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www.radioprogresohn.net , www.eric-sj.org
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La Comisión de la Verdad y Reconciliación nació contaminada de todos los factores que
tienen que ver con el conflicto, y salpicada del descrédito que acompañan a la
administración de Lobo Sosa. La Comisión de la Verdad adolece de un error fundamental
de fábrica: sus miembros, especialmente los hondureños, no aceptan que el país está
desmoronado, y buscan hacer un informe sobre lo que ocurrió en el país, más o menos
sobre la base de que las cosas están mejorando, y dirigido a unas instituciones y a unos
funcionarios con el fin de que mejoren su funcionamiento.
Los miembros de la Comisión de la Verdad creen tan a rajatabla en la actual
institucionalidad, que entienden su trabajo como un servicio para que la misma siga
funcionando, mejorando en aquellos aspectos que se desajustaron y provocaron la
ruptura constitucional. En todo caso, dirían sus miembros, las cosas están desajustadas,
y el informe vendría a contribuir a dar el ajuste que necesita la institucionalidad para
que siga funcionando, sin tener que correr los riesgos de otros sucesos como los que
provocaron el golpe de Estado.
Así como se lo creen sus miembros, la Comisión de la Verdad se inserta en la vida del
país como un factor estricto del conflicto, y en lugar de contribuir a destrabar la crisis,
será un factor político que abonará a la inestabilidad. Se puede prever un informe que
arrojará algunas luces sobre lo ocurrido, que dejará satisfechos a algunos, levantará
polvos en otros, dará palos a unos y dará palos a otros. Pero al final de cuentas no
pasará de ser ni fu ni fa y será conducido sin remedio a los archivos para consultas de
expertos ratones de biblioteca. Y el país seguirá en su imbatible proceso de
ingobernabilidad.
Eso sí, si la Comisión de la Verdad quiere de verdad dar un servicio a la sociedad
hondureña, sus miembros tienen que ensuciarse, y dejarse de falsos equilibrios. Un
informe que tenga como punto de referencia que no se puede erigir nada nuevo sobre
esta podrida institucionalidad, sino que se debe partir de la construcción de una nueva
institucionalidad, con nuevas reglas de juego que rompan con el modelo conducido por
unas poquitas familias, sin duda estremecerá a la sociedad entera
Un informe así, dejará a los miembros de la Comisión chamuscados, pero sin duda
estarán dando un hermoso y generoso servicio al país porque podría así convertirse en
un factor que contribuya a empujar el nuevo pacto social que el país necesita,
construido no desde las elites actuales, sino desde los diversos sectores de la sociedad
hondureña.
Sin embargo, eso supone cambios profundos en las mentes, corazones y lealtades de
cada uno de los miembros de la actual Comisión de la Verdad, que en los hechos es
como esperar que los problemas del país se resuelvan con milagros caídos del cielo. Y
los milagros, cuando en efecto ocurren, es porque se han tejido desde abajo, con la
fuerza creadora y transformadora de los pobres.
Para que los milagros se puedan tejer y experimentar hay que llevar muy de cerca y en
el corazón los clamores y las aspiraciones de la gente más empobrecida, porque sólo así
podemos ser leales a ella en cualquiera de las circunstancias. Y los miembros de la
Comisión de la Verdad parecen estar demasiado lejos, y sus lealtades ciertamente
Nuestra palabra | 16 Agosto 2010