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H. C. F. Mansilla Las insuficiencias del marxismo crítico y los problemas del mundo contemporáneo II Parte: Desde Georg Lukács hasta Adam Schaff Abstract: Based on almost unknown litera- turein German language and publications from Eastem Europe, the author retraces the evolution of so-called critical Marxism, since the begin- ning around Rosa Luxemburg and Eduard Bemstein until the revisionist Marxism which endedaltogether with the collapse 01communism in 1989. There is a stress on the truly original approaches 01 Karl Korsch and Georg Lukács. The main thesis: even Marxist dissidents did not thoroughly understand the main problems 01 today, beca use the core 01 Marxism could not question modernity, ecological problems and the idolatry 01 technique and economic-material development. Resumen: Utilizando materiales poco cono- cidos de Europa Oriental y en lengua alemana, el autor traza el desarrollo del llamado marxis- mo crítico desde las primeras controversias (Ro- sa Luxemburg y Eduard Bernstein) hasta el mar- xismo revisionista que terminó alrededor de 1989 con los regímenes comunistas. Se hace én- fasis en los aportes verdaderamente originales de Karl Korsch y Georg Lukács. Se pone de ma- nifiesto que hasta las corrientes disidentes del marxismo crítico no estuvieron nunca a la altura de los tiempos, ya que estas corrientes jamás en- cararon problemas como la crisis de la moderni- dad, los aspectos ecológicos y la idolatría de la técnica y del desarrollo material-económico. Lukács y el marxismo crítico Georg Lukács (1885-1971), el "padre de to- do revisionismo teóricamente serio posterior a Marx"l, ha sido ciertamente el pensador más im- portante de esta corriente y su libro Historia y consciencia de clase el fruto más sólido e impor- tante de la misma, no superado hasta hoy. Uno de los méritos principales de Lukács reside en haber iniciado la discusión en torno a la temática ena- jenación/alienación, básica en Marx, pero prácti- camente abandonada por la socialdemocracia - preocupada por cuestiones de estrategia política y la conquista del poder- y por el comunismo triunfante en la Unión Soviética, donde tal fenó- meno propio del capitalismo simplemente no po- día darse. Lukács realizó un espléndido análisis de esta problemática, mostrando la complejidad de la misma e introduciendo en la discusión el concepto hegeliano de cosificación.? Inspirado por Max Weber, Lukács fue uno de los primeros marxistas en señalar los aspectos 'negativos que conllevan el progreso material y los procesos crecientes de racionalización, espe- cialización, mecanización y despersonalización, responsables de la "destrucción de la totalidad" y la eliminación de la cultura genuina, por una par- te, y productores de los fenómenos de cosifica- ción, por otra. La atomización del individuo co- rrespondería a la creciente irracionalidad de la to- talidad social.' Con este enfoque, que combina Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XXXIX (98),115-130, Julio-Diciembre 2001

Las insuficiencias del marxismo crítico y los problemas del mundo

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H. C. F. Mansilla

Las insuficiencias del marxismo críticoy los problemas del mundo contemporáneo

II Parte:Desde Georg Lukács hasta Adam Schaff

Abstract: Based on almost unknown litera-ture in German language and publications fromEastem Europe, the author retraces the evolutionof so-called critical Marxism, since the begin-ning around Rosa Luxemburg and EduardBemstein until the revisionist Marxism whichendedaltogether with the collapse 01communismin 1989. There is a stress on the truly originalapproaches 01 Karl Korsch and Georg Lukács.The main thesis: even Marxist dissidents did notthoroughly understand the main problems 01today, beca use the core 01 Marxism could notquestion modernity, ecological problems and theidolatry 01 technique and economic-materialdevelopment.

Resumen: Utilizando materiales poco cono-cidos de Europa Oriental y en lengua alemana,el autor traza el desarrollo del llamado marxis-mo crítico desde las primeras controversias (Ro-sa Luxemburg y Eduard Bernstein) hasta el mar-xismo revisionista que terminó alrededor de1989 con los regímenes comunistas. Se hace én-fasis en los aportes verdaderamente originalesde Karl Korsch y Georg Lukács. Se pone de ma-nifiesto que hasta las corrientes disidentes delmarxismo crítico no estuvieron nunca a la alturade los tiempos, ya que estas corrientes jamás en-cararon problemas como la crisis de la moderni-dad, los aspectos ecológicos y la idolatría de latécnica y del desarrollo material-económico.

Lukács y el marxismo crítico

Georg Lukács (1885-1971), el "padre de to-do revisionismo teóricamente serio posterior aMarx"l, ha sido ciertamente el pensador más im-portante de esta corriente y su libro Historia yconsciencia de clase el fruto más sólido e impor-tante de la misma, no superado hasta hoy. Uno delos méritos principales de Lukács reside en haberiniciado la discusión en torno a la temática ena-jenación/alienación, básica en Marx, pero prácti-camente abandonada por la socialdemocracia -preocupada por cuestiones de estrategia políticay la conquista del poder- y por el comunismotriunfante en la Unión Soviética, donde tal fenó-meno propio del capitalismo simplemente no po-día darse. Lukács realizó un espléndido análisisde esta problemática, mostrando la complejidadde la misma e introduciendo en la discusión elconcepto hegeliano de cosificación.?

Inspirado por Max Weber, Lukács fue unode los primeros marxistas en señalar los aspectos'negativos que conllevan el progreso material ylos procesos crecientes de racionalización, espe-cialización, mecanización y despersonalización,responsables de la "destrucción de la totalidad" yla eliminación de la cultura genuina, por una par-te, y productores de los fenómenos de cosifica-ción, por otra. La atomización del individuo co-rrespondería a la creciente irracionalidad de la to-talidad social.' Con este enfoque, que combina

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brillantemente las obras de juventud de KarlMarx con la sociología de Max Weber, Lukácsinspiró la crítica de la técnica de Martin Heideg-ger y de la sociedad altamente industrial izadarealizada posteriormente por la Escuela deFrankfurt. La contribución del filósofo húngaroha sido fundamental para todos aquellos pensa-dores que se consagraron al análisis de las conse-cuencias práctico-políticas del positivismo, ern-pirismo y cientificismo. Pero lamentablementeLukács no profundizó su enfoque: no diferenció,por ejemplo, entre una racionalidad instrumental-causante de la alineación- y una razón globalobjetiva. El creyó que el proletariado revolucio-nario, como "idéntico sujeto-objeto" de la histo-ria, y lasimultánea estatización de los medios deproducción cortarían la cadena de racionalizacióny cosificación de las sociedades no emancipadas.No se imaginó, por otra parte, que la racionalidadinstrumental sería la prevaleciente en regímenessocialistas, donde se darían fenómenos de enaje-nación muy similares a los del capitalismo occi-dental." Después de la censura proveniente de laortodoxia moscovita inmediatamente después dela publicación de su libro, Lukács no perseveró enesta interesantísima temática.

Es necesario consignar, sin embargo, queLukács, prosiguiendo una posibilidad contenidaen la obra de Marx y también en la de Weber, di-lató el alcance y la significación de cosificación,identificándola con objetivación y racionaliza-ción sin más, es decir, con todo el campo de losocial y el de la producción humana. Como seña-ló Emilio Lamo de Espinosa: "[ ...] entonces todaobjetivación es alienación, y, por supuesto, supe-rar la alienación, bien es un mito, bien exige almismo tiempo superar toda objetividad. [...] Conello la alienación devenía una condición humana,de hecho la condición hurnana.'? Toda sociedadcapitalista es percibida como una totalidad cerra-da, inescapable, inamovible; sólo sería posiblecriticarla y superarla desde una posición exteriory trascendente al orden capitalista. Según Lu-kács, esto es dable desde la perspectiva del prole-tariado, pero esta suposición es frágil, ya que, porsimple lógica, el proletariado no podría escapar ala acción niveladora del capitalismo tardío. Espe-rar la terminación de todo fenómeno de aliena-

ción por la revolución proletaria se asemeja mu-cho a esperar un milagro (como el mismo Lukácslo vio). Este enfoque que iguala objetivación conalienación fue llevado hasta el extremo, como sesabe, por la obra posterior de la Escuela deFrankfurt, y especialmente por Herbert Marcuseen su obra El hombre unidimensional.

En el mismo libro (Historia y consciencia declase) Lukács llevó a cabo otra hazaña teórica.Fue el primer marxista en criticar al padre funda-dor Friedrich Engels y la progresiva positiviza-ción del marxismo, tanto en su variante socialde-mocrática como en la comunista.iseñalando queel ámbito de aplicación del método marxista esexclusivamente el terreno histórico-social y no elcampo de la naturaleza. Con ello se opuso a unatransformación del marxismo en una ciencia uni-versal de pretensiones ontológicas y rnetahistóri-cas, como lo propuso Engels en sus escritos ElAnti-Dtihring y La dialéctica de la naturaleza.Lukács demostró que Engels confundió la praxissocio-política con las actividades de la industria,el laboratorio y el experimento, las que carece-rían de la interrelación mutua entre sujeto y obje-to y de la unidad entre teoría y praxis. De acuer-do a Lukács la identificación entre el mundo na-tural y el social, entre la praxis humana y la esfe-ra de la fábrica y el laboratorio contribuye a pro-ducir un saber instrumental-dorninacional apoya-do sobre las leyes aparentemente irreversibles deldesarrollo histórico, cuyo correlato sería la dia-léctica en cuanto mera tecnología de la lucha po-lítica. El igualar sociedad y naturaleza (o praxis ytrabajo alienado) conduciría al dilema irresolubleentre fatalismo y voluntarismo, entre libertad ynecesidad."

Lukács anticipó la crítica del positivismorealizada posteriormente por la Escuela deFrankfurt y otras corrientes humanistas al censu-rar la separación entre hechos y valores, entreteoría y praxis, entre política y ética que propug-naban destacados socialdemócratas y que luegopasó a ser la tendencia general de la ciencia so-cial en Europa Oriental a partir de 1960. Estedualismo entre conocer y valorar reduce el rol dela razón al ámbito de la constatación empírico-experimental y elimina la jurisdicción de la mis-ma en los campos de la praxis (política y ética),

MARXISMO CRíTICO

que dependen de juicios de valor y que bajo in-fluencia positivista corren el peligro de caer en eldecisionismo y el tecnicismo." En todo caso laconcepción de Lukács, que incorpora la herenciahegeliana y los elementos antropológico-filosófi-cos del joven Marx, intenta una rehabilitacióncrítica del marxismo, que no puede ser utilizadafácilmente como instrumento de manipulación odominación por los detentadores de la ortodoxiadoctrinaria y que más bien es favorable a unaconciencia crítica de una situación signada parti-cularmente por los fenómenos de enajenación dela era moderna. Los "técnicos del poder" se opu-sieron frontalmente contra esta concepción queprivilegia impulsos emancipatorios y que roza elexistencialismo.

Lukács complementó este teorema con unaaudaz redefinición de marxismo ortodoxo: esteúltimo es sólo el método (los modelos dialéctico spara conocer y reconstruir la realidad) y no lateoría (los resultados e interpretaciones de la in-vestigación científica). Aun en el caso de que sedemostrara la inexactitud de cada uno de losenunciados de Marx, un "marxista ortodoxo" po-dría desechar estas tesis de Marx, pero continua-ría manteniendo la ortodoxia marxista si persisteen utilizar el materialismo dialéctico.' Precisa-mente esta diferenciación entre teoremas y análi-sis concretos realizados por la doctrina marxista,por un lado, y el método histórico-dialéctico, porotro, ha posibilitado exégesis y teorías marxistasde carácter heurístico e innovador en nuestrotiempo, ya que la preservación dogmática de to-das las aserciones y los vaticinios de Marx y En-gel s habría conducido a una total esterilidad teó-rica. Pero esta separación tan severa entre méto-do general y resultados específicos es altamenteproblemática: presupone la existencia de un nú-cleo irreductible del marxismo, un conjunto defundamentos, métodos y principios que permane-ce incólume ante los avatares de los tiempos ytambién frente a los progresos teóricos y gnoseo-lógicos. Es improbable que existan estos cimien-tos genuinamente metafísicos, es decir fuera detoda contaminación física, histórica, concreta, ymenos aun que éstos sean compatibles con el en-foque eminentemente histórico de Marx. Es difí-cil imaginarse un edificio metodológico que per-

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manezca válido si los diagnósticos y pronósticosfundamentados en el mismo son continuamentedesautorizados por los sucesos históricos concre-tos y el avance científico."

Es útil recordar que este enfoque fue precur-sor de la teoría -tan exitosa en Alemania y Fran-cia entre 1960 y 1980 a partir de la escuela deLouis Althusser (con antecedentes en MauriceMerleau-Ponty) y del marxismo positivista queirradiaba la República Democrática Alemana 10_

que discrimina entre un modo lógico y un modohistórico de comprender la evolución humana:mientras el primero, basado en los inalterablesprincipios y modelos de la dialéctica materialis-ta, persiste en su validez a través de las edades acausa de su carácter abstracto, purificado de loshechos y detalles aleatorio s de la esfera empírica,el segundo puede producir fluidamente conoci-mientos, teoremas e hipótesis en torno a los asun-tos humanos que pueden ser superados o refuta-dos por el desarrollo efectivo de los mismos, sinque esto afecte en lo más mínimo el modo lógi-co. Ninguna investigación de hechos puede de-terminar cuál es el necesario decurso de la histo-ria, escribió Lukács; sólo la dialéctica es capazde ello. 11 El resultado de esta primacía de lo ló-gico sobre lo histórico es la devaluación de lahistoria en general y de la política en especial,lo que posee una inmejorable función de excul-pación ideológica. Los principios doctrinarios,por ejemplo, son siempre correctos, aunque lapraxis resultante de los mismos sea una desgra-cia para la población involucrada; los felices ad-ministradores de la doctrina verdadera no sonresponsables de todo error y horror que ocurraen la esfera subalterna -y efímera- de los he-chos profanos. 12

Lukács y el partido omnisciente

El anatema que la ortodoxia moscovita lan-zó ya en 1923 contra Historia y consciencia declase llevó a Lukács a abandonar inmediatamen-te y para siempre sus enfoques más prometedoresy heurísticos, La autocensura que se impuso elpensador húngaro estaba destinada a no malquis-tarse con el partido comunista. Es indispensable

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mencionar este tedioso asunto porque reflejó unaactitud muy generalizada entre intelectuales: pa-ra estos seres solitarios y problemáticos el parti-do representó una especie de hogar, un lugar deredención que les brindaba la solidaridad que elmundo exterior, hostil y enajenado, no podíaofrecer. El "sueño del Hombre total" y otros as-pectos místico-existencialistas los empujaron ha-cia una esfera diferente a su propio talante, a unaorganización bien estructurada, con orientacio-nes y principios sólidos y quasi-etemos.13 Mu-chos años después (1957) Lukács reafirmó queese hogar estaba iluminado por la "ciencia uni-versal marxista", la que le habría dado para siem-pre "un contenido vital inquebrantable" .14 Desdesu milagrosa conversión en 1918 Lukács nuncamás fue turbado por la más mínima duda: la ver-dad absoluta estaba contenida en las obras deMarx, Engels y Lenin y en la praxis de los parti-dos comunistas de orientación moscovita.

Hasta para sus amigos íntimos el ingreso deLukács al Partido Comunista de Hungría en di-ciembre de 1918 fue una total sorpresa, máximesi Lukács publicó en esos mismos días un apasio-nado artículo, en el que se distanció vehemente-mente del bolchevismo y sus aliados. De acuerdoa este curioso escrito no era dable esperar la eli-minación de la lucha de clases de parte de lospartidos comunistas, que habrían establecido unrégimen inhumano, basado en la dictadura, el te-rror y el despotismo de la clase obrera. Lukácscensuró abiertamente la "fundamentación meta-física del bolchevismo": la dicotomía entre una"realidad empírica inhumana" y una "voluntadética utópica" no podría ser superada por la ac-ción del partido, el que pretendía producir lo bue-no a partir de lo malo y arribar a la verdad atra-vesando la mentira. 15

Como se sabe, desde su ingreso al partidoLukács perteneció a la cúpula dirigente; fue Co-misario del Pueblo para Educación y Cultura yComisario Político de una división del EjércitoRojo (1919), Yen estas actividades se destacó porsu fanatismo y por la utilización de cualesquieramedios para consolidar el efímero poder bolche-vique en Hungría. El fundamento para esta curio-sa conversión y para su rudeza en el ejercicio delpoder reside en un axioma al cual se adhirió

siempre y que trasluce una visión trágica de la vi-da: toda decisión es culpable. Sólo se podría ele-gir entre formas de aceptar la culpabilidad, y laúnica razonable sería "sacrificar el yo inferior enel altar de la idea superior". 16 El asesinato no es-tá permitido, afirma Lukács, pero a veces hay quehacerlo -y entonces sería "trágicamente moral"-para satisfacer la propia ética de dimensión histó-rica; el terrorista, por ejemplo, no sólo sacrificasu vida por el prójimo, sino también su pureza, sumoralidad, su alma. Los comunistas toman a sucargo los pecados del mundo para redimir elmundo pecaminoso.!? De lo malo puede enton-ces surgir lo bueno, y la mentira puede engendrarla verdad. Todo esto tiene el cinismo de la clási-ca justificación de los medios a causa de los fi-nes!", pero ahora la violencia es legitimada me-diante argumentos mesiánico-políticos: la mons-truosidad del capitalismo exige para su elimina-ción el uso de métodos monstruosos. Poco des-pués, en 1924, Lukács escribió que el Estado pro-letario constituiría el primer Estado en la historiaque abiertamente admite ser un aparato de repre-sión y un mero instrumento de la lucha de cla-ses.'? Es superfluo decir que la ortodoxia soviéti-cajamás aceptó la argumentación de Lukács: unacosa es practicar generosamente el terror revolu-cionario, y otra confesarlo públicamente y justi-ficarlo por medio de teorías filosófico-teológicas.Por lo demás, este rigorismo intransigente esciertamente trágico, pero en definitiva apolítico:Lukács -un místico existencialista- estaba másinteresado por la redención inmediata del mundoprofano por medios apocalípticos (la revoluciónproletaria total) que por la esfera de la actuaciónpolítica, que es el campo de lo aleatorio, los arre-glos y las negociaciones.

La doctrina de Lukács se basa en un axiomahegeliano: la libertad no es más que el reconoci-miento de la necesidad.P El individuo actúa ade-cuadamente como ser social y "supera" la nece-sidad si la reconoce y se somete a ella: el únicomodo realista de liberarse del sacrificio que es lahistoria consiste en soportar esas rigurosidades vo-luntaria y conscientemente. Y la necesidad históri-ca está personificada en el partido, que es, a suvez, la mediatización correcta entre teoría y pra-xis, la "manifestación organizativa de la voluntad

MARXISMO CRÍTICO

revolucionaria del proletariado'?'. la clase quelleva en su seno la racionalidad histórica superiory la emancipación del género humano. El partidoes el "educador del proletariado hacia la revolu-ción" y como tal "la primera encarnación del rei-no de la libertad", en el que predomina el espíri-tu de la fraternidad universal, pero-y aquí Lu-kács es más cínicamente realista- ligado al "an-helo y a la capacidad de sacriñcarse't.P La mutuainteracción entre partido y masas proletarias, en-tre voluntarismo y fatalismo, entre la regulaciónconsciente de parte de la organización y la espon-taneidad popular, produce, según Lukács, unamediatización infalible, una configuración visi-ble y siempre correcta de la conciencia de claseproletaria anclada en el partido. La fuerza y la ne-cesidad del partido se basan asimismo en que laconciencia de clase proletaria tiende a ser pococlara, lo que conlleva la justificación de una eli-te de revolucionarios profesíonales.P El instru-mento se ha transformado en objetivo: la metaya no es la mera organización de la libre volun-tad de las masas proletarias como primer pasohacia el reino de la libertad, sino el reconoci-miento de que el partido encarna sin más la ra-zón y la verdad históricas. Y como depositariode ellas tiene pleno derecho a ser obedecido.Lukács hizo explícita esta situación cuando cen-suró la famosa frase de Rosa Luxemburg: "Lalibertad es siempre la libertad del que piensa enmodo diferente", corrigiéndola en este sentido:"La libertad ha de estar al servicio del poderproletario, pero éste no debe servir a aquélla."24Las consecuencias de este principio son conoci-das. El parlamento es considerado como untrampolín para la agitación revolucionaria, quedebe ser abolido como inútil una vez consuma-da la revolución socialista; Lukács afirmó que lalibertad de debate en los parlamentos burguesesservía sólo para confundir a los proletarios.P Lademocracia resulta ser una mera formalidad sinimportancia substancial. Ya que el decurso his-tórico garantiza el "hecho" de que el proletaria-do conforma la inmensa mayoría de la pobla-ción, el triunfo político de éste último constitu-ye una certeza científicamente asegurada, y, porlo tanto, las derrotas electorales de los partidosque lo representan no deben ser tomadas en se-

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rio: son incidentes temporales y transitorios enel plano formal, que no afectan el esencial.é"

El partido representa la razón histórica y ac-túa siempre de modo correcto, y por ello tiene elderecho de exigir absoluta obediencia a sus cua-dros y a la población en general. Dentro del par-tido debe reinar, según Lukács, la disciplina polí-tica más severa, y en la fábrica la disciplina labo-ral más rígida, la que se traduciría por el aumen-to voluntario e incesante de la productividad y laproducción." Al formular esta norma Lukács tu-'vo el mérito de haberse adelantado varios años aStalin. El trabajo forzado y las purgas en el inte-rior del partido en la joven Rusia Soviética apa-recen, por lo tanto, como "un acto moral del par-tido comunista" y como "el salto del reino de lanecesidad al reino de la libertad". 28 Durante la re-volución húngara de 1956, Lukács, otra vez Mi-nistro de Educación y Cultura, se pronunció con-tra la libertad de enseñanza y contra el pluralis-mo ideológico en los campos de la filosofía y lapolítica.P En 1957 sostuvo que Stalin había per-sonificado la línea correcta después del falleci-miento de Lenin.' En 1962 se pronunció contra larehabilitación política de las víctimas de los infa-mes procesos de Moscú de 1936-1938 (que Lu-kács llamó discretamente "juicios conceptua-les"), admitiendo sólo una rehabilitación legalcon respecto a las acusaciones de espionaje y sa-botaje. Lukács reconoció que Stalin adoptó engran parte la estrategia de Trockij, pero éste, encuanto perdedor, habría recibido su justa conde-na histórica y jurídica.'!

Lo fatal de Lukács y de muchos marxistascríticos es el nexo de esta concepción del partidocon una filosofía de la historia que privilegia eléxito material como criterio de verdad superior.De acuerdo a ella en la realidad no hay lugar pa-ra lo contingente y casual: lo que sucede teníaque haber ocurrido así y no de otra manera. Aquíno hay campo para decisiones libres, nacidas desopesar situaciones conflictivas y problemáticas,sino comportamientos ineludibles e inevitables.Este determinismo impide una ética de responsa-bilidad personal y un talante razonable ante losfenómenos políticos, que están signados por loaleatorio. Si por ejemplo un proyecto, una políti-ca o una tendencia dentro del partido fracasan o

Intentos críticos a partirdel reformismo oficial

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quedan en la minoría, ello significa que la verdady la razón históricas están en otra parte. La histo-ria universal es el juicio final'": los triunfadoresmateriales son los detentadores de un derecho su-perior e ilimitado, y por ello pueden y deben obli-gar a la población a cualquier tipo de sacrificio.

La relevancia de discutir este asunto provienedel hecho de que este principio se ha aplicado po-sitiva y' generosamente a Stalin y a cualquier dic-tador o régimen que sepa preservar el poder duran-te algún tiempo. No puede existir, por lo tanto, unapraxis socialista bien establecida que sea simultá-neamente errónea: eso significaría que la teoría es-taba equivocada. Lukács reconoció la praxis so-viética y de los partidos moscovitas como la únicalegítima porque fue durante su vida una praxis tan-giblemente exitosa. Se sometió gustoso a ella y ab-juró de sus errores todas las veces que fue necesa-rio a partir de 1923. Fueron muchas ocasiones, al-gunas probablemente indispensables para salvar lavida, como fue el caso durante su exilio en laUnión Soviética bajo Stalin y en los primeros añosde la República Popular Húngara, y otras prescin-dibles, como su retorno al Partido ComunistaHúngaro poco antes de su fallecimiento.P El re-sultado ha sido realmente trágico: Lukács se dis-tanció en forma irrevocable de su mejor obra y desus ensayos más innovadores. "El más íntimo pro-pósito de su propia teoría sólo pudo ser satisfechomediante su autorretractacíón't.f

Las consecuencias de todo esto son eviden-tes: la pérdida de la dimensión crítica y la de-formación de los impulsos éticos, precisamenteen lo que se refiere a la vida interna de los par-tidos. Se disipa así la posibilidad de una instan-cia imbuida de espíritu científico para esclare-cer la estrategia y corregir los errores de la or-ganización y, al mismo tiempo, se frustra unhorizonte moral para iluminar la actuación in-dividual.P Lukács se contentó con un teoremamediocre y falso al afirmar que el peor de lossocialismos es más aceptable que el mejor delos capitalismos.l? Lukács se asemeja, escribióTheodor W. Adorno, a un prisionero que arras-tra sus cadenas y se imagina que este ruido esla marcha del espíritu del mundo, es decir delprogreso historico.F

Durante mucho tiempo la ortodoxia mosco-vita había condenado y prohibido como "burgue-sas" variadas ramas del saber como la psicología,la cibernética, la sociología y la antropologfa.PPero desde 1960 estas disciplinas experimenta-ron un notable florecimiento que habría repugna-do al joven Lukács: fueron purificadas metódica-mente de todo elemento crítico y cuestionadordel statu qua y se transformaron en dóciles ins-trumentos del poder establecido. La formaliza-ción y positivización de las ciencias sociales enEuropa Oriental, hecho que en Occidente fue ca-lificado como una saludable desideologizaciónde esas disciplinas, impidió que brotara un mar-xismo genuinamente crítico; la sociología, porejemplo, se convirtió en un saber apolítico, con-sagrado a compilar y sistematizar datos sobre lapoblación, su estructura y sus hábitos, datos quelas autoridades utilizaron para controlar, guiar yaprovechar mejor los llamados "recursos huma-nos".39 La inmensa masa de estos estudios rendíaun homenaje verbal al marxismo y a sus padresfundadores, para luego pasar rápidamente a losaspectos técnicos, entre los cuales sobresalía lapreocupación por hallar leyes inexorables en to-dos los terrenos y por acomodarse al orden esta-blecido, estimado como insuperable. La Repúbli-ca Democrática Alemana se distinguió, por ejem-plo, por la creación de la deántica, una ética alta-mente formalizada y matematizada, totalmenteexenta de juicios valorativos y críticos, dedicadaa medir y mejorar el comportamiento humano enel lugar de estudio y trabajo, cuya presuposiciónbásica era la concepción de la sociedad como unperfecto sistema cibernético de autorregulaciónpermanente.t?

Estas inclinaciones apolíticas y acríticas,que harían las delicias de cualquier tecnócrata,no fueron ajenas a los intentos reformistas másatrevidos, como la "Primavera de Praga" de1968. Aparte de los pocos literatos y filósofosque tuvieron entonces un papel destacado en elmanejo de la cosa pública, aquel breve gobiernochecoslovaco estuvo fuertemente influido por un

MARXISMO CRÍTICO

grupo de funcionarios y ministros que poco anteshabía formulado el llamado Informe Richta.41 Unsomero vistazo a las publicaciones pertinentes esrevelador porque nos muestra el carácter tecno-crático de las preocupaciones de los reformistaschecoslovacos y el aporte casi nulo a la confor-mación de un marxismo crítico. El futuro, princi-pal tema de inquietud, es concebido exclusiva-mente de acuerdo a criterios técnico-económi-cos; la idea de un "socialismo democrático", quehizo famoso a este grupo, se reduce a una moder-nización acelerada de todos los sectores econó-micos relevantes y a la preservación, (a), del mo-nopolio del poder en manos de los comunistas y(b), de la propiedad estatal sobre los principalesmedios de producción. El modelo es, en el fondo,una economía socialista planificada, enriquecidacon ciertos elementos de mercado y la vigenciade los derechos humanos.f No hay lugar algunopara un pluralismo ideológico o de partidos, aun-que se asevera que el partido debe cumplir una"misión humana"; precisamente en medio de ladiscusión sobre los derechos humanos se reafir-ma taxativamente que el principio de rendimien-to debe configurar el criterio central de la vidaeconómica y social.P Sería inútil buscar una so-la mención a la temática de la enajenación en so-ciedades altamente industrial izadas o una palabracrítica acerca de asuntos eco lógicos o de los efec-tos negativos del progreso material. La argumen-tación, a trechos muy sofisticada, se concentra encuestiones como (1) el financiamiento, la índoleglobal y las elites portadoras del progreso tecno-lógico, por una parte, y (2) la necesaria investiga-ción y mejor cualificación de cuadros para alcan-zar la auto matización de la esfera productiva, porotra."

Extrapolando la doctrina de los reformistaschecoslovacos a otros grupos de marxistas hete-rodoxos en Europa Oriental y el Tercer Mundo,se puede concluir que la preocupación básica gi-ra hasta hoy alrededor de una modernización ace-lerada, que garantice la llamada legalidad socia-lista y un mínimo de derechos humanos, pero queante todo sirva para alcanzar el nivel de produc-ción y consumo de Europa Occidental, el cual,mutatis mutandis, conserva su función de metanormativa digna de ser imitada y alcanzada a la

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brevedad posible. De ahí la indulgencia con quese juzga todo proceso de industrialización forza-da -incluyendo específicamente el modelo stali-nista-, ya que, como afirmó Lucio Colletti(* 1924), la creación de la gran industria en Rusiahabría poseído un inmenso "efecto liberador":los campesinos transformados en obreros de fá-bricas, los nómadas del Asia Central asentadosen grandes aglomeraciones urbanas, la artesaníaconvertida en industria automatizada.f Esta con-cepción incluye el tradicional desprecio por todaslas tradiciones preindustriales y por la esferaagraria (Marx: "la estupidez de la vida campesi-na") y la admiración concomitante por la moder-nidad citadina, por más mediocre que ésta resul-te ser.46 Esta gran visión tecnocrática ha dejadode lado definitivamente los grandes temas delmarxismo crítico -el saber apolítico como instru-mento del poder, el incremento de los fenómenosde alienación en la época contemporánea, la uni-dad de teoría y praxis- y se ha concentrado en ta-reas subalternas pero imprescindibles en la actua-lidad: investigación empírica en temas dictadospor necesidades burocrático-administrativas, altaformalización del conocimiento y elaboración detécnicas eficientes en áreas bien delimitadas paraconsolidar los saberes dominacionales. Todas es-tas disciplinas rinden ciertamente un homenajevacuo a la versión dogmática, ortodoxa y ramplo-na del marxismo que está vigente, para procla-mar a continuación su verdadero objetivo: laciencia debe ser "un instrumento de la planifica-ción [...] y una palanca para el progreso'V'" Lagnoseología y la epistemología en países socia-listas, por ejemplo, se consagraron a demostrarmatemáticamente la validez del más estricto de-terminismo histórico y de la teoría del reflejo (delmodelo más elemental de base y superestructu-ra); la dirección de estas investigaciones estaba,obviamente, en manos de los exegetas competen-tes del partido."

Los aportes de tenor más filosófico y políti-co tampoco significaron una renovación genuina-mente teórica del marxismo institucional y me-nos una contribución innovadora a los temas es-pecíficos que Korsch y Lukács señalaron en1923. La brillante obra de Ernst Bloch (1885-1977) recupera la herencia teológica y mística

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del marxismo y se encuentra, por ende, alejadade toda inclinación positivista y tecnocrática, pe-ro en ningún momento pone en duda ni las sim-plificaciones leninistas, ni la prácticas stalinistas,ni el desprecio de la ortodoxia moscovita por la"democracia formal't.'? En un plano muy dife-rente se halla la labor de Palmiro Togliatti (1893-1964), quien, hacia el final de su vida, propugnóun comunismo "civilizado", pragmático, exentode maximalismos y respetuoso de las peculiari-dades nacionales; pero asimismo este esfuerzo noengendró ningún impulso teórico digno de men-ción (y menos aun donde se lo hubiera podido es-perar, como ser una crítica de la mentalidad im-perante en el interior del partido y de la tradicio-nal cultura política del autoritarismoj.t" Este ti-po de marxistas esclarecidos -entre los que seencuentran los integrantes del antiguo grupo yu-goslavo "Praxis "51_ persistieron en lugares co-munes de la doctrina oficial, tópicos desautori-zados por el desarrollo histórico: percepción deaspectos negativos casi exclusivamente en el ca-pitalismo azotado por severísimas crisis'", pola-rización de clases y pauperización crecientesbajo el capitalismo+', rechazo del parlamenta-rismo y del pluralismo ideológico y estatizaciónde los medios de producción como panacea uni-versal.l"

El análisis del llamado marxismo existencia-lista de Europa Oriental depara la misma decep-ción: bajo la pretensión de llevar a cabo una in-vestigación realmente original e incorporar temasdescuidados por el marxismo convencional, estacorriente de pensamiento reitera ideas y postula-dos totalmente convencionales bajo un ropajeque sólo en el ámbito gris del neostalinismo po-día aparecer como una novedad. El filósofo che-coslovaco Karel Kosík, por ejemplo, se propusoreconstruir la relación entre el individuo y elmundo moderno bajo la perspectiva de la "dialéc-tica" de ser y aspecto, esencia y existencia, con-ciencia e ideología, pero su farragoso texto jamásdeja las etéreas esferas de la teoría más abstrusay nunca desciende a los problemas específicosque atormentaban a las personas concretas en Eu-ropa Oriental. No hay duda de que esta temáticafue mejor tratada por los poetas y los novelistasque por los pensadores desde cátedras bien paga-

das. Las conclusiones de Kosík son notables: elHombre "fundamenta y justifica su actividadcuando se percibe a sí mismo como instrumentode un poder suprapersonal", es decir cuando cre-yendo realizar sus intenciones, en el fondo ejecu-ta las leyes de hierro de la historia.P Si alguiencomete un asesinato por razones personales, lle-va a cabo evidentemente un vulgar delito. Pero siel mismo acto es perpetrado en el marco de una"intención superior" y como instrumento de la"necesidad histórica", entonces se convierte en"venganza, justicia, juicio histórico, obligacióncivil, hecho heroico".56 A esto no hay mucho que \agregar.

También el filósofo y político polaco AdamSchaff (* 1913) se ha preocupado por lo proble-mático de la existencia humana y la soledad delindividuo en la civilización industrial, constatan-do que esta temática ha sido descuidada por elmarxismo institucional a causa de la dedicaciónde éste último a cuestiones que en cierto momen-to eran más urgentes: la acción revolucionaria delas masas proletarias, la organización del régi-men socialista, la necesidad de mejorar las es-tructuras económicas. Pero en contra del existen-cialismo francés, Schaff sostuvo que el objetoadecuado de estudio no lo constituía el individuoautónomo y aislado del mundo burgués, sino lapersona responsable inmersa en la esfera de lapraxis en una sociedad determinada por leyesevolutivas.é? En el seno del marxismo institucio-nal Schaff fue el primero en admitir que los fenó-menos de alienación existían también en el orbesocialista debido al mantenimiento del aparatoestatal; lo que Schaff no aceptó fue la mera ideade una enajenación causada igualmente por laconfiguración de la economía socialista, pues se-gún él la estatización de los medios de produc-ción en Polonia había terminado definitivamentecon la causa substancial de la alienación en la es-fera laboral-económíca.V

Lo que impidió que Schaff desarrollase unmarxismo genuinamente crítico es una actitudapologética que compartió con Karel Kosík. Elfilósofo polaco aseveró que en las sociedades so-cialistas los intereses del individuo y los de la co-munidad son esencialmente los mismos; Schaffnunca juzgó necesaria la presentación de pruebas

MARXISMO CRÍTICO

empíricas para validar este postulado, pues lasdeclaraciones oficiales acerca del desarrollo y loshechos básicos del régimen socialista poseeríanla calidad de indubitables verdades reveladas. Aligual que la obra de Kosík, la de Schaff es alta-mente abstracta en el sentido de que no se ocupade los problemas cotidianos de los ciudadanos decarne y hueso en el socialismo realmente existen-te, sino de aseveraciones muy generales que ja-más son contrastadas con la facticidad cotidia-na. En los copiosos escritos de Schaff se busca-ría vanamente una sola mención o ejemplo delos problemas cotidianos en la fábrica o la fami-lia o una explicitación de la alienación en la vi-da política, social o laboral de la Polonia socia-lista; la tradición cultural autoritaria y el funcio-namiento de la esfera político-institucional sim-plemente no existen como factores que atañen al"individuo" bajo el socialismo. Lo único con-creto que se puede encontrar en la obra deSchaff es su condena sin reservas de la literatu-ra de Franz Kafka59 a causa de su acendrado pe-simismo, que podría ser interpretado como unacensura de regímenes colectivistas.

Las carencias del marxismo crítico

Pese a un comienzo brillante y promisoriocon Karl Korsch y Georg Lukács, el llamadomarxismo crítico no logró, en el fondo, superarlas insuficiencias y los aspectos dogmáticos de laortodoxia moscovita, la que, protegida por las ar-mas de una potencia mundial, tenía a su favorciertos factores nada despreciables: el prestigiode encamar la herencia legítima de los padresfundadores, la hazaña de haber realizado la pri-mera revolución socialista de la historia universaly el éxito material. Los pensadores adscritos a lacorriente crítica exhibieron una especie de con-ciencia de culpabilidad frente a la ortodoxia so-viética y preservaron una imagen embellecida delmodelo iniciado en 1917, cuya función mistifica-dora les era bien conocida. Con la posible excep-ción de Korsch ninguno de ellos se atrevió, porejemplo, a reconocer que la Revolución de Octu-bre había surgido de un golpe de Estado militarbastante convencional y que ni el proletariado ru-

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so ni las condiciones socio-culturales y económi-cas de aquel país estaban maduras para un régi-men socialista según la concepción original deMarx. Ninguno de ellos se atrevió asimismo aexaminar la hipótesis de que el marxismo (y es-pecialmente su versión leninista) no representa-ba, en el fondo, la doctrina del proletariado revo-lucionario, sino la ideología de los intelectualesque anhelaban imponer su propio dominio de cla-se, su conquista del poder para y por ellos, encu-briendo este designio mediante una doctrina de laemancipación general del género humano/"

Casi todos los marxistas críticos se han ad-herido al axioma de que un mal socialismo espreferible a un buen capitalismo. Esto se debe,entre otras causas, a una notable incomprensiónde la esfera político-institucional, que provienedel núcleo del marxismo primigenio. La creenciaen las leyes inexorables de la historia, la místicarevolucionaria de una misión superior y el odio alenemigo de clase han imposibilitado (1) el surgi-miento de una genuina ética de responsabilidadindividual y grupal, que se rija también por elprincipio de la proporcionalidad de los medios),(2) una apreciación cabal de los elementos malllamados formales de la moderna democracia re-presentativa y pluralista, (3) un reconocimientode la legitimidad de los intereses inherentes a co-rrientes y partidos que no son los propios, y (4) laadmisión de que la liberación del individuo noocurre necesariamente por medio de la emanci-pación de la especie.

Desde el marxismo original se arrastran al-gunas insuficiencias para comprender el mundocontemporáneo, que no han sido subsanadas porlos marxistas críticos. En el trabajo teórico lafuerte tendencia economicista y tecnicista haconducido a una subvaloración casi permanentede las tradiciones culturales en cuanto factoreshistóricos de primer rango; salvo Karl Korsch -ysu aporte fue muy tangencial- no se puede detec-tar una línea investigativa que hubiera tomado enserio el legado autoritario de Rusia, Europa Orien-tal y buena parte del Tercer Mundo como agenteformativo en el seno de los partidos comunistas yde las nuevas burocracias establecidas con las re-voluciones socíalistas.s' El persistente despreciode todo modelo democrático y la exaltación de la

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dictadura del proletariado como forma superiorde organización social han minado las bases in-ternas del movimiento obrero y de los grupos in-telectuales, desde las cuales se hubiese podidomitigar las inclinaciones despóticas y las prácti-cas burocráticas que resultaron tan expandidasdentro de los partidos comunistas. La excesivaconfianza en las leyes inexorables de la historia yla propensión a percibir en los grandes proyectostécnicos la solución de todos los problemas so-ciales -es decir: la unión de dogmatismo conven-cional con ilusiones tecnicistas- impidieron ad-vertir la relevancia de algunos de los fenómenosmás importantes de la segunda mitad del sigloXX, como el nacionalismo y la religión, que fue-ron ignorados por casi todos los marxistas críti-cos. El sesgo tecnicista de todas las versiones delmarxismo conlleva una sintomática equiparaciónentre la emancipación del género humano y eldespliegue de las posibilidades de la tecnología,una confusión optimista propia de casi todos lospensadores del siglo XIX.

También el marxismo primigenio denotabaun fuerte eurocentrismo=: en conjunción con loselementos anteriores, éste ha sido responsablepor el abierto menosprecio dirigido hacia lopreindustrial, lo premoderno, lo extra-europeo, yconcomitantemente, hacia lo diverso y variopin-to, que es lo que se resiste a la homogeneizaciónindustrial-moderna. Naciones pequeñas que nose dejan tragar por las grandes, grupos étnico sque se aferran a sus peculiaridades, institucionescuriosas que han crecido orgánicamente a lo lar-go de siglos, estructuras y estamentos socialesque no encajan en el esquema marxista y activi-dades culturales sin correspondencia explícitacon los "fenómenos de clase" han sido desdeña-das u olvidadas por el marxismo crítico. Hasta unpensador tan lúcido como Georg Lukács aseveró,por ejemplo, que el Imperio Austro-Húngaro erauna simple "cárcel de pueblos".63

Una de las principales insuficiencias delmarxismo crítico es su capacidad relativamentelimitada de comprender la complejidad del mun-do moderno de manera realista. Su posición sim-plista y a momentos moralista le impidió percibirlas múltiples funciones que cumplen los mediosgenerales y generalizables de la modernidad: el

dinero y el poder. La identificación de éstos conlas fuentes centrales de la alienación deja de ladolos variados, razonables e imprescindibles rolesque estos medios cumplen para hacer caminar lascomplicadas sociedades actuales. De ahí la ilu-sión de que la eliminación de la propiedad priva-da sobre los medios de producción terminaríapronta y definitivamente con la fuente principalde la enajenación, lo que resultó ser falso.64

En la misma línea Marx y sus discípulos crí-ticos sobrevaloraron las tareas que el Estado de-bía cumplir en la etapa socialista, una vez supe-rado el modo capitalista de producción; no seimaginaron, sobre todo, que el aparato estatal po-dría reproducir y hasta magnificar el legado auto-ritario de muchas tradiciones culturales, creandouna administración pública hipertrofiada y buro-cratizada, junto con una elite política munida delas prerrogativas más odiosas. Marx y los marxis-tas críticos no concibieron la posibilidad de unestrato altamente privilegiado a causa de su acce-so al poder y de su control sobre la enorme buro-cracia (sin poseer los medios de producción ensentido legal), y, por lo tanto, no se preocuparonde medidas e instituciones que regulen y refrenensus dilatadas potestades. Marx, Lenin y hasta losmarxistas críticos creyeron que el socialismo y laestatización de los medios de producción traeríanconsigo "la administración de cosas" en lugar del"gobierno de las personas" (Friedrich Engels),pero no advirtieron que las cosas se administransiempre junto a hombres de carne y hueso y quecualquier administración (y con más razón unainmersa en un mundo complejo) significa el esta-blecimiento de competencias, la creación de je-rarquías, la especialización de roles y el surgi-miento de privilegios. Esta necesaria diferencia-ción de grupos y estratos no concuerda con el es-quema estático y relativamente simple que Marxpropuso y que sus discípulos conservaron en lofundamental: en los países altamente desarrolla-dos no llegó a constituirse un proletariado revo-lucionario, consciente de su situación de clase in-mensamente mayoritaria y de su misión históricay revolucionaria, que tomara a su cargo la eman-cipación de la sociedad como totalidad. La con-ciencia de clase de los obreros en el capitalismooccidental resultó ser afín al reformismo social-

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democrático, puesto que sus ilusiones y esperan-zas cotidianas no tenían como punto de referen-cia las nostalgias utópicas y milenaristas de losintelectuales marxistas. La postulada redencióndel mundo histórico-político se quedó así sin unaclase socialmente mayoritaria que le sirva de sus-trato material.

Finalmente el marxismo crítico no anticipóni realizó aportes significativos a los debates delas últimas décadas. La diséusi'ón ecológica y de-mográfica, la investigación de la cultura de ma-sas, las aporías de la civilización industrial, lasdiferencias entre trabajo, praxis e interacción, lascontribuciones del psicoanálisis socio-político ylos aspectos negativos asociados (1) a toda mo-dernidad, (2) al igualitarismo excesivo y (3) alprogreso material incesante, quedaron fuera delhorizonte teórico del marxismo crítico, que porello no ha logrado aprehender la complejidad delmundo contemporáneo.

Notas

l. Günter Rohrmoser. "Stillstand der Dialektik.Grundpositionen expliziter und impliziter Mar-xismuskritik" (Detención de la dialéctica. Posi-ciones básicas de la crítica explícita e implícitadel marxismo), en Fetscher, lring (comp.), MAR-XISMUS-STUDlEN. Vol. 5. Tübingen: Mohr-Sie-beck, 1968, p. 25. Sobre la vida y obra de Lukácscf. el ensayo central de Morris Watnick, "Relati-vismus und Klassenbewusstsein: Georg Lukács"(Relativismo y conciencia de clase: Georg Lu-kács), en Labedz, Leopold (comp.), Der Revisio-nismus (El revisionismo), Colonia/Berlin: Kie-penheuer & Witsch, 1966, pp. 189-221; VictorZitta, Georg Lukács' Marxism: Alienation, Dia-lectics, Revolution. A Study in Utopia and ldeo-logy, La Haya: Nijhoff, 1964; Frank Benseler(comp.), Festschrift zum achtzigsten Geburtstagvon Georg Lukács (Escritos de homenaje para eloctogésimo cumpleaños de Georg Lukács), Neu-wiedlBerlin: Luchterhand, 1965; George Licht-heim, Georg Lukács, Londres: Collins/Fontana,1970; Andrew Arato & Paul Breines, El joven Lu-kács y los orígenes del marxismo occidental, Mé-xico: FCE, 1986, passim; Fritz J. Raddatz, GeorgLukács, Reinbek: Rowohlt, 1972; Michael Lowy,Pour une sociologie des intellectuels révolution-

naires: l'évolution politique de Lukács 1909-1929, París: P.U.F, 1976; Wemer Mittenzwei(comp.), Dialog und Kontroverse mit Georg Lu-kács (Diálogo y controversia con Georg Lukács),BerlinJRDA: Reclam, 1975.

2. Georg Lukács. Geschichte und Klassenbewusst-sein. Studien über marxistische Dialektik (Histo-ria y consciencia de clase. Estudios sobre dialéc-tica materialista). Berlin: Malik, 1923, pp. 94-228[el libro fue escrito entre 1919 y 1922]. Sobre es-ta temática cf. las obras de discípulos de Lukács:Lucien Goldmann, Dialektische Untersuchungen(Investigaciones dialécticas), NeuwiedlBerlin:Luchterhand, 1966, pp. 71-120; Tom Bottomore,"Klassenbewusstsein und Sozialbewusstsein"(Consciencia de clase y consciencia social), enIstván Mészáros (comp.), Aspekte von Geschich-te und Klassenbewusstsein (Aspectos de historiay consciencia de, clase), Munich: List, 1972, pp.74-95; István Mészáros, "Kontingentes und not-wendiges Klassenbewusstsein" (Consciencia declase contingente y necesaria), en ibid, pp. 124-182; Rodolf Schlesinger, "Der historische Ortvon Lukács' «Geschichte und Klassenbewusst-sein»" (El lugar histórico de "Historia y concien-cia de clase" de Lukács), en ibid, pp. 280-288;Leo Kofler, Der proletarische Bürger. Marxistis-cher oder ethischer Sozialismus? (El ciudadanoproletario. ¿Socialismo marxista o ético"), Viena:1964, pp. 31-65, 165-168, zoo«. (Leo Kojler,uno de los representantes más conspicuos delmarxismo crítico en Alemania Occidental des-pués de la Segunda Guerra mundial, creía -comola mayoría de sus correligionarios- que el fenó-meno de la alienación pertenece exclusivamenteal ámbito económico y a sociedades capitalistas.)

3. Lukács, ibid. (nota 2), p. 99ss, 115. Como se sabe,el libro de Lukács desató una impresionante ola decríticas y censuras de parte del marxismo oficial.Las más conocidas de ellas son: Abram M. Debo-rin, "Lukács und seine Kritik des Marxismus" (Lu-kács y su crítica del marxismo) [1924], en AbrarnM. Deborin & Nikolaj 1. Buxarin, Kontroversenüber dialektischen und mechanistischen Materia-lismus (Controversias sobre el materialismo dialéc-tico y mecanicista), Frankfurt: Suhrkamp, 1969, pp.189-219; las diatribas de Grigorij Zinov'ev y otrosaltos funcionarios rusos y húngaros en el apéndicede: Georg Lukács, Schriften zur ldeologie und Po-/itik (Escritos sobre ideología y política), compila-ción de Peter Ludz, NeuwiedlBerlin: Luchterhand,1967, pp. 719-780.

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1955. p. 4.- Muy semejante fue la crítica de KarlKorsch, Why 1 am a Marxist [1934]. en: ALTER-NATIVE. ZEITSCHRIFf .FÜR LITERATURUND DISKUSSION (Berlin). vol. 8. W 41. abrilde 1965. p. 72; cf. también Iring Petscher, KarlMarx und der Marxismus. Von der Philosophiedes Proletariats zur proletarischen Weltans-chauung (Karl Marx y el marxismo. De la filoso-fía del proletariado a la ideología proletaria). Mu-nich: Piper 1967. p. 124ss.

8. Lukács, ibid, p. 13; es interesante mencionar queLukács ya había formulado en años anteriores es-ta atrevida tesis en su importante trabajo Taktikund Ethik (Táctica y ética) [1919]. en: Lukács,Schriften ...• op. cito (nota 3). p. 20.

9. Un discípulo de Lukács y partidario en AlemaniaOccidental de un socialismo ascético. Leo Kofler(op. cito [nota 2]. p. 81.249). aseveró la existen-cia de ese núcleo metafísico del marxismo. igualque I. V. Stalin, Zu den Fragen ...• op. cito (nota 6).p.254ss.

10. Maurice Merleau-Ponty, Les aventures de la dia-lectique, París: Gallimard, 1955. p. 122. 124;Louis Althusser, Pour Marx, París. 1965; Althus-ser / Etienne Balibar, Lire le Capital. Paris, 1965.especialmente vol. 1; Althusser, Escritos. Barce-lona: Laia 1974. passim; Georg Klaus / HansSchulze, Sinn, Gesetz und Fortschritt in der Ges-chichte (Sentido. ley y progreso en la historia).Berlin/RDA: Dietz, 1967; Gerhard Bartsch / Her-bert Crüger / Christian Zak, Geschichte als ge-setzmdssiger Prozess (Historia como proceso su-jeto a leyes). Berlin/RDA. 1976; Ernst Engelberg/ Wolfgang Küttler, Formationstheorie und Ges-chichte (Teoría de las formaciones e historia).Berlin/RDA: Akadernie, 1978. •

11. Lukács, Taktik und Ethik, op. cito (nota 8). p. 22.12. Sobre el anti-historicismo y anti-humanisrno de

Althusser cf. la brillante crítica de Alfred Sch-midt, Geschichte und Struktur: Fragen einer mar-xistischen Historik (Historia y estructura. Cues-tiones de una historiografía marxista). Munich:Hanser, 1977. pp. 42-45. 58. 78-81. 139s; IringFetscher, Grundbegriffe des Marxismus (Concep-tos básicos del marxismo). Hamburgo: Hoffmann& Carnpe, 1967. pp. 15-28.

13. Sobre el Lukács premarxista, de fuertes inclina-ciones religiosas y existencialistas cf. Arato IBreines, op. cito (nota 1). p. 21. 53. 133s; LucienGoldrnann, op. cito (nota 2). pp. 173-183; Fritz J.Raddatz, op. cito (nota 1). p. 14.

14. Lukács, Postscriptum 1957 zu: Mein Weg tu Marx(Postscriptum de 1957 a: "Mi camino a Marx"),

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4. Lukács, Geschichte ...• op. cito (nota 2). p. 164ss.216; cf. N. de Feo. Weber y Lukács, Barcelona:Redondo. 1972.

5. Emilio Lamo de Espinosa. La teoría de la cosifi-cación. De Marx a la Escuela de Francfort. Ma-drid: Alianza. 1981. p. 118; cf. pp. 120-123.127ss. 152ss. (Se trata de una obra exhaustiva ycon una excelente bibliografía sobre la temática).Cf. también Andrew Arato. "Lukács' Theory ofReification". En TELOS. vol. 11 (25). 1972.

6. Lukács, Geschichte ... op. cito (nota 2). pp. 33.146-148. Sobre esta temática cf. el exhaustivo en-sayo de Ludwig Landgrebe, "Das Problem derDialektik" (El problema de la dialéctica). en Fets-cher, Iring (cornp.), MARX1SMUS-STUDlEN.vol. 3. Tübingen: Mohr-Siebeck, 1960. p. 57 ss,60. Sobre las diferencias entre Marx y Engels y lasignificación teórica de éste último cf. HartmutMehringer & Gottfried Mergner (comps.), Debat-te um Engels (Debate en torno a Engels), 2 vols .•Reinbek: Rowohlt, 1973; Maximilien Rubel. "Lalégende de Marx ou Engels fondateur", en ECO-NOMIES ET SOCIETES (Paris). vol. VI (12). di-ciembre de 1972. pp. 2189-2199; Alfred Schrnidt,Der Begriff der Natur in der Lehre von Marx (Elconcepto de naturaleza en la doctrina de Marx),Frankfurt: EVA. 1962; Giuseppe Prestipino, Elpensamiento filosófico de Engels. Naturaleza ysociedad en la perspectiva histórica marxista.México: Siglo XXI. 1977. Como se sabe. I. V.Stalin (cf. Zu den Fragen des Leninismus [Sobrelas cuestiones del leninismo]. compilación deHans-Peter Gente. Frankfurt: Fischer, 1970. p.253. 261ss) fue uno de los partidarios más entu-siastas de la dialéctica de la naturaleza de Engelsy de la identidad entre ciencias sociales y natura-les. Muy celebrado en su momento. el libro deldestacado científico de la República DemocráticaAlemana. Robert Havemann, Dialektik ohneDogma? Naturwissenschaft und Weltanschauung(¿Dialéctica sin dogma? Ciencia natural y visióndel mundo). Reinbek: Rowohlt, 1962. no contie-ne ningún elemento filosófico o político digno demención.

7. Lukács, ibid, p. 33ss; la crítica de Lukács se refie-re a la famosa sentencia de Rudolf Hilferding:"La comprensión de la veracidad del marxismono constituye de modo alguno un juicio valorati-vo y tampoco una guía para el comportamientopráctico. Porque una cosa es darse cuenta de unanecesidad y otra muy diferente ponerse al servi-cio de dicha necesidad." R. Hilferding. Das Fi-nanzkapital (El capital financiero) [1909]. Berlin

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en Lukács, Schriften ... , op. cit. (nota 3), p. 657. Almismo tiempo defendió a Stalin, afirmando:"Right or wrong, my party" (ibid., p. 649). Cf.también Gian Enrico Rusconi, Teoría crítica de lasociedad, Barcelona: Martínez Roca, 1969, p. 61.

15. Georg Lukács, Der Bolschewismus als moralis-ches Problem (El bolchevismo como problemamoral) [1918], en Lukács, Taktik und Ethik. Poli-tische Aufsiitze (Táctica y ética. Ensayos políti-cos), compilación de Jorg Kammler, Darmstadt:Luchterhand, 1975, pp. 27-33 (Lukács creía en-tonces que la revolución sería la obra conjunta desocialdemócratas, socialistas y comunistas); ver-sión inglesa en: SOCIAL RESEARCH, vol. 44,W 3, otoño de 1977, pp. 416-424. Según PeterLudz, compilador de sus obras, Lukács se negó envida exitosa y terminantemente a la reimpresiónde este interesante ensayo (P. Ludz, Vorwort (pró-logo), en: Lukács, Schriften ... , op. cit. (nota 3), p.XII). Crítica a Lukács: Arato / Breines, ibid., pp.132-136; Lucien Goldmann, op. cit. (nota 2), p.288; cf. los ensayos muy bien documentados deDavid Kettler, Marxismus und Kultur. Mannheimund Lukács in den ungarischen Revolutionen1918/19 (Marxismo y cultura. Mannheim y Lu-kács en las revoluciones húngaras de 1918/19),NeuwiedlBerlin: Luchterhand, 1967, p. 28s; PeterLudz, Der Begriff der "demokratischen Diktatur"in der politischen Philosophie von Georg Lukács,en: Lukács, Schriften ... , ibid, p. XXXllss.

16. Lukács, Taktik ... , op. cit. (nota 8), p. 10.17. Ibid, p. 11. Sobre esta espinosa problemática cf.

Michel Lowy, Pour une sociologie des intellec-tuels révolutionnaires. L'évolution politique deLukács 1909-1919, París: Presses Universitairesde France, 1976, passim, y la exhaustiva biogra-fía de Arpad Kadárkay, Georg Lukács, Valencia:Edicions Alfons el Magnánim, 1994, passim.

18. Una de las más notables apologías del terror revo-lucionario y del uso de cualesquiera medios larealizó Maurice Merleau-Ponty, Humanismusund Terror (Humanismo y terror) [1947], Frank-furt: Suhrkamp, 1966, vol. 1, p. 11, 38. No es deextrañar que uno de sus pocos biógrafos dedicarasólo escasas líneas a todo el pasado marxista deeste filósofo: Xavier Tilliete et al., Merleau-Pontyou la mesure de l'homme, París: Seghers, 1970, p.162s.

19. Lukács, Lenin. Studie iiber den Zusammenhangseiner Gedanken (Lenin. Estudio sobre el contex-to de sus pensamientos) [1924], Neuwied/Berlin:Luchterhand, 1967, p. 66. En el Epüogo [1967] aeste escrito Lukács mantuvo todas sus posiciones,

mostrando que nunca comprendió las implicacio-nes antidemocráticas e inhumanas (a) de la con-cepción leninista del partido, (b) de la tradiciónautoritaria en Rusia y (e) de las transformacioneseconómicas aceleradas (ibid, pp. 87-99).

20. Lukács, Freie oder gelenkte Kunst? (¿Arte libre oguiado?), en Lukács, Schriften ... , op. cit. (nota 3),p. 463. La identificación de libertad con necesidadse halla en la obra de Georgij V. Plexanov [1856-1918], Zur Geschichtsphilosophie Hegels (Sobre lafilosofía de la historia de Hegel) [1895], en: DASARGUMENT (Berlin), vol. 13, W 4/5 (=65),agosto de 1971, p. 281. Esta identificación confor-mó uno de los pilares del marxismo ortodoxo mos-covita hasta 1989 y constituye aun uno de los prin-cipios rectores del marxismo cubano y chino.

21. Lukács, Die moralische Sendung der kommunis-tischen Partei (La misión moral del partido comu-nista), en Lukács, Schriften ... , ibid, p. 138. Elpunto de vista del proletariado sería el punto devista del gran sujeto racional histórico por exce-lencia: Lucien Sebag, Marxismus und Struktura-lismus (Marxismo y estructuralismo) [1964],Frankfurt: Suhrkamp, 1967, pp. 89, 93,117-277.

22. Lukács, ibid, p. 142.23. Lukács, Taktik ..., op. cit. (nota 8), p. 34; Lukács,

Lenin, op. cit. (nota 19), p. 25. De acuerdo a Lu-kács, la Tercera Internacional era la "concepciónleninista del partido a escala mundial" porqueconstituía la forma perfecta de organización so-cio-política (ibid, p. 56).

24. Lukács, Geschichte ... , op. cit. (nota 2), p. 296. Pa-rafraseando a Engels añadió Lukács: "Mientras elproletariado requiera de un Estado, no lo usarápara defender la libertad, sino para reprimir a susenemigos." (Ibid, p. 297)

25. Lukács, Zur Frage des Parlamentarismus (Sobrela cuestión del parlamentarismo), en Lukács, Sch-riften ... , op. cit. (nota 3), p. 128.

26. Lukács, Lenin, op. cit. (nota 19), p. 62. La mismaconcepción de democracia formal vs. revolucio-naria sostuvo Maurice Mer1eau-Ponty, Humanis-mus ... , op. cit. (nota 18), vol. 1, p. 17. Un pocomás adelante (p. 21), Merleau-Ponty atacó a Lu-kács porque éste último no habría sido conse-cuente en su impugnación de la democracia for-mal-burguesa.

27. Lukács, Lenin, ibid, p. 33; Lukács, Die Rolle derMoral in der kommunistischen Produktion (La fun-ción de la moral en la producción comunista) [1919],en Lukács, Schriften ..., op. cit. (nota 3), p. 79.

28. Lukács, Die moralische Sendung ... , op. cit. (nota21), p. 138, 141. Se puede argumentar que desde

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sus llamadas Tesis de Blum (1928) Lukács se dis-tanció de toda posición extremista y stalinista yque desde entonces fue un firme partidario de lalegalidad socialista, lo que es verdad sólo parcial-mente. Las Tesis de Blum y otros escritos poste-riores se refieren a la política que el partido co-munista debe emplear en sus relaciones con otrospartidos y con el exterior; en tal sentido Lukácsmanifestó ser favorable a la coexistencia pacíficay a las alianzas con otras corrientes de izquierda.La Tesis de Blum no contienen ningún elementoteórico innovador o siquiera interesante y no ro-zan los asuntos mencionados aquí. Cf. Lukács,Thesen über die politische und wirtschaftlicheLage in Ungam und über die Aufgaben der Kom-munistischen Partei Ungams {=Blum-ThesenJ(Tesis sobre la situación económica y política enHungría y las tareas del Partido Comunista deHungría), en Schriften ..., ibid, pp. 290-322; Lu-kács, Aristokratische und demokratische Weltans-chauung (Visión aristocrática y democrática delmundo), en ibid, pp. 404-433.

29) Interview der Redaktion von "Szabad Nép" milGeorg Lukács (Entrevista de "Szabad Nép" conGeorg Lukács) [1956), en Lukács, Schriften ... ,ibid, p. 634s.

30. Lukács, Postscriptum ... , op. cit. (nota 14), p. 646.31. Lukács, Brief an Alberto Carocci (Carta a Alber-

to Carocci) [1962), en Schriften ... , ibid, p. 66ls.32. Lukács, Schicksalswende (Vuelta del destino)

[1944), en Schriften ... , ibid, p. 354. Esta expre-sión de Friedrich Schiller la utilizó Nikolaj 1. Bu-xarin en su alegato final durante los procesos deMoscú inmediatamente antes de ser condenado amuerte, reconociendo que la razón histórica esta-ba encarnada en el triunfo político-material deStalin y que él (Buxarin) era en cuanto perdedorculpable de los cargos que le imputaban (aunquedeclinó una responsabilidad estrictamente legal).La verdad era idéntica al éxito. Esta aceptación -más o menos voluntaria: eso era lo monstruoso-de la principal incriminación otorgaba la razón aStalin y su régimen y quebraba el núcleo racionaly, sobre todo, moral de toda la oposición anti-sta-linista. En aquellos procesos los acusados y losfiscales (las víctimas y los verdugos) trabajabande consuno para establecer la anhelada certeza entomo a ciertos detalles de la reciente evoluciónhistórica, certeza común a ambos bandos y consi-derada igualmente indispensable. Cf. N. 1. Buxa-rin, Letzies Wort des Angeklagten Buxarin (Ulti-ma palabra del acusado Buxarin) [1938), en De-borin / Buxarin, op. cit. (nota 3), p. 280. Esta fue

la interpretación de los procesos de Moscú querealizó Arthur Koestler en su genial novela Eclip-se de sol, criticado severamente por MauriceMerleau-Ponty, Humanismus ... , op. cit. (nota 18),vol. 11,p. 42ss, 69ss, quizá por haber acertado ...

33. Como se sabe, Lukács se "equivocó" apostandopor la revolución húngara de 1956, pero consi-guió que el partido generosamente le perdonaradespués de una autocrítica, y hasta recibió la másalta condecoración húngara en 1969, la "Ordende la Bandera Roja". Cf. Lichtheim, op. cit. (nota1), p. 8. Según otras fuentes, todas las retractacio-nes de Lukács fueron un ardid táctico al estilo deGalileo Galilei para salvarse de la Santa Inquisi-ción: cf. Fritz J. Raddatz, op. cit. (nota 1), p. 70;Victor Serge, Erinnerungen eines Revolutioniirs1901-1941 (Recuerdos de un revolucionario),Wiener Neustadt: Rate- Verlag, 1974, p. 218; Kos-tas Axelos, Préface, en Lukács, Histoire et cons-cience de classe, París: Minuit, 1960, p. 5.

34. Jürgen Habermas, Theorie und Praxis. Sozialphi-losophische Studien (Teoría y praxis. Estudios defilosofía social), NeuwiedlBerlin: Luchterhand,1963, p. 322s.

35. Según Maurice Merleau-Ponty, una constante au-tocensura de los intelectuales progresistas era ine-vitable, porque cualquier crítica de la Unión So-viética significaba una apología del capitalismooccidental. Cf. M. Merleau-Ponty, Humanis-mus ... , op. cit. (nota 18), t. 11,p. 90.

36. Lukács, Die Deutschen - eine Nation der Spii-f~ntwickler? Gespriich mit Adelbert Reif (Losalemanes - ¿una nación de desarrollo tardío?Conversación con Adelbert Reif), en Georg Lu-kács zum 13. April 1970 (Para Georg Lukács enel 13 de abril de 1970), NeuwiedlBerlin: Luch-terhand, 1970, pp. 100-115. (Serie AD LECTO-RES W lO)

37. Theodor W. Adorno, Erpresste Yersohnung: zuGeorg Lukács' "Wider den missverstandenenRealismus" (Reconciliación extorsionada: sobrela obra de Lukács "Contra el realismo incom-prendido"), en Adorno, Noten zur Literatur 11(Notas sobre literatura 11), Frankfurt: Suhrkamp,1961, p. 185.

38. Kostas Papaioannou, Marx et les marxistes, París:Flammarion, 1972, p. 396 (curiosos testimoniosen tomo a la "putrefacción de la ciencia burgue-sa": cibernética, psicoanálisis, etc.); Gabor Kiss,Marxismus als Soziologie (Marxismo como so-ciología), Reinbek: Rowohlt, 1971, p. 107.

39. No fue la sociología teórica la que floreció, sino susramas "aprovechables" según los requerimientos

MARXISMO CRíTICO

del Estado: las sociologías del trabajo, la familia,el esparcimiento y la educación (cf. Gabor Kiss,ibid, pp. 157-193,267-293); en los estudios sobreestratificación social se eliminó toda mención a laformación de elites y a conceptos definitorios deestamentos de índole incómoda como el prestigioy el acceso al poder (ibid, pp. 88-106,174-201).

40. Wolfgang Eichhorn, Wie ist Ethik als Wissenshaftmoglich? (¿Cómo es posible la ética en cuantociencia?), Berlin/RDA: Verlag der Wissenshaften,1965; Franz Loeser, Deontik. Planung und Lei-tung der moralischen Entwicklung (Deóntica.Planificación y dirección del desarrollo moral),Berlin/RDA: Verlag der Wissenschaften, 1966.

41. Cf. Radovan Richta et al., Richta-Report. Politis-che Okonomie des 20. Jahrhunderts (El informeRichta. La economía política del siglo XX)[1966], Frankfurt: Makol, 1971. El marxismo-le-ninismo convencional de los partidos comunistasde Europa Oriental, mitigado por los aires de mo-da en torno a una modernización tecnocrática,constituye el horizonte indubitable de la teoría yla praxis de esta agrupación.

42. Radovan Richta et al., Technischer Fortschrittund industrielle Gesellschaft (Progreso técnico ysociedad industrial), Frankfurt: Makol, 1972, pp.12s, 21-24, 191-230.

43. Ibid, p. 23s, 208, 214-216, 226.44. Ibid, pp. 36-72,120-145,147-190.45. Lucio Colleti, Zur Stalin-Frage (Sobre la cuestión

de Stalin) [1970], BerlinIW: Merve, 1970, pp. 34-37. En esta obra Colletti describe detalladamentelas brutalidades del régimen stalinista, pero lo ex-culpa históricamente a causa de los logros moder-nizadores.

46. Leo Kofler, op. cit. (nota 2), p. 146; Hans G.Helms, Fetisch Revolution. Marxismus und Bun-desrepublik (Fetiche revolución. Marxismo y Re-pública Federal [de Alemania)), NeuwiedlBerlin:Luchterhand, 1969, p. 13; sobre el desprecio deMarx a los campesinos y las tradiciones campes-tres cf. Kostas Papaioannou, Marx ...• op. cit. (no-ta 38). p. 212.

47. Hans Jorg Sandkühler (comp.), Marxistische Wis-senschaftstheorie. Studien zur Einführung in ih-ren Forschungsbereich (Epistemología marxista.Estudios introductorios al área investiga tiva).Frankfurt: Fischer/Athenaum, 1975. pp. 4. 15; cf.también pp. 38.110-148.149-173.

48. Cf. Hans Jorg Sandkühler (comp.), Marxistis-che Erkenntnistheorie. Texte zu ihrem Fors-chungsstand in den sozialistischen Liindern

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(Gnoseología marxista. Textos sobre el nivel in-vestigativo alcanzado en países socialistas).Stuttgart: Frommann-Holzboog, 1973. pp. 59-98.99-128. 152-182.

49. Para la problemática aquí tratada es importante lacompilación de ensayos de Ernst Bloch, ÜberKarl Marx (Sobre Karl Marx), Frankfurt: Suhr-kamp, 1968; en torno a Bloch cf. el volumen co-lectivo Über Emst Bloch (Sobre Ernst Bloch),Frankfurt: Suhrkamp, 1968. especialmente el ar-tículo de lring Fetscher, Ein grosser Einzelgdnger(Un gran solitario). en ibid, pp. 104-11 (con datosen torno a la influencia de Bloch sobre Georg Lu-kács y la Escuela de Frankfurt).

50. Palmiro Togliatti, Reden und Schriften (Discursosy escritos). compilación de Claudio Pozzoli,Frankfurt: Fischer, 1967; cf. sobre todo su testa-mento intelectual. llamado "Memorándum deYalta": pp. 210-225.

51. La obra teóricamente más conspicua del grupo"Praxis" fue la de Mihailo Markovic, Dialektik derPraxis (Dialéctica de la praxis). Frankfurt: Suhr-kamp, 1968, que no aporta nada a las temáticasaquí tratadas. Lo mismo puede afirmarse de otro li-bro en su momento muy aplaudido, pero que es uncompendio inofensivo en el mejor estilo del mar-xismo institucional: Predrag Vranicki, Geschichtedes Marxismus (Historia del marxismo), 2 vols.,Frankfurt: Suhrkamp, 1972. El grupo "Praxis" eramayoritariamente croata; Markovic (* 1923). encambio, se consagra actualmente a promover el na-cionalismo pan-serbio más delirante.

52. Según Leo Kof/er, op. cit. (nota 2). pp. 199-205.fenómenos negativos como el burocratismo sólose darían en los infiernos capitalistas. De acuerdoa Hans G. Helms, op. cit. (nota 46), p. 11, el peorsocialismo denotaría rasgos más razonables queel mejor capitalismo.

53. Kofler, ibid, pp. 178-182, 249-265; Helms, op.cit. (nota 46), p. 13ss.

54. Helms, ibid, pp. 7, 13-23.29; toda la labor de lospartidos socialdemocráticos es descalificada porHelms por ser éstos "portadores límites de la do-minación capitalista". (Ibid, p. 7, 29)

55. Karel Kosík, Die Dialektik des Konkreten. EineStudie zur Problematik des Menschen und derWelt (La dialéctica de lo concreto. Un estudio so-bre la problemática del Hombre y del mundo).Frankfurt: Fischer, 1967, p. 230.

56. Ibid, p. 231. Hay que considerar que este libro fueescrito poco antes de la "Primavera de Praga" ysin las presiones del régimen stalinista.

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57. Cf. Adam Schaff, Marx oder Sartre? Versuch ei-ner Philosophie des Menschen (¿Marx o Sartre?Ensayo de una filosofía del Hombre), [1961],Frankfurt: Fischer, 1966, p. 15, 23; Schaff, Elmarxismo al final del siglo, Barcelona: Ariel,1994. Para una crítica ortodoxa a la combinaciónde marxismo y existencialismo cf. Roger Ga-raudy, Marxismus im 20. Jahrhundert (Marxismoen el siglo XX) [1966], Reinbek: Rowohlt, 1969.

58. Adam Schaff, Marxismus und das menschlichelndividuum (El marxismo y el individuo huma-no), Viena etc.: Europa, 1965, p. 38s, 170; sobrela controversia entre Adam Schaff y Leszek Kola-kowski cf. Z. A. Jordan, Marxistischer Revisionis-mus in Polen. Hintergrund, Wurzeln und Haupts-tromungen (Revisionismo marxista en Polonia.Trasfondo, raíces y corrientes principales), en:MARXISMUS-STUDIEN, vol. 5, compilaciónde Iring Fetscher, Tübingen: Mohr-Siebeck,1968, pp. 85-129; Adam Schaff, Studien über denjungen Marx und ihre peinlichen Details (Estu-dios sobre el joven Marx y sus detalles penosos),en Leopold Labedz (comp.), op. cit. (nota 1), pp.273-294.

59. Schaff, Marxismus ... , ibid, p. 64s.60. Gyorgy Konrád / Iván Szelényi, Die lntelligenz

auf dem Weg zur Klassenmacht (La intelectuali-dad en camino al poder de clase), Frankfurt:Suhrkamp, 1981, p. llls.

61. El marxismo crítico careció, por ejemplo, de unainvestigación empírica y documental en torno alos fenómenos burocrático-administrativos de lapropia área geográfica y a los problemas de la vi-da cotidiana de sus ciudadanos. Cf. los tempranosestudios del medio académico occidental sobreesta temática: Alex Inkeles / Raymond A. Bauer,

The Soviet Citizen. Daily Life in a TotalitarianSociety, Cambridge: Harvard U.P., 1959; MerleFainsod, How Russia is Ruled, Cambridge: Har-vard U.P., 1961.

62. Sobre el etnocentrismo, sus claras manifestacio-nes en Marx y la defensa que hizo éste último dela "labor civilizadora" del imperialismo británicoen India y otros países "atrasados" cf. RudolfBahro, Die Alternative. Zur Kritik des real exis-tierenden Sozialismus (La alternativa. Crítica delsocialismo realmente existente), Reinbek: Ro-wohlt, 1980, p. 44ss.

63. Lukács, Schicksalswende ... [1944], op. cit. (nota32), p. 359. Es interesante observar que a Lukács,ciudadano de ese Estado, no se le ocurrió seme-jante idea durante la existencia del Imperio Aus-tro-Húngaro (es decir hasta octubre de 1918).

64. Después de apartarse del marxismo, Karl AugustWittfogel realizó su gran investigación sobre eldespotismo oriental y las sociedades hidráulicas.El argumento central de Karl A. Wittfogel (Dieorientalische Despotie. Eine vergleichende Un-tersuchung totaler Macht [El despotismo oriental.Una investigación comparada sobre el poder to-tal], Frankfurt etc.: Ullstein, 1977, pp. 379s, 470-480) es que el acceso al poder (y no la propiedadprivada de los medios de producción) conformaen muchas naciones el criterio más importantepara determinar su estratificación social; la defi-nición de estadios evolutivos de acuerdo al régi-men de propiedad privada sería válido sólo paraEuropa Occidental en ciertos periodos históricos.La estatización de los medios de producción notendría, por consiguiente, el rol liberador queMarx le atribuye.