33
Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066 LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO EN LOS SIGLOS XVII Y XVIII Francisco Jesús Martínez Asensio * Resumen: Desde la segunda mitad del siglo XVII y a lo largo de gran parte del siglo XVIII se produjo en Villanueva del Arzobispo (Jaén) un goteo incesante de franceses que vinieron a establecerse en esta localidad. Muchos de ellos, venidos desde diferentes puntos del territorio francés, acabaron asimilándose con la población autóctona, arrastrando algunos de ellos su apellido hasta la fecha presente. Abstract: From the second half of the 17th century on wards, and during the most time in the 18th century, there was in Villanueva del Arzobispo (Jaén) a slow but constant flow of french folk settling down in this town. Many of them, who came from several locations of the french territory, blended with the native population, making some of their surnames reach our days as a heritage. Résumé: Depuis la seconde moitié du XVIIème siècle, et le long d’une grande partie du XVIIIème siècle, se produisit à Villanueva del Arzobispo (Jaén), une arriviée au compte goutte incessante de francais qui vinrent s’installer dans cette localité. Beaucoup d’entre eux, venus de différentes parties du territoire francais, finirent par s’intégrer à la population locale (autochtone), transmettant pour certains, leur nom de famille jusqu’à aujourd’hui. * Investigador local. E-mail: [email protected]

LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO … · Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066 LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

  • Upload
    others

  • View
    2

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO … · Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066 LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066

LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO EN LOS SIGLOS XVII Y XVIII

Francisco Jesús Martínez Asensio* Resumen: Desde la segunda mitad del siglo XVII y a lo largo de gran parte del siglo XVIII se produjo en Villanueva del Arzobispo (Jaén) un goteo incesante de franceses que vinieron a establecerse en esta localidad. Muchos de ellos, venidos desde diferentes puntos del territorio francés, acabaron asimilándose con la población autóctona, arrastrando algunos de ellos su apellido hasta la fecha presente. Abstract: From the second half of the 17th century on wards, and during the most time in the 18th century, there was in Villanueva del Arzobispo (Jaén) a slow but constant flow of french folk settling down in this town. Many of them, who came from several locations of the french territory, blended with the native population, making some of their surnames reach our days as a heritage. Résumé: Depuis la seconde moitié du XVIIème siècle, et le long d’une grande partie du XVIIIème siècle, se produisit à Villanueva del Arzobispo (Jaén), une arriviée au compte goutte incessante de francais qui vinrent s’installer dans cette localité. Beaucoup d’entre eux, venus de différentes parties du territoire francais, finirent par s’intégrer à la population locale (autochtone), transmettant pour certains, leur nom de famille jusqu’à aujourd’hui.

* Investigador local. E-mail: [email protected]

Page 2: LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO … · Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066 LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

6

Debemos el logro de la información que a continuación exponemos al archivo catedralicio de Jaén, banco de datos muy útil para conocer muchos de los detalles que ilustran nuestra pasada historia familiar.1 Los expedientes matrimoniales ordinarios y las dispensas matrimoniales, elaborados por los párrocos de los pueblos y ciudades de España, eran enviados, una vez cumplimentados, a los cabildos de las distintas diócesis, donde quedaban minuciosamente registrados. En la información que se recogía del contrayente en el expediente matrimonial ordinario, se reflejaban pequeños detalles que hacían referencia a cuestiones tales como la genealogía familiar, la movilidad geográfica, el estado civil o la profesión laboral. Dentro de estos registros se incluía también a los extranjeros que habían tomado la decisión, una vez instalados en el municipio, de contraer matrimonio. El proceso migratorio francés se debe fundamentalmente, como muy bien señala el profesor Coronas Tejada, a factores económicos.2 Los emigrados franceses localizados en Úbeda y Jaén provienen de las regiones más paupérrimas de nuestro país vecino, fundamentalmente de la zona pirenaica y del macizo central. En estas dos localidades giennenses se instalan franceses venidos de las diócesis o departamentos de Saint Fleur, Couseraus, Comminges, Oloron, Aurillac-Central o Montpellier, entre otras regiones. Los instalados en Villanueva del Arzobispo, como veremos, también provienen de estos mismos departamentos. Como suele ocurrir en casi todos los movimientos migratorios, la comunidad de emigrantes establecía un estrecho lazo de unión entre sus miembros, ayudándose y protegiéndose unos a otros frente a los rechazos que pudieran provenir de parte de la población autóctona donde se hallaban instalados. Coronas Tejada3 señala, para Jaén y Úbeda, que el 65% de los casamientos realizados con españoles, por regla general, no solían ser matrimonios ventajosos: las jiennenses que aceptaban por marido a un inmigrante francés solían pertenecer a modestos estratos sociales: A veces los

1 La información que ofrecemos en este artículo se sustenta prácticamente en su totalidad con los datos que nos aporta el archivo catedralicio de Jaén. Lamentablemente, la información que hubiéramos obtenido, sería más completa de haberse conservado los libros de bautismo y matrimonial de la parroquia de San Andrés de Villanueva del Arzobispo, los cuales se destruyeron al comenzar la Guerra Civil Española. Por tanto, no podremos ofrecer en este artículo ninguna estadística relativa a los franceses asentados en esta localidad. Nos limitaremos a exponer solamente una serie de casos concretos de franceses residentes en ella. 2 CORONAS TEJADA, L. “La inmigración francesa en las ciudades de Jaén y Úbeda en la segunda mitad del S: XVIII”. Actas II Coloquio de Historia de Andalucía. Tomo I. Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba. Córdoba. 1980. 3 Ibídem. La inmigración francesa…, p. 39.

Page 3: LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO … · Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066 LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

7

familiares de las mujeres se oponían violentamente a que se llevase a cabo el enlace matrimonial. Este mismo autor nos narra la siguiente anécdota4 donde queda reflejado el rechazo que se sentía hacia la figura del emigrado francés. En 1770, el francés Miguel Cos, dio poder a un procurador para que pleitease contra Pedro Galán por ser “cantante barias noches en su puerta con coplas ynpuras y deshonestas en perjuicio de su estimación y de las hermanas que tiene recogidas en sus casas, tratándole de gabacho”.5 No obstante hemos de manifestar que estas costumbres o prácticas un tanto bárbaras se daban también entre la propia población autóctona; sobre todo cuando el matrimonio que se iba a celebrar era desigual en edad o por ser uno de los contrayentes viudo. En 1790, en Villanueva del Arzobispo, Diego Medina, que iba a contraer matrimonio con Ana María de Mora, viuda de Marcos de Ortega, nombró procurador para que le permitieran:

“…casarse en casa de ella por temor a las costumbres que se practican en estas villas, por causa de que en estas villas tienen las gentes el abuso y mala costumbre de mober alborotos y cencerradas cuando los contrayentes son desiguales en edad o viudos, cuyas circunstancias concurren en los otorgantes, de forma que están ya haciendo las prevenciones de escándalo y anunciando los mozos y gentes de poco juicio la alegria y estruendo que an de mober el dia del desposorio, a lo que puede seguirse malas y funestas consecuencias, unos por continuar su diversión y otros por estorbarla”.6

Parece probado, y por tanto fuera de toda duda, que los emigrantes franceses de la época moderna se desplazaban, según nos ha demostrado Torres Sans7, “en cadena o con red, es decir, según vínculos familiares o vecinales previamente establecidos; y ello hasta el punto que no sólo una misma familia podía reencontrarse ulteriormente casi completa en un nuevo lugar, sino que incluso algunas aldeas podían reconstruirse parcialmente (y aunque fuera en forma de gueto) en el país de recepción”. En cuanto a la edad de los emigrados también parece haber una total unanimidad con respecto a los estudios llevados a cabo por investigadores e historiadores. Prácticamente todos los franceses emigrados eran individuos 4 Ibídem. La inmigración francesa…, p. 40. 5 En este trabajo que ofrecemos también presentamos algún caso de este mismo tipo de rechazo matrimonial ocurrido en Villanueva del Arzobispo. 6 Archivo Histórico Diocesano de la Catedral de Jaén (AHDJ). Matrimonial Ordinario. Villanueva del Arzobispo. Caja 982. 7 TORRES SANS, X. Los sin papeles y otros. Inmigraciones francesas en Cataluña (Siglos XVI-XVIII). En Colección Mediterránea Económica Mediterráneo Económico: Procesos migratorios, economía y personas, 1. Ed. Caja Rural Intermediterránea. Barcelona, p. 352.

Page 4: LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO … · Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066 LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

8

jóvenes o incluso extremadamente jóvenes:8 Por ejemplo, para los emigrados a Cataluña, un 10% de ellos tenía menos de 10 años; un 50% oscilaba entre los 11 y 20 años; mientras que cerca de una tercera parte tenían edades comprendidas entre los 20 y 30 años. El viaje hasta la península solía realizarse en grupos de compañeros, generalmente procedentes de una misma región o pueblo; los más pequeños, entregados por los progenitores, eran guiados en estas expediciones por personas mayores que tenían la misión de depositarlos en los lugares en que, con toda seguridad, ya se había previamente pactado el depósito. A cambio de este traslado los padres de los menores pagaban una cierta cantidad de dinero a los expedicionarios de mayor edad. Aunque solían darse algunos casos, como ya veremos más adelante en este trabajo, en que los menores iban acompañados de otros familiares, generalmente de tíos, hermanos o incluso de los propios padres. Al llegar a su destino los jóvenes eran colocados por regla general en casas de compatriotas que habían nacido en su mismo pueblo o ciudad. Muchos de estos jóvenes permanecían trabajando con el mismo patrón durante largas temporadas de tiempo, prolongándose la dependencia en algunos casos durante años. Para Domínguez Ortiz9 esta población francesa residente en España era percibida de forma contradictoria, pues dependía su aceptación o no, en gran medida, de las condiciones del momento histórico. Las tensiones diplomáticas existentes en los siglos XVII y XVIII entre España y Francia así como el creciente número de emigrantes franceses en suelo español contribuía al aumento del resentimiento popular, a pesar de las medidas que en ocasiones se adoptaron contra ellos, como fue el caso de la demonizada farda de los franceses, consistente en el embargo de sus bienes para financiar los esfuerzos que suponía la guerra. Esta visión nada positiva que se tenía del emigrante francés ya se recoge en los comienzos del siglo XVI por fray Joseph Serrano, monje carmelita, quien al respecto escribía:10 “De las quatro partes de los bandoleros que perturban la paz pública de este Principado (Cataluña), las tres son de gascones y gente fronteriza de Francia”. Narcis Peralta, un portavoz de los gremios barceloneses, aseguraba: “Experiencias tenemos desto en los muchos ladrones bandoleros que han ahorcado en este Principado por delitos graves, pues de los mil, lo nueve cientos son estrangeros”.

8 Ibídem. Los sin papeles y otros…p. 352. 9 DOMÍNGUEZ ORTIZ, A. Los extranjeros en la vida española durante el siglo XVII, Reedición 1996. Madrid. Año 1960, p. 79 10 Ibídem. Los sin papeles y otros…, pp. 355-356.

Page 5: LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO … · Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066 LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

9

Incluso el inmortal don Francisco de Quevedo también reparó en ellos en La Fortuna con seso y la hora de todos11. Venía a decir Quevedo que tres franceses que se dedicaban a vender fuelles, ratoneras y a afilar cuchillos, por boca de uno de sus personajes españoles se “…echaba de ver que con los fuelles nos llevábades el dinero en el aire, y que las ratoneras antes llenaban vuestros gatos que disminuían nuestros ratones. Y he advertido que, después que vosotros vendéis fuelles, se gasta más carbón y se cuecen menos las ollas, y que después que vendéis ratoneras, nos comemos de ratoneras y ratones, y que después que amoláis cuchillos, se nos toman y se nos gastan, y se nos mellan y se nos embotan todas la herramientas”. Otros factores igualmente negativos y atribuidos a los franceses emigrados son los recogidos por Salas Auséns:12 “En un memorial anónimo remitido a las Cortes del Reino de Aragón se pedía que ante la despoblación del territorio aragonés, los franceses se habían hecho dueños del comercio, y se pedía no dejar entrar a más y poblar el territorio con españoles. Entre los males que les achacaban se encontraban el de ejercer de mercaderes que controlan los intercambios en Zaragoza, donde no son más que compañías de Olorón, Bayona o Burdeos; pastores a quienes se tilda de ladrones que se enriquecen a costa de los ganados de sus amos a quienes roban; molineros que muelen la peor harina cometiendo fraude, etcétera”. Salas Auséns, retomando la obra de J. García Mercadal, estimaba que eran más de 20.000 los franceses ubicados en Andalucía, y con respecto a los trabajos que realizaban, se encontraban los de llevar agua a las casas, vender por las calles carbón, aceite y vinagre, servir en las hospederías, labrar las tierras, hacer las recolecciones y trabajar en las viñas. Y se calculaba que cada tres años solían retornar a su país con sus ahorros.13 Pero al igual que un cierto sector de españoles mantenía una disposición negativa frente a los franceses instalados en España, éstos a su vez la mantenían en iguales consideraciones con respecto a sus vecinos los españoles. Montchrestieu14 opinaba que los franceses que se dirigían a España para trabajar las tierras de sus patronos lo hacían “para realizar todos los trabajos manuales y servicios precisos en que el español, por su pereza y pesadez, no podía ni quería trabajar”.

11 QUEVEDO Y VILLEGAS, F. La Fortuna con seso y la hora de todos. Ediciones Orbis. Madrid, 1987, p. 66. 12 SALAS AUSÉNS, J. A. “Buscando vivir en la ciudad: trayectorias de inmigrantes franceses en los siglos XVII y XVIII”. Revista de Demografía Histórica, XXI, I, 2003, p. 145. 13 Ibídem. Buscando vivir en la ciudad…, p. 144. 14 Ibídem. Buscando vivir en la ciudad…, p. 143.

Page 6: LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO … · Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066 LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

10

Ante estas posturas viscerales y de enfrentamiento mutuo, francófobas por una parte y de aversión hacia lo hispano por otra, se hace necesario establecer la cordura y la ponderación. La mayoría de esta emigración salió de las capas más humildes de la sociedad francesa, que huyendo en parte por la presión demográfica y en parte por la falta de perspectivas de trabajo que había en su país, sólo vinieron al nuestro con la única finalidad de buscarse la vida, como así lo atestiguan muchas de las declaraciones que los propios franceses dieron ante la autoridad religiosa cuando lograban casarse con una española.

Imagen antigua de Villanueva del Arzobispo .

SIGLO XVII En cuanto a los oficios que los franceses realizan en Villanueva del Arzobispo predominan fundamentalmente los de calderero, mesonero, tendero y empleado en sus diversas variantes (jornaleros o aprendices de oficios artesanales). Los dos primeros franceses que encontramos instalados en la villa en los mediados años cincuenta del siglo XVII ya realizan trabajos

Page 7: LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO … · Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066 LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

11

como mesoneros, uno como propietario de un mesón y el otro como empleado en otro.15 En agosto de 1658 se interpuso una denuncia contra Sebastiana Rodríguez, propietaria de uno de los mesones que por aquellos años tenía la villa; la denuncia la tramitó la autoridad religiosa ante el obispado tras haber llegado a sus oídos que la tal Sebastiana se dedicaba a practicar la prostitución dentro de su negocio. Don Lucas Beltrán, como prior y juez eclesiástico de la parroquia de San Andrés, le tomó declaración al francés Francisco Ponechies:

“Que se llama Francisco Ponechies, que es de edad de ventiseis años poco mas o menos, de nacion frances que vive en el meson de Sebastiana Rodríguez. Que save que Magdalena Rodríguez es una mujer como de treinta años de hedad que sirve en dicho meson, y que dice es prima de la dicha Sebastiana, y abrá mas de un mes questá en dicho meson según avistola hablar y comunicar con Martin de Torrubia, hombre casado y vecino de esta villa. Y los otros dias pasados vido que el susodicho les truxo un carnero y abrá tres o quatro dias que viniendo este testigo por el camino de Villacarrillo le dijo el dicho Martin de Torrubia que habia dado dicho carnero y una fanega de trigo a las susodichas y que avia tratado carnalmente con la dicha Magdalena tres o quatro veces, y que estava malo, y se puso mas malo por aber tratado con ella, que por esta enfermedad le abian sacramentado. Y oy, que el susodicho está algo mejor, fue a visitar la dicha posada. Y esto que a dicho es la verdad so cargo de juramento, y lo firmó de su nombre”.16

El segundo testigo en declarar en esta causa fue el francés Juan de la Cruz, propietario a su vez de otro mesón en el pueblo:

“Que Sebastiana Rodríguez, mesonera, a muchos años que está amancebada con un hombre forastero que tiene un cortijo junto a la venta Porras. Y asimismo la dicha Sebastiana tiene en su casa y meson una moza que la visto desde lejos y le parece a este testigo que la tiene en su casa para que acudan a

15 La profesión de mesonero fue al parecer una tarea habitual ejercida por los franceses emigrados en España. En Jaén capital, el 3 de febrero de 1780, el cabildo catedralicio dio en arriendo al francés Esteban Benete una casa-mesón en el Mercado, que lindaba con el molino del licenciado Alonso Ortuño. El mesón, que era propiedad de dicho cabildo, fue arrendado durante tres años, debiendo el francés pagar en concepto de alquiler la cantidad anual de 950 reales de vellón, equivalente a 32.300 maravedíes. (AHDJ. Sección Varios. Caja s/n). 16 MARTÍNEZ ASENSIO, F. J. “Médicos y cirujanos en Villanueva del Arzobispo en los siglos XVII, XVIII y XIX”. Trastámara, 7. Enero-junio 2011. Jamilena, p. 28.

Page 8: LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO … · Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066 LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

12

ella muchos guespedes que le den ganancias, porque los arrieros que benian al meson le decian a este testigo que la susodicha decia: “Piensa Juan de la Cruz que an de ir guespedes a su casa; pues yo lo dispondré de manera que no vayan”. Y abrá ocho dias que vino a casa deste testigo Francisco Ponechies, de nacion francés, y que le dijo a este testigo que se queria ir de dicho meson de Sebastiana, que toda la noche le hacian abrir la puerta gente desta villa. Y que unos entraban y otros salian, y que de ver este desconcierto, le dijo a uno que lo dejasen dormir, y que le respondió: “Trate de callar y no se meta en nada que le daremos muchos palos”. Y tanbien ha visto que Sebastiana y la moza se levantaban en camisa de sus camas y se iban a llamar a los guespedes para que se fuesen con ellas a acostar a las suias”.17

El 21 de noviembre de 1677, Antonio López, de nacionalidad francesa y propietario de un tienda de calderero, nombró al procurador don Pedro de Mora y Dávalos para que lo representara en la propuesta que se le hizo al cabildo de la catedral para que autorizara colocar en las iglesias, conventos y ermitas de la villa, unas hojas cuyo contenido tenía por objeto invitar a sus habitantes para que colaborasen en el descubrimiento del robo que unos desconocidos habían cometido en su establecimiento. El procurador, en el escrito enviado al obispado, manifestaba:

“Que a Antonio López, de nación francés, en su tienda de calderero, le an rovado llevándose quinientos setenta y siete reales en moneda de oro, plata y bellon y algunos almihereces, cobre y hierro y otras herramientas de su oficio y otros bienes todo en mas cantidad de nobenta ducados”.18

Firma de Antonio López

Había nacido Antonio López en la ciudad francesa de Crys-Sur-Armacon en el año de 1649, y en 1666, a la edad de 17 años, se instaló como vecino en Villanueva del Arzobispo. En el año de 1679 contrajo matrimonio con la villanovense Catalina Figueroa Hervás, hija de Diego Aparicio y de María de Hervás. En la información prematrimonial que el 17 Ibídem. Médicos y cirujanos…, p. 29. 18 AHDJ. Sección Varios. Caja 1171.

Page 9: LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO … · Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066 LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

13

párroco don Luis de la Fuente Román envió al obispado se incluía, a parte de la declaración del implicado, la facilitada por otros testigos, dos de los cuales eran compatriotas de nuestro calderero. Juan Ferreiro, vecino de la villa, de nación francés y natural de la ciudad de Cry-Sur-Armacon, manifestó:19

“Que conoce a Antonio Lopez por ser ambos de la misma ciudad, y que conoció a sus padres que fueron naturales de la dicha ciudad. Y sabe que siendo el dicho Antonio Lopez de edad de hasta diez años poco mas o menos, salió el testigo y el dicho Antonio Lopez y Juan de la Cruz, tambien de dicha ciudad, todos juntos y con otros muchos vecinos al servicio del rrei. Y este testigo y Juan de la Cruz se estuvieron algun tiempo en el servicio del rrei, donde estuvieron algunos años en la ciudad de Gandia, y el dicho Antonio Lopez se vino a esta villa de Villanueva que abrá como diecinueve años poco mas o menos que se apartaron, y el dicho Antonio Lopez lleva desde dicho tiempo en esta villa en el oficio de maestro calderero. Que es de edad de treinta años y no firmó porque dijo no saber escribir”.

Un año después de celebrado el matrimonio Antonio López fallecía en el pueblo y, su mujer, Catalina Figueroa, contraía nuevas nupcias con otro francés. Corría el año de 1680. Casó con Juan Ferrer, de edad de 22 años y natural de Asté, del obispado de Comminges; manifestaba Juan Ferrer en su declaración que siendo de edad de doce años salió de su tierra y vía recta y sin detenerse en parte alguna se vino a parar “a la Villanueva del Arzobispo donde a estado y residido hasta de presente”.20 Entre los testigos que declararon en este exploro se encontraban Domingo Casanova y Juan de la Peña, ambos franceses y residentes también en Villanueva, quienes manifestaron conocer muy bien a Juan Ferrer por ser todos de la misma localidad. Por estas mismas fechas, en los comienzos de la década de los setenta, el francés Juan Sierra casó con la villanovense Catalina García, hija de Pedro García Paje y de María de la Torre. Nacido en 1643 en la ciudad de Albi, a los doce años de edad emigró de su tierra francesa y se instaló en la villa de Caravaca, donde trabajó como labrador con diferentes personas de aquel lugar. En la actualidad trabajaba como labrador en Villanueva, y al mes de su estancia en esta localidad solicitó la concesión del matrimonio. En este caso las informaciones de testigos que presentó Juan Sierra para el correspondiente

19 AHDJ. Sección Matrimonial Ordinario. Caja 978. 20 AHDJ. Sección Matrimonial Ordinario. Caja 978.

Page 10: LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO … · Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066 LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

14

exploro, provenían todas de Caravaca. Debido a su corta estancia en Villanueva, no se necesitó recurrir a testigos de esta localidad.21

Grabado al boj del siglo XVIII

En el año de 1687, Pedro de Linares, hijo de Juan de Linares y de Juana Labal, contrajo matrimonio con Jacinta Parda, viuda de Juan Vidal. Era Pedro natural del obispado de Saint Fleur; nacido en 1664, a los doce años de edad lo vemos instalado en Villanueva del Arzobispo ejerciendo como aprendiz de calderero en la tienda de Antonio López. Para completar la pequeña biografía de Pedro de Linares tomaremos como referencia la declaración emitida por el propio implicado en este proceso matrimonial, así como la facilitada por dos testigos. Ante el párroco, Pedro de Linares había manifestado:22

“Que hace nueve años es vecino de Villanueva y tenia quando vino doce años, y de su tierra vino via recta a esta villa que está a mas de doscientas cincuenta leguas de su ciudad según le an dicho algunos vecinos de esta villa y que son naturales de su tierra y de otras aldeas circunvecinas. Que fue bautizado en la parroquia de san Pablo y en ella ay una reliquia de la magdalena en una bidriera y el cura es hermano de su madre que se llama Pedro de Labal. Que este contrayente hoy dia tiene montada tienda en Villanueva y quando ay que comprar materiales salen sus oficiales a compralla a otros lugares”.

21 AHDJ. Sección Matrimonial Ordinario. Caja 979. 22 AHDJ. Sección Matrimonial Ordinario. Caja 878.

Page 11: LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO … · Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066 LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

15

El testigo Isaac Picard, natural del obispado de Saint Fleur, dijo que Pedro de Linares fue bautizado en aquel país, y que:

“… monsieur curat, que asi le llaman en aquel pais al cura de la parroquia, es Pedro de Labal, hermano de Juana de Labal, madre del dicho Pedro de Linares. Que este testigo se vino con Pedro de Linares y salieron de su pais por ser pobres y pasar mucha miseria”.

Otro de los testigos franceses que declaró en esta ocasión fue Pedro Bonete, natural también del obispado de Saint Fleur. Manifestaba Bonete haberse venido a esta villa por la misma época en que lo hicieron sus dos compañeros Pedro de Linares e Isaac Picard. La información que nos aporta el siguiente testigo proviene del villanovense Juan Antonio de Aro:

“Que conoce a Pedro de Linares, que hará diez años que vino a esta villa y save que en la primera casa en que durmió fue en casa de Diego Tenorio y Ana de Aro, su mujer y hermana de este testigo. Y que tenian mucha devocion de hospedar a muchos pobres. Que este testigo y su cuñado lo acomodaron a Pedro de Linares en el estanco publico a que vendiera aceite, pescado, sardinas, jabon y demas cosas que el dicho su cuñado como alcabalero que era le daba que vendiera. Y este testigo le preguntaba a otros franceses que se recogian en casa de la dicha su hermana, si Pedro de Linares estaba casado y todos le decian que no. Que quando vino a esta villa Pedro de Linares tendria doce o trece años y que aun no tenia pelo de barba. Que despues se acomodó con un calderero de esta villa llamado Antonio Lopez y en él aprendió el oficio”.

Firma de Antonio Bonete

Será en 1687 cuando Juan Maules casará en el pueblo con Antonia Mathea de Hervás, hija de Francisco Blas y de María de Hervás. Natural del

Page 12: LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO … · Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066 LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

16

obispado de Saint Fleur, Juan había nacido en 1663 y era hijo de Juan Maules y de Isabel de Mirabel. Declaraba Juan Maules:23

“Que trabajaba en el oficio de vender aguardiente, aunque también asistía como aprendiz en el oficio de calderero. Que salió de su tierra en compañía de Isaac Picard y Pedro de Linares, y todos se vinieron a esta villa a buscar su vida. Y Picard se colocó en el oficio de calderero y el confesante a cuydar un caballo en casa de don Pedro de Baltanás, y por su poca edad y lo cansado y estropeado que venia del camino, le dieron unos achaques y cojera de forma que no podia servir, y asi estuvo bueno se fue a la villa de Villacarrillo a servir por tiempo de quatro años donde fue aguador. Y aora vive en Villanueva y se a ejercitado en echar y vender aguardiente”.

Firma de Juan Maules

Los testigos que corroboraron la declaración de Juan Maules fueron sus paisanos Juan Picard, Isaac Picard y Pedro de Linares. . SIGLO XVIII Domingo de la Piedra nació en el obispado de Saint Fleur en 1681. Hijo de Guillermo de la Piedra y de Ana Medar, a la edad de doce años ya lo vemos instalado en Villanueva. En el año de 1711, a la edad de 30 años, contrajo matrimonio con Catalina Flora de Coca, hija del pregonero de la villa Francisco Barroso y de María de Coca. Ante el escribano eclesiástico Julián Matías Herreros de Luna, Domingo había manifestado:

“Dijo que se llama Domingo de la Piedra, que es vecino de esta villa diez y ocho años antes mas que menos, y natural del lugar de Uber; su edad treinta años poco mas o menos. Su estado mozo libre y soltero, y su ejercicio bender

23 AHDJ. Caja 978.

Page 13: LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO … · Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066 LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

17

aguardiente y agua por las calles. Que desde que nació se crió en dicha su naturaleza en las casas de sus padres tiempo de doce años, y que abiendose muerto su padre Guillermo de la Piedra, y quedando la dicha Ana Medar su madre mui pobre, se ofreció el que venian a España otros vecinos de dicho su lugar y de los comarcanos a trabajar y buscar su vida. Y la dicha su madre se balió y habló a dichos compañeros para que en su compañía trajeran al confesante; y todos juntos salieron de dicho su lugar y se binieron via recta asta esta villa donde los compañeros acomodaron al confesante en las casas de Maria de las Nieves, viuda de Pedro Blacas, para que vendiera aguardiente por las calles, por ser muchacho y no tener cuerpo ni fuerza para otros ejercicios, por averse criado muy debil y de poco cuerpo. Y por muerte de la dicha viuda se acomodó en casa de Pedro Vecino Carrero, que es estanquero de aguardiente de esta villa, y en dicho ejercicio y en el de vender agua con cantaros en un pollino por las calles sea ejercitado, y está ejerciendolo uno y otro oficio para ganar quatro reales”.24

En 1721 era el francés Pedro Santafosta quien casaba en Villanueva del Arzobispo con Catalina de la Peñuela, hija de Pedro de la Peñuela y de Catalina Salvadora. Hijo de Gaspar Santafosta y de Margarita Conde, Pedro, que había nacido en 1687, fue bautizado en la parroquia de Menguate, en el obispado de Comminges. Su futura esposa era natural de Villanueva de los Infantes, y al morir sus padres, se puso en servicio de doña María Gallego Aboel durante un año completo, hasta el momento en que su señora decidió meterse monja. Pocos meses después Catalina era reclamada por unos parientes de la religiosa que residían en Villanueva del Arzobispo; en esta casa sirvió de doméstica durante un periodo de ocho años. En la declaración que tuvo que dar para obtener el matrimonio, Pedro Santafosta había manifestado:

“Que es vecino de esta villa de 23 años a esta parte. Su ejercicio hacer silletas de heneas y vender aguardiente y especieria. Su edad treinta y quatro años. Que siendo de edad de diez años salió de su pais con otros compañeros y paisanos para esta tierra de Andalucia y se vino con ellos via recta y sin detenerse en parte alguna hasta que llegaron a esta villa donde hicieron mansion un poco tiempo por aber en ella a la sazon paisanos y gente del pais de sus compañeros. Y al confesante lo dejaron acomodado en el servicio y casa de don Gome y don Juan de Sandoval, en la qual casa estuvo tiempo de tres años y al cabo de ellos se acomodó con Pedro Vecino Carrero a trabajar para la destilación y venta de aguardiente, en cuya casa y servicio estuvo tiempo de

24 AHDJ. Matrimonial Ordinario. Villanueva del Arzobispo. Caja 977.

Page 14: LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO … · Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066 LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

18

dieciocho años poco mas o menos. Y abrá tiempo de dos años que el confesante se mudó de dicha casa y servicio, y vive actualmente aparte, solo, y en su casa de alquiler. Que le tiene dada palabra de casamiento a Catalina de la Peñuela, natural de Villanueva de los Infantes y vecina de Villanueva del Arzobispo hará ocho años; que está de presente sirviendo en casas de Antonio Martinez de la Fuente, ya difunto, y de doña Maria Manrique de Lara, su mujer. Y dijo no saber escribir y ser de edad de treinta y cuatro años”.25

Pedro Vecino Carrero, francés de 56 años, como testigo en esta causa, manifestó:

“Que quando Pedro Santafosta se vino a Villanueva del Arzobispo era un muchachuelo rapaz, que solo aprovechaba para hacer mandados, como los hizo por orden de este testigo, que lo crió y le sirvió para la destilación y venta de aguardiente. Que en el tiempo que estuvo en casa de este testigo recibía cartas de sus hermanos que vivian en el reino de Francia”.

Firma de Pedro Vecino Carrero

Domingo de la Piedra señaló que, desde hacía dos años aproximadamente, Pedro Santafosta había puesto tienda propia en la cual se dedicaba a la fabricación de sillas de henea. Ocurría a veces que los franceses que se dirigían a España con la intención de encontrar un trabajo, traían consigo copias de sus propias partidas de bautismo; es el caso de Juan de los Reyes Paysano, quien había nacido en 1695 en el obispado de Limoges. En el año de 1717 contraía matrimonio con la villanovense María Ruiz de Armijo, hija de Juan Ruiz de Armijo y de Ana de Alarcón. Como la mayoría de sus paisanos, Juan emigró muy joven, a la edad de 10 años, en compañía de su tío Pedro de los Reyes. En su declaración, el joven contrayente había manifestado:

25 AHDJ. Matrimonial Ordinario. Villanueva del Arzobispo. Caja 979-C.

Page 15: LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO … · Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066 LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

19

“Que es de edad de 24 años, hijo de Juan de los Reyes y de Catalina Paysano, y que para mas satisfacción se remite a la fe de bautismo. Que es vecino de esta villa desde hace 14 años en que salió de su tierra en compañía de su tio Juan de los Reyes junto con otros paisanos de su tierra y vinieron sin detenerse en parte alguna hasta esta villa donde hicieron mansión”.26

Entre los testigos que declararon en este caso, lo hicieron dos franceses, Juan Carral y Pedro Vecino Carrero, y un calderero villanovense llamado Gerardo del Sol. Juan Carral, francés de 40 años de edad, manifestó:

“Que aunque no conoce a los padres de Juan de los Reyes Paysano, sabe que entró en esta villa en compañía de su tío Pedro de los Reyes y otros franceses que venian a esta villa a trabajar. Y Juan de los Reyes se acomodó en casa de Pedro de Linares, calderero de esta villa, para que le hiciese los mandados y le enseñase el oficio por ser como era muchachuelo rapaz que no llevó capa en muchos años. Y estuvo con Pedro de Linares dos años, y por mudarse Pedro de Linares a Cazorla durante un tiempo, pasó el dicho Juan de los Reyes a trabajar a las casas de Gerardo del Sol, de oficio calderero, donde ha estado un año hasta que Juan de los Reyes se mudó y puso tienda aparte”.

El 30 de septiembre de 1719, doña Teresa Godínez de Sandoval y Muñoz, soltera, hija natural de don Sancho Godínez de Sandoval y de una doncella, ambos difuntos, hacía testamento ante el escribano Pedro García Cano de Luna. Pedía doña Teresa ser sepultada en la nueva Capilla Mayor de la iglesia de San Andrés, y que su cuerpo lo cubriesen con el hábito de San Francisco. Para tal fin ordenó que se le entregase a Francisco Magaña, mayordomo del convento de San Francisco de la villa, 44 reales de limosna por el hábito que la religiosa del convento sor Francisca de San Fernando daría para amortajarla cuando falleciese. En otra de las cláusulas del testamento dejó establecido que todos los bienes que a la fecha presente se encontraban dentro de su domicilio, fuesen puestos en almoneda pública en el momento de su fallecimiento, y con el dinero que se recaudase de la venta se pagaran los gastos de su entierro y algunas pequeñas deudas que aún tenía pendientes de abonar. Diez días después de redactado el testamento, los bienes de la difunta eran puestos en venta en el portal de su casa de la calle Carrera donde tuvo su domicilio. La valoración de los diferentes bienes la llevaron acabo Salvador de Quesada, platero, quien se encargó de tasar los objetos de oro y plata; Melchor de Haro, sastre, tasó los manteles, colchas, vestidos, 26 AHDJ. Matrimonial Ordinario. Villanueva del Arzobispo. Caja 977-B.

Page 16: LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO … · Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066 LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

20

etcétera; los muebles fueron tasados por el maestro carpintero Pedro García Calvente; y, por último, el calderero francés Juan de los Reyes se encargó de tasar los calderos, candiles, cuberterías y demás utensilios de cobre y latón.27 En 1715, por motivos laborales, don Esteban Pérez Dufay,28 francés nacido en la ciudad de Laval29 en 1696, trasladó su residencia de la ciudad de Baeza a la de Villanueva del Arzobispo. De profesión mercader, a la edad de 18 años, abandonó su país y se vino a vivir, por tiempo de cuatro años, a casa de don Florencio Martínez, igualmente natural del país vecino. Ejercía don Florencio la profesión de mercader en la ciudad de Baeza, dedicándose a la venta de todo tipo de mercaderías relacionadas con la producción textil. En los comienzos del año de 1720, y ya instalado don Esteban definitivamente en Villanueva del Arzobispo, pidió en matrimonio a la joven doña Catalina Marín de la Fuente, hija de don Lázaro Marín de la Fuente30 y de doña María Asunción y Balbancha. Como aquel matrimonio no resultaba del agrado de los padres de la joven, a Catalina no le quedó más opción que abandonar la casa paterna, quedando depositada en la de Esteban Sánchez Guadarrama. Los depósitos en aquella época se producían con bastante frecuencia, y eran utilizados legalmente por la autoridad civil y eclesiástica para evitar que los familiares de las novias las maltratasen cuando éstas persistían en su idea de contraer matrimonio en contra de la voluntad paterna.31 Normalmente estos conflictos terminaban resolviéndose favorablemente para la pareja, celebrándose la boda en muchas ocasiones de forma casi privada. Los protocolos que se seguían en estos casos consistían en una declaración jurada emitida por los futuros contrayentes donde manifestaban su deseo de unirse en matrimonio. Don Esteban Pérez Dufay, en la declaración ante el instructor, manifestó:

“Que es natural de la ciudad de Laval del reino de Francia, hijo lexitimo de don Joseph Perez y de doña Francisca Dufay, vecinos de la dicha ciudad. Y dixo que abrá tiempo de seis años salió de la dicha su naturaleza y via recta

27 AHDJ. Sección Pueblos. Villanueva del Arzobispo. Caja 3-B. 28 AHDJ. Matrimonial Ordinario. Villanueva del Arzobispo. Caja 978. 29 Esta ciudad está situada en la parte noroccidental del país vecino. Había sido bautizado don Esteban Pérez Dufay en la parroquia de la Santísima Trinidad de la ciudad de Laval. 30 Provenía don Lázaro de una de las familias más adineradas de Villanueva del Arzobispo. Sus antepasados habían fundado en la parroquia de San Andrés nada menos que cinco capellanías. Ejercía además su padre el cargo de alguacil mayor de la Inquisición de Córdoba. 31 Eran muy frecuentes las amenazas de muerte que los padres lanzaban contra las hijas cuando éstas pretendían casarse en contra de la voluntad paterna.

Page 17: LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO … · Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066 LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

21

vino a parar a la ciudad de Baeza donde estubo tiempo de quatro años y lo restante a estado en esta villa sin haber hecho ausencia de consideración y ahora a determinado de contraer matrimonio según orden de la Santa Madre Iglesia con doña Catalina Marin de la Fuente, natural y vecina de dicha Villanueva del Arzobispo. Y por su forasteria sus padres de la dicha doña Catalina le han puesto impedimento de matrimonio y ahora está en deposito en casa de Esteban Sanchez Guadarrama”.

Firma de don Esteban Pérez Dufay

Entre los testigos de Villanueva declaró Francisco de Soto:

“Que conoce a don Esteban Perez Dufay, de nacion frances y vecino de Villanueva del Arzobispo, y sabe por haberselo oido decir a don Florencio Martinez, vecino y mercader de Baeza, que el dicho don Esteban es de su tierra del dicho don Florencio, y que abrá cinco años con poca diferencia que lo traxo a España desde su naturaleza. Y especialmente el dia dos del presente mes, estando este testigo en casa de don Tomas Ruiz, maestro de platería en dicha ciudad y en presencia de este testigo, el dicho don Tomas y don Florencio hablaron del casamiento que de presente tiene tratado don Esteban con doña Catalina”.

Dos años después de celebrada la boda entre don Esteban y doña Catalina, el 6 de agosto de 1722, el obispado de Jaén le reclamó al mercader la entrega de los diezmos correspondientes al año de 172132. Al fiscalizarse los libros de la Tercia pertenecientes a la cámara del obispado de Jaén, se comprobó, por parte de su visitador, que algunos de los productos que debían diezmar y que pertenecían a los bienes propios de don Esteban Pérez no habían sido depositados aún en la casa de la Tercia. Debía don Esteban 24 fanegas de cebada, así como la entrega igualmente del diezmo de

32 AHDJ. Sección Varios. Caja 44.

Page 18: LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO … · Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066 LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

22

sus ganados. Pedro Fernández de Medina, ganadero de la cerda de don Esteban Pérez, tuvo que declarar lo siguiente:

“Que el año pasado de 1721, don Esteban, su amo, crió quince marranos con puercas suyas propias, y aunque estos se diezmaron, se están aquí sin haberselas llevado los arrendadores de minucias y no sabe que su amo haya pagado su valor a los diezmeros de dicho año pasado”.

Don Esteban estaba obligado a pagar diecisiete reales y medio por la crianza de cada lechón. Parte de estos bienes fueron entregados a don Florencio Martínez, mercader de Baeza, por la deuda que don Esteban tenía contraída con aquél. Unos meses antes de ocurrido este incidente, el mercader había presentado, en la ciudad de Baeza, un poder notarial ante el escribano del reino Pedro Juan de Cózar Calatrava, en el que don Florencio manifestaba que don Esteban Pérez Dufay le debía cierta cantidad de dinero por la compra de diferentes géneros de ropa que fueron entregados en su día a su compatriota. La cantidad ascendía a 16.000 maravedíes. Don Florencio, posteriormente, otorgó un poder a su hermano don José Martínez para que fuese a la villa de Villanueva y cobrase la cantidad de maravedíes que le debían. Al no disponer don Esteba Pérez Dufay de capital líquido con que pagar la deuda, don José Martínez se la cobró en granos y en objetos domésticos. En una recua de mulas cargó algunas fanegas de cebada, y los objetos domésticos los dejó depositados, con la intención de volver a Villanueva para retirarlos, en casa del también francés Pedro Vecino Carrero. Éste, en su declaración, había manifestado:

“Que es mercader y vecino de Villanueva del Arzobispo, de edad de cincuenta y siete años, y que en su casa constan los siguientes bienes de don Florencio Martínez: -Siete fanegas de cebada en especie. -Un rastrillo de recolectar cáñamo. -Lienzos de diferentes pinturas, tres medianos y cinco pequeños. -Un peso de garfias. -Un bufete de nogal nuevo”.

Declaraba Pedro Vecino haber recibido esos bienes de don José Martínez, y que venían de la casa de don Esteban Pérez Dufay. Asimismo declaraba haber recibido un papel firmado de puño y letra de don José Martínez en el que figuraba una relación detallada de esos bienes.

Page 19: LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO … · Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066 LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

23

En el año de 1740, Domingo Roges, de 36 años de edad, hijo de Juan Roges y de Ana Sarral, natural del obispado de Tarba, en la Gascuña, casó con Teresa González, viuda de Pedro Rodríguez.33 Había llegado Domingo a Villanueva en el año de 1727, y durante todo este tiempo había trabajado en tareas del campo, al servicio siempre de diferentes agricultores de la localidad. Cuando salió de su país, que fue a la edad de 23 años, se vino a esta villa sin haber hecho nunca vecindad en ninguna otra. Manifestaba Domingo Roges que en aquel año de 1727 fueron varios paisanos suyos los que se establecieron en esta villa. Dos de los testigos que declararon en el exploro, Ramón Ducai y Domingo de Laspallec, naturales del obispado Tarba, habían dicho:

“Que estos testigos trabajan con su compañero Domingo Roges en tareas de campo, y los días de fiesta en que no trabajan salen juntos a pasear”.

Firma de Domingo de Laspallec

Firma de Ramón Ducay Juan Hilario Albussac34 había nacido en el obispado de Saint Fleur en el año de 1720. Hijo de Juan Albussac y de Catalina Maduñac, casó en Villanueva del Arzobispo en 1747 con Polonia Lisalde, viuda del pregonero de la villa Francisco Barroso. En la confesión que tuvo que dar ante el notario apostólico Francisco Montoro y Molina, Juan Hilario había manifestado:

33 AHDJ. Matrimonial Ordinario. Villanueva del Arzobispo. Caja 980. 34 AHDJ. Matrimonial Ordinario. Villanueva del Arzobispo. Caja 979-A.

Page 20: LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO … · Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066 LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

24

“Que a los doce años salió de su patria y via recta se vino a la villa de Cazorla en que ha permanecido hasta de presente, y hará tiempo de un mes se vino a esta Villanueva donde ha tratado de contraer matrimonio con Polonia Lisalde”.

Firma de Juan Hilario Albussac

Vicente Juan de Joseph, residente en la villa y natural de Valencia, aseguraba conocer muy bien a Juan Hilario, pues ambos se dedicaban al comercio de la mercería, y en muchas ocasiones los dos habían viajado por los pueblos de la comarca por razón de su comercio. El 2 de abril de 1755 Juan Hilario, que había cambiado el oficio de mercero por el de contador de las carnicerías públicas, volvería nuevamente a casar después de haber enviudado de Polonia Lisalde.35 Lo haría con Isabel de Cárdenas, viuda de Juan Rodríguez. Aquel noviazgo, que no era del agrado de la familia de Isabel, terminó también por no serlo para el francés. Mancillar el honor de la mujer abandonándola a su suerte después de haberle dado el mozo palabra de matrimonio, implicaba que el renegado pretendiente sufriría el castigo de la prisión y el embargo de sus bienes. Una denuncia de ella o de su familia bastaba para que se cumpliese el castigo. Cuando se producía la represalia oficial, muchos de los varones, por temor al castigo, se retractaban de su decisión y volvían al redil como mansos corderos. Juan Hilario Albussac, desde una celda de la cárcel de la villa, le había manifestado al escribano Francisco Torre Campiña:

“Que se llama Juan Hilario Albussac, vecino de esta villa y natural del obispado de Saint Fleur, reyno de Francia. Su estado viudo de Polonia Lisalde, su trabajo oficial contador de carne en esta villa y que es de edad de treinta y cinco años”.

35 AHDJ. Matrimonial Ordinario. Villanueva del Arzobispo. Caja 981-A.

Page 21: LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO … · Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066 LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

25

Le afirmaba el francés al notario que se casaría con Isabel de Cárdenas, a la que le había dado palabra de matrimonio. Con anterioridad a esta última declaración, la autoridad ya se había hecho de la información necesaria que le facilitaron en su momento algunos testigos. María Ventura Carrasco, al declarar en esta causa, manifestó:

“Que lo que save y puede decir es que noches pasadas, viniendo de por agua la declarante, vio a Juan Hilario Albussac y a Isabel de Cárdenas que salían de la taberna y puesto de aceyte de dicha villa, y que juntos el dicho Juan Hilario y la dicha Isabel fueron hablando por la calle de la Puerta la Mina; y sabidora la testigo que estos estaban novios por haberlo oydo de muchas personas, movida de la curiosidad y malicia, los siguió por ver donde paraban o que hablaban. Y viendo la testigo que se paraban en las esquinas propias de la casa que habita la que declara, puso la susodicha atención y cuidado desde una ventana de su casa, y oyó que la dicha Isabel dixo al referido Juan Hilario que fuese con ella a casa de su hermana Manuela de Cárdenas, a lo que le respondió Juan Hilario: “Anda con Dios, que mañana iré a ver a tu hermana, pues tengo que darle una satisfacion y no puedo detenerme mas, que no quiero que me vean hablar con mugeres en la calle”. A lo que le dixo la expresada muger: “Señor Juan Hilario, qual es la intencion de osté, quiere osté cumplirme lo tratado y pagarme lo que me debe, y sino digalo osté, que me iré donde no se sepa de mí”. A lo que le respondió Juan Hilario: “Vete con Dios Isabel, y descuida que mi ánimo es cumplir lo que tenemos tratado, pero hasta San Miguel no podemos casarnos porque estoy lleno de trampas, y es menester hacerte una poca de ropa”.

Por su parte, la testigo María Martínez de la Parra, manifestó:

“Que esta testigo estaba asistiendo en las casas de Juan Hilario por muerte de su mujer, y un dia fue a casa de Isabel de Cárdenas a recoger una cesta que le habia prestado, y quando volvió le dijo al dicho Juan Hilario como a Isabel de Cárdenas se la llevaban sus hermanos a Sabiote para evitar que se vieran. Y Juan Hilario le dixo a esta testigo: “Diga osté a Isabel que descuide que no se la llevarán, que estoy esperando a Juan Antonio de Cárdenas, su hermano, para darle quenta del casamiento. Y que esta testigo save que Isabel y Juan Hilario ya se han acostado juntos”.

La testigo Bernarda del Río manifestó:

“Que estando en la taberna de su casa vendiendo aceyte y bacalao fue a ella Juan Hilario y le dixo a esta testigo como se casaba con Isabel de Cárdenas,

Page 22: LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO … · Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066 LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

26

pero que se casarían mas tarde, pues antes queria prevenir dos cerdos para engordarlos y desahogarse de muchas trampas que tenia, que le era preciso hacer a la dicha Isabel de Cárdenas una poca de ropa. Y que a poco dias de haberle dado esta noticia el dicho Juan Hilario, lo llamó la referida Isabel, y estando anvos en el portal llegó la testigo a entender que eran quexas las que dicha Isabel daba al mencionado Juan Hilario, pero que con el cuidado de su despacho de aceyte y bacalao no entendió lo que hablaban, pero que al retirarse el susodicho a la calle oyó que dixo: “Isabel, todo lo que has dicho es verdad, pero ya no quiero casarme contigo”.

Tras las declaraciones de los testigos, el alcalde don Pedro Antonio Baltanás Solís mandó al fiscal Juan Carrascosa Liñán la orden de embargar los bienes de Juan Hilario, y a los alguaciles Jerónimo López, Diego Sánchez de Luna y Fernando Albertus el traslado a la cárcel de nuestro protagonista. Por estas mismas fechas de los mediados años cincuenta del siglo XVIII Juan Simón Abadía,36 nacido en la Gascuña francesa, obispado de Tarba, hijo de Beltrán Abadía y de Juana Labus, casó en Villanueva del Arzobispo con Margarita de Salas, hija de Diego de Salas y de María Ángeles Poveda. Aquel matrimonio se iba a llevar acabo en condiciones un tanto traumáticas. Los padres de la novia no estaban dispuestos a que su hija casara con el francés, pero la joven, al persistir en su propósito, tuvo que ser depositada en casa del anciano boticario don José Blázquez del Cerro.37 Pertenecía Margarita de Salas, por su línea materna, a una extensa familia de escribanos asentados en Villanueva del Arzobispo desde los años finales del siglo XVII. En su declaración, Juan Simón había manifestado:

“Que siendo de edad de diez años salió de su país en compañía de otros franceses, y se vino a esta villa y entró a servir en la tienda de Cristóbal Navarrete vendiendo aguardiente hasta el presente, donde se ha mantenido y mantiene desde hace dieciseis años”.

36 AHDJ. Matrimonial Ordinario. Villanueva del Arzobispo. Caja 982-A. 37 AHDJ. Matrimonial Ordinario. Villanueva del Arzobispo. Caja 797-B. Era don José hijo del boticario José López del Cerro y Cardosa, natural de Madrid, y de Alfonsa Donaire Espinosa, natural de Villanueva del Arzobispo. En 1714 el boticario se instaló en el pueblo, y al año siguiente casó con la villanovense. Desde muy joven, siendo un niño, sus padres se trasladaron a la villa de Munuera, obispado de Toledo, y al cumplir los 26 años puso botica en Beas de Segura, donde trabajó en un principio a las órdenes del boticario de don Pedro Manso. En Beas permaneció dos años y seguidamente pasó a Villanueva del Arzobispo a trabajar en la botica de Cristóbal Bueso Figueroa.

Page 23: LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO … · Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066 LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

27

El notario Francisco López Villalta, al tomarles la declaración a Juan Simón y Margarita, había señalado:

“Que los susodichos tienen contrahídos esponsales en virtud de palabra y mano de casamiento que recíprocamente se tienen dada, y estando conformes de contraer su casamiento los padres de la contrahiente procuran embarazarlo quitándole la libertad, por lo que para que tuviera efecto fue preciso poner en depósito y libertad a la contrahiente como con efecto se halla depositada en casas de don Joseph Blázquez del Cerro”.

En esta causa se presentaron un número inusual de testigos; normalmente estos conflictos se resolvían con la presentación de tres o cuatro a lo sumo. En este caso fueron nueve los que depusieron su declaración, siete franceses y dos españoles. Cinco de los primeros residían en Villanueva y los dos restantes en la cercana villa de Villacarrillo. Todos manifestaban haber salido de su tierra siendo muy jóvenes y en compañía de Juan Simón Abadía. Los franceses residentes en Villanueva que declararon en este exploro fueron Juan del Olmo, Bernardo Sierra, Martín del Olmo, Pedro Casteran y Lorenzo del Olmo, todos naturales del obispado de Tarba. Los franceses de Villacarrillo que declararon en esta ocasión fueron Juan Beltrán Tatuan y Juan Bernardo de la Fuente. Curiosamente, de todos los casos vistos hasta el momento, sólo en éste se hace mención a la necesidad de justificar por parte del contrayente su origen de cristiano viejo, que no es gitano ni ha sido esclavo ni su familia ha sido penitenciada por el tribunal de la Inquisición.

Firma de Pedro Casteran

En el año de 1756 Juan Forga38 declaró ante el escribano Juan Antonio Ibáñez Pérez lo siguiente:

“Que se llama Juan Forga, de nación francés, natural del reyno de Francia del obispado de Tarba, hijo de Juan Forga y de Cecilia Jomprou, y vecino de

38 AHDJ. Matrimonial Ordinario. Villanueva del Arzobispo. Caja 981-A.

Page 24: LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO … · Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066 LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

28

Villanueva del Arzobispo. Que para que tenga efecto el matrimonio que pretende contraer dixo que salió de su pais quando tenia dieciocho años con otros compañeros de su tierra y sin detenerse se vino a la ciudad de Úbeda donde estuvo sirviendo en diferentes casas por tiempo de cinco años, al fin de los quales salió de dicha ciudad y por el mes pasado de este año se pasó a vivir a esta villa de Villanueva del Arzobispo donde ha estado residiendo hasta de presente tiempo de medio año.”

Los testigos franceses residentes en Villanueva y que declararon en esta ocasión fueron Juan Luis Pancous, Juan Domingo Bidor y Manuel Madue. Juan Forga casó con la villanovense Francisca del Río, hija de María López y de Juan del Río, contador que fue de las carnicerías públicas. Ha quedado demostrado que un número considerable de franceses emigrados e instalados en Villanueva a lo largo de los siglos XVII y XVIII dejaron descendencia en esta localidad en sucesivas generaciones. Es el caso, por ejemplo, de Juan Colis39. En el año de 1759, Tomás Colis, hijo de Juan Colis y de Catalina Pérez, casó en Villanueva con Juana Sánchez de Medina, hija de Miguel de Medina y de Juana Martínez. Ante el notario Francisco Torre Campiña, Tomás declaró lo siguiente:

“Que se llama Tomas Colis, natural y vecino de esta villa, hijo de Juan Colis, difunto, vecino que fue de ella y natural de Aurillac, reyno de Francia y de Maria Perez, vecina que fue de esta villa y natural de Moral del Campo de Calatrava. Que a la edad de dos años sus padres lo sacaron de esta villa y via recta se lo llevaron a la Villanueva de los Infantes en la que vivió y residió tiempo de dieciseis años, hasta que el pasado año de 1758 por el mes de junio se vino a esta villa.”

Firma de Tomás Colis

39 AHDJ. Matrimonial Ordinario. Villanueva del Arzobispo. Caja 981-A.

Page 25: LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO … · Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066 LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

29

En este documento que hemos examinado sí aparece la fe de bautismo dada en Villanueva del Arzobispo por el cura de la parroquia de San Andrés don Alonso Ignacio de Vera y Baeza, apareciendo como compadre en el bautizo don Francisco Sotes Lozano, clérigo presbítero. En esta ocasión tan solo a un testigo se le tomó declaración, a Juan Manuel del Sol de la Carrera, quien manifestó:

“Que Tomás Colis nació en esta villa de Villanueva del Arzobispo, y lo sabe porque Juan Colis, de nación francés, y su mujer Catalina Pérez, vivieron en las casas que habitaba la madre de este testigo, y por tanto se halló presente quando nació dicho Tomás Colis, y sabe que el presbitero don Francisco Sotes Lozano fue compadre del susodicho quando lo bautizaron. Y luego sus padres se lo llevaron a Villanueva de los Infantes, y este testigo tuvo carta de Juan Colis y de Catalina Peréz quando vivian en dicha Villanueva de los Infantes”.

En el año de 1768 será el francés Miguel de Baus40, hijo de Bartolomé de Baus y de Juana Fortanci, quien casará con María Andrido, hija de Juan Andrido y de Catalina de Medina. Natural del obispado de Comminges, nació en el año de 1736. En la declaración que efectuó ante el notario, Miguel de Baus había manifestado:

“Que se crió en su país hasta que en el año de 1762 se salió de su tierra y se vino a este reyno de Jaen donde estuvo viviendo en las cercanias de Villanueva del Arzobispo, y hará dos años montó una tienda de quincalla y anduvo transitando por los pueblos cercanos y luego habrá tiempo de tres años se avecindó en esta villa de Villanueva en la que vive sin haber hecho ausencia considerable, y solo por razón de su trabajo ha estado en Iznatorafe, Villacarrillo y Ubeda”.

A la información dada por el implicado se unió en esta ocasión la facilitada por el párroco de San Andrés don Rodrigo Vicioso:

“Que Miguel de Baus vino de su pais a esta villa para buscarse la vida y mantiene una pequeña tienda de quincalla con la que anduvo transeúnte en los pueblos circunvecinos. Y aunque es cierto que ha hecho algunas salidas con su referida tienda, ha sido por muy corto periodo de tiempo. Y me consta que ha ido tambien a las ciudades de Ubeda y Baeza solo con el fin de surtirse de dicha quincalla”.

40 AHDJ. Matrimonial Ordinario. Villanueva del Arzobispo. Caja 982-A.

Page 26: LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO … · Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066 LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

30

Concluye con esta fecha de 1768 el flujo migratorio francés cuyo último destino, que duró un largo periodo de tiempo, algo más de una centuria, fue Villanueva del Arzobispo. Las causas que provocaron esta abrupta interrupción son fáciles de imaginar. La revolución francesa tuvo desde sus inicios una amplia resonancia en España. Como nos refiere González Beltrán41, se temía un posible contagio del fervor revolucionario al territorio español, por lo que se comienzan a tomar medidas para evitar la entrada de franceses y su posible propaganda. En este caso le tocó aplicar dichas medidas a la Inquisición y a la autoridad civil. Y era comprensible que los franceses asentados en la península desearan conocer todo lo relativo a su país a través de los diferentes medios de difusión de que disponían, ya fuera panfletos, prensa o libros. Para González Beltrán los sucesos ocurridos en 1791, huida de Luis XVI a Varennes, significó la ruptura de cualquier compromiso de la monarquía francesa con la Revolución y una radicalización de ésta. Será a partir de este momento cuando el gobierno español decidirá actuar contra los franceses que se encuentran en España. El 20 de julio de 1791 se promulga una Real Cédula de S. M. por la que: “Las justicias hagan matrículas de los extranjeros residentes en estos reinos con distinción de transeúntes y domiciliados, y se establezcan las reglas que deberán seguirse con unos y con otros”.42 Tras el estallido de la Revolución francesa se produjo un sentimiento xenófobo que se extendió por toda España y, que en opinión de Emilio Benedicto43, convirtió en muy delicada la situación social de los franceses: “Esta animadversión se recrudece tras la ejecución de Luis XVI. En el año de 1791 comenzaron los embargos de bienes de los emigrantes. Finalmente la Guerra de la Independencia y su exaltación del nacionalismo hispano, provocaron la ruptura de la corriente migratoria, ya que con su huida perdieron sus negocios y los bienes inmuebles que pudieran haber adquirido a lo largo de su estancia en España”.

41 GONZÁLEZ BELTRÁN, J. M. “Legislación sobre extranjeros a finales del siglo XVIII”. Trocadero. Revista de Historia Moderna y Contemporánea. núms. 8-9. 1996-1997, pp. 104-105. 42 Ibídem. Legislación sobre extranjeros…pp. 104-105. 43 BENEDICTO GIMENO, E. “La emigración francesa en Calamocha (1530-1791)”. XILOCA, 29. Abril 2002, p. 24.

Page 27: LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO … · Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066 LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

31

DOMINGO DE LA PIEDRA Y SUS DESCENDIENTES A continuación y para finalizar daremos a conocer, mediante el gráfico de un árbol genealógico, la descendencia que el francés Domingo de la Piedra dejó establecida en Villanueva del Arzobispo desde su venida a esta localidad en los primeros años del siglo XVIII. Como esta parentela atañe, por una de sus líneas maternas, a este autor, tomaré en consideración en este estudio sólo unos pocos aportes muy generales y que hacen referencia a algunos de los matrimonios que se fueron sucediendo a lo largo de esta intrahistoria familiar. Los datos están tomados de tres fuentes fundamentales: (1) Archivo Histórico Provincial de Jaén, sección protocolos y Catastro de la Ensenada. (2) Archivo Diocesano de la Catedral de Jaén, sección dispensas matrimoniales. (3) Registro Civil de Villanueva del Arzobispo. La familia de la Piedra Juan de la Piedra Barroso, nieto de Domingo de la Piedra y de Ana Medar, ejerció el oficio de maestro alarife donde lo vemos, a partir de 1752, tasando edificios públicos y privados en Villanueva. Vivió con su mujer María Leonor Carrascosa en una casa de la calle Detrás de la Balsa. Este inmueble lo heredó Juan de sus padres Domingo de la Piedra y Catalina Barroso.44 Su hija María Leonor de la Piedra Carrascosa, viuda de José Ruiz, casaría en 1806 con Ignacio Canata Garrido45: En el año de 1793 y a la edad de 18 años Ignacio se incorporó al ejército. Fue destinado al Regimiento de Infantería de España en el que sirvió durante ocho largos años, llegando a combatir contra las tropas francesas en el Rosellón. Más tarde participó como soldado, pero ya como aliado de los franceses, en la batalla de Trafalgar. La licencia la obtuvo al fin en la Isla de León (San Fernando). Leonor Canata de la Piedra, nacida en 1814, hija de Ignacio Canata y de María Leonor de la Piedra, casó con Francisco del Arco Ruiz46. Vivió este matrimonio en la calle Roma la Chica, ejerciendo su marido la profesión de tendero. También se dedicó a la compra venta de pequeñas parcelas de tierra. 44 Archivo Histórico Provincial de Jaén (AHPJ). Catastro del Marqués de la Ensenada. Signatura 7976. 45 AHDJ. Matrimonial Ordinario. Villanueva del Arzobispo. Caja. 983-B. Como Ignacio había permanecido muchos años como soldado fuera de la localidad, al contraer matrimonio, necesitó dar información al obispado de los lugares en los que vivió durante esa larga temporada de ausencia del municipio. 46 AHDJ. Dispensas matrimoniales. Caja s/n.

Page 28: LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO … · Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066 LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

32

Una hija de este matrimonio, Alejandra del Arco Canata, nacida en 1849, casó con Sebastián Gutiérrez Ferrer, de profesión labrador. En el año de 1871, el 10 de octubre, depositaron en el corral de su casa a un niño de 3 o 4 días, envuelto en un pañolillo viejo y que no presentaba signos de maltrato. Alejandra, que vivía en la calle Úbeda, lo adoptó y le puso por nombre Sebastián del Arco47. En el año de 1899, encontrándose ya viuda de su marido, hace testamento ante el escribano Enrique Martínez Ibáñez, y deja en herencia a cada una de sus cuatro hijas 500 pesetas en metálico, más algunas tierras y un cortijo en Vaqueriza que pertenecieron a su difunto marido Sebastián Gutiérrez Ferrer.48 Su hija Juana Gutiérrez del Arco, nacida en 1867, casó en 1889 con Francisco Rodríguez Molina, natural de Úbeda49. Ejercía Francisco50 la profesión de carrero, transportando todo tipo de productos que compraba en la ciudad de Úbeda para luego venderlos en Villanueva. Una extensa recua de mulos era su medio de locomoción. Cuando el negocio prosperó, dejó este servicio en manos de empleados, dedicándose a atender personalmente la tienda que acabó instalando en el pueblo. Una hija de este matrimonio llamada Francisca Rodríguez Gutiérrez51, nacida en 1903, casó con Juan Asensio Sánchez, natural de Beas de Segura y de profesión taxista. El apellido de la Piedra, por la rama paterna, ha logrado, no obstante, sobrevivir en Villanueva del Arzobispo hasta el punto de mantenerse aún vigente en el momento actual. Otros apellidos relacionados igualmente con aquellos franceses llegados al pueblo en los finales del XVII y principios del XVIII, como Linares, Ferrer o Santafosta, también han logrado sobrevivir hasta la fecha presente en el municipio.

47 AHPJ. Signatura. 47260. Protocolo 241. 48 AHPJ. Signatura 47260. Protocolo 241. 49 Registro Civil de Villanueva del Arzobispo. Tomo 24. Fol. 44. 50 Un hermano de mi bisabuelo Francisco llamado Juan Pedro Rodríguez Molina, fue el primer director de la banda de música que se formó en Villanueva del Arzobispo en los primeros años del siglo XX. 51 Registro Civil de Villanueva del Arzobispo. Tomo 50. Fol. 156.

Page 29: LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO … · Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066 LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

33

Boda de Manuel del Castillo y Bárbara Villar en Villanueva del Arzobispo. Año 1922. Francisca Rodríguez Gutiérrez, sexta nieta de Domingo de la Piedra y Ana Medar, señalada con un punto.

Villanueva del Arzobispo contó, en los finales del siglo XVIII, con una población que osciló entre los cuatro y cinco mil habitantes. El 20 de agosto de 1790, el maestro de primeras letras Felipe Cano Ruiz, en carta dirigida al cabildo catedralicio de Jaén, solicitaba:

“Que componiendose dicha su vecindad, a corta diferencia, de un mil vecinos, necesita de dos o tres maestros para la educación y enseñanza de primeras letras, y no habiendo al presente sino solo uno, el qual tiene otros encargos que atender, se hace quasi ymposible salgan con perfeccion los niños que se le encargan, por lo que hallandose abil y suficiente para representar dicha maestria, suplica a Su Ilustrísima se digne despachar titulo de tal”.52

52 MARTÍNEZ ASENSIO, F. J. “Fernando Araque (Una aproximación a los maestros de escuela de la Villanueva del siglo XVIII”. La Moraleja, 64. Villanueva del Arzobispo. 2011, p. 37.

Page 30: LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO … · Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066 LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

34

El coeficiente de conversión de vecinos en habitantes (cada vecino se corresponde con la unidad familiar), según Domínguez Ortiz53, ha dado lugar a muchas discusiones: los cálculos obtenidos varían entre 4 y 5 miembros por unidad familiar. Si tomamos como media la referencia dada por Domínguez Ortiz, nos saldría para Villanueva del Arzobispo, en los finales del siglo XVIII, una población de unos 4.500 habitantes aproximadamente. Este mismo número de habitantes se repite en los finales del siglo XVI. En el pleito que se entabló en 1584 entre la iglesia de San Andrés y las beatas que habitaban en el recién construido convento de San Francisco por el dominio de los enterramientos dentro de sus respectivos distritos, uno de los testigos llamado Jerónimo Bueno, a una de las preguntas que se le formuló acerca del número de vecinos con que contaba la villa, respondió “que la villa aun siendo mui pobre quenta con un mille vecinos”.54 Entre los finales del siglo XVI y los finales del siglo XVIII no hubo una variación notable de población en el pueblo, aunque hubo épocas (segundo tercio del siglo XVII) en que el número de vecinos descendió hasta los 870; es muy posible que este descenso de habitantes se produjese como consecuencia de la epidemia de peste que asoló el territorio peninsular en los mediados años cincuenta del siglo XVII. El prior de la iglesia de Villacarrillo, el día 4 mayo de 1648, en carta dirigida al cabildo catedralicio de Jaén, manifestaba: “…tambien remito a buestra señoria la matricula desta yglesia que como con este sonido de la peste todos los lugares estan cercados i los caminos tan peligrosos que no se atreve mi cura a llebarla”.55 Las tres grandes epidemias de peste que asolaron la península en el siglo XVII, mermaron considerablemente la población; y fueron tenidas como verdaderas catástrofes demográficas: la primera de ellas abarcó el periodo de 1597-1602. La segunda, producida a mediados de siglo, comprende los años que van de 1647 a 1651. Y por último la que abarcó los años de 1676 a 1685. Según Domínguez Ortiz56, la primera de estas epidemias causó una mortandad de medio millón de habitantes. La peste de mediados de siglo, importada de Oriente, castigó de modo terrible las provincias andaluzas y toda la costa mediterránea. Y el último de los grandes contagios afectó casi a las mismas regiones; y aunque no fue tan mortífera, sí fue más persistente.

53 DOMÍNGUEZ ORTIZ, A. El antiguo Régimen: Los Reyes Católicos y los Austrias, Ed. Alfaguara. Madrid. 1974, p. 70. 54 AHDJ. Sección Pueblos. Villanueva del Arzobispo. Caja 70-A. 55 MARTÍNEZ ASENSIO, F. J. “La iglesia de la Asunción de Villacarrillo. Datos históricos con nuevas aportaciones”. Revista AHISVI, 9. Villacarrillo. 2010, pp. 80-87. 56 DOMÍNGUEZ ORTIZ, A. El Antiguo Régimen…, p. 347.

Page 31: LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO … · Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066 LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

35

A este factor de despoblación habría que sumar otros como la bajada de la natalidad como consecuencia de las guerras, especialmente la de Los Treinta Años, que arrebataron de sus hogares a gran número de hombres jóvenes, al incremento considerable del clero y a la difícil situación económica, producto de las plagas, que disuadía a muchos de contraer matrimonio. La población actual de Villanueva del Arzobispo se acerca a los 9.000 habitantes, siendo aproximadamente unos 950 los extranjeros que actualmente residen en el municipio. Su máximo apogeo se alcanzó en el primer tercio del siglo XX, en que hubo censadas alrededor de 12.000 personas.

Page 32: LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO … · Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066 LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

36

Guillermo de la Piedra & (Francia) Ana Medar

Domingo de la Piedra & (1711) Catalina Flora de Coca Barroso

Juan de la Piedra Barroso & (1753) María Leonor Carrascosa

María de la Piedra Carrascosa & (1806) Ignacio Canata Garrido (n.1773)

Leonor Canata de la Piedra (n. 1814) & Francisco del Arco Ruiz (n. 1814)

Alejandra del Arco Canata (n. 1849) & Sebastián Gutiérrez Ferrer (n. 1837)

Juana Gutiérrez del Arco & (1889) Francisco Rodríguez Molina

Francisca Rodríguez Gutiérrez & (1922) Juan Asensio Sánchez

ÁRBOL GENEALÓGICO DE DOMINGO DE LA PIEDRA

Page 33: LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO … · Trastámara, nº 11.1, enero-junio 2013, pp. 5-37, ISSN: 1989-4066 LA INMIGRACIÓN FRANCESA EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

37

BIBLIOGRAFÍA BENEDICTO GIMENO, E. “La emigración francesa en Calamocha (1530-1791)”.

XILOCA, 29. Abril 2002. CORONAS TEJADA, L. “La inmigración francesa en las ciudades de Jaén y Úbeda

en la segunda mitad del S: XVIII”. Actas II Coloquio de Historia de Andalucía. Tomo I. Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba. Córdoba. 1980

DOMÍNGUEZ ORTIZ, A. El antiguo Régimen: Los Reyes Católicos y los Austrias. Ed. Alfaguara. Madrid, 1974.

- Los extranjeros en la vida española durante el siglo XVII. Madrid, 1996. GONZÁLEZ BELTRÁN, J. M. “Legislación sobre extranjeros a finales del siglo

XVIII”. Trocadero. Revista de Historia Moderna y Contemporánea. núms. 8-9. 1996-1997.

MARTÍNEZ ASENSIO, F. J. “La iglesia de la Asunción de Villacarrillo. Datos históricos con nuevas aportaciones”. Revista AHISVI, 9. Villacarrillo, 2010.

- “Fernando Araque (Una aproximación a los maestros de escuela de la Villanueva del siglo XVIII”. La Moraleja, 64. Villanueva del Arzobispo. 2011.

- “Médicos y cirujanos en Villanueva del Arzobispo en los siglos XVII, XVIII y XIX”. Trastámara, 7. Jamilena, 2011.

QUEVEDO Y VILLEGAS, F. La Fortuna con seso y la hora de todos. Ediciones Orbis, Madrid, 1987.

SALAS AUSÉNS, J. A. “Buscando vivir en la ciudad: trayectorias de inmigrantes franceses en los siglos XVII y XVIII”. Revista de Demografía Histórica, XXI, I. 2003.

TORRES SANS, X. Los sin papeles y otros. Inmigraciones francesas en Cataluña (Siglos XVI-XVIII). En Colección Mediterránea Económica Mediterráneo Económico: Procesos migratorios, economía y personas, 1. Ed. Caja Rural Intermediterránea. Barcelona.