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    LEONARDO PAGGI

    LA TEORIA GENERAL DEL MARXISMO EN GRAMSCI*

    *Introduccin de 'Escritos Polticos', Editorial: Siglo XXI, 1era. edicin: 1977.

    Segn una cierta apreciacin de la carga innovadora y antidogmtica de la obra deGramsci, hablar de una "teora general" del marxismo que le pertenezca puede parecerinconveniente, e incluso equivocado. Acaso toda la reflexin gramsciana no se hadesarrollado en una polmica constante contra toda tentacin sistemtica, siemprerecurrente en la historia del marxismo y del movimiento obrero? Y las razones de su

    peculiaridad no deben buscarse sobre todo en la intolerancia, y frecuentemente en elrechazo, de cualquier esquema interpretativo tendiente a convertir al marxismo en unadoctrina autosuficiente y encerrada en s misma, carente de una comunicacin real conlos desarrollos y las modificaciones de la cultura europea?

    Sobre estas justas consideraciones, que han determinado notoriamente la atmsfera de

    lectura de la obra de Gramsci, ha gravitado siempre un gran peligro: el de ver en loselementos de innovacin conceptual (y lingstica) la autorizacin ms o menosexplcita a subestimar el papel esencial que cumple en la comprensin del bosquejointerpretativo del marxismo formulado por Gramsci la confrontacin y la discusin conlos pasajes ms importantes de la precedente organizacin de la doctrina. El hecho deque toda su formacin juvenil se haya cumplido en un ambiente sustancialmenteextrao a la "Vulgata" de la II Internacional, no significa que Gramsci no hayadesarrollado ms tarde una precisa confrontacin a partir de 1924-1925, en el clima dela "bolchevizacin" de los partidos comunistas promovida por el KOMINTERN. Porciertos aspectos, de una "teora general" del marxismo en Gramsci se puede y, ms aun,se debe hablar en la medida en la que se individualiza en sus escritos claramente el

    esfuerzo por delinear una precisa alternativa terica.En 1958 Togliatti habl del pensamiento de Gramsci como de "un nuevo captulo delleninismo".[1]Se trataba de una definicin muy fuerte, an hoy significativa, siempreque no se la interprete como la indicacin de un desarrollo lineal --que tenga en Leninsu nico punto de partida--, sino que se comprenda cmo el elemento de "novedad"nace de la bsqueda de una confrontacin con todo el campo de la precedenteinterpretacin del marxismo, que utiliza los elementos principales de la ruptura polticaleniniana pero al mismo tiempo va mucho ms all de los mismos.

    1 Palmiro Togliatti,Il leninismo nel pensiero e nellazionedi Gramsci, en Studi gramsciani, Roma, 1958,p. 35.

    ElManualde Bujarin ofreci a Gramsci, como a otros pensadores comunistas europeos,el material para la determinacin de una serie de divergencias respecto a unainterpretacin del marxismo terico muy difundida en el grupo bolchevique, y destinadaa asumir ms tarde rasgos cada vez ms notorios con el perfilamiento del "marxismo-leninismo". Pero seria un error no advertir cmo detrs de Bujarin se perfila siempre lafigura de Plejnov, que con sus Problemas fundamentales del marxismode 1908 habadado la tentativa ms completa de manualizacin filosfica del marxismo, despus del

    Anti-Dhring, y al mismo tiempo la prueba ms significativa de "la pedantera seudocientfica del grupo intelectual alemn que tuvo tanta influencia en Rusia".[2]

    2 Antonio Gramsci, Il materialismo storico e la filosofia di Benedetto Croce, Turn, 1955, p. 79 (enadelante MS).

    La individualizacin de las partes constitutivas de la doctrina y de su nexo recproco queeste "clsico" de la II Internacional contena le deba ofrecer a Gramsci el hilo

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    conductor del trastrocamiento terico perseguido en los escritos de la crcel. Desde aques necesario partir si se quiere intentar un ordenamiento plausible en la multiplicidad delas definiciones del marxismo contenidas en la obra de Gramsci.

    En las primeras pginas del estudio de Plejnov[3]estn las proposiciones principales, acuyo desarrollo se dedica el tratado sucesivo, en las cuales est contenida, podramos

    decir al negativo, la problemtica en la que se ejerce toda la reflexin de Gramsci.Esquematizando es posible resumirla en los siguientes tres puntos:

    1) el marxismo es una concepcin del mundo, es decir el materialismo moderno talcomo llega a Feuerbach, cuya filosofa no puede considerarse un humanismo, como

    parece pensar Lange en su Historia del materialismo. Pero, ms precisamente, lafilosofa de Marx y de Engels es el materialismo dialctico, vale decir el materialismointegrado por la lgica de la contradiccin, en cuanto lgica del movimiento;

    2) hay que rechazar netamente la tendencia a convertir el materialismo histrico y elanlisis econmico en algo independiente y autnomo respecto del materialismofilosfico. Materialismo dialctico y materialismo histrico son indivisibles entre s. No

    se puede comprender justamente al segundo sin hacer siempre referencia al primero;3) slo cuando se ve el nexo indisoluble que une la ciencia a su propia filosofa puedeaccederse a la hiptesis del completamientodel marxismo con esta o aquella filosofa,con el pretexto de que Marx y Engels no elaboraron de manera suficientemente clara sustesis al respecto.

    3 Jorge Plejnov,Las cuestiones fundamentales del marxismo, Mxico, Ediciones Roca, 1974, p. 13 y ss.

    Mientras que la identificacin con el materialismo del ncleo filosfico del marxismoest presente desde los primeros escritos de Plejnov, las proposiciones sucesivas sefueron definiendo en el curso de la lucha ideolgica que l desarroll contra algunosrepresentantes de la Bernstein-Debatte (desde Bernstein hasta Schmidt), luego contra

    todo intento de una lectura diversa de la filosofa marxista, como se haba manifestadoms completamente en el curso de la primera dcada del siglo en los escritos de MaxAdler. Las soluciones tericas que se perfilan en el interior de la lnea de defensaexpresada por los "ortodoxos" son duramente criticadlas y rechazadas en los Cuadernos.Pero la reflexin de Gramsci se desarrolla justamente en el intento de ofrecer unasolucin diferente, si no incluso opuesta, a la instancia central de Plejnov: la de colocarun limite a la lgica del completamiento del marxismo, a travs de la explicitacin delnexo que vincula la filosofa de Marx al conocimiento cientfico de la historia del cuall mismo ha sentado las bases.

    Toda la reflexin terica de Gramsci demuestra, desde sus comienzos, que su finalidad

    principal es la de abrir el camino a un uso "revolucionario", es decir poltico, delmaterialismo histrico. Ya en los primeros grandes artculos sobre la Revolucin deoctubre el esfuerzo por identificar el ncleo filosfico del marxismo --tal cono seexpresa en el rechazo de toda concepcin que convierta a la historia en un "organismonatural"-- est directamente orientado a la obtencin de una valoracin critica de losgrandes fenmenos sociales contemporneos. La aceptacin y la completareformulacin de la instancia plejanoviana de un nexo inseparable entre materialismodialctico y materialismo histrico se expresa en la ms madura reflexin gramsciana atravs de la estricta complementariedad que l establece entre la crtica del materialismoen filosofa y la del economicismo (o del determinismo, o de la sociologa) en la lecturadel materialismo histrico.

    Al hecho de que no siempre se haya visto con claridad este nexo, que es el ms simplepero tambin, por ciertos aspectos, el ms importante, se debe adjudicar la causa de

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    muchos malentendidos en la lectura de los escritos filosficos de Gramsci y de una seriede dificultades en la identificacin de los fundamentos de sus anlisis histricos y

    polticos. Veamos qu forma asume positivamente en los escritos de Gramsci lareformulacin de los conceptos de materialismo histrico y materialismo dialctico,vistos en su nexo recproco. Es en este plano donde debe localizarse su contribucin a la

    "teora general" del marxismo.1. EL HUMANISMO Y EL HISTORICISMO ABSOLUTOS

    En septiembre de 1925 L'Unit publicaba algunos apuntes de lecciones sobre elleninismo dadas por Gramsci en una escuela de partido, que se abran con unadefinicin general que resulta til para nuestro discurso: "EI leninismo es la ciencia

    poltica del proletariado que ensea cmo se pueden movilizar todas las fuerzasnecesarias para el derrocamiento de la dictadura burguesa y la instauracin de ladictadura del proletariado. Para algunos no existe el leninismo como algo distinto delmarxismo. Esto no es cierto. En el leninismo hay una concepcin propia del mundo sinla cual hoy sera imposible entender a Marx."[4]Dejando por ahora el examen de la

    interpretacin gramsciana de la relacin entre Marx y Lenin, entonces en discusin entodo el movimiento comunista, es necesario subrayar que --an en el mbito de undiscurso especfico sobre el leninismo-- nos enfrentamos a una primera definicin de las

    partes constitutivas de la doctrina, que es la misma que acta en el fondo de todos losescritos de la crcel.

    4 "Leninismo", enL'Unit, 10 de septiembre de 1925.

    La ciencia poltica o, como sucesivamente Gramsci dir ms frecuentemente, la cienciade la historia y de la poltica, no puede asumirse como un puro mtodo de anlisis. Lamisma obra, prctica y terica, de Lenin no puede configurarse en los trminos de una

    pura y simple restauracin de la capacidad analtica de algunos instrumentoscognoscitivos dados. Para alcanzar el resultado al que Lenin lleg (incluso, Gramsci loespecifica muchas veces, en el terreno de la prctica poltica) es indispensable abrirnuevamente el problema de la relacin entre el marxismo y la cultura filosficamoderna y buscar en este terreno un nuevo planteo del problema de la teora general. Elmarxismo, en este sentido, es tambin para Gramsci profundamente monstico: no secambia una parte sin trastornar automticamente, quirase o no, todo el precedentesistema de coherencias. La ciencia poltica leniniana remite por lo tanto a unarevolucin en el terreno de la filosofa, que ha colocado al marxismo en una diversa yms congruente comunicacin no slo con los problemas objetivos, sino tambin conlas formas de conciencia de la poca contempornea. A travs de esta interpretacin delleninismo, Gramsci expresaba en realidad su concepcin general del marxismo y le

    daba una determinada forma expresiva a lo que haba sido su camino filosfico y suprincipal punto de llegada. En este sentido, en las afirmaciones ms arriba citadas seencuentra tambin una til indicacin de bsqueda y de estudio por la cual elmaterialismo histrico de la tradicin marxista de la II Internacional se ha convertidocon Gramsci en ciencia poltica, es decir en primer lugar en instrumento interpretativodel proceso de desarrollo de la revolucin proletaria; es necesario precisar antes quenada el significado que asume este trmino concepcin del mundo. Retomando lacuestin, se ver cmo detrs de esta continuidad terminolgica con el planteo dePlejnov se encuentra, por el contrario, la ms consistente ruptura.

    Si se quiere comprender qu quiere decir Gramsci cuando habla del marxismo como deuna filosofa que es tambin concepcin del, mundo, es necesario en primer lugar

    remitirse a la afirmacin recurrente de que el marxismo seala una ruptura irreversiblecon toda la precedente concepcin de la filosofa, es decir que el marxismo no

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    representa una nueva filosofa junto a, o contrapuesta a las otras, sino que es laindicacin ms perentoria de la necesidad de una reestructuracin de todo cl modo deser del saber filosfico. La ruptura no se determina en el interior de la historia de lafilosofa, porque la caracterstica del marxismo es la de indicar la expulsin y la crticade las categoras que haban constituido su fundamento.

    El primer error implcito en la adhesin al viejo materialismo consiste en identificar elncleo filosfico del marxismo sobre el patrn de categoras que pertenecen a la historia

    pasada de la filosofa y en sustraerse, por lo tanto, a la tarea de pensar en nuevostrminos el contenido original: "la nueva filosofa no puede coincidir con ningnsistema del pasado, de cualquier modo en que ste se llame. Identidad de trminos nosignifica identidad de conceptos".[5]Aun ms: "Tericamente la filosofa de la praxis nose reduce a ninguna filosofa: sta es no slo original porque supera las filosofas

    precedentes, sino especialmente porque abre un camino completamente nuevo, es decirrenueva de arriba abajo la manera de concebir la filosofa."[6]

    5 MS, p. 151.

    6 MS, p. 155.La ortodoxia materialista de Plejnov no slo se apoya en una interpretacinextremadamente simplista de las fuentes del pensamiento de Marx, sino que no lograescapar, a su pesar, a la lgica del completamiento del marxismo que intenta atacar.Desde esta perspectiva, la eleccin del materialismo constituye cuanto ms unaoposicin completamente intercambiable con la neokantiana de sus adversarios.Hablando de la tentativa crociana de reabsorber e incorporar el marxismo como"sirvienta de la cultura tradicional", Gramsci afirma an ms explcitamente que losortodoxos "caen en la trampa" cuando colocan el marxismo "subordinado a una teorageneral materialista (vulgar) como otros a la idealista".[7]

    7 MS, p. 157.

    Es oportuno en este punto llamar la atencin sobre la apreciacin de Gramsci de lafigura de Labriola, sealado en el mbito del marxismo de la II Internacional como el

    portador de una propuesta terica que habra que exhumar del estado de olvido en la quese la ha dejado caer. Su caracterstica est individualizada en la afirmacin de que "lafilosofa de la praxis es una filosofa original e independiente que tiene en si misma loselementos de un ulterior desarrollo para convertirse desde interpretacin de la historiaen filosofa general".[8] La falta de cualquier estructuracin clara de la relacinGramsci-Labriola se debe en gran parte a la ausencia de un anlisis suficientementeorgnico del pensamiento de Labriola, estudiado ms desde el punto de vista de "lallegada" al marxismo, que desde la valoracin intrnseca de la consistencia de su

    contribucin terica. Con todas las dificultades que el caso presenta, es indispensabletratar de individualizar, aun sumariamente, cules elementos de la posicin de Labriolaautorizaban la afirmacin ya sealada de Gramsci.

    8 MS, p. 82.

    Antes que nada es necesario observar que el acercamiento de Labriola al problema de lafilosofa del marxismo est ntimamente impulsado por una tcita pero profundainsatisfaccin por la tesis engelsiana acerca de la muerte de la filosofa y su completaresolucin en el desarrollo de las ciencias positivas. Si es verdad que tambin paraLabriola ciencia y filosofa estn inmersas en un proceso de desarrollo y detransformacin que lleva inevitablemente a su reciproca recomposicin, sta no puede

    ciertamente considerarse como ya cumplida por dos rdenes de razones. En primerlugar porque --en una perspectiva de juicio muy cercana a la de las tendencias

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    neocrticas europeas-- incluso para Labriola el desarrollo y la proliferacin de lasciencias particulares impone un plano de reflexin epistemolgica que fundamente yenlace lgicamente las metodologas respectivas. En segundo lugar porque las mismasrevoluciones que se cumplen en el terreno de la investigacin cientfica puedenenredarse, si no estn adecuadamente pensadas y fundadas, en una serie de resistencias

    y no liberar toda su carga renovadora en el terreno ms general de la cultura y de laconcepcin del mundo. Por otra parte, fundar la autonoma filosfica de una cienciasignifica para Labriola garantizar su correcto funcionamiento en cuanto ciencia.

    Vale la pena recordar una de las ejemplificaciones ms importantes a la quefrecuentemente recurra Labriola, el descubrimiento cientfico de Darwin, que aunconteniendo in nuce una revolucin de todas las precedentes concepciones de lanaturaleza, corre el riesgo de unirse con ideologas filosficas retrasadas de tipogroseramente positivista y evolucionista. "En el mismo Darwin --dice Labriola-- noexisti la conciencia completa del alcance de sus descubrimientos: l no fue el filsofode su ciencia. El darwinismo como nueva visin de la vida, y por lo tanto de lanaturaleza, est ms ac de la persona y de las tentativas del mismo Darwin." [9] Laanaloga con el marxismo, es decir con un descubrimiento cientfico igualmentesignificativo en el terreno de la historia, Labriola la expone explcitamente.

    9 Antonio Labriola, Saggi sul materialismo storico, al cuidado de Valentino Gerratana y Augusto Guerra,Roma, 1964, p. 218.

    Las pginas iniciales delDiscurriendopresentan con mucha claridad el enlace existenteentre la focalizacin de sus trminos esenciales y el desarrollo de la filosofa delmarxismo y su capacidad y posibilidad de difundirse y desarrollarse en contextosculturales diferentes, a veces hostiles. La conquista de una visin cientfica de la historiano puede manifestar toda su carga de innovacin de la estructura del saber que le esimplcita, sin que se precise la filosofa de esta ciencia. El terreno filosfico se convierte

    de ese modo no en aqul donde se retorna a construir siempre nuevos sistemas, sino enel campo de batalla de opuestas tendencias culturales y en ltima instancia polticas. La

    preocupacin de la que parte explcitamente Labriola es la de que "el materialismohistrico pueda parecer carente de fundamento slido mientras no se consiga desarrollarla filosofa que le es propia en cuanto filosofa intrnseca e inmanente a sus supuestos ysus premisas".[10] Elaborar esta filosofa no significa, entonces, proceder hacia unaespeculativizacin del marxismo, sino ms bien encontrar los medios ms idneos para

    plantear y resolver en toda su amplitud el problema de la defensa y del desarrollo delcontenido de cientificidad propio del marxismo. "Algunos vulgarizadores --diceLabriola-- han despojado a esta doctrina de la filosofa que le es inmanente parareducirla a un simple aperu[imagen]de la variacin de las condiciones histricas por la

    variacin de las condiciones econmicas."[11]La recuperacin y la elaboracin de lafilosofa marxista es por lo tanto una premisa indispensable para evitar toda reduccinmecnica y economicista del materialismo histrico. Buscar el contenido filosfico delmarxismo, partiendo justamente del centro de la ciencia de la historia, significa por lotanto asignar a la filosofa una tarea absolutamente diversa de aquella individualizada

    por Plejnov. El problema no es el de definir de una vez para siempre el permetroexterno de la doctrina, como defensa para cualquier asalto posible, sino el de concebir eldesarrollo del marxismo en trminos de una verdadera y propia "revolucin intelectual"que interesar campos cada vez ms amplios y numerosos del saber, en la medida enque ser capaz de sostener victoriosamente una serie de confrontaciones y batallas quegiren alrededor de la hegemona de una cultura, de una concepcin del mundo.

    10Ibd., pp. 208-209.

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    11Ibd., p. 218.

    Es notorio cmo Labriola identifica el ncleo filosfico presente en el materialismohistrico con el trmino filosfico de praxis. Recientemente se ha llamado la atencinsobre singulares asonancias entre algunos pasajes de la exposicin labriolana delmaterialismo histrico y la discusin que el joven Lenin hace del concepto de formacin

    econmica social;[12]pero si se quiere comprender el origen de ciertas analogas y almismo tiempo ir ms all de la simple aproximacin de textos, creo que es importanteremitirse justamente a este concepto de trabajo, o de praxis, al que Labriola --sobre lagua de una lectura precisa de las Tesis sobre Feuerbach-- parece confiar la fundacin dela socialidad, esta caracterstica constitutiva del mundo histrico-humano y, por lotanto, imprescindible elemento para superar toda tentacin dicotmica, como puedereproducirse en el interior de la misma interpretacin del materialismo histrico.

    12 Cf. Emilio Sereni, "Da Marx a Lenin: la categoria di formazione economico-sociale' ", en "Leninteorico e dirigente rivoluzionario', Quaderni di Critica marxista, nm. 4, pp. 50-57.

    "El materialismo histrico se extender, se difundir, se especificar, tendr tambin

    una historia. Quiz de pas a pas tendr modalidades y colorido diferentes. Y eso noser un gran mal; siempre que permanezca en el fondo el ncleo, lo que es toda sufilosofa. Por ejemplo postulados como stos: --en el proceso de la praxis est lanaturaleza, es decir la evolucin histrica del hombre: --y diciendo praxis, con esteaspecto de totalidad, se intenta eliminar la vulgar oposicin entre prctica y teora: --

    porque, en otros trminos, la historia es la historia del trabajo, y como, por una parte, enel trabajo entendido as integralmente est implcito el desarrollo respectivamente

    proporcionado y proporcional de las actitudes mentales y actitudes operativas, as, porotra parte, en el concepto de la historia del trabajo est implcita la forma siempre socialdel trabajo mismo, y la variacin de esa forma: --el hombre histrico es siempre elhombre social, y el presunto hombre pre-social, o supersocial, es un parto de la fantasa:

    --y as sucesivamente."[13]13 A. Labriola, Saggi, cit., p. 196.

    Este concepto de trabajo, al mismo tiempo que funda la nocin marxista de historia,indica tambin el lmite infranqueable de todo discurso sobre la naturaleza del hombre,sobre el devenir, sobre el progreso, etctera.

    "Los medios de la convivencia social que son, por una parte, las condiciones y losinstrumentos, y por otra, los productos de la colaboracin variamente especificada,constituyen, ms all de lo que nos ofrece la naturaleza propiamente dicha, la materia ylos incentivos de nuestra formacin interior. De aqu nacen los hbitos secundarios,derivados y complejos, por los cuales, ms all de los trminos de nuestra configuracin

    corprea, sentimos nuestro propio yocomo la parte de un nosotros, lo que quiere decirconcretamente, de un modo de vivir, de una costumbre, de una institucin, de un estado,de una iglesia, de una patria, de una tradicin histrica, etc. En estas correlaciones deasociacin prctica, que van de individuo a individuo, tienen sus races y su fundamentoobjetivo y prosaico todas aquellas diversas representaciones ideolgicas de espritu

    pblico, de psiquis social, de conciencia tnica, etc., alrededor de las cuales, como genteque toma por entes y sustancias las correspondencias y los relaciones , especulan, comometafsicos de psima escuela, los psicologistas y sociologistas, que llamarasimbolistas y simbolizantes. En estas mismas relaciones prcticas nacen las corrientescomunes, por las cuales el pensamiento individual, y la ciencia que de ste deriva, sonverdaderasfunciones sociales.

    "De esta forma estamos nuevamente en la filosofa de la praxis, que es la mdula delmaterialismo histrico. sta es la filosofa inmanente a las cosas sobre las que filosofa.

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    De la vida al pensamiento, y no del pensamiento a la vida. Del trabajo, que es unconocer actuando, al conocer como abstracta teora: y no de ste a aqul." [14]

    14 A. Labriola, Saggi, cit., p. 207.

    Las "relaciones prcticas" son por tanto las relaciones sociales de produccin; la praxises la fundacin marxista de la socialidad del mundo humano. Es indispensable exploraren esta direccin para defender y replantear la cientificidad del marxismo frente a otrasformas ideolgicas de acercamiento a la historia, como las que se van constituyendo conel desarrollo y la proliferacin de las ciencias sociales. Por otra parte es claro tambin elsentido de la insistencia de Labriola sobre el carcter inmanente de la filosofa marxistarespecto de las cosas sobre las cuales filosofa: intenta significar el rasgo diferencialrespecto de cualquier tipo de filosofa precedente.

    Engels habla ya afirmado, a propsito de Hegel y de sus pretensiones sistemticas ymanualescas, que "la tarea asignada de esta manera a la filosofa slo quiere decir quecada filsofo debe realizar lo que puede ser realizado solamente por todo el gnerohumano en su desenrollo progresivo".[15]Y Labriola retoma aqu el tema del fin del

    filsofo tradicional individualizando justamente en este concepto de praxis el modo enel que el "pensamiento individual" se reconoce y se identifica como "funcin social".Cuando el yo se reconoce como parte de un nosotros que le predetermina la naturaleza ylos objetivos posibles, la filosofa abandona el camino de la metafsica conjuntamentecon toda pretensin de sistematicidad.

    15 F. Engels.Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofa clsica alemana, Mosc, 1968, p. 24.

    Dejando de lado las muchas precisiones que exigira un argumento de testa naturaleza,de este breve excursus sobre Labriola hemos recavado sin embargo alguna indicacintil acerca de la posicin gramsciana sobre el problema de la filosofa del marxismo. Almenos en la primera instancia es justamente en la direccin indicada por Labriola que es

    necesario dirigirse para pensar adecuadamente la ruptura en la historia de la filosofaque el marxismo representa, sobre la que Gramsci retorna e insiste tan frecuentemente.Pero a estas alturas estamos ya delante del primer gran problema: el de dar una precisaconnotacin semntica a la definicin del marxismo como "humanismo absoluto" e"historicismo absoluto".

    Es a travs de estas dos definiciones que ha pasado la reabsorcin filosfica de todo elpensamiento de Gramsci, su plena reubicacin en la historia y en las crnicas de lafilosofa italiana. Y sin embargo, justamente a estas expresiones es que Gramscientenda entregar, a nuestro parecer, no la crtica de determinadas filosofas desde unnuevo "punto de vista" filosfico, sino la individualizacin de las razones que a suentender hacan del marxismo el punto de llegada irreversible de todo el modo

    precedente de entender la posicin y el mismo papel de la filosofa. Pero, partiendo dela primera de las dos definiciones, puede afirmarse que en Gramsci existe una filosofadel hombre, o, mejor aun, que toda su revaloracin del papel de la subjetividad pasa atravs de una concepcin filosfica que tiende a convertir al hombre, como tal, en

    protagonista, en sujeto de la historia?

    En realidad, la misma pregunta ''qu cosa es el hombre?", parece contener en Gramsciun planteo del problema que hay que rechazar de antemano. Ms aun, la mismaexistencia de esta pregunta, como punto de referencia constante en el desarrollo del

    pensamiento filosfico, es una prueba significativa por s misma de su ininterrumpidovicio metafsico. Para encontrar la justa respuesta a esta interrogacin, es necesario

    comenzar por reformularla en forma distinta. La indicacin esta contenida en la VITesis sobre Feuerbach:

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    "Que la 'naturaleza humana' sea 'el conjunto de las relaciones sociales' es la respuestams satisfactoria, porque incluye la idea del devenir: el hombre deviene, mutacontinuamente con la mutacin de las relaciones sociales y porque niega al 'hombre engeneral': efectivamente las relaciones sociales son expresadas por diferentes grupos dehombres que se presuponen, cuya unidad es dialctica, no formal. El hombre es

    aristocrtico en cuanto es siervo de la gleba."[16]16 MS, p. 31.

    La ventaja y la peculiaridad implcitas en la nueva reproduccin del problemacontenidos en la VI Tesis no es por lo tanto el exigir una genrica historizacin del

    problema, sino el de transformar la interrogacin sobre la esencia de la naturalezahumana, introduciendo el nuevo concepto de relaciones sociales de produccin. Lahistoricidad del hombre se confa a la de las relaciones sociales, las que mutan con lamutacin de la posicin recproca de las distintas clases. No es posible ningn discursosobre el hombre que prescinda de la divisin de la sociedad en clases. La historia delhombre es la de esta divisin. Los verdaderos sujetos de la historia son los grupos

    sociales, las clases que se enfrentan, definiendo en esta confrontacin antagnica surespectiva fisonoma. La lucha es la nica forma posible de unidad de una sociedaddividida en clases. El carcter ideolgico de la pregunta "qu cosa es el hombre"consiste precisamente en la anulacin de este dato, terminando por postular, con elmismo concepto de hombre, una unidad social no antagnica, o de todos modos unaesfera en la que ese antagonismo se convierta en insignificante. En el marxismo, diceGramsci, "el hombre en general, de cualquier forma en que se presente, es negado ytodos los conceptos dogmticamente 'unitarios' se escarnecen y se destruyen comoexpresin del concepto de 'hombre en general' o de 'naturaleza humana' inmanente entodo hombre".[17]

    17 MS, p. 94.

    Gramsci precisa ulteriormente que al vicio ideolgico o metafsico no escapan tampocoaquellas filosofas que afirman la identidad ente la historia y la naturaleza del hombre.En este caso cl problema se convierte en qu cosa debe entenderse por "historia". Lalaicizacin y mundanizacin del gran interrogante metafsico sobre la naturaleza delhombre, que persegua la filosofa crociana, se convierte en real con una condicin: "sise da a la historia el significado de 'devenir' en una 'concordia discord' que no parte de launidad sino que tiene en s misma las razones de una unidad posible". [18] Siempre quese afirme, entonces, que los sujetos de la historia son los hombres y no las clases, todainsistencia sobre la historicidad de la naturaleza humana no garantiza de ningn modo elalejamiento de un discurso metafsico y en definitiva apologtico respecto del ordensocial existente. "En cada individuo -dice claramente Gramsci- se encuentran aspectos

    puestos de relieve por la contradiccin con aquellos de los otros.[19]El rostro conceptode hombre, en general, adquirir un sentido slo cuando la sociedad haya encontradouna horma de unidad no antagnica.

    18 MS, p. 31.

    19 MS, p. 31.

    El verdadero humanismo, el humanismo absoluto, se alcanza solamente renunciando atoda filosofa del hombre, como a toda forma de historicismo que no proceda de ladoble identificacin del concepto de "historia" con el de relaciones sociales de

    produccin y del "devenir" con el desarrollo antagnico de esas mismas relaciones.Habiendo llegado a este punto, podemos precisar mejor tambin el significado de la otradefinicin gramsciana del marxismo, la de historicismo absoluto. En efecto, con mayorrazn en este segundo caso se hace decisivo para la lectura de los escritos filosficos de

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    Gramsci salir de la indeterminacin de un concepto de historia no precisado. Trataremosde indicar, paso a paso, cmo todos los momentos constitutivos de la estructura analticagramsciana convergen en la desmistificacin de la conquista del mundo histrico

    proclamada por las filosofas idealistas italianas; pero es posible fijar una primera yesencial determinacin partiendo justamente del trmino que ha sido en mayor grado

    fuente de equvocos. Puede afirmarse en una primera aproximacin que el trminohistoricismo se ha usado siempre parra indicar el modo en el que el marxismo determinauna renovacin radical en las posibilidades y en las formas de existencia de la filosofa.Es tambin posible decir que se trata de una reformulacin y de una representacin deltema de la muerte de la filosofa, era conformidad, al menos en una primera instancia,con la indicacin de Labriola, segn la cual el ncleo filosfico del marxismo debe

    buscarse en el interior del materialismo histrico y que, ms aun, ste se identifica, endefinitiva, con el concepto de historia que est contenida en el mismo. En este punto,

    puede resultar de utilidad salir por un momento del lenguaje "comprometido'' de losCuadernosy ver cmo Gramsci expresaba en una intervencin de 1926 las lneas defondo de la crtica de la filosofa que constituye ms tarde uno de los motivos

    recurrentes de los escritos de la crcel. La ocasin la da un congreso de filsofos quetiene la intencin, en la jerga de la filosofa tradicional italiana, de proclamar suseparacin del fascismo. La tesis de Gramsci es la de la imposibilidad e inutilidad deese propsito.

    "Qu es un filsofo? Es necesario distinguirfilsofode profesor defilosofa. As comotodo hombre es un artista, de la misma forma todo hombre es un filsofo, en cuanto escapaz de pensar y de expresar una actividad intelectiva. Frecuentemente hay que buscarel filsofo ms bien fuera del profesor de filosofa que dentro de l. La reunin deMiln, salvo excepciones, era ms un congreso de profesores de filosofa que defilsofos. De todas formas, qu realizaciones prcticas podan salir de un congreso de

    profesores de filosofa? No haba deliberaciones ni rdenes del da para votar. La nicarealizacin prctica poda consistir en la exposicin de los distintos relatores, los cuales,como filsofos, tenan la pretensin de colocarse por encima de las clases y de lasrelaciones sociales, proclamando la independencia de la filosofa como ciencia delespritu, como si el espritu pudiera existir fuera de la realidad histrica, que es realidadde luchas de clases. La filosofa es burguesa o proletaria, as como es burguesa o

    proletaria la sociedad en la que el hombre piensa y acta. Una filosofa independienteno existe, de la misma forma en la que no existe un hombre independiente de lasrelaciones sociales en las que vive. Ciertamente el pensamiento es generador de

    pensamiento, pero no viene de la nada ni se nutre de la nada."[20]

    20 "Della sospensione di un congresso di filosofi", enL'Unit, 1 de abril de 1926.

    El tema engelsiano del fin del filsofo individual, en cuanto elaborador de sistemas quese ocupan de los problemas resolubles slo por el desarrollo del gnero humano, retornacon una gran fuerza aqu y en los sucesivos escritos de Gramsci, pero tambin con unaacepcin muy diferente respecto de su lugar de origen. No se trata de esperar la solucinde los problemas qu tradicionalmente constituyeron el objeto de la filosofa en eldesarrollo de las ciencias positivas. Por el contrario, es el descubrimiento del conceptode relaciones sociales de produccin lo que le da a la reflexin filosfica una nuevaconciencia de los lmites que le son intrnsecos. Asumir y desarrollar coherentemente la

    propia dependencia de las relaciones sociales significa para la filosofa conceptualizarque existen lmites del pensamiento como lmites del mundo existente; comenzar,

    entonces, la propia transformacin en el sentido de una teora de las contradicciones, lasuperacin de las cuales puede solamente darse por la transformacin de la objetividad

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    de las relaciones sociales existentes. La afirmacin brutal de Gramsci de que la filosofaes burguesa o proletaria no indica obviamente la existencia de dos filosofas, segn el

    punto de vista de clase, sino la de dos concepciones del filosofar, de dos prcticas de lafilosofa, una conservadora y una revolucionaria, que tienen cono elementodiscriminatorio la aceptacin o el rechazo de la irresolubilidad filosfica e los conflictos

    sociales existentes. Colocar en distintos modos la independencia de la filosofa de lasrelaciones sociales existentes, es decir utilizar conceptos independientemente de susignificado social objetivo, significa justamente hacer una filosofa que es burguesa, enla medida en la que se niega a ubicarse en el nuevo terreno que ha sido indicado por elmarxismo, para iniciar aqu su transformacin.

    En un texto juvenil, ya muy clebre, Marx haba afirmado que la historia de la filosofamuestra cmo en los momentos de crisis y de disolucin de los grandes esfuerzossistemticos, cuando la reflexin es impulsada a dirigir nuevamente la mirada hacia clmundo real, surgen siempre tmidos intentos e conciliacin entre las viejas costumbres ylas nuevas necesidades que urgen en el presente:

    "Las pequeas almas aparecen, en tiempos similares, como todo lo contrario de loscaudillos ntegros. Creen que podrn reparar el dao disminuyendo sus propias fuerzascombativas, recortndolas, concluyendo un tratado de paz con las necesidades reales,mientras que Temstocles, cuando Atenas fue amenazada con la destruccin, persuadia los atenienses a abandonarla completamente, fundando en el mar, en otro elemento,una nueva Atenas."[21]

    21 K. Marx, Scritti politici giovanili, Turn, 1959, p. 505.

    En la medida en la cual es lcito servirse de esta imagen --que parece incluso prefigurarcasi plsticamente el significado de la sucesiva "ruptura" de Marx con la filosofa--

    puede afirmarse que la definicin del marxismo como historicismo, en vez de significarla voluntad de Gramsci de proceder hacia una nueva y diversa identificacin positivadel contenido filosfico del marxismo, constituye, por el contrario, la indicacin

    perentoria de la necesidad de proceder a la fundacin de una nueva Atenas, en un nuevoelemento. El concepto de historicismo absoluto indica, entonces, contra todas lastentaciones provenientes de distintas partes, del exterior y del interior del mismomarxismo, de hacer una compromiso con el pasado, el nuevo elemento en el cual esnecesario experimentar una prctica completamente nueva de la filosofa. Su funcin noes, ni quiere ser, la de prefigurar la nueva Atenas, sino la de indicar la direccin deavance en la que es necesario encaminarse.

    Con la nocin de historicismo Gramsci persigue dos objetivos. En primer lugardesbrozar el camino en relacin con cualquier peligro de reabsorcin filosfica del

    marxismo, as como se ha revelado concretamente con la rehabilitacin del viejomaterialismo. En este caso, la tentacin de proceder burocrticamente a una elaboracin

    positiva del marxismo ha llevado a una interpretacin de la crtica burguesa como unacontraposicin de sistema a sistema, en la ilusin de poder lograr una victoria

    justamente sobre el terreno que se trataba de abandonar. Esto ha significado sustraerse ala tarea especfica de una filosofa marxista: la de indicar los modos y las formas en queel concepto de relaciones sociales de produccin puede ser pensado. En segundo lugarexpresar la crtica y el rechazo del concepto invertebrado de historia propio delhistoricismo crociano, a travs del cual se consuma el intento ms completo y"moderno" de exorcizar del discurso filosfico el elemento de clase, como fundarte deldesarrollo histrico. La historizacin de la filosofa y del propio marxismo parece,

    entonces, configurarse en trminos mucho ms lejanos de aquel aniquilamiento de la

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    teora en una forma de "saber histrico" que frecuentemente se ha querido ver en lamisma.

    "Para Croce --afirma Gramsci-- 'historia' es todava un concepto especulativo." Una delas argumentaciones ms recurrentes en los Cuadernos acerca de la ambigedad delhistoricismo idealista consiste en la crtica de la identificacin crociana de filosofa e

    historia. Si bien por este camino se produce la liberacin de la vieja concepcin de lafilosofa como sistema y se coloca en primer plano la existencia de problemas quesurgen poco a poco del desarrollo de la vida real, la abolicin de las formas msarcaicas del saber filosfico no significa su superacin real. Aquello que dirime entre unhistoricismo especulativo y un historicismo realista, lo que decide sobre la cualidad dela resolucin de la filosofa en la historia es justamente el concepto de historia, es decir,segn Gramsci, la posibilidad de alcanzar una sucesiva identificacin de historia y

    poltica.

    "La crtica del concepto de historia en Croce es esencial: acaso su origen no espuramente libresco y eruditos? Slo la identificacin de historia y poltica suprime a la

    historia este carcter."[22]El significado de esta conocida afirmacin gramsciana estcompletamente asignado al modo en que se descifra este concepto de poltica. En estesentido Gramsci hace dos especificaciones que convergen mutuamente. Una de carcterms ocasional, segn la cual debe entenderse por poltica "la que se realiza y no slo losdiversos y repetidos intentos de realizacin, algunos de los cuales fracasan tomados ens mismos", La otra, de carcter ms orgnico, segn la cual la identificacin de historiay poltica y por lo tanto de filosofa y poltica est contenida en las tesis sobreFeuerbach. El hecho de remitirse a este texto elimina cualquier posibilidad deinterpretacin partidista o activista de esta expresin. Desde 1920 Gramsci sostiene quetodo elemento que interese al desarrollo de las fuerzas productivas debe desnudarse detoda apariencia tcnica y debe valorarse en su significado poltico, justamente en cuanto

    forma parte de una ms amplia unidad orgnica dada por el conjunto de las relacionessociales.[23] Yo dira que el procedimiento conceptual a travs del cual se llega aafirmar la "politicidad" de la filosofa, y ms en general de toda actividad intelectiva ycreativa, es en el fondo absolutamente anlogo a aquel con el cual L'Ordine nuovosostuvo la "politicidad" del mundo de la produccin. El problema es el de reconocer unadeterminada forma de actividad humana como funcin de una totalidad social. Y en el

    punto de partida de la reflexin gramsciana es justamente el redescubrimiento de laeconoma "no slo como produccin de bienes sino tambin de relaciones sociales".[24]La actividad del filsofo individual, de profesin, puede ser vista por Gramsci como"funcin de direccin poltica" slo en cuanto "funcin de la unidad social",[25] oincluso como "relacin social activa de modificacin del ambiente cultural".[26] As,

    una vez confinadas en el mundo de las simples metforas las dos expresiones a travs delas cuales se ha transmitido el gran descubrimiento cientfico del marxismo --aquella

    por la cual hay que buscar la anatoma de la sociedad en la "economa" y la otra segnla cual las superestructuras son "apariencias"-- Gramsci repropone un concepto deinmanencia que designa "el conjunto de las relaciones sociales en las que los hombresreales se mueven y actan", como el nico capaz de refundar el concepto idealista desubjetividad que de ese modo se entiende como "subjetividad de un grupo social".[27]

    22 MS, p. 217.

    23 "Produzione e politica", enL'Ordine nuovo, 24-31 de enero de 1920, ao 1, nm. 35.

    24 Cf. Franco De Felice. Serrati, Bordiga, Gramsci, Bari, 1971. p. 303.

    25 MS, p. 233.26 MS, p. 233.

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    27 MS, p. 191.

    2. LA CIENCIA DE LA HISTORIA Y DE LA POLTICA

    Las dos definiciones del marxismo como historicismo absoluto y como filosofa de lapraxis, idnticas por contenido, ejercen, entonces, dos funciones diferentes. Con laprimera se quiere designar la ambigedad y la insuficiencia de cualquier discursofilosfico que despus de la revolucin cientfica actuada por el marxismo contineamparndose en la "historia" sin precisar qu se debe entender especficamente con esetrmino. La segunda tiende a evidenciar, con referencia a un especfico texto de Marx,cmo slo el concepto de relaciones sociales de produccin puede ofrecer la fundacinde la misma nocin de poltica, esta ltima entendida como subjetividad de un gruposocial. En ambos casos la intencin de Gramsci no es la de encaminar la elaboracin

    positiva de una filosofa marxista, sino --mucho ms simplemente-- la de recuperar suconcepto fundamental a travs de la crtica de las aporas[contradicciones] insitas tanto enalgunas de las filosofas posmarxistas como en algunos desarrollos interpretativos del

    propio marxismo. Si por una parte la definicin de historicismo absoluto lleva

    esencialmente a la sustancia de las mistificaciones de la filosofa crociana, por otra partela de filosofa de la praxis tiene la tarea de restablecer las connotaciones esenciales de la"real conquista del mundo histrico"[28] que se verific con Marx. El mbito de sueficacia es la interpretacin del materialismo histrico; lo que est en juego con laidentificacin del ncleo filosfico del marxismo es la posibilidad o no de comprenderel alcance real del nuevo concepto de historia.

    28 MS, p. 89.

    Ya en 1921, polemizando no casualmente con el bergsonismo como forma devalorizacin de la subjetividad ajena al marxismo, Gramsci haba afirmado: "Paraencontrar la va maestra es necesario remontarse a Carlos Marx y Federico Engels, quede un pensamiento filosfico extrajeron una precisa doctrina de interpretacin histricay poltica."[29] Por lo tanto, si se desea hacer un ulterior paso real en la comprensin dela filosofa de la praxis es necesario aferrar con mayor precisin los pasajes a travs delos cuales la nocin tradicional de materialismo histrico se transforma en Gramsci enla de ciencia de la historia y de la poltica: la mutacin es mucho ms que simplementeterminolgica.

    29 Antonio Gramsci, Socialismo e fascismo. Turn, 1966, p. 13.

    Aqu se interrumpe tambin cualquier posible afinidad con la posicin de Labriola y sedetermina, al contrario, esa unin entre la obra poltica de Lenin y las tesis sobreFeuerbach que constituye cl eje alrededor del cual giran la aceptacin y lareinterpretacin gramsciana del mismo concepto de marxismo-leninismo. La

    contribucin de Lenin se ve de esta manera no slo como una restauracin y una nuevaaplicacin a nuevos temas histricos de la doctrina, sino como su completa re-actualizacin, que justamente puede tener en la ciencia poltica su punto de fuerza encuanto implica de hecho un redescubrimiento de su verdadero ncleo filosfico. Deacuerdo con la relacin instituida por Gramsci entre la filosofa y la ciencia delmarxismo, el leninismo puede ser definido por Gramsci como "un sistema unitario de

    pensamiento y de accin prctica, en el cual todo se sostiene y se demuestrarecprocamente, desde la concepcin general del mundo hasta los mnimos problemasde organizacin".[30]

    30 Antonio Gramsci, La costruzione del partito comunista 1923-1926, Turn, 1971, p. 272 (en adelanteCPC).

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    En 1924, despus de la clausura del V Congreso de la Internacional comunista, quecoloc en el centro de las tesis sobre la propaganda ideolgica el nuevo concepto de"marxismo-leninismo",L'Ordine nuovopublica con la firma de Longobardi un amplioensayo en el cual, en realidad, no es difcil entrever la trama de toda la sucesivainterpretacin que Gramsci dar dcl pensamiento de Lenin como de la interpretacin de

    Marx histricamente ms avanzada, capaz de ofrecer el apoyo de una completareconsideracin terica de la doctrina, despus de la experiencia interpretativa de la IIinternacional.

    Dejando de lado la parte dedicada a defender cl principio de la dictadura delproletariado y el modo de su realizacin en la Rusia revolucionaria de 1917, es tilllamar la atencin sobre el hecho de que, en la parte ms especficamente filosfica, el

    papel de Lenin se identifique en una interpretacin del materialismo histrico que re-actualiza el concepto de praxis de la filosofa marxista. La tesis de la "doble revisin"del marxismo, que aparece en los Cuadernosa propsito de la identificacin del ncleofilosfico de la doctrina, est aqu anticipada por aquella de una "doble deformacin"sufrida por el materialismo histrico por obra de los revisionistas, que confundieron unacoyuntura de desarrollo pacfico del capitalismo con una tendencia estructural, y de losortodoxos, que aqu son definidos como "los telogos de una teora cristalizada endogmas":

    "Estos simplemente se olvidaban de que el marxismo es una doctrina de accin ypresupone la accin. Y accin revolucionaria de masas. As, mientras cl pensamiento deMarx penetraba y encaminaba la direccin de los estudios histricos y econmicos, aunen el campo ortodoxo, en las ltimas dcadas del siglo, se converta en un instrumentode estudio, un recatado mtodo de indagacin, una doctrina de escritorio. Se leeliminaba simplemente el alma [...]"[31]

    31 E. C: Longobardi, "Marxismo, labourismo e bolcevismo", en L'Ordine nuovo, III serie, 15 de

    noviembre de 1924, ao I. nm. 7.La revisin del marxismo contra la que lucha esencialmente Gramsci es aquellarealizada por los "ortodoxos". Si en el campo filosfico sta ha identificado al marxismocon el viejo materialismo, en el terreno de la comprensin de los fenmenos sociales haconvertido al materialismo histrico en un canon de investigacin, en la medida en laque se ha demostrado incapaz de utilizarlo como un instrumento de anlisis de los

    procesos polticos en acto.

    Gramsci haba llegado a esta conclusin en los escritos juveniles. Puede ser tilremitirse a su posicin de entonces porque contiene el planteo analtico del problema alque se aplicar toda su reflexin sucesiva. El aspecto central lo constituye en 1917-1918

    la valoracin del significado de la revolucin rusa, la cual, con el desequilibrio entre elnivel de maduracin econmica y el de maduracin poltica que la caracteriza, puede serrechazada, como de hecho sucede en una parte del movimiento obrero, justamenterecurriendo a los principios de una cierta interpretacin del materialismo histrico. "Lasconstituciones polticas son necesariamente dependientes de la estructura econmica, delas formas de produccin y de intercambio. Con la simple enunciacin de esta frmulamuchos creen haber resuelto todo problema poltico e histrico [...]: Lenin es unutopista, los infelices proletarios rusos viven en plena ilusin utopista, un despertarterrible los espera implacablemente."[32] Asumir una determinada posicin polticaimplica entonces la resolucin de un importante problema terico: cmo es posible, conla gua de la interpretacin histrica. que da el marxismo, hacer una interpretacin de

    los procesos polticos en acto. "Los cnones del materialismo histrico --dice siempre eljoven Gramsci-- valen slo post-festum, para estudiar y comprender los sucesos del

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    pasado, y no deben convertirse en hipotecas sobre el presente y sobre el futuro."[33]Todo el problema sucesivo ser el de lograr una interpretacin del materialismohistrico capaz de plantear el anlisis de las fuerzas en lucha en el presente.

    32 Antonio Gramsci, Scritti giovanili, Turn, 1957, p. 280.

    33 Antonio Gramsci, Scritti giovanili, cit., pp. 154-155.

    Pero justamente a partir de aqu es que se comprende la doble identificacin queGramsci coloca en primer lugar entre la interpretacin corriente del materialismohistrico y el economicismo, en segundo lugar entre el economicismo y la reduccin delmaterialismo histrico a canon de interpretacin. En efecto, ste es el punto principal;

    para Gramsci es economicista toda lectura del materialismo histrico que lo confine enel mbito de la reconstruccin histrica, cortndole el camino en la valoracin de los

    procesos histricos y polticos en curso. El gran error de los ortodoxos ha sido el dehaber dado una interpretacin del marxismo sustancialmente no muy diferente a lacirculante en la cultura europea a fines del siglo pasado. La definicin de Croce comorevisionista se comprende mejor justamente si se tiene en cuenta que con su definicin

    del marxismo ha formalizado una situacin que de alguna manera ya exista de hecho enla interpretacin ortodoxa. En una carta de mayo de 1932 Gramsci afirma: "comorevisionista l contribuy a suscitar la corriente de la historia econmico-jurdica" [34]

    34 Antonio Gramsci,Lettere dal carcere, Turn, 1965, p. 615.

    La solucin del impassese encuentra en el restablecimiento del concepto de relacionessociales antagnicas de produccin, desarrolladas por sustitucin de una clase a la otraen la direccin de la sociedad y en la atribucin de un valor filosfico a este concepto,capaz de fundar una teora general de la historia, en la que se resuelven y se reformulantodos los problemas de la filosofa pasada. La posibilidad de transferir el materialismohistrico del pasado al presente est dada por el descubrimiento de la subjetividad de losgrupos sociales contrapuestos, de la "accin revolucionaria de masas", que da del

    presente la imagen de un campo de fuerzas contrastantes. El marxismo "es teora de laaccin, la teorizacin del hacer humano, la praxis" se lee en el ya recordado artculo de1924. Pero este "hacer humano" no es ms que el encuentro de las fuerzas antagnicasactuantes en una situacin dada, que segn sea su cohesin, su grado de conciencia,convierte en actual un resultado que al comienzo es slo objetivamente posible. Lareabsorcin del materialismo histrico en los lmites de un canon se hace imposible paraGramsci a partir del momento en el que se demuestra cmo, para usar las palabras deCroce, de las proposiciones cientficas se pueden deducir los programas polticos,haciendo de las voluntades colectivas las expresiones de una objetividad de lacontradiccin indagable cientficamente.

    Estos conceptos se encuentran expresados muy claramente en el neto rechazo de la tesisengelsiana de que la contribucin cientfica de Marx pueda individualizarse en elmaterialismo histrico y en la teora del plusvalor, El punto fundamental, rebate en 1926Gramsci a Arturo Labriola, que se ha vuelto el intrprete de este lugar comn de toda la

    preexistente tradicin marxista, es la "demostracin de la necesidad histrica de ladictadura del proletariado". No debe engaar la utilizacin de la frmula poltica quesignifica justamente la voluntad de romper con la consideracin del marxismo comoteora abstractamente objetiva. "Ya en las glosas sobre Feuerbach del 1845 Marx afirmaque la tarea actual no es la de explicar el mundo, sino la de transformarlo. Mostrar delmarxismo slo la parte que explica el mundo y esconder las partes mucho msimportantes, segn el mismo Marx, que intentan organizar las fuerzas sociales

    revolucionarias, el proletariado, que necesariamente deben transformar el mundosignifica reducir el marxismo al papel de cualquier teologa."[35]

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    35 CPC, p. 432.

    Si no se logra ver en el marxismo "una direccin poltica de la clase obrera tendiente ala instauracin de la dictadura proletaria", sta se reduce --replica Gramsci a ArturoLabriola-- a "un hecho puramente especulativo".[36]Debe notarse que estos trminos deteologa y de especulacin con los que se caracteriza en estos textos polticos una

    interpretacin del marxismo que lo separa de su propio efecto poltico, son los mismosque Gramsci utiliza asiduamente en la crcel para caracterizar aquellas concepciones dela historia que no quieren arreglar las cuentas con la revolucin cientfica actuada por elmarxismo. "La filosofa de la praxis es la concepcin historicista de la realidad que seha liberado de todo residuo de trascendencia y de teologa incluso en su ltimaencarnacin especulativa; el historicismo idealista crociano permanece todava en lafase teolgico-especulativa."[37] El marxismo ha demostrado cmo la nocin desubjetividad que es propia de toda la tradicin idealista debe entenderse como la "formade un contenido concreto social y el modo de conducir el conjunto de la sociedad aforjarse una unidad moral".[38]Si del marxismo se desagrega esta subjetividad social yla consideracin del resultado al que sta naturalmente tiende, entonces es inevitable

    recaer en el mbito tradicional de la teora, variadamente manipulable con operacionespuramente conceptuales.

    36 CPC, p. 439.

    37 MS, p. 191.

    38 MS, p. 191.

    El materialismo histrico puede convertirse entonces en una ciencia de la poltica en lamedida que se libera de aquella concepcin caricaturesca de la historia, que del mismose ha querido deducir, segn la cual "sta era una especie de libro maestro, con una

    partida de 'haber' a la que le corresponda matemticamente una partida de 'debe'. Cincocentavos de capitalismo o de intereses econmicos en la partida 'haber', determinaban

    exactamente cinco centavos de poltica y de socialismo en la partida 'debe'". Con estaspremisas no hay posibilidad de plantear un anlisis del proceso revolucionario. Si sequiere llegar a ste, es necesario partir de la premisa de que el marxismo "estudiando larelacin de las cosas materiales, quiere explicar las relaciones entre los hombres y noquiere para nada subordinar los hombres a las cosas materiales". Y aun ms: "nosotrosnos referimos a las relaciones sociales entre los hombres; si bien existen sobre la base ydependencia de las relaciones entre las cosas, no estn ligadas a stas con la frmulacontable del 'debe' y del 'haber' ".[39]El problema de Gramsci se convierte entonces enel de elaborar una "concepcin del mtodo poltico marxista".[40]El mtodo empleado

    por Lenin, "que consiste justamente en saber hacer la 'historia natural' es decir elanlisis minucioso de los factores de una situacin para poder determinar con relacin ala misma nuestra tctica" es el nuevo punto de llegada, contrapuesto por Gramsci a larepeticin de un esquema de derivacin de la superestructura que lleva a dispersar

    puntualmente "la concrecin de los contrastes polticos y sociales".[41]

    39 CPU, pp. 336-337.

    40 CPC, p. 308.

    41 CPC, p. 309.

    Por otra parte, lo metodolgicamente inadecuado de la interpretacin tradicional delmaterialismo histrico es igualmente evidente en un campo ms estrictamentehistoriogrfico, donde incluso sus efectos han sido ms difusos y considerables. Vale la

    pena recordar por extenso como Gramsci caracterizaba la distincin entre "filosofa dela praxis" y "economicismo histrico": "Sin embargo debe plantearse el problema: qu

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    importancia debe atribuirse al 'economicismo' en el desarrollo de los mtodos deinvestigacin historiogrfica, admitiendo que el economicismo no puede ser confundidocon la filosofa de la praxis? Que un grupo de financieros que tienen inters en undeterminado pas pueda guiar la poltica de este pas, atraer la guerra o alejarla delmismo, es indudable: pero la verificacin de este hecho no es 'filosofa de la praxis', es

    'economicismo histrico', es decir la afirmacin de que 'inmediatamente', como'ocasin', los hechos han sido influidos por determinados intereses de grupo, etc. Que el'olor del petrleo' pueda atraer serios problemas sobre un pas es tambin cierto, etc.,etc. Pero estas afirmaciones, controladas, demostradas etc., tampoco son todavafilosofa de la praxis, ms aun, pueden ser aceptadas y hechas por quien rechaza in totola filosofa de la praxis. Puede decirse que el factor econmico (entendido en el sentidoinmediato y judaico del economicismo histrico) no es ms que uno de los tantos modoscon que se presenta el ms profundo proceso que la filosofa de la praxis quiere explicary justamente por esto es una filosofa, una 'antropologa', y no un simple canon deinvestigacin histrica."[42]

    42 Antonio Gramsci,Passato e Presente, Turn, 1954, pp. 183-184.

    La dignidad filosfica del marxismo, su naturaleza de concepcin plenamente autnomay concluida en s misma, es para Gramsci susceptible de verificacin slo en la medidaen que consigue dar razn de la totalidad del proceso histrico; por esto la filosofamarxista puede tambin definirse como una "metodologa de la historia".

    Esta misma relacin entre filosofa y ciencia de la historia con la cual se caracterizan loslmites del economicismo constituye tambin la base de la crtica de la sociologa deBujarin. Tambin en este caso nos encontramos frente a la tentativa de fijar los criteriosdel anlisis social marxista olvidando que la innovacin fundamental introducida por elmarxismo --cl concepto de relaciones sociales de produccin-- lleva a la concepcin dela filosofa como teora de la historia. Una bsqueda de la cientificidad del marxismo

    que utiliza un concepto de ley propio de las ciencias de la naturaleza slo puede naceren el interior de aquella escisin entre materialismo dialctico y materialismo histrico,que ha llevado a la doctrina a la subordinacin a formas de pensamiento que le sonextraas.

    Gramsci haba comenzado la discusin con Bujarin antes de la crcel. De la mismaexisten algunas huellas muy parciales, pero no por esto menos significativas, queanticipan toda la posicin desplegada sucesivamente en los Cuadernos. En el VCongreso de la Internacional comunista Bujarin, en una intervencin sobre los

    problemas de la unificacin ideolgica del movimiento, haba denunciado la existenciaen el partido italiano de formas de "idealismo voluntarista", como aspecto peculiar de

    un tendencial renacimiento del "viejo hegelismo".[43] La acusacin de Bujarin sesoldaba con aquella tradicional de la izquierda bordiguiana y planteaba de todas formasproblemas de orden poltico en el clima ms rgido de la bolchevizacin de los partidoscomunistas que comienza en 1925. Es seguramente en este mbito donde debe ubicarsela decisin de Gramsci de publicar en dos fascculos para una escuela de partido laintroduccin y el primer captulo delEnsayode Bujarin, como exposicin didctica dealgunos aspectos principales de la doctrina marxista. Pero si comparamos la traduccin

    publicada en cl fascculo con el texto original llanta la atencin una interpolacin en laparte conclusiva, que no parece absolutamente casual, o tericamente neutra.

    43Fnfter Kongress der Kommunistischen Internationale, Protokoll, Hamburgo, 1924, p. 513.

    "Algunos compaeros piensan -afirmaba Bujarin- que la teora del materialismohistrico no puede de ninguna manera ser considerada como sociologa marxista y queno puede ser expuesta sistemticamente. Estos compaeros piensan que la misma es

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    slo un mtodoviviente de conocimiento histrico y que sus verdades son demostrablesslo hablando de acontecimientos concretos e histricos."[44]Este pasaje y la sucesivadefinicin del materialismo histrico como "doctrina general de la sociedad y de lasleyes de su desarrollo, es decir sociologa", en la que se resuma todo el sentido de estaintroduccin, se cancelaba en la traduccin hecha por Gramsci y se sustitua por otro

    que, si se observa detenidamente, contiene en forma sinttica aquella que ser larespuesta por l dada en la crcel a la interpretacin del marxismo como sociologa.

    44 Nikoli Bujarin, Teora del materialismo histrico, Cuadernos de Pasado y Presente, nm. 31, Mxico,1979, p. 36.

    "La doctrina y la tctica del comunismo seran incomprensibles sin la teora delmaterialismo histrico. Existen varias corrientes burguesas, algunas de las cuales lanconseguido tener resonancia tambin en el campo proletario, que aunque afirmanalgunos mritos del materialismo histrico tratan de limitar su alcance y de eliminarlesu significado esencial, su significado revolucionario. As, por ejemplo, el filsofoBenedetto Croce escribe que el materialismo histrico debe reducirse a puro canon deciencia histrica, cuyas verdades no pueden ser desarrolladas sistemticamente en unaconcepcin general de la vida, sino que son demostrables slo concretamente en cuantose escriben libros de historia [...]. Es suficiente observar que el materialismo histricoadems de haber sido un canon para la investigacin histrica y haberse reveladoconcretamente en una serie de obras maestras literarias, se ha revelado concretamentetambin en la revolucin rusa, en un fenmeno vivido y viviente no slo en los libros;se revela en todo el movimiento obrero mundial que se desarrolla continuamente segnlas previsiones de los marxistas no obstante que, segn los filsofos burgueses, esas

    previsiones no son sino fbulas, porque el materialismo histrico sirve slo para escribirlibros de historia y no para vivir y actuar activamente en la historia."[45]

    45 El texto del apunte se encuentra en el archivo del PCI.

    Gramsci ha efectuado una doble operacin. En primer lugar se ejemplifica la crtica deBujarin con la posicin de Croce; lo que significa hacer una neta distincin entre lainterpretacin del marxismo como metodologa histrica y su reduccin a canon. Ensegundo lugar la respuesta a Croce se busca no en el terreno de la exposicinsistemtica de la doctrina (y ste es el camino elegido por Bujarin), sino sosteniendo enun lenguaje que es directamente poltico, la validez del marxismo como filosofa,subrayando su capacidad concretamente demostrada de funcionar como ciencia polticadel proletariado.

    Volviendo sobre este punto en los Cuadernos, Gramsci afirma: "En el prrafo final de laintroduccin el autor no sabe responder a la objecin de algunos crticos que sostienen

    que la filosofa de la praxis puede vivir slo en concretas obras de historia. El noconsigue elaborar el concepto de filosofa de la praxis como 'metodologa histrica' ysta como 'filosofa', como la nica filosofa concreta, es decir no consigue plantearse yresolver, desde el punto de vista de la dialctica real, el problema que Croce se plante ytrat de resolver desde el punto de vista especulativo."[46]

    46 MS, p. 134.

    Una vez ms el problema es el de identificar filosofa e historia, para despus, sobre lagua del concepto de relaciones sociales de produccin, alcanzar la identificacin dehistoria y poltica. Por otra parte, precisa an Gramsci, aceptar la tesis de que elmarxismo "se realiza en el estudio concreto de la historia pasada y en la actividad actualde creacin de nueva historia" no significa pulverizar el ncleo terico del marxismo enuna casustica puramente emprica "porque si los datos son siempre singulares ymutables en el flujo del movimiento histrico, los conceptos pueden ser teorizados".[47]

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    A una generalizacin de una casustica puramente emprica se llega inevitablementecuando se quiere sustituir la exposicin del mtodo con la descripcin de algunas

    posibles uniformidades, en las que ubicar preventivamente la variedad material delproceso histrico concreto. La crtica del concepto de ley de Bujarin no significa deninguna manera una vanificacin de la objetividad del proceso histrico sino que insiste

    sobre la imposibilidad de confundir la teora con el mtodo de las generalizacionessucesivas.

    47 MS, p. 126.

    El problema en este punto deviene del de la lgica que preside el conocimientohistrico:

    "La ley de causalidad, la bsqueda de la regularidad, normalidad, uniformidad sesustituyen a la dialctica histrica. Pero cmo de este modo de concebir puedededucirse la superacin, la 'inversin' de la praxis? El efecto no puede jams superarmecnicamente la causa o el sistema de causa, en consecuencia no puede haber otrodesarrollo ms que aquel plano y vulgar del evolucionismo."[48]

    48 MS, p. 134.

    En efecto, si queremos profundizar ulteriormente el modo en el que concretamente serealiza la hiptesis de una ciencia poltica marxista es indispensable ver desde mscerca qu entiende Gramsci con el trmino dialctica. Respecto a esto es tilreexaminar, por ltima vez, la cuestin de sus relaciones con Labriola.

    3. LA DIALCTICA

    En 1945 Togliatti daba, en un artculo annimo deRinascita, una caracterizacin de lasrelaciones entre Gramsci y Labriola que resulta til recordar:

    "Los estudiosos del marxismo reconocen en Labriola una tendencia a cierta

    interpretacin unilateral, limitada y en el fondo fatalista de las doctrinas del socialismocientfico. Es esta tendencia la que condujo a Antonio Labriola a equivocarseprofundamente, por ejemplo, en el juicio sobre el colonialismo italiano y, msgeneralmente, hizo poco fecunda su accin de terico del socialismo en Italia. AntonioGramsci, que fue un estudioso atento y discpulo en el verdadero significado de esta

    palabra de Labriola, corrigi esta tendencia equivocada. El marxista no reduce y nopuede reducir el anlisis de los hechos histricos y polticos a la localizacin de unasimple relacin de causa y efecto entre una situacin econmica y una situacin

    poltico-social. As entendieron el marxismo, entre nosotros, los que se manejan deodo, ignorantes de que para un marxista la misma relacin de causalidad es algo muchoms complejo e implica accin y reaccin, interdependencia y contraste, por lo cual (y

    lo dijo Lenin) el proceso histrico es en su conjunto causa suiy contiene siempre en s,segn la trama de un desarrollo dialctico de fuerzas reales, no solamente la propiajustificacin, sino el elemento positivo y el negativo, la contradiccin y la lucha."[49]

    49 "Lezione di marxismo", en Rinascita, marzo de 1945, ao II, nm. 3.

    Sobre la cuestin del "fatalismo" de Labriola, Togliatti insistir en los aos sucesivos,pero nunca indicando especficamente y desde el interior las razones de una crtica, queresume en lneas generales la sustancia de la innovacin metodolgica introducida porGramsci en la concepcin del materialismo histrico. El rol de la dialctica coincide enefecto, esencialmente, con el problema de la causalidad en el anlisis concreto de los

    procesos histricos y polticos. La superacin de la reduccin del materialismo histrico

    a canon comienza a ser realizado por Gramsci en la medida en la que se es capaz de darno slo una justificacin, siempre necesariamente a posteriori, de un suceso o de un

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    conjunto de sucesos, sino sobre todo una representacin crtica que los ubique comoresultado de una lucha entre fuerzas sociales contrapuestas, en la cual la victoria de una

    parte no significa jams la superacin definitiva del antagonismo social preexistente:ste contina operando, ms all de su determinada y siempre provisional forma decomposicin poltica, constituyendo su contradiccin permanente. La dialctica no es,

    entonces, el instrumento que debe introducir un debilitamiento de la determinacin enltima instancia, o dar una representacin ms complicada. No obstante las frecuentesremisiones a las cartas de Engels sobre el materialismo histrico (que sin embargo, si seobserva bien, ejerce un papel polmico contra las representaciones ms simplistas), enlas que se trata de ofrecer un mayor espacio a la consideracin del papel desempeado

    por la multiplicidad de los factores, la perspectiva terica de Gramsci essustancialmente diversa. La dialctica es el instrumento a travs del cual laconsideracin de la multiplicidad de los factores se remite nuevamente y se subordina almodo de ser especifico de las fuerzas fundamentales en lucha e indica, primordialmente,el modo en el que, a travs de la exclusin de otras alternativas objetivamente posibles,se logra un resultado determinado. Desde esta perspectiva --es justo sealarlo desde

    ahora-- el anlisis histrico no es algo cualitativamente diferente al anlisis poltico(cuya especificidad consiste en todo caso en la necesidad de mantener abierto el juiciosobre un nmero mucho mayor de variables) con mayor razn si ste se dirige alexamen de un proceso histrico cuyos elementos constitutivos no han cesado de actuartodava, como cuando de la forma en la que se ha realizado la revolucin burguesa setrata de deducir las formas de la revolucin proletaria. Pero es por esto que hay unarelacin muy estrecha entre la metodologa histrica de Labriola y su dificultad en darindicaciones concretamente polticas al desarrollo del movimiento socialista. Suinterpretacin del marxismo est destinada a permanecer como un dato cultural que nollega nunca a interferir directamente con los temas planteados por la batalla poltica delmovimiento. Y por esta va la interpretacin y el uso labriolano del materialismohistrico corre cl riesgo de suministrar una convalidacin indirecta a la tesis crocianaacerca de la imposibilidad de deducir programas polticos de proposiciones de ciencia.Tambin desde este nuevo perfil de la causalidad se repropone la identidad sustancial dela crtica gramsciana del economicismo con la revisin crociana (y ortodoxa) delmaterialismo histrico.

    Pero veamos cules son los momentos de reflexin especficos que Gramsci dedica aeste problema en su obra. En primer lugar hay un rechazo de la misma frmula de"dialctica materialista" y la evidenciacin del significado especfico de la definicinmarxiana de dialctica "racional".[50] El contexto es idntico al del rechazo delmaterialismo como contenido de la filosofa marxista y de la dicotoma implcita en el

    mismo entre filosofa y ciencia de la historia. Dadas estas premisas, en efecto, ladialctica no puede concebirse "como un captulo de la lgica formal sino como unalgica ella misma, es decir como una teora del conocimiento".[51] Rechazando la

    presentacin de la dialctica contenida en los Problemas fundamentales del marxismo,como "lgica del movimiento en confrontacin a la lgica del estancamiento", Gramsci

    propone una definicin de la dialctica como "sustancia medular de la historiografa yde la ciencia poltica"[52] en la que se destaca su doble naturaleza de elementoconstitutivo de la "teora general" o de la "filosofa" --su irreductibilidad a un formulariode casos preconstituidos-- y al trismo tiempo de instrumento constitutivo de la

    posibilidad misma de un conocimiento cientfico concreto, aplicado, de los procesoshistricos.

    50 MS, p. 152

    51 MS, p. 151.

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    52 MS, p. 132.

    En esta concepcin de la dialctica como forma expresiva de la especfica causalidadhistrica marxista, Gramsci individualiza dos puntos de referencia que constituyen almismo tiempo dos momentos de un mismo planteo lgico al que se asigna, en el planodel mtodo, toda la riqueza de sus anlisis concretos. En primer lugar una visin de la

    dialctica como concepto fundante de la visin marxista del desarrollo social que tienecomo referencia contextual la polmica antiutopista que Marx realiz en la Miseria dela filosofa. En esta acepcin el trmino dialctica es intercambiable con antagonismo.Contra la dialctica de los distintos --por otra parte considerada por Gramsci en otroscasos como una propuesta dotada de una especfica funcionalidad cognoscitiva--Gramsci procede a la misma revaloracin de la dialctica hegeliana realizada por Marxrespecto de Proudhon. "Encontrar la verdad completa, la idea en toda su plenitud, lafrmula sinttica que anule la antinomia: se es el problema del genio social." Y aunms: "La escuela filantrpica es la escuela humanitaria perfeccionada. Niega lanecesidad del antagonismo, quiere convertir a todos los hombres en burgueses; quiererealizar la teora por el hecho de que la misma se distingue de la prctica y no encierra

    antagonismos. Es superfluo decir que en la teora es fcil hacer abstraccin de lascontradicciones que se encuentran a cada instante en la realidad."[53]

    53 Marx,Miseria de la filosofa, Mxico, Siglo XXI, 1973, pp. 95, 101.

    Hasta este momento se designa con el trmino dialctica la existencia de unantagonismo entre fuerzas sociales contrapuestas, cuya determinacin constituye la

    premisa indispensable para cualquier anlisis cientfico sucesivo. Quien intente silenciaresta situacin de hecho existente, ms que cometer un error terico, asume una posicinque es de naturaleza directamente ideolgico-poltica. Y en este caso el problema esesencialmente el de restablecer, en la crtica de posiciones apologticas, los elementosde la realidad suprimidos. Pero con el trmino dialctica Gramsci, adems de la forma

    objetivamente dada del desarrollo social, designa simultneamente tambin el mtodode conocimiento a travs del cual se puede alcanzar una representacin concreta yrealista de la unidad antagnica de lo social. La dialctica es el instrumento con el quese realiza el conocimiento de la unidad, de la especificidad, del carcter concretodelfenmeno social, colocando en relacin orgnica de recproca inaplicacin sussingulares partes constitutivas, de otra forma destinadas a permanecer separadas oyuxtapuestas. En este sentido ella es la principal forma de reproposicin, y al mismotiempo de verificacin emprica, del concepto estructurado de historia que es propio delmarxismo.

    En la "ciencia de la dialctica, o gnoseologa", dice Gramsci, "los conceptos generalesde historia, de poltica, de economa se enlazan en una unidad orgnica". Una vez msla peculiaridad del marxismo est vista en su capacidad de dar una teora de la historiade la cual "no pueden separarse la poltica y la economa". [54]Y es tambin por estarazn que el mismo discurso sobre las tres partes constitutivas del marxismo no puedeentenderse de otro modo que como presentacin de la gnesis histrica de la doctrina,ms all de la cual permanece la tarea de pensar la ''unidad sinttica" de sus ingredientesoriginarios. En la profundizacin y en la utilizacin concreta de esta segunda acepcindel concepto de dialctica, Gramsci tiene como principal punto de referencia el

    patrimonio terico acumulado por el desarrollo de la elaboracin poltica leniniana, conla que establece, aun bajo este especfico aspecto, una relacin determinada a partir de1925-1926.

    54 MS. p. 123.

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    En marzo de 1925, en ocasin del V Ejecutivo ampliado de la Internacional comunistaen el que Gramsci participa como jefe de la delegacin del partido italiano, se publicabael primer nmero de la revista terica Unter dem Banner des Marxismusque contiene elimportante pasaje Sobre el problema de la dialctica extrado de los Cuadernos

    filosficosan inditos.[55]El clima, destinado a acentuarse siempre ms en los aos

    sucesivos, en las mismas pginas de la revista, es el de una plena restauracin delmaterialismo dialctico de inspiracin plejanoviana, de alguna manera interrumpido ydesplazado por el nuevo descubrimiento de Hegel que se efectu en el periodo sucesivoal fin de la primera guerra mundial, en las principales obras del "marxismo occidental".La relacin que Gramsci instituye con la elaboracin leniniana de la dialctica no slo

    prescinde totalmente de la presentacin que haca ya entonces el marxismo-leninismo,sino que se define en un espacio temtico sustancialmente diferente incluso de aquelindividualizado por los filsofos de la izquierda del Partido comunista alemn. Parareferirnos a datos concretos, es importante recordar en primer lugar que, en enero de1926. l'Unit, dando en una rbrica especial una antologa de los textos leninianos sobrelos principales problemas de la doctrina, ejemplificaba la posicin de Lenin sobre la

    cuestin de la dialctica publicando el siguiente pasaje, en el que se daba, en el contextode una intervencin poltica, una explicacin "en forma popular" de la diferenciaexistente entre dialctica y eclecticismo:

    55 Cf. Lenin, Quaderni filosofici, con una introduccin sobre Il marxismo e Hegel, de Lucio Colletti,Miln, 1959, pp. 343-347. [Citamos por Cuadernos filosficos, Obras, t. 42.]

    "Un vaso es, ciertamente, tanto un cilindro de cristal como una vasija para beber. Perono son estas sus nicas propiedades. cualidades o aspectos; los tiene en cantidadinfinita, tiene una cantidad infinita de interrelaciones o 'intermediaciones' con el restodel mundo. Un vaso es tambin un objeto pesado que puede usarse como proyectil.Puede servir de pisapapeles, de receptculo para una mariposa cautiva, o ser un objeto

    de valor por la talla o los dibujos artsticos, y nada de esto tiene que ver con el hecho deque puede o no ser utilizado para beber, si es de cristal, si es no cilndrico, etctera,etctera.

    "Por otra parte, si necesitara un vaso ahora mismo para beber, no tendra la menorimportancia que fuera perfectamente cilndrico y que fuera realmente de cristal; lo queimportara, sin embargo, sera que no estuviera agujereado en la base, o que no tuvieranada que me lastimara los labios al beber, etc. Pero si yo no necesitara un vaso para

    beber, sino para un fin para el que podra utilizar cualquier cilindro de vidrio, lo mismome dara un vaso agujereado en la base o no, etctera.

    "La lgica formal, que es hasta donde llegan las escuelas (y deben llegar, con adecuadoscompendios para los cursos inferiores), trata de definiciones formales, aborda lo que esms corriente o evidente, y all se detiene. Cuando se toma y combina al azar dos o msdefiniciones diferentes (cilindro de cristal y una vasija para beber), obtenemos unadefinicin eclctica, que denota los diferentes aspectos del objeto y nada ms.

    "La lgica dialctica exige que vayamos ms adelante. Primero, para conocer realmenteun objeto, debemos considerar y examinar todos sus aspectos, sus conexiones e'intermediaciones'. Esto es algo que no podemos pretender lograrlo nuncacompletamente, pero el principio de la comprensin es la salvaguardia contra los erroresy la inflexibilidad. Segundo, la lgica dialctica exige que el objeto sea tomado en sudesarrollo, en su cambio, en su 'automovimiento' (como Hegel lo expresa a veces). Estono se evidencia de inmediato tratndose de un objeto como un vaso, pero tampoco ste

    permanece inmutable, y esto es especialmente cierto en lo que se refiere a su utilidad,uso y conexincon el mundo que lo circunda. Tercero, la 'definicin' completa de un

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    objeto debe incluir toda la experiencia humana como criterio de la verdad y comoindicador prctico de su conexin con las necesidades del hombre. Cuarto, la lgicadialctica sostiene que 'la verdad siempre es concreta, nunca abstracta', como gustabadecir el desaparecido Plejnov siguiendo a Hegel."[56]

    56 Cf. Lenin, Una vez ms acerca de los sindicatos, en Obras completas, t. 36. pp. 373-375.

    La eleccin de este pasaje es extremadamente significativa. De todas las ilustracionesdiferentes del concepto de dialctica que se encuentran diseminadas en los escritos

    polticos de Lenin a partir de 1913 --y ms precisamente a partir de los anlisis de laguerra imperialista--, sta es ciertamente la ms importante, tanto por la calidadintrnseca de la exposicin como por la significatividad del contexto del cual es parteintegrante: la dilucidacin del modo en el que se debe tomar y estudiar la relacin entrela economa y la poltica en el momento en el que cl estado dirigido por la clase obreraabandona el comunismo de guerra por una nueva poltica econmica. En estas rpidasconsideraciones Lenin resuma y ejemplificaba en un anlisis poltico determinado loque a su parecer constitua el aporte para nada insignificante de la lgica hegeliana.

    En abril de 1924 Gramsci haba ya publicado en L'Ordine nuovo su escrito sobre el"materialismo militante",[57]en el cual se repropona como instrumento insustituible dela batalla cultural del movimiento el "estudio sistemtico de la dialctica de Hegel"desde un punto de vista materialista, ya realizada por l entre 1914 y 1915. Se deban

    publicar extractos de las obras de Hegel y ''comentarlos con los modelos de estadialctica en el campo de las relaciones econmicas y polticas, modelos que la historiaofrece abundantemente, en especial despus de la reciente guerra imperialista y larevolucin". Aqu no es posible abrir el discurso sobre lo que representa, en el cuadrodel desarrollo del pensamiento poltico de Lenin, este redescubrimiento de Hegel.Diremos solamente que, segn nuestra opinin, no constituye absolutamente unaregresin terica con relacin a los primeros escritos sobreEl capitaly el desarrollo del

    capitalismo en Rusia,[58] sino que ms bien constituye un desarrollo y unaprofundizacin vuelta necesaria por la extensin del anlisis al conjunto de lasrelaciones internacionales, a los distintos componentes de la estructura capitalistamundial, y a la complicacin vertiginosa en su interior de las formas de la contradiccinfundamental, ya no ms comprensibles con la gua del modelo del capitalismo que convarios matices ha dominado la cultura de la II Internacional. La guerra imperialista noha determinado slo la crisis poltica de la organizacin, tambin ha demostrado lainsuficiencia de un tipo de anlisis que por ms de una dcada se plante el problema dela comprensin del imperialismo y de sus efectos sobre la iniciativa del movimientoobrero. "No existen y no pueden existir fenmenos 'puros' ni en la naturaleza ni en lasociedad. Es esto precisamente lo que ensea la dialctica de Marx mostrndonos que elmismo concepto de la pureza es una cierta limitacin y unilateralidad del intelectohumano, incapaz de abrazar completamente un objeto en toda su complejidad." [59]Conestas palabras Lenin resuma en 1915 la sustancia de su crtica terica de la metodologa

    poltica de Kautsky. Y un ao ms tarde, dirigido a Rosa Luxemburg: "La dialcticamarxista exige el anlisis concreto de toda situacin histrica particular."[60]En 1921,dirigido a Bujarin: "La dialctica incluye la historicidad."[61]

    57 Lenin, "Il materialismo militante", enL'Ordine nuovo, III serie, 15 de marzo de 1921. ao I, nm. 2.

    58 Es sta la opinin expresada por Lucio Colletti en la introduccin a la edicin de los Quadernifilosofici, cit.

    59 Lenin,La guerra imperialista, Roma, 1950, p. 87.

    60Ibd., p. 138.

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    61 Cf. V. I. Lenin, Anotaciones al libro de Bujarin "Teora econmica del periodo de transicin", enCuadernos de Pasado y Presente, nm. 29, Mxico, 1979, p. 178.

    Pero en qu consista precisamente para Lenin esta historicidad, como esencia delconocimiento dialctico? Y cul era el mtodo que poda garantizar la posesin? Unrpido excursussobre los apuntes extrados de la lectura de la Lgicade Hegel puede

    suministrar alguna aclaracin a propsito. Aqu Lenin destaca fuertemente elsignificado de la crtica hegeliana al concepto de causa, afirmando que su insuficienciacognoscitiva se encuentra en su intrnseca imposibilidad de abrazar toda la complejidadde los elementos que caracterizan la fisonoma, la verdad, de un determinado fenmenosocial. "La universalidad y el carcter omnicomprensivo de la interconexin del mundo,que la causalidad slo expresa en forma unilateral, fragmentaria e incompleta,"[62]Perosta es slo la conciencia crtica a travs de la cual es necesario pasar para comprenderel rol y la importancia del conocimiento garantizado por la lgica dialctica, la nicacapaz de garantizar la comprensin de la objetividad de los procesos sociales. ParaLenin, en efecto, la objetividad del conocimiento es posible slo reconstituyendo latotalidad de los momentos constitutivos del fenmeno social. Y, a su vez, slo la

    totalidad garantiza el conocimiento de la especificidaddel objeto del anlisis poltico.62 Lenin. Cuadernos filosficos, cit., p. 154.

    Reconfirmando explcitamente su rechazo de los esquemas tridicos,[63] tendientes aconvertir el marxismo en una genrica filosofa de la historia, Lenin encuentra en ladialctica la posibilidad de individualizar, en un nuevo nivel de desarrollo de la lucha

    poltica, las mismas caractersticas de su visin del rol del marxismo definidas ya en losescritos juveniles con el trmino "sociologa".

    63 Lenin. Cuadernos filosficos, cit., p. 224.

    La objetividad del conocimiento dialctico se une perfectamente con su capacidad deaferrar "el conjunto de todos los aspectos del fenmeno, de la realidad y sus (recprocas)

    relaciones", de "reflejar la omnilateralidad del proceso material".[64] La verdad sealcanza en la medida en que se aferra "el nexo efectivo de todos los aspectos, fuerzas,tendencias, etc., del campo dado de fenmenos". Pero justamente en virtud del

    procedimiento a travs del cual es necesario pasar para alcanzarla, sta es por definicinsiempre concreta. Un concreto, sin embargo, que no es un punto de partida, sino el

    punto, tendencial, de llegada de una marcha ininterrumpida de acercamiento queconstituye la misma esencia del conocimiento cientfico. La verdad, repite muchasveces textualmente Lenin, es un proceso. "El hombre no puede captar-reflejar-repletar lanaturaleza como un todo, en su integridad, su 'totalidad inmediata'; slo puede acercarseeternamentea ello, creando abstracciones, conceptos, leyes, una imagen cientfica delmundo.''[65]Por esto el conocimiento humano puede parangonarse a una espiral, cadasegmento de la cual "puede ser transformado (unilateralmente transformado) en unalnea recta en s". La unilateral extrapolacin de uno o varios datos del conjunto en elque estn concatenados por una multiplicidad de relaciones, o de mediaciones, implicala reduccin de la dialctica en sofstica o eclecticismo. Con estos dos trminos Lenincaracteriza siempre la matriz terica de los errores polticos contra los que lucha en cadamomento. No importa cul sea el contenido determinado, todos tienen una matrizcomn: la parcialidad y por lo tanto la subjetividad del anlisis.

    64Ibd., p. 186.

    65Ibd., p. 174.

    El discurso podra ciertamente profundizarse y ampliarse ms, pero su ncleo central loencontramos ya presente justamente en el amplio pasaje publicado por Gramsci en1926. Si bien es cierto que el conocimiento de los Cuadernos filosficoshabra podido

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    constituir un punto de referencia muy importante en el desarrollo de su elaboracin,Gramsci parece de todos modos haber aferrado, sobre la base de los escritos polticos, lainmensa divergencia que separa la concepcin leniniana de la dialctica del modo enque la misma haba sido presentada sobre la base del materialismo filosfico. Lenin sinduda tena conciencia de cunto el descu