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INTRODUCCIÓN A LA PSICOMETRÍA Y SU MÉTODO
Melissa Judith Ortiz Barrero
Mg. Psicología
Vertiente Práctica de la Psicometría Fase de Construcción de un Instrumento de Medida En esta fase del proceso habría que cubrir las siguientes etapas: • Delimitación y operativización de la variable psicológica que se desea medir
• Confección de los ítems
• Determinación del valor escalar de los ítems
• Confección de la prueba
Esta fase subsumiría lo que tradicionalmente se entiende al hablar de escalamiento, el
escalamiento de estímulos psicológicos
Una vez completada la fase de construcción se pasaría a la de la evaluación del instrumento
construido para, finalmente, concluir con la administración efectiva del instrumento a un sujeto (o
grupo de sujetos) en la fase de aplicación.
Fase de Evaluación de un Instrumento de Medida La fase de evaluación del instrumento de medida es absolutamente crucial ya que todas las
medidas obtenidas al aplicar una prueba contienen error.
La consideración del error de medida inherente a toda medición psicológica hace necesario:
• un planteamiento explícito acerca de hasta qué punto la medida obtenida en un momento
determinado proporciona una estimación adecuada del nivel real en que posee el sujeto la
característica psicológica que supuestamente se está evaluando.
Por tanto, la consideración del error de medida exige el recurso a una teoría de los tests que dé
cuenta del mismo y proporcione una estimación del rasgo o característica evaluada.
• la evaluación de la calidad de los instrumentos de medida, es decir, determinar si éstos
cumplen o no los criterios métricos de calidad que todo instrumento de medida debe de
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satisfacer para poder ser utilizado con garantía como un instrumento científico. Esto supone que
habrá que estudiar confiabilidad y validez de la prueba y proceder al análisis de los ítems de la
misma.
Una vez construida y evaluada positiva o favorablemente la prueba, nos enfrentaríamos a la
tercera fase del proceso: su aplicación a un sujeto o a una muestra de sujetos.
Fase de Aplicación de un Instrumento de Medida Una vez construida y evaluada positiva o favorablemente la prueba, nos enfrentaríamos a la tercera
fase del proceso: su aplicación a un sujeto o a una muestra de sujetos.
El objetivo de esta fase es obtener una medida de cada sujeto o grupo en el rasgo o característica
evaluada por la prueba, determinar el valor escalar de cada sujeto o grupo de sujetos, viendo la
posición que éstos ocupan en el continuo que representa la característica o rasgo evaluado con
el instrumento de medida.
En particular, los contenidos del programa vinculados con esta fase son:
• la interpretación de las puntuaciones del test
• la equiparación de las puntuaciones del test. La Psicometría y la Teoría de los Tests La finalidad de este tema es presentar la Psicometría e introducir uno de sus contenidos más
importantes: la Teoría de Tests.
Intentar definir un concepto complejo como el de "Psicometría", al igual que ocurre con la
denominación de cualquier disciplina científica, es una tarea difícil, razón por la que, al contrario de
lo que se podría pensar, no abundan las definiciones explícitas. Bajo la palabra "Psicometría" pueden
convivir contenidos, enfoques, objetivos y hasta concepciones diferentes sobre la ciencia y la
función social de la Psicología. Por todo ello, tal vez la única estrategia útil para abordar una
delimitación conceptual comprehensiva y lo más exacta posible de la Psicometría sea recorrer
desde una perspectiva histórica la evolución de la medición psicológica, esbozar un análisis de la
naturaleza del "objeto" de la medición psicológica, describir el método psicométrico, presentar
los contenidos de la Psicometría y finalmente proponer una definición propia de la Psicometría.
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Definiciones y Objetivo de la Psicometría En este apartado se aborda el significado de la denominación de la disciplina y se señalan los
elementos comunes de las definiciones propuestas por diferentes autores.
El término "Psicometría" es el más extendido y general para hacer referencia a la medición
psicológica. Su significado popular y la etimología de la palabra apuntan en la misma dirección: la
disciplina que se encarga de la medición en Psicología. De hecho, los diccionarios de uso más
común como el de la Real Academia de la Lengua o el de María Moliner también coinciden en su
significado: la medida de los fenómenos psíquicos.
Para avanzar en el camino hacia una delimitación conceptual de la disciplina es necesario detenerse
en las definiciones explícitas que, desde la propia Psicología, se han propuesto para la Psicometría.
Señalar los puntos comunes y las diferencias de matiz entre ellas puede ayudar a entender el
alcance de la disciplina.
La Psicometría se ocupa de todas las medidas en el campo psicológico, habiéndose
desarrollado a través de dos ramas principales: los métodos psicofísicos y la teoría de los tests.
También se define a la Psicometría como la metodología encargada del desarrollo y utilización de las
técnicas de medición en todos los ámbitos de la psicología.
Muñiz (1998) define la Psicometría como "... el conjunto de métodos, técnicas y teorías implicadas
en la medición de variables psicológicas... lo específico de la Psicometría sería su énfasis y
especialización en aquellas propiedades métricas exigibles a las mediciones psicológicas
independientemente del campo sustantivo de aplicación y de los instrumentos utilizados".
La definición de Martínez-Arías (1984) introduce un matiz que apunta hacia la relación entre la
Psicometría y la Psicología Matemática. Para la autora, la Psicometría "... aglutina todo el conjunto
de modelos formales que posibilitan la medición de variables psicológicas, centrándose en las
condiciones que permiten llevar a cabo todo proceso de medición en psicología".
No resulta difícil extraer los elementos comunes de las definiciones anteriores. La Psicometría es
una disciplina metodológica, sin un contenido psicológico propio, pero con un campo sustantivo: la
teoría de la medición en sentido amplio. Muñiz (1998) afirma que el trabajo psicométrico tiene
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como finalidad construir y utilizar adecuadamente los tests y las escalas, de tal modo que se
garantice su fiabilidad, validez y aplicación adecuada.
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El objeto de la medición en Psicología Al presentar las definiciones explícitas de la Psicometría elaboradas por diferentes autores, se
entresacaron sus elementos comunes: disciplina metodológica, sin contenido psicológico propio,
pero con un dominio sustantivo: la teoría de la medición psicológica en un sentido amplio. La
definición de Muñiz (1998) señala además, el rasgo definitorio de la preocupación psicométrica por
la medida: las condiciones métricas exigibles a todas medición. Sin embargo, hay otra fuente de
singularidad en la preocupación psicométrica por las condiciones métricas de la medición que no es
posible soslayar: la que viene impuesta por la peculiaridad de los objetos psicológicos de medición.
A diferencia de las variables físicas, las variables psicológicas no se pueden observar de manera
directa. No quiere esto decir, que en psicología no se midan conductas directamente observables,
cuya cuantificación se suele obtener a través de alguno de sus parámetros: duración, frecuencia,
intensidad, etc., sino que, incluso en estos casos, la conductas observables se interpretan como
indicios o resultado de variables inobservables más complejas. Atributos como "autoestima",
"habilidad lectora", "razonamiento analógico", etc., son variables inobservables que sólo es posible
medir por medio de los comportamientos observables a los que den lugar.
Hay un amplio consenso sobre el término con el que referirse de forma genérica a los objetos de
medición: constructos. El término "constructo" se ha hecho familiar en el campo de la medición
psicológica desde su utilización en el artículo de L. Cronbach y P. E. Meehl titulado "Construct
validity in Psychological Test" (1955). Cronbach y Meehl (1955) entendieron por constructo un
instrumento intelectual para organizar la experiencia en categorías. Crocker y Algina (1986) lo
definen como "... productos de la imaginación informada de los científicos sociales qué intentan
desarrollar teorías para explicar el comportamiento humano" (pág. 4).
Crocker y Algina (1986) ilustran el proceso de elaboración de constructos insistiendo en su
papel de "etiqueta" para resumir comportamiento y remarcan la importancia de establecer alguna
regla de correspondencia entre el constructo y los comportamientos observables que son sus
indicadores legítimos. La dificultad a la hora de encontrar la conexión "legítima" entre el
constructo y sus indicadores comportamentales es valorada como uno de los lastres que impide el
desarrollo de la medida psicológica.
Lord y Novick (1968) fijaron la definición obligatoria de los constructos como requisito previo para
su medición. La definición de los constructos se debe abordar a dos niveles:
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• Definición operacional o “semántica”. Consiste en enumerar la serie de comportamientos
indicadores que “engloba” el constructo. Dichos comportamientos son considerados los
indicadores empíricos” del constructo objeto de la medición. La importancia de la definición
operacional es evidente: debe conectar la “etiqueta verbal” con los datos observables.
• Definición conceptual o “sintáctica”. Recoge la teoría sobre el constructo objeto de la
medición. Se trata de un discurso “conceptual” en el que se hacen explícitas las relaciones del
constructo objeto de la medición con otros constructos y/o indicadores empíricos de otros
constructos con los que el objeto de la medición está relacionado.
La definición de los constructos a los dos niveles anteriores es el primer paso inexcusable a la hora
de iniciar cualquier medición.
El supuesto sobre la estabilidad de los constructos La medición psicológica asume, o al menos tiene en cuenta, algunos supuestos sobre la naturaleza
del objeto de la medición, es decir, sobre la naturaleza de los constructos. Sin duda, el supuesto
común a la práctica totalidad de los modelos de medición es el de la estabilidad de la variable.
Numerosos estudiosos de la medición psicológica defienden la idea de que las diferentes versiones
de la teoría de los tests (e. g., la teoría clásica, la teoría de la generalizabilidad y la teoría de
respuesta al ítem) están elaboradas para hacer inferencias con el mismo "esqueleto": la tendencia
de las personas a comportarse de manera prescrita en situaciones prescritas a partir de sus
repuestas a un conjunto de tareas predeterminadas. Por ejemplo, la perspectiva tradicional para
medir la inteligencia responde a este esquema inferencial: empleo de tests estandarizados,
compuesto por ítems o tareas predeterminadas, aplicados bajo condiciones estandarizadas y con la
pretensión de predecir el rendimiento futuro de las personas en situaciones igualmente
"estandarizadas": la escuela, el trabajo, el ejercito, etc., En definitiva, los modelos de medida se han
elaborado bajo el supuesto de estabilidad de la variable.
El supuesto de estabilidad está siendo amenazado por las perspectivas más recientes sobre la
evaluación psicológica, es decir, por la necesidad de extender el "paradigma metodológico
tradicional" para responder, por ejemplo, a las inferencias que el paradigma cognitivo plantea sobre
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las personas: las formas de uso y adquisición de conocimientos y habilidades, en definitiva, para
modelar el cambio.
La polémica sobre el objeto de la medición La cuestión sobre la naturaleza del objeto no ha estado exenta de debate a lo largo de la historia de
la medición psicológica como reflejo de las discusiones sobre el propio objeto de estudio de la
psicología. Resulta difícil evitar plantearse preguntas como las lanzadas por Meliá (1990): "¿Cuántos
atributos latentes o rasgos subyacentes existen?... ¿en qué medida son estables o evolucionan?
¿son comunes a todas las personas?" (pág. 37).
Rust y Golombok (1989) defienden que la discusión sobre el objeto de medición ha dividido a la
Psicometría en dos escuelas: la Psicometría del rasgo y la Psicometría funcional. Spearman (1904,
1907) da carta de naturaleza a la Psicometría de los rasgos al plantear que la esencia de la tarea de
la medida mental es identificar rasgos a través de las tendencias de los individuos a
comportarse de formas prescritas en situaciones prescritas. El fuerte carácter hereditario atribuido
por los pioneros de la medida mental a los rasgos aparece suavizado en la definición de Messick
(1989): "Un rasgo es una característica relativamente estable de una persona –un atributo, proceso
duradero o disposición– que se manifiesta consistentemente en algún grado a pesar de variaciones
considerables en el rango de contextos y circunstancias" (pág. 15). Por el contrario, la Psicometría
funcional defiende como un principio de partida que ningún rasgo o variable psicológica
interviniente es relevante. Plantea que dado que es posible definir y medir directamente los
comportamientos a los que supuestamente conducen los rasgos, el papel de estos es redundante.
Rust y Golombok (1989) contrastan la preeminencia de la Psicometría funcional en la evaluación
educativa, con la de la Psicometría de los rasgos para la evaluación clínica; y proponen resolver el
enfrentamiento atendiendo a los procesos de toma de decisión que realizan los clientes de la
evaluación y de la selección psicométrica: las decisiones se realizan resumiendo la medición en
términos de rasgos que reflejan lo que denominan "la psicología popular humana" ("don de gentes",
"genio", "liderazgo", etc.).
El método de la Psicometría
Meliá (1990) plantea que la conexión entre la Psicometría y la psicología matemática, permite
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considerar el método de la Psicometría desde una doble vertiente: por un lado, en tanto que la
teoría psicométrica se refiera a contenidos empíricos, el método no es otro que el método
científico propio de toda ciencia empírica; y por otro lado, el componente matemático de los
modelos formales de medición, sujeta a la teoría psicométrica, como a la psicología matemática, a
los criterios formales de las matemáticas.
La relación entre la psicología matemática y la Psicometría ha llevado a algunos autores a defender
que el método de la Psicometría es el de la psicología matemática. El esquema elaborado por Jáñez
(1989) es la referencia obligada a la hora de presentar el método de la psicología matemática. De
manera resumida, dos son las características distintivas del método de la psicología matemática: a)
la presentación formal, generalmente en términos matemáticos, del componente teórico; y b) el
recurso a procedimientos deductivos basados en la lógica o a procedimientos de simulación a la
hora de derivar las consecuencias del modelo matemático.
Mención especial merece la simulación, por la preponderancia que está
adquiriendo en Psicometría. El papel metodológico de la simulación no resulta fácil de establecer.
Muchos campos de la Psicometría la utilizan como técnica de obtención de datos, cuando el
problema de investigación hace imposible contrastar el modelo con datos empíricos. Este es el caso
cuando se pretende descubrir las propiedades y características de índices estadísticos, métodos de
estimación, potencia de contrastes, etc. Además, la simulación preserva también el estatus de
método en cuanto generadora de conocimiento.
El análisis del método no puede obviar el papel instrumental de la Psicometría como
herramienta metodológica para la contrastación empírica de las teorías psicológicas. La aplicación
del método científico en psicología obliga a que la Psicometría desempeñe un papel activo en
diferentes momentos del proceso. Arnau (1989) articula las relaciones entre el plano teórico y
empírico del método científico en tres niveles: el nivel teórico-conceptual, que abarca
desde el planteamiento del problema hasta la formulación de hipótesis empíricamente
contrastables; el nivel técnico-metodológico que abarca el plan de investigación y la estrategia de
recogida de datos; y el nivel estadístico-analítico, donde se realiza la modelización estadística de
los datos y las inferencias sobre las hipótesis sometidas a contrastación. La generalización de los
resultados hace retornar la aplicación del método al nivel teórico-conceptual con lo que se cierra el
ciclo. La Psicometría acompaña a la aplicación del método en cada uno de los tres niveles.
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El nivel teórico conceptual recoge a teoría que contextualiza el problema de investigación. La teoría
debe incluir la definición operacional y "sintáctica" de los constructos implicados en las hipótesis. A
su vez, la teoría condiciona la elección del modelo de escalamiento y, por tanto, de las
condiciones métricas que se exigirán a las mediciones. La red nomológica desempeña además un
papel crucial durante la elaboración de tests para determinar la utilidad de las puntuaciones
obtenidas.
El nivel técnico metodológico implica la construcción o selección de los
instrumentos de medida idóneos para la medición de los constructos de interés. La Psicometría
debe guiar el proceso de elaboración de instrumentos, teniendo en cuenta la teoría psicológica y
el modelo de medida seleccionados en el nivel teórico-conceptual.
Dentro del nivel estadístico analítico, las propiedades métricas de las mediciones valoradas en el
nivel anterior, condicionarán la modelización estadística de los datos y la elaboración de
proposiciones a partir de los resultados. Por ejemplo, la información sobre la fiabilidad y validez de
las mediciones, condicionará la generalización de los resultados en el regreso del proceso de
investigación al nivel teórico conceptual.
Los contenidos de la Psicometría Hay un consenso amplio en la disciplina sobre cuáles son los contenidos propios de la Psicometría.
Las diferencias entre las propuestas de los autores responden a las distintas tradiciones de
investigación de las que procedan o a diferencias en las estrategias de estudio de una misma
temática. Si se unen las diferentes versiones de la teoría de los tests bajo una denominación
común, se obtiene la división en tres grandes grupos de los contenidos psicométricos: teoría de la
medición, escalamiento y teoría de los tests. Los dos primeros contenidos han sido o serán objeto de
un tema en el programa de la asignatura. La teoría de los tests es introducida en el siguiente
apartado.
La Teoría de los Tests
La teoría de los tests puede verse como un esquema conceptual formalizado para hacer inferencias
a partir de las puntuaciones de las personas en los tests y permitir la toma de decisiones que
impliquen el constructo objeto de la medición. La teoría de los tests proporciona los fundamentos
para la elaboración y uso de los tests, aportando además las herramientas para examinar las
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propiedades métricas de las mediciones obtenidas con ellos.
La definición de “test” no ha variado de forma significativa conforme evolucionaba la teoría de los
tests. Valgan como muestra las definiciones de Anastasi o Lord. Para Anastasi (1968), un test
psicológico es esencialmente una medida objetiva y tipificada de una muestra de conducta; para
Lord (1980) “un test psicológico o educativo es un instrumento para obtener una muestra de
conducta” (pág. 3). La definición de Yela (1996) expresa en términos más generales la finalidad
de los tests como “un reactivo que aplicado a un sujeto revela y da testimonio de la índole o grado
de su instrucción, aptitud o manera de ser” (pág. 249).
La mayoría de los profesionales de la medición psicológica coinciden en que las características
definitorias de un test psicológico son:
• Procedimiento o instrumento estandarizado. Los tests plantean a las personas evaluadas una
serie de tareas previamente determinadas, a las que deben responder siguiendo unas
instrucciones fijadas de antemano y, de forma habitual, en un contexto controlado.
• Obtención de muestras de conducta. Los tests están diseñados para la obtención de
los comportamientos reveladores del constructo objeto de la medición.
• Asignación numérica. Los tests deben permitir la cuantificación objetiva de acuerdo con
unas reglas establecidas.
• Dispone de información sobre la calidad de las mediciones. Los autores de los tests y, en
algunas circunstancias, los usuarios deben aportar información técnica sobre la precisión y
relevancia para el objetivo de la evaluación de las mediciones aportadas por el test.
Se han elaborado diversas clasificaciones de los tests utilizando diferentes criterios. Crocker y
Algina (1986) ofrecen una clasificación útil de los tests atendiendo al carácter general de la tarea
que deben realizar las personas: tests de ejecución óptima, en los que se instruye a la persona
para que conteste lo mejor que pueda (incluiría los tests de inteligencia, aptitudes y
rendimiento); y tests de ejecución típica, que demandan de la persona información sobre sus
actitudes, sentimientos, intereses, etc., donde se incluirían los cuestionarios e inventarios de
personalidad.
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Las definiciones de Anastasi y Lord utilizan la expresión “muestras de conducta” que sintetiza la finalidad
última de la teoría de los tests. Crocker y Algina (1986) enumeran los problemas por los que la medida
psicológica está contaminada por el error:
• Ausencia de aproximaciones únicas a la medición de la mayoría de los constructos. El problema
reside básicamente en las diferencias en las definiciones operacionales de la mayoría de las variables
psicológicas, lo cual suele conducir a procedimientos diferentes de medida y distintas conclusiones sobre
la evaluación de una misma persona.
• Muestreo limitado del comportamiento. Las mediciones suelen basarse en un número limitado de
comportamientos, obtenidos en un muestreo reducido de situaciones y momentos temporales. Así,
determinar, por ejemplo, el número de ítems y la variedad de los contenidos de un test es uno de los
problemas habituales en la elaboración de los procedimientos de medida.
• Presencia inevitable de los errores de medida. Las limitaciones “muestrales” en la obtención de los
comportamientos indicadores obligan a estimar el grado de error presente de forma inevitable en
cualquier medición.
• Evolución de las teorías psicológicas. Al ser los constructos “herramientas conceptuales” para la
elaboración de teorías, el significado de las mediciones siempre estará sujeto a la evolución de la teoría
de la que forma parte, dependiendo de la obtención de evidencias que la confirmen o modifiquen.
La finalidad de la teoría de los tests es aportar soluciones para minimizar el impacto de estos problemas
sobre la medición psicológica (Martínez-Arias, 1995). La imposibilidad de observar de forma directa la
mayoría de las variables psicológicas obliga a considerar la teoría de los tests como una maquinaria
conceptual para la inferencia psicométrica. ¿En qué consiste la inferencia psicométrica? La elaboración de
ítems debe reflejar la definición operacional y sintáctica del constructo objeto de la medición (Lord y Novick,
1968). El papel de los ítems es el de provocar que las respuestas de las personas en una situación
estandarizada, reflejen la conductas que en situaciones “espontáneas”, se considerarían los indicadores
conductuales del constructo. La cuantificación se produce cuando a través de un procedimiento de
escalamiento se asignan valores cuantitativos a los patrones de repuesta de las personas en el test. Sobre la
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inferencia, desde el valor cuantitativo o puntuación resumen de la ejecución de la persona hasta el
constructo, pueden incidir diferentes fuentes de variabilidad “no deseada”, por no relacionada con el
constructo objeto de la medición, que pueden amenazar la corrección de la inferencia: fuentes de
variabilidad aleatoria, que tradicionalmente se agrupan bajo la denominación general de “fiabilidad”; y
fuentes de variación sistemática, agrupadas bajo la etiqueta de “validez”. El objetivo principal de la
teoría de los tests es estudiar este proceso de inferencia y aportar procedimientos para realizarla (Crocker y
Algina, 1986). Este objetivo ha hecho que bajo la denominación “teoría de los tests” tengan cabida
contenidos tan diversos como: construcción de tests, elaboración de ítems, análisis de ítems, métodos de
puntuación e interpretación de las puntuaciones y, de forma preponderante, el análisis de la fiabilidad y
validez de las medidas aportadas por los tests.
La teoría de los tests suele dividirse en dos grandes ramas: la teoría clásica de los tests y la teoría de
respuesta a los ítems. La cita de Hambleton y van der Linden (1982) expresa con toda claridad esta división:
“Las teorías de los tests pueden dividirse en dos grandes categorías. La primera es la teoría clásica de los tests,
que parte de la concepción de Spearman de la puntuación observada en el test como compuesta de un
componente verdadero y otro de error... Importantes hitos en esta larga y venerable tradición son Theory
of mental tests de Gulliksen (1950) y Statistical theories of mental test scores de Lord y Novick (1968)... La
segunda es la teoría de respuesta al ítem, o teoría del rasgo latente, como se ha llamado hasta hace poco.
Actualmente la teoría de respuesta al ítem esta teniendo un mayor impacto en el campo de los tests” (pág.
373).
Complemente este apartado con la lectura anexa Los Test
(http://www.psicothema.com/pdf/660.pdf)
REFERENCIAS USADAS Y BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
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