LA REVOLUCIÓN, Slawomir Mrozek

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  • 8/7/2019 LA REVOLUCIN, Slawomir Mrozek

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    LA REVOLUCIN, Slawomir Mrozek

    En mi habitacin la cama estaba aqu, el armario all y en medio la mesa.

    Hasta que esto me aburri. Puse entonces la cama all y el armario aqu.

    Durante un tiempo me sent animado por la novedad. Pero el aburrimiento acab por volver.

    Llegu a la conclusin de que el origen del aburrimiento era la mesa, o mejor dicho, su

    situacin central e inmutable.

    Traslad la mesa all y la cama en medio. El resultado fue inconformista.

    La novedad volvi a animarme, y mientras dur me conform con la incomodidad

    inconformista que haba causado, pues sucedi que no poda dormir con la cara vuelta a la

    pared, lo que siempre haba sido mi posicin preferida.

    Pero al cabo de cierto tiempo la novedad dej de ser tal y no quedo ms que la incomodidad.

    As que puse la cama aqu y el armario en medio.

    Esta vez el cambio fue radical, ya que un armario en medio de una habitacin es ms queinconformista. Es vanguardista.

    Pero al cabo de cierto tiempo Ah, si no fuera por ese cierto tiempo. Para ser breve, el

    armario en medio tambin dej de parecerme algo nuevo y extraordinario.

    Era necesario llevar a cabo una ruptura, tomar una decisin terminante. Si dentro de unos

    lmites determinados no es posible ningn cambio verdadero, entonces hay que traspasar

    dichos lmites. Cuando el inconformismo no es suficiente, cuando la vanguardia es ineficaz, hay

    que hacer una revolucin.

    Decid dormir en el armario. Cualquiera que haya intentado dormir en un armario, de pie,

    sabr que semejante incomodidad no permite dormir en absoluto, por no hablar de la

    hinchazn de pies y de los dolores de columna.S, esa era la decisin correcta. Un xito, una victoria total. Ya que esta vez cierto tiempo

    tambin se mostr impotente. Al cabo de cierto tiempo, pues, no slo no llegu a

    acostumbrarme al cambio es decir, el cambio segua siendo un cambio, sino que, al

    contrario, cada vez era ms consciente de ese cambio, pues el dolor aumentaba a medida que

    pasaba el tiempo.

    De modo que todo habra ido perfectamente a no ser por mi capacidad de resistencia fsica,

    que result tener sus lmites. Una noche no aguant ms. Sal del armario y me met en la

    cama.

    Dorm tres das y tres noches de un tirn. Despus puse el armario junto a la pared y la mesa

    en medio, porque el armario en medio me molestaba.

    Ahora la cama est de nuevo aqu, el armario all y la mesa en medio. Y cuando me consume el

    aburrimiento, recuerdo los tiempos en que fui revolucionario.