 1958) /43

218. Circular N° 4 del Vicario General de la Arquidiócesis invitando alclero al tedeum en ocasión de un aniversario más del ascenso alpoder de Trujillo (C. Trujillo, 11 de mayo de 1959) /47

219. Carta del M.R.P. General de la Compañía de Jesús al Lic. TulioFranco Franco, embajador de la República ante la Santa Sede, so­bre la separación de los jesuitas del país de su autoridad en Cuba(Roma, 3 de octubre de 1959) /47

220. Recuento del inicio del episcopado de Mons. Juan Félix Pepén enla recién creada diócesis de Higüey (12 de octubre de 1959) / 48

221. Carta del Embajador dominicano ante la Santa Sede al vicepresi­dente Joaquín Balaguer informado sobre el nuevo nuncio apostó­lico (Roma, 20 de octubre de 1959/ 50

222. Discurso de Mons. Lino Zanini, nuncio apostólico de Su Santidad,al presentar sus cartas credenciales al presidente Héctor TrujilloMolina Ce. Trujillo, 31 de octubre de 1959) /53

223. Carta del P. Mariano Vázquez al P. Miguel A. Larrucea, S.J, sobreacusaciones hechas al P. Manuel González Quevedo, S.J.(e. Trujillo, 12 de noviembre de 1959) /54

224. Carta del nuevo nuncio apostólico al presidente Héctor B. Trujilloanunciando la bendición papal a su matrimonio CC. Trujillo, 10 dediciembre de 1959) / 56

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Contenido

225. Carta del mismo sobre el mismo tema a Mons. Octavio A. Beras,arzobispo coadjutor (C. Trujillo, 10 de diciembre de 1959) / 56

226. Carta que el seminarista mayor Clemente Medina enviaría al coro­nel Johnny Abbes García, director del Servicio de Inteligencia Mili­tar, denunciando a varios compañeros(C. Trujillo, 23 de diciembre de 1959) / 57

227. Carta pastoral colectiva del Episcopado dominicano al clero yfieles denunciando la represión del régimen de Trujillo(C. Trujillo, 25 de enero de 1960) / 58

228. Carta del Episcopado dominicano a Rafael L. Trujillo acompañan­do la copia de la anterior carta pastoral(C. Trujillo, 25 de enero de 1960) / 63

229. Nota del Episcopado dominicano a los sacerdotes de ambos cle­ros sobre actuaciones de carácter político(C. Trujillo, 25 de enero de 1960) / 64

230. Carta del P. Alfonso Esteve Recio, Sch.P., a Virgilio Álvarez Pina,secretario de Interior y Culto, sobre la detención de dos alumnosdel Colegio Mayor (C. Trujillo, 25 de enero de 1960) /66

231. Acusación contra el escolar cubano Antonio Fabré, S.J., aparecidaen la prensa matutina (e. Trujillo, 26 de enero de 1960) / 67

232. Telegrama del P. Miguel A. Larrucea, S.J., al generalísimo Trujillosobre la denuncia aparecida en la prensa ese mismo día(San Cristóbal, 29 de enero de 1960) / 69

233. Carta del P. Miguel A. Larrucea, S. J., pidiendo desmentir la infor­mación anterior a Virgilio Álvarez Pina, secretario de Culto(C. Trujillo, 30 de enero de 1960) / 70

234. Carta del nuncio Lino Zanini al vicepresidente J. Balaguer queján­dose de nuevos ataques a la Iglesia(C. Trujillo, 30 de enero de 1960) / 71

235. Respuesta del vicepresidente Balaguer a la anterior carta del Nun­cio Apostólico (e. Trujillo, 30 de enero de 1960) / 72

236. Carta del Nuncio Apostólico accediendo a la cita del vicepresiden­te Balaguer (e. Trujillo, 31 de enero de 1960) /73

237. Carta del generalísimo Trujillo elogiando al P. Ángel Arias, S.J., di­rector del Instituto Politécnico Loyola (San Cristóbal), aparecidaal día siguiente en la prensa / 73

238. Nota presentada por el nuncio Zanini al vicepresidente Balaguercon los ataques aparecidos en la prensa contra la Iglesia(C. Trujillo, 1° de febrero de 1960) / 74

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José Luis Sáez, S. J La sumisión bien pagada. La iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

239. Carta del Obispo de La Vega a todos los fieles católicos advirtién­doles las penas en que .incurrirán los asistentes al mitin políticode ese mismo día (La Vega, 3 de febrero de 1960) / 75

240. Discurso del Lic. Julián Suardí en el anunciado mitin de La Vega,delante de la Catedral y transmitido por liLa Voz del Camú"(La Vega, 3 de febrero de 1960) / 76

241. Últimos párrafos del discurso del Sr. Gustavo Gómez Ceara en elmismo mitin (La Vega, 3 de febrero de 1960) / 78

242. Fragmento final del discurso de Ramón M. Cordero en el mismomitin (La Vega, 3 de febrero de 1960) / 79

243. Carta del P. Ángel Arias, S.J., director técnico del Politécnico Loyola,en respuesta a los elogios del generalísimo Trujillo(San Cristóbal, 4 de febrero de 1960) /80

244. Carta del Can. Eliseo Pérez Sánchez al director de El Caribe, sobreun cambio en el gobierno de la Arquidiócesis(e. Trujillo, 4 de febrero de 1960) / 81

245. Carta de Mons. Francisco Panal a la gobernadora Delia GarcíaGodoy protestando del mítin político contra la Iglesia, celebradoen aquella ciudad una semana antes(La Vega, 12 de febrero de 1960) /82

246. Carta del Obispo de La Vega a Virgilio Álvarez Pina, secretario deCulto, sobre el mitin mencionado (La Vega, 12 de febrero de 1960) /83

247. Carta del nuncio Lino Zanini al vicepresidente Balaguer envián­dole la queja del Colegio Agrícola de Dajabón(e. Trujillo, 15 de febrero de 1960) /85

248. Carta del Dr. Joaquín Balaguer, vicepresidente de la República, aMons. Lino Zanini, nuncio apostólico, sobre el problema anterior(C. Trujillo, 16 de febrero de 1960) /86

249. Carta del Nuncio Apostólico al Dr. Balaguer en respuesta a la ante­rior (C. Trujillo, 16 de febrero de 1960) / 88

250. Carta del vicepresidente Balaguer al Nuncio Apostólico sobre elmismo asunto (C. Trujillo, 18 de febrero de 1960) / 89

251. Respuesta de Mons. Lino Zanini a la última carta del vicepresi­dente Balaguer (C. Trujillo, 18 de febrero de 1960) / 90

252. Carta del encargado de negocios en Irán al Secretario de Relacio­nes Exteriores, informando sobre Mons. Lino Zanini(Teherán, 22 de febrero de 1960) / 91

253. Carta pastoral colectiva de los obispos dominicanos al clero y fie­les en ocasión de la Cuaresma y ampliando la anterior(C. Trujillo, 28 de febrero de 1960) / 93

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Contenido

254. Carta del P. Ángel Arias, S.J., al generalísimo Trujillo exigiendoreparación a la campaña en contra de los jesuitas(San Cristóbal, 15 de marzo de 1960) / 98

255. Carta del P. Joaquín Ferragut, Sch.P., a Mons. Octavio A. Beras,arzobispo coadjutor, sobre los problemas del Colegio Mayor Cala­sanz (C. Trujillo, 22 de marzo de 1960) / 99

256. Telegrama de Virgilio Álvarez Pina a la Curia Diocesana de Santia­go anunciando la supresión de la subvención(C. Trujillo, 23 de marzo de 1960) / 100

257. Carta del P. Ángel Arias, S.J., director del Instituto PolitécnicoLoyola, al generalísimo Trujillo, sobre algunas consultas(San Cristóbal, 25 de marzo de 1960) / 100

258. Carta del generalísimo Trujillo a Mons. Thomas F. Reilly respon­diendo a una anterior (e. Trujillo, 31 de marzo de 1960) / 101

259. Carta del generalísimo Trujillo a Mons. Octavio A. Beras, arzobis­po coadjutor con derecho a sucesión y administrador apostólicosede plena CC. Trujillo, 31 de marzo de 1960) / 109

260. Carta del Arzobispo Coadjutor en respuesta a la anterior del gene­ralísimo Trujillo (C. Trujillo, 4 de abril de 1960) / 111

261. Carta del P. Joaquín Ferragut, Sch.P., al P. Vicente Tomek, prepósitogeneral de las escuelas pías en Roma, informándole sobre los se­rios problemas del país (C. Trujillo, 11 de abril de 1960) / 112

262. Reportaje de prensa sobre el asesinato de un supuesto "terrorista"colombiano a la puerta del apartamento del arzobispo Pittini(C. Trujillo, 14 de abril de 1960) / 116

263. Carta del Secretario Particular del generalísimo Trujillo a Mons.Hugo E. Polanco sobre la propiedad del Obispado(C. Trujillo, 27 de abril de 1960) / 119

264. Carta del Secretario de Estado de la Santa Sede a Tulio Franco Fran­co, embajador del país ante el Vaticano, agradeciendo un donativodel generalísimo Trujillo a la Nunciatura(Vaticano, 29 de abril de 1960) / 120

265. Respuesta de Mons. Hugo E. Polanco, obispo de Santiago, a lacarta del secretario particular del Generalísimo(Santiago, 2 de mayo de 1960) / 120

266. Carta del P. Joaquín Ferragut, Sch.P., al vicepresidente Balaguer,sobre la gravedad de la situación (e. Trujillo, 3 de mayo de 1960) / 121

267. Palabras pronunciadas por Mons. Thomas F. Reilly en la Catedralde San Juan de la Maguana durante la visita del generalísimoTrujillo (7 de mayo de 1960) / 123

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JoséLuis Sáet, S. 1. La sumisión bien pagada. La iglesia dominica¡¡a bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

268. Artículo anónimo de un religioso español sobre el encuentro deMons. Reilly y Trujilla.en San Juan de la Maguana(C. Trujillo, 8 de mayo de 1960) / 125

269. Telegrama de Mons. Hugo E. Polanco, obispo de Santiago, invi­tando al generalísimo Trujillo a un tedeum(Santiago, 11 de mayo de 1960) / 127

270. Respuesta del generalísimo Trujillo al telegrama del obispo Polanco(C. Trujillo, 11 de mayo de 1960) / 127

271. Ley N° 5349 que deroga la prohibición de la secta "Testigos deJehová" dictada en 1957 (e. Trujillo, 12 de mayo de 1960) / 128

272. Sermón de Mons. Hugo Eduardo Polanco Brito, obispo de Santia­go, durante la visita del generalísimo Trujillo(Santiago, 16 de mayo de 1960) / 130

273. Fragmentos del discurso leído por el generalísimo Trujillo en eltedeum de la Catedral de Santiago (Santiago, 16 de mayo de 1960) / 131

274. Artículo anónimo de un religioso aparecido en la prensa matutinacomo carta dirigida al generalísimo Trujillo(San Cristóbal, 19 de mayo de 1960) / 139

275. Telegrama del P. Fernando Arturo Franco Benoit, cura de Mao,invitando al generalísimo Trujillo a un tedeum en su parroquia(Valverde, 21 de mayo de 1960) / 141

276. Respuesta del generalísimo Trujillo al telegrama anterior(21 de mayo de 1960) / 142

277. Nota o Aide-Mémoire de la entrevista sostenida entre el Secretariode la Nunciatura y Porfirio Herrera Báez, canciller de la Repúbli­ca (C. Trujillo, 22 de mayo de 1960) / 142

278. Carta de un presidente del Partido Dominicano al generalísimoTrujillo, sobre el brindis del P. Bernardo Ruel, M.S.e. en una fiesta(Sánchez, 23 de mayo de 1960) / 142

279. Carta del Secretario de Estado de Justicia al presidente Héctor B.Trujillo sobre las necesarias medidas de seguridad que requiere elpaís (C. Trujillo, 24 de mayo de 1960 / 143

280. Voto negativo del Can. Eliseo. Pérez Sánchez, senador por SánchezRamírez, contra la Ley de Pena de Muerte(C. Trujillo, 25 de mayo de 1960) / 147

281. Breve nota aparecida en el diario matutino acerca de la muerterepentina del Superior de la Compañía de Jesús en República Do­minicana (C. Trujillo, 26 de mayo de 1960) / 147

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Page 18: La iglesia dominicana y trujillo

Contenido

282. Parte del reportaje de la prensa matutina sobre un mitin celebradoen la capital contra la "intervención" de los EE.UU. en los asuntosdominicanos (e. Trujillo, 27 de mayo de 1960) / 148

283. Carta pública del Ing. Ignacio Agramonte al nuncio apostólico LinoZanini (C. Trujillo, 28 de mayo de 1960) / 149

284. Otro artículo sobre el discurso del generalísimo Trujillo en la Cate­dral de Santiago (C. Trujillo, 28 de mayo de 1960) / 151

285. Carta del P. Ángel Arias, S.J., al generalísimo Trujillo renunciandoa su cargo de asesor (San Cristóbal, 28 de mayo de 1960) / 153

286. El Ayuntamiento de Salcedo protesta de las injurias del P. HipólitoFernández, cura de Imbert (Salcedo, 29 de mayo de 1960) / 156

287. Carta del P. Hipólito Fernández L., cura de Imbert, al director de ElCaribe negando haber intervenido en política(Imbert, 30 de mayo de 1960) / 157

288. Carta del P. Mariano Tomé, S.J., nuevo superior de los jesuitas, algeneralísimo Trujillo negándose a sacar del país a tres jesuitas(C. Trujillo, 10 de junio de 1960) / 158

289. Denuncia aparecida en la prensa contra un religioso paúl de SanFrancisco de Macorís (e. Trujillo, 5 de junio de 1960) / 159

290. Otra denuncia aparecida en la prensa contra la predicación domi­nical del párroco de Güaley (6 de junio de 1960) / 160

291. Un artículo breve de El Mundo (San Juan, Puerto Rico), reproduci­do en el país, sobre el comportamiento del nuncio Lino Zanini(11 de junio de 1960) / 160

292. Carta abierta de un ex seminarista al rector P. Juan López Pedraz,S.J., sobre el ambiente vivido en la institución(C. Trujillo, 19 de junio de 1960) / 162

293. Carta del Vicario Provincial de los dominicos al Jefe de la PolicíaNacional denunciando el robo de dos vehículos(C. Trujillo, 23 de junio de 1960) / 163

294. Desmentido del diario El Caribe a un cable recibido de Puerto Ricoacerca del paradero del obispo de La Vega(San Juan, 23 de junio de 1960) / 164

295. Cable de la NCWC News Service recibido, al parecer desde SanJuan, por Mons. Reilly (27 de junio de 1960) / 165

296. Carta del P. Gerardo Vázquez, S.J., informando al generalísimoTrujillo acerca del enviado especial de la Curia de Roma(Haina, 8 de julio de 1960) / 167

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JoséLuis 5áez, 5. J La sumisión bien pagada. La iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

297. Carta del Director de Gastos del Gobierno al P. Ángel Arias, S.J.,director del Politécnic'O Loyola, justificando la reducción del pre­supuesto de la institución (e. Trujillo, 15 de julio de 1960) / 168

298. Resumen de la entrevista sostenida en Palacio entre el generalísimoTrujillo y el P. Francisco Javier Baeza, S.J., enviado especial de laCuria Generalicia de Roma (e. Trujillo, 18 de julio de 1960) / 169

299. Memorándum de Rafael Paíno Pichardo presentado al generalísimoTrujillo sobre su conversación en el Seminario con el P. FranciscoJavier Baeza, S.J. (e. Trujillo, 14 de septiembre de 1960) / 170

300. Carta" del Director de Gastos del Gobierno al P. Ángel Arias apro­bando un nuevo presupuesto del Instituto Politécnico Loyola(C. Trujillo, 23 de septiembre de 1960) / 173

301. Fragmentos de la carta del seminarista expulsado al nuevo rectorP. Mariano Tomé, S.J., explicando el servicio prestado al Gobier­no (C. Trujillo, 15 de octubre de 1960) / 174

302. Denuncia en la prensa matutina sobre la enseñanza en manos de loseclesiásticos o religiosos (e. Trujillo, 23 de noviembre de 1960) / 175

303. Otra denuncia pidiendo suprimir ayudas a la Iglesia y castigar alos instigadores de la carta pastoral de 1960(e. Trujillo, 25 de noviembre de 1960) / 177

304. Proyecto de ley que castigaría con la deportación a todo extranje­ro que alterase el orden público, incluyendo a los miembros delclero (e. Trujillo, 29 de noviembre de 1960) / 178

305. Carta de los superiores religiosos del país al Episcopado Domini­cano pidiéndole hablar acerca de la tensión reinante en el país(e. Trujillo, 16 de diciembre de 1960) / 179

306. Carta del Can. Eliseo Pérez Sánchez al director del vespertino LaNación sobre la acusación de que el clero no contribuye a obrasde caridad (e. Trujillo, 28 de diciembre de 1960) / 182

307. Carta de Mons. Hugo E. Polanco, obispo de Santiago, a Rafael PaínoPichardo, secretario de Interior y Culto(Santiago, 7 de enero de 1961) / 183

308. Respuesta del Secretario de Estado de Interior y Culto a la anteriorcarta del Obispo de Santiago (C. Trujillo, 10 de enero de 1961) / 184

309. Memorándum del Episcopado dominicano preparado para entre­gar al generalísimo Trujillo durante la audiencia concedida en elPalacio Nacional (e. Trujillo, 10 de enero de 1961) / 185

310. Informe de la Superiora del Colegio San José, de las HH. de laCaridad del Cardenal Sancha sobre la difícil situación de aquellaescuela (Puerto Plata, 11 de enero de 1961) / 188

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Contenido

311. Carta de la Superiora del Colegio María Auxiliadora, de las salesia­nas, sobre la situación de aquel centro educativo(Moca, 11 de enero de 1961) / 189

312. Carta del generalísimo Trujillo y el presidente Balaguer al Episco­pado dominicano en respuesta al memorándum del 10 de enero(C. Trujillo, 11 de enero de 1961) 1191

313. Oficio' del Secretario de Interior y Culto a Mons. Octavio A. Beras,arzobispo coadjutor y administrador apostólico sede plena, invi­tándole a una misa de campaña (C. Trujillo, 12 de enero de 1961) / 192

314. Carta del Secretario de Estado de la Presidencia invitando al arzo­bispo coadjutor Octavio A. Beras a una recepción en Palacio(C. Trujillo, 16 de enero de 1961) 1193

315. Carta del presidente Balaguer y los secretarios de Estado al Epis­copado dominicano solicitando adherirse a la sugerencia del P.Zenón Castillo (e. Trujillo, 16 de enero de 1961) 1193

316. Carta del Secretario de Interior y Culto a Mons. Hugo E. Polanco,obispo de Santiago, en defensa de la independencia de Radio Ca­ribe (C. Trujillo, 21 de enero de 1961) 1196

317. Carta del P. Oscar Robles Toledano al presidente Balaguer apoyandoel título de Benefactor de la Iglesia a favor de Trujillo(C. Trujillo, 2 de febrero de 1961) 1197

318. Respuesta de los obispos al presidente Balaguer y demás miem­bros del Gabinete, sobre la imposibilidad de dar ese título al gene­ralísimo Trujillo (e. Trujillo, 6 de febrero de 1961) 1199

319. Charla del P. Láutico García, S.J., en el programa radial "La HoraCatólica" en La Voz Dominicana sobre la campaña de difamaciónde los eclesiásticos (C. Trujillo, 19 de febrero de 1961) /200

320. Resolución del Ayuntamiento de Monseñor Nouel adhiriéndose ala invitación a otorgar al generalísimo Trujillo el título de Bene­factor de la Iglesia (Bonao, 21 de febrero de 1961) 1205

321. Un editorial de Radio Caribe sobre el posible sometimiento a laempresa por difamación (e. Trujillo, 26 de febrero de 1961) 1206

322. Un "Observatorio" de Radio Caribe, reproducido en la prensa ves­pertina, a propósito del sometimiento de la empresa a la Justicia(C. Trujillo, 2 de marzo de 1961) 1209

323. Sermón de Mons. Francisco Panal en la Catedral de La Vega du­rante la visita del generalísimo Trujillo y su séquito(La Vega, 4 ele marzo de 1961) /210

324. Carta abierta de algunos ciudadanos anónimos de oposición enadhesión a Mons. Francisco Panal (La Vega, 4 de marzo de 1961) / 215

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Page 21: La iglesia dominicana y trujillo

José Luís 5áez, 5. 1. La sumisión bíen pagada. La íglesía dominicana bajo la Era de Trujíllo (1930-1961)

325. Un comentario anónimo sobre el anterior sermón de Mons. Panal(C. Trujillo, 8 de marzo de 1961) /216

326. Opinión de un lector de La Vega, a propósito del sermón de Mons.Panal, sobre el excesivo número de obispos del país (e. Trujillo, 9de marzo de 1961) /218

327. Un editorial de Radio Caribe a propósito del supuesto apresamientode sus directivos (C. Trujillo, 9 de marzo de 1961) /218

328. Declaración de Mons, Thomas F. Reilly, C.SS.R., que se leería entodas las misas de la Catedral de San Juan de la Maguana(12 de marzo de 1961) /220

329. Un comentario de prensa favoreciendo que los obispos del paíssean siempre dominicanos (C. Trujillo, 15 de marzo de 1961) /222

330. Recuento del viaje a Roma de Mons. Juan Félix Pepén, obispo deRigüey, para informar al papa Juan :XXIII sobre la situación de laIglesia dominicana (marzo-junio de 1961) /223

331. Comentario de Associated Press (A.P.) sobre la carta pastoral deMons. Reilly aparecido en EE.UU.(Washington, 15 de marzo de 1961) /226

332. Un "espacio pagado" comentando las declaraciones de Mons. Reillya United Press Internacional, remitido a la dirección de prensa deRadio Caribe (San Juan de la Maguana, 16 de m.arzo de 1961) /227

333. Carta del Obispo de Santiago al Secretario de Interior y Culto sobrenuevas quejas y dudas contra Radio Caribe(Santiago, 18 de marzo de 1961) /228

334. Carta del Secretario de Interior y Culto al P. Francisco J. Baeza,S.J., en Río Piedras, informándole de las dificultades con Mons.Reilly y los sacerdotes norteamericanos de San Juan de la Maguana(C. Trujillo, 20 de marzo de 1961) /230

335. Carta del mismo a Mons. Rugo E. Polanco Brito, obispo de Santia­go, enviándole copia de refutación al Prelado de San Juan de laMaguana (C. Trujíllo, 24 de marzo de 1961) /231

336. Carta del mismo a Mons. Francisco Panal, obispo de La Vega, apropósito de su circular (C. Trujillo, 24 de marzo de 1961) /232

337. Carta del P. Pablo Marín Solano, O.S.A., de la parroquia San Agustín,a la Secretaría de Interior y Culto, en respuesta a la comunicaciónanterior enviada a Mons. Panal(La Vega, 25 de marzo de 1961) /235

338. Una nota en el "Foro Público" proponiendo un nuevo título para elgeneralísimo Trujillo (c. Trujillo, 1° de abril de 1961) /238

16

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Con tCl1 ido

339. Mensaje del P. Manuel A. Rodríguez Canela, capellán castrense dela Aviación, al generalísimo Trujillo, uniéndose al repudio del te­rrorismo Ce. Trujillo, 9 de abril de 1961) / 239

340. Carta del Secretario de Interior y Culto a Mons. Hugo E. Polancoavisándole de unas declaraciones suyas en la predicaciónCC. Trujillo, 11 de abril de 1961) / 239

341. Supuesto encausamiento de Mons. Thomas F. Reilly por organizarun complot terrorista contra el Gobierno dominicanoCC. Trujillo, 12 de abril de 1961) / 240

342. Texto del auto de sometimiento de Mons. Thomas F. Reilly hechopor el Procurador Fiscal del Distrito NacionalCC. Trujillo, 10 de abril de 1961) /242

343. Un comentario anónimo contra la actitud de Mons. Reilly, preladonullius de San Juan de la Maguana Ce. Trujillo, 12 de abril de 1961) /244

344. Palabras pronunciadas por el senador Mons. Eliseo Pérez Sánchezal presentar renuncia a su cargo Ce. Trujillo, 12 de abril de 1961) / 245

345. Desmentido de la prensa sobre la supuesta detención de Mons.Thomas F. Reilly Ce. Trujillo, 13 de abril de 1961) / 246

346. Una acusación más contra Mons. ReillyCSan Juan de la Maguana, 13 de abril de 1961) /247

347. Respuesta del Obispo de Santiago a la comunicación anterior deR. Paíno Pichardo CSantiago, 14 de abril de 1961) /248

348. Crónica de prensa de la salida del país de tres padres redentoristasde San Juan de la Maguana Ce. Trujillo, 14 de abril de 1961) / 248

349. Carta del Ing. Brito Almonte al generalísimo Trujillo condenandolas "maquinaciones" del obispo Thomas F. ReillyCC. Trujillo, 15 de abril de 1961) /249

350. Editorial del matutino El Caribe sobre un nuevo galardón recibidopor el generalísimo Trujillo de la Iglesia del LíbanoCC. Trujillo, 16 de abril de 1961) /250

351. Un artículo del Lic. Julio Ernesto de la Rocha en la prensa matutinasobre la capacidad de visión futura de TrujilloCC. Trujillo, 17 de abril de 1961) / 252

352. Carta del Secretario de Interior y Culto al superior de la Compañíade Jesús, P. Mariano Tomé, S.J., anunciándole la posible deporta­ción de un jesuita de San CristóbalCC. Trujillo, 17 de abril de 1961) / 254

353. Un comentario sobre la actitud de los obispos que cambiaron sumisión y adoptaron un papel políticoCe. Trujillo, 18 de abril de 1961) /255

17

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JoséLuis Sáez, S. 1. La sumisión bien pagada. La iglesia dominicana bajo la Era de Trujil10 (1930-1961)

354. Carta de Mons. Eliseo Pérez Sánchez a Francisco Prats Ramírez,director de El Caribe:'comentando una información(C. Truj illo, 28 de abril de 1951) /257

355. Prólogo del P. Zenón Castillo de Aza a su obra recién publicada enla capital (C. Trujillo, mayo de 1961) / 258

356. Conversación sostenida entre el Lic. José B. Uribe Macías, secre­tario de la Presidencia, y el P. Ángel Arias, S.J., director del Politéc­nico Loyola (San Cristóbal, 3 de mayo de 1961) /260

357. Carta del P. Ángel Arias, S.J., al generalísimo Trujillo informándolede su charla con el Secretario de la Presidencia(San Cristóbal, 10 de mayo de 1961) /268

358. Respuesta del Subsecretario de la Presidencia, a nombre del Ge­neralísimo, al P. Ángel Arias, S.J.(C. Trujillo, 17 de mayo de 1961) /269

359. Respuesta del P. Arias, S.J., a la anterior del Subsecretario de laPresidencia (San Cristóbal, 18 de mayo de 1961) /270

360. Relación del P. Gabriel Maduro sobre los hechos ocurridos en laparroquia Santo Cura de Ars (c. Trujillo, 1° de junio de 1961) /271

361. Fragmentos del elogio fúnebre del presidente Joaquín Balaguer enel funeral de Trujillo (San Cristóbal, 2 de junio de 1961) /272

362. El Obispo de Santiago anuncia a R. Paíno Pkhardo, secretario deInterior y Culto, la celebración de exequias por el generalísimoTrujillo (Santiago, 6 de junio de 1961) /274

363. Circular del Arzobispo Coadjutor de Santo Domingo al clero y fie­les, sobre el funeral por el descanso del generalísimo Trujillo en laCatedral y demás templos (C. Truj illo, 7 de junio de 1961) / 274

364. Nota suministrada a la prensa por Rafael Paíno Pichardo, secreta­rio de Interior y Culto acerca de la detención del P. Gabriel Maduro(C. Trujillo, 9 de junio de 1961) /276

365. Carta de condolencia del Obispo de La Vega al Secretario de Inte­rior y Culto en respuesta a una anterior del funcionario(La Vega, 18 de junio de 1961) /276

366. Carta del presidente Balaguer a Fr. Ángel Vizcarra, O.P., en Miami,sobre la situación política (C. Truj illo, 4 de julio de 1961) / 277

367. Una reflexión de autor desconocido, bajo seudónimo, enviada almatutino El Caribe (San Cristóbal, 11 de julio de 1961) /278

368. Voto negativo del Can. Eliseo Pérez Sánchez, senador por SánchezRamírez, a la ley que creaba la medalla de mérito "14 de Junio" parapremiar a los combatientes contra las incursiones de Constanza,Maimón y Estero Hondo (c. Trujillo, 19 de julio de 1961) /281

18

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Contenido

369. Palabras de adhesión pronunciadas por Mons. Pérez Sánchez en lasesión conjunta de las cámaras (C. Trujillo, 24 de agosto de 1961) /282

370. Carta del Episcopado al presidente Balaguer sobre el deterioro dela situación política del país (C. Trujillo, 28 de agosto de 1961) / 283

371. Un comentario noticioso denunciando a un agustino de San Cris­tóbal como supuesto violador de menores(C. Trujillo, 14 de septiembre de 1961) /285

372. Fragmentos de una carta pastoral del obispo de La Vega a su clero,religiosos y fieles, sobre la coyuntura política, con ocasión de lafiesta de la Inmaculada Concepción(La Vega, 7 de diciembre de 1961) / 287

Cronología histórica de las relaciones / 293

Iconografía / 323

Bibliografía / 331

Índice onomástico / 335

19

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AASAGNAHPAAMDGAPAARSIASDBEc.Can.Cardocfr.e.M.F.col.C.SS.Red.EN

~ estoexp.f.fdo.GOHEPBibid.latolegoLicdo.loc.cit.L.S.M.RM.SS.Ce.O.

O.F.M.

Siglas empleadas

Acta Apostolicae Sedis (Vaticano, Roma)Archivo General de la Nación (Santo Domingo, R.D.)Archivo Histórico de la Provincia Antillense (S.D.)Ad Maiorem Dei Gloriam (A mayor gloria de Dios)Archivo de la Provincia de las Antillas (S.D.)Archivum Romanum Societatis Iesu (Roma)Archivo del Arzobispado de Santo DomingoBoletín Eclesiástico (Arquidiócesis de Santo Domingo)copiaCanónigoCardenalconfer, confrontaCordis Mariae Filii (Claretianos)columnaCongregatio Santíssimi Redemptoris (Redentoristas)editorEjército NacionalestanteexpedientefoliofirmadoGaceta Oficial (Santo Domingo o Ciudad Trujillo, RD.)Hugo Eduardo Polanco Brito (Colección)ibidemlatínlegajoLicenciadolocus citatus o lugar citadoLocus Sigilli o lugar del selloMuy ReverendoMisioneros de los Sagrados CorazonesoriginalOrdinis Fratrum Minorum (Franciscanos)

21

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losé LlIis Sáez. S. J La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trlljillo (1930-1961)

O.F.M.Cap.O.P.Op. citoO.S.APP.PCPLAPbro.q.b.s.m.q.e.g.eq.e.p.d.repr.Sch.P.S.D.B.S.E.S.E.R.S.I.S.LM.S.J.S.P.v.S.R.E.S.s.

S.S.S.S.Ls.v.trad.U.S.D.VE.

VE.R.VP.v.

Ordinis Fratrum Minorum Capuccinorum (también O.M.C.)Ordinis Prae'dicatorum (Dominicos)opus citatumOrdinis Sancti Augustini (Agustinos)PapaPontificio Colegio Pío Latino Americano (Roma)Presbíteroque besa su manoque en gloria estéque en paz descanseReproducidoScholarum Piarum (Escolapios)Societa di Don Basca (Salesianos)Su Excelencia (también Su Eminencia)Su Excelencia ReverendísimaSeñoría IlustrísimaServicio de Inteligencia MilitarSocietatis Jesu (Jesuitas)Santa Pastoral VisitaSancta (ae) Romana (ae) Ecclesia (ae)Seguro servidorSu Señoría (o Su Santidad)Su Señoría IlustrísimaSanctitas VestraTraducciónUniversidad de Santo Domingo (ahora UASD)Vuestra ExcelenciaVuestra Excelencia ReverendísimaVuestra Paternidadvide

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Antología de documentos

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201. Primera denuncia velada contra la Compañía de Jesús en la prensa dominicana(C. Trujillo, 23 de diciembre de 1957)

"Foro Público: Algunos ejemplos más", El Caribe X:3531

(e. Trujillo, 23 de diciembre de 1957), p. 7, cols. 3.

He leído con inusitado interés el diálogo que sostuvieron hace unosdías un católico y un evangélico, y al cual se refirió el señor Eugenio delOrbe por medio de esta misma sección.

Especialmente llamó mi atención las citas que se hicieron de recien­tes hechos históricos que revelan sin lugar a dudas la intervención de or­ganizaciones católicas en la vida política de algunos países, tales comoColombia y Argentina, donde esas organizaciones se volvieron contra losgobiernos fundamentalmente católicos de Rojas Pinilla y Juan DomingoPerón.

Ahora bien, para hacer honor a la verdad, hay que reconocer que notodas las órdenes religiosas del catolicismo suelen inmiscuirse en los asun­tos políticos de los Estados, ajenos a la naturaleza y fines de su misión.

La historia sí nos muestra determinados acontecimientos que ponende manifiesto que la intromisión de la autoridad eclesiástica en las cues­tiones de Estado es designio de antaño puesto en práctica por la mismaOrden a la cual se refirió el papa Clemente XIV en una memorable bulapontificia, y Carlos III de España, allá por el año 1767. Es también la mis­ma congregación a que perteneció el padre Arroyuelo (sic), funesto conse­jero del Conde Duque de Olivares; la del padre [Alfonso] Torres, confiden­te de Alfonso XIII, y la de aquél célebre padre Mariana, único teólogo quedefiende el regicidio.

Por lo demás, el catolicismo es fuente inagotable de amor y crisol delas más nobles virtudes humanas, de manera que la incomprensión y laintransigencia no encajan en la esfera de su bello y generoso apostolado.

LORENZO DE LA CONCHA

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JoséLuis Sáez, S. 1. La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

202. Respuesta a las anteriores acusaciones por el P. Ramón Calvo, S.f., superior delos jesuitas en el país (San Crístóbal, 23 de diciembre de 1957)

c. ARPA. Colección González-Posada. Correspondencia

Estado-Compañía (1957-1958), N° 152; repr. "Superior señala

armonía orden jesuita con Estado", El Caribe X:3532 CC.

Trujillo, 24 de diciembre de 1957), p. 1, cols. 6-7.

Sr. Director del diario El CaribeCiudad Trujillo

Muy señor mío y de toda mi consideración:Como superior de la Compañía de Jesús en la República Dominica­

na, debo contestar a las graves acusaciones que a nuestra orden religiosase hacen, como la perturbadora de la tranquilidad de los estados católicos,por el Sr. Lorenzo de la Concha, el día de hoy, en el "Foro Público" delprestigioso diario que Ud. dirige.

Como se la ataca aquí, en la República Dominicana, yo no vaya reba­tir lo que la historia, contra los sectarismos masónicos, los odios de ateosenciclopedistas y el materialismo comunista, se ha encargado de poner enclaro, en cuanto a lo sucedido fuera de la República Dominicana.

En cuanto a nosotros, en este acogedor país en el que venimos traba­jando hace 21 años, siempre en la más perfecta inteligencia con las autori­dades civiles y eclesiásticas, gozando en todo tiempo de la estima, el favory la ayuda decisiva de ambas, creemos que, lejos de infundir la más ligerasospecha de una influencia perjudicial para el país y sus supremos recto­res, nos hemos consagrado lealmente a servirle con toda nuestra alma, allídonde se nos ha requerido por las mismas autoridades.

En la frontera de Dajabón, con una labor que acaba de merecer losmás altos elogios de la autoridad, hasta el punto de mandar reeditar laMemoria en que se daba alguna noticia de aquella.

En el preseminario del P. Fantino (Santo Cerro), preparando en vir­tud y letras a los candidatos del Seminario por encargo de las autoridadeseclesiásticas.

En las Casas de Ejercicios Espirituales, fundadas por la generosidaddel ilustre Benefactor y Padre de la Patria Nueva, Dr. Rafael Leónidas TrujilloMalina, a cuya liberalidad se ha procurado corresponder, entregándonosde lleno a una obra de espiritualidad, alabada por todos los que han concu­rrido a dichos Centros de formación religiosa.

En el Instituto Politécnico Loyola, fundación del generalísimo Trujillo,invitados por el Jefe Supremo del Estado, y consagrándonos a la forma-

26

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Page 32: La iglesia dominicana y trujillo

Al1tología de docH1llentos

ción técnica e integral de los alumnos con una dedicación y un cariño quetienden a plasmar en estos jóvenes los ideales educativos de su insignefundador.

En el Seminario Pontificio de Santo Tomás de Aquino, donde paraformar al clero dominicano y de otros países, nos hemos impuesto gusto­sos a una dura tarea, alentados sin cesar por las autoridades todas, concuya colaboración hemos contado siempre, y bajo cuyas órdenes hemosactuado en todo momento con la más absoluta lealtad.

Finalmente en la Universidad, donde se han desempeñado los cargosy las cátedras que la superioridad nos ha confiado, procurando contribuircon serio y constante trabajo al común esfuerzo por el progreso de la cul­tura en el país, desde el más alto centro cultural de la República.

Fuera de estas actividades, no tenemos otras. A ellas estamos consa­grados con noble afecto, como se lo merece este pueblo dominicano -quetantas muestras de estima nos tiene dadas-, y las autoridades civiles yeclesiásticas del país, de las que sólo hemos recibido pruebas de gran con­sideración y estima, que agradecemos de lo más profundo del alma.

En seguirles sirviendo con la misma lealtad ciframos la mejor pruebade cuanto pudiéramos decir. Añadiendo la seguridad absoluta de que laCompañía de Jesús no pondrá la menor dificultad a cualquier disposiciónque quisieran tomar, relacionada con ella, los que tienen la misión de velarpor el bien de la Nación.

De Ud. afmo. s.s.

(fdo.) RAMÓN CAj:.VO, S.J.Superior de la Compañía de Jesús en la República Dominicana

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José Luis Sáez, S 1 La sumisión bien pagada La Iglesia dominicana bajo la Era de Tmjillo (j 930-j 96 j)

203. Carta del P. Ramón Calvo, SJ., al vicepresidente J. Balaguer sobre el mismo

tema (San Cristóbal, 23 de diCiembre de 1957)

c. APA. Colección G. Posada: Correspondencia Estado RD

(l957-1958),N° 152.

Excelentísimo Señor Vicepresidente:Tengo el gusto de remitirle para su conocimiento la carta que hoy

envío al diario El Caribe, contestando a un "Foro Público" en el que serenuevan viejas y deshechas calumnias contra la Compañía de Jesús, conlo que se puede crear en este gran país un ambiente de hostilidad hacia lamisma.

Antes que eso llegue, creo que es conveniente hacer pública nuestraactitud, ya que públicamente se nos ataca, actitud que no puede ser másque ésta:

Noble lealtad para seguir correspondiendo como hasta el presente alos favores sin cuento recibidos aquí de todos, especialmente del supremomentor y Jefe del pueblo dominicano, Dr. Rafael Leónidas Trujillo Malina;y sincera disposición de perfecta conformidad a cualquier medida que lasautoridades juzgaren oportuna para asegurar los bienes supremos que enel "Foro" se dejan entrever amenazados por nuestra labor en el país.

Si se juzgare conveniente que personalmente expresemos estos sen­timientos al Ilustre Benefactor y Padre de la Patria Nueva, con mucho gus­to estamos a la menor indicación que se nos haga en ese sentido.

Pero no me he atrevido a pedir una audiencia por no molestar la aten­ción del Generalísimo en asuntos que son de algún particular desafecto ala Compañía de Jesús, por lo que el Generalísimo ha mostrado siempre tangrande afecto con obras extraordinarias que no permiten la menor duda.

Su afmo. s. s.

Cfdo.) RAMÓN CALVO, S.J.Superior de los jesuitas en la República Dominicana

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Al1tología de dOCUllleHtos

204. Segunda denuncia abierta en la prensa contra d P. Luis González-Posada, S.1.,(e. Trujillo, 4 de febrero de 1958)

"Foro Público: Desorganización en Universidad", El Caribe

X:3574 (C. Trujillo, 4 de febrero de 1958), p. 9, cols. 3-4.

Acabo de hacer una visita a los edificios de la universidad notandouna desorganización e indisciplina.

Es necesario la sustitución del rector [Emilio] Rodríguez Demorizi,porque solamente se ocupa de cuestiones de historia y ni siquiera visitalos planteles de la Universidad.

El vicerrector Posada se ocupa sólamente de las cuestiones religio­sas y de la Manresa, y podría ser muy bien director de ese establecimiento,pues en la Universidad no hace si sabe nada. I

El vicerrector [Salvador] Iglesias se ocupa de la filosofía e inglés, pero.de la Universidad, nada en absoluto.

Las treinta becas que ofrece el Gobierno deberían ser suprimidasinmediatamente, porque en nada favorecen ni a la Universidad ni a losuniversitarios que disfrutan de ellas.

El Secretario de la Universidad y todo el personal deberían ser sustitui­dos, porque ninguno de ellos se interesa por las cuestiones fundamentalesde la Universidad ni vigilan los intereses políticos del Gobierno. ¡Es unaapatía única! El Gobierno debe con urgencia imprimirle un sello de ordena­ción y de organización a la Universidad, de acuerdo con sus normas.

Tenemos que hacer honor al rector [Virgilio] Díaz ürdóñez, pues éstese ocupaba frecuentemente de visitar las aulas y de conversar con los uni­versitarios.

Es la primera letra que le doy al Gobierno en este sentido.

M. VASALLO

1 La acusación no estaba falta de fundamento porque desde la antesala de su despacho sedespachaba correspondencia y materiales de Manresa.

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José Luis Sáez, S 1. La 5lImisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

2O5. El P. Luis González-Posada, S.f., defiende su actuación frente a la denunciaanterior (e. Trujillo, 5 de febrér-o de 1958)

"Foro Público: Responden denuncia Foro Vicerrector, Secre­

tario USD", El Caribe X:3575 CC. Trujillo, 5 de febrero de

1958), p. 11, cols. 2-3.

Señor Director:Me complazco en contestar al señor M. Vasallo en su foro titulado

"Desorganización en la Universidad".No vaya defenderme de su acusación, señor Vasallo, de mi falta de

actividad en la Universidad, pues el cargo de vicerrector tiene por finali­dad hacer lo que ordene el señor Rector, y de esto y de mi puntualidad,obediencia y disciplina, de lo que he hecho y he deseado hacer, puedeninformar los rectores salientes y el actual rector, todavía sólo en parte, puesen el mes que lleva en su cargo se ha dedicado especialmente a inspeccio­nar los distintos departamentos de esta amplia universidad.

Sería interesante que usted, señor Vasallo, encontrase alguna perso­na, sobre todo profesor, estudiante o empleado de la Universidad, aun elmenos importante que pudiera manifestarme que no he atendido en laUniversidad por teléfono o personalmente sobre. cualquier asunto, desdelos más delicados a los más triviales que deseen tratarme.

Desde el curso pasado yo mismo insistí en dejar las cátedras de In­troducción a la Filosofía para atender más las labores de la Vicerrectoría.No tengo ninguna docencia actualmente en la Universidad.

Con todo, no puedo menos de agradecerle su vivo interés porque "nome ocupe solamente de las religiosas y de la Manresa", y de su sugestiónde que podría ser muy bien director de ese establecimiento.

Me honro en dirigir Manresa como una de las mejores obras creadaspor la eficiente realidad del generalísimo Truj illo , y le notifico que porManresa han pasado ya 670 estudiantes universitarios, sin contar los quesiendo universitarios han asistido en calidad de empleados de la Adminis­tración Pública. Opino que muy en consonancia con la labor de Vicerrectorson todas las labores de Manresa, y más si este vicerrector es un sacerdote,pues la labor más difícil y delicada en la Universidad estriba en formar laconciencia moral y la ideología del joven universitario, como se haceeficientemente y libremente con los cursillos en Manresa.

El valladar más fuerte y en definitiva más verdadero contra toda doc­trina disolvente, que tan fácilmente puede germinar en las juventudes uni­versitarias, radica en lograr que dichas juventudes asimilen sincera y li-

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Al1tología de documel1tos

bremente las doctrinas de un sano catolicismo, tradicionalmente domini­cano, como se intenta y estimo se consigue en Manresa.

Esto es, según mi pobre opinión, la ideología y prácticas seguidasinvariablemente y profundamente por el generalísimo Trujillo y el presi­dente Trujillo.

Antes de terminar quiero agradecerle su insulto de "que no hago naday no sé de nada", y para agradecérselo con algo que merezca la pena, leextiendo una invitación muy cordial para que asista al próximo cursillo deManresa-Loyola, de tres días, que empieza el 19 de febrero en curso, y veacon sus propios ojos cómo ya soy director de la Obra de Ejercicios SanIgnacio (OESI), desde hace cuatro años, y comprenda que mi trabajo allímás fuerte es los sábados y domingos, siendo otros padres los que princi­palmente actúan los· jueves y los viernes.

No dudo de que le sería de gran provecho el cursillo en Manresa, paraque se le renueve o grave un poquito más la invariable moral cristiana delOctavo Mandamiento de la ley de Dios, que usted sabe muy bien es "Nolevantar falsos testimonios ni menti".

¡Que Dios le bendiga!

(fdo.) LUIS G. POSADA, S.J.

206. Carta del P. Ramón Calvo, SJ., al presidente Héctor B. Trujillo solicitando lasustitución del P. GonzálezPosada en la Universidad (San Cristóbal, 7de febrero de 1958)

c. APA. Colección G. Posada: Correspondencia Estado RD

(l957-1958),N° 152.

Señor:Después de los "Foros Públicos" publicados en El Caribe contra el R.

P. Luis G. Posada, S.J., vicerrector de la Universidad de Santo Domingo, hecambiado impresiones con él, como superior de la Compañía de Jesús.

y de común acuerdo solicitamos de V. E. que, lo antes posible, seasustituido en el cargo dicho, ya que el ambiente que dichos foros han for­mado en torno a su persona no es compatible con la digna permanenciadel P. G. Posada en la Universidad, ni es favorable para la Compañía deJesús, de la que dicho padre es miembro destacado.

Él en la Obra de Ejercicios "Manresa" y la Compañía de Jesús en lospuestos que las autoridades le han señalado, seguirán trabajando con lamisma lealtad y afecto con que su conciencia les garantiza que hasta el

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José Luis Sáez, S. 1. La sumisión bien pagada La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

presente han servido a los supremos rectores del país y a la causa de lareligión y del progreso en'el querido pueblo dominicano.

De S. E., atentamente,

Cfdo.) RAMÓN CALVO, S.J.Superior de la Compañía de Jesús en la República Dominicana

Rector del Instituto Politécnico Loyola, Fundación Generalísimo Trujillo

207. Decreto N° 3517 del presidente Héctor Trujillo sustituyendo al P. LuisGonzález-Posada, S.f., en sus funciones en la Universidad (c. Trujillo, 8 de febrero de

1958)

El Caribe X:3579 (9 de febrero de 1958), p. 14, cols. 3-4.

CONSIDERANDO: Que el Superior de la Compañía de Jesús en laRepública Dominicana, reverendo padre Ramón Calvo, ha solicitado quese sustituya al presbítero doctor Luis G. Posada, S.J., del cargo de vicerrectorde la Universidad de Santo Domingo;

VISTA la Ley de Organización Universitaria N° 1398, del 21 de octu­bre de 1937 y sus modificaciones;

En ejercicio de las atribuciones que me confiere el artículo 54 de laConstitución de la República, dicto el siguiente:

DECRETO

Art. 1. El doctor José Enrique Aybar queda nombrado vicerrector dela Universidad de Santo Domingo en sustitución del presbítero doctor LuisG. Posada, S.J.

Art. 2. El doctor Hugo Radhamés Félix Carías queda nombradovicerrector de la Universidad de Santo Domingo en sustitución del doctorSalvador Iglesias B.

Art. 3. El ingeniero Juan Ulises García Bonnelly queda nombradovicerrector de la Universidad de Santo Domingo, creación.

Dado en Ciudad Trujillo, Distrito Nacional, capital de la RepúblicaDominicana, a los ocho días del mes de febrero del afío mil novecientoscincuenta y ocho, años 114 de la Independencia, 95 de la Restauración y 28de la Era de Trujillo.

HÉCTOR B. TRUJILLO MOLINA

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Antología de doculllentos

208. Carta del P. Ramón Calvo, SI, al generalísimo TrujiHo sobre la salida ynuevo destino del P. González-Posada, SI (San Cristóbal, 13 de febrero de 1958)

c. APA. Ibid.,W 154.

Señor:Siguiendo las indicaciones recibidas en la audiencia del día 8 del mes

actual, comuniqué al P. Luis G. Posada los deseos manifestados por V. E.de que cesase en la dirección de la obra Manresa y abandonase el paíscuando los superiores de la Orden hayan señalado su nueva ocupación

En consecuencia, el R. P. José M. Uranga, rector del Seminario Me­nor de la Compañía de Jesús en Haina, se hace provisionalmente cargo dela dirección de la Obra Manresa en las dos casas levantadas y sostenidascon tanta liberalidad por V. E. para gran bien moral y espiritual del pueblodominicano.

El P. Luis G. Posada saldrá del territorio nacional en cuanto el P. Pro­vincial de la Orden en Cuba le haya destinado a dicha República, asuntodel que trataré verbalmente en mi próximo viaje a La Habana. El P. LuisPosada me ha manifestado que, antes de salir, dirigirá por escrito a V. E. suatento saludo de despedida.

De V. E. con todo respeto,

(fdo.) RAMÓN CALVO, S.J.Superior de la Compañía de Jesús en la república Dominicana

209. Carta del P. González-Posada al generalísimo TrujiUo antes de salir del país(e. TrujiHo, 5 de marzo de 1958)

c. ARPA. Colección González-Posada: Compañía de Jesús/

Estado (1957-1958), N° 58; José L. Sáez (ed.), Monumenta

Dominicana IV (1952-1966), ff. 153-154.

Querido Jefe:Como anunció a S. E. mi superior el R. P. Calvo, quiero antes de salir

del país, enviarle mi respetuoso y sincero saludo de despedida.Todo lo que diga es poco del reconocimiento y agradecimiento que

le tengo y le tendré siempre; nada de lo que le he pedido me lo ha negado:beneficios innumerables. La enumeración que conservo escrita de todosellos haría demasiado larga esta carta de despedida. Pero sí quiero insistir

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José Luis Sáez, S. J La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo e1930-1961)

en dejar constancia escrita de que guardaré toda mi vida, imborrable ymuy agradecido recuerdo''de la gran amistad con que siempre me honró S.E. y del muy eficaz apoyo que con tanta prodigalidad me dispensó en todomomento para cuantas obras le propuse, y que hoy quedan felizmente enmarcha para bien de la Iglesia y de la Patria que S. E. ha engrandecido.

A su amistad tan enaltecedora y a su ayuda tan extraordinaria quisecorresponder empleando toda mi buena voluntad día y noche sin perdo­nar trabajo; desde hace casi doce años que llegué al país me he entregadoa trabajar sin descanso por el más grande ideal de mi vocación de Jesuita:el hacer el mayor bien, sobre todo espiritual y moral a todo el mundo, y deun modo muy especial a Su Excelencia y a su familia.

Al marcharme, me voy con el íntimo y secreto consuelo de que con lagracia de Dios y las espléndidas ayudas de S. E., especialmente con las dosManresa, he podido enjugar muchas lágrimas, encauzar rectamente mu­chos jóvenes, orientar muchas almas hacia el estricto acatamiento al de­ber y a la autoridad, y llevar a muchas conciencias la paz y la felicidad quebrota del acercamiento a Dios,. que es en definitiva lo único eterno y quenunca muere ni acaba.

y acerca de su ilustre familia, también sus hijos han pasado porManresa; todos me han buscado y me han abierto sus conciencias, y atodos he procurado siempre encaminar hacia ~l mayor bien, y hacia elmás entrañable amor a sus queridos padres. Nun'ca dejaré de tener a todosUds. profunda gratitud y sincero afecto, y para todos tendré siempre unaplegaria, pidiendo al Señor las mejores bendiciones a favor de Su Excelen­cia, de su familia, del Gobierno y de esta mi muy querida República Domi­nicana.

He sufrido no poco en este final de mi estancia en la República, perocon muchísimo gusto ofrezco a Dios mi profunda y vivísima pena, con talque todo redunde en el mayor bien de Su Excelencia, de su familia y de suamado pueblo.

Respetuosamente,

(fdo.) LUIS G. POSADA, S.J.

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Al1tología de documel1tos

210. Memorándum del P. Ramón Calvo, SJ, al generalísimo Trujillo sobre una nuevamodalidad de congregación mariana estudiantil (San Cristóbal, 18 de marzo de 1958)

c. APA. Obras dejadas: A.e. U.; Monumento DOIIZinic(l11o IV

(1990), N° 352, ff. 156-157.

Sobre existencia y apoyo a una congregación mariana para jóvenesestudiantes de toda clase.

1. Estas congregaciones son unas asociaciones de carácter religioso,establecidas en todos los países católicos con la aprobación del Papa y elbeneplácito de los obispos, cuya alta dirección lleva en Roma el R. P. Gene­ral de la Compañía de Jesús.

2. Deseando la Compañía de Jesús contribuir a la realización de los gran­des ideales manifestados por Su Excelencia el generalísimo Trujillo en sumensaje del 12 de este mes a los estudiante con los medios propios de lasCongregaciones marianas, ruega por medio de esta exposición al Padre de laPatria Nueva se digne manifestamos si vería con agrado la existencia de unacongregación, que, con el nombre de "Congregación Mariana Javier", supri­mido el carácter de preferentemente universitaria que tenía la disuelta ACU, yabierta a todos los estudiantes, careciendo de vinculación especial con laUniversidad y sin apoyo económico de ésta, se consagre a la formación cató­lica e integral de la juventud estudiosa para obtener de sus asociados las gran­des realidades que todo los jóvenes esperan juntamente la Iglesia y el EstadoDominicano, confomle a las directrices de su Primer Maestro.

3. y como generosamente el Han. Sr. Presidente de la República, segúnel Oficio N° 364 del Sr. Secretario de Estado de Culto de 7 de febrero de esteaño, se dignó conceder una subvención mensual de RD$200 para ayudar alalquiler de un local donde, a una con la extinguida A.C.U., se alojase estaCongregación Javier (que ya se proyectaba) y la Oficina Central de la orga­nización de los cursillos de las Manresa, rogamos se mantenga dicha sub­vención para estos dos últimos fines en dicho oficio expresados.

Este superior beneplácito y apoyo será una garantía y un estímulopara todos los asociados, que trabajarán siempre en perfecta armonía contodos los estudiantes, especialmente con los del Alma Mater para la obten­ción de los comunes ideales de grandeza moral y superación profesionalen bien de la religión y de la Patria.

Con todo respeto,

(fdo.) RAMÓN CALVO, S.J.Superior de la Compañía de Jesús en la República Dominicana

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José Luis Sáez, S. J La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (i 930-j 96 i)

211. Editorial del matutino El Caribe sobre el establecimiento de una nuevacongregación mariana patroCinada por el generalísimo Trujillo (20 de marzo de1958)

"Congregación mariana", El Caribe X:3618 Ce. Trujillo, 20 de

marzo de 1958), p. 11, col 1.

El esclarecido Padre de la Patria Nueva, generalísimo doctor RafaelLeonidas Trujillo Molina, anunció ayer la constitución en el país de unacongregación mariana, que se consagrará a la formación católica e inte­gral de los jóvenes estudiantes dominicanos.

La nueva asociación religiosa, patrocinada y dirigida por la Com­pañía de Jesús, contará con la asistencia moral y material del Gobiernodel honorable señor presidente de la República, general Héctor B. TrujilloMolina, cuya garantía y estímulo asegurarán el mejor logro de los idea­les de grandeza espiritual y superación profesional que, en bien de lareligión y de la Patria, son comunes a la Iglesia Católica y al Estado do­minicano.

Nacidas bajo la tutela de la Orden Ignaciana (sic) y protegidas por lospontífices romanos, desde que el Vaticano autorizó la primera en 1563, lascongregaciones marianas se extendieron rápidarpente por todo el mundo,colmando de gracias espirituales y de perfecciones morales a sus millonesde jóvenes asociados.

Nada más natural que el establecimiento de una de estas congregacio­nes en la República Dominicana y nada más lógico, todavía, que haya sidoel generalísimo Trujillo quien propiciara y alentara su instauración en el país.

Secularmente católica, la nación dominicana ha sabido mantenersefiel a los elevados principios religiosos que alumbraron su geografía, en lagloriosa epopeya del Descubrimiento, y que más tarde iluminaron su so­beranía, en la heroica gesta de la Independencia.

En cuanto al ilustre Benefactor de la Patria, épico cruzado de la másesforzada y patriótica gesta de los anales dominicanos, su divisa podríaser: A Dios, en la Patria y por la Libertad, que tal es su amor y su consagra­ción a la hermosa e inmortal trilogía que invocaron los trinitarios y bajocuyo amparo nació la República.

Teniendo por norte y por guía la defensa de la cultura cristiana y oc­cidental, la limpia trayectoria política del generalísimo Trujillo está cons­telada de obras inspiradas en el culto y respeto a la tradición de la tierraque tuvo el alto privilegio de haber sido la cuna de la civilización en elNuevo Mundo, a la sombra protectora de la cruz.

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Antología de doc!l11le11tos

Pero como epítome de su pensamiento, como síntesis de su ideal,como sumario de sus obras, nada mejor que estas palabras escritas por lapropia mano de Trujillo en la Cartilla cívica para el pueblo dominicano:

"Si queres vencer todas las debilidades y ser un hombl'c superior, amaa Dios y cumple los preceptos de la religión, Cada pensamiento religioso tepurificará el espíritu y cada acto que realices para satisfacer tu fe, te harámás justo y más fuerte, con lo cual podrás servir más y mejor a tu Patria y

a la humanidad".El eminente estadista que así recomienda a sus conciudadanos el

cumplimiento de los deberes religiosos, entre los ineludibles compromi­sos cívicos, es el mismo que, fiel a los conceptos humanitarios y cristianosen que se funda su doctrina política, empuñó hace veinticinco años el ti­món de los destinos patrios para conducir a la República Dominicana pornuevos derroteros de ventura al erradicar de su suelo los tres enemigosmortales de la democracia y de la libertad: la pobreza, la ignorancia y elateísmo materialista.

A ese triple empeño corresponde también la constitución de la Con­gregación Mariana Javier para los estudiantes dominicanos. Porque her­manados en un mismo afán religioso, patriótico y profesional, los congre­gantes de la nueva asociación robustecerán su fe, su moral y su vocaciónde estudio.

Que es tanto como robustecer la confianza en el porvenir de la Patriay en el ideario de Trujillo.

212. Carta del P Ramón Ca[vo, SJ., a[ vicepresidente Ba[aguer sobre nuevasacusaciones contra el P Gonzá[ez:Posada, SJ. (San Cristóba[, 5 de mayo de 1958)

C. APA. Instituto Politécnico Loyola 1 (1952-1960), N° 123; J. L.

Sáez, Monwnenta Dominicana V (1997), N° 12.

Excmo. Sr. Vicepresidente:He sabido con pena que se han corrido algunos rumores, acusando al

P. Luis G. Posada de haber hablado por radio en sentido menos favorablepara la República Dominicana.

Por la confianza que me inspiran la ecuanimidad e invariable recti­tud de V. E., que secunda en todo las sabias normas morales del Benefac­tor y Padre de la Patria Nueva, Dr. Rafael Leónidas Trujillo Malina, me atre­vo a rogarle que, si esos rumores calumniosos llegaran a conocimiento dela Superioridad, antes de darles crédito o publicidad, se hiciese una inves-

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José Luis Sáez, S. 1. La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

tigación a fondo para aclarar la afirmación que con la irresponsabilidad deun "se dice", es lanzada 'Contra un padre que no puede defenderse y que,por otra parte, podrá haber tenido sus errores, pero amó y sigue amandomuy de corazón y con hechos a la República Dominicana, y a sus insignesrectores.

Si habló por radio, fácil sería demostrar cuándo habló, por qué radio,qué dijo, ya que le oirían miles y miles de radioescuchas, que podrían tes­tificar. Si no se concreta la acusación -como estamos ciertos que no sepodrá concretar-, nos hallamos frente a uno de tantos casos, que, desgra­ciadamente, dan vivencia perenne al maquiavélico adagio: "calumnia, quealgo queda... ".

Si S.E. cree que conviene dar noticia de esta carta a Su Excelencia, elgeneralísimo Trujillo, puede hacerlo con entera libertad. Si juzga que nohay necesidad, me atengo gustoso a lo que Ud. mejor crea.

Con esta ocasión le reitero que la Compañía de Jesús, siempre agrade­cida a los favores sin cuento que del ilustre Jefe del pueblo dominicano y delGobierno tiene recibidos, no desea otra cosa sino corresponder a ellos conla más absoluta lealtad, trabajando sin descanso, y ajena a todo lo que no seasu misión religiosa y educativa, en los puestos que tiene asignados por lasautoridades, deseando, con la mayor dedicación y entusiasmo, ser útil alprogreso intelectual, moral y patriótico del pueb~o dominicano.

De Ud., con la mayor consideración,

(fdo.) RAMÓN CALVO, S.J.

213. Carta del mismo al vicepresidente Balaguer sobre amenazas y detención de dosempleados del Instituto Politécnico (San Cristóbal, 18 de mayo de 1958)

C. APA. Instituto Politécnico Layola (II), lego 5, N° 26.

Señor:Guiado exclusivamente por el amor a este Instituto Politécnico Loyola,

Fundación Generalísimo Trujillo, me atrevo a poner en conocimiento deV. E. dos hechos ocurridos en estos días, relacionados con el personal deesta institución, que nos han llamado la atención y no acabamos de com­prender.

Uno se refiere al profesor Sr. Higinio López Disla. Fue antiguamentealumno del Seminario de Santo Tomás, y hace cuatro años que ejerce aquíel profesorado con extraordinaria competencia y plena dedicación. Es de

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Antología de doc!l111entos

una conducta no sólo intachable, sino reconocida por todos como ejem­plar. De plena confianza del Consejo Directivo, hasta el punto de que leutiliza en las misiones más delicadas de la formación de los alumnos, en­tre los que fomenta eficazmente la cultura, la piedad y la veneración alilustre Jefe del pueblo dominicano. Tiene formado un hogar cristiano quesostiene con una laboriosidad y esfuerzo incansable.

Pues bien, hace cuatro días se presentó al P. Ángel Arias, director téc­nico del Instituto, el Sr. Presidente de la Junta Local del Partido Dominica­no de San Cristóbal diciéndole que el citado profesor era "un elementopeligrosísimo" y "que podía constituir una amenaza". Al mostrar su extra­ñeza el P. Arias, que le conoce a fondo, el Sr. Presidente de la Junta Local semarchó contrariado y diciendo: "Bueno, yo salvo mi responsabilidad; yohe cumplido con mi deber".

y nosotros añadimos por nuestra cuenta que también nosotros hu­biéramos cumplido con el nuestro si hubiésemos observado en el repetidoprofesor el más ligero síntoma de esa peligrosidad. Pero lejos de observar­lo, ha sido todo lo contrario.

Porque el hecho, a que aludió el Sr. Presidente de la Junta, de que elpadre y un hermano del Sr. [López] Disla, hace más de quince años, cuan­do el profesor tenía 10 años, fuesen sancionados por faltas que desconoce­mos, no arguye culpabilidad en el profesor, que desde que fue responsable,ha sido un ciudadano amantísimo de su patria dominicana y de su mentorsupremo.

Casi al mismo tiempo, el segundo secretario del Politécnico, Sl~ Ra­món Ramírez Cavallo, que ha estado en el Politécnico desde su fundación,trabajando siempre con entusiasmo y mostrando hondo afecto y respetoal insigne fundador del mismo, ha sido detenido y llevado a la estación dela Policía, por haber convivido algún tiempo, cuando era soltero, en unapensión con unos jóvenes hermanos -también profesores del Politécnico­a quienes anteriormente se había detenido, creo que bajo la acusación dedesafectos al régimen.

Este segundo secretario del Politécnico ha sido desde el principioexcelente cumplidor de sus deberes, y nunca hemos tenido la menor quejadel mismo, distinguiéndose por su gran capacidad de trabajo, por la efi­ciencia del mismo y por su fidelidad a la institución y a su fundador. Secasó cristianamente hace unos meses, formando un hogar donde vivíaactualmente con su señora, pues sólo vivió en la pensión por necesidad,cuando siendo soltero le faltó su propia familia.

Hace dos días, como dije, fue detenido por esa convivencia circuns­tancial y ese breve trato o amistad con esos profesores que con él convi-

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JoséLuis Sáez, S 1. La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (j930-j96j)

vieron. Y ayer se le dio la orden de abandonar San Cristóbal en el plazo de48 horas. Ello implica péXra él la pérdida de su empleo entre nosotros, ypara la esposa -que está encinta y ha de seguirle-, la pérdida de su destinoen el que estaba ganando RD$75 mensuales.

Nosotros hubiéramos deseado que en esta ocasión, que tan de cercaafecta al Politécnico, se nos hubiese oído. De otra suerte puede existir elpeligro de que se cree aquí un estado de zozobra e intranquilidad que pu­diera entorpecer la euforia y el entusiasmo con que todos laboran en esteCentro donde tan sinceramente se ama y venera al fundador del mismo eilustre Benefactor y Padre de la Patria Nueva, el Dr. Rafael Leónidas TrujilloMalina.

Como tengo plena confianza en el acertado criterio de Su Excelen­cia, a él remito el elevar el contenido de esta comunicación a la SuperiorAutoridad. Y así quedo tranquilo de haber obrado lealmente, ofreciendounos datos que tal vez merezcan ser considerados.

De Ud. atentamente y con el mayor respeto,

(fdo.) RAMÓN CALVO, S.J.Rector del Instituto Politécnico Loyola

Fundación Generalísimo Trujillo

214. Carta del mismo al generalísimo Trujillo agradeciendo el regreso de los acusadosdel Instituto Politécnico (San Cristóbal, 21 de mayo de 1958)

c. ARPA. Instituto Politécnico: Palacio Nacional (1958-1975),

N° 3.

Deseo, con unas breves líneas, manifestar a Su Excelencia el másprofundo reconocimiento por la inmediata acogida que se dignó prestar ami súplica a favor de un profesor y un secretario de este Instituto Politéc­nico, reponiéndoles en sus puestos.

Esta sabia y paternal determinación ha llenado de júbilo y gratitud alos interesados, que quedan más estrechamente ligados desde ahora a lapersona de V. E. y más obligados aún al recto desempeño de sus obligacio­nes en pro de la gran obra de V. E. en este centro de formación, dondetodos estamos empeñados en convertir en realidad el mandato del supre­mo mentor del pueblo dominicano: "Quiero ver las escuelas del país for­jando caracteres ... "

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Antología de dOCUllleHtos

Les he repetido que soy responsable de su conducta patriótica y antico­munista, y me han jurado que no tendré que arrepentirme de la palabra dada.

Muy respetuosamente,

Cfdo.) RAMÓN CALVO, S.J.Rector

215. Carta del generalísimo Trujillo a su hermano Héctor sugiriéndole condecorar ala Virgen de la Altagracia (G Trujillo, 24 de octubre de 1958)

Zenón Castillo de Aza,Trujillo y otros benefactores de la Iglesia,

pp. 153-154.

Excelentísimo Señor Presidente:Aunque la Ley N° 5013, que crea la Orden de Mérito Judicial y la Me­

dalla de Mérito Judicial, fue hecha específicamente para realzar y premiara los funcionarios que hayan sobresalido en determinado lapso en el ejer­cicio de la magistratura, siendo la justicia humana por su altísima misióncomo salvaguarda de la sociedad, una fuerza moral inspirada en la justiciadivina, de donde emana su gran misión en la tierra, nada más natural queal amparo de esa consideración, estime conveniente un homenaje de laNación a la venerada Virgen de la Altagracia. Égida del pueblo dominica­no, consistente en condecorada con el collar de dicha Orden.

A este fin, me permito someter a la alta consideración de VuestraExcelencia la utilidad de orden moral y cívico de dictar un decreto confor­me con esta iniciativa, si ella merece vuestra entusiástica acogida.

Con mi más distinguida consideración,

CEdo.) RAFAEL L. TRUJILLO

216. Decreto N° 4245 del presidente Héctor Trujillo condecorando a la Virgen deAltagracia con el Collar del Mérito Judicial (G Trujillo, 30 de octubre de 1958)

Castillo de Aza, ibid., pp. 154-156.

CONSIDERANDO: Que el generalísimo doctor Rafael Leónidas Tru­jillo Malina, Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva ha suge­rido al Poder Ejecutivo la utilidad de orden moral y cívico de que se

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José Luis Sáez, S. J La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de TrlIjillo ( 19 30-1961)

condecore a Nuestra Señora de la Altagracia con el Collar de la Ordendel Mérito Judicial; ".

CONSIDERANDO: Que si de acuerdo con la letra de la Ley N° 5013,de fecha 11 de octubre del 1958 la indicada orden se instituyó específica­mente para realzar y premiar a funcionarios que hayan sobresalido en ladifícil y delicada misión de impartir justicia humana, precisa reconocer,con mayor razón, que por su espíritu, le corresponde también a esa fuerzamoral inspiradora que constituye la justicia divina y sin la cual se carecedel impulso y orientación que hace posible la buena administración de lajusticia humana.

CONSIDERANDO: Con acendrado espíritu de fe católica, que la Santí­sima Virgen de la Altagracia, Madre de Dios y "espejo de justicia", es por sualtísima dignidad celestial iluminadora de los que llevan sobre sí la ponderosaresponsabilidad de impartir justicia, moviéndoles a que se inspiren en eleximio modelo: Jesucristo, Juez Supremo, viniendo así a ser la Virgen Santapaliícipe de las decisiones justas y acertadas de nuestros jueces;

VISTA la Ley N° 5013, de fecha 11 de octubre de 1958, publicada en laGaceta Oficial Núm. 8294;

Oído el parecer del Consejo de la Orden del Mérito Judicial y la Me­dalla del Mérito Judicial;

En ejercicio de las atribuciones que me cC?ncede el artículo 54 de laConstitución de la República, dicto el siguiente'

DECRETO

Art. 1. Condecoro con el Collar de la Orden del Mérito Judicial a laimagen venerada de Nuestra Señora de la Altagracia, protectora de la Re­pública, conservada en su retablo histórico de Salvaleón de Higuey.

Art. 2. La indicada condecoración le será impuesta a la venerada ima­gen de Nuestra Señora de la Altagracia, potectora de la República, el 21 deenero del 1959 por una comisión compuesta por el Secretario de Estadode Justicia, el Secretario de Estado de Culto, el Presidente de la SupremaCorte de Justicia, el Procurador General de la República, un Subsecretariode Estado de Justicia escogido por el Secretario de Estado de Justicia, elPresidente de la Corte de Apelación de San Pedro de Macorís y el Procura­dor General de la Corte de Apelación de San Pedro de Macorís.

Art. 3. Comuníquese a las secretarías de Estado de Relaciones Exte­riores, de Justicia y de Culto, para los fines correspondientes.

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Antología de doCtll1lelltos

DADO en Ciudad Trujillo, Distrito Nacional, capital de la RepúblicaDominicana, a los treinta días del mes de octubre del año mil novecientoscincuenta y ocho, años 115 de la Independencia, 96 de la Restauración y 29de la Era de Trujillo.

HÉcToR B. TRUflLLO MOLINA

217. Fragmento de una conferencia de Mons. Eduardo Ros, asesor eclesiástico delPoder Ejecutivo en el auditorium del Partido Dominicano (e. Trujíllo, 17 ele diciem­bre de 1958)

La obra cristiana del Benefactor de la Patria, C. Trujillo,Editora del Caribe, 1959.

Hace pocos meses, en este mismo auditórium, mi estimado amigo ydistinguido jurisconsulto y orador, Lic. [Manuel] Ramón Ruiz Tejada, dic­to una conferencia extensa, elegante, tan rica en datos, que es fuente deconsulta; de tema distinto en el titulo, pero igual en el fondo al que se meha encomendado. Esto, el ambiente católico que aquí se respira y la obrareligiosa, altamente edificante y ejemplar, de nuestro querido Jefe, y mipropia condición sacerdotal, me impelen a dar a mi actuación un marcadocarácter religioso. Ojala que mis consideraciones sean bien acogidas porvuestra benevolencia.

El advenimiento del generalísimo Trujillo a la Primera Magistraturadel Estado, el16 de agosto de 1930, día memorable en los fastos de nuestrahistoria, inaugura una nueva era, denominada con toda justicia, Era deTrujillo. No parece sino que aquel día apareció súbitamente un heraldo dela Patria y con rapidez fantástica ascendió a la cúspide de las montañas,bajo a las dilatadas llanuras, recorrió las ciudades, los pueblos, las minús­culas recónditas aldeas y con potente voz que a todos llegaba, exclamo:

"¡Dominicanos!: Comienza hoy una nueva era plena de venturas. Alé­jense, pues, las viejas calamidades, que todo se renueve. Huyan despavori­das, para no volver jamás, las guerras intestinas, la esclavitud y el caoseconómicos, el decaimiento de la religión santa que nuestros mayores noslegaron, el analfabetismo y otros muchos males, bacilos crueles que devo­ran las entrañas de la Patria para darle muerte. Un hombre prodigioso,Trujillo, ha surgido en medio de vosotros, su pecho hierve en patrios idea­les; uníos a él, colaborad con él. Varón esforzado, os traerá paz, prosperi­dad, cultura, religión".

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José LlIis Sáez, s. I La sumisión bien pagada. La Iglesia domil1;cal1a bajo la Era de TrHjil10 (1930-1961)

Verdades amargas eran las desgracias que cita esa ficción literaria;las bienandanzas que esa'misma ficción anuncia, son hoy hermosas y po­sitivas realidades,

Seria en extremo prolijo citar aquí todo lo que Trujillo ha realizado afavor de la Iglesia Católica, y por tanto, a favor de nuestra santa religión.Me contentare con espigar. entre lo más resaltante.

Personalidad Jurídica de la IglesiaEs una lástima, señores, que en nuestro país, legisladores y gober­

nantes que se decían católicos, se abstuvieran a causa de "viejas contro­versias jurídicas", de remediar los males que significaban para la Iglesia eldesconocimiento de la citada personalidad. Para que destruyera el des­acierto y se reparara la injusticia lesiva a los derechos e intereses religio­sos de los católicos dominicanos, fue necesario que empuñara las riendasdel gobierno un estadista de gran visión política, de convicción católica:Trujillo.

Bien sabéis, que aún no tenía un año en el poder, cuando sometió alCongreso Nacional un proyecto de ley proponiendo fuera reconocida lapersonalidad jurídica de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana y a todaslas instituciones que dependen de ella por virtud de disposición canónica.El Congreso acepto ese proyecto del Honorab~e Señor Presidente de laRepública y voto la ley que reconoce la citada personalidad.

En 1943, somete un nuevo proyecto para que quede definitivamenteestablecido que la ley del 20 de abril de 1931 por la cual se reconoce lapersonalidad a la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, "es de carácterdeclaratorio, y en consecuencia, se declaran validos y firmes, y no atacablesbajo la alegación de falta de personalidad jurídica, todos los actos jurídi­cos realizados por la Iglesia Católica, Apostólica y Romana en la Repúbli­ca, aun cuando se hubieren efectuado con anterioridad al 20 de abril de1931".

Templo monumentalLa erección en Higuey, por contribución popular, de un templo en

honor de nuestra Señora de la Altagracia, es una devota iniciativa delGeneralísimo Benefactor, quien contribuyo con los miembros de su dignafamilia, su consorte e hijos, entregando la fuerte suma de cien mil pesos.Además, por su recomendación, el Estado ha tomado a su cargo la prose­cución y terminación de la obra.

Este templo, monumental y atrevido, de estilo original, será plasma­da en la piedra, una oración ferviente, una confiada suplica del pueblo

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Antología de documentos

dominicano y de su insigne conductor, a la Virgen Madre y al preciosoniño en cuya contemplación ella se extasía.

Ejercicios espiritualesPor disposición del Generalísimo, el Estado ha construido en Haina

dos edificios espaciosos y cómodos, destinados a cursillos de religión, enforma de ejercicios espirituales, según el clásico método ignaciano. Gran­des son los alcances religiosos, morales y sociales de esta obra sostenidapor el Estado.

Manresa Loyola, para caballeros, situada cabe el inmenso mar, mue­ve a pensar en la inmensidad de Dios. Manresa Altagracia, para damas,enclavada en lo alto de una colina, acerca al cielo. Ambas son mansionesdel recogimiento y de la paz; de la meditación en las verdades eternas; delas resoluciones heroicas que rompen ataduras... iSolo Dios conoce el bienque allí se ha hecho a las almas!

El ConcordatoNuestro Concordato. "el mejor que existe hoy en el mundo", según

una acertada afirmación, crea un status jurídico sui generis a favor de laIglesia, cuya amplia libertad en el ejercicio de sus funciones y de acuerdocon su propia organización, el Estado reconoce y garantiza; así como tam­bién se compromete al sostenimiento económico y a toda otra ayuda quela Iglesia necesite para el logro de los fines contractuales apetecidos.

La Iglesia complementa santamente su acción elevando sus preces alSeñor por la República y sus altas autoridades. El Concordato asocia, digá­moslo así, a la Iglesia y al Estado en una labor común cívico-religiosa enprovecho del pueblo dominicano. ¿A quién se debe tanto bien? ¡A Trujillo!

Gratitud a TrujilloLas concepciones luminosas de la mente del Benefactor y la poten­

cia de su voluntad para convertirlas en tangibles realidades, nos asombrana todos y nos mueven a la gratitud. Carreteras, puentes, acueductos, cana­les de regadío, colegios, guarderías, escuelas de artes gráficas, de artes y

oficios instituto politécnico, granjas agrícolas, liceos musicales ... ; tantas ytantas obras de progreso y cultura, imposible de enumerar y que han en­cumbrado a la Patria a insospechada altura, nos dejan estupefactos y nosmueven, repito, a la gratitud hacia el genial estadista.

Mas, hay otras obras cuyo escenario es a menudo la dulce penumbrade la vida intima del Generalísimo, que excitan también a la admiración yla gratitud; de ellas quiero hablaros, porque tienen relación con el temaque nos ocupa.

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losiLllis Sáez, S. 1. La SIImisiól1 bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de TrtijiIlo (1930-1961)

Apadrinados por el Benefactor, miles de niños de familias humildeshan recibido el sacramento del bautismo. Las aguas lustrales han purifica­do sus almas e impreso en ellas el indeleble carácter de cristiano. El ilustrepadrino, al bien espiritual ha unido el material, obsequiando con liberali­dad a sus ahijados. Muy de notar es la cariñosa amabilidad con que los hatratado a todos.

Particular mención merece la ayuda discreta, otorgada por el precla­ro Benefactor a quienes por su condición no pueden deambular por la víapública y extender la mano a los transeúntes ... ; ayuda elevada al cuadradoen su valor moral por ir acompañada de paternales palabras. Quien lo afir­ma, lo sabe por personal experiencia... No lo puede olvidar. ¡Cuánta caba­llerosidad y delicadeza!

Con la plena autoridad que da el ejemplo, pudo el Generalísimo deciren su conceptuoso y elocuente discurso del 24 de octubre del presenteaño, pronunciado en el pórtico del Palacio Nacional, ante Su Excelenciageneralísimo Héctor Bienvenido Trujillo Malina, presidente de la Repúbli­ca, altos funcionarios y una gran muchedumbre: "Es necesario que el Go­bierno y el pueblo comiencen una gran campaña contra la miseria. Losindustriales deben proporcionar viviendas cómodas y baratas a sus em­pleados. Seguiré dedicando a los pobres y necesitados, en ayuda sin tre­gua, todo el tiempo que me reste de vida., Eso v:engo haciendo desde hacemuchos años, y alcanza cifras de millones lo ofrecido de mi peculio perso­nal. Conviene cooperar con el Departamento de Salud Pública a favor delos enfermos, que es otro aspecto particular de la miseria".

El bien incalculable que el Padre de la Patria, con la eficaz colabora­ción del Excelentísimo Señor Presidente de la República, hace a la Iglesia;la favorable posición en que la ha colocado para que pueda ejercer un fe­cundo apostolado; su devoción a los sucesores de Pedro, probada ayer aPío XI y Pío XII; probada hayal nuevo padre de la cristiandad Juan XXIII;al fino trato que dispensa a nuestros prelados, al clero, a las comunidadesreligiosas, y otras bondades, encienden en nuestro pecho la viva llama dela gratitud.

ConclusiónEstamos en vísperas, señores, de la conmemoración de un suceso, el

más grande que vieran los siglos, eje y centro de la historia: el nacimientodel Hijo de Dios hecho hombre por salvar a los hombres.

Amado Redentor, bendice al patricio cristiano por las obras con quete glorifica. Vuelve tu amorosa mirada, prenda de felicidad y de ventura, almundo conturbado; vuélvela a los que te amamos; vuélvela, en fin, a los

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Antología de doculIlentos

que te odian y persiguen, haz que abandonen la tortuosa senda de la ini­quidad.

La dulcísima melodía que entonáis, oh ángeles que circundáis la cunadel Mesías, nos arrebata. Permitidnos a todos que, pleno el corazón dejúbilo y de amor, alabando a la divina Majestad e impetrando sus bonda­des, uniendo nuestras voces a las vuestras, exclamemos: ¡Gloria a Dios enlas alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad!

218. Circular N° 4 del Vicario General de la Arquidiócesis invitando al clero altedeum en ocasión de un aniversario más del ascenso al poder de Trujillo (e. Trujillo,11 de mayo de 1959)

BE III:63 (1959), p. 299.

Reverencias:Los Excmos. Señores Arzobispos Metropolitano y Coadjutor se compla­

cen en invitar, por mi humilde órgano a Su Reverencia y a esa comunidadreligiosa al solemne tedeum, que por el nuevo aniversario de la exaltacióndel generalísimo Trujillo a la Presidencia de la República y en demostra­ción de gratitud por la protección que ha brindado a la Iglesia, se celebraráen nuestra Santa Iglesia Catedral Primada el próximo sábado 16 de mayoen curso, a las 9 a.m.

Muy agradecido por su asistencia, le saluda atentamente,

MONS. EusEo PÉREZ SÁNCHEZVicario General

219. Carta del M. R. P General de la Compañía de Jesús al Líe. Tulio FrancoFranco, embajador de la República ante la Santa Sede, sobre la separación de losjesuitas del país de su autoridad en Cuba (Roma, 3 de octubre de 1959)

o. ARSr. v.P. Antill. Extern. (1959-1961), N° 55; repr.

Monumenta Dominicana IV (1990), N° 368, f. 174.

Excelentísimo Señor:Para informarme con más detalle del asunto que Vuestra Excelencia

me expuso en su reciente visita, he hecho venir a Roma al Padre Viceprovin­cial de las Antillas y al Padre Superior de la Sección Dominicana.

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JoséLuis Sáez, S. 1. La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

Después de estudiar con ellos detenidamente la situación de la Com­pañía de Jesús en esta República, juzgo lo más oportuno que la SecciónDominicana, mientras duren las actuales circunstancias, a partir de hoydependa directamente de esta Curia Generalicia de Roma.

Agradezco de corazón a Vuestra Excelencia el tacto exquisito que hatenido dirigiéndose a mí, personalmente, en este delicado asunto. Ha sidopara mí de suma complacencia poderlo resolver en el sentido que indico aVuestra Excelencia, que espero será de su agrado.

De Vuestra Excelencia servidor en Cristo,

(fdo.) JUAN BAUTISTA JANSSENS

Prepósito General de la Compañía de Jesús

220. Recuento del inicio del episcopado de Mons. Juan Félix Pepén en la reciéncreada diócesis de Higüey (12 de octubre de 1959)

o. AHPA. "Entrevista concedida por Mons. Juan F. Pepén a

Ana Mitila Lora (20 de noviembre de 1998)", ff. 5-6, 8.

El panorama religioso en nuestro país al, confiárseme la nada fáciltarea de iniciar el trabajo pastoral en una diócesis recién creada, dentro delas limitaciones e interrogantes de la época, permitía ver un crecimientoestructural de la Iglesia particular de la República Dominicana. A la anti­gua Arquidiócesis de Santo Domingo, única jurisdicción diocesana hasta1953, se habían agregado, por la decisión bien ponderada de la Santa Sedey seguramente por los reclamos pastorales de los católicos fieles del país,dos nuevas diócesis y una prelatura nullius. Ahora, la nueva diócesis, quellevaba el nombre de la Altagracia, despertaría y animaría en lo posible lavida eclesial en buena parte de la población oriental.

Por lo que mira al ordenamiento jurídico-pastoral todo iba bien, ypara afianzarlo existía ya una bien asegurada asistencia de la NunciaturaApostólica. Un concordato, formulado en los términos propios de ese ins­trumento jurídico regía, al parecer, las relaciones Iglesia-Estado, princi­palmente en aquellas cuestiones que habían sido ocasión de conflictospor ser de jurisdicción común, aunque en aspectos diferentes, en lo mate­rial y en lo espiritual, como lo son el matrimonio y la enseñanza en lasescuelas públicas y privadas.

En cuanto a la vida religiosa del pueblo, éste seguía viviendo en gene­ral como "pueblo católico", dado que la gran mayoría de los dominicanos

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Antología de documentos

habían sido bautizados y seguían bautizándose en la Iglesia Católica. Pero,en el orden de la fe y del compromiso cristiano esa vida religiosa en lamayoría de la gente seguía débil, aferrados a la práctica de la religiosidadpopular con poca o ninguna depuración de los elementos míticos que, aveces, la empobrecen. De todos modos, y sobre todo en las zonas del paístradicionalmente más evangelizadas, la fe católica y la Iglesia Católica ha­bía que tenerlos en cuenta.

El panorama social, dependiente más allá de lo imaginable del aplas­tante dominio político personal que imperaba en el país por décadas depresión, se resentía en todos sus aspectos de una situación que impedíaen una u otra forma el ejercicio más elemental de la libertad. La mismamodorra y somnolencia que denotaba la sociedad entera alcanzaba de al­guna manera a esta porción de la Iglesia, y era previsible que un día cual­quiera las supuestas buenas relaciones Iglesia-Estado terminarían mal, loque siempre ha sucedido cuando falta en el fondo de ellas de parte delEstado la buena voluntad. El Estado, en el caso de nuestro país, era unhombre impredecible con un poder absoluto en sus manos y un puebloindefenso a sus pies. El propósito velado de manipular la Iglesia no podíafaltar.

Para esta Iglesia y para sus obispos, la justicia, la violación a los dere­chos humanos, la pobreza creciente y la negación de la libertad no podíanser anuncio de un mejor futuro, sino de un reto a la vista que un día habíaque enfrentar.

En los primeros tres años de mi episcopado en la nueva diócesis, apartir del 12 de octubre de 1959, la iglesia dominicana como conjunto vi­vió tal vez la situación más difícil de toda su historia, es decir, los dosúltimos años de la llamada "Era de Trujillo". Aquel desenlace, que sin serprofeta se podía predecir, era la lógica y humana consecuencia de un or­den que no era orden, sino un proceso rudo y sangriento de deshumaniza­ción en una sociedad.

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José Luis Sácz, S 1 La sl/misiól1 biCl1 pagada La Iglesia domillical1a bajo la Era de Truji/lo (1930-1961)

221. Carta del Embajador domi nicano ante la Santa Sede al vicepresidente JoaquínBalaguer informado sobre i~uevo nuncio apostólico (Roma, 20 de octubre de 1959)

o. Archivo Palacio Nacional: Embajada Dominicana (1959),

N° 20101-25; c. ARPA. Correspondencia Lino Zanini (1959­

1963), N° 840.

Señor Vicepresidente:Los numerosos y considerables actos, obligaciones y atenciones de

estos últimos días, unidos a molesto malestar gripal que es tan común enestos tiempos, me habían impedido escribirle de nuevo con todo el reposoque requiere la consideración de los asuntos a que se refieren sus impor­tantes comunicaciones señaladas con los números 13957 y 15515, de fe­chas, respectivamente, 19 de agosto y 13 de septiembre de 1959.

Ahora puedo hacerlo, con todo el debido interés patriótico, comple­tando así lo que ya he llevado a su conocimiento y dirigiéndole las corres­pondientes informaciones con ruego de presentárselas, con mi respetuo­so homenaje, a nuestro querido e ilustre Jefe.

2. Como he comunicado a la Secretaría de Estado de Relaciones Ex­teriores en el curso del periodo en que usted ha actuado en calidad deencargado de dicho Alto Despacho, el nuevo nuncio apostólico en nuestropaís ha emprendido viaje con destino a la República.

Como he informado, igualmente, he hecho todo lo que ha estado ami alcance para ayudar a desarrollar en el muy distinguido prelado, el mejorestado de ánimo, propósitos y simpatías. Para ello, no he vacilado en in­vertir las sumas recibidas de la Secretaría de Estado para viaje a Riese yagasajos y atenciones, así como he empleado también fondos personalesmíos.

El nuevo representante de la Santa Sede no solamente es muy apre­ciado, personalmente, por el Santo Padre, sino que goza de vivas simpa­tías en la Secretaría de Estado de Su Santidad y en otros círculos de laSanta Sede, y es una prestante y muy agradable personalidad.

Como naturaleza, es alguien diferente de monseñor Siíno. Es unaobservación que me permito avanzar para las más cordiales relacionesque se establecerán y se desarrollarán, sin duda alguna, con el nuevo re­presentante de la Santa Sede.

He conversado con monseñor Zanini la víspera de su viaje a nuestropaís, tanto del asunto a que se contrae su comunicación N° 13957, comode la solución dada a la cuestión que es objeto de su comunicación N°15515. Consideré preferible suministrarle los correspondientes elementos

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Antología de doc1l11lentos

relativos a ambas situaciones y obtener así, en todo lo posible, una dispo­sición de ánimo que nos sea favorable.

No podía olvidar que, en lo que se refiere al primer asunto, tengo laconvicción personal que las actuaciones de Mons. Siíno hubieran sido siem­pre no del todo favorables. Por otra parte, no se ganaba nada, sino al con­trario, se corría el riesgo de predisponerlo, ocultándole la solución muyrecomendable dada al segundo asunto.

En todas las manifestaciones de la vida -el Señor Vicepresidente losabe-, hay un elemento psicológico y personal que conviene siempre sal­vaguardar o crear.

3. A la carta que tuvo a bien dirigirme Su Paternidad el PrepósitoGeneral de la Compañía de Jesús, con fecha 3 de octubre corriente, y cuyooriginal envié a usted anexo a la comunicación que me fue grato enviarleen fecha 6 de este mismo mes, correspondí con la mía, cuyo texto copio acontinuación:

"Muy Reverendo Prepósüo General: Desde el 6 del corriente, día enque tuve el honor de recibir la importante carta que Vuestra Paternidadtuvo la bondadosa atención de dirigirme, había tenido constantemente enmi pensamiento el propósito de honrarme haciéndole una nueva visitapara agradecerle vivamente, en nombre de mi Gobierno y en el mío pro­pio, la decisión que Ella se ha dignado tomar acerca de la situación queme apresuré a exponerle con todo el respeto que devotamente le debo ytodo el interés que el caso requiere.

"He juzgado preferible no molestar de nuevo a Vuestra Paternidad,siempre tan intensamente ocupada, con otra visita y expresarle, por escri­to, mi deferente y profundo agradecimiento por la rápida y acertada solu­ción que Ella ha dado al asunto de referencia.

"Hónrome, igualmente, en comunicarle que me he apresurado a trans­mitir a mi Gobierno, muy complacido, la amable carta de Vuestra Paterni­dad, y aprovecho esta ocasión para renovarle, con mil gracias más sentidaspor toda la elevada cortesía con que siempre se ha dignado distinguirme, elhomenaje de mi muy deferente y devota consideración".

4. Después del solemne acto de inauguración del año académico dela Pontificia Universidad Gregoriana --dirigida, como el Pontificio ColegioPío Latino Americano y otras instituciones, por miembros de la Compañíade Jesús- en la tarde del día 15 del corriente, acto al cual me fue gratoasistir, tuve la oportunidad de presentar mis cumplidos al reverendísimopadre [Juan Bautista] Janssens y conversar con él en el curso del recibi­miento que se acostumbra ofrecer en dicha universidad.

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José Luis Sáez, S. J La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujil10 (1930-1961]

Me confió Su Paternidad que el resultado de la encuesta que se llevóa cabo en Ciudad Trujiliü "había conducido al establecimiento de la culpa­bilidad de un padre, quien había sido enviado fuera del país.

5. Con relación al asunto tratado por usted mediante su importantecomunicación N° 13957, he creído recomendable dirigirle hoy un telegra­ma. Como no tengo la posibilidad de usar -según instrucciones recibidasde la Secretaría de Estado de Relaciones Exteriores-, lenguaje cifrado, melimitaré a poner en conocimiento de Usted lo que sigue:

"836. Su 13957. Hablé monseñor Zanini víspera viaje. Punto. He teni­do aquí correspondiente conversación. Punto. Impresión no desfavorable.Punto. Escribo aéreo".

6. Diversas circunstancias -entre las cuales han figurado, alIado deotras igualmente dignas de ser tenidas en cuenta, mi ausencia de Romacon motivo del viaje a Riese-Pío X, las vacaciones de monseñor Samoré ytodo lo que ha concernido a los agasajos y a la estada aquí de monseñorZanini y su partida con destino a la República- me aconsejaron posponerhasta ayer mi conversación con Su Excelencia Reverendísima el Secreta­rio de la Sagrada Congregación de los Asuntos Eclesiásticos Extraordina­rios quien, como ya he recordado en otras oportunidades, es la segundapersonalidad en importancia de la Secretaría de Estado de Su Santidad.

Además de ser funcionario de preciosa colaboración y de entera con­fianza para el cardenal Tardini, monseñor Antorlio Samoré, arzobispo titu­lar de Tirnovo, ha sido nuncio en Colombia y conoce personalmente amonseñor Beras.

7. La exposición que hice verbalmente siguió exactamente la líneaobservada en la redacción de su carta de referencia. Y presenté el casocomo una sugestión (sic) o deferente invitación a que se tome en seriaconsideración la necesidad de la solución anotada y esperada.

(fdo.) TULlO FRANCO FRANc02

Embajador ante la Santa Sede

2 El firmante ocupó ese puesto por primera vez en 1946, sucediendo al marqués Persichetti­Ugolini. De nuevo lo ocupó de 1956 a 1960 y por último de 1966 a 1970.

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~o-.­Archil"O Gonoraldo L>.N..",..

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Antolo!Jía de doc/mlelllos

222. Discurso de Mons. Lino Zanini, nuncio apostólico de Su Santidad, al presen­tar sus cartas credenciales al presidente Héctor Trujillo Malina (e. Trujillo, 31 deoctubre de 1959)

((Nuncio eleva votos por pueblo y Gobierno de RD", EL Caribe

XII: 4312 Ce. Trujillo, 10 de noviembre de 1959), p. 3, cols.

1-2; J. L. Sáez, Lino Zanini. Diplornático y agente de cambio.

1909-1997, Santo Domingo, 1999. pp. 28-31.

Excelentísimo Señor Presidente:Honra muy grande es para mí, Señor Presidente, entregarle las cartas

credenciales que me acreditan ante Vuestra Excelencia y su muy ilustreGobierno como nuncio apostólico de Su Santidad Juan XXIII, felizmentereinante.

Diré algo más: Cuando mi Augusto Soberano me concedió el altohonor de representarle en esta República, acepté su designación como unprivilegio.

Privilegio es, en efecto, encontrarse en esta tierra espléndida en laque la misma naturaleza se ha volcado pródiga y fecunda. Se diría que laHistoria también ha querido reservarle un puesto especialísimo desde eldía en que a ella llegó Cristóbal Colón, el puesto que la antigua Espafioladel Gran Almirante tiene por derecho, al comenzar todas las crónicas quenarran la expansión y penetración de la Palabra de Cristo y de la fe en lasinmensidades del Nuevo Mundo.

Las relaciones que corren entre la República Dominicana y la SedeApostólica -corroboradas por el Concordato, del que este país se sientelegítimamente orgulloso-, y que al generalísimo Trujillo le ha cabido lagloria de firmar solemnemente el 16 de junio de 1954, testimonian cómo ellazo vital que une el pueblo a esta maravillosa historia es algo hondamentesentido y operante en la vida cuotidiana.

Para repetir una imagen del Evangelio -de ese Evangelio, Sefior Pre­sidente, que la República Dominicana hizo figurar en su escudo desde elprimer momento de su independencia-, diría que el lazo de unión entre elpueblo dominicano y su historia puede parangonarse al que une íntima­mente a los sarmientos con la vid.

Siendo unos con ella, los sarmientos dan fruto. Separados de la mis­ma son madera seca y muerta. El pueblo dominicano y los que guían susuerte han demostrado sentir esta verdad y querer mirar al futuro, cons­cientes de ella.

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José Luis Sáez, S. 1. La sumisión bien pagada La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujil/o (1930-1961)

A estrechar esta unión contribuyó la actividad preciosa de mis ilus­tres predecesores, de los 'cuales es grato recordar cordialmente sus nom­bres: [Rocco] Cocchia, [Bernardino] De Milia, [Antonio María] Buhagiar,[Giulio] Tonti, [Giuseppe] Fietta, [Maurilio] Silvani, [Alfredo] Pacini,[Francesco] Lardone y [Salvatore] Siino.

Como ellos, me dispongo a continuarla a favor de la gran causa delbien común, por la cual todos estamos llamados a obrar para el triunfo dela verdad y de la fe sobre los enores deletéreos que socavan la convivenciahumana.

Mi deseo sincero es que el pueblo dominicano, bajo la égida de susilustres gobernantes, siga viviendo su vida social e individual en esta unión,plenamente consciente de lo que ella representa y de los que constituye sumás auténtico y profundo valor.

Estoy seguro de que lo mismo que hasta hoy, así también en el futuro-un futuro de serenidad y de paz-, este noble país sacará de esa fuenteinextinguible fuerzas y empuje para un progreso cada día mayor.

Progreso en su sentido pleno, progreso espiritual y también materialen orden a un bienestar individual y general que sólo cabe cuando está basa­do y realizado según los plincipios de la ley divina y de la moral clistiana.

La bendición de Dios no ha de faltar para sostener y hacer fructificarla obra de cuantos, investidos de la grave respons~bilidadde dirigir y orien­tar este hidalgo país y de guiar y gobernar a su generoso pueblo, han dedi­cado a ello lo mejor de sus vidas, de sus inteligencias y de sus corazones.

Con el convencimiento de encontrar en mi misión el apoyo materialnecesario, formulo mis mejores votos por la prosperidad personal de Vues­tra Excelencia y por un bienestar cada día mayor de la ilustre nación do­minicana.

223. Carta del P Mariano VáZqueZ al P MiguelA. Larrucea, S.f., sobre acusacio­nes hechas al P Manuel González Quevedo, S.J. (c. Truj illo, 12 de noviembre de1959)

o. APA. Seminario Santo Tomás II (1958-1960), N° 37; J. L.

Sáez, Monumenta Dominicana V (1997), za parte, N° 13.

Amadísimo en Cristo P. Larrucea:Perdone, quelido padre, que mis primeras líneas sean para tratar un

asunto que ayer me proporcionó, además de perder dos horas, un grandisgusto.

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Antolo!Jía de docul1lentos

El general Ranfis (sic) me citó para hablar con él y me envió un carropara buscarme. Ya hacía algún tiempo me había llamado para preguntar­me cosas de la masonería, que aquí ha parecido complicada en conspira­ciones, unida con los comunistas. Esto ya se lo dije al R. P. [Ceferino] Ruiz.El me dijo que bien.

Ayer primero tratamos algo de masonería. Después, en plan como depreocupado y algo disgustado me dijo que habían presentado un informecontra el P. Manuel González Quevedo. Trataron del informe en el consejode la Presidencia a que suele asistir Ramfis como jefe de las Fuerzas Arma­das. Me dijo que la cosa se ponía fea, y él ama mucho a la Compañía deJesús, que él estuvo con jesuitas, y que quiere mucho al P. [González] Po­sada, por eso él para evitarnos disgustos, le pidió al Generalísimo -así nom­bra él siempre a su padre-, que le dejase encargarse de ese asun to y quepasasen a otra cosa.

Entonces le dieron a él el informe, y así eso ya no va por los trámi tesde juicio, detención, policía, etc. El me pidió consejo para arreglar el asun­to sin dar ningún disgusto a la Compañía y sin que aparezca nada en públi­co por lo que pierda la Compañía lo más mínimo. Y al decir esto él comoque emocionaba y mostraba su interés por nosotros y su agradecimientopor las cosas en que le hemos ayudado. Me dijo que uno de estos días ibaa escribir una carta del P. Posada, que me la enviaría a mí para que yo mearreglase para hacérsela llegar.

Yo le aconsejé que él mismo avisase a nuestro P. General -yo ya heavisado a Roma de cosas de esas en todos los tonos, y no sé si me creen.Me dijo que así lo haría y lo anotó en su agenda. Así es que, por ahora,gracias a Ramfis, de quien se han dicho tantas tonterías en esta casa, noshemos librado de eso. Pero me temo que como el P. Quevedo es tozudo ensu modo de proceder, siga cometiendo imprudencias hasta tal punto queya ni Ramfis pueda defendernos.

Vea V. R. si puede hacer algo más para evitarlo. Por de pronto, de P.espiritual aquí lo haría mucho mejor -como lo hizo antes ya el R. P. MauroPaz-, hombre prudente y bueno. Queda la Agrupación (i.e. la Congrega­ción), que total es muy poca, y la podría atender mucho mejor cualquierade Haina con la prudente y seria dirección del P. [Mariano] Tomé. Pues,nuestro pobre rector sigue, aunque ahora con sordina por el miedo, tandesquiciado en sus criterios como antes.

Ruegue mucho por su afmo. s. s. e ínfimo en J. C.

(fdo.) MARIANO VÁZQUEZ, S.J.

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José LHis Sáez, S 1. La sHmisión bien pagada. La Iglesia domiHicana bajo la Era de TrHjillo (i930-i96i]

224. Carta de[ nuevo nuncio apostólico a[ presidente Héctor B. TrujiHo anunciando[a bendición papa[ a su matr~.monio (e. TrujiHo, 10 de diciembre de 1959)

c. ASD. Correspondencia Nunciatura (1934-1959), N° 219/b.

Señor Presidente:Tengo el honor de comunicarle que la Secretaría de Estado de Su

Santidad me informa que Su Excelencia el Embajador de la RepúblicaDominicana ante la Santa Sede ha solicitado, en ocasión del próximo ma­trimonio de Vuestra Excelencia, la bendición apostólica.3

El Eminentísimo Señor Cardenal Secretario de Estado me ha confia­do la grata misión de poner en conocimiento de Vuestra Excelencia que, elAugusto Pontífice, correspondiendo al deseo expresado, paternalmenteotorga la implorada bendición apostólica, evocando celestiales favores decristiana prosperidad.

Al dejar cumplido este honroso deber, aprovecho la oportunidad parareiterarle, Señor Presidente, las seguridades de mi más alta y distinguidaconsideración.

(fdo.) +MONSEÑOR LINO ZANINI

Arzobispo Tit. de AdrianópolisNuncio Apostólico "

225. Carta de[ mismo sobre e[ mismo tema a Mons. Octavio A Beras, arzobispocoadjutor (e. TrujiHo, 10 de diciembre de 1959)

o. ASD. Correspondencia Nunciatura (1934-1959), N° 219.

Excelencia Reverendísima:Tengo a honra comunicar a Vuestra Excelencia, que el Excelentísi­

mo Embajador de la República Dominicana ante la Santa Sede ha solicita­do la bendición apostólica, con motivo de las bodas del Honorable SeñorPresidente de la República.

3 La boda de Héctor B. Trujillo y Alma McLaughlin, después de 22 años de supuesto noviazgo,se celebró el14 de diciembre de ese año. Como él era aún Presidente de la República, y ellano podía denominarse primera dama -María Martínez de Trujillo era la primera damaindiscutible-, se decidió que la hija del coronel norteamericano Charles McLaughlin, pre­sidente de la CDA, sería la segunda dama.

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Antología de doclJl1lelltos

En respuesta a esta petición, acabo de comunicar al Honorable Se­ñor Presidente que, Su Eminencia Reverendísima, el Señor Cardenal Se­

o· cretario de Estado me informa que Su Santidad paternalmente otorga laimplorada bendición, invocando celestes favores de cristiana prosperidad.

Al comunicar a Vuestra Excelencia Reverendísima lo que antecede,aprovecho la oportunidad para reiterarle las seguridades de mi distingui­da consideración.

(fdo.) +LINO ZANINI .Arzobispo Tit. de Adrianópolis

Nuncia Apostólico

226. Carta que d seminarista mayor Clemente Medina enviaría al coronelJohnny Abbes García, director dd Servicio de Intdigencia Militar, denunciandoa varios compañeros (e. Trujillo, 23 de diciembre de 1959)4

c. APA. "Documenta anexa Litteris Annuis 1959-1960 (1)",

Seminario Santo Tomás 1 (1946-1970), N° 17, ff. 7-8

Distinguido Coronel:Le escribe esta carta un seminarista. Y por segunda vez le estoy en­

viando datos acerca de la posición de la mayoría de los seminaristas, aquíen el seminario. Por si acaso, yo fui el que en días pasados le envié algunosinformes acerca del mismo tema. Y vuelvo y le repito: tenga mucho cuida­do con algunos seminaristas en vacaciones, pues son muy enemigos delgeneralísimo Trujillo. Algunos dicen que están deseosos por que lleguenlos rebeldes del extranjero y los comunistas de Cuba y Venezuela para quederroquen al generalísimo Trujillo. Mire un dato, Coronel: El generalísimoTrujillo pasa casi todos los días frente al Seminario, y yo estoy atento a verlo que dicen algunos seminaristas, y he podido oír muchas cosas, entreellas ésta: "que muera ese tirano". Y yo digo para mis adentros: "¿Por quédicen éstos estas cosas? ¿Trujillo les ha hecho algún mal a éstos? No veolas razones".

4 La fecha es supuesta, puesto que la carta, que el estudiante siempre negó ser suya, no teníafecha. Es probable que ese fuese el día en que la encontraron en su cuarto, puesto que tresdías después salían todos de vacaciones, y el recibió carta del rector comunicándole suexpulsión e131 de ese mismo mes.

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~o_.­ArohiI"C Gonoroldo l>.N"lÓn

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José Luis Sáez, S. J La mmisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (j 930- j 96 j)

Como en mi anterior le digo: tenga muchísimo cuidado con los seño­res seminaristas siguientes: Ramón Pons Bloise (a) Manchú; Pedro Vini­cio Disla, estos dos señores viven, el primero en el mismo pueblo de Salce­do, y el segundo en un campo del mismo pueblo, llamado San José deConuco. Además Pascual Torres, residente en Estancia Nueva (Moca), JoséFco. García, residente en Río Verde Abajo (La Vega), Clemente María Her­nández, residente en Tenares, Rafael Sanabia, residente en Santiago. Estedice de vez en cuando que su papá, residente en Ecuador, será el próximopresidente, y así muchos más. Aquí en el Seminario se habla mucho encontra del Generalísimo. Pero no es de noche, sino de día, cuando esta­mos en recreo.

y quiero aprovechar la ocasión para que Ud., que está desempeñandoun puesto vital en nuestro país, de mi parte le comunique estas cosas a nues­tro Ilustre Benefactor, y le diga que si aquí en el Seminario casi todos losseminaristas le tienen odio, yo, antes, ahora en el presente y en el porvenir leaprecio, y en mis oraciones le encomiendo para que siga con el timón de losdestinos de la Patria. Y que cuando él pasa frente al Seminario, yo soy elúnico que me pongo de pie por respeto a su digna persona. Perdone, Coro­nel, que yo no firme al pie de esta carta, pues si ven mi firma, mis superioresaquí en el Seminario, hasta me expulsarán de aquí. Sólo le puedo decir quevivo en un campo de La Vega, y estoy a sus órdenes.

Vaya terminar repitiéndole una y otra vez que tenga muchísimo cui­dado con la mayoría de los seminaristas.

Le saluda,

(fdo.) UN SEMINARISTA

227. Carta pastoral colectiva del Episcopado dominicano al clero y fieles denuncian­do la represión del régimen de Trujillo (e. Trujillo, 25 de enero de 1960)

Documentos de la Conferencia del Episcopado de la República

Dominicana (1969), pp. 39-44; ibid. (1990), pp. 39-44.

Venerables hermanos y amados hijos en Cristo:Juntamente nos felicitamos con vosotros y nos regocijamos por ha­

ber podido, un año más, celebrar la hermosa fiesta de Nuestra Señora de laAltagracia, Reina, Madre y Protectora de la República Dominicana.

Autoridades y pueblo, hermanados por el filial vínculo de la devocióna la Santa Madre de Dios, que quiso poner su trono en la histórica villa de

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Al1tología de dOClIIllel1tOS

Salvaleón de Higüey, han sabido prestar nuevamente su homenaje de fé,piedad y amor a Aquella que proféticamente dijo de sí misma: "Todas lasgeneraciones me llamarán bienaventurada" (Lc. 1, 48).

De un cabo al otro de nuestra querida nación, se ha observado elfervor entusiasta, la espontánea religiosidad de vuestros corazones por laVirgen de la Altagracia. Circunstancias delicadas, sin embargo, vinieron aponer una sombra de tristeza en tan bella festividad.

Asumiendo la obligación pastoral de cuidar el espiritual rebaño con­fiado por la bondad divina a nuestra solicitud, no podemos permanecerinsensibles ante la honda pena que aflige a buen número de hogares domi­nicanos. Por ello, expresamos nuestra paternal simpatía, nuestro prof-undopesar y nuestro común sentimiento de dolor, ya que es una obra de miseri­cordia "consolar al triste", haciendo propia la frase del apóstol San Pablo:"Llorar con los que lloran" (Rom 12, 15).

En medio de esta pena, esperamos con la más viva confianza en laintercesión poderosa de Nuestra Señora de la Altagracia que, por encimade las humanas pasiones, Ella hará resplandecer la caridad y la clemencia.

La caridad debe ser la compañera y hermana inseparable de nuestravida, siendo ella la ley fundamental del cristianismo, la "cédula personal"de identidad de los seguidores del Evangelio, de los discípulos de Cristo,de los redimidos en su sangre y en su gracia.

Quien nos dió este precepto, ha sabido sacrificar su propia vida, de­rramar todas las gotas de su sangre, morir con una muerte horrible y espan­tosa sobre el madero de una cruz, después de haber ofrecido en comida supropia carne a los que Él amaba, es decir a todos los hijos del pecado y de laculpa, a esclavos orgullosos y rebeldes, a criaturas deshonradas y perdidaspara siempre. Y Él era Dios como el Padre, Señor, como el Padre del cielo yde la tierra, "figura de su sustancia y esplendor de su gloria" (Hebr 1, 3).

¿Quién podría rechazar esta gran lección valorada con tan magníficoejemplo de "amaos los unos a los otros, como Yo os he amado"? (1n 15, 12).

Os rogamos, por lo tanto, recordar siempre y no olvidar nunca jamásque por ser verdaderos discípulos del Maestro, nuestra caridad tiene queser "más grande que la de los escribas y fariseos" (Mt 5, 20).

Pues El mismo que nos dijo que "quien no haya dado de comer alhambriento, beber al sediento, vestir al desnudo; quien no haya compade­cido al enfermo, consolado al afligido, instruido al ignorante y visitado alprisionero, no podrá ser partícipe del Reino de los Cielos" (Mt 25, 35), esEl mismo que nos dió como herencia de caridad perpétua la apostólicaoración del Padre Nuestro, divinamente comentada con el suplicio de lacruz y con el derramamiento de su sangre inocente.

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José Luis Sáez, S 1 La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Tmjillo (j 930- j 96 j)

A la luz de estas consoladoras verdades, aún mejor podéis compren­der, amadísimos hermanos, que la raíz y fundamento de todos los dere­chos está en la dignidad inviolable de la persona humana.

Cada ser humano, aun antes de su nacimiento, ostenta un cúmulo dederechos anteriores y superiores a los de cualquier Estado. Son derechosintangibles que, ni siquiera la suma de todas las potestades humanas puedeimpedir su libre ejercicio, disminuir o restringir el campo de su actuación.

Pero ningún comentario humano llegaría a plasmar con visión tan cla­ra y exactitud tan rigurosa las sapientísimas palabras con que Su SantidadPío XII (de feliz memoria), declaró en cierta ocasión en torno a la libertad,clima propicio para la actuación de los derechos naturales del hombre:

"También se ha hablado tanto -dice el Papa-, de la reglamentaciónde la libertad, que sería otro fruto exquisito de la victoria, libertad triun­fante del arbitrio y de la violencia. Pero esta libertad solamente puede flo­recer donde el derecho y la ley imperan y aseguran eficazmente el respetoa la dignidad, así de los particulares como de los pueblos. Entre tanto, elmundo está todavía esperando y pidiendo que el derecho y la ley establez­can condiciones estables para los hombres y para las sociedades. Entretanto, millones de seres humanos continúan viviendo bajo la opresión y latiranía. No hay nada seguro para ellos: ni el hogar, ni los bienes, ni la liber­tad, ni el honor; y así se apaga en su corazón el último rayo de serenidad, laúltima centella de entusiasmo.

"En nuestro mensaje natalicio de 1944 -continúa el Papa-, nos, diri­giéndonos al mundo lleno de fervor por la democracia y ansioso de ser sucampeón y su propagador, procuramos exponer los principales postuladosmorales de una recta y sana ordenación democrática. No pocos temen quela esperanza de semejante ordenación padezca por el hiriente contrasteentre la democracia de la palabra y la concreta realidad. Si nos elevamosen este momento nuestra voz no es para descorazonar a las muchas perso­nas de buena voluntad que ya han puesto mano a la obra o para menospre­ciar lo que hasta ahora se ha conseguido, sino únicamente por el deseo decontribuir en cuanto está a nuestro alcance, a un mejoramiento del pre­sente estado. Aún no es tarde .para que los pueblos de la tierra puedanllevar a la realidad, mediante un común y leal esfuerzo, las condicionesindispensables tanto para la verdadera seguridad, la prosperidad general,o al menos, la implantación de un régimen tolerable de vida como parauna benéfica ordenación de la libertad" (Discurso al Sacro Colegio Carde­nalicio, 2 de junio de 1947).

Por eso, la Iglesia Católica, madre universal de todos los fieles, hasido en todo momento la defensora más ardiente y más sufrida de esos

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Antología de docll111f11tos

sagrados derechos individuales. En pro de ellos ha escrito las encíclicasmás sabias; en pro de ellos sus hijos han derramado la sangre; en pro deellos está siempre dispuesta a dar, como su divino fundador, elocuente "tes­timonio de la verdad" (In 18, 37).

En efecto, ¿a quién pertenece el derecho a la vida, bien radical detodo ser que aparece sobre la faz de la tierra, sino únicamente a Dios, au­tor de la vida?

De este derecho primordial brotan todos los demás derechos inhe­rentes a la naturaleza humana, dado que todo hombre está ordenado a laprocreación y a la vida social, puesto que así es como logra alcanzar superfección y su fin último, que es Dios.

De aquí, el derecho a formar una familia, siguiendo cada cual, en la elec­ción del cónyuge respectivo, los dictados de una sana conciencia, recta y libre.

De aquí, el derecho al trabajo, como medio honesto de mantener elhogar y la familia, y del cual no puede privarse a nadie.

De aquí, el derecho al comercio, para intercambiar productos natu­rales o artificiales, que debe ser protegido por el Estado con medidas razo­nables y leyes justas.

De aquí, el derecho a la emigración, según el cual, cada persona ofamilia puede abandonar, por causas justificadas, su propia nación para ira buscar mejor trabajo en otra nación de recursos más abundantes o gozarde una tranquilidad que le niega su propio país.

De aquí, el derecho a la buena fama, tan estricto y severo que no sepuede pública ni privadamente, no sólo calumniar, sino también dismi­nuir el buen crédito que los individuos gozan en la sociedad bajo fútilespretextos o denuncias anónimas, que sabe Dios en qué bajos y rastrerosmotivos pueden inspirarse.

No queremos, amadísimos hermanos, entretenernos en señalar y

comentar brevemente los demás derechos naturales que acompañan a losarriba aludidos, pues es bien sabido cómo todo hombre tiene derecho a lalibertad de conciencia, de prensa, de libre asociación, etc. etc.

Reconocer estos derechos naturales, tutelarlos y conducirlos a su plenaperfección material y espiritual, es misión sublime de la autoridad civil y

de la autoridad eclesiástica, trabajando cada cual desde su propia esfera y

con sus medios propios.Lo contrario a eso, constituiría una ofensa grave a Dios, a la dignidad

misma del hombre -hecho a imagen y semejanza del Creador-, y acarrea­ría numerosos e irreparables males a la sociedad.

Para evitar y alejar de nuestra querida Patria los males que lamenta­mos, y para conseguir toda suerte de bienes espirituales y materiales, a los

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losé Luis Sáez, s. J La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

cuales todo hombre tiene perfecto derecho, elevamos a la Santísima Vir­gen de la Altagracia nuestras preces más fervorosas, a fin de que Ella con­tinúe siendo la esperanza y el vínculo de unión entre los dominicanos,especialmente en estos momentos de congoja y de incertidumbre.

De todo corazón pedimos que todos, clero y fieles, supliquen a Diosdurante estas celebraciones religiosas en honor de Nuestra Señora de laAltagracia para que en su benignidad conceda sus abundantes dones y

consuelos a los que especialmente se hallen en más grave peligro o en másgrave necesidad.

Con estas oraciones comunes imploramos a Dios misericordioso quela auspiciada concordia y paz llegue a establecerse, y que los sagradosderechos de la convivencia humana, que tanto contribuyen al bien de laverdadera sociedad, sean por todos debidamente reconocidos, legítima y

felizmente ejercidos.Antes de concluir la presente carta, no podemos sustraernos al grato

deber de comunicaros que, acogiendo paternalmente vuestros llamamien­tos -que hacemos nuestros-, hemos dirigido en el ejercicio de nuestropastoral ministerio una carta oficial a la más alta autoridad del país paraque, en un plan de recíproca comprensión, se eviten excesos que, en defi­nitiva, sólo harían daño a quien los comete, y sean cuanto antes enjugadastantas lágrimas, curadas tantas llagas y devuelta la paz a tantos hogares.

Seguros del buen resultado de esta intervención, hemos prometidoespeciales plegarias para obtener de Dios que ninguno de los familiares dela autoridad experimente jamás en su existencia los sufrimientos que afli­gen ahora a los corazones de tantos padres de familia, de tantos hijos, detantas madres y de tantas esposas dominicanas.

y para que todo eso se verifique lo más pronto posible, unimos a lasvuestras nuestras más ardientes plegarias, y cual auspicio de gracias celes­tes y en testimonio de nuestra paternal solicitud, de corazón impartimosal clero, a los religiosos y religiosas, a todo el pueblo cristiano y a todohombre de buena voluntad, nuestra pastoral bendición.

25 de enero de 1960, fiesta de la Conversión de San Pablo.

(fdo.) +RICARDOArzobispo Metropolitano Primado de las Américas

+OCTAVIO A. BERAS

Arzobispo Coadjutor de Santo Domingo

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+RUGO EDUARDO POLANCOObispo de Santiago

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+FRANCISCO PANAL

Obispo de La Vega

Antología de aOC1I1JIelltos

+JUAN FÉLIX PEPÉN

Obispo de La Altagracia

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A.d..""Gt....oJ.dotl.o.H"""'..

+TOMAS F. REILLY

Obispo titular de TemisonioPrelado de S. Juan de la Maguana

Nota: Esta carta pastoral colectiva será leída en todas las misas porlos reverendos señores sacerdotes a los fieles el primer domingo despuésde recibida.

228. Carta del Episcopado dominicano a Rafael L. Trujíllo acompañando la copiade la anterior carta pastoral (G Trujíllo, 25 de enero de 1960)

¡bid., pp. 47-48.

Excelentísimo Señor:Nos, que suscribimos, arzobispo y obispos de la República Dominica­

na, hondamente afligidos y preocupados por la suerte de los fieles confiadospor el pastor Supremo a nuestras responsabilidades y solicitudes de padresen Cristo Nuestro Señor, cumpliendo un sagrado deber que nos impone nues­tra misión de sucesores de los apóstoles, hemos dirigido a cuantos en estahora mayormente experimentan en su carne dolorida y en su atribulada almael sufrimiento físico y moral, una carta pastoral colectiva.

Tenemos el honor de enviar una copia de ella a V. E. para ofrecerle laoportunidad de conocer mejor y apreciar el espíritu que, en circunstan­cias como la presente, anima a la Iglesia, de la cual V. E. siempre ha queri­do mostrarse hijo afectísimo.

Estamos ciertos de que V. E. verá en esta nuestra actitud de solicitudpaternal, la más clara prueba de nuestro deseo de seguir colaborando enplena lealtad con el Gobierno dominicano por el bien del pueblo, puesningún servicio puede ser más útil a la causa común que hacer conocer aV. E. la verdad, si alguien se hubiera permitido ocultársela.

No podemos tampoco ocultar nuestra pena y nuestra sorpresa, cómola prensa, violando la constante actitud defensora de V. E. en favor delConcordato, se haya permitido criticar la obra de sus manos.

Este atrevimiento es tanto más grave contra la persona de V. E., quequiso y firmó el Concordato, ratificado por las cámaras legislativas e intro­ducido en la Carta Fundamental de la Nación.

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JoséLuis Sáez, S J La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

Vuestra Excelencia no puede, como católico, permitir más nuevosinsultos a la Iglesia y a la"'Sede Apostólica sin peligro de las graves conse­cuencias que acarrearía sobre el pueblo esta injustificada actitud de la pren­sa, consecuencias de las cuales, ante Dios y los hombres declinamos todala responsabilidad.

No ignora V E. que el Concordato ha servido más para la causa delpaís y su prestigio al exterior que para la Iglesia misma. No obstante, Ellasiempre quedará agradecida a V E. por ese instrumento internacional, noolvidando a lo que V E. se ha comprometido con la firma del Concordato.Si él no ha dado a la Iglesia los frutos que auspiciaba, ¿no lo atribuiría V E.al hecho de que alguno de sus colaboradores no le haya eficientementeservido en este delicado y trascendental sector?

Nos honramos, por tanto, en ofrecer a V E. nuestra colaboraciónmientras le pedimos intervenir con todo el peso de su autoridad de Bene­factor de la Patria ante las autoridades del Gobierno, para que sean cuantoantes enjugadas tantas lágrimas, curadas tantas llagas y devuelta la paz atantos hogares.

Pedimos a Dios recompense su intervención, para que la veneradamadre y la distinguida esposa de V. E. no experimenten nunca, en su largaexistencia, los sufrimientos que afligen ahora a los corazones de tantasmadres y de tantas esposas dominicanas.

La Virgen de la Altagracia, de cuya férvida devoción ha dado V E.tantas públicas pruebas, ilumine su mente y guíe sus pasos, a fin de que atodos sea restituida la libertad, tranquilidad y paz, a las que todos única­mente aspiran.

Aprovechamos la oportunidad para suscribirnos de V E. con la másalta y distinguida consideración.

25 de enero de 1960, fiesta de la Conversión de San Pablo.

229. Nota del Episcopado dominicano a los sacerdotes de ambos cleros sobreactuaciones de carácter político (c. TrujiHo, 25 de enero de 1960)

¡bid., pp. 45-46.

Los arzobispos y obispos de la República Dominicana, en su primerareunión episcopal del presente año 1960, en consideración de las particu­lares circunstancias por la que atraviesa el país, invitan, en el ejercicio desu pastoral ministerio, a todos los sacerdotes del clero secular y regular, atodos los religiosos y religiosas:

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Antología de documentos

1. De abstenerse de toda intervención de carácter político o que altere elorden público, incompatible con la misión del sagrado ministerio sa­cerdotal o con la vida religiosa.

2. De intensificar su vida de oración y de apostolado, sobre todo a favor delos más sufridos y atribulados.

3. De organizar especialmente en honor de la Virgen de la Altagracia nove­nas, triduos y horas santas con actos penitenciales.

4. De recitar en las comunidades religiosas, todos los días, las letanías delos santos y el Miserere.

5. De rezar pro re gravi los sacerdotes en todas las misas, las colectas N° 13(Pro quacumque tribulacione) o N° 32 (Pro constitutis en carcere), ad libitumcelebrantis .5

Las presentes disposiciones quedarán en vigor hasta el Miércoles deCeniza.

Dado en el Palacio Arzobispal de la Arquidiócesis de Santo Domingo,en el día 25 de enero de 1960, fiesta de la Conversión de San Pablo.

(fdo.) +RrCARDüArzobispo Metropolitano Primado de las Américas

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+OCTAVIO A. BERASArzobispo Coadjutor

de Santo Domingo

+FRANCISCO PANALObispo de La Vega

+RUGO EDUARDO POLANCOObispo de Santiago de

los Caballeros

+JUAN FÉLIX PEPÉNObispo de la Altagracia

+TOMAS F. REILLYObispo titular de Temisonio

Prelado de S. Juan de la Maguana

5 Traducción: Pro re gravi (obligatoria y bajo pena), Pro quacumque tribulatione (Para cual­quier tribulación), Pro constitutis in carcere (Por los que están en la cárcel), Ad libitumcelebrantis (según el deseo del celebrante).

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José Lrlis Sáez, S J La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930- j 961)

23 O. Carta del P. Alfonso Esteve Recio, Sch. P., a Virgilio Álvarez Pina, secretariode Interior y Culto, sobre la dÚención de dos alumnos del Colegio Mayor (c. Trujillo,25 de enero de 1960)

repr. José A. Cruz Infante, Colegio Mayor Universitario San

José de Calasanz, Santo Domingo, 2002, p. 145.

Señor Secretario:Es muy penoso para mí el poner en conocimiento de V. E. los suce­

sos acaecidos durante los últimos días en este Colegio Mayor Universita­rio "San José de Calasanz".

El pasado miércoles 20 de los corrientes a las 6:30 a.m., el estudianteuniversitario Víctor Aníbal González González fue detenido por tres queinformaron ser miembros del Servicio de Inteligencia. Sin previo conoci­miento del elemento directivo del Colegio Mayor, fue sacado de los localesde esta institución.

El mismo día y a las 11 :30 a.m. tres otros miembros del Servicio deInteligencia se presentaron pidiendo al joven universitario BienvenidoTejada, a quien acompañé a las oficinas del citado servicio de inteligencia,y allí le dejé en la confianza (como se me dijo) de que por la tarde, tras lasinvestigaciones oportunas, podría recogerlo y traerlo al Colegio.

De ambos estudiantes estoy sin noticias, y por esto, fiado en el buenrecuerdo que de su visita a este Colegio todos guardamos, pídole encareci­damente interponga a su alta influencia ante el generalísimo Dr. RafaelLeónidas Trujillo, Padre de la Patria Nueva, a favor de estos universitarios.

Agradeciendo de antemano sus ayudas, y esperando su grata contes­tación, le saluda atte.

(fdo.) P. ALFONSO ESTEvE R.Escolapio

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Al1tología de doctwlel1tos

231. Acusación contra d escolar cubano Antonio Fabré, 5.1., aparecida en laprensa matutina (e. Trujillo, 26 de enero de 1960)6

"Revelan trama comunista dirigida por agente cubano

situado en orden religiosa. Utilizaba jóvenes como instru­

mentos", El Caribe XII:4296 (e. Trujillo, 29 de enero de

1960), p. 1, col. 8; p. 2, col. 8.

El jefe del Servicio de Inteligencia Militar del Gobierno dominicano,coronel Johnny Abbes García, refiriéndose a las especulaciones que se es­tán haciendo en círculos oposicionistas vinculados al comunismo inter­nacional en Puerto Rico y en otras zonas del Caribe, sobre un supuestocomplot contra el Gobierno dominicano, declaró que la noticia de que setrata ha sido maliciosamente tergiversada, y que se le ha dado un cariz y

una importancia de que carece con fines de propaganda política.El coronel Abbes García manifestó que se ha tomado como pretexto

para esas especulaciones la investigación que el departamento a su cargorealiza con motivo de las actividades que el padre jesuita Antonio Fabré dela Guardia, de nacionalidad cubana y ex monitor de filosofía del Semina­rio Pontificio Santo Tomás de Aquino, ha venido realizando amparándoseen su condición de religioso y en el Concordato vigente entre ]a RepúblicaDominicana y la Santa Sede para viajar entre Ciudad TrujiJIo y Miami y LaHabana para indoctrinar a varios seminaristas en la fabricación de bom­bas y en la organización de cédulas de tipo comunista que tenían la con­signa de destruir determinados edificios de la capital de la República y

que funcionaban bajo la denominación de "Cédula Pro Betancourt", y "Cé­dula Pro Fidel Castro".

Actividad subversivaEl padre Fabré de la Guardia, quien después de haber sido obrero en

Cuba, ingresó en la Orden de los Jesuitas como simple religioso, sin haberllegado a obtener la ordenación correspondiente, extendió sus actividadessubversivas hasta el colegio de la Orden Salesiana de San Juan Bosco, dondeincorporó a su plan subversivo a algunos alumnos que fueron instruidospor él en la fabricación de bombas de acuerdo con los planos traídos deCuba y que sirvieron para la fabricación de alrededor de 200 bombas quehan sido totalmente recogidas por las autoridades dominicanas.

6 Según el vocabulario jesuita, Fabré de la Guardia era escolar o estudiante porque estaba aúnen periodo de formación, aunque al asignársele docencia durante unos aI10s también se ledenomina "maestrillo".

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JoséLuis Sáez, S 1 La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

El coronel Abbes García recalcó que el padre Fabré de la Guardiacontó con la colaboración de- dos sacerdotes de nacionalidad dominicana,quienes no han sido en ningún momento detenidos, y sobre cuya actitudse han limitado las autoridades correspondientes a hacer la representa­ción de lugar ante sus superiores eclesiásticos.

Como consecuencia de la investigación abierta por el Servicio deInteligencia Militar ha sido necesario practicar algunas detenciones depersonas que habían estado enroladas en las células organizadas por elpadre Fabré de la Guardia, pero en ningún momento se han encontradoarmas en poder de detenidos ni evidencias que revelen que este plan sub­versivo pasara del estado de una simple conjura de tipo comunista sinarraigo en ningún sector de la sociedad dominicana.

Volar edificios MiamiSí se pudo comprobar -agregó el coronel Abbes García-, que el pa­

dre Fabré de la Guardia había también organizado algunas células en Miamipara volar allí algunos edificios y extender la red de la conspiración al te­rritorio de los Estados Unidos de acuerdo con la política seguida actual­mente por Fidel Castro y los dirigentes comunistas infiltrados en las esfe­ras oficiales cubanas.

El coronel Abbes García manifestó que además del padre Fabré de laGuardia se hallaban involucrados en estas actividades el sacerdote espa­ñol Salvador Pons Franco, quien ha salido para España, y el sacerdote tam­bién español Antonio Gómez Ramírez, quien en la vida religiosa se conocecon el nombre de padre Isidoro de Sevilla, y que los únicos dos sacerdotesde nacionalidad dominicana que estuvieron en contacto con el padre Fabréde la Guardia han dado pruebas de arrepentimiento y se han reintegrado asus actividades normales después de las amonestaciones hechas por lasautoridades eclesiásticas correspondientes, y que la República Dominica­na mantiene las mejores relaciones con la Iglesia Católica existiendo en elpaís absoluta libertad de cultos y manteniéndose el más estricto respeto atodas las manifestaciones religiosas.

El incidente promovido por el padre Fabré de la Guardia, a quien lasautoridades dominicanas permitieron salir libremente hacia Cuba tan pron­to se obtuvieron evidencias concretas de sus manejos subversivos, fuesolucionado satisfactoriamente de acuerdo con las altas autoridades ecle­siásticas, que han dispuesto que la Orden de los Jesuitas establecida en laRepública Dominicana quede completamente desvinculada de la que tie­ne su sede en Cuba, medida que se halla ya en vigor, y que evitará que en losucesivo religiosos adoctrinados en el fidelismo se radiquen en la República

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Antología de docun¡e¡¡tos

Dominicana y realicen desde las instituciones docentes dependientes dela Iglesia Católica campañas y actividades de carácter subversivo y laborde propaganda a favor del comunismo internacional.

En el país desarrollan normalmente sus actividades numerosas sec­tas religiosas (sic), entre ellas la Israelita de la República Dominicana, laAdventista del 7mo

. Día, la Bahais, la Iglesia Metodista Africana, la IglesiaEpiscopal Incorporada, La Iglesia Evangélica Dominicana, el Templo Bí­blico, la Iglesia Bautista Dominicana, la West Indian Misión (sic), la Socie­dad Bíblica Americana, la Iglesia Evangélica Metodista Libre y la IglesiaEvangélica Fronteriza, pero ninguno de sus adeptos ha estado mezcladoen actividades políticas antidominicanas ni ha hecho uso inadecuado enel ejercicio de sus cultos respectivos de las prerrogativas que le concedenla Constitución y las leyes.

232. Telegrama del P. Miguel A. Larrucea, 5.1., al generalísimo Trujillo sobre ladenuncia aparecida en la prensa ese mismo día (San Cristóbal, 29 de enero de 1960)

C. APA. Instituto Politécnico Loyola 1 (1952-1960), Núm. 1, f. 5;

J.L. Sáez (ed.), Monumenta Dominicana V (Santo Dom.ingo,

1997), N° 15.

Refiriéndome al artículo publicado esta mañana en El Caribe, ofensi­vo y calumnioso para la Compañía de Jesús, pedimos a V. E. intervengapara hacer justa reparación de estos no nuevos insultos y calumnias apare­cidas en dicho artículo contraviniendo el decreto publicado por la Secre­taría de Culto en que se prohibía terminantemente cualquier acusación apersona o entidad religiosa sin antes avisar a la autoridad eclesiástica com­petente. En caso de que no apareciese en el mismo diario un público des­agravio, nos vemos obligados por dignidad a retirar la participación delPolitécnico "Loyola" en la clausura de la Feria Ganadera. La Compañía deJesús, que vino llamada para servir al pueblo dominicano sentiría, al cabode veinticinco años de dedicación absoluta correspondida por el pueblo,tener que retirarse si las circunstancias forzaran a ello.

MIGUEL ÁNGEL LARRUCEA, S.J.Superior de la Compañía de Jesús en la República Dominicana?

7 El capitán ayudante militar Reinaldo A. Hernández Díaz respondía ese mismo día con eltelegrama siguiente: "Su telegrama amenazante e irrespetuoso se da por no recibido en laoficina del generalísimo Trujillo". cAPA. Instituto Politécnico Loyola: Litterae Annuae (1959­1960), f.4.

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José Luis Sácz, S. 1. La sumisión bicn pagada. La Iglcsia dominicana bajo la Era dc Trujillo (1930-1961)

233. Carta del P. Miguel A. Larrucea, S. 1., pidiendo desmentir la informaciónanterior a Virgilio Álvarez Pinci;secretario de Culto (G Trujillo, 30 de enero de1960)

C. APA. Instituto Politécnico Loyola I (1952-1960), N° 1, ff. 5-6; J.

L. Sáez (ed.), Monumenta Dominicana IV (1952-1966), f. 179.

Honorable Señor:Como representante del Rvdmo. Padre General de la Compañía de

Jesús en la República Dominicana, cúmpleme elevarle mi alta y enérgicaprotesta contra los recientes ataques que afectan a una Institución secular,que ha rendido en 25 años los mejores servicios a la noble causa del pue­blo dominicano.

Dada esta circunstancia, que todos los hombres rectos lamentan, pidosu autorizada intervención para que sea desmentida categóricamente esacalumniosa y gratuita denuncia de una pretendida trama de carácter co­munista, organizada por un miembro de nuestra Orden.

Ruego a Ud. se documente, como le será fácil, sobre la actuacióndel P. Antonio C. Fabré de la Guardia, para convencerse y convence:¡; a laopinión pública acerca de la gratuidad de los alegatos que se han lanzadoal dominio público, sin tener en cuenta los principios más fundamenta­les del respeto debido a las personas consagradas a Dios y a una ordenreligiosa.

Asegurándole nuestra constante y fiel colaboración de amigos since­ros del pueblo dominicano, le reitero la seguridad de mi religiosa conside­ración.

(fdo.) MIGUEL ÁNGEL LARRUCEA, S.J.Superior de la Compañía de Jesús en la República Dominicana

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Antología de dOCliIl1entos

234. Carta del nuncio Lino Zanini al vicepresidente 1. Balaguer quejándose denuevos ataques a la Iglesia (c. Trujillo, 30 de enero de 1960)

Bernardo Vega, La vida cotidiana donIinicana a través del

archivo particular del Generalísimo, Santo Domingo, Editora

Cultural Dominicana, 1986, p. 96; J. L. Sáez, Lino Zanini

(1999), pp. 42-43.

Excelencia:Conoce muy bien V. E. mi deferente simpatía por el noble y querido

amigo, Su Excelencia el generalísimo Dr. Rafael L. Trujillo Malina.Sabiendo bien cuanto está él siempre atareado, he creído más delica­

do suspender el diálogo amistoso y cordial que había comenzado con éldesde mi llegada.

Me permito reanudarlo ahora, y lo hago, refiriéndome a la última en­trevista que tuve el honor de tener con él, y en la que tuvo a bien asegurar­me, en la presencia de mi inmediato colaborador, que no hubiera permiti­do más que la prensa atacara, directa o indirectamente, a la Iglesia y susinstituciones.

Desde entonces, he asistido con esa superior reserva, prudente y dis­creta, como le corresponde a un embajador papal, a una serie de artículospoco serios y menos simpáticos -para no decir irrespetuosos y calumnio­sos-, contra la Iglesia, y recientemente también, contra una intachableactuación de la Santa Sede.

En el anhelo de ofrecer al generoso amigo una ocasión más aparaque ejerza -siempre que lo crea oportuno y posible-, su alta autoridad einfluencia, hágole presente por intermedio de V. E., que es personalmenteel Nuncio Apostólico, es decir, un amigo suyo, y que no es el último de losamigos más fieles y sinceros, quien desea cuanto antes una digna repara­ción y que no se repitan más nuevos desagradables ataques. Éstos, en efecto,estarían en abierto y público contraste con su profesión de católico, y conlos sentimientos de entre aquellos sus más adictos colaboradores, que sededican al bien del país.

Es éste un nuevo ramo de olivo que ofrezco de corazón al amigo,confiando que nadie mejor que él sabrá apreciarlo en todo su valor paramerecer aquella divina misericordia y aquella celeste asistencia de quenecesitan quienes han recibido de la providencia la alta responsabilidadde dirigir los destinos de un pueblo.

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José Luis Sáez, S. 1. La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (j 930-j 96j)o_.­

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Aprovecho la oportunidad para reiterar a V. E. las seguridades de mimás alta y distinguida consideración.

(fdo.) +LINO ZANINIArzobispo Tit. de Adrianópolis

Nuncio Apostólico

235. Respuesta del vicepresidente Balaguer a la anterior carta del Nuncio Apostólico(e. TrujiUo, 30 de enero de 1960)

[bid., p. 97; Sáez, [bid., pp. 44-45.

Excelencia Reverendísima:Tengo a honra avisar recepción de la amable carta de fecha 30 del

mes de enero en curso, en la cual Vuestra Excelencia Reverendísima meencarga transmitir a Su Excelencia el generalísimo Dr. Rafael L. TrujilloMolina, Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva los deseos deque se hagan desaparecer ciertas publicaciones que a su juicio podrían serperjudiciales para las excelentes relaciones que existen entre la IglesiaCatólica y el Gobierno dominicano.

Deseando llevar con toda fidelidad al ánimo de Su Excelencia el ge­neralísimo Trujillo el asunto a que se refiere Vuestra Excelencia Reveren­dísima en la amable carta citada, y en vista de que en dicha comunicaciónVuestra Excelencia Reverendísima no precisa los casos que Vuestra Ex­celencia Reverendísima juzga dignos de atención, me permito sugerirlela conveniencia de tener un cambio de impresiones que permita al sus­crito ilustrar mejor sobre el caso de que se trata al Ilustre Benefactor dela Patria y Padre de la Patria Nueva. Este cambio de impresiones podríatener efecto, en caso de que Vuestra Excelencia Reverendísima lo estimeconveniente, el lunes próximo a las 9:00 a.m., en mi despacho del PalacioNacional.

Saluda a Vuestra Excelencia Reverendísima con la más elevada con­sideración y le reitera las seguridades de su amistad,

(fdo.) JOAQuíN BALAGUER

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Antología de dOCHlIlwtos

236. Carta del Nuncio Apostólico accediendo a la cita del vicepresidente Balaguer(e. TrujiUo, 31 de enero de 1960)

¡bid., p. 99; Sáez, Lino Zanini, p. 45.

Excelencia:Tengo el honor de hacer referencia a su amable invitación, por la

cual, Vuestra Excelencia ha tenido la amabilidad de invitarme para unaentrevista.

Acepto, por lo tanto, gustoso de encontrarme mañana en su despa­cho a las 9:00 a.m.

En esta espera, le saludo muy cordialmente

(fdo.) +LINO ZANINIArzobispo Tit. de Adrianópolis

Nuncio Apostólico

237. Carta d~l generalísimo Trujillo elogiando al P Ángel Arias, S.f., director delInstituto Politécnico Loyola (San Cristóbal), aparecida al día siguiente en la prensa

"Trujillo elogia labor del padre Arias", El Caribe XII:4298 CC.

Trujillo, 31 de enero de 1960), p. 1, cols. 2-3.

Mi querido padre Arias:Me place notificarle que el Gobierno se siente profundamente satis­

fecho con su actuación en la dirección técnica del Instituto PolitécnicoLoyola "Fundación Generalísimo Trujillo", y tengo especial agrado de feli­citarle por su consagración y conducta ejemplares.

La Compañía de Jesús debe sentirse altamente complacida de contaren su seno con un sacerdote de la capacidad y el celo excepcionales y delsentimiento de responsabilidad demostrados por usted en su labor al fren­te de un instituto al que el Gobierno dominicano ha dado la más ampliaprotección y al que yo he ofrecido mi concurso moral y material sin reser­vas por la seguridad que tengo de la importancia de su misión en beneficiode la juventud dominicana.

Tuve hace poco el placer de recibir la visita del nuevo superior de laCompañía de Jesús en nuestro país, reverendo padre Miguel Ángel Larrucea,S.J., y espero que su labor sean tan fructífera como la de sus antecesores,para bien de la Iglesia Católica y el pueblo dominicano.

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José Luis Sáez, S. J. La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

La cooperación que el Gobierno y yo personalmente hemos prestadoa la Iglesia Católica es un'hecho que se halla a la vista de todos y que meenorgullece, porque estoy seguro de que con esa actitud contribuyo a pre­servar las esencias del país y a afianzar sus destinos como uno de los mássólidos baluartes en América de la civilización cristiana.

Le saluda con la mayor consideración,

(fdo.) RAFAEL L. TRUJILLO

238. Nota presentada por el nuncio Zanini al vicepresidente Balaguer con losataques aparecidos en la prensa contra la Iglesia (c. Trujillo, 10 de febrero de 1960)

Vega, La vida cotidiana, p. 98.

Foros públicos

23 de diciembre de 1957: "Algunos ejemplos más"21 de noviembre de 1959: "Publicación confusa" (contra monseñor Pittini)22 de noviembre de 1959: (Ataque a los jesuitas)4 de diciembre de 1959: "Mantequilla de mala,calidad"

11 de diciembre de 1959: "Ejemplo desalentador"19 de diciembre de 1959: "Censurable anomalía"28 de diciembre de 1959: "Templo israelita" (participatia in sacris)3 de enero de 1960: (Contra los padres salesianos)

23 de enero de 1960: "¿Viciado de nulidad?" (Contra el Concordato)24 de enero de 1960: "Inauguración templo Adventista"25 de enero de 1960: "Piden abrir encuesta" (Contra el Concordato)26 de enero de 1960: "Merece felicitación" -el padre Ricardo Velasco29 de enero de 1960: ARTÍCULO: "Revelan trama comunista dirigida por

agente cubano situado en orden religiosa (contra los PP. jesuitas)"

Canon Iuris Canonici 1258.23162343 y 2344

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Antología de dOCUl1lflltos

239. Carta deL Obispo de La Vega a todos los fieles católicos advirtiéndoles las penasen que incurrirán los asistentes al mitin político de ese mismo día (La Vega, 3 defebrero de 1960)

C. HEPB. Cartas y Documentos (1959-1961), rr. 9-10.

Atención: Fieles católicosOs habla vuestro pastor y padre espiritual, el Obispo de La Vega. Has­

ta Nos han llegado noticias que juzgamos de todo punto falsas, porque deser ciertas ofenderían gravísimamente a todo el pueblo católico y hasta elmismo generalísimo Truj illo , que se precia y enorgullece de ser el másvaliente defensor y bienhechor insigne de la Iglesia Católica. Hasta nos,digo, han llegado noticias de que se ha promovido y organizado por ele­mentos particulares, hostiles a la Santa Iglesia, un mitin político socialpara esta noche a las 7 con el propósito, según las noticias callejeras, deprotestar contra la Iglesia Católica por la actitud asumida por todo el Epis­copado de la República Dominicana en su pastoral colectiva que fue leídaen todo el país el domingo próximo pasado, día 31 del mes de enero.

Rogamos muy encarecidamente a todos nuestros fieles hijos dioce­sanos, que de ser verdadera -lo que Dios no permita- esta informaciónque nos ha llegado y que circula por toda la ciudad de La Vega, se absten­gan en absoluto de tomar parte en dicho acto, que va a todas luces contrala legítima y santa autoridad eclesiástica, y ésto bajo penas gravísimas queimpondremos a los transgresores particulares, como son: privación tem­poral de los santos sacramentos y demás bienes espirituales de la Iglesia, ya las autoridades y entidades públicas, la negación de cultos por sus inten­ciones.

De nuevo os vamos a leer la pastoral colectiva del Episcopado Domi­nicano, para que la verdad no sea falseada malévolamente y se informenbien de ella los que aún no lo están, y comprendan que más bien que pro­testar y oponerse abiertamente contra la Iglesia Católica, Apostólica y Ro­mana de Santo Domingo y contra sus propios legítimos pastores y con­ductores de sus almas, deben ponerse todos los verdaderos hijos de la Iglesiay los hombres amantes de la paz y la justicia, deben ponerse a su lado ysecundarles en suplicar ardientemente a Dios y a la Santísima Virgen de laAltagracia, Madre y Protectora del pueblo dominicano -tan acongojadohoy-, que nos conceda la paz y concordia tan apetecidas, y que los sagra­dos derechos de la convivencia social humana sean por todos debidamen­te reconocidos y legítima y felizmente ejercidos, y "para que, en un plan derecíproca comprensión, se eviten excesos", y que "sean cuanto antes enju-

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JoséLuis Sáez, S 1 La mmisión bien pagada. La Iglesia domitlicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

gadas tantas lágrimas y curadas tantas llagas y devuelta la paz a tantoshogares" que la han perdido.

Llenemos las iglesias mejor que asistir a este mitin revolucionario yantirreligioso; llenemos perennemente las iglesias para rogar a Dios y a laSantísima Virgen con actos de cultos y penitenciales, por todas las inten­ciones ya arriba enumeradas. ¡Viva la Santísima Virgen de la Altagracia!¡Viva la patria dominicana! ¡Viva la Santa Iglesia Católica, Apostólica, Ro­mana Dominicana!

240. Discurso del Lic. JuUán Suardí en el anunciado mitin de La Vega, delante dela Catedral y transmitido por «(La Voz del Camú" (La Vega, 3 de febrero de 1960)

[bid., ff. 4-6.

(Faltan las primeras palabras) ... las prédicas sanas e inspiradas sola­mente en lo divino de nuestro siempre querido padre Fantino, nos aferra­mos a la fe en Dios y a buscarlo donde creíamos encontrarlo asistiendoasiduamente a nuestras iglesias.

En esa formación de hombres y mujeres nos criamos, y en 1930 eranescasas las iglesias para alojar los cristianos dominicanos. Pero en el cora­zón de cada uno de nosotros estaba enraizado 'y bien construido un altarpara adorar al creador del Universo. En 1930 surge el generalísimo Trujilloal poder y se duplica nuestra fe en Dios, florece la religión en nuestra Re­pública y es el portaestandarte del cristianismo nuestro ilustre Jefe. Hoy,millares de suntuosos templos elevan sus cruces y sus picos al cielo, mu­chos de ellos construidos con el peculio personal del Padre de la PatriaNueva.

La Iglesia tiene personalidad, y el conjunto de todos los esfuerzos,hijos del entusiasmo y de la fe de todos los dominicanos, superados y con­ducidos por el generalísimo Trujillo, culminaron con el Concordato, quetodos llenos de contento celebramos, porque es unión de la Iglesia y delEstado, unión indestructible mientras haya un dominicano sobre la tierray mientras perdure la gratitud de nuestro pueblo en la gran obra de Trujillo.

En nuestra República, los padres de la Iglesia están disfrutando delpoder con más holgura y plenitud que los amigos políticos de Trujillo. Ni elmás ignorante de nosotros, por todo lo que a diario vemos en ellos, por susactuaciones de esos curas, por la manera de conducirse, sabemos que hayentre nuestro Gobierno y todos esos curas ministros de Dios, plena com­prensión, comunión de ideas y sentimientos.

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Antología de docul1Ientos

Quiere monseñor Francisco Panal, obispo de la Vega, destruir todoeso. No puede, en La Vega no tiene calidad para eso. En La Vega monseñorFrancisco Panal no ha hecho nada por el engrandecimiento de la religióncristiana. Por el contrario, le ha restado entusiasmo, y a diario se le criticapor su despotismo y por su manera dura de tratar las familias de esta so­ciedad. No puede en La Vega, porque él sabe que aquí se habla de la tiraníadel padre Ubrique, y sabe que por sus solapadas tendencias subversivasestá jugando con candela.

Señores, el domingo pasado en las iglesias de la provincia de La Vegafue leída una carta pastoral, que por la actitud dudosa asumida, sin duda,por monseñor Francisco Panal, ha producido en el pueblo diferentes co­mentarios, que personas mal intencionadas utilizan con fines tendencio­sos para hacer creer que entre el Gobierno y la Iglesia pueden surgir difi­cultades y desavenencias. Los hombres, admiradores de esta obra deprogreso, hemos considerado oportuno la celebración de esta manifesta­ción, para en ella poner en guardia a nuestro pueblo para no permitir quese le sorprenda con actitudes y expresiones sediciosas, hijas de la fantasíade amargados, en quienes la vanidad, el engreimiento, el egoísmo y el an­sia de poder... (Falta, sin duda, una frase de esa oración).

Estamos aquí, no para atacar a la Iglesia, no para defender el Gobier­no, porque a la Iglesia no la atacaremos nunca, y el Gobierno está biendefendido por sus claras y limpias actuaciones. Estamos aquí para clarifi­car conceptos, que debido a los comentarios callejeros y tendenciosos quehan surgido de la carta pastoral, leída el domingo en nuestra Iglesia y delas de las actitudes dudosas y maliciosas de monseñor Panal, está claman­do por una justa interpretación, y más que por una interpretación, por unajusta apreciación que ha de culminar en la sentencia del pueblo reafirman­do su fe y confianza en Trujillo. Y la protesta más airada de todo lo que enla carta pastoral y en los comentarios callejeros y en las actitudes demonseñor Panal, de tendenciosa injusticia.

(Quedaron dos o tres líneas que no fue posible captar). Entre ellos elreligioso cubano Fabré, que indujo a varios de sus discípulos a fabricarbombas para con ellas realizar actos de sabotaje, producir una catástrofeen el país. El Gobierno, celoso del orden y de la tranquilidad, descubre esaconjura y cumple con su deber arrestando a los conjurados y evitando asíel desastre. Los que se lamentan del descubrimiento de esa conjura y de laprisión de los jóvenes en ella complicados aspiran a que nuestro Gobiérnono tome las medidas de seguridad pertinentes, aspiran a que se produzcala catástrofe y que el Gobierno se cruce de brazos frente a eso. Y de ahí losaviesos [comentarios] y de ahí las actitudes maliciosas y dudosas de

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losé Luis Sáez, S. 1. La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

monseñor Panal. Pero es claro que frente a esas actitudes yesos comenta­rios surge de inmediato "la: apreciación sensata que hace un pueblo ecuáni­me. Para confrontar el alcance y la gravedad de la catástrofe producida enel pueblo, la cantidad de viudas que estarían desamparadas y la juventudsacrificada en los cementerios y en los hospitales, la destrucción completade toda la riqueza nacional, cuando el Gobierno no imponga la autoridad yaplique las leyes pertinentes.

Es insensato pensar que en nuestro pueblo se puede revolucionar,preparar bombas para la destrucción y para sembrar la intranquilidad enla República Dominicana impunemente. En todos los países del mundolas revoluciones que se manifiestan con medidas que conducen a la vio­lencia son reprimidas con las mismas medidas que toma nuestro Gobier­no y nada tienen de criticable. El ejemplo que acabo de exponer quedamanifiesto en los comentarios y en la postura de algunos curas. Son injus­tas y malintencionadas, y por consecuencia el pueblo no debe fijarse en sucontenido.

En todo momento el pueblo de La Vega ha sido viril, leal y responsa­ble para mantenerse como un solo hombre alIado del Gobierno, respal­dándole en la reconstrucción nacional y en todo lo que signifique engran­decimiento de la Patria. Y hoy tiene la responsabilidad de velar con Él, conel hombre que le acaudilla ...

241. Últimos párrafos del discurso del Sr. Gustavo Gómez Ceara en el mismo mitin(La Vega, 3 de febrero de 1960)

¡bid., f. 5.

Pero, parece, señores, que la Iglesia se ha olvidado de la vida de paz,concordia, prosperidad y dicha que vive la República Dominicana, graciasa los desvelos únicos del Benefactor, y en su pastoral, leída públicamenteen nuestra Catedral, al igual que en todo el país el 31 de enero último, se hareferido a una invocación a la Virgen de la Altagracia para que la Madre deDios interceda por la paz del mundo y porque cese en nuestra República lainquietud en que se encuentran las familias dominicanas. Y nos expresa­mos así, señores, y me permito llamar la atención sobre el particular por­que la pastoral en referencia, después de exponer la religiosidad del pue­blo dominicano para la celebración de las festividades de la Virgen deAltagracia, se dice textualmente: "Circunstancias delicadas, sin embargo,vinieron a poner una sombra de tristeza en tan bella festividad."

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AntologÍa de dOC1J111eHtOS

y es realmente alarmante, señores, y desconcertante esta aprecia­ción de la Iglesia, cuando ella, que conoce perfectamente todo el desenvol­vimiento nacional, es la institución llamada a expresar verdades que notergiversen los hechos reales en ninguna forma, porque la Iglesia debe seren todo momento manifestación palpitante de Cristo, y Cristo, como Dios,es la misma expresión de la verdad.

Quienquiera que sea, señores, el que proclame que en el seno de lasociedad dominicana hay inquietud de cualquier género, como parecededucirse de la pastoral en referencia, que fue leída en la mañana del cita­do domingo por monseñor Panal en nuestra Catedral, no se sabe con quéintención, se aparta de Cristo, porque se aparta de la verdad.

242. Fragmento final del discurso de Ramón M. Cordero en el mismo mitin(La Vega, 3 de febrero de 1960)

¡bid., f. 6.

Nos hemos sentido profundamente asombrados al conocimientode ciertas manifestaciones que desde la tribuna sagrada de la Iglesia, enfranca desarmonía con su misión, que bien debía de ser de paz y de amor,han hecho algunos sacerdotes de la localidad. Manifestaciones éstas, se­ñores, que el pueblo ha venido comentando y censurando como pronun­ciamientos encaminados a desconocer el indeclinable deber y el absolutoderecho que tienen todos los gobiernos, no sólo el nuestro, sino el de todaslas naciones del mundo, a tomar, ejercer y ordenar las medidas que consi­deren indispensables para el sostenimiento de la paz, el sosiego de la fami­lia y la vida del ciudadano.

Pero parece, como que aquí en La Vega, los directivos de la IglesiaCatólica han pretendido dar la espalda a esos deberes, y acaso, bajo el im­pulso de una fatal inspiración, o quizás estimulados por la acción de algúnanacoreta, pretenden censurar las justicieras actuaciones del Gobierno.

Para terminar considero muy ajustado traer ahora a la memoria lassagradas palabras pronunciadas en un místico instante de suprema ver­dad por aquel divino rabí de Galilea, cuando dijo: "Dad al César lo que esdel César y a Dios lo que es de Dios",

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José Luis Sáez, S 1. La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

243. Carta del P Ángel Arias, SI, director técnico del Politécnico Loyola, en

respuesta a los elogios del gene~a1ísimo Trujillo (San Cristóbal, 4 de febrero de 1960)

c. APA. Instituto Politécnico Loyola (1959-1964), f. 7; repr.

"Director Loyola agradece frases estímulo de Trujillo", El

Caribe XII:4301(C. Trujillo, 4 de febrero de 1960), p. 3, cok

1-2.

Generalísimo doctor Rafael L. TrujilloBenefactor y Padre de la Patria NuevaPalacio Nacional

Excelentísimo Señor:Con profunda emoción y agradecimiento acabo de leer su carta, mos­

trando su beneplácito por mi actuación como director técnico del Politéc­nico Loyola, que V. E. fundó.

Su aplauso me estimula a seguir laborando en bien de la juventuddominicana, toda mi vida; pero por mi parte se lo dedico con toda justiciaa cuantos han trabajado con toda competencia y entusiasmo en el mismoInstituto: los padres y hermanos de la Compañía de Jesús; a todos los téc­nicos y profesores, españoles y dominicanos; ya" la misma Compañía deJesús, a la que le debo todo lo que ahora pongo en bien de la nación domi­nicana: mi formación técnica, mi concepto de la disciplina y de la lealtad;ella fue la que trajo al Politécnico, y en él me conserva.

Por eso me lleno de satisfacción al comprobar el elevado conceptoque V. E. tiene de mi Congregación por los generosos elogios que la hadedicado a través de mi persona.

Quedo de V. E. agradecido, atto. s. s.

(fdo.) ÁNGEL ARIAS, S.J.Director

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Antología dc documcntos

244. Carta dd Can. Eliseo Pérez Sánchez al director de El Caribe, sobre uncambio en el gobierno de la Arquidiócesis (e. Trujillo, 4 de febrero de 1960)

"Explican condición cargo administrador apostólico", El Caribe

XII:4301 (C. Trujillo, 4 de febrero de 1960), p. t, col. 3-4.

Señor Director:

A propósito de la designación por la Santa Sede del Excmo. y Revd­mo. Mons. Octavio Antonio Beras, como administrador apostólico de laArquidiócesis, y para satisfacer el deseo de muchas personas, interesadasen conocer la condición de un administrador apostólico, complacido co­rrespondo por órgano de ese importante diario de su digna dirección, aesta natural curiosidad de todos los católicos por el nuevo régimen ecle­siástico.

El Sumo Pontífice, por causas graves o razones particulares, en algu­nas ocasiones, nombra en una diócesis un administrador apostólico, quienasume la dirección total de la diócesis por el tiempo que sea voluntad de laSanta Sede.

Esta designación puede recaer en un prelado o en un simple sacerdo­te, que durante el ejercicio de su cargo goza del privilegio de usar insigniasprelaticias, y tiene derecho al tratamiento de Monseñor.

Este nombramiento puede ser en "sede plena", o sea cuando vive elobispo propio, que conserva el título; o en "sede vacante", por muerte,renuncia o separación total del prelado residencial.

Cuando la designación del administrador apostólico resulta, comoacaece hoy en la Arquidiócesis de Santo Domingo, en que el prelado ce­sante (Excmo. y Revdmo. Mons. Ricardo Pittini), por particular benevo­lencia de la Santa Sede, en vista de sus méritos, conserva el título honor.ífi­ca de arzobispo metropolitano, el actual administrador apostólico, Mons.Octavio Antonio Beras, arzobispo titular de Eucaita queda sujeto a las pres­cripciones del Derecho Canónico, que se señalan a un administrador apos­tólico designado "sede plena".

Caso semejante ocurrió durante la prelacía del Excmo Mons. AdolfoAlejandro Nouel, quien al dimitir la mitra en el año 1931, la Santa Sede, enmérito a sus brillantes ejecutorias episcopales, le concedió el título hono­rífico de arzobispo metropolitano de Santo Domingo, designando admi­nistrador apostólico al M. 1. Sr. Canónigo Armando Lamarche y Marchena.Muerto Mons. Lamarche fue nombrado en 1932, administrador apostólicoel M. 1. Sr. Can. Lic. Rafael C. Castellanos, quien a su fallecimiento el 21 deenero de 1934, tuvo como sucesor al Can. Elíseo Pérez Sánchez, cuyas

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José Luis Sáez. S. 1. La sumisión biw pagada La Iglesia dominicana bajo la Era de Tmjillo (1930-1961)

actuaciones eclesiásticas.,c.omo administrador apostólico se extendieronhasta el8 de diciembre de 1935, en que fue consagrado el Excmo. y Revdmo.monseñor Ricardo Pittini, arzobispo metropolitano de la Arquidiócesis deSanto Domingo. En esa ocasión su Excelencia Mons. Ricardo Pittini de­signó su vicario general al Ilmo. Mons. Eliseo Pérez Sánchez.

Le saluda muy atentamente,

Cfdo.) MONS. EusEo PÉREZ SÁNCHEzProtonotario ApostólicoPárroco de la Catedral

245. Carta de Mons. Francisco Panal a la gobernadora Delia García Godoyprotestando del mitin político contra la Iglesia, celebrado en aquella ciudad unasemana antes (La Vega, 12 de febrero de 1960)

c. HEPB, ibid., ff. 11-12.

Muy Señora mía:Aprovecho esta coyuntura para llevar a su conocimiento lo siguiente:

1ro. Que hemos lamentado y lamentaremos siempre con profunda pena elescandaloso y sacrílego mitin que se llevó a cabo en mala hora en laciudad de La Vega, a las puertas mismas de la Santa Iglesia Catedral eldía 3 de los corrientes, con el propósito premeditado de protestar abier­tamente contra la sagrada jerarquía de la Iglesia Católica en Santo Do­mingo, y todo ésto con el beneplácito de autoridades y de personasrelevantes por su posición social, política, cultural, etc., de todo lo cualprotestamos enérgicamente ante usted como también lo haremos anteel Superior Gobierno de la nación, por la actitud de indiferencia y táci­to consentimiento ante este hecho tan repugnante.

2elo Que exijo un acto solemne público de la misma magnitud que el des­graciado mitin, en desagravio de las infames y gravísimas ofensas perpe­tradas contra la jerarquía eclesiástica del país y la persona del obispo dela diócesis de La Vega; de otra manera, nosotros veríamos en la necesi­dad de castigar severamente con las penas que establecen los sagradoscánones a todos los culpables de este hecho escandaloso, como nin­gún otro hasta el presente.

310 Que en consecuencia de lo ocurrido y en cumplimiento de las severasamonestaciones que hicimos en público a fieles y autoridades antes

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Antología de dOCH11le11tos

del mitin de protesta, disponemos que en lo adelante, mientras duraeste estado lamentable de cosas, todos los culpables de uno u otro modoquedan privados de todo servicio religioso, para cualquier motivo quesea, en las iglesias pertenecientes a esta jurisdicción diocesana.

(fdo.) +MONS. FRANCISCO PANAL, O.P.M. CAP.Obispo de La Vega

246. Carta del Obispo de La Vega a Virgilio Álvarez Pina, secretario de Culto,sobre el mitin mencionado (La Vega, 12 de febrero de 1960)

c. ¡bid., ff. 8-10.

Muy distinguido señor:Con pesar inmenso de mi alma vengo a llevar a su conocimiento ofi­

cialmente el hecho escandaloso, sacrílego, que tuvo lugar en esta ciudadde La Vega el día 3 de los corrientes, en las puertas mismas de la SantaIglesia Catedral, en el Parque Duarte, al tiempo en que se celebraban lossagrados cultos ordinarios.

Me pareció prudente dejar pasar algunos días de lo ocurrido, para dartiempo a las autoridades locales y al Supo Gobierno a que reaccionaran justa ysaludablemente; pero en vista de que ninguno ha salido por la justicia -tanenormemente ofendida-, me he decidido a presentar a Ud. esta informaciónoficial, que aunque no sea completa en detalles, sí que lo es en lo sustancial.

Para el mejor éxito del mitin político social que se proyectó celebral~

se designó un comité organizador compuesto por los señores: Lic. JuliánSuardí, presidente; Samuel de Moya Alonzo, vicepresidente; Ramón M.Cordero, Euclides Batista, Manuel U. Córdoba, Juan María Fernández Ma­lagón, Dr. Cristóbal Núñez, R. Emilio Gonell, Dr. Antonio Jiménez, MaríaAmín Canaán, Maximiliano Mieses Lazala, Dr. Gustavo Gómez Ceara y Dr.Frank Guzmán, vocales.

En las reuniones que celebraron los organizadores del acto en refe­rencia, se acordó oficial u oficiosamente, por iniciativa propia o -comoalgunos decían-, por sugerencia superior, protestar contra la actitud asu­mida por la jerarquía eclesiástica de la provincia de Santo Domingo en supastoral colectiva, leída en todo el país el domingo 31 del mes de eneropasado y la cual ya es del dominio público general.

Me pareció increíble y del todo falsa la noticia que nos llegó al res­pecto de distintos puntos; pero tanto se insistió por unos y por otros, hasta

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José Luis Sáez, S. 1. La sumisión bien pagada La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

por personas sensatas y honorables a toda prueba, que nos inclinaron acreerla verdadera; y por ~l acaso resultaba como se decía, preparamos unaspalabras -cuyo texto completo incluyo a Ud. con la presente-, de atenciónal público católico de La Vega, previniéndole del hecho que se proyectaba,y dándole normas a dicho acto, que, como se sospechó y anunció por milesde bocas, resultó ser antirreligioso, antipatriótico, sacrílego y revoluciona­rio, como Ud., Señor Secretario, lo podrá comprobar hasta la evidencia consólo leer los adjuntos fragmentos de los discursos que se pronunciaronaquella noche por distintos oradores, los cuales -para mayor desgracia­fueron transmitidos por la estación radioemisora "La Voz del Camú" y gra­bados por nosotros en discos y cinta magnetofónica, de los que son copiasfieles las de a máquina que le adjuntamos.

El desorden provocado por estos buenos señores con su mitin -dizquepolítico social-, no llegó a mayores excesos, hasta sangrientos, porque laorden de prisión dada contra los sacerdotes -al decir de las personas ho­norables-, por el fiscal Cordero, hijo de uno de los más atrevidos oradoresdel mitin de aquella noche, no le pareció bien o prudente al Gral. BrigadierD. Juan Tomás Díaz, llevarla a la ejecución, gracias a Dios.

Después de este final borrascoso y ya tarde de la noche, la Sra. Gober­nadora de la provincia dio cuenta de todo lo sucedido al Gral. J. ArismendyTrujillo Malina, despachándose y despachando a todos los suyos a su pla­cer, del mejor modo bueno que pudo, pero el desorden provocado y habi­do, solamente por las palabras de alerta o atención que se dieron a losfieles, los que en su mayoría acudieron al mitin engañados por el sabrosoanzuelo de que vendría al acto el generalísimo Trujillo en persona, y querepartiría dinero, etc. a los asistentes.

El alerta o toque de atención que se dio a los fieles contra posiblesofensas y difamación a la Iglesia Católica en la persona de sus jerarcas, sepublicó minutos antes de que se comenzara el mitin, cuando ya todo esta­ba premeditado, escrito y listo de un todo para pregonarlo al público ytransmitirlo en ondas sonoras de "La Voz del Camú".

y como hasta el presente -no obstante la gravedad del caso y lasinnúmeras ofensas calumniosas pronunciadas en diversos tonos por lostres o cuatro oradores del susodicho mitin semi-oficial, cuyo eco repercu­tió vibrantemente en todo el Cibao, y tal vez alcanzó a tierras vecinas, peroextrañas-, no se ha dado satisfacción o explicación alguna a los ofendidos,ni nadie ha salido por la justicia vilipendiada tan atrozmente, antes al con­trario, mejor alguno de autoridad se jacta y enorgullece de la magníficahazaña que ha realizado con su comparsa, como quien se siente bien apoya­do y defendido: me ha parecido muy del caso y puesto en razón, dirigirme a

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Antología de documentos

la Sra. Gobernador Civil con la comunicación que también adjunto a Ud.con la presente, poniéndole las cosas en su lugar, y saliendo por los fuerosde la justicia a favor de la Santa Iglesia y de su sagrada jerarquía.

Pondere Ud. ahora la gravedad de este hecho, que pone de manifiesto elmodo -nada amistoso ni respetuoso por cierto, cómo se trata a los obispos ya la Santa Iglesia en el país, según lo propaga la prensa y radio extranjeras-, yque ni siquiera haya habido una acción gubernamental reprensiva (sic) o coer­citiva para los culpables, sino más bien se les ha dado aliento para acometerotros hechos parecidos, que viene a ser lo mismo que un tácito otorgamientode permiso para despacharse a su gusto en otro momento.

Hasta aquí, Señor Secretario, mi información sobre el caso que nosocupa, que está llena de verdad y de sinceridad y de recta intención, comoes la de buscar siempre y por siempre la gloria de Dios, el bien espiritual,temporal y social de las almas, la exaltación de la Iglesia Católica, el respe­to y obediencia a las autoridades debidamente constituidas y la paz y con­cordia entre los pueblos cristianos y entre todos los hombres de buenavoluntad.

Atentamente,

(fdo.) +FRANcrsco PANAL O.P.M. CAP.

Obispo de La Vega

247. Carta del nuncio Lino Zanini al vicepresidente Balaguer enviándole la quejadel Colegio Agrícola de Dajabón (e. Trujillo, 15 de febrero de 1960)

c. ARPA. Colección Rugo. E. Palanca Brito, N° 9, f. l.

Excelencia:Una vez más me permito molestar la atención de V. E. para ofrecer

por su amable conducto a Su Excelencia, mi estimado amigo generalísimoDr. Rafael L. Trujillo Malina, una prueba más de mi cordial y desinteresadacolaboración con su noble tarea en bien del país.

Recibo la adjunta carta de Dajabón, y no sabría cómo mejor dar satis­facción al remitente, sino pidiendo la intervención del muy querido y va­

lioso amigo.Él considerará sobre la oportunidad de hacerse intérprete o no de la

situación expresada, análoga a otras que -como sabe V. E.-, están pen­dientes desde hace meses, y que igualmente confío a la autorizada deci­

sión del Generalísimo.

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José L!lis Sáez, S. 1. La sumisión bie/1 pagada La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo ( j 930- j 96 j)

Todo acto de buena voluntad contribuirá oportunamente al mejorentendimiento y a la más-provechosa concordia, pues como decía Salustio:"con la concordia las más pequeñas cosas prosperan, con la discordia las

más grandes se arruinan".Le ruego comunicar al Generalísimo que tenga la más completa con­

fianza en quien, con los amigos, no puede engañar ni engañarse.Pido por él y deseo que sea bendecida por Dios su tesonera labor de

paz y de bienestar, por lo cual puede contar en todo momento con la co­operación únicamente sincera y fiel de su afectísimo amigo en N. S.

(fdo.) +LINO ZANINI

248. Carta del Dr. Joaquín Balaguer, vicepresidente de la República, a Mons. LinoZanini, nuncio apostólico, sobre el problema anterior (c. Trujillo, 16 de febrero de 1960)

c. [bid., ff. 9-9v; J. L. Sáez, Lino Zanini, pp. 47-50.

Excelencia Reverendísima:Me complace sobre manera avisar recepción de la muy atenta carta

de fecha 15 del mes de febrero en curso, en la cual V. E. Rvdma. me confíael grato encargo de que exprese a S. E. el generalísimo Dr. Rafael L. TrujilloMolina, Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva, los deseos queaniman a V. E. Rvdma. de prestar la más cordial y desinteresada colabora­ción al Gobierno dominicano y a sus dirigentes en la noble tarea que reali­zan en bien del país.

Es para mí motivo de honda satisfacción llevar al ánimo de V. E. Rvd­ma. la seguridad de que las expresiones de colaboración y amistad conte­nidas en la amable comunicación de referencia han sido recibidas por S.E. el generalísimo Trujillo y por sus más cercanos colaboradores, entre loscuales figura en primer término el Honorable Señor Presidente de la Repú­blica, como un confortador testimonio de los nobles sentimientos que ani­man a V. E. Rvdma. y de su noble empeño porque las relaciones entre laIglesia y el Estado sigan desenvolviéndose dentro del clima de recíprocaconsideración y buena inteligencia en que se han desenvuelto desde queel generalísimo Trujillo asumió las responsabilidades del poder en la Re­pública Dominicana.

Las consideraciones que hace V. E. Rvdma. acerca de la necesidad de quese mantenga la concordia, base indispensable para la realización de toda [obra]inspirada en el bien común, coinciden con los sentimientos que animan a S. E.

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el generalísimo Dr. Rafael Leonidas Trujillo y a todo el Gobierno dominicano,que ha aspirado siempre a que en el país reine la mayor arn10nía para que lapaz pública descanse sobre bases duraderas y tenga el carácter de un beneficiosólido y estable, del cual participan por igual todas las clases sociales.

En relación con la solicitud de los Rdos. Padres (sic) Martin Juffermansy Narciso Alonso. S.J., me permito informar a V. E. Rvdma. que el secreta­rio de Estado de Finanzas, señor Furcy Pichardo, en memorándum distin­guido con el N° 143, de fecha 11 del mes de febrero en curso, ha sugerido alPoder Ejecutivo que se adopten medidas drásticas para conjurar las deplo­rables repercusiones que la pastoral dirigida el 31 de enero último por losaltos jefes de la Iglesia dominicana ha tenido sobre las recaudaciones fis­cales, y ha recomendado que entre las providencias que se adopten, seincluya la supresión total o la reducción de las subvenciones que el Estadootorga a diferentes instituciones religiosas.

La recomendación hecha por V. E. Rvdma. a favor del Colegio Agrí­cola "San Ignacio de Loyola" de Dajabón, será, sin embargo, consideradapor el Gobierno, de acuerdo con los deseos expresados por el generalísimoTrujillo, con toda la atención y simpatía que merece, por tratarse no sólode una institución religiosa que ha realizado en el país en los últimos añosuna obra de vasto alcance educativo y social, sino también por el nobleinterés que V. E. Rvdma. manifiesta a favor de la solicitud prealudida.

Su Excelencia el generalísimo Dr. Rafael L. Trujillo Malina me ha dadoel grato encargo de expresar a V. E. Rvdma. que acoge con especial agradoel ofrecimiento que V. E. Rvdma. le hace espontáneamente de su deseo deprestar la más desinteresada y firme cooperación a la labor de paz y debienestar que realiza en beneficio del pueblo dominicano. El generalísimoTrujillo aprecia en el más alto grado esa noble y generosa actitud de V. E.Rvdma., que coincide con sus propios sentimientos y que tiene el singularvalor de reflejar fielmente el augusto pensamiento del Soberano Pontífice,expresado en reciente mensaje al Episcopado Nacional, sobre la necesi­dad de que la paz y la concordia imperen no sólo en la República Domini­cana, sino en todo el mundo cristiano que se haya hoy enfrentado a lagrave amenaza que representa el comunismo para la supervivencia de lacivilización, que tuvo su origen en Cristo, y que de Él ha recibido la inspi­ración y el altísimo espíritu de fraternidad y convivencia que le han hechoimperecedera en la historia.

Saluda a V. E. Rvdma. con sentimientos de la más distinguida consi­deración,

(fdo.) JOAQUÍN BALAGUER

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José Luis Sáez, S J La sUl1Iisión biet/ pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Tmjil10 (1930- j 961)

249. Carta del Nuncio Apostólico al Dr. Balaguer en respuesta a la anterior(e. Trujillo, 16 de febrero de 1~QO)

¡bid., f. 9v; Sáez, Lino Zanini, pp. 50-53.

Queridísima Excelencia:Vivamente sensible a los nobles sentimientos que el muy amado y

queridísimo amigo, el generalísimo Trujillo ha tenido a bien expresar porel conducto, siempre amable, en la atenta carta de hoy, ruégole manifestar­le mi plena adhesión a su actitud de simpatía hacia toda iniciativa a favordel bienestar y prosperidad del noble e hidalgo pueblo dominicano.

Séame ahora permitido, querida y amable Excelencia, que ponga undelicado reparo a un punto de su hermosa carta, con la que V. E. tanegregiamente ha interpretado el pensamiento de los esclarecidos amigos,el generalísimo Trujillo y el Han. Señor Presidente de la República.

Aun sin tener conocimiento de los secretos que dirigen las altasfinanzas, sin embargo, ateniéndose a la lógica y a la práctica, no se verelación de causa y efecto entre las motivaciones que la voz autorizada delSeñor Secretario de Finanzas ha hecho llegar al Poder Ejecutivo para justi­ficar "la supresión total o la reducción de las subvenciones que el Estadootorga a diferentes instituciones religiosas" en fuerza de contratos legales.

A este respecto, no faltará a V E. la oportunidad de pedir en mi nom­bre, personalmente al esclarecido amigo, el generalísimo Trujillo, que pongatoda su influencia para con el Han. Señor Presidente de la República, a finde que el Poder Ejecutivo, antes de aceptar la referida sugestión del SeñorSecretario de Estado de Finanzas, tenga a bien considerar el principio clá­sico de Derecho: Pacta sunt servanda.

De otra parte, estoy seguro que el incomparable amigo no ignora loque tal vez ha escapado al Señor Secretario de Finanzas de que:

1. En cualquier momento y por cualquier circunstancia, todo contrato bi­lateral tiene que ser revisado de común acuerdo por las partes interesa­das o por sus altos representantes, y que

2. Los diferentes atrasos de los pagos de subvenciones no es problema deayer, como parece presentarlo dicho Secretario de Estado, sino un pro­blema registrado desde hace meses a esta parte.

De todas maneras, yo ruego respetuosamente, que el generalísimoTrujillo, sobre y fuera de toda consideración de carácter económico y detoda apreciación jurídica, intervenga si lo considera oportuno, y en la forma

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que la circunstancia sugiera a su clarividente entendimiento, para resolverfavorablemente este asunto.

De este gesto suyo nadie ni nada tendría que perderse, todo acto debuena voluntad concurriría oportunamente a favor de siempre mayor se­renidad y concordia de espíritu, que vale más que cualquier subvención.

La solución favorable e inmediata del asunto que nos ocupa acrecen­taría el prestigio de quien, como el Generalísimo, comprende el alcancetrascendental de este problema.

Una vez más pido, Excelencia, que se interprete de esta amistosasolución, de la cual se seguirán grandes ventajas y ningún inconveniente.

Sólo el Generalísimo sabrá apreciar la importancia de esta desintere­sada y espontánea sugerencia que un amigo fiel confía a su experimentadagenerosidad.

Con los más cordiales saludos, atentamente me reitero afectuoso enN.S.

(fdo.) MONS. LINO ZANINIArzo Tit. de Adrianólopis

Nuncio Apostólico

250. Carta del vicepresidente Balaguer al Nuncio Apostólico sobre el mismo asunto(e. Trujillo, 18 de febrero de 1960)

[bid., ff lO-lOv; Sáez, Lino Zanini, pp. 53-54.

Excelencia Reverendísima:Tengo a honra referirme a la muy atenta carta del 16 de febrero en

curso, en que V. E. Rvdma. me dispensa el honor de que transmita en sunombre a S. E. el generalísimo Dr. Rafael Leónidas Trujillo la irrestrictaadhesión de V. E. Rvdma. hacia todas sus iniciativas y de expresar al pro­pio tiempo sus sentimientos de gratitud por haber acogido benévolamentela recomendación hecha a favor de los Rvdos. padres Martin Juffermans yNarciso Alonso, S.J., directores del Colegio Avícola San Ignacio de Loyola,de la ciudad de Dajabón.

Su Excelencia, el generalísimo Dr. Rafael L. Trujillo Molina, Benefac­tor de la Patria y Padre de la Patria Nueva, se ha dignado prestar su perso­nal atención a cuanto V. E. Rvdma. expone en relación con la fiel ejecuciónde los contratos que existen entre el Estado y diversas instituciones reli­giosas, y me ha dado el encargo de expresar a V. E. R. que ordenará que se

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losé LlIis Sáez, S. J La mmisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

tomen las providencias que sean necesarias para que dichos acuerdos secumplan plenamente de la. manera más satisfactoria, como ha sido siem­pre su aspiración al propiciar y ofrecer todas las facilidades necesarias alos colegios y congregaciones religiosas que colaboran en la magna laborde fortalecer el sentimiento católico y de formar en los más altos princi­pios de civismo y moral a las nuevas generaciones dominicanas.

Estoy seguro de que V. E. Rvdma. sabrá interpretar en su justa signi­ficación el noble y generoso propósito que anima a Su Excelencia elgeneralísimo Dr. Rafael L. Trujillo Malina de no omitir medio alguno paraque se elimine todo lo que pueda dar lugar a que empañe o menoscabe labuena inteligencia que siempre ha existido entre la Iglesia Católica y elEstado, ya que estima, al igual que V. E. Rvdma., que por encima de todaconsideración de carácter económico y de todo escrúpulo de orden jurídi­co debe colocarse el interés superior de que se continúe sin interrupciónla obra que el Gobierno y la Iglesia Católica han venido realizando, dentrode un alto y generoso espíritu de colaboración y de solidaridad.

Saluda a V. E. R. con sentimientos de la más distinguida consideración,

(fdo.) JOAQUÍN BALAGUER

251. Respuesta de Mons. Lino Zanini a la última carta del vicepresidente Balaguer(C. Trujillo, 18 de febrero de 1960)

¡bid., f. 10v; Sáez, Lino Zanini, pp. 55-56.

Excelencia:Del apresuramiento con el cual tengo el honor de dar contestación a su

carta N° 2677, V. E. puede medir la complacencia más viva con que he acogi­do la noticia de la iluminada y solícita decisión tomada por el generalísimoDr. Rafael L. Trujillo Molina a favor de la fiel ejecución de los contratos y elregular envío de las subvenciones acordadas a instituciones culturales, sub­venciones que venían sufriendo un atraso desde hace algunos meses.

No hubiera podido recibir el esclarecido amigo mejor respuesta a mideferente sugerencia, y me siento feliz que el intercambio de ideas a tra­vés de nuestras cartas confidenciales, hayan sido útiles para la solución deeste asunto.

Tengo la grata impresión, debido a la genial comprensión delgeneralísimo Trujillo, y agradezco a Dios de haber humildemente contri-

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Antología de doculIlwtos

buido, en esta primera oportunidad que la providencia me ha presentado,a la clarificación de un problema, cuya solución redunda en prestigio de S.

.E. el generalísimo Trujillo y en beneficio de una parte muy relevante de lapoblación estudiantil dominicana.

Esto comprueba una vez más lo que tuve el honor de comunicarle enotra ocasión personalmente a S. E. el generalísimo Trujillo, que toda diver­gencia o dificultad puede tener en cualquier momento, entre los hombresde buena voluntad, las mejores y más honrosas soluciones, manteniéndo­se en el plano de la concordia y de la paz.

Deseo por lo tanto expresar por el digno conducto de V. E. mi máscumplida satisfacción al generalísimo Trujillo, ofTeciéndole como prendade especiales bendiciones divinas mis más férvidas plegarias por su bien­estar y por la prosperidad del noble pueblo dominicano.

Aprovecho la oportunidad para reiterar las más sentidas expresionesde mi cordial amistad en Nuestro Señor.

CEdo.) MONSEÑOR LINO ZANINI

Nuncio Apostólico

252. Carta del encargado de negocios en Irán al Secretario de Relaciones Exterioresinformando sobre Mons.Lino Zanini (Teherán, 22 de febrero de 1960)

c. ARPA. Correspondencia Lino Zanini (1959-1962), N° 57.

Asunto : Conversación con el Internuncio Apostólico

1. Cúmpleme llevar al elevado conocimiento de esa superioridad que en elcurso de una comida que tuvo lugar en la embajada argentina, el inter­nuncio apostólico, monseñor Righi,8 me participó sus preocupacionessobre las posibles iniciativas de monseñor [Lino] Zanini en su nuevodestino y que esperaba fervientemente que éste no tuviera responsabili­dad ni relación con el origen de la carta pastoral leída en las iglesias dela República, a la que calificó de improcedente y ridícula.

2. En el curso de esta conversación me confirmó su conocimiento sobre nues­tro país y su profunda admiración por la obra cristiana del Generalísimo

8 Resulta un poco extraño que se mencione a Mons. Vittore Ugo Righi como Internuncio enIrán-Irak, cuando no fue nombrado hasta e114 de octubre de 1960. Había nacido en GualdoTadino (23 de marzo de 1910), fue arzobispo titular de Bitta. nuncio en Paraguay (J 964­1967), Yfuncionario de la Secretaría de Estado de Roma, donde murió el28 de abril de J980.

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José Luis Sáez, S. 1 La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

Doctor Rafael L. Trujillo Molina. El internuncio apostólico en Irán, quefue encargado de la nunciatura en Haití, expresó también que, junta­mente con el antiguo concordato de la Santa Sede con Haití, el que tienefirmado con el Gobierno de la República es el único existente con paí­ses latinoamericanos, y que a su juicio constituye un modelo que la Igle­sia aspira a lograr en acuerdo con otros países de la América Latina.

3. Refiriéndose a las iniciativas tomadas por su antecesor me expresó quepara informarse del estado de esas gestiones trató de comunicarse conaquel, no habiendo recibido aún respuestas. Dijo que no comprendíaesta actitud de monseñor Zanini, que los compromisos adquiridos poréste lo colocaban en una situación incómoda por cuanto ese tipo deactividad estaba, a su juicio, fuera del margen de la que corresponde a laInternunciatura.

Muy respetuosamente le saluda,

(fdo.) LELAND ROSEMBERGEncargado de Negocios ad-hoc

Informe adicional transmitido por Leland Rosemberg, encargado denegocios del país en Teherán sobre el nuncio Zanini

Es necesario destacar también la opinión personal expresada por elembajador de Italia en Teherán que acaba de regresar de Roma. Consideraa monseñor Zanini ambicioso de gloria y poder. Según este embajador, lasiniciativas tomadas por el Nuncio durante su misión en Teherán (cons­trucción de escuelas, hospitales, etc.), está fuera del margen de una misiónde ese tipo, y que esas iniciativas no contaron en ningún momento con elauspicio de la Santa Sede. Que todas esas obras fueron inspiradas por susdeseos de gloria. Que solicitó que su consagración como arzobispo se rea­lizara en Riese, su ciudad natal, fuera de la tradicional (estas ceremoniasse realizan en Roma), buscando evidenciar la coincidencia de haber naci­do en el mismo pueblo que Pío X, y que sus sueños de grandeza lo hacensentirse en condiciones de llegar a Papa.

Considera el embajador de Italia que monseñor Zanini, movido porsu ambición quema etapas en ese camino. Admitió que existe una rela­ción amistosa entre éste y el actual Papa, con quien colaboró en la nun­ciatura en Francia. Me expresó así mismo que atribuye estas deficien­cias en la personalidad de monseñor Zanini al hecho de su nueva dignidadeclesiástica y de su promoción diplomática que lo ubica en el decanato,luego de ocupar funciones de internuncio, que en un país musulmán tiene

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Antología de documentos

escasa trascendencia. Estas causas, según su opinión, pueden haber tur­bado el espíritu de monseñor Zanini, al que calificó lisa y llanamente de

,megalómano.

253. Carta pastoral colectiva de los obispos dominicanos al clero y fides en ocasiónde la Cuaresma y ampliando la anterior (c. TrujiHo, 28 de febrero de 1960)

Documentos de la Conferencia del Episcopado (1969),

pp. 49-54.

Venerables hermanos y amados hijos en Cristo:Es la cuaresma el tiempo aceptable de la salud espiritual, en el cual la

Iglesia, madre amorosa, invita a todos sus hijos al arrepentimiento, al do­lor de sus culpas y a una adecuada reparación y expiación.

También en esta circunstancia nos dirigimos a vosotros amados her­manos e hijos, en la confianza de que nuestra voz de pastores llegue avuestros oídos y descienda al fondo de vuestros corazones, como la pala­bra del Maestro Divino llegada a los oídos y a los corazones de los apósto­les y de los discípulos para fortalecer la fe, la esperanza y la caridad, sobretodo en el momento de la prueba.

Nos dirigimos a todos, pero de una manera especial a los débiles, alos humildes, a los atribulados, a los enfermos, pues éstos son llamados deuna manera particular a ser testigos de la verdad mediante los estigmas delsufrimiento, de la tribulación y del dolor.

Con la voz fuerte de un heraldo de la eternidad clama la Liturgia deeste tiempo: "Enmendemos las culpas que por ignorancia hemos cometi­do, no sea que, sorprendidos por el día de la muerte, busquemos tiempode penitencia y no podamos hallarlo" (bendición de cenizas).

Para llevar a cabo en nosotros esta invitación solemne del EspírituSanto y responder al llamamiento de la Iglesia, nada mejor que examinarjuntos nuestra vida, y ver cuáles son los puntos que debemos especialmen­te considerar para realizar el precepto del Nuevo Testamento, la conver­sión, el cambio de mentalidad, despojándonos de los criterios superficia­les, caducos y mortíferos, brotados de la carne, la concupiscencia y elpríncipe de las tinieblas, para revestirnos de los criterios de Dios, nuestrasuprema y definitiva realidad. Así purificaremos nuestra alma y viviremoscon integridad, dignidad y honor el recio e inmarcesible ideario de la vidaeterna propuesto al mundo por el Hijo de Dios, y seremos dignos del Padreque está en los cielos.

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]oséLuis 5áez, 5.1. La sumisió11 bien pagada. La Iglesia domi11ica11a bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

Ante todo, ningún ideal para nosotros tan grande y trascendental comoaquel de la caridad en su aspecto de amor fraternal, ya que somos hijos deun padre común que está en los cielos. Como escribía el apóstol San Juan:"Si uno dijere 'Amo a Dios' y aborrece a su hermano, mentiroso es; puesquien no ama a su hermano, a quien ha visto, a Dios a quien no ha visto, nole puede amar. Y este mandamiento tenemos de Él: que quien ama a Diosame también a su hermano" (l Juan 4, 20-21). Todos tenemos los mismosderechos fundamentales y sobre todos pesan igualmente deberes, y todoscaminamos hacia el mismo fin. Todos tenemos una misma naturaleza, plas­mada por Dios, en la cual la dignidad de ser imagen y semejanza de Dioshabla más alto que todos los títulos de nobleza y todas las exigencias de losconvencionalismos humanos.

Ejemplo maravilloso de caridad universal nos viene de Dios "quienhace resplandecer el sol sobre buenos y malos; y derrama la lluvia sobrelos justos y los injustos" (Mat. S, 45).

Sobre esta tierra, en efecto, valle de lágrimas, lugar de tránsito y pa­lestra de duras pruebas, tenemos ocasión sobrada de ejercitar esa caridada ejemplo del Padre de los cielos, porque convivimos mezclados justos ypecadores, trigo y cizaña.

En su altísima economía, Dios no puede castigar fulminantemente alos pecadores tras la comisión de sus faltas. Los <:leja vivir, porque mien­tras hay vida hay esperanza de salvación y, sobre todo, porque la conductade los pecadores sirve para tener despierta la fe de los justos, para ejercitarla paciencia y para hacer fecunda la caridad.

a) Para tener despierta la fe: Nadie hay tan santo, que no tenga al menos,una pequeña culpa que expiar en esta tierra. Resulta, por tanto, una ver­dadera bendición de Dios padecer y sufrir en este mundo para merecerlos gozos del cielo, pues con razón exclamaba San Pablo: "Los sufrimien­tos de la vida presente no son adecuados a la gloria futura que será reve­lada en nosotros" (Romanos 8, 18). Por esto, san Agustín oraba un día enforma muy extraña al sentir humano: "Aquí ahora, Señor, quema, corta,no me perdones, para que logre ser perdonado por toda la eternidad".

Lo contrario sucede al pecador. La tentación de muchos cristianos denegar la amorosa providencia de Dios, porque viven y triunfan sobre la tierratantos pecadores, no tiene verdadera razón de ser, pues la fortuna de éstoscomparada con la eternidades como "la hierba del campo que hoy existe ymaña se la arroja al fuego" (Mateo 6,30), termina irremediablemente tal pros­peridad el día en que será hecha justicia rigurosa, detallada y completa.

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Antología de docu11lffltos

b) Para ejercitar la paciencia: Nadie ignora que la convivencia de justos ypecadores es también para aquellos un purificador ejercicio de pacien­cia; porque no hay nada que haga sufrir tanto a un alma recta como verla gracia de Dios conculcada; ni hay martirio más penoso que el infligi­do por aquellos que, para su propia desventura, se mofan de la religióny de la fe, en una palabra, de la obra misma de Cristo. Es un martirio queno necesita menos valor ni menor paciencia de lo que exigen las demásmortificaciones de la vida; pero nos sirve a todos, amados hermanos ehijos, para subir con más mérito, por ser entonces más parecidos a Cris­to, la pendiente de nuestro doloroso Calvario.

c) Para hacer más fecunda la caridad de los buenos: Tenéis que consolaroscon la fortaleza de Cristo, del cual sois miembros, pues ante todos losmales e injurias que el cristiano padece, la única venganza digna de unseguidor de Cristo y conforme al mandamiento del amor es la constantesúplica al Señor por la conversión de quienes han perdido el caminoque es Cristo. Todo cristiano que acaso en secreto surTe y padece estelacerante martirio de congoja, no olvide el ejemplo divino del perdón.Perdonar es caridad. Perdonar es amor. Perdonar es generosidad.

A la luz de las enseñanzas de este santo período de Cuaresma os invi­tamos también a estar siempre preparados para el momento postrero de lavida, "no sea que sorprendidos por el día de la muerte, busquemos tiem­pos de penitencia y no podamos hallarlo" (bendición de cenizas). Jesúsmismo, Maestro bueno y Pastor solícito, es quien nos amonesta descri­biendo la llegada de la muerte "como ladrón en la noche", que puede sor­prendemos en todo instante. Y si nos encontramos en el amor del Sefíor¿por qué temer a la muerte, si ésta es entonces el inicio de nuestra vidaverdadera? No olvidemos que no hemos sido creados para el tiempo, sinopara la eternidad.

Tenemos, por lo tanto, que aguardar la muerte con el espíritu con queora la Iglesia en el prefacio de la misa de difuntos: "a tus fieles, Sefíor, no seles quita la vida sino que se les cambia en otra mejor; y al deshacerse la casade esta morada terrena, se consigue en el cielo una habitación eterna".

La imposición de la ceniza, con la cual comienza el tiempo de Cua­resma, nos recuerda la antigua ceremonia durante la cual el obispo alejabadel templo a los pecadores públicos, quienes debían hacer penitencia a laentrada de las iglesias en el periodo cuaresmal. Recibid vosotros esa ceni­za en vuestras cabezas y llevad en vuestros corazones el espíritu que talrito inculca; la vida austera, piadosa y mortificada.

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JoséLuls Sáez, s. I La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Tnljillo (1930-1961)

Cuatro cosas se practicaban así mismo en la antigüedad, en este tiem­po de Cuaresma: a) la limosna; b) la penitencia pública; c) el ayuno, conprivación y abstinencia de ciertos manjares; d) y como preparación inme­diata al periodo pascual: expiación y más intensa vida de recogimiento yoración.

Por lo tanto, haciendo nuestro el lema de San Pablo: "La piedad esútil para todo" (l Tim. 4, 8), os exhortamos encarecidamente a perseverardurante el tiempo de Cuaresma en una ferviente cruzada de oraciones ypenitencias, "porque mucho vale la oración perseverante del justo" (San­tiago 5, 16).

Para consuelo de la humanidad atribulada y dolorida, la providenciaamorosa de Dios en sus inescrutables designios sobre la gran familia hu­mana, saludablemente inquieta por la búsqueda de un bien perdido, abreun ángulo luminoso del cielo, resplandeciente de candor, de esperanza, devida dichosa, de aspiraciones sagradas: la Virgen María, Reina y Madre detoda la humanidad. En ella depositamos, con una confianza ilimitada eindestructible, nuestros deseos, nuestras esperanzas y nuestras oraciones.

Motivo de nuevo consuelo para todos nosotros es el mensaje de ben­dición y amor paternal que en estos mismos días el Santo Padre, dándonosuna prueba más de su cariñosa solicitud por nosotros ha dirigido al pueblodominicano. Este mensaje augusto es para todos, bálsamo reconfortante.Aún más, el Sumo Pontífice, conociendo vuestra piedad y vuestra devo­ción mariana, se ha dignado asociarse a ella ofreciendo un simbólico ciriovotivo que arderá a los pies de Nuestra Señora de la Altagracia en su san­tuario de Higüey uniendo así ante la milagrosa imagen, las oraciones deeste pueblo con las suyas y las de la Iglesia universal.

Con palabras de viva gratitud para con el Vicario de Cristo, os trans­mitimos su apostólica bendición como prenda de especiales gracias ce­lestes.

Al terminar nuestra carta pastoral confiamos que será motivo de es­peranza para todos, la palabra con que la más alta autoridad del país hatenido a bien acoger nuestra recomendación, asegurándonos que las sú­plicas que le fueron dirigidas a favor de los detenidos políticos serán con­sideradas con particular atención y solicitud en un marco de comprensióny de clemencia.

Con la seguridad de que, en el santo tiempo de Cuaresma nuestrosdeseos y esfuerzos comunes de paz y concordia sean coronados por eléxito anhelado, pedimos a Dios Nuestro Señor que podáis todos celebrarla gloriosa resurrección de Cristo en l<n ambiente de completa serenidad ygozo espiritual.

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Antología de docu11Iclltos

A este fin, como prenda de nuestra pastoral solicitud, imploramossobre vosotros, sobre todos los que os son particularmente queridos, so­bre los enfermos, y sobre las comunes intenciones de nuestros queridosdiocesanos la más efusiva bendición divina.

A 28 de febrero de 1960, Domingo de Quincuagésima.

+ RICARDO PITTINI

Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo

+OCTAVIO ANTONIO BERAS

Arzobispo titular de EucaitaCoadjutor con derecho a sucesión del Arzobispado de Santo Domingo

Administrador Apostólico Sede Plena

+HUGO E. POLANCO B.Obispo de Santiago de los Caballeros

+ FRANCISCO PANAL

Obispo de La Vega Real

+JUAN F. PEPÉN

Obispo de La Altagracia

+ TROMAS F. REILLY

Obispo titular de Temisonio,Prelado Nullius de S. Juan de la Maguana

NOTA: Esta carta pastoral será leída en todas las iglesias el domingodespués de recibida.

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José Luis Sáez, S. J La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

254. Carta del P. Ángel Arias, SJ., al generalísimo Trujillo exigiendo reparación ala campaña en contra de liísjesuitas (San Cristóbal, 15 de marzo de 1960)

c. APA. ibid., ff. 7-8; J.L. Sáez Ced.), Monumenta Dominicana

IV (1952-1966), f. 181.

Excelentísimo Señor:Una vez más le quedo profundamente reconocido por la atención

que tuvo de dejarme el libro ¡Complot develado! que Ud. estaba leyendo yaún no había terminado. Procuraré pagar esto dándole mi sincero parecer,buscando siempre el mayor bien de la Nación, y al mismo tiempo servir aV. E. dentro de mi órbita religiosa.

El libro me ha producido una pésima impresión. Pues, en 10 tocantea nuestro compañero de religión, P. Antonio César Fabré es un cúmulo decalumnias indignas, tiradas demasiado ligeramente contra un miembrode una sociedad muy estimada en todo el mundo. Se puede demostrar aquien ha dado esa información que el P. Fabré no pasó, en un momento deofuscamiento enfermizo, de una simpatía personal con elementos pocoafectos al régimen actual. Pero desde eso, a la fabricación de bombas, pla­nos para las mismas, organización de grupos, costumbres izquierdistas,etc. etc., hay un abismo.

Todo esto se le dijo a don Virgilio Álvarez Pina, y se le ofreció unarefutación cabal de todo, Y esto se le dijo no menos de tres veces, y otrastantas se prometió echar tierra sobre el asunto, contentándonos nosotroscon esta promesa, cuando estábamos resueltos a exigir una retractaciónpública en justicia. Sólo cuando vimos la generosa carta que V. E. me diri­gió a mí, dejamos todo en paz, creyendo que con esto le evitábamos unamolestia. Pero se ve que don Virgilio de esto no le informó a V. E. como erasu obligación, y así ha vuelto a aparecer en escrito, y según la prensa, elmismo don Virgilio lo presentó al Senado, y el Secretario de Justicia sedebió de apoyar en este panfleto para su discurso, injusto con nosotros.

He tachado, por consiguiente, todo lo que juzgo calumnioso contrala Compañía de Jesús. Pero esto mismo me hace pensar que tal vez otrasacusaciones contra elementos religiosos y sacerdotes sigan los mismoscaminos no de la verdad; y por consiguiente creo que antes de darse a laimprenta la edición definitiva, debería el Arzobispado tener noticia de loque se afirma de su personal, para ajustar todo a la verdad, y evitar el des­prestigio que lleva consigo toda calumnia. Esto es lo que lealmente piensode todo ese contenido.

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Antología de dOClIlllWtos

Atentamente s. s.

(fdo) ÁNGEL ARIAS, S.J.Director

255. Carta del P. Joaquín Ferragut, Sch.P., a Mons. Octavio A. Beras, arzobispocoadjutor, sobre los problemas del Colegio Mayor Calasanz (e. Trujillo, 22 de marzode 1960)

repr. José A. Cruz Infante, Colegio Ma.yol~ p. 147.

Excelentísimo y Reverendísimo Monseñor:Tengo el sentimiento de comunicarle que el Colegio Mayor Universi­

tario San José de Calasanz está pasando por un momento crítico, debido a;una serie de malas y poco benévolas interpretaciones de parte de las auto­ridades competentes.

Los padres de familia están retirando a sus hijos a consecuencia delas insinuaciones que reciben de las autoridades policiales, que han consi­derado este colegio como un foco infeccioso contra el régimen.

Es sumamente lamentable que siete años de vida tesonera, consagra­da totalmente al bien de la juventud dominicana, sean premiados con tratosemejante.

Teniendo que informar a mis superiores mayores y a la Santa Sedeacerca de la decisión última a tomal~ me dirijo respetuosamente a VuestraExcelencia, como autoridad jerárquica superior de la Arquidiócesis deSanto Domingo, rogándole intervenga oficialmente ante las autoridadesdel Gobierno para pedirle digan claramente si desean que continuemos alfrente del colegio, otorgándonos entonces el margen de confianza que sugestión conlleva o, si por contrario, desean cancelar nuestra actuación, encuyo caso podemos asegurar que estamos dispuestos a abandonar el suelodominicano en el más breve plazo posible.

Aprovecho la ocasión para saludarle reiterándole el testimonio de mimás sincera consideración personal, mientras beso reverentemente suanillo de pastor.

(fdo.) JOAQUíN FERRAGUT, SCH.P.Rector

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José Luis Sáez, S. 1. La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Tmjillo (1930-1961)

256. Telegrama de Virgilio Álvarez Pina a la Curia Diocesana de Santiagoanunciando la supresión dHa subvención (e. TrujíHo, 23 de marzo de 1960)

c. HEPB. [bid., f. 11.

262-CP 9337 C. TRUJILLO 30 GD 23 1910 CP

Cúmpleme comunicarle para los fines de lugar que ha sido suprimi­da la subvención que figuraba en el presupuesto para el año 1960 a favorde la Curia Diocesana de Santiago.

SECRETARIO DE ESTADO DE INTERIOR y CULTO

257. Carta del P Ángel Arias, S.f., director del Instituto Politécnico Loyola, algeneralísimo TrujíHo sobre algunas consultas (San Cristóbal, 25 de marzo de 1960)

c. APA. Politécnico Loyola 1 (1959-1964), N° 14.

Excelentísimo Señor:Con la sinceridad con que procuro informarle sobre lo que me pre­

gunta, le doy mi parecer particular sobre dos puntos que me consta le inte­resan:

PATRONATO DE SAN RAFAEL: Juzgo que no debe hacerse actual­mente ningún cambio, primero para no molestar a Mons. Pittini, a quiense le acaba de quitar parte del alto cargo que ocupaba, por la imposibilidadfísica que tiene de cumplirlo a cabalidad. En segundo lugar, cualquier cam­bio ahora, sería interpretado como una revancha contra la jerarquía, y másde uno pensaría en la circular (sic) de los Sres. obispos. Por otra parte estecambio, si bien puede y debe venir, ahora no urge.

TÍTULO DE BENEFACTOR DE LA IGLESIA. Desde el primer mo­mento dije que el otorgar este título correspondía a Roma. No sé que sehaya dado a nadie, a pesar de que ha habido soberanos sumamente católi­cos en su vida y en su obra. Hace unos días celebrábamos la fiesta de unsanto suizo, al que los suyos lo llaman "Padre de la Patria". Y ha sido eleva­do al honor máximo de los altares. Luego ya era peligroso entrar por uncamino no utilizado por la Santa Sede. Por eso los eclesiásticos, creo yo,se han abstenido de poner su firma a esta petición. Y aquí me incluyo yomismo, si bien soy el primero en reconocer los grandes favores que ha

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Antología de dOCH11IfHtos

hecho a la Iglesia y la gran cooperación que siempre le ha prestado, enbien de la misma nación.2. El inducir a los Sres. obispos a que hagan la petición a Roma, tampoco

me parece bien, pues si Roma no accede, cosa natural, quedaría en mallugar el Vaticano. Y esto debe evitarse, pues se sabe lo que el SumoPontífice aprecia a las jóvenes repúblicas americanas, y en particular ala dominicana, cuyo Concordato puede servir de modelo.

3. El que este título venga inmediatamente después de la pastoral, luce amuchos algo sospechoso, como si eso fuese una reivindicación des­pués de lo pasado.

4. Se está acusando violentamente a la República Dominicana de violaciónde derechos humanos. Si al mismo tiempo, cuando no ha desaparecidola tormenta, se otorgase el título, creo que la misma Iglesia sufriría.

5. Bien sabe V. E. que se le acusa de acumular títulos. Este nuevo serviríapara aumentar esta campaña contra su persona.

6. Quépale a V. E. la plena satisfacción de saber que todo hombre cons­ciente y agradecido no olvidará jamás los grandes favores que V. E. hahecho, y sobre todo, que Dios se los tiene muy presentes. A Él le pido selo premie ya en esta vida.

Atentamente s. s.

(fdo.) k'JGEL A.R.1As, S.J.

258. Carta del generaUsimo Trujillo a Mons. Thomas F. Reilly respondiendo a unaanterior (e. Trujil.lo, 31 de marzo de 1960)

Una carta histórica al Obispo de San Juan de la Maguana, C.

Trujillo, Editorial La Nación, 1961, pp. 3-15.

Señoría Ilustrísima:Al avisar recepción de su atenta carta de fecha 24 del presente mes,

deseo hacer referencia a la que me dirigiera usted el pasado 29 de febrero,cuyo texto reza del siguiente modo:

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José Lllis Sáez, S 1. La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trlljillo ( 1930-196 i)

Su ExcelenciaGeneralísimo Dr. Rafael L. Trujillo MolinaBenefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva

Excelencia:Permítame llevar a su elevado conocimiento que, hace algunos me­

ses, tenemos varios embarques (vehículos, equipo para funciones recien­tes, etc.) en beneficio de las obras apostólicas de la Prelatura. Las solicitu­des para la exoneración de los derechos fiscales, fueron enviadas a su tiempopor los trámites acostumbrados, pero no se ha recibido contestación hastala fecha.

Vuestra Excelencia y yo y los superiores de varias casas religiosas,hemos considerado siempre que sería necesario desenvolver el territorio dela Prelatura en plan de misiones. Es decir, que los fieles del sudoeste nopodrían ofrecer ni las aportaciones suficientes ni el personal para establecernuevas parroquias y nuevos planteles educativos. Cada año el Gobierno deV. E. ha asignado cuantiosas sumas para construir edificios eclesiásticos yayudar generosamente en el sostenimiento del personal. También cada año,yo y los superiores seligiosos, hemos recaudado sumas, más reducidas, perohan subido hasta RD$60.000.00 y hasta RD$SO.OOO.OO anuales para cubrir losgastos de estas misiones católicas. Pensamos recoger más este año en cursopara que las obras iniciadas no sufran ninguna disminución en sus óptimosresultados mientras dure la actual crisis económica.

Todos los vehículos y otros artículos (cuya relación se acompaña)son donativos de los superiores religiosos y otros amigos de la Prelatura.Si las circunstancias actuales no permiten la exoneración de los derechosfiscales, nos hacemos cargo de la situación. Pero una contestación defini­tiva nos permitiría hacer nuestros cálculos a fin de pagar los impuestospara los artículos más necesarios, y devolver los demás hasta que se nor­malice la economía.

Aprovecho la oportunidad para expresar a V. E. mis sentimientos dela más alta consideración.

Muy cordialmente

(fdo.) TRaMAS F. REILLY

Prelado de San Juan

A esta carta, respondí por la vía telegráfica en la forma siguiente:

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Antología de dOCllllle1ltOS

Monseñor Thomas F. ReillyPrelado de San Juan de la Maguana

Su carta fechada el 29 de febrero la acabo de recibir hoy 5 de marzo.Deseo acusarle recibo de su atento y cordial mensaje. Se han transmitido lasórdenes del caso para conceder la exoneración de derechos e impuestos deimportación formulada por esa prelatura. Con mis cordiales saludos,

GENERALÍSIMO RAFAEL L. TRUJILLO MaLINA

Posteriormente, me remitió usted su carta de fecha 24 de marzo, quecopio textualmente a continuación:

Su Excelencia Generalísimo Doctor Rafael L. Trujillo MalinaBenefactor de la Patria

Excelencia:Hemos recibido con aprecio su telegrama de fecha 5 del actual en el

cual V. E. me informa que ha dado órdenes para las exoneraciones de losdiversos embarques donados por los superiores religiosos en beneficio delas misiones de este territorio. Hemos comenzado a retirar dichos embar­ques de las aduanas, y esta misma semana dos reverendos oadres de laPrelatura están en la capital para atender a los detalles.

Agradecemos esta nueva prueba de su interés por las difíciles misio­nes de esta parte del Sudoeste de la República.

Como ya hice referencia a V. E. en mi carta del 29 de febrero, noso­tros ~los superiores religiosos y YO-, estamos redoblando esfuerzos pararecoger lo que falta para sostener dichas misiones durante la crisis econó­mica. Ya yo he hablado a algunos superiores religiosos y he escrito a ami­gos en los Estados Unidos, y confío poder recoger alrededor de cien mildólares en el presente año.

Como obispo católico, quiero exponer a V. E. que estoy todavía gra­vemente preocupado por la situación actual. La ausencia completa de losmilitares en las horas en que deben cumplir su sagrado deber de asistir a lamisa dominical, significa mucho para mí. Además, las actuaciones de lapolicía de Seguridad y la campaña en que se trata del título de "Benefactorde la Iglesia", no contribuyen, por decir lo menos, al sosiego y a la tranqui­lidad del país, en estos momentos de crisis.

Seguimos rezando fielmente por V. E., en medio de tan graves pro­blemas, para que Dios le ilumine y le ayude siempre.

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José Luis Sáez, S. 1. La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (j 930-j 96 j)

Aprovecho la ocasión para reiterar a V. E. mis sentimientos de la másalta consideración. '.

Muy cordialmente.

(fdo.) MONS. TRaMAs F. REILLY

Crea, Excelentísimo Señor, que agradezco los nobles esfuerzos quelos religiosos dependientes de esa prelatura vienen realizando en ejerciciode su apostolado.

No he podido dejar de sorprenderme, sin embargo, que V. E., al escri­birme para agradecer un señalado favor que me ha sido grato atender per­sonalmente, utilice términos de censura, cuyo tono de acritud no se com­padece con el carácter cortés que es propio de las comunicaciones en quese formula una petición o en que se impetra un beneficio. No obstante esacircunstancia, no me he limitado a endosar la solicitud de V. E. a la Oficinade Exoneraciones del Gobierno, sino que la he recomendado favorable­mente para que se la liberara de todos los trámites necesarios y se conce­diera sin demora.

Me ha llamado profundamente la atención lo que V. E. me expresasobre las actuaciones de la Policía Nacional y sobre el movimiento plebis­citario que se ha producido últimamente en el país para que se me otorgueel título de "Benefactor de la Iglesia en la República Dominicana", y acercade la inasistencia de los miembros de las Fuerzas Armadas a los serviciosreligiosos.

La iniciativa encaminada a que se reconozca cuanto he hecho enbeneficio de la Iglesia Católica tuvo su origen, como no lo puede ignorar V.

E., en manifestaciones hechas desde Roma por un sacerdote dominicano,las cuales han sido luego fervorosamente apoyadas por un vasto clamorpopular en que participan personas e instituciones de todos los sectoressociales que profesan con honda sinceridad la religión católica, apostólicay romana, y cuyos sentimientos religiosos han estado naturalmente hala­gados y fortalecidos por mi invariable disposición a proteger la Iglesia encuyo seno milita la casi universalidad de los dominicanos. Ese movimien­to popular no ha sido promovido por mí, sino que ha emanado del pueblo,que no ignora lo que he hecho por la Iglesia Católica desde hace más de 30años, sin que en ningún momento haya aspirado a obtener recompensaalguna ni a que mis sacrificios y esfuerzos se galardonen con títulos y pre­rrogativas de ninguna clase.

Es natural que la unanimidad con que esta iniciativa ha sido respal­dada me produzca una íntima satisfacción, puesto que la mayoría de las

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Antología de docwlIentos

personas que la patrocinan, las cuales desconocen los procedimientos ca­nónicos, ha obedecido exclusivamente al deseo de pedir por mí lo quehubiesen pedido para cualquiera que hubiese hecho la mitad de lo que yohe realizado para que la fe católica [se] arraigue cada día más en el país, y

para que la verdadera iglesia de Cristo lleve a' cabo, con toda la eficacianecesaria, su obra evangelizadora que tanto bien está llamada a produciren un mundo furiosamente combatido por las fuerzas del mal, encarnadasen el materialismo de quienes profesan la doctrina comunista y aspiran adestruir las esencias de la civilización cristiana.

Para el pueblo que ha prohijado ese movimiento no ha podido pasarinadvertido el hecho de que en nuestro país la Primera Magistratura delEstado haya sido ocupada por sacerdotes eminentes, como monseüor deMeriño y monseüor Nouel, quienes no se preocuparon por investir a laIglesia de la personalidad jurídica que le hacía falta, y por someter a unrégimen concordatario sus relaciones con el Estado. El destino me reser­vó esa satisfacción, que aprecio debidamente por lo que ella significa, nopara mí personalmente, sino para la mayor gloria de la Iglesia Católica enla República Dominicana.

Los que han apoyado la iniciativa de que se trata no pudieron, desdeluego, ignorar que una cosa es un deseo de las clases populares y otra muydiferente que Roma tenga que acceder a eso, como cosa oficial. V. E. sabetan bien como yo, que la Iglesia Católica -obrando democráticamente entiempos pasados-, acogía en la lista de los santos a los que el clamor públi­co canonizaba. Y aun hoy día, cuando existen reglas estrictas sobre lamateria, ningún obispo se preocupa porque el pueblo le llame Santo a quienmuera en olor de santidad, porque sabe que la última palabra se reservasiempre a la sabiduría de la Santa Sede. Algo así está sucediendo en nues­tro país, y ello debería llenar de satisfacción a todo demócrata consecuen­te, pues "la voz del pueblo es la voz de Dios".

En la que se refiere a la inasistencia de los miembros de las FuerzasArmadas a los oficios religiosos, he sido informado que el general de bri­gada César A. Oliva García, comandante de la ya Brigada con asiento enSan Juan de la Maguana, dio oportunamente a V. E. las explicaciones delugar sobre las providencias que se habían puesto en vigor a ese respecto.

En cuanto a lo que me expresa V. E. obre la preocupación que leproducen las actuaciones del Servicio de Seguridad del Gobierno domini­cano, creo de mi deber ratificar a usted los términos de la carta que dirigíen fecha 3 de marzo a los firmantes de la carta pastoral del 31 de enero delaño en curso. Todas las medidas para garantizar la estricta observancia dela Constitución y las leyes en lo que respecta a los procedimientos que

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José Luis Sáez, S. 1 La sumisión bien pagada La Iglesia dominicana bajo la Era de Trtljillo (1930-1961)

deben seguir los cuerpos de policía y las instituciones judiciales en loscasos de personas que realizan actividades contrarias al orden público y ala seguridad del Estado, han sido puestas en práctica con el más alto espí­ritu de ecuanimidad y de justicia. Me he preocupado personalmente por­que esas providencias se cumplan de la manera más estricta, y para queningún rigor innecesario ni ningún procedimiento que no sea estrictamentelegal se utilicen en tales casos contraviniendo las recomendaciones que hehecho, para que nadie pueda alegar un solo hecho de arbitrariedad a cargode las autoridades dominicanas.

No se podría pretender, desde luego, que las autoridades que tienenla responsabilidad de salvaguardar el orden y la dignidad de las institucio­nes se crucen de brazos ante actividades que ponen en peligro la paz de lanación y la seguridad del Estado. La Leyes para todos: para gobernantes ypara gobernados; y si los primeros tienen el deber de no extremarse en laejecución de la misma, los segundos tienen a su vez la obligación imperio­sa de acatarla para que la sociedad no se disuelva y para que el orden nodegenere en anarquía.

En la mayoría de los países del mundo, los señores obispos tienen so­brados motivos para mostrarse preocupados ante problemas tan graves comoel del receso del mundo trabajador, el de la prensa hostil, el de congresosenemigos patrocinados por los adversarios de la Iglesia Católica, el del co­munismo que cuenta con el respaldo de gobiernos ateos y persecutorios, ycomo el de la apatía o la mala voluntad de las autoridades que no secundancon el celo debido la acción regeneradora del clero católico; pero en la Re­pública Dominicana, por fortuna, las altas autoridades eclesiásticas puedenentregarse su sagrado ministerio, sin que tales problemas las agobien y lasdistraigan del cumplimiento de su principal misión, que es la de velar por elbien de las almas y por los intereses puramente espirituales de los fieles.

Así, en tiempos no muy lejanos, fue objeto de graves preocupacionespara algunos obispos la situación de Italia bajo el régimen de Mussolini,de la Argentina bajo Perón y la de Cuba bajo Fulgencio Batista. El cambioque se produjo algún tiempo después en cada uno de esos países, comosustitutivo de aquellas situaciones, ha tenido que hacer reflexionar a esosmismos jerarcas que creyeron cándidamente que con la desaparición deesos regímenes podrían sufrir las cosas una evolución favorable. Su de­cepción ha tenido que ser profunda al encontrarse hoy frente al hecho deque tal transformación se ha efectuado en un sentido perjudicial para losideales que sustenta la Iglesia Católica v Que se resumen en el mayor bien­estar posible para todas las ciases SOClclles y eH t:l uUullL.ClllllenLO <.le la paL.

y el orden en todas las naciones civilizadas.

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Antología de dOCUIfleJ1tos

Estoy seguro de que las autoridades eclesiásticas no aprueban eltrato que se da a los negros en determinados países, ya que las discrimi­naciones raciales constituyen la peor de las ofensas a Dios y el mayoratentado que pueda cometerse contra la dignidad de los derechos huma­nos; y que para ellas tendrá que constituir un motivo de permanente pre­ocupación ese mal ejemplo en la obra común de mejorar la suerte de loshombres y de establecer en el mundo una era de concordia fundada en lafraternidad y en la justicia.

Notable contraste, Excelentísimo Señor, que me hace pensar en laconveniencia de que se haga el mayor hincapié en el cumplimiento, porparte de todos los que profesan la religión católica, apostólica y romana,del cuarto mandamiento que impone el respeto a la autoridad, y cuyaobsenrancia bastaría para impedir la maldad ele los que fabrican bombasy traman complots para subvertir antidemocráticamente los poderes le­gítimamente constituidos.

Sería, por otra parte, un craso error juzgar a nuestro país con elmismo criterio con que se juzga al pueblo norteamericano. El pueblo dela República Dominicana es de origen español y su ideología, sus hábi­tos, sus tradiciones, sus sentimientos y sus ideas, corresponden a los deun país de raza hispánica. Los métodos de gobierno no pueden ser idén­ticos para los dos países porque su idiosincrasia y su mentalidad no sonlas mismas. Es el progreso, con todas las ventajas que de él derivan des­de el punto de vista de la educación, de la elevación del nivel social, eco­nómico, etc., lo que puede ir transformando gradualmente a los pueblosque, como el nuestro, avanzan por los caminos de la civilización con unpesado lastre de incultura política y de resabios ancestrales.

Lo importante para los hombres a quienes Dios ha colocado en ladirección de los destinos supremos del pueblo dominicano, es no perderen ningún momento la noción de las justas proporciones para no incurriren los excesos en que incurrió el gobierno de los Estados Unidos cuandogobernó militarmente la República Dominicana. Esto explica en parte nues­tro modo de reaccionar algo violento, pero quién sabe si a ese modo de serconnatural se ha añadido el mal ejemplo que tuvimos la desgracia de apren­der de los que ocuparon nuestra Patria durante años. Hubiésemos desea­do algún acto de repudio por parte de las autoridades eclesiásticas frente aaquellos ocupantes. Pero a falta de eso, tenemos el testimonio, entre otrosmil que se podrían citar, de monseñor Alejandro A. Nouel, arzobispo deSanto Domingo, quien ha descrito mejor que nadie las tremendas equivo­caciones y las grandes injusticias en que el gobierno de ocupación incu­rrió mientras tuvo en sus manos los destinos de nuestro país.

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José Luis Sáez, S. 1 La SlImisión biel1 pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (j 930- j 96 j)

"El pueblo dominicano ha sufrido -afirma el ilustre prelado en sucarta al ministro W. W. Rüssell del 19 de diciembre de 1920-, sentenciasprebostales en asuntos completamente civiles ... Ha sufrido sentenciasde un tribunal que falla soberanamente sin derecho alguno a la apela­ción... Ha soportado una censura para la prensa no solamente humillan­te y despectiva, sino también ridícula y pueril. Yo recuerdo haber vistoun artículo científico observado por un censor, con su sello y firma, pro­hibiendo su publicación porque el autor de dicho artículo decía: Kant, elgran pensador alemán, padre de la filosofía moderna, no puede conside­rarse inferior a Aristóteles ni a Platón, etc.... Un sacerdote español deconducta ejemplar, que desempeñaba la cura de almas en Sánchez, fuereducido a prisión, incomunicado y encerrado en Samaná en inmundocalabozo, en donde permaneció cerca de seis meses, por el solo hechode haber elogiado en una discusión de sobremesa, en el hotel donde sehospedaba y mucho antes de entrar los Estados Unidos en la guerra, elvalor y la organización del ejército alemán... El pueblo dominicano esverdad que en sus conmociones políticas presenció más de una vez in­justas persecuciones, atropellos a los derechos individuales, sumariosfusilamientos, etc ... ; pero jamás supo del tormento del agua, de la crema­ción de mujeres y niños, del tortor de la soga, de la caza de hombres enlas sabanas, como si fueran animales salvajes, ni del arrastro de un ancia­no septuagenario en la cola de un caballo a plena luz meridiana en laplaza de Hato Mayor. Nosotros, no lo niego, conocíamos el fraude en losnegocios y el robo al detalle de los fondos públicos; pero con la ayuda ylas lecciones de varios extranjeros, nos perfeccionamos en el arte delengaño y en dilapidaciones al por mayor".

Es, pues, explicable que sacerdotes de nacionalidad norteamerica­na, influidos por sentimientos e ideas propios del ambiente de dondeproceden, incurran en f1agrantes errores en su manera de apreciar unpaís pequeño y pobre como el nuestro que dista tanto de su patria deorigen en cuanto a la evolución de sus instituciones y en cuanto a la apti­tud de cada individuo para ejercer los derechos fundamentales de la per­sona humana.

Termina Su Señoría Ilustrísima ofreciéndome sus oraciones pater­nales. Las acepto complacido para que Dios me ilumine y me siga forta­leciendo en la misión que me ha confiado: ayudar a mi Patria en todoslos órdenes y contribuir con todas mis fuerzas a que en la República Do­minicana la fe adquiera cada día mayor fuerza para que pueda servirnosde escudo contra la labor satánica de los enemigos de Dios y de la reli­gión católica, apostólica y romana.

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Antología de docu11leJ1tos

Saluda a Vuestra Señoría Ilustrísima muy respetuosamente y besa suanillo pastoral,

RAFAEL L. TRunLLO

259. Carta del generalísimo Trujillo a Mons. Octavio A. Beras, arzobispo coadju­tor con derecho a sucesión y administrador apostólico sede plena (c. Trujillo, 31 demarzo de 1960)

C. HEPB. ¡bid., N° 13, fr. 13-15.

Señoría Ilustrísima:El Señor Secretario de Estado de Interior y Culto me ha enterado

acerca de la petición formulada por Vuestra Excelencia en carta de fecha15 del mes de enero del año en curso, dirigida al entonces titular de esedepartamento, para solicitar la intervención del Superior Gobierno con elfin de que se conjure el déficit del Seminario Pontificio Santo Tomás deAquino, que asciende actualmente a la suma de $33,879.36.

Aunque el informe técnico de la citada Secretaría de Estado es adver­so a la petición de Vuestra Excelencia por razones burocráticas, muy dig­nas de atención a causa de los efectos que la pastoral del 31 de enero hatenido sobre las recaudaciones fiscales, no he vacilado en recomendar quese asigne al Seminario Pontificio Santo Tomás de Aquino la suma solicita­da para que esa institución, a la cual he dado todo el apoyo desde su funda­ción, pueda proseguir su obra que reviste importancia capital por lo vin­culada que se halla a la formación del sacerdocio y a la conveniencia deque la Iglesia Católica cuente en nuestro país con suficiente personalnetamente dominicano.

Considero el Seminario como una de las instituciones más dignas deapoyo oficial por la trascendencia de su misión y por la circunstancia deque una de las necesidades más imperiosas de la Iglesia Católica en nues­tro país es la de dotarla de sacerdotes que hayan nacido y se hayan forma­do en nuestro propio medio, y que conozcan a fondo la verdadera idiosin­crasia del pueblo dominicano.

Un escrúpulo, sin embargo, me ha hecho considerar que tal vez nosea oportuna mi intervención cerca de los organismos oficiales compe­tentes para que la solicitud hecha por Vuestra Excelencia a favor del Semi­nario Pontificio Santo Tomás de Aquino sea definitivamente aprobada. ElSeñor Obispo de San Juan de la Maguana, Su Excelencia monseñor Tomás

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J05é LlIi5 Sáez, S 1. La 5lHlli5ión bien pagada. La Igbia dominicana bajo la Era de Tmjillo (1930-1961)

F. Reilly, en carta que me dirigió en fecha 24 de marzo considera como unmotivo de preocupación\:~1plebiscito popular que se ha iniciado para seme otorgue el título de Benefactor de la Iglesia Católica en la RepúblicaDominicana. Ese movimiento, respaldado por algunas figuras destacadasdel clero nacional, se inspira evidentemente -según las manifestacionesde las personas e instituciones que lo han apoyado sin reservas-, en eldeseo de que se deje constancia, de una manera pública y solemne, delhecho de que he sido yo, entre todos los gobernantes dominicanos, el úni­co que ha secundado sin vacilaciones la obra de la Iglesia Católica, que laha rodeado de las facilidades materiales necesarias para el ejercicio de sumisión espiritual, y que ha llevado esa protección hasta el extremo de sus­cribir un convenio que somete a un régimen concordatario las relacionesentre la Santa Sede y el Estado.

Ante esa actitud del Excelentísimo Señor Obispo monseñor Tomás F.

Reilly, lo lógico parece ser que en lo sucesivo me abstenga de intervenir,como lo he venido haciendo desde hace largos años, a favor de cuantassolicitudes puedan favorecer las actividades de la Iglesia Católica y contri­buir a la realización de su obra de bien social y espiritual en la RepúblicaDominicana. De esa manera, desparecería naturalmente todo motivo paramanifestaciones como la que ahora sustenta una inmensa mayoría delpueblo dominicano, que constituye una expre~ión absolutamente espon­tánea del espíritu público, a la cual he querido permanecer ajeno, no obs­tante la legítima satisfacción que me produce como refrendación públicade cuanto he hecho a favor de una de las causas más nobles en que puedeinteresarse un gobernante en nuestro país: la del auge del culto católico,que tan íntimamente se halla unido al nacimiento de nuestra nación y lareafirmación de nuestros atributos más preciosos como país soberano.

Mucho me complacería conocer la opinión de Vuestra Excelenciaacerca de los escrúpulos que me inspira esta carta y que se justifican por lasignificación que tienen en lo que respecta a la conducta que me competaobservar en lo adelante cuantas veces se solicite mi intervención en asun­tos que atañen a la Iglesia Católica en la República Dominicana.

Saluda a Su Señoría Ilustrísima muy respetuosamente y besa su ani­llo pastoral,

(fdo.) RAFAEL L. TRUTILLO

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Antología de doclIlIleHtos

260. Carta del Arzobispo Coadjutor en respuesta a la anterior del generalísimoTrujilla (c. Trujilla, 4 de abril de 1960)

¡bid., Núm. 14, ff. 16-17.

Excelentísimo señor:Tengo el honor de referirme a la atenta carta que tuvo a bien dirigir­

me el 31 de marzo próximo pasado, en relación con la actitud futura de SuExcelencia en cuanto a vuestra intervención en obras de la Iglesia.

Abrigo el convencimiento de que Vuestra Excelencia, como católico,continuará prestando toda colaboración a la Iglesia. Es doctrina de éstaque todos sus hijos tienen el deber ineludible de colaborar en sus obras,obligación que aumenta, en proporción de las posibilidades y la autoridadcon que la divina providencia inviste a cada uno. Además, quien favorecea la Iglesia, beneficia siempre al pueblo. Si la Iglesia ha recibido y recibeayuda de un gobernante católico, Vuestra Excelencia tiene sobradas prue­bas de que Ella ha rendido servicios en todos los aspectos de la vida de lanación, y estoy seguro de que su apostolado en nuestra patria representapara Vuestra Excelencia verdadera satisfacción.

Por lo demás, el Señol~ inmensamente justo, recompensa aun en estemundo dando "el ciento por uno", conforme al espíritu del Evangelio: "puesel que os diere un vaso de agua en razón de ser discípulo de Cristo, os digoen verdad que no perderá su recompensa" (S. Marcos 9, 41).

Refiriéndome al título de Benefactor de la Iglesia, he de informarlecon toda sinceridad que los excelentísimos señores obispos, de acuerdocon el procedimiento en vigor actualmente en la Iglesia, no pueden menosde reconocer que títulos de tal índole pueden solamente emanar de la au­toridad competente, que es, en este caso, la Sede Apostólica. Según el prin­cipio jurídico: ubi major minor cessat, los obispos son incompetentes paraotorgar este título; tanto más, cuanto que la Santa Sede ha reconocido losrelevantes méritos de Vuestra Excelencia con altas distinciones pontificiasque no fueron concedidas a ningún otro gobernante de nuestra República,antes de vuestra gestión pública. Por otra parte, la Iglesia reconoce oficial­mente estos méritos de Vuestra Excelencia al hacer públicas plegarias es­tablecidas oportunamente en el Concordato.

Agradezco la amabilidad de Vuestra Excelencia por haber queridooír mi opinión en asunto de tan grande importancia.

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Saluda muy atentamente a Vuestra Excelencia con los mejores votosen el Señor, "

(fdo.) +OCTAVIO A. BERAS

Arzobispo Titular de Eucaita,Administrador Apostólico sede plena de Santo Domingo

261. Carta del P. Joaquín Ferragut, Sch.P., al P. Vicente Tomek, prepósito generalde las escuelas pías en Roma, informándole sobre los serios problemas del país(e. Trujillo, 11 de abril de 1960)

c. Cruz Infante, Colegio Mayor, pp. 152-154.

Amadísimo y venerado padre:Aprovecho la oportunidad que me ofrece el viaje que realiza a Puerto

Rico el Excmo. y Rvdmo. Mons. Lino Zanini, nuncio apostólico en la Re­pública Dominicana, para ponerme en comunicación con V P. Reverendí­sima, y ponerle al corriente de los últimos acontecimientos acaecidos des­pués de su paso por aquí.

La situación, con relación a la época de la visita de VP. Rvdma., hacambiado radicalmente, aun habida cuenta de las previsiones que se po­dían formular.

El periodo crítico comenzó a últimos [días] del mes de enero del añoen curso, cuando se descubrió, según dicen, un complot contra el genera­lísimo Trujillo, con bastantes ramificaciones por toda la nación. Los dete­nidos, en efecto, fueron muchos. De los universitarios del Colegio Mayordetuvieron a seis. Cuatro de sus casas y dos de aquí. Uno de estos últimossacado desde el Colegio por las fuerzas del servicio de Inteligencia en lasprimeras horas del día. En un principio nada se supo de ellos. Al fin, des­pués de una búsqueda infructuosa de varios días, se localizaron en la cár­cel nacional llamada "La Victoria".

A todo esto, yo estaba ausente de la República Dominicana, pues eranlos días en que estaba en Costa Rica en el VII Congreso de Educación Cató­lica, en representación de todos los colegios católicos de la nación. A miregreso, me enteré de todo. El P. Alfonso [Esteve] había solicitado, a travésdel Arzobispado, se concediese libertad condicional a los estudiantes delColegio Mayor, hasta que se verificase el juicio. No se obtuvo contestación.

Hacia el 31 del mes de enero se publicó la pastoral de los Excmos.Sres. Ordinarios recabando trato humanitario para con los presos, pues se

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Antología de doculIlelltos

rumoreaban con fundamento tratos brutales, indignos y ofensivos a la dig­nidad humana. La pastoral tuvo una tremenda repercusión, tanto dentrocomo fuera, sobre todo fuera de la nación. Era la primera vez en la historiadel régimen de Trujillo que se levantaba con virilidad y gallardía una vozdenunciando los atropellos, tantas veces repetidos en la negra historia deeste régimen dictatorial. Naturalmente se produjo una tensión tremendacon la Iglesia, que no sólo no ha remitido desde entonces, sino que ha idoen aumento, hasta el punto que es imposible predecir hasta dónde puedanllegar las cosas.

Se juzgó, por fin, a los encartados. A muchos, si no a todos. Entreellos a los del Colegio Mayor. De primera sentencia fueron condenadostodos a treinta años de cárcel. Todo ello me hizo pensar que nuestros ene­migos, los enemigos de la Iglesia, que son muchos y poderosos, fanáticosy virulentos, nos querrían hacer pasar por enemigos del régimen o preten­derían convertir el Colegio en centro de conspiración. El tiempo ha confir­mado mis sospechas. Después del juicio y de la revisión, se produjo comouna tregua de total inactividad política por parte de los opositores. Pero apartir de la primera decena del mes de marzo, comenzaron a aparecerpapelitos con diferentes leyendas en la Universidad, primero en unas fa­cultades, después en otras y últimamente en el Colegio Mayor. Fueron de­tenidos al parecer los autores de semejantes escritos, y algunos de los quelos propagaban. Detuvieron a uno de nuestro colegio, a quien denunció unprimo suyo, como quien los difundió en el Colegio Mayor.

Esto, unido al hecho de haber escrito varios de los muchachos delColegio una carta dirigida a monseñor Beras, arzobispo coadjutOl~ a quienvisitó V. P. Rvdma. en su visita canónica, para que intercediese cerca delGeneralísimo para que se respetasen los derechos humanos de los deteni­dos, carta que no existe, porque fue rota por el P. Alfonso, desencadenó latempestad que ya estaba previendo desde hace tiempo. El Servicio de In­teligencia, en efecto, aprovechando las complicidades infantiles de unos yotros muchachos, ha informado a la superioridad, esto es al jefe Truj illo ,que el Colegio Mayor es un "foco infeccioso contra el régimen".

Fui llamado dos veces al Palacio Nacional a fin de ser informado delas declaraciones de los encartados, que fueron tres al principio, y queahora son dos, y de la opinión del Servicio de Inteligencia. Di mis argu­mentos para demostrar nuestra absoluta falta de intervención en nada decuanto se nos acusaba, pues no podíamos hacernos responsables de lasactividades de los colegiales al margen del Colegio y de sus estudios; peroha prevalecido en la práctica la opinión del Servicio de Inteligencia, sinque valga una conducta intachable durante tantos años y la sinrazón de un

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José Luis Sáez, S.J. La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

delito que no existe, pues ni la leyenda de los papeles hace referencia anadie, ni contiene siquierá injurias o motes, ni la carta dirigida a una auto­ridad legítima, con legítimo derecho, llegó a su destino.

Lo cierto es que el Servicio de Inteligencia comenzó a llamar a alum­nos de los padres de nuestros alumnos para que, juntamente con ellos, sepresentaran en su cuartel, y allí entre frases soeces e insultantes para noso­tros y para la Iglesia, les amenazaban con insinuaciones de peligros futu­ros, para que obligasen a sus hijos a abandonar el Colegio. Así han conse­guido reducirlo prácticamente, por ahora, a la mitad. No sé si después delas vacaciones de Pascua, vendrán más o menos. Se han dado por ciertocasos de verdadero valor de parte de los padres y de parte de los colegiales.Algunos, pocos por cierto, han vuelto a pesar de las amenazas. Como con­secuencia de todo esto, nos han quitado la subvención, que veníamos re­cibiendo desde el principio. La situación económica, por tanto, es pocomenos que insoluble. Pero no me preocupa tanto como nuestra posiciónfrente a las autoridades.

Ante esta situación, y previa consulta y aprobación del Sr. Nuncio,escribí la carta, cuya copia adjunto, dirigida a monseñor Beras, y la con­testación del mismo a aquella, que también incluyo. No me extraña estapostura del Gobierno. Estamos acostumbrados a recibir la callada por res­puesta. Pero una persona allegada a personas relacionadas con otras de lasaltas esferas nos ha comunicado confidencialmente que de arriba le handicho que por ahora no se meterán públicamente con nosotros ni nos lla­marán a Palacio; pero que nos cuidemos, porque como viajemos muchocon vehículos, nos puede ocurrir "un accidente fortuito", que frecuente­mente suele ser trágico. Naturalmente que en nuestro caso, el blanco delodio, animadversión o despecho de nuestros enemigos y de los enemigosde la Iglesia, está concentrado sobre el P. Alfonso y sobre mí. Más aún, creoyo sobre el P. Alfonso, por el hecho de creerlo el inspirador de la carta encuestión, que a juicio de aquellos, debe constituir un flagrante delito.

Como comprenderá V. P. Rvdma., en estas condiciones, nuestra vidase desenvuelve en un plan de ansiedad y de zozobra, que resta ánimo paratodo. No obstante, nos mantenemos en la brecha dispuestos a lo que ven­ga, mientras nuestros superiores no nos ordenen una forma de actuar cla­ra y definida. En este sentido, pido su consejo y orientación. No quisieraque las consecuencias de lo acontecido en el Colegio Mayor repercutieranen el de pequeños. Hasta ahora parece que los campos se mantienen dife­renciados. Lo que interesa, creo yo, interpretando el deseo de V. P. Rdma.,es garantizar de una u otra forma nuestra permanencia en la RepúblicaDominicana, como sea.

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Antología de docI/11lentos

El Excmo. Sr. Nuncio, al enterarse de nuestras dificultades y de laposibilidad de que el Colegio Mayor tuviera que cerrarse, estaba dispuestoa mantenerme a su lado en la Nunciatura, como su secretario particular obuscarnos un acomodo en Puerto Rico, en espera de la solución definitivade esta situación, que durará más o menos, pero que da la impresión dehallarse en la fase final de su desenvolvimiento, y en previsión de un puntode apoyo y concentración para el caso que tuviéramos que abandonar laRepública Dominicana, estabilizando la necesaria expansión de nuestraviceprovincia en un país donde las instituciones de cualquier género quesean, no se vean sometidas con tanta facilidad a los vendavales veleidososde la voluntad omnímoda de un dictador sin criterio, sin escrúpulos y sinconciencia.

En estos últimos tiempos, la campaña contra la Iglesia ha subido elepunto. Ha cometido la torpeza el generalísimo Trujillo de querer que se leotorgue el título de Benefactor de la Iglesia en la República Dominicana.Para ello ha movilizado todos sus medios propagandísticos y de presiónde que dispone, que son inmensos. De todas partes de la República hancomenzado a llover adhesiones "libres y voluntarias" en forma plebiscitaria,adhiriéndose a la solicitud que firmaran el Sr. Presidente de la República y

todos los ministros para que se le otorgase dicho título. Ha intentaelo pre­sionar a las religiosas principalmente, religiosos y clero. Afortunadamentenada ha conseguido, a excepción de un voto de unos desgraciados sacer­dotes que arrastran por los suelos, como una piltrafa, su dignidad sacerdo­tal, todos ellos empleados del Gobierno en diferentes institutos militares.Los demás nos hemos negado. Finalmente, la jerarquía eclesiástica ha to­mado cartas en el asunto y ha cortado el propósito descabellado. Resultadesconcertante, inconcebible, cómo un hombre pugne por alcanzar un tí­tulo semejante, y por otro lado, esté atacando a la Iglesia de forma impla­cable en cosa tan trascendental, entre otras, como es el Concordato, que élpersonalmente firmó en Roma en el mes de julio de 1954, y que ha prego­nado en varias ocasiones que ha sido el acto más trascendental de su vidade gobernante.

No sé si con lo que antecede podrá formarse S. P. Rvdma. una ideamás o menos aproximada de la tremenda realidad que estamos viviendo.Es esta una situación delicada, difícil y peligrosa. Incomprensible paraquien no la vive. Todo en este mundo es paradójico desconcertante, enig­mático e imprevisible. Desde luego la impresión general es la de que seavecinan días amargos de dolor, de incertidumbre, de tragedia. Y lo peores que no se avizora en el porvenir, cualquiera que sea la solución a que seabogue esta situación, una solución clara y satisfactoria, que empuje al

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JOSéLllÍS Sáez, S 1. La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

optimismo y a la esperanza. Humanamente hablando yo no le veo la solu­ción. Soy providencialisfa: y espero en una u otra forma la intervencióndivina. Pero creo que no faltarán duros días de prueba. Es posible que laprovidencia requiera el crisol de la adversidad y del sufrimiento para quese purifique esta sociedad, ahíta de corrupción y de vicios, de sordidecesinmundas y de pecados espantosos. Ya ojala que de aquel salga radiante eloro inapreciable de la paz.

Me dirijo a v.P. Rvdma., como a nuestro amoroso padre común paraque nos aconseje, nos dirija y nos aliente, indicándonos a qué hemos deceñir nuestra conducta en estas excepcionales circunstancias. Su palabraserá obedecida con humildad, con obediencia y con amor. Pero necesita­mos esa palabra como faro que rasgue las densas tinieblas que nos rodean.

Confiamos y pedimos sus paternales oraciones y las de todos los deesa Casa Generalicia, que por brotar de la brasa encendida de amor deNuestro Santo Padre, han de hallar más favorable acogida ante el trono deDios.

No olvide, amadísimo padre, que esperamos con filial impacienciala directriz luminosa de sus paternales consejos y sabias decisiones.

Besa humildemente su mano el último de sus hijos.

(fdo.) P. JOAQUÍN FERRAGUT

262. Reportaje de prensa sobre el asesinato de un supuesto "terrorista" colombianoa la puerta del apartamento del arzobispo Pittini (e. Trujillo, 14 de abril de 1960)

"Dan muerte a un terrorista colombiano cuando trataba

colocar bomba en Catedral. Acorralado, resiste a las autori­

dades", El Caribe XII:4373 (C. Trujillo, 16 de abril de 1960),

p. 1., col. 8; p. 2, cols. 1-4.

El jueves, pocos minutos antes de la once de la noche, fue muerto enlas dependencias de la Santa Iglesia Catedral de Santo Domingo, el terro­rista colombiano Jairo Alberto Calderón Forero, después de haber sidosorprendido por agentes de la fuerza pública con poderosas bombas, queintentó colocar en aquel sagrado recinto.

Campa;"ia terroristaEn el curso de la presente semana tuvieron efecto en esta ciudad ac­

tos de terrorismo, que mantuvieron en constante actividad a los agentes

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Antología de documentos

del orden público, empeñados en localizar al autor de los actos de vanda­lismo que se venían cometiendo.

El Caribe no había dado una inforn1ación sobre estos sucesos, para noentorpecer las activas gestiones que practicaban los agentes del orden público.

El lunes en la noche fue colocada una bomba en la Escuela Perú, otraen el antiguo Fuerte Santa Bárbara, y una tercera en la iglesia de San Car­los. El martes en la noche fue colocada una bomba mediana en la residen­cia del secretario de Agricultura señor Manuel V Ramos, y otra en los alre­dedores del Convento de los Dominicos.

El secretario Ramos, momentos antes de hacer explosión la bombacolocada en su residencia, observó la presencia de un individuo sospe­choso en la acera de su casa, con el cual habló. Anoche en la Catedral iden­tificó a Calderón Forero como el mismo individuo que despertó en él tanjustificadas sospechas.

El o los terroristas se han dedicado en estos días a colocar sustanciaspestilentes en las iglesias, arrojar grapas por donde tienen que pasar lasprocesiones, y profusa cantidad de volantes subversivos calzados por su­puestas agrupaciones políticas revolucionarias.

En estos volantes -que se arrojan en aceras, jardines y por debajo delas puertas-, se dice que los sacerdotes católicos se han infiltrado en laconspiración antigubernamental con el propósito de hacer las denunciascorrespondientes, y que el descubrimiento de la red clandestina que diolugar a las prisiones de enero, fue obra de sacerdotes al servicio del Go­bierno dominicano. Las hojas sueltas piden al pueblo dominicano que secuide de los "asesinos con sotana".

Ruta de muerteCalderón Forero se hizo sospechoso a los agentes del Servicio de In­

teligencia Militar en los alrededores de la iglesia del Carmen, donde estuvomerodeando, parece que con el criminal propósito de colocar allí sus si­niestros artefactos.

Como continuó su ruta hasta la Catedral, fue siempre seguido de cer­ca. Allí, alIado de la puerta que da a la llamada Plazoleta de los Curas, sedetuvo junto a un tubo del desagüe que sobresale en el lado exterior de laCatedral. Al ver que los agentes de la fuerza pública bajaban del automóvilque lo seguía, penetró en el interior del templo, seguido ya de cerca por lasautoridades, intentando colocar uno de los petardos junto a una señoraque se encontraba en oración.

De ahí salió en vertiginosa carrera, cruzando por la sacristía, hastallegar a la escalera que conduce a las habitaciones superiores donde reside

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José Luis Sáez, S. 1 La SHmisión bien pagada. La Iglesia dominicmla bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

el arzobispo metropolitano de Santo Domingo, monseñor Ricardo Pittini.La puerta que da al despacho arzobispal estaba cerrada, en la cual tocócon vigorosa insistencia. Acorralado, hizo uso de una pistola Colt calibre45, disparando sobre la cerradura de la puerta. En ese instante llegaron losagentes de la fuerza pública sobre los cuales disparó, siendo inmediata­mente fulminado por cuatro certeros balazos que pusieron fin a su carrerade terrorista y de maleante.

Actúa la justiciaJunto a su cuerpo, que cayó sobre los peldaños superiores de la esca­

lera, estaban los dos artefactos con que quiso hacer una verdadera matan­za entre los fieles que devotamente asistían a las ceremonias del JuevesSanto, así como la pistola, totalmente disparada y una cajetilla de fósforos.

Al lugar del suceso concurrieron altas autoridades militares y policia­les, y representantes de la justicia que practicaron las diligencias de lugar.Los médicos legistas del Distrito Nacional examinaron allí mismo el cadá­ver del terrorista colombiano, certificando el carácter de las cuatro heri­das recibidas. Poco después fue trasladado a la morgue del hospital WilliamMorgan.

También concurrieron al lugar del hecho el secretario de Estado deJusticia licenciado Mario Abreu Penzo; secretario de Agricultura ManuelV. Ramos; licenciado Luis E. Suero, procurador general de la República;don Virgilio Álvarez Pina, senador de la República, y otros funcionarios.

El secretario Abreu Penzo y el senador Álvarez Pina conversaron ensus habitaciones con Su Excelencia Reverendísima monseñor RicardoPittini, arzobispo de Santo Domingo.

Ausencia de sacerdotesEn las esferas judiciales se reveló que en la Iglesia Catedral, desde el

momento del suceso hasta el levantamiento del cadáver del terrorista, nose presentó ningún sacerdote, a pesar de haber sido notificados algunosde ellos de la ocurrencia. El anciano arzobispo Pittini se vio únicamenteacompañado de la enfermera que lo asiste, y por la respetuosa deferenciade las autoridades que actuaron en este caso.

Los funcionarios judiciales, doctor Manuel de Jesús Vargas Polanco,procurador fiscal interino, y Wilfredo Mejía Alvarado, abogado ayudante,practicaron una visita domiciliaria en la residencia de Calderón Forero,sita en la calle N° 86 de la calle Arzobispo Nouel, tercera planta, dondeencontraron, en una de las gavetas de un tocador, otras dos bombas, desti­nadas a los siniestros fines de la subversión y el terrorismo.

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Antología de dOCll/llel1fos

Quién era Calderón ForeroEl criminal terrorista era natural de Colombia, en cuyo país había

sido oficial del Ejército. En mayo de 1958 tomó parte en una conspiraciónmilitar contra la Junta Militar de Gobierno, y contra la persona del doctorAlberto Lleras, a la sazón presidente electo. Al [Tacasar el complot se refu­gió en la Embajada de Guatemala, la cual le concedió asilo político. Juzga­do por tribunales militares, fue condenado a presidio y requerida su extra­dición al Gobierno guatemalteco. Después de algún tiempo de residenciaen Guatemala, se trasladó a Ciudad Trujillo, hace pocos meses.

El Servicio de Inteligencia Militar, trabajando incansablemente, estásobre la pista de dos cómplices de Calderón Forero, que hasta el momentono han sido capturados. Se espera que caigan en manos de las autoridadesde un momento a otro.

263. Carta del Secretario Particular del generalísimo Trujillo a Mons. Hugo E.Palanca sobre la propiedad del Obispado (e. Trujillo, 27 de abril de 1960)

c. HEPB. ¡bid., N° 17.

Excelentísimo Señor:Como en día pasados usted se dignó dirigirse a la superioridad soli­

citando que se le diera en propiedad y bajo título la casa que usted ocupa yque tiene como sede al Palacio Obispal, cúmpleme informarle que ese in­mueble no es propiedad del Estado dominicano, sino que es propiedadparticular del generalísimo Rafael Leónidas Trujillo Malina, quien lo pres­tó a monseñor Octavio A. Beras en épocas pasadas para los fines a queahora está destinado.

Así mismo cúmpleme significarle que su propietario, el generalísimoTrujillo Malina necesita esa residencia, y que por tanto debe usted ir con­templando la forma de mudarse en otra residencia.

Saluda a usted con sentimientos de mi más alta consideración, y besasu anillo pastoral,

(fdo.) AUGUSTO PEIGNARD CESTEROSecretario Particular del Comandante

en Jefe de las Fuerzas Armadas

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José Luis Sáez, S.r. La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (j 930-j 96 j)

264. Carta del Secretario de Estado de la Santa Sede a Tulio Franco Franca,embajador del país ante el Vdticano, agradeciendo un donativo del generalísimoTrujillo a la Nunciatura (Vaticano, 29 de abril de 1960)

Castillo de Aza, Trujillo, pp.332-333.

Señor Embajador:No he olvidado llevar al conocimiento del Sumo Pontífice el gesto

tan generoso por el cual el generalísimo Rafael Trujillo, presidente de laRepública Dominicana, ha querido destinar una suma de 50,000 dólares ala construcción de una nueva residencia para la Nunciatura Apostólica enCiudad Trujillo.

Su Santidad se ha mostrado profundamente emocionado con estemagnánimo obsequio, en el cual el Santo Padre se complace ver un testi­monio particularmente elocuente del amor a la Iglesia y a la Santa Sede delpueblo de Santo Domingo, de su Gobierno y de su Presidente. Es con elcorazón agradecido que el Santo Padre recibe esta liberalidad, y le confía,señor Embajador, el cuidado de transmitir al generalísimo Trujillo sus vi­vas y paternales gracias y formula votos para que este bello gesto contribu­ya a estrechar aún más las excelentes relaciones que existen entre la noblenación y la Santa Sede.

Ruégole aceptar, señor Embajador, la seguridad de mi más alta consi­deración,

(fdo.) G. B. MONTINI9

265. Respuesta de Mons. Hugo E. Polanca, obispo de Santiago, a la carta delsecretario particular del Generalísimo (Santiago, 2 de mayo de 1960)

¡bid., N° 17.

Estimado Señor:

Su comunicación N° 6720, de fecha 27 de abril pasado, fue recibida eldía siguiente.

9 Como es obvio, el firmante (Giovanni Baptista Montini) es el futuro Pablo VI, que habíaestado presente en la firma del Concordato el 15 de junio de 1954 como prosecretario deEstado, y ese mismo día, en la Embajada dominicana ante la Santa Sede, Trujillo le otorgó laOrden de Duarte. Cfr. E. Rodríguez Demorizi, Cronología de Trujillo II (1955), pp. 277-278.

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Antología de documentos

Enterado de su contenido, le estimaré expresar al generalísimo Dr.Rafael Leónidas Trujillo Malina, propietario de la residencia que durantecuatro años ha servido de Palacio Episcopal de esta ciudad, el agradeci­miento de la diócesis por haberse dignado prestar dicha residencia paralos fines a que estuvo destinada hasta el día de hoy.

Cúmpleme avisarle que, ante la necesidad que de ella tiene su propie­tario, hoy mismo se ha iniciado el traslado a una nueva residencia, y quedesde el jueves 5 de mayo estará la llave a disposición, y podrá ser entrega­da a la persona que se designe para ello.

Muy atentamente,

(fdo.) +HUGO EDUARDO PaLANCaObispo de Santiago de los Caballeros

266. Carta del P Joaquín Ferragut, Sch.P, al vicepresidente Balaguer sobre lagravedad de la situación (c. TrujiHo, 3 de mayo de 1960)

c. Cruz Infante, Colegio MaYal; pp. 155-156.

Honorable Señor Vicepresidente:De acuerdo con la conversación telefónica celebrada en la mañana de

ayer con el Honorable Señor Rector de la Universidad de Santo Domingo,siguiendo instrucciones de Vuestra Excelencia, cúmpleme comunicarle:

Que a raíz de los últimos acontecimientos universitarios, para cuyoconocimiento fue llamado por última vez al Palacio Nacional por VuestraExcelencia el día 21 del pasado mes de marzo, los hechos se han sucedidocomo sigue: fueron citados por el Servicio de Inteligencia para que se pre­sentasen en compañía de sus hijos a fin de que éstos prestasen declara­ción ante ellos. Con algunos de ellos se procedió así, en efecto. Pero en elmayor número de casos fueron solamente los padres, quienes pasaron alas oficinas del Servicio de Inteligencia, donde mediante insinuacionespoco benévolas y amagos de posibles contingencias desagradables parasus hijos, se vieron muy en contra de su voluntad y convicciones, en laamarga coyuntura de tener que obligar a sus hijos a que abandonaran elColegio Mayor. Como consecuencia, en el plazo de dos días, se dieron debaja en el Colegio más de la mitad de los colegiales.

Ante esta situación, originada por la incomprensible actitud del ser­vicio de Inteligencia, me dirigí mediante carta fechada el día 22 de marzopasado al Excelentísimo Sr. Arzobispo Coadjutor, monseñor Octavio A.

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José Luis Sáez, S. 1. La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

Beras, recabando la intervención personal cerca del Gobierno para queéste se sirviera manifest<ir con claridad si estaba dispuesto a que conti­nuásemos al frente del Colegio Mayor, otorgándonos la confianza que esagestión conlleva o si prefería cancelar nuestra actuación al frente del mis­mo, en cuyo caso le hacíamos saber que estábamos dispuestos a abando­nar el suelo dominicano en el plazo más breve posible. Verbalmente mehizo saber Su Excelencia Reverendísima, monseñor Beras, que había ha­blado dos veces con Vuestra Excelencia, y que en la segunda le había deja­do en sus manos la carta que yo le había dirigido a él, con el fin de hacerlallegar al conocimiento del generalísimo Trujillo; pero que hasta aquel mo­mento no había recibido contestación. En fecha 9 del mes de abril recibíuna comunicación de monseñor Octavio A. Beras, por escrito, en la queme confirmaba lo expuesto verbalmente y me notificaba que aun cuandole había sido devuelta la carta mía, no había recibido contestación algunarespecto de su contenido.

Pasadas las solemnidades de Semana Santa se fueron incorporandoalgunos de los universitarios al Colegio. Otros se abstuvieron debido a pre­siones, cuya procedencia no quisieron manifestar. Llegó el día 24 de abril, ya las once y cuarenta y cinco minutos de la noche fue lanzada una bombacontra el Colegio Mayor. Era lo que faltaba para colmar la medida del nervio­sismo de los muchachos y el temor y angustia de .sus familiares. Y, natural­mente, se produjo la desbandada. Se fueron los .muchachos, y el Colegioquedó desierto. A esto hay que agregar la comunicación de parte del Direc­tor General de Inmigración, por la cual el P. Alfonso Esteve debía abandonarla nación dominicana, cosa que efectuó en el día de ayer a las 9 a.m.

En estas condiciones, la finalidad para la que fue establecido el Cole­gio Mayor quedaba sin efecto y sin sentido. Lógicamente se imponía sucierre. Por ello, mi gestión ante el Sr. Rector de la Universidad de SantoDomingo para que tuviese a bien, previo acuerdo con instrucciones ema­nadas de la superioridad, indicar la persona que se hiciera cargo del edifi­cio y mobiliario del Colegio Mayor, hasta tanto que el Superior Gobiernodecidiera la nueva finalidad a que pudiera destinarse.

Muy atentamente,

(fdo.) JOAQuíN FERRAGUT

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Antología de doctl1llmtos

267. Palabras pronunciadas por Mons. Thomas F. Reilly en la Catedral de SanJuan de la Maguana durante la visita del generalísimo Trujillo (7 de mayo de 1960)

"Cooperación Iglesia-Estado no sufre mengua", El Caribe

XIII:4395 (C. Trujillo, 8 mayo 1960), p. 1, cols. 4-5; p. 11, cols. 4-5.

Excelencia, reverendos padres, distinguidos visitantesy nuestros amados feligreses:Deseamos ofrecer hoy una bienvenida cordial a Su Excelencia, el

Benefactor de la Patria.En los últimos meses hemos tenido el placer de ver a S. E. entre no­

sotros en varias ocasiones; primero en el mes de de diciembre para con­memorar un nuevo aniversario de la gloriosa Batalla de Santomé, y última­mente con ocasión de la gran Feria Agropecuaria de San Juan Bautista,acontecimiento de suma importancia para las provincias del sudoeste enque se ha manifestado, no solamente el progreso y desenvolvimiento deesta región, sino el porvenir alentador, las promesas de nuevas etapas deprogreso por la puesta en cultivo de nuevas tierras y modernización en laexplotación de las actuales por medio de canales de riego y de técnicamoderna en su explotación.

Ustedes saben que Su Excelencia ha aprovechado sus visitas a SanJuan para hacer recorridos por toda esta jurisdicción con sus ayudantes ytécnicos, ponderando nuevos proyectos en beneficio de esta región, los cualesél mismo revelará oportunamente cuando se terminen los estudios previos.

Creo también conveniente decir una palabra breve sobre el progresoespiritual, moral y educativo del sur de la República.

La prelatura de San Juan fue creada hace apenas seis años. Fue estable­cida como una jurisdicción independiente de la Iglesia, para atender más ade­cuadamente a cientos de miles de almas que sufTÍan durante décadas un aban­dono espiritual que era una triste tragedia. Sin embargo, en el corto espaciode seis años, hemos visto aquÍ en el Sur, merced a una fructífera colaboraciónde la Iglesia y el Estado, surgir nuevas parroquias y centros culturales y edu­cativos en tomo a esas mismas pan"oquias. En estos centros se enseña y pre­dica el puro evangelio de Cristo, sin herejías ni adulteraciones.

El Gobierno de Su Excelencia ha costeado la construcción de nume­rosos edificios dedicados a este noble fin antes indicado, y haciendo así, ala vez, la mejor obra de gobierno en beneficio del pueblo.

Una vez más quiero expresar mi público reconocimiento -como hehecho tantas veces en el pasado-, por esta noble labor del Gobierno de SuExcelencia.

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José Luis Sáez, S. J La SlImisión bifH pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Tmjillo (j 930-j 96 j)

Mientras tanto, la Ig~esia no ha dejado estos edificios en una inútilinactividad, sino que cree 'haber hecho muy fecundos, en beneficio delpueblo, los dispendios hechos por el Gobierno. La Iglesia ha buscado portodas las partes del mundo varones y mujeres, llenos de virtud y de cien­cia, que están haciendo de esos edificios, faros de luz divina y humanapara iluminar y guiar al querido pueblo dominicano a través de las tinie­blas de este mundo hasta la gloria eterna y la perfecta felicidad.

Permítaseme decir de paso, que nuestras amadas monjas y nuestrosvirtuosísimos y abnegados sacerdotes no han venido aquí como extranje­ros. Ellos son personas que han renunciado a todo, incluso al derecho deconstituir sus propias familias, para tener perfecta libertad espiritual, ydedicarse en cuerpo y alma al servicio de Dios y de los hijos de Dios, queson nuestros amados hijos, y esto en cualquier parte del mundo. Dondeestá su grey, ellos están en su casa; donde hay ovejas sin pastor, ellos estánsiempre dispuestos a acudir solícitos a ejercer su sublime paternidad espi­ritual. Así, por citar un ejemplo entre muchos, los padres belgas que estánen Neiba y Tamayo, trabajan en parroquias de misiones en los EstadosUnidos de la misma forma y con la misma dedicación que lo están hacien­do aquí; y en los Estados Unidos fueron gustosamente aceptados comopadres espirituales de sus hijos como lo han sido igualmente aquí.

Este ejemplo de cooperación fecunda de la Iglesia y el Estado en be­neficio del pueblo dominicano, no sufre ninguna mengua, porque en algúnmomento puedan surgir dificultades entre los dos poderes. El Estado esuna sociedad soberana, suprema en su esfera. Y también la Iglesia, funda­da sobre la roca del primer Sumo Pontífice, es a su vez una Sociedad su­prema y soberana en su esfera. A veces, pueden surgir dificultades a pesarde la buena voluntad de ambas sociedades; otras veces, tal vez por la ac­ción de personas mal intencionadas, interesadas en provocar o agravarestos posibles conflictos. Pero aquí, en esta amada República, tradicional­mente católica, confiamos que tales maquinaciones diabólicas no triunfa­rán. Donde hay entre los representantes de la Iglesia y del Estado hombresde buena voluntad, hombres de inteligencia y de noble sinceridad, los con­flictos posibles son pasajeros, se pueden resolver todos los problemas. Unpoco de paciencia, una disposición de hacer cada parte un sincero exa­men de conciencia, y las dificultades se desvanecerán.

Aquí en el sur de la República estamos recogiendo solamente los pri­meros frutos de la benéfica colaboración entre la Iglesia y el Estado enbeneficio del pueblo dominicano. Tenemos grandes proyectos, abrigamosgrandes esperanzas para el porvenir. Por eso es motivo de gozo contem­plar estos primeros frutos porque son promesa de abundante cosecha en

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Antolo!Jía de documelltos

el porvenir, si todos nos dedicamos al trabajo en concordia y paz bajo labendición de Dios.

En el nombre, pues, de los reverendos padres, en el nombre de lafeligresía de San Juan y en el mío propio, damos la más cordial bienvenidaa la más alta autoridad del Estado, Su Excelencia el Generalísimo, por ha­berse dignado, una vez más, venir hasta nosotros.

Sigamos trabajando todos juntos, hombro con hombro, pues es gran­de la tarea que queda por hacer, tanto en el orden material como en elespiritual. Pero ante todo, invoquemos todos juntos a Dios nuestro Padrepara que Él haga fecundos nuestros buenos propósitos y comunes esfuer­zos. Entonemos el tedeum y después supliquemos a Jesucristo Sacramen­tado su bendición.

Que Dios nos ayude y bendiga a todos.

268. Artículo anónimo de un religioso español sobre el encuentro de Mons. ReiUy yTrujiHo en San Juan de la Maguana (e. TrujiHo, 8 de mayo de 1960)

"Concordia de Trujillo y Reilly fija armonía Estado e Iglesia", El

Caribe XIII:4390 (C. Trujillo, 11 de mayo de 1960), p. 13, cols. 5-6.

Admirado y querido Jefe:Con inmensa satisfacción leí y releí hoy en El Caribe la apoteosis de

Su Excelencia en San Juan de la Maguana, cuando ayer elevó al AltísimoDios a una con todo su pueblo, dirigido porsu pastor, Mons. Reilly, el him­no consagrado de acción de gracias: el tedeum.

En los años que llevo en la República Dominicana, identificado ple­namente con los dominicanos para poderlos hacer sinceros cristianos ydignos patriotas, y admirando cada día más el mérito imponderable de SuExcelencia, que ha logrado sacar casi de la nada y entre dificultades in­mensas, internas y externas, un gran pueblo, nunca leí en la prensa unaverdad tan constructiva para la paz y concordia general de cuantos vivi­mos en esta patria, y que más conduzca a la prosperidad espiritual.

El abrazo sincero de S. E. a Mons. Reilly le hemos recibido todos losque como él tenemos el único propósito y fin de santificar las almas; y eseabrazo de reconocimiento a nuestra abnegada labor nos consuela y nosconforta. A la vez, con Mons. Reilly le abrazamos todos a S. E. agradecidosy en reconocimiento a su inexhausta protección y ayuda a la Iglesia. Poreste mutuo abrazo queda definitivamente aclarada la mejor voluntad quesiempre hubo, hay y habrá por ambas partes de respetarse y ayudarse

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José Luis 5áez, 5. 1. La 5flmisiórt bim pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Tmjillo (1930-1961)

mutuamente en los bienes que persiguen la Iglesia y el Estado. Con eseabrazo han sido burlados 108 verdaderos enemigos de la Iglesia y del Esta­do, que sembraron la confusión y ponderaron cierto malestar ficticio en­tre ambas potestades con la malévola intención no de hacer prevalecer launa sobre la otra, sino de destruir las dos.

Mi sueño apostólico y mi ilusión desde hace varios meses no ha sidootro que ver a las supremas autoridades de ambos poderes comprenderseen la caridad de Cristo para ayudarse mutuamente con la mejor voluntaden la consecución de sus fines comunes cristianos, para mayor prosperi­dad de todos, sin disminución de la dignidad de nadie. Todos los días hevenido pidiendo a Dios luz para las supremas autoridades de la Iglesia ydel Estado, para que vieran claro que lo que trataba de separarlos no era laenemistad ni la injusticia mutua, sino que eran otros poderes extraños,enemigos a la vez del Gobierno y de Su Excelencia y de su persona y de laIglesia Católica; vengo pidiendo luz y calma para enjuiciar prudentementelos hechos o rumores disociadores; y sobre todo la mejor voluntad y rectaintención de resolver las diferencias positivas que se hallasen en la mejorarmonía, según los principios de la justicia cristiana, pues me parecía queéste era el camino más prudente y más evangélico para conservar y conso­lidar la Iglesia Católica en la República Dominicana. El abrazo de San Juanconfirma que existia, existe y existirá esta disposición y esta realidad, gra­cias sobre todo a la comprensión y justicia de sU: Excelencia.

Por eso, admirado y querido Jefe, de todos los dominicanos nativos yadoptados, hoy leí con más placer que nunca El Caribe. Mucho me gusta­ron sus frases a los que no nacimos aquí, pero lo dejamos todo para serviraquí por amor de Dios y de los dominicanos; pero sobre estas frases alen­tadoras de Su Excelencia, se eleva y vuela hasta las alturas el abrazo queayer nos dio y le dimos en San Juan. "Que Dios nos ilumine a todos", comousted nos dijo, para que hallemos el camino de la paz y prosperidad espiri­tual y material para todos los dominicanos. Que a Su Excelencia y a suGobierno le llene Dios de poderes para ayudarnos, y a nosotros la mejorvoluntad de servir a Dios a la Patria.

Le felicita y abraza muy sinceramente quien más sinceramente leadmira.

Un sacerdote extranjero amigo del generalísimo Trujillo.

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Antología de documentos

269. Telegrama de Mons. Hugo E. Polanco, obispo de Santiago, invitando algeneralísimo TrujiUo a un tedeum (Santiago, 11 de mayo de 1960)

El Caribe XIII:9401 (C. Tmjillo, 14 de mayo de 1960),

p. 1, cols. 4-5.

Sabiendo que V. E. visitará Santiago el próximo lunes 16, para la con­centración Cívica de la Provincia, creo oportuno celebrar un tedeum en laCatedral del Apóstol Santiago, al cual tengo a bien invitar a V. E. Cordial­mente,

HUGO E. PaLANCa

Obispo de Santiago de los Caballeros

27O. Respuesta del generalísimo TrujiHo al telegrama del obispo Polanca(C. Trujillo, 11 de mayo de 1960)

¡bid., 1", cols. 4-5.

Complacidamente avísole recepción de su atento mensaje, partici­pándome que, enterado de mi posible visita a esa ciudad el próximo 16 delmes en curso, tiene el propósito de celebrar un tedeum en la Catedral delApóstol Santiago, a cuyo acto me extiende cordial invitación.

En el caso de que mis ocupaciones me permitan efectuar la proyec­tada visita a esa ciudad, me será particularmente grato asistir a dicho actoreligioso como demostración de mi inquebrantable fervor religioso.

GENERALíSIMO TRUJILLO

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JoséLlIis Sáez, S. 1. La sI/misión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Tmjillo (1930-1961]

271. Ley N° 5349 que deroga la prohibición de la secta "Testigos de Jehová"dictada en 1957 (e. Trujillo, n.de mayo de 1960)

"Derogan ley que prohibía secta Testigos de Jehová. Nueva

ley se Inspira en directrices democrática", El Caribe (13 de

mayo de 1960), p. 1, cok 3-4; Gaceta Oficial LXXI:8476 (C.

Trujillo, 13 de mayo de 1960), pp6-8.

EL CONGRESO NACIONALEn nombre de la República

CONSIDERANDO: Que por la Ley N° 4729, de fecha 26 de julio delaño 1957, quedó prohibida la secta conocida con el nombre de "Testigosde Jehová", así como sus prácticas y la propagación de sus doctrinas, te­niéndose en cuenta para ello los motivos que en la misma se especifican yque le sirvieron de fundamento;

CONSIDERANDO: Que las previsiones especiales de la citada ley seconfunden en cierto modo con el derecho común, cuyas disposiciones, enconformidad con el estado actual de nuestra legislación, son más que sufi­cientes para prevenir y sancionar debidamente cualquier acción por me­dio de la cual se traten de subvertir los fundamentos esenciales del EstadoDominicano, de sus leyes y de su Gobierno;

CONSIDERANDO: Que de acuerdo con esas directivas, y dentro deun criterio democrático más amplio, resulta más conveniente y construc­tivo que sean los tribunales de la República los que determinen en cadacaso, con sujeción al derecho común, si las actividades de los miembrosde talo cual secta implican o no un atentado a los principios sobre loscuales ha sido organizado el Estado dominicano;

CONSIDERANDO: Que las razones precedentes demuestran que lamencionada leyes innecesaria, y que por tanto, debe ser derogada,

HA DADO LA SIGUIENTE LEY:

ARTÍCULO ÚNICO. Queda derogada la Ley N°. 4729, del 26 del mesde julio del año 1957, por medio de la cual quedaron prohibidas la sectaconocida con el nombre de "Testigos de Jehová" y sus actividades.

Dada en la Sala de Sesiones de la Cámara de Diputados, Palacio delCongreso Nacional en Ciudad Trujillo, Distrito Nacional, capital de la Re­pública Dominicana a los veintiocho días del mes de abril del año mil

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Antología de documentos

novecientos sesenta, año 117 de la Independencia, 97 de la Restauración y30 de la Era de Trujillo.

(fdo.) JOSÉ RAMÓN RODRÍGUEZ

Presidente

OPINIO ÁLVAREZ MAINARDI

SecretarioLUIS E. DÍAz MONTEAGUDO

Secretario

Dada en la Sala de Sesiones del Senado, Palacio del Congreso Nacio­nal en Ciudad Trujillo, Distrito Nacional, capital de la República Domini­cana, a los once días del mes de mayo del año mil novecientos sesenta, 117de la Independencia, 97 de la Restauración y 30 de la Era de Trujillo.

CARLOS SÁNCHEZ y SÁNCHEZ

Vicepresidente del Senado en funciones

MANUEL JOAQUÍN CASTILLO

SecretarioJULIO A. CAMBlER

Secretario

HÉCTOR BIENVENIDO TRUJILLO MOLINAPresidente de la República Dominicana

En ejercicio de la atribución que me confiere el artículo 54 inciso 2°de la Constitución de la República;

PROMULGO la presente Ley y mando que sea publicada en la GacetaOficial para su conocimiento y cumplimiento.

DADA en Ciudad Trujillo, Distrito Nacional, capital de la RepúblicaDominicana, a los doce días del mes de mayo de mil novecientos sesenta,años 117 de la Independencia, 97 de la Restauración y 30 de la Era de Trujillo.

HÉCTOR B. TRunLLO MaLINA

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José Lrlis Sáez, S 1. La sumisión bien pagada. La Iglesia domiuicatla bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

272. Sermón de Mons. Hugo Eduardo Polanco Brito, obispo de Santiago, durante lavisita del generalísimo Trujillo (S~ntiago, 16 de mayo de 1960)

"Obispo Palanca dice hombre necesita Iglesia y Estado", La

Nación XXI:7136 (e. Trujillo, 17 de mayo de 1960), p. 10,

cols. 1-3.

Celebramos este tedeum de acción de gracias por los innumerablesservicios que la divina providencia ha sabido derramar sobre Vuestra Ex­celencia, sobre la República Dominicana y sobre todos y cada uno de no­sotros.

Nada más digno, en estos aflictivos momentos de la humanidad, quever al pueblo dominicano y a su más alto líder doblar sus rodillas parapostrarse ante Dios Óptimo Máximo, y reconocer en Él la fuente de todanuestra humana felicidad.

y esta felicidad que el cristiano espera obtener perfectamente en lagloria celestial, debe ser alcanzada, o por lo menos, deseada ardientementeen este valle de lágrimas. El hombre anhela ser feliz. Este ser tan extrañoque sobrepasa a todos los demás seres del universo sin llegar a tomar lasperfecciones de los ángeles, es el sujeto de esta felicidad, sujeto que poseeun alma y un cuerpo y que, por lo tanto, depende de la Iglesia y del Estado.

De la Iglesia para buscar los bienes del espíritu; del Estado para pro­curarse el máximo de los bienes de la tierra.

De ahí, señores, que estos dos poderes que emanan de Dios y se divi­den al compuesto, deben marchar siempre al unísono en la lucha por elbien, sin confundir sus campos, dando a Dios lo que le pertenece y al Césarlo que es del César. Nuestra patria que se meció en la cuna del cristianis­mo, y desde sus primeros vagidos hasta el esplendor de hoy, el pueblo do­minicano ha permanecido siempre fiel a sus creencias católicas, creen­cias que en frases recientes de Vuestra Excelencia, la nación considera "lamás gloriosa de sus tradiciones".

Ciertamente que la Iglesia Católica representa para la patria domini­cana un apoyo moral de primer orden, pues el pueblo sabe que ella seasienta sobre la palabra eterna de Cristo; que ella predica la verdad; queella enseña al individuo sus derechos y deberes frente al Estado: que ellada pautas a los que están en las alturas e implora las luces de la sabiduríadivina sobre los gobernantes para que "vean lo que debe hacerse y paraque puedan realizarlo" (Oración del Concordato).

Por esta misma razón, Vuestra Excelencia ha proclamado, más deuna vez, la adhesión del Gobierno y pueblo dominicanos a los principios

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Antología de doclllllel1tos

imperecederos del catolicismo, para que nuestra nación pueda continuarpor los derroteros del progreso físico y moral de modo que podamos cons­tituir un pueblo que lucha por alcanzar la felicidad.

Mientras las palabras del tedeum resuenan en nuestros oídos y subenhasta el cielo por las columnas vaporosas del incienso, preparemos nues­tras almas para recibir la bendición de Jesucristo, presente en la santa hos­tia consagrada. Que Él os bendiga y bendiga a vuestro pueblo. Amén.

273. Fragmentos del discurso leído por el generalísimo Trujillo en el tedeum de laCatedral de Santiago (Santiago, 16 de mayo de 1960)

"Trujillo invoca protección para Iglesia y Estado sigan y

trabajando juntos", El Cm'ibe XIII:44üS (C. Trujillo, 18 de

mayo de 1960), p. 1, cols. 1-2; p. 9, cols. 1-6.

El viernes último recibí la visita de un sacerdote amigo que me dijo:"Vengo a verlo antes de su partida para Santiago. He sabido que Mons.Palanca le invita'rá a un tedeum. Por Dios, prepare un discurso para quehable en esta ocasión". Y le contesté: Padre, haré lo que se pueda.

Quiero comenzar por agradecer al obispo de Santiago, Mons. Palanca,la oportunidad que me brinda de hacer uso de la palabra en este sagradorecinto; y acepto complacido porque los sentimientos cristianos que bu­llen en mi corazón deben ser exteriorizados aunque sea fuera de una tribu­na política, bajo las bóvedas de un templo católico, donde hablan los mi­nistros de Dios.

Los pueblos a veces olvidan la historia y otras veces la desconocenpor completo, y es por esa razón que quiero hacer algunas citas de carác­ter histórico.

Comenzaré por un artículo de América Lugo, publicado en 1899. De­cía así el ilustre escritor:

"No hay que forjarse ilusiones sobre el valer moral del pueblo domi­nicano. El valer moral alcanza siempre el límite de la capacidad intelec­tual, y nuestra capacidad intelectual es casi nula. Una inmensa mayoría deciudadanos que no saben leer ni escribir, para quienes no existen verdade­ras necesidades, sino caprichos y pasiones; bárbaros en fin, que no cono­cen más ley que el instinto, más derecho que la fuerza, más hogar que elrancho, más familia que la hembra del fandango, más escuelas que las ga­lleras; una minoría que sabe leer y escribir, entre la cual sobresalen, escierto, personalidades que valen un mundo: tal es el pueblo dominicano,

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José Lllis Sáez, S 1. La mmisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Truji1lo (19 30-1961)

semisalvaje por un lado, ilustrado por otro, en general apático, belicoso,cruel, desinteresado. Pero semejar no es ser: el pueblo dominicano no esdegenerado porque, si bien incapaz de las persistencia en las virtudes, tirafuertemente hacia ellas; porque aunque falto de vigor y vuelos intelectua­les, tiene todavía talento y fuerzas para ponerse de pie y dominar granespacio de la bóveda celeste; porque aún postrado y miserable, está su­biendo, peregrino doliente, el monte sagrado donde el águila de la civiliza­ción forma su nido".

No obstante la débil esperanza que emerge del último párrafo de estacita, es evidente que el autor no se hacía en 1899, cuando escribió susnotas sobre política, muchas ilusiones sobre el valer moral del pueblo do­minicano. Todavía Lugo no era el historiador que fue luego, y no conocíatan ampliamente como las conoció después, las condiciones históricas dela formación de su pueblo.

En septiembre de 1901, y dirigidas a las damas puertoplateñas, escri­bió Lugo sus reflexiones sobre "La religión y la reforma educacional". Aquíse muestra imbuido de las ideas de su maestro, y propugna desde luego elsistema educacional del señor Hostos, anti-tradicionalista, naturalista y ra­cionalista. Refiriéndose de nuevo al pueblo dominicano, dijo lo siguiente:

"No son religiosos los pueblos ignorantes; no pueden serlo. La dife­rencia entre la religiosidad de uno de nuestros campesinos y uno cual­quiera de los conservadores ilustrados que impugnan la reforma no sonmás que diferencias de grado intelectual. Los pueblos ignorantes seránsupersticiosos, fanáticos, intolerantes, inquisidores; pero no serán, no po­drán ser religiosos".

En vísperas de la gran tragedia de 1916, escribió Lugo su trabajo másdiscutido "El Estado dominicano ante el Derecho Público". Lo leyó en laUniversidad de Santo Domingo para obtener el doctorado en Derecho. Lasconclusiones a que llega en este trabajo son desoladoramente pesimistas.A no ser por la levantada confianza en los destinos de su país, que demos­tró poco después frente a la ocupación militar, podría decirse que en sutesis de 1916 quiso escribir el epitafio de la vida nacional dominicana.Entonces sentó esta sombría conclusión:

"De la lección atenta de la historia se deduce que el pueblo dominica­no, que aunque no constituye Estado, está en vísperas de formarlo, va afundarlo. Aquel en que todavía no se ha operado, aunque proclame el Esta­do y lo establezca y organice, no logra constituirlo. El Estado Dominicanorefleja lo que puede. La variable voluntad de las masas populares de nin­gún modo una voluntad pública que aquí no existe. El pueblo dominicanono es una nación porque no tiene conciencia de la comunidad que consti-

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Antología de doculIleHfos

tuye, porque su actividad política no se ha generalizado lo bastante. Nosiendo una nación, el Estado que pretende representarlo no es un verdade­ro Estado".

Hastiada esperanzaA este negativo remate llegó la hastiada esperanza del gran domini­

cano cuando cifraba en los cuarenta y seis años de su vida. No había teni­do oportunidad de contemplar en su país un solo momento de sensateznacional. Para estos mismos días del año 16 pronunció también don Fran­cisco J. Peynado su conocido discurso de los Juegos Florales. Andaba en­tonces por los mismos senderos de desesperanza y escepticismo que con­movían el alma de Lugo. No era posible entonces por aquel luctuoso añosonreír satisfecho ante el porvenir de la República. Todos los presagioseran angustiosos y nadie podía sentirse feliz.

Creemos, sin embargo, que la tesis de Lugo y la misma de Peynadoestuvieron incompletas. Los dominicanos no hemos sido nunca los úni­cos culpables de la incapacidad nacional de nuestro país. Los extranjeroslo son en la misma medida que nosotros. En 1916 pagábamos, junto connuestros errores administrativos, la mezquindad y la falta de verdaderoespíritu de cooperación internacional con que el gobierno de Washingtonnegoció la Convención de 1907. En 1916 llegamos al vórtice de la tempes­tad social y política que significaron en la vida de este país los veintidósaños de ocupación haitiana. Por mucho que se piense en todo esto, no esposible concluir de manera distinta a como lo hemos hecho otras veces. Aprincipios del siglo xx, los dominicanos no podían representar otros valo­res que los derivados de las formas sociales en que vivieron durante todoel siglo XIX, que políticamente se inició para nosotros en 1795 con el Trata­do de Basilea.

Un natimuertoEn 1916 no éramos una nación, y por lo tanto, no podíamos organi­

zar un Estado viable. Según Lugo, el Estado proclamado en 1844 era unnatimuerto. La tesis merece nuevas consideraciones. El Tratado de Basileaabrió las puertas de nuestro país a la influencia haitiana, definitivamenteestablecida después de la derrota de las armas napoleónicas. Toussaint,Dessalines y Boyer mantuvieron vigente en Santo Domingo, por vías de undespotismo primario, la concepción haitiana del Estado hasta 1844. Vivi­mos cincuenta años sujetos a un régimen desnacionalizante de tipo mate­rialista. Los haitianos nos gobernaron o nos mediatizaron en todo ese tiem­po, soterrando las raíces de nuestro espíritu. Uno de los primeros actos

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JoséLuis Sáez, s. J La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

administrativos de Boyer fue el cierre de la Universidad de Santo Tomásde Aquino. Nosotros sufrimos el impacto del materialismo francés de laRevolución.

Esto equivale a decir que por espacio de cincuenta años sufrimos elimperio de la horda, completamente impermeable a sentimientos de pro­greso moral y de espiritualidad. Ese no fue solamente un periodo de estan­camiento, sino un periodo de retroceso nacional. Poco faltó para que nosperdiéramos de una vez.

Cuando nos independizamos de Haití en 1844 éramos un país dete­riorado, sin raíces inmediatas, ni en la tradición española, ni en la tradi­ción positivista francesa. No teníamos conciencia nacional definida, por­que eso fue lo que desquició Boyer, siguiendo a Toussaint y a Dessalines,con una política administrativa fríamente calculada para provecho del pro­grama expansionista de Haití, destinado, desde luego, a obtener la unidadpolítica y social de la isla.

Es en este aspecto donde encontramos la grave contradicción delpensamiento político del doctor Lugo. Del cuerpo social dominicano deentonces no podía esperarse una súbita reacción que hiciera posible laaplicabilidad de sistemas de gobierno netamente científicos. Ya lo dijocon profunda claridad el Dr. Henríquez en 1900:

"¿Queréis que un pueblo que ha vivido en la atmósfera de la inmora­lidad pública y la injusticia, que está inficionado de vicios, de errores fun­damentales, que no conoce más prácticas gubernativas que las que en es­tas tierras han podido perdurar, las de la tiranía, que está revuelto siemprecon ideas subversivas contra el orden gubernativo instituido, sea este bue­no o malo, poco importa. Queréis que un pueblo semejante que carece enabsoluto de tradición aprovechable y de educación, se convierta de un díaa otro, surgiendo de la noche de los horrores, todo estropeado, harapiento,hambriento, con el rostro pálido y demacrado, a la mañana deliciosa de undespertar inesperado, se convierta, lo repetimos, en un pueblo adulto, ro­busto y sano, lleno de vigor moral, con ideas justas, con nobles propósitos,con hábitos sociales y políticos que le permitan dar en su nuevo género devida la misma notación de los pueblos que, como Suiza, Inglaterra y losEstados Unidos de América, no sólo necesitaron siglos para llegar ahí, sinoque contaban con elementos étnicos superiores y una adaptación lenta ynatural al medio geográfico y al medio internacional?"

Esa transición resultaba verdaderamente quimérica, pero creyendoviable aquella quimera, consumieron sus mejores energías y sus mejoresesfuerzos los discípulos del señor Hostos, hasta la falta caída de 1916. Elmaterialismo y el naturalismo hostosianos no podían ser los motores de la

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Antología de doctllllfl1tos

gran revolución social que necesitaba la vida común del pueblo dominica­no. El racionalismo, mera abstracción filosófica, no tiene sentido social ypolítico. Esto se comprobó plenamente con el fracaso político de la Revo­lución Francesa, que no logró fundar en Francia un régimen institucionaldivorciado de la tradición, de la historia y de los sentimientos sociales delpueblo francés, como pretendieron en su delirio racionalista los jacobinosy la Convención Nacional.

La única revoluciónLa única revolución posible en Santo Domingo la hemos visto reali­

zarse ya. Ha sido el resultado de una genuina comprensión de nuestrasesencias sociales. Nadie podría desconocer hoy la indiscutible eficaciadel régimen institucional vigente en nuestro país. Todo cuanto echaban demenos los pensadores políticos de principios en la fracasada organizaciónpolítica de la nación, está ahora en viva capacidad de funcionamiento. Enel corto espacio de treinta años se han trasformado todas las deficienciasde la administración pública para convertirse en innegables expresionesde servicio. Por donde quiera que se enfoque el decurso de la vida socialdominicana se la encontrará impregnada de un nuevo sentido de eficaciamuy distante de la penuria, el malestar y la cortedad que nos distinguían ycaracterizaban antes.

Como dije ya una vez, en 1930, la situación dominicana se encontra­ba en el mismo punto de partida. Después de ochenta y seis años de gue­rras sangrientas y conturbaciones sociales, de miseria y de insatisfacción,no habíamos logrado resolver ninguno de nuestros problemas: vivíamossin escuelas, sin hospitales, sin trabajo, sin fTonteras, sin caminos, sinmoneda, sin bancos, sin agricultura, sin industrias, sin edificios públicos,sin asistencia social, sin energía eléctrica, sin universidad, sin agua de re­gadío, sin puentes, sin dinero y sin producción apreciable. En 1930 no sehabía dado un solo paso para recuperar nuestra libertad financiera, y de­bíamos bajo la coyunda de la Convención mucho más de la deuda quereajustamos en 1907.

Mínimun de serviciosLa República se reducía a sostener con carácter vegetativo un míni­

mum de servicios que dependía de las escasas proporciones de un presu­puesto primordialmente destinado al mantenimiento de una deuda abru­madora. En 1930 nos encontrábamos nuevamente en la encrucijada: losmismos escasos recursos de siempre. El espíritu de los dominicanos aba­tido por un escepticismo sin remedio, las riquezas sin evolucionar, los

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JoséLuis Sáez. S. 1 La SHllIisiÓl1 bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Tntjillo (1930-1961)

servicios paralizados, el comercio inactivo, la capital destruida, los acree­dores exigentes, la opinión.p~blicadivida en innúmeras facciones persona­listas de tipo primario, el caudillismo localista tan activo como antes, y en elfondo del cuadro la rebelión armada queriendo levantar su cabeza de hidra.

El cuadro por sí sólo bastaba para desalentar al más entusiasta y op­timista. Pero yo tuve confianza en los destinos de mi país, en la buena fede mi pueblo y en la inmanente voluntad de Dios. Tuve paciencia y fe paraemprender y organizar un programa de gobierno que se contenía en estasola palabra: construir.

Oportuno es también recordar en esta ocasión lo expresado por elilustre historiador y religioso desaparecido Fr. Cipriano de Utrera, en suobra Episcopologio dominicopolitano, al referirse a Mons. Ricardo Pittini,arzobispo de Santo Domingo:

"Al cumplirse los veinte años de su consagración episcopal, expresaFr. Cipriano, la Iglesia dominicana ha sido puesta ya en estado de esplen­dor, como nunca, ni aun durante la dominación española había llegado aestar, todo ello debido al genio político-católico del insigne magistradogeneralísimo y Dr. Don Rafael Leónidas Trujillo Molina, a quien sus con­ciudadanos, en prenda de su visión total de la grandeza de la Patria, handignificado con los áureos laureles de Benefactor de la Patria y Padre de laPatria Nueva.

"Precedida del otorgamiento que Trujillo le hizo de la personalidadjurídica, fundamento sustancial de sociedad católica con verdadera enti­dad nacional, todos los demás bienes que al presente atesora pueden enu­merarse específicamente como otros tantos beneficios ligados entre sí porla propia mano de aquel varón egregio: multiplicación de institucionesreligiosas dedicadas a la enseñanza del pueblo, cuidado de hospitales, clí­nicas y departamentos universitarios, residencias universitarias para es­tudiantes de uno y otro sexo, y para el fomento del culto católico; edifica­ción de templos parroquiales en casi todos los pueblos de la República;dirección de planteles de corrección y reeducación de niños y jóvenes de­lincuentes; nuevo edificio del Seminario Conciliar, establecimiento cabalde las relaciones diplomáticas con la Santa Sede, con el Nuncio de S. S.residente en el país; cooperación 'en grado excelentísimo para la construc-.ción del santuario de Nuestra Señora de la Altagracia en la villa de Higüey;contribución permanente para la dotación de becas en el Seminario; situa­ción privilegiada para los miembros del clero para que, como ministros deDios, estén exceptuados de impuestos fiscales en cuantas cosas atañen alejercicio del sagrado ministerio; restauración de la familia cristiana por elreconocimiento legal del matrimonio canónico; capellanías castrenses para

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Antología de dOClll1lel1tos

la instrucción religiosa de la clase militar, enseñanza de religión en escue­las, colegios y cárceles; y dejando sin enumeración los continuos y creci­dos donativos que dicho magistrado personalmente ha hecho y cada díahace a entidades eclesiásticas de ambos cleros, secular y regular, las dosobras más relevantes suyas ha sido el Concordato con la Santa Sede, segui­do de la legislación nacional de sus elementos particulares, y la creaciónde tres diócesis y una prelatura eclesiástica en el territorio de la República.

"Últimamente, en esta larga y continua cadena de protección de supueblo y de la fe de sus mayores, justamente cuando se da a la prensa elpresente estudio, en los mismos días de las fiestas patrias de febrero de1956, y bajo los auspicios del Gobierno Nacional, se está celebrando, parahonra y decoro de la República e Iglesia dominicana, un congreso interna­cional de cultura católica, primero de los de esta extensión universal enterritorio dominicano, con representativos sociólogos de 33 países deambos hemisferios".

Precisamente en el discurso de inauguración de ese importante cón­clave religioso internacional, tuve oportunidad de fijar así mi posición comogobernante en lo que respecta a la Iglesia Católica:

Milagrosas fuerzas"Somos humildes hijos de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana y

reconocemos que la firme sinceridad de nuestra fe y nuestra decidida vin­culación a la cultura cristiana fueron milagrosas fuerzas de cohesión quenos hicieron salir triunfantes en etapas dolorosas de nuestra historia. Lareligión no es solamente consuelo, deber y esperanza para el hombre; tam­bién es estímulo, resistencia y ejemplo de sacrificio para las colectivida­des. Sin Dios no hay nación que se enfrente al tiempo y al destino; sinreligión perecerán los Estados que más se ufanen de su fuerza física.

"En estos inciertos años que vive la humanidad, combatida por losmás duros sistemas materialistas, amenazada por una tenaz ofensiva delateísmo organizado más que en partido, en táctica que respalda el instru­mento de subversión marcial llamado por ellos "Ejército Rojo", es impera­tivo deber movilizar las fuerzas del espíritu, reforzar las defensas impon­derables que nuestra religión nos ofrece, ratificar valerosamente nuestrosprincipios tradicionales, y convertir en enseñanza viva, tanto en el ordendoméstico como en el internacional, la divina palabra de Jesús. No es horade vacilaciones, sino de decisiones firmes, inspiradas por una fe irrevoca­ble. Hay que elegir resueltamente entre los dos sistemas opuestos que sedisputan el dominio del mundo, entre las concepción materialista y la con­cepción cristiana de la vida y de la historia".

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José Luis Sáez, S. 1 La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trtljillo (1930-1961)

Limpia concienciaHoy puedo reiterar esas frases con la limpia conciencia de quien ha

actuado siempre de acuerdo a sentimientos cristianos profundamente arrai­gados. Jesús no fue un fundador de dogmas, ni un inventor de símbolos; esiniciador del nuevo espíritu, llamado a regenerar el mundo. Para los que serefugian en el ideal de Dios, Jesús es todavía el Gran Maestro. Él fue elprimero que proclamó la soberanía del espíritu, el primero que dijo, dan­do ejemplo con sus hechos: "Mi reino no es de este mundo". El fundamen­to de la religión verdadera es pues obra suya, y después de Él sólo faltafecundar y cultivar la divina semilla que su mano arrojó al mundo.

Uno de los más grandes pilares de la Iglesia fundada por Jesucristofue San Ignacio de Loyola, un decidido imitador de Jesús que aspirabasolamente a la mayor gloria de Dios y a la salvación de las almas. Estabadotado de gran fuerza de carácter, regulada por la razón y el deber, y deprofundo conocimiento del hombre y de las armas. Tuvo un valor personala toda prueba, y gran humildad y sencillez, informadas por la prudencia yel amor al prójimo. Es la gran figura de la Contrarreforma. En él se confun­de la tenaz energía vasca con el heroico espíritu emprendedor de los espa­ñoles del siglo XVI, y el celo extraordinario de un alma predestinada a sumisión. Fundó la Orden de Jesús con hombres humildes, sencillos y no­bles, maestros por excelencia, tan eficaces que los ateos, no encontrandonada que decir contra su Orden, se limitan a llamarlos "Los paracaidistasdel Vaticano".

Sean destinadas mis últimas palabras a evocar el ejemplo de San Ig­nacio de Loyola para que su recia voluntad nos inspire en nuestra misiónde trabajar unidos por el engrandecimiento y dignidad de la Patria. El po­der temporal y el espiritual tienen que actuar en armonía porque sólo asípueden ofrecer un frente verdaderamente indestructible contra las fuerzasmaterialistas que amenazan la civilización cristiana. Los enemigos de Diosactuando como agentes del comunismo para esa obra de desintegración yde subversión de todos los valores morales, han especulado en estos últi­mos tiempos sobre un supuesto conflicto entre la Iglesia y el Estado domi­nicano. Ese conflicto inventado por los oportunistas que no buscan el triun­fo del Gobierno ni el de la Iglesia, sino el de sus propios intereses, no haexistido jamás porque no puede haber campo para la fricción entre dospotestades que siempre se han comprendido y que tienen los mismos ene­migos y que trabajan para los mismos fines.

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Antología de dOCHlIlelltos

Clima de colaboraciónEl Excelentísimo Señor Obispo de San Juan de la Maguana, Mons.

Reilly, señaló en un reciente discurso el clima de colaboración que reinaentre la Iglesia y el Estado. Y expuso el peligro que para ambos tendríacualquier divergencia que tienda a quebrantar la unidad de su actuación ya favorecer la expansión de las fuerzas del mal.

Desde este augusto recinto, invoco como cristiano y como hombrede gobierno la protección de la divina providencia para que nos ilumine atodos y nos permita continuar sin desmayos la obra que estamos realizan­do juntos para que la civilización a que pertenecemos se conserve en nuestropaís con sus mismas características de fe, de cultura y de progreso.

274. Artículo anónimo de un religioso aparecido en la prensa matutina como cartadirigida al generalísimo Trujillo (San Cristóbal, 19 de mayo de 1960)

"Trujillo da en la clave y en el clavo", El Caribe XIII:4410 (C.

Trujillo, 20 de mayo de 1960), p. 1, cols. 4-5; p. 2, cols. 2-3.

Como siempre, admirado y querido Jefe:No puedo resistirme a felicitarle por su inspirado y elocuente discur­

so del 17 de mayo en la Catedral de Santiago.Se reiteró el amistoso y simbólico abrazo de San Juan, ahora con

Mons. Palanca Brito en Santiago; abrazo que recibimos agradecidos cuan­tos colaboramos en el apostolado con nuestros obispos, y que devolvemosmuy sinceramente a Su Excelencia para trabajar unidos por la paz y pros­peridad espiritual y material de la Patria.

Pero el abrazo de Santiago tuvo énfasis muy especial al ser rubricadopor Su Excelencia con una lección de historia y política patrias con otraaún más profunda de filosofía práctica de ambas, que habrá hecho ver alos ciegos y enmudecer a los habladores. Por eso le quiero felicitar hoy yabrazarle con todos los buenos dominicanos de nacimiento o de voluntad.

Después del breve y sencillo prefacio aptísimo para captarse la sim­patía universal, nos dio Su Excelencia el argumento de todo su trascen­dental discurso: recordar la historia a los que la desconocen.

¡Muy bien! No pudo escoger argumento más oportuno ni más prácti­co. Apuntó Su Excelencia al clavo de nuestra situación. Creo que dio muybien en él, y que hay que seguir dando y machacando, para fijar y unir en éllas aspiraciones legítimas de todos los dominicanos hacia un porvenir de

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JosÉ Luis 5áez, 5. 1 La sumisión bifl1 pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961 ]

constante progreso, y para evitar que volvamos a caer neciamente en elcaos y miseria del pasado."·.

Por ignorar nuestro pasado o por resistirse a admitir sinceramentelas circunstancias que han creado nuestro presente, tal cual es, hay tal vezen la República algunos desorientados, nativos o extranjeros, interesadosen obligarnos a tragar como alimento doctrinas y prácticas que nos des­truirían por no adaptarse a nosotros.

Así como no fueron las palabras ni las discusiones de lo mejor, sino laejecución de las obras existentes, nacidas sobre todo de la voluntad traba­jadora, práctica y firme de un hombre, las que hicieron esta Patria, asítampoco aspira Su Excelencia a ganarse a los alejados con palabras bri­llantes y razones oratorias, sino con la muda elocuencia de los hechos his­tóricos e ÍlTefutables.

Tanto los instruidos, cultos e intelectuales, como los analfabetos quele pudieron oír tienen que responder "amén" a cuanto Su Excelencia re­cordó en su discurso de Santiago, por cuanto no hizo sino presentar lahistoria verdadera de nuestro pasado; y por lo tanto la conclusión que flu­ye es que si hoy somos algo, si significamos algo y si algo tenemos, porTrujillo nos ha llegado y por ningún otro. Podrán, si así lo quieren, no que­rer que fuera así, porque hay hombres que son libres para tener voluntadmala, pero lo que es verdad, es verdad siempre para todos.

Antes del 30 habría, sí, muchos sabihondos como los hay ahora, paradogmatizar sobre política o para hacer su política. ¿Pero hicieron la políti­ca de la República? ¿Salvaron la República aquellos idealistas? ¿Los deahora, prometen eficazmente nada positivo y cierto para el futuro?

Se impuso la necesidad de lo positivo y práctico: hacer, construir Pa­tria en todos los órdenes; en el político, en el religioso, en el económico,en el social, en todos. Esto, esto es lo que ha levantado esta Patria y estomismo es lo que la ha de conservar: construir, construir. ¿Quién se entregóa esa tarea de construir rompiendo todas las formas o fórmulas políticasapriorísticas, ineficaces, inútiles, fatales? La revolución del construir. ¿Yquién fue su genio revolucionario constructor de la Nueva Patria? No ne­cesitó Su Excelencia señalarlo en su discurso. Por eso son sus enemigoslos enemigos de esta Patria.

Para hablar servimos todos, hasta los tontos: pero para construir sólosirven las grandes voluntades de sacrificio y de trabajo. Constructores ne-

. cesita la Patria, no charlatanes. Por eso epiloga Su Excelencia muy acerta­damente su transcendental discurso con los ejemplos de "constructores"que nos dieron Nuestro Señor Jesucristo y San Ignacio de Loyola. Jesu­cristo salvó a la humanidad redimiéndola Él mismo con su propio sacrificio,

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Antología de documentos

comenzando por hacer primero Él cuanto predicó que hicieran los demás.San Ignacio de Loyola es un ejemplo típico de los tiempos modernos paraprobar que, para reformar la iglesia y la sociedad, no se requieren habili­dades especiales oratorias que él nunca tuvo, sino visión de lo práctico yposible, con voluntad firmísimo de alcanzarlo en cuanto se pudiera me­diante los medios adecuados.

Ha sido un grande acierto de Su Excelencia, haber puesto casi todosu discurso en boca de filósofos o historiadores que no pensaron jamás enque nos iban a hablar en la Catedral de Santiago el 17 de mayo de 1960. Deesta manera tienen tanto más valor sus palabras cuanto menos artificio ointerés personal se puede sospechar en ellas.

Querido y admirable Jefe: mi entusiasmo me quería llevar ahora ahacer un análisis de todo su discurso y de cada una de sus partes párrafo apárrafo; pero como esto es una carta al autor de ese discurso, no la vayaconvertir en lección sobre el mismo. Quede eso para los maestros y confe­rencistas, quienes deben hacer profusa propaganda de todas las profundasenseñanzas que se encierran en ese histórico discurso para todos, domini­canos y extranjeros. Sin embargo, no quiero llegar al punto final sin felici­tarle especialmente por atribuir de una manera tan solemne, tan clara y tancategórica a los valores espirituales y de la religión católica el mérito co­hesivo de construir Patria y la medida necesaria para conservarlas intacta.

275. Telegrama del P. Fernando Arturo Franco Benoit, cura de Mao, invitando algeneralísimo Trujillo a un tedeum en su parroquia (Valverde, 21 de mayo de 1960)

"Benefactor acepta invitación a tedeum", El Caribe XIII:4408

(C. Trujillo, 21 de mayo de 1960), p. 1, cols. 2-3.

Pueblo y párroco de Valverde nos sentiríamos muy honrados VuestraExcelencia se dignara, si vuestras ocupaciones se lo permiten, asistir tedeumpor vuestra ventura personal y bienestar familiar y acción de gracias 30 ani­versario brillante Era, La Virgen de la Altagracia os conserve bueno.

P. FERNANDO A. FRANCO

Párroco de Valverde

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JoséLuis Sáez, S 1. La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

276. Respuesta del generalísimo Trujillo al telegrama anterior (21 de mayo de 1960)-.

¡bid., p. 1, cols. 2-3.

Agradézcole cordialmente atenta invitación para asistir al tedeum queofrece por mi ventura personal, bienestar de mi familia y acción de graciasen ocasión del trigésimo aniversario de la Era de Trujillo. A tan honrososfines le haré conocer oportunamente la fecha de mi retorno a la región delCibao. Atentamente.

GENERALÍSIMO DR. RAFAEL L. TRunLLO MOLINA

277. Nota o Aide-Mémoire de la entrevista sostenida entre el Secretario de la Nun­ciatura y Porfirio Herrera Báez, canciller de la República (c. Trujillo, 22 de mayo de1960)

c. HEPB., loco ci1., N° 18.

El Secretario de Relaciones Exteriores invitó a pasar a la Cancillería,en la tarde del 21 del corriente, a Su Señoría monseñor Luis Dossena, en­cargado de Negocios a. i. de la Nunciatura Apostólica.

El Secretario de Estado expresó a Su Señoría que el Gobierno domini­cano estimaba que la ausencia del país de Su Excelencia el nuncio apostólico,monseñor Lino Zanini, resultaba provechoso para las mejores relaciones y lasituación de la jerarquía eclesiástica en la República Dominicana, y que,por consiguiente, sería de desear que su ausencia se prolongara indefini­damente en beneficio de ese estado de cosas.

278. Carta de un presidente del Partido Dominicano al generalísimo Trujillo, sobre elbrindis del P Bernardo Ruel, M.S.C., en una fiesta (Sánchez, 23 de mayo de 1960)

"Sacerdote exalta vínculos entre Estado y la Iglesia", El Caribe

XIII:4415 (C. Trujillo, 28 de mayo de 1960), p. 2, cols. 3-4.

Ilustre y querido Jefe:Muy respetuosamente complázcome en informar a Vuestra Excelen­

cia que anoche en ocasión de conmemorarse el día de Santa Rita, patronade esta feligresía, el reverendo padre Bernardo Ruel, M.S.C., cura párroco,

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Antología de documentos

-dando demostración del inmenso cariño, respeto y gratitud que profesa aVuestra Excelencia-, ofreció una recepción en la Casa Curial a los funcio­narios y jefes de oficinas de la localidad, brindando el propio sacerdotepara que los estrechos vínculos que siempre han existido entre el Gobier­no dominicano y la Iglesia Católica continúen indisolubles, los cuales hanadquirido su mayor brillantez y comprensión bajo la sombra protectoraque le han brindado los nobles principios de vuestra política asistencial.

Al mismo tiempo, el suscrito formuló un brindis por vuestra salud yventura personal, y ponderando los grandes beneficios y atenciones deque ha sido objeto la Iglesia Católica en la República Dominicana durantela luminosa Era de vuestro ilustre nombre, por lo cual la feligresía y elpueblo dominicano aunados apoyan y respaldan la justiciera iniciativa,nacida al calor de la gratitud, para que a vos le sea otorgado el merecidotítulo de Benefactor de la Iglesia Católica en la República Dominicana:poniéndose de pies (sic) los presentes, inclusive el padre Bernardo Ruel,M.S.C., levantaron sus copas elevando preces al Altísimo por la conserva­ción de vuestra necesaria y preciosa salud.

A111egar los asistentes a la Casa Curial, fueron recibidos con el clásicomerengue: "Recogiendo limosna no lo tumban", cuya grabación fue toca­da repetidas veces bajo un ambiente de completa alegría, devoción y fer­vor trujillista.

Abrázale con el mayor respeto, cariño y lealtad incondicional en nues­tro glorioso e inmortal lema de: RECTITUD, LIBERTAD, TRABAJO, MO­RALIDAD

RAMÓN ANÍBAL BÁEZ T.

Presidente de la Junta Municipal del Partido Dominicano

279. Carta del Secretario de Estado de Justicia al presidente Héetor B. Trujillo sobrelas necesarias medidas de seguridad que requiere el país (C Trujillo, 24 de mayo de1960)

"En defensa de la seguridad del país", El Caribe (C. Trujillo,

25 de mayo de 1960), p. 1, cols. 2-4; p. 2, cols. 1-2.

Excelentísimo Señor Presidente:Siempre es oportuno recordar que hace 27 años tuvo efecto en la

hidalga ciudad de Santiago de los Caballeros, la extraordinaria Asambleade todos los miembros de la Judicatura Nacional, para celebrar el día 9 de

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José Luis Sáez, 5.1. La sumisión bien pagada La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

enero del año 1933, fecha consagrada a la Justicia y en donde se escuchó laprimera palabra de la República, la voz del generalísimo Rafael LeónidasTrujillo Malina, Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva, quienen aquel entonces ostentaba la investidura de Primer Magistrado de laNación.

Todavía resuena en el ambiente judicial del país aquel medular y bí­blico discurso que trazó rumbos definitivos y que sentó los postuladosque demarcan los derroteros a seguir por los magistrados en sus funcionesdivinas y sociales de juzgar a los hombres, enseñándoles el valor de suindependencia para poner su responsabilidad a cubierto del absurdo pre­cepto de justicia que, al comunicar rectitud a las operaciones humanas,como magistralmente dijo Su Excelencia en aquella ocasión, "se ponderanpor encima del deber, del derecho y de la Ley".

Ese luminoso concepto que le merece la justicia humana, asemejan­do a los hombres que la practican con los poderes divinos en la plenitud desus caracterizaciones, ha contribuido, sin duda alguna, a la brillantez delPoder Judicial en esta Era feliz del pueblo dominicano.

Sin embargo, cuando el 25 de enero de 1960, los prelados lanzaronsus pastorales con la aviesa intención de crear al Gobierno un estado caó­tico y peligroso en su frente interno, en el preciso momento en que con­frontaba una delicada situación internacional, dichas pastorales, no obs­tante tener un carácter manifiestamente sedicio~o y pretender sus autoresformar un ambiente de equivocada piedad a favor de los terroristas, paraconfundir la conciencia de los magistrados que juzgaban a los referidoscomplotadores bajo la grave acusación de colocar bombas para asesinar anumerosos inocentes y destruir las propiedades públicas y privadas,anarquistas que fueron adiestrados en la preparación de esas máquinasinfernales por algunos sacerdotes en el silencio de los claustros, según secomprueba por hechos y documentos, tales como el libro ¡Complotdevelado!, publicado por el conocido agitador doctor Valera Benítez; lostestimonios de muchos delincuentes que figuran en los procesos substancia­dos por ante nuestros tribunales, y las declaraciones que aparecen publica­das en el periódico El Caribe, deJecha 23 del corriente mes de mayo, hechaspor varios jóvenes de Salcedo, libertados condicionalmente por elgeneralísimo Trujillo, quienes dijeron: "que el sacerdote católico Daniel CruzInoa fue uno de los que organizó la trama terrorista en contra del Estado,agrupando numerosos elementos bajo la célula Grupo-Clero-Cultural".

Así pues, en esas circunstancias calamitosas para la paz y, cuandome decidí a poner en movimiento la acción pública, para perseguir a losautores de dichas pastorales, de acuerdo con lo establecido por los artículos

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Antología de doclI1lleHtos

201 al 206 del Código Penal, que castigan esos hechos con penas hasta dedos años de reclusión, el Ilustre República, generalísimo doctor RafaelLeonidas Trujillo Malina, no obstante la vigencia de los postulados de in­dependencia de la justicia que él mismo ha mantenido como campeón denuestra política democrática, humanística y grandiosa, e impulsado porun sentimiento de catolicismo y de cristiandad inconfundibles, no permi­tió que el suscrito llevara a los tribunales el caso de flagrante violación denuestras leyes represivas por parte de varios miembros del clero, y paraque se aplicara el castigo que tanto merecían los firmantes de dichas pas­torales.

La gratitud como la lealtad son virtudes cardinales en los hombres,fuente de donde emanan como agua cristalina los sentimientos que elevana los humanos hasta Dios cuando en íntimas plegarias ruegan sus bendi­ciones para la protección de los que nos tienden la mano generosa, enfunción permanente de caridad y de bien. No obstante esos principios queenaltecen la personalidad humana y que constituyen uno de los fuertespilares en que descansa la moral del hornbre por ser hombre, es notorio elhecho de que nuestros prelados y la clerecía, a pesar de haber recibido unaporte del Gobierno y de los fondos particulares del Benefactor de más desesenta millones de pesos, para obras cristianas y con la finalidad de forta­lecer en el pueblo dominicano su fe en Dios y en la Santa Sede, aun cuandoellos fueron obsequiados con lujosos automóviles, exonerados de impues­tos de la cédula personal de identidad, franquicias telegráficas y telefóni­cas, pase gratuito por los puentes de nuestras carreteras, además conse­guir las ventajas derivadas de un convenio religioso-castrense, suscrito encontra de la opinión de los miembros del Ejército, cuya intención exclusi­va fue favorecer a un grupo de sacerdotes con grados de coroneles y gene­rales, para que disfruten de jugosos sueldos, jamás se dignaron lanzar unasanta pastoral de agradecimiento por esas cuantiosísimas aportaciones,recibidas en beneficio de la catolicidad, aunque esos dones significaronun enorme sacrificio porque llegaron más allá de los limitados recursoseconómicos de nuestro pueblo.

Nuestra clerecía (sic) demostró una ingratitud sin precedente con lassediciosas pastorales de referencia, cuyo único propósito fue levantar elpendón revolucionario en el país, en contra de la paz pública y de la segu­ridad interior y exterior del Estado. Si comparamos esas pastorales con lasde los prelados cubanos, encontramos que entre ellas existen notables di­vergencias en sus finalidades, pues mientras las pastorales cubanas se li­mitan a defender a Dios del enemigo común que es el comunismo, sindescender a los campos de Agramante de la política, a pesar de los inter-

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minables asesinatos con que Fidel Castro mancha a diario con sangre ino­cente los paredones de fUsilamientos y de existir actualmente en las cárce­les cubanas veinte mil presos políticos sometidos a vejámenes y torturasque lastiman los más elementales derechos humanos, las de nuestros pre­lados fueron enderezadas exclusivamente en contra del Gobierno, que esla institución más anticomunista de América, pastorales (las dominica­nas), cuya finalidad fue fomentar el comunismo y la anarquía en el país.

Antes de terminar esta carta, considero de mi deber expresar a Vues­tra Excelencia, que en conversaciones que he sostenido con varios sacer­dotes que me merecen el mayor respeto, he podido comprobar que laspastorales de nuestros prelados, fueron la obra de monseñor Lino Zanini,nuncio de la Santa Sede acreditado en nuestro país. Y como esos escritoscrearon y facilitaron el movimiento anarquista en la República, atentadosque ahora serán castigados con la pena de muerte por nuestra Constitu­ción, considero que un supremo interés de protección a las familias, a lapaz y a la seguridad del Estado, exige que dicho nuncio Zanini sea declara­do por quien corresponda, persona no grata, pues se ha convertido no enun embajador de la fraternidad, sino en un agente provocador internacio­nal, para evitar que con su permanencia entre nosotros se repitan los acon­tecimientos políticos pasados, sobre todo, que con la nueva orientaciónmaterialista del Vaticano, encaminada a permitir al clero entregarse a rea­lizar actividades políticas, el Gobierno tiene que adoptar los medios deseguridad aconsejables para garantizar la defensa de la Patria.

Medidas que no irían en manera alguna enderezadas en contra de losministros de Dios ni de la religión cristiana, sino que tendrían por únicafinalidad neutralizar las acciones de hombres, que aun cuando estáninvestidos con el sacerdocio y usan las hieráticas (sic) vestimentas de lasotana, se entregaron a complotar, enseñando el terrorismo para destruirla seguridad exterior e interior del Estado y mancillar en el pueblo domini­cano su fe en Dios y en los principios de amor proclamados por JesúsCrucificado, para la redención de la humanidad y la salvación eterna de lasalmas.

Le saluda muy respetuosamente,

Cfdo.) LIC. MARIO ABREU PENZOSecretario de Estado de Justicia

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Antología de documentos

280. Voto negativo del Can. Ehseo Pérez Sánchez, senador por Sánchez Ramírez,contra la Ley de Pena de Muerte (e. Trujillo, 25 de mayo de 1960)

o. ASD. Colección Pérez Sánchez: Papeles del Sellado

(l955-196l),W 30.

Señor Presidente y demás legisladores en la Asamblea Nacional:Consecuente con mis palabras expresadas en la pasada sesión del

Senado, en que se conoció de las reformas constitucionales, recomenda­das por el Poder Ejecutivo, y favorecidas por el informe de la Cámara deDiputados, a los cuales me adherí incondicionalmente, excepto al canonque facilitaría el establecimiento de la pena de muerte en nuestro país;hoy, inspirado en ese mismo sentimiento sacerdotal de ayer, confirmo mivoto negativo, con súplica ferviente al cielo porque jamás permita Diosque esta Ley tenga aplicación en el suelo de la Patria.

281. Breve nota aparecida en el diario matutino acerca de la muerte repentina delSuperior de la Compañía de Jesús en Repúbhca Dominicana (e. Trujillo, 26 de mayode 1960)

"Rector del Loyola muere de derrame", El Caribe XIII:4413

(C. Trujillo, 26 de mayo de 1960), p. 12, col. 5.

El rector del Instituto Politécnico Loyola, Fundación GeneralísimoTrujillo, padre Miguel Ángel Larrucea, de la Compañía de Jesús, murió an­teanoche de un derrame cerebral, y su sepelio se efectuó ayer tarde en elcementerio próximo a la Casa de Ejercicios Espirituales Manresa-Loyola,en Raina.

El padre Larrucea tenía menos de un año desempeñando las funcio­nes de rector del Politécnico de San Cristóbal. Su deceso ocurrió en laClínica Abreu, de esta capital.

Las honras fúnebres, dentro de la sencillez propia de la Compañía deJesús, fueron oficiadas en la Manresa-Loyola, con asistencia de prelados ysacerdotes de varias órdenes religiosas. En la mañana hubo una misa en elPolitécnico, por el descanso de su alma, a la que asistieron todos los alum­nos del colegio.

El padre Larrucea había cumplido años el 18 de marzo último. A lafiesta que le ofreció el profesorado y alumnado del Loyola asistió el Padre

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JoséLuis Sáez, S 1 La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

de la Patria Nueva, generalísimo doctor Rafael Leónidas Trujillo Malina,de quien era leal amigo. "

282. Parte del reportaje de la prensa matutina sobre un mitin celebrado enla capital contra la "intervención" de los EE. uu. en los asuntos dominicanos(e. Trujillo, 27 de mayo de 1960)

"Protestan durante mitin la discriminación racial", El Caribe

XIII:4415(C. Trujillo 28 de mayo de 1960), p. 1, cols. 2-4; p. 9,

cols.1-4.

Una manifestación de protesta contra la discriminación racial fuecelebrada anoche, a las 7:30, en el parque Colón de esta capital, reafirmán­dose en la misma que la igualdad social, base de la democracia, existeplenamente en la República Dominicana.

Los manifestantes desmintieron las manifestaciones de la prensaamarilla norteamericana en el sentido de que el piquete del domingo pasa­do frente a la Embajada y el Consulado de los Estados Unidos fue sugeridopor el Gobierno dominicano.

Enardecido de júbilo, el público aclamó al Padre de la Patria Nueva,generalísimo doctor Rafael Leónidas Trujillo Malina, y al Señor Presidentede la República, generalísimo Héctor B. Trujillo Malina.

Los grupos de manifestantes portaban cartelones en los que señala­ban que los derechos humanos no existen donde hay prejuicios raciales, yque aquí, negros y blancos, son iguales y tienen los mismos derechos.

"No queremos en Quisqueya a los negreros yanquis", y "La democra­cia yanqui es blanca y rubia", rezaban dos de los cartelones.

Hablaron los señores Rafael Hernández, Noemí González, TrajanoCalderón Sánchez, Zunilda María Bastardo, Pablo Figueroa, Pablo ManuelGonzález y Máximo Manuel Gallardo.

Los oradores pusieron de manifiesto que los dominicanos no hansido atacados por el "terrible mal social" del prejuicio racial, y que la soli­dez de la República Dominicana es más fuerte que todas las intrigas y con­juras internacionales".

Asimismo expresaron que los conjurados buscan "criminal alianza"con el comunismo ateo, y reafirmaron que el pueblo dominicano es "cris­tiano y religioso".

Subrayaron la "gran diferencia" entre la República Dominicana y losEstados Unidos, en el sentido de que en la nación norteamericana se le

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Antología de docwllel1tos

coartan al negro las oportunidades y se le cierran "las puertas del trabajo yhasta de los centros de enseñanza".

Condenaron también "la insidia, calumnias y las conjuras contra laPatria y la intromisión en asuntos que son de la exclusiva incumbencia delos dominicanos".

Subrayaron que muchos católicos han usado el púlpito para dividirla familia dominicana. "Queremos una Iglesia respetuosa de nuestras tra­diciones, de nuestras leyes, de nuestra moral y de la justicia patria", mani­festaron.

Abogaron porque en los templos católicos oficien sacerdotes domi­nicanos, tanto blancos como negros, sin discriminación y sin interferenciaspolíticas.

Dijeron que este mensaje "queremos hacerlo llegar al Nuncio paraque tome buena nota y evite en lo sucesivo que se hagan de las iglesiascentros divisionistas y bases de actividades políticas que son tan daüinascomo la propaganda del comunismo ateo".

Después de la manifestación hubo un desfile de los participantes quepartió del parque Colón. Recorrió las calles El Conde y Palo Hincado, y laavenida Mella hasta Santa Bárbara. El grupo llevaba los cartelones que portóen la manifestación. Algunos de los cartelones rezaban: "No queremos enQuisqueya a los negreros yanquis", "La democracia yanqui es blanca yrubia" y "Estados Unidos divide a sus hijos por el color de la piel".

283. Carta pública dd Ing. Ignacio Agramonte al nuncio apostólico Lino Zanini(e. Trujillo, 28 de mayo de 1960)

"Una carta para monseñor Zanini", El Caribe XIII:4416 Ce.Trujillo, 29 de mayo de 1960), p. 1, cols. 1-4.

Eminencia:Con infinita sorpresa acabo de recibir una invitación para asistir a la

recepción que ofrecéis hoya las 11 horas a.m., en el Palacio Arzobispal de

la Nunciatura.Digo con infinita sorpresa, porque cuando arribasteis al país, yo no

fui de los que asistieron a la primera recepción que Vuestra Eminencianecesariamente ofreció; por lo que me considero descalificado para asis­tir a ésta, necesariamente más íntima.

Os devuelvo vuestra invitación, y respetuosamente os ruego abstenersede enviarme más invitaciones, por los motivos que más adelante expongo.

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José Luis Sáez, S 1. La sumisión bien pagada La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

Que he seguido por la prensa los efectos de vuestras actividades ennuestro país, tan diversas. a las excelentes de vuestros predecesores. Envez de predicar la concordia y la tranquilidad, habéis azuzado niños inge­nuos en el peligroso ajetreo de la política. Habéis contrariado la sagradamajestad de la Iglesia, tolerando o mejor dicho auspiciando una agitación,que partiendo de los sacerdotes y los púlpitos, ha tenido como resultanteensangrentar el suelo de mi país.

No habéis seguido el ejemplo de Jesús, siendo ésta la trayectoria quedebéis seguir: Concordia, tolerancia, amor.

Existe en nuestro país una conciencia política definida, que com­prende las mayorías nacionales de hombres que seguimos incondicional­mente al generalísimo Trujillo, entre esos, me cuento yo, de los más con­vencidos, ya que he trabajado a su lado y sé agradecerle cuanto ha hechopor mí.

Hoy, ese núcleo se hace más fuerte para respaldarlo, frente a todaingerencia extranjera en los destinos de nuestro amado país. Unidos esta­mos, unidos le seguiremos, porque toda coalición contra él y su Gobiernolo que hace es despertar, y más, las fuerzas vivas del país, que tenemos conél contraída la deuda de habernos legado una frontera.

En vez de enviar invitaciones, ¿por qué no os retiráis mejor de unpaís en el cual no sois lo suficientemente grato para poder ejercer tranqui­lamente vuestras sagradas funciones? Y si os quedáis, ¿por qué no os reco­géis en la quietud de nuestros templos a orar porque nuestros mandatariossean iluminados por Dios en la pesada tarea que tíenen encima?

Con el mayor respeto,

ING. IGNACIO AGRAMONTE

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Antología de docul1lflltos

284. Otro articulo sobre el discu1"sO del generalísimo Trujillo en la Catedral deSantiago (e. Trujillo, 28 de mayo de 1960)

J. R. Cordero Infante, "El grandioso discurso de la Catedral

de Santiago", El Caribe XIII:4416 (C. Trujillo, 29 de mayo de

1960), p. 5, col. 8.

En el grandilocuente discurso pronunciado en la Catedral de Santia­go Apóstol, el Benefactor de la Patria generalísimo Rafael Leónidas TrujilloMalina puso de manifiesto con lenguaje claro y preciso, la falta de fe en lanación que tenían los hombres de ayer, y la firme fe que tiene el líder delpueblo dominicano que ha dado aliento y fuerzas a la nación para hacer deella la Patria Nueva.

La tesis de esta oración tribunicia está circunscrita dentro de un puntode vista retrospectivo para hacer el análisis histórico del pasado, tomandocomo premisas los conceptos expresados por el doctor América Lugo aléste contemplar en el 1899 y en 1916 el estado borroso e incierto del pue­blo dominicano, por lo que concluye opinando que nuestro pueblo no cons­tituye una nación; y el punto de vista prospectivo, para el Benefactor esta­blecer el entrelazamiento entre el pasado y el presente que vive la RepúblicaDominicana.

El generalísimo Trujillo hace un documentado y serio estudio del pa­sado en que la República Dominicana se vio en el pellejo del caos, y unafiel exposición del presente de la nación que significa el cumplimiento dela promesa evolutiva de la sociedad dominicana que hiciera TrujilJo en el1930 al llegar al poder elegido por el pueblo, cuando no constituíamos unanación, como no lo era en 1924, ni en el primer periodo de la Tercera Re­pública que se perfiló como un anacronismo de imágenes y representacio­nes utópicas, en las que la sociedad no podía vivü~ predominado el problemade los grupos de la desarmonía, contradicciones y pesimismos generadospor los caciques políticos de los partidos que se fusionaron para ganar elpoder en las eyecciones celebradas como consecuencia del Plan Hughes­Peynado para la desocupación militar americana.

La nación existe cuando Trujillo, con una versación (sic) en el arte degobernar, ha realizado con capital dirección los destinos del pueblo sem­brando y cuidando con fe en medio de una cruda lucha, la nacionalidad ylos destinos de la nación.

Ha sido labor de 30 años para reconstruir el Estado y constituir lanación sobre base de ciencia de gobernar, de energía creadora.

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José Luis Sáez, S. 1. La sumisión biel1 pagada La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

Su misión, reflejada en el clásico discurso que comentamos, destacaal hombre de acción y sin..miedo que mantiene el orden con dignísimo yextraordinario empuje como militar que lleva al estadista en su preclaramente, para romper toda disyuntiva o fuerza que ha pretendido dañar elequilibrio social del pueblo.

Todo esto se encuentra como una necesaria lección en el discurso dela Catedral de Santiago, bajo cuyas bóvedas sagradas invocó Trujillo el ejem­plo de San Ignacio de Loyola, "para que su recia voluntad le inspire en lamisión de trabajar unidos en el engrandecimiento y dignidad de la patria,porque solo unidos el poder temporal y el espiritual pueden ofrecer unfrente verdaderamente indestructible contra las fuerzas materiales queamenazan la civilización cristiana".

Trujillo no considera la actitud de algunos miembros del clero decomplotar contra la República, como un conflicto entre el Estado domi­nicano y la Iglesia Católica. Encuentra la causa de esa actitud en los ene­migos de Dios, y por ello, quien es también Benefactor de la Iglesia seexpresa así:

"Los enemigos de Dios actuando como agentes del comunismo paraesa obra de desintegración y de subversión de todos los valores morales,han especulado en estos últimos tiempos sobre un supuesto conflicto en­tre la Iglesia y el Estado dominicano. Ese conflicto inventado por los opor­tunistas que no buscan el triunfo del Gobierno ni él de la Iglesia, sino el desus propios intereses, no ha existido jamás porque no puede haber campopara la fricción entre dos potestades que siempre se han comprendido yque tienen los mismos enemigos y que trabajan para los mismos fines".

Nadie comprende la actitud de algunos miembros del clero de fo­mentar un movimiento conspirativo-celular -como se comprueba en ellibro de Valera Benítez-, que pone a éstos en una situación a todas lucespatológica, difícil de comprender y descubrir su origen, ya que el sacerdo­te no puede estar sirviendo al comunismo que es el único enemigo quetiene la Iglesia, por lo que es muy raro el fenómeno que oscurece y aturdela mente y el espíritu de esos miembros del clero.

Que el comunismo sea enemigo de la República Dominicana y de sumáximo líder tiene clara explicación, ya que Trujillo es el primer anticomu­nista del mundo.

El régimen institucional vigente es la obra de un constructor de lanación dominicana, quien ha ofrecido la prueba de que "todo cuanto echa­ban de menos los pensadores políticos de principios del siglo en la fraca­sada organización de la nación, está ahora en viva capacidad de funciona­miento".

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Antología de docu1Hwtos

Por ello, la nación dominicana no busca hoy que otro pueblo le depaz, bienestar económico, fronteras, seguridad. Es un régimen de equili­brio social que han organizado las relaciones sociales entre sí sobre basesciertas de derecho. Esa es la obra de Trujillo.

Desde los grandes discursos de sir Winston Churchill en los días de laSegunda Guerra Mundial, el mundo no había oído ni sentido la voz de unestadista proclamar y defender con sinceridad y valor, la fe en los destinosde una nación.

285. Carta del P. Ángel Arias, S.1., al generalísimo Trujillo renunciando a su cargode asesor (San Cristóbal, 28 de mayo de 1960)

C. APA. Instituto Politécnico Loyola 1 (1959/1962), N° 25.

Excelentísimo Señor:Ya puede imaginarse con que animo escribo estas líneas, que tienen

carácter de despedida; y todas las despedidas son tristes.Bien sabe v: E. con que lealtad, sinceridad y desinterés le he servido

siempre en la dirección técnica del Politécnico, obra suya, y últimamentecomo consejero extraoficial. En este cargo, especialmente, le he servido comoen todos: buscando su máximo bien y el de la nación; procurando la concor­dia entre la Iglesia y el Gobierno: y diciéndole mi sentir con toda lealtad yfranqueza, aunque supusiese que le iba a resultar penoso el oírlo...

En esto, ciertamente me he diferenciado de otros, que parece no bus­can más que ponerle delante lo que le ha de agradar, y le tapan todo lo quele puede molestar. Con la historia contemporánea ante los ojos, creo queeso es un verdadero crimen contra un estadista; y por eso, yo jamás hepensado en ese camino placentero y lo he apartado de mi norma de con­ducta. He sido consejero en una forma que nunca me satisfizo: dar miparecer a través de terceros. En mi larga carrera de 15 años de consultor enlos colegios en que he vivido, nos reunimos todos los consultores y discu­timos nuestros puntos de vista ante el Superior, todos con igualdad de cir­cunstancias, y entonces, el Superior toma la decisión que crea mejor. Perotodos los consultores se han oído por igual, y se ha discutido el parecer decada cual. A esto atribuyo el que demasiado frecuentemente, mi parecer,que ni yo mismo juzgo el mejor de todos, haya sido superado por el deotros consejeros más próximos y más asiduos a v: E.

Yo he buscado la concordia a todo trance, sin menoscabo de ningunaparte, pues estoy seguro que de la discordia, de la violencia y del insulto no

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José Luis Sáez, S. J La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (j 930- j 96 j)

puede salir nada bueno para nadie, ni para VE. ni para la nación, por laque tanto he trabajado. Ahí están mis consejos y mis planes, demasiadoavanzados algunas veces. Contra eso, y enfrente de eso está la prensa dia­ria, en particular El Caribe de estos días, con declaraciones no de particu­lares, sino de personalidades gubernamentales.

Pedí en justicia, no como gracia, que se limpiase de calumnias ellibro ¡Complot develado!, y se me prometió solemnemente hacerlo. Ahí estáa la venta pública y un ejemplar ya habrá llegado a Roma, donde teníannoticia de que eso jamás se publicaría al público.

A Vuestra Excelencia le están haciendo creer que todos los ataquesde fuera contra la República y su persona vienen de la pastoral de los obis­pos. Yo que, como sabe, he disentido en detalles de ese escrito, he sosteni­do y sostengo lo contrario: esos ataques vienen de la obra de represión dela Policía y del SIM, cuyos actos, muchos verdaderos y otros más o menosabultados por la maledicencia, son comentados en voz baja por todo elpaís, y no tardan en salir fuera para alimentar las agencias de noticias delmundo entero. ¿Casos concretos? Llevo cerca de un mes pretendiendo saberel paradero de los dos nobles, padre e hijo. No lo consigo. Otros comentanotras desapariciones misteriosas como las de Simón Ventura, MarreroAristy, don Ney Pimentel, Policarpo Soler, Miguel A. Gacel, etc., etc. Ahoramismo acuden a mi oficina personas que son obligadas a abandonar sushogares, sin que se les diga la razón, creando un problema de desespera­ción a esos padres de familia.

Todo esto, y no la pastoral, le está minando peligrosamente el terre­no. No son los obispos, sino los ejecutores de esos actos clandestinos losque ensombrecen el panorama nacional. Un día le dije, por lo que yo mis­mo había visto en Alemania, España, Cuba, y había oído de Colombia,Venezuela, Argentina y otros puntos, que la represión violenta, a puertascerradas, olvidando que hay códigos y tribunales ordinarios, había llevadoa la nlina a aquellos mandatarios, Y se lo dije por escrito porque aprecioprofundamente a V E. Y estoy seguro de que V. E. es ajeno a todos estossistemas, que es el mejor pábulo para los enemigos exiliados. Pero, ¿Quéle van a decir los mismos que hacen eso? Pues que los obispos tienen laculpa.

Tiene V E. consejeros muy cerca que no entienden nada de la Iglesiani de su obra portentosa y divina; no faltan ateos y anticatólicos más omenos disimulados, masones y sectarios. ¿Qué es lo que van a aconsejarletodos esos? Que destruya la obra de la Iglesia, ya que no les consta que a laIglesia no hay quien la dernlmbe, porque Cristo la apoya. Y anti política­mente no caen en la cuenta de lo que le he dicho en repetidas ocasiones

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Antología de docI/1Ilmtos

tomándolo de discursos de V. E.: que el catolicismo va íntimamente unidoa la misma esencia de la nacionalidad dominicana. Se expulsan sacerdo­tes, se obliga a cerrar el Seminario, no funcionan las Casas de Ejercicios. Ylos que aconsejan estas medidas no caen en la cuenta que eso es lo quehan hecho los comunistas en China, y no ven que el dañado con esto es elmismo pueblo, tan católico, que al encontrarse sin pastores, se precipita alateísmo o a la brujería indigna de un pueblo civilizado.

¿Se fomentara por este camino la lealtad a toda prueba, hasta el sa­crificio, a la Patria y a sus gobernantes? Yo sostengo que no. Y mientrasel Sumo Pontífice pide misioneros para America, en la República Domi­nicana, la segunda más necesitada de todo el continente, se están expul­sando a los sacerdotes. Pero la virulencia roja se ha superado ya aquí. Ylo que ni se vio en la Alemania nazi, ni en la España roja, lo hemos vistoen el irrespetuoso escrito del Secretario de Justicia, el cual pensó, comoel mismo lo dijo, someter a la justicia civil a todos los Sres. obispos porhaber escrito la pastoral; y se olvido de incluir también en el banquillo delos reos al Nuncio de Su Santidad, pues también le hace coautor de aquelescrito.

Se sigue acusando a eclesiásticos; pero son muchísimos, y yo el pri­mero, que dudan de la justicia de todo eso. Varios de esos casos han pasa­do por mis manos, y he demostrado que de todo ellos, ni uno solo eraverdadero del todo. He aconsejado prudencia y calma: que se oiga al inte­resado, que se lleve la acusación primero al Sr. Obispo. Pero esto no intere­sa a ese género de piadosos consejeros, que parece no van a descansar,sino cuando no quede un ministro de Dios en la República. Eso sí; luego sepasmaran de que en Nueva York se organice una manifestación ante elcardenal Spellman suplicándole acuda en defensa de la Iglesia Católicaperseguida en la República Dominicana. De todo esto, ¿tendrán toda laculpa nada más que los obispos?

Se está deshaciendo la obra de cristiandad y civilización que ha cos­tado años. Pero no hay que perder de vista que es muy peligroso minar elcimiento, por el peligro que supone para todo el edificio. No caen soloalgunas capillas: cae el magnífico Patronato de San Rafael, envidia de to­das las naciones hispanoamericanas; y puede caer el mismo Politécnico,tan alabado de los buenos y visto con suspicacia por otros; pues los quellevamos esta grandiosa obra de V. E. somos también sacerdotes y somos"curas extranjeros", contra los que se está disparando noche y día. ¿Se pien­sa en todo esto?

Y que no se hagan ilusiones esos perseguidores disimulados que ti­ran la piedra y esconden la mano. No causan gran daño a los eclesiásticos,

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JosÉ Luis Sáez, S. 1. La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

que si no pueden trabajar aquí, tienen otras muchas naciones en dondeserán recibidos como una bendición. El mal, repito, se causa a la nación, aese pueblo tan halagado en discursos, y al que muy democráticamente seles están sirviendo estos acontecimientos, sin que él tenga ni voz ni voto.Por todo esto estoy profundamente triste, porque amo a la República Do­minicana como a mi segunda patria. Y si bien me opongo violentamente ala obra destructora de anticristianos, con respecto a V. E. sigo siendo el desiempre: su amigo sincero y leal.

(fdo.) ÁNGEL ARIAS, S.J.

P.S. Pueden dejar de mandarme el servicio de noticias que han esta­do trayendo todos los días por la mañana.

286. El Ayuntamiento de Salcedo protesta de las injurias del P. Hipólito Fernández,cura de Imbert (Salcedo, 29 de mayo de 1960)

"Protestan palabras de párroco de Imbert. El Ayuntamiento y

personalidades emiten enérgicas desaprobaciones", El Caribe

XII: 4416 (C. Tmjillo, 29 de mayo de 1960), p. 4, col. 7-8.

El Ayuntamiento de este municipio que me honro en presidir, fielintérprete de los sentimientos de esta municipalidad que se caracterizapor su trujillismo sin reserva y por su devoción cristiana, protesta enérgi­camente contra lo aseverado por el párroco de Imbert, Hipólito Fernández,quien procediendo inconsultamente y con espíritu extraviado ha inferidoa este pueblo la ofensa más injusta al calificarlo de enemigo del creador desu elevación política y de su máximo bienestar. Así mismo entiende estacorporación que los objetivos juzgados por dicho sacerdote contra la per­sona ilustre del insigne Benefactor de la Patria, pueden considerarse comoalgo insólito de una mente enferma, que por lo grosero no merece ser re­petida ni comentada.

DR. JESÚS MARÍA CAMILO PANTALEÓNPresidente del Ayuntamiento

JAIME FERNÁNDEZ VIÑASSíndico Municipal

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Antología de documentos

287. Carta del P. Hipólíto Fernández L., cura de Imbert, al director de El Caribe,negando haber intervenido en política (Imbert, 30 de mayo de 1960).

"Cura párroco de Imbert niega haya intervenido en política",

El Caribe XII: 4418 (C. Trujillo, 31 de mayo de 1960),

p. 7, cols. 3-4.

Señor Director:En cuanto a la carta de fecha 20 de mayo en curso, aparecida en el

periódico El Caribe, edición del 27 del mismo mes, firmada por el señorJosé G. de la Rosa, representante local de Trabajo de Imbert, deseo hacerconstar la extrañeza que me ha producido la lectura de dicha carta. Me hesentido muy apenado al ver cómo en esa carta se me acusa de procacidady agresividad en palabras contra el generalísimo doctor Rafael LeónidasTrujillo Malina, Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva, ya que,como lo prueban mis antecedentes, jamás he intervenido en política ni mehe apartado de mis obligaciones como sacerdote.

No me explico cómo puedan afirmar con palabras que no me atrevoa repetir tanta mentira, pues me parece que ningún sacerdote, y no digosacerdote, ningún hombre nacido en la República Dominicana y que hayasiquiera leído la historia de nuestra Patria, diría tales palabras.

Por otra parte, el pueblo de Salcedo, del cual soy hijo, puede estarseguro de que jamás en mi vida traicionaré sus pensamientos y sus tradi­ciones, que hasta ahora han sido fidelidad a la Patria, yen la Era de Trujillo,lealtad a su política en toda su integridad.

Por tales motivos suplico que se haga una investigación tanto con lasautoridades como con los civiles del pueblo acerca de mi proceder en eltemplo y en conversaciones personales. De mi parte quedaré conformecon lo que el pueblo de Imbert afirme sobre mi persona como sacerdote y

como dominicano.Le saludo muy atentamente,

HIPÓLITO S. FERNÁNDEZ L.Cura párroco de Imbert

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José Luis Sáez, S 1 La sumisión bifJl pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trl/jillo (19 30-1961)

288. Carta del P. Mariano Tomé, S.J., nuevo superior de los jesuitas, algeneralísimo Trujillo, negándose a sacar del país a tres jesuitas (e. Trujillo,10 de junio de 1960)

c. APA. Seminario Pontificio S. Tomás 1 (1958-1961), N° 17;

MonumentaDominicana IV (1952-1966), f.183.

Excmo. Señor:Como representante en la República del muy Rev. P. General de la

Compañía de Jesús, me dirijo a V. E. con la contrariedad de tener que dis­traer su atención, pero obligado por necesidad imperiosa, al saber que V.E. es el único que puede hacer justicia en el problema presente.

Ayer me citó el Han. Sr. Secretario del Interior y Culto juntamentecon los padres José M. Uranga, Manuel González Quevedo y el escolar P.Ángel Lage, y en mi presencia el Han. Sr. Secretario les comunicó en nom­bre del Superior Gobierno que tenían que abandonar el suelo nacional.

Inquirí y manifesté el deseo, por no decir derecho, de conocer comoSuperiOl~ las acusaciones contra mis súbditos, y se me negaron.

Estoy seguro de que V. E. comprenderá la imposibilidad que tiene elSuperior más alto de intimar una orden punitiva, desconociendo totalmenteel motivo. Máxime tratándose de padres que llevan muchos años, al me­nos dos de ellos, trabajando con absoluta solvencia en la República; y sien­do el P. José M. Uranga actualmente uno de mis consejeros nacionales.

No puedo, Excelencia, intimar esa orden.Además, necesito conocer los errores cometidos por mis súbditos,

sin duda graves a juzgar por la pena asignada, como comunicárselos aRoma a nuestro Muy Rev. P. General.

Otra dificultad es la pérdida de sujetos para las obras entregadas anuestra dirección en la República. La lamentable pérdida de mi predece­sor, R. P. Miguel A. Larrucea; la salida, tan deseada por el Gobierno, del R.P. Rector del Seminario, unidas a otras necesarias; y ahora la de estos pa­dres, intimada por el Superior Gobierno, me hace temer que no podemoscontinuar nuestro trabajo. Ya que, por otra parte, a los que salen temporal­mente por estudios, se les está negando el permiso de reentrada.

Estas dificultades arbitrarias, me hacen consultar a nuestro M. R. P.General si ante tanta imposibilidad debemos dejar alguna de las obras, oquizás abandonar la República todos los miembros de la Compañía.

Sería lamentable, Excelencia, después de 25 años de trabajo por el pue­blo dominicano, tener que tomar una decisión tan triste. Por eso acudo a V.E. seguro de que, como en ocasiones anteriores, dará la solución justa.

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Antología de doCt/llIentos

En Jesucristo, se ofrece incondicionalmente a V. E.

(fdo.) MARIANO TOMÉ, S.J.Representante del M. R. P. General

de la Compañía de Jesús en República Dominicana

289. Denuncia aparecida en la prensa contra un religioso paúl de San Francisco deMacorís (e. Trujillo, 5 de junio de 1960)

"Foro Público: Sacerdote truculento", El Caribe XII:4414

Ce. Trujillo, 5 de junio de 1960), p. 11, cols. 3-4.

El día 2 de este mes, mientras el sacerdote español Teodoro Calza­da 10 ofrecía la clase de religión en el Colegio La Altagracia que dirigen lasHermanas del Cardenal Sancha, se expresó en términos graves en contrade nuestro Gobierno, llegando al extremo de acusar a éste de cometer ac­tos terroristas dentro de las iglesias con el fin de atropellar la religión caló­

lica romana.Tales expresiones del padre Calzada dieron lugar a que la alumna de

16 años Adalgisa Canaán Fernández, lo mismo que la señorita Hilza AntoniaHernández Jiménez, significaran al mencionado sacerdote que, palabrastextuales, "antes de nosotros tener tantos padres extranjeros desconocía­mos las zozobras e inquietudes que el país por causa de ustedes ha estadopadeciendo. Trujillo es católico, apostólico y romano, y lo que ha hecho esregalar iglesias y este mismo colegio donde está usted hablando en su con­tra lo obsequió él", expresiones que fueron apoyadas por las demás alum­nas, lo que motivó que el padre Calzada tratara de no continuar su clase, loque accedió seguir después que las alumnas se lo solicitaran con la adver­tencia de que no les tratara temas políticos.

PEDRO PABLO DE JESÚS

Nota de la Redacción: ¿Qué clase de sacerdotes extranjeros es quetenemos? ¿Qué le pasa a Migración que no los deporta?

10 Teodoro Calzada ei"a un paúl español, nacido en Burgos (7 de enero de 1929), que ingresó enesa congregación en 1944, fue ordenado en 1953 y aparentemente llegó al país en 1957 atrabajar en la parroquia de San José Obrero. Cfr. R. Bello Peguero, Nombramientos eclesiás­ticos II (1991), p. 1017.

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José Luis Sáez, S. 1. La Slltllisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (j 930-j 96 j)

290. Otra denuncia aparecida en la prensa contra la predicación dominical delpárroco de Güaley (6 de junio-de 1960)

"Foro Público: Infundios y groserías", El Caribe XII: 4419 (C.

Truj illo, 11 de junio de 1960), p. 11, cols. 3-4.

Ayer domingo a las 5:30 a. m., ante numerosos fieles, el padre JoséMarcilla Hernández,11 párroco de la iglesia de Santa Ana, del barrio deGüaley, se expresó en términos insultantes con respecto al Gobierno y aldiario El Caribe. Entre otras cosas, dijo el sacerdote: "Que me bote el Go­bierno como a otros curas, nadie me puede impedir que hable en defensade mis hermanos. El Gobierno y los protestantes son iguales, lobos disfra­zados de ovejas. El Caribe es una basura donde se insulta a los ministrosde Dios y hasta al representante de Su Santidad el Papa".

MARTÍN CALLES

Nota de la Redacción: Da pena que un titulado ministro del Señor useeste lenguaje bajo las bóvedas del templo a su cargo, pues su estilo taber­nario cuadraría mejor en antros de perversidad y de odio.

291. Un artículo breve de El Mundo (San luan, Puerto Rico), reproducido en elpaís, sobre el comportamiento del nuncio Lino Zanini (11 de junio de 1960)

Daría Carla, "El nuncio Lino Zanini bajo ataques en Santo

Domingo", El Caribe XII: 4429 (C. Trujillo, 11 de junio de

1960), p. 1, col. 3-4.

Tan pronto regresó a la República Dominicana el jueves pasado, elNuncio Papal, monseñor Lino Zanini, invitó para una recepción en el Pala­cio de la Nunciatura, según informes que se hicieron públicos en CiudadTrujillo, el domingo pasado.

Pero de acuerdo con los mismos informes, inmediatamente la recep­ción comenzó a ser torpedeada, en la forma de una carta de uno de lossupuestos invitados rechazando la invitación y sugiriendo al Nuncio quese fuera definitivamente del país.

11 El P. Marcilla Hemández, un diocesano no nativo, era párroco de Santa Ana desde e124 deoctubre de 1959, y permanecería allí hasta 1969. Cfr. R. Bello Peguero, Nombramientos II(1991), p. 628.

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Al1tolo~ía de doculIlentos

El texto de la carta presuntamente firmada por un ingeniero de nom­bre Ignacio Agramonte fue escuchado en San Juan al ser leído por la ra­dioemisora "La Voz Dominicana", controlada por el Gobierno.

Monseñor Zanini regresó a Ciudad Trujillo el jueves pasado, inme­diatamente después de haberse pedido oficialmente al Gobierno domini­cano que fuera declarado non grato. Toda vez que la carta del ingenieroAgramonte fue leída por la radio el domingo por la mañana, parece que larecepción había sido señalada para el sábado a las 11 de la mañana, deacuerdo con los términos de la misiva.

Personas que conocen aquí al ingeniero Agramonte dudan que susrelaciones lleguen a tanto como para ser objeto de invitación para unarecepción del Nuncio Papal. Esas personas creen asimismo que, por otrolado, en el caso de que fuera cierto que él recibiera tal invitación, escribióla carta rechazándola bajo presión oficial.

El ingeniero Agramonte, de acuerdo con la carta, repite las acusacio­nes oficiales de que el Nuncio se ha implicado en actividades y expresio­nes subversivas y finalmente decía a monseñor Zanini:

"En vez de enviar invitaciones, ¿por qué no osáis retiraros de un paísen el cual no sois lo suficiente grato para poder ejercer tranquilamentevuestra sagrada función? Y si os quedáis, ¿por qué no os recogéis a la quie­tud de vuestros templos a orar para que nuestros mandatarios sean ilumi­nados por Dios en la pesada tarea que tienen encima?"

Los observadores ven en esta carta la intención oficial de advertirque nadie sujeto a la autoridad dominicana debía concurrir a la recepcióna que invitó el Nuncio.

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J05é Lui5 Sáez, S, J La 5ltmi5iól1 bien pagada La Igle5ia domil1icalla bajo la Era de Tnljillo (1930-1961)

292, Carta abierta de un ex seminarista al rector P. Juan López Pedraz. S.1., sobreel ambiente vivido en la instü'iiCión (e. Trujillo, 19 de junio de 1960)

El Caribe XII:4439 (C. Trujillo, 21 de junio de 1960),

p. 11, cols. 4-5.

Reverendo padre:No sé cómo 'expresarme en esta carta. He esperado casi seis meses

desde mi salida del Seminario para ir elaborando mis ideas, y además es­peraba que los ánimos se sosegasen.1 2

Ya es tiempo de que diera a luz todos mis conceptos. Pero lo vital deesta carta es expresarle y exponerle mi profunda inconformidad por lamanera cómo rigió y está rigiendo el Seminario, centro principal donde seforjan los espíritus de los futuros ministros de Dios.

Desde que usted tomó posesión del rectorado del Seminario en elaño 1956, siempre ha obrado con caprichos y volubilidad. Su caprichosadecisión en el rectorado del Seminario ha traído lamentables consecuen­cias. Ha expulsado del Seminario a jóvenes con verdadera vocación, bus­cando pretextos gratuitos y por el solo hecho de ser buenos patriotas queaman a su tierra y a su Gobierno. Por ese solo hecho los expulsó.

Tenían doble vocación: de verdaderos ministros de Cristo y de verda­deros y sinceros patriotas. Esas vocaciones pesan y pesarán sobre sus hom­bros y están bajo su responsabilidad.

Dios le pedirá cuenta. Usted busca los pretextos de que "ante Dios hedeliberado que conviene que deje el Seminario". Parece que estamos enlos tiempos de los primeros apóstoles, que los iluminaba abiertamente elEspíritu Santo. ¿Es usted infalible? ¿Habla usted ex cathedra?

En cambio, a sujetos que están abiertamente en contra del Gobierno ysus instituciones, no los ha expulsado de ahí. Usted no advierte que ésos eldía de mañana no serán buenos y cabales sacerdotes, sino unos politicas­tros de baja posición; que sus consejos serán la subversión y el escándalo.

Ahora yo me pregunto: ¿Con qué idea retiene usted a esos sujetosahí? Habrá que examinarle a usted el "fondo y la forma", como suele decirusted.'3 Yo mejor le aconsejaría a usted que pida permiso a su superior

12 Por información suya, después de siete años allí, fue expulsado del Seminario el día 31 dediciembre de 1959. Cfr. "Carta de Clemente Medina a Mons. Octavio A. Beras, solicitandoingresar de nuevo CC. Trujillo, 20 de diciembre de 1960)", ASD. Conespondencia particula­res (1960), s/n.

13 El P. López Pedraz, S.J., era también profesor de oratoria, y autor de la reconocida obra Losresortes de la persuasión en la oratoria sagrada, Santander, Sal Terrae, 1956.

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para que se marche de la República Dominicana antes de continuar diri­giendo así el Seminario. ¿Por qué no expulsó desde un principio a los se­

. ñores Vinicio Disla, Fabio Salís y a tantos otros, no obstante su manifiestay gratuita enemistad contra el Gobierno? Todo esto es de público conoci­miento.

Usted dirá que ya esos no hablan de política. Pretextos y más pretex­tos. ¿Por qué no los expulsó desde el comienzo; desde que comenzó estacizaña? Cuando fui a su apartamento personal del Seminario en el mes demarzo de 1959 para que aconsejara a los seminaristas del Seminario Ma­yor porque se hablaba de política abiertamente subversiva y les diera se­rios consejos, avisos y advertencias, ¿por qué usted no hizo caso?

Ahora está pagando las consecuencias. Cuando los seminaristas cu­banos y portorriqueños comenzaron a introducir sus ideologías malsanas,¿por qué usted no los cortó de raíz inmediatamente? Usted bien lo sabía y

siempre procedía con complacencias.¿Por qué no expulsó a esos que subían al púlpito del Seminario a

predicar sermones de doble sentido, muy ajenos a la vocación sacerdotal,y sí inspirados en temas políticos con el deliberado propósito de criticar ycensurar injustamente al régimen gubernativo dominicano? ¿Eran esosverdaderos sermones de seminaristas, o más bien diatribas y filípicas malintencionadas?

Padre, escarmiente. Tenga más cuidado para regir un seminario. Siva a continuar rigiéndolo de esa manera, mejor váyase de aquí para que nose pierdan más vocaciones.

Estaré eternamente resentido de usted porque me expulsó del Semi­nario injustamente. Yo tenía vocación.

Se suscribe de usted un ex seminarista ofendido que siempre lo re­cordará.

CLEMENTE MEDINA y SUAREZ

293. Carta del Vicario Provincial de los dominicos al Jefe de la Policía Nacional,denunciando el robo de dos vehículos (c. Trujillo, 23 de junio de 1960)

c. HEPB, loe. cit., N° 15.

Muy señor mío:Con el mayor afecto saludo a Ud., y le deseo la mejor felicidad en el

desempeño de su alto oficio para servicio de la Patria dominicana.

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José Luis Sáez, S. 1 La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trlljillo (1930-1961)

Quiero, al mismo tiempo, hacer llegar a su conocimiento la sorpresade que he sido objeto a m'U'egreso de los Estados Unidos por la falta de losdos automóviles, propiedad de la Orden de los padres dominicos que, con­forme a la versión de los padres de la comunidad, fueron robados del gara­je en la noche del día 16 de abril, víspera del día de Pascua.

Conocedor del alto espíritu que le caracteriza a Ud., así como de latécnica precisa y moderna de que están dotados sus hombres, debido alinterés supremo del conductor del pueblo dominicano, Generalísimo Dr.Rafael L. Trujillo Malina, Benefactor y Padre de la Patria Nueva, por lasmás estrictas normas de existencia pacífica de todos los ciudadanos, mees grato acudir a Ud. para ver de interesarle en la adquisición de estosvehículos de tan absoluta necesidad para nuestro apostolado, y que tanalevosamente fueron tomados del garaje. Nuestros automóviles eran: uno,Opel Capitán, y Morris Minar, el otro.

Con mis mejores votos para su felicidad, quedo de Ud. s. s. y capellán,

(fdo.) FR. ÁNGEL VIZCARRA, O.P.

294. Desmentido del diario El Caribe a un cable recibido de Puerto Rico acerca delparadero del obispo de La Vega (San Juan, 23 de junio de 1960)

"Otra vez la prensa amarilla: Alega persecución al clero

católico", El Caribe XIII: 4442 (e. Trujillo, 24 de junio de

1960), p. 2, cols. 3-4.

SAN JUAN, Puerto Rico, 23 de junio. (AFP).14 El arzobispo (sic) espa­ñol Francisco Panal no se encuentra en Puerto Rico, afirmaron aquí fuen­tes dignas de crédito, después de circular versiones en el exterior de que elprelado había sido obligado a abandonar Santo Domingo por la tirantezque existe entre el clero dominicano y el régimen de Trujillo.

En otras fuentes se informó que hasta la semana pasada, un total de45 sacerdotes extranjeros habían salido de la República Dominicana pre­sionados por el general Trujillo.

Nota de la Redacción. Ninguna autoridad del gobierno, ni la Direc­ción General de Migración ha expulsado a ningún sacerdote del territoriodominicano. Y si han salido algunos extranjeros del país ha sido solamen-

14 Se trata de Agence France-Presse, f1.Indada en 1835 por Charles-Louis Havas y denominadaentonces Agence Havas.

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te por su propia voluntad o porque se les había vencido sus permisos lega­les de residencia y no quisieron renovarlos. Estos últimos, que se han mar­chado voluntariamente por la mencionada razón, son diez o doce y nocuarenta y cinco, como lo asegura el cable anterior.

Por otra parte, es seguro que tanto la información de la AFP, que pu­blicamos aquí, como otra que publicamos hace algunos días, según la cualhabía llegado a Puerto Rico el arzobispo español Francisco Ramírez (queposiblemente sea el mismo Francisco Panal), proceden de informacionespublicadas en El Mundo, el cual, por la presencia de redactores traidores ala República Dominicana, recoge con alborozo cualquier infundio que di­recta o indirectamente pueda perjudicarla. Por fortuna, por el cinismo deestas contradicciones, el público ya sabe que sólo se trata de mentir y ca­lumniar.

295. Cable de la NCWC News Service recibido, al parecer desde San Juan, porMons. Reilly (27 de junio de 1960)15

o. Obispado de San Juan de la Maguana. Church cl11d State

(1957-1960), ff. 16-17; c. ARPA. Correspondencia mmcio

Zanini (1959-1963), s/n.

Más tarde la prensa del gobierno publicó una serie de ataques contrael obispo de La Vega, Francisco Panal Ramírez, O.F.M. Cap., un prelado deorigen español que ha trabajado más de cuarenta años en la RepúblicaDominicana. Al mismo tiempo, seis sacerdotes de la Diócesis de Santiagofueron expulsados y volvieron a aparecer los robos de vehículos.

Según los exiliados dominicanos, la actitud de los católicos se resu­me en un chiste reciente: "Rezamos un Padre Nuestro por la iglesia perse­guida, pero rezamos dos Padre Nuestro por la iglesia protegida".

Se comenta también el incidente del Nuncio Apostólico en aquellarecepción imaginaria del 28 de mayo. El arzobispo Zanini, que también sedesempeña como representante papal en Puerto Rico, permaneció en SanJuan desde Semana Santa. El 26 de mayo, salió rumbo a Ciudad Trujillo.Mientras tanto, se habían cursado invitaciones a muchas personas en lacapital dominicana a una recepción que el supuestamente había prepara­do el Nuncio para altos funcionarios del gobierno. La invitación llevaba el

15 Las siglas se refieren a la National Catholic Welfare Conference, creada en 1920, bajo laresponsabilidad de los obispos norteamericanos.

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José Luis Sáez, S. 1. La sumisión bien pagada La Iglesia dominicana bajo la Era de TrlIjillo (j 930- j 96 j)

sello de la Nunciatura, que se supone fue falsificado por el gobierno paradarle a todo ese montaje tm aire de autenticidad.

Entre los que recibieron la invitación se contaban funcionarios delgobierno, miembros del cuerpo diplomático, ciudadanos de cierta impor­tancia, sacerdotes y religiosos, e incluso las familias de jóvenes que ha­bían sido arrestados por supuestas actividades contra el gobierno. Se diceque el arzobispo Zanini se enteró de la recepción tan sólo unas horas antesde que se suponía comenzase.

Cuando los primeros "invitados" se aparecieron, el Nuncio se negó arecibirlos, y un buen grupo de personas se agolpó a la entrada principal dela Nunciatura. De pronto se oyeron las sirenas de la escolta de motocicletasque anunciaban la llegada de los hermanos Trujillo.

Los recuentos de lo que sucedió después se diferencian un poco en­tre sí. De acuerdo con uno de esos recuentos, el arzobispo Zanini conce­dió una entrevista a Trujillo, durante la cual el hombre fuerte de Santo Do­mingo intentó sin éxito presionar al Nuncio para que siguiese adelantecon la supuesta "recepción". El arzobispo permaneció insensible, sin em­bargo, y a fin de cuentas, los "invitados" se vieron obligados a irse.

Al día siguiente de la "recepción" abortada, la prensa dio cabida anuevos ataques contra el Nuncio, y lo mismo sucedió con la radio.

El arzobispo Zanini regresó a San Juan el día 30 de mayo, y al díasiguiente viajo a Roma, de donde no ha regresado aún. Se dice que piensavolver a la República Dominicana, pero se desconoce si el gobierno per­mitirá su regreso.

Mientras tanto, el gobierno dominicano ha dado algunos pasos en sucampaña contra la Iglesia. Según se informa, el mismo Trujillo ha visitadoa tres personajes de importancia entre el clero como parte de su fracasadamaniobra de obligarles a firmar declaraciones denunciando a sacerdotesextranjeros que trabajan en el país. Los tres sacerdotes se identificaroncomo monseñor Eliseo Pérez Sánchez, y los PP. Osear Robles Toledano yCastillo de Aza. Monseñor Pérez Sánchez y el P. Robles Toledano son, ade­más, miembros del Congreso Nacional.

Se asegura que Trujillo ofreció al P. Robles Toledano, ex cónsul generaldominicano en Nueva York, y que recientemente fue expulsado de la Univer­sidad de Santo Domingo, un puesto en el Gobierno como asesor de asuntoseclesiásticos, con tal que firme la declaración solicitada. El P. Robles Toleda­no rechazó la oferta de Trujillo, pero la radio anunció que la había aceptado.

El cargo de asesor eclesiástico está vacante desde que Mons. Eduar­do Ross fue expulsado por negarse a apoyar a Trujillo en sus esfuerzos porconseguir el título de Benefactor de la Iglesia.

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296. Carta del P. Gerardo VáZqueZ, S.J., informando al generalísimo TrujiUoacerca del enviado especial de la Curia de Roma (Haina, 8 de julio de 1960)

J. L. Sáez (ed.), MOI1Umeflta Dominicana V

(Santo Domingo, 1997), W 22.

Excmo. señor:Tendrá Su Excelencia deseos de saber algo de nuestro P. visitador

recién llegado, Francisco Javier Baeza, enviado por nuestro P. General.Por un momento, Excelencia, me voy a hacer miembro espontáneo de suservicio de inteligencia y llenar cumplidamente sus deseos. 16

Primeramente, el P. Baeza es hijo de un general de Artillería. Se pue­de decir, por lo tanto, que pertenece a la clase militar a que S. E. pertenece.En segundo lugar, es, como S. E., muy amigo del caudillo de Espal1a, gene­ral Franco. Conversa frecuentemente con él, y le ha dado Franco para susobras más de 30 millones de pesetas, 15 para el Seminario Hispano-Ameri­cano de Comillas y más de 20 para el noviciado jesuítico de Villagarcía. Entercer lugar, la idea básica que tiene de la cuestión político-religiosa, ad­quirida experimentalmente por él en los tiempos de la Segunda Repú­blica española y en la guerra siguiente de liberación espal101a viene a sercasi la misma que S. E. desarrolló en su discurso pronunciado en la Cate­dral de Santiago de los Caballeros, es a saber, que la actividad de todo buensacerdote debe ser trabajar lo más posible y hablar lo menos posible; tra­bajar lo más posible por construir y hablar lo menos posible para destruir.

Precisamente, por ser el P. Baeza un hombre profundamente religio­so, le repugna la actividad de un sacerdote que se pasa el día hablando depolítica. Para él, el sacerdote es puente entre Dios y los hombres, y su acti­vidad debe reducirse a lo que significa tal puente sobrenatural, es a saber,sugerir en mil formas según su capacidad a los que le rodean, el que pasenfrecuentemente con su pensamiento y voluntad de la tielTa al cielo.

Tal es el hombre, Excelencia, que yo conocí por primera vez en elaño 1925; tal es el P. Visitador, que el P. General envía con plenos poderes,sin dependencia alguna de los superiores de las provincias jesuíticas cir­cundantes.

Dios guarde a su Excelencia muchos años.

(fdo.) GERARDO VÁZQUEZ, S.J.Administrador del Instituto Politécnico Loyola

16 La carta ostenta en la parte superior derecha la nota "No se envió". El remitente, fiel a lanorma de depositar las cartas en el buzón del Superior, fue evidentemente interceptada y nollegó a su destino.

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loséLltis Sáez, S 1. La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

297. Carta del Director de Gastos del Gobierno al P. Ángel Arias, 5.1., directordel Politécnico Loyola, justifica.ndo la reduciendo del presupuesto de la institución(e. TrujiHo, 15 de julio de 1960)

o. IPL. Correspondencia del Gobierno (1960), lego 10/C, o 5;

J.L. Sáez, Instituto Politécnico Loyola (1993), pp. 182-183.

Reverendo padre:Tengo a bien participarle que su carta de fecha 6 del presente mes,

dirigida al insigne Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva,generalísimo doctor Rafael Leónidas Trujillo Malina, fue referida a estaoficina, por ser la encargada de los asuntos concernientes a la coordina­ción de los gastos del Gobierno.

En relación con lo que Ud. expresa en dicha carta acerca de que no lees posible reabrir ese plantel con la apropiación de RD$75.000.00 que le hasido fijada para el segundo semestre del presente año, le participo, en cum­plimiento de instrucciones superiores, que usted debe tomar las providen­cias del caso para que ese instituto limite los gastos de su funcionamiento alos fondos que le han sido asignados para tal finalidad, ya que actualmenteno es posible proveerlo de más. Debe usted, pues, someter un plan de re­ajuste que comprenda reducción del personal, de alumnado, de los talleresmenos indispensables, granjas, etc., y todo lo que 'a su juicio sea susceptiblede tal medida, a fin de que el Instituto continúe funcionando, aunque másmodestamente, sin que ello altere su estructura esencialmente técnica, mien­tras desaparezcan las circunstancias que determinaron la reducción de lascuantiosas erogaciones que venía ocasionando ese establecimiento, frenteal sentido de estricta economía y discreción con que el Superior Gobierno,ahora más que nunca, está manejando los fondos nacionales.

Al preparar ese plan deberá tener en cuenta que los alumnos que ne­cesiten recibir enseñanza primaria, intermedia o secundaria no es indis­pensable que la reciban en el mismo Instituto, sino que para ello puedanasistir a las escuelas oficiales de esa ciudad, que son, en su clase, de pri­mera categoría.

Considera esta Dirección que usted, que siempre ha demostrado serun entusiasta y eficaz cooperador de la brillante obra que realiza el genera­lísimo Trujillo Malina en lo relativo al desarrollo de la educación vocacio­nal y técnica debe, esta vez, poner su buena voluntad al servicio del Supe­rior Gobierno, que se inspira en las altas y sabias orientaciones de quien leha brindado a usted siempre, sin reservas, su honradora confianza y since­ra amistad.

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Antología de dOCll11lwtos

Le saluda muy atentamente,

(fdo.) MANUEL REYES TINEODirector del Servicio de Economía y Coordinación

para Gastos del Gobierno

298. Resumen de la entrevista sostenida en Palacio entre el generalísimo Trujillo y

el P. Francisco Javier Baeza, SJ., enviado especial de la Curia Generalicia de Roma(e. Trujillo, 18 de julio de 1960)

c. APA. Seminario Pontificio Santo Tomas II (1959-1960), N° 32;

J. L. Sáez (ed.), op. cit., fE. 189-190.

1. Mi misión en la República Dominicana: Visitar a nuestros religiosos, suspersonas, sus obras, las necesidades de personal, etc. para que desdeRoma tengan un conocimiento más directo e inmediato. Y de esta for­ma cumplir lo que se prometió a V. E. por parte de N. M. R. P. General através de su Embajador ante la Santa Sede, de que la sección jesuíticade esta República dependería directamente de Roma, y no a través delSuperior de Cuba.

2. Reiterar a V. E. la gratitud de la Compañía por lo mucho que la ha ayuda­do a desarrollar su labor apostólica en bien de las almas, y en provechode este querido pueblo dominicano.

3. Reafirmar ante V. E. nuestra decidida voluntad de seguir trabajando cuan­to esté en nosotros por el bien espiritual, cultural y científico de estaNación, en nuestra línea de sacerdotes y religiosos, a las órdenes de lajerarquía eclesiástica. Y cooperar como tales religiosos a los esfuerzosque el Gobierno, y en particular V. E., como Benefactor y Padre de laPatria Nueva, viene realizando por el mejoramiento moral y material deeste pueblo dominicano.

4. El Seminario Pontificio de Santo Tomás, como vivero de los pastores dealmas en esta nación, es objeto para nosotros de especial interés. Acabode nombrar nuevo rector al P. Mariano Tomé; están preparándose enRoma y en otras universidades de España, Europa y América nuevosprofesores y educadores.

5. La obra del Politécnico de San Cristóbal, tan personal creación de V. E.me ha dejado impresionado por magnitud y magníficas instalaciones. Ycreo, sin dudar, que ha de ser, y ya está siendo, de un bien inmenso para

toda la nación.

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José Luis Sáez, S 1. La 5lImisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961J

Por las impresiones que me acaba de reflejar el P. A. Arias, su directortécnico, están ahora en.IIlomentos muy difíciles por la reducción del pre­supuesto; y duda si se podrá continuar, aun con lo más esencial, estaimportantísima labor. El P. Arias podrá explicar estas serias dificultades.

6. Las Casas de Ejercicios, centros de formación de hombres de concien­cia, fieles cristianos y leales servidores de la Patria, son obras que muypersonalmente tiene que agradecer la Compañía a V. E. Últimamente hadisminuido la asistencia de empleados del Gobierno, si bien creemosserá esta dificultad transitoria. Pues entendemos sería muy de desearcontinuase esta asistencia, pero lo que creemos no habrá de faltar ni laautorización, ni, en cuanto sea posible, alguna ayuda económica a losempleados por parte del Superior Gobierno, si V. E. tiene a bien seguir­lo patrocinando.

7. El pequeño centro de formación de futuros jesuitas dominicanos esta­blecido junto a la Casa de Ejercicios Manresa-Loyola en Haina, quere­mos poco a poco ido convirtiendo además en un colegio de segundaenseñanza, al estilo de los muchos que tenemos en Europa y América,pues creemos completará bastante la labor que hace la Compañía deJesús en esta nación. Para ello estoy pensando traer poco a poco padresque se encarguen de esta obra.

8. Me ha impresionado también la labor que nuestros padres ejercitan enbien directo de las lomas del pueblo en el santuario del Santo Cerro, conel Preseminario y Colegio del P. Fantino y en las regiones de la misiónfronteriza con dos parroquias.

Por todo ello, como fruto de mi visita, deseo ir aumentando la perso­nal que trabaja en estas diversas obras que la Compañía lleva a cabo enbien de la República Dominicana, con el alto patrocinio de V. E.

299. Memorándum de Rafael Paíno Pichardo presentado al generalísimo Trujillosobre su conversación en el Seminario con el P. Francisco Javier Baeza, SI(C. Trujilla, 14 de septiembre de 1960)

C. ARPA. Documentos Lino Zanini (1959-1963).

N° 30101-23.

1. Por la mediación del suscrito, solicita que las autoridades de Migraciónle concedan permiso de salida y retomo, para ir a Roma y regresar a laRepública.

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Antología de documentos

2. Frente a conversaciones anteriores, el padre Baeza se reafirmó en elconcepto de que la carta pastoral del 25 de enero pasado debió contem­plarse desde un punto de vista de consejo cristiano a las autoridades,con excepción del último párrafo de la misma por tener un carácter per­sonal y casi agresivo. Estima que debió ejercerse una acción conjuntapersonal, previamente, como advertencia cristiana antes de que se hi­ciera un uso de dicha pastoral en forma ofensiva y desagradecida. Con­sidera que dicha carta pastoral, tanto por la forma usada para su difu­sión, como también por la forma sorpresiva con que fue difundida, diolugar en gran parte a la campaña religiosa desatada en el exterior y lacual, también dio lugar a que se creara una situación político-religiosabien desagradable en La Vega (Hice extensas consideraciones al trián­gulo Zanini-Farland-Reilly).17

3. El padre Baeza tenía ya conocimiento de la correspondencia entremonseñor Panal dirigida al Jefe; y ahora me pide una copia de las basesque sirvieron de norma en las relaciones entre el Gobierno y las distín­tas diócesis. Estas bases fueron acordadas en las dos conversacionessostenidas entre el ilustre Jefe y monseñor Panal. El padre Baeza le damucha importancia a este acuerdo, y cree que en Roma no se conoceenteramente.

4. En lo que respecta a la situación del nuncio Zanini, el padre Baeza mesignificó que en el concepto de monseñor Samoré, aquél se apartó de lafunción que le era propia en su calidad diplomática. En el conceptopersonal de padre Baeza, el nuncio Zanini fracasó en la misión que lefue confiada.

5. En lo que se refiere a la situación actual de monseñor Beras, el padreBaeza estima que él está investido de "pleno derecho" como adminis­trador apostólico del Arzobispado de Santo Domingo; sin embargo,admitió la necesidad de que se le reconozca la condición de Metropolita­no para tener jerarquía espiritual sobre los demás obispos. Dicho reve­rendo me expresó un buen concepto de monseñor Beras.

6. Me permití expresar al padre Baeza que, en mi humilde concepto, lasrelaciones actuales entre el Arzobispado y nuestro Gobierno no teníanel vigor que antes tuvieron, debido a las siguientes circunstancias:

17 El apellido Farland es el del embajador norteamericano Joseph Simpson Farland, nombra­do embajador en la República Dominicana el20 de mayo de 1957, terminando su misión el28 de mayo de 1960, tres meses antes de que los EE. UU. rompieran relaciones con elgobierno de Tmjillo (26 de agosto de 1960), que no se restablecerían hasta el 6 ele enero ele1962.

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José Luis Sáez, S. 1 La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

a) Porque monseñor Beras no ha querido hacer reclamación de su ex­cepcional posición actual por razones de delicadeza personal y porrespecto espiritual al arzobispo Pittini; en lo que respecta a monseñorDossena, por éste no malquistarse con su superior jerárquico y te­miendo a la inquina del nuncio Zanini; y, en tercer lugar, al hecho deque el embajador Franco no abordó la situación creada con firmeza,en el empeño de mantener siempre un estricto formalismo protocolar.

7. Me permito señalar a Su Excelencia que el propósito del viaje del padreBaeza a Roma, en donde permanecerá a lo sumo cuatro semanas, pue­de constituir la oportunidad más propicia para dejar resueltos los asun­tos pendientes y los que se relaciones con la ejecución del Concordatoexistente (Confidencialmente esta es la propia intención del padre Baeza).

8. En lo que concierne al caso de monseñor Pittini, estima que es de ina­plazable necesidad resolverlo. Yo le hice una exposición completa de lasituación creada en el ambiente del Arzobispado por las actividades deHilda Schott, y debido, también a la terquedad del anciano prelado.

9. El padre Baeza me significó que monseñor Dossena había actuado conel mayor encarecimiento para darle solución a dicha situación, peroque aún no había recibido instrucciones de Roma. El padre Baeza ma­nifestó que alguna acción podría haber sido tomada en conjunto por losobispos de la Arquidiócesis, pero al hablarle yo de que cada obispo te­nía su jurisdicción independiente, me dio la razón, concluyendo queera necesario que se tomara una decisión respecto de la posición demonseñor Beras como arzobispo metropolitano.

10. Al llegar al Seminario para sostener la conversación con el padre Baeza,tuve la oportunidad de saludar a monseñor Panal, quien me expresóque estaría por breves horas en la ciudad y que regresaría esta tarde aLa Vega. Dicho obispo no se ha acogido al retiro espiritual de Manresapor haberlo llevado a efecto en el Santo Cerro, según me significó elpadre Baeza.

11. El padre Baeza se siente contento de las relaciones que existen entremonseñor Panal y el ilustre Jefe.

12. Mañana jueves, tal como respetuosamente le he informado anterior­mente a Su Excelencia, tengo invitados a monseñor Beras y a los pa­dres Baeza y Tomé, para almorzar en el Hotel Hamaca, de Boca Chica.

Muy respetuosamente,

(fdo.) R. PAÍNO PrCHARDO

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Antología de documentos

300. Carta del Director de Gastos del Gobierno al P Ángel Arias aprobando unnuevo presupuesto del Instituto Politécnico Loyola (c. Trujillo, 23 de septiembre de

~ 1960)

o. IPL. Correspondencia Gobierno (1960), lego 10/C, N° 5.

Asunto: Reorganización económica de ese Instituto Politécnico

1. Tengo a bien dirigirme a usted para confirmarle que el plan sometidopor usted para la reorganización económica del Instituto PolitécnicoLoyola, ha merecido la elevada aprobación de la Superioridad, habien­do quedado aumentada la subvención, por consiguiente, a la suma deRD$286,740.00 o sean RD$23,89S.00 mensuales, a partir del mes de oc­tubre próximo, con las modificaciones, supresiones de cargos y reduc­ciones de sueldos propuestas.

2. Por la cuantía de la subvención, podrá usted apreciar que en ella se inclu­ye la suma de RD$21,600.00 que costará la enseñanza primaria, pero sola­mente para los alumnos que residen en San Cristóbal y secciones o para­jes más cercanos que, según su apreciación, montan a un total de 686,que serán divididos en 20 cursos, con un profesor de RD$90.00 cada uno.

3. Le informo, igualmente, que el pago de la suma de RD$13,787.17 a queascienden las deudas del Instituto, correspondientes a los meses de ju­nio, julio, agosto y septiembre del presente año, quedará a cargo de estaOficina a base de que sea reembolsada con las economías que mensual­mente se produzcan en la partida de RD$7,SOO.00 destinada a la raciónde los alumnos internos, ya que, conforme a lo convenido, en el próxi­mo año escolar el internado no funcionará toda capacidad. Los chequesconcernientes a esos reembolsos deberán ser expedidos a nombre delTesorero Nacional y enviados a esta Dirección para ordenar el reintegrode su valor al fondo correspondiente.

4. Para facilitar la liquidación de las mencionadas deudas, deberá ustedsometerlas, por meses, comenzando con las más antiguas. Recuérdoleque según las reglas de la contabilidad oficial, las facturas deberán serpreparadas por quintuplicado y enviadas con el "visto bueno" de esarectoría, para que puedan ser pagadas.

Le saluda con toda consideración,

Cfdo.) MANUEL REYES TINEODirector del Servicio de Economía y Coordinación

para los Gastos del Gobierno

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José Luis Sáez, S. 1. La sumisión bie¡¡ pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujil10 (1930-1961)

3O1. Fragmentos de la carta del seminarista expulsado al nuevo rector P. MarianoTomé, SI, explicando el serviCio- prestado al Gobierno (c. Trujillo, 15 de octubre de1960)

c. APA. Seminario Santo Tomás: LitteraeAnnuae 1959-1960,

ff.4-7.

Muy querido padre:El día 31 de diciembre ppdo., recibí una carta del padre rector, Juan

López Pedraz, en la que me comunicaba que convendría que dejase elSeminario, debido a mi carácter sentimental e impresionante (sic). Yo es­taba completamente inocente de la realidad de los hechos. Al día siguien­te, un seminarista me dijo que el motivo de todo eso era porque otroseminarista encontró una carta delatora en mi celda y sin firma. Entoncesfue cuando caí en la cuenta. Ya yo sabía que dos compañeros míos esta­ban planeando un asunto de denuncia y aprovechando todas las oportuni­dades de todo lo que se decía en contra del Gobierno. Nadie lo sabía, sóloellos y yo, porque ya me lo habían participado. Uno de ellos metió la cartaen mi celda, y antes de que yo la encontrara, un seminarista la encontró yse la llevó al P. Rector. La leyeron, sacaron copia de ella, y volvieron a me­terla en mi cuarto. Llegué, la encontré allí, y se la ~evolví al que me la habíametido en mi cuarto. Después no supe qué hizo con ella. Ya esos dos mehabían participado esa denuncia que iban a hacer.

Luego que vi mi carrera frustrada por culpa de algunos, mi mamá, quees viuda, le escribió al secretario de Estado, don Manuel de Moya Alanzo,que era amigo de nosotros, para ver si él me daba algún trabajo para soste­nerme. Él me citó a su Despacho, y le expliqué todo como sucedió. Luegoél me llevó a presencia del mismo generalísimo Trujillo, y él me interrogóde todo. ¿Qué tenía que hacer yo en este caso? Tuve que explicarle todo; yaél tenía gran conocimiento de los acontecimientos del Seminario; hastame enseñó una carta del seminarista (hoy sacerdote) jamaiquino WilliamHenry, donde éste le daba las gracias por la ayuda que le prestó.

Y desde entonces todo quedó tranquilo, hasta que a mediados dejunio, el mismo Generalísimo me llama para que hiciera una carta fusti­gando al P. Juan López Pedraz por su "mala" administración en el rectora­do del Seminario. Yo di muestra de miedo, por temor al qué dirán de lasgentes, habiendo sido yo seminarista, pero él me lo impuso y tuve queobedecer. Otra pregunta: ¿qué iba yo a hacer en este caso? Y así fue que seeditó la famosa "Carta abierta al padre Pedraz" el día 21 de junio del año encurso. Ahí usted ve que yo quería negarme a hacerla, pero la autoridad

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Al1tología de documel1tos

superior me obligaba. Supe que en Santo Cerro se decía que eso no erainiciativa mía. Yo traté de suavizar la carta, pero me dijo el Jefe que lo quequería era única y exclusivamente atacar al P. Pedraz.

La carta delatora en el Seminario no fui yo el autor de ella. Si el P.Rector me hubiera llamado a su Despacho, yo le hubiera dilucidado todo.Pero él se ofuscó, se turbó y no hizo un análisis exhaustivo de los hechos.El procedió ciegamente, y a mí en concreto, me expulsó del Seminarioteniendo vocación.

Ruégole, padre, no comentar todas estas aclaraciones y advertenciascon ningún particular de todo el proceso de los acontecimientos, por pru­dencia y para evitar contratiempos. Le repito, padre, usted sabe cómo sonlas cosas aquí. Pido a Dios y a la Sma. Virgen usted no desoiga mis súpli­cas. Es una vocación que anda por el suelo. Permanecí ocho (8) años en elSeminario, faltándome sólo cinco (5) meses para ingresar a la SagradaTeología.

Si hubo falta o imprudencia, yo me arrepiento de veras. Espero en elSeñor que Él toque las fibras más íntimas de su corazón. Olvide, no se fijeen el pasado, y atienda a socorrerme. Sería mejor que usted y yo tratáse­mos esto personalmente; usted sabrá cómo hacerlo. Pero no quisiera queusted me cite para vernos en el Seminario, para que mis compañeros nopiensen que yo ando con malas intenciones. ¡Cuánto me ha costado de­mostrar que no soy espía!

Ya me despido, pidiéndole la bendición, un hijo en Cristo,

(fdo.) CLEMENTE MEDINA y SUÁREZ

302. Denuncia en la prensa matutina sobre la enseñanza en manos de los eclesiásti­cos o religiosos (c. Trujillo, 23 de noviembre de 1960)

"Foro Público", El Caribe XIII:4594 (23 de noviembre de

1960), p. 5, cols. 2-3.

ABOGA POR LA ENSEÑANZA LAICA

El momento actual en que vivimos exige que la enseñanza en la Re­pública Dominicana no sea católica, sino que sea laica, pues es necesarioque cada uno escoja la religión y la educación que le plazca, para que pue­da disfrutar de su libertad de conciencia y de pensamiento. No se debeobligar a nadie a recibir una educación o una instrucción religiosa, sino la

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José Luis Sáez, S 1. La SWllisiólt bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Truji/lo ( 1930-1961)

que quiera. Es necesario guiarnos del sabio Sr. Hostos. Hay que implantarel sistema recomendado por este sabio.

Por otra parte, rememorando acciones que no nos hemos merecido,es bueno que se tenga presente que en la inauguración de la Feria de 1961,no debe aparecer ningún cura bendiciéndola, pues ya está bendecida. Tam­poco deben aparecer los escolares del Loyola, que tanto dinero le cuestanal Estado, porque el padre Arias, el año pasado -qué abuso para el granevento-, influenciado por el jesuita ya desaparecido Larrucea, se negó enprincipio a concurrir a la Feria, diciéndole con palabras irrespetuosas alSecretario de Agricultura que ellos no asistirían. Es necesario que se ex­cluya al Loyola y se le dé preferencia a la Guardia Universitaria, que puedehacer una buena representación, o a cualquier otro colegio que designe elSecretario de Estado de Educación y Bellas Artes.

Tenemos que cuidarnos para que no se repita la pastoral de enero.Tenemos que cuidarnos para que nos pronuncien (sic) la pastoral y nosimpongan el sistema político que están siguiendo en Puerto Rico los re­presentantes de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana. El Gobierno y elpueblo dominicanos deben cuidarse de los curas y de la Iglesia, ya queestá claro que todos están metidos en política. No nos dejemos sorpren­der, preparemos las turbas para cuando sea necesario echárselas encima.

¿Qué hacen los curas y la Iglesia en la República Dominicana que nofavorecen a los pobres, a los infelices, con el dinero que recogen en todaslas iglesias? ¿Por qué no se asocian al Día del Pobre contribuyendo conalgo? ¿Por qué no hacen asistencia social? ¿Por qué no realizan ningunaobra social en la República Dominicana? Todo es coger, coger para ellos.

La Basílica de Higüey, donde están invirtiéndose varios millones, nodebe terminarse, porque el obispo de allí, Pepén, es indiferente a todo, escomo si no fuera dominicano. Es un insensible a todo. Es el peor obispoque tenemos. Ojalá designen al obispo Reilly en Higüey.

LUIS HOSTOS CAMPUSANO

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Antología de dOClIlllel1tos

303. Otra denuncia pidiendo suprimir ayudas a la Iglesia y castigar a losinstigadores de la carta pastoral de 1960 (e. Trujillo, 25 de noviembre de 1960)

"Foro Público", El Caribe XIII:4596 (C. Truj illo, 25 de noviembre

de 1960), p. 5. Col. 3.

LA VERDAD, AUN CUANDO DUELA

Si por circunstancias especiales hubiera necesidad de hacer reajus­tes en el presupuesto del año 61, debieran suprimirse por completo losenormes gastos que se hacen en favor del clero, los colegios e institucio­nes religiosas, los proyectos de construir templos católicos, los semina­rios, que se convirtieron en centros de conspiración y terrorismo, y todo,en fin, cuanto se refiere al catolicismo.

Esta medida sería muy saludable, muy justa y muy bien acogida, yaque nada de utilidad derivó la República Dominicana durante 30 años deprodigarle una ayuda constante e ilimitada a la Iglesia, y en cambio susjerarcas y muchos otros sacerdotes pagaron muy mal. Evidencia de ello esla carta pastoral del Episcopado del 25 de enero de 1960, leída con tantoénfasis en las iglesias del país, casi todas, ¡oh ironía!, erigidas con recur­sos del Estado y dádivas personales de quien vive con la mano extendidaen perenne acción de bien.

Por otra parte, nadie podrá negar que esa carta pastoral de tan tristerecordación, afectó nuestra renta, y si no fue más grave el mal que se pro­pusieron producir, fue por encontrarse en la dirección de los destinos na­cionales un hombre de la envergadura de Trujillo.

Los valores que se economicen con la supresión de tantas dádivas,podrían aplicarse a favorecer las clases pobres, a construir nuevas escue­las, a explotar nuestras riquezas naturales, a crear nuevas fuentes de traba­jo, a robustecer el plan de asistencia social y muchas cosas más en favordel pueblo.

Es hora de que reciban sanción los verdaderos culpables y responsa­bles de haber creado situaciones que jamás confrontó el país en 30 aüos detranquilidad, hasta la aparición de la abominable carta pastoral pagada,según se afirma, por Rómulo Betancourt, que si no causó mayores malesfue porque encontró al frente de los destinos de la Patria un hombre deextraordinario valor, capacidad, energía, patriotismo y dominio de la altamisión que le está confiada, respaldado por todo el pueblo dominicano.

JESÚS DE LA PAZ

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José Luis Sáez, 5.1. La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

P.D. Es oportuno recordar, que fue en el Seminario Santo Tomás deAquino donde un sacerd~te jesuita, el padre Fabré de la Guardia, forjó uncentro de conspiración y terrorismo, en complicidad con el rector, padrePedraz, enseñando a los alumnos a fabricar bombas con planos prepara­dos por él, que en nuestro país no se conocían, una de las cuales ordenócolocar en el Mercado Modelo de esta ciudad, que de no ser descubierta atiempo, habría causado la muerte de hombres, mujeres y niños, que eseinstante colmaban las dependencias del mercado. Que el padre Larrucea,superior de los padres jesuitas, llegado después al país, prosiguió el mis­mo camino y se desconcertó cuando vio descubiertos sus planes.

La verdad hay que decirla aun cuando duela.

304. Proyecto de ley que castigaría con la deportación a todo extranjero que alteraseel orden público, incluyendo a los miembros del clero (e. Trujillo, 29 de noviembre de1960)

El Caribe XIII:4601 (C. Trujíllo, 30 de noviembre de 1960),

p. 2, col. 2.

EL CONGRESO NACIONALEn nombre de la RepúbÚca

CONSIDERANDO: Que la enmienda política puesta en práctica porel Generalísimo Doctor Rafael Leónidas Trujillo Malina ha ofrecido en to­dos los aspectos de la vida nacional la tranquilidad social en que se hallacimentada la paz de la República;

CONSIDERANDO: Que miembros del clero en el país han cometidoactos intranquilizadores que constituyen provocaciones e intervencionesen los asuntos políticos internos de la República; que así mismo, la pasto­ral suscrita por todos los obispos de la nación y otros actos tendentes aesos mismos fines, son de carácter subversivo;

CONSIDERANDO: Que tales actos han producido honda perturba­ción social y que en vez de ser suprimidos por sus autores, han sido variasveces reiterados;

HA DADO LA SIGUIENTE LEY:

Art. 1. Toda persona de nacionalidad extranjera, aunque se trate deeclesiásticos, y cual que sea su jerarquía, que por escrito, verbalmente o

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Antología de dOCl/Illelltos

por cualquier otro medio altere el orden social o la paz pública, o realiceactos de provocación con dichos fines, para intelvenir de ese modo en losasuntos políticos internos, será deportada por las autoridades de Migración,sin necesidad de ningún requisito de carácter administrativo o judicial.

Art. 2. La presente ley deroga toda disposición de la Ley N° 95, del 14de abril de 1939, y sus modificaciones, o de cualquier otra ley que le seacontraria.

305. Carta de los superiores religiosos del país al Episcopado dominicano pidiéndolehablar acerca de la tensión reinante en el país (e. Trujillo, 16 de diciembre de 1960)

o. HEPB. ibid., Nu 20. ff. 1-2.

Excelentísimos y reverendísimos señores prelados:Los superiores de las órdenes y congregaciones religiosas existentes

en la República Dominicana, al tener noticia de la inmediata reunión de SS.EE. RR. en los críticos y transcendentales momentos por que atravesamos,hemos querido, con la mayor sumisión y siempre al lado de la jerarquía,deseosos de cooperar con ella en su misión pastoral, proponer lo siguiente:

1. QUE SE HAGA UN SUPREMO ESFUERZO POR FRENAR Y ACABARCON ESA CAMPAÑA injusta e injustificable, a la par que calumniosa ydifamatoria de radio y prensa contra la Iglesia, el Vaticano, la jerarquía,clero, religiosos e instituciones católicas.

Nuestro trabajo inmediato con los fieles en las parroquias, iglesias ycolegios no nos permite llamarnos a engafio sobre el dafio que esa infamecampaña produce en las almas. Nos duele esto, y que no se ataje tan tras­cendental mal. Y entendemos que lo único que podría detener ese aleja­miento de los fieles y confortar sus almas, sería una declaración de aque­llos que Dios ha puesto en cada diócesis como pastor, guía y maestro.

2. INSTRUCCIONES ORIENTADORAS PARA EL CLERO Y RELIGIOSAS

¿Y por qué hablamos de los fieles? ¿No es verdad que nosotros mis­mos hemos pedido, deseado y hasta considerado indispensable una pala­bra de orientación, una norma a seguir, algo que unificara, si no pareceres,al menos conductas en tantos momentos de difícil incertidumbre por losque hemos pasado en este año 1960?

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JoséLuis Sáez, S 1. La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujil10 (1930-1961)

Suplicamos, pues, que se nos den esas instrucciones orientadoras, paraobrar todos al unísono al'lado de la jerarquía. ¿No se sentiría, al menos, enbien de todo aquel: "la unión hace la fuerza"? Por el contrario, la experien­cia ha enseñado tristemente el desacierto de actitudes individuales.

3. QUE LA JERARQUÍA HABLE

Deseamos vehementemente en nombre de Dios y de esas almas do­minicanas, a nosotros inmediatamente encomendadas, que W. EE. RR.piensen si no ha llegado aún la hora de que la jerarquía, como tal, hable,ante la aglomeración de los siguientes hechos:

A. Campaña grosera, criminal y confusionista contra la Iglesia y cleropor radio, prensa y mítines.

B. Expulsión injustificada de sacerdotes, religiosos y religiosas (las dehace unos meses y la reciente del Hno. Salesiano y padre A. Barrios).y todo esto amenaza facilitarse con la propuesta de Ley para expul­sar extranjeros, incluso eclesiásticos de cualquier jerarquía. DETE­NER ESA LEY.

C. Ataque a la enseñanza religiosa:

a. Cierre de dos centros en San Cristóbal (Monagas y PP. Terciarios),y otros dos en Dajabón (Apostolinas y HH. de San Juan).

b. Cese de eclesiásticos como profesores de religión en normales,etc. con supresión de la asignación en algunos centros. Y todo estoamenaza llevarse al extremo con la Ley de Enseñanza Laica. DE­TENER ESA LEY.

D. Impedimento de la influencia religiosa:

a. Orden ya entregada de cese de vigencia de los contratos con religio­sas en hospitales y asilos (unas doscientas cincuenta religiosas)

b. Retiro de la subvención señalada en otros centros.

E. El despotismo burlón y atropello con que estas cosas se llevan a efec­to, sin respeto alguno a condiciones señaladas en los contratos. Esto,como otras violaciones de diversos puntos del Concordato, no sepueden atribuir a particulares, sino al propio Superior Gobierno.

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Antología de documentos

¿W. EE. RR. no creen que, ante estos hechos, los señalados por Dioscomo pastores, deberían hablar? Sabemos que del Vaticano llegan consig­nas de "aguantar", "trabajar cuanto se pueda". Sí lo creemos, pero nos cuestahacernos a la idea de que ese "aguantar" sea equivalente a "no hablar".Vemos en las iglesias de Polonia, Yugoslavia, Checoslovaquia y bien cer­quita a la de Cuba, "aguantar" sí, pero sus prelados han hablado, definidoposiciones, aclarado a sus ovejas dónde está la verdad.

ESO QUEREMOS. "Trabajar cuanto se pueda". Sí lo haremos, aunsumidos en la mayor estrechez y pobreza, aun en la persecución; pero conuna bandera desplegada, limpia de contaminaciones irreligiosas, aunqueteñida de sangre.

LEY DE ENSEÑANZA LAICA, LEY DE EXTRANJEROS, DIFICULTA­DES -se dice-, en la renovación de la Residencia en la República el próximoenero. Poco podría importar a quienes como "religiosos extranjeros" nos abrelos brazos todo el mundo, ansiosos de nuestra labor; pero es este pueblo, sonlas ovejas de W. EE. RR. las que nos preocupan, por las que miramos, por lasque queremos seguir trabajando, por las que no queremos irnos.

Que NTRA. SRA. DE ALTAGRACIA ilumine a W. EE. RR. en estosmomentos en que el pueblo espera su palabra; cuando el silencio es a vecespeyorativamente interpretado como cobardía o complicidad. En que losreligiosos desearíamos un cese absoluto de manifestaciones públicas (te­deum, salves, abrazos... , que contra nuestras voluntades se nos ha hechoaceptar), mientras se insulta a la Iglesia y la jerarquía; a las vez que espera­mos normas directrices que unifiquen nuestro obrar. En que todo el pueblonacional y extranjero espera el parecer de la jerarquía dominicana ante he­chos casi increíbles, pero demasiado patentes para dejarlos de reconocer.

Ofrecemos a vv. EE. RR. la aportación de nuestras oraciones y sacri­ficios.

{;_.­Al<:iIm>Gt....>l .... M~,'".

FR. ANTONIO GONZÁLEZ, O.P. P.Superior Frailes Dominicos

LEONARDO HUSWELL, S.EM.Superior de los PP. de Scarboro

HNO. AMADO GABRIEL, D.L.S.Director Colegio de La Salle

ALFONSO ESTEVE, SCH. P.Superior PP. Escolapios

P. MARIANO TOMÉ, S.J.Superior de la Compañía de Jesús

P. JOAQuíN GÜELL, C.M.Superior de los PP. Paúles

JosÉ M. VILA, C.M.ESuperior Padres Claretianos

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José Luis Sáez, S. 1. La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujíllo (1930-1961)

306. Carta del Can. Eliseo Pérez Sánchez al director del vespertino La Naciónsobre la acusación de que el cl~ro no contribuye a obras de caridad (c. Trujillo, 28 dediciembre de 1960)

c. ASD. Correspondencia oficial: Varios (1960), N° 112.

Señor director:He leído con la mayor pena el tendencioso artículo que un anoni­

mista publico ayer en la sección "El Lector Escribe" acusando al clero deno figurar en las listas de contribuyentes para la obra que a favor de lospobres realiza la "Sociedad Amigos de los Desamparados".

Parece que ese señor olvido que para obrar la caridad no siempre seestá obligado a figurar en listas populares, sobre todo, si esta ya se hacumplido holgadamente en otras circunstancias, como fueron con el "Díadel Pobre" y las fiestas pascuales en que el clero y los religiosos colmaronsu deber llevando pan y alegría espiritual a los pobres y abandonados ensus respectivas jurisdicciones.

De esta verdad podrán dar testimonio particularmente los numero­sos pobres que en la iglesia del Carmen fueron favorecidos en la mañanadel viernes 23 del corriente por su párroco con la regalía de RD$300.00, ylas muchas familias vergonzantes que en el retiro de su hogar recibierondel sacerdote el consuelo de un valioso aporte metalico y palabras dealiento y esperanza para su almas.

Felizmente las obras de caridad realizadas por la Iglesia a favor delos pobres, en todos los pueblos y en todos los tiempos no se podránnegar nunca con palabras huecas lanzadas al aire; del mismo modo quesiempre tendrá que reconocerse en nuestro país a Meriño, Billini, Fantino,García y otros muchos sacerdotes como los padres de la caridad y elamor a los pobres, que lo sacrificaron todo en haras de la felicidad deestos.

y para no ir más lejos vendrá a robustecer hoy nuestros bien funda­dos e irrefutables conceptos el autorizado testimonio del Presidente del"Comité Protector de Menores", quien en sus funciones oficiales declarocategóricamente: "que una de hlS aportaciones más valiosas y de los ser­vicios sociales más eficaces alcanzados cada año por el Comité, han ve­nido siempre de las congregaciones religiosas".

Agradeceré, Señor Director, el honroso favor de dar cabida en suinteresante diario a esta humilde carta, que llevara a todos sus benévoloslectores con mis felicitaciones de Pascua y Año Nuevo, mi más profundoreconocimiento.

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Antología de documentos

Muy atentamente le saluda,

(fdo.) MONS. EU5Eo PÉREZ SÁNcHEZPárroco de la Catedral

307. Carta de Mons. Hugo E. Polanco, obispo de Santiago, a Rafael PaínoPichardo, secretario de Interior y Culto (Santiago, 7 de enero de 1961)

c. HEPB, ibid., N° 21, ff. 1-2.

Excelencia:Acuso recibo del Oficio N° 344, de fecha 5 del corriente, y según pude

afirmar en nuestra conversación telefónica de esta misma mañana, el R.P.[Pedro] Iribarren, M.SS.CC., cantará la salve que se ha solicitado en LucasE. de Peña.

Explica dicho sacerdote que en actitud negativa la hacía como pro­testa contra Radio Caribe, no sólo por sus ataques a la Iglesia, sino tam­bién por sus palabras blasfemas.

y quiero aprovechar esta ocasión para manifestar a S. E. la preocu­pación que me han producido unas noticias llegadas aquí en estos dosúltimos días.

a) El día 10 de diciembre de 1960, el subsecretario de Interior y Culto,Rvdo. Pbro. Lic. Zenón Castillo de Aza, en carta circular a los directoresde colegios católicos, a solicitud de la Secretaría de Estado de Educa­ción, pidió los nombres y direcciones de los padres de los alumnos dedichos colegios.

b) He sabido de fuentes fidedignas que grupos de padres de familia quetienen sus hijos en colegios católicos han sido llamados a la FortalezaSan Luis de ésta, y en la de Moca, donde una alta autoridad militar les hamanifestado más o menos lo siguiente: "Se está en conocimiento deque los colegios católicos traman una conspiración para derrocar al go­bierno, y los padres que dejen sus hijos en dichos planteles tendrán queatenerse a las consecuencias".

c) En Lucas de Peña, el Servicio de Inteligencia Militar ha hecho lo mismo.d) En esta misma villa y los mismos han visitado [a] los padres de las

novicias para inducirlos, bajo amenazas, a que obliguen a sus hijas aabandonar la vida religiosa, que ellas libremente han escogido y en laque deben profesar el próximo mes de febrero.

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José Luis 5áez, 5. 1. La sumisión biw pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (j 930- j 96 j)

Son hechos que no me puedo explicar, y que de seguir su curso obli­garán, bajo presión militar, a cerrar los colegios católicos y los noviciadosde la diócesis de Santiago..··

Ruego a S. E. enterarse de todo esto, para impedir que se continúeesta campaña.

Hago provecho de esta ocasión para saludar muy atentamente a S. E.

(fdo.) +HuGO EDUARDO POLANCOObispo de Santiago de los Caballeros

308. Respuesta del Secretario de Estado de Interior y Culto a la anterior carta delObispo de Santiago (e. TrujiUo, 10 de enero de 1961)

c. !bid., N° 22.

Excelencia Reverendísima:Es deber del suscrito poner en su conocimiento que informes proce­

dentes de Monte Cristo señalan que el cura párroco de aquella poblaciónse negó rotundamente a ofrecer la misa o salve que anualmente tiene efec­to como acto inicial para celebrar el día del Poder Judicial.

No obstante de que se hizo ofrecimiento a d~cho sacerdote para ha­cerle efectivos sus honorarios correspondientes, éste mantuvo su negativapara oficiar, argumentando en defensa suya que lo hacía como una protes­ta "contra Radio Caribe por lo que dicha estación radial viene atacandodiariamente a la Iglesia".

Muy cordialmente el suscrito considera que está en el caso de invitarla atención de Su Excelencia Reverendísima respecto a la forma destem­plada y casi agresiva que últimamente vienen asumiendo algunos sacer­dotes españoles de la diócesis a su digno cargo, lo cual resulta realmentelamentable para el mejor desenvolvimiento de las relaciones entre el Go­bierno y la Iglesia.

El abajo firmante desea ponderar a Su Excelencia Reverendísima quelas expresiones de la prensa o los ataques de que el clero sea objeto nopueden ser considerados, en ninguna forma, como expresión de la vozoficial, ya que se trata de empresas enteramente privadas.

Sería muy lamentable que tales irreflexivas actitudes de aquellos sa­cerdotes pudieran causar nuevos entorpecimientos en el desenvolvimien­to de las buenas relaciones entre el Gobierno y el clero, tal como anterior­mente ha ocurrido.

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Antología de doculIlentos

La saluda con alta consideración y aprecio.

Cfdo.) RAFAEL PAÍNO PICHARDOSecretario de Estado de Interior y Culto

309. Memorándum del Episcopado dominicano preparado para entregar a~

generalísimo Trujillo durante ~a audiencia concedida en el Palacio Naciona~

(e. Trujillo, 10 de enero de 1961)

Documentos de la Conferencia del Episcopado de la República

Dominicana. 1955-1969, Santo Domingo, 1969, pp. 55-58.

Los obispos de la República Dominicana reiteramos a S. E. Nuestrosmás férvidos deseos de prosperidad y bendición del cielo para el nuevoaño que acabamos de comenzar. Le felicitamos especialmente por las nu­merosas obras sociales en bien de los necesitados, los amados de Cristo. Yrenovamos nuestro agradecimiento por las muchas obras realizadas porV. E. a favor de la Iglesia.

Nos presentamos, además, ante S. E., deseosos de seguir prestandonuestra cooperación, a fin de que esta Patria, tan querida por todos noso­tros, sea cada vez más grande y más fraterna para todos, y para ello másunida. Y creemos que nadie como S. E., por la autoridad moral de que seencuentra investido, como Benefactor de la Patria y Padre de la PatriaNueva, puede dirigir hacia el Superior Gobierno nuestros anhelos.

Si dentro del campo que nos compete fuésemos a hacer un balanceobjetivo, tendríamos que confesar que no todo ha sido favorable. Que, enconcreto, en las relaciones entre la Iglesia y el Estado ha habido un retro­ceso; que somos los primeros en lamentar y en desear que se corrija, enbien de todos los dominicanos, católicos en su inmensa mayoría. Nosmueve aquella misma intención que Su Excelencia reconocía en la ama­ble carta contestación que nos dirigió el dos de marzo del año próximopasado. Y acudimos confiados en aquellas palabras de S. E. en la mismacarta: "El deber que me impone mi condición de católico de ofrecer unavez más a la Santísima Virgen de la Altagracia, un testimonio del espíritude absoluta devoción a los sentimientos de concordia y de fraternidad cris­tiana, con que me he dedicado, durante treinta años, a velar por la felici­dad y bienestar del pueblo dominicano".

y si para corregir un mal, es necesario investigar la raíz del mis­mo, nos ponemos ante la presencia de Dios, Supremo Juez de nuestras

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~o........­Ardu.... Gl....al .. la NaclÓlI

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José Litis Sáez, S J La 5llmisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (j 930- j 96 j)

conductas, y reconocemos que, si bien pudo haber algunas deficiencias,nosotros no hemos sembr.ado la cizaña, por más que se empeñen en locontrario enemigos solap~dos de Dios y de su Iglesia. Hemos habladotodos nosotros como en conciencia creímos que debíamos hablar a nues­tro pueblo, de quienes, cual pastores, cuidamos con la autoridad del mis­

mo Cristo.Jamás ha sido nuestra voluntad incitar a revoluciones, ni alentar a

nadie para ello; conocemos la doctrina tradicional de la Iglesia al respecto,y la misma historia es testigo fidedigno de que la Iglesia de Cristo florecebajo imperios, monarquías, repúblicas, y hasta detrás de telones de aceroo de bambú. Hemos hecho lo que han hecho otros muchos hermanos nues­tros en el Episcopado: hablar como padres de almas en bien de los menes­terosos y afligidos; como lo han hecho también miles de veces los sumospontífices. No hemos tapado delitos, ni defendido lo indefendible. Hemospedido benignidad dentro de la justicia, como cuando le suplicamos cle­mencia para el pecador, a Dios, que siendo justísimo, es a la vez, infinita­mente misericordioso. En todas partes del mundo se recogen millones defirmas pidiendo clemencia para delincuentes condenados a la última pena.No es un delito, pues, que los obispos hagan lo mismo con sus ovejas.Ciertamente que, si alguno, antes de actuar, nos hubiese consultado, hu­biéramos sido los primeros en recordarle la doctrina del apóstol: respetady amad a vuestros legítimos superiores temporal~s, como al mismo Dios,de quien toda autoridad desciende.

Ciertamente que antes de dirigir la pastoral de hace un año podíamoshaber dado otros pasos previos. Ninguno de nosotros pudo nunca sospe­char la mala interpretación, sectaria las más de las veces, que se ha dado anuestras palabras. Entre la barahúnda de comentarios y malas interpreta­ciones que se hicieron, las nobles palabras de la carta que Su Excelencianos dirigió el dos de marzo, a que nos hemos referido, ponían las cosas ensu debido lugar.

Si de nuestras palabras, que eran, repetimos, un simple llamado a laclemencia, sin negar sus fueros a la justicia emanada de los códigos penales,otros han sacado comentarios y conclusiones contrarias, eso ellos lo defende­rán ante Cristo Juez, ante cuya verdad infalible les citamos. No ha sido co­mentario de nuestra pastoral: ha sido una ofensiva contra la Iglesia so pretex­to de la pastoral; y nosotros somos los primeros en condenar semejantestergiversaciones de la verdad. Que publicaciones eclesiásticas reprodujesenla carta o trozos de ella, es cosa frecuente y normal en casos análogos.

No queremos con ésto decir que [en] el campo eclesiástico no hayahabido imprudencias. Las reconocemos, y estamos en el mejor deseo de

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~o_.­A",hil"O Gonoroldlt l>.N",lÓn

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AHtología de dOCliHlelltos

corregirlas, en cuanto podamos, aunque no nos consideramos responsa­bles de ellas. ¿Puede el Gobierno controlar a todos los servidores? ¿O elpadre de familia a todos sus hijos mayores? Pero seguiremos haciendotodo lo posible por terminar con este estado de cosas, y buscaremos to­dos los medios conducentes a una perfecta armonía entre el Estado y laIglesia.

Para esto nos proponemos:

1. Recordar a los Sres. sacerdotes, una vez más, las normas dadas en mate­ria política. Y en concreto exhortarles:

a) a que se empeñen, por todos medios justos, en armonizar y cooperarcon las autoridades, en cuanto posible y justo.

b) a que tengan buen cuidado de no salirse de los límites de su compe­tencia.

c) a que procuren, por todos los medios a su alcance, evitar aun los másleves motivos de roce, desconfianza con las autoridades.

2. Tomar en cuenta las sugerencias que nos haga el Gobierno, y estudiarlascon el mayor empeño, principalmente en lo referente a ceremonias reli­giosas solicitadas por las autoridades.

3. Seguir cooperando con nuestra mejor voluntad en todas las obras de ins­trucción, beneficencia y superación moral y material del pueblo domini­cano, con el valioso concurso de todo nuestro clero secular y regular.

Pero así mismo deseamos firmemente, y es nuestra petición unáni­me que S. E. intervenga para que:

1. Las autoridades no se muestren desafectas a la Iglesia, sino deseosastambién de armonizar y cooperar con ella, para el bien común, fin deambas potestades en sus respectivos campos: y que no se inmiscuyanen los asuntos eclesiástico-religiosos.

2. Cesen la desconfianza y suspicacia contra la Iglesia. Y en concreto nospermitimos rogar a S. E. intervenga eficazmente -ya que creemos es elúnico que por su indiscutida autoridad puede hacerlo- para que termi­ne la actual campaña anticatólica de expresión por radio y prensa, sinque esto signifique merma a la libertad de expresión que la Constitu­ción consagra. Pues una cosa es la verdad y otra la difamación.

3. No prosperen los proyectos de leyes y disposiciones que atentan contrala enseñanza religiosa y los colegios católicos. E igualmente para que

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José Luis Sáez, S 1. La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (j 930- j 96 j)

cesen las abusivas intervenciones de algunas autoridades subalternas,que con amenazas, más o .menos veladas, quieren forzar a las familias aque no envíen sus hijos a las escuelas católicas.

4. Que se renueven las facilidades que antes se daban para el ingreso desacerdotes y religiosos en el país, que vengan a trabajar de acuerdo conla jerarquía, en el campo religioso dominicano, dada la necesidad espi­ritual de los fieles.

5. Se respeten a la letra los contratos que amparan fundaciones religiosasen los establecimientos del Estado; y se garantice la estadía en el país desacerdotes y religiosos. Si hubiese alguna queja o acusación contra al­guno de ellos, que se lleve inmediatamente a conocimiento de su res­pectivo obispo, sin darlo a la publicidad, que produce más escándaloque provecho.

6. Las dificultades que existen con respecto al cumplimiento de algunospuntos del Concordato se estudien por peritos del Gobierno y de la San­ta Sede.

Quiera la Santísima Virgen de la Altagracia, protectora del pueblodominicano, oír nuestras oraciones y fomentar nuestros anhelos sincerosde cooperación y de amistad en bien de todos. Anhelos que sabemos soncompartidos por S. E., como Nos lo reflejaba con hermosas palabras en lacitada carta del dos de marzo de mil novecientos sesenta: "...que tanto laIglesia Católica como el Estado puedan seguir realizando -dentro del es­píritu de armonía y solidaridad postulado por el Concordato del 16 de ju­nio de 1954-, la obra que han emprendido juntos, para que las esencias denuestra civilización, de la civilización de Cristo perduren y cobren cadadía vigor en el pueblo donde por primera vez se plantó la cruz de la reden­ción en el hemisferio americano".

310. Informe de la Superiora del Colegio San José, de las HH. de la Caridad delCardenal Sancha, sobre la difícil situación de aquella escuela (Puerto Plata, 11 deenero de 1961)

c. HEPB. loco cit., N° 23.

La infrascrita, superiora del Colegio San José de Puerto Plata, paralos fines que puedan interesar, declaro:

1. Que las madres de las niñas alumnas de este colegio se han presentado,en su inmensa mayoría, para avisar que retiraban a sus hijas del colegio.

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Antología de docultlel1tos

Al preguntárseles la razón, dijeron que sus esposos fueron llamados a laFortaleza San Felipe, donde el señor coronel y el mayOl~ cuyos nombresno conozco, les significaron que les recomendaban retirar a sus hijasdel colegio católico, si es que ellos se consideraban amigos del genera­lísimo Trujillo.

2. Que ante las demandas de algunos, se les dijo que el Servicio Militar deInteligencia (sic) estaba en conocimiento de que las monjas preparabanun complot y daban a las niñas enseñanzas comunistas, y que el dineroque recibían como pensión de las niñas, las monjas lo empleaban en con­seguir armas. Que si dejaban sus hijas en el colegio católico serían res­ponsables si a las niñas les pasaba algo en el autobús del colegio.

3. Algunos preguntaron qué harían con sus hijos, ya empezado el curso, yse les contestó que podían enviarlos al colegio protestante de Mr. Reachy al colegio adventista. El primero de éstos se ha llenado.

4. El Colegio San José tiene una matrícula de 163 alumnos, de los cualeshoy, 11 de enero, han asistido a clases solamente 6 alumnos; la mayorparte de los alumnos esperan en sus casas que esto se solucione.

5. Se sabe que el día 5 del corriente, víspera de los Santos Reyes, comenza­ron a llamar a los padres de familia para darles el tal consejo.

6. El comentario de la ciudad está en contra de tal consejo de la alta esferamilitar de la plaza; nadie se ha atrevido a enviar sus hijos.

7. No se ha recibido en el Colegio ninguna información oficial ni tenemosque q1:lejarnos de molestias personales; pero es mi humilde parecer queen caso de semejante acusación calumniosa, debí haber sido llamadapara responder personalmente.

En la ciudad de San Felipe de Puerto Plata, a los 11 días del mes deenero de 1961.

(fdo.) SOR BELARMINIA ABREU HERNÁNDEZ, HCCSSSuperiora del Colegio San José

311. Carta de la Superiora del Colegio María Auxiliadora, de las salesianas, sobrela situación de aquel centro educativo (Moca, 11 de enero de 1961)

c. [bid., N° 24.

La superiora del Colegio María Auxiliadora de esta ciudad de Moca,para los fines que puedan convenir, declara:

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JoséLHis Sáez, s. J La SHmisión bien pagada La Iglesia dominicana bajo la Era de Tmjillo (1930-1961)

1. Que el día 5 de enero corriente empezó un desfile de los padres de lasniñas inscritas en el Colegio, para avisar que no iban más a enviar a sushijas al Colegio, pues de la Fortaleza los habían llamado, donde el capi­tán Beras, el teniente David Kresusnher les había manifestado que noenviaran las niñas a este colegio, pues el Servicio de Inteligencia Militarhabía avisado que las monjas conspiraban contra el Gobierno, y que allí(en el Colegio) se fabricaban bombas, y que con el dinero de las pensio­nes que pagaban las niñas, las monjas estaban ayudando a un complot,sirviéndose de la inocencia de las niñas para enviar paquetes.

2. Que a los padres que contestaron que no quitarían a sus hijas del cole­gio, se les respondió que ellos no respondían de las consecuencias de loque pudiera pasar.

3. El colegio tiene una matrícula de 315 alumnas, y el lunes 9, al abrirse denuevo las clases, sólo vinieron 8 alumnas. Signo del temor que habíainvadido la ciudad.

4. El lunes 9 del corriente, miembros del SIM colocados en las esquinas delColegio estuvieron preguntando a las pocas que se presentaron, el nom­bre de sus padres y dirección, presentándose después en algunas fami­lias para averiguar si habían entendido lo que se les dijo en la Fortaleza.

5. En el Noviciado de esta ciudad, para la formación de hermanas salesianas,se presentó un padre de familia en busca de su hija, viéndose obligada lasuperiora a hacer una declaración escrita en el sentido de que no era ellaquien quería entregar a la novicia. Dos postulantes o aspirantes a la vidareligiosa, tuvieron que ser entregadas a sus familiares.

6. Hoy, día 11 del corriente, sólo has vuelto unas 20 alumnas.7. Como superiora protesto de lo afirmado en la Fortaleza, pues nos dedi­

camos solamente a enseñar los cursos y a poner un poco de amor deDios en los corazones de estas alumnas.

8. De las 48 alumnas del Bachillerato sólo ha venido una.

(fdo.) SOR MARÍA RANIERI AMBROSIOSuperiora del Colegio María Auxiliadora

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Antología de doctl1l1f11tos

312. Carta del generalísimo Trujillo y el presidente Balaguer a[ Episcopado dominica­no, en respuesta a[ memorándum del 10 de enero (G TrujiHo, 11 de enero de 1961)

c. ¡bid., N° 25, ff. 1-3.

Excelentísimos señores:Nos es grato referirnos al atento memorándum que nos fue entrega­

do por vuestras excelencias durante la audiencia solemne que nos fue deespecial satisfacción concederles el día 10 del corriente y en el cual noshacéis patente el propósito de los altos dignatarios de la Iglesia en el paísde seguir prestando la más entusiasta cooperación a la obra de engrande­cimiento nacional que el Superior Gobierno realiza, y a las iniciativas quepone constantemente en práctica para promover el bienestar material yespiritual de la familia dominicana.

Hemos prestado particular atención, en el memorándum de vuestrasexcelencias, a las consideraciones que hacéis sobre los verdaderos móvi­les y la recta interpretación que debe darse a la pastoral del 25 de enero de1960, la cual, según vuestras propias palabras, ha sido aviesamenle tergi­versada, y que su única finalidad fue la de dirigir a las altas autoridadesciviles del país una simple petición de clemencia a favor de un grupo depersonas convictas como reos de crímenes y delitos contra la seguridadinterior y exterior del Estado.

Hemos prestado igualmente la más esmerada atención a cuanto ex­ponéis en el citado memorándum acerca del propósito que tenéis de usarvuestra influencia jerárquica y vuestro elevado ascendiente moral paracorregir las imprudencias que, según reconocéis lealmente, se han come­tido en el campo eclesiástico y que tanto han contribuido a entorpecer elclima de recíproca comprensión y armonía que debe existir entre el Esta­do y la Iglesia. Aplaudimos sinceramente el propósito que os anima, segúnnos expresáis, de corregir esas anomalías para que en lo sucesivo ningunasombra se interponga entre el poder temporal y el espiritual, y para que laactitud de algunos miembros del clero no pueda ser tomada como pretex­to para especular con móviles políticos sobre una supuesta divergenciaentre las dos potestades, obligadas a velar, con el mismo celo y con el mis­mo amor, por el bienestar y por la pacífica convivencia de todas las clasessociales.

En cuanto a las proposiciones que hacéis para que las relaciones en­tre la Iglesia y el Estado se desenvuelvan dentro de la mayor armonía, noscomplace anunciaros que compartimos vuestro deseo de que cualquierdiscrepancia que pueda existir actualmente o que pueda producirse en lo

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sucesivo entre las autoridades civiles y las eclesiásticas sea objeto de undetenido estudio, y resuelta..a la luz del común anhelo de concordia y debuena inteligencia que ha sido norma invariable del Superior Gobierno ensus relaciones con los representantes de la religión bajo cuyo seno se agru­pa la casi universalidad del pueblo dominicano.

De acuerdo con este propósito, sinceramente compartido por ambaspotestades, serán tomadas las medidas necesarias para que las autorida­des de inmigración faciliten el ingreso de acuerdo con la ley de sacerdotesy religiosos en el país, y para que todos los servidores del Gobierno proce­dan con el más amplio espíritu de concordia y cooperación en sus relacio­nes con las autoridades eclesiásticas. El Gobierno, por otra parte, harácuanto esté a su alcance para que se mantenga, sin menoscabo de la liber­tad de culto consagrada por nuestra Constitución, la enseñanza de la reli­gión Católica en los establecimientos dependientes del Estado, y para quese cumplan los contratos vigentes con fundaciones religiosas.

Compartimos así mismo vuestra opinión en lo que respecta a laconveniencia de que el Concordato suscrito entre la República y la SantaSede el 16 de junio de 1954, sea sometido a un cuidadoso estudio porrepresentantes autorizados de las dos partes en aquellas de las disposi­ciones de ese instrumento internacional que hayan suscitado dificulta­des en la práctica.

Saludan a vuestras excelencias con la más elevada y distinguida con­sideración,

Cfdo.) RAFAEL L. TRUTILLO JOAQUÍN BALAGUER

313. Oficio del Secretario de Interior y Culto a Mons. Octavio A. Beras, arzobispocoadjutor y administrador apostólico sede plena, invitándole a una misa de campaña(G Trujilla, 12 de enero de 1961)

o. ASD. Correspondencia Gobierno: Interiory Culto (1961), N° 656.

1. Esta Secretaría de Estado tiene a bien participar a Su ExcelenciaReverendísima que entre los números del programa aprobado para con­memorar el "Día del Benefactor de la Patria" el próximo domingo 15 deenero en curso, figura una misa de campaña al pie del obelisco consagradordel cambio de nombre de esta ciudad, por la salud del insigne estadistageneralísimo doctor Rafael Leónidas Trujillo Molina, Benefactor de la Pa­tria y Padre de la Patria Nueva y la de su honorable familia.

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Antología de doctwtmtos

2. En consecuencia, nos permitimos solicitar de Su Excelencia Reverendí­sima designar un sacerdote para oficiar la misa de referencia y dictarlas órdenes que se estimen pertinentes para que este acto revista la mayoresplendidez. El Sr. George Mañón ha sido designado por este Despachopara la organización de dicha misa, la cual será celebrada a las 8.30 de lamañana de ese día.

Muy atentamente,

(fdo.) RAFAEL PAINO PICHARDOSecretario de Estado de Interior y Culto

314. Carta del Secretario de Estado de la Presidencia invitando al arzobispo coadju­tor Octavio A. Beras a una recepción en Palacio (e. Trujillo, 16 de enero de 1961)

o. ASD. Correspondencia Gobierno: Presidencia (1961),

N° 1.

EL SECRETARIO DE ESTADO DE LA PRESIDENCIA

Saluda muy atentamente a Su Excelencia Reverendísima, monseñorOctavio A. Beras, arzobispo coadjutor de Santo Domingo, y tiene la honrade trasmitirle la invitación que le formula el general Dr. Rafael L. TrujilloMolina, Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva, para la recep­ción que ofrecerá al Episcopado católico nacional el domingo 22 de eneroen curso, de 7:00 p. m. a 9:00 p.m. en el Palacio Nacional.

(fdo.) DR. BENJAMÍN URIBE MACÍAS

315. Carta del presidente Balaguer y los secretarios de Estado al Episcopadodominicano solicitando adherirse a la sugerencia del P. Zenón Castillo (e. Trujillo,16 de enero de 1961)

c. HEPB.loc. cit., N° 26, ff- 1-3.

Excelentísimos señores:En el memorándum que vuestras excelencias entregaron personal­

mente al generalísimo Dr. Rafael L. Trujillo Molina, Benefactor de la Patriay Padre de la Patria Nueva, el día 10 del mes de enero en curso, os hacéis

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eco, con nobles y justicieras palabras, de los beneficios, favores y merce­des que directa o indirectam.epte ha recibido la Iglesia Católica en nuestropaís del gran estadista que la dotó de personalidad jurídica y que no sólo leha proporcionado el clima de paz fructífera necesario para el desenvolvi­miento de sus actividades sino también los medios de orden material, gra­cias a los cuales ha podido alcanzar un florecimiento y un esplendor sinprecedentes en la historia dominicana.

La obra del generalísimo Trujillo a favor de la Iglesia tiene un valorextraordinario que no puede escapar a la sagaz penetración y al buen sen­tido de quienes, como vosotros, tenéis la obligación, por razón de la natu­raleza de vuestro ministerio y por vuestra elevada jerarquía, de conducirosante vuestros compatriotas como fieles intérpretes del sentimiento divinode la justicia para dar acabada expresión a ese sublime atributo de la divi­nidad en los dictámenes y en los actos con que estáis llamados a interveniren los acontecimientos humanos. El eximio estadista no sólo ha contri­buido, con fondos de su propio peculio muchas veces, para la edificaciónde templos, ermitas y colegios católicos y para la reconstrucción y acondi­cionamiento de un gran número de iglesias, sino que también a su accióne influencia se deben la importancia y el vigor que el catolicismo ha adqui­rido en el país como supremo valor religioso, hecho de inmensa significa­ción para la estabilidad de la familia nacional en los actuales tiempos enque la brutalidad del materialismo ateo amenaza con destruir las bases enque descansa la Iglesia Católica y en que se fundan en el mundo entero lasimponderables proyecciones espirituales de su historia dos veces milenaria.

La acción del generalísimo Trujillo a favor de la Iglesia no ha termi­nado, desde luego, como no ha terminado su obra salvadora en beneficiodel país, porque el pensamiento y la voluntad del esclarecido conductor ymaestro se hallan orientados inexorablemente hacia el logro de un destinocada día mejor para todos los dominicanos. Hace apenas unos días, en laciudad de Higüey, la villa-santuario donde hizo su milagrosa aparición laSantísima Virgen de la Altagracia, madre espiritual de nuestro país, elgeneralísimo Trujillo anunció la fundación de una universidad católica,noble iniciativa cuya realización nos permitirá contar con un alto centrode estudios desde el cual podrá edificarse y fortalecerse en la sabiduría yen la grandeza de las verdades del catolicismo la juventud dominicana.

El Excelentísimo Señor Obispo de la Altagracia, Mons. Juan F. Pepén,en el hermoso discurso con que ponderó y exaltó la visita hecha reciente­mente por el generalísimo Tmjillo a la ciudad de Higüey, proclamó que sontantos los beneficios que la Iglesia Católica ha recibido del gran repúblicaque a los ministros del Señor sólo les es posible retribuirlos impetrando

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Antología de documelltos

para ese esclarecido Benefactor de la religión de nuestros mayores la gra­cia y la asistencia divinas. "No somos nosotros capaces, dijo Mons, Pepénen esa memorable oración, de retribuir vuestros favores con la reciproci­dad y proporción justa. No lo podemos nosotros, pero lo puede la VirgenSantísima de la Altagracia, a cuya intercesión acudimos, como lo ha ense­ñado siempre la Iglesia a sus hijos al imponerles el deber de rogar por susgobernantes". Mención especial merece en el magnífico discurso de estealto dignatario de la Iglesia dominicana, la alabanza que hace de la profun­da fe católica del generalísimo Trujillo, que se manifiesta, con mayor elo­cuencia que en las palabras, en los templos que ha levantado para honra ygloria de Dios, y especialmente en la suntuosa basílica que ha construidopara glorificar el culto de la Madre del pueblo dominicano.

La .circunstancia es, pues, particularmente propicia para que os invi­temos a dar vuestro apoyo y a convertir en realidad la justiciera iniciativadel Pbro. Zenón Castillo de Aza, encaminada a que se otorgue a Su Exce­lencia el generalísimo Dr. Rafael L. Trujillo Molina el título de BENEFAC­TOR DE LA IGLESIA CATÓLICA EN LA REPÚBLICA DOMINICANA.

Los firmantes de esta comunicación creemos que la concesión a SuExcelencia el generalísimo Trujillo del título propuesto por el Pbro. ZenónCastillo de Aza, además de constituir un justo reconocimiento a la obra delmás conspicuo protector que ha tenido la Iglesia Católica en la RepúblicaDominicana, tendría, en los momentos presentes, el inestimable valor deofrecer al mundo un testimonio de la indestructible solidaridad con que elpueblo dominicano, representado por sus dirigentes políticos y por la Igle­sia, cuya doctrina profesan las grandes mayorías nacionales, se enfrenta ala grave amenaza que gravita sobre el destino de la humanidad contempo­ránea.

Saludan a vuestras excelencias con la más elevada y distinguida con­sideración,

(fdo.) JOAQUÍN BALAGUERPresidente de la República

JosÉ RENÉ RoMÁN FERNÁNDEZMayor General, E.N.

Secretario de Estado [de las] Fuerzas Armadas

RAFAEL PAÍNO PICHARDO

Secretario de Estado de Interior y Culto

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José Luis Sáez, S 1. La sumisiól1 biel1 pagada. La Iglesia domil1ical1a bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

DR. BENJAMÍN URIBE MACÍAS

Secretario 4~ Estado de la Presidencia

DR. PORFIRIO HERRERA BÁEzSecretario de Estado Relaciones Exteriores

316. Carta del Secretario de Interior y Culto a Mons. Hugo E. Palanca, obispo deSantiago, en defensa de la independencia de Radio Caribe (c. TrujiHo, 21 de enero de1961)

c. HEPB.loc. cit., N° 27.

Excelencia Reverendísima:Tengo el honor de hacer referencia a su comunicación N° 56-61, de

fecha 18 de enero en curso, para refutar, muy respetuosamente, ciertosconceptos apasionados que predominan en la misma contra la forma ecuá­nime que caracteriza la actuación de su Excelencia Reverendísima conesta Secretaría de Estado.

Ninguna persona oficial, eclesiástica o particular puede imputar algeneralísimo doctor Rafael Leónidas Trujillo Malina, Benefactor de la Pa­tria y Padre de la Patria Nueva, acción directa o injerencia en los concep- .tos y actuación de Radio Caribe, acerca de la cual reiteradamente he teni­do la oportunidad de significar a Su Excelencia Reverendísima, que esuna empresa privada, compañía por acciones con capital registrado en laCámara Civil y Comercial del Distrito Nacional. Una empresa que actúallenando todos los requisitos legales indispensables, tiene derecho a ex­presarse en la forma que más convenga a sus intereses, hasta tanto dichaactitud no colida con el orden público.

Si ese 99% de la población que Su Excelencia Reverendísima men­ciona en su carta quisiera contrarrestar la actitud asumida por Radio Cari­be, nadie podría impedírselo, siempre y cuando se ajustare a las mismasexigencias y requisitos que ha cumplido aquella entidad. Cuando así lohiciere, ese conglomerado al que Su Excelencia Reverendísima alude, es­taría en situación de constituir otra compañía para emprender por la radiotambién o por cualquier otro medio legal de difusión, una campaña paracombatir aquella y defender los principios de la religión católica que pro­fesa el ilustre Jefe y con él la universalidad del pueblo dominicano.

Cuando fuere cierto lo que señala su Excelencia Reverendísima, deque la Radio Caribe está socavando los cimientos religiosos y llega hasta

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Antología de docu11lentos

insultar la devoción de la Santísima Virgen de la Altagracia, habría que con­cluir, muy dolorosamente por cierto, que la fe católica del pueblo dominica­no es muy deleznable y que su formación no tiene el arraigo inquebrantableque le exigen la tradición y la historia. Por otra parte, debo manifestarle,Excelencia Reverendísima, que si existe tal socavación no puede ser obrade Radio Caribe, que es tan mínima, sino del incesante laborantismo quedespliegan sistemas políticos que niegan totalmente la existencia de Dios.

Permítame significar a Su Excelencia Reverendísima, que difiero deltal concepto, pues estimo que la fe religiosa forma parte de nuestro tempe­ramento y es una de las esencias que componen nuestra nacionalidad, porlo cual la campaña de Radio Caribe, ni cualquier otra adversa, podría res­quebrajar esos sentimientos, siempre que la Iglesia y sus representantesconduzcan sus actuaciones de conformidad con el sentir unánime del pue­blo dominicano, que es absoluto respaldo a la política y a la obra engran­decedora del generalísimo doctor Rafael Leónidas Trujillo Malina, Bene­factor de la Patria y Padre de la Patria Nueva.

Saluda a Su Excelencia con sentimientos de la más distinguida con­sideración,

(fdo.) RAFAEL PAINO PICHARDOSecretario de Estado de Interior y Culto

317. Carta del P. Osear Robles Toledano al presidente Balaguer apoyando el títulode Benefactor de la Iglesia a favor de Trujillo (G Trujillo, 2 de febrero de 1961)

J. Balaguer, Memorias de un cortesano en la Era de Trujillo,

Santo Domingo, 1988, pp. 98-99.

Señor Presidente:La carta dirigida por Ud. y por el gabinete del Gobierno que Ud. pre­

side a los excelentísimos señores obispos encareciéndoles dar apoyo a lainiciativa de conferir al Generalísimo el título de "BENEFACTOR DE LAIGLESIA CATÓLICA EN LA REPÚBLICA" respira tan limpia sinceridad,descansa en tan ponderables motivos, está labrada en tan gallarda e ilumi­nada prosa y se cimenta en tan hermosos conceptos, bañados en lozanísimaespontaneidad que nadie, sensible a los halagos de la lógica, puede no ad­herirse a ella.

Trujillo, con su desbordante personalidad, ha colmado más de uncuarto de siglo de la historia nacional. Las huellas de sus cesáreas gestiones

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José Luis Sáez, S. 1. La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo ( i 930- i 96 i)

están hondamente grabadas en cada rincón del país. Nada ha podidosubstraerse a su avasallador·.i:nflujo transformador. Las ideas, las institu­ciones, los hombres, hasta la propia fisonomía geográfica de la Repúblicahan mudado de semblante.

La Iglesia no ha sido una excepción. También Ella ha sentido la má­gica sacudida de este insólito y desconcertante varón. Lo atestigua, converaz testimonio, el reconocimiento de su personalidad jurídica; los tem­plos, colegios y seminarios que, derramados por todo el ámbito nacional,ostentan el sello de una edad nueva en los capítulos de su vieja y muytrabajada historia.

A la jerarquía católica, integrada por varones dotados de alto y pro­fundo consejo, formada por hombres hechos a captar en lo fugaz lo per­manente, en lo huidizo lo eterno y perdurable, en lo deleznable y perece­dero los bienes inacabables de las almas inmortales, no se les escapará laserena ponderación de estos motivos. No es mi designio anticipar ni pre­venir su dictamen. Es lógico que no me compete (sic).

Los venerables obispos -quos Spiritus Sanctus posuit regere EcclesiamDei-, han de expresar a la luz dc sus conciencias y de la posteridad justi­ciera su iluminada y ecuánime decisión. 18 Su voz será la mía. Su parecermi juicio.

En las actuales patéticas congojas por que atraviesa la estirpe huma­na nada más puesto en razón y nada más deseable que abogar por unafértil y asidua colaboración entre la Iglesia y el Estado.

El unánime y noble empeño de ambos poderes redundará, invaria­blemente, en beneficio y tranquilidad íntima para la colectividad a cuyoservicio, por querer Divino y cada uno en su esfera, están destinadas, poresencia, la sociedad civil y la sociedad religiosa.

Al reiterarle, Señor Presidente, mi compenetración con el parecer desu carta, quiero hacer provecho de esta oportunidad para significarle missentimientos de alta consideración y estima.

Atentamente,

(fdo.) PBRO. DR. OseAR ROBLES TOLEDAN0 19

18 Traducción: "A los que el Espíritu Santo puso al frente de la Iglesia de Dios".19 En la obra citada, Balaguer aclara que siendo el autor de la carta "figura prominente del

clero dominicano y una de las más finas inteligencias del país, se vio constreñido a asociar­se, sin duda contra sus sentimientos más íntimos, al supuesto clamor nacional que exigíaque se otorgara a Tmjillo el título de Benefactor de la Iglesia de la República Dominicana".C[Y. Balaguel~ Memorias, p. 97.

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Antología de dOClllHeHtos

318. Respuesta de los obispos al presidente Balaguer y demás miembros del Gabine­te, sobre la imposibilidad de dar ese título al generalísimo Trujillo (e. Trujillo, 6 defebrero de 1961)

Documentos del Episcopado Dominicano (1969), pp. 59-60.

Excmo. Sr. Presidente y honorables secretarios de Estado:Tenemos el honor de referirnos a la importante carta que V. E. Y los

miembros del Gabinete tuvieron a bien dirigirnos en fecha 16 de eneropróximo pasado, para invitarnos a dar nuestro apoyo a la iniciativa enca­minada a obtener que se conceda al generalísimo Dr. Rafael L. TrujilloMolina, Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva, el título de Be­nefactor de la Iglesia en la República.

Hemos leído y considerado, con el interés que merece, cuanto SS.EE. Exponen en la citada carta. Y nuestro ánimo no puede menos de estarreconocido hacia el generalísimo Dr. Rafael L. Trujillo Molina por los "be­neficios, favores y mercedes que directa o indirectamente ha recibido laIglesia Católica en nuestro país", como decís en vuestra carta, para cuidarprincipalmente en el orden espiritual al pueblo fiel. Por esto, la gratitudnuestra, del clero y del pueblo católico es bien conocida.

De esta gratitud dio testimonio en numerosos discursos y documen­tos el Excmo. Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo, monseñor Ri­cardo Pittini, y nosotros no hemos reparado en expresarla, como tambiénlo han hecho los miembros del clero secular y regular y el pueblo fiel conocasión de la construcción, reparación de edificios, o de concesiones or­denadas a facilitar la misión sobrenatural de la Iglesia. Vosotros mismosreconocéis, en la carta a que nos referimos, que Nuestra gratitud se hamanifestado siempre.

Podéis estar plenamente seguros, excelentísimos señores, que agra­decemos privada y públicamente estos "beneficios, favores y mercedes"ordenados al bien común; pues la gratitud es virtud propia del corazóncristiano; y la continuaremos manifestando en toda forma que esté dentrodel ámbito de nuestras posibilidades y en el marco de nuestros deberes yderechos.

Es precisamente ahora, en el asunto que nos recomendáis, cuandono podemos menos de reconocer el límite de nuestro poder, ya que sobre­pasa nuestras atribuciones no sólo conceder sino aun apoyar esa iniciati­va por tener la Santa Sede a sí reservada la promoción y concesión de talestítulos. Este derecho, que es ya práctica inmemorial en la Iglesia, se hamantenido invariable a través de su historia, y se aplica no sólo a título,

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José L¡lis 5áez, 5. 1 La sumisión biw pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

sino también a condecoraciones, sin la intervención de los obispos, cosaque conocéis vosotros mism.o.s por los casos de las condecoraciones con­cedidas en nuestro país.

No dudamos pues, Honorable Sr. Presidente y miembros del Gabine­te, que tanto SS. EE., como las demás distinguidas autoridades que se handirigido a nosotros, comprenderán que no podemos intervenir en el asun­to que nos proponéis. Lo cual no implica la más insignificante mengua delagradecimiento que merece la considerable ayuda prestada para bienestardel pueblo católico de todo el país por el Benefactor de la Patria y Padre dela Patria Nueva.

Al mismo tiempo que reiteramos nuestro agradecimiento y recono­cemos el límite de nuestras atribuciones, abrigamos en nuestros corazo­nes la seguridad de que Dios, remunerador infalible, no dejará mérito algu­no sin la justa recompensa.

Os saludamos muy atentamente,

~o~.­

.b:"""'Gt_oI do La N""IO"

+OCTAVIO A. BERASArzobispo Coadjutor de Santo Domingo

+FRANCISCO PANALObispo de La Vega

+HUGO EDUARDO POLANCOObispo de Santiago

+JUAN FÉLIX PEPÉNObispo de la Altagracia

+TOMAS F. REILLYObispo titular de Temisonio

Prelado de S. Juan de la Maguana

(fdo.) +HUGO E. POLANCO BRITOObispo de Santiago de los Caballeros

319. Charla del P. Láutico García, SJ., en el programa radial "La Hora Católica"en La Voz Dominicana sobre la campaña de difamación de los eclesiásticos(G Trujillo, 19 de febrero de 1961)

o. AHPA. Papeles del P. Láutico García 1 (1961-1962), ff. 2-6.

¿Pueden sancionarse ciertos delitos contra los sacerdotes católicos?En todas las constituciones y códigos civiles de las naciones civiliza­

das se atiende convenientemente a la defensa de los derechos fundamen­tales de las personas físicas o morales legalmente reconocidas. De todas.

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Antología de doculIIentos

Por lo que toca a este país, tanto su Constitución como su CódigoPenal reconocen enfáticamente como finalidad principal del Estado y susórganos constitucionales, la protección efectiva de los derechos de la per­sona humana y de las demás personas morales y jurídicas legalmente asen­tadas en el territorio nacional. Los derechos fundamentales inherentes aesas personas, se describen en el artículo 8 de la vigente Constitución do­minicana, cito según la edición oficial del año 1955. Y uno de los derechosafirmados allí como esencial es "la libertad de conciencia y de cultos", queevidentemente, se ha de realizar con"sujeción al respeto del orden públicoy a las buenas costumbre".

Lo mismo, en el número 7 de ese mismo artículo, se afirma el dere­cho de todo ciudadano a expresar su pensamiento sin sujeción a censuraalguna. Pero de nuevo la ley tendrá que custodiar el debido ejercicio de esalibertad sancionando oportunamente a los que ejerzan mal "atentando con­tra la honra de las personas o contra el orden social o la paz pública".

Por su parte, el Código Penal dominicano agrupa bajo el concepto deatentados contra el orden o paz públicos precisamente cierta clase de de­litos contra los derechos constitucionales del libre ejercicio de cultos o dela expresión libre del pensamiento. Tales son los delitos enumerados enlos artículos 260 al 264. Ellos vienen a condenar los siguientes atentadoscontra la paz pública:

1) Violencia moral o constreñimiento para realizar o abandonar el cultocatólico u otro tolerado, usando intimidaciones bajo el anuncio de unmalo violencias físicas (Art. 260).

2) Impedimento o turbación del ejercicio del culto católico o de los autOliza­dos por la ley, por medio de violencias, desórdenes o escándalos (Art. 261).

3) Ultrajes por palabras o por ademanes contra los ministros del culto ca­tólico en el ejercicio de su ministerio (Art. 262).

Conviene notar bien que, al castigar los ultrajes de palabras o porademanes contra los ministros del culto católico, el Código Penal domini­cano les pone a éstos en una situación de privilegio. Pues establece paraellos el mismo tratamiento de favor que para los funcionarios públicos. Alos demás ministros de otros cultos tolerados solamente se les ofrece pro­tección contra las ofensas mayores, como difamación e injurias. Las quese castigan en todos ciudadanos, sean ministros de religión o no.

La defena de la dignidad y libre ejercicio de las funciones sacerdotales,asimiladas por el Código Penal dominicano a las funciones públicas, aúnse refuerzan y redoblan más a través de ese instrumento jurídico llamado

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JoséLlIis Sáez, S 1. La SlIllIisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

Concordato. Pues en su artículo primero se afirma que la religión católicaapostólica romana es la religiQn de la nación dominicana. Y por lo mismo,el Estado Dominicano le reconoce todos los derechos y prerrogativas quele corresponden en conformidad con la ley divina y el Derecho Canónico(Art. 1). No vaya enumerar ahora todos los derechos derivados tanto de laley divina como del Derecho Constitucional de la Iglesia. Pero convieneresaltar que la Constitución Dominicana, por su artículo 11, también haincorporado ese dispositivo jurídico en todas sus exigencias.

Ahora bien, en el Concordato existe el artículo 13 en el que se haestipulado:

"En caso de que se levante acusación penal contra alguna personaeclesiástica o religiosa, la JURISDICCIÓN DEL ESTADO apoderado delasunto deberá informar oportunamente al competente ordinario del lugary transmitir al mismo los resultados de la instrucción, y en caso de darse,comunicarle la sentencia tanto en primera instancia como en apelación,revisión o cesación" (Art. 13)

Es evidente que todo ciudadano tiene el derecho y el deber de estardebidamente instruido sobre quiénes son los que sustentan y ejercen esaJURISDICCIÓN DEL ESTADO, y sobre cuáles son los procedimientos jurí­dico-legales por medio de los cuales esa JURISDICCIÓN ha de cumplir loestipulado en este artículo del Concordato. Cualquier otro ciudadano u or­ganismo que usurpare funciones en ese asunto o usare medios improce­dentes contra supuestos culpables, cometería delitos tanto contra los orga­nismos representantes de esa jurisdicción estatal como contra las personasasí acusadas. Incidirían en crímenes legales como injurias o difamación.

Lo mismo, el artículo 27 del Concordato estipula que:

"Las demás materias relativas a personas o cosas eclesiásticas queno hayan sido tratadas en los artículos precedentes, serán arregladas se­gún el Derecho Canónico vigente" (Art. 27).

Esto no quiere decir que el Derecho de la Iglesia, en todo su articula­do, debe ser incorporado al Derecho Civil dominicano. Pero sí se puededecir que la jurisprudencia civil ha de atender a los que el Derecho Ecle­siástico defiende o condena como esencialmente vinculado a la consecu­ción u obstaculización de sus fines. Sobre todo, si esos fines afectan a lasociedad civil, y si ésta se ha comprometido a custodiarlos y defenderlosdel modo estipulado por el Derecho de la Iglesia.

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Antología de docwllentos

Aunque los fines de la Iglesia sean sobrenaturales, ella sabe muy bienque la santificación de las almas no se podrá conseguir sin enderezar bientodas las actividades humanas y religiosas dentro de una seria disciplina, ysin castigar con las penas congruentes los delitos que atentan contra eseordenamiento. Esa potestad coercitiva de la Iglesia ha sido ejercida siem­pre, desde su mismo nacimiento. Es algo inherente a su constitución y natu­raleza. Solamente con el correr de los tiempos se ha ido concretando ennormas definidas que hoy forman un verdadero código penal y procesal.

"La iglesia tiene derecho connatural y propio, independiente de todaautoridad humana, a castigar a los delincuentes súbditos suyos, con penastanto espirituales como también temporales" Ce. 2214).

La Iglesia recaba para sÍ, de un modo exclusivo, el conocer y juzgaren su fuero todos los delitos puramente eclesiásticos cometidos por cual­quier fiel, y cualquier delito cometido por los sacerdotes y religiosos. Losdelitos no son debidamente sancionados sino cuando, por el correspon­diente proceso, se demuestra su existencia y el autor responsable, al que eljuez impone el óportuno castigo. Aun en las penas denominadas "de sen­tencia dada" y en las que incurre por el mero hecho de realizar una acciónimpropia, se previene que éstas no surten efecto en el hIero externo, sinodespués de que haya habido sentencia declaratoria CC. 2232).

Objeto del proceso criminal son: 1) los delitos públicos, es decir, los yadivulgados o que se divulgarán en breve: y 2) los delitos de fuero mixto, enlos que se lesionan a la vez los intereses de la sociedad eclesiástica y la civil.

Pero hay otros delitos, públicos o no, mixtos o no mixtos, que la Igle­sia no ha querido procesar por vía judicial, sino por la vía administrativa.Estos delitos castigados administrativamente son cometidos, generalmentecon gran escándalo de los fieles y gran quebrantamiento de la disciplina dela Iglesia, Y esto hace necesario evitar los trámites del proceso judicial,expuesto a enojosas dilaciones. Pues urgen, ante todo, reparar rápidamen­te el escándalo.

Caen dentro de tales delitos:

1) En primer término, ciertos relajamientos disciplinares de los sacerdo­tes, como el abandono de la residencia, el concubinato o la negligenciade los párrocos en el cumplimiento de sus deberes ministeriales.

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2) Tampoco debe instruirse proceso criminal cuando se haya dado pre­cepto de conminación de,penitencia, excomunión, suspensión o entre­dicho.

3) y finalmente, ciertos delitos de fuero mixto cometidos por seglares, yque en la práctica, la Iglesia se lo deja a los jueces civiles, quienes loshan de ventilar conforme a las leyes y espíritu del Concordato, allí don­de existan.

Con todo, aún queda otra clase de delitos cuyo carácter, aun procesal,es interpretado con gran diversidad por los diferentes canonistas. Para unosson delitos públicos en el sentido antiguo del derecho romano, en cuantoque pueden ser acusados por cualquier ciudadano. Para otros, en cambio,son solamente privados, y por lo mismo solamente el ofendido y perjudi­cado puede acusarlos y presentar querella. A esos delitos pertenecen lasINJURIAS.

Voy a terminar esta charla exponiendo más detalladamente el con­cepto de INJURIA según el Derecho de la Iglesia, así como sus clases y laspenas y procesos que contra ella se establecen.

Se llama INJURIA toda expresión proferida o acción ejecutada, endeshonra, descrédito o menosprecio de otra persona, ya se realice mani­fiestamente, y por medio de alegorías, caricaturas, emblemas o alusiones.El C.Le. (Le. Código de Derecho Canónico), en su canon 119, exige detodos los fieles la debida reverencia a los sacerdotes, según sus grados yoficios. Y cometen delito de sacrilegio si infieren a los mismos INJURIAREAL. Se llama INJURIA REAL la cometida por obras o hechos contra laintegridad del cuerpo o contra la libertad o la dignidad de las personasrepresentantes de la Iglesia.

La injuria será verbal, cuando se ejecute por medio de palabras oescritos. Las injurias reales perpetradas contra el Sumo Pontífice, carde­nales, patriarcas, arzobispos y obispos son castigadas con excomunión desentencia ya dada y reservada de un modo especialísimo o especial a laSanta Sede. Las cometidas contra los clérigos y religiosos son tambiéncastigadas con excomunión de sentencia ya dada, pero con reservación alobispo del lugar (C. 2343).

En el canon 2344 se castigan las injurias verbales. Al que por mediode publicaciones periódicas, discursos públicos o libelos, injurie directa oindirectamente al Romano Pontífice, a un cardenal de la Santa Iglesia Ro­mana, a un legado del Romano Pontífice, a las sagradas congregacionesromanas, a los tribunales de la Sede Apostólica y a sus oficiales menores oal ORDINARIO PROPIO; y al que promueva aversión encubierta u odio

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contra los actos, decretos, decisiones o sentencias de los mismos; DEBEEL ORDINARIO, no sólo a petición de parte, sino también de oficio, obli­garle hasta con censuras a dar satisfacción y castigarlo con otras penas openitencias adecuadas, según lo exija la gravedad de la culpa y la represióndel escándalo Ce. 2344).

y en el canon 1938 n. 2, la Iglesia previene claramente que

"Si se trata de injuria o difamación grave, que se haya causado a unclérigo o religioso, sobre todo si está constituido en dignidad o que unclérigo o religioso haya causado a otro, la acción criminal, puede tambiénentablarse de oficio".

320. Resolución del Ayuntamiento de Monseñor Nouel adhiriéndose a la invitacióna otorgar al generalísimo Trujillo el título de Benefactor de la Iglesia (Bonao, 21 defebrero de 1961)

El Caribe (c. Trujillo, 14 de marzo de 1961), p. 13, cols. 3-4.

CONSIDERANDO: Que las multitudes dominicanas se han levantadoen un justo clamor pidiendo con desbordante júbilo patriótico que sea otor­gado el merecido título de Benefactor de la Iglesia Católica, al mentor yguía del pueblo dominicano, generalísimo doctor Rafael Leonidas TrujilloMolina;

CONSIDERANDO: Que el otorgamiento del título de Benefactor de laIglesia al insigne Patricio, constituiría un reconocimiento justiciero a losdesvelos con que el Jefe Insigne se ha empeñado en el bienestar de la igle­sia católica del país, ofreciéndole lo máximo de su protección, prodigán­dole toda clase de bienestar económico y material;

CONSIDERANDO: Que es deber de las corporaciones edilicias inter­pretar fielmente el sentimiento de la colectividad que representa, y así lohace este honorable Ayuntamiento al conocer el desbordante clamor de lamunicipalidad nouelense adhiriéndose a la idea lanzada por el presbíteroZenón Castillo de Aza, para que en un gesto de reconocimiento y marcadagratitud se otorgue el título de Benefactor de la Iglesia al generalísimo doc­tor Rafael Leónidas Trujillo Molina, Benefactor de la Patria y Padre de laPatria Nueva;

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José Luis Sáez, S 1. La sumisiól1 bie¡1 pagada. La Iglesia domil1ical1a bajo la Era de Trujillo (i930-i96i)

EL AYUNTAMIENTO DEL MUNICIPIO DE MONSEÑOR NOUEL

En uso de sus atribuciones legales

RESUELVE:

ARTICULO ÚNICO: Solidarizarse, como al efecto se solidariza, conla idea lanzada por el presbítero Zenón Castillo de Aza para que se le otor­gue el título de Benefactor de la Iglesia Católica al ilustre líder dominica­no, generalísimo doctor Rafael Leónidas Trujillo Molina, Benefactor de laPatria y Padre de la Patria Nueva, conscientes de que habrá realizado unaverdadera justicia a los méritos que hacen del Insigne Patricio uno de losmás grandes protectores de la iglesia catóHca en el mundo.

DADA en la Sala Capitular del honorable Ayuntamiento del Municipiode Monseñor Nouel, Provincia de La Vega, República Dominicana, a losveintiún días del mes de febrero del año mil novecientos sesenta y uno,años 117 de la Independencia, 98 de la Restauración y 31 de la ERA DETRUJILLO.

Luis Columna Velazco, presidente del Ayuntamiento; doctor PedroFrancisco García Araújo, vicepresidente; Virgilio.Pérez Curiel, síndico·municipal; Reinaldo Rincón Núñez, regidor; Bolívar Batista Canturrencia,regidor; Antonio Khoury, regidor; Pedro María Casado Ruiz, secretario

321. Un editorial de Radio Caribe sobre el posible sometimiento a la empresa pordifamación (e. TrujiHo, 26 de febrero de 1961)

"Una maniobra contra el pueblo", La Nación XXU:7417

Ce. Trujillo, 26 de febrero de 1961), p. 6, cols, 2-3.

La prensa de anoche y la de hoy nos salieron con un chiste de pocogusto. Un chiste que va dirigido, claramente, contra el pueblo dominicano.Todavía no tenemos detalles completos acerca de la maniobra burocráticaque se prepara contra esta Radio Caribe, pero estamos seguros por el ori­gen, de que iremos al banquillo de los acusados por la única razón de es­tarle diciendo la verdad al pueblo dominicano, acerca de la vagabunderíaque hacen los anacrónicos curas dentro de este país; porque le estamosdiciendo al pueblo dominicano que el imperialismo yankee, vendido a

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Betancourt, está conspirando contra nuestros intereses; porque le esta­mos diciendo al pueblo dominicano que el gobierno de don Joaquín hasido una gran decepción, al inclinarse a favor de intereses contrarios a laseguridad nacional; porque le estamos predicando al pueblo dominicanolas verdades que necesita saber para defenderse de la piratería que repre­senta un clero conspirador que acecha como el chacal para hundirnos enla desgracia.

Por eso seremos atropellados por un Poder Judicial que no tuvo elcoraje suficiente para llevar al banquillo al obispo Reilly; que no encarcelóa los autores de una carta pastoral que violaba nuestro Código Penal; queno ha llevado a los banquillos a un padre Ramírez, después que éste come­tió un brutal acto de inmoralidad contra una menor nativa de Cotuí. Pero anosotros, que defendemos los intereses del pueblo, que velamos por laprolongación de un trujillismo sano, como lo quiere el pueblo, a nosotrossí nos llevarán a la justicia. Para que sonrían los obispos comilones y vivi­dores, para que sonrían los yankees imperialistas y agresores, para queBetancourt se sienta feliz ...

No, señores del gobierno balaguerista: No lograrán nada provechosocon llevarnos a los tribunales de justicia. No hemos sido difamadores. Nohemos sido calumniadores. Hemos dicho la verdad, amparados por underecho sagrado que nos otorga la Constitución de la República, la cualustedes parecen ignorar de muy mala fe.

Esta es una empresa dominicana, formada por jóvenes entusiastasque han sacrificado las diversiones de la edad juvenil para trabajar, convalor y capacidad, a favor de los ideales nacionales que se formaron ennuestras mentes al calor de la Era de Trujillo, viendo con simpatía y conadmiración la trayectoria socialista del hombre que ha hecho de este paísun territorio de dignidad. No somos unos aventureros, ni estamos com­prometidos con ningún poder extraño. Somos dominicanos, únicamentedominicanos, que han asimilado las lecciones progresistas de la nuevaescuela nacional y que no tenemos en nuestro espíritu y en nuestras ideasningún borrón anacrónico que nos ligue al bochornoso pasado que vivióesta patria de Duarte.

Somos modernistas y seguimos los dictados de las corrientes socia­les modernas, que están encaminadas al progreso de los pueblos y al pro­greso individual del hombre, libre de presiones imperialistas y de yugosextraños. Hemos asimilado la lección trujillista en su verdadero espíritu,en su verdadero sentido nacionalista, en su verdadero sentido social. Nosomos politiqueros ni oportunistas. No somos loros de tribuna que halanpor hablar. No somos adulones de quien esté en el mejor puesto público

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losé Luis Sáez, S 1 La sumisión bim pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Tmjillo (1930-1961)

para ganar pOSICIOnes inmerecidas, No, señores de la Justicia. Somostrujillistas por convicción yJo estamos demostrando con hechos honra­dos, con honestidad de pensamiento y de obra, con valor y disposiciónpara defender los intereses del pueblo, porque con eso estamos defendien­do los valores fundamentales del trujillismo.

Llevar a esta Radio Caribe a un tribunal de justicia es llevar al propiopueblo dominicano. Lo decimos con propiedad, porque hemos dado prue­bas de estar íntimamente ligados al pensamiento del verdadero pueblo quenunca ha traicionado; que ha sido leal y sincero sin pedir nada más quemucha salud y mucha vida para el hombre que lo ha dado todo por el bien­estar de las mayorías. Si ustedes lo quieren así, para satisfacción de curasy gringos, iremos gustosos al banquillo y nos haremos mártires a nombredel pueblo que defendemos. Pero eso sí, pueden estar seguros los señoresde gabinete y los señores de toga, que saldremos de las salas judiciales conmás sólidas convicciones y con más entusiasmo para seguir luchando con­tra los anacrónicos curas y contra el imperialismo yankee. Nuestra balan­za se inclinará con más fuerza hacia la izquierda reivindicadora y progre­sista.

Mientras los serviles del clericalismo y del imperialismo yankee pla­nean y ejecutan una agresión contra esta Radio Caribe, en violación a losderechos constitucionales que nos amparan; mientras se procesa y se eje­cuta la gran injusticia, seguiremos combatiendo con toda nuestra energíaa los estafadores de la fe que, con una sotana puesta, tratan de hundir enlas redes del anacronismo al pueblo dominicano. Y seguiremos tambiéndenunciando al mundo las atrocidades que a diario comete el imperialis­mo yankee contra la libertad de los pueblos y contra la economía de lospequeños productores, porque con tal labor, estamos sirviendo a los inte­reses de este bendito pueblo dominicano, que tan mal tratado ha sido porlos poderes del Vaticano y de Wall Street.

Radio Caribe irá al banquillo de los acusados. No importa, porque yahemos sembrado la semilla del honor, para que el pueblo la cultive y tengarecursos ideológicos para un día, por honor, incendiar los templos de lainiquidad y linchar a obispos y curas explotadores y para abofetear, digna­mente, a los imperialistas que quieren destruir nuestras libertades y nues­tras conquistas sociales ...

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Al1tología de dOCWlleHtos

322. Un "Observatorio" de Radio Caribe reproducido en la prensa vespertina, apropósito del sometimiento de la empresa a la Justicia (e. Trujillo, 2 de marzo de1961)

"Il Nostro Osservatore, pero no romano, sino dominicano",

La Nación XXII:7421CC. Trujillo 2 de marzo de 1961), p. 6,

cols. 2-3.

En la mañana de ayer nos mandó a buscar el Procurador General dela República para preguntarnos nuestra religión. No nos explicamos porqué no lo hizo por teléfono, evitándonos así la pérdida de tiempo y el tenerque molestar a todos los agentes de la Policía como los que acudieron alasiento de esta Radio Caribe para "acompañarno".

Lo peor del caso es que todo esto huele a sotana.Parecía como si se quisiese volver a los tiempos de la Inquisición.

Pero de una cosa pueden estar seguros, y es de que va a dar mucho, peromucho trabajo, sumir este país en el oscurantismo y la ignorancia que con­lleva el predominio de la católica.

Seguiremos diciendo la verdad sin tapujos y sin hipocresías. aunqueencima de un cajón de fideos en medio de la calle, porque la voz y expre­sión del pueblo dominicano que se deja oír a través de estos micrófonos,no puede quedar sometida a los caprichos e intereses de los curas anacró­nicos y los yanquis imperialistas.

y ya que están averiguando si en nuestra empresa hay capital ruso, sedabueno que averiguaran también si en el Vaticano hay capital dominicano.

¡Vaya si hay! ¡Cantidad! Porque el macúto de los curas es profundo einsaciable, y todo lo que recogen, arañan, piden, limosnean, cobran, ex­plotan, reciben y... pare usted de contar, lo mandan enseguida para Roma.

Si aquí hubiese capital ruso, katagués o azerbaijano, pueden estarseguros que se pagarían los impuestos correspondientes al fisco domini­cano, porque ésta como todas las compañías comerciales radicadas en elpaís están dentro de las leyes vigentes.

y que nos digan ahora que los negocios de la católica están en igua­les condiciones, porque esos no pagan ni con escopeta. ¿No sería conve­niente investigar esta extraña situación?

Mientras el Procurador General pregunta si aquí hay rublos, los enso­tanados afirman que somos comunistas. ¿Coincidencias?

¡Flash! En la mayor parte de los restaurantes de esta ciudad hay capi­tal chino. Y se afirma insistentemente que algunos de sus dueños y em­pleados practican la religión de Confucio.

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]oséLuis 5áez, 5. J La sumisión bim pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Tmjillo (1930-1961)

Ya los vemos camino del despacho del Procurador General, escolta­dos por el correspondiente..número de agentes de la Policía Nacional. Esava a ser la procesión de los cieguitos.

¿Y qué dice a todo esto el reverendísimo monseñor Beras? Porque éles el único ensotanado que falta por meter la cuchara. Ni huele ni hiede.Sería bueno que dijera por lo menos unas palabritas por la famosa emisoradel Santo Cerro, porque ellotutor titular de la estación Santa María ya estápatinando y continúa diciendo babosadas.

¿Dónde estuvo todo el día de ayer el Secretario de Justicia del Go­bierno de don Joaquín? Cuidado si estuvo con algún obispo oyendo misamientras se molestaba a gente trabajadora que vive atenta a sus ocupacio­nes, y consciente de su responsabilidad para el pueblo.

Por eso es que luego se comenta que el actual Gobierno dominicanoestá regido por el Vaticano.

323. Sermón de Mons. Francisco Panal en la Catedral de La Vega durante lavisita del generalísimo Trujillo y su séquito (La Vega, 4 de marzo de 1961)

Federico Salcedo, O.P.M. Cap., Monseñor Francisco Panal

Ramírez. Segundo obispo de La Vega, Santo Domingo, Impren­

" ta Félix, 1971, pp. 47-52.

Excmo. Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva:Generalísimo Dr. Rafael L. Trujillo MolinaAmado pueblo católico:Permitidme, amado Jefe, que aquí, en la intimidad con nuestro Dios

-no importa que el público nos oiga y nos observe-, os cuente, de amigo aamigo, mis penas íntimas, que en esta ocasión son tan hondas y amargascomo no las he sufrido en el pasado, ni creo que las pueda pasar más in­tensas en lo futuro.

Estimo como cosa casi cierta que Vuestra Excelencia, querido Jefe,no estáis bien enterado -al menos minuciosamente-, de la abominablecampaña atea, anticlerical, antisocial, antitrujillista perfecta y comunistapura, que están llevando a cabo desde hace poco voceros de la radio y laprensa nacionales, en la forma más sacrílega e impía.

No vayáis a creer, amado Jefe, que exagero lo más mínimo: podéisVos mismo convenceros de todo cuanto os digo leyendo cualquier día yescuchando a cualquier hora la radio y la prensa nacionales. Sin duda queos provocarán asco y hasta ansias de vomitar.

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Antología de dOCl/lIlentos

En su carrera triunfal de abominación despiadada no han dejado nada:lugar, cosa, persona, institución divina y sagrada, que no la hayan denigra­do, profanado vilmente en su propaganda radial e impresa. De tal suerte,que ya no tenemos templos en todo el territorio nacional, querido Jefe,que no estén execrados, ni personas sagradas que no hayan sido sacrílega­mente escarnecidas, ni instituciones divinas y religiosas que no hayan su­frido calumnias y vejaciones oprobiosas.

¿En qué lugar santo, pues, nos juntaremos hoy para celebrar esta sa­grada ceremonia en honor de Dios y provecho de V. E. Y de todo el pueblocatólico, si los templos, iglesias, santuarios ... no son otra cosa -al decirblasfemo de nuestros enemigos-, más que centros de corrupción y antrosde conspiradores?

¿Qué prelado o ministro del Señor oficiará en esta función religiosa,si todos ellos, desde el mismo Romano Pontífice hasta el simple clérigo,no son más que corruptores de juventudes, instructores de la maldad y delcrimen, traidores a su Dios y a su Patria, agitadores de la turbas contra loslegítimos gobiernos y explotadores sin conciencia de la fe cristiana? ¿Quéritos y ceremonias usaremos hoy en vuestra presencia, si, para nuestrosenemigos, la liturgia sagrada no es sino superstición, farsa ridícula e hipó­critas acciones sin sentido?

Es preciso, pues, amado Jefe, que siquiera sea espiritualmente, conun acto de desagravio, con una reparación amorosa, levantemos la execra­ción que pesa sobre todo lugar sagrado y la profanación hecha a todo losanto, y rehabilitemos las personas o ministros sagrados, para que puedendesempeñar sus funciones ministeriales en este momento.

Para ello es preciso que, puestos todos de rodillas, repitan a una vozconmigo, con viveza y grande dolor y amor: ¡Viva la Iglesia Católica, Apos­tólica y Romana! ¡Viva el romano pontífice, vicario de Cristo, pastor y jefesupremo de toda la cristiandad! ¡Viva la jerarquía eclesiástica dominica­na. Viva nuestro clero y pueblo católicos! ¡Viva todo lo divino y sagrado denuestra religión!.

Ojala que estas nuestras voces de reparación hayan desenojado anuestro Señor de las tantas gravísimas ofensas inferidas a su divino cora­zón, al maltratar de tantos modos y descaradamente a su esposa la santaIglesia Católica, a su representante el Sumo Pontífice, a sus ministros losjerarcas eclesiásticos, a su clero y fieles católicos. Ojala que así mismo loslugares y personas y cosas sagradas hayan quedado libres de toda execra­ción y rehabilitados en su carácter sagrado.

Ya seguros de que estamos en lugar santificado de nuevo, me com­plazco en daros la más calurosa, entusiasta y ferviente bienvenida. Bien-

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losé Luis Sáez, S. 1 La S!lmisió/1 bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

venido seáis, Excelentísimo Señor, a la ciudad de La Vega Real, que hacetiempo os espera con dulce impaciencia para confiaros sus necesidades, afin de que os las remediéis',' ysus penas para que las consoléis, como vossabéis hacerlo, cuando os place, con la ayuda omnipotente de Dios.

Bienvenido seáis, Excelentísimo Benefactor de la Patria, a esta SantaIglesia Catedral, casa de Dios y de todos sus hijos, para en unión de todoslos aquí presentes, postrados de hinojos y ante el Señor de cielos y tierra, arendirle -en primer lugar y con el más perfecto y sublime acto de adora­ción: la santa misa-, un solemne reconocimiento de su poder, sabiduría yamor infinitos, que tiene sobre todas sus criaturas visibles e invisibles; ensegundo lugar, para agradecerle una vez más, en masa con vuestro pueblocatólico vegano, los preciosos beneficios que se ha dignado distribuirnospor vuestras manos en los 30 años que os tiene al servicio de la nación;también, en tercer lugar, para implorar al Altísimo la conservación de losdivinos dones y beneficios que ya poseemos y la consecución de otrosmás que nos faltan todavía, y finalmente para satisfacer a la justicia divinay pedirle misericordia y perdón para nosotros todos pecadores, que la exa­cerbamos con nuestras depravaciones y delitos múltiples, públicos y se­cretos.

Sed pues bienvenido, Excmo. Señor, a cumplir bien los designios deDios con nosotros y a compartir con vuestro pueblo sus alegrías y penas.

Las necesidades apremiantes de este vuestro, pueblo, lo mismo quesus penas, ya vos las conocéis sobradamente; pero no está de más que oslas recuerde, con vuestra venida, para que aviven y enciendan más vues­tros deseos de remediar las primeras y consolar las segundas, según tenéisvieja costumbre, que Dios guarde y afiance cada día más.

Lo primero y principal que necesita una gran porción de habitantesde ésta y otras ciudades y lugares, es: trabajo honesto y apropiado a cadauno, lucrativo de los medios indispensables para su subsistencia.

Vuestra preclara inteligencia descubrirá el medio de corregir esta vitalnecesidad. Tal vez aliviaría muchas penurias de esta índole la instalación depequeñas, medianas y grandes industrias apropiadas y hacederas. Lo po­dría lograrse distribuyendo equitativamente entre un número mayor deempleados la ayuda que presta el Estado en la forma ordinaria de sueldos.

Otra imperiosa necesidad que urge realizar presto, por motivos demoral y de salud, es la de proveer de sencillas e higiénicas casas o vivien­das a las innumerables familias que pululan por las extremidades de laciudad y los campos, llenas de harapos y miseria. Tal problema, tan impor­tante como urgente, quizás podría solucionarse en parte construyendo di­versas barriadas de viviendas, sencillas y más baratas aun de las que se

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Antología de documentos

vienen construyendo, pero higiénicas y apropiadas a las necesidades delos pobres.

Una tercera necesidad se impone con premura, a favor de miles ne­cesitados, la alimentación de millares de pobres, que no la tienen, por lomenos la necesaria para cada día. Lo mismo, que es necesario de todaurgencia, vestir -al mínimo siquiera-, a los innumerables pobres que pu­blican con sus guiñapos su extrema pobreza y la mezquina caridad de losdemás, que pueden y no hacen nada para vestir al desnudo. También eneste campo se puede hacer algo y mucho a favor de los necesitados, esta­bleciendo cocinas y roperos económicos -ya que no es posible fundarlosgratuitos-, al alcance de la masa más pobre. Para este fin, la Iglesia Cató­lica ofrece sus mejores servicios desinteresadamente, y los pone a dispo­sición del Gobierno. En fin, podría ayudarse mucho a los pobres liberán­doles de pagar algunos impuestos fiscales, que no soporta su posicióneconómica.

Las penas que aquejan duramente a muchos de nuestros hermanosde Patria y de religión ... son también vuestras, Excmo. Señor; lo sabe­mos bien, por lo mismo es que nos atrevemos a suplicaros que hagáis unesfuerzo mayor, supremo, para llevar el consuelo y la alegría perdidas atantos corazones, que la necesitan para vivir como seres humanos y cris­tianos.

Aún hay muchos que, sin duda, justamente padecen prisión o destie­rro; pero acordaos que vuestra compasiva generosidad no ha encontradojamás valla alguna cerrada o infranqueable en tantas otras ocasiones pasa­das. Vuestro corazón ha sobrepujado y vencido a la misma justicia. Y si deningún modo pudiera haber lugar al perdón completo, al menos, que lohaya para la misericordia con estos desgraciados hermanos nuestros, yque sean tratados no como lo exige quizás la justicia, sino más bien, comolo reclama la caridad de Cristo, que quiso padecer tormentos indecibles,para que no sufriéramos nosotros los tormentos eternos.

Otras penas más laceran el corazón de incontables hermanos nues­tros, producidas por necesidades imperiosas que ya conocéis bien; corre­gidas las cuales, desaparecerá, como por encanto, su secuela de martiriosacerbos y prolongados.

¿Qué nos resta añadir a estas breves pero sentidas palabras de saluta­ción, pronunciadas en ocasión de vuestra visita honrosa a esta ciudad eIglesia Catedral de La Vega? Nos falta por decir lo principal, lo que consti­tuye la esencia de todo acto religioso, máxime de éste, que posee todas lascaracterísticas de un acto solemne, público, comunitario, oficial de la Igle­sia. Vamos a pedirle al altísimo Señor, por los méritos infinitos de su

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José Luis Sáez. S.J. La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

unigénito Hijo Jesucristo Nuestro Señor y Redentor, que haga de nosotrosy con nosotros su Santísima Voluntad, así en la tierra como en el cielo.

Que solucione con su voluntad omnipotente todos nuestros proble­mas: internacionales, nacionales, locales, ya sean espirituales, religiosos,políticos, sociales, económicos o morales, según justicia y caridad; quenos trate empero no como merecemos por nuestros incontables y horren­dos pecados de toda especie, sino según su infinita misericordia.

y ahora nosotros -que nos sentimos religiosos católicos de veras ytambién hijos sumisos de la patria quisqueyana-, hacemos firme propósi­to de obedecer a Dios y por Dios al César, es decir, a las autoridades ecle­siásticas y civiles debidamente constituidas, que poseen la autoridad deDios, cuando legítimamente se nos ordene, tendiente al bien general eter­no y temporal.

A cambio de este nuestro acto de sumisión y obediencia que, me­diante sagrado propósito prestamos ahora a Dios y a los que poseen laautoridad de Dios, os pedimos reverentemente que también vos mismo,haciendo gala de vuestro cristianismo católico, apostólico, romano, queprofesáis por origen, por sentimiento y por convicción; en la presenciaaugusta de Dios sacramentado, nos prometáis que haréis amar, respetar yobedecer nuestra fe católica, con sus tradiciones y prácticas sagradas, quehan sido y deberán continuar siendo nuestra herencia y patrimonio sacra­tísimos.

Vuestras obras cumbres, vuestras más heroicas conquistas, las ha­béis ganado y realizado en el campo sagrado religioso. No permitáis, ama­do Jefe, de ninguna manera, que manos sacrílegas enemigas las destruyan,quitando así las mejores y más brillantes joyas a vuestra corona. Que niuna ofuscada aberración, ni aun villana traición que fuera -tan frecuentesen toda obra humana-, logre no deslucir, menos destruir con un tremendofracaso, las glorias y laureles imperecederos que ha alcanzado vuestra Era.

La fe católica, con todo lo que le es propio, que nos meció en la cunay nos ha guiado siglo por siglo, entre vicisitudes, fracasos y triunfos, hastaesta cumbre religiosa de resurgimiento espiritual y de cultura cristiana, nopuede Vuestra Excelencia verla i:r:npávidamente desaparecer, como si nadaos hubiese costado mantenerla y auparla a la altura que está.

Mostrad una vez más, Excelentísimo Señor, hasta dónde llega vuestralargueza en perdonar, vuestra magnanimidad en ayudar a los necesitados,vuestra compasión en consolar a los tristes, y vuestra eficacia en remediar atiempo oportuno y de la mejor manera toda necesidad que llegue hasta vos.

Vuestro pueblo, eternamente agradecido por los beneficios sin cuen­to ni medida que recibe de Dios por vuestras manos, os las besará con

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Antología de dOCUI1ICllto5

amor como instrumentos de las divinas bendiciones, que anhelamos al­canzar. En prenda de las cuales yo os imparto las mías muy efusivas atodos los que estáis presentes.

324. Carta abierta de algunos ciudadanos anónimos de oposición en adhesión aMons. Francisco Panal (La Vega, 4 de marzo de 1961)

c. AHPA. Papeles varios: Mons. Francisco Panal (1961), N° 2.

Excelencia Reverendísima:El pueblo dominicano no puede ocultarle las oleadas de emoción que

conmovieron nuestros corazones de patriotas en este día glorioso SABA­DO 4 DE MARZO DE 1961, en el que no habéis temido desafiar las iras deltirano descubriéndole públicamente en nombre de nuestro martirizado yheroico pueblo, el dolor, la miseria y el amordazamiento en el que le tienensumido treinta y un años de la más refinada crueldad.

No habéis temido afrontar a ese chacal sediento de sangre en su pro­pia cara y al alcance de su manada de adulones, exponiendo claramentelas verdaderas necesidades del pueblo dominicano.

Como padre espiritual de vuestra grey vegana no podéis ensuciarvuestras manos sacerdotales en las aguas turbias de la política; por eso nosois el líder de la oposición ni el caudillo revolucionario, sino el padre quesufre con sus hijos la más horrenda y desgraciada de las desventuras, y eldefensor de los pueblos indefensos. Vuestra misión es enseñar y gobernaren un reino espiritual, pero la voz de la Iglesia Católica romana no puedepermanecer en silencio y menos hacer coro a la camarilla amaestrada quecorre tras el sol que más calienta.

Este seguro, Excelencia Reverendísima, que el pueblo dominicano leagradece desde lo más intimo de su corazón las palabras que pronuncioesta mañana, con las que por medio de los mismos micrófonos que tanto.han blasfemado de Dios y ultrajado el honor de la Iglesia y de su clero, pre­parados en ese momento para escupir sobre el honor de nuestra Patria contoda suerte de mentiras y alabanzas a su verdugo, han servido para dar aconocer al mundo las penalidades y miserias que aquejan a nuestro pueblo.EL TIRANO ha hollado nuestros derechos más sagrados. Solamente se hapreocupado de labrarse un pedestal en el que todos puedan adorarle, mien­tras que el pueblo se muere de hambre, desnudo, sin trabajo y sin libertad.

Querido Monseñor: en su discurso estuvo compendiado el horror quepadece nuestro pueblo. De vuestras palabras no sobra ni una sola. Queremos

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José Luis Sáez, S 1. La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

que llegue a vuestros oídos nuestra gratitud al ver que nuestra jerarquía nonos deja luchar solos y que tlq mancilla su autoridad divina en una asque­rosa colaboración. Como dominicanos, como cristianos y como amantesde la tan deseada libertad os decimos una vez más GRACIAS, GRACIAS,GRACIAS.

325. Un comentario anónimo sobre el anterior sermón de Mons. Panal(C. Trujillo, 8 de marzo de 1961)

"Glosa: Un discurso de monseñor Pana", El Caribe XIII:4686

(C. Trujillo, 8 de marzo de 1961), p. 1, cols. 3-4.

La palabra de los místicos está bañada en esencia divina. Nos im­pregnan de mansa espiritualidad y nos transportan, con alas de belleza,hasta mundos de bondad y de ensueños. El místico nos acerca a Dios, seacual fuere las creencias religiosas que profese, pues, como lo afirmó elcatólico Menéndez y Pelayo, no hay que ser católico para poseer el don y elanhelo de ser uno con el Ser Supremo. No fue católico Aben Gabirol, diceel polígrafo español, y sin embargo, su misticismo es más auténtico que elde muchos poetas mediocres católicos.

Monseñor Panal no es un místico, ni remotamente. Espiritual y consti­tucionalmente no puede serlo. Está bien clavado a este diario quehacer te­rrenal, y es lógico y natural que a la tierra estén también ligadas sus preocu­paciones inmediatas y sus palabras instintivas.

Seguimos glosando su último discurso. No comentaremos sus pre­ces al Altísimo. No nos corresponde, ni tenemos fuerzas para llegar a esasalturas. Nuestros breves comentarios seguirán refiriéndose a la insisten­cia temporal del Obispo de La Vega. Principalmente de lo que es temporalnuestro, dominicano.

Dice monseñor Panal: "Bienvenido seáis, Excelentísimo Señor, a laciudad de La Vega Real, que hace tiempo os espera con dulce impacienciapara confiaros sus necesidades, a fin de que se las remediéis, y sus penaspara que se las consoléis".

La Vega, siguiendo el ritmo superador de todo el país, es natural quetenga necesidades. Necesidades de ascenso, de perfeccionamiento, desuperación. No es el de hoy el ámbito de NECESIDAD TOTAL en que sedesenvolvieron sus actividades provinciales en la vieja era. Pero, pareceque monseñor Panal desconoce lo que todos los dominicanos conocemos,que Trujillo está bien informado de la más mínima necesidad de cada sec-

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tor dd país. Prueba inequívoca de esta afirmación es el que las haya idoborrando sistemáticamente del panorama nacional, en orden de impor­tancia física o humana. Respecto a las penas que el mitrado expone comosi éstas tuvieran aplastada a una comunidad alegre, fuerte y optimista, comola de La Vega, creemos que en este caso, como en tantos otros, hayexage­ración y estridentismo en la frase episcopal. Si hay penillas de corazón,penilla del alma, nadie mejor que él y sus sacerdotes, cumpliendo su mi­sión, para consolarlas. Las grandes penas que padeció la sociedad domini­cana las consoló Trujillo con eficiencia práctica y con trabajos sin fatiga.Casi sin hablar. Siempre sin espectacularismos.

En su sermón, de abiertas características administrativas en casi todasu premeditada orientación, monseñor Panal expresó: liLa primero y prin­cipal que necesita una gran porción de habitantes de ésta y otras ciudadesy lugares, es: trabajo honesto y apropiado a cada uno y lucrativo de losmedios indispensables para su subsistencia. Vuestra preclara inteligenciadescubrirá el medio de corregir esta vital necesidad. Tal vez aliviaría mu­chas penurias de esta índole, la instalación de pequeñas, medianas y gran­des industrias apropiadas y hacederas".

Hace ya años que monseñor Panal vive entre nosotros y, sin embar­go, parece que todavía mora en su bien querida tierra española. Recomiendahacer lo que Trujillo ha venido haciendo hace treinta y un años. Crear tra­bajo, dar trabajo, recomendar que se trabaje; crear industrias, protegerlas,alentarlas, orientarlas. Los talleres trepidantes y las enhiestas chimeneasrubricando de humo la pureza azul de nuestro cielo afirman esta verdad.No es Panal el pionero de la industrialización de la República Dominicana.No han surgido de su respetable báculo de pastor las fuentes de trabajoque tenemos. No nacieron bajo su mitra los planes de desarrollo económi­co nacional. A Trujillo debemos todo eso. Ni la más sumisa y pacientebeata de la feligresía del Excelentísimo Señor Obispo es capaz de creer locontrario.

La actitud de monseñor Panal da la impresión, no sabemos si acerta­da, de poseer un secreto impulso que lo lanza a querer aparecer como lídercivil, a desear que las masas le agradezcan lo que deben agradecer a otro. Yque, evangélicamente nos perdone, si no estamos en lo cierto. Nuestro pe­cado es pequeño, y Dios sabe perdonar hasta a los grandes ambiciosos.

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José Luis Sáez, S. 1. La mmisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Tmjillo ( j 930-j 961.)

326. Opinión de un lector de La Vega, a propósito del sermón de Mons. Panal,sobre el excesivo número de obispQ-5.del país (e. Trujillo, 9 de marzo de 1961)

"Lector afirma cinco obispos es mucho para país pequeño",

El Caribe XIII:4688 Ce. Trujillo, 10 de marzo de 1961), p. 11,

cols. 4-5.

Señor Director:Leyendo las glosas que usted ha hecho acerca del discurso del obis­

po Panal de la Vega, debo decirle que usted ha dejado un punto sin enfocar,muy interesante e importante, que es el siguiente: Hay en nuestro paíscinco obispos, que es mucho para un país pequeño, y naturalmente seencuentran disgustados porque las entradas que ellos tienen no son sufi­cientes para sus gastos y para reservas. Ellos necesitan que circule muchodinero para que los parroquianos contribuyan con buenas sumas para lle­nar sus arcas, y cuando esto no sucede, entonces dicen que hay miseria yque el pueblo está sufriendo, pero no porque les interese el pueblo ni susnecesidades, porque a ellos lo que les interesa es que el pueblo contribuya.

Es necesario hacerle comprender al Santo Padre que aquí no debehaber más de de tres obispos. Con esta gente tendremos siempre dificulta­des, pero ésta es la razón básica.

ApOLINAR GUTIÉRREZ

327. Un editorial de Radio Caribe a propósito del supuesto apresamiento de susdirectivos (e. Trujillo, 9 de marzo de 1961)

"Atropello a la libertad humana", La Nación XXII:7428

CC. Trujillo, 9 de marzo de 1961), p. 6, cols. 2-3.

Desde los tiempos de la Inquisición -aquel negro periodo de la histo­ria en que las sotanas clericales ensombrecieron la civilización-, no sehabía producido un atropello tan .grosero contra los sagrados derechos yprerrogativas del individuo.

Cuando los dirigentes de esta Radio Caribe fueron conducidos en latarde de ayer a la penitenciaría de La Victoria, los enemigos del pueblodominicano adelantaron en sus esfuerzos por silenciar su legítima voz yexpresión. Es decir, se embarcaron en una empresa superior a la de taparel sol con un dedo o secar el mar con una canasta, o cambiar el rumbo delos astros en el firmamento.

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Al1tología de donllllelltos

Cuatro miembros de la directiva de Radio Caribe pasaron la nochetras las rejas de una vulgar prisión. Pero eso no tiene la menor importan­cia, por aquello de que la cárcel se hizo para los hombres. En efecto, loshombres hicieron las cárceles para meter en ellas a sus semejantes queviolen las leyes de la sociedad organizada; pero no se ha fabricado todavíala cárcel que pueda contener a todo un pueblo [ni] las rejas que puedansilenciar la voz que expresa sus ideales y aspiraciones.

¿Qué han logrado con esta acción inicua y desorbitada? ¿Qué preten­den los funcionarios judiciales que han seguido una corriente espuria y

bastarda, atentatoria contra la dignidad misma del pueblo dominicano?No han logrado nada, no pretenden nada. Su acción es más insignifi­

cante todavía que un propósito bajo, porque en ella no hay ninguna volun­tad propia. Por doloroso que resulte, no han hecho más que plegarse a lasfuerzas y los intereses de la plaga oscura, perniciosa, retrógrada y anacrónicaque desde hace mucho tiempo viene trabajando en secreto y al descubier­to en contra de los destinos del pueblo más digno y orgulloso de América.

Esa orden de prisión pudo haberse redactado materialmente en elPalacio de Justicia, pero su inspiración y la fucrza motivadora salió deotro sitio. Salió de un lugar oscuro, semejante al habitáculo de los murcié­lagos; de un sitio al que apenas llega luz porque su misión es la de oscure­cer; de oscuros rincones a donde escasamente llega la luz vivificadora delsol que huele a cirios, a moho, a telarañas, a rancio, a podredumbre, amocato, a sotana vieja y carente de aseo.

De ningún otro lugar podría venir, porque hasta el último de los do­minicanos es amante de la claridad, la limpieza, la justicia, la higiene entodos los aspectos de su vida. Este atropello de que somos víctimas tieneun trasunto a sotana.

Esa orden de prisión humillante y arbitraria ha pasado ya por mu­chas oficinas donde se supone que se administre justicia, y su aliento féti­do ha logrado opacar los propósitos limpios, para los cuales fueron crea­dos. Pero con eso no han logrado nada. Cuatro directivos de Radio Caribepueden quedarse donde los han llevado, pero no por eso quedará muda lavoz que repite los anhelos populares, la voz que deja sentir las vibracionesdel pueblo, la voz que acusa a los enemigos de la civilización y el progreso.

Por grosera que sea esta desconsideración, no logrará traer un ápicede humillación a esta Radio Caribe. Por el contrario, ello servirá para quelevantemos la frente más alta aún para continuar dejando oír la voz delpueblo por nuestro conducto.

Esta prisión que hoy sufren temporalmente algunos de nuestrosmiembros es un acto arbitrario, violatorio de la libertad de conciencia y de

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JoséLuis Sáez, S. J La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

prensa que se han mantenido ordinariamente en nuestro país. Pero no porella sino ante los representantes de la misma, porque ninguna de nuestrasacciones como integrantes de esta tribuna popular que es Radio Caribe haobedecido ni obedecerá jamás a intereses personales ni a designios ex­tranjeros.

No hemos obedecido a ninguna orden ni jerarquía de la dictadura delVaticano; no nos hemos plegado a las amenazas de Rómulo Betancourt:no hemos doblegado nuestra voluntad a los explotadores imperialistas deWall Street; no hemos reflejado un solo deseo, una sola palabra, una solaaspiración, una sola idea que no sean las del pueblo dominicano. Y comotal, nos sentimos con fuerzas suficientes para hacer frente a cualquieraotra vagabundería que quieran sembrar un nuestro suelo los intrusos ex­tranjeros que aspiran a minar la paz bendita de Trujillo, la unidad magnífi­ca que nos ha dado su régimen salvador, la dignidad incólume que todosesos hijos de... lo que sea, no lograrán mancillar. ¡Viva Trujillo! ¡Viva elpueblo dominicano!

328. Declaración de Mons. Thomas F. Reilly, C.SS.R., que se leería en todas lasmisas de la Catedral de San Juan de la Maguana (12 de marzo de 1961)

c. HEPB., loe. cit., N° 29, ff. 1-2.

Mis queridos hijos:Ayer, con la expulsión del padre Rogelio Rosselle, misionero belga de

la prelatura de San Juan de la Maguana, se realizó la última en una serielarga de violaciones de los derechos humanos y de los derechos de la Igle­sia.2ü Los fieles de Neiba y nosotros mismos estamos muy agradecidos deltrabajo noble y desinteresado del padre Rogelio Rosselle. Lamentamos susalida.

Está claro ahora que el gobierno de su excelencia generalísimo Ra­fael Le{anidas Trujillo Malina ha adoptado su modo especial de persecu­ción. Menciono sólo actos reciente.s. En los primeros días del mes de di­ciembre pasado, un misionero español, padre Ángel Barrios, de esta mismaprelatura, fue expulsado sin explicación. En el primer día de enero, otromisionero español de la prelatura, padre Alejandro Bello, fue secuestrado

20 El P. Roger Rosselle Bilmans de los Misioneros del Inmaculado Corazón de María (CICM),regresaría al país en 1967, sería miembro del Consejo Presbiteral y falleció en el accidentedel avión de CDA e115 de febrero de 1970. Cfr. Bello Peguero (ed.), Nombramientos eclesiás­ticos 11 (1991), pp. 894-895.

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Al1tología de documentos

y repetidamente golpeado por la policía secreta. El padre Bello fue llevadode su parroquia a la capital con sus brazos atados durante todo el viaje decinco horas. En la oficina de la Inteligencia Militar le dijeron que todo fueun error lamentable. Las autoridades militares y civiles en varios puebloshan tratado de intimidar a la juventud de la Acción Católica, ya los hombresy mujeres de las distintas sociedades religiosas. En algunas parroquias seencontró prudente disolver las confraternidades religiosas por causa del cli­ma prevalente de temor servil. En las horas de la madrugada del primero demarzo, las puertas principales de nuestra Catedral fueron incendiadas.

No permitieron ninguna mención de estos episodios en la prensa nipor la radio. Sin embargo, tanto la prensa como la radio hallan espacio ytiempo para lanzar diariamente ataques de naturaleza vilísima y calum­niosísima contra la doctrina, prácticas y líderes religiosos de la Iglesia Cató­lica. Como Uds. saben, hay espías en todos los servicios de la Iglesia Católi­ca, y sus tergiversados informes de las predicas, enviados directamente opor medio de los síndicos y gobernadores provinciales al gobierno central,quedando aceptados como informes fidedignos de los sermones.

En este régimen actual se observa una actitud hostil hacia una Iglesiaindependiente, especialmente teniendo la Iglesia el respeto y el afecto dela inmensa mayoría del pueblo. Según el punto de vista que ahora prevale­ce en el régimen de su excelencia generalísimo Trujillo se observa que lasconversaciones diplomáticas, memoranda conciliatoria y protestas condebida cortesía, son inútiles. Como Uds. saben bien, mientras el régimende su excelencia generalísimo Trujillo públicamente profesa respetar losderechos de la Iglesia Católica, el régimen está, y desde hace mucho haestado, cometiendo actos de intimidación y persecución. Uds. todos estánbien enterados sobre la diferencia enorme entre la propaganda oficial y lasrealidades penosas.

Pero, mis amados hijos, no se olviden nunca de que Uds. no estánllamados a servir a Cristo en el espíritu de cobardía. En estos días oscurosdeben ser Uds. discípulos dignos de Cristo el valiente. Imiten a los sacer­dotes y monjas heroicos que trabajan en medio de Uds. Ellos han sufridomucho en este año pasado por el amor a Uds., y se proponen seguir ade­lante, a menos que sean expulsados; ellos estarían con Uds. Para enseñar,rezar y administrar los sacramentos, ofrecer con Uds. la Santa Misa, com­partir con Uds. sus numerosos sufrimientos.

Que la paz y bendiciones de Dios sean con Uds. todos.

EXCMO. y RVDMO. TOMAS F. REILLY, C. SS. C.Obispo de San Juan de la Maguana

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]oséLllis StÍez, S. 1. La SIHl¡isiÓI1 bien pagada. La Iglesia domhlicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

329. Un comentario de prensa favoreciendo que los obispos del país sean siempredominicanos (G Trujillo, 15 de mar'ZQ de 1961)

Manuel Atilio Rodríguez Botello, "Al márgen de las glosas:

Obispos dominicanos para diócesis dominicanas", El

Caribe XIII: 4694(C. Trujillo, 15 de marzo de 1961), p. 4,

cols. 5-6.

Como la aurora de la realización de un gran deseo reprimido por lar­go tiempo, ha llegado hasta el corazón dominicano la patriótica exposi­ción en que las ya célebres glosas del discurso de monseñor Panal hace elimportante diario El Caribe sobre la supresión de dos de los cinco obisposque rigen la población católica dominicana.

En nuestro espíritu ha vivido siempre ese deseo. Primero, al ver queel noventa por ciento de las naciones de América poseen sus obispos nati­vos exclusivamente. Segundo, porque habiendo aquí en Santo Domingotantos dignos y santos sacerdotes nativos, escogieron para dirigir los des­tinos religiosos de este país a obispos extranjeros que aunque estén dota­dos de gran virtud no pueden adaptarse de ninguna manera al sentir y alespíritu de los dominicanos.

Un obispo nacido en Yanquilandia o en España, el primero acostum­brado al fria temperamento yanqui, y el segundo a la exageración y lafogacidad (sic) religiosa española, ni entre ellos mismos pueden concor­dar y mucho menos interpretar sin desesperarse y sin pensar que estamosfaltos de sentido común, el intermedio entre los dos extremos que tan sen­cilla y tan bien intencionadamente poseemos los dominicanos.

Con esto, ni los culpamos a ellos, ni hay que culparnos a nosotros,pero las cuestiones de inclinaciones espirituales de cada región, sólo pue­den interpretarlas a cabalidad los que han nacido bajo esas mismas cir­cunstancias, otros no pueden hacerlo, porque vieron la luz, se amamanta­ron y crecieron asimilando costumbres que, al llegar a cierta edad, formaronparte inseparable de su personalidad hasta el extremo de hacerlos pensarque los que dependen de ellos, deben sentir y obrar igual.

Podría citar aquí mismo una lista de quince sacerdotes nativos, quepor su experimentada virtud, ciencia y hasta cualidades físicas, hubieranpodido desempeñar sabia y santamente cualquier obispado sin haber ne­cesitado recurrir a buscarlos entre extranjeros; pero no tuvimos esa suer­te, a pesar de que estamos agradecidos a Dios por habernos dado un go­bierno seglar desde el 193ü, tan lleno de magnificencia, incalculables méritosy maravillosos logros, EL GOBIERNO DE TRUJILLO.

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Antología de dOCll11lefltos

En nuestra pequeña y gran patria dominicana, la cual está atravesadapor pavimentadas y amplias carreteras que unen y hacen accesibles losmás distantes rincones, cualquiera de los tres obispos dominicanos conansias inagotables de llevar su fecundo apostolado hasta sus compatrio­tas, no sentiría cansancio alguno después de recorrer en un día todo elCibao, el sur o el este.

Abrigamos, por tanto, gran confianza en que un día no lejano y a ins­tancia nuestra, S. S. Juan XXIII reconozca la gran necesidad de que aquísólo debía haber obispos dominicanos para diócesis dominicanas.

330. Recuento del viaje a Roma de Mons. Juan Félix Pepén, obispo de Higüey, parainformar al papa Juan XXIII sobre la situación de la Iglesia dominicana (marzo-juniode 1961)

Juan F. Pepén, Un garabato de Dios. Vivencias de un testigo, Santo

Domingo, Universidad Católica del Este, 2003, pp. 129-138.

A mi entender, la única forma de sobrevivir la Iglesia en libertad en elpaís era la unidad de acción de los obispos. Aquello de arreglar su situacióncada uno por su cuenta, había dado oportunidad al dictador para sorprender­nos y en algunos casos forzamos a hacer papeles o comportamientos que nofavorecían nuestra acción pastoral. ¿Estaba Roma suficientemente infor­mada sobre nuestra situación? Mi condición de obispo nuevo no me ayu­daba para entenderlo. Sentí entonces el deseo de peregrinar a Roma. Pen­sándolo seriamente consulté antes con Mons. Dossena, encargado de laNunciatura Apostólica y le pareció bien, dándome de paso algunas indica­ciones y direcciones.

A principios de marzo ya estaba yo camino de Roma, tomándolo al mis­mo tiempo como descanso. Por eso fui a Nueva York, y al cabo de tres ocuatro días tomé el trasatlántico Independence, un enorme barco de pasajerosque hacía crucero por el Mediterráneo, tocando antes las Islas Canarias,Algeciras y Las Baleares. Más de una semana de viaje que fue para mí inolvi­dable experiencia de comunicación con gentes de diverso origen y cultura.

Tan pronto como llegué a Roma, traté de hacer contacto con el nun­cio Zanini. A él le pareció bien mi viaje y el propósito del mismo. Por loque entendí de inmediato, para la Santa Sede era difícil acabar de enten­der porque eran cosas increíbles para gente con la cabeza en su lugar.

Solicité, por instrucción del Nuncio, ser recibido por el prefecto de lasagrada congregación de los obispos, que lo era el cardenal Carla Confalo-

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loséLlIis Sáez, S 1. La slllnisiól1 bien pagada. La Iglesia domillicana bajo la Era de Tmjillo (1930-1961)

nieri, quien prestó mucha atención al informe breve, claro y preciso que lepresenté por escrito. .

No hube de esperar ;Ducho para ser recibido en audiencia personalpor el papa Juan XXIII, el Papa que con su bondad movía los corazones detodo el mundo, anunciando el inicio de una renovación interna de la vidade la Iglesia.

Entre muchas audiencias en ese día, la audiencia fue corta, entre diezy quince minutos. Me preguntó si yo hablaba italiano y le respondí negati­vamente. El no hablaba español y hablamos en francés. El en su buen fran­cés de París donde fue nuncio, y yo en mi mal francés aprendido a trope­zones. De todos modos nos entendimos bien. El me vio apesadumbrado yme alentó hasta con algún chiste. Entendió mi situación y me dijo textual­mente: "Voy a rezar este rosario hoy para que cuando usted regrese a supaís ya esa situación haya cambiado". Aquello fue profético y nos hace verel valor de la oración.

Al final de la audiencia, el Papa me recomendó ver Roma, visitar susiglesias madres, sus monumentos, vivil~ porque hay que vivir. El me notóseguramente muy preocupado, y lo estaba ciertamente, sobre todo por elregreso.

Estuve en Roma unos diez días, suficientes para encontrar y ver a lossacerdotes y seminaristas dominicanos que estudiaban en las facultadeseclesiásticas así como a algunos religiosos que podían ofrecer su ayudapara orientarme en lo necesario. Todos mostraron mucho interés por lasituación que atravesaba la Iglesia en el país.

Viajé en tren de Roma a París solo y desconocido observando cuantodetalle podía servirme en caso de necesidad. Llegué a París a media no­che, dormí en un hotel para viajeros junto a la estación del tren, y al díasiguiente fui a hospedarme en una hospedería propia para eclesiásticos,desde la cual pude hacer planes para conocer algo la ciudad y peregrinar ados grandes santuarios, Lisieux, el monasterio carmelita en que vivió San­ta Teresa del Niño Jesús en la Normandía, y el santuario de la Virgen deLourdes, al sur de Francia casi en los Pirineos. Empezaba el mes de abril yestábamos en plena primavera.

Era tiempo prudencial de pensar en el regreso a mi país y tuve comopropósito antes de dejar Europa visitar el santuario de Nuestra Señora deFátima en Portugal. Fátima, el santuario en que la Virgen María ha mostra­do tanta solicitud por nuestro bien, me llenó de esperanza y confianzarenovada. Pedí oraciones por mi país y mi pueblo a las comunidades reli­giosas del santuario, y al día siguiente arreglé los últimos detalles para miregreso vía Nueva York.

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Antología de doculJltIltos

Viajé por avión de la Pan American de Lisboa a Nueva York, y ya elquince de mayo estaba en la ciudad, en la que de inmediato tuve noticiasfrescas de la situación de mi país, que seguía igualo tal vez peor. El régi­men tenía cada vez más rechazo internacional y se preveían acontecimien­tos. Había fijado mi regreso a Higüey para la última semana de mayo, y

con ese propósito iba a reservar mi pasaje cuando la hermana de un sacer­dote dominicano exiliado, la cual llevaba muchos años de residencia enlos Estados Unidos y tenía allí amplias relaciones, me dijo con mucha con­fianza: "MonseñOl~ aguarde aquí una semana más, porque lo que no suce­dió en treinta años puede suceder en una semana". Me sorprendió su con­fianza y seguridad de que algo grande iba a suceder. No sé ni sabré si f"uesimple intuición, inspiración o información sobre los próximos aconteci­mientos del 30 de mayo de 1961 que había llegado a ella por cauces insos­pechados. De todos modos, seguí su advertencia, ésta se cumplió el día y

la hora que Dios lo permitía, y se abrió ese día un horizonte nuevo para lasufrida y martirizada tierra de Duarte y de tantos otros.

A la desaparición física del Jefe siguió de inmediato, como era desuponer, un período de confusión, y la entrada y salida del país se cerró losdías siguientes, por varios días. Aproveché ese tiempo para diligenciasque podían servir a la diócesis y al país en el futuro. Las noticias que sepublicaban en los periódicos de Nueva York en detalle permitían a cual­quier dominicano hacer una idea de la precipitación de los acontecimien­tos, y no podía ser de otra manera después de una larga época de aplasta­miento de la libertad.

Pasados unos diez días, cuando las informaciones recibidas del paíslo aconsejaron, regresé a mi diócesis y mi casa, con la seguridad de que elSeñor nunca estuvo lejos de mí en esos días cruciales.

Recibí entre otras noticias la información de que Luis Ramón Peña,Papilín, el seminarista romanense preso, había muerto en la cárcel de "La40", asesinado por el SIM, Servicio de Inteligencia Militar. Mucho tiempodespués, unos veinte años por lo menos, un compañero de cárcel me com­pletó la información. Papilín fue asesinado salvajemente porque se negó aacusarme de participar en un supuesto contrabando de armas por las cos­tas de Higuey que la mente enferma de aquellos infelices había tramadopresentar como una prueba de la conspiración de los curas contra el gobier­no. Cosas del pasado que es mejor olvidar y pedir al Señor que no se repi­tan. Pero el martirio de este joven, su heroísmo y fidelidad, no pueden serignorados y olvidados por el bien del pueblo.

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JoséLuis Sáez, S J. La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Tmjillo (1930-1961)

331. Comentario de Associated Press (A.P.) sobre la carta pastoral de Mons. Reillyaparecido en EE. Uu. (Washi~gton, 15 de marzo de 1961)

Ben F. Meyer, "Las falaces acusaciones de un obispo extran­

jero", El Caribe XIII:4695 Ce. Trujillo, 16 de marzo de 1961),

p. 1, cols. 6-7.

La Iglesia Católica, que hace un año denunció al régimen de Trujilloen la República Dominicana por la opresión de derechos humanos, pu­blicó hoy un nuevo ataque contra el gobierno del generalísimo RafaelTrujillo.

La nueva crítica a Trujillo se produjo en una carta publicada aquí delobispo Thomas F. Reilly, de Boston (Massachusetts), y que fue leída entodas las misas celebradas en su Catedral de la República Dominicana eldomingo 12 de marzo.

En la carta, el obispo de la diócesis de San Juan de la Maguana, acusóa la dictadura de Trujillo de practicar "actos de intimidación y persecu­ción" contra la Iglesia, y violaciones de los derechos humanos.

La carta del Obispo fue publicada aquí hoy por la Oficina de Infor­maciones de la Conferencia Católica Nacional de Bienestar.

El organismo dijo que las acusaciones hechas en la declaración delObispo son "otra indicación de las inexactitudes"que, dijo, han aparecidode tarde en tarde en anuncios de periódicos de los Estados Unidos, quetratan de dar la impresión de que hay "cooperación entre la Iglesia y elEstado" en la República Dominicana.

Los sacerdotes católicos de la República Dominicana leyeron unapastoral el año pasado en todas las iglesias de la isla, por el tiempo en queel régimen de Trujillo había encarcelado a 2,000 personas, acusadas defraguar un complot contra el dictador.

La declaración del obispo dijo que el padre Roger Rosselle, misione­ro belga de la diócesis de San Juan de la Maguana, había sido expulsado dela República Dominicana después de ser "secuestrado y golpeado repeti­das veces por la policía secreta" de ese país.

Además, dijo el obispo, "las autoridades militares y civiles de variaspoblaciones han tratado de intimidar a los jóvenes de la Acción Católica ya hombres y mujeres de confraternidades religiosas". Dijo que las puertasde la Catedral de San Juan de la Maguana fueron incendiadas el pasado 1ro.

de marzo."No se ha permitido a la prensa ni a la radio que mencione estos

episodios", pese a que la prensa y la radio "tienen espacio y tiempo para

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Antología de dOCtlllJe11toS

lanzar ataques diarios de la naturaleza más vil y calumniosa contra la doc­trina, los sistemas y los dirigentes religiosos de la Iglesia Católica".

332. Un "espacio pagado" comentando las declaraciones de Mons. ReiHy a UnitedPress International, remitido a la dirección de prensa de Radio Caribe (San Juan de laMaguana, 16 de marzo de 1961)

"Opina sobre declaraciones de Reilly", El Caribe XIlI:4700

(C. Trujillo, 21 de marzo de 1961), p. 9, cols. 2-6.

Señor Director:En un cable de la UPI he leído las mentirosas declaraciones de mon­

señor Tornas F. Reilly, obispo de la diócesis de ésta, las que en nada me hanextrañado y a muchos que corno yo saben de las andanzas revolucionariasde dicho obispo, QUIEN VA A LA CASA CURIAL A COMPLOTAR CONLOS OTROS Y PERMANECE ALLÍ HASTA A LAS TRES DE LA MADRU­GADA.

Las declaraciones de Reilly, a quien no me considero en el deber deguardar respeto alguno, porque el grande, el inmensamente grande que letenía a él y sus cómplices, se lo he perdido por completo, ya que si bien escierto que soy católico, apostólico y romano -como buen dominicano ymejor trujillista-, me he visto en la obligación, muy lamentable por cierto,DE DEJAR DE ASISTIR a los cultos religiosos y misas; esas declaraciones,vuelvo a repetir, no son otra cosa que la ratificación de la mentirosa pasto­ral del año pasado, por lo que la mayoría del pueblo reniega de ellos.

Monseñor Reilly debe saber que separar al pueblo de Trujillo es algoimposible, que ni él ni nadie podrá conseguir nunca; yo me pregunto en­tonces, y conmigo millares de personas: ¿Por qué Tomas F. Reilly, que envez de cura debiera ser revolucionario, se obstina en que el pueblo se deci­da por Trujillo o por él?

Porque acerca de esto quiero dar una explicación; los católicos cornoyo, que aquí los haya millares, no tenemos absolutamente nada contra laIglesia, porque ella fue, es y será siempre nuestra Santa Madre Espiritual,como es y será Trujillo siempre nuestro Benefactor y Jefe, pero con CU­RAS POLÍTICOS metidos a complotadores, no los queremos ver ni en pin­tura. Convendría a la salud de Reilly y los que lo siguen, que se fueran aotro país, y dejan a la República Dominicana tranquila. Trujillo y este pue­blo es una sola cosa, y cuando él y los otros se larguen y vengan verdaderoscuras, entonces Trujillo, la Iglesia y el pueblo será una solo.

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José Luis Sáez, S. 1 La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961]

y hablando de derechos humanos, sólo puedo decirle a Reilly -yosoy respetuoso, pero con lps curas-, que se violan los derechos humanosdonde no se conoce la democracia, y la República Dominicana es demo­cracia por excelencia. Pero también el pueblo PUEDE VIOLAR LOS DE­RECHOS HUMANOS DANDOLE UNA SOBERANA PALIZA a un complo­

tador metido a cura.Muy atentamente

MANUEL DANILO PIÑA R.

333. Carta del Obispo de Santiago al Secretario de Interior y Culto sobre nuevasquejas y dudas contra Radio Caribe (Santiago, 18 de marzo de 1961)

c. HEPB., loco cit. N° 30, ff. 1-3.

Señor Secretario:Tengo a bien contestar su Oficio N° 640 de fecha 10 de enero corriente.A pesar de que el Rvdo. P. Santos Ganuza, M.SS.CC., párroco de

Montecristi, no ha querido acceder a lo que las autoridades de Montecristile han pedido, se le escribe hoy para que las complazca cuando le pidanactos religiosos de carácter oficiaJ.21

El P. Santos dice que: "En señal de protesta contra Radio Caribe, elpárroco de Montecristi se niega a decir ninguna salve oficial. En caso deque venga el Generalísimo, le diré la salve con mucho gusto. Contra el notengo nada, y además se la prometí.

-Pero ya sabe que Radio Caribe es particular.-Sí, señor, pero es la única manera que tengo para que mi protesta

llegue a oídos del Superior Gobierno. Quiero que se informe que el párro­co de Montecristi, en señal de protesta contra Radio Caribe, se niega adecir salves.

-Si es verdad lo que Radio Caribe dice, ¿Por qué no se nos metepresos a todos? Y si no es verdad, ¿Por qué lo dejan hablar? Lo que no sepermitiría decir de tú a tú en la calle, ¿Por qué se ha de permitir por radio,para que todo el mundo lo oiga?

21 El P. Santos Ganuza, de los Misioneros de los Sagrados Corazones (M.SS.CC.), congrega­ción fundada en Mallorca por Joaquín Rosselló (1890), había sido párroco de Montecristi(1958-1960), y lo volvería a ser desde diciembre de 1961 hasta septiembre de 1966. Cfr. A.Camilo González, El marco histórico de la pastoral dominicana (1983), p. 299.

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No me he metido en política, ni me voy a metel~ pero en cuestionesde religión no me puedo callar" (Extracto de una conversación tenida en­tre el P. Santos y los señores Gobernador Civil de Montecristi y Presidentedel Partido Dominicano, 14/XII/60).

y ciertamente, Señor Secretario, que entristece el pueblo el oír elcontinuo ataque que a su religión y a los ministros de ésta hace RadioCaribe, y que contra una "empresa enteramente privada", como Ud. me loafirma en su oficio, no se pueda hacer nada.

Qué conveniente sería que Ud. se acercara al pueblo para que pudie­ra descubrir que el 99% de la población del país cree lo contrario, y de esamanera poder informar a la superioridad que es lo que el pueblo cree, y asíponer el remedio, pues con esto se está haciendo un daño enorme a lacausa que sustenta el generalísimo Dr. Trujillo Malina.

Por otra parte, ¿Cuál ha de ser la posición del clero [rente a los ata­ques diarios de Radio Caribe? ¿Callar y oír pacientemente ... ? Pero Diosnos dirá "perros mudos", según la expresión del profeta, pues no defende­mos su Iglesia, máxime cuando los insultos vienen de una entidad priva­da, que si tiene libertad constitucional para hablar, me parece que los de­más también la tienen.

Ya estamos en lo intolerable. Del insulto personal, que perdonamosde corazón, porque esta es la ley de Cristo, se está pasando al ataque quese roza con el dogma. ¡Lástima que Ud. no haya tenido tiempo de oír eleditorial del domingo pasado, día 15 de enero! ¡Todo el pueblo esta escan­dalizado!

Más de una vez han estado presionándome las palabras de su santi­dad Pío XII en la encíclica Miranda Prorsus sobre el cine, la radio y la tele­visión: "Los obispos tienen el deber de poner en guardia a sus fieles conrespecto a las emisoras que notoriamente propugnan principios contra­rios a la fe católica".

La compañía que dirige dicha Radio está socavando los cimientosde la fe católica en el pueblo, y llega hasta insultar la devoción a la Santísi­ma Virgen de la Altagracia, a quien hace unos, días presto tributo de vene­ración S. E. el generalísimo Trujillo.

Me parece, humildemente, que mientras Radio Caribe continúe sucampaña anticatólica, no será fácil fomentar buenos deseos de verdaderaarmonía en el clero, ofendido en la persona del Papa, de los obispos, devarios de sus miembros, etc.

Me permito hacer estas reflexiones al Señor Secretario y amigo, conla esperanza de que podamos ver horizontes de concordia.

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José Luis Sáez, S. J La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961J

Hago provecho de esta ocasión para saludar muy atentamente al Se­ñor Secretario de Culto.

(fdo.) +HUGO EDUARDO PaLANCaObispo de Santiago de los Caballeros

334. Carta del Secretario de Interior y Culto al P. Francisco]. Baeza, SJ., en RioPiedras, informándole de las dificultades con Mons. Reilly y los sacerdotes norteameri­canos de San Juan de la Maguana (G Trujillo, 20 de marzo de 1961)

J. L. Sáez, Monumenta Dominicana V (1997), N° 25.

Mi querido padre y capellán:Es motivo de alta complacencia para mí avisarle recibo de su apre­

ciada carta fecha 11 del corriente y a la cual correspondo ahora en igualgrado de sinceridad y afecto que los que usted bondadosamente me dis­pensa.

Ciertamente, el pasado 18 de febrero tuvieron lugar las bodas de mihijo Bernardo Enrique con la señorita Marinita Boyrie de Moya, acto quetuvo lugar en la capilla del Palacio Nacional y siendo padrinos de ellas elgeneralísimo Trujillo y su digna consorte.

Haré llegar al conocimiento de mis hijos las cordiales bendicionesque usted les imparte para que sea feliz y saludable el hogar constituidobajo la ley y los mandamientos de nuestro Señor Jesucristo. El mitradoque ofició en la boda religiosa lo fue nuestro Arzobispo Coadjutor, netamentedominicano.

He tenido la oportunidad de mostrar y comentar con nuestro ilustreamigo el generalísimo Trujillo Malina tanto la carta que a usted le dirige elMinistro Secretario General del Movimiento de la noble nación española,como la que dicho alto funcionario dirigiera al Excelentísimo CardenalPrimado de España, en fecha 21 de diciembre de 1960. Muchísimas gra­cias por tan interesante información, la cual he leído detenidamente, yaque aquí también hay ciertos sacerdotes y prelados que hacen el juego alas gentes que se empeñan en desconocer la realidad de la obra nacionalque está realizando el ilustre Jefe, y también en distanciarlo de la IglesiaCatólica, que es la de él y la de todo el pueblo dominicano.

Ahora mismo he tenido que dirigir una comunicación al prelado deSan Juan de la Maguana, monseñor Tomas F. Reilly, de cuyo contenido leruego enterarse por la copia que le estoy remitiendo anexa. En las conver-

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Antología de documentos

saciones que yo he tenido el placer de mantener con usted desde que llegóal país, le signifiqué que en mi concepto monseñor Reilly era un factortemperamental adverso a toda feliz avenencia entre el Episcopado y elGobierno nacional, y por ende, el pueblo dominicano.

Quizás usted, mi querido amigo y capellán, no conozca a fondo comolo conozco yo, lo que es psicología norteamericana: son amistosos cuan­do los mueve el interés de serlo, pero se sobreestiman como omnipoten­tes, infalibles, menospreciadores de las virtudes hispánicas e insolentesen su trato. Desde luego, hay excepciones a millares, pero la mayoría ado­lece de esos defectos. En aquella condición está monseñor Reilly y los tressacerdotes, también norteamericanos, que secundan la labor del preladoen su diócesis de San Juan.

Lamento mucho que se prolongue su permanencia en Puerto Rico,porque aunque no tengamos contacto diario usted y yo, le estimo y le agra­dezco sus buenos consejos y recomendaciones, y vivamente deseo sentir­lo de nuevo entre nosotros.

Con los mejores votos por su salud y éxito en los asuntos que tieneencomendados, tenga la bondad de favorecerme con su bendición y con­siderarme su invariable y afectísimo amigo.

(fdo.) RAFAEL PAÍNO PICHARDO

335. Carta del mismo a Mons. Hugo E. Polanca Brito, obispo de Santiago, envián­dole copia de refutación al Prelado de San Juan de la Maguana (c. Trujillo, 24 demarzo de 1961)

c. HEPB., loe. cit., N° 31.

Excelencia Reverendisima:Como consecuencia de las declaraciones que hiciera monseñor To­

mas F. Reilly, C. SS.R., prelado de San Juan de la Maguana, las cuales fue­ron leídas en todas las misas oficiadas en la Catedral de dicha ciudad eldomingo 12 del mismo mes en curso, el Secretario de Estado de Interior yCulto estimó que era su deber refutar los conceptos expresados por SuExcelencia Reverendísima, por lo cual le dirigió la comunicación N° 4866,del 16 de este mismo mes.

El funcionario abajo firmado considera deber suyo también remitir,como lo hace, muy respetuosamente, copia de la comunicación ya men­cionada a Su Excelencia Reverendísima, no tan solo a fin de que pueda

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quedar edificado acerca de su contenido, sino también para ratificar elconcepto que tiene esta Secr.etaría de Estado de que ni sacerdotes ni pre­lados extranjeros ajenos tienen derecho alguno a inmiscuirse en asuntosenteramente ajenos a sus funciones eclesiásticas, toda vez que cuestionespolíticas sólo corresponde dilucidarlas y ponderarlas al interés y sentimien­tos del pueblo dominicano.

Saluda a Su Excelencia Reverendísima con sentimientos de su másalta consideración,

(fdo.) RAFAEL PAINO PICHARDO

Secretario de Estado de Interior y Culto

336. Carta del mismo a Mons. Francisco Panal, obispo de La Vega, a propósito desu circular (e. Trujillo, 24 de marzo de 1961)

c. HEPB.loc. cit., N° 32, ff. 1-4.

Excelencia Reverendísima:Cuando aguardaba conocer los términos de la circular que Su Exce­

lencia estaba preparando para ser distribuida entre el clero de su Diócesisy leída para el conocimiento de su feligresía el 26 ',de este mes, el abajosuscrito se sintió defraudado con la publicación de la misma, insertada enel diario El Caribe de fecha 24 del corriente. Es así, porque el éxito delservicio informativo de Radio Caribe, C. por A. le privo de la primicia dehaberla conocido antes que el público, pues era propósito suyo aludir aella una respuesta a los términos de su comunicación N° 21, de fecha 15 delcorriente, tan carente de espíritu pastoral como llena de términos impro­pios de su alta investidura de prelado.

Si algo realmente esta andando al garete en buenas entendederas loes, lamentablemente, el Obispo de la diócesis de La Vega Real, cuya feli­gresía, frente a su estado de salud, cada vez más precaria, aspira a quefuera otro, y no el actual, el que cuidara de sus almas devotas.

No es precisamente la política de cultos en nuestro país la que estásiendo mal conducida, ya que para orientarla el Superior Gobierno ha dadoincontables muestras de protección, generosidad y tolerancia, habiendomás de cuarenta millones de pesos en obras para el auge y dignificaciónde la Iglesia Católica, pudiendo señalarse que, no obstante las decepcio­nes e incomprensiones causadas por algunos sacerdotes, así como por SuExcelencia Reverendísima directamente, la munificencia del generalísimo

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Antología de documentos

Trujillb Molina en bien de la que es su Iglesia Católica se demostró recien­temente al donar de su propio peculio, la suma de $40,000.00, la que pusoen manos del padre Juan Fioroni para la terminación del Seminario en lapoblación de Jarabacoa; ordenar como un obsequio suyo al P. Sicard unautomóvil con un valor de RD$S,OOO.OO y subsecuentemente un órganopara el templo de Bonao; hacer un presente metalico de RD$l,OOO.OO alpadre Agustín Ramírez, de La Vega; entregar en las propias manos del re­verendo padre Felipe Vinicio Bello, párroco de la Sección de Sabaneta,provincia de La Vega, la cantidad de $5,000.00 para la terminación del tem­plo que se está construyendo en ese lugar al igual que disponer la prepara­ción de algunos planos y presupuestos a fin de que sean comprendidos lostrabajos de construcción de templos parroquiales en Sánchez y Villa Riva,ambos comprendidos en la diócesis de Su Excelencia.

Es bueno también llevar al conocimiento suyo que para dejar com­placida una petición formulada por el Rvdo. padre Ercilio de Jesús Moya,de la parroquia de Tenares, hablando en nombre de su colectividad católi­ca, el generalísimo Trujillo Molina, Benefactor de la Patria y Padre de laPatria Nueva, ha hecho recomendaciones especiales al Gobierno Nacio­nal para que se proceda de inmediato al estudio y construcción de unacarretera, cuyo valor representara un costo aproximado de RD$l ,200.000.00.

Lo que realmente asombra y no tiene justificación alguna es que cier­tos prelados y sacerdotes extranjeros radicados en nuestro país, quieranolvidar que el ejercicio de sus deberes eclesiásticos tiene un límite biendefinido, pues ningún derecho les asiste para intervenir en cuestiones queles están enteramente vedadas y que son de la única y absoluta competen­cia de las autoridades y del pueblo dominicano.

Aunque no pueda conocerlas tanto como los párrocos y, mucho mástodavía, los obispos, el Secretario de Estado de Interior y Culto sabe muybien lo que son las asociaciones religiosas promovidas, organizadas y pa­trocinadas por la Iglesia Católica, que en nuestra Madre, pero no descuidapor ello tener muy en cuenta también, la forma clandestina, subversiva,perniciosa y solapada con que ciertos sacerdotes utilizaron algunas de ellaspara complotar contra la paz pública y la seguridad del Estado.

No olvide, Su Excelencia Reverendísima, que fue precisamente enun seminario, en cuyo seno se educan más de trescientos niños para for­mar el futuro clero de nuestro país, en donde dos sacerdotes extranjeros sededicaron a adoctrinar a esos "parvulitos" -copiando los propios términosde Su Excelencia-, para preparar formulas químicas y fabricar bombas,las cuales de no haber sido descubiertas a tiempo habrían producido apre­ciable pérdida de vidas inocentes. ¿No le causo asombro alguno a Su Ex-

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celencia Reverendísima que tal cosa sucediera en un centro de enseñanzareligiosa, sostenido por nue.$tro Gobierno, y que hubiese allí profesorescuyas materias de docencia eran las de encauzar practicas nihilistas?

Siguiendo sus propias palabras, ¿se habría reído su ExcelenciaReverendísima con tantas ganas como lo ha hecho en su carta del día 21de este mes, en el caso de que "tales simplezas de niños" hubieran causadola muerte y la invalidez de querido hijos suyos en el amor y la paz de nues­tro Señor Jesucristo?

Aludiendo ahora a la Circular que anticipadamente localizo y publicoel servicio informativo de Radio Caribe, C. por A., bien está que Su Exce­lencia Reverendísima disponga que en lo sucesivo los sacerdotes depen­dientes de esa diócesis se abstengan de oficiar actos religiosos sin el per­miso escrito de su tozudo y dignísimo prelado, pero en la misma medidaen que quiera coaccionar a las ovejas y pastores de su rebaño para que nopidan los favores de Dios en protección de personas e intereses particula­res, también la prensa y la radio de la República tienen derecho a expresar­se con entera libertad, conforme a sus sentimientos e ideología. Este es unpaís en donde el hecho de que la Constitución establezca como oficial lareligión católica, no puede implicar en manera alguna que se amordace aaquellos que no quieren ser creyentes de esa religión.

Sin embargo, frente a ciertas actitudes asumidas por Radio Caribe,C. por A., y que podrían interpretarse como una ofensa a figuras eminentesde la Iglesia Católica, ¿no fue la acción de la justicia dominicana la queencauso ante los tribunales de la República a los posibles responsables?¿Se observo o se tuvo alguna demora para el encausamiento de las perso­nas señaladas como presuntos culpables? Lo que en manera alguna po­dían ordenar las autoridades judiciales es el encarcelamiento de dichosperiodistas con el fin de complacer el capricho de sacerdotes y prelados,quienes en materia de pasiones, no tienen en cuenta la piedad y toleranciacristianas.

Aunque así no quiera admitirlo, Su Excelencia Reverendísima ha lan­zado una circular que, si algún carácter tiene es el de no estar alentada porun espíritu de humildad, sino enteramente subversivo y de forma desfa­chatada, ya que es una manera implícita de querer provocar un estado derebelión que tienda a poner en peligro la concordia en el seno de la familiadominicana.

El Ilustrísimo obispo, monseñor Francisco Panal, está queriendoimponer disposiciones que llegan a ser casi una tiranía sobre las almas desus feligreses, de lo que es significativo ejemplo lo que se propone llevar acabo el tan testarudo como arrogante prelado de La Vega.

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Antología de docume11tos

Por lo mismo que los términos de la circular que monseñor Panal -elaparentemente pacifico padre Leopoldo de Ubrique en tiempo de Baraho­na-, ha dirigido a su clero secular y regular y fieles diocesanos" son cons­titutivos de una agresión contra los acendrados sentimientos del pueblodominicano y sus legitimas autoridades, el Secretario de Estado de Inte­rior y Culto no vacila en considerar conveniente que Su Excelencia gestio­ne, por sus propios medios, que Su Santidad el papa Juan XXIII tenga abien disponer su traslado fuera de los límites de la República Dominicana,ya que con tal medida quedarían aseguradas de nuevo las tradicionalmen­te estrechas relaciones entre el Gobierno Nacional y la Iglesia Católica.

Saluda muy atentamente a Su Excelencia Reverendísima,

(fdo.) RAFAEL PAÍNO PrcHARDoSecretario de Estado de Interior y Culto

337. Carta del P. Pabio Marin Sotano, OSA, de ta parroquia San Agustín, a ~a

Secretaria de Interior y Cu~to, en respuesta a la comunicación anterior enviada aMons. Panal (La Vega, 25 de marzo de 1961)

c. AHPA. Documentos Varios (1960-1961), N° 21.

Muy señor mío:Le agradezco su gentileza de haberme remitido copia de la comuni­

cación N" 5435, de fecha 24 de marzo de 1961, dirigida por el Sr. Secretariode Estado de Interior y Culto, a su Excelencia Rvdma. monseñor Francis­

co Panal.Interpreto que al enviarme este documento, Ud. deseara le corres­

ponda devolviéndole mi opinión sobre el mismo.Creo que la clave para asegurar las estrechas relaciones entre la Igle­

sia Católica y el Gobierno dominicano está en la sinceridad, en la conver­sación franca, abierta, sin restricciones mentales; sin éstas, nunca se llega­rá a un acuerdo en beneficio de todos.

Por esto y no por otra razón, vaya serle franco al emitirle mi humildeopinión, con ánimo de servir los intereses comunes.

En la susodicha comunicación se afirma:Que monseñor Panal padece de un estado precario de salud.Una operación de cataratas en los ojos, no significa que su estado de

salud sea malo. Gracias a Dios, que ha escuchado las muchísimas oraciones

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de sus feligreses, ya esta restablecido, haciendo vida intensa de trabajo yoración como en sus buenos. tiempos de Barahona.

Soy testigo además de que sus facultades mentales no han sufridomenoscabo alguno con el tiempo, antes bien, las mantiene con la lucidezque los hechos demuestran.

Que los feligreses aspiran a que sea otro el que cuide de sus almas.El pueblo, con la sencillez de sus gestos, habla con más elocuencia

que nosotros y Uds., con palabras rebuscadas y giroamañadas. La historiade La Vega tiene una serie de episodios ocurridos alrededor de las fiestasdel Corpus Christi del año 1960, que hablan por si solos y que dicen de loque es capaz este pueblo vegano. No es una opinión; son hechos que no sepueden desviar (desvirtuar) mientras viva esta generación. La historia esla mejor maestra, y el olvido de la lección que nos dio, no hace un año,podrían acarrear consecuencias trágicas.

En cuanto a la ayuda económica del Superior Gobierno, es un hechoque nadie se atreverá a negar. Los sacerdotes sabemos agradecer y ponde­rar las cosas en su justa medida, pero no confundimos la ayuda materialcon las trabas de orden espiritual y moral, que son las que han motivadoesta polémica.

Pero en el mismo párrafo hay una frase donde se refiere a la toleran­cia. ¿No sería más propio usar el término convivencia? Examínelo bien.En este mismo apartado de la carta de esa Secretaría se insinúan los limi­tes definidos para la Iglesia; ahí se observa la falta de un paréntesis paraque el sentido de la frase sea completo: este paréntesis podrían ser (segúnnuestro criterio); otro no cabe.

De todas maneras, el autor de la carta no peca de esplendidez; losderechos de la Iglesia son los derechos de Jesucristo, que es Dios; autor ycreador de todas las cosas. ¿No será un imperdonable abuso el ponerleveto y señalarle fronteras según nuestro antojo?

No puede ser. En esto la Iglesia no puede conceder tanto a la Secreta­ria de Culto, porque Jesucristo no se escondió en el templo, sino que selanzo a las calles, a las plazas, a los campos, a los mares. Y al enviar a susdiscípulos les dijo: "Así como me envió mi Padre Celestial, así os envío yoa vosotros. Haced cuanto habéis visto que yo he hecho, y enseñad cuantoos he enseñado". Según esto, que nos diga ahora el Sr. Secretario de Culto,donde están esas fronteras tan definidas que el ostenta sabel:

De aquí se deduce otra conclusión no menos cierta; que en la Iglesia Cató­lica no hay ni obispos ni sacerdotes extranjeros, está probado que el campo deJesucristo (la Iglesia), no tiene fronteras y sus obreros siempre serán sus obre­ros donde quiera que se encuentren mientras trabajen dentro de la viña.

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Antología de dOCIIl1lentos

El firmante de la carta confiesa no conocer las asociaciones religio­sas tan bien como los obispos y párrocos, pero a renglón seguido alardeade tener conocimiento de las formas clandestinas, subversivas, pernicio­sas y solapadas con que las han usado los sacerdotes; estas formas sondesconocidas por nosotros, que somos los interesados.

Punto trillado. Seminario Santo Tomas de Aquino-Escuela de terro­rismo y fábrica de bombas.

La Iglesia condena el comunismo. Pero no deja de admirar los méto­dos científicos que usa para sus fines, y sus éxitos sorprendentes. Entreestos métodos se destaca el llamado LAVADO CEREBRAL, quizás el máseficaz, pero sobre todo el más sorprendente por lo sencillo. El secreto deeste método esta en repetir, repetir, repetir. ..hasta meter dentro de la con­ciencia del individuo cualquier idea o hecho ficticio, hasta convencerle deque son reales.

Si no se quiere negar la sinceridad de los que afirman que están segu­ros de cuanto se le acusa al Seminario, hemos de recurrir a la explicacióndel LAVADO CEREBRAL.

Cronológicamente, la campaña de Radio Caribc contra la Iglesia es,ocho meses anterior a la circular de monseñor Panal, por tanto no se pue­de negar que la circular les da derecho a la prensa y radio a expresarsecontra la Iglesia.

Fueron encausados por los tribunales de la República los directivosde Radio Caribe. Esto asegura la carta.

Al demonio le es muy difícil disfrazarse cuando pretende representaruna comedia, porque cuando no se ven los cuernos, se le ve el rabo. ¿Cómoes posible que el locutor comprendido entre los cuatro encarcelados, pu­diese estar sufriendo la condena y al mismo tiempo ante los micrófonosde la emisora? ¿Quizás tiene en don de la bilocación? Estas preguntas selas hace el pueblo. En los medios capitaleños se asegura que los cuatroencarcelados durmieron tranquilamente en sus domicilios.

Resumen: El estudio detenido de su comunicación N° 5435 no meconvence de lo que en ella se pretende probar. Además, los términos pocorespetuosos para con el alto dignatario de la Iglesia, confirman la pocafuerza de los argumentos.

Le saluda muy atentamente,

(Edo.) P. PABLO MARÍN

La Vega

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José Luis Sáez, S J La sumisión bien pagada. La Iglesia domiflÍcana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

338. Una nota en el Foro Público proponiendo un nuevo título para el generalísimoTrujillo (c. Trujillo, 10 de abril d~. 1961)

Pedro J. Ramírez, "El título debe ser Benefactor de la Reli­

gión", El Caribe Ce. Truj illo, 10 de abril de 1961), p. 5, col. 3.

La propuesta, lanzada originalmente por el presbítero doctor ZenónCastillo de Aza y acogida con tanto entusiasmo por un vasto sector delpueblo dominicano para que se otorgue a Su Excelencia el generalísimodoctor Rafael Leónidas Trujillo Molina el título de Benefactor de la Iglesiaen la República Dominicana, es a todas luces una nobilísima y justicierainiciativa. ¿Qué duda puede caber? ¿No ha sido, acaso, el generalísimoTrujillo el más generoso protector, el más conspicuo favorecedor, el másardiente defensor, en suma, el verdadero benefactor de la Iglesia Católicaen nuestro país? Ciertamente que sí.

Sin embargo, no creemos que la concesión de tal título, por aprecia­ble y merecida que sea, responda a cabalidad a la voluntad popular y alpropósito que ésta persigue: ¡rendir honor a quien honor merece! Porque,examinada la cuestión objetiva y desapasionadamente, Su Excelencia elgeneralísimo Trujillo es mucho más que el Benefactor de la Iglesia Católi­ca en nuestra tierra.

En efecto, Su Excelencia el generalísimo Trujillo ha protegido, haayudado, ha defendido, ha exaltado material y espiritualmente a todas lasreligiones que con tan singular libertad y admirable autonomía desenvuel­ven sus actividades en la República Dominicana, gracias, precisamente, alsentido de respeto absoluto que el gran líder ha sabido inculcar a nuestropueblo en el ejercicio de la libertad de cultos, consagrada por nuestra Cons­titución.

No ha sido la Iglesia Católica la única que ha recibido en nuestropaís, a lo largo de tres décadas luminosas, la acción bienhechora de Trujillo.Esa acción ha sido prodigada también a la religión protestante, en sus di­versas denominaciones o sectas: la Evangélica, la Episcopal (sic), laMetodista, la Asamblea de Dios, la de Adventistas del Séptimo Día, etc.etc.; e igualmente a las religiones judía, budista, shintoísta, etc.

Es obvio, pues, que Su Excelencia el generalísimo Trujillo no es, sim­plemente, el Benefactor de la Iglesia Católica en la República Dominicana,sino propiamente el BENEFACTOR DE LA RELIGIÓN en la RepúblicaDominicana, y es éste, y no otro, el título que debe conferírsele. Además,consecuentes con ese criterio, no creemos que deban ser los representan­tes de talo cual religión los que lo otorguen, ni aun los de todas las religiones

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Antología de dOCH11lel1toS

que se practican en el país, sino antes bien, los representantes genuinos yúnicos del pueblo dominicano: los miembros del Congreso Nacional.

PEDRO J. RAMÍREZ

339. Mensaje del P Manuel A. Rodríguez Canela, capellán castrense de la Avia­ción, al generalísimo Trujillo, uniéndose al repudio del terrorismo (e. Trujillo, 9 deabril de 1961)

"Capellán repudia complot terrorista", El Caribe (c. Trujillo,

9 de abril de 1961), p. 13, colA.

Como miembro del clero dominicano y como mayor capellán cas­trense de la Aviación Militar Dominicana, con todo respeto quiero dejarconsignada ante Vuestra Excelencia mi indignación y repulsa ante la inca­lificable conducta de los neo conspiradores terroristas de San Juan de laMaguana. Ruéguele aceptar los renovados votos de inquebrantable lealtady admiración de su fiel amigo,

PADRE RODRÍGUEZ c.,Mayor Capellán Castrense, A.M.D.

340. Carta del Secretario de Interior y Culto a Mons. Hugo E. Palanca avisándolede unas declaraciones suyas en la predicación (e. Trujillo, 11 de abril de 1961)

c. HEPB., loe. cit., N° 33.

Excelencia Reverendisima:Cumplo el deber de invitar la atención de Su Excelencia Reverendísima

con respecto a frases que se le atribuyen, pronunciadas en las misas de6:00 y de 7:00 a 8:00 a.m. del día 9 del corriente, en la Catedral de Santiagoy en las que aludiendo al caso en que aparece envuelto monseñor Tomas F.

Reilly, obispo de San Juan de la Maguana, y del cual se ha hecho eco laprensa nacional, Su Excelencia concluyo afirmando que Radio Caribe seha querido convertir en la voz del pueblo dominicano.

Es también mi deber ceñirme a tomar nota de los conceptos expresa­dos por Su Excelencia Reverendísima en la ocasión señalada, conforme alos cuales de un sentido calumnioso a las graves imputaciones que pesansobre el obispo Reilly.

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José Luis Sáez, S. 1. La sumisióll bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Tmjil10 (1930-196t)

Saluda a Su Excelencia Reverendísima con sentimientos de su alta

consideración, '.

(fdo.) RAFAEL PAÍNO PrCHARDOSecretario de Estado de Interior y Culto

341. Supuesto encausamiento de Mons. Thomas F. ReiUy por organizar un complotterrorista contra el Gobierno dominicano (c. Trujillo, 12 de abril de 1961)

"Ponen a Reilly a disposición de Juzgado de Instrucción por

complot terrorista SJM. El encausamiento tiene bases

firmes", El Caribe XIII: 4720 Ce. Trujillo, 12 de abril de 1961),

p. 1, col. 6; p. 2, cols 6-7.

El requerimiento del procurador fiscal del Distrito Nacional para en­causar el obispo ReilIy, viene a ser la culminación de los hechos delictuososdescubiertos por las autoridades dominicanas hace algunos días, en SanJuan de la Maguana.

Se comprobó que el vasto complot terrorista, encaminado a crear enla opinión pública la idea de que el Gobierno dominicano agredía al clerocatólico, a fin de provocar indignación, estaba patrocinado por el obispoReilIy.

Tras las acuciosas investigaciones realizadas por el Servicio de Inte­ligencia Militar, confesaron su culpabilidad en la trama terrorista el mecá­nico Danis Lorenzo Recio Herrera, de 37 años; el electricista José AníbalPaniagua Tejeda, de 26 años, y el estudiante normalista Claudia RafaelMéndez Rosado, de 20 años.

Tal como confesaron los complicados, el plan terrorista auspiciadopor el obispo ReilIy estaba pendiente de la ocasión propicia para llevarlo acabo, dentro de un ambiente de cierta facilidad y seguridad, ocasión quese presentó en momentos en que comandaba la tercera brigada del Ejérci­to Nacional, con asiento en San Juan, el general de brigada Máximo R.Bonetti Burgos.

Estaba de acuerdoUno de los terroristas que confesaron su participación, Danís Loren­

zo Recio Herrera, quien es hermano de una monja, declaró que estaba deacuerdo con monseñor ReilIy en una conspiración que consistía "en pro­ducir ten'or en San Juan de la Maguana, comprometiéndose con el sacerdote,

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Antología de doctlmentos

en su calidad de mecánico experto en esta materia, a fabricar tubos desti­nados a ser completados con materiales necesarios para la confección depotentes bombas explosivas".

Recio Herrera, quien fue detenido por causar incendios en edificiosy otras obras públicas de San Juan, dijo que ya había fabricado cinco tu­bos de ejes cardan para la confección de bombas, por orden de Reilly.

El terrorista acusó a monseñor Reilly de terminar de fabricar las bom­bas explosivas, señalando que "este sacerdote tiene conocimientos sobretodas esas cosas, por haber figurado en la última guerra mundial comocapitán de los ejércitos aliados, en donde adquirió conocimientos espe­ciales sobre la fabricación de artefactos explosivos".

También afirmó que no percibía ningún beneficio de parte de Reillypor la fabricación de los tubos para las bombas, indicando que su interésera desatar una ola de terror "para incrementar nuestro movimiento revo­lucionario en contra del Gobierno".

Recio Herrera acusó también a Reilly de dirigir todo lo relativo alterrorismo que tenían ideado en San Juan.

Actos de terrorismoEn el curso de las investigaciones se informó que Recio Herrera en

compañía de Jorge César Hemayne de los Santos y José Enrique ValenzuelaHerrera, incendiaron la casa donde tenía sus oficinas la Caja Dominicanade Seguros Sociales, un automóvil propiedad de Rafael Díaz, inspector delPartido Dominicano, y el puente de Tenguerengue. También pensaban in­cendiar el campos de deportes, acto que no llegaron a realizar por estaruno de ellos borracho.

Las autoridades que investigaron los hechos, llegaron a comprobaren forma que no dejó dudas, que monseñor Reilly entregó personalmentedos bombas de tiempo a Rafael Méndez Rosado, para que éste las coloca­ra en el hotel Maguana y en el colegio de las monjas de San Juan.

Algunos de los complicados en el plan terrorista habían sido conde­nados anteriormente, y luego indultados más tarde, por haber participadoen tramas terroristas encaminadas a derribar el Gobierno legalmente cons­tituido.

Como resultado de las revelaciones de este plan de terror instauradoen San Juan y dirigido por monseñor Reilly, de todos los rincones de laRepública se han elevado voces de protesta, que al repudiar los actos deterrorismo y la flagrante intromisión del obispo Reilly en los asuntos inter­nos del país, están clamando insistentemente para que se tomen las medi­das de lugar y se proceda a expulsar de la República a monseñor Reil1y.

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JoséLuis Sáez, S 1 La sumisión bim pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

342. Texto del auto de sometimiento de Mons. Thomas ReiHy hecho por el Procura­dor Fiscal del Distrito Naciori:al (e. Trujillo, 10 de abril de 1961)

¡bid., p. 1, col. 8; p. 2, cols. 7-8.

PROCURADURÍA FISCAL DEL DISTRITO NACIONAL

Nos, Dr. Teodoro Tejeda Díaz, procurador fiscal del Distrito Nacio­nal, asistidos del infrascrito Secretario, hemos dictado el siguiente

AUTO

VISTO: el auto fechado ellO de abril del año en curso, firmado y sella­do por el Magistrado Juez Instructor de la Primera Circunscripción, cuyotexto reza de la presente forma: "UNICO: Solicitar, como al efecto solicita­mos, al Magistrado Procurador Fiscal de este Distrito Judicial Nacional, po­ner a disposición de este Juzgado al nombrado padre TOMAS O'REILLY(sic) y dar a este mismo Juzgado requerimiento con carácter completivopara proceder a instruirle la sumaria correspondiente, conjuntamente conlos procesados a que se ha hecho mención en este expediente".

VISTO: lo dispuesto en Art. 61 del Código. de Procedimiento Crimi­nal, el cual señala lo siguiente: "Fuera de los casos de flagrante delito, eljuez de instrucción no hará ningún acto de instrucción ni de persecuciónsin haberlo comunicado antes al procurador fiscal, quien podrá requerir,además, durante la sustentación del proceso, que se le pase éste cuantasveces sea necesario, a reserva de devolverlo dentro de la veinticuatro ho­ras. Sin embargo, el juez de instrucción podrá dictar, sin haber oído alprocurador fiscal, el mandamiento de conducencia y el de prevención".

VISTO: el Art. 13 del Concordato intervenido entre la República Do­minicana y la Santa Sede, cuyo párrafo 1ro. Establece: "En caso de que selevante acusación penal contra alguna persona eclesiástica o religiosa, laJurisdicción del Estado apoderada del asunto deberá informar oportuna­mente al competente Ordinario .dellugar y transmitir al mismo los resulta­dos de la instrucción, y, en caso de darse, comunicarle la sentencia tantoen primer instancia como en apelación, revisión o casación. En caso dedetención o arresto, el eclesiástico o religioso será tratado con el mira­miento debido a su estado y a su grado. En el caso de condena de un ecle­siástico o de un religioso, la pena se cumplirá en cuanto sea posible, en unlocal separado del destinado a los laicos, a menos que el Ordinario compe­tente hubiese reducido al estado laical al condenado".

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AHtología de dOCUllleHtos

Nos, Dr. Teodoro Tejeda Díaz, procurador fiscal del Distrito Nacio­nal, después de haber estudiado todas y cada una de las piezas que com­ponen el expediente, especialmente las declaraciones de los procesadosCLAUDIa RAFAEL MÉNDEZ ROSADO, JOSÉ ANÍBAL PANIAGUATEJEDA, DANIS LORENZO RECIO HERRERA, LULIO ALFREDOMÉNDEZ ROSADO, JESÚS MANUEL SÁNCHEZ VALDEZ y HUMBERTOROSADO MATEO, Y de los testigos Pedro María Colón Núñez y OlegarioRodríguez, hemos establecido igualdad de criterio con el magistrado juezinstructor de la Primera Circunscripción, Dr. Fernando A. Silié Gatón, dequien existen elementos de prueba suficientes para lanzar requerimientocompletivo contra el nombrado TOMÁS O'REILLY, cura católico, con ran­go de obispo, por los crímenes de atentar contra la forma de Gobiernolegalmente constituido; trama, atentado con objeto de provocar la guerracivil, tentativa de destrucción de edificios por medio de mecanismos ex­plosivos y tentativa de asesinato, hechos previstos y sancionados por losartículos 87, 88, 89, 90, 91, 435 Y 203 del Código Penal;

Por tales motivos,

RESOLVEMOS:

PRIMERO: REQUERIR del Magistrado Juez Instructor de la PrimeraCircunscripción, Dr. Fernando A. Silié Gatón, proceda a la Instrucción dela sumaria correspondiente contra el nombrado TOMAS O'REILLY, curacatólico con rango de obispo;

SEGUNDO: COMUNICAR, al tenor del artículo 13 del Concordato in­tervenido entre la Santa Sede y la República Dominicana, a quien sea delugar ésta nuestra decisión, transmitiendo al mismo tiempo el resultadodel proceso en su estado actual, vía Procurador General de la República.

DADO: en nuestro Despacho, sito en uno de los apartamientos (sic)de la primera planta del Palacio de Justicia de Ciudad Trujillo, hoy día DIEZ(10) del mes de ABRIL del año mil novecientos sesenta y uno.

DR. TEODORO TEJEDA DÍAZ

Procurador Fiscal

ENRIQUILLO J. GARCÍA

Secretario

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JoséLlIis Sáez, S. 1 La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

343. Un comentario anónimo contra la actitud de Mons. ReiUy, prelado nullíus deSan Juan de la Maguana (C>TrujiHo, 12 de abril de 1961)

"Minutero", El Cáribe XIII:4720 (C. Trujillo, 12 de abril de

1961), p. 1, cols. 3-4.

Como un mar de lava, ardiente, incontenible, avasallador, se extiendepor todo el territorio nacional la indignación pública frente a la inauditaconducta de Reilly. La pluma se resiste a llamarle monseñor. Para serlo, enla conciencia de nosotros los dominicanos, hay que tener virtudes que élha probado no poseer.

Donde la indignación tomó primero forma de protesta multitudinariafue en la misma ciudad donde Reilly ha desarrollado sus actividades llenasde sombras, donde rogaba a Dios en el lenguaje de las clásicas oraciones ypretendía gobernar con la estaca en la mano. Es yanqui el sacerdote Reilly,pero le gusta poner en práctica el españolísimo HA Dios rogando y con elmazo dando".

Pero el dominicano, religioso por tradición y por lealtad a los princi­pios de la Patria Nueva, no tolera que le den con el mazo, aun cuando loagite un eclesiástico con pujos de jefezuelo. Y ante el insólito salto delobispo de San Juan a la arena prohibida de lo pepa}, el pueblo entero de laRepública se congrega en plazas y avenidas para exteriorizar su justa in­dignación y pedir, con voz máscula y responsable, que se tomen las provi­dencias necesarias para sancionar ahora e impedir después actitudes deeste tipo antisocial.

Es hondamente grato asistir a los templos a elevar oraciones al Su­premo Hacedor. Es entrañablemente emocionante escuchar la voz acon­sejadora de un pastor de alma blanca, señalando caminos anchos de moraly ofreciéndonos el sacrosanto bálsamo de la resignación. Eso gusta a nuestropueblo católico. Eso es aceptado por la viril conciencia del dominicano.Lo que no resiste, lo que no consiente, lo que no tolerará nunca es quepretendiendo escudarse en una posición eclesiástica, hombres apasiona­dos quieran disolver los vínculos fraternales de nuestra sociedad. Lo sa­grado es sagrado y lo respetamos y ante su majestad, inclinamos humilde­mente la cabeza. Lo humano, lo pecaminosamente humano, que muestrenegras garras de anarquía y que desnude afilados colmillos terroristas, locriticamos, lo repudiamos, lo sancionamos.

Ese ha sido el caso de Reilly. Bajo el technicolor de sus atavíosepiscopales se escondía un alma de peligroso buitre. Estaba, según se hainformado, picando las entrañas de la Patria misma, y los dominicanos,

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Antología de doculIlflltos

con su habitual patriotismo, se han levantado frente a él. Estaba equivoca­do en sus delirios egotistas, y la voz del pueblo lo debe haber hecho des­pertar.

Las protestas cubren ya todo el país. La justicia, obligada a defenderla sociedad, ha tomado cartas en el asunto, y el Ministerio Público se hapuesto en pie. También se elevan a los cielos, en humilde sinceridad, lasoraciones que piden a lo Alto que nos libre de estos males. Nosotros, queya hemos protestado, también nos unimos a esas férvidas plegarias: "Pa­dre Nuestro que estás en los cielos ... ".

344. Palabras pronunciadas por el senador Mons. Eliseo Pérez Sánchez al presentarrenuncia a su cargo (c. Trujillo, 12 de abril de 19ó1)

o. ASD. Colección Pérez Sánchez: Papeles del Senado

(1955-1961), N° 23.

Señores Senadores:La Iglesia y la Patria pasan hoy, tristemente, por un momento crítico

y transcendental para la suerte de la República. Estas dos elevadas entida­des nacidas hermanadas en la formación de la Nación, bajo el sagradolema de Dios, Patria y Libertad; que crecieron juntas a través de los tiem­pos, corriendo la misma suerte, tanto en las alegrías como en las tristezasde la Patria, sin que nunca nube alguna empañase el cielo sereno de susíntimas relaciones en el desenvolvimiento de los intereses nacionales; hoy,por una lamentable incomprensión ideológica, aprovechada por las mal­sanas doctrinas ateas y materialistas que invaden el mundo, contra Dios ysu Iglesia, se rompe dolorosamente el lazo de mutuo respeto y cordialidadque siempre existió entre ellas, con un mismo ideal y una misma fe.

y como natural consecuencia de ese malestar político-social, son hoylas acusaciones gratuitas contra ilustres prelados, cuya consagración epis­copal y designación a sus respectivas diócesis se hizo con el beneplácitode nuestro Gobierno, y cuyas ejemplares vidas sacerdotales constituyenun conglomerado de virtudes, honestidad, honradez, seriedad y cultura,hacen honor a la Iglesia y a la República.

Este malestar que hacía tiempo veníamos lamentando profundamentey que hubiéramos querido conjurar, aun a costa de nuestra propia sangre,ante la imposibilidad de poder remediarlo, y en vista de que ahora miem­bros del Cuerpo Legislativo entrarán también en acción para alcanzar lasalida del país de los excelentísimos prelados, que se dice son desafectos

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José Luis Sáez. S. 1. La sumisión bien pagada La Iglesia domil1icana bajo la Era de Tntjillo (j 930-j 96 j)

al Gobierno, he considerado de mi deber presentar ante esta Ilustre Cáma­ra Legislativa y ante el generalísimo Trujillo, jefe supremo del Partido Do­minicano, quien, honrosamente, me recomendó para esta curul, mi másformal renuncia como senador de la República por la provincia JuanSánchez Ramírez.

(fdo.) MONS. EusEo PÉREZ SÁNCHEz

345. Desmentido de la prensa sobre la supuesta detención de Mons. Thomas F.Reilly (e. Trujillo, 13 de abril de 1961)

"El obispo Reilly no ha sido detenido por autoridades RD.

Siempre ha tenido amplia protección", El Caribe XIlI:4735

CC. Trujillo, 14 de abril de 1961), p.!, cols. 1-2.

Las autoridades dominicanas en ningún momento han detenido alobispo de San Juan de la Maguana, monseñor Thomas F. Reilly, no obstan­te las graves acusaciones que pesan sobre él por los atentados terroristasperpetrados recientemente en aquella ciudad sureña.

El Caribe ha podido averiguar que monseñor Reilly llegó ayer a estacapital acompañado de varios sacerdotes y monjas de su Prelatura, sin quelas autoridades hicieran la menor gestión para detenerlo.

Esto desmiente rotundamente ciertas informaciones trasmitidas ayerpor radiodifusoras norteamericanas en el sentido de que Reilly estaba preso.

Se informó ayer que el obispo y sus acompañantes estaban hospeda­dos en el colegio Santo Domingo donde no tienen protección policial, yaque los desmanes de la turba era un asunto puramente local de San Juande la Maguana.22

Diametralmente opuesto a todo 10 informado por las radioemisorasnorteamericanas, el obispo recibió continua protección de la policía y elEjército nacionales cuando se produjeron los graves incidentes de ante­ayer en San Juan de la Maguana.

Fue precisamente esa eficiente protección la que evitó que la turbaagresora, varios de cuyos componentes han sido sometidos a la justicia,

22 Ese mismo día aparecía un reportaje gráfico del asalto de las supuestas turbas a la residenciade monseñor Rei1ly. Cfr. "Los sucesos del miércoles en San Juan de la Maguana", El Caribe(C. Trujillo, 14 de abril de 1961), p. 16. El día antes apareció el reportaje a que se refiere estanota. Cfr. Antonio Paulino S., "Multitud asalta Casa Curial y residencia Reilly en SJM enprotesta por ten-01-ismo", El Caribe CC. Trujillo, 13 de abril de 1961), p. 1, cols. 1-3.

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Antología de dOClillleHtos

cometiera atropellos contra el obispo Reilly y los sacerdotes que le acom­pañaban.

Esta protección de la fuerza pública era efectiva aun antes de queReilly se presentara al cuartel policial de San Juan de la Maguana.

346. Una acusación más contra Mons. ReiUy (San Juan de la Maguana,13 de abril de 1961)

"Foro Público: Las cosas de Reilly", El Caribe XIII:4721 Ce.Trujillo, 13 de abril de 1961), p. 5, col. 2.

Es oportuna la ocasión para relatar algunos hechos que ponen enevidencia la conducta del obispo O'Reilly (sic): El señor Víctor ManuelMontes de Oca (Nene) fue en su juventud un bohemio y enamorado, encuyo tiempo tomó de cada rosa un pétalo, quedándole como recuerdo 13hijos de distintas mujeres. Raramente se le veía por la iglesia. Pero, des­pués que hizo un santuario en la puerta de su finca, es muy bien católico yvisita con mucha frecuencia la iglesia. A la inauguración de este santuario,que se celebró con espléndida fiesta, asistió el obispo O'Reilly con su ayu­dante Kelly, donde, después de darse tremenda borrachera, hIeran saca­dos por el patio de la casa y despachados en un carro, para evitar quefueran vistos en tales condiciones.

Después de esto, el señor Montes de Oca es muy buen católico. Aho­ra, yo me pregunto si el Dr. Vertilio Valenzuela, cuando murió, tuvieronque devolver su cadáver al parque, ya que O'Reilly no permitió que lo en­traran a la iglesia por ser divorciado y casado nuevamente, y lo mismohizo con la madre de Alberto Dimagio y Bienvenido Rodríguez Mayal. ¿Quéle habrá hecho o cuánto ha pagado Nene Montes de Oca al obispo O'Reillypara que le arregle sus asuntos con la Iglesia?

Este vivo de O'Reilly, abusando de la ingenuidad de personas de laregión, formó una sociedad de "beatos", que hace llamar Caballeros delSantísimo, en cuyos estatutos estableció que no puede hacerse nada sin suconsentimiento, lo que debe tenerse en cuenta, y ahora en interés de reca­bar más dinero, sabe Dios para qué propósitos, está vendiéndole a los ni­ños de la parroquia su fotografía en 15 centavos cada una.

R. HERRERA LAGRANGE

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José Luis Sáez, S 1. La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

347. Respuesta del Obispo de Santiago a la comunicación anterior de R. PaínoPichardo (Santiago, 14 de abrib.de 1961)

c. ¡bid., N° 34.

Excelencia:Contesto el Oficio N° 6237, de fecha 11 del corriente mes de abril.Esta vez la información es exacta. He aludido al caso de Su Excia.

Rvdma. Mons. Tomas F. Reilly, prelado de San Juan de la Maguana, pidien­do oraciones por él.

Creo que si la prensa y la radio gozan de libertad para exponer el casode San Juan de la Maguana, puedo yo también usar de esta libertad consti­tucional para no creer verídicas las acusaciones hechas por acusados con­tra Mons. Reilly. ¿Quién puede decir que ellos no se equivocan? ¿Estoy yoobligado a creerles a ellos o más bien puedo confiar en la honorabilidad deMons. Reilly?

Mientras escribo estas líneas estoy escuchando los montantes-cañónque anuncian la manifestación de esta noche contra los obispos de SanJuan de la Maguana y La Vega. Será un deber de conciencia para mí elprotestar de esta reunión en las misas que celebre del próximo domingo.

Hago provecho de esta ocasión para saludar al Sr. Secretario de Esta­do de Culto.

(fdo.) +HUGO E. POLANCOObispo de Santiago de los Caballeros

348. Crónica de prensa de la salida del país de tres padres redentoristas de San Juande la Maguana (c. TrujiHo, 14 de abril de 1961)

"El obispo Reilly despide sacerdotes de Prelatura de SJM.

Abandonan el país por propia voluntad", El Caribe XIII: 4735

. Ce. Trujillo, 15 de abril de 1961), p. 1, col. 8.

Monseñor Thomas F. Reilly, obispo de San Juan de la Maguana, estu­vo en la mañana de ayer en el Aeropuerto Trujillo para despedir a los pa­dres redentoristas John Louis Schomberg y John W. Kelly, quienes se au­sentaron espontáneamente del país, el primero con destino a Miami, y elsegundo a Nueva York, en vuelos 431 y 227, respectivamente, de la Pana­merican World Airways.

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Antología de docl/11Ie11tos

Al ser rodeado por representantes de la prensa, monseñor Reilly re­husó en forma terminante hacer declaraciones.

Entre tanto, las autoridades de Migración dominicanas han desmen­tido categóricamente la noticia publicada en la prensa norteamericanasobre la expulsión de los padres norteamericanos John William Kelly yJohn Louis Schomberg, de la orden Redentorista. 23

"Tratase de una información aviesa -señalaron dichas autoridades-,por haber propalado los referidos sacerdotes tal infundio con anticipacióna su salida espontánea del país".

En el aeropuerto, monseñor Reilly estuvo acompañado por otros dossacerdotes redentoristas de su prelatura de San Juan de la Maguana.

Los aviones en que partían los padres Schomberg y Kelly despegarona la 1:15 p.m. Diez minutos después, monseñor Reilly regresó a esta capitalen su lujoso automóvil Chevrolet Bel-Air.

Parte otro sacerdoteEl padre redentorista Bernardo O'Connor, asignado a la parroquia de

Padre Las Casas, prelatura de San Juan de la Maguana, partió también ayel~

a las 8:50 de la mañana, con destino a Kingston, Jamaica, en vuelo 432 dela Pan American World Airways. Fue despedido por varios sacerdotes de laprelatura de San Juan de la Maguana.

349. Carta del Ing. Brito Almonte al generalísimo TrujiHo condenando las "maqui­naciones" del obispo Thomas F. Reilly (c. TrujiHo, 15 de abril de 1961)

"De todo el país condenan maquinaciones de Obispo",

El Caribe XIII:4724 (e. Trujillo, 16 de abril de 1961),

p. 13, cols. 6-7.

Ilustre y querido Jefe:Mi trujillismo arraigado y mi fe en el porvenir glorioso de la Patria

que usted magistralmente ha engrandecido, me hace dirigirle respetuosa­mente la presente para repudiar de todo corazón los actos cobardes, cri­minales, inhumanos y egoístas del terrorista monseñor Tomas F. O'Reilly(sic), que hipócrita y ambicioso quiso perturbar la paz que usted nos hadado en 31 años de continua labor.

23 El P. John Kelly había sido vicario cooperador de la Catedral de San Juan desde 1957, y elP. Schomberg (usando el nombre de Clemente) fue párroco de la misma desde 1959.

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loséLuis Sáez, S J La sumisióI1 biel! pagada. La ~qlesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

Gracias a Dios que los maleantes que, disfrazados de piel de ovejasque dirigía el falso apóstol-monseñor O'Reilly (sic) han sido desenmasca­rados; ahora que les caiga la Justicia a los malos dominicanos y al cerebrode esta trama, al mal llamado monseñor, hay que expulsarlo de nuestraPatria para que no vuelva a sembrar las malas cizañas.

Hijo de esta Era Gloriosa que lleva su ilustre nombre, trujillista, defamilia eminentemente fiel a su persona, católico, apostólico y.romano;juro que estaré con los ojos abiertos para los falsos apóstoles como ThomasF. O'Reilly no encuentren dónde sembrar las semillas de sus ideas malsa­nas y disociadoras, que tratan de separar lo que 31 años de bonanza ytrabajo han juntado, su genial obra de gobierno y el pueblo que lo quiere.

La traición de los facinerosos que dirigía el perverso cura, no debepreocuparle, Jefe querido, porque por cada uno de esos malvados, hay unmillón de buenos dominicanos leales y dispuestos a dar la vida por su per­sona y por la Patria que usted ha engrandecido, como este humilde servi­dor y amigo leal.

Que Dios perdone a todos los que quisieron sembrar la intranquili­dad en los hogares dominicanos; porque yo los condeno mil veces por suactitud malvada; quienes actuando como Judas Iscariote que traicionó losideales de Nuestro Señor Jesucristo, así lo traicionaron a usted, queridoJefe, que nos ha dado todo a cambio de nada.

Como siempre, querido Jefe, a sus órdenes "con mis humildes serví:..cios en cualquiera parte que usted lo juzgue, me despido con sentimientosde lealtad y eterna gratitud, su incondicional amigo,

ING. ISIDRO BRITO ALMoNTE

35O. Editorial del matutino El Caribe sobre un nuevo galardón recibido por elgeneralísimo Trujillo de la Iglesia del Líbano (e. Trujillo, 16 de abril de 1961)

El Caribe XIII: 4724 (C. Trujillo, 16 de abril de 1961),

p. 5, col. 1.

MERECIDO GALARDÓN

El Ilustre Benefactor de la Patria, generalísimo doctor Rafael LeónidasTrujillo Molina, acaba de recibir la condecoración del Gran Cordón delSanto Sepulcro, la más alta distinción que otorga la Iglesia del Líbano.

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Antología de doclI11lel1tos

Este tributo al insigne líder de los dominicanos, constituye un nuevotestimonio del reconocimiento universal que en todo momento ha tenidola protección ilimitada y generosa que ha prodigado el egregio patricio a lareligión en el mundo.

En el curso de su fructífera vida pública, el generalísimo Trujillo hadado, en forma constante y permanente, notaciones extraordinarias de unprofundo espíritu cristiano y de amor a la humanidad. Su mano generosase ha extendido, en cuanta ocasión ha sido propicia para hacer el bien, sinlimitaciones ni regateos. Trujillo ha sido uno de los estadistas que en elmundo han servido con mayor ahínco y devoción el ideal del bien.

Su obra bienhechora ha trascendido las esferas nacionales para per­filarlo en el ámbito internacional como uno de los más genuinos benefac­tores de la humanidad. Cuando el dolor y la tragedia han podido dejar suimpacto terrible en el corazón de los hombres, cuando el odio y la barbariede los empecinados en hacer de los prejuicios raciales uno de los motivosmás socorridos para desatar contra sus congéneres la más oprobiosa ysatánica labor de destrucción y muerte, la mano generosa de Trujillo se halevantado para proporcionar albergue y todo género de protección a losque sufren persecución.

Tal es el caso del viacrucis de la raza hebrea, que [-ue acosada y perse­guida tenazmente por el nazismo. En aquella ocasión, los hombres y mu­jeres judíos, sin distinción de clase, tuvieron acogida amplia y generosa enla República Dominicana, gracias al humanitario espíritu de su benefactorilustre.

En el terreno puramente religioso, todas las iglesias y todas las sectassin distinción de credos ni matices, han merecido la protección y ayudadel Gobierno dominicano, a inspiración del humano sentido de universa­lidad cristiana que abriga en todo momento el ilustre mentor y guía de lafamilia dominicana.

Son incontables los honores que se le han tributado al GeneralísimoTrujillo en reconocimiento a esa ingente y amorosa obra a favor de la reli­gión. Desde el Vaticano, el más levantado baluarte de la Iglesia Católica,Apostólica y Romana, hasta las tierras mediorientales donde proliferan lasramas de la Iglesia ortodoxa, las instituciones religiosas y civiles han sabi­do extender el laurel exultatorio al insigne Benefactor de los dominicanos.

Hoy un nuevo y merecido honor viene al cofre simbólico de precia­das y legendarias condecoraciones que han sido discernidas al genial esta­dista que ha esculpido una patria y ha ofrendado toda una vida al serviciodel ideal de Cristo en la tierra. Su Beatitud Benedictus, patriarca de Jerusa­lén, ha otorgado al generalísimo Trujillo el Gran Cordón del Santo Sepulcro,

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José Luis Sáez, S. I La SHmisióH bieH pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

en el grado de Gran Collar, valiosa condecoración que concede la Iglesiadel Líbano para premiar los··buenos servicios en aras del cristianismo y laprotección que se le dispense a la religión.

Conesponderá al Arzobispo Metropolitano del Líbano, monseñor ElieKaram, imponer la condecoración, oportunamente, al ilustre galardonado.

La condecoración que acaba de conceder el Patriarca de Jerusalén alPadre de la Patria Nueva, constituye un nuevo y patente reconocimientode los humanitarios y cristianos sentimientos del insigne líder en aras delflorecimiento de los principios y esencias de la doctrina cristiana. Es pro­piamente un nuevo tributo a su indiscutible condición de benefactor de lahumanidad y de la religión.

351. Un artículo del tic. Julio Ernesto de la Rocha en la prensa matutina sobre lacapacidad de visión futura de Trujillo (e. Trujillo, 17 de abril de 1961)

Julio E. de la Rocha Báez, "El Jefe lo presintió", El Caribe

XIII: 4725 Ce. Trujillo, 17 de abril de 1961), p. 4, cols. 3_4.24

Desde los comienzos de la Era de Trujillo, en numerosísimas ocasio­nes, el pensamiento del Jefe se ha adelantado a señalar hechos acaecidos.mucho tiempo después. Esa misma visión le ha permitido aquilatar a loshombres, y le ha impulsado a realizar acciones que otro gobernante nisiquiera hubiere intentado, con resultados extraordinarios, beneficiosos asu política y a los intereses del país. Han sido manifestaciones geniales,características de sus innatas condiciones de eximio conductor, que le hangranjeado la admiración, el respeto y el cariño de su pueblo.

Las insólitas actuaciones de los obispos extranjeros Panal y Reillyhan indignado a todo el país, y las reprueba el conglomerado católico queentiende que la Iglesia, como institución, a la cual está vinculada y cuyadoctrina profesa, es distinta y no puede identificarse con el proceder delos religiosos, cual que sea su jerarquía, que precisamente, mientras éstasea más elevada, más cuidado deb~n tener quienes las ostentan en el ejer­cicio de su ministerio, para no incurrir en equivocaciones y en erroresirreparables.

24 El autor estaba ligado a la Sociedad de Fervorosos de la Altagracia, de la que sería presiden­te en 1964. Un año después del artículo sería también miembro del Comité del 1el: Centena­rio del nacimiento del arzobispo Nouel. Cfr. R. Bello Peguero, Nombramientos eclesiásticos11 (1991), p. 1173.

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Antología de dOClll1lel1tos

En el año 1948, en el discurso que pronunciara en la inauguración delSeminario Pontificio (sic), el ilustre estadista ponderó la conveniencia delclero nativo, y respecto a las condiciones de los religiosos expresó: "nuncacomo en los días que corren, fue tan necesaria la formación integral delsacerdote, en el cual deben hermanarse, en apretado e indisoluble consor­cio, el saber, la virtud, la sublime audacia, la sosegada mansedumbre, eljuicio claro, la voluntad heroica y resuelta, el vivo amor a Dios y la eficaz yllameante caridad hacia los hombres".

El 31 de marzo de 1960, en contestación a la carta que le dirigiera el24 del mismo mes el Obispo de San Juan en un documento trascendental,que por su redacción, estilo y profundidad de pensamientos debe ser am­pliamente conocida, el Jefe se sorprende de los términos usados por elmitrado, y le dice que "su tono de acritud no se compadece con el caráctercortés de las comunicaciones en que se formula una petición o en que seimpetra un beneficio", al referirse a la solicitud de exoneración de dere­chos e impuestos sobre diversas importaciones de la Prelatura.

En otro de sus párrafos, señala el distinguido remitente: "no se po­dría pretender desde luego, que las autoridades que tienen la responsabili­dad de salvaguardar el orden y la dignidad de las instituciones se crucende brazos ante actividades que ponen en peligro la paz de la nación y laseguridad del Estado", y refiriéndose a los justos motivos de preocupaciónque tienen los obispos en la mayoría de los países del mundo por las cre­cientes actividades de los adversarios de la Iglesia y a la privilegiada situa­ción de que disfruta en nuestro país, expresa: "notable contraste, Excelen­tísimo Señor, que me hace pensar en la conveniencia de que se haga mayorhincapié en el cumplimiento, por parte de todos los que profesan la reli­gión católica, apostólica y romana, del cuarto mandamiento, que imponeel respeto a la autoridad, cuya observancia bastaría para impedir la mal­dad de los que fabrican bombas y traman complots para subvertir antide­mocráticamente los poderes legítimamente constituidos".

Una año después, en la Catedral de la Concepción, en la Vega,monseñor Panal, con motivo del justificado júbilo de aquella colectividadpor la visita del glorioso adalid, pronuncia un sermón, que ha sido objetode vivas críticas, por su intervención en la política y faltando al elementaldeber de cortesía que tiene una persona ante su huésped. Semanas mástarde, la prensa ha publicado las noticias respecto a las actividades terro­ristas en San Juan de la Maguana y a la preponderancia y culpable partici­pación del obispo Reilly.

Una vez más, el Jefe tuvo una visión profética al redactar su carta del31 de marzo del pasado año. El amor, la misericordia y el perdón que pre-

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JoséLuis Sáez, S. J La SHmisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

dicó Nuestro Señor Jesucristo, no arraigaron en el alma de los obisposPanal y Reilly, extranjeros que no supieron comprender al pueblo que espi­ritualmente les tocó dirigir y al cual han traicionado. Parece inconcebibleque labios destinados a pronunciar la absolución de los pecados y a pro­nunciar las palabras sacramentales de la Consagración, y que manos puri­ficadas para elevar la hostia, hayan servido para incitar a turbar la paz,quebrantar el orden, implantar la anarquía y a fabricar instrumentos cri­minales para hacer daño y destnlir vidas.

Una vez más tenemos que repetir: Trujillo no se equivocó.

352. Carta del Secretario de Interior y Culto al superior de la Compañía de Jesús, P.Mariano Tomé, S.]., anunciándole la posible deportación de un jesuita de San Cristó­bal (e. TrujiHo, 17 de abril de 1961)

o. APA. ibid., Núm. 6657; J. L. Sáez Ced.), op. cit., V (1997),

N°26.

Reverendo padre:El Secretario de Estado abajo suscrito considera de su deber llevar al

conocimiento de usted, que tiene informes de que el padre jesuita Marcia­no Mecerreyes Modrón, de nacionalidad española, el día 12 del presentemes, al agotar un turno en el ciclo de charlas de "Orientación religiosa",que se está llevando a cabo en el Instituto Politécnico Loyola, Fundacióngeneralísimo Trujillo, de San Cristóbal, se apartó de los asuntos a tratar,que son de divulgación puramente religiosa, para hacer críticas malsanasrespecto de ciertas actuaciones de la justicia dominicana.

Tal proceder del padre Marciano Mecerreyes, completamente impro­pio al inmiscuirse en cuestiones totalmente ajenas a su misión, mueve alfuncionario que suscribe, a solicitar a usted, llamar la atención del aludidosacerdote, pues de continuar en esa actitud, serán las autoridades de Mi­gración, las que se encargarán de requerir al referido padre Mecerreyes, ensu condición de extranjero, salid del país por indeseable.

(fdo.) RAFAEL PAÍNO PICHARDOSecretario de Estado de Interior y Culto

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Antología de dOCHllletltos

353. Un comentario sobre la actitud de los obispos que cambiaron su misión y

adoptaron un papel político (e. Trujillo, 18 de abril de 1961)

"Ramón Alberto Díaz, ¿Líderes políticos con sotanas?", El

Caribe XIII:4726 Ce. Trujillo, 18 de abril de 1961), p. 10, col. 5-6.

La pregunta sin una explicación previa, coge desprevenido al másaguzado lector, más cuando se externe la explicación de lugar, se desorbi­tarán los ojos del interlocutor, fruncirá el ceño y un gesto de incredulidadse plasmará en su rostro, para acto seguido dudar del equilibrio mental delque afirme tal cosa, porque esta aseveración pasa, con celeridad pasmosa,de lo increíble a lo absurdo.

Sí, yo fui blanco de esta afirmación: "en la República Dominicana haydos obispos que pugnan por convertirse en líderes políticos". De ahí mi na­tural exclamación: ¿Líderes políticos con sotanas? Primeramente creía quemi interlocutor pretendía tomarme el pelo o jugarme una broma pesada,pero cuando abundó más sobre el asunto, comprendí que la cosa iba enserio y que el caso, un tanto risible, merecía ser analizado detenidamente.

La República Dominicana, un pueblo que ha sentado sólidos prece­dentes de ser una nación eminentemente católica por patrimonio ances­tral de sus colonizadores en un 80% de sus 4,070,108 habitantes; un puebloque fue vejado y flagelado, ora por sus vecinos más cercanos: Haití, orapor sus expediciones foráneas de aventureros desalmados, que se ensaña­ron cometiendo las más inverosímiles atrocidades, cuando no por el sa­queo administrativo realizado por gobernantes inestables e inescrupulosos,que tenían la honradez y la responsabilidad como virtudes muy relativas,con las cuales comerciaban cual si fueran objetos permutables.

En esos azarosos días, la religión católica era algo así como un mito,una leyenda o un compendio de cuentos arabescos. El temor a Dios seequivocaba con el beneficio del delito y el provecho del crimen. Todo eraconfusión. La fe del hombre gemía bajo el aplastante peso de la maldad, elanarquismo, el desorden. Las dantescas escenas eran el amargo manjarque el espíritu deglutía con gula dolorosa. El pueblo estaba mancomunadopara la confusión, la Patria era un dolor geográfico.

La Iglesia Católica cerró los ojos ante estos acontecimientos, sosla­yó la responsabilidad que la historia le cargaría, pues sus plegarias, si lashubieron (sic), fueron hechas sin fe, sin verdadera fruición espiritual,porque Dios no las oyó. Así pues los curas no invirtieron ni siquiera unaoración -que es lo único que estos capitalistas de lafe pueden ofrecer-,en la exhaustiva labor de reconstrucción de nuestra Patria.

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JoséLuis Sáez, s. J La StHllisión bien pagada La Iglesia dominica/la bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

¡Y aconteció el milagro! Apareció en el umbral de la destartalada Puer­ta de la Patria Rafael Leónidcts Trujillo Malina, quien con manos diestras yfirme voluntad creadora, reconstruyó y estabilizó en todos los órdenes lapatria que parecía irredenta. Estructuró con acertadas gestiones una nue­va nacionalidad, dio un nuevo sentido a las relaciones entre gobernador ygobernante, fortaleció los vínculos de comprensión y amistad entre susconnacionales, y todos los males se conjuraron al influjo maravilloso de sumente genial.

Trujillo rescató la Iglesia Católica de su anonimato, le dio personali­dad jurídica, libertad de acción, bienes materiales espléndidos, hasta con­vertirla en un verdadero poder eclesiástico. Su gestión acrecentó la fe ennuestro medio, construyó, de su propio peculio, cientos de templos paraanidar esa fe, para preservar esa religión, porque los hombres que hansabido elevarse al genio, siempre están cerca de Dios.

Y comenzó en la República Dominicana la afluencia de sacerdotesde todas las nacionalidades. Se crearon seminarios y otras obras afines,hasta que, ilimitando su protección a la Iglesia Católica, esta religión fueintroducida en las escuelas dominicanas como materia básica, por reco­mendación de Trujillo.

30 años de labor fecunda, 6 lustros de vigilias y onerosos esfuerzos yprotección desinteresada no han servido para aplacar el egoísmo y llenar .las valijas a los sicarios del Vaticano.

Manos criminales irrumpieron en nuestro suelo, pero fueron repeli­das gallardamente por un pueblo que anhelaba demostrarle a su Salvadorsu agradecimiento por los beneficios recibidos, y esa fue una propicia oca­sión. En esa oportunidad, los sacerdotes protegidos, los buitres alimenta­dos por la savia sagrada de nuestra fértil tierra, se confabularon con losintrusos para subvertir el orden político-administrativo de la Patria, secomplotaron con el hombre que llenó sus bocas hambrientas con el pandignificador de la hospitalidad y la confianza, mordieron esa mano dadi­vosa con sus afilados y envenenados dientes de fieras insaciables. La tris­temente célebre pastoral de enero de 1960 es un documento fehaciente yelocuente de la contextura moral de estos modernos Rasputines.

Pero Trujillo se da entero a las obras que emprende, y con estos curasse dio al perdón, a la paciencia, a la indulgencia, llegando más allá de labondad. Pero los ensotanados no justipreciaron este noble gesto de Trujillo,y volvieron a las andadas, esta vez sin máscaras y sin rodeos.

Ahora monseñor Francisco Panal, en La Vega, y Thomas F. Reilly, enSan Juan de la Maguana, se han autoproclamado "Líderes políticos" enestos dos puntos cardinales de la nación. El primero ha esgrimido la pala-

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Al1tología de docu1Ilentos

bra mordaz, falaz y descarada, para señalar flancos en la obra ingente denuestro adalid, mientras que el segundo, más criminal y desalmado, se hadado al terrorismo vulgar, vergonzoso e inhumano, y al infundio trastorna­dor. Estos son los mediadores entre Dios y los hombres, estos son los pas­tores que pretenden guiar a la humanidad por el camino del bien y la com­prensión... da pena y más que pena Asco.

En connivencia con este par de charlatanes, faquires de la maldad yla degeneración, están sus manadas de curitas viles, vagos y "babosos"violentadores de la fe y la moral de un pueblo libre y soberano.

Pero estos pigmeos, falsos apóstoles que trafican con la fe de la hu­manidad, estos degenerados que en la cómplice soledad de su temploscometen las más atroces y execrables barbaridades, no verán jamás satis­fechas sus bajas y torpes aspiraciones, ni el triunfo caprichoso coronarásu pícara empresa, mientras haya un solo dominicano de pie sobre el an­cho pedestal de nuestra lealtad.

Los dominicanos tenemos un líder que no divide para vencer, unhombre que se ha entregado a su pueblo, y su pueblo se ha entregado a él.Existe armonía entre gobernado y gobernante, el pueblo conoce sus obli­gaciones porque su salvador se las ha enseñado sin esgrimir el látigoflagelador. Trujillo colma y satisface todas las aspiraciones de su pueblo,no queremos curitas gringos, no deseamos mediadores sofisticados ... , endefinitiva no queremos líderes políticos con sotanas.

354. Carta de Mons. Ehseo Pérez Sánchez a Francisco Prats Ramirez, director deEl Caribe, comentando una información (c. Trujillo, 28 de abril de 1951)

c. ASD. Papeles de E. Pérez Sánchez: Documentos del Senado(1955-1961), N° 24.

Señor Director:En esta hora de confusión universal porque atraviesa la humanidad,

llena de errores y peligros políticos, religiosos y sociales, que reclamanuna conveniente orientación, los hombres de bien y sano criterio debenponerse a salvo de la maledicencia que inunda todos los sectores de lavida humana, en forma de que no se venga a ser víctima de sus falsías yestar en condiciones de poder orientar a las masas populares por el sende­ra de la verdad, de la justicia y del amor.

Las informaciones publicadas en ese diario en la edición de hoy, so­bre la admisión por parte de la Iglesia a los católicos para la agresión san-

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José Luis Sáez, S. 1. La sllmisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

grienta y la rebelión armada contra personas o poderes constituidos, esuna invención falsa, abs'mda y tendenciosa, porque la Iglesia Católica nun­ca podrá contrariar los principios inquebrantables de la ley divina, y por­que su misión entre los hombres es de paz, amor, unión, perdón y miseri­cordia.

El semanario L'Osservatore de la Domenica es una publicación inde­pendiente en la ciudad de Roma, sin conexión con el Vaticano y cuyasopiniones son personales, dudándose mucho que un sacerdote católicohay podido opinar de manera tan desacertada y anticristiana.

Esperamos, señor Director, que Ud. que en la Semana Santa yen otrasocasiones ha escrito interesantes "Minuteros" sobre el espíritu cristianoque debe animar a la humanidad en esta hora de crisis política social, sepainterpretar inteligentemente los sentimientos sacerdotales que me hananimado al escribirle esta misiva en defensa de la verdad y de la justicia.

Le saluda muy atentamente,

(fdo.) MONS. EusEo PÉREZ SÁNCHEZPánoco de la Catedral

355. Prólogo del P. Zenón Castillo de Aza a su obra recién publicada en la capital(c. Trujíllo, mayo de 1961)

Zenón Castillo de Aza, Trujillo y otros Benefactores de la

Iglesia, C. Trujillo, Editora Handicap, 1961, pp. 7-10.

Lejos de retractarme de haber lanzado desde la Roma Imperial y cris­tiana la idea de conferir el título de Benefactor de la Iglesia en la RepúblicaDominicana al generalísimo doctor Rafael Leónidas Trujillo Molina.

Lejos de retractarme en mi propósito, he llegado a la plena convic­ción de que la Iglesia Católica, Apostólica y Romana no registra en susanales milenarios una figura de relieves tan destacados que, en conjun­to, haya favorecido con tanta generosidad sus intereses espirituales yde cultura.

Sólo -y téngase muy presente-, la ignorancia en materia de historiaeclesiástica puede vislumbrar alguna nube en el cielo despejado de la vidade Trujillo en sus relaciones con la Iglesia. Nadie que haya estudiado, auncon somero detenimiento, el discurrir de los sucesos eclesiásticos, podrámenos de aplaudir, con ruidoso entusiasmo, la labor benéfica de este hom­bre -humilde cristiano-, para con su Madre la Iglesia Católica.

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A¡¡tología de documel1tos

No pecamos de parcialidad al emitir estos juicios. Escribimos vesti­dos de blanco, en feliz expresión de Miguel Maura. Y las cosas vamos acolocarlas en sus respectivos puestos.

El sitial que a Trujillo corresponde en la historia de la Iglesia, no es allado de los mártires, porque no ha derramado la sangre como Sebastián oPolicarpo. Tampoco junto a los teólogos, porque su misión de Estadista seha encauzado por rutas diversas de las que conocieron Agustín y Tomásde Aquino. Ni ha abrevado en las fuentes limpísimas pero difíciles del as­cetismo y de la mística, en compañía de Teresa de Jesús y Juan de la Cruz.Hay que colocarlo cabe Constantino, Justiniano y Carlomagno, porque,como ellos, en su calidad de orientador y director de pueblos, dio su brazoderecho a la Iglesia, tutelando sus atribuciones y derechos y abriéndolehorizontes ilímites de garantías y favores. Pero Trujillo es superior a esatríade de robustos varones.

Constantino es un oportunista de la religión. Se convierte al cristia­nismo, cuando la necesidad lo apremia, ante la invencible superioridaddel adversario. Sólo recibe las aguas purificadoras del bautismo, cuando laagonía le indica la proximidad de su fin.

Usa a la Iglesia como un instrumento para sus intereses particulares.Asesina a sus esposas, a sus hijos, a sus allegados más íntimos. Y todoesto, no obstante, la Iglesia Católica, reconocida por sus grandes favores,no duda en llamarlo, como sostiene Will Durant, "el más grande de losemperadores".

Justiniano desposa una prostituta. Pinta de carmesí las calles deConstantinopla, ahogando en sangre de millares de ciudadanos, caprichosenteramente personales. Se cuentan muchas historias picantes de su vidaprivada. Convoca sínodos por su cuenta, y el Papa no le merece considera­ción alguna. Pretende innovar el credo inmutable de la Iglesia. Autoriza asus súbditos "a invocar su eternidad", a escuchar sus proverbios, prove­nientes "de boca divina", a obedecer sus leyes como "oráculos de Dios". Ya pesar de todo esto, su figura aparece nimbada con la aureola de los san­tos en la Catedral de Ravena.

Carlomagno es menos interesado que los anteriores; pero celoso desu autoridad, como príncipe de su pueblo, mantiene al Papa en el cerco delo que él considera sus atribuciones. Desposa mujeres incontables y sesabe de amores ocultos. Es cruel en la guerra, asolando con el incendio ycon la muerte regiones y ciudades. Y es ese mismo Carlomagno el que sehace coronar y adorar por el papa León III en la Nochebuena del 800, mien­tras el coro de canónigos y el pueblo cantan en San Pedro la letanía"carolina", compuesta especialmente en honor de él. Desde ese momento

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no será patricio, sino "augusto y emperador de los romanos por Dios coro­nado". Después de la my.erte, la Iglesia continúa enalteciendo su figura,tolerando que, inclusive, hasta nuestros días, reciba Carlamagno en algu­nas regiones el título de beato.

La presente obra, sin carácter crítico ni literario, es un cuadro des­carnado de la historia eclesiástica, durante el período de esos inmortalesvarones, o si se quiere, la actuación de ellos en sus relaciones con la Iglesia

de Cristo.Al estudiar la obra eclesiástica de Trujillo, la relacionaremos con la

de Constantino, Justiniano y Carlomagno, para que se alcance a ver la su­perioridad del estadista dominicano frente a esos egregios valores de lahistoria universal.

No pretendemos para el humilde cristiano -nacido en la ciudad deSan Cristóbal, bautizado y apadrinado por un sacerdote muerto en olor desantidad-, títulos y decoraciones rimbombantes con sabor a romanismo obizantinismo preponderante, ante la Iglesia subyugada, comprada a fuer­za de concesiones y favores, sino simplemente el reconocimiento de suacción benéfica por la Iglesia, cuya fe heredara de sus padres y de susabuelos.

Sólo queremos para él el título de BENEFACTOR DE LA IGLESIA.Sólo queremos el título, porque en realidad lo es.

356. Conversación sostenida entre el Lic. José B. Uribe Macías, secretario de laPresidencia, y el P Ángel Arias, S.J., director del Politécnico Loyola (San Cristóbal,3 de mayo de 1961)

c. APA. Instituto Politécnico Loyola 1 (1958-1964), N°42, ff. 1-5.

[Antes de la versión no taquigráfica de esta conversación (7:30 a 8:50p.m.), el autor señala que había querido sostenerla, que era su parecer per­sonal, y se lo exponía al Lic. Uribe "para que haga el uso que mejor juzgueen bien de la nación y de su conductor, el generalísimo Trujillo"].

1. Hace algo más de un año fui honrado con el cargo de asesor religioso delPoder Ejecutivo, con carácter oficioso, sin nombramiento oficlal, y sinsueldo, aunque generosamente se me ofreció varias veces. Enseguidanoté que al otro lado había otro grupo que también aconsejaba en senti­do diametralmente opuesto al mío, y que su parecer era seguido. Nuncadudé del fervor trujillista y lealtad de ese grupo, pero ciertamente consi-

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Antología de docul1lC11tos

deré que iba por mal camino. Yo fui siempre partidario de decir al Jefela verdad desnuda, con respeto, pero la verdad; las impresiones que yocogía del pueblo con el que tengo algún contacto, y lo que se decía por lacalle en el país y fuera del país.Defendí la legalidad en los procesos, y llegué a decir que, a mi juicio, eramejor fusilar a cincuenta, si eran condenados legalmente por los tribu­nales legales -supuesto que hubiese pena de muerte, cosa que no hayaquí-, que el que uno se muriese de un colapso al corazón cuando pen­saban llevarlo al Palacio de Justicia.Que en materia [de las] relaciones Iglesia-Estado entendía yo bastantemás que los de ese otro grupo, que no sabían ni santiguarse, ni menosconocían lo más elemental del Derecho Canónico. Que este Derechotiene normas ya sancionadas para poner en línea a cualquiera que real­mente se desmande, con perjuicio de la comunidad, aunque sea el mis­mo Sumo Pontífice; y lo mismo nos sucede a los jesuitas; sin que setenga que recurrir a escándalos públicos, manifestaciones o agresiones.Como este consejo mío no era atendido, no quise que nadie se ['uese aimaginar con escándalo que yo, asesor religioso, era el autor de ciertosdesmanes contra la Iglesia, y no me quedó más remedio que presentarmi renuncia irrevocable.

2. Lo que entonces se inició contra la Iglesia ha ido en aumento hastallegar a la situación violenta e increíble de nuestros días. Se ha puestoempeño en crear problemas a la Iglesia, sin ella buscarlos:

a) La pastoral de los obispos. Esa pastoral la he leído yo atentamentevarias veces; la ha leído lo mismo el P. [Francisco Javier] Baeza, hom­bre prudentísimo y que estudió en Austria para interpretar la Escritu­ra correctamente. Y la han leído otros muchos, hasta en Roma. Ynadie ha visto en ella ataque al Gobierno, ni menos incitación a larevuelta. Pero eso se han empeñado en verlo los del otro grupo, y nopasa semana que no se mencione ese escrito en contra de los obis­pos. De ahí se pasó a la indigna calumnia de decir que había sidoescrita con el dinero dado por Betancourt. Y pastorales cien vecesmás duras se han escrito en todo el mundo católico, empezando porIberoamérica, y nadie ha armado ese escándalo, sencillamente por­que no había motivo alguno para ello. A mí me disgustó aquella frasesobre los parientes de los actuales gobernantes, que un día se podíanver también presos. Yo eso no lo hubiese puesto. Pero en esto no separan mientes.

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JoséLuis Sáez, S. 1. La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

b) El discursito de Mons. Panal delante del Jefe. Lo que dijo el Sr. Obis­po se lo he dicho y.o.~ y con más claridad si cabe, al mismo Trujillo.¿Qué pecado hay en decirle las necesidades del pueblo? ¿No hacen lomismo los políticos, y seguramente no con tan limpias intenciones?Que él se ofrezca a cooperar, cosa que hago yo con las limosnas queme manda mensualmente el Jefe, ¿es un delito? Pues ahí están todosesos "Minuteros" de El Caribe, sacando las cosas de quicio.

RÉPLICA DEL LIC. URIBE: En eso no estoy del todo conforme.Ese monseñor (sic) ha hecho cosas muy raras. V.g., cuando en el ban­quete que se ofreció a los obispos y clero, se le acercó al Jefe, mien­tras los demás estaban muy retraídos, y con dulce sonrisa, le entregóun sobre, diciéndole: "Aquí le dejo una estampita de Ntra. Madre laVirgen de la Altagracia para que nos bendiga a todos". Y cuando elJefe la abrió, se encontró con un verdadero libelo en su contra.

Días antes de la visita del Jefe a La Vega, Monseñor estuvo en Pala­cio, y le expuso todo lo que quiso. ¿Por qué no le mencionó las nece­sidades de su región? Y si lo hizo, ¿para qué luego vuelve a decirlo enpúblico? ¿O es que pretendía aparentar como que él solo se preocu­paba del pueblo? Lo mismo: Enseñó el discurso que iba a pronunciaral Gobernador, y luego lo modificó, introduciendo lo que ha sido cri­ticado. Eso no tiene explicación, pues nadie le obligó a enseñar eldiscurso, y si se lo pidieron, que hubiese dicho que no estaba obliga­do. Pero hacer lo que hizo está muy mal.

CONTRARRÉPLICA: Si las cosas son del todo así, a mí también melucen raras. Pero ¿por qué no se dice eso en la prensa, junto con laexplicación de Monseñor? Porque si esto se ignora, los infelices "Mi­nuteros" no tienen el menor sentido, si no es seguir complicando lacosa.

c) La gratuidad de los ministerios. Ya se ve que eso no era más que undeseo diabólico de enfrentar a la Iglesia con el pueblo. ¿Por qué no sepidió que fuesen gratuitos los servicios de los médicos, las entradasal cine, y otros mil?

d) Mala voluntad para interpretar la doctrina pontificia: cuando dice elPapa, lo que todos han dicho, pero que se ve se ignora por ese grupotendencioso, que el cristiano no tiene dos conciencias; una para ac­tuar como doméstico, y otra para moverse como político. Aquí seescribió largo que el Papa se estaba metiendo en política e incitandoa la política vaticanista. Digo otro tanto con la doctrina clásica yviejísima sobre la licitud de la pena de muerte; en cambio se callancomo muertos, cuando discutiéndose en el Senado dominicano la

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pena de muerte, fueron dos sacerdotes los que se opusieron a la ma­yoría o totalidad. Y otros mil casos que omito por no alargar su tiem­po escaso.

La campaña contra la Iglesia y sus ministros ha seguido en au­mento, a pesar de los consejos sinceros de gente inteligente, como elP. Baeza al Sr. Paíno [Pichardo], y contra las promesas repetidas dedar un corte a eso, tenemos:

a) La destrucción de la maravillosa obra del Patronato San Rafael.b) Expulsión de sacerdotes y religiosos, sin que los superiores sean no­

tificados de las causas. No dejarlos volvel~

c) Hospitales sin capellanes y asilos de ancianos, a los que les faltan losconsuelos supremos de la religión. ¿Y su salvación?

d) Exclusión de sacerdotes en escuelas privadas y públicas.e) Y resumiendo todo, la campaña indigna e incivilizada de Radio Cari­

be, y repetida por el periódico La Nación. Esas calumnias groserascontra el Nuncio, contra los obispos de aquí, de Puerto Rico, de Ve­nezuela. Esos insultos, día tras día, de chismes y cuentos indecentes:ese llegar hasta mencionar suciamente la madre de un Sr. obispo,llamándole "hijo de p." Eso no se hace en ningún sitio ni con un ase­sino, si se tiene la menor noción de educación. Yeso se ha hechoaquí, y yo mismo lo he oído y lo he leído.

f) Amordazamiento de los defensores de la fe; se clausura Radio SantaMaría con fútiles pretextos, cuando tan fácil era haber avisado, puesse pecaba por ignorancia. No se puede explicar la doctrina de la Igle­sia, la más tradicional, no teorías, porque enseguida se ven alusionesy ataques, y los hacen subir esos que están a sueldo para delatar; y

claro, si no se mueven, se cree que no son dignos de seguir cobrando.De todo puedo dar datos bien concretos, bien conocidos por mí, puesde Palacio me mandaban esas informaciones, hasta que renuncié aeste privilegio.

g) Se violenta de la manera más terrible la conciencia de los fieles, comoestá pasando estos días, en que, aquí mismo en San Cristóbal, y asíen otros sitios, se ha escogido con malicia satánica a los mejorescatólicos para que protesten contra los Sres. obispos, sin que se sepaa ciencia cierta por qué hay que protestar; sólo porque lo dice la prensacontrolada por el Gobierno. Y se les da ya escrito lo que han de decir.Se obliga al pueblo a asistir a esos mítines, como yo mismo lo sé decierto, pues en algunos, bastantes centros oficiales, se pasaba lista

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antes del mitin, y hasta se les llevó en fila para que no faltase nadie, yya se sabe, so pena d~ represalias si faltaban. Y se pide en las oficinasoficiales contribucio:n'es para seguir protestando contra los legítimospastores de almas. ¿Y qué remedio queda sino contribuir? ¿Es esolibre? Yo creo que no, y otros muchísimos creen lo mismo.

Todo esto y mucho más está ya obrando los efectos perniciososque yo quise evitar con mi moderación, que no fue escuchada. ¿Cuáles la reacción? Mucho más terrible de lo que ustedes se imaginan, ycreo que el mismo Jefe no sabe ni la milésima parte de lo que sucedeen contra de su misma persona. Yo, que recibo a tanta gente en mioficina, porque vienen implorando la caridad de una limosna, un tra­bajo, una recomendación, una carta al Generalísimo, puedo dar testi­monio de que las cosas están cambiando en peor en todos los planosde la sociedad:

a) Los religiosos: Esto es una injusticia; no seremos todos unos santos,pero no hay derecho a que se nos trate así. Pero, que sepan arriba queel Papa está pidiendo 50,000 sacerdotes para América. Si nos echande aquí, lo lamentaremos por el buen pueblo dominicano que obraen contra de nosotros porque le obligan; eso lo sabemos y nos lo di­cen. Pero saldremos camino de otras nacion~s donde, por lo menos,no nos han de calumniar de la manera más vil, como aquí ahora sehace. Ni tenemos bienes que perder tampoco.

b) Los eclesiásticos nativos: ¿Qué remedio nos queda sino callarnos?¿Para que se tomen venganzas terribles contra nuestros mismos pa­dres, hermanos y sobrinos de lejano parentesco? Si no se nos expulsade nuestra querida Patria, mandándonos a hacer unos cursillos en elextranjero, nueva fórmula de expulsión. Saben la injusticia que secomete contra sus compañeros extranjeros, y les repugna; pero tienesus bocas amordazadas.

c) El pueblo sencillo, y el no tan sencillo, de profesionales: Yo mismo heoído decir "¡Esto es una tiranía, que ni en Rusia!" "¡Aquí hace falta unFidel que haga justicia!" "Mejor sería que se lo llevara todo el diablo".Que se pregunte a los misioneros, y dirán lo que han oído y visto;aparte del testimonio que yo aporto de propia experiencia.

d) En Roma, en Puerto Rico y España: Ya el P. Baeza las ha informadode la impresión horrenda que causa todo esto. Allí se publica todo loque aquí se hace, y que aquí se tapa y se desfigura. Hasta puede serque allí se aumente a través de las lupas de los exiliados y de los ren-

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corosos. Puede ser. Pero cada exiliado a la fuerza, ¿qué quieren uste­des que diga, que se convierta en apologista de esta situación? ¿Yqué cosas pueden decir los que han visto y sufrido los asaltos en SanJuan de la Maguana, en La Vega, la voladura del seminario de Santia­go, los robos, etc., y del sacerdote traído en un jeep maniatado comosi fuese un gangster? En vez de arremeter contra el que mandó esanoticia, mejor hubiese sido probal~ si era posible, que esa noticia erafalsa. Y después de publicarse por ahí todas esas barbaridades, sepreguntan asombrados: ¿Y ese era el que aspiraba a Benefactor de laIglesia? ¿Y todavía siguen arrancando firmas pidiendo ese título?

3. En Norteamérica. De persona de todo crédito, que ha viajado última­mente por ese país, he sabido la misma impresión terrible de verdaderarepugnancia: ¡Qué esto suceda en América, la democrática América!¡La que nosotros ponemos como modelo de las naciones viejas! No esextraño que por ahí se diga, no sé con qué fundamento, que Kennedyestá hastiado, como católico y como americano, de la situación de fuer­za y represión que reina en este trozo de América. Y hay quienes dicenque el presidente del Norte piensa ahora cambiar de ruta. Antes se mo­vió contra la República Dominicana para llegar a Cuba. Ahora quieremoverse contra Cuba, para al día siguiente moverse lo mismo contra laRepública Dominicana. Y se añade que si en la primera parte de su nue­vo rumbo tiene dificultades, en la segunda tiene a toda la América de sulado, como ya antes se demostró en Costa Rica; yeso que entonces lasituación era la sombra de lo que es ahora.

RESUMEN: He seguido, bajo mi punto de vista las dos corrientesque confluían hacia Trujillo, queriendo cooperar con él. Predije, sin aspi­rar a profeta, que por ahí se iba mal y en contra del mismo Trujillo. Loshechos, creo que confirman mis temores; y los que creían hacer un favoral Jefe, le han hecho y le están haciendo el mayor mal que se podía imagi­nar: pérdida de fe en él y en su sinceridad, pues todo el mundo asociaRadio Caribe y otros medios de publicidad y represión con su misma per­sona.

Y lo lamento profundamente, pues conozco la historia de antes delaño 30; conozco bastante bien lo que ese hombre ha hecho por su patria; ymiro con temor todo cambio de gobierno, pensando en lo que sucedió enEspaña (monarquía-República), en Cuba (Batista-Pidel); en Italia (Musso­lini-comunismo e izquierdismo desorbitado); y algo semejante en Colom­bia y en Venezuela. Pero me queda la conciencia tranquila de que he ha-

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José Luis Sáez, S. I La sumisión bien pagada La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

blado siempre la verdad, aunque resultase amarga; de que he propugnadoprocedimientos que nunc'il; hubiesen conducido a donde hemos llegado. Yruego a Dios, en cuyas manos pacientes estamos todos, gobernados y go­bernantes, que bendiga a esta tierra querida dominicana.

CONTRARRÉPLICA: El Lic. Uribe mencionó la falta de interés delvaticano en solucionar los problemas que se presentaban; y me recordóuna carta que yo mismo le había escrito a Mons. Samoré, poniéndole enaviso de la tempestad que se acercaba; la cual ni fue contestada. Y asíotros escritos oficiales.

RESPONDÍ: Ciertamente eso mismo, y el caso de Mons. [Alfredo]Paccini, lo lamento muchísimo, y por eso pedí mayor atención a estosasuntos.

CONTRARRÉPLICA: Por lo menos, ¿por qué no sacan a Mons. Reilly,yanqui, que no le queremos por yanqui? RESPONDÍ: Porque esa no esrazón, y menos después de las calumnias que Uds. han lanzado contra él.Cualquiera podría creer que le retiraban porque se tenía eso por verdad.

APÉNDICE.

1. Problemas creados a la Iglesia sin necesidad alguna: La cuestión deltítulo de Benefactor de la Iglesia. Desde el principio se aconsejó se lle­vase eso a través de los Sres. obispos. No se hizo caso, y se lanzó unacampaña bullanguera popular, cuya sinceridad ya es de sobra conocida,para presentar a la autoridad eclesiástica un hecho consumado: el cla­mor popular. Los obispos dieron su respuesta. Y, sin embargo, continuóla campaña enfrentándolos con el pueblo, como si estas cosas fueran unjuego político, dejando mal parada la legítima autoridad de los prelados.No hay quienes piensen, tal vez mal pensamiento, que la situación ac­tual ha sido casual. Muchos piensan que la persecución actual no esmás que un acto de venganza porque los obispos no se doblegaron enesto. Y la gente se dice: "¡No hay derecho a esto!".

2. Sobre la reunión de conciliación de los obispos con el Generalísimo.Algunos se mostraron reacios a esta reunión, porque habían perdido lafe en la sinceridad de las palabras y promesas. Pero se reunieron y fue­ron a Palacio. Yo personalmente me tomé la libertad de sugerir que seconviniese entre las dos partes en no dar publicidad al asunto; y sobretodo en que no se publicase ninguna nota sobre la reunión, ni comenta­rio por ninguna de las dos partes, sin que fuese aprobado por ambas.Los Sres. obispos, por delicadeza, no aceptaron esta sugerencia. Y a lospocos días salió en la radio y en la prensa una relación en que los obispos

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A¡¡tología de documentos

aparecían como que habían ido a Palacio a pedir perdón, y a confesarque muchos eclesiásticos habían delinquido metiéndose en lo que noles llamaban. No fue eso, ni mucho menos. Y naturalmente el fnlto quese deseaba de aquella reunión, tan arduamente conseguida, se malogrópor culpa de los que redactaron aquellas notas.

3. Sobre la expulsión de obispos extranjeros. Aquí expresé que esa campa­ña tan anticatólica y tan indigna, era perjudicial, pues desunía al pueblo,y añadí que era del todo innecesaria. Di varios ejemplos, V.g. Mons.Pittini, retirado de su cargo, Mons. [Felipe] Gallego retirado y sacado dela República, por orden de la Santa Sede, y para eso no hizo falta insul­tos, ni sacar trapos sucios a la calle, ni movilizar el pueblo. Se informó aRoma, se probaron los cargos, y la Santa Sede, que no tapa maldades nilas niega si son verdades, tomó carta en el asunto. Y todos contentos.

4. Sobre el cambio de obispos extranjeros por nativos. Eso tampoco esmotivo de manifestaciones ni mucho menos de repudios y mítines.Nunca se hacen esas cosas para eso. El primero que lo desea es el mis­mo Pontífice, como se puede ver en toda la historia de la Iglesia, y cuan·do hay elementos que reúnen las debidas condiciones, se hacen siem­pre dignidades nativas. Pero querer arrancar eso a Roma a la hIerza POI"

amenazas e insultos, es un error o una ignorancia grave de procedi·mientas.

5. Ahora se acusa al clero de meterse en política. ¿Pero es que se han que­mado los archivos del Caribe en donde consta cómo en tiempo dePaulina Álvarez se estuvo pidiendo al P. Posada [que] formase un parti­do político para mantener el fruto, en concreto, de las provechosas mi­siones del P. [Antonio] Sánchez, y que siempre se rechazó esa idea? ¿Nohablan las historias de América de sacerdotes que han merecido el títu­lo de Padres de la Patria? Tal vez convendría especificar: Se quiere laintervención de los curas en cierta política, pero no en otra. Yeso eshablar para entendernos

ADDENDA:

Me preguntó el Lic. Uribe: ¿Por qué echan de Cuba a los jesuitas?(Pues se había consultado a la Presidencia sobre la posibilidad de traeralgunos acá, como se nos había ofrecido anteriormente).

RESPONDO: Se expulsa a los extranjeros por la misma razón que aquí.Exponen en Cuba la doctrina cristiana, y porque no coincide con la doctrinade Castro, se les echa. Y con los nativos harían lo mismo, si no tuviesenotros recursos más eficaces, como es tomar represalias con sus allegados.

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losé Luis Sáez, 5.1. La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

357. Carta del P. Ángel Arias, SJ. al generalísimo Trujillo informándole de sucharla con el Secretario de la Pr.~s.idencia (San Cristóbal, 10 de mayo de 1961)

C. APA.lnstituto Politécnico Loyola 1 (1958-1964), N° 43, f. 1.

Excelentísimo Señor:Cuando hace ya bastante tiempo se me remitía todos los días lo que le

transcribía a V. E. la Dirección de Telecomunicaciones, captado de las ra­dios extranjeras, se me dijo que todo eso le interesaba vivamente a V. E. apesar de que muchas informaciones no eran más que insultos o mentiras.

También recuerdo haber oído que en su destierro, el ex rey de Espa­ña Alfonso XIII se lamentaba de que sus allegados no le hubiesen descu­biel1:o a tiempo toda la verdad de la situación de la nación; de que a títulode favor le hubiesen ocultado muchas cosas que se decían y hacían; y quele hiciesen creer que toda la nación estaba con él porque los niños de lasescuelas le saludasen moviendo sus banderitas o porque presenciaba nu­tridos y vistosos desfiles de un pueblo, que a los pocos días iba a desfilarabsolutamente lo mismo en honor a la República.

Recordando esto, y creyendo hacerle a V. E. un servicio de buen ami­go, tuve el miércoles 3 de mayo una charla clara y detallada con el Lic. JoséB. Uribe sobre temas que juzgué de mucho interés y trascendencia. Segu­ramente que el Sr. Secretario de la Presidencia no se haya atrevido a decir­le a V. E. todo, por temor a herirle. Yo estoy seguro que no se ha de herir,preferirá ahora lo que [no] le dieron a Alfonso XIII a tiempo.

Pero si V. E. está interesado en saber lo que le dije, y lo que no pudedecirle por falta de tiempo, le puedo proporcionar copia de todo; en estecaso sírvase decirme cómo hacérsela llegar a sus manos directamente, v.g. por medio de un emisario personal, pues me temo que de ir por la víaordinaria se lo resumen o se lo mutilen con la mejor intención del mundo.y creo yo, que no es eso lo que en este caso le gusta a V. E., sino que se leinforme de todo, sin que yo, por supuesto, crea todos esos rumores.

Aprovecho la oportunidad para reiterarme sinceramente s. s.

(fdo.) ÁNGEL ARrAs, S.J.Rector

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Al1tología de documel1tos

358. Respuesta del Subsecretario de la Presidencia, a nombre del Generalísimo, alP. Ángel Arias, S.f. (e. Trujillo, 17 de mayo de 1961)

¡bid., N° 43, f. 2.

Reverendo padre:En cumplimiento de las elevadas instrucciones del generalísimo Dr.

Rafael L. Trujillo Malina, Excelentísimo Benefactor de la Patria y Padre de laPatria Nueva, aviso recibo y doy respuesta a la carta de fecha 10 del mes encurso que Su Reverencia se dignó dirigirle en circunstancias inusitadas.

Aunque resulta de todo punto extemporánea la alusión que su Reve­rencia hace al Rey de España, don Alfonso XIII, a quien hubo al fin decoronar la ingratitud de aquellos a quienes había favorecido, Su Excelen·cia ha pasado por alto esas menciones y ha tenido la oportunidad de con·versar sobre los móviles de su visita con el Secretario de la Presidencia.Como resultado de esa peculiar entrevista suya, Su Excelencia ha conver­sado sobre el asunto con el Señor Presidente de la República, ya que, comoSu Reverencia no ignora, el insigne líder de los dominicanos no ejerce lasfunciones del Poder Ejecutivo.

No obstante la circunstancia de que la elevada investidura que osten­ta Su Excelencia no emana, como en las monarquías absolutas, de la divi­nidad, sino de las convicciones legítimas del pueblo dominicano, siempreha estado indinado a la tolerancia para con aquellos que han podido titu­larse sus amigos.

Su Excelencia me encarga expresarle que todo cuanto Su Reverenciadesee comunicarle, por delicado que sea, puede hacerlo por el mismo con­ducto por el cual se dignó enviarle la carta citada.

Atentamente le saluda,

Cfdo.) ARMANDO OSCAR PACHECOSubsecretario de Estado de la Presidencia

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José Luis Sáez, S, 1. La slImisión bien pagada, La Iglesia dominicana bajo la Era de Trl/jil/o ej 930- j 96 j)

359. Respuesta del P Arias, SI, a la anteríor del Subsecretaría de la Presidencia(San Cristóbal, 18 de mayo de J?6l)

c. ¡bid., N° 43, f. 3.

Mi distinguido y apreciado amigo:Mis ocupaciones me impidieron felicitarle cuando Ud. fue nombra­

do para ese cargo de gran confianza. Pero al ver hoy su firma en el docu­mento N° 7786 que acabo de recibir me llené de alegría, como si estrecha­se la mano del amigo inolvidable.

En cuanto al contenido de la misiva que Ud. firmó, ahora que esta­mos en furor de repudios, yo le rechazo de arriba abajo. Es la segunda vezen poco tiempo que se quiere ver faltas de consideración en mis actitudes,cuando bien sabe Dios -que es quien me interesa sepa mis móviles-, quejamás he pretendido igualar [las] situaciones históricas que cito. ¿Cuándose ha hecho semejantes cosa con una comparación que usen los oradores,o los poetas? Hay que buscar el punto de contacto, pero jamás una identi­dad de cañamazo punto a punto. Eso no es comparación, eso sería identi­dad, y jamás lo he pretendido.

Dios sabe que aprecio a Trujillo, que le he defendido cuando ha sidonecesario, que he ponderado su obra, y sobre todo Dios es conocedor cómohe servido a la Patria, formando sus jóvenes, sin esperar recompensa algunade ningún género en la tierra, sin aceptar los cheques que se me ofrecieroncuando fui consejero religioso, oficio del Poder Ejecutivo; hasta perder lasalud en esta querida tierra. Sin poner término a mi jornada de trabajo, cla­vado en mi oficina sin días de vacación ni semanal ni anual. Y esto se mepagó con el escrito hoy recibido, cuando no he pretendido más que hacer loque hace todos los días el coronel C. Saladín que le manda al Jefe lo que sedice por ahí, sin que él, por supuesto, lo crea. No quise hacer más.

y no hago más tampoco. Por supuesto, el escrito ofrecido no lo man­do por la vía que se me recomienda, pues es una especie de confesión, yésta no se hace por correo.

Quiera Dios que todos los amigos del Jefe lo sean tan sinceramente comoyo, o más; que busquen su bien de 'él, como yo lo he pretendido; que le digansiempre la verdad, aunque amarga, como ha sido mi única intención.

y para Ud. personalmente un sincero y cariñoso abrazo. Su amigo,

(fdo.) ÁNGEL ARrAs, S.J.Rector

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Antología de documentos

360. Relación dd P. Gabrid Maduro sobre los hechos ocurridos en la parroquia delSanto Cura de Ars (c. Trujillo, 10 de junio de 1961)

o.ASD. Colección E. Pérez Sánchez: Papeles del Senado

(1955-1961), N') 25.

A eso de las ocho de la noche, próximo ya a finalizar los cultos, mien­tras estaba yo en la iglesia confesando, se me avisó que un hombre habíaentrado en la Casa Curial y que había subido a la planta alta de la misma.Terminados los cultos, mandé a decir al que había subido, que bajara a laoficina. Se me informó que la persona que había entrado era HuáscarTejera, cosa que extrañé, ya que el referido señor sólo era para mí un cono­cido de vista.

En la oficina de la Casa Curial, me pidió Tejeda que le dejara dormiraquella noche allí, cosa que negué rotundamente. A todo esto, yo no sabíade que se trataba, él sólo me dijo que estaba metido en un lío. Todo estosucedió en el espacio de unos diez minutos. Mientras estábamos en laoficina, llegaron dos agentes de seguridad, quienes parece que le veníanpersiguiendo, y se lo llevaron preso.

Pasada una media hora, poco más o menos, vinieron a buscarme dosseñores para invitarme a dar unas declaraciones al Jefe de Seguridad. Acom­pañado del padre Bernardo Lora, quien estaba hospedado en la Casa Curial,me dirigí con los referidos señores a dar las requeridas declaraciones. Elpadre Lora no estaba en casa en los momentos del acontecimiento; tanpronto llegó, le informé lo sucedido.

Al llegar a la oficina de Seguridad, no estaba allí quien debía recibirlas declaraciones. Entonces fuimos conducidos los dos padres al Palaciode la Policía Nacional. Allí, tras un rato de espera, fuimos conducidos a laplanta baja y quedamos presos. Un poco más tarde llegó al lugar en queestábamos los dos padres, el Coronel Jefe de la Policía Nacional, acompa­ñado de otros oficiales, a quien referí lo acontecido. El referido coronelindicó que el padre Lora podía marcharse, y a mí se me dijo que yo recibi­ría a unos periodistas.

Entrevistado por los periodistas, referí nuevamente los hechos acon­tecidos. Preguntado por el redactor si yo había escondido a Huáscar Tejeda,contesté que de haber sido así, no hubiera extrañado el que se hubierarefugiado en la Casa Curial.

Desde entonces permanecí preso en el Palacio de la Policía Nacional.El día 6 en horas de la tarde, hice las debidas declaraciones ante el Fiscal.El día 7 por la tarde fui trasladado a la Penitenciaría Nacional de La Victoria,

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donde estuve hasta el día 9 por la mañana. Ese día fui conducido a la ofici­na de Seguridad donde e~p.eraba el Procurador General de la República.Desde ahí fuimos a la Secretaría de Interior y Culto, y luego al Arzobispa­do. El titular de la Cartera explicó que el Señor Presidente de la República,acogiendo las recomendaciones del general Trujillo hijo, había dispuestoque yo quedara bajo la custodia y protección del Arzobispado.

(fdo.) PADRE GABRIEL MADURO

361. Fragmentos del elogio fúnebre del presidente Joaquín Balaguer en el funeral de

Trujillo (San Cristóbal, 2 de junio de 1961)

Joaquín Balaguer, La palabra encadenada, Santo Domingo,

1975, pp. 175-180.

He aquí, señores, tronchado por el soplo de una ráfaga aleve, el roblepoderoso que durante más de treinta años desafió todos los rayos y salióvencedor de todas las tempestades. El hecho horrendo consterna nuestroánimo y estremece con fragoroso estrépito de catástrofe el alma nacional.

Para el gran caudillo a quien ahora nos disponemos a entregar a latierra para que ella reciba como una madre sus despojos mortales, ha lle­gado fatalmente ese momento supremo. Sea cual sea, señores, la actitudde la posteridad ante su obra y ante su memoria, desde ahora podemosafirmar que el nombre de Trujillo está grabado para siempre en el materialque el tiempo respeta y que es capaz de transformarse pero no de pereceren la sucesión de las generaciones.

¡Qué grande hombre fue Trujillo y cómo se proyecta su estatura deprócer sobre la historia dominicana! Fue humano, demasiado humano mu­chas veces, pero sus mismos errores merecen nuestro respeto porque sonhijos de su pasión desvelada por el orden y del concepto mesiánico que tuvode su misión como hombre público y como conductor del Estado.

Su fe religiosa, por ejemplo, permaneció incólume a pesar de todaslas apariencias, y el último de los pensamientos que dejó escrito de supuño y letra y que entregó a uno de sus secretarios particulares el mismodía de su muerte para la preparación de un discurso que se proponía pro­nunciar en la ceremonia inaugural de un templo adventista, pone en evi­dencia esa condición inseparable de su carácter irretractablemente fiel asus sentimientos cardinales. El pensamiento está concebido así, y revela

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Antología de dOClIIllelltos

que el mismo día de la catástrofe ya el grande hombre tenía un presentimientotrágico de su destino: "Estoy convencido de que todos los cristianos tie­nen las mismas oportunidades y los mismos privilegios ante Dios. Paraconfirmarlo hago referencia a aquella frase de Jesús: Yo soy el Camino, LaVerdad y la Vida; el que crea en Mí, aunque esté muerto, vivirá".

Recuerdo que en una ocasión inolvidable me dijo con cierto timbrede emoción en la voz: "Yo pienso siempre mucho en los muertos". Con elpensamiento puesto en sus hijos, solía decir muchas veces: "El trabajo eslo que más acerca el hombre a Dios".

Su entusiasmo por las condecoraciones y su afición a los títulos y atodo lo que es pompa teatral en las implacables luchas del podel~ no res­pondió en el fondo a un simple sentimiento de vanidad, como muchoscreyeron, sino que fue uno de los recursos de que se valió este artista de lapolítica, conocedor profundo de la psicología de las masas, para sugestio­nar las multitudes y para influir sobre la imaginación de los hombres contodo el prestigio de su fuerte y desconcertante personalidad.

Al mismo tiempo que un hombre que tuvo una confianza ciega enDios y en el destino, Trujillo fue fundamentalmente bueno. Bajo su pechode acero latía un corazón inmensamente magnánimo. Sólo una voluntadgranítica como la suya pudo resistir, sin caer en excesos imperdonables yen venganzas inútiles, el cúmulo de asechanzas insólitas, de delacionesinfames y de insinuaciones perversas que llegaban a diario, al través dealgunos de sus colaboradores, hasta la mesa agobiada de problemas deeste dominador de la fortuna.

Querido Jefe: hasta luego. Tus hijos espirituales, veteranos de las cam­pañas que libraste durante más de treinta años para engrandecer la Repú­blica y estabilizar el Estado, miraremos hacia tu sepulcro como hacia unsímbolo enhiesto y no omitiremos medios para impedir que se extinga lallama que tú encendiste en los altares de República y en el alma de todos

los dominicanos.La tierra de San Cristóbal, la misma en que bebiste 'por primera vez el

agua de tus ríos natales, te será siempre propicia y en ella hallarás al fin eldescanso que te negó la vida, a ti, batallador incansable que mataste elsueño y que no conociste la fatiga. No eres ya el adalid beligerante quefuiste hasta ayer. Ahora, transformado por los atributos que confiere elmisterio a los elegidos por el sueño de que no se despierta, eres un ejem­plo, un penacho, un índice que nos señala el rumbo a seguir desde la infi­nita lejanía de lo desconocido. Que Dios te reciba en su seno y que tusrestos perecederos, al transmutarse más allá de la tumba en vigor espiri­tual y en materia impalpable, contribuyan a vivificar la tierra que tanto

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José Luis Sáez, S I La SWllisión bieH pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Tmjil10 (1930-1961)

amaste para que la conciencia de la patria se siga nutriendo con la cal ycon la energía de tus hue~9s en la infinitud de los tiempos.

362. El Obispo de Santiago anuncia a R. Paíno Pichardo, Secretario de Interior y

Culto, la celebración de exequias por el generalísimo TrujiUo (Santiago, 6 de junio de1961)

"Obispo de Santiago dispone solemnes funerales por líder",

El Caribe Ce. Trujillo, 7 de junio de 1961), p. 1, col. 4.

Excelencia:Profundamente apenado por la trágica muerte del generalísimo doc­

tor Rafael Leónidas Trujillo Malina, me dirijo a usted para que, por su in­termedio, expresar mi más sentida condolencia al Excelentísimo SeñorPresidente de la República y a toda la familia Trujillo, especialmente a laviuda e hijos del ilustre desaparecido.

Hoy mismo he ordenado la celebración de solemnes funerales en to­das las parroquias de la diócesis para el jueves 8, a las 9 a.m.

Puedo asegurar a S. E. que por noticias fidedignas sé que ya muchossacerdotes hemos celebrado misas privadas por el eterno descanso de quienen vida hizo tanto bien a la Iglesia en nuestro país, y pidiendo luz para losque han de continuar la dirección de la cosa pública.

Saluda muy atentamente al Señor Secretario de Interior y Culto,

HUGO EDUARDO PaLANCa,Obispo de Santiago de los Caballeros

363. Circular del Arzobispo Coadjutor de Santo Domingo al clero y fieles, sobreel funeral por el descanso del generalísimo TrujiUo en la Catedral y demás templos(G Trujillo, 7 de junio de 1961)

"Arzobispo ordena celebrar funerales por alma de líder", El

Caribe CC. Trujillo, 7 de junio de 1961), p. 1, col. 3.

Venerables hermanos y amados hijos:La trágica muerte del generalísimo doctor Rafael Leónidas Trujillo

Malina, Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva, debe apremiarnuestras oraciones y sufragios al Padre nuestro que está en los cielos y a la

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Antología de documentos

Mádre de los dominicanos, la Virgen de la Altagracia, por el eterno descan­so del ilustre desaparecido.

Como católico, era miembro del cuerpo místico de Cristo, de dondenace nuestra obligación de interceder por su alma ante el trono del Altísi­mo, por medio del Redentor, siguiendo el ordenamiento de la caridad y elela misericordia propias del cristiano.

De su mano, la Patria y la Iglesia Santa recibieron innumerables be­neficios; motivo éste muy señalado, para que cumplamos con nuestrasoraciones, el deber de la gratitud.

A este fin, acogiendo y haciendo nuestra la decisión del GobiernoNacional de que se celebren funerales por el eterno descanso de su alma elpróximo jueves 8 a las 9 de la mañana, disponemos que, en la Santa Basí­lica Catedral Metropolitana, en las parroquias e iglesias rectorales de laciudad y de la Arquidiócesis, se celebre la misa solemne de réquiem.

Mientras tanto, como pastor de vuestras almas, os dirijo un ardorosollamamiento para que procuréis contribuir, especialmente por medio de lafervorosa oración, al disfrute de la concordia y de la paz, de la unión y de lafraternidad entre todos los dominicanos según el mandamiento de NuestroSeñor Jesucristo que leemos en el Evangelio de San Juan (13, 34) "QUE OSAMÉIS UNOS A OTROS, COMO YO OS HE AMADO", manclamiento que esel fundamento de la caridad, "VÍNCULO DE LA PERFECCIÓN" (S. Pablo,Col. 3, 15), que caracteriza a nuestra santa maclre la Iglesia Católica.

Que vuestras oraciones, también en este sentido, suban al Señor paraque, según el anhelo del santo padre Juan XXIII, desciendan sobre "el di­lecto pueblo dominicano y sobre quienes tienen la responsabilidad de susuerte, las luces y bendiciones del cielo".

Os saludo y bendigo en el Señor,

+OCTAVIO A. BERAS

Arzobispo CoadjutorAdministrador Apostólico sede plena de la

Arquidiócesis de Santo Domingo

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José Luis Sáez, S 1. La sumisión bien pa_iJada La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

364. Nota suministrada a la prensa por Rafael Paíno Pichardo, secretario deInterior y Culto, acerca de la d¡;;tención del P. Gabriel Maduro (C Trujillo, 9 de juniode 1961)

"Autoridades eclesiásticas toman cura bajo custodia", El

Caribe (e. Trujillo 9 de junio de 1961), p. 1, cols. 3-4.

La Secretaría de Estado de Interior y Culto informa que el Excelentí­simo Señor Presidente de la República se ha dignado dar pleno respaldo ala magnánima solicitud que le hiciera el general doctor Rafael L. Trujillohijo, jefe de Estado Mayor General Conjunto de las Fuerzas Armadas, a finde que el padre Gabriel Maduro, de la parroquia Santo Cura de Ars, de estaciudad, quien se encuentra inculpado de violación al Art. 248 del CódigoPenal, fuera puesto bajo la custodia de las autoridades eclesiásticas, mien­tras el caso sea ventilado definitivamente por la justicia.

Dicho sacerdote estaba detenido en la capilla católica de la Peniten­ciaria Nacional de "La Victoria", en donde se le dispensaba el tratamientoestablecido por el Art. XIII del Concordato existente entre el GobiernoDominicano y la Santa Sede; pero en vista de las recomendaciones antesdichas y la resolución que en tal sentido dictaran las autoridades apodera­das del caso, el Secretario de Estado de Interior y Culto y el ProcuradorGeneral de la República, hoy en la mañana han procedido a hacer entregadel aludido sacerdote a monseñor Octavio A. Beras, arzobispo coadjutor,administrador apostólico sede plena y a monseñor Eliseo Pérez Sánchez,vicario general de la Arquidiócesis de Santo Domingo, a reserva de la su­maria correspondiente.

365. Carta de condolencia del Obispo de La Vega al Secretario de Interior y Cultoen respuesta a una anterior del funcionario (La Vega, 18 de junio de 1961)

"Obispo de La Vega deplora muerte de líder dominicano", El

Caribe (e. Trujillo, 19 de junio de 1961), p. 1, col. 3.

Honorable señor Secretario:Cumplo con el grato deber de llevar a su conocimiento que reposa en

mi poder su atta. de fecha 9 de los corrientes marcada con el N° 9540.Aunque Su Señoría no esté esperando, tal vez, esta mía, por no juz­

garla de rigor, yo me creo muy obligado a ello, para agradecerle de todocorazón la suma delicadeza que ha usado usted conmigo al transmitirme

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Antología de documentos

las instrucciones que el Excmo. Señor Presidente de la República se hadignado impartir a esa Secretaría de Estado de su digno cargo.

Así también quiero merecer de Su Señoría el favor de expresarle a SuExcelencia mis sentimientos de gratitud por la fina atencion que en estaoportunidad ha dispensado -sin merecerlo-, al amigo y servidor incondi­cional.

Me ha satisfecho grandemente que tanto el Gobierno Nacional comolos familiares del Ilustre Fenecido, Padre y Benefactor de la Patria e Insig­ne Bienhechor de la Iglesia, Q.E.P.D., se hayan percatado y persuadidobien del aprecio, estima y admiración altísima que siempre sentí por elamigo ido, y que ahora deploro su trágica muerte, y me asocio con miclero y fieles al inmenso dolor que siente la Nación por su desaparición deesta vida, y me uno a las plegarias generales por su eterna dicha.

Hago votos porque pronto, muy pronto, se restablezcan en todo suvigor, brillo y lozanía, las mejores joyas que hermosearon en un tiempo-¡feliz tiempo!-, su regia corona de estadista y gobernante cristiano,pero que hoy -¡oh, dolor!-, están opacadas por la insidia y perfidia desus enemigos, que Dios perdone. Este -a mi juicio-, sería el monumen­to más valioso que hará imperecedera su memoria.

Hago provecho de esta oportunidad para expresarle de nuevo a SuSeñoría, mis sentimientos de la más alta consideración y estima.

MONS. FRANCISCO PANAL, O.P.M. CAP.

Obispo de La Vega

366. Carta del presidente Balaguer a Fr. Ángel Vizcarra, O.P., en Miami, sobre lasituación política (e. Trujillo, 4 de julio de 1961)

o. HEPB., loe. cit. N° 35

Distinguido padre y amigo:Recibí su amable carta del 27 de junio último, y me apresuro a agra­

decerle los cordiales términos vertidos en su comunicación citada.Las cosas se están encauzando en nuestro país en forma muy satis­

factoria. Nuestras relaciones con la Iglesia Católica, que es la religión queprofesamos en su inmensa mayoría los dominicanos, están normalizadas,y confío en Dios que ningún elemento nuevo perturbara esas relaciones enel futuro. No podría haber paz genuina sin una colaboración efectiva entre

las dos potestades.

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José Luis Sáez, S. 1. La sumisión biell pagada La Iglesia domillicalla bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

Le recuerda siempre con el mayor afecto y le envía sus saludos máscordiales su muy obediente servidor,

(fdo.) JOAQUÍN BALAGUER

367. Una reflexión de autor desconocido, bajo seudónimo, enviada aL matutino ElCaribe (San Cristóbal, 11 de julio de 1961)

c. APA. Instituto Politécnico Loyola 11: Correspondencia

(1961-1964), N° 1.

LO QUE YO REPUDIO

Soy un hombre cualquier de la calle; tan sin importancia, que ni si­quiera aparezco en la guía telefónica. He leído que ahora se puede expre­sar libremente lo que se piensa, y como creo que otros muchos piensancomo yo, pongo en letras lo que hubiese dicho de palabra en la gran asam­blea del Partido, si me hubiesen concedido la palabra. Allí los oradorestodos repudiaron lo mismo, y todos pidieron apoyo al Gobierno, unidad y

disciplina. Yo hubiese hecho lo mismo, pero. hubiese añadido lo que ahoraescribo.

Allí se repudió a los que habían asesinado a Trujillo; a esos hombresque habían recibido todo de él, pero por no haber recibido más aún, nodudaron en emplear los mismos métodos selváticos que ellos reprocha­ban. El repudiar esto no tiene mérito especial; esto lo repudian todos, y ahíestán esas sinceras lágrimas yesos ademanes de sincero dolor del pueblosencillo; esos escritos de condolencia y tantos sufragios por al alma deldesaparecido. Pero yo voy por otro camino, por el que otros no han queri­do entrar, sabe Dios por qué motivos.

REPUDIO a los que hicieron posible este asesinato; a todos esos queprepararon el ambiente hasta el punto de que los conspiradores creyeroncontar con la aprobación de un gran sector de la opinión pública. Y hastadónde esto era cierto, ahora se ignora, porque al fallar "algo", todos sacanel cuerpo a las complicaciones. Y entre ellos los instigadores.

YO REPUDIO a todos los que con su copioso dinero fundaron y sos­tuvieron a Radio Caribe, conscientes de la división que estaba metiendoen la familia dominicana. Algunos ya han pagado su delito. Y a los quepremiaban con cargos públicos a esos difamadores o a sus más próximosparientes. Ahí está cierto visitador social, que lo que debería visitar es La

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Antologí<1 de documentos

Victoria, y quedarse de inquilino hasta pagar el mal que hizo con sus insul­tos, con sus groserías y con la traición a su propia conciencia, si es quealgo le queda.

YO REPUDIO a todos los calumniadores, los que insultaban por Ra­dio Caribe en su etapa anterior, a los que azuzaban al pueblo contra susobispos y sacerdotes, a los que encendieron el odio contra la Iglesia y susdogmas.

YO REPUDIO a todos aquellos que se prestaron desde lo más eleva­do del monte de la justicia a la charlotada carnavalesca del encausar, enjui­ciar y absolver a los detractores públicos, como si no existiese un códigopenal para defender el honor y la vida de todo ciudadano.

YO REPUDIO a los que tomándose una justicia inventada por ellos.robaban carros, volaban templos en construcción, quemaban iglesias, ape­dreaban casas curiales: a los que mandaban hacer, y a todos los que deja­ban hacer, aunque luego se presentasen con caras de inocentes corderos.

YO REPUDIO a todos esos hipócritas, que ahora se rasgan las vesti­duras por la quema de una emisora, y antes quedaban impasibles al oír lasincitaciones a linchar obispos y destruir sus humildes viviendas.

YO REPUDIO a los soplones de oficio que para que se viese que ha­cían algo y poder seguir cobrando un sueldo de Judas, traicionaban a susmás íntimos amigos, con calumnias que ni ellos mismos creían; y repudio alos que inventaban planes estratégicos de la capital, y en cada sector poníanuna célula inventada por ellos para seguir gozando de la triste fama, bienpagada, de grandes estrategas y defensores del pueblo, cuando debía decir­se de sus cheques que cholTeaban sangre y lágrimas de seres inocentes.

YO REPUDIO a esos otros que copiaron procedimientos de checasnazis o rusas a fin de alTancar confesiones que a ellos les interesaban; y aaquellos que cogían presos, y luego se desaparecían sin dejar rastro alguno.

YO REPUDIO a los que promovieron el infame libro ¡Complot devela­do!, sabiendo que estaba plagado de calumnias, y que luego lo pusieron ala venta a un precio de abuso. Y repudio a los que sabiendo cómo andabala economía nacional, sugerían congresos y ferias para halagar al de turno,y sacar ellos su ventaja, como es rumor general en voz baja.

YO REPUDIO a los que eligieron a ciertos representantes del pueblo,y muerto Trujillo, no tenían palabras suficientes para insultarlos por dema­gogos. ¿Es que no los conocían o es que no los eligieron precisamente poreso?

YO REPUDIO a los que alTancaban las manecillas a los relojes paraconvertirlas en flechas envenenadas y luego lanzarlas contra Dios y contrael diablo, dándoselas de pontífices, explicando al mismo Papa cómo había

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José Luis 5áez, 5. 1. La sHmisión bien pagada La Iglesia dominicana bajo la Era de Tmjillo (f 9 30-196 f)

que entender el espíritu de Cristo: y al heroico franciscano de La Vega,cómo había que imitar la humildad de San Francisco.

YO REPUDIO a los que no valían ni para malos clérigos: que no sa­bían más que decir Amén, y estar siempre de rodillas. Y repudio el quenuestro glorioso pabellón nacional sea paseado por el extranjero por caba­lleros de tan excelente reputación como John Abbes y Casanova Rubirosa.

YO REPUDIO a esa prensa extranjera que ni respeta a un muerto,algo sagrado hasta para los pueblos salvajes. Que se goza echando cienosobre el cadável~ cuando por allá se cubren de rosas los malvados que aca­ban en la silla eléctrica.

¿Por qué no sacan al viento lo que no hace mucho se publicó sobresenadores y oficiales del Gobierno? Todos esos incitadores y causantesdel crimen estaban hartando al pueblo, el que sufría calladamente el altocosto de la vida por unos impuestos y por unas dificultades al libre comer­cio de sus productor, que ahora, al desaparecer por obra de los actualesgobernantes, se está viendo que eran innecesarios y, por consiguiente, unverdadero crimen. ¿Qué se ha hecho a los que recomendaron estas medi­das abusadoras?

Al buen pueblo no le quedaba más recurso antes estos señores dehorca y cuchillo que rogar a Dios para que Él remediase lo que los hom­bres se empeñaban en perder. Para todos esos cómplices, el pueblo ahorapide un banquillo, no una banca en el Senado, en el Congreso o en la mesapresidencial del partido; para que respondan de que ellos hicieron; paraque se les pida cuentas de sus desmanes, para que salga a la luz pública sutáctica de disponer desde detrás de la estatua del Jefe, y el pueblo llegó acreer que los disparos venían de la misma estatua, y en legítima defensa,se llegó a desear la caída de la estatua, y cayó, dejando al descubierto lostaimados que se escondían detrás. Y este mismo pueblo, ahora que tienedonde escoger, espera que la justicia se haga sin necesidad de pedir auxi­lio a la oposición que también viene a eso, a hacer justicia.

Cuando sigo todavía hoy leyendo ciertos nombres en la prensa, mevienen a la mente aquellas sentencias divinas de Jesús: "Ay de vosotros,fariseos hipócritas, que matáis a los profetas, y luego los levantáis grandesmonumentos", y podría añadir, "y luego asistís llorosos a horas santas y aresponsos fúnebres y os ponéis un lazo negó en señal de profundo dolor.Ay de vosotros fariseos hipócritas".

JUSTO ARANJUEZ

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Antología de dOClllllelltOS

368. Voto negativo del Can. Eliseo Pérez Sánchez, senador por Sánchez Ramírez, 1I

la ley que creaba la medalla de mérito « 14 de Junio" para premiar a los combatientescontra las incursiones de Constanza, Maimón y Estero Hondo (e. Trujillo, 19 dejulio de 1961)

o. ASD. Colección E. Pérez Sánchez: Papeles del Senado

(1955-1961), N" 26.

Señores Senadores:Mi espíritu cristiano, sacerdotal y dominicanista, que siempre deplo­

ró profundamente la tragedia de Luperón, Maimón y Estero Hondo, cuyasfértiles tierras o embravecidos mares se enrojecieron con la sangre purade centenares de jóvenes dominicanos, hermanos nuestros todos, venidosde allá o estacionados aquí, con diferentes ideales, pero todos con los mis­mos derechos al suelo de la Patria, está conturbado, y sobre todo en estemomento en que se ha querido poner borrón al pasado y abrir cuenta nue­va al porvenir, según patrióticamente lo han demostrado el Excmo. Sei'iorPresidente de la República y el Honorable General Conjunto de las FuerzasArmadas, al ofrecer amplias garantías constitucionales a todos los domini­canos exiliados, que quieran volver a la Patria, prometiendo a la vez el másdecidido apoyo y seguro respaldo a todos los partidos políticos que seformen para ir a la lucha eleccionaria en los próximos comicios de 1962,parece inadecuado en el transcendental momento histórico que vivimosde unión y sana comprensión, crear una medalla de mérito denominada"14 de Junio" para galardonar a los que tomaron parte, de algún modo, enaquellas tristes jornadas que llenaron de luto y de lágrimas numerosos ho­gares en esta ciudad y en el resto de la República, y cuyo negro recuerdodeberíamos olvidar y detestar para siempre los dominicanos.

Por tales razones, Señores Senadores, niego con toda el alma y contodo el corazón mi voto a esta propuesta legislativa, de ningún provechopara el país, ni de utilidad para nuestro conglomerado social.

(fdo.) MONS. EusEo PÉREZ SÁNCHEZSenador

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loséLuis 5áez, 5. 1. La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujil10 (1930-1961)

369. Palabras de adhesión pronunciadas por Mons. Pérez Sánchez en la sesiónconjunta de las cámaras (e. Trujillo, 24 de agosto de 1961)

o. ASD. ¡bid, N° 27.

Señores Congresistas:Complacido oí el brillante discurso con que honró esta mañana el

Excelentísimo Señor Presidente de la República, Dr. Joaquín Balaguer; pero,con el alma destrozada de preocupaciones ante la amenazante y caóticasituación política en que se encuentra envuelta la República y que, segúnpalabras del ilustre gobernante, podría estallar en una exterminadora gue­rra civil, que llevaría a la patria a su ruina y a la muerte, si la cordura y unafraternal comprensión cristiana no nos mueve a deponer las pasiones po­líticas, a renunciar intereses encontrados y tratar de caminar todos juntospor el sendero de una mutua y patriótica comprensión y respeto a las con­vicciones individuales y a los ideales políticos colectivos.

Por eso, consecuente con los ideales que me llevaron hace dos días asometer a esta honorable Cámara del Senado la propuesta de que se solici­tara la valiosa intervención del Excmo. Señor Presidente de la República yde la Jefatura de Estado Mayor General Conjunto de las Fuerzas Armadas,a fin de que se respetaran los derechos ciudadanos y no se repitieran losatropellos sucedidos en esta capital, y las muertes injustificadas acaecidasen Santiago y Puerto Plata, garantizándose a la vez, las actividades demo­cráticas dentro de un ritmo de orden, justicia y libertad: robustecidos misideales con las palabras del Primer Magistrado de la Nación, firmaré estedocumento de adhesión y solidaridad a las transcendentales declaracio­nes del Ilustre Magistrado, en la confianza de que se iniciará hoy una nue­va etapa política de respeto y garantías ciudadanas que asegure días depaz y mayor tranquilidad a la República.

(fdo.) MONS. ELISEO PÉREZ SÁNCHEZSenador

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Antología de docl/11Iwtos

37O. Carta del Episcopado al presidente Balaguer sobre el deterioro de la situaciónpolítica del país Ce. Trujillo, 28 de agosto de 1961)

Documentos del Episcopado Donzinicano (1969), pp. 64-67.

Excelentísimo Señor:

Cuando en el mes de junio pasado comenzaron a llegar hasta noso­tros consoladoras noticias de que tanto el Gobierno Nacional como loshombres de los diversos matices políticos tenían la mejor impresión a fa­vor del proceso de organización de un sistema de convivencia capaz derealizar una evolución completa que dejara satisfechos todos los interesesjustos, y lograra un estado de comprensión, de mutuo perdón, de ecuani­midad, de justicia y de libertad, sentimos que nuestros corazones de pa­dres y pastores se llenaba de esperanza, porque preveíamos un florecerpermanente de la paz individual, social y política en nuestro país.

Esta esperanza tenía fundamentos evidentes en las leyes, disposicio­nes y orientaciones dadas por el Gobierno que inició un admirable proce­so evolutivo hacia un estado en que cabrían todos los ideales y anhelos ytodas las realizaciones ordenadas al bien común.

Al mismo tiempo, la conducta seguida por los miembros de la oposi­ción fortalecía nuestra esperanza.

Sin embargo, los penosos acontecimientos de estas últimas semanas,que hemos seguido con ansiedad, crearon un estado de alarma en nuestroscorazones.

Sucesos y palabras han exacerbado los ánimos. Las injurias y los he­chos violentos han producido irreparables daños hasta llegar a la supre­sión de vidas, tronchadas en plena primavera.

Estamos ciertamente convencidos de que la República puede serconducida, sin riesgo, al disfrute de un orden de paz y de derecho por unasenda progresiva de rectificaciones, si los esfuerzos aunados de todos asílo quieren. Pero si esos esfuerzos permanecen aislados y empeñados enuna lucha de insultos, de odios, de violencias, de venganzas y de arbitra­riedades, ciertamente el país caerá en el caos, en la miseria total, en ladesintegración y, no hay duda de que las conquistas de la Restauración y

hasta las glorias de la Independencia se perderían de nuevo.Confiamos que Vuestra Excelencia dará el valor justo a nuestras pala­

bras que se fundan también en el clamor de madres y esposas que se nosacercan angustiadas por el derrotero gravísimo que está tomando el paíscon excesos que no pueden crear el bien común sino destrozarlo.

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loséLuis Sáez, S J La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

Sabemos que, tanto el Gobierno como todos los dominicanos dignosdesean un orden fundada·en la legalidad y en los derechos humanos. Queel Gobierno así lo desea, lo ha reiterado Vuestra Excelencia en las declara­ciones hechas en el discurso que pronuncio recientemente en la sesiónconjunta de las cámaras legislativas, discurso en el que hizo nueva invita­ción a la cordura y a la comprensión. Que todos los ciudadanos deseantambién ese orden, no es necesario reafirmarlo; basta escuchar el clamorque surge de todo hogar, y el clamor que proviene de todo el pueblo.

Pero no son suficientes estos deseos y palabras. Es necesario que seremuevan obstáculos y se pongan todos los medios conducentes a ello.

No obstante la excitación de los ánimos, abrigamos la esperanza deque el país podrá llegar a ese orden deseado, pero solamente por mediospacíficos. La colaboración fiel de las autoridades subalternas a vuestraslegitimas orientaciones de respeto a la persona humana, asegurara el éxitopleno. ¡Creemos que todavía se está a tiempo de salvar la Patria!

Quiera Dios que, en esta hora de gravísimas responsabilidades, to­dos y cada uno de los que tienen alguna autoridad no miren sus conve­niencias personales y familiares, sino las necesidades y reclamos del pue­blo; ni escuchen la voz de la ambición que les grita constantementeinvitándolos a seguir rutas que conducen indefectiblemente a la ruina pa­tria. Que todos oigan la voz serena y orientadora de la conciencia y el cla­mor del pueblo, que les señala la ruta del bien común, la de la compren­sión, la de las grandes responsabilidades ante la historia, la ruta de laecuanimidad propia de toda autoridad, máxime de las que ocupan los pues­tos señeros de la nación.

El pueblo todo quiere la paz, la paz individual, la paz social, la pazpolítica. Pero creemos que no se logrará esa paz hasta que no renazcan entodos los corazones la confianza mutua y el mutuo respeto; hasta que to­dos puedan confiar en la ecuanimidad, en la rectitud y en la justicia de lasautoridades principales y subalternas; hasta que sean reconocidos plena­mente los derechos humanos en beneficio de todos los hombres sin dis­criminación de ninguna especie.

Abrigamos la esperanza de. que se logrará que al fin, todos: las autori­dades, los dirigentes de movimientos políticos y civiles, todos los ciudada­nos, se empeñen en una campaña de comprensión y de respeto que asegurela evolución de la República hacia las metas anheladas, por medios en queno se reiteren, en ninguno de los ambientes, roturas dolorosas. A este anhe­lado logro se llegará rápidamente si todos respetan las leyes establecidas ylos derechos humanos; si en la palabra escrita u oral se abandona el lenguajeofensivo de la dignidad humana y si, finalmente, las autoridades encargadas

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Antología de docllltl el1 tos

de conservar el orden público deponen radicalmente los procedimientosdrásticos que ofenden la persona física y aun causan la muerte, procedi­mientos que, en lugar de apacigual~ exacerban los ánimos y despiertan sen­timientos de rebeldía y de violencias populares siempre desastrosas.

Os hemos escrito todas estas cosas con la autoridad y sinceridad queNos da nuestra misión de paz, de fraternidad y de unión en medio de loshombres y especialmente nuestro sagrado deber de padres y pastores detodos los dominicanos.

Os saludamos en Dios y en la Patria,

+OCTAVIO A. BERAS

Arzobispo CoadjutorAdministrador Apostólico de Santo Domingo

+HUGO E. PaLANCaObispo de Santiago

+FRANCISCO PANAL

Obispo de La Vega

+JUAN FÉLIX PEPEN

Obispo de N. S. de la Altagracia

+THOMAS F. REILLYPrelado de S. Juan d~ la Maguana

371. Un comentario noticioso denunciando a un agustino de San Cristóbal comosupuesto violador de menores (c. Trujillo, 14 de septiembre de 1961)

"Un hecho vergonzoso: ¿Qué medidas tomaran las autorida­

des eclesiásticas?", La Nación XXII:7515 (C. Trujillo, 14 de

septiembre de 1961), p. 6, col. 3-5.

Hay cosas que avergüenzan decirlas por lo brutales e incivilizadasque son, pero que no deben ni pueden callarse porque el hacerlo seríacontribuir a la acción criminal de quienes, desprovistos de dignidad hu­mana y de caridad cristiana, las realizan. Y estos hechos son tanto másrepugnantes y tanto más horribles cuanto sus autores se escudan cobarde­mente tras la sotana del eclesiástico.

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José Luis Sáez, S 1 La sumisión bif11 pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

Uno de estos hechos repugnantes ha sido denunciado a las autorida­des -exactamente a la Comandancia de la 3ra . Compañía de la Policía Na­cional-o, por la señora Estervina Guerrero, residente en la calle 16 de Agos­to, número 21, de San Cristóbal, la cual se querelló contra el padre AntonioRaid (SiC),25 después de haber sido informada por su hija menor Alida Ce­leste Guerrero, de siete años de edad, que dicho padre Raid la había con­vertido en objetivo de su sadismo y de sus bajos instintos en aquella yanteriores oportunidades.

Según propia declaración, Alida Celeste Guerrero había ido a visitara su amiga Carmen Isabel Martínez y hallándose ambas en el patio de lacasa del profesor Laborda, del Instituto Politécnico Loyola, el padre Raidse la llevó de dicho patio, y despojándola de cierta ropa, dio rienda suelta asus bajos instintos sexuales, afortunadamente no totalmente consumados,sino como satisfacción de la aberración sexual de dicho padre.

De la declaración de la menor agraviada tan groseramente y con tan­ta cobardía se desprende que el hecho se había repetido anteriormente envarias ocasiones; pero Alida Celeste Guerrero guardó silencio, atemoriza­da por el padre Raid, el cual la amenazó con golpearla si decía algo, a lavez que dejarla de darle centavos. Pero la muchacha se decidió al fin arevelar a su madre lo que estaba sucediendo, cuando la acción pecamino­sa, brutal e incivil del padre Antonio Raid fue sorprendida, en el domiciliodel profesor Laborda, por la sirvienta de éste, Blanquita Astacio.

Esta denuncia es de las que hacen enrojecer de vergüenza no sólo alas autoridades que las reciben, sino a todos los ciudadanos que sienten elpudor de la decencia y se rigen en sus vidas por los más elementales prin­cipios de la caridad cristiana. Por eso, ante un hecho tan bochornoso, cabepreguntar: ¿qué medidas tomarán las autoridades eclesiásticas?

Sobre la naturaleza y la veracidad de los repugnantes hechos de quese acusa al padre Antonio Raid no cabe la menor duda. La calidad maternade la denunciante, notoriamente horrorizada ante la comprobada veraci­dad de lo sucedido, materialización de la aberración sexual de un miem­bro del clero, cierra toda puerta de escape a la tergiversación de la verdad.Por eso, a pesar de tratarse de una medida que también a nosotros nosavergüenza divulgar, creemos que es necesario hacerlo para evitar que conla impunidad y el silencio se estimule la comisión de hechos de esta natu­raleza.

25 Parece referirse al P. Antonio Roy Caverni, O.A.R., nacido en Alagón (Zaragoza) el 12 dejunio de 1878, y ordenado el 21 de septiembre de 1901, que aparentemente empezó sutrabajo en el país en 1956 y era vicario cooperador de San Cristóbal en 1954. Cfr. R. BelloPeguero (ed.), Nombramientos eclesiásticos 11 (1991), p. 699.

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AHtología de doclHlIeHtos

Quienes conocen lo sucedido han manifestado ya su indignación.Ahora corresponde a las autoridades eclesiásticas tomar medidas conve­nientes y oportunas. Sin olvidar que la verdad siempre trasciende y que esimposible tapar el sol con un dedo. Los agraviados piden justicia. Tam­bién la pide el pueblo.

372. Fragmentos de una carta pastoral del obispo de La Vega a su clero, religiososy fieles, sobre la coyuntura política, con ocasión de la fiesta de la InmaculadaConcepción (La Vega, 7 de diciembre de 1961)

C. ARPA. Documentos varios Mons. Panal (1960-1961), N° 9.

PAZ Y BIENHijos muy amados en los sacratísimos corazones de Jesús y María.

Bendita y alabada sea la Inmaculada Concepción de la Sma. Virgen María,patrona augusta de nuestra diócesis y de nuestra ciudad de La Vega Real.Sea por siempre bendita y alabada.

Ya parece que han pasado los días más angustiosos quizás y tremen­dos de nuestra vida. Gracias demos a Dios sin cesar, porque ha sido tanjusto y a la vez tan misericordioso con nosotros, ya que si es verdad quenos ha castigado fuertemente por nuestros muchos pecados personales y

sociales, no lo es menos el que no ha sido tanto cuanto merecemos por losmismos, pues son de una malicia y gravedad inconmensurable ... infinita.

Hoy ya celebramos jubilosos el paso de una larga y oprobiosa escla­vitud, en la que todos tomamos parte de un modo o de otro, a una libertadhumana, cristiana, propia de los hijos de Dios, a la cual todos así mismoestamos en el deber ineludible de cooperar en toda forma aceptable.

Usando, pues, de esta santa libertad que dejo dicha, y dando oídos alapóstol San Pablo que nos manda, en nombre de Dios, a los obispos y

sacerdotes con estas palabras de su Epístola 2" a Timoteo, Cap. 4, verso 2:"Predica la palabra, insiste con ocasión (buena, como esta) y sin ocasión,reprende, ruega, exhorta con toda paciencia y doctrina".

Usando, digo, de esta libertad de que ya gozamos, y obedeciendo alSeñor en la persona de su apóstol, me dirijo ahora a vosotros todos, misfieles queridos de la diócesis de La Vega, amigos y enemigos de la causa y

principios católicos, a cualquier partido político o credo religioso, a todaslas secciones existentes en nuestro suelo patrio y diocesano, a todos losque mandan con potestad u obedecen, a los que enseñan lo mismo que alos que aprenden, a todas las clases sociales: profesionales, estudiantes,

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José Luis Sáez, S J La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-196 j)

me dirijo a vosotros para predicaras, reprenderos, rogaros, exhortaros cuan­do sea preciso en estos momentos difíciles y delicados, a fin de que logre­mos el bello ideal de una nación cristiana, como es y debe seguir siendo lanuestra: DIOS, PATRIA Y LIBERTAD CRISTIANAS.

No vaya hablaros de política ni en tono político. Dios me libre. Nome he atrevido antes, como tampoco ahora, ni en lo futuro con el favor deDios. Pero, tened entendido, para no equivocaros con una mala interpreta­ción, que la religión y la moral tienen puntos de contacto con la política, enrazón de que los miembros de la sociedad política son los mismos que loscomponentes de la sociedad religiosa; y de que todos los hombres soncapaces y aspiran al más alto bienestar espiritual y temporal, por todomedio licito y honesto, a cuyas aspiraciones y fin último nadie puede opo­nérseles lícitamente, como lo vienen haciendo comúnmente y en todaspartes más o menos la baja política, dirigida por líderes de la peor calaña:comunista, atea, anticlerical, etc.

La Iglesia Católica tiene el derecho y el deber sagrado -en virtud desu divina misión-, de juzgar acerca de la moralidad de todas las accioneshumanas, sin excluir el terreno político, ya que las acciones políticas estáncomprendidas en el campo de la moral. Por tanto, es derecho y deber suyoineludibles poner en conocimiento de los fieles católicos la compatibili­dad o incompatibilidad con la doctrina y la moral católicas de ciertas co­rrientes o ideologías políticas, para que estos (los fieles católicos) no trai­cionen su fe y su conciencia, dando su apoyo moral y su sufragio electorala partidos políticos que están en abierta contradicción con dicha doctrinamoral, por falta de la necesaria advertencia.

Esto no es en manera alguna intromisión de la Iglesia Católica o sussacerdotes en política, como pensaran quizás -y ya lo han pensado mu­chas veces en el pasado-, los enemigos de la religión; es ciertamente unamedida pastoral, cuyo único fin es la tranquilidad de las conciencias de loscatólicos y el bien de las almas, que nos pertenecen.

Hay en nuestro país, amados hijos míos, diversas cuestiones de pal­pitante actualidad política rozantes con lo religioso, sobre las cuales mul­titud de fieles nuestros quieren, y lo necesitan, que la Iglesia Santa, maes­tra y guía de la humanidad, o sea sus ministros obispos y sacerdotes, lesorienten cierta y seguramente en estos momentos de confusión y de con­goja por los rectos caminos que conduzcan a todos al triunfo exitoso, quedeberá culminar en el más halagüeña bienestar espiritual y temporal deque somos capaces por voluntad amorosa de Dios.

La primera y principal cuestión que se nos propone a resolver paraaquietar a los fieles católicos. ¿Deberé pertenecer a alguno de los partidos

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Antología de docu11lClltos

existentes en el país, y en caso afirmativo, a cuál de ellos se deberá perte­nece en conciencia?

La respuesta a esta pregunta primera es sumamente delicada y peli­grosa, por la malicia destructora de los hombres; pero no tenemos másremedio que afrontarla con toda valentía, por la salvación de muchos, yhasta de la Iglesia Católica y de nuestra misma patria cristiana.

Respondemos: Cuando peligra gravemente la una o la otra; mas cuan­do corren riesgo las dos juntamente, la Iglesia y la Patria, como en el casoactual, es de obligación grave de conciencia pertenecer a alguna de lasagrupaciones políticas existentes, para lograr con nuestro voto y coopera­ción, conjurar el desastre que se seguiría de no prestarle nuestro valiosoapoyo de todos los modos posibles. Inscríbanse, pues, todos los católicosque hayan llegado a la mayoría de edad, y en el mejor partido que haya enel país. Así lo exigen la Patria y la Iglesia de conjunto, y nos lo impone laconciencia; porque existe hoy, más que nunca en el pasado, el gravísimopeligro de que se confabulen contra ellas las fuerzas del mal, contrarias aDios y a su Iglesia ya la patria cristiana, que nos legaron nuestros padres,y de que sobrevenga cosa muchísimo peor y más desastrosa que la próxi­ma pasada.

El mejor partido es el que los católicos están obligados en concienciaa inscribirse, no tiene nombre propio; pero si tiene razón de ser y finalidadaltísima y noble como ningún otro: y tiene su líder, su programa, sus parti­darios en número aplastante, Se denomina como quiera, pero es incon­fundible con todos los demás. Es el partido que cuadra o viene bien a todocatólico real, a todo cristiano que ama a Dios, a su Iglesia y a su Patria. Elmejor de los partidos, así como el mejor de todos los candidatos a la Presi­dencia de la República Dominicana, será aquel que lo más mejor, se acer­que a Dios, nuestro principio y ultimo fin.

No es buena prueba de la buena calidad de un partido, de su morali­dad y sus intenciones, el que algunos de sus miembros sean buenos, nique gran parte de sus afiliados hagan romerías, visiten Iglesias alguna vez,carguen insignias religiosas, se hayan formado en centros religiosos, y hastaconfiesen y comulguen alguna que otra vez en su vida; todo esto y muchomas es fácil hacerlo para mejor engañar; pero sólo sus buenas obras, nadamás, lo declararan y confirmaran en la verdad y en la estimación de lasgentes, y le darán el triunfo final que todos anhelamos.

La Iglesia Católica, maestra segura de los fieles que se acogen a ella, noha condenado ningún partido oficial del país; no lo ha merecido que sepa­mos ninguno todavía, pero seguramente lo hará en el caso que cualquierade los fundados o por fundar, de aquí o allí, se apartara de los principios

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cristianos o incurriera -Dios no lo permita-, en errores graves contra la fe, lamoral, las buenas costumbres, las instituciones sagradas, etc.

Yo os he predicado la palabra de Dios con cuanto os dejo dicho hastaaquí. Vaya continuar oyendo y practicando los mandatos del apóstol a losministros del Señor Nuestro Jesucristo: "Reprende, ruega, exhorta con todapaciencia y doctrina". ¿De qué os vaya reprender, hijos míos muy ama­dos? De seguro que tendrá que ser de algo no bueno, que es lo que siempreabunda y nunca falta en ningún ambiente humano. Con todo, ahora solome vaya ocupar de lo más sobresaliente del momento político en quevivimos: en los hechos cometidos por las turbas callejeras desenfrenadascontra los que ellas juzgan culpables de algún delito, saqueándolas y des­truyéndoles más o menos sus casas y propiedades, maltratándolos de di­versas maneras, y acusándoles, entregándoles a la justicia, etc.

¿Por ventura lo que estamos viendo hacer ahora a la muchedumbre,compuesta de toda clase de personas, aun religiosas y muy católicas, no es lomismo que lo realizado unos días antes por otras masas desenfrenadas, máso menos descreídas e imbuidas de groseros errores y doctrinas? Y sin embar­go de que todos juzgamos lo de entonces como pésimo, queremos calificar lonuestro de ahora como bueno y como santo. No lo es de ninguna manera.Malo es y recriminable por igual incendiar, saquear y destruir casas, propie­dades, oficinas e iglesias, aparte la circunstancia agravante que hay en éstaspor su carácter de cosas sagradas. Verdad es que Jesucristo, armado de látigoazotó y arrojó de la casa de Dios a los traficantes profanadores del templo;pero no hizo lo mismo en las sinagogas y viviendas de su enemigos, ni losmaltrató de ningún modo, sólo los reprendió y echó en cara sus crímenes ypecados, porque como Dios que es posee la misma autoridad (sic).

¿Qué otra cosa más, amados hijos, estáis haciendo que sea reprocha­ble delante de Dios, y que por tanto merezca nuestra reprensión? Estáishaciendo sí otra cosa muy mala, no solo ante los ojos de Dios sino a la vistade toda persona culta, educada, cristiana, de dentro y fuera de nuestrosuelo. Estáis abusando hasta el colmo de la crítica, de la calumnia, de lamaledicencia, de la mentira burda y del lenguaje más bajo, ruin y ofensivoque tiene el diccionario de nuestra lengua. ¿Acaso la sana moral, el cristia­nismo puro consienten esto en algún momento, por alguna razón legiti­ma? ¿Contra alguna persona que aunque haya llegado a hundirse en el abis­mo de la desgracia y la depravación -es hijo de Dios nuestro hermano?Nunca será esto lícito, y sí lo será siempre recriminable, bochornoso, da­ñino, sobre todo para hijos, hermanos y discípulos ...

¿Queda algo más, amados míos, de que reprenderos? Si, me quedaesto último muy sobresaliente, dejando a un lado algunas otras cosas de

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Antología de dOCllHlentos

poca monta. Entre las tropelías llevadas a cabo por las masas callejerasenardecidas, sobresale el hecho de haber destruido irreverente, despiadaday cruelmente todo recuerdo del extinto dictador dominicano en parques,plazas, escuelas, oficinas y hasta en las casas particulares de familia. ¿Cómoos parece que yo, representante de la Iglesia en la diócesis de La Vega,Padre espiritual de todos, buenos y malos, que he sufrido todas vuestrasvicisitudes junto con las mías, como debo yo calificar este proceder de lasmasas estudiantiles que se ha desarrollado casi en toda la República? A laverdad yo lo calificaría de arbitrario, inmoderado y temerario. Tal ejecu­ción, estimo yo, no corresponde a jóvenes imberbes ni a niños, sino a lasautoridades nacionales o locales de cada institución, escuela, oficina, etc.Así como no intervinieron ellos, los jóvenes y los niños, en la colocaciónde nombres, tarjas, bustos, monumentos, etc., tampoco están llamados atomar parte en su destrucción. Ya que todos más o menos, en una u otr,)ocasión contribuimos de buen o mal grado a instalarlos, a aplaudirlos y

vitorearlos, aguardemos pacientes a que los retiren o destruyan quienesdeben y pueden hacerlo mejor que nosotros.

Ya voy a terminar esta carta de padre espiritual y paslor vueslro, queos he dirigido con el fin y propósito de procuraros en bien espiritual, elmayor de todos los que debéis aspirar y que yo os puedo brindar. Masantes de acabar, permitidme que os haga una última y suprema recomen­dación y suplica.

Ya hace seis meses que Dios Nuestro Señor, misericordioso y bueno,nos puso en camino de la libertad, lo más difícil que creíamos alcanzar, ysin embargo no hemos querido cooperar con el Señor a nuestra propiasalvación de pueblo libre y soberano. Estamos uno contra otros, dirigen­tes y dirigidos, encaprichados en mezquindades, sin querer echar adelan­te en nuestra liberación total, y echando en olvido el Mar Negro que hemosatravesado por más de treinta años, y no tomando en cuenta el grave peli­gro que corremos de volver a lo pasado.

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Cronología histórica de las relaciones

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Además de valerse de los dos volúmenes de la publica­da por Emilio Rodríguez Demorizi en 1955, la presente cro­nología ha tomado en cuenta otras fuentes documentales}como la correspondencia oficial del Arzobispado de SantoDomingo (1930-1961), de los archivos históricos de la Com­pañía de Jesús (La Habana y Santo Domingo), algunos tra­bajos previos e incluso otras fuentes periodísticas no reseña­das por Rodríguez Demorizi, por razones obvias.

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193023 de febrero

Mediante un simulacro de revolución, dirigida por Trujillo, RafaelEstrella Ureña sale de Santiago hacia la capital para derrocar alpresidente Horacio Vásquez, que al día siguiente se asila momen­táneamente en la legación de EE. UU.

3 de marzo.

Después de ser nombrado por el presidente saliente secretario deEstado de Interior, Rafael Estrella Ureña asume la presidencia in­terina de la República.

16 de mayo

Con el apoyo de una coalición de partidos menores, resultan elec­tos sin oposición Rafael L. Trujillo (presidente) y Rafael EstrellaUreña (vicepresidente).

6 de julio

Mons. Luis A. de Mena presenta su renuncia al cargo de arzobispocoadjutor de Santo Domingo.

23 de julio

El gobierno norteamericano reconoce por anticipado el gobiernoconstitucional de Trujillo-Estrella.

16 de agosto

Los electos asumen oficialmente sus cargos frente al Parque Co­lón. Al tedeum en la Catedral asiste Mons. Adolfo Alejandro Nouel,arzobispo de Santo Domingo.

3 de septiembreUn ciclón, bautizado con el santo del día (San Zenón) destruye lacapital y arroja un saldo de mil muertos y 4,000 heridos.

6 de septiembrePara administrar mejor las ayudas recibidas del cuerpo diplomáti­co, Trujillo crea un Comité Dominico-Internacional de la Cruz Roja,bajo su presidencia.

25 de septiembreMons. Nouel accede al deseo de Trujillo de traer a la capital la Vir­gen de Higüey para consuelo de las víctimas del ciclón. Protestasde los higüeyanos hacen cancelar el proyecto y sólo se hace reco­rrer las calles la imagen del templo de la AItagracia el 21 de enerodel año siguiente.

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José Luis Sáez, S. I La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

193120 de febrero ",

Presenta sus cartas credenciales Mons. Giuseppe Fietta, internun­cio apostólico.

24 de febreroEl Ejecutivo aprueba la ley que crea la Orden Heráldica del MéritoJuan Pablo Duarte para premiar servicios distinguidos a la Patria.

6 de marzoTrujillo somete a las cámaras el proyecto de ley que otorga persona­lidad jurídica a la Iglesia Católica y a todas sus instituciones depen­dientes. Se convertirá en Ley N° 117 el 20 de abril del mismo año.

20 de junioEn supuesto enfrentamiento con fuerzas del gobierno, cae en laslomas de Mao el general Desiderio Arias.

27 de junioA la renuncia del arzobispo Nouel, asume el cargo de administra­dor apostólico sede plena de la Arquidiócesis de Santo Domingo, elCan. Florentino Armando Lamarche Marchena.

16 de agostoTrujillo recibe en la Catedral de manos del arzobispo Nouella GranCruz de la Orden Jerosolimitana del Santo Sepulcro. En el TeatroCapitolio de la capital se funda el Partido Dominicano, convertidopoco después en partido único.

7 de diciembreMientras estaba en Nueva York, un grupo de diputados acusa anteel Senado al vicepresidente Estrella Ureña de conspirar contra elGobierno. Aceptada la denuncia, el Senado le destituye de su cargo.

8 de diciembreDespués de una reunión con comerciantes y banqueros, Trujilloasume el mando de las Fuerzas Armadas.

19325 de enero

La Asociación Nacional de Estudiantes Universitarios (ANEU), so­licita al presidente Trujillo la autonomía de la Universidad de San­to Domingo.

25 de mayoSupuestamente por razones de salud, el presidente Trujillo trasla­da su residencia a San José de las Matas, y permanece allí hasta el14 de diciembre.

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Cronología histórica de las relaciones

30 de mayoCon motivo del 1ero Congreso de los Exploradores Católicos, funda­dos por el P. Eliseo Pérez Sánchez, el presidente Trujillo les dirigeun mensaje.

16 de julioEl Maestro de la Orden de San Lázaro de Jerusalén otorga a Trujillola Gran Cruz de San Lázaro.

26 de septiembreA la muerte del Can. Armando Lamarche, la Santa Sede designaadministrador apostólico al Can. Rafael C. Castellanos, cura de Puer­to Plata. Asume el gobierno el día 12 de octubre.

193321 de enero

Un discurso del Can. Castellanos en una "Revista Cívica" en San­tiago provoca críticas en la prensa.

23 de febreroDurante la ceremonia de inhumación de los restos de Francisco J.Peynado en la Capilla de los Inmortales, el Can. Rafael Castellanosimpone silencio a los aplausos que intelTumpieron el panegíricodel presidente Trujillo.

10 de marzoTrujillo somete a las cámaras el reconocimiento de Mons. Nouelcomo arzobispo vitalicio de Santo Domingo. Se convertirá en leyel día 10 del mismo mes.

26 de mayoEl Congreso Nacional confiere a Trujillo el rango de generalísimo.

17 de septiembreEn el local del antiguo Palacio Episcopal (Santo Domingo) se in­augura el Colegio Dominicano de la Salle.

18 de noviembreInvitado a un banquete en honor de Tnljillo en el Palacio Munici­pal, el Can. Rafael Castellanos no asiste por razones de salud.

193421 de enero

Esa noche fallece en el Palacio Arzobispal el Can. Rafael Castella­nos, administrador apostólico de Santo Domingo.

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José Luis Sáez, S 1. La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trtijillo (1930-1961)

14 de febreroAsume el gobierno..de la Arquidiócesis de Santo Domingo el Can.Eliseo Pérez Sánchez.

30 de marzoSe anuncia el descubrimiento de una conspiración para asesinar aTrujillo en Santiago.

16 de mayoEn un nuevo simulacro de elecciones sin oposición, resulta reelectopresidente Rafael L. Trujillo, acompañándole el Lic. Jacinto B.Peynado como vicepresidente. Asumirán el cargo el 16 de agosto.

16 de julioMons. Nouel testifica públicamente que los restos depositados enla parroquia de El Seibo son los del general Santana.

13 de noviembreMediante ley del Congreso (N° 778), Trujillo dona a los salesianoslos terrenos para establecer una escuela de artes y oficios en lacapital.

193522 de febrero

Trujillo nombra a Mons. Nouel, arzobispo emérito de Santo Do­mingo, miembro del consejo de la Orden del Mérito Juan PabloDuarte.

28 de febreroEl gobierno de Trujillo envía al Arzobispado el borrador del con­trato para la apertura de una misión fronteriza.

15 de abrilEl Arzobispado y el gobierno firman el contrato para establecer la"Misión Fronteriza".

10 de junioFallece en la capital el diputado José Trujillo Valdés y sus restos sedepositan en la Capilla de los Inmortales de la Catedral.

11 de octubreLa Santa Sede designa el P. Ricardo Pittini, S.D.B., arzobispo deSanto Domingo. Será consagrado en la Catedral el 8 de diciembrede ese año.

29 de octubreA raíz del anuncio oficial del nombramiento, varios periódicos ini­cian una campaña contra el nuevo arzobispo y la m<:lrginación delclero nacional.

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Cronología histórica de las reiaciotles

26 de diciembreDiez profesores de la Facultad de Derecho de la Universidad de San­to Domingo someten al Parlamento Noruego como candidato al pre­mio Nobel de la Paz para 1936 al presidente Trujillo por su labor enpro de la paz y armonía entre Haití y la República Dominicana.

193611 de enero

Entra en vigencia la ley que impone a la capital el nombre de Ciu­dad Trujillo.

21 de eneroEn la Mansión Presidencial recibe el bautismo de manos del arzo­bispo Pittini el niño Rafael Trujillo Martínez (Ramfis).

2 de marzoTrujillo confiere la Orden de Duarte a Mons. Ricardo Pittini y aMons. Joseph Le Gouaze, arzobispo de Port-au-Prince.

5 de abrilMons. Pittini solicita al P. General de la Compañía de Jesús el en­vío de algunos jesuitas al país.

25 de mayoMediante Ley N° 1104 el Congreso designa a la ciudad de Bonao(La Vega), con el nombre de Monseñor Nouel.

rde agostoSe establece oficialmente en Dajabón el P. Felipe Gallego, S.J., ini­

ciando así la "Misión Fronteriza".16 de agosto

Trujillo confiere la Orden de Duarte al cardenal Eugenio Pacelli,secretario de Estado de la Santa Sede.

17 de octubreAsiste Mons. Nouel a la inauguración del puente General Santanaen Higüey, y entrega a Trujillo la espada de Santana.

19 de noviembreEl papa Pío XI otorga a Trujillo la Gran Cruz de San Gregorio elGrande.

8 de diciembreEl presidente Trujillo visita Dajabón y asiste a un tedeum en laparroquia, que promete construÍl~

18 de diciembrePresenta sus cartas credenciales Mons. Maurilio Silvani, nuevonuncio apostólico. Al día siguiente le impone a Trujillo la GranCruz de San Gregorio el Magno.

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José Luis Sáez, S. 1 La sumisiól1 bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

193711 de enero "

Mons. Pittini bendice el obelisco conmemorativo del cambio denombre de la capital.

21 de eneroEl clero nacional ofrece una misa pontifical en honor de Trujillo.

25 de eneroNombra a Mons. Adolfo A. Nouel miembro del consejo de la Or­den de Duarte. Ese mismo día. Mons. Pittini bendice la primerapiedra de la nueva parroquia de Dajabón.

30 de marzoEn Santiago recibe Trujillo de manos del Presidente del Senado lainsignia de generalísimo, otorgada por el Congreso Nacional en1933.

26 de junioFallece el anciano Mons. Adolfo A. Nouel, y cuatro días después, elEstado decreta tres días de duelo nacional.

31 de julioTrujillo designa a Mons. Pittini vocal de la Junta Pro-Centenario dela República.

8 de agostoEl arzobispo Pittini preside la bendició'n del nuevo templo deDajabón, y cuatro días después acompaña al párroco en una visitaal obispo de Cabo Haitiano.

19 de agostoTrujillo visita el nuevo templo de Dajabón y asiste a misa.

2 octubreComienza en la zona fronteriza el denominado "corte" o matanzamasiva de haitianos.

21 octubreEl Ejecutivo sanciona la Ley de Organización Universitaria.

12 noviembreEl presidente de Haití, Stenio Vincent, solicita la mediación deEE.UU., Cuba y México para resolver el problema dominico-hai­tiano, pero Trujillo rechaza en principio esa mediación.

193831 de enero

En Washington concluye el diálogo para poner fin al problema sur­gido por la matanza de los haitianos, y se impone al gobierno de

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Cronología l1istórica de las relaciones

Trujillo el pago de $750,000 al Gobierno haitiano en tres plazosanuales.

23 de febrero

Como intermediario, Mons. Pittini recibe del Gobierno un chequedel National City Bank por $250,000 a favor del Gobierno haitiano,cubriendo el primer plazo estipulado.

14 de agosto

El Ejecutivo otorga la Orden de Duarte a cinco miembros destaca­dos del clero dominicano, incluyendo el arzobispo Pittini y el ar­zobispo emérito Luis A. de Mena.

16 de agosto

Ante la crítica internacional, agravada por la matanza masiva dehaitianos que vivían en el país, Trujillo cede el poder a Jacinto B.Peynado (presidente) y Manuel de J. Troncoso de la Concha (vice­presidente), electos el 16 de mayo.

4 de noviembreEl presidente Peynado designa a Mons. Luis A. de Mena miembrodel Consejo de la Orden de Trujillo.

193928 de marzo

Con la patrocinio de "Falange Española", pronuncia una confe­rencia en la Casa de España el P. Antonio López de Santa Anna,S.J.

3 de abrilTrujillo otorga la Orden de Duarte a Mons. Maurilio Silvani, mm­cio apostólico.

21-23 de abrilEn Santiago se celebra el 1cr. Congreso Eucarístico Regional. El Ca­bildo de Santiago declara huésped de honor al Nuncio Apostólico.

4 de julioEn San Pedro de Macorís fallece el P. Francisco Fantino Falco, ca­pellán del Santo Cerro, donde serán sepultados sus restos.

7 de octubreLlegan a la capital los primeros 800 refugiados políticos españo­les. Mons. Pittini invita al clero y pueblo a recibirlos con los brazosabiertos.

16 de diciembreEl ejecutivo otorga la Orden de Duarte al marqués Eduardo Persi­chetti Ugolini, embajador ante la Santa Sede.

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José LlIis Sáez, S. 1. La sumisión bif11 pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujil10 (1930-1961)

194014 de enero ",

Mons. Pittini bendice la primera piedra del futuro Seminario Me­nor del Santo Cen-o (La Vega), en el local en que había funcionadoel Colegio del P. Fantino.

7 de marzoA la muerte del presidente Peynado, asume el poder el Lic. Manuelde J. Troncoso de la Concha.

22 de marzoCon la presencia del presidente Troncoso de la Concha, el arzobispoPittini pronuncia una palabras antes de ejecutarse por vez primera enla Catedral el oratorio "La muerte de Cristo", de José de Jesús Ravelo.

12 de abrilMons. Pittini dicta una conferencia en el Partido Dominicano deLas Matas de Farfán.

16 de abrilSe promulga la ley que denomina "Era de Trujillo" al período his­tórico iniciado el 16 de agosto de 193O.

14 de octubreLa Guardia Universitaria establece sus bases como parte del Parti­do Dominicano para la reeducación política del pueblo.

19419 de marzo

Se inaugura el Seminario Menor Padre Fantino en el Santo Cerro(La Vega), bajo la dirección de los PP. jesuitas.

3 de octubreCon veinticinco alumnos se inicia el curso del primer SeminarioMenor de la Arquidiócesis en manos de los jesuitas.

9 de septiembreEl Congreso declara Día del Padre Billini ello de diciembre decada año, fecha del nacimiento del filántropo P. Francisco X. Billini.

27 de diciembreSe instala en la capital la Asamblea Revisora de la Constitución,que el 5 de enero otorgará el voto a la mujer.

194210 de enero

Concluidos sus debates, la Asamblea Revisora proclama la nuevaConstitución Política.

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Cronología histórica de las relaciones

14 de febreroQueda registrado y reconocido legalmente el nuevo Partido Truji­llista. Al día siguiente se une al Partido Dominicano para procla­mar a Trujillo como candidato presidencial.

27 de febrero

Trujillo emite un manifiesto aceptando su postulación a la Presi­dencia "en momentos difíciles y conflictivos a causa de la guerra".

26 de abrilEn San Pedro de Macorís, Manuel A. Peña Battle lanza la idea deque Trujillo asuma el poder inmediatamente después de las elec­ciones del 16 de mayo. El resto del país se une en los días sucesi­vos a la idea, lo mismo que hará el Senado el 7 de mayo.

18 de mayoConcluidas las "votaciones", y después de aceptar la renuncia delpresidente Troncoso de la Concha, Trujillo presta juramento antela Asamblea Nacional, aunque la Asamblea lo proclamará el 27 deese mes.

10 de julioSe inaugura en Dajabón la residencia de los jesuitas que trabajanen la "Misión Fronteriza".

16 de agostoUna vez más, presta juramento ante la Asamblea Nacional paracinco años más en el Presidencia de la República.

9 de noviembreTrujillo otorga la Orden de Duarte a Mons. Paolo Bertoli, nuncio

apostólico.

19436 de mayo

Se promulga la ley del Congreso Nacional que "dona" a la IglesiaCatólica el Palacio Arzobispal.

17 de noviembreEn Dajabón se funda el Colegio Nuestra Señora de la Altagracia,dirigido por las religiosas del Apostolado.

8 de diciembreMediante el decreto 1588, el Ejecutivo concede la naturalizacióndominicana privilegiada a Mons. Ricardo Pittini.

11 de diciembreEn su visita al templo de Dajabón, recibe a Trujillo el P. AntonioLópez de Santa Anna, S.J., superior de la "Misión Fronteriza".

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José L!lis Sáez, S. J La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Tmjíllo ( 19 30- j 96 j)

194431 de enero "

Se inicia la construcción de la Ciudad Universitaria, según la leyaprobada el 17 de noviembre de 1943.

21 de febreroMons. Giuseppe Beltrami, legado pontificio a las fiestas del Cente­nario de la República, dirige un mensaje al pueblo dominicano.

23 de febreroMons. Beltrami bendice en la capital el Hipódromo Perla Antillana.

28 de febreroMons. Pittini bendice en San Cristóbal el parque y monumento dePiedras Vivas, en el solar en que estuvo la casa natal de Trujillo.

31 de marzoEl P. Felipe Gallego, S.J., superior de los jesuitas en el país, propo­ne al Gobierno la fundación de un colegio-internado de varonesen Santiago.

11 de abrilEl gobierno ofrece a los jesuitas el local del antiguo hospital deSantiago para instalar el citado colegio.

7 de mayoLlega al país el historiador Emil Ludwig, invitado por la Universi­dad de Santo Domingo, aunque su verdadera misión debía ser es­cribir la biografía de Trujillo.

15 de agostoSe inaugura en San Cristóbal el Colegio San Rafael, dirigido por lasHH. Mercedariasde la Caridad.

19451° de enero

El Ejecutivo concede la naturalización privilegiada a los agustinosrecoletos Fr. Custodio Domeño Redin y Fr. Javier !turri Oset, de laparroquia de San Cristóbal.

27 de febreroTrujillo asiste a la inauguración de la estatua del P. Gaspar Hernán­dez, junto a la iglesia del Carmen.

17 de marzoTrujillo asiste en la parroquia de Dajabón a un tedeum entonadopor el P. López de Santa Anna, S.J.

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Cronología iJistórica de las relaciones

18 de julioMediante decreto N° 2834, el Ejecutivo designa vicerrector de laUSD al P. Oscar Robles Toledano.

12 de agostoEn la Catedral son consagrados el arzobispo coadjutor con dere­cho a sucesión (Octavio A. Beras), yel obispo auxiliar (Felipe Ga­llego, S.J.).

24 de octubreMons. Felipe Gallego, S.J., bendice el nuevo Colegio de la Altagracia(Dajabón).

19464 de febrero

Mediante decreto N° 3336, el presidente Trujillo designa, entreotros, al arzobispo Beras, a Mons. Eliseo Pérez Sánchez, y a losPP. Antonio López de Santa Anna y Eduardo Ross, miembros delComité del Faro a Colón. Se juramentaron en Palacio el 11 delmisnlO nles.

10 de marzoSe establece en Dajabón el Colegio Agrícola San Ignacio, dirigidopor los HH. Cruzados de San Juan Evangelista, llegados de Curazaoel 16 de agosto del año anterior.

4 de agostoUn fuerte terremoto, seguido de temblores de tierra de menor in­tensidad, causa destrozos en la capital y la zona noroeste. A losdos días se celebra una misa de acción de gracias alrededor delobelisco del malecón.

8 de septiembreLa Hermandad de las Ánimas de la parroquia de Puerto Plata im­pone a Trujillo la Medalla de Oro.

25 de noviembreEn los salones de Palacio presenta sus cartas credenciales a Trujilloel nuncio, Mons. Alfredo Pacini.

194717 de enero

Con sólo cuatro edificios, se inaugura en Ciudad Trujillo la Ciudad

Universitaria.

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José Luis Sáez, S. J La sumisióll bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

3-9 de febreroSe celebra en la Capital la 1a Semana Social del Caribe. Asisten 10jesuitas de la zona del Caribe para estudiar el Derecho de Propie­dad. Son recibidos en Palacio por el presidente Trujillo.

12 de febreroSe inaugura en las afueras de la capital el Colegio Santo Domingo,dirigido por las Hermanas Dominicanas de Adrian (Michigan).Asisten el presidente Trujillo, Mons. Pittini, y Mons. Patrick Barry(obispo de Saint Augustin, Fla.).

15 de febreroA solicitud de Mons. Beras, el presidente Trujillo aprueba la cons­trucción de un nuevo Seminario Conciliar.

25 de febreroEl decreto N° 4203 regula la colocación de autoridades civiles ymilitares durante su asistencia a la Iglesia.

7 de junioMediante ley del Congreso Nacional, se dispone la construcciónde la Basílica de la Altagracia en Higüey y se convoca un concursointernacional para ese fin.

10 de julioEl presidente Trujillo sanciona la ley N° 1467 que facilita la cele­bración del matrimonio a los miembros de las Fuerzas Armadas.

17 de agostoSe inaugura la Ciudad Universitaria, y la bendice Mons. Octavio A.Beras, arzobispo coadjutor de Santo Domingo.

15 de septiembreMediante el decreto N° 4591, el presidente Trujillo establece el re­glamento del servicio militar obligatorio.

11 de diciembreEn un artículo en La Nación, Mons. Felipe Sanabia condena la pre­tendida invasión de Cayo Confites.

19489 de febrero

Un enorme grupo de acusados de pertenecer al grupo que habríasalido de Cayo Confites (Cuba), es enviado a la justicia.

8 de mayoEn la inauguración del nuevo Seminario Santo Tomás, participancomo oradores el presidente Trujillo, el arzobispo Pittini y el nun­cio Alfredo Pacini.

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Cronología histórica de las re/aClo/les

31 de septiembreEl redentorista P. Guido Ghildea entona una salve ante el presi­dente Trujillo en la palToquia de San Juan de la Maguana.

2 de noviembreA la inauguración de la capilla del cementerio de la avenidaTiradentes, asiste el Seminario en pleno.

13 de diciembreFr. Manuel Suárez, maestro general de los dominicos, visita al pre­sidente Trujillo en Palacio.

194915 de enero

Invitado por la Secretaría de Previsión Social, visita el país el so­ciólogo vasco P. Joaquín Azpiazu, S.J., y diseña un código de tra­bajo.

19 de junioLlega un grupo de expedicionarios a la costa de Luperón en doshidroaviones anfibios con armas.

10 de agostoLa Cámara Penal condena a 30 años de trabajos públicos a cuatrodominicanos y un nicaragüense implicados en el desembarco deLuperón.

24 de octubreSe bendice e inaugura la nueva iglesia parroquial de San Cristóbal.

10 de noviembrePresenta sus cartas credenciales a Trujillo el nuevo nuncio apostó­lico Mons. Francesco Lardone.

20 de diciembreSe inaugura el primer edificio del Colegio de La Salle en la Ave.Bolívar.

195023 de febrero

En el Seminario Santo Tomás comienzan las sesiones de trabajodel equipo que estudiará la elaboración del futuro concordato.

25 de febreroValiéndose de la recién aprobada Ley de Amnistía, quedan en li­bertad los implicados en la invasión de Luperón de junio de 1949.

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José Luis Sáez, S 1. La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (i 930-196 i)

14 de agostoFr. Buenaventura de la Vega, ministro provincial de los capuchi­nos de Andalucía, entrega a Trujillo un pergamino de gratitud porlos favores dispensados a esos religiosos.

195110 de enero

En presencia del presidente Trujillo, Mons. Octavio A. Beras ben­dice las instalaciones del Central Río Haina.

22 de abrilComienza en La Voz Dominicana, el programa radial "La HoraCatólica", a cargo del P. Luis González-Posada, S.J., rector del Se­minario Santo Tomás.

10 de mayoLos jesuitas Antonio Sánchez y Constantino García inician un am­plio programa de misiones populares, recorriendo 17 parajes delnoroeste y este del país.

17 de julioEn el auditorio del Palacio del Partido Dominicano, los estudiantesuniversitarios imponen a Trujillo el "Gran Collar de la Democracia".

19522 de enero

El P. Luis González-Posada. S.J. presenta a Trujillo el proyecto deuna escuela electromecánica en el país. Dos días después, aprove­chando una visita al país, el director de la Escuela Electromecáni­ca de La Habana presenta el proyecto a Trujillo.

21 de eneroEn Higüey se bendice la primera piedra de la gran Basílica de Nues­tra Señora de la Altagracia.

21 de abrilTrujillo elogia la labor de los misioneros populares jesuitas en car­ta al Arzobispo de Santo. Domingo.

29 de abril-9 de mayoPara estudiar de cerca el problema de la anulación del matrimonioTrujillo-Ledesma, visita el país, procedente de Roma, Mons. Ma­nuel Bonet Muixi.

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Cronología histórica de las relaciones

12 de mayo

El P. Manuel González Quevedo, S.J. dicta en el Centro Social Obre­ro de la capital una conferencia titulada "La dignidad humana y elproblema obrero".

23 de julioEl Estado y la Compañía de Jesús firman el contrato mediante elcual los jesuitas se hacen cargo del Instituto Politécnico Loyola(San Cristóbal), fundado por el Estado. La institución se inauguraoficialmente el 24 de octubre, y la bendice Eliseo Pérez Sánchez,vicario general del Arzobispado.

16 de agostoDespués de las consabidas "votaciones", ocupa la presidencia Héc­tor B. Trujillo, hermano del Generalísimo, hasta el 3 de agosto de1960.

25 de agostoEl Dr. Tulio Franco y Franco y el P. Oscar Robles Toledano, delega­dos dominicanos ante la ONU, promueven la admisión del régi­men de Franco a ese organismo.

10 de octubreEl generalísimo Trujillo dona $72,000 para la construcción de unacasa de ejercicios y una escuela apostólica cerca de Haina (D.N.).

3 de diciembreSale del país Trujillo como plenipotenciario ante la O.E.A. y visitavarias ciudades de EE.UU. en donde permanecerá hasta el 15 demarzo de 1953.

195319 de mayo

Con la mediación de dos jesuitas, Aminta Ledesma Lachapelle,primera esposa de Trujillo, le solicita anular el matrimonio de 1913.

25 de septiembreEl papa Pío XII erige los obispados de Santiago y La Vega y laprelatura nullius de San Juan de la Maguana.

5 de octubreTrujillo envía un mensaje al papa Pío XII con ocasión de la persecu­ción que sufren los católicos bajo el régimen comunista de Polonia.

6 de noviembreA nombre de Trujillo, el P. Robles Toledano, delegado ante la ONU,protesta de las persecuciones a la Iglesia Católica por parte de loscomunistas.

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José LlIis Srfez, S J. La sllmisión bifll pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

23 de diciembrePresenta las cartas ·credenciales el nuevo nuncio apostólico, Mons.Salvatore Siíno.

29 de noviembreEl P. González-Posada, S.J., propone un plan para que varias con­gregaciones femeninas atiendan diez hospitales.

2 de diciembreMediante el decreto N° 9555, el Ejecutivo nombra al P. González­Posada vicerrector de la Universidad de Santo Domingo.

6 de diciembreAnte el monumento Trujillo-Hall, se celebra un "mitin católico"agradeciendo a Trujillo la Ley de Enseñanza de la Religión en lasEscuelas. Hablan el P. González-Posada, a nombre del clero, y Mons.Pittini, que clausuró el acto.

9 de diciembreEl P. González-Posada, S.J., propone al generalísimo Trujillo unplan para el complejo educativo en terrenos del Faro a Colón.

10 de diciembreEl P. González-Posada, presenta a Tnljillo un plan para fundar uncolegio internado jesuita en las cercanías del Faro a Colón. Nuncase materializaría el proyecto.

195421 de enero

En la Basílica de Higüey Trujillo inaugura la cruzada pacífica con­tra el comunismo.

27 de febreroTrujillo asiste a la inauguración del nuevo local del Colegio Agríco­la de Dajabón, dirigido por los HH. Cruzados de San Juan Evange­lista. A solicitud del P. González Posada había aportado $180.000.

5 de nzarzoMediante dos decretos, el presidente Héctor Trujillo otorga al P.Antonio López de Santa Anna, S.J., la Orden de Duarte y la deTrujillo, ambas en el grado de Caballero.

13 de mayo

El Congreso Nacional aprueba que el año siguiente se denomi­ne "Año del Benefactor de la Patria", celebrando los 25 años delrégimen.

2 de junio

Trujillo y su séquito inician un viaje a España, camino de Roma.

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Cronología histórica de las relaciones

16 de junioEn su calidad de ministro plenipotenciario, Rafael L. Trujillo fir­ma en Roma el Concordato con la Santa Sede.

20 de junioEl P. Antonio Sánchez, S.J., presenta a Trujillo un "proyecto de ofen­siva católica en las barriadas extremas de Ciudad Trujillo".

7 de julioEl Senado aprueba el Concordato, que Trujillo le había sometidoel día anterior.

31 de julioSe inaugura la Casa de Ejercicios Manresa-Loyola (Haina, D.N.).

6 de agostoSe realiza el canje de ratificaciones del Concordato, actuando comorepresentantes Joaquín Balaguer (secretario de Relaciones Exte­riores y Culto), y Mons. Salvatore Síino (nuncio apostólico).

29 de agostoProcedentes de Madrid, llegan al país los primeros tres frailes do­minicos, que se establecerán en su antiguo convento.

8 de septiembreTrujillo asiste a un tedeum en el Colegio Agrícola de Dajabón, yrecibe las alabanzas que le tributa el P. Antonio López de SantaAnna, S.J.

15 de octubreMons Eliseo Pérez Sánchez da el picaza inicial de las obras de lafutura basílica de Higüey.

27 de noviembre-S de diciembreGran misión popular de todas las parroquias de la capital, dirigida

por el P. Antonio Sánchez, S.J.30 de noviembre

El P. González-Posada es designado miembro de número del Insti­tuto Dominicano de Cultura Hispánica.

7 de diciembreEn el auditorio del Partido Dominicano un grupo de seminaristasescenifica "En vísperas de la definición", obra del P. Mariano Váz­

quez, S.J.8 de diciembre

A la misa de clausura del Año Mariano en el Parque Ramfis, asisteel Generalísimo y su Gobierno.

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José Luis Sáez, S. 1. La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Tmjillo (j 930-j 96 1)

195522 de marzo '.

Mediante el decreto N° 721 el Ejecutivo instituye la Academia deCiencias Morales y Políticas y nombra entre sus 25 miembros al P.González-Posada, S.J.

14 de mayoTrujillo recibe la investidura como "Padre de la Patria Nueva". Lle­ga de Higüey la imagen de la Altagracia y permanece en la capitalhasta el día 19 del mismo mes. Trujillo le impone a la imagen lasórdenes de Duarte, Sánchez y Mella y Trujillo.

15 de mayoEn el Parque Ramfis y ante el cuadro de Higüey, el presidenteHéctor Trujillo renueva la proclamación solemne de la soberaníade la Virgen de la Altagracia sobre el país.

16 de junioEl P. Zenón Castillo de Aza propone otorgar a Trujillo el título de"Benefactor de la Iglesia".

19 de julioLa Secretaría de Previsión y Asistencia Social y Fr. José LaínezRodrigo, superior general de los Terciarios Capuchinos, firman elconvenio para la dirección y administración del Reformatorio deMenores (San Cristóbal).

6 de agostoEn el curso de un banquete en honor del Lic. Federico C. Álvarezen el Hotel Matúm (Santiago), los oradores hacen caso omiso delnombre de Trujillo.

9 de agosto

En la capilla de la Nunciatura, y con la presencia de Mons. Pittini,el nuncio Salvatore Siino bendice el matrimonio canónico deTrujillo y María Martínez Alba.

10 de agosto

El P. Luis González-Posada, S.J. sugiere al Asistente de AméricaLatina Septentrional que el P. General conceda al generalísimoTrujillo "Carta de Hermandad" en la Compañía de Jesús.

14 de agosto

Un decreto del Ejecutivo destituye a los licenciados Federico Ál­varez y E. Sánchez Cabral de sus puestos de profesores de la Uni­versidad de Santo Domingo.

16 de agosto

Trujillo recibe el "Gran Collar de la Patria".

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Cr01wlogía histórica de las relaciones

9 de noviembreEl jefe de Estado Mayor de la Aviación Militar Dominicana (AMD),y la madre María de Jesús, priora general de las Carmelitas Descal­zas Misioneras, firman el contrato para la atención del HospitalMilitar de San Isidro (Distrito de Santo Domingo).

20 de diciembreSe inaugura en la capital la Feria de la Paz y Confraternidad delMundo Libre.

195626 de febrero

Mons. Octavio A. Beras bendice la capilla del Palacio Nacional.28 de febrero-6 de marzo

En el nuevo Palacio del Congreso se reúne el Congreso Internacio­nal de Cultura Católica por la Paz del Mundo con asistencia de 138delegados de 36 países. Rafael L. Trujillo pronuncia el discursoinaugural.

15 de mayoMons. Octavio A. Beras bendice el Palacio de Bellas Artes (C.Trujillo).

30 de junioEn el vestíbulo de entrada del Instituto Politécnico de San Cristó­bal se bendice un busto de Trujillo.

31 de julioSe inaugura la Casa de Ejercicios Manresa-Altagracia, donada porTrujillo a nombre de su hija Angelita. Ese mismo día es designadosenador de la República Mons. Eliseo Pérez Sánchez, en sustitu­ción del Can. Felipe Sanabia.

29 de noviembreLa Secretaría de Educación y Fr. Armando Tamargo, O.P., superiorde los dominicos, firman el contrato para la dirección del LiceoUlises F. Espaillat (Santiago).

3 de diciembreEl P. González-Posada, S.J., clausura el acto de inauguración de laAve. Dr. Trujillo Molina en la Universidad de Santo Domingo.

195713 de enero

En la capital se inaugura la Escuela de Artes y Oficios, anexa a laparroquia de María Auxiliadora.

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José Luis Sáez, S. 1. La mmisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

21 de abrilMons. Octavio A. Beras bendice la Academia Militar de la Avia­ción "Batalla de las Carreras" (San Isidro).

16 de mayoEn otras "votaciones" sin oposición, resulta reelegido Héctor Tru­jillo, pero esta vez, le acompaña como vicepresidente el Dr. Joa­quín Balaguer.

23 de diciembreEl Superior de los jesuitas en el país, envía una carta a la prensadefendiéndoles de los ataques aparecidos ese mismo día.

29 de diciembreTrujillo asiste a la eucaristía que celebra el arzobispo Pittini al inau­gurar la parroquia Santo Domingo Savio (La Vega).

195821 de enero

Los jefes de Estado Mayor de las FE AA. Yel nuncio Salvatore Síinofirman en la Estancia Ramfis el acuerdo que erige el Vicariato Cas­trense.

4 de febreroSe inician una serie de denuncias en la prensa del régimen contrala Universidad de Santo Domingo. El día 8 el presidente HéctorTrujillo destituirá de su cargo de vicerrector al P. Luis González­Posada, S.J.

6 de febreroEl P. González-Posada asiste al primer picazo de la Facultad deIngeniería y Arquitectura de la USD.

11 de febreroEl arzobispo Ricardo Pittini es nombrado primer vicario castren­se de la República Dominicana.

25 de febreroLas nuevas autoridades universitarias ordenan el cierre y disolu­ción de la Agrupación Católica Universitaria (A.C.U.), fundada porel P. González-Posada el 30 de julio de 1957.

5 de marzoAntes de su salida del país, el P. González-Posada se despide porescrito del generalísimo Trujillo.

10 de marzoDespués de unas semanas de reclusión en Manresa-Loyola, saledel país destinado a Cuba el P. Luis González-Posada. S.J. Ese mismo

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Cronología histórica de las relaciolles

día, los arzobispos de Zaragoza y Santo Domingo firman en Pala­cio el contrato para la creación del Patronato San Rafael.

20 de marzoUna nueva congregación mariana, sin el nombre de la anterior, es"creada" por el gobierno de Héctor B. Trujillo.

7 de diciembreEn un extraño incidente, el arzobispo Pittini resulta seriamenteherido en su propia habitación del Arzobispado.

17 de diciembreEn la Junta Central Directiva del Partido Dominicano, Mons. Eduar­do Ross dicta una conferencia sobre la obra cristiana del generalí­simo Trujillo.

29 de diciembreLos dominicos Fr. Avelino González y Fr. Cipriano Díaz informana su superior provincial sobre la fuerte oposición que encuentranen el Liceo de Santiago.

19595 de enero

Ante la publicación de tres denuncias en la prensa, Fr. Avelino Gon­zález, O.P., director del Liceo de Santiago, aclara al generalísimoTrujillo su actuación.

4 de febreroEl mismo Fr. Avelino escribe en el mismo sentido el presidente J.Balaguer.

10 de abrilEl papa Juan XXIII erige la diócesis de Nuestra Señora de laAltagracia (Higüey), y nombra su obispo al P. Juan F. Pepén.

31 de mayoRecibe la ordenación episcopal el primer obispo de Higüey. Asu­mirá el cargo el 12 de octubre.

14 de junioInvasión de luchadores anti-trujillistas en Constanza, y posterior­mente en las playas de Maimón y Estero Hondo.

20 de agostoBendición de la primera piedra del Seminario Menor San Pío X enLiceo al Medio (Santiago).

25 de octubreProcedente de Roma, llega al país el nuevo nuncio Mons. Lino Zanini,que desempeñaba la función de internuncio en Teherán (Irán).

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José Luis Sáez, S. 1. La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

27 de octubreProcedente de Roma, llega al país el P. Miguel Ángel Larrucea, S.J.,nuevo superior jesuita, hasta entonces rector del Colegio San Igna­cio de Río Piedras (Puerto Rico).

196021 de enero

Los Fervorosos de la Altagracia imponen al generalísimo Trujilloen la Feria Ganadera la "Medalla de la Gratitud".

25 de eneroEl Episcopado dominicano emite una carta pastoral acerca de losabusos y falta de libertad del régimen de Trujillo. Será leída en to­das las misas el domingo 31 de enero.

28 de eneroUna 2a carta pastoral, en ocasión de la Cuaresma, alude velada­mente al problema anterior. Se leyó en todas las misas del domin­go 6 de marzo.

29 de eneroLa prensa anuncia que un escolar jesuita cubano es uno de losresponsables de un complot terrorista. Son arrestados los miem­bros del movimiento "14 de Junio". El Superior jesuita anunciaque el Politécnico Loyola no comparecerá ala clausura de la FeriaGanadera.

29-30 de eneroEn la denominada cárcel de La Cuarenta, son ejecutados 27 ado­lescentes del grupo denominado "Los panfletistas de Santiago".

29 de eneroEl P. Miguel A. Larrucea, superior de los jesuitas, notifica a Trujillopor telegrama que el IPL no asistirá a la clausura de la Feria Ga­nadera.

30 de eneroEl P. Larrucea exige al Secretario de Culto que aclare la denunciacontra el jesuita cubano, acusado de terrorista. Al día siguienteaparece en la prensa una carta de Trujillo alabando la labor del P.Arias, director técnico del Politécnico de San Cristóbal.

2 de marzoAlegando que la Iglesia era ultrajada, el P. Luis F. Henríquez se nie­ga a celebrar la misa del Día de la Policía Nacional en La Vega.

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Cronología histórica de las relacioHeS

18 de marzo

En la fiesta del rector del IPL se presenta inopinadamente el gene­ralísimo Trujillo, y el P. Larrucea aprovecha para advertirle del cie­rre del Politécnico si no se hace efectiva la asignación.

10 de mayo

En el Senado de la República, Mons Eliseo Pérez Sánchez se opo­ne al proyecto que impondría la pena de muerte a cualquier terro­rista. El proyecto no prosperó, y se anuló el 28 de junio.

15 de mayoEl P. Ángel Arias, S.J., responde a Trujillo, pero exige aclarar lasacusaciones contra los jesuitas.

23 de mayoEl Superior de los jesuitas comparece ante el Secretario de Cultopara responder acusaciones en su contra. Al día siguiente muereen una clínica de la capital víctima de un derrame cerebral sufridoen San Cristóbal.

25 de mayoSale a la venta en casi todas las librerías de la capital el libro ¡Com­plot develado!, anunciado ya en la prensa.

28 de mayoEl P. Ángel Arias, S.J., director del Politécnico de San Cristóbal,envía una protesta a Trujillo de las acusaciones gratuitas del re­cién aparecido libro ¡Complot develado!

4 de junioAnte la supresión de la subvención y la delicada situación política,los jesuitas envían a los seminaristas a sus casas y cierran el Semi­nario.

10 de junioA la orden de sacar del país a tres jesuitas, ordenada por la Secreta­ría de Interior, el nuevo superior, P. Mariano Tomé, S.J. se niega acumplirla.

17 de junioLa prensa publica una denuncia contra el P. Antonio Sánchez, S.J.

21 de junioUn ex seminarista publica en la prensa una "carta abierta" contrael P. Juan López Pedraz, S.J., rector del seminario.

22 de junioSeis jóvenes amnistiados de Conuco (Salcedo), declaran que el P.Daniel Cruz Inoa era dirigente de la trama terrorista.

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Page 323: La iglesia dominicana y trujillo

JoséLuis Sáez, S 1. La sumisión bien pagada La Iglesia dominicana bajo la Era de Tmjillo (1930-1961)

18 de julioPara buscar una salida a la situación, las autoridades romanas dela Compañía de Jesús envían al P. Francisco Javier Baeza, S.J., aentrevistarse con Trujillo en Palacio. Le entrega un "memorándum"con cinco puntos básicos de entendimiento.

3 de agostoAnte la impuesta renuncia del presidente Héctor Trujillo, asume elcargo el Dr. J. Balaguer, vicepresidente desde 1958.

7 de septiembreFabricada y planificada por el SIM, estalla una bomba en el Semi­nario Menor San Pío X de Liceo al Medio (Santiago), aún en cons­trucción.

12 de octubreTemiendo por su vida, los salesianos trasladan a Mons. Pittini a laEscuela Taller "Laura Vicuña" (La Vega).

25 de noviembreEn una emboscada, en la mansión de "La Cumbre" a su regreso dePuerto Plata, caen asesinadas las hermanas Patria, Minerva y Ma­ría Teresa Mirabal y su chofer Rufino de la Cruz.

29 de noviembreLa Cámara de Diputados presenta un proyecto de ley que permiti­ría al Gobierno expulsar a cualquier eclesiástico extranjero queinterviniese en política. El proyecto no llegó nunca al Senado.

196110 de enero

Después de un encuentro en Palacio, los obispos entregan a Trujilloun "Memorándum" exponiendo las bases del cualquier entendi­miento futuro.

6 de febreroLos obispos responden negativamente a la solicitud hecha por elpresidente Balaguer de otorgar a Trujillo el título de "Benefactorde la Iglesia en la República".

4 de marzoDurante la visita del generalísimo Trujillo a la Catedral de La Vega,Mons. Panal aprovecha para describir el malestar del pueblo y losmales recibidos por la Iglesia.

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Page 324: La iglesia dominicana y trujillo

Cronología histórica de las relaciones

12 de marzoEn todas las misas de San Juan de la Maguana se lee una declara­ción de Mons. Thomas Reilly sobre la represión y continuos ata­ques a la Iglesia.

18 de marzoEn la Catedral de La Vega, Mons. Panal ordena sacerdote al diáco­no Nicolás de J. López Rodríguez, actual cardenal de la Santa Igle­sia desde 1991.

19 de marzoSe acusa a Mons. Thomas F. Reilly de provocar el incendio de laCaja de Seguros Sociales de San Juan de la Maguana.

7 de abrilEl diario El Caribe anuncia el descubrimiento de un fracasado"complot terrorista" dirigido por el Prelado de San Juan de laMaguana.

12 de abrilDe varias localidades del país llegan a la Presidencia supuestosmensajes que solicitan la expulsión de Mons. Thomas F. Reilly. Esemismo día se anuncia que han puesto a Mons. Reilly a disposicióndel Juzgado de Instrucción.

13 de abrilInvitados a un mitin contra los obispos Reilly y Panal, los jesuitasdel IPL (San Cristóbal) se niegan a que los alumnos asistan.

14 de abrilEl gobierno cancela la licencia a Radio Santa María (Santo Cerro),por no abrir ni cerrar sus transmisiones con el Himno Nacional.

13-19 de abrilEn los mítines masivos escenificados en San Pedro de Macorís, ElSeibo, Hato Mayor, Barahona, Montecristi, Pimentel, José Contreras,Castillo, San Francisco de Macorís, Salcedo y La Vega los oradoresrepudian a los obispos de La Vega y San Juan, exigen su inmediataexpulsión del país, y piden a Trujillo asumir la presidencia de nuevo.

14 de abrilA la puerta del apartamento de Mons. Pittini, junto al ábside de laCatedral, aparece el cadáver del supuesto terrorista colombianoJairo Alberto Calderón Forero, que esa noche haría estallar unabomba en el templo.

19 de abrilA media mañana, supuestas turbas atacan las oficinas del obispo Pa­nal en La Vega e incendian la vivienda del P. Luis Federico Henríquez.

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Page 325: La iglesia dominicana y trujillo

José Luis Sáez, 5.1. La sumisión biflj pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

30 de mayoEn camino a San Cristóbal, un grupo de opositores tiende una em­boscada a Rafael L. Trujillo, quien cae acribillado a balazos. Sinembargo, fracasa el intento de golpe de Estado que instalaría ungobierno provisional.

31 de mayoLlega del extranjero y asume el poder efectivo el general RamfisTrujillo.

4 de junioEn diferentes operativos, las fuerzas militares capturan y matan acuatro de los implicados en el atentado de la autopista.

9 de julioLa agrupación política "14 de Junio", lidereada por el Dr. ManuelTavárez Justo, anuncia su conversión en partido político.

11 de julioSe funda la agrupación "Unión Cívica Nacional" (UCN), encabeza­da por el Dr. Viriato Fiallo, que se convertirá en partido político el8 de febrero de 1962.

19 de julioComo senador por la provincia Sánchez Ramírez, Mons. EliseoPérez Sánchez se opone a la creación de la Orden del Mérito "14de Junio".

18 de agostoEn carta al presidente Balaguer, el Episcopado dominicano expre­sa su temor ante el deterioro político del país.

28 de agostoEn respuesta a un grupo de damas que solicitaban su interven­ción, el Episcopado se une a su anhelo de paz y concordia.

18-20 de octubreDurante tres días, en la calle Espaillat de la capital, un buen grupode jóvenes hace frente al ejército, con un saldo de dos muertos y

decenas de heridos.20 de octubre

Después de 24 años de exilio, regresa al país Juan Bosch, presi­dente del P.R.D., fundado en La Habana.

17 de noviembreDespués de renunciar a su cargo y antes de salir del país, RamfisTrujillo ordena matar en la Hacienda María a seis de los implica­dos en la muerte de su padre.

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Cronología histórica de las rclaciolles

19 de noviembreEl general piloto Pedro R. Rodríguez Echavarría anuncia desdeSantiago a través de una cadena de emisoras que intenta asumir elpoder, mientras el aún presidente Balaguer asume el control de lasFEAA.

22 de noviembreUna huelga general paraliza las clases de todos los colegios. Ladocencia no se reanudará hasta el 9 de enero del año siguiente.

28 de noviembreDespués de 25 años, mediante un decreto se restituye el nombrede Santo Domingo a la ciudad capital.

30 de noviembreSe publica la Ley de Amnistía a favor de todos los participantes enel hecho del 30 de mayo.

6 de diciembreMons. Eliseo Pérez Sánchez renuncia a su puesto de senadOl~ Eldía 6 se había retirado del Partido Dominicano.

10 de diciembreEn su retiro de La Vega muere monseñor Ricardo Pittini. Al díasiguiente se celebra el funeral en la Catedral de Santo Domingo, ysegún su voluntad, sus restos se depositan en la iglesia de San JuanBosco.

28 de diciembreSe disuelve el Partido Dominicano y sus bienes pasan a obras debienestar público.

3O de diciembreSe constituye un Consejo de Estado de siete miembros, presididopor J. Balaguer, siendo uno de ellos Mons. Eliseo Pérez Sánchez.Este primer Consejo asumirá el poder ello de enero siguiente.

321

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Iconografía

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EL DRI&EN DE lOS OBISPOS

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Esto lo Distribují'ó

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s. Eliseo Pérez Sánchez, Arz. Ricardo Pittini, Arz. Coadjutor Octavio A. Beras, Mons.o E. Palanca Brito, obispo de Santiago; y el padre Ceferino Ruiz, rector del Seminarioto Tomás. (Foto de Tirso Espeso)

primer plano, de izquierda a derecha: Octavio Ant. Beras, el nuncio, Mons. Salvatore Siino,arzobispo metropolitano Ricardo Pittini. (Foto de Tirso Espeso)

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El pleno del Seminario en la inauguración del pabellón de la Santa Sede en la Feria de la Pazy la Confraternidad del Mundo Libre, diciembre de 1955.

Mons. Octavio Antonio Beras, arzobis­po coadjutor, durante una homilía en

la Catedral de Santo Domingo

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Iconografía

Llegada del teniente general Rafael L. Trujillo. hijo (Ramfis) a Manresa Altagracia. Le saludanel P. Luis González-Posada y Manuel Valdez Larrañaga, embajador de España (31 de julio de1956).

329

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334

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Índice onomástico

A

Abbes García, Johnny 57,67,68Abreu Hernández, Belarminia 189Abreu Penzo, Mario (Lic.)l18, 146Agramonte, Ignacio 149, 150, 161Agustín, san 94Alfonso XIII 25, 268, 269Alonso, Narciso 87,89Álvarez Mainardi, Opinio 129Álvarez Pina, Virgilio 66, 70, 83, 98,100Álvarez, Federico C. 312Amín Canaán, María 83Arias, Ángel 39, 73, 80, 98-101,153,156,

168,170,173,264,268-270,315,317Arias, Desiderio 296Aristóteles 108Astacio, Blanquita 286Aybar, José Enrique 32Azpiazu, Joaquín 307

B

Báez T., Ramón Aníbal143Baeza, Francisco Javier 167, 169-171, 172,

230,261,263,264,318Balaguer, Joaquín 28,37,38,50,71-74,85­

90,99, 121, 191-196, 198, 199,207,210,272,277,278,282,311,314,315,318,320, 321

Barrios, Ángel 179, 220Barry, Patrick 306Bastardo, Zunilda María 148Batista Canturrencia, Bolívar 206Batista, Fulgencio 106,265Bautista, Euclides 83Bello, Felipe Vinicio 233Bello Peguero, Rafael 159, 160Bello Peguero, Rafael 220, 221, 252, 286Beltrami, Giuseppe 304Beras, OctavioA. (Mons.) 52, 56, 62, 65, 81,

97,99,109,112-114, 12e 122, 162, 171,172,190,192,193,200,210,275,276,285, 305, 306, 313, 314

Bernardo Enrique 230Bertoli, Paolo 303

Betancourt, Rómulo 177, 207, 261Billini, Francisco X. (P.) 182,302Bonet Muixi, Manuel 308Bonetti Burgos, Maximo R. 240Bosch, Juan 320Boyer, Jean Pierre 133, 134Boyrie de Moya, Marinita 230Brito Almonte, Isidro 249Buhagiar, Antonio María 54

e

Calderón Forero, Jairo Alberto 116-119,319

Calderón Sánchez, Trajano 148Calles, Martín 160Calvo, Ramón 26-28,31-33,35,37,41Calzada, Teodoro 159Cambier, Julio A. 129Camilo González, A. 228Camilo Pantaleón, Jesús María 156Canaán Fernández, Adalgisa 159Carlomagno 259, 260Carlos III 25Casado Ruiz, Pedro María 206Castellanos, Rafael C. 81, 297Castillo de Aza, Zenón 41, 120, 166, 183,

193, 195,205,206,238,258,312Castillo, Manuel Joaquín 129Castro, Fidel 265Castro, Fidel 68, 146,264, 265, 267César (emperador romano) 130,214Churchill, Winston 153Clemente XIV 25Cocchia, Rocco 54Colon Núñez, Pedro María 243Colón, Cristóbal 53Columna Velazco, Luis 206Concha, Lorenzo de la 25,26Confalonieri, Carlo 224Confucio 209Constantino (emperador romano) 259, 260Conuco, San José del 58Cordero Infante, J. R. 151Cordero, Ramón M. 79, 83, 84Córdoba, Manuel U. 83

335

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José Luis Sácz, S. 1. La sumisión bicn pagada La iglesia domillicana bajo la Era de Trujillo el 930-1961)

~.......­.t.",h:wo Gt....ol oJo 10 N....o..

Cruz Infante, José A. 121Cruz Inoa, Daniel 144, 317Cruz, Rufino de la 318

D

Dessalines, Jean-Jacques 133, 134Díaz Monteagudo, Luis E. 129Díaz Ordóñez, Virgilio 29Díaz, Cipriano 315Díaz, Juan Tomas 84Díaz, Rafael 241Díaz, Ramón Alberto 255Dimagio, Alberto 247Disla, Pedro Vinicio 58, 163Domeño Redin, Custodio 304Dossena, Luis 142, 172,223Durant, Will 259

E

Espaillat, Ulises F. 313Esteve Recio, Alfonso 66,112,122,181Estrella Ureña, Rafael 295, 296

F

Fabré de la Guardia, Antonio César 67,68,70,77,98, 178

Fantino Falco, Francisco 26,76,170,182,301

Farland, Joseph 171Félix Carías, Hugo Radhamés 32Fernández L., Hipólito S. 156, 157Fernández Malagón, Juan María 83FernándezViñas, Jaime 156Ferragut, Joaquín 112, 116, 121,122Fiallo, Viriato 320Fietta, Giuseppe 54, 296Figueroa, Pablo 148Fioroni, Juan 233Franco Benoit, Fernando Arturo 141Franco Franco, Tulio 47,52,120,167,172,

309

G

Gabirol, Aben 216Gabriel, Amado 181Gacel, Miguel A. 154Gallardo, Máximo Manuel 148Gallego, Felipe 267, 299, 304, 305García Araujo, Pedro Francisco 206García Bonelly, Juan Ulises 32García Godoy, Delia 82

García, Constantino 308García, Enriquillo J. 243García, José Francisco 58García, Láutico 182,200Gómez Ceara, Gustavo 78, 83Gómez Ramírez, Antonio 68Gonell, Emilio 83González González, Víctor Aníbal 66González Posada, Luis 29-34,37,40,55,

267,308,310,312-314González Quevedo, Manuel 54, 55,158González, Antonio 181González, Avelino 315González, Noemí 148González, Pablo Manuel 148Guell, Joaquín 181Guerrero, Alida Celeste 286Guerrero, Estervina 286Guido, Guildea 307Gutiérrez, Apolinar 218Guzmán, Frank 83

H

Havas, Charles-Louis 164Hemayne de los Santos, Jorge César 241Henríquez, Luis Federico 134,316,319Henry, William 174Hernández Díaz, Reinaldo A. 69Hernández Jimé'nez, Hilza Antonio 159Hernández, Clemente María 58Hernández, Gaspar 304Hernández, Rafael 148Herrera Báez, Porfirio 142,196HelTera Lagrange, R. 247Hostos, Eugenio María de 132, 134, 175Huswell, Leonardo 181

1

Iglesias B., Salvador 29,32Iribarren, Pedro 183Iturri Oset, Javier 304

J

Janssens, Juan Bautista 48,51Jesús, María de 313Jesús, Pedro Pablo de 159Jiménez, Antonio 83Juan XXIII 46,52,223,224,235,275,315Juan, san 94Juffermans, Martin 87, 89Justiniano (emperador romano) 259, 260

336

Page 343: La iglesia dominicana y trujillo

Índice onomástico

K

Kant, Inmanuel1 08Karam, Elie 252Kelly, John William 248, 249Kennedy, John F. 265Khoury, Antonio 206Kresunsher, David 190

L

Laborda,Prof.286Lage, Ángel 157Lainez Rodrigo, José 312Lamarche Marchena, Florentino Armando

81, 296, 297Lardone, Francesco 54, 307Larrucea, Miguel Ángel 54, 69, 70, 73, 147,

158,176,178,316,317Le Gouaze, Joseph 299Ledesma Lachapelle, Aminta 309León III 259Lleras, Alberto 119López de Santa Anna, Antonio 301, 303-305,

310, 311López Disla, Higinio 38,39López Pedraz, Juan 162, 174, 175, 178, 317López Rodríguez, Nicolás de Jesús 319Lora, Ana Mitila 48Lora, Bernardo 271Louverture, Toussaint 133, 134Ludwig, Emil 304Lugo, Américo 131, 132, 134, 151

M

Maduro, Gabriel 271, 272, 276Mañón, George 193Marcillo Hernández, José 160Marin Solano, Pablo 235,237Marrero Aristy, Ramón 154Martínez Alba, María 312Martínez de Trujillo, María 56Martínez, Carmen Isabel 286Mateo 94Maura, Miguel 259McLaughlin, Alma 56McLaughlin, Charles 56Mecerreyes Modrón, Marciano 254Medina & Suárez, Clemente 57, 162, 163,

175Mejía Alvarado, Wilfredo 118Mena, Luis A. de 295,301Méndez Rosado, Claudio Rafael 240, 241,

243

Méndez Rosado, Lulio Alfredo 243Menéndez & Pelayo, Ramón 216Meriño, Fernando A. de 105, 182Meyer, Ben F. 226Mieses Lazala, Maximiliano 83Milia, Bernardino de 54Mirabal, María 318Mirabal, Minerva 318Miraba!, Patria 318Montes de Oca, Victor Manuel (nené) 247Montini, Giovanni Baptista 120Moya Alonzo, Manuel de 174Moya Alonzo, Samuel de 83Moya, Ercilio de Jesús 233Mussolini, Benito 106, 265

N

Nouel, Adolfo Alejandro 81, 105, 107,295­300

Núñez, Cristóbal 83

o

O'Connor, Bernardo 249Oliva García, César A. 105Olivares, (Conde, Duque) de 25Orbe, Eugenio del 25

p

Pablo VI (V Baptista Montini, Giovanni) 120Pablo, san 94Pacelli, Eugenio 299Pacheco, Armando Oscar 269Pacini, Alfredo 54, 266, 205, 306Paino Pichardo, Rafael 170, 172,183,185,

193, 195,231,232,235,240,248,254,263, 274, 276

Panal, Francisco 63,65,77-79,82,83,85,97,164,171,172,200,210,215-218,222, 232, 234, 235, 237, 252-254, 256,262, 277, 285, 286, 318, 319

Paniagua Tejeda, José Aníbal240, 243Paulino Álvarez, Antonio 246, 267Paz, Jesús de la 177Paz, Mauro 55Peignard Cestero, Augusto 119Peña Battle, Manuel A. 303Peña, Lucas E. de 183Peña, Luis Ramón (Papilín) 225Pepén, Juan Félix 48, 63, 65, 97, 194, 195,

200, 285, 233, 315Pérez Curiel, Virgilio 206

337

Page 344: La iglesia dominicana y trujillo

JoséLuis Sáez, S 1. La sumisión bien pagada. La iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961)

Pérez Sánchez, Eliseo 47,81,82,147,166,182, 183,245,257,258,271,276,278,282,296,298,305,309,311, 31J, 317,320, 321

Perón, Juan Domingo 25,106Persichetti Ugolini, Eduardo 301Peynado, Francisco J. 133,297,302Peynado, Jacinto B. 298, 301Pichardo, Furcy 87Pimentel, Ney 154Piña R., Manuel Danilo 228Pío X 92Pío XI 46, 299Pío XII 46, 60, 229, 309Pittini, Ricardo 81, 82, 97, 100, 116, 118,

136,172,199,267,298-304,306,312,314,315,318,319,321

Platón 108Polanco Brito, Hugo Eduardo (Mons.) 62,

65,85,97, 119-121, 127, 130, 131, 139,183,184,196,200,230,231,239,248,274, 285

Policarpo (obispo de Esmirna) 259Pons Bloise, Ramón (Monchú) 58Pons Franco, Salvador 68Prats Ramírez, Francisco 165,257

R

Ramírez Cavallo, Ramón 39Ramírez, Agustín 233Ramírez, Pedro J. 238, 239Ramos, Manuel V. 117, 118Ranieri Ambrosio, María 190Ravelo, José de Jesús 302Recio Herrera, Danis Lorenzo 240, 241, 243Redentor, Amado 46Reilly, Tomas F. 63, 65, 97,101, 102, 103,

104,109,110,123-125,139,171,176,207,220,221, 226-228, 230, 231, 239,240-244, 246-250, 252-254, 256, 266,285, 319

Reyes Tineo, Manuel 169, 173Righi, Vittore Ugo (Mons.) 91Rincón Núñez, Reinaldo 206Robles Toledano, Oscar 166, 198,305,309Rocha, Julio Ernesto de la 252Rodríguez Botello, Manuel Atilio 222Rodríguez Canela, Manuel A. 239Rodríguez Demorizi, Emilio 29, 120Rodríguez Echavarría, Pedro R. 321Rodríguez Mayol, Bienvenido 247Rodríguez, José Ramón 129Rodríguez, Olegario 243

Roid, Antonio 286Rojas Pinilla, Gustavo 25Román Fernández, José René 195Rosa, José G. de la 157Rosado Mateo, Humberto 243Rosemberg, Leland 92Ross, Eduardo 43, 166,305,315Rosselle Billmans, Roger 220, 226Rosselló, Joaquin 228Roy Caverni, Antonio 286Ruel, Bernardo 142, 143Ruiz Tejada, Ramón 43Ruiz, Ceferino 55Russell, W. W. 108

s

Sáez, José Luis 53, 71, 86, 88, 89, 90, 169Saladín, C. (Coronel) 270Salcedo, Federico 210Salustio Crispo (historiador romano), Cayo

86Samoré, Antonio 52, 266Sanabia, Felipe 306, 313Sanabia, Rafael 58Sánchez & Sánchez, Carlos 129Sánchez Valdez, Jesús Manuel 243Sánchez, Antonio 267, 308, 317Santana, Pedro 298Santos Ganuza (P.) 228, 229Schomberg, John Louis 248, 249Schott, Hilda 172Sebastian (mártir) 259Sevilla, Isidoro de 68Sicard, Fausto 233Siino, Salvatore 50,51,54,310-312,314Silié Gatón, Fernando A. 243Silvani, Maurilio 54, 299, 301Simpson Farland, Joseph 171Soler, Policarpo 154,Solís, Fabio 163Spellman, Francis 155Suardí, Julián 76, 83Suárez, Manuel 307Suero, Luis E. 118

T

Tamargo, Armando 313Tardini, Domenico 52Tavárez Justo, Manuel 320Tejada, Bienvenido 66Tejeda Díaz, Teodoro 242, 243Tejeda, Huáscar 271

338

Page 345: La iglesia dominicana y trujillo

Índice onomástico

Tomé, Mariano 55, 158, 159, 169, 172, 173,181,254,317

Tomek, Vicente 112Tontí, Giulio 54Torres, Alfonso 25, 113, 114Torres, Pascual 58Troncoso de la Concha, Manuel de Jesús

301-303Trujillo Martínez, Angelita 313Trujillo Martínez, Rafael (Ramfis) 55, 272,

299, 320Trujillo Molina, Arismendy 84Trujillo Molina, Héctor Bienvenido 31,32,

36,41,43,46,53,56,129,143,148,309,310,312,314,315,318

Trujillo Molina, Rafael Leónidas 26, 28, 30,31,33,35-38,40,41,43-47,53,57,63,66,69,71-74,76,80,84-92,98, 100-103,109-113, 115, 119-123, 125-127, 129-131,136, 139-142, 144, 145, 148, 150-153,157, 158, 164, 166-171, 174, 177, 178,191-195, 198, 199,205-207,210,216,217,220-222,226,227,229,230,232,238, 239, 246, 249-252, 255, 256, 258-260,265, 268-270, 272-274, 278, 295-301, 303,305-307,309-314, 317, 318, 320

Trujillo Valdez, José 298

u

Ubrique, Leopoldo de 77, 235Uranga, José M. 33, 158Uribe Macías, Benjamín 193, 196,260,266,

267, 268Utrera, fray Cipriano de 136

v

Valenzuela Herrera, José Enrique 241Valenzuela, Vertilio 247Valera Benítez, Rafael 144, 152Vargas Polanco, Manuel de Jesús 118Vasallo, M. 29, 30Vásquez, Gerardo 167Vásquez, Horacio 295Vásquez, Mariano 54, 55, 311Vega, Bernardo 71, 74Vega, Buenaventura de la 308Ventura, Simón 154Vila, José 181Vincent, Stenio 300Vizcarra, Ángel 164,277

z

Zanini, Lino 50-53,56,57,71-74,85,86,89-93, 112, 142, 146, 149, 160, 161, 165,166,170,171,172,223,315

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Publicaciones del Archivo General de la Nación

Vol. I Correspondencia del Cónsul de Francia en Santo Domingo, 1844-1846. Edi­ción y notas de E. Rodríguez Demorizi, C. T., 1944.

Vol. 11 Documentos para la historia de la República Dominicana. Colección de E.Rodríguez Demorizi, Vol. 1, C. T., 1944.

Vol. 111 Samaná, pasado y porvenir, por E. Rodríguez Demorizi, C. T., 1945Vol. IV Relaciones históricas de Santo Domingo. Colección y notas de E. Rodríguez

Demorizi, Vol. 11, C. T., 1945.Vol. V Documentos para la historia de la República Dominicana. Colección de E.

Rodríguez Demorizi, Vol. 11, Santiago, 1947.Vol. VI San Cristóbal de antaño, por E. Rodríguez Demorizi, Vol. 11, Santiago,

1946.Vol. VII Manuel Rodríguez Objío (poeta, restaurador, historiador, mártir), por R.

Lugo Lovatón, C. T., 1951.Vol. VIII Relaciones, por Manuel Rodríguez Objío. Introducción, títulos y notas

por R. Lugo Lovatón, C. T., 1951.Vol. IX Correspondencia del Cónsul de Francia en Santo Domingo, 1846-1850, Vol.

11. Edición y notas de E. Rodríguez Demorizi, C. T., 1947.Vol. X Índice general del «Boletín» del 1938 al 1944, C. T., 1949.Vol. XI Historia de los aventureros, filibusteros y bucaneros de América. Escrita en

holandés por Alexander O. Exquemelin. Traducida de una famosa ediciónfrancesa de La Sirene-París, 1920, por C. A. Rodríguez. Introducción ybosquejo biográfico del traductor por R. Lugo Lovatón, C. T., 1953.

Vol. XII Obras de Trujillo. Introducción de R. Lugo Lovatón, C. T., 1956.Vol. XIII Relaciones históricas de Santo Domingo. Colección y notas de E. Rodríguez

Demorizi, Vol. 111, C. T., 1957.Vol. XIV Cesión de Santo Domingo a Francia. Correspondencia de Godoy, Garda

Roume, Hedouville, Louverture Rigaud y otros. 1795-1802. Edición de E.Rodríguez Demorizi. Vol. 111, C. T., 1959.

Vol. XV Documentos para la historia de la República Dominicana. Colección de E.Rodríguez Demorizi, Vol. 111, C. T., 1959.

Vol. XVI Escritos dispersos (Tomo 1: 1896-1908), por José Ramón López. Edición deAndrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2005.

Vol. XVII Escritos dispersos (Tomo 11: 1909-1916), por José Ramón López. Edición deAndrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2005.

Vol. XVIII Escritos dispersos (Tomo 111: 1917-1922), por José Ramón López. Ediciónde Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2005.

Vol. XIX Máximo Gómez a cien años de su fallecimiento, 1905-2005. Edición de E.Cordero Michel, Santo Domingo, D. N., 2005.

Vol. XX Lilí, el sanguinario machetero dominicano, por Juan Vicente Flores. SantoDomingo, D. N., 2006.

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Vol. XL

Vol. XXI

Vol. XXV

Vol. XXII

Vol. XXIXVol. XXX

Vol. XXXI

Vol. XXVI

Escritos selectos, por Manuel de Jesús de Peña y Reynoso. Edición deA Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2006.Obras escogidas 1. Árticulos, por Alejandro Angula Guridi. Edición deA. Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2006.Obras escogidas 2. Ensayos, por Alejandro Angula Guridi. Edición deA. Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2006.Obras escogidas 3. Epistolario, por Alejandro Angula Guridi. Ediciónde A. Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2006.La colonización de la frontera dominicana 1680-1796, por Manuel Vi-cente Hernández González. Santo Domingo, D. N., 2006. .Fabio Fiallo en La Bandera Libre, de Rafael Darío Herrera (Comp.)Santo Domingo, D. N., 2006.

Vol. XXVII Expansión fundacional y crecimiento en el norte dominicano (1680-1795J.El Cibao y la bahía de Samaná, por Manuel Hernández González. San­to Domingo, D. N., 2007.

Vol. XXVIII Documentos inéditos de Fernando A. de Meriño, compilación de JoséLuis Sáez. S. J. Santo Domingo, D. N. 2007.Pedro Francisco Bonó / Textos selectos. Santo Domingo, D. N. 2007.Iglesia, espacio y poder: Santo Domingo (1498-1521J, por Miguel D. Mena.Edición de Dantes Ortiz, Santo Domingo, D. N., 2007.Cedulario de la isla de Santo Domingo, Vol. 1: 1492-1501, por fray Vicen­te Rubio, O. P. Edición conjunta del Archivo General de la Nación y elCentro de Altos Estudios Humanísticos y del Idioma Español. SantoDomingo, D. N., 2007.

Vol. XXXII La Vega, 25 altOS de historia 1861-1886. (Tomo 1: Hechos sobresalientesen la provincia), por Alfredo Rafael Hernández Figueroa (Comp.) SantoDomingo, D. N., 2007.

Vol. XXXIII La Vega, 25 años de historia 1861-1886. (Tomo Il: Reorganización de laprovincia post Restauración), por Alfredo Rafael Hernández Figueroa(Comp.) Santo Domingo, D. N., 2007.

Vol. XXXIV Cartas del Cabildo de Santo Domingo en el siglo XVII. (Vol. LXXX de laAcademia Dominicana de la Historia). Por Genaro Rodríguez Morel(Comp.) Santo Domingo, D. N., 2007.

Vol. XXXV Memorias del Primer Encuentro Nacional de Archivos. Edición de DantesOrtiz, Santo Domingo, D. N., 2007.

Vol. XXXVI Actas de los primeros congresos obreros dominicanos, 1920 y 1922. SantoDomingo, D. N., 2007.

Vol. XXXVII Documentos para la historia de la educación moderna en la RepúblicaDominicana (1879-1894J, tomo 1(Vol. LXXXII de la Academia Domini­cana de la Historia), por Raymundo González. Santo Domingo, D. N.,2007.

Vol. XXXVIII Documentos para la historia de la educación moderna en la RepúblicaDominicana (1879-1894), tomo II (Vol. LXXXIII de la Academia Domi­nicana de la Historia), por Rayrnundo González. Santo Domingo, D.N., 2007.

Vol. XXXIX Una carta a Maritain, de Andrés Avelino García (traducción al castella-no del P. Jesús Hernández). Santo Domingo, D. N., 2007. Primera edi­ción: Editora Montalvo, Ciudad Trujillo, 1944.Manual de indización para archivos, en coedición con el Archivo Nacio­nal de la República de Cuba, por Mariso1.Mesa, Elvira Corbelle

Vol. XXIII

Vol. XXIV

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Page 349: La iglesia dominicana y trujillo

Sanjurjo, Alba Gilda Dreke de Alfonso, Miriam Ruiz Meriño, JorgeMacle Cruz. Santo Domingo, D. N., 2007.

Vol. XLI Apuntes históricos sobre Santo Domingo, por el Dr. Alejandro Llenas.Edición de A. Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2007.

Vol. XLII Ensayos y apuntes diversos, por el Dr. Alejandro Llenas. Edición de A.Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2007.

Vol. XLIII La educación científica de la mujer, por Eugenio María de Hostos. San­to Domingo, D. N., 2007.

Vol. XLIV Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1530-1546) (Vol. LXXXIde la Academia Dominicana de la Historia), por Genaro RodríguezMorel (Comp.) Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. XLV Américo Lugo en Patria. Selección, por Rafael Daría Herrera (Comp.)Santo Domingo, D. N., 2008

Vol. XLVI Años imborrables, de Rafael Alburquerque Zayas-Bazán. Santo Domin­go,2008.

Vol. XLVII Censos municipales del siglo XIX y otras estadísticas de población, deAlejandro Paulina Ramos. Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. XLVIII Documentos inéditos del arzobispo Adolfo Alejandro Nouel (tomo 1) deJosé Luis Sáez, S. J. Santo Domingo, D. N., 2008. (en prensa)

Vol. XLIX Documentos inéditos del arzobispo Adolfo Alejandro Nouel (tomo U), deJosé Luis Sáez, S. J. Santo Domingo, D. N., 2008 (en prensa).

Vol. L Documentos inéditos del arzobispo Adolfo Alejandro Nouel (tomo UI), deJosé Luis Saez, S. J. Santo Domingo, D. N., 2008 (en prensa).

Vol. LI Prosas polémicas 1. Primeros escritos, textos marginales, Yanquilil1arias ,por Félix Evaristo Mejía. Edición de A. Blanco Díaz, Santo Domingo,D. N., 2008.

Vol. LII Prosas polémicas 2. Textos educativos y Discursos, por Félix EvaristoMejía. Edición de A. Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. LIII Prosas polémicas 3. Ensayos, por Félix Evaristo Mejía. Edición de A.Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. LIV Autoridad para educa1~ La historia de la escuela católica dominicana, porJosé Luis Sáez, S. J., Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. LV Relatos de Rodrigo de Bastidas, por Antonio Sánchez Hernández, SantoDomingo, D. N., 2008. (en prensa)

Vol. LVI Textos reunidos 1. Escritos políticos iniciales, por Manuel de J. Galván.Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. LVII Textos reunidos 2. Ensayos, por Manuel de J. Galván. Edición de An­drés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008

Vol. LVIII Textos reunidos 3. Artículos y Controversia histórica, por Manuel de J.Galván. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. LIX Textos reunidos 4. Cartas, Ministerios y misiones diplomáticas, por Ma­nuel de J. Galván. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D.N., 2008

Vol. LX La sumisión bien pagada. La iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo(1930-1961), tomo I, por José Luis Sáez, S.J. Santo Domingo, D.N.,2008.

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Page 350: La iglesia dominicana y trujillo

Colección Juvenil

Vol. I Pedro Francisco Bonó. "Textos selectos, Selección de textos de RaymundoGonzález, Santo Domingo, D. N., 2007

Vol. II Heroínas nacionales, por Roberto Cassá. Santo Domingo, 2007. E. RodriguezDemorizi, Vol. I, C. T., 1944.

Vol. III Vida y obra de Ercilia Pepín, por Alejandro Paulina Ramos. Segunda edi­ción, Santo Domingo, D. N., 2007.

Vol. IV Dictadores dominicanos del siglo XIX, por Roberto Cassá. Santo Domingo,D. N., 2008.

Vol. V Padres de la Patria, por Roberto Cassá, Santo Domingo, D.N., 2008.

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Page 351: La iglesia dominicana y trujillo

Colofón

Este libro, La sumisión bien pagada. La iglesia dominicana bajo la Era deTrujillo (1930-1961), tomo II, se terminó de imprimir en los talleres

gráficos de Editora Búho, C. por A, Santo Domingo, República Domini­cana, en el mes de julio de 2008. Está compuesto en caracteres New

Aster tamaño 11 e impreso en papel cáscara de huevo de baja densidad.La impresión consta de 1,000 (mil) ejemplares en tapa rústica.

Page 352: La iglesia dominicana y trujillo

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