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    significative al respecto como el de los africanos que se fugaronde las plantaciones de Brasil y de la Guayana holandesa (Su-rinam) , para reconstruir, totalmente aislados de Africa, susautenticas culturas.tt De estas situaciones no habria que sacarla conclusion -por 10 demas muy simplista- de que la cul-tura se transmite hereditariamente. Ellas demuestran, antetodo, que los hombres tienen a veces tendencia a otorgar a lacuitura una cierta permanencia para mantenerla mas alla delmomento en que la proximidad de los miembros del grupode origen ejerce su papel de elemento formador. Es siempresorprendente comprobar hasta que punto los expatriados per-penian ciertos rasgos cul turales que, entre tan to, desa parecieronde la cuitura de origen. Es facil convencerse de ello escuchandohablar frances a un quebequense 0 admirando un objeto dearte de los djukas de Surinam.PSefialemos, finalmente, que el antiguo debate acerca de la

    eventual influencia de la raza sobre la cultura ha sido radi-calmente conmovido, en estos ultimos afios, por la introduccionde la hip6tesis inversa. Como 10 destaca Claude Levi-Strauss,"descubrimos que la raza -0 10 que se er..tiende generaJmentepor este terminG- es una funci6n, entre otras, de la cultura".20Es la cultura, en efecto, la que determina las relaciones deamistad 0 de hostilidad que un grupo mantiene con sus ve-cinos, Son las reglas sobre el matrimonio las que definen losvinculos posibles dentro del grupo, y los intermatrimonios conmiembros de otros grupos los que determinan finalmente loscambios geneticos posibles. Son tambien los elementos cultu-raIes, tales como las normas de higiene y las actitudes frentea las anomalias hereditarias, los que influyen sobre el genotipo.

    18 Para la relaci6n Africa-Brasil, ver Jean Ziegler, L. povlloirafricain, Paris, Seuil, 1971; y para AfricaSurinam: Melville Hen-kovits, "The Social Organization of the Bum Negroes of Surinam",Proc.,dings of the Inurnational Congr,ss of Am,ricanists, 1930.

    19 Philip J. C. Dark, Bluh N,gro Art: An African Art in the Am.-rices, Londres, Tiranti, 1954.JOClal1de Lt!;viStraullS, "Race et culture", R,lIu, int,rnational. df"S

    sniIJICls sociales, 1971, 4, pigs . 657-658.48

    Capitulo IILas formas del sociocentrismo

    EI sociocentrismo se presenta bajo diversas form as, segun lanaturaleza del grupo que se tome como referenda. Se consi-deraran en particular tres casos: la etnia (en tanto grupodefinido por su cuitura), la N aci6n y la clase social, parahablar sucesivamente del etnocentrismo, del nacionalismo v delsociocentrismo de clase, 'Previamente, es utH detenerse un memento en la noci6n de

    egocentrismo. En sentido corrnin, el adulto egocentrico sedistingue por una individualizaci6n extrema en relaci6n con lacolectividad, 10 que es considerado a menudo como un defectode caracter. En psicologia genetica, el egocen trismo es una"indiferenciaci6n entre el yo y eJ medio social",' que resultade la incapacidad del nino de concebirse claramente como en-tidad distinta de su entorno. En los estadios sensorio-motricesy pre-operatorios del desarrollo mental del nino, este cornpor-tamiento representa la norma." "Es una actitud espontanea delpensamiento individual que tiende directarnente al objeto sin

    1Jean Piaget, L. ixg.m.nt moral cheJ; l'.nfant, Par is, Preaes uni-versitaires de France, 1969, 3' edici6n, pig. 68. Edici6n en espaiiol;Jean Piaget , EI crittrio moral ,n ,1 nino, Barcelona, Fontanella, 1973.

    3 Piaget distingue los siguientes estadios: la inteligencia sensoric-motriz (hasta los dos alios) , las representaciones pre-operator ias (hasta1 0 1 siete-ocho aiios) , las operaciones concretas (basta los once-docsanol) y las operaciones fcrmales (hasta 101 caterce afios}, (Vet latab la de recapi tulaci6n establecida por R. Dros y M. Rahmy, LiT,Pwglt, Bruselas, De.uart, 1972, pigs .. 6061.) Como 10 hemos selia-Jado en la Introducci6n {nota 3}, se trata de una teoria que noesti verificada de mane-fa satisfactoria en las culturas extraeuropeas,

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    ha~r tornado conciencia de su propia perspectiva." S Unaactitud, en otras palabras, que no establece "ninguna Iron-~ entre eI mundo interior 0 vivido y el con junto de las rea-lidades exteriores". Esta cerca de 1 0 que Anna Freud llam6el "narcisismo primario". 'P~ivamente, en contacto con objetos y COn la sociedad,

    el sujeto se descentra, recurre a intercambios interindividualesy se vuelve capaz de cooperar y de establecer relaciones re-ciprocas.

    sLa comprensi6n de la pertenencia a un grupo limi-tado y la formaci6n de un primer sociocentrismo -familiar 0tribaJ- contribuyen a la reduccien del egocentrismo . EI desa-

    rrollo de actitudes sociocentricas compensa, pues en alguna~edida, la regresi6n del egocentrismo. Esto no 'significa derunguna manera que el egocentrismo desaparezca totalmentepuesto que basta el adulto erudite que busca conscientement~la objetividacl, no logra liberane de el en forma total.' Vere-mos mas adelante hasta que punto es dificiI discernir en elacto cognoecitivo del estudioso 10 que se deriva respectivamentede centracionee sobre el yo y de centraciones sobre el en-grupo.Toda fonna de sociocentrismo se com pone de dos elementos:de Una valorizaci6n positiva, encontnindose el sujeto en unIJean Piaget, fA la",4g6 6' la pmJI6 dl6Z l'nI/a,,' NeuchltelDelac~ux et Nietde. I ?56, 3' edid6n, pag. 74. Ediciones' en espanol;Je~n. Piaget, EI 16"1"416 , 61 pJU4mi6"to .... 61 "ilio, Buenos Aires,Pa..ui6a, 1965; hay traducciones de La Lectura (Madrid 1970) YGuadalupe (Buenos ~. 1971). " Jean ~age! ~ Barbel Iphelder, L4 ph"hologi6 1161 '6ft/anl, Paris,P ra ae . .ulUvenlt~rea de France, 1971, pag. 21. Edicion en espaiio1:JeaD Piaget y Barbel Inhclckr. La pneoIo,fa d61 fti;io, Madrid. Mo-rata, 1975.s No podemoe entrar en 10 1 detalles de elu. nocionel piagetianaa

    t a : Iet como rttiprocidad (e. ~rn'Venibilid~d. ouo aspecto del egocen.trismo) ', (CE. p~a Ia a defiruaones, Antonio Bauro, Dieli(1ft"4i16 d'lpis~II~o.'o"6 '1,u1l9~6, Pans, ~ues univenitairea de 'France. 1966.)EdICI?n en eJpano1: Antoruo Battro, Di,riofta1io d6 6piJl6ff1.1)lo,ia,nlJlIea. Buenoa Aires, Nueva Vision, 1969. C E. J~n SmedJlund, "La origines lOciales de J a decentra tion' enPs,ehologll 6' Ipis'lmolo,i6 ,lftlti91161: ,him61 Pia,J, j6JU P~r1SDunod, 1966. pap. 159-167. ' ,' . J e a n Piaset y Birbel Inhelder, D6 la 10';9116 116 fnl/anl .t la10~q."6 d6 rlldol6se6ftl, Pam, P r e s s e s unNenitairea de France, 1965.~_'ci6n en ~paiiol: Jean Piaget y Barbel Inbelder, D6 la 1O,;,a d61"'ftO II Is 10,.,11 ti61 adousc6n'6, BuenOl Aires, Paid6s, 1972.

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    estado de admiraci6n frente a las realizaciones del grupo conel cual el se identifica (en-grupo) ," y de una referenda a losgropos exteriores (grupos de afuera) definida por la aplica-cion, por parte del observador, de conceptos, normas, criteriosy medidas del en-grupo, Sobre este segundo punto, se puedec.omprobar una semejanza entre el egocentrismo y el sociocea-trismo: el sujeto ignora la posibilidad de que el otro seadiferente y proyecta su propia "realidad" sobre e l . Sin embargo,el sociocentrismo implica tambien --contrariamente al egoeen-trismo-- una cierta aprehensi6n de la alteridad de los gruposde afuera, Para el etnocentrismo, se verifica que la concien-cia de la ejemplaridad de la cultura del en-grupo esta general-mente revestida de un sentimiento de hostilidad con respectoa los grupos de afuera. Por otra parte, laS explicaciones te6-ricas del etnocentrismo divergen cuando se trata de saber cuatde las dos actitudes esta primero. Los antropologos han tenidoen general la tendenda a considerar la hostilidad con respectoa los gropos de afuera como el antecedente. La imagen nega-tiva de estos grupos corresponderia entonces a una racionali-zaci6n de la hostilidad. SegUn ciertas teorias psiccanaliticas, 10que se busca en primer lugar es el mejoramiento de la imagende si-mismo, mediante la proyecd6n, sabre los grupos deafuera, de "culpabilidad y deseos inconscientes compartidosdentro del en-grupo"." Cualesquiera que e s t o s sean, el indi-viduo etnocentrico establece artificialmente elementos que 10diferencien de los miembros de los grupos de afuera; nos en-c.ontramos aqui con 10 opuesto de aquel estado de mdiferen-ciaci6n que caracterizaba al primer egocentrismo del nino.El paralelismo entre el egocentrismo del individuo y el 50-

    ciocentrismo del "pensamiento primitivo" es, ademas de untitulo, una problematic a. Piaget, por su parte. verifica un "m .negable parentesco entre estas dos clases de ecentrismos, por

    En ciertaa aituacioDel, n:suhantes del ejereieio de una domina.c i6n cultural prolOllgada. lOCiedades enteral pueden desembocar en 10contrano, et decir, en el l(ICioceDtrUmo negativo que consiste endenigrane con n:lation al dominador. Volveremos 1Obn: esto en estemiamo capitulo, cuando Ie trate de saber Ii el etnocentriuno et unfenomeno universal. Donald T. Campbell y R.obert A. Le Vine, "A Proposal (or Coope-rative CroaCultural Research on Ethnocentrism", }oll1f141 0 / ConllUl R6sollllioll, V, matm de 1961, pig. 85. __ I.'" r ' .9\J13.UC."

    IrQ v' , GO.itM,_ - .' -~. A"AN 51~ ! 1 '- . ..,. . . . . . . . . ~ - . . . . . . . .1 I&L1C - ' -. -G>,-C10NC:....f :.. .,~,_) -WU~ I!O PAL ga O

    __ d. I. 1l.,...I.U.

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    oposicion a las operaciones descentradas de la raz6n". Habriaincluso, convergencia entre "el egocentrismo intelectual deiindividuo" y el sociocentrismo de las representaciones epri-mitivas:t".lO Pero, S 1 se admite que la descentracion del niiioen relacion a su situacien initial de egocentrismo va aparejadacon el desarrollo del pensamiento racional . que ocurre conI . ' ea sociedad "primitiva"? iTiene esta ultima la exclusividad deun cierto sociocentrismo contra el cual la sociedad "modema"estaria, por as! decirlo, vacunada, en ramn de su "racionali-~ad"? s: el sociocentrismo "primitivo" (PJr ejemplo, tribal)tiende a desaparecer en una determinada sociedad ello sedeberia, de acuerdo con los estadios de la evoluci6n del ninoal pasaje del pensamiento pre-operatorio a las operaeionesconcretas. y ~ormaIes. iCuales son, entonces, los factores quepuc:den 1?f1ulr en tal desarrollo? Piaget da el ejemplo delsocrocentrismo de las clases sociales que apareci6 con la divisi6ndel trabajo economico, sustituyendo aI "sociocentrismo asec~".l~ No hay, a nivel de la colectividad, desaparici6n Ii nosus~tucl6n de una forma de sociocentrismo PJr otra. Es neee-sano, ~n nuestra opinion. admitir cIaramente que existencentraciones poderosas en todas las sociedades. Al sociocentris-mo "primitivo" corresponden sociocentrismos "modernos" es -pecialmente el macroetnocentrismo, del que se t r a t a r ! demostrar la influencia fundamental que tiene sobre nuestroconocimiento (iracional?, i cientifico?), de las diferentes cul-turas. El macroetnocentrismo es, como el egocentrismo, unaespecie de "ilusion sistematica e inconsciente" 11 no 5 6 1 0 enlas creencias populares y en los estereotipas,' sino tarnbien-hecho revelador- a nivel del trabajo cientlfico en todaslas ciencias human as. Si, en el estudio de una cultura dife-rente, los .occi~ent.a~es creen .basarse sobre la raz6n y apelara una gestion cientifica, no se infiere que haya at mismo tiempouna .d~scentracio~; Una pos~cion ~pistemol6gica que se limitaraa eXlgu la adhesion de los investigadores a un c6digo de com-1.0.Jean Piaget:_ 'udll~ soc~ologiqu,s, Ginebra , Droz:, 1966, pig. 73 .Edlcl6n en espanol: Jean Piaget, &tudios lOt:iolt5gico~ Buenos AiresPaidOJ, 1970, pig. 82. "Ubid., pig. 74. En la edici6n en espafiol antes citada pag 83II J P L I ' . ... ean laget, LA a~go.g. It la JurIS.' chu 1',rI/a,U, pig. 68. Hayedlclones en espafiol, citadas en la nota 3 de este caphulo.

    partarniento cientifico y la verificaci6n de los resultados obte-nidos par otros investigadores es, a nuestro entender, insuficien-teo En el contexto intercultural, se trata de estar particularmenteatento a no eliminar urucamente las distorsiones provenientesdel sujeto individual, sino a medir igualmente el impacto delsujeto colectivo. Cuando cuatro investigadores confinnan losresultados obtenidos PJr un quinto, este acuerdo de espiritusno es igual a la descentraci6n si los cinco pertenecen a lamisma cultura.Las dificultades que presenta para los espiritus cientificos

    la descentraci6n con respecto al en-grupa proviene, en parte,de la tendencia de la sociedad "moderna", clararnente visibleen los manuales de historia, a monopolizar 1 0 1 raz6n y la ciencia.De alii a atribuir la ciencia ~on sus rakes en la ciudadgriega- al Occidente, no hay mas que un paso. Pero ya elexamen del pensamiento griego mismo es raramente efectuadoen forma "descentrada" par los occidentales. Se ha habladoal respecto de una verdadera apropiaci6n de la ciencia griegapar parte de Occidente, que va acompafiada par el despreciosistematico de los aportes exteriores que vienen de India, China,Persia, Mesopotamia, Egipto, etcetera.lI Aun hoy, ciertos ob-servadores ac1aman el cari.cter cientifico de una realizaci6ncuando aparece en los griegos, a la vez que consideran comoacientifico un hecho similar constatado en los "primitives"(par ejernplo, una medicina empirica).1*

    11Cf. Add. Bozeman, Politics arid Culeur, ill Irle,rrlaeiorlal HiJlory,Princeton, Princeton Univenity Preas, 1960. cap. 2.1*Es evidente que hay que ponerse de acuerdo sobre 10 que debeconsiderane como una sociedad "primitiva". Tambihl alii existen gran.des divergencias entre el saber del especialista Y el conocimientosocia l . Cuando eligen un poblado de Melanesia 0 de Nueva Guineacomo objeto de estudio, los anttOp610g0s tienen ideas bastante pre-ciJal IObre este punto y no se permiten atribuir al umno una conne-taci6n peyorativa. Pero a myel del conocimierato soeial, que es elque nos preocupa ante tede, las sociedades primitivas coinciden amenudo con el mundo "no occidental". Loa estudio_ pueden fo-mentar estas simplificacioae. grotescas aun tin quererlo, Uno Be imgina !!c.ilmente c6mo !urgen en el cuno de diKwionea IObre laciencia 0 I. ru6n, en las que Ie hacen diversas alu..sionel a los pueblosafricanos, amerindiOi y uiAtiCOl, acompaiiadu per dicotom1~ con-ceptuales tale! como primitivo-mOOemo, ta lva je -civilizado, etdtera.52

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    1. El etnocentrismoEn una primera aproximaeien, el etnocentr isrno es definidocomo la actitud de un grupo que consiste en atribuirse unlugar central en relacien a los otros grupos, en valorizarpositivamente sus realizaciones y particularismos, y que tiendehacia un comportamiento proyectivo con respecto a los gruposde afuera, que IOn interpretados a traves del modo de pensa-rniento del en-grupo. (Esta definici6n sera matizada mas ade-lante para tomar en cuenta la eventualidad de una valorizaci6nnegativa del en-grupo; ver cuadro I). La base de referenciaes la etnia, si se quiere referirlo al grupo mismo, 0 la culturacomo conjunto de creaciones. humanas que caracterizan algrupo. La nocien de etnocentrismo, en este sentido es, pues,sin6nimo de la de "centrismo" cultural.Se atribuye generalmente a William G. Sumner la primera

    definicion del etnocentrismo, en una obra publicada en 1906:

    Una vision de las casas seg{!n la cual e] propio grupoes el centro de todo, y todos los otros son ponderadoscon referencia a el... Cada grupo alimenta su propiasoberbia y su vanidad, clama su superioridad, exalta suspropias divinidades y mira con desprecio a los profanos.PHay que adrnirarse de la propiedad con que Sumner capt6

    inmediatamente la dualidad del etnocentrismo. Sin embargo,su definicion sugiere dos reservas: por un lado, tomando comopunto de referenda a] grupo a secas (y no al grupo identifi-cado por su cultura), Sumner definio en realidad el sociocen-trismo. Pero para profundizar el analisis, es indispensable in-troducir una conceptualizaci6n mas variada, especialmente paraevitar en el futuro la confusion habitual entre etnocentrismoy nacionalisrno." Por otra parte, la definici6n de Sumner pareceimpIicar que la hostilidad hacia el grupo de afuera es fa(mica actitud que puede ir pareja con la auto-glorificacien,En rigor, se puede admitir que la ignorancia pura y simplede todo 1 0 que se refiere a un g"tupo de afuera es una forma de

    11W. G. Sumner, Folkways, l'fUen. Yon, Ginn, 1953, pig. 18.leVolveremol sabre e1te punto en el proximo padgrafo, que tratasabre el nacionalilmo.

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    desprecio, No es 1 0 mismo que cuando, en su comportamientocognoscitivo, el observador de una cultura ajena atribuye aaquella una cualidad que el considera positiva, pero que laretiene en raz6n de una ilusion etnocentrica (ver cuadro I).E] etnocentrismo puede ser observado a niveles y en grados

    diversos, En cuanto a los niveles, corresponden a la distincienhecha previamente entre las microetnias, las etnias regionales

    , y]a macroetniagj Se clasiflcara entonces en el microetnoeen-trismo la actitud de las etnias (siempre en el sentido de so-ciedad identificada por su cultura) de dimension limitada,como una tribu 0 una minoria dentro de una Nacien, Eletnocentrismo regional caracteriza a un conjunto de pueblosrepartidos entre varias naciones, que se identifican con unacultura comun, Frecuentemente, no es sino una ideologia uni-ficadoraa nivel de una fraccion de elites (por ejemplo, elpaneslavismo, el pangermanismo). E1 macroetnocentnsmo, seapoya en una "etnia" aun mas amplia. En este sentido unpoco inusual del tennino (aunque esta justiIicada IU utiliza-c.ion, ya que se trata siempre de un grupo que en cier;tosaspectos constituye una comunidad cultural), el Occidente( desde el Pacifico basta los U rales ), el Africa al sur delSahara (en el sentido que le da el movimiento de la negritudde Leopold S. 'Senghor) 0 China, pueden ser consideradascomo macroetnias. nEl etnocentrismo puede, igualmente, situarse en diversos

    grados. En el primer grade, es evidente y por ]0 tanto facilde identificar, la etnia en cuestion se dedica elogios y recurrea un lenguaje despectivo en 5U descripcien de otros grupos.Los pueblos mas diversos se han valido, en diferentes mementosde la historia, de dicotomias simples que les conferian un lugarprivilegiado en su vision del mundo. Los "hombres" ylos "otros", segiin la distincien establecida por los navajos; los"griegos" y los "barbaros' en nuestra Antigiiedad, e incluso ladistlncicn entre "civilizados" y "salvajes" en la epoca contern-poranea, son ilustraciones ampliamente conocidas de un etno-centrismo abierto y directo.En el segundo grade, el etnocentrismo subyace en una decla-

    racien de apariencia inocente, pero que encubre implicita-Jf La segunda pane contendra una serie de indicaciones sobre el

    patrimonio cultural comu.n a la macroetnia occidental.55

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    mente un razonamiento elogioso para el eA-grupo y desfavo-rable a los grupos de afuera. En la frase: "Para el grupoX la mula es tOd4VI4 el unico medio de transporte", se hacereferencia, irnpllcitarnente, a un modele de sociedad exteriora X donde el transporte motorizado es valioso. EI pensamientosubyacente es el del evolucionismo lineal, segun el cual todaslas sociedades deben. (de alli la palabra todauia) pasar por losmismos estadios de secuencias para alcanzar la finalidad delas socied.ades "modernas". Al mismo tiernpo, estas ultimas seaseguran un lugar dominante en una enumerad6n en la que lasdiferentes culturas son clasificadas segun su grade de avancehacia un objetivo considerado como privilegiado.Finalrnente, en el tercer grade, el etnocentrismo se concreta

    en una presentaci6n aparentemente elogiosa del grupo deafuera. A primera vista, la frase: "A su Ilegada al pais X loseuropeos descubrieron alii una magnifica civilizacion", pued.eser indicativa del deseo de objetividad del autor. Pero es po-sible que las realizaciones del pais x sean valorizadas porquese asernejan en muchos aspectos a las del en-grupo. Es pues,a este ultimo, a quien va dirigido el elogio.Se plantean tres cuestiones previas a todo estudio del etno-centrismo. En primer lugar, esta noci6n debe ser distinguidade la de racismo. Luego, hay que determinar si se trata de unfen6meno generalizado a todas las culturas. Por ultimo, vere-mos las principales orientaciones de la investigaci6n y laslagunas mas importantes que aparecen en el estado actualde los conocimientos.EI racismo, en el sentido mas est ric to del termino, consiste

    en atribuir a la herencia biol6gica las particularidades cultu-rales de un grupo que tiene una apariencia flsica muy dis-tinta. Sabre este ultimo punto, estariamos tentados de decirque el racismo nos pone necesariamente en presencia degrupos racial mente diferentes. Sin embargo, esto plantea desproblemas: por un lado, como ya 1 0 hemos indicado," existeuna enorme varied ad de clasificaciones de las razas humanas;por otro, todos los entendidos opinan que el racista iden-tifica a su victima en forma subjetiva y con relacion a im!-genes que la sociedad le ha transmitido. La identification racial

    varia en el espacio y en el tiempo. Una persona que no seade ascendencia totalmente blanca sera considerada negra enEstados Unidos, mientras que sera tomada por blanca en lamayoria de los territorios antillanos. En Africa del Sur, sucedeque las personas "cambian" de raza segun las disposicioncslegales vigen tes.La definicion que da Albert Memmi es considerada como

    clasica :EI racismo es la valorizacion, generalizada y definitiva,de diferencias reales 0imaginarias en beneficio del acu-sador y en detrimento de su victima, a fin de justificarsus privilegios y su agresion.t"

    IIVer caphulo primero, nota 7.

    Esta f6rmula es quizas demasiado amplia, En sus maniIes-taciones concretas, el racismo hace intervenir siempre el as-pecto fisico: el racista confunde elementos culturales yrnorfologicos, 0 rechaza al otro en tanto que racialmentediferente, ignorando si es portador de rasgos culturales queel desaprueba. Se puede, en este segundo sentido, extendernuestra definicion inicial,En el estudio cientlfico del racisrno, la subjetividad del ra-

    cista debe ser aceptada como un dato principal. Es dificildeterminar, en las relaciones entre grupos diferentes, cualesson los que caen en el campo del racismo, ya que no es posiblebasarse sobre una c1asificaci6n "objetiva" de las razas, Aunquefuera posible establecer un acuerdo sobre una clasificacion (porejemplo, por la simple distincion entre caucasicos, mongo-loides y negroides), la identificaci6n de la victima se hariade rnanera diversa segun las epocas y las sociedades. EI hecho detomar en consideracien este elemento subjetivo plantea, sinembargo, un problema, porque muchos tipos de confronta-ciones en las que los adversarios se identifican, a! menos par-cialrnente, segu.n criterios fisicos (antisemitismo, xenofobia, hos-tiIidad tribal), no podrian ser incluidos en una definici6n delracismo. Para salvar esta dificultad, se puede apelar a unasolucion intennedia que contiene un elemento de c1asificacion,

    I'Ver la docwi6n de esta deEinici6n por C. Duchet y P. de Co-mannond, Raeism ,1 sociit~, Paris, Maspero, 1969, pig. 322. Enespanol: Racismo y loci,dad. BuenOlAires, La Flor, 1972.

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    aunque no cientifico a los ojos de los bi6logos y que tiene encuenta igualmente la subjetividad en la identificaci6n. Estasolucion prueba el heche de que en la inmensa mayoria delos casos, la victima es identificada por el color de la piel 0por sus rasgos. El racisrno es efectivo en situaciones que nosponen en presencia de grupos blancos, morenos, amarillos, ne-gros y rojos. Algunos se oponen a esta clasificaeion porqueseria, hist6ricamente hablando, de origen europeo. Es en elcontacto con el blanco que el yoruba, el ibo 0 el bamileke sepusieron a atribuir una significacion a su "negritud", y sonlos blancos quienes primero han pretendido que los mongo-loides fueran amarillos. Cualquiera que sea, la identificacionpor el color es hoy un dato que afecta las re1aciones entre razasdiferentes."Actualmente, la nocien de racismo es objeto de innumera-

    bles abuses. Algunos tienen tendencia a tachar de racismocada prejuicio, toda discrirninacion y los conflictos mas di-versos. El movimiento de liberacion de 1 a mujer, antesde hablar de sexismo, se dice victima de racisrno. EI au tor deun libro bastante difundido habla de racismo social, politico,religioso .. " cuando en realidad se trata de explotacion social,de opresi6n politica y de persecucion religiosa. ZlUna cierta falta de rigor en el estudio de las relaciones

    interraciales e interculturales proviene de 1 3 0 ausencia casitotal de una distinci6n entre racismo y etnocentrismo.Todo 1 0 que reducimos al concepto de etnocentrismo y, m a sparticularmente, al de macroetnocentrismo, es generalmenteconsiderado como manifestacion de racismo, Sin embargo, dosdiferencias fundamentales aparecen claramente. Son semejantesa las sefialadas en la interpretaci6n dada al principio sobrelos particularismos culturales y los criterios utilizados para la

    11 1 Para dar un ejemplo, fuera de situaciones bien conocidaa deoposici6n racial: el conflicto que transeurre en Uganda (1972) nOIpone en presencia de grupos raciales diferentes, mientras que para elburundi, se trata de una oposici6n entre etnias. (AceptamOi aqui,excepcionalmente, la segunda definici6n de etnia porque efectiva-mente lOll hutus y los tutsu del Burundi se reconocen, entre otras,por una dif e rencia de talla id. capitulo primero, nota 4). Por lmalogiaa racisrno, se podria utilizar el ~nnino etnismo cuando se trale de conf1ictOll inter~tnico,.11Pierre Paraf, LII racism dans III mond, Paris, Payot, 1964.

    identificacion del grupo en cuesti6n. En efeeto, como acaba,mos de ver, el racista interpreta por 1 3 0 herencia e identifica(con mucha frecuencia) por el color. EI etnocentrismo, encambio, estableee comparaciones entre diferentes culturas sobrela base de una escala de valores elaborada par sus propiosesfuerzos (bajo la influencia determinante de su en-grupo) eidentifica a su ''victima'' mediante criterios que el determina(por ejemplo, el idioma, la vestimenta, el modo de produc-ci6n). Si comprueba, por ejemplo, que el ingreso par habi-tante de los djukas de Surinam es insignificante (el criterioy 1 3 0 medida sobre las que esta comprobacien es fundamentadase proyecta desde el exterior sobre 1 3 0 sociedad examinada, 1 0que seria legitime 51 se tomaran ciertas precauciones cienti-ficas), el observador etnocentrico atribuye este dato a una"cultura inferior", a un "estadio elemental de evolucien men-tal" 0 , tambien, 3 0 1 "rechazo de 1 3 0 civilizacion occidental".Por su parte, el racista, que ha comprobado que los djukas sonnegros, afirma que en todo ello no hay nada de asombroso.Evidentemente, un solo personaje es capaz de hacer los" dostipos de razonamiento. No obstante, la distincion entre lasdos actitudes no es unicamente de valor analltico: existenmuchas penonas que no traspasan el umbral de 1 3 0 interpre-tacion etnocentrica, as! como hay racistas que no conciben si-quiera una diferenciacion entre las culturas,Ciertas funciones parecen comunes a los dos fenemenos, es-

    peciaImente las de asegurar la coherencia del en-gropo y 1 3 0dominacion sobre los grupos de afuera. Sin embargo, el ra-cisrno es , en este sentido, un fen6meno mucho mas complejoque el etnocentrismo, Desempefia una mayor variedad de fun-clones, tales como el mantenimiento de privilegios en el empleoy de salarios bajos, el acaparamiento de tierras y de recursosna turales, etcetera. IIHay, sin duda, un laze de parentesco entre el etnocentrismo

    y el racismo. Se puede comprobar, en principio, un isomer-fismo de los comportamientos etnocentricos y racistas. Pa-sando de los mas inofensivos a los m a s agresivos, los dos tipos

    11Existe una vasta Iiteratura sobre las causas y las funcionel delracismo (ver Duchet-Comannond, Raeism tIf sot:iJtl, pigs. 329-333)y del etnocentrismo. Hay traducci6n at espaiiol: Racismo , socilldad,Buenos Airel, La Flor, 1972.58 59

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    ~ .~i!

    de actitudes pueden efectivamente manifestarse en los siguien-tes comportamientos: conocimiento del gropo de afuera fal-sea do 'por la valorizaci6n del en-grupo (cui tufa 0 raza); an ti-locuci6n (para u tilizar un rennino de Allport), que consisteen hablar mal del grupo de afuera en su ausencia; discrimi-naci6n practicada con respecto a los miembros del grupo deafuera; segregacion Iisica del grupo de afuera; persecuclon yextenninio. La discriminaci6n cultural 0 etnocentrica consisteen cerrarse sistematicamente a la influencia del sistema devalores de un grupo de afuera, mientras que la discriminacionracial trata de evitar los casamientos rnixtos, com partir lavivienda, el trabajo en comUn, etcetera. Asirnismo, "el exter-minio cultural", 0 etnocidio, consiste en quitarle a un gru-po todas sus caraeteristicas culturales sin aniquilar al grupomismo, mientras que el extenninio racial, que es una fonnade genocidio, es nada menos que la eliminaci6n f!sica delgrupo.Tambien hay que precisar, para las relaciones interculturales,

    la relacion entre ciertas nociones mas comunes y el esquemaaqui presente, La asimilacion practicada especialmente por loscolonizadores franceses y portugueses (bajo fonnas distintas),que consistia al principio en prometer al colonisado la igual-dad con el colonizador, a condici6n de que renegara de sucultura y adoptara la otra, es una forma de discriminaci6ncultural. En otras circunstancias, como para un inmigranterecientemente llegado a Estados Unidos, asimilarse puede serla manifestacion de una buena comunicacion intercultural.Asimismo, la aculturacion, 0 asimilaci6n colectiva, puede seruna fonna de segregaci6n cultural (al enfrentar a quienesquedan Iuera del proceso) y lIevar al etnocidio, si es dema-siado radical. Pero en otras circunstancias, tambien puedeadoptar un valor completamente positivo. Todo depende de losobjetivos perseguidos por las dos partes y de los rnetodosu tilizados.

    La cuestien que se plantea entonces es saber si hiy, entreetnocen trisrno y racismo, una verdadera relaci6n de filiaci6n.En la diacr6nica, se puede afirmar que el etnocentrismo pre-cede al racismo, ya que si aquel se remonta probablemente ala fonnaci6n de las primeras sociedades humanas, bite tom6irnpulso recien a partir del siglo xvm. Pero examinando la

    relacion desde el punto de vista sincronico en la sociedad con-temporinea, no es cierto que el etnocentrismo sea el fen6menoante~or. P,,?: saber m~ sobre ello, habria que proceder aestudios geneucos, Los diversos trabajos sobre la formaci6n enel nifio, del nacionalismo y del racismo, consideran cada 'unade estas actinides separadamente, sin relacionar una con otra.nLos estudios sobre el etnocentrismo no aportan por el momentomas que indicaciones sobre e1 mundo adulto, Parece, sin em-bargo, que se deben distinguir dos situaciones: en las socie-da~es que conocen graves conflictos raciales, el comportamientoracista del nino puede manifestarse desde muy corta edad(4-5 afios}, mien tras que los miembros de una sociedad si nconflicto racial y, especialmente de la sociedad monorracial,no desarrollan un comportamiento racista sino mas tarde, cuando1 0 esencial de las estructuras etnocentricas ya ha sido esta-blecido.

    c ! Es el racismo un epifenomeno del macroetnocentrlsmo?Esta generalizaci6n parece demasiado peligrosa, Un asimiladoal Africa franc6fona 0portuguesa puede ser la victima delracismo blanco y ser simultaneamente portador del macroetno-centrismo occidental que caracteriza a sus agresores. Igual-mente, un negro norteamericano que manifieste un comporta-miento racista frente a los blancos, sera probablemente portadorde este rnismo etnocentrismo, puesto que participa, tal vezmas de 1 0 que supone, de la cultura del grupo aludido. Se llegardentonces a una fonnula mas diferenciada y limitada a un solocaso: el racismo blanco esti estrechamente ligado al macroetno-centrismo occidental.La segunda cuesti6n es la de la universalidad del etnocen-

    trismo, Con respecto a las microetnias, los antropologos creenpoder responder afinnativamente. Sin embargo, puede plan.tearse un problema particular cU2wirL5e-COmproeban. en unaetnia, signos de autodenigrad6n. En su estudio sobre el etno-centrismo de los truks de la isla Romonwn, Marc Swartz en-cuentra numerosas afirmaciones sobre la superioridad de los

    28 Ademu de 101 t rabajos de Piaget y Wei] Y de Harry Tug (verIntroduction, nota 21), destaquernos igualmente 101 de Bruno Lasker,Race Attitudes in Children, Westport, Greenwood, 1929 y 101de Mary~man, Race Awareness in Young Children, Nueva York, Mac-millan, 1964.

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    norteamericanos y la inferioridad de los truks. En vez deconduir en la ausencia de etnocentrismo, Swartz propone el con-cepto de etnocentrismo negativo. Estima, por ejemplo, quelos bienes materiales fueron siempre valorizados por los truks,pero que, al contacto con los norteamerica nos, les pareci6 queotros pueblos habian logrado un rnejor desarrollo en estesentido, Admitir la superioridad del otro en un asunto dadono significa en absoluto que el sistema de valores del en-grupoeste amenazado."Aunque se apruebe esta ultima comprobacion, es dificilaceptar totalmente la explicaci6n de Swartz. En muchos pue.blos colonizados, se comprueba un verdadero complejo de in-ferioridad colectivo resuItante de un cuestionamiento radicalde sus cuIturas por parte del colonizador, que impone al mismotiempo su superioridad militar y tecnologica, Pero los estu-dios sabre la psicologia del colonizado muestran que una de lasformas en que estos Ultimos superan su situacion es preten-diendo compartir los valores del colonizador.t" El etnocen-trismo del grupo subsiste en la medida en que la cultura tra-dicional esta salvaguardada, pero paralelamente se desarrollaen el individuo una crisis de identidad que resulta de unaincertidumbre en cuanto a la posicion a adoptar frente a losval ores culturales que se Ie oponen. En Africa, algunos hanpreconizado Ia destruccion de la cultura extranjera (Fanon), lavalorizacien de la cultura propia en un "mestizaje" con la cul-tura ex:tranjera (Senghor), la adopcion de la cultura extranjeraa fin de desarrollar una fuerza igual (M. Towa) 0, tambien,la afirmaci6n de la identidad racial (R. Fani-Kayodej J"Esto no sirve mas que para demostrar la complejidad de lasreacciones que pueden responder al cuestionamiento radicalde la cultura de un grupo. La autodenigraci6n existe en Africaentre quienes estan a la busqueda de una identidad 0, dichode otro modo, parcialmente asimilados, Eso no impide que

    24 Marc Swam, "Negative Ethnocentrism", Journal of Conflict R,-,olution, V, marzo de 1961.

    25 Ver especialmente O. Mannoni, P.ychologi' d. la colonisation,Paris,. Seuil, 1950 y Frantz Fanon, P.au noir., masqY's blancs, Paris,Seuil, 1952 (edici6n en espafiol. Frantz Fanon, Pi.l n.gra, moUcarasblanc4t, Buenos Airel, Abraxas, 1973) . Para algunos otros detalles ver Roy Preiswerk, "Zur aIrikani.chenIdentititdrise", Schw.izlT Mona,.h,f'" 51, octubre de 1971.62

    subsistan numerosas culturas fuertemente etnocentricas, Por1 0 que se refiere a los truks, el problema es por cierto distinto,dada la ausencia de un regimen colonial humillante. Laexplicacion de Swartz carece sin embargo de dimension histcSrica, pues la prueba que no se aduce es que los rasgos cultu-rales alegados existian realmente antes de la llegada de losnorteamericanos. Tambien se podria tratar de una raciona-lizacidn ex post por los truks mismos, La tesis de Swartz segunla cual no habria habido asimilacion, por parte de lostruks, de ciertos valores norteamericanos, queda por ser probada.EI concepto de etnocentrismo negativo conserva, no obs-

    tante, su utilidad, a condicion de darle una connotacidn pre-cisa (ver cuadro I). Se comprueba que en circunstanciasexcepcionales, la referencia del en-grupo a algunos de suspropios valores culturales puede adoptar la forma de la auto-denigracion, (Esto constituye una ampliaci6n de la posici6nde Swartz, que no concibe el etnocentrismo negativo sinocuando un grupo reconoce en otro grupo la superioridad enrelacion a un rasgo que es positivament e valorizado en '1). Pa-ralelamente a la referencia negativa a si-rnismc, la referenciaa los grupos de afuera implica entonces, logicamente, unavalorizacion positiva.Si el etnocentrismo es un fen6meno universal a nivel co-

    lectivo, existen sin embargo subculturas 0 individuos desviacio-nistas, 0 parcialmente descentrados, dentro de las culturas.Desde el punto de vista cognoscitivo, el individuo no es capazde asimilar la totalidad de los rasgos culturales de su grupo.No es un receptor pasivo de la cultura, ya que su conocimientose construye a traves de una interaccidn con los objetos y lasociedad, En consecuencia, encontramos dentro del grupo sig-nificaciones culturales parti cuIares. 3T Desde el punto de vistaafectivo, el individuo tiene la posibilidad de rechazar unaparte de los valores del en-grupo. Es el misrno caso del europeoque se niega a aceptar ciertos valores occidentales ---es decir,se descentra con respecto a su macroetnia- y del africano quebusca asimilarse al colonizador y se destaca, por 1 0 mismo, desu microetnia.

    21 Cr. Harry S. Sullivan, Tb lnt,rpersonal TII,ory of Psychiatry,Nueva York, Norton, 1953. Edici6n en espafiol ; Harry S. Sullivan,La t,oria inl,rp,rsonal d, la psiquia'ria, Buenos Aires, Psique, 1974.

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    Cuadro IRecapitulacion de las manijestaciones del etnocentrismo

    positiva(norma)

    Referencial en-grunegativa(excepd6n)

    erenciaa los gruposde afuera

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    r indiferen-ciacien (gru-po de afueraidentico al en-grupo)

    ciaci6n

    autoglorifi-caci6n

    autodeni-graci6n

    valorizaci6n ne -gativa (en casode referenda po-sitiva al en-gru-po)

    valorizaci6n po-sttrva (en casode referencia ne-gativa at en-gru-po)

    Vayamos ahora al estado actual de los trabajos sobre eletnocentrismo. Dos disciplinas se han preocupado especial-mente de la cuesti6n. En antropologia (incluida la etnograflay la emologia); el objeto de estudio consistia en determinarla universalidad del etnocentrismo colectivo y de la natura-leza de las valorizaciones del en-grupo y de los grupos de afuera.En psicologia, las investigaciones empiricas sobre el etnocen-trismo no comenzaron sino despues de la Segunda GuerraMundial, y condujeron especialrnente a la obra precursora publi-cada en 1950 bajo la direccion de T. W. Adomo.z8 EI obje-tivo era detenninar el etnocentrisrno en el individuo y medirlas variaciones interindividuales, Desde alrededor de 1960, losespecialistas separaron las dos disciplinas buscando la sintesis.Asi, el psic61ogo D. Campbell, recordando la existencia deuna verdadera teoria del etnocentrisrno, propuso un modelode investigaciones antropol6gicas a fin de consolidar y forma-lizar los conocimientos actuales.f" Por su parte, la episterna-logia de la antropologia, preocupandose por la s condiciones deacceso a1 conocimiento de culturas diferentes, apel6 a la psi-cologia a fin de determinar la influencia del etnocentrismo delestudioso sobre la aprehension del objeto de estudio.80lEs el etnocentrismo un fenomeno muy estudiado? Se ha

    hablado al respecto de una "persecucion a las interpretacionesetnocentricas"," y D. Campbell afirrna que la "teoria deletnocentrismo como cuerpo de observaciones y de interpreta-

    28T. W. Adorno et al., The Authoritarian PerJonality, NuevaYork, Harper and Row, 1950. Edici6n en espaiiol: T. W. Adorno,La peTJonalidad autoritaria, Buenos Aires, Proyeccion, 1965.

    29Articulo ya cirado, Journal 0/ Conflict Resolution, 1961. (Verla actualization del modelo en Robert A. Le Vine y Donald D. Camp-bell, Ethnocentrism: Theories 0 / Conflict, Ethnic Attitudes and GroupBehavior, Nueva York, Wiley-Intencience, 1972.)

    30 F. S. C. Northrop and Helen Livingstone (Editores}, Cross-Cul-tural Understanding: Epidemology In Anthropology, Nueva York,Harper and Row, 1964.

    Sl Jean-Claude Willame, "Mythe et reali t~ de l'ethnocentrisme",Revue Genive-Afrique, IX. 1970, N9 2, pag. 32. EI autor parecetener una idea demasiado estrecha del etnocentrismo, lirnitada a 1 0que Ilamaremos la transferencia intercultural de conceptos. Por otraparte, hay motivos para sefialar que la insuliciencia de ciertas teoriassabre las diferentes culruras, se debe tambien a una lalta de rigorcientifico y no solamente al etnocentrismo.

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    ciones es pmbablemente aceptada y utilizada en forma masamplia que cualquier otra doctrina en las ciencias sociales".S2Estas afirmaciones crean una falsa impresi6n. Conviene, pues,mostrarla a traves de las lagunas muy considerables que carac-terizan nuestros conocimientos actuales sobre Ia cuesti6n.Tanto en psicologia como en antropologia, lo s datos penna-

    necen incornpletos. La famosa escala de etnocentrismo de Adornoet al., estaba destinada a rnedir la actitud de los nortearneri-canos con relaci6n a grupos rninoritarios. No corresponde masque al microetnocentrismo y parece, aun para este ultimo,sumarnente problematica su aplicaci6n fuera de Estados Uni-dos.n En rigor, los trabajos de Allport, Klineberg, Sherif etSherif, Simpson et Yinger y otros, referidos generalmente alproblema de los prejuicios y los estereotipos, representan unclaro progreso. Para la antropologia, quedan por hacerse mu-chos estudios de campo, como 1 0 dernuestra la propuesta deD. Campbell y R. Le Vine. Tambien, como se sabe, los an-tropologos estudian poco al hombre occidental, y la sociologiano se preocupa en absolute del etnocentrismo. Ello proviene,en gran parte, de la estrecha definicion de la etnia. Si selirnita la problernatica del etnocentrismo a la microetnia, esposible que sea orientada exclusivamente hacia el estudio desociedades "tribales" y "exoticas" (aunque el problema existadentro de todo pais multicultural). Pero si se introduce elconcepto de macroetnocentrismo, se abre una infinidad deposibilidades de investigaci6n, tanto para el sociologo como parael psicologo.Mas grave todavia, en elestudio de las diferentes culturas,

    es que los especialistas de otras rarnas de las ciencias sociaJes& 6 1 0 raramente perciben las dificultades que su etnocentrismopodria suscitar en la gesti6n cognoscitiva. La mayoria de loseconomistas interesados en eI tema del desarrollo, 0han igno-rado la posibilidad de una centraci6n del sujeto cognoscente,o bien han desechado Irancamente los datos que podia aportarla antropologia, incluso econ6mica. En ciencias politieas, los

    1Ii Ii; i,i

    1i

    32 [ournal of Conflict Resolution, 1961, pag. 83.33 Ver la discusion de 10l resultados obtenidos por eate tipo de inda-

    gaciones y una critica metodol6gica en John R. Robinson, JerroldG. Rusk y Kendra B. Head, Mea.rures o f Pol iti ca l At titudes, Ann Arbor,Institute for Social Research, 1968.66

    ejernplos abundan en un sentido semejante. Por 1 0 demas, elpoliticologo no conceptualiza generalmente aJ etnocentrismoen forma separada del nacionalismo, 0 considers al primerocomo un aspecto del segundo. En cuanto a la historia, loselementos reunidos a traves de esta investigaci6n rnuestran lamagnitud del problema que se le plantea.

    2. E1 nacionalismoLa .Naci6n -:Jef~nida en principio como la poblaci6n quehabita un temtono sobre el que ejerce un poder estatal so -berano- es, como la etnia, una sociedad que se forja una ima-gen de si misma y adopta ciertos tipos de comportamientoen relaci6n a otras sociedades.El nacionalismo es una ideologia integradora cuya unidad

    de referencia es la Naci6n constituida en Estado. (SegUn otrasacepciones del termino nacionalismo, la unidad de base 'pue-de ser una microetnia que tiende a obtener su soberania den-tro de un Estado, por ejemplo el movimiento separatista deBiafra, 0 una etnia regional que busca uniIicar en un nuevoEstado a poblaciones repartidas entre varios ya existentes, porejemplo los movimientos nacionaJes en la Europa del sigloXIX) . En este sentido, el nacionalismo es un "estado de es-piri~" u c~ya primera preocupaci6n es asegurar la indepen-dencia y afirmar la grandeza de una Nacion apoyandose sobreun sistema de- valores considerado como superior- a, 0 almenos diferente de, el de otras naciones.Las caracteristicas propias del nacionalismo y del etnocen-

    trismo no residen unlcamente en la unidad de referencia:Naci6n y etnia. EI nacionalismo alude a principios de acci6ncon miras a la organizaci6n politica de una poblaci6n. Esta,pues, al servicio de un poder estatal. Ademas, es un movimientode ideas abiertamente propagado tanto en el interior como enel exterior de la Naci6n. AI lado de esto, el etnocentrismo, al notener siempre un lazo territorial preciso y al no representar unaUHans Kohn, The Idtlo. of Nationalism, Nueva York, Macmillan,

    1944, pig. 18. Edici6n en espafiol: Hans Kohn, El flo.ciono.lismo, Bue-nos Aires, Paid6s, 1973.

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    jII

    ideologia proclarnada como fundamento de un poder politico,aparece de manera mucho mas fluida e ina.sequible.Las sernejanzas entre el nacionalismo y el etnocentrismo no

    son, sin embargo, desdefiables. Ambos sirven para delimitar lapertenencia de los individuos at en-gIUpo --del que se tratade a.segurar la unidad- y para obstaculizar la penetraci6n deeste grupo privilegiado por los grupos de afuera. Adernas, laescala de los comportamientos nacionalistas es isom6rfica conla del etnocentrismo (y la del racisrno) , pasando de la repre-sentaci6n falseada de otras naciones a la anti-locucion, Ia dis-criminaci6n, la segregaci6n, la persecuci6n e incluso al exter-minio de los miembros de una Nad6n extranjera. S5 Tambienla xenofobia, "odio a los extranjeros", puede rnanifestarse bajocada una de estas formas.A la luz de estas reflexiones, parece inadmisible redudr

    el nacionalismo al etnocentrismo, 0 viceversa, Por otra parte,este proceder no es posible mas que concibiendo al etnocen-trisrno en forma demasiado estrecha 0 demasiado amplia, Da-niel Druckman es a la vez muy limitative al definir aletnocentrismo como la accion que consiste en estereotipar a losgrupos de afuera (convirriendolos en un aspecto particulardel nacionalismo) , y muy extensivo al basarse sabre la defini-ci6n de Sumner (reduciendo al etnocentrismo y al nacionalismoa un sociocentrismo de no importa que grupo). S8No es facil hacer la distinci6n conceptual entre el nacio-

    nalisrno y el etnocentrismo en la medida en que se verificauna coincidencia parcial entre la Naci6n y la cultura.:" Losrasgos culturales que serian especificos de una Nad6n (y queno se encontrarian ni en las microetnias incorporadas a laNad6n, ni en las etnias regionales 0 las macroetnias que exce-den su marco), t dan lugar, a traves de una autovalorizad6ny una proyecci6n sabre el pr6jimo, a 10 que debiera dena-

    15 cr . supra, pip. 59, 60 y 61. Para prolundizar el examen de Ia5sernejanzas entre el nacionalismo y el etnocentrismo, ver Paul C.ROSenblatt, "Origins and Effect! of Group Ethnocentrism and Na-tionalism", Journlll of Conflict Resolution, VIII, junio de 1964, \pags. 131-146.

    38 Daniel Druckman, "Ethnocentr ism in the Inter-Nation Simula-tion", Journal of Conflict Resolution, XII, marzo de 1968, pag. 45.

    ITcr . supra, pag. 43.68

    , rninarse etnocentrismo nacional? TaJ vez sea en este sentidocomo hay que interpretar la afinnaci6n de Druckman:

    EI etnocentrismo, a nivel de grupos mas que de personasse refiere a tribus intactas y aut6nomas, a grupos emicoso a naciones que forman parte del sistema lntemacional."Sin embargo, en materia de relaciones interculturales, no nosparece esencial, por ahora, produndizar la distinci6n entre elnacionalismo y el etnocentrismo nacional.Algunas de estas reflexiones sabre la noci6n de nacionalismo

    no tienen como (mica raz6n el deseo de clarificaci6n concep-tual con respecto al etnocentrismo. Concretamente, a nivel delos manu ales de historia, el problema del conocimiento quetienen los miembros de una Naci6n acerca de otras nacionessigue estando planteado. Por cierto, los esfuerzos de la UNESCOy otros organismos precedentemente mencionados, interesadosen frenar la deformaci6n nacionalista, han obtenido algunosresultados. EI mejoramiento es visible cuando se comparan-Iosmanuales de 1930 con los de 1972, incluso desde el punto devista del lugar concedido a las naciones que no son la delautor, asi como en 1 0 que se refiere a la interpretaci6n dada aciertos acontecirnientos. La evoluci6n se esboza gradualmentepor circulos concentricos: en primer lugar se pasa de la his-toria puramente nacional a la de otras naciones, en tanto queanotaci6n a su propia historia. Los otros no son presentadossino en la medida en que mantienen relaciones con el paisdel autor. Luego, se situa Ia historia de su propio pais enel contexto de la historia "universal", aeordandole un lugarprivilegiado. Finalmente, la historia de ciertos paises es trata-da p e r se.SIIA pesar de ello, el problema subsiste, Los ejemplos que siguen

    se situan a nivel del nacionalismo de primer grade: son afir-maciones lrancamente autovalorizantes de la naci6n del autoro perjudiciales para las otras naciones. Seguramente, como para

    18 Journal of Conflic, R.solution, 1968, pag. 46. Subrayado per101 autores,

    III Este proceso es descripto, con referencia a Inglaterra, en De-partment of Education and Science, Towards World History, Londres,Her Majesty's Stationary Office, 1967.)

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    el etnocentrismo, el fen6meno es bastante sutil: se manifiestaa traves de las omisiones, la selecci6n autocentrada de aconte-cirnientos importantes, la enunciaci6n de un sistema de valoresparticular, etcetera. Pero, dado que las investigaciones efectua-das no han abordado espedficamente las deformaciones nacio-nalistas, nos limitamos simplemente a indicar algunos ejemplosrecogidos al azar,

    Ejemplo J: En los manuales sovieticos, hay una claratendencia a atribuir a la URSS la responsabilidad prin-cipal en los acontecimientos internacionales as! como enla evolucion interna de una serie de Estados. Es concedermuy poca energia e imaginacion a los movimientos deliberacion nacional y hacer depender su bdto del apoyosovietico, Efec tivamen te, el manual afirma: "La libera-cion nacional y social y el pasaje al socialisrno no puedenobtenerse sino por una estrecha colaboraci6n con el movi-mien to obrero intemacional y ante todo por una col abo-raci6n fraternal con la URSS" (URSS V 2/80 Y 169).*Esta centracion nacionalista tine la interpretacion de losprincipales acontecimientos de la mayoria de los Esta-dos cuando se trata del estudio de la epoca con tempo-rinea.40

    Otra forma de distorsion nacionalista se manifiesta en elmanual aleman: es la proyeccion, sobre las epocas hlstoricasy los pueblos mas diversos, de un conjunto de valores que losautores asocian, mas 0menos conscientemente, a la idea queellos se forman de la naci6n alemana. Estos valores reflejan

    i,i,\

    ~!'Ii!

    .. Estas abreviaturas entre parentesis, que aparecen junto a las citasde 101 ejemplos entre comillas, remiten al "Anexo", que aparece enel final del libro, donde se aclara su significado. El "Anexo" con-tiene la lista de manuales y el sistema de abreviatura utilizado paraidentificar lu citas tomadas de manuales. EI nombre del pais deprocedencia del manual esta abreviado; las cifras romanas indican elnumere del volumen correspondiente y lu cifras arabigas, el de pigina. Asi (AI II 30) significa: Alemania, volumen II, p8.gina 30.

    40 Es especialmente el case para los siguientes palses: Alemania(uau V 1/6-7, V 2/73), Inglaterra (V 1/2122, 61, 63), China (IV171-172, V 1/76), Corea (V 2/220), Egipto (IV 189), Etiopia(IV (95), Francia (V 1/21.22), Guinea (V 2/192). Hungria (V1/21-22). Italia (V 21148), Jap6n rtv (65), Mongolia (V 1/26,80), Siria (V 2/185).70

    rI1

    una concepci6n estricta de [a autoridad gubernamental, delorden publico y de los deberes del ciudadano con respecto alEstado.

    Ejemplo 2: Los autores alemanes se identifican con cier-tos pueblos (por ejemplo, los espartanos, los griegos y losromanos), que encarnan para ellos los valores a pro-mover. Se valoriza al que es ordenado y claro, tiichtig,sittlich, tapjer. Las cualidades supremas son la disciplina,la audacia, la seguridad, la puntualidad, la organizacicn, eltrabajo, la ambici6n, la combatividad, Ia Iuerza, la vi-rilidad. Es por 10 tanto en la nacion alemana donde estosvalores conocieron su plena expansion y el alumno esmantenido en guardia pennanente frente al deutschesWesen, deutsche Krait, deutsche Geistigkeit (AI II 63, fl9,132). Esta centraci6n valorizante esta necesariamentcacompafiada de una imagen despreciativa de las otrasnaciones, Es significative que el manual lamente 105 obs-taculos puestos en el camino de un "sentimiento nacionalaleman" por el "chauvinismo frances" y el "paneslavismorosa" teniendo estos dos ultimos terminos una connota-cion ~Iaramente peyorativa (III, 35, 47). La misma cli-Ierenciacion terminol6gica aparece cuando, en un corn-bate, las fuerzas presentes son designadas respectivamentecomo "caballeria alernana" v "campesinos checos Iana-ticos" (II 37). Con referen~ia a la Comuna,. el misrnomanual denuncia la amenaza que representan para Ale-mania "los ciudadanos de la Marsellesa, con su fanatisrnode la igualdad y su creerg.ia en la gloria de la naci6n. "(III 42).

    EI case de Portugal es, a su vez, distinto: el manual consi-derado se esfuerza por demostrar, por una parte, una preten-dida continuidad civilizadora de la Grecia antizua en e\ Por-tugal contemporaneo y, por otra, la superioridad de la naci6nde los portugueses en sus territorios de ultramar, en cornpa-raci6n con la de otras potencias coloniales.

    Ejemplo 3: "Los imperios coloniales de las gran des po-tencias han contribuido a la europeizaci6n del mundo.Tal honor corresponde en primer lugar a los portugueses,pues el objetivo de nuestra expansion ha sido siemprecomunicar nuestra civilizaci6n a los pueblos que descu-71

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    brimos. Desgraciadamente los colonizadores no siemprehan estado a la altura de su ideal cristiano, base denuestra civilizacion occidental" (Port II 440). Esta claroque "los colonizadores" son aqui los franceses e inglesesquienes, aparenternente, no han insistido bastante sobrela propagaci6n del Evangelic. En efecto, "sin preocupa-ciones rnetafisicas, Inglaterra ha descuidado la formaci6nreligiosa de los colonos, 10 que tal vez explique la ficHadhesi6n de la India brahrnanica al comunismo (sic) "(II 415). En cambio, la colonizacion "practicada por losportugueses ha elevado al negro a la condici6n de per-sona humana en la medida en que 10 ha consideradofrente al cristianisrno como su semejante" (II 440). Lasuperioridad del colonialismo portugues habria que bus-carla, ante todo, en la motivaci6n cristiana y humani-taria y en la nobleza de los objetivos fijados: "la unidadlingiiistica, la no discriminaci6n racial, la difusi6n delcristianisrno y la promoci6n social gracias a la escolari-zaci6n y a la asistencia" (II 441). Adrnitiendo al pasarque el esclavismo es un "aspecto negative de la coloni-zacion", los autores subrayan que "el Portugal se en-cuentra a la cabeza de los paises que han combatido m a seficazmente la enfermedad del suefio", Su acci6n en elcampo de la higiene seria suficiente "para suscitar laadmiraci6n intemacional hacia Portugal". Y los autoresagregan en letra pequefia : "Francia e Inglaterra tamhienhan desarrollado servicios de salud en los paises coloni-zados" (II 439-44D).

    Se podrian multiplicar los ejemplos. Evidenternente, los ex-cesos nacionalistas todavia no han desaparecido de los ma-nuales, a pesar de las reiteradas denuncias de esta situaci6ndesde hace dos decadas.

    3. El sociocentrismo de claseUEn los manuales de historia, el sociocentrismo de clase com-parte con el nacionalismo su caracter penetrante, y con el etno- \

    u Empleamos este concepto en el sentido que le da Jean Piaget enEtudes sociologiques, pig. 74. En espafiol; Estudios sOclol6gicos, Bue-nos Aires, Paldos, 1970, pig. 83.7 2

    centrismo el hecho de haber sido poco analizado hasta elpresente.Si la rnayoria de los manuales de Europa occidental y de

    America del norte rnuestran una cierta tendencia implicita, noconfesada, aver la historia a traves de la vision que de ellatienen las clases burguesas 0 medias, la versi6n sovietica tieneexplicitamente como eje al proletariado. Encontrarnos los temaschlsicos.

    Ejemplo 4: EI imperialismo es privative de las socieda-des capitalistas (URSS V 2/15), mientras oue la t:'RSS sepresenta como protectora de la autodeterminacion de lospueblos (V 2/226). Los episodios de Hungria ocurridosen 1956, son calificados como rnotin contrarrevoluciona-rio organizado por los imperialistas. "La URSS ha ayudadoal pals hermano a dorninar el moun y a batir a las ban-das fascistas" (V 2/224). La URSS concede su apovo atodos los movirnientos de liberaci6n nacional (V 1/21),pero ha tenido que oponerse a las "desviaciones ideolo-gicas" que representaban las tendencias centrifugas den-tro mismo de sus fronteras (VIII 32). El campo sovieticoes por definicion pacifico: "Contrariamente a la eTlAN,el Pacto de Varsovia es de caracter defensive. Es unas61ida garan tla para la paz en Europa" (V 2/222). Ytambien r "La division de Alemania ha sido infligida alpueblo aleman por el imperialismo. Sobre el territorioaleman existen ahora dos Estados, uno socialista y paci-fico, otro imperialists y rnilitarista" (V 2/72).

    La deformaci6n debida a la ideologia de clase rernire aletnocentrisrno cuando culturas diferentes son colocadas en unesquema evolucionista, rigido y lineal, que va desde los prirni-tivos hasta la sociedad soeialista, pasando por el esclavisrno, elfeudalismo y el capitalismo, Asimisrno, salvo ciertos casas, sepercibe clararnente en el manual sovietico el deseo de des-cartar toda presentaci6n 0 apreciaci6n susceptible de ser consi-rada peyorativa. Cuando la situaci6n de un pais africano 0asiatico es descripta en terminos negativos, la culpa es atri-buida inmediatamente al imperialismo y al colonialismo de lospaises capitalistas. Sefialernos, sin embargo, que los autores so-vieticos caen facilmente en la trampa etnocentrica cuando se

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    trata de describir las relaciones existentes, dentro de la URSS,entre las poblaciones europeas y las etnias 0culturas asiaticas.t"EI manual aleman presenta otro caso particular por su

    exaltacion de regimenes politicos elit istas.

    ,! ;

    Ejemplo 5: En todos los pueblos y en tooos los periodosde la historia, la nobleza altiva istolser Adel) se opusoa los simples pastores (einfache Hirten) y las familiasdistinguidas (edle Geschlechter) a las capas bajas delpueblo (niedere Schichten), entendiendose que una rela-cion de dominio corresnonde a un estado de cosas na-tural (por ejernplo, Al '1 68, 134, II 101, 185). La legi-timiclad del poder jamis es cuestionada, por as! decirlo,(salvo en el caso del regimen hitlerista). Pareciera evi-dente que un general romano (romischer Feldherr ' ; debaaplastar la rebeli6n de un "fanatico pastor de la menta-na" (fanatischer Berghirte) (I 113), 0 que el rey opresorsea "poderoso" (kraft voll) mien tras que la resistenciapopular es conducida por un "demagogo Ianatico" (lana.tischer Demagoge). Si Cromwell fall6, ies porque Iefalt6 la voluntad superior del dictador! (II 98). Estatendencia daramente antidemocritica y antipopular seafirrna definitivamente cuando los autores lamentan nosOlo la desaparici6n de las tradiciones monarquicas, sinoel advenimiento de la "democracia de rnasas", que ponenfin a las "gran des tradiciones del nacionalismo burguesdel siglo XIX" (III 102). Durante la Revoluci6n Fran-cesa, "una nueva potencia entra en escena: las rnasasrevolucionarias de la pequefia burguesia y del proleta-riado, agitadas por demagogos y fanaticos ... II (II 165).La revoluci6n se juega en 1 0 sucesivo sobre dos niveles:"en el nivel superior el Rey, la nobleza y el Estado llanose enfrentan en torno a la Constitucion ; en cl nivel infe-rior reinan los instintos de masa.".j

    j.,.JI1I'II,~~

    Ejemplo 6: El anticomunismo virulento de la guerra friase nutre igualmente de esta tradici6n elitista, Baste citarla descripcion que da el manual aleman respecto deLenin: "Entonces, el hombre rechoncho de rasgos lige-ramente mongoloides, de pequefia barba de chivo y brilloluciferino en sus ojos rusos subi6 a la tribuna ... Lasmasas .agitadas se convirtieron en instrumento de su yo.UVet el capitulo dcdicado al cvolucionismo en la segunda parte.

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    ,; luntad de poder indomable y demoniaco, Pero Leninno se preocupa ni del proletariado ruso ni de la Rusiamisma, sino solamente del porvenir marxista, del lanza-mien to de revolucion mundial" (Al III 109).\

    No son mas que elementos fragmentarios, tornados al pasar,pero que muestran el considerable esfuerzo a realizar en elsentido de una descentraci6n de la enseiianza de la historiacon respecto a las ideologias de clase.

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