La Representación Incomoda Samantha Elizabeth Santana Acosta

“La representación incomoda”Samantha Elizabeth Santana Acosta

Estudios de Género y Prácticas Sexuales Hector Robledo

ITESO

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Kate Millet, en Política Sexual, nos dice:La jerga contemporánea denomina la menstruación como The Curse (“la

maldición”). Existen considerables evidencias de que las molestias que las mujeres sufren durante su período a menudo es probable que sean

psicosomáticas más que fisiológicas, culturales más que biológicas, en su origen. (…) Contextos y creencias patriarcales parecen tener el efecto de

emponzoñar las propias sensaciones físicas de las mujeres sobre sí mismas, hasta que a menudo esto se convierte verdaderamente en la carga que se

dice que es…”

– Estractos de Sexual Politics, Kate Millet

Antes de comenzar por una justificación de la manera de cómo y porque intervine la problemática, me gustaría comenzar con mi propia justificación de porque para el ensayo final elegí la menstruación como tema central. Así que me gustaría contarles como vivía mi menstruación.

A los 13 años, después de ver que era de las últimas pubertillas en mi grupo de amigas que no le bajaba, y que sentía mucha pena porque todavía no me bajaba, en un centro comercial me bajo. Al principio no sabía que era lo que se encontraba en mis calzones y en la taza de baño, parecía un especie de flubber color tinto, no era el rojo que todos me habían dicho, así que nunca pensé o lo ligue con que era mi menstruación. Traté de limpiarlo, me subí el pantalón y continúe como si todo estuviera bien, cuando por dentro me estaba comiendo la duda de lo que era eso. Llegue a mí casa y noté que continuaba la reproducción de flubber en mis pantaloncillos así que decidí contarle a mi mamá, ya que no tenía idea de lo que era. Ella además de casi llorar, me entrega una toalla y muy orgullosamente me dice “felicidades hija, ya eres mujer” (Ah cabron.. ¿A ver como? ¿No era mujer antes?) y por si fuera poco le va y le cuenta mi papá y deciden llevarme a cenar, a festejar que su hija ya era “mujer”.

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Recuerdo que sentía mucha vergüenza, vergüenza que mi papá supiera y que además me estuvieran festejando (tal cual Vivi en la familia peluche) el que me haya bajado, pero en sí no logré crear el prejuicio de “odio” hacia mi menstruación hasta que me manché por primera vez, ya que mis papás nunca me había hecho sentir incomoda de ello.

También repaso el día que me manché. Una compañera me tomó de los brazos, me tapó mi espalda, me llevó al baño y me dice que “Wey que asco, te manchaste”. Con el sentido de urgencia del asunto yo también empecé a sentir esa pena así que tomé mi chamarra y me la amarre en mi cintura, me cambié de toalla, a la cual ya le sentía un asco y un repudio y continué todo el día así: preocupada de manchar, asqueada con mi propio cuerpo, odiando mi cuerpo por producir esa sangre que manchó mi ropa y que hizo que varias personas me observaran raro.

Sentí pena, no sólo esa vez pero ya cada vez que me volviera a bajar, sentía mucha vergüenza el producir esa sangre. Además de que todos mis compañeros lo veían como algo mal, y yo también lo veía como algo mal. En un principio, antes de que me bajara lo veía como un beneficio ya que así ya tendría “chichis” y los chicos me notarían. Pues ni me crecieron las “bubis” y ni los “chicos” me notaron.

Ahora, después de la clase, me doy cuenta que en realidad era ridículo el que me haya dado pena que mi papá se enterara, ellos no me estaban juzgando (sólo en el hecho de que ahora era una “mujer”). El que quería el que me bajara sólo para el objetivo de convertirme en un objeto a desear para los hombres, y también que la sociedad, o más bien, las otras mujeres alrededor de mí me enseñaron que tenía que ser discreta con la menstruación, que me tenía que doler, que me tenía que dar asco y que los hombres no

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tenían porque saber. Pero esto no algo sólo me pasó a mi, creo que mi historia es la misma historia de muchas mujeres (y yo que tuve papás que no me metieron juicios) y en las que además se la viven en asco y odio a su propio cuerpo mes a mes.

Es con esto que puedo empezar a hablar de la manera en que intervenimos y porque escogimos (mi compañera Ana Lucia Camacho) este tema. Notamos, como antes mencionado, que la mujer vive su menstruación como un tabú, como vergüenza, el cual no puede hablar de ello y ella misma se vive y se siente como enferma, ya sea física, mental, y emocionalmente. La sociedad vive la menstruación como una incomodidad, con pena de pedir (o sacar) toallas, con dolores de cabeza, de ovarios, con alteraciones en el estado de ánimo, irritabilidad, ganas de no hacer nada pero la mayoría de las veces, estos ideales son creados psicológicamente por una presión social a la normalidad, el pertenecer y encajar con todos.

Así que decidimos intervenir un espacio para hablar y reflexionar de la menstruación y los prejuicios no sólo de las mujeres, pero también el de los hombres. Buscamos el que se le dejara de ver como una enfermedad a la menstruación y que se comenzará a valorar, generar una meno-filia, sin tabúes y con. Después de pensar muchas manera en las que podíamos reflejar la problemática nos encontramos con la maravillosa idea de llevarles la menstruación a ellos, a sus espacios, en este caso, su cafetería.

“Mancho y no estoy enferma” escribimos en el cartel que colgamos en una pared de la cafetería central, la razón de esta frase es por el argumento mencionado previamente en que a la mujer se le ve y se vive como enferma en todos los sentidos durante su menstruación, con una sensación quizás creada por una desnaturalización y desconexión a su propio cuerpo. Todavía no

La Representación Incomoda Samantha Elizabeth Santana Acostahabíamos pegado la sorpresa y pasa una chava y le hace un gesto de asco. La sorpresa era 48 toallas sanitarias pegadas en el cartel y manchadas de distintas tonalidades, como café, negro, rojo, tinto, de pintura para que les diera un toque más “realístico”. Lo que me sorprendió es que mientras la gente nos veía pegando las toallas, con aquellos que hacíamos contacto visual nos decían apenados y cohibidos “órale…que… padre”. Después de haber pegado las toallas y escondernos en el conjunto como observador pasivo el primer comentario que surgió fue “!Feminazis!… Que asco… no mames… ya no vamos a comer” (Chavo). A un lado del cartel pegamos un cartel a un lado con el hashtag de #menstruosinverguenza, el cual lo dejamos ahí para que quien quisiera opinar sobre el tema podría usar el hashtag para contactarnos. Después de varias personas que pasaron sorprendidas, o riéndose o con cara de asco de que vieron algo “obsceno”, pasa un grupo que comentaron “ No puedo dejar de verlas” “!Ay! ¡que asco!” “Que incómodo” (Grupo de mujeres). De aquí es de donde saque la idea del título, ya que la mera representación (con pintura), de algo tan “asqueroso” como la menstruación, incomoda.

También llegue a pensar que en conjunto al hashtag estaría muy chido también agregarle “monstruo sin vergüenza” ya que la sangre se ve casi como satánica y tal vez el porque existe esta creencia me recuerda al maravilloso libro de la biblia en el antiguo testamento, Levítico; donde los grandes dedicaron su tiempo para hablarnos de las impurezas físicas y en las que nos retratan a la menstruación como algo impúdico, libertino, obsceno, como un demonio:

Levítico 15:25 Purificación de impurezas físicas …24 “Y si un hombre se acuesta con ella y su impureza menstrual lo mancha, quedará inmundo por siete días, y toda cama sobre la que él se acueste quedará inmunda. 25 “Si una mujer tiene un flujo de sangre por muchos días, no en el período de su

impureza menstrual, o si tiene un flujo después de ese período, todos los días de su flujo impuro continuará como en los días de su impureza

menstrual; es inmunda. 26 “Toda cama sobre la cual ella se acueste durante los días de su flujo será para ella como la cama durante su menstruación, y

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todo sobre lo que ella se siente quedará inmundo, como la impureza de su impureza menstrual.…

(Reina-Valera 1960)Me causa hasta risa de esa de “que pinche pedo” al leer que todo lo que toque la sangre será inmundo, la mujer es inmunda ya por naturaleza, el hombre por tocar la cama sangrada, y el alrededor por estar en contacto con esa “inmunda”. Convirtieron a la sangre en el rey midas que cuando toca lo que sea lo convierte en oro, pero en está situación en inmundo, y luego porque no es de extrañar el por qué las mujeres odian tanto su menstruación. Me enoja mucho que la religión sea tan misógina y que por su popularidad lo que es escrito es la ley, además de que tienen que convertir lo natural en “inmundo”.

Pero dentro de este odio creado, pasado en la sociedad, cruzando culturas, podemos también encontrar estás practicas al odio que son más aprendidas que en sí generadas. Como a mi me pasó, como le pasa a las mujeres y hombres del ITESO, como le pasa a la sociedad. Son actos performativos como diría Judith Butler (1990), estos los define como una práctica del discurso “acto lingüístico, que por lo tanto está constantemente sujeto a interpretación” (Butler, 1990). Este se puede ver como una obra, una actuación a la cual existen los actores, los roles, la historia, toda interpretada a un público, la sociedad. “Qué pedo con esto” (Chavo hacia amigo) “Ew que asco” (Chava hacia su grupo de amigas). El acto performativo va construyendo una realidad, no sólo en el ser sino también en su audiencia, y está actuación se repite y se graba por el otro. El género, y sus actos tienen como ventana al cuerpo, o más bien, el género define como se percibe al cuerpo con normas, con gestos, con marcas, cargada de una sociedad y por una ilusión que se tienen que repetir y cumplir. Cuando estos estatutos no son cumplidos, y lo oculto es mostrado, es que la gente responde con actos performativos , el mismo gesto de incomodidad, el mismo discurso, la

La Representación Incomoda Samantha Elizabeth Santana Acostamisma actuación. “Wey, es demasiado, no era necesario el ser tan explicito” (Chavo). No sólo el responder con asco entra a estos actos performativos, sino también el cuando ves a las personas que hacen lo “indebido”, le pones cara, te sientes obligada a opinar lo contrario “que…padre”, entonces la aceptación siempre importa.

También podríamos hablar de una méritocracia escondida en el morbo de nuestro tema. Nos encontramos con mucha gente que se acercaba al cartel nada más para tomarle una foto. Morbo = a likes. “Me da tanta pena estar en esta univerdad (Toma foto)” (Chavo). También tenemos la evidencia de dos chavxs que cuando el cartel se cayó, ellos lo levantaron y lo volvieron a pegar, pero sólo lo hicieron para tomarle una foto ya que pusieron cara de asco. Vivimos en una sociedad que sólo con poner una imagen al internet te hace “parte” o te hace “interesante”. Además esta sociedad se define como persona por los likes, o aprobaciones que recibe, sistema lucrativo.

Las Tecnologías del Género de Teresa de Lauretis nos explican que el género es una representación, por lo tal lo que venga causado del género también es. Son las ideas preconcebidas de cómo es cierto tipo de mujer y como es cierto tipo de hombre. Como la menstruación, cada que la idea de ella surge se construye en su constitución de tabú y de : [cara de asco]“!Ay! a mi me da vergüenza” (Chava) no sólo en las mujeres si no también se crea y se constituye en los hombres. Hasta llegaron a creer ciertos en el experimento que era sangre de verdad y fresca. Estás creencias, estos actos y reacciones son dinámicas y se repiten constantemente y se imprimen a nuestros alrededores. Nuestra representación solo les representó una constitución de sus ideales o juicios internalizados y adoptados sobre y dentro del género, sobre y dentro la mujer y así sobre dentro la menstruación. La mentalidad del patriarcado se

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reproduce, se compra, se lee, acepta, se normativiza. (De Lauretis, 1989)

Pero ¿Por qué estos juicios son creados? en parte tiene la culpa la religión, como antes mencionado, pero otra gran parte también es la ciencia, y está como es considerada ciencia, factible, real, no se debe cuestionar. Emily Martin nos menciona en su libro The egg and sperm: How science has constructed a romance base don stereotypical male-female roles que :

Por ensalzando el ciclo femenino como una empresa productiva , la menstruación necesariamente debe ser visto como un fracaso. Los textos médicos describen la

menstruación como " restos " del revestimiento del útero , el resultado de la necrosis o muerte del tejido . Las descripciones implican que un sistema ha ido mal , la fabricación de productos de ninguna utilidad , no al valor especificado ,

invendible , perdido, chatarra.(Martin, 1991)Estos enfoques como de basura, de desecho, de suciedad, no sólo reflejan el como se ve la menstruación, sino el como se vive la persona. Si cree que saca desechos cada mes, se ha de sentir uno basurero y además de basurero, como perdedora. La mujer se vive el rol de no ser valiosa, por no ser capaz de producir algo valioso como el semen así que se vive en rol de pasiva, reflejado en la biología, y así espera a que el hombre sea el activo, el valioso, el fuerte. La autora nos postula que podemos vivir la menstruación como un proceso en el que tu cuerpo se va adaptando cada mes a nuevos ambientes. Y es así, por el lado de la biología, que podemos empezar a aceptar nuestros cuerpos. Cuando uno quita la nota negativa, cruel, biologisista, misógina de los procesos naturales, entonces se dejaran de ver y vivir como monstruosidad o desecho. Cuando le quita esa etiqueta de inmunda a la menstruación es que se podrá vivir más sanamente, aceptándose a uno y además así soltando todos los significados previos que se le daban a algo tan maravilloso como el flujo.

Por ultimo, mi favorita, a quien le guardo mucho cariño, Simone de Beauvoir. En su libro “El Segundo Sexo” (1998) nos explica que el

La Representación Incomoda Samantha Elizabeth Santana Acostasujeto mujer es una categoría a estudiarse ya que es construida socialmente, no nacida como una. Cuando uno nace como “mujer” está obligada a conformarse con los estándares históricos que vienen con el cuerpo y así convertirse en un signo cultural el cual es gobernado por todos excepto la persona, o “mujer” misma. El cuerpo y todo lo que venga de ello también es una construcción social. La menstruación es vista y controlada por un sistema cultural patriarcal que decide sobre la persona misma el como ver y vivirlo. Por eso da asco el ver algo que está fuera del constructo, y da asco el propio cuerpo al que se tiene que “conformar” y negar.

Paraliza las actividades socialesMarchita las flores

Hace caer las frutasSus emanaciones ahuyentan monstruos y espíritus

Arruina las cosechas y devasta los jardines Corrompe la carne

Echa a perder el jamón Ennegrece el azúcar

Impide la fermentación de la sidra Posee poderes maléficos

Provoca la ruptura de los objetos frágiles Hace saltar las cuerdas de arpas y violines

Debilita al varón Si mantiene relaciones en esa fecha vuelve impotente al varón

Es un equivalente del orgasmo da satisfacción sexualCuando una mujer deja de tenerla, queda inhabilitada para el placer sexual

y debe clausurar su vida erótica

(Tabúes menstruales enlistados por Simone de Beauvoir en El Segundo Sexo, 1998)

Bibliografía:

DE LAURETIS, Teresa (1989). “Tecnología del género”, disponible enhttp://wiki.medialab-prado.es/images/b/b0/La_tech_del_genero_Delauretis.pdf

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BUTLER, Judith (1990) “Actos performativos y constitución del género: un ensayo sobre fenomenología y teoría feminista”. En revista Debate feminista. Disponible enhttp://www.debatefeminista.com/PDF/Articulos/actosp433.pdf

Varela, N (2005). Feminismo para principiantes. Barcelona: Ediciones B. Cap, 3.

El segundo sexo, prólogo de Teresa López Pardina, Madrid, Cátedra, 1998

Mancho y no me doy asco: Menstruación, tabúes y patriarcado. (2012, septiembre 9).

http://www.marxists.org/subject/women/authors/millett-kate/theory.htm

Reina-Valera (1960) American Bible Society. RVR.