13
MES DE LA BIBLIA 2006 Lectio Divina domingo 3 de septiembre 1 MES DE LA BIBIA 2006 LECTIO DIVINA – “Lo que hace impuro al ser humanoEVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 7, 1-23 DOMINGO 03 DE SEPTIEMBRE DE 2006 AMBIENTACIÓN Eleva tu pensamiento: Dios te ve. Levanta tu corazón: Dios te ama. Ponte bajo el influjo de su mirada amorosa. OBJETIVO: Lograr a la escucha de la palabra, que en nuestra vida se descubra el valor del servicio a los demás y en ello, el amor de Dios. Preparar: Cruz - Biblia – vela Nos ponemos de pie teniendo en las manos una vela encendida, una palma, una lámpara encendida, como signos: queremos estar atentos a los signos de los tiempos, y dispuestos a colaborar en el Reino de Dios. Esperamos, siempre vigilante, la llegada imprevisible del Señor que servimos. Queremos permanecer siempre atentos. Queremos estar siempre disponibles para el servicio fraterno: Así se hará concreta nuestra búsqueda del Reino. Oración de Invocación al Espíritu Santo "Ven, Espíritu creador, visita las almas de los fieles, e inunda con tu gracia los corazones que tu creaste. Ilumíname y hazme conocer lo bueno para obrarlo y lo malo para detestarlo por el don de la Sabiduría. Intensifica mi vida interior por el don del Entendimiento, Aconséjame en mis dudas por el don del Consejo. Dame la energía necesaria en la lucha contra mis pasiones, por el don de la Fortaleza. Envuelve todo mi proceder en un ambiente sobrenatural, por el don de la Ciencia. Haz que me sienta hijo tuyo en todas las vicisitudes de la vida y acuda a ti, por el don de la Piedad. Concédeme que te venere y ande con cautela en el sendero del bien, guiado por el don del santo Temor a Dios. Amén" Oración de Iniciación (Orden de la Madre Teresa de Calcuta) "Oh, amado Jesús. Ayúdame a esparcir Tu fragancia por donde quiera que vaya. Inunda mi alma con Tu Espíritu y Vida. Penetra y posee todo mi ser tan completamente, que mi vida entera sea un resplandor de la Tuya. Brilla a través de mí y permanece tan dentro de mí, que cada alma con que me encuentre pueda sentir Tu presencia en la mía. ¡Permite que no me vean a mí sino solamente a Jesús! Quédate conmigo y empezaré a

Lectio 1 Mc 7 1 23 domingo 03 de septiembre 2006 - … · que algunos de sus discípulos comían con manos impuras, es decir no lavadas, 3 - es que los ... resumen de la actividad

  • Upload
    ngonhu

  • View
    213

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

MES DE LA BIBLIA 2006 Lectio Divina domingo 3 de septiembre

1

MES DE LA BIBIA 2006 LECTIO DIVINA – “Lo que hace impuro al ser humano”

EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 7, 1-23 DOMINGO 03 DE SEPTIEMBRE DE 2006

AMBIENTACIÓN

Eleva tu pensamiento: Dios te ve. Levanta tu corazón: Dios te ama. Ponte bajo el influjo de su mirada amorosa. OBJETIVO: Lograr a la escucha de la palabra, que en nuestra vida se descubra el valor del servicio a los demás y en ello, el amor de Dios. Preparar: Cruz - Biblia – vela Nos ponemos de pie teniendo en las manos una vela encendida, una palma, una lámpara encendida, como signos: queremos estar atentos a los signos de los tiempos, y dispuestos a colaborar en el Reino de Dios. Esperamos, siempre vigilante, la llegada imprevisible del Señor que servimos. Queremos permanecer siempre atentos. Queremos estar siempre disponibles para el servicio fraterno: Así se hará concreta nuestra búsqueda del Reino.

Oración de Invocación al Espíritu Santo

"Ven, Espíritu creador, visita las almas de los fieles, e inunda con tu gracia los corazones que tu creaste. Ilumíname y hazme conocer lo bueno para obrarlo y lo malo para detestarlo por el don de la Sabiduría. Intensifica mi vida interior por el don del Entendimiento, Aconséjame en mis dudas por el don del Consejo. Dame la energía necesaria en la lucha contra mis pasiones, por el don de la Fortaleza. Envuelve todo mi proceder en un ambiente sobrenatural, por el don de la Ciencia. Haz que me sienta hijo tuyo en todas las vicisitudes de la vida y acuda a ti, por el don de la Piedad. Concédeme que te venere y ande con cautela en el sendero del bien, guiado por el don del santo Temor a Dios. Amén"

Oración de Iniciación

(Orden de la Madre Teresa de Calcuta) "Oh, amado Jesús. Ayúdame a esparcir Tu fragancia por donde quiera que vaya. Inunda mi alma con Tu Espíritu y Vida. Penetra y posee todo mi ser tan completamente, que mi vida entera sea un resplandor de la Tuya. Brilla a través de mí y permanece tan dentro de mí, que cada alma con que me encuentre pueda sentir Tu presencia en la mía. ¡Permite que no me vean a mí sino solamente a Jesús! Quédate conmigo y empezaré a

MES DE LA BIBLIA 2006 Lectio Divina domingo 3 de septiembre

2

resplandecer como Tú, a brillar tanto que pueda ser una luz para los demás. La luz oh, Jesús, vendrá toda de Ti, nada de ella será mía; serás Tú quien resplandezca sobre los demás a través de mi. Brillando sobre quienes me rodean, permíteme alabarte como mas te gusta. Permíteme predicarte sin predicar, no con palabras sino a través de mi ejemplo, a través de la fuerza atractiva, de la influencia armoniosa de todo lo que haga, de la inefable plenitud del amor que existe en mi corazón por Ti. Amen." Te invitamos a que hagas tu oración personal y/o comunitaria, a la luz de la presencia del Espíritu Santo. 1 paso. Lectio. (Leer) Énfasis en Comprender la Palabra… ¿Qué dice el texto? sin prisa: estamos escuchando a Dios que nos habla en su Palabra Escrita, la Biblia. Lee el texto mientras los demás lo escuchan atentamente. TEXTO A UTILIZAR: Biblia de Jerusalén, revisada y aumentada. Editorial Desclée de Brouwer Texto: Mc 7, 1-23 “Lo que hace impuro al ser humano” Si te encuentras en comunidad te invitamos a que leas alternadamente los versículos entre tus hermanos. Leer pausadamente: con unción Forma de leerlo (Elegir una forma de lectura, la más apropiada de acuerdo al grupo. O buscar otra forma de leer. Es fundamental que haya una lectura pausada, detenida, atenta. Dándose tiempo para conocer y profundizar los detalles y las circunstancias del relato). Cada persona debe volver a leer detenidamente e pasaje, consultando las notas de la Biblia. 1. Tres lectores intercalados 2. c/u lee un párrafo 3.Lector 1 (Mc7,1-13) Lector 2 (Mc7,14-15) Lector 3 (Mc7,17-23) 1 Se reúnen junto a él los fariseos, así como algunos escribas venidos de Jerusalén. 2 Y al ver que algunos de sus discípulos comían con manos impuras, es decir no lavadas, 3 - es que los fariseos y todos los judíos no comen sin haberse lavado las manos hasta el codo, aferrados a la tradición de los antiguos, 4 y al volver de la plaza, si no se bañan, no comen; y hay otras muchas cosas que observan por tradición, como la purificación de copas, jarros y bandejas -. 5 Por ello, los fariseos y los escribas le preguntan: «¿Por qué tus discípulos no viven conforme a la tradición de los antepasados, sino que comen con manos impuras?» 6 El les dijo: «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, según está escrito: = Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. 7= En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres.= 8 Dejando el precepto de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres.» 9 Les decía también: «¡Qué bien violáis el mandamiento de Dios, para conservar vuestra tradición! 10 Porque Moisés dijo: = Honra a tu padre y a tu madre = y: = el que maldiga a su padre o a su madre, sea castigado con la muerte. = Pero vosotros decís:

MES DE LA BIBLIA 2006 Lectio Divina domingo 3 de septiembre

3

11 Si uno dice a su padre o a su madre: "Lo que de mí podrías recibir como ayuda lo declaro Korbán - es decir: ofrenda -",12 ya no le dejáis hacer nada por su padre y por su madre, 13 anulando así la Palabra de Dios por vuestra tradición que os habéis transmitido; y hacéis muchas cosas semejantes a éstas.» 14 Llamó otra vez a la gente y les dijo: «Oídme todos y entended. 15 Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. 16 Quien tenga oídos para oír, que oiga.» 17 Y cuando, apartándose de la gente, entró en casa, sus discípulos le preguntaban sobre la parábola. 18 Él les dijo: «¿Conque también vosotros estáis sin inteligencia? ¿No comprendéis que todo lo que de fuera entra en el hombre no puede contaminarle, 19 pues no entra en su corazón, sino en el vientre y va a parar al excusado?» -así declaraba puros todos los alimentos-. 20 Y decía: «Lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. 21 Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones malas: fornicaciones, robos, asesinatos, 22 adulterios, avaricias, maldades, fraude, libertinaje, envidia, injuria, insolencia, insensatez. 23 Todas estas perversidades salen de dentro y contaminan al hombre.» SILENCIO: Lectura personal. Gustar la Palabra, saborearla, es encuentro con el Señor. NO HAY PRISA. Quedarse en la frase, palabra, o parte que el Señor inspire. No es necesario volverlo a leer todo. Lo importante es favorecer el encuentro con el Señor por medio de su Palabra. ECO (es una oración, de repetición, de goteo, de ir compenetrándonos de la Palabra, dejando que la Palabra vaya inundando en nuestro corazón). * C/u repite la frase, la palabra, la que más le llegó, la que más le tocó (repetirlo mismo que otras ya lo hayan dicho, volverlo a repetir) * OPCIÓN. Todo el grupo repite la frase o palabra que se ha dicho, creando así el eco.

¿QUÉ DICE EL TEXTO?

Nuestro evangelio de hoy se encuentra dentro de Mc 7,1-23 que es una unidad literaria con tres escenas. En la primera, los fariseos y algunos escribas cuestionan la

conducta de los discípulos que comen con manos impuras; Jesús responde en forma polémica sin dar una contestación directa (7,1-13). En la segunda escena, Jesús da su respuesta solemne a la cuestión suscitada. Se dirige a la muchedumbre y explica cuál es en realidad el factor que hace impura la conducta humana. (7,14-15). Y en la tercera escena, Jesús se dirige a los discípulos en privado y les desarrolla el tema (7,17-23). El episodio de Mc 7, 1-23 está ubicado entre relatos de milagros. El relato anterior es un resumen de la actividad milagrosa de Jesús (6,53-56) y el siguiente narra la curación de la hija de la mujer sirofenicia (7,24-30). Pero el episodio de Mc 7,1-23, aunque se encuentra entre curaciones milagrosas, no es una narración de milagro, sino el relato de una controversia de Jesús con los fariseos y con algunos escribas venidos de Jerusalén. En el relato, los fariseos y los escribas reprochan a Jesús porque deja que sus discípulos "coman los panes con manos impuras". El reproche suscita la respuesta de Jesús que primero es indirecta y polémica y

MES DE LA BIBLIA 2006 Lectio Divina domingo 3 de septiembre

4

luego directa y declarativa. En la declaración, Jesús establece el verdadero centro de pureza. Lo hace, primero, delante de todos; luego, tiene un aparte con los discípulos a quienes explica su declaración. El episodio de Mc 7,1-23 tiene su paralelo sinóptico sólo en Mateo (15,1-20). Comparado con el de Marcos, el episodio de Mateo tiene un estilo más fluido. Lucas omite este episodio porque prefiere tratar el tema de lo puro y lo impuro en Hch 10,1-48. El contexto dentro de la sección de los panes El episodio de Mc 7, 1-23 sobre el verdadero centro de la pureza se encuentra en la llamada sección de los panes, la cual comienza con la primera multiplicación de panes (6, 30-44) y concluye con el diálogo de Jesús con los discípulos (8,14-21) antes de la curación de un ciego en Cesarea de Filipo. Dentro de esta sección, el episodio en cuestión está encuadrado por un par de narraciones paralelas: las dos multiplicaciones de panes. Todos los pasajes dentro de esta sección se relacionan con el tema de los panes (artoi). En efecto, la primera multiplicación de panes está dedicada totalmente al tema. Además el texto de hoy continúa el tema sobre la pureza e impureza referida a los alimentos, pero esta vez en conflicto con la Biblia misma, que fija estos preceptos. La primera controversia fue con los escribas y fariseos, la segunda se convierte en una invitación a toda la gente para que escuchen y comprendan. El v.15 es “una de las más grandes palabras de la historia de las religiones” (Montefiore) y “una de las sentencias morales más importantes de toda la historia de la humanidad”. Jesús apunta a la auténtica moralidad, aquella que no está amarrada a una piedad exterior y ritualista, sino al corazón, es decir, a una opción y decisión profunda y conciente del ser humano. La pregunta de los discípulos a Jesús, probablemente no es porque no hayan comprendido, sino que les parece inaudito, pues la misma Biblia trae muchas normas que buscan evitar la impureza que viene desde fuera, por ejemplo, Lv 11 señala los animales impuros cuya carne es prohibida comer. Jesús sin embargo recrimina la incomprensión de sus discípulos, que ellos mismos le criticaban a la gente. A reglón seguido, Jesús vuelve al argumento de los alimentos afirmando que no hacen impuro porque en su camino natural no entran al corazón sino que van al vientre y luego a la letrina. Los alimentos no tocan el corazón. Jesús deja claro para los cristianos de todos los tiempos que la verdadera fuente de pureza o impureza no son los alimentos ni las cosas externas, sino el corazón, “centro de la persona, sede propia de las opciones y decisiones que regulan la relación del hombre con Dios”.

Por tanto, no son las cosas las que contaminan, sino que es el mismo ser humano, quien a partir de sus opciones, de sus decisiones, le dice si o no a Dios mismo, haciéndose así puro o impuro frente al proyecto de Dios en la historia. Se enumera a continuación una serie de doce vicios que en el v. 23 se denominan “cosas malas”. Podríamos organizar dichos vicios en cuatro grupos de tres. El primer grupo se refieren a mandamientos del decálogo: inmoralidad sexual (en el decálogo aparece como adulterio), robos y asesinatos. Es probable que la inmoralidad sexual aparezca en primer lugar por ser un grave problema que suscitaban las costumbres sexuales de los cristianos venidos del paganismo. Las cartas de Pablo especialmente la primera a los Corintios reflejan claramente este problema.

MES DE LA BIBLIA 2006 Lectio Divina domingo 3 de septiembre

5

En el v. 22 se menciona un segundo grupo compuesto por adulterio, avaricias y maldades. De nuevo se hace referencia a un vicio relacionado con lo sexual. El tercer grupo habla de engaño, libertinaje que manifiesta un comportamiento público ostentoso, y envidia. La envidia traduce literalmente “ojo malo”, es decir, quien mira a los demás con ojeriza por no tener lo que ellos tienen.

El último grupo comienza con los chismes, luego viene la soberbia, que también podría llamarse orgullo, arrogancia, o lo opuesto a la humildad de María, que en el Magnificat dice que Dios dispersó a los soberbios (Lc 1,51); y la insensatez que podría también llamarse la estupidez, la tontería, la necedad. En los evangelios, se les llama necios a los fariseos que se preocupan de limpiar lo externo del vaso mientras lo interno está lleno de robo y maldad (Lc 11,39). En este caso la insensatez es preocupación por aparentar más que por ser. También se llama “necio” en el evangelio al rico que proyecta la construcción de graneros para sentarse a disfrutar. Necio en este sentido es el que funda su propia seguridad en el tener, en el afán de acumular en vez de hacer crecer la comunión con los hermano. Jesús termina resumiendo el catálogo de vicios con la expresión “todas estas cosas malas” y ratificando la afirmación que dio origen a la reflexión: no es lo exterior lo que contamina al ser humano, sino lo interior, lo que sale de adentro, lo que viene del corazón, las opciones y decisiones íntimas que se traducen en el obrar.

La ley o prescripción que obligaba a las personas a realizar los ritos de purificación no hacía parte, estrictamente hablando, de la ley mosaica. Era una prescripción reservada a los sacerdotes que prestaban servicio en el templo y que debían estar en todo momento preparados para presentar una ofrenda de acuerdo con los requerimientos legales (Lv 22, 1-9). Los fariseos habían extendido, de modo por demás innecesario, este pesado precepto a todos los discípulos de cualquier escuela rabínica. Todos los que se preparaban para un conocimiento profundo de la Escritura debían, en opinión de los fariseos, seguir todos los requerimientos de purificación.

Los que pertenecían al partido fariseo criticaban a los discípulos de Jesús por muchas cosas: por incultos, por su origen social... pero, sobretodo, porque no seguían los protocolos que ellos habían impuesto -sin ninguna justificación- a cualquiera que se hiciese discípulo de un rabino.

Jesús critica esa actitud por falsa y encubridora. Falsa en el sentido en que lo que se buscaba, la pureza, no se conseguía por medio de ritos. Encubridora, porque ese exceso de legalismo les servía para infringir la ley y violar los derechos fundamentales de la familia y la comunidad. Los fariseos evadían sus obligaciones con sus padres y parientes apelando a una ley ritual que impedía que lo que se ofrecía al templo sirviera a otros propósitos. De esta manera, los ancianos eran abandonados en la miseria y las viudas y huérfanos vivían en la mendicidad.

Jesús pone al descubierto y denuncia ante el pueblo esta injusticia e incoherencia. Pero, en general, el pueblo era tan poco crítico y confiaba tanto en sus líderes que no percibía el engaño. La mala fe encubierta de religiosidad y piedad reemplazaba a una conciencia crítica y una fe madura.

MES DE LA BIBLIA 2006 Lectio Divina domingo 3 de septiembre

6

PREGUNTAS AL TEXTO Las preguntas y reflexiones son orientadoras. No es necesario responder cada una de ellas. Son preguntas generales para ayudar a comprender el texto. SELECCIONAR las más significativas para el grupo o elaborar otras más convenientes y apropiadas. LO IMPORTANTE es conocer y profundizar el texto, reflexionarlo y aplicarlo a la propia vida.

Hemos escuchado en el Evangelio que sólo contamina al hombre lo que sale de su él. Si en esta frase nos referimos a la boca en sentido físico nos hallaremos ante un absurdo y una gran necedad. De hecho deberíamos concluir que el hombre no se contamina comiendo, y sí vomitando, dado que el Señor dice: 15 Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. En consecuencia, ¿no te harías impuro al comer y si al vomitar? ¿No te harías impuro al beber y sí al escupir? De hecho, cuando escupes sale algo de tu boca, mientras que, cuando bebes entra algo. ¿Qué quiso decir el Señor con estas palabras?

Jesús dice: 16 Quien tenga oídos para oír, que oiga. ¿Por qué nos hará estas advertencias? ¿Tienes una fe en el Señor tan grande que esa fe puede transformar realmente tu vida? ¿Qué significa para Jesús la pureza?

Compartimos la Palabra: Hoy, la escucha de la Palabra: • ¿Qué sentimientos nos produce? (alegría, confianza, seguridad, vergüenza, tristeza, indiferencia, preocupación...) • ¿Qué efectos espirituales? (gozo, paz, arrepentimiento, iluminación, consuelo…) • ¿Qué acciones realizamos como respuesta ? (caridad, compromiso social, oración, ) • ¿Con la vida que llevas estás en un camino de conversión interior? • ¿Qué dificultades encuentras en ti mismo para la conversión de corazón? • Cristianamente ¿eres ritualista, legalista, sujeto al miedo del Dios castigador, eres escrupuloso? • ¿Qué actos de los citados por Jesús como frutos de la impureza interior están presentes en tu vida? • ¿Qué haces para tener momentos de intimidad con el Señor? ¿Qué consecuencias, interiores y exteriores, trae para la gente del tiempo del Nazareno la doctrina de lo puro y lo impuro? • ¿Qué es lo que más te llama la atención en esta enseñanza del Señor? ¿Qué imagen o rostro de Dios aparece en este trozo del Evangelio?

MES DE LA BIBLIA 2006 Lectio Divina domingo 3 de septiembre

7

Para Profundizar

IDEA A PROFUNDIZAR1 “Lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre” Todos los hombres que creen en Dios buscan vivir en paz con Él. Y toda persona siente - a veces confusamente en lo recóndito de su conciencia - que este “andar bien” con Dios compromete el modo de conducirse del hombre en toda su vida (y por ende, su vida moral). Sabemos, como cosa elemental, que debemos poner por obra lo bueno, y evitar lo malo... Y no es para nadie difícil intuir que nuestra “bondad” y nuestra “maldad” son - al menos implícitamente - una toma de posición frente a Dios. La Palabra de Dios, en el Antiguo Testamento, enseñaba que había cosas o actitudes que dejaban al hombre en falta frente a Dios, lo “manchaban”, de forma que la persona no podía participar del culto, ni tampoco tratar con los otros miembros de la comunidad. Por ejemplo: v La lepra hace impuro a quien la padece. v quien toque o coma ciertos animales (vg. reptiles), queda impuro. v lo mismo sucede a quien toque un cadáver [incluso “sin querer”]. Para salir de esta impureza había que cumplir con ciertos rituales... ¿Qué sentido tenía todo esto? No se trataba simplemente de gestos exteriores (no son superstición). La idea de fondo es que Dios es Santo, y por eso mismo los hombres no pueden acercarse a Él de cualquier manera, sino que deben disponerse dignamente para este encuentro. La pureza exterior, reglamentada con tanto cuidado, debía ser una señal exterior de la verdadera pureza: la que debe llevarse en el corazón. Lo importante es que esa pureza de corazón, que enseñan y alaban los profetas y los salmos, y que enseña Jesús en el Evangelio de hoy cuando se les reprocha a sus discípulos el no cumplir con las leyes externas. Pero Jesús no solamente retoma y recuerda lo que enseñaba el Antiguo Testamento (honrar a Dios con el corazón, y no sólo con los labios), sino que propone una verdad aún más profunda: lo que verdaderamente mancha a los hombres no es lo que viene desde afuera. Las “manchas” que ofenden a Dios son las actitudes de un mal corazón... Y por ende para poder agradar a Dios hay que buscar la pureza de corazón. + “Felices los que tienen el corazón puro, porque ellos verán a Dios”. ¡Qué hermoso poder presentarse ante Dios para alabarlo!, pero, nos dice el salmo responsorial:

1 Reflexión sobre Marcos 7,14-23 P. Juan Pablo Esquivel

MES DE LA BIBLIA 2006 Lectio Divina domingo 3 de septiembre

8

“Señor, quién puede entrar en tu santuario?” El no comer ciertas cosas, no tocar otras, lavarse y limpiarse prescrito en el Antiguo Testamento no quiere ser sino una señal exterior de la pureza de corazón, enseñada por los salmos y profetas, viviendo de una manera digna de Dios... Jesús lleva a plenitud esta ley. Y en el Evangelio de hoy declara que lo puro y lo impuro está determinado por un buen corazón que ama al Señor y busca cumplir en todo su voluntad, o un mal corazón, que es por eso mismo fuente de pecados que manchan al hombre y lo hacen impuro... Así, y sólo así debe entenderse lo de los alimentos impuros, animales impuros, cosas impuras: una pedagogía de Dios para mostrar la verdadera pureza.

Puro es lo que sale de un corazón purificado por Dios. Y el que tiene un corazón puro no sólo podrá ir al templo, sino que podrá ver a Dios y vivir para siempre con Él. Jesús enuncia una larga lista de trece acciones culpables, que proceden de un mal corazón, y que son las que realmente manchan al hombre... No el cuerpo sucio o deformado por la enfermedad, sino el corazón sucio o enfermo por el odio, la maldad, la envidia, la indiferencia, la avaricia, la soberbia, la lujuria... Y esto es plenamente actual, hoy, para nosotros y nuestro tiempo... Hay quienes se sienten satisfechos por el cumplimiento meramente exterior de los compromisos religiosos, sin preocuparse por las repercusiones interiores que el trato con Dios debe tener en toda nuestra vida [“Cumpli-miento”= cumplo, y miento]. Uno puede ir a Misa para encontrarse de corazón con Dios... o para despacharlo hasta la semana que viene... Y lo mismo la oración... la limosna, y todas las prácticas de piedad. “Ya cumplí”... (¿¿??¡¡!!) Si nuestros gestos exteriores no están sustentados por un espíritu sincero, pueden convertirse en meras formalidades, en trampas que anestesian nuestra conciencia y nos impiden un compromiso profundo con la realidad. Como los fariseos del Evangelio de hoy, corremos siempre el riesgo de quedarnos en exterioridades, confundiendo la santidad con algunos signos exteriores, y olvidando el interior: el corazón, fuente de las intenciones del hombre (buenas y malas), y por ende lo que define moralmente a la persona. O puede ocurrirnos que pensemos (erróneamente) que el pecado es algo “flotando” en el aire, y se nos “pega” incluso sin que nos demos cuenta; una “mala onda” que hay que conjurar con no sé qué extraños ritos; o un “daño”, que otros pueden hacerme en contra de mi voluntad; o que la santidad es una mera norma exterior, que “cumplimos” por rutina, distraídamente, o incluso por figuración o con intención no del todo pura. “Lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre” Ésta es la verdadera situación del hombre respecto del pecado. Nadie peca “sin querer” o “por casualidad”. Para que haya pecado tiene que haber mala intención en el corazón. Eso es lo que

MES DE LA BIBLIA 2006 Lectio Divina domingo 3 de septiembre

9

determina el pecado, incluso aunque esa mala intención no llegue a ponerse en obra: “el que odia en su corazón...” “el que mira con mal deseo...” ya ha “manchado” su corazón con el odio y el acoso (¿qué es a-cosar, sino tratar a las personas como si fuesen cosas?...) Y la verdadera santidad pasa también por el corazón... Un corazón purificado por la Gracia de Dios es el que produce obras de santidad. De nada sirven actos puramente exteriores, hechos sin ninguna intención de comprometerse personalmente, profundamente con el Señor (así en las oraciones, limosnas, peregrinaciones, colaboraciones, visitas a santuarios, promesas, etc.). Una última consideración: puro de corazón es quien busca agradar a Dios, y sólo a Él... Esta rectitud de intención es fundamental... Fruto de esta pureza de corazón es una enorme libertad, y una conciencia de las cosas claras como son. Libertad que contrarresta la esclavitud, tan sutil como peligrosa, de depender demasiado de los juicios humanos... A todos Jesús nos pide que examinemos de qué corazón proceden nuestras obras: si de un corazón esclavo, impuro, egoísta... o de un corazón puro, que se purifica incesantemente en la búsqueda del Rostro y la Voluntad del Señor... como María... Amén

2 paso. Meditatio (Meditar) Énfasis en Actualizar la Palabra… ¿Qué nos dice el Señor por su palabra? Nos dejamos interpelar por el texto Cada uno ora personalmente expresando a Dios aquello que el pasaje bíblico le sugiere, y buscando cómo poner en práctica el mensaje. En este segundo momento la atención se centra en descubrir el mensaje del texto en nuestra situación personal y comunitaria. La palabra de Dios se vuelve nuestro espejo. Es una actualidad permanente, podríamos decir: “Esta escritura que acabamos de oír, se ha cumplido hoy en nuestras vidas”, pero cuestionémonos ¿Qué Escritura conocemos tan bien, como para reconocerla en nuestro hoy? 1.- Lectura: de nuevo se lee el texto en voz alta, mientras los demás escuchan atentamente 2.- Silencio: cada uno lee el texto en silencio con la preocupación de descubrir los que el Señor quiere decirle, de comprender su voluntad. Para esto conviene fijarse en palabras o frases que han sido significativas. Para releer el Evangelio: ¿Qué aprendemos de este texto del ayer para nuestro hoy?

Releyendo el texto, podemos pasar ahora a la meditación del texto, confrontando la Palabra

con la vida.

2. Meditatio Recordemos, que la Palabra de Dios debe ser siempre un saber llevar el texto a nuestro hoy, es decir, al hoy de nuestras vidas y nuestra historia. Por eso, la invitación para esta

MES DE LA BIBLIA 2006 Lectio Divina domingo 3 de septiembre

10

Meditatio, es ver como puedes hacer una relectura de tu vida en este texto. ¿Qué es lo que Dios me quiere comunicar con esta Palabra?

De la abundancia del corazón habla la boca. Si el Espíritu Santo habita en nuestros corazones como en un templo permitámosle que se exprese a través de una multitud de buenas obras nacidas de Él. Entonces amaremos hasta el extremo, pues realmente estaremos unidos al Señor como los miembros de un cuerpo se unen a la cabeza. Pero si en lugar de llenarnos de Dios nos hemos llenado del espíritu malo, entonces se desenfrenarán nuestros deseos e inclinaciones perversas, y nuestras obras serán pecaminosas; y si nos dejamos dominar por ellas finalmente nos iremos manchando y deteriorando cada vez más.

Ya el Señor le decía a Caín: Si obraras bien, llevarías bien alta la cabeza; pero si obras mal, el pecado acecha a tu puerta y te acosa, aunque tú puedes dominarlo. Sabiéndonos pecadores y siendo conscientes de que la salvación no es obra del hombre, sino la obra de Dios en el hombre, que Él realiza de un modo gratuito y amoroso, vayamos al Señor para que purifique nuestra conciencia de todo pecado; para que perdonados y libres de la maldad, nos ayude a no quedarnos vacíos y expuestos a ser nuevamente encadenados por el maligno, sino llenos de Dios y dispuestos a hacer el bien que procede de la presencia del Señor en nosotros.

Hemos venido ante el Señor para que Él colme nuestro corazón con su presencia, con su gracia, con su amor, con su Espíritu Santo. Su Palabra se ha pronunciado sobre nosotros como Palabra que no sólo es escuchada con amor, sino que es sembrada en nuestros corazones para que produzca frutos abundantes de buenas obras.

3 paso Oratio. (Oración) Énfasis en Orar la Palabra… ¿Qué le decimos al Señor motivados por su Palabra? Alabar, bendecir, glorificar al Señor por la vida en abundancia, porque nos muestra el camino de realización y la felicidad. Volvemos a leer de nuevo el pasaje Bíblico. Permanecemos unos instantes en oración ante el Señor. Pasamos por el corazón los sentimientos que se han despertado en nosotros y nosotras al ponernos en contacto con la Palabra de Dios y al escuchar a los compañeros del grupo. Cada uno expresa en voz alta su oración al Señor. Para terminar cantamos: Espíritu de Dios llena mi vida llena mi alma llena mi ser. Lléname, lléname; con tu presencia, lléname, lléname con tu poder. Deja que afloren del fondo del corazón sentimientos expresados en palabras silenciosas: para dar gracias de la elección, para ofrecerte con disponibilidad a la misión, haz silencio reverente en tu interior para recibir la fuerza del Espíritu Santo. Disfruta de la paz y la presencia del Señor que ahora te embarga. Pide al Señor por tus "enfermos"... Oración SALMO 51(50) Miserere 1 Del maestro de coro. Salmo. De David. 2 Cuando el profeta Natán lo visitó después de haberse unido aquél a Betsabé. 3 Piedad de mí, oh Dios, por tu bondad, por tu inmensa ternura

MES DE LA BIBLIA 2006 Lectio Divina domingo 3 de septiembre

11

borra mi delito,4 lávame a fondo de mi culpa, purifícame de mi pecado.5 Pues yo reconozco mi delito, mi pecado está siempre ante mí;6 contra ti, contra ti solo pequé, lo malo a tus ojos cometí.Por que seas justo cuando hablas e irreprochable cuando juzgas.7 Mira que nací culpable, pecador me concibió mi madre.8 Y tú amas la verdad en lo íntimo del ser, en mi interior me inculcas sabiduría.9 Rocíame con hisopo hasta quedar limpio, lávame hasta blanquear más que la nieve.10 Devuélveme el son del gozo y la alegría, se alegren los huesos que tú machacaste.11 Aparta tu vista de mis yerros y borra todas mis culpas.12 Crea en mí, oh Dios, un corazón puro, renueva en mi interior un espíritu firme;13 no me rechaces lejos de tu rostro, no retires de mí tu santo espíritu.14 Devuélveme el gozo de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso;15 enseñaré a los rebeldes tus caminos y los pecadores volverán a ti.16 Líbrame de la sangre, oh Dios, Dios salvador mío, y aclamará mi lengua tu justicia;17 abre, Señor, mis labios, y publicará mi boca tu alabanza.18 Pues no te complaces en sacrificios, si ofrezco un holocausto, no lo aceptas. 19 Dios quiere el sacrificio de un espíritu contrito, un corazón contrito y humillado, oh Dios, no lo desprecias.20 ¡Sé benévolo y favorece a Sión, reconstruye los muros de Jerusalén! 21 Entonces te agradarán los sacrificios legítimos -holocausto y oblación entera- entonces se ofrecerán novillos en tu altar.

El célebre Miserere, nos da una oración sálmica maravillosa para el evangelio de hoy, y para que se convierta en un oasis de oración, donde se pueda descubrir el mal que anida en la conciencia e implorar del Señor la purificación y el perdón. En efecto, como confiesa el salmista en otra súplica, «ningún hombre vivo es inocente frente a ti» (Sal 142,2). En el libro de Job se lee: «¿Cómo un hombre será justo ante Dios?, ¿cómo será puro el nacido de mujer? Si ni la luna misma tiene brillo, ni las estrellas son puras a sus ojos, ¡cuánto menos un hombre, esa gusanera, un hijo de hombre, ese gusano!» (Jb 25,4-6).

Frases fuertes y dramáticas, que quieren mostrar con toda su seriedad y gravedad el límite y la fragilidad de la criatura humana, su capacidad perversa de sembrar mal y violencia, impureza y mentira. Sin embargo, el mensaje de esperanza del Miserere, que el Salterio pone en labios de David, pecador convertido, es éste: Dios puede «borrar, lavar y limpiar» la culpa confesada con corazón contrito (cf. Sal 50,2-3). Dice el Señor por boca de Isaías: «Aunque fueren vuestros pecados como la grana, como la nieve blanquearán. Y aunque fueren rojos como la púrpura, como la lana quedarán» (Is 1,18).

4 paso Contemplatio (Actuar) Énfasis en Practicar la Palabra… ¿A qué conversión y acciones nos invita el Señor? Respondemos a la Palabra escuchada y meditada y nos comprometemos al descubrirla en nuestra vida. Motivarse a la conversión personal, concretizar alguna acción personal o grupal en favor de los demás.

En este momento respondemos a la Palabra de Dios, Cada uno puede compartir una oración que ya ha meditado en el momento de silencio, o compartir con los demás el compromiso

MES DE LA BIBLIA 2006 Lectio Divina domingo 3 de septiembre

12

personal o comunitario a que ha llegado. Lo podemos hacer a través de una oración de alabanza, de petición, de bendición, etc. También expresamos nuestros propósitos y compromisos personales y como grupo, que nos ha inspirado el texto. Y durante la semana rumiar la palabra, recordarla, aplicarla a nuestra propia vida, y que nos ayude a la oración personal. Usar la IMAGINACIÓN, visualizar la escena (detenerse, mirar a Jesús, centrarse en él, en sus actitudes, su comportamiento, sus palabras, sus gestos y en el Espíritu Santo, dialogar con ellos, interrogarles, cuestionarles, abrirles el corazón, que sea una conversación de corazón a corazón, entre amigos. Hablarle como se le habla a un gran amigo, a un confidente).

Cuando decimos «pureza», «puro», en el significado primero de estos términos, indicamos lo que contrasta con lo sucio. «Ensuciar» significa «hacer inmundo», «manchar». Esto se refiere a los diversos ámbitos del mundo físico. Por ejemplo se habla de una «calle sucia», de una «habitación sucia», se habla también del «aire contaminado». Y así también el hombre puede ser «inmundo», cuando su cuerpo no está limpio. Para quitar la suciedad del cuerpo, es necesario lavarlo. En la tradición del Antiguo Testamento se atribuía una gran importancia a las abluciones rituales, por ejemplo, a lavarse las manos antes de comer, de lo que habla el texto antes citado. Numerosas y detalladas prescripciones se referían a las abluciones del cuerpo en relación con la impureza sexual, entendida en sentido exclusivamente fisiológico, a lo que ya hemos aludido anteriormente (cf. Lev 15). De acuerdo con el estado de la ciencia médica del tiempo, las diversas abluciones podían corresponder a prescripciones higiénicas. En cuanto eran impuestas en nombre de Dios y contenidas en los Libros Sagrados de la legislación veterotestamentaria, la observancia de ellas adquiría, indirectamente, un significado religioso; eran abluciones rituales y, en la vida del hombre de la Antigua Alianza, servían a la «pureza ritual».Es por esto que Jesús siempre se pone en el nivel de la novedad: Jesús renueva, porque todas las cosas, otras que Él, se vuelven viejos. La tradición de los hombres no está en Jesús: solo la tradición de Dios está en Él. Porque la palabra 'tradición' por si misma expresa el acto de trasmitir a alguien alguna cosa que nosotros habíamos recibido de otros. Y Jesús, como mediador e intermediario, es precisamente el que nos trasmite a nosotros todo lo que el ha recibido de su Padre, así como él dijo a sus discípulos en la víspera de su Pasión: " Todo lo que he oído a mi Padre, os lo he dado a conocer." (Jn. 1515)

Jesús continúa insistiendo en lo que es verdaderamente importante para la vida del hombre. Lo exterior es importante, pero lo es más el interior. Ahora bien, ¿qué es lo que sale de hombre? Sin lugar a dudas lo que hemos metido. En otra ocasión dijo Jesús: “De la boca sale lo que abunda en el corazón” y además: “El árbol bueno no puede dar frutos malos”. Con esta instrucción no solo declara lícitos todos los alimentos, sino que nos previne del tipo de alimentos que verdaderamente pueden dañar al hombre y son aquello con los que alimentamos nuestro corazón (es decir nuestra imaginación, pensamiento, memoria, sentimientos). Por ello tengamos cuidado del tipo de espectáculos, revistas y programas de televisión que vemos, de nuestras conversaciones, etc.. Sería bueno que hoy nos preguntásemos qué tipo de alimentos estamos dejando entrar en nuestro corazón.

MES DE LA BIBLIA 2006 Lectio Divina domingo 3 de septiembre

13

ACTUAR (Actio) ¿...y...qué voy a hacer...?

¿..Cómo llevarlo a la vida...? En silencio Buscar una actitud para vivir Qué voy a hacer para vivir este texto Qué voy a hacer en concreto A qué me voy a empeñar para hacer realidad este texto ⊗ ¿A qué me compromete este pasaje, cómo debo vivir mi vida? ⊗ ¿Cuál debe ser mi actitud para decir siempre sí al Señor? ⊗ ¿Qué debo hacer, cómo debo actuar para seguir al Señor? ⊗ ¿Por qué cosas le debemos agradecer en este texto? ⊗ ¿A qué me compromete este pasaje, cómo debe ser nuestra fe?