La luz era tenue, tan suave como la aurora. un difuso brillo amarillo se extendia alrededor, difuminando toda forma, Anael era capas de alzar vuelo cada vez por mas tiempo y a ratos tomaba su forma de Angel.

A medida que fuimos avanzanzando las figuras difusas fueron tomando forma de arboles altos, muy altos. Anael comenzó a brillar intermitentemente

“Estamos cerca ya.” Y se arrodillo en el suelo difuso con un pie, apoyando la mano también. Parecia escuchar algo muy atentamente.

La bruma habia comenzado a aclarase convirtiéndose en algo brillante, un vapor luminoso y a lo lejos se escuchaban canticos rítmicos y profundos.

“ya te llaman, mi querida Anaia. Es hora ya de El encuentro.”

El encuentro

Solo laluz sabría como me sentía en ese momento. Fuerte, valiente y con el corazón taaan grande.

Suavemente supe que mi siguiente paso iba ser dado sin la compañía de Anael.

“Cuando una luz se enciende de verdad, en el centro del corazón de un templo humano, legiones de seres alados de luz acuden a ver tal espectáculo, son como los juegos olímpicos de tu planeta…

Observan desde lo alto esperando el encuentro…

No sabia con exactitud de que encuentro hablaba Anael, con quien ni donde, pero el espíritu de unidad que impregnaba el momento era tal que mi confianza incremenetaba a cada paso y a cada paso olia a mi alrededor mas intensamenete perfumes frutalesy a la vez el olor a valentía. Alo lejos miradas como destellos me acompñaban. Que