La trata de personas en los países nórdicos y el modelo sueco para combatirla

La ONU calcula que anualmente 4 millones de mujeres y niños son víctimas del tráfico

y en su gran mayoría son explotados y/o prostituidos. En Europa más de 500.000 son

vendidas en mercados locales de prostitución. Los orígenes de este problema se

remontan a la apertura de Rusia, se empezaron a transportar mujeres nativas de este país

a países occidentales para prostituirlas. Al establecerse burdeles en Noruega, Finlandia

y Suecia, mujeres de estos 4 países en cuestión formaron una red para hacer visible el

problema mediante campañas, encuentros, conferencias, etc. Pero aún hoy en día el

tráfico de mujeres perdura en estos países (a pesar que Noruega y Suecia prohibieron la

compra de servicios sexuales en 2009 y 1999 respectivamente), las mujeres vienen en

autos privados o micro-buses con la previa invitación de los hombres a pasar un fin de

semana o una semana, y a su vez, invitan a sus amigos para comprar mujeres con fines

sexuales.

En Dinamarca, donde la prostitución es legal, la zona roja de Copenhague ha crecido.

Las mujeres que trabajan las calles la mayoría son africanas o de Europa oriental, la

mayoría de las prostitutas son manejadas por proxenetas, aunque no es ilegal. Muchos

de los proxenetas y traficantes también se prostituyen, en un intento por salirse de las

calles mediante.

En Finlandia e Islandia se ha producido también un aumento de la prostitución, que es

además más visible. Finlandia prohíbe la compra y la venta de servicios sexuales en

lugares públicos desde 1999, pero desde 2005 está considerando la posibilidad de

reformar la legislación penal para sancionar la compra de servicios sexuales en general.

Islandia prohíbe ganarse de forma permanente la vida vendiendo servicios sexuales.

En Suecia entre 500 y 600 mujeres llegan todos los años para ser explotadas

sexualmente en redes de trata de personas. La mayoría procede de los Países Bálticos,

Este de Europa y Rusia. Sin embargo, el Gobierno sueco y el Parlamento, consideran a

la prostitución como una demostración de violencia por parte del hombre contra la

mujer, y desde el 1 de enero de 1999, la compra de servicios sexuales constituye un

delito que tiene una condena de multa o cárcel de hasta 6 meses; y desde el 1º de julio

de 2002, se pena a también a aquellos que promuevan o favorezcan las relaciones

sexuales de otras personas a cambio de dinero. Desde que entró en vigor esta Ley, se

produjo un descenso drástico en la prostitución callejera junto con el número de

hombres que compran estos servicios. Las personas explotadas en la prostitución no son

sujetos de ninguna acción criminal, ni son objeto de ninguna repercusión legal o

administrativa. El Gobierno, asimismo, garantiza dinero y asistencia a las mujeres para

que abandonen la prostitución y las provee de casas de acogida, asesoramiento,

educación y formación profesional.

 El cumplimiento efectivo de la Ley está determinado por la actitud de los altos mandos

de la policía, los agentes de policía, los fiscales y las autoridades judiciales, y a pesar de

representar un ambiente de trabajo masculino y conservador al que se le ha exigido

hacer cumplir una ley, que pone en cuestionamiento los valores tradicionales

masculinos, el éxito de esta política reside en que los oficiales de policía fueron dotados

de un mayor conocimiento de la prostitución y de la trata de personas gracias a

colaboración con la División de Igualdad de Género que tuvo efectos claros e

inmediatos, y en consecuencia otras fuerzas policiales locales y regionales,

establecieron programas de formación y de educación dirigidos a su personal en esta

materia. A pesar que en un principio, las mismas autoridades y la población

cuestionaron la efectividad que tendría esta Ley, actualmente se encuentran satisfechas

al ver que los resultados, y cuenta con un apoyo de más del 80%.

Entre los esfuerzos por erradicar la prostitución se encuentran además campañas de

concientización como información y debates con películas en colegios para niños y

jóvenes, una de las películas, llamada “Lilja 4-ever”, trata sobre una chica de 16 años

que es engañada para que vaya a Suecia a trabajar, cuando llega a Suecia el hombre que

la busca, le retira y el pasaporte y la obliga a mantener sexo con diferentes hombres,

quedándose con el dinero. Para salir de esta situación, la protagonista decide suicidarse

saltando de un puente. En Rusia, se realizó una campaña en colaboración con Suecia, en

la que se informaba a mujeres sobre los peligros de los burdeles en Suecia, Finlandia y

Noruega, mediante folletos, anuncios en vallas publicitarias, y tarjetas en los consulados

para aquellas mujeres que solicitaban visas. Además se distribuyeron folletos para

hombres sobre el tema en cuestión. La campaña tuvo éxito inmediato, se concientizó a

muchas personas a hablar del tema y a evitar se víctimas de la trata de personas gracias

a la información divulgada.