Las tecnologías de laINFORMACIÓNNICHOLAS G. CARR

¿Son realmente una ventaja competitiva?

David Eduardo Landaeta Ch.Cod. 257406

Los enterados en estos asuntos relacionados con los negocios y las técnicas usadas para conservar la competitividad y el progreso de las empresas, descubren continuamente nuevos mecanismos de ataque al mercado que les conceden el liderazgo en sus respectivas empresas.

Ha transcurrido ya más de medio siglo de que los ordenadores empezaron a utilizarse en las estrategias de las empresas, pero todavía hoy día no se sabe mucho de su influencia en el comercio en general y en el rendimiento de las empresas.

Cuando se consideran a las compañías en forma individual la situación se manifiesta más crítica e incierta, las Tecnologías de Información y Comunicación, han cambiado el modo de llevar a cabo muchas actividades de importancia, pero aún no logran conducir a ninguna forma fundamental en la organización empresarial.

Toda ésta información y más, la puede encontrar en éste libro “Las Tecnologías de la Información” de Nicholas G. Carr, la cual se da en una cobertura de siete temas.

Transformaciones tecnológicas, en éste tema se proporciona una visión general de la tesis, destacando la importancia de examinar minuciosamente las tecnologías de la información, en éste tema se introduce y se explica la distinción crítica entre tecnologías propietarias e infraestructurales.

• El uso y avance de las tecnologías parece no tener final. Cada vez son más los hogares, empresas e instituciones que dependen de las computadoras para realizar sus tareas. Sin embargo, existen muchos mitos relacionados con las tecnologías de la información.

• El autor Nicholas G. Carr, es un escritor independiente especializado en temas empresariales, cuyo trabajo está centrado en estrategias de los negocios y las tecnologías de la información y la comunicación.

• Según su tesis, si todas las empresas tienen acceso a las tecnologías de la información y las telecomunicaciones, se pierda toda ventaja competitiva y eso ocurre si se crea un estándar de tecnología.

• Este experto considera que las empresas deben concentrarse en su modelo de negocios, en las estrategias para obtener ventajas competitivas y en saber invertir en tecnologías de la información y comunicación.

«No es bueno ser líder en innovación tecnológica»Este escritor de negocios independiente recomienda no invertir en tecnología hasta que los modelos estándares salgan al mercado y los precios bajen. Así se reduce el coste y los riesgos

Para Carr, las tecnologías de la información han producido grandes beneficios a un puñado de compañías, pero para la mayoría de las empresas han sido una fuente de frustración y decepción más que de éxito.

A medida que las TIC empiezan a estar más generalizadas y son más baratas, y las aplicaciones a los negocios empiezan a entenderse mejor y compartirse más extensamente, su poder de diferenciar a una empresa de sus competidoras disminuye. Empieza a ser parte de la infraestructura general de la empresa y, como resultado, su importancia estratégica desaparece.

A medida que los directivos empiezan a estar más familiarizados con las TIC, su capacidad de proporcionar ventajas competitivas disminuye. Cuando el conocimiento sobre un recurso es escaso, el recurso es capaz de proporcionar una base fuerte para obtener ventajas. Pero a medida que el conocimiento se extiende, la importancia estratégica del mismo decae.

Las TIC están siguiendo el mismo modelo que las tempranas estructuras como el ferrocarril o la electricidad. Las TIC se están convirtiendo rápidamente en una infraestructura compartida por todos, que aunque continuará mejorando durante muchos años, los beneficios de esas mejoras empezarán a ser compartidos por cualquier compañía.

Las TIC puede que no proporcionen a una compañía una ventaja, pero si la empresa se queda demasiado atrás, indudablemente se convertirá en una desventaja.

En general, es mejor ser un seguidor que un líder en la innovación de las tecnologías de las información. Es mejor esperar para invertir hasta que los modelos estándares salgan al mercado y los precios bajen. De esa forma, se reduce el coste y el riesgo, y todavía se conservan las capacidades necesarias para competir.

El uso de un recurso estándar casi perfecto, en el desarrollo del tema se examinan las características técnicas, económicas y competitivas de las Tecnologías de Información y Comunicación que conducen a una estandarización particularmente rápida.

Las ventajas perdidas, en este espacio se trata sobre la historia del uso empresarial de las Tecnologías de Información y Comunicación y muestra con que fidelidad sigue las pautas establecidas por las anteriores tecnologías infraestructurales.

Un disolvente universal de la estrategia, en ésta parte se examina la gestión de las TIC para describir como el surgimiento de una nueva infraestructura empresarial puede cambiar la base de la competencia en los mercados.

El capítulo sexto trata el cómo administrar el capital de la empresa, abordando las consecuencias prácticas de la estandarización de las TIC para la gestión empresarial.

En el último capítulo es el referente al sueño de los equipos maravillosos, en el que se analizan las consecuencias más amplias de las TIC, para la economía y la sociedad.

Un panorama amplio que conduce a un entendimiento completo referente a la problemática vinculada con el tema de “Tecnologías de la Información” de Nicholas G. Carr.

Hace tan sólo unos pocos años una de las mayores prioridades de las empresas era conseguir innovaciones en el ámbito de las tecnologías de la información. Una solución novedosa, un programa de software o un componente de hardware podían prácticamente garantizarles una ventaja competitiva, al menos para el futuro inmediato.

A medida que las empresas empezaron a darse cuenta de que las tecnologías de la información se convertían en una parte necesaria de sus negocios, las oportunidades para conseguir ventajas en el corto plazo se desvanecían. Las innovaciones en tecnologías de la información eran duplicadas fácilmente, y poco a poco las imprescindibles tecnologías de la información empezaban a parecer cada vez más otro mero bien de consumo.

Según determinadas variables, las tecnologías de la información suponen el 50% del gasto en capital de las corporaciones. No obstante, la mayoría de los dólares que una empresa gasta en tecnologías de la información según estimaciones un 85%, “se dedican a software y hardware comercial mientras que, tal vez, el 15% se dedica a buscar algo innovador”. La cuestión, es saber si ese 15% va a conseguir crear una ventaja estratégica. “Será mejor que el 85% consiga buenos resultados o no lograrás estar a la altura de tus competidores. Pero el otro 15%… ¿quién sabe?”

Según Carr hoy en día todo el esfuerzo necesario para conseguir innovaciones en el ámbito de las tecnologías de la información básicamente no merece la pena.

En la mayoría de los casos, las empresas que creen que “pueden innovar y conseguir así su billete hacia el éxito” están malgastando su dinero.

Tal vez hace una década una empresa podía obtener una ventaja competitiva a través de la innovación, añadía Carr. Por ejemplo, probablemente los primeros bancos que ofrecían servicios online o adoptaron una banca informatizada hayan logrado atraer nuevos clientes. “Ahora la banca online es simplemente otro bien de consumo más que todo el mundo tiene”.

Otro ejemplo es el de la agencia Reuters, que ofrece noticias e información financiera, y que fue la primera en adoptar una red informatizada de considerable tamaño. Ahora todos los periódicos locales están en Internet.

las TIC son incapaces de generar ventajas competitivas a largo plazo, y niega que las empresas puedan diferenciarse gracias a ellas.

Considera las TIC como tecnología de infraestructura, es decir, aquella que se utiliza para procesar, almacenar y transportar información de manera digital. Estos recursos tangibles son fáciles de copiar y de adquirir, de tal manera que se podrían considerar de escaso valor estratégico.

Sin embargo, también es sabido que las TIC aportan otros recursos intangibles que son difíciles de copiar y escasamente disponibles en el mercado, como la generación de conocimiento, la creación de sinergias, la gestión del “saber hacer” o la transformación de los procesos de negocio.

Las empresas que invierten en TIC adquieren recursos tangibles, pero cuando los utilizan tienen la posibilidad de generar recursos intangibles que pueden ser origen de importantes ventajas competitivas.

Por lo tanto, el que las TIC puedan generar ventajas competitivas dependerá del uso que se haga de la información que es propiedad exclusiva de cada empresa. Dependerá de la capacidad de desarrollar usos novedosos de la información. Dependerá de la capacidad de potenciar los flujos de información con los proveedores, clientes, socios y empleados.

El peso específico de los sistemas y programas informáticos donde se centraban tradicionalmente las TIC se ha desplazado hacia una visión más moderna, donde han ido cobrando mayor importancia las personas que hay detrás de cada ordenador y la información generada a través de las relaciones con otros empleados y/o terceras personas.

Es importante la referencia que hace Carr a la disminución del coste del hardware y de los cuatro grados de libertad que nos aporta el mundo del Software Libre (libertad de correr el programa para cualquier propósito; libertad de estudiar cómo funciona el programa y adaptarlo a las necesidades de cada empresa; libertad de redistribuir copias; libertad de mejorar el programa y liberar públicamente las aportaciones para el beneficio de toda la comunidad).

Incluso la impresionante avalancha que inunda todos los días la prensa técnica sobre las nuevas tecnologías que van a golpear el mercado (desde los dispositivos inalámbricos, las mallas de ordenadores, los web services, las etiquetas de identidad de radiofrecuencia, etc.) son dignos de tener en cuenta. Pero la cuestión es si todos estos avances se convertirán en tecnologías propietarias o infraestructuras abiertas.

La reutilización del código (aprovechar lo que otros ya han hecho) y la facilidad de copia por los competidores han revolucionado por completo las TIC. Esto está provocando que las empresas tecnológicas se replanteen su modelo de negocio, basado en la venta de licencias, para evolucionar hacia el ofrecimiento de servicios con personal altamente cualificado y un equipo multidisciplinar.

El valor concreto que aportan las tecnologías de la información es la EFICACIA. Se llega a esta conclusión a través del análisis de las necesidades tecnológicas de las empresas intensivas en activos a lo largo de nuestros años de experiencia desarrollando soluciones de negocios para el sector empresarial.

El punto clave para comprobar y demostrar que la tecnología contribuye al desarrollo empresarial es cuando ésta se convierte en una variable medible, es decir cuando permite que los procesos de gestión empresariales logren maximizar en términos porcentuales y cifras reales la rentabilidad de su operación y la minimización de sus gastos operativos, administrativos y productivos.

Ahora bien, la manera cómo esta Eficacia se despliega en las empresas que cuentan con soluciones TIC es ascendente a la capacidad de que las soluciones implementadas en sus procesos de gestión hayan sido desarrolladas partiendo del conocimiento real y completo de sus necesidades básicas y a la medida de éstas.

Las TIC generan eficacia a las empresas porque les permite lograr rentabilidad, exactitud e inmediatez en la toma de decisiones al interior de su organización. Y cara al exterior (es decir, en lo que se refiere a las relaciones de las empresas con sus socios de negocios como proveedores, clientes, aliados, competidores y prospectos), las soluciones tecnológicas permiten una integración real gracias a la capacidad de respuesta de la empresa ante los requerimientos de los públicos antes mencionados pues logran una ventaja comparativa significativa con respecto a si no se contara con una solución.

Como observamos, es notable el torbellino que despertó el artículo de Carr, pero no deberíamos perder de vista que todas las opiniones no tienden a refutar sino más bien a respaldar las afirmaciones.

Mientras las TIC siga un camino hacia una fuerte estandarización, su impulso para generar ventaja competitiva será cada vez menor.

De todos modos, lo que Carr no dice es que si, una empresa decide excluirse por propia cuenta de innovar o seguir las innovaciones, sí quedará en una posición de desventaja competitiva.