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Pueblo afrodescendiente en la zona del Bajo Atrato

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  • Motivos

  • Jiguamiand y el Curvarad son los nombresde Territorios que han salido de su anonima-to y relativo ostracismo por las construccio-nes de afirmacin integral de sus derechosque han hecho quines all habitan: comuni-dades afrodescendientes, mestizas e indge-nas ante las sistemticas violaciones de dere-chos humanos y la siembra de palma aceiteraque ha sido posibilitada por la destruccinde vidas humanas. Las tierras invadidas conpalma corresponden proporcionalmente a laextensin de Bogot, con las que se ha exter-minado millares de especies y de sistemas devida natural.

    Las expresiones de resistencia civil enel Bajo Atrato han logrado romper muros dedesinformacin, de manipulacin, de distor-sin. Su decisin de habitar en el Territorioheredado desde hace ms de 50 aos, les hasignificado ser vctimas y testigos de ms deun centenar de Crmenes, desde que se im-plement la estrategia paramilitar y desde laimplementacin de la siembra de palma enlas 14 caseros de los que han sido desaloja-dos. Ellos, los afrodescendientes que convi-ven con mestizos, en el Bajo Atrato1, sonparte de los sectores marginales, excluidas ydiscriminadas del Choc; son parte de los11.745.403 personas, que representan el26,83% de la poblacin total, con una iden-tidad socio cultural, unas tradiciones y cos-tumbres propias y una particular relacincon el entorno, su biodiversidad y con otrospueblos originarios.

    Con la abolicin de la esclavitud hacems de 120 aos, la compra de la libertad de

    los afrodescendientes a sus dueos, provo-c una dispora del Cauca al Valle, y a lo quese conoce como el Choc Bio Pacfico. Seasentaron en espacios inhspitos, selvas h-medas, espacios y lugares de profunda her-mosura, de multiplicidad de especies, plan-tas y hierbas, aves, mariposas, flores, anima-les silvestres, vegetacin primaria de rboles,insectos. Sus lugares se convirtieron en ver-daderos espacios de libertad, en medio de lasenfermedades propias, imaginaron espaciossin lmite, recrearon la ancestralidad, semezclaron, se encontraron con pueblos ind-genas y luego con mestizos que llegaron enbusca de tierra, de oportunidades. Desde laesclavitud iniciaron prcticas de politiza-cin, que algunas comunidades an conser-van, para algunos se hizo mtico BenkosBihoj, en historias orales de la resistenciaen la costa atlntica, los palenques, y luegoen el siglo pasado releyeron a Malcolm X, aLuther King.

    A pesar de una normatividad nacionale internacional protectiva, estas personas si-guen siendo vctimas de discriminacin sis-temtica, oficial y no oficial2 y permanecenen situacin de extrema vulnerabilidad. ElGobierno colombiano reconoce que el 82%de ellos todava vive sin que se subvenga lasnecesidades bsicas (abastecimiento deagua, luz elctrica, saneamiento, etc.); latasa de analfabetismo de esta poblacin estres veces superior a la del resto del pas(43% en el campo y 20% en la ciudad, encomparacin con el 23,4 y el 7,3% para elresto de la poblacin) y de cada 100 jvenes

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    Tramoya: Derechos Humanos y Palma en Jiguamiand y Curvarad

    1 Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, El conflicto, callejn con salida, Informe Nacional DeDesarrollo Humano - Colombia, 2003, p. 108, cuadro 4.6.

    2 Comisin Interamericana de Derechos Humanos, Derechos humanos en Colombia. 3er informe de la ComisinInteramericana de Derechos Humanos, Bogot: edicin Comisin Colombiana de Juristas, 1999, p. 327.

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  • afrocolombianos apenas 2 tienen acceso aestudios superiores; la tasa de mortalidad in-fantil es del 151 por mil mientras que el pro-medio nacional es del 39 por mil; el 76%vive en condiciones de extrema pobreza y el42% est sin empleo3.

    Muchas de las libertades, an solo for-males, conquistadas en medio de repudia-bles formas de discriminacin, de persecu-cin y de exclusin, se han enfrentado en laltima dcada a situaciones generadas por laviolencia armada estatal y el conflicto arma-do interno. Ya no se trata solamente de laviolencia que excluye con el hambre, con lanegacin de libertades y de igualdades fun-damentales, se trata del sometimiento con lafuerza. La amenaza de muerte, la tortura, elasesinato selectivo o colectivo, la desapari-cin forzada, el desplazamiento, el sitia-miento, las operaciones psicolgicas. En mu-chas situaciones documentadas, como laque aqu se presenta, se trata de una perse-cucin sistemtica con modelos y tcnicasde operacin similares, con una misma in-tencionalidad y unas mismas estructuras res-ponsables, se trata de Crmenes de Lesa Hu-manidad.

    Su identidad cultural, su reconoci-miento a los derechos territoriales, autorida-des propias, administracin territorial y ejer-cicios de autonoma a travs de la Ley 70 de1.993, se han visto desafiadas, interpeladas,y puestas en situaciones lmites en razn, yano solo de la marginalidad y exclusin socialsino de la interaccin del conflicto armadocon ellos.

    Si existe hoy una situacin de las co-munidades afrodescendientes que haya idodeshilvanando la causalidad de la estrategiaparamilitar y el sentido de la proyeccin de

    la institucionalizacin del paramilitarismodesde el 2002 hasta hoy, no puede dejar deobservar, de mirar, de abordar las violacio-nes de derechos humanos relacionadas a lacoincidencia con la posesin ilegal de tie-rras, la agroindustria, la extraccin y defo-restacin industrial en el bajo Atrato, en elCacarica, en el Salaqu, en el Truand y eneste caso el Jiguamiand y el Curvarad.

    El presente caso tipo del el Banco deDatos con la Comisin Intereclesial de Justi-cia y Paz, es parte de una investigacin msamplia que desarrolla esta Comisin con elCETRI de Lovaina Blgica, en relacin conviolaciones de derechos humanos, apropia-cin de tierras, proyectos agroindustriales,destrozos ambientales, polticas internacio-nales y del libre mercado de la Palma.

    Con este caso tipo se realiza una ex-ploracin de diverso tipo.

    En una primera parte, la voz de los su-jetos de derecho, los protagonistas de la re-sistencia, de la resilencia de afrodescendien-tes y mestizos. La memoria que se teje en re-latos orales, que hablan de la resignificacinde la violencia poltica; de las oleadas de vio-lencia estatal y para estatal que generan laposibilidad de la apropiacin ilegal de tie-rras, la proteccin estatal a la ilegalidad. Ha-blan de la gestacin de modelos de resisten-cia en condiciones diversas, pasando por co-munidades de paz, resistencias dentro delTerritorio y resistencias dentro de las plan-taciones de la palma. Se aborda la creativi-dad colectiva para enfrentar, afrontar yconstruir espacios de vida en medio del con-flicto armado como las Zonas Humanitariade Refugio, las que han enriquecido, la juris-prudencia del sistema interamericano y delDerecho Internacional. Se recorre la voz es-

    4 Justicia y Paz, Banco de Datos

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    3 Naciones Unidas, Informe del Sr. Doudou Dine, Relator Especial sobre las formas contemporneas de racismo,discriminacin racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia, E/CN.4/2004/18/Add.3, 23 de febrero de2004, p. 34.

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  • crita en las que se refieren al desarrollo deiniciativas propias frente a la Impunidad conestrategias de afirmacin de la verdad, el de-sarrollo de estrategias integrales jurdicas in-ternas e internacionales, proyectos de eco-noma propia, de educacin autnoma, pro-teccin territorial, salud propia. Es la histo-ria del otro Derecho, el que se teje da a daen alternativas concretas frente al terror delEstado y empresarial encubierto, las afirma-ciones propias en medio de la guerra militarestatal y la guerra de guerrillas.

    En una segunda parte, se recorren p-ginas que resean la persecucin sistemticaque han sufrido las comunidades del Curva-rad y el Jiguamiand hasta hoy, por partede las Fuerzas Militares de la Brigada 17 eninteraccin con estrategias paramilitares,que han arrojado un total de 106 asesinatosy desapariciones forzadas desde octubre de1.996; 12 desplazamientos forzados quecompromete la responsabilidad del Estadopor accin, por omisin con la estrategia pa-ramilitar; torturas 15; detenciones arbitra-rias 17; saqueos y quemas a caseros 19; in-cursiones y agresiones a las Zonas Humani-tarias 14. Asesinatos o ejecuciones extraju-diciales por la guerrilla de las FARC EP, 4.Agresin a las Zonas Humanitarias 1. Com-bates o enfrentamientos armados entre fuer-zas militares y guerrilleras 3; desplazamientopor combates entre los modelos de guerra es-tatal y guerrillera 1.

    Recorriendo sucintamente las siste-mticas violaciones de derechos humanos selogra comprender porqu el desplazamientoforzado, la desterritorializacin, causadospor 12 operaciones militares y o paramilita-res entre 1.997 y el 2001, coinciden con eldesalojo de las comunidades del Curvarad,hoy sembradas con palma, luego de ser defo-restadas, los cauces de los ros transforma-dos, los peces y las aves, y miles de especiesdesarraigadas. Tierras en las que se siembra

    el progreso y la paz paramilitar y en las quese ocultan decenas de vctimas bajo ellas.

    Esa mirada cronolgica se extiende alao 2002, como aseguramiento militar delCurvarad, hasta llegar a la nueva ofensivasobre el Jiguamiand en donde los del Cur-varad se refugian.

    Desde el 2003 se multiplican en el Ji-guamiand las incursiones, las agresiones, lossaqueos, las amenazas, los asesinatos, las tor-turas, las detenciones arbitrarias, las desapa-riciones forzadas, los desplazamientos. Se lo-gra entonces el aseguramiento de las tierrassembradas en palma en el Curvarad con eldesalojo de la poblacin hacia la margen de-recha del ro, significativo en el desarrollo dela estrategia militar de control, restriccin deltrnsito a los afrodescendientes y para las co-munidades una posibilidad de proteccin.

    Pero no es suficiente. El proyecto depalma y ganadera se extiende sobre el Jigua-miand. Ya son ms de un centenar las hec-treas sembradas y muchas las legalizadasen coincidencia con el desarrollo de confu-sas operaciones paramilitares contra las co-munidades, pues se presentan como milita-res; y de actuaciones dentro de la poltica deseguridad democrtica a travs de la cua-les la brigada 17 es responsable del asesinatode dos nios, de asesinatos de adultos, tortu-ras, desplazamientos, amenazas, bloqueo

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    Orden de Batalla Operacin Gnesis de la Brigada 17 febrero de 1997

  • econmico, destruccin de bienes de super-vivencia, falsos procesos judiciales

    Son casi, 9 aos de la operacin G-nesis adelantada por la Brigada 17 al man-do del General Rito Alejo del Ro en accio-nes combinadas por tierra y agua, entre el 24y 27 de febrero de 1.997 en el Cacarica y elSalaqu, en una accin combinada con la es-trategia encubierta de tipo paramilitar a tra-vs de las Autodefensas Campesinas deCrdoba y Urab. Con el tiempo los prop-sitos del arrasamiento se esclarecen, por su-puesto, no en los estrados judiciales.

    La intencin manifiesta de persecu-cin a la guerrilla de las FARC EP, con laoperacin militar desatada en la zona rural,en ese ao, no era coherente con los mediosni con los mecanismos utilizados. La opera-cin militar, la ilegalidad e ilegitimidad de laoperacin, se cristaliz con los bombardeosindiscriminados sobre los caseros de losafrodescendientes Varsovia, Balsagira, VillaHermosa, Bocachica; y las operaciones portierra sobre Vijao Cacarica, La Loma, Bocasdel Limn, Lomas del Salaqu en los que seintegraron comandos de civiles armados,vestidos de camuflado, de la estrategia para-militar, con militares del batalln Voltge-ros. Torturaron, descuartizaron, asesinaron,quemaron y saquearon poblados. Solamentese conoce de un contacto armado con mili-cianos de las FARC en el Salaqu. Las vcti-mas fueron solamente civiles, la despropor-cin, la violacin de derechos humanos e in-fracciones al Derecho Humanitario y la arti-culacin con una estrategia paramilitar, fue-ron el rostro del Estado para los afrodescen-dientes, indgenas y mestizos. Era para ellosla mano de la muerte.

    Desde ese ao hasta hoy, el controlparamilitar ha ido cualificndose. Se pasa deuna estrategia exclusiva de control y de re-presin contrainsurgente con la actuacin yomisin de la Polica de Urab, la Brigada 17

    el Batalln Fluvial 20 y de financiacin em-presarial; a una estrategia parainstitucionalque permea la institucionalidad, cuando nola domina, que legaliza la ilegalidad de lastierras, que usa de recursos pblicos para elincentivo de la siembra de palma, que confi-gura asociaciones y cooperativas campesinascomo mecanismo de control social, que ge-nera repoblamientos en territorios colecti-vos y que proyecta en la palma la posibilidadde la reconciliacin entre los victimarios ylas vctimas.

    Evidentemente toda esta fase de im-posicin se exime de pasar por un proceso derestitucin, de reparacin integral, de acep-tacin de la verdad, de la justicia y de la re-paracin integral y de no repeticin. Dentrodel proceso de institucionalizacin paramili-tar que coincide con la reingeniera militarde la Brigada 17, la reconfiguracin militarirregular del Bloque Elmer Crdenas, el Blo-que Darin, el Bloque Bananeros ya des-movilizados- las vctimas como sujetos dederechos estn sitiadas por la palma, la per-secucin judicial, la impunidad y la militari-zacin casi permanente.

    Los Crmenes denunciados ante la Fis-cala General de la Nacin, a travs de laComisin Interamericana de Derechos Hu-manos, de la Corte Interamericana, de dece-nas de Constancias y Censuras Morales, nohan posibilitado el esclarecimiento ni la san-cin de los responsables.

    Desde el 2001 hasta hoy de los 110Crmenes denunciados, no existe una solainvestigacin abierta con acusados identifi-cados e individualizados. Mientras tanto, lasestructuras paramilitares conviven con lainstitucionalidad armada en los cascos urba-nos de los municipios como Bajir, Mutat,Riosucio. All, los responsables intelectua-les reposan en sus fincas, los materialesacampan en las zonas rurales de Pavarand,

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  • Barranquillita, Mutat, Rio Sucio y Curva-rad.

    Las vctimas se convierten en los res-ponsables de la impunidad. El ente investi-gador se excusa, responsabilizando a las vc-timas, desconociendo ms de 12 denunciasinstauradas con testimonios que, a pesar desu contundencia, no arrojan resultados efec-tivos sobre los responsables que se encuen-tran a la vista de todo el mundo. La justifica-cin, significa una transferencia de las res-ponsabilidades a las vctimas o a los testigos,ocultando diversas falencias en las investiga-ciones adelantadas por parte del Estado co-lombiano, ignora el que toda la informacin,incluso, con nombres, fechas y lugares deoperacin de estructuras paramilitares fue-ron entregadas oportunamente, sin que seconozca de allanamientos, de recoleccin depruebas tcnicas. La irresponsabilidad en eldeber de investigar es atribuida a las comu-nidades.

    La Justicia Penal Militar interviene.Dos de los crmenes cometidos por agentesestatales estn siendo, en el papel, asumidospor esa fiscala especializada en los que seacusa de la responsabilidad al otro polo de laguerra, la guerrilla, cuando no afirma que elcivil es guerrillero.

    De la totalidad de los casos presenta-dos a la Fiscala General de la Nacin el re-sultado es un cuadro con el listado de 28 in-vestigaciones en curso, del total de las inves-tigaciones 16 son referidas a homicidios. Deestos procesos 6 casos no corresponden a lospueblos afrodescendientes del Curvarad yJiguamiand; dos de los asesinatos cometi-dos contra afrodescendientes se correspon-den con el responsable contradiciendo lostestimonios de los testigos como ocurri enel caso del nio de 3 aos, de un adulto y de4 investigaciones por desplazamientos forza-dos, de un total de 13 denunciados, sola-mente 2 corresponden a las cuencas del Ji-

    guamiand y Curvarad. Acerca de los 2procesos adelantados respecto a la siembrailegal de Palma, solamente 1 de ellos corres-ponde a las comunidades del Curvarad.

    Es absoluta la dispersin de los pocosprocesos y de radicados en los casos del Cur-varad y Jiguamiand asumidos por la Fisca-la General de la Nacin, que adems, nocontemplan la totalidad y el universo de loscasos denunciados desde 1.996 hasta hoy, yel desconocimiento de la conexidad de cadauno de los casos cometidos desde octubre de1.996 hasta hoy, en tanto existe un modo deoperacin similar, unas mismas estructurasarmadas responsables y una misma intencio-nalidad de destruccin de las comunidadesque no se asume.

    Inexistentes investigaciones penalessobre los casos en los que se ha presentadodenuncia o acusacin con nombres y apelli-dos de paramilitares con las estructuras ar-madas de la Brigada 17.

    Investigaciones formales en etapapreeliminar sobre la siembra de palma acei-tera, mientras la siembra ilegal avanza con laproteccin de unidades militares y-o la es-trategia paramilitar con presencia de unida-des militares de la Brigada XVII.

    De vctimas a victimarios. Funciona-rios pblicos y sectores afines con las empre-sas, han acusado a los miembros de estas co-munidades y a sus acompaantes de ser au-xiliadores de las guerrillas y la Fiscala Gene-ral de la Nacin ha abierto investigacionesbasadas en testimonios poco crebles queprovienen de informantes que reciben pagopor sus declaraciones. En algunos casos, laFiscala ha impedido a quienes estn investi-gados acceder a los expedientes, negndolela personera para actuar a sus respectivosapoderados. Esta actuacin viola el derechoal debido proceso y a la presuncin de ino-cencia de los miembros de las comunidades yde quienes les acompaan.

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  • Con el paso del tiempo se constata quela guerra estatal bajo la justificacin de lapersecucin a la guerrilla ha atacado a la po-blacin civil. Destruyendo comunidades eidentidades socio culturales con prcticassistemticas de persecucin con la comisinde Crmenes de Lesa Humanidad, propi-ciando, amparando, protegiendo, sostenien-do la ilegal posesin de tierras para imponermodelos de desarrollo, que destruyen la vidahumana, el derecho de existencia de los pue-blos y la destruccin ambiental en sistemasricos en biodiversidad.

    La agroindustria de palma, luego delarrasamiento humano y natural, se vislum-bra como una de las razones de ser de la vio-lencia poltica, que en la etapa de desmovili-zacin o institucional paramilitar, se ofrececomo uno de los mecanismos de la pacifica-cin, de los planes de desarrollo, de la gene-racin de empleo.

    Frente a las reiteradas amenazas contrasu vida, la Comisin Interamericana de Dere-chos Humanos solicit al Gobierno colom-biano, el 7 de noviembre de 2002, adoptarmedidas cautelares para preservar el derechoa la vida y la integridad fsica de los miembrosde las comunidades. Sin embargo, el Estadono respondi de manera efectiva, lo que mo-tiv la Corte Interamericana de DerechosHumanos a decretar medidas provisionalesde proteccin a favor de esas comunidades el6 de marzo de 2003 y ratificarlas el 15 de mar-zo pasado, luego de una Audiencia en eseseno con sede en San Jos de Costa Rica.

    La tercera parte del caso tipo com-prende un abordaje a la palma aceitera, par-tiendo de la coincidencia de la siembras

    extensivas de palma aceitera en las tierrasdesalojadas por las acciones militares para-militares desde 1996, aseguradas en el 2001,con el control militar paramilitar de la apro-piacin.

    Los cultivos de palma aceitera handesconocido la existencia de ttulos colecti-vos sobre estos territorios. En el 2000, el Go-bierno reconoci los derechos de las comuni-dades afrodescendientes organizadas en losConsejos Comunitarios sobre los terrenosbaldos habitados, titulando colectivamente101.057 hectreas de tierras4. Hoy en da, seconoce de 13 empresas privadas, algunas delas cuales han recibido financiacin estatal,que estn implementando cultivos de palmaaceitera y proyectos de ganadera en estosterritorios: Urapalma S.A, Palmas de Curva-rad, Palmas S.A., Promotora palmera delCurvarad Palmad, Inversiones FregniOchoa, Empresa La Tukeka, Sociedad Asi-bicon, Empresa Selva Hmeda, EmpresaPalmas del Atrato5, Palmas de Urab Pal-mura, Inversiones Agropalma y Cia Ltada,Asociacin de Pequeos Cultivadores dePalma de Aceite en el Urab y Unidad Pro-ductiva Afrocolombiana de Palma.

    La Comisin Interamericana de Dere-chos Humanos inform a la Corte Interame-ricana de Derechos Humanos, desde el ao2001, la empresa Urapalma S.A. ha promovidola siembra de palma aceitera en aproximada-mente 1.500 hectreas de la zona del territoriocolectivo de estas comunidades, con ayuda de laproteccin armada perimetral y concntrica dela Brigada XVII del Ejrcito y de civiles arma-dos en sus factoras y bancos de semillas. Losoperativos e incursiones armadas en estos

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    4 Resolucin 2809 y 2801 del 22 de noviembre de 2000, del Instituto Colombiano de la Reforma Agraria(Incora).

    5 Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (Incoder), Loscultivos de palma de aceite en los territorios colectivos de las comunidades negras de los ros Curvarad y Jiguamian-d, en el departamento del Choc, Bogot, 14 de marzo de 2005.

  • territorios han tenido el objetivo de intimi-dar a los miembros de las Comunidades, yasea para que se vinculen a la produccin depalma aceitera o para que desocupen el te-rritorio6. En la audiencia de la Corte Intera-mericana de Derechos Humanos de marzode 2005 que dio lu-gar a la expedicinde la Resolucin del15 de marzo de2005, la ComisinInteramericana deDerechos Humanossolicit, como medi-da para el cabalcumplimiento de lasmedidas provisiona-les, que se d segui-miento al cultivo depalma africana en laszonas que han sido tituladas colectivamente a fa-vor de los miembros de las Comunidades, ya quees un factor que ha generado el desplazamiento yriesgos para los beneficiarios de las medidas provi-sionales.

    La actividad agroindustrial de la pal-ma se ha realizado contra la voluntad de lospobladores contraviniendo el Convenio169, disposiciones a Tierras, se ha desco-nocido el Derecho de Consulta, y con poste-rioridad a los desplazamientos forzados, lasmasacres, las desapariciones forzadas y losoperativos militares de la fuerza pblica y delos grupos paramilitares, se continan lasamenazas contra la vida y la integridad per-sonal de los habitantes que han denunciado.

    El despojo de las tierras de las comuni-dades del Curvarad y Jiguamiand se ha rea-lizado tambin por medio de las acciones jur-

    dicas ilegales de las empresas palmicultoras, atravs de la celebracin de contratos violato-rios de la ley 70 de 1993, la suplantacin perso-nal, la falsedad de documentos de propiedad,la creacin de figuras jurdicas para hacer apa-recer falsos avales de las comunidades, la su-

    plantacin de cargos delos representantes de lascomunidades, los acuer-dos para la implementa-cin de los cultivos facili-tados por funcionarios p-blicos miembros de lasfuerzas militares, la coac-cin y la amenaza directaa pobladores que en mu-chas ocasiones se ven obli-gados a vender sus propie-dades por temor o por noexistir opcin distinta que

    los beneficie, incluso, en la ilegalidad hasta re-sucitan los muertos.

    En uno de los casos de ms de 7.000hectreas adquiridos por la empresa Urapal-ma S.A. despus de una supuesta compra-venta en el ao 2000 con el dueo, el seorLino Antonio Daz Almario, las cerca de 50hectreas de los predios que le fueron adju-dicados en 1990 por resolucin del InstitutoColombiano de la Reforma Agraria Incora(ahora Incoder) se multiplicaron por miles yLino quien muri ahogado en 1.995 apare-ci suscribiendo el documento del 20007.

    Otra tcnica ha sido la suplantacinde la figura legal de Consejo Comunitario,como forma de legitimar la implementacinilegal del cultivo de palma aceitera en terri-torio colectivo. En el ao 1999, las comuni-dades del Curvarad constituyeron el Con-

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    6 Resolucin de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, 6 de marzo de 2003, Medidas provisionalessolicitadas por la Comisin Interamericana de Derechos Humanos respecto de la Repblica de Colombia, caso delas comunidades del Jiguamiand y del Curbarad, en www.corteidh.or.cr/serieepdf/JiguCurva_se_01.pdf

    7 Comisin Intereclesial de Justicia y Paz, Denuncia penal interpuesta ante la Fiscala General de la Nacin.

  • sejo Comunitario de la cuenca, pues era re-quisito indispensable para la solicitud ante elIncora de la titulacin colectiva del territo-rio de las comunidades afrodescendientes.En marzo de 2004, apareci registrada en laCmara de Comercio, la empresa Consejocomunitario de la cuenca del ro Curvarad

    Otra tcnica ha sido la falsificacin dedocumentos o la suplantacin personal. Seha constatado que en la lista entregada porlas empresas palmicultoras de personas quesupuestamente les vendieron sus predios,aparecen nombres de personas que no hanvendido y ni quieren vender. En otros casos,aparecen en ese listado nombres de personasque no se conocen como miembros de di-chas comunidades.

    Desde el ao 2000, los recursos natu-rales de las cuencas del Curvarad y Jigua-miand han sido utilizados y administradospor terceros con el fin implementar cultivosde palma aceitera o ganado, generando undao ambiental y social devastador. Mas de5.000 hectreas de bosques y especies de flo-ra nativos han sido deforestados, afectndo-se cerca de 80 especies maderables y medici-nales y 96 especies faunsticas y de insectosen ambas cuencas, los cuales integran losecosistemas del complejo ecoregional Da-rin Manab, que es considerado por lasNaciones Unidas como uno de los cuatro lu-gares en el mundo con mayor biodiversidad.

    Pero las autoridades ambientales tam-poco han actuado, la Corporacin Autno-ma del Medio Ambiente, Codechoc, en-cargada de vigilar la ley ambiental, no hacumplido su papel en la preservacin y derespeto al medio ambiente sino que los actosadministrativos que emiti comportan irre-gularidades graves. En el 2002, Codechoc

    no inici procesos contra las empresas pal-micultoras, an conociendo que la explota-cin de palma no contaba con un Plan deManejo Ambiental, y que la Compaa Ura-palma S.A. estaba deteriorando gravementeel medio ambiente en estos territorios colec-tivos. Ante ello, Codechoc simplemente selimit a hacer recomendaciones.

    Otro de los mecanismos que se ofrececomo legalizacin, se ha abierto a travs dela resolucin 1516 del 8 de agosto de 2005,con la cual se expiden directrices para la par-ticipacin de las comunidades negras o afro-colombianas en alianzas o asociaciones conempresarios, declara que la implementacinde contratos de asociacin o de riesgos com-partidos de comunidades negras con compa-as privadas. De acuerdo con el artculo se-gundo del mencionado Decreto, las compa-as privadas estn facultadas para suscribircontratos con comunidades afrodescendien-tes para el desarrollo de proyectos agroin-dustriales o de infraestructura en sus territo-rios ancestrales, acuerdos que solo requierenpara implementarse de lo que se denominala autonoma de la voluntad privada consa-grada en el artculo 1.602 del Cdigo Civil,es decir, la mera voluntad de las partes, lacuales en el derecho civil se encuentran enigualdad abstracta o formal. De esta forma,no se requiere aplicar ninguno de los princi-pios de orden tnico o las consideraciones deorden cultural y social establecidas en laConstitucin Nacional para proveer a lascomunidades afrodescedientes8 su igualdadefectiva. Lo anterior viola abiertamente elestatus tnico de los pueblos afrodescen-dientes al declarar la igualdad formal de di-chas minoras frente a compaas privadas.Se posibilita que terceros aprovechen terri-

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    8 Comisin Colombiana de Juristas, Colectivo de Abogados Jos Albear Restrepo y Justicia y Paz, Informe so-bre la situacin de los pueblos afrodescendientes caso Jiguamiand y Curvarad, presentado por la Unin Sindi-cal Obrera, USO ante la Comisin de expertos de la OIT., 31 de agosto de 2005-

  • torios ancestrales sin que deban observarninguna de las normas y prerrogativas tni-cas establecidas en Colombia.

    Igualmente, con la implementacin deproyectos agroindustriales de largo plazo, laextensin temporal de los proyectos podrasobrepasar los 35 aos establecidos en el ar-tculo sptimo, lo cual hace posible que defacto las comunidades afrodescendientespierdan el acceso y aprovechamiento de susterritorios y recursos naturales. La obliga-cin de consulta de las comunidades afro-descendientes en caso de explotacin de losrecursos naturales en sus territorios estcontemplada en la ley 70 de 1993

    Tanto el gobierno nacional como lasempresas palmicultoras ha desatendido laResolucin Defensorial 039 y la Directiva008 del Procurador General de la Nacin9.Todo los requerimientos en la prctica han

    sido desconocidos porque a la fecha, sep-tiembre de 2005, los militares continanprotegiendo la siembra de palma, la maqui-naria pesada que deforesta sigue siendo cus-todiada por militares, los grupos paramilita-res continan presionando a los campesinosa guardar silencio e involucrarse con los pro-yectos financiados por el plan Colombia.

    Las vctimas en muchos casos no handenunciado los atropellos contra su integri-dad personal y su derecho al territorio portemor. Algunas personas que lo hicieron oque intentan permanecer en sus tierras reci-bieron amenazas de muerte. Sus mecanis-mos de visibilizacin y demarcacin territo-rial en los que inscriben con sus palabras,que en su Territorio no se siembra palmahan sido daados y o destruidos por militaresy o empresarios.

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    Tramoya: Derechos Humanos y Palma en Jiguamiand y Curvarad

    9 Defensora del Pueblo, Resolucin Defensorial 39, Bogot, 2 de junio de 2005, pp. 19, 21 y 22.

  • Relatos

  • En el Jiguamiand y el Curvarad

    El golfo de Urab es el abrebocas del Curvara-d y el Jiguamiand al mundo, a travs de bocasdel Atrato, dejando a un lado margen izquierdaaguas abajo del ro Atrato el Parque Nacionalde los katos y ms adentro las comunidades delCacarica en Resistencia Civil. Acceder al Jigua-miand y el Curvarad significa recorrer la his-toria del Atrato, la historia de la conquista, dela esclavitud y los viajes de piratas hasta Vigadel Fuerte.

    Puede ser en plena lluvia, entre das denubes que median el intenso sol que golpea lapiel y el ro o pleno sol, o en luna llena, en nochesestrellas o en espesa neblina, agua mucho agua,miles de especies, de plantas, animales, insectos,aves, animales, peces estn all, la mayor canti-dad de especies por hectrea se encuentran en elBajo Atrato, donde se encuentra el Jiguamiandy el Curvarad.

    En la memoria del Jiguamiand y delCurvarad la memoria de los Embera, losWaunana, y los Awa, nombres indgenas, deaguas de serpientes, de aguas verdes y azulosas,de aguas con gran torrente. Los Embera tienensu propia historia de origen: Karagab y Tutrui-k, tuvieron alguna vez una disputa para saberquin era el ms poderoso. Tras varios intentosfallidos, Tutruik cre al Hombre tal como eshoy en da. La historia difiere en algunas cosasde la de los Cuna, que cuenta que fueron crea-dos a partir de la lluvia; y de la de los Waunana,que cuenta cmo los Embera fueron desterradosal ro San Juan por su maldad. Cerca del ao1540 comienzan las primeras expediciones es-paolas hacia el territorio Chocoano, a media-

    dos del siglo XVI se remonta la introduccin deesclavos africanos para las minas porque los in-dgenas que no huyeron ni pelearon se morande enfermedades tradas del otro continente.

    Los negros all llegaron al Jiguamiand, seacercaron al Curvarad, se encontraron todos,para afirmar ser libres, para habitar un espacioen la nacin colombiana, escaparon hacia tie-rras nuevas, lejanas a las riberas de los ros SanJuan y el Atrato. Ah en la afirmacin de la li-bertad, venidos del sur del Choc y del Cauca ydel Valle, fundaron sus caseros, de acuerdo conlas narraciones orales hace 70 aos, otros ase-guran que hace 50 aos, por la dcada del 50,otros retomando el imaginario de la ancestrali-dad 300 aos.

    Sus historias desde el siglo pasado, se en-cuentran, se superponen con la de los pueblosindgenas, historias que se encuentran en la bs-queda del arraigo a la Tierra, al Territorio de lavida, de la simplicidad, y en la prctica cotidia-na de un desarrollo propio, simple. Vida y Terri-torio palabras y realidades en las que se encuen-tran con los indgenas, intento de la memoria, denegacin de la esclavitud, posibilidad de sobrevi-vencia, posibilidad de la existencia.

    Ancestralidad ritualizada del Congo enla cotidianidad de la selva hmeda, en la rela-cin con el ro, en las palabras, en los mundosmticos, en los tiempos de la organizacin, en losritmos de las consultas y las decisiones, en losmiedos y en las alegras, en todo eso, que hoy esparte de la Resistencia.

    Desde los 80, la historia de se enriquece,se entrecruza, ahora con los mestizos, se politiza

  • de otro modo. Se mezclan pieles, mentalidadesque se integran interactan, se diferencian, sedistinguen pero se juntan en la vida en el Terri-torio. Mestizos venidos la violencia de los sin tie-rra, del latifundio Cordobeses, Sucrense yAntioqueo, eran los de las luchas agrarias, lasvctimas de la contrarreforma agraria, los suje-tos del derecho a la tierra.

    Si bien por estos Territorios se ubicaron yo transitaron las guerrilla del Ejrcito Popularde Liberacin, EPL, hasta comienzos de los no-venta; del Ejrcito de Liberacin Nacional,ELN; hasta mediados de los noventa y la guerri-lla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias deColombia, FARC EP hasta hoy, la cruenta es-trategia militar encubierta de tipo paramilitar yla sistemtica persecucin de la Brigada 17 sedirigi contra las comunidades indgenas, losafrodescendientes y mestizos, poblacin civil.

    Desde 1.996 son ellos las vctimas de unapersecucin sistemtica, con unas misma prcti-cas de exterminio, de persecucin contra unmismo grupo humano, que habita en un territo-rio biodiverso, por estrategias armadas estatalesabiertas como Brigada 17- y a travs de estra-tegia encubiertas tipo paramilitar- Es desde esemomento, cuando ellos, los torturados, los asesi-nados, los desaparecidos, los desplazados, losque llevan la memoria en frgiles cuerpos, a ve-ces fatigados por las correras para protegerse, opor el hambre que padecen, en que en ellos nacela percepcin de la existencia de la violencia ar-mada, la misma que los llevo a construir prcti-cas de resistencia civil, el desarrollo de estrate-gias de proteccin frente a la violencia estatal, eldesarrollo de estrategias para enfrentar el con-flicto armado, la impunidad y las polticas quematan con hambre y que matan el alma.

    Ellos desde hace 8 aos, poco a pococonstataron, fueron testigos y tambin han sidolas vctimas de una estrategia militar estatal quebajo el pretexto de persecucin a la guerrilla hapretendido ocultar los intereses que existen trasla guerra, los intereses econmicos, los intereses

    de la empresa privada, los que deben ser protegi-dos a cualquier costo. Esa violencia que les hapropiciado, por infortunio con sangre, la cons-truccin de su identidad como sujeto popular,como poblacin civil en medio de un modelo deguerra de guerrillas a travs del cual, tambin seha infringido el Derecho Humanitario y se hacuestionado a la tica revolucionaria. Esa vio-lencia que les ha permitido descubrir que detrsprotege los intereses privados, esa otra violenciaque usa de la legalidad para imponer un ordensocial. Esa violencia que se erige como Estadode Derecho cuando disea la impunidadcomo mecanismo que asegura a los victimariossu libertad y la opresin a los habitantes del Ji-guamiand y el Curvarad

    En su proyecto de Vida las comunidadesafrodescendientes y mestizas que habitan el Ji-guamiand y Curvarad en medio del terror es-tatal empresarial y en la tensin de los modelosde guerra de nuestro conflicto armado, el de laguerra estatal y el de guerra de guerrillas, hanconstruido propuestas en los que afirman susderechos a la Vida y al Territorio en libertad.

    Ellos en medio de la violencia paraestatalque inici su estela criminal en octubre de 1.996hasta hoy, ha sido el gestor de una capacidad de esperan-za, de creatividad, de resistencia y de resilencia. Fragmen-tos de historias del origen en medio de una guerraincomprendida desde la distancia por muchos,comprendida en sus propsitos diversos por lque se acerca.

    Desde la resistencia civil resignifican elsentido de la autoridad de lo justo, con su go-bierno propio. El intento de potenciar la creati-vidad popular con las Zonas Humanitarias, re-leyendo el Derecho Internacional Humanitario,hacindolo propio desde la realidad, O constru-yendo un sentido de restauracin de la justicia,como un intento de armona, de reconstruccinde lo destruido, de sancin tica y moral a losvictimarios. Ellos se suman al torrente de creati-vidad de la educacin popular, de los saltos pe-daggicos con su propuesta de educacin propia

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  • o de una economa fundada en el pan coger, enla produccin limpia, en el intercambio, en elrespeto a la biodiversidad, en el uso razonable dela tierra. Son parte de los espacios donde se sue-a y se construyen las posibilidades de mundosdistintos, de justicia y de solidaridad, redes decomunidades de Colombia y de Amrica con losindignados de Europa y de Estados Unidos queafirman otra realidad.

    Las comunidades del Jiguamiand y delCurvarad en el Choc son comunidades resi-lientes, que que han desarrollado la capacidadde enfrentar la extrema adversidad y las situa-ciones lmites para re crearse como colectivo,como sujeto social y salir fortalecidas con unanocin de futuro. Ha implicado el afrontamien-to a la destruccin, desarrollando la capacidadde proteger la integridad colectiva bajo inmensapresin externa y a la vez, el desarrollo de accio-nes, habilidades y capacidades colectivas a pesarde las circunstancias adversas.

    Ellas y ellos son resiliencia un intercam-bio permanente entre lo psicolgico, lo sociocul-

    tural, y los mecanismos de construccin de larealidad.

    El proyecto de resistencia, es un proyec-to muy grande para nosotros las comunidadesempobrecidas, y a quienes se nos quiere excluir,porque habitamos en un Territorio hermoso, be-llo, con nuestra riqueza humana, con nuestraflaquezas, con las aves, con los rboles, con losfrutales, con las aguas verdosas y azules, el ce-rro cara de perro, nosotros vivimos con dignidaden el campo, cuando apareci la violencia en el96 empez la muerte con sangre y el hambre,nosotros somos como el ejemplo de las aves, lasaves sin campo no viven y eso es el campesinomestizo, el afrodescendiente y el indgena con latierra, con el aire, con el cielo. La guerra es porel territorio, para hacernos esclavos del consu-mo de los otros, para hacernos esclavos del siste-ma, para hacernos responsables de la destruc-cin de la humanidad.

    De antes de la violencia

    Nosotros por la ancestralidad hemos recibi-do en herencia el Territorio nuestro en Co-lombia hace ms de 300 aos, desde eso an-cestros muchos llegaron aqu hace 70 aos,somos venidos de frica, del Congo aqu atrabajar como esclavos, hace ms de 100aos logramos nuestra libertad, pero siempreseguimos en lucha ante las nuevas esclavitu-des, las que se siguen dando, como est es-clavitud hoy de la palma y de la agroindus-tria con sangre y fuego, destruccin ambien-tal y de la biodiversidad. De hace 120 aos,igual por ms que se declarara la libertad seinventaron formas de discriminacin y deexplotacin en las minas, hacindonos sir-vientes, sin posibilidad de estudiar, sin dere-

    cho a elegir y ser elegidos, a mostrar nuestrafuerza en el deporte cuando lo quieren.

    Hay formas muchas de esclavitud, ynosotros luchamos por plena libertad. Eso eslo que nosotros tenemos claro y desde esetiempo la gente ha estado conviviendo con

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  • sus familias, y ha estado luchando en su tie-rrita.

    Anteriormente la gente no quemabamonte. Antes la tumba era as en cruz, elmonte para el arroz uno lo rozaba, lo tumba-ba, se recoga la madera y lo raspaba con ma-chete. Si era para el maz lo sembraba uno enel monte, lo sembraba y luego tumbaba lamadera y ya de ah produca el maz.

    Nosotros como negros sus costumbresno las hemos dejado, por que por decir don-de rozamos un pedazo de monte sembramossu cosecha este ao y lo dejamos que vuelvey levante y refresque la tierra por eso la tierrade nosotros no pierde la fertilidad por quetodo el tiempo en el momento que uno la ne-cesita es frtil para la agricultura, uno siem-bra y todo se da.

    Hasta el ao 96, antes de la masacrede Brisas de Curvarad haba mucha comidaen abundancia y vivamos las personas deesa forma tranquila con la naturaleza. Pordecir a mi me tocaba hoy salir, yo sala, contodo lo que traa a la casa era compartido, assala el otro vecino y haca lo mismo, y nuncatena uno problema de hambre por que ha-ba comida. Haba ms que todo en ese tiem-po el banano, el maz, el cerdo, una que otracabeza de ganado, guayaba, mango, zapote,arroz, pescado, guama, el ame. Y de tantasplantas nos curaban y nuestros ancestros seunieron con los indgenas y eso era una es-cuela de sabios, uno se mora de viejo, y elhospital pues era lo ltimo necesario. El co-mercio era del banano y de las rastras de ma-dera. Se tena el banano, salan ms que todoa vender el banano al ro atrato y ah lo reci-ba el barco y de eso vivan y de la cosechasembraban su arroz, su maz, todas esas cosasas que uno cultiva en los campos y lo quequedaba que era como lo necesario unocompraba el aceite, la sal.

    En los 70 y 80 la madera lo hacamoscon serrucho de mano, o sea que con rela-

    cin a la motosierra hoy da no cortaba casimadera porque con esa motosierra por decirhay personas que se cortan hasta las quincerastas en el da y en ese tiempo con serruchosi mucho le renda a la pareja se cortaba lascuatro, cinco rastas de madera y uno no des-trua la madera. Luego vino la motosierra seacaba todo ms rpido pero lo sabio es sabercomo estar bien con la naturaleza, los bsico,resembrar e ir conservando. Y ah es que unotienen que decir, a mi no me gusta la plata.

    Antes del terremoto y de la entrada dela empresa maderera los animales de monte,pescado, la tortuga haba bastante. Cuandodaban por decir las 7 u 8 de la noche uno ba-jaba al ro y vea a las guaguas en los ros.Desde el 96 hasta hoy, hasta ahorita mismo,de ese tiempo para ac, que ellos empezaronapoderarse del territorio de nosotros se haescaseado mucho ahorita mismo uno paraconseguir un animalito est muy escaso. No-sotros cogemos lo necesario lo que necesita-mos en la casa y dejamos para otro da o seaque no tratamos de acabar las cosas en unsolo da sino que todo el tiempo haya, noso-tros salimos al monte a cazar y matamos suguagua o un venado y ya nos vamos con esoconforme para la casa por que ya esta la co-mida y vamos conservando el medio am-biente, los animales y todas esas cosas.

    Igual que el ro era distinto, era todo eltrayecto limpio, por que ese pedazo de roque hoy da est seco, eso era un ro anchoque uno transitaba a la hora que uno querasin ningn temor de nada por que era un rolimpio. Vino la empresa maderas del Darina trabajar ah, se posesion en un punto quellaman Caldern a cortar madera y desdeque la empresa sali el ro comenz a secarsepor que supuestamente dej mucha maderaahogada en el plan del ro y eso fue sedimen-tando el ro. Eso fue una parte del obstculode que el ro se secara y la otra parte fue elsismo del 92, por que en la cabecera de los

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  • ros se derrumbaron muchas lomas, inclusi-ve hubo lomas que taparon al ro por quehubo partes donde se cruzaron de un lado alotro, entonces al derrumbarse tanta lomatodo ese lodo baj al ro y termino de relle-nar el ro hoy en da estamos nosotros pasan-do trabajo y la empresa que disfrut tanto denuestros recursos no nos apoyo, sacaron eldinero, y se fueron, ellos sacaron el recursomaderables sin pagar nada de indemniza-cin, se perdi mucha selva virgen primaria,a los campesinos desolacin y destruccin.

    En esa poca, que yo recuerdo existantres pueblitos uno llamado Bella Vista, otroel casero viejo se llamaba Las Juanas y el dePuerto Lleras que se llamaba en ese tiempoLa Yarta, Los nombres se fueron cambiando,era lo que nos sonara ms, llegaba el abuelo ynombraba el pueblo, en Puerto Lleras, pueshaba un abuelo liberal y pues nombr a Lle-ras y Bella Vista por que el abuelo se senten un montecito y miraba el horizonte.

    La relacin del negro con el indio hasido mancomunada, por que siempre el ne-gros y el indios han convivido toda una vida,toda una vida han convivido por que por queen ese tiempo los tiempos los indios cuandoeran fiestas mejor dicho fiestas patronales ,semana santa, como cuando era el 16 de julioellos bajaban a las cabeceras ah se les dabaalojamiento hasta que pasaban las fiestas yah regresaban otra vez a sus lugares de ori-gen, as ah se comparta mucho porque enese tiempo las personas eran muy solidarias eluno con el otro, en ese tiempo uno sala almonte a hacer la cacera y uno mataba la can-tidad del animal que fuera y despus que lle-gaba lo arreglaba y sala de casa en casa y acada quien le iba llevando su parte, as eraque se viva en ese tiempo y si era que a uno letocaba salir a pescar hacia lo mismo llegabauno con el pescado a la casa y de ah salacompartiendo. Y muchas tiendas, y muchafiesta, mucho deporte del ftbol.

    En esa poca las fincas eran mucha ve-getacin caso todo natural, se sembraba lonecesario. Haba de toda clase de animal co-mestible, que era de montaa, ellos abrieronfinca, pero abierta a pulmn, porque eramontaa, as nosotros hicimos aqu, yacuando ya comenzamos a trabajar. Habaveces que venamos de buscar semilla de pl-tano para sembrar y nos acostbamos sin co-mer, llegbamos a las 4 de la tarde y nosacostbamos sin comer, porque no se podacocinar, la plaga no dejaba, y en esa forma,nos aguantamos un lapso de tiempo, se nosapagaba la candela y tenamos que irnos en-seguida para Curvarad. Las fincas poco apoco fueron dotadas, dotadas era en madera,con nuestras herramientas, desyerbando yconservando.

    Aqu fueron llegando de San Juan ydel Baud. Ya se fue poblando, se fue po-blando. Todos trajeron un poco de familia,de hijos y entrando ya de su cuenta y fueronabriendo finca y entonces se fueron esco-giendo los caseros, lo de fcil entrada por elro Yo me recuerdo que lleg otro seor quetambin abri finca que se llamaba Aurelio.

    Bueno y as se fue poblando, y se fuepoblando, y se fue poblando la gente hastaque se fund La Madre. Y con el tiempo enmenos del ao 40 a los 70 eso fue mucha legente que lleg, el agua, y lo hermoso, lasplayas fue trayendo mucha gente del Sur delChoc. Ya no ramos tres sino que eran 10,15 hombres para trabajar y ya abrimos el sec-tor de La Madre, sin tener que tenerle miedoa nadie, nos iba bien. Bajbamos al ro cuan-do queramos porque no le tenamos miedo anadie, nadie nos persegua ni nada, si le toca-ba a dormir de noche o transitar en la selva oen el ro no haba problema, se iban los hom-bres a montear y venan de noche, haba ve-ces que dorman en el monte, haba veces quedorman en el monte y no haba problema.

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  • Si ya era muchos los encuentros de pa-labras, de costumbres distintas, uno seaprenda a hablar palabras de indgena, aho-ra treinta aos despus, en los 70 y los co-mienzos de 1.980, como decirle, como los1982, me acuerdo por naci uno de mis hi-jos, llegaron los mestizos los corretearon deCrdoba, de Sucre y de Antioquia, les quita-ron las pocas tierras los terratenientes parael ganado y el algodn, y persecucin a loscampesinos que protestaron, eso fue como loque hoy pasa. Nos cuentan las matanzas. Asque al tiempo bastante, llegaron los mestizos,y llegaron los mestizos en esta forma, llegarona Curvarad, buscaron la proteccin y la tie-rra en la selva, y se encontraron con la babi-lla, llegaron a Babilla. Unos poquitos se fueronmetiendo, se fueron metiendo, se fueron me-tiendo, se fueron metiendo, hasta que se poblde mestizos el Darin, aproximadamente ledigo, ms de 400 familias de mestizos.

    Llegamos huyendo de la violencia, delhambre y enfrentando la expropiacin desus tierras. Tomamos un trozo de tierra y locomenzamos a trabajar. La tierra es compar-tida entonces por tres grupos: Los Embera,los Negros y los Mestizos o Chilapos. En elterritorio de Curvarad empiezan a crecerlos pueblos de Cetino, Andaluca, Jengad,Camelias, Despensa y tambin empieza laorganizacin por acciones comunales y laconstruccin de escuelas. En Jiguamiandencontramos a Bijao, Buena Vista, BellaFlor Remacho, Nueva Esperanza y los ya an-cestrales territorios de Puerto Lleras, PuebloNuevo, Las Juanas y Bella Vista.

    Algunos llegaron como en el 79. No-sotros tenamos una de esas que llamanchampa viajaba entre Necocl y Arbolete,Antioquia. Mi pap tena una pequea fincapor ah de 40 hectreas. De ah yo me vienea conocer las tierras por que ya mi mam en-viud y nosotros quedamos 7 hermanos peroal saber que las tierras del Choc eran muy

    buenas y all donde estbamos no habadonde trabajar, ya las tierras eran bastantede ricos y que venan acaparando las tierras yya estbamos entre medio de varios ricos,entonces nos toco salir y venir a conocer lastierras del Choc y nos gust, primero llega-mos donde un amigo que era el que conocalas tierras ac en el Jigua. l nos anim vini-

    mos y nos gust. Quiero decir que nosotrosno demoramos mucho tiempo para regresarvinimos aqu el 27 de noviembre del 79.

    Ya las tierras estaban convertidas enganadera, ya no haba forma de trabajo parauno pobre de sobrellevar la vida y la de su fa-milia y salimos buscando tierra donde traba-jar y nos ubicamos en Camelias, nos venimospara el Choc y nos ubicamos a trabajar enCamelias. Cuando nosotros entramos a Ca-melias eran unas tierras preciosas, sueltas,ah no haba nadie, no haba gente, si habapersonas que tenan sus puestos pero marca-ditos ah, como una cosita ah esto es mo,esto otro es mo y esto es mo, bueno ahcompramos nosotros.

    En Curvarad vivimos 15 aos, en loque hoy llaman Carmen del Darin. De ahnos vinimos a Bocas de La Madre se llamaeso, frente Brisas a trabajar la agricultura,donde no haba a quien decirle buenas. Enesa poca se mora la gente de vieja si seaguantaba la plaga, un zancudo, un mosqui-

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  • to este que se ve tanto picar aqu y el congo,as le dicen.

    No pudimos resistir, en ese momento,el zancudo y la humedad mojaban los toldos,amanecan como si usted lo meti entre elagua, entre un tanque. Se quedaron unospocos, una familia, el indio y su mujer la in-dia y un slo hijo que tenan.

    Despus de un ao de haber entradoesa cuadrilla de indios, sali el indio porquel tena muy buenas relaciones con los more-nos y convid a un seor llamarse Pedro, ledecamos por sobrenombre Pedro Flaco paraque vinieran a trabajar a La Madre porque lestaba slo, apenas l y la mujer, despus deeso Pedro Flaco convida a mi compaeroporque haban estado trabajando muchotiempo juntos. No haba a quin ms decirlebuenos das, entonces esos tres hombres seunieron a trabajar, hoy le caan a un trabajo,maana le caan al otro, y pasado le caan aotro, y as levantamos nosotros las fincas deBrisas en el Curvarad de esa forma.

    Poco a poco se fue juntando la gente,ya se era muy hospitalario. En la primeracasa que se llegaba se daba mucha solidari-dad fue donde el seor Enrique Petro. Nosservan con el arroz, con la yuca, con el pl-tano hasta que nosotros tuvimos de dondecoger, estbamos en Andaluca. Cuando lle-gamos a Andaluca ese fue el primer caseroque tuvimos all, desde all nos bamos a tra-bajar a la finca que compramos sembramosarroz, maz, yuca, pltano y con el transcu-rrir del tiempo nosotros nos organizamos enjunta de accin comunal en ese tiempo aquen Andaluca pero vimos que a nosotros nosquedaba muy lejos de ir al trabajo y venirotra vez entonces fue que nos trasladamoshacia Jiguamiand, entonces le llamaban Bi-jao Medio, Jiguamiand, ah construimos lasprimera escuela para darle educacin a losnios. Desde all pues entonces nosotros sa-cbamos los productos de maz, pltano.

    Ms que todo el maz lo sacbamos para Ba-jir y Llano Rico sin ninguna clase de proble-mas: sembraba uno el maz y lo venda.

    Al poblarse de mestizos, se aceleraroncaminos entre el Curvarad y el Jiguamian-d, comenz a haber los caminos, porquenosotros los morenos no salamos por el ca-mino, si no en sus champas, pero cuando yase llen de mestizos, encomenzaron a haberlos caminos, haber por donde usted se meta,el caminito por el que uno camina por char-pas sino el camino, por el camino.

    En ese tiempo, lo que tengo claro ha-ban muchas creencias de los antiguos. Ha-ban fiestas patronales, eso por decir cuandoera la fiesta de la virgen del Carmen, La fies-ta de San Bartolo, y as sucesivamente mu-chos santos., unos pocos guardaban la tradi-cin de los cuentos de pescados, de nuestrosabuelos, de los ritos de fiesta, que ya se mez-claban con alabados y luego se meti ms locatlico

    As cuando llegaba el da de celebrarla fiesta a un santo bueno hacan su fiesta. Yla semana santa? eso sigue todava, ya porhistoria de los antiguos pues en ese tiempo lagente tena muchas creencias religiosas, ha-ba mucha honestidad, mucho respeto.

    Imagnese que cuando era tiempo desemana santa haba que andar limpiamente,honesto por que ellos le decan a uno que nose poda pisar duro por que se estaba maltra-tando al nio Dios, que no se poda ir a ba-ar al ro con desorden por que se volva unomedio pescado y no haba gente, entoncesuno iba al ro y se baaba honestamente y seiba a cambiar, en ese tiempo todas esas cosasas, en ese tiempo pues la gente trabajaba,haca sus cosechas. Y viva la gente sabrosa-mente por que en ese entonces no habanada de violencia, la gente viva tranquila,uno se mova para donde quera, a la horaque uno quera sin ningn temor de nada.

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  • Las celebraciones de das de fiestasnuestros la celebrbamos en dos y tres dasde fiesta y comamos con ollas comunitariaspara la cual matbamos tres marranos, y lafiesta la pasbamos toda la comunidad ali-mentndonos de la olla comunitaria comohermanos, por que en la comunidad somosmuy unidos, por que nosotros si una personasiente dolor en la comunidad todos lo senti-mos. En navidad, el 25 de diciembre haca-mos lo mismo.

    En semana santa, el mircoles santoeran rezos y dulces hasta el sbado de gloria,y todas las noches sacar procesiones, el daque llegaba el viernes santo hacamos judos,nosotros mismos nos ponamos judos en-mascaraos con hojas y entonces festejba-mos la resucitada del nio Dios, a las doce dela noche hacamos un desenclave con plvo-ra y un palmeteo que los judos se haban ro-bado el nio Dios, ya vena el sbado de glo-ria rompamos el albazo, hacamos tres tirosy de all en adelante formbamos la rumbacon trago y comida en ollas comunitarias.

    Vivamos dispersos y a la vez juntos,por ejemplo fines de semana nos encontr-bamos en un pueblo, en un sitio de concen-tracin y ya en das de labores como lunes,todo el mundo se desplazaba a sus parcelas atrabajar comn y corriente. Los sbados o losviernes en la tarde ya empezaba la gente asubir, a la rumba.

    Fiestas todos los sbados, de pronto ha-ban fiestas comunitarias, la gente bailando,claro, cuando eso hacamos festivales, festi-vales con el sentido de recoger fondos comu-nitarios, de pronto tena otro sentido de reco-ger fondos juveniles, fondos escolares.

    Como en los 80 conocimos a las gue-rrillas, se movan de un lado al otro, nos con-vocaban a reuniones, nos hablaban de polti-ca y del por que su lucha armada. Haba delas FARC, del ELN y del EPL. Nosotros noentendamos mucho de sus diferencias,

    cuando bamos al pueblo all nos coga la po-lica y nos preguntaban por ellos y nosotrospues decamos lo que veamos. Ellos se reu-nan con la comunidad, hablaban del capita-lismo, de la burguesa, muchas palabras quenosotros as no entendamos. Era normalsubir uno por el ro y verlos por ah, saluda-ban y nosotros seguamos en nuestras activi-dades y ellos en las suyas, las reuniones lashacan con toda la comunidad y luego seiban. A veces tardaban meses en volver, aveces venan las mismas caras, a veces nue-vos rostros. Y en esa poca muchos se fueronpara el monte, aqu pues el que se iba eramucho dolor a la familia, mucha resigna-cin. Muchos nunca los volvimos a ver, a ve-ces se enteraba de su muerte por la radio ollegaba el corrinche de que ya no estaban poresta zona. Y as fue, hablaban de la revolu-cin, de los obreros y los trabajadores, deuna Colombia diferente. Pero al mismotiempo, aqu venan liberales y muy poco laverdad, conservadores

    Haba muchas formas de organizacincolectiva, los indgenas las suyas, los chila-pos las suyas y los negros las suyas, pero laconvivencia fue juntando a todos, hubo ma-trimonios y en menor grado de indgenascon mestizos o con negros, pero eso del amornos iba acercando ms, la tierra y las necesi-dades. Poco a poco nos juntamos en organi-zaciones la de los indgenas y la de los cam-pesinos mestizos y nosotros los negros, em-pezamos a trabajar en la idea de conservar,en la organizacin comunitaria de autorida-des propias, a fundar caseros.

    Se crearon organizaciones indgenascomo CAMIZBA, afrodescendientes comoOCABA, todas con la bsqueda de la vidadigna, de la tierra con el gran impulso de lospadres claretianos, ellos con algunas religio-sas, aportando a reconocer nuestra dignidadde personas, de hijos de Dios, de hijos de estosterritorios. Fue una poca muy rica de posibi-

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  • lidades, estaba la guerrilla en las zonas rura-les, pero no pasaban de las reuniones, de ha-blarnos de la revolucin, pero haba muchaactividad de las comunidades independien-tes, llenas de alegra, de solidaridad, de her-mandad. Todos ramos orgullosos de la orga-nizacin comunitaria, de saber derechos, deeducarnos, d cuidar la salud, de buscar losmecanismos para la vida y la dignidad.

    Por la poca de los 80 nuestra relacinera con Riosucio, votamos, haba muchos li-berales y despus la Unin Patritica. Siem-pre hubo respeto por los que votaban o no, loimportante era nuestra convivencia, todosestbamos contentos, la poltica no era divi-sin, y la necesidad de lograr mejores entra-das nos juntaba a muchos en el pltano, aotros en la madera en trozos pequeos, aotros el arroz, discutamos del gobierno, peroigual nosotros aqu vivamos felices.

    Desde mucho tiempo nos hicimos muyamigos de la Parroquia de Nuestra Seoradel Carmen, todos bamos a Riosucio, era elmunicipio y all nos encontramos con padresy hermanas y misioneros muy trabajadorespor los pobres y ellos venan hasta aqu pasa-ban una semana, al que quera lo bautiza-ban, lo casaban, o simplemente pues se ha-blaba, se jugaba con ellos, pero con ellos nosvenia mucha moral, nos hablaron siemprede un mundo nuevo que naca de la organi-zacin, nosotros escuchbamos y recordba-mos nuestra historia y nos decan que todoera posible de ser mejor, que Dios no gustabala injusticia y as sentamos la palabra en elcorazn y uno sent que ramos personascon derechos.

    Ellos nos ofrecieron el colegio rural,nos ayudaron a reconocer lo hermoso delTerritorio, la biodiversidad, el mejoramientode la salud. Ellos conocieron nuestro plta-no, buscamos la forma en conjunto con laparroquia de Nuestra Seora del Carmenpara conseguir una comercializacin eso lo

    conseguimos a travs de la ayuda de la parro-quia en Sincelejo y Cartagena, o sea que lavida en ese entonces era buena por que todolo que uno cultivaba del pltano lo sacaba afuera pero ah fue pasando el tiempo ya ahllegaban carros, tractores a sacar el pltanono tenamos ningn problema.

    Se produca bastante alimentacin,porque haba pltano, haba ame, habayuca, haba unos marranos, bastantes galli-nas y pues la alimentacin, haba muchaproduccin de alimentacin y animales. Elque menos tena de los chilapos tena 2 o 3vaquitas, haba bastante potrero, uno salapor decir as.

    Se meta usted por donde quisiera me-terse por agua o por tierra, por donde se me-ta sala tranquilo sin ningn problema connadie, todo en perfectas condiciones, se fueyendo el tiempo, se fue yendo el tiempo, lagente contenta, se promova bastante el de-porte bastante, todas las comunidades te-nan su cancha.

    En el 96, iniciamos con una proyec-cin de transportar pltano. Una asociacinde plataneros por lo que aqu el pltano cre-ce sin mucho esfuerzo, se venda mucho elpltano pero entraban compradores de otrolado, o sea, de otras partes y pagaban el pl-tano a como ellos queran. Nosotros nos jun-tamos y quedamos pensando que juntandouna organizacin de plataneros poda mejorarel precio. Entonces la iniciamos, no le venda-mos el pltano a los compradores particula-res, sino todo a la Asociacin. Estuvimos ex-portando a Barranquilla, Medelln, Cartage-na, cuando se inicio a daar la vaina.

    Con la Parroquia conocimos muchasexperiencias de biodiversidad, de respeto almedio ambiente, de comunidades cristianas,de derechos humanos, me acuerdo que en el96, mientras sucedi la masacre de Brisas es-tbamos en un encuentro de formacin conJusticia y Paz, ya se va venir lo difcil, est-

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  • bamos a menos de 3 horas a pie de Brisas deCurvarad que se haba convertido en uncentro de mercado muy importante.

    Antes del desplazamiento viva unobien, porque viva bien, porque uno saba,traan su mercado, tena su negocito, tena-mos al menos en ese tiempo, toda la comidaasegurada, la educacin, el techo, el agua ylas Juntas de Accin Comunal y distintasiglesias, haba las polticas liberales y laUnin Patritica, se respetaban los distintoscultos es iglesias, haba distintas Juntas deAccin Comunal, haba problemas norma-les pero todo era lo ms armonioso

    Nosotros no pasbamos necesidadesni de ropa, ni de comida, porque uno tenamarrano, tena gallinas, tena sus cras, ymantena bien, uno sala para donde le pro-vocara y sala como la gente. Duramos unlapso de tiempo sin haber problemas, los ne-gros desde hace ms de 60 aos, los mestizos

    desde hace 30 aos y los indgenas de cientosde aos, todos felices.

    Pero desde hace unos 10 aos, empe-zaron los rumores, se oan las noticias de loque pasaba en Crdoba, en Turbo, Aparta-d, Chigorod. Despus de eso se oan losrumores ms cerca, despus de haber pasadoese lapso de tiempo, se oan las cosas y sevean en Beln de Bajir, en Caucheras yuno crea que eso era all muy lejos, Pero porac nadie conoca esas cosas ni mucho me-nos, no se crea, y no por hubiera habidoguerrillas aqu sino porque nosotros que te-namos que ver con la guerra. Se oy los ru-mores de la Mano de la muerte, donde en-traba la Mano mataba, pues la Mano demuerte mataba los que sindicaban de guerri-lleros. Que la Mano de muerte, que la Manode muerte, que, la mano de muerte, nadiesaba que era, solo de sus rumores.

    La mano de muerte

    Y apareci la mano de la muerte, no era unrasguo era una herida de muerte. Me re-cuerdo que los primeros seas de la violenciafue en 1996 en octubre con la masacre deBrisas en el Curvarad, nosotros veamoseso como lejos, como bien distante, bien le-jos se nos hacia saber o escuchar lo que pasa-ba en las bananeras. La masacre de Brisasnos lleg fuerte, muchos se salvaron de lamatazn de ese Domingo, me recuerdo mu-chos se tiraron al ro Curvarad, cogieronpor la maleza, por la selva y se llegaron aCao Claro, a Andaluca, Camelia.

    A finales de septiembre en el caseroLas Brisas ingresaron primero hombres de laBrigada 17I con uniformes del Batalln Vol-tgeros, antes haca como 15 das, haba ve-nido el ejrcito ah a Brisas y a toda la gente

    que haba ah la cogi y apag toda la msicay empez a hablar con todos los campesinos.Les acusaron de ser guerrilleros, entoncesnosotros les decamos, que no ramos de laguerrilla, que la guerrilla si estaba en la re-gin, pero ellos no eran guerrilleros y enton-ces decan que ms tarde venan un grupoque esos sino iban a preguntar, que esos ve-nan a matar, esos venan acabar hasta conel nido de la perra.

    Y lo dicho y anunciado se cumpli, do-lor del alma, vinieron otros dos ex - guerri-lleros apodados Emerson y El Valle, al-gunos militares de la Brigada 17 y paramili-tares de las Autodefensas de Crdoba y Ura-b. Hicieron salir a todos los habitantes desus casas en la plaza principal del pueblo, se-pararon a hombres y mujeres. Ese da, era da

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  • de embarque y el da de embarque la gente,toda la gente como ese da era del pltano,toda la gente sala a Brisas con su pltano, Alos hombres los hicieron tender en el piso.Luego fueron sacando a 8 campesinos. Acinco de ellos les dispararon delante de todos,y dijeron: para que se den cuenta de lo que lepasa a los guerrilleros. A varios que huimosnos dispararon sin lograr herir a ninguno, esofue una estampida, el pueblo que pudo se tiral agua del ro Curvarad, otros a los rastro-jos, otros a la selva

    Cuando empez la balacera yo estabaal otro lado de Brisas atraves a nado el roCurvarad me salvo el ro, a otros la selva ynos acogimos en Camelia, Buena Vista, perodormimos asustados y ah empezaron nuevosdesplazamientos de familias.

    Y entraron los paras, yo estaba en lacanchita de Brisas empezamos a jugar y ahnos fuimos por la orilla del ro para abajo,cuando vimos tantos armados encerrando elpueblo, ya estbamos en el borde del ro seoyeron los disparos, y yo corr y todos corri-mos hasta la finca de mi pap y ah esperandoque se calmara la cuestin y a mi mam si lacogieron con mi pap y una hermanita ma. Yes que en ese momento no haba guerrilla, yque si no los sapeaban empezaba a matar gen-te y empezaron a matar, pues en el momentoah como que no haban guerrilleros.

    Ya lo que se senta como un rasguocon el control econmico de los sitios demercado de las comunidades del Bajo Atra-to, ejercido por paramilitares pertenecientesa las Autodefensas Campesinas de Crdobay Urab con la Brigada 17 se convirti comouna herida en el alma. El control en el 96 es-taba dirigido a todos los del Bajo Atrato enlos puertos de Turbo en Antioquia y desde el20 de diciembre de ese ao en Riosucio, yadejaba de existir Brisas desde la Masacre, ypor el eje bananero Chigorod y Beln deBajir se hizo el otro control que se sum al

    que se haca en Pavarand y Mutat. Y nun-ca fue contra la guerrilla, fue contra los civi-les. Cuantos combates hubo en las ofensivasparamilitares y militares de la 17, no pasanlos dedos de una mano o de un pie.

    El control econmico era con la res-triccin en el paso de alimentos y combusti-bles a las personas que iban a comercializar yabastecerse, se quera supuestamente blo-quear a las guerrillas, pero eso fue contra no-sotros, porque la guerrilla sigui viviendo yexistiendo y eso no fue por cuenta nuestra,con el bloqueo varios desplazamientos ycomo raspado uno en el cuerpo, sala unapersona una familia y no volvan

    Esta era una tierra sana, no haba vio-lencia, no se oa peleas sino las normales, y searreglaba, no haba muertos de balas, no seoa nada aqu en esta parte del Choc. Ustedsala y dejaba su casa as y a usted no se leperda nada. Usted no se mora de hambre,usted no se mora de sed. Esa era el vivir no-sotros hasta el 96.

    Pero el rasguo se fue como abriendono cicatrizaba, estbamos empezando a or-ganizarnos para evitar el miedo y no despla-zarnos, y entraron los paras a Riosucio, el 20de diciembre. Algunos llegaron all de ca-sualidad por esos da, supieron de los desapa-recidos, de un supuesto combate entre mili-tares y paramilitares, pero todos vean tomara los paras con la polica y el ejrcito.

    Y as pas el Diciembre y nosotros enla espera, ese diciembre hubo fiesta perohubo un no se que por dentro, no fue tan fe-liz, trataba uno de trabajar pero un cosqui-lleo en la cabeza y en el corazn, un presenti-miento. Y entonces se supo del bombardeoen el Salaqu y el Cacarica y por la radio quemiles de familias huyeron que muchos esta-ban en Turbo en el Coliseo y el corazn em-pez a romperse, y uno pensando en los queconoca y otros hablaron de los que se fuerona Panam.

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  • Y cuando menos esperbamos un mesdespus de la operacin Gnesis que fueen la ultima semana de febrero de 1.997, su-pimos despus que se llam as porque lo fir-m el General Rito Alejo del Ro, ah fue quese desplaz todo lo que fue las comunidadesde Salaqu y Domingod, como una estam-pida, como una movilizacin se vinieron deCao Seco, se vino Villa Hermosa, se vino elClima, se vino este Ro Ciego, se vino la co-munidad de Platanillo, el Truand, Domin-god y nos contaron de los bombardeos y delos paramilitares por tierra con los de la Bri-gada 17 y que en el Salaqu solo hubo uncombate y que el Cacarica no hubo ni unosolo y todas esas co-munidades pasaronpor aqu ah arrin-conaron aqu, y lle-gaban madres defamilia que llega-ban con sus peladi-tos desnuditomuertos de ham-bre, con muchomiedo, los religio-sos decan se acabel mundo.

    Entonces no-sotros las comunidades de aqu nos reuni-mos entre todos: Bracito, Arrastradero,Apartadorcito, la Laguna, todas estas comu-nidades Pueblo Nuevo, Remacho, BuenaVista y todos, nos reunimos en conjuntopara recibirlos nos juntamos. El que tena unmarrano lo mataba, el que tena una vaca ladaba, el que tena daba, salamos a Bajircomprbamos jabn, comprbamos azcar yeso era para regalarlo entre todas las comu-nidades.

    Y lleg ese gento aqu, llenos de mie-do, y de aqu se fueron hacia Mutat y mu-chos de nosotros tambin nos asustamos, sinmucha informacin, solo sabiendo de los

    muertos, uno se asustaba y seguimos a loscampesinos, exigir respeto a la vida, pero esque mientras atendimos a la gente, ya nosentraron a apretar a nosotros aqu, y nosacusaron los militares y los paras en Beln deBajir, que lo que comprbamos era para laguerrilla, y ya entraron a presionarnos. Envista de tanta presin, nosotros aqu, que semetan hoy, que se meten maana, que no,que si, bueno en esa zozobra, nosotros todi-tos volvimos y nos reunimos todas las comu-nidades y que dijimos pensamos de-jarnos matar aqu o salimos a acompaar-los? y as hicimos.

    Eso fue en marzo de 1.997 y nosotrossalimos de aqu el15 de abril, noaguantamos ms elbloqueo econmi-co, nos apuntamosa la gente que esta-ba delante, los quevenan de all yahaban pasado, ha-bamos resuelto ynos habamos idomuchos, no todos,otros decidieronquedarse y se hicie-

    ron su abrigo en los rboles, comieron races,se subieron a la montaa, no se fueron a laguerrilla, se escondieron en la montaa.

    Cuando vemos que todo se paraliza laescuela, falta de aceite y de sal, de las ame-nazas de muerte en Mutat, que nada nosvenden e Bajir, nos tenemos que salir, ycomo ya haba la gente de Salaqu y Truan-d, Domingod, estaba ya atascada en Pava-rand, porque no llegaron a Mutat, enton-ces algunos de nosotros decidimos ir al xo-do y apoyarlos con la propuesta que ellos te-nan, exigindole al Estado muchas cosas.Eso era muy doloroso, el bloqueo econmi-co, algunos nos quedamos ms tiempo en el

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  • Curvarad y el Jiguamiand, pero salir eraun problema uno tena uno que ir a llevar lafactura antes de comprar y si uno iba a mer-car diez panelas o cinco y ya no las podatraer, ya tena que traer si iba a traer 10 tenaque traer 5, si iba a traer diez libras de azcarya no las poda traer. Todo era a lo que dije-ran el ejrcito por que decan que esa comi-da era para la guerrilla. Entonces nosotrosen esa parte decamos que no, que no erapara la guerrilla, que era para nosotros, parala familia para 15 o un mes. Y luego empeza-mos a vivir lo del Medio Atrato, empezarona matar y desaparecer en el Medio Atrato,Murind y Viga del Fuerte

    Y de tanta amenaza de muerte, denuestros muertos y del bloqueo econmico,la mayora nos desplazamos, nos salimos el70 % de la gente, dijimos esta solucin con elgobierno va a ser rpido pero entonces nofue rpido, no fue como nosotros pensamos.Qued el 30% de la gente en las comunida-des. Pas un ao, toda esa gente que qued,se organiz, se mantuvieron encaletados enla montaa, durmiendo, aguantando ham-bre. Pero nosotros no supimos que algunosse quedaron, como la salida fue a gotas y go-tas y gotas, ni nos dimos cuenta si no dosaos despus.

    Y llegamos a Pavarand y creamosque todo era rpido, y desfallecamos, pre-sionados por las Fuerzas Militares alrededory ms afuerita los paras amenazando y ma-tando. Entonces mientras el gobierno noresponda nos preparamos para regresar, to-mamos la experiencia de Comunidad de Paz,queramos ser neutrales en el conflicto ar-mado. Nos vino la propuesta con la iglesia,estando all para que si nosotros nos acoga-mos a ella, entonces a nosotros nos gust lapropuesta. Duramos 7 meses en consensoplaticando, analizando si nos convena sinonos convena, vimos que era una buena pro-puesta. En octubre nos declaramos en Co-

    munidad de Paz, eso fue en octubre del 97.Vimos despus como se llevaron en buses aMedelln a muchos dirigentes, a los que eranpolticos liberales o de la Unin Patritica,nunca supimos por que se los llevaron a esaciudad, creemos que se les neg el derecho aretornar.

    A mi pap lo asesinaron en el 97, est-bamos en Pavarand y la esperanza l la te-na en nosotros y nosotros tambin la tena-mos en l. Y en Pavarand se hablaba que vaa haber garantas, entonces nosotros ya es-cribamos con la gente que iba por all, des-de el Curvarad, los pocos que iban y ve-nan, as fuera a escondidas llegaba a Pava-rand a hablar. Entonces uno le comentabaa la gente y la gente vena y entonces le dabauno notas y yo estaba vendiendo los anima-les, entonces con lo que nosotros le mand-bamos a decir a l, l volva y coga esperan-za, empez a comprar un ternero, para noquedarse pues ser arrastrado y haciendo unnegocio para el retorno, lo cogieron los para-militares ah en la casa, cuando estaba ha-blando con un seor Julio Mendoza, ah fuedonde los mataron.

    Algunos nos quedamos hasta diciem-bre en las cuencas con la esperanza de que laprotesta por la ofensiva militar paramilitarera apenas de un mes, entonces dijimos no-sotros quedmonos por ese resto de ao e hi-cimos su cosecha. Nosotros empezamos a sa-lir de vez en cuando a Pavarand a hacer elmercadito y haba el control del ejrcito y yaera ese problema, que cada vez que se iba abuscar si no era firmado no haba mercadopara los campesinos y si uno traa el mercadi-to para ac para las comunidades ya lo tilda-ban que era colaborador de las guerrillas, en-tonces se le fue complicando la situacin auno y le fueron restringiendo la alimenta-cin ya despus que empezaron a desapare-cer gente en la trocha la cosa se fue apretan-do ya uno fue mirando que haba que la ni-

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  • ca solucin era tambin era irse uno tambinal xodo campesino que estaba en Pavaran-d, ya en diciembre del salimos casi todos,despus de una masacres por la zona. Los l-timos que estbamos en Pueblo Nuevo,Puerto Lleras as, por que supuestamente ve-nan el ejrcito y los paras con el objetivo deacorralar a uno y no dejarlo salir para hacercon nosotros lo que se les diera la gana.

    A finales de diciembre de 1.997, antesde la navidad, sali la gente cuando llegamosal borde Urada, a la tienda de un seor quehaba ah, ya los helicpteros sobrevolabanpor encima y disparaban y la gente asustadapor que como a uno nunca le haba tocadover eso, uno se pone muy nervioso y ya la gen-te arranc de all para all, y de pronto portierra ms ac de Arrastradero bamos en latrocha y nos par el ejrcito que si nosotrospara donde bamos que si a nosotros quiennos haba desplazado. Nadie, si no que no ha-bamos visto ms solucin que irnos para Pa-varand Y entonces el ejrcito nos dijo quenos regresramos para sus casas y la gente dijoque no que de ah bamos era directo y buenode all estuvimos su buen rato hasta que nosdejaron seguir. Y mejor dijimos, si nos regre-samos a la cuenca nos matan vamos a estarjuntos en Pavarand y all llegamos. Ya des-pus de estar ah hubo familias que decidie-ron irse por ejemplo para Chigorod otrospara Turbo, as se fueron regando la gente.Otros decidimos quedarnos all que era la de-cisin pensando en un retorno al lugar de ori-gen. Ese fue el segundo desplazamiento.

    En ese mes siguieron las masacres, unanavidad de muerte, mataron o desaparecie-ron a ms de 50 personas durante ms de 10das, esa fue la navidad Bueno entonces ahpas toda esa tragedia Desde all pues nosaguantamos diciembre, enero, febrero, mar-zo, abril hasta septiembre en Pavarand.All fue la Oficina de Almudena Mazarrazade Derechos Humanos de Naciones Unidas,

    Horacio Serpa Uribe, el defensor Nacionaldel Pueblo Fernando Castro Caicedo.

    De nosotros se hablo en todo el mun-do y el dolor del alma aumentaba. Me re-cuerdo que un da creo que fue en el 98, lle-g lvaro Uribe Vlez gobernador de Antio-quia, dicindole a la gente que ya podamosregresar, que ya no haba ningn problemaen la regin que ya todo estaba solucionado.Unos engaos con la gente que traa esaidea, trompos para los nios con esa idea,ponchos, sudaderas, con esos regalos y eseengao a la gente, se dijo que ya se poda re-gresar por que ya en la zona no estaba suce-diendo nada y en noviembre y diciembreempez una arremetida donde murieronms de 47 personas.

    Nosotros bamos al ro a la hora queellos le daba la gana y el da que a ellos no lediera la gana que uno fuera a lavar, no lava-ba, porque decan que no respondan y esocorran en el borde del ro, y ellos mismos de-can que el que estuviera ah de ah no res-ponda por nadie, haba das que nosotros alro no podamos bajar. Nosotros estbamosentre el medio de todo el ejrcito, nosotrospara arriba haba ejrcito, para abajo habaejrcito. Nosotros estbamos rodeados delejrcito, entonces el da que ellos le daba lagana que uno no bajara el ro, no bajaba.Ellos nos decan no respondo por nadie y no-sotros no bajbamos, Entonces por eso digoque yo no, no es que me da pena ser despla-zada, es que me duele, lo que es uno comodesplazado. Nosotros no estamos acostum-brados a que nos den, nosotros estamosacostumbrados a comer lo de uno, lo de sussudor.

    Nosotros estbamos tratados comodesplazados, como mendigos, el bocaditode comida. Uno no est acostumbrado aeso. Uno trabaja, no es de pereza, comerbastimento y eso era la carne para uno co-mer, se aguantaba uno tres, cuatro y cinco

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  • das, esperando que viniera la comida. Yaah los nios enfermos, fue mucho el nioque muri ah, con ese cuento de los cam-buches pegado uno al otro y de plstico.Fue mucho el nio que se muri, mucha lamujer que daba a luz y que mora, se compli-cada una cosa con otra, fue mucho el sufri-miento que tuvimos en Pavarand.

    Bueno estbamos ah y vea eso cuandose metieron los paramilitares ah vean pasa-ban esa gente y sobaban la mejilla, y decansi hace hambre porque tenan tiesto no co-man jaca, pero todo eso lo decan era por-que no haban matado a ninguno, pero comolos acompaantes que tenamos all, queellos no nos dejaban solos tampoco, enton-ces por eso fue el respeto que hubo tambin,que ellos se pasaban al costado de uno, perogracias a Dios no nos hicieron nada. No hi-cieron dentro del campamento nada porque

    Dios siempre esta con uno y los acompaan-tes estaban ah, pero todo lo hacan afuera

    No podan salir a trabajar porque elque sala a trabajar lo mataban los paramili-tares y hubo mucho, mucho problema ah enPavarand porque haba muchsimos para-militares donde el que queran asesinar loasesinaban porque la Brigada 17, que era laque hacia presencia no hacia nada por impe-dirlo. Llegaban al pueblo de Pavarandchantajeando la gente con unos cuchillos,machetes, sus fusiles, algunos se pasaban elmachete por la boca, sacaban la lengua lapaseaban en el machete diciendo: queremosmatar o beber sangre de alguien. La gente seencerraba en la iglesia que haba en Pava-rand, le decan a los militares, y las herma-nas de la iglesia catlica. Ella se atrevan aecharlos a decirles muchas cosas y ellos conrabia se iban, aunque no hacan nada con losparamilitares.

    De muchas Resistencias

    Del hacinamiento a la bsqueda de libertad

    Ya estando en Pavarand ya empezamos lagente a organizarnos porque haba muchapersecucin, que ah iban milicianos, queah iban guerrilleros, deca el ejrcito paraaislarnos de la solidaridad. Cada rato habatropeles, no, venimos a buscar un guerrilleroque esta ac, fue tanto que una vez cogierondos, dos seores de ah del xodo como lellamamos nosotros y se los llev la fiscala. Osea se los llev el ejrcito para Apartad, ahle hicieron la investigacin no salieron connada. La guerrilla no estaba, rumores iban yvenan.

    Sacamos comits de educacin, comi-ts de vigilancia, comits de disciplina, mu-chas clases de comits y ya tenda la gente a

    organizarse y haba un comit, comit decoordinacin, de informes. Todos los dasnos reunamos a las 7 de la maana, ya tena-mos organizado y ah fue cuando ya la orga-nizacin naci que haba que negociar con elgobierno el retorno para las comunidades.Ah fue cuando naci un pliego como de 3partes con 17 puntos en total. Un paquetede Retorno, uno de Titulacin Colectiva yotro de Proteccin.

    Se organiz, la OIBA OrganizacinIntertnica del Bajo Atrato OIBA, o sea eracomo una organizacin por el Territorio y elOMCABA si, Organizacin de Mujeres delBajo Atrato. Ya tenamos todo esto y en vis-ta de que se estaba como demorando la, o

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  • sea veamos que el gobierno estaba ponien-do patas, trabas al retorno, entonces naciuna propuesta de otra comunidad. Y vino laidea de Comunidad de Paz.

    Comunidades de Paz era como 53, setom el nombre San Francisco de Ass, yNatividad de Maria. Comunidades de Paz enSalaqu, Truand, Domingod, de la cuencade la Madre, de la cuenca de es Curvarad yJiguamiand.

    Las reglas era no tener relacin directani indirecta con los armados. Uno, no portararmas, yo no porto armas no soy guerrilleropero directa, directo uno cree que es uno es-tar metido entre ellos. El indirecto es que nose saba que era el indirecto, entonces nos de-can indirecto es que si usted siembra comidano puede venderles nada a los armados.

    La gente dijo eso, la nica manera desobrevivir al pueblito es ser neutral, y lo neu-tral es eso a todo el armado que aparezcapues darle la espalda, porque por ellos ba-mos a hablar, porque la lgica de que utiliza-ba el gobierno era que en nuestro territorioestaban en disputas los actores armados, osea que lo pelea la guerrilla y lo pelea en esecaso las autodefensas, pero que nunca fuerael gobierno ac a pelear.

    Hay una que deca que no portar ar-mas, no ser papel ni directa ni indirecta delconflicto, ah haba un poco de reglas que ami ya hasta se me olvidaron. Haba unas queeran como confusas, porque haba una queera no participar ni directa o indirectamentedel conflicto. Esa era a la que la gente le po-na ms atencin. Ser directo ser portador deun fusil e indirecto decan ellos que eracomo si yo cosechaba no poda venderle aninguna de esas personas ms, ningn clien-te ms, es como venir y poner reglas sobre elcliente a trabajar.

    Y mientras estbamos desplazados, yavimos que la guerra estaba, que no se acaba-ba, la presin era muy fuerte all mismo don-

    de estbamos, se meti la guerrilla y se tomtodo lo que es el casco urbano de Pavarand.La guerrilla fue a buscar al ejrcito y hubocombates pero gracias a Dios a los civiles nonos paso nada ni heridos ni nada, despusque pas eso quedo sin ejrcito ah como alos dos das lleg el ejrcito nosotros vimos lacosa muy dura, se fue el ejrcito y entraronlos paramilitares, entre ellos varios de los mi-litares. Ellos llegaron fue presionando queiban a acabar hasta con el nido de la perrapor que todo lo que haba ah era guerrilla.

    Abierto el paramilitarismo y declaradodesde el 97 para ac, se desplaz toda la po-blacin que haba, toda la poblacin civil sedesplaz y abandon las tierras. Si decanque perseguan a la guerrilla por que lo ha-can de esa forma con la poblacin. Nuncanegamos que la guerrilla estaba pero civil escivil. Unos se fueron, como se va la vida, sinsaber a veces el por qu o sabiendo que a unaal final lo espera la muerte. Si as fue unaparte de campesinos se fueron, la mayora delos mestizos se fueron, otra parte se murie-ron, los mataron y otra parte tuvieron quehuir junto con nosotros, otros se metieronentre rboles. Todos salimos huyendo, deuna u otra forma, salimos nosotros huyendode nuestras tierras dejando todo lo que haba-mos trabajado, dejndolo todo. A hoy hemosperdido nosotros, nuestra tierra por la causade la guerra de los ricos, porque no voy a decirsino la guerra, que nosotros no sabamos por-que nos bamos desplazados, hoy sabemos porque era importante salir, pero hoy nos tienenmedio aprisionados con la palma, las tierrasque se han tomado, los militares y los parami-litares contra nosotros protegiendo a los ri-cos. De la guerra aprendimos, de la guerra ha-blamos de la resistencia civil, de la guerra pro-ponemos y creamos nuestra dignidad.

    Y ya en 1.998 vino la esperanza del Re-torno, con nuestro proyecto de Comunida-des de Paz, y nos fuimos por etapas para lo-

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  • grar lo que queramos, nos hicimos en el sitioLa Marina, all llegamos, vimos el Atrato,nos acercamos pero no era an lo nuestro.All estuvimos, y pasan los meses y los me-ses, y la tierra lo llama a uno, y nada pasaba ynada que regresbamos, ya estaba el deses-pero la gente sin esperanza de retorno, el go-bierno incumpliendo y vino entonces el mi-lagro, si el milagro fue la lluvia. Todos est-bamos ya desesperados, todos sin esperanza,maldiciendo y llovi y llovi y eso que tena-mos como detenido en el alma se derram, ydecidimos regresarnos por nuestra cuenta,era nuestra decisin. La calamidad de la na-turaleza nos ayud, nos empujo a liberarnuestros sueos y decidimos retornar. Nosarriesgamos, all dejamos a La Marina. Hoypensamos que si no llueve tanto, si algo nonos ayuda a sacar a flote lo que sentamos ylo que pensbamos la dispersin sera mayor.Y nos regresamos, si nos regresamos y nosencontramos con nuestra cabeza y nuestrocorazn en la paz que sala de nuestras co-munidades, como comunidades de paz. Ypaso que en la guerra estamos, que la reali-dad era la guerra, y llegamos y nos vamos aPuerto Lleras, a Pueblo Nuevo y montamosnuestras casas, llega un tiempo de alegra, de

    mucha alegra volver al Territorio. Los niosse lanzaban al agua, hasta las de parto parie-ron ms pronto, el agua la vida recorriendo.

    Y nos encontramos con los que no sa-lieron, ellos all habitando el Territorio y nosfuimos acercando, difcil, poco a poco, acer-cndonos, como ganando como confianza,la guerra haba hecho una divisin, las men-talidades y los pensamientos nuevos tam-bin y nos encontramos con ellos. Hubo mo-mentos en que la situacin de tensin eraparte de cada quien afirmar su organizacin,celos que daaron, que despus se termina-ron cuando nos entendimos en lo importan-te, la defensa de la vida y del territorio.

    Nosotros vimos a los encaletados, co-nocimos su forma de huida, 4 meses en lamontaa, que no secaba la ropita porque noentraba el sol, sin animales, sin cocina deda, haciendo sopas de races, sin sal. As en-tendimos todos que era la violencia de la ba-las, la guerra estaba ah, nos lleg la mano dela muerte. Antes no haba sido as y ahoraestbamos a otra vez juntos en el mismo Te-rritorio, y si la mano negra nos dividi el Te-rritorio nos uni. No fue fcil hubo muchodolor, mucho tiempo necesario para volver acreer en nosotros.

    Del refugio en la selva

    Cuando vimos que estbamos solos, que lamayora estaba en Pavarand cuando cono-cimos ms y ms de las incursiones paramili-tares, como que venan arrasando con todo ,empezamos a dormir fuera, luego abrir tro-chas de los montes para salir a otras parteslejos, as con una montaa con la familiaatrs y cada rato salir para otra parte, bus-cando no morir, buscando vivir.

    Nosotros dejbamos los animales