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\^\0 QlA) Un viaje a travs de los barrios porteos v/
La Repblica de Boedo
Por Juan Jos de Soi-za Reilly
E
l barrio de Boe-
do laborioso
e infatigable arra-
bal porte o na-
cido en los terrenos
E
l doctor M aria-
no Boedo cuyo
nombre lleva el pin-
t o r e s c o s u b u r b i o
pantanosos que en
1840 el tirano Ro-
sas regal al co-
mandante Cui t io
jefe de la Mazorca.
porteo. Fu uno
de los signatarios
del Acta del Con-
greso de Tucumn
\ j i M A
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. . V ' * ' 4 ( i ' . 4 .
tel l i
B
oedo se convier te de noche en un Montmar t re
luminoso y ardiente, en que las almas se refu
gian buscando descanso a las fatigas diurnas.
M
ientras el vecindario de Boedo trab aja de da,
de noche se divierte en los teatros, cines, cafs
y dems salas de esparcimiento. El barrio tiene
cincuenta mi l a lmas y ocho sucursales de Banco.
metida
a estacin de tranvas. Aqu ios vecinos esperan
que la Municipalidad construya la plaza pro-
pues Boedo carece de jardines pbl icos .
L
a esquina San Ignacio
y Boedo, t r ibuna para
los oradores de todos los
par t idos , a cuyas asam
bleas va siempre el mis
mo pbl ico dispuesto a
no dejarse convencer.
a casa que Cuitio, el jefe de la mazorca
rosista, constru y en B oedo, en un islote que le
recal Rosas hace noventa aos .
Jos Gonzlez
Castillo.
t a l o
Bot t i .
Lenidas
B ar le t ta .
V
iva B oedo " es
el grito que un
e n t u s i a s t a c o m e r
ciante lanza desde
e l c a r t e l d e s u
cornisa.
Agust n
Riganelli.
Ral Gonzlez
T u n .
Nicols
Olivari
Enr ique
Gonzlez Tun.
Roselli, escultor
de los nios.
Donato A.
Proic t to .
Gustavo
Rcelo.
Cayetano
Oreste .
Ctulo
Castillo.
El payador
Bet inot t i .
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C A R A ^ Y C A R E T A /
V N VIAJE A
La
^
e p
TRAVS DE LOS
I
i c a
Los terrenos pantanosos que Rosas regal a Cuitio. El triunfo
la grandeza argentina. La]casa de\Cuitio.E l valor de la
tierra:
Mariano
Boedo La
cultura
popular. Escritores,
pintores, escultores,
P o r J V AN J O S E D E
Una broma de Rosas
L tirano estaba de buen humor.
Qu decreto terrible haba firma
do esa tarde contra algn inocente?
Qu rostro divino de mujer o qu her
moso caballito criollo iluminara en ese
instante su imaginacin? Era feliz.
Don Juan Manuel de Rosas paseaba su
alegra por el saKn de su despacho de Pa-
lermo, restregndose las manos. En un
ngulo, apoyado en el muro, Cuitio
jefe de la Mazorca espiaba al amo, con
las cejas hirsutas,
^Qu te pasa, Cuitio?
Nada, patronato.
Habla i Qu tenes? "~^
Entonces Cuitio, rascndose la harta,
explic su penumbra. Confes su tristeza.
All, todos eran felices menos l, que ex
pona su vida y su coraje al servicio del
Restaurador. No acababa Rosas de pre
miar a sus ft)s adictos escuderos regaln
doles tierras pAra el porvenir? A Marino,
na casa con varias leguas de rboles fru
ta les .
A don Pedro de Angelis, una chacra
en San Jos de Flores. A don Eusebio de la
Santa Federacin . . .
En cambio a m, ni esto
y Cuiti
o haca chasquear la ua del pulgar en
los dientes.
Segu
Estoy viejo, seor. Cuando yo mue-
ra, mi mujer y mis hijos van a morirse de
hambre. De qu sirve la gloria Ojal
tupiera un rancho con dos rboles y ci.i
cuatro Paquitas para morir en paz
Rosas se le acerc tirndole la barba:
Tenis razn, ban dido.
Llam a su secretario. Hizo buscar un
mapa. Eligi una zona de propiedad fiscal,
en el camino a Puente Alsina. Mand ex
tender las escrituras a nombre de Cuitio:
"como recompensa a los grandes servicios
prestados a la Patria." El degollador le be
saba las manos ignorando, sin duda, dnde
estaban las tierras.
Al da siguiente fu a tomar posesin de
sus dominios:
Un baado '
'
En efecto. Aquello no era ms que una
enorme laguna llena de gaviotas. Agua
Pura agua para lavar las manchas de la
sangre vert ida. . . Cuit io comprendi la
broma intencionada del Restaurador. Mor
dise los labios. No se acobard.
En medio del baado haba un islote.
All Cuitio levant su edificio. Abri ca
nales de desage. Pele con la naturaleza.
Ms tarde, sus hijos cedieron en arriendo
las tierras del contorno a espaoles, a ita
lianos, a rusos, a franceses que instalaron
hornos de ladrillos para surtir a todo Bue
nos Aires. De aquellos brazos y de estos
hornos, sali la riqueza futura. Maravilla
d e fuego La vieja laguna desapareci
purificada por las ascuas lentas de los
hornos. Se construyeron casas. Se unieron
los aduares. Tendironse caminos. Nacie
ron en los repollos los nios desnudos
taitas de arrabal com padrones, valien
tes, abnegados, que con su inocencia lim
piaron de impurezas el barro de los bal
dos y de los callejones. La laguna que Ro
sas regalara por broma a Cuitio hace
noventa aos transformse de pronto
en este suburbio compacto, slido, saluda
ble,
rico y fecundo:
El barrio de Bocdnl
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C A R A / Y C A R ET A J"
B A I{ I{ I O S
d
P O K T E N O S
d
o
del
trabajo.
Hornos de ladrillos y brazos hercleos de donde sale
quinientos pesos la vara.- La vida
moderna
en
Boedo.
Quin era
actores, msicos.
El estilo
Boedo.Cmo
se form el alma de Boedo.
S O I Z A
K E I L L Y
En el ao 1900, la vara de terreno va
la en Boedo diez centavos. En 1920, el
Banco de la Nacin pag la esquina In
dependencia para su sucursal a
ciento sesenta y cinco pesos la vara'cua
drada. Hace un ao, la esquina de enfren
te pagse la vara a razn de quinientos..,
Tierra de promisin Amrica del Nor
te en Buenos Aires Cafarnaum Milagro
de los peces y los panes. . . Boedo
El milagro del progreso
iRASE que en tan pequeo espacio
de terreno doce manzanas cu
piera tanta vida. Las calles so
bre todo la avenida Boedo estn lle
nas de gente. Los negocios rebosan. En los
teatros, en los cafs, no queda un sitio li
bre. El progreso sube a las azoteas. Eleva
los pisos. Ilumina con carteles fulgentes
lluvia de oro las cornisas ms altas.
Todos los edificios son casas de comercio.
Donde hay un milmetro libre se pone un
mostrador. En un zagun hay una mue
blera. En otro zagun, un almacn de m
sica. En el espacio de seis cuadras, en am
bas aceras, he contado sesenta y ocho
cafs, despachos de bebidas, lecheras, ba
res automticos, "pizzeras", confiteras,
"trattorias", Munich todo el mapa mun-
di sin incluir nueve cinematgrafos,
"kermesses", variedades, y un teatro ya
histrico teatro Boedo, en cuyas
tablas se iniciaron artistas de prestigio
como Luis Aratn. Una fiebre de holgorio y
de accin hace mover los mbolos del ba
rrio. Al atardecer la inquietud neurast
nica de ios tranvas, de los mnibus, de
las moticicletas, de los avisos luminosos,
de la radio y de los monstruos colectivos
cargado de huspedes, infunde en las per-
-iin.u sn dciiii sonoro, algero, vclor. En
ua&
sola cuadia la comprendida entre
las calles San Juan y Cochabamba seis
casas de radiotelefona arrojan al mismo
tiempo sobre los transentes sus tangos,
sus chillidos, sus frituras de pescado lrico,
sus avisos, con abundancia tal que la gente
tropieza en las ondas hertzianas. Hasta los
nombres de los emporios comerciales ayu
dan a acelerar el ritmo de las almas. Una
tienda se llama "El Ferrocarril". Una con
fitera: "El aeroplano". Una fonda: "La
Flecha". Un almacn: "Pum Pum ".
Todo se mueve, se agita, discute, ngoca,
pelea o sonre. En los cafs, eti las esqui
nas, en todas partes, se haba siempre del
ftbol. Y con razn En Boedo naci "San
Lorenzo de Almagro". '
San
Lorenzo, cuna &e campeones
exclama con orgullo un mozo de caf.
Y en medio de la balumba como un
smbolo todava se conserva la casa Vie
ja que Cuitio construy en el islote del
baado. Est lo mismo que en 1840, con
su tejado, con sus paredes de adobe, con
sus techos de troncos, con su mirador, con
sus bancos de azulejos castizos, con los
arbolitos a cuya sombra Cuitio, para no
olvidar su profesin de Atila, pisaba maza
morra. La casa se mantiene torcida, que
brada, pero firme como un ombi que f^e
agarra con uas y dientes a '-t-; ihi^mn.s
de inmortalidad. Puede verse, luno a la
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C A 8 A X Y CA.RZIJKJ
sucursal del Banco de la Nacin sobre
la calle Independencia, nmero 3549. Si
nos asomamos a travs de la verja de lan
zas resistas que defienden la casa, expe
rimentamos la impresin de que Cuitffo
va a salir a miramos con sus ojos en gue
rra. Slo vemos a un nio que juega don
un gato . . .
Q
u i c n
era
o e
d
y
E
L
barrio lleva el nombre de su ar
teria principal: avenida Boedo.
Sabe alguien, acaso, quin era
Boedo?
o s me responde un vecino
pero se me pone que debi ser com o el
propio barrio de Boedo: un poquito gau
cho y un poquito doctor.
El palpito no falla. JWariano Boedo era
doctor y, adems, era gaucho. Haba na
cido en Salta, en 1773. Graduse en Cr
doba como doctor en leyes. Regres a su
heroica provincia natal, en 1812. Gemes
con sus legiones de gauchos impeda que
los realistas de Pezuela destruyeran la li
bertad de mayo. Mariano Boedo alistse en
las tropas de Gemes. Pele con herosmo.
En 1816, Salta lo eligi diputado al Con
greso de Tucumn. Su firma aparece en el
Acta de a Independencia. Muri en Bue
nos Aires, dos aos despus a los 45
aos de edad pobre como las saban
dijas o como ios hroes. Sus hijos, Maria
no y Jos, sirvieron con San Martn y con
Alvear. El primero, Mariano, cay oh,
irona de la historia edilicia bajo el
pual salvaje de Cuitio. Cuitio asesi
nando al hijo de quien iba a dar nombre-
a sus propios dominios
c u l t u r a popular
E todas las repblicas porteas,
Boedo es la ms fecunda en escri
tores,
en artistas, en msicos de
Ingenio, Al margen de la vida inquieta y
callejera vida jugadora de ftbol y agio
tista es fcil descubrir en Boedo otra
vida ms alta, ms serena, ms pura. Se
advierte un afn de aprender; un gozo
de estudiar; una sed de construir. Se ha
ICvantado con tal fin la Universidad de
Boedo,
magnfica institucin de cultura in
tegral que preside el brillante escritor Jos
Gonzlez Castillo. Asisten todas las no
ches a sus aulas mil doscientos alumnos.
Son obreros, son nias, son muchachos.
Se les instruye gratis con un cuerpo de
profesores tcnicos que trabajan tambin
gratuitamente. Adems, cuenta Boedo con
un conjunto de escritores y artistas nativos
de noble prestigio. Cosa extraa Todos
ellos conservan en sus obras la huella del
ambiente. El espritu criollo, triste, inquie
to, arisco, febril, pendenciero, inocente e
iconoclasta de Boedo aire de la calle
se ha metido en sus producciones hasta el
punto de que esos artistas de la pluma, del
cincel y del pincel han creado un estilo
propio, caracterstico. Es un estilo estti
co nativo:
El estilo Boedo.
Contribuyen a darle originalidad mu
chos factores. No es el menos importante
quizs la abundancia de libros clebres de
todos los pases, que se editan en Boedo
para Boedo nada ms. Las obras gloriosas
de la literatura universal estn en pa
pel barato al Alcance de bol-sillo de un
comprador de caramelos. Todas las ideolo
gas, todas las tendencias, todas las reli
giones se mezcla en los escaparates de los
quioscos de diez a cuarenta centavos el
tomo. Una sola casa editora de Boedo ha
editado ya un milln y medio de ejem
plares.
Hace poco tiempo, Gonzlez Castillo re
cibi en Pars encargo de traducir al fran
cs una obra de Lope de Vega: Fuente-
ove ana.
Todas las ediciones estaban ago
ladas,
incluso tas hechas en Espaa.
Faen-
teovejuna,
con ser una de las comedias
histricas ms sugestivas de Lope de Ve
ga, yaca en el olvido, bajo el cadver de
su protagonista, el comendador de Cala-
^^1i'0t>t-^ -^^P^-T? .
^Cr^
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C A R A / Y C A R E T A /
trava don Fernn Gmez de Guzmn.
Fueron los rusos de la Rusia acual, los
primeros en descubrir que Lope de Vega
Fnix de los ingenios haba descri
to en Fuente ove juna, con trescientos vein
te aos de anticipacin, el organismo- per
fecto de un "soviet" campesino. Gonzlez
Castillo busc personalmente la obra de
Lope de Vega, en todas las libreras de
Europa. No la pudo hallar. Volvila Bue
nos Aires y, al entrar en Boedo, la encon
tr en un quiosco a 0.10.
\
Artistas y escritores de Boedo
NTRE los escritores nacidos y creados
en Boedo pueden citarse, adems
de Gonzlez Castillo, a escritores
de fuste y de fusta como los siguientes:
los hermanos Gonzlez Tun, Nicols
Olivari, Cayetano Oreste, Elias Castel-
nuovo, Lenidas Barletta y Gustavo Ric-
cio,
que muri en plena primavera augu-
ral.
Entre los escultores, Vicente Roselli
admirable e sc u lt o r de los nios y
autor del bello monumento a Pablo Po-
dest Riganelli ya clebre, Do
nato Proietto, Assali, etc. Entre los pin
tores: Botti, Caputti, Altieri, etc. En el
ao 1928, cuatro artistas de Boedo ob
tuvieron premio en el Saln Nacional de
Bellas Artes: el primer premio, Vicente
Roselli, y los dems: Assali, Caputti y
Botti.
Boedo ha dado tambin exquisitos auto
res de tangos. Dgalo si no Ctulo Castillo,
nacido en Boedo, con su "Organito de la
tarde"; Julio de Caro, Julin Dibasto, Su-
reda, D'Agostino, Zingoni. Muchos y muy
buenos. Son quizs ellos los que han di
fundido ms pronto en el mundo la fama
de Boedo. Otro joven msico, el composi
tor Giacovacci, oriundo de Boedo, obtuvo
hace poco el "Premio Puccini", que le ha
permitido instalarse en Europa. Antes de
partir, la Repblica de Boedo lo coron de
rosas y de pmpanos.
Entre los artistas de teatro, adems de
Luis Arata, recuerdo a Panigazzi, a Zanne-
ti,
a Rosario Serrano, a Sabato. Entre los
payadores, al negro Garca y al maestro
invencible del gnero: Bettinotti. ("Pobre
mi madre querida " fu escrita en un bar
de Boedo).
El a I m el de Boedo
R
epblica de Boedo
"Capital del arrabal" nos dice el
tango famoso de Julio de Caro.
En realidad, los escritores y artistas de
Boedo, forman una repblica que los de
fiende y los ampara. Por otra parte, una
cordialidad sin envidia congrega a los ve
cinos en la realizacin de sus aspiraciones.
Actualmente gestionan la construccin de
una plaza en el local de la estacin de los
tranvas. Boedo es el nico barrio porteo
que carece de plazas y de jardines pbli
cos, no obstante contar, segn el censo,
con una poblacin de cincuenta mil almas.
" Hace treinta aos me dice un
vecino, Boedo no necesitaba plazas pa
ra los nios. Todo el campo Heno del hu
mo de los hornos, era la mejor plaza Los
edificios podan contarse con los dedos.
En la esquina Boedo e Independencia, ha
ba una cancha de bochas y fonda. En Boe
do y Estados Unidos, un matadero de ove
jas. En Boedo y Cochabamba viva don
Lzaro Camio, un vasco millonario, tan
econmico que siendo dueo de un caba
llo de carrera lo haca dormir con l en
su propio cuartito de latas... Ms all
vivan los "hermanos platero s" plate
ros de profesin que representaban en
la calle el drama "Juan M oreira". Eran
tres hermanos: Segundo, Toms y Absa-
ln Gmez. Cuando la polica intentaba
prohibir la representacin, los tres herma
nos, con el padre y la madre, peleaban d'e
verdad contra la polica. Tiempos lindos
aquellos
,; Mejores que tos tiempos artialcs?
Ah, n me contesta con orgu
llo. Altara la vara de tierra vale qui-
nientos pesos
* ^^^^^ ^-ck^ Tj^ -^^^^^
