La Ninfa Degollada de Garcilaso

Embed Size (px)

Citation preview

  • 7/25/2019 La Ninfa Degollada de Garcilaso

    1/11

    LA NINFA DEGOLLADA DE GARCILASO

    (gloga III, versos 225-232)

    GARGILASOescribe quiz su ms perfecta gloga, la tercera, hacia el final

    de su corta vida, es decir, en 1536, aceptando la cronologa propuesta

    por tan autorizado investigador como Rafael Lapesa.

    1

    Por aquellas

    fechas Garcilaso est en Italia.

    2

    Volveremos sobre este importante

    punto de su estancia italiana ya que da la clave en la argumentacin

    del presente trabajo. El recuerdo de la relativamente prxima muerte

    de Isabel de Freyre, su musa literaria, surge contenido a travs de la

    distancia geogrfica. Garcilaso, adems, presenta cierta bruma mitol-

    gica dentro de la cual incrusta hechos concretos, como alusiones al

    ro Tajo. Estos toques mitolgicos contribuyen a crear un ambiente

    de lejana melancola a la par que elevan el tono de la gloga hacia

    la universalidad potica. En efecto, Garcilaso, poeta muy impuesto en la

    mitologa clsica, enmarca una buena zona de su hermosa gloga (versos

    121-192) con la descripcin de importantes mitos que ya aparecen en

    lasMetamorfosisde Ovidio, libro que, sin duda, Garcilaso conoca muy

    bien.

    3

    La tcnica de Garcilaso, en este caso, es pictrica, embebido como

    estaba en los principios renacentistas del ut pictura poesishoraciano.

    Se nos explica cmo cuatro ninfas, en las riberas del Tajo, se entretie-

    nen tejiendo telas. Tres de estas ninfas se inspiran en tres mitos muy

    conocidos: Enrdice y Orfeo, Dafne y Apolo, Venus y Adonis. Interesa,

    ante todo, subrayar algo muy importante: estamos frente a unas ninfas

    mitolgicas que introducen a su vez al lector a otras historias mitol-

    gicas

    es decir, mitologa dentro de la mitologa. Todo ello a travs

    1

    Rafael Lapesa, La trayectoria potica de Garcilaso.Madrid, 1948, p. 4.

    2 Una buena relacin de los viajes y estancias de Garcilaso en Italia se encuen-

    tra en la biografa del poeta publicada por E. Fernndez de Navarrete en el Vol. XVI

    de la Coleccin de documentos inditos para la historia de Espaa Madrid, 1850.

    Tambin B. Croce public Intorno al Soggiorno di Garcilaso de la Vega in Italia.

    Rassegna Storica napolitana di Lettere ed Arti (I, 1894), pp. 1-15. No me ha sido

    accesible este trabajo en el momento de redactar el presente artculo, pero si el

    resumen que el propio Croce hace del mismo en Espaa en la vida italiana durante

    el Renacimiento Madrid, s. a. [1920], pp.

    190-1.

    3 R. Schevill,

    Ovid and the Renascence in Spain

    Berkeley, 1913, pp. 26-8, y

    J. M. de Cossio, Fbulas mitolgicas en Espaa Madrid, 1952, pp. 75-80.

    715

    AIH. Actas III (1968). La ninfa degollada de Garcilaso. ALBERTO PORQUERAS-MAYO

  • 7/25/2019 La Ninfa Degollada de Garcilaso

    2/11

    716 LBERTO P O R Q UE R A S - M A Y O

    de unas imgenes pictricas que al ser descritas por medio del verso se

    truecan al mismo tiempo en imgenes poticas. Interesa insistir en

    que este mundo mitolgico-pictrico-potico surge fundido a elementos

    reales de la vida del poeta: las riberas del Tajo que tanto poder evoca-

    dor sugieren respecto al recuerdo personal de Isabel d Freyre.

    Spitzer

    4

    escribi una inteligente nota estudiando los aspectos de la

    tcnica pictrica de Garcilaso. Aludi a artificios concretos como el

    chiaroscuro y la perspectiva. El crtico vienes, con la gran cultura y

    sensibilidad que le caracterizaban, lo conect todo ello con textos de

    diversos tratados pictricos como los de Alberti y Leonardo de Vinci.

    Lo curioso es que ya Herrera en sus

    Anotaciones,

    tres siglos antes que

    Spitzer, al comentar otro pasaje de la misma gloga haba llamado la

    atencin sobre estas tcnicas pictricas, en trminos prximos a los de

    Spitzer, e incluso Herrera haba citado al tratado de Alberti.

    5

    Volvamos a las ninfas de la gloga. La cuarta ninfa, Nise, afirma

    que no quiere entretejer antigua historia , sino referirse a un hecho

    contemporneo lo cual es verdad slo hasta cierto punto, como expli-

    caremos despus. El hecho histrico contemporneo es la muerte de

    Isabel de Freyre, fcilmente identificable por la alusin a Elisa que

    aparece despus en la misma gloga. Ya Herrera en sus Anotaciones

    seal esta identificacin y se content con ello, sin buscar ms explica-

    ciones. Y todos los comentadores o editores posteriores siguieron por

    este camino a causa de una doble y, aparentemente, justificada pista: la

    propia confesin de Garcilaso de referirse a un hecho contemporneo

    y el sabio testimonio de Herrera que no se esforz por ver la posible

    fuente de la atrevida imagen que se usaba para describir la muerte de

    Isabel de Freyre. Por eso los editores de este siglo, como Navarro Toms,

    no indicaron la fuente, aunque, en este caso, el mismo investigador

    parece haber cambiado de idea en ediciones posteriores.

    6

    i Garcilaso, third eclogue, lines 265-271. HR, XX (1952), pp . 243-8.

    5

    Obras de Garcilaso con Anotaciones de F ernando de Herrera.

    Sevilla, 1580,

    pp. 674.

    6 En la edicin d e Clsicos Castellanos, de 1911, T . Nav arro T om s acepta la

    identificacin de la ninfa muerta con Isabel de Freyre, sin ms comentarios en

    cuanto a otras fuentes posibles. Sin embargo, en ediciones posteriores como la de

    1963 se lee la escena de una ninfa mu erta llorada por sus compaeros se halla en

    Virgilio, gloga V. En Sannazaro, Arcadia, Prosa V y gl. V., son los pastores los

    que cantan junto al sepulcro de Androgeo; el mismo tema fue tratado por Barahona

    de Soto en su gloga de los Amadriades. Menos explicaciones encontramos en la

    edicin de H . Keniston (New York, 1925), ni en su valioso lib ro Garcilaso de la

    Vega; a Critical Study of His Life and Works,

    Nueva York, 1923. Tampoco Doris

    AIH. Actas III (1968). La ninfa degollada de Garcilaso. ALBERTO PORQUERAS-MAYO

  • 7/25/2019 La Ninfa Degollada de Garcilaso

    3/11

    LA NIN FA DEGOLLADA DE GARCILASO 7 1 7

    Subrayemos que este hecho contemporneo queda trabado con los

    tres mitos anteriores con un ambiente mitolgico ininterrumpido: unas

    diosas silvestres vienen precipitadamente por la espesura para detenerse

    ante el cadver mitolgico de una ninfa muerta ante la cual las dio-

    sas silvestres derraman las rosas que llevan en sus cestillos.

    7

    Y ahora, tras este necesario rodeo llegamos al ncleo de la presente

    investigacin, esta ninfa muerta, que domina la impresionante escena

    de la siguiente octava (versos 225-232). Hela aqu :

    Todas, con el cabello desparzido,

    lloravan una nympha delicada

    cuya vida mostrava que avia sido

    antes de tiempo y casi en flor cortada;

    cerca del agua, en un lugar florido,

    estava entre las yervas degollada

    qual queda el blanco cisne quando pierde

    la dulce vida entre la yerva verde.

    8

    El sentimiento de Garcilaso se esparce por toda la octava, que acaso

    represente la ms intensa vibracin esttica de toda la gloga, aunque

    las imgenes que nos interesan estn en la segunda mitad de esta octava,

    en los cuatro versos ltimos, en los que aparece una ninfa degollada,

    entre la hierba, en un lugar florido, junto al agua. La expresin ninfa

    Lessig, Ursprung und Entwicklung der spanischen Ekloge bis 1650 Genve-Pars, 1960,

    seala antecedentes al hablar del relato de la cuarta ninfa en este gloga. Creo que

    conviene aadir, adems, porque me parece que no se ha notado, otra posible in-

    fluencia de Sannazaro, la gloga 1a, en la que dos pastores, ante un sepulcro, leen

    el siguiente epitafio: quell a che a meliseo si', altera e rgida / Si mostr sempre,

    or mansueta ed umile / si sta sepolta in questa pietra frgida en ed. de G. Corniani

    (Milano, 1806), p. 206.

    7 Lapesa, en su op. cit. p. 224, n. 194, se refiere a un trabajo de Mel que

    seala la fuente en la prosa V. de la Arcadia de Sannazaro le convicine N in fe ...

    vengano otra tu tte con canestri bianchissiui pieni di fiori e di pomi odoriferi. No

    me cabe duda de esta influencia de Sannazaro, pero creo que hay que acudir, adems,

    a representaciones pictricas que ayudaran a Garcilaso a la fijacin de la imagen.

    Hay una p in tu ra del florentino Piero di Cosimo (1461-1521) (uno de cuyos cuadros

    constituye precisamente el centro de esta comunicacin), con un tema mitolgico

    en el que aparecen unas ninfas con cestos de flores, celebrando, en este caso, una

    figura masculina. El cuadro se encuentra en Wadsworth Athenaeum de Hartford,

    Connecticut, y lo estudia E. Panofsky en Studies in Iconology Nueva York, 1931,

    p .

    345. El cuadro est reproducido en el libro de Panofsky bajo figura No. 17. La

    nica coincidencia con la gloga de Garcilaso lo constituye el elemento secundario

    del cuadro: las ninfas con cestos de flores, que supongo seria ocupacin propia de

    ninfas y de muchos cuadros.

    s Cito por la edicin de E. L. Rivers, Madrid, 1964, p. 147.

    AIH. Actas III (1968). La ninfa degollada de Garcilaso. ALBERTO PORQUERAS-MAYO

  • 7/25/2019 La Ninfa Degollada de Garcilaso

    4/11

    718 ALBERTO PORQ UERA S MAY O

    degollada

    la explic Herreraen la acepcin de

    desangrada.

    Heaqu

    las palabras deHerrera: Doa Isabel deFreyre, quem uri departo;

    as dice degollada, pordesangrada como decimos, cuando sangranmu-

    cho,

    auno, quelodegollalbarbero.

    9

    Tambin esim portante el testimonio deCovarrubias en suTesoro

    de

    la

    lengua castellana: Cuando sacan a unomucha sangre por las

    venas, solemos decir queconviene degollarle, si el accidente requiere

    tanta evacuacin.

    10

    Tamayo deVargas,

    11

    queaporta otros textos inte-

    resantes, y Azara

    12

    aceptan la explicacin de Herrera. Sinembargo,

    antes quetodos estos comentaristas, lapalabra le choc al Broncense

    porque lepareci quenoencajaba bien en eltipodem uerte deIsabel

    de Freyre, por lo quepropuso la sustitucin por

    igualada^

    A pesar

    de quetodos loscomentaristas identifican

    degollada

    con

    desangrada,

    excepto

    el

    Broncense,

    en

    todos

    los

    otros ejemplos

    que

    poseo

    de la

    lengua espaolade lossiglosxv yxvi siempreheencontradodegollada

    en elsentido dedecapitada.

    1

    Por lo que lainterpretacin deHerrera

    eseneste casode unprecoz y precipitado positivismo,

    15

    ya quebusca

    una solucin fcil ignorandolantima motivacin esttica que Garcilaso

    quiso expresar plsticamente, aludiendo potica y

    pictricamente

    (como

    veremos) a lamuerte deIsabel deFreyre. Precisamente porello Gar-

    cilaso quiso alejarse, pormotivos artsticos, de lascircunstanciasun

    poco prosaicasenque falleci Isabel, vctimade unmal parto.SiGarci-

    laso hubiera querido sinms intenciones literarias) aludir nicam ente

    a

    la

    muerte

    de su

    musa Isabel hub iera sido ms lgico

    el

    empleo

    del

    adjetivo desangrada,palabra mucho ms noble. Elpropio Herreraen

    9 Herrera, op. cit. p. 274.

    10 Citado por T. Navarro Toms en su ed. de Clsicos Castellanos, Madrid,

    1911,

    p. 135.

    H Loscomentarios de Tamayo de Vargas pued en leerse ahora en A. Gallego

    Morell,

    Garcilasode la Vegay suscomentaristas,

    Gra nad a, 1966. El texto que nos

    ocupa est en pp . 638-9.

    12Ibidem, p .662.

    13Ibidem, p. 275.

    14Esinteresante questa es laacepcin querecogen losautores dediccionarios

    extranjeros al traducir del espaol, segn el Tesoro lexicogrficode S.Gili Gaya,

    cuyos materiales inditosme hapermitido consultar suauto r: Casas 1570: giugu lado,

    scannato; Palet 1604: esgorg; Oudin 1607: decapit, decoll, qui a la gorge coupe,

    esgorg; Franciosini, 1620: scannato,

    che gli e

    stato tagliato

    il

    capo; Percival 1623

    m.

    beheaded, killed; Sobrino 1705: decapit qu i a la gorge coupe, esgorg.

    15 Herrera era un gran crtico litera rio como ha demostrado Jos A. Almeida

    en su tesis doctoral

    Lasideas literarias deHerrera,

    presentada en la Universidad

    de Missouri en1966. Por eso se lepuede perdon ar algn descuido.

    AIH. Actas III (1968). La ninfa degollada de Garcilaso. ALBERTO PORQUERAS-MAYO

  • 7/25/2019 La Ninfa Degollada de Garcilaso

    5/11

    I'IKRO DI COSIMO: Clalo y Procris (National Gallery, Londres)

    AIH. Actas III (1968). La ninfa degollada de Garcilaso. ALBERTO PORQUERAS-MAYO

  • 7/25/2019 La Ninfa Degollada de Garcilaso

    6/11

    LA NINFA DEGOLLADA DE GARCILASO

    7 1 9

    sus Anotaciones demuestra, con una gran percepcin estilstica, como,

    en general, Garcilaso rehuye el empleo de vocablos bajos. Pero aqu

    Herrera parece echarse la manta a la cabeza y acudir a una acepcin

    de

    degollada

    tpica del lenguaje coloquial y del mundo de los barberos,

    como el mismo Herrera indica. Y ciertamente no encaja bien no slo

    en el tono refinado de la octava trascrita, sino de toda la gloga. Ya

    volveremos, pues, a este importante vocablo, despus de explorar una

    posible avenida mitolgica.

    Ya hemos aludido a lo muy impuesto que estaba Garcilaso en las

    fbulas mitolgicas, especialmente su directo conocimiento de las Meta-

    morfosis

    de Ovid io. Recordemos q ue las tres ninfas aluden a mitos

    conocidos. A pesar de la protesta de la cuarta ninfa de representar

    un hecho contemporneo hay que mencionar el mito de Cfalo y Pro-

    cris. Garcilaso, sin duda, conoca este mito al que se refiere por ex-

    tenso Ovidio en sus

    Metamorfosis

    libro 7, versos 662-865, y en el que

    aparece una ninfa muerta, herida por una jabalina. He aqu, solamente,

    los versos 842-844 que presentan a la ninfa Procris:

    Procris erat medioque tenens in pectore vulnus:

    Ei mihi condamat. Vox est ubi cognita fidae

    Coniugis, ad vocem praeceps amensque cucurr.

    16

    Es forzoso, pues, aadir esta famosa ninfa muerta a los posibles ante-

    cedentes literarios sealados por T. Navarro Toms, y que ya hemos

    reproducido en la nota consiguiente. Por supuesto que Garcilaso pudo

    releer la fbula en otros repertorios mitolgicos, como los de Higinio

    y Boccaccio, para citar dos de los ms famosos.

    17

    Hay que recordar,

    adems, la concreta huella del mito de Cfalo y Procris en la literatura

    castellana.

    18

    De todas maneras, el mito en su aspecto puramente libresco

    ie Ed. de H. Brettenbach, Zurich 1958, p. 500.

    17 Leemos, en las

    Fabulae

    de Higinio, ed. de H. I. Rose, Lugdani, 1953, p. 134:

    "nihilo minus illa timens Auroram matutino tempore secuta eum ut obseruaretatque

    inter virgulta delituit; quae virgulta eum Cephalus moveri vidit, iaculum inevitabile

    misit et Procin coniugem suam interfecit." Tam bin Boccaccio se refiere a este mito

    en

    Genealoga Deorum.

    Me parece casi seguro que Garcilaso, como la mayora de los

    escritores renacentistas, conociese estas dos obras. Sobre las fuentes mitolgicas ms

    comnmente usadas por los escritores renacentistas vase Jean Seznec, The Survival

    of the Pagan Gods

    ed. de Harper Torchbooks, Nueva York, ig6i. pp. 224-237.

    18 J. M. de Cosso en Fbulas op. cit. p. 881, da u na lista de poetas qu e se inspi-

    ran en este mito. A esta lista podran aadirse otros datos curiosos como una obra

    indita de don Manuel Vidal y Salvador, fallecido en 1698, autor de un

    Cfalo y

    Procris segn C. A. de la Barrera, Catlogo Bibliogrfico y biogrfico del teatro

    AIH. Actas III (1968). La ninfa degollada de Garcilaso. ALBERTO PORQUERAS-MAYO

  • 7/25/2019 La Ninfa Degollada de Garcilaso

    7/11

    720 A L B E R T O P O R Q U E R A S - M A Y O

    no explica

    la

    atrevida imagen

    de

    Garcilaso,

    que

    ningn escritor recrea

    de

    tan

    audaz

    y

    nico modo.

    Sin

    embargo,

    la

    impresionante imagen

    gar-

    cilasesca que preside los cuatro ltimos versos de la octava transcrita

    queda iluminada, sbitamente, acudiendo

    al

    mito

    de

    Cfalo

    y

    Procris

    en

    una

    innovadora interpretacin pictrica:

    la del

    florentino Piero

    di Cosimo (1461-1521).

    Este cuadro

    se

    alberga actualmente

    en la

    National Gallery

    de Lon-

    dres,

    y en l aparecen las imgenes fundamentales que Garcilaso tras-

    pas

    de

    all

    a su

    gloga.

    19

    Recurdese

    el

    texto

    de

    Ovidio

    que

    hablaba

    de

    una

    herida

    en el

    pecho,

    que es lo

    corriente

    en las

    otras interpretacio-

    nes pictricas

    que

    conozco.

    20

    Pues bien,

    en el

    cuadro

    de

    Piero

    di

    Cosimo

    la ninfa aparece muerta,por unaheridaen el cuellode la quemanaun

    flujo de sangre; est tendida en la yerba, en un lugar florido, junto al

    agua. Ahora,

    a la

    vista

    de

    esta imagen central aprovechada

    por

    Garci-

    laso,

    el

    empleo

    del

    vocablo

    degollada

    queda mucho

    ms

    justificado.

    Adems

    hay

    otro texto

    de

    Covarrubias,

    que no he

    visto citado

    por nin-

    gn comentarista de Garcilaso, quiz porque al desconocer el cuadro

    que nosocupase han contentadocon el sentido general dedesangrado

    Pero dice Covarrubias: Algunas veces degollar

    es

    herir

    de

    punta

    por

    la garganta

    al

    hombre

    o al

    animal

    sin

    apartarle

    la

    cabeza

    del

    cuerpo,

    desangrndose

    por la

    herida mortal

    que le

    dan.

    21

    Este texto

    me

    parece

    trascendental porque explica a la vista del cuadro, el sentido en que

    antiguo espaol

    Madrid, 1860, p. 477. Agustn de Salazar y Torres es autor de

    El

    amor ms desgraciado Cfalo y Procris [vase J. Ares Montes Del Otoo del gongo-

    rismo en

    RFE

    44 (1961), p. 319]. Lope de Vega y Caldern llevaron este mito al

    teatro,

    vase H. R. Martin, Notes on the Cephalus Procris Myth as Draraatized

    by Lope de Vega and Caldern, MLN 66 (1951), p. 238-241.

    19 Segn M. Davies, en su catlogo The Earlier Italian Schools 2* ed., Londres,

    1961,

    p. 422, este cuadro, procedente de Florencia, fue adquirido en esta ciudad

    italiana por el museo londinense en 1857. Proceda, nada menos, que de la familia

    Guicciardini, cuyo escudo de armas aparece en un sello del dorso del cuadro.

    20 Vase un excelente estudio y reproducciones pictricas de este mito ovidiano

    en Irving Lavin, Cephalus and Procris, Transformations of an Ovidian Myth,

    Warburg Journal

    XVII (1954), pp . 260-287. Adems de los datos acumulados por su

    autor puedo aadir algunos ms, como el cuadro del mismo tema por el pintor ho-

    lands Peeter Symons, que existe en el museo del Prado. En una casa particular de

    Madrid he visto tambin un grabado que reproduce un cuadro de Pablo Berons

    (sic) con el ttulo de Cfalo y Procris. Se lea en el pie de grabado: Tiene siete

    pies y medio de alto y siete de ancho, se ha trasladado del Real Palacio al museo

    de Madrid. Tampoco en estos dos cuadros (posteriores a Garcilaso), no citados por

    Lavin, el mito se presenta de la originalsima manera que lo imagina Piero di

    Cosimo. I. Lavin desconoca probablemente la hermosa gloga del poeta espaol.

    21Tesoro de la lengua castellana ed. M. de Riquer. Barcelona, 1943, p- 447.

    AIH. Actas III (1968). La ninfa degollada de Garcilaso. ALBERTO PORQUERAS-MAYO

  • 7/25/2019 La Ninfa Degollada de Garcilaso

    8/11

    LA NINFA DEGOLLADA DE GARCILASO 7 2 1

    Garcilaso emple la palabra

    degollada

    sugerida por la ninfa Procris,

    que era una manera ms poticamente velada de aludir a la muerte de

    Isabel de Freyre, sin necesidad de describir la circunstancia del sobre-

    parto, tan poco potico.

    En el cuadro de Piero di Cosimo aparecen unos elementos secun-

    darios, desde el punto de vista temtico, tales como un fauno compade-

    cindose por la ninfa y un perro (evidente alusin al mito de Cfalo

    y Procris), y ambos elementos obviamente no interesaron a Garcilaso.

    Tam poco los animales que aparecen en el fondo del cuadro. El pathos

    de la pintura se centra en torno a la ninfa que se recorta en un primer

    plano como figura de bulto, y esto pasar intacto a la gloga de Garci-

    laso. Todo ello encaja muy bien en la tcnica pictrica que tanto efecto

    hizo en Garcilaso, como demostr Spitzer en el citado artculo. Pin-

    sese en el cuadro de Piero di Cosimo y en la imagen de la ninfa tras-

    pasada al poema de Garcilaso. Y lanse despus los versos 269-272 en

    que Garcilaso explica la tcnica de las telas basadas en juegos de luces

    y sombras, que ha intentado describir en su gloga. He aqu los versos

    en cuestin:

    mostravan a los ojos relevadas

    las cosas y figuras que eran llanas,

    tanto que al parecer el cuerpo vano

    pudiese ser tomado con la mano.

    Cfalo, el involuntario asesino de la celosa Procris, no aparece en

    el cuadro de Piro di Cosimo ni en la gloga de Garcilaso, para as sub-

    rayar la tierna emocin de esta delicada, inocente figura femenina, aban-

    donada en un paisaje ameno. Garcilaso hace que el agua que aparece en

    el cuadro de Piero di Cosimo sea el ro Tajo, que le conviene para

    subrayar, con su obvia referencia a Toledo, la contemporaneidad de la

    alusin que se esconde tras la imagen potica de la ninfa, y para enlazar

    esta cuarta tela en el mismo escenario geogrfico que las otras tres

    anteriores. En Garcilaso aparece, adems, un elemento contemplador

    o reverenciador (equivalente a la funcin del fauno y perro del cuadro

    de Piero di Cosimo) representado por las diosas silvestres que esparcen

    flores. Adems de leerlo en Sannazaro, ahora que conocemos el pro-

    fundo impacto de Piero di Cosimo en Garcilaso, bien pudo influirle

    tambin otro cuadro de Piero di Cosimo, al que ya se ha aludido en

    una nota. Cabe preguntar por qu Garcilaso tuvo que aprender necesa-

    riamente la imagen de la ninfa degollada en Piero di Cosimo, y no en

    otras versiones literarias o pictricas del mismo mito? Por una razn

    sencilla, porque tal audaz imagen no existe ni antes ni despus de

    AIH. Actas III (1968). La ninfa degollada de Garcilaso. ALBERTO PORQUERAS-MAYO

  • 7/25/2019 La Ninfa Degollada de Garcilaso

    9/11

    722 A L B E R T O P O R Q U E R A S - M A Y O

    Piero

    di

    Cosimo

    en

    ninguna representacin pictrica

    del

    mito. Segn

    los expertos

    22

    en elcitado cuadro dePiero diCosimo, este pin torse

    alej deOvidio y de losotros repertorios mitolgicos para expresar

    originalmente

    por su

    cuenta

    su

    visin

    del

    mito.N isiquiera levinola

    imagen de

    una

    pieza teatral sobre este mito, obra deNiccolo da

    Co-

    rreggio

    23

    que

    seestren en lacorte deFerrara en

    1487,

    aunque esta

    obra pudo influirle

    en

    otros detalles. Tambin Garcilaso pudo haberla

    ledo porque se public enVenecia en

    1507.

    Aunque all tambinla

    protagonista muere,

    no se dan las

    vividas circunstancias en

    que

    ocurre

    la muerte

    dela

    ninfa

    enel

    cuadro

    de

    Piero

    di

    Cosimo

    y,

    consiguiente-

    mente, enGarcilaso.

    Todas lascircunstancias histricas contribuyen a reforzar nuestra

    teora.

    El

    cuadro

    que nos

    ocupa estuvo enFlorencia hasta mitades

    del

    siglo

    xix

    en

    que

    pas a laNa tional Gallery deLondres, como se ha

    indicado en

    una

    nota. Garcilaso,

    que

    vivi tantos aos enItalia, tuvo

    muchas ocasiones

    de

    verlo.

    Y, una vez

    visto,

    es

    cuadro

    que no se

    olvida

    jams. Conozco pocas pinturas en lahistoria

    del

    arte capaces de

    pro-

    ducir

    tan

    honda emocin.

    24

    Fernndez deNavarrete escribi

    una do-

    cumentada biografa

    de

    nuestro poeta, todava insuperada.

    A

    travs

    de

    este riguroso libro sabemos que Garcilaso interviene

    en la

    campaa

    de Florencia en 1530.

    a5

    Meinclino

    a

    pensar que Garcilaso vera, por

    lo

    menos,

    la

    pintura

    de

    Piero

    d i

    Cosimo,

    en

    1536,

    la

    segunda vez que

    estuvo oficialmente)

    en

    Florencia.

    Es el

    mismo ao

    en

    que escribi

    la gloga,

    y

    decidira incorporar entonces

    la

    inaudita imagen que

    tan

    bien encajaba

    en su

    arte.

    El

    dolor por

    la

    m uerte

    de

    Isabel

    de

    Freyre

    se estaba convirtiendo, poco

    a

    poco, en nostalgia artstica,

    ya

    que Gar-

    cilaso, como cualquier persona normal, tena medios para sobreponerse

    a

    la

    tristeza

    deun

    inicio, sobre todo despus

    de

    encontrar

    la

    generosa

    22 Dice Irving Lavin,

    op

    cit.

    p

    271: I nconsidering Piero's picture it iswellto

    recall that fifteenth-century Italy h a d n otradition forrepresenting th eCephalus

    and Procris myth;

    it is

    not illustrated,

    for

    example,

    in the

    important 1497 edition

    of

    the Metamorphases byZoane Rosso a tVenice. Perhaps this lack ofprecedent,by

    throwing Piero back entirely on h isown imaginative resources, contributed to his

    producing such anew and unusual design.

    23 Vase I .Lavin,

    op

    cit. pp. 270-272.

    24R .Langton Douglas, en

    Piero

    di

    Cosimo

    Chicago, 1946, p . 60,escribe refi-

    rindose a nuestro cuadro : No one today canlook at this picture, socalm yet so

    poignant, souniversal in itsappeal, without being moved by i t . H eestado en el

    museo

    de

    Londres, varias horas, observando

    la

    reaccin

    de los

    visitantes

    y

    ste

    es

    el nico cuadro, en toda la sala, ante el cual sedetenan todas laspersonas, lo

    cual corrobora elhondo impacto que producira enGarcilaso.

    25 Op. cit. pp. 25-26.

    AIH. Actas III (1968). La ninfa degollada de Garcilaso. ALBERTO PORQUERAS-MAYO

  • 7/25/2019 La Ninfa Degollada de Garcilaso

    10/11

    LA NIN FA DEGOLLADA DE GARCILASO 7 2 3

    ayuda de alguna napolitana. En este viaje de 1536 Garcilaso acompa-

    aba al emperador en su visita a Florencia. El ambiente era propicio

    para que Garcilaso se deleitase contemplando los tesoros artsticos de

    la ciudad florentina. Es precisamente Fernndez de Navarrete quien

    nos lo cuenta. Dice, refirindose a Garcilaso: Admir la riqueza y

    monumentos de aquella ciudad, vio la fortaleza que a la sazn estaba

    construyendo el gran duque y disfrut de los obsequios que se hicieron

    a la comitiva del excelso husped.

    26

    Los conocimientos pictricos de Garcilaso, incluso de tcnicas espe-

    cializadas, quedaron ya sealados por Herrera y muy revalorizados por

    Spitzer. Tambin, tan excelente garcilasista como Rafael Lapesa, de-

    dica atencin al problema, y recuerda influencias concretas.

    27

    Y cada

    vez se van notando ms paralelos entre la poesa de Garcilaso y la

    pintura renacentista.

    28

    Y cabe esperar que el presente trabajo contri-

    buir tambin a revisar muchas imgenes y tcnicas de Garcilaso a esta

    nueva luz. Releyendo muchas veces como he hecho la octava famosa,

    he pensado en lo bien que ha sabido traspasar en verso una emocin

    pictrica tpica del mundo del Renacimiento. En efecto, un tan buen

    conocedor del arte renacentista como E. Panofsky escribe, a otro respecto,

    un hermoso prrafo que invito al lector a proyectar sobre el cuadro de

    Piero di Cosimo y la octava de Garcilaso al mismo tiempo. He aqu

    el pasaje en cuestin: For, as the classical 'beauty pose', is rest tempered

    by movement, so is the classical 'pathos motif movem ent tempered by

    rest; so in classical art both action and inaction appear subjected to

    one and the same principie, unknown before, the contraposto.

    29

    Ya

    va siendo hora de que conozcamos mejor la universalidad renacentista

    de Garcilaso y no acudir solamente a explicaciones hispano-narcisistas

    (a las que tan aficionada es nuestra crtica) y hablar solamente de la

    sobriedad castellana an te el dolor (aunque esto tenga tambin su

    gran parte de verdad). Hay que ver a un Garcilaso castellano, s, pero

    que viaja por Europa, que vive mucho tiempo en Italia, que frecuenta

    a importantes humanistas italianos y que est embebido en la pintura

    renacentista. El maestro Dmaso Alonso, con la fina intuicin que le

    26

    ibid.

    p p .

    76-77.

    27

    Op. dt.,

    p p . 116-U9.

    28 Por

    ejemplo, Peter

    N .

    Dunn , Garcilaso's

    Ode a la

    Flor

    de Gnido ,

    ZRP,

    I.XXXI

    (1965),

    p p .

    288-309.

    Hay que evitar, sin embargo, interpretaciones extrema-

    das como la de Mara Teresa Maiorana, Dafne en Garcilaso y en el Bernini, su-

    plemento literario de La Nacin de Buenos Aires (10 de diciembre, 1967).

    29

    Meaning in the Visual

    Arts. G ard en Ci ty , Nu eva York , 1957, p p . 268-269.

    AIH. Actas III (1968). La ninfa degollada de Garcilaso. ALBERTO PORQUERAS-MAYO

  • 7/25/2019 La Ninfa Degollada de Garcilaso

    11/11

    724 A L B E R T O P O R Q U E R A S M A Y O

    caracteriza, capt muy bien la honda emocin de la octava de Garcilaso

    y afirm q ue pocos versos hay en castellano de ms veladura de l-

    grimas en la voz y,

    a

    la par, de ms intacta belleza q ue stos.

    30

    E n

    Garcilaso esta estremecedora veladura de lgrimas tena hondas races

    biogrficas, pero le vena sugerida, sobre todo, por una veta muy escon-

    dida hasta

    el

    presente:

    la

    pin tura de Piero

    d i

    Cosimo representando

    el mito de CfaloyProcris.

    ALBERTO PORQUERAS-MAYO

    Universidad de Illinois

    Urbana

    so Poesa espaola 4 ed. Madrid, 1962, p. 103.

    AIH. Actas III (1968). La ninfa degollada de Garcilaso. ALBERTO PORQUERAS-MAYO