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LA ÉPOCA DE LOS AUSTRIAS La participación de la Corona Española en la política irlandesa se caracterizó por un incremento gradual de la presencia política y militar a partir del final de la década de 1570, hasta culminar en el envío de la expedición militar a comienzos del reinado de Felipe III en ayuda de los líderes irlandeses Hugh O’Neill y Red Hugh O’Donnell durante la Guerra de los Nueve Años (1594-1603). El fracaso de esta expedición y la conquista de Irlanda por la monarquía protestante inglesa en 1603 originaron una oleada de inmigrantes a los dominios de la Monarquía Hispánica. Muchos eran refugiados político-religosos, que engrosaron el ejército o sirvieron como agentes políticos de los señores irlandeses. Otros eran estudiantes que buscaban formación católica o comerciantes que se establecieron en los principales puertos españoles (Bilbao, A Coruña y Sevilla fundamentalmente), a los que se unió una importante masa de ancianos, mujeres y niños. En la década de 1640, el fracaso de la independencia de la Irlanda Confederada (1642-1649), la conquista de la isla por Oliver Cromwell, y la necesidad española de tropas, motivaron la intensificación de la emigración irlandesa a la península. Sin embargo, las diferencias socioculturales de los emigrados con el territorio de acogida y la crisis de la propia Monarquía Hispánica, menos necesitada ya de sus servicios militares, dieron lugar a tensiones que acabaron motivando cierto desencanto.

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Page 1: LA ÉPOCA DE LOS AUSTRIAS · DE LOS AUSTRIAS La participación de la Corona Española en la política irlandesa se caracterizó por un incremento gradual de la presencia política

LA ÉPOCA DE LOS AUSTRIAS

La participación de la Corona Española en la política irlandesa se caracterizó por un incremento gradual de la presencia política y militar a partir del final de la década de 1570, hasta culminar en el envío de la expedición militar a comienzos del reinado de Felipe III en ayuda de los líderes irlandeses Hugh O’Neill y Red Hugh O’Donnell durante la Guerra de los Nueve Años (1594-1603). El fracaso de esta expedición y la conquista de Irlanda por la monarquía protestante inglesa en 1603 originaron una oleada de inmigrantes a los dominios de la Monarquía Hispánica. Muchos eran refugiados político-religosos, que engrosaron el ejército o sirvieron como agentes políticos de los señores irlandeses. Otros eran estudiantes que buscaban formación católica o comerciantes que se establecieron en los principales puertos españoles (Bilbao, A Coruña y Sevilla fundamentalmente), a los que se unió una importante masa de ancianos, mujeres y niños.

En la década de 1640, el fracaso de la independencia de la Irlanda Confederada (1642-1649), la conquista de la isla por Oliver Cromwell, y la necesidad española de tropas, motivaron la intensificación de la emigración irlandesa a la península.

Sin embargo, las diferencias socioculturales de los emigrados con el territorio de acogida y la crisis de la propia Monarquía Hispánica, menos necesitada ya de sus servicios militares, dieron lugar a tensiones que acabaron motivando cierto desencanto.

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POLÍTICA E INTERVENCIÓN MILITAR EN IRLANDA (I)

1529, febrero. ToledoManuscrito sobre papelCastellano 31 x 20’80 cms. 2 hojasBorradorAGS, PTR-LEG, 55, 14

1564, agosto 16Manuscrito sobre papelCastellano31’50 x 22 cms. 2 hojasCopiaAGS, EST-LEG, 820, 133

[1574, junio, 26] Manuscrito sobre papelCastellano31 x 22 cms. 12 hojasContiene glosas autógrafas de Felipe IIAGS, EST-LEG, 828, 106

Instrucciones diplomáticas de Carlos V a su capellán, Gonzalo Fernández, enviado a Irlanda a firmar un tratado de mutua pro-tección con el conde de Desmond, uno de los tres señores más poderosos en el reino de Irlanda.

Traslado de un pregón o proclama de la reina Isabel I de Inglaterra, publicado por el Justicia Mayor y Consejo inglés de Dublín, ordenando la expulsión de unos clanes irlandeses de sus tierras, con la fina-lidad de colonizarlas con colonos protes-tantes ingleses.

El actual condado de Offaly, dominado en el siglo XVI por el clan de los O’Connor, fue la primera zona donde la corona de Inglaterra llevó a cabo su política de confiscación y colonización de tierras en Irlanda. Como parte de su discurso político, la mo-narquía inglesa y sus agentes defendieron la condi-ción bárbara y salvaje de los irlandeses para justifi-car la expulsión de sus tierras. De ahí la frecuencia con la que los irlandeses gaélicos son pintados –como en este documento- como salvajes (gente no urbana y por lo tanto “no civil”) o como bárbaros (gente sin leyes o sin las normas del mundo cristiano).

Relación que el capitán Diego Ortiz de Urízar hace al rey de los sucesos que ha presenciado en Irlanda. Anotaciones mar-ginales autógrafas de Felipe II.

El capitán Diego Ortiz de Urízar fue uno de los protagonistas de las primeras misiones militares que Felipe II envió a Irlanda para averiguar la situa-ción política y militar del país.

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POLÍTICA E INTERVENCIÓN MILITAR EN IRLANDA (II)

1580, octubre, 14Manuscrito sobre papelCastellano27’50 x 19’70 cms. 2 hojas folioAGS, EST-LEG, 833, 65

1589, febrero, 18 Manuscrito sobre papelCastellano30 x 21’2 cms. 4 hojas AGS, GYM-LEG, 245, 188

1596, mayoManuscrito sobre papelCastellano30’50 x 21’20 cms. 4 hojasAGS, EST-LEG, 839, 99

Carta del conde de Desmond a Felipe II.

Las Revueltas de Desmond (1569-73 y 1579-83) marcan el principio de las guerras político–religiosas contra la reina Isabel de Inglaterra, que continuarán hasta el año 1603. En esta carta se narran los apuros en los que se encontró el jefe de los subleva-dos, forzado a refugiarse entre bosques y montañas, que se lamenta de los pocos efectivos que se habían mandado desde España para apoyar su causa.

“Relación de lo que Pedro Robledo de Tapia y Francisco de Ledesma y Pedro de San Millán, officiales del Hospital Real de la armada, refieren oy 18 de hebrero 1589”.

Muchos de los barcos de la armada que Felipe II envió contra Inglaterra en 1588 acabaron naufra-gando, en su viaje de regreso, en las costas de Ir-landa. Aunque no intencionada, la llegada a Irlanda de las tropas españolas, entre las que también se encontraban algunos aventureros irlandeses, tuvo importantes consecuencias políticas. Uno de estos barcos era la urca llamada “San Pedro”, cuya epo-peya se relata en este documento, que después de casi naufragar llegó a la costa oeste de Irlanda, y cuya tripulación tuvo que rescatar a algunos de sus oficiales que habían sido capturados por soldados ingleses.

“Una verdadera relacion de los successos de los catholicos del reyno de Irlanda desde primero de enero del presente año de 96 hasta 28 de marzo”

Este documento contiene el relato de lo ocurrido en el Ulster durante la Guerra de los Nueve Años, la sublevación liderada por Hugh O´Neill y Red Hugh O´Donnell contra la reina de Inglaterra que desem-bocó en la intervención española en Kinsale en 1601-1602. Cabe destacar que este informe fue ela-borado por un sacerdote irlandés que fue testigo de los acontecimientos dentro del Ulster, y que por tanto presenta los hechos desde la perspectiva de los sublevados, lo que le confiere un valor relevan-te, ya que la mayor parte de la información que ha llegado a nosotros sobre esta guerra refleja el punto de vista inglés.

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POLÍTICA E INTERVENCIÓN MILITAR EN IRLANDA (III)

1596, mayo 16. Leffer [Lifford]Manuscrito sobre papelLatín29’50 x 19’80 cms. 2 hojas AGS, EST-LEG, 839, 89

1601, diciembre, 19. KinsaleManuscrito sobre papel.Castellano17’5 x 21’5 cms. 2 hojas AGS, GYM-LEG, 3144

Carta de Red Hugh O’Donnell y Hugh O’Neill al príncipe Felipe, futuro Felipe III, para que, al igual que su padre, preste el favor y ayuda necesaria a la causa católi-ca irlandesa.

Durante la Guerra de los Nueve Años los principa-les jefes de los sublevados irlandeses justificaron su rebeldía contra la corona de Inglaterra en términos de lucha para defender la pureza de la religión ca-tólica contra la persecución de los heréticos ingle-ses. Este hecho se refleja en el lenguaje utilizado en la correspondencia, como bien ilustra esta carta, con expresiones como “...vindicandae patriae a tyranicae prauitatis iugo…” o “…a tartari faucibus eruens…”

Billete de Juan del Águila, maestre de campo general, comandante del ejércitoespañol en Irlanda, a Pedro López de Soto, al mando de las fuerzas terrestres enCastlehaven, para que los sublevados irlan-deses unan sus fuerzas a las de Kinsale.

La batalla de Kinsale enfrentó a los rebeldes irlan-deses capitaneados por Red Hugh O’Donnell y Hugh O’Neill y ayudados por las fuerzas españolas contra las inglesas en el marco de la Guerra de los Nueve Años.

La interpretación del contenido de éste y otros do-cumentos similares generó mucha polémica des-pués de la derrota hispano-irlandesa. Incluso toda-vía hoy sigue siendo muy discutido lo que ocurrió durante esta batalla, que ha sido vista tradicional-mente como el acontecimiento que marca el fin de la civilización gaélica.

Mapa del puerto de Killybegs.

Este mapa del puerto de Killybegs, en el señorío de Red Hugh O’Donnell en la provincia del Ulster, es uno de los pocos que se conservan sobre Irlanda en el Archivo General de Simancas. Llegó acompañan-do a un despacho que trajo Alonso de Cobos en su misión de socorro a Hugh O´Neill y Red Hugh O´Donnell en el Ulster en 1596.

[1596]ManuscritoAcuarela y tinta sobre papel28 x 52 cms.Escala indeterminada (6,6 cm. los pitipie de mil pasos andantes de dos pies y medio cada uno) AGS, MPD, 13, 053

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POLÍTICA E INTERVENCIÓN MILITAR EN IRLANDA (IV)

1602, mayo 24Manuscrito sobre papelInglés27’50 x 19’80 cms. 2 hojasAGS, EST-LEG, 190

1602, junio, 27 [s.l. “en el ejército católico”] Manuscrito sobre papelCastellano29’5 x 21 cms. 2 hojasAGS, GYM, LEG, 590, 462

[1644] Manuscrito sobre papelCastellano19 x 25 cms. 1 hojaAGS, EST-LEG, 2525

1649, octubre, 5. LondresManuscrito sobre papelCastellano30’50 x 21 cms. 2 hojas.CopiaAGS, EST-LEG, 2526, 8

Carta de Red Hugh O’Donnell a O’Connor Kerry.

En esta carta que Red Hugh O’Donnell envía desde Galicia a uno de sus aliados en el sur de Irlanda destaca, en primer lugar, el hecho de que esté escri-ta en inglés y no en gaélico. El idioma que utiliza-ban los señores irlandeses para escribir sus cartas dependía por lo general, y entre otros factores, de la capacidad lingüística de sus secretarios. Por otra parte, es igualmente destacable en la carta el hecho de que Red Hugh aconseje no incluir en la contes-tación malas noticias que pudieran ser vistas por los ministros del rey de España. La carta fue encontra-da por los ingleses después de la destrucción de uno de los últimos focos de resistencia en Irlanda. Un comandante inglés envió el original junto con una traducción a uno de los comandantes españoles que estuvieron en Irlanda, con la intención de des-acreditar a Red Hugh O’Donnell.

Carta de Domnall Cam O’Sullivan Beare y otros señores católicos de la Santa Liga en la provincia de Momonia en Irlanda, al conde de Caracena, gobernador y capitán general del Reino de Galicia, solicitando que reciba a Gulielmo Burk y a los otros caballeros de la liga católica.

En esta carta, escrita por los señores de Munster que tomaron partido por los españoles cuando lle-garon al sur de Irlanda, destaca la presencia del señor Domnall Cam O´Sullivan Beare, que llegó a ser el jefe de los irlandeses en la corte del rey Felipe III en las primeras dos décadas del siglo XVII.

Cifra de la correspondencia de Irlanda.

Aunque la Monarquía española nunca volvió a enviar una fuerza militar a Irlanda después de la experiencia de Kinsale, sí apoyó el intercambio de armas y municiones efectuado por reclutas irlande-ses con destino a Cataluña y Portugal desde 1641 hasta 1649. Este documento recoge la cifra que se utilizó en la correspondencia con los diputados de la Confederación de Kilkenny (Irlanda confederada).

Carta de Alonso de Cárdenas, embajador español en Londres, en la que se informa al rey Felipe IV de la masacre de la guarni-ción de Drogheda a manos del ejército de Oliver Cromwell en 1649, durante el pe-ríodo de la Irlanda Confederada. A partir de este momento, Irlanda no volverá a tener instituciones políticas propias hasta el siglo XX. Este hecho ha marcado la me-moria colectiva de los irlandeses y ha in-fluido en las relaciones entre irlandeses e ingleses hasta el fin del conflicto de Irlan-da del Norte.

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LA EMIGRACIÓN IRLANDESA A ESPAÑA Y SUS DOMINIOS (I)La emigración militar

1589, agosto, 20. A CoruñaManuscrito sobre papelCastellano30 x 21’5 cms. 2 hojas AGS, GYM-LEG, 267, 60

1622, diciembre, 9Manuscrito en papelCastellano20’50 x 15’40 cms. Doble hoja cuartoAGS,GYM-LEG, 883

1650, febrero, 2. MadridManuscrito sobre papelCastellano35 x 24 cms.CopiaAGS, GYM-LIB, 215, Fols 172 vº- 173 rº

1680, abril, 16. MadridManuscrito sobre papelCastellano29’50 x 21 cms. 2 hojasAGS, EST-LEG, 4124

Certificación firmada por Edmundo Eusta-cio (Eustace), vizconde de Baltinglas, Mau-ricio Giraldino (Fitzthomas), Carlos O’Connor, caballeros irlandeses que lucha-ron con el Conde de Desmond contra la reina de Inglaterra en Irlanda, y por Enri-que Riano (Ryan) y Roberto de Laçio (de Lacy), caballeros irlandeses al servicio del rey en su Real Armada, por la que dan fe de los servicios prestados por Gómez Freire de Andrade en la guerra contra In-glaterra.

Estos caballeros, que perdieron sus tierras en Irlan-da después del fracaso de las revueltas de Desmond y que combatieron contra los ingleses, aparecen aquí firmando un testimonio para que un español que también sirvió en Irlanda con ellos pueda cobrar el salario que se le debe de los 7 años que sirvió en la guerra contra Inglaterra.

Memorial del conde de Birhaven por el que solicita la redención de los supervi-vientes del galeón llamado “El Rosario”, cautivados por los turcos, y el pagode sus salarios

A lo largo del siglo XVII fueron muchos los irlande-ses que sirvieron en la armada española, desde el Mar del Norte hasta el Atlántico Sur, tanto en las compañías de españoles como en sus propias com-pañías. Muchos también lucharon en el Mediterrá-neo contra los moros o los turcos, y algunos de ellos fueron capturados, pasando años de cautiverio antes de ser rescatados. Este documento contiene la petición de Dermot O’Sullivan Beare, segundo conde de Bearhaven, el noble irlandés más impor-tante de la época en la corte madrileña, solicitando la ayuda del rey para rescatar a los supervivientes de un galeón que había sido apresado por los turcos. Entre los cautivos de este galeón, gobernado por el capitán Cornelius O’Driscoll, figuran su hijo mayor y dos de sus sobrinos, que servían en su compañía de infantería. La muerte de este capitán, acaecida el 5 de septiembre de 1622, fue inmortali-zada en la literatura gaélica de la época.

Título de sargento mayor del tercio de Francisco de Meneses, concedido por Felipe IV, a Luis O’Driscoll.

La mayor parte de los militares irlandeses llegados directamente de Irlanda desarrollaron sus vidas pro-fesionales en los tercios de irlandeses. Solamente aquellos que habían pasado la mayor parte de sus vidas en España, o los nacidos en España, pudieron conseguir cargos y puestos de algún rango en los tercios españoles. En este documento, el beneficia-rio del título de sargento mayor había nacido en A Coruña y era nieto de uno de los primeros señores gaélicos llegados a España después de la derrota de Kinsale.

Consulta del Consejo de Estado sobre la petición, que le había sido rechazada por su condición de irlandés a Arthur O’Brien, capitán y teniente de Maestre de Campo, para dirigir una de las compañías destinadas a los presidios de Indias.

Pese a la negativa inicial, el Consejo de Estado in-forma finalmente la petición de forma favorable, apoyándose en la “Milesian legend”, un mito pseudo-histórico muy presente en los siglos XVI-XVIII que atribuía a los irlandeses un origen ibérico “… porque como consta de las Cronicas de España, son los irlandeses descendientes de la nacion Espa-ñola, a que se añade el goçar en estos reinos de las mismas prerrogativas que los Vasallos de Vuestra Majestad”.

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LA EMIGRACIÓN IRLANDESA A ESPAÑA Y SUS DOMINIOS (II)La emigración política, eclesiástica, comercial y económica

[1573] Manuscrito sobre papelCastellano31 x 22 cms. 2 hojasAGS, EST-LEG, 828, 93

1601, junio, 7Manuscrito sobre papelCastellano30 x 20’50 cms. 2 hojasAGS, GYM-LEG, 3143

1636, enero, 26. MadridManuscrito sobre papel30 x 21 cms. 2 hojasAGS, EST-LEG, 2760

1644, diciembre, 12. KilkennyManuscrito sobre papelLatín21’50 x 33 cms. 1 hojaAGS, EST-LEG, 2523

“Los criados y gente que trujo ThomasEstucley consigo quando vino”.

Thomas Stukley fue un aventurero inglés que se propuso invadir Irlanda desde España con una fuerza supranacional compuesta por italianos, irlan-deses e ingleses. En el último momento, decidió abandonar la empresa, llevando sus 600 hombres a Marruecos en ayuda del rey portugués don Sebas-tián. Stukley y la mayor parte de su gente murieron en 1578, junto con el monarca portugués, en la ba-talla de Alcazarquivir.

La singularidad de este documento reside en que contiene la lista más antigua de inmigrantes irlande-ses a la Monarquía Católica de que se tiene noticia.

Relación de los navíos irlandeses que la Monarquía Católica hizo embargar en la bahía de Cádiz en 1601 con la finalidad de ayudar a Hugh O’Neill en el momento en que la fuerza expedicionaria española iba a zarpar con destino a Irlanda.

Desde la edad media existió un comercio constante entre Irlanda y España, principalmente entre los puertos de Andalucía, Lisboa y del Cantábrico en la Península Ibérica y los puertos irlandeses de Water-ford, Cork y Galway. Al menos a partir de finales del siglo XV hay ya mercaderes irlandeses residien-do en ciudades como Bilbao o Cádiz. Esta presen-cia aumentó a partir de 1580 a causa de los proble-mas políticos surgidos entre las monarquías de In-glaterra y España, y como consecuencia también de la consolidación de nuevas rutas comerciales, como la que unía Waterford con A Coruña. Los principa-les productos de este comercio fueron el pescado, la madera, la sal, la cera, paños, vino y cuero.

Consulta del Consejo de Estado resolvien-do la petición presentada por Guillermo Lombardo, colegial irlandés en el Monaste-rio de San Lorenzo del Escorial, de un oficio o ayuda de costa para poderse vestir e imprimir sus obras.

William Lamport (1610-1659), también conocido como Guillermo Lombardo o Guillén Lombardo de Guzmán,  tuvo una existencia épica. Descendiente de una familia noble de tradición católica,  parte de la cual fue ajusticiada tras la derrota de Kinsale, recibió una esmerada educación en colegios religio-sos de Dublín y Oxford. Ciertas críticas al rey Jaime I le obligaron a abandonar Inglaterra, pasan-do a convivir con piratas en los mares de Francia y Holanda hasta su llegada a España, donde continuó su formación en varios colegios (de irlandeses de Santiago y Salamanca, de El Escorial). Gracias a su estrecha vinculación con Olivares, prestó diversos servicios a la Monarquía Católica como militar, como diplomático y como espía, con misiones en Bruselas y Cataluña, llegando incluso a organizar un proyecto de reconquista de Irlanda.

En 1640 fue enviado a México para espiar al duque de Villena, Virrey de Nueva España. Allí simpatizó con movimientos indigenistas, y acabó liderando un movimiento independentista en 1642 que, tras ser abortado, motivó su prisión y muerte a manos de la Inquisición. William Lamport ha sido considerado precursor de los movimientos independentistas del siglo XIX, y su vida ha inspirado, al parecer, el per-sonaje de “El Zorro”.

Patente del Consejo de los Confederados Católicos de Irlanda nombrando a fray Hugh Bourke, de la orden de observantes de San Francisco, agente negociador ante Felipe IV, en sustitución de Francis Magen-nis, franciscano, y James Talbot, agustino.

Cuando en el año 1642 se formó la Confederación de Kilkenny, este organismo comenzó a utilizar como agentes en la corte madrileña a personas que ya vivían en España. La Monarquía Católica, por su parte, evitó aceptar el nombramiento formal de estos representantes para eludir la entrega de la ayuda militar que había prometido. Solamente a partir de finales de 1644 aceptó la presencia de un representante permanente de la Confederación en Madrid, en buena medida a causa de la creciente influencia francesa en Irlanda. Este documento es, precisamente, la patente de la confederación deKilkenny para el nombramiento formal de su agente en la corte de Madrid.

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LA EMIGRACIÓN IRLANDESAA ESPAÑA Y SUS DOMINIOS (III)

Aspectos socioculturales de los emigrantes irlandeses.Familia y género

[1619]Manuscrito sobre papelCastellano30 x 21 cms. 1 hojaAGS, GYM-LEG, 839

[1645]Manuscrito sobre papelCastellano31 x 21’50 cms. 2 hojasAGS, CSU, SE 2ª, 319

“Memoria de los hijos que an quedado de Don Dionisio odriscol del primer y segundo matri-monio”.

El documento se adjunta a una consulta de Consejo de Guerra de 24 de marzo de 1619, sobre la petición efectuada por Tadeo O’Driscoll, hijo mayor de Dionisio O’Driscoll, para seguir percibiendo la pensión asignada a su padre.

Dionisio O’Driscoll fue el primer noble irlandés que llegó a España en el siglo XVII, per-maneciendo en A Coruña hasta su muerte en 1619. Su nieto Luis, hijo de Tadeo, recibió el título de sargento mayor del tercio de Francisco de Meneses en el año 1650.

“Las dichas Trecientas Plaças Muertas ABCDº. de las personas que recibieron los 30.000 Reales que se les pagaron por nomina de 2 de septiembre de 1645”.

Por lo general, la documentación simanquina se refiere al mundo de los hombres, siendo muy poco el material del que dispone-mos para reconstruir las vidas de las mujeres irlandesas. Una ex-cepción a esta regla es la docu-mentación relacionada con la gestión de las plazas muertas de militares irlandeses. Durante las décadas de 1640 y 1650 una alta proporción de estas plazas (o pensiones) fueron otorgadas a viudas o huérfanos de militares irlandeses fallecidos.

Este índice contiene los nombres de las viudas e hijos de los mili-tares irlandeses fallecidos en 1645, cuyos expedientes obran en el archivo. Entre otros, vemos apellidos como O driscol (O’Driscoll), Geraldino (Fitzgerald), Suini (McSweeney), Suleban (O’Sullivan), Quirotan, Butler, Trant, Carti (McCarthy), Ni Donio (Donoghoe), Lassia (de Lacy), Obrin (O’Brien), Colon (Colins), Plunquet (Plunkett), Oneil (O’Neill), Quefran (Keegan) o de Castro.

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LA EMIGRACIÓN IRLANDESA A ESPAÑA Y SUS DOMINIOS (IV)Aspectos socioculturales de los emigrantes irlandeses. Idioma, nobleza y cultura material

1640, noviembre, 6. NantesManuscrito sobre papelGaélico30’5’x 20 cms. 2 hojasAGS, GYM-LEG, 3203

1655Manuscrito sobre papelCastellano30’50 x 21’50 cms. 2 hojasAGS,CSU, 2ª S, 158

1691, noviembre, 15. MadridManuscrito sobre papelFrancés30 x 25 cms.CopiaAGS, SSPP, LIB,1442, Fols, 211vº- 213 rº

Carta en gaélico de Daniel McSweeney al agustino fray Nicolás de Santa Maria (Farell O’Gara).

La documentación en gaélico es casi inexistente tanto en Simancas como en el resto de los archivos españoles debido a varios motivos, fundamental-mente la complejidad del gaélico escrito del siglo XVII, el carácter primordialmente oral de la socie-dad gaélica, o el hecho de que el gaélico no se de-sarrollara como idioma escrito de una burocracia real irlandesa.

Esta carta se encuentra hoy día en el archivo de Si-mancas porque el corsario español que interceptó el navío francés en que viajaba confundió el gaélico con escritura cifrada, y pensó que se trataba de una comunicación entre espías. Su contenido es, por el contrario, más social que político. Se trata de una carta escrita por un religioso agustino residente en Nantes a su hermano de religión en Sevilla, en la que habla de la salud de los miembros de sus fami-lias y amigos en Irlanda, de los nombramientos dentro de la Orden en Irlanda y en Europa, de sus gestiones para decir misas por el alma del destina-tario en Irlanda, y, en menor medida, de aconteci-mientos políticos de la isla. El destinatario acabó siendo interrogado por la autoridad real.

Relación de los bienes embargados a Ro-berto Colan, mercader irlandés vecino de Bilbao.

Se conoce poco de la cultura material de los inmi-grantes irlandeses. Este documento, que incluye una relación del mobiliario y objetos domésticos embargados a Roberto Colan (Colins), permite acer-carse a esa realidad. Más allá de la vajilla, cuberte-ría, o mobilario y enseres de la casa, destacan las obras de arte que se citan, entre las que se cuentan “…un quadro grande de San Patricio; otro quadro con una figura de Cristo crucificado y otras figuras; tres quadritos pequeños con algunos navios pinta-dos y en el uno la ciudad de Absterdam; un quadro de Santa Catalina…”.

Título de conde en los Paises Bajos con ca-rácter hereditario, concedido por Carlos II a Tadeo O’ Farrell en atención a los servi-cios prestados por él y su familia, “une des principales et plus anciennes d’ Irlanda”, a la casa de Austria.

En términos generales, la Monarquía Hispánica no creó nuevos títulos nobiliarios para extranjeros dentro de los reinos de Castilla, debido a la gran oposición existente dentro de la nobleza castellana. Como mucho, se limitó a reconocer los títulos ya existentes en sus países de origen, a veces con un grado superior. Como consecuencia de ello, los nobles irlandeses que querían progresar en el esca-lafón social tuvieron que conformarse con la obten-ción de algún hábito de las órdenes militares dentro de Castilla, o con algún título no castellano pero perteneciente a alguno de los territorios que com-ponían la Monarquía Hispánica. Este, en concreto, es un título de los Países Bajos concedido a un noble irlandés que había pasado toda su vida pro-fesional entre Flandes y Austria.

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LA EMIGRACIÓN IRLANDESAA ESPAÑA Y SUS DOMINIOS (V)

Aspectos socioculturales de los emigrantes irlandeses.El desencanto. El problema irlandés

Consulta del Consejo de Estado sobre la necesi-dad de “limpiar la corte de irlandeses y soldados ociosos… porque nunca estuvo mas llena de va-gamundos y gente vicio-sa”.

Esta consulta es testimonio, quizá, del punto más bajo alcanzado en la considera-ción de la comunidad irlan-desa en la Corte desde el inicio de su emigración a España. Tras el abandono de la causa irlandesa por parte del duque de Lerma, los ir-landeses comenzaron a ser vistos como un problema molesto, con los mismos ojos con los que eran mirados los moriscos y los gitanos.

Memorial del embaja-dor de Venecia al rey de España.

El año 1653 marcó un antes y un después en las relacio-nes entre los irlandeses y la monarquía española. Duran-te los primeros años de esta década varios regimientos irlandeses al servicio del rey desertaron en Francia, y dis-tintas plazas y ciudades caye-ron en manos francesas. Estos hechos crearon una crisis profunda entre los ir-landeses y la monarquía es-pañola, y, desde este mo-mento, se suspendió todo re-clutamiento de soldados ir-landeses.

Este documento es una peti-ción del embajador de Vene-cia comentando estos hechos y solicitando el traslado de esos regimientos a Venecia para poder utilizarlos contra los turcos.

1610, julio, 17. MadridManuscrito sobre papelCastellano30 x 20’50 cms. 2 hojasAGS, EST-LEG, 4126, 47

[1653]Manuscrito sobre papelItaliano29 x 20 cms. 2 hojas AGS, EST-LEG, 3552, 152