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Legalizar la mariguana, un grave error

Ante las iniciativas de reformar la Ley General de Salud para legalizar la siembra, el cultivo, el consumo y la distribución de mariguana, consi-deramos que sería un error desde todos los puntos de vista, pero aún más desde la salud. Existen fundamentos científicos e investigaciones que indican los serios daños físicos y psicológicos que produce esta droga, y los problemas que ha acarreado para la seguridad de los países, como Holanda, en los que el consumo de mariguana está permitido dentro de un marco legal acotado.

En casi cuarenta años de experiencia de Centros de Integración Juvenil, A. C., institución que cuenta con una red de atención de 110 unidades en todo el país y una cobertura anual promedio de cuatro millones de personas, hemos podido comprobar que la mariguana es una droga peligrosa capaz de causar daños irreversibles a quien la utiliza habitualmente.

Lo que dicen las investigaciones

Cualquier droga, sea legal o ilegal, es peligrosa. Por consecuencia, y en sentido estricto, no hay drogas “blandas” o “duras”. Todas tienen efectos nocivos en el organismo de quien las consume, aunque éstos varían en tipo y grado de severidad de acuerdo con la sustancia de que se trate y de un individuo a otro. No hay, por lo tanto, droga inocua.

El alcohol y el tabaco son las drogas de entrada para el consumo de otras más peligrosas como la mariguana, la cocaína y las metanfetaminas. Aun cuando su consumo está supuestamente regulado y permitido exclusivamente a los adultos, son los niños de 12 y 11 años quienes empiezan a beber y fumar.

La mariguana es la droga ilegal de mayor consumo entre la población mexicana, al pasar de 3.8% en 2002, a 4.4% en 2008, de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Adiciones.

Si se legaliza la mariguana, ¿se acaba el narcotráfico?

No. Hay una venta indiscriminada, especialmente a menores de edad, de alcohol adulterado y cigarros sueltos o de contrabando. Este hecho

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es suficiente para derribar la creencia de que el comercio autorizado acaba con el tráfico ilícito. Tenemos el caso de las armas. En teoría, un particular puede adquirir legalmente un arma de fuego y un permiso para portarla. La realidad es que la mayor parte de los individuos que poseen pistolas las han adquirido en el mercado negro. Bastaría con que hubiera regulación para que cualquier droga, como la mariguana, invadiera el mercado negro y con él la corrupción y la violencia, sin importar que fuera el gobierno el encargado lógico de controlarlas, y de cualquier medida de seguridad que se diseñara para evitar prácticas delictuosas al respecto.

El tan sonado caso de Holanda

Hace dos años, en el marco del Congreso Internacional de Adicciones que anualmente organiza Centros de Integración Juvenil, tuvimos el honor de contar con la presencia del ministro de Salud de los Países Bajos. Su conferencia magistral dejó en claro que la despenalización de la mariguana en ese país no ha resultado en un descenso del consumo, sino al contrario, lo que refrenda la regla infalible en esta materia: a mayor disponibilidad, mayor consumo. Tampoco ha evitado que el consumidor de esta droga migre al abuso de la cocaína o la heroína. A pesar de lo que se creía, el narcotráfico no ha desaparecido, pues-to que alrededor de los coffee shops se venden drogas ilegales. Para finalizar, estos expendios regulados por el gobierno han servido como puntos de atracción para el narcoturismo con todos sus problemas de salud y seguridad.

El funcionario explicó que su gobierno se orienta ahora hacia una política mucho más restrictiva en materia de drogas, ya que la actual se presta a confusión: permite que los coffee shops vendan pequeñas cantidades de mariguana, pero procede judicialmente contra quienes la producen y la suministran.

Éste es un extracto de la conferencia del ministro Hoogervorst al referirse a las medidas tomadas en su país para desalentar el consumo: “Los partidarios de la legalización quieren que la droga se trate igual que el alcohol. Esperan que de esta manera podamos sacar la droga del mundo de la criminalidad y podamos actuar con mayor eficacia contra los abusos. Hay tres razones por las que opino que esta propuesta siempre será un camino intransitable. En primer lugar ya tenemos

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suficientes problemas con el alcohol. En mi país –al igual que en otros países europeos– el ascendente consumo de alcohol entre los jóvenes es un tema de gran preocupación. En los próximos años tendremos que idear una política muy estricta para poner una barrera contra el creciente abuso de alcohol. Por lo tanto, no sentimos la necesidad de exponer a la juventud a más seducciones peligrosas.

”En segundo lugar, el uso masivo de estupefacientes puede tener consecuencias desastrosas para la sociedad. Mientras que el consumo moderado de alcohol no tiene por qué causar problemas en las relaciones sociales, esto sí ocurre con el consumo general de estupefacientes. En tercer lugar, es impensable que drogas duras como la heroína y la cocaína puedan ser vendidas sin ningún impedimento, por ejemplo a los jóvenes; igual de inimaginable es que las drogas duras sean más fáciles de obtener que los medicamentos con receta. Siempre se impondrán restricciones a la venta y en consecuencia siempre seguirá existiendo un mercado negro. Por eso la despenalización total de las drogas es una ilusión... Y ya para terminar, me gustaría decirles algo acerca del futuro de la política sobre drogas en Holanda. Vemos que hay cada vez más apoyo en nuestro país para una política más estricta en cuanto al alcohol y al tabaco. Por eso una política tolerante sobre drogas blandas será cada vez menos probable. Mi pronóstico a largo plazo es que se continuará la tendencia actual en Holanda hacia una política sobre drogas más restrictiva. Y dentro de unos diez años la política holandesa sobre drogas ya no discrepará sustancialmente de la del resto de Europa.”

Conclusión

La legalización de la mariguana sería un error de graves consecuencias. Abriría la puerta a que más adolescentes y jóvenes la consumieran y migraran con más facilidad a otras drogas como la cocaína. El problema de salud pública se agravaría y lo mismo el de seguridad, puesto que siempre quedaría el narcotráfico con su poder corruptor en un nuevo nicho que sería el encargado de regular la producción, la distribución y la venta.

La única manera de luchar contra el consumo de drogas es mediante la prevención oportuna que le dé herramientas de información a los jóvenes para que aprendan a decir que no. Ésta es la verdadera solución, por eso actualmente el Gobierno Federal ha

instrumentado políticas públicas integrales para el combate tanto de la oferta como de la demanda. Ése es el camino correcto, y el tiempo lo habrá de corroborar.

Lic. Carmen Fernández CáceresDirectora General

Centros de Integración Juvenil, A. C.

DAÑOS OCASIONADOS POR EL USO DE MARIGUANA

• Altera las funciones normales del cerebro debido a su ingrediente activo químico, llamado THC (delta9-tetrahidrocanabinol), y la que se consume hoy es mucho más potente que la de hace algunos años.

• Los usuarios crónicos de mariguana (aquellos que la consumen frecuentemente y en grandes cantidades) desarrollan dependencia y síndrome de abstinencia como resultado de la interrupción del consumo.

• Ocasiona deficiencias cognoscitivas y síndrome amotivacional (el consumidor se vuelve apático).

• A corto plazo provoca problemas con la memoria y el aprendizaje. Los estudiantes fumadores habituales de mariguana presentan un deterioro en las habilidades críticas relacionadas con la atención y la retención de conocimientos, que puede persistir días después de haber consumido la droga y tardan hasta cuatro semanas en restablecerse.

• Dificulta la capacidad para pensar y resolver problemas.• Distorsiona la percepción de la realidad y produce pérdida de la

coordinación motora. Quienes conducen automóviles o manejan maquinaria peligrosa bajo los influjos de la droga están en mayor riesgo de sufrir accidentes.

• Aumenta el ritmo cardiaco. Hay evidencias acerca de que durante la primera hora de fumar mariguana se cuadruplica el riesgo de sufrir un ataque al corazón.

• La mariguana es más nociva que el tabaco para las vías respiratorias. Un cigarro de mariguana equivale a cinco cigarros de tabaco, con todos los daños que éstos causan. El uso habitual puede ocasionar asma y bronquitis crónica, así como baja densidad en el tejido pulmonar. Además, puede provocar cáncer de pulmón, de cabeza y cuello.

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• Los bebés, nacidos de mujeres que fumaron mariguana durante el embarazo pueden llegar a presentar problemas neurológicos que afectan la atención y la memoria y, por consecuencia, el desarrollo escolar.

• Provoca irritabilidad, ansiedad y dificultad para dormir.• Incrementa el riesgo de presentar síntomas psicóticos.• Las nuevas técnicas de imagenología demuestran que el abuso de

la mariguana puede llegar a detonar reacciones esquizofrénicas y psicóticas. También demuestran que el consumo de esta droga reduce las funciones de la corteza frontal inferior, región del cerebro asociada al control y las respuestas emocionales y conductuales.

• Estudios recientes indican que el uso de la droga causa daños cerebrales irreversibles, particularmente en adolescentes.

• El abuso entre la población adolescente disminuye la materia blanca del cerebro, aumentando los síntomas depresivos.

• La intoxicación puede producir síntomas psicóticos o afectivos transitorios y moderados.

• El consumo agudo puede provocar crisis de angustia y durar de 5 a 8 horas.

• El uso fuerte se asocia con efectos neuropsicológicos residuales que persisten aun después de un día de abstinencia.

• La intoxicación aguda produce interferencia en la memoria a corto plazo, y dificulta el desempeño en tareas de pasos múltiples.

• El uso intenso y prolongado se relaciona con una reducción del volumen del hipocampo y la amígdala, zonas asociadas con la memoria y las emociones.

• El uso crónico aumenta los niveles de la apolipoproteína, (la porción no grasa de una lipoproteína) que a su vez incrementan los niveles de triglicéridos en sangre.

• El abuso de esta droga durante periodos críticos de desarrollo tiene como secuela efectos neuroconductuales duraderos.

• El uso crónico produce efectos a nivel del Sistema Nervioso Central (SNC), que incluye deficiencias en el aprendizaje y atención, así como disminución de la masa cerebral.

• El uso durante la adolescencia puede aumentar el riesgo de utilizar otras drogas más agresivas o representar un factor importante para desarrollar esquizofrenia en la adultez.

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