View
213
Download
0
Embed Size (px)
DESCRIPTION
Número actualizado
Citation preview
SSEE RREEAALLIIZZÓÓ LLAA PPRRIIMMEERRAA
JJOORRNNAADDAA PPRREESSBBIITTEERRIIAANNAA
AArriieell CCoorrppuuss El pasado 18 de mayo, dentro de las Jornadas Presbiterianas 1857-2012: Historia, teología y antropología, se realizó el primer foro alusivo bajo la temática “Historia e historiografía del presbiterianismo” con la participación de Eliseo Vílchez, Penélope Ortega y Hugo Daniel Sánchez Espinosa.
Estos historiadores recordaron algunas fechas, nombres y lugares importantes para la presencia presbiteriana, principalmente en la región norte del país. Sin afán de polemizar con los festejos paralelos que la Asamblea General de la Iglesia Nacional Presbiteriana realiza, los ponentes dejaron de lado el quehacer oficial para hacer historia al margen de la institución.
En primer lugar, Sánchez Espinosa, con la ponencia “Los primeros presbiterianos en el centro y norte de México (1872-1888)”, señaló la importancia que tuvo la consolidación del Presbiterio de Zacatecas, fundado en 1883, para la conformación de un grupo fuerte de protestantes. […]
Con “La presencia presbiteriana durante el Porfiriato: historia e historiografía”, Penélope Ortega hizo una excelente división de fuentes para dar cuenta de los rubros historiográficos presentes en los estudios sobre presbiterianismo. […]
Eliseo Vílchez, […] recordó cómo las primeras interpretaciones sobre la incursión de estas sociedades disidentes del catolicismo romano fueron de tipo sectario, pero puso mucha atención al proyecto educativo que, en nuevas investigaciones, era sostenido por la propia localidad donde se encontraba la escuela, lo que en argumentos del ponente, permite reflexionar más sobre la endogénesis del protestantismo más allá del protestantismo
misionero. Finalmente, marcó aspectos necesarios para la investigación, tales como la espiritualidad, la educación teológica, el papel de la mujer y la llegada del fundamentalismo a la iglesia presbiteriana. Esta primera jornada, realizada en la Iglesia Ammi-Shadday, ubicada al norte de la Ciudad de México, convocó unas 50 personas, quienes con sus preguntas y comentarios alimentaron la discusión y el debate. […] (ALC Noticias, 22 de mayo)
BBIIBBLLIIAA CCOONN HHIIMMNNAARRIIOO hhttttpp::////pprreessbbiitteerriiaannoossaagg..ccoomm..mmxx
1177 MMaayyoo 22001122
Con gran beneplácito la R. Asamblea General de la Iglesia Nacional Presbiteriana de México, presenta al pueblo presbiteriano en general, la nueva edición de la Biblia con Himnario. Primicias de la celebración
de los 140 años de presencia Presbiteriana en México, y 65 Aniversario de la R. Asamblea General.
Ahora usted podrá tener dos maravillosos volúmenes en uno solo: La Palabra de Dios, versión 1960 (La Biblia) y el himnario presbiteriano Sólo a Dios la gloria en un solo ejemplar, empastado en imitación piel y canto dorado. Esta nueva edición estará a la venta de manera promocional exclusivamente en cada uno de los cinco cultos regionales de celebración: México, Tabasco, Cancún, Chiapas y Monterrey, con un precio promocional único al público en general de $320.00.
Posteriormente usted podrá adquirir este excelente ejemplar en Publicaciones El Faro y en las librerías cristianas al precio regular de $400.00 pesos, o más dependiendo de la región.
““EENN EESSTTEE AACCTTOO DDEELL EESSPPÍÍRRIITTUU SSAANNTTOO SSEE EENNSSAALLZZAA LLAA DDIIVVEERRSSIIDDAADD DDEELL PPUUEEBBLLOO DDEE DDIIOOSS””
MMEENNSSAAJJEE DDEELL CCOONNSSEEJJOO MMUUNNDDIIAALL DDEE IIGGLLEESSIIAASS
Todos ellos estaban atónitos y perplejos, y se decían unos a otros: “¿Y esto qué
significa?”.(Hechos 2:12)
Los días posteriores a la resurrección deben de
haber sido estremecedores y difíciles de
comprender para los seguidores de Jesús. De
hecho, algunos de ellos habían visto al Cristo
resucitado, en el aposento alto, en el camino a
Emaús, e incluso habían tocado sus heridas y
compartido una parte de pescado. Ahora se
encontraban todos juntos en una habitación,
esperando. No debió ser fácil para ellos, apretados
en un espacio pequeño, preguntándose qué
estaban esperando y qué se esperaba de ellos, cuando de repente vino el viento, las
lenguas de fuego y empezaron a hablar en otras lenguas.
Mirándolos desde fuera, la multitud de la calle preguntaba “¿Y esto qué
significa?”. Pero es muy posible que incluso algunos de los seguidores de Jesús, que
habían visto muchos milagros y escuchado de primera mano al Hijo de Dios, se
hicieran esa misma pregunta: “¿Y esto qué significa?”.
Al leer el relato del primer Pentecostés nosotros también nos preguntamos:
“¿Y esto qué significa?”. Aquellos que se encuentran en medio de una crisis política
o financiera, de la violencia, la ocupación, la guerra o el conflicto se preguntan: “¿Y
esto qué significa?”. Aquellos que son perseguidos a causa de sus convicciones y su
fe se preguntan: “¿Y esto qué significa?”. Aquellos que se han convertido en
refugiados o que han sufrido desastres naturales, como inundaciones y sequías,
terremotos y tsunamis, se preguntan: “¿Y esto qué significa?”. Aquellos que
padecen VIH/sida o que luchan para poder dar alimentos, agua potable,
alojamiento y educación a sus familias se preguntan “¿Y esto qué significa?”.
Aquellos que sufren el dolor de la pérdida prematura de un ser querido se
preguntan: “¿Y esto qué significa?”. Aquellos cuyos países que están en peligro de
desaparecer debido al cambio climático se preguntan “¿Y esto qué significa?”.
Al reflexionar acerca del día de Pentecostés, nos damos cuenta de que en este
acto del Espíritu Santo se ensalza la diversidad del pueblo de Dios. Los seguidores no
provienen de las mismas naciones ni hablan el mismo idioma. No están de acuerdo en
la forma de interpretar lo que han vivido o visto. Pero todos reconocen las maravillas
de Dios y su poder de transformarlos tanto a ellos como a su mundo.
Del mismo modo que el poder del Espíritu Santo se posó entonces sobre los
creyentes, viene hoy a nosotros. La presencia viva de Jesucristo prosigue la obra
salvadora de curación de nuestro mundo roto y viene a infundirnos aliento, esperanza
y el poder transformador del amor.
Que el mismo Espíritu Santo de ese primer Pentecostés nos llene una vez más
para que, como aquellos que se encontraban en esa habitación aquel día, nos
llenemos del amor de Dios y de una nueva comprensión mutua. ¡Y que seamos
transformados para poder proclamar las maravillas de Dios al mundo de hoy!
Presidentes del Consejo Mundial de Iglesias
Arzobispo Dr.Anastasios de Tirana y de Toda Albania, Iglesia Ortodoxa
Autocéfala de Albania
Sr. John Taroanui Doom, Iglesia Protestante Maohi (Polinesia Francesa)
Rev. Dr. Simon Dossou, Iglesia Metodista en Benín
Rev. Dr. Soritua Nababan, Iglesia Cristiana Protestante Batak (Indonesia)
Revda. Dra. Ofelia Ortega, Iglesia Presbiteriana-Reformada en Cuba
Patriarca Abune Paulos, Iglesia Ortodoxa Tewahedo de Etiopía
Revda. Dr.Bernice Powell Jackson, Iglesia Unida de Cristo (EE.UU.)
Dra. Mary Tanner, Iglesia de Inglaterra
________________________________________________________________________
AAYYUUDDAA MMUUTTUUAA YY FFAAMMIILLIIAA ((IIII))
EEmmiilliioo MMoonnjjoo BBeelllliiddoo
PPrrootteessttaannttee DDiiggiittaall,, 1133 ddee mmaayyoo ddee 22001122
La protección es algo integral. Interviene la sexualidad, las emociones, la educación, la
salud, incluso la defensa con el uso de la fuerza contra enemigos externos. Eso requiere
que se asuman unos límites; cada uno tiene su familia. En el matrimonio: un hombre y
una mujer, así mostrado desde el principio, se tienen que proteger; por supuesto con
inclusión del orden sexual, lo contrario sería destruir la familia, se acabaría la base de la
protección mutua. De ahí el radical rechazo en la ley bíblica al adulterio.
Los hijos están protegidos en la casa, en la familia. Desde la concepción: aborto,
nunca. En la casa tienen alimento y cobijo, ahí crecen y se fortalecen, hasta que, con el
acuerdo y “bendición” de la familia, forman otra con un miembro de otra familia. Y así
sigue el buen orden social que proporciona una familia como esfera de protección. No
existe lugar en este planteamiento que hacemos para la “emancipación”. El que está
fuera de la casa, si no es para formar otra, se ha quedado aislado, sin cobijo. Es curioso
que no pocos de los que pregonan el bien de la
familia tradicional, acepten como si tal cosa la
emancipación de los jóvenes, incluso, en la
práctica, se les “obliga” a abandonar la casa a una
edad determinada. Por supuesto, eso es pervertir
el camino de la fe, es desobediencia clarísima a la
Biblia, y no es algo que sirva para apoyar la
protección familiar que aquí proponemos, pues
todos los miembros de la familia tenemos la
responsabilidad de colaborar.
Para la protección y ayuda mutua en la familia, se requiere que ésta tenga medios
materiales para vivir. En la ley bíblica se dispone un trozo de tierra para cada familia: ése
era su sustento. Además, no se podían acumular posesiones de unas familias por otras:
si hubo que “venderlas” por necesidad económica, cada 50 años, con el Jubileo, siempre
volvían las tierras a sus antiguos dueños. Vale que no podemos ahora plantear algo
semejante, pero como principio sí podemos usarlo (En Israel, antes y después de la
división del reino, los poderosos acapararon todas un trozo de tierra para cada familia,
para que puedan vivir de su trabajo en libertad. las tierras que pudieron, y esta ley no se
cumplió.) Donde la economía sea rural: Donde la situación sea un contexto industrial o
mixto, que cada familia tenga la propiedad de su trabajo. Es decir, que tengamos
nuestro trabajo como propiedad donde nuestra familia encuentra su sustento. Esto es
propio de la ley bíblica, y lo proponemos para toda la sociedad, aunque no crean. Esto
son Derechos Humanos aplicados. Esto es “política” de libertad contra todo tipo de
tiranos.
Y recogiendo ideas planteadas en artículos anteriores, la protección y ayuda
mutua de las familias cuando se trate de asuntos de mucha dimensión, requiere que
varias, o todas, las de un territorio colaboren en la ayuda mutua, en este caso de unas
familias con otras. Educación: que la responsabilidad propia de cada familia particular
se aplique con la colaboración de todas las demás. Resultado: escuela pública. Sanidad:
pues lo mismo. El cuidado y la salud de cada miembro de una familia, primero en su
seno, siempre. Cuando (gracias a Dios, decimos los creyentes) los actos médicos
requieren medios materiales extensos: todos a colaborar. Resultado: salud pública. Así
en otros ámbitos. La familia que es soporte y ayuda, la familia fuerte ella misma, no es
la que se aísla en un santuario, sino la que está con las demás, la que forma la res publica.
No me olvido de que esto se alargó. No me olvido de nuestra corrupción natural
humana. Por ejemplo, esas propiedades que sustentan la comida de las familias, a
veces han dividido a las mismas familias por la codicia. Reconocer lo uno no quita lo
otro. El trabajo como propiedad, un sueño con tantos parados. Vale, pero es necesario
proponerlo; así vemos con más claridad la tiranía de los que roban el trabajo de las
familias. Que todo está en ruinas, bien, pero arreglemos lo que podamos. Ánimo, poco
a poco, apoyándonos unos a otros, que estamos muy heridos. El Padre de nuestro
Señor nos bendecirá.