Las Batallas en El Desierto

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44Jos Emilio Pacheco. Nacido en la ciudad de Mxico en 1939, Jos Emilio Pacheco espoetapermanente,novelistadetomoylomo,ensayista,cronistamilitanteytraductor,aunque dice no creer fielmente en las traducciones y, por lo tanto, prefiere, en ocasiones,llamarlas aproximaciones.Su produccin literaria por la que obtuvo en 1991 el Premio Nacional de Literatura yLingstica de su pas, incluye, entre otros, los libros de poesa Los elementos de la noche;ElreposodelFuego,Nomepreguntescmopasaeltiempo;Findesigloyotrospoemas,Ciudad de la memoria y La arena errante. En narrativa son famosas sus novelas Morirs le-jos y Las batallas en el desierto as como una serie de libros de cuentos, entre ellos, La san-gre de la medusa, El viento distante y El principio del placer.Por la traduccin de Un tranva llamado deseo recibi el premio de la Sociedad de cr-ticos teatrales en 1983 y por su labor de divulgacin cultural, el Premio Nacional de Mxi-co de Periodismo.Pachecosedestacaporsuscidascrnicas,publicadasendiariosyrevistasdesupas,en las que no doblega su pluma ante ningn poder.55Jos Emilio PachecoEdi ci ones Er a6Editorial Txalaparta s.l., Navaz y Vides 1-2, 31300 Tafalla, Navarra Tfno. 948 703 934 Fax 948 704 072 [email protected] www.txalaparta.comEdiciones ERA, Calle del Trabajo 31, La Fama, Tlalpan. 14269 Mxico D.F.Edicin original Ediciones ERA, Mxico 1994Para la presente edicin CoedicinEdiciones ERA - Editorial TxalapartaTafalla, mayo de 2001Composicin y diseomontiPreimpresinGaranImpresinRGMISBN84-8136-196-8 (Txalaparta)968-411-374-9 (ERA) Depsito legalBI-0773-01Ttulo: Las batallas en el desierto.Autor: Jos Emilio Pacheco.Diseo de coleccin y portada: Esteban MontorioE D I T O R E S I N D E P E N D I E N T E SERA, Mxico/LOM, Chile/TRILCE, UruguayTXALAPARTA, Pas Vasco . ... l 1 .l.' !.. , 1... |... , . l..l |.The past is a foreign country. They do things differently there.L. P. Hartley: The Go-Between78Me acuerdo, no me acuerdo: qu ao era aqul? Ya haba super-mercadosperonotelevisin,radiotanslo:LasaventurasdeCarlosLa-croix,Tarzn,ElLlaneroSolitario,LaLegindelosMadrugadores,LosNios Catedrticos, Leyendas de las calles de Mxico, Panseco, E1 DoctorI.Q.,LaDoctoraCorazndesdesuClnicadeAlmas.PacoMalgestona-rraba las corridas de toros, Carlos Albert era el cronista de futbol, el MagoSeptintrasmitaelbeisbol.Circulabanlosprimeroscochesproducidosdespusdelaguerra:Packard,Cadillac,Buick,Chrysler,Mercury,Hud-son, Pontiac, Dodge, Plymouth, De Soto. bamos a ver pelculas de ErrolFlynn y Tyrone Power, a matins con una de episodios completa: La inva-sin de Mongo era mi predilecta. Estaban de moda Sin ti, La rondalla, Laburrita, La mcura, Amorcito Corazn. Volva a sonar en todas partes unantiguoboleropuertorriqueo:Poraltoestelcieloenelmundo,porhondo que sea el mar profundo, no habr una barrera en el mundo que miamor profundo no rompa por ti.9El mundo antiguo1Fue el ao de la poliomielitis: escuelas llenas de nios con aparatos or-topdicos; de la fiebre aftosa: en todo el pas fusilaban por decenas de mi-les reses enfermas; de las inundaciones: el centro de la ciudad se convertaotra vez en laguna, la gente iba por las calles en lancha. Dicen que con laprxima tormenta estallar el Canal del Desage y anegar la capital. Quimporta, contestaba mi hermano, si bajo el rgimen de Miguel Alemn yavivimos hundidos en la mierda.LacaradelSeorpresidenteendondequiera:dibujosinmensos,retra-tosidealizados,fotosubicuas,alegorasdelprogresoconMiguelAlemncomo Dios Padre, caricaturas laudatorias, monumentos. Adulacin pbli-ca,insaciablemaledicenciaprivada.Escribamosmilvecesenelcuader-no de castigos: Debo ser obediente, debo ser obediente, debo ser obedien-teconmispadresyconmismaestros.Nosenseabanhistoriapatria,lengua nacional, geografa del DF: los ros (an quedaban ros), las mon-taas (se vean las montaas). Era el mundo antiguo. Los mayores se que-jaban de la inflacin, los cambios, el trnsito, la inmoralidad, el ruido, ladelincuencia,elexcesodegente,lamendicidad,losextranjeros,laco-rrupcin,elenriquecimientosinlmitedeunoscuantosylamiseriadecasi todos.Decan los peridicos: El mundo atraviesa por un momento angustioso.El espectro de la guerra final se proyecta en el horizonte. El smbolo som-bro de nuestro tiempo es el hongo atmico. Sin embargo haba esperanza.Nuestros libros de texto afirmaban: Visto en el mapa Mxico tiene formade cornucopia o cuerno de la abundancia. Para el impensable ao dos milse auguraba sin especificar cmo bamos a lograrlo un porvenir de pleni-tud y bienestar universales. Ciudades limpias, sin injusticia, sin pobres, sin10violencia,sincongestiones,sinbasura.Paracadafamiliaunacasaultra-moderna y aerodinmica (palabras de la poca). A nadie le faltara nada.Lasmquinasharantodoeltrabajo.Callesrepletasderbolesyfuentes,cruzadas por vehculos sin humo ni estruendo ni posibilidad de colisiones.El paraso en la tierra. La utopa al fin conquistada.Mientrastantonosmodernizbamos,incorporbamosanuestrahablatrminos que primero haban sonado como pochismos en las pelculas deTin Tan y luego insensiblemente se mexicanizaban: tenquu, oqui, uasa-mara, sherap, sorry, uan mment pliis. Empezbamos a comer hamburgue-sas,pays,donas,jotdogs,malteadas,iscrim,margarina,mantequilladecacahuate. La cocacola sepultaba las aguas frescas de jamaica, cha, limn.Lospobresseguantomandotepache.Nuestrospadressehabituabanaljaibol que en principio les supo a medicina. En mi casa est prohibido eltequila,leescuchdeciramitoJulin.Yonadamssirvowhiskyamisinvitados: hay que blanquear el gusto de los mexicanos.11

12Enlosrecreoscomamostortasdenataquenosevolvernaverjams. Jugbamos en dos bandos: rabes y judos. Acababa de establecerseIsraelyhabaguerracontralaLigarabe.Losniosquedeverdaderanrabesyjudosslosehablabanparainsultarseypelear.BernardoMon-dragn, nuestro profesor, les deca: Ustedes nacieron aqu. Son tan mexi-canos como sus compaeros. No hereden el odio. Despus de cuanto aca-badepasar(lasinfinitasmatanzas,loscamposdeexterminio,labombaatmica,losmillonesymillonesdemuertos),elmundodemaana,elmundo en el que ustedes sern hombres, debe ser un sitio de paz, un lugarsincrmenesysininfamias.Enlasfilasdeatrssonabaunarisita.Mon-dragnnosobservabatristsimo,sepreguntabaquibaaserdenosotroscon los aos, cuntos males y cuntas catstrofes an estaran por delante.Hastaentonceselimperiootomanoperdurabacomolaluzdeunaes-trella muerta: Para m, nio de la colonia Roma, rabes y judos eran tur-cos. Los turcos no me resultaban extraos como Jim, que naci en San13Los desastres de la guerra2Franciscoyhablabasinacentolosdosidiomas;oToru,crecidoenuncampo de concentracin para japoneses; o Peralta y Rosales. Ellos no pa-gabancolegiatura,estabanbecados,vivanenlasvecindadesruinosasdelacoloniadelosDoctores.LacalzadadeLaPiedad,todavanollamadaavenida Cuauhtmoc, y el parque Urueta formaban la lnea divisoria entreRomayDoctores.Romitaeraunpuebloaparte.AllacechaelHombredel Costal, el gran Robachicos. Si vas a Romita, nio, te secuestran, te sa-can los ojos, te cortan las manos y la lengua, te ponen a pedir caridad y elHombre del Costal se queda con todo. De da es un mendigo; de noche unmillonario elegantsimo gracias a la explotacin de sus vctimas. El miedodeestarcercadeRomita.ElmiedodepasarentranvaporelpuentedeavenidaCoyoacn:slorielesydurmientes;abajoelrosuciodeLaPie-dad que a veces con las lluvias se desborda.AntesdelaguerraenelMediorienteelprincipaldeportedenuestraclase consista en molestar a Toru. Chino chino japons: come caca y nomedes.Aja,Toru,embiste:voyaclavarteunpardebanderillas.Nuncamesumalasburlas.Pensabaenloquesentirayo,nicomexicanoenuna escuela de Tokio; y lo que sufrira Toru con aquellas pelculas en quelosjaponeseseranrepresentadoscomosimiosgesticulantesymoranpormillares.Toru,elmejordelgrupo,sobresalienteentodaslasmaterias.Siempreestudiandoconsulibroenlamano.Sabajiu-jit-su.UnavezsecansyporpocohacepedazosaDomnguez.Loobligapedirleperdnde rodillas. Nadie volvi a meterse con Toru. Hoy dirige una industria ja-ponesa con cuatro mil esclavos mexicanos.Soy de la Irgn. Te mato: Soy de la Legin rabe. Comenzaban las ba-tallas en el desierto. Le decamos as porque era un patio de tierra colora-14da, polvo de tezontle o ladrillo, sin rboles ni plantas, slo una caja de ce-mento al fondo. Ocultaba un pasadizo hecho en tiempos de la persecucinreligiosa para llegar a la casa de la esquina y huir por la otra calle. Consi-derbamos el subterrneo un vestigio de pocas prehistricas. Sin embar-go, en aquel momento la guerra cristera se hallaba menos lejana de lo quenuestrainfanciaestdeahora.Laguerraenquelafamiliademimadreparticip con algo ms que simpata. Veinte aos despus continuaba ve-nerando a los mrtires como el padre Pro y Anacleto Gonzlez Flores. Encambio nadie recordaba a los miles de campesinos muertos, los agraristas,los profesores rurales, los soldados de leva.Yo no entenda nada: la guerra, cualquier guerra, me resultaba algo conloquesehacenpelculas.Enellatardeotempranogananlosbuenos(quines son los buenos?). Por fortuna en Mxico no haba guerra desdeque el general Crdenas venci la sublevacin de Saturnino Cedillo. Mispadres no podan creerlo porque su niez, adolescencia y juventud pasaronsobre un fondo continuo de batallas y fusilamientos. Pero aquel ao, al pa-recer,lascosasandabanmuybien:acadaratosuspendanlasclasesparallevarnosalainauguracindecarreteras,avenidas,presas,parquesdeportivos, hospitales, ministerios, edificios inmensos.Porreglageneralerannadamsunmontndepiedras.Elpresidenteinaugurabaenormesmonumentosinconclusosasmismo.HorasyhorasbajoelsolsinmovernosnitomaraguaRosalestraelimones;sonmuybuenosparalased;psateunoesperandolallegadadeMiguelAlemn.Joven, sonriente, simptico, brillante, saludando a bordo de un camin deredilas con su comitiva.15Aplausos,confeti,serpentinas,flores,muchachas,soldados(todavaconsuscascosfranceses),pistoleros(annadielosllamabaguaruras),laeterna viejecita que rompe la valla militar y es fotografiada cuando entre-ga al Seorpresidente un ramo de rosas.Habatenidovariosamigosperoningunolescaybienamispadres:Jorgeporserhijodeungeneralquecombatialoscristeros;Arturoporvenir de una pareja divorciada y estar a cargo de una ta que cobraba porechar las cartas; Alberto porque su madre viuda trabajaba en una agenciade viajes, y una mujer decente no deba salir de su casa. Aquel ao yo eraamigo de Jim. En las inauguraciones, que ya formaban parte natural de lavida, Jim deca: Hoy va a venir mi pap. Y luego: Lo ven? Es el de la cor-bataazulmarina.AllestjuntoalpresidenteAlemn.Peronadiepodadistinguirlo entre las cabecitas bien peinadas con linaza o Glostora. Eso s:a menudo se publicaban sus fotos. Jim cargaba los recortes en su mochila.Ya viste a mi pap en el Exclsior? Qu raro: no se parecen en nada. Bue-no, dicen que sal a mi mam. Voy a parecerme a l cuando crezca.16